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INTERFERENCIAS MORFOSINTÁCTICAS Y LÉXICAS EN EL ESPAÑOL DE CATALUÑA Y VALENCIA POR EL CONTACTO DE LENGUAS by EZEQUIEL HOYOS-REDONDO (Under the Direction of HILDEBRANDO RUIZ) ABSTRACT This work will deal with lexical and morphosyntactic examples of linguistic interference that emerge in the Spanish of Valencia and Catalonia. There are numerous studies that focus on the interference that Spanish has over Catalan, but little has been said about the influence of Catalan over Spanish. One study shows that the influence of Catalan on the Spanish spoken in Catalonia is minimal. This present work seeks to demonstrate through different examples that the Spanish spoken in Valencia is strongly influenced by Catalan. Hence, a comparative study will be undertaken in order to analyze how Catalan influences the Spanish spoken in these two regions. INDEX WORDS: Interference, bilingualism, language contact phenomena, morphosyntactic and lexical transfers, transcodic markers.

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INTERFERENCIAS MORFOSINTÁCTICAS Y LÉXICAS EN EL ESPAÑOL DE

CATALUÑA Y VALENCIA POR EL CONTACTO DE LENGUAS

by

EZEQUIEL HOYOS-REDONDO

(Under the Direction of HILDEBRANDO RUIZ)

ABSTRACT

This work will deal with lexical and morphosyntactic examples of linguistic

interference that emerge in the Spanish of Valencia and Catalonia. There are numerous

studies that focus on the interference that Spanish has over Catalan, but little has been

said about the influence of Catalan over Spanish. One study shows that the influence of

Catalan on the Spanish spoken in Catalonia is minimal. This present work seeks to

demonstrate through different examples that the Spanish spoken in Valencia is strongly

influenced by Catalan. Hence, a comparative study will be undertaken in order to analyze

how Catalan influences the Spanish spoken in these two regions.

INDEX WORDS: Interference, bilingualism, language contact phenomena,

morphosyntactic and lexical transfers, transcodic markers.

INTERFERENCIAS MORFOSINTÁCTICAS Y LÉXICAS EN EL ESPAÑOL DE

CATALUÑA Y VALENCIA POR EL CONTACTO DE LENGUAS

by

EZEQUIEL HOYOS-REDONDO

B.A., Universitat de València, Spain, 2003

A Thesis Submitted to the Graduate Faculty of the University of Georgia in Partial Fulfillment of

the Requirements for the Degree

MASTER OF ARTS

ATHENS, GEORGIA

2006

© 2006

Ezequiel Hoyos-Redondo

All Rights Reserved

INTERFERENCIAS MORFOSINTÁCTICAS Y LÉXICAS EN EL ESPAÑOL DE

CATALUÑA Y VALENCIA POR EL CONTACTO DE LENGUAS

by

EZEQUIEL HOYOS-REDONDO

Major Professor: Hildebrando Ruiz Committee: Diana L. Ranson

Sarah E. Blackwell

Electronic Version Approved: Maureen Grasso Dean of the Graduate School The University of Georgia May 2006

A toda mi familia por ser los mejores.

A mi querida novia por su ayuda incondicional.

... y a todos aquellos que me han inspirado con palabras de sabiduría.

“No Struggle, No Progress”

Frederick Douglass, 1857.

iv

AGRADECIMIENTOS

Esta tesis ha sido posible gracias al apoyo incondicional de muchos amigos…

Entre ellos, me gustaría agradecer al Dr. Hildebrando Ruiz por compartir sus valiosos

conocimientos e inspirarme en todo momento para tratar “con autoridad” el tema de esta tesis

que siempre me ha apasionado. A la Dra. Diana L. Ranson por su interminable apoyo y simpatía

y, por supuesto, por haberme ayudado a pensar de una manera lingüística tanto en el campo

académico como en la vida real. A la Dra. Sarah E. Blackwell por sus comentarios que hicieron

posible la consolidación de este proyecto.

Por otro lado, y nunca mejor dicho, a mis amigos de España: Gracias al Dr. Vicente

Andreu y la Dra. Carmen Manuel, profesores de la Universitat de València, por brindarme la

gran oportunidad y el privilegio de continuar mi formación académica en UGA. Les prometí a

ambos que me esforzaría al máximo y espero que hoy se sientan orgullosos de mí.

Agradezco también a mis compañeros de Gilbert Hall, con los cuales he compartido los

mejores momentos de mi vida. Gracias por hacerme sentir como en casa y por la ayuda y el

compañerismo que siempre me han ofrecido. ¡Siempre formaremos un gran equipo!

Por último, mil gracias a mi familia, lo que más quiero en este mundo. Gracias por

vuestro apoyo incondicional y por haberme hecho la persona que soy hoy en día. A mis padres,

José y Mari, y mi hermana, Raquel, por todo su amor y por recordarme que hay que luchar por

los sueños que uno tiene. A mis abuelos, los iaios, Paco y Emilia, porque los amo con locura y

siempre han estado a mi lado. A mi tío Paco por su continuo apoyo. A mi novia, Brandi White,

por ser una persona maravillosa que me inspira en todo momento. ¡Gracias! Os quiero mucho.

v

ÍNDICE

Página

AGRADECIMIENTOS ...................................................................................................................v

CAPÍTULOS

1 INTRODUCCIÓN .........................................................................................................1

1.1 Lenguas en contacto ..........................................................................................1

1.2 Términos específicos para tratar el tema ........................................................5

1.3 Cuestiones que se plantea la tesis .....................................................................8

1.4 En síntesis .........................................................................................................12

2 EL BILINGÜISMO EN ESPAÑA ..............................................................................13

2.1 Panorama del bilingüismo en España ...........................................................13

2.2 ¿Bilingüismo o Diglosia?.................................................................................17

2.3 Valenciano, ¿Dialecto o Lengua? ...................................................................20

2.4 Actitudes y estereotipos que envuelven el bilingüismo ................................22

2.5 Similitudes entre variedades del español en contextos de bilingüismo.......29

2.6 Conclusión ........................................................................................................31

3 EL ESTUDIO...............................................................................................................33

3.1 Introducción.....................................................................................................33

3.2 Interferencia.....................................................................................................35

3.3 Interferencias en el “castellano catalán” .......................................................39

3.4 Interferencias en el “castellano valenciano” .................................................47

4 CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES ...........................................53

4.1 Conclusiones del estudio .................................................................................53

vi

4.2 Limitaciones del estudio..................................................................................56

4.3 Posibles continuaciones del proyecto .............................................................57

OBRAS CONSULTADAS............................................................................................................58

vii

CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN

1.1 Lenguas en contacto

El contacto de lenguas con frecuencia da lugar a fenómenos de gran atractivo para la

investigación por parte de quienes se ocupan de la naturaleza del lenguaje en general, y la

manera como los idiomas evolucionan para adaptarse a nuevas necesidades de los hablantes. Uno

de tales fenómenos es el bilingüismo.

Definir qué es bilingüismo y quiénes son bilingües no son tareas fáciles. En el más ideal

de los casos, y por tanto el menos susceptible de aplicación práctica, existe bilingüismo cuando

los hablantes tienen a su disposición dos códigos o sistemas de lengua que les permiten remediar

sus necesidades de comunicación, a voluntad, y con control total de la estructura de dichas

lenguas. Tal noción de bilingüismo sólo tendrá utilidad a condición de que se cuente con

hablantes ideales que interactúan en condiciones igualmente ideales. Más útil es entender el

bilingüismo como un continuo de competencia lingüística que va desde el conocimiento y

habilidad elementales en dos o más lenguas, hasta el extremo opuesto, y menos frecuente, de

conocimiento y habilidad de nativohablantes en dos o más lenguas. En el caso del español, será

bilingüe el hablante de ascendencia hispana, de tercera o cuarta generación, que nació y aún

reside en Estados Unidos, que habla inglés como los monolingües anglos, pero que tiene un

conocimiento del español que a duras penas es simbólico y se reduce a unas pocas expresiones

emitidas con fluidez. También será bilingüe la persona que tiene el español como lengua nativa y

1

que después de 10 años de vivir en una comunidad anglohablante escasamente puede funcionar

en inglés para efectos de supervivencia diaria.

El contacto de lenguas es un fenómeno común en todas las situaciones de bilingüismo, de

modo que el contacto del español con otros sistemas no es excepción, como puede corroborarse

fácilmente en los continentes de América, Asia, África y Europa. Según Silva-Corvalán, “More

than half of the nearly four hundred million people who speak Spanish around the world today

do so in situations of intensive and extensive bilingualism and contact with other languages.”

(1995:3). En razón de este bilingüismo, es normal esperar que el español en contacto con otra

lengua muestre características propias que lo distinguen de otras variantes; así lo confirma

cualquier estudio somero del léxico, la fonética, la sintaxis y la morfología del español en dichas

zonas de contacto. En palabras de Galindo Solé,

[…] las variedades del castellano hablado en Cataluña tienen ciertas características interlingüísticas que lo diferencian del castellano habitualmente hablado en áreas monolingües. [...] el hecho de que el catalán y el castellano han estado en continuo contacto durante siglos ha modificado a ambas lenguas. Sin embargo, la influencia no ha sido simétrica, ya que la influencia del castellano sobre el catalán ha sido más intensa y pronunciada (2003:18).

Es importante subrayar que aunque la influencia de lenguas en contacto es con frecuencia

recíproca, tal reciprocidad no es necesariamente simétrica. En efecto, la lengua de cultura

dominante tiende a incidir con mayor impacto sobre las otras, y no a la inversa, como puede

colegirse de la cita anterior. No sin razón, los fenómenos resultantes del contacto de lenguas son

tan complejos, pues en ellos intervienen factores de diversa índole. El desafío que ofrece esta

complejidad justifica el visible interés que tiene el contacto de lenguas en general y el

bilingüismo en particular.

2

El presente estudio de tesis se ocupa de la situación lingüística de la zona del levante

peninsular, con el propósito de examinar los efectos del contacto del castellano (español) como

lengua de la cultura dominante, en contacto con lenguas autóctonas de la región, específicamente

el catalán de Barcelona y sus alrededores, y el catalán de la zona de Valencia.

Tradicionalmente la investigación ha subrayado la influencia del castellano, como lengua

oficial del estado y lengua hegemónica que ejerce poder e influye al catalán, tanto en Cataluña

como en Valencia. Sin embargo, se ha estudiado menos el fenómeno de lenguas en contacto por

el que la lengua minoritaria, en este caso el catalán, ejerce influencia sobre la lengua de la cultura

dominante, el castellano. Y es por ello que nació nuestro interés de investigar sobre algo que

hemos vivido durante todos estos años en nuestra tierra natal, Valencia. El contacto de lenguas

ha representado para nosotros la convivencia entre dos lenguas que han venido experimentando

interferencias mutuas, no sólo en el habla, sino también en la escritura. De esta convivencia el

cambio de códigos es parte del comportamiento natural entre los hablantes bilingües. A nadie le

sorprenderá que lo anterior dé lugar a un español con rasgos propios de esta región, cambios que

han sido considerados mayormente desde la perspectiva de influencia castellana sobre las

lenguas minoritarias del lugar. El propósito de este estudio entonces es insistir en la necesidad de

ver en tales rasgos distinguidores, no simplemente errores que indican deficiencias en el

aprendizaje, sino comienzos de elementos sociolingüísticos. Estos elementos debieran ser objeto

de estudio científico, en vez de ser desechados como faltas triviales.

Podemos definir la noción de lengua en contacto, siguiendo a Whitley, como “a language

that shows effects from, or mixture with, another language in bilingual situations”. (2002:7). De

aquí deducimos que la ocurrencia de algún tipo de influencia lingüística es condición necesaria

para que hablemos de lengua en contacto. Si no se observa efectos resultantes de la coexistencia

3

lingüística, técnicamente dos lenguas están una al lado de la otra, sin que se encuentren en

contacto necesariamente. Podemos ilustrar este concepto comparándolo con la situación de dos

minorías étnicas que geográficamente coexisten en una misma ciudad, pero que realmente se

encuentran aisladas una de otra, en el sentido de que no hay trato alguno entre ellas.

El contacto de lenguas con frecuencia resulta de situaciones de bilingüismo como sucede

en Cataluña o de la Comunidad Valenciana entre el español y el catalán (lengua romance), o el

del País Vasco entre el español y el vasco (lengua no indoeuropea), el de Galicia entre el español

y el gallego (lengua romance), el de Guinea Ecuatorial entre el español y las lenguas indígenas

del lugar, e igual como sucede en varios puntos del español en las Américas.

En la práctica, no son los sistemas lingüísticos en sí los que están en contacto, sino los

hablantes. La interacción bilingüe con frecuencia da origen a los fenómenos de interferencia, que

Weinreich define como “casos de desviación de las normas de cada lengua que ocurren en el

habla de los sujetos bilingües como resultado de su familiaridad con más de una lengua”

(1982:13). Cabe advertir que los fenómenos de interferencia como productos del contacto

lingüístico no han estado exentos de controversia y con frecuencia se les asignan connotaciones

negativas de incompetencia de los hablantes en una o en ambas lenguas, o incluso deficiencia en

el nivel educativo y cultural.

En estas páginas iniciales nos ocupamos de la introducción al tema de las lenguas en

contacto y las implicaciones de este fenómeno, como preámbulo a un proyecto de investigación

sobre algunas de las interferencias lingüísticas que una lengua minoritaria o autóctona, el catalán,

causa sobre una lengua mayoritaria, como es el castellano peninsular. La idea de que una lengua

minoritaria cause interferencia sobre una lengua mayoritaria, es contraria a lo que sostienen

muchos de los análisis sobre la interferencia en general. Nuestro análisis se sirve ampliamente de

4

los estudios de Galindo Solé (2003), Blas Arroyo (1993; 1994), y Vann (2002), sobre las

regiones catalanhablantes de Valencia y Cataluña.

Al estudiar lenguas en contacto es preciso tener en cuenta que además de dos o más

lenguas en coexistencia, los hablantes, guiados por sus propios sistemas de creencias como

miembros de una misma comunidad, juegan un papel importante en lo que suceda

lingüísticamente en una comunidad. Como dice Marsá:

[...] son los hablantes de una y otra lengua los protagonistas de la interferencia lingüística, o como se pregunta: “¿Es que las lenguas luchan entre sí? Claro que no; los que luchan, como siempre, son los hombres. El papel que las lenguas desempeñan en las luchas de los hombres es unas veces chispa o pretexto; otras veces, arma ofensiva o defensiva”. (1986:97; 1980:23).

Nos identificamos con Seco (1980) en que las lenguas no tienen más poder del que sus

hablantes les dan, es decir, una lengua tiene un carácter determinado dependiendo del uso que de

ella hacen sus hablantes. Los miembros de una comunidad lingüística son quienes deciden el

futuro de su lengua en última instancia.

1.2 Términos específicos para tratar el tema

Según Galindo Solé (2003), tradicionalmente, la óptica con que se mira la interferencia

como resultado del contacto de lenguas ha sido negativa, ya sea que se describa en términos de

barbarismos o extranjerismos. Esta autora adopta el concepto de ‘transcodic marker,’1 término

acuñado por Lüdi, quien lo define como “(...) marques, dans le discours, qui renvoient d’une

manière ou d’une autre à la rencontre de deux ou plusieurs systèmes linguistiques (calques,

emprunts, transferts lexicaux, alternances codiques, etc.”. (1987:2, citado por Galindo Solé

2003:18). 1 ‘transcodic marker’ es un término que se relaciona con el de marcador de discurso transpositor, acuñado por Lüdi (1987:2) para refrwerirse a los calcos, préstamos, transferencias de léxico y alternancia de códigos.

5

Son ejemplos de “índices de transposición de código” léxica y la morfosintáctica los

siguientes: hacer miedo para decir dar miedo en español estándar, por la influencia del catalán

fer por; hacer tarde para decir llegar tarde, por la influencia del catalán fer tard; piel de gallina

para decir carne de gallina, por la influencia del catalán pell de gallina (Galindo Solé, 2003:24);

confusión de preposiciones a y en: Estoy a la playa para decir Estoy en la playa en español

estándar. Uso de la partícula expletiva interrogativa que; ¿que no vais a usar mono? para decir

¿vais a usar mono?en español estándar. Colocación del adverbio no después del adverbio

tampoco; pero tampoco no he encontrado_ (2003:27).

Con base en indicadores de transposición de código como los mencionados, Galindo Solé

concluyó que en Cataluña la influencia del catalán sobre el castellano era mínima como lo

indican los porcentajes presentados por esta autora. En su estudio describe dos grandes grupos de

indicadores de transposición: code-switching o cambio de código, que sólo es posible entre

hablantes bilingües, e interferencias, que ocurren tanto entre bilingües como entre monolingües.

En la literatura sobre lenguas en contacto se entiende que el cambio de código, “implica

la activación alterna de más de una lengua y supone el uso de dos o más lenguas por parte de un

hablante en el curso de una misma intervención o turno de habla, o en el cambio de una

intervención a otra” (Silva-Corvalán 1994:6). Dicho fenómeno, muy frecuente en las

comunidades de habla bilingües o multilingües, constituye una consecuencia más del contacto de

lenguas entre otras que surgen en tales contextos, como los casos de transferencia lingüística, la

simplificación de categorías gramaticales y léxicas, la hipergeneralización de formas

lingüísticas, la regularización paradigmática, etc.

Según Quilis (1982), el cambio de código se produce cuando el hablante cambia de una

lengua a otra; en el caso más favorable, este cambio es completo: en un momento dado, cambia

6

una palabra o todo un enunciado en todos los niveles (fonológico, morfosintáctico y léxico); pero

muchas veces este cambio no es completo porque el hablante no domina, por ejemplo, la

fonología de la otra lengua y, en consecuencia, utiliza patrones de pronunciación en la lengua

materna cuando se expresa en “la otra” lengua. En este punto se puede hablar de interferencia:

en ésta se produce, como dijimos, una desviación de la norma de la lengua hablada. Cuando la

interferencia se repite frecuentemente, puede por sí misma llegar a formar parte de la norma,

llegándose, en este caso, a lo que se conoce como integración.

Entendemos la interferencia como el uso de la primera lengua, u otras lenguas conocidas,

cuando la forma resultante en la segunda lengua no corresponde a la norma.

Según Galindo Solé, la interferencia puede afectar el material fonético, léxico,

morfosintáctico o semántico transferido de una lengua a otra. (2003:18). Este concepto de

interferencia está íntimamente ligado con el de transferencia, la cual puede ser positiva o

negativa, dependiendo de si la forma resultante es correcta, o no se asemeja lo suficiente a la

forma de la lengua meta. (Gass y Selinker 2001: 455). Cuando la forma no se asemeja a la lengua

meta, la transferencia negativa se convierte en interferencia lingüística puesto que se usa la

primera lengua en el contexto de una segunda lengua, dando un resultado contrario a la

estructura de la lengua recipiente. Sin embargo, como veremos a lo largo de esta tesis, las

interferencias no tienen por qué percibirse siempre como elementos negativos en la segunda

lengua. Podemos decir, por tanto, que las interferencias lingüísticas que nacen del contacto de

lenguas tienen mucho que ver con las transferencias negativas de los estudiantes de una lengua

extranjera.

Por último, la simplificación alude a la reducción del inventario de formas lingüísticas y

la eliminación de estructuras alternativas en ciertos niveles (Ferguson 1982:58). Por ejemplo, los

7

hablantes valencianos usan una construcción nominal en función de complemento circunstancial

de tiempo, que supone una clara reducción de una estructura impersonal encabezada por la

preposición desde, en el español general:

Tengo el carnet de conducir siete años (Blas Arroyo 1993:52).

Según Galindo Solé (2003), citando a Haugen (1950), el fenómeno de contacto de

lenguas se puede clasificar de acuerdo a su proceso de producción y de este modo distingue entre

substitución e importación. La substitución, o abandono de una lengua a favor de otra, se refiere

a los calcos, los cuales suponen transformaciones, principalmente semánticas, de elementos en

una cierta lengua debido a la influencia de otra lengua. La importación, o préstamos, toma la

forma de transferencias de unidades completas desde la lengua donante a la lengua recipiente.

1.3 Cuestiones que se plantea la tesis

El contacto de lenguas en Cataluña y en Valencia ha despertado el interés de los

estudiosos, principalmente en lo tocante a las actitudes y la identidad lingüística de los hablantes

y otros temas sociolingüísticos que buscaban dar una explicación a los comportamientos de los

hablantes bilingües. Por otro lado, los pocos estudios que se ciñen a los fenómenos más

estrictamente lingüísticos del contacto de lenguas, lo hacen desde el punto de vista de la lengua

mayoritaria o lengua hegemónica, como por ejemplo como nos muestra Haensch G. (1976), en

“Problemes de Llengua I Literatura Catalanes”, con lo cual se ha pensado que la dirección de

interferencia va normalmente del español al catalán.

Este estado de cosas nos parece problemático e insostenible ya que durante décadas han

sido estudiadas, casi exclusivamente, sólo las interferencias resultantes en la lengua autóctona, la

de menor prestigio. Uno de los pocos estudios que plantea el tema de la dirección de

8

interferencias desde el lado opuesto, es decir, desde el catalán al español, concluye que la

interferencia es mínima (Galindo Solé 2003).

El objetivo del presente estudio es examinar la naturaleza de los elementos lingüísticos

que al trasladarse de una lengua a otra permiten hablar de interferencia. Queremos estudiar, no

tanto cuáles son los elementos transferidos del castellano al catalán de Barcelona y Valencia,

sino más bien cuáles son los rasgos que, aunque de posible origen catalán, han venido

penetrando algunos estadios del habla castellana en boca de los valencianos. Queremos entender

igualmente, por qué estos rasgos transferidos no han despertado un interés por el estudio

lingüístico comparable al de la influencia en dirección opuesta (castellano => catalán).

De nuestras lecturas de base (Galindo Solé (2003), Blas Arroyo (1993; 1999) y Vann

(2002)), hemos aprendido que los casos de interferencia del catalán valenciano sobre el

castellano son mayores que los que ocurren en el castellano de la región de Cataluña. En otras

palabras, hemos aprendido que mientras la situación en Cataluña encaja mejor con los análisis

tradicionales, la situación lingüística de Valencia ilustra un caso en que la lengua minoritaria

parece influir a la lengua dominante y no a la inversa, al menos en la misma proporción.

Es preciso aclarar que nuestra investigación no busca determinar cuánta interferencia

existe en cada región, ya que esta labor iría más allá de nuestros recursos y resultaría imposible

dentro de nuestras limitaciones de tiempo. Más modestamente, nos proponemos mostrar,

contrariamente a lo que concluye Galindo Solé, que la influencia del catalán sobre el castellano

no es ni mínima ni insignificante. Más concretamente, queremos establecer si hay motivos para

que los rasgos distinguidores del “castellano catalán”, o “el castellano valenciano” no sean más

que “desviaciones triviales” resultantes de un aprendizaje defectuoso de la lengua del estado

español.

9

Una vez establecido si en efecto existen razones para hablar de estas dos modalidades de

castellano en contacto con el catalán, queremos examinar ejemplos de actitudes lingüísticas en

ambas zonas para ver si esto pudiera explicar en parte, no sólo diferencias en el número de

interferencias entre las dos regiones, sino por los castellanos bilingües de estas zonas parecen

persistir en “un uso defectuoso” del castellano, o por el contrario, si existen actitudes que

sugieran un deseo de los catalanhablantes de ambas regiones por mantener y/o cultivar un “sabor

propio,” aferrándose al uso de rasgos distinguidores.

Un acercamiento a las actitudes de los hablantes hacia el catalán en sus dos variantes,

catalán barcelonés y valenciano, podría mostrar si tales actitudes son de aprobación y aceptación,

o de rechazo a la introducción de elementos catalanizantes dentro de la lengua española. En este

sentido el presente estudio ha de marchar en dos direcciones entrelazadas: por un lado, nos

proponemos el estudio y familiarización con posibles interferencias lingüísticas del catalán al

castellano y, por otro, ver si las actitudes lingüísticas de los hablantes de estas regiones, ya sean

bilingües o monolingües, tienen algo que ver con las diferencias de interferencia en las dos

regiones mencionadas. Reconocemos que esta parte sólo se refiere a apreciaciones un tanto

especulativas por cuanto no nos hemos propuesto un estudio a fondo de actitudes propiamente.

Así enfocado, creemos que este trabajo de tesis puede invitar al estudio de diferencias de

actitudes lingüísticas como explicación a diferencias de interferencia, independientemente de

estatus de lengua mayoritaria o minoritaria. En efecto, en el contacto de lenguas frecuentemente

entran en juego no sólo el prestigio de dichas lenguas, sino otros muchos factores como la

duración y el grado de bilingüismo en la comunidad lingüística, la actitud de los hablantes frente

a los rasgos de pronunciación de una región, etc. Pensamos que éstos son factores todos que

preparan el camino para que una lengua menos prestigiosa socialmente influya sobre otra de más

10

prestigio; o para que en un futuro los rasgos distinguidores de la comunidad despierten la

curiosidad académica de quienes entienden que las lenguas son causa y consecuencia de

conflictos humanos.

Tras una rápida revisión de la literatura sobre este tema se encuentran áreas de

interferencias que no han recibido la atención necesaria en los estudios previos. Estas áreas son

la morfosintáctica, la léxica y el cambio de códigos. Blas Arroyo (1993) es uno de los principales

lingüistas que comienza a darle el mérito merecido, en nuestra opinión, a la interferencia que

ejerce el catalán valenciano sobre el español, tras haber estudiado el plano morfosintáctico. Por

esta razón, sus ejemplos servirán bien para contrastarlos con los datos recogidos por Galindo

Solé (2003) en el español de Cataluña.

Luego de haber examinado brevemente la naturaleza del contacto de lenguas, haber

identificado el tema principal de la tesis, haber definido y comentado algunos conceptos útiles

como instrumentos conceptuales de trabajo, y finalmente, luego de plantearnos las cuestiones

que la tesis se propone contestar, podemos anunciar algunos de los subtemas que han de formar

parte de los capítulos siguientes.

En efecto, hemos de examinar cuestiones del bilingüismo peninsular, y nos plantearemos

la necesidad de distinguir entre situaciones diglósicas frente a situaciones de bilingüismo

propiamente. Examinaremos cuestiones relacionadas con las actitudes lingüísticas, nos

plantearemos lo que se puede aprender del uso de gentilicios con connotaciones xenófobos.

Examinaremos algunas de las dificultades inherentes a establecer si los rasgos distinguidores de

una modalidad de lengua en contacto responden a fuerzas internas del sistema lingüístico de que

forman parte, o si son importaciones venidas de fuera.

11

1.4 En síntesis

En este primer capítulo hemos presentado el concepto de lenguas en contacto como

situación propicia para la ocurrencia de fenómenos que pueden ayudar la naturaleza del cambio

lingüístico. Hemos aprendido que la interferencia lingüística entre lenguas en contacto puede

ocurrir en dos direcciones; puede ir en la dirección A → B, es decir de la lengua de la cultura

dominante como es el caso de castellano, hasta la lengua minoritaria, es decir el valenciano. Pero

la interferencia también puede ir en la dirección A ← B, esto es, de la lengua minoritaria, hacia

la lengua dominante (Alvar 1986:45).

Como dijimos anteriormente, la influencia de una lengua sobre otra depende en última

instancia del hablante puesto que es éste el protagonista en los procesos de interferencia

lingüística. (Ruiz 2006). Las lenguas están en contacto, pero no luchan entre ellas; son los

hablantes los que luchan y están en contacto con las lenguas y deciden qué lengua usar en cada

contexto.

Hemos mencionado las interferencias como consecuencia del contacto de lenguas, y al

mismo tiempo hemos señalado su estrecha relación con los sentimientos de los hablantes,

específicamente con las actitudes lingüísticas, los estereotipos, y el uso de gentilicios xenófobos.

12

CAPÍTULO 2

EL BILINGÜISMO EN ESPAÑA

En este segundo capítulo se examina el tema del bilingüismo, partiendo en primer lugar

de un breve resumen sobre las lenguas de España y lo que el bilingüismo implica para los

españoles. Intentaremos comparar los conceptos de bilingüismo y diglosia a partir de la situación

lingüística en Cataluña y en Valencia. Al final del capítulo se observarán caso de interferencia en

el País Vasco entre el vasco y el español.

2.1 Panorama del bilingüismo en España

La situación del bilingüismo en España es muy diversa ya que tiene rasgos propios en

cada región. Según Moya y Lago (1977:13), en España coexisten hoy en día cinco idiomas

diferentes: el castellano-español2 (idioma oficial en el Estado Español), el euskera (idioma

hablado en el País Vasco y Sur de Francia), el catalán (idioma hablado en Cataluña, Sur de

Francia, País Valenciano, Islas Baleares y otras colonias catalanas como Algher), el gallego

(idioma hablado en Portugal, Galicia y en las colonias gallegas de América Central y del Sur) y

el caló (idioma importado en España por los gitanos y hablado en otros muchos países del

mundo)

La división de Moya y Lago no goza de aceptación general ya que varios lingüistas sólo

reconocen cuatro lenguas en la Península. Por ejemplo, Wardhaugh (1987) sólo nos habla de

2 Moya y Lago hablan de “castellano-español” para referirse al español peninsular (1977:100). Interpretamos que estos autores usan español y castellano de manera intercambiable. Para propósito de este trabajo, usaremos ambos términos de la misma manera.

13

catalán, vasco, gallego y castellano. Lo mismo indica el título programático de un ensayo del

sociolingüista valenciano Rafael Lluís Ninyoles (1977) “Cuatro idiomas para un Estado”.

Asimismo, Christine Bierbach afirma

[...] los hispanistas solemos hoy día presentar España a nuestros estudiantes, por ejemplo, en los cursos de introducción a la lingüística, como un Estado con cuatro lenguas. Huelga decir que esto representa un cambio radical en relación a lo que se enseñaba a generaciones de estudiantes anteriores, cuando muchos de nosotros aprendíamos que la lengua de España era obviamente el español y que “el resto” eran dialectos. (2000:17-18).

Esta autora se refiere con lo anterior a que bajo la dictadura de Franco, las lenguas

autonómicas no recibían ningún crédito y se llegó al extremo de considerarlas dialectos del

español, casi por decreto oficial del gobierno central de entonces. Los desafíos que representan

los conceptos de lengua y dialecto se discutirán en el capítulo tercero, a la luz del debate

existente en Valencia y Cataluña.

Quizás podamos, resumiendo la historia, dividir la situación en España en dos momentos

cruciales: la España bajo la dictadura de Franco y la España sin represión tras la dictadura. Según

Woolard (1989), durante la dictadura de Franco se abolió cualquier tipo de uso de la lengua o

publicidad en catalán, o en cualquier otra lengua autonómica. Esta autora nos da un ejemplo de la

ideología franquista con respecto al tratamiento de estas lenguas a través de un diálogo en una

revista fascista:

(Q.) Are there any languages spoken in Spain besides the Castilian language? (A.) It may be said that in Spain only the Castilian language is spoken, for besides it, only Basque is spoken, which is used as the only language in a few Basque hamlets alone; it is reduced to the functions of a dialect because of its linguistic and philological poverty. (Q.) And what are the main dialects spoken in Spain? (A.) [They] are four: Catalan, Valencian, Mallorcan, and Galician.” (Woolard, 1989:29; Catecismo Patriótico Español, citado en Azebedo 1984).

14

Esta cita ilustra claramente la política lingüística en la época de la dictadura de Franco,

política que tenía como objetivo terminar con las lenguas que no fueran el castellano y

denominarlas “dialectos” del español. Estas presunciones han dejado tal efecto en entre algunos

españoles que incluso hoy en día se puede oír en contextos informales, de boca de personas sin

muchos estudios lingüísticos, que el catalán o su dialecto, el valenciano, no son más que

“español mal hablado”.

Según Wardhaugh (1987:119), entre muchos españoles se asume que España es un país

monolingüe, y aquéllos que no practican esta creencia son tachados de desleales. Sin embargo,

España, está compuesta por importantes minorías lingüísticas. Es verdad que la inmensa mayoría

de las personas en España hablan español pero, a la vez, también hay muchas personas bilingües.

Wardhaugh dice:

Until very recently little or no recognition was given to the fact that millions of Spaniards preferred to use some other language than Spanish for the affairs of daily life and had succeeded in keeping these other languages alive in spite of restrictive measures and even persecution. […] The post-Franco years have brought important changes to Spain. The new 1978 Constitution recognizes the other languages of Spain. Article 3 declares that: ‘Castilian is the official Spanish language of the state. All Spaniards are obliged to know it and have the right to use it. The other Spanish languages will also be official in their respective Autonomous Communities, in accordance with the Statutes. (1987:120).

Con respecto a la primera parte de la cita, cabe decir que la voluntad de los hablantes de

las regiones bilingües es verdaderamente encomiable, puesto que hacen uso de la lengua

autóctona de la región a pesar del esfuerzo oficial persistente de relegar el uso de estas lenguas,

cada vez más, al área familiar. Aunque, por otro lado, que los hablantes “hagan uso de la lengua”

no significa que la puedan usar en todos los ámbitos, es decir, en todas las esferas de la vida

diaria.

15

Según Bierbach (2000), el hablante se plantea cuestiones tanto con respecto a la selección

de código como a la forma de la lengua:

¿Qué lengua elegir?, ¿qué lengua conviene más en una situación x? ¿Qué forma de la lengua (ya sea A o B, suponiendo que el hablante tenga acceso a las dos) es correcta y/o apropiada? Las decisiones que se han de tomar en este contexto conciernen todos los aspectos y niveles lingüísticos: el modo de escribir (ortografía) y pronunciar, la morfología, la gramática, el nivel estilístico y, finalmente, a nivel pragmático, la opción entre un modelo monolingüe y otro bilingüe en la comunicación, practicando el code-switching o el transfer de elementos de una lengua a otra, por ejemplo. (Bierbach 2000:24).

Como ilustra Bierbach con sus incógnitas, el hablante sufre un proceso de adaptación

hacia la lengua que debe elegir para cada contexto o situación, así como la manera de expresarse.

Bossong (1995), en este sentido, introduce la idea de la “arquitectura ontogenética de la

competencia lingüística,” y distingue entre “lengua primaria” y “lengua secundaria”: La primaria

se refiere a la lengua madre y la secundaria a la adquirida en las instituciones educativas.

Según Wardhaugh (1987:17) las lenguas existen para cubrir las necesidades de los

humanos, para comunicarse entre ellos. Una lengua se adquiere para cubrir unas necesidades, así

como una lengua antigua se pierde porque puede haber perdido su utilidad. Por eso, Wardhaugh

habla de las necesidades instrumentales de una lengua, es decir, ciertas ventajas que aportan al

que la aprende: ventajas políticas, sociales, culturales, educacionales, religiosas, etc. La política

de la lengua de un país puede obviamente estar dirigida a aumentar o disminuir las ventajas para

los individuos o grupos, pero como ya dijimos al final del primer capítulo, y nos recuerda aquí

Wardhaugh: “[...] in the long run it is each individual who must decide for himself or herself

what to do. Furthermore, such decisions are likely to be affected by factors other than particular

state decrees concerning language policy, artificial reward systems, or even certain kinds of

sanctions”. (Wardhaugh 1987:17). Hoy en día, el catalán parece tener todo a favor para dejar de

ser lengua minoritaria. Según Bossong (2000:8), el catalán es la primera lengua de la región y

16

está relegando el español al rango de lengua extranjera, todavía con ciertos privilegios, pero cada

vez menos. ¿Por qué se ha convertido el catalán hoy día en la lengua “minoritaria” más

reconocida de toda Europa, la lengua regional más utilizada e imprescindible en la vida oficial y

diaria de los ciudadanos de su región? Bossong nos responde:

En la época actual, y ante las bien conocidas condiciones en los medios de comunicación, en el sistema escolar y en la vida pública en general, ya no bastan (sic). la tolerancia o la mera ausencia de una opresión abierta para asegurar la supervivencia de una lengua minoritaria, sino que se precisan medidas positivas de fomento e incentivos poderosos para ello. En pocas palabras, lo que hoy hace falta es una voluntad política firme y clara, así como un programa sistemático y coherente para poner ésta en práctica. Si falta esto, si se deja el uso de la lengua a lo que podríamos llamar su “inercia natural”, la lengua minoritaria desaparecerá tarde o temprano. (Bossong 2000:8).

Y en este sentido, la lengua catalana ha logrado su éxito con acciones y medidas

positivas. Bossong continúa diciendo que “el catalán tiene un peso histórico, geográfico, político

y sobre todo demográfico por el que apenas parece justificado clasificarlo como ‘lengua

minoritaria’ (2000:9). Por último, y para pasar al tema de la diglosia, Bossong nos cuenta que el

impulso decisivo para la implantación de una política lingüística coherente provenía de la

investigación académica:

“Eran los sociolingüistas catalanes, y en particular los valencianos, quienes estaban

desarrollando y ampliando el concepto fergusiano de la “diglosia”, sacándolo fuera del ámbito

meramente teórico y descriptivo y confiriéndole un valor práctico, inmediatamente aplicable, en

forma de ‘normalización lingüística’.” (2000:11).

2.2 ¿Bilingüismo o Diglosia?

Según Moya y Lago, España no ha sido un país tan sólo diglósico, sino un país

auténticamente plurilingüe. Siguiendo la definición de Ninyoles (1977), bilingüismo es “una

17

situación propia del comportamiento lingüístico individual”, mientras que la noción de diglosia

hace referencia a un tipo de organización lingüística a nivel socio cultural. La diglosia implica

una “diversificación de funciones en tanto que en el bilingüismo las dos variedades lingüísticas

cumplen funciones iguales, es decir, son usadas ambas en el ámbito de las relaciones formales y

de las relaciones no formales”. Continúan diciendo Moya y Lago “[...] evidentemente hoy en día

el catalán que habla y escribe en castellano-español en la oficina y habla en catalán con su

familia no es bilingüe: es diglósico” (1977:14).

Asimismo, Woolard (1989) añade al respecto que a causa de esta diglosia

institucionalizada, hoy en día, no quedan virtualmente hablantes adultos de catalán

completamente monolingües, y una proporción alta de catalanohablantes no sabe leer o escribir

la lengua que hablan. Este es el caso de muchos familiares del que escribe estas líneas, cuya

competencia nativa del catalán se restringe a la competencia oral y lectora, y no tienen

uniformidad en la escritura de la lengua, que lleva a escribir una misma palabra de maneras

diferentes cada vez. Esto se podría explicar por la falta de escolarización en catalán en su época a

causa de la dictadura de Franco, quien, como ya se ha dicho, tomó medidas represivas contra la

lengua y cultura catalana, prohibiendo la publicación de cualquier documento en dicha lengua,

censurando completamente señales o carteles en la calle en catalán, enseñanza en la escuela, y

cualquier tipo de anuncio o publicidad. Los castigos por incumplimiento solían ser multas,

pérdidas de puestos de trabajo, cierre de escuelas e instituciones y, por supuesto, comentarios en

forma de insultos a los hablantes de catalán, como por ejemplo, “habla en cristiano y no ladres”,

“habla la lengua del imperio” y otros insultos xenófobos, que veremos a continuación en este

capítulo. Los intentos franquistas de reducir la lengua catalana a un “simple dialecto” en la

conciencia de los hablantes, aumentaron con el uso de todos los medios posibles para hacer ver a

18

los hablantes que la lengua no servía más que para el uso familiar. Sin embargo, a pesar de tales

intentos de planificación lingüística, como dice Woolard:

[...] for the most part Catalans maintained a tenacious loyalty to their language. Catalan was never displaced from informal communication between native speakers of most social strata, and its use in public was a significant aspect of the leftist and nationalist political protests that arose in the later postwar period. (1989:29).

De vuelta al tema de la diglosia, según Blas Arroyo, “el componente actitudinal de

nuestra comunidad de habla, respecto a la situación de bilingüismo social que en ella se vive, es

todavía claramente diglósico” (1994:153). El concepto de diglosia supone “una situación en la

que los miembros de una comunidad son conscientes de que las variedades intralingüísticas o

interlingüísticas de sus repertorios están jerarquizadas; tienen conciencia también de que ninguna

de esas variedades por sí sola, es suficiente para integrar socialmente a todos los miembros de tal

comunidad” (Rotaetxe, 1988:60-61). Esta cita define con bastante exactitud la situación en

Valencia, donde los hablantes son conscientes de la coexistencia del castellano y el catalán, y

asumen la jerarquización que las separa socioculturalmente.

En la historia de España, el bilingüismo siempre ha coexistido con situaciones de diglosia

mucho menos marcadas que en la actualidad (Moya y Lago 1977:14). A este respecto, podemos

decir que aunque tanto en Cataluña como en Valencia existe bilingüismo, en Cataluña hay menos

diglosia que en Valencia puesto que en la gran mayoría de ámbitos de uso tanto el castellano

como el catalán tienen la misma función. Con todo, la relación conceptual del bilingüismo frente

a la diglosia no es del todo clara, pues, como observan Moya y Lago (1977:77), en realidad ni en

Cataluña, ni en Euzkadi (País Vasco), ni en Valencia, ni en Galicia hay bilingüismo auténtico en

la mayoría de los casos, sino diglosia, es decir, se usa un idioma en unas funciones determinadas

y otro en otras.

19

2.3 Valenciano, ¿Dialecto o Lengua?

Según Moya y Lago (1977:76), basándose en Ninyoles (1977), las implicaciones

económico-culturales del bilingüismo y de la diglosia en Valencia llevan a concluir que allí

existe un fenómeno de “trilingüismo:” castellano, valenciano y catalán.

Sin embargo, esto es un tanto discutible porque el valenciano, tal como lo entiende Blas

Arroyo (1993:5), “es la variedad dialectal del catalán hablada en buena parte de la Comunidad

Valenciana;” para decirlo en otros términos, el valenciano es uno de los diferentes dialectos de la

lengua catalana en general. Sin embargo, según Sanchis Guarner (1967:12), quien sigue la tesis

catalanista, utilizar la palabra “dialecto” es lo que ha generado tanta polémica en Valencia, pues

la idea que antiguamente (en particular bajo la dictadura de Franco) se le asignó a manera de

rótulo, fue de pobre y humilde variante del español, sin tener en cuenta que el catalán es una

lengua fonética y léxicamente distinta del español; en contraste, a la palabra “lengua” se la ha

considerado como una señora muy noble y bien vestida. Con todo, Sanchis Guarner (1967:13)

afirma que en 1965, la Real Academia Española rectificó la definición de “valenciano,”como

“dialecto de los valencianos,” para reconocerle la categoría de lengua.

La polémica sobre el estatus del valenciano ha llevado a la palestra a un buen número de

aficionados y personas que tras autoproclamarse expertos, se han sentido motivados por

sentimientos de identidad, orgullo y patriotismo hacia la lengua y cultura valenciana, a la cual

quieren proteger, de la invasión de “otra lengua”, la catalana. Como es fácil de predecir, los

razonamientos ofrecidos en uno u otro sentido no gozan del mismo grado de validez empírica.

Simó Santonja , que sigue la tesis valencianista en su libro ¿Valenciano o catalán?, sostiene que

el valenciano – sin esta denominación, por supuesto- se hablaba ya en Valencia antes de la

Reconquista. (1975:393). Si esta hipótesis fuera correcta, “el valenciano no sería simplemente un

20

dialecto del catalán que fue traído a un solar vacío por aragoneses y catalanes, sino que sería el

resultado de un proceso de asimilación de inmigrantes y formas culturales a lo largo de muchos

siglos y aun de milenios.”. Por esta razón, Simó Santonja considera “absurdo llamar catalán,

nombre de una parte, al “todo” una lengua. Igual me lo parecería llamar “valenciano” al todo,

por el hecho de nuestro primer Siglo de Oro.” (1975:393). Continúa diciendo, “cuando se unifica

el catalán escrito se toma como base la modalidad barcelonesa, sin conceder voz ni voto a los

valencianos” (1975:394).

En síntesis, el propósito de quienes respaldan la tesis valencianista, es demostrar que la

lengua, la cultura y la personalidad valencianas son independientes, y no cabe integrarlas en una

más amplia “cultura catalana”. En el presente trabajo, nuestra posición se acerca a la tesis

valencianista, en el sentido de que parece razonable y lógico que antes de que llegaran los

catalanes a Valencia, ya había otras culturas y otras lenguas en este lugar, entre ellas, el

mozárabe hablado por los musulmanes. La integración de la lengua catalana a esta región, dio

origen a una especie de híbrido. Pensamos que el valenciano bien puede considerarse variedad

dialectal del idioma catalán, sin que esto implique desvalorización alguna del sistema lingüístico

valenciano y de su identidad.

He aprendido a través de mi formación académica que toda habla es una variedad

dialectal y tan dialecto es el catalán de Barcelona como el que hablamos los valencianos y como

el castellano que hablan los madrileños. De la misma manera se hablan variantes dialectales del

castellano en Bogotá, Sevilla, o Lima, sin que con ello se insinúen connotaciones de

desaprobación o censura. El dilema de si el valenciano es o no un dialecto del catalán, con

frecuencia se impregna de agendas políticas que, al no tener validación lingüística, con

21

frecuencia se convierte en obstáculo para el diálogo esclarecedor y la normalización lingüística

en la Comunidad Valenciana.

Simó Santonja escribe en su epílogo “podría haber escrito este libro en valenciano. Esta

será quizá la primera objeción que se me hará. He preferido hacerlo en castellano –más bien en

trilingüe, porque son muchos los textos valencianos y catalanes transcritos- porque la polémica

ha tenido ‘nivel nacional’”. (1975:392). Por otro lado, Bierbach (2000:20) acusa a dicho

trilingüismo de crear confusión y separar más aun la lengua catalana, lo que da más poder a la

lengua hegemónica, la castellana. Nos cuenta que, según testimonio de estudiantes alemanes que

pasaron un semestre de intercambio en la Universidad de Valencia, “se constataba con asombro

que en esa Universidad se hablaba y enseñaba en ‘tres lenguas’: ¡en castellano, en catalán y en

valenciano! Ante tal alternativa, no es difícil de adivinar la preferencia de estos estudiantes, y tal

vez, de otros más.”

2.4 Actitudes y estereotipos sobre el bilingüismo

Además de las consecuencias puramente lingüísticas, el contacto de lenguas que supone

el bilingüismo revela fenómenos sociolingüísticos en forma de actitudes, estereotipos, gentilicios

xenófobos. Según Alvar (1986:42-43), el término bilingüismo ha sido objeto de polémica por su

pobre definición, ya que no cubre lo que realmente significa ser bilingüe. “El bilingüismo

debería definirse como ‘acción y efecto de ser bilingüe, sin necesariamente usar las dos lenguas

habitualmente, practicado por un hablante fuera de cualquier geografía precisa.’ Con lo que

deberemos considerar dos factores distintos: el del individuo y el de los pueblos” ( ). Con esto la

definición se habrá enriquecido e incluso podrá haberse escapado de lo exclusivamente

lingüístico para ser psico-lingüístico y socio-lingüístico. En el primer caso, la posición del

22

hablante ante las lenguas que maneja lleva a comportamientos que responden a actitudes

lingüísticas individuales; en el segundo, de comportamiento colectivo. Por ello, presentaremos

primero, la situación en Cataluña y Valencia con respecto a las actitudes lingüísticas y segundo,

los estereotipos y los gentilicios xenófobos en estas dos regiones.

Resulta de gran interés observar que Cataluña y Valencia, en efecto, exhiben actitudes un

tanto distintas. Según Strubell I Trueta (1982:76) es claro qué dialecto disfruta de más prestigio:

“[...] there are gross sociolinguistic differences within the Catalan-speaking area, the Països

Catalans. Catalan enjoys a far higher prestige in Catalonia proper than in Valencia”.

Para el caso de Cataluña, nos basaremos en el estudio de las actitudes de la lengua

catalana de Woolard (1984:64), que ofrece la hipótesis de que quizás los sujetos del estudio

evaluarían el uso del castellano de una manera más favorable que el del catalán, reflejando el

efecto de décadas de diglosia institucionalizada y el fuerte desprestigio que la lengua catalana ha

estado sufriendo. Sorprendentemente, los resultados mostraron que el promedio de hablantes de

catalán en Cataluña equilibra de una manera muy positiva los efectos negativos de la represión

de la lengua y la diglosia, y por tanto, la lengua catalana no ha sufrido una pérdida de respeto en

los ojos y oídos de tanto los nativos como los inmigrantes, hablantes de catalán en Cataluña

(1984:69).

Es imperativo observar que, según nos explicaba Bossong (2000:8), el catalán es la

primera lengua de la región y está relegando el español al rango de lengua extranjera, aunque

todavía con ciertos privilegios, pero cada vez menos. En Cataluña podemos hablar claramente de

bilingüismo, y no tanto de diglosia, porque, como explicamos anteriormente, el catalán y el

castellano se usan indistintamente en la mayoría de los ámbitos de uso. Otro hecho importante,

según Woolard (1984:64), el alto nivel socioeconómico de los hablantes de catalán en Cataluña,

23

explica la actitud positiva del catalán, lo cual lleva a relacionar esta lengua con el prestigio

social.

La situación en Valencia es enteramente opuesta. Según Moya y Lago (1977:79) se trata

de una situación que lleva al abandono del valenciano por el castellano, puesto que los hablantes

de nivel socioeconómico alto y la burguesía, son los que hablan en castellano. Por lo tanto, en

Valencia la burguesía considera el valenciano, su lengua autonómica, como “de segunda

categoría”, e intenta asimilar por todos los medios a quienes hablan el idioma oficial, el

castellano, abandonando el valenciano total o casi totalmente. En este respecto Ninyoles (1977)

habla de “ideologías de diglosia,” que es básicamente el uso de un idioma original, el valenciano,

para unas funciones “bajas,” y otro idioma, el castellano, para funciones “altas”.

Respecto de las actitudes de los hablantes hacia la lengua, el caso de Valencia es bastante

distinto al de Cataluña, a pesar de tratarse de la misma lengua. Según Ros I García (1984:73), a

nivel social, la relación diglósica entre el valenciano y el castellano confiere a éste último

“mejores ventajas para la movilidad social,” tiene mejor estatus y se usa más ampliamente en el

contexto de comunicación formal (como literatura, educación, los medios); el valenciano, por el

contrario, tiene menos estatus y se usa principalmente para la comunicación informal entre

familia y amigos. Pero, según Ros I García la situación no ha sido siempre así; de hecho el

valenciano llegó a pleno esplendor en los siglos catorce y quince, cuando tenía bastante mayor

estatus con predominancia económica y social sobre el castellano. Más tarde, la castellanización

de la aristocracia y el fuerte influjo de inmigrantes castellanos y aragoneses llevaron al abandono

del valenciano en la mayoría de ámbitos de uso, con lo que quedó reducido al uso entre la

burguesía rural y los agricultores. Más tarde, los sistemas políticos favorecieron, o toleraron, una

situación de diglosia en la cual el castellano se había convertido en lengua oficial, y el

24

valenciano continuaba con usos restringidos informales. Por eso, el castellano se convirtió en

sinónimo de avance y progresión social y educativa en Valencia. Este hecho, según Ros I García

(1984:86-89) se ve reflejado en las actitudes lingüísticas de los valencianos que conceden al

castellano el privilegio de los contextos formales, mientras el valenciano permanece en contextos

informales. De ahí que los valencianos consideren a un castellanohablante para el puesto de

empleador, y a un valencianohablante más como un amigo en el trabajo. Si uno quiere tener éxito

en el campo del trabajo y estatus profesional y socioeconómico alto, hablar castellano es esencial

y se percibe favorablemente para estas esferas; hablar valenciano tiene ventajas en otras esferas

como la atracción interpersonal, la identidad regional, y los contextos familiares.

En razón de lo anterior, podemos concluir con el estudio de Ros I García que mientras el

castellano ha adquirido valor instrumental, el valenciano ha adquirido valor integrativo. Esto

significa que el castellano se utiliza en los contextos formales de la vida profesional, mientras

que al valenciano se le concede un valor integrativo ya que facilita la interacción en los contextos

informales de familia y amigos en particular, y la integración en la sociedad en general. No

resulta difícil entender por qué el valenciano entra a formar parte de la identidad y la cultura del

lugar. En la práctica, todo parece depender del estatus socioeconómico de los hablantes, puesto

que a los valencianohablantes de clase alta se les asocia con prestigio, riqueza, y alto nivel

cultural, mientras que a los demás valencianos, se les asocia con clases sociales bajas y un nivel

cultural bajo.

Al considerar la situación que acabamos de describir, Moya y Lago concluyen:

El problema valenciano, aparentemente lingüístico, es ante todo económico y reside en la ausencia durante mucho tiempo de industrialización (y por ello, la de burguesía regional). Empieza a desarrollarse ahora que se industrializa el ‘País Valenciano’, planteando simultáneamente con el problema económico, un problema lingüístico complejo, ya que la clase media y parte del pueblo han asimilado el castellano. (1977:204).

25

Otro factor que contribuye a la sustitución del valenciano por el castellano y a la

adopción de ciertas actitudes lingüísticas, es el debate entablado entre “valencianistas” y

“catalanistas” sobre el origen del valenciano y su enseñanza. Para los catalanes, el valenciano es

un dialecto del catalán, lo que algunos valencianos interpretan como un intento de asignarles

inferioridad lingüística. Por esta razón y otras más, como que el valenciano no es exactamente

catalán sino una mezcla de catalán, aragonés y mozárabe, los valencianos se niegan a hablar la

variante estándar del catalán de Cataluña. De esta manera, los hablantes adoptan una percepción

negativa de la lengua catalana a la que consideran lengua dominante con aspiraciones invasoras.

Según Pérez-Alonso, la relación de la variante estándar del catalán de Cataluña con el

resto de variantes o dialectos como el Valenciano, no es del todo respetuosa. Así lo indican las

caracterizaciones siguientes que ofrece dicho autor (1979:121):

- Barcelonese: cultivated and official Catalan; - Gerundense: original Catalan; - Majorqui: archaic Catalan, of medieval tradition, difficult to understand; - Leridan: rough Catalan, used by primitive and violent persons; - Valencian: degenerated Catalan, comparable to the Andalusian of Castile.

Como se puede observar, el dialecto de menos prestigio es el valenciano, con lo que

resulta un desequilibrio que degenera en sentimientos de antagonismo entre ambos dialectos, el

catalán barcelonés y el valenciano.

Aunque concordamos con muchos puntos del estudio de Ros I García y los argumentos

de Moya y Lago, habría que hacer un inciso aclaratorio. Hoy en día, el estatus del valenciano

viene ascendiendo gracias a los esfuerzos de grupos sociales y partidos políticos que defienden

su uso en contextos formales. Otros esfuerzos similares se reflejan en la campaña por la

normalización lingüística de estos últimos años como incentivo para el uso del valenciano en

todos los ámbitos y contextos.

26

No es raro oír insultos en forma de gentilicios xenófobos hacia los inmigrantes que llegan

a Valencia o a Cataluña. En Valencia, por ejemplo, son “churros” o “chorizos” los inmigrantes

de la región de Castilla y sus alrededores que vienen a la Comunidad Valenciana a trabajar. Este

término peyorativo comúnmente usado entre los hablantes de catalán, deja claro que dichos

inmigrantes no sólo son monolingües, sino que históricamente han venido a la Comunidad

Valenciana a ganarse la vida con trabajos de poco prestigio.

Paralelamente, según explican Moya y Lago (1977:143), la discriminación cultural oficial

del régimen de Franco hacia el idioma catalán en una época, se traduce ahora en discriminación

social catalana hacia los inmigrantes. Al ir tomando poder la lengua catalana, la clase media ha

tratado con un evidente desprecio los inmigrantes a Cataluña, considerándolos supuestamente

inferiores intelectualmente porque desempeñaban trabajos inferiores. Llamar “gallego”,

“xarnego” o “murciano” a un obrero en Cataluña ha sido y sigue siendo un insulto; ciertos

catalanes dicen de estos inmigrantes que “venían a comerse el pan de los catalanes,” cuando

Cataluña no posee la progresión demográfica suficiente para seguir adecuadamente su magnífica

progresión industrial.

Con respecto a estos gentilicios xenófobos, Woolard (1989:42) nos cuenta que el término

“xarnego” originariamente se refería al catalán cuyos padres provenían de diferentes tierras. El

significado se extendió más tarde y se enfocó en la gente que tenía padre/madre catalán/a y otro/a

no catalán/a. El término parece tener connotaciones clasistas y étnicas, como “andaluz” o

“murciano,” ya que se refiere también a los castellanohablantes de clase trabajadora. “Xarnego”

no sólo se oía en boca de catalanohablantes para insultar a los castellanohablantes, sino que

también se oía entre los castellanohablantes para bromear entre ellos o en aserciones agresivas

sobre su estatus. De hecho, un autor y político se describió a si mismo como “xarnego author”

27

(Candel 1977) y otro escritor anti-catalanista se menospreció a sí mismo como ejemplo del

“grateful xarnego syndrome” (Jiménez Losantos 1979). El autor de estas líneas también fue

considerado “xarnego” en la escuela secundaria simplemente porque, a pesar de haber nacido y

crecido toda mi vida en Valencia y hablar valenciano, mi madre es castellana y mi padre

valenciano. Con lo cual, he sentido en mi piel la gravedad y el sentimiento xenófobo que el

término acarrea.

Moya y Lago (1977:143) afirman que la clase media catalana, oprimida culturalmente, ha

oprimido y oprime siguiendo las pautas capitalistas más clásicas desde el punto de vista

económico a los obreros, inmigrados o no, pretendiendo a la vez integrarlos, asimilarlos,

culturalmente.

En esta misma línea de marginación hacia lo extranjero, en la Comunidad Valenciana se

ha tenido siempre el sentimiento de que los inmigrantes de Castilla vienen a “quitar los trabajos

de los valencianos”, aunque tal sentimiento es quizás en menor grado que en Cataluña. De todos

modos, dichas actitudes son claramente individuales y no representan la mayoría; por ello, como

dicen Moya y Lago, se habla de “un individuo procatalán o provalenciano”. (1977:81).

El anterior análisis no lo comparte Báez de Aguilar González, quien sostiene que en

Cataluña se da la situación contraria a la descrita por Moya y Lago:

[...] Si en algún momento se han sentido o se sienten cada vez más discriminados los inmigrantes españoles, no ha sido ni lo es por razones étnicas o de xenofobia, ni tampoco por razones socioculturales, sino precisamente por no hablar el idioma catalán.(1997:116).

Según este autor, la aceptación de bilingüismo en Cataluña, “sorprende por la gran

unanimidad que existe en considerarlo algo normal ‘ya que se está en Cataluña y el catalán es la

lengua de aquí’”. (1997:120). De aquí habrá que concluir que el catalán tiene un impacto

28

favorable no sólo en los catalanohablantes, sino también en la población inmigrante de Cataluña,

con lo que se muestran positivos en el ambiente bilingüe.

Según Blas Arroyo basándose en Ninyoles (1969), la actitud de los estamentos elevados

de la sociedad valenciana es de auto-odio:

Ha tenido consecuencias perversas para el mantenimiento y la dignificación social de la lengua autóctona. Y en efecto, son muchos los testimonios que aun hoy en día recuerdan los prejuicios interaccionales de muchas familias valencianas. Así, mientras la conversación entre los padres, por ejemplo, se desarrollaba en catalán, como correspondía a la variedad apta para los dominios familiares entre hablantes autóctonos, éstos mismos solían elegir el castellano cuando se dirigían a los hijos. Razón: favorecer el progreso social de la prole, ya que mientras el castellano se identificaba con el prestigio y el poder de una lengua poderosa, el catalán era asumido interiormente como una variedad vinculada exclusivamente a la tierra y poco más. (1999:124).

Como ya habíamos comentado antes en esta parte del capítulo, este auto-odio hacia la

lengua autóctona repercute negativamente en los esfuerzos de mantenimiento de la lengua, lo que

tiene por consecuencia que el número de catalanohablantes activos disminuya progresivamente.

Esta situación viene cambiando ya que son pocos quienes se avergüenzan de hablar catalán.

“Hoy los padres catalanohablantes se dirigen a sus hijos sin prejuicios en la lengua autóctona.”

2.5 Similitudes entre variedades del español en contextos de bilingüismo

Resulta de interés la similitud del español hablado en dos zonas completamente distintas,

pero que tienen en común el contacto con otra lengua; se trata del español hablado en el País

Vasco donde entra en contacto con el euskera, y el español hablado en la Comunidad Valenciana

o en Cataluña. A pesar de tratarse de situaciones de contacto distintas, el español de estas

regiones tiene rasgos comunes, sobre todo a nivel morfosintáctico.

Artículo definido en función de adjetivo posesivo:

La madre me ha dicho. Vs. Mi madre me ha dicho (español estándar).

29

(Urrutia 1995:244).

Uso especial de los demostrativos:

Juan y éstos van a Burgos. Vs. Juan y ellos van a Burgos (español estándar)

(Urrutia 1995:245).

En el español hablado en el País Vasco, este uso de los demostrativos no tiene sentido

peyorativo como ocurre en el español estándar. Según Urrutia, en vasco es de uso normal porque

la lengua no posee pronombres personales de tercera persona y los demostrativos cumplen este

papel. Aunque en el español hablado en la Comunidad Valenciana o en Cataluña éste sea un

rasgo común, no tiene el mismo origen puesto que en Catalán existen los pronombres personales

de tercera persona.

Otro ejemplo de convergencia de estas dos modalidades de español en contacto es el

doblamiento de clíticos. Este fenómeno consiste en el uso de un pronombre átono con un

elemento nominal en la misma oración. Además del uso estándar del doble pronombre dativo

átono, observamos que se dobla el pronombre incluso con un acusativo nominal (objeto directo),

principalmente cuando el acusativo es [+humano, +definido]. Este pronombre generalmente

precede al verbo, y se dobla usando el pronombre dativo le(s), como en las variantes leístas:

Le veo a Juan en el parque. Vs. Veo a Juan en el parque. (español estándar).

Le golpearon a Juan. Vs. Golpearon a Juan (español estándar). (Urrutia 1995:248).

Otro rasgo común a ambas regiones es el uso abundante de los pronombres reflexivos:

Él se entró a casa muy rápido. Vs. Entró a casa muy rápido. (español estándar).

Para Urrutia, las características del español del País Vasco son variantes de los usos

‘normativos’. En el habla estos usos alternan en el registro coloquial, dependiendo de la

competencia del hablante, el nivel sociocultural, el tema de conversación, los participantes, y la

30

situación. Con este estudio, Urrutia descubrió que el español en el País Vasco presenta

simultáneamente la norma de la Academia y las peculiaridades del habla de cada día. En otras

palabras, observamos rasgos del español estándar y rasgos del español resultado del contacto de

de lenguas. El autor concluye que en el español del País Vasco tanto el nivel morfosintáctico,

como el fonético, léxico, y semántico, la interferencia, simplificación del sistema, y competencia

de la dualidad normativa están todos condicionados por variables sociológicas de sexo, nivel

sociocultural, edad, origen geográfico y la lengua madre. (1995:257). Posiblemente, también se

podrían aplicar los mismos criterios para los hablantes de Cataluña o la Comunidad Valenciana y

es lo que veremos también en el capítulo tercero.

2.6 Conclusión

En este segundo capítulo hemos examinado brevemente el contexto histórico y

lingüístico de España en general, y en particular el contexto de las dos regiones que sirven de

base de este estudio: Cataluña y Valencia. La interacción de los dos sistemas lingüísticos en estas

dos regiones es un tanto diferente como hemos intentado explicar, según se le considere como

una situación de bilingüismo propiamente, o como situación de diglosia. Hemos concluido que

en Valencia hay diglosia entre el castellano y el valenciano, mientras que en Cataluña se observa

diglosia con bilingüismo, puesto que el catalán y el castellano tienen las mismas funciones.

También hemos analizado la compleja situación de estatus lingüístico del valenciano, según se

considere éste, dialecto o lengua. Hemos visto cómo las actitudes y expectativas de los hablantes

se han integrado al debate, como base del rechazo de la variante estándar del catalán de

Barcelona. Asimismo, de suma importancia, se han observado otras consecuencias del contacto

31

de lenguas, como son las actitudes lingüísticas y los gentilicios xenófobos. Son importantes

porque, como dice Blas Arroyo, citando a Carranza:

Las actitudes pueden contribuir poderosamente a la difusión de los cambios lingüísticos, a la definición de comunidades de habla, a la consolidación de los patrones de uso y de evaluación social, y, en general, a una serie amplia de fenómenos estrechamente relacionados con la variación lingüística en la sociedad. (1994:143; 1982:63).

En la parte final del capítulo se discutieron brevemente similitudes entre la variante del

español en el País Vasco y la variante del español en Cataluña y Valencia, variantes matizadas

por las interferencias lingüísticas provenientes de las lenguas autóctonas correspondientes.

32

CAPÍTULO 3

EL ESTUDIO

En esta parte de nuestra investigación se examina el concepto de interferencia, igual que

la dirección en que ésta se produce especialmente tratándose de lenguas con estatus diferentes.

Se examinan igualmente tipos de interferencias y algunos de los factores, sean lingüísticos o

extra-lingüísticos que podrían interpretarse como variables determinantes o influyentes en la

dirección de interferencia.

Para alcanzar los propósitos mencionados, este capítulo se sirve de la información y datos

que ofrece el estudio ya mencionado de Galindo Solé (2003). También son objeto de nuestra

atención los estudios de Blas Arroyo (1993, 1999), y Marsá (1986). Nos basamos principalmente

en estos autores y no en otros, por ser los que más pertinentes nos han parecido para nuestros

propósitos. A los análisis y ejemplos de estos autores se suman nuestras experiencias como

hablantes bilingües de la zona de Valencia. A la vez que se darán ejemplos de los rasgos que dan

al español de estas regiones su propio sabor, se harán observaciones que subrayen y contrasten

particularidades de tipo morfosintáctico y léxico.

3.1 Introducción

Es de conocimiento general, y ya lo hemos dicho en lo que corre del presente estudio, que

el castellano hablado en Cataluña se reviste de características propias que lo distinguen del

castellano hablado en áreas monolingües (Galindo Solé, 2003:18). Siguiendo la pauta que marca

la mayor parte de los estudios sobre este tema, hemos establecido que Galindo Solé concluye que

33

el castellano ejerce una influencia más intensa y pronunciada sobre el catalán que a la inversa.

Nuestra investigación, tomando como punto de referencia un número de ejemplos entresacados

de varios trabajos publicados, al igual que ejemplos sacados de nuestra propia condición de

“valencianohablantes,” ofrece razonamientos contrarios a la conclusión de Galindo Solé.

Específicamente sostenemos que, por razones que han de presentarse más adelante, en las

regiones de Cataluña y Valencia, un grueso de las interferencias va desde estas lenguas

minoritarias hacia el castellano-español. Podría pensarse, prematuramente, que esta observación

no requiere análisis o justificación, ya que cuando dos sistemas se hallan en contacto, es de

esperarse que haya interferencias en ambas direcciones. Es en este sentido que nuestro análisis

busca redirigir la atención del investigador para que no dependa exclusivamente del supuesto de

que la lengua de cultura dominante es la fuente incuestionable de interferencias sobre las lenguas

minoritarias. En efecto, creemos que existen factores que podrían explicar parcialmente una

influencia contraria a lo que han asumido los paradigmas de investigación tradicionales.

Según Blas Arroyo, las interferencias más conocidas y analizadas son las que van en la

dirección castellano → catalán, si bien es cierto que a tal conclusión se ha llegado, a costo de la

poquedad de investigación de interferencias de la lengua autóctona, el catalán, sobre el español

hablado en Valencia. Blas Arroyo cree que los resultados del paradigma de análisis tradicional

de las interferencias (castellano → catalán) ha tenido, “[...] resultados... muy parcos globalmente,

en absoluto comparables con la vitalidad y extensión social de la dirección contraria” (1993:12).

Esta observación de Blas Arroyo, junto a nuestra propia experiencia y observación diaria

del comportamiento lingüístico en la comunidad de mi lugar de origen, Valencia, han servido de

motivación para explorar el fenómeno de la interferencia en dirección opuesta a la más y mejor

conocida como hemos dicho. Igualmente ha captado nuestro interés la relativamente poca

34

atención dedicada al aspecto de la variación morfosintáctica en sociolingüística, en comparación

con los abundantes estudios sobre fenómenos fonéticos y léxicos.

Nuestros datos consisten en numerosos ejemplos encontrados durante la revisión de la

literatura ejemplos que se someten a un análisis principalmente introspectivo que se sirve de

nuestra propia competencia lingüística en catalán, castellano y valenciano. Examinemos primero

algunos de los conceptos centrales a nuestro análisis.

3.2 Interferencia

Tradicionalmente, el concepto de interferencia ha tenido un sentido negativo porque se le

toma como sinónimo de perturbación, o de desviación de una norma lingüística como resultado

del contacto entre dos sistemas. Se trata de un concepto que “...nació bajo la óptica de un valor

negativo, de ‘ataque’ a las normas del sistema. En este sentido, hablar de interferencia era hablar

de error, de desvío con respecto a una actuación esperada.” (Blas Arroyo, 1993:20). Ante tales

connotaciones negativas, algunos autores prefieran utilizar el nombre más neutro de

transferencia (Haugen, 1970:6), término que además de la parte negativa del fenómeno sugiere

la noción de reforzamiento del sistema al que “se transfiere”.

Para Alvar, la interferencia es un resultado directo del contacto de lenguas, y ocurre en el

habla de individuos bilingües como reflejo de su familiaridad con más de una lengua.

[...] la interferencia designa los procesos y también los resultados que llevan a un sistema lingüístico determinado a integrar unidades o modos de funcionamiento pertenecientes a otro sistema ya que, desde el momento que dos códigos se encuentran en situación de contacto, la interferencia puede producirse en todos los niveles: tanto en el léxico (donde más fácilmente puede darse), como en el sintáctico e incluso en el fonológico. (1986:68).

Lo que en un momento del pasado podría verse sólo como perversión de un sistema por

otro, a la luz de nuevos paradigmas de análisis como el que ofrece la sociolingüística podemos

35

usar ópticas nuevas que hagan posible ver el cambio como parte del proceso de renovación y

regenaración de una lengua o dialecto. Si, como dice Alvar, de la interferencia no escapa

ninguno de los niveles (fonético, fonológico, morfosintáctico, etc.) de lengua, es preciso

averiguar cómo ocurre tal proceso, o mínimamente qué factores contribuyen a aligerarlo o a

detenerlo. Según Blas Arroyo,

El análisis de las causas de la interferencia no puede ser enfocado exclusivamente desde un punto de vista lingüístico, sino que es preciso enmarcarlo en un estudio psicológico, social y cultural que explique diversos hechos, como la extensión de la interferencia al habla de los monolingües. (1993:34).

Recogiendo el pensamiento de Weinreich (1966), Alvar (1986), sostiene que en la

interferencia lingüística operan fuerzas opuestas que se traducen unas veces como estímulos o

“facilitamiento” a la adopción de rasgos externos, y otras veces como rechazo a los mismos.

Alvar sostiene igualmente que tanto la resistencia como el estímulo pueden ser estructurales o no

estructurales. En el bloque de los estructurales, los estímulos hacen referencia a cualquier punto

de diferencia entre dos sistemas, como por ejemplo, la economía lingüística, la imitación, la

simplificación, la frecuencia relativa de un determinado elemento en el discurso y su grado de

integración, etc. La resistencia obedecería a la necesidad de estabilidad de los sistemas.

Por otra parte, en el bloque de fuerzas opuestas no estructurales los estímulos hacen

referencia al valor social de la lengua de origen, a interlocutores bilingües, a facilidad verbal de

éstos para mantener separadas las dos lenguas, a habla emotiva, a propensión individual hacia la

mezcla de hablas, a las actitudes de los hablantes hacia cada lengua, etc. La contraparte no

estructural de la resistencia se refiere al valor social de la lengua recipiente, a la intolerancia

hacia la interferencia, a las actitudes puristas hacia la lengua, a la lealtad para con la lengua

materna, a los interlocutores unilingües, etc. (Alvar 1986:69).

36

Blas Arroyo (1993) también hace eco del pensamiento de Weinreich (1966) cuando dice

que la interferencia no debiera interpretarse como mero préstamo efímero entre dos lenguas, sino

como un fenómeno sistemático del habla de aquellos cuyas lenguas entran en relaciones de

contacto. La nueva óptica de la interferencia como proceso regenerador de lenguas da un paso

más, para alejarse del negativismo de que se revistiera este fenómeno de lenguas en contacto,

cuando Romaine (1988:286) observa que tanto los fenómenos de interferencia propiamente,

como el de cambio de códigos no deben verse como desviaciones de una organización gramatical

básica, sino que, por el contrario, ellos mismos constituyen la propia gramática de estas

comunidades.

Las consideraciones precedentes se proponen validar, o por lo menos justificar, nuestro

intento de ver “con buenos ojos” los varios rasgos que encontramos en el castellano de Valencia

o el de Cataluña, rasgos que intuitivamente describimos como provenientes del contacto con el

Catalán, lengua minoritaria, frente al castellano, lengua mayoritaria. Confiamos que la

caracterización de «minoritaria» o «mayoritaria» que hemos venido usando sea entendida con

propósitos puramente descriptivos de la población extensión demográfica, y sin agendas de

valoraciones y juicios cualitativos. No queremos ocultar que al recoger las muestras que se

presentan a continuación, nuestro objetivo no es el descubrimiento de principios o reglas

formales que capten o expliquen la naturaleza misma de las interferencias. Simplemente

queremos subrayar la variedad y la cantidad de rasgos “catalanizantes” que otras investigaciones

habrán de tomar como objeto de estudio. Queremos, eso sí, que los ejemplos presentados sean

vistos no como desviaciones, corrupciones o perversiones de una lengua y que por tanto haya

que desterrar, sino más bien como el resultado natural del contacto lingüístico. Este cambio de

37

óptica es, en nuestra opinión, requisito para que le diálogo académico contribuya al

esclarecimiento y el estudio de los mecanismos de variación y diversidad lingüística.

De los datos de Blas Arroyo (1993:29-30), las siguientes muestras de interferencia sobre

el castellano en Valencia o en Cataluña. El que las mencionemos aquí es en virtud de la

frecuencia con que se escuchan en el habla cotidiana

Negación doble:

Tampoco no lo he visto Tampoc no ho he vist.

Inclusión de partículas con valor partitivo:

Tengo bolígrafos azules y de rojos. Tinc boligrafs blaus i de rojos.

Tiempo futuro en la prótasis de subordinadas temporales:

Cuando vendrás, iremos al cine. Quan vindras, anirem al cine.

Es igualmente frecuente y casi sistemática la tendencia a la personalización de los verbos

haber y hacer, al crearse una concordancia de número entre el verbo y el sintagma nominal

siguiente.

Habían más niños el año pasado. Hi havien mes xiquets l’ any passat.

Han hecho muchos calores este verano. Hi ha fet molts calors aquest estiu.

Este rasgo nos parece problemático como ejemplo de interferencia ya que es fenómeno

ampliamente documentado en otras partes del mundo hispanohablante. En otras palabras, la

personalización de estos verbos puede ser producto de tendencias evolutivas internas del español,

como resultado de la presión regularizadora sobre uno de los paradigmas más irregulares como

es el de los verbos impersonales. Sin embargo, en referencia al contexto peninsular, Blas Arroyo

se pregunta, “Pero entonces, ¿cómo se explica que sea precisamente en estas regiones del levante

español donde el fenómeno tiene una mayor extensión social, situación distinta a la calificación

38

sociocultural baja que ofrece en otras zonas peninsulares?” Cabe decir que si la mayor extensión

social de la personalización de estos verbos se comprueba fuera de la Península, tal hallazgo

sería prueba de que se tratan de un cambio en la estructura interna del español, y no de

interferencia de la lengua con que entra en contacto.

El dilema que presenta la interpretación de la personalización de haber y hacer y la

medida en que este rasgo es propio de estratos bajos de ciertos lugares, pero que transciende la

escala social en otros como en Cataluña y Valencia, es ciertamente materia de estudio. Sin

embargo, una explicación definitiva seguirá siendo un objetivo distante si solamente se percibe

este rasgo como defecto, o corrupción del castellano entre hablantes bilingües de Cataluña y

Valencia. Como observa Blas Arroyo, la vida compleja de la lengua crea casos donde es de suma

dificultad decidir si un rasgo corresponde a la acción forastera o, por el contrario, forma parte del

habla espontánea de un individuo, o simplemente es un cambio interno en la lengua interna.

(1993:31).

3.3 Interferencias en el “castellano catalán”

El título de esta sección debe insinuar ya que los rasgos del español que llaman la

atención en boca de “catalanhablantes,” no los entendemos como índices de un aprendizaje

defectuoso del castellano, sino más bien como indicadores de una realidad creada y mantenida

por factores que bien pueden resultar de la base lingüística de los nativos de esta zona, o por

factores que se salen de lo puramente lingüístico para entrar en lo sociocultural.

Las muestras de lengua en la variante “castellano catalán” que servirán para ilustrar

nuestro análisis de la realidad lingüística creada por el contacto catalán-castellano vienen de dos

fuentes diferentes. Los ejemplos que atañen a la parte oral propiamente son tomados de Galindo

39

Solé (2003). Los ejemplos más directamente relacionados con el registro escrito se han tomado

de Marsá (1986).

Dentro de la escasez de estudios que se han ocupado de la interferencia del catalán sobre

el castellano queremos mencionar dos formas de interpretación de los datos recogidos por los

autores en cuestión. Por un lado está la perspectiva de Galindo Solé (2003:28), quien sirviéndose

del término “transcodic markers” (que interpretamos como ‘índices de transposición de

códigos’) engloba una amplia y heterogénea gama de fenómenos relacionados con el contacto de

lenguas. Tras examinar un trabajo de tesis doctoral (Galindo Solé 2003), sobre el catalán de

escolares del área de Barcelona,,se concluye que, cuantitativamente, los índices de transposición

no ameritan la noción de que el catalán de estos escolares venga siendo modificado por

interferencias castellanas, y que aún menores son los casos de interferencia catalana sobre el

castellano.

Por otro lado está la interpretación de Marsá (1986), quien en tono de advertencia señala

un alto índice de prácticas y elementos catalanes que vienen colándose de manera cada vez más

visible en el habla castellanohablante de Cataluña y Valencia. Pensamos que disparidades tan

visibles en la interpretación de una misma realidad lingüística (la de Cataluña y Valencia)

podrían resultar o bien de diferencias metodológicas en la investigación, o diferencias de énfasis

analítico en los tipos de datos estudiados.

Artículos y nombres propios.

En el español general, el determinante el(los)-la(las) aparece “proclíticamente”

relacionado con los nombres comunes ya contextualmente identificados, o que se toman en

sentido genérico. Frente a esta regla general del español, destaca la modalidad de “español

catalán” por la extensión del uso del determinante singular el-la con nombres propios.

40

–Profe_ el Albert ha cola(d)o la pelota.

-después de la Desi yo.

-a mí me ha toca(d)o con el Brian y el Brad Pitt.

Sin duda, éste no es un rasgo exclusivo de lo que aquí hemos llamado “español-catalán”

sino que ocurre en otras zonas del solar peninsular. Específicamente, también es rasgo

“distinguidor” del español vasco, e igualmente se cita como ejemplo de convergencia entre el

catalán y el castellano tanto en Cataluña como en Valencia. Sin embargo, hechas estas

aclaraciones, es preciso anotar que el uso del artículo con nombres propios no se circunscribe a

la lengua que generalmente se asocia con sociolectos de estratos bajos de Cataluña. Para nuestro

análisis ésta es una diferencia importante porque, lejos de representar un uso asociado con

personas “desprivilegiadas” en razón de su condición económica y educativa, en Cataluña (y en

Valencia) este uso es prácticamente sistemático en las zonas catalan-hablantes, y se ha extendido

al lenguaje coloquial estándar. Aunque persisten contextos de formalismo extremo en los que

este uso de el-la con nombres propios tiende a evitarse, se percibe un sentimiento de aceptación

en virtud del “matiz cromático” que deja en el español de estas dos zonas.

Decidir a ciencia cierta si este uso del artículo definido es producto de interferencia, o

más bien resultado de tendencias independientes del contacto lingüístico, escapa a los recursos

con que cuenta nuestro análisis. Sabemos, por ejemplo, que el uso de el-la con nombres propios

se encuentra ampliamente difundido en los sociolectos bajos de muchas comunidades

hispanoamericanas. En el español de Colombia (comunicación personal de Hildebrando Ruiz)

este uso es frecuente entre miembros de familia de la clase media del interior del país, hasta el

punto de tener no sólo un valor de marcador de proximidad afectiva, sino del grado de

informalidad que sólo corresponde a los miembros del clan familiar.

41

Simplificación deíctica (Galindo Solé 2003:22):

–nunca la lleva_eh.

-bueno: pero esto es normal.

-qué te pasa.

- el niño este_que es tonto.

-quién_el Roger_

El español general cuenta con un sistema tripartito de señalación deíctica representada

por formas mostrativas de ubicación (aquí, ahí, allí), e identificación adjetival (este, ese, aquel).

En inglés el sistema es binario (here, there; this, that), igual que en catalán (aquí, allà). Galindo

Solé, observa que el uso de “este,” y no “ese” o “aquel,” para referirse a un sujeto que no está

presente en ese momento, al igual que el uso de “esto” para reproducir una afirmación hecha por

el interlocutor y no por el hablante mismo, pudiera ser reflejo de la estructura catalana y su

sistema de deixis binaria. Esta reducción de la deixis con frecuencia se percibe como rasgo del

“español-catalán,” si bien es cierto que igual reducción se observa en registros informales del

castellano.

Morfología verbal

Se ha observado (Seco, 1986:236) que el uso de ves, en vez de ve (segunda persona del

singular del imperativo de “ir”) es una característica casi omnipresente en el habla vulgar de

muchos españoles. Sin embargo, el que este uso de ves sea tan prominente en el “castellano

catalán” en Cataluña sea tan habitual hace pensar que se trata del estímulo que ofrece el catalán

“ves.”

–sí: sí_tú ves detrás del Raúl

42

Interferencia del catalán sobre el castellano de Cataluña podrían ser expresiones, como

“se ve que” frente a la más generalizada “por lo visto”, con el mismo sentido en las zonas

castellanas monolingües.

–se ve que se ha comido un tocho_entonces_ (Galindo Solé 2003:23).

Preposiciones a/en y por/para

En catalán, a diferencia del castellano, la preposición “a” introduce un complemento de

lugar, de modo que construcciones como, –Estoy a la playa (en vez de “Estoy en la playa”),

sería clara influencia del catalán “Estic a la platja”. (Galindo Solé 2003:26). En verdad, tanto

«a» como «en» son posibles en el español general con adverbiales de lugar (Entramos en/al

autobús) si bien es cierto que «a» tiende a denotar “movimiento de desplazamiento hacia,”

mientras que «en» se limita a expresar ubicación, más o menos estática.

Teniendo en cuenta que en catalán “per” cubre todas las funciones de “por” y “para” del

castellano, parece razonable deducir que su base lingüística catalana lleva a los

castellanohablantes de esta zona a usar «por» donde los castellanohablantes de zonas

monolingües usarían «para»:

–por un día que salimos_ya os tenéis que cabrear_o qué.

Interrogativo que

No, después de tampoco.

–pero tampoco no encontraron

Como observa Galindo Solé, es en el campo léxico, donde quizás se ve mejor la

influencia del catalán sobre el castellano; los verbos “venir” e “ir” expresan ambos un

movimiento de traslación pero en direcciones opuesta: con ir una entidad se aleja del hablante,

43

mientras que con venir el movimiento se proyecta hacia el hablante. En catalán, venir cubre el

movimiento en ambas direcciones, lo cual lleva a la interferencia en el castellano de esta zona.

–qué estás haciendo?

-aquí:_ jugando:_ en el parque.

-ahora vengo. (Galindo Solé 2003:23).

Son particularmente notables construcciones en las que hacer substituye a otros verbos

del castellano entre monolingües: hacer miedo en vez de dar miedo; hacer tarde en vez de llegar

tarde, hacer un café en vez de tomar un café. Otro tanto sucede en el léxico propio de la escuela:

Amagar ‘esconder’, esplai ‘recreo’, estijeras ‘tijeras’, nen ‘niño’, etc. (Galindo Solé 2003:24).

En vista de que los ejemplos principalmente extraídos de registros orales, como son los

hasta aquí presentados, son de naturaleza un tanto heterogénea, el término “transcodic markers”

que hemos interpretado como ‘índice de transposición de código,’ y que Galindo Solé adopta de

otros estudios generales, nos parece descriptivamente adecuado para recoger lo que se quiere

presentar como conjunto asistemático de rasgos que reflejan posibles interferencias del catalán al

castellano. Destacamos posibles porque, como anota dicha autora, no se ha establecido

estadísticamente la frecuencia de aparición de las estructuras de “castellano catalán” que

coinciden con el catalán; en efecto, hemos visto que muchas veces las mismas expresiones se

usan en áreas monolingües no catalan-hablantes.

Veamos ahora cómo han sido interpretados otros datos provenientes de registros escritos,

principalmente. Desde una perspectiva más acorde con lo que pudiera denominarse esfuerzo de

planificación lingüística, Marsá (1986) proporciona evidencia indirecta de la pujanza y el grado

de penetración del catalán en el castellano de Cataluña. Este autor lamenta la manera como

vienen entrometiéndose rasgos catalanes en el habla castellana de Cataluña, en prácticamente

44

todos los niveles. Para efectos de nuestra investigación esta óptica de Marsá, que se nos antoja

prescriptivista, trae a colación el efecto que tiene en muchos españoles, la modalidad del español

en contacto con el inglés de los Estados Unidos, y que algunos denominan despectivamente

como “espanglés.” Aunque éste caso queda por fuera de nuestro estudio, hay que reconocer que

quienes estudian el “espanglés” desde una perspectiva sociolingüística, lejos de lamentarse,

celebran la oportunidad observar, “en vivo y en directo”, cambios lingüísticos que encuentran

terreno fértil dentro del contacto de lenguas.

Marsá (1986), como Galindo Solé (2003), señala la perplejidad del catalánhablante ante

el demostrativo español de segunda persona, ese, sin correspondencia en catalán (aquest = ‘este’

y ‘ese’ y aquell = ‘aquel’), y que con frecuencia usa de manera indiscriminada. Igualmente

delata Marsá (101) el uso indebido de las parejas verbales ir y venir, llevar y traer, meter y

sacar, quitar y poner. Igualmente son objeto de su denuncia los frecuentes calcos, tanto léxicos

como de estructura sintáctica: hacer caridad (<fer caritat) por ‘dar limosna’; hacer punta al

lápiz (<fer punta al llapis) por ‘sacar punta al lápiz’, decir buenos día (<dir bon dia) por ‘dar los

buenos días’, etc.

Marsá (1986:102) destaca que en Cataluña es normal ver escritos en catalán los

topónimos (ejemplo: Alemanya, França, Txecoslovàquia, Xile, Xina, etc.), aun en la prensa

escrita en español, a pesar de que dichos nombres tengan equivalente en castellano. Lamenta la

práctica de escribir textos como el siguiente:

“El president de la Generalitat, acompañado del conseller d’Industria, ha visitado las

instalaciones de la II Mostra del Motor; han sido recibidos por el Cap dels Serveis tècnics de la

Mostra y altos funcionarios de su Departament de programació”. (Marsá 1986:102).

Y advierte:

45

...con la inevitable excepción de los nombres personales –con derecho a su propia identidad fonética- las lenguas concurrentes no deben mezclar sus respectivos elementos; ni en la escritura ni en la expresión oral. Querría llevar al ánimo de todos la convicción de que la mixtura de lengua no es conveniente. (1986:103).

No sólo censura Marsá que se entremezclen el catalán y el castellano, sino que no se usen

ni signos, ni comas, ni cursiva que indiquen el cambio de código, con lo que el lector se

acostumbrará a la mezcla y la va incorporando a su modo espontáneo de expresión.

Para nuestro autor concurrencia de lenguas en la enseñanza no es menos peligrosa ya que

unos alumnos toman en catalán apuntes de la lección que el profesor explica en español, mientras

que otros toman nota en español de lo que profesor explica en catalán. “...cada uno habla y

escribe en la lengua que quiere o en la que puede, y todos a un tiempo”. Observa Marsá que tras

una rápida ojeada, de las pruebas de aptitud para el acceso a la Universidad se obtienen de

incorrecciones como las siguientes (1986:104):

ortografía: quando, adequado, qual, questiones, quarenta, govierno, haver, escriviente,

cavallo, aprovado, etc.

acentuación: glória, história, vária, miséria.

calcos léxicos: mastega por ‘mastica’, encharpar por ‘atrapar’, gratar por ‘rascar o

escarbar’, espigolar por ‘espigar’, tebio por ‘tibio’, encarregar por ‘encargar’, tractos por

‘tratos’, reflectados por ‘reflejados’, arreladas por ‘arraigadas,’ desenvolupado por

‘desarrollado’

El último ejemplo (“desenvolupado”) formó parte del vocabulario del que escribe durante

su educación secundaria en Valencia.

46

3.4 Interferencias en el “castellano valenciano”

Al igual que lo que sucede con lo que hemos llamado “castellano catalán” para referirnos

al castellano que se habla en Cataluña, en esta sección pretendemos dar justificación para que lo

que aquí llamamos “castellano valenciano” sea visto menos como una mera conglomeración de

errores contra las prescripciones del español general, y más como una serie de rasgos que

necesitan observación y análisis. Como hemos de concluir más adelante, lejos de ser el

“castellano valenciano” un castellano maltrecho en boca de los valencianos, creemos que hay

razones suficientes para ver en “el castellano valenciano,” como mínimo, un dialecto en

transición que debiera figurar en los tratados de dialectología, como sí aparecen otras

modalidades (ejem. riojano, extremeño, murciano, canario, etc.).

Como es de esperarse, muchos de los rasgos del español valenciano son iguales a los que

hemos identificado como rasgos de “español catalán.” Otros parecen venir del catalán que se

habla en la zona de Valencia y por tanto no pertenecen al “español catalán” sino al “español

valenciano.” Guiándonos principalmente por el estudio de Blas Arroyo (1993), encontramos lo

siguiente:

Subestimación de una distinción:

Teniendo en cuenta que el catalán sólo tiene baix, la distinción de preposición bajo y

adverbial abajo del castellano general, parece ignorarse entre hablantes bilingües, en favor de la

preposición:

Está ahí bajo (por Está ahí abajo o debajo).

Está bajo la mesa. (Blas Arroyo 1993:49).

Reinterpretación de una oposición:

Ya nos hemos referido al contraste de a y en con circunstancias de lugar para expresar un

47

contraste funcional pero que en el castellano de esta región bilingüe se confunde.

Ponte en el centro de la clase / Ve al centro de la clase

Sustitución:

Según Blas Arroyo (1993:50), la preposición en sustituye ocasionalmente en el habla de

algunos bilingües la preposición con en sintagmas con valor modal e instrumental, cambio que es

totalmente ajeno a la norma general del español:

Juan está en fiebre / Juan está con fiebre.

Juan partió la carne en el tenedor / Juan partió la carne con el tenedor.

Tal confusión se le atribuye a la semejanza formal entre dicha preposición castellana y la que en

valenciano sirve para esas mismas funciones: en (a diferencia de otros dialectos catalanes como

el de Cataluña donde es amb, y por lo tanto, no hay tal confusión).

Importación:

El valor partitivo en el castellano general (Comimos carne / frente a, Comimos la carne)

no se expresa con de, como sí lo hace el valenciano:

Me ha gustado el disco, pero los hay de mejores. (Blas Arroyo 1993:51).

La forma de es reflejo directo del catalán: “…n’hi ha de millors”.

Es igualmente un caso de importación el de que expletivo en la cabecera oraciones

interrogativas directas totales:

¿Qué tienes frío? / ¿Tienes frío?

Pérdida:

48

Los hablantes valencianos usan una construcción nominal en función de complemento

circunstancial de tiempo que supone una clara reducción de una estructura impersonal

encabezada por la preposición desde en el español general:

Tengo el carnet de conducir siete años. (Blas Arroyo 1993:52).

Más representativos del español valenciano propiamente son los rasgos que se describen

a continuación. Uno de los más reconocibles es el involucra la neutralización modal en las

oraciones temporales subordinadas. Se trata de usar el futuro del modo indicativo cuando el

español general usa el presente de subjuntivo

Cuando vendrás, iremos al cine. (Blas Arroyo 1993:29).

Cuando vendrá el At. Madrid ya se le cambiarán los humitos ya!

Como ya habíamos discutido una páginas atrás, la “personalización” de verbos como

haber y hacer, representa un uso que prácticamente ha recibido “carta de ciudadanía” en el

“castellano valenciano.”

Habían más niños el año pasado.

Han hecho muchos calores este verano.

Están haciendo unos días muy buenos.

Habían muchas flores en aquel jardín.

Habíamos señalado antes la dificultad de establecer con certeza si este tipo de

concordancia “anómala” para el castellano general, es una interferencia externa al sistema del

español, o si por el contrario, es subproducto de presiones de la estructura interna. El hecho es

que, como observa Blas Arroyo (1999:49), estas oraciones, tradicionalmente prescritas como

impersonales, constituyen uno de los rasgos más definidores del español hablado en las

49

comunidades del área lingüística catalana. En un esfuerzo por ofrecer una explicación de orden

estructural, Blas Arroyo interpreta esta personalización de verbos impersonales como

“un caso de convergencia gramatical al que contribuyen no sólo la simplificación interna

de un paradigma poco habitual, como el que representa la ausencia de concordancia en esos

casos, sino también, y en nuestra opinión más importante aún, la influencia social que ejerce

idéntico fenómeno en la mayoría de las variedades del catalán” (1999:50):

Hi havien moltes flors…

Hi están fent uns dies molt bons.

Y agrega:

La concordancia entre el verbo haber y el núcleo del sintagma nominal no tiene idéntica extensión por toda la península. En ausencia de estudios empíricos que confirmen o desmientan esta hipótesis, y guiados de momento sólo por nuestra experiencia y por referencias como las anteriores, nos parece, sin embargo, que el fenómeno de la concordancia tiene una enorme vitalidad en las regiones del área de influencia catalana. Una vitalidad que no se detiene en las capas más populares de la población, como puede ocurrir en otros territorios, sino que se ha infiltrado poderosamente en todos los estratos de la sociedad, y cuyo reflejo aparece tanto en la lengua hablada como, también, frecuentemente, en la escrita. (1999:55).

Teniendo en cuenta la “infiltración” de este rasgo en estratos diferentes de los más

populares, como se menciona en esta cita, y teniendo en cuenta su ocurrencia persistente en

registros orales (y en menor cuantía en registros escritos) del español hispanoamericano, parece

razonable concluir que dicha concordancia tiene una causalidad de naturaleza cognitiva. Su

mayor incidencia en la zona valenciana bien podría explicarse por el estímulo que ofrece el

catalán de esta región, donde el mismo fenómeno está bastante difundido. A nivel conceptual, los

impersonales haber y hacer no hacen más que introducir al discurso el contenido semántico del

sustantivo que sigue. Dicho de otro modo, su función es declarar la existencia de tales entidades

en el caso de haber, o indicar el lapso cronológico transcurrido. Es igualmente pertinente anotar,

50

como lo hace Hildebrando Ruiz (comunicación personal) que en muchas variedades del español

americano, la personalización de haber, aunque casi siempre asociada con hablantes de bajo

nivel educativo, ha ganado terreno en algunos tiempos verbales más que en otros. Sostiene este

profesor que mientras el pretérito indefinido (hubieron) está aún altamente estigmatizado, el

pretérito imperfecto (habían muchos) con frecuencia pasa virtualmente sin ser detectado en el

habla de quienes censuran la forma de hubieron. Y agrega: “...el hecho es que la

personalización de haber viene siendo objeto de varios estudios y ponencias que informan sobre

la investigación del español en América.”

Del área de las interferencias léxicas, existe un léxico catalán abundante que engrosa el

acervo lingüístico de castellanohablantes monolingües, sin contar las muchas instancias de

influencia en la morfología castellana. En Blas Arroyo (1999:96) encontramos ejemplos de

“catalanización” de los diminutivos castellanos terminados en {-ete, -eta}:

...y Bakero y Guardiola nos dieron más palos que a una estereta.

Según este autor la prominencia de interferencias léxicas no es menor ni en los vocablos

totalmente integrados a la estructura del castellano que, sin embargo, no lo han hecho

fónicamente. Este es el caso de los grupos consonánticos como ns, rs, ajenos a la norma

española: “...hasta Camarasa subió ayer. Ah collons (cojones) ni un solo gol!" (1999:100).

Creemos haber presentado suficientes muestras de ese tipo de lengua que nace y se

mantiene cuando dos sistemas interactúan por medio de sus hablantes. ¿Qué nos hemos

propuesto con esta información? En primer lugar, hemos intentado recoger materiales que nos

permiten concluir que el contacto del castellano con el catalán ha venido produciendo, como no

podría ser de otra manera, suficientes fenómenos de interés lingüístico. Decimos que son de

interés lingüístico porque permiten examinar facetas del cambio lingüístico, ya sea para

51

corroborarlas, o para afinar nuestros conocimientos, y si es necesario cambiar o emprender

nuevos esfuerzos de validación metodológica de la investigación. Más específicamente, los datos

presentados en este capítulo sirven de plataforma para preguntarnos ahora, ¿por que no se

estudiado académicamente, en la medida que lo merece, lo que aquí hemos llamado “español

catalán” y “español valenciano”?

De importancia aun mayor, creemos que los rasgos que hemos entresacado de las fuentes

usadas necesitan convertirse en materia de estudio, como prerrequisito para intentar un cambio

de actitud a lo que bien podría considerarse dialectos de transición. Se nos antoja que el

desconocimiento de la realidad lingüística en zonas de contacto dentro de la Península, se ha

perpetuado, simplemente porque a esta realidad se le ha visto sólo desde la óptica de la

corrección prescriptiva que hace que cualquier alternativa a la norma de la lengua dominante se

le vea como fenómeno trivial, carente de méritos para su estudio. Desde el comienzo de este

estudio hemos creído que, ilusionados con las nuevas posibilidades que ofrecen los estudios

sociolingüísticos, lo que ayer era error trivial, hoy y mañana serán vistos como índices de

creatividad lingüística. Cualquier ganancia en términos de conocimiento de la forma como opera

el “castellano valenciano”, será también ganancia de conocimiento acerca del genio creador de

catalanes y valencianos.

52

CAPÍTULO 4

CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES

4.1 Conclusiones del estudio

A lo largo de este estudio se han examinado otros sobre el contacto del castellano como

lengua mayoritaria del estado español, con las lenguas autonómicas que se hablan en Cataluña y

en Valencia. De tales estudios se tomaron muestras de lengua para ilustrar no sólo las

interferencias entre estos sistemas, sino para aprender acerca de la naturaleza de dicho fenómeno.

La revisión de la literatura nos permitió descubrir, para nosotros, que a pesar de una larga

historia y un abultado acervo de rasgos que muestran renuencia implícita a deshacerse de lo que

hemos llamado “rasgos distinguidores” del castellano de estas regiones, la investigación sobre

fenómenos de contacto de lenguas en España es prácticamente unidireccional. Con esto

queremos decir que aunque se encuentran documentados rasgos indicadores de fuerzas que

llevan a la influencia, en forma de interferencias desde la lengua autonómica del lugar, hasta el

castellano general, estos rasgos no han despertado un interés académico que estimule su análisis

y mejor conocimiento. Por razones que no fueron estudiadas en la presente investigación, se

aprendió que una causa posible de esta situación es la persistencia de vestigios de ideologías

lingüísticas institucionalizadas con mayor rigor durante el gobierno de Franco. Tales ideologías

no hacen manifiesto el marco ideológico que las sostiene, pero sin embargo se pueden soslayar

en la tendencia a ver los “rasgos distinguidores” del castellano en zonas de bilingüismo como

ejemplos triviales de errores, o insuficiencias en la adquisición del castellano. Esta podría ser una

53

de varias explicaciones posibles para la notoria falta de investigación de lo que hemos llamado

“español catalán” y “español valenciano.”

El estudio de Vann (2002) destaca la necesidad de estudiar lo que él llama “dialectos de

contacto” asociados con minorías étnicas en la Península. Específicamente, este autor se refiere a

la necesidad de estudiar rasgos innovadores del castellano actual de Barcelona, no como errores

o desviaciones de la norma castellana general, sino como portadores importantes de información

sociolingüística. Sin embargo, advierte Vann, tal alternativa supone una reformulación de la

doctrina que rige el quehacer académico en España, a fin de que los “rasgos distinguidores” de

los “dialectos de contacto’ sean reconocidos como tales, y se les considere objetos dignos de

estudio científico.

Aunque sin pretensiones de objetivos de comprobación, en los capítulos precedentes se

vislumbraron actitudes lingüísticas que hemos interpretado como contribuyentes al

mantenimiento de una modalidad de español propio de la región. A esta conclusión hemos

llegado tras aprender, por ejemplo, que rasgos estigmatizantes en otras regiones, como la

“personalización de haber y hacer, en realidad gozan de aprecio entre amplios sectores de la

sociedad valenciana. Así lo insinúa el que esta práctica no se circunscriba a los estratos populares

exclusivamente, y que por el contrario, se encuentre entre hablantes de nivel social alto. Sin

embargo, este sentimiento no fue absoluto porque en situaciones de de formalismo extremo entre

la burguesía, la tendencia es a evitar la concordancia de estos verbos con el sintagma nominal

siguiente, en número plural.

Después de examinar en varios autores las descripciones de ciertos rasgos distinguidores

de las zonas estudiadas, se llegó a la constatación de que sin datos empíricos resultaba casi

imposible determinar la direccionalidad de las interferencias entre lenguas en contacto. Sin

54

embargo, no nos hemos abstenido de ofrecer nuestras propias intuiciones, especialmente cuando

se trataba de la neutralización de distinciones con valor funcional en castellano (como es el caso

de la deixis tripartita (este-ese-aquel), frente a un sistema deíctico binario del catalán (aquest-

aquell). Nos pareció obvia una explicación en términos de interferencia de catalán sobre el

castellano de los bilingües.

La cuestión de distinguir entre situaciones diglósicas y situaciones de bilingüismo la

encontramos estrechamente relacionada con las actitudes de los hablantes frente a su propia

lengua. Porque aquí entran en juego factores psico-sociales del individuo, la disponibilidad de

los datos en forma de ejemplos no nos permitieron adentrarnos en consideraciones precisas.

Cuando una investigación se circunscribe al análisis de análisis como medio de

familiarización y punto de referencia como es nuestro caso, se corre el riesgo de encontrase con

interpretaciones diversas de una misma realidad. Tal fue el caso del estudio de Marsá (1986),

quien encuentra que la catalanización del castellano en las zonas de bilingüismo es un

“problema” que lo lleva a mostrar cierto grado de prescriptivismo. Por el contrario, Galindo

Solé, tras haber considerado toda una serie de posibles rasgos distinguidores, los descarta como

insuficientes para concluir que la interferencia del catalán sobre el castellano de los bilingües

represente un fenómeno que contradiga lo que se ha creído tradicionalmente, es decir, que son

las lenguas de prestigio las que influyen y no a la inversa. A pesar de la disparidad interpretativa

de una misma realidad, estos estudios nos proporcionaron muchos ejemplos útiles para entender

mejor la dimensión del problema que nos hemos propuesto investigar.

El análisis de Blas Arroyo (1993) nos pareció especialmente útil. En efecto, este autor

arguyó, con convicción, la dimensión sociolingüística de las interferencias. Gracias a su estudio

pudimos comprender que el que un “rasgo distinguidor” aparezca en contextos geográficos

55

diferentes de las zonas de contacto de lenguas, esto no invalida su naturaleza “distinguidora” ya

que la expansión diastrática del rasgo sirve para distinguir el uso en una región del de otra. Esto

lo pudimos encontrar con respecto al uso de el-la más nombre propio de persona, igual que la

trascendencia a escalas sociales altas de Cataluña y valencia, en el caso de la personalización de

haber y hacer

4.2 Limitaciones del estudio

No resulta particularmente útil insistir ahora en las limitaciones de nuestro trabajo,

particularmente porque son más o menos obvias. Por un lado, por razones que no vienen al caso,

nos hemos visto precisados a valernos de fuentes de segunda y tercera mano, lo que nos ha

puesto a merced del criterio de selección de los datos, que no nos era enteramente conocido. Por

otro lado, hemos tenido que partir de demasiados supuestos, es decir, hemos partido de “hechos

que dimos por sentados” y que seguramente hemos debido ver con ojo crítico primero para

cerciorarnos mejor de su razón de ser. Pensamos igualmente que nuestro examen de conceptos

como lengua y dialecto no ha recibido la atención que merecen estos términos. Tal discusión se

hacía más urgente en la medida que las actitudes lingüísticas jugaban un papel central en nuestro

estudio, y dichas actitudes están estrechamente relacionadas con lo que las personas entienden

por dialecto, como término que no dista mucho del de lengua para los lingüistas. En contraste,

para el común de las personas, la noción de dialecto está cargada de implicaciones

socioculturales que una y otra vez imposibilitan una mejor comprensión de su naturaleza. Este es

particularmente el caso de la situación lingüística de las zonas de contacto de lenguas en la

Península. No sabemos cuánto terreno hubiésemos ganado al definir desde un comienzo el

concepto desde una perspectiva estrictamente lingüística, especialmente cuando se trataba de

56

tener en cuenta las actitudes lingüísticas de personas que no son lingüistas. Por otro lado, no

dejar de ser irónico que aun entre lingüistas catalanes y castellanos, el diálogo resulte a veces

difícil debido a la casi imposibilidad de deshacernos de nuestro pasado histórico y las agendas

ideológicas que cargamos soterradamente.

4.3 Posibles continuaciones del proyecto

Antes de aventurarnos por caminos demasiado distantes de este proyecto, es obvio que

nuestros esfuerzos deben ir en la dirección de refacción de varios de los puntos aquí tratados.

Nos sentimos mejor armados de interrogantes relacionados con el papel que juegan las

ideologías políticas y sus implicaciones para efectos de la planificación lingüística desde la

perspectiva de las instituciones de gobierno y las academias. Nos parece indispensable seguir la

línea de trabajo de Vann (2002) con el propósito de intentar un cambio hacia la legitimación del

tema de los “ rasgos distinguidores” de los geolectos como manifestaciones que son de la

diversidad. Mientras que aún persiste el discurso académico de la unidad y la homogeneización

como garantías de la supervivencia de una “lengua de cultura,” el mismo discurso podría servir

de vehículo para el aislamiento de códigos que hasta ahora han servido bien como medios de

identificación cultural. Para el observador foráneo, las dificultades relacionadas con la

identificación cultural, específicamente de orden lingüístico, pueden parecer pequeñeces. Para

ellos, las disquisiciones sobre la cultura probablemente no son más que una actividad académica.

Para quienes hemos tenido que sentir en la piel el escozor del gentilicio xenófobo, o los

cuestionamientos que resultan de usar tal o cual término “distinguidor’ de nuestro lugar de

origen, para nosotros, las discusiones sobre la cultura y la lengua son más que u n lujo

académico. Son una forma de supervivencia.

57

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