el sabio y las estrellas de mar

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Adaptado del cuento de Loren Eiseley (THE STAR THROWER) MAGDALENO GUERRERO VILLALVAZO MA. GUADALUPE GUTIERREZ VARGAS APOYO TÈcNICO: VIETNA ARAMBULA AVIÑA

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Page 1: El sabio y las estrellas de mar

Adaptado del cuento de Loren Eiseley

(THE STAR THROWER)

MAGDALENO GUERRERO VILLALVAZO

MA. GUADALUPE GUTIERREZ VARGAS

APOYO TÈcNICO:

VIETNA ARAMBULA AVIÑA

Page 2: El sabio y las estrellas de mar

Había un hombre sabio que vivía a la orilla del mar en un

pueblo muy pequeño. Le gustaba mucho su pueblo

porque era tranquilo, silencioso, de casas bajitas y

porque las personas no hablaban mal de sus vecinos.

Todas las mañanas acostumbraba salir a caminar

por la playa, antes de sentarse a escribir a lo largo de horas

interminables.

Page 3: El sabio y las estrellas de mar

Disfrutaba de los paseos que daba junto al mar porque le

servían para pensar en todas las cosas profundas que

piensan los sabios. Se preguntaba: “¿Quién hace

girar las estrellas en el cielo? ¿Tienen alma las piedras? ¿Qué es el amor? ¿Acaso piensan las

flores?”. Y con estas y otras preguntas caminaba a lo largo

de la playa, agradeciendo la presencia del sol, del viento, de la lluvia e, incluso, la del

granizo .

Page 4: El sabio y las estrellas de mar

Una soleada mañana salió a caminar más temprano que de costumbre. La brisa jugaba con su pelo corto y blanco. Al cruzar las dunas llegó a la playa, donde lo esperaba una gran sorpresa

Page 5: El sabio y las estrellas de mar

En un segundo comprendió la gravedad de la situación. ¡La orilla estaba llena de estrellas de mar! Las había rojas, rosadas, anaranjadas y

violetas, hasta verdes… Corrió hasta la playa y,

con enorme tristeza, vió que había kilómetros y

kilómetros de arena cubiertos por bellas y

frágiles estrellas de mar. De los ojos del sabio

cayeron gruesas lágrimas porque sabía que las estrellas de mar viven

solo cinco minutos fuera del agua.

Page 6: El sabio y las estrellas de mar

Con cuidado de no pisarlas, comenzó a caminar por la playa, con el corazón cargado de pena.

Avanzaba lentamente, pensando en la fugacidad de la vida, en cómo perdemos el tiempo en cosas

inútiles e instrascendentes…

Page 7: El sabio y las estrellas de mar

Ensimismado en sus pensamientos caminó durante horas sin ver a nadie, hasta que en el horizonte descubrió una figura que se movía frenéticamente. Corría de la playa hasta la rompiente y de la rompiente hasta la playa, constante e incansablemente…

Page 8: El sabio y las estrellas de mar

¿Qué animal será ése? – se preguntó el sabio.Y aunque ya era hora de volver a casa y retomar la escritura de su libro, decidió averiguar quién corría de esa extraña manera. Cuando estuvo a unos pocos metros de esa rara figura, advirtió a un niño pequeño de seis o siete años, tenía la cara sudorosa y los pies mojados y llenos de arena.

Page 9: El sabio y las estrellas de mar

Al ver al sabio, se detuvo y lo miró fijamente con sus enormes ojos marrones. El sabio le sonrió y le preguntó:

-¿Qué estás haciendo?

El niño le miró sorprendido pero, para no ser descortés, le contestó:

-Junto las estrellas de mar que están en la playa y las arrojo más allá de la rompiente para que no se mueran.

Page 10: El sabio y las estrellas de mar

El sabio volvió a sonreír y le dijo:

- Ya veo…¿Pero no te das cuenta de que no tiene

sentido tu esfuerzo? Hay cientos de miles de

kilómetros sembrados con estrellas de mar y vivirán muy

poco tiempo más antes de que el sol las seque con su calor… Aunque salvarás a

miles, habría billones de ellas que morirán de todas formas. Tu esfuerzo no tiene sentido.

Page 11: El sabio y las estrellas de mar

La mirada del niño se llenó de nubes. Sus brazos dejaron caer decenas de estrellas que hasta

entonces sus brazos habían sostenido. Miró desconcertado la

inmensidad de la playa y la magnitud del desastre a la que el sabio se refería. En silencio y sin volverse, trotó en dirección a las

dunas. Pero cuando estaba a punto de desaparecer detrás de

ellas, volvió sobre sus pasos corriendo, tomó una estrella y,

con una fuerza increíble, la arrojó al mar. El niño miró al sabio y lleno

de felicidad le dijo:

-Para ella si tuvo sentido.

Page 12: El sabio y las estrellas de mar

“Ningún esfuerzo es vano si lo guía un propósito y si ese propósito tiene en cuenta

a los otros, al semejante, al prójimo. La validez de una acción no se mide por su

extensión, su grandiosidad o la cantidad de personas a quienes beneficia. Basta con una

pequeña actitud cuando ésta llega a esa persona.”

Page 13: El sabio y las estrellas de mar

“Este bello cuento, ya un clásico, viene a recordar y a ampliar esa idea esencial y profunda. Lo que nos dice, en fin, es esto: cuando salvas a un ser viviente, uno solo, mejoras el mundo. Y mejorar el mundo da sentido a la vida. Y basta con un simple acto.”

Ensenada B.C., enero 2009.