miotti final mexico2006

Upload: laura-miotti

Post on 02-Apr-2018

223 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    1/34

    Miotti, L. L. 2006. La fachada atlntica, como puerta de ingreso alternativa de la colonizacin humana de Amrica

    del Sur durante la transicin Pleistoceno/Holoceno. Pp. 155-188, in: 2 Simposio Internacional del HombreTemprano en Amrica (J. C. Jimnez Lpez et al., eds.). Instituto Nacional de Antropologa e Historia, Mxico. 198

    pp.

    La fachada atlntica, como puerta de ingreso alternativa de la colonizacinhumana de Amrica del Sur durante la transicin Pleistoceno/Holoceno

    Laura L. Miotti

    Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

    the path of our evolution turned aside from the common primate course by going to the sea. (Sauer,

    1962:45)1

    A la memoria de Papo, que sin ser uno de losPrimeros, all por 1927 cruz el Atlntico y form en

    Argentina su terruo

    Resumen

    Amrica del Sur fue durante mucho tiempo un continente isla y si bien durante la ltima granglaciacin ya estaba unido a Amrica Central, contina hasta el presente siendo un continentenetamente martimo, rodeado por los ocanos Pacfico, Atlntico y el mar Caribe. Durante latransicin Pleistoceno-Holoceno (ca. 138.5 ka ap) las condiciones climticas y ambientalesfueron profundas y altamente cambiantes, las mismas involucraron sensibles cambios en losniveles del mar, acompaados con breves pero dramticos episodios de expansiones glaciarias,

    que se conocen como el Episodio de Enfriamiento Reverso Antrtico. Este evento registrado endiferentes sectores de Patagonia, Andes centrales, Amazonia, y Puna de Atacama, seraequivalente al Younger Dryas (11-10 ka ap) del hemisferio Norte. Este cuadro paleoambientalsugiere diferencias mayores entre ambos hemisferios en cuanto a la disponibilidad espacial y derecursos para las primeras ocupaciones humanas del Nuevo Mundo. En este marco es que elmodelo de las adaptaciones acuticas cobra mayor sentido como herramienta terica para re-evaluar las proposiciones vigentes sobre la colonizacin humana de Amrica del Sur. En estetrabajo se discuten las implicancias interpretativas del modelo de adaptaciones acuticas junto

    con la informacin arqueolgica, paleoambiental y cronolgica de Sudamrica con el fin depresentar una alternativa acerca del ingreso y la dispersin en el ltimo sector del planetacolonizado por los humanos. Especial atencin merecr la informacin producida en el ConoSur de Sudamrica.

    n trabajos previos se observ que la particularidad paleontolgica y geolgica respectode la evolucin independiente de las especies nativas y los ambientes de Amrica del Sur

    como un continente isla, poda ser una respuesta a la variabilidad arqueolgica muchoms marcada para el momento de colonizacin humana que en Amrica del Norte (ver Miotti,E

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    2/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    156

    1989-98:15; Miotti, 2003 y bibliografa all citada). La forma triangular, con el mayoraguzamiento en las altas latitudes del sur, la angosta conexin terrestre con Amrica Central y

    del Norte, identifican a Amrica del Sur con una alta influencia martima. Esta configuracinactual que resulta por un lado de su forma y del aislamiento geogrfico respecto del hemisferionorte y de otros continentes, tiene su origen en la tectnica de placas. Dichos procesos decorrimientos mantuvieron desconectada a Amrica del Sur del hemisferio norte hasta hace tresmillones de aos, cuando surge el puente terrestre de Panam (Simpson, 1964:59; Webb yMarshall, 1980; Cione et al., 2003). Sin embargo, esta angosta faja terrestre actu como unfiltro para la dispersin de especies vegetales y animales del norte y del sur. En este sentido, ydada su mayor cercana y conexin previa con frica, Sur de Asia y Australia, la fauna y florade Amrica del Sur se han visto evolutivamente ms relacionadas con dichos continentes quecon la biota de Amrica del Norte. Estas evoluciones casi independientes de las Amricassumadas a la mayor incidencia marina en Amrica del Sur, con mayor representacin en laslatitudes medias a altas, acentan an ms las diferencias ambientales y ecolgicas de amboshemisferios. A pesar que durante el mximo avance de la ltima gran glaciacin (en adelanteLGM) del Pleistoceno final, Amrica del Sur, al igual que los dems continentes tuvo mayorcantidad de terrenos emergidos de la superficie marina, la caracterstica de ser un hemi -

    continente martimo parece haberse mantenido (Carlini y Ton, 2000). Estas diferencias decontinentalidad en las configuraciones ecolgicas de ambos hemisferios, permiten inferir unamayor variabilidad ambiental y menor incidencia de los procesos de la ltima gran glaciacinen Sudamrica respecto de Norteamrica.

    Durante la transicin Pleis -toceno-Holoceno las oscilantes condicio-nes climticas y ambientales fueron

    profundas y repentinas en toda la tierra,

    pero en lo que hace a la colonizacinhumana de Amrica y por lo expresadoarriba, ambos hemicontinentes fueronafectados en forma diferente. Una de las

    principales causas de las continuas yprofundas fluctuaciones climticas sedebi a la expansin y contraccin de loshielos continentales. El peso de las

    masas de hielo continental, a modo degran casquete en el norte y comoglaciares de montaa en el Sur fueron talvez la principal causa de la expansindiferencial de las lneas de costas enmomentos de avances glaciarios (figura1). En trminos generales los procesosde enfriamiento dieron por resultado unamayor continentalidad, mayor

    Figura 1.Mapa de Amrica tomado de Paterson (1973:242)del artculo de Dillehay (1991).

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    3/34

    Miotti La fachada atlntica

    157

    aridizacin - con corrimientos de las estructuras vegetacionales, eventos de mayor contraccinde selvas y bosques y cambios zoogeogrficos congruentes con estas reestructuraciones

    ecolgicas. Sin embargo en Amrica del Sur la glaciacin de montaa, circunscripta al sectorAndino produjo un efecto menos severo en la periferia que el registrado en Amrica del Norte,donde los dos grandes mantos (Laurntico y Cordillerano) cubrieron durante el LGM todo elactual territorio de Canad. Esta gran diferencia de extensin y volumen de los glaciares fue loque a su vez resalt ms la menor continentalidad mayor variabilidad ambiental y

    biogeogrfica de Amrica del Sur por sobre Amrica del Norte (cuadro 1) y puede haberbeneficiado a un poblamiento ms fluido en el subcontinente austral, debido a la mayor ofertade territorios disponibles para la ocupacin humana.

    Cuadro 1. Comparacin del LGM en Amrica del Norte y del Sur.

    Amrica del Norte Megaprocesos durante el LGM Amrica del SurManto Laurntico 30millones de km2

    Superficie cubierta por el

    hielo

    Manto Patagnico 1 millnde km2

    Younger Dryas 11.2 10.2 ka ap

    Evento final de avance Fro reverso Antrtico,Huelmo/Mascardi 11.4 10ka ap

    8 Descenso promedio de lastemperaturas

    Lbulo Missoula 21millones m3xseg

    Desaguaderos de hielo endicado

    15 14C ka ap

    Lbulo largo argentino 500miles m3xseg

    + Baja Cobertura y diversidadvegetacional

    + Alta

    Menor Terrenos y lneas de costaexpuestas

    Mayor

    En estos trminos, la inestabilidad ambiental propia del ltimo pulso glaciario semanifiesta con seales muy fuertes y homogneas en el Hemisferio Norte y dbiles yheterogneas en el Hemisferio Sur. La homogeneidad de los ambientes, principalmente ridos ycontinentales se registra con altas resoluciones espaciales y estratigrficas de los depsitos deloess y Black Mats del Younger Dryas (en adelante YD), la extincin masiva de lamegafauna pleistocnica y la multiplicacin de los sitios arqueolgicos paleoindios a partir deun ambiente homogneo y amplio de estepas periglaciarias, reflejos de la mxima aridez del

    YD. De este modo, es comprensible que la mayor variabilidad paleoambiental y arqueolgicasudamericana haya sido interpretada comnmente como anomala a los modelos estandar dela colonizacin humana formulados para Amrica del Norte y teleproyectados al proceso de

    poblamiento de Amrica del Sur.Este teln de fondo paleoambiental, es importante porque pone al hemicontinente

    Sudamericano en un pie de equivalencia con otro continente isla, como es Australia, con elcual las diferencias en la magnitud de los procesos se achican. Las semejanzas espacio-ambientales, como valiosa herramienta heurstica para el planteo del poblamiento humano, yafueron consideradas de modo similar por Beaton (1991) en su presentacin de las formas de

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    4/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    158

    colonizacin de continentes isla, para lo cual dicho autor compar el poblamiento humano deAustralia y Amrica.

    Este modelo junto con el de las adaptaciones acuticas formulado por Erlandson (2001y bibliografa all citada), son los que sirvieron de marco para buscar respuestas ms adecuadasal actual y complejo panorama arqueolgico de la colonizacin humana en Amrica del Sur.

    A partir de aqu, los objetivos del trabajo son presentar ejemplos de alta resolucin delos cambios de continentalidad y la variabilidad de las ocupaciones humanas en Amrica delSur durante la transicin Pleistoceno/Holoceno. Esto se cubrir sobre la base al anlisis de losdatos paleoambientales disponibles de pulsos glaciarios, distribucin de las masas glaciarias,

    paleobiologa y fluctuaciones del nivel del mar para luego cruzar esta informacin con la

    arqueolgica y presenar un modelo de la colonizacin de Amrica del Sur y su relacin con losambientes acuticos. En este marco se discuten las evidencias arqueolgicas de las costasatlntica y pacfica en relacin con la variabilidad de cuencas fluviales y lacustres a amboslados de la dorsal de Los Andes (Miotti, 2003; Miotti y Salemme, 2003; Borrero, 2004)

    La meta final es entonces formular un modelo alternativo de la colonizacin humanaintentando responder a las cuatro preguntas bsicas que guiaron este estudio: Desde dndellegaron los primeros sudamericanos? Cundo se habra comenzado este proceso de

    colonizacin? Cmo resolvieron sus modos de vida en ambientes tan variados e inestablescambiantes? (movilidades, subsistencia, tecnologas) Cuales podran haber sido las rutas, y laspuertas de entrada teniendo en cuenta las barreras y reas filtro ecolgico-geogrficas? (LosAndes, los desiertos, las selvas)

    Los ambientes acuticos

    El modelo de la colonizacin humana, de los distintos continentes a partir de

    ambientes acuticos es entendido en el sentido de Erlandson (2001). En este marco no slo loslitorales martimos son ambientes acuticos, sino tambin aquellos lugares donde el agua dulce,permite establecer un hbitat humano capaz de proveer a los pobladores del recurso crticoadems de una variada gama de recursos que comnmente se aglutinan en torno al mismo. Elsupuesto de base de este modelo de las adaptaciones acuticas es que el agua potable es elrecurso crtico ya que sin l los humanos no podran sobrevivir por ms de cuarenta y ochohoras en un lugar cualquiera del planeta. Ahora bien, si el primer recurso que una poblacintiene en mente para la exploracin y/o asentamiento en un territorio nuevo es la disponibilidad

    de agua potable, entonces porqu priorizar al litoral martimo como uno de los ambientesacuticos importantes para el poblamiento? En este caso la respuesta puede darse a partir de doscaractersticas fundamentales de estos ambientes. Las costas marinas ofrecen un camino claroentre la tierra y el mar, sin contar los beneficios de la combinacin de recursos de subsistenciaterrestres y martimos de estos litorales. La segunda, es que en este camino es donde desaguanlos ros que s contienen agua potable. Esta conjuncin de caractersticas puede haber sido unacausa fuerte para no apartarse de las costas al principio de la exploracin, sino ms bienseguirlas.

    Luego, si consideramos aquellos ambientes que dieron las bases de las primerasocupaciones humanas en Amrica del Sur, el ltimo de los continentes en ser explorado y

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    5/34

    Miotti La fachada atlntica

    159

    colonizado, es razonable que los litorales martimos con los ros y otras fuentes de agua dulcehayan sido buenos candidatos para comenzar la bsqueda de alternativas al paradigma de un

    poblamiento netamente terrestre de cazadores especializados en la megafauna gregaria, quedesde Hrdlicka hasta nuestros das ha primado en la arqueologa americana (Hrdlicka, 1918;Wormington, 1957; Mller Beck, 1969; Martn, 1973, 1984; Dincauze, 1993; Fiedel, 2000;Haynes, 2003; Kelly, 2003, entre los principales defensores de la teora).

    Como se expres arriba el concepto de ambientes acuticos no se limita nicamente alos litorales martimos, sino que incluye una variada gama de paisajes de cuencas (surgentes yacuferos, lagunas, lagos, arroyos, ros, estuarios y pantanos). Desde una perspectiva ecolgica,los ambientes acuticos, o cuencas en el espacio regional y micro regional, son aquellos

    sectores que concentran la mayor variedad y abundancia biolgica, mientras que las zonas dedivisorias de cuencas son las que dispersan y separan esta variedad. Por esta razn, las chancesde hallar una biodiversidad y abundancias taxonmicas mayores en los yacimientosarqueolgicos y paleontolgicos de cuencas es mucho mayor que en las zonas de divisorias.Esta situacin para el estudio del pasado en general y las distribuciones del registroarqueolgico en particular, acarrea asimismo un sesgo documental importante que esindispensable marcar en los trabajos. Sin embargo y por prejuicios generados por el paradigmadel cazador terrestre como supuesto de base a la colonizacin humana americana, losambientes acuticos no fueron considerados por ejemplo dentro de los diez grandes hbitats queGamble (1994 y 1998) jerarquiz como principales para la exploracin y expansin de loshumanos en la Tierra. Lo cual se debe en parte a una percepcin arqueolgica que en Amricase inicia con las ideas de pobreza de recursos que ofreceran las costas marinas (Hule, 1907) yque luego se reforzar con toda la gama de posiciones que sostiene que las mejoresoportunidades para el poblamiento americano habra que buscarlas en los habitats terrestres,

    plagados de grandes mamferos que habran sido la base de la subsistencia humana hacia fines

    del Pleistoceno y que por otro lado habran sido la continuacin del ecosistema del mamut en elviejo mundo (Matthews, 1976; Agenboard, 1984; Soffer, 1993, entre muchos otros).De este modo y conociendo los sesgos de distribucin de recursos entre cuencas e

    intercuencas o divisorias Cul habra sido entonces el rol jugado por el litoral marino para elpoblamiento de Amrica del Sur, ya que el mar si bien ofrece recursos alimenticiosimportantes, ofrece el agua potable en forma discontinua?

    El rol de los litorales martimos es importante en la historia de la colonizacin de loscontinentes porque son rutas entre la tierra y el agua y en este sentido minimiza el riesgo de la

    exploracin, pero adems muchos ambientes acuticos con agua dulce, como lasdesembocaduras de ros, lagos, lagunas, estuarios y pantanos con surgentes de agua dulceasociados a estas costas marinas permitiran comenzar a explorar tierra adentro los continentesdesde los litorales. Su importancia en este modelo se debe entonces a que son buenosindicadores para ampliar la exploracin de nuevos territorios hacia el interior de los continentesya que, por un lado contienen los recursos principales para la alimentacin y por otro, estascuencas son otras rutas seguras para los desplazamientos sin perder de vista el recurso crtico.

    La productividad de los ambientes martimos ha sido ampliamente discutida en lahistoria de la antropologa y la arqueologa desde el siglo XIX, pero por lo dicho ms arriba,

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    6/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    160

    desde el punto de vista ecolgico estos ambientes son ecotonos y es ampliamente aceptado elconcepto de ecotono como zona concentradora de biodiversidad, y especialmente en relacin a

    ambientes ridos. En estos trminos estos ambientes acuticos deben haber sido preferenciadospor los humanos debido a la productividad y diversidad de los recursos y porque la mismasiempre establece un corredor ms seguro de movilidad entre un borde y un interior continental,

    para ir y volver desde los lugares de origen.Un ltimo punto a destacar es la ubicacin excntrica con que la cordillera de Los

    Andes, como gran divisoria de cuencas ocenicas, recorre de norte a sur al subcontinente. Estaconfiguracin da por resultado una dilatada extensin de tierra, con ramificadas y extensasredes de drenaje en el este y unas muy cortas, transversales y muy poco ramificadas cuencas

    fluviales, al oeste. La implicancia de esta disparidad hidrolgica a partir de la ubicacin de LosAndes ser retomada ms adelante.

    Amrica hace 18 000 aos

    Glaciares y lneas de costa

    Como se adelant en la introduccin, estos dos aspectos ambientales son de suma

    importancia para poder interpretar la informacin arqueolgica y producir un modelo que,interconenctando las perspectivas paleoecolgicas y la de la accin social, ofrezca una solucinms abarcativa de la colonizacin humana de Amrica del Sur. Presentar el escenario dellegada es importante entonces porque de l obtendremos suficiente informacin sobre lasgrandes diferencias que el megaproceso de la LGM establecido en 20-18 ka ap como elmximo expansivo- y los cambios del Tardiglacial (15-10 ka ap) produjeron en Amrica del

    Norte y en Amrica del Sur. De los datos resumidos en el cuadro 1, se puede afirmar que enambas Amricas se registraron los pulsos de avance glaciario que ocasionaron hacia 15-13 y11.5 y 10 ka ap en Amrica del Sur y 15-12.8 y 11.2-10.2 ka ap, en Amrica del Norte (Hajdaset al., 2003) oscilaciones ambientales temporalmente breves, pero profundas por los cambios

    paleoecolgicos regionales. Esto dar como resultado un panorama de alta inestabilidadambiental y seales regionales aparentemente contradictorias, lo que sugiere que las diferenciasentre los registros de cuencas y divisorias, sumados a la alta variabilidad ambiental de Amricadel Sur parezcan anomalas. Este parecer pero no ser, se debe a la reaccin particular de cadaecosistema ante los cambios repentinos del clima, lo cual es una capacidad de cambio intrnseca

    de cada ecosistema, que en el caso de ser humanos ya agregan capacidades de reaccindiferentes a los no humanos.Otros aspectos importantes de la ltima gran glaciacin que deben ser tenidos en

    cuenta para el poblamiento humano, adems de la sincrona o diacrona de los avances yretrocesos glaciarios es el de la evaluacin de la distribucin geogrfica y la magnitud de lasmasas glaciarias y sus concomitantes fluctuaciones del nivel del mar. En el hemisferio norte elmanto de hielos del LGM se ubic casi en las puertas de entrada al continente, y su espesor ydimensiones obliteraron todo lo que es el actual territorio de Canad. En Sudamrica

    particularmente el englazamiento tuvo una distribucin mucho ms reducida, su mayorextensin se registr en el extremo ms austral, es decir donde el arribo de los primeros grupos

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    7/34

    Miotti La fachada atlntica

    161

    humanos habra sido supuestamente el ltimo de los lugares del Nuevo Mundo en seralcanzado, explorado y colonizado (figuras 1, 2 y 3 y cuadro 1).

    Por otra parte, estas diferencias repercutieron en los contornos de las antiguas costasmarinas, las cuales tuvieron exposiciones variables debido a otro factor importante, laorografa. Tanto las Rocallosas en el norte, como Los Andes en el sur, se recuestan sobre lacosta pacfica, dando pendientes muy empinadas sobre esta costa y pendientes mucho mssuaves y llanuras ms extensas hacia el este. Esta configuracin da por resultado plataformassubmarinas que generalmente son de pendiente muy abrupta en el Pacfico y llanurassubmarinas muy extensas y poco profundas sobre el Atlntico. De este modo las lneas de costadel Atlntico se desplazaron varios cientos de kilmetros hacia el este, mientras que en el

    Pacfico la exposicin de llanuras costeras fue mucho ms reducida.

    Las fuer tes seales del Younger Dryas de Norteamrica

    Las Black mats (BMs) por su gran continuidad espacial y resolucin temporal sonlas seales fuertes del evento hmedo del Younger Dryas Chronozone (YDC) Norteamericano,aforado entre el 11 y 10 ka ap. Estas esterillas negras (YDBMs) correspondiente alinterestadial Allerd, son un fuerte sello del Loess subyacente que forma la matriz sedimentaria

    de los primeros contextos Clovis (ca. 11.6 ka ap en Bonnichsen, 1991; Haynes, 2002) y querepresenta a los momentos de mximo avance y mayor aridez del hemisferio norte(Dolukhanov, 1996; Haynes, 2003). La Geocronologa de ms de 50 localidades del oeste desdeArizona a Canad revelan que las YDBMs contienen las evidencias ms tempranas de sitios

    post-Clovis. Las mismas corresponden al Inter-Allerd y separan los eventos ms ridosregistrados para el LGM y tardo glacial, de los cuales en el primero, Blling/Allerd o MiddleDryas de Rusia -12-11.8 ka ap- (Dolukhanov, 1996), correspondera a los registros de ltimaaparicin de la Fauna Rancho La Brea del Pleistoceno superior y que como se ver en elcaptulo siguiente habran sido equivalentes ecolgicas a la Fauna de la Formacin Lujn de laregin Pampeana (Tonni et al., 1999, 2003). Asimismo en este particular ambiente rido y fro,que se corresponde con el ecosistema o Estepa del Mamut (Mller Beck, 1969), se habra

    producido el arribo de los primeros grupos de colonos del Nuevo Mundo -cazadores-recolectores mongoloides, que desarrollaron la tecnologa Clovis americana (Ver discusin enSoffer, 1993). La supuesta homogeneidad paleoecolgica de la estepa del mamut fueteleproyectada desde Amrica del Norte hacia toda Amrica del Sur, con lo cual el paradigma

    Clovis los Primeros alcanz hacia las dcadas de los 70 y 80 gran hegemona acadmica yextra-acadmica (Gnecco, 2003; Miotti 2003a y bibliografa all citada). Sin embargo ya aprincipios de los 70 la informacin arqueolgica y paleoambiental suramericana indicabaanomalas al modelo de poblamiento y Alan Bryan, como principal defensor de este modelocircumpacfico, con poblaciones procedente de Amrica del Sur, lo pona de manifiesto en dosgrandes obras en donde se sintetizan adems de los datos originales su modelo que privilegia lavariabilidad ambiental y de las estrategias adaptativas humanas para lograr el poblamiento delas Amricas. Asimismo el modelo aproxima la ruta circumpacfica que habran tomado las

    primeras poblaciones que partieron del sudeste asitico (Bryan, 1973, 1978, 1986). Estas ideasfueron desde entonces un desafio permanente para el modelo del cazador de megafauna,

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    8/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    162

    procedente y dependiente de ecosistemas equivalentes a la Estepa del Mamut de Eurasia ydesde donde habran procedido los primeros grupos mongoloides que poblaron Amrica

    (Martin, 1973, 1984). El modelo de Bryan (1973, 1978, 1986) tuvo repercusin inmediata enlos autores sudamericanos, aunque fue mucho ms heterognea su aceptacin para losinvestigadores norteamericanos. Sin embargo dentro del Modelo de Bryan los pulsos de avanceglaciario como los de los Dryas no fue de gravitante importancia como lo fue para el modelo deMartin, en el cual s, era necesario un escenario de estepa abierta para que los cazadores demegafauna avanzaran hacia el sur.

    Las disonantes seales del YDC en Amrica del Sur

    En los ltimos aos se ha ido consolidando la aceptacin que los dos ltimos episodiosde enfriamiento sudamericano del LGM tienen sus equivalentes en los Older y Younger Dryasdel Norte (Tonni et al., 1999, 2003; Rabassa y Clapperton, 1990; Hajdas et al., 2003;Clapperton, 1993, entre otros). Sin embargo las particularidades y distribucin de la glaciaciny de los ocanos en el hemisferio sur generan seales ms dbiles, puntuales y disonantesrespecto del hemisferio norte. Para muchos (principalmente los defensores de la teora Clovislos Primeros) parecen ser una anomala ms de la recuperacin e interpretacin de los datos

    paleoambientales de Amrica del Sur y no una cuestin de variabilidad paleoambiental ypaleoecolgica a escala hemicontinental. Por lo tanto y aparentemente, son ms confiablesseales del hemisferio norte para dichos episodios, las cuales luego se utilizan de un modoazaroso para interpretar los contextos arqueolgicos australes.

    A continuacin se presentan dos ejemplos de las fluctuaciones de eventos del pulsoglaciario austral de alta resolucin temporal y de datos multiproxy de Amrica del Sur(Coronato et al., 1999; Tonni et al., 1999, 2003; Heusser y Rabassa, 1987; Rabassa yClapperton, 1990; Clapperton, 1993; Zrate, 1999; Bujalesky et al., 2001; Hajdas et al., 2003,entre los principales).

    El LGM en Atacama

    Entre el 11.5 y 10 ka ap, en Amrica del Sur y en otros sectores, como Australia seregistran datos confiables de un pico de avance glaciario y que en microambientes especialescomo los acuticos (cuencas lacustres y fluviales, con la formacin de paleosuelos locales) delas latitudes medias y altas, as como en zonas subtropicales y tropicales podra coincidir con undescenso de las temperaturas y un aumento de la humedad efectiva. Este evento con registrostan variables se conoce como el Episodio de fro reverso Antrtico y su discontinuidadcontinental puede deberse a la disparidad de muestreos en los dis tintos ambientes, a una realconcentracin de la humedad efectiva en aquellos ambientes definidos como acuticos o aambas, no obstante cualquiera sea(n) la(s) causas, lo concreto es que su seal es espacialmentediscontinua, puntual (a escala microrregional) y est asociada siempre a zona de cuencas. Estacontrovertida y variada informacin del avance glaciario durante la transicin

    Pleistoceno/Holoceno marca asimismo una serie de desfasajes temporo-espaciales que hacenver el poblamiento sudamericano en un cuadro mucho ms complejo de paleoambientes.

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    9/34

    Miotti La fachada atlntica

    163

    Atacama, que fue interpretado como un puerto de arribo con numerosas ocupacionesPaleoindias/Arcaicas tempranas (Nez et al., 1994; Betancourt, 2003) es en la actualidad un

    extenso desierto; en este mbito se registraron los datos paleo climticos ms completos de latransicin Pleistoceno/Holoceno (Betancourt, 2003). En la actualidad la estacin hmeda es allel verano, pero la mxima humedad veraniega es registrada para el lapso 11.5 y 9.6 ka ap. Enaquellos momentos la vegetacin perenne invadi reas que hoy son un desierto absoluto ydonde se dan la mayora de los sitios arqueolgicos de primeros americanos (Nez et al.,1994). En este sentido las fechas seran coincidentes con un ambiente que es totalmenteincongruente con el de una zona glacial o periglacial, y que es el registrado en los depsitos delos loess del climax de la aridez en las grandes planicies de Norteamrica, desde Arizona al sur,

    hasta Canad. Este YDC sin embargo tiene un breve periodo de aumento de la humedad, el cualest representado por las Black mats (YDBMs) y que se intercalan al siguiente periodo seco.

    El LGM en Patagonia

    El segundo ejemplo procede de datos de Patagonia y corresponde a una extensasecuencia de cambios desde el estado isotpico OIS 2, o LGM, al que le sucede el tardigalcial(15-10 ka ap) con dos pulsos de enfriamiento destacables que seran equivalentes al OD (Older

    Dryas) y al YD del hemisferio norte. Para el YD existira el registro patagnico indica undesacople temporal de unos 550 aos calendricos de antelacin en el Cono Sur. Este eventoconocido como Episodio de fro Reverso Antrtico, tiene una alta resolucin temporal en base agran cantidad de fechados radiocarbnicos y datos polnicos obtenidos por Hajdas ycolaboradores en las secuencias estratigrficas de los lagos Huelmo y Mascardi (figura 4 deHajdas et al., 2003:74). Los numerosos fechados radiocarbnicos por AMS de la secuencia deHuelmo ubica al avance de este lbulo en 11.5-10.2 ka ap; mientras que en el lago Mascardi seubica en 11.2 -9.8 ka ap (Hajdas et al., 2003). Este evento de Fro Reverso en Tierra del Fuegoy en la meseta patagnica austral tiene otras localidades clave: Taiquemo, Puerto Eden yHarberton (Coronato et al., 1999; Heusser y Rabassa, 1987; Rabassa y Clapperton, 1990) y ladispersin de fechados sera coincidente con la de Hajdas et al., 2003). La seal que genera esteepisodio austral es baja por lo puntual de su manifestacin espacial, frente a la alta visibilidadregional del evento YDBMs en Amrica del Norte.

    Con los datos de Atacama y de Patagonia se sugiere que los dos reavances glaciariosposteriores al LGM tuvieron lugar durante el Tardo Glacial en Sudamrica (15-10 14C ka ap) y

    que ambos son relacionables al Older y Younger Dryas del hemisferio norte. La inestabilidadclimtica de la Transicin Pleistoceno/Holoceno fue tomando una tendencia similar a la actualque se comienza a reflejar recin a partir de 8 14C ka ap, y que se mantendr durante elHoloceno (Miotti y Salemme, 1999; Carlini y Tonni, 2000, entre otros).

    Teniendo como trasfondo este panorama paleoambiental y paleoecolgico es entoncesesperable que hasta el momento las seales de los pulsos glaciarios y de los movimientos de las

    paleocostas tengan configuraciones muy distintas en ambos hemicontinentes y en amboslitorales ocanicos. Estos registros temporales de mayor humedad en el mismo perodo que en

    Amrica del Norte se registran los mximos picos de aridez y que parecen coincidir con elarribo de los primeros colonos al continente, representa una anomala para algunos

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    10/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    164

    investigadores norteamericanos pero en realidad desde una perspectiva regional, puede serinterpretado como un desfasaje temporal importante o un sesgo de muestreo, favorecido por la

    mayor variabilidad micro ambiental , en el sentido dado ms arriba a la expectativa debiodiversidad y concentracin de materiales de una cuenca en los niveles de base y lasdivisorias o intercuencas para los mismos momentos. En cualquiera de los casos igualmente loque demuestra esta disonancia es que los procesos de pulsos de aridez y humedad hacia latransicin Pleistoceno/Holoceno sucedieron igualmente en Amrica del Sur, aunque

    posiblemente desacoplados temporal y espacialmente a los de Amrica del Norte. Por lo tantoestos avances glaciarios que pueden haber impactado ms sobre las poblaciones de

    Norteamrica no fueron una limitante para que los primeros humanos colonizaran los diferentes

    hbitats en Amrica del Norte, durante la mayor expansin de la aridez ni la de Amrica del Surcon condiciones ms atemperadas y mayor disponibilidad de ambientes acuticos, aun enmomentos de la mayor continentalidad.

    La evolucin de las faunas

    Durante la transicin Pleistoceno/Holoceno (15 a 8 ka ap) la fauna de Amrica del Surfue equivalente ecolgica de la de Amrica del Norte, sin embargo por lo expresado en la

    introduccin de este trabajo respecto del aislamiento geogrfico, se observan grandesdiferencias a niveles taxonmicos especficos, y en muchos casos genricos entre amboshemisferios. Esto puede deberse en parte a que el istmo de Panam, emergido hace 3 millonesde aos, actu de filtro para el flujo de poblaciones de animales en ambos sentidos demigracin y por lo tanto favoreci una dispersin selectiva, con las posteriores evolucionesindependientes de las especies autctonas y migrantes en ambos hemisferios. Este proceso dedispersin y especiacin dur hasta aproximadamente el 15 ka ap, poca en que comienza elretroceso numrico de las poblaciones de megamamferos y con ello se inicia un nuevo procesode extinciones masivas del Pleistoceno. Esta tendencia decreciente de las poblaciones demegamamferos continu durante la transicin Pleistoceno/Holoceno, coincidiendo asimismocon el retroceso glaciario y sus ltimos dos reavances (OD y YD), siendo estos pulsos los queconfiguraron en parte, un escalonamiento en la extincin de las distintas especies (Alberdi etal., 1995; Carlini y Tonni, 2000; Miotti et al., 1999; Miotti, 2003; Miotti y Salemme, 1999;2004). Por otra parte la especiacin de la fauna tuvo un rasgo que termin de acentuar el

    proceso y el mismo se relaciona con la cordillera de los Andes. Uno de los ejemplos ms claros

    de este proceso se observa en el grupo de los proboscidios, los cuales son inmigrantes del ViejoMundo, pasando en el Plioceno Superior por Bering a Amrica del Norte y luego a Amricadel Sur. Los representantes que ingresan primero a Amrica del Norte son los gneros Mammuty Mastodon (Osborn, 1936, en Alberdi y Prado, 1995); los primeros no pasan a Amrica delSur y su extincin en el norte es una de las primeras, coincidiendo con el final de la eraClovis, lo cual no indica segn Gary Haynes (2002) que los foragers hayan sido la causa delexterminio de ambos gneros, las causas del mismo habra que buscarlas en lo que este autordenomina eco-catastrophes with major ripple effects on floral and faunal comunities (Haynes,

    2002:391). Los mastodontes inmigrantes en Amrica del Sur corresponden a la FamiliaGomphoteriidae y dentro de ella dos grandes grupos que tanto arqueolgica como

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    11/34

    Miotti La fachada atlntica

    165

    paleontolgicamente se registran en diferentes ambientes. Los Stegomastodon, que siguieron loque Webb en 1978 denomin corredor de llanura o del Este (Alberdi y Prado, 1995:286) con

    una distribucin atlntica que va desde Colombia hasta el sur de la provincia de Buenos Aires ycoincide con ambientes ms boscosos, hmedos y cerrados, mientras que las especies deCuvieronius, de menor tamao que los anteriores se dispersaron siguiendo La ruta de los

    Andes (que) era una va ms directa Norte -Sur y proporcionaba una mayor uniformidad de

    ambientes no boscosos en comparacin con la ruta del Este. (Alberdi y Prado, 1995:286). Suregistro ms austral es en el sitio Monte Verde, en el Sur de Chile. Los ms tempranos enarribar a Suramrica, durante el Plioceno y Pleistoceno temprano parecen haber sido losCuvieronius, siendo asimismo los de desaparicin ms temprana, hacia el 13-12.5 ka ap

    (Alberdi y Prado, 1995), mientras que los de la vertiente atlntica ingresan recin a partir delPleistoceno medio y parecen haber sobrevivido hasta el comienzo del episodio de fro reversoantrtico (11.5 ka ap). Estas diferencias de ltima aparicin de ambos gneros se puede deber aque los Stegomastodon habran ocupado zonas ms clidas y hmedas, mientras que losCuvieronius se habran dispersado por zonas ms fras a templadas y secas.

    De este modo mientras que en sitios arqueolgicos norteamericanos son detectadosMammuthus (mamutes) yMastodon (mastodontes), ambos de ambientes abiertos, secos y frosa templados, en Amrica del Sur se registran especies de los gneros Cuvieronius yStegomastodon (mastodontes) que se dispersaron en ambientes tropicales y templados. Otrocaso similar, y con diferencias temporales entre la primera y la ltima aparicin de las distintasespecies es el de los quidos. Los gneros inmigrantes desde Amrica del Norte sonHippidiformes y Equidaes, y al igual que los mastodontes tuvieron distribuciones diferencialesde mbitos montaosos y de planicies, alcanzando a dispersarse hasta latitudes tan australescomo Tierra del Fuego. El registro ms austral es el sitio Tres Arroyos, en Tierra del Fuego y elsitio de ltima aparicin de representantes de esta Familia es El Ceibo en la provincia de Santa

    Cruz, con 9.5 ka ap (Alberdi y Prado, 1995b; Alberdi et al., 2001; Cardich, 2003; Massone,2003).

    La evidencia arqueolgica

    A ms de un siglo de debate acadmico, la evidencia arqueolgica de Amrica del Surcontina siendo paradjica para construir modelos del poblamiento americano si se acepta quedicho proceso comenz por el Norte y slo por va terrestre (Fiedel, 2000; Kelly, 2003). Un

    anlisis crtico de la distribucin espacio-temporal y contextual de los sitios ms antiguos,confirma en el sentido de Adovasio (1993:199) The Ones that Will Not Go Awaylos queno desaparecern2- que mucha informacin procedente de nuevas investigaciones e incluso, deaquellas olvidadas como Taima Taima, Tagua Tagua, Tibit o El Abra, permiten sugerir que la

    paradoja es tan slo aparente. El porqu es bastante simple, la diversidad paleoambiental yarqueolgica sudamericana y la profundidad temporal de confiables sitios no encaja en elmodelo Clovis los Primeros, por el contrario gran parte de la informacin desde el LGM hastala transicin Pleistoceno/Holoceno es una verdadera anomala para la linealidad norte-sur y los

    dems supuestos de base como son la necesidad de ambientes terrestres de estepas abiertas quepermitan la caza especializada de megafauna, esto a su vez ligado a tecnologas muy

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    12/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    166

    especficas que se relacionen con la Clovis de Amrica del Norte. Estos supuestos son los queconstrien las alternativas y han producido un estancamiento de modelos para Sudamrica.

    Si se acepta la informacin sudamericana ya no como una serie de anomalas de datos,sino como seales diferentes de las de Norteamrica, entonces si, producir otros modelosalternativos sobre diversidad de vas de ingreso, heterogeneidad de la movilidad (no siempre enavance hacia el sur) y modos de vida de las poblaciones es posible para deconstruir la paradoja.

    A partir de aqu los casos que se tomarn son tan slo algunos de los muchos deSudamrica cuyas caractersticas compartidas son las de haber sido lugares ocupados durante latransicin Pleistoceno/Holoceno, que tienen seales de complejidades sociales y/o econmicasms alta que lo imaginado hasta ahora para los primeros colonos y que tal vez lo ms

    destacable es que todos ellos correspondieron a antiguos hbitats acuticos. En estos trminos,la informacin utilizada puede parecer un recorte arbitrario, pero el sesgo mismo ya viene dadodesde que sabemos que la evidencia que aqu se citar ha sido descartada y/o olvidada por noajustarse al modelo estndar.

    Sin embargo es correcto adelantar que gran parte de estas localidades fueron ycontinan siendo contempladas en el modelo de poblamiento circumpacfico (Bryan, 1978) y si

    bien se comparte el mismo en muchos aspectos como la diversidad paleoambiental, laflexibilidad adaptativa de las poblaciones inmigrantes, la ruta circumpacfica como va deingreso, algunos otros de los que son propuestos aqu creo que pueden enriquecer al mismo ycontener mayor cantidad de informacin disponible actualmente para Amrica del Sur.

    Las localidades consideradas estn sobre las actuales lneas de costas o en las cercanasde los ros que desaguan en los litorales marinos, incluso ha sido considerada aquellainformacin de ambientes subacuticos, por lo tanto tomando en cuenta los hundimientos quelas costas marinas experimentaron despus del LGM, es altamente probable que variosyacimientos, tan o ms antiguos que los conocidos, se encuentren en la actualidad bajo el agua

    de las plataformas continentales. En otros casos las localidades ms antiguas se encuentran enzonas muy ridas de tierra adentro, donde en la actualidad, y a lo largo de casi todo el Holocenoel agua parece haber sido un recurso crtico. Este es el caso, por ejemplo de localidades comoPiedra Museo, ubicada en el medio de la estepa patagnica, a 80 km de la actual lnea de costasy en el borde de un bajo salitroso. Sin embargo la reconstruccin paleoambiental de estalocalidad sugiere que las primeras ocupaciones humanas acontecieron en estos abrigos rocososentre 13 y 10 ka ap, cuando ese salitral era un gran lago pleistocnico (Miotti, 1992, 1996;Miotti et al., 1999, 2003). Este sitio, como tantos otros del interior del continente coincide

    entonces con lo que ms arriba se ha considerado un ambiente acutico, el cual estuvorelacionado a una serie de tributarios de la antigua gran cuenca del ro Deseado y que hoy son

    parte de una red relictual de caadones con aguas temporarias (Panza, 1982 en Miotti,[1989]1998). Los casos como Piedra Museo son numerosos en Amrica del Sur; otros ejemplosde paleocuencas lacustres/palustres son La Moderna (Politis, 1984; Politis et al., 2003) TaguaTagua (Nez et al., 1994), Taima Taima (Ochsenius y Gruhn, 1979) y Tequendama (CorrealUrrego y Van der Hammen, 1977) (ver figura 2 o mapa con sitios arqueolgicos en Miotti etal., 2003:4-5) y asimismo una gran cantidad de sitios paleoindios de Norteamrica estudiados

    por Willig (1991) y Johnson (1991), entre otros muchos. Estas localidades permiten sugerir que

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    13/34

    Miotti La fachada atlntica

    167

    las primeras ocupaciones humanas del continente se habran dado en estrecha relacin con loshabitats acuticos, tanto fluviales, martimos o lacustres.

    La hiptesis de que gran parte de los lugares de primera colonizacin puedan estar enlas plataformas submarinas, que estuvieron emergidas hacia finales del Pleistoceno se estcontrastando positivamente con confiable evidencia procedente de cuevas sumergidas de lasregiones krsticas, de las costas de La Florida (Dunbar 1991) y las bien documentadaslocalidades de Quintana Roo, en la plataforma continental del Caribe mexicano, presentadas enel 2 Simposio Internacional El Hombre Temprano en Amrica (Gonzlez Gonzlez y RojasSandoval 2004).

    Los referentes arqueolgicos

    se caracterizan a continuacin y en lafigura 2. En esta ltima se puedenobservar adems localidades tratadasen trabajos previos (Miotti, 2003a;Miotti y Salemme, 2003; Miotti et al.,2003a).

    Por lo expresado en elcaptulo 3 la cordillera de Los Andesser la zona clave para presentar lainformacin arqueolgica de las dosvertientes ocenicas ya que la mismaes considerada la divisoria mayorentre los ambientes acuticos delPacfico y el Atlntico junto con elMar Caribe. Esta cadena montaosa,

    la cual debe haberse comportado parael LGM y durante la transicinPleistoceno/Holoceno como un reafiltro y an como barrera ecolgico-fisiogrfica no slo para la biota, sinotambin para las poblacioneshumanas que estaran ingresando aAmrica del Sur (Alberdi y Prado,

    1995; Miotti, 2003a; Borrero, 2004).

    Al este de los Andes: la vertienteAtlntica-Caribea

    Uno de los principales sitios del norte esTaima Taima. Su ubicacin geogrfica en la costacaribea del norte de Venezuela, con contextos

    arqueolgicos en confiable posicin estratigrficay fechados radiocarbnicos que alcanzan los 13 ka ap, mantiene el soporte, a ms de 3 dcadas

    ura 2. Distribucin geogrfica de los sitios arqueolgicosAmrica del Sur y las grandes cuencas fluviales yustres entre12 10 ka AP radiocarbnicos

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    14/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    168

    de su excavacin, de que el lugar fue ocupado por los primeros grupos humanos que ingresarona Amrica del Sur y asimismo permite imaginar una mayor complejidad de movimientos

    migratorios iniciales hacia fines del Pleistoceno en Sudamrica.El sitio fue investigado por un equipo interdisciplinario en la dcada del 70(Ochsenius y Gruhn, 1979) y fue interpretado como un antiguo locus de matanza de

    proboscdeos, caballos, gliptodontes y otras especies pleistocnicas a orillas de un antiguopantano. La regin de Coro, donde se ubica Taima Taima, fue desde el Pleistoceno final uncinturn rido peri-martimo. Esta faja se ubica entre la cadena montaosa de la costa y laSierra de San Lu is. El gran fallamiento de este sector produjo que en el mismo afloren

    paleodunas y surgentes o acuferos, relictos de lagunas pericosteras que se alimentaron de

    precipitaciones y de aguas suberrneas de los arroyos de la adyacente Sierra de San Luis haciael interior del continente (figura 1 en Ochsenius en Ochsenius y Gruhn, 1979:16). Esta zona seconoce tambin como corredor atlntico, y si bien su fisiografa es de ambiente rido asemirido clido, presenta parches de sabanas, cerrados y refugios de selva en las laderas de lassierra que lo delimitan.

    La presencia de un acufero relictual a 1 km de Taima Taima es lo que habra sido porascensos de la fretica, un humedal al cual acudan los animales que luego eran cazados en esos

    pantanos por los primeros habitantes del Pleistoceno final.La estratigrafa de Taima Taima refleja la tendencia a una creciente aridez de la zona

    desde el Pleistoceno final, por lo tanto las cuatro unidades del perfil principal del sitio son detipo elico, aunque en los casos de los contextos arqueolgicos de mayor antigedad se

    presentan arenas y arcillas grises a negras, debido a la mayor concentracin de ambientespantanosos que son los lugares con la mayor cantidad de humedad de la cuenca, y por lo tantohabran sido una atraccin para animales y humanos. Los contextos ms antiguos de este sitiose ubican en las unidades III y IV (Bryan:41 -52 en Ocshenius y Gruhn 1979).

    La Unidad estratigrfica III de arcilla negra, es la que contiene el contextoarqueolgico ms tardo, donde se asocian instrumentos lticos y restos de mastodontes(Gomphoteriidae), caballos pleistocnicos (Hippidion y Equus) y gliptodontes(Paractoherium; Glossotherium); los fechados radiocarbnicos van desde 10 140 + 90 a 9 650+ 80 ap (Bryan y Gruhn:55 en Ochsenius y Gruhn 1979), el mismo fue interpretado como lasegunda ocupacin de los cazadores, donde habran realizado actividades de matanza demegafauna a orillas del antiguo pantano pleistocnico.

    La Unidad I de Arena gris es la ms antigua ocupacin del sitio y concentra restos de

    mastodontes como Stegomastodon y Haplomastodon y de caballos (Equus), muchos de cuyosmateriales seos presentan huellas de corte; los fechados radiocarbnicos de esta primeraocupacin del sitio van entre 13 390 + 130 12 660 + 120 ap (Bryan y Gruhn:55 en Ochseniusy Gruhn, 1979).

    Otros sitios importantes que representaran a estrategias de cazadores-recolectores eneste sector norte de Amrica del Sur lo constituyen los sitios de la sabana de Bogot, El Abra,Tequendama y Tibit (Correal Urrego y Van der Hammen, 1977; Correal Urrego, 1986).

    Los abrigos rocosos I y II de Tequendama se ubican al borde de una antigua cuenca

    lacustre hoy seca, cuyas primeras ocupaciones humanas se encuentran en la base de arcillas

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    15/34

    Miotti La fachada atlntica

    169

    lacustres. En estos abrigos adems de conjntos artefactuales y evidencias de ocupacioneshabitacionales de usos mltiples se hallaron desde las primeras ocupaciones 21 enterratorios

    humanos en Tequendama I (TI) y 5 ms en Tequendama II. Por lo menos dos de losenterratorios de TI corresponden a la zona de ocupacin 1 definida por Correal Urrego y Vander Hammen (1977) como la ms antigua y que se habra dado entre el 11 y 10 ka ap. Ochoenterratorios de TI fueron asignados a la zona de ocupacin 2 que va de los 9.5 a 7.5 ka ap y deellos uno presenta como ajuar funerario un caracol marino. Los restantes enterratorioscorresponden a la zona de ocupacin 3, que ira del 7 al 6 ka ap.

    En Tibit y El Abra los fechados son ms antiguos con 11 740 110 aos 14C ap y 12460 160 aos 14C ap respectivamente (Correal Urrego, 1986:115). Estas fechas coinciden con

    el final del estadial El Abra, el cual sera equivalente al OD (Correal Urrego y Van derHammen, 1977). El clima de esos momentos fro y ms seco que hacia 12.5 ka ap denotara unavegetacin de subpramo y bosquecitos bajos con reas abiertas. En estos sitios, al igual que enTaima Taima, se habra producido la cacera de mastodontes y algunas otras especies

    pleistocnicas. Es importante destacar igualmente que los tres sitios se relacionan con antiguosambientes lacustres.

    Un ejemplo diferente a los dos anteriores, en cuanto a paisaje arqueolgicointerpretado como agrilocalidades (sensu Rindos, 1984; Gnecco, 2000, 2003) funcionandohacia fines del Pleistoceno en la selva de alta montaa de Colombia, estara avalando la altavariabilidad de tecnologas y apropiacin de los recursos definida por controles culturales msque ecolgicos-, complejidades socioeconmicas y simblicas que implican adems un altoconocimiento del ambiente con movilidades grupales restringidas o territoriales y nodireccionales (Gnecco, 2003). Las localidades bsicas para esta propuesta de una colonizacinhumana de la Amrica tropical mucho ms compleja y variada del uso de los espaciosselvticos, de lo imaginado son en Colombia, San Isidro y Pea Roja, con fechados de ca. 10 ka

    ap y este mismo autor destaca que esto se repite de modo parecido para la zona de MonteAlegre, en la Amazonia Brasilea alrededor de 11.5 ka ap (Roosvelt, 1996; Gnecco, 2003). Ensu interpretacin Gnecco coincide en que las seales paleoecolgicas y arqueolgicas del

    poblamiento de las selvas del norte de Suramrica, sumado los conceptos de agrilocalidad,sumado al de una marcada territorialidad y manipulacin cultural de los ambientes y recursosvan en contra del estereotipo del cazador mvil, direccional, extintor de megafauna yconstreido a una ecologa de sabanas graminosas abiertas. De este modo la variabilidad resta

    poder explicativo al modelo de un ingreso nico de sociedades cazadoras-recolectoras

    nmades y sin territorialidad siguiendo a los megamamferos (recursos) como la nicaposibilidad que hayan sido los colonizadores exitosos, altamente especializados y expansivosde todo el Nuevo Mundo. Este es realmente un modelo esencialista y reduccionista de lasdecisiones culturales por sobre las potenciales ecolgicas de los ambientes (determinismoecolgico). En la propuesta de Gnecco, la intervencin de la naturaleza por parte de los

    primeros colonos de fines del Pleistoceno se manifiesta en la manipulacin de los recursos delos bosques tropicales, sin que ello implique necesariamente domesticacin, es un argumentofuerte, ya que aqu no importa como se distribuyan y estructuren los recursos, sino que est

    presente el conocimiento humano afinado de los distintos microambientes para

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    16/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    170

    Gnecco, al igual que el concepto expresado por Dillehay de las protohouseholds parael sur de Chile (1997) y las que recientemente descubriera en la costa peruana (Dillehay et al.,

    2003), encuentra en estas agrilocalidades de las cuencas de los ros Cauca y Magdalena, que loscazadores-recolectores hacia el 10 ka ap ya tenan unas estructuraciones espaciales de huertosdonde se procesaran sistemticamente semillas de Persea y Marantha, con lo cual y a juzgar

    por los instrumentos de molienda con residuos deMarantha sugieren la co-evolucin de plantasy humanos, que llev a la creacin de asentamientos semipermanentes aldeanos relacionadoscon parches de huertos silvestres en la floresta tropical. Estas agrilocalidades habranfuncionado como nodos sociales, posiblemente de mayor permanencia temporal en cada uno delos mismos, debido a la caracterstica de cuidado de esas especies vegetales y para cuyo

    asentamiento se habra necesitado de un acondicionamiento de las reas de huerto, as comouna mayor estructuracin de los espacios habitacionales y de procesamiento de los vegetales.En estos trminos y relacionando esta forma de ocupacin de un ambiente selvtico con modosde vida tan diferentes a los de los cazadores-recolectores de alta movilidad, se est sugiriendotambin que hacia el 10 ka ap la selva no fue una barrera ecolgica para el poblamientoPleistocnico del hemicontinente y que para esos momentos ya era un ambiente perfectamenteconocido y utilizado por los grupos humanos quienes tomaron un camino diferente al de loscazadores-recolectores de grandes animales. Si bien estas poblaciones habran tenido uncomponente en su dieta proveniente de la caza de animales selvticos, los datos de lasagrilocalidades indican asimismo que el proceso de intensificacin de los recursos ya habracomenzado en el Pleistoceno final en algunos sectores de Amrica del Sur.

    Ahora se continuar con casos de estudio que permiten jalonar la ocupacin humanade las latitudes medias desde la antigua lnea de costa atlntica hacia el oeste, hasta alcanzar lacordillera por el flanco este. En este caso se engloba una variada y slida informacinarqueolgica y paleoambiental que por contar con numerosas publicaciones slo se darn las

    principales caractersticas. Esta regin va entre las Cuencas del Quareim con los sitios de PayPaso y del Plata Cerro de los Burros (Flegenheimeret al., 2003; Surez y Lpez Mass, 2003)hasta las Sierras de Tandilla (Mazzanti, 2003; Flegenheimer, 2003; Flegenheimeret al., 2003) yen la llanura interserrana con Paso Otero 5 (Martnez, 1999; Holliday et al., 2003), La Moderna(Politis, 1984; Politis et al., 2003) y Arroyo Seco 2 (Politis, 1984; Steele et al., 2001). Lo msimportante es que las primeras ocupaciones humanas con cacera de megamamferos, sehabran dado en esta regin para el 12.3 ka ap en Arroyo Seco 2 donde adems gran cantidad deenterratorios humanos fueron exhumados, aunque las fechas ms antiguas de los mismos oscila

    en los 8 ka ap (Politis y Madrid, 2001; Politis et al., 2004). La variabilidad artefactual de toda laregin es grande, pero se destaca que hacia el 11 ka ap la circulacin humana de materias

    primas entre el norte de Uruguay y la zona de Tandilla habra sido importante entre los gruposcazadores-recolectores, quienes fundamentalmente buscaron rocas con calidades especficas,aunque sus lugares de origen hayan estado a cientos de km de distancia, para la confeccin dealgunas de las puntas cola de pez, que en toda la regin fueron comunes entre el 11 10 ka ap.Todos los emplazamientos de esta vasta regin entre las cuencas del Quareim y el QuequnGrande con el Arroyo Claromec coinciden asimismo con ambientes acuticos fluviales y

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    17/34

    Miotti La fachada atlntica

    171

    lacustres, y en un solo caso con reas de ecotono fluviomartimo, como es Cerro de los Burros(Meneghin, 2004).

    A la misma latitud, pero sobre el flanco este de Los Andes Mendocinos es importantenombrar dos sitios, Agua de La Cueva, en el norte (Garca, 2003) y Abrigo Arroyo Malo 3, enel sur, al pie del nevado El Sosneado (Neme, 2002). El primero de los abrigos se encuentra enun rea de precordillera cuya cercana a una fuente de agua parece que fue el anclaje para los

    primeros grupos que entre el 11 y 9 ka ap se movilizaran a estas alturas en busca de materiasprimas y recursos de caza. Sin embargo algunos instrumentos de obsidiana parecen indicar elintercambio de materias primas locales entre los cazadores-recolectores.

    El segundo caso se trata de un abrigo rocoso en la alta cordillera al borde de una

    laguna, zona que aun hoy es utilizada por los pastores de chivos slo en pocas de primavera yverano. Luego la mayor parte del ao el lugar queda aislado por la nieve. Esta caractersticasumada a que las primeras ocupaciones aqu son de ca. 9 ka ap, sugieren que estos ambientes, aligual que otros de altas latitudes como los del Ro Pinturas, Abrigo Bao Nuevo de la Cueva,CCP7 y Chorrillo Malo (Civalero y Franco 2003; Mena et al 2003) hayan sido alcanzados porlos colonos recin despus del 10 ka ap (Miotti, 2003a; Miotti y Salemme, 2003; Borrero,2004).

    Las paleocuencas de las mesetas patagnicas

    El ejemplo considerado para este acpite es el de Piedra Museo. La razn principalpara su seleccin es que se trata de una localidad con alta resolucin de informacin cultural,paleoamiental y cronolgica para este sector de la meseta (Miotti, 2003; Miotti y Salemme,2003; Borrero, 2004 y bibliografa all citada)

    Piedra Museo es una localidad integrada por una serie de aleros rocosos abiertos en un

    pequeo afloramiento de coquina marina prejursica a orillas de un paleolago. La misma seencuentra actualmente emplazada a unos 80 km de la costa atlntica, en una zona relictual dezanjones que en pocas Pleistocnicas fueron tributarios de la cuenca del ro Deseado.

    Algunos de los aleros de la localidad Piedra Museo presentan evidencias depictografas y petroglifos, los cuales han sido descriptos en varios trabajos previos (DeAparicio, 1933; Miotti, 1991, Miotti et al., 1999 y bibliografa all citada). Lo importante deestas manifestaciones artsticas es que en las localidades donde tambin se documentan

    petroglifos de similares complejidades de motivos su emplazamiento est directamente

    relacionado con ambientes acuticos de tipo lagunar y/o lacustre y fluvial. Coincidiendoasimismo con lo que habran sido locus de caceras de guanacos.El Abrigo AEP1, donde fueron realizadas las principales excavaciones de Piedra

    Museo, se abre hacia el lago pleistocnico y sus contextos arqueolgicos de primerasocupaciones, indican que en el mismo se desarrollaron actividades de procesamiento primariode las presas posiblemente cazadas a orillas de ese cuerpo de agua.

    Entre las principales especies cazadas y con claras evidencias de haber sido trozadaspor los primeros pobladores del rea, hace ms de 10 500 aos, se hallaronHippidion saldiasi

    (caballo pleistocnico); Lama gracilis (camlido extinguido de un rango intermedio entre los

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    18/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    172

    guanacosy las vicuas) y Mylodon sp . Asimismo fueron hallados en estos niveles numerososrestos de aves de tamao mediano y dos gneros de grandes aves corredoras, de las cuales uno

    hoy se encuentra en latitudes ms septentrionales (Rhea americana) y la otra es el and queactualmente existe en la Patagonia (Pterocnemia pennata). Este reemplazo ecolgico sera unindicador ms de los profundos cambios ambientales de la regin, con tendencias a condicionesms ermicas desde la transicin Pleistoceno/Holoceno hacia el Holoceno.

    Los restos seos de Hippidion saldiasi presentan claras huellas de corte y la fecharadiocarbnica obtenida en uno de ellos es de 10 925 + 65 ap11 ka ap. Tambin se encontraronmarcas de corte en huesos largos de Lama gracilis con fechados que se distribuyen entre 12.8 y11 ka ap (Miotti et al., 1999; Alberdi et al., 2001; Miotti, 2003a; Miotti y Salemme, 2004). La

    produccin de tecnologa ltica demuestra desde las primeras ocupaciones el manejo de tcnicasde extraccin uni y bifaciales y los artefactos formales, as como el estudio de sus filos sugierenque la mayor parte de los mismos fueron utilizados para tareas de corte de carne y cuero (Miottiy Cattneo, 2003). Dos nicos fragmentos de pednculo de puntas cola de pez (PCP) fueronhalladas en estos contextos pleistocnicos (Miotti, 1992; Miotti et al., 1999) y corresponden algrupo de PCP con acanaladura en ambas caras.

    Al oeste de los Andes: la ver ti ente Pacf ica

    De este sector se detallan tambin slo algunos de los datos ms paradigmticos y porlo tanto de mayor impacto para este trabajo, destacando que detallar todos los disponibles dara

    para un artculo aparte (ver por ej. Kelly, 2003; Miotti, 2003a y bibliografa all citada). Elprimero en mencionar se ubica en la pennsula Santa Elena (Ecuador), es la localidad LasVegas (Stother et al., 2003). Esta localidad es importante desde varios puntos de vista, susfechados ubican a las primeras ocupaciones humanas en esta zona de manglares entre 10.8 ka

    ap y 10.5 ka ap, luego seguiran otras ocupaciones de 10.5 8 ka ap y otras ms tardas de 8 4ka ap. Las mismas parecen comenzar con una adaptacin de cazadores-recolectores de amplioespectro, en el cual se incluiran recursos marinos, de estuario y terrestres. Pero adems el sitioOG80 de la localidad marcara una estructuracin del espacio altamente definido, con lugaresnetamente domsticos y zonas de cementerio; esta jerarquizacin se ampliara a la vez con unaheterogeneidad de ajuares y enterratorios por lo que se sugiere para los primeros momentos deocupacin, que los asentamientos prolongados de tipo aldeano se habran dado en estosmanglares (ecotonos) con fuertes diferencias sociales. Una vez ms se destaca que el uso de un

    ambiente netamente acutico sigue siendo la constante de los tempranos asentamientoshumanos.Otro ejemplo que muestra para fines del Pleistoceno final unas estrategias de uso del

    espacio y la complejidad social muy diversa se presenta en los recientes hallazgos de la costaPeruana norte (Dillehay et al., 2003). En esta rida costa de los valles costeros de Zaa yJequetepeque se han hallado estructuras arquitectnicas de planta circular, con paredes de

    piedra que denotaran la agregacin social en proto-aldeas (protohouseholds) que habranfuncionado como tal entre 10.2 y 8.3 ka ap (Dillehay et al., 2003).

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    19/34

    Miotti La fachada atlntica

    173

    Los yacimientos arqueolgicos de la Sierra Peruana en la vertiente pacfica comoLauricocha (Cardich, 2003); Telarmachay (Lavalle, 1985); Pachamachay (Rick, 1987) son

    ampliamente conocidos en la bibliografa y sus ocupaciones ms tempranas comienzan entre 10y 9.5 ka ap. Todas corresponden a cazadores-recolectores de camlidos y crvidos de las punas.En la vertiente pacfica tres localidades ms interesan destacar aqu, son de norte a sur:

    La cuenca de Tagua Tagua, el sitio Monte Verde y Bao Nuevo de la Cueva. El primerocorresponde a un locus de matanza a orillas de un paleolago pleistocnico de especiesnetamente pleistocnicas como Haplomastodon, Hippidion y camlidos; este contexto fuefechado en 11 380 14C ap y esta fauna con claras marcas de trozamiento est asociada a puntasde proyectil pedunculadas cola de pez y cuchillos unifaciales (Nez Atencio et al., 1994; y ver

    discusin en Miotti, 2003a, 2004). Luego de esta ocupacin el lago se fue colmatando hechoque se evidencia por los estratos de diatomeas que sellan el contexto arqueolgico. Hoy TaguaTagua es una extensa planicie circular rodeada de cerros, en la cual se encuentran numerososcampos de cultivo de legumbres. Este cambio radical se debe adems a que el antiguo relicto delago que existi hasta principios de siglo XX fue drenado por los agricultores de la zona paraampliar sus campos de cultivo y de l lo nico que queda es un estrecho canal con una represaque es el que reparte el agua entre los campos de cultivo.

    Monte Verde, tan conocido como discutido en el mbito acadmico, es asimismo un

    excelente ejemplo de variabilidad ecolgica y adaptativa; su ubicacin en un fondo de valle(Arroyo Chinchihuapi) al pie de Los Andes y a escasos 50 km del Pacfico, con contextosarqueolgicos que indican que hace unos 12.5 ka ap los primeros pobladores construyeron unaaldea (posiblemente temporaria) a orillas de ese arroyo en medio de lo que se conoce comoselva valdiviana y su estrategia de captura de los recursos estaba basada fundamentalmente enla recoleccin de productos vegetales del bosque andino, aunque completado con el consumode carne de megamamferos pleistocnicos como proboscidios de la especie Cuvieronius

    hyodon, hacen de esta localidad otro importante punto de referencia para ser considerado eneste modelo de poblamiento (Dillehay, 1997; Mario Pino, 2003).Por ltimo, se considera un nuevo dato para armar el modelo y que es de reciente

    publicacin en la literatura americana; se trata del sitio Bao Nuevo de la Cueva, ubicado en laregin de Aisen en el sur de Chile (Mena et al., 2003). En este abrigo rocoso se han halladoenterratorios humanos cuyas caractersticas craneomorfolgicas los ubican como de filiacinmongoloide, sus fechados dan una antigedad de ca. 9 ka ap, aunque Mena y colaboradoressostienen que estas fechas seran de mnima y asumen que podran corresponder a fechas ms

    tempranas ya que asimismo estos contextos contienen oscculos drmicos de Mylodon, loscuales fueron fechados en 11 480 70 ap (CAMS-32685 in Mena et al., 2003).

    Consideraciones finales y modelos propuesto

    Expansin humana

    La transicin Pleistoceno/Holoceno fue un perodo sumamente inestable marcado por

    gran variabilidad del contenido de 14C atmosfrico. Durante esos mo mentos hubo mayor

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    20/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    174

    continentalidad y dos pulsaciones de intensificacin de las condiciones fras que influyeron enla biota y las poblaciones humanas inmigrantes a Amrica del Sur. De este modo el episodio de

    Fro Antrtico Reverso registrado con alta resolucin en Patagonia y en Atacama, as como enotros sectores de la regin pampeana, Cordillera de Los Andes y Amazona fue el equivalentedel YDC del Hemisferio Norte. La menor potencia de su seal en Amrica del Sur es debida ala mayor influencia martima y la menor influencia de los procesos glaciarios, que tuvieronlugar en este hemisferio, donde adems los episodios fros, originados en el polo Sur, afectan enmayor proporcin a la parte ms austral, pero a su vez la de mayor influencia martima delcontinente, y donde habran llegado las poblaciones humanas en ltimo trmino.

    Durante esta transicin (15 8.5 14C ka ap) se dio el ltimo gran proceso de

    extinciones masivas de megamamferos, sin embargo el mismo habra sido escalonado,dependiendo de las caractersticas etolgicas y ecolgicas de las especies afectadas por los

    profundos cambios climticos y la inestabilidad ambiental. Para estos momentos las costas de lavertiente atlntica habran estado mucho ms al Este de lo que estn en la actualidad y si seconvalida la hiptesis de una ruta de poblamiento por este lado de Sudamrica es altamente

    problable entonces que los lugares de ocupacin ms antigua estn todava bajo el agua yesperando investigacin.La impor tanci a de la vert iente At lnti ca para el modelo de colonizacin de Sudamrica

    Los contextos arqueolgicos que se han caracterizado, si bien son un exiguo muestreode toda la evidencia disponible en Sudamrica y que, como se dijo adelante, se encuentracondensada al menos en dos volmenes de reciente aparicin (Miotti y Salemme, 2003; Miottiet al., 2003) y una seccin especial de una revista peridica (Politis y Gnecco, 2004), la mismaes suficientemente confiable y diagnstica para avalar un modelo alternativo de colonizacin deeste hemi continente. Por eso en este punto se hace importante destacar cuatro aspectos que nodeberan soslayarse del debate para la fundacin de nuevas alternativas sobre el tema.

    El primero es comparar lo comparable y con esto me refiero a no comparar fechadosradiocarbnicos calibrados contra no calibrados. Esto se debe a que en los dos ltimos aos seha comprobado tanto en los ttulos como en los contenidos de publicaciones acerca de primerosamericanos en Norteamrica, una vasta serie de fechas nuevas para las ocupaciones Clovis de

    Norteamrica y donde se plantea que en realidad el poblamiento Clovis habra comenzado dosmil aos antes de lo considerado hasta ahora (11.6 ka ap en Bonnichsen, 1991 y bibliografa allcitada). Dichos fechados, lejos de ser unos 2000 aos ms antiguos que los que se manejaban

    hasta ahora, tienen que ver con la recalibracin (estadstica) y su normalizacin a aoscalendricos. De esta recalibracin resulta que debido a las fuertes y repentinas oscilaciones deconcentracin de carbono isotpico, principalmente durante la transicin Pleistoceno/Holoceno,las fechas radiocarbnicas que caen en este intervalo temporal sufren un desfasaje de unos 1500 a 2 000 aos ms antiguos si se las normaliza con la curva de fechados radiocarbnicoscalibrada a aos calendricos y que se proyect slo para el hemisferio norte del planeta. Estaes la principal razn de la confusin introducida en los ltimos aos. Las publicaciones sealanque Clovis tiene nuevos registros de fechados para Norteamrica, que llevan el poblamiento de

    estos grupos de cazadores especializados en megafauna pleistocnica a aparecer en escena

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    21/34

    Miotti La fachada atlntica

    175

    americana 2000 aos antes (por ejemplo Fiedel, 2004). Por otra parte, la heterogeneidad de laspublicaciones con fechados radiocarbnicos calibrados y sin calibrar del hemisferio sur es

    creciente.De todos modos la publicacin de fechados radiocarbnicos calibrados del hemisferioSur no es bien visto por muchos investigadores, ya que argumentan que la curva de calibracinfue confeccionada slo para el hemisferio norte y toda calibracin del hemisferio sur, tomandocomo eje a dicha curva, puede tener un error grande. En este sentido aconsejan no calibrar losfechados del sur. El cuestionamiento es entonces si tal como est planteado el problema de losfechados para ambos hemisferios es correcto comparar fechados radiocarbnicos calibrados delhemisferio norte contra no calibrados para el hemisferio sur. La respuesta, a mi entender es no

    puesto que, se estn comparando fechas no estimadas con los mismos parmetrosmetodolgicos. Habra que dejar para ms delante dichas comparaciones, cuando se dispongade soluciones que pueden ser con la confeccin de una curva calibrada para el hemisferio sur yse pueda comprobar de este modo el defasaje o no que pueda existir con la curva del hemisferionorte. De ah en adelante las comparaciones de fechados calibrados tendrn lgicametodolgica, sino todo continuar siendo una especulacin sin base. Por lo tanto se deberancontinuar comparando los fechados del norte y del sur en aos radiocarbnicos solamente yutilizar la comparacin entre aos calendricos y radiocarbnicos tan slo como un ejemplo

    para ver como oscilan los mismos, dentro del mismo hemisferio.El segundo tema a tener muy en cuenta es que los dos enfriamientos posteriores al

    LGM, y correspondientes al Tardiglacial (Dryas del Norte y Episodio de Fro ReversoAntrtico) se dieron en ambos continentes y ms o menosfueron sincrnicos, pero sus intensidades y afectaciones enlos paleoambientes, lneas de costa y por supuesto en el

    proceso de colonizacin humana fueron diferentes en alto

    grado. El tercer punto se refiere a una agenda que enfaticeen el anlisis ms profundo de la evidencia arqueolgica dela vertiente atlntica y la revalorizacin de los contextosarqueolgicos de sitios que, como los tratados aqu del nortede Amrica del Sur han sido literalmente olvidados en losmodelos de poblamiento y que continan siendo una slidareferencia emprica e interpretativa.

    Por ltimo, es esperable dejar de percibir la selvacomo un ecosistema desventajoso para las primerasocupaciones humanas. De hecho los contextos de Pea Roja,San Isidro y los de Monte Alegre en ambientes selvticos, ascomo los de Monte Verde, en la selva valdiv iana del sur deChile indican que para fines del Pleistoceno tardo, ensectores boscosos y selvticos se habran dadoasentamientos con mayores grados de intervencin humana

    en dichos ecosistemas al punto de transformacin de dichos

    Figura 3. Principales modelos de poblamientopropuestos para Sudamrica: A. Modelo terrestrelineal Norte Sur guiado por la cordillera de LosAndes, B. Modelo siguiendo el borde Circum

    Pacfico, C. Modelo de poblamiento centrpetoramificado para Sudamrica, ingresando desde loslitorales martimos y siguiendo hacia el interior lasgrandes cuencas fluviales.

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    22/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    176

    paisajes en territorios con reas domsticas y econmicas destacables, slo aceptadas hastaentonces para sociedades agrcolas del Holoceno-. El desvanecimiento del supuesto hasta ahora

    para los primeros grupos de cazadores-recolectores inmigran-tes del Pleistoceno final, connoma-dismos lentos y poca capacidad de cambio de los ecosistemas es total-mente cambiado apartir de estos ejemplos, los cuales debilitan el de-terminismo ecolgico y consolidan elconcepto de sociedades cazadoras-recolectoras ms complejas y no homogneas para el

    poblamiento ini-cial. Esta evidencia permite sugerir que la selva ya no sera una barreraecolgica que limitara los modelos de poblamiento, sino ms bien seran ambientes que

    permiten ampliar el espectro de posibilidades y manipulacin de los ambientes por parte de losgrupos pioneros.

    En estos trminos y con los argumentos presentados aqu se infiere entonces:El proceso de colonizacin humana habra comenzado en Amrica del Sur hacia finesdel LGM (18/15 ka ap) y comienzos del tardiglacial (13 ka ap), esto indica no slo una

    profundidad temporal mayor a la supuesta dentro de los modelos de cazadores terrestres comoel del avance de poblaciones Clovis desde Amrica del Norte (figura 3), sino tambin, ingresosmltiples de grupos poblacionales, con estrategias de ocupacin de los distintos ambientes muyvariadas y altamente flexibles. Esta hiptesis implica la consideracin del ingreso humano demuy diversas caractersticas somticas y culturales y en un proceso multidireccional. El

    poblamiento no fue ajeno a los pulsos de enfriamiento que se corresponderan con losenfriamientos del Tardiglacial, sin embargo el efecto de menor continentalidad de Amrica delSur, las caractersticas de glaciaciones puntuales limitadas a los sectores ms altos y los msaustrales de la cordillera de Los Andes durante el mximo englazamiento, habran tenidorepercusiones mucho menores que las que afectaron a las poblaciones inmigrantes en elhemisferio norte.

    Por otra parte la evidencia arqueolgica y paleoambiental de la vertiente atlnticaindica mayores antigedades, mayor variabilidad y mayor cantidad de sitios que en la vertiente

    pacfica (cuadro 2). Mientras que en la vertiente atlntica se dispone de informacin confiablesuperior a los 11 ka ap por lo menos para diez localidades, en la vertiente pacfica slo tres

    presentan estas caractersticas (cuadro 2). Monte Verde que con antigedad ocupacional de 12.5ka ap ya tendra evidencias de ocupacin humana con un fuerte nfasis en el manejo cultural delos recursos del bosque andino similar a la evidencia arqueolgica de la selva Colombiana- yque se interpreta como un conocimiento muy acabado de dichos ambientes boscosos, lo cualimplica que la ecologa no necesariamente debi ser estepa abierta para permitir la colonizacin

    humana. Los agentes humanos por un acopio de conocimiento pueden haber optado por eldespliegue de estrategias muy diferentes de aprovechamiento de los recursos disponibles y aunde aquellos no disponibles en la regin, tales como intercambios a larga distancia, redes decomunicacin social ms compleja, con alianzas que excederan el sistema de parentescos de lafamilia nuclear, la fusin y fisin de bandas, etc.

    Sin embargo, aun as y asumiendo que el asentamiento de Monte Verde hayaprocedido de una corriente migratoria del borde Pacfico, y distinta a la que produjo elpoblamiento inicial al Este de Los Andes, siguiendo el litoral Atlntico, es en esta ltima ruta

    donde se observan evidencias de mayor variabilidad arqueolgica que permite inferir un

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    23/34

    Miotti La fachada atlntica

    177

    poblamiento oriental ms antiguo, ms independiente (debido a la gran ramificacin de los rosde la vertiente atlntica) y por lo tanto con segregaciones y desarrollos culturales ms variados

    (cuadro 2 y figura 3).La recurrencia de fechados ms antiguos hacia los ambiente acuticos del Atlntico respecto delos fechados del Pacfico y los cercanos a los flancos de Los Andes (cuadro 2) permite sugerirque el movimiento de ocupacin del espacio habra sido desde varios puntos, partiendo desdelas lneas de costa martimas hacia el interior, y que esos puntos de ingreso desde la costa,habran sido las desembocaduras de las grandes cuencas fluviales que nacen en el corazn delcontinente o en Los Andes y desaguan en ambos ocanos. Esta forma de colonizacin desdemltiples puertas de acceso hacia el interior del continente isla es la que conceptualizo como

    poblamiento centrpeto ramificado (figura 3), con ms ramificaciones incluso de la vertienteatlntico caribea, que de la Pacfica. Esta selectividad de los ingresos parece recurrente entodo el hemisferio, no obstante la hiptesis de un poblamiento netamente terrestre a travs delIstmo de Panam, siguiendo los corredores internos de sabanas abiertas no debe ser descartadocomo alternativa, ya que el mismo no es excluyente con parte de la evidencia en Suramrica, lacual si bien est en el interior del subcontinente, es ms

    Cuadro 2. Relaciones entre la evidencia arqueolgica de la vertiente atlntica y pacfica.

    Vertiente Atlntica Vertiente Pacfica

    SitiosArqueolgicos

    Ambiente Acutico Distancia allitoral martimo

    (km)

    SitiosArqueolgicos

    AmbienteAcutico

    Distancia allitoral martimo

    (km)

    Taima Taima Acuferos en Llanuracostera

    9 del Mar Caribe Las Vegas 0G80 Playa de Manglar 1-4 del Pacfico

    El Abra, Tibit,Tequendame

    Paleolago en Llanura deBogot, Ro MagdalenaMedio

    700 del MarCaribe

    Zaa yJequetepeque

    Valles y pampasaltas costeras

    5-35 del Pacfico

    San Isidro, Pea

    Roja

    Alto Ro Cauca entre

    cordilleras Centrasl yOccidental

    100 del Pacfico y

    550 del Caribe

    Lauricocha Laguna en alta

    Puna andina

    180 del Pacfico

    Monte Alegre Bajo Ro Amazonas 300 del Atlntico Telarmachay Valle Puna andina 150 del PacficoPay Paso 1 Ros Cuareim y Uruguay 300 del Atlntico Quebrada de Los

    BurrosValle costero,lomas

    1-10 del Pacfico

    Cerro de los Burros Cerro del Ro de La Plata 20 del Atlntico Quebrada Tacahuay Valle costero 1-10 del PacficoTixi, Los Pinos,Amalia 2*

    Arroyos Sierra LaVigilancia

    40 del Atlntico Salares Chilenos,regin Arica

    Laguna y valles dePuna andina

    30-100 delPacfico

    El Sobrero, LaChina

    Arroyos Sierras Tandilia 80 del Atlntico Tagua Tagua Paleolago al pie decordillera

    35 del Pacfico

    Paso Otero 5* Ro Quequn Grande 50 del Atlntico Quereo, El

    Membrillo

    Paleolago en

    terraza marina

    2 del Pacfico

    Arroye Seco 2* Arroyo y paleolaguna,llanura interserrana

    60 del Atlntico Monte Verde II ArroyoChinchihuapi

    50 del Pacfico

    La Moderna Paleolaguna de llanura 200 del Atlntico Bao Nuevo de laCueva

    Ro en Aisen 60 del Pacfico

    Agua de la Cueva Valle Alto Ro MendozaPrecordillera

    1200 del Atlntico Cueva del Medio Seno ltimaEsperanza

    10 del Pacfico

    Arroyo Malo Valle Alto Ro Atuel,Cordillera de altura

    1000 del Atlntico Cueva Lago Sofa Seno ltimaEsperanza

    10 del Pacfico

    Piedra Museo Paleolago cuenca RoDeseado

    80 del Atlntico

    Los Toldos Valle de Meseta, Ro 120 del Atlntico

    2 Si i I i l l H b T A i

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    24/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    178

    DeseadoTres Tetas Valle de Meseta 200 del AtlnticoCasa del Minero 1 Paleolago de Meseta 170 del Atlntico

    Arroyo Feo Arroyo Afluente RoPinturas 360 del Atlntico

    CCP 7 Lago Belgrano enCordillera

    450 del Atlntico

    Chorrillo Malo Lago Roca en Cordillera 350 del AtlnticoFell Cuenca Magallnica 110 del Atlntico

    Tres Arroyos Arroyo, S ierra CarmenSilva

    40 del Atlntico

    * Estas distancias al litoral martimo fueron tomadas de Bonomo (2004).Los nombres en negritas indican las localidades que superan los 11 000 aos radiocarbnicos ap.

    congruente con el modelo de poblamiento centrpeto ramificado debido a que se relacionasiempre con ambientes acuticos en estrecha relacin con las grandes cuencas de ambasvertientes (figura 3). Es asimismo importante continuar reconociendo que la vertiente pacficafue otra gran puerta de ingreso al subcontinente.

    La exploracin y colonizacin de este territorio es considerado un proceso lento perono con ritmos constantes, sino que el mismo implicara avances y retrocesos de las poblaciones,desocupacin de algunas reas y re-colonizacin de la misma y territorialidades definidasculturalmente. Los factores de la diferencial rapidez de colonizacin no debe centrarseexclusivamente en la bsqueda de ambientes acuticos que seran los parches minimizadoresdel riesgo falta de agua durante la exploracin de un nuevo terreno, sino que hay que tener encuenta la red de comunicaciones sociales y las experiencias culturales acumuladas, queimplicaran otras estrategias de movilidad de los primeros grupos inmigrantes, los que en base alas diferentes formas de construcciones antropognicas de los paisajes nuevos podran haberadoptado ritmos de avance ms rpidos o ms lentos, pero definidos por cuestiones netamenteculturales, que se apartan del tremendo peso terico del reduccionismo ecolgico que marcaron

    a los modelos que se basaron slo en la estructura de distribucin de los recursos y no por ladiferencial apropiacin y manipulacin cultural de los mismos. Las lneas de costa marinasactuaran no slo como rutas ms seguras con orientaciones entre el mar y el continente, sinoadems como fuente de recursos mixtos y donde encontraran su nivel de base las grandescuencas fluviales con disponibilidad de agua potable y una ruta costera la cual poda seguirse a

    pie y/o con la ayuda de embarcaciones que permitieran los traslados sin perder nunca de vista lalnea del continente.

    Amrica del Sur fue la ltima masa continental en ser explorada y colonizada por los

    humanos; su logro fue un complejo y lento proceso para el cual las distintas poblacionesinmigrantes disearon mltiples estrategias de movilidad, subsistencia y tecnologas. Sinembargo es importante destacar que para el 11.5 ka ap las poblaciones humanas ya habanalcanzado el extremo austral de Patagonia y el conocimiento que denotan en casi todo elcontinente respecto de los distintos ambientes se manifiesta con una alta variabilidadarqueolgica y con altos grados de comunicacin social para, al menos, el intercambio dematerias primas, y bienes extra regionales, que no siempre tienen que ver con alimento otecnologa, sino con cuestiones ideacionales y conocimiento acumulado(Flegenheimer et al.,2003; Gnecco, 2003; Miotti, 1994, 1995).

    Miotti La fachada atlntica

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    25/34

    Miotti La fachada atlntica

    179

    En las latitudes altas y medias, a ambos lados de los Andes existen evidenciasconfiables de ocupacin humana para ms de 12 ka ap. Sin embargo la informacin al este de lacordillera es mucho mayor que al oeste.

    A la Patagonia, extremo austral del continente, los humanos parecen haber arribadounos 500 a 1 000 aos despus que a las latitudes medias como Monte Verde sobre el golfo deAncud en el Pacfico y Arroyo Seco 2, en la llanura interserrana bonaerense, sobre el marArgentino. Esto si no se consideran vlidos los fechados de 12.6 ka ap de Los Toldos y el de12.9 ka ap de Piedra Museo; el primero considerado poco confiable por el desvo estndar (600 aos) y por la inseguridad de las formas de extraccin de la muestra. El segundo es anuestro entender ms discutible ya que si bien se trata de un solo fechado de esa antigedad, el

    resto cae en el rango de los 11 ka ap para la primera ocupacin humana del sitio (Miotti et al.,1999, 2003b), el mismo no es descartado y se esperan nuevos fechados para contrastar estaocupacin.

    Estos rangos avalan asimismo la lenta exploracin y expansin, ya que los 2000 km enla porcin relativamente ms angosta del subcontinente (comparado con el Norte y Centro deSudamrica) se concretaron en unos 1 000 aos.

    La Patagonia no es la excepcin del mismo proceso lento y centrpeto, desde las costasmartimas hacia el interior, remontando los ros y utilizando las cuencas lagunares y lacustres

    como lugares para el afianzamiento humano. Para aqu se reafirma lo de trabajos previos quedos habran sido las etapas evolutivas a grandes rasgos. La de colonizacin inicial entre 13-11ka ap (Miotti y Salemme, 1999) o de exploracin en el sentido de Borrero (1990) y el segundomomento que se defini como de colonizacin avanzada, entre 10.5-9 ka ap (Miotti y Salemme,1999) o etapa de colonizacin (Borrero, 1990).

    Conclusiones

    La colonizacin de Amrica del Sur habra sido similar a la de otro continente isla como esAustralia, con una expansin humana lenta a escala subcontinental y variable a escalasregionales y microrregionales, esto combinado con el carcter multivectorial de tipo centrpetodesde las costas martimas hacia el interior. Las vas de acceso al corazn del continente, ascomo los principales medios de comunicacin social habran sido los sistemas de grandescolectores fluviales y sus tributarios. En este punto entonces las extensas y ramificadas cuencasde la vertiente atlntica se ven como puertas de acceso mayores para la dispersin de las

    poblaciones inmigrantes.La costa Pacfica y Atlntica podran haber sido dos portales independientes de ingreso.La Fachada Atlntica con extensas redes de drenaje y cuencas costeras tales comoMagdalena-Cauca, Orinoco, Amazonas, del Plata, Negro, Colorado, Chubut, Deseado, Chala,Santa Cruz and Chico se convertiran en mejores accesos para el interior que los cortos ros dela vertiente Pacfica.

    Los Andes, como barrera semipermeable a las poblaciones humanas habra propiciadoprocesos de colonizacin independientes en ambas vertientes, por lo menos hasta el 9 ka ap,cuando se supone que gran parte de los terrenos de altas montaas ceden en cantidad de hielo y

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    26/34

    2 Simposio Internacional el Hombre Temprano en Amrica

    180

    habran permitido el acceso humano y su traspaso. La extensin de las cuencas a ambos ladosde esta cordillera con un estrecho territorio al oeste (vertiente pacfica) habra permitido unacolonizacin ms lineal de este sector hacia el sur, y asimismo las dispersiones habran sidomenos ramificadas y potencialmente menos diversas.

    Agenda para l a Fachada Atlnti ca

    Hasta ahora la fachada atlntica no ha sido considerada significativa para elpoblamiento de Amrica del Sur. Tal vez los arquelogos subestimaron su importancia debidoal fuerte peso terico y emprico hasta hace cinco aos atrs ejercido por el poblamientocircumpacfico (Bryan, 1978) y por el modelo Clovis los primeros (Ver sntesis en Kelly,2003). Sin embargo debera prestarse atencin a esta nueva alternativa debido a:1) Los mximos movimientos de ascenso y descenso de las costas en el Atlntico durante losltimos 20 ka AP han variado entre 1 000 km a 100 km mar adentro, desde la lnea de costaactual del borde circum-at lntico, donde las planicies son vastas y se extienden con poca

    pendiente debajo de la plataforma submarina.2) La mayor disponibilidad de territorios emergidos al este de Los Andes hacia el Atlnticorespecto del estrecho territorio al oeste de la cordille ra hasta el borde Pacfico, an para la

    poca del LGM y sus dos pulsos de mayor intensidad glaciaria del tardiglacial (Older yYounger Dryas, en sus episodios equivalentes del sur).3) Las ms vastas y extensas cuencas fluviales del Atlntico, frente a los cortos y pocoramificados valles fluviales que cortan transversalmente la lnea costera la vertiente pacfica. Ycuyas cabeceras se encuentran en la cordillera de Los Andes, generalmente a menos de 100 kmde las desembocaduras de los mismos en el mar.4) Los puntos 2 y 3 cobran verdadera importancia en este anlisis porque se considera en elmodelo centrpeto ramificado de poblamiento que los ros seran vas ms seguras de acceso al

    interior del continente, adems de ser vas de comunicacin social.

    Agradecimientos

    Los Dres. Jos C. Jimnez; Silvia Gonzlez, Jos A. Pompa y Padilla y Francisco OrtizPedraza, otorgaron subsidios para mi participacin y presentacin de este trabajo en IISimposio Internacional El Hombre Temprano en Amrica (Mxico D.F. 2004). Lainvestigacin fue subsidiada a travs de proyectos PIP-CONICET# 2704 y PICT -ANPCyT#12387. Patricia Madrid, Natalia Carden y Daro Hermo, leyeron el primer manuscrito y me

    brindaron valiosos comentarios para mejorarlo. Mnica Salemme y Jorge Rabassa hicieronaportes en los temas especficos. Sin embargo a ninguna de estas instituciones y colegas debencargarse responsabilidades de las ideas aqu propuestas, las mismas corren por cuenta de laautora.

    Notas

    Miotti La fachada atlntica

  • 7/27/2019 Miotti Final Mexico2006

    27/34

    Miotti La fachada atlntica

    181

    1...el camino de nuestra evolucin se apart del curso normal de los primates cuando tomamos hacia elmar Traduccin libre de la autora2 traduccin libre de la autora

    Literatura citada

    Adovasio, J. M. 1993. The Ones that will not go away: a Biased View of Pre-Clovispopulations in the New World. Chapter 15:199-218, From Kostenki to Clovis, UpperPaleolithic-Paleo-Indian Adaptations. O. Soffer & N.D. Praslov (eds.). Plenum

    Agenboard, L. 1984.