cronica del gran incendio de guayaquil francisco campos 1896

93
\\n\\\\m\\\@\\\\1Ifl@@@flflg\\g\\@\m\\\\\\\\ w G U A Y A Q U IL — I 8 9 6 u_- Generated on 2012-09-13 22:59 GMT / http://hdl.handle.net/2027/uc1.b4789323 Public Domain in the United States, Google-digitized / http://www.hathitrust.org/access_use#pd-us-google

Upload: jose-chancay

Post on 25-Nov-2015

110 views

Category:

Documents


21 download

TRANSCRIPT

  • \\n\\\\m\\\@\\\\1I@@@g\\g\\@\m\\\\\\\\ w

    G U A Y A Q U IL

    I 8 9 6 u_-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    22:

    59 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • INRGEGNQEN.

    STE lbroes de actualidad: ms que de actua-

    lidad, es necesario.

    Despubs de la gran catstrofe que ha "trado el des

    consuelo y la. tristeza: despus de haber visto desa-

    parecer en pocas horas, el trabajo de tres siglos, es pre-

    ciso queda Historia se siente sobre los escombros h-

    meantes, y escriba la. relacin del pavoroso incendio.

    sas horas de luto y de lgrimas, no pasan: .ha.n

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    07 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • pesado sobre Guayaquil, com: un siniestro harrible. y

    la Amrica entera, ha experimentado una especie de

    espanto. Un estupor profundo ha pasado par todas las

    ciudades del continente occidental y los habitantes de

    un hemisferio entero, han llorado con nosotros. sobre

    las ruinas de una ciudad oreciente, cuya porcin

    ms valiosa ha desaparecido destruida por el incendio.

    Es en realidad una cosa. aterradora. Dormir

    una ciudad entera, metida por la brisa de su ro, arru-

    llada por las palmas que le dau sombra, tranquila; re-

    costada sobre sus colinas verdes y sembradas de ores

    que embalsaman su ambiente, y despertar en medio de la

    noche, al eco terrible dela alarma, y contemplar en el ro-

    jizo horizonte la llama que se eleva terrible y amenaza-

    dora; ver las casas desaparecer derretidas al soplo abrasa-

    dor. A lasuptema calma,suceder la.suprema lucha: al pa-

    cco sueo, el estupor profundo: la. brisa suave el hu-

    racn, y esta terrible escenmdbujnd: en su atm isifera.

    llevar el supremo terror los horizontes lejanos, y todos

    los pueblos circunvecinos, contemplando, en extenso rip

    dio de sesenta millas, una ciudad, grande, poderosa, rica,

    orgullosa con el trabajo de sus hijostranquila sobre el

    porvenir, por la riqueza propia de su suelo, emporio del

    comercio de una nacin, hidalga. y generosa, de todos

    asilo, para todos madre, hundirse en torbellino terrible,

    desaparecer en conagracin espantosa, ante la llanta que

    abrasa, la mayor parte de sus edicios! Mil quinientos

    hogares devorados por la inmensa hoguera; el hogar del

    rico y el hogar del pobre; el palacio y la humilde choza:

    I V

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    04 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • el templo, la imprenta, el banco, la escuela, el taller, la

    aduana, todo ha desaparecido, y de ese montn de edi-

    cios llenosde vida, slo ha quedado un montn de escom.

    bros. como un campo de desolacin. Y los alrededores

    de la ciudad, el espectculo an ms desolador: veinti-

    cinco mil personas sin abrigo y sin pan, contemplando

    el inmenso desastre.

    Mas, en medio de tntas lgrimas amargas, na de

    dulzura innita brota de nuestros ojos, al recordar que

    no tiernos estado aislados en la inmensa catstrofe; hemos

    tenido cincuenta millones de hermanos, que han venido

    en la hora del infortunio tendemos su mano fraternal.

    La Annricazentera se ha asociado nuestro duelo, y las

    familias en su luto y orfandad han tenido la voz de

    aliento, el carioso recuerdo que les ha venido de un ex.

    remo al otro del gran continente americano. Esto es

    grande y noble.

    G uaya ]ui| se levantar de sus ruinas, y de entre los

    escombros de hoy, surjir maana la ciudad rica, her-

    mosa, ms hermosa que antes. Ciudad que cuenta con

    el trabajo y el patriotismo de sus hijos, renace ese es-

    fuerza vivicador.

    Pero no debe olvidar su hora de duelo! aconteci-

    mientos como ste forman poca en los anales de los

    pueblos: es preciso que siempre conserve muy presente

    esta inmensa desgracia, y h all por qu es bueno este

    libro. El quedar como eterno monumento ante la his-

    toria. ron sus nrrina-s oue las generaciones futuras h0.

    V

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    06 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • jearn estremecidas, como hojeamos hoy la relacin

    del incendio de 1764., conservada en los anales de su

    Municipio.

    Es preciso que ese monumento quede, no slo en el

    libro, sino en el bronce; debera levantarse una columna

    conmemorativa del desastre para recordar siempre, los

    hijos de Guayaquil, que el enemigo formidable de su de-

    sarrollo, que desde su cuna viene persiguindola sin

    tregua, sigue su obra destructora. Y, este recuerdo pe-

    renne los conserve siempre en vela, para atacar con ener-

    ga incontrastable al devorador elemento impedir que

    llegue tomar grandes proporciones en cuyo caso el

    hombre es impotente para dominarlo, y el incendio se

    hace invencible.

    Insistimos. En 1764, el incendio, destruy cente-

    nares de casas, elevndose las prdidas cuatro millo-

    nes de pesos fuertes. En 1771, toda la parte incendada

    haba sido reedicada.

    En 1896, el incendio ha sido diez veces mayor, pero

    los adelantos modemos prestan recursos inmensos para

    reedicar en diez veces menos tiempo que ciento treinta

    y dos aos antes.

    No vacilamos en asegurar que antes de diez aos,

    Guayaquil estar reconstruido.

    El patriotismo nunca desmentido, que caracteriza

    los hijos de esta noble ciudad, ser la poderosa palanca,

    con la cual se levantar de sus cenizas la perla del Pac-

    VI

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    08 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • co, radiante yhermoea y dentro de pocosaos, veremos

    an la animacin y la vida. donde hoy solo imperan el si-

    lencio y la soledad; las plazas, aparecern con sus monun

    mentos; las igiesias elevada sus altas torres; las callate

    pohlarn de nobles edicios y las orillas de nuestro ro,

    volvern la actividad que antes ha reinado y que hoy se

    halla limitada a la regin Sur.-

    Coneltmoe: repitiendo el deaastrees grande, pero,

    mas grande esdn el patriotismo de los hijos de Gua.

    yaquil.

    F RANCISCO CA M POS

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    08 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • He/acon His tor/ca.

    Suuamo.El eracmigo implzcalc.l;sn-zus gigante;-

    coa-La obra reparadora.(,-oltsal tributo.-

    Ujcada W.(.ICO incendiosu-Deslntccilu

    del Puerto y 1.a .\larna..v\ioa' quemados.-

    ll fuego sorprende ri los habitantes en sus lechos.

    Incendio de las Peas en 1678.-!!! incendiar-iu

    Manlelillos.I30 casas destruidas en dos hu-

    rrn-(uayaquil en cenizas por dos ocasiona.-

    Jcuerdo del Cabildo y de la vecindad aprobado

    por don Melchor Portocarrero [Aso de la Vega.-

    La (Jiudad se extiende al Sun-H imwulia lr

    i764, llamado "fuego grande."

    Im nillonea rerddos.Llc "acta (le l: prime-

    ra bomba contra inczmliwn-I-ueyo de lagomar-

    sin}; en l830.H desmrc de 181 I.lnoend0

    del Hospital lllililan-Incemio de la Fbrica le

    (mw-Llaman siniestra; reminiscencias.

    l

    Guayaquil tiene un enemigo implacable que desde

    su origen la amenaza de muerte: es el fuego.

    En vano el heroico esfuerzo de sus hijos ha preten-

    dido siempre ahogar al monstruo que la devora.

    2

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    09 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Cuando s: ha credo ya al enemigo inerme, Guaya-

    quil le ha visto erguirse ms ero que nunca y ha senti-

    do otra vez todo el rigor de su brutal zarpazo.

    Con esta amenaza constante, con los rudos golpes

    asestados un da y otro dis en el corazn de un pueblo

    que comienza a gozar de vida propia, no debe extraar-

    s: que no baya recorrido en lnea ascendente. todala es-

    cala del progreso; y antes bien, es admirable esa sed de

    nueva vida con que se levanta de sus fras cenizas como

    el fnix de la fbula.

    Nuestros abuelos, nuestros padres y nosotros hemos

    visto muchas veces consternados el siniestro resplandor

    de la ho guera que ha barrido la fortuna pblica y sem-

    brado de ruinas de muerte su inmenso radio y de fuego-

    pero todos hemos visto tambin, llenos de admiracin y

    de entusiasmo, como se lucha contra la voracidad del

    insaciable enemigo, y cunto puede, la voluntad y la per-

    severancia de este pueblo viril y laborioso por excelen-

    cia para levantarse de nuevo rico y oreciente en medio

    de sus escombros.

    Pero por grande y fecunda que sea la labor de los

    gunyaquileos, por infatigables que se muestren en la

    obra continua de reparacin; ay! no pueden impedir que

    la hermosa Guayaquil, se detenga muchas veces en su

    rpida marcha hacia el progreso cuando la hiere el formi-

    dable azote de su adversario.

    Como las profundas heridas que dejan siempre hon-

    das cicatrices, pesar de los auxilios de la ciencia y de

    la accin reparadora de la naturaleza, la "ciudad de Gua-

    ..2_

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    10 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • yaquil queda tambin mostrando huellas indelebles, des-

    pus de los grandes incendios, no obstante la ya recono -

    cida actividad de sus habitantes para borrar las seales

    del desastre.

    Si con el tiempo y el trabajo, el dao llega al n

    desaparecer y se ve la poblacin que surge llena de nue-

    va vida entre los restos carhonizados, los aos perdidos

    en esta obra de Penlope no se reponen jams, y esa su-

    ma de tiempo representa un caudal inmenso, que au-

    menta en cada centura sus proporciones gigantezcas y

    viene ser el tributo ms colosal que haya pagado pue-

    hlo alguno de la tierra al dspota de sus tiranos.

    Oh! es admirable cmo Guayaquil puede levantar

    cabeza bajo el peso de esta garra formidable.

    Todo es echar una mirada sobre la historia de este

    pueblo y no se ven ms que montones de ruinas marcan-

    do todos las pocas de su existencia; siempre la hoguera

    por todas partes consumiendo la riqueia pblica me.

    dirla que renaca, con la voracidad del buitre de Pro-

    meter).

    A la vista tenemos la crnica negra de estos. sjnies.

    tros, extrada de los archivos municipales.

    Echemos una rpida ojeada sobre esas sombras p-

    ginas y detengmcncs apenas ante los ms altos rimeros

    de escombros.

    Hasta el ao de 1756 padeci esta ciudad cinco in-

    cendios generales, que redujcrcn cenizas ms de cien

    casas en cada uno, sin contar los templos.

    El primero ocurri en 1624. El segundo en 1632,

    que comenz en la plaza y puerto de la Marinanabrazan-

    130m;

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    11 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • do la porcin ms valiosa de la poblacin. Elterteo en

    1636, que principio media noche y se desarroll con tal

    voracidad que segn la relacin textual tomada de datos

    ociales que tenemos la vista muchas madres no se

    acordaron de sus hijos, pereciendo en las llamas algunos

    nios, y muchas personas salieron medio abrazados. por-

    que el fuego las sorprendi en sus lechosn. El cuarto fq

    en i678, quemndose todas las casas del barrio de las

    Peas: Este siniestro fu obra del crimen y el incen-

    diario se conoce con el nombre de Jlanlrlllos. El quinto

    incendio tuvo lugar en 1707, el 27 de Agosto las 7 de la

    noche, durante el cual se vi caer en escombros 13o ca-

    sas en menos de dos horas.

    De estos incendios dos fueron tan generales que la

    ciudad qued reducida cenizas, y tan grandes desastres

    fueron el origen de que se pensara. en extender la pobla-

    cin hacia el Sur, sea la parte que se llam despus

    Cuidad Nuevab.

    Un extracto del Compendio Histrico de Guaya-

    quil, escrito en 1741 por don Dionisio de Alsedo y He-

    rrera, antiguo Presidente de la Real Audiencia de Quito,

    dice ese respecto lo siguiente:

    La ruina de los incendios experimentada en nueve

    ocasiones obligaron al Cabildo y la vecindad, discu-

    rrir los medios ms adecuados su preservacimy apren-

    diendo que la estrechez del terreno donde se hizo la

    planta de la primera fundacin, poda ser la causa de que

    la desgracia de uno correspondiera todos, propusieron

    al Virrey Don Melchor Portocarrero Lazo de la Vega,

    ___....

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    12 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Conde de la Monclova, la mutacin de la ciudad al

    paraje ms capaz y extendido, donde est hoy fundada la

    imeva, y habindose obtenido la licencia se di principio

    su traslacin el ao de 1693.

    La. medida adoptada por el Cabildo, aunque muy

    cuerda y oportuna, no correspondi en ecacia las es-

    peranzas; pues apesar del mayor ensanche de la poblacin

    los incendios siguieron y han seguido arruinndola con

    desconsoladora frecuencia.

    En 176+ un incendio destruy la mitad de la pobla-

    cin. causando prdidas tan considerables que fu llama-

    do "Fuego Grande"; y no haba desaparecido an de los

    nimos la consternacin que produjo este inmenso desas-

    tre, cuando cuatro meses despus ocurri otro incendio y

    (lestruy propiedades por valor de msde dos millones

    de pesos.

    Como dato interesante, entre estos apuntes cronol-

    gicos sobre los incendios debemos consignar aqu, de pa-

    so. que la primera bomba contra-incendios que tuvo Gua-

    yaquil, lleg el 8 de marzo de i762.

    En 1830 volvi el fuego asolar la poblacin en pro-

    porciones gignntezcas, siendo aqul el llamado en las cr-

    nicas, de Lagomarsno por haber comenzado en la casa

    de dicho seor.

    En 1841 se repiti un desastre igual.

    En 1873 el incendio abras una rea extensa en

    Ciudnd Vieja y destruy el Hospital Militar.

    En 1879 hubo otro incendio grande que sepult en

    tuinas la Fbrica de Gas.

    Si furamos apuntando rigurosamente todas ests l-

    -_..5

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    13 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • gubres efemrides habra para llenar un volumen; pero co-

    mo nuestro objeto no es ms que el de hacer una breve

    reminiscenca sobre esta: fechas timestras, antes de rela-

    tar el colosal incendio de! 5 al 6 de vctubre del presente

    amcitaremos para concluir esta triste enumeracin el ie-

    go del Malecn el 26 de octubre de 1890.1042 2156 de los:

    almacenes de Gainshorg y destruy valiosas y tiendas de comercio el de mayo de 1 896 tambin en el Ma-

    lecn entre el primero y segundo estero, que dej un gn;

    vaco en las oficinas de cacao :el del 6 de am de 1.395 que

    lespobl una parte de la calle de la Municipalidad-v y por

    ltimo el incendio dei u de febrero del ao en curso que

    reduo cenizas 8 manzanas entre las calle-sde uPichin-

    elias Boyacu, rzobispou ,y Municipalidadq comen-

    zando en el templade San _Agusu;,. y propagndose con

    inmensa rapidez hasta destruir 80 casa; en pocas horas.

    A pesar de la magntlui de estos siniestros, todos te-

    sultan ya enanos en presencia del fuego gigante que va-

    mos narrar.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    14 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • CAPITULO II

    SunAmm-Ia m: de alarma-ln poblacin despierta ur

    brrmllahLld irrita/ru nmuculon-Giyviule

    iuundble.l.a hoguera nwun sin cnar..lln-

    cimiento de wlblllw-IFCiid del viento.

    Ihromhoi de la prima-m manzana-JJ fumo

    nm Ii Mail/c de IIQWYJTL- La: nIinIdorunn/a

    Iumvio del (Jul; de la lfniny le la mu; le

    fm.lunmnrliorld lhuro(lrl lj-uudor.-hiremlic

    dd bum Comenal y Jgrcolrh-Colwnm le

    llm-lwomnlz! majo wm la mllc de Pedro Par.

    ln-(Jnuro mutuas ardcmlo.l.luvi1 defun-

    yar-Sa 070m el agua-fuman cauagmcra m

    halle de llum/uan. :7 templo y convento de sun

    Francisco 44/4017121-1: se enuuleri las calles de l-u

    Grimm, fhmcruldru y lbtYlrw-/t mua de

    lmazfuerla-Iluiutlc la nrropdw le Roca/unir.-

    Il

    Muchas y muy grandes con las cehmidades que que-

    dan relntadu en el captulo precedente; pero. entre todas

    no hay una que puede compererseconel denme del 5 al

    6 sleocrubre del presente ao.

    En cerca de la media noche amado se oy el lgu.

    bre teido de las campanas nnunciarudo el fuego.

    De ordinario, nlescuclnr este toque, no hay hijo de

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    16 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Guayaquilque no salte de su lecho y corra. darse cueutn

    de la magnitud del peligrmpero. como en noches anteriores

    hubiera un incendio en el dalecn, y los escombros in-

    amados an, dieran lugar continuas alarmas, todos

    creyeron que la voz de fuego obedeca esta causa des-

    provsta de mayor peligro, y pocos se levantaron en el

    primer momento.

    Luego, como las campanas seguan difundiendo la

    clamorosa seal, con ese particular acento que hace dis-

    tinguir los que escuchan el peligro grande del peque-

    o, como si el bronce tuviera vibraciones especiales para

    los momentos de angustia, el alarma fu creciendo por

    grados y bien pronto Guayaquil entero estuvo en pi, las

    calles sellenaron de gente, se abrieron todos los balco-

    nes y una mortal ansiedad invadi todos los espritus.

    En la parte ms central de la poblacin, entre las

    ms anchas" y hermosas calles, en el ncleo del connercio,

    levantaba el fuego su penacho rojo, coronado por una co-

    lumna de humo negro que iba ascendiendo lentamente cn

    densas espirales.

    En media hora el fuego haba tomado proporciones

    colosales: el pequeo monstruo que naci encerrado en-

    tre cuatro paredes y que apenas asomaba sus abrazado-

    ras garras por las rendijas de las puertas y su cimera por

    lostejadoscuando fu advertida su presencia p un Guar-

    din del Comercio, yun reprter de EL Garro DEL Pm:-

    aLo, era ya un gigante invencible que ahogaba con abra-

    zos de fuego un radio inmenso yhaca crugir la madera

    de las casas cual si fuera triturada por enormes mandbu-

    las de erro.

    __,3_

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    16 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • La ciudad contemplaba aterrada los progresos de

    esa espantosa hoguera. que avanzaba sin cesar hacia el

    Norte, senlrando su paso - de ruinas. desolacin v

    muerte.

    La Compaa usalamandran haba estado de guar-

    dia en esa aciaga noche sobre los escombros humean-

    tes del ltimo incendio, Al air la voz de fuego! fu,

    pues, la primera en acudir al teatro del siniestro, y con

    ella el jefe del Cuerpo de Bomberos. que se hallaba con

    uniforme y en servicio algunos momentos antes.

    El incendio sali del almacn de lencera denomi-

    nado La joya, sito en la manzana comprendida entre

    las calles de uhlalecn, Pichincha, Illingworthn y

    .Aguirre.

    All haban grandes y valiosos edicios, todos de

    un piso superior y vcon numerosos y .ricos almacenes en

    la planta baja, con frente las cuatro calles.

    El viento soplaba del Sud-Este, que es la brisa

    constante en el verano, y esta direccin fu la que de-

    termin la del incendio.

    Contigua la manzana en dondeel fuegotuvo ori-

    gemestaha el Palacio de Gobierno, en el que iba reu-

    nirse pocoszdas despus la Convencin Nacional, pero,

    como aquel edicio estaba separado hacia el Sur, por la

    anchura de la calle de Aguirre y el incendio no avan-

    z tinpalmo en ese sentido, se salvaron las ohcinas p

    blicas; en tanto que la hoguera v se lanzabanhaca el Nor-

    te yal Oeste con rapidez vertiginosa.

    9-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    17 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • A las dos de la maana saltaba el fuego sobre la

    calle de lllingworth, que est paralela la de Agui-

    rre y termina en el Malecn, arrojando un torrente de

    chispas que fueron alojadas por los miradores de la ca-

    sa de Norverto Osa y C. y los del Club de lauUnin.

    La conagracin fu instantnea e.n esas construc-

    ciones tan altas y de madera resnosn.

    En esta manzana se hallaba el Banco Comercial y

    Agrcola.

    Las bombas que funcionaban en e] Malecn, m-

    pidiendo el progreso del incendio hacia el Norte, eran

    la Salamandra N 2, la Independencia N 15n. la Su-

    cre N r7 y la Unin N 3, esta ltima vapor.

    La Columna de Hackeros distribuida en los con-

    tornos de la hoguera proceda la marcha progresiva del

    t1rioso elemento, arrancando pedazos y poniendo fue-

    ra de su alcance el combustible que iba devorar.

    Esfuerzo intil. El fuego lo alcanzaba todo y lo

    devoraba todo, con insaciable voracidad.

    Dela primera manzana no quedaba ya ms que

    una alfombra de carbones namados.

    En tanto. por la calle de uAguirren, cuya direccin

    es de E. 0., elincendio recorra la acera izquierda.

    atravesando la calle de uPichinchan y abrazando la man-

    zana opuesta. En sta se hallaban los vastos almace-

    nes de Vignolo, Garca y Ninc. el danco del Ecua-

    dor, las lujosas ocinas de Rohde, la peluquera y lx

    zar de Guillamet, la nueva y elegante tica Francesa

    ....o_

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    18 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • y muchas tiendas de pequeo comercio. Todas ardie-

    ron con los edicios que las contenan, sin que hubiera

    esperanzas de verle all el n la inmensa catstrofe. i

    El monstruo di un nuevo salto y pas la calle de

    uPedro Carbo. pasando frenteal costado del Teatro y

    del Colegio de San Vicente, sin abandonar la acera de-

    recha de la calle de Aguirre que vena asolando.

    All estaban el Hotel de Europanla Tipografa P2-

    NRG CARRO, la magnca Fotograa Alemanada uPas-

    telerar Italiana y otros establecimientos de importan-

    cia. v. Una lluviade fuego caa sobre los edicios de esta

    manzana y pronto fueron invadidos todos por las lla-

    mas.

    En estos momentos se agotaba el. agua del pozo en

    donde funcionaba la bomba Salamandra. y vino en su

    auxilio el vapor uvial Bolvar, situndose en el mue-

    lle vecino y proveyendo con su ,donkey el depsito ago-

    tado.

    La accin combinada de la bomba y el vapor hubo

    de cesar, desgraciadamente, porqueel fuego lleg don-

    de estaba la primera y la oblig retroceder, corno to-

    das las dems.

    Las llamas, siguiendo la lnea del Malecnr, avan-

    zaban sobre la calle 9 de Octubre, mientras que por la

    parte de atrs arda la misma extensin en la calle de

    Pichincha- y otra igual en la calle de Pedro Carbo,

    hasta desembocar en la plaza de Rocafuerte,

    All se reunieron las tres bocas de fuego que venan

    ..--I!-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    19 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • por las tres primeras calles y produjeron un torbellino

    imponderahle, que calcinaba hasta las piedrasde la pla-

    za y pareca cebarse con furor inaudito en los inmensos

    nmeros de mercaderas. muebles_.y_ objetos de valor que

    haban aglomerados all procedentes ae las casas y al-

    macenes incendiados.

    La primera de las casas que ardi en la plaza fu

    la del Sr. Antonio Elizalde Najar, que. miraba al costa

    do Sur, ybajo la cual estaba el depsito central (le la

    Cervecera. De all pas la de las Srtas. Elizalde,

    luego la de la familia V era, cuyos bajos ocupaban los

    talleres y ocinas de EL TIEMPO, en seguida invadi el

    ngulo S. O. yprend el depsito de la bomba sala-

    nmndrm, el Convento de los. Padres Franciscanos y la

    iglesia de San Francisco.

    Marcaba el reloj de la torre Norte, las 6 menos cuar

    to de la maana, cuando las llamas llegaron la cpula

    y borraron las esferas con sus lenguas de fuego.

    Un momento despus sedesplomaba con horrible

    estrpito y caldeada en su mayor parte la campana gram

    de de la iglesia.

    El templo, cuya fachada era toda de tablazn resi-

    nosa, ardi con la brevedad de un castillo de naipes.

    En este punto, que formaba el ngulo N. O. de la

    plaza, se abran dos nuevas vas al destructor elemento:

    la prolongacin de la calle 9 de Octubre y la calle de

    la uGalleraucon sus transversales de Esmeraldas- y Br

    lvars.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    20 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Las casas de las familias Aspiazu, Calvo y Oyarvi-

    de ardan un tiempo por el lado oriental y cerraban

    el cuadro, tambin presas de las llanas. todos los edi-

    cios del costado Sur,

    En medio de ese mar de fuego slo se destacaba

    una gura grave, imponente, pensativa, que pareca en-

    tregarse las ms tristes meditaciones entre los horro-

    res que la circundaban.

    Era la estatua de don Vicente Rocafuerte.

    El noble Patricio, que en poca no muy lejananeu y

    momentos de inmensa calamidad pblica recorri esa

    plaza y esas calles vecinas, llevando sobre sus hombros

    los cuerpos inertes de los apestados con la ebre amarL

    lla, distribuyendo al paso socorros y consuelos los que

    sufrnndnfundiendo valor y fuerzas los que empezaban

    a desfallecer, asista ayer, con inmovilidad monumentaL

    [a destruccin de su queritlad ciudad. pero en la doliente

    actitud del que sufre. como si hubiera latido an su co-

    razn dentro de su pecho de bronce.

    El fuego en tanto ruga junto su pedestal con [g

    furia del monstruo que siente escapraele la presa qua

    tena en sus garras.

    Arrstrase cual inmensa serpiente al pi del monu-

    mento, se enrosca en la verja del jardn y la destruye;

    arroja su hlito abrazador sobre las tiernas plantas, que

    aquella misma noche embalsanmaban el ambiente con el

    aroma de sus ores y las convierte en cenizas, avanzan-

    do siempre y elevndose sobre el pedestal hasta cubrir

    la estatua con un manto de llamas.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    21 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Pero aqu la materia resiste la accin destructora

    riel voraz elemento. El destino quiere conservar sin

    duda. en medio de tanta ruina, el bronce que inmortali-

    za al Gran Repblico, y el fuego respeta al n esa gloria

    nacional; pero antes de abandonarla, ataca con furia la

    base de granito. Esta cruge con ruido siniestro. cual

    si fuera oprimida por una fuerza ciclpezuse llena de an-

    chas grietas y vacila sobre sus cimientos: pero el mons-

    truo no puede ya ms y cae vencido sobre las gradas de

    piedra.

    Rocafuerte solo queda en pi entre aquellas ruinas

    humeantes. A travs del velo rojo que parece cubrir la

    plaza como una bruma sangrienta. se destaca la gura

    del patricio, negra como el humo de la hoguera, pensar-

    lra y triste como la imagen del dolor.

    A sus espaldas se alzan tambin otros monumentos

    que las llamas devoran sin piedad: son los mausoleos del

    templo de San Francisco. Los mrmoles han quedado

    en pi en medio de los escombros de las torres y de la te-

    chnmbre que arden an en tierra; pero esta vez el fuego

    no respeta memorias sagradas y se lanza sobre las tum-

    has con furor sacrego.

    Las lozas cinerarias saltan en pedazos al contacto

    con las llamas; las inscripciones doradas que recuerdan

    nombres amados desaparecen en un instante: caen las

    columnas de jaspe, ruedan los zcalos deshechos y se

    precipitan las estatuas con estrpito.

    El mrmol queda convertido en menudo polvo blan-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    22 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • co en pequeos fragmentos calcinados.

    Los restos humanos que guardaban algunasurnas

    aadieron un puado ms de polvo al inmenso montn

    de cenizas que cubra el rea de la iglesia. .

    Avancemos.

    Por dnde seguir ahora el incendio, que gana terra.

    no en todas direcciones?

    Sgmosle por la calle c9 de Octubre y sus parele.

    as hacia el Oeste, para volver en seguida contemplar

    sus estragos hacia el Norte.

    En esta calle estaba el edicio de la Comandancia

    de Armas y 6. su lado la Brigada de Artillera Sucre-

    con abundante parque en sus depsitos.

    El incendio lleg la calle de Chimborazo por la

    va indicada, al mismo tiempo que asomaba en igual

    punto por las calles de-Clemente Balln, Aguirre Lu.

    que. y. abolivarn.

    Los artilleros se ocupaban activamente en la extrac-

    cin del parque para evitar la formidable explosin que

    hubiera tenido lugar al incendiarse el cuartel.

    Ms de cuarenta carretas se arrastraban penosamen-

    te entre la aterrada multitud y los rimeros de muebles

    que atestaban las calles, conduciendo armas y municio-

    nes dela Artillera.

    Cuando el fuego lleg este edicio se haba sacao

    do ya unagran cantidad de explosivos; pero quedaban

    an bastantes en el ngulo N. 0., que mira las calles

    e mayas. y Villarroel.

    La gente hua despavorida, medida que las ll

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    23 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • masinvadan este ngulo.

    Lueo se oy una serie de detonaciones que pare

    can descargas cerradas de artillera: pero felizmente no

    haba plvora granel ni explosivo alguno en grandes

    depsitos, sino proyectiles de rie y de can. que fue-

    ron estallando aisladamente con menor peligro para el

    vecindario.

    Media hora despus no haba ni resto de la Coman-

    dancia ni de la Brigada. El incendio atravesaba Boya-

    c en toda la zona descrita y se lanzaba sobre los edi-

    cios dela acera oriental de la calle de uChanduyn.

    Por el Norte las llantas invadan la calle de uBol.

    var, que separa la parroquia de la Concepcin de la

    parroquia de Rocafuerte.

    Esta ltima, que por estar en el corazn de la ciu-

    dad, em una de las ms valiosas y pobladas, quedaba ca-

    si por entero en ruinas.

    Veintiocho manzanas han desaparecido de su super-

    cie.

    La parroquia de Rocafuerte era un paralelgramo ca-

    si rectangular con 35o metros debase por 1.400 metros

    de altura. sea 460.000 metros de supercie. Entre los

    valiosos edicios que contena y que el fuego ba destrui-

    do, debemos mencionar las iglesias de San Francisco y de

    la Tercera Orden, el. Cuartel de Artillera, la Comandan-

    cia de Armas, el local de la Sociedad de Benecencia

    Garibaldi, la Galleta y otros hacia la parte occidental.

    En la oriental los bancos Comercial y Agrcola, lipo-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    24 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • tecario, de El Ecuador, Territorial, el Club de la

    Unin, el Bazar y joyera de Offner, Casino Espaol

    y los extensos almacenes de Norverto Osa y CH, N. No-

    rero y C y A. Duran y Levray.

    Entre los salvados slo merecen mencin la Escue

    la de Artes y Ocios de la Sociedad Filantrpica del

    Guayas y la iniciada construccin del Instituto Anzoa

    tegui, en la cual se deposit todo el parque dela Arti-

    llera.

    Antes de pasar adelante debemos echar una ojeada

    los progresos del fuego haca el Sur y recordar que

    aunque el viento lo empujaba al Norte, y pareca no

    avanzar un punto de la calle de Aguirre, que era la li.

    nea en donde tuvo origen, invadi no obstante las tres

    manzanas comprendidas entre las calles de Clemente

    Bailn, Boyac, Aguirre y Caridad, una de las cua-

    les daba frente la plaza de Bolvar.

    Cuando esta ltima comenz arder, todos teman

    la destruccin del hermoso Parque que adorna ycmbe-

    llece la plaza y en particular la de todos los valiosos y

    notables edicios que ella contiene, entre los cuales -

    gnran la iglesia Catedral, el Sagrario, el Colegio de San

    Vicente, el Seminario, el de los Hermanos nos y el Palacio Episcopal.

    Afortunadamente, el fuego no pas de la calle de

    Clemente Bailn. Hubo un momento en que las lla.

    mas azotaban las paredes del Colegio Seminario, pero

    el ser stas de adobe impidi la combustin inmediata y

    di largo tiempo para defenderlo.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    25 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • El desastre en la parroquia de Bolvar qued, pues,

    reducido tres manzanas. Y fu una gran fortuna que

    los estragos no hubieran sido mayores, porque en esta

    parte de Guayaquil radica todo el servicio administrati-

    vo de la ciudad. All est el Palacio de la Gobernacin.

    que contiene las ocinas de Gobierno; Tesorera de Ha-

    cienda, Corte Superior de Consulado de Co-

    mercio, Intendencia de Polica, Administracin de

    Correos, Departamento de Sa1es,Ocina Telegrca Na-

    cional y la del Cable, la Casa Municipal, con sus nume-

    rosas dependencias, entre las cuales se cuenta la Biblio-

    teca con 7.000 volmenes impresos. ms de 2.000 folle-

    tos, 50o colecciones de peridicos y 60o obras nacionap

    les; la Plaza del Mercado, el Muelle, la Capitana dq

    Puerto y la Comandancia del Resguardo.

    Pasemos sobre los escombros la calle de Bolivian

    y veamos arder el templo de la Merced, donde comienza

    la extensa parroquia de la Concepcin, que es boy un

    campo de cenizas.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    26 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • CAPITULO III

    Sumuuo.loa'enthb dela Iglesia de la MercatSalm-

    cfn de la: imzgcnevu-lfllnlo clamor de la:

    comparan-Tra mila urdicndo.um-u dr.

    [maya-Esperanzas dc-auddas.fhga de las

    fundida; i la: pobtram-lmndo dd Colegio

    le lo: Sagrado: Cov-azovtea-llnnaudo de las

    (Jcinas y (lcpsiloa k Aduanaa-Ptrdfda de la

    bomba Uunm m la calle de RancheraFB

    di/a de las bombas mlspinzvu lntrpda- en el

    Makcfouu-nrdc el templo dr, a Cwwcpdn.

    (manda materiales acumulados en la plaza.-

    l-Z fueyo nullza las banda; ulndependawu,

    uGuayac- y Steven-inunda de la iglesia le

    Santo lmnngmConcbuuiu ggpalezcmulls-

    nz-trienio sublimml-J httracn.l.aa fuerzas

    da/allecaLIwmlu de las Mar-Alarma del

    Polvarim-aamlos por r1 fuejo.l.a borrasm

    de la rim-La: eubaroxdoim Mufmgasw-Alno-

    mutua-Incendio de las ontqunas de la Carm-

    cerm-Fiu del fuga.

    III

    Sedan las 8 a. m. cuando comenz arder la igle-

    sia de la Merced, declarindose el incendio por l: torre

    que mira .1 Oriente.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    27 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Multitud de personas piadosae penetraron a la igle-

    siruqueestaba ya envuelta en un torbellino de humo,

    para salvar las imgenes, en especial la de la Vrgen de

    Mercedes, que tiene numerosos devotos. Varios de s-

    tos lograron su objeto. con no pocas dicultades y lle-

    varon cuestas los santos hasta la plaza de la Concep-

    cin, sin sospechar jams que el fuego pudiera llegar a

    tan distante sitio.

    Las campanas de la iglesia, cual voz clamorosa que

    demandara auxilio en la agona, hicieron or su lgubre

    taido hasta el momento mismo en que los broncas ca-

    yeron caldeados por el fuego.

    Destruida laiglesia y convento de los Padres Mer-

    canarios, el incendio cerr con inranqueable barrera to-

    das las vas que conducan al barrio de Ciudad-vieja,

    desde la calle de Bolvarn hacia el Norte. En efecto,

    ardan un tiempo las calles del Malecn de la Liber-

    tad y de Rocauerte, cortando el paso entre las parro-

    quias de Rocafuerte y la Concepcin.

    Mientras tanto, los vecinos de esta ltima crean

    an que eluego no llegara los extremos de la ciudad,

    y, alentados por esta esperanza, vaeiaban casas y tien-

    das para conducir muebles y mercaderas las Peas y

    la plaza inmediata.

    Haba varias probabilidades en apoyo de aquella

    opinin: en primer lugar la extensin amenazada desde

    la calle de aBolvar hacia arriba, por las tres vas longi-

    tudinales enunciadas, est cortada por tres esteros, de re-

    gular anchura, y a la sazn bastante crecidos, que po-

    dan ofrecer otros tantos obstculos a los avances del fue

    20:

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    28 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • go; en segundo lugar, el incendio anterior haba dejado

    un gran claro cerca del segundo estero, y poda esperarse

    que el actual se extinguiera all .por falta de combus-

    tihle.

    Pero la espantosa realidad se burl sucesiva y cruel-

    mente de los clculos hechos por la previsin. Nada

    hubo que detuviera la violencia del incendio.

    En dos tres ocasiones pareca el fuego dominado

    ante los esfuerzos redoblados que se le oponan; pero no

    {ir ms que una triste ilusin de momentos, para hacer

    ms amargo el desengao.

    Cuando ln hoguera invadi el segundo estero y si-

    gui su curso devastador, el pnico se apoder de los ha-

    bitantes que iban yendo en retirada hacia el cerro. Mul-

    titud de familias se refugiaron en lospotreros occidenta-

    lesLde la calle de Rocafuerte y otras en las Peasu,

    barrio que, por su excepcional posicin topogrca, de"-

    fendido al frente por el ro ya la espalda por la colina.

    de Santa Ana, pareca enteramente cubierto de las

    llamas.

    Pero, escrito estaba! como diran los fatalistas de

    Oriente, que no quedara piedra sobre piedra de la parte

    Setentrional dela ciudad.

    Haba en el principio de la calle del Malecn: dos

    grandes, importantes y valiosos edicios: la Aduana y el

    Colegio de los Sagrados Corazones. Ambos estaban

    separados por una. estrecha bocacalle y ocupaban cada

    uno una cuadra cuadrada de supercie.

    El incendio, de estos grandes edicios produjo una

    _2._

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    29 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • conagracin espantosa, aumentada por la gran cantidad

    de efectos que haba en los depsitos de Aduana.

    Frente estos funcionaba la bomba Intrpidan,

    cuando lleg su mayor altura la columna de fuego y

    ensancb su base tal extremo que fu barriendo toda

    la parte inmediata del Malecn, hasta envolver en su

    torbellino las bombas ulntrpidan y Aspiazu, dejndo-

    las inutilizadas, sin que pudieran evitarlo el primer Jefe

    del Cuerpo de Bomberos que con un Comandante y va-

    rios particulares, haba acudido oportunamente en dc-

    fensa de las mquinas.

    Suerte igual haba cabido momentos antes la bom-

    ba Unin, en la calle de Rocafuerte, y poco despus

    las llamas inutilizaban tambin las mquinas Indepen-

    dencia, Guayas: y Sucre, en la plaza de la Concep-

    cin.

    En este punto volvi el fuego tomar proporciones

    inmensas, debido al enorme rimero de trastes que haban

    aglomerado en la plaza y al incendio de la iglesia de la

    Concepcin.

    Otro templo arda poca distancia al pi del cerro:

    el de Santo Domingo, que aunque era edicado con ci-

    mientos y paredes de mampostera, entraba, no obstan-

    te mucha madera en el resto de su construccin para

    que pudiera escapar la voracidad del fuego.

    Fijando un tiempo nuestra atencin en esta lti-

    ma zona incendiada, tenemos, pues, que ardian simult-

    neamente, el Colegio, la Aduana, dos iglesias, dos con-

    ventos, una capilla, un cuartehtoda la lnea de edicios

    -22-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    30 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • que encuadraba la. plaza por el lado Norte y la monta-

    a de muebles y mercaderas que haba en el centro.

    La combustin era imponderable en este extremo

    de la ciudad.

    Las llamas tomaban haces gigantezcos, que se tor-

    can y retorcan con fulgor siniestro. Todos los rostros

    se vean crdenos, el ro encendido y hasta el cielo pare-

    ca inamado.

    El espectculo era sublime; pero con esa sublimi-

    dad terrible que surge dela furia de los elementos.

    No poda conoebirse ya mayor intensidad de fuego;

    pareca que no era posible acentuar ms los colores de

    ese cuadro de horror. Y sin embargo, faltaba an el

    viento, que iba servir de aliado al incendio; para en-

    sanchar sus furores.

    Violentas rfagas comenzaron soplar sobre la ho-

    guera, y en un segundo se convirti sta en una tromba

    calcinadora, que arranc de raz las ltimas esperanzas

    que alentaban los corazones fuertes.

    All los nimos decayeron: todo esfuerzo humano

    era ya intiL. El incendio superior todas las fuerzas,

    se proclamaba dueo absoluto del campo y lo arrastraba

    todo su vrtice infernal.

    El huracn en tanto iba siendo de ms en msvio-

    lento: los ligeros fragmentos de madera inamada eran

    exparcidos en inmenso radio, produciendo en conjunto el

    fantstico efecto de un gran castillo pirotcnico. A los

    pequeos, sucedieron luego los mayores: el viento, cada

    vez ms recio, arrancaba gruesos trozos de material en.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    31 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • cendido, y despus de elevados considerable altura los

    arrojaba largas distancias, produciendo en dilatado

    contorno una copom lluvia de fuego.

    Esta lluvia fu la que cay sobre el hermoso y pin-

    torezco barrio de Las Peasu, cuando el foco principal

    del incendio no haba .salido an delos depsitos de

    Aduana.

    Los moradores de este lugar, que haban conado

    an en la seguridad de sus domicilios, huyeron despavo-

    ridos al ver los techos cubiertos por un torbellino de chis-

    pas, y la atmsfera abrazada, comosi todoel vaco estu-

    viera ocupado por el fuego.

    La gente corra en la direccin de la hacienda uAta-

    razana, faldeando la colina de Santa Ana; pero, para

    aumentar el espanto, cundi all la falsa alarma de que

    el Polvorn estaba encendido, y todos los que iban hu-

    yendo del peligro cierto, al escuchar aquella aterradora

    noticia, retrocedan desesperados y volvan al foco del

    incendio, que les pareca ya menos. amenazadorque la

    formidable explosin del parque.

    H6 all, pues, una multitud de personas, oogdas en-

    tre dos grandes peligros; mejor dicho, entre varios,

    pues no pareca sino que todas las fuerzas destructoras

    de la naturaleza se haban combinado all! paradestruir

    vidas y haciendas con ereza salvaje.

    En medio de una calle estrecha, ondulada y tortuo-

    sa, gema aterrado el vecindario, buscando una salida

    para escapar las ms terrible de las muertes: arriba la

    lluvia de fuego, al Norte la amenaza de la plvora, al

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    31 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Sur el incendio que cortaba el paso y abajo el ro turba

    lento como una mar borrascosa.

    El manso Guayas que han cantado nuestros poe-

    tas, admirando la quietud de sus linfas, sali de su ha-

    bitual reposo al sentir sobre su tersa supercie los em-

    pujes del vendabal. y levant olas enormes coronadas de

    espuma, que no habra desechado el Oceano en sus horas

    de tormenta.

    Las playas de Las Peas: que slo haban conoci-

    do las suaves ondulaciones del ujo y reujo en nuestro

    ro, vieron estrellarse contra sus cantos, en aquel aciago

    da, esas grandes montaas lquidas, que venan de fuera

    rugiendo sordarnente, cual si ocultaran monstruos enfu

    recidos bajo sus altos dorsos convexos.

    A pesar del terrible aspecto del ro, aquella era la

    va ms obvia para la salvacin de las personas, y bien

    pronto se echaron al agua vinieron de lejos embarca-

    ciones de toda forma y tamao, para ofrecer un refugio

    los sitiados por el fuego.

    Lanchas, botes y canoas se llenaban al instante

    de personas; pero apenas repuestas de la zozobra en que

    el fuego las pusiera, echaban de ver que las embarcacio-

    nes eran juguetes de las olas, y que cada momento se

    abra un abismo amenazanteJos rostros volvan pali-

    decer, en presencia del nuevo peligro, y' varias veces

    en espacio cortsimo de tiempo, vironse volcar sbita:

    mente varias canoas y botes de los que luchaban con la

    marejada.

    Imposible era prestar socorro los naufragos en

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    32 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • aquellos momentos de mortal ansiedad y de general tri-

    bulacin.

    Si alguien pudo permanecer sereno en medio de tan-

    ta desgracia, slo aquel podra decirnos cuantas vctimas

    escapadas del fuego fueron sucumbir en el agua y qu

    cuadro desgarrador formaran esas infelices criaturas en

    lucha abierta con tres elementos desencadenados.

    La verdad es que muchas personas hallaron su

    tumba en el ro, pareciendo despus de la ms espanto-

    sa y cruel agona.

    Varias familias de las 'ms notables del barrio cor-

    rieron a refugiarse en una gran lancha de erro, que un

    caballero de la vecindad haba hecho venir en auxilio

    de los amenazados; ms no bien se haba apartado de la

    orilla, inamarnse dos toneles de alcohol que iban abor-

    do y se declar el fuego en la lancha, produciendo la

    confusin y el pnico entre todas las familias que la

    tripulaban. Felizmente, como hemos dicho antes, ape-

    nas se haba apartado la lancha de la orilla, de manera

    que fu fcil echar un cable tierra y remolcarla hasta

    la ribera de la Atarazanru. en .cuyo punto desembarca-

    ron todos, sin desgracia alguna personal.

    Anloga aventura, pero, desgraciadamente, con fa-

    tal resultado, fu la acaecida en otra lancha frente al Co-

    legio de los Sagrados Corazones. En sta, como en

    aqulla, fueron refugiarse muchas personas, entre ellas

    las religiosas docentes de los Sagrados Corazones, lle-

    vando lo ms precioso de sus manajes. La lluvia de

    chispas que caa sobre la embarcacin llena de muebles.

    -25-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    33 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • declar el incendio bordo; pero aquella navegaba ya

    en medio ro y todo socorro estaba distante, mxime

    cuando empezaba cerrar la noche y la magnitud del

    peligro no se revel lo lejos sino cuando la columna

    se elev sobre la borda y alumbr la escena de muerte

    que all se realizaba, como una gigantezca antorcha fu-

    neraria.

    Muchas personas se arrojaron al agua. Algunas

    encontraron auxilio en las embarcaciones prximas, las

    ms se ahogaron y cinco seis, cuyos cadveres carbo-

    nizados se vieron despus, murieron abrazadas en la

    lancha.

    Aqullo no pareca ya la realidad, sino el delirio de

    una imaginacin calenturienta. Qu pincel ha podido

    jams pintar un cuadro tan siniestro como el que pone-

    mos la vista del lector? El cielo cubierto por sangriento

    velo: all las fulgurantes ruinas de ochenta manzanas

    quemadas: ac la gente tendida en las calles agru pa-

    (las bajo los portales, con los semblantes lvidos por la

    desesperacin, llorando sii infortunio, y al frente, en el

    ro oscuro y negro como un ro de tinta, surcado tre-

    chos por reejosgneosJa lancha incendiada que pasaba,

    coronada de llamas, envuelta en una atmsfera encendi-

    da y avanzando pausadamente hacia el Sur favor de la

    corriente!

    Este ltimo detalle del cuadro es por si slo una

    cruel pesadilla: enermaba elalma la presencia de esa

    lancha navegando la ventura, con una tripulacin

    nxuerta, en una noche pavorosa.

    __.27__

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    34 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Al da siguiente, cuando el fuego haba cesado y la

    embarcacin fu trada al puerto, hallronse dentro, seis

    tronco": informes. rodos. carbonizados, que apenas con-

    servaban la apariencia de cuerpos humanos.

    Quines eran aquellos desgraciados?

    Nunca se abr. El fuego lo haba borrado todo

    hasta los nombres de sus vctimas.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    35 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • CAPITULO IV

    StlNARl0.-C1llItlru de zleaolacvu-Ja noche en loo potre-

    roen-d-Jalrryus del huraczinm-Cauca aica de

    este fmznenm-JlzIcblea arrebatado: por los

    rtiI-eII.--.19-I0Ia arrancado; de ma-Sc cree que

    el [mayo a obra del mnima-Personas sindica-

    Iml le mendiarioaw-Pnkonan-Frtlammto

    h: 1mm TGOP-IGGH del sumario quese

    anul pum mlarerer el delitos-Declaracin

    de lkmel (in-tea-Jd. de Alejandro Maldona-

    rIm-hl. dr Mmuel Ilurllm-Id. de Domingo

    lkrrrn-hl. Ir. laa: Stemrm-Juicio de la Pren-

    m 300w vam ejeructii: I reexiona sobre el

    orignI dll (Nardin.

    IV

    El sol del da 7 alumbr un cuadro de desolacin.

    Multitud do familias haban pasado la noche cielo

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    36 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • razo en la sabana y en los hmedos potrercs que dan

    frente la vieja ramada de la Matanza.

    Los escombros humeaban todava, produciendo es-

    pesa brumay exparciendo el olor acre d: mil diversas

    sustancias carbonizadas.

    En la pampa se vean tambin los estragos del hu-

    racn.

    Este fenmeno pramente fsico, canrlo han expli-

    cado ya nuestros hombres de ciencias, ocasionado por la

    expansin de los gases calentadas por la accin del fuego,

    no ha tenido precedente en Guayaquil, as como tampoco

    se haba presentado en igual intensidad la causa que lo

    produjo.

    Elvnco peridico que pudo salir luz ai da si-

    guiente del incendio, y que fu: EL Gano 01-21. Pa 1531.0.

    relataba de esta manera ,en su crnica, los niaravillosos .

    la par que terribles efectcsdeaquel interesante fenmeno.

    nUn remolino de viento s3 desat en los potreros.

    donde estaba aglomerada la muchedumbre y sacu-

    di muchos muebles, hacindolos pedazos, llegando le-

    vantar una altura de cerca de treinta pies algunas bau-

    les que se abran al subir y exparcan la ropa en el aire.

    como pedacillo-s de papel que se arrojaran desde lo alto

    de una ventana.-

    Espectcul tremendo que causgeneral desespera-

    ci6n,pues pareca algo as como el ltimo da de la tierra.

    Hay ms an, segn datos serios que tenemos a

    vista: era tal la violencia del huracn, que volc un piano

    colocado en tierra, desarraig varios rboles y levant la.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    36 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • cubierta de una casa de zinqechando volar las planchas

    como las hojas de un naipe.

    Volviendo ahora la impresin que produjo el in-

    cendio en el nimo del pueblo, debemos declarar que en

    la gran mayora de los damnicados predominaba laidea

    de que la catstrofe haba sido producida por una mano

    criminal, la cual an no cesaba en su maldita obra ex.

    terminadorsny esta creencia, justicada hasta ci . .3 pun-

    to por algunos documentos ociales que salieron luz,

    calicando el crimen, contribuy grandemente aumen-

    tar la exacerbacin pblica tal punto, que la fantasa

    de los ms exnltados se apoder de los datos y form un

    drama horripilante con personajes conocidos y supuesto

    plan poltico.

    Varias personas fueron sindicadas en seguida como

    cmplices en el neando crimen de incendio; algunas fue-

    ron reducidas prisin inoontinent, y, por la tarde de

    ese mismo da, fu pasado "por las armas, en ln calle del

    halecn, el ciudadano juan Tello.de quien, segn p-

    blica \-oz,se deca que haba sido cogido infraganti en la

    nfamia de incendiar un edicio.

    Una gran cantidad de pueblo enardecido le acom-

    pa al patbulo, execrando su nombre y despus su

    memoria, por haberlo credo de buena f manchadocon

    el incalicahle crimen que se le imputaba.

    N o nos toca nosotros emitir juicios en esta obrita,

    porque, fuer de cronistas. slo nos corresponde hacer

    la relacin de los hechos y dejar las apreciaciones al lec-

    tor;por consiguiente, prescindamos de nuestra opinin so.

    ar-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    37 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • aquel fusilamiento, y pongamos de maniesto, para ilus-

    trarel criterio pblico, un ligero extracto del sumario

    iniciado contra Juan Tell0,el 7 de Octubre, con el objeto

    de averiguar su responsabilidad en el incendio de una ca-

    sa aituadaentrelas calles de Chanduyn y Clemente Ba-

    llnn.

    Daniel Cortez. primer testigo dijo, en resumen, lo

    que sigue: que la hora indicada, Tellopidi un fsforo

    y entr con un bulto debajo del poncho en la casa de que

    se hace mencnda cual arda momentos despus, sin que

    el declarante hubiera visto penetrar en ella otra perso-

    na que el sindicado.

    Alejandro Maldonzdmsegundo testigo, dijo: que v

    arder la casa de que se trata.en momentos en que no ha-

    ba en ella ninguna otra persona que Tello. Y que lue-

    go que acudieron ese lugar, fug el sindicado llevando

    una camiseta de bombero debajo del brazo.

    Manuel Murillo, tercer testigo. dijo: que cuando ar-

    da la covacba que se cita en el proceso, sala de ella un

    individuo que dice llamarse juan Tello, y que fu en ese.

    momento capturado por el pueblo,por lo cual suporreqiie

    haya sido incendiario.

    Domingo Barr6,cuarto testigo, de nacionalidad ita-

    lana, dijo: que eso de las doce del da poco ms me-

    nos, encontr a un individuo, que introducia en la cova-

    cha situada entre las calles arriba indicadas, una mecha

    encendida. y que el declarante quiso mpedrselo, pero

    que, dicho individuo al fin coloc la mecha, y que, en

    manto se agrup el pueblo fug precpitadamente.

    az..

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    38 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Luis Stenery, quinto testig o, tambin de naciona

    lidad italiana, dijo: que cuando se empez quemar la

    covacha citada, sali de all, perseguido por el pueblo, el

    individuo quien se acusa de inccndario, y que llevaba

    camiseta colorada.

    Estos son los cargos que pesan contra juan Tello,

    y era tal la indignacin pblica que haba contra l, que

    si no hubiera sido fusilado, el pueblo irritado le habra

    linchado en las calles,

    Once das despus, con el animo ya sereno, se tra-

    taba este asunto, de la manera siguiente, en las colum-

    nas editoriales de EL Garro DEL PuzsLo.

    Pasada la primera impresin de la catstrofe, y res-

    tablecida la serenidad, es posible ya juzgar con calma el

    origen del incendio.

    Al principio se le atribuy algn comerciante

    asegurado.

    uDespus se dijo con insistencia, que la pasin po-

    ltica haba pelado la tea incendiaria, para impedir que

    se reuniera la Convencin.

    Ambas versionesznocncontraron cabida en el ni-

    mo de la gente sensata

    La ltima era absurda. La Convencin se hubie-

    ra reunido en cualquiera parte.

    La existencia de una banda de fanticos incendia-

    rios. es algo tan fantstico, tan inverosimil, que slo se

    puede aceptar como captulo de una novela terrorca.

    Y sinembargo, (ost la vida una inocente vcti-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    39 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • ma esa obsesin de spuesta criminalidad que se apo-

    der delas turbas.

    El juicio que se sigui instruyendo todos los que

    se crean cmplices en el nefando crimen, no arroj in-

    dicios contra los que sealaba la opininvpblica, y al

    n fueron puestos en libertad.

    Pasada la excitacin, se lamentaba en todos los

    crculos la muerte de Tello, como un error irreparable.

    En las clases elevadas prevalece la idea de quee]. incen-

    dio fu casual, pero las clases bajas continan aferradas

    en la idea de que el fuego fu la obra maldita del cr.

    men.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    40 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • CAPITULO V

    SUMRIO.-P7-ddll de los rastas del insigme vale nacional

    don Jos Joaqun Olmedo. --IIs/uerzos intiles

    del lujo por salva-r las reliquias v del padv-L-ln-

    cendio de la casa del seor Olmedo, en las Pe-

    17as.Pr+-1-dida de la valiosa biblioteca del ilustre

    Inn-do y de 1mrios objetos de su exclusivo uso

    personal que eran ocioso o-eczIerdo para su ln"-

    O-'-I)S]T3UOH&V ociales. daewoo del incendio.

    Aloja1nienlo para los infelces.Prrroga

    para los derechos aduanera-Comisin deso-

    cmv-os.-Concelacin de m-dlos.uardzb Ur-

    lmnan-ledida contra los abusos de los vivnde

    ros.1-.-l .9 de Octubre, echa gloriosa en da de

    dueloe-Svn extraordinaria de la Alunicipal-

    dacLwConsh-vmivhz de ctwachas.Colecla de

    fondosw-Vapmvs etadoxn-Alojanaienlo para

    11s Jersmms sin Lagoon-Instalacin de la Con-

    wm-rn.--Dccreto para arwilur ci los damni-

    CLIdQV.-'-D7.8Cu7-8() del Jefe Supremou-Jespuegm

    del Presidente de la Asamblea.

    V

    Entre las grandes prdidasque hay que lamentar en

    el incendio, n por la. materialidad de su valonsino por el

    precioso recuerdo que encerraban, la ms deplorable

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    41 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • por cierto, es la de los restos del insigne Cantor de Ju-

    nn, que desaparecieron abrasados en el templo de San

    Francscofdonde se hallaba depositada la urna cine-

    raria.

    Un admirador de Olmedo. que suscribe con XXX,

    deploraba con estas palabras la sentida cuanto irrepa-

    rable prdida de esas venerandas reliquias.

    En el enorme y voraz incendio del 5 del presente.

    se han perdido, 6 mejor dicho, se han quemado los res-

    tos del Ilustre Cantor de junn: dicha prdida es, pues,

    nacional. No existen ya sus despojos; no existe tam-

    poco su lpida, tampoco existe su casa, en la cual el

    Ilustre Concejo le dedicara una lpida con sentidas ins-

    cripciones de oro.

    El hijo del seor Olmedo, el respetable don jos

    joaqun que tan justamente queridoes portodos los gua-

    yaquileos, olvid sus dolencias fsicas en cuanto supo

    que el fuego amenazaba el templo donde estaban las ce-

    nizas de su ilustre padre; pero, por mucha que fuera su

    premura en acudir al incendio para cumplir con sus de-

    beres de hijo, salvando de las llamas ese puado de pol-

    vo tan querido, lleg ya tarde, cuando la hoguera insa-

    ciable lo haba devorado tdo, hasta los huesos de las

    tumbas.

    La misma pluma que citamos arriba, aade luego:

    cEste noble seor regres su casa sin esperanza

    agunayoonlgrmasenlos ojos . . . . ..

    Por la tarde del da 6 el destructor elemento llega-

    ba Las Peas y pocas horas despus bajaba de su

    c136:

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    42 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • casa sin sacar nada que le fuera til en las necesidades

    de la vida. Pierde todo sin sacar una hilacha.

    uPierde, adems, toda la biblioteca de su seor pa_

    dre, en la cual haba ms que una regular fortuna, sus

    retratos, sus papeles, su escritorio, su anteojo larga-

    vista, el canutero con que escribi en vida, talvez el que

    us para escribir el Canto Bolvar, su silln,.reliquias

    todas sagradas para el seor Olmedo.-

    i

    Ii

    En la maana delda 7 se dictaron algunas disposi-

    ciones conducentes atenuar los rigores en que haba

    sumido la poblacin el desastre de la vspera.

    Se trat, en primer lugar, de dar alojamiento las

    personas que haban quedado sin abrigo,

    Se facult la Aduana para que pudiera aceptar

    los comerciantes pagares seis meses de plazo, por los

    saldos que adeudaran de los derechos de Aduana.

    Nombrse una" comisin compuesta por" los seores

    Luis A. Dillon, Martn Avils y Emilio Estrada, para

    la adquisicin y distribucin de vveres a los menes-

    terosos.

    Se expidiun decreto, por el jefe Supremo, en el-

    que se concedan cuarenta dasde plazo para la cancela.

    cin de crditos.

    Se dictaron severas medidas contra los proveedores

    de artculos de primera. necesidad que, pretendieran ele-

    var sus tarifas, abusando de las circunstancias.

    Y, por ltimo, se organiz un cuerpo de Guardia

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    43 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • Urbana para vigilar la poblacin durante las intranqui-

    las noches que siguieron la del incendio.

    Iv

    ti

    El nueve de Octubre, la fecha clsica de Guayaquil,

    dade gloria que est marcado con letras de oro en la

    historia de nuestra independencia, vino 6. sorprender

    esta ciudad, cuna de los hroes del ao 1820, sobre un

    montn de escombros.

    Los himnos triunfales que se preparaban para cele-

    brar el gran da, se tomaron en tristsimos lamentos, el

    hermoso pabelln de la patria que hubiera lucido como

    siempre, en el tope de los mstiles, indicando el regoci-

    jo pblico, fu izado media asta en seal de duelo; el

    can guard silencio, yen n, todos los preparativos

    de esta se trocaron en manifestaciones de sentimiento

    pblico.

    La Municipalidad celebr una sesin extraordina-

    ria, para tratar de reparar en lo posible la inmensa ca-

    lamidad pblica, y adopt doce acuerdos, de los cuales

    extractamos los ms importantes:

    Construir covachas para brindar alojamiento las

    personas indigentes:

    Nombrar una comisin para colectar recursos.

    nombre del Concejo.

    Conar la Sociedad de Vvanderos la supervig-

    lancia de aquellos individuos que, no perteneciendo al

    gremio. pretendieran alterar el precio de los artculos de

    primera necesidad.

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    44 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • lletar vapores para conducir fuera los damnica-

    dos que quisieran salir de la ttindnd.

    Solicitar edicios, particulnres scales. para alo-

    jar los infelices.

    Conceder plazo de meses para la construccin de

    covachas, fuera del rea incendiada.

    Aumentar el nmero de inspectores y Celadores de

    la Polica Municipal.

    Prohibir la venta de licores.

    I

    Q0

    El mismo da 9 2 y 3o de la tarde, se reuni

    en los salones de la Casa de Gobierno, la Convencin

    Nacional.

    Despus de los preliminares de estilo y elecciones

    correspondientes, el doztor Peralta, Diputado por el

    Azuay, manifest la desgracia que agobiaba al pueblo

    de Guayaquil, por causa del incendio y propuso que se

    escogitnran los medios de aliviarla.

    Su palabra fu acogida con calurosos aplausos por

    la barra yedetermin una larga interesante discusin

    sobre el asunto.

    Un diputado pidi que la Asamblea se constituyen

    en comisin permanente hastaencontrar los medios de

    aliviar la suerte de los damnicados.

    Otro pidi que se interpelara al Ministro delo In.

    terior sobre los recursos que hubiera hecho valer en ta-

    vor de los damnicados.

    Otro present un proyecto para auxiliar las vcti-

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    45 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • mas del incendio, el cual fu estudiado por una comi-

    sin y aprobado en esta forma:

    La Asamblea Nacional considerando:

    Que la ciudad de Guayaquil, una delas ms flore-

    cientw de la Repblica, ha experimentado una cats-

    trofe como no recuerda otro en su historia;

    Que causa de esta calamidad ha quedado sin ho-

    gar ni pan la mayor parte de la poblacin, decreta:

    Art. 1. -La Asamblea Nacional hace suyo el due-

    lo que aqueja al pueblo de Guayaquil.

    Art. 2.--Facltase al Presidente de la Repblica

    para que atienda en el da a las familias damnicadas,

    mediante negociaciones con los bancos; y se le faculta

    tambin para que facilite medios para trasladarse

    otros puntos de.la Repblica todas las personas que

    deseen: y para que facilite transportes fluviales.

    Art. 3.'La comisin de salvacin pblica, com-

    puesta de personas de esta ciudad, distribuir los socor-

    rou los menesterosos.

    Art. uFacltase asimismo al Ejecutivo para

    que dicte los reglamentos tendentes 6. evitar el alza de

    los artculos de primera necesidad, estando limitada esta

    facultad durante el tiempo de tres meses.

    Art. 5.La Municipalidad dar gratis el agua du-

    rante tres meses.

    Al art. 5 se agreg la guiente adicin, propuesta

    por el Diputado Pareja.

    Que las Municipalidades de la Repblica se les

    14:

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    46 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • imponga, excepcin de la de Guayaquil, una contribu-

    cin del o co durante los aos de 189798 para el ser-

    vicio de intereses y amortizacin de la deuda oontrada,

    sin perjuicio de que el Ejecutivo pueda arbitrar otros re-

    cursos ccmo el 1 c100 de los bienes races dela Repbli-

    ca, excepcin de los situados en el Cantn de Guaya-

    quil. .

    I

    il

    Cuando la Comisin nombrada por la Asamblea

    para anunciar al seor jefe Supremo la instalacin de

    la Convencin, fu llenar su cometido, el General

    Alfaro hizo referencia en su discurso la gran calami-

    dad pblica, en los siguientes trminos:

    Ssoass DIPUTADOS:

    inmensa habra sido la satisfaccin de la Repblica

    y muy especialmente la ma, al veros hoy congregados

    en el recinto de las leyes, si la mano del crimen no hu-

    biera descargado su rudo golpe sobre esta inclita ciu-

    dad que sufre las consecuencias de la mayor de las ca-

    tstrofes. El trabajo que todo lo salva retemplar el

    nimo de los guayaquileos, ya que su resignacin que

    raya en lo sublime nos augura que presto llegar el da

    en que este hermoso puerto se levante de sus cenizas

    recobrando su alta importancia y esplendorJ

    Y el seor doctor don Manuel B. Cueva, Presiden-

    te de la Asamblea. le contest con estas bellsimas pa-

    labras en la parte referente al incendio de Guayaquil.

    Vuestros esfuerzos patriticos no han sido estri-

    les. El fuego ms puro y vehemente patriotismo arde

    4]__

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    46 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • oe ne las provincias mas lejanas, han acudido presum-

    sos a este augusto recinto a desempear sus seras y di-

    iciles labores. Es por eso que la Convencin Nado-

    nal de 1896 no ha trepidado en instalarse, aun cuando

    sea sobre los escombros humeantes y las ruinas causa-

    das por la mano del crimen ms atroz y detestable.

    Ojal nos sea dado remediar los grandes males que, con

    motivo de la reciente catstrofe, aigen hoy la noble

    y-librrima Guayaquil. Ella, contando como cuenta

    con las excelentes cualidades que caracterizan sus dig-

    nos hijos, volver ser en breve tiempo la perla del Pa-

    clco, el puerto ms oreciente de Sud-Amrica:

    Gen

    erat

    ed o

    n 20

    12-0

    9-13

    23:

    47 G

    MT

    / h

    ttp:

    //hdl

    .han

    dle.

    net/

    2027

    /uc1

    .b47

    8932

    3Pu

    blic

    Dom

    ain

    in t

    he U

    nite

    d St

    ates

    , Goo

    gle-

    digi

    tized

    / h

    ttp:

    //ww

    w.h

    athi

    trus

    t.or

    g/ac

    cess

    _use

    #pd

    -us-

    goog

    le

  • CAPITULO VI

    Soriano. l)ulerrzul. .3 miran Rep-uu un rin olomuda

    d los lrunn/cudou-Se uumura la venida de la

    mwamp Lma..lu.r1-loa dc ln Ifepvihla: Ar-

    gmtimL-Sznmw pum cien /b;nila:.El 6n-

    m-r de lunodmur-Ikruattm de lhltalooyop

    ANHlLI um la colonia IUGII.SIGIBIPCN

    de la Gnnpavi: Trlayrm de (forum y Sud-

    Amrau-Qvldr: dc la Uma del tuerto del

    QuinnLa Junta Municipal de Socorro;-

    Cmidolcucfc! del .-irzoln-spo.Audhoa donan-

    leaMeeting en Buena: Aimar e mor de Gua-

    yuqu Vivero encaiadoa en el chupa-fal- por

    el (Human de (Iciar-Huan: dCMV-PI.

    lIGN in del Gfrmcl Pcrumim-Gnl/ralendad

    umermrtm-Ccndolencny rearme de Gu-

    rumln..suatprn de I6.&TU de

    QIdOw-J 031m4! de (Mile ciurega al Gobierno

    la: vveres de El lmperalL-An-l