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E. P. Thompson (1981) MISERIA DE LA TEORÍA VII. La lógica de la historia Las maneras de escribir historia son tan diversas, las técnicas empleadas por los historiadores son tan variadas, los temas de investigación y las conclusiones son tan polémicos que resulta difícil aducir una coherencia disciplinaria. No obstante, el estudio de la historia es un empeño muy antiguo, y sería sorprendente que fuera el único entre las ciencias y las humanidades que haya sido incapaz de desarrollar su propia disciplina; es decir, su propio discurso de demostración. Este discurso es una lógica histórica. Se trata de una lógica diferenciada, apropiada a los materiales del historiador. No depara laboratorios para la verificación experimental, proporciona la evidencia de causas necesarias pero nunca de causas suficientes. La lógica histórica tampoco puede sujetarse a los mismos criterios que la lógica analítica, que es el discurso de la demostración propio del filósofo. Una lógica de tipo distinto, apropiada a fenómenos siempre en movimiento, que revelan manifestaciones contradictorias, cuyas particulares evidencias sólo pueden hallar su definición en contextos particulares, y sin embargo cuyos términos generales de análisis (es decir, las preguntas adecuadas para interrogar los datos empíricos) rarament e son constantes, sino que más bien cambian según los movimientos del acontecimiento histórico: en la medida en que cambia el objeto de investigación, así cambian también las preguntas adecuadas. Sartre: “  La Historia no es orden. Es desorden: un desorden racional ”. Un desorden de esta clase rompe todo procedimiento de lógica analítica , la cual, como primera condición, debe mane jar términos no ambi guos y mant ener los fuer teme nte en un solo lugar. Los filósofos, cuando examinan las credenc iales epis temol ógica s de “la hist oria ”, a coloc ar sobre su mesa “hech os” aislado s, en lugar de los mate rial es acostumbrado s de los historiadores: los datos empíricos del comportamiento en su acaecer a lo largo del tiempo.  Lógica histórica : método lógico de investigación, adecuado a los materiales históricos. Concebido para contrastar hipótesis relativas a estructuras, causaciones , etc. y para eliminar procedimie ntos autoconfirmatorios . Diálogo entre concepto y dato empírico, conducido por hipótesis sucesivas, por un lado, e investigación empírica por el otro. El interrogador es la lógica histórica; el instrumento interrogativo una hipótesis; el que contesta es el dato empírico, con sus propiedades concretas. Es esta lógica la que constituye el tribunal de última instancia de la disciplina: no los “datos empíricos” por sí mismos, sino los datos empíricos interrogados de este modo. Proposiciones: 1- El objeto inmediato del conocimiento histórico se compone de hechos, o datos empíricos que ciertamente tienen una existencia real, pero que sólo son cognoscibles por vías que son incumbencia de procedimientos históricos vigilant es. 2- El conocimiento histórico es, por su naturaleza a) provisional e incompleto, pero no por ello falso; b) selectivo; pero no por ello falso; c) limitado y definido por las preguntas formuladas a los datos empíricos y, por lo tanto, sólo verdadero dentro del campo así definido. 3- Los datos empíricos tienen determinadas propiedades. Aunque se les puede plantear un número cualquiera de preguntas, sólo algunas serán las apropiadas. Mientras que puede proponerse cualquier teoría del proceso histórico, todas las teorías que no están conformes con las determinaciones de los datos empíricos son falsas. 4- La relación entre el conocimiento histórico y su objeto no puede en tenderse en términos que supongan que uno es función del otro. Son mutuamente determinante s, y su relación sólo puede entenderse como diálogo. 5- El obje to del conocimiento histórico es la historia “real”, cuyos dato s empíricos deben neces ariamente se incom pleto s e imperfectos. El pasado humano no es una agregación de historias discretas, sino un conjunto unitario de comportamientos humanos en lo que cada aspecto, se relaciona de determinadas maneras con los otros, análogamente a como los actores individuales entran entre sí en determinadas relaciones. En la medida en que estas acciones y relaciones dan origen a cambios, que se convierten en el objeto de la investigación racional, se puede definir esta suma como un  proceso histórico , es dec ir , una suma d e  prácticas ordenadas y estructuradas de maneras racionales. Los procesos acabados de cambio histórico, con sus intrincadas relaciones causales, ocurrieron de verdad, y la historiografía puede falsearlos o entenderlos mal, pero no puede en lo más mínimo modificar el estatuto ontológico del  pasado. El objetivo de la disciplina histórica es alcanzar esta verdad de la historia. La historia, considerada como la suma de los  productos de la investigación histórica, cambiará con las preocupaciones de cada generación o, por decirlo así, de cada sexo, de cada nación, de cada clase social. 6- La investigación de la historia como proceso, como acaecimiento o “desorden racional”, implica nociones de causación, de contradicción, de mediación y de organización sistemática (a veces estructurante) de la vida social, política, económica e intelectual. Cada noción, o concepto, surge de compromisos empíricos, y por muy abstractos que sean los procedimientos de su interrogación de sí misma debe ser llevada de nuevo a confrontación con las propiedades dadas de los datos empíricos. Se trata de una cuestión de diálogo, en el sentido más crítico. En el sentido de que una tesis (el concepto, o hipótesis) es puesta en relación con su antítesis (determinación objetiva ateórica) y de ello resulta una síntesis (conocimiento histórico), lo cual puede llamarse la dialéctica del conocimiento histórico. En la medida en que una noción halle respaldo de los datos empíricos, tiene uno pleno derecho a decir que existe, “ahí afuera”, en la historia real. 1

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E. P. Thompson (1981)

MISERIA DE LA TEORÍA

VII. La lógica de la historia

Las maneras de escribir historia son tan diversas, las técnicas empleadas por los historiadores son tan variadas, investigación y las conclusiones son tan polémicos que resulta difícil aducir una coherencia disciplinaria. No obstante, ehistoria es un empeño muy antiguo, y sería sorprendente que fuera el único entre las ciencias y las humanidades que hayde desarrollar su propia disciplina; es decir, su propio discurso de demostración. Este discurso es una lógica histórica. Slógica diferenciada , apropiada a los materiales del historiador. No depara laboratorios para la verificación experimental, previdencia de causas necesarias pero nunca de causas suficientes. La lógica histórica tampoco puede sujetarse a los mismla lógica analítica, que es el discurso de la demostración propio del filósofo. Una lógica detipo distinto, apropiada a fenómsiempre en movimiento, que revelan manifestaciones contradictorias, cuyas particulares evidencias sólo pueden hallar scontextos particulares, y sin embargo cuyos términos generales de análisis (es decir, las preguntas adecuadas para interempíricos) raramente son constantes, sino que más bien cambian según los movimientos del acontecimiento histórico: eque cambia el objeto de investigación, así cambian también las preguntas adecuadas.Sartre : “ La Historia no es orden. Es desorden:un desorden racional ”. Un desorden de esta clase rompe todo procedimiento de lógica analítica, la cual, como primera conmanejar términos no ambiguos y mantenerlos fuertemente en un solo lugar. Los filósofos, cuando examinan lasepistemológicas de “la historia”, a colocar sobre su mesa “hechos” aislados, en lugar de los materiales acostumbhistoriadores: los datos empíricos del comportamiento en su acaecer a lo largo del tiempo. Lógica histórica : método lógicoinvestigación, adecuado a los materiales históricos. Concebido para contrastar hipótesis relativas a estructuras, causacioeliminar procedimientos autoconfirmatorios. Diálogo entre concepto y dato empírico, conducido por hipótesis sucesivas,investigación empírica por el otro. El interrogador es la lógica histórica; el instrumento interrogativo una hipótesis; el qudato empírico, con sus propiedades concretas. Es esta lógica la que constituye el tribunal de última instancia de la disno lo“datos empíricos” por sí mismos, sino los datos empíricos interrogados de este modo.Proposiciones:1- El objeto inmediato del conocimiento histórico se compone de hechos, o datos empíricos que ciertamente tienen real, pero que sólo son cognoscibles por vías que son incumbencia de procedimientos históricos vigilantes.2- El conocimiento histórico es, por su naturaleza a) provisional e incompleto, pero no por ello falso; b) selectivo; pefalso; c) limitado y definido por las preguntas formuladas a los datos empíricos y, por lo tanto, sólo verdadero dentro definido.

3- Los datos empíricos tienen determinadas propiedades. Aunque se les puede plantear un número cualquiera de pralgunas serán las apropiadas. Mientras que puede proponerse cualquier teoría del proceso histórico, todas las teoríasconformes con las determinaciones de los datos empíricos son falsas.4- La relación entre el conocimiento histórico y su objeto no puede entenderse en términos que supongan que uno es fuSon mutuamente determinantes, y su relación sólo puede entenderse como diálogo.5- El objeto del conocimiento histórico es la historia “real”, cuyos datos empíricos deben necesariamente se inimperfectos. El pasado humano no es una agregación de historias discretas, sino un conjunto unitario de comportamientlo que cada aspecto, se relaciona de determinadas maneras con los otros, análogamente a como los actores individuales en determinadas relaciones. En la medida en que estas acciones y relaciones dan origen a cambios, que se convierten eninvestigación racional, se puede definir esta suma como un proceso histórico , es decir, una suma de prácticas ordenadasestructuradas de maneras racionales. Los procesos acabados de cambio histórico, con sus intrincadas relaciones causalesverdad, y la historiografía puede falsearlos o entenderlos mal, pero no puede en lo más mínimo modificar el estatuto pasado. El objetivo de la disciplina histórica es alcanzar esta verdad de la historia. La historia, considerada como l

productos de la investigación histórica, cambiará con las preocupaciones de cada generación o, por decirlo así, de cadanación, de cada clase social.6- La investigación de la historia como proceso, como acaecimiento o “desorden racional”, implica nociones de contradicción, de mediación y de organización sistemática (a veces estructurante) de la vida social, política, económicaCada noción, o concepto, surge de compromisos empíricos, y por muy abstractos que sean los procedimientos de su intemisma debe ser llevada de nuevo a confrontación con las propiedades dadas de los datos empíricos. Se trata de una cuesten el sentido más crítico. En el sentido de que una tesis (el concepto, o hipótesis) es puesta en relación con su antítesis (objetiva ateórica) y de ello resulta una síntesis (conocimiento histórico), lo cual puede llamarse la dialéctica del conocimEn la medida en que una noción halle respaldo de los datos empíricos, tiene uno pleno derecho a decir queexiste , “ahí afuera”, enhistoria real.

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7- El materialismo histórico difiere de otras ordenaciones interpretativas de los datos históricos no por ningepistemológica, sino por sus categorías, sus hipótesis características y procedimientos concomitantes y el declaraconceptual entre éstas y los conceptos elaborados por los cultivadores marxistas de otras disciplinas. Thompson no ve lmarxista como si fuera algo subordinado a algúncorpus general de marxismo-como-teoría, situado en alguna otra parte. Al cohay un terreno común de todas las prácticas marxistas, debe estar allí dond el propio Marx lo situó, en el materialismo hiel terreno del cual brota toda la teoría marxista, y al cual debe retornar en definitiva. La patria de la teoría marxista siguesiempre ha estado, el objeto real humano en todas sus manifestaciones (pasadas y presentes); objeto que, sin embargoconocido por un simple vistazo teorético, sino sólo a través de distintas disciplinas discretas, informadas por conceptofilosofía puede supervisar, afinar y auxiliar la conversación. Pero si se deja a la filosofía abstraer los conceptos respecto dy construya a partir de ellos un Hogar para la Teoría independientemente de éstas, y además lejos de todo diálogo con teoría, entonces aparece el teatro deAlthusser .8- Su proposición final aconseja aplicar una reserva fundamental sobre la epistemología althusseriana, así como estructuralismos o sistemas funcionales (por ejemplo la sociología deParsons ) que periódicamente tratan de invadir la dischistórica. Ciertas categorías críticas y ciertos conceptos empleados por el materialismo histórico sólo pueden ser comprcomcategorías históricas ; esto es, como categorías o conceptos apropiados para la investigación de procesos, para el examen que cambian de forma o se disuelven en otros hechos; conceptos apropiados para el manejo de datos empíricos no srepresentación conceptual estática, sino sólo como manifestación o contradicción. Estos conceptos, son aplicados a los dno como “modelos” sino más bien como “expectativas”. No imponen una regla, sino que activan y facilitan la interrodatos, aunque a menudo se descubra que cada caso diverge, en tal o cual aspecto, de la regla. El dato –y el acontecimieregido por una regla, pero no podría ser comprendido sin la regla, a la que ofrece sus propias irregularidades. Los concephistóricas a menudo son de esta clase. Muestran una gran elasticidad y admiten muchas irregularidades; el historiador del rigor al sumirse en las más amplias generalizaciones en un momento, mientras que en el momento siguiente s particularidades que determinan un caso concreto cualquiera. La desdicha de los historiadores marxistas es que aconceptos son moneda corriente en un universo intelectual más amplio y son adoptados en otras disciplinas, que les implógica y los reducen a categorías estáticas, ahistóricas. Ninguna categoría histórica ha sido más mal interpretada, vulnerada y deshistorizada que la de clase social; una formación histórica que define a sus propios sujetos, que los homelaboran a partir de sus propia experiencia de lucha, ha sido reducida a una categoría estática, o a un efecto de una ulteriola que los seres humanos no son los agentes sino los vectores. La historia no es una fábrica para la producción de una TSu tarea consiste en rescatar, “explicar” y “comprender” su objeto, la historia real. Las teorías que los historiadoredirigidas a este objetivo, dentro de los límites de la lógica histórica, y no hay cirugía alguna que pueda trasplantar teocomo órganos no modificados, a otras lógicas conceptuales estáticas, o viceversa.La lógica histórica es falible. Pero la multiplicidad misma de experimentos y su recíproca congruencia limitan los peligrodatos referentes a cualquier episodio particular pueden ser imperfectos: habrá muchísimas lagunas cuando se considere la forma de hechos discretos seriados; pero sobreviven los suficientes datos para revelar la lógica de este proceso, su rformaciones sociales que le son propias. El que la explicación histórica no pueda tratar con absolutos ni aducir causas sgrandemente a ciertas almas simples e impacientes. Suponen que si la explicación histórica no puede ser e Todo, entoncse reduce a una narración fenomenológica consecutiva. Esto es un estúpido error. Pues la explicación histórica revela nola historia debió acontecer; sino por qué aconteció de esta manera y no de otras; que el proceso no es arbitrario, sino queregularidad y racionalidad.Las categorías apropiadas a la investigación de la historia son categorías históricas. El materialismo histórico se distisistemas interpretativos por su consistencia obstinada en elaborar tales categorías, y por su articulación de éstas dentro dconceptual. Esta totalidad no es una “verdad” teórica acabada (o Teoría); pero tampoco es un “modelo” artificioso; es unen desarrollo, aunque un conocimiento provisional y aproximado con muchos silencios e impurezas. El desarrollo de esttiene lugar tanto en la teoría como en la práctica; surge de un diálogo; y su discurso de la demostración se formula en loslógica histórica.

X. Estructura y proceso

El materialismo histórico se propone estudiar el proceso social en su totalidad; es decir, se propone hacerlo al aparecehistoria “sectorial” más, sino como una historia total de la sociedad, en la cual estarían reunidas todas las otras historiBasta con enunciar esta pretensión para advertir dos observaciones que enseguida surgen al respecto. En primer lugar, ehistórico ha de ser, en este sentido, la disciplina en la cual convergen todas las restantes disciplinas humanas. Es la discique siempre debe mantener vigilancia sobre las premisas aislantes de otras disciplinas, pero cuya madurez sólo puede abertura hacia estas otras disciplinas y su agregación de los descubrimientos de ésas. Pero, en segundo lugar, y par pretensiones imperialistas, la “Historia”, en la medida en que es la más unitaria y general de todas las disciplinas humsiempre lamenos precisa. Su conocimiento nunca pasará de ser aproximado. Pero su conocimiento no deja por conocimiento, y es logrado mediante sus propios procedimientos rigurosos de lógica histórica, mediante su propio

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demostración. Las credenciales del materialismo histórico en las últimas décadas se han visto sometidas a un sostenido y este asalto se ha preparado igualmente desde posiciones situadas dentro de disciplinas académicas “burgues(epistemología, sociología, etc.), desde enclaves situados dentro de la profesión misma de historiador y desde un es“marxista”. Lo que distingue a todos estos ataques es la semejanza de sus formas, sus modos de argumentación y sus conclTodos empiezan poniendo en cuestión la cognoscibilidad del proceso y terminan ladeando las terminologías del conomarcadamente hacia procedimientos sincrónicos y no diacrónicos. Lo diacrónico es repudiado como algo meramente “nestructurado, como flujo ininteligible que va de una cosa a otra. Sólo la inmovilidad del análisis estructural puedconocimiento. La terminología del estructuralismo fue dada por el aparente “sentido común”, por las apariencias mandecenios del inmovilismo propio de la guerra fría. Y en sus acentos más penetrantes, ha sido una terminologíaburguesa , una apolodel status quo y una invectiva contra los herejes “utópicos” e “inadaptados”. Cuando un historiador se enfrenta al estructuolfatear el ambiente y oler el conservadurismo. Pero este olfateo del ambiente ideológico no termina con la cuestión. Plugar, el hecho mismo de esta predisposición ideológica es él mismo una garantía de que las ideas en cuestiócorrespondencia parcial con el momento histórico. Y en segundo lugar, una predisposición ideológica a aceptar u particular no expone por sí misma, naturalmente, a este lenguaje, estas premisas y estos términos a ser forzosamente no vCrítica a la visión deNeil J. Smelser sobre la revolución industrial. Plantea que sistemas y subsistemas, elementos y estruesparcidos arriba y abajo por las páginas con la pretensión de que son personas. Smelser está ansioso por mostrar que elocurrió racionalmente y con un estilo parsoniano merecedor de aprobación. Hay un sistema social autorregulado, “gobsistema de valores, dirigido hacia metas legitimadas por este sistema de valores, el cual, cuando algún elemento impinterior se diferencia estructuralmente, se precipita en el desequilibrio, dando lugar a insatisfacciones, peo el sistemconvertir en funcionales incluso estas manifestaciones plebeyas de irracionalidad, dado que varios “elementos” económicos ubicados en alguna parte de la cúspide del sistema “manipulan y canalizan” estos sintomas de perturbaciónórganos del sistema proyectan una señal “justificada”, elaboran mediante varios “pasos” refinados “nuevas ideas” o proporcionando así al “sistema” estructuralmente diferenciado un glorioso retorno a “un extraordinario crecimiento de lacapitalización y los beneficios”, que, no obstante, acaba sin ser capaz de alcanzar las metras prescritas por el sistedominante, produciéndose así nuevas insatisfacciones. En este sistema no hay hombres buenos o malos; o más bien, thumanos poseen una semejante voluntad neutra, sus voluntades se pliegan ante la inexorable voluntad del pr Naturalmente, la pretensión del sistema smelseriano de trascender la inserción en la historia de la intención y de ltotalmente engañosa. Tenemos en este sistema, y en cada estadio, la imposición de valores exteriores. Es naturalmentealtamente conservadora: lo existente gobierna lo existente cuya primera función consiste en preservar la integridad de que domina tiene el imperativo funcional: preservar su propia dominancia. Tal como la presenta Smelser, esta teoría puede ser criticada en términos de otras teorías alternativas del proceso o del conflicto de clases, porque la terminologestá configurada de tal manera que conceptos como los mencionados no pueden ser autorizados a entrar en ella por nivocabulario excluye la crítica antes de que la crítica pueda comenzar a actuar. En la historia industrial que Smereestructurar no habíaun único sistema de valores dominante, sino varios conjuntos de valores enfrentados entre sí, uno dera dominante sólo porque era profesado por hombres que detentaban poder.

El sistema de Smelser en sus más amplias pretensiones, no sólo ultraja el discurso de la lógica histórica, sino que asociología, sólo puede entenderse como momento de la ideología capitalista. Como ideología, tal vez pueda consiresultado de aquel momento de inmovilidad ideológica polarizada, en la cúspide de la guerra fría. Fue también en ese mel estalinismo ofreció una caricatura del marxismo que presentaba, con una terminología muy distinta pero con unigualmente abstracto, una idéntica reificación del proceso, según la cual una “sobreestructura” quedaba reducida alegitimar una determinada base. Idéntica reificación del proceso histórico tanto en Smelser como en Stalin, que se i premisas y se extiende hacia el vocabulario empleado en el análisis: ambos ofrecen la historia como “proceso sin sconcurren a expulsar de la historia la acción humana, salvo como los “soportes” o vectores de ulteriores determinacioneambos presentan la conciencia y las prácticas del hombre comocosas automotivadas. El concepto explícito de la historia“proceso sin sujeto” es un descubrimiento no de Smelser ni de Stalin, sino de Althusser; el cual, por añadidura, sostuvo base de todos los análisis de El Capital ”. El concepto crucial de la teoría sociológica althusseriana es el de “modo de proPocos marxistas pondrían objeciones a ello. Pero Althusser asume todo esto y sigue hacia delante hacia la esencia concepto, el “arreglo” de los “términos”. La relación entre base y sobreestructura ha de ser verbalizada y sofisticamaneras, con la introducción de los conceptos de estructura con dominancia, determinación en última instancia y sobredeEl sistema de Althusser es bastante más que un “coqueteo” con terminología estructuralista. No importa en absoluto qusea calificado o no como estructuralismo según ciertos criterios. Lo que constituye un estructuralismo, en un sentido másiguiente:

1- Por numerosas que sean las variables introducidas y por complejas que sean sus permutaciones, estmantienen su fijeza originaria como categorías: en Smelser, el “sistema de valores”, los factores de pro“ordenamientos políticos” y la “diferenciación estructural” (motriz) en Althusser. Sí, pues, las categorías soncategorías deestasis , aunque sean puestas en movimiento como partes móviles.

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2- El movimiento sólo puede tener lugar dentro del campo cerrado del sistema o estructura; es decir, por complmutuamente interactuantes que sean los desplazamientos de las partes, este movimiento queda encerrado en el límites y determinaciones globales de la estructura previamente dada.

Problema muy difícil, insuperable para aquellos filósofos o sociólogos que suponen que una “formulación” está a un nivque el análisis “empírico”, y que lo que se requiere no esconocimiento configurado teoréticamente, sino una “teoría de la hiPues resulta de una excepcional dificultad verbalizar como “teoría” la historia en cuento proceso; y en particular, ninderivada de un dispositivo mecánico u orgánico, ni ninguna recomposición estructural estática, puede incorporar la lóghistórico indeterminado, de un proceso que permanece sujeto a determinadas presiones. En último análisis, la lógica de puede describirse en términos del análisis histórico; ninguna analogía derivada de ninguna otra área puede tener málimitado, ilustrativo, metafórico; la “historia” sólo puede ser teorizada de acuerdo con sus propiedades.

[E. P. Thompson, Miseria de la teoría , Barcelona, Editorial Crítica, 1981, Caps. VIII y X, pp. 65-85 y 119-139.]

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