volley attack! 05

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La revista digital de vóley / NÚMERO 5 / ABRIL 2015 En primera persona... Sebastián Firpo

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La revista digital del vóley argentino

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La revista digital de vóley / NÚMERO 5 / ABRIL 2015

En primera persona...

Sebastián Firpo

2

Editorial

Seguinos en las redes sociales

/RevistaVolleyAttack @VolleyAttackOK

5

Consideraciones sobre la Carga de Entrenamiento en la Preparación Física de

Voleibol de Liga Argentina

(Diferencias entre el período preparatorio y el competitivo)

6

7

ABIERTA LA INSCRIPCION 2015

Cursos - Talleres - Seminarios

Preparación Física

Musculación

Levantamiento de pesas

Tel: 15-3157-6939

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1

Charlas de café… “No me voy a alejar totalmente

de la conducción del vóley”

Vicente Finelli, Presidente de la Federación Metropolitana de Voley, transita su último año después de dos mandatos

y más de una década como dirigente. Nos recibió en su despacho con el lema “la puerta está siempre abierta” y

charló sobre su gestión, el futuro de la Federación y el vóley nacional.

10

¿Cuánto tiempo hace que es

presidente de la Federación

Metropolitana de vóley?

Es mi segundo mandato

(2009/2012; 2012/2015) y este

año es el último, en el 2016 hay

que renovar autoridades y no voy

a poder seguir al frente porque

en el estatuto está estipulado un

máximo de dos mandatos.

¿Cómo se llega a ser presidente

de la FMV?

Con actos eleccionarios donde los

clubes eligen a partir de las listas

que se presentan. Ésta

conducción se inició en el año

2003 con el anterior presidente,

Leopoldo “Chulo” Olmo

(2003/2006; 2006/2009) y esa en

realidad fue la última vez que

hubo una elección donde se

presentaron dos listas. A fines del

2002 ganamos las votaciones

pero se llevó a la justicia y la

Federación estuvo acéfala

prácticamente durante el 2003

porque tenía una conducción

compartida. Luego de una

presentación judicial se pudo

volver a acordar una nueva

elección en el 2003 y así fue

como “Chulo” Olmo llegó a la

presidencia y desde ese

momento este grupo está a cargo

de la conducción de la

Federación.

Usted es parte de este grupo de

dirigentes que ingresó en el 2003

y llegó a la presidencia ¿El año

que viene también va a

presentar una lista?

Lo más probable es que si,

todavía no es un tema de

conversación entre nosotros. Hoy

por hoy trabajamos para

gestionar de la mejor manera al

vóley. En el 2003 la Federación

estaba quebrada en lo

económico, no tenía patrimonio.

Recuerdo que en el 2004 vino un

inspector de persona jurídica a

plantear la disolución de la

organización porque se había

perdido el patrimonio. Por suerte

pudimos conversar y explicarle

que ésta era una Federación

viable y desde el punto de vista

económico se podía respaldar

muy bien. Nos costó dos años

normalizar ese tipo de

situaciones, la Federación no

podía tener una cuenta bancaria,

los fondos se manejaban a través

de los nombres de los dirigentes.

Después de poder resolver todos

esos conflictos ¿Cómo se

manejan hoy en ese aspecto?

La Federación tiene todos los

fondos en sus propias cuentas,

desde hace ocho años todos los

empleados cobran el último día

hábil del mes, y desde hace cinco

no tenemos un día de banco

descubierto. Hemos logrado una

racionalización de los gastos

desde el 2003 y continuamos con

esa línea de trabajo y agregamos

muchas acciones desde lo

deportivo las cuales creemos que

son muy importantes. En el 2003

había seis clubes con Mini-Vóley

y hoy son entre 30 y 40 los que

participan. No existía la categoría

Sub 13 y la Sub 14 y 16 no

participaban de un torneo que

permitía el ascenso y descenso

de los clubes, los Torneos

Abiertos eran de 80/90 equipos

por categoría y hoy son más de

200 los que se inscriben, e

incluso no se cobra inscripción en

esos torneos. Creamos el

proyecto “Haciendo por los

pibes” –éste es su décimo año-

que consta de selecciones

zonales metropolitanas, donde

participan alrededor de 40

entrenadores con 500 chicos en

jornadas que son muy

importantes por la participación

que tienen junto a sus padres

también y porque socialmente

esto genera una unión entre

jóvenes de distintos clubes, los

acerca y les permite construir

vínculos que de otra forma no se

forjarían nunca.

La Federación reúne a muchos

jugadores, entrenadores,

personal y dirigentes ¿Cómo se

sustentan?

Tenemos distintas fuentes de

financiación, por medio de las

cuotas de los clubes, los pases de

los jugadores, apoyo comercial,

estatal y subsidios y con eso

generamos los ingresos.

El vóley es un deporte en

constante crecimiento, incluso

los grandes clubes de fútbol

como Boca, River, Vélez tienen

un representante en este

deporte ¿Cuántos clubes tienen

afiliados? ¿Alrededor de cuántos

jugadores?

Si tomamos como referencia el

año pasado son 110 clubes y en

11

estos días se acercaron varios a

preguntar condiciones y formas e

incluso ya tenemos nuevos

inscriptos, nuestra expectativa es

continuar el crecimiento. En

cuanto a jugadores el año pasado

presentamos en la FeVA

(Federación del Vóley Argentino)

9800 federados. Creemos en una

Federación en la que puedan

participar todos los clubes, cada

uno desde el lugar en el que

puede, y desde el lugar en el que

sienta con posibilidades de

participar.

Luego de doce años en la

dirigencia, dos mandatos al

frente y conociendo el

crecimiento exponencial ¿Qué

expectativa tiene para este año?

Son muy buenas, el año pasado

tuvimos la oportunidad de

transmitir a través de DeporTV

ocho jornadas dobles donde

jugaron ambas ramas de División

de Honor (campeón Boca en

femenino y Lomas en masculino)

y eso nos permitió volver a la

pantalla de televisión con calidad

en alta definición y salieron

entregas estupendas. Esto nos

permite visualizar un año positivo

y con posibilidades de nuevos

ingresos a partir de los sponsor

que generan las televisaciones.

Organizamos la competencia

para que los partidos más

interesantes del Torneo

Metropolitano y con los mejores

jugadores del vóley nacional se

puedan transmitir.

¿Cuál es su opinión sobre el

juego, el nivel y la preparación

del vóley nacional?

Va hacer una año muy

importante ya que estamos

próximos a un Juego Olímpico. Se

realizaron algunos cambios, es un

orgullo para el vóley argentino

que un entrenador con tanta

trayectoria y capacidad como

Julio Velasco esté al frente de la

selección masculina. Con él a la

cabeza habrá un trabajo serio y

seguramente al final rindan sus

frutos, esto desde el punto de

vista del masculino que ya tenía

una estructura de organización la

cual se sostuvo en el tiempo. En

la rama femenina, todos los años

evolucionan y participan de

competencias internacionales y

tener la posibilidad de participar

de un JJ.OO. sería historico.

Brasil, Cuba, Italia son potencias

mundiales y Argentina tiene

excelentes entrenadores y

jugadores ¿Cuál es el salto de

calidad que necesitan las

selecciones nacionales?

Se tienen que dar una serie de

cuestiones. La economía es muy

importante porque te permite

realizar cosas que si no se tiene el

dinero no se pueden llevar a cabo

como viajar, competir. La

selección nacional tiene un apoyo

del Estado, de la Secretaria de

Deportes y del ENARD (Ente

Nacional de Alto Rendimiento

Deportivo) muy importante pero

desde la parte privada cuesta

generar ingresos para permitir un

mayor desarrollo y por supuesto

fundamentalmente en la

capacidad de los entrenadores y

en la pasión que ponen ellos y los

jugadores para obtener los

mejores resultados. El deporte

tiene una beta económica pero

los grandes entrenadores y

jugadores son los que ponen toda

la pasión en lo que hacen.

Si dejamos el fútbol de lado,

observamos que el resto de los

deportes como en el básquet,

Las Leonas o Los Pumas el

público acompaña y llena

estadios ¿Qué cambio realizaría

en el juego para que se aún más

atractivo para los espectadores?

Julio Velasco en una charla en la

Secretaria de Deporte dijo “La

Champion League no es lo que

hace grande al fútbol sino la

12

cantidad de deportistas que la

practican, esos son los que hacen

grande al fútbol” y coincido, la

gente no va a ver un deporte que

no practica. Estamos interesados

en que cada vez lo practiquen

más chicos. El año pasado la

selección femenina jugó un

Grand Prix en el estadio de

Lomas de Zamora y el público

estaba acostumbrado a ver a la

selección masculina no a la

femenina y durante esa

competencia el público llenó el

estadio y por primera vez se

victorio los nombres de las

integrantes del seleccionado y

fue un avance muy importante

pero si nos quedamos en eso

estamos equivocados, hay que

trabajar en esas cuestiones y en

todo lo que rodea al espectáculo

pero lo más importante es el

partido y los jugadores. Tenemos

que generar cantidad de

jugadores, un chico juega al

fútbol en cualquier lado, por eso

necesitamos que la práctica del

vóley la generen la mayor

cantidad de personas posible. El

vóley tiene una ventaja que es el

no roce, “La red que separa en

realidad es la red que une” como

dice un dirigente muy querido

como Alcides Marquez, es una

ventaja que el deporte tiene más

en la rama femenina donde

siempre está el miedo de

chocarse o lastimarse al practicar

una disciplina y eso se tiene que

potenciar.

Durante el Mundial que se

disputó el año pasado se

implentó la utilización de

cámaras para definir ciertos

puntos ¿Qué opina sobre el uso

de tecnología en este deporte?

La tecnología es buena pero no

deja de ser una herramienta, no

es lo que define, lo que define es

el espiritu, el deporte y el ser

humano. Sirve para un deporte

mejor visto pero no lo tomo

como hecho trascendente, claro

que cuanta más tecnología haya

mejor porque nos va a facilitar el

trabajo. Incluso la FIVB

(Federación Internacional de

Voleibol) con este tema un año

va para adelante y al otro

retrocede porque se da cuenta

que generó una solución a un

problema pero creó uno nuevo.

Este es el último año después de

dos mandatos y casi 12 años

dentro ¿Cómo desearía que

continuara la Federación?

Todavía no se decidió si voy a

continuar o no, seguramente no

me voy a alejar totalmente de la

conducción del vóley, no es mi

idea. Nunca un dirigente deja de

serlo de un día para el otro, eso

sólo pasa cuando te van tan mal

que tenés que ir. La sensación

que tengo es que al frente de la

Federación no nos fue tan mal,

por eso tengo la expectativa de

que habrá cambios y

seguramente el crecimiento

seguirá porque hay dirigentes

muy buenos siempre

manteniendo una línea de

conducta, de coherencia la cual

en el tiempo nosotros

mantuvimos y nos permitió

generar grandes avances en lo

económico y deportivo. Como

dirigente nunca podes estar

satisfecho, desde el punto de

vista deportivo todo el tiempo se

evoluciona y nosotros tenemos

que acompañar esa evolución,

sería un objetivo ser el deporte

detrás del fútbol. En cuanto a la

Federación el objetivo de acá a

tres años sería tener 15 mil

jugadores, aumentar la cantidad,

no de cualquier manera sino que

eso también me permita

aumentar la calidad. Dictamos

muchos cursos para

entrenadores, de mini-vóley para

entrenadores principiantes para

que tengan la idea y la

concepción de lo que es ser un

entrenador, un líder, un guía.

Sinceramente en lo personal

deseo que a la Federación le vaya

lo mejor posible, durante todos

estos años le dedique muchas

horas de mi vida, muchas ideas,

es una forma de conducción. El

mejor respaldo que puedo tener

es mi trabajo y mi convicción.

1

En primera persona... “El vóley ha sido mi medio de vida, pero terminó

siendo mi pasión en un 100%.”

El experimentado armador se sentó a conversar con Volley Attack! en un interesante mano a mano. Comenzó de muy

chico, pero sin la ilusión de convertirse en profesional. Como expresa el, con “algo de fortuna y mucho de dedicación”

realizó una carrera más que interesante ligada al deporte. Desde sus comienzos en CeDeBa a su presente en Lomas

Vóley, su paso por la selección Argentina, su familia, su San Nicolás natal. Con una charla muy simple, Sebastián,

explica por qué le debe mucho más al vóley que lo que el vóley le ha dado.

14

¿En qué momento te encontrás?

Me siento bien, algunos

molestias o dolencias lógicas de

los 38 años, esta es la Liga

número 20 para mí. El cuerpo lo

va sintiendo, pero las ganas se

incrementan año a año, tuve la

suerte de venir a Lomas con un

proyecto muy lindo. Es un equipo

que jugó para lograr cosas

importantes luego de haber

logrado el pase al Sudamericano.

Fuimos protagonista en una

competencia como la nacional

que no es cosa fácil, a mi edad

eso me hace sentir más que bien.

¿En qué momento te cruzaste

por primera vez con el vóley?

Yo jugaba al fútbol desde chico,

en el año 1986 se hace una Liga

donde la Secretaría de Deportes

de la Nación junto con la

Federación de ese momento

sponsorizó a los jugadores de

selección como Castellani,

Kantor, Quiroga, por darte

algunos nombres; para que

puedan jugar la Liga Argentina.

Se repartía uno o dos jugadores

por equipo y con eso creaban

mayor atracción para el público

del todo el país. A Castellani le

toca ir a Somisa, club en el cual

me crié y comencé a hacer mis

primeras armas, y a través de

clínicas que se hacían para chicos

pude conocerlo. Me gustó mucho

el deporte pero seguí con el

fútbol, todavía no me veía

jugando, mejor dicho,

compitiendo. A las 12 años mi

hermano ya jugaba al vóley, yo

había dejado de jugar al fútbol y

como era hiperquinético, mi

mamá me llevó al club para que

comience otra vez con la práctica

de algún deporte. Le seguí los

pasos a mi hermano y a esa edad

no me quedó otra que jugar con

las categorías más grandes

porque no había de mi edad.

Aprendí mucho en esa primera

experiencia hasta que a los 15

años fui convocado a una pre

selección de menores, en ese

momento era atacante y fue ahí

que me convirtieron en armador.

¿Qué le encontraste de atractivo

al vóley?

No es un deporte fácil, cuando

dejé el fútbol empecé a hacer

básquet y vóley, pero me incliné

por el vóley. Le agarré el gustito,

se me dio que podía jugar en

categorías más grandes que la

mía, entonces cuando competía

con chicos de mi edad tenía

protagonismo y eso era

interesante. Me encontré rápido

con la selección, viajando, a los

17 años ya estaba jugando mi

primer Liga para Centro

Deportivo Ballester. Me gustó el

hecho de viajar por el interior del

país, compartir cosas con tu

compañeros, básicamente,

integrar un grupo. No pensé que

podía llegar a ser profesional del

vóley, jamás se me pasó por la

cabeza, empecé a estudiar en la

facultad y luego de los

Panamericanos del año 1995, me

llama Castellani para irme al

CeNARD a vivir y entrenar con la

mayor. En eso momento decidí

apostar todo por el vóley, el

famoso “a ver qué pasa”.

¿En qué momento hiciste click

de que podía ser realmente tu

medio de vida?

En ese momento hubo un

planteo familiar, mi papá que fue

deportista de toda la vida me

apoyó muchísimo y tuve que

charlar en mi casa la chance de

dejar la facultad e irme de lleno

al CeNARD. En ese momento era

todo ad honorem, no había becas

y tuve que apelar al esfuerzo de

mis padres para que me pasen

dinero y así poder pasar la

semana. Mi idea original era

probar suerte hasta los 25 años,

si veía que podía vivir del deporte

continuaba, caso contrario seguir

ligado de manera amateur y

estudiar. Se dio todo más o

menos parejo, justo a los 25

quedo afuera de la selección y

retomé los estudios, hice 3 años

de kinesiología hasta que salió la

posibilidad de irme a jugar

afuera. Nuevamente se inclinó la

balanza por el vóley y continúa

inclinada, hasta hoy.

¿Qué resigna una persona para

vivir del deporte?

Resignas un montón y tenés a

favor otras tantas. El otro día

comentaba con un allegado, no

estuve para ningún casamiento

de mis amigos, para ningún

evento importante, ningún

cumpleaños mío ni de mi familia,

algunas fiestas tampoco pude

estar. Todos los eventos o hechos

importantes prácticamente me

los he perdido todos. Hace un

tiempo hice base en San Nicolás

con mi mujer y mis dos hijos,

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entre Ligas, estamos tiempo

completo ahí. Durante la Liga

trato de ver el tema de la

distancia a mi casa, trato de ir y

volver o de que ellos se instalen

algunos días conmigo donde me

toque estar. Esa es la parte fea si

se puede llamar así, lo positivo es

que por ejemplo he conocido

más de 40 países, he jugado

Juego Olímpico, Mundial, torneos

importantes a nivel mundial, he

conocido el mundo por decirlo de

alguna manera. Eso, si no hubiera

sido por el deporte, no lo habría

llevado a cabo. Me dio también

muchos beneficios, me ha

alejado de vicios sociales, aprendí

a compartir en grupo, aprendí

que el deporte te inculca miles de

valores que no existen en ningún

otro lado. Tal vez ya a mi edad de

lo único que reniego es un poco

de los horarios, pero después me

siento muy cómodo con todo.

¿Cómo fue la experiencia de

jugar fuera del país desde lo

humano?

Puerto Rico fue interesante

porque al ser latinos era todo

más sencillo. La geografía es

paradisíaca, tuve la suerte de

vivir al lado de la playa. Tienen

una liga un poco más corta, es

semi profesional en donde los

jugadores la mayoría estudian y

entrenan, o trabajan y entrenan,

y los extranjeros son los que le

dan el salto de calidad a los

equipos. No se entrena tanto y se

juega mucho, para la posición de

armador está muy bueno pero

los atacantes si no realizan un

entrenamiento particular lo

sufren desde lo físico. En Austria

ya la cultura es más fría pero

todo funciona perfecto, lo cual es

un plus. Es una de las ciudades

más hermosas que me tocó

conocer. Todo en orden, todo

como debe ser, es muy difícil

hacer amigos porque la gente es

más cerrada. En Rumania ya la

cultura es más latina, me adapté

más rápido que en Austria y me

gustó. Las experiencias de jugar

afuera han sido placenteras, es

algo que recomiendo y si no

tuviera hijos lo volvería a hacer.

¿Qué ha significado la selección

Argentina en tu vida?

Prácticamente empecé a jugar

antes en la selección que en los

clubes, me formaron como

armador y eso no es poca cosa ya

que me dio todo lo que mi

carrera después iba a ser. Me

enseñaron mucho, por

momentos aprendí a los golpes

pero era perseverante. Llegué a

la selección mayor y no tenía

muchos referentes hasta que

conocí a Hernán Ferraro, ha sido

una persona por demás generosa

conmigo que me aconsejó

mucho. Cuando combinamos en

Peñarol de Mar del Plata él era

muy consejero conmigo, me

ayudaba siempre en detalles,

técnica, ubicación dentro de la

cancha, siempre tuvo demasiada

paciencia conmigo. Después he

tenido mucho de prueba y error,

lo mío era entrenar para mejorar.

Todos los años de selección han

sido hermosos, me perdí algunos

torneos en los que me hubiera

gustado estar, pero el saldo es

más que positivo.

¿Cómo es tu vida cuando no

estás con el vóley?

Paso mucho tiempo en mi casa,

disfruto al máximo de mi familia

los momentos que no tengo que

entrenar, concentrar o jugar. Me

gusta jugar al golf, últimamente

no tuve tiempo de jugar pero en

cada receso se lo dedico a jugar.

Es una actividad súper atrapante,

es totalmente adictiva, si sos

competitivo es imposible que no

te guste. En el golf encontré un

16

deporte que te hace pensar todo

el tiempo, antes, durante y

después. Haber arrancado de

grande también me condiciona

un poco porque es un deporte en

el cual necesitás mucha técnica,

diferencia de 1 cm en un golpe es

una pelota 50 metros más

alejada del hoyo. También me

gusta ir a pescar, pero sin lugar a

dudas estar con mi mujer y ver

crecer a mis hijos es lo que más

disfruto fuera de la actividad

profesional.

¿Cómo son esas vueltas a San

Nicolás?

Es mi lugar, nací y me crié a tres

cuadras de donde hoy vivo que

es el lugar donde aún viven mis

padres. Mantuve el barrio, las

costumbres, me resulta muy

difícil despegarme de mis

orígenes aunque ya no puedo ir

tanto al club como iba antes.

Necesito siempre volver, las

escapadas son constantes, día

libre que tengo, día que me

encuentran en San Nicolás. La

distancia ahora me ayuda, estar a

200 km me facilita mucho las

cosas, es mi lugar, donde me

siento parte de todo. En algún

momento sé que voy a volver al

club para devolver todo lo que

me ha dado, yo me fui bastante

chico, dentro de mis proyectos

está la de realizar cosas para el

lugar que me dio las primeras

oportunidades.

¿Cómo es mantenerse en la alta

competencia a los 38 años?

No me detengo mucho a pensar,

yo me siento competitivo y tengo

muchas ganas, no me detengo a

ver qué edad tengo para seguir.

Hay días que obviamente cuando

aparecen los dolores te das

cuenta de los años que uno lleva

en esto pero el entusiasmo por

continuar supera todo. No me

detengo a calcular si va a ser la

última temporada o cuando

pienso retirarme, mi intención es

seguir jugando. Si ya los equipos

consideran que no estoy para

jugar me gustaría mucho tener la

posibilidad de dirigir o formar

parte de algún cuerpo técnico.

Por todo lo que venís hablando,

el vóley es el eje de tu vida.

Si, obviamente, cuando no estoy

jugando durante el receso hay

días que mi mujer me pide que

vaya a entrenar o a jugar un rato

en algún lado porque se me nota

la abstinencia. Es un modo de

vida, hace 21 años que la

descarga emocional es venir a

entrenar y pegarle a la pelota.

Cuando falta el vóley por los

recesos obligatorios, tengo que

buscar otras alternativas, creo

que por eso encontré en el golf

algo que me guste tanto. Será

duro el día que no juegue más,

no me lo quiero ni imaginar, creo

que aún no estoy preparado para

eso.

¿Cuál es el recuerdo más lindo

que te haya dejado el vóley?

Yo soy bastante competitivo, lo

adrenalina de competir, valga la

redundancia, es una de las cosas

más lindas. Tuve la suerte de

ganar títulos acá y en el exterior,

cada uno de ellos deja recuerdos

imborrables. De todos modos, lo

que más me llevo son los amigos,

la gente que pude conocer

gracias al deporte. Tengo amigos

en todo el mundo, y no lo digo

como algo desde un punto de

vista del ego, sino como algo que

tuve la fortuna que se vaya

17

construyendo con los años. En el

país tengo muchos amigos, que

me abren las puertas de su casa

los 365 días del año y me reciben

como parte de su familia. Todo

eso jamás lo hubiera imaginado,

pienso en ese chico que empezó

en San Nicolás y hoy poder tener

esos privilegios no es poca cosa.

Siempre he intentado mantener

una conducta, creo que logré

llevar al deporte todo aquello

que mis padres me han

inculcado.

¿Qué le agradecés al vóley?

Todo. Esa palabra lo resume en

absoluto. Desde enseñanzas,

compañerismo, me ha dado mi

familia, valores, alejarme de

situaciones que hoy veo en los

chicos en la calle. Ha sido mi

medio de vida, pero terminó

siendo mi pasión en un 100%. Yo

le debo mucho más al vóley que

lo que el vóley me ha dado.

La charla concluye, el horario de entrenamiento en el Polideportivo del Parque Eva Perón de Lomas de Zamora ha llegado. Apretón de manos, Sebastián se va con su bolso en el hombro lleno de ganas de seguir jugando.

Lavalle 168 - Buenos Aires

011 4314-2072

Marianela Garbari “Soy muy perseverante y luchadora”

Es una de esas jugadoras que no pasan desapercibida: entra a la cancha y se transforma, su carisma y su liderazgo se

hacen sentir, ordena la recepción, contiene a sus compañeras en los momentos dificiles del juego. Su determinación

hace que nunca de por perdida una pelota, con su agilidad y su capacidad de anticipación hace que su sector

defensivo sea casi invulnerable y sea una pesadilla para las atacante. Bien vale la pena ir a verla jugar como también

conocerla un poco mas, con uds., Marianela Garbari.

¿Cómo te iniciaste en el vóley?

Mis padres siempre nos estimularon, a mí y a mis

hermanos, para que practicáramos deportes. Como en

Urdampilleta no había clubes deportivos íbamos al

CEF Nº 5 (Centro de Educación Física Nº 5). Ahí probé

gimnasia artística, jugué al básquet para Bolívar,

también jugaba al vóley y durante los veranos hacia

natación. Competíamos con varias ciudades y pueblos

cercanos al mío. Gracias a mis padres podíamos viajar,

ellos nos facilitaron los medios para hacerlo, porque la

mayoría de las veces había que desplazarse a otras

ciudades como Azul u Olavarría para poder competir.

¿Cuándo empezaste a verte como una jugadora de

vóley?

Mis primeros pasos en vóley fueron por absoluta

casualidad. Un día tocaron el timbre de casa y era una

de mis amigas que me invitaba a jugar en el CEF

porque les faltaban chicas para poder armar un

equipo. Les pedí permiso a mis viejos y nos fuimos

hasta el playón de vóley. Cuando llegamos estaban

practicando ataque libre, el entrenador me preguntó

si me animaba y le dije que sí. Y como pude

arreglármelas para hacer la carrera de ataque y

pegarle a la pelota quedé en el equipo. Ese fue mi

primer contacto real con el vóley. Nunca imagine ser

jugadora de vóley y mucho menos en ese momento.

Pero lo que sí tenía claro es que me encantaba jugar a

cualquier deporte.

¿Cuándo viniste a jugar en Capital Federal?

Dos de mis hermanos estudiaban en Capital Federal y

cuando terminé el secundario decidí mudarme de

Urdampilleta e instalarme acá para poder estudiar el

Profesorado de Educación Física. Durante el primer

año de carrera me hice muy amiga de Luciana

Yrazusta, que jugaba al vóley en el Club Ciudad de

Buenos Aires y ella me propuso ir a probarme. Junto

con nosotras también estudiaba Laura Uriarte,

compañera de equipo de Urdampilleta, así que nos

animamos a ir juntas a ver de qué se trataba la

prueba. Ese día, cuando terminamos el entrenamiento

nos llamaron a un costado para decirnos que querían

ficharnos. Nos preguntaron de qué club veníamos y

para quien estábamos jugando, para poder coordinar

el pase. No teníamos ni idea de lo que nos estaban

diciendo. Les explicamos que nunca habíamos estado

federadas, ni jugado ningún torneo. Todo fue más fácil

porque hicimos el fichaje y ya éramos jugadoras del

club.

¿Cómo fueron esos primeros momentos en el vóley

Metropolitano?

Al principio lo tome como algo que disfrutaba pero

que no iba a ser determinante en mi vida. Pensé que

lo haría por un tiempo y nada más. Pero de repente, la

carga horaria era altísima porque jugaba en dos

categorías: primera y en juveniles. Entrenaba todos los

días menos el miércoles y jugaba sábado y domingo,

cursaba a la mañana y entrenaba tarde noche, y así

todos los días durante el primer año. Realmente fue

muy cansador, no estaba acostumbrada a ese ritmo. El

debut, si mal no recuerdo, fue contra UBA en Ciudad

Universitaria, obviamente sin saber mucho de que se

trataba, pero disfrutando al máximo. El entrenador

era Ruben Martinez y Andrés Gonzalez estaba de

segundo, ese año me acuerdo que en Muni jugaban:

Luciana Yrazusta (mi amiga que me llevo a probarme)

Karina y Gabriela Kostolnik, Viky Bigliardi, la zurdita

Mariela Alvarez, Eugenia Perez, Carolina Ferrazi , la

flaca Conti ,que estaba empezando, entre otras.

¿En qué posición jugabas al principio? ¿Cuando

comenzaste a jugar como líbero?

En Urdampilleta jugaba de todo, todas hacíamos todo,

pero jugué mucho como armadora y también por

punta aunque no me crean a pesar de tener 1,65 mts

de altura. El año en el que comencé a jugar en Muni se

implementó la posición de libero. Al principio no

estaban seguros, también consideraron ponerme

como armadora.

¿Cuáles fueron tus mayores logros deportivos?

En cuanto a competencias, gané el Torneo

Metropolitano, Ligas Nacionales, Torneos Aperturas,

me reconocieron como mejor defensora y receptora

de Liga Argentina, jugué un Sudamericano de Clubes y

he concentrado con la Selección Nacional. Pero mi

mayor logro ha sido conocer

gente para toda la vida y

disfrutar de cada partido

que juego sin excepción

hasta el día de hoy, puedo

vivir el vóley con tanta

pasión.

¿Quién es tu jugadora

modelo? Alguien a quién

hayas tomado como

ejemplo

No sé si la palabra es tomar

como ejemplo, pero verla

jugar a Mónica Kostolnik y

después tener la

oportunidad de compartir la

cancha con ella fue un

placer. Daniela Preiti y

Mariela “Chaco” Trioni fueron 2 líberos consagradas

de Gimnasia y Esgrima de La Plata. La personalidad, la

cabeza y la entrega son características que admiro

mucho en cada una de ellas.

¿Qué diferencia y similitudes ves entre la Marianela

que recién comenzaba a jugar de líbero y esta actual?

La gran diferencia era que no me sentía libero y ahora

sí. Juego y disfruto siendo líbero. Lo que nunca cambio

fue la entrega total, siendo mejor o peor líbero,

dejaba todo adentro de la cancha.

¿Qué consejo le darías a las jugadoras jóvenes que

juegan en tu posición?

Yo no diría aconsejar, pero puedo hablar de mi

experiencia personal. Yo comencé a notar una

diferencia en mi juego cuando hice mía a la posición.

En algún momento hice un click y empecé a dominar

la posición, ésta es la clave; y sólo se logra entrenando

y queriendo lo que uno hace.

¿Cuál es tu deseo personal como jugadora de

voleibol y cuál es tu deseo para el voleibol femenino?

Mi deseo personal es retirarme sin que el vóley me

haya dejado a mí y habiendo disfrutado hasta el

último punto del último partido. Y para el vóley

femenino, que todos los que de una manera u otra

tenemos que ver en este deporte trabajemos a la par,

cada uno desde su función, sin interferir en el trabajo

del otro, unificando criterios y líneas de trabajo en

cada área, desde las federaciones y asociaciones más

importantes hasta las jugadoras.

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Prof. Fabián Hugo Muraco

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NO SI

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Lic. Carlos Giesenow Psicólogo, especialista en clínica y deportes

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Humor…

Toque a la Olla

Por Pablomago

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La máquina del tiempo Se juega en las escuelas, en clubes, en la playa, en la plaza y hasta en la nieve. Lo disfrutan personas de todas

las edades, de todas las clases sociales y distintas partes del mundo. Algunos crean sus propias reglas, otros

siguen los pasos del reglamento, y algunos se las ingenian para inventar una red y una pelota. Pero, ¿alguna vez

te preguntaste cuándo y cómo se originó el vóley?

En la historia de la humanidad, el hombre siempre ha creado juegos para

divertirse y a su vez, ejercitarse. Entre ellos, existen varias versiones sobre

un juego muy similar al vóley en la Roma del 200 a.C., pero no se

encontraron pruebas que confirmen su existencia.

Para encontrar su origen, hay que remontarse al 1870, precisamente con

el nacimiento de William George Morgan. Algunos se preguntaran quién

será, pero pronto se darán cuenta que está ligado profundamente al

surgimiento del Vóley. En el colegio de la YMCA -Asociación de jóvenes

católicos- de Springfield, realizó sus estudios de pregrado. Luego de

graduarse, en el año 1895, se dirigió al YMCA de Holyoke –

Massachusetts-, donde se convirtió en el Director de Educación Física. Allí

tuvo la oportunidad de poner en práctica su programa de ejercicios para adultos. Con el correr, las clases fueron

incrementando una gran cantidad de alumnos, y por ello Morgan se vio inmerso en la búsqueda de un tipo de

juego que las convierta en más dinámicas.

La primera opción fue el baloncesto, pero su convocatoria estaba orientada a gente joven con buen estado físico.

No era lo que William necesitaba, él quería un juego menos violento. Por ello, aplicó los años de experiencia en

el gimnasio del YMCA y sus propios métodos de entrenamiento, para hacer posible la invención del Vóley.

“En busca de un juego apropiado me fijé en el Tenis, aunque éste necesita de

raquetas, bolas y red y otro tipo de equipamientos, así que lo eliminé. Pero la

idea de la existencia de una red siempre lo consideré como válida. La elevamos a

una altura de 1.98 metros, justo por encima de la cabeza del hombre.

Necesitábamos un balón, por lo que usamos la cámara de uno de Baloncesto,

aunque era demasiada ligera y lenta, por lo que usamos un balón de Baloncesto,

resultando a su vez demasiado pesado y grande”, cuenta Morgan sobre el

desarrollo de este deporte.

El “Mintonette” estaba en pleno crecimiento. Las intenciones del estadounidense

estaban siendo factibles, pero había pequeños detalles que no concordaban. El

creador, se puso en contacto con la firma Spalding A.G & Bros para la fabricación de un balón. Los resultados

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fueron óptimos: crearon una pelota con una cámara interna, de 63-68 cm de circunferencia y con un peso de

entre 252-336 gr. Por otra parte, compañeros de Holyoke, fueron diseñando los conceptos básicos y las primeras

reglas del deporte.

A comienzo de 1896, todos los profesores de

Educación Física acudieron a una confederación

organizada por la YMCA de Springfield. Allí, se hizo

una demostración del juego: dos equipos formados

por cinco hombres cada uno. Morgan comentó que

el juego estaba pensado para disputarlo en el

interior, aunque también podía trasladarse al aire

libre. El número de jugadores estaba limitado, y el

objetivo era mantener el movimiento del balón de

un lado, al otro lado de la red.

Tras la explicación y demostración, el profesor Alfred T. Halstead, expresó su interés por el curioso movimiento

del balón, que volaba de un lado hacia otro. Fue en ese preciso momento, cuando se decidió cambiar del

nombre, de “Mintonette” a “Voleibol”, que significa balón en vuelo.

Morgan explicó las reglas y trabajó en ellas, otorgando una copia a los directores de Educación Física de las

YMCA, para que las usaran como guía. Un breve informe sobre este mismo y las reglas, fueron publicados en la

edición de julio de 1896 en la revista “Educación Física”.

En el año 1900, Canadá se convirtió en el primer país en adoptarlo fuera de EE.UU. Años después, mientras en

Norteamérica, este juego era el más popular, otros países del mundo fueron incorporándolo: Japón, Filipinas,

China, India, México. Tiempo después, el resto de América, Europa y algunos países africanos, vieron la llegada

del Voleibol.

La falta de tecnología y comunicación, hizo que cada país que incorporaba este juego, creara sus propias reglas.

Tal es el caso del continente Asiático, donde el Voleibol se jugó por mucho tiempo con 16 jugadores,

convirtiéndolo en un deporte numeroso.

Por otro lado, el Vóley se fue integrando al programa de

educación y recreación de las fuerzas armadas americanas.

La Primera Guerra Mundial, fue la clave para su expansión

tanto mundial como en el país de origen. Una fuente

registrada en 1916, estima que el número de jugadores de

los Estados Unidos había alcanzado un total de 200.000

personas de todas las edades y estratos sociales.

Para la década de 1920, algunos países ya habían creado

Federaciones, pero el hito más importante se lo lleva la

demostración de “deportes americanos”, en los Juegos Olímpicos de París 1924. Pero hasta ese entonces, el

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Vóley fue en su mayor parte un juego de diversión y entretenimiento, existiendo pocas actividades y encuentros

internacionales.

El Vóley estaba en pleno auge. Mientras tanto, en su territorio natal, en la playa de Santa Mónica-California, ya

se disputaba el primer 2 vs 2. Pero en 1933, el libro publicado de Robert R. Lavega “El Voleibol: el juego”,

permitió divulgar ampliamente el deporte, los métodos de enseñanza y las técnicas específicas de entrenamiento.

La Segunda Guerra Mundial y el Vóley, fueron de la mano ya que a los Jefes de Personal, se les encomendó este

juego para entrenar a las tropas, fortalecer su moral y enseñar el trabajo en grupo. En plena guerra, Morgan

dejó la vida con solo 68 años de edad. Con el correr de los años, el crecimiento del Vóley fue tomando mayor

color.

Solo cinco años después, catorce Federaciones se reunieron en París y fundaron la Federación Internacional de

Voleibol (FIVB). El primer objetivo se orientó a desarrollar, dar a conocer y mejorar las normas de este mismo en

todo el mundo. Con el paso del tiempo, fue llevándose a cabo los distintos campeonatos mundiales, tanto

femeninos como masculinos en el mundo.

En Tokio 1964, se jugaron los primeros partidos oficiales en los Juegos Olímpicos, donde participaron diez

equipos masculinos y seis femeninos. Bastaron casi 30 años, para que el Comité Olímpico Internacional lo

aceptara como disciplina olímpica para los JJ.OO de Atlanta 1996.

Pasaron aproximadamente, 120 años desde que el Vóley se creó. Son muchos años, acompañados de muchos

cambios en el reglamento, de formas de jugar y demás. Sin dudas, Morgan lo hizo.

VOLLEY ATTACK!