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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA FRANCESA TESIS DOCTORAL Narración, memoria e identidad en Jean-Christophe: el sueño europeo de Romain Rolland MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR José Carlos Marco Vega DIRECTORES Mª Lourdes Carriedo López Arno Gimber Madrid, 2017 © José Carlos Marco Vega, 2016

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  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGA

    DEPARTAMENTO DE FILOLOGA FRANCESA

    TESIS DOCTORAL

    Narracin, memoria e identidad en Jean-Christophe: el sueo europeo de Romain Rolland

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

    PRESENTADA POR

    Jos Carlos Marco Vega

    DIRECTORES

    M Lourdes Carriedo Lpez Arno Gimber

    Madrid, 2017

    Jos Carlos Marco Vega, 2016

  • D COMPLUTENSE DE MADRIDLTAD DE FILOLOGA

    mento de Filologa Francesa

    MEMORIA E IDENTIDAD EN HRISTOPHE: EL SUEO O DE ROMAIN ROLLAND

    e Doctorado en Estudios Literarios la direccin de los doctores: Lourdes Carriedo Lpez

    UNIVERSID ADRIDFAC

    Depart

    NARRACIN AD EN C O

    EUROP ND

    Programa riosBaj

    UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE

    Departamento de Filologa Frances

    NARRACIN, MEMORIA E IDENTICHRISTOPHE: EL SUE

    EUROPEO DE ROMAIN ROLL

    Programa de Doctorado en Estudios Liter

    UNIVERSIDA AD COMPLUTENSE DE M MADRID FACUULTAD DE FILOLOGA

    Departa amento de Filologa Francesaa

    NARRACIN,, MEMORIA E IDENTID DAD EN JEAN-CHRISTOPHE: EL SUEO EUROPEEO DE ROMAIN ROLLAAND

    TESIS DOCTORAL

    Programa d de Doctorado en Estudios Litera arios Bajo o la direccin de los doctores:

    MM Lourdes Carriedo Lpez Arno Gimber

    Trabajo realizado por: Jos Carlos Marco Vega

    Madrid, 2015

  • ii

  • La investigacin que ha dado lugar al presente trabajo de Tesis ha recibido financiacin

    del Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte del Gobierno de Espaa. Est

    enmarcada dentro del Programa de Formacin de Profesorado Universitario (FPU)

    [Credencial AP2010-1396].

    iii

  • iv

  • Agradecimientos

    No es fcil llevar a buen trmino un proyecto de la magnitud de una Tesis doctoral. Por

    el camino quedan muchas horas marcadas por las preocupaciones, el desnimo e incluso la

    prdida de confianza en uno mismo. Afortunadamente, tanto mis directores de Tesis como mi

    familia y amigos ms cercanos han sabido apoyarme en los momentos ms difciles. Por eso, me

    gustara dar las gracias a todos ellos.

    Gracias a la Profesora Lourdes Carriedo, a quien tuve la suerte de conocer cuando

    empec mis estudios en la Facultad de Filologa. Sus consejos me han sido siempre de gran

    utilidad y desde que la conozco, he apreciado su cercana y generosidad. Durante todos estos

    aos, ha sabido transmitirme adems el amor que siento por la literatura. Espero que este sea

    slo el primero de una larga lista de proyectos en comn. Merci beaucoup, Lourdes!

    Gracias al Profesor Arno Gimber, no slo por su tiempo y dedicacin, sino tambin por

    el cario y el respeto que siempre ha demostrado tener hacia m. Nunca olvidar los Cursos de

    Verano de El Escorial ni los encuentros en Madrid y Berln con nuestro grupo de doctorandos.

    Gracias por mantener en m la ilusin siempre renovada por unos estudios tan apasionantes

    como los literarios. Herzlichen Dank, Arno!

    Y gracias por supuesto a mi familia. Gracias por seguir creyendo en m cuando todo

    esto no era ms que un sueo lejano. Gracias por ayudarme, en cada momento de crisis, a

    recuperar la confianza en m mismo. Gracias por vuestro cario y gracias por vuestra

    comprensin. Sin vosotros, pap, mam, Eva y Raquel, esta Tesis no habra sido posible.

    v

  • Tambin me gustara dar las gracias a la Profesora Cristina Trinchero por guiar mis

    pasos de forma altruista durante mi estancia oficial, entre abril y julio de 2015, en la Universit

    degli Studi di Torino. Tanto sus valiosos consejos como su generosidad y optimismo

    contribuyeron a hacer de esos meses una etapa inolvidable. Mille grazie, Cristina!

    Y por ltimo, pero no por ello menos importante, quiero agradecer a mis amigos y

    compaeros del taller de doctorandos UCM-Humboldt todo el apoyo que me han prestado

    durante los ltimos cuatro aos, en especial a Johanna Vollmeyer y Cornelia Maul, ya doctoras,

    as como a Sandra Hettmann, Anja Rothenburg y Sarah van der Heusen, que en breve

    conseguirn tambin su objetivo. Y desde luego gracias a todos los que, con vuestras

    sugerencias y crticas constructivas, habis contribuido a hacer de este trabajo un proyecto

    realizado.

    Madrid, diciembre de 2015.

    vi

  • Para Antonio y Josefina,

    que siempre creyeron en la educacin de su nieto.

    vii

  • viii

  • NDICE

  • 2

  • CONTENIDOS

    INTRODUCCIN...........................................................................................................7

    1. Introduccin, objetivos e hiptesis de trabajo ........................................................... 9

    2. Eleccin del marco terico para el anlisis ............................................................. 11

    3. Estructura del trabajo............................................................................................... 15

    4. Estado de la cuestin ............................................................................................... 16

    PRIMERA PARTE ASPECTOS TERICOS Y METODOLGICOS DE LA

    INVESTIGACIN: HERRAMIENTAS PARA EL ANLISIS..........................21

    Captulo 1: Consideraciones tericas previas .............................................................25

    1. Introduccin ............................................................................................................ 25

    2. Dos oposiciones fundamentales .............................................................................. 26

    3. Los Estudios de la Memoria y las dimensiones de sta........................................... 37

    4. La literatura como medium privilegiado de la memoria cultural ......................... 61

    5. El papel de la ficcin en la literatura y en el discurso de la memoria ..................... 65

    6. Teora de la mmesis: creacin de modelos del pasado........................................... 72

    7. Conclusiones ........................................................................................................... 76

    Captulo 2: Memoria, narracin e identidad ..............................................................81

    1. Introduccin ............................................................................................................ 81

    2. Interseccin memoria-narracin: conceptos clave .................................................. 82

    3. La percepcin de la alteridad a travs de las imgenes culturales........................... 93

    4. Memoria, narracin... e identidad............................................................................ 99

    5. Herramientas para el anlisis................................................................................. 102

    SEGUNDA PARTE JEAN-CHRISTOPHE, NOVELA EUROPEA ....................109

    Captulo 1: Jean-Christophe en el contexto de la Europa de los Estados-nacin ..113

    1. Romain Rolland, autor europeo............................................................................. 113

    2. Jean-Christophe, novela con vocacin europea.................................................... 125

    Captulo 2: La omnipresencia de la memoria en Jean-Christophe .........................129

    1. Introduccin: estructura de la novela. Segmentos narrativos fundamentales........ 129

    2. Interaccin entre memoria y literatura en Jean-Christophe (I): la memoria de la

    literatura ............................................................................................................ 142

    3

  • 2.1. La memoria de la literatura: la literatura se recuerda a s misma................. 142

    2.2. La memoria de la literatura: la literatura es recordada por instancias exteriores........................................................................................................ 143

    3. Interaccin entre memoria y literatura en Jean-Christophe (II): la memoria en la

    literatura ............................................................................................................ 170

    3.1. Fenmenos de la memoria presentes en Jean-Christophe............................... 171

    3.2. Las dimensiones de la memoria cultural ......................................................... 196

    Captulo 3: Le mme et lautre. La retrica de la memoria colectiva: identidad y

    alteridad en Jean-Christophe .................................................................................211

    1. Introduccin .......................................................................................................... 212

    2. Le mme et lautre. Definicin de las variables implicadas ............................... 213

    3. Le mme et lautre. Identidad y alteridad (I): imgenes culturales y solipsismo

    cognitivo............................................................................................................ 214

    4. Le mme et lautre. Identidad y alteridad (II): incipit vita nuova .................... 221

    5. Le mme et lautre. Otros personajes y arquetipos............................................. 229

    6. Conclusiones ......................................................................................................... 242

    Captulo 4: Jean-Christophe y el ro del conocimiento.............................................245

    1. Jean-Christophe y la traverse ncessaire .......................................................... 245

    2. Jean-Christophe y la memoria .............................................................................. 247

    3. Jean-Christophe, obra catedral.............................................................................. 250

    Captulo 5: El sueo europeo de Romain Rolland ...................................................253

    1. Visin rollandiana de Europa ................................................................................ 253

    2. Rolland y la revolucin: la lucha de Behemot contra Leviatn............................. 268

    3. Un Libro para Europa............................................................................................ 294

    4. Jean-Christophe y la identidad europea................................................................ 300

    5. Jean-Christophe: refiguracin textual. Algunas consideraciones finales sobre la

    recepcin del texto en Europa ........................................................................... 306

    CONCLUSIONES .......................................................................................................327

    BIBLIOGRAFA .........................................................................................................343

    ANEXOS ......................................................................................................................365

    Anexo 1: Reseas y artculos utilizados para el nivel de refiguracin textual...................... 367

    Anexo 2: Resumen en francs para la obtencin de la mencin europea ............................. 413

    Anexo 3: Resumen en ingls................................................................................................. 435

    Anexo 4: Resumen en castellano .......................................................................................... 441

    4

  • TABLAS E ILUSTRACIONES

    TABLAS

    1. Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin ............................................ 17

    2. Contenido de las Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin ................ 18

    3. Dimensiones de la memoria .................................................................................... 55

    4. Modos retricos de la memoria y sus funciones ..................................................... 92

    5. Volmenes de Jean-Christophe y fechas de composicin de los mismos ............ 131

    6. Personajes y macrosegmentos narrativos principales en Jean-Christophe .... 133-142

    7. Imgenes de Alemania y Francia: situacin de solipsismo cognitivo ............ 217-220

    8. Imgenes de Alemania y Francia: incipit vita nuova................................... 225-228

    9. Personajes e intensidad de su evolucin cognitiva................................................ 230

    10. Jean-Christophe y La Stampa ........................................................................ 308-310

    11. Interpretacin de los artculos seleccionados ................................................. 311-325

    12. Manifestaciones del recuerdo y el olvido de Rolland en La Stampa..................... 325

    13. Jean-Christophe y La Stampa (Anexo 1).............................................................. 367

    ILUSTRACIONES

    1. Dimensiones de la memoria cultural ....................................................................... 57

    2. Interaccin en la memoria cultural entre nivel individual y colectivo .................... 58

    3. Niveles de mmesis para Paul Ricur..................................................................... 77

    4. Interaccin entre los niveles de mmesis ................................................................. 78

    5. Concatenacin de diferentes ciclos mimticos........................................................ 78

    6. Modelo terico para el anlisis.............................................................................. 103

    7. Niveles de prefiguracin y configuracin textual ................................................. 105

    8. Evolucin de la triada conocimiento-tica-esttica............................................... 147

    9. Dimensiones de la memoria cultural ..................................................................... 197

    10. Interaccin en la memoria cultural entre nivel individual y colectivo .................. 208

    11. Interaccin entre nivel individual y colectivo con poder poltico fuerte ............... 209

    12. Le mme et lautre: relacin de las variables implicadas ................................... 213

    13. Modle thorique pour lanalyse (Anexo 2).......................................................... 419

    5

  • 6

  • INTRODUCCIN

    7

  • 8

  • 1. INTRODUCCIN, OBJETIVOS E HIPTESIS DE TRABAJO

    Desde hace unos aos, Europa se encuentra sumida en una profunda crisis de

    identidad sin precedentes que podra poner en peligro la continuidad del proyecto de

    construccin europea iniciado despus de la Segunda Guerra Mundial. Dicha crisis no

    se debe exclusivamente a los problemas econmicos que desde 2008 afectan al viejo

    continente, tal y como demuestra el hecho de que en 2005 los pases de la Unin fueran

    incapaces de aprobar el proyecto de una Constitucin europea. Para superar una

    situacin como esta, Europa necesita echar la mirada atrs. Slo as ser capaz de

    comprenderse en el presente y proyectarse hacia el futuro.

    Nuestra mirada se fijar en el lapso de tiempo comprendido entre 1870 y 1914,

    que historiadores como Enzo Traverso denominan periodo de entreguerras. Dicho

    periodo est marcado por dos acontecimientos fundamentales: la batalla de Sedn, que

    trajo consigo un recrudecimiento sin precedentes del enfrentamiento secular entre

    Francia y Alemania, y el estallido de la Grande Guerre, con el que se abren ms de

    treinta aos de conflicto blico de los que Europa saldr profundamente transformada.

    El verdadero punto de inflexin en la historia contempornea del continente es pues

    1914 y no 1945, ya que es en 1914 cuando Europa se dispone realmente a dejar atrs lo

    que Stefan Zweig denomina el mundo de ayer. Por eso, los aos transcurridos entre

    1870 y 1914 pueden ser considerados como fundacionales para el proyecto de

    construccin europea, todava en curso hoy en da.

    Para analizar la situacin de Europa en la poca de entreguerras, disponemos de

    un abanico inmenso de fuentes documentales procedentes de disciplinas de diversa

    ndole, entre ellas, textos filosficos, periodsticos o manuales de historia, por citar

    algunas. Sin embargo, tal y como veremos ms adelante, la literatura es capaz de

    describir la realidad con ms precisin incluso que la propia Historia, y lo consigue, de

    forma paradjica, por medio de la ficcin. Por eso -y porque este trabajo se enmarca

    dentro del mbito de los Estudios Literarios-, desarrollar mi estudio en el campo de la

    literatura, centrndome fundamentalmente en un autor, Romain Rolland, y una obra,

    Jean-Christophe, publicada entre 1904 y 1912. La eleccin de Romain Rolland viene

    motivada por la vocacin marcadamente europesta del que fue Premio Nobel de

    9

  • Literatura en 1916. A menudo, Rolland se lamentaba de que hasta entonces muy pocos

    se haban atrevido a escribir libros con vocacin europea. En efecto, en un contexto tan

    particular como el de la primera dcada del siglo XX, en el que Europa aparece

    configurada como una constelacin de Estados-nacin, resulta casi impensable hablar

    de obras literarias supranacionales, y mucho menos de textos escritos con la ambicin

    de convertirse en obras europeas. Es el caso, sin embargo, de Jean-Christophe.

    La denominacin libro europeo es especialmente controvertida, puesto que

    resulta muy complejo decidir si la idea de Europa es un constructo y si existe siquiera

    una identidad europea. Abordaremos este tema en el ltimo bloque del trabajo, pero

    antes de hacerlo, veremos hasta qu punto con Jean-Christophe Rolland se sita en la

    lnea del filsofo e historiador Ernest Renan, para quien la Europa de los Estados-

    nacin debe dar paso a una Europa de pueblos decididos a avanzar unidos, insistiendo

    ms en lo que los une que en lo que los separa. La reconciliacin entre lo francs y lo

    alemn, sin embargo, sin la cual cualquier convivencia pacfica entre las naciones

    europeas habra resultado imposible, parece una quimera en una poca en la que el

    belicismo de Potsdam y la frivolidad de la Troisime Rpublique se empean en

    presentar Kultur y civilisation como realidades antagnicas y excluyentes.

    Para Rolland, Europa debe dejar de ser una constelacin de Estados-nacin para

    convertirse en una especie de Patria nica en la que todos los pueblos puedan caminar

    de la mano. Y pese a que a principios del siglo XX su visin de Europa pareciera

    utpica, la historia parece haberle dado la razn, ya que el 25 de marzo de 1957, con la

    firma de los Tratados de Roma por parte de la Repblica Federal de Alemania, Francia,

    Italia, Blgica, Holanda y Luxemburgo, comienza un proceso de construccin europea

    con el que, de forma progresiva, irn debilitndose las fronteras nacionales.

    Rolland fallece en diciembre de 1944 sin poder ser testigo directo de los

    primeros pasos del proyecto europeo. Sin embargo, probablemente no habra visto con

    buenos ojos la manera en que se ha ido llevando a cabo dicho proyecto, promovido

    fundamentalmente por intereses econmicos. Durante toda su vida, Rolland luch por la

    creacin de una red de intelectuales capaces de liderar el proceso de unin de las

    naciones del continente. Para l, tal y como veremos a lo largo de este trabajo, la

    construccin europea deba realizarse desde el mbito del pensamiento y la cultura,

    quedando en un segundo plano las motivaciones puramente econmicas.

    10

  • 2. ELECCIN DEL MARCO TERICO PARA EL ANLISIS

    El inters extraordinario que desde hace unos aos suscita el pasado explica el

    desarrollo sin precedentes experimentado en las ltimas dcadas por los Estudios de la

    Memoria (Memory Studies). Dicho desarrollo se ve impulsado en un primer momento

    con la publicacin entre 1984 y 1992 de la obra monumental Les lieux de mmoire de

    Pierre Nora, seguida en la dcada de los noventa por los trabajos del egiptlogo alemn

    Jan Assmann.

    Pero por qu fijarnos en ellos si, a fin de cuentas, otras disciplinas como la

    Historia podran permitirnos igualmente llevar a cabo una revisin del pasado europeo?

    Por qu optar por los Estudios de la Memoria en una Tesis que se sita en el mbito de

    la literatura? Las razones son numerosas.

    En primer lugar, porque, tal y como veremos en la primera parte del trabajo,

    existe una relacin muy estrecha entre identidad y memoria. En efecto, una colectividad

    no puede referirse a su identidad sin llevar a cabo una revisin de su propio pasado.

    En segundo lugar, porque la literatura ocupa un lugar privilegiado dentro de los

    Estudios de la Memoria. Veremos por qu.

    En tercer lugar, porque mientras que otras disciplinas como la Historia se

    proponen hacer una lectura objetiva del pasado, lo cual como es sabido resulta

    imposible, los Estudios de la Memoria parten de la base de que cualquier revisin de lo

    vivido implica siempre una reconstruccin determinada por el momento presente. As lo

    indica Astrid Erll cuando dice: Memories are not objective images of past perceptions,

    even less of a past reality. They are subjective, highly selective reconstructions,

    dependent on the situation in which they are recalled (Erll 2011, 8).

    La cuarta razn por la que se ha optado por elegir los Estudios de la Memoria

    como marco terico del presente trabajo es su carcter interdisciplinar. Esto es as

    porque dichos estudios han desarrollado un nuevo concepto, el de memoria cultural,

    aplicable a las diferentes disciplinas implicadas en los procesos de revisin del pasado.

    En efecto, las unidades de estudio de cada una de esas disciplinas constituyen elementos

    simblicos (en el sentido de Pierre Bourdieu) de la memoria cultural. Es el caso tambin

    de la obra literaria. Uno de los objetivos aqu es precisamente hacer de Jean-Christophe

    una referencia de la memoria cultural europea.

    La quinta razn que me ha llevado a elegir los Estudios de la Memoria como

    marco terico es su carcter transnacional. Ya he sealado la importancia que Romain

    11

  • Rolland confiere a la superacin del modelo decimonnico de la Europa de los Estados-

    nacin. Resultara poco acertado pues abordar el estudio de sus obras desde la

    perspectiva de las literaturas nacionales. El concepto de literaturas nacionales nace en el

    siglo XIX, cuando cada una de las potencias europeas se propone reafirmar su

    independencia insistiendo en todo aquello que constituye un hecho diferencial con

    respecto al resto de las naciones. La efervescencia de los nacionalismos se traduce en

    una concepcin tradicional de la literatura [que] se asienta en las bases ideolgicas de

    la fragmentacin de las diferentes nacionalidades1. Para Rolland, sin embargo, las

    naciones europeas deben aspirar a la unin y no a la fragmentacin. Para ello, es

    necesario insistir en la necesidad de transgredir las fronteras que las separan.

    En sexto lugar, porque a diferencia de la Historia, los Estudios de la Memoria

    prestan atencin no slo al recuerdo, sino tambin al olvido. Esto es fundamental, ya

    que, para entender la identidad de una colectividad dada, aquello que se relega al olvido

    puede resultar mucho ms significativo que aquello que es recordado.

    Por otro lado, Rolland simboliza perfectamente en su persona esta simbiosis

    entre recuerdo y olvido. En efecto, despus de manifestarse a favor de la necesaria

    reconciliacin entre Francia y Alemania, el autor francs es condenado al olvido por sus

    compatriotas, que lo acusan de traicionar los valores de la Grande Nation con la

    publicacin de textos como Au-dessus de la mle. Outre-Rhin, sin embargo, sus obras

    son acogidas con especial inters. En 1916, adems, Rolland es galardonado con el

    premio Nobel de Literatura. Tambin en la URSS, el creador de Jean-Christophe se

    convertir en un autor de referencia.

    *

    Como he dicho ms arriba, el objetivo nuclear de esta Tesis es demostrar que

    Jean-Christophe forma parte de la memoria cultural de Europa y que, por lo tanto,

    constituye una referencia fundamental para la identidad europea. Decimos que se trata

    1 LEETHI: Literaturas espaolas y europeas: del texto al hipermedia. Lexias:

    Naciones. [En lnea] http://www.ucm.es/info/leethi/2_lexias/lex_nac.php (Pgina consultada

    en marzo de 2012).

    12

    http://www.ucm.es/info/leethi/2_lexias/lex_nac.php
  • de una obra europea, porque con ella el autor aspira a transgredir las fronteras que

    separan las diferentes naciones del viejo continente.

    En los aos previos al estallido de la Grande Guerre, el enfrentamiento secular

    entre Francia y Alemania constituye el principal escollo para conseguir la reconciliacin

    de las nacicones europeas. Rolland aspira a contribuir a la consecucin de dicha

    reconciliacin desde el mbito de la creacin literaria. Para ello, propone el

    establecimiento de miradas cruzadas entre las dos naciones. Christophe, incapaz de

    identificarse de forma exclusiva con ninguna de ellas, se siente en ambas como un

    trange tranger2. Slo cuando supera el solipsismo y alcanza el conocimiento

    verdadero, Christophe deja de sentirse como tal. Analizaremos en este trabajo cmo se

    produce en la novela dicha evolucin y determinaremos en qu consiste para Rolland el

    conocimiento verdadero.

    *

    Puesto que una reconciliacin efectiva entre Francia y Alemania pasaba

    necesariamente por la superacin de los prejuicios que enturbiaban las relaciones entre

    ambas naciones, estudiar las imgenes culturales con las que, en el texto, franceses y

    alemanes perciben al otro. Pero la desagradable sensacin de no pertencer a ningn

    lugar acompaar a Christophe tambin en Suiza e Italia. Por eso, extenderemos el

    mbito de las miradas cruzadas a estos dos pases, tal y como se hace en el texto.

    Para conseguirlo, buscar en los estudios imagolgicos las herramientas

    necesarias, centrndome fundamentalmente en los trabajos realizados por Jean-Marc

    Moura y Daniel-Henri Pageaux. Pero, por qu la imagologa? Porque, tal y como

    veremos al final del bloque terico, existe un estrecho vnculo entre ella y los Estudios

    de la Memoria. Adems, se trata de una teora extremadamente til en el campo de la

    literatura comparada.

    2 La expresin trange tranger con la que definimos a Christophe fue utilizada

    por Jean-Marc Moura en la conferencia de clausura del Coloquio Internacional APEF-APFUE

    SHF sobre Ltranger, celebrado en la Universidad del Algarve en noviembre de 2011. Me

    parece especialmente acertada, ya que rene las dos traducciones posibles al castellano del

    trmino tranger, la de extranjero y la de extrao.

    13

  • La imagologa se propone estudiar el conjunto de imgenes o imagotipos que

    una colectividad determinada tiene de otra. Y es principalmente en el campo literario

    donde la imagologa encuentra muchos de esos imagotipos, aunque no todos.

    La vertiente imagolgica se apoya sobre una serie de postulados. En primer

    lugar, reconoce que existe una relacin necesaria entre el anlisis histrico y el anlisis

    literario, ya que en muchas ocasiones los imagotipos surgen a partir de un hecho

    histrico concreto. Sin embargo, no podemos pasar por alto que la imagen literaria y

    cultural del otro no coincide necesariamente con las realidades polticas, histricas y

    culturales del momento, aunque siempre se encuentre en estrecha relacin con una

    situacin cultural histricamente determinada.

    En segundo lugar, subraya que slo algunas de las imgenes que conforman la

    representacin literaria del extranjero estn llamadas a perdurar en el tiempo,

    convirtindose incluso en clichs o estereotipos. Dichos estereotipos tienden a

    simplificar, con un stock bastante limitado de imgenes elementales y de palabras clave,

    la cultura propia de ese otro extrao.

    En tercer lugar, recuerda que estas imgenes estereotipadas no se encuentran

    exclusivamente en el campo literario, ya que afectan igualmente a otros campos

    culturales (el arte, la economa). Por eso, la vertiente imagolgica ofrece una ventaja

    adicional que no encontramos en los estudios comparatistas tradicionales, ya que,

    mientras que la literatura comparada tiene como objetivo, entre otros, estudiar la

    presencia del extranjero en una obra literaria, la imagologa se beneficia adems de las

    aportaciones metodolgicas de otros campos culturales como la Historia, adquiriendo

    as una naturaleza interdisciplinar.

    Vemos pues que el inters de la imagologa literaria reside fundamentalmente en

    que este tipo de estudios, anclados en el antiguo mbito del comparatismo, permite

    traspasar las fronteras que separan lo literario de lo paraliterario, abrindose al anlisis

    de cuestionamientos histricos, sociolgicos e incluso antropolgicos. En este sentido,

    tanto la imagologa como los Estudios de la Memoria me permiten dotar al presente

    trabajo de un carcter interdisciplinar.

    14

  • 3. ESTRUCTURA DEL TRABAJO

    La Tesis estar dividida en dos grandes partes. En la primera, reunir toda una

    serie de herramientas tericas y metodolgicas de las que me servir ms tarde para

    analizar la obra. Dicho anlisis tendr lugar en la segunda parte del trabajo.

    Comenzar pues presentando el marco terico en el que se enmarca la Tesis, a

    saber los Estudios de la Memoria y la imagologa. En el primer captulo, realizar un

    breve recorrido histrico por los trabajos publicados en el mbito de los Memory

    Studies desde principios del siglo XX hasta nuestros das: este repaso diacrnico me

    permitir introducir conceptos clave, como las duplas memoria-Historia y recuerdo-

    olvido. Tambin fundamental para el anlisis es el concepto de memoria cultural.

    Veremos adems por qu la literatura debe ser considerada como medium privilegiado

    de la memoria cultural. Por ltimo, describir brevemente la teora de la mmesis de

    Paul Ricur para poner de manifiesto la manera en que la literatura es capaz de crear

    discursos del pasado.

    En el segundo captulo, estudiar la forma segn la cual tiene lugar la

    interseccin entre memoria, narracin e identidad. Para ello, me fijar en los cuatro

    modos retricos que segn Astrid Erll estn presentes en cualquier texto narrativo, a

    saber comunicativo, cultural, reflexivo y antagnico. Comprobaremos cul de ellos

    predomina en las obras en las que de forma ms clara se produce una interseccin entre

    narracin y memoria. Veremos adems que el estudio del modo antagnico implica

    considerar la presencia de discursos contrarios a los oficiales. Para ello, resulta

    pertinente analizar la manera en que es percibida la alteridad en los textos. Es aqu

    donde conectan los Estudios de la Memoria con la imagologa.

    Concluir el bloque terico con un apartado titulado herramientas para el

    anlisis. El objetivo del mismo es reunir e interrelacionar los conceptos y teoras

    presentados en la primera parte y anunciar la forma como sern aplicados al anlisis de

    la novela. Queda claro as que los captulos del bloque terico no nacen con el objetivo

    de llevar a cabo una exposicin enciclopdica de trabajos ya publicados -trabajos a los

    que, por otra parte, el lector podra acceder de forma independiente-, sino que responden

    a una necesidad concreta: la elaboracin de un mtodo de trabajo que nos permita

    analizar Jean-Christophe y demostrar que constituye una referencia fundamental para la

    identidad europea.

    15

  • Comenzar la segunda parte de la Tesis con la presentacin de Romain Rolland

    como autor europeo. A continuacin, abordar el estudio de los niveles de prefiguracin

    y configuracin textual, que son los dos estadios iniciales por los que, segn Ricur,

    pasa toda obra literaria. Abordar el tercer estadio, el de la refiguracin textual, en el

    ltimo captulo del bloque, ya que slo as podremos decidir si se trata de un texto

    cultural de la memoria europea. Por ltimo, expondr las conclusiones finales a las que

    conducir mi trabajo.

    4. ESTADO DE LA CUESTIN

    En su pgina web3, la Association Romain Rolland recoge todos los trabajos de

    de investigacin que se han publicado hasta la fecha sobre la vida y obra del autor.

    Tambin encontramos una amplia lista de Mmoires y Thses realizadas durante su

    vida y despus de su muerte. Slo una de ellas fue defendida antes de 19444: tiene como

    ttulo La psychologie des peuples allemand et juif dans les romans de Romain Rolland y

    fue defendida en 1931 en la Universidad de Toulouse. La ms reciente de la que se tiene

    registro en esta pgina data de 2013, realizada en la Universidad Marc-Bloch de

    Estrasburgo y publicada con el ttulo: La croissance et le dsir crateur dans les uvres

    de Romain Rolland, D. H. Lawrence, Hermann Hesse et Andr Gide.

    Las ms de cincuenta Tesis doctorales publicadas entre 1931 y 2013 sobre el

    autor de Jean-Christophe ponen de manifiesto hasta qu punto su figura y obra no han

    dejado de despertar un especial inters en el mundo de la academia. Sin embargo, de

    forma paradjica, Rolland ha sido olvidado y/o ignorado por amplios sectores de la

    crtica durante muchos aos, tal y como comprobaremos en la ltima parte de esta Tesis.

    Resulta interesante detenernos en los aos de publicacin de las 56 Tesis de las

    que se tiene constancia en la pgina web de la asociacin:

    3 ASSOCIATION ROMAIN ROLLAND. [En lnea] http://www.association

    romainrolland.org (pgina consultada de forma regular entre 2011 y 2015).

    4 Recordemos que Romain Rolland nace el 29 de enero de 1866 y muere el 30 de

    diciembre de 1944.

    16

    http:romainrolland.orghttp://www.association
  • 0

    2

    4

    6

    8

    10

    12

    Tesis publicadas

    1931-1940

    1941-1950

    1951-1960

    1961-1970

    1971-1980

    1981-1990

    1991-2000

    2001-2010

    2011-2015

    Tabla 1: Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin5

    Como vemos, slo a partir de los aos cincuenta se multiplicarn los trabajos de

    Tesis sobre Rolland y su obra, siendo la dcada de los 60 la ms prolfica de todas con

    11 trabajos publicados6. Resulta llamativa la cada en el nmero de Tesis a partir del

    cambio de siglo.

    En lo que se refiere al contenido, ms de la mitad de las Tesis publicadas, 31, se

    centran en la vida y pensamiento del autor: incluyo en este grupo los trabajos en los que

    son analizadas las cartas que Rolland intercambi con intelectuales de todo el mundo. El

    resto de los trabajos, 25, se centran en su obra literaria, tanto narrativa como teatral. En

    el siguiente esquema se recogen estos datos, ordenados segn los aos de publicacin:

    5 Los datos para las tablas 1 y 2 han sido extrados de la pgina web de la

    Association Romain Rolland referenciada ms arriba, en concreto a partir del enlace [En lnea]

    http://association-romainrolland.org/theses.htm.

    6 No olvidemos que en 1966 se cumple el primer centenraio del nacimiento del

    autor.

    17

    http://association-romainrolland.org/theses.htm
  • Sobre su vida y pensamiento Sobre su obra literaria

    1931-1940 0 1

    1941-1950 2 0

    1951-1960 7 2

    1961-1970 5 6

    1971-1980 4 4

    1981-1990 4 5

    1991-2000 5 3

    2001-2010 3 2

    2011-2015 1 2

    TOTAL 31 25

    Tabla 2: contenido de las Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin

    Especialmente relevante para esta Tesis es el hecho siguiente: de los 56 trabajos

    de la lista, slo en 8 Jean-Christophe constituye el ncleo de la investigacin.Y digo

    slo porque no hay que olvidar que Jean-Christophe, texto por el que le fue concedido

    el Premio Nobel de Literatura, es la obra ms importante escrita por Rolland. Estos son

    los ttulos de esas ocho Tesis:

    1960 WATSON, G.: Romain Rolland et le sens de lhumanit daprs Jean-

    Christophe. Universit de Paris.

    1969 DUCHATELET, B.: Un pisode de Jean-Christophe de Romain

    Rolland: Antoinette. tude de gense et de cration littraire, avec une

    dition critique. Universit de Paris IV. Doctorat dUniversit.

    - Les dbuts de Jean-Christophe (1886-1906), tude de gense.

    Universit de Paris VII. Doctorat dtat.

    1971 RICARD, F.: Le dcor dans Jean-Christophe de Romain Rolland.

    Universit dAix-Marseille I.

    1977 HLLE-KEEDING, M.: Romain Rolland visionnres Beethovenbild im

    Jean-Christophe. Universitt Tbingen.

    1979 REINHARDT, M.: Aux sources de Jean-Christophe de Romain

    Rolland: luvre nourrie par le moi de lauteur et son exprience vcue.

    Universit de Lyon II.

    18

  • 1987 SMITH, J.C.: Freedom and liberation in Jean-Christophe. A study in

    the imagination of Romain Rolland. University of Oxford.

    1993 BURLOT, S.: Les aspects romantiques de Jean-Christophe. Universit

    de Brest.

    2005 HAROUX, M.: Romain Rolland et les itinraires de formation dans

    Jean-Christophe: le cheminement dune uvre fleuve. Universit Lille

    III.

    En lo que respecta a la bibliografa publicada hasta la fecha sobre la vida y obra

    de Rolland, se puede constatar que la inmensa mayora de las publicaciones se centran

    en el estudio del pensamiento y la trayectoria vital del autor desde un punto de vista

    historicista, considerando su obra literaria slo a partir de su gestacin. En este sentido,

    la obra epistolar del autor, fiel reflejo de sus ideas polticas, ha sido durante mucho

    tiempo un centro de inters mayor. Sin embargo, resulta ms difcil encontrar

    publicaciones en las que se lleve a cabo un anlisis literario de la produccin narrativa y

    teatral de Rolland, y las pocas que existen, se centran casi de forma exclusiva en los

    recursos formales y retricos presentes en los textos, dejando de lado cualquier

    consideracin sobre el contexto histrico y cultural en el que fueron escritas. Se echa de

    menos, pues, un estudio completo y exhaustivo capaz de aunar ambas tendencias.

    El objetivo de esta Tesis es pues colmar esa carencia, ofrenciendo un anlisis

    literario de Jean-Christophe -su obra ms importante- sin perder de vista el pensamiento

    poltico y la trayectoria vital del autor. Pero adems, propongo un anlisis de la obra

    hasta ahora indito, ya que nunca antes se haba considerado esta novela desde la

    perspectiva de los Estudios de la Memoria. A lo largo de este trabajo se demostrar

    hasta qu punto es pertinente y necesario un anlisis de estas caractersticas.

    19

  • 20

  • PRIMERA PARTE Aspectos tericos y metodolgicos de la

    investigacin: herramientas para el anlisis

    21

  • 22

  • Qui ritroviamo qualcosa della noncuranza dei russi nei confronti delle

    differenze di rango per cui in Russia il principe e il contadino si somigliano.

    bellissimo poterli contemplare, come abbiamo fatto noi, subito dopo gli

    oggetti antichi e i costumi esposti nella sala darmi del palazzo. Risuscita un

    mondo intero ed come se ci fossimo vissuti noi stessi.78

    Lou Andreas-Salom, In Russia con Rainer (Salom 1994, 12)

    Jimagine quil y aura quantit de tmoignages Ils vaudront ce que

    vaudra le regard du tmoin, son acuit, sa perspicacit Et puis il y aura des

    documents Plus tard, les historiens recueilleront, rassembleront,

    analyseront les uns et les autres: ils en feront des ouvrages savants Tout y

    sera dit, consign Tout y sera vrai sauf quil manquera lessentielle

    vrit, laquelle aucune reconstruction historique ne pourra jamais atteindre,

    pour parfaite et omnicomprhensive quelle soit [] Lautre genre de

    comprhension, la vrit essentielle de lexprience, nest pas

    transmissible Ou plutt, elle ne lest que par lcriture littraire [] Par

    lartifice de luvre dart, bien sr!

    Jorge Semprn, Lcriture ou la vie (Semprn 1994, 167)

    Wer nur erlebt, reim- und gedankenlos, ist in Gefahr, den Verstand zu

    verlieren [...]. Wer mitfhlen, mitdenken will, braucht Deutungen des

    Geschehens. Das Geschehen allein gengt nicht.9

    Ruth Klger, weiter leben (Klger 2012, 128)

    7 En este trabajo se traducirn todas las citas que no estn en ingls o francs.

    8 Aqu encontramos un ejemplo de la falta de cuidado que muestran los rusos

    con respecto a las diferencias de rango, algo que hace que en Rusia el prncipe y el campesino

    se parezcan. Es hermoso poder contemplarlos fijndose simplemente en los objetos antiguos y

    los trajes expuestos en la sala de armas del palacio. Surge ante nuestros ojos un mundo entero y

    es como si hubiramos vivido en l nosotros mismos (La traduccin es ma).

    9 Quien vive renunciando a la poesa y a la reflexin, corre el riesgo de perder

    el entendimiento (). Quien se propone simpatizar y sentir por los dems, necesita

    interpretaciones de lo sucedido. Los acontecimientos en bruto no son suficientes (La

    traduccin es ma).

    23

  • 24

  • Captulo 1

    CONSIDERACIONES TERICAS PREVIAS

    1. INTRODUCCIN

    Son muchas las obras literarias en las que la memoria aparece como ncleo

    temtico fundamental. El ejemplo ms paradigmtico es quiz la Recherche du Temps

    perdu, de Marcel Proust. Tambin en textos como Les mots, de Jean-Paul Sartre, Arc de

    Triomphe, de Erich Maria Remarque, Dora Bruder, Voyage de noces o Caf de la

    jeunesse perdue, de Patrick Modiano, Les gommes de Alain Robbe-Grillet o La

    modification de Michel Butor, la memoria -y su correlato, el olvido- constituyen la

    piedra angular. En todos estos casos, asistimos a una especie de irrupcin de la memoria

    en el seno de la obra literaria. Hablaremos entonces de la memoria en la literatura10 .

    Ahora bien, qu ocurre si invertimos los trminos? Y si en lugar de hablar de

    memoria en la literatura hablramos de literatura en la memoria? Dicho de otro modo,

    qu lugar ocupa la literatura en el discurso de la memoria? Sin duda, este nuevo

    planteamiento nos obliga a responder a toda una serie de preguntas: memoria, s, pero

    qu memoria? Memoria individual o colectiva? Y por qu no Historia? Acaso la

    Historia no ha gozado durante mucho tiempo del privilegio de ser casi la nica fuente

    legtima en el proceso de revisin del pasado? Deben la memoria y la Historia ir de la

    mano o acaso estn condenadas a seguir caminos separados? Por otro lado, cules son

    10 Sobre la distincin entre memoria en la literatura, memoria de la literatura y

    literatura como soporte de la memoria volveremos ms adelante.

    25

  • las fuentes documentales a partir de las cuales se construye el discurso historiogrfico?

    Y el de la memoria? Es necesaria la literatura para llevar a cabo una revisin del

    pasado? Qu papel desempea la literatura en el mbito de la memoria y en el de la

    Historia? Y suponiendo que desempee alguno, qu condiciones debe cumplir una

    obra literaria para poder ser considerada como fuente documental en cada uno de esos

    discursos? Se puede afirmar que la literatura es un medio privilegiado de la memoria

    de una colectividad?

    A estas y otras muchas preguntas pretendo dar respuesta a lo largo de este

    trabajo. En primer lugar, presentar los Estudios de la Memoria, haciendo especial

    hincapi en la relacin que stos mantienen con la Historia. Puesto que los Estudios de

    la Memoria constituyen una disciplina relativamente nueva dentro del mbito de las

    Humanidades, considero necesario presentar una serie de presupuestos tericos en los

    que se basan. En segundo lugar, har un recorrido histrico de los mismos, prestando

    especial atencin a los trabajos de Jan Assmann, Aleida Assmann, Astrid Erll y Ann

    Rigney. En tercer lugar, demostrar por qu la literatura constituye un medium

    privilegiado de lo que denominaremos memoria cultural. Para concluir, describir la

    forma en que la literatura es capaz de crear modelos del pasado11 .

    2. DOS OPOSICIONES FUNDAMENTALES

    Numerosos historiadores e investigadores del mbito de los Estudios de la

    Memoria coinciden en considerar el siglo XIX como el de la historiografa y el siglo

    XX como el de la memoria. A lo cual cabra responder con la siguiente pregunta: qu

    historiografa y, sobre todo, qu memoria? En efecto, son muchos los trabajos que se

    han escrito con el objetivo de dar respuesta a este tipo de cuestiones.

    A continuacin, analizaremos dos parejas de trminos que a menudo aparecen

    enfrentados: memoria vs. Historia, por un lado, recuerdo vs. olvido, por otro. Como

    11 Nota importante: como ya se indic en la introduccin, todos los elementos

    tericos que presento a continuacin sern aplicados directa o indirectamente en el anlisis

    posterior. Por eso, no se trata de una mera recopilacin de datos, sino de la exposicin de una

    serie de conceptos a partir de los cuales obtendr las herramientas necesarias para el anlisis del

    corpus.

    26

  • veremos inmediatamente, la relacin entre los mismos no es de oposicin excluyente,

    pese a lo que pudiera parecer en un principio.

    Memoria e Historia12

    Consideremos en primer lugar la pareja de trminos memoria e Historia. Es

    despus de las dos guerras mundiales, pero sobre todo del Holocausto cuando, ante la

    falta de fuentes documentales, resulta necesario recurrir al testimonio de los

    supervivientes para construir un discurso sobre el pasado. Ann Rigney (2005, 21-22)

    distingue tres limitaciones fundamentales en el proceso de rememoracin del pasado: en

    efecto, la imposibilidad de recuperar determinados hechos puede deberse a que lo

    ocurrido no llega a ser registrado en ningn tipo de archivo o bien a que, tal y como

    sucede en el caso de los episodios traumticos, las vctimas de los hechos decidieron

    optar por el olvido o, al menos, por un recuerdo sesgado de stos. Asimismo, la escasez

    de medios para la rememoracin puede obstaculizar de forma considerable cualquier

    revisin del pasado.

    Es en estas circunstancias como la memoria, entendida de momento como el

    testimonio de aquellos que han vivido determinados acontecimientos, consigue

    adentrarse en el taller de trabajo del historiador. Por primera vez, las historias

    personales de tantas y tantas vies minuscules en las que, antes que Pierre Michon, se

    haba fijado George Perec al escribir Je me souviens, consiguen hacerse un hueco en el

    discurso oficial de la Historia. Con la irrupcin del testigo se produce adems un

    desplazamiento de la mirada, ya que mientras que en el siglo XIX la atencin del

    historiador estaba principalmente dirigida hacia la figura del hroe, en el siglo XX son

    las victimas las que toman la palabra.

    Enzo Traverso define la memoria como les reprsentations collectives du pass

    telles quelles se forgent dans le prsent (Traverso 2005, 14) y le atribuye la funcin de

    estructurar las identidades sociales en les inscrivant dans une continuit historique et

    en leur donnant un sens, cest--dire un contenu et une direction (Traverso 2005, 14).

    12 Escribimos Historia con maysculas de la misma manera que lo hacemos al

    referirnos a la otra disciplina objeto de nuestra reflexin, los Estudios de la Memoria. Adems,

    de esta forma distinguiremos la Historia, referida a los grandes acontecimientos del pasado, de

    las historias o testimonios de lo que Pierre Michon denomina vies minuscules.

    27

  • Segn esto, el discurso de la memoria es una construccin a posteriori de

    determinados acontecimientos. Pero sabemos que el discurso historiogrfico, adems de

    subjetivo, es tambin un discurso construido desde el presente. Para Hegel, la historia

    posee dos dimensiones complementarias, una objetiva y otra subjetiva: los

    acontecimientos -res gestae-, por un lado, y la narracin de los mismos -historia

    rerum gestarum-, por otro. Pese a ser en esta ltima donde de forma ms clara se

    manifiesta la subjetividad del historiador, tambin la eleccin de los acontecimientos se

    rige por parmetros subjetivos. Entonces, qu diferencia realmente la memoria de la

    Historia?

    Segn Traverso, la primera diferencia se encuentra en el hecho de que la

    Historia, pese a no poder alcanzar la objetividad absoluta, sigue las reglas fijas de un

    oficio, ya que pretende alcanzar el estatus de ciencia. Precisamente por eso, el

    historiador debe aspirar al universalismo y escuchar de forma crtica el testimonio de las

    vctimas: La empata unilateral hacia las vctimas puede anular la distancia crtica

    indispensable en un historiador, transformndolo en abogado de la memoria, que

    compadece en lugar de analizar y comprender (Traverso 2009, 12). Esto implica pues

    que para existir como campo del saber, la Historia debe liberarse de la memoria, non

    pas en la rejetant, mais en la mettant distance (Traverso 2005, 21).

    La memoria, por el contrario, es esencialmente subjetiva, porque su discurso

    emana exclusivamente de la lectura personal que el testigo hace de la experiencia

    vivida. En efecto, mientras que el discurso historiogrfico aspira a ser homogneo, par

    son caractre subjectif, la mmoire nest jamais fige; elle ressemble plutt un

    chantier ouvert, en transformation permanente (Traverso 2005, 19). Adems, la

    mmoire est une construction, elle est toujours filtre par des connaissances

    postrieurement acquises, par la rflexion qui suit lvnement, par dautres expriences

    qui se superposent la premire et en modifient le souvenir (Traverso 2005, 19). Por

    otro lado, cualquier testimonio se construye sobre recuerdos imprecisos invadidos por

    des brumes doubli (Semprn 1994, 42). Pero que sean imprecisos no significa que

    los relatos del pasado a los que dan lugar no sean autnticos y carezcan de

    referencialidad.

    En este sentido, el discurso de la memoria no parte de la presuncin de ser

    absolutamente verdadero. Es lo contrario de lo que suceda en el mbito de la Historia

    durante el siglo XIX. En la Europa de los Estados-nacin, la Historia era siempre escrita

    por los vencedores y constitua el relato de los logros y hazaas de los hroes de la

    28

  • nacin. Por eso, en palabras de Benjamin: Es ist niemals ein Dokument der Kultur,

    ohne zugleich ein solches der Barbarei zu sein13 (Benjamin 1991, 696). Especialmente

    importante era el papel que desempeaba dicho discurso en cualquier revolucin:

    Die Geschichte ist Gegenstand einer Konstruktion, deren Ort nicht die

    homogene und leere Zeit sondern die von Jetztzeit erfllte bildet. So war fr

    Robespierre das antike Rom eine mit Jetztzeit geladene Vergangenheit, die er aus

    dem Kontinuum der Geschichte heraussprengte. Die franzsische Revolution

    verstand sich als ein wiedergekehrtes Rom. Sie zitierte das alte Rom genau so wie

    die Mode eine vergangene Tracht zitiert14 (Benjamin 1991, 701).

    Por eso, en el siglo XIX, los gobernantes conseguan legitimar su poder poltico

    y configurar la identidad de la nacin sirvindose del discurso historiogrfico. De esta

    manera, la Historia pas a desempear el mismo papel que durante el Antiguo Rgimen

    haba tenido siempre la figura de Dios, de quien el rey deca ser representante en la

    tierra. En este contexto, la Historia equivale a lo que Aleida Assmann denomina, como

    veremos ms adelante, memoria poltica.

    Pero con el cambio de paradigma que se produce durante el siglo XX, el

    discurso de los testigos adquiere una importancia que nunca antes haba tenido. Sin

    embargo, incluso en este nuevo contexto, debemos preguntarnos sobre la veracidad del

    testimonio. Para Jorge Semprn, sta slo es posible en el marco de la ficcin narrativa:

    Un doute me vient sur la possibilit de raconter. Non pas que lexprience vcue

    soit indicible. Elle a t invivable, ce qui est tout autre chose, on le comprendra

    aisment. Autre chose qui ne concerne pas la forme dun rcit possible, mais sa

    substance. Non pas son articulation, mais sa densit. Ne parviendront cette

    substance, cette densit transparente que ceux qui sauront faire de leur

    tmoignage un objet artistique, un espace de cration. Ou de recration. Seul

    13 No hay un solo documento de la cultura que no lo sea al mismo tiempo de la

    barbarie (La traduccin es ma).

    14 La Historia es el objeto de una construccin en la que el tiempo no es algo

    homogneo y vaco sino que est impregnado por el presente. En este sentido, Roma fue para

    Robespierre un pasado cargado de presente que l mismo extrajo del continuum de la Historia.

    La Revolucin Francesa se entendi a s misma como una nueva Roma, refirindose a la antigua

    de forma anloga a como la moda se refiere a un atuendo del pasado (La traduccin es ma).

    29

  • lartifice dun rcit matris parviendra transmettre partiellement la vrit du

    tmoignage. Mais ceci na rien dexceptionnel. Il en arrive ainsi de toutes les

    grandes expriences historiques (Semprn 1994, 25-26).

    Y la cuestin afecta no slo al mbito de la creacin, sino tambin al de la

    recepcin: Mais peut-on tout entendre, tout imaginer? Le pourra-t-on? En auront-ils la

    patience, la passion, la compassion, la rigueur ncessaires? (Semprn 1994, 26). Para

    Ann Rigney, la ficcin narrativa y, en general, la obra de arte, consiguen transmitir ms

    verdad que cualquier otro testimonio del pasado, y esto es as porque se trata de formas

    de representacin mviles que pueden ser adaptadas en diferentes contextos:

    In this context, it is interesting to consider specifically the role played by artistic

    media in crossing and helping to re-define the borders of imagined memory

    communities. By virtue of their aesthetic and fictional properties they are more

    mobile and exportable than other forms of representation, whether in translation

    or the original, and are certainly more mobile than actual memory sites such as

    Oradour (Rigney 2005, 25-26).

    Una idea fundamental que se desprende de esto ltimo es que la memoria surge

    en el momento de la recepcin, no en el de la creacin. En el captulo dos veremos que

    efectivamente esto es as y que slo para un grupo reducido de obras -el de las novelas

    de la memoria, si nos referimos al mbito de la literatura- es posible establecer un

    vnculo con la memoria ya desde el momento de la creacin. Pero antes de eso, todava

    en este primer captulo, debemos analizar el papel que la ficcin literaria desempea en

    el proceso de revisin del pasado y nos preguntaremos si la literatura constituye un

    medium de expresin privilegiado para la memoria.

    Otra diferencia entre memoria e Historia viene dada por el hecho de que esta

    ltima, a diferencia de la primera, no se propone participar en el proceso de

    construccin de la identidad:

    Escribir libros de [H]istoria significa ofrecer la materia prima necesaria para un

    uso pblico del pasado. Aqulla no hace del historiador un guardin del patrimonio

    nacional -dejmosle esta ambicin a otros- porque su intento consiste en interpretar

    el pasado, no en favorecer procesos de construccin identitaria o de reconciliacin

    nacional (Traverso 2009, 24).

    30

  • Traverso insiste por eso en la distancia crtica que cualquier historiador debe

    mantener con respecto a las fuentes analizadas, evitando identificarse, por ejemplo, con

    el testimonio de las vctimas. Ms tarde, nos referiremos al papel que desempea la

    memoria en el proceso de construccin de la identidad, aunque tendremos que esperar

    hasta los ltimos captulos de la Tesis para desarrollar este tema con ms profundidad.

    Existe una tercera diferencia fundamental entre memoria e Historia, a saber, la

    forma como desde ambas se afronta el olvido. Nos adentramos as en la segunda

    oposicin de trminos a la que hacamos alusin ms arriba.

    Recuerdo y olvido

    Qui veut se souvenir doit se confier loubli, ce risque quest loubli absolu et

    ce beau hasard que devient alors le souvenir (Maurice Blanchot) [citado como

    paratexto por Jorge Semprn en Lcriture ou la vie] (Semprn 1994).

    Memoria e Historia afrontan el olvido de forma diferente. Al menos, eso es lo

    que se desprende de las palabras de Walter Benjamin, para quien el cronista se propone

    recordarlo todo: Der Chronist, welcher die Ereignisse hererzhlt, ohne groe und

    kleine zu unterscheiden, trgt damit der Wahrheit Rechnung, da nichts was sich jemals

    ereignet hat, fr die Geschichte verloren zu geben ist15 (Benjamin 1991, 694)16. El

    discurso de la memoria, por el contrario, entendido como aqul en el que se enmarcan

    las historias secundarias -el de las vies minuscules- es heterogneo y selectivo.

    Heterogneo, porque constituye la narracin personal de las experiencias vividas por

    cada uno de los individuos de una colectividad; selectivo, porque cada individuo

    recuerda lo que quiere y puede recordar. En este sentido se puede decir que el discurso

    de las historias secundarias nace como resultado del enfrentamiento dialctico entre el

    recuerdo y el olvido.

    De las palabras de Benjamin se desprende que el discurso historiogrfico es

    homogneo y unitario. Pero sabemos que esto no es as. Al menos desde que a

    15 El cronista, que cuenta los acontecimientos sin distinguir entre grandes y

    pequeos, asume como verdad que la Historia no puede dar por perdido nada de lo que haya

    sucedido alguna vez (La traduccin es ma).

    16 ber den Begriff der Geschichte in Benjamin (1991).

    31

  • principios del siglo XX entraran en crisis los paradigmas clsicos de la Historia. Como

    vimos ms arriba, la experiencia de las dos guerras mundiales y del Holocausto obliga a

    la Historia a ir de la mano con la memoria. Al abrir las puertas al discurso heterogneo y

    selectivo de esta ltima, el discurso historiogrfico deja de ser homogneo y unitario. A

    partir de ese momento, adems, la Historia no deja de depender exclusivamente de s

    misma y pasa a estar condicionada, de alguna manera, por la memoria. Pero slo las

    memorias fuertes son capaces de dirigir el trabajo del historiador en determinadas

    direcciones:

    Puisque mmoire et [H]istoire ne sont pas spares par des barrires

    insurmontables mais interagissent en permanence, il en dcoule une relation

    privilgie entre les mmoires fortes et lcriture de l[H]istoire. Plus la mmoire

    est forte -en termes de reconnaissance publique et institutionnelle-, plus le pass

    dont elle est vecteur devient susceptible dtre explor et mis en histoire (Traverso

    2005, 63).

    En otras palabras, slo aquello que es reconocido pblica e institucionalmente

    como memoria fuerte ser recordado por la colectividad, pasando a formar parte del

    capital simblico con el que sta construye su propia identidad17. En este sentido, dice

    Benjamin, die Erinnerung stiftet die Kette der Tradition, welche das Geschehene von

    Geschlecht zu Geschlecht weiterleitet18 (Benjamin 1991, 117). En resumen, son las

    memorias fuertes -y no la Historia- las que deciden el curso de la lucha dialctica entre

    recuerdo y olvido.

    Tal y como seala Egon Flaig, desde la Antigedad, recuerdo y olvido han

    estado siempre en continuo dilogo en el seno de cualquier colectividad. En Roma, por

    ejemplo, mientras que determinados individuos eran elevados al rango de exemplum,

    otros, considerados como enemigos del Estado, eran condenados a soportar el peso de la

    damnatio memoriae. El exemplum, ligado siempre a un nombre y una fecha

    concretos, constitua el tratamiento ejemplar de un individuo concreto en una situacin

    determinada: eine vorbildhafte und nachahmbare Handlung eines konkreten

    17 Sobre la nocin que Pierre Bourdieu tiene del capital simblico volveremos un

    poco ms tarde, cuando hablemos de la creacin de los cnones artsticos.

    18 la memoria crea la cadena de la tradicin, que reenva lo sucedido de

    generacin en generacin (La traduccin es ma).

    32

  • Individuums in einer bestimmter Situation19 (Flaig 1999, 62). La damnatio

    memoriae, por el contrario, supona la generacin de una especie de memoria maldita

    sobre la persona en cuestin. Como vemos, no es posible establecer equivalencias entre

    exemplum y recuerdo, por un lado, y damnatio memoriae y olvido, por otro, ya que

    recuerdo y olvido estn presentes en ambos casos. En el caso de los exempla, slo es

    recordada una pequea parcela de la persona en cuestin, aqulla considerada como

    significativa, quedando todo lo dems relegado al olvido. En el caso de la damnatio

    memoriae sucede algo similar, slo que la parcela recordada es denigrada en lugar de

    ser enaltecida: Die damnatio memoriae lschte das Andenken nicht, sondern

    semantisierte es negativ20 (Flaig 1999, 67).

    El exemplum y la damnatio memoriae constituyen ejemplos muy claros de

    institucionalizacin del recuerdo. Al hablar de institucionalizacin del recuerdo, nos

    referimos a la forma como las instancias del poder deciden qu individuos y eventos

    deben ser recordados y cules deben caer en el olvido, o dicho de otra manera, qu

    elementos del pasado deben ser considerados como memorias fuertes. Para referirse a

    dicho fenmeno, tal y como veremos ms adelante, Aleida Assmann introduce el

    trmino de memoria poltica -politisches Gedchtnis-. Para Assmann, dicha forma de

    la memoria es construida desde arriba y aceptada desde abajo, incluso cuando el pueblo

    es consciente de que se han omitido verdades cuyo reconocimiento sera intolerable en

    la sociedad a la que pertenecen.

    La institucionalizacin del recuerdo y del olvido, dice Flaig, permite a una

    colectividad entenderse como tal y construir su propia identidad, cosa que sera

    imposible si del inabarcable repertorio de eventos susceptibles de ser recordados no se

    llevara a cabo una seleccin:

    Jede Kultur, jede Gruppe mu aus der Unmasse von Geschehnissen,

    Sachverhalten und Namen einige wenige semantisch stark anreichern, sie

    19 una accin ejemplar e imitable de un individuo concreto en una situacin

    determinada (La traduccin es ma).

    20 La 'damnatio memoriae' no desencadenaba la memoria, sino que la

    impregnaba semnticamente de forma negativa (La traduccin es ma).

    33

  • hervorheben aus allen anderen, um Referenzpunkte zu gewinnen, auf die sich alle

    Gruppenmitglieder beziehen21 (Flaig 1999, 93).

    Y aade:

    Erinnerte man sich an alles, htte nichts mehr Bedeutung. Ohne Vergessen ist

    auf individueller Ebene Leben nicht mglich und auf kollektiver Ebene Kultur

    nicht machbar. Ausblendung und Absonderung von Unwichtigem ist ebenso

    illegitim wie unvermeidlich22 (Flaig 1999, 93-94).

    Pero, por qu resulta ms difcil definir e institucionalizar el olvido que el

    recuerdo? Porque cuando una colectividad decide olvidar algo, por insignificante que

    parezca ese algo, corre el riesgo de perder algn aspecto esencial de su propia identidad

    con el que podra comprenderse en el mundo:

    Wir verlieren eine Unmenge von Vergangenheit, die schon in der damaligen

    Gegenwart verloren ging und nirgendwo Spuren hinterlie. Daher ist das

    allerkleinste Detail von nicht abschtzbarer potentieller Bedeutung. [...] Das

    kleinste Detail, das in der berlieferung gerettet wurde, kann eines Tages dazu

    dienen, eine Konstruktion der Vergangenheit aufzubrechen, die einseitig war und

    daher letztlich unzutreffend. Aber es mu wenigstens in die Archive gerettet

    werden, darf nicht ganz und gar verloren gehen23 (Flaig 1999, 95).

    21 De la enorme cantidad de acontecimientos, hechos y nombres, cada cultura,

    cada grupo debe extraer algunos, enriquecerlos semnticamente y destacarlos del resto,

    consiguiendo as puntos de referencia a los que puedan remitirse los miembros del grupo (La

    traduccin es ma).

    22 Si lo recordramos todo, ya nada tendra significado. Sin el olvido, la vida no

    es posible a nivel individual ni realizable a nivel colectivo. La supresin y el aislamiento de lo

    que no es importante resulta tan ilegtimo como inevitable (La traduccin es ma).

    23 Perdemos una gran cantidad de elementos del pasado que ya se haban perdido

    en su propio presente sin dejar huellas en ninguna parte. Por ende, incluso el ms pequeo

    detalle puede tener una importancia no desdeable. (...) El ms mnimo detalle que se salvara

    gracias a la tradicin podra servir algn da para romper con una construccin del pasado

    unilateral y, por tanto, en ltima instancia incorrecta. As que, para no perderse por completo,

    debe ser guardado al menos en los archivos (La traduccin es ma).

    34

  • En la Recherche du Temps perdu, Proust ya haba sealado la importancia del

    detalle al referirse al petit pan de mur jaune del clebre lienzo de Vermeer Gezicht op

    Delft (Vista de Delft). En efecto, un simple detalle puede albergar la esencia del todo,

    por lo que su prdida podra resultar irreparable. Por eso, cuando un grupo se dispone a

    construir su propia identidad, debe tener mucho cuidado a la hora de decidir qu detalles

    de su pasado deben o pueden ser olvidados.

    Vemos pues que la relacin dialctica entre recuerdo y olvido es determinante en

    el proceso de construccin de la identidad de cualquier colectividad. Dicha relacin,

    dice Flaig (1999, 72-74), debera ser siempre de equilibrio, sobre todo en los casos en

    los que la colectividad en cuestin se ve obligada a superar un conflicto traumtico.

    Toma como ejemplo el caso de las guerras civiles, ante las cuales el grupo puede

    adoptar tres estrategias diferentes: la venganza, la amnesia y el apapog.

    La venganza, que no es otra cosa ms que el recuerdo absoluto, dar lugar, en la

    mayora de los casos, a nuevos conflictos. Un ejemplo bastante significativo por la

    magnitud de sus consecuencias es el Tratado de Versalles, con cuya firma las potencias

    aliadas, lejos de asegurar una paz duradera, asentaron las bases para una nueva guerra

    an ms devastadora que la anterior.

    Tampoco la amnesia -u olvido absoluto- constituye una buena solucin, ya que,

    al igual que la venganza, puede conducir a nuevos conflictos. En efecto, lo que se

    consigue en estos casos es que el olvido se convierta en una especie de tab que antes o

    despus, en el momento ms inesperado, terminar saliendo a la luz. De hecho, el

    olvido, cuando es impuesto desde arriba como si de un fenmeno cultural colectivo se

    tratara, casi nunca va acompaado del olvido individual.

    La tercera opcin, el apapog, constituye segn Flaig (1999, 72-74) la

    estrategia ms adecuada. Se trata de una especie de venganza selectiva que permite a las

    vctimas reconciliarse con sus verdugos.

    Tambin en el mbito del arte tiene lugar una institucionalizacin del recuerdo y

    del olvido, fenmeno que se manifiesta fundamentalmente mediante la creacin de

    cnones. En este contexto, manejaremos una serie de trminos clave, como capital

    simblico, Funktionsgedchtnis, Speichergedchtnis, memoria voluntaria o

    memoria involuntaria. Trataremos este tema con el rigor que merece un poco ms

    adelante, cuando presentemos el concepto de memoria cultural tal y como la conciben

    Aleida Assmann, por un lado, y Astrid Erll y Ann Rigney, por otro.

    35

  • *

    Pese a lo que pudiera parecer en un principio, las duplas memoria-Historia y

    recuerdo-olvido no constituyen parejas de trminos enfrentados. Acabamos de

    comprobarlo.

    En el primer caso, recuerdo y olvido no mantienen una relacin de oposicin

    excluyente, ya que ambos se alimentan mutuamente. En efecto, las dos realidades

    mantienen siempre una relacin dialctica constante. En las sociedades modernas, dicha

    relacin es adems dinmica, de manera que una sociedad ser tanto ms moderna

    entendiendo moderna como sinnimo de democrtica- cuanto ms dinmico sea el

    flujo entre lo que es recordado y aqullo que es relegado al olvido. Por el contrario,

    cuando una sociedad est regida por un rgimen dictatorial, slo una memoria, la del

    poder, se perfila como fuerte, dando lugar a un discurso historiogrfico homogneo y

    unvoco que reduce a la mnima expresin la capacidad de recuperar del olvido

    cualquier elemento identitario no reconocido de forma oficial por las instituciones24 .

    Tampoco la memoria y la Historia mantienen la relacin antagnica y

    excluyente que les atribuye, entre otros, Pierre Nora en su obra monumental Les lieux de

    mmoire: en efecto, la crisis en la que terminan sumidos a principios del siglo XX los

    paradigmas de la historiografa clsica a raz de los trabajos de Bergson, Freud y

    Halbwachs desde la filosofa, el psicoanlisis y la sociologa, por un lado, y la

    experiencia de las dos guerras mundiales y del Holocausto, por otro, obligan a ambas

    disciplinas a caminar de la mano, manteniendo, eso s, una cierta autonoma. En

    cualquier caso, la memoria, ms prxima a lo que Traverso llama les fluctuations

    motionnelles du souvenir (2005, 12), y la Historia, caracterizada por les constructions

    gometriques de sus discursos, convergen en una misma direccin a partir del

    momento en el que la narracin del pasado deja de ser el mero relato de los vencedores.

    Enzo Traverso dice tambin que durante todo el siglo XX tiene lugar una

    verdadera obsession mmorielle que llega hasta nuestros das. Esta obsession

    24 Para entender lo que estamos diciendo, debemos imaginar que en el seno de

    cualquier colectividad existe una especie de rservoir para el recuerdo y otro para el olvido. A

    esos rservoirs del recuerdo y del olvido, Aleida Assmann los denomina, respectivamente,

    Funktions- y Speichergedchtnis, tal y como veremos ms adelante.

    36

  • mmorielle explicara, segn Astrid Erll, la intensidad con la que se han ido

    desarrollando, en las ltimas dcadas, los Estudios de la Memoria (Erll 2011, 1-3). Para

    entender cmo hemos llegado a esta situacin necesitamos considerar, de forma

    diacrnica, la evolucin de dichos estudios durante los ltimos cien aos. Este breve

    recorrido histrico nos permitir adems estudiar, de forma ms exhaustiva, lo que

    entendemos hoy en da por memoria. En efecto, tal y como habr sospechado ya el

    lector, la memoria es mucho ms que el testimonio de lo que antes hemos denominado

    vies minuscules

    3. LOS ESTUDIOS DE LA MEMORIA Y LAS DIMENSIONES DE

    STA

    En el mbito de la historiografa, la memoria es considerada como un conjunto

    de representaciones colectivas del pasado construidas desde el presente. En este sentido,

    seala Traverso (2005, 20), Benjamin define los procesos de rememoracin como una

    prsentification o Vergegenwrtigung del pasado. Para entender lo que esto

    significa, recordemos el experimento de anamnesis llevado a cabo por Marcel Proust en

    la Recherche du Temps perdu, que constituye un ejemplo paradigmtico de

    prsentification del pasado. En ese contexto, identificbamos la memoria con los

    testimonios de quienes han vivido determinados episodios de la Historia.

    Ahora bien, el discurso del testigo no es la nica manifestacin de la memoria.

    Tambin los mitos, las obras pictricas, las obras literarias y las composiciones

    musicales, entre otros muchos elementos culturales, nos permiten llevar a cabo una

    revisin del pasado, por lo que tambin debemos considerarlos como memoria. El

    objetivo de este apartado es hacer un breve recorrido diacrnico por los Estudios de la

    Memoria, el cual nos permitir introducir un concepto clave en esta Tesis: el de

    memoria cultural.

    Orgenes

    Pese a que la memoria constituye un elemento antropolgico inherente al ser

    humano, habr que esperar hasta la segunda dcada del siglo XX para que se convierta

    en disciplina de estudio. Un estudio diacrnico de la evolucin de dicha disciplina nos

    obliga a considerar, en primer lugar, el nombre del socilogo francs Maurice

    37

  • Halbwachs, discpulo de Henri Bergson y Emile Durkheim. Sus trabajos sobre la

    memoria irrumpen con fuerza en un momento en el que sta es objeto de intensos

    debates.

    El trabajo de Halbwachs se desarrolla dentro del mbito de la sociologa y tiene

    como piedra angular el concepto de memoria colectiva (mmoire collective). La

    teora de Halbwachs sobre la memoria colectiva est basada en una idea fundamental,

    a saber, que el ser humano es, ante todo, una criatura social cuya memoria y percepcin

    del mundo estn determinadas por una serie de modelos y esquemas cognitivos que el

    socilogo francs denomina cadres sociaux de la mmoire. La memoria individual

    debe ser entendida pues como un fenmeno colectivo que se desarrolla dentro de un

    marco sociocultural determinado. Es justo lo contrario de lo que afirman Sigmund

    Freud y Henri Bergson, quienes, tal y como se puede comprobar en obras como Die

    Traumdeutung (1900) y Matire et mmoire (1896), respectivamente, hacen especial

    hincapi en la dimensin individual de la memoria.

    Al mismo tiempo que Halbwachs desarrolla su teora sobre la memoria

    colectiva, Aby Warburg trabaja en la construccin de un atlas visual concebido como un

    compendio de imgenes en el que se condensa la historia del arte europeo, dando lugar a

    una memoria europea de imgenes o Bildgedchtnis. Lo que se propone Warburg,

    pues, es llevar a cabo el estudio de una memoria del arte, prestando especial atencin a

    la forma como determinados smbolos son capaces de condensar grandes dosis de

    memoria.

    Halwachs y Warburg introducen as por primera vez el concepto de memoria

    cultural, concebida por el primero como un fenmeno social, por el segundo como un

    fenmeno puramente artstico. Sin embargo, sus trabajos presentan una serie de

    elementos con los que no podemos estar de acuerdo. En el caso de Halbwachs, la

    memoria colectiva, como hemos visto, no es otra cosa ms que la visin del pasado

    compartida por los miembros de una colectividad. Sin embargo, resulta disparatado

    pensar que todos los individuos pertenecientes a un mismo entorno sociocultural

    perciben el mundo de forma idntica o comparten una visin unitaria e inequvoca del

    pasado, ya que cada uno de ellos vive integrado, simultneamente, en diferentes

    colectividades (familia, religin, generacin, etc.), las cuales configuran su particular

    visin del mundo. Adems, Halbwachs no deja claro cmo se opera el salto entre la

    memoria individual y la memoria colectiva. Desde luego, dicho salto no puede llevarse

    38

  • a cabo de forma automtica, ya que mientras que la memoria individual es una realidad

    objetiva y tangible, la memoria colectiva es fruto de la abstraccin.

    Pero cmo es posible llevar a cabo un proyecto como el de Warburg si, en

    palabras de Andr Malraux, lhomme qui a vu lensemble des grandes uvres de

    lEurope est [] rare (Malraux 2004, 205)? De hecho, prosigue, quavaient vu,

    jusquen 1900, ceux dont les rflexions sur lart demeurent pour nous rvlatrices ou

    significatives, et dont nous supposons quils parlent des mmes uvres que nous; que

    leurs rfrences sont les ntres? (Malraux 2004, 206). En efecto, el proyecto de

    Warburg nos plantea un problema ya estudiado por Malraux en Le muse imaginaire,

    donde subraya que los museos han impuesto al espectador una relacin completamente

    nueva con la obra de arte. La cuestin es la siguiente: cmo establecer un catlogo de

    obras de arte, con la pretensin de hacer de ste una representacin de la memoria

    artstica europea, cuando las nicas obras casi a las que podemos acceder son las que

    aparecen expuestas en las salas de los museos? En definitiva, cada autor habla de las

    obras a las que tiene acceso, lo cual imposibilita que proyectos tan ambiciosos como el

    de Warburg puedan llevarse a cabo con xito.

    Los museos determinan de forma significativa las obras a las que tienen acceso

    los miembros de una colectividad dada. En efecto, desde el momento en que se decide

    qu debe ser expuesto en sus salas, se est contribuyendo al establecimiento de

    determinados cnones artsticos. Al mismo tiempo, los museos actan como archivos,

    ya que en ellos se almacenan tambin las obras que no son expuestas al pblico.

    Para referirse a la manera segn la cual una colectividad gestiona su capital

    simblico25, Aleida Assmann distingue entre la Funktionsgedchtnis, por un lado, y la

    Speichergedchtnis, por otro. La distincin entre ambas pone de relieve la necesaria

    dialctica entre recuerdo y olvido, caracterstica esencial de la memoria26 .

    Como hemos visto, los museos contribuyen a determinar, de forma significativa,

    qu parte de ese capital simblico debe formar parte del canon y cul debe quedar

    25 Con este trmino, Pierre Bourdieu se refiere tanto a las obras de arte como al

    conjunto de tradiciones y ritos a partir de los cuales toma forma la memoria cultural de una

    colectividad (cf. Bourdieu 1992).

    26 Ms adelante veremos que dicha dialctica constituye un elemento

    diferenciador clave entre la memoria y la Historia.

    39

  • relegada al olvido. Pero los componentes de la Funktionsgedchtnis vienen tambin

    dados por los planes de estudios impartidos en las instituciones escolares y

    universitarias, las obras representadas en los teatros y las salas de conciertos, as como

    los textos que las editoriales deciden publicar: die Bestnde des Funktionsgedchtnis

    bleiben [auch] auf den Lehrplnen der Bildungsinstitutionen, auf den Spielplnen der

    Theater, in [...] den Auffhrungen der Konzerthallen und Programmen der Verlage27

    (Assmann 2006, 54). Assmann establece, por otro lado, una analoga entre la

    Speichergedchtnis y la mmoire involontaire de Proust, la primera en el mbito de

    la memoria cultural y la segunda en el de la memoria individual: Was Prousts

    mmoire involontaire frs Individuum ist, ist das Archiv oder Speichergedchtnis fr

    das kulturelle Gedchtnis28 (Assmann 2006, 54). En este sentido, la

    Funktionsgedchtnis es a la Speichergedchtnis lo que el recuerdo es al olvido;

    adems, mientras que la primera es activa y consciente, la segunda es pasiva e

    inconsciente.

    En otras palabras, decir que la primera es activa y consciente, y la segunda

    pasiva e inconsciente, significa reconocer, por un lado, que la Funktionsgedchtnis, en

    el mbito de la memoria colectiva, equivale a la mmoire volontaire en el mbito de la

    memoria individual. Por otro lado, la Speichergedchtnis nos remite a la mmoire

    involontaire, aqulla cuya activacin se produce de forma inesperada y fortuita ante la

    percepcin de algn estmulo exterior a travs de los sentidos. As describe Semprn el

    funcionamiento de la memoria involuntaria:

    Pourtant, malgr ce flou de la mmoire, je sais que les traces de ces journes ne

    se sont pas effaces irrmdiablement. Le souvenir ne men vient pas

    naturellement, de faon irrflchie, certes. Il me faut aller le rechercher, le

    dbusquer, par un effort systmatique. Mais le souvenir existe, quelque part, au

    del de loubli apparent. Il me suffit de my appliquer, de faire en moi le vide des

    contingences du prsent, de mabstraire volontairement de lentourage ou de

    27 los fondos de la Funktionsgedchtnis residen tambin en los planes de

    estudio de las instituciones educativas, en los repertorios de los teatros, en las actuaciones de las

    salas de concierto y en los programas de las editoriales (La traduccin es ma).

    28 El archivo o la Speichergedchtnis es para la memoria cultural lo que la

    'mmoire involontaire' proustiana es para el individuo (La traduccin es ma).

    40

  • lenvironnement, de braquer sur ces lointaines journes le rayon dune vision

    intrieure, patiente et concentre. Des visages mergent alors, des pisodes et des

    rencontres reviennent la surface de la vie. Des mots effacs par le tourbillon du

    temps pass se font entendre nouveau. Comme si, en quelque sorte, la pellicule

    impressionne autrefois par une camra attentive navait jamais t dveloppe:

    personne naura vu ces images, mais elles existent. Ainsi, je garde en rserve un

    trsor de souvenirs indits, dont je pourrais faire usage le jour venu, sil venait, si

    sa ncessit simposait (Semprn 1994, 230).

    En Lcriture ou la vie, obra de la que procede el extracto anterior, la famosa

    madeleine proustiana toma la forma de una cancin:

    Cette histoire de Paloma mest venue comme a, brle-pourpoint. Mais elle

    me rappelle quelque chose dont je ne me souviens pas. Me rappelle que je devrais

    me souvenir de quelque chose, du moins. Que je pourrais men souvenir, en

    cherchant un peu. La Paloma? Le dbut de la chanson me revient en mmoire.

    Pour trange que cela paraisse, cest en allemand que ce dbut me revient

    (Semprn 1994, 48).

    Il marrive La Paloma, cest tout: lenfance espagnole en plein visage

    (Semprn 1994, 51). Lenfance espagnole en plein visage Tambin habra podido

    decir: Et tout coup le souvenir mest apparu, aunque la evocacin a Proust habra

    resultado demasiado explcita Lo ms interesante en este ejemplo es que, de alguna

    manera, el mbito de la memoria individual y el de la memoria colectiva parecen

    fusionarse: esto es as porque lo que desencadena la recuperacin de recuerdos enfouis

    dans la mmoire no es la degustacin de una madalena mojada en una taza de t, sino

    la percepcin a travs del odo, en este caso, de una porcin de capital simblico

    almacenado hasta entonces, como dira Aleida Assmann, en el compartimento de la

    Speichergedchtnis. En el contexto de la memoria colectiva, la rememoracin de La

    Paloma a travs del texto en el que aparece descrita (Lcriture ou la vie) devuelve esa

    cancin al compartimento de la Funktionsgedchtnis. En el mbito de la memoria

    individual, la percepcin de la misma provoca en el escritor la evocacin involuntaria de

    una serie de recuerdos almacenados en su memoria a la espera de ser rescatados en

    cualquier momento.

    Ejemplos como este demuestran que la relacin entre la Funktions- y la

    Speichergedchtnis es dinmica. Comprobamos as que determinadas obras artsticas

    41

  • pueden ser rescatadas del olvido para entrar a formar parte del canon -en el caso de los

    museos, este proceso se produce cuando una obra sale de los almacenes para ser

    expuesta al pblico-. El proceso puede producirse tambin, como es lgico, en el

    sentido inverso. Los regmenes dictatoriales nos proporcionan los mejores ejemplos. No

    es necesario hacer alusin a las numerosas quemas de libros llevadas a cabo por los

    nazis, manifestacin simblica de lo que antes denominbamos institucionalizacin del

    olvido. En definitiva, vemos que las fronteras entre la Funktions- y la

    Speichergedchtnis no son en absluto hermticas.

    Con Maurice Halbwachs y Aby Warburg, los Estudios de la Memoria adquieren

    el estatus de disciplina de estudio. Ahora bien, como hemos dicho antes, sus trabajos no

    son ms que el principio de un largo camino que historiadores como Pierre Nora,

    egiptlogos como Jan Assmann y estudiosos de la literatura como Aleida Assmann,

    Ann Rigney o Astrid Erll se encargarn de recorrer. Tampoco debemos pasar por alto la

    obra de muchos escritores que sobrevivieron al Holocausto y cuyos testimonios, tal y

    como vimos en el apartado anterior, se configuran como una alternativa al discurso

    historiogrfico. De alguna manera, esos escritores aseguran la transicin entre los

    trabajos de Halbwachs y Warburg, por un lado, y los de Pierre Nora, Jan Assmann,

    Aleida Assmann, Astrid Erll y Ann Rigney, por otro. De hecho, cuando Jorge Semprn

    presencia casi de forma directa la muerte de Maurice Halbwachs en Buchenwald, es

    como si, de alguna manera, tomara el testigo y asumiera, con la transmisin de sus

    propias vivencias en el campo de concentracin, la misin de dar continuacin a los

    trabajos sobre la memoria iniciados por el socilogo francs. Paradjicamente, fue el

    propio Semprn quien tuvo que borrar con una goma el nombre de Halbwachs,

    relegando simblicamente al olvido a quien es considerado como uno de los padres

    fundadores de los Estudios de la Memoria:

    Le surlendemain, donc, jai vu apparatre le nom de Halbwachs dans la liste de

    dcs quotidiens. Jai pris dans le fichier central de lArbeitsstatistik le casier

    correspondant son matricule. Jai sorti la fiche de Maurice Halbwachs, jai effac

    son nom: un vivant pourrait dsormais prendre la place de ce mort. Un vivant, je

    veux dire: un futur cadavre. Jai fait tous les gestes ncessaires, jai gomm

    soigneusement son nom, Halbwachs, son prnom, Maurice: tous ses signes

    didentit. Javais la fiche rectangulaire dans le creux de ma main, elle tait

    redevenue blanche et vierge: une autre vie pourrait sy inscrire, une nouvelle mort.

    Jai regard la fiche vierge et blanche, longtemps, probablement sans la voir.

    42

  • Probablement ne voyais-je cet instant que le visage absent de Halbwachs, ma

    dernire vision de ce visage: le masque cireux, les yeux ferms, le sourire dau

    del. Une sorte de tristesse physique ma envahi. Jai sombr dans cette tristesse de

    mon corps. Ce dsarroi charnel, qui me rendait inhabitable moi-mme. Le temps

    a pass, Halbwachs tait mort. Javais vcu la mort de Halbwachs (Semprn 1994,

    62-63).

    Cuando en 1987 Semprn escribe el relato de la muerte de Halbwachs, parece

    como si se propusiera recuperar del olvido a aqul cuyo nombre haba borrado l mismo

    de los registros. Y es que, como dijimos ms arriba, recuerdo y olvido constituyen las

    dos caras de una misma moneda, la de la memoria.

    El concepto de memoria colectiva

    Como hemos visto antes, para Halbwachs la memoria est determinada

    socialmente, por lo que slo dentro de un marco social puede constituirse y mantenerse

    la memoria individual. Segn esto, un individuo que viviera en soledad no tendra

    memoria del pasado. En este sentido, podra decirse que