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CM NUESTRA HISTORIA
30 Casino de Madrid
cularidad y romanticismo de lo repre-sentado.
Entre las composiciones que realizódestacan los paisajes, las vistas de
monumentos o ciudades, así como lasobras de tema oriental y tema histórico.Destacamos algunas obras suyas como:Interior de catedral de Toledo, Regreso delcampo, Capilla de San Isidro en la parro-quia de San Andrés de Madrid, Invierno/Pri-mavera, Calma/Tormenta, Día de procesiónen un pueblo español, Los ladrones en unaventa, Voiliers dans la rade aux Antilles,Palacio de los Duques del Infantado en Gua-dalajara, Vista interior de la puerta de San-ta Catalina de la Catedral de Toledo, Inte-rior de la catedral de Sevilla o El castillo deGaucín.
Su técnica, según María Elena GómezMoreno, “va desde tonalidades va-
porosas, doradas y ligeras, a fuertes em-pastes de aguda vibra-ción cromática, aunquesus acuarelas resultancon frecuencia superio-res a sus óleos”.
La pintura de Pérez-Villaamil sigue vi-
gente, como lo demues-tran las subastas de arte,en las que, de vez encuando, aparecen cua-dros suyos, con una va-loración económica y ar-tística creciente.
Genaro Pérez-Villaa-mil ingresó como
socio del Casino de Madrid, el 15 de no-viembre de 1850, siendo presentado porel militar Lorenzo Milans del Bosch,amigo personal y profesional de JuanPrim.
Hasta aquí la biografía de GenaroPérez-Villaamil, maestro del paisa-
jismo romántico en España, pintor depaisajes evocadores y monumentos idea-lizados. Desde aquí les invitamos a inte-resarse por sus cuadros y por su arte,que a buen seguro, no les dejará indife-rentes.
Fuentes:– Archivo del Casino de Madrid– Enrique Arias Anglés. El paisajista
romántico Jenaro Pérez de Villamil.1986
– Revista La Ilustración. PeriódicoUniversal. 1854
– Mª Josefa Pastor Cerezo. Apuntesde Alcalá. Dibujos de Jenaro Pérez deVillaamil. 2001
– Mª Elena Gómez-Moreno. SummaArtis. Hª General del Arte Vol. XXXV,1996.
– Esperanza Navarrete Martínez. LaAcademia de Bellas Artes de San Fer-nando y la pintura en la primera mitaddel siglo XIX, 1999
– Enciclopedia Espasa.– http://www.gaucin.tv/otras/
otras2.htm– http://www.flg.es/HTML/Obras_
1/InteriordeIglesia_1996.htm#Estudio-sAux
– http://www.elcultural.es/HTML/20040916/Artes/ARTES10232.asp
– http://www.delcomic.es/bonami/romantic/f24_Jenaro.htm
Noel David
S O C I O S I L U S T R E S
Genaro Pérez deVillaamil y Duguet...viene de página 29
Casas paratodos
El semanario “Blanco yNegro” recogía, en el veranode 1906, la entrega de 11 ca-sas para obreros. Una núme-
ro que hoy nos parecería insignifican-te, ya que las viviendas sociales suelencontarse por cientos. Pero hace cienaños, el hecho era recogido a bombo yplatillo por la prensa de la época.
El fundador de la Ciudad Lineal, ysocio destacado del Casino de
Madrid, Arturo Soria inauguraba ofi-cialmente las once viviendas, “senci-llas, sólidas, bien distribuidas y espa-ciosas”, situadas en la carretera deAragón. En el “Blanco y Negro” seaseguraba que las casas “resuelven demodo excepcional el problema de lasviviendas baratas e higiénicas paraobreros. Si se fomentase la construc-ción de barrios semejantes, había deser esto más provechoso a Madrid,que otras sonoras y destacadas em-presas municipales que nunca pasande la categoría de proyectos”, y aña-día que iniciativas como la de las vi-viendas de la carretera de Aragón,“hacían más fácil y barata la vida a lostrabajadores, que apenas sí puedenatender a lo más necesario, y que ha-bitan en casas infectas, no aireadas,caras, sin condiciones de higiene, fal-tas en absoluto de comodidad…”
Apesar del tiempo transcurrido, elproblema de la vivienda sigue
siendo grave y urgente de resolver,con la dificultad añadida de lo desor-bitado de su precio. Pero, en cual-quier caso, las denominadas “solu-ciones habitacionales”, tan cacarea-das en su día, no han sido más queeso: un frustrado cacareo.
Nuño Vilanova
CM NUESTRA HISTORIA
31Casino de Madrid
H A C E C I E N A Ñ O S
La importancia del ejercicio físi-co para lograr una mejor saludes algo que todos sabemos eneste ya avanzado siglo XXI.
Pero hace cien años, seguramente pordesconocimiento, por falta de tiempo,inexistencia de instalaciones, o tambiénpor la escasez de recursos económicosde buena parte de la sociedad, el ejerci-cio físico, y sobre todo la práctica deciertos deportes, estaba restringido aunos pocos privilegiados.
Tal era el caso del monarca AlfonsoXIII, que en la prensa de 1906 era
destacado como “Un rey deportista”.Entre sus aficiones, tal y como se recogíaen el artículo, estaban el “law-tenis”, eltiro, el “foot-ball”, la hípica, y los coches,por los que el monarca sentía “una espe-cial pasión”. Así lo demostró en el viajerealizado desde Madrid a San Sebastiánen julio de hace cien años. El Rey, acom-pañado por su esposa, la Reina VictoriaEugenia, y perfectamente ataviado para
la ocasión, partió del Pa-lacio de la Granja a lassiete de la mañana, abordo de su automóvil de60 caballos de potencia.
Desconocemos la du-ración del trayecto, y
los pormenores de la ex-cursión. Pero, pese a sucondición real y a lasatenciones que, sin duda,recibiría durante el viaje,
es seguro que tardaría mucho mástiempo, tendría que soportar más inco-modidades, y, por supuesto, terminaríamás cansado que el más humilde ciuda-dano que hoy lo realice.
E. D.
En estas páginas de Hace CienAños solemos presentarles mu-chos de los inventos que, a prin-cipios del siglo XX, intentaban
mejorar el transporte por mar, tierra yaire. En esta ocasión les hablamos de dosaparatos de curiosa factura.
El Salón de Automóviles de París pre-sentaba en su edición de 1906 un in-
vento, obra del español D. Enrique San-chís: el Tri-car o Triauto Sanchís. Graciasal Triauto, decían los periódicos de aque-
llos días, “se pone el automovilismopráctico al alcance de todas las for-tunas (…) Mediante él no seguiránlos mencionados vehículos siendopatrimonio exclusivo de las clasesopulentas de la sociedad” [sic]
El Triauto Sanchís, cuyo conste noexcedía de 1.600 francos y alcanzaba
una velocidad de 45 kilómetros por hora,era un vehículo “cómodo, rápido, que noexige para montarlo traje especial, sobreel que se pueden recorrer grandes dis-
tancias y llegar al fin del viajecompletamente limpios y no fa-tigados”.
El otro invento al que hacíareferencia la prensa de
hace cien años, combinabatierra y aire, y fue bautizadacomo Aeromotocicleta Arch-deacon, en honor a su pro-motor, monsieur Ernest Arch-deacon, quien mandó construir
“una máquina de dos ruedas, que afectaa la forma de una motocicleta, con la par-ticularidad de que el motor, en lugar deaccionar una de las ruedas, mueve unahélice colocado en un armazón ade-cuado”.
El prototipo alcanzó una velocidad de79 kilómetros por hora.
Los Biscuter, los Seiscientos, y todossus hermanos mayores, podemos
considerarlos herederos de aquellos pri-mitivos coches “utilitarios”.
Yen cuanto a la Aeromotocicleta, estáclaro que su existencia debió ser bien
efímera.
Santana Fuentes
Más inventos para el transporte
Mens sana...
El “Triauto” inventadopor D. Enrique Sanchís.
Aeromotocicleta “Archdeacon”.