lcde053 - ralph barby - ¡devorados!

108

Upload: louis-antoine-de-saint-just

Post on 06-Feb-2016

25 views

Category:

Documents


18 download

DESCRIPTION

LCDE053 - Ralph Barby - ¡Devorados!

TRANSCRIPT

RALPH BARBY

DEVORADOS!

Coleccin LA CONQUISTA DEL ESPACIO n." 53 Publicacin semanal

EDITORIAL BRUGUERA, 5. A.BARCELONA - BOGOT - BUENOS AIRES - CARACAS MXICO

ISBN 8402-02525-0

Depsito legal: B. 35.463-1983 Impreso en Espaa - Printed in Spain

Ralph Barby 1971Texto

Miguel Garca 1971Cubierta

Concedidos derechos exclusivos a favor de EDITORIAL BRUGUERA, S. A.Camps Y Fabrs, 5. Barcelona {Espaa)Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S. A. Parets del Valls (N 152, Km 21,650) Barcelona 1971

CAPITULO PRIMERO

No se poda negar que la base Ciudad Lunar estaba bien acondicionada. Haba sido totalmente construida en un crter del satlite de unos dos kilmetros de dimetro por medio de profundidad. Dicho crter, antes de ser elegido por el Comit Mundial del Espacio, habla sido estudiado concienzudamente, de ello haca ya varias dcadas.Una bveda de cristal de diez pulgadas de espesor, en pedazos rectangulares de no menos de cien metros cuadrados cada uno, formaban un techo impresionante que sujetaba con firmeza la atmsfera artificial creada en base Ciudad Lunar. Dicha bveda rompa los peligrosos y duros rayos solares sin tamizar por atmsfera alguna, filtrndolos y dividindolos en miradas de rayos difusos que daban una luz semejante a la recibida, por ejemplo, en Miami Beach o la Costa del Sol .espaola.Los quinientos metros de profundidad se haban dividido en pisos, dejando el ms bajo y profundo para la instalacin de energa atmica que daba vida a la base.La nave Crow O1, pilotada por el experto y popular Ian Parrish, antes de conectar el automtico de alunizaje retropropulsivo en vertical, comunic por su micrfono interior:-Hemos llegado de retorno a base Ciudad Lunar. Espero que el viaje haya sido de su agrado.Se escucharon unos leves comentarios entre los turistas de t bordo, la mayora de ellos millonarios, pues no resultaba barato costear aquellos periplos tursticos en derredor de la :,una, visitando los principales crteres y monumentos a los primeros hombres que haban puesto su pie en el astro, en especial el monumento en el Mar de la Tranquilidad a Neil Armstrong.La nave cono-cilndrica (un modelo especial construido por el propio Ian Parrish uniendo partes de naves rescatadas del espacio, lo que haba abaratado suconstruccin) tena la particulardad de que lo mismo poda pilotarse en planetas sin atmsfera que en planetas con atmsfera como la Tierra y Marte. Su sistema de entrada en la atmsfera era atrevido. Su morro era de un acero aleado con diamantes y recubierto de puro zafiro selenita que soportaba elevadsimas temperaturas. De este modo, el morro penetraba en la atmsfera en direccin oblicua y descenda a vertiginosa velocidad decelerando hasta hallar la velocidad apropiada para entrar en un corredor areo normal, buscando luego un aeropuerto que le sirviera.La astronave Crow O1 aluniz perfectamente sobre unos grandes rales por los cuales se desliz internndose en el macrohangar que se introduca en el planeta a un kilmetro escaso del crter en el que se ubicaba la base Ciudad Lunar.El hangar estaba iluminado a la perfeccin. Haba all distintos tipos de navesinterplanetarias y ferrys lunares no capacitados para desplazarse a otros planetas, ni siquiera para regresar a la Tierra. Eran ferrys que comunicaban a los mi neros que se hallaban en los ms distintos puntos de la Luna.Las grandes puertas de acero al cromo se cerraron. Aguardaron cinco minutos en la nave antes de que se hubiera creado la atmsfera necesaria para poder vivir los seres humanos. Despus, se abri la compuerta del Crow O1 y los turistas, entre grandilocuentes y ampulosos comenta nos. descendieron para trasladarse a su hotel de base Ciudad Lunar. Cuando regresaran a la Tierra tendran muchas cosas que explicar, muchas maravillas slo aptas para caprichos millonarios terrestres.

Ian Parrish se desperez. Estaba aburrido de aquel trabajo, pero prefera trabajar para s mismo. An recordaba las disputas que haba tenido con la Explorer Corporation. Mientras tuviera su nave saldra adelante sin faltarle el dinero; lomalo era que la compaa de seguros interestelar le haba puesto ob jeciones para la renovacin de la pliza y l saba que su nave envejeca poco a poco. Si la pliza no la cubra, tendra que donarla por inservible y se quedarla, como vul - garmente se dice, con las manos en los bolsillos en medio de un planeta hostil, posiblemente sin dinero suficiente para pagarse el regreso a la Tierra. Quiz terminara convirtindose en uno de aquellos desesperados mineros que llegaban a la Luna con todos sus ahorros, dispuestos a pagar lo que fuera por una parcela lunar donde cavar en busca de algn metal noble que pudiera enriquecerles, y luego, en los das de asueto, correr a buscar la diversin que en la base lunar se ofreca a los mineros a un alto precio. Bueno, si aquello llegaba, ya tendra tiempo para pensar una solucin.Bostez y abandon la nave y el hangar, dirigindose al gran vestbulo para presentar el reprter del vuelo al destacamento lunar de la polica intermundial.Ian Parrish no poda quejarse de su suerte entre las mujeres, contribuyendo a ello su elevada estatura, su complexin atltica, su cabello cobrizo siempre despeinado, sus ojos argenta oscuro, quiz de tanto mirar a las estrellas. Su padre haba sido uno de los primeros astronautas, uno de los pioneros del espacio y poda decirse que l haba nacido mirando al firmamento, quiz se debiera a eso el extrao color de sus pupilas.De veras no poda quejarse de su xito con las mujeres y aquella fmina de cabello azabache, con un traje interestelar de fantasa, algo recargado de pedrera, con grandes ojos oscuros y mirada ardiente, labios gruesos y muy carnales que le sonrean, le hizo pensar que era bueno tomarse un descanso entre los viajes de periplo selenita para turistas ricachos y orondos.-Hum, si no me equivoco, usted es Ian Parrish.-En efecto. Ha ledo el catlogo de viajes tursticos lunares?-No, acabo de llegar de la Tierra y me gustara hablar largamente con un hombre tan interesante como usted. Mi habitacin es la 515.Aquella belleza no se preocup de esperar respuesta del hombre. Se puso en pie marcando toda su escultural anatoma, en la que cada redondez era una tentacin. Ondul sus caderas y se alej por el gran vestbulo bajo la luz que penetraba por la bveda encrstalada, a prueba de proyectiles y meteoritos hasta las tres pulgadas de dimetro.Un astronauta compaero suyo, piloto de lneas espaciales regulares Tierra - Luna, le palme la espalda amigablemente. -Otra conquista, Parrish? Diablos, qu suerte la tuya. Cmo te las arreglas?-Ser que soy un tipo independiente. A las mujeres no les gustan los esclavos como t, que laboran por un sueldo msero.-No tan msero, Parrish. No nos va mal la vida como pilotos regulares; claro que ya sabemos que es mejor ser un explorer. Por cierto, a tu Crow O1>> no le queda mucho tiempo de vida. Si las compaas aseguradoras no te extienden una pliza, la polica intermundial del espacio te va a prohibir el despegue y si la desguazas vas a tener que buscar un museo para guardarla.-Tratar de aprovechar el tiempo que me queda, y si las cosas siguen as, habr de subir los precios a los turistas ricachos para asegurarme la vejez.-Y pronto llegars a viejo si sigues con conquistas de ese calibre, Parrish; claro que a m no me importara envejecer de golpe en una semana entera con ella.

Otro de los compaeros astronautas, que perteneca al grupo de ferrys interselenitas, se acerc un tanto excitado. -Os habis enterado de lo de Antoine?Parrish y Hollandson le miraron extraados.-Qu le ha ocurrido? -pregunt Parrish, que apreciaba al astronauta galo que haba sido su compaero en multitud de viajes.-Ha muerto.-Cmo? -inquiri Parrish-. Si tena su nave en reparacin...-Algn accidente? -pregunt Hollandson.-He odo decir que lo han encontrado en su habitacin.

Estaba tomando dosis de radiaciones solares difusas para vitaminar la piel, y al parecer, haba ingerido un somnfero. En el colmo de la desgracia, el automtico del solrium electrnico se ha estropeado. Con deciros que han descubierto lo sucedido porque sala humo por el extractor de renovacin de aire viciado. Se ha dado la alarma silenciosa slo para expertos para impedir el pnico en la base Ciudad Lunar y el computador de control de incendios ha detectado de inmedia to el lugar de origen. Han abierto la habitacin de Antoine y all estaba, achicharrado y sin vida bajo su propia lmpara solar.-Qu forma tan estpida de morir un astronauta como l, que en tantas ocasiones ha arriesgado su vida en misiones especiales -se lament Hollandson.Por su parte, Ian Parrish coment:-Jams se sabe dnde hallaremos la muerte. El recin llegado, portador de la noticia, objet:-Ya vais quedando pocos de los independientes, Parrish. Ian Parrish admiti:-Es cierto; de los independientes slo quedamos cuatro. Omaha Young, Federov, Clyton y yo, y, por lo visto, mi nave ya no tiene mucho tiempo de vida, como dice HoIlandson.El aludido dijo:-La verdad es que las grandes compaas estn esperando que los independientes, que sois quienes abaratan los precios, desaparezcis.-S, claro -admiti Ian Parrish-, para as monopolizar los precios. Todo da asco. Cuando Neil Armstrong puso su pie en la Luna, toda la humanidad crey que estbamos consiguiendo un mundo mejor, pero ya veis, pasan las dcadas y todo sigue igual de mezquino que all en la Tierra en la era del siglo XX.Ian Parrish se senta a disgusto. Tom el ascensor y descendi a su habitacin donde se dio una ducha. Luego subi a la cafetera para tomarse un water -star que le caldeara los nimos y le enfriara el mal humor. El water-star no era ms que una mezcla de whisky y vodka macerado en unas arenillas selenitas que haba descubierto un armenio, hacindose millonario con la frmula de su nueva bebida espacial que, despus de todo, no estaba nada mal.En la cafetera lunar vio a varias de sus amiguitas, pero apenas tuvo deseos de dialogar con ellas.Record el rostro de la recin llegada a la base Ciudad Lunar, su opulenta busto y sus bien moldeadas caderas. Se introdujo en el ascensor de descenso. No era la forma ms ortodoxa de recordar a Antoine, pero por lo menos se quitara de encima su mal humor.Cinco uno cinco, record. La planta en que se hallaban las habitaciones de la centena del medio millar eran las suites ms grandes y lujosas. Las ms caras, slo aptas para bolsillos superricos. En el planeta Tierra no exista ninguna habi-

tacin, suite ni siquiera palacete que pudiera tener un precio semejante a aquellas suites de base Ciudad Lunar, comprendidas entre la 501 y la 600.A1 llegar ante la puerta 515 puls el botn colocndose frente a la cmara que habra de enviar su imagen al interior para que sus ocupantes decidieran si deban o no franquearle la entrada.La puerta se abri y pas al interior de la estancia. Record que ni siquiera conoca el nombre de la morena que le invitara a su alcoba.-Adelante, Ian -escuch que le deca la voz femenina, mientras adelantaba en la oscuridad pensando que el contacto de la luz se haba estropeado-. Ahora salgo, estoy en el bao.La puerta se cerr tras Ian Parrish y en aquel instante las lmparas indirectas de titanio-potasio se encendieron iluminando el living de la suite.Parrish se sorprendi, pero su rostro anguloso no lo demostr.Ante l, cinco hombres inesperados. Tres de ellos tenan rasgos orientales y uno, a juzgar porque se hallaba sentado en la mejor butaca y su indumentaria recargada, con un dragn tejido en oro en su pecho, le pareci el jefe del grupo.-Bien venido, seor Parrish -salud el oriental, que sonrea al mirarle.-Esto no estaba en el plan.-Si se refiere a Paula, bueno, ella podr ser obsequiosa con usted, pero despus. Ahora continuar dentro de su bao para que su piel sea ms fina y sonrosada.El asitico hablaba en perfecto ingls. Su voz, al carecer del ms ligero acento, no le delataba como un hijo de Oriente. -Bueno, me parece que Paula ha sido el cebo y yo, la presa -coment Parrish, can sarcasmo, al tiempo que se dejaba caer en uno de los cmodos butacones.-Es usted un hombre que no se enfada con las mujeres -coment el oriental, mientras los otros cuatro permanecan en silencio.Sin duda alguna, eran sus secuaces ms fieles que mastines a su amo.-Es mi forma de ser, pero vayamos al grano. Qu se propone al atraerme hasta aqu?-En principio, dialogar un poco. Conozco su valor, su tecnicismo, su experiencia en 1a astronutica y su nave Crow O1.-Y por qu no hablamos primero de usted? Creo que lo he visto en alguna parte,-A m? -ri levemente-. Para un occidental, un chino, un japons, un vietnamita o un coreano, es igual a otro chino, etctera, etctera. Todos somos iguales. Despus de todo, hay quinientos millones de seres con la piel amarilla y los ojos oblicuos. Debiramos ser ms de mil millones, pero ya ve, la Tercera Guerra Mundial nos redujo a la mitad. Result una masacre de chinos, no cree?-No est en mi nimo juzgar una guerra mundial ya finita y que todos deseamos olvidar. Su imperio chino busc la guerra y los resultados fueron catastrficos para todos. No soy filsofo, socilogo ni militar, seor Lung.-Por Confucio, seor Parrish, es usted un excelente fisonomista, adems de piloto astronauta.-Recuerdo que vi su fotografa en un noticiario televisado. No me pregunte la fecha, slo s que usted sali y alguien dijo que Lung era el hombre de piel amarilla ms importante de su tiempo.-En el campo de la industria y las finanzas -puntualiz Lung,-Las finanzas y la industria no dejan de ser otro medio de conquistar nuestro mundo en estos tiempos en que los ejrcitos son desmantelados. El financiero e

industrial ms importante es el que tiene ms poder. Incluso obliga a claudicar a pequeos Gobiernos y presiona a los grandes. Creo recordar que a lo largo de la historia, en especial en el siglo XX, soterradamente fueron muchos los industriales y financieros que provocaron guerras en distintas partes del globo, achacndolas despus a cuestiones polticas.-Antes de que nos resultemos antagnicos, hablemos de lo que puede interesarnos a ambos.Ian Parrish dese decir a aquel sujeto excesivamente gordo sin un solo cabello en todo el crneo, cejas ralas y mirada reconcentrada, que le caa mal, muy mal, pero tampoco le caan bien muchos de los turistas que transportaba en su nave y no por ello los echaba a puntapis.-Cul es su peticin u oferta, Lung?Aquel oriental, que al estilo de los grandes mandarines chinos, anteriores al sovietismo del siglo XX, llevaba el nombre del dragn mitolgico que simbolizaba la nube que conceda lluvia, respondi:-Slo queremos contratarle, seor Parrish. -Contratarme? Acaso desea efectuar un viaje turstico selenita? Hago precios mdicos.-Nos toma por imbciles turistas? -pregunt Lung, sonriente y burln.-No s. Si est en esta suite y paga a esa chica que le obedece, tiene escolta y es capaz de llevar ropas carsimas bordadas en oro, imagino que tiene bastante dinero, eso sin pensar en lo importante que es industrialmente y en las finanzas.-Seor Parrish, slo quiero contratarle para un largo viaje a usted y a su