dialnet-investigadoresopatriotas-1172254.pdf

7/25/2019 Dialnet-InvestigadoresOPatriotas-1172254.pdf

1/19

teorema

Vol. XXIV/1, 2005, pp. 79-97

Investigadores o patriotas? El concepto de comunidad

universal en el pragmatismo de C. S. Peirce

David Carnicer Sospedra

ABSTRACTC.S. Peirces concept of community of inquirers provides a fruitful point ofview for the defence of universalist positions on pragmatic basis both in theoreticaland practical discourses. In this paper we study systematically the Peircean concept ofcommunity and we link it with his Critical Commonsensism, from which Peirce jus-tifies pragmatically rational thinking and the logic of inquiry.

RESUMENEl concepto de comunidad de investigadores de C. S. Peirce ofrece un fructfero

punto de vista para la defensa de posiciones universalistas sobre bases pragmticas tantopara discurso terico como prctico. En este artculo estudiamos sistemticamente elconcepto peirceano de comunidad y lo enlazamos con su Sentido Comn Crtico, apartir del cual Peirce justifica pragmticamente el pensamiento racional y la lgica deinvestigacin.

I. INTRODUCCIN

Estamos en tiempos de controversias (en tica, filosofa, poltica) entrelos partidarios de los lenguajes particularistas, relativistas y comunitaristaspor un lado y los partidarios de las categoras universalistas ms o menosilustradas por el otro. En esta discusin no parece haber un punto de encuen-tro. Por parte de los primeros es frecuente la utilizacin de argumentacionesde ndole pragmtica y, dado que el lenguaje de la praxis parece hoy en dams razonable que el especulativo, es evidente que juegan con cierta ventaja.

Pero para sorpresa de muchos pragmatistas confesos, el fundador dela corriente filosfica del pragmatismo es en realidad un caso original de pen-sador que conjuga la opcin por categoras pragmtico-comunitarias con unadefensa de posiciones universalistas. Su punto de vista creo que puede apor-tarnos una interesante perspectiva para los debates actuales.

Si por algo es conocido el filsofo norteamericano Charles SandersPeirce (1839-1914) es por tpicos tales como la semitica, el pragmatismo y

79


2/19

David Carnicer Sospedra80

su nocin de comunidad de investigacin. Es tambin popular en la litera-tura filosfica su teora de la verdad, basada en la consecucin de un hipotti-co consenso final por parte de dicha comunidad de investigadores. Ahorabien, pese a la reconocida importancia de este concepto, apenas hay estudiossistemticos sobre el concepto peirceano de Comunidad, nocin que impregnatoda su filosofa y que es central en este autor porque nos ayuda a darsentido ycoherencia a la tensin permanente que encontramos en sus escritos entre dosextremos: unpolonormativopor una parte y unpolo fcticopor otra.

El polo normativo es el primero en hacer acto de presencia en Peirce,pues filosficamente parte de una revisin crtica de la filosofa de Kant. Tras

una primersima etapa en la que se encuadra en planteamientos semitico-trascendentales, Peirce pasa a una segunda fase en la que la problemtica cen-tral ser la teora de la ciencia y la teora de la investigacin, de un carcter apa-rentemente naturalista y cientificista. Ms tarde veremos a Peirce abordar temascosmolgicos y metafsicos, para finalizar en un perodo de sntesis y recons-truccin en el que se plantear reconstruir su filosofa y darle una unicidad yconsistencia de manera que pueda aunar ambos planos: el ms trascendental yel ms fctico.1

Esta tensin se traslada tambin al tratamiento peirceano de Comuni-dad. Si bien la comunidad de investigadores constituye el punto ms altode su filosofa desde una perspectiva trascendental y punto excelso de unpensamiento que funda la crtica del sentido (en trminos de K. O. Apel),tambin el Sentido Comn Crticova a ser utilizado por Peirce como el punto

de anclaje comunitario y pragmtico de las pretensiones de legitimacin denuestra capacidad lgico-normativa.

II.DEL INDIVIDUO A LA COMUNIDAD

Debemos distinguir claramente el concepto Comunidad del trminoComunidad. Como concepto, Comunidad es un punto supremo en la filosofade Peirce que gravita en toda su obra y sirve de elemento unificador. Ahorabien, estrictamente como trmino, communityaparece en sus escritos en con-tadas ocasiones. No por ello se trata de una adquisicin tarda, pues lo encon-tramos ya en algunos de los primeros escritos filosficos de 1868 y no dejarde aparecer en textos sucesivos.

II.1.La fuente de logicidad

La primera ocasin en la que el trmino aparece es en un artculo de1868 (Algunas Consecuencias de Cuatro Incapacidades). El texto, escritocon el objetivo de socavar los fundamentos epistemolgicos cartesianos, co-


3/19

Investigadores o patriotas? El concepto de comunidad... 81

mienza con una declaracin programtica en la que Peirce anticipa su alterna-tiva a los criterios de certeza de tipo subjetivista:

En las ciencias en las que los seres humanos llegan a acuerdos, cuando se esbo-za una teora se considera que est a prueba hasta que se alcanza aquel acuerdo.Una vez alcanzado, resulta ociosa la cuestin de la certeza, porque no quedanadie que la ponga en duda. Individualmente no podemos confiar razonable-mente en alcanzar la filosofa ltima a la que aspiramos, slo la podemos bus-car, por tanto, para la comunidadde filsofos [CP 5.265;Peirce (1988), p. 89]2.

As pues, el primer contexto en el que aparece communityes en el de la

problemtica filosfica de la bsqueda de la certeza y se nos presenta no co-mo la famosa comunidad de cientficos, sino como la ms amplia comu-nidad de filsofos. No es casual que encontremos esta primera alusin enrelacin con el problema de la certeza, pues la defensa de esta nocin estarms relacionada con el mbito de la certeza que con el de la verdad, comoluego se ver. Ms adelante en el mismo artculo la nocin de Comunidadaparecer ligada al concepto clsico de realidad de Peirce. La concibe comoel sujeto sin lmites definidos que conoce e incrementa progresivamente suconocimiento y que determinar eventualmente la naturaleza de lo real:

Lo real, pues, es aquello a lo que, ms pronto o ms tarde, aboca la informaciny el razonamiento, y que en consecuencia es independiente de los antojos tuyoso mos. Por lo tanto, el autntico origen del concepto de realidad muestra que el

mismo implica esencialmente la nocin de COMUNIDAD, sin lmites definidos, ysusceptible de un crecimiento indefinido del conocimiento. Y, as, aquellas dosseries de cogniciones lo real y lo irreal constan de las que la comunidadseguir siempre reafirmando en un tiempo suficientemente futuro; y de las que,bajo las mismas condiciones, seguir siempre negando [CP 5.311; Peirce(1988), pp. 118-119].

La Comunidad es por tanto un sujeto de carcter ms bien virtual, en elsentido de no identificable con un conjunto determinado de seres, sino enten-dido como un colectivo abierto en un sentido espacio-temporal y orientado alfuturo, del que depender la determinacin de lo real:

Lo que algo es realmente, es lo que puede finalmente llegar a conocerse en el es-tado ideal de informacin completa, de modo que la realidad depende de la deci-sin ltima de la comunidad. As, el pensamiento es lo que es slo en virtud dedirigirse a un pensamiento futuro que en su valor como pensamiento es idntico al, aunque ms desarrollado. De esta manera, la existencia del pensamiento de-pende ahora de lo que va a ser despus; de manera que slo tiene una existenciapotencial, dependiente del pensamiento futuro de la comunidad [CP 5.316; Peirce(1988), p. 121].


4/19


Cmo se llegar a la convergencia o al acuerdo entre todos sus miem-bros es un tema todava abierto que ser objeto de tratamiento posterior porparte de Peirce. El objetivo que se propondr con esta investigacin ser de-mostrar que dicha convergencia o acuerdo no puede identificarse con ningnconsenso arbitrario sino que tal consenso debe venir forzado de algn modo,en una nica y correcta direccin que est en conformidad con los datos pro-cedentes de la externalidad.

Esta primera aparicin del trmino Comunidad en un papel tan destaca-do es reforzado enfticamente: el hombre individual, dado que su existenciaseparada se manifiesta slo por la ignorancia y el error, en la medida en que

es algo aparte de su prjimo, y de lo que l y ellos van a ser, es slo negacin[CP 5.317; Peirce (1988), pp. 121-2]. El individuo aparece para Peirce comoelemento derivado del ms fundamental de Comunidad y es la fuente del errory de la ignorancia. Adems, la verdadera esencia del hombre es su propio ca-rcter sgnico o lingstico. Dice Peirce: Mi lenguaje es la suma total de mmismo, pues el hombre es el pensamiento [CP 5.314; Peirce (1988), p. 121]. Ytambin: la identidad de un hombre consiste en la consistenciade lo que hacey piensa, y la consistencia es la caracterstica intelectual de una cosa; es de-cir, es su expresar algo [CP 5.315; Peirce (1988), p. 121]. Esta naturaleza sg-nica del yo no puede concebirse sin un marco social previo de comunicacinque es el que fija las reglas de juego del sistema lingstico y cognitivo.

En otro texto escrito como continuacin de Algunas Consecuencias...(Fundamentos de la Validez de las Leyes de la Lgica: Consecuencias ulte-

riores de las cuatro incapacidades), Peirce se esfuerza en explicar el modeloinferencial de la mente sobre una base lgico-semitica y realista (no nomi-nalista). En el texto vemos aparecer el trmino social como relativo a laComunidad, sentido en el que volver a utilizarlo en alguna otra ocasin.Adems, volver a utilizar la Comunidad y el mbito social como fuente de lalgica, llegando a afirmar la necesidad de que el individuo se subsuma en losprincipios de la Comunidad (en el sentido tratado) como condicin para quepueda ser lgico: el que no sea capaz de sacrificar su propia alma para salvarel mundo entero es ilgico en todas sus inferencias, colectivamente. Pues elprincipio social est enraizado intrnsecamente en la lgica [CP 5.354].

Peirce entiende que slo la identificacin del sujeto con los interesesde la Comunidad garantiza la logicidad de sus razonamientos. En el terrenopsicolgico, Peirce ve cierta base emprica para mostrar la presencia de esta

identificacin con la Comunidad en el discurso y punto de vista del indivi-duo, como es el uso de la palabra nosotros para hacer referencia a interesescomunitarios que son sentidos como propios:

El uso constante de la palabra nosotros como cuando hablamos de nuestrasposesiones en el Pacfico, nuestro destino como Repblica en los casos en losque no hay en juego intereses personales en absoluto, muestra de manera con-


5/19


cluyente que los hombres no toman como nicos sus intereses personales y que,por ello, pueden cuanto menos subordinarlos a los intereses de la comunidad[CP 5.355].

Aunque en el ejemplo que da Peirce, parece haber una cierta concep-cin grupal de Comunidad, no perdamos de vista que se trata de un ejem-plo emprico que utiliza para mostrar (que no demostrar) la manera en quepodra haber una presuposicin espontnea e inmediata de la Comunidad ennuestro lenguaje ordinario. Peirce, al igual que los filsofos contemporneos,es amigo de utilizar ejemplos de la psicologa o de otras ciencias empricascomo refuerzo de sus teoras sin pretender caer en el psicologismo, del cualser un encarnizado enemigo [CP 5.452]. Por ello este ejemplo ser utilizadoa modo ilustrativo, sin pretensin alguna de fundamentacin.

A continuacin Peirce explica:

El que reconozca la necesidad lgica de la completa autoidentificacin de losintereses propios con los de la comunidad y de su existencia potencial en elhombre, incluso si l mismo carece de aqulla, percibir que slo las inferenciasde un hombre que s que la tenga [tal autoidentificacin] son lgicas y, as, verque sus inferencias son vlidas slo hasta el punto en que pudieran ser acepta-das por dicho hombre. Pero en tanto que tiene esta creencia se identifica con di-cho hombre. Y esa perfeccin ideal del conocimiento por la cual hemos vistoque est constituida la realidad debe pertenecer as a una comunidad en la quedicha autoidentificacin sea completa [CP 5.356].

Es imprescindible asumir como idealla existencia de dicha Comunidady la creencia de que sta alcanzar finalmente la verdad, an cuando en unplano emprico quepan dudas sobre la persistencia eterna de la humanidadcomo especie o incluso la existencia indefinida de seres racionales integran-tes de una Comunidad con lmites indefinidos. No obstante, para poder con-siderar que se acta de acuerdo con la lgica, es necesario el sentimiento depertenencia a una Comunidad universal y este sentimiento tiene carcter depresupuesto no susceptible de discusin racional:

La suposicin de que el hombre o la comunidad (que puede ser ms amplia queel ser humano) llegue alguna vez a un estado de informacin superior al de ungrado concreto y finito es algo que carece por completo de razones que lo prue-ben. No puede haber ni un atisbo de evidencia que muestre que en algn mo-mento no puedan ser aniquilados todos los seres vivientes a la vez y de quedespus no vaya a haber vida inteligente en el universo por nunca jams. A de-cir verdad, esta propia asuncin lleva consigo un inters supremo y trascendentey, por ello, por su propia naturaleza, no es susceptible de ser probada... Estesentimiento es demandado inflexiblemente por la lgica. Si su objeto fuera unhecho concreto, cualquier inters privado podra entrar en conflicto con los re-sultados del conocimiento y, as, consigo mismo. Pero cuando su objeto es de


6/19


una naturaleza tan amplia como la de la comunidad, es siempre una hiptesisque no es contradicha por los hechos y se justifica por su carcter indispensablepara hacer racional cualquier accin [CP 5.357].

El argumento aportado por Peirce para la asuncin de la irrebasabilidaddel concepto Comunidad sigue las lneas maestras de la filosofa clsica delsentido comn. La necesidad asimismo de anclar la Comunidad como presu-puesto lgico y trascendental en el ser racional en tanto que ente dotado delogica utens es ya patente en sus primeros escritos filosficos. Aprciesetambin la extensin de la Comunidad a un mbito superior al del ser huma-no: Peirce est pensando en todo momento en la Comunidad de seres dotadosde razn, con independencia de su origen natural o biolgico.

II.2. Virtualidad y universalidad

El trmino Comunidad vuelve a aparecer en la recensin de Peirce so-bre las obras de George Berkeley de 1871, ahora en el contexto de la crticaal nominalismo de la mayor parte de la filosofa anterior a la suya. Peircevuelve aqu a formular la teora de la verdad como consenso final y la carac-teriza nuevamente como la opinin finalmente despojada de todo lo subjetivoy arbitrario. La postura que defender en la polmica sobre los universalesser la del realismo epistemolgico combinada con el idealismo metafsico deBerkeley: los conceptos y leyes generales son reales, pero su realidad no pre-cisa de la postulacin de una cosa-en-s o realidad externa con la que se co-

rrespondan. De nuevo, Peirce introduce nuestro trmino como colofn delartculo:

La cuestin de si elgenus homotiene alguna existencia ms all de los individuoses la cuestin de si hay algo de mayor dignidad, valor e importancia que la felici-dad individual, las aspiraciones individuales y la vida individual. Si los hombrestienen realmente algo en comn, de manera que la comunidaddeba considerarsecomo un fin en s mismo, y, si es as, cul sea el valor relativo de los dos factores,es la cuestin prctica ms fundamental en relacin con toda institucin pblica, encuya constitucin tengamos la capacidad de influir [CP 8.38; Peirce (1988), p. 87].

En esta ocasin, el discernimiento de la naturaleza, alcance y valoracinde la Comunidad se nos presenta como el gran objetivo del mbito prctico.

Ello tiene que ver con la naturaleza de lo real como aquello de carcter gene-ral, legal, sgnico, lingstico: lo real es lo comunitario. Por el contrario, losque postulan la realidad de lo individual y niegan la realidad de lo general(los nominalistas) son los que postulan el individualismo. El terreno cogniti-vo y el mbito prctico aparecen vinculados en su comn postulacin del ca-rcter primordial del mbito comunitario.


7/19


La vinculacin entre Comunidad y logicidad es reforzada en textos pos-teriores. La existencia de una Comunidad indefinida es una presuposicintambin necesaria para la teora de las probabilidades. Y no hay que olvidarque Peirce otorga la mxima importancia a las matemticas al concebirlascomo la disciplina situada en lo ms alto de la jerarqua de las ciencias, de laque habran de depender la lgica y el resto de las ciencias normativas, aligual que la fenomenologa. Consiguientemente, la Comunidad se hallar enesta jerarquizacin en el punto ms alto del conocimiento. Todava en 1878,en la primera mitad de su vida filosfica y en su serie de textos del PopularScience Monthlycon ttuloIlustraciones dela Lgica de la Ciencia (tercero

de los textos tras La Fijacin de la Creencia y Cmo clarificar nuestrasideas),nuestro autor habla as del papel de la Comunidad:

La muerte hace que sea finito el nmero de nuestros riesgos, de nuestras infe-rencias, y eso hace que su promedio resulte incierto. La misma idea de probabi-lidad y de razonamiento descansa en la asuncin de que este nmero esindefinidamente grande [...] Me parece que ello nos conduce a que la logicidadrequiera inexorablemente que nuestros intereses nopuedan estar limitados. Nodeben detenerse con nuestro propio destino, sino que deben abarcar a la comu-nidad entera. Esta comunidad [...] no debe ser limitada, sino que debe extender-se a todas las especies de seres con los que podamos llegar a tener una relacinintelectual inmediata o mediata. Debe extenderse, aunque vagamente, ms allde esta poca geolgica, ms all de todos los lmites [CP 2.654].

Es miembro de la Comunidad peirceana todo ser de cualquier especiecon el que podamos tener una relacin intelectual inmediata o mediata.Abarcara tanto los seres presentes como los del pasado y el futuro. En elmismo texto, Peirce abunda en conceptos ya introducidos anteriormente refe-rentes a la identificacin con la Comunidad y a la esperanza o creencia en ellacomo la perspectiva necesaria para alcanzar la logicidad, matizando las alusio-nes al autosacrificio personal de anteriores manifestaciones:

No es necesario para la logicidad que un hombre tenga que ser capaz del hero-smo del autosacrificio. Es suficiente con que reconozca esta posibilidad, queperciba que slo las inferencias de un hombre que lo tuviera sera realmente l-gico, y que considere vlidas en consecuencia las suyas en la medida en quepodran ser aceptadas por el hroe [...]. Pero todo esto [creer en la probabilidad]requiere una concebida identificacin de los intereses de uno con los de la co-munidad ilimitada. Ahora bien, no existen razones [...] para pensar que la espe-cie humana, o cualquier especie intelectual, existir para siempre. Por otro lado,no puede haber razn en contra de ello; y, por fortuna, como el nico requisitoes que tengamos ciertos sentimientos, no hay nada en los hechos que nos impi-da tener una esperanza, o sosegado y alegre deseo, de que la comunidad vaya adurar ms all de cualquier fecha concreta [CP 2.654].


8/19


Hay ms textos en los que se subrayan las races sociales de la logici-

dad (por ejemplo CP 2.220). Es especialmente relevante la alusin al egos-mo como nocin contrapuesta al ser lgico. Ya no se trata slo de ver loque de los otros haya en cada uno, sino de la perspectiva de universaliza-cin, de situarse en la perspectiva de los intereses generales o universaliza-bles como requisito para ser lgico.

Hemos de dar un salto a 1893 para encontrar otra mencin al mbitosocial o comunitario. Insatisfecho con su elaboracin inicial, en notas a pie depgina aadidas posteriormente Peirce corrige el nominalismo que a su jui-

cio desprende todo el artculoHow to Make our Ideas Clearen su redaccinde 1878. Una de las notas al pie es del ao citado y sirve para aclarar la ini-cial formulacin de la mxima pragmtica, junto con otras notas aadidas conidntica funcin. En la que hacemos referencia, Peirce se afana por eliminarel sesgo individualista de la mxima, explicando que la concepcin de losefectos del objeto de nuestra concepcin no debe entenderse como la concep-cin que tiene el individuo, sino la concepcin que tiene el hombre en su con-junto, la comunidad humana (racional), que va progresando en suconocimiento, generacin tras generacin y que se va perfeccionando. En estecontexto, Peirce afirma, empleando en esta ocasin el trmino sociedad en unsentido asimilable al de Comunidad:

Sabemos que el hombre no est completo en tanto que individuo, que en esen-cia es un miembro posible de la sociedad [...]. La experiencia de un hombre noes nada si se da aisladamente. Si ve lo que otros no pueden ver, lo llamamosalucinacin. Aquello en lo que hay que pensar no es en mi experiencia, sinoen nuestra experiencia; y este nosotros tiene posibilidades indefinidas [CP5.402, nota 2].

As pues, no slo la identificacin con la Comunidad es un requisito pa-ra la logicidad: tambin es el criterio definitivo para determinar la experien-cia vlida en su relacin con la percepcin. El inputemprico pasa tambinpor la mediacin comunitaria.

En ocasiones, Peirce parece no ser consistente con su uso de communityyparece utilizarlo en el sentido de grupal. As, en los Vitally Important Topicsde 1898:

Todos sabemos lo que es la moralidad: es comportarse tal como han sido uste-des educados para comportarse, es decir, pensar que deben ser castigados de nocomportarse as [...]. Ser un hombre moral es obedecer las mximas tradiciona-les desu comunidad[subrayado mo], sin vacilacin o discusin. De ah que latica, que es razonar una explicacin de la moralidad, es, no dir que inmoral,


9/19


pues esto sera ir demasiado lejos, pero s que se compone de las sustanciamisma de la inmoralidad [CP 1.666; Peirce (1988), p. 327].

Parece evidente que en este contexto se hace referencia al grupo huma-no accesorio y accidental en el que a uno le ha tocado vivir, que es el que de-terminara lo que es moral y lo que no lo es, y no tanto a una Comunidaduniversal. La alusin en estos trminos a communityla encontramos en otrostextos en los que Peirce hace referencia a la moralidad como fenmeno, entanto que algo histrico y fctico proveniente de la tradicin, por contraposi-cin con el mbito normativo de la tica [tambin CP 8.136, nota 3]. El com-

portamiento moral resulta de un sentido de obediencia del sujeto, diferente deun mero impulso propiamente individualista, que reaccionara as ante unavaga personificacin de la comunidad.

No obstante lo anterior, en el mismo texto Peirce finalizar (en un tonocrtico hacia el enfoque pragmatista de James) haciendo una apologa delpredominio de mbito social y comunitario frente a los asuntos contingentesde la vida del individuo que, segn l, James habra supuestamente hiposta-siado. En esta ocasin nuestro autor utilizar el concepto social: ustedes yyo: qu somos? Meras clulas de un organismo social. Nuestro sentimientoms profundo pronuncia el veredicto de nuestra propia insignificancia [CP1.673; Peirce(1988), p. 329].

En otro texto de 1900, la recensin por parte de Peirce de una obra desu coetneo y amigo, el filsofo idealista de corte hegeliano Josiah Royce, el

autor establece paralelismos entre sus propios planteamientos y los de ste enlo relativo a la naturaleza de lo real. Peirce asume, con Royce, que aquelloque sea lo real no puede ser de la misma naturaleza de las ideas (por el riesgode circularidad), sino lo representado por la opinin ltima (como habaenunciado cuidadosamente en How to Make Our Ideas Clear, [CP 5.407]).En este texto habla de experiencia como experiencia colectiva:

El curso de la vida ha desarrollado ciertas compulsiones del pensamiento de lasque hablamos colectivamente como experiencia. Adems, el investigador seidentifica ms o menos vagamente en sentimiento con una Comunidad de la quel es miembro, y que incluye, por ejemplo, adems de su yo momentneo, suyo de diez aos a esta parte; y habla de las compulsiones cognitivas resultan-tes del curso de la vida de esa Comunidad como nuestra experiencia. Diceque nosotros encontramos que los cuerpos terrestres tienen una componente

de aceleracin hacia la tierra de 980 centmetros por segundo, aunque ni l nimuchos de sus conocidos hayan hecho nunca el experimento [CP 8.101].

Esta cualidad de la Comunidad como reflejo y a la vez continente deuna experiencia colectiva ser la que permita determinar la naturaleza comnde una logica utensy tambin de unos condicionantes universales que posibi-liten dicha experiencia comn.


10/19


Existen textos posteriores en los que nos encontramos con ms exalta-ciones de la Comunidad y con crticas a las limitaciones del mbito estricta-mente individual [ver CP 5.421 de 1905].

III. QU TIPO DE COMUNIDAD?

Peirce introduce de forma explcita la Comunidad (y otros conceptosafines) en relativamente pocos textos. Este dficit cuantitativo contrasta consu papel primordial a nivel cualitativo, pues sin considerar a la Comunidad de

investigadores como punto supremo es difcil, si no imposible, entender susemitica, su teora de la percepcin o su teora de la investigacin. Con todo,de los textos examinados en el apartado anterior, podemos extraer algunas ca-ractersticas del concepto peirceano de Comunidad.

Peirce supone una Comunidad de alcance universal. Los contextos enque Peirce utiliza Comunidad en un sentido grupal estn perfectamente deli-mitados. Relacionado con lo anterior, la Comunidad no debe entenderse co-mo una comunidad existente o materializada en algn momento histrico,sino como ideal, como esperanza, como un sentimiento de pertenencia, comoreferencia, como perspectiva para la accin. En este sentido, la Comunidaddebe verse comofuente de normatividad: el ideal que nos ayuda a despojar-nos de lo individual y arbitrario y que basa lo correcto en lo intersubjetivo.Adems, la Comunidad peirceana es un concepto enfocado al futuro, puesto

que se plantea su propio desenvolvimiento como la tarea primordial a conse-guir. Se construye a s misma mediante el incremento del autocontrol y lo di-funde en la naturaleza (Peirce defiende una metafsica cosmolgica yevolutiva en la que el self-controlesto es, la capacidad de dotarse de nor-mas y modelos de conducta propios se va desplegando mediante el descu-brimiento por parte de los seres racionales de las leyes de la naturaleza y conel paralelo desarrollo de hbitos de conducta conformes con tales leyes).

La Comunidad es un presupuesto ineludible para la lgica y para lasmatemticas. Ms an, es el propiofundamento de la logicidad. En los mbi-tos en los que sta tiene un papel, la negacin de la Comunidad es fuente deerror y de ignorancia (la opcin egosta es irracional). Es tambin unahiptesis o presupuesto comunicativo que no es contradicho por hecho algu-no. Todo est a su favor, nada est en su contra. Adems, es una hiptesis o

presupuesto justificado por ser indispensable para la racionalidad de cual-quier accin. En este sentido, la presuposicin de la Comunidad es irrebasa-ble en el sentido de que no podemos ir ms all de ella: no puede serjustificada puesto que cualquier crtica la presupone y cualquier defensa tam-bin. Sirve tambin como criterio de la experiencia vlidapor encima de laexperiencia individual, pues es patrn para la correccin de la percepcin o laexperiencia sensorial. Por ltimo, la comunidad de Peirce resume o contiene


11/19


una experiencia colectivaen la que se inscribe el investigador particular y ala que ste pertenece.

Para Peirce el mbito de la Comunidad no se va a restringir al de la in-vestigacin cientfica sino al terreno ms amplio de la lgica. El hombre l-gico es el que cree en la hiptesis de la realidad y en las consecuencias que sederivan de ella. Peirce muy a menudo identifica cientfico con lgico,pues entiende la lgica como teora de la investigacin. El armazn peir-ceano fija el mtodo para dirimir cualquier tipo de asunto desde bases racio-nales y, por tanto, ser vlido de algn modo en el contexto de las cuestionesprcticas. Si bien es cuestionable que nos ayude en la determinacin de los

finesde la conducta moral, s incluye el anlisis, resolucin y clarificacin delas cuestiones en el mbito tico, es decir, en la delimitacin y aclaracin delas cuestiones de tipo normativo. En la medida en que la filosofa prctica seasusceptible de argumentacin y de acuerdo racional, la lgica tendr en ellaun destacado papel.

Las implicaciones de todo lo anterior son claras: la Comunidad es fun-damental en todos los contextos en los que la crtica y/o el anlisis racionaljuega un papel y lo nico que exige es que aceptemos unas normas de juego,a saber: que debe haber una solucin para cada cuestin a decidir racional-mente, que es independiente de las afecciones individuales y que podemosaspirar a llegar a ella de forma colectiva (logrando un consenso) sin acudir anada ajeno a las capacidades del propio ser racional, a nada que se site msall de sus propios mtodos y capacidades. Por todo ello, la Comunidad en su

sentido normativo y regulativo es vigente tanto en el mbito terico como enel prctico, pues en ambos hay cuestiones a resolver relativas a la realidad y anuestra realidad. En suma, la Comunidad como concepto regulativo nos daesperanzas sobre la posibilidad de convergencia y consenso en el mbito delas cuestiones prcticas.

Hasta ahora, el papel de la Comunidad lo hemos visto encuadrado en unplano ms bien trascendental. ste es el mbito por el que el concepto ha sidoobjeto de mayor atencin por parte de los comentaristas. En esta lnea, Apelotorga al joven Peirce el papel de precursor o iniciador del paradigma delnosotros frente al yo de toda la filosofa anterior y cree que la nocin deComunidad juega un destacado papel en todo ello [Apel (1997); ver tambinApel(1985), en especial vol. 2, 2 parte]. Para Apel, Peirce llega en sus prime-ros escritos al punto supremo de su propia filosofa y a la fijacin del paradig-

ma contemporneo del convencionalismo crtico compartido con Popper, elsegundo Wittgenstein y el ltimo Carnap. Sera en los primeros escritos semi-ticos cuando Peirce llevara a cabo la transformacin del problema kantianode la validez objetiva del conocimiento cientfico para una conciencia en ge-neral a una moderna logic of science centrada en la justificacin lgico-sintctica y lgico-semntica de las hiptesis o teoras, buscando asegurar suconsistencia lgica y su confirmabilidad [Apel (1985), p. 150].


12/19


Cul es aqu el papel de la Comunidad? La Comunidad de investiga-dores sera para Apel el sustento de la nueva unidad semitica de la concien-cia buscada por Peirce frente a la unidad personal de la autoconcienciabuscada por Kant [Apel (1985), pp. 160-161]. La Comunidad de seres raciona-les que manejan signos en relacin tridica relevar el planteamiento didico odualista kantiano y se erigir en nuevo punto supremo o trascendental. Desdetal punto supremo, Peirce ya no llevar a cabo una deduccin trascendental deprincipios de la ciencia como juicios sintticos a priori en un sentido kantia-no, sino que deducir como trascendentalmente necesaria la validez universalde las inferencias sintticas, que l identifica con el proceder metdico de la

abduccin y de la induccin in the long runpor parte del investigador que tra-baja en el seno de la Comunidad [Apel (1985), p. 165].Apel tambin es consciente de que el mbito en que la Comunidad peir-

ceana juega su papel est ms all de los lmites de la razn terica en la queaparentemente discurre en funcin de la terminologa empleada y de los con-textos temticos trabajados ms recurrentemente por el filsofo pragmatista.Para Apel no slo se trata de que haya un compromiso moral en la adscrip-cin a la Comunidad de investigadores (como ya se ha hecho patente en laseccin anterior), sino que el propio proceso de investigacin, regido por lasnormas de la lgica de la investigacin, servir tambin para la resolucin delas cuestiones prcticas.

Ahora bien, creo que la vertiente trascendental de la idea de Comuni-dad en el joven Peirce y su correspondiente papel superador de la distincin

kantiana entre razn terica y razn prctica no agota el papel de esta nocinen la filosofa peirceana. Creo, por el contrario, que sin renunciar a los lo-gros alcanzados en dichos textos, el Peirce maduro explora nuevos mbitosy perfecciona los desarrollos alcanzados. Apel reconoce que Peirce no re-nunciar a sus primeros descubrimientos en los ltimos escritos, pero no veque tales desarrollos tengan la relevancia de aquellos [Apel (1997), p. 258].Por mi parte, creo que Peirce explotar ms y ms el punto de vista comuni-tario as adquirido para extraerle un mayor rendimiento y resolver as losproblemas de la legitimacin del conocimiento y de la fundamentacin en elaqu y ahora de nuestras capacidades racionales.

IV. DE COMUNIDAD A SENTIDO COMN

IV.1.Los fundamentos de la prctica investigadora

En sus ltimas etapas, Peirce perfila una teora a la que conceder cadavez mayor importancia y que identifica como una de las dos consecuenciaslgicas de su entramado semitico-pragmtico junto con la doctrina del rea-lismo de los universales [CP 5.439 y CP 5.453]. Se trata del Sentido Comn


13/19


Crtico (Critical Commonsensism), que tiene los siguientes rasgos distintivossegn el propio autor: a) hay no slo proposiciones indudables, sino tambininferencias indudables, b) la lista de creencias e inferencias permanece prc-ticamente constante en el tiempo, c) slo permanecen indudables en su apli-cacin a un modo primitivo de vida, d) slo reconoce como acrticas lasproposiciones e inferencias vagas, e) asume la duda sistemtica como mtodopara identificarlas, f) somete a crtica permanente a s misma, a la escuela es-cocesa de sentido comn (Reid, en quien se inspira), al psicologismo (que re-pudia), y a la filosofa de Kant (que asume) [CP 5.440-5.452].

Nuestro autor data la generacin de esta doctrina aproximadamentenueve aos antes de la formulacin del pragmaticismo [CP 5.439], refirin-dose a la enunciacin de la mxima pragmtica en 1878. Ello nos retrotrae a1868-69, es decir, a la poca de la publicacin de los artculos Cuestiones so-breciertas facultades atribuidas al hombre y lasAlgunas Consequencias an-teriormente citadas. El objetivo de estos artculos es socavar las bases delfundamentalismo epistemolgico cartesiano basado en criterios de concienciaindividual. La problemtica abordada es, pues, la de la certeza y es aqucuando Peirce introduce por primera vez de forma relevante el concepto Co-munidad como fuente de la que aqulla emana. No cabe duda de que cuandoPeirce se refiere a la primera enunciacin de la doctrina se est remitiendo alas siguientes palabras del comienzo de las Consecuencias:

No podemos empezar con una duda completa. Tenemos que empezar con todoslos prejuicios que de hecho tenemos cuando emprendemos el estudio de la filo-sofa. Estos prejuicios no pueden disiparse mediante una mxima, ya que soncosas que no se nos ocurre que puedan cuestionarse. De ah que este escepti-cismo inicial sea un mero autoengao, y no una duda real, y que nadie que sigael mtodo cartesiano se encuentre nunca satisfecho hasta que formalmente re-cobre todas aquellas creencias que ha abandonado en la forma [...] No preten-damos dudar en la filosofa de aquello de lo que no dudamos en nuestroscorazones [CP 5.265; Peirce (1988), pp. 88-89].

En un principio, la doctrina del Sentido Comn Crtico se plantea comoobjetivo primordial dar razn de las demandas de justificacin de nuestro co-nocimiento. Peirce recurre a la escuela escocesa del sentido comn (en parti-cular a Thomas Reid) contra la desviacin cartesiana que introduce en la

filosofa moderna los parmetros individualistas y subjetivistas de certeza. Sibien Descartes utiliza el cogito para desembarazarse del lastre histrico delcriterio de autoridad de la filosofa medieval yposteriormente procede a re-construir la filosofa desde un punto de vista libre e independiente, este artificiocolocara a la filosofa para Peirce en una perspectiva viciada que contaminarde nominalismo todos los desarrollos posteriores. El recurso al instrumento


14/19


del sentido comn no es para Peirce una vuelta a los cnones medievales, si-no una forma de eliminar el subjetivismo desde un punto de vista moderno yen un entramado de lgica de la ciencia.

Desde mi punto de vista, si Peirce selecciona la doctrina del sentidocomn de entre otras posibles alternativas no subjetivistas de la historia de lafilosofa es ni ms ni menos porque ello implica la extensin del mbito de laComunidad al de los fundamentos del conocimiento. Desde el esquema de laabsoluta falibilidad del conocimiento exigida por una lgica de la investigacinabierta a continua revisin y que slo alcanza la verdad in the long run, Peirceslo puede hacer frente al escptico puntual agarrndose a la validez de los

procedimientos que consiguen la fijacin provisional de la creencia3

en el pro-ceder cientfico, junto con los juicios perceptivos en los que sta se basa o delos que debe dar cuenta4. Pero, qu pasa con el escptico radical, el que dudaincluso de la totalidad de los procedimientos empleados en la logic of inquiry?

Peirce necesita fijar la validez de la lgica en la logica utensdel ser ra-cional, es decir, en el stock de mecanismos inferenciales y de creencias bsi-cas previas a la adopcin del mtodo cientfico (pero necesarias para taladopcin) como baluarte para hacer frente al escptico radical. Y con ellobusca un fundamento ltimo a su entramado filosfico. Esta fijacin la en-cuentra en el mundo de los mecanismos que posibilitan, tambin al escptico,el propio discurso. El basamento slo puede estar en la Comunidad, pero yano entendida como un principio regulador que nos orienta en la tarea de de-purar nuestras creencias sobre la realidad, sino entendida ahora como la base

experiencial, pre-cientfica y pragmtica que aporta un entramado vital al ser cognoscente dotado de plena capacidad inferencial y comunicativa.La nueva funcin asignada por Peirce a la Comunidad (que completa su

rol en el mbito trascendental) hace que este concepto se abra al mbito prc-tico y con ello nuestro autor retorna en parte al pragmatismo tradicional (Ja-mes, Dewey, etc.) del que intenta continuamente diferenciarse. Pues elmbito de la mediacin comunitaria no se detiene en la actividad puramenteintelectiva, sino tambin en las formas de vida compartidas intersubjetiva-mente por los seres racionales y sobre las que cabe esperar entonces racio-nalmenteque pueda llegarse a un acuerdo.

El Sentido Comn Crtico exigir un absoluto criticismo para evitar quepueda validarse lo contingente y accesorio (lo individual). Pero, eso s, uncriticismo desde dentro. Sin salirse de un punto de vista inmanentista o in-

ternalista, Peirce encuentra una perspectiva que le permite fundamentar losmecanismos de resolucin de conflictos entre creencias (tericas y prcticas)sobre presupuestos intersubjetivos. Por otro lado, esta doctrina permite sacara la Comunidad de un mbito puramente regulador y trascendental para ins-taurarlo en un contexto de prctica investigadora, haciendo que juegue un pa-pel en la teora de la investigacin, en el pragmatismo, en la semitica, esdecir, en todos los mbitos ms estrictamente lgicos.


15/19


El Sentido Comn Crtico ayuda a Peirce a resolver un problema teri-co que aparece ya en sus primeros escritos sobre la realidad y para el que in-tentar en varias ocasiones encontrar diferentes soluciones, con mayor omenor fortuna. Se trata de la siguiente cuestin: cmo sabemos que puedehaber para cada problema una convergencia en la opinin de la Comunidad deinvestigadores? en qu se basa nuestra fe en que pueda haber tal convergen-cia si sabemos que, por definicin, nunca la llegaremos a ver materializada?

Peirce optar a partir de 1890 por elaborar una metafsica cosmolgicaevolutiva, en la que el proceso de conformacin del universo ser paralelo aldespliegue de la conducta auto-controlada del ser racional. Defender una

modalidad de idealismo objetivo que considera que la materia es de algnmodo un producto mental en evolucin. Una consecuencia de esta cosmolo-ga evolutiva es que la convergencia en las teoras sobre la realidad se llevara cabo porque ello es una consecuencia lgica del ordenamiento y concrecinde las propias leyes naturales. Ahora bien, no est claro hasta qu punto estapropuesta puede ser satisfactoria para demostrar la necesidad de la conver-gencia, an para el propio Peirce. El Sentido Comn Crtico ser empleadopor Peirce como una manera de hacer plausible la postulada convergencia dela investigacin al basarla en nuestras capacidades compartidas de generar in-ferencias: presupuestas en la comunicacin, insertas en el lenguaje ordinarioy de carcter universal. La Comunidad es ahora entendida no ya como con-cepto objetivo sino como concepto base. El lenguaje del Sentido ComnCrtico es el lenguaje de la logic of inquiry, sin necesidad de que nos salga-

mos de l para postular entidades metafsicas sin una adecuada conexin condicha lgica de la investigacin.

IV.2. Comunidad en el Sentido Comn (crtico)

La filiacin entre la teora de la Comunidad ya esbozada en los prime-ros escritos de Peirce y la teora de Sentido Comn Crtico es patente si com-paramos las caractersticas bsicas de las creencias del sentido comn con lasde la Comunidad tal y como las hemos descrito en la seccin anterior.

Para Peirce, las creencias de sentido comn son las creencias bsicascompartidas intersubjetivamente entre las comunidades de hablantes con ca-pacidades racionales. La lista de creencias prcticamente no vara en eltiempo [CP 5.444] y en el espacio (al concederles un origen natural nopueden ser absolutamente inmutables en ninguna de las dos dimensiones).Esto concuerda con una Comunidad universal, no grupal, de seres racionalesque comparten un stock de creencias. Adems, el sentido comn incluye noslo creencias, sino, y de forma ms importante, las capacidades lgicas delos seres racionales, entendidas como inferencias acrticas [CP 5.440]. Las in-ferencias a las que se hace referencia son la induccin, deduccin e hiptesiso abduccin, los tres tipos de inferencia con los que Peirce es capaz de expli-


16/19


car el proceso del conocimiento. Se trata de la base de logicidad que compar-te la Comunidad y que permite decir al mismo tiempo que la ltima constitu-ye el fundamento de la primera. Creer en la Comunidad como conceptoregulativo es una forma de creer en nuestras capacidades inferenciales com-partidas con el resto de seres racionales.

Por otro lado, las creencias del sentido comn son acrticas en el sen-tido de que uno no puede ir ms all de ellas [CP 5.440]: cualquier crtica ycualquier defensa las presupone. ste es el mismo tipo de argumento de de-fensa utilizado con respecto a la irrebasabilidad del concepto de Comunidad.No se postula, pues, la verdad de estos elementos, dado que se reconoce de

partida la falibilidad de todo nuestro conocimiento. Su carcter acrtico lashace vulnerables a revisin posterior a la vez que les concede un estatus pri-vilegiado en tanto en cuanto no se produzca su sustitucin. Ello es as porquelas creencias de sentido comn proceden de la experiencia colectiva de losseres racionales, algo que haba sido sealado por Peirce como inherente a laComunidad, de la que parte el investigador en su actividad cientfica. Ade-ms, se inscriben en una forma de vida primitiva [CP 5.445], entendida porPeirce como el trasfondo experiencial necesario para la existencia de comu-nicacin intersubjetiva, como el pozo semntico relacionado con la vida yque constituye el referente emprico y conductual de nuestro universo, encar-nado en el lenguaje ordinario.

Si la Comunidad aparece como un presupuesto o idea reguladora, lascreencias de sentido comn suponen la traslacin de la Comunidad a un pla-

no fctico y natural. Ahora bien, su papel es tambin de ndole constitutivao de concepto lmite puesto que la eficacia de tales creencias est condicio-nada a una enunciacin o formulacin vaga [CP 5.446], infalsificable e in-concreta, en un sentido totalmente opuesto al de los enunciados e hiptesiscientficas, caracterizados por su precisin y sujetos a criterios exigentes deconfirmabilidad. Por ltimo, el Sentido Comn Crtico exige la duda sistem-tica como mtodo [CP 5.451] para expurgar de todo resquicio subjetivo y arbi-trario a estas creencias de tal modo que permita la identificacin slo deaquellas creencias que reflejen autnticamente los presupuestos de lo intersub-jetivo. Esto es una forma de decir que emplea la crtica como mtodo para de-terminar lo que haya de real en tales creencias.

Las creencias de sentido comn son, de acuerdo con la doctrina de Peirce,de carcter natural, no-cientfico y de ndole teortico-prctica [Carnicer (2005)

y Carnicer (2003), pp. 212-39]. Ello sita esta doctrina peirceana como unmtodo para la determinacin de los fundamentos racionales del investigadory como un mtodo asimismo para determinar los presupuestos universales enlos mbitos terico y prctico.

Peirce ser consciente del carcter programtico de los textos en los queexpone la doctrina del Sentido Comn Crtico, en un contexto de bsquedasucesiva de reelaboracin y articulacin de sus sucesivos descubrimientos.


17/19


Cuando al final de su obra filosfica vuelve una y otra vez con esta doctrina,lo que intenta es presentar las lneas maestras de una forma de pensar en laque l se reconoce (conectndola con el resto de sus hallazgos, incluso conlos de primera hora) y que quiere explicitar para que nuevos investigadores laadopten como su propio punto de vista y contribuyan a su vez al avance de lainvestigacin.

V. CONCLUSIONES FINALES

La filosofa de Peirce es una filosofa de futuro, que postula un universoabierto en el que se despliega el auto-control, el cual se concreta y materiali-za en su propio y continuo desarrollo. El ser racional auto-controlado utilizaunos parmetros y unos mtodos que se muestran susceptibles de descubri-miento y mejora y que son los que ayudan a distinguir lo correcto de lo inco-rrecto en una conducta orientada al objetivo general del incremento de lalogicidad y del propio auto-control. Ahora bien, es necesario asumir quenuestros procedimientos en su conjunto, nuestro sistema intelectual, nues-tra capacidad lgica, es irrebasable y que no existe ningn lugar privilegiadodesde el que proclamar o demostrar tal irrebasabilidad. Descubrimos qusea la racionalidad, pero no estamos obligados a demostrar que haya queser racionales. Nos comportamos como seres racionales siendo nosotrosmismos y si pretendiramos obrar de otro modo estaramos negando nuestra

propia naturaleza y cometeramos un error tanto en el mbito terico como enel prctico. En el terico, porque no llegaremos a poder argumentar sin antescaer en contradiccin (puesto que habremos de usar para ello la misma lgicaque fingimos negar). En el terreno prctico, porque si nos negamos a actuarcomo seres racionales, traicionamos el modo de comportamiento al que estorientado el ser dotado de razn, consistente en el compromiso con la Comu-nidad de dilogo e investigacin, los ideales de auto-renuncia y de aportacinpermanente y recproca al acervo comunitario. Se trata, en suma, de una justi-ficacin de la racionalidad sobre bases pragmticas.

La Comunidad de investigadores nos marca el punto de referencia y elfundamento del ser racional entendido como ser investigador a la vez que nosproporciona el mtodo a seguir para andar por el camino ya presupuesto ennuestra propia capacidad lgica y argumentativa. Nos da en este sentido el

punto final. Por otro lado, el sentido comn o comunitario nos hacer ver lanaturaleza propia de la conducta, as como sus lmites y la necesidad de unpunto de partida irrebasable como seres dotados de una lgica prctica u or-dinaria. Nos da tambin por tanto el punto de partida. En ambos casos el pre-supuesto de una Comunidad epistemolgica y prctica de carcter universales evidente.


18/19


Con todo lo dicho, el concepto Comunidad nos sirve de puente entre losmbitos de la filosofa teortico-epistemolgica y la filosofa prctica. La ca-pacidad lgica del individuo es inseparable de unas bases intersubjetivas enlos mbitos de la comunicacin y de la actuacin. El ser lgico habr decomportarse de cierta manera si quiere ser propiamente lgico. Pero, a suvez, la logicidad del individuo le ayudar a alcanzar la solucin para las cues-tiones prcticas facilitndole un mbito discursivo suficientemente depuradodesde el que abordarlas.

Adems, y esto va un poco ms all de la letra peirceana, postular unaComunidad universal como punto ms alto y como anclaje de la filosofa im-

plica asumir como valor sustancial y como actividad mximamente racionalel mbito de la cooperacin. Es imposible concebir una Comunidad en sen-tido peirceano sin concebir a la vez que los individuos pertenecientes a ellarealizan sus aportaciones libremente y motivados por la bsqueda del biencomn. El mismo concepto peirceano de realidad entendido como lo inter-subjetivo, alcanzable colectivamente a largo plazo, presupuesto lgico y co-municativo y punto trascendental (anclado en nuestras creencias de sentidocomn y legitimado en todo nuestro discurso de hecho, en el aqu y el aho-ra), exige la renuncia a lo privado y accesorio en beneficio de lo comn, en-tendido como lo universal.

Slo desde el Sentido Comn Crtico puede entenderse adecuadamenteel rol que la Comunidad ocupa en la filosofa de Peirce, lo que no ha sidonormalmente tenido en cuenta por parte de la tradicin peirceana. Esta doc-

trina, cabe interpretar, es una explicitacin y aclaracin de los supuestos queoperaban en Peirce desde sus primeras reflexiones filosficas.Por ltimo, atendamos a la problemtica con la que se abra este traba-

jo. Es posible hablar de categoras universales sobre bases pragmticas?Desde la perspectiva peirceana s es posible y ofrece en este sentido toda unafilosofa que explica la estructura de la razn y la praxis racional. Aunque nopodamos decir de una Comunidad pragmtica tal que su existencia sea ver-dadera ni tampoco aportar demostraciones empricas (pues todo se apoya enella) y mucho menos apriorsticas, se muestra como fundamento ltimo denuestra capacidad lgico-discursiva y comunicativa.

Todo lenguaje particularista o patriota tiene un alcance limitado, puesla propia lgica de la razn y la comunicacin humana presupone una apertu-ra a una Comunidad de investigacin indefinida, abierta y orientada al futuro.

c/ Msico Hiplito Martnez 16E-46020 Valencia (Espaa)E-mail: [email protected]


19/19


NOTAS

1 Karl Otto Apel ha dividido en cuatro etapas la obra de nuestro autor [Apel(1997)]. Estas etapas se corresponden con las que aqu se distinguen.

2Los textos de Peirce se citan, como es habitual, con las iniciales de la fuenteseguidas del nmero de prrafo. En el caso de los Collected Papers(siglas CP) estenmero corresponde en primer lugar el nmero de volumen seguido de un punto y elnmero de prrafo dentro de dicho volumen. Para la traduccin al castellano se indicala edicin de Jos Vericat (editor) [Peirce (1988)]. En defecto de tal indicacin, latraduccin ha de entenderse quees ma.

3Estos procedimientos estarn fundamentados por Peirce en un modelo sgnico-

inferencial de los procesos mentales y sern explicados por una teora de la investiga-cin cientfica. Precisarn para ello del sustento de una Comunidad de investigaciny de interpretacin.

4Peirce interpreta el fenmeno perceptivo sobre la base de un modelo de realismoepistmico: percibimos realmente el objeto, pero siempre en forma de creencia. Lacreencia perceptiva es acrtica, aunque sujeta a revisin pblica. Nuevamente laComunidad es fuente ltima de validez.

REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

APEL, K.O. (1985),La Transformacin de la Filosofa, traduccin de Adela Cortina,Joaqun Chamorro y Jess Conill, 2 vols., Madrid, Taurus (Transformation derPhilosophie, 2 vols., Frankfurt, Suhrkamp, 1973).

(1997), El camino del pensamiento de Charles S. Peirce, traduccin de IgnacioOlmos y Gonzalo del Puerto, Madrid, Visor. (Der Denkweg von Charles S.Peirce, Eine Einfhrung in der amerikanishen Pragmatismus,

Frankfurt,Suhrkamp, 1976)

CARNICER SOSPEDRA, D. (2003), Comunidad y Cooperacin en Charles Sanders Peirce.Lectura tica del Sentido Comn Crtico, (tesis doctoral), Valencia, Universidadde Valencia.

(2005), Puede el sentido comn ser crtico? Investigando las creencias bsicas enPeirce,Informacin Filosfica, vol. II, n 1, Roma.

PEIRCE, C.S. (1931-1958), Collected Papers, Hartshorne, C., Weiss P., y Burks A. W.(eds.), 8 vols, Cambridge, Massachusetts, Harvard University Press.

(1988), El hombre, un signo (El pragmatismo de Peirce)edicin y traduccin deJos Vericat, Barcelona, Crtica.

dialnet-investigadoresopatriotas-1172254.pdf

Documents