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Filo. y Lingüí. 10(2): 101-110,1984. YOUNG GOODMAN BROWN, DE NATHANIEL HAWTHORNE: UNA APROXIMACION A SUS CLAVES El autor Nathan iel Hawthorne constituye una de las fi- guras más representativas de la narrativa norteame- ricana en el siglo pasado. Esta condición encuentra su fundamento tanto en la influencia que su obra ha ejercido en las generaciones posteriores de la literatura estadounidense, como en la atracción que su figura despertara en escritores de la talla de Melville, Poe y Henry [ames. El año de su nacimiento, 1804, y Salem (Massa- chusetts), su lugar de origen, representan dos ele- mentos claves en la vida y en la trayectoria literaria de Hawthorne. En lo que respecta al primero, por el hecho de que tal fecha lo sitúa como coetáneo de Emerson (n. 1803), Longfellow (n. 1807) y Thoreau (n. 1817), nombres que están compren- didos en la generación que hubo de definir los per- files ideológico y literario del pa ís del norte en el siglo XIX. En cuanto al lugar, dado que Salem -centro del puritanismo del siglo XVII- consti- tuía por entonces un pueblo cuyo tenebroso pasa- do de brujas, exorcismos y hogueras expiatorias, determinaba mu chos aspectos de la vida de sus ha- bitantes. Refiriéndose a la influencia que Salern, cuna de sus antepasados, ejerció en su vida, escri be Hawthorne en la Introducci6n a The Scarlet Letter [La letra escarlata] : "Esta conexi6n prolongada de la familia con un solo sitio, como su lugar de nacimiento y entierro, crea cierto paren- tesco entre el ser humano y su tierra, completamente in- dependiente de cualquier atractivo del panorama o de las circunstancias morales que le rodean. No es amor, sino instinto (... ) ... este apego extraño, indolente, triste, por mi ciudad natal, fue principalmente lo que me condujo a llenar un lugar en el edificio de ladrillo del Tfo Sam, cuando pude haber optado por irme a algún otro lugar. Mi condena cara sobre mi cabeza. No era la primera vez, ni la segunda que me hab Ia ido (... ) y sin embargo, regresaba, como la moneda falsa; o como si Salem fuera para mf el centro inevitable del universo" (1). La totalidad de sus biógrafos destaca el hecho de que desde sus primeros años, Hawthorne mos- tró una naturaleza sol itaria y retraida, caracte- rísticas éstas que habrían de ir acentuándose con el correr del tiempo y que el propio escritor reitera- damente reconociera. Mafalda Bertoglia R. Ya en su época de estudiante del Bowdoin Co- Ilege, comienza Hawthorne a dar muestras de su vocación de escritor y a sentir el deseo, común a muchos poetas y prosistas de ese tiempo, de crear una literatura que pudiese equipararse a la inglesa. En una carta de esos años -hoy perdida, pero transcrita por su biógrafo Van Doren- escribía el joven Hawthorne a su madre: "No quiero ser doctor y vivir de las enfermedades de los hombres, ni m in istro y vivir de sus pecados, ni abogado y vivir de sus querellas, asf que no veo que me quede otra cosa que ser escritor. ¿Te agradarfa ver algún dfa un estan- te completo, lleno de los libros escritos por tu hijo con la leyenda Obras de Ha wth orn e, imprensa en sus lo- mos? " (2). Al poco tiempo de abandonar Bowdoin College, Hawthorne publica anónimamente su primera no- vela: Fanshawe (1828), muchos de cuyos ejempla- res fueron inmediatamente recogidos y destruidos por el autor. A pesar de ello, es ésta la época en la que comienza a publicar, con diferentes pseudóni- mas, cuentos en revistas como Token, Sarqent's New Monthly Magazine, Democratic Review y Sa- lem Gazette. Su inclinación por el cuanto la expli- ca N.H. Pearson, uno de sus mejores biógrafos, so- bre la base de que este género era el único acepta- do por las revistas que le aportaban al escritor su sustento. El mismo Pearson hace notar el hecho de que esta obligada restricción impuesta por la pren- sa norteamericana fue a la postre decisiva para el desarrollo que el cuento alcanzó en Estados Unidos durante el pasado siglo (3) En 1837 se publica, esta vez bajo el nombre de su autor, Twice Told Tales [Historias dos veces contadas], colección que incluye algunos de los cuentos aparecidos en las revistas ya citadas. A esta primera edición siguió otra, aparecida cuatro años más tarde (1842), que ampliaba el número de rela- tos contenidos. En Twice Told Tales aparecen cuentos como Young Goodman Brown [ El joven Goodman Brown] , Rappaccint's Daugh ter [La hi- ja deRappaccini], The Maypole ofMerry Mount [ El palo de mayo de Merry Mount], Ethan Brand, The Birthmark [La marca de nacimiento] y otros, que han pasado a constituir los relatos más repre-

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Filo. y Lingüí. 10(2): 101-110,1984.

YOUNG GOODMAN BROWN, DE NATHANIEL HAWTHORNE:UNA APROXIMACION A SUS CLAVES

El autor

Nathan iel Hawthorne constituye una de las fi-guras más representativas de la narrativa norteame-ricana en el siglo pasado. Esta condición encuentrasu fundamento tanto en la influencia que su obraha ejercido en las generaciones posteriores de laliteratura estadounidense, como en la atracciónque su figura despertara en escritores de la talla deMelville, Poe y Henry [ames.

El año de su nacimiento, 1804, y Salem (Massa-chusetts), su lugar de origen, representan dos ele-mentos claves en la vida y en la trayectoria literariade Hawthorne. En lo que respecta al primero, porel hecho de que tal fecha lo sitúa como coetáneode Emerson (n. 1803), Longfellow (n. 1807) yThoreau (n. 1817), nombres que están compren-didos en la generación que hubo de definir los per-files ideológico y literario del pa ís del norte en elsiglo XIX. En cuanto al lugar, dado que Salem-centro del puritanismo del siglo XVII- consti-tuía por entonces un pueblo cuyo tenebroso pasa-do de brujas, exorcismos y hogueras expiatorias,determinaba mu chos aspectos de la vida de sus ha-bitantes. Refiriéndose a la influencia que Salern,cuna de sus antepasados, ejerció en su vida, escri beHawthorne en la Introducci6n a The Scarlet Letter[La letra escarlata] :

"Esta conexi6n prolongada de la familia con un solo sitio,como su lugar de nacimiento y entierro, crea cierto paren-tesco entre el ser humano y su tierra, completamente in-dependiente de cualquier atractivo del panorama o de lascircunstancias morales que le rodean. No es amor, sinoinstinto (... ) ... este apego extraño, indolente, triste, pormi ciudad natal, fue principalmente lo que me condujo allenar un lugar en el edificio de ladrillo del Tfo Sam,cuando pude haber optado por irme a algún otro lugar. Micondena cara sobre mi cabeza. No era la primera vez, ni lasegunda que me h ab Ia ido (... ) y sin embargo, regresaba,como la moneda falsa; o como si Salem fuera para mf elcentro inevitable del universo" (1).

La totalidad de sus biógrafos destaca el hechode que desde sus primeros años, Hawthorne mos-tró una naturaleza sol itaria y retraida, caracte-rísticas éstas que habrían de ir acentuándose con elcorrer del tiempo y que el propio escritor reitera-damente reconociera.

Mafalda Bertoglia R.

Ya en su época de estudiante del Bowdoin Co-Ilege, comienza Hawthorne a dar muestras de suvocación de escritor y a sentir el deseo, común amuchos poetas y prosistas de ese tiempo, de crearuna literatura que pudiese equipararse a la inglesa.En una carta de esos años -hoy perdida, perotranscrita por su biógrafo Van Doren- escribía eljoven Hawthorne a su madre:

"No quiero ser doctor y vivir de las enfermedades de loshombres, ni m in istro y vivir de sus pecados, ni abogado yvivir de sus querellas, asf que no veo que me quede otracosa que ser escritor. ¿Te agradarfa ver algún dfa un estan-te completo, lleno de los libros escritos por tu hijo con laleyenda Obras de Hawth orn e, imprensa en sus lo-mos? " (2).

Al poco tiempo de abandonar Bowdoin College,Hawthorne publica anónimamente su primera no-vela: Fanshawe (1828), muchos de cuyos ejempla-res fueron inmediatamente recogidos y destruidospor el autor. A pesar de ello, es ésta la época en laque comienza a publicar, con diferentes pseudóni-mas, cuentos en revistas como Token, Sarqent'sNew Monthly Magazine, Democratic Review y Sa-lem Gazette. Su inclinación por el cuanto la expli-ca N.H. Pearson, uno de sus mejores biógrafos, so-bre la base de que este género era el único acepta-do por las revistas que le aportaban al escritor susustento. El mismo Pearson hace notar el hecho deque esta obligada restricción impuesta por la pren-sa norteamericana fue a la postre decisiva para eldesarrollo que el cuento alcanzó en Estados Unidosdurante el pasado siglo (3)

En 1837 se publica, esta vez bajo el nombre desu autor, Twice Told Tales [Historias dos vecescontadas], colección que incluye algunos de loscuentos aparecidos en las revistas ya citadas. A estaprimera edición siguió otra, aparecida cuatro añosmás tarde (1842), que ampliaba el número de rela-tos contenidos. En Twice Told Tales aparecencuentos como Young Goodman Brown [ El jovenGoodman Brown] , Rappaccint's Daugh ter [La hi-ja deRappaccini], The Maypole ofMerry Mount[ El palo de mayo de Merry Mount], Ethan Brand,The Birthmark [La marca de nacimiento] y otros,que han pasado a constituir los relatos más repre-

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sentativos de Hawthorne y, con ello, hitos de obli-gada referencia en los estudios sobre la cuentísticanorteamericana.

Cuatro años después de aparecida la primera e-dición de Twice Told Tales, concretamente en1841, se produce un cambio significativo en la vidadel escritor, al emigrar a Old Manse, en Concord,otro lugar en el mismo Massachusetts, para inte-grarse a la Comunidad de Brook Farm, un falangs-terio inspirado y creado por Ralph Waldo Emer-son, de acuerdo con el postulado valor de la vidanatural sostenido por los trascenden tal istas y aco-giendo las ideas del socialismo utópico propugna-das por F ourier y Owen.

En la perspectiva posterior de Henry J ames, laComunidad de Brook Farm no pasó de ser un fu-gaz experimento de entretención de los seguidoresdel Trascendentalismo y, a lo más, un inofensivoestall ido de radical ismo que muy pronto hubo dediluirse (4).

En lo que respecta a Hawthorne, el propio[ames anota (5) que este se integró a la Comuni-dad sin el fervor de los trascendentalistas y sólomotivado por u n mero deseo de ayu dar en u n ex-perimento del que podía resultar un mundo mejory por el afán de economizar algún dinero para po-der casarse -cosa que hizo en 1842- con SophiaPeabody, una joven intelectual de Salem.

Al margen del comienzo de su amistad con Tho-reau, Longfellow y con el propio Emerson -encuya casa de Concord vivió durante algunos me-ses- la Comunidad de Brook Farm no dejó huellasen Hawthorne, a excepción de una novela cortaescrita años más tarde: The Blithedale Romance[ El idilio de Blithedale 1 (1852), que los miembrosde la Comunidad nunca aceptaron como un retratode su experiencia, y una reafirmación de su voca-ción solitaria, tal como lo señala el propio escritorcuando anota sobre esta época: "What would aman do if he were compelled to live always in thesultry heat of society, and could never bathe him-self incool solitude? "(6).[ ¿Qué haría un hombresi se viera obligado a vivir siempre en el sofocantecalor de la sociedad y no se pudiese impregnar enla refrescante soledad? l.

Rota su relación con la Comunidad de BrookFarm, regresa a Salem en 1845 e ingresa al añosiguiente a trabajar en la Aduana de ese pueblo. Enel lapso de los tres años que permanece en esec~rgo, publica una nueva colección de cuentos bajoel título de Mosses from an Old Manse [ Musgos deuna vieja Rector/a l.

En 1850, y ya dedicado por entero al oficio deescritor, se inicia un productivo período en la tra-yectoria literaria de Hawthorne. Radicado con sufamilia en Lenox, publica ese año The Scarlet Let-ter, novela que lo hizo famoso y que es hasta laactualidad la más leida y comentada de sus obras.Construida en torno al tema del pecado, el aciertoestético de esta novela, reside, para Pearson, en laflexible unidad que ella muestra dentro de unacomplejidad rigurosamente estructurada, a lo quese suma, según este crítico, una especulación en laconciencia misma de los personajes, que hace quela novela se conduzca a través de una línea deacción tanto interna como externa (7).

En 1851 aparecen consecutivamente The Houseof the Seven Gables [ La casa de los siete tejados 1y Other Twice Told Tales [ Otras historias dos ve-ces contadas l, a las que se suma, en 1852, la yacitada The Blithedale Romance.

Al margen de estas obras, debe mencionarse enestos años la apertura de Hawthorne hacia otrasdos formas literarias: el cuento infantil, tal comoqueda de manifiesto en las colecciones A Wonder--Book for Girls and Boys [ El libro maravillosopara niñas y niños 1(1852)y Tanglewood Tales forGirls and Boys [Cuentos de Tanglewood para ni-ñas y niños 1 (1853), y, por otra parte, la biogra-fía, tal como se muestra en The Life of FranklinPierce [ La vida de F. Pierce ], escrita en 1852 du-rante la campaña poi ítica por la presidencia de losEstados Unidos de Franklin Pierce, su amigo yex-condicípulo.

Al vencer Pierce en la elección, nombró a Haw-thorne cónsul de los Estados Unidos en Liverpool,cargo que desempeñó hasta 1857 y que le permitióvivi r durante cortas temporadas en Italia.

En 1860, cuando ya la salud del escritor estabamuy deteriorada, aparece The Marble Faun [ Elfauno de mármol 1 -titulada Transformation[Transformación) en la edición inglesa- novela

cuyo tema es el de la maduración humana a travésde la conciencia del pecado. A esta novela sigue, en1863, Our Old House [Nuestra vieja casa l, obracompuesta de bocetos costumbristas sobre Ingla-terra.

En el mes de mayo de 1864, muere Hawthornemientras acompañaba al expresidente Pierce en unviaje de descanso. A su muerte deja tres novelasinconclusas: Dr. Grimshawe's Secret [El secretodel Dr. Grimshawe 1Septimius Felton y The 001-liver Romance [ El idilio de Dolliver}.

Su carácter retraido y el apego a la soledad quesubrayaron la personalidad de Hawthorne son de-

BERTOGLlA: Young Goodman Brown, de Nathaniel Hawthorne: ...

terminantes para que la vida de este escritor carez-ca de los elementos de interés que rodearon la exis-tencia de otros narradores norteamericanos del si-glo pasado, como son los casos de Poe y Twain. Deesta manera, los elementos relevantes de la vida deHawthorne deben buscarse en el entorno históricoque lo rodeaba y que él se esforzó por plasmar ensus relatos.

Atendiendo a este punto de vista, la figura deHawthorne no puede ser escindida del marco de lanueva Inglaterra en la que él estaba enraizado y dela que obtenía la fuerza para nutrir su mente yelaborar sus obras. Como lo anotan Spiller et alt.,"We can understand New England without Haw-thorne; yet Hawthorne without New England wecannot comprehend" (8). [Podemos comprender aNueva Inglaterra sin Hawthorne, pero no podemosentender a Hawthorne sin Nueva Inglaterra].

De todos los lugares de Nueva Inglaterra, Salemera, sin duda, el núcleo arquetípico del espíritupuritano. Aun cuando durante la primera mitaddel siglo pasado, Salem era un pueblo relativa-mente moderno, sus habitantes todavía creían enlas viejas leyendas transmitidas de una a otra gene-ración. Estas historias no sólo se escuchaban en laintimidad de la vida familiar, sino que se repetíanen calles, tabernas y muelles. Los fantasmas, losesqueletos, las casas hechizadas, los diablos y lasbrujas, eran para los habitantes tan reales comoellos mismos, contribuyendo a hacer de Salem unlugar en el que nadie sabía donde terminaba la rea-lidad y comenzaba la fantasía.

Hawthorne solía caminar por las calles de Salemdeteniéndose a menudo a escuchar a los ancianosrelatar historias del pasado de Nueva Inglaterra.Así, en 1829, al enviar algunos cuentos a un edi-tor, le escribía: "Notará usted que una de las na-rraciones está inspirada en las supersticiones de es-ta comarca (... )... como he derrochado muchotiempo oyendo estas tradiciones, no pude resistirla tentación de darles forma literaria. El cuento esasaz salvaje y grotesco, pero por estos contornospueden recogerse los elementos de no pocas narra-ciones de este tipo" (9).

En forma conjunta a este ambiente de leyendas,bien puede afirmarse que el Puritanismo que empa-paba la vida de los habitantes de Nueva Inglaterraayudó a Hawthorne a comprender y penetrar en lacomplejidad del alma humana. No debe perdersede vista que el Puritanismo, como actitud religiosa,propugnaba la validez de la introspección comoúnico medio de llegar al fondo del alma. Ademásde ello, y dada su herencia calvinista, esta posición

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sosten ía la creencia de que en cada detalle de lanaturaleza, sin importar lo insignificante que élfuera, se canten ía íntegramente el poder de Dios.

La posición que Hawthorne mantuvo durantesu vida fue básicamente puritana, aun cuando re-flejara notables diferencias con respecto del Purita-nismo ortodoxo. Así por ejemplo, puede citarse elhecho de que los puritanos creían en la existenciade un gru po de hombres elegidos para la salvacióneterna y que, por lo tanto, estaban libres del peca-do, en tanto que, de acuerdo con las obras de Haw-thorne, se desprende que para éste todos los hom-bres comportan el mismo destino, sin que ningunode ellos se halle libre del pecado, lo cual crea parael ser humano la alternativa entre luchar con tra elmalo rendirse a él.

En un plano general, puede afirmarse que laconexión de Hawthorne con el Puritanismo fuemás bien intelectual antes que moral o religiosa.Las lecturas de Milton, Bunyan y Spencer intelec-tualizaron desde sus años juveniles lo que sus ante-pasados puritanos le habían legado como herenciafamiliar, determinando así que el escritor, si bienprofesara con los postulados básicos de la doctrina,termi nara rechazando algu nas de sus manifesta-ciones externas como la intolerancia, la estrechezde criterio y, por sobre todo, la extremada cruel-dad de la que continuamente hac ían gala sus segui-dores (10). Precisamente, esta aversión a la cruel-dad la plasmó Hawthorne en la composición depersonajes v íctimas del fanatismo religioso, comoson los casos de Hester Prynne, en The ScarletLetter, y del pequeño Ylbrahim en el cuento TheGentle Boy [El niño gentil] .

Existe, por último, un aspecto de la vida deHawth orne que algu nos de sus biógrafos, entreellos Pearson, han tratado con superficialidad, yotros, como Van Doren, han sencillamente omiti-do. Este aspecto se refiere a la actitud, ambigua enunos casos e indiferente en otros, que el escritor, apesar de sus condiciones de demócrata y norteño,mantuvo hacia el problema de la esclavitud y hacialas tensiones entre el Norte y el Sur, que habríande desembocar en la Guerra Civil del 61. Tal acti-tud, que Henry [ames y Arlin Turner reconocen yexplican por la afinidad de Hawthorne con las ti-bias posiciones que hacia estos problemas mantuvoFranklin Pierce y quizás por un íntimo deseo delescritor de evitar una confrontación entre los Esta-dos (11), parece tener su verdadero fundamento enla idea de Hawthorne concerniente a que las leyesson incapaces de cambiar la naturaleza del hombrey de que esta última, al margen de postulados poi í-

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ticos y sociales, sólo puede ser modificada desdecada interioridad. Este presupuesto se plasma en elcuento alegórico Earth's Holocaust [ El holocaustodel mundo] en el que se narra la acción de ungrupo de reformistas que lanzan al fuego todo loque ellos consideraban malévolo, entre otras cosasemblemas, armas y títulos de propiedad, pero olvi-dándose del alma humana, tras lo cual uno de losobservadores reflexiona:

"El coraz6n ... el coraz6n ... he aqu r la diminuta y sin ern-bargo ilimitada esfera donde residfa la falla original, de lacual el crimen y la miseria de este mundo exterior no eranmás que signos. Si se purificara esta esfera interior, lasmuchas formas del mal que hostigan el exterior, y queahora parecen ser nuestras (micas realidades, se transfor-rnar Ian en vagos fantasmas y se desvanecer ían por propiainiciativa" (12).

Pecado y simbolismo como elementos configuran-tes de la narrativa de Hawthorne.

Desde los comienzos de su quehacer literarioqueda en claro que a Hawthorne no le interesabarelatar aventuras, como era el caso de Walter Scott,ni delinear personajes o esbozar retratos de lugarespintorescos, como lo haría lrving, o producir encada narración una concentración de efectos comolo procuraba Poe. El propósito del escritor de Sa-lem era escribir sobre ideas (13).

Así, una idea embrionaria que a Hawthorne lesuscitaba la visión de un lugar, la conversación deuna persona, una lectura o cualquier incidente,constitu ía el germen de una narración. En el desa-rrollo de su cristalización estética, estas ideas eran,no obstante, desechadas si no implicaban una mo-tivación moral. Según Turner (14), para Hawthorneresultaba natural buscar esta implicación ética,percibiendo además que al públ ico lector de laépoca le agradaban los escritores moralistas sin quea la vez fuese muy exigente en relación con lasutileza de las imágenes que envolvían la moral decada relato.

No obstante, debe hacerse notar que esta preo-cupación moralista no constituye en Hawthorneun esquema rígido que haga que se pierda la pers-pectiva propiamente literaria del relato. En el Pre-facio a The House of the Seven Gab/es, anota elautor:

"Cuando las ficciones enseñan realmente algo o surtenalgún efecto verdadero, ocurre que es casi siempre a travésde un proceso mucho más sutil que el de la acci6n ex te-rior. El autor ha considerado que no vale la pena por eso

cercar inexorablemente su historia con su moral como conuna barra de hierro -o más bien de la misma manera quesi atravesara a una mariposa con un alfiler-, privándolaasf de vida y convirtiéndola en algo rrgido, desprovisto degracia y antinatural" (15).

Entre los problemas morales que más preocu-paban a Hawthorne estaban los relacionados con elsentimiento de culpa que él observaba en los sereshumanos que lo rodeaban o que surg ían de losprotagonistas de sus lecturas. En este marco, lospersonajes creados por Hawthorne son, en su ma-yoría, culpables desde el punto de vista de las leyesy creencias de una comunidad determinada que lasacepta y las respeta, no obstante que para el autorlo realmente trascendente de esta situación loconstituya el sentido de la culpabilidad que enellos se deposita, por más que en algunos casos laculpa solo exista en sus mentes.

Un prototipo de esta última actitud lo repre-senta el Reverendo Mr. Hooper, del cuento TheMinister's Black Veil [ El velo negro del Ministro ],quien decide cubrir su rostro con un velo negropara simbolizar el pecado universal y apartarse dela comunidad, sin que tuviese una culpa propia porla cual mereciera tal castigo.

La extensión inherente del género novelesco leda a Hawthorne la posibilidad no solamente deprofundizar en los distintos procesos psicológicosdel sentido de la culpabilidad, sino de explorarotros ángulos de este problema. Entre éstosHawthorne desarrolló de manera reiterada la ideade que la conciencia del pecado llevaba a la huma-nización del pecador y con ello a que él pudiesecomprender la complejidad del alma humana. Deeste modo, tras el crimen cometido por Donatello(The Marble Faun), Kenyon, uno de los persona-jes, acota:

"El [Donatello] perpetr6 un gran crimen y su remordi-miento, rnordléndolo dentro de su alma, la ha despertado,descubr iéndole mil altas capacidades, morales e intelectua-les, que nunca habr Iarnos soñado en pedir dentro del es-trecho marco del Donatello a quien nosotros conocimos( ... ) El pecado ha educado a Donatello y lo ha elevado.¿ Es el pecado, entonces, al que consideramos una tanterrible negrura en el universo, como el dolor, simplemen-te un elemento de educaci6n humana a través del cualluchamos para llegar a un estado más alto y más puro quepudiéramos haber alcanzado de otra manera?" (16).

La autoconciencia del pecado y, con ella, la ca-pacidad para comprender el alma humana desem-boca en otra situación muy repetida por el autor,cual es la solidaria relación que se establece entrelos pecadores. Esta situación se tipifica en Hester

BERTOGLlA: Young Goodman Brown, de Nathaniel Hawthorne: ...

Prynne, la adúltera de The Scarlet Letter, a quienla conciencia de su culpa la lleva a socorrer a otrospecadores ya ayudarlos incondicionalmente.

El afán de extraer exclusivamente del problemadel pecado el tema de sus relatos, conduce la narra-tiva de Hawthorne a un notorio agotamiento denuevas situaciones y, por ello, a la necesidad deconcentrar su oficio literario ahondando en ciertoselementos de los conflictos ya mostrados. Como loseñala A. L. Reed (17), " ... su arte marcha constan-temente hacia la elaboración más y más minuciosade materiales más y más escasos, hasta que el pla-cer excitante de producir un todo se pierde en elplacer más moderado de trazar los detalles".

En esta misma perspectiva, V.L. Parrington,uno de los más cáusticos detractores de la obra delescritor norteamericano, anota en relación con estacracterística de su desarrollo creativo: " ... la imagi-nación de Hawthorne (... ) vivió demasiado tiempoencerrada consigo misma; se puso anémica y harn-breada, y, cuando le llegaba un grano de alimento,alguna imagen nueva, lo acariciaba y volvía y revol-vía y se deleitaba en él como en un gran hallaz-go" (18).

Al margen de las causas que originaron esta pro-gresiva preocupación por la elaboración estética dedeterminados elementos, algunos críticos, como esel caso del propio Parrington (19), han llegado aseñalar que el empleo de la alegoría y el símbolo esproducto de esta preocupación estética una vezagotada la veta argumental en la imaginación delescritor.

Sin embargo, esta última posición pierde de ma-nera absoluta su validez al examinarse el total de laproducción de este autor. Ya los cuentos que inte-gran Twice Told Tales contienen los suficienteselementos alegóricos y simbólicos para concluirque la tendencia al uso de este recurso es u na cons-tante en la obra de Hawthorne y no algo que apa-rece en un determinado momento de su trayecto-ria. En apoyo de esta última afirmación puede acu-dirse a la posición de Newton Arvin, para quien laalegoría en este autor no era una maquinaria litera-ria consciente, sino que surgía del hecho de queHawthorne compartía el impulso general del artede su época, tendiente a discernir un significadotrascendentalista en los objetos físicos y a hacer deéstos un medio para expresar aquello que de otramanera sería inexpresable (20).

Reconocida as í u na constante simbolista enHawthorne, hay que señalar que en el conjunto desu obra narrativa, los símbolos, de acuerdo con sureferencialidad, pueden ordenarse en internos y ex-

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ternos, entendiéndose los primeros como las imá-genes cuya correferencia se encuentra en el interiordel relato que las comprende, y los segundos, co-mo los que se asocian con imágenes abstractas cu-ya referencia trasciende el marco de la historia na-rrada y se extiende hacia una concepción integraldel universo.

Un gran sector de los símbolos internos en laobra de Hawthorne se refiere a una imagineríapuritana. En este sentido pueden citarse elementoscomo las transformaciones físicas de Dimmesdaley Chillingworth (The Scarlet Letter), las marcas denacimiento (The Birthmark), las cicatrices (YoungGoodman Brown}, los mantos (Eleanore's Mantle),los velos (The Minister's Black Veil) y las cintasrosadas (Young Goodman Brown ), imágenes todasellas cuya función consiste, por lo general, en fijarcomo pecador o inocente a un personaje determi-nado del relato.

En lo que se refiere a la simbología externa,ésta, que posee un sentido también religioso, se fijaen la representación de ambientes o elementos quereflejan dos oposiciones, cuales son: la de presente/ pasado, como ocurre con el palo de mayo (TheMaypole of Merry Mount) árbol florido que repre-senta la alegría de la vida y que es brutalmentederribado por el fanatismo puritano, y la de para]-so / infierno presente en el oculto Jardín del Edén(Rappaccini's Daughter) y en el bosque cercano aSalem (Young Goodman Brown).

Es en este último plano, vale decir en el de lasimbología externa y en el de la creación del perso-najes abstractos, en el cual Northrop Frye, aunquebasado únicamente en sus novelas, señala queHawthorne se transporta al mito literario más alláde lo propiamente novel ístico (21) y donde, desdenuestra perspectiva, este escritor alcanza su verda-dera universalidad.

Young Goodman Brown

Young Goodman Brown se publicó por primeravez en 1835, en el New England Magazine.

No obstante tratarse del cuento quizás más co-nocido de Hawthorne, conviene reseñar aqu í bre-vemente su línea argu mental.

La acción del relato se sitúa en Salem, en losúltimos años del siglo XVII. En el atardecer de undía, Goodman Brown se despide de Faith ('Fe'), sujoven esposa, diciéndole que debe concurrir a unacita en el bosque cercano. Desoyendo los ruegos deFaith para que no la deje, Goodman Brown se ale-ja, insistiéndole en que debe cumplir con el corn-

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promiso entre el crepúsculo y el próximo amane-cer.

Al iniciar la marcha por el tétrico sendero quelo conduce al bosque, Goodman Brown encuentraa un desconocido que porta un báculo semejante auna serpiente, y quien le manifiesta haberlo estadoesperando. Ante la reticencia del joven para conti-nuar el viaje, aduciendo que se autoconsidera unhombre bueno y descendiente de honrados y fer-vientes cristianos, el desconocido le confiesa queconoció intimamente a su abuelo y a su padre, conquienes viajó por aquel mismo camino, y que estu-vo junto al primero cuando aquél azotó a una mu-jer cuáquera y también junto al segundo cuandoincendió la aldea indígena.

Cuando ambos reinician la marcha, irrumpe unafigura que cami na vertiginosamente hacia el centrodel bosque y a quien Goodman Brown reconocecomo Goody Cloyse, la devota anciana que, cuan-do niño, le enseñó el catecismo. Apartándose delcamino para evitar su encuentro, el joven observaque el desconocido toca a la mujer en el cuello consu báculo, tras lo cual ella se vuelve y lo identificacomo el diablo.

Mientras Goodman Brown lucha contra su de-seo de regresar junto a Faith, en tanto que el dia-blo lo conmina a apresurar la marcha, aparecen enel camino el pastor y el diácono de la aldea hacien-do comentarios de la reunión de esa noche en lomás profundo del bosque.

Abrumado por la visión en aquel lugar de aque-llos piadosos hombres, Goodman Brown eleva losojos al cielo y all í percibe, desplazándose en sumismo camino, la masa negra de una nube queportaba un murmullo de voces entre las cuales,confundida con las de sus propios vecinos, tantopiadosos como imp íos, el joven cree reconocer lade su propia esposa. Al ver caer desde la nu be lacinta rosada que Faith usaba en su cofia, GoodmanBrown comprende que su esposa se ha perdido einicia con deseperada decisión la marcha hacia lamacabra cita.

Al final del camino, Goodman Brown llega a ungran espacio abierto en el que cuatro pinos con suscopas lIameantes rodeaban una roca en forma dealtar y a cuyo alrededor se agrupaba una numerosay demoníaca congregación que reunía a los másconspicuos y devotos hombres de la comarca y alas más respetadas y fieles damas, junto con aque-llos de vida más disoluta y con las mujeres de peorfama.

Oculto entre la sombra del follaje, y mientras laconcurrencia entonaba un himno abyecto, Good-

man Brown creen ver a su propio padre instándoloa avanzar hacia el púlpito donde estaba pronta ainiciarse la comunión de dos neófitos uno de loscuales era una joven cuyo rostro estaba cubiertopor un velo.

Avanzando hacia la congregación con la que depronto se siente fraternalmente unido, GoodmanBrown se coloca junto a la joven y frente al diablo,quien inicia la ceremonia mostrándoles a ambos losdemólatras que los rodean y haciéndoles ver quemuchos de ellos son los mismos hombres y mujeresa quienes veneraron desde su niñez como santos ypiadosos.

Al obedecer la orden del diablo de mirar al ros-tro de la mujer, Goodman Brown reconoce a Faitha quien le suplica en ese instante que mire al cieloy resista al demonio, sin llegar a saber si ella llegó acumplir con su llamado, pues, en ese momento,Goodman Brown se encuentra solo en el bosque,rodeado del silencio y en medio de la oscuridad dela noche.

Al día siguiente, y ya en la paz de la aldea,Goodman Brown se aparta al paso del viejo y buenpastor y le arrebata a Goody Cloyse la muchachitaque escuchaba sus enseñanzas. Y cuando Faith ve asu marido y corre a besarlo, éste la mira con amar-gura y pasa de largo sin saludarla.

Desde entonces, y hasta su muerte, GoodmanBrown se convierte en un hombre triste, desconfia-do y sumido siempre en las más oscuras meditacio-nes.

La exacta comprensión del cuento de Haw-thorne exige tener en cuenta, aunque de maneraglobal, el marco de referencias temporales yalusio-nes biográficas contenidas en su línea argumenta!.Al situarse la acción de Young Goodman Brown enla Nueva Inglaterra de las postrimerías del sigloXVII, se alude a un lugar y a una época que secaracterizaron por el acendrado fanatismo religiosode los puritanos, quienes, por otra parte, domina-ban en todos los aspectos de la vida poi ítica, ju di-cial, y militar de la región. En el cuento hay unareferencia a la persecución de cuáqueros por partedel abuelo de Goodman Brown y a la participaciónde I padre de éste en el incendio de una aldeaindígena durante la guerra del Rey Felipe.

Los dos personajes aludidos en la ficción corres-ponden a las figuras del Mayor William Hathorne(Nathaniel fue quien agrego la "w" al apellido)-aquien el escritor retrata como " ... este progenitorgrave, barbu do, de capa negra y de sombrero depico, que vino tan temprano con su Biblia y con su

BERTOGLlA: Young Goodman Brown, de Nathaniel Hawthorne: ... 107

espada" (22)- Y quien desde su cargo de Magis-trado desencadenó la persecución contra los cuá-queros, llegando en u na ocasión a ordenar que unamujer de esa secta, Ann Coleman, fuese azotadapor las calles de Salem, y más tarde luchara contralos indios en la Guerra del Rey Felipe, y del JuezJohn Hathorne, quien tuvo una activa participa-ción en los juicios contra las brujas de Salem, en elaño 1662.

No cabe duda de que de las acciones de ambosascendientes se origina la idea de su culpabilidadheredada que obsesionó siempre a Hawthorne yque en Young Goodman Brown se transforma enel sentimiento que se describe cuando al escucharel grito "Traed a los conversos ", " ... GoodmanBrown salió de la sombra que proyectaba los árbo-les y se acercó a la congregación, con la que sentíaun infame vínculo fraternal, anudado por todo loque había de perverso en su corazón" (23).

Al margen de estos elementos Young GoodmanBrown es un cuento cuyo desarrollo, afín a mu-chos de los elementos de los relatos góticos, secontiene en un plano alegórico que opone las ideasde Paralso e Infierno, la primera representada en elespacio por la aldea y temporalmente por el dla; lasegunda, en el espacio por el bosque y temporal-mente por la noche. Este contraste es llevado, a suvez, al plano de dos personajes: Faith (Fe) y eldiablo, aquélla asociada a la cinta rosada y aquí! alos elementos "báculo", "serpiente" y "fuego".Hawthorne coloca a su protagonista en el tránsitoque va desde el Paraíso hacia el Infierno. Su propionombre, Goodmann Brown -Goodman ' hombrebueno' y Brown 'oscuro'- sugiere la idea puritanade que el mal de la oscuridad alcanza incluso aquienes se muestran con cualidades positivas.

Por ello el viaje que Goodman Brown empren-de, al caer la noche, hacia lo más profundo delbosque, implica, teológicamente, el abandono tem-poral de la fe:

"Fe rnla, mi amor -contest6 el joven Goodman Brown-,precisamente esta noche, entre todas las del año, debopasaría separado de ti. Mi viaje, como t(Í lo llamas, de ida yvuelta, debe hacerse necesariamente entre este instante yel amanecer" (24).

El viaje de Goodman Brown representa en lobásico, como lo anota Lang un ir hacia el demoniopara obtener el conocimiento del alma huma-na (25). A su vez, Q.O. Leavis ve en el viaje delprotagonista una recreación que hace Hawthornedel sentido calvinista del pecado, cual es perder lafe en Cristo para depositaria ún icamente en los

seres humanos (26). Este enfoque falseado que im-pulsa a Goodman Brown origina a la postre su pro-pio castigo, cual es la consecuente pérdida de la fey su condena a vivir en el aislamiento.

El viaje de Goodman Brown conduce a uno delos aspectos medu lares del cuento, cual es la ilu-sión o realidad de la experiencia nocturna del pro-tagonista y, con ello, la duda de la inocencia oculpabilidad de los personajes que GoodmanBrown ve o cree ver en la misa negra.

Es en este sentido donde el cuento de Howthornesolo entrega ambigüedad. El narrador de YoungGoodman Brown, una vez que ha relatado el gestodel protagonista de pasar junto a Faith sin mirarla,se plantea la reflexión: ••¿Goodman Brown se ha-bía dormido en el bosque y sólo había visto elaquelarre en sus pesadillas? "(27). El carácter ilu-sorio o real de lo acontecido ha dado pie a distin-tas interpretaciones en torno a la primera o a lasegu nda de estas posibilidades (28).

Entre las interpretaciones que no se inclinan ra-dicalmente a plantear la misa negra como hechoreal o fruto de la imaginación, merece destacarse lade F. N. Cherry, quien, en un estu dio sobre lasfuentes de Young Goodman Brown, hace notar laafin idad existente entre los motivos del cuento deHawthorne y los de la historia de la vida del perroBerganza, contenida en El coloquio de los perros,una de las Novelas Ejemplares de Miguel de Cer-vantes.

En este estudio, Cherry (29) apunta que la his-toria de Barganza relata la ex istencia de un perroque es joven e inexperto en sus comienzos, peroque obtiene el poder de discernir entre la aparien-cia y la realidad, la hipocrecía y la rectitud, tratan-do al mismo tiempo de no hacerse cínico. Cherryllama la atención en torno al hecho de que elcl ímax de la historia cervantina es el encuentro deBerganza con la bruja que le explica los misteriosde la hechicería, entre los cuales le señala la creen-cia, para unos, de que ellas asisten a los aquelarressolo en su imaginación, y, para otros, de que ellasvan all í en cuerpo y al ma. La bru ja le hace ver queambas creencias son verdaderas y que ni ellas mis-mas saben cuando van de una u otra manera, yaque todo lo que sucede en sus imaginaciones es tanintenso que es imposible distinguir entre lo imagi-nario y lo real.

Sobre la base de esta analogía con la naturalezadual de las brujas en la narración cervantina, F.N.Cherry concluye que:

108 FILOLOGIA y LINGUISTICA

" ... los hombres del pueblo de Goodman Brown, son clu-dadanos respetados en el d ra, pero que en la noche, o aconsecuencia de la aplicaci6n de un óleo mágico, asumenel papel de brujas. Los personajes de Hawthorne revelanen sus acciones su propensi6n a hacer tanto el bien comoel mal, aunque no está claro que ellos estén conscientes dela incongruencia de su naturaleza" (30).

En nuestro punto de vista, la realidad o ilusiónde la experiencia de Goodman Brown no estrascendental para la comprensión del significadode la alegoría. Lo básico e importante de la expe-riencia nocturna no reside en su carácter real oimaginario, sino en el hecho de que constituye unarevelación de la naturaleza humana que cambia ra-dicalmente la actitud del protagonista hacia la viday hacia sus semejantes.

Visto así el viaje de Goodman Brown no es sinola revelación de la incapacidad de la visión puritanapara comprender el género humano como unas íntesis del Bien y el Mal.

En relación con esta limitación de la visión puri-tana, anota J.E. Becker: "In him [GoodmanBrown ] we see the helplessness of Puritan faith todeal successfull y with the universality of evil.What Hawthorne is saying is that to those whoinsist, as do Puritans that the world be seen asblack and white, blackness is the vision that willprevail" (31). [ En él [Goodman Brown] vemos de-sesperanza de la fe puritana para enfrentar con éxi-to la universalidad del Mal. Lo que Hawthorne dicees que para aquellos que insisten, como lo hacen

1) N. Hawthorne, La letra escarlata. San José: EditorialCosta Rica, 1979, pp. 40-41.

2) Mark Van Doren, Nathaniel Hawthorne. New York:William Sloane Associates Inc., 1949, p. 16.

3) Cfr. Norman H. Pearson, Introduction to The Com-plate Novels and Selected Tales of Nathaniel Haw-thorne. New York: Random House, 1937, p. IX.

4) Cfr. Henry [ames, Hawthorne. New York: Double-day and Company Inc., s.f., p. 69.

5) Henry [ames, ibfde rn., p. 73.

6) Citado en Henry [ames, ib ídern., p. 81.

7) Cfr. Pearson, op. clt., p. XI.

8) Spiller , Thor p, Johnson and Canbv, Literary Historyof the United States. New York: Mc. Millan, 1948,p.419.

los puritanos, en que el mundo sea visto comonegro y blanco, la visión que prevalecerá será lanegrura].

Una variante interpretativa interesante del cuen-to y de su protagonista es la que desde un puntode vista psicológico plantean Wilfred Guerin et alt,en su A Handbook of Critical Approaches to Li-terature [Introducción a la crttica literaria l. En ellaestos críticos señalan que Goodman Brown perso-nifica la neurosis resultante por la violación de lostabú es impuestos por una sociedad puritana queconsideraba al hombre como un pecador innato.Larepresión de los impulsos naturales implicada enestos tabú es y la ausencia de una educación en elprotagonista para enfrentar la realidad del mundoexterior y de su propia interioridad, determinan elorigen del sueño como una forma simbólica de sa-tisfacer el deseo reprimido de violar el tabú y, conello, su posterior comportamiento como un com-plejo de culpa andante, cargado de ansiedad y du-da (32).

Los distintos elementos, as1 como el sentidointegral de Young Goodman Brown, seguirán sien-do, sin duda alguna, motivos de distintas interpre-taciones y controversias. Lo que aqu í, por último,es importante de hacer notar es que por este tipode relatos Nathaniel Hawthorne ocupa y ocuparásiempre un lugar destacado en los orígenes de lashort story norteamericana y, con ello, en el desa-rrollo de la narrativa universal.

NOTAS

( 9) N. Hawthorne, La letra escarlata, p. 21.

(10) Cfr. Norman H. Pearson, op. cit., p. X.

(11) Cfr. Henry [ames, op , cit., pp. 146-147. Además,Arlin Turner, N. Hawthorne. An Introduction andInterpretation. En American Authors and CritlcsSeries, John Mahoney ed. New York: Holt, Rinehartand Winston, 1961, pp.46-47.

(12) N. Hawthorne, El holocausto del mundo. En Histo-rias dos veces contadas. Buenos Aires: Compañ Ia Ge-neral Fabril Editora, 1971, p. 275.

(13) Cfr. Arlin Turner, lb Idern., p. 48.

(14) Cfr. Arlin Turner, ib fdem., p. 49.

(15) N. Hawthorne, La casa de los siete tejados. BuenosAires: Ernecé, 1944, p. 10.

BERTOGLIA: Young Goodman Brown, de Nathaniel Hawthorne: ...

(16) N. Hawthorne, The Marble Faun. En Norman H.Pearson, The Complete No veIs and Selected Tales ofN.H., p. 854.

(17) Citado en Vernon Louis Parrington, La Revolucl6nRomántica 7800 a 7860. En su El Desarrolo de lasIdeas en los Estados Unidos. New York: LancasterPress, 1942, p. 663.

(18) V.L. Parrington, op. cit., p. 663.

(19) Cfr. Parrington, ibfdern., p. 663.

(20) Cfr. Newton Arvin, lntrodu ctlon to Hawthorne'sShort Stories. New York: Vintage Books, 1946, p.XII.

(21) Cfr. Northrop Frye, Anatomie de la Critique. Parfs:Gallimard, 1969, p •.169.

(22) N. Hawthorne, La letra escarlata, p. 38.

(23) N. Hawthorne, El Joven Goodman Brown. En Histo-rias dos veces contadas. Buenos Aires: Cornpañ Ia Ge-neral Fabril Editora, 1971, pp, 143-144.

(24) N.H., El Joven Goodman Brown, p. 130.

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(25) Cfr. H.J. l.ang, How Ambiguous is Hawthorne? EnHawthorne. A Collection of Critical Essays, A.N.Kaul ed. New Jersey: Prentice-Hall, 1966, p. 91.

(26) Cfr. Q.D. Leavis, Hawthorne as Poet. En Hawthorne.A Collection of Critical Essays, A.N. Kaul ed. NewJersey: Prentice-Hall, 1966, p. 37.

(27) N.H., El Joven Goodman Brown, p. 147.

(28) Cfr. H.J. Lang, op, cit., pp. 90 y ss.

(29) Cfr. Mafalda Bertoglia R. Nathaniel Hawthorne'sContribution to the Development of the Short Storyin America. Universidad de Chile, Facultad de Filo-soffa y Educaci6n, 1959 (Tesis de Grado). Tambiéncit. en H.J. t.ang, op. cit., 90.

(30) Cit. en H.J. l.ang, op. cit. p. 91.

(31) [ohn E. Becker, Hawthorne's Historical AI/egory.New York: Kennikat Press, 1971, p. 19.

(32) Cfr. Wilfred L. Guerin et alt. tntroducctén a la Crltl-ea Literaria. Buenos Aires: Ediciones Marymar, 1974,120-124.

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Dice: Suscripción anual: Costa Rica ct 100,00. Otros países US $ 8.00Número suelto: Costa Rica ct 50,00. Otros países US $ 4.00

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