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Departamento de Anlisis Geogrfico Regional y Geografa Fsica Programa de Doctorado: El Anlisis Geogrfico en la Ordenacin del Territorio
TESIS DOCTORAL
C R I S I S E C O L G I C A Y
G E O G R A F A
P L AN TE AM IEN TO S Y P R OPU E ST A S E N TO R NO AL P AR AD IGM A E C OLG IC O -
AM B I E NT AL
Director: Rafael Hernndez del guila Autor: Francisco Javier Toro Snchez
Granada, mayo 2011
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Editor: Editorial de la Universidad de GranadaAutor: Francisco Javier Toro SnchezD.L.: GR 3793-2011ISBN: 978-84-694-4446-7
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Imagen de portada: The Heart of Andes (1859) F. E. CHURCH NOTA: El ao en el que se expuso este cuadro coincidi con la publicacin de El origen de las especies de C. DARWIN y con la muerte de A. VON HUMBOLDT, padre de la Geografa moderna.
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C R I S I S E C O L G I C A Y
G E O G R A F A
P L AN TE AM IEN TO S Y P R OPU E ST A S E N TO R NO AL P AR AD IGM A E C OLG IC O -
AM B I E NT AL
Autor: Francisco Javier Toro Snchez
Director: Dr. Rafael Hernndez del guila
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A mis padres,
por ensearme la geografa de la vida
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AGRADECIMIENTOS
Seran incontables las personas a las que he de agradecer su apoyo e inters para que esta
tesis se llevara finalmente a cabo.
He de agradecer de una manera muy emotiva al Prof. Rafael Hernndez del guila por un
doble motivo. En primer lugar, por su acertada tutela, sus aportaciones claves y por
despertarme el entusiasmo y la preocupacin por el medio ambiente, razones, todas ellas,
que han sido decisivas para que yo me decantara por una investigacin de este tipo. En
segundo lugar, y ms importante que lo anterior, por su amistad, el afecto y la confianza
que me ha mostrado en los momentos ms difciles. Gracias por hacerme ver cosas que
antes no vea. Gracias por abrirme la mirada.
Al Departamento de Anlisis Geogrfico Regional y Geografa Fsica de la Universidad de
Granada por las comodidades que me han ofrecido para que pudiera desarrollar mis tareas
de investigacin, especialmente a su director, el Prof. Francisco Rodrguez Martnez. A su
vez quisiera tener un sincero reconocimiento a todos mis compaeros y amigos de
Departamento, as como a los del Departamento de Geografa Humana, pues todos ellos
han dejado huella en mi formacin como gegrafo y como investigador durante los aos
de licenciatura y doctorado (Miguel ngel Snchez, Miguel ngel Villacreces, Maite
Camacho, Rafael Machado, Diego Compn, Mara Elena Martn-Vivaldi, etc.). Gracias
tambin a Enrique Fernndez y Puerto Ventanas por la honesta ayuda con la que hacis
ms fcil nuestro da a da.
Quisiera agradecer especialmente a los profesores Francisco Villegas Molina y Francisco
Ortega Alba por la pasin y el esfuerzo que han dedicado durante tanto tiempo a la
Geografa Fsica. Sus didcticas y animadas clases marcaron el principio de este sendero por
distintos paisajes geogrficos y estoy en deuda con ellos.
A mis compaeros gegrafos y ambientlogos del rea de Urbanstica del Departamento de
Expresin Grfica, con los que he compartido preocupaciones sobre la tesis y asuntos de la
vida (Prof. Luis Miguel Valenzuela, en primer trmino, y a Roco, Julio, Fran, Mercedes,
Rubn, Miguel, as como a Mabel). En especial, me gustara agradecer al Prof. Alberto
Matarn su amistad y apoyo durante estos ltimos aos, quien me animado a seguir
adelante, pese a las dificultades. Mi afectuoso agradecimiento a mi amigo Yasser con el que
me he sentido menos slo en estas lides investigadoras. Gracias por tu apoyo final y por
ayudarme a decolonizar el pensamiento.
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Agradezco a la School of Geography de la University College of Dublin las facilidades que
me ofrecieron para que pudiera desarrollar mi estancia. Gracias, en especial, a la Prof.
Vernica Crossa y a su marido quienes me dieron acomodo los primeros das y que me
hicieron sentir como en casa.
Gracias a todos mis amigos y personas que alguna vez habis soportado mis divagaciones
tericas; vuestro apoyo y afecto han sido fundamentales para que esta tesis viera finalmente
la luz. Todos estis reflejados en estas reflexiones (Migue, Laura, Ana, Fernando, Paqui,
Teresa, Rafa, Maite, Leticia, Guadalupe, Jos, Annie gracias por el ingls, y a todos mis
amigos de San Pedro, Marbella y Granada). Agradezco, finalmente, a toda mi familia
(abuelos, tos y primos). En especial, a mi hermano, por la paciencia y por su confianza y,
sobre todo, a mis padres, a quienes les debo lo que tengo pero, especialmente, lo que soy.
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La vida slo puede ser comprendida hacia atrs,
pero nicamente puede ser vivida hacia delante.
SREN KIERKEGAARD
El nivel de velocidad es directamente proporcional
a la intensidad del olvido
M. KUNDERA
Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo
se deben a que los ignorantes estn completamente seguros
y los inteligentes llenos de dudas
BERTRAND RUSSELL
Nada es suficiente para el hombre,
a quien aquello que es suficiente le parece poco
EPICURO
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Toda lengua es un antiguo bosque de la mente,
una cuenca fluvial del pensamiento,
un ecosistema de posibilidades espirituales
WADE DAVIS
La cuestin no es qu miras, sino cmo miras y si ves.
H. D. THOREAU
El principito se sent sobre la mesa y resopl un poco. Haba viajado tanto!
- De dnde vienes? le dijo el Seor anciano.
- Qu es ese libro gordo? dijo el principito. Qu hace usted ac?
- Soy gegrafo dijo el Seor anciano.
- Qu es un gegrafo?
- Es un sabio que sabe dnde se encuentran los mares, los ros, las ciudades, las montaas y los desiertos.
- Eso es muy interesante dijo el principito. ste es, por fin, un verdadero oficio!
ANTOINE DE SAINT-EXPERY. El principito
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RESUMEN
El fenmeno de la crisis ecolgica planetaria est despertando un inters creciente
en el campo acadmico e investigador. En los ltimos aos, los procesos de deterioro social
y ambiental se han incrementado notablemente como consecuencia de importantes
transformaciones que estn teniendo lugar en los modos de concebir y usar el medio como
soporte biofsico, pero tambin como construccin social. La globalizacin y la era
postmoderna actuaran como los dos grandes ejes interpretativos de los conflictos actuales
entre ser humano y medio. Estas cuestiones forman parte del inters de la Geografa, por lo
que, en principio, jugara una baza fundamental a la hora de dilucidar y comprender las
causas que subyacen en la crisis ecolgica contempornea y los procesos vinculados a esta
nueva realidad geogrfica. Sin embargo, la posible utilidad de la Geografa como una
ciencia ocupada y preocupada por las cuestiones ambientales debe ser revisada a la luz de
nuevas propuestas y planteamientos que surgen del paradigma ecolgico-ambiental. En
consecuencia, este trabajo se propone, en primer lugar, realizar una caracterizacin de la
crisis ecolgica contempornea desde la perspectiva geogrfica, para luego valorar la
posicin de la Geografa en algunas de las propuestas que estn surgiendo del nuevo
paradigma ecolgico-ambiental (transdisciplinariedad, ciencia posnormal, tercer cultura,
tica planetaria, etc.). El objetivo final es ofrecer argumentos relevantes que permitan
evaluar la Geografa como una ciencia para la sostenibilidad y como una perspectiva til
en torno a la definicin y consolidacin del nuevo paradigma. Para ello se cuenta con un
recorrido bibliogrfico sobre la crisis ecolgica, sobre aspectos filosficos y epistemolgicos
relativos al medio ambiente y sobre las conexiones tericas y conceptuales de la Geografa
con el estudio de la problemtica ambiental.
PALABRAS CLAVES: Geografa, medio ambiente, crisis ecolgica, paradigma ecolgico-
ambiental, transdisciplinariedad, globalization, perspectiva geogrfica, desterritorializacin,
tica planetaria.
ABSTRACT
Global ecological crisis is attracting growing interest in academia and research. In recent
years, social and environmental degradation have increased markedly as a result of major
changes taking place in the ways of understanding and using biophysical environment as
support, but also as a social construction. Globalization and postmodern would be two
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main lines of interpretation of the current conflicts between humans and environment.
These issues are part of the interest of geography. So that, Geography would play a
important role in elucidating and understanding the causes of contemporary ecological
crisis and processes connected to this new geographic reality. However, the potential
usefulness of geography as a science concerned about environmental issues should be
reviewed in the light of new proposals and approaches that arise from the eco-
environmental paradigm. Accordingly, this research proposes, firstly, characterizing
contemporary ecological crisis from a geographical perspective, and then, assessing the
position of geography in some of the proposals emerging from new paradigm of eco-
environmental (transdisciplinarity post-normal science, third culture, global ethics, etc.).
The ultimate goal is to offer arguments relevant to assess the Geography as a science for
sustainability and useful "perspective" around the definition and consolidation of the new
paradigm. We provide by a bibliographic review of ecological crisis, philosophical and
epistemological aspects relating to the environment and theoretical and conceptual issues
concerning geography and study of environmental problems.
KEY WORDS: Geography, environment, environmental crisis, eco-environmental
paradigm, transdisciplinarity, globalization, geographical perspective, deterritorialization,
global ethics.
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INTRODUCCIN
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INTRODUCCIN
I. ANTECEDENTES Y CONTEXTO DE PARTIDA
El estudio del medio ambiente y su problemtica viene ocupando un lugar central
en la investigacin cientfica desde hace varias dcadas. Durante este perodo se ha
reconocido e insistido en que el problema ambiental es un fenmeno que, en trminos
geogrficos, alcanza magnitudes planetarias, traspasa las fronteras de Estados y territorios y
se manifiesta en complejos procesos, dinmicas y dialcticas entre sistemas humanos y
sistemas naturales a distintas escalas (de lo global a lo local y viceversa). Han sido muchos
los enfoques y formas de abordar la problemtica ambiental que han emanado del campo
cientfico, y esto llevara a pensar que contamos con un conocimiento suficiente mediante el
cual podamos afrontar con garantas los retos actuales y futuros que plantea y plantear la
crisis ecolgica planetaria.
El inters por el estudio y el conocimiento de un problema de tal envergadura ha
supuesto el principal campo de reflexin del profesor R. HERNNDEZ DEL GUILA en el
rea de Geografa Fsica del Dpto. de Anlisis Geogrfico Regional y Geografa Fsica de la
Universidad de Granada, una lnea de investigacin terica ampliamente dilatada (ms de
treinta aos), que tambin llev a incursiones ms aplicadas en el mbito de la gestin,
como supuso, por ejemplo, la coordinacin de la Agenda 21 Local de Granada durante seis
aos (2000-2006). Dicha reflexin se materializ, en un momento inicial, en dos trabajos:
una Memoria de Licenciatura dirigida a profundizar, desde un punto de vista terico, en la
lnea ecolgica dentro del pensamiento y los estudios geogrficos y una Tesis Doctoral que
llevaba por ttulo El sistema hombre-medio y la crisis ecolgica: aportaciones para un
nuevo paradigma cientfico (1984). Tal y como indica su ttulo, se planteaban dos hechos
que an hoy siguen despertando multitud de interrogantes en el seno de la comunidad
cientfica: por un lado, el problema de la crisis ecolgica como un estado de desequilibrio
entre ser humano y medio ambiente; por otro lado, la necesidad de definir un nuevo
paradigma (el propio autor enfatizaba en su no exclusividad cientfica) para afrontar el
cambio ecolgico.
Parece obvio que realizar una aproximacin general de este calibre sobre dos asuntos
tan complejos y difciles de acotar iba a resultar una tarea ardua y titnica que, en cualquier
caso, no quedara cerrada, ni mucho menos, con la realizacin de esta tesis doctoral. Ms
an cuando los propios asuntos ambientales no son precisamente realidades estables y
fciles de simplificar, sino todo lo contrario. Pese a ello, sorprende que muchas de las ideas
y reflexiones que tuvieron cabida en este trabajo no han perdido un pice de actualidad.
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Cabe especular que si nada ha cambiado en todo este tiempo (luego matizaremos esta
asercin) es porque existen una serie de hechos o factores que se mantienen vigentes y a los
que el autor dedic una atencin prioritaria: lo que podramos denominar, la
sintomatologa de la crisis ecolgica global, es decir, las causas que dan origen y que
alimentan el conflicto sociedad-naturaleza contemporneo hasta hacerlo un problema
civilizatorio y de dimensiones planetarias. En la mencionada tesis se exploraron algunos de
los factores ideolgicos, culturales y psico-sociales que subyacen en el conflicto sociedad-
naturaleza, para lo cual fue fundamental la formacin geogrfica adquirida en aos previos,
as como un enorme y exhaustivo recorrido bibliogrfico que, sin duda, ofrecieron una gran
credibilidad y fundamentacin a las reflexiones y conclusiones que en este trabajo se
llegaron. El objetivo final no era pararse en esta diagnosis, que ya de por s legitimaba su
labor investigadora, sino en proponer y reivindicar la necesidad de un paradigma ecolgico-
ambiental en las relaciones ser humano-entorno, lo que daba a entender que haba ciertas
formas por las que el ser humano estaba entendiendo, usando y valorando la naturaleza que
eran inadecuadas y que requeran de una profunda revisin y de nuevas propuestas. Sin esta
reforma del conocimiento, de la cultura y de la tica no seran concebibles y
operativizables unas formas de bienestar y desarrollo humano que fueran conscientes de la
naturaleza como sustento vital y espiritual, lo que ahora se conoce ms popularmente como
sostenibilidad o desarrollo sostenible.
Pero, como decimos, si lo que podramos denominar, el problema cultural de la
crisis ecolgica planetaria an se mantiene vigente, nos lleva a plantear que esta deseada
revisin en la que viene insistiendo desde entonces el profesor HERNNDEZ DEL GUILA no
se ha producido realmente. Al menos, desde este punto de vista, cabra preguntarse si
realmente nada ha cambiado en todo este tiempo?
Una primera observacin, llevara a pensar que hay hechos que indicaran que s han
cambiado cosas, al menos en lo que se refiere a la toma de conciencia del problema
ecolgico. En todo este tiempo la preocupacin por el uso humano de la Tierra y sus efectos
no ha hecho sino crecer. Hoy da el medio ambiente est en boca de todos: en los
crculos acadmicos, en el mundo empresarial, en el mercado, en el mbito institucional, en
la gestin poltica y, en general, en la vida cotidiana. La popularidad de la que gozan desde
hace ya varias dcadas los temas ambientales (y ahora insistiendo especialmente en el
cambio climtico), indicaran que stos ya no slo son cuestiones sobre las que se ocupen y
preocupen de un modo exclusivo cientficos e intelectuales. La crisis ecolgica ha servido
para configurar una idea de sociedad global, en la que individuos, pueblos y territorios
estn conectados entre s y afectados por las serias advertencias ecolgicas y en el que todos,
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de una forma u otra, estamos comprometidos con la causa ambiental (el propio
desarrollo sostenible parece actuar como aglutinante).
Pero dicha aceptacin no es suficiente para valorarlo como un cambio sustancial.
Como el propio R. HERNNDEZ DEL GUILA ha expresado en ms de una ocasin, esta
preocupacin mayoritaria hace sospechar que, en el fondo, el medio ambiente es una forma
de estar al da o a la moda1, ms que una necesidad o exigencia vital. La sensibilidad
ecolgica presenta, en realidad, un comportamiento oscilante, con altibajos, cuando los
problemas ambientales exigen compromisos ms estables, duraderos, a largo plazo. La
popularizacin del medio ambiente y de sus palabras fetiche (el mencionado desarrollo
sostenible, lo ecolgico, lo verde, etc.) no ha ido en concordancia con una reflexin en
profundidad sobre las implicaciones que estos trminos tienen. El uso indiscriminado que
ha experimentado la semntica ambiental ha propiciado un clima de confusin y
ambigedad en el que se han banalizado y descuidado sus significados y planteamientos ms
razonables. Se ha logrado as una conciliacin mediante el lenguaje, en la que toda
propuesta saliente del discurso ambiental parece sonar a lo mismo, pero en la que, sin
embargo, es obligado efectuar importantes diferenciaciones.
Todo ello viene a mostrar que, en la prctica, la preocupacin ambiental y, ms an,
la responsabilidad contrada en cuanto al uso individual y colectivo de la naturaleza, tiende
a disiparse o a no ser lo suficientemente importante en aquellos aspectos que ms interesan
a la ciudadana. Se observa, por lo general, que los aspectos relativos al medio ambiente
suelen ocupar un segundo plano o se aslan de los intereses especficamente sociales
(economa, trabajo, salud, educacin, etc.). En esta jerarquizacin de prioridades ha
influido notablemente el reciclaje de la lgica capitalista. El conformismo y la anestesia
que ha provocado sobre la sociedad de consumo una prctica de adquisicin ms flexible
y presuntamente desmaterializada ha servido para encubrir la carga ecolgica real que
lleva consigo el estilo de vida alentado por el modelo de desarrollo occidental. La
preocupacin ambiental, pese a estar cada vez ms extendida, no ha bastado para una mejor
comprensin de lo que supone el medio ambiente, y de los diversos valores y funciones que
proporcionan al bienestar humano.
No se debe olvidar, adems, que la cuestin ambiental ha sido empleada e
internalizada en estos discursos para, de algn modo, aflojar esta preocupacin. Pues, si
bien, no hay duda de que los problemas relativos a la degradacin ecolgica no son simples
costes del progreso humano, su presencia en las agendas polticas no deja de estar
1 Vanse, por ejemplo, HERNNDEZ DEL GUILA, R. (1993, 1998, 2002).
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supeditada a decisiones cuya principal motivacin (si no la nica) es la de generar algn
tipo de valor aadido extra, con el fin de que la naturaleza resulte rentable para el
crecimiento econmico y no resulte demasiado molesto para los ciudadanos. De esta forma,
se intentan corregir los fallos y daos ambientales con las propias reglas de funcionamiento
del sistema econmico, cuando stas son, en gran parte, el origen del problema.
Nos situamos, pues, ante un problema en el que el mal entendimiento de lo que
supone el medio ambiente y, especialmente, la manera en la que ste influye en el bienestar
y el desarrollo humanos, explican que las buenas intenciones no hayan significado avances
notables hacia la sostenibilidad. Las tendencias en la explotacin de recursos, en los niveles
de contaminacin o en la alteracin de ecosistemas y servicios ambientales (hablamos en
trminos globales) as lo indicaran. Este problema de tipo epistemolgico tiene, entre
otros detonantes, la forma con la que se construye y se legitima el conocimiento cientfico.
Es en parte a lo que nos hemos referido cuando se ha hecho mencin de la crisis ecolgica
como un problema esencialmente cultural. El conflicto sociedad-naturaleza
contemporneo viene soportado por toda una serie de lgicas, mitos, ideas y modos de
pensamiento que gobiernan nuestras prcticas y relaciones con la naturaleza y que cuentan
con una elevada legitimidad social y respaldo cientfico.
Pero, volviendo a la cuestin con la que dbamos comienzo esta introduccin, las
dos ltimas dcadas no se han caracterizado, precisamente, por su estabilidad, sino ms bien
por intensas transformaciones que han ido configurando una realidad planetaria
crecientemente ms compleja. Podramos sealar, en primer trmino, cmo, en lo que
respecta a la degradacin del medio ambiente global, se empiezan a conocer los efectos de
ciertos comportamientos hacia la naturaleza que vienen siendo desarrollados, sin embargo,
desde tiempo atrs, lo que habla de su carcter no-lineal y acumulativo. El cambio climtico
sera quiz el mejor exponente. Pero tambin han aparecido nuevas problemticas y otras se
han hecho ms virulentas porque no se han corregido, en esencia, una serie de
comportamientos y pautas que son insostenibles por definicin. Los problemas relativos a:
el crecimiento urbano disperso, los conflictos por el uso del agua, la introduccin en el
mercado de sustancias txicas, el empleo de la biotecnologa en la agricultura y en los
procesos industriales, los biocombustibles como alternativa o complemento a los
combustibles fsiles, etc., son hechos que estn a la orden del da y se han incorporado al
terreno de las nuevas incertidumbres y contradicciones ambientales que trae consigo el
modelo de desarrollo econmico dominante. Esto viene a indicar lo que P. VITOUSEK y sus
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colaboradores ya advertan en 1997 que estbamos cambiando la Tierra a un ritmo ms
elevado de lo que ramos capaces de entenderla2.
No es casual que la aceleracin del deterioro ecolgico coincida con otra serie de
cambios que han tenido lugar en las esferas poltica, econmica, social y cultural de la
sociedad contempornea. La mayora de estos cambios han sido parte de los efectos que ha
trado consigo el proceso de globalizacin econmica y la forma con la que ciertos modelos
de desarrollo se han reinventando con otras apariencias y mensajes (el propio desarrollo
sostenible). En sntesis, las dos ltimas dcadas han supuesto la configuracin de nueva
realidad geogrfica, la cual, sin embargo, empezaba a tomar forma mucho antes, de modo
que es posible trazar una continuidad histrica que comienza (al menos) en la era de los
descubrimientos y viene secundado, con posterioridad, por el proyecto de modernidad
dirigido desde Occidente. Estas transformaciones y nuevas realidades, junto con lo
heredado de la modernidad, han debido de tener, forzosamente, algn tipo de impacto en
nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza y de entenderla.
Puede sealarse cmo la globalizacin y todos aquellos procesos que han
intervenido en su articulacin (vase, la racionalidad econmica capitalista, las nuevas
tecnologas de la informacin y de la comunicacin, el desarrollo de los transportes, etc.)
han formado un tipo de entorno cada vez ms devaluado y desarraigado de su matriz
fsico-ambiental. Esto es algo que ha reflejado Z. BAUMAN al definir la poca actual, como
la de una modernidad o sociedad lquida 3 , refirindose, entre otros hechos, a la
inestabilidad de las relaciones que hoy los individuos tienen con los objetos materiales, con
las personas y con los lugares. Es decir, la idea de una modernidad lquida que el propio
BAUMAN sostiene, ilustrara cmo aquellos caracteres que haban conferido identidad,
solidez y arraigo a las sociedades, entre los que cabe sealar el vnculo productivo y
reproductivo con la tierra y los valores culturales y ecolgicos asociados al territorio, estn
seriamente devaluados. El desapego de los lugares provocado por un modo de vida definido
ms por la movilidad, y menos por la sedentarizacin y el arraigo en un mismo sitio,
condiciona que la preocupacin ambiental est igualmente de confusa, deslocalizada e
incomprendida, dificultando, de esta forma, los compromisos sobre lugares que son
utilizados como mero trnsito o para usos muy selectivos.
Es ms, se asiste a un proceso en el que el entorno ms cercano (y, por tanto, fsico,
material, tangible) es reemplazado por una serie de nuevos intermediarios que se han
erigido en el centro de sus preocupaciones diarias. Las nuevas tecnologas y los medios de
2 VITOUSEK, P. M. et al., 1997,"Human Domination of Earth's Ecosystems", Science, n 277, p. 498. 3 BAUMAN, Z., 2007, "Modernidad lquida", Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires.
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comunicacin (en especial, Internet) funcionan como un sucedneo de entorno en el
sentido topolgico, es decir, aquello que se ubica entre el individuo y el cosmos y que
acta como intermediario en su acceso a la realidad. Este espacio virtual reemplaza a los
lugares, las regiones y los paisajes, realidades que han constituido el centro de inters de la
disciplina geogrfica.
A esta situacin hay que aadir que, con la globalizacin, se ha producido un hecho
sin precedentes en la historia: por primera vez, la poblacin mundial es cuantitativamente
ms urbana que rural. Ello significa que la ciudad es la principal forma que tienen los seres
humanos de habitar el Planeta, lo cual tiene unas evidentes implicaciones
socioambientales. Por un lado, porque las ciudades son sistemas de asentamientos que viven
en un continuo desequilibrio ecolgico son su entorno. Por otro, porque ciertas ciudades
han alcanzado dimensiones tales que resulta complicado llegar a pensar que stas pueden
llegar a ser verdaderamente sostenibles. En relacin a ello cabe plantear un dilema: si un
futuro ms sostenible pasa por una accin decisiva desde las reas urbanas, al ser los
principales asentamientos de poblacin y los focos que concentran los mayores ndices de
huella ecolgica, cmo es posible adecuar estrategias de sostenibilidad sobre lugares donde
los usos que hacen la ciudadana y los usuarios de este territorio son temporales y muy
raramente permanentes?
Es curioso comprobar tambin cmo el propio discurso ambiental ha
experimentado tambin una especie de desarraigo del territorio. ste se ha universalizado
y globalizado de tal forma, que tiende, frecuentemente, a ocultar las distintas incidencias y
modalidades que adquieren los problemas ecolgicos segn cada contexto socioecolgico
(territorio) y segn el nivel de aproximacin a estos problemas (escala). Un discurso que,
influido por la racionalidad cientfico-tcnica y por el mito de una economa
desmaterializada, ha llevado a un entendimiento de los problemas ecolgicos en los que la
dimensin territorial se encuentra, por lo general, ausente4. Es revelador que, incluso, haya
ido en perjuicio del mismo entendimiento de lo global como marco de accin y
razonamiento sobre la crisis ecolgica. Lo que nos lleva a plantear que hay una relacin muy
estrecha entre el mal entendimiento del medio ambiente y lo que podramos denominar
una falta de perspectiva geogrfica.
As, el afamado alegato del desarrollo sostenible se ha quedado, en la mayora de
los casos, en mera retrica, pues no ha calado con la misma fuerza en su faceta prctica. Si
hay algo que se ha echado en falta en la concrecin de la filosofa de la sostenibilidad es
4 DAZ QUIDIELLO, J., 2005, "Territorio y Sostenibilidad", en VVAA, "Introduccin a la sostenibilidad en Andalucia", Consejera de Medio Ambiente, Junta de Andaluca, p. 107.
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plantear soluciones que sean flexibles y adaptables a cada contexto territorial y que no
agraven los ya acusados desequilibrios ecolgicos entre regiones. Buena parte de las
estrategias de sostenibilidad desarrolladas en el mbito local han estado aquejadas a causa de
este modus operandi por propuestas tecnocrticas y con escasa participacin de la
ciudadana. Resulta un tanto paradjico que esta falta de perspectiva territorial y de
escalas, se produce en un momento en el que el territorio o el paisaje, es decir, categoras
que tienen un soporte fsico-ambiental y una concrecin espacial, estn nutriendo cada vez
ms el campo de las polticas, la planificacin y la ordenacin a distintos niveles.
Profundizando en este breve diagnstico, hay otro sntoma ms de este desarraigo.
J. M. NAREDO5 advierte del claro desplazamiento que ha experimentado el inters de la
problemtica ambiental desde el territorio hasta el clima (cambio climtico), y apunta a la
hegemona alcanzada por la racionalidad econmico-monetaria en la toma de decisiones. A
da de hoy el sistema monetario se emplea como indicador de la escasez o abundancia de
recursos y como instrumento de valoracin de los bienes, de los servicios y del nivel de vida.
El propio J. M. NAREDO explica que el abaratamiento del petrleo y las materias primas
una vez superado el clima de preocupacin de la primera gran crisis energtica, propici el
reforzamiento de la capacidad de compra, por lo que la preocupacin ambiental
fundamental de las naciones industrializadas y ms poderosas dej de ser la adquisicin de
bienes y recursos primarios (asegurada mientras se mantengan las estructuras de domino-
dependencia respecto a las economas empobrecidas, surtidoras de estos recursos), para
pasar a sus efectos como los residuos, el cambio climtico y la contaminacin6. Una serie de
impactos que sociedades con mayores medios tcnicos y posibles financieros, como son las
de los pases desarrollados, respecto a otras ms vulnerables a estos riesgos, confan
plenamente en hacerles frente.
Es decir, se viene poniendo ms el acento sobre los efectos de los problemas que
sobre las formas de atajar o prevenir las causas que lo propician. Esta forma de razonar
denota una sociedad cada vez ms dependiente de la tcnica que tiene como premisa
fundamental el beneficio inmediato. A causa de este tecno-entusiasmo y de la creencia en
que este beneficio puede y debe, casi por derecho, ser incrementable ilimitadamente, es por
lo que se destaca una intrnseca benignidad y legtima aspiracin social a este objetivo,
mientras que, por otro lado, se ocultan sus contradicciones ms severas y sus inconsistencias
a la hora de contrastarlas con la verdadera realidad. El razonamiento econmico-monetario
parece imponerse, as, como esa ptica globalizadora, como la forma por la cual se podr ir
solventado los problemas de agotamiento de recursos (buscando sustitutos artificiales), de
5 NAREDO, J. M., 2005, op. cit., p. 8. 6 Ibd., p. 8.
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[ 18 ]
eficiencia productiva y energtica o el deterioro de los ecosistemas (invirtiendo en
tecnologa verde, por ejemplo). Lo que viene a indicar, en resumen, volver a confiar en
aquellos mecanismos que en su libre accin y en ausencia de restricciones han provocado,
en los mejores casos, postergar los efectos de determinadas acciones (tanto en el tiempo y en
el espacio) y, en los peores (a menudo, como resultado de ello), el agravamiento de los
problemas y la aparicin de otros nuevos.
Precisamente, los modos de organizar los usos del suelo, de disear los sistemas de
asentamiento, de producir paisajes o de vertebrar los flujos que atraviesan el territorio
(transportes, informacin, mercancas, personas, etc.), son parte o causa territorial del
problema, en tanto componen la infraestructura a travs de la cual se plasma y se
materializa un pensamiento o superestructura que deja de lado ciertos principios y
propiedades esenciales de la naturaleza.
Recapitulando, podemos decir que:
La preocupacin ambiental, pese a estar cada vez ms extendida, no ha bastado para una mejor comprensin de lo que supone el medio ambiente, y de los diversos
valores y funciones que proporcionan al bienestar humano.
Hay una relacin estrecha entre el mal entendimiento del medio ambiente y la falta de perspectiva geogrfica, que tiene como principales sntomas: la predominancia de
un discurso global sobre el medio ambiente que oculta la heterogeneidad y
diversidad de casos locales, la falta de concrecin de muchas de las estrategias y
actuaciones en materia de sostenibilidad, o la aplicacin de un mismo protocolo de
actuacin a cada contexto territorial.
La falta de perspectiva geogrfica supone, a la postre, una falta de entendimiento de cmo los fenmenos actan y difieren en funcin de la escala. Este aspecto tambin
ha influido en la gestin ambiental a la hora de prestar ms atencin a los efectos
que a las causas, pues se ha desplazado la preocupacin de los aspectos territoriales,
a la inevitabilidad del cambio climtico. Paradjicamente, la sostenibilidad se ha
abordado frecuentemente como un hecho localista, cuando requiere de una
perspectiva holstica y sistmica.
La crisis ecolgica pone en evidencia, adems, el desarraigo que las sociedades estn experimentando respecto a aquellos medios y entornos que forman parte la
experiencia cotidiana (lugares, paisajes, ciudades, etc.). Este desarraigo se
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[ 19 ]
manifestara en una doble direccin: de la sociedad a su entorno (existencia de
relaciones efmeras, selectivas y consumistas), y del propio medio o entorno respecto
a la sociedad (prdida de identidad territorial, actuaciones e intervenciones estndar
y homogneas, modelos productivos que priorizan la importacin de recursos frente
al aprovechamiento razonable de los recursos locales).
La problemtica anteriormente descrita suscita importantes cuestiones en el modo
de abordar la crisis ecolgica, la sostenibilidad y la definicin de un nuevo paradigma en el
conocimiento que responda a los retos que plantea el cambio ecolgico. Entre stas puede
destacarse que las interacciones entre sociedad y naturaleza y sus conflictos descansan sobre
una base geogrfica o espacial cuya importancia va ms all de ser un simple soporte o
contenedor de tales conflictos. Los modos de construir, delimitar, usar o transformar
distintas estructuras espaciales, dentro de las cuales podemos indicar lugares, regiones,
paisajes, territorios o espacios de naturaleza protegidos (todos ellos, variantes del concepto
entorno o medio), no son irrelevantes en lo que afecta al tipo de uso que se viene
haciendo del medio fsico-ecolgico. Es posible afirmar que el medio construido, el
medio que ha sido alterado, condicionado y adaptado a unos determinados requerimientos
humanos, encierra las grandes claves y los porqus de la actual crisis ecolgica. Son, como se
infiere, cuestiones a las que la Geografa debe ofrecer respuestas, ms an cuando el
concepto de territorio y la escala suponen dos de sus principales herramientas de anlisis.
La Geografa, dentro de su empresa epistemolgica, debe de fijar su atencin en los
cambios recientes que estn teniendo lugar sobre el espacio terrestre, pues la comprensin
de estos cambios es vital para la misma comprensin del cambio ecolgico. Es lo que J.
ORTEGA VALCRCEL denomina un giro necesario, mediante el cual la Geografa deje de
estar identificada en exclusividad con el estudio y preocupacin por las constantes, por las
permanencias, consideradas, de alguna manera, como las categoras propias de lo geogrfico
por oposicin a lo efmero, a lo histrico, a lo contingente para fijar su inters en el
cambio, en las transformaciones, en la mutacin, como eje de la explicacin del espacio
geogrfico como claves para entender el espacio social7.
Conforme a ello, la Geografa, entendemos, jugara una baza fundamental a la hora
de dilucidar y comprender las causas que subyacen en la crisis ecolgica contempornea,
prestando especial atencin a aquellos modos y formas de construir el espacio que estn
detrs de la mayora de los procesos de degradacin ambiental y social. Procesos que en las
dos ltimas dcadas se han complejizado ms an si cabe, en estrecha relacin con los
7 ORTEGA VALCRCEL, J., 2000, "Los horizontes de la Geografa. Teora de la Geografa", Ed. Ariel, Barcelona, p. 515.
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mltiples y variados efectos que la globalizacin ha tenido sobre el medio geogrfico. As,
estn apareciendo nuevas realidades geogrficas propias de la globalizacin y la era
posmoderna (no-lugares, ciudad-difusa, paisajes tematizados, ciberespacios, etc.). Estas
nuevas geografas no son irrelevantes en la crisis ecolgica, pues aaden matices y
dimensiones en las relaciones ser humano-entorno, que complican, an ms si cabe, su
estudio y diagnstico. Son, lo que denominan J. NOGU Y J. ROMERO, en una reciente obra
de Geografa Humana, expresiones geogrficas de la globalizacin8, y que pese a su
importancia en las formas actuales de concebir y entender el entorno, estn poco estudiadas,
por su intrnseca dificultad y accesibilidad.
No debemos olvidar que, junto a estos cambios de tipo geogrfico, se han
producido simultneamente (o quiz por ello) otros de tipo cultural (si entendemos lo
cultural en un sentido amplio) que merecen ser revisados y evaluados. La crisis ecolgica
tiene unas races culturales que hacen del conflicto sociedad-naturaleza un problema
estructural, pero tambin contemporneo, lo que significa que ste an es vigente, es
plenamente actual. Ahora que la era de la posmodernidad parece poner en crisis muchos
de los discursos y metarrelatos heredados de la modernidad, los cuales han sido apuntados
como parte del problema cultural de la crisis ecolgica, convendra saber si stos han
desaparecido o se mantienen, en cambio, vigentes mediante nuevas frmulas y discursos.
De este modo, el estudio de la crisis ecolgica abre interesantes cuestiones e
interrogantes en la Geografa actual. La profundizacin terico-conceptual en las relaciones
que existen entre la Geografa y la problemtica ambiental no slo tiene un inters
acadmico, sino que puede resultar relevante para una mejor definicin y, por qu no,
consolidacin definitiva del paradigma ecolgico-ambiental. Se habla, en crculos
acadmicos, de una nueva Geografa, que se adjetiva como Social o Humana. Si la
Geografa parece incardinarse definitivamente en el mbito de las disciplinas sociales y
humansticas quiz ser necesario reflexionar sobre de qu forma puede incluirse el estudio
de la problemtica ambiental dentro de esta nueva (o quiz no tanto) identidad.
Desde que emergiera la preocupacin ecolgica moderna, hace ya unas cuatro
dcadas, los gegrafos, han mostrado gran inters por la investigacin y la gestin de las
problemticas ambientales. Si bien es cierto que han existido serias dificultades para situar
las cuestiones ambientales en una disciplina como la Geografa que est a caballo entre las
Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales. No era lgico que los estudios sobre utilizacin
de recursos, conservacin y proteccin de ambientes y espacios, etc., estn afiliados, casi en
8 NOGU, J. Y ROMERO, J. (eds.), 2006,"Las otras geografas", Tirant lo Blanch, Valencia.
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exclusividad, al dominio de la Geografa Fsica, separndolo de las nuevas teoras crticas
sobre el espacio que estn apareciendo, desde hace unos aos, en la Geografa Humana.
Estos discursos y teoras se refieren a nuevas formas de interaccin entre sociedad y entorno,
tomando el espacio como clave interpretativa. En la otra direccin, tampoco parece
razonable que la Geografa Urbana quede al margen de las importantes aportaciones que
ofrece el paradigma ecolgico-ambiental para evaluar el metabolismo urbano y su relacin
con el entorno. O que la Geografa Econmica dejara en un segundo plano las
contradicciones ecolgicas asociadas a la lgica espacial del capitalismo global.
Entender el espacio geogrfico es entender que en su gnesis y desarrollo han
evolucionado conjuntamente acciones humanas y procesos fsico-ecolgicos, sin
desmerecer, eso s, una cierta autonoma de ambas subdisciplinas. La aportacin que la
Geografa puede hacer al paradigma ecolgico-ambiental debe considerar las nuevas
propuestas cientficas y culturales en el marco de la sostenibilidad: la transdisciplinariedad
cientfica, la tercera cultura o la ciencia posnormal. En todas ellas, la Geografa ha de
seguir haciendo uso de una perspectiva integradora y holstica en el modo de abordar la
realidad, pero tambin a la hora de proponer nuevos valores en la lnea de la sostenibilidad.
II. PROBLEMA DE INVESTIGACIN
Lo anterior aconseja elaborar estudios que reflexionen en profundidad sobre qu
papel debe jugar la Geografa en un momento en el que los problemas ambientales
obligan a hacer una revisin crtica de los comportamientos, modos de pensamiento,
creencias y lgicas que estn en el origen del conflicto sociedad-naturaleza contemporneo.
El asunto creemos es urgente y previo a desempear tareas efectivas en el campo de la
planificacin o en estrategias de sostenibilidad, o a situar los contenidos de tipo ambiental
en los programas acadmicos. El reto ambiental actual afecta a los fundamentos terico-
conceptuales de la Geografa y a su tradicin epistemolgica y por tanto marcan y
condicionan su instrumentalizacin y posibles aplicaciones. Son, en este sentido, mltiples
las cuestiones que quedan por resolver.
III. PLANTEAMIENTO GENERAL
Tomando como punto de partida estas consideraciones previas y antecedentes,
estimamos la pertinencia de realizar una investigacin que tuviera por ttulo: Crisis
ecolgica y Geografa: propuestas y planteamientos en torno al paradigma ecolgico-
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ambiental. Como se observa, dicho ttulo anuncia un propsito sumamente ambicioso y
desmesurado que convendra aclarar. Del ttulo pueden extraerse tres grandes categoras que
aluden a realidades distintas, lo cual puede suponer, en principio, una cierta confusin de
niveles de acercamiento o de aproximacin a los propsitos que aventurara este ttulo o
planteamiento general.
En el ttulo se ponen en relacin:
Un fenmeno, la crisis ecolgica, del cual tenemos sobrada constancia, no slo en el campo intelectual, sino en todos los discursos relativos al medio ambiente que se
vienen construyendo desde hace unas dcadas (ciudadana, poltico, empresarial,
institucional, etc.);
Una disciplina, la Geografa, cuya definicin ms vulgarizada es la ciencia que se encarga de la descripcin de la Tierra, pero cuyos propsitos, tanto cientficos
como otros no estrictamente disciplinarios (hablamos de la Geografa como una
perspectiva o un conocimiento de la diversidad del espacio terrestre),
sobrepasan lo netamente descriptivo;
Un sistema de ideas y creencias o paradigma que se define por ser ecolgico-ambiental por lo que, en principio, va destinado a una mejor comprensin y
valoracin de las cuestiones que ataen al medio ambiente y su problemtica.
No es lugar ste para detenernos en consideraciones ms profundas sobre estas
categoras, porque muchas de estas consideraciones estarn presentes en el estudio y
realizando tratamientos ms pormenorizados. Pero resulta lgico aclarar al menos qu nos
ha llevado a ubicar en un mismo planteamiento categoras de un alcance y naturaleza tan
distintas.
En principio, de esta somera distincin que hemos realizado ya pueden advertirse
una serie de elementos que ayudaran a que estas categoras convergieran. As, la crisis
ecolgica alude a un fenmeno que tiene lugar sobre la superficie terrestre y que adems
adquiere una manifestacin global, planetaria. Precisando un poco ms, podemos entender
por crisis ecolgica un episodio en la historia de las relaciones ser humano-entorno
durante el cual se produce un desequilibrio entre el metabolismo que ha adquirido lo
humano en su conjunto (principalmente, por el tamao de su sistema econmico) y la
capacidad de carga de la Biosfera, como gran sistema biofsico planetario. Puede observarse
un primer punto en comn con la Geografa que hara pensar en que la crisis ecolgica es
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un fenmeno que forma parte de su inters epistemolgico: su incidencia planetaria. Pero,
adems, la Geografa es una disciplina que se ha ocupado tradicionalmente del medio como
algo construido y modificado por el ser humano, por las relaciones entre las distintas
sociedades y su entorno, a distintas escalas y niveles de anlisis espacial, por lo que la
afinidad entre Geografa y crisis ecolgica se hace patente.
El tercer vrtice de este tringulo, el paradigma ecolgico-ambiental, se concibe
como un sistema de ideas alternativo al paradigma vigente y, conviene aclarar, que no slo
hace referencia a un paradigma cientfico en el sentido kuhniano, sino a una realidad ms
amplia en el sentido de una episteme o pensamiento subyacente que dirigira las formas en
las que las sociedades usan y construyen su propio medio. La nocin de paradigma est
presente en las bases tericas y metodolgicas de las disciplinas cientficas, y en el caso de la
Geografa no es menos. El desarrollo de la Geografa como ciencia moderna ha estado
marcado, precisamente, por la influencia que han ejercido los distintos paradigmas y
mtodos cientficos en su modo de interpretar y representar los hechos y fenmenos
geogrficos. Al hacer mencin de propuestas y planteamientos en torno al paradigma
ecolgico-ambiental estaramos dando por supuesto ciertas cosas, que evidentemente
requieren de la complicidad del lector, pues forma parte de nuestra idea inicial. Entre ellas:
Que la Geografa tiene algo que decir en torno a este paradigma ecolgico-ambiental.
Que el paradigma ecolgico-ambiental no es algo que est cerrado o absolutamente definido, pues estaramos enfocando a la Geografa hacia una posible utilidad para
la definicin y consolidacin de este paradigma.
Que, como paradigma (y, ms an, en este caso), comprendera e influira a la Geografa, lo cual significa que antes de proponer y plantear, es necesario
reflexionar sobre cules son estas influencias o algunas de stas. Esto supone, por
tanto, que el paradigma ecolgico-ambiental debe llevar a revisar el ncleo
epistemolgico de la Geografa, a debatir sobre su posicin gnoseolgica y, en su
caso, a adaptar la disciplina a nueva realidad geogrfica.
Que siendo ecolgico-ambiental se refiere a una realidad y a unos problemas en los que los aspectos ecolgicos y ambientales son centrales. Podramos precisar
diciendo que lo ecolgico alude a un soporte cientfico proveniente de la
Ecologa, y que lo ambiental alude a su no exclusividad en estas aportaciones, a
un campo disciplinario ms amplio en el que han de intervenir tanto disciplinas de
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las Ciencias Naturales, disciplinas de las Ciencias Sociales y todos aquellos saberes,
conocimientos y manifestaciones artsticas que toman en consideracin el
ambiente o el medio como la fuente de sus representaciones.
Junto a lo dicho, cabe asumir de inicio que dado que el medio tambin forma
parte de las ocupaciones y preocupaciones geogrficas (insistimos en una idea de
Geografa plural, no especficamente cientfica y referido a distintos saberes
geogrficos), y dado que nos situamos ante una realidad geogrfica que est marcada, en
gran medida, por una serie de fenmenos y problemas ambientales, en sntesis, la crisis
ecolgica, la convergencia entre estas categoras es un hecho evidente. De ello se extrae un
esquema donde pueden observarse unas conexiones recprocas entre las categoras que
forman parte del planteamiento general:
En relacin a la posicin que adquirira lo geogrfico en este esquema, y siguiendo
con lo anteriormente argumentado, lo concebimos no slo desde un punto de vista
disciplinar, aunque la mayor parte de las propuestas van dirigidas en este sentido. Sobre
ello, cabe decir adems, que hemos concebido a la Geografa de una forma integrada y
unitaria, no siendo especialmente tributario de una Geografa Fsica o de una Geografa
Humana en un sentido individual. Cuando hemos credo conveniente hemos hecho constar
esta diferenciacin. Pero consideramos que un acercamiento al problema ecolgico y ms
dentro de una disciplina que parece incadinarse de un modo preferente en el conjunto de
las Ciencias Sociales, debe tener en cuenta una visin del medio ambiente ms all de su
reduccionismo ecolgico o fsico-ambiental. En este sentido, por perspectiva geogrfica
entendemos un punto de vista hbrido e integrador entre los aspectos relativos al medio
fsico y los aspectos relativos al medio humano o construido social y culturalmente.
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IV. OBJETIVOS
Esta investigacin se articula sobre dos grandes objetivos o intenciones:
Uno de carcter descriptivo y analtico dirigido a realizar una caracterizacin de la crisis ecolgica contempornea desde la perspectiva geogrfica.
Otro de carcter ms propositivo, en el que se intentar valorar la posicin de la Geografa en el nuevo paradigma ecolgico-ambiental.
A su vez se persiguen una serie de objetivos especficos dentro de la investigacin:
Situar la importancia que tienen las cuestiones ambientales en la Geografa. Para ello realizaremos un recorrido a lo largo del pensamiento geogrfico moderno sobre
cmo han sido abordadas las relaciones entre ser humano y naturaleza, planteando,
a posteriori, algunas dificultades e inconvenientes que encuentra la Geografa actual
para adquirir cierto protagonismo en el estudio del medio ambiente y su
problemtica.
Definir el fenmeno de la crisis ecolgica. Se ofrecern algunas nociones sobre el concepto de crisis ecolgica y se apuntarn algunos hitos y consideraciones
geogrficas e histricas. Adems, se reflexionar sobre la forma en la que se hace un
uso interesado de las causas de la crisis ecolgica, ejemplificndolo en el problema
demogrfico.
Realizar un diagnstico de la crisis ecolgica a partir de tres tipos de problemticas: una problemtica ambiental; una problemtica territorial y una
problemtica cultural. Consideramos la crisis ecolgica como una sntesis de tres
problemticas que afectan a distintas esferas del medio geogrfico: la esfera fsico-
ambiental; la esfera territorial o el medio construido; y la noosfera o medio cultural.
En el primer caso, realizaremos un breve diagnstico de algunas problemticas que
afectan a los recursos naturales y a la degradacin del medio, partiendo de unas
breves nociones sobre el concepto de recurso y de problema ambiental desde la
perspectiva geogrfica. En el segundo caso, vincularemos la crisis ecolgica con la
realidad geogrfica de la globalizacin y nos detendremos en cmo ciertos cambios y
procesos que tienen lugar sobre el territorio profundizan en los conflictos y
problemas de tipo socioambiental. En el tercer caso, nos referiremos a las races
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culturales de la crisis ecolgica, centrndonos en una serie de lgicas, racionalidades
y mitos, y evaluaremos su influencia en los conflictos sociedad-naturaleza
contemporneos.
Indicar algunas ideas relativas al paradigma ecolgico-ambiental, reflexionar sobre cmo stas plantearan nuevos retos y objetivos en el mbito del conocimiento, de
la tica y de las sociedades, y en qu medida ayudaran a una mejor comprensin de
las relaciones ser humano-naturaleza. En su caso, hacer referencia al inters que
puede tener para las cuestiones que ataen a lo especficamente geogrfico.
Reflexionar sobre el concepto de sostenibilidad y sus implicaciones en los modelos de desarrollo humano, en los sistemas productivos y en los vnculos de las
sociedades con su entorno local. Revisar crticamente algunas formas de interpretar
el concepto de sostenibilidad.
Valorar la pertinencia de la Geografa como una ciencia de la sostenibilidad segn
tres niveles: un nivel de tipo epistemolgico-conceptual; un nivel disciplinario-
transdisciplinario y un nivel crtico-posnormal.
La principal contribucin de esta tesis est en ofrecer argumentos relevantes, tanto
tericos, conceptuales y filosficos, que permitan evaluar la Geografa como ciencia para la
sostenibilidad, y como perspectiva que ha de adquirir carta de naturaleza en la
definicin y consolidacin del paradigma ecolgico-ambiental. Se trata de responder a una
demanda dentro de las disciplinas cientficas para adaptarse a los retos de la sostenibilidad.
V. MARCO METODOLGICO Y FUENTES
Dado el perfil terico de este estudio, la metodologa tendr un carcter
fundamentalmente inductivo y condicionada al recorrido bibliogrfico efectuado para
profundizar en los temas y contenidos que van a tratarse. No puede obviarse, sin embargo,
que cualquier estudio que se proponga profundizar o indagar en aspectos de tipo terico,
trata de formar un discurso o interpretacin sobre un problema o planteamiento que no
est ausente de una cierta carga de subjetividad (lo cual no quiere decir que otros de carcter
ms instrumental o aplicado estn desprovistos de ella). Se parte de asumir que toda
investigacin tiene en mayor o menor medida un carcter personal que influye en la
eleccin de la metodologa, en la eleccin de las fuentes, en los planteamientos realizados y
tambin, por tanto, en los resultados y conclusiones que se obtienen a posteriori. En este
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sentido, hemos de asumir que buena parte de este discurso proviene de la reflexin personal
e intuitiva sobre los temas y asuntos que son abordados. Es sabido, adems, que muchos de
los temas y problemas que suscita el medio ambiente no son, precisamente, verdades
absolutas, por lo que se prestan a valoraciones y juicios que estarn condicionados por los
enfoques y planteamientos de partida. Un acercamiento terico a un problema de esta
ndole debe ser, por ello, un acercamiento crtico y especulativo.
Los riesgos son, en este sentido, bastantes elevados, pues bien es sabido que toda
crtica debe de poseer una cierta coherencia e ir adecuadamente fundamentada. No
obstante, consideramos que el soporte bibliogrfico con el que contamos ofrecera ciertas
garantas para tratar de minimizar estos riesgos o para tratar de contrastar las reflexiones y
argumentaciones crticas en apoyo de citas bibliogrficas, informes, datos estadsticos y
otros soportes documentales. El objetivo es confeccionar un discurso que resulte coherente
y equilibrado entre el trabajo bibliogrfico y la aportacin personal que, en cualquier caso
es, en buena medida, deudora del primero. Esta investigacin adquiere as un carcter
hermenutico, en tanto que trata de realizar una descripcin del problema y de obtener
unas conclusiones (parciales y finales) a partir de la interpretacin personal de los textos
seleccionados. Ello ha llevado, evidentemente, a una serie de etapas previas al desarrollo
terico de los captulos.
En consecuencia con lo anterior, se ha llevado a cabo un proceso de bsqueda y
seleccin de fuentes bibliogrficas y documentales. La amplitud y complejidad de las
cuestiones que aqu se van a tratar aconsejan precisamente un recorrido bibliogrfico
diverso y multidisciplinar, pero tambin condicionan a que el modo de abordar estos temas
partan de una visin global e integradora. Evidentemente, son muchas las cuestiones que
potencialmente seran tiles para cubrir medianamente los ambiciosos objetivos que nos
hemos propuesto, por lo que la eficacia y el rigor en la realizacin del estudio y en la
profundizacin bibliogrfica estn limitados a las caractersticas de esta investigacin. En
este sentido, consideramos que debe entenderse como una aproximacin general que no
agota, por supuesto, todas las formas posibles de hacerlo.
El proceso de indagacin bibliogrfica ha resultado especialmente complicado, dada
la numerossima literatura que ha despertado la cuestin ambiental en las ltimas dcadas,
desde distintos enfoques disciplinares y con niveles de profundizacin y de escala diferentes.
En este sentido, era necesario definir una serie de criterios que influyeran en esta seleccin.
Uno de los criterios ha sido, precisamente, el enfoque disciplinario de estos estudios. Es
obvio que si el asunto del medio ambiente es transdisciplinar como se pone de manifiesto
en esta misma investigacin, la bsqueda no poda ir enfocada tan slo a aquello producido
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especficamente dentro de la Geografa. Evidentemente, una gran parte de la bibliografa
deba provenir de estudios tericos sobre las relaciones epistemolgicas entre Geografa y
medio ambiente y, en general, sobre los problemas tericos y conceptuales referentes al
conocimiento geogrfico, pues forman parte del cuerpo central de esta investigacin. Al
respecto, hemos hecho un proceso de bsqueda tanto en referencias nacionales (manuales y
revistas) como tambin en revistas cientficas indexadas, preferentemente en el mundo
anglosajn9.
Pero, como decamos, son muchas las disciplinas que estn realizando aportaciones
sobre la problemtica ambiental. En este caso, hemos condicionado la seleccin a la
estructura y a los contenidos de la investigacin. Observamos que muchas de estas
referencias, procedentes, en su mayora de la Ecologa, la Sociologa, la Antropologa, las
Ciencias Polticas, la tica, la Filosofa de la Ciencia, y la Economa, ofrecen claves
interpretativas que resultan tiles para argumentar en torno al problema de la crisis
ecolgica y al paradigma ecolgico-ambiental desde el punto de vista del inters geogrfico.
Ciertos impactos ambientales de gran alcance (biocombustibles, transgnicos, cambio
climtico, etc.), discursos sobre la globalizacin en sus distintas facetas, planteamientos en
torno al territorio y la prdida de sus caracteres identitarios, lgicas que subyacen en la
forma de relacionarnos con la naturaleza y en la construccin del medio, suscitan
enfoques, reflexiones y teoras en mltiples campos disciplinares y ofrecen dimensiones y
argumentos claves para cualquier interpretacin geogrfica de la crisis ecolgica.
Consideramos, pues, que el recorrido bibliogrfico es ya un aporte esencial de la
investigacin en la lnea de una visin geogrfica de la crisis ecolgica tomando como
premisa la transdisciplinariedad.
Otro de los criterios que han influido en la seleccin de la bibliografa (aunque no
siempre de forma determinante) ha supuesto el ao de publicacin. De manera orientativa
podemos decir que la mayor parte de las referencias bibliogrficas y documentales
pertenecen a los diez ltimos aos, y dentro de stas son mayoritarias las referencias de los
ltimos cinco aos. Con ello pretendamos:
Dar constancia de que los aspectos relativos al medio ambiente han seguido generando gran inters en el campo intelectual y de la investigacin.
9 Pueden sealarse revistas como Annals of the Association of American Geographers, Progress in Human Geography, Geography, Geoforum o Transactions of the Institute of British Geographers, as como monografas y manuales en editoriales de gran impacto: Wiley-Blackwell, SAGE, Routledge o Springer, entre otras.
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Tomar informaciones y datos que nos permitieran evaluar las ltimas tendencias registradas en algunos fenmenos de ndole ambiental, social o territorial. En
particular, hemos consultado informes de organismos oficiales y de institutos de
investigacin de gran resonancia internacional10 para dotar a la argumentacin de
una informacin ms emprica y cuantitativa.
Manejar referencias bibliogrficas sobre aquellos procesos y fenmenos que se vinculan a dinmicas recientes como la globalizacin econmica, la posmodernidad,
la ciudad contempornea, la sostenibilidad o el paradigma ecolgico-ambiental.
10 Se pueden citar, entre otros, los informes del Programa de Naciones Unidades para el Medio Ambiente (PNUMA), del Banco Mundial, los informes del Millenium Ecosystem Assesment, los informes del programa Hbitat de Naciones Unidas, de la FAO, etc. Por lo general, hemos intentado buscar las informaciones que corresponderan a las ltimas series de informes publicadas.
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CAPTULO 1
GEOGRAFA Y MEDIO AMBIENTE
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CAPTULO 1
GEOGRAFA Y MEDIO AMBIENTE
1.1. INTRODUCCIN: EL MEDIO AMBIENTE COMO OBJETO DE ESTUDIO GEOGRFICO
El estudio de las mutuas relaciones entre ser humano y medio fsico constituye para
P. HAGGETT una de las principales lneas de investigacin en la Geografa moderna, junto
con el anlisis espacial y el anlisis regional11:
Anlisis espacial: se abordan los procesos de interaccin espacial y la variacin locacional de una propiedad o propiedades del espacio.
Anlisis ecolgico: se estudian e interpretan las interrelaciones entre variables humanas y variables ambientales.
Anlisis regional: se combinan los resultados de los anlisis espacial y ecolgico, sobre la identificacin de unidades regionales y se establecen flujos y relaciones entre
estas unidades regionales.
En esta direccin, E. ACKERMAN considera que el propsito bsico de la Geografa
es nada menos que la comprensin del enorme sistema que comprende toda la humanidad
y su medio ambiente natural sobre la superficie terrestre12. R. J. CHORLEY sita el estudio
de estas relaciones sobre la variable espacial: A mi juicio, la Geografa se ocupa y preocupa
de las manifestaciones espaciales tangibles del contacto e intercambio continuado que
mantienen el hombre y su medio ambiente habitable13. Para V. A. ANUCHIN la geografa
se ocupa del sistema material que existe formando la esfera geogrfica de la Tierra, como
medio ambiente para el desarrollo, real o potencial, de la sociedad humana, juntamente con
11 HAGGETT, P., 1988, "Geografa: una sntesis moderna", Omega, Barcelona, p. 636. 12 ACKERMAN, E., 1976, "Las fronteras de la investigacin geogrfica", Geo Crtica, Cuadernos crticos de Geografa Humana, n 3 (edicin digital) (http://www.ub.es/geocrit/sv-1.htm). 1313 CHORLEY, R. J., 1987, "Nuevas tendencias en Geografa", 2 reimpresin, ed. orig. castellano 1975, Instituto de Estudios de Administracin Local, Madrid.
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los aspectos materiales del desarrollo social que se expresan en sus complejos regionales
dentro del medio geogrfico14.
P. GEORGE va ms all y considera al medio ambiente un objeto de estudio
propio de la Geografa:
El problema del medio ambiente es fundamentalmente geogrfico hasta el punto de que
estaramos tentados de definir la geografa como la ciencia del medio ambiente humano
Acaso no estudia todo tipo de conexiones recprocas entre las agrupaciones humanas y su
mediante?15.
Esta afirmacin es en cierto modo continuista con la propuesta que ya hiciera
HARLAN H. BARROWS en un famoso ensayo de 1923 acerca de la Geografa como
Ecologa Humana:
Las implicaciones del trmino ecologa humana expresa de inmediato lo que a mi modo
de ver debe ser en el futuro el objetivo de la investigacin geogrfica. La geografa deber
tratar de poner de manifiesto las relaciones que existen entre los medios naturales y la
distribucin y actividades del hombre16.
Estas declaraciones de renombrados gegrafos sirven para mostrar de inicio que los
aspectos relativos al medio ambiente y a las relaciones entre ser humano y naturaleza no han
sido ajenos a los estudios geogrficos y, segn algunos de ellos, constituye la parte
fundamental de la epistemologa geogrfica. Ahora bien, convendra acudir, al menos de
forma muy genrica, a dos cuestiones por las cuales se define toda ciencia y que pueden
ayudar a precisar en el tipo de afinidad y relacin que tiene la Geografa con el medio
ambiente. Estas dos cuestiones seran:
El objeto de estudio.
La forma de abordar este objeto, es decir, el mtodo.
14 ANUCHIN, V. A., 1987, "Teora de la Geografa", en Chorley, R. J. (coord.), "Nuevas tendencias en Geografa", 2 reimpresin, ed. orig. castellano 1975, Instituto de Estudios de Administracin Local, Madrid, pp. 69-99. 15 Citado en BIELZA DE ORY, V., 1975, "Una visin geogrfica acerca de la degradacin del paisaje y sobre los problemas del medio ambiente", Cuadernos de Investigacin: Geografa e Historia, Tomo 1, Fasc. 2, p. 17. 16 Citado en una seleccin de textos traducidos al castellano en GMEZ MENDOZA, J. et al., 1988, "El pensamiento geogrfico", Alianza Editorial, Madrid, pp. 338-339 (Orig., BARROWS, H. H., 1923, "Geography as Human Ecology", Annals of the Association of American Geographers, n 13 (1), pp. 1-14). Si bien es cierto que H. BARROWS pretenda poner ms acento en la adaptacin del hombre al medio que en la influencia medioambiental, por el riesgo de caer en presupuestos deterministas.
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Respecto a la primera cuestin, este asunto no est, precisamente, del todo claro. As
pueden encontrarse afirmaciones de gegrafos como M. SANTOS, uno de los que ms ha
trabajado en la teora y epistemologa geogrficas, que consideran que la definicin del
objeto de estudio geogrfico se ha dejado en segundo plano17. Pese a ello, hay un consenso
mayoritario en sealar que la Geografa es una ciencia espacial o que toma en cuenta el
anlisis de los fenmenos desde el punto de vista de su manifestacin y relacin con el
espacio. Habra que precisar, en consecuencia, qu tipo de fenmenos. De un modo
tautolgico y quiz para evitar confusiones con otras ciencias que se han acercado
recientemente al espacio y a otras variantes de ste (regin, lugar, etc.), se suele hacer
mencin del espacio geogrfico como el verdadero centro de inters geogrfico. Una
cuestin que no ha evitado que tambin se hable simultneamente de territorio o de
espacio a secas para hacer referencia a los mismos hechos18. Se trata de un concepto con el
que facilitar el entendimiento de los procesos e interacciones en la interfase ser humano-
entorno. Es, como seala R. GUREVICH, la categora ms abstracta, resumen y expresin
de la relacin sociedad-naturaleza19. Por ello, no es algo que pueda extraerse como tal de la
realidad: representa una categora terica que no se confunde ni identifica con un objeto
externo a la propia geografa, existente al margen de ella20.
La caracterstica fundamental del espacio geogrfico es su naturaleza hbrida21. Por
un lado, esta cualidad hbrida le viene dada por no prestarse a conceptos y categoras puras,
pues interrelaciona lo natural con lo cultural, con lo cual el dualismo entre estos dos polos
de la realidad se difumina y se hace ms confuso. Toda aproximacin epistemolgica a la
relacin entre ser humano y naturaleza partira, en principio, de constatar que son
indisolubles ontolgicamente hablando. Como afirma M. SANTOS:
En el mundo de hoy es a menudo imposible para el hombre comn distinguir, claramente,
entre las obras de la naturaleza y las obras de los hombres e indicar dnde termina lo
puramente tcnico y dnde comienza lo puramente social22.
17 SANTOS, M., 1990, "Por una geografa nueva", Espasa Calpe, Madrid, p. 130. 18 Dado que la literatura sobre la teora y la epistemologa geogrfica es amplsima, vase, en su lugar, un interesante ensayo, en el que se pretende una definicin de espacio geogrfico: MIRALBES BEDERA, R. y HIGUERAS ARNAL, A., 1993, "Reflexiones sobre el espacio geogrfico", Geographicalia, n 30, 283-294. 19 GUREVICH, R., 2005, Sociedades y territorios en tiempos contemporneos. Una introduccin a la enseanza de la geografa, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, p. 47. 20 ORTEGA VALCRCEL, J., 2000, "Los horizontes de la Geografa. Teora de la Geografa", Ed. Ariel, Barcelona., p. 505. 21 SANTOS, M., 2000, La naturaleza del espacio. Tcnica y tiempo. Razn y emocin, Ariel, Barcelona, p. 84. 22 Ibd., p. 85.
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El espacio geogrfico vendra formado as por la concurrencia de elementos de
diversa naturaleza y magnitud, tanto fsicos como humanos23. stos no se presentan de
manera catica, pues se trata de un espacio organizado. Es decir, tras su parte fsico-
material objetual existe otra intangible ideas, intenciones, valores, acciones, prcticas
que subyace en la construccin de los objetos fsicos que constituyen el espacio geogrfico.
La construccin material y fsica del espacio geogrfico depende pues de una serie de
intenciones, ideas o racionalidades que lo dirigen y que se encuentran ntimamente
relacionadas.
Es necesario trascender las habituales formas de pensar y de razonar sobre la
realidad, para ver estas intenciones como algo no exclusivo de las actitudes y
comportamientos humanos. La Biosfera, se mueve por principios y lgicas sistmicas,
holsticas, no-lineales, que combinan el orden con el caos, el equilibrio con el desequilibrio,
la simplicidad con la complejidad, cualidades que, evidentemente, han sido observadas y
definidas por la propia racionalidad humana. Su funcionamiento viene a reproducir una
racionalidad ecolgica que ordena y explica la distribucin, jerarqua y composicin de
los sistemas fsico-ecolgicos.
Por lo que respecta a los hechos humanos, las intenciones que subyacen en las
actitudes y pautas de construccin del medio humano, son muy heterogneas y responden a
distintas racionalidades o modos de representacin de la realidad. stas se han dirigido a
adecuar y transformar el medio fsico en un medio antropizado, con el fin de dar respuestas
a requerimientos e intereses propios de una comunidad o sociedad determinada. Como
afirma M. SANTOS:
La historia de las denominadas relaciones entre sociedad y naturaleza ha sido, en todos los
lugares habitados, la de la sustitucin de un medio natural, dado a una determinada
sociedad, por un medio cada vez ms artificial, es decir, sucesivamente instrumentalizado
por esa misma sociedad24.
En principio, la afiliacin del objeto de estudio geogrfico con el medio ambiente
parte de considerar las influencias y relaciones que se producen entre los sistemas humanos
y los sistemas naturales. Si bien, el inters de la Geografa va a dirigido a comprender la
intervencin del ser humano sobre el medio ecolgico y viceversa, y no ste de manera
aislada. Es su naturaleza hbrida lo que hace del concepto de espacio geogrfico una
herramienta fundamental para entender los fenmenos y conflictos de tipo ambiental, pues
23 MIRALBES BEDERA, R. y HIGUERAS ARNAL, A., 1993, op. cit., p. 285. 24 SANTOS, M., 2000, op. cit., p. 197.
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considera el medio ambiente como algo no exclusivamente reducido a su dimensin fsico-
ecolgica. Los modos de interrelacin con el espacio, cada vez ms intermediado por una
racionalidad instrumental y por medios tcnicos, reproducen en esencia los modos de
interrelacin con la naturaleza, pues en cierto modo, como afirma G. BERTRAND, La
naturaleza en geografa es ante todo espacio, un espacio cada vez menos natural y ms
antropizado25.
La segunda cuestin alude al mtodo, es decir, cmo abordar el estudio del espacio
geogrfico. La dificultad, en este caso, procede de la gran diversidad de enfoques y
metodologas que han aparecido a lo largo de la evolucin del pensamiento geogrfico, a lo
que se volver en los siguientes apartados. Como consecuencia, el espacio ha sido definido
en base a mltiples dimensiones26. De igual modo, esta heterogeneidad se observa a la hora
de concretar y especificar la idea de espacio geogrfico o una cualidad de ste y, en este
sentido, se han definido diferentes variantes como la regin, el lugar, el territorio, el paisaje
o inclusive el geosistema.
No obstante, si extraemos un proyecto originario y comn en la Geografa ese sera
su propsito holstico27. ste reside en ofrecer, mediante diversos estudios y enfoques
metodolgicos, un marco de reflexin global sobre el uso humano de la Tierra28.
1.2. EL BINOMIO SER HUMANO-NATURALEZA MARCA EL ORIGEN Y DESARROLLO DE LA GEOGRAFA MODERNA
El inters por comprender el complejo sistema ser humano-medio ha acompaado a
la Geografa desde sus inicios como ciencia moderna29 e incluso se plantea mucho antes de
25 BERTRAND, C. y BERTRAND, G., 2006, "Geografa del Medio Ambiente. El sistema GTP: Geosistema, territorio y paisaje", Universidad de Granada, Granada, p. 129. 26 En PILLET CAPDEPN, F., 2004, "La Geografa y las distintas acepciones de espacio geogrfico", Investigaciones Geogrficas, n 34, pp. 141-154, se hace referencia al menos a cuatro denominaciones distintas: espacio abstracto, espacio social, espacio subjetivo y espacio local globalizado. 27 Para gegrafos como P. TAYLOR, M. WATTS Y R. JOHNSTON el espritu holstico proporciona la nica razn legtima de existencia de la Geografa (Citado en SIMMONS, I. G., 1998, To civility and to mans use: History, Culture and Nature, The Geographical Review, n 88 (1), p. 115). 28 Cuestin que habra que esbozarla desde dos posibles aportaciones: a) en su acercamiento sistematizado y formalizado del medio geogrfico; y b) en ofrecer una saber de la diversidad ecolgica y cultural que ha de estar en la base de todo uso del medio ms razonable, saludable, afectivo y estticamente ms atrayente. O lo que es lo mismo: una concepcin cientfica y objetiva de medio (no slo en su dimensin cuantificable, tambin en sus cualidades) y otra concepcin impregnada de significados y valores sobre cmo los distintos grupos humanos e individuos han entendido y entienden su medio (de tipo subjetivo, experimental y cultural). De este modo, se tratara de aadir un enfoque cuya ausencia facilit la ruptura y fragmentacin de los vnculos entre ser humano y entorno durante el proyecto cientfico de la modernidad. Estas ideas se desarrollarn en el cap. 8.
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que ste surgiera en la Ecologa moderna30. HUMBOLDT, considerado el padre-fundador de
la Geografa moderna, dotar de criterios refinados y sistemticos el estudio de las relaciones
hombre-naturaleza durante la primera mitad del siglo XIX y desde entonces quedar sujeto
a los distintos paradigmas y escuelas de pensamiento que irn surgiendo en la disciplina
geogrfica31. Las explicaciones y las metodologas vendrn condicionadas por la importancia
que se le concede a cada uno de los elementos del binomio ser humano-medio. Esta
importancia va a depender del sentido que tiene, para la vida social y para la explicacin de
los hechos humanos sobre la superficie terrestre, la idea de naturaleza en el mismo
pensamiento geogrfico. La Geografa constituye, as, un barmetro de los distintos
sentidos de naturaleza que aparecen en el pensamiento, en la ciencia y en las obras
culturales de Occidente. Incluso, como pone de manifiesto el gegrafo C. J. GLACKEN en su
obra ms conocida, Huellas en la playa de Rodas32, antes del siglo XIX ya podan
encontrarse tres modos de concebir las relaciones ser humano-naturaleza en el pensamiento
y la filosofa occidentales:
La naturaleza con un designio, hecha con un propsito y poseedora de una armona que afecta a todos sus seres y componentes.
La naturaleza como una entidad que domina sobre las prcticas humanas.
La naturaleza dominada por el ser humano y amoldada en funcin de su potencial tcnico y exigencias materiales.
Estas distintas versiones de la idea de naturaleza no actan de modo excluyente33 y
dan lugar a diferentes interpretaciones que se corresponden con sendas actitudes y
comportamientos hacia el medio natural. Cabe sealar que estas perspectivas toman como
centro de referencia al elemento humano34, ya sea como parte constitutiva de un orden y
sentido de la naturaleza, como servidumbre a los aspectos fsico-materiales o como agente
que altera la naturaleza primigenia. En su conjunto estas tres formas de entender la relacin
29 HERNNDEZ DEL GUILA, R., 1997, op. cit., pp. 222-223. 30 RODRGUEZ MARTNEZ, F., 1980, "Ecologa y Geografa", Paralelo 37, n 4, p. 105. 31 CUDRIS GUZMN, L. E. y RUCINQUE, H. F., 2003, "La interaccin hombre-naturaleza: Vigencia de una de las temticas ms entraables de la tradicin geogrfica", GeoTrpico, n 1 (1), pp. 69. (http://www.geotropico.org/1_1_Cudris.html.) 32 GLACKEN, C., 1996, "Huellas en la playa de Rodas. Naturaleza y cultura en el pensamiento occidental desde la Antigedad hasta finales del siglo XVIII", CAPEL, H. (prol.); GARCA BORRN, J. C. (trad.), Ediciones del Serbal, 1996, pp. 27-28. 33 Ibd., pp. 27-28. 34 RIBAS RABASSA, P., 2003,"L'homme et la terre. Las relaciones hombre-medio en el pensamiento de Elise Reclus (1830-1905)", Revista Histria Moderna i Contempornia, n 1, Universidad Autnoma de Barcelona. (http://seneca.uab.es/hmic)
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ser humano-entorno constituyen lo que para D. ARNOLD supone el paradigma
ambientalista que, en sus palabras, nos brinda un modelo distintivo para entender y
explicar el pasado humano35.
La lnea ambientalista pierde presencia a mediados del siglo XX por la emergencia y
el mayor protagonismo del anlisis espacial y corolgico, si bien no queda del todo
ocultado, pues muchos gegrafos, a raz de la emergencia de la preocupacin ecolgica,
seguirn trabajando en aspectos relacionados con la utilizacin y sobreexplotacin de los
recursos, los problemas de contaminacin o los daos asociados a los procesos de desarrollo
en distintos mbitos.
En los comienzos de la Geografa como disciplina cientfica (principios del siglo
XIX) hay un inters por definir una explicacin sistemtica y coherente del mundo y de las
razones que subyacen a las interacciones hombre-naturaleza. El enfoque holstico, el inters
por la relacin entre la totalidad y sus distintas partes y la utilizacin de la analoga, eran los
rasgos caractersticos de esta primera Geografa, que en cierto modo transgrede las pautas
del mtodo cientfico cartesiano: analtico, seccionador y parcelario36. El mundo es visto,
segn el mtodo analgico, como un sistema de correspondencias universales37, el cual
permitir descubrir las semejanzas y los contrastes, las regularidades e irregularidades, las
simbiosis y los conflictos, los equilibrios y desequilibrios que otorgan diversidad y
complejidad al espacio terrestre. En ello influy, de manera notable, el aire de inspiracin
romntica en el que se encuadra la tradicin geogrfica, construida sobre una relacin
estrecha y recproca entre objeto conocido y sujeto que conoce, en una insercin sentida y
vivida del cientfico en el objeto de estudio. No en vano, como indica N. ORTEGA
CANTERO, el hombre el sujeto no es ajeno a ese sistema de correspondencias universales.
El hombre participa de ellas, y es por lo que la analoga es el espejo que permite reflejar su
propia conciencia individual38.
Estas actitudes y cualidades intelectuales se encarnan en la figura de ALEXANDER
VON HUMBOLDT (1769-1859). Los fundamentos de esta Geografa se construyen a partir
de la obtencin de un conocimiento holstico y global del mundo y sobre un mtodo de
estudio que es, a la vez de racional y emprico, afectivo, sin perder rigor y sistematizacin en
el anlisis. De todas estas actitudes y enfoques nacan brillantes explicaciones ordenadas,
sintticas e integradoras, como la obra cumbre de HUMBOLDT, Cosmos (1845), en el que
35 ARNOLD, D., 2000, "La naturaleza como problema histrico. El medio, la cultura y la expansin de Europa", Fondo de Cultura Econmica, Mxico 36 ORTEGA CANTERO, N., 1987, "Geografa y cultura", Alianza Editorial, Madrid, p. 31. 37 Ibd., p. 32. 38 Ibd., p. 32.
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se aborda, en palabras de su autor, el conocimiento de la conexin que existe entre las
fuerzas de la naturaleza y el sentimiento ntimo de su mutua dependencia39. Este carcter
ambicioso e integrador que refleja dicha obra, pretendiendo la reunin de cuanto llena el
espacio, desde las ms lejanas nebulosas hasta los ligeros tejidos de materia vegetal,
repartidos segn los climas, que tapizan y coloran diversamente las rocas 40 , sera
probablemente considerada, a da de hoy, como de extempornea, por no ajustarse al modo
convencional o dominante actualmente de investigacin cientfica41.
La figura de HUMBOLDT va ms all del inters geogrfico, pues es considerado el
ltimo hombre enciclopdico de la cultura universal42 influyendo en el desarrollo de las
distintas disciplinas cientficas43. La Geografa humboldtiana se aproxima a la idea de la
naturaleza como un todo armnico, del cual el ser humano es parte integrante y
participante de l.
Si el inters de HUMBOLDT se centr prioritariamente en el conocimiento natural
(geografa fsica), sin desdear importantes referencias a los rasgos humanos del medio
geogrfico, C. RITTER (1779-1859) continuar con esta lnea integradora y holstica pero lo
hace acentuando ms los hechos sociales, mediante un enfoque ms antropocntrico44.
RITTER intentar hallar leyes universales y regularidades en las relaciones entre los
fenmenos naturales y las actividades histricas, pero se encontrar con el serio obstculo de
que el conocimiento de los fenmenos humanos no se ajustaba al modelo conceptual y
metodolgico empleado en las ciencias fsicas y naturales45. Comienza, de esta manera, a
plantearse la dicotoma entre conocimientos fsico-naturales y conocimientos socio-
39 Citado en CAPEL, H., 1981, "Filosofa y Ciencia en la Geografa contempornea. Una introduccin a la Geografa", Barcanova, Barcelona, p. 27. 40 Ibd., p. 27. 41 Para muchos gegrafos, los trabajos de HUMBOLDT y RITTER eran considerados precientficos, de ah que se excluya, en ocasiones, de la Geografa como proyecto cientfico moderno (ORTEGA VALCRCEL, J., 2000, "Los horizontes de la Geografa. Teora de la Geografa", Ed. Ariel, Barcelona). Segn D. R. STODDART (1987, op. cit., p. 328) HUMBOLDT no era un gegrafo profesional en el sentido actual, porque para l (al igual que otras figuras como HAKLUYT o VARENIO) la Geografa exista en gran parte como un cuerpo de conocimiento ms que como una actividad profesional. 42 Para S. J. GOULD (2007,"Acabo de llegar. El final de un principio en historia natural", Crtica, Barcelona, p. 148) la visin integradora que HUMBOLDT daba a sus ensayos y estudios, a medio camino entre ciencia y arte, puede ser incluso ms importante en la actualidad que en su poca. 43 La figura de HUMBOLDT representa el perfil de gegrafo que, en cierto modo, es digno de ser recuperado en los tiempos actuales, como as lo entienden H. F. RUCINQUE y J. DURANGO-VERTEL (2003, "A propsito de un bicentenario: el legado de Humboldt", GeoTrpico, n 1 (2), p. 106): Pareciera necesitarse un alto en el camino, para que un avant-garde de los paradigmas de una geografa renovada y equilibrada permita la repeticin de hazaas productivas, con alto componente emprico, aplicado y globalista, como aquella con la que quiso regocijarse el espritu a la vez universalista y aterrizado del autor del Cosmos. 44 GARCA BALLESTEROS, A., 2000, "La cuestin ambiental en la geografa del siglo XX", Anales de Geografa de la Universidad Complutense, n 20, p. 105. 45 GMEZ MENDOZA, J. et al., 1988,"El pensamiento geogrfico", Alianza Editorial, Madrid.
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culturales, que marcar las distintas etapas de la evolucin del pensamiento geogrfico y que
an prevalece en la Geografa contempornea.
Son varios los autores que, sin embargo, coinciden en sealar estos estudios como
un hecho aislado respecto a lo que posteriormente dirigir el desarrollo de la Geografa
moderna. Para H. CAPEL, la relacin entre el proyecto de investigacin cientfica de
HUMBOLDT y lo que se entenda por geografa en el siglo XVIII no est muy clara46. Para J.
ORTEGA VALCRCEL, las propuestas de Humboldt y Ritter no cristalizan como tales son
fenmenos aislados, y se vinculan ms al final de una tradicin cultural que a la fundacin
de la geografa moderna47. Digamos que la imagen dominante de geografa por aquel
entonces (una imagen que no ha terminado de desaparecer) era la de una concepcin
descriptiva y cartogrfica, reducida a menudo a la simple localizacin en el espacio de
elementos y fenmenos de ndole natural o humana48. A este hecho hay que aadir que
HUMBOLDT concedi una mnima atencin a la justificacin de la lnea ambiental y que
resalta tanto o ms este enfoque como el corolgico-espacial49.
Pese a ello, no se puede desdear que los trabajos de HUMBOLDT y RITTER
impregnan y marcan el inicio de la Geografa moderna como un conocimiento generalista e
integrador, valores que han acompaado regularmente a los estudios geogrficos elaborados
hasta la fecha.
El intento de definir un modelo explicativo, coherente con el mtodo cientfico-
positivista y que integrara, en un mismo corpus conceptual y metodolgico, los fenmenos
fsico-naturales y los hechos sociales, llevarn a la sistematizacin de sus relaciones bajo
preceptos deterministas (segunda mitad del siglo XIX). Este perodo del pensamiento
geogrfico estar caracterizado por una versin de la naturaleza en la que sta aparece como
una fuerza dominadora que marca los lmites al desarrollo de las sociedades, estando stas
sujetas a sus designios50. La teora de la evolucin sirvi como marco interpretativo para las
tesis deterministas y tambin con fines ideolgicos muy particulares.