correspondencia internacinal nro.30

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Nº 30 • Mayo • Agosto 2011 • UIT-CI VI Congreso del PC ratifica la restauración capitalista Cuba La revolución árabe sacude al mundo ¡Fuera la intervención imperialista en Libia!

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La revolución árabe sacude al mundo Cuba: VI Congreso del PC ratifica la restauración capitalista ¡Fuera la intervención imperialista en Libia! ¡Armas al pueblo rebelde para derrotar a Kadafi!

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Nº 30 • Mayo • Agosto 2011 • UIT-CI

VI Congreso del PC ratifica la restauración capitalistaCuba

La revolución árabe sacude

al mundo

¡Fuera la intervención imperialista en Libia!

Sumario

OficinasCoordinación Internacional

Hipólito Yrigoyen 1115-1117Buenos Aires

Argentina

Teléfonos: 00 54 11 – 4383-7733 00 54 11 – 4383-4047

Internetwww.uit-ci.org

DiagramaciónIsabel Sánchez

CorrecciónJuan Rivera

Contribución:Argentina: $ 15

Brasil: R$ 5 Resto Latinoamérica: uS$ 2

Estados unidos: uS$ 5

Los artículos firmados no expresan necesariamente la posición de la dirección de la uIT-CI

sino la de sus autores.

Nº 30 • Mayo - Agosto 2011

Revista de la UIT-CIUnidad Internacional de los

Trabajadores-Cuarta Internacional

La revolución árabe sacude al mundo 2

BoliviaMovilizaciones y huelgas contra Evo Morales 33Carlos Rojas: “Los maestros fueron brutalmente golpeados y ahora los criminalizan” 34

Libia

El VI Congreso del PC ratificó la restauración capitalista 35Liquidan Libreta de Alimentos 36Cuba, simplemente (desde La Habana) 38

VenezuelaSobre las falsas “expropiaciones” de Chávez 40¡Fuera la intervención Imperialista!

Armas al pueblo para derrotar a Kadafi 6¿Por qué Chávez y Fidel apoyan a Kadafi? 9¿No hay que exigir armas para el pueblo rebelde? 12

EgiptoLos desafíos de una revolución triunfante. Escribe José Castillo: enviado especial a el Cairo 13un gigante se puso en marcha 17Activistas fundan nuevos sindicatos 19“Vamos por todo lo que Mubarak nos quitó” 21La izquierda en la revolución 22

TúnezEn Túnez se encendió la mecha 23El gobierno obrero de la uGTT en Redeyef 24De la independencia a la semicolonización 27

SiriaLlamado de la unidad Internacional de los Trabajadores 28

JapónEl desastre nuclear y la catástrofe capitalista 30Ferroviarios japoneses denuncian 31Solidaridad de Orlando Chirino 32

Estados UnidosLa rebelión sindical en Wisconsin 42

Cuba

Vida del movimientoAlemania: “Por qué decidimos incorporarnos a la uIT-CI” 44

Brasil: Conferencia Nacional de la CST/PSOL 46

Colombia: la fusión uníos-Alternativa Socialista 47

Chile: entrevistamos a María Jesús Sanhueza 47

Noticiero 48

Europa: € 5Resto del mundo: uS$ 3

La deportación del exiliado polí-tico y periodista colombiano, Joaquín Pérez Becerra, y su entrega al dere-chista gobierno colombiano de Juan Manuel Santos, ha provocado una ola de repudio de la izquierda mundial, que incluye a los Partidos Comunistas de Venezuela y Brasil y de numerosas organizaciones que se reclaman boli-varianas.

La deportación es un escandaloso caso de violación a los derechos huma-nos. De esta forma, Chávez se pone a los pies del pro-imperialista gobierno de Colombia.

Pérez Becerra fue capturado por las autoridades venezolanas en el Ae-ropuerto Internacional de Maiquetía el pasado sábado 23 de abril, cuando arribó procedente de Frankfurt, Ale-mania.

Becerra no es terrorista, ni siquiera miembro de las FARC, como los or-ganismos de inteligencia y el gobierno de Colombia quieren hacer creer. Hace más de 20 años tuvo que solicitar asilo político en Suecia para preservar su vida y la de su familia, estando en calidad de refugiado político en ese país desde 1994. Lo hizo con el aval de la Unión Patriótica (UP) y el Par-tido Comunista Colombiano (PCC), partidos de los cuales fue concejal en el Municipio de Corinto, Departamento del Valle del Cauca. Además, renunció a la nacionalidad colombiana y en la ac-tualidad ostenta la sueca. Es uno de los

dos únicos ex-alcaldes sobrevivientes, ya que el resto fue asesinado por gru-pos paramilitares colombianos. Como ciudadano sueco, junto con otros reconocidos periodistas, coordina la página de noticias alternativas ANN-COL, con sede en Suecia, publicación que goza de la anuencia del gobierno de ese país.

Esta política de Chávez -de entre-gar a un refugiado político al régimen asesino de Santos violando acuerdos internacionales, incluido el de asilo- muestra su doble discurso. Mientras habla del Socialismo del Siglo XXI, se rinde ante la justicia de Colombia.

Este hecho ha generado una toma de distancia de diversas organizaciones de izquierda que hasta el momento apoyaban al gobierno de Chávez. El PC brasileño (PCB) señaló “más que un error es una traición […] ¿Cómo un gobierno que se dice revolucio-nario puede entregar a un militante de izquierda?” (Declaración del PCB, 26/4). EL PC de Venezuela, aliado del gobierno, dijo: “constituye un hecho sumamente grave que no se corresponde con la legalidad vigente y mucho menos con principios boli-varianos, revolucionarios, antiimpe-rialistas o socialistas” (Declaración del Buró del PCV, 2/5). David Corredor, Director del Movimiento Comunero Socialista Bolivariano de Colombia (MSB), señaló que “las posturas fic-ticias de cambio y de transformación

(del gobierno Chávez) son un fraude ideológico”. Mientras que para las Fuerzas Bolivarianas de Liberación de Venezuela, la deportación de Be-cerra “significa una alta traición a los postulados y fines originales de la Revolución Bolivariana” (declaración del 1º de mayo de 2011).

El propio gobierno de Chávez manifestó ante el caso que, de esta forma, “ratifica su compromiso inquebrantable en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y el crimen organizado en estricto cumplimiento de los compromisos y de la coopera-ción internacional, bajo los principios de paz, solidaridad y respeto a los derechos humanos”, legitimando de esa manera los calificativos con que el gobierno genocida de Colombia y el imperialismo yanqui tildan a las organizaciones insurgentes, ha-ciéndose cómplice de la política de terrorismo de Estado que desde hace más de medio siglo se desarrolla en Colombia.

La vida del periodista Pérez Bece-rra corre serio peligro, porque en Co-lombia no hay garantías para la inte-gridad y seguridad de los luchadores. Llamamos a la más amplia unidad de acción, recogiendo pronunciamientos de aquellos que defiendan las liber-tades democráticas, personalidades, organizaciones políticas, sindicales, sociales, estudiantiles y de derechos humanos.

Juan Manuel Santos y Hugo Chávez Pérez Becerra al ser detenido en Venezuela

Quizás nunca como ahora se ha mostrado la debilidad política y la crisis del imperialismo norteamericano.

Obama y los Estados Unidos han intentado presentar el asesinato de Bin Laden como una muestra de su poderío, re-afirmando que ellos son los que “mandan” en el mundo. Ha sido en vano. Fue tan burda la acción criminal yanqui como torpe su difusión. La sucesión de versiones y contraversiones -que no estaba armado pero que había “cerca” una ametra-lladora, que la mayor parte de los presentes eran parientes y niños, o que criaba vacas y gallinas-, no han hecho más que confirmar la debilidad de la potencia imperialista y su temor a la rebelión de los pueblos. Al punto de no atreverse a mostrar el cuerpo, por miedo a las “reacciones”.

En realidad, este crimen fue montado en el peor mo-mento político de Obama y del imperialismo. Justamente cuando una ola revolucionaria recorre el mundo árabe, derribando a dictadores amigos de ellos, con varias dé-cadas aferrados al poder. Dejando a Israel, su principal aliado, totalmente aislado. El crimen se consumó cuando la economía capitalista yanqui sigue a los tumbos y crece una incipiente rebelión sindical en sus entrañas (ver nota EE.UU.-Wisconsin). Cuando en Afganistán sufren un empantanamiento al borde de la retirada, como ya lo em-pezaron a hacer en Irak. Que hayan matado a Bin Laden no cambia esta relación de fuerzas. Por eso sus efectos quedan reducidos a una simple maniobra electoral, para ver si Obama, con su imagen cayendo en picada, levanta

un poco y logra la ansiada re-elección en noviembre.

Nuestra corriente socialista revolucionaria siempre repudió las acciones de Bin Laden y de Al-Qaeda, como de todo accionar terrorista aislado de las masas. En realidad, Al-Qaeda no es una organización siquiera de masas. No ha sido ni es la que enfrenta a los invasores en Afganis-tán, sino el pueblo afgano, que ya controla el 80% del territorio. No por eso vamos a dejar de repudiar este vil asesinato realizado por un comando yanqui, que hasta violenta la soberanía de un país, en este caso Pakistán. Millones repudiaron este accionar criminal.

También nunca como hoy se vuelve a demostrar que solo las movilizaciones revolucionarias de los pueblos -no las acciones terroristas de grupos minoritarios- pueden derrotar al imperialismo y a sus agentes en el mundo. A casi diez años de los atentados a las Torres Gemelas, en el mundo árabe ésta demostración es contundente. El año 2011 arrancó como un vendaval de revoluciones en los países árabes, que aún tendrá nuevos capítulos.

Por todo eso, la edición de este número de Corres-pondencia Internacional está dedicada a la revolución árabe. Porque en esa región se están dando las batallas más importantes, contra el imperialismo y los gobiernos ca-pitalistas, que son lecciones y un aliento para la lucha de los trabajadores, la juventud y los pueblos del mundo.

ContáctenosArgentina: Izquierda Socialista: [email protected] - Bolivia: [email protected] - Brasil: Corriente Socialista de los Trabajadores: [email protected] - Colombia: Unidad Obrera y Socialista: [email protected] • Alternativa Socialista: [email protected] - España: Izquierda Solidaridad (IS): [email protected] • izquierdasolidaridadyacció[email protected] - Estados Unidos: Núcleo Socialista: [email protected] - Panamá: Propuesta Socialista: [email protected] - Perú: Unios en la lucha: [email protected] - Venezuela: [email protected]

Sitios Recomendados : www.uit-ci.org / www.izquierdasocialista.org.ar • / www.nahuelmoreno.org / www.cstpsol.com (Brasil) / www.unios.tk (Perú) / www.movimientoalsocialismo.com.mx (POS México) / www.laclase.info / www.socialistcore.org

Presentación

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Revolución ARAbe

Miguel Sorans

Encabezados por el pequeño Túnez y luego por el podero-so Egipto, los pueblos árabes

pusieron en marcha un proceso revo-lucionario en toda la región.

La revolución está en curso, con sus distintas expresiones. En donde triunfó, como en Túnez y Egipto, derribando a sus dictadores de turno, continúa, porque los pueblos no ven

cumplidas sus aspiraciones sociales y políticas. Estas revoluciones, objeti-vamente anticapitalistas, se combinan con las que aún están enfrentando las respectivas dictaduras, como en Libia, Siria, Yemen y en el resto del mundo árabe.

Este proceso marcará un antes y un después en la situación mundial. En primer lugar, en los países árabes y en el conflictivo Medio Oriente. Nada será igual. El imperialismo e Israel salen debilitados y las masas árabes y del mundo fortalecidas.

El marco lo dan la derrota militar del imperialismo en Irak y la crisis económica capitalista

La revolución no se dio como un rayo en cielo sereno. Su estallido se

La revolución árabe sacude al mundo

La revolución árabe se inició

en Túnez. Fue el detonante

que hizo explotar al resto.

Pegó un salto con la colosal

revolución egipcia que derribó

a Mubarak. El imperialismo

yanqui perdió a su fundamental

aliado árabe y profundizó su

crisis de dominación. El crimen

de Bin Laden es una jugada

desesperada de Obama

que no cambia la debacle

imperialista. La rebelión árabe

produce un impacto favorable

para las masas del mundo.

¿Cuál es el carácter de las

revoluciones triunfantes y

cuáles son sus principales

tareas?

Marruecos

ArgeliaLibia

Egipto

Yemen

Baahrein

Siria

Jord

ania

Tune

z

AFRICA

EUROPA

Mar Mediterráneo

Océ

ano

Atlá

ntic

o

Arabia Saudita

IrakIsraelPalestina

Libano Irán

Turquía

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Revolución ARAbe

explica por la combinación de dos fac-tores claves: la derrota del imperialismo en Irak, y la crisis económica mundial y sus efectos en los pueblos.

Estamos viendo las consecuencias que ha tenido en los pueblos árabes la derrota militar del imperialismo yanqui en Irak. Este es un punto clave de la situación mundial. Nuestra corriente fue una de las primeras en señalar que Irak era el nuevo Vietnam de los Estados Unidos. Después del atentado a las Torres Gemelas, el 11-S-2001, el imperialismo lanzó una contraofensiva militar invadiendo Afganistán a fines de ese año, y luego Irak en 2003, para dar una muestra de su poderío ante los pueblos del mundo. Pero ese plan fracasó completamente. En Irak fueron derrotados, aunque aún permanez-can algunas tropas. Luego, Israel fue derrotado en su invasión al Líbano y en Afganistán. Es evidente que están empantanados.

La derrota en Irak, que es un país árabe, no hizo más que entusiasmar a los pueblos vecinos, que fueron los que se movilizaron masivamente para repudiar la invasión. En Egipto, por ejemplo, desde años atrás la juven-tud y el pueblo canalizaron su odio a Mubarak, movilizándose en apoyo a los palestinos e iraquíes. Mientras, Mubarak seguía sosteniendo su pacto con Israel y Estados Unidos. O sea, que las masas árabes venían luchando desde mucho antes.

Así, la nueva derrota militar yanqui se combinó, desde 2007, con la crisis económica capitalista mundial. La suma de estas dos cuestiones ha deriva-do en lo que definimos como una crisis de dominación política, económica y militar del imperialismo yanqui. Esta crisis es la que se ha expresado en el estallido de la revolución árabe. Lo que llevó también a que el imperialismo se viera sorprendido y desbordado, sin poder actuar para salvar a sus aliados, favoreciendo el triunfo de las masas en Túnez y Egipto.

El otro factor que incentivó la movilización de los pueblos árabes, ha sido las consecuencias de la crisis económica mundial en el Norte de África y el Magreb. Las masas árabes se rebelaron contra la miseria crecien-te, contra el desempleo, la tremenda desigualdad social, la corrupción (se calcula en miles de millones de dólares las fortunas de Mubarak y de Kadafi)

y las dictaduras que vienen aplicando esos planes de ajuste al servicio de las multinacionales. Las masas árabes se le-vantaron contras las dictaduras, exigien-do libertades, pero con gran peso en los reclamos sociales por el salario y contra el desempleo. Esto, a su vez, explicaría porqué no han tenido mayor presencia consignas religiosas islámicas.

El impacto mundial de la revolución árabe

Millones en el mundo siguieron, por televisión e Internet, el desarrollo y desenlace de la revolución egipcia, como si fuera una final de fútbol.

Las masas egipcias demostraron a los pueblos del mundo el poder de la movilización revolucionaria, y que las masas movilizadas tienen un poderío como para lograr victorias que días antes parecían imposibles. Lograron con su insurrección, por ejemplo, de-rrotar a la policía y paralizar a uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Y terminar con un régimen dictatorial que parecía inamovible. Todos los gobiernos del mundo temblaron ante lo sucedido, temerosos de que ese ejemplo cunda, frente a los efectos que provocan sus planes de ajustes.

El miedo de todos los gobiernos del mundo al efecto contagio de la re-volución, hizo que no se pronunciaran ni apoyaran abiertamente la moviliza-ción del pueblo egipcio. Los supuestos gobiernos “antiimperialistas” como Chávez, Evo Morales, los Castro, el gobierno de Irán o la OLP, todos callaron. Hasta Hamas prohibió las marchas en solidaridad con el pueblo egipcio de los palestinos de la Franja de Gaza. Recién después de la huida de Mubarak, estos gobiernos y dirigentes salieron a “saludar” al pueblo egipcio. Luego Fidel Castro y Chávez apoyaron a Kadafi y al dictador sirio.

Es que la revolución árabe se pro-duce en medio del sostenimiento de la crisis económica capitalista mundial (estallido de la crisis en Irlanda y Por-tugal, por ejemplo) y del crecimiento de las huelgas obreras contra los ajustes capitalistas en Europa, Latinoamérica y todo el mundo.

Las consecuencias políticas, econó-micas y sociales de la revolución árabe, que todavía sigue en desarrollo, están ya afectando al imperialismo (caen y se ponen en cuestión regímenes políticos

agentes directos de sus políticas en la región) y le seguirá afectando de acuer-do a los resultados de los próximos capítulos del proceso revolucionario.

Lo que sí es seguro, es que la revo-lución árabe tonifica las luchas de los pueblos del mundo para seguir dando la pelea contra los ajustes capitalistas y sus gobiernos.

Se profundiza la crisis de dominación del imperialismo

La pérdida de aliados como Muba-rak o Ben Ali (Túnez), ha significado un nuevo golpe político para Obama, que agrava su crisis de dominación global. El golpe más duro ha sido la caída de Mubarak, una pieza clave en el Medio Oriente, en su pacto histórico con Israel. Hay que tomar en cuenta que Egipto es el país árabe más grande, con 80 millones de habitantes. Junto con Jordania, son los únicos países que reconocen a Israel.

Es evidente que el imperialismo trata de aprovechar la guerra civil de Libia para intervenir militarmente, para ver si recupera algo del terreno perdido. Cosa que hasta ahora no han logrado porque el conflicto no se ha definido y los rebeldes, heroicamente, siguen combatiendo a Kadafi.

Pero hasta en ese terreno se refleja su crisis. Los yanquis no se animaron a intervenir directamente. “En EE.UU., donde el desempleo no afloja entre los sectores de la clase media y media baja, Barack Obama comienza a desbrozar el camino para intentar la reelección en noviembre de 2012 y sabe que eso lo obliga a reducir lastre. Una encuesta reciente detectó un imparable creci-miento del rechazo a la intervención norteamericana en este conflicto” (Clarín, Argentina, 9/4). Estados Uni-dos sólo dio apoyo a la OTAN, que tampoco ha podido lanzar, por ahora, fuerzas terrestres.

El asesinato de Bin Laden es una jugada desesperada de Obama para mostrar una “victoria” en medio de la colosal paliza que está recibiendo con la rebelión árabe.

Los triunfos iniciales, la transfor-mación de la revolución libia en guerra civil, y la extensión de la revolución a Siria, Yemen, Bahrein, no hacen más que profundizar la crisis del imperia-lismo y la pérdida de terreno firme en la región. Mientras, Israel queda

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Revolución ARAbe

es el camino”. Según ellos, “siendo revoluciones democráticas, aquellos que levantan la bandera del socialismo están absolutamente fuera de contex-to” (ver página web PSOL- Secretaría de Relaciones Internacionales).

Nuestra corriente, la UIT-CI, co-incide con que en Túnez y Egipto han triunfado inmensas revoluciones demo-cráticas. Pero discrepamos en que estén restringidas a un carácter y tareas exclu-sivamente democráticas. Para el caso de Egipto señalábamos que: “Ha triunfado una poderosa revolución que en sus pri-meros momentos ha logrado conquistas democráticas fundamentales, como la liquidación de Mubarak y su régimen dic-tatorial, y la libertad de movilización y de organización. Sin embargo, la revolución sigue abierta y las masas aspiran a más, como lograr empleos masivos, salarios dignos, mayores libertades políticas y sindicales, la soberanía nacional, etcétera. Lo cual entra en contradicción con la política imperialista, con la cúpula del ejército y con las direcciones opositoras burguesas e islámicas, que sueñan y hacen los mejores esfuerzos para que la revo-

cada vez más aislado y el pueblo pa-lestino más fortalecido. La unidad de OLP-Hamas es otra expresión de los cambios políticos que trajo el proceso revolucionario árabe.

El carácter de las revoluciones en curso

Los triunfos en Túnez y Egipto abrieron una polémica en la izquierda sobre el carácter de estas revoluciones y las tareas que están planteadas a partir de la caída de los dictadores. Distintos sectores sostienen que solo se trata de revoluciones democráticas y que la ta-rea central es la “Democracia Radical” y lograr una Asamblea Constituyente. Una de las corrientes del PSOL de Bra-sil, el MES (ligado a Marea Socialista, integrante del PSUV de Venezuela y al MST de Argentina), sintetiza claramen-te esta postura en un texto de Israel Dutra y Pedro Fuentes. Para ellos, las revoluciones árabes sólo pueden llegar a la “Democracia Radical con com-ponentes nacionalistas y pan-árabes. Para eso una Asamblea Constituyente

lución no trascienda las reivindicaciones democráticas y no avance claramente en una perspectiva obrera y socialista. (…) Es decir, es necesario tomar medidas an-ticapitalistas y socialistas para poder cum-plir los reclamos de justicia social. Para los socialistas revolucionarios, el proceso revolucionario debe continuar porque ahora, más que nunca, está planteado que las tareas pendientes democráticas, antiimperialistas y anticapitalistas sólo pueden llegar hasta el final con un go-bierno de los trabajadores y el pueblo, del Movimiento 6 de abril, los sindicatos y las organizaciones populares de los que se jugaron para derribar a Mubarak”. (“Las nuevas tareas de la revolución”. Declaración en www.uit-ci.org,18/3).

En ese sentido, no están “fuera de contexto” las tareas socialistas. Desde ya que las revoluciones no se hacen por consignas socialistas, pero la solución de los reclamos de las masas se logrará ple-namente con un programa de transición que sea aplicado por un poder obrero y popular que avance hacia el socialismo. La revolución rusa del 17 se hizo por Pan, Paz y Tierra, pero sólo con el triunfo de

En las multitudinarias manifestaciones el pan era el símbolo de los trabajadores tunecinos.

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Revolución ARAbe

la revolución socialista las masas avan-zaron en sus conquistas. Rechazamos la visión etapista, tipo el MES del PSOL, que rememora, en el siglo XXI, la con-cepción de la revolución por etapas del estalinismo. Las revoluciones justamente se quedan en democráticas por el rol nefasto de las direcciones burguesas, reformistas y nacionalistas burguesas que las frenan para que se mantengan en los marcos del capitalismo.

Las revoluciones en la época actual del imperialismo son, objetivamente, anticapitalistas. Por el enemigo que enfrentan, que son regímenes con-trarrevolucionarios capitalistas no feudales, y por las fuerzas sociales que hacen la revolución, que no son los burgueses sino las masas populares, los trabajadores, la juventud y sectores de clase media empobrecida.

Por eso la nueva tarea no es sólo una Asamblea Constituyente, sino llamar a movilizar por un programa que incluya, para dar salario, trabajo, salud y educación para todos, medidas de expropiación de las multinacionales y de los bienes de los ex gobernantes, los militares y sus familias, que representan

a la mayor parte de la burguesía local, en la perspectiva de un nuevo poder de los trabajadores y el pueblo.

El rol de los trabajadores y la juventud

La realidad es la que ha ido demos-trando que la revolución no se ha dete-nido allí donde triunfó. Por el contrario, las masas tunecinas y egipcias siguen movilizadas. En Túnez, por ejemplo, derribaron con movilizaciones y huel-gas a dos gobiernos que surgieron de la revolución. En Egipto crecieron las huelgas sindicales por sus reivindica-ciones. El 9 de abril, miles volvieron a movilizarse a la Plaza Tahir para exigir la renuncia de Hussein Tantwi, el jefe de al Junta Militar a quien antes, a la caída de Mubarak, habían aplaudido. En El Cairo los estudiantes salieron a exigir reformas al sistema educativo.

Los protagonistas de la revolución árabe han sido los jóvenes, los sectores populares y también los trabajadores. Es evidente el carácter popular de la revolución árabe. En especial, la ju-ventud jugó un rol de primera magnitud en Egipto (el Movimiento 6 de Abril), apoyada en las redes sociales. Pero es claro que, tanto en Túnez como en Egipto fue creciendo el papel de la clase trabajadora en ambas revoluciones. Las huelgas obreras contribuyeron a la caída de las dictaduras. En el caso de Túnez, el movimiento obrero, organizado en la UGTT, fue acumulando experiencia de lucha en los últimos diez años. No fue casual que, por ejemplo, en la ciu-dad de Redeyef, la sede de la UGTT local pasara a funcionar en el palacio de gobierno.

Luego del triunfo se ha producido un salto en el ascenso sindical con el crecimiento de las huelgas y con la formación de nuevos sindicatos in-dependientes. En Egipto se produjo, a la caída de Mubarak, un reguero de huelgas y ocupaciones de lugares de trabajo en sectores y hasta huelgas y marchas de policías por salario y liber-tad sindical.

Este es un punto de apoyo clave para el desarrollo y el triunfo del pro-ceso revolucionario.

Las tareas actuales

La revolución árabe sigue latente.En ella se combinan distintas revolu-

ciones. En Libia, Siria, Yemen, Bahrein, Marruecos y otros países, sigue la pelea por derribar a los dictadores de turno. En Egipto y Túnez, los trabajadores y el pueblo enfrentan a los nuevos gobier-nos capitalistas que quieren congelar el proceso revolucionario.

Justamente, el factor positivo de la revolución es el poderío de la movili-zación de las masas y su contundencia y firmeza para sostener la movilización permanente. En el caso de Libia, el pueblo ha tenido que tomar las armas para enfrentar al asesino Kadafi. El grave problema son las direcciones contrarrevolucionarias y la ausencia de una dirección revolucionaria. Desde el imperialismo, los gobiernos pro imperialistas y también los llamados “progresistas” o “antiimperialistas”, como Chávez, Ortega, Castro, Mo-rales o Ahmadineyad, desde distintas posturas, no quieren que las masas árabes triunfen. En el caso de Libia directamente hay una alianza de hecho para dejar desangrar, sin armas, a los combatientes rebeldes libios. Por eso, una de las grandes tareas, junto al im-pulso y apoyo a la movilización de los pueblos, es la lucha por construir una dirección obrera y socialista.

La movilización revolucionaria de las masas es la que contribuye a crear mejores condiciones para superar la crisis de dirección. Por eso una de las tareas centrales es fortalecer y desarro-llar los nuevos organismos de lucha que está dando la revolución. Desarrollar todas las formas de autoorganización como los comités revolucionarios y las milicias populares de Libia; los nuevos sindicatos independientes como en Egipto y Túnez , los Comités de De-fensa de la Revolución en Túnez o el Movimiento 6 de Abril, de la juventud de Egipto. El fortalecimiento de estos organismos es clave para el triunfo y avance del proceso revolucionario en la perspectiva de un poder obrero y popular.

En ese camino, los socialistas re-volucionarios seguimos llamando a los trabajadores y al pueblo del mundo a solidarizarse con la revolución árabe. En especial, a movilizarse contra la intervención imperialista en Libia, por abajo Kadafi, en apoyo al heroico pueblo rebelde libio y en apoyo a los pueblos de Siria, Yemen y todos los que están en lucha por acabar con sus dictaduras genocidas.

La grave contradicción que se pro-duce después del triunfo democrático es que se trata de un triunfo revolucionario obrero y popular que es monopolizado a nivel del gobierno por la burguesía y la pequeñoburguesía, que consideran, por otra parte, que con su subida al gobierno se terminó el proceso revolucionario. Para nosotros es todo lo contrario. El proceso revolucionario se amplía, ya que ésta contradicción básica se transforma en motor de gravísimos conflictos que no tienen solución en la etapa abierta por el triunfo revolucionario, sino sólo si la clase obrera tomara el poder. La revolución democrática argentina demuestra que este análisis, que es el de la revolución permanente, es real, concreto.

(Nahuel Moreno, 1983, Colección Inéditos, sobre revolución en Argentina, pag. 173)

Revolución democrática y revolución

socialista

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Libia

Para bombardear Libia, la OTAN se apoyó en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU

con el mandato de “proteger a la pobla-ción civil” y, para eso, atacar a las tropas de Kadafi. Para hacer esto contó con un pedido expreso del Consejo Nacional de Transición (el gobierno de la zona rebelde) y el consentimiento de la Liga Arabe (que agrupa a países árabes). Con estos tres elementos políticos a favor de la intervención, logró cierto apoyo popular en Europa y Estados Unidos y también en Libia y los países árabes.

Aprovechó la legítima indignación de sectores populares contra la dic-tadura de Kadafi que masacró a su pueblo. Incluso, sectores de izquierda, como Gilbert Achcar, prestigiado in-telectual libanés antiguerra, profesor en Londres, justificaron la invasión con el argumento de que “es la única

forma de evitar una masacre”. Pero la experiencia histórica nos

muestra que el imperialismo jamás ha intervenido para defender a un pueblo, menos a una revolución popular. Su objetivo fue y es dominar e instalar gobiernos títeres. Con la intervención militar quieren evitar que sean las milicias y los comités revolucionarios populares los que triunfen. Eso es lo que explica que mientras bombardean Libia, no hacen nada respecto a Yemen, Siria ó Bahréin. En este último país dejan correr la intervención militar de tropas de su aliado Arabia Saudita, que salió en auxilio de la monarquía que gobierna y reprime al pueblo de ese país.

En el caso libio pronto mostraron sus verdaderas intenciones. El 5 de abril, el jefe militar rebelde, el general Abdel Fatá Yunes, acusó a la OTAN de “dejar morir a los habitantes de Misrata”, asediada por

Armas al pueblo para derrotar a Kadafi

Los bombardeos de la OTAN en

Libia, con el pretexto de “defender

a la población civil”, constituyen un

intento de frenar la revolución libia,

impedir que el pueblo libio pueda

derrotar a la dictadura y que los

Comités populares Revolucionarios

y la milicia rebelde conquisten

el gobierno. La OTAN busca

convertirse en árbitro para lograr

una salida pactada y un gobierno

que no amenace los intereses

imperialistas, fundamentalmente el

petróleo que Kadafi entregó a las

multinacionales.

¡Fuera la intervención imperialista!

Miguel Lamas • [email protected]

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Libia

mercenarios de la dictadura de Kadafi. “¿Qué hace la OTAN? Bombardea aquí y allá... (mientras) los habitantes de Mis-rata están amenazados de exterminio. Si la OTAN quisiera romper el bloqueo de la ciudad, lo habría hecho desde hace varios días”.

Al menos en tres ocasiones los bom-bardeos de la OTAN atacaron a fuerzas rebeldes. “Los bombardeos aéreos de la OTAN han causado la muerte de al menos 50 rebeldes libios cerca de la ciudad de Brega, al este de Trípoli, según ha informado la cadena de televisión Al Arabiya”. Después del tercer ataque a los rebeldes, el 6 de abril, la OTAN no se dis-culpó ni trató de decir que era un “error”. En su comunicado afirmó que “seguirá cumpliendo con el mandato de la ONU” y atacando fuerzas que “potencialmente puedan causar daños a la población civil de Libia”, dando a entender que la milicia rebelde podría caer otra vez bajo la mira de los aviones de la OTAN.

Los propios jefes militares yanquis reconocen su no apoyo a los rebeldes y su desconfianza sobre la dinámica de la rebelión armada. “En un discurso a las tropas de EE.UU. en Irak, el almirante Mike Mullen dijo que grupos radicales podrían tratar de aprovecharse de la sublevación en Libia” (BBC de Londres, 22 abril 2011).

A fines de abril comienzan a hablar de enviar “asesores militares”, con el claro propósito de controlar a las fuer-zas rebeldes.

El juego de la OTAN queda cada vez más claro: impedir el triunfo militar de la milicia popular y de los comités populares y negociar una salida pactada que garantice sus negocios y el petróleo

de las multinacionales en Libia. El canciller francés Alain Juppé re-

conoció que su gobierno buscaba una “solución política al conflicto”.

La rebelión popular

La insurrección popular se inició en febrero pasado, después de la represión

El 27 de febrero, Marcelo Cantelmi, el corresponsal de Clarín de Buenos Aires, informa desde Tobruk, en el este de Libia.

“En la entrada de la ciudad hay retenes de los “comités revolucionarios” que se ocupan de organizar la seguridad y el des-pacho de víveres y medicamentos a través de un corredor que alcanza a la frontera egipcia. No importa si no se tiene visa. Si uno es periodista, es recibido con abrazos y alegría. Quieren que se conozca la historia de esta batalla.

“El sistema de aprovisionamiento y contención de la gente funciona con tal eficiencia que el enviado especial de la ONU para el Human Rights Watch, Peter Bouckaert, dijo en declaraciones que cita El País de España que, en sus años de carrera,

jamás vio algo semejante. Esto surgió con éxito en apenas unos días que lleva esta crisis….

“Los revolucionarios lograron, en un exceso de su organización, que los bancos vuelvan a operar. Aquí lo hacen de a ratos desde este pasado miércoles y entregan un límite de hasta 200 dinares –unos US$ 180 aproximadamente–, con lo que la gente puede más o menos defenderse. Cierta solidaridad […] impide en tan especial coyuntura que los precios de los alimentos escalen a caballo de la crisis.

“La plaza central de la ciudad es, como en las antiguas épocas de los cabil-dos abiertos, el lugar donde tiene su sede principal el comité civil de Tobruk. Ahí es donde pasa la política…”

Los Comités Revolucionarios

6.500.000 millones de habitantes

Entre ellos, 1.500.000 trabajadores extranjeros (mayoría de países árabes y africanos)

1.760.000 Km. 2 superficie total

Principal producción: Petróleo. Antes de la guerra, 1.700.000 barriles diarios (casi como Venezuela)

Libia

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Libia

armada a las protestas pacíficas. El pue-blo reclama libertades políticas, contra la corrupción y desocupación, y que se vaya el dictador Kadafi.

El pueblo en rebelión toma cuarteles y comisarías y ocupa las ciudades de Ben-gasi, segunda ciudad del país, Al Rhibat, Kabaw, Jado, Rogban, Zentan, Yefren, Kekla, Gherien y Hawamed, Misrata -centro económico y la tercera ciudad más importante-, así como Al-Sauhiya, a 50 Km. de Trípoli, y forman Comités Revolucionarios para dirigirlas.

A diferencia de lo que ocurriera en Túnez o Egipto, en Libia gran parte de la clase trabajadora de las petroleras e industria subsidiaria, es extranjera (casi un millón y medio de extranjeros) y muchos de ellos salieron de Libia hacia sus países de origen, principalmente los egipcios y tunecinos que son la mayoría y tienen frontera con sus países.

Por eso el eje de la rebelión es popu-lar, juvenil y tribal. Libia es un país con una estructura social en la que aún tie-nen mucho peso las antiguas tribus, que se fueron distanciando de Kadafi. Los motivos del estallido popular fueron

Contraataque de Kadafi y ataque de la OTAN

Ante la insurrección popular, el imperialismo, comprendiendo que su antiguo aliado Kadafi ya no garanti-zaba sus intereses petroleros, pidió su renuncia, intentando influir en un futuro gobierno.

En la zona rebelde se formó el Con-sejo Nacional de Transición (CNT), con figurones que acababan de romper con el régimen de Kadafi, algunos intelec-tuales y burgueses, entre ellos algunos vinculados al imperialismo, con algunos representantes de los Comités Revolu-cionarios. El CNT se puso por encima de los comités revolucionarios locales aprovechando la falta de una centraliza-ción de estos. El CNT, en vez de apelar a la solidaridad popular de Egipto y demás países árabes -que podría haber logrado imponer que le envíen armas y voluntarios-, centró su estrategia en bus-car el apoyo imperialista, prometiendo “respetar inversiones”. Evidentemente, el imperialismo se apoya en un sector mayoritario del Consejo Nacional de Transición para tener cobertura política para su intervención y para frenar el proceso de armamento popular.

Mientras, Kadafi contrató a miles de mercenarios extranjeros, gran parte de ellos a través de la empresa Global CST, ligada directamente al Estado de Israel (página Voltairenet), ingresados, junto con pertrechos bélicos, desde la vecina Argelia y Siria.

Mientras Francia es supuestamente la potencia imperialista que “más ayuda” a los rebeldes, Argelia, su ex colonia y actualmente país más dependiente en el norte de Africa, con el cual mantiene

Una nota del corresponsal C.J.Chivers en el New York Times pinta como es la milicia popular.

“Con gritos roncos y armas pilladas como botín, los rebeldes se concentran cada día, preparados para luchar, a lo largo de la principal autopista costera de Libia. Muchos de ellos son valientes, incluso extraordinariamente valientes. Algunos, en su generosidad, son arrastrados por un sentimiento de causa común y de herman-dad que acompaña a su revolución. Su grito de “libertad” une el anhelo de derrocar al Coronel Kadafi con la invocación de la ayuda divina. “¡Dios es grande!”.

“Con tan solo unas semanas de ex-periencia de lucha, carecen de una com-prensión de los elementos básicos del combate ofensivo y defensivo, o de cómo organizar el apoyo de fuego. Disparan de forma atolondrada y a veces accidental-mente. La mayoría de ellos todavía no ha aprendido como protegerse de los persistentes cohetes y fuego de mortero

en su campo de batalla, lo que podría hacerse simplemente zapando.

“Los oficiales del gobierno de transi-ción de los rebeldes han dado varias cifras distintas, diciendo a veces que tienen a sus órdenes a unos 10.000 hombres armados… algunos de ellos aparecen sin armas, o con armas viejas sin reservas o munición.

“Sus filas constan de tres elementos: unas llamadas “fuerzas especiales” consti-tuidas por antiguos soldados y oficiales de policía; una columna principal organizada en células auto comandadas de combatientes, formadas en torno a unas pocas armas y tanques saqueados; y una especie de guardia doméstica que está llevando a cabo un en-trenamiento rápido para puestos de control y sirve como fuerza de defensa civil.

“También hay el “shabab”, grupos de jóvenes que llegan cada día al frente espe-rando echar una mano pero sin tener idea de cómo hacerlo. Oficialmente el shabab no forma parte de la lucha”.

la desocupación juvenil, los aumentos de precios y el empeoramiento en las condiciones de vida por las privati-zaciones de empresas estatales de los últimos años, la eliminación de algunos subsidios a los alimentos, la corrup-ción desenfrenada de los jerarcas del régimen, sobre todo Kadafi y sus hijos, y la dictadura que impedía cualquier oposición organizada.

La milicia popular

Rebeldes defendiendo los territorios conquistados al dictador. Bengasi

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Libia

No es posible entender de qué manera un pequeño comer-ciante desesperado que se

inmoló en Túnez se convirtió en el de-tonante de la actual situación, sin con-siderar un marco histórico, que incluye la espectacular derrota imperialista a manos de la resistencia iraquí, el fracaso

de la invasiones sionistas a El Líbano y Gaza en 2006 y 2009, y el fracaso militar del imperialismo en Afganistán. A este cuadro, que revela la decadencia de la dominación imperialista y un auge de las luchas de los pueblos árabes, se sumó una crisis económica mundial cobrada a las masas árabes a través de planes de ajuste, alzas insoportables en los precios de los alimentos y tasas de desempleo a niveles desesperantes. La masiva protesta saharaui en el Sáhara ocupado por la monarquía marroquí, en diciembre de 2010, pese a ser aplas-tada brutalmente por los esbirros de Mohamed VI con el apoyo político del subimperialismo español, también fue una campanada temprana del actual proceso revolucionario árabe.

Mientras que la socialdemocracia agrupada en la Internacional Socialista

¿Por qué Chávez y Fidel apoyan a Kadafi?

Desde comienzos de este año,

una poderosa ola revolucionaria

ha hecho tambalear a

prácticamente todas las

dictaduras del Mahgreb y el

Oriente Medio, impactando

contra los cimientos de la

dominación yanqui y europea

sobre el mundo árabe. Tan

importante ha sido la explosión

de este proceso de movilización

revolucionaria, que su onda

expansiva ha hecho mella

en el prestigio de dirigentes

Simón Rodríguez (Unidad Socialista de Izquierda)

excelentes relaciones, enviaba mercena-rios y armas a Kadafi, sin que Francia lo denunciara. Otra muestra del doble juego de la política imperialista.

Con esos refuerzos, con una enor-me superioridad de armamento sobre las mal armadas milicias voluntarias rebeldes, Kadafi contraatacó y logró, en marzo, recuperar algunas de las ciu-dades en rebelión. En ese momento, el 19 de marzo, se produjo el ataque aeronaval de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos a las instalaciones militares de Kadafi. Pero ha sido la heroica resistencia del pueblo lo que permitió, en abril-mayo, que hubiera una contraofensiva rebelde y que se retomara ciudades como Brega, se controlara los puestos fronterizos y se sostuviera Misrata, en medio de una batalla que no cesa. El heroísmo de los milicianos libios hace que la guerra civil se sostenga y que pueda alargarse. Solo un mejor armamento,

la suma de más combatientes y una rebelión popular en Trípoli podrían contribuir a la derrota política y militar de Kadafi.

¡Fuera la OTAN! ¡Armas para que los rebeldes libios puedan derrotar a Kadafi!

Qatar, un país del golfo arábigo, dijo que enviaría armas a los rebeldes, pero lo que hizo fue sumarse con aviones a los ataques comandados por la OTAN. Hezbollah, el partido polí-tico militar islámico de la resistencia libanesa contra Israel, llamó también a apoyar a los rebeldes libios.

La UIT-CI llama a luchar por el retiro inmediato de los aviones de la OTAN y a reclamar que los países árabes reconozcan a los re-beldes como fuerza beligerante, de acuerdo a los Tratados de Ginebra y que entreguen armas y voluntarios a

los rebeldes libios, para que puedan derrotar a Kadafi. En las guerras civiles de Nicaragua (1979) y El Sal-vador (1988), el FSLN y el FMLN fueron reconocidos como fuerzas beligerantes.

Esto tiene que ser una campaña internacional. En Europa y Estados Unidos, mostrando el rol nefasto de la OTAN y llamando a los trabajadores y a la juventud a la solidaridad con los rebeldes y a exigir la retirada de la OTAN. En los países árabes, exigien-do a los gobiernos y, especialmente donde han triunfado las revoluciones democráticas, como Egipto y Túnez, que entreguen armas y acepten el paso de voluntarios armados para apoyar al pueblo libio.

Hay que redoblar la movilización mundial contra la intervención impe-rialista y en apoyo al heroico pueblo combatiente libio para que acabe con Kadafi y su dictadura asesina.

latinoamericanos que se

reivindican revolucionarios y

antiimperialistas, como es el caso

de Hugo Chávez, Evo Morales, y

el propio Fidel Castro, ya que se

han colocado de espaldas a los

pueblos árabes que luchan.

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Libia

amparaba a las dictaduras de Egipto y Túnez, al afiliar a los partidos políticos de Mubarak y Ben Alí, para nadie era un secreto que se trataba de regímenes dictatoriales con más de dos décadas al servicio del imperialismo y el sionismo. El aberrante oportunismo socialdemó-crata no podría sorprender a nadie. En cambio, sí sorprendió el silencio de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador frente las revoluciones en Túnez y Egipto. La periodista Alma Allende, cuyos relatos sobre la revolu-ción tunecina constituyen testimonios de primera importancia, destaca en sus trabajos la incredulidad de la izquierda tunecina ante el silencio del presidente venezolano y su posterior alineación con los dictadores. Efectivamente, ante el triunfo de la revolución tunecina y la consolidación de la Plaza Tahrir como bastión del pueblo revolucionario egip-cio, la reacción de Chávez fue comuni-carse telefónicamente con Muammar Kadafi de Libia y Bashir Al Assad de Siria, dos dictadores que ya colocaban sus barbas en remojo. La posición de Kadafi fue de apoyo incondicional al dictador tunecino Ben Alí, a quien ofreció refugio una vez defenestrado, y de condena al movimiento popular egipcio. Cuando arreció la represión contra los manifestantes de la Plaza Tahrir, a comienzos de febrero, Chávez llamó a resolver el conflicto “en el mar-co de las leyes” egipcias, brindándole un espaldarazo a la institucionalidad dictatorial de Mubarak.

Ya en la segunda semana de febrero había caído la dictadura egipcia, en un proceso en el que cobró relevancia una

ola de huelgas y ocupaciones de fábricas por parte de los trabajadores. El débil gobierno interino tunecino que sucedió a Ben Alí cambiaba de ministros y bal-buceaba consignas a favor del retorno al orden, mientras las calles seguían en manos de los comités revolucionarios. Estallaban Yemen, Argelia, Libia, Jor-dania, Marruecos, Bahrein y Siria. No hubo una sola palabra de solidaridad para los pueblos árabes movilizados y sus reivindicaciones democráticas por parte del reformismo latinoamericano. Y ante la guerra civil libia, Chávez y Fidel optaron por colocarse abierta-mente en contra de la revolución árabe. El prestigio de Chávez ante las masas árabes por la ruptura de relaciones con Israel, en el marco de la invasión a Gaza, fue colocado al servicio de la contrarrevolución.

Kadafi y Chávez

Chávez es desde hace varios años un aliado de Kadafi. En 2009 le condecoró y obsequió una réplica de la espada del Libertador, comparando al dictador li-bio con Bolívar. Chávez fue distinguido con un doctorado honoris causa en Trí-poli, y aprovechó la ocasión para desha-cerse en elogios al pastiche reformista del “Libro Verde”, admitiendo que se trata de una fuente de inspiración para sus propias formulaciones. La alianza en sí no es extraña para Chávez, quien cuenta entre sus más estrechos aliados a los estalinistas burgueses chinos, a Lukashenko de Bielorrusia, a la dicta-dura teocrática de Irán, y a un Daniel Ortega que gobierna junto con los jefes

de la Contra nicaragüense. Más recien-temente, ha pactado una alianza con el ultraderechista presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a quien considera su “nuevo mejor amigo”.

La revuelta popular en Libia fue reprimida con un salvajismo tal que derivó en un conflicto armado y en el resquebrajamiento de las fuerzas ar-madas, así como la deserción de varios ministros y diplomáticos. Los gobier-nos de Cuba y Venezuela asumieron una defensa diplomática frenética de las barbaridades cometidas por la dictadura libia (Chávez aseguró que no había pruebas de la responsabilidad de Kadafi en las masacres), al tiempo que el dictador invocaba el apoyo im-perialista, alegando que se enfrentaba a jóvenes drogados y armados por Al Qaeda. Mientras el intento de aplastar a la rebelión con métodos de guerra civil fracasaba y las fuerzas rebeldes avanzaban ocupando la mayoría de las ciudades libias, el dictador libio lamentaba haber sido abandonado por los gobiernos de Europa y EEUU, y les recordaba el papel de Libia como cárcel de inmigrantes africanos, ame-nazando con abrir sus compuertas e “inundar” a Europa con inmigrantes ilegales. De manera cónsona, Chávez planteaba una mediación “de paz”, y proponía que el ex presidente yanqui Jimmy Carter la encabezara. Es im-portante contrastar estos llamados a la intervención imperialista por parte de Chávez y Kadafi, cuando la situación se tornaba más desesperada para el déspota libio, con sus actuales poses antiimperialistas.

Kadafi junto a Fidel Castro Kadafi con Chávez

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Libia

La intervención imperialista

Fidel Castro, en su columna “Re-flexiones” del 4 de marzo, explica que las relaciones entre Kadafi y el imperialismo eran “excelentes” antes de las revoluciones en Egipto y Túnez. Castro explica que el régimen libio ha privatizado el petróleo y varias empre-sas públicas de importancia y que su gobierno cooperaba estrechamente con la OTAN. Esta realidad, reconocida por Fidel Castro, echa por tierra los alegatos patéticos de Chávez cuando asegura que el imperialismo interviene para “apoderarse del petróleo libio”. Hace años que las transnacionales im-perialistas se apoderaron del negocio petrolero libio.

El reformismo latinoamericano se niega a apoyar al proceso revolu-cionario árabe y plantea que se trata de un movimiento en gran medida patrocinado por el imperialismo para reforzar su dominio en la región (tal y como afirma el Partido Comunista de Venezuela en su Proyecto de Línea Política para el XIV Congreso). Los hechos han demostrado que se trata de un proceso que ha derribado a estrechos aliados del imperialismo. Fidel contradice a Chávez en lo que se refiere al pillaje del petróleo como móvil de la intervención de la OTAN. Ahora bien, ¿qué busca la intervención imperialista, autorizada por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU?

La política del imperialismo hacia Libia no puede ser examinada única-mente a partir del inicio de los bom-bardeos. Desde que Kadafi intenta aplastar la rebelión popular a través de una sangrienta contrarrevolución y se produce el enfrentamiento armado, el imperialismo ha procurado evitar un triunfo de la insurgencia. Ha aplicado un embargo de armas que ha perju-dicado principalmente a los rebeldes, mientras que las fuerzas de Kadafi se encuentran fuertemente apertrecha-das con armamento sofisticado sumi-nistrado por sus socios europeos. A través de Israel y otros países aliados en la región, se le ha suministrado mi-les de mercenarios a la dictadura, los cuales se convirtieron en su principal fuerza. Los petrodólares imperialistas fluyeron de manera constante a las arcas del régimen, mientras se desa-rrollaban las más alucinantes masacres

y el propio Kadafi vociferaba que liquidaría a sus opositores cazándolos “casa por casa”.

Contando con este apoyo, la dic-tadura pudo revertir la marea de la guerra contra las fuerzas inexpertas y mal dotadas de la revolución libia. Los capitalistas respiran con mayor tranquilidad al alejarse la posibilidad de una revolución triunfante cuya dirigencia había proclamado que na-cionalizaría el petróleo. No obstante, quedaba claro que Kadafi había dejado de ser garante de la gobernabilidad burguesa y de la seguridad de los negocios imperialistas en el país. Para conjurar la posibilidad de un conflicto prolongado, el Consejo de Seguridad de la ONU vota un plan militar bajo la consigna cínica de “proteger a los civi-les”, pero cuyo verdadero propósito es forzar una salida negociada al conflicto que garantice los intereses del impe-rialismo en Libia, y al mismo tiempo escarmentar al conjunto de los pueblos árabes que se rebelan contra sus go-biernos autoritarios y corruptos. Los bombardeos contra fuerzas rebeldes por parte de la OTAN, los esfuerzos de la ONU por forzar a los rebeldes a hacer propuestas de diálogo a Kadafi, y las declaraciones de los responsables de la intervención, en las que senten-cian que la única salida al conflicto es la negociación, corroboran el papel reaccionario de la intervención yanqui y europea. Además, la intervención in-tenta apuntalar a lo más retrógrado de la dirección rebelde, y ya un sector ha declarado su disposición a respetar los acuerdos internacionales suscritos por Kadafi, en otras palabras mantener las concesiones petroleras en manos de las transnacionales.

Los revolucionarios condenamos los bombardeos de la OTAN, pues forman parte de una política que tiene por objetivo acorralar a la revolución libia y liquidarla en la mesa de nego-ciaciones. Junto con la invasión de Bahrein por parte de las fuerzas de la monarquía saudí, forma parte del intento de colocar un dique invasor frente a los pueblos árabes insurrec-tos. La única manera de derrotar a la dictadura y poner fin a la intervención es a través de la solidaridad inter-nacionalista de los pueblos árabes, especialmente los de Egipto y Túnez, que deben brindar armamento y vo-luntarios a las fuerzas rebeldes.

¿Por qué Chávez y Fidel no apoyan a los pueblos árabes?

Para muchos resulta inexplicable que Chávez y Fidel apoyen a un san-guinario contrarrevolucionario como Kadafi, que abandonó el nacionalismo burgués de inspiración nasserista de sus primeros años para convertirse en un incondicional aliado de EEUU y Europa.

La clave de esa orientación está en la política interna. Mientras que Cuba ha avanzado en las últimas dos décadas en el desmontaje de las conquistas sociales de la revolución y ha involucionado hacia una economía de empresas mixtas con inversiones europeas, canadienses e israelíes, Venezuela, por su parte, ha entregado sus yacimientos petrolíferos a Chevron, Total, Eni, Repsol, y otras transnacionales, por la vía de las em-presas mixtas. Para estos gobiernos, que aplican duros planes de ajuste para descargar sobre el pueblo los efectos de la crisis económica mundial, resulta peligroso el ejemplo de los pueblos árabes alzados en demanda de derechos democráticos y por reivindicaciones sociales como la congelación de los precios de los alimentos, aumentos salariales y fin al desempleo.

América Latina no escapa a la crisis. En Bolivia, los trabajadores también se han alzado en huelgas y movilizaciones exigiendo aumentos salariales, y la res-puesta de Evo Morales ha sido utilizar las fuerzas policiales y pedir a los traba-jadores “pensar en la Patria y no en sus propios intereses”. En Cuba, el Congre-so del Partido Comunista ha aprobado la eliminación paulatina de la libreta de consumo de alimentos, privando de un importante subsidio a la población, y ha comenzado a ejecutar el despido de un millón de trabajadores del sector pú-blico. En Venezuela, la inflación y una devaluación monetaria del 100% en los últimos dos años corroen los salarios y condenan a la miseria a millones de personas; los trabajadores, campesinos e indígenas que luchan por sus derechos son criminalizados. Chávez, Fidel y Evo están en contra de la revolución árabe porque están en contra de la revolución en sus propios países, apoyan regímenes capitalistas autoritarios porque son el espejo en el que aspiran a reflejarse. Pero tanto en el mundo árabe como en Latinoamérica, la última palabra la tendrán los pueblos.

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Libia

Han surgido distintas polémicas en la izquierda mundial ante el proceso re-volucionario libio. Lo más escandaloso es el apoyo de Raúl y Fidel Castro, junto a Chávez, al dictador Kadafi. En un enfoque aparentemente opuesto, llama la atención la que ha promovido el Par-tido de Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina, corriente que se reivindica trotskista.

El PTS, en una nota de La Verdad Obrera Nº 420, temerariamente, acusa a la UIT-CI de quedar “objetivamente confundidos a la zaga del bloque im-perialista” por exigir “armas para los rebeldes” libios. Porque, según ellos, no “nos delimitamos” del Consejo Nacional Transitorio de Libia (CNTL), la dirección política del sector rebelde.

En primer lugar, esta afirmación de no delimitación de la UIT-CI es falsa. Suele ocurrir que el PTS tergiverse o directamente falsee las posiciones de quienes pretende criticar. En la declara-ción de la UIT del 13 de marzo, donde exige armas a los combatientes y que los rebeldes libios sean reconocidos como fuerza beligerante, se dice que: “Los socialistas revolucionarios no llamamos a apoyar políticamente al gobierno tran-sitorio instalado en Bengazi e integrado, entre otros, por ex ministros de Kadafi. Llamamos a apoyar la justa causa del pueblo libio rebelde y a la más amplia unidad de acción y solidaridad interna-cional para derrotar al dictador Kadafi” (leer completa en www.uit-ci.org).

Pero lo que llama la atención de la postura del PTS, es que ellos nunca, ni antes ni después de delimitarse del CNTL, reclaman armas para el pueblo libio. Para el PTS las consignas son “!Fuera el imperialismo! y ¡Abajo Kadafi y denuncia del rol de la dirección del CNTL, en la perspectiva de pelear por un gobierno obrero y popular”. Así de sencillo. En los hechos, en la medida en que la UIT sí se delimita de la conduc-ción, la única crítica del PTS que queda

Libia y el debate en la izquierda

¿No hay que exigir armas para el pueblo rebelde?

Miguel Sorans

en pie es que la UIT reclama armas para los rebeldes libios.

Este es el verdadero debate. En nin-gún lado el PTS propone armas para el pueblo libio. Lo explican diciendo que eso es un “problema estrictamente mili-tar”. Pero en una guerra civil lo “militar” es uno de los problemas políticos centra-les. Justamente, en el conflicto de Libia, el principal problema político es militar, ya que ningún gobierno del mundo quiere dar armas a los rebeldes. Empezando por el imperialismo y siguiendo por la Liga Arabe. Este es uno de los factores con el cual quieren liquidar la revolución libia. Justamente en eso hay que delimitarse del CNTL que no reclama armas a los países árabes y confía en la intervención imperialista.

El PTS es una de esas organizaciones que por su visión sectaria y propagandista de la lucha de clases, caen reiteradamente, como en el caso de Libia, en el abandono de las posturas principistas del marxismo revolucionario. En el caso de una guerra civil, el primer tema es definir cuál es la causa justa y en qué bando militar deben ubicarse los revolucionarios. En segundo lugar, hay que saber distinguir, para ela-borar la política revolucionaria, el movi-miento progresivo (las milicias populares libias) de su dirección (el CNTL). Esta es

la única forma de luchar correctamente por la derrota militar y política de Kadafi, contra sus cómplices Castro y Chávez, y contra la intervención imperialista, en la perspectiva de un gobierno obrero y popular en Libia.

Esa fue la postura, por ejemplo, de León Trotsky en la Guerra Civil Española de los años `30. Trotsky y los socialistas revolucionarios se delimitaron políticamente de la dirección burguesa y reformista republicana, pero no tenían dudas de estar en el campo militar repu-blicano exigiendo armas y denunciando a los estalinistas por retirar las brigadas internacionales y retacear el envío de armamento. Trotsky siempre denunció la “no intervención” funcional al fran-quismo, en primer lugar de la Francia de León Blum. Para Trotsky, este tema no era sólo militar, sino esencialmente político.

En la guerra civil de Libia, no definir-se por el campo militar de los rebeldes y no exigir armas para los combatientes, delimitándose de la dirección, es obje-tivamente -que nos disculpen los com-pañeros del PTS- funcional a la política imperialista, a Kadafi y al crimen que cometen todos los gobiernos burgueses del mundo, en especial los árabes. Los llamamos a que reflexionen.

Rebeldes recibiendo adiestramiento militaren el desierto

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Una impresionante revolución barrió con la dictadura proimperialista de Mubarak. La burguesía local, las grandes transnacionales y el imperialismo yanqui buscan “normalizar” la situación y canalizarla por la vía electoral. Pero la clase trabajadora y los estudiantes siguen movilizados, peleando por sus reivindicaciones y creando nuevos organismos de masas

Los desafíos de una

(Enviado especial a El Cairo) José Castillo • [email protected]

centro. “Hay toque de queda, nos van a parar varias veces en el camino”, avisa el taxista en su escaso inglés. Viniendo de Latinoamérica, uno no puede menos que recordar las épocas de dictadura. Algo de eso hay: grandes operativos del ejército detienen los autos una y otra vez y piden documentos. Pero se trata de un “toque de queda” muy extraño: “teóricamente” nadie debe estar en la calle, pero éstas se encuentran llenas de gente. Se respira un “aire” de libertad que contrasta con los carros militares que detienen a los vehí-culos. Será nuestra primera sensación: “gobiernan” formalmente los militares, pero el régimen dictatorial ha caído.

Egipto

Arribar de madrugada al aero-puerto de El Cairo a mediados de marzo, a exactamente un mes de

la caída de Mubarak, implica comenzar a “sentir” que se está ingresando a un mundo convulsionado. Lo que en épocas normales es la entrada de miles de turistas que llegan a conocer las pirámides y a realizar cruceros por el Nilo, es ahora una terminal aeroportuaria con poca gente, donde prácticamente sólo llegan egipcios. “¿Saben que acá hubo una revolución, no?”, nos pregunta asombrado por nues-tra presencia una de las pocas personas que mantiene una ventanilla abierta en el hall de salidas ofreciendo taxis hacia el

revolución triunfante

Plaza Tahrir

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Egipto

Madid Tahrir

Madid Tahrir quiere decir en árabe “Plaza de la Liberación”. Ganó ese nom-bre en la revolución de 1952, cuando el nasserismo ascendió al poder, derrocan-do a la monarquía. Es el centro político del país. Ubicado en el lado “este” del Nilo, de ahí salen montones de diago-nales y marca el comienzo de las zonas más populares de El Cairo. Es zona administrativa, de comercio, caótica, de pasadizos y casas viejísimas y mal con-servadas. Los ricos no se ven por acá: viven en Zamalek, en el área exclusiva ubicada en una isla en medio del Nilo. Desde la plaza Tahrir se visualizan los grandes edificios de la administración pública, la joya turística llamada “Museo Egipcio”, el edificio de la Liga Arabe con sus banderas de todos los países y un inmenso edificio incendiado, semi-destruído, que cuando nos acercamos, observamos asombrados que conserva restos de autos quemados y carpas des-truidas. “Era la sede central del partido de Mubarak”, nos explican.

Aquí, en estos doscientos metros de la Plaza y sus alrededores, se vivió el capítulo fundamental de la revolución. Basta sentarse en alguno de los viejos bares que dan a la plaza para que, entusiasmados, se acerquen egipcios a contarnos “su” revolución (así la llaman).

Inspirados por la fenomenal insu-rrección tunecina, que días antes había derrocado al dictador Ben Ali, pero con una historia particular de luchas contra la dictadura que venía in crescendo desde 2006, el 25 de enero comenzó la ocupación de Plaza Tahrir. Movili-zaciones permanentes, todos los días, con picos los famosos “viernes de ira”, al culminar la oración del mediodía, donde llegaron a concentrarse más de 500.000 personas.

Pero lo determinante es que se fue creando más o menos rápidamente, con el correr de los días, un verda-dero “campamento” en la plaza, con decenas de miles que se instalaron ahí y mostraron la determinación de no irse hasta que cayera Mubarak. Esos días, los que van del 25 de enero al 11 de febrero, pasarán a la historia como el momento “épico” de la revolución. La crónica nos marca que las masas de Plaza Tahrir derrotaron primero a la policía, que reprimió, pero no lo-gró desalojarlos. Después, paraliza al

haber denunciado en 2003 que no había armas de destrucción masiva en Irak -en el momento en que Bush lanzaba la invasión-, buscando ubicarse como una figura de “recambio” bien vista por Europa y Estados Unidos. También era notoria la presencia de la izquierda.

La plaza funcionó esos días como una gigantesca asamblea, un gran cata-lizador de demandas y movilizaciones. Las marchas obreras y estudiantiles concluían ahí y muchas personas aisladas se acercaban trayendo víveres. Si bien es cierto que en esos días surgieron cientos de páginas webs y blogs, y que Facebook, Twitter y las cadenas de mensajes por celular ayudaron mucho a la moviliza-ción, no hay que exagerar, como hicieron intencionadamente algunos multimedios internacionales: los jóvenes usaron esas herramientas porque las tenían, pero eso no reemplazó a la organización y movilización física en la Plaza; más aún, cuando Mubarak, en un esfuerzo des-esperado, bloqueó Internet y las redes de telefonía móvil, la revolución siguió adelante con los métodos clásicos.

En los días finales previos a la caí-da de Mubarak, parecía que se había llegado a una situación de impasse: al gobierno le fracasaban todas las ma-niobras para desarmar la movilización (oferta de Mubarak de no presentarse a la reelección, renuncia de ministros, in-cluso oferta de renuncia del presidente y asunción de Suleimán, su vice, odiado por ser jefe de los servicios secretos). Pero Mubarak no caía.

Lo definitorio fue la entrada en es-cena, con todo, del movimiento obrero. Desde las fábricas de Alejandría y el área del Delta del Nilo, pasando por la zona de Suez (e incluyendo a la Compa-ñía del Canal) y después, derramándose sobre el propio El Cairo, creció un

ejército que, llamado por Mubarak, se movilizó hasta el centro de El Cairo, pero luego “permaneció inmóvil” sin actuar, incluso estableciendo una especie de barrera en la propia Plaza Tahrir, donde comienzan a darse cada vez más escenas de confraternidad con los manifestantes. Y, por último, en lo que pasó a la historia como “la batalla de los camellos”, las masas derrotaron físicamente a una inmensa turba de partidarios pagos de Mubarak. Varios miles que, en camionetas, caballos y camellos, arremetió con palos y espa-das contra la multitud (al mejor estilo medieval), siendo repelida por ésta en un verdadero combate que duró varias horas. A partir de ahí (el 3 de febrero), ya quedó claro que los manifestantes eran los dueños de la Plaza y que no se irían hasta que cayera el dictador.

¿Quiénes eran? Jóvenes, en su in-tensísima mayoría, trabajadores y estu-diantes. No había un corte entre laicos y religiosos, u occidentalizados e islámicos. Podían verse chicos y chicas vestidos con jeans y remeras de conjuntos de rock, junto con mujeres con la cabeza tapada al estilo musulmán e incluso, muchas vestidas totalmente de negro y con velo en su rostro y hombres con la clásica “túnica” de los religiosos. Todos juntos compartían la plaza, debatían, creaban comisiones (de autodefensa, organización, limpieza, prensa, grupos de estudio). La inmensa mayoría estaban realizando su primera experiencia políti-ca; unos cuantos se referenciaban en el Movimiento 6 de Abril. Luego de una “ausencia” en los primeros días, también se hizo presente, instalando su carpa en la Plaza, el principal partido de oposición tradicional, los Hermanos Musulmanes. Un tiempo después arribó del exterior El Baradei, figura prestigiada en Egipto por

El 11/2 una multitud aguarda la caída de Mubarak en Plaza Tahrir

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Egipto

movimiento huelguístico que paralizó el país (ver nota “El movimiento obrero entró en escena”). Con la revolución “extendida” geográficamente, con la economía paralizada, con las fábricas tomadas, llegó el momento del triun-fo. Una inmensa alegría recorrió todo Egipto, aunque las cámaras del mundo pusieron su ojo en Plaza Tahrir, la no-che del 11 de febrero: Mubarak había renunciado. Terminaba un régimen oprobioso que venía desde 1981.

¿Quién perdió?

Se trató de una dura derrota (otra más) del imperialismo yanqui en la re-gión. No es un dato menor. De Camp David para acá, Egipto había participado como socio de los yanquis en todas sus intervenciones en la región, era el que ga-rantizaba el efectivo bloqueo de la Franja de Gaza cerrando a cal y canto el paso fronterizo de Rafah y, lo más importante, contaba con el ejército más vinculado del mundo con los Estados Unidos, después de Israel. 1.500 millones de dólares iban todos los años para equipamiento del ejército egipcio, mientras miles de ofi-ciales se formaban cotidianamente en las academias yanquis.

De acá en adelante, como veremos a continuación, los Estados Unidos trata-rán de maniobrar, de minimizar su derro-ta, de buscar las “salidas democráticas”, de garantizar que los acuerdos centrales se mantengan (como Camp David). Pero no debemos confundirnos: el hombre de los yanquis en el país más importante de la región era Mubarak, y ya no está más. Se trata de una “pieza” del tablero de ajedrez de la región que Estados Unidos debió entregar, echando lastre para evitar un desastre total.

Después del 11 de febrero

Asumió un “gobierno de transi-ción”, sostenido en los que salieron mejor parados del temporal (que no quiere decir indemnes): el ejército. Inmediatamente se pone en marcha la “santa alianza” para que el derrumbe del régimen político no se lleve puesto al propio capitalismo egipcio. El gobier-no de Obama, las transnacionales que operan en Egipto, la burguesía local y, también, el principal partido de oposi-ción, La Hermandad Musulmana -con fuertes lazos con sectores de esa bur-guesía-, todos juntos lanzaron a coro

un mensaje uniforme: “la revolución ya terminó”. Cayó Mubarak (que ahora es el chivo expiatorio de todos los males). Todo se resolverá con la democracia. Lo que corresponde es volver a trabajar para “reconstruir Egipto”.

Una de nuestras grandes preguntas era cómo pegaba entre la gente este planteo. Ciertamente, Egipto vive una verdadera “borrachera democrática”. Con lo bueno y lo malo de ello. “An-tes no se podía hablar y ahora todos discuten, todos reclaman”, nos decían a cada rato. Todo el mundo hace valer “su” derecho a participar. Miles des-cubren “la política” por primera vez y quieren conocer y discutir todo. Todos se definen “revolucionarios” y quieren aprender de las experiencias de otros países. Pero, a la vez, muchísimos tienen expectativas que con la “democracia” se van a resolver todos los problemas: “hay hambre, estamos mal económi-camente, hay muchos privilegios, hay desempleo, pero ahora, que vendrá la democracia, todos estaremos mejor”.

También nos preguntábamos hasta donde pegaba la frase de “hay que normalizar el país, todos a trabajar”. Es evidente que este planteo tiene una base social, sobre todo en un sector de la pequeña burguesía ligada al comercio y al turismo, desesperada porque está perdiendo todas sus ganancias de esta temporada. Pero, en la extendidísima masa de activistas, en enormes franjas de la clase trabajadora, y en la mayoría del estudiantado, nadie piensa parar de reclamar, protestar y movilizarse.

El primer intento de “normaliza-ción” del gobierno provisional fue tratar de levantar el campamento de Plaza Tahrir. Tardaron más de un mes en lo-grarlo. Durante todo febrero, un núcleo de activistas resistió y cada viernes hubo una movilización masiva que lo revivía. Incluso, en las primeras semanas, algu-nos ministros del nuevo gobierno fueron repudiados por “continuistas” desde la Plaza y debieron renunciar. Otros, bus-caron su legitimidad hablando desde la tribuna de la misma plaza. Pero es cierto que el movimiento de Plaza Tahrir fue debilitándose semana a semana y el cam-pamento fue finalmente “desalojado” por una patota el 9 de marzo. De ahí en más, aunque siguieron existiendo las movilizaciones de todos los viernes, e incluso hubo un intento de un pequeño grupo de “volver a acampar” a princi-pios de abril (lo que, dicho sea de paso,

fue ferozmente reprimido por el ejército, con el saldo de dos muertos), la realidad es que ese espacio, que incluso había podido pensárselo como un embrión de “doble poder” en los momentos cúlmines, se fue agotando.

Pero sería un error deducir de esto que, entonces, el gobierno y el impe-rialismo han logrado “normalizar” la situación. A partir del mismísimo 11 de febrero irrumpieron todas las demandas que, más o menos latentes, enfrentaban a la dictadura. El movimiento obrero salió a pelear con todo, por salarios, condiciones de trabajo y, en las empresas del estado, por la destitución de los vie-jos directores ligados a Mubarak. Todo esto, al mismo tiempo que comenzó un aceleradísimo proceso de organización de nuevos sindicatos antiburocráticos (ver nota “El movimiento obrero entró en escena”). Todos los días podíamos armarnos un “fixture” de trabajadores en huelga a visitar, tomas de estable-cimientos y marchas que recorrían el centro de la ciudad. Lo mismo sucedía con los estudiantes (ver nota “el renacer del movimiento estudiantil egipcio”), que se movilizan y organizan no sólo en la Universidad de El Cairo, sino también en la Universidad Islámica Al Azhar e incluso, en la elitista y supuestamente “pro-yanqui” Universidad Americana de El Cairo. Y otro movimiento que nace, y se extiende, es el de los militantes de derechos humanos que, al mejor estilo latinoamericano, exige “juicio y castigo” a todos los culpables de los crímenes de la dictadura, no conformándose con que sólo se condene a Mubarak. Consigna y movilizaciones que van de cabeza contra la estabilización del régimen, ya que son innumerables las ramificaciones en el aparato gubernamental, el ejército y la propia burguesía de las causas que se están abriendo contra la represión.

¿A dónde va Egipto?

Surgen nuevos organismos obreros y estudiantiles. Aparecen decenas de miles de nuevos activistas. La izquierda, y dentro de ella el trotskismo, tienen una fuerza visible e influyente (si bien no mayoritaria ni decisiva, ver nota “La izquierda en Egipto”). De todo esto surge, confusa pero casi natural-mente, las consignas de un “programa para la revolución egipcia”: salarios y condiciones de trabajo dignas, trabajo y vivienda para todos, reestatización de

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Egipto

En la década de los cincuenta del siglo pasado se desarrolló vigorosamente el nacionalismo

burgués encabezado por el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser. En 1948 los pueblos árabes habían sufrido una gran derrota con la instalación del en-clave sionista de Israel en Palestina. Pero dentro de los países de la región, comen-zó a gestarse una reacción contra Israel y sus constantes agresiones a las aldeas árabes, y contra los viejos regímenes, varios monárquicos, que a la represión sumaban su sumisión a la presencia de tropas imperialistas francesas e inglesas en sus territorios. Sectores burgueses, de clase media y de los sectores más plebeyos de la oficialidad derrotada en 1948, empezaron a levantar cabeza.

El nacionalismo burgués

En Egipto, el mayor de los países árabes, un golpe de Estado encabezado por el general Nasser derrocó al rey Faruk en 1952. El nuevo gobierno mi-litar logró pactar el retiro de las tropas inglesas, e inició una reforma agraria y un proceso de industrialización, impul-sados por el ejército, y la creación de nuevas organizaciones sindicales afines. Nasser buscó el apoyo de EE.UU. para la “modernización” del país.

En 1956 se produjo la nacionali-

zación del canal de Suez. El intento de recuperación militar por parte de Inglaterra y Francia, con los israelíes como fuerza de choque, terminó en una derrota. La burocracia de la Unión Soviética y los imperialistas yanquis apoyaron a Egipto, y los imperialistas franceses e ingleses comienzan a perder su histórica influencia en la zona.

La nacionalización del canal de Suez y la derrota de las tropas europeas e israelíes, produjeron una enorme ola de entusiasmo nacionalista y antiimpe-rialista entre los pueblos árabes. Con Nasser como líder indiscutido, había nuevos regímenes independientes del imperialismo en Irak, Siria, Yemen del Norte y Egipto. En 1962 se liberó Argelia de la dominación francesa. En 1964, el conjunto de los gobiernos árabes impulsarán la fundación de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina).

En febrero de1958 se realizó en Siria un plebiscito que, por amplia ma-yoría, aprobó la fusión con Egipto. El 21 del mismo mes se proclamó la RAU, bajo la presidencia de Nasser. Su pana-rabismo definía al mundo árabe como una gran nación desmembrada por el imperialismo, que había que reunificar. Rápidamente se demostraría que esa tarea no podía ser exitosa en manos de conducciones militares y patronales.

Prácticamente, desde su nacimiento, la RAU estuvo sacudida por los choques interburgueses. En 1961, los nasseristas en Siria fueron violentamente reprimi-dos y acabó la efímera RAU.

La derrota de los ejércitos árabes en la guerra de los Seis Días de 1967 marcó el gran triunfo de Israel y la declinación definitiva del nacionalismo nasserista. Siria perdió las alturas del Golán y Egipto los territorios de Gaza y el Sinaí.

El giro proimperialista: Sadat y Mubarak

En 1970 muere Nasser. Su sucesor, Anwar El Sadat, inicia un acelerado proceso de aproximación a los Estados Unidos. Egipto es globo de ensayo de

De Nasser a Mubarak

Gamal Abdel Nasser

Hosni Mubarak

las empresas privatizadas por Mubarak; plenas libertades democráticas, fuera los involucrados en crímenes de la dictadura de la dirección de empresas y universidades. El movimiento, además, se siente parte y sigue con pasión lo que pasa con los otros levantamientos revolucionarios de la región, en Libia, en Siria, en Yemen. Es profundamente antiimperialista y antisionista.

Quedan, sin embargo, por resolver dos cuestiones centrales: cómo dar cuenta de las inmensas expectativas en la democracia y de la trampa que el gobierno y el imperialismo montan con ella. Pudimos asistir a un plesbicito para

“refrendar” una enmienda constitucional de sólo 9 artículos, hecho por un comité de expertos. El gobierno, los restos del viejo partido de Mubarak y los Hermanos Musulmanes llamaron a votar por el sí. La inmensa masa de activistas obreros y estudiantiles se movilizaron por el no, planteando que había que cambiar toda la constitución y que debía hacérselo por medio de miembros electos (sin usar ese término reclamaban una “Asamblea Constituyente”). Pero terminó ganando el “sí” a la reforma, que habilitaba el paso a las elecciones presidenciales de fin de año. Se trató de una maniobra, un capítulo, ganado por los “pro-estabilización”.

Pero, en la realidad de la vida de la revolución egipcia, las movilizaciones, los reclamos, el surgimiento de nuevos orga-nismos de masas continuaron. El futuro de la revolución egipcia depende de que un sector de estos activistas sea capaz de agruparse detrás de una nueva tarea: construir una dirección revolucionaria que luche por imponer un gobierno de los trabajadores y pelear por derrocar el capitalismo en Egipto.

1. La UIT-CI envió dos compañeros a tomar contacto con la revolución egipcia: José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista, y el compañero Kosaro, miembro de la UIT-CI y del Komitee Für Rätedemokratie (KRD) de Alemania.

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Egipto

El fin de Mubarak se “decidió” cuando dijeron presente en la revolución los gran-des batallones de la clase obrera egipcia: los trabajadores del Valle de Nilo, del cordón que rodea a Alejandría (la segunda ciudad del país), y de la zona del Canal de Suez, acompañados por los estratégicos trabajadores petroleros y mineros, todos

ellos arrastrando detrás de sí, y a la vez fortaleciendo, a los centenares de miles de asalariados de El Cairo (bancarios, em-pleados estatales, del Metro, conductores de buses, de empresa de aeronavegación Egypt-Air, telefónicos de Telecom Egipto, periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, ferroviarios, trabajado-

res de la salud, entre otros). Una virtual huelga general, acompañada con cientos de manifestaciones locales y tomas de establecimiento, paralizó el país en esos primeros días de febrero, dándole el golpe de gracia a la dictadura.

El llamado unánime de la burguesía egipcia, el imperialismo y todos los parti-

La clase obrera egipcia

Un gigante se puso en marcha

los primeros planes de ajuste del FMI en el mundo y se comienzan a desman-telar las nacionalizaciones nasseristas. En 1978, Sadat pactó el primer reco-nocimiento de un estado árabe a Israel, con la firma del pacto de Camp David. Ello le valió, en 1981, ser ajusticiado por traidor.

Será sucedido por Hosni Mubarak, que profundizará lo comenzado por Sadat. Se desarrolla a fondo una polí-tica de privatizaciones y flexibilización salarial, transformando a Egipto en uno de los países más desiguales del mun-do. La alianza estratégica con Estados Unidos e Israel también se fortalece:

Egipto participará activamente al lado de los yanquis en todas las guerras que estos lleven adelante en la región, al mismo tiempo que se transforma en un soporte fundamental del Estado Sionista de Israel, aportando desde datos de inteligencia, hasta represión concreta a luchadores palestinos. En los últimos años, ha sido quien garantizó el bloqueo israelí a Gaza, cerrando el paso fronterizo de Rafah, que une la Franja con Egipto.

Mubarak pensaba que podría derro-tar la revolución que emergió el 25 de enero aplicando las brutales políticas represivas a que estaba acostumbrado.

Convencido, además, de que el im-perialismo yanqui nunca le soltaría la mano al que se había convertido en su aliado estratégico en el mundo árabe. Evidentemente menospreciaba la in-mensa fuerza de la revolución y ese fue su final. Con él terminó todo un ciclo, el del nacionalismo árabe que había nacido con las inmensas expectativas que generó el nasserismo. El que cae-ría como marioneta del imperialismo poco más de medio siglo después. La astucia de la historia ofrece una nueva demostración de cómo terminan los movimientos nacionalistas dirigidos por la burguesía.

Trabajadores petroleros del Canal de Suez

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Egipto

dos patronales (“ya cayó Mubarak, ¡aho-ra a trabajar!, ¡a reconstruir Egipto!”, los reclamos ya los resolverá “la democra-cia”), fue masivamente desoída por este gigante ahora despierto. Como hongos surgen reclamos, se hacen asambleas, los trabajadores se organizan, nombran sus delegados y coordinan con las otras empresas de su gremio o de su región. La vieja burocracia, estrechamente ligada al mubarakismo, está siendo barrida a velocidad astronómica. A veces, las me-nos, los trabajadores optan por “tomar” el viejo sindicato burocrático, echar a los mubarakistas y reconstruirlo. Otras, las más, directamente fundan un nuevo sin-dicato independiente, vaciando al oficial. También avanza, con rapidez, la coordi-nación en una nueva Federación.

La historiaTodo este movimiento se fortale-

ció y se hizo de masas a partir de la revolución del 25 de enero de este año. Pero tiene antecedentes que pueden rastrearse con facilidad. En un país donde cualquier tipo de huelga estaba prohibida y era severamente castigada con el despido y la represión de sus organizadores, los obreros textiles de la gigantesca Fábrica de Tejidos e Hilados de Mahallah, Al-Koubra, ya habían dado una primera señal en diciembre de 2006. En esa ocasión, un paro realizado sin ningún tipo de autorización contra la directiva del sindicato, exigiendo el pago del bono de fin de año, alcanza tal nivel de masividad y combatividad, que termina triunfando. Ahí surge la primera camada de nuevos activistas. Ese triunfo potencia al movimiento obrero de la región del Valle del Nilo, y el número de huelgas crece fuertemente en 2007, con la característica de que, por primera vez en muchos años, aparecen jóvenes delegados de hecho (no reconocidos por la burocracia sindical, en muchas fábricas).

El siguiente salto en calidad sucederá nuevamente en la textil de Mahallah Al-Koubra, con la impresionante huelga del 6 de abril de 2008. Fue el punto más alto de lo que se conoció como “la rebelión por el pan”, una ola de paros, movilizaciones y levantamientos popula-res que siguieron a la suba astronómica del precio del alimento básico de los egipcios. En esa ocasión, por primera

vez, las luchas obreras empalmaron con la solidaridad estudiantil, dando lugar a la creación del Movimiento 6 de Abril, en solidaridad con esa lucha.

Los trabajadores no se van a su casa

El día siguiente a la caída de Mubarak, a despecho del llamado a “normalizar las actividades”, empezó, y no paró más, la ola de reclamos. Es como si se hubiera abierto un dique y todas las demandas, reprimidas por años, aparecieran de golpe. Los trabajadores piden todo: aumento de salarios, que arrancan en algunos casos de miserables 30 dólares mensuales; convenios colectivos, que no existen en muchísimas actividades; obras sociales y seguros de accidentes de tra-bajo; efectivización en el puesto, ya que es enorme la cantidad de trabajadores precarios. Pero también, en las muchas empresas privatizadas durante la era Mubarak, la renacionalización. Y en las empresas y la administración pública, la renuncia de todas las cúpulas directivas, acusadas de cómplices de la dictadura.

Pretender hacer un listado de to-das las luchas es imposible. En los días de nuestra visita a Egipto el “paisaje” cotidiano era el de varias marchas diarias por las calles céntricas de El Cairo (lo mismo se repetía en Suez y Alejandría), la noticia de que siempre había un nuevo “edificio” tomado, sea de una empresa o de la administración pública y en otros, donde la actividad se desarrollaba “normalmente”, colgaban banderolas y pancartas con reclamos desde las ventanas.

Intentamos hacer una crónica, ob-viamente incompleta, de los conflictos que vimos en la segunda quincena de marzo, cuando realizamos nuestro viaje: empleados del Correo reclamando aumentos salariales y pago de bonos por sus actividades; los trabajadores del Metro de El Cairo peleando por terminar con sus contratos temporarios y ser tomados como permanentes; los mineros del Oasis Baharia pidiendo mejores condiciones de trabajo e incremento de sus sueldos; los em-pleados del Ahli United Bank, también reclamando por salarios y mejoras en sus seguros de salud; empleados de aviación y del Ministerio de Minería exigiendo la renuncia del ministro; miles

de policías en huelga por sus salarios de hambre; trabajadores de los medios de comunicación tomando el edificio de la TV estatal pidiendo la renuncia del director acusado de complicidad con el mubarakismo. Podríamos seguir hasta el infinito: los conflictos se suceden en El Cairo, entre sus decenas de miles de trabajadores de la administración, el transporte, la banca y el turismo; en Alejandría, con las huelgas de textiles y metalúrgicos; en Suez, con sus gigantes empresas vinculadas al negocio del Canal; en las mineras, dispersas en los Oasis del Sahara, y, en general, en cual-quier ciudad o pueblo, donde haya un agrupamiento mínimo de trabajadores. Un activista sindical lo describía gráfi-camente: “ahora la revolución llegó a las empresas”.

Los patrones y el gobierno provi-sional saben que no pueden reprimir masivamente, por lo que la mayoría de las luchas obtienen algún tipo de triun-fo. Igualmente, nada es lineal: el día en que se reabrió -después de dos meses de estar cerrada-, la Bolsa de El Cairo, el gobierno sacó un decreto donde prácticamente prohibía las huelgas y manifestaciones en un conjunto de ac-tividades señaladas como “esenciales”, buscando dar una “señal de seguridad a los mercados capitalistas”. La respuesta fue que la tradicional movilización de los viernes se hizo denunciando ese decreto y las luchas continuaron.

El reciente Primero de Mayo, después de muchísimos años, se pudo realizar libremente una gran manifestación en la Plaza Tahrir. Entre banderas que identificaban a los sindi-catos independientes recientemente creados y consignas contra el FMI y el Banco Mundial, repudio y exigencia de castigo a los burócratas de la época de Mubarak y apoyo a las revoluciones en los países árabes hermanos, se leyó una proclama donde se exigía un sa-lario mínimo mensual de 1.200 libras egipcias (aproximadamente unos 150 euros), jornadas laborales dignas y la nacionalización de las empresas privati-zadas durante la dictadura. Por primera vez se escuchó, en árabe, los sones de la Internacional en Plaza Tahrir. Es la clase obrera egipcia, la más grande del mundo árabe, que dice presente en esta inmensa revolución.

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Egipto

El viejo edificio del Sindicato de Periodistas, en el centro de El

Cairo, es de una arquitectura imponen-te. De sólo mirarlo, uno se da cuenta que fue levantado por una burocracia íntimamente vinculada y financiada por el Estado. Pero ese gremio fue uno de los reconquistados por el nuevo activismo. Al llegar, lo primero que nos llamó la atención son las huellas de la batalla que hubo, en semanas previas, para echar a los burócratas: vidrios astillados por piedrazos contrastan en el exterior con las columnas señoriales. La enorme puerta que corona las es-caleras de mármol está cerrada: a ese verdadero palacio ahora se accede por una pequeña puerta de costado, donde jóvenes activistas controlan que ningún provocador mubarakista se infiltre.

Llegamos invitados a asistir a la fundación del nuevo sindicato inde-pendiente de conductores de ómnibus de El Cairo. En la antesala, vemos mesas donde partidos de izquierda ofrecen sus publicaciones, mientras decenas de activistas toman café y discuten sobre los avatares del nuevo sindicalismo. Entramos a un gran an-

fiteatro, con capacidad para unas 500 personas. En el escenario, una bandera con la sigla del nuevo sindicato y una austera mesa de conducción coordina una asamblea donde los choferes, que prácticamente han llenado la sala, discuten sobre el programa funda-cional y las características de la nueva organización. Mientras una activista marroquí nos traduce al español lo que se va discutiendo, vemos que al mismo tiempo, van circulando las hojas de afiliación. Todo sucede muy rápido y con una gran participación de la base, que hace objeciones y agregados a los textos presentados. En menos de una hora, se está votando la constitución de la nueva organización, todos aplauden y se termina. Sin grandes ceremonias: “es que son todos proletarios que viven en las afueras de la ciudad, algunos tie-nen dos horas de viaje hacia sus casas, hicieron un gran esfuerzo para venir acá a fundar el sindicato tras sus largas jornadas de trabajo”, nos dicen.

Estábamos ciertamente impactados por esa verdadera “clase de democracia obrera” que habíamos visto. Pero to-davía nos faltaba más. Cuando salimos

del anfiteatro, uno de los activistas con los que habíamos tomado contacto in-sistió en que no nos fuéramos, que “en apenas media hora”, en esa misma sala se iba a fundar otro sindicato.

Efectivamente fue así. Aparecieron nuevas banderas sobre el escenario y, rápidamente, comenzó a llegar y se lle-nó de nuevo el auditorio, ahora con los fundantes del sindicato independiente de trabajadores de la Salud: médicos y enfermeras compartían el nuevo gremio. Se mezclaban los profesiona-les con sus ropas evidentemente más caras, con las enfermeras plebeyas, con sus hijos a cuestas. En un costado del anfiteatro, nos llamaba la atención un importante grupo de mujeres vestidas con las ropas islámicas más ortodoxas, de negro, todas cubiertas, incluso el rostro con velo y las manos con guan-tes: “son enfermeras de los hospitales islámicos”, nos explican.

La reunión será muy parecida a la de los choferes. Una mesa directiva provisoria que lee un documento fundacional. Y luego van subiendo al escenario los delegados de los distin-tos hospitales y sanatorios a hacer sus

Activistas fundan nuevos sindicatos

Asamblea de fundación del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Salud. El Cairo (foto UIT-CI)

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Egipto

No resultó fácil concertar la entre-vista con Mahmoud. Dirigente sindical de una empresa ubicada en el corazón industrial egipcio, en el Delta del Nilo, “va y viene todo el tiempo”, como el mismo se disculpa, entre Alejandría, las fábricas del Delta y El Cairo, en medio de la ebullición de la fundación de nuevos sindicatos independientes y los esfuerzos de coordinación en una federación nacional.

Las movilizaciones obreras anteriores al 2011 comenzaron en el Delta del Nilo, justamente en las grandes textiles. ¿Por qué y cómo fue ese proceso?

Es cierto. De hecho el Movimiento juvenil 6 de Abril lleva ese nombre por-que nació solidarizándose con la gran huelga de 2008 en Mahallah Al-Koubra. Es que la industria textil egipcia es muy importante. Junto con los países del Sudeste Asiático, Egipto es el otro gran proveedor mundial de ropa hecha con costos salariales mínimos, en con-diciones casi de semi-esclavitud. Por eso en el mundo se puede ver ropa de marca con la etiqueta “Made In Egypt”. Las textiles egipcias tienen décadas de funcionamiento. Muchas, como la que

nocer. Es que, ya había sucedido lo de la ola de huelgas de 2008.

Pero ahora van por más…

Claro, con la revolución es otra cosa. Ahora logramos parar 85 despidos, pero no paramos ahí. Cuando ganamos, inmediatamente pedimos aumentos y que nos devuelvan las condiciones de trabajo anteriores a 2007. Y, también, se empezó a luchar por la reestatización. Los compañeros incluso tiraron abajo el cartel de la puerta de la fábrica que decía Indorama Shebin y colocaron en su lugar el nombre de cuando era del Estado, “Masr Shebin”. No vamos a parar hasta que se vayan los indonesios y la empresa vuelva al Estado.

¿Crearon un nuevo sindicato? ¿Qué paso con la conducción burocrática?

Los de Mubarak nunca estuvieron en la fábrica. Más que sindicalistas eran funcionarios policiales del Estado, que firmaban papeles con los que aparecía la policía para decir que la “huelga es-taba prohibida”, porque el sindicato no la autorizaba. Como por todo Egipto, acá ahora tenemos delegados en las

yo trabajo, fueron empresas estatales creadas por el nasserismo. La ola de privatizaciones de los 90 les quitó to-dos los derechos a los trabajadores, y nos sumió en la super-explotación.

¿Por eso comenzaron las luchas?

No fue fácil. En Egipto está “teó-ricamente” garantizado el derecho de huelga, pero para que ésta sea legal, tiene que ser declarada por la Federación Nacional, que estaba en manos de los burócratas mubarakistas. Obviamente, estos nunca autoriza-ban ninguna huelga. Así, todo el que protestaba era inmediatamente des-pedido y, peor aún, encarcelado por el régimen. Nuestra empresa, cuando la privatizaron en 2007, fue comprada por un grupo indonesio, que incluso le cambió el nombre, pasando a llamarse Indorama Shebin. Se trata de una gran transnacional que produce para Nike, Adidas, y tiene incluso denuncias de haber utilizado mano de obra escla-va en otros lugares del mundo. Le hicimos una primera huelga en 2009, digamos que “empatamos”, porque si bien no conseguimos todo lo que queríamos, no pudieron echarnos ni reprimirnos. Nos tuvieron que reco-

observaciones y discursos. A veces, alguien sin salir de su lugar en el pú-blico interrumpe y cuestiona al orador. Lo más impactante fue cuando subió la delegada de los hospitales islámicos, que antes describimos. Hizo un dis-curso muy radicalizado, despertando aplausos y consignas en el público y

terminó pidiendo un minuto de silen-cio por los caídos. Aprendimos ahí que el nuevo activismo obrero egipcio no se encuentra dividido entre religiosos y laicos, y que la radicalización los re-corre a todos. Nuevamente, en apenas una hora, el nuevo sindicato estaba fundado.

Salimos muy impactados por lo que habíamos visto. “Esto sucede todos los días”, nos explicaba, entusiasma-do, uno de los dirigentes. Habíamos asistido a una pequeña muestra de como el gigante obrero del mundo árabe empieza a reorganizarse desde sus bases.

“Vamos por todo lo que Mubarak nos quitó”Reportaje a Mahmoud Abou Adel,

delegado sindical de la empresa

textil Masr Shebin José Castillo junto a Abou Adel

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Egipto

Riham Abdel Salam es joven, ape-nas 22 años. Estudiante de la Universi-dad de El Cairo, mientras marchamos a una manifestación frente al tomado edificio de la TV estatal, se disculpa por “no saber mucho de política, no conocer los programas, no saber la his-toria de otras revoluciones”. Pero dice, lée desesperadamente para aprender, “antes todo estaba prohibido”. “Con-tame de tu partido”, me dice, “a lo me-jor me hago miembro de él”. Estamos hablando con una activista, una diri-gente como muchas que aparecieron en estos dos meses y se “instalaron” en la Plaza Tahrir, sólo saliendo de ella para ir a los campus universitarios a levantar a sus compañeros e instarlos a sumarse. Así, se encontraron diri-giendo, de golpe, a miles. No es un caso aislado, hay cientos de nuevos dirigentes estudiantiles y juveniles que podrían repetir este relato.

Contanos qué está pasando en las universidades, ¿cómo repercutió la revolución?

Los jóvenes, en particular los estu-diantes, están todos con la revolución. Es que nos impactó mucho lo de Túnez, lo de ese joven que se inmoló. El había estudiado pero no tenía opor-tunidades, vendía fruta en un carro. Muchos nos vimos reflejados. No tenemos futuro, vamos a terminar así. Nos empezamos a encontrar en Plaza

Tahrir, gente que nos conocíamos de la universidad. Como había mucha re-presión y censura, no se hablaba nada de política. La mayoría iba a estudiar, no opinaba. Así nos sorprendíamos: “¿vos estás acá? ¿qué hacés?” Así, en la Plaza, nos enterábamos que muchos que ni pensábamos estaban activando contra la dictadura. Después volvía-mos todos juntos al campus y hablá-bamos en los patios, en los cursos, en las bibliotecas, sumando gente.

Pero vos estabas desde antes en el movimiento estudiantil.

¿Cómo era?Sí, había un pequeño movimien-

to estudiantil. Yo empecé en 2008, cuando surgió el Movimiento 6 de Abril. Ahí hubo movilizaciones en los campus en apoyo a las huelgas, incluso salimos al centro de El Cairo. Pero éramos muchísimos menos que ahora. Los más viejos me contaban que el origen del movimiento estu-diantil actual está en 2003, cuando hubo grandes marchas y protestas en solidaridad con la Intifada y en contra de la guerra de Irak. Ahí, por primera vez, las manifestaciones, que se hacían

fábricas; luego nos juntamos los de-legados de todas las textiles del Delta y creamos el sindicato independiente. Y estamos organizándonos nacional-mente, con los de Alejandría y Suez. Como hay mucho movimiento se crean cosas todos los días y a veces se superponen. Una fábrica aparece en una coordinación y al día siguiente se crea otra, no para competir, sino por-que los compañeros ignoran lo que se fundó el día previo. Tenemos mucho

trabajo para organizar todo esto.

¿Están tratando de llevar toda esta lucha sindical al terreno político?

Sí, pero no hay mucho tiempo. El gobierno, los del partido de Mubarak y los Hermanos Musulmanes son los únicos que están organizados como para aprovechar las elecciones, que son en diciembre. Algunos militantes gre-miales estamos en distintos partidos de

izquierda. Hay muchos independientes. Estamos tratando de armar un “nuevo partido laborista democrático”, pero desde las bases, no por acuerdo de cúpu-las. Para que todo este movimiento tenga expresión política. Pero, igual a lo que pasa con la juventud estudiantil, todo el movimiento es muy joven, con poco conocimiento de política, y parte de la lucha es convencer a los compañeros que no alcanza sólo con la organización sindical.

Renace el movimiento estudiantil

“Aparecen activistas por todas partes”

Riham Abdel Salam (izq.) junto a José Castillo y otro activista universitario

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Egipto

Uno de los interrogantes que más nos interesaba develar al tomar con-tacto con la revolución egipcia, era acerca del rol de la izquierda. Grata fue nuestra sorpresa al descubrir que existía esa presencia y, sin ser mayo-ritaria, ocupaba un lugar importante y prestigiado ante la vanguardia de nuevos activistas.

La izquierda egipcia se había debi-litado en décadas anteriores siguiendo los recorridos de la sumisión del esta-linismo al nacionalismo nasserista. Lo más irónico era que Nasser, al mismo tiempo que coqueteaba con la Unión Soviética y recibía 20.000 asesores de ese país, reprimía y colocaba fuera de la ley al Partido Comunista Egipcio. A partir de la década del ̀ 70, la izquierda egipcia se referenció centralmente en el Tagammu, fuerza política que, ante el giro de Sadat a estrechar relaciones con Estados Unidos e Israel, se define como del “socialismo” nasserista. Esta fuerza,

la más grande numéricamente de la izquierda egipcia, se fue debilitando al colocar el énfasis de sus críticas en los políticos islamicos. Con la excusa de combatir desde el bando del laicismo, lanzaba ataques contra la Hermandad Musulmana, colocándose de hecho en el bando del gobierno de Mubarak, que los ilegalizaba y perseguía.

Entre la nueva vanguardia de acti-vistas, tiene fuerte presencia Socialismo Revolucionario, organización trotskista perteneciente a la Tendencia Socialista Internacional -vinculada al Socialist Worker Party británico de Tony Cliff-. Haciendo muchas veces frente único con la juventud islámica en su lucha contra el gobierno, lograron un cierto desarrollo, tanto en el movimiento es-tudiantil, como en el movimiento obre-ro surgido tras el ascenso de 2008.

A partir del 25 de enero, tuvieron una presencia importante en la Plaza Tahrir. Una de las referentes más

populares entre los “jóvenes revolu-cionarios” es Gigi Ibrahim, joven estu-diante de Socialismo Revolucionario, que incluso apareció muchas veces como vocero del movimiento de la Plaza. También, uno de los bloggeros más populares de las cientos de pági-nas de Internet que surgieron con la revolución, Hossam El-Hamalawy, se referencia en esa fuerza política. En los días posteriores a la caída de Mubarak, esta organización ha estado muy activa, tanto en el proceso de fundación de los sindicatos independientes, como en la organización de sectores populares que lanzaron una ola de toma de tierras para construir viviendas en las afueras de El Cairo. Participaron activamente en las movilizaciones llamando a votar “No” en el plesbicito de marzo y, ac-tualmente, apoyan la formación de un “nuevo partido laborista democrático”, llamando a sumarse a él al nuevo acti-vismo sindical independiente.

marchando dentro del campus, cru-zaron las puertas, caminaron hasta el centro y llegaron a Plaza Tahrir.

¿Cómo es específicamente ahora la lucha estudiantil?

Después de la caída de Mubarak empezó la organización fuerte del movimiento estudiantil. Hay tres peleas. Una ya la ganamos: hay plena libertad política en la universidad, se hacen charlas, debates, se pone propa-ganda en las paredes. La segunda, es recuperar los sindicatos estudiantiles, que hasta ahora son “oficinas” de gente adicta a Mubarak y no repre-sentantes nuestros. Había elecciones, pero quien se presentaba tenía que ser previamente “aprobado” por el decano de cada facultad. Termina-ban siendo elecciones de lista única, donde no votaba nadie. Queremos que los representantes sean nuestros. Y, lo tercero, queremos que se vayan las autoridades involucradas con la dictadura.

Justamente en relación a eso, ¿qué pasó en la Facultad de Comunicación?

Ahí se dio el movimiento más grande. Miles de estudiantes, casi todos, hicieron una sentada para exigir la renuncia del decano. Y se quedaron “tomando” el patio, varios días, como en Plaza Tahrir. Empezó a ser un centro organizador, con so-lidaridad que llegaba de otras carreras de la facultad. Pero entró la policía y reprimió. Fue una de las primeras represiones abiertas del nuevo go-bierno, generando mucho impacto y denuncias.

¿Qué pasa en otras Universidades, además de la estatal?

El movimiento más grande está acá, en la Universidad de El Cairo, la más grande del país. Pero el mo-vimiento está extendido también a otros lados. En la Universidad Ame-

ricana de El Cairo, privada, donde teóricamente se formaba “la elite”, también empezó el activismo, con reclamos por la baja de aranceles, por la exigencia de libertad de expresión, con muchos activistas surgiendo ahí. Y también sucede lo mismo en la Univer-sidad Al Azhar, que es la universidad islámica, tradicional, creada en el año 900. También surge y se desarrolla ahí el movimiento estudiantil.

¿Qué corrientes políticas influyen?

La mayoría es independiente. Mu-chos se referencian en el Movimiento 6 de Abril, pero es un movimiento amplio. Todos están a la búsqueda de donde militar, hay un despertar de los partidos políticos, y todos averiguan. El movimiento político más organi-zado, que incluso ha ganado algunos centros estudiantiles en votaciones recientes, inmediatamente después de la caída de Mubarak, es la juventud de la Hermandad Musulmana.

La izquierda en la revolución

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Tunez

La mecha la encendió el 17 de diciembre el joven Mohamed Buazizi, de 26 años, vendedor

ambulante de verduras, que se inmoló prendiéndose fuego en plena calle, para protestar contra la confiscación policial de su humilde carrito de frutas con el que mantenía a sus padres y hermanos. Ocurrió en Sidi Buzid, pequeña ciudad del Túnez olvidado. La ciudad entera salió a protestar indignada. Fue repri-mida con enorme violencia, muertos y heridos. Las protestas se fueron extendiendo como mancha de aceite

En Túnez se encendió

El año 2011 comenzó con una revolución popular en Túnez, que obligó a huir a Arabia Saudita a Zine El Abidine Ben Ali, dictador durante 23 años, con toda su familia, no sin antes llevarse una tonelada de oro robada del tesoro del país. Posteriormente la movilización

derribó a dos gobiernos más que le sucedieron, formado por personajes ligados a la dictadura. Un débil gobierno burgués de “tecnócratas”, acompañado de una asamblea que reúne a casi todos los partidos, convoca a elecciones para la Asamblea Constituyente el 24 de julio.

la mecha

La revolución tunecina se extendió rápidamente a otros países

Miguel Lamas

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Tunez

a Menzel Buzaiene, Thala, Kaserine, Bizerta y otras ciudades del interior, hasta llegar a algunos barrios de Túnez. Cada vez con represión, muertos y he-ridos. La indignación por la represión fue como un combustible del incendio que no dejaba de crecer. Miles, decenas de miles, centenares de miles, salieron a pedir trabajo y libertad.

Las primeras reivindicaciones es-pontáneas, centradas en la desocupa-ción, dieron paso rápidamente a otras más políticas: “el trabajo es un derecho, banda de ladrones”, “abajo los ver-dugos del pueblo”, “trabajo, libertad, justicia social” o “no a los saqueadores del dinero público” se gritaban en las marchas callejeras. Pero la que se fue imponiendo por encima de todo fue: “Ben Alí, márchate”.

Pronto el movimiento comenzó a estructurarse. Las filiales locales de la UGTT (Unión General de Trabajado-res de Túnez) jugaron un rol decisivo

en varias ciudades. Los obreros de las fábricas, en su mayoría muy jóvenes y con sueldos miserables, comenzaron a unirse a la revuelta. La UGTT, que tiene 500.000 afiliados, estaba domi-nada en su cúpula por agentes del régimen. Pero en muchas localidades habían surgido nuevas direcciones. Junto a los sindicatos se movilizó el colegio de abogados, los estudiantes y los docentes, jugando un importante rol de organización y orientación po-lítica al levantamiento que ya se había convertido en revolución. En la calle la policía fue enfrentada y rebasada una y otra vez. Miles atacaron domicilios y propiedades de la familia Trabelsi (de la esposa del dictador) y comisarías que fueron incendiadas. La multitud enfrenta a la policía a puro puño y piedra contra bala. ¡Y vence! El régi-men se queda sin aire. El ejército no intervino, quizá sabiendo que corría riesgo de desintegrarse. En las peque-ñas ciudades y en barrios de la capital se formaron los Comités de Defensa de la Revolución que se hicieron cargo de la seguridad, de conseguir alimentos, de la limpieza y de muchas otras actividades, además de centralizar las convocatorias a movilización.

Ni la represión, ni las promesas de democratización y de crear 300.000 empleos que hizo el dictador, pudie-ron detener las movilizaciones que

exigían que se vaya. Miles de policías se unieron a los manifestantes. Estalló la huelga general que debió llamar la propia conducción nacional de la UGTT totalmente rebasada por los acontecimientos. Éste fue el golpe de gracia al régimen. El 14 de enero Ben Alí huyó a Arabia Saudita.

La economía “exitosa” de Ben Ali

La dictadura era felicitada año tras año por el FMI y el Banco Mundial por sus “éxitos” económicos en “atraer la inversión” y lograr que el Producto Bruto Interno creciera un 5% anual. Ben Alí privatizó 204 empresas pú-blicas creadas por Habib Bourguiba, su antecesor. Para eso bajó al mínimo los impuestos y facilitó la exportación de ganancias para que Europa ins-talara sus fábricas “deslocalizadas”, principalmente de 1.250 empresas de Francia y 250 alemanas, y aproveche la mano de obra barata. La Agencia de Comercio Exterior alemana Germany Trade and Invest explicaba en 2008, en su web, claramente las causas de la predilección de los directivos empresa-riales alemanes por Túnez: “los costos salariales en Túnez se encuentran en una clasificación internacional en los últimos puestos de la lista”. Sólo algu-nos países del este de Asia muestran “un nivel inferior de salarios”; incluso

Los trabajadores han recuperado sus sindicatos locales, las UGTT (Unión General de Trabajadores Tunecinos). Redeyef, ciudad con minas de fosfatos de 24.000 habitantes, protagonizó una gran rebelión obrera de ocho meses en 2008. Ahora, desde el derrocamiento de Ben Alí, la UGTT local funciona en la antigua sede de la gobernación y ejerce el gobierno local. La comisaría fue incendiada y tiene un cartel en árabe que dice: “Se vende o alquila”. “Hemos conseguido formar Consejos en todos los sectores para movilizar a la población en la defensa de sus derechos y en la gestión de sus vidas cotidianas”, le cuenta a la cronista Alma Allende (rebelión.org) Adnan Hayi, el secretario local del sindicato. Un Consejo de nueve personas, presidido por Adnan administra el pueblo. Adnan no confía en el gobierno nacional y dice que han formado una coordinación regional y que es necesario formar una coordinación nacional en un Consejo de Defensa de la Revolución (www.laclase.info).

El gobierno obrero de la UGTT en Redeyef

Manifestantes rodean el Ministerio del Interior. Túnez

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Tunez

“en Marruecos y Turquía hay que pagar salarios más altos”. La prensa económica elogiaba hace unos años a Túnez como “un país ilustrado con un orden económico liberal”. Fue el primer país del norte de Africa, en 2008, en establecer un tratado de libre comercio con Europa.

También creció el sector turístico y las minas de fosfatos. Pero un 36% de los jóvenes graduados estaban desempleados. Mientras tanto, la po-licía política metía presos y torturaba a opositores y luchadores sociales, prohibía cualquier prensa opositora y censuraba internet.

Una gigantesca corrupción con-centró la mayor parte “nacional” de la economía en el clan Trabelsi (la fa-milia del dictador). El cable divulgado por Wikileaks, del antiguo embajador

norteamericano en Túnez Robert F. Gode, describe el lujoso tren de vida del yerno del presidente y posible sucesor, Mohamed Sakhe el-Matri. La familia de Ben Alí controla casi todos los sectores económicos y los conglo-merados financieros-industriales en el país. Es públicamente notorio que el clan está formado por tres familias principales interrelacionadas: la familia del presidente, la familia Mabrouk El (un hijo está casado con la hija del pre-sidente) y la familia Trabelsi (Belhassen Trabelsi es el hermano mayor de la esposa de Ben Ali). Leyla Trabelsi, la segunda esposa del dictador, coleccio-naba casas, propiedades inmobiliarias, en los mejores lugares de Túnez. Se calcula que el clan, con la complicidad del Banco Central, sacó del país 18.000 millones de dólares, el equivalente a la deuda de Túnez.

El brutal aumento en los precios de los alimentos y la desocupación comenzó a hacer insoportable la vida del pueblo, mayoritariamente ajeno al progreso aplaudido por el FMI. Agravando las cosas, la crisis en Eu-ropa cerró el camino a la migración de los jóvenes. La caída del turismo internacional, por la crisis en Europa, ha sido un desastre. Las empresas de servicios representaban el 43,2% del PIB en 2007.

Continúa la revolución

A la caída de Ben Ali fue nombrado un nuevo gobierno con los mismos personajes del régimen, pero sin Ben Alí, incorporando a algunos oposito-res. Entre ellos a dos burócratas de la UGTT. Pocos días después, el 23 de enero, millares de personas prove-nientes de los lugares más pobres del país llegaron a la capital y ocuparon la plaza principal, la Kasba, exigiendo que se vayan todos los ex funcionarios de Ben Ali. Los de la UGTT renunciaron al gobierno. En empresas y municipios la consigna es “RCD, lárgate” (RCD, el partido estado de Ben Alí), y los fun-cionarios del RCD son efectivamente expulsados por el pueblo en muchos sitios.

A lo largo del país y a partir del 14 de enero, comités de defensa de la revolución se han ido constituyendo en muchas localidades. “Las instituciones municipales han sido barridas prác-ticamente en todo Túnez, creándose

estructuras provisionales de gestión de los ayuntamientos. La forma y la composición de estas instituciones locales provisionales dependen de la correlación de fuerzas en cada loca-lidad: en unos casos, se han creado a partir de las propuestas de los comités de defensa de la revolución, en otros, ligados a los antiguos caciques locales” (Crónica de www.rojoynegro.info, de la CGT de España). El cronista de la CGT española pone el ejemplo de Bizerta, ciudad de 200.000 habitantes, gobernada ya por varios meses por un comité de defensa de la revolución de 25 miembros -abogados, sindicalistas, jóvenes, profesores-, que fue electo por una asamblea popular. Pero esto no es así en todas partes. Hay una disputa por el poder en todas las localidades e incluso en cada empresa.

El 27 de enero renuncia el primer ministro, Ghanouchi (hombre del viejo régimen). Nuevas movilizaciones de masas siguen presionando. Son desti-tuidos los principales jefes policiales del régimen, liberados los presos políticos y el RCD (partido del régimen) es di-suelto. Asume de primer ministro inte-rino Beji Caid Essebsi, de 84 años, que fuera ministro hace 25 años (antes de

Thala tiene 15.000 habitantes. Fue una de las primeras ciudades de la rebe-lión. Por eso intentaron aplastarla. Fue sitiada entre el 3 y 6 de enero por 1.800 policías y hubo 150 detenidos. Pero cuando la rebelión se extendió a todo el país, el pueblo de Thala expulsó a la policía e incendió la comisaria. Ahora los jóvenes se encargan de la seguridad haciendo turnos.

El comité de Defensa de la Revo-lución gestiona la ciudad y mantiene como primera reivindicación “justicia para nuestros muertos”. Han presen-tado una lista con las personas impli-cadas en los asesinatos, con nombres y apellidos, y durante 17 días del mes de marzo han mantenido concentraciones para exigir el encarcelamiento y juicio para los asesinos. No reconocen al presidente Fouad Mebazaa ni al primer ministro Béji Caid Sebsi.

La antigua comisaría está ocupada por los desocupados, encabezados por el ingeniero mecánico Nenmri Bassem, que reclaman su derecho al trabajo. Muchos jóvenes del pueblo compar-ten sus horas en la comisaría, hoy convertida en un lugar donde se oye música, se juega a las cartas y se habla de revolución (rojoynegro.info).

Lo forman la Corriente Baazista (nacionalista pan árabe), la Liga de la Izquierda Laborista, los Patriotas De-mocráticos, el Movimiento de Patriotas Demócratas, el Partido Comunista Obrero de Túnez, el Movimiento Nas-serista, el Partido del Trabajo Patriótico y Democrático y la Izquierda Inde-pendiente. Su programa, que coincide en lo básico con las reivindicaciones mayoritarias, básicamente democrático, incluye también: “la construcción de una economía nacional al servicio del pueblo que ponga los sectores vitales y estratégicos bajo el control del Estado, con la nacionalización de todas las em-presas e instituciones privatizadas” y “el rechazo de toda naturalización de rela-ciones con la entidad sionista, así como el apoyo a todos los movimientos de liberación nacional del mundo árabe”.

En Thala gobierna el pueblo

El Frente 14 de Enero

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Tunez

Ben Ali). Éste anunció la composición de su gobierno provisional integrado por 22 ministros, cinco de ellos nuevos. Un gobierno burgués, proimperialista, que sigue pagando la deuda contraída por Ben Ali y mantiene gran parte de los cuerpos represivos policiales. Sin embargo, es un gobierno de una extre-ma debilidad, que se ve acosado por las movilizaciones de las masas.

Son legalizados todos los partidos, incluidos los de izquierda, como el Partido Comunista Obrero de Túnez (PCOT), de origen maoísta y con cierto arraigo popular.

Al mismo tiempo estalla el des-contento obrero y la rebelión en los sindicatos. “Al Gobierno le interesa entablar rápidamente negociaciones con la central sindical, puesto que la situación social es explosiva”, dijo a France Presse Abid Briki, el dirigente de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT). Huelgas organi-zadas o espontáneas han paralizado varios sectores económicos desde la huida del dictador Ben Ali el 14 de enero. Briki reclama una reforma

Los jóvenes diplomados desocupados, uno de los motores de la revolución, se organizaron en tiempo récord. Se crearon más de 100 secciones locales de la Unión de Diplomados Desocupados y ya son 45.000 afiliados. Se crean seccionales casi diariamente. Calculan que hay 140.000 diplomados desocupados.

Han alquilado un local en Túnez para que el comité nacional pueda centralizar la organización. Bonos de ayuda permiten la autofinanciación del movimiento. Las computadoras las sacaron del local del RCD. Junto a la lucha común de acabar

con todas las estructuras ligadas a la dic-tadura, en el terreno del paro, la Unión se centra en tres reivindicaciones claves:

1º En la función pública, control y participación en los puestos de trabajo que se creen en función de las necesida-des sociales reales. 2º Un salario social, mientras se esté en paro. 3º Apoyo y participación en planes de creación de empleo. Estudio de proyectos propuestos por la propia asociación, con apoyo pú-blico. Se propusieron movilizar a 50.000 diplomados desocupados el 1º de mayo (rojoynegro.info).

Se crea la Unión Tunecina de Diplomados Desocupados

radical de la legislación laboral y que se cree una caja para pagar subsidios a los parados. “No controlamos to-dos los movimientos de las huelgas, la UGTT está desbordada frente a la agitación social”, reconoció el dirigente

sindical. Su dirección es cuestionada por un ala izquierda que organiza concentraciones delante de los locales de la UGTT para reclamar la renuncia de la burocracia sindical, acusándola de “contemporizar con el Gobierno provisional” y de corrupción.

Asamblea Constituyente y lucha por el poder

El gobierno provisional convoca para el 24 de julio a elecciones para una Asamblea Constituyente, que era una de las demandas populares. Es disuelto el Parlamento del régimen y, buscando alguna legitimidad, el gobierno pro-visional convoca a la “Alta Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución”, un órgano de 155 miembros con representantes de gran parte del abanico político, incluyendo algunos sectores de izquierda. Este organismo no elegido por el pueblo, se convirtió en un Parlamento de facto y está reglamentando las elecciones de Constituyente. Toma una iniciativa sin precedentes en el mundo musulmán: la paridad de hombres y mujeres en las listas, que no es otra cosa que recono-cer la gran participación de la mujer en la revolución. Se excluye de la política a los que ocuparon altos cargos en la dictadura.

El Partido Comunista Obrero de Túnez denuncia a este organismo, “cuyos miembros se han encargado de nombrar Mubazaa (el presidente) y Beji Caid Essebsi (primer ministro)”.

La fuerza de los miles de jóvenes

se viven en las calles de Túnez.

Protestan con sus carteles:

“RCD (partido de gobierno),

lárgate”

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Tunez

Señala que “El poder no está en las ma-nos del pueblo que se rebeló contra la tiranía, la explotación y la corrupción, sino en las de las fuerzas reaccionarias que, mediante la presidencia temporal y el gobierno transitorio, trabajan para reconducir la revolución de forma que quede en simples medidas de refor-ma en el marco del antiguo régimen. Mubazaa y Essebsi no están sometidos a ninguna vigilancia y han rechazado tratar con el Consejo Nacional de Defensa de la Revolución. Aceptaron el establecimiento de una Asamblea Constituyente, sin embargo ellos dos fueron los que fijaron la fecha de los comicios sin consultar ni tener en cuenta el interés popular. De hecho, la prohibición del RCD no ha impedido que vuelva a la escena política en for-ma de partidos de nueva creación. Del mismo modo, es evidente que la diso-lución de la policía política también ha

quedado en palabras, ya que de hecho sigue presente, reprime, tortura, vigi-la, hace escuchas telefónicas, corta el Internet y sus cabecillas, responsables de torturas y asesinatos, ocupan los más altos puestos del Ministerio del Interior sin que se les haya sometido a interrogatorio ni se les haya pedido que rindan cuentas” (declaración del PCOT, 6 de abril 2011).

En su programa, el PCOT propone, entre otros puntos: “Disolver, de he-cho y de forma transparente, la policía política y juzgar a los responsables de ordenar y ejecutar torturas, asesinatos y saqueos. Expropiar los bienes de los cabecillas de la era pasada, juzgarlos y requisar los caudales huidos. Bloquear el pago de la deuda exterior por perío-do de tres años e invertir en provecho del pueblo, especialmente en crear trabajo, apoyar el desarrollo de los sec-tores empobrecidos […] Bajar el precio

de los productos de consumo básico, los servicios de electricidad, gas, agua y retirar el impuesto de la factura de la televisión […] Indemnizar a las familias de los mártires y a todos los perjudicados por la represión y los sa-queos…” Denuncia, además, que las elecciones a Asamblea Constituyente, a realizarse el 24 de julio, pueden ser manipuladas para que no haya representación popular y, entonces, la propia Asamblea Constituyente, aun siendo una conquista de la revo-lución, estaría condicionada por este gobierno y sus compromisos con el imperialismo y el viejo régimen. Tam-bién se pronunció en solidaridad con la rebelión del pueblo libio y contra los bombardeos de la OTAN.

El del PCOT es un programa con correctas consignas democráticas y antiimperialistas que son sin duda sentidas por las masas. Pero, mientras afirma que “el poder no está en ma-nos del pueblo”, no propone la lucha por el poder para los trabajadores y el pueblo y sus organizaciones. Dice sólo que el Consejo Nacional en De-fensa de la Revolución, que aglutina a representantes de los Consejos de Defensa de la Revolución locales, debe ser un “instrumento de obser-vación y vigilancia de la presidencia provisional”, es decir, del débil go-bierno patronal proimperialista que hoy gobierna.

Los trabajadores y el pueblo de Túnez han construido en estos meses sus propios organismos de poder, los Consejos de Defensa de la Revolución y las regionales de la UGTT (que generalmente actúan unidos). Es imprescindible extender este poder, incorporar a todos los sectores ex-plotados, también a delegados de la base policial y militar, para quebrar la posibilidad de represión y preparar la lucha por el poder central.

El programa de la revolución tu-necina, expropiar al clan familiar del ex dictador, disolver la policía política, el RCD y todas las instituciones de la dictadura castigando a sus culpables, renacionalizar las empresas entregadas al imperialismo, suspender pagos de la deuda externa y garantizar trabajo para todos con un plan estatal, sólo puede garantizarlo un gobierno de los Consejos de Defensa de la Revolución y la UGTT controlada desde la base en sus regionales.

Túnez era parte del imperio colonial Francés, con Argelia, Marruecos y parte del Africa negra. Desde principios del siglo XX hubo rebeliones populares re-clamando la independencia. Después de la Segunda Guerra Mundial esta lucha cobra mucha fuerza, se funda la UGTT (Unión General de Trabajadores de Tunez) y el partido independentista Destour. Recién en 1956 Francia debe aceptar la indepen-dencia de Túnez, después de 75 años de colonización. El gobierno de Habib Bour-guiba, el jefe del partido independentista, nacionaliza parte de lo que había sido robado por los colonialistas.

Como ocurrió con otras revolucio-nes nacionalistas en Africa y Asia, la elite intelectual y pequeñoburguesa terminó corrompiéndose y volviendo al redil im-perialista. El país se endeuda y penetran las multinacionales europeas volviendo a adueñarse de los fosfatos y aumentando la desigualdad social.

También aumenta el descontento y la represión. En 1978 una llamada a la huelga general de la UGTT es ahogada en sangre con un saldo de 200 muertos.

En 1987, un “golpe de Estado sani-

tario” destituye a Burguiba. Ben Ali, que entonces era ministro del Interior, con-sigue que informes médicos lo declaren senil a Burguiba y así él se convierte en el segundo presidente de Túnez… hasta el 14 de enero del 2011.

Ben Alí vende 204 empresas del Estado y pone en práctica las reformas neoliberales que exigían el Banco Mundial y el FMI. Además, estrecha relaciones con el Estado sionista de Israel, incluso invitando al criminal de guerra Ariel Sha-ron en 2005, a pesar de que Israel había bombardeado Túnez un año antes de que tomara el poder, en 1986, cuando acogía la Organización de Liberación de Palestina, encabezada por Yaser Arafat.

En enero de 2008, en Redeyef, hubo un poderoso levantamiento con huelgas generales y gran apoyo popular durante ocho meses, y la ciudad fue sitiada por la policía. El balance fue de cuatro muertos, doscientos detenidos y condenas en juicios sumarísimos. El asunto era doble-mente importante porque en la región de Gafsa están las minas de fosfatos y Túnez es el segundo exportador mundial de fosfatos, después de Marruecos.

De la independencia a la semicolonización

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Revolución ARAbe

En los últimos días el régimen si-rio envió al ejército con tanques, cañones y otras armas pesadas

a reprimir las protestas populares que vienen creciendo desde mediados de marzo. Distintas fuentes hablan ya de más de 500 muertos desde el comienzo de las mismas.

Esta rebelión es parte del levanta-miento de los pueblos árabes contra las dictaduras que los someten. El pueblo sirio reclama libertades políticas, aumen-tos salariales, alivio a la pobreza y el fin de la corrupción.

La ciudad de Deraa está sometida desde el 30 de abril a un bloqueo militar, toque de queda total, el ejército dispara contra la gente que está en la calle, con corte de comunicaciones, teléfonos, internet y también la electricidad. En la ciudad actúan fuerzas especiales y se reportan enfrentamientos armados. El gobierno afirma que está “destruyendo

a los terroristas por pedido de la pobla-ción”. Deraa, ubicada en el sur del país, de 70.000 habitantes, fue la primera ciudad donde hubo movilizaciones masivas de protesta contra el régimen y los manifestantes quemaron la sede del partido Baaz gobernante.

Ante las primeras movilizaciones masivas en marzo hubo una feroz represión, con decenas de muertos, pero Bashar al Assad anunció algunas concesiones, un aumento de salarios y el 29 de marzo renuncian todos los ministros (aunque los reemplazó por otros del mismo grupo social y político gobernante, la minoría alauita y el par-tido Baaz). Al mismo tiempo intenta hacer creer que los hechos represivos y asesinatos no eran responsabilidad del gobierno sino de “terroristas” que querían culpar al gobierno.

Pero las manifestaciones siguen creciendo en número y extendiéndose

a nuevas ciudades. El 21 de abril Assad levanta el “estado de emergencia” que regía ¡desde 1963! Según este “estado de emergencia” no estaban permitidas reuniones de más de tres personas en lugares públicos y la policía tenía carta blanca para detener a cualquiera por tiempo indeterminado sin orden judicial. También liberó algunos presos políticos y disolvió la Corte Suprema de Seguri-dad del Estado, un odiado tribunal de sentencias inapelables que había conde-nado a miles de personas por supuesto atentado a la “seguridad” estatal.

Levantar el estado de emergencia y abolir la Corte Suprema de Seguridad fueron los principales reclamos demo-cráticos de las primeras manifestaciones. Lo que ha significado un primer triunfo de la movilización. Pero estas concesio-nes fueron acompañadas de una conti-nua y violenta represión que hace que cada manifestación termine con muchos

Manifestación en la ciudad de Deraa. Siria

Llamado de la Unidad Internacional de los Trabajadores

¡Abajo la dictadura de Bashar Al Assad! ¡Viva la rebelión popular siria!

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Revolución ARAbe

Las protestas en el Yemen comenzaron el pasado 27 de enero y continuaban en mayo. Hay más de 23 millones de habitantes y es el país más pobre de la Península Arábica. La represión ha cobrado 155 muertos.

Un plan para superar la crisis propuesto por las monarquías del Consejo de Coope-ración del Golfo (CCG), que agrupa a Arabia Saudita, Kuwait, Catar, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Omán, portavoz del imperialismo, parece estar en punto muerto. El proyecto pretendía la formación por la oposición de un gobierno de reconciliación y la dimisión de Saleh un mes más tarde, a cambio de su inmunidad, y luego una elec-ción presidencial 60 días después. Los partidos políticos de oposición lo suscribieron, pero ha fracasado. La cuestión de fondo es que la juventud y los sectores populares movilizados lo rechazan. Ante esa situación el dictador se negó a firmarlo.

En un comunicado, la Comisión Organizativa de la Revolución Juvenil Popular subrayó su aversión a “las iniciativas que promueven la prolongación del régimen dic-tatorial de Saleh y que lo alientan a perpetrar más masacres”. El grupo rechaza “todas las iniciativas que no incluyan la partida inmediata de Saleh y el juicio a los responsables del régimen”. Su dirigente Tawakul Kerman declaró a El País (España, 2/5): “Vamos a mantener nuestra contestación pacífica, pero si llega el momento en que la revolución encuentra una respuesta agresiva tendremos que tomar nuevas decisiones”. Y agregó: “Estamos muy contentos porque vamos a seguir con nuestra revolución.”

muertos y heridos. Esta situación pro-vocó un cambio en las consignas de los manifestantes que comenzaron a gritar “Abajo Assad”.

Como otros regímenes árabes, el régimen sirio tuvo un origen nacio-nalista que denominaron “socialismo árabe”, pero en los marcos capitalistas y dictatoriales.

En 1973 sufrió ataques militares del Estado de Israel, con el que tiene fron-teras, que ocupó las alturas del Golán, parte del territorio sirio.

En 1982 las fuerzas del régimen masacraron a 20.000 musulmanes que habían comenzado a exigir participación política por influencia de los Hermanos Musulmanes de Egipto y de la revolu-ción iraní de 1979. Sin embargo, Assad mantiene estrechas relaciones con el régimen teocrático de Irán con el que en la década del ´80 hizo una alianza contra Irak (en ese tiempo gobernado por Saddam Hussein).

Gobierna un partido único, el Baaz desde 1963, y la misma familia Assad desde 1970. El actual dictador Bashar Al Assad asumió el poder al morir su padre en 2000.

La relación de Siria con Estados Unidos y Europa fue históricamente tensa, por sus vínculos con Irán, la disputa con Israel y por los conflictos en Líbano, donde tienen acuerdos con Hezbollah.

Bashar Al Assad inició una apertura

económica con la Unión Europea, y privatizaciones de las empresas estata-les -bancos, energía eléctrica, cemento y farmacéutica- mediante las cuales los Assad se robaron gran parte de los bienes públicos y mejoraron las relaciones con el imperialismo, en especial con Francia. Sarkozy, el presidente francés, visitó Damasco en 2008 y 2009 y Assad visitó París en diciembre pasado estableciendo acuerdos económicos y políticos sobre Líbano. En 2005 Estados Unidos rompió relaciones con Siria. Recién las restableció en enero de este año.

Este giro hacia acuerdos económicos con el imperialismo y privatizaciones del régimen sirio tiene consecuencias sobre la economía popular. La desocupación se sitúa entre el 20 y el 25% (el 10% según datos oficiales), mientras el 50% de la riqueza del país es controlada por el 5 % de la población, especialmente los sectores sociales ligados a la familia go-bernante de la minoría alauita y también un sector burgués comercial sunnita de Damasco y Aleppo.

Como en el conjunto de la revolu-ción árabe, en Siria, la tarea de derribar a la dictadura es la más urgente para el pueblo movilizado. Pero esta gran tarea democrática se combina con la lucha por medidas económico-sociales. Para solucionar la miseria de las masas hay que luchar por expropiar a la familia Assad, volviendo a nacionalizar las empresas privatizadas, y romper los

tentáculos del imperialismo que ya penetraron económicamente en el país. Sólo un gobierno de las organizaciones obreras y populares, que surgen en la lucha contra la dictadura, puede hacer este cambio de fondo.

El presidente Chávez, que viene apoyando a Kadafi, está también dando su respaldo político al dictador Assad, al que llamó “humanista”. Lamentable-mente este apoyo de Chávez tiene un fuerte peso negativo, porque confunde a una parte de la izquierda internacional y contribuye a aislar a la rebelión del pueblo sirio, a privarla de la solidaridad internacional obrera y popular que necesita. Chávez avala el discurso de la dictadura siria porque dice que enfrenta “una conspiración extranjera” y un “ata-que terrorista”.

Como ya pasó en Libia, no puede descartarse que el imperialismo pueda intervenir, con la misma excusa que lo hace en Libia: “defender al pueblo”, ante la escalada de la crisis y ante el hecho de que Assad no encuentra una salida política. Y, especialmente, ante la posi-bilidad cierta de un proceso insurrec-cional armado. Desde ya es necesario alertar contra esta posibilidad, repudiar cualquier intervención imperialista que tendría el objetivo de impedir un triunfo popular e imponer un gobierno some-tido al imperio.

La movilización parece ganar fuerza cada semana. Algunas informaciones dan cuenta de que han surgido cente-nares de “tansiqyat” (palabra árabe que significa coordinadora) en los barrios populares, y se crean nuevas a diario, coordinadas entre sí por mensajes de texto y facebook. Desde las “tansiqyat” se estarían organizando las manifestacio-nes y la autodefensa ante la policía y los matones parapoliciales del régimen.

En lo inmediato es urgente de-nunciar los crímenes de la dictadura, exigiendo que retire el ejército de Deraa y de las demás ciudades en rebelión, que cese la represión, reclamando a los gobiernos romper relaciones con el régimen de Assad. Es necesaria una gran campaña mundial de apoyo al pueblo sirio en su lucha por derrocar a la dictadura de Assad.

Yemen y su revolución

UIT-CI (Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta

Internacional)4 de mayo de 2011

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Japón

Pasado un mes del terremoto y el tsunami, la agencia supervisora de seguridad nuclear (NISA)

elevó la calificación del accidente nu-clear desde 5 a 7. Esta es la máxima prevista para accidentes nucleares y solo había sido asignada al caso Chernobyl (aunque, dicen, éste “no es tan grave” como aquel).

Cuatro de los reactores de Fukushi-ma siguen emitiendo radiación. Si bien los niveles de radiación en la zona exte-rior de la central disminuyeron, dentro del recinto la contaminación es elevada y

grandes cantidades de agua contaminada se escapan al mar.

El desastre nuclear no hubiera ocu-rrido de no haber estado los reactores en Fukushima o de haber tenido otras medidas de seguridad que no tenían.

¿Eficiencia japonesa?

Japón es una de las grandes poten-cias mundiales. Siempre se ha difundido la imagen del Japón como un “modelo” de capitalismo altamente eficiente.

El pueblo japonés actuó con ejem-plar autodisciplina y solidaridad. Traba-jadores de electricidad, bomberos y de salud se jugaron la vida para salvar a los damnificados. También se presentaron como voluntarios trabajadores jubila-dos de la central nuclear para solucionar el desastre. Estos son sólo algunos ejemplos de la solidaridad popular.

Esto contrasta con la actitud de su

El desastre nuclear y la catástrofe capitalista

El terremoto de grado nueve que asoló Japón y el posterior tsunami del 11 de marzo, fenómenos naturales, desencadenaron otra catástrofe muy poco “natural”: el desastre nuclear. Al escribir estas líneas, la empresa Tokio Electric Power (TEPCO), a cargo de las centrales, ha dicho que recién a fin de año estará bajo control la crisis nuclear. Cada día que pasa queda más en evidencia la

enorme irresponsabilidad de la multinacional TEPCO y la falta de condiciones de seguridad que ocasionaron el accidente nuclear.

Las ganancias capitalistas provocan estas catástrofes

Miguel Lamas

31

Japón

gobierno y sus capitalistas. Fukushima contiene seis reactores operados por la empresa privada TEPCO y construidos entre 1970 y 1979 por las empresas General Electric, Hitachi y Toshiba. La empresa TEPCO alteró datos de su funcionamiento y seguridad ya en 2002. En el 2007 TEPCO no informó al gobierno de los daños producidos por un terremoto que produjo un incendio y una fuga menor en la planta de ener-gía nuclear más grande del mundo, en Kashiwazaki.

Quienes denunciaron prácticas fraudulentas de los dueños de Fukushi-ma, fueron los trabajadores del reactor. Así se supo que fue trucado el diseño del reactor nuclear y éste sirvió como boceto para el armado de los otros cin-co reactores que fueron devastados por el reciente movimiento sísmico.

Yuli Andreyev, un experto ruso que fue vicedirector del organismo de

la ex URSS de lucha contra acciden-tes nucleares (como tal denunció la ocultación de información y mentiras sobre Chernobyl), manifestó sobre los hechos de Japón: “Quienes diseñan centrales nucleares están pendientes de dos cosas: seguridad y costo. El problema es que la seguridad cuesta dinero. Si gastas demasiado en ella la central nuclear no es competitiva […] Se prestan a ceder en seguridad pura y simplemente por dinero. La localiza-ción de las centrales de Japón, junto al mar, es la más barata […] ¿Cómo puede diseñarse una central nuclear en una zona de alto riesgo sísmico, al lado del Océano, con los generadores de emergencia en superficie? Llegó la ola y todo quedó fuera de servicio. No es un error, es un delito”.

Tanto los organismos japoneses de control, como la propia OEIA (Organismo Internacional de Energía Atómica, dependiente de la ONU) es-tán penetrados por los intereses de las grandes multinacionales que controlan el negocio. Es decir, no hay un control independiente y menos de los sectores populares. Lo referente a la cuestión nuclear es tomado como “secreto de estado” e incluso ahora, en Japón, no se da al público toda la información sobre lo que está sucediendo.

El capitalismo está produciendo un desastre mundial

El sistema capitalista, basado en la ganancia individual y de la clase privilegiada, está causando una catás-trofe mundial humana y ambiental. El desastre nuclear en Japón vuelve a confirmarlo. La excesiva cantidad de centrales nucleares en el Japón es para alimentar las plantas de Mitsubishi, To-yota, Honda, Yamaha, Sony, Panasonic, Canon o Hitachi, entre otras.

Para aumentar sus ganancias, las multinacionales no tienen ningún es-crúpulo en arriesgar la vida y el futuro de millones de seres humanos, privando de comida y esterilizando la tierra en regiones enteras del mundo.

Mientras esto sucede, un puñado de 1.200 multimillonarios acumula 4.5 billones (millones de millones) de dó-lares, según la revista Forbes. ¡Lo que ahorraron en inversión de seguridad en las centrales japonesas, seguramente fue a los bolsillos de algunos de esos multimillonarios!

La energía nuclear se ha utiliza-do, en primer lugar, para fabricar las bombas atómicas. Dos de ellas fueron arrojadas por Estados Unidos sobre Japón, en 1945, por única vez en la his-toria, sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, matando a más de 250.000 personas. Se justificó con la necesi-dad militar de derrotar a Japón en la Guerra Mundial. Pero Japón ya estaba vencido. El objetivo de este crimen de guerra fue una exhibición de fuerza para garantizar la hegemonía política y militar yanqui.

Desde entonces, como demostra-ción de fuerza bélica, distintos países fabricaron y arrojaron 2.000 bombas atómicas en desiertos o mares, zonas despobladas. Más de la mitad las detonó Estados Unidos.

La energía nuclear se está utilizando desde hace medio siglo también para fines pacíficos, fundamentalmente para producir electricidad. Algunos dicen que la energía atómica es la solución al abastecimiento energético por no causar calentamiento global como los combustibles fósiles (carbón o hidro-carburos) y ser “menos contaminante”. Claro, si no hay “accidentes”…

Según la World Nuclear Associa-tion hay 430 reactores nucleares, se están construyendo unos 60 nuevos y se planean otros 150 en los próximos diez años.

Japón tiene 55 reactores nuclea-res y produce con ellos el 35% de su electricidad.

Francia, segundo después de EE.UU, en producción de energía nuclear con 58 reactores, obtiene el 75% de su energía de esa fuente y además exporta electricidad de origen termonuclear, a otros países europeos. China ya tiene 10 y 30 en construcción. India planea construir 20 durante esta década…

En América Latina funcionan 7 de los más de 430 reactores nucleares que hay en el mundo. Argentina tiene 3, Brasil y México 2 centrales cada uno.

Hubo dos desastres históricos, con escape masivo de radioactividad: el de Three Mile Island, en Estados Unidos en 1979, y el de Chernobyl, en 1986.

Los trabajadores ferroviarios del sindicato de Doro Chiva han estado impulsando la solidaridad popular con los damnificados, al tiempo que denun-ciaron al gobierno y a las grandes em-presas. “Los planes neoliberales se lle-varon a cabo sacrificando comunidades locales y las vidas de los trabajadores […] Las plantas fueron construidas en el “epicentro de los terremotos” por el gobierno y las empresas de energía eléctrica, quienes insistían en que las mismas eran seguras y ofrecían energía limpia. Esto probó ser una vil mentira. Para los capitalistas, la energía nuclear es un instrumento para lograr gran-des ganancias. ¡Luchemos para vivir! ¡Exigimos inmediatamente viviendas, alimentos y tratamiento médico total para las personas afectadas! ¡Cierre in-mediato de todas las plantas de energía nuclear! ¡Basta de despidos a causa del terremoto! ¡Acabemos definitivamente con el neoliberalismo! ¡Fuera Kan del gobierno! ¡Que la Central Obrera se ponga a la cabeza!”

Ferroviarios japoneses denuncian

La energía nuclear

32

Japón

Algunas corrientes ecologistas o indigenistas sostienen la idea de que la única forma de impedir la catástrofe ambiental es volver a épocas preindus-triales, a métodos antiguos de produc-ción agraria y despoblar las ciudades.

No coincidimos con estas propues-tas que creemos provocarían mayores males humanos a los que se busca evi-tar. Para detener este desastre no hay que renunciar a los avances científicos y tecnológicos. Lo que hay que hacer es terminar con este sistema capitalista e implantar un sistema socialista, donde la producción y los enormes avances científicos de la humanidad estén al servicio de las mayorías, y controlados democráticamente por los trabajadores, donde se cuide la tierra en la que todos vivimos.

La movilización contra las centrales nucleares

En relación a las centrales nu-cleares de generación eléctrica, en Alemania, 210.000 manifestantes han ganado las calles de Colonia, Berlín, Munich y Hamburgo en marzo para protestar contra la política nuclear del gobierno de Ángela Merkel y por el cierre de las actuales centrales. Tam-bién hubo importantes movilizaciones en España y otros países.

Estos movimientos están total-mente justificados y le damos nues-tro apoyo. No porque la humanidad tenga que renunciar para siempre a la energía nuclear con fines pacíficos. Pero ésta sólo debería utilizarse en condiciones de máxima seguridad, con transparencia y control democrático popular. La utilización de esta energía nuclear no se puede dejar en manos de las multinacionales y los gobiernos que les sirven, en secreto y sin control científico independiente. Porque las multinacionales siempre priorizan sus ganancias por sobre la vida humana. Esto constituye un riesgo permanente que, con toda razón, los pueblos no quieren correr.

Al mismo tiempo creemos que no puede confiarse en el imperialismo y sus instrumentos, como la Organismo Internacional de Energía Atómica, para este control y menos aceptar su autoridad para hostilizar a países como Irán para quitarles su derecho a desarrollar su industria nuclear.

Son los propios pueblos, con sus científicos independientes, en todos los países en que existen las centrales -como por ejemplo Argentina, México o Brasil- o en los que hay planes para instalarlas -como en Chile o Irán-, los que tienen que imponer la apertura de un urgente debate público democráti-co sobre sus riesgos y la conveniencia, o no, de tener centrales nucleares.

El dirigente obrero venezolano Orlando Chirino, dirigente de la USI (Unidad Socialista de Izquierda) y de la UIT-CI, expresó “un homenaje a aque-llos trabajadores, técnicos y empleados japoneses de las plantas nucleares que pusieron en riesgo sus propias vidas para operar los controles, liberar vapor radioactivo e impedir que se pusiera en riesgo la vida de millones de japoneses. Esos trabajadores merecen el reconoci-

miento del pueblo japonés y del mundo entero. Con estas actitudes valientes queda claro que el futuro de la huma-nidad sólo estará seguro en manos de la clase trabajadora, que somos los que producimos las riquezas y también los que nos jugamos la vida para impedir que los fenómenos naturales, los accidentes industriales o los rapaces gobiernos capitalistas-imperialistas pongan en riesgo la existencia humana”.

El accidente nuclear más grave de la historia fue el de Chernobyl, en Ucrania. La explosión acaecida el 26 de abril de 1986 se dice que causó 100.000 muertos (aunque nunca hubo cifras comprobadas y la OMS habla de 4.000), dejó escapar 50 toneladas de isótopos de uranio, plutonio, cesio, estroncio, yodo y americio, algunos con una vida media de decenas de miles de años. La cantidad de radioactividad liberada fue equivalente a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima. La su-perficie contaminada es actualmente de unos 150.000 kilómetros cuadrados, la mitad de Italia, y continuará en ese estado durante mucho tiempo. Sigue vigente un área de exclusión de un radio de 30 kilómetros alrededor de Chernobyl. Esa “zona muerta” incluye la ciudad de Prípiats, que tuvo 50.000 habitantes, hoy completamente abandonada.

Chernobyl

Orlando Chirino: “El futuro humano sólo estará seguro en manos

de los trabajadores”

HONDA

TOYOTA

Las centrales nucleares son para alimentar a estas multinacionales

33

Bolivia

El 26 de diciembre, sorpresiva-mente, el gobierno decretó el aumento de la gasolina a casi

un dólar (en un país adonde el salario mínimo, que ganan muchos trabajado-res, era de menos de 100 dólares). La inmensa movilización popular contra el gasolinazo fue espontánea, arrancada desde las bases, con vanguardia en El Alto. En un Cabildo Abierto convoca-do en esa combativa ciudad pegada a La Paz, dirigentes como Carlos Rojas (La Protesta) y Fanny Nina (presidente electa de Fejuve El Alto) convocaron a preparar el “paro cívico” y bloqueo de la autopista a La Paz. El pueblo prendió fuego a las casillas de peaje y la consigna que comenzó a prender en la calle fue “o anulan el gasolinazo o se van”. El 31 de diciembre, 3 horas antes del brindis, Evo anunció la derogación del gasolinazo.

El gasolinazo mostró que la “na-cionalización” es una farsa, que las multinacionales siguen manejando los hidrocarburos de Bolivia.

La huelga general

El gobierno de Evo había decretado un aumento del 10% sólo para maestros y trabajadores de la Salud del Estado, policías y militares. Nada para el sector privado, ni para jubilados, ni para em-pleados de municipios o gobernaciones. El aumento del costo de vida según el gobierno es del 7,6%. Pero todos saben que miente. Mediciones independientes marcan el 18,5% de aumento de precios de alimentos (CEDLA).

Durante 10 días de huelga general y bloqueos -desde el 8 al 17 de abril- más de 100.000 trabajadores, mineros, maestros, trabajadores de la Caja de Salud, fabriles y universitarios parti-ciparon diariamente en las acciones callejeras y bloqueos de calles y rutas. El viernes 15 se produjo un fuerte enfrentamiento entre 4.000 maestros rurales, que bloqueaban la ruta a La Paz, y centenares de policías que los

reprimieron salvajemente en medio del campo del altiplano.

El movimiento se fue fortaleciendo y ganando apoyo popular. Esta fuerza obligó al gobierno a negociar, cuando originalmente se había negado.

El 18 de abril la COB firmó con el gobierno un acuerdo por el 11% de au-mento salarial (sólo 1% adicional a lo que ya habían dado) y otro 1% “si se obtienen los fondos”. No se consiguió siquiera el 15% pedido por la COB, que ya era menor a la inflación de los alimentos. El día anterior el ministro de economía Arce Catacora (quien fuera funcionario del go-bierno neoliberal de Sánchez de Losada) se reunía con el FMI en Estados Unidos y anunciaba públicamente que no habría aumento salarial superior al 10%.

La COB no aprovechó el apoyo popular a la huelga convocando a orga-nizaciones sociales como la FEJUVE de El Alto o el COMCIPO de Potosí o la CONAMAQ tomando sus demandas.

Movilizaciones

Un día antes del último fin de

año, una enorme movilización

popular rechazó en las calles el

aumento del 85% en el precio

de la gasolina. Más de 3 meses

después estalló una huelga

general, con marchas y cortes

de ruta, durante 10 días, de

mineros, maestros y trabajadores

de la Caja Nacional de Salud.

Convocada por la Central Obrera

Boliviana, reclamó un aumento

salarial mayor a la inflación.

Recientes encuestas marcan que

el gobierno de Evo tiene sólo el

32% de aprobación popular.

Las huelgas lo tienen mal a Evo Morales

y huelgas en BoliviaLa Protesta • [email protected]

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Bolivia

Tampoco respondió a la provocación del gobierno que dijo que tenían que decir de dónde sacaban el dinero para los aumentos. ¡Esto ya lo contestó el pueblo en 2003!: expropiar sin pago a transnacionales, nacionalizar 100% los recursos naturales e industrializarlos en el país. ¡Esa es la respuesta!

Crece el descontento popular

Pese al acuerdo firmado, al terminar la huelga el gobierno arremete contra los trabajadores. Moviliza a sectores coca-leros y campesinos (sólo lo lograron en

Cochabamba) con consignas contra los sindicatos obreros, con una descabellada denuncia de un “complot” entre los sindicatos, “los trotskistas” (dirigentes de maestros del POR) y la derecha. Evo dijo que “los sindicatos son un invento de los colonizadores”. Además ordenó el descuento de los días de huelga.

El descontento es creciente y Bolivia está llena de reclamos insatisfechos, la pobreza sigue siendo del 60% y la extre-ma pobreza del 30%, la desocupación y el trabajo informal siguen siendo masi-vos y los alimentos tienden a aumentar de precio. Lo que está trabando una

Presidente electa en junio de 2010 por 2.200 delegados de 600 juntas vecinales al Congreso de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto. El MAS la desplazó de las oficinas de la Fejuve mediante un copamiento burocrático policial. Pero en diciembre del año pasado, Fanny Nina estuvo, junto a su pueblo, convocando a la movilización contra el gasolinazo.

En una reciente entrevista realizada por La Protesta, dice:

“En la ciudad de El Alto la pobla-ción está muy decepcionada con la actuación del gobierno. No se han cumplido con los compromisos de alguien que decía tener una política en beneficio de los más pobres. Esa espe-ranza estaba sembrada a nivel nacional, como no en El Alto, cuando en El Alto tenemos el mayor índice de pobreza y de desempleo.

“Se ha visto alejarse la esperanza como agua en las manos, de tener una verdadera generación de empleo, un amplio desarrollo humano.

“Esto empeoró con el tema del gasolinazo. Hemos dicho que el pueblo salió con lágrimas en los ojos a luchar por la abrogación de ese decreto. Cuando expresamos que hay familias que no toman un plato de sopa, toman una taza de té con un poco de tostado, o una taza de café con un pancito. Ese es el almuerzo de muchas familias”.

El gobierno decía que no se podía aumentar el salario al valor de la ca-nasta familiar y que la inflación era de “sólo” el 7%. Ante eso la dirección de la COB cede y termina proponiendo un aumento mínimo. Entonces, la reacción de los trabajadores ha sobrepasado a la dirección de la COB porque era total-mente traidora.

Para nosotros debería ser una lucha conjunta de sectores populares junto a los trabajadores por el aumento salarial. En Bolivia el 70% de la población es infor-mal y el 30% tiene su fuente laboral. Pero sin embargo vimos que si al trabajador se le da un determinado monto, éste invier-te en comprar en la masa de la población informal, y esta plata va a todo el pueblo. Lo que no sucede cuando el gobierno le da más plata a las petroleras o grandes empresas. Entonces nosotros teníamos que unirnos a los trabajadores.

Sin embargo, direcciones traidoras

lucha generalizada es la dramática falta de dirección. La Protesta, organización en la que militan los compañeros de la UIT-CI, está convocando a formar una alianza de sindicatos y organizaciones obreras populares, campesinas e indí-genas, para lograr la movilización unida hasta derrotar el plan económico antipo-pular del gobierno e imponer medidas de fondo como las reclamadas por el pueblo en octubre de 2003, la Agenda de Octubre, en primer lugar, la nacio-nalización 100% sin indemnización de las transnacionales de hidrocarburos y minería.

Fanny Nina

Carlos Rojas

Miembro de La Protesta y ex dirigente Fejuve El Alto

“Los maestros fueron brutalmente golpeados y ahora los criminalizan”

como la CSUTCB o, en El Alto, que tenemos una FEJUVE que fue tomada de facto por el MAS, apoyan al gobierno. Esas direcciones no han querido apoyar la aspiración de los trabajadores. Pero el pueblo ya estaba organizando una lucha directa frente al gobierno.

El gobierno dice que tenemos mucha plata, que hay superávit. Pero, cuando se le tiene que dar un pan más para que sub-sista el trabajador, han comenzado a de-cir: “¿de donde vamos a sacar la plata?”. Dicen que están “abrazando el socialis-mo” o que son de izquierda, cuando bien vemos que el gobierno abraza un modelo neoliberal, proimperialista, capitalista. No hay plata para los trabajadores, pero sí hay plata para las transnacionales y para comprar armamento.

Ahora, en respuesta a la huelga de trabajadores, está queriendo criminalizar la protesta. Va a haber un descuento por la huelga, quitándole el pan a quienes pedían más pan. Y pretende perseguir a los maestros rurales por el enfren-tamiento con la policía, cuando fue un pillaje policial, una represión brutal. Los maestros rurales fueron brutalmente golpeados y han sufrido robos por parte de la policía. Y después de todo esto, el ministro de gobierno Sacha Lorente (ministro de Gobierno) ha felicitado a la policía. ¿Y quien dio las órdenes para actuar así? Posiblemente el propio Evo Morales dio las órdenes de actuar así, con represión brutal.

35

Cuba

Un aspecto novedoso del Con-greso fue la realización de un multitudinario desfile, en

homenaje al gran triunfo que significó el aplastamiento de la invasión yanqui en Playa Girón hace 50 años. Estuvo antecedido por un desfile militar, en el estilo clásico de la antigua burocracia

Chávez repiten que hubo “debate democrático”.

Es cierto que se hicieron miles de reuniones. Pero la gente era obligada a asistir, para recibir “explicaciones” y “esclarecimientos” sobre el “Proyecto de lineamientos de la política económi-ca y social”. Todo en medio de repetir sistemáticamente las mentiras sobre la “irreversibilidad del socialismo”, y sin que existieran canales de expresión para ningún debate. Los comentarios, las inquietudes y el descontento circulaban en la calle, en las casas y en susurros.

No hubo un auténtico debate por-que el más de un millón de despidos y la mayor parte de los 291 puntos ya estaban aprobados en la Asamblea Nacional, y en marcha, como la lega-lización de las 178 actividades para individuos privados. Porque nunca se informó ni se discutió sobre el hecho de que los principales rubros de la economía están hace rato en manos de empresas mixtas con las multinaciona-les extranjeras (como níquel, turismo, hidrocarburos, telecomunicaciones, en-tre otros). Porque los “lineamientos…”

El VI Congreso del PC ratificó la restauración capitalista

Cub

a

Finalmente, en abril se realizó el VIº Congreso del Partido Comunista, gobernante en Cuba. Se lo venía postergando desde hace nueve años. Su resultado fue el previsto: ratificó plenamente las medidas de restauración capitalista que se vienen implementando desde hace tiempo. Por supuesto, repitiendo una y mil veces que así se “actualiza el socialismo”.

del Partido Comunista de la URSS. Hace años que el gobierno no hacía una movi-lización masiva. El 1º de enero de 2009 se recordaron los 50 años de la revolu-ción en un pequeño acto en Santiago de Cuba, con entrada especial para un par de miles de jerarcas y funcionarios, y trasmitido por televisión. Quizá ahora la burocracia gobernante quiso mostrar un “baño de masas” para despejar com-paraciones con el aislamiento y derrota de las dictaduras de Egipto y Túnez. Al igual que el 1º de enero de 2009, no par-ticiparon invitados de ningún gobierno o partido comunista extranjeros.

No hubo ningún debate democrático

Según la conducción del gobierno y el PC cubanos, el Congreso fue pre-cedido por meses de supuesto debate democrático, “millones” participaron y Raúl repitió hasta el cansancio que “es el pueblo el que decide”. En el cierre del Congreso dijo “todo se incorporó”, anunciando que el texto será “reelabo-rado”. Los seguidores del presidente

Mercedes Petit • [email protected]

36

Cuba

están llenos de falsedades y omisiones. Un ejemplo: desde la introducción se hace una lista de países con “relaciones comerciales y financieras”, donde se omite mencionar a España y Canadá, de lejos los principales socios, o a EE.UU., con relaciones económicas

muy superiores a las que tienen con Angola o Argelia… Por supuesto que no se debatió ni se dio información fidedigna sobre la verdadera situación del pueblo libio, que lucha armas en mano contra la dictadura de Kadafi, apoyada por Fidel.

Con mentiras y silencios no hay debate democrático.

Pero la prueba más contundente la dio Raúl Castro. Él mismo, y casi todos los medios cubanos y extranjeros, señala que la decisión más novedosa e importante del VI Congreso fue que se limitará a dos períodos de cinco años la permanencia en cargos de dirección. Esta medida nunca se debatió en el precongreso, no estaba en el temario (centrado en “economía”), y se presentó para su aprobación con la “unanimidad” heredada del monolitismo de la burocra-cia de la antigua URSS. La conducción del PC la sacó a último momento de la manga en un intento por lavarse la cara, ante la preocupación del régimen por la rebelión de las masas árabes contra sus dictaduras de 30 o 40 años.

En Cuba la “información” está totalmente restringida y deformada en función de las campañas del gobierno, difundidas por los monopólicos medios de comunicación oficiales. Y no hay derecho a reclamar, protestar o disentir. Quien pretenda hacerlo será tildado de inmediato de “contrarrevolucionario”, “mercenario”, etcétera., y perseguido.

No se actualiza ningún “socialismo” y sigue el capitalismo ya vigente

Con previsible unanimidad, el VI Congreso avaló el millón de despidos (pero graduales…), la liquidación de la libreta de alimentos (ver recuadro), y el capitalismo de empresas mixtas que funciona hace años. Esa es la verdadera síntesis de lo ocurrido.

Fidel Castro, en su reflexión, insistió con la consigna oficial “Cambiar todo lo que sea necesario”. ¿Qué cambios impulsa la burocracia gobernante del PC Cubano y fueron ratificados por el Congreso? Desde hace dos décadas los cambios significan la apertura a la res-tauración del capitalismo*. Desde 1991, cuando se realizó el Cuarto Congreso, y desde 1992, con la nueva Constitución, se fueron abandonando los pilares del “modelo socialista” que había surgido de la revolución y que llevó al pueblo cubano, aún cuando existieran grandes limitaciones y sin libertad, a conquis-tas incomparables en el terreno de la salud, la educación y los deportes. Se fue abandonando el monopolio del comercio exterior, se comenzó la descentralización de la planificación

Entre las medidas de ajuste capitalista, el VI Congreso ratificó que será liquidada la Libreta de Alimentos, una vieja conquista del pueblo cubano que, aunque reducida a su mínima expresión (solo cubre 10 o 12 días de las necesidades del mes), ayudaba a más de la mitad de la población a sobre-vivir con la miseria del salario de entre 10 a 20 dólares.

La Libreta, llamada Control de ventas para Productos Alimenticios, viene siendo liquidada de hecho por la burocracia del PCC, al ir quitando productos y reducien-do las raciones que se ponen en venta. No se trata de una “gratuidad”, sino de venta

propio Raúl Castro tuvo que reconocer que fue uno de los “lineamientos” más debatidos y cuestionados.

Ricardo Alarcón, miembro del Buró del PCC, defendió la liquidación de la Li-breta, señalando que había “que cambiar el sistema que era demasiado igualitarista” y que “los precios que pagan los cubanos no tiene nada que ver con el mercado mundial” (reportaje en Telesur). Lo que no dijo Alarcón es que tampoco los salarios del pueblo tienen nada que ver con el “mercado mundial”. Ni en China se pagan 10 a 20 dólares de salario, ya que la dictadura del PC chino impone

Liquidan Libreta de Alimentos

subsidiada. Mensualmente se compran (cuando hay…) cantidades que no pueden alimentar a una familia ni a una persona en 30 ni en 15 días. Se entregan, por ejemplo, 10 huevos, 250 gramos de pollo (sí, ¡leyó bien!), 2. 700 gramos de arroz, 400 gramos de pasta, 1.300 de azúcar, 115 gramos de café, 0,33 litro de aceite de cocina, 557 gramos de frijoles (hasta el 2009 eran 800 gr). Los productos de aseo (jabón, pasta dental) ya fueron retirados de la Libreta.

Además de que es muy poco lo que cubría aún la Libreta, todo lo demás hay que pagarlo por fuera, como carnes, frutas, verdura, ropa, transporte o electricidad. Tan grave es la situación social del pueblo cubano que, pese a lo pobre de la Libreta, es una ayuda para sobrevivir. Por eso, el

salarios de miseria, pero de 70 dólares.

También es falso que exista un “sistema igualitarista”. Desde siempre la burocracia gober-nante del PCC tiene sueldos altos y privilegios (viviendas suntuosas, autos gratis, viajes, tiendas y bodegas especiales) y lo mismo los nuevos ricos cubanos. Nunca se ha visto, por ejemplo, a ningún jerarca del PCC concurrir a las bodegas

con su Libreta, a recoger los 250 gramos de pollo o los 10 huevos mensuales.

Por eso apoyamos los reclamos del pueblo cubano para que no se liquide la Libreta de Alimentos y que no se aumenten los precios de los productos de primera necesidad. Por el contrario, que se fortalezca la Libreta, mientras subsista esta situación social, con más productos y mayores cantidades. Junto con ello los trabajadores y el pueblo cubano tienen planteada la lucha por un salario mínimo de 250 o 300 dólares, por el fin del sistema de dos monedas (el peso cubano y el CUC), acabar con las bodegas, tiendas y mercados para ricos y otros para pobres, y acabar con los altos sueldos que recibe la burocra-cia gobernante.

Lo que cubre es poco, pero significa mucho ante los sueldos de miseria

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Cuba

El salario en Cuba es aproximada-mente de 15 dólares por mes. Muchos de quienes pretendieron responder al despido con el cuentapropismo ya están comprobando que ni eso logran, luego de pagar los impuestos y demás costos para su emprendimiento. De esto no se habló en el Congreso.

Los datos sobre salarios (Le Monde Diplomátique nº 142) muestran que en Cuba ya se han instalado la desigualdad y la miseria capitalistas.

• Entre 1989 y 2009, el valor real del salario cayó de 188 a 48 pesos (aunque el salario medio pasó de 188 a 247 pesos).

• Si en 1987 la brecha salarial era de 1 a 4 (acomodados siempre hubo), para 1997 es de 1 a 25.

económica y se restableció el derecho a la inversión de las multinacionales extranjeras (expulsadas desde 1960-61), a través de las empresas mixtas, todos funcionamientos básicos del capitalis-mo. Desde entonces, con idas y venidas, con el apoyo directo del imperialismo europeo, fundamentalmente de Espa-ña, y de Canadá, se viene restaurando el capitalismo en Cuba. Esos son los hechos, históricos e irrefutables, que esconden los hermanos Castro con sus falsedades y mentiras.

Es capitalismo que se recargue de impuestos a miles y miles de cubanos pobres que intentan transformarse en cuentapropistas porque son despedidos. Nada se informa ni se discute sobre los impuestos que pagan las multinaciona-les, ni cuánto suman las jugosas ganan-cias que envían a sus casas matrices.

Entre silencios y mentiras, el Con-greso del PC aprobó nuevos ajustes al castigado pueblo cubano, que seguirán profundizando la desigualdad social y los privilegios de una minoría de nuevos ricos, funcionarios y oficiales del Ejér-cito, beneficiada por la restauración ca-pitalista. Por eso se aprobaron medidas como los recortes a la salud y educación gratuitas y continuar la eliminación de la libreta de alimentos. Por eso no se discutió la miseria salarial reinante (ver recuadro).

La dictadura china envió un mensaje de felicitación el domingo 17 de abril, donde dice que “se deleita con los

avances que el PC cubano ha logrado desde la anterior edición del Congreso”. Las similitudes entre los “modelos” de superexplotación capitalista reinantes en ambos países son innegables. Y los burócratas chinos se suman también en su mensaje a la mentira de que sigue el “desarrollo de la causa socialista cubana”.

El conocido economista oficial Omar Everleny Pérez Villanueva, resumió con sinceridad la situación y los “cambios” de Fidel y Raúl en Le Monde Diplomátique: “Si, hay gente que va a perder con las reformas. Si, hay gente que va a estar desocupada. Sí, las desigualdades van a aumentar. […] Esas desigualdades ya existen, lo que hoy tenemos es una falsa igualdad. Lo que hay que determinar ahora es quién merece realmente estar más arriba” (Nº 142, abril 2011).

Está planteada la lucha por un verdadero socialismo

Según Raúl Castro, lo más importan-te es “cambiar la mentalidad”. Según él, la mayor traba es que el pueblo cubano seguiría atado a dogmas y consignas del pasado. No es así, la mayor traba para que el pueblo cubano recupere y mejo-re el bienestar que alguna vez disfrutó gracias a los logros de la revolución, es el gobierno actual, la burocracia del PC y los nuevos ricos. El VI Congreso lo ha demostrado una vez más, con

su monolitismo propio de una vieja dictadura estalinista, al servicio de un modelo capitalista. Por eso se reiteran las comparaciones con el PC Chino.

Como socialistas revolucionarios, que siempre hemos estado en la primera fila en defensa de la revolución y sus conquistas, contra el bloqueo yanqui y contra cualquier tipo de agresión a Cuba, hacemos un llamado a la solidaridad con los trabajadores, la juventud y todo el pueblo cubano. A la difícil situación que viven, de falta de libertades, represión y creciente desigualdad y penurias provo-cadas por la restauración capitalista, se suma la profundización del ajuste ini-ciado el año pasado, avalado ahora por el VIº Congreso. Aquellos tendrán que movilizarse por aumento de salarios, empleo digno, en defensa de la salud, la educación y todo aquello que queda aún de las conquistas de la revolución. Defendemos su derecho a organizarse, tener libertad para formar sindicatos y partidos políticos, centros estudiantiles, hacer huelgas y manifestarse.

Demoliendo las mentiras de los her-manos Castro, el PC y otros gobiernos capitalistas como el de Chávez, que los avalan, está planteado la lucha por un verdadero socialismo, con democracia para los trabajadores, la juventud y el pueblo cubanos.

* Véase “Ajuste a la cubana”, en Correspondencia Interna-cional Nº 29, ag.-dic. 2010 en www.uit-ci.org

Miseria salarial en números

Miles de nuevos cuentrapropistas pagan altos impuestos y no tienen créditos baratos ni precios mayoristas accesibles

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Cuba

Por eso la mejor manera de comen-zar a entendernos sería comentando que al yate Granma1 , con el pasar de los años, le han ido sustituyendo las piezas para conservarlo. Después de medio siglo no queda ya pieza alguna del ori-ginal, solo el nombre, más todo aquel que lo visita, cree que es el mismo.

Reemplazos estos que en la vida práctica cumplen con cierta lógica, sin embargo, cuando hablamos de conceptos -esas palabras que encierran un contenido conocido-, si se man-tienen las palabras, pero se cambia el contenido, entonces, las cosas, aunque se las nombre igual, no lo son. Como tampoco es el mismo yate aunque se le apode Granma.

Ya no hay “Revolución de los humildes”

Solo porque se la nombra igual, muchos creen que ésta sigue siendo la Revolución de los humildes, de los pro-letarios. Sin embargo, cuando conocen que todos los sindicatos se aniquilaron -solo uno se permitió, y controlado por el Gobierno, por lo cual los trabajado-res quedaron sin voz-, entienden que la Revolución dejó de ser para ellos, porque no fue con ellos.

Así también se comprenderá cómo es posible que el propio sindicato (CTC)2 que debería defender a los obre-ros, es quien encabeza el millón y medio de despidos que se necesitan -según el Gobierno, para hacer sostenible al propio Gobierno-. Y se entiende peor, si además se sabe que el ministro del Trabajo3 es el Presidente de la CTC. No hay una posibilidad siquiera de balancear la situación, de proponer otra salida. De al menos saber detalla-damente por qué la necesidad de los despidos -porque hay personas a las

que no nos basta con que digan “Es necesario”-, sin otra explicación.

En este punto es evidente que el concepto Revolución, ese que acarrea-ba entre paréntesis “de los humildes”, ya no tiene el mismo contenido. Por lo mismo, en la calle, Revolución se ha vuelto un concepto ajeno; y a su vez, cuando hablamos de Dictadura, no se puede maquillar con “del Proletariado”, que no existe dentro del Gobierno.

A pesar de lo que dijimos, participa-mos de las esperanzas que el Gobierno de Raúl dio a este país, gracias a la racionalidad de sus primeras medidas económicas. Por ejemplo, un litro de leche, dejó de viajar en un camión refri-

gerado 35 kilómetros de ida al lugar de acopio y otros tantos de vuelta, para ser vendido en el pueblo de origen, pues se les permitió a los productores vender, a mejores precios4, la leche directamente a las tiendas.

Esto sugería que el fin último del Gobierno no sería más el control total de la Sociedad, y que la racionalidad económica tendría un peso mayor. Fue solo un amago de sentido común, pronto llegaron las medidas neolibe-rales y los despidos masivos; y en sus discursos el General volvió a acusar al pueblo de ser responsable por los problemas económicos, como antes hacia su hermano.

Cuba, simplementeCuando uno se enfrenta a la posibilidad de ser leído en varios países de Latinoamérica, tiene

entonces una responsabilidad muy grande. Pues tiene que ser fiel a la verdad que vive, la cual

chocará, demasiado habitual, con las ideas que tienen del país -de sus líderes, de sus gentes, de

nuestra vida-, aquellos amigos que están en otras latitudes.

El barco se exhibe en el Museo de la Revolución de La Habana. Pero “el Granma ya no es el Granma”

Tomás Villa, desde La Habana

39

Cuba

El VI Congreso, una “revolución de palacio”

Principal razón por la cual pocas personas se interesaron por las no-ticias del reciente VI Congreso del Partido Comunista (PCC). No podía ser más que una “revolución de pa-lacio”, que se limitaría a ratificar las medidas tomadas por el Gobierno antes y sin consultar ¿Acaso podía ser diferente? ¿Podrían haberlas revocado?

El sistema que no funciona y los participantes no sorprendieron. In-cluso el Comandante en Jefe escribía en su obligada Reflexión: “No me importa tanto lo que decían, como la forma en que lo decían”5 . No había nada nuevo que decir.

Es obvio que no se puede actua-lizar la política económica, que era el lema del Congreso, sin actualizar, en la misma medida, la “política po-lítica”; énfasis en la política interna. Lo cual llevaría a cambiar nombres, para poder cambiar métodos.

De todas formas se habla desde el oficialismo que éste es el Congreso de la continuidad. Palabras vacías. Si se miran las edades -en los nombres no hay cambios- se puede apreciar que solo 2 personas, de 13 que conforman el Buró Político, están por debajo de 60 años. Sumadas sus edades tienen casi un milenio (944 años) y no precisamente de sabiduría popular. El Primer Secretario del PCC, Raúl Castro, tiene 79 años y Machado Ventura, el Segundo, 80 años ¿Dónde están las nuevas ge-neraciones, esas que garantizarán la supervivencia de la Revolución?

Fue el Congreso del “continuis-mo”, de los ancianos aferrados al po-der. Y es risible que se dijera que el próximo Primer Secretario no debe tener más de dos mandatos. Pues lo dice quien probablemente no sobre-vivirá al siguiente quinquenio; que además ha tenido 5 mandatos como Segundo Secretario, siendo que el último mandato debió terminarse en 1998, y sencillamente pasaron 13 años más, después de vencidos los 5 años establecidos, sin que se efectuara el siguiente Congreso.

Cinco décadas de vivir en man-siones enormes y aisladas, con piscina, climatización, de viajar en Mercedes Benz acompañado por

un séquito de sirvientes, no ayudan al desarrollo del pensamiento revo-lucionario. Pensamos como vivimos, asegura Marx, entonces preguntemos ¿Son ellos modelos de líderes de la Revolución (de los humildes)?

La privatización capitalista no es solución

La Revolución era para que los humildes llegaran al poder, para terminar con la explotación de los obreros. Sin embargo según el Con-greso “Comunista”, la solución eco-nómica, política, o social, no pasa por la colectivización de la economía, de la política, sino por la privatización capitalista ¿Cómo puede ser eso So-cialismo o Revolución?

¿Son esas terapias de choque las que sacarán al país de la bancarrota? No lo creo. La causa, para que el ca-pitalismo parezca “La Solución”, no debe ser otra que la forma de vivir -de pensar- de “nuestros” líderes.

Claro y ahí están los logros de la Revolución, en materia de Salud, Educación, Cultura, que a muchas personas -ninguna de ellas vive aquí- les parecen suficientes, que no debemos aspirar a más. Digamos que eso está bien, y después ¿qué? Si no puedo pensar, preguntar, proponer, elegir. Puede que viva en una jaula dorada, que no es así, y si lo fuera, dorada, aún es jaula.

Prefiero vivir en la más pobre de las democracias, a vivir en el más rico de los imperios, dijo Sócrates ante la incitación a emigrar. Cuando los jóvenes de aquí emigran, se asegura que es por causas económicas. Mas no es por la pobreza que padecemos la causa primera del éxodo, sino lo que falta, que es la democracia -la de los obreros, no la de los burgueses-, que es lo que eterniza nuestra miseria.

Miseria necesaria al poder. Por eso a la “riqueza” la combatieron tanto, diciendo que ésta era sinónimo de capitalismo y peor, permitía la independencia ideológica. Cuando el Socialismo y la Revolución, ni auto-ritario, ni miserable pueden ser. ¿La culpa es del Imperialismo? Pero dón-de está ese Ministro de la Agricultura ajusticiado por agente de la CIA, por enemigo del pueblo, y que gracias a sus continuadas políticas agrarias, a los salarios de miseria, los campos de

Cuba fueron abandonados.Al Gobierno siempre le pareció

mejor endeudarse, gastar 500 millo-nes de dólares anuales en comprar comida a los yanquis -sí, leyeron bien- que producirla en el país. Eso haría “ricos” a nuestros campesinos. Y la gente que no vive en la miseria no defiende a la Revolución (de pa-lacio), a los Líderes eternos, tal cual aseguró Raúl Castro en el discurso de clausura del Congreso. Como si fuera una virtud que la miseria te condene a la obediencia.

Es posible otra Cuba mejor

La Revolución (de los humildes) fue traicionada hace mucho. Es un hecho. Y fue posible porque confun-dieron al pueblo para que traicionara con ellos, a la mejor de las causas, hablaban de la necesidad de la Revo-lución, y donde nosotros leíamos “de los humildes”, ellos pensaban “de pa-lacio”. Así tenemos líderes infalibles, y los demás, equivocados.

Esto explica por qué los trabaja-dores tienen que serles fiel a los líde-res, y no a la inversa. También explica por qué ser marxista es un delito en este “socialismo”, o por qué 50 años de ser guiados por un aclamado genio, da como resultado un edificio social a punto de colapsar.

Esta es la Cuba de hoy, simple-mente. Es mejor así. Pues demuestra que el autoritarismo –de Fidel, de Raúl– es reversible, porque es insos-tenible. Es mejor así, porque hace posible un mañana de Revolución verdadera. De los trabajadores y las trabajadoras. Colectiva. Sin clases im-previstas, sin líderes iluminados más importantes que nuestra causa. Otra Cuba mejor -sin retóricas- es posible. Por ese futuro luchamos.

1. Yate Granma, usado en 1956 por los expedicionarios del Movimiento 26 de Julio, encabezados por Fidel Castro, para iniciar la lucha en las montañas del oriente del país (Sierra Maestra). Hoy se exhibe en el Museo de la Revolución.

2. CTC – Central de Trabajadores de Cuba.

3. Salvador Valdés Mesa.

4. El litro de leche que se pagaba al abusivo precio de u$s 0,01 USD pasó a u$s 0,15.

5. Reflexión de Fidel Castro publicada en Granma: “Los debates del Congreso”.

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Venezuela

Como prueba de nuestro supuesto “abandono de los principios”, la LIT-CI utiliza un extracto de

la declaración emitida por C-cura (Co-rriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma) para la movilización del 5 de febrero de 2011 en la que expresa que “En forma explícita saldremos a decir que estamos en contra de las ex-propiaciones (compras) que adelanta el gobierno nacional…”.

En forma malintencionada, los polemistas de la LIT-CI recortan la cita ocultando a los lectores el resto de la frase que a continuación dice: “sin consultar a los trabajadores ya que sólo benefician a la burocracia del Estado,

Debate en la izquierda

La Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (LIT-CI), ha dado apertura a una polémica con la Unidad Socialista de Izquierda (USI) de Venezuela y la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), a raíz de nuestro rechazo a las “expropiaciones” chavistas. Las supuestas expropiaciones de Chávez han creado mucha confusión y también falsas polémicas en el seno de la izquierda.

Sobre las falsas

Trabajadores del cemento (ex CEMEX nacionalizada) en huelga de hambre por pérdida de conquistas

¿De verdad el gobierno de Chávez realiza “expropiaciones”?

Para abordar en forma seria este im-portante debate, la primera pregunta que debemos hacernos es si efectivamente el gobierno de Chávez desarrolla “expro-piaciones”. En este aspecto, desde la USI y la UIT-CI, afirmamos categóricamente que no han existido expropiaciones como tal, ni pocas ni “muchas” -como anhela la LIT-CI-. En todas las experiencias, incluidas la única de control obrero sobre la producción que existió en Venezuela como fue el caso de Sanitarios Maracay dirigida por la USI y C-cura, o la emble-mática re-nacionalización de Sidor, el go-bierno siempre se opuso. Cuando se vio obligado a estatizar siempre terminó pa-gando o comprometiéndose a pagar por su “justo precio” los bienes estatizados. Siempre desconoció a las organizaciones sindicales y los convenios colectivos de trabajo y siempre los trabajadores fueron excluidos del control de la producción y administración, siendo copados los cargos de conducción de las empresas por una burocracia que tiene por misión liquidar las conquistas y derechos de los trabajadores y colocarlas al servicio de la acumulación originaria de capital de la naciente chavo-burguesía.

del PSUV y al empresariado ligado al gobierno del presidente Chávez, al tiempo que se liquidan los derechos de los trabajadores al eliminar los sindicatos y desconocer los contratos colectivos de trabajo”. También es de conocimiento público nuestra posición programática, la cual resumimos en el periódico Voz de los trabajadores Nº 12 (octubre de 2010), donde planteamos la “expropiación a los grandes grupos económicos sin indemni-zación, resueltas en consulta democrática y garantizando el fiel cumplimiento de las cláusulas de las convenciones colectivas. Rechazamos cómo ha ejecutado las estatizaciones el gobierno que no tienen nada que ver con un criterio obrero y socialista”. La LIT-CI esconde esta declaración para sus fines de tergiversar nuestras posiciones políticas.

Más allá de esta deslealtad inte-lectual, típica de pequeñoburgueses sectarios que persiguen generar falsas polémicas descontextualizando y uti-lizando citas incompletas, queremos aprovechar la oportunidad para escla-recer ante los trabajadores y jóvenes revolucionarios latinoamericanos y del mundo, cuál es el verdadero contenido que se esconde detrás de las supuestas “expropiaciones” que desarrolla el gobierno venezolano.

Trabajadores de Agroisleña hicieron huelga contra la expropiacion (2010)

“expropiaciones” de ChávezNelson Gámez • Unidad Socialista de Izquierda

41

Venezuela

Además, aclaramos que las “esta-tizaciones” del último período (2010) siempre tuvieron como objetivo político “extorsionar” a los empresarios oposito-res para que cesaran la confrontación o se sumaran a las políticas gubernamentales. No por casualidad las empresas del Gru-po Cisneros -uno de los principales pro-motores del golpe fascista de 2002 y hoy estrecho colaborador del gobierno-, no son blanco de las compras forzadas y se ha favorecido con las supuestas “expro-piaciones”, ya que les ha eliminado varias empresas que le hacían competencia.

¿“Control obrero”?

La LIT-CI cree que la mejor política para confrontar con el gobierno, no re-side en rechazar estas compras forzadas, inconsultas y liquidadoras de los derechos de los trabajadores, sino levantar las banderas de luchar por “muchas expro-piaciones bajo control obrero”.

Olvidan o desconocen nuestros polemistas, que también la formulación revolucionaria de “expropiación sin in-demnización y bajo control obrero” que la mayoría de las corrientes trotskistas hemos reivindicado, igualmente ha sido pervertida por el chavismo. Es el caso de las empresas básicas (aluminio, hierro y acero) ubicadas al Oriente del país, donde el gobierno y la burocracia sindical oficial roja-rojita han constituido los mal llama-dos “Comités de Control Obrero”.

Estos fulanos “comités de control obrero”, a los que nos oponemos fron-talmente, nada tienen que ver con la tradición marxista. Peor aún, fueron los dirigentes de esos organismos los que se encargaron de testificar en contra de Rubén González de Ferrominera, acusán-dolo de “asociación para delinquir”, por haber dirigido una huelga en defensa de los derechos de los trabajadores. Gonzá-lez fue sentenciado a siete años de prisión, pero gracias a la contundente respuesta del movimiento sindical, el gobierno tuvo que retroceder y liberarlo.

En el caso de Alcasa, presidida por Elio Sayago, quien se reivindica del Con-sejo de Redacción del periódico Marea Socialista (ligado a la corriente del MES del PSOL y del MST de Argentina), la empresa estuvo paralizada por 40 días a raíz de la exigencia de los trabajadores del pago de los pasivos laborales y cumpli-miento a las cláusulas del convenio. El 27 de abril de este año, Sayago, luego de una prolongada crisis por desinversión estatal

y corrupción declaró públicamente la “Emergencia operativa y financiera de la empresa”. Para complementar el desas-tre, los dirigentes del “Control Obrero” acaban de introducir una demanda penal contra los sindicalistas y trabajadores que participaron en el paro, por “obstaculi-zar” el libre derecho al trabajo. Ese es el triste papel de cómplices de traición que cumple la “izquierda chavista”.

Defender los derechos de los trabajadores no significa apoyar a los empresarios

Utilizando una vergonzante lógica elemental, la LIT-CI ha llegado a la con-clusión que al oponernos a las “expro-piaciones” chavistas respaldamos a los empresarios. Tan descabellada deducción no merece mayores comentarios, salvo para destacar la notable coincidencia con los argumentos utilizados contra nuestra corriente por los chavistas de izquierda que reivindican “más expropiaciones” y “control obrero” chavista.

Nosotros les decimos a los trabaja-dores y a la vanguardia luchadora que sigue con interés lo que sucede en la tierra de Bolívar, que los revolucionarios sólo tenemos una sola trinchera, desde la cual defendemos a ultranza los derechos de los trabajadores. En consecuencia repudiamos y enfrentamos toda acción que atente contra ellos y sus genuinas organizaciones, así se disfracen de “rojo-rojito” chavista.

Defendemos a los trabajadores del grupo Polar, no al empresario, porque el gobierno necesita derrotar a los traba-jadores para que no sean una referencia hacia el resto del movimiento sindical. El Presidente Chávez no soporta que existan trabajadores que gracias a sus sindicatos y a sus luchas gocen de convenio colectivo y tengan sueldos hasta cuatro veces superiores a los pe-troleros. Este es el problema de fondo que ocultan los chavistas de izquierda -y ahora la LIT-CI-, contribuyendo a generar confusión entre la vanguardia, alimentando falsas expectativas en una dirección hostil a la clase trabajadora, como lo es el chavismo.

Perfumando la inmundicia

La USI y la UIT-CI siempre nos hemos declarado partidarios -y hemos actuado en consecuencia-, a favor de la expropiación sin indemnización y bajo

control obrero. Sólo que no nos dejamos confundir por la palabrería y fraseología hueca chavista. Partimos de la definición leninista que la política es concreta, lo que obliga a los revolucionarios a no actuar en base a esquemas, discursos pre-estable-cidos o hacer fetichismo sobre fórmulas políticas u organizativas, sin detenernos a pensar el contexto político.

En el caso de Venezuela, estamos en presencia de un envilecimiento del marxismo para estafar a la clase trabaja-dora utilizando coloridos y encendidos discursos. Chávez habla de “control obrero”, pero reprime, mete preso y con-dena a quien dirija una huelga. Habla de “soberanía”, pero pacta con el gobierno de Santos la entrega de militantes de iz-quierda. Pronuncia encendidos discursos “anti-imperialistas”, pero legitima la dic-tadura hondureña pro-imperialista para que sea reconocida por la OEA. Habla de “democracia participativa del pueblo”, al tiempo que respalda las dictaduras de Egipto, Libia y Siria. Denuncia a las “multinacionales capitalistas” pero les entrega el petróleo mediante el esquema de las empresas mixtas y las exonera de impuestos por ganancias extraordinarias. Dice ser un “gobierno obrerista”, pero desconoce los sindicatos, no negocia convenios colectivos y autoriza aumentos de salarios por debajo de la inflación.

Petróleo 100% venezolano

Lo preocupante de la LIT-CI es que, al final de su exposición, no se plantea como tarea del momento la defensa de la soberanía total del Estado venezolano sobre el petróleo y las empresas básicas hoy amenazada por la implementación de las empresas mixtas que le otorgan hasta el 40% de la propiedad a las mul-tinacionales.

La USI reivindica a muerte la lucha contra la desnacionalización, propo-nemos el fin de las empresas mixtas, la expropiación de las multinacionales y que el 100% de los ingresos petroleros y mineros se utilicen para la educación, vivienda, salud y generación de empleo digno. Luchamos para que haya un control obrero revolucionario como el ejercido por los petroleros entre diciem-bre de 2002 y enero de 2003 -del cual fueron participantes nuestros dirigentes y militantes-, sin control ni dirección chavista, para rescatar la empresa de las manos del imperialismo y de la burguesía opositora golpista.

42

Estados Unidos

La creciente revolución árabe sir-vió, hasta cierto punto, como ins-piración catalizadora que alentó a

miles de trabajadores para que salieran a las calles. Tanto es así, que en Wisconsin se desplegaron pancartas llamando a la insurrección popular al estilo de Egipto en contra del gobernador Republicano Scott Walker, quien impulsó la nueva ley anti-sindical que prohíbe a los emplea-dos públicos el derecho de contratos de negociación colectivos. Bajo esta ley, se les descontará 5.8% de sus salarios para el fondo de pensiones y una mensualidad de 12.6% para el seguro médico. Estados Unidos es el único país industrializado sin un sistema de salud público y gratui-to. Algunos programas de salud reciben

subsidios, como el Medicaid, para perso-nas de escasos recursos, y el Medicare, para ancianos (este sistema de bienestar -welfare state- surge al calor de las luchas obreras del siglo pasado. En el presente, está siendo desmantelado).

Walker y una camada de políticos republicanos en los estados del medio oeste (Midwest) impulsan un plan cuyo fin es debilitar a los gremios y recortar servicios básicos. A la vez, Obama, en alianza con los republicanos, imple-menta políticas de austeridad desde el gobierno federal. El otro frente de lucha obrera es por la derogación de las leyes racistas y anti-inmigrantes. Crecen las redadas y deportaciones y esto hace difícil que los inmigrantes se organicen y luchen por sus derechos laborales. Los trabajadores y estudiantes en Wisconsin reivindicaron esta lucha.

En muchos estados, los sindicatos de empleados públicos están en la mirilla de los republicanos y de la patronal. A

La rebelión sindical en Wisconsin

Estados Unidos

La gran movilización en

Wisconsin que se inició el

pasado 14 de febrero, puso

en relevancia los ataques a la

clase obrera norteamericana y

los pasos que está dando esta

para defender sus derechos.

A principios de marzo se

movilizaron 100.000 personas.

Hay un antes y un después de

Wisconsin. En muchos estados

se enarbola la bandera del

espíritu de Wisconsin como

símbolo de lucha y solidaridad

ante las nuevas leyes anti-

sindicales y los recortes

presupuestarios. El centro de

la rebelión fue la ciudad de Madison, con una tradición progresista y de izquierda que se remonta a la década del `60.

Por Emmanuel Santos •Socialist Core • EE. UU.

Ocupación del Capitolio de Winsconsin

43

Estados Unidos

finales de marzo, el gobernador republi-cano de Ohio, John Kasich, promulgó la ley Senate Bill 5 o SB5, cuyo alcance será mucho más devastador. (The New York Times, 3/31/11). En ese sentido, la ley elimina la negociación colectiva para to-dos los empleados públicos incluyendo a bomberos y policías (quienes no fueron afectados en Wisconsin) y, además, pro-híbe la huelga. La buena noticia es que en Ohio los trabajadores también están dando lucha. Hasta en los estados del sur donde los sindicatos son más débiles, se siente el impacto de Wisconsin.

En Wisconsin, la derecha desplegó su poder político y económico con miras a desarticular a las masas por medio de contra-protestas “cívicas” encabezadas por el movimiento republicano ultra-derechista Tea Party. Pero la derecha no pudo repeler las multitudinarias manifestaciones de enfermeros, do-centes, bomberos, estudiantes y otros trabajadores estatales. Lo mismo pasó cuando el gobernador Walker dio la or-den para que los policías reprimieran las manifestaciones. Al contrario, se unieron a las protestas. Este es un hecho inédito en un país donde el garrote policial en contra de los trabajadores combativos era la orden del día en los años 20 y 30, las décadas de mayor auge de lucha obrera. (A nivel nacional, la represión policial se siente en los barrios pobres de latinos y afro-americanos).

Solidaridad obrera versus burocracia sindical

Wisconsin marcó un antes y un des-pués en la lucha sindical norteamericana. Fue un gran paso de los trabajadores e inspiró a que miles más en la mayoría de los 50 estados salieran a repudiar los recortes y las leyes anti-sindicales. Entre los manifestantes que todavía siguen en la lucha se encuentran trabajadores per-tenecientes a sindicatos, inmigrantes de diferentes nacionalidades, desempleados, estudiantes universitarios y militantes de la izquierda. La rebelión sindical de-mostró que este país no está inmune a la lucha de clases y en ese orden, puso al descubierto la propaganda anti-obrera de la burguesía. Desde hace más de 30 años la prensa burguesa esgrimía el argumento de que la clase trabajadora era pro-capitalista y defendería el sistema a toda costa. Simple y llanamente, cometieron el error de subestimar a las masas.

La rebelión sindical en Wisconsin fue

la continuación de las luchas obreras y populares en Guadalupe, Grecia, Francia y los países Árabes. En Wisconsin pasó como en muchos otros lugares, donde salió a flote la espontaneidad de las ma-sas. Y al final terminó convirtiéndose en una contundente respuesta a la crisis que asustó a la burguesía. De esa forma, los trabajadores le asestaron un duro golpe a la burguesía y a la burocracia sindical de la Federación Americana de Empleados Estatales, de Condados, Municipales, AFL-CIO.*

Los docentes se destacaron como uno de los sectores más combativos durante la rebelión en Wisconsin. Cien-tos de maestros llamaron a sus escuelas diciendo que estaban enfermos con la intención de tomar el día libre y participar en la lucha. Eso hizo que de inmediato la burocracia se opusiera tajantemente a dicha táctica. Al final tuvieron que ceder. Simultáneamente, la AFL-CIO se vio obligada a organizar el Día Nacional en Solidaridad con Wisconsin el pasado 4 de abril. Fue un acto simbólico, ya que los burócratas no se comprometían a seguir la lucha en las calles.

Sus aliados demócratas pusieron en marcha un show mediático con el objeti-vo de echarles la culpa a los republicanos por los recortes. No asistieron a votar por la ley anti-sindical dada la presión desde abajo previniendo el quórum le-gislativo. Pero al final, pactaron con los republicanos y votaron por la ley. En ese mismo orden, la demagogia política y el oportunismo del Partido Demócrata no se hizo esperar al despachar al Reverendo Jesse Jackson a Wisconsin para desarti-cular la lucha.

Mientras tanto, los demócratas po-nen en marcha sus planes de recortes. En Nueva York, el gobernador demó-crata Andrew Cuomo anunció grandes recortes multimillonarios en el nuevo presupuesto que afectaran los precarios servicios de la salud y de la educación. La respuesta de la gente no se hizo esperar. Inspirados por la lucha en Wis-consin y el Medio Oriente, maestros, trabajadores de la salud, desempleados y estudiantes universitarios han salido a las calles a protestar desde el mes de febrero. Los trabajadores y estudiantes están dando la pelea organizando mar-chas y protestas populares por lugares céntricos y barrios obreros.

En California, los recortes en la salud y la matrícula universitaria van en aumen-to como parte del plan presupuestario

del nuevo gobernador demócrata Jerry Brown. (Los Angeles Times, 1/10/11). En California, el movimiento estudiantil está bien articulado y además, existe un fuerte movimiento pro-inmigrante. Allá se vivió uno de los momentos claves de la solidaridad de clase cuando los obreros portuarios del sindicato ILWU Local 10 paralizaron sus labores por 24 horas. Por su osadía y combatividad, enfrentan una acción legal.

La lucha continúa

Hasta la fecha, la ley anti-sindical ha quedado sin efecto gracias a la rebelión popular. Un juez la declaró ilegal. Ahora su derogación o aprobación depende de las leyes burguesas. En ese sentido, la decisión final queda en manos de los demócratas y republicanos que podrían llegar a un compromiso en beneficio de la patronal. Asimismo, existe la posibili-dad de que las masas retomen la lucha y den la batalla hasta derrotar la ley anti-sindical y el plan de austeridad.

Hubo una derrota parcial como resultado de las manipulaciones de la burocracia sindical, corrupta y antide-mocrática como en todas partes del mundo, que pretendía desde un prin-cipio estar al lado de los trabajadores. Cuando varios gremios locales votaron por una huelga general, la burocracia de la AFL-CIO desarticuló la lucha y promovió un referendo revocatorio en contra del gobernador republicano.

El referendo sirvió para desviar la lucha. Los burócratas quieren hacer que los trabajadores se den por vencidos y que se evapore toda la creatividad y ener-gía que surgió a la luz del proceso.

Hay que romper con los demócratas y demás políticos burgueses y luchar por el derecho de huelga, por la negociación colectiva y por la defensa de los logros de la clase obrera, así como también por la defensa del trabajador inmigrante, pieza clave que sirve para unificar y fortalecer el movimiento obrero norteamericano.

Wisconsin trazó el camino a seguir. Solo falta que los trabajadores decidan salir a dar la pelea en contra del plan de austeridad y en defensa de sus derechos. Cuando eso pase, los trabajadores ten-drán presente grandes logros y lecciones de la lucha en Wisconsin.

* Federación Americana del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO) ligada al Partido Demócrata.

44

AlemAniA

El famoso “boom alemán” ac-tual, es decir, el enriquecimien-to de su economía capitalista,

sucede a costa del empobrecimiento de los demás países y de su política de superexplotación de la clase obrera. Esto se manifiesta especialmente con las nuevas leyes de cesantía, con las que imponen el temor a los despidos, y el congelamiento relativo de los salarios (es el país europeo donde menos han actualizado los sueldos en los últimos diez años). Además, ha aumentado su capacidad productiva con la utilización de última tecnología, destruyendo toda la industria antigua, similar a lo que su-cedió en Japón después de la Segunda Guerra Mundial. También, Alemania

“Por qué decidimos incorporarnos a la UIT-CI”

está ganando muchísimo dinero con los intereses de los préstamos que realiza a otros países, con la condición de que lo utilicen para comprarles a ellos mismos. Un ejemplo de esto es el vergonzoso caso de Grecia, país que atraviesa una brutal crisis económica: Alemania le prestó dinero a condición de que compre tanques, un submarino y aparatos de guerra alemanes.

Con respecto a la desigualdad so-cial, podríamos decir que el muro de Berlín aún existe en términos “ideo-lógicos”, ya que hay una considerable diferencia entre los salarios de los trabajadores de Alemania Oriental y Occidental. También hay significati-vas diferencias entre los ingresos que perciben los trabajadores alemanes nativos y los inmigrantes. Mientras el gobierno y los capitalistas cantan victoria por el milagro alemán, el costo de vida para la población sigue aumentando.

Otro dato representativo de la si-tuación social es que cada vez es menor la cantidad de gente que va a votar. Hay un 40% de abstención en las elecciones nacionales y federales, llegando hasta un 70% en algunos pueblos y alcaidías. Un caso anecdótico fue el de la ciudad de Weinhein, al sur de Frankfurt, que tiene alrededor de 40.000 habitantes. Hubo un solo candidato, ya que nadie quería postularse. Votó el 30% del electorado. Y lo eligió solo el 35% del mismo. O sea, está gobernando con el

voto de menos del 20% de la población (entre el 12 y el 16%).

Por último, tanto en el estudianta-do como en la clase trabajadora, desde el año pasado se vienen produciendo luchas y movilizaciones aisladas, aun-que bastante numerosas. Hubo una marcha estudiantil muy grande, y en este momento se está produciendo una huelga de los trabajadores ferroviarios de Stutgart, con grandes manifestacio-nes en las que participó la izquierda y la población de la ciudad, contra un pro-yecto del gobierno local al que todos se oponen, donde el alcalde de la ciudad ordenó reprimirlas violentamente.

Sobre el KRD

Nosotros participábamos del movimiento estudiantil iniciado en Weinheim en el año 2009 contra la privatización de la educación, que fue capitalizado o dominado por un movimiento anarquista. Hubo mar-chas de 100.000 estudiantes en varias ciudades. Luego, las manifestaciones comenzaron a decaer. Vimos que no fuimos capaces de ganar a muchos es-tudiantes de este movimiento, porque no teníamos la estructura necesaria para hacerlo. De ahí nació la idea de que necesitábamos formar una orga-nización, ya que hasta entonces sólo éramos un colectivo de gente. Que no bastaba ser un núcleo de intelectuales leninistas, sino que había que llevar los

Durante su visita a Argentina

a principios de marzo de

este año, entrevistamos al

compañero Kosaro (foto),

miembro del KRD (Comité por

la Democracia de Consejos)

de Alemania -organización

adherida a la UIT-CI-, quien

nos relató algunos aspectos

de la situación del país y de su

agrupación. Esto nos dijo.

45

AlemAniA

conceptos leninistas de organización partidaria a la práctica. Así es como fuimos conformando el KRD.

Discutimos bastante sobre cómo llamarnos. No podíamos llamarnos “comunistas”. Queríamos diferen-ciarnos del Partido Comunista, por-que en Alemania éste se identifica inmediatamente con el estalinismo de Alemania Oriental. También debíamos evitar llamarnos “socialistas”, ya que la palabra socialismo siempre fue mal usada tanto por los estalinistas como por la socialdemocracia. Por eso ele-gimos usar el término “Räte”, que en alemán significa “consejo”, sinónimo de “soviet”. Así nació nuestro nom-bre: “K”, por comité, “R”, consejos-soviets y “D”, por democrático. Pode-mos traducirlo como Comité para la Democracia de Consejos. La palabra democracia también es importante, porque queremos significar que no estamos dispuestos a aceptar ningún tipo de burocracia.

El grupo está formado espe-cialmente por jóvenes. Hay muchos compañeros que tienen algún tipo de experiencia, por haber militado en organizaciones trotskistas. Algu-nos rompieron con el mandelismo y otros estuvimos en el morenismo, organizando el apoyo a la Brigada Internacional Simón Bolívar creada por Nahuel Moreno en 1979 para pelear contra Somoza, cuando fue

la revolución nicaragüense. Existe también una experiencia con el grupo The Militant, con el que militamos hasta el año 2002/2003. Desde ese momento tenemos un periódico en Internet llamado Diario de Izquierda (www.linkezeitung.de), que tiene unos 100.000 suscriptores. Algunos artícu-los fueron leídos 45.000 veces.

Además, tenemos contacto con la Liga Comunista Revolucionaria Japo-nesa (JRCL), que dirige el sindicato ferroviario de Doro-Chiba, ciudad de medio millón de habitantes. A su vez, ellos tienen contacto con compañeros coreanos. Cuando estuve en Doro-Chiba como integrante de la UIT-CI para llevar nuestra solidaridad a los ferroviarios, me invitaron a ir a Corea del Sur. Así lo hice.

Hemos conversado mucho acerca de nuestra adhesión a la UIT-CI. Lo que nos convenció para hacerlo es la posibilidad que nos da de organizar-nos, de discutir democráticamente las diferentes posiciones. No se trata de ponernos de acuerdo en todo, pero sí de que es posible hacerlo. Esto no es posible dentro de The Militant -que está haciendo entrismo en el PC igual que la corriente de Tony Cliff-, y, porque además, nos correrían de una forma bastante burocrática. Existen otras organizaciones con las cuales se podría discutir. Una llama-da Vº Internacional, pero ellos han

elegido el camino de crear una nueva internacional sin explicarle nada a nadie. Pensamos que para formar una nueva Internacional debe existir un momento histórico que decida que, definitivamente, la IVº Internacional está destruida y obsoleta, como fue el caso de los créditos de guerra con la IIº Internacional. No vemos motivo por el cual el trotskismo esté históri-camente destruido. Todo lo contrario, está más vigente que nunca.

Cuando estuve en Venezuela con la UIT-CI, me encontré también con gente de la LIT. Pero nosotros no podemos estar de acuerdo con una organización tan sectaria. En cambio, en la UIT-CI, sí es posible conversar. Tiene posiciones muy coherentes, sensatas y han hecho un trabajo muy bueno, como lo estamos viendo en Argentina.

Nuestro grupo es consciente de la importancia de pertenecer a un partido leninista internacional. Y la realidad es que la UIT-CI ha logrado mantener la tradición de la Revolución de Octubre. Es lo mejor que hay. Hoy en día, ésta es una de las cinco tareas estratégicas que nos hemos planteado. Las otras son: lograr contactos con los trabaja-dores inmigrantes en Alemania, con los sindicatos, dentro del movimiento estudiantil, e impulsar la lucha contra la participación alemana en la invasión de Afganistán.

Manifestaciones multitudinarias, 1º de Mayo 2011, AlemaniaContundente paro del Metro en Berlín

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BRASIL BRASIL

El primer día se realizó el acto de apertura dedicado a la Revolución Ára-be. En el, Babá, dirigente de la CST y del PSOL destacó la “importancia del carácter internacionalista de nuestra Conferencia, que ocurre en un momento fundamental para los pueblos árabes, que protagonizan revoluciones que se expanden por toda la región, siendo un ejemplo para los pueblos de todo el mun-do”. Orlando Chirino, dirigente sindical y político venezolano y de la UIT-CI, señaló: ‘No tenemos ilusión en Chávez, que promueve un plan de ajuste y de hambre penalizando a los más pobres y que pretende tutelar al movimiento sin-dical. Luchamos para organizar a la clase trabajadora de forma independiente y autónoma del gobierno”. Para Marcus, dirigente del FOS, “…participar de la conferencia de la CST es una gran oportunidad para nuestra organización y pretendemos estrechar todavía más nuestros lazos…”. Cerrando el acto, Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista de Argentina y de la UIT-CI, se pronunció sobre la revolución árabe

Conferencia

“…en esta lucha, que no es solamente democrática sino que intenta avanzar en conquistas sociales, nuestra trinchera es la del pueblo movilizado contra las dictadu-ras y contra cualquier tipo de intervención imperialista.”

A continuación, y con muchos aplausos, se aprobó la presidencia hono-raria de la conferencia para la lucha del pueblo árabe y los dirigentes sindicales asesinados en Venezuela, la mayoría per-tenecientes a nuestra corriente hermana, muertos por las balas de los paramilitares, en la tentativa de callar a los que luchan de forma consecuente por la verdadera revolución socialista en ese país.

Las resoluciones fortalecen el carácter socialista y de lucha de la CST

En el punto internacional, después de la animada discusión, se votó la rea-lización de una campaña internacional de apoyo a la lucha del pueblo árabe, en especial la del pueblo libio, contra la agresión imperialista y la dictadura de Kadafi. Destacando que en el momento de la Conferencia, dos compañeros de la UIT-CI estaban en Egipto acompañando el proceso en ese país y sus informes ilustraron el debate.

Sobre la coyuntura nacional, la Con-ferencia definió que el eje de la resolución política es fortalecer la resistencia y las luchas de los trabajadores y los sectores explotados para derrotar el ajuste del gobierno PT/PMDB. En ese proceso, luchar por desarrollar nuevos organismos de la clase trabajadora en la perspectiva de una nueva dirección con democracia y autonomía de los patrones y del gobierno. Para eso, apostar en las luchas concretas de los trabajadores y los estudiantes por sus necesidades, apoyar las listas clasistas en la disputa de los sindicatos y fortale-

cer a las oposiciones sindicales. En este sentido, la actuación en el movimiento sindical adquiere un carácter prioritario y desde “Unidos para luchar” buscaremos fortalecer una alternativa de dirección sindical.

Si nuestra Conferencia Nacional mostró un importante crecimiento de la CST en el terreno sindical, -lo que quedó demostrado en el origen de la mayoría de los delegados-, no fue menos importante la participación de la juventud. Dirigentes de Centros y Federaciones, además de participar activamente en los debates, presentaron varias propuestas de resolu-ción. El eje de la juventud será apoyar las movilizaciones y todas las listas para los centros, con todos aquellos que rechazan la política del gobierno. También, conti-nuar luchando por la unidad de todos los sectores, sean de la izquierda de la UNE (Unión Nacional de Estudiantes dirigida por el oficialista PCdoB) o de la ANE-EL, entidad “paralela” del PSTU, para construir un polo nacional que enfrente la política de ajuste del gobierno federal para la Educación.

Otra importante discusión fue el fortalecimiento y regularización del pe-riódico Combate Socialista, que contará con una campaña de suscripciones en todo el país. El PSOL también fue tema de debate, destacándose la necesidad de continuar batallando para que el partido se ubique como una clara oposición de izquierda, de lucha y de clase al gobierno Dilma, a los gobernadores y a los partidos del régimen, cómplices en la aplicación de la política económica. Sobre la cuestión racial se definió abrir un debate del tema a partir de una visión clasista.

Al final, la confraternización coronó la victoriosa Conferencia con la certeza que la CST se fortalece y crece como una corriente socialista y de izquierda en el PSOL.

En medio de la poderosa revolución del norte de África, la CST -Corriente Socialista de los Trabajadores-, Corriente Interna del PSOL, realizó su Conferencia Nacional en Río de Janeiro. Además de los delegados y de la dirección de la corriente, participaron dirigentes de la UIT-CI, y del FOS (Frente de Oposicion Socialista, con actuación en el Sindicato de los Profesores de San Pablo e integrante de la Tendencia Sindical “Unidos para luchar”).

Rosi Messias (Dirigente Nacional de la CST y del PSOL)

Nacional de la CST/PSOL

Vista del acto inaugural de la Conferencia

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Vida del MoViMiento

María Jesús fue una de las principa-les dirigentes del movimiento estudian-til “La Revolución de los Pingüinos”, que comenzó en el año 2006 y aún continúa su lucha. Hoy estudiante de Derecho, visitó Argentina para seguir conociendo a Izquierda Socialista, como parte de la UIT-CI. Extractamos algunos conceptos que nos transmitió en la entrevista.

“En este período terminaremos de conformar un grupo político. Sacare-mos una primera publicación en abril. Estamos trabajando para dar una pelea política que hoy no existe. Hasta ahora, Izquierda Socialista de Argentina es el único partido con el que tenemos

Después de más de dos años de relaciones fraternales, desarrollo de actividades y tareas políticas a nivel nacional e internacional de común acuerdo con la dirección de la Unidad Internacional de los Trabajadores (UIT-CI) y, al mismo tiempo, abordando un plan de discusión sobre las políticas, el programa, los principios, el método y la estrategia internacional, -de manera franca, abierta, democrática, con la más absoluta confianza, como debe ser entre revolucionarios-, en diciembre de 2010 se produce la fusión Uníos-Alternativa Socialista.

Este proceso se dio mediante la firma primero de un protocolo con la UIT-CI, donde se estipulaba el ca-rácter de organización simpatizante a Alternativa Socialista, que le facilitaba la participación en las discusiones internas y en los eventos de la Internacional con el carácter de invitado fraternal, y a la Internacional participar en los eventos

contacto. Consideramos necesario seguir haciéndolo. Recibir siempre la información de lo que está sucediendo en Argentina nos permite dimensionar cómo se trabaja en una organización internacional.

“En el actual gobierno de Piñera, continúan y se consolidan las reformas neoliberales impulsadas por la Concer-tación. Durante su último año, Bachelet promulgó la Ley de Privatización del Mar. Antes, el 70% de las escuelas eran públicas, ahora sólo el 30%. Y en la Universidad se paga arancel. En 2006 los secundarios comenzamos a pelear contra esta privatización. Hoy la pelea es por la estatización, por una

educación completamente pública. Lo mismo ocurre en el ámbito de la salud, totalmente privatizado.

“El sueldo del 95% de los chilenos es inferior a 500 dólares. El pasaje en micro cuesta 1,20 dólares. Y las empresas de transporte tienen 400% más de ganan-cias. El “modelo chileno” es muy exitoso para los capitalistas: “todo privado, todo caro, bajos sueldos. Muy exitoso”.

“2010 ha sido el año de mayor cantidad de movilizaciones desde 1980. Fue muy importante el paro de los trabajadores del metro que duró cuatro meses y formaron su propio sindicato. Se crearon otros, como el de los call centres y trabajadores de supermercados. Otra movilización muy grande es la huelga de hambre de la comunidad mapuche, por la abolición de la Ley Antiterrorista que permite abrir un juicio en un tribunal militar ante cualquier hecho que se considere “terrorista”. En la Universidad fuimos al paro en apoyo a esta movilización. Ocupamos los canales de televisión, los diarios, nos manifestamos hasta que la huelga apareció en la prensa”.

nuestros. Una comisión de enlace entre las dos organizaciones, Uníos-Alternativa Socialista.

Este proceso no fue fácil, ni un camino de rosas. Tuvo sus momentos de crisis y de avances, dada la situación de ser Alternativa Socialista una orga-nización nueva y Uníos estar haciendo una experiencia dentro del Polo Demo-crático Alternativo.

La persistencia y la profunda con-vicción de la necesidad de la construc-ción del Partido Revolucionario que dirija las luchas de los trabajadores y pobres del país, que viven la barbarie capitalistas, -desempleo, hambre, pri-vatización, bajos salarios, sin salud, desastres naturales, narcotráfico, co-rrupción en los poderes del Estado- y la profunda crisis de las direcciones del movimiento obrero y popular, nos llevan a esta fusión para construir una sociedad dirigida por un gobierno obre-ro, indígena, campesino y popular, es decir, el socialismo con democracia.

¡Alternativa Socialista y Unidad In-ternacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional-UIT-CI, puntal de la nue-va dirección revolucionaria mundial!

Colombia

La fusión Uníos-Alternativa SocialistaCorresponsal

Portada del periódico Alternativa Socialista

Chile

Entrevistamos a María Jesús Sanhueza

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Noticias del muNdo

Miles de trabajadores convocados por el Frente Autónomo en Defensa del Em-pleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), mar-charon el 1º de mayo en Caracas. Al mismo tiempo, sin la masividad y el entusiasmo que despertó años atrás, Hugo Chávez habló en un acto del partido de gobierno (PSUV). A contramano del humor de los trabajadores venezolanos, declaró que “el día del tra-bajador en Venezuela ya no es para exigir reivindicaciones laborales, sino para festejar las medidas gubernamentales”.

La multitudinaria marcha del Fadess

Con la valoración más alta que candi-dato alguno haya logrado en los últimos 30 años, Juan Manuel Santos se posesionó con su gobierno de Unidad Nacional. Integró a la burguesía industrial, los terratenientes, las multinacionales, al capital financiero e inversionistas internacionales, a todos los partidos del régimen, tradicionales y nue-vos. Y a un sector del Polo Democrático Alternativo, encabezado por Julio Roberto Gómez miembro de la dirección nacional y secretario general de la Confederación General de Trabajadores-CGT .

La Unidad Nacional se selló alrededor del programa denominado “Desarrollo para la prosperidad” que garantiza la in-versión privada, la entrega de los recursos naturales a las multinacionales y la sobre-explotación de la clase trabajadora, con bajos salarios, el recorte a las prestaciones sociales, la privatización de la salud y la educación.

Los acuerdos con los Estados Unidos, no se quedan a nivel nacional. Santos se ha convertido en el agente directo de las políticas y los planes de Obama, a través del diálogo y la concertación, el nombramiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la presidencia de la UNASUR y la

OEA. Ha recompuesto las relaciones con los países vecinos de Ecuador y Venezuela con sus presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa. Y con la visita a Obama, acordaron implementar el TLC.

La situación actual de los trabajadores es muy grave: 3 millones de desempleados, 6 millones de subempleados (economía del rebusque), 3 millones de campesinos desplazados por la acción paramilitar y de narcotraficantes. Crecimiento de la pobre-za al 60% de la población. Situación que se va a agravar con el desastre social que está produciendo la ola invernal que hasta el momento lleva 100 muertos y 3 millones de damnificados, la destrucción de vías, e inundaciones de pueblos y veredas y de cultivos de pequeños y medianos produc-tores. Nuestra política es el impulso a la formación de un frente de lucha obrera, campesina, indígena y popular, que unifi-que en un pliego único las reivindicaciones. Y aprobar un plan de lucha que levante la consigna de realizar un Paro Nacional, comenzando por la jornada exitosa del pasado 7 de abril y el 1º de mayo unitario e internacionalista.

Roque Zaballeth y Ezequiel Moreno

Nicaragua En la Municipalidad de Managua,

manejada por el FSLN, se mantiene una persecución constante contra los trabajadores. El FSLN obliga a los traba-jadores a asistir a eventos partidarios a la fuerza. Incluso, para hacer acciones de agresión contra los que manifiesten su oposición al gobierno de Daniel Orte-ga, bajo amenaza de ser despedidos de sus puestos de trabajo si no participan. En abril fue detenido un trabajador de vigilancia, un luchador. Anteriormente la administración de la Alcaldía de Ma-nagua lo quiso despedir pero no pudo. Después de salir de su jornada laboral de 24 horas continuas, desvelado y sin comer, fue detenido por la policía bajo el supuesto delito de hurto. Se trata de un simple disfraz para reprimirlo labo-ralmente. Inclusive, la captura es total-mente ilegal ya que ni siquiera se ciñe a lo estipulado por el Código Procesal Penal capitalista que rige en Nicaragua. Ocurre que este trabajador es uno de los que hace reclamos por los trabajadores de su sector y eso se persigue en la Nicaragua gobernada por el FSLN y Daniel Ortega y sus alcaldes.

exigió un aumento general de sueldos y salarios, respeto a la autonomía sindical y el cese a la criminalización de las huelgas y protestas por parte del gobierno nacional, responsabilizando al presidente Chávez de hacer recaer la crisis capitalista sobre los trabajadores.

Cerraron la protesta los discursos de Marjorie Díaz, enfermera dirigente del conflicto de la Salud, y el Secretario General del sindicato de Ferrominera del Orinoco, Rubén González, recientemente liberado.

Participaron sindicatos y trabajadores de Polar, sector público, jubilados del CNE, Seniat y otros organismos del Estado, pe-troleros, eléctricos, de las empresas básicas de Guayana, maestros, empleados y profe-

sores universitarios, de la construcción, del Metro de Caracas, tribunalicios, Pepsi Cola, empresas del sector de alimentos y una nutrida representación de enfermeras y en-fermeros, que vienen de lograr un resonante triunfo frente al gobierno, arrancándole un aumento salarial.

Una nutrida y combativa columna de la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma (Ccura), encabezada por tra-bajadores petroleros y otros trabajadores, provenientes de distintas regiones del país, corearon consignas como: “¿Y cuál, y cuál, y cuál revolución, si este gobierno es hambre, miseria y corrupción?” y “El trabajador arrecho (enfurecido) reclama su derecho”.

Venezuela: gran jornada de protesta

Colombia

David Caballero, Corresponsal

1º de mayo en Caracas convocado por el FADESS. Combativa columna de Ccura

Santos, el nuevo agente yanqui