revista del instituto de cultura

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RE;VISTA del INSTITUTO de CULTURA PUERTORRIQUEÑA ANTROPOLOGIA HISTORIA . UTERATURA ARTES PLÁSTICAS TEATRO MOSICA ARQUITECIVRA JULIO-SETIEMBRE, 1973 San Juan de Puerto Rico 60

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Primera serie número 60, julio - septiembre de 1973.

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Page 1: Revista del Instituto de Cultura

RE;VISTAdel INSTITUTO de

CULTURA PUERTORRIQUEÑAANTROPOLOGIA

HISTORIA .

UTERATURA

ARTES PLÁSTICAS

TEATRO

MOSICA

ARQUITECIVRA

JULIO-SETIEMBRE, 1973

San Juan de Puerto Rico

60

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R E v 1 s T, ADEL INSTITUTO

DE CULTURAPUERTORRIQUEÑA

JUNTA DE mRECTORES

Car.los Conde, Presidente

Enrique Laguerre - Aurelio Tió . Elfas López Sobá

Arturo Santana - Esteban Padilla

Milton Rua

Director Ejecutivo: Ricardo E. Alegría

Apartado 4184 SAN JUAN DE PUERTO RICO

Al'rO XVI 1973

JULIo-SETIEMBRE

SUMARIO

Núm. 60

Ha muerto Clara Lair .

Clara Lair en el recuerdopor Wilfredo Braschi .

Duelo por Clara Lairpor Salvador Tió

Tributo a la poesía de Clara Lairpor Diana Ramírez de Arellano .

El Puertorriqueño (Poesía)por Clara Lair .

Los sonetos de lo irreparable (Poesía)por Clara Lair .

Nocturnos (Poesía)por Clara Lair .

Yo (Poesía)por Clara Lair .

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Pardo adonis (Poesía)por Clara Lair . 17

Exposición de Carlos Raquel Rivera 19

El maquinismo en la poesía puertorriqueñapor Héctor Andrés Negroni . 21

Artefactos taínos de jade en Puerto Ricopor Raymond J. Smith 25

Elogio a Salvador Braupor Eugenio Fernández Méndez . 29

Exposición de dibujos de Juan Ramón Velásquez . 32

Las carreras de San Juan y San Pedropor Manuel A. Alonso . 34

Jacques Bouton primer cronista francés del Ca­ribe

por Manuel Cárdenas Ruiz . 37

Gala Hernández y la lírica popular puertorriqueñapor Matilde Albert Robatto . 44

PUBLICACION DELINSTITUTO DE CULTURA PUERTORIQUEf;¡A

Director: Ricardo E. Alegría

Fotografías de Jorge Diana

Aparece trimestralmente

Suscripción anual $2.50Precio del ejemplar oo....... $0.75

[Application for second class mail privilege pending atSan Juan, P. R.]

DEPÓSITO LEGAL: B. 3343 - 1959

IMPRESO EN LOS TALLERES GRÁFICOS DE MANUEL PAREJA

BARCELONA - PRINTED IN SPAIN - IMPRESO EN ESPAÑA

Page 4: Revista del Instituto de Cultura

COLABORADORES

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HÉCTOR ANDRÉS NEGRONI. Militar puertorri­queño, tiene el grado de Capitán de laFuerza Aérea de los Estados Unidos. Seha destacado por su interés en la historiamilitar de la Isla. Se desempeña en laactualidad como profesor auxiliar de es­pañol en el Departamento de Lenguas Ex­tranjeras de la Academia de la FuerzaAérea de los Estados Unidos, situada enel estado de Colorado. Ha colaborado enla Revista del Instituto de Cultura Puer­torriqueña.

RAYMOND J. SMITH es un destacado geó­logo que ha participado en los estudiosgeológicos que la División de Exploracio­nes Mineras de la Compañía de Fomentoha venido realizando en el país. TrabajaeJl la Escuela de Minas de Colorado, Es­tados Unidos.

EUGENIO FERNÁNDEZ MÉNDEZ. Nació enCayey, y realizó estudios superiores en lasUniversidades de Puerto Rico y Columbia.Fue presidente de la Junta de Directoresdel Instituto de Cultura Puertorriqueña.Ha publicado: Filiación y sentido de unaisla: Puerto Rico, Tras siglo (poemas),Salvador Brau y su tiempo, La identidady la cultura: críticas y valoraciones entorno a Puerto Rico, Conceptos fundamen·tales de antropología física, Historia dela cultura en Puerto Rico, Crónicas dePuerto Rico (2 vals.), Ensayos de antro­pología popular, Las encomiendas y laesclavitud de los indios de Puerto Rico,Antología de la poesía puertorriqueña. Esprofesor en la Facultad de Ciencias So­ciales de la Universidad de Puerto Rico.

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WILFREDO BRASCHI, nació en 1918 en NuevaYork. Hizo sus estudios secundarios en laEscuela Superior Central de Santurce yobtuvo su Bachillerato en la Universidadde Puerto Rico. Realizó estudios hacia elDoctorado en Filosofía y Letras en laUniversidad Central de Madrid. Ha publi­cado los libros: Cuatro Caminos (1963),Metrópoli (1968) y Nuevas relaciones pú­blicas (1969). Ha obtenido dos veces elpremio de periodismo otorgado por el Ins­tituto de Literatura Puertorriqueña (1941­1955) Y una vez el premio de literatura(1969) por su libro Metrópoli. Actualmenteocupa el cargo de Profesor en la EscuelaGraduada de Administración Pública de laUniversidad de Puerto Rico.

SALVADOR TI6 MONTES DE OCA. Uno de losmás destacados periodistas puertorrique­ños del presente, también se ha dedicadoal ensayo y a la poesía. Su prosa está 'en­marcada dentro de la trayectoria satíricay humorística. En 1954, la Universidad dePuerto Rico publicó su libro A fuego lento(Cien columnas de humor y una cornisa),selección de los artículos de crítica socialy literaria de carácter polémico publicadosen la prensa del país. Ha sido miembro dela Junta de Directores del Instituto de Cul­tura Puertorriqueña y actualmente dirigeJa Editorial de la Universidad de PuertoRico.

RAMíREz DE ARELLANO, DIANA. Poeta, ensa­yista y crítica literaria, nació en NuevaYork en 1919 y se educó en Puerto R·ico.Doctora en filosofía y letras de la Univer­sidad de Madrid (1952), ocupa una cátedrade lengua y literatura españolas en el CityCollege de Nueva York. Ha publicado lossiguientes poemarios: Yo soy Ariel (1947),Albatros sobre el alma (1955), Angeles deceniza (1958). Premio del Instituto de Li­teratura Puertorriqueña, del Club Cívicode Damas y del Ateneo Puertorriqueño,Un vuelo casi humano (1960) y Privilegio(1965). Es autora, además, de las siguientesobras en prosa: Los Ramírez de Arellanode Lope de Vega: contribución al estudiode las comedias genealógicas (1954) y Ca­minos de la creación poética en PedroSalinas: versiones primeras y autógrafasde "La voz a ti debida".

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MANUEL A. ALONSO nació en Caguas. Hizosus estudios secundarios en el SeminarioConciliar de San Ildefonso, en San Juan,y se doctoró en Medicina en la Universi­dad de Barcelona. Fue, uno de los jóvenespuertorriqueños que en la Ciudad Condaleditaron el libro titulado "Album Puerto­rriqueño", primera obra importante denuestra literatura. Ejerció por muchosaños su profesión primero en Galicia yluego en Madrid, a la vez que colaborabaen la prensa propagando la implantaciónde reformas liberales en Puerto Rico. A loscincuenta años regresó a su patria, dondecontinuó su actividad profesional, literariay política. Militó en el partido Liberal Re­formista y durante algún tiempo fue di­rector del periódico "El Agente". En susúltimos años desempeñó la dirección delAsilo de Beneficencia. Como escritor cul­tivó lús estudios de costumbres, dedicán­dole gran atención a la vida del campesinopuertorriqueño. Sus trabajos literarios sehallan recogidos en el libro titulado. "ElGíbaro" del que se han hecho varias edi­ciones.

MANUEL CÁRDENAS Rurz. Es profesor delDepartamento de Ciencias Políticas de laFacultad de Ciencias Sociales de la Uni­versidad de Puerto Rico. Junto con Euge­nio Fernández Méndez ha publicado diver­sos ·artículos de crítica de arte en revistasy periódicos del país.

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Ha muerto Clara Lair

En el año 1937 sorprendió al mundo puertorriqueño de las letras laaparición del poemario Arras de cristal, por Clara Lair, seudónimo de Mer­cedes Negrón Muñoz. A su autora, perteneciente a distinguidas familias delpaís, pero hasta entonces desconocida como escritora, no vaciló Luis LlorénsTorres en saludar como "alma gemela de Alfonsina Storni."

Desde el principio de su carrera literaria, y sin claudicaciones, manten­dría Clara Lair su particular vocación poética, produciendo, en decir deAntonio S. Pedreira, una "obra de angustia musical y profunda, expresadacon valentía admirable." En 1950 salió a la luz su libro Trópico amargo, enel que recogía la colección anterior, sumándole dos nuevos grupos de poe­mas, el titulado Mds allá del poniente y el que da su nombre al volumen,publicado, al igual que el anterior, por la Biblioteca de Autores Puertorri­queños. Ambos libros fueron premiados por el Instituto de Literatura Puer­torriqueña.

En 1961, y como parte de su serie Cuadernos de Poesía, el Instituto deCultura dio a la estampa una selección de sus poemas, ilustrados. por Al­fonso Arana.

El fallecimiento de Clara Lair, ocurrido en San Juan el 26 de agosto, cons­tituye una pérdida irreparable para nuestras letras. La Revista del Institutode Cultura Puertorriqueña dedica esta edición a la memoria de la ilustrepoetisa, cuyos trabajos, en prosa y en verso, honraron tantas veces nuestraspáginas.

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L A RECUERDO UN POCO ENTRE LA BRUMA DE LOS AÑOS.Así la vi por vez primera: alta, muy espigada,

con un misterio de mujer ausente. Hondas las oje­ras tirando a morado, los ojos como dos levísimasllamas. El rostro, ya, como una máscara de tris­teza.

De esto hace mucho tiempo. Le restaba, aún, elramalazo de la hennosura física. Al morir, a losochenta años cumplidos, de aquelli mujer sólofluía el timbre lejano de una voz.

La Clara Lair de entonces, por extraño que pa·rezca, trabajaba de bibliotecaria. Se movía entrevolúmenes y volúmenes de todos los tamaños y co­lores. Su misión era entregárselos a la rumorosaestudiantina cuando los pidieran.

Impresionaba esa Clara Lair, o mejor dicho,Mercedes Negrón Muñoz. Impresionaba porque pa­recía estar de regreso de un mundo lejano, inacce·sible y difícil de entender.

Lo cierto es que retornaba por así decirlo, a"la estación propia". Se instalaba junto al mar yla montaña, bajo el cielo azul.

Traía de .junto al sucio Hudson, de los rasca­cielos, del ·"Village" -y de un "cuento" mitológi­ce- toda una historia. El Nueva York inhóspito letocó con su ala de cuervo. Con las remembranzasamargas de ese "Nueva York de un piso" y de mu­chos pisos, estuvo hasta que se le apagó la me·maria.

Acaso los poetas nuevos no hayan entrado a lacasa de sus versos. Puede que algunos estudiososde vanguardia sepan catalogarlas por lo menos. Encuanto al ser humano de excelencia que le ardíaen la sangre, no faltó un puñado de jóvenes que laanimara, acercándosele y oyéndola, lo mismo quea una rara abuela de grave señorío.

Vivió muriendo los últimos años. Allá en unrincón del Viejo San Juan, en una de esas casassin ascensor, cuyas ventanas miran a la bahía y a la

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Clara Lair en el recuerdo

Por WILFREDO BRASCHI

Boca del Morro, fue a esconderse con las alas rotas.Pero le quedaban los ideales y el sueño para volar.

Cuando se menciona a Clara Lair -porque enambas se dan los signos de una irrefrenable "poe­sía vital"- suele nombrarse también a Julia deBurgos. Coincidían en el frenesí de la libertad y enel anhelo de vivir y de apurar la vida como un vinotransparente y añejo.

La estampa de Clara Lair, la que se nos da enla pequeña posteridad fotográfica, ofrece el óvalode una cara casi etérea, de fino perfil. Rizo el pelonegro, los bucles abundantes, pequeña la boca, elcuello largo.

La Mercedes Negrón Muñoz de ochenta años fuedesgastándose sin remedio. La Clara Lair intempo­ral -la forjadora de "arras"- permanece de pie,diáfana, como si ella misma se hubiese hecho decristal.

Algunos poetas de las "promociones" de van­guardia la verán como un cromo romántico del die­cinueve.

Ante Clara Lair no cabe dejarse llevar por lasapariencias. Si alentaba en su porte -y a ratos ensu propia poesía- un ímpetu de anacronismo, enella vibrará, sin pausa, el nervio de una obra quenunca veremos envejecer.

Mujer de vanguardia, vorágine aquietada ya traslas últimas ráfagas, aguda en los juicios, frenéticaen las pasiones, grande de alma en los vicios y enlas virtudes. Clara Lair merece que la miremos me­jor. Rota la efigie de hueso y piel, la que se llama­ba Mercedes Negrón Muñoz, está en orden no dejar­la tan sola como se sintió durante los últimos años.

La mujer del increíble palomar, de la altísima"buhardilla" sobre un San Juan remozado, mereceque cuidemos su herencia. Es un legado de "joyas"que no se ponen ni en los dedos, ni en el cuello, nien los brazos. Unas "joyas" relucientes que adornanel alma y para ella son: para el alma de una estética,

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de una vivencia, de un ser universal en el ritmode la palabra que cruza el tiempo.

Hasta el rincón elevado de un quinto piso -áspe­ro nido de águila, mirador y torre de marfil- ibana verla muchos "vates". Irrumpían en grupo, o unoa uno, a escucharla. Ya el pelo en fuga, con unashebras rebeldes como ella. La boca roja y en florde antes, marchita, entrecortado el aliento, fatigo­sa. A ratos iracunda. Integra, redonda, cabal, vivaz,inquieta y creadora.

Ouedan atrás una vida, una andanza -o mejor,una andadura- y unos versos, y una leyenda, y un"toque de queda".

Desgranó su vida poco a poco. Rodeada de som­bras en el bulto elusivo del hueso enhiesto y lapiel macerada. Iba librándose de la sutil ataduraque la unía a la vida y en cada adiós tembloroso eimpersonal :-no obstante cálido, pese al frío de lamano- fue marcando el deslinde entre su yo de·finitivo, el de Clara Lair, y su yo inmediato: el de

una mujer llamada Mercedes Negrón Muñoz, conochenta años cumplidos.

Había entregado, hace menos de diez años, unosversos a Juan Martínez Capó, quien los publicó re·cientemente: Epitafio. A raíz de su deceso el perio­dista y poeta se nos transforma en notario. E ins­cribe, en blanco y negro, un epitafio que es, en bue·na medida, toda una vida en el cuenco de unosversos.

Ni las flores que amó ni el yeso que temiera, separanesta muerta del vuelo a que ascendiera el eco de sualma en la palabra escrita...

¿Para qué subrayar Epitafio? Ya apareció en laspáginas de El Mundo. Luego irá a l~s antologías.

Genio y figura. Mercedes Negrón Muñoz se vade puntillas, como quien nunca ha ocupado muchositio sobre la tierra. Se despide, quién sabe si conun sabor agridulce en la boca y en el alma. ClaraLair tardará en irse.

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DESDE SU RINCÓN DE MUSARAÑAS CLARA LAIR APREN-dió a hablar con las estrellas. Una go~a de

Dios le tiembla en la pupila y un aura de estuporle orla la frente. El silencio se calla para oírle lapalabra del amor y la angustia que es su clave poé·tica, su misteriosa cifra, su fórmula fatal -carney espíritu.

No por casualidad los dos primeros poemas desu "Trópico Amargo" se llaman "Amor" y "Angus.tia". y en el primer verso ya se anuncia, como enel primer acorde de una sonata, la torturada melo­día de su canción.

"¡Si dejaran que viera las cosas a mi modalMientras la turba pasa fugaz a su destino...¡que no se detenga nadie en mitad del caminoa contemplar si me alzo sobre espumas o lodo."

¿Y quién es Clara Lair y por qué canta? Unamujer que no sólo ve las cosas a su modo, sino quea su modo las dice desde "el quilate alto y puro desu casta". Y que se alza -se alza- sobre la espu­ma y el lodo, para cantar por la misma razón quevuela el pájaro -porque no podría arrastrarse aun-

o que quisiera.Se viene con destino ya prescrito y es el de

Clara Lair dejar vibrando en el aire amargo de suTrópico, para siempre, su palabra estremecida.

"Amor, tú me sembraste y tú me estremeciste.

Por ti tengo el relámpago, la ola y el rocío. ti

Sobre un fondo de verdes y rojos dramáticos;sobre un fondo de sombras que dibuja la luna ypuntualiza el cucubano; se desvela el palmar, llorael almendro, cruza escuálido el río y el andrajo degentes, y la flor se marchita y se ennoblece el

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Duelo por Clara Lair

Por SALVADOR TIÓ

lodo, y el amor se agiganta y se angustia y semuere.

Tiene Clara Lair en su obra el arranque lírico yla visión profética. Dice lo que tiene que decir sinamarres de escuela o resabios miméticos. Tiene,porque sí, la gracia poé.tica, el supremo don. Laspalabras le caen en su sitio como las estrellas cuan­do cae la noche.

Hay poetas de cenáculo, de agrupación. Apren­den entre ellos, entre sí, un lenguaje poético quea veces es invento y a veces mero desenterrar demuertos. Escriben para que los entienda su mun­do, su parnasillo. Cuando pasa la ráfaga, apenasquedan algunas hojas mustias.

Pero hay poetas que cantan para siempre. Y por­que escriben por encima de los ismos y de las épo­cas, el verso queda flotando perenne mientras dis­curren y se apagan una tras otras las generaciones.No hay nada más pedante que eso que se ha dadoen llamar voz generacional. La poesía verdad noentiende la mentira de la moda. Quien lleva dentrouna auténtica canción la dejará correr como aguade manantial. Y así la ha dejado correr Clara Lair.No es un torrente lírico. Es un riachuelo misterio­so que se retuerce entre las piedras bajo el "verdesudario musical de coquíes" mientras "lloran losalmendros sobre la tierra parda dos grandes hojasverdes", por Olla sangre de flamboyanes rendida porla luna".

y mientras haya amor y angustia y trópico amar·go y lengua española y emoción criolla en estastierras pardas de la América nuestra, el verso deClara Lair se seguirá repitiendo, y se seguirá re·pitiendo...

"Yo lo he tenido todo, de la gloria a la herida... "En este día Clara Lair se llevó sus heridas. Nosdeja su gloria.

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Tributo a la poesía de Clara Lair

Por DIANA RAMíREZ DE ARELLANO

y A EN EL AÑO DE 1933, PEDRO SALINAS PUBLICABA

La voz a ti debida en la soledad de su recuerdo,recuerdo elevado a poesía casi pura, atrofiados lossentidos como cinco ventanas cerradas, para mejorascender la alta escalera del intelecto, difícil perocertera, que habría de colocarle en un puesto únicoentre los grandes poetas de nuestra época. Para elaño 1936 Juan Ramón experimentaba un aconted­miento que en su vida fue decisivo: salida de Espa­ña, y segundo viaje a América. El andaluz universalestaba en La estacián total y en su Canción... segun­da plenitud, verso ya de virtuosísimo, ingrávido,tenue, desnudo; casi de perfecto, imposible; autén·ticamente sencillo, Juan Ramón ya era un profesio­nal de la Belleza. Para ese año también se nos que·da, como arte de magia, magia negra, el perfil vitaly humano de Federico, prendido como una brisa levey triste por los olivos.

En Puerto Rico, de entre el paisaje puro de lamontaña barranquiteña, claro está, emigrado ya aeste viejo San Juan, surge un sonido de cristal. Arra.\de cristal, bodas de Clara Lair con la poesía insular,unidos alma y pueblo, con un símbolo leve, musical.armonioso, y... frágil, como la juventud tan pronta·mente ida, como el amor siempre tan irrevocable­mente perdido. A la literatura preferirá la música,y la idea, como Daría. ¿Recuerdan?: su horror con­fesado por la literatura, mera, artificial palabreríade la elocuencia sin idea, sin proporción y sin me­dida?:

Por eso ser sincero es ser potente;de desnuda que está brilla la estrella;el agua dice el alma de la fuenteen la voz de cristal que fluye de ella.

Tal fue mi intento, hacer del alma puramía, una estrella, una fuente sonora,con el horror de la literaturay loco de crepúsculo y de aurora.

La voz de cristal de sus Arras nos dirá con recortemodernista lo que Más alld del Poniente se confir­ma:

No creí en hacer versos, ni acato la tareade buscar consonantes y métrica y compás...Cuanto escribí dictómelo inquietante la idea,y el ansia de armonía hizo en mí lo demás. (Credo)

En 1950 ve la luz Trópico amargo. La alta críticaacompaña con su juicioso aplauso, la perenne sole­dad de Mercedes Negrón Muñoz. Su pueblo, en eldesconocido hermano, se le acerca para hacerle in­mensa compañía a su par de quimeras destrozadas:

Inepta para dar ecos diversosal saber que me halague o que me riña,escribo a veces por aquella niñaque lloró un día al escuchar mis versos.

y por aquel desconocido hermano-lector de Pardo Adonis- que una tardeme halló en la vía, y me extendió la mano,balbuceó un poco... y se alejó cobarde.

¡Ay, la emoción de aquella voz quebradapor la crueldad de siglos, todavíala llevo a mi memoria encadenada~omo el mejor tributo a mi poes(al (Credo)

He aquí, pues, lo que mejor podemos hacer enesta noche de homenaje como tributo grato a nuestraClara: emoción, primera forma de conocimiento,único criterio para las palabras. No venimos aquípara con el saber halagarla o reñirla; lo primero,mereciéndolo no le agradaría; lo segundo, sería to­talmente inmerecido. ("Acaso al deponer en estosmomentos la toga doctoral con que tú nos conoces",yo diría a Clara, .. aparezcamos frente a ti casi des­conocidos, y así con el "desconocido hermano", ofre­certe también nuestra emoción, no para quitarle aél el premio de tu verso testigo de tu ent,usiasmo,sino acaso para merecer que tú nos digas: "Acepto

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ese tributo a mi poesía"; y aceptes también la alegrecompañía de es..te nuevo aplauso".)

EL MAR DE LOS SENTIDOS

Vamos a entrar en el mundo poético de Clara porel ancho mar de los sentidos. Para el marullo rumo­roso de profundidades llevemos flamboyanes de san·gre, y hagamos esta entrega una noche de luna, lunallena. Albergaremos la regia borrachera bajo la pre·ciosa manta musical de coquíes, y allí adormecidosCOtl su flauta de oro, panteísta, con su vino raro, nossorprenderá esta otra Clara sarcástica y grandiosa,para cambiarnos el paraíso artificial del sueño y deensueño, en pesadilla taumatúrgica, y vernos, derepente. pobres seres, cubiertos en este trópicoamargo con un verde sudario de coquíes. Todo tienesu precio. Sigamos esa ruta mágica que nos abre elcandelabro errante de sus cucubanos, y ¿qué impor.ta que su tenue luz desemboque en procesión fune­ral donde ellos sólo juegan el tétrico papel de vaga·bundos cirios, y nosotros, tal vez, los enterrados?

¡Qué mar, señores! ¡Qué mar de los sentidos! Enesto fue en Puerto Rico la única y primeral Por lavista penetra con sus luces y sombras, sus colores,oros pálidos, lunas llenas, sangre hecha rubí, conel brillo de estrella. Por el tacto nos ata a su carnede nube y a sus sedas. Por el oído, oímos sus violines,su arpa, sus sonidos, sus sílabas. Por el olfato somosdueños de crisantemos y de rosas, dueños de su per­fume en alelíes. Por el sabor gustamos de su licor tansumamente suyo. ¿Qué importa que en este Rubaiyatel dedo de repente escriba hiel, veneno, sílaba de la­mento, miasma, éter, mármol, tumba? Lección mo­ral que cabe tanto en la poesía como en la vida.y además entronca dentro de nuestra tradición his·pánica con aquella Tragicomedia de Calixto y Meli­bea, con la Epístola Moral a Fabio, y ya en plenoSiglo de Oro, con el Quevedo de:

¡polvo será, mas polvo enamorado!

CONTRASTE

El enorme contraste entre la alegría y la tristeza,ejemplifica una constante en el estilo de esta lírica.Contraste en las ideas, y por ello, en la lengua; con­traste de una especial manera de ser que informa unpensamiento bifurcado dolorosamente hacia dos ru­tas completamente irreconciliables. Dos ejes quesometen a un constante ir y venir emo~ional, intelec­tual, lingüístico al lector y al poeta. Difícil vida, lo­grada estética... Vida que desemboca en muerte,amor en olvido, pasión en deslealtad, compañía ensoledad, juventud en vejez, primavera en invierno,espuma en lodo, llamarada en ceniza, exaltación en

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abatimiento, fortuna en miseria, claridad en sombra,verdad en mentira. ¿Que así es la vida? Sí, pero¿quién aquí lo ha dicho mejor, 10 ha sentido másangustiosamente, y lo ha dejado, como ofrenda a lapatria, eternizado? ¿Quién ha sido sino ella, ese "ocul­to coquí despavorido". ¿Quién sino es ella, con dosadjetivos como dos ejes contradictorios, enmarcanese "coquí" que está oculto y, sin embargo, y al mis­mo tiempo, vemos moverse"despavorido", presa deltemor, del pavor. 'Esta es Mercedes, y además esClara: de ahí el acierto, porque en poesía lo que nosea auténtico perece.

Atrás queda la voz de las demás. Atrás quedan,por ejemplo, los ecos de Delmira, la desmesuradaansia de un amor sobrehumano que busca un cora·zón imposible de estatua para estrellar su voluntadcontra un latido perfecto que no se puede hallar.y en Clara sería un ansia de "amante extrasexual ysupercósmico". Esa estirpe uruguaya "sublimemen·te loca", en Clara bajará para alzar al gusano, no paraperpetuar esta locura, nutriendo la simiente:

Que tapiada mí boca, enclavada mi mano,le llevaré en prestigio al hambre del gusanola cola de mi estirpe tendida por la caja... (Orgullo)

y atrás quedó Gabriela con su mole de pena, alzadacomo cruz que ta redime; atrás aquellos celos, y mie­dos y egoísmos, revelados en los Sonetos de la muerteque para siempre grabaron su nombre en los frisosinmortales de la historia literaria. En Clara, ya sinresignación religiosa, pero sí con auténtica y hondameditación:

¡Porque no amara a otra, que ni a mí misma amara!¡Que la tierra por siempre sus brazos desquiciara!¡Ay, si no despertara! (Lullaby Mayor)

¿Por qué ese deseo de que el sueño de la vida conla muerte se expanda? ¡Ah, dijo Gabriela!

Porque a ese hondor recóndito la mano de ningunabajará a disputarme tu puñado de huesos.

(Gabriela Mistral - Soneto 1)

y los dedos de Juana sembrados en la tierra "ara­ñando las sombras estrujadas y prietas", dan pasoa 10s-dedos·estreIlas de nuestra Clara, que en lanoche:

...arañaran el lodopor raspar fuegos fatuos de tus huesos

(Nocturnos [del amor y la muerte])

y el alma·cuerpo recobrada en tallo que se asomaa la tierra a contemplar "la lámpara salvaje de losocasos nuevos", porque Juana se resiste a desapare­cer como testigo clave de la luz, será en Clara delTrópico, sangre de flamboyanes !lajo un rayo deluna. Su alma, asida siempre al cuerpo, se incendiacon afanes

Page 15: Revista del Instituto de Cultura

y se prende a los rojos potentes flamboyanes (Angustia)

Ha de exclamar:

¡Oh, trópicol ¡Deja siempre bajo la luna alflamboyán! Nocturno (Trópico)

Porque a la luz no es precisamente a lo que aspiraeternamente Clara. Para su pena, sombras:

¡Mis ojos quieren sombral¡Mis ojos quieren tristé resplandor!Mi pena quiere alfombray cortinaje negro... (Pardo Adonis)

Su pena arranca de la pérdida de la juventud; y seapega al amor como último símbolo, causa y efecto,de esa primavera arrebatada:

Por eso se encuentra en su poesía la imagen de unaClara sembrada, toda ella envuelta en tierra:

Tierra rebelde de donde el otoñocasi no puede echar ]a primavera.

Luego no será sólo el otoño, será el invierno, serála muerte la que casi no pueda desterrar la vida. Perolas leyes de ésta, inexorablemente, se irán impo­niendo poco a poco. Surgirá entonces en el últimopoema de Trópico amargo, aquel segundo "soneto

de lo irreparable", dedicado a su cuerpo. La vegetalcontextura del árbol se envidia; parece absurdo,injusto, increíble que un árbol, un mero árbol. puedadurar más que el cuerpo del poeta:

¡Ah, si fuera posible e] milagro perennedel árbol que se seca y retoña en verdor,en esa arcilla tuya, y tomaras indemnea ser como en la hora del aroma y la ,flor...1

Nótese que la aspiración no es sólo volver a vivir;la aspiración es a vivir la juventud, "la hora delaroma y la flor". La angustia prende en el ánimocuando se palpa la contradicción de que estamoshechos. Mientras la cax:ne, dice, tiene sino de rosas,vida frágil de ilusión y perfume, y luego, la mudaquietud de cosas destruidas, el alma tiene sino dehiedra,

...cuando el otoño ·hieresigue como fantasma impregnada en ]a piedra. (Dobles)

Cuesta mucho someter el alma con sus eternas in­quietudes a las terribles vicisitudes de la carne. Elalma de Clara no conoce más que la primavera. Elcuerpo se va por el camino sin nosotros, corno unesclavo que obedece a otro dueño. Y nos quedarnos,nosotros·alma llamando inconsolablemente al cuerpoque no responderá a la llamada.

Su obra, como una sonata valleinclanesca, agru­pa las cuatro estaciones: primavera, estío, otoño e

invierno. Acudimos a cuatro paisajes del alma; a unconcierto en cuatro tiempos trenzados. La primave­ra, con su alegría, su ilusión, su promesa, su estrenode amor, de risa, de belleza, de mimos. Casi, casicorno jugando a todo, en un mundo que no podía du­rar de tan perfecto. Luego, el estío, con su madurez,y plenitud, y sobria satisfacción. La hora responsa·ble de todo hombre en que se sabe que se ha perdidomucho y se aprovecha lo que aún no se ha perdido.La uva no está exhausta todavía, guarda aún mara·villa. (Véase su poema Yo). Dirá:

¡qué de extraño que al ritmo de los pradosondule en suave paz mi corazón!

El último esplendor, el magnífico ocaso que semejael amanecer, irrumpe con los últimos sueños posi.bies a pesar de la pesada carga de recuerdos, dedesilusiones, de lecciones, de sospechas, de dudas.Este es también un doloroso callejón sin salida. Ha­cia atrás no puede volverse el poeta, la pérdida esirremediable, y además, tal vez, duela mucho revivirel pasado; hacia mañana, mejor es no volver la faz."Mañana será otro día" ha pasado a ser un pensa·miento insoportable. Ayer todo problema, toda desi­lusión, toda ansiedad podía remediarse co'l el con·suelo de un mañana mejor. En otoño es mejor nopensar en el invierno; ya llegará. Del amor ya nose espera mucho: (Véase Arras).

y esta cita:

Es mi puro presente el que te donoTú frívolo. yo frívola... Soy tu igual camarada.¡No has de quitarme todo para dejarme nada!

Pero el cálculo, este ir sobre seguro, apaga la alegríade las últimas ilusiones. Ser camarada es no ser ama­da; y en el amor siempre se recibe mucho menosde lo que se da. El tedio hace su obligada visita alinstinto. Y en el amor físico hay ya un no sé qué demenoscabo. Va poco a poco triunfando la nostalgia,la pesadumbre, el arrepentimiento. Se desboca enese "feo invierno" tan temido. No queda absoluta·mente nada, ni siquiera el presente que es todo loque tenía el esplendor del otoño. Silencio y soledad,todo ha escapado y no se sabe adónde. Un enormevacío apaga el horizonte. Queda sólo la aceptacióndel sueño. Es también el ciclo completo que recorreel amor, desde 'el encuentro hasta el olvido, con susaltos y bajos descendentes hacia el final.

y cuando I1egue el sueño¡duerme con el olvido de la bestia rendida... !

Se pasa revista al ayer, y como resumen de la vida,dice Clara, con sinceridad absoluta:

¿Y yo? .. Yo lo he tenido todo, de la gloria a la herida.

Yo estoy plena y vacía de nada, como la vida. (Perdón)

7

Page 16: Revista del Instituto de Cultura

Hay sospecha que si se tuviera otra oportunidad devivir, se viviría la vida de otra manera:

¡Volver a revivir, fuerte. dura y fornida.y caminar atlética y autómata la vidal¡Ay, sólo quisieravivir las mismas cosas de distinta maneral

y concluye ese poema, Letanía egoísta, con ese brus·ca cambio en que era maestra Alfonsina Stomi:

¡Mirar el mundo todo como brusca humorada,y a cambio de su nada darle Jtambién mi nada!

La agudeza, el ingenio, el rápido desenlace epi­gramático de ironía y desdén de Alfonsina, se reco­ge en Clara, descartando lo que para ella no podíaservir por la gran distancia entre sus personalidades.Muy en particular, por ejemplo. podríamos apuntarla actitud ante el hombre. El poema de Clara titula·do Perdón en donde expresa: "Tú no me compren·días, ¿qué te asombra?" está siglos de luz en distan·cia psíquica de aquellos versos de Hombre peque­ñito:

Digo pequeñito porque no me entiendes,ni me entenderás.

Pero hay, ¿qué duda cabe?, grandes y fuertes tan·gencias, que surgen de ciertas afinidades emotivas.En Clara, hasta vemos esa capacidad de autodemo­lición que tuvo la argentina; ciertas contradiccionestambién de temperamento, reflejadas en el estilo dela poesía de ambas; y las dos vierten en sus versossus desilusiones, sus amores, sus tormentos, sus anogustias, su lamento, y sobre todo esa inmensa sole­dad punzante. Aquellas almas cuadradas que refle­jan y se reflejan a su vez en sus casas y en sus lágri.mas, todo cuadrado, la gente que pasa por BuenosAires ante los ojos azules de Alfonsina:

Ideas en filay ángulo en la espalda

tendrán -un eco tropical en la poesía de Clara. Suánimo también como la Stomi, ansía soledad; es­capar de la turba, de todo lo inferior y mediocre;de apagar su estridente presencia:

- ¡Sueño de recibir tenue, apagado,el eco de las gentes y las cosasl

Porque:

Voz ni verso de amor tu angustia saldacuando el mundo soez cuenta a tu espaldaJas monedas de oro de su precio.

(Trazos del vivir sombrlo.)

"La vida es una cueva" dijo una vez Alfonsina, yClara en Insolencia:

Las cuevas de la muerte y de la vida.

8

y es que esa inquietud nerviosa que en la argentinala hace confesar:

Se me toman los nervios hilos electrizados

la comparte Clara y 10 confiesa también:

Pero tú, Clara Lair, fibras en vilo:A ti te punza todo leve filoy te fustiga l1odo ruido recio...

(Trazos del vivir sombrío.)

Hay otro punto de común sensibilidad, compartentambién la admiración ante la fuerza del h~mbre;casi un culto, aun en la metáfora coinciden: elpecho es piedra, y el hombro prepotente. Sienten elcontraste de su personal suavidad femenina contrael pétreo físico masculino. En Clara, la mujer esrosa y hiedra, hiedra que se enmaraña y se adhiereal pecho-hombre:

y tronchada y marchita, cuando el otoño hieresigue como fantasma impregnada en la piedra. (Dobles.)

En Alfonsina:

el pétreo torsodesde mi asiento, inexpresiva espfo... (Stomi. Uno)

Clara se fijará en la anatomía masculina: "Sus altoshombros recios"; y Alfonsina escogerá también paraenfocar su atención sobre: "los anchos hombros, subrazada heroica". Alfonsina admirará al hombre concierto resentimiento y hasta envidia. Clara le admi·rará gozosamente, su culto es pagano, no hay receloni vergüenza en su reacción. Se acepta plenamenteser mujer. En Alfonsina es una atracción, a pesar... ;una ruta dolorosa.

La lección que extrajeron de la vida podrá pare­cerse en lo que tiene de tristeza y de pesar, pero lashazañas en donde se monta la arquitectura de susvidas, trama que nutre y sostiene la poesía, no corrende ningún modo, paralelas.

El escuálido no que es como mis hazañascintajo de rumores encerrados en montañas

Ha dicho Clara, y con ello pone e impone, como debede ser,.silencio sobre su vida. ¡Que no hay derechonunca a violar la humanidad del poetal Y no por­que sea grande en la dádiva que entrega a su puebloy al mundo, pueden los que reciben ser menos gene­rosos. Habrá' siempre aquel pobre de alma que nosepa respetar esa montaña que puso siempre Merce·des Negrón Muñoz entre ella y su poesía porque hizoarte; y entre éstas y el mundo porque era un serhumanísimo. Y habrá leyenda y mito para llenarcon algo sus silencios y acercarla a aquéllos que nopueden subir al alto cielo de la poesía donde ellaejerce plena soberanía y habrá falsedades para abrir­le un infierno. Pero nosotros los responsables res·petaremos siempre su altivez y su orgullo, su yo-

Page 17: Revista del Instituto de Cultura

Juntad y su diferencia. La dejaremos ver las cosasa su modo; porque ésta fue nuestra fortuna inmensa.

mientras la turba pasa compacta a su destino...

Hubiera sido fácil a ella ser igual a todos los demds,pero, su grande, inmensa y honda diferencia la obli·gó a ser poeta.

Queremos contestarle en esta noche Ja inquietan­te pregunta:

por qué ha de estar mi mano orlada en la cadenade darle ritmo y gracia al grito de la pena.

Porque el destino colectivo de la patria reclamabaeste destino tuyo excepcional, Clara. aquí en tu tró­pico amargo, nadie está más segura de permanenciaque tú.

los trazos de tu pluma serán puros y tersoscuando ya sean tus manos abono de palmeras...

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10

-

----t---

El Puertorriqueño *

Por CLARA LAIR

V IBRA GARBOSO Y .(GIL CUAL GAJO DB PALMERAS.

Tiene los ojos férvidos y obscuros como el mar.Habla con voz ardiente, extendida, cimbrera:como si hablara la copa, alta y roja, del flamboyán.

Tiene brazos fantásticos, sus dos brazos se enredana todas las patrañas de la luna que ruedanfluidas en la noche, y se caen al sopordel mediodía encendido por la cola del 501.

¡Ah!, me dicen las gentes que no es bueno ni útil,tornadizo y voluble igual que la marea;exhuberancia frágil de enredadera fútily la corta bravura del gallo de pelea.

En el día de sol, la carne enardecida,en sus pies no da un paso positivo la vida.y en la noche de luna, borracho de quimera,por él, esfuerzo y obra se mueren en la espera.

Fruto de prematura madurez, dulciamargolleva c;ual yo en las venas la videz y el lfftargodel sol enardecido y de la luna yerta.El mismo punto verde del mar y la montañaque detenga mi anhelo, destrozará su hazaña.No habrá una puerta abierta a su anhelo y los míos,todo será un caudal.de montañas y ríos.y será como yo, con la misma fortuna;como yo hijo del trópico: mitad sol, mitad luna.

• Poema inédi lo.

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Los sonetos de lo irreparable

Caprichoso y rebelde, inquieto e importuno,

ni siquiera lograste florecer a sus ojos,

ni siquiera supiste deshojarte en su mano...

Cuerpo insolente y frágil, surgiste del arcano,

lejos e inaccesible para el Unico y Uno,

que encontró tardíamente tus caídos despojos...

Por CLARA LAIR

A mi cuerpo.1

y así me diste a medias y a medias me entregaste.

Que oculta y silenciosa, luz perdida en tu noche,

no se rindió a hombre alguno ni siguió tu desgaste

la esfinge que en tu fondo te miraba en reproche...

Rica y potente savia te dio la exuberancia

que te adornó de flores y aromas tempraneras...

Honda raíz de instinto infiltró en tu fragancia

el veneno de ansias y anhelos sin esperas ...

11

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12

II

i Ah, si fuera posible el milagro perenne

del árbol que se seca y retoña en verdor,

en esa arcilla tuya, y tornaras indemne

a ser como en la hora del aroma y la flor... !

Hoy que sé lo que pides, lo que das, lo que niegas.

Hoy que sé tu verdad y tu engaño y la impura

fulgurante ilusión que te arrebata a ciegas

y el derrumbe final de tu vana locura ...

Hoy que sé lo que eres; hoy que soy triste y sabia;

que conozco lo pérfido de tu ardorosa labia

y la herida incurable que da tu frenesí. ..

i Cómo te dominara como a una torpe fiera,

como a un niño salvaje que toca cuanto hiera,

al negarte el veneno que tú me diste a mí... !

Page 21: Revista del Instituto de Cultura

-------=--==::::----~~~

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Nocturnos

Por CLARA 1.AIR

Del amor y la muerte.

i Quién mirando a una estrella la noche de mi

muerte

pensará: qué se ha hecho, dónde está, y qué mano

luminosa y fantástica la ha recogido inerte

y la impulsa reviva al vuelo sobrehumano... !

i Quién mirando a la luna recordará la pálida

faz, el mirar desolado...

y el alma siempre llena de ansiedad de crisálida,

aleteando inconforme en el vivir c1austrado!

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13

Page 22: Revista del Instituto de Cultura

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14

y cuál de los que amé, mirando al cementerio

evocará mi voz, mi mano, mis primicias;

y tornando a su casa súbitamente serio,

i esa noche la hembra no sabrá de caricias!

.Quizás tú, torvo amante, despiadado y perverso

que rocé como a rosas y cual puñal me heriste.

por la gloria insoñada de quedar en mi verso

serás en esa noche un poco bueno y triste...

y pasarán los años y se habrá muerto todo...

Tus ojos y mis ojos serán polvo en los yesos.

De noche las estrellas arañarán el lodo,

por raspar fuegos fatuos de tus huesos ...

,. -

'~...... '

Page 23: Revista del Instituto de Cultura

De mí quedarán versos ... De ti q~edará ~n hijo...

Quizás un hombre manso, de paz, rutina y calma;

un hombre en quien tan sólo esté tu nombre fijo,

j con nada de tu cuerpo y nada de tu alma!

Pasarán los amantes bordeando el cementerio

hacia el !'itio de mar, de luna y de palmeras

donde tu ardor prendiera mi selva de misterio

del fondo de mis pies al fin de tus ojeras...

Estarás muerto... muerto... Ningún cuerpo lascivo

buscará tus palabras, tus besos ni tus risas...

y sólo por los versos que esta noche te escribo

alguna mujer triste amará tus cenizas...

15

Page 24: Revista del Instituto de Cultura

16

Yo

Por CLARA LuR

i Cómo no sorprenderme y ofuscarme

la vulgar maravilla que soy;

yo que extraigo de yerbas mi sangre,

y de mi sangre extracto un Dios!

i Río de yerbas líquidas buscando

el desagüe en el mar de que partió...

qué de e~traño que al ritmo de los prados

ondule en suave paz mi corazón!

,

Maravilla vulgar busco linaje

para mi alquimia en una maravilla-Dios...

mientras las yerbas traen a mi engranaje

el zumo que destila en mí a mi yo.

Page 25: Revista del Instituto de Cultura

Pardo Adonis

Por CLARA LAIR

In Memoriam.

De la uva exhausta de mis cinco sentidos exprimo

en tu honor, pardo Adonis, esta gota de vino...

i Vino de tedio tinto!

i Hincha a solas el río seco de mi instinto!

i Hincha y suelta mi río hacia el bosque perdido

de lo desconocido!

El día, pardo Adonis, donde mi tedio estanco,

es todo blanco...

i Tedio de la blancura, del color sin color... !

i Por tu cuerpo y la noche, d~ mis ojos lo arranco!

i Mis ojos quieren sombra.!

17

Page 26: Revista del Instituto de Cultura

18

i Mis ojos quieren triste resplandor!

Mi pena quiere alfombra

y cortinaje negro...

Mi pena quiere frente a sí el allegro

de máscara de tu reír sin fondo...

i Tu risa, flor de hiel!

De mi guarda, la raza, fugitiva me escondo,

y un éxtasis mi alma a tu cuerpo le roba...

Extasis hondo

de selva de caoba, de canela, de miel...

De la uva exhausta de mis cinco sentidos exprimo

en tu honor, pardo Adonis, esta gota de vino...

i Mi orgullo ranc:io en él te doy!

Tú... que quisieras ser 10 que yo soy:

¿no adviertes de mi estrella el menoscabo?

Tú... que fuiste mi esclavo:

¿no palpas la carcoma de mi raza?

Tú... a quien yo quemé la piel y di mordaza:

¿no gozas en el rictus de mi alma quebrándose,

el espasmo salvaje de tu alma vengándose?

Page 27: Revista del Instituto de Cultura

Exposición de Carlos Raquel Rivera

EN EL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIOUEÑA SEinauguró en la noche del 17 de noviembre una

exposición retrospectiva de la obra del pintor Car­los Raquel Rivera.

Carlos Raquel Rivera, natural de Yauco, estudiósu arte en Puerto Rico y en Nueva York. Formóparte del Taller de Juan Rosado, del Centro de ArtePuertorriqueño y de la ~ivisión de Educación de laComunidad. Considerado como uno de los máximosexponentes de nuestro arte nacional, es mucho loque le deben nuestra pintura y nuestras artes grá­ficas. Entre otros premios, obtuvo el "Premio de lasNaciones" en la Primera Bienal de Pintura y Gra­bado celebrada en México en 1958.

"La obra toda de Rivera -expresó en 1966 Ri­cardo E. Alegría con conceptos que aún están vi­gentes- refleja una profunda preocupación antelos problemas politicos, sociales y económicos dePuerto Rico... En sus creaciones, Carlos Raquel Ri­vera simboliza las fuerzas enemigas de nuestropueblo mediante figuras misteriosas y siniestras.A su visión de la realidad puertorriqueña incorpora,en la década del 60, una dimensión de profundidady misterio, en la que figuras y paisajes son partede un mundo fantasmagórico. En esta etapa surrea·lista de su arte hace Rivera alarde de su preciosis­mo, creando escenas y detalles que además de cons­tituir verdaderas miniaturas manifiestan la fideli­dad con que ejerce su oficio de pintor y grabador."

Ilustran ~stas páginas algunas vistas de la ex­posición.

Cartel de la exposición

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Una de las obrasde Carlos Raqueldonde se apreciala minuciosidady preciosismo delpintor

Aspectogeneral dela exposición

---.......-------.---....• ••

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El maquinismo en la poesía puertorriqueña

Por H~CTOR AND~S NEGRONI

ANTECEDENTES

EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO HEMOS VISTO EL DESA-rrollo de un patrón artístico conocido como

"Pop Art". Para el público en general esta modali·dad es nueva, mas sin embargo, lo que ahora conoce­mos bajo este nombre es sólo una refundición dellirismo maquinista que tuvo su mayor auge en ladécada de los veinte. Este maquinismo es tambiénconocido por otros nombres tales como kineticismo,instantaneísmo, dinamismo, o simplemente saludotecnológico. Este maquinismo no sólo tuvo comomedio la poesía sino que también se infiltró en lapintura, la escultura y hasta en la música.

El maquinismo es una rama del abarcador mo­vimiento futurista. Los antecedentes inmediatos delfuturismo son: Walt Whitman (1819-1892) quien can­ta a la máquina, a lo nuevo, y a la nueva tecnología;Nietzche (1849-1909) con sus nuevos conceptos demoralidad, y Emilio Verhaeren (1855-1916) con suinnovador "lirismo de la fábrica".

A pesar de que muchos de los autores del llama­do período" fin du siecle" continuaron produciendoen el siglo xx, sus movimientos naturalistas y simbo­listas estaban de capa caída. Luego del éxito moder­nista vino la vanguardia con sus nuevas escuelas ypreceptivas. Entre la pléyade de escuelas vanguar­distas se encuentran los futuristas quienes reaccio­naron violentamente contra la tendencia neorromán­tica del modernismo y se rebelaron contra el viejoorden y todas sus convenciones. Con la influencia deWhitman encontraron inspiración y belleza en la ri­queza y cantera de objetos que los rodeaban, princi­palmente todo lo que contenía movimiento, comopor ejemplo, la maquinaria industrial. Sus manifies­tos eran una expresión de energía. En las máquinasque hacían posible la vida moderna vieron los idea­les y patrones de la nueva estética.

A Puerto Rico nos llegó esta nueva corriente de

cantar a lo común y en el primer manifiesto eufo­rista aparecido en El Imparcial el primero de no­viembre del 1922 se canta a los postes eléctricos, lasgrúas, las hélices, las tuercas, los elevadores, loselectroscopios, y a las torres hertzianas.1 Otro ejem­plo de esta "electropoesía" es de Evaristo RiberaChevremont quien nos dice:

El lirismo de los anuncios eléctricosderrocha luces y colores.

Son poemas que escribe el electricista.Los poetas futuros escribirdn con luces.2

Notamos que el hombre le canta a la máquinaporque ésta representa una extensión de su poder.En el segundo manifiesto euforista los autores de­sean que "las grúas titánicas vayan a recoger estre­llas al infinito".3 Otros veían al hombre como unesclavo de sus máquinas en vez de su amo. Esta esla tesis que impulsa el poema "El Nuevo Cristo" enel cual se ve al hombre sacrificado por sus máqui­nas:' La idea del lirismo maquinista no es hacer delhombre un robot sino darle libertad en un mundode máquinas. Los euforistas y los noistas, especial­mente estos últimos, deploraban la rigidez mecani­zante de la automatización. Los noístas adoptaronun sentido deportivo hacia este problema. Los eufo­ristas seguían muy de cerca la tesis del dramaturgoalemán Earnst Toller (1893-1939) quien en su obraDie Machinestürmer (Los Rompemáquinas) publica­da en el 1922 sugiere una solución al problema in­dustrial. Su solución no está en la destrucción de las

1. .Salutación a los poetas jóvenes•• El Imparcial, 1 denoviembre de 1922.

2. Evaristo Ribera Chevremont, .Letreros., El Imparcial.2 de julio de 1925.

3. .Segundo Manifiesto Euforista.. El Imparcial, 16 deenero de 1923.

4. Evaristo Ribera Chevremont, cEI Nuevo Cristo•• ElImparcial. 28 de agosto de 1925.

21

Page 30: Revista del Instituto de Cultura

máquinas sino en la reformación de la sociedad quelas emplea.

Los artistas maquinistas veían su arte como ex·presión no sólo de la máquina sino también de la na·turaleza. La naturaleza es dinámica y no estática ypara comprobarlo basta examinar las leyes de graovedad, las leyes de Newton, etc. El ruso Nawn Cabodeclaró: "Mirad un rayo de luz solar, la más calladade las fuerzas silenciosas y sin embargo viaja a unavelocidad de trescientos kilól1'letros en un segun·do."s

El fundador del futurismo definía el espíritu desu movimiento como una modernolatría.6 Este espí­ritu moderno de Marinetti contenía entre sus facetasmás importantes el laudo a la velocidad, a los gran·des centros industriales y al urbanismo. Esta últi.ma manifestación urbanista se puede observar enel poema de Lloréns Torres "Arenga del Tío Sam"(1917) en el cual nos dice: "Mis urbes son sueños depiedra y acero, San Luis, San Francisco, Chicago."7

El elemento de la velocidad está mejor resumidopor Luis Hernández Aquino quien al hablar sobre eldiepalismo nos dice:

Existe en nuestra poesía de vanguardia una obse·sión por la velocidad, y si leemos los diferentes ma­nifiestos de las numerosas escuelas vanguardistaspuertorriqueñas se percibe esa obsesión. Esta obse·sión pasó de la teoría a la práctica y llegó a tal ex·tremo que se tuvieron que implantar medidas devigilancia en nuestras carreteras.IO

Más adelante, y mientras habla del euforismo nosdice:

Hemos visto que esta poesía maquinista, cuyamáxima expresión se halla en el futurismo italiano,fue otra moda incitadora de los poetas de PuertoRico. Los instrumentos mecánicos adquieren paraellos valor poético. Se le canta al tren, al automó­vil, al aeroplano, al martillo, al clavo y al tornillo.El tono de esta poesía es vehemente y espontáneo yal hacer esto la técnica y la tecnología adquierencarta de naturalización como material poético. "Laherencia del modernismo es evidente, aunque el ges·to irónico está más cerca del automatismo mecani·cista que cundió para aquella época."1I

Uno de los poemas más representativos del liris­mo mecanicista es el "Canto al Tornillo" de VicentePatés Matos en el cual el autor canta al tomillocomo estandarte de la nueva era.

5. Time, 28 de c:nero de 1966, p. 26.6. Joseph T. Shipley (Editor), Dictionary 01 World Li­

terature, (Littlefield. New Jersey, 1962), p. !l19.7. Luis L10réns Torres, Alturas de América, (Cultural,

Río Piedras, 1954), p. 36.10. El Mundo, 12 de mayo de 1926.11. Francisco Matos Paoli. .Carta a Luis Hemández

Aquino», El Mundo, 26 de junio de 1965.

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MOTIVOS

En el capitulo anterior hemos discutido en tér­minos generales los antecedentes de la llamada poe·sía maquinista en Puerto Rico. Hemos visto que unade las características fundamentales de esta poesíaes el culto a la velocidad y, por lo tanto, no nos sor­prende que los motivos más cantados y tratados deesta poesía sean el ferrocarril, el automóvil y el aero­plano. Estos tres medios locomotivos representan,en orden ascendente, las tres maneras más rápidasde transportación diseñadas por el hombre. En estecapitulo discutiremos separadamente la concepciónde cada uno de estos medios que aparece en la poe·sía maquinista puertorriqueña.

El Ferrocarril

De acuerdo al historiador Paul G. Miller, el pri­mer ferrocarril en Puerto Rico data del año 1880cuando se trazó el plan general de los ferrocarrilesde la Isla, y .. al finalizar el siglo existían solamentetrayectos de San Juan a Camuy, de Aguadilla a Maya·güez, de Yauco a Ponce, y de San Juan a Carolina",12

Para esta época Walt Whitman ya había comen·zado a cantarle a los trenes. Su canto al ferrocarrilse puede explicar muy claramente si consideramosel hecho de que para los Estados Unidos el ferroca­rril representó el factor más importante del arribode la civilización a la frontera. En su poema liToa Locomotive in Winter" Whitman llama a la loco-'motora: "Type of the modern-emblem of motionand power-pulse of the continent... Ferce·throatedbeauty".13 Notamos inmediatamente el concepto dela locomotora como emblema de movimiento. Máso menos en estos mismos términos fue vista la loco­motora por poetas subsiguientes. Otra cosa que no­tamos es el concepto que tenía Whitman sobre lalocomotora, 11 emblema de poder".

En uno de sus numerosos manifiestos futuristasMarinetti cantaba a las "locomotoras de techo fé·rreo resoplando sobre los rieles como enonnes ca­ballos de fuerza con riendas de largos humos". EnPuerto Rico el primer canto poético a una locomo­tora es el de nuestro criollisimo bardo de Collaresquien en su poema "Apuntes de un Viaje" nos dice:

De San Juan a Aguadillame lleva el tren cuya rodante quilla

. lame en las férreas paralelas,la rúbrica del padre Jehová,dos hermanas gemelasque siempre dicen: mds allá... I•

12. Paul G. MilIer, Historia de Puerto Rico, (Rand Mc­NaUy, Chicago, 1922), pp. 32B.329.

13. Walt Whitman, Leaves 01 Grass, (Rinehart, NewYork, 1958), p. 386.

14. Luis Lloréns Torres, op. cit., p. 168.

Page 31: Revista del Instituto de Cultura

En el segundo manifiesto euforista se proponecantar a "las locomotoras locas de vértigo que cru­zan como relámpagos", manifestando una asocia·ción entre el tren y la velocidad. Además de seremblema de velocidad otros poetas veían al trencomo símbolo de armonía. Vicente Palés Matos yTomás L. Batista unieron sus fuerzas para damosel poema "Símbolos" aparecido en El Imparcial el11 de septiembre de 1923 y en el cual nos dicen:" .. .locomotoras armónicas... ¡Clarín del siglo! ¡Oh,nuestra lírica rítmica, estremecida de fuerzas .....

Un día antes, y en el mismo periódico, VicentePalés Matos había llamado al tren "foete férreo".ls

Otros poetas se valieron de la imagen del trenpara darnos sus reacciones personales ante estarealidad. Para Ribera Chevremont, "los trenes soncasas que huyen".16 Para Alfredo Margenat: "Elvaivén del tren hace de nuestros músculos una li·tografía cubista." 17 Para los que tuvimos la opor­tunidad de viajar en el hoy desaparecido tren puer­torriqueño, podemos simpatizar con la imagen deAlfredo Margenat.

El Automóvil

Los primeros automóviles eran erráticos en sufuncionamiento y,el manejarlos o el siquiera monotar en ellos como pasajero era considerado extre­madamente peligroso, y de ahí viene su popularidad.

En su culto a la velocidad los futuristas encon­traron en el automóvil un digno y apropiado objetopara su adoración. Excursiones experimentales enlos primeros automóviles dieron lugar a una intensarivalidad por obtener las más altas velocidades yésto desembocó en competencias formales. "La pri­mera carrera de que tenemos noticias fue la ya le·gendaria carrera de París a Rouen en el 1894. ApartiI de esta carrera la manía de la velocidad sedifundió como reguero de pólvora." 18

El automóvil representaba el medio de locomo­ción terrestre más rápido. Veamos algunas estadís­ticas tomadas del libro Information Please Almanac.El primer esfuerzo internacional aceptado de unevento de velocidad aconteció en el 1904 cuandoHenry Ford en un auto de su propia fabricacióncorrió la milla en 39.4 segundos o sea, un promediode 91.37 m.p.h. La barrera de las 100 m.p.h. fuerebasada en el 1904; para el 1927 el record era 203.79m.p.h.; la primera carrera del clásico Indianápolisse corrió en el 1911 yel automóvil ganador tuvo.unpromedio de 74.59 m.p.h.

La primera mención que encontramos del auto-

15. Poema .Soy., citado por Luis Hernández Aquino,op. cit.. p. SO.

16. Citado por Luis Hernández Aquino, op. cit., p. 64.17. Ibid, p. 101.18. Dan Golenpaul (Editor), lnformation Please Almanac,

(Simon & Schuster, New York. 1966), .p. 860.

móvil en Puerto Rico data del 1899 y en la cual seconcede permiso para que los automóviles circulenpor caminos públicos.19 Más tarde ese mismo añose pasan circulares estableciendo límites de veloci·dad y recomendando el establecimiento de una líonea para el servicio público.20

El periodista José Arnaldo Meyners atribuye elprimer automóvil traído a Puerto Rico al señorAniceto Paniagua. El auto arribó a nuestras playasen junio del 1906. El señor Paniagua trajo dos autosmarca "Reo" de dos cilindros.21 Los siguientes añosdemuestran el crecimiento del automovilismo enPuerto Rico. Según apunta el periodista Meynerspara el año 1908 existían en Puerto Rico 99 autos;en el 1909, 254, y para el 1916,2.171 autos. Para me·diados de la década del veinte habrian en PuertoRico más de once mil automóviles.

Siguiendo la norma establecida por los futuris­tas, además de medio de transportes típico de lanueva época, el automóvil fue fuente de inspiraciónde muchos artistas. La locura kinética (maquinis­mo) ha estado en vigor desde el 1910 cuando losfuturistas italianos querían revocar el arte buscan·do un "estilo de movimiento". Por eso proclamaronel automóvil más bello que la estatua de la VictoriaAlada.

Cesáreo Rosa-Nieves considera el automóvil co­mo símbolo de la época y por lo tanto "la locurade las flappers".22

Antonio Coll Vidal, por otra parte, le daba unsentido socialista al automóvil y en su poesía "Ego­prismas" considera el automóvil como símbolo dedecadencia., En su poema nos dice:

El gato que acaba de ser destripadopor ese Rolls Royce fantásticoera perogrullescamentemás grande en la viday mds útil al pensamientoque el dueño del Rolls Roy~e.23

Alfredo Margenat deplora el feminismo automo­vilístico ya que considera esta actividad exclusivapropiedad masculina.

Un ejemplo del maquinismo imaginativo se en·cuentra en la poesía "Descarrilamiento Celeste" deClemente Soto Vélez publicada en Alma Latinade agosto del 1930: ..... anoche al volcarse el auto­móvil del crepúsculo por el risco de mi imagina­ción ... " 24

19. Gaceta de Puerto Ric!/.: núm. 230, 1899, p. 4.20. Op. cit., núm. 2S3¡..18lr.f, p. 1.21. José A. Meyners, J:l Mundo, 27 de agosto de 1944.22. Citado por Luis Hemández Aquino, 01'. cit., p. 84.23. Antonio ColI Vidal, citado por Luis Hemández Aqui·

no. 01'. cit., p. 78.24. Citado por Luis Hemández Aquino, 01'. cit., p. 102.

23

Page 32: Revista del Instituto de Cultura

El Aeroplano

El aeroplano ocupa un sitio de prominencia enla poesía maquinista ya que a través del avión lalocura de la velocidad llega a su extremo.

Se le atribuye el desarrollo del aeroplano a loshermanos Wright quienes en el 1903 lograron elvuelo de una máquina tripulada más pesada queel aire. Es en Europa sin embargo donde se desa­rrolla un verdadero afán aeronáutico y le toca elhonor de promover este interés a un sudamericano,el brasileño Alberto Santos Dumont, quien lleva acabo la primera demostración aérea en París en elaño 1906.

El fundador del futurismo explota y desarrollalas posibilidades del aeroplano como objeto poéticoy buscaba en la acrobacia aérea un nuevo espectá­culo... el aero-drama, la aero-poesía y hasta llegóa sugerir una aero-pintura. Para Marinetti, comopara sus sucesores, el aeroplano era el supremo es­tandarte de la nueva época. Hasta su sonido (delos motores) tenía valor simbólico y representabael aplauso de la multitud.

El primer ensayo aéreo en Puerto Rico tuvo lu­gar en el 1896. En este año un señor de apell~doZorrilla se elevó en lo que es hoy el Parque MunozRivera en un globo. El ensayo terminó siniestra­mente ya que Zorrilla se estrelló a la salida deBayamón para Vega Alta. .

El primer vuelo de aeroplano en Puerto Ricotuvo lugar en el 1910 y el primer vuelo por un puer­torriqueño fue el que hizo don Félix Rigau desdeel Campamento Las Casas en Santurce en el 1919.

Un hecho que inspiró el canto al aeroplano fueel ya legendario vuelo de Charles Lindbergh qu~en

en el 1927 realizó el primer vuelo transatlántIcosolo volando desde Long Island hasta el aeropuertode Orly en París, un total de 3,600 millas en ~reinta

y tres horas con treinta y nueve minutos. Al añosiguiente (2 de febrero del 1927) Lindbergh estuvode visita en Puerto Rico siendo el objeto de innu­merables composiciones poéticas.

Entre los aero-poetas se destaca la figura para­dójica de Luis Lloréns Torres quien compuso nomenos de tres poemas de tema aeronáutico. Entresus poemas encontramos"Alas Epicas" dedicado almismo Lindbergh en la cual destaca el hecho queel nuevo mundo descubre al viejo mundo. Otra desus composiciones, "Aviadores Cubanos", le cantaal arrojo y valentía de esta nueva raza. Llorénstambién dedica una composición como especie deloa al avión y que titula "El Aeroplano". En estapoesía Lloréns llama al aeroplano sucesivamente:"ave trigonométrica de pechuga lumínica"; "nuevocóndor de todos los mundos y los mares", y "nietode Dios".

Alfredo Margenat en su· poema "Zarcillos" lecanta al avión como símbolo de lo nuevo y dice:

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El pdjaro de la Pan American Airwaysme picotea las melenascon su hélice primitiva,me siento fuerte y tenazcomo la C4nción del herrero.'l5

Todos los manifiestos vanguardistas puertorri­queños están repletos de vivas al aeroplano. Es in·teresante notar sin embargo, que ninguno de lospoetas era aviador. Si hubiesen sido pilotos se hu­biesen dado cuenta de que el aeroplano no fue, es,ni será instrumento para locos y atrevidos.

CONCLUSIONES

Hemos efectuado un breve recorrido por la me>­dalidad poética conocida como "maquinismo". Elestudio consta de dos aspectos: los antecedentes ylos motivos.

El trabajo realizado nos permite aseverar queel "maquinismo" tiene sus raíces en el futurismoitaliano. Este futurismo italiano es a su vez unade las numerosas escuelas del vanguardismo que sedesarrollan en Europa a principios del siglo veinte.Los antecedentes del vanguardismo provienen en sumayor parte de la influencia de Whitman, Nietzchey Verhaeren.

Entre los elementos constitutivos del "lirismomaquinista" se destacan el culto a la energía, elafán de velocidad, un ansia de movimiento, el ur­banismo y, en general, lo que Marinetti llamó "mo­demolatría ".

El "maquinismo" toma dos vertientes. Por unaparte, se considera la máquina como una extensióndel poder del hombre. Por otro lado, se deplorael hecho de que el hombre sea un esclavo de susmáquinas. Esta última vertiente se destaca por elansia de liberación.

En Puerto Rico, el "maquinismo" sigue los mis­mos patrones del maquinismo Europeo y por esose le canta a todo lo que representa velocidad. El"lirismo maquinista" en Puerto Rico se distinguepor la consideración casi exclusiva de tres motivospoéticos: el ferrocarril, el automóvil y el aeroplano.Estos tres métodos de locomoción llaman la aten­ción de nuestros poetas y obedecen al hecho deque representan para Puerto Rico un despertar dellargo sueño de letargo en que se había visto PuertoRico por cuatro largos siglos.

25. Citado por Luis Hemández Aquino, op. cit., p. 174.

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Artefactos taínos <:le jade en Puerto Rico·

Por RAYMOND J. SMITH

pUERTO RICO ESTÁ LOCALIZADO EN LA ZONA CLIMÁTICAtropical al extremo oriental de las Grandes An·

tillas, grupo insular de la cadena de las IndiasOccidentales, (Figura l.). Su largo aproximado decien millas y su ancho de treinta millas forma po­líticamente parte de los Estados Unidos, habiendoalcanzado en 1952, status de Estado Libre Asociado.

Antes de su descubrimiento por Cristóbal Colón,la isla estaba habitada principalmente por tribuspacificas y trabajadores indios arahuacos, que ha­bían alcanzado su máximo desarrollo antes de lallegada de los españoles. La historia usualmente plá­cida de estos nativos, era interrumpida ocasional­mente por grupos de asalto de los extendidos y agre­sivos indios caribes que habitaban la Tierra Firmede Sur América y algunas de las Antillas menores.Indicaciones actuales de la existencia y actividadesde estos dos pueblos, particularmente los arahuacos,son comunes y aún se encuentran en los restos dealdeas de Puerto Rico, en los entierros, montículosy áreas ceremoniales, cuevas, pictografías y escul­turas y colecciones de adornos, utensilios y frag.mentas de cerámica de varios tipos. Los objetosmejor conservados son aquellos hechos o talladosde varios tipos de roca (caliza, andesita, diorita yserpentina) que ocurren en la isla.

De gran interés, además de los usuales utillajeslíticos de uso ordinario, son los grandes .. collares"de piedra y las abundantes hachas y "puntas delanzas". (sic)

Estas hachas y puntas de lanzas son extraordi·nariamente suaves y de superficie pulida, aún des­pués de haber estado expuestas o perdidas a laintemperie. Su color varía desde un blanco-crema, a

• El presente artículo fue sometido en 1954 por su autora la División de Exploraciones Mineras de la Compañía deFomento. Se publica ahora traducido por considerarlo de in·terés para estudios arqueológicos de Puerto Rico.

varios tonos de verde-marrón, a verde claro y negro.Los tipos más comunes de hachas del verde claroson generalmente algo translúcidas, con los tiposde color más oscuro aproximándose a la opacidad.También son extraordinariamente duras y asombro­samente pesadas para su tamaño, y con una grave­dad específica de 3.32 y una dureza de 7. Estaspropiedades de dureza, resistencia, peso y habilidadpara ser pulimentadas eran ideales en las rocasusadas para estos fines. Pequeños fragmentos, olascas fueron examinados ópticamente determinán·dose índices de refracción de 1,662, 1,667 Y 1,673 Yun ángulo de 2 V 72 grados. Un crucero de 110 eramarcado así como una nervadura' común. Estos da­tos sugieren fuertemente que la roca consistía dela variedad de jadeita conocida por piroxena, lo quefue más tarde confirmado por una placa de rayosX tomada por el U. S. Geological Survey.

Ambos de los artefactos en la fotografía que seacompaña (figura 2) fueron golpeados y lastimadosantes de su descubrimiento. Idealmente ellos tienenla forma alargada y aplanada de un pétalo o unalágrima. El ejemplar más pequeño es de color verdeclaro y consiste de un agregado masivo y granularde inter-crecidos feno-cristales de jadeita de dos mi­límetros de diámetro en promedio. Finas vetas dejadeita verde más oscura cortan el ejemplar enlíneas paralelas, lo que da a la roca su peculiarlistado. Una serie de pequeñas fracturas puede servista, paralela a este primer dibujo, donde se ad·vierten pequeñas manchas producidas por la pre··sencia de hierro. El ejemplar mayor tiene un colorverde-olivo-oscuro, que en parte se halla manchadotambién por óxido de hierro. Una lámina delgadade este material reveló que la roca se compone esen­cialmente de una mezcla masiva de feno-cristalesde piroxena extremadamente finos. Un sistema degruesas bandas es más visible en este ejemplar, ma·nifestado en las bandas o capas oscuras que se ex-

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Figura 1. Arriba: Mapa índice de la región del Caribe. Aba·jo: Mapa de Puerto Rico mostrando la localización de de·pósitos de roca serpentina.

tienden a 10 ancho de la piedra. Un conjunto defacturas paralelo a este sistema de bandas oscurassugiere que éstas actuaron de control para el man­chado posterior de las bandas o nervaduras.

Los depósitos de jadeita son extremadamenteescasos en el mundo, y la mayoría de los depósitosinformados son de la variedad más blanda, máscomún y más liviana, conocida como nefrita. Losúnicos depósitos bien documentados de jadeita seencuentran en la China, Tibet y Birmania en el Asiay en Costa Rica y California en el hemisferio occi­dental. En cada caso ocurren en estrecha asociacióncon rocas serpentinas, usualmente como nervaduraso zanjas. Implementos indígenas similares a losde Puertq Rico y también compuestos de jadeitahan sido hallados en México, pero los depósitos desu procedencia no han sido localizados. Adornos dejade nefrítico, utensilios e implementos son comu­nes hallazgos en los restos de las tempranas culturasde todos los continentes" y las tribus Maoríes de

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Nueva Zelandia fabrican hachas de roca nefríticashasta el día de hoy.

La localización de los depósitos del jade de Puer­to Rico no son conocidos hasta hoy, y es probableque estén directamente relacionados con la historiade los indios de dicha isla. -La roca es posible quefuera obtenida de Costa Rica por los arahuacos opor las tribus caribes más aventureras, ya directa­mente o por transferencia desde la península de.Yucatán, el sur de los Estados Unidos o el nortede Sur América. Las distancias envueltas son, noobstante considerables, en exceso de 1500 millas yexiste poca otra evidencia de emigraciones o inter­cambio entre las civilizaciones de Centro-Américay el área Antillana.1

1. Sobre esto v~ase el estudio Art E Myt11010gy of theTaino lndians 01 the Greater West lndies, recientementepublicado por el Profesor Eugenio Femández Méndez, SanJuan, 1972, donde se ofrece abundante prueba de contactosantillanos con centro y Meso-América. (Nota del traductor).

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Más aún, la jadeita no ha sido informada comoen uso por las tribus de las áreas inter·medias, comodeberíamos esperar si el uso de dicha roca fuesealgo común. Existe una muy remota posibilidad Asiá­tica o Californiana y que fuera traida por las pri.meras emigraciones pobladores de las Antillas. Estohabía ocurrido en una época tan remota, sin em­bargo, que parecería poco probable que tantos obje­tos hubiesen sobrevivido. Tampoco en este caso losgrupos indígenas intermedios poseen la piedra dejadeita requerida.

La alternativa más probable es que exista en lasAntillas una fuente o depósito de dicho mineral. Suusual y estrecha asociación con rocas serpentinassugiere la posibilidad de que ocurra -de ocurrir­en las grandes áreas de rocas serpentinas de la par·

te oeste de Puerto Rico (figura 1). En otros lugares,la jadeita usualmente forma cantos rodados en lasquebradas o ríos de dichas áreas de rocas serpen­tinas, y ésta puede ser reconocida por su mayordureza y peso. Falta de tiempo impidió al autorde esta nota llevar a cabo la exploración de los ríosoccidentales de Puerto Rico, pero creemos que unarápida exploración de dichas fuentes, rápidamenteaclararía si es o no posible una fuente local paradichas rocas. Las áreas de rocas serpentinas se en­cuentran a tres o cuatro horas de San Juan por auto­móvil, y son fácilmente accesibles por carreteras.

Debemos dar crédito a los señores H. Blanco ylos esposos T. Haydon, por llamar la atención delautor a estos artefactos y por el préstamo de los

Figura 2. Ejemplos de los artefactos taínos de Puerto Rico.Nótese el tosco listado de los ejemplares.

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ejemplares de su colección que fueron estudiados.El Dr. L. W. Leroy leyó el manuscrito y ofrecióvarios comentarios que agradecemos.

Colorado School of MinesGolden, Colorado

l traducción E.F.M.)

REFERENCIAS:

1. American Guide Series (1940), Puerto Rico, The Uní·versity Society, Inc. New York.

2. Dake, H. C. (1948) Jade·Oldest Gem Stone Known,The Mineralogist, Vol. XVI, No. 1, pp. 3-8.

3. Ladoo, R. B. and Myers, M. W. (1951) NonmetallicMinerals, McGraw·Hill Book Company, Inc. New York,pp. 274-277.

4. Petar, A. V. (1936) Jade, U. S. Bureau Mines Infor­mation Circular 6844, 16 p.

5. Eugenio Femández Méndez, Art E Mythology of theTaino Indians o( the Greater West Indies, (1972) SanJuan, Ediciones "El Cemi". (Nota del traductor).

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D E SALVADOR BRAU, ES MUCHO LO QUE HAY QUE DE·

cir, por lo cual mis breves palabras de hoy, sontan sólo una invitación al conocimiento edificantede su vida y de su obra. La biografía de SalvadorBrau, llena muchas páginas de la historia de PuertoRico, pero el tiempo hoy reclama de nosotros par­quedad y la ocasión nos invita ante todo a un debidorecuerdo agradecido, a aquel notable a quien pode·mas todos los puertorriqueños llamar Maestro.

SALVADOR BRAU: EL H OMBRB Y su OBRA:

Salvador Brau fue hijo de D. Bartolomé Brau,maestro en artes decorativas y catalán de conviccio­nes liberales. Llegó su padre a Cabo Rojo hacia 1830,como administrador de los bienes del acaudaladocomerciante barcelonés D. Fernando Riera. CaboRojo era por entonces un rico pueblo de casonasde maderas del país o de cal y canto y tejas, rodeadode un mundo agreste de grandes haciendas de cañade azúcar trabajadas por esclavos. La gente, laborio­sa y pacífica, era hoy como ayer, celosa de su honory de su historia. Allí al centro del poblado en unatípica plaza colonial, se erguía la iglesia parroquialerigida en 1783 bajo la advocación de San Miguel.

El comercio y la agricultura, aportaban así en·tonces la base de la vida económica de Cabo Rojo.De su padre, hombre honesto y trabajador, diráaños más tarde Salvador Brau: "Cuanto de dignoy decoroso pueda revelar mi conducta, en las leccio­nes de mi honrado padrr. hube de aprenderlo." Yasí fue. Brau, hombre Oe recio carácter, tenia lafibra moral de un liberal catalán, como 10 fue supadre.

* Palabras dichas en ocasión de la celebración del sexa·gésimo primero aniversario de su muerte, en la Plaza Salva­dor Brau, en San Juan.

Elogio a Salvador Bran. *

Por EUGENIO FERNÁNDEZ M~NDEZ

Su madre, Dña. Luisa Asencio, era hija de padrespeninsulares, nacida en Venezuela, donde las tem­pestades revolucionarias de las guerras de Indepen­dencia, los habían obligado a buscar asilo en PuertoRico. De su madre, guardará Brau siempre, veneradoy amoroso recuerdo, pues como ha dicho él mismo:.. fue al rescoldo de ese modesto hogar, y con el ejem.plo de mis padres, donde se caldearon las primerassensaciones de mi corazón".

Salvador Brau, nace ell1 de enero de 1842, siendobautizado en la parroquia caborrojeña con el nombrede Salvador Bartolomé Higinio. Era aquel el tiempode la Reina Isabel 11, y de los gobiernos de militarespolíticos, como Espartero y Narváez en España; yen Puerto Rico de los Capitanes Generales que go­bernaron despóticamente, amparados por las Facul­tades Omnimodas, hasta casi el fin de la dominaciónespañola.

Brau, estudió en las escuelas públicas de aquellaépoca en Cabo Rojo, fue entre otros maestro suyoel periodista liberal D. Ramón Marín de gloriosasejecutorias. En 1854, contando apenas doce años re·cibió con altos honores licencia escotar de la RealAcademia de Buenas Letras de Puerto Rico. El Dr.Félix García de Cabo Rojo, y su hermano D. José,ricos hacendados, educados en Francia, pusierona disposición de Brau los numerosos libros de subien nutrida biblioteca, de lo cual Brau, lector in·fatigable. supo sacar buen partido. Su educación,fue aparte de la realidad y de la vida, obra de supropio esfr.1erzo y vocación. Lo realmente extraordi·nario en su caso es que lograra tan sólida culturaen un medio de tan escasas posibilidades, donde lacirculación de libros era oficialmente impedida.

Ante todo Brau fue un gran escritor puertorri·queño; sociólogo e historiador, dramaturgo narra­dor y poeta, se distinguió especialmente en el perio­dismo político de su tiempo. A los 27 años habiaescrito su obra dramática Héroe y Mártir (1870), ins-

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Salvador Brau

pirado en la lucha política de los Comuneros deCastilla, durante el reinado del Emperador Carlos V.

Casado en 1.865 con Encamación Zuzuarregui, tu­vo varios hijos y consagró parte de sus energías comohombre y como educador, a sostener escuelas y am­pliar la instrucción para la juventud.

Consciente de los problemas sociales de PuertoRico, se distinguió en las luchas en favor de los jor­naleros de Puerto Rico y de la abolición de la escla·vitud, que llegó al fin a Puerto Rico con el tiempoen España de la Primera República Española quepuso fin a la monarquía de Isabel II en 1873.

En 1880, cuando Puerto Rico atravesaba por unaaguda crisis económica al derrumbarse los mercadosazucareros, Salvador Brau, se traslada con su fa­milia a San Juan. Aquí, primero como cajero de la

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Hacienda Pública, y más tarde en otras actividadespúblicas y privadas, desplegó una asombrosa laborperiodística, robándole horas al descanso. Colaboróen periódicos como El Buscapié de Manuel Femán·dez Juncos y llegó a ser propietario liberal de unperiódico como El Clamor del País.

Conoció los más renombrados intelectuales dePuerto Rico por entonces, quienes aprendieron arespetarle y estimarle por su valor, su carácter ysu talento. Hombres como Manuel Elzaburu, fun­dador del Ateneo Puertorriqueño le invitan a dictarallí cátedra. Conoce también a Manuel Alonso, Ale­jandro Tapia, José Julián Acosta, Román Baldoriotyde Castro, Ruiz Belvis, Betances, Hostos, CoIl yToste, Atiles, Muñoz Rivera, y muchos otros de lospróceres que combatieron por mejorar y engrande-

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cer la vida política y cultural de Puerto Rico en sutiempo. Participó destacadamente en las lides polí.ticas y escribió incansablemente los excelentes en­sayos de sus Disquisiciones sociológicas, o los toda­vía inéditos relatos novelescos y episodios de saborregional como Un tesoro escondido, La Pecadora,y otros de gran valor literario que se hallan lamen­tablemente dispersos.

Brau, aparte de gran escritor e historiador, que.fuera, y que le hacen acreedor al respetuoso recuer­do de todos los puertorriqueños, fue un adalid vale­roso del Autonomismo Puertorriqueño. Participó enla fundación del Partido Liberal Reformista (1869),abogando siempre por la fórmula de autonomía po­lítica para Puerto Rico, aunque tuvo gran respetoy simpatía para toda otra fórmula política que al­canzara para Puerto Rico mayor medida de libertady gobierno propio.

De su obra más importante podemos' señalarsus excelentes Disquisiciones sociológicas, que cons­tituyen la más sólida aportación a las Ciencias So­ciales de Puerto Rico en el siglo XIX, donde analizalos problemas de las clases obreras y campesinasde Puerto Rico en aquel entonces y propone congran acierto, soluciones a muchos de esos problemas.

También es de valor permanente su obra La co­lonización de Puerto Rico, que realizara despuésde estudiar en Sevilla durante muchos años los ar­chivos históricos sobre Puerto Rico y donde describecon lujo de detalles la formación inicial en el si­glo XVI del pueblo puertorriqueño. Igualmente esde gran valor por las muchas enseñanzas que encie­rra sobre el estudio de la historia y su importanciapara los pueblos, su obra: Puerto Rico y su historia,publicada en Barcelona en 1894; donde analiza nu·

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merosos temas de nuestra historia y critica y corrigeerrores que su saber le permitían exponer con mayorautoridad y conocimiento.

Todo historiador, todo escritor, todo dramaturgo,todo poeta, todo sociológo y pensador puertorri­queño de hoy, tiene en la obra de Salvador Brau,una base de estudios obligados para su formación.Todo hombre puede ver en su vida, una imitableejemplaridad humana, una valentía, sobria, reflexi­va, mesurada y ejemplar de maestro de hombres;porque sus metas siempre fueron inspiradas en losmás altos ideales de noble servicio a su pueblo y asus semejantes. Al rendirle memoria hoya su culto,estamos llamado a todos los hombres de PuertoRico, a reconocer la grandeza humana allí donde lagrandeza humana se halla verdaderamente, en la in­teligencia y generosidad del espíritu, que se otorgavaliente y esforzadamente en el servicio de la socie·dad que lo viera nacer.

Brau, gran escritor, poeta sensible y culto, nosólo fue uno de los más grandes prosistas de la len·gua española en Puerto Rico, sino fue siempre unhombre dispuesto a sacrificar su interés personalen aras del bienestar político y social de su pueblo.

Nacido en Cabo Rojo, engrandeció la herenciade los caborrojeños; nacido en Puerto Rico, es maes­tro y fuente de inspiración para todo puertorriqueñoque considera que el conocimiento es mejor que eldesconocimiento, la verdad mejor que la mentira, labelleza mejor que la fealdad, y el amor a nuestrapatria, un deber sagrado de todo puertorriqueño.

Viva por eso, hoy y siempre su obra grande yengrandecedora, en nuestras mentes y nuestros co­razones puertorriqueños, gran caborrojeño, granpuertorriqueño, Don Salvador Brau y Asencio.

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Exposición de dibujos de Juan Ramón Velásquez

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EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES, y BAJO EL PATROCINIOdel Instituto de Cultura Puertorriqueña, ha ce­

lebrado una exposición de sus dibujos, bajo el tí­tulo de "Mi tercer mundo", el joven pintor JuanRamón Velásquez.

Nacido en Río Piedras en 1950, y graduado deBachiller en Administración Comercial de la Uni­versidad de Puerto Rico, Velásquez es un autodi·dacta que no ha tenido nunca educación formal enla pintura ni en el dibujo. Hace un año recibió unabeca del Pratt Graphics Center de Nueva York,para estudiar litografía.

Los críticos Eugenio Fernández Méndez y Ma·nuel Cárdenas Ruiz señalan al arte de Velásquezremotas afinidades espirituales con las danzas dela muerte medievales y las calaveras de José Gua­dalupe Posada, y vinculaciones más próximas, entemática, estilo y sentido trágico, con las obras deRoberto Matta Echauren y Pedro Alcántara, entreotros. Sus dibujos y pinturas, "atroces testimoniosque nos gritan a la cara las sucesivas derrotas delhombre, no muestran, sin embargo, facciones. Enellas el victimario y la víctima son siempre el mis­mo, el hombre auto-mutilado." El lenguaje de Ve­lásquez -siguen afirmando los citados críticos­"consiste en mirar de frente, sin exceso ni piedad,los monstruos que llevamos bajo la piel."

De la exposición, cuya apertura se realizó el 16de febrero, presentamos en estas páginas algunosaspectos ilustrativos.

...

Una muestra del vigorosoarte de Juan Ramón Veldsquez

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·Otros aspectos de la exposición

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Páginas de nuestra literatura

Las carreras de San Juan y San Pedro*

Por MANUEL A. ALONSO

S1 LA NOBLEZA DE LAS COSAS CONSISTIERA SÓLO EN SU

antigüedad, difícilmente se hallaría una más no­ble que el correr. Es indudable que el primero quecorrió fue el primero que tuvo piernas, y las piernasson tan antiguas, que ningún buen cristiano puedenegar que datan desde nuestro padre Adán; aunquese vería muy apurado el que pretendiera demostraren qué tiempo han sido más o menos útiles.

Yo creo que. a pesar de su dignidad, no dejaríanuestro primer padre de dar algunas carreritas cuan·do no tenía otra ocupación que gozar de las deliciasdel paraíso en compañía de Eva; y a juzgar por loque nos sucede a sus míseros descendientes, debiócorrer mucho más, y con menos alegría. desde elmomento en que se le acabó tan buena vida y tuvoque ganar el pan con el sudor de su rostro.

Desde tan remota antigüedad hasta la época enque vivimos no hay quien de un modo u otro nohaya corrido: unos a pie, otros en pollino, unos alpaso, otros al trote y no pocos a todo escape, todoscaminamos; y aunque de distinto modo y por víasa veces encontradas, llegamos siempre al mismotérmino.

Pero no es mi intento hablar de tantos y tan di­versos modos como hay pe llegar al fin de nuestracarrera, porque -es asunto demasiado grave, que meguardaré muy bien de tocar; sólo quiero ocuparmede lo que comprend~ el título de este artículo. ytodo lo que no. sea "Carreras de San Juan y San Pe·dro en la Capital de Puerto Rico" queda excluidode él. .

A pesar de mi genio. procuraré. lector querido,ponerme un poco serio, porque la costumbre de unpaís es cosa delicada y debe tratarse con circuns­pección. Sólo pido que tengas en cuenta mi buen

* Capítulo del libro El Jibaro, publicado originalmenteen Barcelona en el año 1846.

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deseo, para que disimules las. faltas, que no seráextraño cometa el que hace algunos años salió, sien­do todavía muy joven, del país cuyas costumbresensaya bosquejar.

Hay ciertos días, en los cuales las poblacionesmás pacíficas, las ciudades más bien gobernadas, ri·cas e industriosas y las aldeas más pobres. pareceque. obedeciendo a un instinto particular. se compla­cen en salir de las reglas que guardan durante todoel año; días de bullicio y confusión, que cada país,y aun cada pueblo, tiene según su índole y el gradode civilización en que se encuentra; días en que elmagistrado no es magistrado, porque no ejerce susfunciones; en que el mercader cierra su tienda, yel artesano su taller; días fecundos en aventurasamorosas, y en que las bellezas más altivas suelensonreír al que han hecho suspirar por mucho tiem·po; días de esperanzas para los jóvenes, y de recuerodos para los ancianos; días finalmente en que lasmayores extravagancias son admitidas. con tal quevayan autorizadas con el sello de la costumbre.

Los de San Juan y San Pedro son en la Capitalde Puerto Rico del número de éstos, y una de lascosas con que los habitantes de la Isla los amenizanson las carreras a caballo. He aquí lo que sobre ellasdice don Iñigo Abad en su Historia de Puerto Rico,dada a luz en Madrid en el año 1788.

"Las fiestas principales (dice) las celebran tamobién con corridas de caballos, a que son tan propen·sos como diestros. Nadie pierde esta diversión: has·ta las niñas más tiernas, que no pueden tenerse, laslleva alguno sentadas en el arzón de ·la silla de sucaballo. En cada pueblo hay fiestas señaladas paracorrer los días más solemnes. En la Capital son losde San Juan, San Pedro y San Mateo. La víspera deSan Juan al amanecer entra la gran multitud de co­rredores, que vienen de los pueblos de la Isla alucir sus caballos cuando dan las doce del día; salen

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de las casas hombres y mujeres de todas las edadesy clases, montados en sus caballos enjaezados conla mayor ostentación a que puede arribar cada uno.Son muchos los que llevan sillas, mantillas y tapa·fundas de terciopelo bordado o galonado de oro, mos­quiteros de lo mismo, frenos, estribos y espuelas deplata; algunos añaden preta]es cubiertos de casca·beles del mismo metal. Los que no tienen caudalpara tanto, cubren sus caballos de variedad de cin·tas, haciéndoles crines, colas y jaeces de este género,adomándo]es con todo 'el primor y gusto que pueden,sin detenerse en empeñar o vender lo mejor de sucasa para lucir en la corrida.

"Esa no tiene orden ni disposición alguna: luegoque dan las doce de ]a víspera de San Juan, salenpor aquellas calles con sus caballos, que son muyveloces y de lUla marcha muy cómoda. Corren enpelotones, que por lo común son de los parientes oamigos de una familia; dan vueltas por toda la ciudadsin parar ni descansar en toda la noche, hasta quelos caballos se rinden. Entonces toman otros, y con·tinúan su corrida con tanta vehemencia, que pareceun pueblo desatado y frenético, etc..."

Esto sucedía en aquellos tiempos en que PuertoRico era, según el mismo escritor, una carga pesadapara la metrópoli; ahora que se ha convertido en unode los brillantes de la Corona, en esto, como en todolo demás, ha habido muy notables variaciones.¿Quién se atrevería a decir hoy que los naturales deella no se detienen en vender o empeñar lo mejorde su casa para lucir en una corrida? Más aún:¿Quién osaría repetir una de aquellas célebres cüilñ·to vergonzosas Cantaletas, que recordamos hasta losmás jóvenes, y en las cuales no se respetaba el ha·nor, ni los secretos de las familias? La civilización yel buen juicio han desterrado estos abusos, y nodebo ocuparme de ellos, puesto que no hay ya quecorregirlo.

Las carreras de San Juan y San Pedro son en eldía una diversión honesta, grata y que puede utili­zarse en bien del país; habiendo desaparecido deellas todo cuanto tenían de inmoral y vicioso. Masempieza ya a tocar al otro extremo; esto es, pierdensu atractivo y se van haciendo cada día más insípi.das. No llega ni a la mitad el número de los jinetes,y las señoras abandonan este medio de lucir su ga­llardía; de manera que si no procura remedlarse,llegará día en que sólo se conserve un recuerdo delo que ha sido y es aún una de las mejores fiestasdel país.

A pesar de esta decadencia, es agradable el ver lasparejas que después de las cinco de la tarde, y no alas doce del día, recorren las limpias y hermosascalles de Puerto Rico. Todavía algunas jóvenes ele·gantemente vestidas ostentan su habilidad, mane·jando con soltura y sobradísimo garbo briosos y li­geros potros de Caguas y Yabucoa, que parten comoel rayo, y se detienen al movimiento d~ una manita

que apenas alcanza a abrazar las riendas. Los ba]co­nes ostentan cuanto hay en ]a Capital de distingui­do, bello y de buen tono; y el pueblo, esparcido porlas calles y las plazas, se entrega al gozo que le pro­duce una diversión tan de su gusto.

Una o dos horas después de oscurecer, está llenala plaza de armas, de caballos, buenos y malos, feosy bonitos, flacos y gordos, veloces y pesados: nin­guno está excluido de ella, para que los aficionadosmenos ricos o que no quieren correr por la tarde,puedan hacerlo por la noche, mediante un alquilersumamente excesivo, pero que siempre parece pocoal que desea llevar una cumarracha.

Por la tarde es atrozmente silbado y escarnecidoel que se atreve a presentarse en la carrera con unmal caballo, o que no esté bien enjaezado; por lanoche sucede todo lo contrario: las cómodas yeco­nómicas banastas reemplazan a la silla; y una frescachaqueta de lienzo, al rico dormán de paño, que esel vestido que más usan los que corren a aquellahora. Poco importa que el animal sea de primeracasta, o un descarnado platanero,' que no por estoqueda sin correr, sino que lleva su jinete, y quizápor añadidura una de aquellas morenitas capaces dehacer bailar la jurgaZ a un magistrado del tiempode Carlos III.

En muchas esquinas encienden hogueras, cuy~

luz unida a la que presta' el excelente alumbrado deaquella ciudad, permite distinguir perfectamente lasfisonomías. El frente de las casas es ocupado poruna hilera de sillas, y éstas por otros tantos curio­sos, que cruzan dichos, a veces muy agudos, con losque pasan por medio de la doble fila a todo correr, ycon los. de la acera opuesta: pero el centro comúnde estas agudezas, el teatro de escenas más animadas,el punto de reunión de la gente de broma, es el atriode 'la Catedral, llamado en aquellos días Balcón delos arrancados.

El estar en ]a calle del Cristo, una de las másfavorecidas por los corredores, el tener a su frenteuna plaza, y el ser un lugar espacioso, de poca ele·vación y seguro por estar murallado; dan a estesitio la preferencia; reuniéndose en él una especie detribunal que juzga la bondad de los caballos, y seencarga de aplaudir a los bonitos y ligeros, y silbarestrepitosamente a los flacos y pesados; llamándoleschalungos, changas, chacuecos, sancochaos, y otrosmil adjetivos que tienen los inteligentes, uniéndolosa las frases más chistosas y oportunas.

Este bullicio y alegre cuadro, es el q4,e presentala ciudad de San Juan Bautista de Puerto Rico lascuatro noches de la víspera y días de San Juan y SanPedro hasta las doce; a cuya hora una banda de mú·

1. Platanero: de uso irónico y burlesco, referente a uncaballo tfpico o genuino del país.

2. Jurga: baile gracioso. poco usado, sólo se estila entreel vulgo,

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síea militar ejecuta varias piezas en la plaza dearmas, rodeada de todos los corredores, que de allívan a descansar sus doloridas y magulladas huma­nidades.

Los que tienen la costumbre de llamar barbariedad a todo 10 que no sucede donde nacieron, diránque 10 es el correr tantas horas seguidas, de nochey en varias direcciones, por las calles de una ciudad;mas esto que a primera vista no tiene réplica, es unreparo que causaría risa a más de un corredor; por­que la claridad del alumbrado, la anchura, rectitud,limpieza y hermoso empedrado de las calles, la bonodad de los caballos, y sobre todo la suma destrezade 105 naturales, hacen ilusorios los riesgos que enotro país serían inevitables.

No se crea que hablo apasionadamente cuandocoloco entre las causas que pueden impedir desgra­cias en estas corridas la destreza de mis paisanos:véase lo que dice don Iñigo Abad sobre el particular,y aun se me tachará de excesivamente corto al en­comiarla. "No sé que haya en toda la Isla una solaescuela de equitación, porque el montar a caballoes para aquellos isleños 10 mismo que el vestir; so­bre todo en los campos, donde apenas puede hacerseuna diligencia o visita, y en algunas épocas ni salirde casa a pie, por el agua de las lluvias" y por otrascausas que juiciosa y oportunamente cita el mismoautor.

Tales son las carreras de San Juan y San Pedro,diversión que he calificado antes de honesta y grata,porque en ningún país, incluso aquellos que se tienenpor más civilizados, hay una fiesta popular que me­nos ofenda a la moral; y si algún hecho aislado haya veces en contra de ella, no es culpa de la costum­bre, sino abandono de parte de los que estando alfrente de una familia, debieran impedirlo, cuidandode ella como es su deber. En cuanto a las expresionesque se oyen alguna vez, ¿qué sucede en las plazas detoros, en el entierro del Carnaval, y en todas lasfiestas a que concurren y en que se mezclan todaslas clases de la sociedad?

La afición del pueblo a este espectáculo no necesi­ta más prueba que lo dicho; fáltame exponer la con·veniencia de mantenerlo y alentarlo, y el bien quede ello sacaría el país.

Aparte de la distracción, hay una ventaja positi­va, una mejora de grande utilidad, cual es el fomentode la cría caballar. En un país donde por el estadode los caminos son tan necesarios estos animales;en un país de donde se saca el ganado para las islasvecinas, en que la cría es casi nula, ya que tenemostan excel~nte raza de caballos, ¿por qué no estimu­lar a los labradores?, ¿por qué no ensayar algún me­dio para introducir este nuevo ramo de comercio?

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Todos sabemos el furor de corridas, apuestas, et­cétera, que hay en las principales capitales de Euro­pa; mas no es esto lo que yo pretendo que pudieraplantearse en Puerto Rico, porque a mi modo dever, el premiar el caballo que corra más en mediahora, no es, como nota muy bien nuestro festivoFr. Gerundio, el modo de mejorar la raza: además,aquello de que el mismo dueño no monte su caballo,sino que sea un Yokey, aunque muy bueno para lascapitales de Europa, 10 juzgo inoportuno y hastaridículo en mi país; y así otras muchas cosas que,atendida la diversidad de costumbres, fuera erradoel querer trasplantar.

Yo preferiría a todo que hubiese una junta com­puesta de criadores y aficionados, que no faltan enla Isla, que tienen actividad, buenos deseos, y quese alegrarían de que hubiese para ellos un estímulo.

Que esta junta, presidida por la autoridad supe­rior, u otra que ésta nombrase, hiciese un reglamen­to, sin más artículos que los precisos para señalar acada uno sus atribuciones, y los premios que habíande darse:

1.° A la mejor yegua de vientre.2.° Al caballo más ligero.3.° Al más bien domado y enseñado.4.° Al más corpulento y de más fuerza.5.° Al de mejor estampa.

Que cada año por San Juan y San Pedro se reunie­sen en la capital, como 10 verifican ahora, para laprueba, comparación y adjudicación de premios, encuyo acto se desplegase todo el aparato posible.

Que se publicasen en los periódicos los' nombresdel dueño y del caballo premiados, y que se hiciesenalgunas otras cosas que son buenas para dichas enun reglamento, y ajenas de un artículo como éste.

He aquí el modo de aumentar el brillo y atracotivo de estas fiestas, y utilizarlas en bien del país:puede que me equivoque, pero ya que todo empiezaa desarrollarse en la Isla, ya que hay esa tendenciaa perfeccionarlo todo, no sería en mi concepto desa­certado el ensayar este medio, en extremo económi­co, de premiar al hacendado laborioso, y distraeral pobre jornalero.

No tengo la presunción de creer que el medio in­dicado sea el único; mi idea es la de llamar la aten­ción de la Sociedad Económica de Amigos del Paíssobre una mejora útil, cual es la perfección de la

~raza caballar; habrá muchos que propongan otrosmejores; pero 10 que ellos me aventajen en aciertono hará menos ardientes mis deseos por el bien yla prosperidad de Puerto Rico.

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Jacques 8outon primer cronistafrancés del Caribe*

Por MANUEL CÁRDENAS RUIZ

FRANCIA COMIENZA EL SIGLO XVII DESPUl1S DE SOLU-cionar, en parte, una de las crisis más graves

por las que hoy ha pasado en su historia. Un aspectode dicha crisis es religioso -luchas entre católicosy hugonotes- y queda resuelto mediante el Edictode Nantes de 1598. Otro aspecto es puramente pol~.

tico y se trata del conflicto dinástico surgido porla sucesión al trono francés, que queda resuelto porla paz de Vervins de la misma fecha, en la que sereconoce a Enrique IV como rey de Francia. Seinicia así un período glorioso de la historia francesa,que se basará en el fortalecimiento de su monarquía.y en el impulso de su vida económica que duranteeste reinado de Enrique IV efectuará el duque deSully. Como consecuencia de esas nuevas condicionespolíticas y económicas Francia hace sentir interna­cionalmente su presencia, y andando este siglo XVII

se convertirá en el poder fundamental de Europa.Esta presencia internacional de Francia se hará acosta de la Casa de Habsburgo en sus dos ramas,austriaca y española, y es por ello que en estos pri­meros años de ese siglo su alianza con Inglaterray su apoyo decidido a los Países Bajos en su lucha

-contra España serán fundamentales en su ascensohasta llegar a ser el poder hegemónico de Europa.Ese reto francés al poder del mundo hispánico tras·cenderá lógicamente a América. Se puede afirmarque desde el descubrimiento del Nuevo Mundo has·ta finales del siglo XVIII ningún país europeo hasustentado el poder a escala continental, sino en lamedida en que también ha tenido poder sobre Amé­rica. Esa presencia de Francia en América comienzaahora como consecuencia de la pérdida de vigor yeventual decadencia del mundo hispánico. (En este

* Sinceramente agradezco la ayuda y aliento que el coleoga y amigo Eugenio Femández Méndez me ha prestado enesta tarej\. -que comienza abora- de traducir las crónicasfrancesas del Caribe.

trabajo nos interesa únicamente la presencia france·sa en las Antillas). Durante un siglo cuando menos,España ha sido la única' dueña reconocida de lasAntillas. Desde el descubrimiento hasta el siglo XVII

nadie ha cuestionado esa realidad. Al comenzar estesiglo, abandonadas, o no ocupadas, estas islas -lasllamadas "Islas Inútiles" por los españoles- caeránen manos de sus rivales que pretenderán tener sobreellas los derechos de los primeros ocupantes. Auncuando España posteriormente intentará reivindi·carlas como parte de sus dominios, esta región verála retirada del mundo hispánico y la presencia si­multánea de franceses, ingleses y holandeses quese repartirán la presa que España no interesaba oque no sabía ni podía defender.

Al comienzo Francia hará su aparición en lasAntillas por medio de filibusteros particulares quehostigarán con gran éxito al mundo hispano median·te actividades esporádicas que carecen de una posi­ción de conquista fija sobre tierra. Es el éxito delos corsarios franceses, desde finales del siglo XVI,la base de la colonización francesa en las Antillas,la cual se afirmará durante el reinado de Luis XIII(1610·1640). Durante la regencia de María de Médi­cis, por minoría de edad de Luis XIII, se establecenlas bases de una política internacional y ultramarina.En 1612 Francia crea el título, puramente honorí­fico, de virrey de América, lo que apunta hacia unaacción clara y terminante en un futuro cercano. Estatarea definitiva la llevará a efecto el Cardenal Rí·chelieu. Por otro lado, desde prin~ipios de ese si­glo XVII, algunos franceses intentan establecer unaposición permanente en las Antillas menores, dondeen esos momentos viven muy pocos europeos. Unode esos hombres será Pierre Belain de Esnambuc,quien en 1625 -con unos 40 hombres- llega a laisla de San Cristóbal después de haber librado uncombate con un galeón español cerca de las islas

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Mapa de Las Antillas de 1656

de los Caymanes, situadas al sur de Cuba yal oestede Jamaica. En la isla de San Cristóbal, Esnambucencontró que había establecidos allá algunos fran·ceses e ingleses, y unificando estas fuerzas logróaplastar una revuelta indígena de dicha isla y pos­teriormente pudo rechazar un ataque de indígenasvenidos de islas vecinas. Después de estos sucesospensó distribuir la isla entre franceses e ingleses.Sin embargo, otros serán los derroteros a seguir­se. En 1626 el Cardenal Richelieu recibe el título de"gran maestre, jefe y superintendente general de lanavegación y del comercio de Francia" y bajo él lapolítica ultramarina tendrá una importancia funda·mental, siendo la colonización de las Antillas uno delos resultados de la misma. En dicho año Esnambucde Dieppe vuelve a Francia donde, con el apoyo delCardenal funda una sociedad colonizadora, con uncapital de 45.000 libras que se conocerá como la Com­pañía de la Isla de San Cristóbal. En un principio estacompañía fue creada para tener una duración detres años y había de "dejar en las Islas de San Cristó­bal, la Barbada y otras situadas a la entrada delPerú, el número y cantidad de aquellos pobladoresque bien le pareciere para alli trabajar y negociarlos géneros que llevaren con los habitantes de di-

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chas Islas, hacerles instruir en la Religión Católica,cultivar y mejorar la tierra para hacer tabaco ytoda otra suerte de productos y continuar y perfec­cionar las colonias ya iniciadas". El origen de la co­lonización francesa en el Caribe, propiamente dicha, 'está unida a la existencia de esta Compañía de laIsla de San Cristóbal que, como hemos visto, teníafines económicos, fundamentalmente, aunque es demencionar la relativa importancia de la evangeliza­ción, que en el caso que nos ocupa suponía una ab­sorción espiritual y cultural delineada, politicamen­te. Este punto será de importancia fundamental enlos inicios de la historiografía francesa del Caribe,que habrá de estar en manos de religiosos, los cualesvienen a realizar esa tarea a nombre de la Iglesia y,claro está, de Francia, y acompañados por los colo­nos, aunque, a veces, ellos mismos serán colonos.

La Compañía subsiste hasta 1635 fecha en quealgunos asociados solicitarán del Rey de Francia-y conseguirán-la reforma de la misma que, clara­mente, no se adaptaba ya en las nuevas condicionesresultantes del éxito económico y político de lacolonización. La nueva Compañía será conocida comola de las Islas de América y existirá hasta 1664, fechaen que es sustituida por la Compañía de las Indias

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Occidentales. Podemos considerar el período de 1626a 1664 -de la promoción de Richelieu a la superin­tendencia de la navegación y el comercio hasta laaplicación generalizada del sistema colonial de Col­bert- el periodo de origen y bases de la colonizaciónfrancesa, siendo en ese período que se escriben lasprincipales crónicas y fuentes históricas de dichacolonización. Exceptuando al Padre Labat, que es­cribirá en los primeros años del siglo XVIII, toda laobra histórica fundamental -sobre todo en el as­pecto del mundo indígena; el mundo de los indioscaribes que es lo que nos interesa en este trabajo­se realiza durante el siglo XVII. Tal vez sea el con­tacto con los caribes y la reacción de éstos ante losfranceses y de éstos frente a aquéllos, el aspectomás interesante de todas esas crónicas. Cuando losfranceses, ingleses y holandeses se establecen defi­nitivamente en las pequeñas Antillas éstas estabanocupadas por este pueblo indígena. Venidos, al pa­recer, de la Guayana, donde los galibis representantodavía una rama de su familia étnica, estos indíge­nas, belicosos y extraordinarios navegantes, habíanconquistado sucesivamente todas las pequeñas An­tillas y amenazaban a las grandes cuando (;olóndescubre América. Ante la situación de la llegada delos franceses e ingleses, los caribes permanecían enlas islas de Sotavento donde, a pesar de los esfuer­zos de misioneros y colonos permanecerán refracta­rios a toda asimilación europea, e irán, .poco a poco,desapareciendo de dichas islas antes que dejarseasimilar culturalmente: Este pueblo será el tema deestudio obligado de los cronistas. Sus costumbres,su religión, su lengua, se encuentra a veces minucio­samente estudiadas por estos hombres que venidosde Francia, tendrán, inicialmente, la intención deevangelizarlos y convertirlos, aunque el tiempo seirá encargando de mostrarles su vano empeño. Ex·ceptuando al autor de un raro y confuso libro: Gui·Iaume Coppier, todos los cronistas de este momentohistórico -siglo XVII y principios del XVIII- soneclesiásticos. Así tenemos al Padre Jacques Boutonque escribe en 1640 la Relation de L'Establissementdes Francais Depuis L'an 1635 en L'Isle de la Mar­tini que une des Antilles. de L'Amerique (París); elmencionado Guillaume Coppier autor de la Histoireet voyage des Indes Occidentales et de plusieursautres regions maritimes et eslignées (Lyon, 1645);el Hermano Maurice de Saint Michel autor del Voya­ge d~s Isles Camercanes en L'Amerique que sont par·tie des Indes Occidentales (Mans, 1652); el HermanoMathias Du Puis que escribe la Relation de L'Eta­blissement d'une Colonie trancaise dans la Guada·laupe isle de L'Amerique. et des moeurs des Sauva·ges (Caen, 1652). El padre Pierre de Pelleprat consu Relation des missions des R. P. de la Compagniede Jesus dans les Isles et dans les terres termes deL'Amerique meridional. Avec une introduction a lalangue des Galibis· sauvages de la terre ferme de

L'Amerique (París, 1655); el Misionero André deChevillard autor de Les desseins de Son Eminencede Richelieu pour L'Amerique: ce qui s'y est de plusremarquable depuis L'Etablissement des ColoniesEt un ample Traité du Naturel Religion et Maeursdes Indiens Insulaires et de la Terre Ferme (Rennes,1658-1659); César de Rochefort autor de la HistoireNaturelle et Morale Des lles Antilles de L'Amerique(Rotterdam 1658); el Padre Raymond Breton con suDictionnaire Caraibe-Francois meslé de qualttité deremarques historiques pour l'esc1aircissement de lalangue (Auxerre 1665); el Padre Jean Baptiste Duter­tre con su Histoire des Antilles habitéés par les Fran·cois (Paris 1667); el Señor de La Borde con su Re·lation de l'origine, moeurs, costumes, religion, guer·res et voyages des Caraibes, sauvages de L'Amerique(Parfs 1614); y ya en el siglo XVIII, el Padre Jean.Bap­tiste Labat con su enciclopédica obra Nouveau vo·yage aux Isles de L'Amerique (París 1722). El con·junto de estas crónicas nos dan el cuadro antropoló­gico general del mundo indígena antillano-francés,no obstante, justo es decir, que aquéllas se comple·mentan con algunas otras fuentes de carácter anóni­mo tales como la Relation de l'isle de la Gardaloppefaite par les missionaires dominicains a leur generalen 1647, la Relation des Isles de L'Amerique Antillesen l'estat que elles estoient en l'année 1660 y la His·toire de L'Isle de Grenade en Amerique.

Algunas de las obras mencionadas, en parte, sonrepeticiones y, a veces, contienen párrafc;ls que sonauténticos plagios, pero hemos de concluir que lamayoría de estos relatos proceden de la propia obser·vación de los indios por parte de los autores men­cionados.

Desde el primer momento de la colonizaciónfrancesa, es decir desde la ocupación de la isla deSan Cristóbal, está presente en estos nuevos po­bladores como ya hemos dicho, la tarea de la conver­sión de los indígenas como una manera de incorpo.rarlos al mundo francés. Por ello será capital la pre­sencia de distintas órdenes religiosas en la coloni·zaciÓn. Los evangelizadores franceses serán de lasórdenes de los capuchinos, los jesuitas, dominicos,carmelitas, padres predicadores y otros. Uno de esosreligiosos que vendrán al Caribe, y de quien tenemosla primera crónica sobre esta región será el PadreJacques Bouton. Nacido en Nantes en 1592, entró enel noviciado de los jesuitas en 1610, donde despuésfue profesor de filosofía y teología. ZarPó para la Mar­tinica en 1640 con el Padre Hempteau y volvió rá·pidamente de esta isla a Europa donde murió en LaFleche en 1658. En 1640 aparece en París la obra deBouton -primera crónica francesa del Caribe­Relation de L'Etablissement des Francais Depuisl'an 1635, en l'isle de la Martinique, une des Antillesde L'Amerique. Des moeurs des Sauvages, de la si·tuation et des autres singularitez de l'isle. Lá obraestá dividida en los siguientes once capítulos:

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(1) Nuestro embarque y los peligros que cornmosen el mar; (H) De la situación de la isla de la Mar­tinica; (HI) Llegada y establecimiento de los Fran­ceses en esta isla; (IV) De las comodidades que laisla puede suministrar; (V) Continuación del mismoasunto de las comodidades de la isla; (VI) De lascosas que esta isla puede exportar a otras partes;(VII) Incomodidades de la isla; (VIII) De los Fran­ceses que habitan la isla y de los esclavos negros;(IX) De los salvajes del país llamados Caribes;(X) Continuación del mismo asunto de los salvajes;(XI) Del fruto espiritual que se puede esperar deesta isla. Tal como hemos ya advertido antes, en elpresente trabajo nos interesarán únicamente las re­ferencias' al mundo indígena.

Todo indica, por el poco tiempo que estuvo Bou·ton en América, que él no era en verdad ni un colo­nizador ni un evangelista. Las razones del viaje sonconjeturables al igual que su rápida vuelta al ViejoContinente. Tal vez en la dedicatoria de su libropodemos ver algo que nos pueda servir de débilfundamento para aclarar este punto. La Relationse dedica a los Señores de la Compañía (de las Islasde América) y parece que el Padre ¡acques Boutonvino a la Martinica en una tarea semioficial a nomobre de aquéllos. Puede que esta tarea haya sido lade ver con unos ojos imparciales cuál era la situa­ción de las colonias y fundamentalmente de los co­lonos en ese tiempo, ya que a tenor con lo que ve·mos en la crónica, la preocupación de Bouton es lade presentar al lector francés cómo es la vida colo­nial, y al mismo tiempo eliminar algunas falsas ideasque se habían difundido en Francia sobre ese mun­do y sus pobladores europeos. Sin decir, que la Rela·tion es una apología de la Compañía mencionada yde los oficiales que aquélla mantenía en las colo­nias, que al parecer eran dos puntos bajo ataque enesos momentos y que podemos pensar fueron losmotivos reales de su viaje a la Martinica. Ademásde esa exaltación de hombres, la obra de Boutonconstituye un buen manual de informaciones y con­sejos para los nuevos colonos y es un excelente cua­dro de la vida colonial originaria, sus dificultadesy sucesos lamentables, y más específicamente, las di­ficultades habidas entre europeos e indígenas; lavisión que aquéllos tienen de éstos, que está siemprepredicada en la actitud poco receptiva de los indí­genas. Jamás pasa por la cabeza de Bouton, ni porla de los cronistas posteriores que los europeoshayan sido los causantes de esa actitud hostil de losindios, quienes además conocían ya las experienciasde los indios de las Antillas Mayores.

Hasta donde sepamos no ha habido ninguna tra­ducción de esta obra del Padre Bouton ni al españolni al inglés. En esta ocasión ofrecemos en lo quesigue, únicamente, los capítulos referentes al mundoindígena caribe (Capítulos IX y parte del X) a loscuales seguirán en próximos artículos las traduccio-

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nes de los capítulos referentes al mismo tema enlas obras de los cronistas antes mencionados.

Bueno sería señalar que Bouton en su últimocapítulo todavía se muestra muy optimista con res­pecto a la acción evangelizadora. Los religiosos cro­nistas posteriores no participarán de dicho optimis.mo y enfocarán su tarea misionera sobre el mundoesclavo negro, que sucede al mundo indígena, dondeharán los progresos que jamás pudieron hacerse so­bre el indio caribe. En esta situación los cronistasposteriores serán mitad evangelizadores y mitadcolonizadores, algunos, en verdad, colonizadores asecas. De ellos hablaremos en los próximos artículos.

Relation de l'Etab:lissement des Francois de­puis lran 1635, en l'Isle de la Martinique. DesMoeurs des Sauvages, de la situation et de autressingularitez de t'Isle. Por el P. Jacques Boutande la Compañía de Jesús. Editado en París en lacasa de Sebastián Cramoisy. Año de 1640.

TEXTO DIEZ

CAPITULO IX

DE LOS SALVAJES DEL PAís, LLAMADOS CARIBES

No se sabría decir en verdad su número, ya queellos se la pasan en continuas visitas activas y pasi­vas con los de la isla Dominicana y otras islas, desuerte que hay de ellos allá tanto más, tanto me·nos. Es muy verdad que el temor y la desconfianzahacia los franceses ha hecho que algunos se hayanretirado de esta isla Martinica aun cuando no haya­mos tenido guerra con ellos como la tienen nuestrosfranceses de la Guadalupe.

En cuanto a religión no se sabe de ninguna entreellos. Tienen algún conocimiento de la inmortalidaddel alma, puesto que ofrecen a las almas de los di­funtos, tal como los canadienses, ropas,' y víveresdurante algunos días y los utensilios para servirse;pero saber lo que a estas almas les ocurre, creo queellos no se preocupan por ello; al menos nada hemospodido saber todavía de ellos; posiblemente con eltiempo se descubrirá algo más, cuando nosotros es­temos con ellos, o ellos con nosotros. En el presenteestán tan separados por unos montes inaccesibles,que los vemos raramente, y esto sólo cuando vienenpor mar para negociar con los franceses. Ellos saoben por experiencia, y a sus expensas, que hay es­píritus, ya que el diablo, al que llaman Maboia, lesgolpea algunas veces hasta: hacerles morir.

El demonio no tiene tanto poder sobre elloscuando están con los franceses; pero a la vuelta lesatormenta cruelmente como castigo por lo que allíhan hecho. Ellos confiesan que la señal de la santacruz hace huir a este Maboia,' la mayor parte de

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ellos tienen en sus habitaciones una puerta por lacual dicen que aquél entra y sale. No le rinden nin·gún tributo, que yo sepa, y no le hacen sacrificioalguno. Conocen también uno que llaman zemi, queno los trata mejor que este Maboia. Algunos deellos deben tener comunicación particular con él,ya que predicen las cosas futuras, las que no puedensaber más que por él; como el día anterior a quenosotros llegásemos, que una vieja salvaje dijo a unfrancés, mañane barco de Francia; es decir, mañanaarribará aquí un navío de Francia, lo que fue ver­dad.

Ellos dicen que hay en la Dominica una serpienteque se hace grande, o pequeña, la cual tiene enmitad de su frente un carbunclo, o piedra muy bri·liante, la cual saca cuando quiere beber y despuésla vuelve a meter; y nadie la puede, u osa, ir a veren su cueva, si previamente no ha ayunado tres días,y se ha abstenido de su mujer, de otra manera no

la vería, o estaría en peligro de ser matté por ella,es decir, matado.

Estos salvajes van enteramente desnudos sinvergüenza, las mujeres igual que los hombres; deello reprendí a un capitán, quien no me dio otrarespuesta que ésta: lo que no es bueno para un fran­cés, es bueno para un caribe. Ellos se embijan loscuerpos, que de suyo son de color oliváceo, con elrocu. Las mujeres tienen algunas veces una espe­cie de borceguíes, desde la rodilla hasta el tobillodel pie, lo que estiman lindo. Hombres y mujeres lle­van, cuando los tienen, algún collar de abalorios ode cristal, o de pequeños huesos bastante bien dis­puestos. Cuando éste, a quien nosotros llamamos elpiloto, que es entre ellos uno de los primeros capi­tanes, y antiguo amigo y fiel a los franceses, vino aver al señor gobernador, tenía en la cabeza un somobrero, como señal de que ama y estima a los fran­ceses; los otros van con la cabeza descubierta como

Tipos antillanos en antiguos gr.abados de época

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el resto del cuerpo. Ellos lían sus cabellos, que noson demasiado largos, detrás de la cabeza y allí po­nen o ensartan plumas de guacamayo, de flamencoy otros pájaros, o los dejan caer por detrás y allíprenden algunos adornos a su gusto. Ellos se arran­can la barba. ArIet, hermano del piloto y tambiéncapitán, tenía pequeñas piezas de bronce colgandode fas labios, el mentón, y la nariz. Las mujeres sondesgraciadas y tratadas como esclavas; ya que esnecesario que ellas hagan los huertos, las tareas dela casa y todo, excepto la guerra, la pesca y la caza,o si hay algún gran árbol que abatir, el marido al­gunas veces se toma la molestia. Ellos tienen variasmujeres; las toman y las dejan a discreción; las tra­tan muy mal y algunas veces las matan no habiendoentre ellos justicia alguna, ni tampoco superioridad;cada_uno hace lo que quiere y son dispensados loscrímenes más horribles, diciendo únicamente queestaba Inuche burachae, es decir, muy ebrio. Ellosmatan, también, algunas veces a sus personas mayo­res diciendo que éstos no pueden más y son muydesgraciados; y cuando sus mujeres son viejas, lasmatan, alegando como razón que ya no pueden hacerel huerto, el casabe, ni el oicu. Son celosos, y siuna mujer falta. la matan, o la hacen sirviente y es­clava de otros; cuando dudan si ella ha hecho malla hacen emborrachar (pues su oicu embriaga cuan·do está bien hecho) con el fin de que en este estadoella no ocultará nada.

Los hombres son maravillosamente holgazanes,y pasan el tiempo dentro de sus camas·hamacas don­de además de beber y conversar se hacen peinarpor sus mujeres, y no pasa una hora que no se haganpeinar otra vez, y no se toman incluso el trabajo depescar o cazar, prefiriendo mejor pasarse con poco,y no comer más que casabe. y cangrejos, que salirde la choza para capturar lagartos, tortugas u otrascosas; aun cuando siempre que vienen a negociarcon los franceses capturan tortugas, y las traen; yesto es lo que ellos comercian principalmente. Traenalgunas veces ananas, guineos y sus arcos y flechasque regalan a sus compadres; así llaman siempre atodos sus amigos.

Estos salvajes tienen una ridícula ceremonia enel nacimiento de sus hijos: la mujer se levanta in­mediatamente después de haber parido y va al tra­bajo si ella puede; el marido se mete en la cama,que está colgada en lo alto de la choza y allá se quejadel vientre y lo frota como si sufriese mucho. Estodura una luna entera, y no sale de la cama más quepor necesidad y apoyándose en un bastón. y se levisita como si estuviese enfermo; es verdad queellos de algún modo han pasado verdaderamente estafingida enfermedad, de tan mal como los tratan,haciéndoles ayunar algunos días muy estrictamenteno dándole de comer más que casabe y de esto muypoco; por bebida se les da bastante, particularmenteluego que el niño mama; después de algunos días,

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él puede comer algunos cangrejos; y se le permitealgo después tortuga. y al final toda suerte de ví­veres indiferentemente, como si estuviere totalmen­te sano; pero primero se hace una asamblea dondeeste pretendido enfermo es desgarrado con púas portodo el cuerpo y pierde bastante sangre; sin embar·go, éstos. que han tenido ya cinco o seis hijos, noson desgarrados más que por los brazos y las pier­nas. En cuanto a los niños, ellos no saben lo quees envolverlos en pañales. ni de las delicadezas quenosotros tenemos para con ellos, aunque ellos losaman tiernamente.

Se observa casi la misma ceremonia para hacerun capitán. quien no obstante no tiene mucha auto­ridad entre ellos; se le hace ayunar. se le desgarra.después se le golpea en la cabeza con pieles depescado secas. de manera que si él no resiste esto,y tiene temor de ser herido. no será tenido por unbuen capitán.

Durante el embarazo de la mujer, el marido nocome tortuga ya que. dicen ellos. si la comiese elniño sería sordo como la tortuga; igualmente nocome manatí. ya que tiene los ojos muy pequeños ysi el padre lo comiese esta imperfección y defectopasaría a su hijo; sin embargo. cuando comen conlos franceses no son tan escrupulosos.

La vida que ellos llevan les es tan agradable queen ella están muy contentos; y cualquier buen trata­miento que les hagáis, no los retendrá a vuestrolado. Se han visto algunos que habiendo vivido largotiempo entre los franceses. y muy a gusto. en la pri­mera ocasión se han escapado y vuelto con los otrossalvajes. Son extremadamente desconfiados, nocreáis que si ellos ven un fusil en Vuestra mano, vie·nen a vuestra casa; las menores cosas le dan des­confianza. Cuando nosotros pasamos a nuestra vuelota por la Dominica un salvaje venía hacia nosotros,pero tan pronto se dio cuenta de que nuestro pe·queño bote estaba detrás del barco. se volvió rápida­mente. Si alguien tiene armas en el barco jamás ven­drán a bordo; si uno de ellos sube al barco. el otroespera siempre en la canoa y vigila por todos lados.

Juzgan a los otros como se debe juzgar entre ellos.jamás se debe confiar; ellos vienen a una choza ymiran por todos lados. en parte para ver que nohaya nada que les haga temer y en parte para des­cubrir las maneras de sorprenderla. Cuando ellosvieron la casa de ladrillo que el señor gobernadorhabia mandado hacer, venían y la golpeaban, paradarse cuenta si la podrían derribar, y encontrándolafirme. disimulaban su asombro y enojo, diciéndolecomo vencidos. muche manigat (astuto) mi campa·dre. Ellos no intentan más que atacar por sorpresa,y aunque os hayan puesto buena cara. cuando tuvie­ren ocasión propicia no es necesario esperar de ellosalguna misericordia. Y cuando han procurado sor­prenderos. si fallan su golpe. vendrán fríamente a~deciros, mi no enfadado contigo. y tratar con vaso-

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tros como si nada hubiese pasado, y como si fuerenvuestros mejores amigos.

Son extremadamente cochinos en su comer; quienle hubiere visto hacer su oicu, tendría horror de él.Un día, en la presencia de nuestro señor gobernadoren una cena, uno de ellos, estando alejado de unplato del que tenía apetito, se montó sobre su banco,después puso un pie sobre la mesa entre los platospara apoyarse y avanzó una mano hacia el extremode la mesa donde estaba este manjar, y así extendi­do a todo lo largo sobre los platos, y viandas, cogióentre sus manos lo que él deseaba. He ahí cuán civi·lizados son estos señores. Por lo demás son tansoberbios que sea quién sea que les vaya a ver, nose levantarán para recibirlo, sino que le dirán sola·mente, mostrándole una cama: "Métete ahí". Ellospiden muy libremente todo lo que les place y esnecesario que no se le rehúse; es por esto que losque los conocen bien no dejan expuesto nada ensus chozas cuando los salvajes deben venir a ellas,salvo lo que quieren darles. Prometen bastante, perofaltan frecuentemente a lo prometido. A los anima·les que les hacen daño, se los comen, como las ni·guas, garrapatas y parecidas porquerías.

Continuación del tema de las costumbres de loscaribes.

CAPITULO X

Los salvajes hacen frecuentemente, en diversasocasiones, los vinsl en sus carbets, es decir asam·bleas en grandes casas hechas para la ocasión don­de ellos beben excesivamente, sin comer más que

1. Vins es el término que dieron los indios a sus asam.bleas después de haber entrado en contacto con los fran.ceses Du Tertre, Histoire générale des Antilles, 1667, T 11,pág. 356.

muy poco; ello dura algunas veces hasta ocho o diezdías y es entonces que es buen momento para ata·carlos pues están casi siempre ebrios. Después deesta ceremonia comienzan a tratar asuntos; parti·cularmente de la guerra, donde los más antiguoscapitanes arengan y son escuchados con un mara·villoso silencio, y cuando éstos acaban les siguenunánimemente aun cuando no tenga autoridad algu­na de mandarles. Este modo de tratar de los asun­tos de guerra comienza ordinariamente con grandescaramemos, o discursos, y quejas de viejas, que in·forman todo lo que les han hecho éstos de quienesse está hablando de haterles la guerra, o a sus anocestros, aunque hayan sido injurias de palabra;ya que disputar con un salvaje es tanto como gol·pearlo. y golpearlo es tanto como matarlo; y siofendéis a un salvaje en particular, ofendéis a todala nación; pero no ocurre así con el bien que leshayáis hecho en particular, el común de ellos no to­ma parte de éste. Después de este caramemo los ni.ños, danzando, saltando y llorando, piden que sevenguen estas injurias, toda la.juventud se revuelvey manifiesta su deseo y coraje; después los viejosordenan.

Además de la guerra que tienen contra nosotroslos franceses en la Guadalupe, y contra los inglesesen Santa Lucia, Antigua, Monserrat y otras islasocupadas a los caribes; ellos también la hacen con­tra los galibis que son los salvajes de la Tierra Fir·me, y tienen alianza y sociedad de armas con losaroages (arawaks) que están también en TierraFirme. No tienen dificultad para ir a sorprender aestos enemigos, y exponerse en sus canoas y pira.guas a un viaje por mar de más de doscientas leguas;ellos van de isla en isla y prevén bastante ciertamen.te los malos tiempos y tempestades mediante lacontemplación del cielo y de los astros de los cua·les ellos tienen conocimientos maravillosos.

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Introducción

NUESTRA ~POCA, INDIVIDUALISTA HASTA EL EXTREMO.

se resiste a cualquier intento de definición ab­soluta y, por otro lado, propicia la diversidad deopiniones. En muy pocas cosas estamos de acuerdo,si las palabras no fuesen lo suficientemente claras,los hechos demuestran que cada persona .entien­de. y .hace. a su modo. Tal actitud es evidenteen teoría y en la práctica. Dentro de las esferasintelectuales, las opiniones propias son abundan­tes. Esto tiene su lado positivo, ya que ningún pen­sador o crítico, que se precie de ello, puede ser unparásito intelectual. Detengámonos en el campo dela poesía donde podría decirse que hay tantos cri­terios poéticos como poetas, aparte de los emitidospor los meros críticos: Sin ser ni lo uno ni lo otro,expondré mi concepto poético. Poesía es expre­sar algo que se escribe y no se dice, pero el buenlector entiende. La originalidad no es una condi­ción indispensable dentro del marco poético; re­sulta difícil pensar que el ser humano pase por di·ferentes experiencias, todo se ha hecho; mas noimporta el «que. sino el «como•. Por tanto, exigiroriginalidad a priori es inoperante. La poesía cultapresenta una mayor tendencia a buscar lo novedo­so, aunque no escapa a las influencias socio-cultu·rales. La poesía popular se llena de elementos pres­tados que en manos del poeta se toman originales.La lírica popular se nutre de la tradición colectiva.Las gentes sencillas de todos los tiempos no hanvisto el plagio o el tópico como algo vergonzoso,simplemente cantan lo que a todos acontece, y paraque su canto llegue a muchos han de usar palabrasclaras y directas.

El trabajo que nos ocupa pertenece a este es­tilo literario. Gala Hemández, sin ella saberlo,toma de la tradición, del .autor-legión., una serie

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Gala Hernández y la líricapopular puertorriqueña

Por MATlLDE ALBERT ROBATTO

de elementos folkloricos y los funde con los desu propia invención; en esto radica su originalidad.La valoración de su obra ha de entenderse en es­tos términos.

A continuación procederemos a examinar trescomposiciones de la autora citada, son éstas: Co­plas de desprecio, Los Reyes llegaron y Puerto Ri­co es un edén. Es necesario hacer antes una acla·ración. Dichas composiciones tienen música de lapropia autora, lo que aumenta su valor. El análisisliterario nunca podrá reproducir la impresión dela poesía cantada. La experiencia directa fue suma­mente enriquecedora; en ella actuaron las siguien.tes personas: Gala Hemández, como autora y can­tante; Enrique Reyes, Domingo Andino y JuanMartín Rivera tocaron la guitarra. el cuatro ,y elgüiro. respectivamente.

Coplas de desprecio

Mujer si es que tú has creídoque mi cariño es sincero.te dejaste engañarde un ruiseñor lisonjeroque pica y remonta el vueloy no fija su atención,volando de flor en florme paso toda la viday el amor que te teníaera poco y se acabó.

Yo no conozco la penani creo en cariño vanoni hay quien se haya alabadoque le he querido de veras;como el ave pasajeravolañdo de gancho en gancho,toda la vida la paso

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picando la mejor flory siempre mi corazón10 reservo para mí,si algo por ti sentíera poco y se acabó.

Yo siempre llevo mi vidapor el camino derechoporque soy un hombre rectoy nunca creo en mentiras;si tú crees vida míaesto que te digo yo,sabrás cambiar de opiniónen cuanto de amor se trateporque tú no 10 pensastey era poco y se acabó.

Adiós le voy a decira ese cariño fingidomujer, sigue tu caminoque te inspira la ilusión,y si no tengo razónperdón te vaya pedir,conquista tu porveniry que te bendiga Dios;yo no puedo dar tu amorporque no lo he conocidosi algo por ti ha existidoera poco y se acabó.

No creas en ilusionesni en cariños pasajeros,soy el ruiseñor pamperoque me burlo de las floresbellas en lindos coloressu perfume voy libando,con el pico voy picandohasta que pierda su olory cuando me habla de amoryo le digo en mi coplitadespídete muchachitaque era poco y se acabó.

GALA HERNÁNDEZ

Andlisis -estilístico

Se entiende. por copla no sólo la compOSlClOnoctosilábica asonantada en los pares, sino tambiéncualquier estrofa de tema popular y no muy ex·tensa. Esta segunda acepción, muy 'Común, es laque el pueblo prefiere, debido a la libertad y amoplitud que deja al poeta. La copla, que tiene susraíces en el antiguo romancero, es, hoy día, lacanción popular de mayor vitalidad, en España y

en HisI!anoamérica.' Distintas preocupaciones hu·manas han sido tema de estos cantos: el amor, lostemas religiosos, reflexiones morales, inquietudesfilosóficas, etc. Dentro de las coplas amorosas seencuentran las que, paradógicamente, expresan sen·timientos contrarios; digo paradógicamente, pues­to que el desprecio y despecho amoroso provienende un amor no correspondido. Esta clase de senti·miento no siempre se expresa de la Jl.lisma mane·ra, al respecto dice Marcelino Canino '2: «En al·gunas. coplas el desprecio se dice escuetamente, enotras, de una forma muy velada y sutil, y en otras,a través de la ironía o la burla». Las que analiza­remos a continuación, funden la ironía, la burla yla expresión desnuda o escueta; el verso final decada .estrofa es un buen ejemplo: «era poco y seacabó».

El desprecio amoroso que motiva esta compo­sición va más allá de ]a cercana experiencia per­sonal; la autora elabora una postura cínico-filosófi·ca con respecto al amor. Parece como si el hechoreal, pasajero, hubiese dejado un estigma perma·nente. El amor, aquí, es como un juego efímero,hay una constante alusión al vuelo del ave quesimboliza la inconstancia amorosa. Al autor no leinteresa ni amar ni ser amado, su actividad nova más allá de los primeros escarceos amorosos.La actitud de desconfianza y minusvaloración delamor, pudo ser motivada por el desprecio. reclll\zoo un profundo convencimiento de la fragilidad delas relaciones humanas. Esta última alternativa serelaciona estrechamente con la visión cínica amo­rosa, a que me he referido. No sería erróneo afir·maria, ya que la autora, mujer sencilla, vive den·tro de una tradición en la que el desengaño, la ca·ducidad de lo terreno y la precariedad de los sen·timientos forman parte de sus creencias. La psico­logía de los pueblos hispánicos está muy influidapor el Eclesiastés y el senequismo.

La primera estrofa presenta el tema del des­precio por medio de las metáforas «ruiseñor lison·jero». Este pajarillo se caracteriza por su veleidady atractivo; así, semeja el amor inconstante, aun·que cautivador. El vuelo del ruiseñor, «de flor enflor. enfatiza la imagen del amor cambiante; estaexpresión es muy popular, ver al enamorado comopájaro que va de flor en flor. Los dos últimos ver~

sos unen el plano poético y e] real, ahora se aludea un hecho concreto: el fin del amor.

o La segunda estrofa sigue el mismo procedimien­to: del mundo real al mundo poético, y éste secentra en la figura del «ave pasajera». Es intere~

sante observar una variante, en el sexto verso, «vo­]ando de gancho en gancho», de la forma «volando

~. Así lo ~firman F. Manrique Cabrera yA. Masan, His·tona de la LIteratura Puertornqueña, pág. 50.

2. La copla y el romance en Puerto Rico, pág. 63.

4­:"

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de flor en flor., usada en la primera estrofa. Lavoz «gancho., es tan cQmún entre la gente delcampo como rama o flor. A pesar de la semejanzacon la estrofa anterior, se observa ahora un acu­sado grado de despecho y cinismo. Los cuatro pri­meros versos confirman esta actitud escéptica ylos versos 9 y 10 insisten en la reserva, la renun·cia a la entrega; el último verso, el pie forzado,es ilustrativo de ese escaso amor que termina, laforma verbal expresa una acción finalizada tiempoatrás.

Una relación directa y escueta conforma la ter­cera estrofa. Se continúa la visión del amor enga­ñoso, por eso dice, al principio, que «su vida y suactuar, va por el "camino derecho" y como conse·cuencia es "recto", honesto y no cree en la farsadel amor•. Al referirse a la mujer la apostrofa afec­tivamente, «vida mía», y le aconseja un cambioante el amor. La representación poética de la vidacomo camino emparenta esta composición con anotiguas tradiciones.

El amor concreto y la engañosa e~periencia seexpresan directamente, por primera vez, en la cual'·ta estrofa. Por medio de una optación le pide a lamujer que se aleje, que siga su «camino»; vuelvela metáfora ya usada. Esta es una despedida sinrencores y ante la posible equivocación, se pideperdón. Tampoco hay jactancia ni envanecimiento,pues no puede dar el amor que no tuvo, pero acla­ra la brevedad del sentimiento que ella inspiró, «sialgo por ti ha existido/era poco y se acabó•.

En la última estrofa insiste en esa visión gene·ral de desengaño, «No creas en ilusiones ni encariños pasajeros». Vuelve la metáfora del ruise­ñor que recalca la volubilidad amorosa. Hay unestrecho paralelismo o una correlación: ruiseñor,fIores, hombres, mujeres. Aunque soterrada, existela concepción donjuanesca del amor: corno el rui­señor abandona la fIor cuando ésta pierde su aromaasí también se conduce, por lo general, el enamo­rado. Los dos últimos versos son un salto de unnivel a otro, el pie forzado presenta la más clararealidad.

Hemos podido observar que estas coplas dedesprecio son un ejemplo de la poesía popular,no sólo por su temática y forma expresiva, sino,además, por ]a visión de munde:! elemental y sen­cilla: la vida continúa, pese a los desengaños indi­vidua]es. La naturalidad con que se expresan estossentimientos, el vocabulario sencillo, la forma di­recta, e] cambio del plano real al plano urico, ha­cen de esta composición una interesante expresiónde ]a lírica popular.

Coplas de desprecio

1 Mujer si es que tú has creído 8a2 que mi cariño es sincero, 8B

3 te dejaste engañar 8c4 de un ruiseñor lisonjero 8B5 que pica y remonta el vuelo 8b6 Y no fija su atención, 8d7 volando de fIor en flor 8d8 me paso toda la vida 8e9 y el amor· que te tenia 8e

10 era poco y se acabó. 8d

1 Yo no conozco ]a pena 8a2 ni creo en cariño vano 8b3 ni bay quien se haya alabado 8b4 que le he querido de veras; 8a5 como el ave pasajera 8a6 volando de gancho en gancho, 8b7 toda la vida la paso 8b8 picando la mejor flor 8c9 y siempre mi corazón 8c

10 ]0 reservo para mí, 8d11 si algo por ti sentí 8d12 era poco y se acabó. 8c

1 Yo siempre llevo mi vida 8a2 por el camino derecho 8b3 porque soy un hombre recto 8b4 Y nunca creo en mentiras; 8aS si tú crees Vida mía 8a6 esto que te digo yo, 8c7 sabrás cambiar de opinión 8c8 en cuanto de amor se trate 8d9 porque tú no lo pensaste 8d

10 Y era poco y se acabó. 8e

1 Adiós]e voy a decir 8a2 a ese cariño fingido 8b3 mujer, sigue tu camino 8b4 que te inspira ]a ilusión, 8eS y si no tengo razón 8e6 perdón te voy a pedir, 8a7 conquista tu porvenir 8a8 y que te bendiga Dios; 8c9 yo no puedo dar tu amor 8e

10 porque no ]0 he conocido 8b11 si algo por ti ha existido 8b12 era poco y se acabó. 8c

1 No creas en ilusiones 8a2 ni en cariños pasajeros, 8b3 soy el ruiseñor pampero 8b4 que me burlo de las flores 8aS bellas en lindos cotores 8a6 su perfume voy libando, 8c7 con el pico voy picando 8c8 hasta que pierda su olor 8d9 Y cuando me habla de amor 8d

10 yo ]e digo en mi coplita 8e

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11 despídete muchachita 8e12 que era poco y se acabó. 8d

GALA HERNÁNDEZ

Métrica

La composición se trabaja a base de versos oc·tosilábicos con rima, generalmente, asonantada. Laforma estrófica es variable, hay dos décimas y tresestrofas de doce versos que funcionan como déci­mas, en lo que se refiere al pie forzado. El uso dela décima arranca de una castiza tradición españolae hispanoamericana.3 Siguiendo el criterio de Lopede Vega,· esta forma es buena para las quejas, eneste caso las amorosas, ya que el desprecio es lacara inversa del amor.. La primera estrofa es una décima que no r~s­

ponde enteramente al patrón de la décima espine­la, la más usada en Puerto Rico, ni al de la décimacalderoniana. Los cuatro primeros versos riman amodo de copla. El cambio de consonante apareceen el 6." verso. Los cuatro últimos versos rimancomo una redondilla. El cambio en el" 6.° verso yel final como redondilla es una combinación freocuente en Puerto Rico.

La segunda estrofa se compone de doce versosasonantados, donde se puede distinguir una redon·dilla en los cuatro primeros versos y en los cua·tro últimos. Se da el cambio de rima en el octavoverso y termina con el pie forzado.

La tercera estrofa es la clásica décima espinela.La cuarta estrofa se compone de doce versos,

en los que predomina la rima a manera de parea·dos: 2." y 3.", 4." Y 5.°, 6.° Y 7.°, 8.° Y 9.", lO." Y 11."Tennina con el pie forzado, que corresponde al

. cambio de rima introducido en el verso tercero.La estrofa quinta, de doce versos, comienza con

una redondilla; el quinto verso continúa la mismarima. Un cambio de rima aparece en el 6.° verso,que forma un pareado con el 7." verso. El 8.° tieneotra nueva rima. La estrofa termina en una re·dondilla y pie forzado.

Ritmo

Como modelo de esta composición, vamos ato.mar la estrofa tercera para medir el ritmo.

1. O O O O O O O O Dáctilo2. O O O O O O O O Dáctilo3. O O O O O ¡Q O O Trocaico4. O O O O O O O O Mixto A

3. Rt:CUér,!Jese el papel que ~uega la décima en la líricapuertornquena. Véase: Ivetle Jlmenez Báez La décima po-pula" en Puerto Rico. •

4. Arte Nuevo de Hacer Comedias, pág. 17.

s. O O O O O O O O Mixto B6. O O O O O O O O Trocaico7. O O O O O O O O Mixto A8. O O O O O O O O Mixto B9. O O O O O O O O Trocaico

10. O O O O O O O O Trocaico

Las periódicas combinaciones ritmicas y sus va-riaciones, dan a la estrofa la originalidad y riquezamusical suficiente que, unidas a la regularidad mé·trica, hacen de ella el mejor ejemplo formal detoda la composición.

Aguinaldo navideño Los Reyes llegaron

Los reyes llegaroncon gran alegriay le regalaronoro, incienso y mirra.

Coro:Oh niño bendito,Oh niño adorado,los judíos malditoslo crucificaron.

Herodes queríael niño matary a los inocentesmandó a degollar.

(Coro)María llorabadentro del portaly le alumbrabala estrella polar.

A la media nocheel gallo cantóy en su canto dijoya el niño nació.

(Coro)El niño nacloentre mula y buey.Los magos de Orientelo vienen a ver.

(Coro)Vamos a despedimosSeñores toditoscon José y Mariay el Niño bendito.

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A. Análisis estilístico

El villancico y el aguinaldo son las dos formastípicas de los cantos navideños de Puerto Rico.Sin embargo, el aguinaldo tiene una mayor popu­laridad, a la vez que posee características diferen­tes del que se canta en España. Los Reyes llegaronsigue la línea del aguinaldo puertorriqueño, dondese mezclan los temas de la Natividad y la Pasión,aunque también se perciben diferencias. La estruc·tura tradicional del aguinaldo es la siguiente: elsaludo, los cantos navideños y la despedida; eneste caso específico sólo hay dos partes, ya que elsaludo no aparece y directamente se entra al temade la Epifanía. Todo el poema gira en torno a laAdoración de los Reyes y Nacimiento, pero es evi­dente que no sigue el orden de los sucesos, puestoque primero introduce el tema de la Epifanía yluego el del Nacimiento, además intercala tempo­ralmente el episodio relacionado con Herodes y lamatanza de los Inocentes; este desorden cronoló­gico es común en la poesía popular. El coro, uneel tema de la Navidad y el de la Pasión, liga dosmomentos opuestos; se observa el corte abrupto,después del segundo verso, para pasar al final elela vida de Cristo; además tampoco se explica elpor qué de esa muerte. El corte abrupto y finaltrunco son características de la poesía tradicionalque responde a los intereses sentimentales del púoblico; el cantor busca destacar los sucesos más con­movedores. Paradógicamente este coro es fragmen­tario y, a su vez, cíclico puesto que resume todala vida de Cristo. Es interesante observar el efectodel adjetivo, en esta estrofa, ..bendito», «adorado»y ..maldito» cumplen una función caracterizadora.

La primera estrofa sitúa el suceso, ya concluido,en un pasado lejano, el uso del pretérito indefinidomatiza ese momento. Se repite la vieja tradicióncristiana de la simbólica ofrenda: oro, incienso ymirra. A pesar del contenido narrativo, la estrofaadquiere un nivel lírico debido a ese misteriosoregalo para el Niño.

Entre la LA y la 3.- estrofa no existen elementosnarrativos de enlace; se canta a un pueblo conoce­dor de esas tradiciones religiosas. Nada se explicade la personalidad de Herodes, dicho suceso estábastante difundido entre el pueblo. Se mezclan elpretérito .imperfecto, ..quería» y el pretérito inde­finido, «mandó»; ambos tiempos se complementan,ya que el indefinido lleva a cabo la acción deseadaen el imperfecto.

María, en la 4.- estrofa, es el centro poético. Sedescribe una acción que no termina, ..lloraba» y«alumbraba». La localización del portal es el lugarfísico de enlace entre el sujeto poético de esta es·trofa y el sujeto poético y tema central de todo el

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poema. La estrella polar contiene un elemento debuen presagio, muy del gusto popular.

Las estrofas 4.A, 5.A Y 6.- forman una unidad:

la 4.- es la expectación, la 5.-, el acontecimientocumbre y la 6.- relata el suceso-motivo del agui­naldo. La 5.- estrofa está en pretérito indefinido,para recalcar el suceso ya consumado; también elgiro temporal, «a la media noche», actualiza la ac­ción. La mezcla de narración y diálogo indirectoo estilo indirecto, otra' característica de la poesíapopular, ayuda a crear un ambiente de realismo lí·rico en esta estrofa.

La naturalidad, rasgo popular, aparece en la 6.­estrofa, el niño nace «entre mula y buey». Fren·te a esta escena llena de conmovedora pobreza secontraponen las figuras misteriosas de lQs ..magosde Oriente»; también el pueblo gusta de estos con·trastes inexplicables. El juego temporal añade vita­lismo a la estrofa.

La despedida, 7.- estrofa, cierra el cuadro deuna manera viva; hace reales a los presentes. Laforma popular «toditos» señala el final cordial yalegre del canto. Hay que observar también laausencia explícita de la petición, común en otrosaguinaldos.

Una vez examinado este aguinaldo en términosparticulares, es preciso señalar algunos puntos que

"lo unen a la corriente tradicional de la poesía fol·klórica puertorriqueña, a pesar de la cercanía li­teraria de esta obra. Observábamos el principioabrupto, al inicio del poema, así también el desor­den cronológico y el fragmentarismo. Son rasgospopulares: la mezcla de tiempos verbales, en casitodas las estrofas, la escasez de lo maravilloso, elrespeto del poema por la tradición religiosa, el li­rismo del coro y las interjecciones. El hilo narra­tivo se rompe por medio del «creador desordenpoético» y la repetición del estribillo. En todo elpoema se mezclan el plano lírico y el épico.

Métrica ~

Aguinaldo Navideño Los Reyes llegaron

1 Los reyes llegaron 6A2 con gran alegría 6b3 Yle regalaron 6A4 oro, incienso y mirra. 6b

'--" '-"5 ~oro:

6 Oh niño bendito, 6c7 Oh niño_adorado, 6d8 los judIos malditos 6c9 lo crucificaron. 6d·A

5. Se usarán letras mayúsculas para la rima perfecta yminúsculas, para la imperfecta.

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10 Herodes quería 6b11 el niño matar 6E12 Y a los inocentes 6f-13 mandó a degollar. 6E......-

(Coro)14 María lloraba 6G15 dentro del portal 6e16 y le alumbraba 6G17 la estrella polar. 6e18 A la media noche 6h19 el gallo cantó 6i20 y_en su canto dijo 6c21 ya el niño nació. 6i-

(Coro)22 El niño nació 6i23 entre mulay buey. 6f24 Los magos de_Oriente 6f25 lo vienen a ver. 6f

(Coro)26 Vamos a despedirnos 7-27 Señores toditos 6c28 con José y María 6b29 Y el Nifio bendito. 6c-

La autora ma el metro hexasilábico en todos losversos, a excepción del 26.° La composición es dearte menor. Se mezclan asonancias y consonan­cias, aunque predomina la primera forma.

La estrofa inicial rima a modo de cuarteta. Elcoro sigue el mismo tipo de rima alternada. Latercera estrofa rima a modo de coplilla. La 4.a vuel­ve a la forma de rima encadenada. La 5.& estrofa,como la 3.R• La 6.a se inicia con la repetición delverso final de la estrofa anterior, lo cual hace másevidente la semejanza métrica y rítmica; aunquehay una rima semejante en el 2.°, 3.° Y 4.° versos,sólo la combinación del 3.° y 4.° logra efectos mu­sicales. La 7.a estrofa se inicia con un verso de 7 sí·labas, que consideramos libre, aunque repita laasonancia de io. La rima es como una copla.

Ritmo

La estrofa

Coro

6 O O ° O O ° Dactílico7 O O O O O O Dactílico8 O O a O O O Dactílico9 O O O O O O Dactílico

En los versos siguientes predominan tambiénel ritmo dáctilo, 10 cual da ligereza y soltura a lacomposición.

Puerto Rico es un edén

(Seis con décima)

Nos canta un gallo cantoralegre en la madrugaday en las mañanas de granaalumbra y calienta el solcon su candente fulgornos da fuerza y alegríapara ti islita queridahoy te canto yo tambiénPuerto Rico es un edénentre todas las Antillas.

Ladra el perro en el bohío,muge la vaca en la lomay hasta la tórtola solavuela y sale de su nido.Después se escucha el cantíodel canario en el laureltodo es alegría y placeraquí en mi patria queridaentre todas las AntillasPuerto Rico es un edén.

Allá en la verde enramadaadonde canta el sinsontecon su cantar lisonjeroanuncia un nuevo horizonte.Todas las aves entoncescantan con ecos fervientesel arroyo en su corrientealegre canta tambiéna mi islita con placeryo le canto en este díay entre todas las AntillasPuerto Rico es un edén.

1234

000 °000 °° 000° O O O

O °O O

O °O O

DactílicoDactílicoDactílicoDactílico

Son sus mares cristalinoslos de las aguas más clarasdonde pinta el horizontelas más preciosas mañanas.Es nuestra islita adoradahospitalaria tambiény se advierte con placer

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sus vegas majestuosasdonde el poeta reposaPuerto Rico es un edén.

GALA HERNÁNDEZ

El canto a la belleza natural de Puerto Rico,ha sido Una constante a través de las diversas ex­presiones literarias. Esta muestra de admiraciónes una forma de expresar el sentimiento patriótico.Se destaca las matizaciones de su verdor, el cam­biante colorido del mar a lo largo del día, los má­gicos atardeceres, la variedad de sus árboles, latranquila noche de cielo cercano, etc. Tales mani­festaciones abundan tanto en la literatura cultacomo en la popular. Según María Cadilla de Mar·tinez,· la décima ha expresado plenamente el sen~

timiento patriótico, unido a la admiración ante lasbellezas naturales. La composición de Gala Her­nández, Puerto Rico es un edén, pertenece a estetipo de obras.

Las formas populares, aguinaldos y décimas, secantan, en ocasiones, acompañadas de música tí·pica; los instrumentos que acompañan a la décimacantada son: la guitarra, el güiro, el cuatro, a ve­ces, las maracas y los palillos. Sobre este doble as­pecto del folklore puertorriqueño dice Ivette Ji·ménez de Báez.7 «La décima puertorriqueña siem·pre se canta, pero también se baila con algunosacompañamientos (seis con décima). En esto cree­mos, hasta donde hemos podido constatarlo, que,se distinga de la de los demás países». ManuelAlonso' incluye al «seis» entre los bailes popula­res de «garabato». Es interesante observar cómoen el proceso de creación el trovador ajusta mú·sica y letra; la misma rima debe acomodarse a lacombinatoria musical establecida. Puerto Rico 'esun edén, seis con décima, es un buen ejemplo deaparejamiento Urico melódico, donde unas suavescadencias dejan resaltar la visión sensorial de laisla.

El tema de toda la composición es el despertar,el amanecer isleño. La primera décima alude alalegre canto del gallo. La imagen cromática «ma­ñanas de grana» expresa los amaneceres isleños,teñidos de rojo por los efectos de la luz solar. Elgallo y el sol son los dos elementos que anuncianel día; a su vez, el sol es símbolo de alegría y fuer­za, «alumbra» y «calienta». El uso del diminutivo,«islita», seguido de «querida», subraya el contenidoafectivo de la estrofa, que se manifiesta a pleni.tud en la expresión metafórica, «Puerto Rico es unedén». El presente, que se continúa a lo largo del

6. lA poesfa popular en Puerto Rico¡, pág. 40.7. lA dtdma popular en Puerto Rico, pág. 102.8. El lIbara, págs. 37-40.

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poema, dota a la composición de un sentido rea­lista y actual.

La segunda estrofa pinta el despertar de losanimales; todos ellos, tranquilos, en sus respecti­vos lugares, contribuyen a la paz y serenidad delambiente. La palabra «bohío» resulta expresiva yprecisa, ya que nos sitúa en un amanecer campes­tre. Esta estrofa, al igual que la anterior, insisteen el aspecto alegre y placentero de la vida sen·cilla.

El canto del sinsonte, 3.- estrofa, es un buenaugurio, induce al resto de las aves para que seunan a él. También el arroyo, con su suave co­rriente, contribuye a esta visión idealista; despuésla autora pasa a formar parte del cuadro, por me·dio de su canto.

.El mar que rodea a la isla, el de las aguas «másclaras., está visto como lienzo y como reflejo delhorizonte. La tranquila belleza del lugar se pro­yecta en sus gentes hospitalarias, las ricas vegas y,finalmente, en el poeta que canta.

Toda la composición respira una atmósfera desosiego y felicidad. Por medio del paisaje se des­cribe la patria, en todo su encanto. Es un acerca·miento sensorial, se oye, se ve, se siente la natu­raleza. Los adjetivos tienen un carácter reforzador,«mares cristalinos., «preciosas mañanas», «vegasmajestuosas.. Un lirismo popular, de buen gusto,permea toda la composición. A su vez, el continuoplano temporal de presente y la localización geo­gráfica en función relativa, «entre todas las An·tillas», dan el toque realista de sabor popular.

Puerto Rico es un edén

(Seis con décima)

1 Nos canta_un gallo cantor 8a2 alegre......en la madrugada 8b3 y......en las mañanas de grana 8b4 alumbra y calienta el sol 8a...., ....,5 con su candente fulgor 8a6 nos da fuerza y alegría 8c

-.;

7 para ti...,islita querida 8c8 hoy te canto yo también 8d9 Puerto Rico......es un edén 8d

10 entre todas las Antillas. 8e

1 Ladra el perro_en el bohío 8a2 muge la vaca......en la loma 8b3 Y hasta la tórtola sola 8b4

...... .8avuela y sale de su mdo.

5 Después se escucha el cantfo 8a6 del canario en el laurel Se7 todo_es alegríay placer 8c8 aqu(yn mi patria querida 3d

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9 entre todas las Anti.llas 8d10 Puerto Rico es un edén. 8e

'-'"

.. Allá en la verde enramada 8a- 8b2 adonde canta el sinsonte3 con su cantar lisonjero 8-4 anuncia un nuevo horizonte. 8b-5 Todas las aves entonces 8b6 cantan con ecos fervientes 8e7 el arroyo......en su corriente 8e8 alegre canta también 8d9 a mi islita con placer 8d

10 yo le canto en este día 8e11 y_entre todas las Antillas 8e12 Puerto Rico es un edén. 8d

'-'"

1 Son sus mares cristalinos 8a2 los de las aguas más claras 8b3 donde pinta el horizonte 8--4 las más preciosas mañanas. 8b5 Es nuestraJslita_adorada 8b6 hospitalaria también Be7 y se...Jldvierte con placer 8c8 sus vegas majestuosas 8d9 donde el poeta reposa 8d

'-'" Be10 Puerto Rico es un edén.'-'"

GALA HERNÁNDEZ

Métrica

Esta composición tiene cuatro estrofas: tresdécimas y una estrofa de doce versos, la cual fun·ciona a manera de décima. La rima es asonante ylos versos octosilábicos.

La 1.* Y 2.* estrofa siguen el patrón de la dé·cima espinela. En la 3.* estrofa hay rima alternada,el cambio en el 6.° verso, un pareado en los ver­sos 6.° y 7.°, y termina con una redondilla. La es­trofa 4.* es una décima con una rima alternada enel 2.° y 4.° versos, cambio en el 6.° y redondillaal final.

Ritmo

Como paradigma se tomará la 1.* estrofa paraobservar las variaciones rítmicas.

1 O O O O O O O O Mixto A

2 O O O O O O O O Mixto A

3 O 6 O 6 O O O O Mixto A

4 O 6 O O 6 O 6 O Mixto B

S O 6 O 6 O O 6 O Mixto A

6 O .0 6 O 6 O O O Troqueo

7 6 O O O O O O O Troqueo

8 6 O 6 O O O O O Troqueo

9 6 O O O 6 O O O Troqueo

10 O O 6 O 6 O O O Troqueo

FICHAS PERSONALES

Hernández Pabón, Gala. Edad, 73 años. Educación:Nunca ha ido a la escuela, todo lo que sabe Id apren·dió por sí misma.

Lugar de residencia: Cataño, vive a1lf desde 1920.V:iajes. No ha viajado fuera de Puerto Rico, pero si

por la isla. Le gusta Vega Baja, Ponce y Humacao.Ocupación. Años atrás tuvo una tienda-eafetín. Tam­

bién ha producido un programa radial 'que se llamóMelodías Nativas. Filmó una película para los progra·mas educativos del Canal 6, que se llamó ParrandaCampesina.

Hoy día todavía compone canciones, más dice "quela tienen anulada· y nunca se le ha dado una oportuni.dad buena. Tiene 3 hijos y 13 nietos.

Andino Andino, Domingo (Cuico). Edad, 72 años.Educación: Primer grado.Residencia: Cataño.Viajes. Ninguno, fuera de Puerto Rico.Ocupación. Toca el cuatro. Recibe una pensión de

$ 200 del Gobierno Federal.

Martín Rivera, Juan (El Indio). Edad, SO años.Educación: Hasta quinto grado.Residencia: Cataño.Viajes. Ninguno, fuera de Puerto Rico.Ocupación. Estibador de los muelles. Toca el güiro.

Reyes, Enrique (Quiqué). Edad, SO años.Educación: Hasta octavo grado.Residencia: Cataño.Viajes. Hizo un corto viaje a Nueva York.Ocupación. Chófer de carro público. lleva 22 años

en este trabajo. Toca la guitarra.

BIBUOGRAFIA

ALoNSO, Manuel: El Jibaro, Río Piedras, Puerto Rico,Ed. Cultural, 1949, págs. 223.

CABRERA, Francisco Manrique: Historia de la Literatu·ra Puertorriqueña, Río Piedras, Puerto Rico, Ed. Culotural, 1965, págs. 363.

CAOILU DE MARt1NEZ, María: La Poesía Popular en Puer·to Rico, Tesis Doctoral, Universidad de Madrid, 1933,págs. 366,

CANINO SA~GAOO, Marcelino J.: La Copla y el RomancePopulares en ,la Tradición Oral de Puerto Rico, SanJuan de Puerto Rico, Ed. Instituto de Cultura Puer·torriqueña, 1968, págs. 176.

---: La Poesia Tradicional en Puerto Rico, TesisDoctoral, Universidad de Puerto Rico, 1969.

JIM~NEZ DI! B'(EZ, Ivette: La Décima Popular en PuertoRico, México, Cuadernos de la Facultad de Fi'losofiay Letras y Ciencias, Universidad Veracruzana, 1964,págs. 446.

LOPB DE VEGA, Félix: Arte Nuevo de Hacer Comedias,2.* edición, Buenos Aires, Ed. Espasa.calpe, 1948,págs. 161.

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