contrarrevolución urbana y democracia participativa

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Los cambios en el orden urbano generados por la economía neoliberal plantean desafíos al movimiento popular que busca construir una ciudad donde impere la equidad y la convivialidad.

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  • Proceedings

    Volume 1

    Democratizing democracyJunho - June 2015Democratizar a democracia / Democratizing democracy

    Proceedingss

    Junho - June 2015Democratizar a democracia / Democratizing democracy

    Volume 1

    International Colloquium Epistemologies of the South:South-South, South-North and North-South global learnings

    Actas

    Colquio Internacional Epistemologias do Sul:aprendizagens globais Sul-Sul, Sul-Norte e Norte-Sul

    Boaventura de Sousa Santos e Teresa Cunha (eds)

  • PROPRIEDADE E EDIO / PROPERTY AND EDITION

    Centro de Estudos Sociais Laboratrio AssociadoUniversidade de Coimbrawww.ces.uc.ptColgio de S. Jernimo, Apartados 30873000-995 Coimbra PortugalTel: +351 239 855573/ + 351 239 855589

    ISBN: 978-989-95840-5-1

    Capa e projecto grfico / Cover and graphic design

    Cristiana Ralha

    Coimbra, Junho, 2015

    POR VONTADE DO AUTOR E DA AUTORA, ESTE TEXTO NO OBSERVA AS REGRAS DO NOVO ACORDO ORTOGRFICO

    COMISSO CIENTFICA DO COLQUIO / SCIENTIFIC COMMITTEE

    Boaventura de Sousa SantosJos Manuel MendesMaria Paula Meneseslida LaurisSara Arajo

    COMISSO ORGANIZADORA DO COLQUIO / ORGANISING COMMITTEE

    Alice CruzAline MendonaAndr Brito Correia (Coord. do Programa Cultural / Cultural Programme Coord.)Antoni AguilBruno Sena MartinsCatarina GomesCristiano GianollaDhruv Pandelida Lauris (Coord. Executiva / Executive Coord.)Francisco FreitasJos Luis ExeniLuciane Lucas dos SantosMara BicasMaurcio HashizumeRal LlasagRita Kacia Oliveira (Coord. Executiva / Executive Coord.)Sara Arajo (Coord. Executiva / Executive Coord.)Teresa Cunha

    Foto / PhotoRodrigo Reis

  • Universidade de Coimbra

    Colgio das Artes da Universidade

    Departamento de Arquitetura da Faculdade Escola da Noite / Teatro da Faculdade de Economia da

    NES - Ncleo de Estudantes

    RUC Radio Universidade de

    Faculdade de Letras da

    University of Coimbra

    College of Arts of the University of

    Department of Architecture of the Faculty Escola da Noite / Teatro da Faculty of Economics of the

    Machado de Castro National NES - Sociology Student Body

    RUC Radio Universidade de

    Faculty of Arts and Humanities

    AGRADECIMENTOS INSTITUCIONAIS

    Este livro, em quatro volumes, resulta de um esforo colectivo que envolveu vrias instituies e muitas pessoas a quem queremos prestar o nosso profundo agradeci-mento.

    Este livro de Actas foi elaborado no mbito do projecto de investigao ALICE Espe-lhos Estranhos, Lies Imprevistas: Definindo para a Europa um novo modo de par-tilhar as experincias do Mundo, coordenado por Boaventura de Sousa Santos (alice.ces.uc.pt), no Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra Portugal. O projecto financiado pelo Conselho Europeu para a Investigao, 7 Programa Quadro da Unio Europeia (FP/2007-2013) / ERC Grant Agreement n. [269807].

    INSTITUTIONAL ACKNOWLEDGMENTS

    These Proceedings, in four volumes, would not have been possible without the kind support and help of many individuals and organizations. I would like to extend our sincere thanks to all of them.

    This book of proceedings was elaborated as part of research project ALICE Strange Mirrors, Unsuspected Lessons: Leading Europe to a new way of sharing the world ex-periences, coordinated by Boaventura de Sousa Santos (alice.ces.uc.pt), at the Centre for Social Studies of the University of Coimbra Portugal. The project is financed by the European Research Council (ERC), 7th Framework Programme of the European Union (FP/2007-2013) / ERC Grant Agreement n. [269807].

  • Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    Hiplito Rodrguez Herrero1

    Roso Crdova Plaza2

    AbstractLas reformas neoliberales no solo han construido un nuevo orden normativo para el desarrollo urbano en Mxico. Tambin han reconfigurado las modalidades de segregacin y exclusin social. El acceso a la ciudad por parte de los estratos populares ha cambiado. Los programas de vivienda social privilegian ahora a las empresas privadas que construyen los espacios habitacionales en periferias distantes de la ciudad central, encareciendo el transporte y el acceso a los servicios pblicos. La fragmentacin y el alejamiento del espacio urbano popular hace ms dificil el ingreso a los mercados de trabajo y cancela las oportunidades de construir espacios pblicos participativos. El nuevo orden social, impulsado por el Estado mexicano, rompe con las conquistas de los movimientos sociales urbanos de los aos setenta y ochenta, a los cuales plantea al empezar el siglo XXI nuevas interrrogantes de cara a una ciudad excluyente y poco sustentable.

    Palabras clave: hbitat popular, reforma urbana, Mxico, neoliberalismo.ResumoAs reformas neoliberais construram uma nova ordem normativa para o desenvolvimento urbano no Mxico. O acesso a cidade na parte das camadas populares tem mudado. Os programas de vivenda social privilegiam agora s companhias privadas, que constroem os espaos habitacionais em periferias distantes da cidade central, o que aumenta o preo do transporte e o acesso aos servios pblicos. A fragmentao e a distncia do espao urbano popular, fazem o acesso aos mercados do trabalho mais difcil e cancelam as oportunidades de construir espaos pblicos participativos. A nova ordem social imposta pelo estado mexicano supe uma ruptura com as lutas do movimento urbano popular dos anos setentas e oitentas. A nova situao impede a democracia participativa e gera uma cidade excludente e pouco sustentvel.

    Palavras-chaves: habitat popular, reforma urbana, Mxico, neoliberalismo.AbstractNeo-liberal reforms have built a new regulatory order for urban development in Mexico. Access to the city by the poorest sectors has changed. At present, governmental housing programs encourage private investment in low budget residential areas far from city centers, making transportation more expensive and access to public services more difficult. Fragmentation and the removal of urban areas dominated by the lower classes, has made it more difficult to access labor markets and hinders opportunities for building participatory public spaces. The new social order promoted by the Mexican State implies a break with the conquests of the grass roots urban movement in the 1970s and 1980s. The new situation prevents participatory democracy and is generating unsustainable and non-inclusive city.Keywords: habitat popular, urban reform, Mxico, neoliberalism.

    1 Investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social (CIESAS, Unidad Golfo), doctor en Ciencias Sociales, estudia la dinmica regional y la problemtica ambiental de las ciudades del Golfo de Mxico as como la historia ambiental de Veracruz, Mxico. Entre sus ltimas publicaciones estn Capitalismo y necesidades. Hacia una teora crtica del consumo (Itaca, 2010) e Historia, ambiente y ciudad (IVEC-Conaculta, 2013). [email protected] Investigadora del Instituto de Investigaciones Histricas y Sociales de la Universidad Veracruzana, doctora en Ciencias Antropolgicas, especialista en estudios de gnero, trabajo sexual y migracin y grupos domsticos. Los resultados de sus trabajos han aparecido en artculos especializados en diversas publicaciones. Recientemente ha publicado Carne, deseo, cultura (IVEC-Conaculta, 2013). [email protected]

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    Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    Introduccin

    En este texto presentamos una reflexin sobre el impacto social y ambiental que han tenido las reformas neoliberales en el orden urbano de Mxico. En primer trmino examinamos el modo en que esas reformas implican una ruptura de los sistemas normativos que ponan lmites a un urbanismo que buscaba privatizar la mayor parte de los procesos de apropiacin del suelo y de produccin del espacio urbano (vivienda, infraestructuras, equipamientos). En segundo lugar analizamos las consecuencias de esa prdida de lmites, poniendo particular atencin a los procesos de expansin fsica de las ciudades, de formacin de dos tipos de periferia (una popular y degradada y otra elitista y cerrada), y de erosin de los espacios pblicos y de las posibilidades de integracin social. Finalmente, esbozamos los desafos tericos y prcticos que esos procesos de segregacin plantean a las luchas por construir un tejido urbano alternativo, donde la exclusin y la desigualdad puedan revertirse.

    El derecho a la ciudad y la privatizacin de los procesos urbanos

    En julio de 2013, en la Ciudad de Mxico, el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) realiz una audiencia para escuchar las denuncias presentadas por diversas organizaciones sociales de todo el pas respecto del papel jugado por el capital y el Estado mexicano en el ordenamiento de los procesos de desarrollo urbano.3 La mayor parte de las denuncias exhibi los obstculos que enfrentan los gupos sociales con menos recursos para construir un hbitat popular, la violacin de sus derechos a la ciudad, a un medio ambiente sano, y el respeto a sus derechos fundamentales (derecho a la seguridad, al agua, a una vivienda decente). Las denuncias, basadas en evidencias y testimonios de cientos de personas y colectivos, mostraron que asistimos, desde los aos ochenta del siglo pasado, a un nuevo escenario urbano. Las ciudades que se han configurado en las ltimas dcadas son el producto de una serie de reformas de Estado que han alterado radicalmente el horizonte de las luchas de emancipacin urbana. En que consisten estas reformas de estado o mercado? Qu cambios institucionales han hecho posible la diversidad de procesos de degradacin y exclusin que impugnan los nuevos movimientos sociales urbanos?

    Se trata de reformas que se instalan gradualmente y que modifican las atribuciones o responsabilidades que tena el Estado respecto a la regulacin de los modos de producir vivienda, de acceder a la propiedad del suelo, de construir equipamientos colectivos, de

    3 Los orgenes y la larga historia del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) en sus 35 aos de actividad y las dece-nas de casos que ha tratado son accesibles a travs de las publicaciones disponibles en Internet (www.internazionaleleliobasso.it). A partir de la Declaracin Universal de los Derechos de los Pueblos (Argel, 1976), el papel del TPP ha sido el de ofrecer una alternativa a los pueblos que no encuentran respuestas en las instituciones (nacionales e internacionales) que oficialmente re-presentan el derecho de los Estados. El TPP busca transformarse en una tribuna de visibilidad, de toma de palabra, de narracin de las violaciones sufridas, de anlisis, evaluacin y juicio sobre las causas y los responsables de crmenes que pretenden trans-formar a mujeres y hombres sujetos de derechos inviolables (individuales y colectivos) en vctimas despojadas y depredadas. Las audiencias que el TPP realiz en Mxico tuvieron lugar desde el21 de octubre de 2011 hasta noviembre de 2014. Sus resultados pueden consultarse en http://www.tppmexico.org/

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    Hiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    generar infraestructuras de movilidad, de ordenar el medio ambiente, de autorizar los usos del suelo y de configurar espacios de cooperacin o participacin ciudadana en referencia a la produccin del orden urbano.

    Se trata de reformas que en el curso del tiempo (prcticamente tres dcadas: 1980-2010) han conseguido alterar la estructura de nuestras ciudades. Puede afirmarse por ello que se trata de una contrarrevolucin, un proceso que cancela o pervierte las conquistas logradas por el movimiento social en la primera mitad del siglo XX. Las ciudades han perdido el marco institucional que hizo posible desarrollos habitacionales de naturaleza colectiva o convivial, y en consecuencia ahora se impide o minimiza la capacidad de los colectivos sociales para hacer su propio espacio, producir vivienda y equipamientos urbanos, generndose un orden que obstaculiza la posibilidad de los estratos populares para hacer de la ciudad un espacio de convivencia equitativo y solidario.

    El nuevo orden institucional que emerge al cabo de treinta aos de reformas es el que ha hecho posible lo que se denomina urbanismo salvaje, un conjunto de procesos en los que se despliegan fenmenos de privatizacin o despojo del suelo, expropiacin de espacios de uso social (parques, jardines, reas naturales, plazas pblicas), instalacin de infraestructuras de movilidad que fragmentan el tejido social, generacin de asentamientos en zonas de alto riesgo, destruccin de los ecosistemas que sostienen nuestros metabolismos, y en general dinmicas de produccin de espacios habitacionales que no cumplen las normas mnimas de lo que podramos llamar una vivienda adecuada, decente, digna o sustentable.

    En qu consisten estas reformas institucionales? En primer trmino, se trata de reformas que colocan a las economas del sur en lnea con las normas institucionales que ha venido impulsando el Banco Mundial y otros organismos internacionales desde 1980. Se trata de reformas que impulsan el libre comercio. Estas reformas suponen reducir las atribuciones del Estado para intervenir y regular la produccin de la ciudad (vivienda, equipamientos, infraestructuras, dispositivos de movilidad o vialidad), e incluyen una modificacin radical de las reglas de acceso al suelo. En Mxico, una de las conquistas fundamentales de la Revolucin de 1910 consisti en la construccin de un orden legal que reconoci a la propiedad social el ejido- como un modo de apropiacin del territorio que mereca apoyo y defensa jurdica. En 1992, al inicio de las reformas neoliberales, se alter la legislacin agraria con el propsito de permitir la privatizacin de la propiedad social, la cual hasta ese momento no poda mercantilizarse.

    Con las reformas, se busc de modo deliberado impedir el desarrollo de opciones fuera del mercado, opciones que a lo largo de las dcadas anteriores haban permitido a los grupos populares hacer ciudad de acuerdo a normas ms equitativas. En consecuencia, a partir de ellas, la desigualdad en el acceso a la ciudad se acrecienta: acceder a las ventajas de la ciudad solo puede ocurrir para quien tiene dinero.

    Con las reformas, el Estado abandona o acota severamente a las instituciones que permitan

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    Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    el financiamiento de proyectos de vivienda social. Los sindicatos, los colectivos populares, las organizaciones sociales, pierden o ven mermada la posibilidad de acceder a crditos accesibles o de bajo costo financiero para producir espacios habitacionales populares. En su lugar, se instalan mecanismos que abren la puerta a las instituciones financieras privadas para asignar crditos en condiciones onerosas y abusivas. La libertad que se concede a los bancos para conceder crditos hipotecarios es lo que explica las diversas crisis que daan severamente la economa popular y la prdida del patrimonio de millones de familias. La desregulacin financiera, como sabemos, propicia la especulacin y la formacin de burbujas inmobiliarias.

    Con las reformas, el Estado se convierte ahora en un facilitador. Si antes poda financiar o co-producir el espacio habitacional y el equipamiento colectivo, ahora se limita a facilitar que sean las empresas privadas las que asuman esa funcin, bajo una lgica de lucro que opera en condiciones sumamente abusivas. La corrupcin no es una situacin de excepcin sino un fenmeno que lubrica todos los procesos de asignacin de obra pblica, construccin de vivienda y adquisicin de suelo para fines habitacionales. Las reformas han fabricado un diseo institucional que facilita precisamente la complicidad de las instancias de gobierno con las dinmicas de acumulacin. Ningn procedimiento de transparencia ha podido ventilar los mecanismos que hacen posible la continua cooperacin entre funcionarios estatales y agentes privados para disponer de los recursos pblicos en los procesos de enriquecimiento de particulares.

    Las reformas han generado un horizonte en el cual se obstaculizan los procesos de autoproduccin de vivienda. No solo se ha encarecido el suelo disponible para emprender proyectos habitacionales accesibles a los estratos pobres o populares, asalariados o autoempleados, sino que se han generado dispositivos institucionales que despojan a los colectivos de la capacidad de producir o gestionar su propio espacio.

    Expertos en el desarrollo urbano y la produccin de vivienda han sealado que la normatividad urbana est provocando un crecimiento desordenado de la periferia (Coulomb y Schteingart, 2006; Pirez, 2014). Dado que el Estado ya no asume la funcin de construir reservas de suelo, es decir, espacios que permitan la edificacin de vivienda a bajo costo, las empresas inmobiliarias buscan el suelo ms barato ah donde est disponible, es decir, lejos de los centros urbanos y de las infraestructuras. Estos desarrollos urbanos desmedidos se construyen en zonas muy perifricas, donde el suelo es ms barato, pero van induciendo una expansin espacial de la rea urbana carente de sustentabilidad econmica y medioambiental, y generan un incremento del parque vehicular y de los traslados con la consecuente congestin adicional del trnsito.

    La mayora de los conjuntos habitacionales se ubican en la periferia. Las cosas se dan porque se dan. La razn es el costo de la tierra. Es ms barato en la periferia. Si se tasa una vivienda en 150,000 pesos, 230,000 pesos,

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    Hiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    es imposible hacerlos cercanos al centro. Es un problema serio, porque quisiramos estuviesen cerca, pero sale muy caro el suelo. La gente que no tiene dinero compra donde puede pagar y aunque gasta mucho en transporte es su nica forma de tener una vivienda. Es un problema porque estamos extendiendo la mancha urbana. Pero es un problema de tipo econmico. Es evidente que lo mejor sera densificar las ciudades, pero econmicamente no se puede. Entonces las cosas son como son (Entrevista al director del departamento tcnico del consorcio GEO, 7 de noviembre de 2003) (Coulomb y Schteingart, 2006:453).

    El crdito para proyectos colectivos prcticamente ha desaparecido y ahora slo se asigna a los individuos que demuestren capacidad de pago. La atomizacin que resulta de ese mecanismo econmico bloquea la posibilidad de generar espacios autogestivos. Ah donde las organizaciones populares han logrado reunir fondos para hacer ciudad, el Estado ha generado un entorno que hostiga o agrede estas iniciativas. Las instancias que en trminos constitucionales estn obligadas a garantizar el respeto a la propiedad, han tolerado diversos procesos de invasin, despojo, robo y secuestro del territorio. En mltiples ciudades de Mxico se han documentado procesos en los cuales los responsables institucionales de proteger la seguridad de la tierra, el patrimonio y la vida de las personas, han dejado hacer, con total impunidad, a grupos paramilitares que subvierten el estado de derecho y que pueden adscribirse a una nueva forma de terrorismo. La tolerancia a estos grupos agresivos forma parte del surgimiento de un escenario de inseguridad que genera incertidumbre y vulnerabilidad en la poblacin que busca alternativas fuera del orden econmico dominante.

    El Estado ha fragmentado su propia estructura de responsabilidades y esto ha propiciado los procesos que llamamos de urbanizacin salvaje. Los ciudadanos que buscan atenuar las dinmicas de abuso por parte de las grandes empresas productoras de vivienda a bajo costo, no cuentan con instancias legales que brinden una atencin integral a sus reclamos. Las autoridades locales no asumen responsabilidades por los cambios en el uso del suelo que permiten la instalacin de proyectos inmobiliarios en zonas de riesgo o no aptas para uso residencial. Las autoridades responsables del respeto a la normatividad ambiental han fragmentado los mbitos de su competencia, de modo tal que los reclamos ciudadanos por la destruccin y contaminacin del agua, las reas verdes y la biodiversidad, el aire o el suelo, no pueden hallar forma de detener los procesos que daan su entorno de vida. Hacer justicia a las legtimas demandas para sancionar a las empresas que deterioran los ecosistemas en los que anidan los espacios habitacionales se ha vuelto difcil: el diseo institucional abre huecos a los procedimientos legales que siempre son aprovechados por las empresas.

    Las empresas que ahora asumen buena parte de los procesos de produccin de la ciudad, sea en la fabricacin de vivienda, o en la construccin de infraestructuras de vialidad y transporte, o en la edificacin y mantenimiento de equipamientos sociales, cuentan con

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    Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    todas las facilidades para concentrar recursos y operar en la creacin de mega-proyectos. Las pequeas empresas y los colectivos ciudadanos no pueden competir con esas empresas que concentran capital y pueden adquirir grandes extensiones de tierra, grandes tecnologas, permisos y crditos para dominar el mercado.

    Los grandes consorcios inmobiliarios manejan bases de datos sobre usos del suelo, densidades, redes de infraestructura, catastro, tipo de propiedad, precio del suelo, lineamientos especiales de la planeacin urbana, etctera, la mayora de las veces integradas en sistemas de informacin geogrfica, lo que les permite identificar los terrenos ms viables para el desarrollo de sus proyectos inmobiliarios. Disponer de esta informacin los coloca en una posicin ventajosa frente otros desarrolladores inmobiliarios de menor tamao (Coulomb y Schteingart, 2006:454).

    Los usuarios de la ciudad se encuentran ante la emergencia de un orden tecnolgico que propicia un ecosistema artificial que debilita o impide el desarrollo de una ciudad ms convivencial y cercana a las necesidades de la gente. Controlar los mega-proyectos es una tarea casi imposible en el nuevo diseo institucional, ya que los funcionarios otorgan todas las facilidades para que esos megaproyectos operen a espaldas de los ciudadanos: las reformas neoliberales han hecho muy difcil el control democrtico de estas dinmicas. Las pocas instancias que contempla el nuevo diseo institucional para frenar los procesos depredadores ofrecen ms facilidades que frenos a los mismos. Los ciudadanos que los cuestionan disponen de espacios marginales para hacer efectivo su reclamo.

    La resistencia social al nuevo orden que emerge de las reformas de mercado encuentra por tanto mltiples dificultades para defender a la ciudadana. Se le criminaliza y coloca en situaciones de inseguridad. De ah que sea imperativo el examen de ese orden institucional para construir alternativas que protejan y potencien las luchas de emancipacin urbana. Reformas que ideolgicamente se plantean como positivas porque impulsan el desarrollo econmico, al cabo de tres dcadas de vigencia se revelan como plataformas para que prospere la desigualdad, la exclusin, la inseguridad y la vulnerabilidad. Por consiguiente, resulta fundamental proponer una ciudad diferente, alternativa, convivial, descolonizada, que trascienda la actual configuracin, donde prospera la ciudad fragmentada, no sustentable, polarizada, insegura y desigual.

    La manera en que tienden a organizarse los recientes procesos de urbanizacin hacen necesaria la bsqueda de nuevos mecanismos de organizacin social para impulsar un orden urbano ms equitativo.

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    Hiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    El desarrollo de las periferias urbanas y las nuevas formas de segregacin social

    Cul es la situacin del sistema urbano en Mxico? Al empezar el siglo XXI, Mxico registra un avanzado proceso de urbanizacin (Garza y Schteingart, 2010). Ocho de cada diez mexicanos viven en zonas urbanas y seis de cada diez habita en una zona metropolitana. En 50 aos, la poblacin que vive en ciudades se triplic y hoy enfrenta severos problemas de movilidad, vivienda, inseguridad, pobreza, falta de suministro de agua y de gobernabilidad. Casi 64 millones de mexicanos (el 56.8 por ciento de la poblacin total segn el Censo de Poblacin del ao 2010) habitan en zonas metropolitanas que abarcan 367 municipios. Estudios recientes (Sedesol, 2010), muestran que en el pas existen 29 zonas metropolitanas de 100 mil a 499 mil habitantes; 19 donde habitan ms de 500 mil y menos de un milln de personas; 10 metrpolis que superan el milln de habitantes pero no rebasan los 5 millones; y una megaciudad, el Valle de Mxico, superior a los 20 millones y que es la quinta ciudad ms grande en el mundo. De acuerdo con un estudio auspiciado por ONU-Hbitat (Sedesol, 2011), se pronostica que en los prximos aos el mayor crecimiento poblacional se dar en las ciudades intermedias de Mxico, por lo que en 2030 existirn 20 ciudades con ms de un milln de habitantes. As, de acuerdo con este estudio, el pas enfrentar en los prximos aos desafos de gran envergadura:

    El advenimiento de cerca de 20 ciudades con ms de un milln de habitantes para 2030 implica retos para la poltica de desarrollo econmico y social; en especfico, para la planeacin urbana, econmica y social del sistema urbano y de cada ciudad, debido a que dichas ciudades requerirn de transporte masivo eficiente y ambientalmente sostenible, vivienda, infraestructura urbana, agua, electricidad, educacin, espacios de recreacin, etctera (Sedesol, 2011:20).

    Los problemas que plantea la nueva ola de urbanizacin derivan de la estructura de oportunidades que surge al cabo de aos de liberalizacin econmica. La masiva llegada a las ciudades medias de inmigrantes procedentes del mundo rural y de personas provenientes de ciudades pequeas, la falta de crecimiento de las economas urbanas que les permita incorporarse a la actividad productiva formal, la ausencia de un marco institucional que permita la adquisicin de suelo por medios legales, y un entorno de privatizacin de los servicios pblicos, constituyen situaciones que impiden el efectivo acceso al derecho a la ciudad. Al no contar con empleos formales y recursos econmicos suficientes, estos inmigrantes se vern obligados a buscar suelo para la vivienda en aquellas zonas en donde el valor de la tierra es ms barato debido a su localizacin (alejada del centro) y la condicin jurdica de la misma (irregular, o con un uso del suelo no apto para la vivienda). La dificultad de acceso a espacios habitacionales con servicios en la ciudad central contribuye a la formacin de un patrn de

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    Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    desarrollo urbano que se conoce como periurbanizacin.

    La nocin de periferia es indisociable del problema de la movilidad, pues la periferia exige desplazamientos desde mbitos distantes hacia los espacios urbanos y sus mercados de trabajo. La periurbanizacin no es un fenmeno exclusivo de los pases en desarrollo. La periferia es un espacio de transicin entre la zona metropolitana y el espacio rural. Las transiciones son difciles de asir pues en el mismo medio rural se empiezan a desplegar actividades productivas tpicas de las ciudades. Los habitantes de estas zonas sostienen, con altos costos econmicos y sociales, un vnculo funcional entre el centro y las zonas metropolitanas: la poblacin que habita en los suburbios realiza desplazamientos pendulares regulares para cumplir sus labores cotidianas. Los sistemas de transporte moderno hacen posible este fenmeno, pero con costos ambientales y energticos que es preciso cuantificar.

    Por qu estas periferias presentan tasas de crecimiento acelerado? La respuesta se encuentra en la distribucin desigual del ingreso monetario, un fenmeno que la economa neoliberal ha venido a acentuar. Los salarios de la poblacin trabajadora no alcanzan para adquirir o rentar una vivienda de calidad en las zonas centrales.4 Cuando no hay crecimiento, entonces los lmites salariales inducen a la bsqueda de vivienda al margen del mercado inmobiliario formal. Las periferias ofrecen alternativas: dficit de infraestructura e incertidumbre jurdica reducen los precios del suelo. El tema de la nueva ruralidad puede originar interpretaciones errneas, ya que se lo reduce a la transformacin de las zonas rurales debido a la influencia de las actividades urbanas. Sin embargo, es preciso atender a la dimensin laboral que subyace al fenmeno: la periferia se expande porque se requiere suelo a bajo costo para atender las necesidades de vivienda de los estratos de trabajadores que no obtienen remuneraciones adecuadas. Los mercados de trabajo urbano y rural se mezclan, de manera estacional, ya que la poblacin trabajadora alterna las ocupaciones que brinda la agricultura durante ciertos periodos del ao con los empleos que abre la economa urbana de modo informal y precario.

    La periferia en expansin posee una doble composicin: por un lado, estn los asentamientos residenciales pobres, ocupados por los trabajadores poco calificados y mal remunerados, y por el otro, los espacios habitacionales construidos para los estratos de alto y mediano ingreso. Cmo se relaciona el desarrollo econmico con el crecimiento de estos dos tipos de periferias?

    4 De acuerdo a un funcionario de la CEPAL, las remuneraciones de los asalariados mexicanos, medidas respecto del valor total de los bienes y servicios producidos en la economa, han cado a su nivel ms bajo en al menos cuatro dcadas. En 1970, los salarios participaban con 36 por ciento del producto interno bruto, proporcin que se elev a 40.2 por ciento hacia 1975, antes de la devaluacin del peso ocurrida en 1976, cuando la moneda mexicana se depreci por primera vez en 22 aos. A partir de entonces, la participacin de los salarios en el PIB cay a poco ms de 30 por ciento al inicio de los aos 80 del siglo anterior, cuando el pas entr en una crisis que deriv en la llamada dcada prdida para el crecimiento econmico. Era un nivel que es un poco mayor a la proporcin que actualmente (2014) tienen los salarios en el producto interno bruto, de slo 27 por ciento (Intervencin realizada el 26 septiembre 2014 por Hugo Beteta, director de la subsede regional en Mxico de la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL), en el XX Congreso del Colegio Nacional de Economistas y recogida por el peridico La Jornada el 28-09-2014).

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    Hiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    De un lado se observa que la disponibilidad de mayores ingresos hace posible la compra de automviles y la proliferacin de estos contribuye a facilitar el desplazamiento a mayores distancias. Del otro, se observa que los nuevos proyectos inmobiliarios solo son accesibles a las familias con altos ingresos, las cuales buscan mejorar sus condiciones de vida con viviendas amplias y en zonas verdes (se desea evitar las externalidades negativas de la ciudad, la contaminacin y el congestionamiento del trfico de vehculos). Asimismo, al privilegiarse la construccin de megaproyectos, la posibilidad de construir nuevas infraestructuras de transporte facilita el desarrollo de la periferia. De esta forma, poco a poco, las ciudades se vuelven policntricas, con la multiplicacin de subcentros. Todo ello propicia una nueva etapa en la dinmica de segregacin residencial: los hogares de estratos altos se aslan a la vez que los de estratos bajos se marginan, formndose en ambos casos zonas con creciente homogeneidad. En trminos ambientales, esta forma de despliegue de lo urbano implica altos costos ambientales: ms consumo de energa en el transporte y ms consumo/prdida de suelo con zonas arboladas y dedicado a fines agropecuarios.

    Los estratos populares se desplazan a la periferia porque ah encuentran suelo barato debido a la carencia de servicios de infraestructura. Las empresas tambin lo hacen por las mismas razones: las telecomunicaciones facilitan el proceso y pueden relocalizarse funciones centrales. Es claro que el mercado del suelo y la debilidad institucional son los factores que estn facilitando el crecimiento de la periferia. Un elemento que tambin incide es el mercado de crdito, que sin embargo no concede apoyo a los estratos ms pobres. Y a ello hay que aadir la corrupcin, que bloquea los procedimientos para regularizar las propiedades pero propicia los cambios en el uso del suelo violando las normatividades que protegen el patrimonio natural y los recursos hdricos. En su conjunto, todo ello ocurre ante el abandono de la planificacin racional y el mayor protagonismo del sector privado. La desregulacin financiera incide al ampliar la oferta de capital inmobiliario (Naredo, 1996).

    Al examinar los impactos sociales de este modelo de expansin de la periferia, es necesario apuntar que la nueva segregacin genera barreras a la constitucin de espacios de movilidad social (Kaztman, 2001). Al alejarse de los espacios donde se abren las oportunidades de empleo, los estratos populares experimentan fenmenos de exclusin; y, al mismo tiempo, la creciente homogeneidad de los espacios habitacionales populares impide la diversificacin social, de modo que los trabajadores ven reducirse las fuentes de informacin y movilidad laboral. El desplazamiento a la periferia tambin suscita una ruptura de las redes sociales y familiares de apoyo. A ello hay que agregar los impactos ambientales, pues el crecimiento desordenado de la periferia genera consecuencias no desdeables, como son la deforestacin y la contaminacin de ros y arroyos. Desde una perspectiva econmica, la expansin de la mancha urbana tambin se traduce en una prdida de la eficiencia del metabolismo urbano: aumentan los tiempos de desplazamiento y el costo para realizarlos.

    Si bien hasta ahora hemos puesto nfasis en la problemtica territorial local, es necesario recordar que todo ello forma parte de los efectos que la globalizacin ha tenido en

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    Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    la organizacin espacial. De un lado, relocalizacin de empresas; del otro, creciente desplazamiento de los estratos populares hacia periferias accesibles a las formas precarias de ingreso monetario que derivan de la desregulacin de los mercados laborales. Se aprecia una nueva geografa de las tasas de crecimiento demogrfico: los centros pierden poblacin en tanto que las periferias crecen. Al lado de las grandes metrpolis, se han multiplicado las ciudades medias.

    Las nuevas periferias urbanas se configuran como territorios donde proliferan de manera mezclada mltiples usos del suelo: agricultura tradicional, conjuntos habitacionales producidos de modo industrial, parques industriales, sitios de recreacin, plazas comerciales, desarrollos suburbanos para estratos altos (gated communities) (Dumont y Hellier, 2010). Las nuevas coronas urbanas tienen esos rasgos: cambio acelerado de usos del suelo y coexistencia de lo rural con lo urbano, mezcla de intereses territoriales (residencial, abastecimiento, industrial, esparcimiento, reservas ecolgicas, centros comerciales, comunidades cerradas, agriculturas de exportacin o dedicadas al abasto local, etctera).

    Sin embargo, este mosaico de funciones de las nuevas reas urbanas parece omitir la presencia de espacios pblicos, espacios dedicados a la colectividad, espacios donde puedan reunirse los ciudadanos a manifestar sus preocupaciones como conjunto orgnico. La proliferacin de las periferias se produce sin incluir otro espacio de socializacin que los grandes centros comerciales, a los cuales se acude slo como ente privado, como agente econmico. De ah las observaciones crticas de Kowarick (1991) respecto al nuevo significado de nociones como la de ciudadano privado, que contrastan con nociones como la de espacios ciudadanos, espacios entendidos como plazas pblicas, goras de expresin del inters colectivo, que tienden a desaparecer en la modernidad tarda, pues en sta slo prevalece el ciudadano privado:

    Entretanto, hay que decir que la idea de ciudadano privado es una paradoja, pues los trminos contenidos en el binomio son incompatibles entre s. El concepto de ciudadana apela a destinos y proyectos histricamente compartidos, a procesos de conquista colectivos, al principio de alternidad basado en una concepcin de universalidad cuyo fundamento es el derecho a tener derechos: ciudadana apela a la condicin de cosa pblica (Arendt, 1989). Al contrario, privado tanto significa particular como restricto; que habla respecto a pocos y que alude a lo aislado, lo oculto, como una condicin de exclusin, prdida o privacin. En ambas acepciones el trmino constituye la inversin de los principios de extensin de la ciudadana (Kowarick, 1991:91).

    Ante esta prdida de los espacios pblicos, asistimos a un fenmeno singular donde los medios de comunicacin eliminan y sustituyen a los espacios de proximidad fsica (Duahu y Giglia, 2008). El espacio pblico en la actualidad no supone ya un espacio inclusivo. Lo

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    Hiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    pblico se convierte en un no lugar, un territorio indiferenciado donde los individuos parecen desplazarse como tomos, sin ms preocupacin que su seguridad, y donde la suma de individuos privados convive bajo la multiplicacin de formas de control y vigilancia. Nos hallamos, en las nuevas ciudades, con una privatizacin de los espacios de uso pblico y una segmentacin social de lo pblico, o, como dicen Duahu y Giglia, una segmentacin de los pblicos congregados en diferentes lugares, que resulta de que, por una parte, los lugares frecuentados por las clases medias y acomodadas seran ahora sobre todo lugares de propiedad y gestin privadas o, al menos, aquellos donde el pblico asistente es (socialmente) filtrado tanto por mecanismos de auto exclusin, derivados del hecho de sentirse fuera de lugar debido al modo de vestir, la apariencia fsica y los hbitos y niveles de consumo, o lisa y llanamente mediante la aplicacin de dispositivos explcitos de exclusin aplicados a ciertas categoras sociales -mendigos, homeless, vendedores ambulantes (Duahu y Giglia, 2008: 60).

    Hbitat popular y derecho a la ciudad

    La situacin denunciada por las organizaciones populares ante el TPP al inicio de este texto indica que, al lado de la lucha por el derecho a la ciudad, se encuentra tambin la lucha por espacios de vivienda accesibles a los estratos ms pobres de la economa urbana, es decir, la lucha por el hbitat popular. Estas luchas, sin embargo, han dejado de tener la visibilidad que poseyeron en las grandes movilizaciones sociales que tuvieron lugar en las dcadas pasadas. Como apunta Priscilla Connolly:

    Al mismo tiempo, el hbitat popular ha dejado de ocupar un lugar central en las luchas polticas, como se puede observar en el movimiento para el Derecho a la Ciudad. Iniciado con la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad, firmada por ms de 400 ciudades, el movimiento ha logrado el Estatuto de la Ciudad de Brasil en 2001, la Carta de la Ciudad de Mxico por el Derecho a la Ciudad en 2010 (Carta, 2010) entre otras. La nocin del Derecho a la Ciudad sustituye en cierta forma la ideologa de la modernidad en la medida en que los habitantes ya no se conciben como marginados o excluidos del progreso, sino privados de sus derechos de gozar lo que debe y puede proporcionar la ciudad, existente o soada (Connolly, 2012: 30).

    El problema en la actualidad consiste en determinar si las dinmicas que privatizan los procesos de construccin de la ciudad son compatibles con el reconocimiento y adopcin del Derecho a la Ciudad como un nuevo derecho humano colectivo. La Carta de la Ciudad establece la necesidad de enfrentar las causas y manifestaciones de la exclusin: econmicas, sociales, territoriales, culturales, polticas y psicolgicas. Y formula la necesidad de construir una respuesta social, como contrapunto a la ciudad-mercanca y como expresin del inters colectivo. Se trata, como bien apuntan los autores de La Carta de la Ciudad, de articular los

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    Contrarrevolucin urbana y democracia participativa

    derechos humanos en su concepcin integral (derechos civiles, polticos, econmicos, sociales, culturales y ambientales) con la democracia en sus diversas dimensiones (representativa, distributiva y participativa). Para lograr sus objetivos, La Carta formula la necesidad de superar la visin y la atencin sectorial y desarticulada de los problemas en la ciudad, para enfrentar situaciones que afectan por igual a todos sus habitantes y visitantes, como la contaminacin, el deterioro ambiental, la violencia, el trnsito vehicular y la segregacin urbana.

    En el orden neoliberal que emerge de las reformas institucionales neoliberales, el ciudadano ha sido convertido en cliente y ha sido despojado de su capacidad para controlar su territorio. La ciudad, como tejido social de soporte de la vida, ha sido reducida a un catlogo de objetos a los cuales solo se puede acceder mediante el dinero. De este modo, la autonoma de los colectivos se encuentra erosionada. Si antes de las reformas, los barrios populares y los colectivos que los animan contaban con espacios donde podan auspiciar relaciones de cooperacin y convivialidad, ahora la vivienda se ha vuelto una isla en la cual se repliegan las familias como sujetos heternomos dependientes del mercado. En esas circunstancias, la inseguridad y el riesgo proliferan.

    Revertir este proceso exige revertir el diseo institucional neoliberal. La construccin de un orden alternativo nos obliga a mirar el pasado: no slo para recuperar el urbanismo popular, sino tambin para replantear en el umbral del siglo XXI los arreglos institucionales que pueden permitir la autogestin colectiva del territorio. El espacio urbano no est compuesto de cosas: son redes de cooperacin y socialidad, un conjunto de recursos de uso compartido a los cuales solo la accin organizada de un nuevo sujeto colectivo puede otorgar sentido.

    La construccin de una democracia participativa implica la movilizacion de ese sujeto colectivo, un proceso en el cual las iniciativas ya en curso son mltiples y tocan aspectos que van desde la problemtica ambiental hasta los desafios que plantea la seguridad, pasando por una reestructuracin de los modos en que se construyen los espacios habitacionales, se organizan las oportunidades laborales, las tecnologas del transporte, los sistemas de abasto y la forma en que se configuran los espacios pblicos. Las reformas neoliberales de mercado omiten, de modo estructural, los problemas que plantea el medio ambiente y la gestin del territorio, y es por ello que la ciudad se constituye, al empezar la nueva centuria, en un escenario fundamental para la democratizacin de nuestras sociedades, con la formacin de nuevas formas de cooperacin, alianzas en las cuales una diversidad de organizaciones sociales busca poner lmites al autoritarismo que suele acompaar a los procesos de privatizacin.

    La defensa que el Estado mexicano hace del neoliberalismo, con su impulso a las reformas de mercado que cancelan todos los mecanismos de regulacin construidos por el movimiento social progresista en el curso del siglo XX, slo ha contribuido a generar un espacio vaco favorable a las exclusiones y a la desigualdad. Por ello, como bien apuntaba Boaventura

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    Hiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    de Sousa Santos (2004:15), es dentro de este vaco de regulacion y de emancipacin que estn surgiendo en todo el mundo iniciativas, movimientos, organizaciones que luchan simultneamente contras las reformas de regulacin que no regulan y contra las formas de emancipacin que no emancipan.

    Referencias

    Carta de la Ciudad de Mxico por el Derecho a la Ciudad (2010), consultado a 29.09.2014 em http://www.hic-al.org/eventos.cfm?evento=941&id_categoria=13

    Connolly, Priscilla (2012), La ciudad y el hbitat popular: Paradigma latinoamericano, Mxico, UAM, Azcapotzalco. consultado a 29.09.2014 em http://www.ungs.edu.ar/catedrasur/wp-content/uploads/2012/11/12_CONNOLLY_VF.pdf

    Coulomb, Ren; Schteingart M. (org.) (2006), Entre el Estado y el mercado. La vivienda en el Mxico de hoy, Mxico, UAM, Azcapotzalco.

    Duahu, Emilio; Giglia A. (2008), Las reglas del desorden: habitar la metrpoli, Mxico, Siglo XXI editores.

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    Kowarick, Lucio (1991), Ciudad y ciudadana. Anlisis de metrpolis del subdesarrollo industrializado, Nueva Sociedad, 114, 84-93.

    Naredo, Jos Manuel (1996), La burbuja inmobiliario-financiera en la coyuntura econmica reciente (1985-1995), Espaa, Siglo XXI editores.

    Pirez, Pedro (2014), La mercantilizacin de la urbanizacin. A propsito de los conjuntos urbanos en Mxico. Estudios Demogrficos y Urbanos, 29(3),(87) 481-512.

    Sedesol (2010), Delimitacin de las Zonas Metropolitanas en Mxico, Mxico, SEDESOL.

    Sedesol (2011), Estado de las ciudades en Mxico, Mxico, ONU-Hbitat SEDESOL.

    Santos, Boaventura de Sousa (org.) (2004), Democratizar la democracia, Mxico, Fondo de Cultura Econmica.

    Introduo / IntroductionTextos / TextsTextos / TextsPolitical and Economic Alternatives from the South: Learning from Black and Indigenous Communities in ColombiaBernd Reiter

    Etnodiversidade: poltica de reconhecimento luz do UbuntuEdna Raquel HogemannFlora StrozenbergLuiz Otvio Ferreira Barreto Leite

    Nordeste Brasileiro - Colonialidade e Preconceito No Hemisfrio Sul?Dina Maria Martins Ferreira

    Genealogas artsticas transnacionales y disenso: Espacios artsticos auto-gestionados en el Caribe insular.Carlos Garrido Castellano

    Para descolonizar os Estudos para a Paz: o contributo de Boaventura de Sousa Santos e o resgate do sentido crtico do pensamento sobre a pazJoana Ricarte

    Democracia e Policentrismo do Poder Uma Anlise da Proposta de Democracia Cosmopolita frente Organizao Institucional BrasileiraMurilo Gaspardo

    Alm das fronteiras: identidades bolivianas em La Paz e So PauloFrancione Oliviera Carvalho Sandra Regina Chaves Nunes

    Planejamento urbano e participao cidad: partilha de experincias entre So Carlos (Brasil) e Coimbra (Portugal)Celso Maran de OliveiraDulce LopesPedro Luciano ColenciIsabel Cristina Nunes de Sousa

    A Democracia Hdrica No Plano Internacional Sul-Amrica e BrasilCelso Maran de OliveiraCludia Elisabeth PozziLaura C. L. Bueno FerratiFernanda Soares Cardoso

    A Sociedade Civil Organizada: um contributo para o desenvolvimento sustentvel da escolarizao em LuandaCarolina Mendes

    Modernizao das Tradies como Desafio Epistemolgico da Filosofia AfricanaDavid Silvestre Chabai Mudzenguerere

    Salo, Salozinho e Feira de Ensino e Popularizao da cincia: experincias democrticas em uma universidade do Sul do BrasilJorge Paiva da SilvaBruna Bertoglio LorenzoniVanise Baptista

    Cooperoeste: uma resposta ao desenvolvimento excludenteJocilaine MezomoHieda Maria Pagliosa Corona

    Contra cultura e democracia radical:Copa do Mundo, exceo e resistncia na ptria das chuteirasAndityas Soares de Moura Costa MatosJoyce Karine de S Souza

    Assembleias populares e participao poltica no Brasil:a experincia da Assembleia Popular Horizontal de Belo HorizonteAndityas Soares de Moura Costa MatosJoyce Karine de S Souza

    Filhas de Eva na Maldio de Caim: histria de vida de mulheres na imigrao em So PauloClaudia Moraes de Souza

    Discutindo sade ambiental a partir de uma Ecologia de SaberesMichel Fernandes da Rosa

    Ciudadana Inclusiva: La participacin poltica de los migrantescomo mecanismo de fortalecimiento de la democracia en EcuadorAlex Valle Franco

    Os desafios da Democracia participativa na cultura poltica brasileira: Um estudo sobre o Oramento Participativo do Distrito Federal\Brasil.Angela Vieira Neves Priscila Nolasco de OliveiraMelina Sampaio de R. Barros

    Cincias Sociais e Bem ViverAntnio Pedro Dores

    Territrios Educativos e a Transformao SocialHelena Singer

    Reflexes Sobre a Legitimidade Coletiva na Tomada de Deciso: Um Estudo da Transposio do Rio So FranciscoBrasilSilviana L. Henkes

    Experiencias de presupuestos participativos en Andaluca: una necesaria reflexin crticaJos Mara Manjavacas Ruiz

    O Potencial Emancipatrio do Conselho Escolar na Gesto Democrtica da Escola Pblica: Consideraes a Partir do Papel da ComunidadeMaria do Socorro Silva CavalcanteMaria Creusa de Arajo Borges

    Que Leitura Da Revoluo Dos Outros? Um estudo comparativodas narrativas sobre a Primavera rabe e a revoluo Haitiana no OcidenteAlexandre Fonseca

    A Multiplicidade de Regulao no Interior das Ocupaes Urbanas de Salvador, Bahia: Questionando Alguns Esquemas DicotmicosRal MrquezAdriana Nogueira Vieira Lima

    El Buen gobierno comunitario: la experiencia purpecha en el ms all del canon occidental de la democracia moderna.Miguel Mandujano Estrada

    Espaos Democrticos e o Aperfeioamento da Democracia no Brasil: Breve Balano e PerspectivasSrgio Borges

    Theory of Global Democracy and UN ReformGiovanni Pampanini

    Alguma coisa est fora da [velha] ordem mundialJunia Maria Ferrari de Lima

    Ativismo e militncia poltica entre adeptos da Wicca no BrasilDaniela Cordovil

    The decolonial thinking and the limits of geographical imaginationFrancine Rossone de Paula

    Globalizao e internacionalizao: democracia vertical de um convnio estudantil brasileiro?Ana Ceclia Cossi BizonMarilda do Couto Cavalcanti

    Deslocamentos Populacionais: Diversidades e Direitos aos HumanosZilda Mrcia Grcoli Iokoi

    La Marcha Mundial de las Mujeres: traducciones y aprendizajes Carmen Leticia Daz Alba

    Un dilogo posible: psicologa socio-comunitaria y epistemologas del sur para dar respuesta/s a las disputas que ponen en riesgo a las poblacionesLia Zttola

    Do esgotamento reinveno dos modos de participao da sociedade civil organizada: uma cartografia de controvrsias no BrasilMariana de Castro Moreira

    Learning from the local South: re-considerations from the Participatory Budgeting of the Brazilian city of Belo HorizonteSrgio H. Rocha Franco

    EFAs: un espacio de resistencia al desarrollismo, de bsqueda y co-construccin de alternativas emancipatoriasPaola GriggioMarcela CastroMagdalena Abt GiubergiaLa Zottola

    guas no Xingu: Direitos e Deveres na Relao Inextrincvel entre Humanos e a guaFernanda Viegas ReichardtMaria Elisa De Paula Eduardo GaravelloSilvia Maria Guerra MolinaMaria Victoria Ramos Ballester

    Redes Sociais de Resistncias Subjetividades e Sentimentos nas Aes Coletivas RecentesGiuseppa Maria Daniel Spenillo

    Uma dana entre inovao e regulaoNra Beatriz Chaves AlvesJos Geraldo Wizniewky

    Polticas lingusticas, escola indgena, interculturalidade: conquistas e desafiosLanguage policies , indigenous school, interculturalism: achievements and challengesAmrica Cesar Maria Nazar Lima

    Ecuador Siglo XXI: Narrativas Democraticas Desde el Sur Luis Miguel Uharte Pozas

    Naturalizao e Instrumentalizao do Sujeito de Direito: uma Anlise dos Conflitos Agrrios em Torno das Demarcaes de Terras Indgenas no Brasil.Vilma de Ftima MachadoLeonilson Rocha dos Santos

    El 15M: democracia ms all de las urnasAntoni Jess Aguil Bonet

    Construir dilogos e partilhar desafios na aprendizagem com o Sul: lies aprendidas do Programa de Cooperao Sul-Sul pelo Direito Educao entre pases Lusfonos -PCSS-Lusfonos.Andreia SoaresJlio Gonalves Santos, Mila Dezan, Ana Poas, Sara Poas, Rui Silva, Rosa Silva

    Por una democracia de alta intensidad. Los movimientos sociales como portadores del cambio socialMarina Requena i MoraJos Manuel Rodrguez Victoriano

    Del desencanto indignado a la indignacin desencantada: cuatro dcadas de democracia de baja intensidad en la sociedad espaolaJos Manuel Rodrguez VictorianoMarina Requena Mora

    Workers Rights, Universal Claims and Democracy in the Global SouthJrg Nowak

    Epistemology of the South and Transdisciplinarity; a comparisonHans Dieleman

    El Sur del Diseo y el Diseo del SurAlfredo Gutirrez Borrero

    Participao de Catadores e Catadoras de Materiais Reciclveis no Processo de Desativao do Aterro Metropolitano de Jardim Gramacho, BrasilAndra de Moraes Barros

    A Contribuio das Comunidades Tradicionais na Promoo ao Direitoao Desenvolvimento SustentvelMrcia Rodrigues BertoldiLetcia Baron

    Contrataes Pblicas Sustentveis: um direito fundamental?Maria Anber Melo e Silva

    Lutas Sociais e Conquista do Sistema nico de Sade no BrasilJos Joo Lanceiro da PalmaMarisilda Silva

    Experincias Poltico-Educativas Contra-Hegemnicas: Dilogos Emergentes entre Amrica Latina e CaribeMaria Elly Herz GenroPmela Marconatto MarquesJaime Jos ZitkoskiEliane Almeida Souza

    A UNILA como um projeto de universidade contra hegemnicaManolita Correia LimaGisele RicobomClaudia Cristiane dos Santos Silva

    Mobilizaes acerca dos direitos sexuais e reprodutivos: organizaes no-governamentais e o enfrentamento da criminalizao do aborto no BrasilIvan Augusto Baraldi

    Algumas consideraes sobre emancipao e subalternidadena performance feminina negra no funk e no hip-hop (Brasil e Portugal)Marina Pereira de Almeida Mello

    A democracia intercultural: da questo nacional questo plurinacionalVivian Urquidi

    A Questo do Conhecimento na Contemporaneidade:A Universidade e a Ecologia de Saberes por uma Cidadania PlanetriaSilvia Elisabeth MoraesLudmila de Almeida Freire

    Gandhi and AAP: Decentralisation and Swaraj against Political-ColonialismCristiano Gianolla

    Contrarrevolucin urbana y democracia participativaHiplito Rodrguez HerreroRoso Crdova Plaza

    Padro FIFA e Primavera rabe na Baa de Guanabara: Protestos Sociais e Alternativas s Matrizes Polticas ClssicasWilson Madeira FilhoEdson Alvisi Neves

    Rolezinhos: Ausncias e emergncias no bonde da ostentaoFernanda Belizrio

    Democracia deliberativa intercultural: una forma alternativa de democracia a partir de consensos interculturalesDiana Carrillo Gonzlez

    Alicia a Travs del Prisma: Caminando por el Pluriverso.Begoa Dorronsoro

    Encontro de Saberes: Um Desafio Terico, Poltico e EpistemolgicoJos Jorge de CarvalhoCarla guas

    Ampliando o cnone da dignidade: algumas contribuies de feministas islmicasCsar Augusto Baldi

    Democratizar la Democracia en Nayarit (Mexico). La Posible Emergencia de una Contrahegemona RegionalCarlos Rafael Rea Rodrguez

    Direitos Fundamentais Urbansticos, Estatuto da Cidade e a ExperinciaEmancipatria da Democracia DeliberativaLucas Rgo Silva Rodrigues

    O sul para alm de agora: as epistemologias imaginadas da fico cientficaElsa Margarida Rodrigues

    O Silncio das ImagensCatarina Laranjeiro

    Descolonizar el pensamiento y conquistar la tierra: Soberana alimentaria y movimiento campesino internacional.Javier Garca Fernndez

    A Cartografia e os Mapas enquanto Ferramentas de Anlise do Social: Releitura a partir de Algumas das Contribuies Facultadas por Boaventura de Sousa SantosFrancisco Freitas

    ndice Remissivo de Autoresndice de Ttulos