civilisacion andina b

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA- FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL 2015-1 ÍNDICE I. ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN ANDINA...........................2 II. LOS ORÍGENES DEL ESTADO PERUANO...............................3 A. Antecedentes históricos.....................................3 B. Una estructura arcaica y precapitalista.....................4 C. La Colonia y sus instituciones..............................6 D. El proceso emancipador......................................7 La inexistencia de un Estado-Nación, una burguesía, una ideología, un ordenamiento jurídico capitalista...............8 III. Tradiciones que nos equilibran como andinos................10 IV. ANÁLISIS:.................................................. 12 V. CONCLUSIONES:............................................13 VI. RECOMENDACIONES:........................................... 14 VII. BIBLIOGRAFÍA:.............................................. 15 Informe Nº 2 de Geografía y Realidad Nacional Página 1

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objetos dentro de ella, mostrándose la configuración de las líneas de corriente. Observación del flujo uniforme y la superposición de flujos con la interacción de fuentes y sumideros simulando

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERA- FACULTAD DE INGENIERA CIVIL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERA- FACULTAD DE INGENIERA CIVIL 2015-1

NDICE

2I.ORGENES DE LA CIVILIZACIN ANDINA

3II.LOS ORGENES DEL ESTADO PERUANO.

3A.Antecedentes histricos

4B.Una estructura arcaica y precapitalista

6C.La Colonia y sus instituciones

7D.El proceso emancipador

8La inexistencia de un Estado-Nacin, una burguesa, una ideologa, un ordenamiento jurdico capitalista

10III.Tradiciones que nos equilibran como andinos

12IV.ANLISIS:

13V. CONCLUSIONES:

14VI.RECOMENDACIONES:

15VII.BIBLIOGRAFA:

I. ORGENES DE LA CIVILIZACIN ANDINA

Hasta hace algunas dcadas atrs, pareca existir cierto consenso entre los investigadores acerca de los orgenes de la Civilizacin Andina, ubicndola en las pocas del surgimiento y esplendor del Estado Chavn alrededor de 1,000 aos antes de la era cristiana. Como se sabe, la gran capital de Chavn estuvo ubicada en los territorios del actual Departamento peruano de Ancash, en la sierra central del Pacfico suramericano. Sin embargo, a fines de la dcada de 1980, con las evidencias de los trabajos que se haban adelantado en ese tiempo, algunos arquelogos ya cuestionaban la antigedad de los orgenes de la Civilizacin Andina sealando, en contraposicin a la corriente tradicional existente en aquella poca, que deba remontarse por lo menos a 2,000 aos antes del apogeo de Chavn.Pero no sera sino hasta mediados de la dcada de 1990 en que los trabajos arqueolgicos realizados por Ruth Shady Sols y su equipo en la zona norte del actual Departamento de Lima empezaran a arrojar importantes evidencias que apuntaron a demostrar un hecho que cambiara los anteriores conceptos de la arqueologa andina. As, los resultados de dichas investigaciones empezaron a sacar a la luz que 5,000 aos atrs, y gracias al activo intercambio comercial impulsado por las distintas nacionalidades ya conformadas no slo en esta parte de la costa del Departamento de Lima sino tambin en los valles interandinos de la zona contigua, se habra dado nacimiento a la Civilizacin Andina con el esplendor y alto desarrollo alcanzados en la zona del valle de Supe, un poco ms al norte de la mtica zona costera de Vgueta distante a menos de 200 kilmetros al norte de la actual Ciudad de Lima Metropolitana.Con el apogeo de los distintos ncleos sociales asentados en esta zona, destacando especialmente el impresionante desarrollo urbanstico de la denominada Ciudad Sagrada de Caral, se puede observar ntidamente la primera gran conformacin estatal de la que se tenga registro en el mbito andino y se convierte al mismo tiempo en una de las primeras manifestaciones del inicio de la civilizacin no slo a nivel andino sino incluso a nivel mundial. II. LOS ORGENES DEL ESTADO PERUANO.

A. Antecedentes histricos

En el siglo XVI comenz la conquista de lo que hoy se conoce como Per. Aquel acontecimiento nos produjo un profundo dolor: la cruel conquista, el fin del Estado inca, la catstrofe demogrfica y econmica, el culto andino perseguido como idolatra, por el fundamentalismo cristiano que lleg a nuestras tierras americanas para sacralizar y sacramentar la raza superior, la religin superior.

La espada y la cruz fueron los smbolos de esta santa alianza, la misma que produjo la catstrofe en nuestras tierras. Algunos tericos sostendrn lo contrario. Sobre las ruinas de una cultura se impuso a sangre y fuego otra que tena como smbolo mayor la cruz que an hoy cargamos como una carga muy pesada. Nos referimos a nuestros males sociales, polticos, econmicos, en fin, estructurales. Signific el inicio de nuestra peregrinacin por el mundo de Occidente. Esta peregrinacin, encuentro, choque de dos culturas, esta tragedia, genocidio, ha sido sin duda traumtica. B. Una estructura arcaica y precapitalista

El Per existe desde el siglo XVI. Nace con una catstrofe, nace con el hundimiento del mundo organizado de los Incas. Es un final apocalptico para el nico caso de Estado que se edific no slo en los Andes sino en Amrica del Sur. Este Estado delimitaba por el norte con Pasto, en la actual Colombia; por el sur con el norte de Chile, toda la actual Bolivia, el norte de Argentina; por el este la Amazona y, finalmente, por el oeste con el ocano Pacfico.

Los Incas no eran todava peruanos, aunque mucho de lo andino sea herencia de nuestros tiempos. Somos una civilizacin interrumpida dira Octavio Paz. El mundo precolombino se transform. La organizacin social inca revela no tanto un imperio unido, sino una etnia real cuzquea enlazada a diversas jefaturas tnicas regionales por una serie de nexos econmicos y polticos, entre los cuales habra que resaltar el de la relacin de parentesco, la poligamia seorial.

El sistema se revela eficaz y a la vez frgil. Sabemos que las huancas del valle del Mantaro se pusieron de acuerdo con Gonzalo Pizarro para terminar de aniquilar el poder de los cuzqueos, en 1533, cuando todava ejrcitos Incas enteros seguan peleando contra los invasores.

Diversos males corroan el edificio social inca, acaso el ms grave era la lucha por la sucesin que desencadenaba la muerte de cada inca. A la llegada de los espaoles el imperio inca se debata en una cruenta guerra civil por la sucesin. Por eso, parte del aparato de poder y tambin parte del pueblo se sumaron al nuevo orden. Huscar era el prisionero de Atahualpa quien a su vez lo era de Pizarro. Y mientras el ejrcito imperial, o huascarista controlaba el Cuzco, las ciudades menores y los caminos, los curacas, es decir, el poder local, corrieron a Cajamarca a pedir ayuda a los extranjeros, y as Pizarro consigue el apoyo de los caaris y de los chachapoyas, entre otras etnias, quienes le proporcionaron vveres, cargadores y tropas de apoyo.

La identidad india, entendida en parte como apego a los ritos y a las costumbres ancestrales, vino despus en la situacin colonial de servidumbre bajo el impacto de las dolorosas transformaciones (minas, haciendas, reducciones). En el desgraciado cautiverio colonial, la identidad india va a crecer como conciencia desdichada y a la vez esperanzada. Guerra de las huacas, de las danzas y los mitos el Taqui Onkoy, rebelin de cantos y preparativos para una expulsin de los blancos y de sus dioses, fue la primera de una serie de manifestaciones de respuesta indgena a la dominacin colonial. Algunas manifestaciones fueron violentas, otras ms sordas y sutiles pero que van a constituir la historia de la cultura indgena en los das coloniales y contemporneos. Ni aniquilada ni vencedora la indianidad permaneci no sin cambios, no sin occidentalizacin. Su mayor victoria fue persistir. Una expresin de esta afirmacin ha sido la defensa de su lengua el quechua y el aymara y su cultura. C. La Colonia y sus instituciones

El colonato, como dicen en Espaa, el coloniaje, como preferimos decirlo nosotros, desde finales del siglo XVI seala la manera cmo los espaoles se instalaron en Amrica, el particular inters de los conquistadores por indios de servicio, la organizacin social semifeudal de los beneficios, la encomienda, los favores, la composicin de tierras, la hacienda colonial, la mita y la minka. Pero todo eso era economa colonial. Es decir, un nivel de la realidad sin duda decisivo, pero no toda la realidad. La era virreinal incluy tambin a los corregidores y alcaldes mayores, la Casa de Contratacin en el puerto de Sevilla y el Consejo de Indias en Madrid, una red de instituciones tanto peninsulares como locales, el Virrey y las Audiencias, y tambin, alguaciles, mayorazgos y gentilhombres de Cmara. El concepto de coloniaje pone el acento, acaso con exceso, en los aspectos de la explotacin, algunos tan abyectos como la esclavitud; pero la experiencia del siglo XX, el lento pero necesario crecimiento de nuestras instituciones polticas nos hace desconfiar de una interpretacin slo economicista. La conquista incorpor a Per al imperio colonial espaol en formacin. Ese imperio se form explosivamente en menos de 50 aos: 1492-1532, entre los viajes de Coln y la empresa de Pizarro. Ese perodo corresponde a dos reinados en Espaa. El virreinato del Per fue creado en 1542. Su primer virrey, Nez de Vela, fue asesinado por los pizarristas en la batalla de Aaquito. El ltimo fue don Jos de la Serna derrotado por los criollos en Ayacucho (1824). Entre 1542-1824 hubo 40 virreyes en el Per.

D. El proceso emancipador

Para los andinos y amaznicos el coloniaje haba sido insoportable durante todo el tiempo desde el siglo XVI en adelante. Por eso su proceso de independencia (frustrado), su movimiento de liberacin, fue continuo y arranc desde Manco Inca a lo largo de todos los siglos XVII y XVIII hasta Santos Atahualpa y Tpac Amaru. Para los criollos no fue as.

Ellos estuvieron largo tiempo con el rgimen colonial; formaron parte de la casta dominante, aunque los mejores puestos, los mejor remunerados, los mejores privilegios siempre fueron para los peninsulares, a los criollos en ese sentido siempre se les discrimin, estaban. El siglo XVII fue el siglo criollo, fue el siglo de los hacendados, de los latifundios, de los propietarios de tierra. Ellos gozaban de las haciendas, tambin gozaban de las encomiendas y eran nombrados corregidores por la corona espaola. Tenan la universidad en sus manos, as como colocaciones en la Iglesia y la administracin pblica.

Se tiene que tener presente que en esta etapa el Per controlaba todo el comercio de Suramrica, el virreinato comprenda casi todos los pases que antiguamente haban formado el imperio Inca; todo ello beneficiaba econmicamente al Per y, por consiguiente, tambin a los criollos quienes eran parte del grupo dominante. Espaa tuvo que hacer frente a las incursiones de corsarios, traficantes, contrabandistas de otros pases quienes le disputaban el monopolio de su mercado americano.

El proyecto monrquico de San Martn y de una parte importante de la aristocracia criolla fue la expresin ms concreta del carcter contrarrevolucionario de la independencia. Sin embargo, la oposicin de los criollos, de provincias perteneciente a los estratos medios, fue lo suficientemente fuerte como para que se desistiera de dicho intento. Ms an cuando las autoridades espaolas no les prestaron su apoyo.

La bsqueda de un acuerdo con las autoridades espaolas, a fin de encontrar la paz que asegurara una solucin de continuidad poltica, y el manifiesto rechazo a desarrollar una masiva movilizacin popular son las explicaciones de la indecisin blica y de la incapacidad de un triunfo militar de San Martn y de los aristcratas limeos sobre los espaoles.

Esto explicara el porqu, entre otras razones, San Martn cedera la posta al Libertador del Norte en su encuentro en Guayaquil. No hay que olvidar que los dos lderes continentales diferan en la forma de gobierno para las naciones liberadas; para San Martn era el monrquico y para Bolvar el republicano. Los seguidores de San Martn no se retiraran del escenario, ello explicara su posterior ruptura con Bolvar.

La accin de Bolvar con sus tropas y oficiales provenientes de la Gran Colombia y el retiro de San Martn rompieron aquel delicado equilibrio poltico-militar decidiendo la suerte de la Amrica del Sur con los decisivos triunfos de Junn y Ayacucho, en 1824. El triunfo militar de Bolvar signific un serio conflicto con la aristocracia criolla, por su demostrada ambivalencia y complicidad con los espaoles.

La inexistencia de un Estado-Nacin, una burguesa, una ideologa, un ordenamiento jurdico capitalista

A partir del proceso libertario del coloniaje espaol se produce la expansin de las actividades financiero-comerciales y la actividad manufacturera. Se hicieron importantes inversiones extranjeras principalmente por parte de Francia e Inglaterra. Estos pases haban ayudado en el proceso libertario y con ellos se produjo nuestro primer endeudamiento histrico. Las inversiones que realizaron se llevaron a cabo en las actividades de exportacin; se produjeron cambios importantes que van a incidir de manera fundamental en el surgimiento de las relaciones capitalistas de produccin.

Son de destacar los importantes procesos de concentracin de la propiedad de los principales productos de exportacin producidos por las inversiones extranjeras. Los pequeos y medianos mineros del centro son desplazados por la llegada de dos grandes compaas extranjeras: La Backus y Johnston (1896, inglesa) y la Cerro de Pasco Mining Company (norteamericana, 1901). Ambas concentraron el grueso de la produccin minera para la exportacin hasta 1919, fecha en que la primera es absorbida por la segunda. La International Petroleum Company (I.P.Co., norteamericana), que desplaza a los capitales ingleses en la explotacin del petrleo (1913), opera 568 pozos petrolferos de los 703 en actividad en 1914. La produccin es destinada, fundamentalmente, al mercado externo. De este modo la implantacin de estas grandes unidades empresariales no produjo transformaciones importantes en la estructura econmico-social, ms all de los espacios en los que se encontraban.

Diversos estudios sobre el tema muestran que esta modalidad de implantacin del capitalismo reproduce y mantiene la heterogeneidad estructural y extensas regiones del pas bajo el predominio de la hacienda semifeudal.

Maritegui con relacin a esto dijo: La clase terrateniente no ha logrado transformarse en una burguesa capitalista, patrona de la economa nacional. La minera, el comercio, los transportes se encuentran en manos del capital extranjero. Los latifundistas se han contentado con servir de intermediarios a ste, en la produccin de algodn y azcar. Este sistema econmico ha mantenido en la agricultura, una organizacin semifeudal que constituye el ms pesado lastre del desarrollo del pas.

El Estado-Nacin centralista luego del proceso libertario, propio de la modernidad, no ha nacido todava. En esta parte del mundo sobrevive un viejo dinosaurio histrico-poltico lo que ha impedido, sin lugar a dudas, la constitucin de una burguesa nacional, de una organizacin poltica independiente de los centros hegemnicos, de un autntico Estado-Nacin, y en consecuencia ha inviabilizado una revolucin burguesa con miras a enfrentar los retos de la modernidad.

sta es una tragedia para nuestro pueblo. Hemos llegado tarde a la historia, somos herederos en una primera poca (luego del proceso de independencia) del coloniaje espaol, despus del francs e ingls, y ahora norteamericano. III. Tradiciones que nos equilibran como andinosEscribe: Rolando Waldo Gmez Poma | Opinin - 08 feb 2015

Cuando el indio comprendi que el blanco no era sino un insaciable explotador, se encerr en s mismo. Aislse espiritualmente, y el recinto de su alma en cinco siglos estuvo libre del contacto corruptor de la nueva cultura. Mantvose silencioso, hiertico cual una esfinge. Se hizo maestro en el arte de disimular, de fingir, de ocultar la verdadera intencin. A esta actitud defensiva, a esta estrategia del dominado, a este mimetismo conservador de la vida, llamronle la hipocresa india. La raza, gracias a ella, protege su vitalidad, guarda intacto el tesoro de su espritu, preserva su YO (Tempestad en los Andes; Luis Valcrcel). La suntuosa entrada de khapos, es en s la coartada perfecta para desarrollar una teora epistmica de la cosmovisin andina, nos hace pensar en la forma cmo se identificaban nuestros ancestros nativos andinos respecto a la ciencia y el conocimiento de la realidad. Parece que furamos herederos de una cultura vaga y rstica, creo que no nos enorgullecemos de esta actitud para con los seres naturales y el medio ambiente que nos rodea, pero esa es la nica aproximacin histrica que tenemos; podemos decir sin temor a equivocarnos que, a falta de escritura de nuestros ancestros andinos (indebidamente motejados como indios, porque los colonizadores creyeron haber llegado a las famosas Indias, pas mitolgico de Marco Polo), la tradicin del pago a la tierra es un inicio de la filosofa nativa.

La interpretacin de los cronistas hispanos (o de raz hispana en primera lnea), no nos enorgullece casi en nada en sus memorias; al contrario, nos hace ver que somos legatarios de una cultura salvaje y rudimentaria. De todas las lecturas dejadas por Guamn Poma de Ayala, Inca Garcilazo de la Vega, el cura cobos, entre otros, no hay orgullo que mostrar, salvo la naturaleza que nos rodea, porque estos cronistas redactaron sus periplos con una visin occidental, entendiendo que ellos son parte de una cultura superior y razonando negativamente que los nativos andinos (personas que habitaron anteriormente estas ubrrimas tierras y se contaban poblaciones a cada paso y que, posteriormente, fueron diezmados por los hispanos) eran salvajes, insensibles e incluso que no tenan sangre; y en fin, que eran cosas sin alma, y por lo tanto, hasta el clero aport su conocimiento para erradicar a los conquistados y enajenar la mente de los pobladores andinos.

Con mucho orgullo e hidalgua estamos volviendo nuestros ojos hacia ese pasado milenario histrico, donde el andino logr dominar la naturaleza de manera equilibrada. Sus construcciones nos demuestran que fueron personas de otra dimensin, teniendo como eje fundamental a la rueda (no como modelo de locomocin, sino como deidad) para motivarse; lograron una alta calidad en los objetos artesanales e inclusive fundieron metales especficamente para actos rituales. Al parecer no fueron ambiciosos ni mezquinos, pues buscaban la equidad y el equilibrio con la naturaleza.Es loable tener investigadores sobre la vida de nuestros ancestros nativos andinos, pero ellos solamente se guan de vestigios, de la herencia guardada por nuestros antepasados, porque el nativo andino supo cuidarse de los arrebatos criminales de la santa inquisicin, al parecer nunca habl ms de lo necesario, siempre evadi las interrogantes de los hispanos e incluso los mensajeros clericales; se hizo un artista en las evasivas y siempre mantuvo inclume su secreto. Entonces nuestros antepasados dejaron su legado en cuentos, mitos, leyendas y tradiciones. Esa tradicin que nuestros yatiris, paccos o chamanes practican a diario, no importa la festividad patronal establecida en el calendario litrgico. Es ms, estos portadores de la herencia cultural lograron sincretizar este conocimiento ancestral precolombino con lo instituido por la iglesia, que a golpe y sacrificio humano logr impulsar su prdica (salvo huestes clericales realmente humanitarias, aunque son escasos; el clero en el dominio hispano fue un instrumento de genocidio y no de salvacin).

En este paraninfo de inequidades y soslayos ladinos y conservacionistas, surgen las nuevas formas de interpretacin de la realidad, emergen las mscaras (cual expertos teatreros romanos, que deleitaban a sus amos con msica, sorna y maniquea expresin), los movimientos corporales, y se masifican las danzas mestizas andinas, donde hacen de bufn al hispano dominante y ridiculizan sus actitudes, se ponen de manifiesto las ahora conocidas danzas de trajes de luces, donde el anchancho es el mismsimo Satans, donde el esclavizador con movimientos grotescos es remedado en las danzas negroides, donde la lucha del bien sobre el mal se hace ms patente, siendo el ganador el ngel sobre el demonio, aunque indudablemente el demonio hace su reverencia a la nueva patronal. Emergen las expresiones astutas, satricas, hierticas del nativo andino; mientras los amos se deleitan con la presentacin teatral, los nativos de cuarta generacin logran un triunfo en su identidad cultural, fueron aos de tensin filosfica, sin que tenga que haber sacrificio humano, no hubo Juana de Arcos u otro libre pensador asesinado en la hoguera, pero se perenniz la herencia cultural andina, que hoy nosotros conocemos como baile de trajes de luces. Sus propios movimientos y personajes inciden en la revaloracin cultural.

Epistmicamente, el nativo andino nunca tuvo amigos hispanos, su nico amigo fue su silencio, su mirada taciturna pero de rpida asimilacin, imitacin y superacin; su animal de carga, esa llama que acompa a sus antepasados era su inseparable amigo, porque lo aliviaba; nosotros los herederos andinos, nunca renunciamos a nuestra alma (entendido como tradicin cultural ancestral, pago a la tierra, challa, apoyo mutuo) por ello. La declaracin como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco de la festividad patronal Virgen de la Candelaria es un reconocimiento implcito a la Pachamama, ello implica la cosmovisin andina y las complejidades propias de una ciencia por descifrar.

Nosotros y nosotras, somos herederos de una raz milenaria andina; celebramos rituales a la naturaleza que nos prodiga de todo lo que necesitamos para vivir, coexistimos con la modernidad, luchamos contra la colonialidad, siempre buscamos la armona con nuestra naturaleza, nos sentimos orgullosos de nuestras danzas nativas con sus peculiaridades y potencialidades, entendemos mnimamente sus mensajes -que son nuestra realidad-, estamos obligados a superar nuestras divergencias y coexistir con los elementos modernos que nos otorga esta aldea global. Creo que no nos sentimos orgullosos con las actitudes crematsticas de los ahora invasores del Titicaca Uros, que esquilman a los visitantes que quieren ver cultura viva, esa actitud no es propia de la identidad andina, porque somos una cultura colaborativa y de tendencia socialista por definicin propia de nuestras races. Entonces hay hermanos muchsimo que hacer (Csar Vallejo) y nosotros somos los nominados para revalorar cultura y dejar de lado la incultura.

IV. ANLISIS:

Acua Asenjo, Carlos:

Acua Estrada, Christian:

Almeida Roon, Christian:

Contreras Quispe, Darwin:

Zarate Ponce, Jhon:

V. CONCLUSIONES:

Acua Asenjo, Carlos:

Acua Estrada, Christian:

Almeida Roon, Christian:

Contreras Quispe, Darwin:

Zarate Ponce, Jhon:

VI. RECOMENDACIONES:

Acua Asenjo, Carlos:

Acua Estrada, Christian:

Almeida Roon, Christian:

Contreras Quispe, Darwin:

Zarate Ponce, Jhon:

VII. BIBLIOGRAFA:

1. http://peruroutes.com/peru_conquista.htm2. http://www.losandes.com.pe/Opinion/20150208/85947.html3. http://www.iai.spk-berlin.de/fileadmin/dokumentenbibliothek/Indiana/Indiana_15/IND_15_Bischof4. http://anthony-elvirreynato-anthony.blogspot.com/5. http://www.alberdi.de/GestyRostKauffnn0610.pdf6. http://www.comunidadandina.org/bda/docs/pe-ca-0046.pdfInforme N 2 de Geografa y Realidad Nacional Pgina 8