re vista integra 4

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    1Integra Educativa N 4 / Vol. II No. 1

    Integra EducativaRevista de Investigacin Educativa

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    2 Integra Educativa N 4 / Vol. II No. 1

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    3Integra Educativa N 4 / Vol. II No. 1

    Instituto Internacionalde Investigacin Educativa para la Integracin

    Convenio Andrs Bello

    Revista de Investigacin EducativaIntegra Educativa

    4Tema: Pedagoga y Didctica Crtica

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    4 Integra Educativa N 4 / Vol. II No. 1

    Idea original:IIIEI-CABDireccin General de la Revista: David MoraCoordinador General de la Revista:Juan Miguel Gonzlez VelascoEdicin General: David Mora, Juan Miguel Gonzlez y Natalia Llanque

    Cuarto tema:Pedagoga y Didctica CrticaResponsables del tema: David Mora y Juan Miguel Gonzlez

    Imagen de la portada:Material otogrco del IIIEI-CAB

    Prohibida su reproduccin total o parcial el IIIEI no se hace responsable ni compartenecesariamente las opiniones expresadas por los autores.

    REVISTA INTEGRA EDUCATIVA DEL IIIEI-CAB

    Integra Educativa, 2009Instituto Internacional de Investigacin Educativa para la Integracin / 2009

    Abril 2009DL: 4-3-1-08ISSN: 1997-4043

    Edicin y Publicacin:InstItuto InternacIonalde InvestIgacIneducatIvaparalaIntegracInMacario Pinilla No. 453 La Paz, BoliviaCasilla 7796/Fax 2432088/Tel (591) (2) 2435018 (591) (2) 2434939,Para mayor inormacin: E-mail: [email protected],Con copia a [email protected]

    Impreso en: La Paz, Bolivia

    Revista de investigacin educativa del IIIEI- CAB

    La Revista Integra Educativa es una publicacin cuatrimestral, la idea original le pertenece al Instituto

    Internacional de Investigacin Educativa para La Integracin del Convenio Andrs Bello. Tiene comoobjetivo undamental, el tratamiento y divulgacin de temticas educativas en los dierentes pueblosde Amrica Latina, el Caribe y del resto del mundo. Es una revista indexada internacionalmente enel IRESIE (ndice de Revistas de Educacin Superior e Investigacin Educativa) de la UniversidadNacional Autnoma de Mxico, con registro de ISSN internacional. Asimismo, con el Centro deInormacin de la Educacin Superior ANUIES-Mxico, y otras instituciones educativas nacionalese internacionales, con las que mantiene intercambios peridicos.

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    5Integra Educativa N 4 / Vol. II No. 1

    ndice

    Editorial .................................................................................................................................................................................................................................................... 7

    PRIMERA SECCINFundamentos tericos sobre Pedagogia Didactica Critica

    Pedagoga y Didctica Crtica: Hacia la construccin de una visinlatinoamericanaRosa Becerra Andrs Moa .................................................................................................................................................................................... 13

    Pedagoga y Didctica Crtica para una Educacin LiberadoraDavid Mora......................................................................................................................................................................................................................................... 25

    SEGUNDA SECCIN

    Artculos sobre investigacin originalesLa didctica Crtica desde la transdisciplinariedad, la complejidad y la investigacin.De cara a los retos y perspectivas educativas del devenir de nuestros tiempos

    Juan Miguel Gonle Velasco ............................................................................................................................................................................. 63

    Pedagoga y Didctica CrticaJorge Carrana Espinoa.............................................................................................................................................................................................. 75

    La Didctica Crtica, critica la crtica educacin bancariaAl Ramn Rojas Olaa..................................................................................................................................................................................................... 93

    Teora crtica o positivismo en la prctica pedaggicaJorge Viaa ...................................................................................................................................................................................................................................... 109

    Algunos elementos para una educacin matemtica crtica en Venezuela: conocery conocimientoWladimir Serrano Gme ....................................................................................................................................................................................... 125

    Qu signica Pedagoga Crtica rente a la sociedad matematizada?Uwe Gellert...................................................................................................................................................................................................................................... 145

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    TERCERA SECCINAvances de Proectos de Investigacin otros del III-CAB

    Formacin tcnica general y econmica competencias y contenidos escencialesy estndaresRol Oberliesen............................................................................................................................................................................................................................. 163

    Enoque didctico para la comprensin conceptual de signicados matemticosbsicos a travs del proceso de enseanza aprendizaje de la Matemtica, para laormacin de proesores de Ciencias-Exactas.

    Elsa Iris Montenegro Moracn, Juan Enrique Garca La Rosa, Iraida Fuentes Toledano,Elaine Duharte Despaigne Anbal Trobajo Cobo ........................................................................................................... 183

    El bachillerato cubano: su pereccionamiento a travs de la investigacinpedaggica curricular

    Luis Roberto Jardinot Mustelier..................................................................................................................................................................... 197

    Una mirada a la ormacin de los proesionales de la educacin desde lapreparacin del bachiller en Cuba

    Irela Margarita Pa Domngue ................................................................................................................................................................. 219

    Inormacin para colaboradores ............................................................................................................................................................ 241

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    7Integra Educativa N 4 / Vol. II No. 1

    Editorial

    Nos complace presentar el cuarto nmero de la Revista Integra Educativa, delInstituto Internacional de Investigacin Educativa para la Integracin del Convenio

    Andrs Bello. El tema central es Pedagoga y Didctica Crtica, de gran relevancia paratodos los pases en procesos de transormacin educativa latinoamericana y caribea.

    El mundo plantea nuevas exigencias a la Prctica Docente y en muchos casos, existeinconormidad con los resultados de la enseanza y el aprendizaje de los estudiantes.Una de las interrogantes que requiere ser resuelta, radica en lograr una Pedagoga yDidctica Crtica que d respuestas a las necesidades educativas y sociales en nuestrospases.

    Diversas investigaciones arman que en la escuela actual, persisten elementos negativos de la

    enseanza tradicional, maniesta en los docentes que enatizan la transmisin y reproduccinde los conocimientos. Monopolizan la actividad anticipndose a los razonamientos de losestudiantes, sin propiciar la refexin y la comunicacin. Tratan el contenido sin llegar a losrasgos de la esencia y ste muchas veces est descontextualizado de la realidad, lo que nopermite una verdadera aplicacin prctica. La evaluacin controla atendiendo al resultado, noal proceso quen supone arribar al conocimiento o la habilidad.

    En mi opinin, una de las causas de lo expresado hasta aqu, radica en la insucientesistematizacin terica en la Pedagoga y la Didctica, lo que desata que no siempre se

    orezca a los docentes una posicin terica-metodolgica que los oriente en su trabajodiario. En algunos sistemas educativos, se importa acrticamente teoras orneas, sintener en cuenta la propia realidad educativa, es decir sin contextualizarla. Esta prcticaincide por ejemplo que en Amrica Latina no haya an una verdadera concepcindidctica, elaborada desde de las sabias experiencias de educadores latinoamericanos.

    Respecto a la Didctica y la Pedagoga, existen tres posiciones:

    En la dcada de los 40, se consider la Didctica como una de las ramas de la Pedagoga(Beltrn 1985, Nassi, 1985), reduciendo a sta a una ciencia emprica.

    Para autores ms recientes, la Didctica sustituye a la Pedagoga, restndole a la Pedagogasu carcter de ciencia, (Crdenas 1991, Zuluaga 1992).

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    Asumimos una tercera posicin, al incluir a la Didctica como una de las Ciencias de laEducacin, donde la Pedagoga es la ciencia integradora de todas ellas. El objeto de estudiode la Didctica (del griego Didaskein ensear y teckne arte) lo constituye el proceso

    de enseanza aprendizaje, de carcter integral desarrollador de la personalidad de alumnos yalumnas.

    Diversas corrientes sobre Pedagoga y Didctica, hemos teorizado y practicado los sereshumanos para aprender y ensear, por ejemplo: laEscuela Tradicional, la Escuela Nueva,el Conductismo, el Cognitivismo, la Tecnologa Educativa, la Didctica y PedagogaCrtica, la ConcepcinDialctico Materialista o Integradora y ms recientemente,surgi con mucha uerza el Constructivismo, la Complejidad y la Metacomplejidadeducativa, entre otros. En Amrica Latina en particular, en los ltimos aos, planteamospropuetas didcticas que debern tomarse en cuenta, tales como el AprendizajeOperatorio (Hidalgo Guzmn, 1992), la Pedagoga Autoactiva de Grupos (Rojas.R, 1995) y la Pedagoga Conceptual (De Zubira, 1994). Aunque todas parcializadashacia una orientacin muy particular.

    La Escuela Tradicional se sustenta a partir de los planteamientos del iniciador de laPedagoga moderna: J. A. Comenio (1592-1670). Que en sentido general, consideraque la enseanza debe ser directa, simultnea, en salones de clases, con grupos deestudiantes. Ensear por igual todo a todos, lo que corresponde a uno de los msnobles sentimientos de la humanidad.

    La Didctica concebida bajo la ptica Conductista, insiste en la repeticin deacciones de parte del alumno para jar una conducta, sin que este participe o razonerespecto al camino para llegar al conocimiento. Para los seguidores del conductismoo behaviorismo (J.B. Watson, E. Tolman, C.L. Hull, F.B. Skinner), lo que importa es elresultado del proceso de enseanza y no lo que ocurre dentro de la persona durante elaprendizaje; su sustento es el positivismo que reduce al sujeto a un elemento pasivo,porque el papel activo lo desempea el medio, aportando los estmulos (E-R).

    La Didctica que se apoya en el Cognitivismo, plantea que se debe ensear a pensar

    a partir de la propia actividad del alumno, considerando lo que ocurre en su interior.Para los cognitivistas (J. Piaget y a J.S. Bruner, entre otros), la interaccin sujeto-medio,es el elemento esencial en el proceso del conocimiento humano.

    La corriente del Procesamiento de la inormacin, desconoce el carcter subjetivodel proceso de conocimiento humano, al absolutizar el producto de la percepcin, larecepcin, el almacenamiento (memoria) y la recuperacin de la inormacin. Asumirloconlleva a que la Didctica interprete la enseanza y el aprendizaje, slo en uncin dela acumulacin de inormacin.

    La Tecnologa Educativa, constituye un cambio externo en la didctica. Adoptdiversas modalidades, como la enseanza programada, la ciberntica de la enseanza, los

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    paquetes de autoinstruccin, la enseanza a travs de la televisin y el video, entre otros.Para sus seguidores contina con clara inclinacin conductista, porque absolutizan conlo ms importante el producto nal, que puede alcanzarse con la utilizacin de la tcnica,

    as como elevan excesivamente el papel individual del que aprende, desconociendo laimportancia de educador en la ormacin de valores universales.

    La Pedagoga y la Didctica Crtica, tuvo su mxima expresin en los aos 80. Enalgunos pases de Amrica Latina, se desarroll en la educacin no escolarizada, enatencin a los procesos polticos que ocurran en el rea. Tiene un uerte peso humanistaal enatizar el papel del sujeto, en contacto con la realidad social y los problemas de lasociedad. Se contrapone de alguna orma al cognitivismo, al insistir en los elementosaectivos, valorativos y emocionales.

    Aunque para algunos la corriente constructivista es an un intento de sistematizacinterica (...) eclctico y electivo, al asumir posiciones tericas dierentes (Chvez-Cnovas, 1994), esta postura debe considerarse por el uerte impacto que tiene enmuchos sistemas educativos.

    En sentido general, los constructivistas sostienen que los conocimientos, los proyectosy productos intelectuales, son construidos a partir de la actividad del sujeto, inclusoalgunos llegan a plantear con uerza la infuencia colectiva. Se reconoce la necesidadde que el aprendizaje tenga sentido y signicado para el que aprende, y se sostiene laimportancia de potencializar el desarrollo.

    Una visin planteada en este nmero, es la visin de Pedagoga y Didctica Crtica, quedestaca los procesos de transormacin educativa latinoamericana, aunque recientementetendemos hacia una nueva visin de construccin Didctica y pedaggica a partir de lacomplejidad y la visin transdisciplinar cientca, donde los elementos didcticosno son limitantes en el proceso de aprendizaje y enseanza, y existe una coordinacindisciplinar para la construccin de conocimientos dentro y uera del aula.

    En este marco, la discusin terica y prctica de la Pedagoga y la Didctica, es una

    necesidad de todos los actores educativos, que merece toda nuestra atencin en labsqueda de una educacin liberadora y emancipadora, como lo ha expresado el granpedagogo latinoamericano de nuestro tiempo Paulo Freire. Y que en nuestros tiemposes una necesidad imperante.

    Dr. Juan Miguel Gonzlez VelascoCoordinador de la Revista Integra Educativa

    Instituto Internacional de Investigacin Educativa para la IntegracinConvenio Andrs Bello

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    PRIMERA SECCIN

    Fundamentos tericosPedagoga y Didctica CrticaLo que nosotros tenemos que practicar ho, es la solidaridad. No debemos acercarnos al pueblo adecir: Aqu estamos. Venimos a darte la caridad de nuestra presencia, a ensearte con nuestrapresencia, a ensearte con nuestra ciencia, a demostrarte tus errores, tu incultura, tu alta deconocimientos elementales. Debemos ir con an investigativo, con espritu humilde, a aprenderen la gran uente de sabidura que es el pueblo.

    Fuente: Discurso de Ernesto Che Guevara, agosto de 1960.

    Las recomendaciones de Simn Rodrguez al colegio San VicenteCONSEJOS DE AMIGO DADOS AL COLEGIO DE LATACUNGA (IX)

    Por Pal Garca L. 2007-12-15

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    Pedagoga y Didctica CrticaHacia la construccin de una visin latinoamericana

    Rosa Becerra HernndeInstituto Pedaggico de Caracas UPEL-IPC.Grupo de Investigacin Diusin en Educacin Matemtica (GIDEM)

    Repblica Bolivariana de [email protected]

    Andrs Moa RomeroInstituto Pedaggico de Miranda UPEL-IPMJMSM.

    Grupo de Investigacin Diusin en Educacin Matemtica (GIDEM)Repblica Bolivariana de [email protected]

    RESUMEN

    La refexin terica, plantea la construccin de una visin latinoamericana para la pedagoga y la didctica,dentro de una postura crtica, que respete y entienda las realidades y necesidades de cada uno de nuestros pases.

    Analizamos una obra y un pensamiento, un ser y un quehacer, que genere puntos de encuentro y la posibilidadde establecer una relacin dialgica vitalizadora, entre nuestra teora, y en nuestra prctica, y ponerla al serviciode la poblacin. Se analiza el por qu de la implantacin de modelos que caracterizan el quehacer pedaggico

    y didctico en Amrica Latina, as como el cuestionamiento a los mismos. En particular, se desmonta el

    modelo positivista, inquirindose sobre la incorporacin de modelos socio-pedaggicos importados, quedistancian el proceso educativo del entorno social en el que tienen lugar, ragmentando y obstaculizando lasvas en la transormacin social. Revisamos el aporte de diversos pensadores latinoamericanos y la vigenciade sus planteamientos. La propuesta incluye elementos para la construccin crtica de la pedagoga y ladidctica desde el aula, y se concluye con la necesidad undamental de la conormacin de una conciencialatinoamericana de integracin.

    Palabras clave: Pedagoga crtica, didctica crtica, pensamiento pedaggico latinoamericano, transormacinsocial, refexin, conciencia social.

    ABSTRACT

    This theoretical refection posits the construction o a Latin American vision or education and teachingwithin a critical ramework that understands and respects the realities and needs o each o our countries. Weanalyze a work and an idea, an entity and a task that have certain aspects in common and thereore allow usto establish a vitalizing dialogue between our theory and our practice, and to dedicate these to the service obroad sectors o the population. We discuss the why o the introduction o models that have characterizedthe educational and teaching activities in Latin America, as well as the need or questioning such models.In particular, this article dismantles the positivist model and examines the incorporation o imported socio-educational models that separate the educational process rom the social environment in which it takes place,thus leading to the ragmentation and hindrance o social transormation. We consider the contributions o

    various Latin American thinkers and the validity o their approaches. This article suggests elements or theconstruction o a critical pedagogy and critical teaching rom a classroom perspective, and concludes with theundamental need or the ormation o an awareness o Latin American integration.

    Keywords: critical pedagogy, critical teaching, Latin American pedagogical thinking, social transormation,refection, social awareness.

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    ROSA BECERRA HERNNDEz y ANDRS MOyA ROMERO

    1. Introduccin

    Entre latinos americanos anda nuestro uturo:pensar sobre ellos lcidamente es hacerlo posible.

    Luis Britto Garca

    Civiliacin o Barbarie, era el enrentamiento dicotmico que planteaba Sarmiento,anulando todo encuentro posible. Pero, el camino de la civilizacin en nuestra

    Amrica Latina, implicaba el surgimiento de una opcin modernista que pusola educacin al servicio de intereses oligrquicos dependientes de eseras depoder orneos. La construccin de este camino, no estuvo signada por unaconstruccin unidireccional o libre de enrentamientos. En buena parte de lospases latinoamericanos, surgieron pensadores y movimientos educativos que

    trataron de impulsar la constitucin de una identidad latinoamericana y caribea(Rojas Olaya, 2008). Sin embargo, la gran mayora de esos pensadores e ideasque inspiraron esos movimientos, tales como el de la Reorma de Crdoba en1918, han quedado trabadas en localidades, instituciones o escritos polvorientos,expropiados a la luz pblica, denostados, perseguidos o cuidadosamenteintegrados a bibliotecas y archivos cuyo dudoso orden impide acceder a losregistros que quedaron. (Puiggrs, 2005: 49).

    Las polticas provenientes de programas como, la Alianza para el Progreso yotras entidades multilareales como el Banco Mundial o el Banco Interamericanode Desarrollo, e implementadas en la dcada de los sesenta del siglo XX,impulsaron propuestas reormistas en los sistemas escolares en uncin a lasnecesidades del mercado. El problema surgi en lo redituable de la inversin eneducacin, propiciando oertas dierenciales de acuerdo con la clasicacin enestratos de la poblacin, minimizando el papel del Estado y promoviendo polticasprivatizadoras. La pedagoga y la didctica ueron concebidas en uncin de estaspolticas, los docentes caracterizados como actores neutrales, transmisores de unconocimiento previamente establecido, deban llevar adelante una tarea ecaz yeciente en la ormacin de recursos humanos necesarios dentro de la economa

    de mercado.A pesar de esa arremetida de la poltica neoliberal, la persistencia de

    propuestas estuvieron presentes en el pensamiento pedaggico latinoamericano,y la insurgencia de pensadores y hacedores como Paulo Freire, Prieto Figueroau Orlando Fals Borda, hicieron rente a la consolidacin de un pensamientohegemnico para nuestros sistemas educativos latinoamericanos, donde se quisoimplantar la lgica economicista.

    En el presente trabajo, planteamos que la construccin de una visinlatinoamericana sobre la pedagoga y la didctica enmarcadas dentro de unaposicin crtica, es posible y necesaria. El respeto a las realidades y necesidades de

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    cada uno de nuestros pases, que conlleva contar con una obra y un pensamiento,con un ser y un quehacer, que nos permita establecer puntos de encuentro parallevar adelante una relacin dialgica vitalizadora entre nuestra teora y nuestra

    prctica, y ponerla al servicio de sectores amplios de la poblacin, de aquellos quepor mucho tiempo han permanecido invisibilizados. En este marco, analizamosel por qu de la instauracin de modelos que han caracterizado el quehacerpedaggico y didctico en Amrica Latina, y el necesario cuestionamiento a esosmodelos.

    2.La superacin del positivismo

    Sustituir las deniciones discriminatorias entre lo acadmico lo popular entre lo cientco lo poltico.

    Orlando Fals BordaEl positivismo considera como nico conocimiento vlido, aquel que es externoal sujeto llamado objetivismo. En este contexto, la epistemologa se convierte enuna actividad propiciadora del proyecto global conocido como neoliberalismo.ste justica la desaparicin del sujeto en el proceso de construccin delconocimiento, elaborando as, una ciencia que explique exactamente cmo eldocente debe ensear y de la misma orma, cmo el estudiante debe aprender.El n ltimo, como plantea Brquez (2006), es construir un mtodo universal

    al que Comenio llam pantodidctica. Este mtodo deba poseer las cualidadesde validez para aplicarse en cualquier escuela a nivel universal (p. 99). Estaarmacin, evidencia que las refexiones y acciones pedaggicas, deban tener uncarcter universal y por lo tanto, el conocimiento ser asocial y depender de loque el objeto dicte al sujeto.

    En el caso latinoamericano, como plantea Puiggrs (1981), el positivismo noproporcion a los intelectuales latinoamericanos los instrumentos necesariospara comprender a sus pueblos y producir una pedagoga comprometida con latransormacin social (p. 14). As, en la poca desarrollista de Amrica Latina,entre los aos 55 y 65, se dio inicio a una pedagoga uncionalista, instalndosecomo producto de importacin. Los planteamientos dieren de las ideas originalesde Dewey, y as las teoras sociolgicas y pedaggicas implementadas en losEstados Unidos, dieron origen a la pedagoga del subdesarrollo maniestada endiversas teoras como la de la privacin cultural. De esta orma, los modelos socio-pedaggicos importados, separan el proceso educativo del entorno social, dondetiene lugar, ragmentndolo. Entonces se reconstruye el objeto por ragmentos,que al establecer las relaciones pierden su expresin de totalidad. El problemade la capacitacin de la uerza de trabajo por ejemplo, nos plantea Puiggrs(Op. Cit.), es presentado como algo dierente a la reproduccin de las relacionessociales de produccin, de donde la educacin se convierte en un prerrequisito para

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    ROSA BECERRA HERNNDEz y ANDRS MOyA ROMERO

    el desarrollo econmico. Por esta singularidad, el concepto de recursos humanos surgecomo reduccin economicista en el que el hombre es presentado como un recurso, conalgo ms que los aspectos tcnicos de su ormacin, como plantea Puiggrs (1981), as:

    Transormar al hombre en un reproductor del capitalismo dependiente,requiere como condicin que la ormacin de la uerza de trabajo se realiceen los marcos de un proceso de socializacin en el cual el elemento ideolgicocobre ms uerza que aquel estrictamente tcnico (p.17).

    Por eta razn no se reconoce el carcter de transmisoras de una cultura vlidaa las ormas educativas dominadas. Se las descalica y sustituye por procesoseducativos de las clases dominantes. Se transorma entonces a la pedagoga enciencias de la educacin y se la ordena bajo criterios ecientistas. Este modeloecientista, lo abarca todo, desde los objetivos hasta los nes, sin dejar nadapara la refexin. Nos clasican y organizan de cualquier orma que justique lamarginacin. Esta receta educativa, uncion perectamente en Amrica Latinaen lo que se denomin las Escuelas Normales de Formacin de Maestros.

    Citemos un ejemplo, en la reglamentacin de la escuela primaria Argentina,Ley 1420 de echa 1884, la escuela pblica es delineada con una misinclaramente civiliadora (Surez, 1994). Por lo tanto, la nueva escuela que debaerguirse como ese agente civilizador, necesitaba contar con sujetos que llevaranadelante dicha tarea. Surge as el maestro como un ejemplo digno a imitar, con

    cierta carga de dispositivos didcticos y a quien se le imprime en su ormacin,pautas metodolgicas signadas por el disciplinamiento, como asevera Surez,que comportan (op. cit.) un determinado ordenamiento psquico y corporal delos alumnos y una precisa disposicin de las tareas del maestro (p.2). Si bienel autor se reere a la educacin Argentina, los latinoamericanos cilmenteidenticamos los rasgos de esta educacin, con la impartida en nuestros pases.El modelo ue el mismo.

    Agotado este modelo, las nuevas corrientes del accionar pedaggico,

    enatizaron el trabajo eminentemente proesional del docente, su ormacinentraa tcnicas y conocimientos instrumentales que permitan desarrollar unalabor educativa ms ecaz. Se descalic la modelacin del maestro-apstol,como ejemplo digno a imitar que caracteriz al enoque antes descrito, y seacentu la ormacin tecnolgica que permitiera alcanzar objetivos estrictamentepreestablecidos (Becerra, 2006).

    Surez (op. cit.) vincula la cristalizacin de este modelo proesional a dosprocesos simultneos. El primero, de ndole terico-ideolgico con sesgo neo-positivista, que est relacionado con la explicacin, planicacin y evaluacinde los sistemas educativos. El segundo, de carcter poltico, que estuvo

    vinculado a la implementacin de lneas pragmticas impulsadas por organismos

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    internacionales tales como la UNESCO y la OEA, y pases desarrollados, apartirde la reestructuracin de los mercados mundiales. Todo ello, bajo el lema deEducacin para el Desarrollo.

    Esta corriente, tuvo como base, la concepcin de la educacin como variableindependiente del crecimiento econmico, denominada por Surez Teora del CapitalHumano (1994, p. 5), que impuls cambios en la administracin y control de la educacin,al aplicar innovaciones tecnolgicas e introducir conceptos relativos a la rentabilidad y laeciencia. Este cambio lleg al aula, tecnicando el proceso educativo y extendindose ala ormacin de docentes guiados por el modelo desarrollista. As al maestro se convirtien proesional de la docencia, que para desarrollar este rol, requera de un nuevo yproundo entrenamiento tcnico-metodolgico que las escuelas normales no podanorecer, por lo tanto, su ormacin inicial se eectuara en universidades e Institutos deEducacin Superior. Segn el autor, la brecha entre la concepcin y la ejecucin deltrabajo escolar, se escindi y los docentes asumieron la tarea de transmitir conocimientos,en cuya creacin no intervienen como tampoco lo hacen en la concepcin de los mediosadecuados para realizar la transmisin. El docente como agente educativo, est privadode las posibilidades de creacin y transormacin que puede desarrollar en un ambientede autonoma protagnica.

    3.El rescate necesario de un pensamiento educativo y pedaggicolatinoamericano

    Dnde iremos a buscar modelos? La Amrica Espaola es original.Original han de ser sus Instituciones su Gobierno. y originales

    los medios de undar unas otro. O inventamos o erramos.Simn Rodrgue

    Los modelos dominantes que se constituyeron en la dinmica de las sociedadeslatinoamericanas, ayudaron al alejamiento de pensadores y experiencias quesurgieron a partir del siglo XIX, y continuaron en el siglo XX, como expresin delas contradicciones al interior de esas sociedades, identicadas con las necesidades

    y demandas de las clases populares. Tal como arma Cneo (2004), en el prlogode la reedicin de la obra de Simn Rodrguez tituladaInventamos o Erramos:

    La historia de Amrica Latina, la que se haca en su tiempo y la que seescribi sobre ese tiempo, una y otra, lo dejaron de lado, entonces y despus.(Tardamente advertimos con morosidad culpable, en qu medida losmarginados de la historia ejercieron, o estaban preparados para ejercer, comogestores decisivos, pero transitando las otras veredas, las de la inconormidad,que quedaron sin el visto bueno de los cronistas consagradores.) (p. IX)

    En esta morosidad culpable, consideramos que debemos incluirnos eincluir a amplios sectores que podramos llamar progresistas, identicados

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    ROSA BECERRA HERNNDEz y ANDRS MOyA ROMERO

    con una educacin popular latinoamericana. De alguna manera la uerza delproyecto de Rodrguez, que consideraba que la educacin deba tener comoncleo undamental a la poblacin pobre y marginada, empero ue advertida

    casi exclusivamente por los poderosos, y por esa razn, arrinconado, combatido,acallado, ocultado (Puiggrs, 2005, p. 50).

    Los cambios polticos dados en Amrica Latina hacia nales de la dcada delos noventa, con la toma del poder de parte de actores identicados con los sectorespopulares, como los casos de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Venezuela, entreotros posibilitaron el resurgimiento del proyecto de Don Simn Rodrguez, en el que laspolticas de inclusin, sea palabra cierta. En esta reconceptualizacin educativa, tuvieronlugar las acciones masivas de alabetizacin en Venezuela y Bolivia, con el gran apoyo dela Repblica de Cuba.

    En ese terco persistir de pensadores progresistas de Amrica Latina, unsiglo despus de Rodrguez surgi la gura del peruano Jos Carlos Maritegui(1894-1930), quien plante un mtodo de anlisis de la realidad educativa. Laeducacin no puede, ni debe ser analizada al margen de la estructura econmica

    y social, proponiendo la alternativa de una nueva educacin, con reconocimientoy deensa de la escuela pblica.

    La ragua de pensadores en el campo de la educacin en Amrica Latina no seapaga. Contamos con intelectuales como el Maestro venezolano Luis Beltrn Prieto

    Figueroa (1902-1993) que con su obra estimul la crtica para examinar y entenderlos problemas educativos. Su obra est enmarcada en una cosmovisin amplia de loque signica la Educacin. La comprensin de qu signica actuar para superar lasproundas desigualdades que caracterizan a nuestra Amrica Latina. As arma:

    Para ormar un mundo mejor, es preciso desechar las viejas ideas, que no orecencimientos seguros. Una sociedad basada en la ganancia, en el dominio de lascosas, con proundas dierencias engendradas de las desigualdades sociales, si noes proscrita denitivamente, no orecer seguridad ni oportunidad para hacer alhombre dueo del mundo por l creado y para l pensado. De la sensibilidad, tinoy equilibrado dominio de los dirigentes depender que la promesa del uturo nosea slo de montruoso entronizamiento de mecanismos para producir ms, paradominar sobre cielo y tierra, sino tambin arribo al seguro reinado de la justicia,de la solidaridad compartida y del esuerzo en comn para vivir en paz. (PrietoFigueroa, L., 1979. Discurso pronunciado en el Paranino de la Universidad deLos Andes, Mrida, con motivo de recibir el ttulo de Doctor Honoris Causa dela Facultad de Humanidades y Educacin de dicha universidad)

    Otro hacedor de la esperanza y constructor de la utopa concreta es elMaestro brasileo Paulo Freire (1921-1997). La propuesta educativa de Freirees undamentalmente dialgica, problematizadora, crtica y liberadora. Lacomprensin del mundo est ligada, indisolublemente, a la accin. Sostiene:

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    Toda comprensin corresponde entonces tarde o temprano a una accin. Luegode captado un desao, comprendido, admitidas las respuestas hipotticas, elhombre acta. La naturaleza de la accin corresponde a la naturaleza de lacomprensin. Si la comprensin es crtica o preponderantemente crtica laaccin tambin lo ser (2000, p. 102)

    Podramos continuar mencionando una larga lista de pensadores que hicieronaportes signicativos para una educacin latinoamericana popular y crtica, perono es esa nuestra intencin. Lo que queremos resaltar es la necesidad que tenemosen Amrica Latina, de pensar que el Sur empiece a ver al Sur para la verdaderaintegracin. Que contamos con elementos de refexin para construir una visinlatinoamericana sobre la base de nuestros pensadores que dieron pautas para unaconstruccin crtica de la didctica y la pedagoga, comprometida con amplios

    sectores de la poblacin, que tradicionalmente ueron y son excluidos.4. Construccin crtica desde nuestras aulas. Caso Venezuela

    Nunca he credo en la investigacin acadmica cuo paradigma tericoes el alto nivel de objetividad neutralidad.

    Luis Antonio Bigott.

    A nales de la dcada de los noventa, a la par del proceso de transormacin de lasociedad venezolana, se inicia la reorma curricular del nivel de Educacin Bsica

    en Venezuela, el ejecutivo nacional caracteriza la reorma como la ...innegablenecesidad de emprender una prounda transormacin en el sector educativo,una transormacin que conduzca a producir verdaderos cambios, no slo enlas estrategias organizativas sino, mucho ms importante, en las intenciones y

    valores inmersos en las prcticas pedaggicas. (Ministerio de Educacin, 1997).El visionario maestro Prieto Figueroa, casi una dcada atrs, situaba su discursoen esta lnea de refexin al hablarnos de la Educacin como la ms poltica delas actividades del hombre, asegurndonos que por medio de ella, orjamos lanacin, orientamos el porvenir, e impulsamos el progreso.

    Sin embargo, el camino de la transormacin educativa no ue cil. Nopodemos menos que apreciar, que la dinmica de nuestras aulas y las posibilidadesde transormaciones eectivas en ellas queda relegada a la resistencia de docentesy estudiantes a los cambios educativos, que es la expresin, segn Giroux (1990),entre otros actores, del rechazo y crtica a metodologas didcticas que han resultadocastrantes en el proceso de ormacin de esos mismos docentes. Se ha maravilladonuestra escuela, plantea Freire (2000), y tambin nuestras casas de ormacin docente,agregamos nosotros con la sonoridad de la palabra, con la memorizacin de conceptos yan de ideas, con el trabajo sobre el educando y no con el educando, dictamos ideasy temas, en lugar de debatirlos o discutirlos. Reivindica tambin el maestro Freire, lasituacin social de la ormacin de los educadores, cuestin discutida, y cuestionada,

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    en investigaciones de larga data tambin por otro maestro venezolano, Luis Bigott(1975). En las cuales se reeren al maestro con trminos como los siguientes: Elmaestro venezolano tiene un saber enciclopdico y repetitivo; simplemente inorma

    y la mayora de las veces obliga a sus educandos a un aprender memorstico (p.8). Elpropio Bigott nos alerta sobre estas conclusiones cuando seala: Estas verdades sonexpuestas en un lenguaje ro-metodolgico se dice que se asla el enmeno educativodel contexto social en el cual se desarrolla. Nosotros nos pronunciamos contra estetipo de investigacin. Debemos reconocer que nosotros mismos, hemos cado ms deuna vez en esta trampa, sin comprender que nuestra situacin como docentes se debecada vez ms a la globalizacin e imposicin de no tan slo polticas educativas, sinotambin y muy esencialmente, de polticas econmicas y sociales de corte neoliberalde las que an no nos hemos deslastrado.

    Se hace necesario entonces, elaborar algunos elementos que permitan unaaproximacin cualitativa a una didctica crtica, refexiva, liberadora, que puedaser construida en y desde la praxis misma, en un proceso de refexin, accin

    y construccin social donde, como arma Freire (1974, p. 39) el sujeto setorna capaz de percibir en trminos crticos la unidad dialctica entre el sujeto

    y el objeto, con un respaldo terico que la sustente, algo que no debemosconundir con verborrea en el sentido Freiriano. En este contexto teorizar,es contemplar, comprobar, vivir la realidad en contacto crtico y analtico deella. Por lo tanto, la respuesta a esta bsqueda metodolgica no puede ser la

    aceptacin incondicional, la acomodacin de la postura de nuestros estudiantesa la nuestra, es decir, las posiciones acrticas y contemplativas, la educacin,como plantea Freire (op. cit), exige ...una permanente postura refexiva, crtica,transormadora.

    La ormacin de los docentes que lleven adelante esta didctica, no puedeser constante y predecible (lo que no implica improvisacin), pues este tipode educacin, no prepara a nuestros uturos docentes para las aulas que sonheterogneas, y con alto grado de incertidumbre, ni para la vida misma. As,debemos priorizar la construccin y reconstruccin de conceptos, elaboracinde conjeturas, resolucin de problemas, adquisicin de destrezas bsicas deobservacin, refexin y accin, es decir, que los docentes adquieran procesosque le permitan comprender y transormar su medio. Porque como dice Freire:

    Toda comprensin corresponde entonces tarde o temprano a una accin. Luegode captado un desao, comprendido, admitidas las respuestas hipotticas, elhombre acta. La naturaleza de la accin corresponde a la naturaleza de lacomprensin. Si la comprensin es crtica o preponderantemente crtica laaccin tambin lo ser. (Freire, 2000, p. 102).

    En uncin de este cometido, priorizamos los aprendizajes en cooperacin, y taly como arma Mart:

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    Los jvenes se animan, discuten al maestro, al texto, al libro de consulta. Tienen ciertoespritu volteriano, que hace bien. Rechazan la magistral imposicin, lo que tambines bueno. Anhelan saber para creer. Anhelan la verdad por la experiencia; manera dehacer slidos los talentos, rmes las virtudes, enrgicos los caracteres. (1990, p. 44).

    Proponemos tambin, la utilizacin de dierentes ormas de organizacinsocial del aula, propiciando el trabajo en grupos pequeos donde sus miembrossientan la necesidad de deender sus ideas y argumentos, rente a las de sus pares

    y del docente, con el acompaamiento adecuado de ese docente como mediadordel proceso de aprendizaje. Este planteamiento cobra vigor al entender queel estilo de relacin que predomina en los salones de clase, es el autocrtico(Angulo, 1998).

    Entendemos as la Educacin como un ente particular cuya realidad nosaparece con presencia eectiva en el hombre... Por su presencia eectiva, ndicede su existencia real, queda la educacin uera del mbito de los entes lgicos...La educacin es en el hombre, procede del hombre, en virtud del hombre yse ordena al hombre... (Gonzlez, 1985, p. 17-19). Por tanto, si el objeto dela educacin es el hombre, que es una realidad, que es cambiante y no poseecontinuidad ontolgica ni necesidad lgica, entonces el conocimiento pedaggicono es -por denicin- seguro, cerrado, dogmtico, porque el objeto sobre el quecual refexiona, es el hombre. Un ser no acabado, sino por el contrario, unaconstruccin constante. La pedagoga as concebida, es praxis que se constituye apartir de la refexin sobre una accin humana que es libre y que est conormadapor la educacin, esta refexin no es acabada, ni prescriptiva y debe reinterpretarconstantemente su comprensin sobre el quehacer educativo.

    5.Algunas reexiones para un fnal en construccin

    Fuera de rehacer el mundo con mi praxisal lado de otras praxis, no ha cmo tener esperana.

    Paulo Freire

    No podemos, ni debemos, concluir esta refexin terica, sin aceptar la premisade la dualidad existencial presente en nuestra condicin de educadores.Cuando intentamos soar con estudiantes crticos, refexivos y cada vez msindependientes, nuestro desempeo y la propia institucin en la que ejercemosla docencia, coartan ese sueo. Debemos cumplir con ella al desarrollar undeterminado currculo, con unos parmetros de evaluacin predeterminados

    y en la mayora de los casos infexibles, en un lapso de tiempo estrictamenteadministrado y en espacios sicos que generalmente no son los ms apropiados,con una estructura acadmico-administrativa medieval que tarda demasiado enadaptarse a las nuevas ormas de conocimiento y de produccin del mismo yque cada da se separa ms de los avances y reivindicaciones sociales que nuestro

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    pueblo ha construido. Esta situacin nos plantea confictos que debemosasumir, as como la dualidad misma. No ser posible alcanzar nuestros sueoscomo educadores, sino nos incluimos nosotros mismos dentro de esa dualidad,

    pero an esto no basta, asumir es imprescindible, sin embargo no cambia lasituacin. Freire (s), nos plantea que la transormacin del mundo, implicauna praxis transormadora, pero al mismo tiempo, nos alerta que una praxistransormadora demanda conciencia, aunque sta no se constituya tan slo atravs de la praxis transormadora, es necesario, segn el autor, asumir ...unatensa relacin dialctica entre percibir que no soy, pero soar con ser (p. 1).Bajo este planteamiento, iniciamos lentamente el camino de la transormacinde nuestra praxis pedaggica, conscientes de las contradicciones presentes enella y ms an, en nosotros mismos como docentes.

    Para esa transormacin, tambin consideramos necesario compartir lo quedeca Marx hace ms de un siglo atrs: no es la conciencia del hombre lo quedetermina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina suconciencia. Es indispensable la construccin del ser social latinoamericano, estdisperso en muchas piezas de un rompecabezas que an est por armar. Tenemoslas piezas que en casi doscientos aos se han venido raguando, hemos tenido lospensadores con sus aportes pedaggicos y didcticos, continuamos generandoideas, se han llevado a cabo experiencias y movimientos que han dejado huellasen muchos de nuestros pases latinoamericanos. De manera paulatina, lenta

    pero indetenible, se ha venido conormando la conciencia social que permite laemergencia de movimientos polticos comprometidos con las luchas ancestralesde nuestros pueblos. Es el momento en la Amrica Latina, de entender laintegracin como un proceso compartido de compromiso entre todos, donde losaportes de una pedagoga crtica, sean punta de lanza de ese proceso.

    Bibliograa

    Angulo, G. (1998).Construyendo una Didctica para el Curso Investigacin Educativa. Una Experiencia

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

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    Giroux, H. A. (1990): Los Proesores como Intelectuales. Hacia una Pedagoga Crtica delAprendiaje. Barcelona: Paids.

    Gonzlez, A. (1985).Filosoa de la Educacin. Buenos Aires: Troquel.

    Mart, J. (1990).Ideario Pedaggico. La Habana: Pueblo y Educacin.

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    Surez, D. (1994). Normalismo, Proesionalismo y Formacin Docente: notas para undebate inconcluso debate inconcluso. (Documento en lnea). Disponible: http://www.educoas.org/portal/bdigital/contenido/laeduca/laeduca118/articulo3/index.

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    Pedagoga y Didctica Crtica para una

    Educacin LiberadoraDr. David MoraDirector Ejecutivo del Instituto Internacional de

    Investigacin Educativa para la [email protected]

    RESUMEN

    Actualmente, nos encontramos ante una importante discusin, en los diversos campos de las ciencias

    sociales, naturales, matemticas y, especialmente, en la educacin, donde se trata de incorporary ortalecer los principios undamentales de las corrientes loscas y epistemolgicas crticas,refexivas y transormadoras, desarrolladas tanto en Europa como en Amrica Latina y el Caribedurante el siglo veinte. En este marco, existe gran inters sobre la refexin terico-prctica en elcampo de las ciencias de la educacin, particularmente, en pedagoga y didctica. El respaldo loconstituyen, los principios bsicos de la Teora Crtica y, adems de los aportes de la tradicin crticade la ciencia y la educacin, de Amrica Latina y el Caribe. Proponemos avanzar en esta direccinpedaggica-didctica, porque responde a las necesidades e intereses de nuestras sociedades, quebuscan, con mayor uerza y decisin, caminos de liberacin sociopoltica, econmica y cultural,especcamente en el mbito educativo. La propuesta, Pedagoga y Didctica Crtica para unaEducacin Liberadora, tiene por objeto contribuir con esta discusin, a travs de algunos aspectos

    undamentales reeridos a la Teora Crtica, as como tratar el tema de la pedagoga y la didcticacrticas, de acuerdo a un conjunto de elementos sustantivos de la discusin educativa actual.

    Palabras clave: Teora crtica, Pedagoga y Didctica, Prctica Educativa y Transormacinsocial

    ABSTRACT

    At present we are aced with an important discussion in the diverse areas o the social and naturalsciences, mathematics and especially in education, which seeks to redeem and to reinorce theundamentally refexive and transormative principles o the philosophical and epistemologicalcurrents o the twentieth century in Europe as well as in Latin America and the Caribbean. In this

    context, new theoretical refections and ideas about concrete practices have arisen in the eld oeducation sciences, particularly in pedagogy and didactics. These are based on the basic principleso Critical Theory and on essential contributions to the critical tradition in the sciences andeducation o Latin America and the Caribbean. It is necessary to pursue this pedagogic-didacticalline, regardless o some unounded opposition, because it responds in a valid way to the necessitiesand interests o our societies, which seek with ever greater strength and determination paths ortheir socio-political, economic and cultural liberation, specically in the educational context. This

    work intends to contribute to this debate. It rst discusses some undamental aspects o CriticalTheory and then deals with the topics o pedagogy and didactics in relation to key critical elementso the current education debate.

    Keywords: critical theory, pedagogy and didactics, educational practice and socialtransormation.

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    DAVID MORA

    Transormacin social

    Teora Crtica

    El trmino teora crtica o teora crtica, de la sociedad ue acuado porHorkheimer y Marcuse, en la revista sobre Investigacin Social a mediados de1937 en los artculos: Teora Tradicional, Teora Crtica yFilosoa Teora Crtica.En estos artculos refejan la concepcin losca y terica de los participantesdel ampliamente conocido Instituto de Investigacin Social de Frankurt,acreditado tambin como el grupo que constitua la an ms clebre Escuelade Frankurt. Desde entonces el trmino Teora Crtica, se impuso nacionale internacionalmente como una teora sociocrtica de la sociedad, alcanzandodiversos campos, como por ejemplo la sociologa y la educacin.

    El concepto conocido como Teora Crtica, tuvo su inicio a partir del anlisishecho por Horkheimer y Marcuse, a mediados de los aos 30, a partir deltrabajo realizado por Carlos Marx sobre Crtica de la Economa Poltica. Lacomprensin del trmino crtica, de parte de este grupo de marxistas, se entendicomo dialctica crtica. La teora crtica, desde la perspectiva de la dialcticacrtica, considera aspectos de la economa poltica, en relacin con las diversasormas y medios de produccin econmica. Los procesos de produccin, en losdiversos campos de la economa capitalista, cuyo n consiste en la elaboracin deproductos necesarios y superfuos, enraizado en el dominio de la naturaleza porlos seres humanos y, particularmente, ocaliza el uso de la uerza de trabajo de loshombres sobre la base del mximo rendimiento a menor costo, hasta el punto deimpedir toda posibilidad de emancipacin y liberacin del colectivo y del sujetocomo esencia undamental de los procesos productivos a menor, mediana y mayorescala. Cuando hablamos aqu de procesos productivos, no nos reerimos nica

    y exclusivamente a la tradicional relacin entre uerzas de trabajo productivas,personas, maquinarias, y sectores dueos de los medios de produccin, capital

    y herramientas, sino esencialmente a toda relacin de dominacin a travs deltrabajo, las diversas maniestaciones del capital, la produccin, la tecnicacin

    y comercializacin. La garanta, para el liberalismo y el neoliberalismo, de laexistencia de estas ormas diversas de dominacin y explotacin, ue sin duda, elortalecimiento de las concepciones individualistas de la sociedad. Horkheimer(1969, 148-149) seala, por ejemplo lo siguiente:

    El individualismo es la esencia misma de la teora y la praxis del liberalismoburgus que ve el progreso de la sociedad en el eecto recproco automticode los intereses divergentes en un mercado libre. El individuo slo puedeconservarse como ente social en tanto persigue sus intereses a largo plazo a

    costa de los placeres inmediatos y emeros. Las cualidades de la individualidad,orjadas por la disciplina asctica del cristianismo se vieron ortalecidas porel liberalismo. El individuo burgus no se consider como necesariamente

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    antagnico respecto a la colectividad, sino que crea o bien se le enseaba acreer que perteneca a una sociedad capaz de alcanzar el ms alto grado dearmona slo por la competencia ilimitada de los intereses individuales. Puededecirse que el liberalismo se consideraba promotor de una utopa realizada,que ya no necesitaba ms el allanamiento de algunos desniveles perturbadores.Tales imperecciones no podan cargarse en la cuenta del principio liberal,sino en la de los lamentables obstculos no liberales que demoraban el xitopleno de aqul. El principio del liberalismo haba conducido a la uniormidadmediante el principio nivelador de comercio y trueque que mantena unida a lasociedad liberal. La mnada, smbolo del siglo XVII del individuo econmicoatomista de la sociedad burguesa, se convirti en un tipo social. Todas estasnmadas, por aisladas que se encontraran gracias a los osos del egosmo,del inters propio, se asemejaban sin duda cada vez ms unas a otras, en loque se reere a la persecucin de ese inters propio. En nuestra poca, la de

    las grandes corporaciones econmicas y de la cultura de masas, el principiode la uniormidad se libera de su mscara individualista, es proclamadoabiertamente, y elevado a la categora del ideal autnomo.

    El contenido real de la Teora Crtica, est orientado al esclarecimiento delas relaciones injustas de produccin, consumo y acumulacin de capital enlas sociedades capitalistas, independientemente de las ormas de produccin:agrarias, comunitarias, industriales, post-industriales o altamente tecnicadascomo ocurre en el momento histrico actual.

    Propsito de la Teora CrticaPrimero, la Teora Crtica analiza cmo la economa liberal o neoliberal, en lasrelaciones de poder y produccin contemporneas, conduce al monopolio, noslo del capital, la uerza del trabajo y los medios de produccin, sino tambinal manejo de los comportamientos e interacciones interpersonales, como porejemplo ormas de actuar, consumo, relaciones entre sujetos y grupos culturaleso sencillamente, dependencias sociales y sicolgicas con criterios determinadospor los grupos de poder econmico y mediticos. El control de los sujetos, a travs

    de un supuesto discurso de liberacin individual, tiene gran xito en la sociedadesaltamente tecnicadas y mediatizadas. El domino del trabajo productivo no estrealmente en manos de los sectores populares mayoritarios y explotados, sino enlos grupos minoritarios, dueos del capital y con ello de las uerzas productivas.

    No se trata solamente de la convencional relacin entre las uerzas productivastradicionales y los dueos de los medios y uerzas productivas a travs de losdiversos mecanismos de relacin de poder, sino sobre todo, del dominio de unospocos sectores sobre grandes conglomerados de personas, a travs de ormasaltamente tecnicadas y sosticadas de explotacin y dominacin, que alcanzasu mxima expresin durante la mitad del Siglo XX e inicios del Siglo XXI.El capital privado, segn la Teora Crtica, es tan daino o peligroso, como el

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    DAVID MORA

    control de la economa de parte del Estado Burgus o los grupos cooperativistasindependientes de ste o de los grandes monopolios de capital en manos debanqueros, terratenientes u otras ormas sutiles y muy modernas de acumulacin

    de capital. En todos estos casos, queda intacto el principio de la dominacin yopresin.

    La Teora Crtica pretende un mundo altamente emancipado y a partir delas relaciones de poder y produccin igualitaria, que obviamente, requiere deun largo e intenso proceso de ormacin y educacin crtica, poltica, tcnica

    y liberadora. La Teora Crtica, en consecuencia, se convierte en la teora deanlisis de la losoa que respalda a la ciencia de la economa enmarcada enel mundo de la neutralidad poltica. De all su importancia, para la TeoraCrtica, la Economa Poltica dentro de la concepcin marxista del mundo y

    las relaciones interactivas entre los sujetos miembros de un determinado grupocultural con caractersticas semejantes o entre grupos culturales poseedores deaspectos singulares dierenciados. La esencia de la Teora Crtica, entre otrosaspectos, explica un conjunto importante de contradicciones de la sociedadburguesa actual, tal vez no analizadas por los marxistas anteriores a la terceradcada de Siglo XX. Creemos, que la Teora Crtica surge y se desarrolla comocomplemento importante del anlisis marxista de la sociedad. Pucci (1994, 14-15) indica al respecto lo siguiente:

    A hiptese que deendemos a de que a Teora Crtica, embora enatizesobremaneira categorias no tratadas de maneira aproundada por Marx epelo marxismo originario, como as categorias superestruturais da cultura,da losoa, da psicologia etc., tendo em vista inclusive um novo contextoeconmico, cultural, poltico, contudo tem como pano de undo bsico(no como primazia) a dimenso econmica da realidade capitalistamonopolista, articula a relao teora-prctica de uma maneira dierentedas revolucionanrias dcadas dos anos 10 e 20 desde sculo, redimensionaas categorias clases sociais e luta de classes numa conceituao menosrestrita, e se enriquece com as contribuios da losoa e da academia.

    Em nossa opio, para se resgatar a concepo materialista da historia, quevisa transormar a realidade e as mentalidades, no se deve apresentar umadimenso de ruptura com o marxismo ocidental, como arma Anderson, masde complementaridade (conexo, como diz Manacorda, no obstante suascrticas especcas aos rankturtianos) a partir dos desaos que a modernasociedade apresenta. No colocano as teorias, que esto no mesmo horizontedo materialismo histrico, uma contra as outras, na busca da mais pereita,echando-se em principios e dogmatismos, que se avana em termos de unaconcepo materialista da historia mais adequada ao nosso tempo; mas,pensamos ns, ancorados no pensamento marxismo, e atentos aos desaos dahistoria, resgatando das teorias progressistas os elementos que possam ajudara enxergar melhor e transormar a realidade. nesse sentido que pensamos aTeora Crtica e suas contribuies teoria marxista contempornea.

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    Segundo, la Teora Crtica, analiza las ormas productivas, y en consecuenciasus productos derivados, superfuos, determinados por la construccin social ysicolgica de necesidades abstractas e irreales, creadas por los grupos de poder

    con la nalidad de mantener intacto el crculo diablico de la produccin,comercializacin, consumo y explotacin tanto de recursos naturales como delas uerzas productivas, siempre con el objetivo de peremnizar las estructurassociales, polticas y econmicas de desigualdad. Este ciclo perverso constituye laideologa de la objetividad y necesidad, que respalda la existencia de sociedadesdepredadoras de la naturaleza y los seres humanos. Ideologa, por lo dems,inmersa en un mundo de contradicciones y alsa libertad de accin y decisin.Por supuesto que esta ideologa se ortalece, especialmente, en las sociedadesaltamente industrializadas y tecnicadas, donde supuestamente no existe lucha

    de clases, puesto que slo una quinta parte de la poblacin pertenece a la clasetrabajadora desde la concepcin convencional, pasando por alto el renamientode las relaciones de dominacin y acumulacin, tambin altamente modernas.

    La ortaleza de la Teora Crtica, demanda el anlisis, despus de 70 aos, estasormas actuales de desigualdades proundas, que tienen su sustento en nuevosmecanismos de explotacin nacionales e internacionales. Es iluso pensar queestamos en presencia de otras ormas de relacin de produccin y poder, y quese ha superado denitivamente la explotacin, las injusticias y las desigualdades.Para bien, la Teora Crtica, nos ayuda bastante en el anlisis y superacin de esta

    alsa ideologa. El ncleo consiste en el valor de las cosas en s mismas, comoparte de la naturaleza del comportamiento de los seres humanos en sociedadesburguesas primarias, intermedias o altamente tecnicadas. La verdadera raznest en la existencia de individuos alienados y alienantes, poseedores del poderde la palabra, el capital y las instituciones del Estado Burgus y en especial elpoder sobre la ciencia y la tecnologa. Este es el problema real de la sociedadde ayer y hoy. Brquez (2006, 38) resume el pensamiento marxista explicativo,como base de la Teora Crtica, en las siguientes palabras:

    Karl Marx, intelectual del siglo XIX, queda perplejo por la capacidadeconmica y tecnolgica que se desarrolla en el mundo moderno para produciry reproducir mercancas a una velocidad y volumen como nunca antes sehaba visto, armando que ello slo es posible gracias al uso de paciencia y latecnologa que aplica en el sistema productivo la burguesa (clase dominante),la cual tiene el capital suciente, que aumenta constantemente (acumulacincapitalista), gracias a la explotacin de la uerza de trabajo ejercida contrael proletariado (clase dominada). La burguesa sustenta la reproduccin desu capital, debido, undamentalmente, a que le paga al trabajador un salarioque le permite a ste solamente recuperar su energa para volver a trabajar.

    Los dueos de los medios de produccin no le renumeran al obrero unsalario equivalente a las ganancias obtenidas. Para Marx, la masa de capitales invertida en materia prima, tecnologa, inraestructura, mantenimiento de

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    los instrumentos de produccin, etc., pero no en un salario justo y equitativoal trabajo realizado por el obrero (horas de labor). Esa parte del salariono pagado, Marx la denomina plusvala, y constituye la base del proceso deacumulacin capitalista.

    Tercero, la Teora Crtica pretende develar, a trabes de procesos deesclarecimiento y discusin de las contradicciones latentes y subyacentesde nuestras sociedades, la conormacin de una supuesta relacin armnicadeliberativa, en las sociedades donde existen democracias representativasburguesas. Estas sociedades han construido a lo largo de los aos supuestasrelaciones estables entre los sujetos, constituyendo una estructura sociolgica

    y sicolgica altamente engaosa. Existe en nuestras sociedades la creencia dela existencia de condiciones iguales de deliberacin y decisin a travs de la

    participacin momentnea y temporal en procesos electorales de cualquiernaturaleza. Las estructuras burguesas de los Estados Capitalistas, han permitidoprocesos de democratizacin, descentralizacin, municipalizacin e, inclusive,de la participacin popular. Estos mecanismos muy inteligentes de los EstadosBurgueses engaosos, han logrado apartar de la discusin y el debate sociopolticolas verdaderas razones de injusticia y desigualdad social. La supuesta deliberacindemocrtica, ha logrado un objetivo muy claro y pertinente con los requerimientosde la burguesa: convertir las necesidades e intereses, en la mayora de los casosdirigidos y determinados por la misma burguesa, en comportamientos generales,

    en torno al cual se mueve y adeca lo particular. Las acciones de cada sujetoestn sometidas, a las condiciones de una supuesta armona generalizada, vlidapara cada uno/a de los/as habitantes de este planeta, sin importar los contextos,los intereses colectivos ni las caractersticas propias de la naturaleza, que surerpida y directamente las consecuencias de la sociedad depredadora, determinadapor los principios del capitalismo en sus diversas maniestaciones: capitalismoincipiente, industrial y altamente tecnicado.

    En ese sentido, conviene refexionar sobre los principales supuestos de laTeora Crtica, los que obviamente respaldan todos los criterios desarrollados

    hasta el momento.Supuestos(s) de la Teora Crtica

    La Teora Crtica analiza, como primera premisa bsica, la existencia y esencia delcapital. Este anlisis est vinculado a la crtica marxista, a la economa en el trabajocomo economa poltica. Lo interesante, no es el estudio de un momento histricodel desarrollo de sociedades industrializadas, sino el esclarecimiento de la existencia

    y dominio del capital en cada sociedad y momento histrico, mientras existan sereshumanos en este planeta. La premisa es muy sencilla: la acumulacin de capital tienerelacin con la sociedad de consumo, la existencia de mercancas y las ormas propiasde produccin, sin la conormacin de medios y maneras de concienciacin.

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    de s misma, que despus conundi con la idea de todo posible conocimientohumano. Ignorando los undamentos sociales de la investigacin, quedpresa de los imperativos tcticos del Estado y del complejo militar-industrial.Tambin se conundi la tcnica. Se alz con una tirana y slo mantieneuna vida articial gracias a haber olvidado irrefexivamente sus orgenes enlas opciones sociales y culturales humanas. La sociologa, recogiendo estoserrores, se ha convertido en bun que, con grotescas piruetas, trata de imitarel modo de las ciencias slidas de engaarse a s mismas. La lgica de latcnica ha penetrado en la sobras del gobierno y, en nombre de la ecacia,los uncionarios estn colonizando cada vez ms eseras de sentido particular.Por encima de todo ello, como unos espejos deormantes de eria, los mediosde diusin emiten tantos refejos de los que somos o pudiramos ser quenos agradan o acortan sucesivamente hasta embotarnos la sensibilidad. No esraro que unas voces reclamen o el ensueo de recobrar los sentidos perdidos

    rompiendo los espejos, o una verbena de imgenes reordenando los espejosen una regresin innita de signicados, como el dibujo de la caja de coposde avena Quaker Oats.

    Las dicultades peridicas o sorpresivas, provocada por el sistema capitalistanacional e internacional, pueden llevar a situaciones de desigualdad y explotacinms proundas que en momentos de abundancia; tambin es posible queconduzcan a comportamientos egostas, xenobicos, separatistas, violentos

    y autoritarios, como ocurre actualmente al interior de algunos pases o en el

    mbito internacional. Un caso muy elocuente consiste en las acciones racistas,inhumanas, injustas y discriminadoras de los pases europeos respecto a los/asinmigrantes, de origen aricano, latinoamericano y caribeo.

    Los Estados Burgueses pasan, en el mbito de la democracia representativa-burguesa, a comportamientos totalitarios y autoritarios, ms aun cuandoocurren momentos crticos en los ciclos de la economa perversa que sustentan.Las actitudes antidemocrticas aumentan al producirse, acciones contrarias alorden establecido y requerido por el Estado Burgus imperante. Hoy vemoscomo existen mecanismos sosticados de control, a travs de la implementacinmundial de las tecnologas de la inormacin y simulacin, la biotecnologa y, muypeligrosamente, la enajenacin. A partir del discurso permanente, aparentementedemocrtico y participativo, dirigido a cada trabajador/a, al margen de susactividades cotidianas individuales y colectivas, se sustenta el gran aparatomundial de control y manipulacin de las personas. Esta superestructura seguirexistiendo en cada poca, contexto y momento histrico, mientras haya todoun constructo ideolgico, generado por la teora del capital, su acumulacin ymantenimiento de relaciones de sometimiento. Hoy esta teora, se disraza con elsurgimiento de concepciones neoliberales engaosas como la multiculturalidad,interculturalidad y transculturalidad, el comunitarismo, la sociedad global, etc.,que reduce u opaca la discusin y el verdadero debate sobre la lucha por el poder,

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    desigualdades sociales, injusticias y exclusiones, explotacin, discriminacin,racismo y la miseria en la que viven grandes sectores de nuestros puebloslatinoamericanos y caribeos, as como de otras latitudes, tambin en los pases

    altamente industrializados y tecnicados.Los principios de la crtica ideolgica podran considerarse como la segunda

    premisa de la Teora Crtica. sta en oposicin a la metasica idealista en laormacin de la losoa de la historia, la ontologa, la losoa irracional de laexistencia de la vida y las relaciones entre los sujetos y la ontologa existencialista,as como la actual tendencia mstica y dogmtica de las relaciones de produccin

    y desarrollo histrico del conocimiento, de nuestros pueblos. La sociedadcapitalista actual logra con mucho xito, desviar la atencin del ncleo centralcontradictorio hacia intereses y posiciones poco analticas desde el punto de vistacientco. Una de estas alsas concepciones tiene que ver con la bsqueda de unaidentidad, inexistente por cierto entre el explotado-sometido y el dominador-explotador, donde todos/as supuestamente, dejan de ser excluidos-dominadospara entrar en el mundo de los/as incluidos/as dominadores/as. Este mensaje,ilusorio y also, se expresa hoy en la creencia de que todos/as tienen la mismaoportunidad y pueden desarrollar las mismas competencias de dominacin.Sin embargo, y al mismo tiempo, se reuerza los mecanismos de superacinindividual, egosta y exclusin, como ocurre, por ejemplo, la educacin a partirde competencias, la conormacin de lderes y el ortalecimiento de la auto-estima, constructos egostas e individualistas, que impiden el logro de procesosde concienciacin popular de cada ciudadano/a en los diversos espacios ycontextos donde existen seres humanos. Paulo Freire trabaj ampliamente sobreeste aspecto, insistiendo en la necesidad de la refexin y la accin poltica comomedio de liberacin, a partir de cada accin educativa, como por ejemplo en losprocesos de alabetizacin, tal como lo recuerda McLaren (2004, 152-153):

    Paulo Freire, crtico eroz del neoliberalismo, percibi una gran tensinideolgica en la capacidad de las personas de asimilar un concepto poltico

    que uese ms all de una identidad consumista engendrada a partir de lapanoplia de la lgica mercantil. Adems, la convivencia social y los discursosde la vida cotidiana no pueden denirse a priori como ormas excluyentes dela esera poltica. El contacto personal de Freire con campesinos brasileos,durante su juventud, infuy de orma decisiva en su proclividad a la rebeldapopular contra la explotacin econmica en Amrica Latina, rica y otraspartes del mundo. Dadas las contradicciones bsicas que subyacen a unorden social involucrado en la explotacin de la gran mayora de la sociedadbrasilea, la tarea o misin de Freire se concentr en la transormacin de lasrelaciones de produccin de riqueza social (junto con los aspectos ideolgicos

    y polticos a ellas vinculados). Sin embargo, ese intento de restaurar un nuevoorden social, respaldado por un sistema justo de propiedad y distribucin dela riqueza social, acabara relegndolo al nivel de los educadores considerados

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    subversivos por el Estado Para Freire, los propios procedimientos dealabetizacin y el acto de llegar a conocer deben transormarse de modo queatribuyan posicin destacada a las cuestiones de la justicia social y la lucha por laemancipacin. Freire nos ense que los oprimidos, para materializar sus propias

    actividades con uerza revolucionaria, necesitan desarrollar una concienciacolectiva de su propia condicin o ormacin como clase sometida, as como deun espritu de solidaridad e independencia. Desde la perspectiva reireana, lapedagoga de la alabetizacin crtica es el principal vehculo para el desarrollo deuna conciencia crtica entre los pobres, lo cual conduce a un proceso de exploracinde signicados y un esuerzo creativo que combina un proundo signicado socialcon un objetivo comn. La alabetizacin se convierte, para l, en ese procesocomn de participacin, abierto a todos. El problema de la conciencia crtica nopuede plantearse si se abstrae de los contextos histricos signicativos donde seproducen, se implican y se apropian los conocimientos.

    El principio ideolgico, antstico, de la identicacin del/la explotado/a conel/la explotador/a, se convierte en una ilusin masoquista, cuya consecuenciaradica en creer que el individuo ue liberado de las garras y cadenas de laexplotacin. Al nal se ortalece la idea de que es vlida y aceptable, cada accin

    y comportamiento de discriminacin, exclusin y humillacin, porque todos/as se creen con el derecho a dominar. Esta grave asimilacin de las identidadesdel dominador, genera comportamientos sociales y sicolgicos de aceptacinde las injusticias, mantiene sin ninguna resistencia las estructuras del sistema

    inhumano capitalista, encubre actitudes de dominacin-explotacin de unos/assobre otros/as y produce, las condiciones necesarias para la desaparicin parcialo total de los seres humanos en el planeta. Estas relaciones orman parte delas sociedades altamente industrializadas y tecnicadas, donde el discurso actualpredominante, consiste en armar que all no se puede hablar de luchas declases, porque la clase trabajadora convencional no llega al veinte por ciento dela poblacin. Esto signica que la ideologa imperante del sistema capitalista halogrado, mediante la ereza de la economa depredadora del mundo y la alsaidea de la libertad, que no es ms que un masoquismo generalizado, eliminar deldebate y de las luchas sociales, el problema de la explotacin, la miseria humana-social, las desigualdades y la destruccin del planeta, inclinando la balanza haciala identicacin del explotado-excluido con el dominador-excluyente.

    La Teora Crtica, no slo advirti, hace ms de medio siglo, esta tendenciaideolgica del sistema capitalista internacional, sino que explic e indic suscontradicciones ideolgicas, siempre desde el marxismo, as como las ormasapropiadas para la superacin de esas contradicciones.

    Contradicciones ideolgicas del sistema capitalista desde la Teora Crtica

    Entre las contradicciones ideolgicas del capitalismo, estn el ortalecimientode las luchas de los/as oprimidos/as contra los/as opresores, la bsqueda de

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    liberacin-emancipacin de toda orma de dominacin y, el impulso de procesosproundos de concientizacin, que llevara inexorablemente a la superacin delas desigualdades por medios electorales para la asuncin del poder poltico de

    parte de las grandes mayoras, siempre en benecio de todo el pueblo o a travsde caminos revolucionarios. Negar este objetivo, explcito o implcito, bsico dela Teora Crtica, signica negar los principios marxistas que sirven de sustentoa la misma.

    La Teora Crtica tambin discute, entre otros aspectos propios de lastendencias conservadoras, la produccin de conocimientos desde la orma nicapositivista de las ciencias y su implicancia respecto al impulso de los procesos detransormacin. Este es, sin duda, un aporte undamental de la Teora Crticaen cuanto al papel de la ciencia, la tecnologa y el conocimiento en general en

    nuestras sociedades. Identica la existencia de ciertas tendencias dogmticasconservadoras, dogmticas desde la perspectiva cientca, reproductoras de lasprcticas metodolgicas cientcas del capitalismo que niegan la posibilidadde superar la maquinaria metdica de la ideologa enraizada en el capital, encontradiccin con la prdica de su superacin y eliminacin en un momentohistrico uturo.

    La Teora Crtica intenta superar, las posiciones positivistas impuestas porlas tendencias convencionales de la ciencia y las ormas de produccin de

    conocimientos a partir de orientaciones nicas de interpretacin, comprensiny transormacin del mundo social y natural. Una de estas crticas, est dirigida aconsiderar la unicidad de la ciencia, y su generalizacin y aplicacin, olvidndosede la existencia de situaciones contextuales concretas y especcas. stas puedendevelarse y transormarse por los propios principios de la Teora Crtica, quesupera la esencia de las tendencias positivistas y neopositivistas tanto del mtodocomo de la misma produccin de conocimientos. De ah que sea importanteestablecer, adems, las estrechas relaciones entre la teora y la prctica, propiasde la corriente crtica aqu expuesta y una estrecha relacin dialctica entre el

    sujeto y la sociedad, lo que Carr y Kemmis (1988, 195) denominan la dobledialctica:

    EL enoque dialctico de la racionalidad utilizado por los investigadoresactivos subraya especialmente las relaciones dialcticas entre pares detrminos que por lo comn se juzgan opuestos y mutuamente excluyentes:lo terico y lo prctico, el individuo y la sociedad. Hemos comentado ya larelacin dialctica entre lo terico y lo prctico. La relacin dialctica entre elindividuo y la sociedad guarda una relacin estrecha con la discusin anterior:lo terico y lo prctico, o el pensamiento y la accin, se construyen en losocial y se incorporan en lo histrico. El pensamiento y la accin individualesadquieren su sentido y su signicado en un contexto social e histrico, pero alpropio tiempo contribuyen ellos mismos a la ormacin de contextos sociales

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    e histricos. Esta doble dialctica de lo terico y lo prctico, por una parte, yel individuo y la sociedad, por otra, se halla en el ncleo de la investigacin-accin como proceso participativo y colaborativo de autorrefexin. Lainvestigacin-accin admite que el pensamiento y la accin se desprendende las prcticas en situaciones particulares y que las situaciones mismaspueden ser transormadas mediante la transormacin de las prcticas quelas constituyen, as como los entendimientos que les coneren sentido. Elloimplica transormaciones de las prcticas, los entendimientos y las situacionesindividualesas como transormaciones de las prcticas, los entendimientos ylas situaciones que losgruposde personas constituyen a travs de su interaccin.La doble dialctica del pensamiento y la accin y del individuo y la sociedadse resuelve, para la investigacin-accin, en la nocin de una comunidadautocrtica de investigadores activos comprometidos con el mejoramiento dela educacin, que son investigadorespara la educacin.

    Otro de los aspectos de la Teora Crtica, concierne al anlisis minucioso de lasrelaciones de poder entre los sujetos de un determinado grupo social, de cualquiernaturaleza, entre ellos/as mismos/as y, claro est, de este grupo con otros desimilares o dierentes caractersticas. Este anlisis es histrico, contextual, global,local y temporal. Estudia las realidades concretas y especcas, sin olvidar susinterrelaciones complejas infuyentes en cortes temporales especcos. El anlisisno olvida, las ormas de produccin y reproduccin del capital y con ello lascontradicciones que lo determinan. Aqu entra en juego las maneras de dominio,

    necesarias para la conservacin del sistema, su permanencia en el tiempo y supuricacin. La habilidad del sistema capitalista, consiste en lograr una supuestaseparacin entre las ormas de produccin y dominacin del capital, imprimindolesucientes elementos de neutralidad. Este logro del sistema capitalista, se apreciamuy bien cuando caemos en la trampa de aceptar o creer, en la actualidad, quealgunas categoras marxistas no son actuales porque (supuestamente) no existen,bricas o industrias, sindicatos u organizaciones sociales que luchen por lasuperacin de las injusticias. Hemos cado en la trampa de que no podemos hablarde lucha de clases, porque slo un grupo pequeo de trabajadores posee carcter

    proletario. Olvidamos el papel que cumple el capital y la dominacin de unos/ossobre otros/as, independientemente de la existencia de la brica y el sindicato, encaso de que la posibilidad sea cierta en el uturo.

    La construccin y conormacin, lograda por los iniciadores de la TeoraCrtica, propuesta a partir de los principios marxistas originales, permiti elposterior desarrollo del marxismo como teora cientca del anlisis de la sociedad,sus contradicciones, relaciones de poder-produccin, condiciones materiales deexistencia socio-histrica, etc. Lo ms importante es que la Teora Crtica, nopretende superar el marxismo o sustituirlo; por el contrario, se transorma enreuerzo terico-operativo, aplicable al anlisis del papel de la ciencia en cadasociedad y su produccin-reproduccin. No se trata de un catecismo de accin

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    revolucionaria; sino ms bien, y sin negar este objetivo, pretende complementar lapropia accin revolucionaria con el estudio cientco de las causas, posibilidadescientcas concretas y consecuencias de la misma, a travs de un mtodo

    apropiado: la Investigacin-Accin Participativa. La ortaleza de la Teora Crticatambin nos permite, sin pretensiones de ninguna naturaleza, analizar las actualescoyunturas sociopolticas y la bsqueda incansable, lamentablemente alejadasdel marxismo, de propuestas prospectivas de transormacin social y superacinde las contradicciones intrnsecas del capitalismo. Bernstein (1997, 22) advierte,sobre las identidades prospectivas que pretenden analizar las contradicciones dela idea bsica del capitalismo mediante otras categoras, iguales o peores que elmismo sistema capitalista:

    Estas identidades estn esencialmente orientadas hacia el uturo en contraste

    con el pasado de las retrospectivas y el presente de las identidades descentradas.Se sustentan, como las identidades retrospectivas, sobre narrativas, pero estosrecursos narrativos arraigan la identidad no en el pasado sino en el uturo. Estasson narrativas de lo que va a ser, pero de aquello nuevo que va a ser, deuna categora no individual sino social, como la raza, el gnero o la regin. Losrecursos narrativos de las identidades des-centradas anuncian una distancia dela base colectiva y social, por esto son construcciones individualizadas. Perolas narrativas que construyen lo que va a ser de las identidades prospectivas,crean una nueva base para las relaciones sociales, para las solidaridades y paralas oposiciones. De esta manera, las identidades prospectivas incluyen un

    resentimiento. Las identidades prospectivas son recuentemente impulsadaspor movimientos sociales como por ejemplo, el gnero, la raza y la regin.En su Estado inicial son evanglicas y conrontacionales, y veremos mstarde que tienen uertes tendencias cismticas. Las identidades prospectivascomparten con los undamentalistas la culminacin del s mismo y por lotanto, las maniestaciones implican la totalidad del s mismo en el nuevollegar a ser. Los procedimientos de de-socializacin son necesarios paraborrar la identidad previa. Nuevos apoyos de grupo acilitan este proceso,protegen vulnerabilidades y orientan el re-centramiento. Las identidadesprospectivas, como las undamentalistas, estn comprometidas con laactividad econmica y poltica para mantener el desarrollo de su potencial.En U.S.A. los movimientos islmicos han creado una nueva base de identidadnegra, para una poltica revitalizada y un nuevo empresarialismo. Esto es elejemplo de identidad prospectiva que surge uera de una recontextualizacinde una narrativa retrospectiva

    Direcciones y connotaciones de la Teora Crtica

    El concepto de la Teora Crtica, lo veremos en doble direccin y connotacin.Por un lado, y como primer componente, parte del principio de la necesidad deconstituir una teora slida, analtica y cientca, separada de la metasica o lasimple explicacin losca de las cosas, los sujetos y las relaciones. El carcter

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    terico del planteamiento de la Teora Crtica, pretende delimitar dos aspectosundamentales: 1. La explicacin losca general de las ciencias, en especial enel campo de las ciencias sociales. 2. El componente dogmtico de las ciencias y

    la reproduccin de conocimientos, de orma similar a las tendencias positivistasconservadoras. Estos dos elementos le proporcionan a la ciencia, el conocimiento,su produccin-reproduccin y signicado sociocognitivo, el componente de laexperiencia para la explicacin, comprensin y transormacin de la realidad,con lo que se completa el anlisis dialctico de los hechos socio-naturales. Esdecir, se supera el planteamiento positivista del anlisis de los hechos a partirde la suposicin de una supuesta verdad terica, cuyo sustento podra estarsobre la base del dogmatismo o la generalizacin puramente losca. De igualorma, se supera la creencia de la explicacin proveniente de los procedimientos

    inductivos de carcter emprico, generando una concepcin mucho ms rica,uerte y coherente con la historia, los contextos especcos, la globalidad de lasinteracciones, la temporalidad, las teoras explicativas existentes y la participacinde la mxima cantidad de actores posibles.

    La Teora Crtica trasciende el mundo de la metasica histrica e ingresaen la teora de la historia propiamente dicha. Para ella el supuesto orden de losacontecimientos histricos y los hechos socio-naturales, dinmicos por excelencia,puede cambiarse por las prcticas y teoras desarrolladas por los mismos sereshumanos; de igual manera, estos pueden ser modicados tambin por la propia

    historia y los hechos sociales-naturales. Los cambios, en ambos casos, estnsometidos a uerzas dialcticas inseparables unas de otras y, de ninguna manera,por infuencias dogmticas y precientcas; como no analizarse ni explicarse desdeposiciones loscas y menos desde la losoa de la historia. La Teora Crtica,desde su posicin y comportamiento terico, analiza contradicciones, desigualdades,incoherencias, inconsistencias, injusticias, etc., de las sociedades pasadas, presentes

    y uturas. Puede, adems, mantener en alerta cada unos de los acontecimientossociales y naturales, porque la uerza dialctica de la teora, lo permite. No se tratade la uerza del dogma o la metasica, sino slo de la teora, tmapoco de cualquier

    teora, sino slo de la teora cuyo sustento son los principios marxistas; es decir,de la dialctica y el materialismo histrico. Puede, acompaar cientcamente losprocesos histricos, pero tambin generar, producir e impulsar proundos cambios

    y transormaciones, en el campo de las contradicciones sociales e histricas. Uno delos aspectos interesantes de la teora Crtica, consiste en analizar tambin algunasposturas, llamadas postmodernas, que no logran explicar, y menos resolver, algunosde los problemas del capitalismo, las diversas maniestaciones del poder dominante y,el papel que juega la escuela en la reproduccin de estas estructuras. Kemmis (1996,18) seala, al respecto, lo siguiente:

    Segn la perspectiva postmoderna, hace mucho tiempo que se enterraronlos espritus del positivismo e incluso la idea de una teora crtica se ha dado

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    PEDAGOGA y DIDCTICA CRTICA

    tanto por supuesta que puede ya considerarse como cosa del pasado. Quiz estaimpaciencia sea, a la vez, expresin de la condicin postmoderna y respues