manual de la imperfect a homilia[1]

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  • 8/6/2019 Manual de La Imperfect A Homilia[1]

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    MANUAL DE LA IMPERFECTA HOMILA

    XXI captulos

    Joaqun Antonio Pealosa

    PROLOGUILLO

    Se cuenta de un obispo que dur en su sede 24 horas; de nuestro Seor Jesucristo aquien iban a despear por predicar una homila perfecta, del Buey Mudo que habl y delapstol Pablo que, por predicar tan largo, se le durmi un oyente y muri.

    Estimado predicador, seor homileta o, dicho sea con caridad cristiana, orador sagrado,tiene sus riesgos predicar una homila perfecta. Ver usted.

    Jesucristo, nuestro bien, predic su primera homila en la sinagoga de Nazaret. Ley un

    pasaje del profeta Isaas. Enroll el libro, lo devolvi al servidor y se sent. Los ojosde cuantos haba en la sinagoga estaban fijos en l. Luego explic el texto bblico contal seguridad, viveza y valenta que el auditorio se encendi de clera y, levantndose,lo arroj fuera de la ciudad y lo llev a la cima del monte para precipitarlo desde all (Le4, 16-30). Si al Seor lo rechazaron por predicar la homila modlica por excelencia,qu puede esperarse de nosotros, pardos aprendices de la Palabra y parvulillos en elarte de la comunicacin?

    Recuerde usted tambin lo que aconteci al apstol Pablo que, por prolongar su homilahasta media noche, un joven de nombre Eutico, que estaba sentado en una ventana,abrumado por el sueo, porque la pltica de Pablo se alargaba mucho, se cay deltercer piso abajo, de donde lo levantaron muerto. Imitadores de Pablo, no pocos

    predicadores adormecen con anestesia total al amado rebao, pero sin el poder de Pablopara resucitarlo (Hechos 20, 7-12).

    Agustn de Hipona se quejaba de que los fieles se le escapaban del sermn para ver elcirco, no obstante que hablaba enlazando teologas y galanuras de estilo. El insigneToms de Aquino bendito sea su nombre por los siglos de los siglos, una vez que

    predicaba en Pars con sentencias irrebatibles y silogismos bicornutos, unos ruidososcontestatarios interrumpieron su sermn callando al Buey Mudo con tamaa gritera.

    El propio Concilio Vaticano II reconoce que la predicacin sacerdotal, en las actualescircunstancias del mundo, resulta no raras veces dificilsima (Presbyterorum Ordinis,4). Por qu?

    la falta de preparacin en predicadores as en el terreno bblico y teolgico, como enel arte de la comunicacin,

    la desigual competencia con los medios de comunicacin social, tan evolucionados yadaptados al hombre moderno,

    la impreparacin de los oyentes que apenas, y a duras penas, estn medio

    evangelizados,

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    El desprestigio de frecuentes homilas demasiado moralizantes abstractas,desvinculadas de la vida, tejidas con un lenguaje pasado de moda y largas, largas,largas, como el Ferrocarril Transocenico.

    No es fcil encontrar responsables de las homilas que sepan pronunciarlas breves,

    directas, amenas, entendibles, exhortativas, capaces de ayudar a comprender mejor laPalabra de Dios, a participar ms fructuosamente en la celebracin de la misa y atransformar evanglicamente la vida.

    Existen, en el mercado, varios y excelentes libros que pudieran ensearnos a fabricaruna homila desde que entra la materia prima al taller hasta que sale transformada en loslabios. Lo que se extraa en las libreras es lo otro, el libro que nos dijera cmo no haceruna homila. Porque la caricatura es ms exacta que la foto. Y porque nadie comienza aquitar sus defectos, hasta que no los conoce. De la va purgativa se va a la iluminativa.

    Se dir que sale sobrando mostrar cmo no ha de ser una homila, si es lo que algunos

    hacemos

    usted no, por favor los domingos y das festivos desde la misa del alba hasta la de 9pe eme.

    Las campanas llaman a misa; pero nunca la oyen. Es el caso del predicador. Pronunciasu homila sin apenas sentirse oyente. Y es claro que el juicio final sobre la homila

    pertenece al oyente y no al predicador. Qu dicen los fieles de nuestras homilas?

    Si usted fuera obispo por un da, si nicamente pudiera enviar una circular a supresbiterio, de qu le hablara, qu cosa importantsima le urgira en su motu proprio?

    Carsimos hermanos, la homila es un espritu, una doctrina y una tcnica. Exigesantidad, sabidura y arte de persuasin. Es fruto de la gracia de Dios y de la industriahumana. El predicador no nace, se hace. Se hace orando, estudiando y aprendiendo elarte de hablar. Porque no basta saber, sino saber decir lo que se sabe. Un santo siempre

    predica bien. Pensad en Francisco de Ass, el Cura de Ars, Juan XXIII, el obispomexicano Rafael Guzar y Valencia. Encendan, quemaban. Pero un telogo, as seadicho con el mayor respeto que los telogos me merecen, sabe lo que va a decir, pero nosiempre sabe cmo decirlo.

    Yo no dudo que vosotros, amadsimos hermanos, seis hombres de virtud, tampocodudo que hayis estudiado por largos aos las ciencias sagradas en las aulas benditas denuestro seminario. Lo que s me preocupa, a m, indigno siervo vuestro y Prelado por unda, el que hayis descuidado el aprendizaje de las tcnicas necesarias para trasmitir coneficacia el mensaje evanglico. Si sois profesionistas de la Palabra, debis conjugar, a lavez, la triple realidad de la vida interior, los conocimientos teolgicos y bblicos, y losrecursos tcnicos.

    El lder que conduce a las masas, el cronista de la televisin, el locutor de radio, elartista de cine, el ejecutivo de ventas, seor del marketing, saben que su eficacia

    profesional est en relacin directa con el manejo de la palabra. Por qu slo nosotros,

    los mensajeros de la verdad revelada, hemos de ser los nicos que hablan sin aprender ahablar?

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    Os ruego que sta, mi nica circular, sea leda con atencin y observada con fidelidad.En prenda de las bendiciones divinas... (Sellado y firmado segn estilo por nuestrosecretario-canciller).

    Glorioso episcopado de veinticuatro horas que pasar a la historia slo por haber puesto

    el dedo en la llaga y la haga en el blsamo: la crisis y la recuperacin de la homila.

    Estas paginillas, en cambio, sern, ms que un recetario de alivio, un cuadro clnico deachaques. Pero ya es mucho saber dnde le duele a uno. Principio de salud.

    Un manual de imperfecta homila, ste o cualquier otro, tiene que hablar deimperfecciones o cambia de nombre. Desfilarn las peores homilas del mundo. No

    perdis toda esperanza, vosotros que entris aqu. Amamos la luz y no la sombra. Nosinteresa ms el Gnesis que el Apocalipsis. Cuestin de gustos. Nos estorban las gafasoscuras, segn pensamos como el filsofo espaol Jos Ortega y Gasset: A ser crticode las cosas, prefiero ser su amante.

    Eso es este libro. Amor, humor con agua bendita. Procedamos en paz.

    Joaqun Antonio Pealosa

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    CAPTULO I Homila sin preparacin alguna

    En que se razona cmo la impreparacin es modo excelente de predicar una imperfectahomila. Asoma el mar de Cancn, los efectos del cloroformo y un aterrizaje forzoso.

    Sbado a las 6 de la maana. El despertador automtico, made in Japan, son con unterco y rabioso campanilleo molto vivace: ring-ring-ring- ring. Una mano tentaleandoen la oscuridad apag el molesto mido. Dormir una media hora ms. T sabes que noes pereza, Seor, el celo por tu casa me consume. Pero la Junta de Pastoral termin haceunas horas. As que con tu permiso.

    Se enred en las mantas y a soar. So que el seor obispo llegaba a la parroquia avisita pastoral. S, era l, el solideo morado en el centro de la cabeza, jams se lo dejaba

    ladear ni a la izquierda ni a la derecha, aunque el viejecito ceremoniero de la catedral seempeaba en inclinarlo a la derecha. El seor obispo descendi de su modestoautomvil, se aproxim a la puerta y toc.

    Tan, tan.

    Quin es?

    Yo, el sacristn.

    ,Qu quieres?

    Padre Nicanor, ya es hora de la misa de las 8 a.m., los fieles estn esperando. Estusted enfermo?

    Abre, Seor, mis labios para cantar dignamente tu alabanza. Con Dios me acuesto,con Dios me levanto. El jabn, el cepillo de dientes, mis ojos, mis odos, mi lengua, micorazn, no funciona el cierre de la sotana, en una palabra todo mi ser, ya que soy todotuyo, oh Madre de bondad, dnde dejara el libro de las homilas?, gurdame ydefindeme como cosa, creo que est en la oficina, como cosa y posesin tuya, amn.

    Recuerdo que el profesor del Seminario nos ense que la homila palabra de origengriego que significa conversacin o pltica familiar en contraste con el discurso mssolemne y formal, es una comunicacin, una comunicacin que exige cuatro factores:

    1) quin habla: es el emisor, el sacerdote, el homileta;

    2) de qu habla: es el mensaje, el tema, la palabra de Dios, la Buena Nueva;

    3) cmo habla: mediante un cdigo comn de palabras y gestos que establece un puentede unin entre el emisor y el auditorio. En la Torre de Babel fall la comunicacin,

    porque cada cual hablaba de modo diverso (cuando visit Venecia, le en el aparador de

    una tienda: Se habla francs, espaol y alemn, pero por seas);

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    4) a quin habla: es el auditorio, el pueblo de Dios congregado para recibir el pan de laPalabra y el pan de la Eucarista.

    Hermanos, antes de comenzar estos sagrados misterios, establezcamos a priori unanlisis retrospectivo de nuestras deficiencias conductuales.

    Una feligresa se secretea con otra:

    Esto que dice el padre Nicanor, quiere decir:

    Reconozcamos nuestros pecados. Le est fallando el cdigo, no crees?

    No ha tenido un rato de respiro el padre Nicanor. El despacho parroquial. El cursoprebautismal. La consulta de una seora en trance de divorcio. La libreta de misas yceremonias atascada de anotaciones. El Cdigo de Derecho Cannico abierto en lasobligaciones y derechos de los fieles laicos. La circular del secretario de la Mitra, hay

    que acudir en peregrinacin a catedral. A qu horas preparar la homila de maanaque es el domingo 22 del Ciclo C? La Liturgia de las horas con un listn verdesealando laudes. Van a sonar las 9 de la noche, aydame, Seor, ahora que despuntala luz del nuevo da, zumba el telfono, est murindose el seor?, que me esperetantito, ahora voy, una pareja de novios se asoma tmidamente, se puede? Dios mo, aqu horas voy a preparar la homila de maana?

    (Habla la voz de la conciencia: Esto te sucede cada sbado. Dejas, al ltimo, ministeriotan importante. Organiza tu tiempo).

    No se preocupe, querido padre Nicanor. No estudi cuatro aos de teologa en elinolvidable seminario? Se le hace poco lo que ha ido almacenando con sus lecturas, eltrato con las almas, sus largas horas de oracin ante el sagrario?

    Adems, usted es un asiduo asistente de cursillos. Este ao asisti a la Semana deReflexin sobre las virtudes morales; luego al Seminario de computacin al serviciode la pastoral; y hace unos das, al Curso de actualizacin del Profeta Habacuc, quetiene usted fresco, como que se realiz en Cancn. Playas y mares, bendecid al Seor.Cetceos y peces, sobre todo si son a la plancha, bendecid al Seor.

    Cuenta usted con la luz de lo alto, como los apstoles que llenos del Espritu Santo,

    comenzaron a hablar, frase del libro de los Hechos, que el sacerdote y poeta mexicanoManuel Ponce tradujo en estos leves, intensos versos:

    Con el vino del Amor todos se hicieron lenguas.

    Nada mejor para una imperfecta homila que la confianza en Dios y en uno mismo. Losmediocres se preparan, los genios improvisan. Aunque Paderewski pensaba lo contrario:El genio se forma en un diez por ciento de inspiracin y en un noventa por ciento detranspiracin.

    No creas, me confes el padre Nicanor con humildad de primer grado, tal como la

    jerarquiza el padre Alfonso Rodrguez en su conocido libro. Cuando yo era sacerdotejoven, preparaba mis homilas como Dios manda, la Biblia, mis libros, mis notas, papel

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    y bolgrafo, el esquema, la redaccin de los puntos principales, la memorizacin delplan, la entrada, oye, qu difcil es comenzar una homila, lo nico que le supera endificultad es el aterrizaje; ya parece que uno va a terminar y nada, otro prrafo y otro,los frenos no funcionan, luego el panzazo.

    Despus me confiaron la parroquia con el trabajo que requiere y, por desgracia, seconfa uno en la experiencia, cree que lo sabe todo y que basta una simple lectura delevangelio para lanzarse enseguida a la predicacin, salga como salga, para llenar elexpediente y salir del paso.

    Claro que las ovejas que te escuchan se dan cuenta de inmediato de que no preparaste lahomila. Que cmo lo saben? Por lo enmaraado, lo extenso ad infinitum y lo aburridode la perorata; por la dispersin y repeticin de ideas, por las dificultades en tomaraltura, el motor que no arranca, las bolsas de aire .en el trayecto, las piruetas para hacertierra y la catstrofe de un auditorio pasivo, melanclico y desinteresado. Aqu reina eldios Morfeo, Su Majestad la Rutina. Huele a viejo. El smog se filtra entre las nubecillas

    de incienso. Ausencia de renovacin bblica y teolgica. No hay ni dominio de smismo, ni dominio del tema, ni dominio del auditorio.

    Y, para colmo, ausencia de cuanto pasa aqu y ahora, a diez mil kilmetros de lahumanidad, cual cohete lanzado de Cabo Caaveral. No cuenta el hombre concreto, nilos signos de los tiempos, ni apenas la palabra de Dios.

    Amadsimos hermanos en el Seor...

    (De veras amar a su hermano el predicador que, en vez de iluminarlo y enfervorizarlo,lo cansa, lo arrulla y cloroforma?).

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    CAPTULO II Preparacin remota de la homila

    Aqu se explica lo que el lector ver. Le ofrecemos una taza de caf. Garantizamos queel caf est como el infierno: negro, caliente y a sorbos. Dejmonos de discusiones

    bizantinas.

    El conferencista bebi un trago de agua. El saln herva de sacerdotes. Semana dePastoral Didctica. Silencio de cigarrillos y plumas fuentes. Diez sabores distintos detabaco. Y el cncer tras las sotanas.

    Ustedes recuerdan las dos opiniones extremas. La primera afirma que la elocuencia esdon innato. Se nace predicador como se nace mexicano, alto, bizco, negro o lampio.Cuestiones de naturaleza y gracia. Platn y sus satlites lo explican como un furordivino, un demonio, un ngel o, si queris, un duende. Surge la elocuencia como elcanto del pjaro y el agua del manantial. Un agua clara con sonido.

    Predestinacin: unos nacen para abrir la boca y otros para tenerla cerrada. Al que letoc, le toc. La segunda opinin ensea que la oratoria es hija legtima del ejercicio ohija nica del entrenamiento. El predicador se hace. No hay ms duendes que elesfuerzo.

    La realidad es mucho ms compleja que la postura simplista de estas dos teoras. Escierto que algunos poseen dotes naturales, desde la simpata de la presencia, la riquezade la imaginacin, la buena memoria, el aplomo y la audacia, hasta el magnetismo de ungallardo timbre de voz. Ay, la rosa sin agua se marchita. Y yo creo ms en el agua queen la rosa. Si el primer verso lo dan los dioses, los dems hay que hacerlos. Biendicho, Paul Valry. La facilidad natural para hablar, para predicar, es como la porcelana,

    bella pero frgil. Se pierde por la ociosidad. Se perfecciona por la prctica. Elpredicador nace, pero tambin se hace. Demstenes, el tartamudo, supo que la voluntadpuede ms que la naturaleza.

    El conferencista volvi al vaso de agua, mir cmo lata la tarde y su reloj ms all delos cristales. Lo que quedaba de cristales, gracias al smog clerical de los cigarros. Yluego no quiere la clereca que la tachen de oscurantista.

    Dejemos las discusiones teorizantes.

    El hecho es que el sacerdote est puesto en el mundo para ser voz, portavoz, magnavoz,estereofona y hi-fi, altoparlante y resonador, equipo de sonido por dos o tres bocinas,entre ms mejor. Se nace sacerdote, se hace sacerdote uno para prestarle a Cristo otroslabios, caja de resonancia del evangelio, misin de pregonero y destino de heraldo. Tunombre es profeta. Habla. Tienes que hablar, no hay posibilidad de excusa o de mudez.La nica alternativa que te queda es la de aprender a hablar. Lo exige la palabra de Diosque debe ser anunciada de una manera conveniente y eficaz. Lo exige el pueblo de Diosque tiene derecho a ser educado en la fe, respetado y tratado con honor.

    Sentarse en el ambn o subir a la sede... (carcajada general que despert a media docena

    de piadosos oyentes). Sentarse en la sede o subir al ambn sin prepararse es tanto

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    como tentar a Dios. Dictum vel factum quo quis explorat an Deus sit potens, sapiens etmisericors. Pura presuncin, pereza caverncola o temeridad de 18 kilates.

    Si todo mundo entrena para estar en forma, el futbolista y el cantante, el ingeniero y eldentista, el torero y el actor, por qu slo el predicador se da el lujo de despreciar la

    preparacin que en definitiva es el nico requisito para decir una buena homila? Tantoms que la homila va siendo el ltimo recurso que nos queda para evangelizar alpueblo. Entre el profeta y los fieles hay an un puente de comunicacin. No seamosnosotros quienes por frivolizar con la palabra y el pueblo, hagamos volar el puente conuna bomba, no dir de mano, sino de dientes para fuera.

    Fue la primera ovacin de la tarde. Los sacerdotes abandonaron el saln con estrpitopentecostalista en platicaban en los corredores los celosos prrocos, los busca de airelibre y una taza de caf. Confundidos intrpidos vicarios parroquiales, numerosaschamarras y un alzacuello solitario, los prudentes curiales, el eternamente joven seorden, los etreos capellanes de monjas, los enigmticos pro sinodales, los bravos

    capellanes de plazas de toros, sus seoras los pausados y venerables cannigos aquienes Dios prospere por luengos aos, todo el presbiterio charlaba, la antologa mayorde la dicesis conversaba con mansa cordialidad y pulida verba.

    En corro aparte y cafecito bienoliente, disfrutaban con nimo sabroso ngel MaraGaribay, Gabriel y Alfonso Mndez Plancarte, Octaviano Valds, Jos Luz Ojeda,Antonio Brambila, Carlos Gonzlez Salas, Aureliano Tapia Mndez, Luis Fernando

    Nieto, Juan Manuel Galaviz, Francisco Alday, Manuel Ponce, Moiss Montes, AlfonsoCastro Pallares, Senn Mejic, Fray Jernimo Verduzco, con fama de escritores todosellos, flor y nata, tangiblemente carismticos como para alabar a Dos que exaltavithiumiles.

    En esto la campana anunci la segunda conferencia. Ven, Espritu Santo, llena loscorazones de tus fieles.

    Estimados hermanos. Comenzar por leer a ustedes una pgina de Fulton J. Sheen.,Cunto tiempo lleva preparar un discurso, una homila? Qu tiempo se invierte enuna charla por televisin? Unos treinta o cuarenta aos, esta es la preparacin remota.En servir la comida a los sesenta pasajeros de un avin se emplea solamente una hora, oquizs menos. Pero en realidad, la preparacin de la comida requiri meses o aos.Pensad en lo que se tard en cultivar las zanahorias, en criar los corderos, en obtener las

    patatas y en madurar las manzanas. Del mismo modo, un buen discurso requiere unatremenda preparacin remota, y esto exige tres cosas: estudio, estudio y estudio. No hayacortamiento posible.

    Delacroix dijo alguna vez que Rubens no es sencillo porque no trabaj. No hay estilosencillo, slo hay estilo simplificado. Hay que estudiar ciencias, literatura, historia,filosofa; han de sacrificarse muchas horas de vida social para permanecer a solas conlos libros. Los libros son los mejores amigos que hay en el mundo. Cuando los coges ylos abres, siempre estn dispuestos a facilitarte alguna idea. Cuando los dejas, no seenfadan.

    Cuando vuelves a tomarlos, parecen enriquecerte todava ms.

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    No s si ustedes leyeron en sus aos de humanidades como las golondrinas deBcquer, sas no volvern las Instituciones oratorias de Quintiliano. Dice que paraobtener un orador hay que cuidarle desde la pilmama. La pilmama del predicador,nodriza o ms bien madre fecunda, es el seminario. El seminario constituye la verdadera

    preparacin remota de la homila, que naturalmente ha de continuarse a lo largo de la

    vida sacerdotal.

    Esta preparacin, no dir remota sino ms bien bsica, consiste en equipar al orador decuatro valores esenciales: la virtud, la cultura, las tcnicas de comunicacin y laexperiencia. Mezclen ustedes estos cuatro ingredientes, agtenlos bien hasta que secompenetren unos con otros, y obtendrn el coctel apetecido, el perfecto predicador dehomilas. Despus, el que quiera, puede aadir cubitos de hielo y ginebra al gusto.

    En cuanto a la cultura, es claro que el sacerdote debe ser especialista en lo suyo, en esoque los antiguos tratados llamaron las fuentes de la predicacin: Biblia, teologa,liturgia, pastoral, documentacin pontificia. Y todo ello renovado, actualizado, puesto al

    da, o el predicador se quedar sin reservas. Podr ilusionar al pblico uno o dosdomingos, luego se descubrir su pobreza. Como no hay mercanca en la bodega,tampoco en el mostrador.

    A la cultura teolgica aadir la cultura general. Ciencia de Dios ms ciencia de loshombres. En cualquier momento podr echar mano de un rico arsenal de conocimientos,datos, frases, ideas, estadsticas, imgenes, ancdotas, los mil y un recursos a pedir de

    boca. Nada estorba y todo sirve. Conozco un sacerdote que apenas recibe sumensualidad, luego separa el dinero destinado a libros. Esto se llama saber gastar y deretache saber preparar las homilas.

    En cuanto a la experiencia, es claro que no se habla, que no se predica igual si se esactor o se es espectador, testigo de los hechos o informado a control remoto. Laexperiencia de la vida sacerdotal deposita en el alma unos tesoros ms reales que la letramuerta de los libros, como que son trozos de vidas, la propia y las ajenas, pulpa fresca,

    palpitaciones de hombre, su misterio, cosas de Dios audibles y tangibles. Qu caudalosafuente de predicacin, la vida.

    Los predicadores jvenes pueden poseer un estilo, ideas interesantes, acopio de cultura,perfeccin formal; el peligro estribara en hablar al aire, quedarse en verbalismos yteologas abstractas que jams llegarn al hondn del auditorio, porque ni tienen la

    verdad de la haga ni el ardor de la brasa, la conviccin profunda, la huella dolorosaamorosa que deja al pasar la rueda de la vida.

    Por fortuna la experiencia no es tanto contabilidad de calendarios cuanto profundidad dealma. No la casualidad de vivir, sino la ciencia de saber vivir. Lo importante es que elsacerdote joven sepa anticipar el otoo y el sacerdote viejo no dejarse arrebatar la

    primavera.

    Cul es la mejor homila del mundo? La que fluye de la virtud, la cultura, laexperiencia y las tcnicas de la comunicacin. Cuatro afluentes para un ro. La peor detodas? La que sale al templo sin haber pasado por un reclinatorio, un escritorio, una vida

    y un taller.

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    Si fuera preciso suprimir tres de los cuatro ingredientes, bastara dejar la virtud, lasantidad. Con ella sola el mundo seguira percibiendo a Cristo.

    Francisco de Ass quera construir un convento. Dnde exactamente? Llam a un niode cuatro aos. Que arroje al aire un tizn. Donde el tizn caiga, edificar yo. El nio

    avent el leo encendido que una rfaga de viento llev lejos. Lejos. La mano puede serdel nio. Si la brasa est encendida y un gran viento la lleva, para la palabra delsacerdote no hay distancias.

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    Captulo III Preparacin prxima de la homila

    CAPTULO III de XXI

    Se suceden las estaciones del ao. Aparece Dios dirigiendo un concierto y un sacerdoterojo. Postdata sobre el semforo.

    Todo cuanto sucede bajo el cielo, observa un ritmo, como lo atestigua este preciosoprrafo del Eclesistico: Hay tiempo de nacer y tiempo de morir. Tiempo de plantar ytiempo de arrancar lo que se plant. Tiempo de derribar y tiempo de edificar. Tiempo dellorar y tiempo de rer. Tiempo de luto y tiempo de gala. Tiempo de abrazar y tiempo dealejarse de los brazos. Tiempo de callar y tiempo de hablar. Tiempo de guerra y tiempode paz.

    Ritmo: orden acompasado de la sucesin de las cosas. Ritmo de la vida humana:

    infancia, juventud, adultez, ancianidad. Ritmo: la naturaleza: primavera, verano, otoo,invierno. Las cuatro estaciones del gran msico, el padre Antonio Vivaldi a quienllamaban il prete rosso, el sacerdote rojo, por el color del pelo. Todo es ritmo, lomisma la historia del grano de trigo que el universo entero, esta inmensa sinfona bajo la

    batuta de Dios, el Dios concertista que evoc san Agustn.

    No se debe preparar una homila sin observar un orden acompasado que podra ser, porejemplo, el siguiente:

    1. Elegir el tema

    Es el primer peldao de la escala de Jacob. En realidad, el predicador no elige el temade su homila, no es libre de hablar de lo que quiera, ni menos para presentar sus propiasopiniones o las que complazcan al auditorio. No debe preguntarse: de qu voy ahablar? Sino: qu me dice hoy la palabra de Dios?

    Aunque el predicador no debe fijar el tema de la homila segn sus personales arbitrios,puesto que se lo impone la liturgia misma, s puede destacar, subrayar, glosar, explicarcon mayor calma, tal cual pensamiento que aflore en los textos bblicos, cuyotratamiento queda indiscutiblemente a su libertad. Sin poder inventar el tema de lahomila, es claro que el desarrollo y aplicaciones pertenecen al dominio de su personal

    invencin, de acuerdo con-las necesidades del auditorio. Lo que importa es una doblefidelidad, a la palabra de Dios y al pueblo de Dios.

    Desde el principio de su evangelio, san Lucas manifiesta su conviccin de ser comotodo predicador debe serlo un servidor de la Palabra (Lc 1, 2). A su vez, losapstoles, en el libro de los Hechos(6, 4), consideran la predicacin como un servicio ala Palabra: diaconia tou Lgou.

    Habr casos en que los signos de los tiempos, la urgencia del problema humano o pastoral de los fieles, las circunstancias impostergables del momento, exijan alpredicador cmo dejar los textos bblicos en un segundo plano para que aflore de lleno

    la urgencia que apremia al pueblo. Pero cualquiera que sea este problema y estanecesidad, el predicador podr encontrar siempre en la palabra de Dios, la luz necesaria

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    que oriente la problemtica del hombre. En realidad, se trata ms bien de planos ytcnicas preferenciales, o partir de la palabra de Dios para aterrizar en el problemahumano, o partir del problema del hombre para desembocar en la luz de Dios.

    El peligro de la eleccin del tema radica en la pereza o irresponsabilidad del homileta,

    cuando no quiere o no acierta a elegir el argumento, cuando escoge cualquier cosafacilona y llamativa, cuando a fuerza encaja el tema que ya tena preparado o con el quepuede sortear el trance y aun lucirse y alardear.

    2. Precisar el tema.

    Ah tienes en su escritorio al padre Nicanor, calvicie prematura, el reflejo de la lmparaafina su nariz numismtica. Ha terminado de leer las tres percopas de maana, fiesta dePentecosts. Casulla roja. Le encanta el color rojo, un tiempo fue capelln de la plaza detoros. Los Hechos de los Apstoles, la epstola de san Pablo y el evangelio de san Juan.Una cosa es clara, no puede hablar el domingo sino del Espritu Santo. De qu

    precisamente?

    Predicar de Pentecosts como el don universal del mundo o como el don ntimo de lasalmas? Se decidir sobre la asistencia del Espritu Santo sobre la Iglesia o por suinhabitacin en los justos?

    Hablar del fuego o del roco, cantar a la luz o a la fuerza?

    Cruzan ideas, pasan libros de teologa, sumas, homiliarios, masas de ideas, el oleajeestallando en las rocas. Dejad al padre Nicanor con sus cavilaciones y encomendadlo alEspritu Santo. Hay que decidirse por un aspecto de cuantos ha contemplado. Por uno,no por varios. Es preciso poner lmites, esto s y esto no, sacar del mar un cuenco deagua y vaciarlo en un agujerito, condensar el tema en una idea especificada y definida, yno salirse de ah.

    El padre Nicanor se cala unas gruesas gafas de carey, la pluma en alto nunca se hapodido avenir con las computadoras, los profetas mayores lo asistan, entrecierra unojo, cavila, duda, se decide. Sobre la libreta de apuntes ha escrito con letra de floridosarabescos: El Espritu Santo, husped de las almas. Vencer la tentacin de tratar deotros temas hermosos. Vade retro.

    Ventajas de precisar el tema y hacer girar la homila en torno de una sola idea? Ventajacronolgica: no hay tiempo para ms. Ventaja pedaggica: el auditorio no suele asimilarmuchas ideas Ms vale dejarle una que la comprenda, convenza y viva. S, un soloclavo y muchos martillazos hundiendo el clavo hasta que penetre.

    3. Prever el fin.

    Porque el fin es el principio. Finis est primus in intentione. Saber a dnde va uno, ariesgo de tomar el autobs equivocado. La homila no es una clase de Biblia o teologa.

    No es un ejercicio de exgesis que explique textos difciles y oscuros. No es unaexplicacin catequstica. No es una denuncia, sino esencialmente el anuncio de un

    evangelio que significa noticia gozosa; la denuncia es consecuencia del anuncio. No

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    es una historia antigua: en aquel tiempo, sino una vivencia actual. No es un mtodo deoracin.

    Qu pretendo conseguir con lo que voy a predicar? Qu me propongo concretamentecon esta homila? Contstatelo a ti mismo. La fijacin del fin es ayuda tan importante,

    que slo as el predicador podr darse a la bsqueda del material predicable, preciso yadecuado.

    Son fines de la homila:

    1) la evangelizacin, la enseanza o didascalia de la palabra de Dios, tal como procediJess con los discpulos de Emas: Empezando por Moiss y todos los profetas, lesexplicaba lo que las Escrituras decan de El (Le 24, 25);

    2) la homila no se contenta con que los fieles sepan ms cosas de su fe. De lailuminacin de la inteligencia, el predicador debe llegar a convencer al auditorio,

    persuadirlo, mover su voluntad, suscitarle propsitos de conversin y vida nueva; tal esla parclesis o parnesis. San Antonio de Padua, bautizado con el nombre de Fernandoen su natal Lisboa, predicaba con tal fuerza de conviccin que, si hablaba contra el robo,venan los ladrones a entregarle los hurtos. Homila: luz y vida, como la autodefinicinde Cristo, yo soy la luz, yo soy la vida.

    4. Prever el auditorio.

    Desde el silencio soledoso de la mesa de trabajo en que preparamos la homila, espreciso suponer el auditorio que nos escuchar. No hablamos en el vaco infinito de laluna, decimos algo concreto de Dios a personas concretas. Quines sern? Tal vez unauditorio campesino, tal vez religiosas de clausura, tal vez la misa de nios o de

    jvenes; pero generalmente auditorio espeso y una masa heterognea en sexos, edades,conocimientos religiosos y profanos. Nios lactantes, muchachos deportistas, vejezuelasmedio sordas, un poltico de aadidura, amas de casa, tres abogados. He aqu la enormedificultad: a quines nos vamos a dirigir?

    5. Atender los signos de los tiempos.

    Para preparar una excelente homila, se precisa la Biblia y el peridico del da. Lo quedice Dios y lo que dicen los hombres. Si el predicador no est atento a lo que acontece

    en su contexto histrico en sus tres crculos local, nacional, mundial, la homilaser inconcreta e intemporal, sin referencia al hoy y al aqu.

    Los fieles suelen escuchar el planteamiento y solucin de sus problemas fuera de laIglesia; en la escuela, en boca de lderes sociales y polticos, y mucho ms en losmedios de comunicacin social: y todo porque la homila no ilumina con la segura luzdel Evangelio.

    6. Estudiar el tema.

    Hurgar en los estantes, ir sacando los libros, ste de lomo verde, el comentario de la

    Biblia, aquella teologa, el gordo volumen de liturgia, los documentos conciliares, losapuntes, el fichero, la revista que trajo el correo hace una semana. Reunir el material,

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    consultar los autores que han tratado el tema que ahora nos preocupa, leerlos con ellpiz en la mano. Tomar ideas, tomar notas. Hgase la luz.

    Si no estudiis, callaos, fulminaba el Cardenal Salige a los predicadores. Y sanFrancisco de Sales: El estudio es el octavo sacramento de los sacerdotes.

    Qu pensar de los antiguos sermonarios, de los actuales guiones homilticos?Cualquier rama sirve de bordn al ciego. Es necesario tenerlos y utilizarlos, sin exigirms de lo que pueden dar. Y lo que dan no son homilas, sino pistas, semforos, seales,

    puntos de referencia, fatalmente impersonales e inconcretos, simple materia prima enespera del predicador que sepa insuflar la forma sustancial. Contienen doctrina slida,ni quien lo dude, pero envitrinada y fra, un poco de museo. Habr que calentar esoshuesos, revestirlos de calor de vida y encaminar esas ideas hacia un auditorio real envista de un fin concreto.

    La consulta de estos sermonarios, que son un mal menor, no dispensa al orador ni de su

    propia originalidad ni de la consulta a los libros teolgios; por la ley del menoresfuerzo, no faltan algunos sacerdotes que, en lugar de ir a las fuentes, se contentan conhojear el sermonario o los guiones homilticos que se publican en ciertas revistas.Leen apresuradamente las pginas escritas por quien sea y para cualquier auditorio escribe Michonneau, visten a sus feligreses con este traje de confeccin y losalimentan con productos en conserva.

    No confundamos la pierna y el bordn. Los guiones homilticos, por otra parte hechoscasi todos en el extranjero y pensados para otra mentalidad y circunstancia, sean

    bienvenidos como servicio, jams como servidumbre. Tanto ms que entre la letraimpresa y el predicador que habla creando su palabra, apenas queda algo en comn. Elagua estancada no es el agua que fluye.

    7. Reflexionar sobre el tema

    La consulta de los libros y el parecer de los sabios no dispensa de la propia reflexin,esta abertura del alma, serena y profunda, sobre los textos bblicos, no slo como actitudmeditativa de la inteligencia, sino adems como saboreo del espritu, puente decomunicacin entre el predicador y Dios, asunto de recogimiento y oracin.

    Este es el ritmo ms intenso de la preparacin de la homila y el ms seguro en su

    eficacia sobrenatural. La homila estudiada desemboca en una excelente explicacin. Lahomila orada, en un instrumento de salvacin. Mi palabra y predicacin escribe sanPablo a los Corintios, no fue con persuasivas palabras de sabidura, sino condemostracin del espritu y de fuerza, para que vuestra fe no estribe en sabidura dehombres, sino en la fuerza de Dios.

    8. Trazar un plan

    Quienes han escrito sobre oratoria y predicacin coinciden exactamente en esto:preparar bien una homila es ante todo organizarla, delinear un esquema previo, fijar eldesarrollo de sus pasos principales, sealar un orden y una ruta para la marcha.

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    Para que la homila no se te vuelva, como sucede tan a menudo, un montn de palabrasvagas, ideas inseguras, conceptos sueltos sin engranaje, debes crear un plan hbil,sencillo y progresivo, planear bien qu quieres conseguir, pensar los dos o tres puntosque deseas exponer.

    Vale la pena esta pgina de Mac Burney y Wrage en su libro El arte de bien hablar.Quin no ha pasado un mal rato escuchando una conferencia que no tena pies nicabeza por falta de organizacin o plan de la clase que fuera? Y quin no ha tenidoocasin de or un relato que hubiera podido ser bueno y que ha quedado estropeado porla falta de orden en su explicacin? No pretendemos que sea necesario ir explicando

    pedantescamente la estructura del discurso a medida que se va pronunciando, pero atodo mundo le gusta saber de qu le hablan. Un esquema que aclare la significacingeneral del discurso es esencial. Si adems de claridad, se logra organizar el tema enuna forma interesante y artstica, el valor del discurso es an mayor. No cabe duda deque la mayora de la gente prefiere un predicador que partiendo de un punto, se dirige aotro, recorre un trayecto determinado y no se pierde en rodeos. Ms an, nos gusta que

    el camino sea razonablemente perceptible y no demasiado tortuoso, y que el viaje valgala pena. Cuando no se renen estas condiciones, el auditorio suele dejar que el oradorhaga el viaje solo.

    Cmo hacer el plan de la homila?

    Primero, seleccionar. Como ya hemos precisado el tema, ceirnos exclusivamente a lrechazando sin piedad cuanto no le est relacionado. No basta que una cosa sea bella,deca Pascal, es preciso que sea apropiada al asunto.

    Segundo, dividir. Repartir nuestro material en grupos convenientes, que naturalmentehan de ser una introduccin, el cuerpo de la homila partida en no ms de dos o tres

    puntos y la conclusin.

    Tercero, relacionar una parte con otra, de suerte que estn encadenadas, sistematizadas,en un orden lgico o psicolgico, y una siga naturalmente a la otra.

    Bien deca Racine despus de haber dispuesto el esquema de sus obras dramticas: Yaconclu la obra, slo me falta escribir los versos. De la estrategia del plan surgir elorden, la claridad, la inteligibilidad y aun el tiempo conveniente que ocupemos endecirla. Homila sin plan previo equivale a desorden, repeticin, oscuridad, largura. Una

    homila improvi-sada es siempre larga. Lo que falta a los oradores en profundidad, lodan en longitud.

    Es necesario escribir la homila?

    Volvemos otra vez a la antigua controversia de Alcidamante y Lisias: improvisacin vs.escritura previa. Las dos soluciones se apoyan en oradores de cinco estrellas, lo quesignifica que ambas pueden ser eficaces. Sin embargo, reconozcamos en un plan tericoque la esencia de la oratoria se realiza ms perfectamente en la improvisacin que en eldiscurso previamente escrito y repetido luego en alta voz.

    No descartamos la utilidad y seguridad que ofrece a los sacerdotes que comienzan aejercitarse en la predicacin, la redaccin de la homila como un entrenamiento

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    temporal, jams para toda la vida, y a condicin de no atarse a la pesada servidumbre deun texto fijo que los convierta en predicadores- fongrafos.

    El camino ordinario, seguro y prctico, consiste en memorizar el esquema, un esquemasuficientemente matizado que no olvide considerar ni el principio ni el final de la

    homila. Apoyado slo en este esquema, el predicador improvisa el desarrollo y laforma ante el auditorio.

    He aqu el secreto de la homila. Dime cmo te preparas y te dir cmo predicas.

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    Captulo IV Preparacin en equipo de la homila

    CAPTULO IV de XXI

    De las ventajas de preparar en equipo la homila. Aparecen ocho sacerdotes, un laico y

    las benditas nimas del purgatorio.

    Decidieron reunirse cada jueves para preparar en grupo la homila y precisamente en elseminario para acordarse de sus tiempos. Jean Cocteau escriba: Siempre canta bienquien canta posado en su rbol genealgico.

    Era un grupo, digamos, juvenil de caras; pero ay!, todos con diagnstico de calvicie,excepto Salvador, de melena semibitierjana. Jos Luis, dueo de tres carismas, vicariocooperador en el suburbio, nariz de guila bicfala y guitarrista por aadidura. Ricardo,constructor de templos y contribuyente de la polucin ambiental, por donde pasaba ibaregando bravas bocanadas de puro, de puro humo. Baltasar, telogo de avanzada,

    afecto al queso holands y al clima primaveral de Cuernavaca. Jos Pescador, vicario dereligiosas, lleno de ontolgica preocupacin por las esposas del Cordero. Baudelio,desparpajado y dicharachero, capelln de una escuela de estudiantes medios. Rodrigo,alto funcionario de la mitra, chaleco de ejecutivo, portafolio de publirrelacionista. Y el

    prroco don Carlitos, anciano honoris causa.

    De don Carlitos se contaba que, en cierta ocasin, que mand al seor Obispo un oficiopara solicitar una dispensa de impedimento de afinidad en lnea colateral de gradoprimero mezclado con grado segundo, pues se trataba del casorio de un viudo con lasobrina carnal de la finada, don Carlitos concluy el petitorio con lo que l crea lafrmula burocrtica de rigor: Dios me guarde de su ilustrsima por largos aos. Porlargos aos lo mantena en vida el que es Todopoderoso y el frasco de multivitaminas,desde que reinaba en la ctedra de Pedro, san Po X. No contaba los aos que tena, sinolas encclicas que haba ido recibiendo. Tena de edad 67 encclicas, sin contar losdocumentos conciliares.

    Con los ocho sacerdotes acuda con puntualidad no ciertamente mexicana, pues llegabaal golpe del segundero, el doctor Jos Miguel Torre, experto en cardiologa, y otrasespecializaciones ultracientficas.

    En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo, amn.

    Don Carlitos abra la sesin con las preces de costumbre, la costumbre de l, que era unPadrenuestro, un Avemara y un Credo de propina por las benditas almas del purgatorio.

    Cuntas personas deben integrar el equipo? No ms de doce. Porque se trata de ungrupo de estudio y reflexin en el que cada uno de sus miembros pueda intervenir. Ungrupo numeroso atomiza la participacin y el clima de intimidad, de intensidad que elestudio requiere.

    Quines deben integrar el equipo? El equipo ideal es el que rene sacerdotes y laicos.Los laicos pueden ayudar tanto con sugerencias en la preparacin de la homila como

    con opiniones acerca de las homilas que escuchan, como que ellos son sus naturalesdestinatarios.

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    Pensamos tambin en la conveniencia de un grupo pluralista de sacerdotes que van apredicar en comunidades y celebraciones distintas en vista del mayor enriquecimientomutuo.

    Puede invitarse, de vez en cuando o para cada sesin, a algn sacerdote experto en

    Biblia, teologa, liturgia, pastoral, psicologa, ciencias de la comunicacin que auxiliecon sus conocimientos tericos o prcticos. Sin embargo no conviene que la reunin seinicie dando la palabra a uno de estos peritos, pues la conversacin que sigue puedequedar muy condicionada por lo que aquellos expertos digan y tomar un rumbodescaminado; lo mejor es que intervengan al final o cuando el grupo se atasque en algn

    bache.

    Se requiere un moderador flexible y ordenado que conduzca la reunin dentro de unaatmsfera de atencin amistosa de todos hacia todos, que suscite la intervencin de cadauno, que no descarte ninguna aportacin valiosa, que evite los retrasos y los avances adestiempo, verdadero capitn de futbol que impulse al equipo hacia la meta.

    El primer empeo del moderador ha de consistir en establecer, de acuerdo con el grupo,la metodologa del trabajo. A qu horas empezar y concluir. Cmo se va a desarrollar lasesin. Cmo se va a tomar la palabra. Un mnimo de formalidades, o se pierde eltiempo y la oportunidad.

    Una condicin previa, el compromiso de que cada cual vaya preparado a la reunin. Sitodos llegan partiendo de cero, la reunin, jrelo usted, ser dilatadsima, cansadsima yalgn otro epteto en sima. La desercin es previsible. Si algunos acuden tamquamtabula rasa, sern lastre y rmora de los otros, los responsables que s se prepararon.

    He aqu lo que podra ser el esquema de la reunin, segn las pistas de Luis Maldonadoen El Menester de la Predicacin.

    1. Lectura. Primero se leen en espaol las tres lecturas de la misa, tal como aparecen enel misal, tal como lo van a escuchar los fieles.

    2. Personajes. Concluida la lectura lenta y sabrosa, el moderador plantea una preguntasencilla a todos los reunidos: Qu interlocutores o personas intervienen en estos

    pasajes? Cules son los que aparecen en primer plano y cules en segundo? Losparticipantes emiten sus opiniones que se contrastan entre s.

    3. Gnero literario. A qu genero literario pertenece el texto? Es narracin de unmilagro, una parbola, un himno, una exhortacin parentica, una confesin de fe, uncatlogo de virtudes, de pecados...?

    4. Tres contextos. En qu contexto se encuentra este pasaje? Es necesario situar lapercopa:

    a) en su contexto bblico para la mejor clarificacin del contenido.

    b) en su contexto litrgico para establecer la relacin entre el pasaje de la Biblia, y el

    misterio que celebra el ciclo litrgico.

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    c) finalmente el contexto histrico. A qu problema de la comunidad responde el textobblico? Cmo y dnde se plantea hoy un problema anlogo?

    5. Tema central. Cul es el mensaje del texto, su ncleo central, la idea capital queencierra? De los diversos temas o subtemas, cul es el centro de gravitacin de la

    homila, teniendo en cuenta la comunidad a la que va dirigida?

    6. Reflexin sobre el tema central. Una vez que ha aparecido el eje de la predicacin, esnecesario reflexionar tanto en las lecciones e implicaciones que encierra el tema central

    para el cristiano de hoy, como en los objetivos que se propone el predicador. Sea queprefiera llevar a los fieles a una nueva comprensin de la fe docere o movilizarsu decisin para un mayor compromiso movere; o suscitar el gozo y la alegra

    delectare. No es que se hayan de separar estas tres metas, slo se trata de acentuaruna ms que otra, segn convenga en cada caso.

    7. Esquema escrito. Al trmino del coloquio, es muy til formular por escrito, en frases

    sencillas, el mensaje y la exhortacin correspondiente al mensaje. No sern tesisabstractas, sino reflejo del clima del coloquio y eco en el cual resuenen lasorientaciones, aplicaciones y actualizaciones emitidas.

    8. Elaboracin personal. La preparacin en equipo de la homila no excusa del trabajoindividual. Despus de la reunin, el predicador entra en la fase de la meditacin, de laelaboracin personal, puesto que es l con su propio estilo y recursos quien va a decir lahomila, sin olvidar desde luego las lneas descubiertas a travs de la conversacincomunitaria. Cmo va ganarse a los oyentes? Cmo va a empezar o concluir?

    9. Crtica. Es necesario que, si no el grupo en pleno, por lo menos alguno de susmiembros escuche la homila de otro con lo que no slo se ayuda a un particular sinoadems se promueve solidariamente el bien de todos.

    Georges Michonneau en su libro Hablemos de la predicacin, expone este otro mtodoms sencillo que el anterior. No sin antes ponderar la preparacin en equipo de lahomila como la gran escuela, la escuela casi infalible de donde no se puede salir msque buen predicador, al menos muy aceptable.

    El equipo debe integrarse preferentemente con los sacerdotes que trabajan en la mismaparroquia. He aqu los pasos principales del equipo:

    1. Al terminar la sesin semanal, se precisa el tema de la homila del siguiente domingo.

    2. Durante la semana, cada uno trabaja por su cuenta en la preparacin del tema.

    3. En la sesin reglamentaria, que el autor llama el mercado de ideas, todos aportan elfruto de su reflexin. Cada uno expone por turno lo que ha encontrado y de qu maneraenfoca el tema y la forma de expresarlo.

    4. Cuando todos han hablado, se hace la sntesis y el esquema definitivo de la homila.

    5. A la siguiente sesin, se hace la crtica en comn de las homilas dichas el domingoanterior, bajo un clima de sencillez y confianza fraternal.

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    Gracias a este sistema que combina el esfuerzo individual y el del grupo, el estudio y lacrtica, se logra que la predicacin no sea tanto el resultado de diferentes pensamientossumados o confrontados, ni menos una elaboracin exclusivamente intelectual, sino elfruto del espritu sacerdotal vivido por el equipo.

    (Don Carlitos cerr la sesin con las preces de costumbre. Las benditas nimas delpurgatorio percibieron un suave roco).

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    Captulo V Homilas sin argumento

    Donde se pondera la eficacia de las homilas sin argumento. Y se confirma lo dicho porel ejemplo de los moluscos, el Escorial el Altar de los Reyes y el ftbol de terceradivisin.

    Un amigo trabaja para una revista transnacional. Bien pagado, como que su trabajo noes para menos. Cada mes tiene que condensar una novela de trescientas pginas entreinta. Volcar el mar en el agujerito de la playa. Extraer la mdula, dejar el libro en

    pura radiografa, desvestirlo de sus galas, su dorado traje de noche, y dejarlodeportivamente ligero, casi in albis depositis o en esenciales shorts.

    Un trabajo de miniaturista, ste de ir quitando hoja por hoja, pero sin tocar el tronco;pues lo que interesa es dejar intacto el argumento, esta idea central en torno de la cualgiran los episodios secundarios y desprendibles. Con la lectura del argumento ya tienenlos lectores superficiales para presumir de que leyeron la novela.

    El trabajo que mi amigo con heroica paciencia puede realizar sobre una novela, acaso lefuera imposible hacerlo sobre una homila. Porque si se dedica a quitarle el follaje, eltronco de muchas no aparece, por la sencilla razn de que no tienen tronco.

    Hay homilas sin argumento. Homilas-molusco, invertebradas y blandengues, pastacremosa, gelatina escurridiza. Imagnese usted una novela, un filme sin argumento.

    La imperfecta homila no tiene contenido. Vaca, vaciada de cualquier argumento claroy coherente. No dice nada, no ensea nada, no aclara nada, no activa la fe de nadie.

    Naranja destilada por el extractor de jugos. Cscara seca.

    Si al salir de la misa dominical, preguntas a los fieles, tan fieles como que aguantannuestras homilas, de qu habl el predicador, cul fue el tema de su predicacin, lagente no podr decirte el argumento en dos prrafos, ni hacer la sntesis de lo que oy,

    porque lo que oy no era reductible a sntesis.

    El predicador, habl de esto y de aquello, amonton materiales sin darles forma, seanduvo por las ramas, roz cinco o seis ideas distintas, anduvo como mal futbolista

    paseando el baln por toda la cancha, pero sin introducirlo al marco donde se anota lavictoria.

    Homila fcilmente oble en cualquier iglesia. El padre, micrfono gangoso en mano,ensarta la voluntad salvfica de Dios con el bautismo, la resurreccin de Cristo, laminifalda y la necesidad de una fe adulta.

    Una homila de Pentecosts mezcla la gracia santificante con el don de lenguas, laconfirmacin con las misiones en tierra de infieles, el ecumenismo con la parusa. Seagitan todos estos elementos y el coctel resulta delicioso.

    Homila sin tema, sin tema porque le sobran temas, porque en vez de elegir uno, claro ypreciso como la lnea recta, zigzaguea y ondula acumulando temas y subtemas, ninguno

    de los cuales va a poder desarrollar el orador, simplemente porque los ocho minutos depredicacin apenas dan para desenvolver un solo tema.

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    La imperfecta homila no es el triunfo de la lnea recta como El Escorial, sino laapoteosis arborescente del barroco, el Altar de los Reyes, Tonanzintia, el retablo de losArcngeles del Carmen de San Luis Potos, donde los temas ornamentales seentrecruzan y sobreponen sin zonas francas de delimitacin. En el barroco no terminaun tema cuando comienza otro, de una guirnalda estalla un ngel, de un ngel surge un

    racimo de uvas, de las uvas se abre una concha, de la concha una nube y as el juegocaprichoso hasta el infinito.

    Las tres lecturas de la liturgia dominical, como una sinfona, tienen su tema. Es precisobuscarlo. De qu tratan? Resume su pensamiento esencial en una frase. Y habla de eso,solamente de eso, nada ms de eso.

    Voy a decir a los fieles por qu Cristo es salvador, voy a explicarles cules son losefectos del bautismo, o cmo deben recibir el sacramento de la reconciliacin. Ah estla homila reducida a sntesis, el argumento escueto pero claramente delimitado, comolas novelas de mi amigo. Y de ah no me voy a salir, o me pierdo.

    Hablando de muchos temas, no se habla de ninguno. La mezcla de varias ideasexpuestas al mismo nivel impide resaltar una en concreto. Se divaga, pero no se aclarani profundiza el punto clave de los textos bblicos del da. Nada de aventurarse pordudosas carreteras alimentadoras. La autopista al frente, sempre diritto que dicen lositalianos, y llegas, seguramente llegas.

    ,Cuntas misas dominicales celbranse aqu, en la ciudad episcopal?, pregunt alseor obispo.

    300 misas, me contest.

    300 homilas, 300 mtines en favor de Jesucristo. Qu diera cualquier partido polticopor tener 300 mtines a la semana.

    El obispo francs Dupanloup deca: Cada domingo hay treinta mil sermones en Franciay, a pesar de esto, el pueblo sigue siendo fiel. Aunque parece pesimista la apreciacin,hoy ms que nunca la Iglesia necesita de buenas homilas para que los christifideleslaici puedan subsistir con la escucha de la Palabra; sobre todo si advertimos que lamisa del domingo es la nica ocasin en que un buen nmero de fieles se allega altemplo, ya que un preocupante porcentaje de obligados no asiste a misa dominical y,

    por lo mismo, jams oye la Palabra.

    Como notara que la asistencia a misa dominical disminua, el padre Nicanor puso en lapuerta del templo un letrero anunciando: Sermones nuevos, no son los que he repetidoen los ltimos diez aos.

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    Captulo VI Temas omnipresentes y temas ausentes

    Se refiere as a las homilas que son disco rayado, como a las que callan melodas. Seinsiste en que el ambn debe oler a oveja. No a Chanel 5.

    Usted se acuerda de aquel padrecito preconciliar, l no tuvo la culpa de morirse antesdel Vaticano II, que slo se saba el sermn de la confesin, sin humor para aprenderseotro, pero habilsimo para introducirlo en cualquier ranura.

    De suerte que cuando lo invitaron a cantar las glorias del Castsimo Patriarca Seor SanJos, se acord de su lgica menor aprendida con qu apuros en los verdes aos deseminarista y para pronto dispar una sorites de antologa, Carsimos hermanos,celebra hoy la Iglesia la fiesta de san Jos. San Jos fue carpintero. Los carpinterosfabrican confesionarios. Los confesionarios sirven para or las confesiones. Os hablarde la confesin. (Sorites: silogismo en que el predicado del juicio anterior pasa a ser

    sujeto del siguiente).

    Tambin algunos carsimos hermanos post-conciliares inciden en semejante mana. Mso menos repiten el mismo men cada vez que predican. Y si son prrocos inamovibles,la indigestin diezmar a la grey. Dlo por hecho.

    Insistencia hasta el hasto, monotona hasta el cansancio. Por qu? Sea por personalesgustos y preferencias del orador, por la pereza en preparar otros temas, por la moda alda pues de ella no se escapa ni el saber teolgico que va poniendo ciertos temas derelieve segn se quedan otros postergados, y aun porque no es raro que algn predicadorviva obsesionado por determinado tpico del que se considera su personero, difusor,apologista y magnavoz.

    El sacerdote que lleva trabajando diez aos con el laicado apostlico es claro que hablaa cada paso del sacerdocio bautismal; y que el otro que jadea entre alcohlicosannimos, se dispare contra la ebriedad hasta en la homila de la Pursima; y que elcatedrtico de Historia de la Iglesia suela predicar con base en Constantino, lasCruzadas y la Contrarreforma. De la abundancia del corazn habla la boca. Y ubicorpus ibi congregabuntur et aquilae.

    Las cosas suelen extremarse hasta tal punto, que en una parroquia de cuyo nombre no

    debo acordarme, dotada de prroco, vicario parroquial A y vicario parroquial B, losfieles acertaban en sus pronsticos, la quiniela no tena pierde; pues si apareca en elaltar el vicario A, estaban seguros de que hablara sobre el testimonio bautismal; si erael vicario B, podran esperar un discurso sobre el tema todos somos Iglesia, no slo el

    papa y los obispos; y si el prroco en persona ascenda al ambn, por sabido se dabauna perorata en contra del cine pornogrfico, pero a favor de los diezmos y primicias.

    El egosmo de los gustos personales sin atencin a las necesidades generales del sufridopueblo de Dios, la inercia intelectual, la verificacin del apotegma cada cuerdo con sutema, el olvido de los textos bblicos que marca la liturgia, la moda en turno y aun laespecializacin de los doctos, son los responsables de pegar la aguja al microsurco hasta

    rayarlo de pura monotona en detrimento de la historia de la salvacin reducida a un

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    solo captulo, en detrimento de la liturgia eucarstica de la que la homila forma parteintegral y en detrimento de los fieles obligados a escuchar cada domingo el mismo son.

    Por otro lado, hay temas ausentes, marginales, silenciados, yo no dir de propsito,juzgue Dios, sino por inconsciencia ms o menos voluntaria, de los que jams habla el

    predicador en sus homilas.

    Se ir a la tumba sin haber predicado jams del primado de Pedro, la uncin de losenfermos, o el no mentirs; no tendr derecho al epitafio del Santo Cura de Ars que

    predicaba de todo el Evangelio con amore - more - ore - re.

    Trabajo que debern presentar los seminaristas para tener derecho al examen mensualde Pastoral Didctica. Cuales son a tu parecer los temas que el sacerdote no suele tocarhoy en sus homilas? Enumera los principales segn tu experiencia.

    En las homilas que me ha tocado or en mi parroquia desde hace dos aos, pues voy

    cada domingo a ayudar en la participacin de los fieles en la misa, nunca se ha hechoreferencia al tema de los santos (quines son, su culto, cmo imitarlos), los temasescatolgicos (no he odo hablar nada del infierno, el cielo, la muerte, el juicio, eldiablo, a pesar de haberse puesto de moda gracias a El exorcista). No se dan a conocera los fieles los documentos pontificios ni las pastorales colectivas de los obispos. Pocose ha predicado sobre los grandes temas de la asctica cristiana y la vida espiritual,como si hubiera pasado de moda nuestra vocacin a la santidad. Tambin creo que los

    padres no insisten en las virtudes y pecados sociales de los que todos somosresponsables, como la paz, la justicia, la libertad amenazada por todas partes. Dispensela brevedad, pero espero que por favor me conceda derecho a presentar examen.Acurdese que usted fue tambin seminarista. Gracias.

    Hace algunos aos, la tendencia de la homila era ms bien moralizante. Se nutra, porusar una frase todava pedaggicamente vlida, no tanto de teologa dogmtica cuantode teologa moral, que trata acerca de los actos humanos en cuanto que son medios

    para alcanzar el fin ltimo sobrenatural.

    Y entonces los fieles reciban tupidos consejos acerca de los pecados y las virtudes, losdeberes de estado, los preceptos de la Iglesia, la casustica de cada da, los diezmandamientos de la Ley de Dios que se encerraban un poco freudianamente en dos, elsexto y el noveno.

    Predicacin machacona y repetitiva, al grado que la palabra sermn sola ser sinnimade regaada, donde a veces el Crisstomo en turno ni siquiera explicaba la moral comoella es, positiva y estimulante, un chorro de luz para el camino, sino cdigo exclusivo de

    prohibiciones, almacn de sombras.

    A fuerza de predicar lo que es preciso practicar, se olvidaba lo que es preciso creer.Teologa moral, s; teologa dogmtica, no.

    Importaba ms aclarar en qu consista el ayuno eucarstico que la Eucarista. Y si acasose elega un tema dogmtico, enseguida se le hallaban sus derivaciones prcticas, con lo

    que el dogma quedaba fuera de combate.

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    Captulo VII Homilas de eco

    Eco: repeticin de un sonido reflejado por un cuerpo duro (Diccionario de la LenguaEspaola). Se suplica no confundir los peces con los panes.

    Cada homila tiene su perfume. Huelen unas a sagrario, urdidas en los telares de lacontemplacin. Otras despiden sutiles polvillos de escritorio, muy vertebradas deteologa y patrstica, ex fontibus revelationis. Otras, en fin, huelen decididamente agasolina, con lo que ha subido el precio, medio ideadas entre el ajetreo pastoral y susanexos, en el ir y venir del hospital al seminario, del confesonario al bautisterio, de lanotara al crculo de obreros, del saln parroquial a la inspeccin de una barda cada, dela reunin con la Archicofrada de los Dolores a la merienda con Doa Jesusita. La

    prisa, su majestad la prisa. Caminata o sacerdocio contra el reloj.

    No es que el padre Jos Mara sea un irresponsable de su ministerio proftico, ni lo

    permita Dios.

    El pobre se deshace, se multiplica y en caso ofrecido se biloca. Diez aos de ordenacinsacerdotal, capelln segundo en un santuario tapizado de peregrinos, retablos ycascarillas de cera en el piso. Todo por un Cristo doliente y ensangrentado.

    El padre Jos Mara tambin tiene su perfume. Agua y jabn, chanel, lavanda deazahar? A juicio de las vejezuelas de la misa de seis de la maana, el padre Chema viveen olor de santidad. Pero la prisa. Trabaja por seis. Hormiga, abeja, pjaro carpintero. Elcelo de la casa de Dios lo devora.

    Comed it me, podra ser el lema de su probable episcopado o el epitafio de la seguratumba. No se da abasto entre esas oleadas de romeros que vienen a pagar sus mandas, adejar muletas los antiguos semiparalticos, a llorar sus pecados las ex- magdalenas. Ycon esto y con aquello, llega la misa de seis de la maana. Domingo 21 despus dePentecosts.

    Lectura del Santo Evangelio segn San Mateo (14, 15-21).

    Gloria a ti, Seor.

    En aquel tiempo, al caer de la tarde, sus discpulos se llegaron a Jess dicindole: Ellugar es desierto y la hora es ya pasada, despacha a esas gentes para que vayan a laspoblaciones a comprar que comer. Pero Jess les dijo: No tienen necesidad de irse,denles ustedes de comer. A lo que respondieron: No tenemos aqu ms de cinco panes ydos peces. Djoles l: Triganmelos ac. Y habiendo mandado sentar a todos sobre lahierba, tom los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al cielo, los bendijo y

    parti; y dio los panes a los discpulos y los discpulos los dieron a la gente. Y todoscomieron y se saciaron, y de lo que sobr, recogieron doce canastos llenos de pedazos.El nmero de los que comieron fue de cinco mil hombres, sin contar mujeres y nios.Esta es la palabra de Dios.

    Alabanza a ti, oh Cristo.

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    Sintense un momentito por favor. No es verdad, pero es un consuelo. El padreCherna hace largas las homilas porque no tiene tiempo de hacerlas cortas.

    Los fieles se sientan obedientes y cabizbajos. Aparece el sacristn, el rostro metafisico,charola en mano para el sagrado rito de la recoleccin. Los monaguillos aprovechan la

    coyuntura para hacer mutis entre las cortinas de gasa que condecoran el altar mayor. Elpredicador guarda un minuto de silencio. Duda, oracin, hacer memoria, buscar elcabo de una idea?

    Muy amados hermanos en Cristo Crucificado: El Evangelio de este domingo nosnarra que Jess andaba en un lugar desierto. Lo segua una gran multitud que sin dudatendra hambre, pues era ya muy tarde. Entonces los apstoles le dijeron que despacharaa la gente a ver si hallaba algo de comer por ah en los pueblos cercanos. Pero nuestroSeor, que era tan bueno, no acept la proposicin de los apstoles, sino que les

    pregunt si ellos traan algo de comida. Los apstoles slo tenan dos panes y cincopeces (evidente lapsus unguae). Entonces nuestro Seor levant los ojos al cielo como

    en actitud de adoracin y splica hacia el Padre celestial que nada poda negar a su Hijo(cmo?). Luego bendijo los dos panes y los cinco peces (lapsus memoriae) y segn losiba partiendo se iban multiplicando en un verdadero milagro de amor y misericordia. (El

    padre Jos Mara respir).

    Nuestro Seor hizo sentar a -todo aquel gento para que comiera a gusto. El Evangeliodice que haba hierba en aquel lugar, seal que era tiempo de primavera. Hizo que losapstoles repartieran la comida y todos comieron hasta saciarse. Amadsimos hermanos,cuntos panes y peces no multiplicara Nuestro Seor que de las sobras se llenaron docecanastos, imagnense ustedes. Y eran cinco mil hombres sin contar a las mujeres y a losnios que debieron ser mucho ms que los hombres, que es lo que pasa siempre. Loshombres no vienen a misa ni a confesarse. Los hombres no comulgan, los hombres noasisten al rosario, no salen de la cantina. (Desde el fondo de sus tpalos negros, lasmujeres asentan con la cabeza). Pidamos a Dios, amadsimos hermanos, que nosaumente la fe para que siempre hagamos su voluntad, y que si nos enfermamos ytenemos penas, aqu est la imagen bendita y milagrosa de este Cristo Crucificado,dispuesto a multiplicar sus gracias como dice el Evangelio de este da.

    Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso...

    La tcnica homiltica del padre Jos Mara no puede ser ms prctica, sobre todo

    tomando en cuenta la prisa y el trabajo que abruman al venerable clero del TercerMundo.

    Insiste en repetir el evangelio, decirlo otra vez, traducirlo tradutore, traditore a suspropias palabras sin ponerle ni quitarle. Aunque se aceptan algunas breves disgresionesy comentarios personales; as por ejemplo, la hermenutica climatolgica del padre JosMara nos hizo favor de aclarar que la escena evanglica se sita en la primavera, puesen aquel lugar haba mucha hierba. La prueba vegetal es contundente.

    Si se acaban de leer, despacio, sabrosa y clara-mente, los textos bblicos en su original,para qu medio destrozarlos tratando de repetirlos a su manera? No basta la alusin en

    lugar de la repeticin? Por otra parte, la homila no consiste en la lectura literal o casi deun trozo bblico, sino en el ejercicio personal del ministerio proftico que compete al

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    sacerdote. El texto bblico no es la predicacin sino el alma y el punto de partida de lapredicacin.

    Es el alma. Dei verbum del Vaticano II, 21 y 24: La homila ha de nutrirsesaludablemente y vigorizarse santamente con la misma palabra de la Escritura.

    Es el punto de partida. Sacrosanctum concilium, 35: Se recomienda encarecidamentecomo parte de la misma liturgia, la homila, en la cual se exponen durante el ciclo delao litrgico, a partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de lavida cristiana.

    El padre Jos Mara no parte de los textos sagrados, los parte, que es otra cosa. Tal vezpor una de esas huellas del subconsciente o fijaciones freudianas que vienen desde lainfancia. Cuando era muy pequeo sola jugar con un reloj de repeticin que guardabasu abuelo en la mesilla de la recmara.

    Su Seora, el ilustrsimo cannigo, bonete en mano, borla blanca de Teologa por laPontificia de Salamanca, nada!, alba espumosa a dos agujas, quebradizo de carnes,sutil, transparente, predicaba aquel medioda de adviento, sea dicho con Rubn Daro,un aire suave de pausados giros ante un pblico variopinto de amas de casa, obrerosde diversas fbricas, un evidente grupo de jvenes deportistas, camiseta a rayas, y laexplosin demogrfica a sus anchas, los nios lactantes sollozaban a do.

    Amados fieles en Cristo Nuestro Seor.

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    Captulo VIII Homilas pluscuamperfectas

    Pasa un peligroso desfile de homilas. Fanfarrias y pendones. Tanques de guerra.Disparos al aire. Tenga usted cuidado.

    La homila libresca

    Su Seora model una homila inobjetable de doctrina. Teologa como pulpo en sutinta. Los sinodales de la Pontificia la hubieran sancionado cum laude.

    Pero, ay!, demasiado sabor a libro, homila de papeleta, predicacin de escritorio,academismo de marmrea elegancia, argumentos asumidos en orden riguroso exScriptura, traditione et rationibus convenientiae,demostracin inductiva y deductiva,algn a priori y numerosos a posteriori,un verdadero curso de invierno, con msinvierno que curso, tesina para el claustro de profesores. Y los obreros, y las amas de

    casa, y los jvenes deportistas?

    Dnde se enciende la calefaccin? Dnde est la ventana que da a la calle? Labiblioteca, la erudicin teolgica congel la vida, la vida que est en la Palabra de Diosprecisamente para vivificar al hombre.

    La homila arqueolgica

    Carsimos hermanos.

    Desde el ambn un sacerdote de ojillos perdedizos bajo los gruesos aros de carey,catedrtico de Gnoseologa en el Seminario Mayor, noches de investigacin robadas aldescanso, explicaba a la asamblea el texto de Mateo sobre la adoracin de los magos. LaEpifana a la vista.

    Reinando Herodes. Trtase aqu de Herodes el Grande, llamado el Idumeo, que reinabahaca ms de treinta aos. El historiador Josefo certifica que, atacado de unaenfermedad repugnante, muri devorado por los gusanos. Unos magos vinieron delOriente. (Tres minutos geogrficos para precisar el punto de partida; otros tres parademostrar, contra San Cesreo de Arls, que los magos no eran reyes, sino magos).

    Cuntos fueron los magos? La Iglesia siria habla de doce; la Iglesia latina de tres,segn testimonio de San Len y los frescos de las Catacumbas. Lo ms seguro es quequin sabe cuntos seran (vase en J. Knabenbauer). Cmo se llamaban los magos?Disgresin interesantsima por los campos de la onomstica. Cundo llegaron a Beln?Referencias al calendario romano y judo. Vimos su estrella en el oriente. Qu eraaquella estrella, carsimos hermanos? Un rayo de luz, una conjuncin planetaria, un

    brillante meteoro?

    El predicador concluy aludiendo al oro de Ofir, el incienso de Arabia y la mirra deEtiopa. He dicho.

    Arqueologa: ciencia de las artes y documentos de la antigedad. Homila arqueolgica:Trata de reconstruir el pasado, incursiona en los detalles secundarios como si fueran

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    primarios, convierte la historia de la salvacin en historia, goza explicando no elmensaje de Dios sino curiosidades perifricas. Tales como fariseo, dracmas, hidras,metretas, estadios, Mar de Galilea, hora sexta, ascendencia de Jos, el atrio del templo,la topografa del Calvario, el men de la ltima cena.

    Bien estn unas cuantas pinceladas que clarifiquen los escenarios bblicos, laexplicacin de un dato que resulta una incgnita para los no iniciados, un poco de colorque devuelva al pasado su efectividad de vida. Cristo real en un mundo real, pero sin lamana arqueolgica ni la exageracin histrica que se anda por las ramas.

    La homila romntica

    La campanilla del convento asust a los pjaros que picoteaban los duraznos. Lahermana cocinera no poda odiar a los pjaros, hija al fin de nuestro serfico padreSeor San Francisco; pero haca sus restricciones mentales. Soaba con aderezar unosduraznos en almbar para el santo de la Reverenda Madre, de esos que confieren

    trescientos das de verdadera indulgencia.

    Las hermanas tomaron sus asientos en la capilla sonando largos rosarios frisones, unagota de agua bendita en la frente. Alabado sea el Santsimo Sacramento, en cadainstante y momento.

    El padre capelln, un viejecito tambin en almbar, dulce y picoteado por el pjaro deltiempo, fue abriendo los labios con trabajo, las puertas enmohecidas.

    Amadsimas hijas en Jess, Jos, Mara y Francisco.

    Amn, contestaron a coro las hermanas.

    Los hombres, como las homilas, segn Carlyle, se dividen en aristotlicos y platnicos,cerebrales y sentimentales, pura cabeza o puro corazn.

    El romanticismo surge a principios del siglo XIX como una corriente artstica y vitalque, por natural reaccin contra un racionalismo fro y academista, enhiesta en un

    pedestal a los valores afectivos y pasionales e irrumpe con el sentimentalismo ahombros de apoteosis contra la demasa de la razn. El corazn late de nuevo, los ojosse acuerdan que tambin sirven para llorar.

    Pero es claro que el romanticismo que todos llevamos connaturalmente en el alma,existe antes y despus que se hace escuela y moda. Quin que es, no es romntico?

    Es natural que de predicadores platnicos surjan homilas romnticas. Tan romnticasalgunas que parece que est uno leyendo la tpica novela rosa, Prez y Prez lasescuchara con devocin.

    Emplean las mismas tcnicas del folletn y la telenovela: lgrimas y sonrisas, una fuertedosis de azcar sin miedo a la diabetes. Una exclamacin por aqu, una interjeccin porall, el recurso efectista del grito y el trmolo, el lenguaje del sentimiento en re menor,

    pavana para una infanta difunta, el despliegue de las pasiones en ancho abanico yhasta alguna frasecilla pietista y suavecita:

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    Amadsimas hijas, Cristo vive llorando en el sagrario

    No estamos contra la emocin. Los grandes pensamientos nunca son tan grandes comocuando pasan por el filtro del corazn. El fuego, la sensibilidad, la creatividadimaginativa con que predic Cristo! Estamos contra el prurito de poner la emocin en

    primer plano y en querer suplir, con los recursos de la fantasa, el contenido doctrinal.

    Predicar no es andarse por las ramas, pero tampoco andarse por el tronco. El rbolcompleto es primero tronco, despus ramas.

    Salvador Daz Mirn, tan poco homiltico en su tumultuosa vida, daba la clave delpoema, que por aadidura es tambin la clave de la homila:

    Tres herosmos en conjuncin:

    el herosmo del pensamiento

    el herosmo del sentimiento

    y el herosmo de la expresin.

    La homila demaggica

    Fray Juan de los ngeles que, a juicio de Menndez y Pelayo, escriba con un estilo deleche y miel, entre nieve y oro, escribe en el prlogo de sus Triunfos del amor de Diosque el hombre en su larga vida apenas puede hacer una definicin quiditativa de cuantascosas Dios cri. Una definicin por vida. Bastante poco. Seamos, pues, tolerantes con elreverendo diccionario de la lengua. El diccionario define as.

    Demagogia: corrupcin de la democracia sacrificando el inters general al de un grupo.Halago a las masas.

    Demagogo-a: cabeza o caudillo de una faccin popular. Sectario de la demagogia.Orador que promete lo incumplible.

    Atenidos a estos intentos definitorios, la homila demaggica sera aquella que traicionaal mismo tiempo tanto al mensaje como al destinatario del mensaje. En ambos casos, el

    mensajero huele un poco a traidor, objetivamente es claro, porque de internis nequeEclesia iudicat.

    Traicin al mensaje, porque el predicador agranda o empequeece, destaca o acalla, yen cualquier caso desfigura y distorsiona la doctrina y las realidades, la palabra divina ylos acontecimientos humanos. Lleva el agua a su molino, hace decir al evangelio lo quel quiera que diga o no diga, interpreta a su conveniencia, el magisterio universal lovuelve magisterio personal; la Iglesia, iglesia de bolsillo.

    Traicin al destinatario del mensaje, la porcin del pueblo de Dios que pastorea, al quebusca mucho ms que servir; al que presenta no la verdad integral a la que tiene

    derecho, sino la sutil imposicin de su verdad, al que algunas veces divide en lugar de

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    unir, al que despista con sus opiniones en vez de educar en la fe, al que presentaproblemas sin ofrecer soluciones y si las ofrece resultan enigmticas o utpicas.

    Una homila demaggica puede partir de cualquier boca, a propsito de un tema muyespiritual o muy temporal, a ttulo de eso que llaman derecha e izquierda, en nombre de

    la tradicin o del progreso, a favor de o en contra de. El resultado es el mismo, traicinal mensaje y a su destinatario.

    Entirrese o crmese la homila que versa sobre temas de poltica de partidos, no la quedefiende la Poltica (as, con mayscula) del bien comn. Lo primario del profeta esanunciar, no denunciar. Su figura no es la de Jeremas, sino la del ngel sentado junto alsepulcro en la maana pascual (Luis Maldonado).

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    Captulo IX Homilas para hoy y para aqu

    En que se dice que el predicador debe ser como el peridico y la homila como lanoticia. Se presenta la imagen de Cristo Reportero.

    Otra definicin de hombre? S, porque las mil y una que ya existen, no acaban desatisfacer a nadie. El mono desnudo, el mono vestido, el mono gramtico, fragmentosde luz, trozos de cristal en el caleidoscopio. Pongamos otro ms, por si la figuraadquiere un nuevo colorido, el mono informado. A sus necesidades biolgicas yespirituales, el hombre ha aadido a partir de este siglo la necesidad de informacin.

    Informar es dar noticias. Sin noticias el hombre acentuara su soledad, perdera su nuevadimensin de ciudadano del mundo de la que no piensa renunciar.

    Las noticias son el cordn umbilical que lo alimenta, sin ese alimento desfallecera. Las

    noticias, he aqu la expresin ms sencilla, pero ms grfica, de la naturaleza social y dela actividad solidaria del hombre.

    Por eso la fiebre con que quiere ser informado

    saber lo que sucede en el mundo porque es su casa no una vez, sino varias veces alda.

    Del peridico ha hecho ms que un apndice al margen, una parte habitual de su vida.Porque el peridico es todo informacin, desde el bloque macizo de noticias queconstituye su misma esencia, hasta los artculos de la pgina editorial que comentan esasnoticias y aun los anuncios que en cierta manera se asoman con un rostro noticioso.

    De la radio y televisin, el hombre contemporneo guarda indudable preferencia por losnoticiarios, de cuyos horarios y programaciones siempre est al tanto. Y en cuanto alcine, las pelculas podrn ser discutidas; en cambio, los documentales informativostienen asegurada la aceptacin general. El mono informado.

    Es tpica la definicin norteamericana de noticia: Algo que ha sucedido y en que lagente est interesada.

    Sin hechos no hay noticias. El reportero los ve y los oye. Es el testigo que transmite suexperiencia. El que presta sus ojos para que los otros vean, el que presta sus odos paraque los otros oigan. El puente trazado entre el acontecimiento y el hombre interesado enl.

    Noticia es el relato de lo que habindose producido en el ltimo instante, esdesconocido por quienes no lo presenciaron y estn interesados en conocerlo. Por quno hacer de la homila una noticia y del predicador un reportero?

    Cristo es el reportero por excelencia que nos descubre la vida y la palabra de Dios: elque me ve, ve a mi Padre, yo he venido para revelarles estas cosas. Reportero y

    noticia a la vez, mensajero y mensaje, revelador y revelacin, transmisor y transmisin.El que me oye no anda en tinieblas.

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    Cristo vino precisamente a evangelizar, es decir, a informar, enterar, dar noticias. Suevangelio, a diferencia de las noticias humanas, siempre es una buena noticia, porque esnoticia de salvacin. Y adems, una noticia nueva, no antigua ni anticuada, tan actualcomo Dios, como Cristo mismo que siendo de ayer es de hoy y de siempre, como lanecesidad permanente de liberacin que tiene el hombre. Un hombre que por la palabra

    de Dios tiene que ser renovado, revestido de la novedad de Cristo.

    La Biblia es la palabra de hoy de Dios para el hombre de hoy, como ser para el hombrede maana. No es que se ponga ni que pase de moda. De por s es historia viva, noticia,novedad, frescura, flamante actualidad.

    La realidad es muy otra. La buena nueva nos llega a travs de un texto escrito hacesiglos, que por tanto tiene una tradicin y que adems el sacerdote la da por conocida,leda, estudiada. La noticia deja as de ser noticia.

    Los fieles que escuchan la explicacin de un trozo bblico lo sienten tal vez como lo

    ms natural del mundo, como algo sabido desde antiguo. Las bienaventuranzas, ah, s,ya me acuerdo. La parbola del hijo prdigo, el mismo disco de ayer y de antier. El

    predicador no pudo percibir ningn atisbo de novedad, de actualidad en el texto bblicoque comentaba. Tal vez la rutina contrada al paso del tiempo, la falta de oracin yreflexin, la tibieza y la negligencia, tal vez las cobardas, las capitulaciones.

    Si quieres que llore, es preciso que t llores antes, as traducan a Horacio losseminaristas de los fabulosos veintes. Si el predicador no convierte lo conocido endesconocido, si no se sorprende ante lo que l mismo predica, no podr despertar en elauditorio un sentimiento de sorpresa. Su rutina desencadenar una nueva rutina.

    La lectura del Evangelio suele comenzar con la frmula tradicional en aquel tiempo,que la homila prolonga en la misma fecha. La predicacin es tambin en aqueltiempo, no en este tiempo, para este tiempo, sino cosa del pasado, archisabida,caduca, liquidada. Sobre las ideas y el estilo, una gruesa capa de polvo de in illotempore.

    Cmo devolver a la homila la novedad de la noticia? Pues haciendo que la homilaconjugue las tres caractersticas sustanciales de la noticia, que son la actualidad, la

    proximidad y el inters.

    Actualidad

    Veinticuatro horas es un plazo tan largo en la vida de un peridico como una generacinen la vida de un hombre. El lector ansa saber lo que pasa hoy y suceder maana,conforme ha perdido todo inters por el ayer, as el ayer haya sucedido un da antes.Quiere la noticia fresca en el peridico y en la homila.

    El predicador ha de orientar el texto bblico a la nueva situacin histrica del hombre alque se dirige, descubrir el mensaje que guarda para el cristiano concreto de hoy,entraar sus derivaciones hacia las actuales circunstancias, aplicar la palabra eterna almomento efmero.

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    La homila que huele a tiempo pasado o manifiesta un neutralismo atemporal, no le dicenada al auditorio a no ser un bostezo demasiado elocuente. Si el predicador afoca la luzdel Evangelio sobre la problemtica real del hombre-siglo-veinte, donde ste puedaencontrar una palabra personal para su situacin presente, la homila ser una

    predicacin de hoy para el hombre de hoy y no, como a menudo acontece, una

    predicacin desde hoy para el hombre de ayer.

    La proximidad

    Una noticia es ms noticia a medida que los hechos que relata suceden ms cerca dellector. El incendio de un mercado en la ciudad donde uno vive, es noticia de ochocolumnas; si el incendio se registra a quinientos kilmetros, merece unas cincuenta

    palabras; si acontece en frica, no es noticia ni hace falta que aparezca en el peridico.

    El inters del lector aumenta de acuerdo con la proximidad. Lo ms prximo es lmismo. Por eso la noticia que ms interesa es aqulla donde el lector aparece. Su

    nombre en letras de imprenta y por la calle.

    La homila masificada que se dirige a un auditorio inconcreto y vago, en realidad no sedirige a nadie. Bronce que resuena en el aire. Cada uno de los que escuchan debesentirse aludido, interpelado en lo individual. La palabra de Dios fue dicha para m en lo

    personal. El predicador se refiri a m, habl conmigo, de t a t. Proximidad, presencia, conversacin.

    Inters

    De los varios cientos de noticias que aparecen en el peridico del da, nos detenemos enalgunas, rechazamos las dems. Slo leemos las que nos parecen importantes, las quetienen trascendencia, las nicas que merecen nuestra atencin.

    No es otra cosa lo que busca el auditorio en la homila. Algo que de veras importe parasu vida. Que lo afecte, que le llegue, que lo entusiasme.

    La palabra de Dios es por s misma actual, prxima e interesante, verdadera noticia consus tres notas esenciales. Slo falta que la palabra del predicador sintonice con la

    palabra de Dios y la psicologa del hombre.

    Bellas palabras de Blondel: En cuanto uno ya no se sorprende de Dios como de unainefable novedad, y se le mira desde fuera como objeto de conocimiento o como simpleocasin de estudio especulativo, sin juventud de corazn ni inquietudes de amor, todo setermin, y en las manos no queda ms que un fantasma y un dolo.

    S, no vale quedarse en las nubes. La homila debe ayudar en su vida cristiana a unoshombres y mujeres que viven hoy en un mundo determinado; por lo mismo, debe estaratenta a la realidad para iluminarla con la palabra salvadora que nuestro Padre Diosdirige a sus hijos. Los hechos de vida que la homila tendr presentes son variadsimos:los problemas, intereses y aspiraciones de nuestra generacin; los acontecimientos de laIglesia universal y particular; los asuntos de la nacin y de la comunidad local; los

    temas candentes de la familia y del trabajo, de la vida social y poltica. Puede una

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    homila olvidar las palpitaciones de la historia? Ella es el puente donde se encuentranDios y los hombres.

    El Evangelio que leemos antes de la homila, comienza as: En aquel tiempo. Peroaquel tiempo es ste. Hay que poner el pasado en presente. Porque lo que aconteci en

    Beln, Nazaret o Jerusaln es un punto de referencia para hablar de lo que sucede hoy yaqu.

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    Captulo X Estructura de la homila

    Donde se prueba, con el telfono en la mano, que la estructura de una homila no escapricho retrico, sino necesidad psicolgica. Se cuenta la triste historia de una monja

    que dio un mal paso entre pastelillos, alfajores y cabellos de ngel.

    Escenario: el refectorio de los profesores del seminario mayor. Una mesa franciscana,un men diocesano. Por el ventanal entra el jardn y sus rosas de raso. Una fuentecillafresca y murmuradora, como tanta gente que hay por ah, fresca y murmuradora.

    Decoracin: el cuadro de la Ultima Cena. El ojo malicioso de Judas, el confianzudoJuan volcado sobre el pecho del Maestro, Pedro a la expectativa del canto del gallo.Felipe en lo suyo, el cordero caliente y las lechugas fras.

    Personajes: el padre Jos Luis Dibildox, fabriqu en France donde estudi Pastoral

    Catequtica y el padre Gutirrez, embotellado de origen, jams sali de su patria; pero acambio de gegrafo, qu buen psiclogo.

    T qu opinas, Jos Luis. Por pura curiosidad estoy hojeando aquel manual de oratoriaque estudiamos en el seminario menor. Hasta cundo, Catilina, has de abusar denuestra paciencia? Hay cosas que es preciso olvidar. Mira, pgina 235: El discursooratorio debe constar de ocho partes: exordio, narracin, proposicin, divisin,confirmacin, ilustracin, refutacin y peroracin. Qu tienen que ver estas retricasartificiales y ampulosas con la sencillez del Kerigma? La homila se distingue por sutono coloquial, no es la oratio latina, esto es, el discurso oratorio, ni tampoco ellogos de los griegos. Los sermones de hace aos andaban pesados de holanes yencajeria, por eso no andaban. A la homila evanglica de hoy, le va mejor la ropadeportiva, area, esencial, caminable.

    Acabo de leer, record el padre Jos Luis, un sencillo plan que ide elnorteamericano Henry Hoke al servicio del orador, y que l llama PPPP. Vers:

    a) Picture: pintar. Empezar con una descripcin del tema. (San Ignacio de Loyola seadelant con su composicin del lugar).

    b) Prove: probar. Explicar con argumentos lo que el orador dice.

    c) Promise: proponer. Llevar a los oyentes a que acepten lo que el orador propone;asegurarse de que van a comprar el producto que ofrece.

    d) Push: provocar, empujar al auditorio a tomar la decisin deseada por el orador.

    En eso entr Sor Brgida tropezndose con los diez metros de tela del sagrado hbito yareformado. Usted come muy mal, padre Jos Luis, as no va a soportar el trabajo si lohacen seor obispo, debera aprender al padre Gutirrez. Qu prefieren ustedes de

    postre?

    En opinin de los seminaristas, Sor Brgida podra ser declarada santa, as el profesor dederecho cannico, el padre Pedro Snchez, los contradijera leyndoles el canon 1403:

  • 8/6/2019 Manual de La Imperfect A Homilia[1]

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    La causa de la canonizacin de los siervos de Dios, se rige por una ley pontificiapeculiar.

    Yo tengo otra opinin, prosigui el padre Jos Luis. Estas partes del discurso que tllamas artificiales, yo las juzgo naturales; brotan de la naturaleza misma del discurso, de

    la manera usual con que hablamos y no del capricho de los retricos. Dividir la homilaen partes sucesivas no es cuestin de retrica, sino de psicologa y de sentido comn.

    De las manos milagrosas de Sor Brgida salan alfajores, jamoncillos, panochitas denuez y de pin, mostachones, cabello de ngel, gaznates en- canelados, yemasacarameladas, frutillas de almendra, peras cristalizadas y unos inefables suspiros demonja.

    El padre Jos