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In the Rear-view Mirror/ Desde el espejo retrovisor Entre Blade Runner y Mickey Mouse... 02 77 In the Rear-View Mirror/ Desde el espejo retrovisor Aproximación a la historiografía urbana de Los Ángeles [1971-2000] 01. Reyner Banham Loves Los Angeles [1965-1971] 02. Mike Davis: De la Ciudad de Cuarzo al urbanismo mágico [1990-2000] 03. Edward Soja: Posmetrópolis [1996-2000] 02 copyleft: josé pérez de lama, aka osfa, 2006 1 of 30.

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In the Rear-View Mirror/ Desde el espejo retrovisorAproximación a la historiografía urbana de Los Ángeles [1971-2000]

01. Reyner Banham Loves Los Angeles [1965-1971]

02. Mike Davis: De la Ciudad de Cuarzo al urbanismo mágico [1990-2000]

03. Edward Soja: Posmetrópolis [1996-2000]

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In the Rear Mirror/En el espejo retrovisor

Introducción

En este capítulo se analiza la historiografíareciente de la ciudad, basándose en tres autores,Reyner Banham [años 60,70], Mike Davis [años80, 90] y Edward Soja [años 90].

Aunque los tres autores se proponen hacer unaaproximación a la historia urbana de Los Ángelesy dar una explicación de su presente [respecti-vo], cada uno de ellos construye visiones diferen-tes, y en ocasiones, divergentes, de la ciudad.

En un extremo está la interpretación de Banham,que explica Los Ángeles com la más lograda[perfecta, bella] encarnación de la modernidad, elNew Deal y el sueño americano. En el otro, lavisión “arqueológica” y radicalmente crítica deMike Davis, que la desvela retrospectivamentecomo la realización urbana definitiva del capita-lismo y sus estrategias de dominación, explota-

ción y violencia de clase. Entre ambas seencuentra la interpretación de Edward Soja y lallamada Escuela de Los Ángeles, que compar-tiendo con Davis un análisis social crítico, pre-senta, sin embargo, una visión más compleja ymultifacética del Sur de California.

Las tres miradas se corresponden también, encierta medida, con el carácter de la ciudad y delmundo de su propio tiempo: Banham representael optimismo moderno y tecnológico de los 60;Davis, el desencanto con el final de los sueñosde la Modernidad de los 80-90; Soja, la reflexióncrítica pero también esperanzada en torno a laconstrucción de un nuevo mundo informacional yglobal en el siglo que comenzamos. Habiendosido una de las carácterísticas más destacadasde Los Ángeles a lo largo de todo el siglo 20, sucarácter contemporáneo y dinámico, las interpre-taciones de cada uno de los autores se percibenhoy como marcadamente coyunturales, circuns-tancia que, desde cierta perspectiva, no tanto lasdesmerece, sino que acentúa el interés de cadauna de estas obras, así como su estudio compa-rativo. Los pocos años transcurridos permitenverificar el acierto o el error de de las tesis de los

distintos autores.Como intentaré justificar más adelante, -utilizan-do en parte los argumentos de Edward Soja yAllen Scott-, las tres lecturas resultan de interés,no sólo para el conocimiento específico de lametrópolis californiana, sino también para elconocimiento genérico de los fenómenos y pro-cesos urbanos que se vienen produciendo en lamayor parte del globo a lo largo de las últimas

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Imagen: Cruising con un Mustang del año 80 porMiracl Mile, mIrando a través de la cámara y el espejo

retrovisor, [Los Angeles, 2001]

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décadas.Imagen: Vista de la región urbana de LosÁngeles, Google Earth [2006]

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Reyner Banham Loves Los Angeles

Reyner Banham / 1971 / Los Angeles.The Architecture of Four Ecologies

Arquitectura instantánea

“Los Ángeles es arquitectura instantánea en unpaisaje urbano instantáneo” [p:21]. ReynerBanham, uno de los teóricos de la [llamada] ter-cera generación [moderna], comienza así sulibro fundamental sobre la arquitectura y la ciu-dad de Los Ángeles, el titulado Los Angeles. TheArchitecture of Four Ecologies. [1]

Banham había nacido en Norwich, Inglaterra, en1922. Había hecho su doctorado en historia delarte y de la arquitectura en 1958 y fue profesordel University College de Londres. Desde 1952 yhabía sido parte del equipo editor deArchitectural Review, una de las más influyentesrevistas de la época. Dejó este trabajo en 1964 parainvestigar y escribir Architecture of the Well Tempered

Environments, que se hizo un clásico de su tiempo.Otros libros suyos incluyen Theory and Design in theFirst Machine Age y The New Brutalism.

Reyner Banham había llegado por primera vez alos Estados Unidos, invitado a la Universidad deCalifornia en Los Ángeles [UCLA], a mediadosde los 60, llevando bajo el brazo unas cuantasfotocopias de las revistas de Archigram. La ciu-dad instantánea en un paisaje instantáneo resue-na inmediatamente a Archigram, y nos hace versu percepción optimista de Los Ángeles comoencarnación de la más radical modernidad de losaños 60. Escribe Peter Cook [1998]: Los Ángeles realmente parecía el lugardonde había que estar. Warren [Chalk] yyo habíamos estado unos meses juntos enUCLA y por fin estaba listo para irme a losEU. Banham nos había aleccionado copio-samente por medio de sus películas de8mm [que se convertirían en la base parasu famoso Cuatro Ecologías], que eran tanevocativas que cuando llegué allí simple-mente tuve que decir: “pero es exactamentecomo...” [...] el curso que Ron [Herron], Arata

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Imagen: Portada de Los Angeles. TheArchitecture of Four Ecologies [edición debolsillo de 1986, Penguin Books]

1: Los Ángeles. La Arquitectura de las cuatro ecologías esfrecuentemente citado en España, por ejemplo y reciente-mente, en La buena vida de Iñaki Ábalos, aunque desafor-tunadamente el texto completo aún está pendiente de serpublicado en castellano.Las citas que se hacen en este trabajo son de la edición de1976, Pelican - Penguin Books, Nueva York.

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Isozaki y yo íbamos a dar juntos en UCLA [...]No resulta difícil imaginar que Ron y yo pudiéra-mos desarrollar allí nuestros respectivos pro-yectos de Instant City. De hecho los temas bási-cos ya existían en la “Idea Circo” y en otrosfragmentos y piezas, pero en L.A. florecieron; -si en un momento te faltaba la inspiración parainventar una ciudad que se fluidificaba delantetuya, entonces simplemente podías bajar a lacalle y caminar hasta Westwood... [2]

Los Angeles. The Architecture of Four Ecologiesconstituye la primera piedra del edificio de lafama de la ciudad instantánea como paradigmade modernidad urbana a partir de los 70.Hastaentonces Los Ángeles era considerada una no-ciudad -aunque no en el sentido prestigioso quele diera entonces Peter Cook o que hoy podría-mos darle algunos de nosotros -. Un lugar caóti-co, desordenado, sin cultura. Un lugar que por unlado no era asimilable a la idea de ciudad tradi-cional, histórica, occidental [3], pero que por otro,tampoco había sido identificado, aún, como ellugar de la realización de muchos de los idealesde la modernidad, versión americana.

Ésta sería la tarea de Banham.

N os llama la atención como una provoca-ción para la época el que el libro fuerapublicado en una colección, The Architectand Society, centrada en la historia de laarquitectura, y que los volúmenes que loprecedieron estuvieran dedicados ¡alPartenón, al Museo Británico, a Chartrés, aInigo Jones, a Palladio y a Chistopher Wren!

Significativamente, el libro está dedicado a Cedric Price,por haber sido el primero que llamara a Banham para

dar cuenta en público sobre Los Ángeles.Reyner Banham lo explicaba así el problema dela puesta en valor de Los Ángeles como ciudadque se propone afrontar con su libro: Resulta difícil registrar el artefacto total [LosÁngeles] como una construcción humana distin-ta porque no existe nada parecido con lo quecompararlo, y por tanto ninguna categoría en laque clasificarlo. Y nosotros, los historiadores,estamos demasiado predispuestos a comportar-nos como Sócrates en el Eupalinos de PaulValery, y desechar lo inescrutable arrojando alocéano aquello que desconocemos.¿Cómo salvar este obstáculo de lo incompara-ble? Lo más apropiado es empezar por apren-der el lenguaje local; y el lenguaje del diseño, laarquitectura y el urbanismo de Los Ángeles esel lenguaje del movimiento. Allí la movilidadsupera a la monumentalidad en un grado único[...] la ciudad nunca podrá ser completamentecomprendida por aquellos que no puedanmoverse con fluidez a través de su difusa textu-ra urbana, aquellos que no puedan dejarse lle-var por el flujo de su vida sin precedentes. Así,igual que anteriores generaciones de estudio-sos ingleses aprendieron italiano para poderleer a Dante en su propia lengua, yo aprendí aconducir con el fin de poder leer Los Ángelesen versión original.[p:23]

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Imagen: Ron Herron, Instant City - SantaMonica and San Diego Freeway, LosAngeles, 1969. Abajo/ Peter Cook, InstantCity Visits Bournemouth, 1968.

2: La cita es de: Peter Cook / 1998 / Los Angeles / en:Dennis Crompton [ed.] Concerning Archigram / archigramarchives / Londres [trad. jpl]... sigue Peter Cook: LosAngeles verdaderamente parecía mantenerse al margen[durante bastante tiempo] del la piedad y la retórica delangst europeo - 1968 y todo aquello. Para entrar en el audi-torium para la versión angelina de Hair simplemente entra-bas por la puerta desde la calle y estabas dentro del espec-táculo; los cuerpos desnudos y las canciones desde lacubierta no eran más radicales que cualquier otra cosa ennset.

El curso que estábamos dando se llamaba Diseño Urbano,lo que nos daba el mandato de explorar la no-ciudad, estoes, la ciudad instantánea que estábamos dibujando...De cuando en cuando, reforzado por repetidas visitas yrecordando la muy especial mezcla de influencias en elcampus, yendo a almacenes a ver los espectáculos de luzy sonido de los acid-heads, las pinturas de Sam Francis, [...]o simplemente deambulando por el paisaje industrial deLong Beach - uno no puede dejar de pensar que la ciudadpodría haber sido una base muy creativa de Archigram[...]La que sucedió finalmente, por supuesto, fue que ganamosel concurso de Monte Carlo y formamos la oficina deLondres.

3: Un tópico que aún pervive: La mayor parte de los turistasespañoles o europeos siguen afirmando que Los Ángeles"no es una ciudad".

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¿Tácticas para conocer la ciudad?

Banham hace una aproximación compleja yamplia a la arquitectura y la ciudad que se propo-ne explicar como un conjunto articulado o siste-ma complejo, que siguiendo sus temas se podríacaracterizar por el movimiento, la relación entrehombre y máquina, la conjunción de una serie deecologías y una nueva belleza sin precedentes,que tiene mucho que ver con lo que él denominala ilusión, y que yo quizá llamaría la construcciónde imaginarios. Continuando precisamente conla imagen del automóvil y el movimiento Banhamexplica la estrategia de la obra; una estrategiapara el conocimiento urbano, diseñada a la medi-da de la ciudad o región urbana que se proponeconocer:

Mientras que conducimos a lo largo de las free-ways [autopistas] que son la mayor gloria [deLos Ángeles] o su principal dolor de cabeza...¿cual debe ser nuestra ruta? Simplemente ir delos más antiguos de sus monumentos a los másnuevos podría fácilmente resultar en un viajecorto, aburrido y poco instructivo, porque elpunto acerca de esta gigantesca ciudad, que hacrecido casi simultáneamente en todas direccio-nes, es que todas sus partes son iguales eigualmente accesibles desde todas las otraspartes. Los desplazamientos laborales cotidia-nos tienden a comportarse cada vez menossegún el modelo clásico de sístole y diástolehacia y desde el centro, y se configuran cadavez más como un movimiento casi aleatorio,browniano, distribuido por todo el territorio.[p:36]

La forma misma de la obra resultante del des-arrollo de estas consideraciones supone unamanera de aproximación experimental y alterna-

tiva al conocimiento del fenómeno urbano [en sumomento]. Parte de la idea de que es necesarioatender a la historia [desde el coche pero miran-do el espejo retrovisor] y a la geografía, paracomprender la ciudad [las ecologías]. Como ele-mento clave de su interpretación de Los Ángeles,el autor identifica cuatro ecologías, - que son sis-temas culturales-naturales -, que estructuran laregión urbana. Estas ecologías son: 1/ Surfurbia,la ecología de las playas; 2/ Las Colinas, querodean la ciudad por al Norte y Noreste; 3/ LasLlanuras, - que apellida, del Ello, recurriendo alpensamiento freudiano -, y que constiituían elespacio central y corazón de la región en los 60;y finalmente, 4/ Autopia, el sistema de autopis-tas, que hace posible el movimiento a través dela ciuda, y cuya denominación indica e formaclara la relación entre utpía, automóvil y autono-mía, que constituye una de las tesis centrales dellibro.Entre los capítulos dedicados a analizar las cua-tro ecologías que dan nombre a la obra, Banhamva tejiendo temas heterogéneos [ver el cuadrode contenidos en próximas páginas], dando lugara un texto que se aleja del modelo analíticomoderno y anticipa la idea de rizoma. Comienzacon una perspectiva histórica, que narra el origeny la evolución urbanística de la región, atendien-do en especial a los diferentes componentes quese van sumando para constituir la compleja vidametropolitana. Seguidamente, intercala el análi-sis de las ecologías, por un lado con las arquitec-turas, que ordena en cuatro grandes bloques: 1/Pioneros exóticos, 2/ Fantástica, 3/ Los exiliadosy 4/ Programa Case Study Houses. En tercerlugar, e igualmente entretejidos con las ecologí-as, presenta una serie de estudios temáticos,que tratan de: 1/ Los sistemas de transporte, 2/El planeamiento (El arte del enclave); 3/ El

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centro o la ciudad sin centro. El último capí-tulo del libro, titulado Una Ecología para laarquitectura, presenta finalmente una apo-logía pragmática, optimista, pop y libertariade la ciudad. La comentaré en detalle alfinal de esta sección del l ibro.

¿Cómo se hace -de cero- una granmetrópolis?

Empleando una aproximación académica clásicaBanham identifica una serie de factores -geogra-fía, clima, economía, demografía, tecnología ycultura [p.24]- que hacen posible que en 100años, una población de menos de 100.000 habi-tantes se metamorfoseé en una de las mayoresy más importantes metrópolis de occidente. Elmétodo recuerda, con la distancia de lugar yfecha, a los análisis contemporáneos deKoolhaas [2000] y sus estudiantes de Harvardsobre el DRP [Delta del Río Perlas, China], consu pragmatismo, pretensión de objetividad y omi-sión de valoración política.

Enumero (x) los diferentes componentes o ingre-dientes que el autor propone para explicar la sin-gular emergencia angelina. Banham señala enprimer lugar la situación singular de Los Ángelesen el extremo occidental de Norteamérica, sucarácter de última frontera de la emigarción nor-teamericana (1), que comienza en la costaAtlántica en el siglo 18 para alcanzar la orilla delPacífico a finales del siglo 19 y principios del 20.En contraste con San Francisco, que fue pobla-da desde el mar, los emigrantes del Sur deCalifornia fueron llegando en su mayoría atrave-sando el continente, a lo largo de varias genera-ciones, trayendo consigo la historia norteameri-

cana. En palabras de Banham:Los Angeles es el Medio Oeste elevado a lamáxima potencia, los dogmas autoritarios delCinturón de la Biblia y la perenne revuelta encontra de ellos, [todo ello] en un sistema demasa crítica situado bajo las palmeras. El resul-tado es una situación cultural donde sólo losextremos son normales, el término medio essólo la mediana en el centro de la autopista [unespacio que no se utiliza]...[p: 25]

Señala Banham, que estos emigrantes pobres yendurecidos se encontraron en el Sur deCalifornia con la cultura hispano-mexicana (2).Una cultura agrícola y ganadera, que él identificapor un lado con el mundo agrícola mediterráneo,del naranjo y la vid, ligado a las misiones, y porotro con la cultura ganadera de los ranchos y loque el denomina como el estilo de vida al fresco,-algo que más adelante elaborará como elemen-to caracterizador de la arquitectura angelina.Banham sigue aquí la interpretación anglo-romántica del origen de California que será áci-damente desmontada por Davis décadas des-pués. Sin embargo, a pesar de obviar aspectossociopolítcios fundamentales, Banham insiste envalorar el encuentro de la cultura angloamerica-na con la hispana como elemento fundamentaldel carácter, de la ciudad y de la arquitecturaangelina. [pp.26-27 y 57]. A su vez, explica comola estructura de la propiedad del suelo de los ran-chos mexicanos y españoles condiciona el ori-gen y el desarrollo urbano, con su geometría y sufragmentación en grandes fincas, y permaneceen gran medida tanto en la toponimia como en lapropia estructura metropolitana contemporánea.

(3) El clima suave y el paisaje mediterráneo de laregión constituyen el medio físico extraordinario

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Imagen: Mirando por espejo retrovisor, LosÁngeles. Fotografía de pantalla de TheState of Things, Wim Wenders, 1982

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Reyner Banham, 1971, Los Angeles. The Architecture of 4 Ecologies/ Ïndice de contenidos

Núm. y título capítulo Contenidos/ temas Páginas

0. Views of Los Angeles Citas 16-17

1. In the Rear-view Mirror 21-36

Una monografía histórica...método para analizar un nuevo tipo de realidad... 21-24

Factores históricos Los Ángeles: 0/ La última frontera, ranchos (map 28) & hibridación anglo-hispana 25-27

Relación de factores: 1/ Clima y medio físico; 2/ Agua; 3/ Red de transporte; 4/ Petróleo; 5/ Puerto;6/Cine; 7/ Automóvil

27-36

2. Ecology 1: Surfurbia 37-55

Intro: 110 Km de playas, condición distintiva de Los Ángeles, ferrocarril, ocio y salud... Estilo de vidade Malibú a Newport Beach, una ecología diversa/ map 42

37-39

Recorrido 1: Malibú, Santa Monica, Venice-Airport, surfurbs (de Playa del Rey a Redondo)... 39-48

Surf-boards y surferos 49

Recorrido 2: Palos Verdes, puerto, de Seal Beach a Corona del Mar (Irvine Ranch) 49-55

La primera Gated Community: Huntington Beach 52-53

Piers 53-54

3. Architecture 1: Exotic Pioneers 57-73

Injustificable olvido en la historiografía de la arquitectura moderna 57-60

Tradición Spanish Colonial 60-61

Irving Gill 61-66

F.LL. Wright 67-68

Greene Brothers 68-72

Tradición California Bungalow 72-73

4. The Transportation Palimpsest 75-93

Palimpsesto, transporte + crecimiento urbano: Capa 1/: Camino Real ca. 1781 75-76

2/ El ferrocarril 1869-1890... 5 líneas locales; SP & Santa Fe: conexiones transcontinentales/ map 33 76-79

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Reyner Banham, 1971, Los Angeles. The Architecture of 4 Ecologies/ Ïndice de contenidos/ 2

Núm. y título capítulo Contenidos/ temas Páginas

4. The Transportation Palimpsest/ continúa La red de tranvías: 1887-1923... 1961; PE/ map80 79-83

La era del automóvil (1915...); MIracle Mile (1927); Arroyo Seco Parkway (1939) 83-87

Posguerra: construcción de la red de freeways (...1964...) map 92 88-90

What´s next? Red de aeropuertos (1969...) 90-91

5. Ecology 2: Foothills (Las Colinas) 94-109

Introducción histórica 95-97

Recorrido 1: oeste (Echo Park), Silverlake, Los Feliz, Hollywood, W. Hollywood, Beverly Hills, Bel Air,Brentwood, Pacific Palisades. Recorrido 2: este... Enclaves Sur: Palos Verdes, Baldwin Hills...

97-98

Caso Beverly Hills (1904...) 98-99

Imaginario: The fat life 99-102

Soluciones constructivas y problemas ecológicos 102-109

6. Architecture 2: Fantastic 110-135

Introduccion: La fantasía domina a la función. El ejemplo de la hamburguesa 111

Diferentes tipos de edificios fantásticos: Gestalt, grandes almacenes, hamburgueserías, restaurantes 112-124

Los Ángeles y las Vegas 124

La influencia de cine, los estudios... Disneylandia 124-129

Inocencia, ingenio y satisfacción personal... Watts Towers (1954) 129-132

Arquitectura electrográfica (Tom Wolfe)... La noche, El edificio del DWP (A.C. Martin, 1963) 132-135

7. The Art of the Enclave 137-160

La cuestión del planeamiento en Los Ángeles; subsistemas que interactúan... 137-141

Enclaves o comunidades planificadas: 1a (Beverly Hills, Westwood (1919)...), 2a Palos Verdes(1922) y 3a (Neutra, 1942, Projects) generaciones. Entre la exlcusvidad y al exclusión

141-150

Enclaves peatonales, y centros comerciales: Westwood, Olvera St. V. Gruen, Farmers Market... 150-154

Los centros comerciales como modelos para la rehabilitación de las antiguas Main St... 154-160

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Reyner Banham, 1971, Los Angeles. The Architecture of 4 Ecologies/ Ïndice de contenidos/ 3

Núm. y título capítulo Contenidos/ temas Páginas

7. The Art of the Enclave/ contnúa

Naples (1900) y Venice (1905) 157-160

8. Ecology 3: The Plains of Id (Id: el Ello de la teoría psicoanalítica de Freud y seguidores) 161-177

La llanura como corazón sede de los impulsos primitivos de Los Ángeles (el Ello) 161

Breve historia: San Gabriel Valley (1851...), South East (1865...), Ontario (1880), San Fernando/Mullholland water (1913) mapa: 162

161-169

Componentes necesarios en el origen: suelo, agua y transporte 164-165

Al sur de Santa Monica, el corazón de la Llanura, Nowhereland, repetición... el medio que conecta yda unidad a las diferentes partes de la ciudad

169-173

El caso Watts 173

Las freeways como creadoras de paisaje 174-175

Los dingbats como tipología de vivienda multifamiliar 175-177

9. Architecture 3: The Exiles 179-198

Carácter singular de los emigrados/ exiliados losangelinos, aisalamiento del resto del mundo 179-182

Rudolph Schindler: Kings Road (1921), Lovell House (1923)... Tischler House (1950) 182-188

Richard Neutra: Lovell House (1929)... Albert Frey, Thornton Abell... Neutra (1940-1960) 188-195

Influencia sobre la arquitectura de Los Ángeles... Frank Gehry, danziger Studio (1968) 195-199

10. A Note on Downtown 201-212

Irrelevancia del Downtown en Los Ángeles. El sprawl frente al crecimiento policéntrico... 201

Justificación histórica de la tesis. El problema del pueblo original de Los Ángeles... 201-208

Decadencia urbana (años 60-70) 208

Nuevos rascacielos (años 70): Falsa ilusión de un downtown, esquema interpretativo erróneo... 211-212

11. Ecology 4: Autopia 213-222

Las freeways como estado mental, como forma de vida, como cuarta ecología... como mística 213-214

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Reyner Banham, 1971, Los Angeles. The Architecture of 4 Ecologies/ Ïndice de contenidos/ 4

Núm. y título capítulo Contenidos/ temas Páginas

11. Ecology 4: Autopia/ continúa La relativa gravedad de los atascos y el smog, comparados con otras ciudades 214-216

Sobre la peculiar combinación de privado y público; agenciamiento hombre-máquina... la radio...inteligencia extendida y conectada...

217-221

La playa y la freeway (y el coche) como señas de identidad... genius loci 221

El coche como obra de arte (como la tabla de surf), la customización/ tuning 221-222

12. Architecture 4: The Style That Nearly... 223-233

Eames, Eames House (1949-50), sillas de plywood 223

John Entenza, Arts & Architecture y el Case Study House Program. Neutra, Davidson, Eames,Soriano, Ellwood, Koenig

223-225

Carácter diferencial del CSHP. Fracaso del estilo en Los Ángeles 226-231

Segunda encarnación del estilo (1966-68): Ellwood, Pelli, arquitectura industrial alta tecnología 231-232

13. An Ecology for Architecture 235-244

Los Ángeles amenaza a las ideas de ciudad y prácticas urbanísticas establecidas 235-237

Cuestionamiento de las relaciones mecánicas entre formas de vida y forma urbana 237-238

El sueño de la buena vida en la naturaleza domesticada 238

The Day of the Locust vs Martian Chronicles 240-241

Ingenua confianza en la tecnología y sensación de posibilidades por delante 242-243

Una ecología favorable para la arquitectura... 243-244

14. Towards a Drive-in Bibliography 247-252

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de la región. Para los emigrantes que llegabande los áridos y rigurosos interiores americanos,el sur de California parecía un lugar muy cerca-no al paraíso. Clima y paisajes sirvieron efectiva-mente de base para la primera gran industriamoderna de la región: una particular combina-ción de turismo e inmobiliaria. Durante las últi-mas décadas del silglo 19 y las primeras del 20la historia de Los Ángeles fue antes que nada lade un boom inmobiliario promocionado en base asu riqueza agrícola y su clima saludable. [4]

A partir de aquí, para Banham, el desarrollo deLos Ángeles se explica acudiendo a cuestionessociales, tecnológicas y políticas. En primer lugarla política y la ingeniería hidráulica. La ciudadrealizó sucesivos proyectos para el (4) abasteci-miento de agua, con monumentales obras deingeniería, fundamentalmente el acueducto deCalifornia, -cuya historia teñida de corrupción yespeculación inmobiliaria se narra con ciertaslicencias poéticas en una de las obras maestrasdel Nuevo Hollywood, la película Chinatown(Roman Polanski, Jack Nicholson, 1974)-, y elacueducto del Río Colorado, que sitúa la fronte-ra o huella hidrológica de la ciudad a cientos dekm, en la frontera de California con el estado deArizona.

La organización del (5) transporte regional esestudiada en detalle por Banham, como una delas claves de la historia urbana de la ciudadextensa - suburbia o el sprawl que hoy vuelven aestar tan de actualidad -. En opinión de Banham,el sistema de autopistas - que en los años enque escribía comenzaba a consolidarse como unproyecto regional integral -, no es más que unepifenómeno, la última capa, capa correspon-diente a la segunda mitad del siglo xx, de lo que

él describe como el palimpsesto del transporte.

El carácter único del spread [extensión, la ciu-dad extensa] homogéneo y difuso que ha sidocapaz de absorber los monumentos del sistemade autopistas sin serias dificultades [hasta lafecha en que Banham escribía] debe su origena modos de transporte anteriores y patterns[patrones] de urbanización del suelo asociadosa ellos. [p:75]

El primer sistema de transporte lo constituyó elCamino Real de los españoles, - que discurríadesde México, vía San Diego, hasta Monterrey ySan Francisco en el norte de California -, y su redde caminos secundarios. El segundo sistema detransporte de la región, que se consolida hacia elfinal del siglo XIX se componía de 5 líneas deferrocarril, - Willmington/ San Pedro [1869], SanFernando [1874], Pomona, Anaheim y SantaMonica [1875]; unidas a su vez [a partir de 1885]con el resto de los Estados Unidos -, que permi-tían a los ciudadanos asentarse en una diversi-dad de núcleos urbanos y rurales por toda laregión, en conexión directa con el centro oDowntown-Los Angeles. El tercero, lo constituyeel sistema de tranvías eléctricos. Comienza conla primera línea de tranvías que servía a laElectric Railway Homestead Association Tract,-un proyecto inmobiliario de 1887-, y alcanza sudesarrollo pleno en los década de 1920, con losCoches Rojos de la compañía Pacific Electric[PE]. El sistema de ferrocarriles y tranvías se vaconstruyendo estrechamente ligado al desarrolloinmobiliario. Los empresarios del transporte pro-yectaban las líneas a la vez que urbanizaban yvendían los terrenos que iban haciendo accesi-bles, - amasando fortunas en el proceso[General Moses Sherman, Henry E. Huntigton

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4: La historia del boom inmobiliario basado en el sol y lasnaranjas es uno de los objetos destacados de la arqueolo-gía crítica de MIke Davis. Como veremos en el siguientecapítulo, la obra de Davis puede leerse como una contesta-ción con 20 años de retraso al libro de Banham.

Imagen: Plano de las tierras del pueblo de Los Ánge-les de Henry Hancock, 1858 [procedencia, Banham,1976, p: 206] Se aprecia el río de Los Ángeles comouna rambla mediterránea, el encuentro de éste conel llamado Arroyo Seco, y las colinas al norte delpueblo... El cuadrado definido por Hancock es aúnreconocible en el plano de la ciudad contemporánea.

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...]. En su momento culminante el sistema detransporte interurbano llegó a tener unos 1.164millas [aprox.1.746 km] de vías, atendiendo amás de cincuenta comunidades. Su extensióncoincidía muy aproximadamente con lo que seríael Greater Los Angeles, la región urbana de LosÁngeles, de los años 70 [p:82].

Paradójicamente, el éxito inmobiliario, junto aladvenimiento de la era del motor, fueron los queacabaron con el esplendor de uno de los mejoressistemas de transporte público de la historia con-temporánea.Por un lado, los tranvías no podían satisfacerlas demandas de una población cada vezmayor y más complejamente distribuida, por elotro, los nuevos automóviles competían ventajo-samente con los tranvías, dando un serviciopuerta a puerta mucho más cómodo que el delos trenes, a la vez que entorpecían la circula-ción del transporte público en los cruces y,especialmente, en el bullicioso downtown. [p.83]

El automóvil, símbolo paradigmático de (4) la eradel motor fue rápidamente adoptado por la socie-dad angelina, amante de las novedades y lamecánica, convirtiéndose en otra de las clavesde su forma actual. Para Banham, la fecha quemarca la efectiva ascensión de la era del motoren la ciudad es el año 1927. En este año se pro-yecta y construye una nueva zona de la ciudadespecíficamente diseñada para el automóvil, elprimer monumento real al automóvil, según elautor.

Se trata de la zona denominada como MiracleMile, -la Milla Milagrosa-, que se sitúa sobreWilshire Boulevard, al oeste del Downtown.

Las posibilidades de una zona de compras enWilshire habían sido advertidas una décadaantes por A.W. Ross, un operador inmobiliarioque había estudiado los hábitos de consumo delos nuevoshabitantes, afluentes y motorizados ,de áreas como Beverly Hills, las zonas occiden-tales de Hollywood y otras áreas del WolfskillRanch que se convertirían pronto en Westwoody Holmby Hills. Parecía existir la posibilidad deque esta población prefiriera ir a comprar altramo de Wilshire entre La Brea y Fairfax, y en1928 esta zona ya se dio a conocer comoMiracle Mile.Sin embargo, la zona no era susceptible de un

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Imagen: Mapa de la red de tranvías de laPacific Electric, 1923 [procedencia:Banham, 1971, p: 80]

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desarrollo comercial ilimitado. Los intereses delDowntown la habían definido como una ampliaavenida residencial para que no fuera un rivaleconómico, y la Ciudad -el gobierno local- lahabía zonificado en consecuencia. Ross, portanto, tuvo que negociar y litigar un cambio pun-tual del uso residencial para cada uno de losemplazamientos, y eso sólo podía hacerlo paraclientes substanciales y prestigiosos que nopudieran perjudicar el buen tono de la calle.Pero los operadores substanciales tenían elánimo de instalarse, y los poderosos almacenesBullock’s estuvieron listos para instalarse enWilshire en 1928; aunque el lugar elegido fuealgo más hacia el este, no en la propia MiracleMile. Pero Bullock’s-Wilshire, como las nuevoscomercios en la avenida, fueron todos construi-dos con grandes aparcamientos en la parte tra-sera y muy específicamente diseñados para elacceso motorizado, con portes cocheres y otrasinstalaciones de acceso especializadas en lasáreas de aparcamiento.El resultado fue un único monumento transicio-nal al amanecer del automovilismo; los comer-cios de Miracle Mile se elevan desde las ace-ras, de manera que parece una calle comercialconvencional, con la excepción de que no estánatascadas con coches malaparcados para ladesesperación de frustrados compradores.Salvo unos pocos que circulan, todos loscoches en Miracle Mile están correctamenteaparcados en las áreas traseras, y WilshireBoulevard es una de las pocas grandes callesen el mundo en las que conducir es un placer.Es también, por supuesto, el primer centro urba-no lineal, con áreas residenciales inmediata-mente detrás de los aparcamientos y casisetenta mil almas a la distancia de un paseo,sin prescindir por esto de los compradores

motorizados de su área de influencia territorial. [pp:84-87] [5]. - Efectivamente, aún durante losaños 2001-2002 en los que viví en un edificiode apartamentos de Rudolf Schindler próximo aMiracle Mile, el conjunto continuaba funcionan-do con la eficacia descrita por Banham, si bien,quizá, ya no como la zona exclusiva que fueraen los años de su construcción. -

A partir de la llegada del automóvil, la ciudad fuehaciendo obras para acomodar el tráfico rodado,transformando sus avenidas en anchos buleva-res, y construyendo pasos elevados como el dela calle Figueroa en el Downtown, que daríalugar posteriormente a la primera autovía de LosÁngeles, el Arroyo Seco Parkway, de 1939, quemás tarde pasaría a llamarse Pasadena / 110Freeway. [6]

La construcción del sistema de freeways quedósuspendida por la guerra, para ser retomadadespués con la construcción de la Hollywood /101 Freeway, que como la autovía dePasadena, servía a las comunidades más prós-peras de las colinas. A partir de entonces el sis-tema de freeways comenzó a extenderse enmalla por toda la llanura, donde adquiere su máselevada expresión como elemento creador delpaisaje, dando lugar a los que Banham denomi-na con veneración Freeway-land: En lugar deadaptarse al paisaje, [las autopistas] se convirtie-ron en creadoras de paisaje [p:174].

Un Banham entusiasta de la era de la máquinaescribe: Las amplias y suaves curvas de las rampas dela intersección de las freeways de Santa Mónicay San Diego, [...] inmediatamente me persuadie-ron de que el sistema de freeways de Los

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Imagen: Aparcamiento detrás de WilshireBoulevard. Ed Ruscha Serie Parking Lots[#28], reproducido en Banham, 1976, p: 85

5: Los aparcamiento en Los Ángeles son objeto habitual deltrabajo de los artistas y del cine. Una de las series más des-tacadas de los años 60 del artista angelino Ed Ruscha estádedicado a los aparcamientos - otra a las piscinas, otra a laspalmeras...

6: El término parkway viene de las primeras autopistasconstruidas en Nueva York. Denota una vía de conducciónrápida construida con un doble criterio de hacer fluida lacomunicación y posibilitar una conducción de entreteni-miento con curvas y entre un paisaje verde. Daría paso pos-teriormente al término más moderno de freeway que enfati-za la conducción fluida sin cruces, y en la que el valor pai-sajístico, al menos en su aproximación tradicional, ha que-dado olvidado a favor de la eficacia de la función movilidad.

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Ángeles es una de las mayores obras del hom-bre, tiene que contarse entre los jóvenes monu-mentos del sistema... la intersección SantaMónica / San Diego es una obra de arte, comoforma [o patrón] en el plano, como un monu-mento que se recorta contra el cielo, y comoexperiencia cinética cuando uno se desliza den-tro de ella. [p: 90]

Hacia los años 70, época en que se imprime lasCuatro Ecologías, el sistema de freeways de LosÁngeles alcanzó posiblemente uno de susmomentos de más alta eficacia. A partir de enton-ces el sistema ha ido creciendo sin parar, densi-ficando la malla, desdoblándose, pero tambiénextendiéndose -alimentando el crecimiento dis-paratado de la región-, añadiendo dispositivospara mejorar el funcionamiento, -como los carri-les para el car pool [7] o los sistemas de regula-ción del acceso en horas punta, pero la mayorparte de sus usuarios desde finales de los 90coincidirían en afirmar que el sistema de trans-porte en vehículo privado estaba en estado decolapso, al menos a escala territorial, y todosaquellos privilegiados que podían eludir usarloen horas punta no dudaban en mantenerse ale-jados de él, viviendo y trabajando en su propiobarrio, o usando, las llamadas, calles de superfi-cie, esto es, las calles normales, si por algunarazón no tenían más remedio que salir a la granciudad en horario equivocado [8].

En 1961, se cierra la última línea del tranvía, queunía Watts con Long Beach, ambas localidadesvirtuales creaciones del propio sistema de trans-porte de Pacific Electric [p:83]. Cuatro años des-pués [1965] tienen lugar los Watts Riots, el levan-tamiento racial-social más importante de losmodernos EU hasta aquellas fechas. [Serían

superadas por las de 1992]. En la sustitución delsistema de transporte colectivo por el automóvily las autopistas juegan un papel importante loslobbies industriales y energéticos [9]. Tan sólo enlos años 90, con poca convicción, la ciudad hacomenzado la construcción de un nuevo sistemade metro. En el año 2000 se inauguró con ciertobombo la extensión de la segunda línea queconecta ¡el Downtown con Universal City! En lasCuatro Ecologías, Banham citaba escéptico a suamigo, el escritor de ciencia ficción, RayBradbury, que en 1968 decía que sólo sería posi-ble un sistema de transporte público eficiente, silo diseñaba el equipo de Disney:

...no merece la pena construirlo [un nuevo siste-ma de transporte público] a menos que lo dra-matizemos lo suficiente como para que la gentequiera usarlo. Estoy totalmente a favor de elegira Walt Disney como el próximo alcalde... elúnico hombre en la ciudad que puede conseguirponer en funcionamiento un nuevo sistema detransporte rápido sin más estudios, y convertirloen una verdadera atracción de manera que lagente esté deseando usarlo.” [p:83 y 128]

Tiempo al tiempo, y ¡quizá lo veamos pronto! En

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Imagen: Intersección de las freeways 405[Santa Diego] y 10 [Santa Monica, LosÁngeles. [Banham, 1976, p: 89]

7: Si se viaja más de una persona en coche por la autopis-ta se pueden usar carriles especiales, más rápidos, denomi-nados car pool, que significa literalmente reunión o asocia-ción de coche. En ocasiones como en el cruce de la 405San Diego Freeway con la nueva autopista que va al aero-puerto, los carriles de car pool van en viaductos diferentes,dando lugar a cruces en un número de niveles espectacu-lar, que de pronto sitúan al sorprendido conductor saliendode una curva cerrada a cientos de metros sobre la cota delsuelo enfrentado a unas vistas espectaculares de toda laciudad.

8: Mi experiencia de la ciudad desde finales de los 80 y mislecturas me hacen concidir con el juicio de Norman Klein:"La red de freeways se acabó de construir esencialmentehacia mediados de los 60, y funcionó con alta eficienciadurante aproximadamente 10 años", 1997 / The History ofForgetting / verso / new york / p:83

9: Ver por ejemplo, Martin Wachs, 1996, The evolution oftransportation Policy in Los Angeles... en: Soja y Scott[eds.], The City. Los Angeles and Urban Theory at the Endof the Twentieth Century, University of California,LosAngeles, Berkeley, London.

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1992 Michael Sorkin citaba una encuesta en laque los arquitectos elegían Disneylandia como laobra de urbanismo más influyente del siglo 20[10]. Desde entonces, con la obra de urbanistas-arquitectos como Jerde, Gehry o Koolhaas, elcaso paradigmático de la evolución de LasVegas durante los 90 [Koolhaas, 2002], y la fago-citación de la ciudad por la tematización y loscentros comerciales y de ocio [Koolhhas, 2000,2002], la sombra de Disney parece no tener lími-tes.

Mientras la agricultura y, sobre todo, la industriainmobiliaria seguían constituyendo las bases dela economía del Sur de California, en la décadade 1900 se añade una importante industria pri-maria, como fue la extracción de (5) petróleo.[p:34]. Igualmente, en 1899 se construye el diquede Point Fermin para proteger (6) el puerto deWillmington / San Pedro, que pronto estaría endisposición de aprovechar el tráfico del Canal dePanamá, construido en 1914. Más tarde, el puer-to de San Pedro se ampliaría con el de LongBeach al otro lado de la desembocadura del Ríode Los Angeles. El conjunto constituye actual-mente uno de los mayores puertos hechos por elhombre de todo el mundo [p:34], y es el segundoen tráfico marítimo en el Pacífico, después del deTokyo.

También a principios del siglo 20 se funda unanueva industria que dará carácter diferencial aLos Ángeles respecto de otras ciudades. Se tratade (7) la industria del cine. En 1910 se rueda laprimera película en Hollywood, en una nave en laesquina de Sunset Blvd. y Gower Ave [p: 35]. Lamitología del medio cuenta cómo los productoresjudíos se trasladaron de Nueva York a Los Ánge-les en busca de un medio social más libre y tole-

rante. [11]

El cine parece haber sido el gran imponderableen la historia del área; sus consecuencias eco-nómicas fueron sin duda grandes, pero fue undinero loco el que trajo la industria del cine, yen cualquier caso son las consecuencias cultu-rales las que ahora parecen más importantes.Hollywood trajo a Los Ángeles una irrepetible ysin precedentes población de genios, neurosis,habilidad, charlatanería, belleza, vicio, talento ysimple y clásica excentricidad, y trajo estapoblación en poco más de dos décadas, no enlos largos siglos que la mayor parte de los cen-tros metropolitanos han necesitado para acumu-lar una clase culta y dedicada al ocio más omenos creativo. Así, Hollywood fue también elfinal de la inocencia y el provincianismo - el cineencontró a Los Ángeles como una gran aldeadifusa con unos 800.000 habitantes dedicadosal cultivo de la naranja, y se la pasó en los años50 a la recién nacida industria de la televisióncomo una metrópolis internacional de más de 5millones de habitantes. [ p:35]

Por último, en su relación de factores/ proyectosque se confabulan para dar lugar a la ciudad delos 60, Banham alude a la industria aeroespacial(8), que se desarrolla a partir de la SegundaGuerra Mundial. Este sector se constituye en elencuentro de centros de investigación, universi-dades y fábricas, y se mantiene sucesivamentegracias a la Guerra de Corea, la escalada de laGuerra Fría, la carrera espacial... Autores comoMike Davis y Edward Soja, -pero también el pre-sidente Eisenhower en los años 50 - llaman aeste sector de la economía angelina el complejomilitar-industrial. Este sector es el segundo motorde la economía del sur de California, tras la

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10: Michael Sorkin [editor], 1992, See you in Disneyland, en:Variations on a Theme Park. The New American City andthe End of Public Space, Hill & Wang, Nueva York.

11. Cruzada con otras circunstancias del intenso principiode siglo en Norteamérica esta historia de la fuga de losempresarios del cine judíos a Los Ángeles se evoca porejemplo en la novela Ragtime, de E.L. Doctorow [1974].

Imagen: Ed Ruscha, Serie Pools, Pool 3,1969

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industria inmobiliaria. Davis y Soja dedicannumerosas páginas al análisis de estas activida-des productivas, directa o indirectamente finan-ciados por las distintas administraciones esta-dounidenses. Edward Soja [2000], lo explicaextensamente: En paradójico contraste con laimagen de economía de libre mercado, una parteimportante del crecimiento de la región - industriae investigación militar y espacial, y sistema deautovías - ha estado permanentemente subven-cionado por el Estado. [12]

Mitos urbanos de la California Dorada

Aunque breve, el libro de Reyner Banham sobreLos Ángeles en los años 60 es de gran compleji-dad. Comentarlo en detalle no trasladaría su inte-rés, sino probablemente al contrario. Destacaréaquí algunas de los aspectos que me parecenmás relevantes para el objeto de este trabajo quese centra en el tema de los imaginarios urbanos,así cómo, algunas de sus aportaciones más sin-gulares a la construcción de la ciudad, y algunasde las críticas. La aproximación a Mike Davis quese hace más adelante, servirá también a esteefecto.

Escribiendo sobre Marc Augé, Manuel Delgadoafirma que el autor encuentra en Europa aquelloque también hallaba en sus primeras investiga-ciones africanas: “Cosmologías, universos quese esfuerzan en ser coherentes y en que los rela-tos permiten llevar a cabo el tránsito entre lo pen-sado y lo vivido, lo individual y lo social, mezclan-do cosas imaginadas con imágenes cosifica-das...” [13] La lectura de Banham tiene tambiéneste sentido el espíritu de la construcción orepresentación de una cosmología angelina.

Para su construcción se conecta la cultura mate-rial, tecnológica y urbana con experiencias de lopensado y lo vivido, y su resultado es una expli-cación coherente del universo angelino, que nosaparece, en contraste con la percpeción de supropio tiempo, como un espacio existencial deuna cierta armonía, si bien se trata de una armo-nía en movimiento y aparentemente proyectadahacia el futuro. Incrustadas en el planteamientocientífico histórico geográfico del conjunto apare-cen una serie de imágenes, que se presentan deforma literaria. Estas imágenes, finalmente, seproponen responder a la pregunta: ¿cual es lanueva belleza de esta ciudad? ¿por qué fascinaa tantos a pesar de sus aparente horror para lasmirada convencional?

El estilo de vida de los ranchos

El primero de los cuatro capítulos que Banhamdedica a la arquitectura del Sur de California[PIoneros exóticos, pp: 56-73] comienza con unareferencia histórica al estilo de vida de los ran-cheros hispanomexicanos, que poblaron laregión a la llegada de los yankees - estilo que elautor denomina pintorescamente “al fresco style-. [14] Según un tal Lee Shippey citado por nues-tro autor el “al fresco style” se caracterizaba por:“hablar en superlativos, vivir al aire libre, contarabultadas historias, meterse en compraventa detierras, vestirse dramáticamente, y por último,pero no lo menos importante, proponerse loimposible”; tendencias que para Banham pare-cen curiosamente relevantes para describir loque ha ocurrido en la historia de la arquitecturade Los Ángeles, siendo tal vez “la falta de distin-ción entre el interior y el exterior lo que mejorresuma todo”. [p: 57] [15] Prescindiendo de laromantización de principios del siglo, se trataba

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12: Para una historia alternativa de la industria militar en LosÁngeles puede leerse a Mike Davis, 1992, City of Quartz.Para la crítica de la subvención pública al complejo indus-trial militar en Los Ángeles, Edward Soja, From CrisisGenerated Restrcuturing...1996.

13: Manuel Delgado, 2001, Elogio de la ambiguedad,Reseña de: Marc Augé, 2001, Ficciones de fin de siglo,Gedisa, Barcelona, en: Babelia, El País, sábado 12 demayo, Madrid.

14: Esta referencia forma parte de la idealización del origende California que Mike Davis [1990] y otros autores simboli-zan con la novela Ramona [Helen Hunt Jackson, 1884].Para Davis se trata de un mito creado por los anglos del cír-culo del Los Angeles Times para promocionar Californiacomo una tierra romántica, de las misiones, la naturaleza ylos indios, que servía para velar la verdadera historia de lacolonización española y la posterior conquista anglo-ameri-cana del área a costa de sus pobladores originales.

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de una mezcla de la vida en la frontera, de losganaderos y aventureros del oeste, con la atrac-ción por la vida deportiva y al aire libre que tienelugar durante los años 20 y 30, - que nos es fami-liar por ejemplo en la obra de Le Corbusier -, y queinspira las terrazas para dormir, los sleeping por-ches o baskets, de la obra de Wright y Schindler,pero también de la arquitectura menos experimen-tal de la época en el Sur de California. Banhamvolverá sobre esta imagen/ tópico, repetidasveces, tanto por suvertiente aventurera o fantasio-sa, como por el deseo de vivir en contacto con lanaturaleza más o menos domésticada [los surfe-ros y la playa, el urbanismo extenso...].

Surfurbia

Banham propone el nombre de Surfurbia para lafranja costera de la ciudad. Ésta es la primera delas ecologías banhamianas, caracterizada porlos más de 100 km de playas urbanas. Sólo Ríode Janeiro y Perth podían en los primeros 70imaginarse como competencia de Los Ángelesen este terreno [p:37]. De norte a sur se sucedenlas ciudades playeras, [beach cities], de nombresque en su mayoría resuenan en nuestra imagina-ción cinematográfica-televisiva: Malibu, PacificPalisades, Santa Monica, Venice, Marina / Playadel Rey, El Segundo, Manhattan Beach,Hermosa, Redondo, y a partir de ahí, PalosVerdes, que es un área elevada ocupada porexclusivas ciudades fortificadas -Palos Verdes,Palos Verdes Estates, Rolling Hills, Rolling HillsEstates -; el macro puerto de San Pedro y LongBeach, y de nuevo las playas de Seal,Huntington, New Port, Balboa y Corona del Mar,ésta última en la frontera con Orange County,que Banham en los 60/70 consideraba el final deLos Ángeles. En los 90, sin embargo, Edward

Soja [2000] toma el condado meridional comouno de los lugares más idiosincráticos y caracte-rizadores de la región; son tiempos diferentes.

Banham proponía desde su privilegiado puestode observación de finales de los 60 que:

De una u otra manera la playa es aquello de loque va la vida en Los Ángeles [...] La cultura dela playa es en muchos aspectos un rechazosimbólico de los valores de la sociedad de con-sumo, un lugar donde un hombre necesitaposeer sólo aquello que lleva puesto - normal-mente un par de shorts desgastados y unasgafas de sol... hablando a grandes rasgos esposible para un hombre en bañador o una mujerbikini ir a cualquier playa sin ser molestado -incluso a las privadas si tienen la frialdad deatreverse a entrar.

Para Banham la tabla de surf y los surferos sonlos perfectos representantes de este aspecto dela ciudad, un nuevo noble salvaje [que nace enlos años 50], que es capaz de convivir con la sal-vaje naturaleza del Pacífico, hasta hacerse casiuno con ella, cabalgando sobre una tabla deespuma de poliuretano revestida con fibra devidrio y decorada con motivos decorativos entreel folk, el pop y la psicodelia.

Las ciudades de la playa se originaron en sumayoría como zonas de vacaciones de las áreasdel interior. En los primerísimos tiempos, comoocurría también en algunas zonas costeras espa-ñolas, existían hoteles o resorts para la gentemás pudiente, mientras las clases populares,que iban a celebrar el final de la guerra o el díade la independencia americana el 4 de julio, se

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15: Continúa Banham hablando de la relación interior/ exte-rior en la arquitectura del Sur de California: Desarrollos másrecientes [1971] han tendido a dar mayor importancia a losporches hasta el punto que los cerramientos parecen casiirrelevantes, y los conceptos de delante y detrás se disuel-ven porque no hay fachadas a los que aplicarlos; tal comose atribuye a un comentario de Denise Scott Brown en laEscuela de Arquitectura de UCLA: Es un verdadero edificiodel Sur de California, con cinco entradas, y ninguna de ellases la principal. Esta penetrabilidad produce una mayorcarga funcional en el entorno y su diseño - si es que existe![p:57]... la arquitectura proto-moderna de Los Ángeles esdemasiado eficiente en los funcional, ingeniosa en loambiental y original en lo estético como para haber mereci-do el total olvido de los historiadores de renombre de laépoca... [p.58]

Imagen: Vista áerea de Surfurbia mirandohacia el Sur, con Malibú en la parte inferior;la península de Palos Verdes es la parte deterreno que se proyecta hacia el océanocerrando la bahía de Los Ángeles. [Capturade Google Earth, 2006]

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instalaban durante varios días en grandes tien-das de campaña, entre fogatas, baños e intimida-des no habituales en la vida más regulada de laciudad. A finales del siglo pasado se tardabandos días en llegar desde el Pueblo de Los Ánge-les, al Cañón de Santa Mónica [unos 30 km]. Apartir de la construcción del ferrocarril, se empie-zan a crear ciudades de vacaciones, muchas decuyas casitas pequeñas y casi de acampada,perviven hoy muy revalorizadas en las distintasciudades de Sufurbia, como lo hace la tramaurbana apretada y playera en Venice, Manhattano Hermosa Beach.

La mirada de Banham acerca de la cultura de laplaya puede matizarse en diversos sentidos. Demanera algo más escéptica, este mundo esexplorado por Tom Wolfe, en sus primeros añosprofesionales cuando aún era un joven periodis-ta aventurero, en su pieza: El gang de la casa delfaro [1966]. Allí presenta la vida de un grupo deadolescentes playeros de San Diego, que com-parten su tiempo entre la mística de las olas, ylas drogas psicodélicas, y que coincidiendo elreportaje con los violentos sucesos de Watts,deciden hacer un viaje turístico en descapotable,a las calles llenas de incendios y barricadas deSouth Central, como si se tratara de otro mundo,- vagamente relacionado con ellos, aunque deuna manera inexplicable.En los 90 las ciudades de playa se han transfor-mado, como se puede constatar a la hora dealquilar una casa, o en los análisis de EdwardSoja, en una de las zonas exclusivas de la ciu-dad, con lo que salvando las lógicas excepcio-nes, las elucubraciones de Banham o los recuer-dos de Jim Morrison, -el King Lizard, otro de loshabitantes míticos de Venice-, son más historiasdel pasado que del presente.

Hoy son más interesantes, más divertidos yquizá más aproximados los comentarios deRichard Montoya y Culture Clash sobre los sur-fistas. Los tres humoristas chicanos, de portemás propio de la buena vida de barra, que de lade la vida sana californiana, parodian a tres sur-feros gringos con músculos hípertrofiados ycerebros atrofiados, - para luego seguir con JulioIglesias o el Che. Aunque también en un rapsobre Tijuana y Los Angeles, habla Montoya desurferos en la playa de La Jolla con tatuajes delgang de la calle 18 [16]. Es decir, que por unlado, la cultura del surfero blanco se ha ha aleja-do del mito de los nobles salvajes, y por otro,aparece se mezclada y contaminandose mútua-mente con otras culturas, perdiendo idealismo y,tal vez, ganando en complejidad.

Las colinas

Una espléndida pieza de prosa de ReynerBanham evoca la vida en las colinas, a la quedenomina la vida lujosa o rica [fat life] -la traduc-ción seguramente no estará a la altura del iróni-co original-. Reproduzco pues ambos para losinteresados:

The fat life is well known around the world, whe-rever television re-runs old movies on the LateShow or its local equivalent; it is the life factualand fictional, of Hollywood’s classic years [...]The inner working of the style were as essentialto the private detective movies as was a towns-cape old downtown -where would the privateeyes of the forties have been without laurelshrubberies to lurk in, sweeping front drives toturn the car in, terraces from which to observethe garden below, massive Spanish Colonial

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Imagen: Arte en tablas de surf [proceden-cia: Banham, 1976, p:48]

16: Trataré de Culture Clash en páginas próximas. Lasegunda referencia es a un rap/ pieza de spoken word deRichard Montoya en el disco MexAmerica [2001], producidopor Ruben Martinez, un relevante y joven intelectual chica-no, con músicos de Tijuana y Los Ángeles, entre otros:Tijuana No, Aztlán Undergound, Slow Rider, Jazz FromHell... y Roco, en este caso un chilango, del grupo MalditaVecindad.Para una evocación de la vida bohemia en la playa es inte-resante la lectura de los primeros capítulos de Easy Riders,Raging Bulls [Peter Biskind, 1999], en la que se narra la vidaen común de muchos de los miembros del New Hollywood,entonces jóvenes - Spielberg, Shrader, Scorsese, Beatty,Evans... - en una casa de Malibú. Para una visión contem-poránea de cariz distópica puede leerse Virtual Light, deWilliam Gibson [1993], parte de cuya acción también tras-ncurre en una casa de Malibú.

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Revival doors on which to knock, and tiledSpanish Colonial Revival Interiors to echo in,and the bars of Spanish Colonial Revival win-dows to hold on, or rambling split level ranchhouse plans in which to loose the opposition,and random rubble fireplace walls to pin sus-pects against, and gigantic dream-bedroomsfrom which the sun may be seen rising in heart-breaking picture post-card splendour over theHollywood Hills... and the essential swimmingpools for the bodies.

Traducción: La vida lujosa [de las colinas] es bienconocida por todo el mundo, en cualquier lugaren que la televisión reponga las viejas películasen los programas de la noche; es la vida dehecho y de ficción, del Hollywood de los añosclásicos. [...] El funcionamiento del estilo [de lascolinas] fue tan esencial a las películas de detec-tives privados de los años 40, como el paisajeurbano del viejo Downtown - ¿dónde estarían losdetectives privados de los cuarenta sin el follajede laureles en el que esconderse, los caminosde acceso a las casas por los que entrar con elcoche, las terrazas desde las que observar haciaun jardín inferior, las gigantescas puertas de esti-lo colonial español en las que tocar, los interioresde españoles de ladrillo y azulejo en los quehacer resonar el eco, los barrotes de las rejas deestilo colonial español a los que agarrarse, o lasplantas de dos niveles de las casas rancho enlos que superar la resistencia, los muros de apa-rejo irregular de la pared de la chimenea contralos que golpear a los sospechosos, y los gigan-tescos dormitorios de ensueño desde los que esposible ver el sol saliendo en un esplendor depostal que rompe el corazón por encima de lascolinas de Hollywood... y la esencial piscina paralos cuerpos.

Unos párrafos de Raymond Chandler, enFarewell My Lovely [1940], pueden contrastarsecon Banham [17]. El gigantesco asistente indiode un espiritista implicado en un oscuro caso deasesinato, cigarrillos de marihuana y joyas roba-das, recoge al detective privado Philip Marloween su oficina de Hollywood Boulevard yCahuenga [la zona baja de Hollywood, al piemismo de las colinas]:El coche era un sedán de 7 pasajeros color azuloscuro, un Packard último modelo, acabado a lamedida del cliente. Era el tipo de coche en elque una mujer va con sus mazos de perlas [...]Un conductor oscuro con cara extranjera comode madera tallada iba detrás del volante. Elinterior estaba voluminosamente tapizado enseda gris. El indio me puso en el asiento de

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17: La cita es de Raymond Chandler, 1992, Farewell MyLovely, Vintage, Nueva York

Imagen: Mapa de las comunidades de lascolinas [procedencia: Banham, 1976,p:102-103]

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atrás [...]Nos dirigimos al oeste, bajamos a Sunset y unavez allí nos deslizamos veloces y silenciosos[...] El conductor parecía que estuviera dormidopero adelantaba a los chicos rápidos en seda-nes descapotables como si estuvieran siendoremolcados. Las semáforos se ponían en verdea su paso. Algunos conductores son así. Nofalló ni uno.Fuimos tomando las curvas del luminoso par demillas del Strip, pasando por delante de las tien-das de antiguedades con nombres famosos dela pantalla, los escaparates llenos de encajes yantiguas cuberterías, por delante de los nuevosy resplandecientes restaurantes con famososchefs y garitos de juego igualmente famosos,gestionados por refinados graduados del PurpleGang, pasamos por delante de los elegantesedificios modernistas donde los comerciantesen carne de Hollywood nunca paran de hablarde dinero, por delante de un restaurante drive-inque de algún modo no encajaba, aunque lasmuchachas llevaban blusas de seda blanca, fal-das flotantes de majorettes y por debajo de suscaderas nada más que brillantes botas devaquero. Pasado todo esto, descendiendo enuna amplia y suave curva hasta el camino detierra de Beverly Hills, luces hacia el sur, todoslos colores del espectro y claridad cristalina enun atardecer sin niebla, pasando las mansionesen sombras arriba en las colinas, dejando atrásBeverly Hills y hacia arriba por el sinuosos bule-var al pie de las colinas, el repentino, frescolubricán y la brisa procedente del mar.La tarde había sido calurosa, pero el calor yahabía pasado [Chandler: 1922, p:145].

En la novela, Marlowe se mueve entre los garitosde negros de Broadway, las mansiones de lujo

del West Side, y los bungalows californianos conjardines de rosas, y habitaciones oscuras, reves-tidas de madera, sofás de cuero y vasos descotch on the rocks. Otra casa junto al mar, delgigoló asesinado a las primeras de cambio, nosofrece otra aproximación al imaginario queBanham denomina fat life:La entrada nos puso en un balcón bajo con unabarandilla metálica que rodeaba por tres ladosun gran estudio-cuarto de estar. El cuarto ladocontenía una gran chimenea y dos puertas. Unfuego chisporroteaba en el hogar. La paredesdel balcón estaba llenas de estanterías conlibros [...]Bajamos tres escalones hasta la parte principaldel salón. La alfombra casi me hacía cosquillasen los tobillos. Había un grandioso piano deconcierto, cerrado. En una esquina un jarrón deplata, sobre un paño de terciopelo de colormelocotón, una solitaria rosa amarilla en eljarrón. Había variedad de muebles bonitos ysuaves, muchos cojines en el suelo, algunosadornados con cordones dorados y otros des-nudos. Una bonita habitación, si no ibas aactuar violentamente. Había un amplio diváncubierto de damasco en una esquina enpenumbra, como un casting couch. Era el tipode habitación donde la gente se sienta con laspiernas cruzadas y bebe absenta chupandoterrones de azúcar y habla con voces altas yafectadas, y a veces, sólo murmura. Era unahabitación donde podía pasar cualquier cosa, -cualquier cosa, menos trabajar.” [Chandler:1992:49] [18]

Resulta difícil no comentar que la apreciacióngeneral de las colinas por parte de Banham, aun-que de gran valor literario y evocador, es suma-mente elitista. Explica que un plano de rentas,

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Imagen: Imagen: Beverly Hills mirandohacia el norte, hacia las colinas deHollywood, en 1922 [procedencia: Banham,1976, p:98]

18: Esa sensación de que pueda pasar cualquier cosa, escuriosamente, una de las características con las que justifi-caba su atracción por Los Ángeles el director de cine WimWenders, - aunque referida a la ciudad en su conjunto -, enuna presentación de su trabajo que hizo en SCI Arc en1999. Literalmente decía: Una ciudad abierta, que invita aque cada cual la llene con sus propios contenidos; capaz desugerir historias a sus habitantes, llena de espacios entrelíneas.[...] La mejor palabra la que no se dice. [notas toma-das por el autor en la conferencia].

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como ocurre -o quizá aún ocurría en los 7, -0antes de la favelización de tantas ciudades delmundo-, sigue muy ajustadamente el de las cur-vas de nivel, con las familias o individuos másricos en las zonas más elevadas [p:97]. Selamenta nostálgicamente el autor de la destruc-ción de los paisajes de colina por la superpobla-ción y las modificaciones violentas de la topogra-fía para dar cabida a más edificaciones [19].

Por otra parte, como también sugiere Banham -”¿quién ha escuchado alguna vez acerca desuburbios ricos al este de ningún centro urba-no?” [p:97]-, las colinas no sólo son residencia dela vida lujosa, de la fat life.

Desde el Downtown hacia el Oeste la sucesiónde comunidades se compone de las siguientes:Angelino Heights, cuya compleja historia discuteNorman Klein, Echo Park, de la que por ejemploRuben Martinez hace una evocación popular ehispana en su imprescindible The Other Side[20], Silver Lake y Los Feliz, en los que Neutra ySchindler hicieron la mayor parte de su obra parauna clase media progresista, West Hollywood -donde también construyó Pierre Koenig paraclientes en su día de clase media; a partir de aquíse inician las zonas más exclusivas: Hollywood,Beverly Hills, Bel Air, Brentwood, PacificPalisades, y las montañas de Santa Monica enalgunos de cuyos cañones, como Topanga oMalibu Canyon, también sigue la vida lujosa ysemi-secreta y las grandes rentas del oeste deLos Ángeles. Por otra parte, hacia el Este deldowntown, la distribución es menos esquemáticaque la presentada por Banham, y si ciertas par-tes de Pasadena o San Marino son verdaderosguetos de ricos, -en los cuales llega uno a com-padece uno de sus habitantes que parecen vivir

asustados del mundo-, en otras hacia el Este y elSureste del Downtwon, siguen las colinas encomunidades y ciudades que hoy forman partede East Los Angeles, la ciudad hispana, comoson Lincoln Heights, Mount Washington o BoyleHeights, y en las que conviven familias trabaja-doras hispanas habitantes de casitas con jardín,mansiones venidas a menos, artistas con familiaque han abandonado los lofts industriales, -comomis amigos Sandra de la Loza y Alberto Miyares-, y ocasionales jóvenes gangueros [21].

Arquitectura fantást ica en lasLlanuras del El lo

Uno de los capítulos en los que Banham estámás inspirado y se atreve con un tema más difí-cil es el que dedica a la arquitectura que denomi-na fantástica. De nuevo utiliza un buen símbolopara introducirlo, nada más y nada menos, que lahamburguesa, con una pieza de la literatura popque merece la pena reproducir en su integridad:

Como el cine, la hamburguesa es una invenciónno californiana que ha logrado una cierta clasede apoteosis simbólica en Los Ángeles; simboli-za la manera en que la fantasía puede imponer-se a la función en el Sur de California. La ham-burguesa puramente funcional, tal como se ven-den en los mostradores del Gipsy Wagon en elcampus de UCLA, el Surf-boarder de HermosaBeach o cualquier MacDonalds o Jack-in-the-Box en cualquier parte, es un alimento bastanteequilibrado qué aquel que corre [hace surf, con-duce o estudia] puede comer con una mano; nosólo la carne picada sino toda la salsa, elqueso, la lechuga picada, y otras guarnicionesse pueden agarrar firmement entre las dos par-

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19: Una vez más Davis tendrá puntos de vista muy diferen-tes sobre estos ecosistemas, dedicando uno de los capítu-los más críticos de su obra a la zona de colinas de Malibu yal diferente tratamiento y discriminación entre esta zona ylas áreas de la llamada Inner City, ejemplificadas con la polí-tica y la práctica de protección contra los incendios. [MikeDavis, 1998, Ecology of Fear].

20: Norman Klein, 1997, The History of Forgetting, Verso,Nueva York, pp: 136-141: Imaginary Anglo City: AngelinoHeights; Ruben Martínez, 1993, The Other Side. Notes fromNew L.A., Mexico City and Beyond, Verso, Nueva York.

21: De nuevo resulta de interés la lectura de Biskind [1999]para una evocación periodística literaria de la vida en lascolinas, protagonizada por los actores, directores y produc-tores del Nuevo Hollywood [1970-1980], entre cuyos episo-dios está la de los asesinatos de Charles Manson, la noviade Polanski, y las obras de William Gibson [Virtual Light,1993, y All Tomorrow,s Parties, 1999, para una visión desdela ciencia ficción que especula a partir de las condicionesdel presente.

Imagen: El autor en la terraza de una casade los años 20 en las colinas de SilverLake; el pantano del mismo nombre abajo[2000]

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tes de la pieza de pan.Pero la hamburguesa fantástica tal como sesirve en un plato en un restaurante para sentar-se se convierte en algo distinto. Sus partescomponentes se han visto abiertas cuidadosa-mente y separadas en un ensamblaje de ele-mentos simbólicos y funcionales, o alternativa-mente, una fantasía sobre temas funcionales.Las dos partes del pan reposan boca arriba conla carne picada sobre una, y a veces, el quesosobre la otra. Alrededor y a lo ancho del platose sitúan hojas de lechuga, pepinillos, aros decebolla, patatas fritas, vasitos de papel con sal-sas [22], aros de piña, además de otras muchascosas, porque la invención de nuevas varieda-des de hamburguesa es una de las principalesartes culinarias angelinas. Ensamblados concuidado pueden llegar a ser una obra de artevisual también; en efecto, debe ser consideradocomo arte visual primero y antes que nada,desde el momento en que algunos de los com-ponentes están presentes en una cantidaddemasiado pequeña como para hacer una con-tribución gustativa en contraste con su contribu-ción visual - por ejemplo, el aparentemente obli-gatorio aro de manzana teñida de rojo, quehace mucho para la vista como envolvente de laverdura general de las ensaladas, pero nada ocasi para el paladar.La forma en que se discriminan, separan ymuestran las partes funcionales y simbólicas delplatillo de de hamburguesa supone una justaanalogía del diseño de la mayoría de los edifi-cios en los cuales son vendidas. Ninguna tonte-ría sobre integración del diseño, cada parte seconcibe aisladamente para sacar de ella elmayor partido; la arquitectura del ensamblajesimbólico. [pp:111-112]

Aunque el precedente próximo de Venturi y com-pañía aprendiendo de Las Vegas [1968] le restaoriginalidad, Banham como personaje relevantedel pop inglés elogia decididamente el paisajecomercial de calles como Sepúlveda, continua-mente renovado, no planificado y pintoresco, losedificios anuncio diseñados para el automóvil,los restaurantes temáticos y el paisaje electro-gráfico nocturno, según el nombre propuesto porel joven Tom Wolfe. Afirma Banham que este pai-saje es original de Los Ángeles, donde formaparte de una manera más directa de la vida coti-diana, argumentando entre otras razones, queBugsy Siegel, el creador de Las Vegas, la creadesde allí, como un resort para Los Ángeles. Enrelación a esta arquitectura fantástica, Banhamvalora el papel de la industria del cine en la voca-ción experimental y en la capacidad productiva,de las cuales se benefician no sólo las arquitec-turas populares fantásticas, y en su extremoDisneylandia, -a la que premonitoriamente dedi-ca unas interesantes líneas [23]-, sino tambiénlas prácticas más académicas o disciplinares.Este tema de la influencia de la arquitectura fan-tástica, es retomado por el propio RemKoolhaas, en Delirious New York [1978], dondepropone Coney Island, la ciudad o parque deatracciones próxima a Manhattan, como uno de

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ingrediente identificable de esta fantasmagoría ambiental.En cuanto que experiencia a través de la cual se puedepasear, habitar y disfrutar, está hecha con tal consumadahabilidad y tal atrevimiento que uno sólo puede compararlocon algo completamente extraordinario, como el burdel deLe Balcon de Genet. Se trata de una organización casi per-fecta para hacer posible, a cambio de dinero, casi cualquierexperiencia ambiental que la fantasía humana, por muyinflamada que fuera, pudiera haber nunca concebido... iro-nías... Asentada en el centro de una ciudad obsesionadacon la movilidad... Disneylandia ofrece placeres ilícitos demovilidad. Incrustada en el centro de un mar de gigantescosaparcamientos, en una ciudad entregada al automóvil, ofre-ce medios de transporte que no existen afuera - trenes devapor, monorrailes, tranvías, travelators, ... por no mencio-nar puras fantasías del transporte tales como viajes simula-dos al espacio o submarinos. Los niños, demasiado jóvenespara tener carnets de conducir, tienen permiso para hacerloen su propio sistema de autopistas, y los adultos puedenbajarse de las aceras y mezclarse con los autobuses y tran-vías en Main Street [la calle mayor] de maneras que, fuera,llevarían a la muerte instantánea o a la detención policial..."[1976, p: 127-128]

22: El original que he simplificado por necesidades linguisti-cas aquí, dice aquí: paper cups of relish and coleslaw.Relish es una salsa o guarnición generalmente a base defruta confitada; coleslaw: salsa a base mayonesa, zanaho-ria y repollo [The Oxford Spanish Dictionary].

23: Entre la admiración y la ironía escribía Banham sobreDisneylandia: "...el set para una película que nunca iba a serhecha salvo en la imaginación del visitante. Con la creaciónde esta compacta secuencia de fantasías habitables, WEDEnterprises parecen haber trascendido Hollywood, LosAngeles, el talento originario de Walt Disney y cualquier otor

Imagen: Ensamblaje simbólico: JohniesWilshire, Miracle Mile, 1962 [procedencia,Banham, 1976, p: 119]

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los modelos secretos de la ciudad.

La arquitectura fantástica tiene entre su hábitatsdestacados a la tercera de las ecolgías deBanham, que el autor, recordemos, llama Las lla-nuras del Ello [The Plains of Id] [24].

El ello, es para la teoría psicoanalítica la parte dela psique en la que residen los deseos primitivos.Entre estos en la analogía de Banham, estaríanen lugar destacado la actividad inmobiliaria, dine-ro y poder. Sin duda, la fecha reciente de lasrevueltas de Watts [1965], también influiría en elautor inglés a la hora de elegir este nombre. Laciudad de la llanura, caracterizada por la repeti-ción de viviendas unifamiliares y trazado reticu-lar, es descrito por Banham como nowhereville-anywhereville, la ciudad genérica que diría añosmás tarde Koolhaas - invirtiendo la valoración dedécadas precedentes [25] -, que podría estar encualquier parte: Kansas City, Denver oIndianapolis [pp: 172-173]. A la vez, sin embargo,es el tejido, el medio, el corazón [quizá oscuro],que conecta y da unidad a las otras ecologías [p:173]. A su través, con gran facilidad, se trazaronlas líneas de ferrocarril y tranvía, y posteriormen-te, la red de freeways, para conectar el down-town, las colinas y las playas en una sola y com-prehensible unidad.

Autopia

De entre las muchas intuiciones de Banhamsobre Los Ángeles, antes de acabar este comen-tario, no quiero dejar sin destacar su fascinaciónpor el automóvil, y más precisamente, lo queDeleuze y Guattari llamarían el agenciamientotecnológico del que forma parte, que incluye el

sistema de freeways y viario en general, la orga-nización de los aparcamientos, públicos y priva-dos, la nueva relación de los peatones con la ciu-dad, -que Banham describe como un sistema deenclaves dispersos pero conectados por las fre-eways, la distribución de los usos del suelo, lacasa unifamiliar americana, los sistemas deinformación del estado del tráfico [radio]... y lapropia vivencia de los habitantes de la ciudad deeste estilo de vida, -en su momento vanguardis-ta y experimental-, caracterizado por el descapo-table, con cambio automático y equipo de músi-ca. Un sistema hombre-máquina, un gigantescocíborg [26]. Un sistema en el que se compatibili-za la libertad individual con el sentido comunita-rio de aceptación de un complejo sistema dereglas que hace posible el movimiento simultá-neo de cientos de miles de personas con objeti-vos iguales y a la vez diversos.

Algunas de las más bellas y sugerentes películassobre Los Ángeles están realizadas por extranje-ros, y entre ellos destaca Wim Wenders. En TheState of Things [1982], un director de cine que seha quedado sin dinero rodando una película decienca ficción en una hotel abandonado cerca deLisboa, tiene que volver a Los Ángeles a buscar

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24: El ego, el superego y el ello son las divisiones de la psi-que de acuerdo con la teoría psiconalítica desarrollada porSigmund Freud. El ello contiene deseos primitivos [hambre,ira o sexo], el superego contiene normas, moralidad y tabú-es internalizados y el ego media entre ambos y puede incluiro dar lugar al sentido de sí mismo. [http://wikipedia.org,2006]

25: Rem Koolhaas, 1995, The Generic City, en: SMLXL,Rem Koolhaas & Bruce Mau, The Monacelli Press, pp:1238-1267

26: La interpretación del tráfico en el sistema de freewaysque propone Banham resulta muy próxima a la teoría de lasextensiones y prótesis de John McHale comentadas porMarc Wigley. McHale escribe sus libros sobre este temacoincidiendo con la fecha de publicación de las 4 Ecologías,y como Banham formaba parte del círculo del IndependentGroup londinense. [Marc Wigley, 2000, Man Plus, en:Fisuras de la Cultura Contemporánea núm 8, Fisuras,Madrid, pp: 17-44]. William Mitchell, por ejemplo, [2003, Me++. The Ciborg Self and The Networked City] comentaespecíficamente el sistema territorial de movilidad comouna extensión maquínica del ser humano.

Imagen: Paisaje de freeways [Banham,1976, p: 219]

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a su productor que no responde a las llamadasde auxilio. El director alquila un descapotable yse pone a investigar por qué el productor estádesaparecido. Fuma un cigarrito en un aparca-miento de Sunset, sube a las colinas donde tieneuna entrevista junto a una piscina, que recuerdamás a Ruscha que a Hockney. Finalmente, des-cubre que el productor, perseguido por unosmafiosos que le habían prestado el dinero, se harefugiado en una autocaravana, que los america-nos llaman casa móvil, y vive en continuo movi-miento por la ciudad, comprando la comida, endrive-ins, parando en gasolineras, durmiendo enmoteles y aparcamientos. Llevado al extremocinematográfico y teñido de blanco y negro, éstasería la representación de la ecología queBanham descubre y bautiza como autopia.

De acuerdo con Norman Klein -y según ya se hacomentado- el sistema de freeways se completócomo red de ámbito metropolitano hacia media-dos de los 60, y funcionó con plena eficienciahasta mediados de los 70. Escribía pues ReynerBanham durante el momento culminante de sueficacia, y desde la percepción optimista anteriora la crisis del petróleo del 79, - en un momentoen el que, como en la obra de J.G. Ballard, pare-cía que los cuatro elementos clásicos se hubie-ran renovado en otros nuevos: acero, hormigón,cristal y velocidad [27]. De Las 4 Ecologías:Las autopistas de Los Ángeles se convierten enuna manera especial de estar vivo... la concen-tración extrema que se necesita [para conduciren las autopistas] de Los Ángeles parece llevara la gente a un estado de concentración extre-mada que algunos locales encuentran mística.[p:214]...los neumáticos de laterales blancoscantando sobre las gomas antideslizantes corta-das a diamante rodando por la superfice de hor-

migón de la carretera, la palanca selectora desus cajas de marchas automáticas firmementeen drive, la radio en on... La autopista, tantocomo la playa, es el lugar donde el angelino esmás él mismo, dónde se identifica más integral-mente con su ciudad. [p:221]

Y ya de manera, que al menos hoy nos parece de unmaquinismo delirante, acaba el capítulo dedicado a laAutopia con la siguiente sentencia: “Mis propias obser-vaciones sugieren que [...] las freeways son [...] el lugaren que los angelinos pasan las dos horas más calma-das y satisfactorias de su vida diaria” [p:222].

Reyner Banham Loves Los Angeles

Este era el título de la serie de documentales queBanham realizó sobre Los Ángeles y que comoescribía Peter Cook, según lo citaba anterior-mente, sirvieron de base para las CuatroEcologías.

Comienza así el capítulo final del libro en el quese resumen las razones de esta declaración deamor:...la vista de Los Ángeles en un día claro desdeun avión volando a gran altura [28]. Dentro desu vasta extensión pueden verse sus distintasecologías: la costa, la llanura y las colinas;entre esta diversidad se ven también los meca-nismos, naturales y humanos, que han hechoque estas ecologías se conviertan en soportede un estilo de vida -en las colinas pardas ysecas brillan con el feo amarillo del agua lospantanos para el control de las inundaciones, lageometría de las huertas de naranjos y los viñe-dos, las topologías expansivas de las freewaysy sus intersecciones, el destello de luz que se

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27: Según David Pringle, en la obra de J.G. Ballard, los ele-mentos clásicos: agua, aire, tierra y fuego, han sido sustitui-dos por otros nuevos que caracterizan el universo ballardia-no: agua, cristal, hormigón y arena. David Pringle / 1984 /the fourfold symbolism of Ballard / en: Re/Search, núm 8/9:J.G. Ballard / San Francisco, p: 127.

28: Como parte de la sistemática deconstrucción de la obrade Banham, Ecology of Fear, el libro de Mike Davis de 1998,finaliza con una vista de Los Ángeles, desde un satéliteespacial, tomada en abril de 1992. Lo que se observa desdeel espacio exterior, no es el paisaje de armonía sugerido porBanham, sino enormes manchas de calor, producidas porlos fuegos de las revueltas urbanas...

Imagen: Detalle de la llanura de Los Ánge-les, Central L.A. [Captura de Google Earth,2006]

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refleja en cientos de piscinas domésticas, elpoder de la zonificación dibujado como un gráfi-co tridimensional por la doble fila de torres ypastillas a lo largo de Wilshire Boulevard, elferrocarril y las autopistas entrelazadas en lospasos de Cajon y Soledad, las puertas occiden-tal y oriental de la ciudad... [p:235]

Discute Banham que una ciudad que en el plazode un siglo ha producido un conjunto tan ampliode buenas construcciones, de primera categoríay altamente originales, -cuya relación incluyedesde el sistema de freeways a Disneylandia,desde las arcadas de Venice a centrales térmi-cas como la de Huntington Beach, desde lascasas de Schindler y Neutra a las de los Eameso Pierre Koenig [hasta un total de cerca de 100edificaciones comentadas en Las 4 Ecologías...-no puede ser un lugar indiferente y distópico enel que estos acontecimientos hayan ocurrido porcasualidad, sino que, por el contrario, se tratauna ecología especialmente favorable para laarquitectura, y por tanto para sus habitantes.

Frente a los ataques, de la época que argumen-taban la falta de humanismo de Los Ángeles,Banham propone que el desarrollo de la regiónconstituye la exploración o la realización de unnuevo humanismo [29], el sueño de una buenavida fuera de los esquemas de la ciudad de tipoeuropeo. Los Ángeles recrea y materializa lavisión más potente de la gran visión burguesa dela buena vida en un campo domesticado [p:238]

Un sueño que se remonta a la villa mediterrá-nea antigua, pero que ahora se realiza en alian-za con la máquina, simbolizada antes que porninguna otra por el coche. Frente a las primerasutopías de la era de la máquina de un mundo

completamente artificial, Banham, descubre enLos Ángeles el ideal americano de la máquinaen el jardín; ésta sería Los Ángeles para elautor de Las 4 Ecologías.

Una máquina que no es el gigantesco artefactode la industria, ni la máquina enemiga del hom-bre, sino la máquina pequeña asociada a la vidacotidiana del pop, la máquina que no se distinguede los objetos y las construcciones producidospor ella, bellos, coloridos, ligeros, efímeros, fan-tásticos; la máquina cuya existencia se fundeimperceptiblemente -y placenteramente- con loscuerpos y con la naturaleza.

Banham sugiere poéticamente esta cuestión conla descripición de su prototipo preferido de ange-lino, el surfero:

Hombre Natural y el Noble Salvaje [cuya] ino-cencia se cultiva y florece como un derechoasumido en el sol del Sur de California, un inge-nioso y técnicamente eficiente culto a la gratifi-cación persona e inocua que es simbolizado porla sonrisa secreta y de intensa concentracióndel surfero y la inmensamente sofisticada y pro-fusamente decorada tabla de surf, que, hechade plástico, necesita para conducir su comuniónprivada con el océano. [p:129]

Apostilla

Reyner Banham escribe su libro de Los Ángelesen un momento histórico que a él percibe comoel principio de un nuevo tiempo; una nueva eraen que las máquinas animadas por los sueñosiban a llevar a la Humanidad a un estado deabundancia, placeres y belleza. Sin embargo,

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29: Esta idea de un nuevo humanismo, o quizá de unanueva humanidad, es presentada por Banham en el capítu-lo de conclusión de Las 4 Ecologías, contrastando la per-cepción de la ciudad del protagonista de The Day of theLocust, la novela de Nathanael West [1939] y las CrónicasMarcianas, de Ray Bradbury, una de cuyas historias se titu-la The Silver Locusts [1950]. Según Banham, mientras queen la novela de West, el protagonista, licenciado de Yale, ypor tanto procedente del Viejo Mundo, percibe la ciudad ysu luz como decadentes y desasosegantes, es esta mismaluz, en la narración de Bradbury, la que baña los atardece-res de Marte, y a sus habitantes, ligeros, morenos y de ojosdorados, sus casas automatizadas y exquisítamente cons-truidas, sus vidas de ocio elegante y cultivado... [p: 240-242].

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retrospectivamente, como hacen Davis y Soja,podemos apreciar que más bien resultó ser elfinal: el final de la sociedad basada en el NewDeal, del período de desarrollo y prosperidadque comenzara al final de la Segunda Guerramundial y que acabó, entre los años que van delos Watts Riots [1965] o la crisis del petróleo[1973], fechas en que diferentes autores sitúan elcomienzo de lo que cada vez más unánimamen-te se denomina posfordismo.

El final de los años 60 y el principios de los 70,son el quizá el último período de esplendor delLos Ángeles blanco, aquel que refleja Banham.Desde los años 50 se fueron sucediendo en losEU algunos de los movimientos alternativos másrelevantes de la segunda mitad del siglo, - elmovimiento por los derechos civiles, la genera-ción beat, el movimiento hippy, los movimientosde afroamericanos y chicanos, el feminismo, elpacifsimo, el pop... - que tienen en Los Ángeles,cuando no una de sus referencias principales,siempre un reflejo relevante debido a la riqueza yla libertad de la última frontera [norte]americana.Estos movimientos, que eran en parte posibilita-dos por la buena vida del sueño norteamericano,de una u otra manera, también la cuestionaban.

Edward Soja hace el análisis socioeconómico deesta transformación desde una perspectiva urba-na, y lo desribe como un proceso de crisis, [apartir de 1965], y de reestructuración [hasta1992]. Efectivamente, el momento que marca lacrisis para Edward Soja, y también para autorescomo Davis o Klein, es el año de 1965 con las losWatts Riots, la más violenta revuelta racial de lahistoria del siglo XX de los EU. El significado delos Watts Riots pasó desapercibido al visionarioBanham, - que trata el caso como un problema

menor [p: 173]-, pero no, por ejemplo, a los situa-cionistas que le dedicaron su escrito de 1966“Decadencia y caída de la economía del espec-táculo-mercancía”.

Las 4 Ecologías está escrito desde la perspecti-del arquitecto y el urbanista fascinado por lanovedad y la belleza, maquínica sin duda, de laciudad, pero sin entrar en análisis sociales y polí-ticas que vayan más allá de la experiencia de laciudad de un profesor de universidad de razablanca y posición social privilegiada, fuertementemediada por la documentación académca y lite-raria. Mike Davis llegará 20 años después paradesmontar o deconstruir casi sistemáticamentetodos las visiones e imágenes de Banham,desde la vista desde el aire, -también celebradapor Baudrillard [America, 1986]-, pasando por lapolítica del transporte, hasta los mitos fundacio-nales de lo hispano en la fundación de la ciudad.Autores como James Steele, escribiendo en los90 han añadido nuevas ecologías a la 4 deBanham; ecologías que como la autopia tambiénhan dejado de ser naturales. Las dos ecologíasque propone Steele para Los Ángeles, son laecología del mal, y la ecología de los barrios [30].Mike Davis, a su vez, titula su segundo gran librosobre la ciudad, Ecology of Fear. Para Davis, laecología del miedo, sería la nueva ecología definales de siglo que subsume el cosmos angeli-no-banhamiano bajo un nuevo y único orden delmiedo como mecanismo de control y gestión dela ciudad.

No obstante las demoledoras críticas de autorescomo Davis, el libro de Reyner Banham retienemuchos méritos; el principal quizá sería el detransmitir la indudable dimensión gozosa de cier-tos aspectos de la vida en Los Ángeles y la rela-

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30: James Steele, 1997, Los Angeles Architecture: TheContemporary Condition, Phaidon, Londres

Norman Klein [1997], desarrolla mediante el estudio dealgunos casos, lo que Steele denomina la ecología de losbarrios. Su obra, sugiere que el énfasis de las grandesnarraciones, ya sean apologéticas [Banham], ya sean críti-cas [Davis], vela la realidad de la vida cotidiana y real de laciudad.

Imagen: Crítica del urbanismo [supermer-cado en Los Ángeles agosto de1965], ilus-tración de The Decline and Fall of theSpectacle-Commodity Economy, I.S. núm10, marzo de 1966 [Procedencia: GrailMarcus, 1989, Lipstick Traces, HarvardUniversity Press]

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ción de ésta con la propia ciudad y su arquitectu-ra: No se trata de un lugar denostable tal comohabía diagnosticado el pensamiento hegemónicohasta el momento, sino de una ciudad diferente,dotada de nuevas formas de belleza y eficacia,una ecología favorable para la arquitectura. Unaciudad en la que los intereses y las actitudes dela vanguardia de su tiempo se veían reflejadoscomo casi en ninguna otra: la cultura industrial ypop[ular]; la movilidad; la búsqueda de la buenavida en la naturaleza domesticada, pero junto ala máquina; la sensación de que existen aúnmuchas posibilidades por delante; el optimismo yla ligereza frente al angst o ansiedad de la viejacivilización europea.

En 1989, inspirado por la lectura entusiasta deLas Cuatro Ecologías, - y por una estancia de unaño en la ciudad, entre estudios de posgrado enUCLA [Universidad de California en Los Ángeles]y el ambiente bohemio del undergound angelino- publiqué un extenso artículo en la revista madri-leña El Europeo del que extraigo algunos párra-fos para concluir esta sección:

¿Se imaginan ustedes haber sido vecinos deHomero y haber sabido, de buena mano, porboca de su mujer, de su sirvienta o de élmismo, cuál era la verdadera razón por la queZeus amaba tanto a Danae, cómo era exacta-mente la máquina de Pasifae, o tal vez, cuál erala canción que cantaban las sirenas?Así se vive hoy en la ciudad de Los Ángeles, enel Sur de California. Hollywood, el bosque

sagrado, es el Olimpo donde nominalmenteradica la industria mitológica más eficaz del pre-sente. Todo el mundo en LA tiene un guión, esactor o trabaja en producción; trabajan en “laindustria”. Son los vecinos de Homero. Desdelos años 20 se dedican a inventar el mundo enel que vivimos el resto de los mortales. Graciasa ellos vivimos, sabemos cómo amar, quiénesson los guapos y cuales los dioses, sabemoscuál es el color del dinero y que el cartero siem-pre llama dos veces.

Aunque en realidad, exceptuando Melrose, lacalle más chic de California, Hollywood es unbarrio sucio, lleno de pobres negros e hispanos,que se cae de viejo y abandonado [...]clubsoscuros y cutres, como el Zatar, bares de malamuerte que salen en Barfly, la película deBukowski, enormes cines art decó, tan grandesque sólo quedan allí casas de comidas mejica-nas, fajitas, tacos, quesadillas, enchiladas,salsa, y mucho más.

Pero el glamour, decididamente, hay que bus-carlo en otras partes de la ciudad. Porque LosÁngeles es mucho más que Hollywood. Paramí, la ciudad más bella del mundo.Los Ángeles es la antítesis de Jericó -de cual-quier ciudad europea -. Frente a las 35 ciuda-des superpuestas que Kathleen Kenyon descu-briera en el oásis próximo al Mar Muerto, frentea la abrumadora idea de ciudades construidasencima de ciudades, encima de ruinas de otrasciudades aún más antiguas, en las que vivimosnosotros, el 95 por 100 de L.A. se ha edificadosobre terreno virgen. La vida ideal se basa en elpresente y en el futuro: el sueño americano, enel coche, en las autopistas y en el clima. Elsueño americano es un ideal de vida en que

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cada familia tiene una casita en propiedad, conjardín, y coche. Ella, rubia preciosa; él trabaja-dor incansable; los niños, alegres y deportistas.La ciudad donde se plasma este sueño es engran medida la ciudad del Movimiento Moderno.Los usos públicos, comercios, oficinas y servi-cios en general, se sitúan en una trama princi-pal de calles y de larguísimas avenidas que connombres españoles bajan desde el calurosointerior hasta el Pacífico: Sunset, La Brea, -quedebe su nombre al petróleo-, La Ciénega, Pico,Santa Mónica, Wilshire, Sepúlveda, Olympic.El interior de la trama de servicios se rellenacon otro océano inacabable de casitas delsueño americano, siempre en uno de dos esti-los, de nombres pintorescos: CaliforniaBungalow y colonial español. Ocasionalmente,un campo de golf interrumpe la monotonía delas zonas residenciales. Con una cierta prácticase llegan a distinguir las zonas de clasesmedias, de las de clases bajas, o medias altas.Los barrios o ciudades de clases altas son fácil-mente distinguibles, y sus nombres les seránbien conocidos, de las películas o de las nove-las de amor y lujo: Beverly Hills, Bel Air,Hollywood Hills, Malibu.Un sistema de freeways - autopistas - extensísi-mo y plásticamente maravilloso, se superpone ala ciudad, con una estructura completamenteindependiente de la de las calles y avenidas deLos Ángeles. De las experiencias más bellas avivir en LA es conducir por la Santa MonicaFreeway un día de trabajo poníendose el solsobre el Pacífico al frente, entre palmeras, lasmontañas de Hollywood a la derecha, grupos derascacielos brillando en Wilshire y Studio City,los Butthole Surfers en el estéreo, y hasta ochofilas de coches a 60 millas por hora en cadadirección. Si el coche es descapotable, imagino

que debe ser todavía muchísimo mejor.

[...]La ciudad mide más de cien millas de nortea sur y algo menos de este a oeste. En estaciudad, dos máquinas son indispensables paravivir: el coche y el teléfono... [Pérez de Lama,1989]

12 años después conduje por Los Ángelesdurante todo un año un Mustang descapotabledel 80, pero el tráfico era mucho peor, y quizá lacostumbre quitó poesía a la ocasión. Para enton-ces prefería conducir con alguna copa, entradala noche, aunque siempre descapotado [Vercapítulo 1deleuzeguattarilandia]. Además delteléfono, para entonces también era necesarioun ordenador y una conexión a Internet. Cuandome mudé allí en el 99, invertí aproximadamentela misma cantidad en el coche y el i-book paraconectarme a la Red...

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