isacovich, m - introduccion a la economia politica (marxista) (1)

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    Marcelo Isacovich, Introduccin a la economa poltica 2

    MARCELO ISACOVICH

    Introduccin a la

    Economa Poltica

    (Primer Nivel)

    EDITORIAL CARTAGO

    Buenos Aires

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    Dibujo de la tapa:

    Gino Mainero

    Cuidado de la edicin:

    Nstor Casiris

    Editorial CartagoQueda hecho el depsito que previene la ley 11.723Printed in Argentina Impreso en la Argentina

    Buenos Aires, 1974

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    INDICE

    PROLOGO DEL AUTOR

    Captulo PrimeroCIENCIA ECONMICA E IDEOLOGIA

    Leyes de la naturaleza y de la sociedadLas categoras de la economa politicaLa definicin de economa poltica

    Captulo SegundoTRABAJO, VALOR Y MERCANCA

    La ley del valor .El fetichismo de la mercanca . . .

    Captulo TerceroEL DINERO

    La historia del dineroEl fetichismo del dinero

    Captulo CuartoLA PLUSVALIA

    Cmo se convierte el dinero en capitalPlusvala absoluta y relativa

    Captulo Quinto

    EL SALARIOCapital constante y capital variableCuota de plusvala y cuota de gananciaLa acumulacin del capital

    Captulo SextoTRASFORMACIN DE LA PLUSVALfA EN GANANCIA

    Por qu compran mquinas los capitalistas?La tendencia a la disminucin de la tasa de ganancia

    Captulo SptimoEL REPARTO DE LA PLUSVALIA

    La ganancia comercialE1 intersLa renta de la tierra

    Captulo OctavoLA REPRODUCCIN DEL CAPITAL SOCIAL . ...

    La renta nacionalLa reproduccin del capital socialReproduccin simpleReproduccin ampliadaLa crisis

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    El inters por conocer las bases de la economa poltica marxista se acrecientaconstantemente. Un ndice de ello es la sostenida concurrencia que asiste a los nume-

    rosos cursillos de Introduccin a esa ciencia que vienen dictando en nuestro medio,ante un pblico por lo general heterogneo que, en la mayora de los casos, acaba definalizar una intensa jornada de labor y no posee conocimientos previos del tema. Ta-les cursos buscan ser tiles incluso para quienes no cuentan con tiempo para comple-mentarlos con la lectura individual de la bibliografa recomendada. Adems, el objeti-vo debe resolverse en un nmero limitado de clases en corta extensin horaria.

    Si bien existen en nuestro idioma numerosos manuales marxistas de economapoltica, ninguno de ellos satisface las exigencias expuestas. Por tal motivo, el autor sepropuso la publicacin del presente texto, que ha sido utilizado ya como guin en repe-tidos cursos de Introduccin a la Economa Poltica. Tales cursos se han dictado en dosniveles. El primero estudia el objeto de la economa poltica, sus categoras fundamen-tales y las leyes del capitalismo tal como rigen durante su etapa pre-monopolista. Elsegundo nivel estudia la concentracin del capital, la generalizacin de los monopo-lios, el imperialismo, el capitalismo monopolista de estado y la crisis general del sis-tema.

    La experiencia indica que los cursos deben ser sintticos y sencillos. La exposicinen cada clase no debe exceder los cincuenta minutos y girar alrededor de un conceptocentral (o a lo sumo de dos), que debe ser anunciado previamente como tema del da.Los diversos tpicos que se expongan, las digresiones, ejemplos, grficos, etc. deben

    tener como objeto la mejor comprensin del tema bsico: deben actuar a modo deafluentes. Concluida la exposicin central, es conveniente la participacin activa de laconcurrencia, lo cual puede lograrse proponiendo la discusin colectiva de un cuestio-nario hecho conocer previamente. Esta tarea puede abarcar hasta una hora, por lo cualcada clase tendra una duracin aproximada de dos horas. A efecto del debate, se haensayado con xito agrupar a los asistentes en equipos alrededor de diez integrantes.Ello es posible si se cuenta con cierto nmero de auxiliares docentes.

    La presente edicin cubre el guin del primer nivel. En una publicacin posteriorse dar a conocer el texto del segundo nivel.

    Es sabido que, para quien se inicia en el estudio de la economa poltica, la etapams ardua es el comienzo. El novel estudiante debe elevarse a un plano de alta abstrac-cin, romper moldes, imgenes y conceptos de la apariencia a los que est habituado, y

    penetrar en el mundo de la esencia. Debe asimilar que, en muchos casos, la verdad esla anttesis de lo que conoca y aceptaba.

    La experiencia viva de su aplicacin en cursos ya realizados, ha evidenciado que eltexto que ofrecemos ayuda a resolver estas dificultades. Creemos, por lo tanto, que

    puede ser til para las instituciones que organicen cursos y seminarios de Introduccina la Economa Poltica, as como para quienes deseen estudiarla individualmente.

    Agosto, 1974

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    Captulo Primero:

    CIENCIA ECONMICA E IDEOLOGA

    La economa es la ciencia ms discutida, ms ligada a la vida cotidiana. Temascomo precios, salarios, ocupacin, inflacin, crisis, preocupan y afectan a todos. Perola economa, pese a su popularidad, no entrega fcilmente sus verdades a la compren-sin del hombre comn.

    El objetivo de toda ciencia es desentraar las leyes que rigen los fenmenos de larealidad, para lo cual debe desgarrar los velos que cubren su esencia, abandonar la su-

    perficie e investigar lo profundo. Esta tarea es particularmente necesaria y difcil en elcampo de la economa porque, en sus dominios, es frecuente que la apariencia oculte laesencia de los fenmenos, que aparenten ser lo contrario de lo que realmente son. Deah que sea imposible comprender, sin conocimientos previos, la raz de los problemasque se discuten a diario. Consideramos que ello justifica sobradamente nuestro intentode popularizar las bases fundamentales de la ciencia econmica, abrir un sendero quenos interne en lo profundo de ese mbito, a la vez tan cotidiano y tan misterioso.

    Qu significa la palabra economa? Este trmino deriva de los vocablos griegosoikos(orden) y nomos(casa). Literalmente, orden en la casa, o sea, buena administra-cin domstica. Cuando la idea se traslada del mbito familiar al mbito social, entra-

    mos al terreno de la economa poltica (polis, ciudad)La economa poltica estudiara, pues, la mejor administracin de la cosa pblica, lamejor utilizacin de los recursos de la sociedad. Hasta aqu pareciera no existir dificul-tad alguna. Y en la prctica?

    Imaginemos que un importante grupo financiero, utilizando ampliamente el crditobancario, instala una cadena de hoteles de gran lujo. El negocio resulta excelente, loshoteles trabajan a pleno y la empresa obtiene altos beneficios. He aqu un ejemplo deutilizacin de los recursos sociales, recaudados primero por bancos y puestos luego enaccin a travs del crdito.

    Esta utilizacin del ahorro nacional es buena o es mala desde el punto de vista

    econmico? Es buena opinarn indudablemente los dueos de esos hoteles y susacaudalados clientes. Pero hagamos igual pregunta a las organizaciones que agrupana centenares de miles de habitantes de las villas de emergencia. Ellas nos dirn, segu-ramente, que los recursos disponibles no deben destinarse a la financiacin de hoteleso departamentos de lujo, sino a la edificacin de viviendas populares. Eso no es posi-

    ble respondern a su vez los empresarios de la construccin; si los sectores mo-destos no tienen capacidad adquisitiva quin nos comprara esas viviendas?

    A esta altura del debate se oye la voz de los trabajadores:lo que hace falta es un aumento general de salarios, que vigorice el mercado inter-

    no. Con un pueblo pobre la industria y el comercio no pueden desarrollarse.

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    Absurdo!claman los economistas del Fondo Monetario Internacional y los altosejecutivos.Hay que reducir los salarios para bajar los costos, estabilizar la moneda

    y capitalizar las empresas; slo as habr inversin y desarrollo econmico.Hagamos alto. Creamos que explicar el significado de economa poltica sera

    tarea fcil, y he aqu que nos encontramos metidos en camisa de once varas. Cmo

    puede una ciencia determinar la mejor administracin de los recursos de la sociedadsi en ella conviven intereses contrapuestos? Si lo que es bueno para unos es perjudicial

    para otros, cada cual defender que su verdadser la verdad.

    La economa, como toda ciencia social, es ideolgica. No hay persona alguna ca-paz de estudiar economa poltica prescindiendo de su ideologa. Nadie, lo quiera o no,vive en sociedad sin estar impregnado de unas u otras ideas, conceptos, creencias, sen-timientos, intereses y verdades. No se puede residir en la Tierrra y estudiarla comohabitante de otro planeta.

    Si no puedo desprenderme de mi ideologa, cmo ser rigurosamente cientfico enel estudio de las ciencias sociales? Cmo lograr una objetividad absoluta? Slo tengouna posibilidad: que mi ideologa no est en pugna con la verdad objetiva. Pero, qui-nes gozan de esta enorme ventaja?

    Sabemos que el movimiento, o sea el cambio constante, es una ley inexorable, querige tanto en la naturaleza como en la sociedad. En materia econmico-social, esta ley

    perjudica a quienes disfrutan de una posicin privilegiada dentro del estado de cosasexistentes que no quieren perder.

    La ciencia econmica, al reflejar la realidad, recoge en sus leyes el dinamismosocial y pone en evidencia la inevitabilidad de los cambios. Esta verdad objetiva ate-

    rroriza a las clases dominantes, que tratan de ignorarla u ocultarla; su ideologa, alapartase de la verdad, se opone a la ciencia.Los economistas burgueses hacen la apologa del capitalismo y niegan que ese

    sistema, como todo fenmeno social, sea transitorio histricamente. Por tal motivo,hace mucho que la economa burguesa abandon el terreno de la ciencia. Se dedica, alo sumo, a investigar tcnicas necesarias para las empresas o el estado capitalista, tiles

    para parchear el sistema o para postergar su reemplazo. Navega por la superficie de losfenmenos sin atreverse a sondear las aguas profundas.

    La clase trabajadora, desposeda, nada tiene que perder ni ocultar. Para ella, el co-nocimiento de las leyes de la sociedad (y por ende de la economa), constituye una

    herramienta indispensable para comprender la realidad social y esforzarse por cambiar-la en el sentido de los intereses generales.

    Leyes de la naturaleza y de la sociedad

    Llamamos ley a una conexin forzosa de los fenmenos, que surge de sus peculia-ridades fundamentales, es decir, de su esencia. Es una regularidad; es lo estable, loidntico, lo que se repite siempre y cuando las condiciones sean las mismas. El aguaconservar su estado lquido entre cero y cien grados, a condicinde que la presin seala normal (760 mm).

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    La accin del hombre no es una condicin necesaria para que acten las leyes de lanaturaleza; la tierra girar alrededor del sol, aunque la Iglesia encarcele a Galileo. Lasciencias de la Naturaleza descubren y estudian estas leyes naturales.

    En cambio, las leyes de la sociedad no pueden actuar por s mismas y operan atravs de la actividad humana. Las Ciencias Sociales estudian las relaciones estables,

    obligadas, que se establecen entre los hombres en determinadas condiciones. Si lasacciones del hombre dependen de su conciencia y de su voluntad, cmo pueden surgirde ellas leyes objetivas, es decir, relaciones humanas necesarias, permanentes, queexisten aunque nadie las conozca? Ello sucede porque, en esencia, las ideas de loshombres, sus deseos, su voluntad, estn condicionados por las circunstancias en queles toca vivir. Su vida, su realidad, determinarn su conciencia, sus propsitos, su ac-tuacin. Ante una situacin que se repita, su libre voluntad lo inducir a actuar, bsi-camente, de la misma manera. Quiere decir que, mientras se mantengan determinadascondiciones materiales de existencia, ellas crean respuestas regulares, estables en laconducta de los hombres. Ello da lugar a que surjan las leyes sociales.

    Supongamos que Juan, un leador, se ocupa de cortar lea mientras Diego elaborapan. Como ambos son hombres libres, lo hacen de acuerdo con su voluntad y su con-ciencia. Pero Juan necesita pan y Diego necesita lea. Juan, en uso de su libre albedro,vender su lea en el mercado y comprar pan; Diego vender pan y comprar lea.Ambos querrn siempre vender caro y comprar barato; sus intereses y por tanto susdeseos entrarn en choque. De estas conductas contrapuestas surgir un resultado queno ser ni lo que se propona Juan ni lo que esperaba Diego. Dicho resultado es, portanto, independiente de la voluntad de Juan o Diego, y se repetir mientras exista la

    economa mercantil. De los actos contradictorios y repetidos de una multitud de com-pradores y vendedores surge un resultado diferente al que se proponan conscientemen-te cada uno de ellos: nace una importantsima ley de la sociedad mercantil, llamadaley del valor que estudiaremos en el prximo captulo.

    Las leyes de la sociedad son objetivas, existen y actan aunque los hombres no lasconozcan ni las deseen. Siendo as, estamos condenados a ser prisioneros de esas le-yes?

    La humanidad no puede cambiar las leyes naturales, pero al descubrirlas, puedeutilizarlas en su beneficio, puede domesticar el fuego, obligar a un ro a proporcionarenerga elctrica, etc.

    Anlogamente, si conoce las leyes de la sociedad, puede tambin encauzarlas a finde lograr los fines que se propone, en vez de ser juguete de su accin espontnea.

    Durante el curso de la historia, las leyes sociales, desconocidas por los sereshumanos, actuaron ciegamente.

    Las leyes de su propia actividad social, que hasta aqu se alzaban frente al hom-

    bre como leyes naturales extraas, que lo sometan a su imperio, son aplicadas

    ahora por l con pleno conocimiento de causa, y por lo tanto, dominadas por l,

    sometidas a su podero. La propia existencia social humana, que hasta aqu se le

    enfrentaba impuesta por la naturaleza y la historia es, a partir de ahora, obra li-

    bre suya. Los poderes objetivos y extraos que hasta ahora venan imperando en

    la historia se colocan bajo el dominio del hombre mismo. Slo a partir de este

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    momento el hombre comienza a trazarse su historia con plena conciencia de lo

    que hace. Y slo a partir de este momento las causas sociales puestas en movi-

    miento por l comienzan a producir predominantemente y cada vez en mayor me-

    dida, los efectos apetecidos. Es el salto de la humanidad del reino de la necesidad

    al reino de la libertad

    (F. Engels, Anti Dhring)

    Si bien el hombre es producto de las circunstancias, puede humanizar las circuns-tancias.

    Las categoras de la economa poltica

    La economa poltica, como toda ciencia, ha formulado una serie de categoras.Son conceptos generales que reflejan el desarrollo y las propiedades fundamentales delos fenmenos econmicos. Cada categora es una conquista, una profundizacin delconocimiento y la interpretacin de la realidad objetiva.

    Es imposible adentrarnos en el estudio de la economa sin esclarecer previamenteel significado de una serie de categoras[]. Trataremos de hacerlo.

    Si observamos cmo Juan derriba rboles en el bosque, nos encontramos con doselementos:

    1 El hombre que trabaja

    2 El objeto de trabajo (En el ejemplo anterior es un bien de la naturaleza: rbol). Siposteriormente un carpintero elabora madera aserrada, el objeto de su trabajo ya nosera el rbol directamente (materia bruta), sino la madera procedente del rbol (mate-ria prima). As pues:

    El objeto de trabajo es una materia sobre la que se aplica la actividad del trabaja-dor para transformarla en otra cosa. El objeto de trabajo puede ser:

    a) la materia bruta,que es la que se encuentra en la naturaleza antes de ser ma-nipulada (vg. el rbol), o bien

    b) la materia prima,que es la que ya ha sufrido alguna manipulacin (vg. lamadera del rbol transformada en tablas para hacer muebles).

    Las categoras econmicas son conceptos lgicos, abstracciones tericas que representan o expresan laesencia de los fenmenos econmicos. Como ejemplo de categoras pueden citarse: capital, precio,trabajo, demanda

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    3 Medios de Trabajo

    Podemos considerar como medios de trabajo todos los elementos que de mododirecto o indirecto se necesitan para realizar la actividad del trabajo.Podemos considerar dos grupos:

    A) Medios directos de trabajo o instrumentos de trabajo:las herramientas y mquinas.B) Medios indirectos de trabajo:las instalaciones, energa, edificios, etc.

    4 Medios de produccin:

    Los objetos de trabajo ms los medios de trabajo forman losmedios de produc-cin.

    5 Fuerzas productivas:

    Estn integradas por: los medios de produccin y el hombre que trabaja.

    La fuerza productiva principal, fundamental, es la clase trabajadora (fuerza de tra-bajo). Con su inteligencia y su esfuerzo la humanidad ampla y mejora constantementelos medios de produccin. A su vez, la creciente complejidad de los instrumentos y del

    FUERZAS PRODUCTIVAS

    MEDIOS DE PRODUCCIN

    TRABAJADORES(Fuerza de trabajo)

    Objetos detrabajo

    Medios detrabajo

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    proceso de trabajo desarrolla y cambia al hombre mismo, incrementa su capacidad, susconocimientos y su destreza. La actividad humana crea ms y mejores mquinas; biendirigida mejora la tierra, el ganado, el bosque, etc., crea nuevas y complejas materias

    primas y convierte en tiles los ms diversos bienes naturales, aunque donde existe laanarqua en la produccin, se perjudica a la vez la naturaleza erosionando y contami-

    nando la tierra, el aire, el agua, y dilapidando las riquezas naturales.Entre los diversos medios de produccin, los ms dinmicos y determinantes son

    los instrumentos de trabajo (o medios directos de trabajo).

    Si bien el contenido del proceso de trabajo es la relacin de los hombres con lanaturaleza, su forma es siempre social. El hombre solitario, que arranca a la naturalezalos medios para satisfacer sus necesidades, no ha existido nunca. Ciertos economistasvulgares gustan introducir a Robinsn Crusoe en sus tesis. Pero an este personaje deficcin utiliza herramientas y armas salvadas del naufragio que no son sino productosde toda la historia del trabajo social. Tambin nuestro Juan emplea hachas y sierras,consume alimentos y viste ropas elaboradas por otros hombres, y l mismo produce

    para la sociedad.El hombre es, por su esencia, un ser social. Satisface sus necesidades como inte-

    grante de la sociedad y a travs de ella. Las distintas formas en que los hombres serelacionan entre s para actuar sobre la naturaleza y repartirse el producto del trabajosocial se denominan relaciones de produccin.

    6) Relaciones de produccin

    Volvamos a nuestro Juan, que est cortando lea. Todava no sabemos:

    1) si es dueo del terreno2) si tiene el bosque en arrendamiento y lo trabaja individualmente.3) si es un mediero o aparcero, que trabaja para el dueo de la tierra

    percibiendo un tanto por ciento del producto.4) si es un obrero rural que percibe un salario.5) si es miembro de una cooperativa forestal.6) si trabaja en una empresa socialista.

    En la poca actual y sin variar fundamentalmente la escena, Juan podra pertenecera varias clases o capas sociales, segn cules sean, unas u otras, las relaciones de pro-

    duccin a que est sujeto. Lo que vara en cada caso son las relaciones de propiedadde los medios de produccin.

    En el primer caso, el leador es dueo tanto del bosque como de sus herramientas;en el segundo y tercero slo posee sus instrumentos de trabajo; en el cuarto no poseemedio de produccin alguno; en los dos ltimos comparte colectivamente el derechode propiedad, ya sea con un conjunto de personas o con la sociedad entera.

    Vemos as que el rasgo determinante de las distintas relaciones de produccin esla propiedad de los medios de produccin.

    Si lo ubicamos en pocas pasadas, nuestro Juan podra ser: miembro de una comunidad primitiva;

    un esclavo, cuya persona misma pertenece a su dueo;

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    un siervo, obligado por su seor a entregarle gratuitamente la mitad de su trabajo odel producto.

    Pero en cada uno de estos casos los instrumentos de produccin no pueden ser losmismos.

    Con herramientas de piedra no se podan tener esclavos, puesto que en tal caso elrendimiento del trabajo apenas alcanzaba para el sostenimiento individual. Es por elloque la esclavitud aparece con el uso de los metales, que permiten mejores herramientasy ms productividad. Cuando la tcnica avanza ms, el siervo sustituye al esclavo

    porque slo cuando el trabajador es dueo de una parte del producto, tiene inters encuidar los instrumentos, el ganado de labor, etc. y en lograr ms alta productividad. Encambio, la servidumbre no sera compatible con la maquinaria y el tractor, porque en elfeudalismo no habra mercado para una produccin en gran escala que tornara econ-mico el uso de tales elementos y adems este tipo de explotacin presupone una avan-zada divisin del trabajo que requiere una especializacin tcnica; ello hace imposibledistinguir, dentro del producto, el trabajo individual. El producto final es el resultadode un trabajo en equipo, que slo puede realizarse bajo una direccin centralizada, yasea la del capitalista, la de la cooperativa o la del Estado.

    Pensemos en una moderna fbrica donde el funcionamiento simultneo de cientosde mquinas diferentes requiere un perfecto orden y una frrea organizacin del traba-

    jo de numerosas personas. Cmo podra conciliarse esta empresa con el esclavo anal-fabeto, con el siervo que toma para s parte del producto o con el trabajador individual?La gran industria ligada al mercado mundial ha llevado a su grado mximo la sociali-zacin del trabajo. Ello choca, en el capitalismo, con la subsistencia de la propiedad

    privada, provocando una contradiccin esencial.

    Hemos visto que, cada distinto grado de desarrollo de las fuerzas productivas im-pone diferentes relaciones de produccin.Esta es una ley fundamental de la economapoltica, que rige inexorablemente a todo lo largo de la historia humana.

    El conjunto de las relaciones de produccin vigentes constituye la estructura eco-nmica, o base de la sociedad.

    Las relaciones de produccin comprenden:

    Formas de produccin de los medios de produccinSituacin de las clases y grupos en la produccin y sus relacionesFormas de distribucin de los productos n.m.

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    7) Estructura econmica, o base de la sociedad:

    Est constituida por el conjunto de las relaciones de produccin vigentes en unasociedad. Esta estructura o base sirve de fundamento a la superestructura de la socie-dad

    8) Superestructura de la sociedad

    Est constituida por las ideas y concepciones de las personas, las instituciones queemergen de ellas (el Estado, la Iglesia, los partidos polticos, etc.), el derecho, la moral,el arte, la filosofa, etc.

    La base y la superestructura se desarrollan histricamente. Cada formacin eco-nmico-social tiene determinada base y su correspondiente superestructura.

    Los conceptos base y relaciones de produccin tiene el mismo contenido; peroel primero se vincula con la superestructura, mientras que el segundo se vincula con lasfuerzas productivas.

    La relacin entre la estructura econmica de la sociedad (base) y su superestructu-ra es dinmica y compleja. Normalmente, la superestructura consolida la base (estruc-tura econmica) y frena los cambios. Tal es, por ejemplo, la funcin del Estado bur-gus y su aparato represivo. Pero, en determinadas etapas, los cambios en la superes-tructura modifican a su vez la estructura. Esto sucede, por ejemplo, cuando nuevasclases toman conciencia de sus propios intereses, se apoderan del poder poltico y apli-can leyes que modifican total o parcialmente las relaciones de produccin. Ejemplo deello, entre muchos, lo dan la Revolucin Francesa de 1789, la rusa de 1917 y la cubanade 1959.

    En cada poca concreta pueden coexistir distintas relaciones de produccin, peroalguna ser siempre la dominante y determinar cual es el modo de produccin querige en la sociedad.

    9) Modo de produccin

    El modo de produccin es la resultante de la conjuncin de las fuerzas productivas(con un grado determinado de desarrollo) y las relaciones de produccin que le corres-

    ponden.

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    Esquema explicativo de todo lo anterior:

    El contenido de todo desarrollo econmico es el crecimiento de las fuerzas produc-tivas o, lo que es lo mismo, el crecimiento de la productividad del trabajo, pero su

    forma depende de las relaciones de produccin. Cuando la forma ya no corresponde alcontenido, esa forma ha caducado y su cambio sobrevendr inexorablemente, ms tar-de o ms temprano. Dicho de otra manera, cuando las relaciones de produccin ya nocorresponden al grado de desarrollo de las fuerzas productivas sino que, por el contra-rio, lo frenan y lo distorsionan, se abre una era de revolucin social.

    La historia ha conocido diversos modos de produccin: comunidad primitiva, es-clavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo, vislumbrndose para el futuro unanueva fase: el comunismo.Todo demuestra que la humanidad, a medida que avanza, debe modificarse por smisma.

    La definicin de economa poltica

    Hemos dicho que en la sociedad capitalista, la burguesa, por ser clase dominante,no quiere cambios y por eso sus idelogos ocultan el carcter dinmico de las relacio-nes sociales. Intentan eternizar el capitalismo y, para ello, lo embellecen y olvidan lascontradicciones de clases. Pretenden que lo que es bueno para la burguesa, es bueno

    para toda la sociedad, hoy y siempre.Para sostener tales ideas deben violentar la realidad de los hechos y abandonar el

    campo de la ciencia. Por eso, la economa burguesa posterior a los clsicos, al apartar-

    Se discute la inclusin del modo de produccin asitico

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    se de la verdad, se convirti en apologtica y vulgar. Como consecuencia, las defini-ciones burguesas de la economa poltica no hacen otra cosa que girar en torno del

    principio hednico, afirmando que es la ciencia que investiga la manera de obtener elptimo aprovechamiento del trabajo humano y de los recursos disponibles para satisfa-cer un mximo de necesidades.

    Estas definiciones son falsas de raz porque ignoran un hecho fundamental. Que lasociedad capitalista est dividida en clases. Los economistas al servicio de la clasedominante no estudian la forma de beneficiar a toda la sociedad, sino slo a la burgue-sa. El capitalista invertir su dinero all donde obtenga mayor ganancia, aunque ello

    perjudique al conjunto de la sociedad. As, por ejemplo, gastar ingentes sumas parapublicitar el mayor consumo de whisky o tabaco.

    Toda definicin que, en una sociedad dividida en clases, ligue la economa a lamejor satisfaccin de las necesidades sociales, es falsa. La clase dominante procura,

    primordialmente, acrecentar su poder, dado que la satisfaccin de sus necesidades estasegurada por la continuidad de su privilegio; claro ejemplo de ello lo da el magnateque lucha por controlar un yacimiento ms o una industria ms, aun cuando posea sufi-ciente acumulacin de riquezas como para cubrir sus necesidades durante un milenio.

    La sociedad de clases derrocha ingentes recursos en todo tipo de artculos y servi-cios superfluos, mientras los trabajadores apenas pueden satisfacer sus necesidades

    bsicas y perentorias. Lo que mueve al capitalismo no es la satisfaccin de las necesi-dades sociales, sino la acumulacin de capital.

    Paradjicamente, la definicin burguesa es slo aplicable a una sociedad comunis-ta. En cambio los marxistas, partidarios del comunismo, son quienes han formuladouna definicin cientfica de la economa poltica, que dice:

    La economa poltica es la ciencia del desarrollo de las relaciones sociales de pro-

    duccin, es decir, de las relaciones econmicas entre los hombres, y esclarece las le-

    yes que gobiernan la produccin y distribucin de los bienes materiales en la sociedad

    humana a lo largo de las diversas fases de su desarrollo.

    Esta definicin cumple dos condiciones esenciales:1) Es clasista, no elude las relaciones de produccin, o sea, las formas de la propiedadde los medios de produccin que dan origen a las diversas clases sociales.2) no es esttica; la sociedad cambia y se desarrolla, y por ello cambian las leyes eco-

    nmicas.

    La economa poltica es una ciencia dinmica y viva porque la realidad que estudiatambin lo es. Descubre las leyes generales que se ocultan tras los diversos fenmenosy pone al desnudo su esencia. Marx dijo que si el fenmeno coincidiera con su esen-cia, no hara falta ciencia alguna y que, en el campo de la economa, la apariencia noslo encubre la esencia, sino que las cosas se presentan como lo contrario de lo querealmente son. Esto lo comprobaremos repetidas veces a lo largo de los prximos cap-tulos.

    La economa poltica no estudia los problemas de un pas determinado, sino las

    leyes de cada modo de produccin. Si se trata, por ejemplo, de las leyes del capitalis-mo, dichas leyes rigen en todo lugar donde impere ese sistema. Sin su conocimiento no

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    podramos abordar con xito el estudio cientfico de la economa de ningn pas capita-lista.

    El fenmeno concreto es, sin embargo, infinitamente ms rico y complejo que suesencia; como dijo Goethe, toda teora es gris, pero verde y jugoso el rbol de la vida.El conocimiento de la teora econmica es indispensable para la comprensin cabal de

    la realidad, pero no exime del estudio particular de cada caso.El economista que pretenda ser cientfico ha de apoyarse en la economa poltica

    para investigar la realidad concreta en cada momento. Sin ese apoyo sera, a lo sumo,un tcnico en aspectos parciales de la vida econmica. Navegara a tientas por la super-ficie sin comprender las leyes profundas que determinan el curso de las aguas.

    Aquellos economistas que, eludiendo las leyes derivadas de las relaciones de pro-duccin, se limitan al mero estudio de la fluctuacin de los precios, de la demanda, lainversin, la tasa de inters, la emisin, el rgimen impositivo, etc., aunque utilicen

    para ello la matemtica y la econometra ms avanzadas, permanecern prisioneros dela apariencia. Podrn aplicar medidas de poltica econmica capaces de alterar tem-

    poralmente y en cierta medida los efectos de las leyes, pero jams conocern y modifi-carn las leyes mismas. Ello slo suceder cuando dichas medidas sean revolucionariaso, lo que es lo mismo, cuando modifiquen las relaciones de produccin, la base de lasociedad.

    * * *

    Vocabulario del tema primero:

    Economa Categoras Fuerza de trabajo Objeto de trabajoMateria bruta Materia prima Instrumentos de trabajo Medios de trabajo

    Medios de produccin Fuerzas productivas Relaciones de produccin Estructura econmica de la sociedad (o base) Superestructura Modo de produccin Economa poltica

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    Captulo Segundo

    TRABAJO, VALOR Y MERCANCA

    Al finalizar su jornada de trabajo, Juan ha cortado una tonelada de lea. Fatigado,comenta:

    Ayer, la tarea me result ms fcil; como la madera estaba ms seca, me llev mu-cho menos tiempo.

    Juan ha realizado una labor concreta: cortar una tonelada de lea. Pero esa tareahubiera podidoinsumirle, segn las condiciones, ms o menos trabajo.

    Vemos as que el trabajo, como todo fenmeno, tiene dos aspectos: cualitativoycuantitativo.

    Por su calidad, la labor de Juan, como leador, es diferente de la de Diego el pa-nadero, o Jos el pescador. Pero si los tres han trabajado con la misma intensidad ydurante un perodo igual de tiempo, la cantidad de trabajo realizado por cada unohabr sido la misma.

    Con qu finalidad ha cortado Juan su lea? Podra haberlo hecho para protegerdel fro su propio hogar. Se tratara entonces de un trabajo para s, de un trabajo priva-do. Pero si Juan es miembro de una comunidad, mientras l corta lea para todos, lalabor de los dems asegura los alimentos, vestimentas y dems bienes indispensables

    para l. En tal caso, la tarea de Juan es parte de una divisin de trabajo colectiva; es untrabajo social.

    Juan podra ser tambin un productor independiente que vende su lea en el mer-cado y compra a su vez lo que necesita. Tambin en este caso, Juan realizara un traba-jo social; una partcula dentro de la divisin de trabajo vigente a nivel de toda la socie-dad.

    De pronto, Juan se encuentra con Diego, quien le pregunta: -Trabajas?- Juan res-ponde: -Afortunadamente, s-.

    A qu tipo de trabajo se refieren? Al de carpintero, panadero, herrero, etc.,? No.Evidentemente no aluden a ningn trabajo concretoen particular. No se refieren a lacalidad ni a la cantidad del mismo, sino al trabajo humano en s,en abstracto; a lo quetienen en comn todas las diferentes tareas que realiza el hombre; al trabajo en general,

    considerado como un gasto de energa que pone en accin el cerebro y los msculosdel hombre al servicio de un fin predeterminado.

    Nos hemos detenido en diversos aspectos del trabajo cualitativo y cuantitativo,privado y social, abstracto y concreto porque cada uno de ellos tiene fundamentalimportancia en economa poltica.

    La economa es una ciencia social y sus leyes no surgen jams de la accin aislada de un individuo, sinoque son un producto de lo que acontece en el conjunto de la sociedad. Por eso Marx ridiculiza las ro-binsonadas con las cuales algunos autores pretenden fundamentar la ciencia econmica. Si, por razones

    puramente didcticas, referimos lo que hacen, dicen o piensan Juan, Pedro, Diego, etc., es slo una li-cencia para esquematizar, en forma sencilla, complejos fenmenos de la vida econmica de la sociedadmercantil capitalista.

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    Retrocedamos en la historia hasta llegar a una comunidad primitiva. El cacique

    est reunido con sus consejeros a fin de planear la distribucin del trabajo colectivo. Sedecide que sean tantos los hombres que se dediquen a la caza, muchos menos a cons-truir chozas de madera, y uno solo a cortar rboles, etc.

    Para esa decisin han debido tomarse en cuenta, conscientemente, los aspectoscualitativos y cuantitativos del trabajo. Si la experiencia les indica que la caza insumems trabajo que la construccin de chozas o el corte de madera, se necesitarn mscazadores que carpinteros, un solo leador, etc.

    En esa comunidad, el trabajo privado es insignificante. Los medios de trabajo per-tenecen a todos por igual, la vida es dura y la subsistencia de la colectividad requiere elesfuerzo mximo de sus miembros. Slo excepcionalmente disponen de algn tiempolibre que pueden utilizar para s (para hacerse un adorno, por ejemplo). Por lo tanto, ladistincin entre trabajo social y trabajo privado no tiene importancia prctica.

    En medio de una terrible lucha diaria por la supervivencia, la pregunta trabajas?O tienes trabajo? sera absurda. En la prctica y, por tanto, tambin en la mente de loshombres, el trabajo es social y concreto.

    Demos ahora un gran salto en el tiempo. Juan, el leador, es ahora un productorprivado, dueo de sus hachas, de su sierra y de la madera por l cortada. Para subsistir,Juan vende su producto en el mercado y compra all lo que necesita. El trabajo de Juanha cristalizado en una mercanca.

    Surge as una profunda contradiccin. Juan trabaja en el bosque para s; su trabajoes privado, puesto que slo l es dueo de su mercanca. Pero su trabajo es a la vez

    social, puesto que su mercanca est destinada a satisfacer necesidades ajenas, colecti-vas. Por el mismo mecanismo, otros productores privados elaboran las mercancas queconsume Juan.

    Lo que Juan lleva al mercado no es su trabajo, sino el fruto de su trabajo: su mer-canca: pero por ser ella un producto de esa labor, rene en s todos los aspectos deltrabajo que le dio origen.

    En una sociedad donde imperan la propiedad privada y, por lo tanto, la produccinmercantil, la mercancaes su clula econmica. La riqueza social se presenta comoun inmenso arsenal de mercancas. Por eso el estudio de la economa poltica debecomenzar por la mercanca, que resume todos los aspectos del trabajo y todas las con-

    tradicciones de la sociedad mercantil.

    La mercanca es:1) un producto del trabajo humano2) capaz de satisfacer una necesidad, brote esta del estmago o de la fantasa3) destinado al intercambio.

    La mercanca es entonces, a la vez, un objeto tily un valor.Adems de satisfacer una necesidad (objeto til), tiene un determinado valor, que

    se pone en evidencia al ser vendida.

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    Su calidad es lo que permite que una mercanca pueda satisfacer una necesidad huma-na; esta cualidad hace posible a su vez que la mercanca sea apta para el intercambio;si no sirviera para algo, nadie dara nada por ella.

    De dnde proviene este aspecto cualitativo? Lo que transforma la madera en bru-to en un objeto til, por ejemplo una mesa, es el trabajo. Aserrar, cortar, encolar, etc.,

    es una tarea concreta, un trabajo de carpintero, distinto a todos los dems (cualitativo).Si el carpintero ha hecho la mesa para usarla en su hogar, le interesa que sirva, quedure, que tenga buen aspecto, etc. Si posee estas cualidades se dir que est bienhecha lo cual est expresando que el aspecto cualitativo de la mesa deriva del aspectocuantitativo del trabajo.

    Si el carpintero lleva su mesa al mercado, lo que motiva el inters del compradores su aspecto cualitativo, su utilidad; desea un producto de calidad. Al vendedor, porel contrario, slo le interesa realizar su valor (venderla). Lo mismo le sucede al herre-ro, al panadero, al zapatero, etc., cuando venden sus mercancas. Los distintos trabajosdel carpintero, herrero, panadero, etc., crean diferentes objetos tiles; pero lo que igua-la todos estos trabajos es que todos sus productos poseen valor, son valores-mercancas. Desde este punto de vista, por ms diferentes que sean los trabajos de cadauno, producen por igual el mismo efecto.

    Lo que da valor a las mercancas no es, pues, el trabajo concreto, diferenciado,

    sino el trabajo humano puro y simple, el trabajo abstracto, indiferenciado.

    Cuntas mesas, panes, zapatos, etc., encontrarn en el mercado los compradores,deseosos de satisfacer sus necesidades? Ello depender de la cantidad de horas de tra-

    bajo que hayan realizado los carpinteros, panaderos, zapateros, etc. Pero, de qu de-pende que el valor de las mercancas vendidas por Juan sea mayor o menor que el va-lor de las vendidas por Pedro? Ello depender de la cantidad de trabajo considerado enabstracto como trabajo humano en general, cristalizado en las mercancas.

    Cmo se mide la cantidad de trabajo? Ya lo hemos dicho: se mide por el tiempo yla intensidad. A igual tiempo de labor, tanto ms trabajo cuanto ms intensidad; aigual intensidad, tanto ms trabajo cuanto ms tiempo.

    Volvamos a nuestra mesa: como mercanca, posee un doble carcter: es a la vezobjeto til(valor de uso)y valor de cambio (llamado tambin valorsin ms). Pero

    sabemos ahora que este doble carcter de la mercanca es una consecuencia del doblecarcter del trabajo que la origina. Como trabajo concreto crea un objeto til (o valorde uso); como trabajo abstracto crea un valor, que se manifiesta cuando la mercancaes vendida o cambiada por otra. Si averiguamos que una mesa vale igual que 5 metrosde tela, vemos que el valor de la mesa, hasta entonces indeterminado, se manifiestaahora como un valor de cambio expreso y determinado. Esta relacin nos indica que lacantidad de trabajo humano puro y simple (abstracto) cristalizado en una mesa es iguala la cantidad de trabajo cristalizado en 5 metros de tela.

    Slo en el mercado, al cambiar su producto, el carpintero puede relacionar y com-

    parar su trabajo con el trabajo del sastre, del herrero, panadero, etc. En la tribu primiti-va, cada trabajo concreto era a la vez directamente social. En la economa mercantil, el

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    trabajo se realiza en los talleres privados, sin saber si esa labor ser til o no para lasociedad, es decir, si la sociedad necesita o no esos productos y si podrn venderse.Pero si esos productos son aceptados por el mercado, entonces el trabajo invertido enellos toma la forma de un trabajo social, pues participa de la divisin del trabajo esta-

    blecida de hecho y en forma espontnea dentro de la sociedad. Pero cuando los produc-

    tores se relacionan entre s intercambiando sus respectivos productos en el mercado, escuando se revela el aspecto social de su trabajo; lo que cuenta en esta relacin socialentre productores, lo que la regula, es la cantidad de trabajo contenido en las mercanc-as de cada uno.

    Marx fue el primero en explicar el doble carcter del trabajo, en descubrir y ponerde relieve el papel del trabajo abstracto como fuente de valor. El trabajo abstracto esuna categora fundamental, una piedra angular, en la economa poltica. Como elmismo Marx lo indica, muchos pensadores llegaron antes que l a borde mismo de laexplicacin cientfica del valor, pero se estrellaron por su incapacidad para compren-der el carcter abstracto del trabajo. Esto sucedi porque arrastraban el fardo ideolgi-co de las clases dominantes y no pudieron desprenderse de l. Aristteles fue uno deestos pensadores, pero cmo poda l asimilar el concepto del trabajo humano puro ysimple, que iguala todos los oficios y todos los hombres, si formaba parte de una clase

    para la cual, el trabajo del esclavo no era realizado por un ser humano, sino por bes-tias parlantes? Cmo poda el burgus Adam Smith, producto de una sociedad quehonraba al banquero y despreciaba al carbonero, descubrir algo que iguala a todos?Slo la reflexin y lucha por una sociedad sin clases, que no admite las desigualdadessociales, estaba en condiciones de resolver el problema.

    Debemos an dilucidar la siguiente cuestin: un tcnico o un especialista, que rea-liza 8 horas de trabajo calificado y complejo agrega a la mercanca igual cantidad devalor que un pen en 8 horas de trabajo simple no calificado? Evidentemente, no:

    El trabajo complejo encierra el gasto de trabajo de los que han aprendido a realizar-

    lo y el de los que les ensearon y tambin el costo de los medios invertidos en la ense-

    anza. Ejemplos de trabajos complejos son el del mecnico, el del sastre, el del zapa-

    tero, etc. El trabajo simple es aquel que no necesita ninguna preparacin especial. El

    trabajo complejo crea, en una misma unidad de tiempo, ms valor que el simple. En el

    proceso de intercambio se verifica, a espaldas de los productores, una continua re-duccin de trabajo complejo a trabajo simple. La magnitud del valor de una mercan-

    ca se mide por la cantidad de trabajo simple, socialmente necesario, que compen-

    dia[]

    Sigamos nuevamente los pasos de nuestro Juan que, luego de trabajar una jornadaentera en el bosque, lleva una tonelada de lea al mercado. All le ofrecen 5 Kg. de pana cambio de su tonelada de lea. Juan se entera de que, como producto de un da delabor, los dems leadores traen, cada uno, dos toneladas de lea que equivalen a 10kg. de pan. Qu sucede? Acaso Juan no ha trabajado igual de tiempo que los dems?

    Spiridinova y otros, Curso superior de Economa Poltica, Mxico, Edit.Grijalvo, pag.70

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    Juan piensa: Todava no domino bien mi oficio; ellos trabajan mejor que yo. Lo quedebo hacer es observar cmo afilan el hacha, cmo dan el golpe, de qu manera cortanlos troncos, etc.

    Juan no es tonto, y al poco tiempo alcanza igual destreza que los dems. As con-sigue cortar dos toneladas de lea, que equivalen a 10 kg. de pan.

    Pero Juan es joven y ambicioso y razona: Tengo salud y fuerza. Si trabajara msintensamente podra vender ms lea. Juan le da duro al hacha y cada jornada consi-gue llevar al mercado 3 toneladas de lea, equivalentes a 15 kg. de pan.

    Vemos que tres jornadas de trabajo de Juan con una misma duracin temporal sehan cristalizado en tres valores bien diferentes. Qu nos dicen estos ejemplos? Que elvalor es un fenmeno social.. Quelo que importa no es el tiempo de trabajo individual,sinoel tiempo socialmente necesario en condiciones normales de intensidad y produc-tividad.

    Juan no se entera si su tiempo individual de trabajo es mayor o menor que el tr-mino medio social, hasta que concurre al mercado. Es all donde el aspecto privado,concreto, de su trabajo, se unifica con su aspecto social y abstracto; donde todas lasdiferencias individuales se comparan y confluyen a crear la media social que determinael valor de las mercancas.

    Cierto da, Juan compra un nuevo tipo de hacha, cuya hoja es de aleacin ms duray liviana y permite un afilado muy superior. Advierte que con ella, en una jornada delabor de intensidad normal, puede cortar no dos sino cuatro toneladas de lea, equiva-lentes a 20 kg. de pan. Juan vive ahora mucho mejor que los dems leadores. Pero

    poco a poco, ellos tambin van comprando el hacha nueva.Como cada uno lleva ahora al mercado doble cantidad de lea, parte de ella queda

    sin vender. Todos tratan de colocar su producto, aun a costa de recibir menos por tone-lada. Llega un momento en el cual las 4 toneladas de lea se cambian por slo 10 kg.de pan. Juan obtiene ahora, por cada da de trabajo, lo mismo que tiempo atrs, cuandousaba el hacha antigua. Advierte as que, cuando aumenta la productividad del trabajo,desciende en la misma proporcin el valor de cada unidad de producto. O que, dichode otra manera, un da de trabajo tiende a cristalizarse en la misma cantidad de valor,sea cual fuere la cantidad de mercancas que se produzcan durante ese lapso.

    Transcurrido un tiempo, Juan vuelve a inquietarse. Observa que Jos, el pescador,trabaja igual tiempo que l, pero vive mucho mejor: obtiene 15 kg. de pescado por da,equivalentes a dos jornadas de labor de Juan. Evidentemente, el oficio de pescador es

    ms conveniente que el suyo. As que, en sus das de descanso, Juan aprende a pescar.Al cabo de un tiempo domina ya el nuevo oficio. Juan deja el bosque y va a trabajar alro. Ahora s vive mejor! Pero su ejemplo tienta a otros leadores de la regin y mu-chos siguen los pasos de Juan. Poco a poco la lea tiende a escasear y comienza a so-

    brar pescado. Sube el valor de cambio de la lea y baja el del pescado. Juan compruebaahora que aquellos leadores que continuaron con su oficio viven mejor que l y regre-sa al bosque.

    Por un tiempo Juan no se inquieta: pescadores y leadores gozan de un nivel devida similar. Pero la ambicin de Juan no le permite vivir tranquilo: cierto da observaque escasea la harina y los molineros viven mejor que l etc.

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    La ley del valor

    Las distintas experiencias de nuestro Juan podran resumirse as: Las mercancas tien-den a cambiarse en consonancia con su valor, o sea representando cantidades igualesde trabajo social. Este es un enunciado de la ley del valor, que es bsica all donde im-

    pera la produccin mercantil y la propiedad privada. Como dice Marx, de acuerdocon la ley del valor, que rige el intercambio de mercancas, se cambian equivalentes,

    cantidades iguales de trabajo materializado.

    Las idas y venidas de Juan muestran que la ley del valor es ciega e inexorable; quese abre paso a espaldas de los productores y a travs de las innumerables variantes ca-suales del mercado.

    Engels dice que, en una sociedad de productores privados que intercambian susmercancas, la competencia pone en accin la ley del valor, instaurando as la nicaforma de organizacin y orden en la produccin social que es posible en tales circuns-tancias. Slo el abaratamiento y el encarecimiento excesivo de los productos muestrande un modo tangible a los diferentes productores qu y cunto necesita la sociedad yqu no necesita.

    Cuando la produccin y el consumo no estn planificados y cada uno produceanrquicamente lo que quiere, slo en forma casual y por breve tiempo la oferta coin-cide con la demanda. Por lo tanto, tampoco las mercancas se venden por su valor, sal-

    vo casualmente y por cierto tiempo. Cuando hay exceso de oferta, los vendedores seperjudican y tienden a dedicarse a otros productos que escasean. De esta manera, la ley

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    del valor provoca continuos desplazamientos de la produccin, desde unas ramas aotras. Esto ocasiona, desde el punto de vista social, una continua dilapidacin de recur-sos y de trabajo humano, pero es la nica forma posible de equilibrar una economaespontnea, donde impera la propiedad privada de los medios de produccin y de lasmercancas.

    El oxgeno del aire tiene para nosotros el ms alto grado de utilidad, pero no poseevalor alguno. Lo mismo sucede con el agua que bebemos en el ro. por qu carecen devalor?, por su abundancia? Tanto el oxgeno envasado como el agua vendida por unaguador tienen valor. No son, por lo tanto, ni la escasez ni la utilidad las fuentes delvalor. El agua y el aire adquieren valor cuando llegan hasta nosotros como un productodel trabajo humano.

    La economa burguesa, o bien omite referirse a la fuente de los precios (que son laexpresin monetaria del valor) o bien los fundamenta en base a la mayor o menor utili-dad y al grado de escasez. Hemos visto que una mercanca, para tener valor, debe ser ala vez til; y que en virtud de las oscilaciones de la oferta y la demanda, el valor decambio no coincide normalmente con el valor. Pero de ah a negar o desechar la ley delvalor, o a sostener que la utilidad o la escasez y no el tiempo social de trabajo, el fun-damento bsico de los preciso, hay un abismo infranqueable. Es el abismo que separala economa burguesa de la ciencia econmica.

    La teora burguesa de los precios se basa, fundamentalmente, en las preferencias yapetencias de cada consumidor. Su teora es totalmente subjetiva.Lo que tal teora jams podr explicar es por qu habiendo escasez de naranjas, stasnunca llegarn a costar tanto como un departamento; o bien por qu, aun habiendo

    miles de viviendas que no encuentran comprador, jams su precio descender hastaigualar el de las naranjas. Ello slo es explicable porque el trabajo social cristalizadoen una vivienda es muy superior al que se manifiesta en una naranja.

    La oferta y la demanda harn oscilar los precios de una mercanca por encima opor debajo de su valor, pero como dijo Marx, los lmites de este movimiento estarndados; el lmite superior ser el precio que corresponde al tiempo de trabajo realizadoen las peores condiciones (tiempo mximo); el inferior ser el precio que correspondeal tiempo de trabajo realizado en condiciones ptimas (tiempo mnimo). Una subidamayor sera imposible porque provocara un aumento correlativo de la oferta; una bajaque superara el lmite inferior, hara cesar toda oferta.

    Cuando los economistas burgueses pretenden explicar la esencia el valor seestrellan contra los muros que marcan los extremos hasta los cuales el fenmeno -

    precio- puede apartarse de dicha esencia. Una vez ms se quedan en la superficie, en laapariencia.

    El fetichismo de la mercanca

    Juan, el leador, se alimenta merced al trabajo de Diego el panadero, quien, a suvez, calienta su horno merced al trabajo de Juan. La ley del valor, tras una aparenterelacin entre cosas, est expresando, en realidad, una relacin entre personas. Es una

    ley econmica, y ya sabemos que la economa, ciencia social, no se ocupa de relacio-nes entre cosas, sino de relaciones entre personas.

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    Por ms que desmenucemos un pan, no hallaremos su valor; ese valor no es unacualidad del pan, sino una expresin del trabajo realizado por el panadero. Al concurriral mercado, el hombre encuentra que las mercancas tienen un determinado valor decambio que sube o baja, mucho o poco, lentamente o a saltos, sin que l se explique el

    porqu.

    Si Juan lleva su lea al no sabr cul ser la retribucin que obtendr por su traba-jo hasta que venda su mercanca. El valor aparecer as ante sus ojos como un atributomisterioso de la lea, que se le impondr como una fuerza ciega, ajena a su accin y asu voluntad. Si el precio es ms alto, vivir mejor; si es bajo, sufrir penurias y deberquiz cambiar de oficio. El valor traducido en precio de las mercanca regula as lavida de los hombres. Como en el cuento del aprendiz de brujo, el hombre ha perdido eldominio de las fuerzas que l mismo ha creado. Su propia obra se le opone como un

    poder extrao e incontrolable. Su trabajo toma una forma material, externa, que se leenfrenta como un hecho independiente. La relacin entre los hombres se expresa co-mo una propiedad de las cosas. Este fenmeno de la economa mercantil es lo queMarx llama el fetichismo de la mercanca.

    * * *

    Vocabulario del captulo segundo:

    Trabajo concreto y trabajo abstractoTrabajo privado y trabajo socialTrabajo simple y trabajo complejoTrabajo cuantitativo y cualitativo Trabajo cristalizado Fuerza de trabajo Mercanca Valor de uso de la mercanca Valor de cambio (o simplemente valor) de la mercanca Doble carcter de la mercanca

    Ley del valor Fetichismo de la mercanca

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    Captulo Tercero

    E L D I N E R O

    LA HISTORIA DEL DINERO

    Si la pila de lea cortada por Juan no ha sido llevada an al mercado, tiene valor?Indudablemente que s. Pero, en qu forma podr expresarse ese valor? Slo bajo laforma de valor de cambio, es decir, como una relacin entre dos mercancas. Porejemplo, 1 tonelada de lea = 15 kg. de azcar.

    El valor de cambio, que slo aparece en el mercado, es lo externo, es el fenmenoa travs del cual se manifiesta el valor, que es lo interno, la esencia.

    A medida que se desarroll el intercambio, fueron variando las formas de expre-sin del valor. La ms antigua y rudimentaria fue la forma simple, aislada o fortuita delvalor. Por ejemplo: 1 hacha de piedra = 2 vasijas de barro.

    En esta relacin, el hacha es la nica mercanca que expresa su valor y lo hace enforma relativa, ya que este valor se encarna o toma la forma de otra mercanca, en estecaso las dos vasijas de barro, llamada equivalente. Vemos as que dos humildes vasijasse elevan desde el barro con que han sido creadas, hasta convertirse en la expresintangible y concreta de una invisible e inasible relacin social entre los hombres.

    De la misma forma si digo: Cunta es la belleza de Mara? Tanta como la deBeatriz, resulta que una persona concreta y corprea (Beatriz) pasa a convertirse en

    la unidad de medida y la representacin de algo tan intangible e incorpreo, como lasensacin esttica que produce en mi espritu la imagen de Mara. Ello es posible por-que ambas se relacionan, para m, con sensaciones cuantitativamente iguales que exis-ten fuera e independientemente de Beatriz y Mara. Anlogamente, hacha y vasijas sonexpresin material de algo incorpreo y ajeno a ellas: una cierta cantidad de trabajohumano abstracto.

    La frmula completa sera: La cantidad de trabajo social realizado por Juan paraconstruir un hacha es igual a la cantidad de trabajo social realizado por Pedro paraconstruir dos vasijas de barro. Por lo tanto:

    A (1 hacha), cristaliza o contiene tanto trabajo abstracto comoB(2 vasijas)

    Resumiendo:A = BPero los compradores y vendedores perciben solamente la frmula abreviadaA = B.

    O sea, que B, producto de un trabajo cualitativo y concreto, se constituye en elespejo que refleja la cantidad de trabajo(en abstracto) que dio origen a la mercanca

    A, que es la forma relativa del valor; Bes la forma equivalente.Pero si decimosB = A los papeles se invierten totalmente. En tal caso, lo que se

    mide es el valor de cambio deBy ahora su espejo, su equivalente, es Aque, como ob-

    jeto til, concreto, refleja la cantidad de trabajo abstracto que ha dado origen aB.

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    Si Juan lleva su lea al mercado, la puede cambiar, en diversas proporciones, por todala gama de mercancas existentes. As, su tonelada de lea podra equivaler a 199 kg.de harina, 1 par de zapatos, 3 docenas de naranjas, 2 metros de lienzo, etc. La frmulade estas relaciones sera:

    que es la forma total o desarrollada del valor, y corresponde histricamente a unaetapa en la cual el intercambio se ha hecho habitual y engloba una diversidad de pro-ductos. Cuanto ms se ampla la divisin del trabajo, ms se desarrolla el mercado.

    Juan necesita una variada gama de mercancas. Si cada vez que debe adquirir un

    par de zapatos tuviera que encontrar un zapatero dispuesto a comprar la lea, y lomismo le sucediera con el pan, los vestidos, etc., sera el cuento de nunca acabar. Algeneralizarse el intercambio, ese sistema resultara cada vez ms engorroso; es as co-mo la propia prctica histrica aport la solucin.

    Una de las mercancas, la de uso ms generalizado, se convirti en intermediariade todo intercambio; es decir, en un equivalente general. Todas las dems pasaron aexpresar su valor a travs de ella. Si llamamos Aa dicha mercanca, la frmula de estanueva relacin sera, por ejemplo:

    que es la forma general del valor, y que corresponde a un intercambio desarrollado,complejo y mltiple. Al colocarse a la derecha de la frmula, y convertirse en equiva-lente general, la mercanca Aha dado un verdadero salto mortal y adquiere un podercasi milagroso. Su valor de uso se manifiesta como materializacin del valor. Como

    producto de un trabajo concreto, asume sin embargo la forma universal de manifesta-cin del trabajo humano abstracto. Todos venden sus mercancas a cambio deAy slo

    disponiendo de ella es posible adquirir las otras mercancas. Pero la nica mercancaque queda hurfana de equivalente es precisamente A, dado que la expresin A = Acarecera de sentido. SloApierde toda posibilidad de expresar su valor.

    El papel de equivalente general lo han desempeado, histricamente, diversasmercancas; el ganado, entre los antiguos griegos, romanos, rabes, hindes; el marfil,en algunas tribus de Africa; la sal en China y Egipto, etctera.

    Supongamos que, en vida de Juan, la oveja se ha impuesto como equivalente gene-ral. Ahora Juan puede cambiar su tonelada de lea por una oveja y con ella comprarcualquier otra mercanca. Pero las dificultades de Juan no han terminado. Llevar su

    ovejita a rastras no es cmodo ni prctico; adems, le dan por ella tres metros de tela yJuan slo necesita un metro y medio; pero no puede partir su oveja.

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    Otra vez el problema se resuelve en la prctica histrica. Poco a poco, los metalespreciosos (oro, plata) se imponen en todas partes como equivalente general. Tales mer-cancas tienen la ventaja de encerrar mucho valor en poco volumen, poseen gran dura-cin y son fcilmente divisibles. Al expresar el valor de todas las mercancas, el oro

    perdi la posibilidad de tener equivalente, pero gan en cambio una aureola mgica y

    un poder casi ilimitado. A Juan se le facilitan las cosas. Puede cambiar su lea porpepitas de oro, fciles de llevar, conservar, fraccionar, etc. Los zapatos que Juan nece-sita valen cinco gramos de oro. Si bien va con sus pepitas a la tienda del zapatero, su

    problema no est resuelto. Adems del oro, necesita una balanza para pesarlo y herra-mientas para cortar la cantidad justa.

    Una vez ms, es la prctica histrica la que resuelve el problema. Basta para elloque la balanza y las herramientas estn en manos del Rey y que sea l quien corte eloro en discos uniformes y acue en ellos la indicacin de su peso. Cada trozo se con-vierte as en una moneda, en una de cuyas caras la efigie de su augusta majestad, certi-fica la cantidad y calidad del metal precioso que contiene. De esta manera nace lafor-ma dinero del valor. Claro que el dinero corrompe al propio Rey, quien no puede elu-dir la tentacin de embolsarse parte del oro, dando a la moneda un peso inferior al in-dicado. Es as como las monedas se van achicando a la vez que reyes y prncipes seconvierten en expertos falsificadores. Tan remoto es el antecedente de la prdida devalor de los signos monetarios.

    Juan est contento. Vende su lea a cambio de un puado de monedas de todo ta-mao y con ellas puede hacer las compras que desee y en el momento que le convenga.La venta se separa de la compra en el espacio y en el tiempo. La frmula del truequeM

    M (mercanca cambiada por mercanca) se ha transformado en M D M(mercanca cambiada por dinero que se cambia a su vez por otra mercanca). Ahora esposible vender sin comprar y comprar sin vender. Aparece as, en potencia, la posibili-dad de que se produzcan perturbaciones en el mercado.

    El dinero no slo acta como intermediario en la compra-venta, es decir, comomedio de circulacin, sino que puede tambin ser atesorado, M D,mercanca pordinero (venta sin compra), o actuar como medio de pago, D M, (compra sin venta).

    Juan tiene nuevas preocupaciones. Si bien trae cada da en su bolsa el dinero obte-

    nido con la venta de su lea, vive en zozobra permanente; salteadores de caminos yladrones amenazan quitarle, en cualquier momento, el dinero producto de su trabajo.Pero, por fortuna, se instala en la ciudad un banquero, quien acepta el dinero en custo-dia y se hace responsable por l. Contra la entrega del dinero, dicho banquero otorgarecibos que dicen: El banquero x pagar al portador y a la vista la suma de ... Asnaciel papel moneda.A veces, es el Rey mismo quien custodia las monedas. Pero

    banqueros y gobernantes, en muchas ocasiones, emitieron recibos por ms cantidadque el oro real depositado en sus arcas

    Con la aparicin del dinero, nace el crdito. El vendedor puede desprenderse de su

    mercanca sin recibir dinero, quedando a su favor un crdito, o sea una cantidad a per-cibir en el futuro. El dinero acta aqu slo como dinero aritmtico. Las mercancas

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    pueden circular en base a simples registros contables, sin requerir dinero contante ysonante. El dinero puede ser remplazado por cheques o ttulos de crdito endosables.Mediante el dinero aritmtico, deudas y crditos pueden cancelarse por compensacin.Con la generalizacin del clearing o cmara compensadora de cheques, el grueso delmovimiento de mercancas se realiza sin uso del dinero real, que queda relegado al

    sector minorista.De este modo, la frmula que expresa la cantidad de dinero necesaria para la circu-

    lacin es la siguiente:

    El fetichismo del dinero

    El desarrollo de la primitiva frmula M M nos ha ido llevando, a travs decomplicaciones sucesivas que reflejan la creciente complejidad histrica de los meca-nismos de la economa, a un punto donde se pierde de vista el origen de este proceso.Partiendo del trueque espordico hemos llegado a un mundo gobernado por el dinero,

    que tanto puede asumir la forma real como ideal. Compras, ventas y pagos puedenrealizarse independientemente unas de otras y con o sin uso de dinero. Los ttulos decrdito y cheques circulan con mayor volumen que el dinero mismo.

    Bajo la forma de papel moneda inconvertible, cuya capacidad adquisitiva disminu-ye constantemente por la inflacin, el dinero aparece con un fenmeno misterioso,cambiante, caprichoso y violento; como una fuerza ingobernable y anrquica, que seimpone a los seres humanos. Ante la cada del poder adquisitivo del dinero, los asala-riados ven deteriorarse da a da su nivel de vida. Los ahorristas ven diluirse el produc-to de su esfuerzo. Todo es zozobra, inestabilidad e incertidumbre.

    El dinero, dios omnipotente, sojuzga todos los espritus. Se lo desea apasionada-

    mente, se lo teme y se lo maldice. Poetas y moralistas lo responsabilizan de todas lascorrupciones, vicios y crmenes.

    Sin poder defenderse, el dinero se ve obligado a desempear sin descanso un doblepapel: encarnar con su cuerpo material el trabajo abstracto de los hombres y represen-tar en espritu todas las esperanzas, penas y pecados humanos.

    El dinero, producto de los actos del hombre, se le opone en la sociedad no planifi-cada como una fuerza extraa, tremenda y monstruosa. Este fetichismo del dinero noes sino el desarrollo ulterior del fetichismo de la mercanca. Las fuerzas que el hombredesat pero que no comprende ni domina, lo aprisionan y lo alienan. Slo en una so-ciedad planificada, donde el hombre conoce la accin de las leyes econmicas y las

    pone a su servicio, se crean las condiciones para poner fin a esta alienacin. Pero la

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    planificacin no es posible all donde impera la propiedad privada de los medios deproduccin.

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    Captulo Cuarto

    LA PLUSVALIA

    Cmo se convierte el dinero en capital

    Hasta aqu, la frmula de la circulacin de mercancas era M D M. (conmercancas se obtiene dinero para conseguir otras mercancas equivalentes)

    En caso de que la mercanca fuese revendida, la misma frmula se expresara co-mo M D M D M DM

    Hemos visto que el proceso comenzaba con la venta de la mercanca y el dineroactuaba slo como intermediario, sea como medio de circulacin o de pago. De estamanera, la circulacin de mercancas se presentaba como un modo de satisfacer lasnecesidades de una sociedad donde imperaba la propiedad privada de los medios de

    produccin y la divisin del trabajo. Juan venda su lea y, con el dinero obtenido,adquira los productos que necesitaba.

    Imaginemos ahora que Juan vende su lea a un comerciante. La cosa cambia radi-calmente. Para el comerciante, la finalidad de la compra es obtener ms dinero median-te la venta de la mercanca.

    Desde este punto de vista, la frmula del proceso sera la siguiente:

    D M D + d, (siendo d = incremento de dinero).(Con dinero compro una mercanca que, al venderla,me retorna mi dinero ms una gananciad )

    Aqu el ciclo comienza por el dinero, con el que se compra o adquiere una mer-canca, y finaliza con la venta de esa mercanca por ms de lo que ha costado. El dine-ro empleado en la operacin (D) se convierte en dinero incrementado (D + d).

    A este incremento del dinero ( d )Marx le da el nombre deplusvala.

    El dinero no es ya un mero intermediario. Se ha convertido ahora en la finalidad

    misma de la circulacin mercantil. Se lanza dinero a la circulacin con el fin exclusivode retirar luego ms dinero. El dinero se ha convertido as en capital y su misin es

    producir plusvala. Pareciera que la circulacin sudara constantemente dinero. Quedaplanteado un problema fundamental; dilucidar de dnde surge esta plusvala; aclararesta propiedad milagrosa del dinero-capital, que parece aumentar por s mismo, comolos peces bblicos.

    Surge una evidente contradiccin. Hasta aqu, habamos dicho que el mercado serige por la ley del valor, que la tendencia es al intercambio de equivalentes. Si ello esas, partimos de la base de que, en la frmulaM D M tanto los productos que se

    intercambian como las monedas de oro que actan como intermediarias, deben poseer

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    el mismo valor, es decir, materializar cantidades iguales de trabajo en su aspecto abs-tracto.

    Pero en la frmulaD M D (dondeD = D + d) , el capitalista compra unamercanca con oro y al venderla obtiene ms oro del invertido, o sea ms valor. Elloaparenta echar por tierra la veracidad de la ley del valor. O bien demostramos que la

    plusvala no slo no niega esta ley, sino que se obtiene a travs de ella, o bien todo lodicho hasta ahora es falso.

    Pareciera existir todava una posible escapatoria: no ser, tal vez, que los posee-dores de dinero, los capitalistas, compran permanentemente las mercan-cas a menosde su valor? Tal supuesto es imposible: en tal caso, lo que cada uno gana como com-

    prador lo pierde como vendedor. En el proceso, las diferencias se compensan y se ni-velan. Ello no explica, pues, la plusvala.

    Volvamos al reino imaginario donde nuestro leador Juan se dirige al mercado con

    su cargamento de lea[

    ]. All se encuentra con don Arturo, un capitalista astuto y co-dicioso, quien le compra su mercanca a menos de su valor y la revende luego a mayorprecio. Ms tarde o ms temprano, Juan se da cuenta del engao y prescinde de inter-mediarios. Don Arturo se queda sin proveedor y aprende as que un negocio no puedemantenerse permanente-mente sobre bases falsas. Asimilando esa leccin, Don Arturoinvierte parte de su capital en la compra del bosque. Juan ya no tiene dnde cortar lea;apremiado por sus necesidades llega hasta el lmite de vender sus hachas. Lo nico quele queda es su oficio de leador, su capacidad de trabajo. A su vez, Don Arturo necesi-ta ahora que alguien corte la lea. Juan llega a un acuerdo con l. En adelante trabajar

    para el capitalista, el cual se encargar de proveer sus necesidades bsicas (alimenta-

    cin, vestimenta, etc.).Juan corta lea durante 8 horas al da, pero ya no es dueo de ella, ni la vende en elmercado. Es Don Arturo ahora el propietario de dicha mercanca, quien la vende cadada por 8 monedas, que representan su justo valor, dado que en nuestro caso, cristalizanla misma cantidad de trabajo social que la lea. Don Arturo, que respeta los compro-misos contrados, apenas vende el primer lote de lea, adquiere en una proveiduratodo lo necesario para la subsistencia de Juan, por importe de cuatro monedas de oro.Las otras cuatro quedan en su bolsillo y constituyen la plusvala. Al trmino de unanueva jornada de labor de 8 horas, Don Arturo le dice a Juan: Toma estas cuatromonedas, y en adelante, hazte las compras t mismo; yo tengo otras cosas en qu ocu-

    parme.Juan es ahora un obrero. Desposedo de los medios de produccin (bosque y

    hachas) no tiene otra alternativa que trabajar da tras da para Don Arturo. Cada 8horas de trabajo crea una mercanca cuyo valor se expresa en 8 monedas, pero slorecibe 4 monedas como retribucin. Con las otras cuatro monedas se queda el capita-lista. Si Juan fuera, como antes, un productor independiente, podra l mismo vendersu mercanca y recibir por ella las 8 monedas. Pero lo nico que puede ahora vender essu capacidad para producir, es decir, sufuerza de trabajoque, bajo el sistema capitalis-ta, se ha convertido en una mercanca ms. Don Arturo compra la fuerza de trabajo,

    Recordamos una vez ms que la economa poltica es una ciencia social y que estos ejemplos individua-les son puramente didcticos

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    esa mercanca tan particular, pues le proporciona una utilidadespecialsima: puestaen funcionamiento, crea valor.

    Al igual que las otras mercancas, la fuerza de trabajo mide su valor de acuerdocon el tiempo de trabajosocialmente necesario para producirla. Para mantener viva su

    fuerza de trabajo, el obrero necesita consumir medios de subsistencia que, en conjuntotienen un determinado valor. Si, en nuestro caso, tales medios de subsistencia equiva-len a cuatro monedas ello indica que bastan cuatro horas de trabajo social para produ-cir todo lo que Juan consume. Se emplea el mismo tiempo que para cortar toneladade lea. Por lo tanto, el valor de su fuerza de trabajo es tambin 4 monedas. Si Juantrabajara slo cuatro horas, no hara ms que reponer la misma cantidad de trabajo so-cial que el invertido para crear los medios de subsistencia que consume. Pero Juan enuna jornada produce una tonelada y Don Arturo cuidar muy bien de que la trabajentegramente. Esa jornada se divide entonces en dos partes. La primera supongamos4 horas es la que repone el valor de la fuerza de trabajo. A la labor realizada en esta

    primera parte Marx la llama trabajo necesarioo bien trabajo retribuido. En la segundaparte, Juan crea un excedente de valor, del cual se apropia gratuitamente el capitalista.A la labor realizada en esta segunda parte Marx la llama trabajo excedenteo trabajo noretribuido. El valor creado merced a este trabajo excedente y no retribuido lleva elnombre deplusvala.

    Queda as develado el misterio de la plusvala, que no slo no niega la ley del va-lor, sino que es una consecuencia de ella y rige cuando la economa mercantil simplese ha trasformado en una economa capitalista.

    Plusvala absoluta y relativa

    La plusvala es posible porque un ser humano puede mantenerse y mantener a sufamilia consumiendo menos de lo que produce. Tal excedente es un resultado del desa-rrollo de la productividad del trabajo, sin la cual no hubiera tenido lugar la divisin dela sociedad en clases ni la aparicin de la propiedad privada.

    En una primera etapa, las tribus primitivas mataban a sus prisioneros de guerraporque la productividad era tan baja que el trabajo de esos prisioneros apenas hubierasido suficiente para procurar su propia subsistencia. Pero al desarrollarse la productivi-

    dad, los prisioneros pasaron a ser esclavos codiciados: no slo era posible mantenerloscon lo que ellos mismos producan sino obtener tambin un excedente.

    En la esclavitud, el esclavo no reciba en apariencia retribucin alguna ya quetodo lo que produca pasaba gratuitamente a ser propiedad de sus dueos; en realidad

    buena parte del producto de su trabajo le era devuelto en forma de medios de subsis-tencia.

    En el feudalismo, la distribucin era absolutamente clara y evidente. El siervo sa-ba cul era la parte de su tiempo que trabajaba para s y cul la que trabajaba gratui-tamente para el seor; aqu, la apariencia coincida con la realidad.

    En el capitalismo, lo que surge de la apariencia es que al obrero se le retribuye

    todo su tiempo de trabajo y que nada recibe el capitalista en forma gratuita. Esta ilu-sin surge porque cuando el capitalista compra al obrero sufuerza de trabajo y lapone

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    en accin durante una jornada completa de labor, se estipula una retribucin por cadada u hora de trabajo o por cada pieza producida. Esta retribucin aparenta ser, enton-ces, una contraprestacin de todo el tiempo trabajado. Bajo el capitalismo todo el ex-cedente, o sea la diferencia entre lo que el obrero produce y lo que consume, se con-vierte enplusvala para el empresario. Por su forma, el contrato de trabajo vela la dis-

    tribucin real del producto entre obreros y capitalistas y oculta las dos partes en que sedivide la jornada de labor: trabajo retribuido y no retribuido (o lo que es lo mismo,trabajo necesario y excedente). Lo que el capitalista paga al obrero o sea el valor de sufuerza de trabajo, es igual al valor producido en unaimera parte de la jornada. Lo quellamamos plusvala es el valor producido en el resto de la jornada.

    Hemos dicho en nuestro ejemplo que, durante las cuatro primeras horas de su jor-nada, Juan repona un valor igual al de sus medios de subsistencia. Trascurridas esascuatro horas, el trabajo de Juan se convierte en plusvala absoluta. Cuanto ms larga oms intensa es la jornada, ms plusvala absoluta. Por tal motivo, el capitalista deseaextender hasta el mximo posible dicha jornada, o bien aumentar la intensidad del tra-

    bajo.

    All donde la lucha sindical ha impuesto un lmite legal al horario laboral (porejemplo 8 horas) y consigue que ello se respete, la plusvala absoluta tropieza con unlmite infranqueable. Qu otro camino queda para extraer ms plusvala?: ello slosera posible con un aumento en la productividaddel trabajo. Supongamos que dicha

    productividad del trabajo crezca de tal manera que no se necesiten ya cuatro horas,sino slo tres para producir los medios de subsistencia del obrero. Dicho de otra mane-

    ra, si el obrero repone el valor de su fuerza de trabajo en tres horas, crear plusvaladurante las cinco horas restantes, o sea durante una hora ms que antes. La duracin dela jornada seguira siendo la misma, pero la plusvala aumentara un 25 %. Se habrcreado as msplusvala relativa, llamada de esta manera porque es un resultado de lamayor productividad del trabajo y no de su mayor duracin.

    Esta distincin entre plusvala absoluta y relativa aparenta desvanecerse, ya quetoda la plusvala es absoluta desde el punto de vista de que surge de una prolongacinde la jornada ms all del tiempo de trabajo necesario y, a la vez, toda plusvala es re-lativa, desde el punto de vista de que es siempre la consecuencia de cierto grado de

    desarrollo de la productividad del trabajo. Pero esta identidad desaparece si tomamoscomo constante la productividad, lo nico que puede variar es la plusvala absoluta; sitomamos como constante la duracin de la jornada, lo nico que puede variar es larelativa.

    Llamamos plusvala extraordinaria a la que obtiene una empresa capitalista de-terminada que, por razones tcnicas o por superexplotacin, produce ms que suscompetidoras en el mismo lapso. Generalmente, dicha plusvala extraordinaria es ex-cepcional y transitoria.

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    Vocabulario del captulo cuarto

    Plusvala Capital

    Tiempo de trabajo Fuerza de trabajo Trabajo necesario Trabajo excedente Plusvala absoluta Plusvala relativa Excedente Plusvala extraordinaria

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    Captulo Quinto

    EL SALARIO

    Cuando el obrero alquila su fuerza de trabajo al capitalista se establece de antema-no un precio. Supongamos que dicho precio haya sido estipulado en moneda porcada hora y que la jornada dure 8 horas. En apariencia, si al final de la jornada el obre-ro recibe sus 4 monedas, todo est en regla: las ocho horas de trabajo le han sido paga-das en su totalidad y el capitalista no le debe nada. Confirmamos as que el salariooculta la divisin real de la jornada y aparenta ser la retribucin de todo el trabajo rea-lizado.

    El salario, que es en realidad el precio de la fuerza de trabajo, se disfraza en la

    prctica, en la apariencia, como el precio del trabajo mismo.

    Sabemos que el precio es el valor de una mercanca expresado en dinero y quetodo valor est dado por la cantidad de trabajo cristalizado en la mercanca. El valormide la cantidad de trabajo, as como el peso mide la gravedad y la temperatura mideel calor. Por lo tanto, el trabajo mismo no puede tener valor, as como la gravedad no

    puede tener peso ni el calor temperatura.Lo que el obrero alquila no es su trabajo, sino su fuerza de trabajo. Ni aun en el

    capitalismo el trabajo puede ser una mercanca, puesto que no es en s mismo un pro-ducto. Lo que bajo el capitalismo se convierte en una mercanca muy particular es la

    fuerza de trabajo, cuyo valor, como sabemos, es funcin de la cantidad de trabajo so-cial necesario para mantenerla en funcionamiento. La expresin valor del trabajo oprecio de trabajo es por lo tanto falsa e irreal. Pero dada la forma visible en que se

    presentan los fenmenos en el capitalismo, este absurdo se instala slidamente en laconciencia de los hombres, con la fuerza de una verdad cotidiana y permanente.

    El salario encubre tambin las peores trasgresiones a la equidad ms elemental. Si,por cualquier razn, una fbrica trabaja slo cuatro horas, ese da el obrero slo recibemedio salario. En apariencia todo sigue en regla: el salario corresponde exactamente alas horas trabajadas. Pero para mantener en funcionamiento su fuerza de trabajo, elobrero necesita percibir el salario ntegro. El valor de sus medios de subsistencia novara un pice por el hecho de que el capitalista use la fuerza de trabajo durante toda la

    jornada normal o durante pars de ella, as como el valor de una naranja nada tiene quever con el hecho de que su comprador consuma slo una porcin de ella.

    La prolongacin de la jornada de trabajo oculta otra injusticia. La fatiga, o sea la in-toxicacin del organismo, aumenta con creciente velocidad una vez transcurridas lasocho primeras horas. La fuerza de trabajo se desgasta mucho ms rpidamente en lanovena hora que en la sptima u octava y ms aun en la dcima o undcima. Por talmotivo, trabajar doce o catorce horas significa quemar aceleradamente la salud y la

    vida misma Eso lo demostraron fehacientemente las experiencias en vivo realizadas

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    por Alfredo L. Palacios, que midieron la curva de fatiga durante la prolongacin de lajornada.

    Por todo ello no es lo mismo pagar 4 por 8 horas de trabajo que 8 por 12 horas,aunque la proporcin matemtica no vare.

    En las ltimas cuatro horas ya no hay un alquiler normal de la fuerza de trabajo,

    sino un abuso y destruccin de la misma. Tanto las horas extras como el doble trabajono son sino plusvala absoluta arrancada por la clase capitalista a costa de la salud y lavida misma de los trabajadores.

    La jornada total de trabajo se divide igualmente en trabajo necesario y excedente,as se realice en un solo establecimiento o en dos empresas distintas.

    El llamado trabajo a destajo, o sea el salario por piezas, oculta aun ms el fondodel problema: El tiempo que tarda el obrero en producir piezas por un valor igual al desu fuerza de trabajo es el tiempo retribuido; el resto de la jornada es trabajo no retri-

    buido. Pero el salario por piezas aparenta, ms que el salario por tiempo, ser la retribu-cin directa del trabajo: cuanto ms piezas realizadas, ms salario.

    Se esfuma as por completo todo signo de plusvala, de trabajo no retribuido.

    Capitalconstante ycapital variable

    Supongamos que, al generalizarse el uso del gas, el consumo de lea languideceda a da. Don Arturo decide por ello cambiar de ramo y dedicarse a la fabricacin detejidos de algodn. Donde hasta entonces slo exista un bosque, Don Arturo construyeun edificio adecuado y compra las mquinas, motores y dems elementos necesarios

    para instalar una moderna tejedura. Adquiere adems hilados de algodn, tinturas,

    lubricantes, herramientas para mantenimiento, etc., etc. Todos estos medios de produc-cin son mercancas que tienen un determinado valor.Don Arturo piensa: -El negocio de la lea era ms sencillo y ms claro: inverta 4

    monedas en salario y obtena 8 con la venta de la mercanca. Pero para fabricar tejidoshe tenido que invertir adems mucho capital en medios de produccin. Cmo recupe-ro ese capital? Cmo volver a mis manos el valor de las materias primas consumidasy el desgaste de las maquinarias y edificios?-.

    Don Arturo est muy preocupado. Pero le basta poner en marcha la nueva fbricapara que su problema quede automticamente resuelto. Juan (convertido ahora en obre-ro textil) va trasformando minuto a minuto el hilado de algodn en metros y metros de

    lienzo. Al mismo tiempo que crea un nuevo valor, Juan trasfiere a la tela el valor de lasmaterias primas y elementos auxiliares que se consumen, as como el equivalente aldesgaste de los edificios, maquinarias, herramientas, etctera.

    Qu es lo que hace posible este doble efecto del trabajo? Lo que lo hace posiblees que la labor de Juan, como todo trabajo social, tiene un doble carcter. Como tra-

    bajo concreto de tejedor, cualitativamente distinto de todos los dems, trasfiere a lamercanca el valor de todos aquellos elementos que se consumen productivamente enel proceso de labor. Pero como trabajo abstracto, como trabajo humano puro y simple,crea un nuevo valor.

    Como vemos, el trabajo de Juan, como cualquier otro proceso de trabajo, no varaen absoluto el valor del capital invertido en medios de produccin. Lo nico que suce-

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    de, es que ese valor cambia de forma, que se trasfiere de unos objetos a otros. Por eso,porque el monto de su valor no aumenta ni disminuye, Marx lo denomina capital cons-tante. Por el contrario, hemos visto en nuestro ejemplo que el capital invertido en sala-rios se incrementa. Juan, ya sea como tejedor o como leador, ha creado igualmente enuna jornada un valor igual al de 8 monedas, mientras que en ambos casos, la inversin

    en salarios era slo de 4 monedas. El capital invertido en salarios crece, vara. Marx lollama por eso capital variable.

    Completemos nuestro ejemplo. Si nos informan que el valor de los medios de pro-duccin consumidos en su totalidad en la jornada, ms el desgaste de edificios, ma-quinarias, etc. es igual a 12 monedas, Cul sera el valor del lienzo producido en unda de labor? Veamos:Valor creado.8 monedasValor trasferido 12 monedasValor del lienzo 20 monedas

    Al mismo tiempo que aumenta el capital variable, el trabajo del obrero conserva elvalor del capital constante, trasfirindolo al producto. De este modo, el obrero prestaun doble servicio al capitalista. Tanto cuando la fbrica est en marcha como cuandoest inactiva, los edificios, maquinarias, materias primas y dems rubros del capitalcon