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30001-2 HEROES DEL CENEPA Centro Poblado: collpa / collpa baja Matrícula por periodo según grado, 2004-2012 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total 47 45 52 60 60 50 46 44 44 5º Grado 6 7 9 11 10 8 9 7 8 6º Grado 5 2 4 6 9 9 6 7 8 30173 Primaria - HUAYUCACHI Matrícula por periodo según grado, 2004-2012 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total 627 597 588 588 551 543 520 546 534 5º Grado 113 119 98 92 108 89 70 110 81 6º Grado 88 84 116 108 95 99 85 83 112 30175 Primaria - HUAMANMARCA Matrícula por periodo según grado, 2004-2012 200 4 200 5 200 6 200 7 200 8 200 9 201 0 201 1 201 2 Total 243 265 241 244 225 215 200 197 171 Grado 55 44 40 49 36 41 40 44 18 Grado 21 56 44 45 49 38 41 39 43 30204 Primaria Centro Poblado: miraflores Matrícula por periodo según grado, 2004-2012 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total 173 151 129 130 97 106 96 100 99 5º Grado 34 24 20 23 24 16 17 19 23 6º Grado 26 31 19 22 23 24 17 20 16

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Page 1: Joshua Foer - Copia

30001-2 HEROES DEL CENEPA

Centro Poblado:   collpa / collpa baja

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 47 45 52 60 60 50 46 44 44

5º Grado 6 7 9 11 10 8 9 7 8

6º Grado 5 2 4 6 9 9 6 7 8

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Primaria - HUAYUCACHI

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 627 597 588 588 551 543 520 546 534

5º Grado 113 119 98 92 108 89 70 110 81

6º Grado 88 84 116 108 95 99 85 83 112

30175

Primaria - HUAMANMARCA

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 243 265 241 244 225 215 200 197 171

5º Grado 55 44 40 49 36 41 40 44 18

6º Grado 21 56 44 45 49 38 41 39 43

30204

Primaria

Centro Poblado:   miraflores

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 173 151 129 130 97 106 96 100 99

5º Grado 34 24 20 23 24 16 17 19 23

6º Grado 26 31 19 22 23 24 17 20 16

30205

Primaria - BARRIO CHANCHAS

Page 2: Joshua Foer - Copia

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 61 54 53 57 57 54 55 50 30

5º Grado 11 4 7 11 8 12 10 6 2

6º Grado 9 4 5 9 12 8 13 12 7

31218 MAURO L. CARHUALLANQUI CEVAL

PrimariaCentro Poblado:   mantaro

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 70 54 51 46 40 42 36 31

5º Grado 17 1 8 10 10 2 10 3

6º Grado 9 9 7 8 6 9 3 8

31465

Primaria – LA LIBERTAD

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 113 108 102 96 91 81 83 79 74

5º Grado 6 15 24 13 17 15 11 15 19

6º Grado 22 9 14 20 16 15 14 12 13

BILL GATES

Primaria

Privada - Particular

Matrícula por periodo según grado, 2004-2012

  2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Total 62 48 35 40 45 49 55 64 48

5º Grado 9 8 8 7 5 5 11 10 7

6º Grado 9 6 7 6 6 5 5 10 9

Joshua Foer: «Ejercitar la memoria no es fácil. No hay atajos y exige   esfuerzo»

Page 3: Joshua Foer - Copia

Joshua Foer parece ubicuo. Desde que su libro «Moonwalking with Einstein» («Los desafíos de la memoria» en castellano, editado por Seix Barral) salió a la venta, este joven periodista ha aparecido mencionado en todos y cada uno de los medios de Estados Unidos. Antes de comprar su libro había leído tanto sobre él que llegué a creer que una vez comenzase a leerlo quedaría poco que la prensa no hubiese ya desvelado. Pero no fue así.

En «Moonwalking with Einstein» Foer relata de manera entretenida y didáctica su aventura personal desde que entra por primera vez en contacto con un «atleta mental» o «atleta de la memoria» hasta convertirse en el Campeón de la Memoria de Estados Unidos de 2006. El punto fuerte del libro, además de las brillantes observaciones de Foer, es lo bien hilada que está la descripción de su extenuante  entrenamiento con el repaso de la Historia y la investigación científica de la memoria.

Tras haber terminado el libro me puse en contacto con Foer, a quien entrevisté por teléfono. Aquí os dejo la transcripción de la conversación con este Funes el Memorioso moderno.

- Ya han pasado varios años de su hazaña, ¿cómo recuerda la experiencia?

- Fue una de las cosas más extrañas que he hecho jamás. En retrospectiva fue sorprendentemente divertido. Nunca hubiera podido imaginar que entrenar mi memoria sería divertido.

- ¿Cuáles fueron sus claves para conseguir tal éxito?

- Diría que fueron dos. La primera fue que Ed Cooke, quien tiene una de las mejores memorias de Inglaterra, me acogiera como su aprendiz y me enseñase las técnicas clásicas que él utiliza para recordar. La segunda ventaja que tuve fue contar con los avances de todo el campo de investigación psicológica dedicado a comprender cómo una persona llega a convertirse en un experto en su campo. El haberme zambullido en la literatura de ese sector me ayudó a preparar mi entrenamiento de la forma más eficiente y eficaz.

- ¿Encontraste en las investigaciones científicas algún truco que Ed y otros gurús de la memoria no te hubieran enseñado?

- Sin duda. Uno de los consejos que extraje de los estudios científicos es que debía entrenar en situaciones ajenas a mi zona de confort, forzarme al fracaso y tratar de visualizar ese fracaso para poder aprender de él. Por ejemplo, lo que yo hacía era obligarme a memorizar un 20 por ciento más rápido del ritmo en el que me sentía cómodo aprendiendo información hasta que esa nueva pauta se volvía más sencilla.

- Paralelamente a su entrenamiento, usted se convirtió en el objeto de un estudio científico sobre la memoria. ¿Cuál fue la parte más dura de ser conejillo de Indias?

- Lo peor es que cuando eres la cobaya de un estudio no puedes hacer muchas preguntas. Los científicos no quieren darte las razones detrás de lo que están haciendo para que no afecte a la investigación. Y cuando eres periodista y tu trabajo es hacer preguntas, esa limitación es algo frustrante.

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- ¿Cómo se siente ahora que pertenece a la larga e histórica tradición de los mnemonistas?

- Es magnífico. Cuando escuché por primera vez hablar sobre concursos de memoria, pensaba que sus participantes eran algo bobos. Entonces no sabía apreciar que eran parte de una estirpe que se prolongaba hasta la Antigüedad y que entrena sus habilidades mentales de la misma manera que se hacía hace milenios.

- En el libro menciona que antes de comenzar su entrenamiento su memoria era «mediocre». ¿Cómo la definiría ahora?

- En mi caso, el entrenamiento que hice no activó ninguna parte diferente de mi cerebro. No diría que en general tenga ahora una mejor memoria que antes. Lo que ha cambiado es que ahora sé usar mi memoria de forma más eficiente en ciertos contextos. Esencialmente, mi memoria no es mejor de lo que lo era cuando empecé; aunque ahora soy capaz de aprender grandes cantidades de ciertos tipos de información muy rápido.

- ¿Tiene más que ver la memoria con el ejercicio y la práctica que con el talento natural?

- Es como con otras tantas cosas, si la ejercitas puedes desarrollar nuevas habilidades, aunque no es fácil y no hay atajos. Exige esfuerzo.

- ¿Cree que cualquiera que entrenase adecuadamente como usted hizo podría convertirse en un atleta de la memoria?

- Estoy seguro. Sin embargo, una pregunta que deberíamos hacernos es si vale la pena invertir el tiempo necesario que demandaría esa preparación. No estoy seguro de que sea algo que todo el mundo debería hacer, pero estoy seguro de que es algo que todo el mundo podría hacer.

- De las diferentes personas que encontraste a lo largo de tu preparación, ¿quién fue la más influyente?

- Pasé mucho tiempo trabajando con el psicólogo Anders Ericsson, quien estudia como las personas se convierten en expertos en lo que hacen. Para mí fue fascinante contar con su profundo conocimiento. Él ha estudiado a grandes expertos de campos muy diversos para extraer qué es lo que esa gente tiene en común.

- Una de las ideas que explora su libro es cómo la memoria entró en una etapa de decadencia después de que Gutenberg inventase la imprenta. Estudios recientes han sugerido que internet también está afectando a cómo recordamos. ¿Es ahora nuestra memoria peor que nunca?

- Creo que lo que ha sucedido es que ahora somos más vagos. Cuando contamos con tecnología que puede recordar por nosotros, invertimos menos en el acto de recordar. Gutenberg o la imprenta no destruyeron nuestra memoria, sino que cuando el hombre supo que podía confiar en los libros para almacenar información, recordarla dejó de ser tan importante. Lo mismo está ocurriendo ahora, aunque hasta cotas más exageradas, con internet. Si con nuestro teléfono móvil o cualquier ordenador podemos acceder a cantidades infinitas de información, nos hacemos más perezosos a la hora de recordar. La verdad es que es preocupante.

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- En su libro insiste en que la memoria es la herramienta que ayuda a componer la esencia de una persona. Si cada vez nuestra memoria es menor, ¿estamos entregando nuestra esencia a la tecnología?

- Creo que esta es una pregunta que va a ir cobrando más resonancia en los próximos años. La tecnología que recuerda por nosotros está cada vez más integrada en nuestras vidas. Creo que hay razones para preocuparnos sobre cómo cada vez nos parecemos más a un «cyborg», ya que la tecnología está más integrada en nuestra percepción y en nuestro día a día. A mi parecer, algo se está perdiendo con este proceso.

- Una idea recurrente en su libro es que para convertirse en un campeón de la memoria hace falta técnica y comprender cómo funciona la memoria. ¿Ha descubierto algo sobre cómo trabaja su memoria que crea que el resto de las personas debería saber?

- La razón por la que todas estas técnicas de memoria funcionan es porque te hacen trabajar. Te fuerzan a conectar de manera más profunda con aquello que quieres recordar, a procesarlo con más profusión y eso es lo que hace que algo sea más memorable. Nuestras memorias son asociativas por naturaleza, por eso estas técnicas te obligan a hacer más conexiones con la información que quieres recordar para que luego sean más sencillas de recuperar.

- Otra idea que explora es la esencia de nuestro sistema educativo. ¿Cree que se podría mejorar el sistema educativo si este promoviese un mejor uso de la memoria?

- No creo que los trucos para memorizar que yo he aprendido vayan a solucionar los problemas que afronta cómo aprendemos en el colegio. Creo que hay algunos principios muy básicos de la ciencia cognitiva que aún no han sido bien implantados en las escuelas. Por ejemplo, hemos sabido durante siglos que la mejor manera para aprender nueva información es a través de un proceso en el que, después de haber aprendido algo, te alejas de ello durante un tiempo para volver a repasarlo más tarde y así varias veces. Hay pruebas significativas de que para aprender una información compleja hace falta tiempo, ya que los detalles se van memorizando poco a poco. Eso es algo que no todos los profesores saben, aunque todos deberían ser conscientes de ello para estructurar sus clases de manera más eficaz. Sería fácil de implementar, aunque aún no está muy extendido.

- Otro de tus mentores, Tony Buzan, insiste en el proverbio latino de «mens sana in corpore sano». ¿Cambió usted su dieta para mejorar su entrenamiento?

- No lo hice, aunque reconoceré que estar en forma es esencial para la salud mental. No hay muchas pruebas científicas que demuestren las ventajas de cierto tipo de alimentación o de los suplementos vitamínicos. Pero sí hay pruebas de los beneficios de estar sano y en forma para el cerebro. Todos deberíamos hacer ejercicio por muchas razones, una de ellas por su impacto en nuestro cerebro.

- ¿Cuál es la mayor incógnita relacionada con la memoria que aún hay que resolver?

- Aún no sabemos cuál es la apariencia de un recuerdo individual. Sabemos cómo funciona a varios niveles como el celular. Pero si tomamos como ejemplo esta

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conversación, no sabemos cómo está siendo codificada por nuestro cerebro. Creo que ese será un reto excitante de resolver.

- Estudios recientes sugieren que para mantener la mente y la memoria activas debemos comenzar a aprender algo nuevo cada cierto tiempo, como un idioma, un deporte o un estilo de baile. ¿Le ha demostrado esto su experiencia?

- Creo en la noción de que se puede mejorar cognitivamente a partir de los retos constantes. Pero creo que embarcarse en nuevos proyectos y aceptar desafíos es bueno no por sus beneficios para el cerebro, sino simplemente porque es bueno. Todos deberíamos retarnos no porque sea bueno para nuestra memoria, sino porque aprender y animarnos a explorar nuevos campos son elementos intrínsecamente positivos.

- En un momento en el que muchos consideran que tienen mala memoria y les gustaría mejorarla, el marketing se está aprovechando de esa ansiedad para vender libros e incluso videojuegos. ¿Se puede hablar del «negocio de la memoria»?

- Primero me gustaría aclarar que los beneficios de la mayoría de esos productos no han sido demostrados científicamente o, por lo menos, los resultados de experimentos realizados sobre ellos no han sido concluyentes. Los programas para entrenar el cerebro están basados en evidencias y descubrimientos muy limitados.

- Aún así es un negocio muy rentable.

- Es un gran negocio porque nuestra memoria es realmente importante para nosotros y la gente está cada vez más preocupada por su memoria. Creo que a veces ciertos productos están sobrevalorados o son alabados en exceso para aprovecharse de las inseguridades de la gente.

- ¿Qué consejo le daría a esas personas preocupadas por su memoria?

- Algo que he descubierto es que no se puede mejorar sustancialmente la memoria, pero lo que se puede hacer es entrenarte para utilizar la memoria de manera más eficiente. Por ejemplo, si te cuesta recordar nombres hay trucos que te pueden ayudar con esa labor, trucos que funcionan, aunque eso no signifique que tu memoria esté aumentando.

- En su libro menciona que una persona cualquiera gasta al año 40 días compensando por cosas que olvidaron.

- Es una cifra que procede de un estudio que leí de la Universidad de Oregón que creo que aún no ha sido publicado. Francamente, soy algo escéptico sobre esta cifra. Me parece un poco elevada. Lo que me parece seguro es que perdemos mucho tiempo repasando o rehaciendo cosas porque no las recordamos.

- ¿Somos una especie olvidadiza?

- Es esencial a nuestra humanidad que olvidemos. No creo que sea un defecto. Hay razones por las que no somos grabadoras automáticas. Espero que nunca tengamos una memoria perfecta porque estoy seguro de que no sería sano.

Mmmmmmmmmmmmmmmm

Aquí tenéis lo que a mi más me ha llamado la atención:

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- Los expertos: Según Andres Ericsson, profesor de psicología de la universidad de Florida, lo que llamamos pericia o intuición, no es mas que “cantidades ingentes de de conocimientos y experiencias previas en el campo que se trate”. Lo había leído anteriormente que la intuición no es mas que mucha experiencia anterior e incluso asistí a un curso donde nos hablaban de los visionarios como personas se se servían de esta información acumulada en su cerebro sin darse ni cuenta. Mis conclusiones son que debo poner en manos de expertos las tareas que no domino y que si quiero ser mas experto en una tarea, cuantas mas horas pase y diferentes experiencias viva relacionadas con esta tarea mas me aproximaré a mi objetivo.

- Lo anterior me parecia intersante pero llego a la página 198 y me sorprende con el concepto de ‘Estancamiento satisfactorio’. En cualquier actividad, si repetimos incesantemente la práctica deberíamos mejorar hasta ser verdaderos maestros. Deberíamos conducir como los ángeles o escribir a máquina como las mejores mecanógrafas, etc… Paul Fitts y Michael Posner describieron tres etapas pos las que pasa una persona que quiere adquiri una nueva destreza: Cognitiva, asociativa y autonoma en la que todo funciona de manera inconsciente y ya no le prestamos atención. Esto es lo que el llama el ‘estancamiento satisfactorio’. Explica el ejemplo de su padre que juega al golf hace 40 años y que no mejora su handicap ni en un punto. Aquí viene lo interesante, Ericsson (el catedrático de Florida) ha detectado que los grandes expertos se obligan a estar en una ‘etapa cognitiva’ permanente de manera que no paran de ser conscientes ni de obligarse a mejorar. Los patinadores de menor categoria repiten saltos que ya dominan, los mejores practican sin descanso los saltos que menos dominan. Pone el ejmplo de Benjamin Flankin que solia leer ensayos de grandes pensadores para adpatarlo a su lógica. El secreto consiste en realizar las tareas por encima de las posibilidades forzando el error (10% por encima) y a partir de ahi superar los obstáculos encontrados, iniciando el proceso otra vez aumentando otro 10% para forzar otros errores. Como diria el amigo Punset, es fascinante.

- Los Palacios de la memoria: Es la técnica mas usada por los memoriosos y que consiste básicamente en tener unos espacios (casa propia, colegio o algún lugar donde sea fácil memorizar sus habitaciones y distribución) en la memoria dispuestos a ser ‘llenados’ con personajes, acciones y/o elementos que actuarán de conectores con lo que pretendemos recordar. Si la palabra a recordar son seis botellas de vino de la cesta de la compra nos imaginamos en una de las habitaciones del palacio de la memoria, a las seis botellas discutiendo cual es la mejor i visualizamos una situación cuanto mas rebuscada, paradójica o subida de tono, mejor para fijar el recuerdo. Es usada también con los números, nombres, fechas, etc…

Me gustó también la técnica PAO para memorizar números asociando una letra a cada número y formando palabras o frases o lo ya sabido que “el cerebro es como un músculo” en palabras de Toni Buzan, también es interesante saber que antes de exisitir la escritura, se transmitian los conocimientos de memoria y que se usaban técnicas para ‘recitar’ sin perder la esencia. Que el primer libro sobre el tema y todavía hoy un referente, es el Rhetotica Ad Herennium escrito entre en el año 86 y 82 a.C.

Nnnnnnnnnnnnnn

Quiero invitarlos a que cierren los ojos.

Imagínense de pie afuera, frente a la puerta de su casa. Quisiera que le presten atención al color de la puerta, al material del que está hecha. Ahora visualicen un grupo de nudistas obesos en bicicletas. Están compitiendo en una carrera nudista de bicicletas y van en dirección a su puerta de entrada. Necesito que vean esto verdaderamente. Están

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pedaleando fuerte, están sudando, van saltando mucho. Y chocan de frente contra la puerta de su casa. Hay bicicletas volando por todas partes, ruedas que pasan a su lado, rayos de las ruedas que terminan en lugares absurdos. Pasen el umbral de la puerta, al vestíbulo, al pasillo, o lo que que haya al otro lado de la puerta, y observen la calidad de la luz. La luz brilla sobre el Monstruo de las Galletas. Los está saludando con la mano desde su silla, sobre un caballo marrón. Es un caballo que habla. Pueden sentir su pelaje azul haciéndoles cosquillas en la nariz. Pueden oler la galleta de avena y pasas que está a punto de meterse en la boca. Pasen por un lado y entren a su sala de estar. Ya en la sala, y haciendo uso máximo de su imaginación, imagínense a Britney Spears. Está con poca ropa, bailando sobre su mesita de centro, cantando "Hit Me Baby One More Time". Ahora síganme a la cocina. El suelo ha sido recubierto con un camino de ladrillos amarillos y desde el horno vienen hacia ustedes Dorothy, el Hombre de Hojalata, el Espantapájaros y el León de "El Mago de Oz", agarrados de las manos, saltando hacia ustedes.

Bien. Abran los ojos.

Quiero contarles acerca de un concurso peculiar que se lleva a cabo cada primavera en Nueva York. Se llama el "Campeonato de Memoria de los Estados Unidos". Yo fui a cubrir este evento hace unos años como periodista cientíifico, esperando, supongo, que esto fuese como la final de un supercampeonato de sabios. Había varios hombres y unas pocas damas de diferentes edades y diferentes hábitos de higiene.

(Risas)

Estaban memorizando cientos de números aleatorios, mirándolos solo una vez. Memorizaban los nombres de decenas y decenas de extraños. Memorizaban poemas enteros en solo minutos. Competían para ver quien podía memorizar con mayor rapidez el orden de una baraja de naipes. Y yo pensaba: "Esto es increible". Estas personas deben ser fenómenos de la naturaleza.

Y empecé a hablar con algunos de los competidores. Este, es un hombre llamado Ed Cook que había venido desde Inglaterra y que tiene una de las memorias mejor entrenadas. Le pregunté: "Ed, ¿cuándo te diste cuenta de que eras un sabio?" Ed respondió: "Yo no soy un sabio. En realidad, tengo una memoria promedio. Todos los que participan de esta competencia dicen que tienen memoria normal. "Nosotros nos hemos entrenado para realizar estos milagrosos actos de memoria usando unas técnicas antiguas, inventadas hace 2500 años en Grecia, las mismas técnicas que utilizaba Cicerón para memorizar sus discursos, y que los académicos medievales utilizaban para memorizar libros enteros". Y mi reacción fue: "Vaya. ¿Cómo es que no había oído de esto antes?"

Estábamos parados fuera del salón de la competencia, y Ed, quien es un inglés maravilloso y brillante, aunque un poco excéntrico, me dijo: "Josh, tú eres un periodista estadounidense, ¿conoces a Britney Spears?" Y yo dije, "¿Qué? No, ¿por qué? "Porque me gustaría enseñarle a Britney Spears cómo memorizar el orden en una baraja de naipes en vivo, en televisión nacional. Eso le probaría al mundo que cualquiera puede hacerlo".

(Risas)

Y yo dije, "Bueno, no soy Britney Spears, pero quizás puedas enseñarme a mí. O sea, tienes que empezar por algo ¿no?" Y ese fue el inicio de un viaje muy extraño para mí.

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Terminé pasando la mayor parte del año siguiente no solo entrenando mi memoria, sino también investigándola, tratando de entender cómo funciona, por qué a veces no funciona y cuál puede ser su potencial.

Conocí a un montón de gente realmente interesante. Este es un hombre llamado E.P. Él es amnésico, muy probablemente con la peor memoria en el mundo. Su memoria era tan mala que ni siquiera recordaba que tenía un problema de memoria; es impresionante. Alguien increíblemente trágico, pero era una ventana que permitía ver hasta qué punto nuestra memoria nos hace quienes somos.

En el otro extremo del espectro conocí a este hombre. Este es Kim Peek. En él se basaron para el papel de Dustin Hoffman en la película "Rain Man". Pasamos una tarde juntos en la biblioteca pública de Salt Lake City, memorizando guías telefónicas; fue centelleante.

(Risas)

Y al regresar, leí una cantidad de tratados sobre la memoria escritos hace algo más de 2.000 años en latín, en la Antigüedad y luego en la Edad Media. Y aprendí muchas cosas realmente interesantes. Una de las cosas más interesantes que aprendí es que hubo un tiempo en que esta idea de tener memoria entrenada, disciplinada y cultivada no era una cosa tan rara como puede parecernos hoy en día. Hace mucho tiempo, la gente invertía en su memoria, en proveer laboriosamente sus mentes.

Durante los últimos milenios se han inventado una serie de técnicas, desde el alfabeto, los rollos de pergamino, los códices, la imprenta, la fotografía, la computadora, los teléfonos inteligentes; esto ha hecho que sea progresivamente más y más fácil externalizar nuestra memoria, para esencialmente tercerizar esta capacidad humana fundamental. Estas técnicas han hecho posible nuestro mundo moderno, pero también nos han cambiado. Nos han cambiado culturalmente, y yo diría que nos han cambiado también cognitivamente. Como ya casi no tenemos necesidad de recordar, a veces parece que nos hemos olvidado cómo hacerlo.

Uno de los últimos lugares en nuestro planeta en dónde aún se encuentra gente apasionada por esta idea de una memoria entrenada, disciplinada y cultivada es esta competencia tan singular de memoria. En realidad no es tan singular; hay competencias como ésta en todo el mundo. Yo estaba fascinado, quería saber cómo hacen estas personas.

Hace unos años, un grupo de investigadores del University College de Londres invitó a un grupo de campeones de memoria, al laboratorio. Querían saber: ¿Será que tiene cerebros de alguna manera, estructural o anatómicamente diferentes del resto de nosotros? La respuesta fue, no. ¿Son acaso más inteligentes que el resto? Les dieron una batería de test cognitivos, y la respuesta fue en realidad, no.

Había sin embargo, una diferencia realmente interesante y significativa entre los cerebros de los campeones de memoria y las de los sujetos de control con que los compararon. Cuando los pusieron en una máquina de resonancia magnética, escanearon sus cerebros mientras memorizaban números, caras y formas de copos de nieve. Encontraron que en los campeones de memoria se iluminaban partes del cerebro, diferentes a los demás. En efecto ellos utilizaban, o parecían utilizar, una parte del cerebro que involucra memoria espacial y navegación. ¿Por qué? ¿Hay algo que podamos aprender de esto?

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El torneo de la memorización competitiva se maneja como una carrera armada en donde cada año aparece alguien con una nueva manera de recordar más cosas, más rápidamente, y luego el resto de los competidores deben ponerse al día.

Este es mi amigo Ben Pridmore, tres veces campeón de memoria. En su escritorio, frente a él, hay 36 barajas de naipes desordenadas que él está a punto de tratar de memorizar en una hora, usando una técnica que él inventó y que sólo él domina. Él utilizó una técnica similar para memorizar el orden preciso de 4140 dígitos binarios aleatorios, en media hora. Sí.

Y mientras hay una gran cantidad de maneras de recordar cosas en estas competencias, absolutamente todas las técnicas utilizadas al final se reducen a un solo concepto que los psicólogos llaman "codificación elaborativa".

Se ilustra con una elegante paradoja conocida como la paradoja "Baker/baker". [Baker/panadero] Dice lo siguiente: Le digo a dos personas que recuerden la misma palabra. Se los digo a ustedes. "Recuerden que hay un hombre llamado Baker". Ese es su apellido. Y luego les pido, "Recuerden que hay un "baker" [panadero] Y cuando regreso más tarde, y les pregunto "¿Recuerdan esa palabra que les dije hace un rato?" "¿Recuerdan cuál era?" La persona a la que se le dijo que su nombre es Baker es poco probable que recuerde la misma palabra que la persona a la que se le dijo que su trabajo es "baker". La misma palabra, diferente capacidad de recuerdo; eso es raro. ¿Qué pasa aquí?

Bueno, el nombre Baker, en realidad no significa nada para ustedes. No tiene ninguna relación con todos los otros recuerdos que bailan por su cabeza. Pero la palabra, "baker"... Conocemos panaderos. Usan simpáticos sombreros blancos. Tienen harina en las manos. Huelen bien cuando vuelven a casa de trabajar. Probablemente conozcamos algún panadero. Y cuando oimos esa palabra por primera vez, empezamos a poner enganches asociativos para pescarlos facililmente en algún momento posterior. El secreto de lo que sucede en estas competencias de memoria y todo el arte de recordar mejor los asuntos del día a día es encontrar una manera de transformar la B mayúscula de Baker en la b minúscula de "baker", tomando información fuera de contexto o significado, y dársela y transformarla, de alguna manera en algo con significado a la luz de todas las demás cosas que hay en nuestra mente.

Una de las técnicas más elaboradas para hacer esto data de hace 2500 años en la Grecia Antigua Se conoce como el "palacio de la memoria". La historia dice así: Había un poeta llamado Simónides que asistía a un banquete. Lo habían contratado como entretenimiento, porque antes, si se quería dar una muy buena fiesta, no se traía a un DJ, se contrataba a un poeta. Él se puso de pie, recitó su poema de memoria, y se marchó, y tan pronto se fue, el salón del banquete se colapsó, matándolos a todos. Pero no sólo los mató a todos, sino que destrozó los cuerpos dejándolos irreconocibles. Nadie podía decir quién estaba ahí, nadie podía recordar dónde estaban sentados. Así no podrían enterrarse los cuerpos.. Una tragedia detrás de la otra. Simónides, parado afuera, único sobreviviente, en medio de los escombros, cerró los ojos y se dió cuenta de que con los ojos de su mente, podía ver dónde había estado sentado cada invitado. Tomó a los familiares de la mano llevándolos hacia donde estaban sus seres queridos entre los escombros.

Lo que Simónides advirtió en ese momento es algo que todos conocemos más o menos intuitivamente, y es que sin importar si no somos buenos para recordar nombres o números de teléfono o instrucciones palabra por palabra de nuestros colegas, tenemos memoria visual y espacial excepcionales. Si les pidiese que me recitaran las primeras 10

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palabras de la historia que les acabo de contar de Simónides, es muy probable que les resulte muy difícil hacerlo. Pero apostaría que si les pidiese que digan quién estaba sentado sobre el caballo parlante marrón en su vestíbulo, serían capaces de vizualizarlo.

La idea del palacio de la memoria es crear este edificio con los ojos de su mente y poblarla de imágenes con las cosas que se quiere recordar. Cuanto más loca, descabellada, graciosa, escabrosa y apestosa sea la imagen, más inolvidable será. Este es un consejo que viene de hace más de 2000 años, a los primeros tratados de memoria, en latín.

¿Y cómo funciona? Digamos que Uds. han sido invitados al escenario de TED para dar una charla y quieren hacerlo de memoria, de la misma forma que lo hubiese hecho Cicerón si lo hubieran invitado a TEDxRoma hace 2000 años. Lo que podrían hacer es imaginarse que están en la puerta de su casa. E idear alguna especie de imagen absolutamente ridícula, loca e inolvidable para ayudarles a recordar que lo primero que quieren mencionar es esa competencia completamente insólita. Y luego se pueden imaginarse entrando a su casa, y ver al Monstruo de las Galletas montado sobre Mister Ed. Y eso les recordaría que quieren presentar a su amigo Ed Cook. Y luego verían a Britney Spears para recordarles esa anécdota graciosa que quieren contar. Y luego entrarían en la cocina, y el cuarto tema del que hablarían sería ese viaje extraño que hicieron por un año entero, y tienen algunos amigos para que les ayuden a recordarlo.

Así es como los oradores romanos memorizaban sus discursos, no palabra por palabra, que los va a confundir sino, tópico por tópico. De hecho el término "tópico", viene del griego "topos", que significa "lugar". Es un vestigio de cuando las personas pensaban en la oratoria y en la retórica con esta especie de términos espaciales. La frase "en primer lugar", sería como el primer lugar en su palacio de memoria.

Vi que esto era simplemente fascinante, y me metí de lleno en eso. Fui a algunas de estas competencias de memoria y tenía la idea de escribir algo extenso sobre esta subcultura de memorizadores competitivos. Pero había un problema. El problema era que una competencia de memoria es un evento patológicamente aburrido. (Risas) En serio, es como ver un montón de personas sentadas tomando exámenes. Quiero decir, que lo más emocionante que pasa es cuando alguien se masajea la frente. Soy un periodista y necesito poder escribir sobre algo. Sé que hay cosas increíbles sucediendo en las mentes de estas personas, pero no tengo acceso.

Me dí cuenta de que si iba a contar esta historia, necesitaba tratar de ponerme en su lugar. Así que comencé a pasar 15 o 20 minutos todas las mañanas, antes de sentarme a ver el New York Times, simplemente tratando de recordar algo. Quizá un poema. O los nombres de un antiguo anuario escolar comprado en un mercado de pulgas. Y descubrí que esto era sorpresivamente entretenido. Jamás hubiese esperado que lo fuese. Era entretenido, porque no se trataba solamente de entrenar la memoria. Lo que en realidad se trata de hacer es mejorar cada vez más la capacidad para crear e imaginar estas imágenes ridículas, cómicas, provocativas, insólitas, absurdas y ojalá inolvidables, en el ojo de la mente. Me enganché bastante con esto.

Este soy yo, usando mi equipo estándar de entrenamiento para la competencia de memoria. Es un par de orejeras y unas gafas de seguridad cubiertas con cinta dejando solo dos agujeritos, porque la distracción es el peor enemigo de un competidor de memoria.

Terminé regresando al mismo concurso que había cubierto un año antes. Tenía la idea de que podría ingresar, en una especie de experimento periodístico participativo. Pensé

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que esto podría servir de buen epílogo para toda mi investigación. El problema fue que el experimento se salió de control. Y me gané el concurso, algo que no tenía que suceder.

(Aplausos)

Claro que es lindo poder memorizar discursos, y números de teléfono, y listas de compras, pero en realidad este no es el punto. Estos son tan solo trucos. Trucos que funcionan porque se basan en principios bastante básicos sobre cómo funciona el cerebro. Y no es necesario que se pongan a construir palacios de la memoria o memorizar barajas de naipes. Para beneficiarse con un poco de perspicacia sobre cómo funciona su mente.

Con frecuencia hablamos de personas con una gran memoria como si se tratara de un don innato, pero no es el caso. Las grandes memorias se educan. Al nivel más básico, recordamos cuando prestamos atención. Recordamos cuando nos concentramos profundamente. Recordamos cuando somos capaces de tomar una información y alguna experiencia y descubrimos por qué es importante para nosotros, por qué es significativa, por qué es colorida. Cuando somos capaces de transformarla en algo que tenga sentido a la luz de las demás cosas que flotan por nuestra mente, cuando podemos transformar Baker en "baker".

El palacio de la memoria... Estas técnicas de memoria, son solo atajos. De hecho, ni siquiera son atajos de verdad. Funcionan porque hacen que nostros funcionemos. Fuerzan una especie de procesamiento profundo, una especie de atención completa que la mayoría no anda ejercitando por ahí. Pero la realidad es que no hay atajos. Así es como las cosas se hacen memorables.

Y si hay algo que quiero dejarles hoy, es lo que E.P., el amnésico que ni siquiera podía recordar que tenía un problema de memoria, me dejó a mí, que es la noción de que la vida es la suma de nuestros recuerdos. ¿Cuánto estamos dispuestos a perder de lo que ya es nuestra corta existencia perdiéndonos en los Blackberries o iPhones, no prestando atención al ser humano frente a nosotros, quien camina a nuestro lado. ¿Seremos tan holgazanes que ni siquiera nos molestamos en procesar en profundidad?

Aprendí de primera mano que existen capacidades de memoria increíbles latentes en todos nosotros. Pero si quieres vivir una vida memorable, debes ser del tipo de persona que recuerda recordar.

Gracias.

(Aplausos)