zavaleta mercado, rené_lo nacional-popular en bolivia

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    .,. t .I " _'.;-. - i"'/ . : J ' - ~ /~ \L9}o/,I&> - :1// ,':. LO NACIONAL-POPULAR

    EN BOLIVIA

    porRENE ZAVALETA MERCADO

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    )l(J~ t i . n o edtoresMEXICOESPANA .AAGENlINACOlOMBIA

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    fNDICE) l( ]siglo veintiuno editores, sa de cvCERRO DELMlUA2' . DELEGACIQN COVOAcAN.0.310 M ~ X I C O . D.F.

    siglo veintiuno de espana editores, saClPLAZA S. MADRID 33. ESPA/lA PROLOGO 9siglo veintiuno argentina editores, sa I. Introduccicn, 9; II . Antecedentes, 9; I l l . Algunas hipotesis

    sobre el tema, 15siglo veintiuno de colombia, ItdaAV.J . 17.13 PRIMERPISO. BOOOIA. D.E. COLOMBIAI. LA QUF.RELLA DEL EXCEDENTE 21

    II . EL MUNDO OEL TEMInLE WILLKA 96 " .. '1o, 0. .i \ 0 r: ) '-'I . ~ : " l ~ ~ t ' ~ : - / , l.....) " ' , ' _ . } 1::>.,") .. }, . . 35:.rq Ill. EL ESTUPOR DE LOS SlGLOS 180.-"2; \S I )~ U T , t2.b rL-, e; ':/jI1IllLIOGRAFiA 263

    ~ - , ~ .\..EIBllOTECAF1...ACSO

    :Ij

    edicion al cuidado de mart l solcrportada de anhelo hernandezprimera edici6n, 1985 siglo xxi editores, s. a. de c. v,isbn 968-23-13686dcr echos reservados conforme a la leyimpreso y heche en mexico/printed and made in mexico

    [51

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    PR6LOGO

    J. INTRODUCCt

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    10 11Pll.6LOCO Pll.6LOGOvuclve en torno al momento de ruptura de 1952,3- es el centrodel anal isis porque se trata de un despliegue organico: loselementos laterites se veri obligados de subito a un acto radicalde manifestacion 0 aparicion y es aqui donde se advierte, pOIejernplo, como el criterio de marginalidad, acaso valido en un acuan tificacion referida a un momento de subordinaci6n nornica, sin embargo no 10 es en absoluto en un a instancia de revelacion crftica.!

    Puesto que la fluidez 0 vacancia jerarquica es 10 caracterisrico de aquel momento, hay en efecto un modo de identificaci6nque adopta cada un a de las clases sociales, de cada un a deellas con relaci6n a la nueva articulaci6n general, de unas conrelacion a otras G y tarnbien del estado, que no 5610 recibe lasconsecuencias de aquella interaccion sino qu e se las arregla paraexperimental' su propia autonomfa inicial eri-medio de un conjunto de hechos qu e no pueden fisonomizarse sino como unmomento constitutivo tlpico.!

    En cierto modo, la historia posterior de Bolivia no es sino eidesenvolvimiento de las caracterlsticas de la crisis de 1952. Lossu jetos elasistas no hacen despues sino reproducir las condiciones de su actuacion en aquel momento crucial. Es obvio qu ea partir de eso debe considerarse el papel no rutinario quetienen los momentos catastroficos 0 constitutivos en cuanro a la

    3 POl' revoluciou na ciorial sc cnrieudc en Bolivia el pcriodo de lastransformaciones dernocraticas que comenzaron en abril de 1952. Es unapelativo que sc atribuye a Carlos Montenegro, cl te6rico fundamental delnacionalisrno revolucionario, e indica de algun modo In superioridad quese aspiraba a da r a los objetivos na cionales sobre los democraticos. "N oser como los qu e se sienten clase en vez de sent irse nacion", habia cscrito.

    1 Sobre el pa pcl de 101 crisis en el conoeimiento social, vcasc R. Zavaleta,Movimient o obI-era y ciencia social.

    5 Es evidcnte, pOl' ejemplo, que los ca rnpesinos se organizan ell la Iorrnaa imagen y sernejanza de los obreros pero eso no crea una relacion deinrnersion en la clase obrera sino en cl estado destle el qu:: ha bla actua dola clase obrcra. La manera particular de la cornbinatoria entre militares ycampesinos, entre estudiantes y obreros son otros tantos movirnientos dentrode l intercambio hegemonico, qu e es mu y activo a partir del 52.o POl' memento constitutivo se podrla en tender al punto \ orig-inariode las sociedades en su sentido mas remote. pOl' ejemplo Egipto y el riegodel Nilo 0 la conquista del habitat en el Ande. En el sentici;) qu e 10 llSamosnosotros, tiene referencia a la manera que adquiere el lana ideoJ6gicoy las ormas de dominaci6n del estado, es deeir, al momenta de su conslrucci6n.

    reformulaciori de los patrones ideologicos y tambien de 10 que sepuede llamar el "ternperamento" de un a sociedad. La propiaindagacion deber ia decirnos si esta no es un a manera de cornpensar desajustes 0 no correspondencias entre los episodios silenciosos de la estructura y el caracter del poder 0 sea cual es lamanera que tiene un a sociedad invertebrada en gran rnedidacomo la boliviana de adecuar los momentos de sus determinaciones puesto que aqui no fue posible hacerlo pOl' via de lademocracia re presentativa."La epoca misma, comprendida como epoca revolucionaria,es en extreme ilustrativa acerca de los contenidos de cada un ade las elases sociales y su alcance "nacional", La recomposicionentre las nuevas clases politicas (la obrera y la cam pesina) y lasmediaciones que se implantan casi como reconocimiento de lanaturaleza de los hechos B irnponen la instauracion de un nuevosistema estatal al qu e llamaremos el estado de 1952. Ello in au gura el segundo cielo estatal boliviano en el siglo xx.?

    El primero habia sido establecido en torno a la guerra federa l (1899). Un a alianza entre un subestrato oligarquico y elcampesinado indigena impuso entonces porIa via militar unnuevo bloque social dominante, un nuevo eje politico-geogrufico, sin duda nuevos canones de legitimacion y, en gran medida, incluso un nuevo aparato represivo, todo dentro de un anueva insercion de Bolivia en el mercado mundial, con elestafio.>?

    La integraci6n estructural del estado de 1952 se basa en laampliaci6n de Ia base clemograEica del consenso politico (quehabia fracasaclo por Ia deecci6n liberal en el 99), mediantela introducci6n en la controversia politica de los obreros en ladecada de los cuarenta y de los carnpesinos en la de los cincuenta, en un a nueva concepcion espacial del pais (aunque elespacialismo es un a constante en el razonamiento estatal boliviano),H un a nueva ideologia (el "ideologuema" nacionalismo

    7 Cf. Rene Zavalcta (l9S2a y 1979).B Lo mas elocuente es el comportamienlo de los dil'igenres campesiuos.

    can re!aci6n a la guerrilJa de 1967 (veaSe Rene Zavaleta, 1969).9 Vease intra, nota 41.10 Cf. Ramiro Condarco (1960).11 Cf. C. Badia MaJagrida. 1946; J. Mendoza, 1907.

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    12 PI\6LOCOrevolucionarioj 12 Y un nuevo aparato represivo. Mas irnportan te que todo cllo, no obstan te, es la aparici6n de estructuras-de mediacion y de rnediadores en un sentido moderno.P Elpropio anril isis comparado de la constitucion, las form as y ladccadencia de los dos estados bolivianos (de estos do s ciclos)'configura un cuadro en extremo rico para el estudio de lasformaciones Iatinoarnericanas. En otros terminos, se pretendeparticipar en las discusiones recientes acerca de l problema de l-estado en base al analisis de un caso concreto.i-Si bien estu a la vista que el episodio revolucionario no es el.resultado de una determinacion cconornica directa sino de un aacumulaci6n clasista, con todo, es tambien posible inferir vinculacioncs entre los hechos que conciernen al pais oficial y losde su naturaleza interior. Ninguno de los momentos propiosdel modo estatal del 52, algunos de los cuales son desplazamientos absolutos en toda la historia del pais (como la terrninante adjuncion carnpesinaj.w habrIa sido posible sin ciertosacontecimientos premonitorios como la guerra del Chaco.!" La

    ;guerra es siernpre un elemento de actualizacion de las socieclades y no en balde se ha dicho que es la manera en que progresan las naciones. No obstante elIo, se debe considerar laIuncion de un a movilizaci6n mas 0 menos universal en un pais'Cjue careda de hechos realmente nacionales.t" Se advierte sinlugar a dudas el papel de la guerra modem a, como episodio-sociologico dotado de un a gran intensidad patetica, en la trans:formaci6n de las clases sociales (como pOl' ejernplo, la erner

    12 Vcase Luis H. Anreznna, 1983; Ernest Laclau, 1978.13 Juan Lechln, pOl' ejemplo, fue un mediador clasico en todo el per/odo,

    'pCl"O tarnbien 10 Iue, en cierto senlido, Alfredo Ovando con relaci6n al-cjcrciro. La aparici6n de 10 que se ha llamado 101 "medlacion prebendal"( v ~ a s c Rene Zavalcta, 1979; Waller Guevara Arze, 1.01 militlJ)'es en Bolivia,incclito) cs en cambio algo qu e caracteriza 011 momenta de Ja dccadencia.del esrado de I!J52.

    1-1 Vcasc E. Ayala Mercado, 1956; Guillermo Lora, 196.1. Para el pro.,iJlcma general, Biaggio de Giovanni. 198!.If> Vease Silvia Rivera Cusicariqui, 1985.10 Vease David Zook, 1960; Roberto Querejazu Calvo, 1975; Aquiles

    'Vergara Vicufia [s.L],17 Otro tanto puede decirsc de las propias movilizaciones en el periodo

    .del auge de masas luego de 1952: aquI la movilizaci6n tn\3ma tiene un a"'alidez independiente :lun de las medidas qu e contiene 0 sea que 10 ine"'ersible es cl acto de masas y no 101 medida.

    PR6LOCO 13'gencia del pathos estaral en los militares) pero sobre todo en10 que se reiere a Ia preparacion de la descampesinizacion ysin duda como campo de nacionalizacion ideol6gica. La relaci6n entre la movilizaci6n militar y el movimiento campesinoparece ahora algo comprobado.tf

    En los hechos, la propia catastrofe social de 1952 proponefacetas heterodoxas con relaci6n a la literatura sociol6gica ma sfrecuente en America Latina, al menos la de hace algunos afios,Se ha dicho pOl' ejernplo que se trataba de un a formaci6nsocial cuyo caracter estaba dado porIa marginalidad y la dependencia.t? De principio, encontrarernos ad una prirnera claudicaci6n del analisis purarnente estadistico. La abundanre participaci6n carnpesina en la implantaci6n de l proceso de reforrnaagraria (sobre todo en algunas regiones) dernuestra que el criterio cuantitativo de marginalidad es un a reduccion.t? En cuantoa la estructura de la dependencia, es claro que su exageraci6nconvertirfa a la historia en un circulo cerrado en el que 10dependierite no deberia producir sino dependencia: no existirian las historias nacionales. Es obvio que hay formas de articulaci6n no dependientes, que la propia metr6poli tiene grandesimposibilidades en cuanto a su capacidad de conocimiento delas sociedades dependientes. EI nucleo de 1952 demuestra ungrado importante de autodeterminaci6n politica en un escenario muy atrasado 21 aunque es cierto que esta autoimpulsioncedi6 casi de inmediato a la coercion de las condiciones externas.P

    De todasrnaneras, tenemos la impresi6n de que en las interpretaciones que se ha n heche hasta aqui acerca de aqueIIos

    18 Vease J. Dandler, 1969.19 Vease Anlbal QUijano, 1967. Tarnbien Ministerio de Planificaciou y

    Coordinaci6n, 1 ~ 7 0 .20 Asl 10 dcrnostraron los acontecimientos de Sacaba, Toluta y Epizanaen 1974 y el gran inoviiniento de apoyo campesino a 101 huelga obrcra en

    novicrnbre de 1979.21 Se sabc, pOl' ejemplo, que los diplonuirlcos norteamericanos esta ban

    seguros, en marzo de 1952. que el MNR ja rnas alcanzaria el poder, aunqueuna insurrecci6n se 10 da ria apenas dias despues. Con Sergio Almarazpudimos vel' correspond en cia sobrc el particular en el archive del bufeteCalvo, en La Paz. .

    22 Vease Jackson Eder. en sus memorias, citaclas pOl' L. Whitehead,191'9; y V. Andrade, 1976.

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    pn6LOGO'14aeon tecimien tos se h a dado un cierto maniqueismo, es decirque se ha prescindido casi siempre de 10 que se llama un a"perspectiva total". Se ha tendido a subordinar los factores 0 ala existencia de un caucus politico (el MNR) 0 a la accion, sinduda impresionante, de la clase obrera, para no hablar de lasexplicaciones carismaticas.s" Lo qu e interesa en cambio, a nuestr o entender, es advertir el desarrollo contradictorio de losfactores, 0 sea, como si los hombres se propusieran algo y loshechos los llevaran indefectiblemente a otro lugar. EI jacobinismo result6 aqui una escuela poco eficaz, La idea del campesinado como clase receptora y del proletariado como clasedonante, po r ejemplo, no sigue sino un lineamiento dogmitico.En realidad, todo indica qu e el campesinado tenia su propiaacumulaci6n de clase y tambien, si se quiere, su propia historiade clase dentro de la historia de las clases. Es elocuente el quesirva sucesivamente de masa hegem6nica en el momento de ladecision del poder.s- como densidad conservadora a 10 largodel llamado "pacto militar-carnpesino", cuando fue consideradocomo un a "clase tranquila" y, por ultimo, como asiento de ladesagregaci6n del bloque de clases del 52, es decir, de la disoIucion del estado.wEI consistente decurso de la clase obrera boliviana, en suhistoria como clase constitutiva y como la clase separatista,propone la cuestion de cual es el grado en que no hay en Bolivia y es probable qu e en ninguna parte un a correspondencianecesaria entre los indicadores del desarrollo econornico-cul turaly el grado de desarrollo politico de los obreros. La experienciaboliviana parece dernostrar, 10 mismo qu e otras, que ese correlato es al menos media to 0 sea que para una clase como estaes mas importante su acumulacion organica 0 historia hegernonica, qu e es algo quese relaciona po r fuerza con el grado deeficiencia que logra la presencia estatal.s"Sin embargo, esto qu e pareceria enseiiar un lado de auto

    23 Cf. Herbert S. Klein. 1958: Liborio Justo, 1975; Luis Pcfialoza, 1952.24 Fue sin duda el exito en la movilizaci6n carnpeslna 10 que decidi6

    101. supervivcncia del poder del MNR en los afios crlticos de 1952-55.25 La sustituci6n del pacto mi litar-campesino poria alianza de los campesinos con la COil hacia 1978 y el apoyo a la UDP en las tres' elecciones

    que gan6 Siles Suazo entre 1978 y 1980.20 Moerna Viczzer, 1977; C. Soria Calvarro.

    l'R6LOGO 15norma del desarrollo politico, resulto no ser valido sino de un amanera menos perspicua para otros sectores. EI escaso desarrolloeconomico no fue un absraculo real para el desarrollo de laclase obrera pero es probablemente un obstaculo para la for,rnacion de un a burguesia local. En otros terrninos, mientras loscampesinos expresaban un a capacidad casi general de movilizacion (de no marginalidad) y los obreros 10 qu e es ya casiun inpromptu hegem6nico, en un a escala Ilarnativa a escala latinoamericana, se presenta a la vez la "paradoja sefiorial", ,Quees 10 que postulamos bajo el concepto de la paradoja? La claseo casta secular boliviana resulta incapaz de reunir en su senoninguna de las condiciones subjetivas ni materiales para autotransformarse en un a burguesfa moderna, quiza porque es unaburguesfa que carece de ideales burgueses 0 porque todos lospatrones de su cultura son de grado precapitalista. La paradojaconsiste en que es a la vez capaz de un a insolita capacic1ad deratificaci6n qua clase dominante a traves de las diversas fasesestatales, de cambios sociales inmensos e incluso de varios rnodos de produccion, De esta manera, ast como la revolucionnacional es algo asf como un a revolucion burguesa hecha contrala burguesfa, el desarrollo de la misma es la colocacion de susfactores al servicio de la reposici6n oligarquico-sefiorial, Lacarga sefiorial resul ta asf un a verdadera constante del desenvolvimiento de la historia de Bolivia.e?

    III. ALGUNAS I-Ilr6TESIs SOBRE EL TEMA

    En resumen, nuestra intericion es aplicar los conceptos de lateoria del estado y de las clases sociales a un estudio de caracter histor ico concreto en torno a las hip6tesis 0 postulacionespreliminares a la manera de las que se expone como indicaci6n:1. La relacion en tre excedente y momenta constltutiuoEs mas 0 menos general mente aceptado el papel de la "disponibilidarl" social en la base de la formaci6n de los estados rna-

    27 Romero, Jorge Siles Salinas, Quiroga.

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    16 PROLOCOdemos, Esta disponibil id ad u oferta general se rernite, en 10que se refiere a la sociedad civil. a mementos de vaciarniento,es decir, a las coyunturas en qu e grandes masas estan dispuestas11 la asuncion de nuevas creencias colectivas.s" Desde el anguloestatal, en carnbio, la "disponibilidad" tiene un a relaci6n inob-jetable con el problema de l excedente econ6mico 0 sea que nobasta la maleabilidad ocasional de la masa sino qu e es necesarioun grado de capacidad de emisi6n 0 infusion por parte delestado 0 sea del poder como un acto programatlco. Es un para-lelo: mientras mas profunda es la "disponibilidad" de la socieda d como flujo ideologico y mayor el excedente, hay mejorescondiciones para construir un estaclo moderno, es decir aquelen el que la inflexion ideol6gica predomina sobre el factumrepresivo y las mediaciones dernocraticas sustituyen 0 enmascara n a los formas tradicionales de dominio.s?

    Ahora bien, en Bolivia hubo por 10 menos dos mornentos constitutivos en el pertodo que nos interesa: 1899 y 1952. Se puedediscu til' an tes de nada sobre Ia extension y la profundidad decada un o de ellos. Lo de 1899 tuvo consecuencias nacionalespero no fue un hecho verdaderarnen te "nacional" y en su ulti-midad se tradujo sobre todo en trueques de poder en el senodel bloquc social dominante. La propia participacion aymaraocasiono sobre todo la instalacion de 10 que se ha llarnado el"darwinismo social" como ideologia interior del estado oligar-quico. 30 Es distinta po r cierto un a revolucion dernocratica enla que hay grandes masas activas y en arrnas 0 sea aquellasen las que la actividad rnilitar es mas 0 menos global, como IaRevolucion mexicana, e insurrecciones como la boliviana de 1952que se concretan en un nucleo mas concentrado que s610 despues distribuye los efectos revolucionarios y no sin qu e ellosqueden mediatizados po r la supeditaci6n ideol6gica, etc. 31 Encualquier forma, au n si se aceptan dichos reparos. no cabe dudade que hnbria que hablar de la Ialta de extension 0 de pro-fundidad de los mementos constitutivos pero no de su inexis

    28 Lo del vaciarnicnto es en realidad una metalora: pero es evidcntequ e la ideologia es de una gran tenacidad y qu e s610 en momentos mLly(speciales la gente esta dispuesta a un a sustit\lci6n.

    29 Cf. Louis Althusser, 1974; C. O[[e, 1977,30 Vease MarieDaniele Demelas, tesis.31 Cf. Rene Z;walcla, 197'1.

    l'R

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    13 PR6LOGOsorprendente la reconstruccion sefiorial de la clase dominanteen el periodo posterior. Es a esto a lo que hemos llamado elproblema de la paradoja sefiorial en la historia de Bol ivia.s"En un rasgo de tradicionalidad que' presenta la sociedad boliviana en contraste con otros de ' gran dinamismo e in icia tivay es probable que tenga que vel' (esto habrla que probarlo)con la manera sernicristalizada de la cuesti6n agraria. Aunquees un problema bastante mas enjundioso y 10 qu e se digasobre el es atrevido, con todo, hay ciertos apotegmas clentrodel analisis boliviano que deben ser enfocados, Se diria en genera l que ha habido desde el punto de vista taxonornico un adifereneia entre el memento juridico tributario y el momentoestructural productivo 0 sea que se ha con fundi do las Iorrnasjuridicas de Ia cuestion agraria con el canon tecnico de laaprcpiacion agricola del suelo que es donde, a nuestro modode vel', finca cl meollo de la cuestion.

    Esto podria verse ya apuntado pOl' el empecinamienro de laforma agraria "comunidad" puesto que la deensa de ella y sureproducei6n es casi la forma de la inserci6n del campesinadoen la movilizaci6n dernocratica.w Tratese empero de Iorrnashacendarias y aun de form as parcelarias aparentes, en todo case,al menos en 10 qu e se refiere al habitat andino clasico parececlaro que no se trata sino de modalidades juridicas que mantienen el patr6n productive 0 sea que, en su extrerno.mo habl arlarnos aqui sino de un a sola forma de agricultura a 10 largo deltiempo. EI espafiol 0 el hacendado 0 el funcionario publico tendr ian un papel de mediadores estatales 0 recaudadores aunquede ninguna manera de dirigentes productivos 0 sea que se .dartaun a supeditaci6n juridica pero jarnas un a supeditacion real.?"

    Esta hipotesis allnque sin duda desmentida pOl' episodios evidentes de parcelizaci6n, de acumulaci6n econ6mica intercampesina y de diferenciaei6n (y uniicaci6n), no deja de tenerun a incidencia que debe comprobarse. En todo caso, la resistencia de la civilizaci6n agricola andina estarfa demostrandola impcnetrabilidad de ese universo a un a convocatoria estatalno democratica y la incompatibilidad del apice senorial con un a

    Vease SU fJ1'Il , nota 27.38 CL Grieshaber. 1977; Silvia Rivcra, 1985.39 Cf. Whilaker.

    PRULOGO 19legitimaci6n dernocratica. Qu e el hecho esta vivo en el aeontecer presen te 10 dernuestra pOl' ejemplo la extraordinaria semejanza entre las ideas .de Tamayo en 1910 y los planteamientosmilenaristas de los kataristas conternporaneos.w3. Problemas de [ormalizacion teoricaLa histor ia de este perfodo de la historia de Bolivia proponein tercsan tes problemas para la Iorrnalizacion te6rica. Esto es10 que ocurre, pOl' ejemplo, con relacion a las cuestiones vincuLadas con la estabilidad 0 inestabilidad del modelo de poder,el papel de la dernocracia representativay la forma autoritari a y tambien la integraci6n originaria de los 6rganos de poder.

    Bolivia ha conocido dos periodos de estabilidad civil demoera tico-representativa (1899-1934 Y 19521964;) y dos cic!os depoder militar 1934-46 Y 1961.41 Bolivia, en general, es conocidacomo .uria zona de inestabilidad politica. Con todo, habria queexplicar pOl' qu e en la primera estabilidad civil la legi timaci6nera suficienre au n proviniendo de un a escasfsirna proporci6nelectoral, pOl' que en lasegunda estabilidad .se requeria un ambito de .legitimaci 6n mucho: mas extenso y p o ~ ' que despues deella ni aun 111.. cornpletauniversalizacion del voto .bastaba comoclemente lcgitimador, Eso tiene que vercon la percepcion de lamasa, 10 que quiere decirque en el trabajo se . tratararle obtenc r un a doble .perspectiva.. en primer lugar,c6mo fueron lascosas en sus conrenidos cornplejos: en segundo terrnino, la rnauera en que fueron reconocidos e internalizados pOl' las masas,POI' que, pOl' ejernplo, a los ojos colectivos Busch 0 Villarroelrepresentan Iases dernocraticas y no Herzog 0 Barrientos es un acuestion que se refiere a la historia de la perspectiva de la masa.O

    POl' consiguiente, con relaci6n a la democracia representaLin, sc observaran, entre otros, los siguientes problemas: elreferido al eje territorial, en el sentido de que Bolivia fracasa

    ""0 Vease fr;lnz Tamayo, 1975 y Reynaga, 1970.41 EI pel'fodo liberal 5610 abarea en rigor hasta Co 1920; pero los g, l '

    bicrnos repllbJieanos posleriores {ueron en fin de cuenlas la eontinuJci6n.Dc Er52 a 1964 gobierna el MNR can s\1eesiones civiles, electoralcs y paclficas.EI primer periodo ,mililar comienza en Taro (1934) y termina con na llivi;in (1952). Pero esta cs Ulla clas ifieaci6n. c,lemasiado formal.42 VCase Rene ZavalelJ,

    -> ,