¡taf! revista digital de cultura nº 4

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NÚM. 4/2011 Colectivo Literario Tirarse al Folio ¡ ¡ ! !

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Revista cultural: literatura, arte, poesía, cuentos, relatos, entrevistas, reportajes, pintura, resseñas literarias, críticas, exposiciones, libros, presentaciones.

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NÚM. 4/2011Colectivo Literario Tirarse al Folio

¡¡ !!

EDITORIAL¡TAF! Revista Digital de Cultura.Núm. 4/2011

Colectivo Literario Tirarse al Folio: Alejandro de Diego, Begoña de Antonio, Carmen Arranz, Celia Muñoz, Cruz Cartas, Federico Fayerman, Graziela E. Ugarte, Iñaki Ferreras, Lui Antonioli, Pilar Ugarte y Theófilo Acedo.

http://[email protected]

La cultura y el verano, de la mano

Con la llegada del estío, un nuevo número de la revista on-line "'¡TAF!" llega a nuestros hogares. como siempre, los que participamos en ella nos sen-timos orgullosos de haceros llegar lo mejor de nues-tros últimos relatos, poemas, cuentos, reportajes y reseñas culturales, sin ánimo de alardear de nada; simplemente, porque nos gusta la literatura y la cultura en toda su extensión y porque sabemos que a vosotros, también. Por eso, cada cierto tiempo, pretendemos aportar nuestro granito de arena y más ahora, que en verano parece que todo se parali-za. ¡Pero no! La cultura está, en esta época del año, más presente que nunca, a través de los numerosos festivales y eventos que se celebran por toda la geo-grafía nacional, léase, por citar algunos ejemplos: Festival de Jazz, de Vitoria, Quincena Musical, de San Sebastián, Festival de Peralada, Festival de Teatro Clásico de Almagro, Festival de Teatro Gre-corromano de Mérida, Veranos de la Villa, de Madrid, un sinfín de interesantes acontecimientos culturales que vienen a enriquecernos en una época en la que el descanso y la mente despejada se pres-tan a absorber más que nunca el placer del saber. De modo que, desde esta ya asentada revista, os animamos a que vuestro verano no sea una conti-nua siesta, sino un periodo de enriquecimiento, en todas sus vertientes culturales.¡Buen verano y buena cultura!

p1 Editorial y sumario.

p2 GALERÍA DE RELATOS:

- Los niños no fuman. F.J. Fayerman- El legado. Graziela E. Ugarte- Música omnia est. Theo Acedo.- Los amantes del balneario. Iñaki Ferreras.

p12 DI-VERSO:

- Chispanzos. Celia Muñoz de Unzúe.- Poema. Cruz Cartas.

p15 VENTANA ABIERTA:

- Entrevista de Iñaki Ferreras a Juan Carlos Rubio.- Presentación de “Perversiones”- Comentario a “La importante del número”- Presentación “Madrid entre líneas”- “Árboles más destacados...” de Theofilo Acedo- “Al otro la do del espejo”- Cuaderno literario nº 14: En clave de TAF- Una mirada al exótico universo de Yayoi Yosima

p28 TE LO CUENTO:

- Un país muy especial. Lui Antonioli.- El árbol de pensar. Pilar Ugarte.- Rodolfo el caracol. Alejandro de Diego.

p36 UN PASEO POR…:

- Tebeo - Comic - Bande Dessinné por Eric Marian- Paseando pos Soria. Carmen Arranz.- Montecarlo la evocación del glamour. I. Ferreras- Real Jardín Botánico de Madrid. Graziela Ugarte- Mi música de los setenta por Freddy Mayer- Colores y texturas de los cuadros de Paz Sotomayor.

SUMARIO

Portada: “Batida” acrí-lico y sílice sobre lienzo de Paz Sotomayor

1

Los niños no fuman. F.J. Fayerman.

El legrado. Graziela E.Ugarte.

Música Omnia Est. Theo Acedo

Amores de Balneario. Iñaki Ferreras

GALERÍA DE RELATOS:

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LOS NIÑOS NO FUMAN

F.J.Fayerman

La tarde invitaba a pasear, así que, cuando salí del despacho bajé a la calle y comencé a andar hacia mi casa. La frescura del parque recién regado y la risa de los niños que jugaban cerca, me hicieron pensar en por qué no iba andando más a menudo en lugar de ir siempre en coche.

Mis problemas habían comenzado esta misma mañana. El coche no arrancó a pesar de que la batería era nueva y tuve que ir al trabajo en autobús, lo que provocó que llegara media hora tarde. Después, la bronca con el Jefe de Personal (¡maricón de mierda!) y la pérdida del mejor cliente por no entregarle a tiempo un presupuesto, completó un día horrible. Pero por fin llegaron las seis y media.Después de atravesar el parque, crucé la Avenida sin utilizar el paso de peatones. Un hombre vestido completamente de negro hacía lo mismo en dirección contraria y chocamos en mitad de la calzada. Ni él ni yo pedimos disculpas, ya que ninguno de los dos desviamos la trayectoria para evitar el encontronazo. Nos miramos con desprecio pero seguimos cada uno nuestro camino. Al fondo los coches esperaban la luz verde.Entonces pensé en Claudia: (Apenas había pasado un mes desde que me abandonara por Rocío, ¡la lesbiana roba esposas!) También pensé en la soledad del dormitorio y en la nevera vacía que me esperaba en casa.Al llegar frente al portal me fijé en tres chavales que hablaban sentados en el bordillo de la acera; uno debía de tener doce años más o menos y los otros dos no pasarían de los catorce. Iban mal vestidos y tenían el pelo sucio y alborotado; pero lo que más me llamó la atención, fue ver que fumaban sin ningún reparo ante las miradas desaprobatorias de los que transitaban a su lado. Al pasar cerca de ellos noté el característico olor de la marihuana. Uno de los chicos se levantó y se dirigió a mí: – ¿Me das fuego?Lo miré de arriba abajo y muy serio le pegunté:– ¿No te parece que eres demasiado joven para fumar esa porquería? Seguí con mi regañina:– ¿No tienes otra cosa mejor que hacer, que estar golfeando en la calle?Sonrió y llamó a sus dos amigos que se acercaron. Se quedaron quietos y silenciosos a mi lado.– ¿Ahora qué queréis –les pregunté.–Entrar; yo vivo aquí –contestó el que tenía aspecto de ser el mayor.Saqué las llaves y abrí la cancela. Los tres entraron detrás de mí y me acompañaron hasta el ascensor. Subimos hasta el quinto piso y allí esperaron a que abriera la puerta de mi apartamen-to. Cuando intentaron entrar les impedí el paso y forcejeando con ellos conseguí cerrarla y dejar-los en el descansillo. Uno de ellos me lanzó una patada en el último momento que me dejó el tobi-llo dolorido. Coloqué las llaves sobre el mueble del recibidor y me dirigí al cuarto de baño tratan-do de calmarme. Estaba lavándome la cara cuando sonó el timbre por primera vez. Con la toalla en las manos me acerqué a la puerta y observé por la mirilla. Afuera los tres chicos me hacían señas amenazantes.

3

– ¡Abre la puerta si tienes cojones! – ¡Sal aquí cabrón de mierda, que te vas a enterar, hijo de puta! Cerré la mirilla y volví al cuarto de baño. Los nervios me dominaban y no sabía muy bien qué hacer. Fui al dormitorio y comencé a desnudarme. Al momento sonó otra vez el timbre, esta vez de forma insistente acompañado de golpes en la puerta e insultos de todo tipo. Sentado en la cama, mientras escuchaba el sonido impertinente del timbre intenté recapacitar. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue llamar a mi vecino de planta, pero recordé que estaba de viaje. Después pensé en llamar a la policía pero me pareció una idea absurda. ¿Qué iba a decirles; que tres niños querían pegarme?–Son tres chavales. Yo soy un adulto ¿y estoy acojonado? –Me dije.Me até el batín y abrí decididamente la puerta. Los tres chicos estaban sentados en el suelo del descansi-llo y se abalanzaron sobre ella. Antes de que pudiera cerrarla uno de ellos introdujo el pie impidiéndo-melo. Otro metió la mano y me agarró la bata tirando con fuerza, haciéndome vacilar y aflojar la presión de mis manos. Entonces tuve miedo de nuevo y eché a correr por el pasillo, con la mala fortuna de que el teléfono se me cayó del bolsillo. Sin tiempo de recogerlo me refugié en el dormitorio atrancando la puerta con una silla que coloqué bajo el pomo. Oí como recorrían la vivienda riendo a carcajadas, volcando muebles, rompiendo cristales y lanzando contra las paredes las latas de pintura que había comprado para pintar el salón durante el fin de semana. Después escuché el ruido de la puerta de la calle al cerrarse y toda la casa quedó en silencio. Pero estaba seguro de que era un truco. Levanté la cama, aflojé una de las patas metálicas y la esgrimí como arma defensiva.Pasé los siguientes quince minutos frente a la puerta, con la pata de la cama en la mano y tratando de descubrir el más pequeño ruido en el pasillo. Después me senté en el borde del colchón, con la mirada fija en el tirador. Por fin me pareció oír pasos que se acercaban al dormitorio.Casi al momento la puerta de la habitación se abrió violentamente y la silla saltó hecha pedazos. Los tres chicos iban medio desnudos, llevaban el cuerpo y la cara pintados como indios en pie de guerra, y no paraban de gritar. Me atacaron a la vez y yo me defendí con la pata de la cama. Al primero lo golpee en la cabeza con todas mis fuerzas, al segundo en la cara y después en la cabeza también y cuando el tercero, el más pequeño de los tres intentó huir por el pasillo le perseguí y le golpeé con tanta fuerza en el cráneo que la barra de hierro se dobló. Los tres quedaron inmóviles sobre el parqué rodeados de un charco de sangre.– ¡Señor, señor! ¿Qué le ocurre; se encuentra bien? Miré desconcertado al muchacho e inmediatamente saqué de mi bolsillo el encendedor. Lo encendí y se lo ofrecí.El chico puso un gesto de no entender nada y me contestó:–Por favor señor, ¿Podría decirme la hora?La noche estaba cayendo sobre la ciudad y en lugar de subir a casa seguí caminando por la acera y me acerqué al Diamante. María recogía los vasos de una mesa de la terraza y al verme me regaló una sonrisa. Me senté y pedí una botella de agua mineral. Extraje un cigarro de la cajetilla, pero me temblaba tanto en pulso que no fui capaz de encenderlo. En la mesa de al lado, el hombre vestido de negro me observaba mientras daba buena cuenta de una cerveza.– ¿Hace una jarrita?– ¡Me cago en mi puta vida! Me levanté, tomé asiento a su lado y rompí a llorar.

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EL LEGADO

- Hola Luci, ¿Te has enterado de lo de don Manuel?- No, ¿Qué ha pasado?- Pobrecillo. Esta mañana le han encontrado muerto

en su cama. Al parecer debió sufrir un ataque cardíaco.- ¡Vaya!. Cuánto lo siento. Por eso ha debido venir su

hija, “la marquesa”, la he visto hablando con la direc-tora cuando he llegado, sin embargo... la verdad, no me ha parecido afligida. Fíjate que he pensado que habría venido a quejarse de algo, como siempre.

- ¿Afligida? Esa bruja no sabe ni lo que significa la palabra. - Pues es una lástima. Era un hombre tan bueno... Ayer mismo estuve con él, hablando un rato sobre

el último libro que me prestó, y parecía estar bien, jovial y atento, como siempre.- Sí, yo también le saludé antes de irme a casa. Era tan educado y tan amable... A mí me ha dado

mucha pena al enterarme. Anda que ya podía haber sido alguno de los bordes y los inaguantables, con todos lo que tenemos.

- Hija, Raquel, no hables así. Y ¿cómo ha sido?- Pues lo mismo de siempre, supongo. Ya sabes como son esas cosas. Te advierto que para mí lo ideal.

Te acuestas, te duerme y no vuelves a despertar. Yo firmaba ahora mismo.- Sí, yo también. Sin agonías, sin dolores, sin ir apagándote poco a poco...- Bueno, dejémonos de cháchara y date prisa, que yo ya estoy. Tenemos que hacer primero su habita-

ción y cuando la hayamos terminado llamar a la Jefa, que no se qué querrá decirnos.- Vaya, esto sí es una novedad. No me gustan estas sorpresas tan de mañana –argumentó Luci.

- He convocado esta reunión –dijo la directora– porque como ya sabréis todos, ésta madrugada ha fallecido don Manuel Briones y Gómez de Avellaneda. Llevaba con nosotros cinco años y hace unos días me entregó una carta, que sólo debía abrir a su muerte, para cumplir su última voluntad. Vosotros cuatro estáis aquí por deseo expreso del finado y ahora procedo a su lectura en vuestra presencia. Como él quería.

Cuando lean esta carta yo ya no estaré aquí y por eso quiero agradecerles sus cuidados y atenciones durante todo este tiempo. Esto es algo así como un testamento sentimental, ya que el otro estará en poder de mis hijos en estos momentos, si es que queda algo aún que no se hayan repartido.

Ustedes han sido lo más parecido a una familia que he tenido en los últimos años de vida. Sé que me aprecian, y me he sentido querido por los aquí reunidos, sin que esto nada tenga que ver con los sustanciosos recibos que mensualmente he abonado a esta residencia.

Estoy seguro de que mi hija, siempre tan eficaz, se habrá encargado de todo el papeleo y habrá dicho que no quiere llevarse ninguno de mis efectos personales; pensará que huelen a viejo, como yo. La pobre es tan fina y tan sensible para los olores, que probablemente ese sería uno de los motivos por los que espaciaba tanto sus visitas. ¡Lo pasaba tan mal al verme aquí! Y no voy a intentar engañarles, ya la conocían, es muy poco sentimental, por decirlo de algún modo. Ustedes ya me entienden.

Quiero que mi ropa la repartan entre mis compañeros y que todos los que fueron aquí mis amigos, con los que compartía las tertulias y los juegos, tenga algún recuerdo mío. No será difícil pues hay en

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mi armario suficientes bufandas de lana y de seda, pañuelos, corbatas, etc. de buena calidad y que sé eran muy envidiados. Pueden adjudicarlos como mejor les parezca, confío en el criterio de la buena de Luci, a la que me consta se le da muy bien lo de repartir, pero el batín italiano color burdeos dénse-lo a Marcelo que siempre decía que era el colmo de la elegancia, una bata de marqués.

La pluma de oro será para Ramón, el fisioterapeuta, que tantas horas me dedicaba para intentar mantenerme en forma. ¡Menuda forma tenía yo ya...!

La caja del tabaco quiero que la tenga doña Mercedes, aunque sé que no fuma y se sorprenderá al recibirla, el contenido de la misma de alguna manera le pertenece, como le ha pertenecido mi corazón desde que llegó aquí, aunque nunca me atreviera a decírselo abiertamente. Además, guardo dentro mi colonia preferida, esa que tanto le gustaba y le ayudará a recordarme.

Luci que se lleve mis libros, desde que nos conocemos se ha convertido en una lectora entusiasta y seguro que el regalo la complace, aunque seguramente ya habrá leído la mayoría de ellos.

Y para Raquel, mi Raquel, la más dispuesta a escuchar, deseosa de aprender, le dejo la Nintendo y todos sus juegos. Estoy seguro que le sacarán buen provecho, porque con el tiempo y un poco de paciencia podrá resol-ver los Sudokus, esos pasatiempos que le resultaban tan enigmáticos y complicados y que con mi ayuda ya se va animando a hacer.

La minicadena y toda mi música, son para Dori, la enfermera más delicada y dulce que jamás conocí. Ella sí que tiene ritmo. Parece que baila cuando va por los pasi-llos.

Por último y con mi gratitud por haber cumplido mis postreros deseos, mi lupa de plata es para Teresa, la directora que está en todo y que ha sabido soportar con una paciencia infinita las numero-sas quejas de mi hija, casi siempre infundadas. Me he dado cuenta de que no ve bien de cerca, tiene que guiñar sus preciosos ojos y arrugar la frente para enfocar. Esto le ayuda y le permitirá seguir siendo tan coqueta.

Reitero mi más sincero agradecimiento y espero que me recuerden sentado en la butaca, escuchan-do ópera y resolviendo sudokus.

Manuel Briones y Gómez de Abellaneda

- Y esto es todo – dijo la directora mientras doblaba el papel y volvía a introducirlo en su sobre, bajando la cabeza para evitar que vieran sus ojos húmedos.

Raquel, sin embargo, lloraba abiertamente. Contaba que aquél hombre debía tener alma de profesor, pues le había explicado las cosas muy bien y no la consideraba tan bruta como ella siempre se había creído. Lo de los sudokus fue como un reto personal y ya conseguía resolver algunos complicados, dijo orgullosa sacando un pañuelo para enjugarse las lagrimas, mientras Luci trataba de animarla y los demás salían del despacho tristes, pero sonrientes.

Graziela E. Ugarte

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MÚSICA OMNIA EST

La luna naciente jugaba a esconderse entre los nubarrones. Al empujar la destartalada puerta del Camposanto, cedió emitiendo un grrrrrrr que quebró la quietud de la noche. Pero no desisto. Empujo de nuevo sin importarme el gruñir de las viejas tablas. Al fin penetro en el recinto de la capilla adosada a los muros de aquel Campo Santo. En la penumbra que proporcionaba la lamparilla que ardía en el Sagrario, busco el armonio. A tientas logro hacerme la idea de su cuerpo. Ya acomodado en el banquillo, elijo al azar, registros metiendo y sacando los botones de la máquina sonora. Acciono los pedales para que el fuelles proporcionen el aire necesario y éstos gimen con estrépito. El fuelle asmea. No obstante, las pérdidas de este fluido no impiden que se convierta en sonido. Así sucede al deslizar los dedos por el teclado en una escala de Do Mayor. Algunas lengüetas fallan, pero el acorde vertical suena. Ahora cambio al tono de La Menor. Pierdo el ritmo de los pedales, y el aire sale como a empujones, entrecortado, ahogado. Recupero el brío inicial y el sonido se regulariza. Suena casi perfecto. Doy rienda suelta a la imaginación. Abando-no las escalas tradicionales para perderme en las regiones de la disonancia. Al poco, exhausto y derrotado por el mal gusto, vuelvo a los senderos de lo convencional de la mano de Lorenzo Perosi con su Oh Salutaris Hostia… En ámbito sacro parece agradecerlo y hasta la luna ha entrado por el ventanal, derramando un haz cárdeno sobre el estrado en el que está el instrumento. El cono de luz plateada me baña. Es tal el resplandor que observo cómo las corcheas y las negras - uniendo sus plicas - bailan, mientras que dos blancas, separadas de las redondas flirtean con las descarriadas fusas que tratan de arre-batar un puntillo, no sé para qué, a una negra que se había quedado sola entre dos silen-cios de semicorchea y, desairada las grita ¡síncopas! – como si fuera un insulto-. Un tresi-llo de corcheas va en busca de las blancas a ver si encuentran la compostura al amparo de la clave de sol que se pavonea con su elegante trazo de cabello ensortijado. Ésta hace un guiño al compás y mira de soslayo a los bemoles de la armadura cuando la contrahecha clave de fa en cuarta, le recrimina con acrimonia, su osadía porque aquellas figuras perte-necen a su pentagrama.

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La polémica está servida. Ahora es un calderón quien anda perdido porque no sabe si ponerse de sombrero sobre un silencio o una figura quejándose de no haber empezado por anacrusa. Vaya desbarajuste. Trato de serenar la situación iniciando un piano que contro-lo con los pedales del fuelle, para, increcendo concluir en estacato. Pruebo melodía con la Gallarda Milanesa del ciego Antonio de Cabezón, pero no se ajusta el instrumento. Ahora lo intento con La Romanesca de Arcángello Velente, en organista de Rímini. El timbre me lo veda. Entrar en la Tocata y fuga de J.S.Bach, sería una locura.

Todo ha sido inútil. Es un pobre instrumen-to.

Desperté cuando el primer rayo de sol del alba, entró por la vidriera policromada del presbiterio. Desperezándome, oí murmullos sospechosos fuera, voces agresivas. Temero-so de no poder explicar mi situación ni mi amor a la música, puse la salvación en la huida. Quién podrá comprender a un vaga-bundo extranjero. Huí, corrí por las lomas con el alma en una una nube de las que iban hacia el mar.

Por Theo Acedo

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Alfonso Ouro estaba de pie en el balneario, apoyado en una columna de mármol de espaldas a mí y

cuando me acerqué, me dí cuenta de que ella estaba arrodillada delante de él atándole los cordones de

los zapatos. Siempre lo hacía cuando salían a tomar el sol al jardín. Era una pareja enamorada y feliz.

Ella rondaba la veintena y él ya estaba jubilado y andaba cojo por una herida de guerra. Yo ya llevaba

una semana en el lugar cuando aparecieron. Bien vestidos, con aire señorial y con una maleta de Vuitton

cada uno. Al principio, era difícil discernir si se trababa de un padre y una hija, del jefe y la secretaria o

de una pareja al uso. Pero unas cuantas muestras de cariño sin reparos me dieron a entender que esta-

ban locamente enamorados y que no tenían que esconder su amor en ningún rincón penumbroso.

Elisa, que así se llamaba la joven, terminó de atarle los zapatos, se levantó y vino hacia mí. Alfonso

permaneció contra la columna, en actitud pensativa y examinando el paisaje. "ソLe apetecería pasar un

día en el campo con nosotros?", me preguntó ella con jovialidad. Yo le dije que sí. Estaba un poco abu-

rrido de las aguas termales y la monotonía del lugar por lo que un cambio siempre me refrescaría las

ideas. Yo había llegado a tener cierta confianza con la pareja. Siempre nos sentábamos a desayunar los

tres juntos y de vez en cuando jugábamos al bridge por las noches, después de las cenas frugales que nos

preparaba el chef francés. Esos momentos eran los más agradables de mi estancia el aquel sitio y acabé

cogiéndoles cariño.

Cogí mi mochila, me calcé las botas de montaña y fui a llamarles a su habitación. Cuando subía las

escaleras, les oí hablar en voz alta. Me pareció escuchar que ella le reprochaba algo y él se enfadaba pero

no atiné a saber qué era exactamente. Llamé a la puerta suavemente y se tardó en abrir. Las voces cesa-

ron de inmediato, como si se hubieran dado cuenta de que habían sido descubiertos. Yo procuré no

mostrar el menor signo de curiosidad y me ofrecí a ayudar a Alfonso a bajar al jardín.

Bajo un cielo azul celeste y una leve brisa marina, los tres nos dirigimos camino de la montaña. El

campo estaba floreado y el verdor de los árboles me recordaba las praderas de irlanda, donde yo había

pasado tantos veranos en compañía de mi abuela.

El calor comenzó a azuzar a mediodía y a pesar de que no caminábamos de prisa debido a la minusva-

lía de Alfonso, ya estábamos cansados. De vez en cuando, ellos se lanzaban miradas cómplices. Yo lo

notaba con el rabillo del ojo derecho, pero inmediatamente torcía la mirada para no ser descubierto. No

quería que pensaran que me causaban algún tipo de curiosidad malsana o morbo al ser él tan mayor y

ella tan joven. Pero en el fondo sentía ambas cosas al mismo tiempo. Además, era periodista y no lo

podía evitar.

LOS AMANTES DEL BALNEARIO

9

Cuando llegamos a un manantial, nos paramos. Alfonso estaba visiblemente cansado y Elisa comenzó

a preocuparse por él. Era una preocupación exagerada, casi enfermiza por algo tan normal como un lige-

ron cansancio después de haber andado una hora bajo un sol de justicia. Alfonso respiraba más rápido

de lo normal. Ella le ayudó a tumbarse en la cuneta y yo cogí agua de la fuente en una cantimplora y se

la ofrecí. Alfonso bebió con ganas. Estaba sudando y parecía no encontrarse demasiado bien. Esperamos

un rato corto y él seguía sofocado. Miraba al sol como maldiciéndolo. Elisa le mojaba la frente con un

pañuelo húmedo con el ceño fruncido. Yo, sin poder aguantarme, les lancé la primera pregunta compro-

metida, aún temiendo que una mala contestación de alguno rompiese la incipiente amistad que nos

había llevado hasta el valle como si nos conociésemos de toda la vida.

- ソAlfonso, tiene usted alguna enfermedad seria?- le inquirí con tono decidido.

El apartó los ojos del sol y de Elisa, me miró fijamente y esperó un minuto largo antes de hablar.

- ソQuiere que le sea sincero, amigo?- me preguntó como queriendo que mi respuesta fuese afirmativa.

- Sí- le contesté con firmeza.

- Sufro del corazón. Llevo marcapasos desde hace veinte años y he venido al balneario como quien dice

a morir, a pasar los últimos días de mi vida con la mujer que amo - Alfonso miró a Elisa con expresión

tierna.

En ese momento, por las mejillas de Elisa rodaron varias lágrimas. Esta agachó la cabeza mientras

sujetaba a Alfonso de cuquillas presionándole la muñeca con su mano izquierda. Mi estómago se hundió

y sentí pena.

La situación no parecía mejorar. Había pasado media hora y Alfonso ahora jadeaba para poder respi-

rar. Elisa intentó sacar algo de su bolso, las pastillas que tomaba él cada día, pero se las había olvidado

en el cuarto de baño del hotel. Ella me miró desesperada, buscando una solución. Yo le dije que se que-

dara cuidándole mientras yo corría al balneario en busca de ayuda.

Respiré todo lo hondo que pude y eché a correr hacia el balneario. Hacía demasiado calor y yo ya no

era tan joven como cuando ganaba los cien metros lisos en la universidad. Las gotas de sudor corrían por

mi cara y tenía toda la ropa mojada. Al cabo de media hora, divisé la fachada del edificio. Reduje la velo-

cidad.

Cuando pasé la verja, ví que el médico estaba tomando un baño en la piscina. Le avisé a gritos. Todo el

mundo me miró. El doctor salió corriendo de la piscina, subió a su habitación a por sus cosas, cogió el

coche y nos dirigimos a toda velocidad hacia donde hacía un rato yo había dejado a Alfoso y Elisa. A

mitad de camino, en medio de la carretera, el coche frenó de sopetón. Había estado a punto de pasar por

encima de un jabalí que yacía muerto y despatarrado. Seguramente le había pillado otro conductor que

iba tan loco como nosotros. Tuvimos que bajarnos y mover el cuerpo del animal. Cuando llegamos al

manantial, Elisa seguía intentando reanimar a Alfonso. Este ahora temblaba y no abría los ojos.

10

Elisa, al vernos, se levantó de golpe y se dirigió hacia nosotros con las manos en la cabeza, en señal de

alarma y desesperación. Lloraba amargamente.

- 。Dios mío, ayúdenme, mi padre se muere!

Yo, al oir estas palabras, me quedé paralizado. Un padre y una hija enamorados, escapados a un

balneario a pasar los últimos días de él. Un extraño sentimiento mezcla de desazón y alegría me recorrió

todo el cuerpo. El amor no tiene fronteras. Y si se le marcan, su fuerza busca otros caminos hasta encon-

trar la libertad.

El médico no pudo hacer nada. El corazón de Alfonso estaba demasiado cansado. La última crisis

terminó con su vida pero no con su amor por Elisa, el doble amor de padre y amante.

Iñaki Ferreras

11

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12

CHISPAZOSPor Celia Muñoz de Unzúe

No te excedas en nada; el término medio te dará seguridad.

Rumio mis decisiones… y vuelvo al mismo sitio.

De recuerdos se viveSi pones ilusión.

El amor no prescribeSi existe la razón.

Promesas que no se cumplenPanfletos de humo serán.

Las ilusiones perdidasNo las encuentras jamás.

Un episodio me tronchó la vidaYa nunca más se cerrará esa herida.

El llanto me calmó la intransigencia Más tarde recuperé la inteligencia.

Abrí la ventana, Entró el aire nuevoNo barrió el dolor

Que olvidar, no puedo.

13

Descalzarme los chapines

Soberano

Ha de costarte un reino.

Porque conozco el precio exacto

Del nácar de mi cuerpo,

La fortuna que se prende

En el vuelo de mi enagua

Y el oro que es preciso

Para teñir de rosa mi mejilla.

Ya sé que bordeo el límite

Al tenerte entretenido,

Que quizás mañana tus desvelos

Se troquen en venganza

Y se pudra mi cuerpo en una torre

O ruede mi cabeza por la plaza.

Sé que eres hombre terco y vanidoso,

Soberano en caprichos y porfías,

Pero bailas al son de mis antojos,

Ciego de deseo, soy tu guía.

¿Y quieres que en quién tú has puesto los ojos

Viva siempre siendo entretenida?

No seré camarera de la reina,

No seré dama gris de compañía,

Si quieres que por ti caigan mis prendas

He de tener antes corona que me ciña,

Porque conozco el precio exacto

Del nácar de mi cuerpo,

Soberano,

Descalzarme los chapines

Ha de costarte un reino.

Cruz Cartas

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V E N T A N A A B I E R T A

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Juan Carlos Rubio es un no ya tan joven dramaturgo, guionista televisivo y cinematográfico y director

teatral de éxito en el circuito comercial de teatro. Es profeta en su tierra –algo no muy normal, desde

siempre, y más, estando vivo- y en el extranjero. El pasado invierno, tuvo la suerte de que tres de sus

obras, “Tres”, “Razas” y “100m2”, se estrenaran en la cartelera madrileña, de forma consecutiva.

Con el humor como hilo conductor, “la comedia es un excelente medio de comunicación”, afirma, y unos

textos rápidos y llenos de agilidad, Rubio parece haber encontrado la combinación ganadora para sus

textos. Él escribe, dirige y produce y no sólo lo hace en el teatro, sino que también se atreve con el cine y

con la televisión donde hace poco colaboró en el guión de la serie “Suárez” sobre el ex presidente del

Gobierno.

PREGUNTA.- ¿Cómo surgió la obra “100m2”?RESPUESTA.- Vi un anuncio que decía “se vende piso con inquilino”. Fui a verlo y era como en la obra:

una mujer mayor que vendía su piso con ella dentro. Yo no llegué a conocer a la dueña, pero el piso

estaba lleno de sus fotos. Desde luego me resultó muy curioso pero no lo compré porque quería invertir

rápido y sobre todo porque no era capaz de imaginar esa espera. En cualquier caso, me dio pie para

escribir esta obra.

P.- El anuncio fue el desencadenante pero ¿cómo llegaste a escribir la obra al comple-to?R.- Yo tenía un punto de partida previo que era la frase de John Lennon que aparece en la obra: “La vida

es lo que te ocurre mientras tú haces planes” Alguna crítica no lo ha interpretado bien. Hay quien dice

que sería muy triste no hacer planes, no tener ilusiones, pero ese no es el punto de vista de la obra. Por

supuesto que hay que hacer planes, lo que no hay que tener es hipotecas. De ahí, surge el símil entre el

piso y la vida. Una hipoteca puede llevarte a la bancarrota, a estar atado a unas facturas, sean cuales

sean.

Juan Carlos Rubio, dramaturgo y director teatral

“ La comedia es un excelente medio de comunicación”

Juan Carlos Rubio es uno de los autores teatrales españoles de moda. Contra el tópico de que, en nuestro país, ningún dramaturgo es profe-ta en su tierra, él ha roto el molde y no deja de trabajar, incluso tam-bién escribiendo para cine y televisión.

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P.- En la obra hay un tono de drama, con la muerte, las hipotecas reales y figuradas, pero también hay un enorme componente de humor. ¿La mezcla de humor ha sido pre-meditada? R.- Es el espectador quien tiene que sacar esa conclusión. Desde luego, las cosas que le pasan a los perso-

najes son muy dramáticas, pero en la vida todo depende del color del cristal con el que se mire. Yo estas

situaciones las he mirado desde la comedia, desde la ironía. Además, creo que la comedia es un excelente

medio de comunicación y yo lo que quiero es entretener al público. Si no divierto al público no puedo

contarles nada, no puedo transmitir. No me gusta que ese mensaje esté en primer plano. Ese lugar perte-

nece al entretenimiento. Por otro lado, mi vida es una comedia con algunos tintes dramáticos y quizá

por eso lo que realmente me interesa es contar la vida desde la comedia. Desde la tragedia no me sentiría

cómodo. Mi teatro se corresponde con mi vida.

La fidelidad como premisa

P.- ¿Hay una toma de postura respecto a la fidelidad en la obra?R.- No, eso lo dice Lola. Es un personaje que siente que se ha quedado sola al final de su vida por no

saber perdonar unos cuernos. Yo comparto con ella en que prefiero la premisa de la fidelidad al amor

que la fidelidad a que tu pareja no bese o haga el amor con otra persona. Pero es Lola quien habla, los

personajes no reflejan necesariamente lo que yo pienso. De hecho, Sara tiene una concepción completa-

mente distinta.

P.- Tú eres autor y director. ¿Se sienten los actores a los que diriges de algún modo ame-nazados por ti?.R.- Ese tipo de actores nunca podrían trabajar con Almodóvar o con Woody Allen. Ese tipo de cosas

nadie se las plantea en el cine, pero sí en el teatro. Hay una especie de empeño en separar ambas funcio-

nes que no comparto. Es una especie de perversión respecto a la figura del autor en teatro.

No escribo literatura, escribo teatro. Y por lo tanto cuando escribo una historia estoy pensando en el

actor, en la puesta en escena… Es una labor muy lógica que yo escriba una historia y la dirija. He sido

actor y estoy convencido de que el actor es el teatro y tomo muchas cosas de mis actores, han enriqueci-

do mis textos. Sin ir más lejos, Jorge Roelas ha aportado muchas cosas a 100m2.

P.- En los últimos tres meses hemos podido ver varias obras tuyas en la cartelera de Madrid: “Tres”, “Razas” y ahora, “100m2”. ¿Esto es fruto de tus circunstancias?R.- Ahora, escribo poco porque ahora también estoy produciendo. En realidad “Tres” es del año 1999,

“100m2” lo escribí hace cuatro años y lo estrené en Miami. En Madrid es verdad que se ha juntado todo,

pero han sido las circunstancias. ¡Se puede decir que yo vivo del cuento! Y es una forma muy bonita de

vivir.

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Multifacético

R.- También has hecho guiones de cine y de tv. ¿Cuáles son tus próximos proyectos? P.- Lo último que he hecho en cine ha sido el guión de Bon Appetite. Ahora mi futuro inmediato pasa por

una serie sobre Vicente Ferrer con el mismo equipo que hicimos Suárez. Y ya en abril me iré a Chile para

estrenar allí “100m2”. Y después…pues ya sabes, ¡la vida es eso que te pasa mientras tú haces planes!

P.- En tus textos predomina la comedia. ¿Nunca te has planteado escribir una trage-dia..?R.- Es verdad que me siento más cómodo en la comedia, o más bien, haciendo transiciones, el viaje emo-

cional desde la comedia a la tragedia me parece muy interesante. En cualquier caso, ya hice una tragedia

musical llamada “Arizona”. Sin embargo, no tengo planificado si algún día cambiaré de registro para

hacer una tragedia pura y dura.

P.- ¿Qué es lo último que has visto en espectáculos?R.- Me dejó muy impresionado el trabajo de Natalia Millán en “Cinco horas con Mario”o el de Nuria

Espert en “La violación de Lucrecia”. También me ha encantado “Avenue Q”, de hecho lo que más me

gusta es la comedia musical.

P.- ¿Por qué los dramaturgos españoles tenéis problemas para estrenar vuestros traba-jos?R.- A mí, particularmente, me ha ido bien y además soy productor con lo cual yo siempre puedo apostar

por mí. Hay algo de confusión, pero dentro de eso, sí que me parece que los autores españoles contem-

poráneos deberían tener más presencias. Igual que el cine se nutre de historias nuevas en el teatro debe-

ría pasar igual. Los dramaturgos tenemos un pequeño gran problema: nos comparan con todos los mitos

de la historia universal desde Shakespeare a Lorca pasando por O`Neiil.

Iñaki Ferreras

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En la librería “Tipos Infames” se presentó el libro Perversiones Breve catá-logo de Parafilias Ilustradas de ediciones Traspiés.

Setenta escritores e ilustradores de diverso sexo, edad y condición han par-ticipado en la obra. Entre ellos nuestro amigo Andrés Portillo, con el mi-crorrelato Feroz.

Hay temas para todos los gustos, irónicos, divertidos, patéticos… pero todos con su puntito perverso.

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En todas las pandillas siempre hay un torpe y un gordito a los que nadie quiere tener en su equipo aunque soñar con ganar es gratis y no siempre se alzan con la victoria los más fuertes, a veces vale más la maña. Tampoco hay que ofuscarse y perder el ánimo por no ser el número uno, pero todos anhelamos ser protagonistas aunque sólo sea brevemente.

En un país de cuento una reina soñadora enamorada de un virtuoso violinista, que la abandonó, toma posesión del regalo de su amado: la luna.

La reina hada que baila en el bosque con los animales terminará siendo musa de pintores. Cuento poé-tico y soñador “El sufrimiento de la reina de la luna” que nos traslada a un mundo de fantasía.

Magrite hace honor al pintor surrealista cuyos misteriosos personajes no nos dejan ver su cara. Este inquietante relato nos habla de un hombre que termina con una cabeza de pájaro, pero la angustia por la pérdida de la propia identidad tendrá un final aterrador.

Es terrible tener miedo, un miedo que hace enloquecer hasta conducirnos Camino al infierno; un cuento tremendo, aterrador pues plantea una situación que, desgraciadamente, en un pasado no muy lejano fue real en Argentina.

También en Argentina, en Río Gallegos se desarrolla la apocalíptica historia en la que se ve sumida la ciudad y sus habitantes; ciencia ficción sí, pero real en el contexto de las decisiones que los humanos tomamos en ocasiones sin medir las consecuencias y que nos abocan a un futuro incierto y no siempre grato.

Feliz cumpleaños: Aunque al principio parece que se trata de una fiesta de cumpleaños normal, ya en la primera línea se percibe que no será así y a medida que avanza la celebración se va haciendo más complicada la situación en la que los invitados no dejan de sorprenderse por los acontecimientos que se van sucediendo. Existen elementos que hacen que éste resulte paradójico, un tanto grotesco y describe una venganza bien orquestada.

Desde arriba: Más que un cuento parece un ensayo en el que una persona expone sus conclusiones de forma concisa y aséptica, de un curioso y original experimente que ha llevado a su protagonista casi toda la vida conseguir descubrir lo que con tanto afán buscaba. Nos cuenta sus experiencias sin mostrar emociones. Desde el principio "engancha" quieres seguir leyendo para saber cómo termina y la conclu-sión final, el descubrimiento al que llega sorprende y te hace pensar. Es un buen cuento que no deja al lector impasible.

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COMENTARIOS A “LA IMPORTANCIA DEL NÚMERO”

Un sorprendente y ambicioso arranque el que acomete Pablo Lorenzo con “Galería de personajes”; personajes tan afamados como lo son Alfonsina, Sartre y Borges que dejan entrever sus miedos y fantasmas, incluso con cierta ironía sus paranoias filosóficas y tendencias suicidas. Vuelve a aparecer Jorge Luís, esta vez en ese mundo de Fantasías animadas; curiosa historia la de este cuento que se puede leer como tal o buscarle tres pies al gato y analizar como una metáfora de la inconformidad con la suerte que a cada cual le ha tocado. ¿Un objeto aparentemente inocente puede influir tanto en nuestra vida? En “El ayer es hoy” parece que así es. Un relato bien armado con una chispa de humor negro y una duda tremenda ¿habrá escrito algo el protagonista?

El héroe del año: Toma forma en este relato la sentencia que advierte que debemos tener cuidado con lo que soñamos pues a veces los sueños se cumplen. Y eso, ni más ni menos, es lo que le sucede al prota-gonista de esta historia. En "El premio" vuelve a incidir en otra quimera que toma forma, que se hace real, y sin embargo... ¿nunca pueden los sueños ser realidades perfectas, o es quizás lo imperfecto de nuestros sueños, su pobreza, lo que les hace tan decepcionantes? Dos relatos para reflexionar.

Gore trata un tema escabroso muy bien descrito y escrito. El intento de explicar un poema es una ardua misión y también lo es ser capad de llevarlo a término,

aunque sea escalonadamente. La importancia de los números: Tal y como indica el título en este relato el número es vital, ya que se

desarrolla al final de la era que conocemos y la lucha por la supervivencia es feroz. Gana siempre el más fuerte. Me ha gustado porque está muy bien planteado aunque es un poco duro el tema. El protagonis-ta siempre fue un solitario y la convivencia con los animales del zoo era estupenda. Cuando estalló el "suceso" a él no le importó la soledad. Estaba acostumbrado. En el relato se desprende que muchas veces los animales son los mejores amigos del hombre y una jaula no siempre es una cárcel.

En “Los Fantasmas de San Telmo”, añoranza (joven que se divierte casi gratis) se enfrenta con reali-dad (tipo serio que pasa una crisis profunda). Pablo Lorenzo nos hace reflexionar con este juego de pasado y presente. La figura asombrada de la madre ante el dinero de los yanquis (pasado) con el boom de turistas europeos y yanquis que vienen a gastar la plata (presente) y que antes les han robado con ayuda de políticos y cipayos locales. Es, en definitiva, un relato denuncia del imperialismo en donde se nos invita a mirar la vida sin fantasmas y sin asombros.

¿Qué hacer? Parece preguntarse Pablo Lorenzo ante los grandes movimientos migratorios humanos. En el relato “Nada fuera de lo Común” se nos presenta a un ciudadano xenófobo y sin embargo correcto que cumple la ley y paga sus impuestos. Sus amigos, es decir, su ámbito social, piensan igual que él. Su adversario, el emigrante, desarrolla, concienzudamente, trabajos de limpieza callejera cuestionándose ¿qué es mejor?, el dinero en un país extranjero o el hambre en el tuyo propio. Un accidente y ambos hombres mueren. En el tanatorio, dos mujeres, esposas y madres, jóvenes viudas con su hijo en brazos, se cruzan. Reconocen el luto ajeno y lloran lágrimas solidarias. Tragedia que provoca amor frente a bienestar que emana rechazo. En definitiva: locura humana.

“Noche con suerte” Conseguido el clímax para que al final se aclare el sentido del relato sólo aparente-mente absurdo.

“Pieza de jazz para trompeta, batería, flauta y bajo” Lugares, situaciones y sentimientos traducidos en música que los instrumentos musicales interpretan y nosotros escuchamos a través de esta historia.

“Un personaje común”: Bien escrito, muy gráfico y original. “Versiones sobre el mito del Minotauro”: Idea curiosa y también muy gráfica. Está bien rematado.

En definitiva una selección de 22 trabajos que han merecido el reconoci-miento y edición por parte de la Municipalidad de Río Gallegos en su Pro-grama Mi primer libro. 22 relatos de muy diversa temática que dejan cons-tancia de la pluralidad creativa de Pablo Lorenzo.

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PRESENTACIÓN DE“MADRID ENTRE LÍNEAS”

Muchas horas hicieron falta para, tras un curso de gestación, recoger el fruto del proyecto que fecundamos una tarde de tertulia. Cada uno de los once autores pusimos nuestra semilla de letras y todas unidas formaron un enorme embrión de palabras que raudo voló hacia la editorial. No fue fácil, hubo que corregir, pulir, maquetar y aguardar impacientes a que tomara la forma definitiva. Y llegó el alumbramiento. El editor llamó una mañana y nos dijo: ¡Ha sido libro! Y las siete madres y los cuatro padres de la criatura nos reunimos en alegre tertulia y entre todos le buscamos un nombre:–Se llamará “Madrid entre Líneas” El 25 de febrero, en el Centro Cultural Buenavista tubo lugar la presentación en sociedad de la nueva criatutra, apadrinada por un mentor de lujo: Germán Sánchez Espeso. Para amenizar la velada contamos con la guitarra de nuestro compañero Theo Acedo.

El libro está a la venta en: www.distribuciondigital.como [email protected]

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ÁRBOLES

MÁS DESTACADOS EN VILLARTA DE LOS MONTES

(Crónica Sentimental)

Este verano presentará en Alcalá de Henares su último libro Theófilo Acedo Díaz, (Licenciado en Historia del Arte. Escritor. Poeta. Miembro lector de la Asociación Cultural Betu-ria y Cronista Oficial de Villarta de los Montes), lleva 25 años dedicado a investigar, escribir, publicar y difundir tanto planteamientos como conclusiones sobre su patria chica: Villarta de los Montes.

Es una crónica sentimental en la que el autor muestra su conocimiento sobre botánica y su amor por la naturaleza, en un trabajo serio y profundo, bien documentado, como no podía ser de otro modo viniendo de él, que nos da a conocer unos árboles concretos de su localidad natal, Villarta de los Montes y la historia de los mismos, todo acompañado de preciosas fotogra-fías que ilustran los textos y hacen este libro más interesante. De su mano podremos recorrer caminos, senderos y bosques para descansar bajo esos magnificos y peculiares árboles que nos describe.

Tiene previsto presentar este libro en Villarta de los Montes y también en Madrid, en los próximos meses. Informaremos de las fechas en nuestro blog http://tirarsealfolio.blogspot.com

“Amar la naturaleza implica conocerla, respetarla y cuidarla. Ésta es lo mejor del presente de la villa y sin embargo parecen no comprenderlo sus moradores, ya no sólo al descuidarla, sino al no hallar su óptima aplicación.”

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“AL OTRO LADO DEL ESPEJO”

En Madrid vio la luz el libro “Al otro lado del espejo. Narrando con-tracorriente”. (Ediciones Escalera 2011), una antología de relatos de cincuenta autores que han ido apa-reciendo en la revista Al Otro Lado del Espejo, a lo largo de sus dos años de vida.

Entre los nombres participantes se encuentran Andrés Portillo y Lola B. Gallardo.

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La música forma parte de nuestras vidas, en casa, en el coche, en el cine. Allá donde vamos, nos acompaña como un amigo fiel. En la cuna, en los juegos infantiles, en los gua-teques y fiestas de la adolescencia y en la serena escucha desde el sillón de casa, la música ha estado unida permanentemente a nosotros.Los integrantes del Colectivo TAF, hemos querido que no solo el sentido del oído la dis-frute, sino que también lo hagan el tacto y la vista, a través de un cuaderno de relatos que nos trasporten durante unos minutos al mundo de la armonía.Esperamos que este nuevo cuaderno lo haya conseguido. Lo deseamos de corazón.

CUADERNO LITERARIO Nº 14

“EN CLAVE DE TAF”

* Si deseas adquirir algún ejemplar puedes hacerlo a través de nuestro blog.

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Enormes balones de playa en color rojo y con lunares blancos dan la bienvenida al universo de la artista japonesa Yayoi Kusama, una de las personalidades creativas en vida más famosas del país del sol naciente. Su obra inverosímil, cromática, obsesiva, exótica y voluptuosa se desenvuelve en el contexto artístico internacionalizado que comienza a finales de los 50 y es origen de la actual globalización. Sus casi seis décadas de trayectoria, iniciada en exposiciones individuales con tan solo 23 años en Japón, le llevan a cruzar las fronteras nacionales hasta Nueva York en 1958, ciudad ya reconocida como epicentro artístico mundial. La rápida relevancia que desarrolló en este contexto durante los sesenta es claro reflejo de que su obra carece de las referencias más habitua-les, situándose en un territorio cuya excepcionalidad es única. A este momento pertene-cen sus trabajos más reconocibles, las denominadas Accumulation sculptures [Esculturas de acumulación], en las que la pintura deja de ser un objeto para encontrar-se con los dominios de la escultura, abundando en apéndices fálicos, y las Infinity nets [Redes de infinito], amplias extensiones de puntos aún dependientes de la monocromía blanca. La amplitud de sus intereses le permitió vincularse con los movimientos contra-culturales del momento, especialmente con el hippie, lo que se refleja en sus obras audiovisuales menos conocidas, como Self-Obliteration (1968), en las que la pintura se transforma en elemento que empapa el espacio para estallar en verdaderas celebracio-nes del cuerpo y de la libertad sexual

UNA MIRADA AL EXÓTICO UNIVERSO DE YAYOI KUSAMA

Al volver a Japón en 1973 Kusama encarna el trauma del sujeto globalizado, cuya pérdida de raíces le conduce a episódicas crisis psiquiátri-cas. A este proceso le acompaña una vuelta a la pintura y a otro tipo de medios privados, como la escritura de su novela Manhattan Suicide Addict (1978), en contraste con la dimensión pública de sus happenings neoyorquinos.

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En la actualidad, Yayoi Kusama continúa trabajando en su estudio de Tokio. las diferentes obsesiones que le asedian y que, también, en un momento dado son el origen del ingreso voluntario de la artista en un centro psiquiátrico del que entra y sale a su antojo. Más allá de la concentra-ción en el aspecto patológico y terapéutico del arte, esta exposición pretende reflejar la profundidad de su trayectoria así como su contemporaneidad, mostrando tam-bién recientes instalaciones, como I´m Here, but Nothing (2000), y otras conce-bidas para la ocasión, como Infinity Mi-rrored Room – Filled with the Brilliance of Life (2011).

EXPOSICIÓN EN MADRID DE YAYOI KUSAMA

Ya en los ochenta y noventa retoma la producción pictórica y escultórica en diálogo con la retícula moderna para convertirla en un motivo orgánico, aludiendo así a las acumulaciones de apéndices previas.

Un pasaje espejado y lumínico de reflejos ilimitados que conforma una galaxia abis-mal y reverberante, generando una multi-plicación mágica del espacio, es el broche final de esta exposición fantástica, inaudi-ta, vertiginosa y que a nadie dejará indife-rente.

Se podrá visitar en el Centro de arte Reina Sofía hasta el 12 de septiembre de 2011 de donde partirá para exhibirse en París, Londres y Nueva York.

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TE LOCUENTO

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UN PAÍS MUY ESPECIAL

–En el reino de “Alguien me lo dijo”.–¿Quién te lo dijo?–No, el país se llamaba así. –Pero ¿por qué?–Te explico: resulta que al rey le habían puesto los nombres de: Ambrosio, Asdrúbal, Arturo, Alejandro, Alterio, Anacleto, Anastasio, Aníbal etc. etc. y etc. De esa manera era difícil llamarlo con todos esos nombres así que los súbditos comenzaron a nombrarlo “Alguien me lo dijo” por una manía que desde niño se le había metido en la cabeza y era la de comenzar cualquier discurso o conversación donde siempre sacaba la mu-letilla de “Alguien me lo dijo” y luego seguía… Alguien me lo dijo pero yo no estoy seguro, o Alguien me lo dijo y yo digo lo mismo, o Alguien me lo dijo y ahora habrá que verlo… Y así siempre, siempre y siempre que hablara. Los súbditos comenzaron primero por reírse, luego aburrirse y al fin hastiarse por lo que lo llamaron “Alguien me lo dijo”–Bien, ahora lo entiendo, sigue, por favor.

–Como te estaba contando en este reino había paz y tranquilidad, no existían pedigüeños por las calles, todos trabajaban y eran recompensados adecuadamente, no se formaba batahola en las plazas, los vecinos se llevaban bien, había entendimiento y amistad con los países y reinos cercanos, y “Alguien me lo dijo” gozaba de mucha simpatía a pesar de su extravagancia lingüís-tica. Un día, sin embargo, el cielo se tiñó de amenazadores presagios, pájaros negros lo cubrie-ron, vientos huracanados se metían por las ventanas y postigos, las campanas repicaban sin cesar y los habitantes del reino estaban tan consternados que permanecían impávidos frente a los acontecimientos tan extraordinarios que estaban viendo. Al atardecer el cielo se oscureció aún más y ya ninguna estrella se asomó. Pasaron las horas y el sol no aparecía, pasaron los días y el reino seguía sumido en una completa oscuridad. “Alguien me lo dijo” estaba muy preocu-pado, y por más que preguntara a todos los sabios, nadie le sabía decir el porqué de tanta tinie-bla. Ya se estaban acabando las antorchas, y las provisiones. Decidieron ir a los reinos vecinos y preguntar si ellos tenían alguna solución. Fueron a el país de “Más allá”, al reino de “Hacia el sur”, al vecino “Cerca de las estrellas” y nadie, pero nadie, sabía qué hacer al respecto. La pequeña hija de “Alguien me lo dijo”, sentada en las rodillas del padre y entrelazando sus dedi-tos entre la espesa barba del rey musitó:–¿Papá, y si el cielo estuviera sucio?, seguro que ese viento llenó de tierra al sol y a las estrellas y con tantísima suciedad la luz no se puede ver.–Sigue hija, sigue- decía su padre divertido por la ocurrencia.–Entonces no habría más que ponerse a limpiarlo y volverá la claridad.–Alguien me lo dijo, hijita, que es muy fácil pensarlo pero… ¿cómo lo haríamos? Se necesita-rían miles y miles de aspiradoras gigantescas y, además, habría que ir allá arriba. ¿Quién iría a limpiar las estrellas?

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–Yo iré, yo iré. Pero no con aspiradoras papá, ni nada de eso, iremos los niños, que pesamos poco, subidos en un barrilete bien grande y con nuestros soplidos quitaremos el polvo e iremos de una estrella a otra limpiándolas hasta que estén de nuevo brillantes y luminosas. –Alguien me dijo, que será muy complicado, querida mía.–No papá, ya verás, llevaremos a las luciérnagas para que nos iluminen el camino.

El rey consultó con sus ministros y con algunos padres sobre el proyecto de su niña y todos unánimemente aprobaron la iniciativa, les pareció que era lo más opor-tuno y si no resultaba eficiente al menos los niños se habrían divertido subiendo tan alto en el cielo con miles de luciérnagas rodeándolos. Dicho y hecho, se construyó un barrilete con sus seis lados bien reforza-dos y en cada punta iría un niño con plumeros y abani-cos para quitar el polvo, llevarían además trapos y en las manos unos guantes para no ensuciarse, –con sola-mente el aliento tardarían mucho en quitar el polvo a las estrellas–, dijeron los padres al darles los instru-

de trabajo. Cuando todo estuvo listo, los niños felices y al mismo tiempo muy orgullosos por la tarea a realizar, escucharon las palabras del rey. –Alguien me dijo que hay unos héroes que nos devolverán la luz y que ahuyentarán las tinie-blas, saludemos a nuestros hijos y deseémosles un feliz retorno.Todos aplaudieron y soltaron el barrilete que luminoso partió hacia el cielo hasta que la luz de las luciérnagas no se divisó más. El reino entero estaba con los ojos fijos en la inmensa oscuri-dad esperando una señal. Con el corazón en un puño y acongojados por la suerte que deparaba a sus niños atendían a cualquier señal de luz, pero era inútil: no se veía nada. El cielo seguía tan negro y opaco mientras las lágrimas comenzaban a surgir de los tristes ojos que continuaban expectantes. Ningún signo visible hacía prever que la misión había sido cumplida. Pasó el tiempo, y cuando las plazas empezaron a despoblarse, se escuchó la voz de un niño que decía: ¡Allá se ve una pequeña luz! Corrió la voz y todos volvieron a mirar hacia arriba.Será una luciérnaga, decían algunos. Habrán encendido una antorcha en el campanario, decían otros. Seguro que alguien quiere burlarse de nosotros, sentenciaban los más. Pero cuanto más miraban más grande se hacía la claridad y despacio, despacio, la luz del sol apareció iluminán-dolo todo. Más tarde surgió en el cielo un bellísimo barrilete de vivos colores que con suavidad se posó frente al palacio real. Bajaron de él seis niños, sucios de polvo, con las caritas negras y en las manos unos plumeros desplumados, unos abanicos rotos y unos trapos grises atados a la cabeza, pero con una inmensa sonrisa de oreja a oreja.

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–Alguien me dijo que esto saldría bien– gritó el rey abrazando a una niña que parecía salida de una chimenea. –Que yo no soy tu hija!– gritó divertida.

Así que corriendo fueron a bañar a todos los niños para poder distinguirlos y ver quiénes eran. Luego hubo grandes festejos con payasos y equilibristas, con música y bailes y todos los reinos y países se comprometieron a no ensuciar el cielo, porque si no ten-drían que mandar a los niños a limpiarlo y eso no les gustaba nada pues habían sufrido demasiado mientras sus hijos estaban allá arriba, lejos, y no podían verlos. Y desde entonces, en el país disfru-tan de unas estrellas brillantes y un sol luminoso.

LUI ANTONIOLI

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EL ÁRBOL DE PENSAR

Los papás de Blanca eran muy ordenados y les gustaba tener un sitio para cada cosa. A ella le habían enseñado a recoger sus juguetes en el cajón verde, el más grande, y a colo-car sus zapatitos en la repisa azul.También había en la casa un rincón para llorar, y en el jardín un árbol de pensar. El rincón de llorar estaba junto a la ventana del salón, detrás de las cortinas. Blanca, cada vez que tenía un berrinche se quedaba allí hasta que se le pasaba y volvía a estar conten-ta. Cuando sus papás la reprendían o algo la preocupaba, iba al árbol de pensar; era una pequeña higuera que plantaron cuando ella nació y juntos habían cumplido ya cinco años. También, en el pasillo, estaba el sitio de los castigos: la pared de cara a la pared, aunque como era una buena niña, obediente y ordenada, sólo la usaba de vez en cuando. Un día, Blanquita estaba triste, hacía mal tiempo y mamá no la dejaba salir a jugar; se escondió en el rincón de llorar, a llorar, pero se distrajo mirando por la ventana; veía las hojas del jardín que volaban empujadas por el viento y era divertido, porque parecía que bailaban o jugaban a perseguirse y escaparse unas de otras. De repente, el viento se volvió loco, soplaba y soplaba cada vez más fuerte y el árbol de pensar se movía de un lado a otro. La niña se asustó, se podría romper su higuera, pero no podía hacer nada, mamá le había dicho que no saliese al jardín.En el rincón de llorar Blanca pensó que, aunque la castigasen de cara a la pared, no soportaba quedarse a ver cómo el viento rompía el arbolito y salió corriendo de la casa. Llorando, se abrazó al árbol de pensar hasta que el viento se tranquilizó.Los papás no la castigaron, la regañaron un poco por desobedecer, pero sólo un poquito; estaban contentos porque el árbol de pensar no se había roto. Y es que los árboles son muy importantes, nos dan frutas y sombra y muchos animalitos viven en ellos, le explicó mamá y le dio un beso.Desde entonces, cada vez que se sentaba a pensar junto al árbol de pensar, se acordaba Blanca de lo que mamá le dijo y se sentía feliz por haber cuidado de su higuera.

FIN Pilar Ugarte

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RODOLFO “El Caracol”

No hará mucho que, en Llasguicebo, vivían cerca de un huerto, un poblado de cara-coles aspersa. Estaban organizados como todas las sociedades de su especie y la mayoría de ellos eran felices, sobre todo los jóvenes, entre los que se encontraba Rodolfo. Cierto día se fueron a cortar leña, al monte de cañas, para preparar el combustible necesario que alimentase sus estufas en invierno. Una de las astillas que saltaron al aire, por hacer uso de sus hachas, fue a parar contra el ojo izquierdo de Rodolfo dejándolo tuerto. Rápidamente acudió al oftalmólogo helix, pero éste nada pudo hacer para recupe-rar la visión. Después de muchas curas, todo fue inútil. Poco a poco, Rodolfo, se fue sintiendo disminuido y empezó a cohibirse para reali-zar algunas actividades que entrañaban ciertos riesgos. —Ya no valgo para nada— se decía. Sus amigos también empezaron a desentenderse de él y día tras día le iban dejando de lado cuando jugaban al fútbol, se bañaban en el río o salían de guateque por la noche. Han llegado las fiestas de San Juan, cuando se celebra el solsticio de verano, y la coral, en la que forma parte Rodolfo como barítono, decidió presentar a todo el poblado la zarzuela “La Calesera” de Francisco Alonso. Llevaban seis meses ensayándola. Es el momento de recuperarme, —pensó Rodolfo—. Voy a demostrar a todos que sigo siendo un gran cantante, —razonó a continuación y concluyó reflexionando—, recuperaré a mis partidarios y saldré de nuevo al campo como si nada me hubiera pasado. Digamos que el concierto de zarzuela tuvo el éxito esperado y lógicamente, Rodolfo, se sintió con fuerzas suficientes para integrarse de nuevo con sus camaradas. Alguno de ellos seguía haciéndole mofas acerca de su ceguera y que, en consecuencia, ya nunca más volvería a ser el de antes. Los compañeros caracoles porfiaron durante algún tiempo y se retaron a las pruebas de atletismo que se celebraban con motivo de las fiestas. El día amaneció con algunas nubes y Rodolfo se apuntó para competir en la prueba de ocho metros y doscientos centímetros, la más dura, el maratón “Helix Aspersa”, donde se habían inscrito sus compadres. Quería revelar a todo el mundo que ser tuerto no impo-sibilita hacer deporte. Intentaría ganar la prueba para afirmarse en su recuperación y demostrar así, a todos sus colegas, que volvía a ser el de siempre.

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Comenzó la carrera y todo fue bien durante los cuatro primeros metros. Rodolfo se sentía fuerte y veía, ¡por su ojo derecho!, que todo se estaba desarrollando según sus pre-visiones. Sin embargo, un exceso de confianza le llevó a no controlar debidamente el espacio que quedaba a su izquierda. Por allí, empezaron a adelantarle todos sus compa-ñeros, aprovechando un pequeño desnivel del terreno que facilitaba la aceleración de su marcha. Rodolfo intentó no perder distancia e hizo un gran esfuerzo para volver a recupe-rar a sus correligionarios. La fortuna no estuvo de su parte y en el agobio físico al que se sometió, uno de sus músculos retráctiles, el derecho, se rompió como un jarrón de porce-lana china al caer al suelo desde lo más alto del aparador. Una vez más se cebó con él la mala suerte. Frustrado y de mal humor se fue a su casa soportando las sonrisas burlonas de sus cofrades. De nuevo apareció un ciclo en donde Rodolfo lo pasó bailando con la depresión, hasta que un buen día, conocidas como eran sus habilidades de artesano albañil de con-chas calcáreas, fueron a visitarle unas parejas de jóvenes. Habían venido a vivir al pobla-do desde el extranjero y necesitaban que alguien se encargara de la edificación de sus casas. Concibió Rodolfo una nueva oportunidad para salir de su melancolía y aceptó la solicitud de los nuevos miembros de la colectividad. Repasó sus manuales de arquitectu-ra buscando ideas y al cabo de cuatro días y sus respectivas noches, tenía elaborado un proyecto de construcción que gustó mucho a sus actuales clientes. Fueron dos semanas de intenso trabajo dirigiendo las obras y también participó en la selección de los materiales. Sus clientes quedaron muy contentos y le ofrecieron su amistad. Rodolfo pudo descubrir que, a pesar de tratarse de caracoles extranjeros, tenían parecidos gustos estéticos a los suyos y se alegraban y disgustaban por los mismos suce-sos que lo hacían sus vecinos de siempre. Una tarde de mediados de julio lucía en Llasguicebo un sol espléndido, la mañana había transcurrido lloviendo sin parar. Todos los caracoles del poblado, luciendo sus me-jores atuendos veraniegos, salieron a merendar al campo. Rodolfo, con pantalones cortos y camiseta a rayas marineras, se incorporó al grupo de los lozanos jóvenes recién llegados para enseñarles los parajes de aquel territorio. Propuso ir al huerto de Jandro, un hortelano frutícola de

la localidad, asegurándoles que allí encontrarían las fresas más aromáticas del mundo. Cuando estaban en el huerto, una caracola mulata, muy simpática, joven y culona, de la que se estaba enamorando Rodolfo, sugirió, al olor y vista de las cerezas, trepar por el árbol para probarlas. Allí se fueron todos con la intención de disfrutar de tan rico manjar. No habían ascendido sesenta centímetros por el tronco del cerezo cuando Rodolfo notó un vértigo total. Los mareos empezaron a mostrarse y tuvo que bajar del árbol a la mayor urgencia.

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Sorprendido por esta circunstancia desconocida para él, que Rodolfo consideró sobrevenida por su parcial ceguera, vio frustrados sus deseos de acompañar a sus nuevos amigos en la aventura del cerezo y lo que aún era peor, su amor incipiente por la caracola mulata se podía ver dañado. Estuvo un instante dudando sobre volver a vivir en la me-lancolía o, por el contrario, plantar cara a la nueva situación. Decidió enfrentarse a su desventura porque no quería perder a sus recientes compinches. Había oído decir a Valeriana, la caracola médico, que las hojas de ortiga maceradas con arándanos, eran un remedio muy eficaz para mejorar la visión. Sin perder un instan-te, aprovechando la existencia en el huerto de Jandro de esas bayas moradas, Rodolfo se llenó los bolsillos de su pantalón. Cuando bajaron sus socios del cerezo, todos se volvie-ron a casa como si nada hubiera pasado. Fue durante la noche del equinoccio de septiembre cuando, dando un paseo a la luz de la luna, de repente, Rodolfo perdió la noción de derecha e izquierda. No sabía cuál era su ojo tuerto, la realidad se presentaba idéntica en ambos lados de su cuerpo; giró sobre sí mismo para comprobar su actual estado y observó que tenía todas las facultades visua-les intactas, sin daño alguno. No se lo podía creer. Abrió y cerró los ojos varias veces. Se tumbó y levantó en cinco ocasiones para comprobar si era cierta su nueva existencia y el resultado siempre fue el mismo. ¡Se había curado! Tenía visión perfecta en ambos ojos. ¡Aleluya! —se dijo—, soy un caracol nuevo, he vuelto a nacer, ¡tengo que celebrarlo! ¡Se lo anunciaré a todo el mundo! ¡A mis colegas, los primeros! Aunque..., no, quizá no sea buena idea... Voy a probar qué tal se vive semejando una cosa y siendo otra... Y así fue, apreciados lectores, como nuestro helix aspersa Rodolfo “El Tuerto”, transcurrió el resto de sus días engañando a los habitantes del poblado, haciéndoles creer en su ceguera y avistando todo lo que contemplaban ellos. Y el resultado de todo esto es que, algunas veces, estimados amigos, las cosas no son lo que parecen...

Alejandro de Diego

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UN PASEO POR...

Por Eric Marian

GALERÍA DE PERSONAJES

Bande dessineé creada por George Remí (Hergé) bajo el título Les aventures de Tintín et Milou.

Tintín

TEBEO-COMIC-BANDE DESSINEÉ

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A partir del año 1942 con la publicación Tintín y La Estrella Misteriosa, todos los álbu-mes fueron editados en color. Los anteriores también fueron coloreados.

Además del personaje principal, el periodista y aventurero Tintín, estaba siempre acompañado por su Perrito Milú, el Capitán Haddock, Los detectives Dupont y Dupond, el Profesor Tornasol y Blanca Castafiore, además de otros de menor relevan-cia.

Se calcula que se han vendido más de doscientos millones de álbumes en sesenta países, a cuyos idiomas ha sido traducido.

Toda la información sobre Tintín la encontrareis en su Web Tintín.com o en Mundopeke.com (en español).

PASEANDO POR SORIA

Soria es una ciudad pequeña, recoleta, muy paseable y salpicada de obras de arte .Empezamos la andadura en la Plaza Mayor, donde está el ayuntamiento, vamos caminando y nos encontramos la iglesia románica del siglo XII San Juan de Rabanera, preciosa; continua-mos el camino y nos topamos con el palacio de los Condes de Gómara, impresionante, data del siglo XVI ; la arteria peatonal de la ciudad es la calle Collado, con soportales y galerías acristaladas, seguimos el paseo y nos topamos con la magnífica iglesia románica de Santo Domingo, del siglo XII, con su imponente facha-da con rosetón, se queda impresa en la retina; la conca-tedral de San Pedro, gótica, pero que alberga un claus-tro románico precioso.

Hacemos un alto en el camino para degustar unas cervecitas y unas tapas deliciosas. Finali-zamos nuestro paseo en San Juan del Duero, antiguo monasterio de los Hospitalarios. Su claustro es único por la mezcla de estilos que van desde el rómánico al árabe. Soria es, además, el Duero y Machado.

CARMEN ARRANZ CASTRO

A ORILLAS DEL DUERO

Antonio Machado

(…) Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,y una redonda loma cual recamado escudo,y cárdenos alcores sobre la parda tierra¿harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?,las serrezuelas calvas por donde tuerce el Dueropara formar la corva ballesta de un arqueroeen torno a Soria. (…)

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Monte-Carlo, la evocación del glamour

Mónaco-Monte Carlo son dos nombres evocadores de lujo y glamour. Aunque, en los últimos tiempos, este maravilloso enclave mediterráneo próximo a Italia haya venido a menos, sobre todo, a raíz de la muerte del príncipe Rainiero III –padre del actual here-dero del Principado, el príncipe Alberto de Mónaco- , sigue siendo un lugar de peregri-naje de la jet set mundial y, además, una ciudad-estado con mucha e interesante historia a sus espaldas.

Dos palabras mágicas que evocan un universo de ensueño y de prestigio. Monte-Carlo Online le permi-tirá descubrir las múltiples facetas del Principado de Mónaco. Su ubicación excepcional , entre el mar y la montaña, sus jardines, sus acontecimientos deportivos y culturales y tantas otras cosas..., hacen de Mónaco el destino ideal para una escapada o para realizar un congreso inolvidable.Contrariamente a lo que se cree, la economía monegasca es dinámica y posee unas enormes perspecti-vas de cara al futuro. Estado independiente situado en el corazón de Europa, el Principado de Mónaco ofrece a los inversores y empresarios un marco de vida excepcional y seguro, que les permitirá benefi-ciarse al máximo de una fiscalidad muy atractiva.El actual territorio de Mónaco (ubicado en una zona montañosa, sobre el Mediterráneo) estuvo habita-do desde la Edad de Piedra. La roca de Mónaco fue refugio de numerosas poblaciones montañesas, siendo los ligures los primeros habitantes sedentarios. La costa y el puerto de Mónaco eran la salida al mar para estos pueblos.La región fue ocupada por fenicios, griegos, cartagineses y, a fines del siglo II a.C., por los romanos. Mónaco pasó a formar parte de la Provincia de los Alpes Marítimos. Los romanos edificaron en La Turbie, el Trofeo de Augusto, que celebra el triunfo de sus campañas militares. Durante el mismo período, marinos fenicios y cartagineses trajeron prosperidad a la región. Mónaco fue anexada por Marsella y cristianizada en el siglo I.

Las invasiones

A partir de la caída del Imperio Romano (siglo V d.C.), la región sufrió diferentes invasiones. En el siglo VII, fue parte del reino lombardo, y cien años después del reino de Arles. Estuvo bajo dominación musul-mana tras la invasión sarracena a Francia hasta que, tras su expulsión en el siglo X por el Conde de Provenza, la costa comenzó a poblarse poco a poco.

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En 1918, la firma de un tratado sirvió para delimitar la protección de Francia sobre Mónaco, estableciendo que su política estaría alineada a la de Francia, al igual que los intereses militares y económicos.El príncipe Rainiero III sucedió a su abuelo, Luis II, quien murió en 11949.En 1918, la firma de un tratado sirvió para delimitar la protección de Francia sobre Mónaco, estableciendo que su política estaría alineada a la de Francia, al igual que los intereses militares y económicos.

En 1191, Mónaco fue cedido a Génova como colonia. El 8 de enero de 1297 los Grimaldi, una familia de exiliados genoveses, se aferró a la fortaleza y comenzó lo que hoy es el palacio principesco. Su jefe, Fulco del Castello obtuvo del emperador Enrique VI el reinado de las tierras que rodean la Roca de Mónaco. Desde entonces, la Roca fue el objetivo de la lucha entre los dos grandes partidos de Génova: los gibelinos (partidarios del emperador) y los güelfos (fieles al papa) y aliados de los Grimaldi.

En 1331, Carlos I reconquistó la Roca y adquirió los bienes de los Spinola, aliados de los gibelinos, y los dominios de Menton y Roquebrune. Carlos I, considerado por muchos el verdadero fundador del principado y primer señor de Mónaco, murió en 1357 y su hijo Rainiero II combatió a los genoveses hasta que, en 1489, el rey de Francia y el Duque de Saboya reconocieron la soberanía de Mónaco.En setiembre de 1641, Honorato II, príncipe y señor de Mónaco desde 1612, firmó con Luis XIII de Francia el Tratado de Peroné, por el que el reino de Francia aseguraba la protección al príncipe de Mónaco. Ese año, los españoles fueron expulsados del principado.Durante la Revolución Francesa, el principado fue anexado a Francia y declarado protectorado de Cer-deña desde 1815 hasta 1860 por el Tratado de Viena. La soberanía volvió a Mónaco gracias al Tratado Franco-Monegasco de 1861.El príncipe Carlos III de Mónaco atrajo a la alta sociedad internacional desde que, en 1863, abrió el primer casino, y en 1866 el centro Monte-Carlo.Carlos III gobernó entre 1856-1889. Su hijo Alberto I promulgó la primera Constitución en 1911.

El príncipe Rainiero III sucedió a su abuelo, Luis II, quien murió en 1949.En 1918, la firma de un tratado sirvió para delimitar la protección de Francia sobre Mónaco, estable-ciendo que su política estaría alineada a la de Francia, al igual que los intereses militares y económicos.El príncipe Rainiero III sucedió a su abuelo, Luis II, quien murió en 1949.En mayo de 1993, Mónaco se convirtió en miembro oficial de las Naciones Unidas.Aunque no es miembro de la Unión Europea, Mónaco estaba, en 1999, cerca de asociarse al mecanis-mo económico de la UE a través de su unión aduanera con Francia y su dependencia del euro como moneda oficialPatrick Leclercq asumió el cargo de ministro de Estado en enero de 2000, reemplazando a Leveque. En octubre de ese año, Francia amenazó con tomar una serie de medidas parlamentarias contra el principado si éste no intensificaba sus esfuerzos por combatir el lavado de dinero. París acusó a Mónaco de ocultar información de vital importancia mediante el secreto bancario, pero no obtuvo respuesta del principado.

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Desde octubre de 2002, el Grupo de Acción Financiera Internacional contra el Lavado de Dinero (GAFI) ubicó al principado en un segundo nivel de países catalogado como «algo cooperativo», junto a Barbados y Bermuda.En 2004, la ley británica dictaminó que Stephen Troth (nacido en Chesterfield, miembro del grupo bancario HSBC), enfrentaría dos nuevos años de prisión, por la malversación de más de10 millones de dólares realizada en Mónaco. Un tribunal de Mónaco lo había condenado a cuatro años de prisión en 2002. A los 81 años de edad, a raíz de dolencias en los pulmones, corazón y riñones, el 6 de abril de 2005 murió Rainiero. Hasta el momento de su muerte, era el monarca de más largo reinado en Europa. Fue reemplazado por su hijo Alberto, de 47 años de edad. El príncipe Alberto II realizó, en abril de 2006, una travesía de 120 kilómetros con trineos tirados por perros desde Barneo, una base ártica rusa, hasta el Polo Norte. El viaje, en conmemoración de uno de los cuatro que cien años atrás había realizado su ancestro Alberto I, sirvió para sumar la voz oficial del principado a las denuncias sobre el calentamiento global –uno de cuyos efectos más graves es el acele-rado derretimiento de los cascos polares. En 2007, el príncipe Alberto II dio a conocer, por primera vez en la historia del principado, las cifras del PBI. Esto permitió que negociara con Naciones Unidas cual sería la cifra que destinaría por con-ceptos de ayuda al desarrollo.

Historia del Casino de Monte-Carlo

El principal casino de Monte Carlo constituye a menudo la primera imagen que acude a la mente de las personas al imaginar el estilo de vida de un apostador. Las imágenes de James Bond destruyendo la mesa de baccarat pertenecen a Monte Carlo. El príncipe Carlos II de Mónaco ordenó la creación de un lugar para hospedarse que incluyera un casino, para favorecer la economía del país. Charles Gar-nier, arquitecto de la Ópera de París, lo construyó en un estilo barroco. Francois Blanc adquirió una concesión para dirigir las apuestas del casino por 50 años. En 1898, dicha concesión pasó a una com-pañía privada con participación del gobierno, la Societe des Baines de Mer. Desde su apertura en 1863, jugadores profesionales de todo el mundo han volado al Casino de Monte Carlo a probar suerte.

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Momentos Inolvidables en la Historia de Monte Carlo

En 1873, Joseph Jagger, ingeniero británico, anotó los resultados de seis ruedas de ruleta en Monte Carlo. Eventualmente fue capaz de descubrir un error en una de las ruedas, que provocaba que ciertos números fueran sorteados más a menudo. Jagger aplicó este conocimiento y ganó millones de francos. Luego perdió algo de dinero cuando el casino cambió las ruedas de lugar, pero Jagger volvió a encon-trar su rueda poco después. Por último, el casino pudo detener a Jagger, pero no antes de que se ganara el título de "El Hombre Que Hizo Saltar La Banca En Monte Carlo". En 1891, un estafador profesional llamado Charles Well llegó a Monte Carlo con dinero fresco y apostó en la rueda de ruleta. Aplicando el arriesgado y muy criticado Sistema Martingale, en base al cual se debe doblar la apuesta cada vez que se pierde para eliminar las pérdidas, Wells tuvo una racha de buena suerte y ganó un millón de francos, logrando ser el segundo Hombre Que Hizo Saltar La Banca En Monte Carlo.

En el 2004, como respuesta a la explosión en popularidad de la Serie Mundial de Poker y los torneos televisados en general, el casino Monte Carlo decidió instaurar su propio torneo de poker: el Monte Carlo Millions. Phil Ivey, famoso profesional de poker, fue capaz de eliminar a la mayoría de los 80 competidores que hubieron de pagar $14.000 para participar en el torneo, pero finalmente perdió ante Jani Sointula (quien ganó la competencia) y debió conformarse con el tercer puesto.

En el 2005, Ivey tuvo su revancha y obtuvo el primer puesto en el Monte Carlo Millions, llevándose a casa un millón de dólares. Al día siguiente ganó nuevamente en un Evento Invitacional de Monte-Carlo Millions patrocinado por FullTiltPoker.

En definitiva, un país de ensueño, un lugar protagonista de buena parte de la Historia europea y, actualmente, una economía fuerte y saneada y un lugar turístico con grandes atractivos, no solamente, para los adinerados, sino para cualquier persona con inquietudes culturales, ya que, desde las instan-cias oficiales, se fomentan notablemente la cultura y el arte, en todas sus manifestaciones, además del deporte: no olvidemos el famosísimo Rallye de Monte-Carlo, que, todos los años, se celebra a princi-pios de junio, o el festival televisivo internacional más importante...

Iñaki Ferreras

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Son muchas las posibilidades que nos ofrece este lugar dedicado a la fitología. El paseo por sus senderos está salpicado de carteles que nos van informando de las especies que podemos observar en cada punto, con su historia y característi-cas, pero a mí, personalmente, me gusta perderme entre sus parterres, sentarme a escuchar el trino de los pájaros que habitan las copas de los majestuosos árboles que lo pueblan, o leer deleitándo-me con el dulce sonido del agua de sus fuentes.

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REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID

En un entorno privilegiado, al lado del Museo del Prado, se encuentra desde hace más de dos siglos el Real Jardín Botánico de Madrid. Ya en los jardines que jalonan su entrada, presi-didos por magníficos magnolios y un almez centena-rio se respira tranquilidad, pese al tráfico rodado. La misma atmósfera sosegada y placentera se oculta tras el muro y las verjas que lo delimitan.

Cada temporada del año tiene su encanto aunque si deseas conocerlo en máximo esplendor elige la primavera, es la época que sin duda quedarás impresionado con el brillante y variado colorido de sus flores.

Los macizos de petunias, con su aroma característica, los iris, lirios que sorprenden por sus diversos colores, aguileñas, peonías, celindas de dulce perfume, agapantos, narcisos, jacintos, gazanias, etc., matizan cada parterre, cada rincón que alegran con su presencia. Los rosales también están presentes, sin embargo, son mucho más impresionantes los de la rosaleda del Real Parque del Retiro, que se encuentra bastante cerca de allí.

REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID

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Merece la pena el jardín de roca-lla y visitar el huerto y no puedes marcharte sin entrar en los inver-naderos, para ver las plantas crasas, los cactus y el jardín tropi-cal.

Todo un lujo y un deleite en el centro de la ciudad, a pocos minutos de la estación de Atocha o de la plaza de Cibeles, rincones para pensar, para meditar y sobre todo para aprender y disfrutar de la botánica.

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REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID

Las aromáticas también tienen su lugar, en el que podemos encontrar bastantes variedades, desde las más conocidas hasta otras que no lo son tanto.

LOS CINCO LATINOS

MI MUSICA DE LOS SETENTA

Por Freddy Mayer

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El grupo lo formaban cuatro hombres y una mujer que los lideraba. Sus nombres Estela Raval (cantante solista), Ricardo Romero (Trompeta), Hector Buonsanti (Saxo tenor y clarinete), Mariano Grisigliono (Saxo Barítono) y Carlos Santinori, que fue remplazado enseguida por J.Francisco Pataro (Trombón). Todos ellos argentinos.

Los Cinco Latinos, fue uno de los primeros grupos músico-vocales que cantaron Rock en español, o Rock Latino como se le denominó en aquel tiempo.Nacieron artísticamente un veintidós de marzo de mil novecientos cincuenta y siete en el Teatro Tabaris de Buenos Aires.

Durante la década de los sesenta cosecharon sus mejores triunfos, viajando y llevando su música por todos los rincones del mundo.

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Graban 41 LPs durante toda su carrera, aparte de 38 compilaciones de éxitos y varios EPs y Singles.

En 1961 cantan en el Olympia de Paris junto a Gilbert Becaud y Edith Piaf. En el 62, en España con Frank Sinatra; en el 64 se presentan en el Show de Ed Sullivan, el programa de televisión más importante de EEUU, ante ochenta y dos millones de espectadores.En 1966 se independizan y crean su sello discográfico propio.

Unos años después, en 1970 Estela Raval se separa de sus compañeros e inicia una carrera de éxitos en solitario.

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En 2007 celebran el cincuenta aniversario de Los Cinco Latinos y vuelven a cantar juntos.Los Cinco Latinos, es posiblemente la mejor banda de todos los tiempos, que ha interpretado música en español.Para aquellos que no los haya conocido y para los que quieran recordarlos, os remito a la Web: Los Cinco Latinos Jukebox.

Hasta el próximo número.

UN PASEO POR LOS COLORES Y TEXTURAS DE LOS CUADROS DE PAZ SOTOMAYOR.

“ABISMO” 40X60.2005, acrílico, sílice y tela sobre lienzo

“gemelos” 30x30, 2005, acrílico, sílice y tela sobre lienzo

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“BROTE” 25X35. 2004, acrílico, sílice y tela sobre lienzo

“MUNDOS II” 20x20, 6 piezas, 2004, acrílico, y sílice sobre lienzo

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“EL VIAJE” 50X50. 2004, acrílico y sílice sobre lienzo

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“MUNDOS” 120x80. 2006, acrílico y sílice sobre lienzo

“CONTRASTES” 63x39. 2002, acrílico y sílice sobre tela

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“EL VIAJE” 50X50. 2004, acrílico y sílice sobre lienzo

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¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!