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    Julio Escoto

    Lectura postraumtica del ao de la guerra (1969)

    Escritor hondureo

    [email protected]

    I urge you

    to empty one more

    cup of wine.

    For west of the border

    you will have no old friends.

    Wang Wie1

    I De la histo ria a la memoria

    No s por qu, pero hablbamos en voz muy baja,

    susurrando.

    Ryzard Kapuciski.

    Momentum

    El 14 de Julio de 1969 fue el da del miedo para hondureos y salvadoreos. 2

    1 Wang Wie, dinasta Tang, hacia el ao 750.2El 14 de Julio de 1969, cuando inici la guerra, recin terminaba de jugar una potra de rigor con mis amigosvecinos, en una cancha larga con buena grama, que entonces separaba a las dos hileras de casas del barrio LaCompaa el de los pobres, tras la Escuela Policarpo Bonilla. [...] Me enter de la guerra como a las siete de lanoche, cuando mi padre, Heriberto Reyes, lleg a casa de su trabajo como mecnico de la Tela Railroad Company en

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    Rogelio Alvergue y su hermano Rafael transitaban por el centro de San Salvador a las cinco

    de la tarde cuando un ruido poderoso de motores cay sobre ellos: a gran altura una mancha de

    aviones en perfecta formacin cruzaba el cielo. En esos momentos dice Rogelio nunca

    La Lima, donde viajaba a diario. l se haba enterado del inicio de la guerra en el autobs que abord en La Lima. Apartir de ese momento la situacin en casa fue de preocupacin por dos razones. La primera, la situacin de muchosfamiliares, entre hermanos y hermanas de mi padre: tos y primos mos, que vivan en Goascorn, por donde entraronlas tropas salvadoreas, y por otros que residan en El Salvador. Todava tengo una ta hondurea y muchos primos,algunos salvadoreos, que viven en El Salvador.La segunda preocupacin era por la alarma que haba en El Progreso por la pronta entrada a la ciudad de unasupuesta quinta columna de El Salvador. Venan a tomarse todo el Norte de Honduras, deca la gente. Mi padre,que acaparaba el nico radio que haba en casa, trataba de calmarnos a todos, al tiempo que atenda a vecinos y

    amigos del barrio que queran saber sobre lo que estaba ocurriendo y atentos a lo que deca HRN.Como hermano mayor, de cinco, la menor de apenas cinco meses, aunque con miedo, estaba atento con una linternade mano alumbrando hacia el patio grande de la casa (de esquina) en el que haba rboles de toronja, naranja, mango,limn, cocos, entre otros que recuerdo. Nunca vi moverse nada entre los rboles. Algunos de esos rboles todavaestn en pie, mientras que otros fueron sustituidos y por su sombra siguen siendo uno de mis sitios favoritos cuandollego a casa de los viejos.Entre la alarma en el barrio nos acostamos despus de media noche y nos levantamos horas ms tardes del da 15 conel escndalo de que estaban siendo saqueados todos los negocios de origen salvadoreo en las diferentes ciudades del

    pas. Lo mismo hacan los salvadoreos en su pas con negocios de hondureos, segn lo que alcanc a leer en LaPrensa, que no siempre llegaba a casa.El 15 de julio recuerdo que los dueos de algunas tiendas de El Progreso ofrecan machetes para defender a la ciudadde la quinta columna, mientras en los diferentes barrios y colonias se comenzaban a organizar unos comits devigilancia que ese mismo da empezaron a cumplir dos turnos nocturnos, al menos en mi zona. El mismo 15 supimosque un primo mo, Harvy Lpez, haba resultado herido de cinco balazos el da de la invasin. Afortunadamentetodos fueron quemones, ninguno de extrema gravedad, fue el reporte que tuvimos sobre el primo, quien aos mstarde fue alcalde de Goascorn, donde sigue viviendo.Los militares salvadoreos, adems, le decomisaron a Harvy un pequeo microbs nuevo que recin haba compradoun to nuestro para que lo trabajara, no recuerdo si para una ruta local o si era entre Tegucigalpa y El Amatillo. Eltransporte se lo llevaron los militares salvadoreos para su pas.En mi barrio, de unas diez casas, cinco por hilera, y dos barracones, las rondas nocturnas eran de seis horas. Mientraslos hombres, incluidos menores de edad, hacan su ronda, provistos de linternas, pistolas, uno que otro rifle decacera, machetes, palos, y lazos, entre otros pertrechos, las mujeres preparaban caf con pan y puntalitos (comida)

    para sus soldados. No recuerdo cuntos das dur la ronda, pero s haber sentido alguna satisfaccin porque unapulpera fuerte propiedad de una salvadorea a pocos metros del Instituto El Progreso fue saqueada e incendiada.Varios estudiantes ramos clientes de la pulpera.Aquella satisfaccin se deriv de algunas versiones que trascendieron en El Progreso, en el sentido de que la

    propietaria, el da del partido de vuelta entre Honduras y El Salvador, estuvo gritando en contra de los hondureos en

    el Estadio Flor Blanca. Cuando le coment eso a otro amigo, me dijo que eso no debera alegrarnos porque lo mismole estaban haciendo a compatriotas nuestros en El Salvador, lo que me hizo reflexionar y recordar de nuevo anuestros familiares del otro lado del Goascorn. Con el tiempo comprendimos el verdadero origen de la guerra. Porla profesin he conocido y vivido momentos agradables y peligrosos en El Salvador, como los aos de su guerrainterna, en la que varias veces estuve en fuego cruzado entre militares y guerrilleros. Entonces conoc ms al pueblosalvadoreo, me identifiqu ms con su lucha y record relatos de mi padre de que, cuando nio, varias veces mellevaron de Goascorn a El Salvador por razones de salud. Razones de sobra para querer a El Salvador, de donde,entre muchas cosas ms, me han trado un regalo dos hermanos que tengo en San Pedro Sula, Julio y Flor.Testimonio de Germn Reyes, Comunicacin Personal, mayo de 2009.

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    sospechamos que la flotilla era una de muchas que estaban en camino con la misin de

    neutralizar a la muy superior fuerza area hondurea.3

    Minutos ms tarde se produca un apagn general de electricidad, con lo que los presagios

    que desde antes se venan manifestando, los del inicio de una guerra, parecieron cumplirse. A

    media noche el presidente de la Repblica, Coronel DEM Fidel Snchez Hernndez, dio parte a

    la nacin sobre el ataque blico que su gobierno haba lanzado esa tarde a las bases y aerdromos

    civiles y militares de Honduras.

    En efecto, y segn relatan diversos estudios (Kapuciski; Becerra),4 a las seis de la tarde

    del 14 de Julio aviones salvadoreos bombardearon en simultneo las ciudades de Tegucigalpa,

    Gracias, Nueva Ocotepeque, Santa Rosa de Copn, Juticalpa, Amapala, Choluteca, Catacamas,Nacaome y Guaymaca, de las cuales slo la primera ostentaba la dudosa categora de objetivo

    militar. Sin declaratoria de guerra, la infantera invadi al mismo tiempo el territorio hondureo

    por siete puntos fronterizos: Nueva Ocotepeque, Valladolid, Mapulaca, Sabanetas, Aramecina,

    Langue y El Amatillo.

    Los ataques prosiguieron los das 15 y 16 y como los mismos no encontraron mayor

    resistencia, pues Honduras haba confiado ms en las negociaciones diplomticas que en la

    3 Mi hermano Rafael y yo nos encontrbamos en el centro de San Salvador, en los alrededores del recininaugurado almacn Europa en una tarde atpica de cielo despejado, cuando vimos a gran altura una flotilla deaviones en perfecta formacin cruzar el cielo. En esos momentos nunca sospechamos que esa flotilla era una demuchas que estaban en camino con la misin de neutralizar a la muy superior fuerza area hondurea.6:00 p. m. Un apagn a nivel nacional presagia el desenlace que por todos era esperado y el cual fue confirmado porel entonces presidente de El Salvador, Coronel DEM Fidel Snchez Hernndez, a la media noche del mismo da,dando parte a la nacin del ataque a las distintas bases y aerdromos civiles y militares hondureos.Domingo 20 de Julio de 1969: Apollo 11 aluniza y en nombre de la humanidad y en clara seal de paz el hombre

    pisa el suelo lunar. Este momento histrico es aprovechado por el presidente salvadoreo cuando se dirige a lanacin para anunciar el fin de las hostilidades: cmo es posible que el hombre pueda caminar libremente sobre lasuperficie de la luna y no por su nacionalidad, por las veredas de Honduras. Rogelio Alvergue, Comunicacin

    Personal (en delante CP), 4 de junio de 2009.4 Las fuentes documentales tratan con amplitud el asunto; son principales entre muchas: El Salvador fue el primeroen atacar. Tena un ejrcito mucho ms fuerte y contaba con una victoria fcil [...] Parte de los emigrantes regresarona El Salvador, mientras que otros siguen viviendo en Honduras [...] A su vez, el tambin oligrquico gobierno de ElSalvador se neg a recibirlos, llevado del temor de una revuelta campesina. (Kapuciski).En las primeras 48 [horas] el ejrcito salvadoreo, aprovechndose del factor sorpresa y del escaso armamento deque disponan las fuerzas armadas hondureas, penetr cerca de diez kilmetros dentro de nuestro territorio [...] elgobierno de El Salvador [...] justific la agresin diciendo que con ella se adelantaba a un ataque de Honduras.(Becerra).Detalles interesantes de este tema se encuentran en Lpez Reyes, Cap., combatiente l de aquel momento.

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    defensa armada, la tropa de El Salvador ocup durante 48 horas una faja de aproximadamente

    diez kilmetros de ancho a lo largo de las fronteras (Becerra: 191). De extrema importancia para

    el desempeo histrico de estos sucesos fue la participacin de algunos actores con alto dominio

    tecnolgico del arte guerrero, cuales fueron los del arma area (Henrquez; Lpez Reyes),5 si

    bien en la accin terrestre se dieron audacias similares y heroicidades sorprendentes (Elvir

    Sierra).6

    Al aproximarse las cien horas de combate (OnWar.com) 7 y durante los das 16 y 17, la

    lucha intensa y el agotamiento de municiones condujeron, entre otros factores, a estancamientos

    en la iniciativa blica,8 dndose entonces un punto de equilibrio en que o bien la ocupacin de

    territorios progresaba o la tropa que haba iniciado la obra, es decir la salvadorea, retroceda yvolva a sus cuarteles. Fue cuando la Organizacin de Estados Americanos OEA decret un

    insoslayable alto al fuego9 amparado en las disposiciones del Tratado de Ro de Janeiro, y a las

    diez nocturnas del 18 de Julio se comand silenciar fusiles y caones para dar paso a la accin no

    siempre deseada, preferida o justa de la diplomacia.

    Tras jornadas extensas deliberativas en que los Cancilleres del continente atendieron a los

    argumentos de ambas partes y en que oper crudo o sutil el hilo de los intereses econmicos de

    5 La batalla area ha sido descrita con detalle, desde la ptica salvadorea, en Guerra de las 100 horas,; y desde la ptica hondurea en Henrquez.6 Para la visin del plano terrestre de operaciones debe resaltarse un extraordinario texto, producto de extensainvestigacin en documentos desclasificados de Estados Unidos y de los Partes de Guerra de cada pas, cual es ElvirSierra.7 At first, the Salvadorans made fairly rapid progress. By the evening of July 15, the Salvadoran army, which wasconsiderably larger and better equipped than its Honduran opponent, pushed the Honduran army back over eightkilometers and captured the departmental capital of Nueva Ocotepeque. Thereafter, the attack bogged down, and theSalvadorans began to experience fuel and ammunition shortages. OnWar.com.8 A major reason for the fuel shortage was the action of the Honduran air force, which in addition to largelydestroying the smaller Salvadoran air force had severely damaged El Salvador's oil storage facilities. OnWar.com.9 El Salvador resisted the pressures from the OAS for several days, demanding that Honduras first agree to payreparations for the attacks on Salvadoran citizens and guarantee the safety of those Salvadorans remaining inHonduras. A cease-fire was arranged on the night of July 18; it took full effect only on July 20. El Salvadorcontinued until July 29 to resist pressures to withdraw its troops. Then a combination of pressures led El Salvador toagree to a withdrawal in the first days of August. Those persuasive pressures included the possibility of OASeconomic sanctions against El Salvador and the dispatch of OAS observers to Honduras to oversee the security ofSalvadorans remaining in that country. The actual war had lasted just over four days, but it would take more than adecade to arrive at a final peace settlement. OnWar.com.

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    http://www.fas.gob.sv/museo/histo3.htmlhttp://www.fas.gob.sv/museo/histo3.html
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    las hegemonas y los imperios (Delgado Fiallos),10 y a instantes de ser declarado el gobierno

    salvadoreo como agresor (Dans),11 cayeron las cortinas del silencio sobre los campos de batalla

    gracias al esfuerzo de paz de los pases americanos... Entre seis de la tarde del 14 de Julio y

    veintids horas del 18 del mismo mes, menos de una semana, haban transcurrido cien horas de

    espanto y honor.

    Como sntesis dice Elvir Sierra que: las operaciones se desarrollaron en el espacio areo y

    terrestre, afectando a ms de 300 000 personas [...] se produjeron ms de 6000 muertos, 2000

    heridos, 500 desaparecidos, y se provoc el xodo de ms de 130 000 personas desde poblados y

    ciudades de Honduras hacia El Salvador, [as como] el desplazamiento obligado de sus lugares de

    residencia en las zonas de operaciones de aproximadamente [otras] 150 000 personas [...] lasprdidas materiales superaron las cifras de muchos millones de dlares (Elvir Sierra 23).

    Kapuciski a su vez (s. p.) explica que el balance fue seis mil muertos con veinte mil

    heridos: Alrededor de cincuenta mil personas perdieron sus casas y sus tierras. Muchas aldeas

    fueron arrasadas.

    Seis mil minutos de batalla, a muerto por minuto! Con causas arrastradas desde el siglo

    XVIII, se haban puesto en evidencia gravsimas situaciones de raigambre histrica.

    10 La presin sobre la tierra, consecuencia de los despidos masivos de las bananeras, se agudizaba de tal manera quelos terratenientes se organizaron para enfrentar el problema, en el que ms de 130 000 salvadoreos, cuya generacinanterior haba llegado a Honduras atrada por el enclave, eran protagonistas activos. El enclave bananero habagenerado expectativas de empleo y salarios superiores al ingreso medio nacional desde comienzos del siglo XX.Miles de campesinos hondureos y del entorno centroamericano y del Caribe llegaron con grandes expectativas a

    engancharse en las bananeras. Se dice que las familias salvadoreas no inscriban a sus hijos nacidos en Hondurascomo hondureos sino en los registros de nacimiento que llevaban los consulados salvadoreos y que all pagabansus impuestos municipales. (Delgado Fiallos).11 [...] lo que quera El Salvador era ganar tiempo [en OEA] a fin de reanudar contactos con los apoyosdiplomticos ocultos de los cuales haba tomado la precaucin de rodearse antes de lanzarse a la aventura, y tratar denegociar por intermedio de ellos su condena como agresor deliberado en el conflicto [...] una guerra de singularinutilidad, que sin embargo haba provocado, del lado de Honduras, unas seis mil vctimas, de las cuales de mil a dosmil haban muerto. Sin contar naturalmente los perjuicios materiales. En las regiones fronterizas especialmente,

    bandas de saqueadores salvadoreos que haban penetrado tras de su ejrcito, haban aprovechado para robar ganadoy todo tipo de equipo de valor que encontraron en su paso. Nada de eso fue jams indemnizado o reparado. (Dans).

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    El cuadro de causas

    Las causas que condujeron al estallido del conflicto son muchas, incluyendo algunas cuya gnesis

    proviene de la formacin de las provincias centroamericanas, durante la Colonia espaola. Entre

    ellas vale destacar:

    a) La existencia de antiguos bolsones territoriales en disputa, a causa de fronteras mal

    definidas o no marcadas, algunos de los cuales utilizara el FMLN en la dcada de 1980. Fue

    causa, seala Longino Becerra (182): la existencia de una frontera indefinida, lo que siempre ha

    provocado apetitos territoriales entre la oligarqua salvadorea, acosada por la demanda de tierras

    de parte de grandes masas campesinas a las que despoj de las mismas.

    b) La condicin desfavorable de Honduras ante el resto de pases del istmo, exceptoNicaragua, durante la vigencia del Mercado Comn Centroamericano, y debido a intercambios

    comerciales asimtricos. Las mercancas importadas dentro del MCC eran 25% ms caras que las

    del exterior de Centroamrica (Durham 16; Dans 230).

    c) La voluminosa expansin demogrfica salvadorea hacia Honduras, que no era aceptada

    de retorno por el Estado mismo salvadoreo (Kapuciski s. p.).12

    Durham explica:

    Un tercer punto de carcter realmente crtico lo constituy la presencia de aproximadamente 300 000

    inmigrantes salvadoreos en Honduras, es decir 1 de cada 8 habitantes de Honduras en 1969. En Junio de ese

    ao Honduras dio marcha atrs en su poltica de tolerar esta inmigracin y comenz a expulsar a gran cantidad

    de salvadoreos de sus parcelas agrcolas. Esta accin instig al gobierno de El Salvador a cerrar sus fronteras

    a los refugiados y a presentar una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Al poco

    tiempo lanz el ataque sobre Honduras [...] [Durham pregunta:] Por qu el gobierno de El Salvador no

    12 Mil latifundistas poseen exactamente diez veces ms extensin de tierra que la que poseen cien mil campesinosjuntos. Dos tercios de la poblacin rural no tienen ni un acre. En unas migraciones que se han prolongado duranteaos, una buena parte de este campesinado ha emigrado a Honduras, donde haba grandes extensiones de tierras sindueo. Honduras (112 000 kilmetros cuadrados) es casi seis veces mayor que El Salvador, al tiempo que tiene una

    poblacin dos veces menor (alrededor de dos millones y medio de habitantes). Se trataba de una emigracin bajocuerda, ilegal, pero tolerada por el gobierno de Honduras durante aos [...] El gobierno de Honduras insista y elgobierno de El Salvador se negaba. Las relaciones entre los dos pases se volvieron muy tensas [...] . (Kapuciski).

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    recibi a sus ciudadanos con los brazos abiertos, sino que interpret su expulsin como motivo para invadir

    Honduras? (190).13

    A fin de denunciar el pensamiento de las clases dominantes, en Las historias prohibidas del

    pulgarcito Roque Dalton relata ciertos sucesos emblemticos de la coyuntura del conflicto.

    Segn Dalton,

    el conocido terrateniente y hombre de negocios salvadoreo, don Atanasio Guirola lvarez, hizo

    importantes declaraciones [...] sobre la situacin en Honduras. Siempre que sea en otro pas dijo el seor

    Guirola a nosotros nos es indiferente la reforma agraria. Pero no veo por qu vamos a pagar nosotros los

    platos rotos de la reforma agraria hondurea. Si el General Lpez Arellano quiere hacer demagogia

    comunistoide, que la haga sin amolar a los vecinos. Si los 350 mil salvadoreos que viven laboriosamente en

    Honduras regresan a nuestro pas el desempleo se multiplicara por 350 mil y la situacin nacional se pondra

    al borde de la revolucin. Y eso hay que evitarlo. Sea como sea. (204).14

    Relata asimismo en el citado libro:

    XXVIII. San Salvador, 25 de Junio de 1969 (AFP). El Salvador decidi romper relaciones diplomticas

    con Honduras. [Diario] El Mundo editorializa diciendo que El Salvador debera hacerse cargo de la misin de

    civilizar a Honduras por medio de la fuerza. Quizs ese es el destino que la Providencia ha sealado a El

    Salvador en Centroamrica dice el editorial escrito por el director del peridico, el abogado, diplomtico,

    poeta y narrador Waldo Chvez Velasco al igual que Israel en medio del tenebroso mundo rabe. (207).

    DeWalt (43) otorga nfasis al aspecto agrario:

    1) El sector agrcola es extraordinariamente importante para las economas y el pueblo de

    Centroamrica; 2) en estas sociedades el sector agrario ha estado histricamente marcado por el nfasis en

    13 En respuesta a lo que el peridico El Cronista describi como xodo masivo de familias expulsadas (24 de Juniode 1969), El Salvador cerr sus fronteras, con la esperanza de obligar al gobierno hondureo a reasentar a esasfamilias. Cuando esto no tuvo el efecto deseado, El Salvador despach sus tropas a travs de la frontera paradefender los derechos humanos de sus connacionales y poner fin a lo que denomin genocidio hondureo.(Durham).14 Las declaraciones, dice Dalton, no fueron publicadas porque el director de La Prensa Grfica las considerinconvenientes.

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    productos de exportacin; 3) la orientacin exportadora y sus procesos asociados han contribuido a provocar

    una extrema e injusta distribucin de la tierra y una carencia de oportunidades de empleo en Centroamrica, y;

    4) esto a su vez ha desempeado un papel significativo en la generacin de inestabilidades sociales,

    econmicas y polticas dentro de la regin.

    Barahona (210-215) coincide en varios aspectos con este planteamiento.15

    El sndrome israelita

    Ingresando a los aspectos culturales, es interesante enfocar dos situaciones del momento. Una es

    el rango mimtico con que los grupos dominantes en El Salvador se asimilan a la imagen de un

    Israel pequeo, audaz, triunfador y fuertemente guerrero, construyendo al vigoroso pulgarcitoque dijo Gabriela Mistral y que cita Roque Dalton (Las historias 207),16 visin esta que vena de

    dcadas atrs.

    Es evidente que la ancdota del ataque judo contra la aviacin egipcia, cuando en Junio de

    1967 destruye 400 naves cairotas en tierra,17 seduca a cierta intelectualidad y a la milicia

    salvadorea por sus heroicos matices. El espejo comparativo donde el ejrcito salvadoreo se

    contempla parte mayormente de la extensin territorial Israel tiene 20 770 km2; El Salvador 21

    041 km2 pero sin otro parangn. Al minuto de lanzar su ataque de 1967 la guerra de los Seis

    Das la nacin hebrea dispona de 264 000 efectivos, incluyendo 70 000 reservistas, y

    particularmente de 200 aviones de caza y bombardeo7,18 mientras que en 1969, un bienio

    15 Sobre la evolucin de las sociedades agrarias en Honduras, ver: Barahona.16 XXIX. Reflexin de un viejo escritor salvadoreo, oposicionista demcrata-liberal, famoso localmente por susarcasmo: Ahora tenemos que El Salvador es el pueblo elegido por dios para hacer progresar Centroamrica porhuevos o por candelas. Ya se dice que somos los israelitas del istmo y que los hondureos son los rabes. Nuestro

    Moshe Dayan es el General Fidel Snchez. No es tuerto, pero es enano. Algo es algo. (Dalton,El pulgarcito).17 Israel's first and most critical move was a pre-emptive surprise attack on the Egyptian Air Force. Egypt had by farthe largest and the most modern of all the Arab air forces, consisting of about 450 combat aircraft, all of them Soviet-

    built and with a heavy quota of top-of-the line MiG-21. (Six-Day War, Wikipedia).18 On 5 June [1967] at 7:45 Israeli time [...], the Israeli Air Force (IAF) launched Operation Focus (Moked). All but12 of its nearly 200 operational jets left the skies of Israel in a mass attack against Egypt's airfields. [...] The Israeliwarplanes headed out over the Mediterranean before turning toward Egypt. [...] the Israeli pilots came in belowEgyptian radar cover and well below the lowest point at which its SA-2 surface-to-air missile batteries could bringdown an aircraft. The Israelis employed a mixed attack strategy: bombing and strafing runs against the planesthemselves, and tarmac-shredding penetration bombs dropped on the runways that rendered them unusable, leaving

    8

    http://en.wikipedia.org/wiki/Egyptian_Air_Forcehttp://en.wikipedia.org/wiki/Israeli_Air_Forcehttp://en.wikipedia.org/wiki/IAFhttp://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Focushttp://en.wikipedia.org/wiki/Mediterraneanhttp://en.wikipedia.org/wiki/S-75_Dvinahttp://en.wikipedia.org/wiki/Strafinghttp://en.wikipedia.org/wiki/Tarmac-shredding_penetration_bombshttp://en.wikipedia.org/wiki/Tarmac-shredding_penetration_bombshttp://en.wikipedia.org/wiki/Strafinghttp://en.wikipedia.org/wiki/S-75_Dvinahttp://en.wikipedia.org/wiki/Mediterraneanhttp://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Focushttp://en.wikipedia.org/wiki/IAFhttp://en.wikipedia.org/wiki/Israeli_Air_Forcehttp://en.wikipedia.org/wiki/Egyptian_Air_Force
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    despus, El Salvador slo logr echar al aire 25 pilotos en 30 aeroplanos civiles y militares,19 en

    tanto que Honduras sorprenda con una poderosa fuerza de ... 52 aeroplanos.

    Adicionalmente, el ministro de Defensa de El Salvador, General Fidel Torres, acababa de

    regresar del desierto de Goln, donde haba conocido al mtico comandante israelita Moshe

    Dayn (Lafitte Fernndez s. p.). El objetivo de las guerras de 1967 y 1969 vino a coincidir

    entonces: ocupar zonas territoriales y conservarlas para despus negociar. (Six-Day War,

    Wikipedia;Elvir Sierra 49; Dalton,Las historias 208-210; Tamen s. p.).20

    any undamaged planes unable to take off and therefore helpless targets for later Israeli waves. (Six-Day War,Wikipedia).19 La apreciacin de la situacin tctica que se hizo hasta el da 13 de Julio de 1969, indicaba claramente que El

    Salvador superaba a Honduras en todos los elementos que conforman el balance de fuerzas, desarrollo, tradicionesmilitares, las escuelas de armas, infantera, artillera, caballera, [excepto] en el arma area, en la que Hondurassuperaba a El Salvador en nmero, calidad de equipo areo y armamento en una relacin de tres a uno. Segn estaapreciacin la FAS contaba con el siguiente material areo: cinco Goodyear FG-1D Corsario, cinco Cavalier F-51Mustang, seis Douglas C-47, un Canadair DC-4M, un Douglas B-26 Invader, cinco Cessna U-17, cinco Cessna T-41,un Beechcraft T-34 Mentor y un North American AT-6; mientras que Honduras contaba con ms de cincuenta y dosaviones Vought F4U-4, F4U-5, -5N, -5NL Corsario, T-28 y C-47. Sin embargo, este balance resultaba an msdesventajoso para FAS, s tomamos en cuenta que los aviones comerciales de transporte hondureos en el momentorequerido podan ser utilizados como aviones de transporte y bombardeo, ya que en realidad as sucedi. Prueba deesto, es que el da 4 y an el mismo da 14 de julio, aviones civiles de la Empresa SAHSA artillados ametrallaron

    posiciones fronterizas salvadoreas en El Poy y Cital. En cuanto al nmero de pilotos, tambin era mucho mayor elde Honduras, de tal manera que contaba con suficientes reservas si el caso lo requera.Ante la superioridad numrica de la FAH, la nica alternativa era el ataque por sorpresa, a fin de que mediante l, ycon la destruccin de los aviones hondureos que fueran alcanzados por el bombardeo, las fuerzas de infantera seequipararan para pelear en igualdad de condiciones. [subrayado nuestro, J.E.]. Pero este anlisis de fuerzas era msque sombro para El Salvador, casi de improvisto surgi un detalle que hasta ese momento se haba pasado por alto

    los pilotos civiles. Se llam al Club Salvadoreo de Aviacin Civil y Reserva y se les inform a estos de laurgencia del caso en defensa de la Patria, y respondieron como era de esperar, haciendo gala de un verdadero

    patriotismo y valor. Fueron ellos los que aportaron veinte aviones, que si bien es cierto no eran de combate, s podanservir en forma decisiva para el golpe que se preparaba, toda vez que se les utilizara teniendo en cuenta la capacidady eficiencia de dichas mquinas. Los pilotos civiles saban que la misin que se les encomendaba no era nada fcil yde los peligros a que se veran expuestos, pero sin embargo, aceptaron el reto diciendo presentes por la Patria. Estosaviones fueron artillados con granadas de 60 y 81 mm., con mecanismo especial construido por el SubtenienteLeopoldo Surez. De esta manera, fue como la FAS aument su nmero de unidades, aunque muchos de ellos fueranaviones de riego, pero que podan cumplir con una misin, aunque las naves no respondan para un combate aire-aire, pero esa desventaja poda ser eliminada mediante el golpe sorpresivo, y una buena dosis de valor que nunca lesfalt, tanto a militares como a civiles. (; subrayado nuestro, J.E.).20 On the evening of June 1 [1967], Israeli minister of Defense Moshe Dayan called Chief of StaffYitzhak Rabinand the GOC, Southern Command Brigadier General Yeshayahu Gavish to present plans against Egypt. Rabin hadformulated a plan in which Southern Command would fight its way to the Gaza Strip and then hold the territory andits people hostage until Egypt agreed to reopen the Straits of Tiran. (Six-Day War, Wikipedia; subrayado nuestro,J.E.).Csar Elvir Sierra refiere que el Coronel salvadoreo Osmn Aguirre y Salinas publica en 1968 un artculo dondeasegura que a las amenazas [de Honduras] debemos responder como virilmente respondi Israel a sus mediohermanos rabes en 1967.Dalton a su vez relata:XXXIV. [] Titular de un diario salvadoreo: tendremos salida al Atlntico. [] Las tropassalvadoreas slo se retirarn si se asegura que los 350 mil salvadoreos podrn permanecer (o volver en su caso) en

    9

    http://www.fas.gob.sv/museo/histo3.htmlhttp://en.wikipedia.org/wiki/Moshe_Dayanhttp://en.wikipedia.org/wiki/Yitzhak_Rabinhttp://en.wikipedia.org/wiki/General_Officer_Commandinghttp://en.wikipedia.org/wiki/General_Officer_Commandinghttp://en.wikipedia.org/wiki/Yitzhak_Rabinhttp://en.wikipedia.org/wiki/Moshe_Dayanhttp://www.fas.gob.sv/museo/histo3.html
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    Es interesante traer hasta aqu las teorizaciones de Adorno en cuanto al conflicto entre

    realidad y representacin (Jameson y Zizek 46) que con frecuencia teje el ser humano de

    texere, tejer, nace la palabra texto para superar sus contradicciones internas. Pues

    apropindose en forma selectiva de ciertas propiedades de la nacin hebrea (astucia,

    combatividad, fuerza militar), pero ignorando y silenciando otras (racismo, violencia,

    hegemona), grupos de poder exaltan en El Salvador de 1969 la posibilidad de llevar a cabo una

    campaa militar civilizadora y estilo relmpago sobre Honduras, capaz de superar lo que

    Jos Cecilio del Valle nombr nomenclaturas depresivas (en Leyva 10), interpretado esto como

    asaltos negativos en la personalidad de los pueblos.

    La coyuntura del modelo judo brota desde un caldo de cultivo largamente existente entrelas lites de El Salvador e incluso en el pueblo (Inestroza 332). 21

    A ello se agrega una visin machista de pas que asevera desde 1937 que El Salvador es el

    varoncito de la familia centro-americana (Inestroza 195),22 como tiempo despus igual se

    Honduras. Pero eso debe ser pronto insisti el conocido terrateniente salvadoreo don Mario Dueas Mesaporque los expulsados siguen llegando a montones. Hay que pararlos a ellos tambin, si la guerra entra en el periodode negociaciones y estas se prolongan, habr que parar a balazos a estos salvadoreos ingratos que hoy se acuerdande que tienen patria y que quieren venir a arrebatarnos el pan de nuestros hijos (...) Igual en: XXX. San Salvador,30 de Junio de 1969 [] . El conocido terrateniente e industrial don Emrito Regalado Borghi, en declaraciones queno fueron publicadas por la prensa local, expres: Ha llegado la hora de los fusiles. O los disparamos contra elgobierno de Honduras o los vamos a tener que disparar muy pronto contra los salvadoreos que sobran en este pas.(Las historias 1988).La guerra de las Cien Horas comenz el 14 de Julio de 1969 cuando de repente, a las 6 de la tarde, el pas enterocay en oscuras. Nadie saba qu pasaba pues la energa elctrica fue cortada. A medianoche, por medio de radios

    porttiles de onda corta, se agarr una estacin tica, y se supo que la valiente aviacin salvadorea haba hecho unataque sorpresa tipo israel contra la poderosa aviacin hondurea y haba destruido la mitad de esta [] ..(Tamen s.p.).21 El reporte de un informante de la polica hondurea, Jos Montes, enviado a San Salvador [1937] para impedir unatentado fsico contra Tiburcio Caras, escribe: El general [Maximiliano Hernndez] Martnez [Presidente de ElSalvador] segn o en el hotel donde me hosped, a un diputado de apellido Padilla, no est bien respaldado por losltimos jefes del ejrcito; y adems tiene todos los capitalistas en contra: el comunismo que lo odia y los Estados

    Unidos que saben sus simpatas nacis [sic], y los hondureos que deberamos [saber] todas las intenciones veladas deMartnez para apropiarse en la primera oportunidad de Ocotepeque, Gracias y Santa Rosa de Copn. Elentrenamiento del ejrcito salvadoreo es sistemtico, y conoce palmo a palmo la geografa militar de estosdepartamentos hondureos. Yo creo como muchos otros que [para] Martnez ser la recompensa mayor que planea

    para su pueblo, al estilo Ubico. (Inestroza).22 Martnez es indio rebelde: en los momentos ms crticos del comunismo, la Gran Bretaa y los Estados Unidos leofrecieron su apoyo, el que rechaz con toda dignidad que nos llena de legtimo orgullo a todos los salvadoreos quetenemos el horror por las intervenciones. l (Martnez) muy bien sabe que todo ese juego es de la United FruitCompany que quisiera como un pulpo extender sus tentculos a todos los pases dbiles y que pueda explotar, (l) nose presta para eso. Por algo El Salvador es el varoncito de la familia centro-americana (Carta de Carlota

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    revelan proyectos de otros gobernantes salvadoreos en torno a tierras de Honduras (Varios

    79.)23 Si a ello se aade la sumisin hondurea al Mercado Comn en la dcada de 1960, a pesar

    de sufrir prdidas cuantiosas, y a su permisividad por tres dcadas para ser vlvula de escape de

    la presin por la tierra en El Salvador, y cuya oligarqua la haba usurpado para produccin y

    exportacin de caf primero y luego de algodn y azcar, lo obvio es que se aderezaba un cctel

    explosivo cuya mecha o detonante dispona de escasos minutos histricos para explotar.

    En 2002 Csar Elvir Sierra hizo revelaciones inquietantes sobre el conflicto al documentar

    la vivencia diplomtica y militar de la guerra de las cien horas. Amparndose en archivos

    norteamericanos desclasificados a los treinta aos del suceso, revela que desde 1968 el Congreso

    de El Salvador haba decretado secretamente el estado de emergencia, que permita llamar afilas a la reserva e incrementar batallones. Mediante el Plan de Campaa Capitn General

    Gerardo Barrios, explica Elvir Sierra, el Estado Mayor de El Salvador vari sus antiguos

    proyectos de conquista de Guatemala24 para dirigirlos hacia Honduras, particularmente tras los

    ejercicios contrasubversivos de 1968, desarrollados por el Consejo de Defensa Centroamericano

    (CONDECA). (Elvir Sierra 65-70).25

    identificada por la polica como Carlos Gutirrez, desde San Salvador el 14 de Abril de 1937, dirigida a FlixCanales Salazar en San Jos, Costa Rica). (Inestroza).23 En Octubre [1918] la poblacin tegucigalpense reaccion alarmada ante la propuesta del Presidente de ElSalvador, Carlos Melndez, para constituir la Repblica de Morazn, integrada por ese pas y Honduras. La causade la sorpresa radicaba en que el gobernante salvadoreo se autoelega jefe supremo de la nueva nacin con poder

    para seleccionar sus propios ministros excepto uno (que correspondera al presidente hondureo), nombraragobernadores y jefes militares, dictara todas las providencias gubernamentales, controlara las fronteras con oficialessalvadoreos y sancionara la legislatura pertinente. La capital de la Repblica de Morazn tendra su sede, desdeluego, en San Salvador. Tras una contrapropuesta ms diplomtica que real el gobierno hondureo deposit el

    proyecto en el olvido. (Varios).24 Estos planes contaron con el apoyo y asesora del Grupo Militar de Estados Unidos acreditado en el pas, por lo

    menos hasta 1968, segn el ex-embajador J. R. Binns. El eje de agresividad de El Salvador se cambia entonces deGuatemala a Honduras. (Elvir Sierra).25 Siguiendo pautas del Consejo de Defensa Centroamericano, el Estado Mayor de El Salvador concluy maniobrasde ejrcito y fuerza area que, bajo el supuesto de que un pas caribeo y comunista atacaba a Honduras, y donde ElSalvador apoyaba a Honduras para librarse de la amenaza, se segua los siguientes ejes de ataque: 1) Chalatenango-El Poy-Ocotepeque-Santa Rosa de Copn-San Pedro Sula-Puerto Corts, y 2), San Miguel-El Amatillo-Nacaome-Jcaro Galn-Tegucigalpa [] Como resultado de la movilizacin secreta a fines de 1968 El Salvador tena 12

    batallones de Ejrcito, 6 de paramilitares, 20 aviones civiles para Fuerza Area. Esas avionetas civiles (Cessna)fueron escogidas con alas arriba de la cabina, lo que permita lanzar granadas de mortero de 80 (81) y 60 mm deforma manual, sobre blancos estratgicos en poblaciones relativamente cercanas a la frontera. (Elvir Sierra).

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    Esos ejercicios partan de la hiptesis de que una fuerza cubana revolucionaria invada

    Honduras, para lo cual se juntaban los ejrcitos del istmo y la defendan. Su implementacin

    permiti conocer con detalle la geografa de Honduras, sus fortalezas y debilidades militares,

    recopilar mapas y cartografas, disear rutas de ataque y precisar objetivos estratgicos y tcticos.

    En sntesis, contribuy a captar la informacin ocupada para decidir un asalto.

    El Plan de Campaa Gerardo Barrios articul los esfuerzos pertinentes para dar una

    respuesta militar a las amenazas hondureas de retirarse del Mercado Comn (Becerra 183-

    184),26 a la expulsin que haca de salvadoreos bajo el amparo del Artculo 68 de la Ley de

    Reforma Agraria (Prez Brignoli 57-5827; Becerra 18528) y que otras fuentes creen fue slo

    26 [] en Diciembre de 1960 se firm el Tratado General de Integracin Econmica, cuya meta era el desarrollo deun mercado comn centroamericano; a partir de 1964 Honduras comenz a solicitar a los pases un trato

    preferencial ya que la condicin de trato igualitario del tratado le era desfavorable. En 1966 un estudio de CEPALreconoci que el MCC era para el desarrollo de Honduras ms un obstculo que un factor estimulante. En Marzo1969 el ministro de Economa de Honduras expres ante el Consejo Econmico Centroamericano: un examenestadstico preliminar de las importaciones hondureas de 1967 da idea de que Honduras pag precios entre 25 porciento y 100 por ciento ms altos por los productos del Mercado Comn que los importados de fuera del reacentroamericana. Lo que significaba que Honduras haba financiado durante los nueve aos anteriores el desarrolloindustrial de las otras naciones centroamericanas, excepto Nicaragua, que estaba en similares condiciones. []CEPAL reconoca abiertamente que, pasado el primer quinquenio de integracin, Honduras continuaba en unasituacin de menor desarrollo relativo que las otras economas centroamericanas [] Cuando el gobierno de nuestro

    pas comenz a cuestionar el mercado comn y a plantear la posibilidad de abandonarlo si no se efectuaba unareestructuracin radical del mismo, la oligarqua de El Salvador se alarm y se dispuso a echar mano de cualquierrecurso, incluso de la guerra, para obligarnos a mantenernos en la absurda posicin de financiadores del desarrollosalvadoreo. (Becerra)27 Honduras presentaba dos rasgos originales en la tenencia de la tierra: el precarismo bastante amplio cosa poco

    posible en El Salvador y la extensin de las tierras nacionales y ejidales. En la dcada de los aos 1950 hubo muchodesempleo rural debido a los despidos efectuados por las compaas bananeras. En Septiembre de 1962 VilledaMorales puso en vigor la primera ley de Reforma Agraria, copiada al parecer de la venezolana de 1960. En 1963, trasel golpe militar, se reform la ley por presiones de las fruteras y los latifundios no se tocaron ms. En 1969 hubomucha intranquilidad rural. (Prez Brignoli).28 A su vez, Becerra concluye: El 21 Diciembre de 1965 Honduras procur un nuevo tratado migratorio mediante elcual se acordaba que los ciudadanos de cada pas [Honduras y El Salvador] no seran expulsados si carecieran de

    documentos, siempre que solicitaran su residencia legal permanente. Cada pas dotara a sus ciudadanos condocumentos que los identificaran y facilitaran su residencia. El gobierno de El Salvador no tom ninguna medida

    para poner en prctica el convenio. En Mayo 1969 el INA decidi aplicar una poltica nacionalista del Artculo 68de Reforma Agraria, que obliga a ser varn hondureo mayor de 16 aos, soltero o de cualquiera edad si es casado,o mujer soltera o viuda con familia a cargo, para recibir beneficios de la Ley. Por ello 54 campesinossalvadoreos fueron obligados el 4 de Junio a desocupar las tierras que tenan bajo su poder en la aldea LaGuacamaya, Jurisdiccin de El Progreso, Yoro. Pronto se inform de ms desalojos en Copn, Santa Brbara yCorts. Las autoridades salvadoreas, naturalmente, se alarmaron con estas medidas, pues ellas significaban elretorno hacia aquel pas de muchos campesinos ansiosos de contar con un pedazo de tierra para trabajar. Estabantemerosas del retorno a El Salvador de esas masas sedientas de tierra (Becerra).

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    excusa para resolver problemas internos (OnWar.com),29 as como el riesgo que para ciertos

    sectores de Honduras significaban esos ciudadanos (Dans, 1998: 224; Durham, 1988: 151-153;

    Rowles, 1980: 50; Escoto, 2009: 10; Caras y Slutzky: 135).30

    29 The border situation became increasingly tense during the two years preceding the outbreak of hostilities. In early1969, the regime of Honduran president Oswaldo Lopez Arellano (1963-71) invoked a dormant agrarian reform lawas a pretext to evict Salvadoran squatters and expel them from the country. The Lopez government was experiencingeconomic and political difficulties and saw the Salvadorans as convenient scapegoats. (OnWar.com.).30 Durante los primeros meses de 1969 las invasiones de tierras no haban cesado de multiplicarse para exigir laaplicacin de la Reforma Agraria. Sin duda una buena parte de los campesinos reivindicantes era de nacionalidadsalvadorea [] se estima a algunos 300 000 el nmero de emigrados del pas vecino que residen en Honduras,donde constituyen el 12% de la poblacin total, pero sobre todo, el 20% de la poblacin rural activa, y el 30% del

    personal asalariado en el enclave bananero. La FENAGH sugiri que la mayora de invasiones de tierras eranrealizadas por usurpadores extranjeros, y segn el Artculo 68 de la Ley se reservaba slo a los hondureos pornacimiento el beneficio de la dotacin de tierras del Estado. En Abril de 1969 una cincuentena de familias

    salvadoreas fue desalojada de las tierras que ocupaba cerca de El Progreso, en el Departamento de Yoro. Pronto seagregaron otras acciones similares en los Departamentos de Copn, Santa Brbara y Corts. Numerosos emigradossalvadoreos tuvieron que regresar hacia la frontera de su pas; un pas en el cual no eran bienvenidos pues cada unose daba cuenta que su regreso iba a agravar la situacin ya de por s delicada que exista en el mundo agrario de ElSalvador. (Dans).El valioso texto de Durham agrega: De acuerdo a [Rigoberto] Sandoval Corea [Director del INA, que era elorganismo encargado de aplicar la reforma agraria] a la fecha de inicio del conflicto haba en Honduras 219 619

    personas salvadoreas indocumentadas agrupadas en 36 000 familias campesinas aproximadamente, ocupando unasuperficie de 293 000 manzanas de tierras nacionales. De acuerdo a estas cifras los salvadoreos constituan el14.9 % de las familias rurales en Honduras y ocupaban el 8.5 % del total de la superficie de explotaciones. Asimismoestas cifras sugieren que las familias salvadoreas en Honduras tenan acceso a un promedio de 8.1 manzanas (5.7ha) de tierra. Esta cifra era muy superior al rea de tierra disponible para la mayora de familias rurales en ElSalvador y para la mitad ms pobre de las familias rurales en Honduras [] parece razonable suponer que lainmigracin salvadorea tuvo un efecto competitivo maysculo al reducir la tierra disponible para los pequeosagricultores de Honduras [] fueron los ms perjudicados los pequeos agricultores hondureos. (Durham).Ms delante el mismo autor registra estas valiosas observaciones: [] haba otros motivos de alarma entre losfuncionarios salvadoreos. Tal como ha observado Frank Bachmura (a), El Salvador se haba beneficiado durantemuchos aos por la gradual emigracin del 10 por ciento o ms de su poblacin de bajos ingresos. Segn suexplicacin, una disminucin de las presiones demogrficas ... atenu tambin los problemas polticos y econmicosdel desarrollo, que de lo contrario hubieran sido mucho peores. Pero una vez iniciada la expulsin de los emigrantes,el gobierno salvadoreo se dio perfecta cuenta del peligro inminente si tales beneficios se anulaban de repente. Losdocumentos internos del gobierno indican que los asesores nacionales estaban preocupados por las consecuenciassociales y polticas de una gran masa de refugiados sin tierra y sin trabajo (CONAPLAN, 1969 (b). (188).Las dos citas a que alude Durham corresponden a: (a) F. T. Bachmura. 1971, y, (b) Consejo Nacional dePlanificacin. El Salvador, 1969.Rowles a su vez deduce: Honduras era un polo de atraccin para las desposedas masas campesinas salvadoreas,imposibilitadas de encontrar trabajo o adquirir tierras. Unos 300 000 salvadoreos o hijos de salvadoreos residan

    en Honduras en el momento de la guerra [] la emigracin salvadorea hacia Honduras era una especie de vlvulade escape que evitaba el conflicto en un pas pequeo densamente poblado y con una estructura agraria sumamentedesigual. (Rowles).Sobre la convivencia laboral que hasta 1969 ocurra en Honduras entre salvadoreos y locales ver: Escoto,Memoria.Caras y Slutzky analizan la amenaza que para los latifundistas y ganaderos de Honduras representaban lossalvadoreos: [] la recin creada FENAGH denuncia que son extranjeros los que impulsan tomas de tierras:Este problema de la invasin de tierras y de las futuras dotaciones, obliga a la Federacin a denunciar ante el SeorPresidente [de la Repblica] que, en nmero considerable, son extranjeros los que usurpan las propiedades rurales,especialmente de nacionalidad salvadorea. (Caras y Slutzky).

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    Objetivo vital de esta guerra relmpago, similar a la israelita, era tomar territorios y

    poblaciones como rehenes, a fin de emplearlos posteriormente en negociaciones demogrficas y

    polticas (Lafitte Fernndez s.p; Jimnez).31. Kapuciski especifica que el plan conceba

    propsitos mayores, los cuales comprendan ocupar una extensa faja de terreno desde la frontera

    con Honduras hasta el ocano Atlntico, especficamente a la ciudad de Puerto Corts, con lo

    cual El Salvador se transformara en una potencia de dos mares (Bhr, 1971: 39). 32

    Al concluir la guerra de cien horas33 el miedo haba dado paso al destrozo y el dolor.

    Durham afirma que el conflicto convirti a 100 000 personas en refugiados sin techo ni trabajo

    (Durham 15). Segn Kapuciski (s.p.) el balance fue seis mil muertos, veinte mil heridos.

    Alrededor de cincuenta mil personas perdieron sus casas y sus tierras. Muchas aldeas fueronarrasadas. Prez Brignoli considera que unos 100 000 salvadoreos debieron regresar desde

    Honduras a El Salvador (127)34 as como otros miles de hondureos lo hicieron desde la frontera

    31 La posibilidad de abrirle una guerra a Honduras se pens desde mucho antes. Como buenos militares, lossalvadoreos midieron todo [] en algo estaban claros los militares: desde mucho antes se haban preparado para laguerra. Una y otra vez haban construido estrategias y tcticas militares. Las haban repasado como aplicadosescolares. Y saban que el secreto de todo sera un primer ataque sorpresa.. (Lafitte Fernndez). Ver, adems:Jimnez.32 El comandante [en Santa Rosa de Copn] tema que en cualquier momento pudieran aparecer unidadessalvadoreas. Santa Rosa estaba situada en el centro de la lnea de ataque del enemigo, es decir, junto al camino queune el Atlntico con el Pacfico. El Salvador, situado en la costa del Pacfico, ambicionaba conquistar Honduras,

    baada por el Atlntico. De conseguirlo, el pequeo El Salvador se habra convertido de repente en una potencia dedos ocanos. El camino ms corto al Atlntico conduca precisamente por el lugar donde nos encontrbamos: pasaba

    por Ocotepeque, Santa Rosa de Copn, San Pedro Sula, y llegaba a Puerto Corts. Las avanzadillas blindadas de ElSalvador se haban adentrado ya bastantes kilmetros en territorio hondureo. Avanzaban siguiendo la orden: Saliral Atlntico!, salir a Europa!, salir al mundo! (Kapuciski).Bhr ficcionaliza sobre esta base al relatar: [] el ejrcito defiende las fronteras patrias [] uno de estos primeroscomunicados dijo hoy que el mvil principal de las fuerzas invasoras era el de abrirse un corredor hacia el ocanoAtlntico, desde Nueva Ocotepeque hasta Puerto Corts, para dar costa y fronteras comerciales a la pujante industrianacional salvadorea. (Bhr).33 Nominada por otros autores: guerra demogrfica, explosin demogrfica, sucia guerra, la primera guerra

    poblacional (Kemp), mini-guerra (Revista Time yNew York Times en 25 de Julio y 4 de Agosto de 1969), adicional

    al primer cuo de Kapuciski, guerra del ftbol.34 [] el impacto poltico de la guerra favoreci inicialmente al gobierno y al ejrcito [] sin embargo, la ola denacionalismo acab estrellndose contra el muro de un rgimen imposibilitado de abrir los canales para la

    participacin popular. El regreso de unos 100 000 salvadoreos complic la situacin econmica. (Prez Brignoli)Quintanilla asegura que los refugiados sumaron 200 000, mayormente asilados en Santa Tecla, dato que no luce fiel(la breve urbe hubiera colapsado seguramente): Tena 17 aos cuando se dio el conflicto. Los antecedentes quetenamos se referan a unos choques entre los propietarios de unas haciendas que estaban en las fronteras an nodelimitadas. La ciudad donde viva, Santa Tecla, fue declarada Ciudad Magnnima por haber dado albergue a ms de250 000 personas que huyeron de territorios hondureos. Lo que recuerdo es que la mam de un compaero decolegio Marista, Roberto (Tay) Rivera, era de nacionalidad hondurea y muchos padres y madres de familia fueron a

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    a zonas seguras y desde El Salvador a su patria (Caras, De la Patria 274-275).35 Los daos

    producidos por el bombardeo areo del 14 de Julio a Honduras fueron insignificantes (Becerra

    191), pero no as los provocados en tierra (Dans 228; OnWar.com).36

    Tras 1969 y durante once aos Honduras resisti todo tipo de presiones para abrir las

    fronteras terrestres, martimas y areas al trnsito de personas y comercio provenientes de El

    Salvador, hasta que el 30 de Octubre de 1980 fue suscrito un Tratado General de Paz (Becerra

    191-192.) que concluy el estado blico pero no el estado de desconfianza entre ambas naciones

    ya que quedaban pendientes muy importantes reclamaciones fronterizas y territoriales (Elvir

    Sierra 52) y un dao terrible a la credibilidad.

    Las investigaciones de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos CIDH,contenidas en su Informe Preliminar al rgano de Consulta de OEA, sealaron que en ambos

    pases se haban cometido graves delitos contra los derechos humanos de las personas, pero

    desvirtu que se hubieran cometido delitos de genocidio (Elvir Sierra 52). 37

    Roque Dalton es quien sintetiza con profundidad, y a la vez con irona, las finales preguntas

    que quedaron flotando desde entonces en el ambiente histrico y que obligaron a determinar que

    su casa a protegerla de cualquier accin en contra de ella, lo que nunca sucedi ni de muestra. Francisco QuintanillaVillalobos, testimonio. Comunicacin personal, mayo de 2009.35 El argumento salvadoreo era insostenible: la necesidad de obtener espacio vital para un pas superpoblado.Ambas naciones sufran un perodo de fuerte agitacin social. En El Salvador amenazaba con agudizarse luego quemiles de campesinos que haban emigrado a Honduras podan ser o estaban siendo repatriados si no arreglaban sus

    papeles de permanencia en el pas [] la repatriacin de estos campesinos vino a ser el detonante aadido a unafestinada inclinacin que campeaba entre militares salvadoreos segn la cual, tarde o temprano, El Salvador tendraque abrirse paso por la fuerza para acceder al Atlntico. (Caras,De la Patria).36 Ataque areo sobre las localidades de Tegucigalpa, Gracias, Nueva Ocotepeque, Santa Rosa, Juticalpa, Amapala,Choluteca, Catacamas, Nacaome y Guaymaca, siendo slo la tres primera y tercera de alguna importancia militar.Unidades de infantera invadieron siete puntos fronterizos: Nueva Ocotepeque, Valladolid, Mapulaca, Sabanetas,Aramecina, Langue y El Amatillo. (Becerra).En las regiones fronterizas especialmente, bandas de saqueadores salvadoreos que haban penetrado tras de suejrcito, haban aprovechado para robar ganado y todo tipo de equipo de valor que encontraron en su paso. Nada de

    eso fue jams indemnizado o reparado. (Dans).Up to 2000 people, the majority Honduran civilians, had been killed, and thousands of other Hondurans in the

    border area had been made homeless. (Soccer War 1969. OnWar.com. Armed Conflicts. Events Data).37 El Plan de Campaa Capitn General Gerardo Barrios, con su Plan de Guerra y anexos, entre ellos el Plan deAccin Nacional, comprende lo que la Sub-Comisin Interamericana de Derechos Humanos (Informe Preliminar),Junio 1969, calific como brbaros actos contra los hondureos durante el mes de Junio de 1969 en el Estadio FlorBlanca de San Salvador, los que fueron hechos a propsito y que tenan como objetivo provocar reacciones enHonduras que justificaran la guerra. Igual comprende la sbita acusacin de genocidio el 25 de Junio [19]69 ante laComisin Interamericana de Derechos Humanos, que crea el escenario internacional y declara la accin de guerra enlegtima defensa. (Elvir Sierra 52).

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    la guerra de 1969 fue un proyecto de expansin territorial coordinado desde antes de 1968 entre

    las fuerzas econmicas oligarquas cafetaleras y financieras y el ejrcito de El Salvador

    (OnWar.com)38 para que cientos de miles de salvadoreos residentes en Honduras, como en

    Guatemala y Nicaragua (Becerra 182; Elvir Sierra 33; Dalton,Miguel343; Durham 84; nderson

    65)39 no regresaran a su patria y provocaran disturbios sociales, como en efecto sucedi a partir

    de la dcada de 1970.

    Expresa Dalton enLas historias prohibidas del pulgarcito:

    Algunas preguntas [] Por qu el gobierno de El Salvador decidi la invasin a Honduras y no esper

    el informe de la Comisin de Derechos Humanos de la OEA? Un hecho importante: durante la semana de la

    guerra, la radio de El Salvador (aparte de transmitir cualquier informacin errnea acerca de que se haba

    tomado tal y cual ciudad), estuvo llamando constantemente a los salvadoreos residentes en Honduras a

    cumplir su deber, es decir, a hacer sabotaje y ayudar a las tropas salvadoreas, incluso una radio instalada en

    Honduras (supuestamente manejada por salvadoreos) haca tales llamamientos. Un llamamiento de ese tipo

    en una situacin de guerra, no era ms que invitar a los hondureos a redoblar la persecucin y venganza sobre

    los salvadoreos residentes en Honduras, un llamado a su eliminacin. Si la guerra se haca con el objeto de

    defender la vida y las propiedades de los salvadoreos residentes en Honduras, cmo se entiende este llamado

    a la autodestruccin? Cmo podra esa poblacin civil indefensa luchar contra el ejrcito de Honduras? No

    38 The influx of displaced Salvadoran squatters was placing a burden on services and threatening to provokewidespread social unrest. The situation was undermining the political support of the [President Fidel] Sanchezgovernment; action against Honduras became the most expedient option to turn this situation around. [] ElSalvador lost the economic safety valve formerly provided by illegal emigration to Honduras; land-based pressuresagain began to build. (Soccer War 1969). [] el gobierno de El Salvador [] justific la agresin diciendo que con ella se adelantaba a un ataque deHonduras (Becerra).39 Los salvadoreos se dirigan a Honduras en procura de soluciones a dificultades que no encontraban eco en su

    propio territorio. Ya que en 1969 se estimaba que en Nicaragua haba 12 000 salvadoreos, en Guatemala 30 000, yen Honduras 300 000. (Elvir Sierra). [] para no hablar de los miles y miles de compatriotas que tuvieron que salir huyendo con solamente la ropa quetenan encima hacia otras tierras como Guatemala, Honduras, Nicaragua. Hay que decir que la ms grande oleadamasiva de migracin salvadorea rumbo a Honduras se produjo en el ao 1932. (Dalton,Miguel).En 1969, refugiados entrevistados en San Salvador aseguraron: Tena que pagar 60 dlares (1 dlar = 2.50 Colones)de alquiler por manzana, para la milpa; en Honduras me alquilaban la tierra por 4 dlares. (Durham).Durante la represin de 1932, llamada la matanza, fue asesinado aproximadamente el 1 por ciento de la poblacinsalvadorea. (nderson). El resto huy a pases vecinos.

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    ser que el objetivo verdadero era impedir que esos salvadoreos volvieran a su pas, que permanezcan all o

    que mueran, pero que nunca regresen? (52).

    II De la memoria a la historia

    Una ciudad que quera que aquella noche el mundo se olvidara de ella,

    que deseaba sumirse en la oscuridad y el silencio,

    que se defenda de ser desenmascarada.

    Ryzard Kapuciski

    Miedos reales y espectrales

    Esas cien horas ensearon digo, ensearon a los de mi generacin que el hombre puede sufrir

    que le arrebaten la poltica, la palabra, la lengua, la religin e incluso la idea de dios, pero que le

    es insoportable la incertidumbre del territorio, o sea su fuente de identidad (Huntington 50-51). 40

    De pronto, en ese da de 1969 y en cuestin de horas, los sitios comunes y privados de las

    ciudades y los campos pasaron a ser espacios de peligro, crculos de riesgo, ya que en el asustado

    imaginario popular una portentosa mquina blica ingresaba desde la frontera a nuestras

    propiedades, se abalanzaba triturando cosas y personas, transformaba indetenible a la realidad y

    la haca otra.41 Fue una primera reaccin (Escoto,Das; Bajo).

    40 Una civilizacin es el agrupamiento cultural humano ms elevado y el grado ms amplio de identidad culturalque tienen las personas [] Se define por elementos objetivos comunes, tales como lengua, historia, religin,costumbres, instituciones, y por la autoidentificacin subjetiva de la gente. (Huntington).41 Se viven momentos en la vida en que todos los elementos y circunstancias se renen impulsadas por fuerzasexgenas y como en una vorgine te involucran involuntariamente a una experiencia que de una forma u otra marcanla memoria histrica de la existencia. Aquel 14 de Julio de 1969 forma parte de una inesperada e ingenua carrera desituaciones que hoy son un recuerdo triste y vergonzoso de manipulaciones oligrquicas que aun persisten ennegar el espacio vital a los pueblos miserables en su hambre de prosperidad y justicia. Mi padre comerciante de

    bebidas y alimentos, nuestro comercio ubicado justo en el Parque El Obelisco, en la zona ms tranquila e invisibledel sector, con un vecino frontal a 300 metros de una capacidad de consumo para nuestra ganancia de grandes

    proporciones, la Escuela Militar Francisco Morazn. All desfilaban muy a menudo los pocos coroneles de la poca.Galo Soto, Melgar Castro, Soto Cano, Mario Lanez. Policarpo Paz y en una o dos ocasiones Oswaldo Lpez.Aquella madrugada del 14 de Julio nuestro desvelado y oscuro silencio fue martillado por los golpes en la puerta

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    Las cargas lanzadas desde aeroplanos militares a las 6:10 de la tarde del 14 de Julio sobre el

    aeropuerto de Tegucigalpa estremecieron a la ciudad pero similarmente provocaron que la gente

    adoptara drsticamente una decisin: si capitular o pelear. Recurdese que, sin que el dato sea

    exacto, pues nadie lo ha podido contabilizar, entre 1838 que es el nacimiento de la Repblica y

    principal de nuestra vivienda; mi padre y los machorros nos levantamos y cual no fue nuestra sorpresa deencontrarnos frente a frente con el amigo de la familia, Capitn, escritor, periodista, poeta, diplomtico Armando(Chilo) Zelaya, quien acompaado de otros altos militares le solicitaron permiso a mi padre para entrar.La conversacin fue rpida. Aquel hombre que siempre lo habamos conocido de civil, hoy vesta uniforme de guerracon arma a la cintura y con palabras slidas y con la solemnidad que la formacin le permita nos explic que la

    patria estaba en sumo peligro, que dentro de unas horas la invasin a Honduras se llevara a cabo, que estbamosenfrentando un enemigo superior de uno a diez, que no tenamos aliados y que todos los esfuerzos diplomticosestaban agotados y que solo quedaba la solucin militar, la peor de todas. Y ante esa terrible condicin slo nos

    quedaba a los hondure@s hacernos un nudo, formar un frente comn, seguir al pie de la letra las consignas yestablecer un vnculo entre pueblo y ejrcito para crear la retaguardia que proteja la vanguardia o primera lnea, de lacual el Capitn Zelaya formaba parte. Los dems militares que lo acompaaban asintieron las palabras de aquel poetamagnifico y nosotros sentimos por primera vez en nuestra vida, con nuestros recin estrenados quince aos,acompaar a ese amado amigo de la familia. Mi padre, veterano de guerra mundial, se puso a disposicin, a lo que elCapitn Zelaya sugiri: tu mejor contribucin a partir de este da ser la de formar cuadros de la resistencia.Lo dems es historia. A las cinco de la maana la gran cadena nacional bajo la voz de Napolen Mairena Tercero seconvirti en el nico vnculo entre el pueblo en general y el poder militar. La Compaa de Hierro cumple aoshoy. Napolen anunciaba esta consigna que tena en sus entraas un llamado a todos los reservistas para que se

    presentaran de inmediato en todos los batallones; a las seis de la maana menos quince minutos los motoresfuribundos de los cazas de guerra hicieron incursin en nuestro espacio areo y no lejos de nuestra residencia all enToncontn se llev a cabo la nica y fracasada intervencin de bombardeo de la fuerza area salvadorea. Tresaviones Mustang lanzaron su vmito de bombas y balas con una imprecisin remarcable y despus de cinco minutosde intensa maniobra solitaria sobre el cielo de nuestra ciudad, all en el fondo de Lepaterique aparecen dos negros

    pjaros Corsarios que en una velocidad furibunda se acercan al prfido combate y se lanzan bajo el sonido de sumetralla de 50 mm en contra de los invasores, quienes en un acto de cobarda doblan instintivamente hacia la moleverde del Cerro de Hula para escapar de aquellos pjaros de hierro conocidos por la destreza de sus pilotos. La

    persecucin se mantiene hasta que nuestra vista termin el contacto, pero ese evento solo vino a reafirmar nuestraenerga total de entregar nuestra sangre a la defensa de la patria.Con el correr del da nos dimos cuenta que los hondureos estbamos solos, que el enemigo nos invada, que

    perdamos ciudadanos valientes en la frontera que se defendan hasta con piedras, que estbamos desarmados, que lalucha desigual nos obligaba a sacar todo el material militar guardado en nuestras casas. Mairena Tercero

    posiblemente fue el hondureo que ms intimid a El Salvador. Llev a cabo una maratnica transmisin en dondedurante cien horas nunca abandon el micrfono, anunciando la guerra psicolgica que tanto triunfo nos dio,incluyendo mensajes codificados en garfuna, pues los militares negros jams fueron tan importantes para ocuparsede toda la transmisin en las lneas en garfuna, lengua que El Salvador jams pudo traducir.Y de pronto en nuestra soledad, y de pronto de aquel instante histrico en que la guerra de Vietnam atraa la atencin

    mundial, en que el hombre estaba caminando por la luna, en que los Estados Unidos era una revolucin Woodstock[...] en que Julio Iglesias cantaba la vida sigue igual, en ese mismo instante en que agotados todos nuestros recursosmilitares y todas nuestras balas y morteros nos exponan a una sangrienta defensa por cada pulgada de nuestro pas,es cuando nos llega la mano amiga.El odiado Anastasio Somoza Debayle nos enva una cantidad remarcable de material de guerra, sin condiciones, sinataduras, fusiles, balas, morteros, bombas de 500 y mil libras y Somoza se convierte en nuestro Salvador de unaguerra injusta. Y de pronto las reglas del juego pasaron a nuestras manos, el peor da de la guerra cerraba sus ojosaquel 14 de Julio con una oscuridad ordenada por la republica. La accin cvica se estableca y esa noche nos dimoscuenta que si estbamos unidos nadie ni nada nos destruira, y de all nacimos a ser mas hondureos que antes.Emilio Dionisio Medina, Comunicacin personal, 21 de Junio de 2009.

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    1963 cuando ocurre un golpe de Estado contra Villeda Morales Honduras habr experimentado

    unas 62 guerras, asonadas y revoluciones. Tegucigalpa haba sido la primera capital

    latinoamericana del siglo XX bombardeada desde el aire, durante la larga contienda cuarenta

    das de 1924. An ms, afirma un testigo de entonces Mario Ribas de Cantruy la cruel

    montonera se detuvo a tiempo pues ya estaban listos para ser empleados gases asfixiantes. (Ribas

    de Cantruy 523).

    As es que entre valor y miedo comenz a responder ms que inteligente el instinto de

    supervivencia y pronto se dieron brotes espontneos de organizacin. El bombardeo, adems,

    apenas si haba originado agujeros leves en el pavimento, debieron ser artificios baratos de unas

    300 libras. Haba poco que lamentar, excepto el susto, o como asegura el humorista ArmandoGarca, quien para entonces era un joven estudiante de agricultura en la ciudad de Catacamas,

    Olancho: La nica bomba que cay en el patio del negocio de los Guifarro no estall. Eso s, en

    su cada hubo bajas, mat dos gallinas y un gallo que dorman, orondos en la horqueta de un

    jcaro.42

    42 Mambr se fue a la guerra. De los cuarenta y cinco alumnos, diez los de siempre haban ledo en formacompleta el libro Bajo el almendro junto al volcn de Julio Escoto. Los otros lo tenan encaminado a la mitad y elresto balbuceaba respuestas de odas. De lo que se les haba desprendido a los dems.Habamos gozado la llegada del circo, las aventuras y desventuras del Capitn Centella y el absurdo de la guerracatracho-guanaca del 69. De pronto, un listo me dej ir una pregunta como aquellas de las pelculas del AmericanoFeo: qu hiciste tu en la guerra, pap? En este caso, el muchacho pregunt: dnde pas la guerra, profe?Gran oportunidad para jactarme de mi pasado patritico de soldado desconocido! Antes de contestar medit. Claritovino a mi cerebro el grito de guerra aqul: La compaa de hierro cumple aos hoy!, contrasea de un inexistente

    batalln clandestino que hara temblar a los pipiles y la frase a saber qu plumfero alquilado se la elabor deLpez Arellano, repetida hasta la saciedad, desde la bveda del Banco Central, con aquella voz engolada de whiskycon la que sola aderezar sus arengas: En cada hondureo, un soldado y en cada soldado, un hroe.Empec por contarles que las bateras antiareas de los locutores atrincherados en HRN y el ratat atemperado amicrfono abierto se haban bajado varios aviones. Les dije de la huida de Walter Lpez hacia Guatemala, despusde bombardear supuestamente la refinera de Cutuco. Rese las capturas, deportaciones, muertes y la dispora delos salvadoreos. Les cont del saqueo a las propiedades de stos. Del vandalismo contra las tiendas Adoc. Nos

    remos de un nuestro amigo que hoy es alto funcionario de la esfera gubernativa que se alz con siete pares dezapatos y que, a seis cuadras despus, se dio cuenta que todos eran del mismo pie.Dejmonos de paja, profe, dijo uno de esos alumnos que no creen en nadie. Cuntenos qu papel jug usted en laguerra. Us el carraspeo que acostumbramos los maestros entre frase y frase; di el usual paseo frente al pizarrn,cabeza ligeramente inclinada, manos a la espalda, y dibuj una aparencial sonrisa de meditacin profunda. A m me agarr la guerra en la Escuela Nacional de Agricultura de Catacamas, Olancho. ramos cientocincuenta alumnos internos, totalmente incomunicados con el resto del pas. Las orejas las mantenamos pegadas,noche y da, a los cucarachosos radios de batera. Aprendimos a guardar secretos de guerra. Ahora que no hay

    peligro puedo decirlo. La nica bomba que cay en el patio del negocio de los Guifarro no estall. Eso s, en su cadahubo bajas, mat dos gallinas y un gallo que dorman, orondos en la horqueta de un jcaro. Ja!, pero los de H R N

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    A las 6:11 las antiareas del cercano aeropuerto picaban al firmamento con rabia digna de

    mejor iniciativa, como deseando provocarle lluvia al largo verano ardiente. Por las prcticas que

    habamos escuchado en las semanas anteriores logramos identificar la parla de cada cual: la

    lengua rpida de las ametralladoras de 20 milmetros en contraste con el tartamudeo lento de las

    de 50 mm. No haba caones antiareos, nunca omos su cus-cus. En cambio revoloteaban

    araando el crepsculo singulares motores de aviones, ronrones de avispas que masticaban al

    cielo vespertino (Zepeda Andino)43 y que nos decan a los civiles escondidos abajo, temblorosos

    tenan por un voladero a nuestros familiares, dispersos en toda la repblica, porque daban cuenta del feroz atentadode los salvajes aviones pipiles contra la indefensa poblacin civil olanchana.Lo difcil fue cuando nos empezaron a entrenar. Nos formaron, en el aeropuerto de Catacamas, junto con los

    sempiternos adversarios de los repolleros de la Escuela Nacional de Agricultura, los alumnos del Instituto 18 deNoviembre. Unidos, por primera vez, en un solo puo, por el inters sagrado de la patria. Cada alumno con sugarrote, leo, cabo de piocha, de pala, de azadn, de escoba o de los que fuera. El entrenador, un veterinario empricode origen chino que haba sido chafarote y que se llamaba algo as como Waisan Pon, era el nico que tena fusil. Se

    paseaba napolenico frente al batalln de esmirriados combatientes y, de un extremo a otro, gritaba, sealando suarma, apenas visible a lo lejos: Este es el tapooon obturadoooor de los gaaases! En esta parte de aquiii se meeeteel chifleee que agarrrraa 18 proyectiiiles.Y en un intervalo de cada veinte elementos de tropa, haba apostado, cuatro pasos al frente, un soldado monitorque repeta, cual perico, el eco de las blicas explicaciones. Y cada uno, con el pecho henchido, prendido a sugarrote, firmes. Con el espritu de disciplina, simulando los pasos de verdaderos rangers, listos para hacer morder el

    polvo al enemigo. Armando Garca, Florencia, 20 de Agosto de 1999.43 Desde los aos cincuenta, aun cuando los equipos no eran de primera lnea, las tripulaciones de la FAH estabancalificadas en Combate Aire-Aire, Bombardeo de Blancos en Tierra, Vuelo Nocturno, Navegacin, etctera.Recordemos que en 1957, al darse las acciones armadas en el Departamento de Gracias a Dios, los pilotos de laFAH, en sus aviones P-38, P-63 y corsarios, cumplieron misiones en apoyo a las tropas de infantera, lo mismo quedel tipo llamado Reconocimiento Armado, sin que los pilotos de la Fuerza Area Nicaragense (FAN) se atrevieran aretar la capacidad combativa de la FAH. [...] Es as como llegamos al lunes 14 de Julio de 1969, a las 6:20 de la tardey al producirse el ataque al aeropuerto Toncontn de parte de un solitario avin C-47 de la FAS, ya que los demsaviones F-S1, que estaban tambin destinados para ese ataque, se perdieron en su vuelo desde El Salvador haciaHonduras, cuatro pilotos de la FAH despegan en aviones Corsarios F4U-S, para repeler el ataque. El entoncesTeniente Coronel Jos Sierra, el Capitn Fernando Soto (QEPD), el que escribe y el Mayor Oscar Colindres, salen enesa secuencia, en persecucin del agresor [...] .La madrugada del 15 de Julio marca el comienzo de operaciones ofensivas de guerra en la FAH. Aproximadamente alas 3:00 de la maana, un C-47, acondicionado para lanzar bombas de cien libras por su puerta principal, tripulado

    por el Capitn Rolando Figueroa, el Subteniente Reinaldo Silva (QEPD), y como lanzadores de bombas el TenienteJorge Matamoros (QEPD), el Sargento Mayor Jorge Espinal, el Sargento Rafael Cerrato, el Sargento Antonio RamnLagos y el soldado Jos Blas Molina, sale de Toncontn con la misin de hacer ver a la FAS que nuestra Fuerza

    Area no est destruida, tal como lo pregonaban las emisoras salvadoreas. Su misin: lanzar las bombas en el reade Ilopango. A las 4:20 de la maana, tres Corsarios F4U-5 y un F4U-4, tripulados por el Mayor Oscar Colindrescomo lder, el Capitn Francisco Zepeda, como nmero dos, el Capitn Fernando Soto (QEPD) como nmero tres yel Subteniente Santiago Perdomo como nmero cuatro, despegan en la oscuridad de la madrugada con la misin deatacar la Base Area de la FAS en el Aeropuerto de Ilopango, proseguir a la costa sur de El Salvador y atacar losdepsitos de combustible y puerto de Cutuco. Casi a la misma hora, cuatro Corsarios F4U-4 salen del Aeropuerto LaMesa, tripulados por el Capitn Carlos Aguirre, el Capitn Walter Lpez, el Teniente Edgardo Meja y el TenienteMarco Tulio Rivera, con la misin de bombardear la Refinera y Depsitos de Combustible del Puerto de Acajutla.Aun cuando se ha especulado al respecto en sectores salvadoreos, ni uno solo de los Corsarios hondureos esinterceptado por aviones de la FAS, ni se producen combates areos en territorio de El Salvador en estas primeras

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    abajo, que lo iniciado careca de regreso, que esto era una guerra, salvaje oficio de hombres

    donde la suerte, la valenta y la astucia escribiran el final, un final que por cierto nos pareca por

    el momento humillante, desastroso y apenas protagnico.

    Envenenadores

    Durante esa primera tarde de guerra se comprob la contundencia, pero sobre todo la asombrosa

    velocidad del rumor. A caer la noche los vecinos fuimos convocados para constituirnos en

    comits de Defensa Civil y uno tras otro desfilamos en oscuras al centro comunal, de donde horas

    misiones. Al contrario, sobre los cielos de la capital hondurea, aproximadamente a las seis de la maana, unCorsario F4U-5 tripulado por el Teniente Coronel Serra y un T-28 tripulado por el Subteniente Roberto Mendoza,salen a repeler el ataque que era objeto la Base de la FAH en Toncontin, de parte de un Corsario FG-ID y un F-51 dela FAS y el SubTte. Mendoza logra disparar y daar el Corsario salvadoreo. El Teniente Coronel Serra, aun cuandologr colocarse en posicin de tiro, no pudo hacer uso de su armamento por una falla en los caones 20 mm de suCorsario. Esta falla se repetira en otras ocasiones.Este primer combate areo es presenciado por miles de capitalinos. Tanto los aviones basados en Tegucigalpa, comolos del sector norte, inflingen graves daos a los depsitos de combustible en Acajutla y Cutuco y daos menores alAeropuerto de Ilopango.Durante los das 15, 16, 17 y 18, los Corsarios de Toncontn y La Mesa llevan a cabo innumerables misiones de

    bombardeo a tropas de infantera salvadorea e instalaciones cercanas a la lnea fronteriza, como ser la Aduana de ElAmatillo, en el lado agresor o las aproximaciones de la Aduana El Poy. El da mircoles 16 tiene lugar otra accinarea cuando el Teniente Rivera, operando desde La Mesa en un F4U-4, en una de sus misiones de ataque, divisa unC-47 de la FAS que haba estado bombardeando territorio hondureo y lo ataca, haciendo numerosos impactos en elmismo, dandolo al grado que tiene que hacer un aterrizaje forzoso en Ilopango sin poder extender sus llantas. Elcapitn Edgardo Acosta Castro (QEPD), se integra en la maana del da 15 a la escuadrilla de Corsarios deTegucigalpa, mientras que el Subteniente Santiago Perdomo es asignado a la escuadrilla del Comando Norte ensustitucin del capitn Walter Lpez, quien en su regreso de la misin de bombardeo de Acajutla la madrugada del15, tuvo que aterrizar en un campo de aviacin en Guatemala, siendo internado junto con el Corsario FAH -617 quetripulaba.Ser el jueves 17 de Julio, fecha grabada con honores en la historia de la FAH, cuando se producen dos acciones decombate aire-aire, en las cuales el capitn Fernando Soto Henrquez derriba tres aviones de la FAS. En la primeraaccin, tres Corsarios hondureos tripulados por el capitn. Soto, como lder, el Capitn Francisco Zepeda, comonmero dos y el Capitn Edgardo Acosta como nmero tres, en una misin de hostigamiento a tropas enemigas en elrea de El Amatillo, uno de los Corsarios, el del Capitn Zepeda, presenta problemas con sus caones, por lo quesobrevuela el lugar y es atacado por dos F-51 de la FAS tripulados por el Capitn Douglas Vladimir Varela y elcapitn Hctor Leonel Lobo. El Capitn Soto logra ubicarse atrs de los salvadoreos y con una descarga de sus

    caones derriba al Mustang del Capitn Varela, quien herido, no puede hacer uso de su paracadas y muere al caer suavin en tierra. El otro Mustang, al ver a su lder abatido, huye hacia El Salvador.En la segunda accin, aproximadamente a la 1:30 de la tarde, tres Corsarios hondureos, tripulados por los CapitanesSoto, Zepeda y Acosta, salen de Toncontn, en otra misin de apoyo a nuestra infantera y al hacer la comprobacindel armamento, los caones de su servidor, no funcionan por lo que el capitn Soto le cancela su misin y prosiguecon el capitn Acosta al rea de combate. Cerca de la frontera, en territorio salvadoreo, el Capitn Soto avista dosCorsarios salvadoreos y se coloca en posicin de ataque, derribando el avin tripulado por el Capitn SalvadorCezea, quien se lanza en paracadas y salva su vida. Luego de maniobras defensivas y ofensivas, el Capitn Sotologra colocarse atrs del Corsario del Capitn Reynaldo Corts, considerado el mejor piloto de la FAS, y con unarfaga de sus caones hace explotar el avin en vuelo, pereciendo el piloto instantneamente [...] . (Zepeda Andino).

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    ms tarde saldramos convertidos en vigilantes de la colonia, es decir del reparto residencial,

    cuyos lmites celosamente guardaramos contra el enemigo Pipil, que tal es la etnia mayoritaria

    de El Salvador. En esos momentos tanto guanaco como pipil eran ya trminos de lo ms

    despectivo y grosero.

    Bajo el drstico corte de electricidad, dialogando en borrosos susurros, la histrica noche

    del 14 de Julio fue prolongadsima. Cada cual registr al armario y encontr longevas armas de

    percusin, cuchillos largos y crueles machetes, lazos para amarra y horca, yataganes, fusiles,

    bayonetas, poderosos revlveres de tambor, ametralladoras, pistolas, y salimos a cuidar, a vigilar

    edificios y canteras, a los entronques telefnicos y la calle, igual que al aire, la brisa, el silencio,

    el rumor, a la circulacin de personas. La radio de El Salvador incitaba a los salvadoreosresidentes en Honduras para que oficiaran como quinta-columna y operaran sabotaje, volaran

    puentes y centros de electricidad, derribaran torres y envenenaran las aguas potables (Garca, CP,

    2009).44 Para el crepsculo se haba sabido de un turismo blanco donde se conducan cuatro

    chinitos contratados desde El Salvador para metrallar por sorpresa a los vigilantes de barrio e

    infligirles dao en la retaguardia;45 a las tres exactas de la tarde un avin carente de insignias

    44 Quinta columna. Los patriotas alumnos de la Escuela Nacional de Agricultura y del Instituto 18 de Noviembrede Catacamas, Olancho, junto a unos enfebrecidos vecinos, venan en la guerra del futbol que no caban en ellos

    por su trofeo en esa guerra: un peligroso quinta-columna pipil infiltrado, en el pas, cumpliendo las ordenes secretasde su jefe militar salvadoreo, un tal Chele Medrano. Una mujer de la aldea El Venado cuchicheaba, con el temorreflejado en el tic de ver para uno y otro lado, que el salvadoreo don Marcial Sibrin Sorto era su compadre, quetena sesenta aos de vivir en aquellas tierras. El encorvado octogenario iba entelerido por el lazo enterrado en laflccida musculatura, con las manos moradas y los brazos amarrados hacia atrs, anudados a la altura de los codos.Como todo viejo, conocedor de los altibajos de la vida humana, no poda sonrojarse ante aquel circo de fieraslunticas, pero s, al pasear la mirada por el imberbe rostro de sus captores y curiosos, daba unos quejidos profundosdesde sus ochenta aos, como los que sueltan los venerables del concilio de ancianos cuando sienten lstima delcorro de ignorantes. Armando Garca, del libro indito:Horizonte de perros, Junio de 2009.45 Deseo incorporar mi propio testimonio de Vigilante. Hacia la una de la madrugada del 15 de Julio, mientrasrecorramos las solitarias calles y avenidas de nuestra residencial unos doce varones heterogneamente armados,escuch a las tres horarias, a mi derecha, ruido sospechoso. Desde luego que en Jardines de Loarque todas las

    viviendas disponan de cerco y portn, que fijaban lmites de vecindad. En la densa sombra percib movimientos,ocultas fugas, giros de escape, y tend mi rifle calibre .22 pertenencia de mi cuado Agustn Crdova Santos, sinuso desde 1963 en direccin al verbo, que es decir al movimiento y accin. Estuve a milmetros sanguneos dedisparar, lo impidi ms la carencia de certeza que la emocin, el quinta-columnista salvadoreo debi escapar al roy tragarlo la oscuridad. Baj al seguro del arma registrando de memoria el sitio exacto de mi fallida heroicidad

    personal, cuando pude haber detenido al espa. Por la maana siguiente me aperson al sitio y contempl elpanorama: en el exacto rumbo de mi mira de disparo, como si una sondaleza se tiende entre nosotros, se encontrabaun voluminoso cilindro de gas butano, altamente explosivo al impacto de disparos. Junto a la cocina el dormitorio,

    junto al dormitorio la sala de nios. Jams hombre alguno dio tantas gracias de haberse compelido en aquel instantecomo yo.

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    sobrevol al cerro El Berrinche y dej caer un solitario paracadas que nadie supo, ni sabr jams,

    que fue, si verdico o imaginacin ...46

    Como se ver ms adelante, la hiprbole, que es decir la poesa, tambin pobl los partes de

    guerra.

    Haba estrellas y reinaban silencios sinfnicos, la quietud era como de catedral. Al poeta

    scar Acosta el inicio de la guerra lo pill en un bao sauna, segn l dice en cueros, 47

    mientras que el diplomtico Rafael Leiva Vivas supo de la agresin mientras celebraba la toma

    de La Bastilla en la embajada francesa de Tegucigalpa. Al da siguiente busc cmo proteger en

    la redaccin del diario El Cronista al exilado salvadoreo Arturo Alonso Alvarado. Pensamos

    reflexiona Leiva Vivas48

    que ambos pases actuaban de espaldas a la historia centroamericana.En la costa Norte, lejos de los frentes de combate, la futura novelista Martha Susana Prieto

    46 Emilio Medina Romero sugiere que algunas de esas descargas areas discretas consistieron en la ayuda delcompadre, esto es de Anastasio Somoza Debayle, presidente de Nicaragua y compadre del Gral. Lpez Arellano,

    jefe de Estado en Honduras, y que eran voluminosos envos de armas y municiones para un ejrcito, el hondureo,ineptamente descuidado (CP).47 Cuero, segn el Diccionario de la Real Academia Espaola, es el pellejo que cubre la carne de los animales yestar en cueros es no tener vestido alguno. En la tarde del da 14 de Julio de 1969 decid visitar, como lo haca dosveces por semana, el establecimiento de baos sauna o turcos que Humberto Callejas posea en la calle principal delBarrio Guanacaste de Tegucigalpa, frente a la sede de la Asociacin de Prensa Hondurea.

    Nos encontrbamos dialogando a eso de las siete de la noche en el cuarto de vapor, con sbanas blancas amarradas ala cintura, el diplomtico Policarpo Callejas Bonilla y el empresario Ricardo Surez cuando fuimos interrumpidos

    por el dueo del establecimiento quien nos inform que aviones salvadoreos estaban bombardeando el aeropuertode Toncontn y que el pnico se haba apoderado del Sur de la ciudad, aconsejndonos que no encendiramos lucesde carretera de nuestros automviles cuando nos marchramos a nuestros respectivos hogares pues podamos serametrallados por los cazas cuzcatlecos.En mi viejo escarabajo Volkswagen regres a mi casa de Colonia Alameda en donde recib la llamada telefnica deJulio Lpez Pineda, Director del diario El Da, en donde el que estos prrafos escribe desempeaba el cargo deJefe de Redaccin, que me peda que llegara temprano a las oficinas del peridico al da siguiente, 15 de Julio, para

    preparar una edicin extraordinaria que, estaba seguro, se vendera como pan caliente en las calles de la villa ...Resumiendo, la guerra con El Salvador me pill en cueros. scar Acosta, comunicacin personal.48 El 14 de Julio de 1969 me encontraba en la Embajada de Francia compartiendo la Fiesta Nacional de ese pas. Alas 19 horas se produjo la noticia del inicio de acciones bblicas de la guerra intil entre El Salvador y Honduras;entre los asistentes a la recepcin, la informacin cay como una bomba, y todos quedamos tristes y desencajados. Elda siguiente de aquel hecho, lo compartimos en la redaccin del viejo peridico El Cronista, donde trabajbamos almando de Ventura Ramos Alvarado. Los compaeros Ramn Amaya Amador y Medardo Meja nos solidarizamoscon Arturo Alonso Alvarado, tambin redactor y exiliado salvadoreo en Honduras desde hacia varios aos. Entrenosotros pensamos que ambos pases estaban actuando de espaldas a la historia centroamericana. Rafael LeivaVivas, comunicacin personal.

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    ansiaba que la guerra finalizara, tanto por lo absurdo de su ocurrencia como porque su novio

    estaba enlistado como mdico.49

    Macheteros

    Al segundo da de la contienda arribaron noticias desastrosas: al ordenrsele al comandante de

    Santa Rosa de Copn que movilizara sus mil hombres a la frontera se descubri,

    vergonzosamente, que slo contaba con unos 300, el resto eran fantasmas en planilla. Radio

    Bemba pronto hizo saber que la ciudad de Ocotepeque, en el extremo fronterizo occidental,

    estaba a punto de caer ya que el ejrcito hondureo estaba muy desorganizado y mal armado.

    Orlando Henrquez cuenta que cuando le comunicaron esas infaustas nuevas al mandatario deturno, el General golpista Oswaldo Lpez Arellano, ste se pregunt entonces qu se haba estado

    haciendo con el ejrcito en los aos anteriores. Y no obtuvo contestacin, dice Henrquez

    (60).50

    Las ms graves informaciones provenan del Frente Sur, situado a noventa kilmetros de la

    capital.51 Una fuerza invasora de alta velocidad, como se crea la salvadorea (OnWar.com),52

    marchando sin resistencia estara en un mximo de seis horas en Tegucigalpa, y fue cuando

    49 La guerra entre Honduras y el Salvador me sorprendi cumpliendo 24 aos, mientras mi prometido se enlistabacomo mdico voluntario en la Cmara de Comercio, como cientos de sampedranos, que ingenua y heroicamente seaprestaban a defender el territorio nacional con el arma que tuvieran: pistolas, rifles veintids, dagas y puales.Vestido de fatiga sali hacia la frontera armado con su maletn de mdico, mientras yo sufra su ausencia temblandode terror, todos al suelo cada noche, en la casa de mis padres durante los constantes apagones para despistar a los

    bombarderos enemigos entre las noticias escalofriantes de invasin, con temor hasta de salir al patio, as vivimos lacontradiccin de ver a cercanos amigos, con aos de vivir en Honduras, atacados por una turba que los desaloj desus casas y empresas y los expulsaba del pas. Aunque mi prometido regres con una espesa barba que alentnuestro encuentro a lo Reth Butler y Scarlett OHara, (nos casamos pocos meses despus), nos cost muchos,muchsimos aos, entender las razones polticas de un conflicto que no justific nunca el drama humano. Marta

    Susana Oviedo, comunicacin personal.50 La terrible verdad de que estbamos casi a merced de cualquier ejrcito invasor [...]. Esa vez, el General[Oswaldo] Lpez [Arellano] se vio obligado a pregunt