web viewse despliega en la comprensión de la responsabilidad del ser ético en la...

30
PROYECTO DE LA CÁTEDRA DE ÉTICA 2015 1. CONTEXTUALIZACIÓN Y REFERENTES INTERNACIONAL, NACIONAL E INSTITUCIONAL La dimensión ética irradia el quehacer de la Universidad en todas sus funciones desde el PEI que establece en su misión la promoción de una formación integral en las personas para responder “de un amanera ética, creativa y crítica a las exigencias de la vida humana”, en el marco de una concepción humanista que se caracteriza por “la sustentación del valor del hombre y por su optimismo sobre las posibilidades de la realización humana” (USTA, PEI, 2004). En la misma línea la política curricular de la USTA, determina que la formación integral se articula con aspectos personales y profesionales desde una madurez ética. Por ello, “los valores de desarrollo personal y los de convivencia, no funcionan de manera aislada, sino en plexo, es decir, como red de elementos entrelazados”. (USTA, Política curricular, 20014). Lo anterior en concordancia con lo preceptuado en el marco legal colombiano que define la educación superior como “un proceso permanente que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral”, según lo fundamenta la Ley 130 de 1992. Es de resaltar que esta intencionalidad coincide con los propósitos y análisis que han establecido instituciones como el BID y la OEA que con respecto a la formación ética que deben brindar las universidades en América Latina han descrito algunos elementos relevantes, entre otros: la resistencia a formar éticamente a los profesionales en las universidades por

Upload: dangque

Post on 02-Feb-2018

217 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

PROYECTO DE LA CÁTEDRA DE ÉTICA2015

1. CONTEXTUALIZACIÓN Y REFERENTES INTERNACIONAL, NACIONAL E INSTITUCIONAL

La dimensión ética irradia el quehacer de la Universidad en todas sus funciones desde el PEI que establece en su misión la promoción de una formación integral en las personas para responder “de un amanera ética, creativa y crítica a las exigencias de la vida humana”, en el marco de una concepción humanista que se caracteriza por “la sustentación del valor del hombre y por su optimismo sobre las posibilidades de la realización humana” (USTA, PEI, 2004).

En la misma línea la política curricular de la USTA, determina que la formación integral se articula con aspectos personales y profesionales desde una madurez ética. Por ello, “los valores de desarrollo personal y los de convivencia, no funcionan de manera aislada, sino en plexo, es decir, como red de elementos entrelazados”. (USTA, Política curricular, 20014).

Lo anterior en concordancia con lo preceptuado en el marco legal colombiano que define la educación superior como “un proceso permanente que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral”, según lo fundamenta la Ley 130 de 1992.

Es de resaltar que esta intencionalidad coincide con los propósitos y análisis que han establecido instituciones como el BID y la OEA que con respecto a la formación ética que deben brindar las universidades en América Latina han descrito algunos elementos relevantes, entre otros: la resistencia a formar éticamente a los profesionales en las universidades por cuanto consideran erróneamente que solo basta con brindar una educación basada en determinadas disciplinas o saberes técnicos o científicos; también resistencia en docentes y estudiantes que perciben las humanidades y la formación ética como una “ desventaja” en un mundo instrumentalizado por la eficiencia, las ganancias y utilidades de un mundo dominado por la racionalidad científica y económica donde “todo vale” donde "la educación en estas instituciones no sólo falla en mejorar los valores morales de los estudiantes, sino que los deteriora".

En palabras de Edgar Morín se cierne el riesgo de “generar una inteligencia ciega y un desarrollo cojo”, que en últimas mutila el conocimiento y la misma realidad por su reduccionismo. En concreto, Morín señala que infortunadamente las universidades pueden contribuir por esa vía a la "Escuela del duelo". En efecto, “después de haberlo formado en una especialidad precisa en el seno de una

Facultad, con escasas relaciones con las demás, cualquier neófito ingresando a la investigación se ve obligado a renunciar (luto) al conocimiento más esencial: se convence de que ya no se puede constituir una visión humanística global del ser humano y el mundo”. (Morin, 2003).

De acuerdo con el desenvolvimiento histórico de la Universidad Santo Tomás, después de la restauración del 1965, la enseñanza de las humanidades quedó unida a la facultad de filosofía; allí se desarrollaba una enseñanza de tipo teórico y escolástico, fundamentada en la filosofía renacentista, que se ofrecía a los demás programas académicos del claustro. Sin embargo, al inicio de los 70, América Latina comienza a sentir con más fuerza el flagelo de la problemática social; los asuntos de violencia, pobreza, analfabetismo, monopolización política y desigualdad económica exigen a la universidad un giro en la comprensión de las humanidades que le permita superar el discurso filosófico, con el fin de llevar a cabo prácticas pedagógicas que aporten a los procesos de trasformación social del país y del continente.

Es así como en un periodo caracterizado por la orientación latinoamericana y de la filosofía de la liberación. La docencia no era sólo el espacio de reflexión de los problemas del hombre. Si no búsqueda de la transformación de la realidad y de compromiso social (USTA, Doc. Dpto. Humanidades, 41). Gracias a esta nueva fundamentación, el 11 de Agosto de 1974, el consejo superior toma la decisión de unificar la formación humanística bajo el nombre de Departamento de Filosofía y Cultura Teológica, perteneciente a la misma Facultad. En su proceso de estructuración, el departamento naciente configura el plan de estudios humanístico para todos los programas académicos de la universidad con las asignaturas de tomismo, antropología, cultura teológica, filosofía política y ética (USTA, Doc. Dpto. Humanidades, 50). Desde ese entonces, la cátedra de Ética hace parte del plan de estudios de todo estudiante tomasino, constituyéndose como un espacio que aporta, desde el discurso y las prácticas, a la formación integral y humana de la persona de cara a la trasformación de la realidad y la recuperación de lo humano en la región. El 30 de Agosto de 2004, se legaliza la independencia académica del Departamento de Humanidades y Formación Integral, en el cual la cátedra de ética, sigue teniendo un espacio fundamental.

2. CONCEPTUALIZACIÓN DE LA CÁTEDRA

2.1 Humanismo cristiano tomista

a. Humanismo Cristiano Tomista en la USTA

Teniendo en cuenta el amplio ámbito en el que el humanismo desde sus orígenes renacentistas hasta su tendencia a favorecer lo humano y lo filantrópico ante a un mundo altamente tecnificado, el humanismo cristiano tomista, que se expone desde el Departamento de Humanidades y Formación Integral,  puede entenderse como un conocimiento y a la vez cómo una  práctica que colocando su acento en el ser humano, valora la condición y las posibilidades de éste a la luz de los valores cristianos;  y que teniendo en cuenta el  impacto de las nuevas tecnologías, no siempre tan favorable como se quisiera en la educación, ha visto en la reflexión sobre la persona humana de Tomás de Aquino  una estupenda herramienta, que frente al sinnúmero de perspectivas que suelen disgregar y distorsionar la imagen de la persona humana, muestra su interés por exponer  una reflexión integral, que ayude a los estudiantes a descubrir en todas y cada una de las cátedras institucionales  la condición de persona, que buscando una correspondencia entre la formación profesional  y el compromiso  responsable, le permita al tomasino discernir en la formación institucional su vocación personal; y el papel protagónico, que el tendrá que jugar en la  sociedad, gracias al cultivo de un espíritu crítico, creativo y ético.

b. Lo crítico, creativo y ético en la formación de la USTA

El Departamento de Humanidades y Formación Integral da un lugar en la formación profesional y con ello en la cultura actual al pensamiento de Tomás de Aquino  (Doctor Humanitatis), como  una apuesta a un tipo de pensamiento que siendo consistente y dinámico promueve la comprensión y la práctica de comportamientos que pueden ayudar en el deseo de ser más humanos, mejores personas; de suscitar un espíritu dialogante con los diversos saberes; y de estimular la conciencia frente los desafíos personales y sociales que se presentan y a asumirlos con compromiso. 

Sin negar los grandes progresos que se presentan en el mundo actual es incuestionable el surgimiento de  un gran vacío cultural, que se ve agudizado por una conveniente lectura de la realidad que nos rodea; por una pérdida del vigor creativo que ayuda a enfrentar retos y amenazas; y también por en el oscurecimiento de valores y actitudes que ayuden a configurar y mantener el entorno social. Frente a esto, el Departamento de Humanidades y Formación Integral promueve en el estudiante  la actitud crítica, creativa y ética, cualidades,

que bajo una metodología problémica le permiten  no perderse en el laberinto, en el que parece que se ha convertido el mundo actual, ni quedarse renegado frente a los retos y dificultades que se le presentan.  La actitud crítica promueve la búsqueda de la verdad en diálogo abierto con las diversas culturas y promueve una lectura del entorno, sin incitar a discursos fundamentalismos o parcializados, sino con miras a resolver aquello que resulta conflictivo. Para ello, la actitud creativa se presenta como una herramienta para recrear escenarios y mostrar acciones que brindan nuevas alternativas frente a lo que tiende a obstaculizar el progreso y el bienestar personal y social.  Junto a estas dos cualidades, en la Universidad Santo Tomás se insiste en promover la actitud crítica, para evitar que los juicios y las acciones frente a los retos se realicen por medios de métodos que promuevan la violencia, la segregación, el beneficio particular por encima del bien común.  Tener presente el espíritu del compromiso ético permite que se busquen soluciones que salvaguarden el bien común y no comprometan la dignidad ni la libertad de las personas. Promoviendo estas actitudes se resalta también en el itinerario personal y profesional de los estudiantes tomasinos  el papel central que juega su libertad y responsabilidad en su proceso de formación académica y profesional.

2.1 Fundamentación epistemológica de la cátedra de Ética

Escudriñar acerca de los fundamentos epistemológicos de la ética implicaría partir de la pregunta por el hombre, recorrer los cuestionamientos básicos que en torno suyo han acompañado la historia de la humanidad y que constituyeron, en su momento, los objetivos principales del proyecto filosófico kantiano: ¿Qué puedo saber y qué no?, ¿Qué me es permitido hacer y qué no?, ¿Qué me cabe esperar y qué no?, ¿Qué es el hombre? Se conoce que la fundamentación de la ética implica, de suyo, una concepción antropológica que posibilitaría su base o sustentación filosófica. Puede ampliarse el concepto de que el hombre responde a la idea de una naturaleza determinada, con un principio teleológico (Aristóteles) y no como producto casual de fuerzas aleatorias de la evolución biológica. Aun si se parte de que el hombre fuera el resultado de esa evolución, para ser destinatario y sujeto de normas éticas, tal evolución debería sujetarse a una orientación eidética (Llano, 1997), es decir, a un progreso con sentido y finalidad. Lo anterior equivaldría a defender la concepción de que el hombre posee una naturaleza determinada y única, de la cual se hace responsable por el sentido mismo de la vida. Esta característica y dimensión humana obliga sustancialmente a incrementar a plenitud dicha naturaleza si se siguen las normas de su desarrollo, o disminuirse en caso contrario. Visto de este modo, se considera que la ética es la disciplina potenciadora de las capacidades personales del hombre. Desde esta concepción, es posible abordarse la dimensión de los valores y virtudes propias para que el hombre logre su plenitud. En este apartado se tratan dos ejes

problémicos: la ética como un saber específico de la acción moral humana; y, un balance de referentes fundamentales de la filosofía moral.

Supuesta la enseñabilidad de la ética y si se genera el acuerdo necesario sobre este tema, dada la condición de seres humanos: racionales, sociales, históricos, culturales, libres, relacionales; que está dotado de libertad, de conciencia, de voluntad, de libre albedrío, de capacidad de juicio y discernimiento; que la acción es una de las dimensiones que ponemos en juego cada momento y que éstas repercuten de diversos modos sobre él mismo, sobre los demás y sobre lo demás; si se está condenados –como señala Sartre– a ser libres, el ser humano se ve forzosamente obligado a pensar que se es sujeto moral, es decir que sus acciones, dada la repercusión atrás aludida, pueden ser clasificadas como convenientes o inconvenientes, positivas o negativas, buenas o malas; y, puesto que –como sustenta Russel– no proceden enteramente de un impulso directo, sino que pueden ser controladas y dirigidas por un propósito consciente (1993, p. 17), pueden, por lo tanto, ser analizadas desde una perspectiva filosófica. Justamente de ello daría cuenta la ética al signarla como una teoría filosófica que se encarga de estudiar un tipo de comportamiento – específicamente aquél cualificado como moral – que puede ser considerado, a la vez, como una actitud ante el mundo de la vida, como forma o estilo de vida, como modo de ser o carácter constitutivo de los sujetos, como natura secunda de los seres racionales.

De cualquier modo, el comportamiento moral, el estilo de vida, la actitud ante la existencia, y otras formas de actuar, suponen la naturaleza social-histórica-cultural de los individuos, condición ésta que hace posible la puesta en escena de una moral efectiva; quizá por ello se suele caracterizar la ética como la disciplina filosófica que estudia la moral (o mejor las morales) del hombre en sociedad.

Ahora bien, ese tipo de comportamientos, exclusivo de los seres humanos, objeto de estudio de la ética, está mediado por diversas condiciones y circunstancias: en primer lugar, la necesidad –considerada por algunos de dotar a la ética con estatuto de cientificidad–, con lo cual la filosofía práctica habrá de abordar un análisis con pretensiones de universalidad cuyo objeto aludiría a la reflexión acerca de la moralidad humana (como presupuesto de todo ser humano), para ello será pertinente y necesario que se remita al estudio de diversas corrientes de pensamiento que han buscado la fundamentación teórica generalizada de las problemáticas tradicionales de la filosofía práctica (la felicidad, el bien, el placer, las virtudes, los vicios, la voluntad, la utilidad, la armonía, la justicia, los valores, las finalidades humanas, etc.); en segunda instancia, el aterrizaje de aquella especulación filosófica en los contextos particulares en los que se juegan morales específicas y que responden a las condiciones históricas, sociales, culturales mismas, esto es, siguiendo a Nietzsche (2006), poner la historia, la moral, el saber, la política, la economía…, al servicio de la vida: “tenemos necesidad de una historia

[de una ética] para vivir y obrar […] Queremos servir a la historia [a la ética] solamente en cuanto ella sirve a la vida” (p. 87); o, como señala Sánchez “descartar [más bien conjugar] la ética especulativa que ve los hechos morales a la luz de ideas, valores y deberes universalmente válidos y considerarlos desde el ángulo de su carácter histórico y de su función social” (1969, p. 11). Quizá esta complementariedad entre lo universal y lo particular, permita salvar al ser humano de las agudas críticas de quienes señalan la supuesta escisión entre teoría y práctica que caracteriza a los estudiosos de la filosofía.

2.2 Intencionalidad y proyección de la cátedra de Ética

Un diálogo fecundo, abierto, franco (parresiástico, en sentido concebido por los griegos, analizado por Foucault (2004) y meta-analizado por Abraham (2001), entre lo general y lo específico, entre lo universal y lo particular del fenómeno moral, abre pues, espacios para el tratamiento de diversas problemáticas, temáticas, escuelas, corrientes, pensadores, etc., que constituirían a nuestro juicio unos fundamentos teóricos (epistemológicos) de la filosofía moral, así:

La reflexión ética ha de ocuparse, en primera instancia, de configurar su objeto de investigación –la moral, o como se ha reiterado, las morales efectivas–, para ello será pertinente deslindar los problemas éticos de los problemas morales, es decir, señalar los límites y las relaciones entre los problemas generales y aquellos que plantean situaciones concretas, por cuanto, como se ha referido, la ética opera sobre la base de las relaciones entre lo universal y lo particular. Las propuestas de Bilbeny (1992), Sánchez (1969), Escobar (1992), aportan insumos para caracterizar las relaciones (semejanzas y diferencias) entre la disciplina y su objeto de estudio. Esta reflexión busca, entonces, ofrecer elementos de análisis que logren siquiera ir respondiendo a las preguntas sobre qué significa que la persona sea un ser ético o por qué la persona es un ser ético y a la vez, cómo se configura la moralidad de la persona.

El estudio de los códigos morales, de las normas morales consignados en ellos, ocupa un lugar preponderante en la reflexión ética, toda vez que como sostiene Russell (1993, p. 16) “los códigos morales [y la ética] le son necesarios al hombre a causa del conflicto entre la inteligencia y el impulso”. La ética, entonces, habrá de ocuparse del análisis de la emergencia de las normas y los códigos morales, de su especificidad (en contraste con otro tipo de normas religiosas, positivas, etc.), de la determinación que operan sobre los ámbitos morales prácticos (sobre las acciones morales) y, en lo posible como señalan Küng (1992), Boff (2001), Dalai Lama (2000), la fundamentación de unas formas de universalizacióndel discurso ético o unos

imperativos mínimos para una ética mundial. En otras palabras, implica responder a la pregunta: ¿De qué forma el ser ético aporta a la transformación social de su entorno?

El análisis de la emergencia del fenómeno moral y sus formas de aparición histórica, la exploración de las condiciones concretas que la han hecho posible y que han signado sus avances y/o retrocesos (costumbres, ideales, necesidades, valores, relaciones políticas y económicas, organización de los grupos…), elementos estos que coadyuvan al surgimiento de determinados parámetros de conducta que dan lugar a la reflexión ética como necesidad de solucionar los conflictos inherentes a la pugna entre deseo y deber, entre logos y pathos, entre razón y sentimiento, conflictos que subyacen arraigados en lo más profundo de la naturaleza humana. Las propuestas de Rousseau (1999), Nietzsche (2003) y Russell (1993), entre otras, podrían ayudar profusamente a iluminar esta problematización.

¿Conviene abordar una reflexión ética sustraídos de las condiciones sociales? Parece, al decir de Londoño (1997) que no tiene sentido alguno hablar de ética a espaldas de la realidad en que se vive; si esto es cierto, el análisis de la moral efectiva vigente en nuestra sociedad (con sus vacíos, sus realizaciones, sus condiciones de concreción…), ha de ser considerado un tema de capital relevancia, toda vez que del reconocimiento de la problemática moral -del vacío ético, mejor, del vacío moral- y el análisis del conflicto social son presupuestos para la puesta en marcha de una ética laica que permita la reconstrucción moral de nuestra sociedad. Las propuestas de Remolina (1991), Ahumada y Otros (2000), De-Roux (1991), Ospina (1996, 1999), Alvarado y Ospina (1998), entre otras, aportan ingredientes para el debate.

¿Cuáles son los elementos que permiten fundamentar la moral?, ¿Qué presupuestos nos permiten caracterizar y diferenciar lo bueno de lo malo, lo permitido de lo prohibido, lo conveniente de lo inconveniente?, ¿qué condiciones se ponen en juego ante la determinación de una acción moral? La respuesta a estos y otros interrogantes, habremos de buscarlas en los análisis de los elementos constituyentes de la moral: lo bueno moral, los fines morales, los valores morales, los criterios de valoración moral, la obligatoriedad moral, los deberes morales, el ámbito subjetivo de la moral (la consciencia moral), la dimensión objetiva de la moralidad (la ley moral), las condiciones de realización de la moral, la responsabilidad moral y la libertad, entre otros. El estudio de estos supuestos de la moralidad conducirán al análisis de la acción humana (acción moral), como evento práctico que sintetiza los fundamentos de la moral; en tal intencionalidad,

una relectura de los clásicos sobre filosofía práctica (desde los presocráticos hasta las actuales discusiones entre comunitarismos, liberalismose individualismos), sumados a los desarrollos teóricos de Leclerc (1956), Sánchez (1969), Bilbeny (1992), Escobar (1995), dotará el discurso de la filosofía moral de suficiente fundamento teórico. En los dos últimos ítems, junto con el presente, se indaga por responder cuestionamientos ético-morales fundamentales, por ejemplo, ¿Cuál es el compromiso del ser ético en la construcción de vida buena para todos y todas?

El nuevo rostro de la ética: la bioética. Dados los numerosos, disímiles y profundos cambios que atestiguamos en las últimas décadas, las transformaciones radicales operadas en todos los órdenes de la sociedad a las que asistimos, la perplejidad en que yacemos ante el desmedido desarrollo de la racionalidad científico-técnica que paulatinamente ha invadido hasta los rincones más recónditos de la sociedad y de los sujetos; es pertinente intentar develar un nuevo rostro de la ética –o mejor– una nueva forma de ética, una bioética –ética de la vida–, emergente de las relaciones y reflexiones que se han tejido entre la ética general y los múltiples avances en el ámbito de la ciencia, la técnica y la tecnología. La irrupción de una pluralidad de acontecimientos, que señalan rupturas y discontinuidades frente al curso natural de la historia, nos ubican ineludiblemente en otro tipo de reflexión, en que se evidencian las relaciones e interacciones entre diversas disciplinas, formas de saber y campos de poder, en los que necesariamente se halla en juego la vida en todas sus dimensiones, manifestaciones y complejidad. Un bosquejo a las memorias de diversos congresos y a la producción de varias entidades y autores permitirá una visión de conjunto y una aproximación a la temática: Abel y Otros (2002), Beauchamp y Childress (1999), Gafo (2003), Gracia (1989, 1998), Llano (2002), Trevijano (1998), Universidad Militar Nueva Granada. (2001, 2002, 2006), Varga (1994).

La ética práctica (ética aplicada al ejercicio profesional). Aunque se ha debatido profusamente la conveniencia o inconveniencia de tratar segregación de una moral profesional de la moral personal o social, es conveniente, en la perspectiva de aterrizar el discurso ético, abordar procesos de reflexión que nos permitan especificar la práctica de la ética en el ejercicio profesional, puesto que como señalan la mayoría de los códigos deontológicos profesionales –si no todos–más que una actividad técnica, práctica, económica…, el ejercicio profesional constituye una labor tendiente al beneficio social. Por ello, toda vez que se ha abordado el análisis de la fundamentación teórica de la filosofía moral, convendrá especificar sus alcances y límites tanto en la vida cotidiana como en el propio desempeño de la profesión por la que hemos optado. Algunas orientaciones de Gatti

(1997), Suárez (1985), un estudio concienzudo de los códigos deontológicos y el análisis de diversos casos a los que a diario nos enfrentamos en el ejercicio profesional, complementarán el panorama propuesto para el abordaje de la filosofía moral. La dimensión práctica de la ética, debe necesariamente complementarse, por ejemplo, con problemáticas relativas a la responsabilidad social que se constituye en un punto focal, en una cuestión fronteriza, para hacer una deriva y concretar lo teórico en la praxis social de los sujetos. Desde esta perspectiva emergen diversos cuestionamientos que se orientan al abordaje de la éticautens, de un modo transdisciplinar, toda vez que esta ética práctica se pone en funcionamiento permanentemente y de modo ineludible, en todas las esferas de la vida humana.

No podría completarse el panorama de la ética, sin una referencia a su misma historia, a las condiciones y circunstancias que han posibilitado la emergencia de las morales efectivas y de los sistemas teóricos que se han encargado de su estudio. Una historia de la ética y el análisis de los diferentes sistemas que han pretendido fundamentar la moral (sus autores, sus escuelas, sus corrientes, sus ideas, sus proyectos, etc.) como temáticas transversales a los elementos que acotan la filosofía moral, son ineludibles en la perspectiva de caracterizar uno de los problemas básicos de la ética: el de lo bueno moral. Así entonces, la llamada ética aplicada necesita seguir siendo nutrida por cuestionamientos y reflexiones serías, precisamente por su impacto en la vida de los seres humanos y de la vida no humana, tratando de responder preguntas como ¿Cuáles son los retos que la ciencia y la biotecnología le planean al ser ético? O ¿Cuál es la comprensión del desarrollo humano dados los avances de la ciencia y la tecnología?

Así las cosas, teniendo en consideración los anteriores presupuestos, la cátedra de ética se convierte en un espacio académico que posibilita la reflexión tanto epistemológica como antropológica de la filosofía moral, en la medida en que ella orienta las valoraciones que realiza toda persona con respecto a las normas y conductas propias, de los demás y de una comunidad. En esta dinámica es posible percibir que los docentes, los estudiantes y la comunidad educativa –en las distintas prácticas y dimensiones de la universidad–, trascienden la mera postura personal, es decir, la opinión particular (en términos platónicos, la doxa), para acercarse a un nivel superior en la medida que se exige argumentación y sustentación de los enunciados éticos.

Por tal motivo, la ética permite no sólo el afianzamiento del desarrollo moral de cada miembro de la comunidad a través de valores compartidos y construidos colectivamente por medio de acuerdos y consensos, lo que posibilita la realización de dicha dimensión humana, de tal suerte que le proporciona una impronta en sus

relaciones internas pero al mismo tiempo una identidad en sus distintas relaciones externas (el Estado, la sociedad y sus pares académicos).

3. POLÍTICAS Y LINEAMIENTOS EN FUNCIÓN DE USTA-COLOMBIA: UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS Y SUS ÁMBITOS DE FLEXIBILIZACIÓN

3.1 Políticas institucionales que orientan la cátedra de Ética

En todo el despliegue de la identidad institucional que se expone en políticas y lineamientos de la Universidad Santo Tomás, se destaca, fundamentalmente la formación integral de la comunidad universitaria. Esta una función y labor misional. En este sentido el Estatuto Orgánico (2010), el PEI (2004), la Política Curricular (2004), el Modelo Educativo Pedagógico (2009), el Plan General de Desarrollo (2012-2015) y el Acuerdo N° 28 (2013), se establecen y orientan las políticas y lineamientos sobre la formación integral desde lo académico que promueve, gestiona y dirige los Departamentos y Unidades en las Sedes y Seccionales (Política Curricular Departamento de Humanidades y Formación Integral - 2015).

Por lo tanto, la misión de la universidad Santo Tomas, inspirada en el pensamiento humanista cristiano de Santo Tomas de Aquino, consiste en promover la formación integral de las personas, en el campo de la educación superior, mediante acciones y procesos de enseñanza-aprendizaje, investigación y proyección social, para que respondan de manera ética, critica y creativa a las exigencias de la vida humana y estén en condiciones de aportar soluciones a la problemática y necesidades de la sociedad y del país (PEI, Art. 7)

Es por ello que el proyecto de ética encuentra en la misión de la universidad su fundamento más importante, dado que en ella se establecen propósitos que tienen un componente ético manifiesto. En primer lugar, “la formación integral de las personas”, implica una mirada holística al concepto de hombre en tanto no se reduce a la dimensión material y productiva que tantas veces se promueve desde la misma educación, sino como un ser multidimensional que asume su desarrollo y el de los demás desde una perspectiva integral. En segundo orden, este hombre es entendido como aquel que “responde de manera ética, crítica y creativa a las exigencias de la vida humana”, comprendiendo así, el sentido de corresponsabilidad y compromiso que tiene la persona en la producción de vida buena y digna para todos y todas dado que es partir de allí de donde se desprenden las verdaderas necesidades humanas. Y en tercer lugar, se forma a la persona para estar en “condición de aportar soluciones a la problemática y necesidades de la sociedad y del país”. El presente proyecto difiere de aquellas concepciones que entienden la ética como un discurso meramente filosófico, abstracto y puramente racional, por el contrario, la comprende como un escenario

de discursos y prácticas que pretende la constitución de sujetos éticos, comprometidos, solidarios y protagonistas en los procesos que llevan a la transformación de las estructuras deshumanizantes de la vida social en el país.

De otro lado, el plan general de desarrollo 2012-2015, establece como uno de los valores institucionales al Bien Común dado que:

La tradición tomista da especial importancia al bien común, que es el valor articulador y englobante de los demás valores de convivencia o coexistencia. El bien común, en cuanto conjunto de condiciones y posibilidades de la vida compartida, debe asegurar la subsistencia y el desarrollo de la vida personal de cada colombiano y de la sociedad en general; debe ser de alcance colectivo y con poder distributivo. La práctica de la responsabilidad, la solidaridad, la justicia y el bien común contribuyen a la construcción de la paz como resultado natural. En el humanismo cristiano, “la paz es fruto de la justicia”, que es el alma de todo auténtico bien común.

El proyecto de ética constituye un aporte directo a la consecución de una humanidad constructora y dichosa del bien común. Se parte de una máxima cristiana fundamental y es que la paz no se alcanza con el cese de hostilidades, sino a través de una distribución equitativa de oportunidades. La búsqueda del bien común pretende superar las falsas concepciones de vida, sobre todo provenientes del proyecto moderno y del capitalismo neoliberal, que colocan al hombre en un escenario de extrema individualidad donde el progreso personal no da lugar a experiencia de solidaridad y la competencia económica es sinónimo de libertad. Los discursos y prácticas dentro del presente proyecto pretenden llevar al estudiante por un proceso de reflexión crítico frente a los estereotipos de vida que se venden a través de los medios y que se aceptan como únicos y verdaderos para que aprenda a juzgarlos como mecanismos sociales que degradan la vida humana en tanto productores de egoísmo, placer individual y mezquindad.

3.2 Políticas curriculares del departamento que orientan la cátedra de Ética

El Departamento de Humanidades y Formación Integral, no siendo el único responsable de la formación ética y moral de la comunidad universitaria, si posee claro su horizonte de acción. Esto es, que siguiendo la impronta dominicana de Estudio General, la USTA se inspira en el humanismo cristiano tomista cuya centralidad gira en torno a la persona humana como eje dinamizador de la acción universitaria. La Universidad apuesta por tanto, a una formación humanística para que la comunidad universitaria responda de manera ética, crítica y creativa a las problemáticas del mundo actual. (Política curricular Departamento).

En este orden de ideas, esta profunda y bien ponderada tarea misional (Política Curricular, 2004b, pp. 33-35), se concreta en la ruta formativa del Departamento al interior de su oferta curricular en los componentes obligatorio y flexible. En especial, en el primero, es decir, en los espacios académicos que buscan materializar, al interior de sus desarrollos pedagógico, interdisciplinar, metodológico, problémico y evaluativo, la enunciada formación integral con énfasis en lo ético, lo crítico y lo creativo.

Es así que, con la cátedra de ética, no se cierra un ciclo de formación humanística, sino al contrario, se abre posibilidades para que los actores de los procesos de enseñanza-aprendizaje (maestro-estudiante), después de haber tenido contacto con la Filosofía Institucional, la Antropología, la Cátedra Henri Didon, la Cultura Teológica, la Filosofía Política, la Epistemología y, por supuesto con la Ética, puedan estructurar e interrelacionar saberes desde una cosmovisión que asuma la realidad: mundo, sociedad, historia, Dios, hombre, como totalidad integrada y como propuesta de vida. (Política curricular Departamento).

Para tal fin, la docencia estará basada en un enfoque pedagógico de interacción y construcción del saber desde el Modelo Educativo Pedagógico de la USTA, es decir, la pedagogía problémica y la metodología problematizadora, que tendrá como objetivo misional la promoción de la formación integral desde lo académico (Política curricular Departamento).

Es así, que dentro de estos procesos la USTA siempre ha reconocido su responsabilidad como instancia formadora del carácter, de la personalidad y del pensamiento crítico del estudiante. Actualmente se enfoca la preocupación por la formación integral como una forma de responder a los retos del mundo globalizado en su acelerado desarrollo tecnológico y científico. (Política curricular Departamento).

3.3 Núcleos problémicos de la cátedra de Ética

Así entonces, la formación integral, que siendo un imperativo misional de la USTA, tiene como telos formativo la persona humana, antes que cualquier otra acción educativa, y su contenido es que ésta sea ética, crítica y creativa, basado en el humanismo cristiano tomista, esto es, como un sistema complejo de relaciones de correspondencia y consistencia interna. De este modo, USTA Colombia definió esta formación en ética desde los siguientes núcleos problémicos que se desarrollan, así:

Núcleo problémico uno: persona

Busca analizar los argumentos que permiten comprender al hombre como ser ético, especialmente, desde el humanismo cristiano tomista y su correspondiente configuración con el pensamiento crítico y la creatividad. Las preguntas problémicas que se desarrollan son:

¿Por qué la persona es un ser ético? ¿Qué significa que el Hombre es un ser ético?

¿Cómo se configura la moralidad de la persona?

Núcleo problémico dos: sociedad

Se despliega en la comprensión de la responsabilidad del ser ético en la transformación social de su entorno y la construcción de vida buena para todos y todas. Sus preguntas problémicas son:

¿De qué forma el ser ético aporta a la transformación social de su entorno? ¿Cuál es el compromiso del ser ético en la construcción de vida buena para

todos y todas?

Núcleo problémico tres: bioética

Con ayuda del pensamiento crítico se busca escudriñar los avances, alcances y límites de la ciencia y la biotecnología en relación con la vida y la dignidad humana, y con la vida no humana. Sus preguntas problémicas son:

¿Cuáles son los retos que la ciencia y la biotecnología le planean al ser ético?

¿Cuál es la comprensión del desarrollo humano dados los avances de la ciencia y la tecnología?

4. ESTRATEGIAS A IMPLEMENTAR 

4.1 Formación integral, humanismo cristiano tomista y la cátedra de Ética

a. La cátedra de ética al interior de la ruta formativa

El espacio académico de ética se perfila como el culmen de la formación humanística por la que ha apostado la Universidad Santo Tomás. Tras un largo itinerario por diferentes procesos formativos en que fueron puestas en escena diversas problematizaciones relativas al estudio de los contextos, de la institucionalidad (filosofía institucional), a la pregunta por nosotros mismos en tanto

personas social, histórica y culturalmente situadas (antropología) y en perspectiva de nuestras relaciones con los otros (política), con los procesos de conocimiento (epistemología) y con lo Absolutamente Otro (Cultura Teológica), conviene nuevamente ubicarnos en el centro de la reflexión para pensar-nos en perspectiva de nuestra condición ético-política y como sujetos de acción y producción moral (Ética).

La cátedra cuenta con una oferta entre 25 y 30 grupos cada periodo académico, para todos los programas académicos en el nivel de pre-grado. Igualmente, posee una asignación de dos créditos (Acuerdo N° 28 de octubre 16 de 2013) que se desarrollan con cuatro horas semanales de actividad presencial y ocho de trabajo independiente.

b. Salidas Pedagógicas

El aula no se comprende como un espacio físico, por el contrario, es un escenario en el cual se desarrollan los procesos de enseñanza-aprendizaje que abarca las aulas universitarias, los espacios de debate, el encuentro informal y, por supuesto, las actividades de formación extracurriculares. Es así que la cátedra de ética, llevará a cabo tres salidas pedagógicas cada semestre. La primera de ellas la lidera el docente Humberto Valero, quien motivará a un grupo de estudiante para que asistan al Museo del hombre; la segunda la lidera la profesor Martha Vidal, quién asistirá a San Agustín con el fin de conocer un poco sobre la cultura Huitoto y la tercera la lidera el profesor Andrés Rivera, quién convocará a un grupo de estudiantes para que se acerquen a un obra de teatro en el escenario R101 de la ciudad de Bogotá

c. Aplicación de la prueba Saber Pro

En el marco de los procesos de evaluación establecidos por el Departamento y con el propósito de favorecer una experiencia que le permita a los estudiantes ejercitar las competencias argumentativas, interpretativas, propositivas y de comprensión lectora como elementos esenciales en la didáctica de las humanidades, el proyecto de ética incluye la elaboración, aplicación, retroalimentación y evaluación permanente de una prueba saber pro para todos los estudiantes que cursan la asignatura.

4.2 Desarrollo crítico, ético y creativo del estudiante en la cátedra de ética

a. Proyecto Portafolio de problemas – Investigación Formativa

Con el fin de que la ética, tal como lo propone el estatuto orgánico, supere la enseñanza teórica y se comprenda como un escenario para pensar la realidad concreta y forjar prácticas ético-políticas de transformación social, el portafolio de problemas presenta once grandes asuntos de urgente reflexión en el país. Además porque en el contexto del desarrollo crítico, ético y creativo, es estudiante quien se enfrentará y confrontará con realidades concretas que le solicitarán esfuerzos, no solo para interpretar y argumentar, sino para plantearse su lugar crítico, ético y creativo al interior de la sociedad.

En este sentido se pretende con este proyecto formar en la investigación a los estudiantes por medio del acceso realidades que ellos tendrán que problematizar. Esto es, inicialmente se comprende la investigación formativa1 como el proceso según el cual, “…a partir de un problema el estudiante busca, indaga, revisa situaciones similares, revisa literatura relacionada, recoge datos, los organiza, los interpreta y enuncia soluciones. Construye, así, (organiza) conocimiento o aprendizaje de conocimiento, aunque sea conocimiento ya existente”. Por lo tanto, el estudiante ha de desarrollar la Búsqueda de recursos epistémicos; la contextualización de conexiones problémicas; el estudio sobre la realidad y los problemas del contexto inmediato y mediato; la sistematización de resultados logrados en la búsqueda de recursos epistémicos y, la interacción hermenéutica en textos, contextos y pretextos en el progreso del trabajo de campo.

Toman como referentes los núcleos problémicos del programa. Cada uno de estos grandes problemas tiene cuatro subproblemas con sus respectivas preguntas problémicas que despliegan el contenido de su problema; estos subproblemas tienen como punto de referencia los programas académicos que ofrece la USTA, con el fin de que los estudiantes puedan identificarlo de acuerdo a su disciplina o interés académico.

1. Ciencia, bioética y medio ambiente2. Comunicación, ética y cultura3. Corrupción, ética y política4. Cuerpo, ética y estética5. Empresa, economía y felicidad6. Estado, ética y ciudadanía 7. Estado, ética y política 8. Ética, post-conflicto y paz9. Pedagogía de la ética y desarrollo moral10. Relaciones y negocios internacionales, ética y paz global

1 Restrepo B. Conceptos y Aplicaciones de la Investigación Formativa y Criterios para Evaluar la Investigación Científica en sentido estricto. En http://desarrollo.ut.edu.co/tolima/hermesoft/portal/home_1/rec/arc_6674.pdf, 05 agosto 2012

11. Religión, moral e instituciones

b. Foro deliberativo de lucha contra la corrupción

Como parte fundamental de la metodología establecida para desarrollar el segundo núcleo problémico del programa de ética, el cual pretende responder a la pregunta: ¿De qué forma el ser ético aporta a la transformación social de su entorno?, se ha establecido en la novena semana del semestre un espacio de deliberación académica para que estudiantes y profesores con el apoyo de la Contraloría General De La Nación, debatan en torno al fenómeno de la corrupción en Colombia, de modo que a partir de allí, surjan posibles mecanismo de solución.

c. Cátedras Magistrales de ética

Las cátedras magistrales se presentan a los estudiantes desde varias perspectivas tanto en aras de su formación integral como en relación estrategias pedagógicas problémicas. En el ámbito de la formación integral desde la ruta formativa se pretende con las cátedras magistrales ofrecer a los estudiantes otros referentes de reflexión que les ayude a configurar su pensamiento crítico desde la argumentación moral o desde la emisión de juicios con suficiente argumentación. Y como una estrategia pedagógica se pretende que exista una conjugación de esfuerzos pedagógico-didácticos para que entre cátedras magistrales (profesor magistrales-estudiantes) y clases regulares de la cátedra de ética (docente titular del grupo-estudiantes) se entables diálogos interdisciplinarios que nutran los núcleos propuestas para este espacio académico.

5. ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN 

La cátedra de Ética, desde las orientaciones del comité de Aseguramiento de la Calidad del Departamento de Humanidades y Formación Integral, se organiza desde el Plan de Acción semestral y desde el Plan de mejoramiento al final de cada período semestral.

La cátedra de ética está coordinada por un/a docente encargado/a de liderar los procesos académicos y de administración curricular. Depende del Director del Departamento en línea administrativa, del coordinador académico del Departamento y del coordinador del comité de docencia en línea académica y curricular.

1. Convocar y presidir las reuniones del grupo base de la cátedra2. Hacer la revisión y proponer el programa o syllabus de la cátedra

3. Planear y velar por el desarrollo de las actividades curriculares y extracurriculares de la cátedra

4. Planear, revisar y hacer seguimiento a las pruebas Saber Pro5. Diseñar el aula matriz de la cátedra en la plataforma virtual6. Delegar y aprobar los talleres de apoyo de la cátedra7. Aprobar las Rúbricas de evaluación8. Revisar la bibliografía de soporte de la cátedra9. Acopiar la información didáctica de la cátedra10.Hacer seguimiento del cumplimiento a las actas de las reuniones11.Velar por las actividades de seguimiento académico a estudiantes12.Hacer seguimiento a las actividades del comité13.Alimentar la base documental (actas, ponencias, banco de preguntas, entre

otros) de la cátedra14.Participar en las reuniones a las que sea convocado15.Generar informe mensual al coordinador de docencia de las actividades de

la cátedra16.Hacer evaluación de desempeño a los miembros del grupo base17.Ser instancia de mediación en situaciones de conflicto con los estudiantes

de la cátedra.18.Al ser notificado de la finalización de su periodo como coordinador, realizar

todas las gestiones pertinentes para realizar la entrega del cargo.19.Y otras que sean asignadas por la Dirección del Departamento.

En todo caso, el Grupo base, que es el equipo líder de la cátedra, de manera conjunta colabora con la coordinación de la cátedra para nutrir y desarrollar el programa o syllabus y todas las demás actividades de la cátedra.

6. RECURSOS: TALENTO HUMANO, INFRAESTRUCTURA, FINANCIERO

La catedra de ética cuenta con un amplio número de docentes con profunda experiencia docente, con estudios de maestría y doctorado, escalonados y preocupaciones reales que le llevan a realizar investigaciones de índole ético-político, ético-social, ético-económico, por tal razón realiza las llamadas Cátedras Magistrales, donde el docente no solo investiga sino que también involucra en esa investigación a estudiantes y docentes.

Las cátedras magistrales son espacios diferentes a la clase y se desarrolla en lugares diferentes al salón de clase, está estrechamente vinculada con el syllabus, sin ser una continuación o aclaración, del mismo, es más bien una profundización y análisis al más alto nivel conceptual y teórico.

El Departamento de Humanidades y Formación Integral apoya en tiempo y espacio la realización de dicha investigación y patrocina la realización y publicación de libros producto de estas investigaciones, al igual que diversas investigaciones relacionadas con el espíritu y razón de ser de la cátedra. Los salones de clases y escenarios para realizar las actividades de la catedra están cómodamente amoblados y con los medios y recursos propios de las TIC.

7. LOGROS E IMPACTOS ALCANZADOS EN 2014

En el año 2014 se realizó de forma sistemática el seguimiento estudiantil con procesos como alertas tempranas, verificación de la existencia real de los estudiantes, al igual que se planearon, concretaron y realizaron en 2014-1 ocho (8) sesiones de cátedras magistrales en cuatro franjas diferentes y en 2014-2 con seis (6) sesiones e igual número de franjas, impactando en 2014 cerca de 550 estudiantes que están adscritos en la catedra. Al igual igual que los talleres sobre corrupción son muy bien recibido y la participación es bastante representativa así como con la realización de las cátedras magistrales que se han consolidados en franjas de asistencias e interés por las mismas.

8. EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO AL PROCESO USTA-COLOMBIA

Desde los ámbitos de la evaluación y seguimiento la cátedra de ética se perfecciona en cada período académico. El primer ámbito es el relacionado con la autoevaluación y autorregulación de la cátedra conforme al seguimiento del plan de acción y a la elaboración del plan de mejoramiento, toda vez que existan dificultades para el cumplimiento a cabalidad del plan de acción semestral.

El otro ámbito se refiere a la evaluación de aprendizajes. Con el sistema de evaluación por puntos, el acompañamiento y seguimiento, cátedras magistrales, programa de radio, la ampliación y especificación de las de tareas, foros y de más recurso ampliados y especificados en el la aula matriz se ha logrado minimizar la deserción y se ha logrado un mayor cubrimiento en cuanto a la circulación de la información y permanencia de los estudiantes.

9. REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS

Abraham, T. (2001). El último Foucault. Buenos Aires: Editorial Suramericana.

Bilbeny, N. (1992). Aproximación a la ética. Barcelona: Ariel.

Boff, L. (2001). Ética planetaria desde el Gran Sur. Madrid: Trotta. Cortina, A. (1994).Ética mínima. Madrid: Tecnos. Dalai Lama. (2000).El arte de vivir en el nuevo milenio. Barcelona: Grijalbo. De Roux, F. (1991). Ética y conflicto social. En: Ediciones Antropos.

Colombia una casa para todos. Bogotá: Ántropos. Escobar, G. (1996). Ética. 2a. Ed. México: Mc Graw Hill. Foucault, M. (2004). Discurso y verdad en la antigua Grecia. Barcelona:

Ediciones Paidós. Gatti, G. (1997). Ética de las Profesiones Normativas. Bogotá: Ediciones

Paulinas. González, M. (2006). Presupuestos epistemológicos y antropológicos de la

ética. En Hernández, A. y Otros. Ética actual y profesional. México: Thompson.

Groppa, O. (s.f.). Aportes a una epistemología de base ética. Explicitación de fundamentos para un trabajo interdisciplinar. [Versión Electrónica]. Recuperado el 20 de junio de 2009, de: http://www.uca.edu.ar/esp/sec-investigacion/.../13-aportes-epistem.pdf

Kierkegaard, S. (1994). Temor y temblor. Barcelona: Altaya. Küng, H. (1992). Proyecto de una ética mundial. Valladolid: Trotta. Lipovetsky (1996). La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo

contemporáneo. Anagrama: Barcelona. Llano, C. (1997). Dilemas éticos de la empresa contemporánea. México:

Fondo de Cultura Económica. Macyntire, A. (1987). Tras la Virtud. (Traducción al castellano de Amelia

Valcárcel). Barcelona: Ed. Crítica. Morin, E. (2003), El Método. Madrid, Cátedra. Nietzsche, F. (2003). La genealogía de la moral. México: Grupo Editorial

Tomo. Nietzsche, F. (2006). Segunda consideración intempestiva. Buenos Aires:

Libros del Zorzal. Ospina, W. (1996). ¿Dónde está la Franja Amarilla? Bogotá: Norma. Ospina, W. (1999). Es tarde para el hombre. 2a. Ed. Bogotá: Norma. Remolina, G. (1991). El vacío ético en la sociedad colombiana. En:

Ediciones Ántropos. Colombia una casa para todos. Bogotá: Ántropos. Russel, B. (1984). La conquista de la felicidad. Medellín: Bedout. Russel, B. (2002). Sociedad humana: ética y política. Madrid: Cátedra

Teorema. Sánchez, A. (1969). Ética. México: Grijalbo. Singer, P. (1998). Ética para vivir mejor. Barcelona: Ariel. Sotolongo, P. y Díaz, C. (s.f).La Revolución contemporánea del saber y la

complejidad social. Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo. Capítulo III. La epistemología hermenéutica de segundo orden. [Versión Electrónica].

Recuperado el 20 de julio de 2009, de:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/campus/soto/Capitulo%20III.pdf

Suárez, R. (1995). Ética. Bucaramanga: UIS. Taylor, Ch. (1994). Ética de la autenticidad. Barcelona: Paidós. Universidad Santo Tomas. Documento del Departamento de Humanidades y

Formación Integral, 2010 Universidad Santo Tomas. Estatuto Orgánico, 2010. Universidad Santo Tomas. Modelo Educativo Pedagógico, 2010 Universidad Santo Tomas. P.E.I (Proyecto Educativo Institucional), 2004 Universidad Santo Tomas. Plan general de desarrollo 2012-2015, 2011 Universidad Santo Tomas. Supuestos y presupuestos de la ética.

Aproximación a una fundamentación teórico-práctica. 2010 Vasco, C. (1990). Tres estilos de trabajo en ciencias sociales. 5ª. Ed.

Bogotá: Centro de Investigación y Educación Popular-Cinep. Wittgenstein, L. (1995). Conferencia sobre ética. Barcelona: Paidós.