hugo zemelman - epistemologia y metodo

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ISBN: 978-607-00-1503-8 786070 015038 ta Ab Mm Ulfe*' AC. Serie SEMINARIOS Y CONFERENCIAS Reflexiones en torno a la relación entre epistemología y método Hugo Zemelman 9786070015038

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  • ISBN: 978-607-00-1503-8

    7 8 6 0 7 0 0 1 5 0 3 8

    ta Ab M m Ulfe*' AC.

    SerieS E M IN A R IO S Y CONFERENCIAS

    Reflexiones en torno a la relacin entre

    epistemologa y mtodo

    Hugo Zemelman

    9786070015038

  • H u g o Z e m e l m a n naci en Concepcin, Repblica de Chiie en 1931. Curs as licenciaturas en sociologa rural y derecho y un postgrado en Sociologa. Fungi como director de sociologa en ia Universidad de Chiie durante e periodo junio de 1967 a septiembre de 1970. Asisti como representante del Gobierno de fa Unidad Pcpuiar a ia Asamblea de FLACSO, celebrada en junio de 1971 en Pars. Despus de golpe militar de! 73 liega a Mxico en donde labora en instituciones como E Coiegio de Mxico, la Universidad Nacional Autnoma de Mxico y a Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Ha sido profesor invitado por numerosas Universidades def extranjero. Ha impartido cursos y seminarios en diversos programas de postgrado en Espaa y a lo largo y ancho de Latinoamrica. Tambin ha participado como ponente y conferencista magistral en distintos eventos nacionales e internacionales. Su preocupacin por los asuntos educativos data desde los anos iniciales de su carrera, pero sobre todo en 1973 cuando obtiene una beca de la UNESCO para escribir un texto sobre metodologa para alumnos de estudios superiores, dicha beca es cancelada posteriormente por el Gobierne de Chile por razones extraas, como l mismo lo dice. En 1974 obtuvo una beca de mxima categora de la Fundacin Frederich Ebert para continuar sus investigaciones.

    Sus publicaciones abarcan problemas agrarios, movimientos sociales, asuntos de ios regmenes militares chilenos, cultura poltica, ei Estado y, sobre todo, metodologa y epistemologa. Estas ltimas se plasman a partir de la edicin de Historia y poltica del conocimiento: discusiones acerca de las posibilidades heursticas de la dialctica (UNAM. 1S83), despus de este texto vendr la publicacin de numerosos libros y artculos relacionados con temas de teora del conocimiento y metodologa. Actualmente se desempea como Director General de IPECAL.

    Reflexiones en tomo a la relacin entre epistemologa y mtodo

  • SERIE

    Seminarios y Conferencias Hugo Zemelman

  • Editor:

    Einar Albarrn Hernndez

    Correccin de estilo:

    Hortensia Hernndez

    Editor de Arte Grfico:

    Juan Manuel Gonzlez Olvera

    SERIE Seminarios y ConferenciasVolumen 1 Reflexiones en torno a la relacinentre epistemologa y mtodo

    Primera edicin, 2009

    Mxico D.F. 2009

    Cerezo EditoresCerrada de San Bernab # 8 Col. Barros Sierra www.cerezoeditores .com, mx

    Prohibida la reproduccin parcial o total de la obra por cualquier medio sin autorizacin escrita det editor. Derechos reservados conforme a la ley.

    978-607-00-1504-5 ISBN Obra completa978-607-00-1503-8 ISBN Volumen 1

    Impreso en Mxico I Printed tn Mxico

    Este seminario fue impartido en El Colegio de Mxico en marzo de 1999,

  • Presentacin

    Tuve la oportunidad de conocer a Hugo Zemeiman hace cinco aos en ia Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la Universidad Nacional, en una conferencia que dict con motivo de ia preparacin en curso de su libro El ngel de ia historia.

    No fue fortuito este encuentro personal, por el contrario, se inscribe en una sucesin de hechos que fui procesando de manera particular.

    El tronco de formacin de a carrera que decid cursar, ciencia poltica, estaba fundado sobre a base de la metodologa de la investigacin poltica. Se iniciaba con talleres de iniciacin a a investigacin social hasta los ltimos estudios con seminarios de elaboracin de tesis, pasando por metodologa aplicada y tcnicas de investigacin en ciencias sociales, en general, y ciencia poltica, en particular. La importancia de este eje vertebral en mi rea de conocimiento iba quedando clara con el paso de ios semestres, sin embargo, no quedaba claro en qu resida dicha importancia.

    No cabe aqu la ancdota pormenorizada de este camino, pero s grosso modo para ubicar ciertas circunstancias que considero claves para que esta exposicin cumpla su objetivo.

    Posiblemente a mi generacin le ha tocado vivir e interiorizar su poca desde la conformidad y a resignacin. Una percepcin justamente desde mi lugar y mis sentidos. Por qu un joven de 18 20 aos estudia ciencias sociales o humanidades en el siglo XXI?

    Una de las respuestas que encontr a la pregunta es que sus disciplinas son ms fciles de acreditar que las propias de la reas de las ingenieras y las ciencias naturales, lo que significa que no hay que tener una dedicacin

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  • Hugo Zemeiman

    esa teora, en su lgica y en su sistematicidad. Este era ya un logro.

    AI momento de enfrentarme a una elaboracin propia de una investigacin para obtener e grado, aparecieron estas situaciones de manera ms lcida como problemas de formacin. Cul era el significado de elaborar una tesis de licenciatura?

    Fue en un seminario, en e! curso de ia carrera, donde e! Dr. Carlos Gallegos me propuso construir una actitud diferente frente al problema del conocimiento en los estudios sociales, a travs de una variedad de lecturas que reflejaban un inters que me pareca ms aceptable en el mbito de la metodologa, entre ellas ocupaban un lugar serio las obras de Zememan.

    En principio, este instante, que ms bien fue una secuencia intensa de corta duracin de muchos instantes, se puede resumir en un alto que consisti en una colocacin frente a m mismo, despus frente ai mundo, finalmente ante la realidad como recuperacin del espacio que me construa como ser humano y al cual quedaba sujeto, anclado.

    Estar en conocimiento de este proceso dialctico entre mente y realidad, o pensamiento epistmico, empez a erigir adems un subproducto como producto en s mismo, pues construa, en la mente del hombre que piensa, la realidad, no como un monolito uniforme de piedra, a veces labrado como monumento digno de admiracin, sino como un producto de sntesis de relaciones con otros sujetos determinados por sus ritmos, sus tiempos y sus propios mundos. En esta diversidad radicaba su complejidad.

    La realidad apareca entonces como una construccin social, es decir, intergeneracional, producto de la relaciones entre hombres en e! tiempo, transformable desde la generacin que ia trabaja en la unidad de su intelectualidad desde la prctica.

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    Reflexiones en torno a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    Este darme cuenta del mundo como sujeto histri- co/hst-horizante, como conciencia histrica, me ubicaba ya en la epistemologa como una constante duda de lo que es conocer y cmo conocer: cul debe ser la actitud o disposicin de mis facultades fsicas y psquicas para dejar que el mundo venga hacia m?; y dar cuenta del mundo con esta pregunta me exiga la metodologa como un conjunto de momentos de elaboracin de instrumentos (conceptos) que me permitieran traducir la realidad, en su calidad de diversidad de significados/significantes, en la mente, o por decirlo en otros trminos, que me permitiera no excluir el mundo como un mundo con muchos mundos.

    Dos aos despus de incursionar por esta lnea, me encontr por primera vez en la Facultad de Filosofa y Letras, en un Seminario de Perspectivas Crticas en Educacin en Mxico y Amrica Latina, con los planteamientos, en e mismo tenor, pero desde la didctica, de la Dra. Estela Quintar, los cuales se sumaron a las reflexiones en las que me ubicaba en esos momentos desde mi yo estudiante.

    La propuesta pedaggica didctica de la Dra. Quintar iba poniendo el acento en los miembros de ia relacin de enseanza-aprendizaje y no tanto en a relacin, donde se agotan muchos de ios actuales discursos pedaggicos. Asuma como ndsociables a! profesor y ai alumno; ambos se abran paso por e camino dialctico de mostrar-se: mostrar e mundo y ser mostrado ante la realidad como mundo, como sentido.

    Ya no haba alumnos y profesores, sino sujetos; y el aprendizaje se apartaba de la relacin entre una autoridad, poseedora de conocimientos, y los estudiantes, receptores de informacin. Estas eran las primeras rupturas con los parmetros que imponen las prcticas dominantes en a educacin.

    Una ruptura ms, de las ms importantes, era la propuesta de trabajo en crculos de reflexin. Se rompa a

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  • Hugo Zemeiman

    inercia del aula en la escuela, ya que el tradicional maestro al frente de ios alumnos ceda lugar a una mesa donde no haba superioridades, sino, valga el trmino poniendo en un doble juego la propuesta y la literalidad de la palabra, colocaciones de los integrantes sin distincin de rangos; lucha por construir sujetos autnomos, conscientes de sus deseos, sueos y emociones; propuesta que daba salidas a las incertidumbres o exigencias que fui reconociendo desde mis preocupaciones como sujeto en formacin-formndose en las ciencias sociales.

    Este quiebre, entre un gran momento de hallarme en el conocimiento para transitar hacia una nueva forma de concebir la idea del conocimiento, no fue fcil y de hecho sigui y sigue provocando muchos trnsitos. En resumen, transform el pensamiento a travs de una pro-vocacin, un llamado que consisti en volver hacia m, un trnsito de pensamiento que re - volvi, una y otra vez, mis circunstancias hacia mi.

    Estas propuestas asuman planteamientos distintos a los habituales en ia academia, por los menos a los oficiales. Reconoca el valor de la lectura, pero la relacin entre lector y libro no era la misma, de inicio haba un lector; se segua, recurrentemente, hablando de teora, pero la concepcin que se tenia de ella y el uso que ahora encontraba se vea fuertemente modificada por mi presente y no nicamente por las abstracciones que se construan sobre y desde tiempos y lugares ajenos a los que seguramente vive mi generacin. E conocimiento no se redujo a la acumulacin sino que ampli sus horizontes con base en las exigencias del momento.

    Lo catico dejo de ser una complejidad de sistemas y discursos tericos para ceder lugar a lo complejo de la realidad (trmino que cobraba ms pertinencia), una relacin no de posturas y conceptos, sino de relaciones de contextos ante los que yo me encontraba; de ah que empezara a privilegiar, ms que el dis - curso, e! trans - curso

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    Reflexiones en torno a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    por mis circunstancias (polticas, culturales, econmicas, educativas, histricas), y, ms que la mera in - formacin, la trans - formacin de mi realidad desdibujando ios pre -ju ic ios obtenidos de no confrontarme a ella.

    Por esta va, recolectando aquellos instantes, que a veces parecieran insignificantes y que adquieren sentido con el andar del tiempo, se abra una metodologa que permiti hallar la pertinencia, por mencionar slo un ejemplo desde ia ciencia poltica, del anlisis de coyuntura como anlisis poltico, lectura que empez a reclamar como contemporneos pasado, presente y futuro en una instrumento metodolgico que sintetizara el conocimiento en prctica, a travs de un pensamiento que, a su vez, actuara inteligentemente -con sobriedad y fantasa- en las posibilidades que dejan las fuerzas humanas por su paso en el mundo.

    De este modo quedaba lo que bien podra ser ia consigna del terico: las cosas se cuentan solas, slo hay que saber mirar, acompaada de una pregunta: qu hay que incluir en la construccin de conocimiento que no lo reduzca a puro discurso declamatorio sino que acte ante y sobre ia realidad?

    De aqu, finalmente, que me haya encontrado con ia responsabilidad de ser ms que un individuo en formacin ante e mundo que me toc vivir. Muchos momentos transformaron mi conciencia en un constante ejercicio por integrar la realidad en e pensamiento, sobre todo si quera considerar la prctica como acierto.

    De todo esto concluimos, entonces, que, ms all de lo instaurado, existe una alternativa a la nomenclatura propia de los cursos y materias oficiales de los Planes de Estudios en as universidades o instituciones educativas del continente, y es justamente la dinmica de las conferencias y de los seminarios, donde siempre se abre ia posibilidad de articular voces, discursos y transcursos mentales disidentes para repensar a prctica investigativa.

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  • Hugo Zemelman

    completa en cuanto a tiempo y a esfuerzo para pensar la sociedad; cualquier artefacto mental, ocurrencia, idea general o comentario se vuelven legtimos en su discurso acadmico. Como consecuencia ltima de esta actitud, resulta que es relativamente accesible un ttulo de grado y hasta de posgrado.

    Frente a esta ausencia de dedicacin se agrega otro problema no menor. A quin se lee? Para qu se lee? Se lee?

    La lectura, en cualquier materia en los distintos rdenes del conocimiento, es una tarea esencial para la acumulacin de conocimiento. Un conocimiento que alude a un pensamiento especfico concebido ante realidades, tiempos, momentos, circunstancias y experiencias distintas. Ei lector debe convertirse, entonces, no en un lector de autoridades, sino de lgicas y discursos elaborados con intereses particulares de expresin, comprensin y explicacin.

    Leer en la facultad, en muchos casos, significaba -sigue significando- pasar detenidamente la mirada sobre las lneas que construyen el texto que, a lo sumo, constituye un excelente ejercicio de aprehensin o retencin de las ideas principales del autor; pero no como una herramienta o instrumento en la elaboracin de ios ejercicios propios del pensamiento por entender el significado trascendental de un conocimiento cientfico de la sociedad.

    Leer se converta entonces en casi una circunstancial tarea, y cuando se haca con cierta conciencia produca casi los mismos efectos que produce la literatura desde el mbito de la artes, es decir, suceda que a veces uno se apasionaba en los lmites del buen decir y de la buena pluma del escritor, de la trama o del argumento de la obra; pero no se asuma la lectura desde el oficio y ei sentido propio de quien escriba.

    La exigencia de leer por parte de los profesores se reduca a contener en la memoria las aportaciones del

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    Reflexiones en torno a !a relacin entre epistemologa y mtodo

    autor, a entender (con io que esta palabra quiera decir) al autor, a estar de acuerdo o no con l; ejercicio que contribua a reproducir a ausencia de sentido de la obra.

    Al modo de leer se sumaba e! contenido. Con la lectura as entendida se lea a bibliografa que formaba parte del tronco comn a lo largo de la investigacin poltica y hasta su culminacin en ia sustentacin de la tesis.

    Las lecturas iban desde las producciones clsicas de la filosofa poltica occidental (en una ordenada seleccin de captulos que reduca a unas cuantas pginas ms de dos mil aos de exposicin de ideas y aportes tericos) hasta ios recientes manuales de ciencia poltica o de tcnicas de investigacin en ciencias sociales, muy tiles por cierto para ia sistematizacin de los ltimos avances logrados en este aspecto en ia materia.

    En ia formacin investigativa del estudiante se empezaban a escuchar palabras que en un principio carecan de razn de ser, y que con ei paso de tiempo adquiran menos. Trminos como ciencia, investigacin, conocimiento, anlisis, metodologa, mtodo, tcnica, concepto, categora, emprico, indicador, objetividad, entre otras. Su utilidad se localizaba dentro de io que pareca una catica explicacin de los procedimientos del investigador para construir elaboraciones que constituyeran verdaderas aportaciones a la ciencia y al conocimiento en genera!.

    De este modo, organizar lo catico consisti en organizar mtodos, enfoques, teoras, escuelas, tendencias y posturas; as, ubicar la teora de sistemas frente a las propuestas funcionalistas o cognitivas, distinguir las escuelas francesas de las norteamericanas, etc.

    De ahi deriv la idea de que ser un cientfico social consista en poseer un conocimiento elaborado sobre la organizacin de ia diversidad de posturas, como una tarea inherente a nuestra formacin, tarea casi imposible de emprender por limitaciones de tiempo. A lo ms, esa claridad te permita posicionarte en una, ser el experto en

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  • Hugo Zememan

    Dicho io anterior, queda abierta esta serie de publicaciones que impulsa el instituto Pensamiento y Cultura en Amrica Latina con su primer volumen Reflexiones en torno a la relacin entre epistemologa y mtodo, siendo su propsito rescatar esos espacios a menudo olvidados y no reclamados.

    Heber DelgadoAgosto de 2009

    iPECAL

    Reflexiones en torno a la relacin entre epistemologa y mtodo

    1. Desafos metodolgicos de las ciencias sociales hoy

    Casi ninguno de ios problemas a los cuales me voy a referir, tienen en este momento una solucin metodolgica, y de eso se trata aqu precisamente, de buscarle soluciones metodolgicas a algunas cuestiones bsicas. Sin embargo, esta discusin debe ir precedida de una cierta invocacin ai sentido que tiene plantearse estos problemas.

    Es decir, no se trata simplemente de hacer un juego de artificios que nos deslumbre o de buscar caminos nuevos porque sean simplemente nuevos y que, por el mero hecho de serlos, sean en s mismos valiosos. El sentido que tiene la discusin de tipo epistmica o metodolgica es el que se refiere a las urgencias de conocimiento que plantea el momento histrico actual, y no tiene objeto plantearse, por lo tanto, la discusin prescindiendo de esta exigencia, porque sera caer en una serie de especulaciones, de elaboraciones o reelaboraciones a partir de presupuestos que aparecen como parmetros no discutidos. Naturalmente que esto no puede ser agotado, pero por lo menos tendra que ser objeto de una mnima consideracin.

    Curiosamente el plantearnos este problema nos remite a grandes elaboraciones hechas antes, pero no necesariamente recuperadas. Por una casualidad del destino, por una obligacin de carcter docente aqu en E Colegio me toc, el ao pasado, realizar un seminario sobre los clsicos del curso normal del Centro de Estudios Sociolgicos (CES), y en el cual tuve la oportunidad de escuchar, con cierta gravedad, una serie de planteamientos sobre estos clsicos. Algunos de ellos los pudimos discutir, otros quedaron muy implcitos y no fueron desarrollados posteriormente, y no lo fueron en gran medida por lo que podramos enunciar como una reduccin del discurso. Es decir, a reduccin de gran discurso constructor del

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  • Hugo Zemelman

    conocimiento en ciencias sociales a un discurso cada vez ms instrumenta! prisionero de posturas que se asumen sin discusin, muchas de las cuales provienen de las ciencias naturales como es !a exigencia de rigor, de precisin, que es un cierto preconcepto de simplicidad que, con pocas excepciones, aprisiona la inteligencia en el mbito de las ciencias sociales. Esto se ha agravado posteriormente con la exigencia muy contempornea de la razn prctica, que ms que prctica es pragmtica, muy dominante en el mundo acadmico de hoy.

    Hay una primera cuestin importante que coloco como un gran abanico de posibilidades, dentro de las cuales cobra sentido plantearse la tarea de recuperar problemas perdidos, que es el imperativo de la investigacin social, cualquiera que sea su rea temtica, por operativa o particular que sea. Algo que era muy claro en e pensamiento clsico, como ia necesidad del investigador o del docente de ubicarse histricamente, de entender su momento y eso est presente en todo pensamiento clsico, repito, con respuestas diferentes hoy da no se aprecia mucho, est ms bien ausente. En el mejor de los casos, cuando se incorpora a la discusin, se hace casi como metadiscurso, como un problema que no es atingente a quienes tienen preocupaciones por construir conocimiento, sino ms bien por quienes estn interesados por la mera especulacin sobre la ciencia, o sea, a llamada filosofa de la ciencia o los metadiscursos de la ciencia, que de pronto no se entienden cabalmente, muchas veces con razn, pero que tambin, muchas veces son descalificados.

    Esto me ha tocado constatarlo en los ltimos das en algunas experiencias fuera de Mxico, ciertos discursos filosficos son descalificados porque no son cientficos, porque no son operativos, porque no resuelven el problema, que finalmente es lo que est detrs de este nfasis excesivo en lo pragmtico. nfasis que es ms una la distorsin que ha dado lugar a aprisionare! razonamiento

    U

    Reflexiones en torno a a relacin entre epistemologa y mtodo

    de construccin del conocimiento, en un plano puramente tcnico.

    En este momento las ciencias sociales estn viviendo algo que creo que todos los presentes tenemos muy claro: o realmente se asumen como ciencias o dejan de serio, para transformarse en algo que si bien es cierto que no iegitimo, tampoco le hago un juicio peyorativo. Pero hay que asumirlo porque tiene consecuencias en el orden del pensamiento, en el orden del alcance que sus conclusiones puedan tener, es decir, transformarse simplemente en un oficio profesional. Un oficio profesional que probablemente carezca de lo que se pretenda desde el siglo XIX y comienzos dei siglo XX por lo menos hasta la segunda Guerra Mundial. De manera muy clara y porfiar por algunos autores despus de la segunda Guerra Mundial, las ciencias sociales carecen de un fundamento ms profundo. Creo que esto tiene consecuencias de orden prctico que no necesito expiicitarlo, y que se relaciona con ios problemas que hoy da tenemos.

    Acabo de hacer un viaje y he podido constatar e impresionante, acelerado e implacable proceso de empobrecimiento de las ciencias sociales, paralelamente o sincrnicamente con e enorme enriquecimiento y sofisticacin de sus tcnicas de investigacin. Entonces, aqu cabra plantearse una primera gran cuestin como parte dei inicial planteamiento: fo que hemos llamado desde Comte en adelante las ciencias de la sociedad, qu son en definitiva?, son realmente una ciencia?, o son simplemente un conjunto de instrumentos que pueden tener continuidad o no a lo largo de la historia, para dar cuenta de manera muy emprica, actual, puntual, incluso contingente de los pro-blemas que est enfrentando el hombre en la sociedad.

    Lo anterior es importante porque es cuestin de leer el diario, para darse cuenta de los graves desafos que nosotros tenemos en este momento para pensar el mundo

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  • Hugo Zemelman

    desde Amrica Latina, desafos que tendrn consecuencias sobre la gente en los prximos decenios. Considero que se est viviendo un parteaguas en este momento en lo que se refiere a cmo el hombre est enfrentando los problemas de la sociedad, y una de sus primeras expresiones es la eclosin que se est dando de varios tipos de discurso en el mbito de las ciencias sociales.

    Est el que podramos llamar el gran discurso terico-especulativo al estilo de Habermas, que uno encuentra que es descalificado ms all de los acuerdos o desacuerdos con . Lo pongo como ejemplo de este tipo de creacin, donde a veces ni siquiera se aprecia cierto respeto a la construccin intelectual que hay ah, contra el otro discurso, el discurso que vamos a llamar tcnico- operativo. Se pueden enriquecer ambos? Creo que esa pregunta es el punto del debate.

    Se pueden enriquecer porque de alguna manera el hombre est harto de un acto de fe, en el sentido de que a fines del siglo XX, mucho ms que incluso en el siglo XV11I, est asumiendo de manera muy clara y muy consciente, tambin con mucho miedo, su soledad en la historia. Y qu significa soledad en la historia? Significa que debe entender que construye la historia o no se construye sola. O la construye el hombre, o cualquier cosa puede pasar porque no hay una mquina que cumpla las tareas que el hombre no quiera cumplir.

    La conviccin de que haba leyes, regularidades que trabajan por ei hombre, no estn dira que ms all de la presencia de leyes, de regularidades numricas o empricas en el mediano o el largo tiempo braudeliano en el corto tiempo en que cada uno de los presentes pretende estudiar los problemas de su contexto. No hay tales leyes, por lo menos con la misma claridad con que se pensaba hasta hace muy pocos aos.

    Esa es una gran ruptura en el siglo XX, la de colocamos frente a la incertidumbre, pero no como una limitacin, sino

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    Reflexiones en torno a la relacin entre epistemologa y mtodo

    por el contrario como un desafo de creacin. Y quizs en este sentido, a fines del siglo XX estemos rompiendo con lo que fue una tradicin intelectual poderossima de mucho tiempo atrs, que por lo menos debe llevar 500 aos o ms, fcilmente desde e siglo XV en adelante, que es pensar que hay ciertas lgicas a veces inescrutables, pero objetivas, que mueven las cosas. As como se descubran las leyes de la naturaleza, tambin se quisieron descubrir, desde Vico en adelante, las leyes de la sociedad, y eso nos dio una cierta confianza, nos dio un cierto optimismo. Creo que a enseanza del siglo XX que no descarta naturalmente toda la herencia de los cinco siglos anteriores es mostramos que hay espacios de la realidad, muy importantes, muy significativos en a que estas leyes no cuentan, y donde lo que cuenta es la capacidad de construccin del sujeto.

    Entonces, esto lleva a una primera gran conclusin en esta especie de marco invocador. al que me estoy refiriendo para nuestra discusin, que es a importancia de replantearnos los problemas metodolgicos a la luz dei rescate dei sujeto, lo que ya se ha dicho 30 mil veces, pero nunca se toma en cuenta. Para mencionar una aportacin hispnica a este respecto estn las contribuciones de Jess Ibez, cuyos textos no s hasta que punto tengan presencia, por lo menos aqu en El Colegio no veo que tengan mucha. Los textos de Ibez que tampoco se si estn presentes en la Universidad Autnoma Metropolitana (UAM) o en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM) son sntomas de alerta, no digo que se tenga que estar de acuerdo con l, no estoy hablando de eso, estoy hablando de los sntomas que representan algunos de esos textos en trminos de preguntar dnde est el sujeto en e proceso de la investigacin, porque de otro modo nos transformamos en algoritmo, como l mismo lo sealaba, en una especie de cosa pensante, y en realidad las cosas pensantes no las conozco, slo conozco las cosas que no son precisamente pensantes.

    1?

  • Hugo Zemetman

    Este es un asunto fundamental, porque la realidad, lo que nos rodea, las circunstancias que nos conforman son impresionantemente dinmicas, complejas e imprevisibles. Le comentaba a Enrique de la Garza, antes de entrar a esta sesin, que me ausent dei pas 15 dias o un poco ms, y cuando vuelvo a Mxico me encuentro que hay una cantidad de hechos nuevos en 15 das, lo cual es impresionante. Esto pongmoslo como un ejemplo testimonial, pero as como ocurre en Mxico, ocurre en Chile, en Brasil, en Bolivia. No es que la realidad est esperando que llegue un seor a describirla, por decirlo de alguna manera, como quien lee el viejo testamento, no, es que hay una enorme cantidad de irrupciones, de procesos que no parecan o no se crea que pudieran desplegarse que de pronto surgen, y eso coloca a las ciencias sociales ante el desafo de tener que comprender esas complejidades, y estas complejidades no siempre obedecen necesariamente a situaciones posibles de organizarse en trminos de un esquema simple de causa-efecto.

    Ah hay un problema muy importante que nos lleva de nuevo a repensar un segundo gran tema, ya no slo el del sujeto, sino el tema de lo aleatorio, de lo imprevisible, de lo emergente, que de una manera ms formal nos obliga a cuestionar los esquemas causa-efecto.

    Es indudable que esto no significa negar una lgica causal, sino relativizara, ubicarla dentro de una cantidad de relaciones que pueden ser ms complejas que la relacin causa-efecto, y aunque estas cosas han sido dichas y redichas, no se les han hecho caso. Por ejemplo Simme!, en 1915 aproximadamente, en un texto que muy pocos socilogos leen porque realmente es complicado el cual de repente pone de mal genio con frases enormes, sper sintticas llamado La filosofa de la historia y que integra un conjunto de trabajos, comienza a advertir acerca de cmo se podra organizar la relacin entre pensamiento analtico lo que podramos llamar kantianamente la

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    Reflexiones en tomo a a relacin entre epistemologa y mtodo

    facultad del entendimiento con otras formas de pensar, digamos en trminos de los valores. Inclusive hablaba ms de los afectos, es decir, incorporando, en el plano de la construccin del conocimiento social, no solamente el problema de los valores, sino tambin la cuestin de la emocionalidad, donde hace una serie de disquisiciones sobre el tema. No es el caso slo de Simme, como tampoco es algo que no tiene porque ser monopolio ni de Kant ni de Freud, ya que es un problema epistmico fundamental que desde luego tiene una relacin con el rescate del sujeto concreto.

    Este es un punto enormemente complejo. Dentro de este espritu que trato de condensar, quisiera plantearles a ustedes algunas lneas del problema, el cual divido en dos:

    Una primera lnea son las exigencias epistemolgicas fundantes que, como tales, no deben necesariamente tener que traducirse a un plano metodolgico, pero nos dan un ngulo de entrada. No es filosofa, son exigencias de razonamiento que se pueden o no llegar a traducir en lenguajes operacionales, a lo mejor hoy da no lo podemos hacer, pero s quiz en unos aos ms como producto del mismo esfuerzo investigativo. Voy a poner un ejemplo histrico para que entiendan lo que quiero sealar.

    Parto de la advertencia de Merton, de cuidarnos aunque eso fue dicho en 1950 y han pasado decenios de esa advertencia, todava seguimos en el problema del peso paradigmtico que tienen las ciencias naturales. Seguimos con ese problema y andamos buscando a nuestro Coprnico, a nuestro Newton, a nuestro Einstein. Por el contrario, una de las cosas notables en el pensamiento clsico, ms all de los epgonos, es que por ejemplo un Weber, nunca pretendi tener una teora general de nada, el que ms se pudo acercar a esto, y que es digno de discusin como experiencia, puede ser el caso de Marx. Si ustedes citan a otros, por ejemplo al propio Diithey o

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  • Hugo Zemeiman

    a Simmel, particularmente Simmel, fue un hombre genial no suficientemente comprendido en su poca a pesar que est en la base, consciente o inconscientemente, de inspiracin de algunos grandes intelectuales de la escuela de Frankfurt, como Benjamn que intent buscar en !o particular, en detenerse en el detalle y no entusiasmarse con las grandes abstracciones.

    Casualmente poco antes de viajar, Enrique me regal y se lo agradezco el libro de Katz sobre Villa que es extraordinario, porque por lo menos yo no haba ledo antes un libro de historia donde estuviera tan incorporado el detalle de la misma, aunque da una primera impresin de caos. Lo que produce la sensacin de desorden en el libro de Katz no es el caos mismo, es el movimiento de la historia que excede todos los lmites de las abstracciones, donde lo que resulta es una descripcin de caractersticas reconstructivas, de situaciones coyunturaies con distintos recortes de tiempo y de espacio, donde ustedes ven el movimiento de lo macro desde lo micro, donde de alguna manera lo micro est incorporado a lo macro. Eso, para Sos efectos de una discusin como la nuestra, tiene importancia porque es un manejo distinto de la abstraccin, de alguna manera la abstraccin est presente como un gran hilo conductor de la descripcin, pero nunca tiene presencia como sustantivo o como adjetivo que es lo que ms abunda en sociologa.

    Y quiz por eso la compulsin de ios socilogos por encontrar los datos empricos, porque se sabe que estn hablando de las abstracciones y puede ser una manera de descargar su conciencia o de cumplir con algunas exigencias que tienen con frecuencia tambin desde las academias, buscar el dato emprico para decir, mire seor estoy hablando en trminos del movimiento de la realidad y no de abstracciones muertas.

    Este es un texto valioso en ese sentido y, aunque lo he ledo con un espritu muy casual, veo ah como hay

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    Reflexiones en torno a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    un manejo de la abstraccin distinta. Es un manejo subalterno aparentemente, por qu?, porque se ie da preeminencia a las descripciones de las situaciones histricas, cmo se van desencadenando, cmo emergen, cmo desembocan en otras, cmo se interrumpen unas con otras, cmo se pueden continuar en un determinado recorte en el tiempo. Un texto bien notable en ese sentido, adems de tener un mrito que no es menor, ya que sumado a esta riqueza analtica, es un texto entretenido. En este sentido, ios problemas epistemolgicos no tienen porque dar lugar a escritos horribles, a unos tabiques que sean imposibles de leer, porque realmente no se ayuda mucho a la causa de enriquecer el razonamiento cuando las cosas no se pueden leer. El desafo, es muy complicado, difcil, pero es un desafo. Escribir sencillo y en perspectiva histrica.

    Podramos incorporar a Kant que es un ejemplo mucho ms grande en el sentido que tuvo una consecuencia increble en ia historia de la ciencia en Occidente, pues algunos de los primeros problemas que vamos a plantear no se pueden traducir fcilmente a cuestiones metodolgicas, y lo peor que podramos hacer es forzar su traduccin, que fue lo que pas con los pticos medievales.

    Si, os pticos medievales acuaron claves de lectura de la naturaleza que fueron las que orientaron a la fsica del siglo XVii, pero la diferencia que hubo entre esos pticos y Galileo, y los fsicos que ie siguieron, fue que ellos, los pticos, no tenan el lenguaje para traducir esas exigencias epistmicas en reglas metodolgicas y por eso no pudieron construir ninguna teora vlida. Teoras que fueron construidas 200 aos despus, pero a partir de! punto de vista definido por ellos.

    Este es un ejemplo de la fsica, pero podra hablarse del caso de las ciencias sociales, porque si uno revisa a cantidad de ideas que se han venido acumulando en 100 aos, casi la mayor parte de las que se han ido acuado en trminos de exigencia de razonamiento en el mbito de

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    ias ciencias sociales, no han sido traducidas metodolgicamente y estn ah esperando.

    Lo grave entonces, cuando es hablaba de! empobrecimiento de las ciencias sociales, est en que no se haga el esfuerzo de recuperar estos desafos y solucionarlos, ya sea para estar de acuerdo con ellos y resolverlos en un lenguaje operativo como puede ser e! metodolgico, o para decir que no se est de acuerdo con ello y que por lo tanto, habra que buscar otros planteamientos, otras formulaciones equivalente en trminos de las exigencias epstmicas fundantes.

    Este es un grupo de cuestiones y de ias cuales he seleccionado algunas.

    La segunda lnea, seran las exigencias epistemolgicas que s pueden ser traducidas metodolgicamente. Esto me parece importante para ordenar el debate posterior. Las voy a tratar de enunciar de la manera ms concisa posible, porque precisamente est en la concisin la muestra de la complejidad.

    La primera y grande, de la cual se derivan muchas, est en asumir la idea o la exigencia de! movimiento, pero no como objeto ontolgico, sino como forma de razonamiento. Voy a ponerles un ejemplo.

    Algunos de los ltimos textos de filosofa clsica del siglo XX son los de Hartmann. Particularmente hay uno dentro de la vasta produccin de este autor que est dedicado a este problema y no lo puede resolver. Es decir, logra una serie de alcances enormes, erudiciones gigantescas acerca de cmo es este problema del movimiento, pero lo resuelve en un plano estrictamente filosfico o ms que filosfico, ontolgico. Por eso digo que es un texto de filosofa clsica, donde l pretende plantearse^ de alguna manera, ios nuevos fundamentos de la ontologia.

    Otra produccin con una direccin semejante, aunque no coincidente en sus soluciones, son los textos de Nicol, quien puede ser ms conocido por ustedes porque

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    Reflexiones en torno a la relacin entre epistemologa y mtodo

    fue un hombre que produjo y public en Mxico, aunque no sea de lectura norma! para los socilogos.

    Lo que quiero sealar es que el problema del movimiento, es un cuestin que viene desde los griegos, un problema no resuelto no como objeto, esa es otra cuestin, sino como forma de razonamiento. Qu se puede decir a este respecto para no quedarnos en ese nivel de abstraccin? Algunas formulaciones del siguiente tenor.

    El movimiento implica movimiento de lmites, de ios lmites tanto conceptuales como de lo observado, pero qu consecuencias tiene a su vez esto?, la no atadura a estructuras conceptuales, io que es ya ms complicado.

    Qu significa no atarse a contenidos conceptuales?, es una primera exigencia casi existencial, es existencia!, y no hay que tenerle miedo a la palabra, y justo porque es existencia! no es ajeno a la dificultad misma de resolverlo. No es ajeno al problema, porque en torno a este asunto, que es epistmico, se pueden encontrar algunos de los mecanismos bsicos de equilibrio emocional de la gente o los mecanismos constitutivos de su identidad personal.

    La cuestin es muy clara puesta en estos trminos, pero entonces, significa que el problema de los lmites conceptuales no es puramente lgico, y no atarse a los contenidos conceptuales no es simplemente un problema de disquisicin racional, tiene una fuerte raz vinculada con lo que est implicando al enlazar esas estructuras conceptuales con personas pensantes.

    Me refiero a ias disonancias, que son intolerables por qu?, porque son de alguna manera cuestionamientos de uno mismo. Cuntas veces, por ejemplo, y la experiencia lo ha demostrado, hay un punto del debate donde se pasa de decir: que entretenido, que interesante, ah, pero que angustiante dnde est la solucin dei problema? En efecto, estas cuestiones pasan por eso. Imagnense ustedes la angustia que habrn tenido quienes

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    comenzaron a leer la naturaleza de manera diferente a como lo decan las sagradas escrituras.

    Una prueba ms difcil todava fue la angustia que se sintetiz a finales dei siglo XIX, en el pensamiento nietzscheano acerca de que Dios ha muerto, es decir, muri el gran lector, la gran garanta muri, estamos sin garanta y sin lectores, tenemos que comenzar a recurrir a nosotros, por lo tanto, tenemos que comenzar a asumirnos en todas nuestras incertidumbres. Esto tambin est detrs dei gran pesimismo de Cioran, que en el fondo es decir: bueno tengo que ver con a vida y tengo que ver con la historia yo pobre hombre, hombre angelical y demonaco, pero soy el nico que puedo hacer las cosas y las tengo que hacer a partir de ciertas exigencias que me quitan toda salvaguardia. Usted me obliga a nadar en el ocano sin ningn bote salvavidas, entonces por lo menos vaya a 100 metros de distancia, para que, si yo me agoto, pueda pedirle socorro, Pero aqu no hay nadie que le socorra, o nada o se ahoga. Esto son un poco las ciencias sociales y hay que asumirlas y quienes quieran construir el conocimiento con plena garanta, entonces hay que buscarla ms bien en los hombres, y ah van a encontrarla, van a encontrar tranquilidad de conciencia, eso sin ninguna duda.

    Entonces, esto es o que nos lleva por ejemplo, a entender Sa importancia del rescate dei sujeto, no del sujeto como objeto de un discurso literario o filosfico o tico, ese es otro discurso, sino el sujeto constructor de realidades. Este es un problema que se puede enunciar de muchas maneras y hoy se podra rescatar a la luz de la actual discusin que proviene tanto de las ciencias sociales como de las ciencias naturales en torno de una categora que hay que ser muy cuidadoso en manejara. Si no se es cuidadoso, se cree que es un problema puramente lgico, y no io es debido a las consideraciones sumarias que le daban, me refiero a lo indeterminado. Lo indeterminado

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    Reflexiones en torno a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    est vinculado a la exigencia de no atarse a los contenidos conceptuales y a manejar el concepto del lmite abierto, no en el mbito del objeto sino del sujeto constructor. Lo indeterminado lo manejan todas as escuelas de pensamiento hoy da, casi no hay ninguna que no lo maneje, en el piano filosfico y en algunos otros planos incluso menos abstractos.

    Ahora bien, esta es una consideracin compleja en medida importante porque involucra al sujeto, y aqu a o mejor surge una cuestin que est presente en ciertos discursos de la hermenutica, de algo que se haba descartado durante muchsimo tiempo en ia crtica ai positivismo del sigio XX. Fue lo que un Reichenbach y gente as descartaron como absolutamente no pertinente de incorporar a (a discusin en cuanto a [a construccin del conocimiento social y es todo lo que se refiere a io que ellos llamaban la psicologa del conocimiento, eso fue descartado por el positivismo y ha sido excluido incluso despus. Habra que ver con atencin hasta qu punto est presente el descarte de esta dimensin de sujeto en ia teora sistmica de hoy, porque podra ser que una de las grandes limitantes, io planteo como una situacin a discutirse, de algunas formulaciones de la teora sistmica pudiera estar ms que en la forma de la construccin del objeto, en la no apropiacin dei sujeto. Sin embargo, tampoco se trata de caer en ciertos discursos posmodernos donde se viene a rescatar el problema dei sujeto en plena efervescencia de las subjetividades y donde se liega en algunos casos, no digo en todos, a una suerte de dilucin del concepto mismo de racionalidad. Esas son formulaciones extremas sintomticas de la complejidad de ia cuestin y tambin indicativas que hay un proceso de discusin que no se ha agotado.

    Ahora, qu importancia tiene esta complejidad que estoy mencionando. Tiene muchas, pero he seleccionado una que me parece central, porque de ella se pueden des

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    prender varias otras. Es detenernos en una consideracin bsica, que es io que en ia gran discusin se ha llamado la relacin de conocimiento.

    Con esto quiero sealar que la discusin anterior se tendra que poder recuperar en una manera de organizar la relacin de conocimiento, en esta funcin que se pretende que cumpla, ia de darnos grandes recortes de realidades que sean los ms ricos posibles en contenido. El concepto de riqueza de contenido es precisamente el que tiene que ver con ia discusin anterior, con los lmites conceptuales, con lo indeterminado, etc. Pero esta exigencia de contenido a partir de una relacin distinta en ia construccin de ia relacin de conocimiento tiene tambin que ver con la exigencia inicial que les planteaba acerca del movimiento, de cmo se puede recuperar el movimiento en el plano de la relacin de conocimiento, esa sera la pregunta, si es que no estamos pensando el movimiento como objeto, sino el movimiento como postura.

    Lo anterior nos coloca frente a un desafo que es muy engaoso, porque de esto se habla siempre, de lo que voy a mencionar ahora aunque no est resuelto, que es traducir la exigencia del movimiento eso que les preocupa a los filsofos y podemos mencionar a Hartmann en el siglo XX a un cierto concepto de realidad. Este concepto de realidad derivado del movimiento obviamente, para no caer en ontologia, no puede ser el concepto de realidad-movimiento, el problema es cmo el movimiento se traduce, en el mbito de la relacin de conocimiento, en una forma de razonamiento que no sea ontolgica, o que nos lleve a incurrir en un pleonasmo, como decir, movimiento, movimiento.

    Entonces, aqu es donde surge la gran cuestin de hoy que se nombra de muchas maneras, aunque bsicamente de una, el movimiento se recupera, en el marco de la relacin de conocimiento, como realidad constituyente, no como realidad constituida. Esto puede tener muchos

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    Refexiones en torno a ia relacin enfre epistemologa y mtodo

    grmenes, muchos orgenes, y uno de los importantes en mi opinin, es el que proviene de la dialctica en todas sus variantes, ya que no habido hasta hoy que no volvemos a alejarnos de ios epgonos y de los eruditos una con- ceptualizacin ms aguda acerca de este problema, io que no significa que haya sido resuelta.

    Para decrselos de manera ms ciara, creo que la tradicin dei pensamiento dialctico de siglo XIX en adelante, que tiene muchas formas de expresin, plantea el problema de io constituyente sin resolverlo. Sin embargo, aqu tambin est el caso de aportaciones dialcticas que quedaron perdidas ai lado del camino durante todos estos decenios, desde los ltimos 80 o 90 aos, ideas que quedaron botadas y no suficientemente recogidas en una discusin sistemtica en torno a esta propuesta de ia realidad constituyente.

    Por mencionarles algunas, estn las aportaciones del historicismo alemn, que son muy importantes. Por ejemplo hay un texto muy antiguo, de fines de siglo XIX, que no lo lee casi nadie, me refiero a la Introduccin de las ciencias del espritu de Dilthey. Pienso tambin en los textos de Simmel que son enormemente importantes, as como en algunas aportaciones de la poca de ios 30 de Gurvitch, y como eios muchos otros ms. Es decir, hay gente que ha tratado de moverse en este piano, y aunque no ha creado escuelas suficientemente fuertes, sin embargo, son parte de ia tradicin de esta discusin.

    Ahora bien, qu significa io anterior?, qu significa hablar de realidad constituyente? Curiosamente el concepto de realidad constituyente, que siendo un concepto que podramos derivar de la dialctica, por ejemplo, de la Fenomenologa dei espritu de Hege, de algunos escritos de Marx como la introduccin del 57 y, siguiendo en esta lnea, de algunos escritos de Luporini que es un pensador enormemente agudo y profundo; tambin se

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    puede derivar de otras vertientes y a ms importante, en mi opinin, es a fenomenoigica.

    Dira que la fenomenooga aporta a este punto, y lo aporta, es interesante verlo, porque incorpora de manera muy clara y explcita rompiendo en ese caso con la tradicin del pensamiento anterior de gran inspiracin kantiana al sujeto, y al incorporar al sujeto transforma la nocin de realidad en un concepto diferente, que es la nocin de mundo. Es decir, comienza a emerger la nocin de sentido, la realidad como sentido, pero la realidad como sentido, con la que se termina por asociar e! concepto de objetividad, slo es posible en la medida en que se incorpora al sujeto, y el sujeto se incorpora a a luz de la exigencia de este movimiento de la realidad.

    Esta afirmacin de a fenomenologa clsica es a que termina por conformar despus gran parte de la hermenutica. En ese sentido, hay un nudo de problemas en trminos de la idea de lo constituyente que no est resuelto a pesar de las aportaciones que se hayan podido elaborar, a veces en formas muy especulativas. No est claramente resuelto y es posible que no se pueda resolver de acuerdo a los cnones, siendo entonces y aqu viene un punto metodolgico actual un reto conceptual entre muchos otros. Pero este es uno, dei que hay algunas exigencias que pueden provenir de la reflexin epistemolgica fundante, fundante del razonamiento que, para ser resueltas, requieren cambiar los cnones metodolgicos, porque no se puede resolver de acuerdo a los actuales.

    Esto es un problema central porque a lo largo de los ltimos 30 aos, han habido algunos esfuerzos en este sentido, el de resolver algunos desafos epistmicos, pero de acuerdo a patrones metodolgicos que son contradictorios. Este es un punto importante que tiene tres implicaciones y, como tales, no necesariamente reconocen una traducibiiidad metodolgica directa.

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    Reflexiones en tomo a la relacin entre epistemologa y mtodo

    La primera es un concepto distinto a lo gnoseolgi- co y una diferente relacin entre lo gnoseolgico y ei viejo concepto de crtica. Lo digo en estos trminos, una de las implicaciones de lo que estoy sealando es la construccin de una gnoseologa basada en la funcin lgica de la crtica. Estas no son palabras menores, aqu hay tres conceptos que se han disputado muchas escuelas de pensamiento a lo largo de bastante tiempo, gnoseolgico, funcin lgica y crtica, que hacen un problema serio.

    De las personas ms vinculadas a estas inquietudes que ha hecho un intento sistemtico en este sentido no digo que tenga que estar necesariamente de acuerdo con ella, pero es un esfuerzo de reflexin respetable es Susana Luminato, quien ha puesto atencin a este problema en el piano en que ella se mueve, en el filosfico. Sin embargo, decir que esto se puede resolver filosficamente nos crea otros problemas. Por ejemplo, si estoy preocupado por analizar el movimiento de los empresarios que se quedan sin agua, o si quiero analizar et problema de la burocracia, o el movimiento obrero, o analizar cualquier cosa, llammosle concreta, no me sirve. Es decir, cmo lo traduzco, eso es en parte el desafo, ah hay ideas, ideas que adems estn vinculadas con una serie de discursos y posturas muy importantes en la discusin actual porque son problemas. Este concepto de gnoseologa basada en una funcin lgica de la crtica, es una discusin que viene desde Heller en adelante y que de alguna manera ha atenido mucha respuesta incluyendo la teora de sistemas. Aqu es cuestin de leer a Rolando Garca, seria muy interesante verlo en este sentido, ya que l considera, por ejemplo, que se est adueando de estos conceptos en el marco de la teora de sistemas, habra que ver si es cierto eso; lo menciono aqu como parte dei debate.

    Segunda implicacin. Tambin aparentemente muy fcil de decirla, pero muy canija, una forma de razonamiento que supedite las estructuras conceptuales a las exigencias

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    de objetividad. Esto no es tan sencillo porque se vincula con el primer problema que les mencionaba acerca del desapego de los conceptos, con la dificultad sealada de lo que implica el desapego en la medida en que yo creo mi propia identidad, no digo slo intelectual, sino personal en torno de estructuras conceptuales que a veces se viven como tales, como estructuras conceptuales, pero otras veces se viven como sentimientos o emociones. Aqu la intuicin absolutamente premonitoria de Simmel acerca de la relacin entre emocin, valor y concepto, es algo que no se ha recuperado nunca.

    Los conceptos no son slo los conceptos apolneos, no son slo parte de la facultad del entendimiento, lo son tambin aquellos que son parte de la afectividad de la gente o de la subjetividad, en la medida en que son de gente concreta. Este es un problema que haba planteado en la filosofa de la historia Simmel de manera muy complicada, pero est ah. Ahora caemos en estos discursos que se disocian unos con otros, o total racionalidad apolnea o nada.

    Tercera implicacin. El problema de la aprehensin de la historia en cuanto supone saber reaccionar ante las inercias del pensamiento. Inercia de pensamiento que no es solamente, como dira Bloch, conformidad espiritual, a pesar de que en este momento no aparezca como un problema muy serio la enorme conformidad espiritual que hay entre tanto intelectual. Una de las formas de expresin de esta conformidad espiritual est en cambiarse de camisa: como ese discurso que yo tena ya no me funciona, no me hago problemas, simplemente me cambio de discurso, es una manera de inercia, pero es la expresin con ms falta de tica de esa inercia.

    Es decir, aparentemente estoy actualizado, estoy pensando en ios fenmenos como hay que pensarlos hoy da, pero en el fondo ese sujeto no est pensando nada. Cmo no pens en el pasado, tampoco est pensando en

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    Reflexiones en tomo a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    el presente y menos en el futuro, inercia menta!, inercia de pensamiento que se asocia al gran tema que viene de la filosofa, que viene de ia propia tica de hace mucho tiempo, que viene de ios presocrtcos, y es que, detrs de los problemas de construccin de conocimiento, hay por lo menos dos condiciones bsicas ineludibles en cualquier forma que se resuelvan:

    Una es tener la capacidad de enfrentarse con la realidad, o sea, con lo desconocido, invocar el misterio, en el sentido de lo inexplorado, de lo indito, ese misterio que est en una cierta tradicin de filosofa tica a estilo de Levinas hasta el estilo de Buber. La otra gran condicin presente por lo menos en Sa interpretacin de Mondofo del pensamiento presocrtico, una interpretacin muy interesante y muy original en ia que concuerdan muchos de los estudiosos de esa lnea de pensamiento con enorme presencia en la ciencia, que la rescatan a partir dei pensamiento griego, y que no parece de sentido comn, es la voluntad. Tanto es asi que, por ejemplo, cuando Mondofo analiza a Herciito, Parmnides o a los dems presocrti- cos, haba de ia epistemologa de la voluntad.

    Sin embargo, esta epistemologa de la voluntad a veces se tiende a descalificar, por ejemplo en los estruc- turalismos actuales, como capricho, como arbitrariedad que no tiene nada que ver con los rigores de la ciencia, porque la ciencia es seria, y por lo tanto, no podemos andar con chistes diciendo es que es problema de voluntad. Pero hay mucho de voluntades, fjense en el caso de los pticos, piensen en el caso de Coprnico, en el caso de Newton, hay un elemento de voluntad impresionante, una epistemologa de la voluntad, que en el fondo es la otra cara del problema que estaba mencionando de la inercia de pensamiento, porque un intelectual o un investigador que se encuentre en esta inercia, que no tenga voluntad, no se enfrenta a las circunstancias. Una persona que en este momento est en medio de ia problemtica ms

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    turbuienta, en trminos socio polticos, como es ei estudio de los movimientos sociales, de ios procesos de produccin, de los impactos sociales, culturales y psicolgicos, de ios desarrollos tecnolgicos, y no tenga un elemento voluntad, cae en lo que podramos llamar descripciones de epitafio, o sea, de situaciones ya producidas y muertas, y se termin ah la investigacin, y es lo que sucede en muchos pases del Cono Sur.

    Lo anterior, se los he mencionado a varios de ustedes siempre como uno de los puntos de alarma que a mi en lo personal me preocupa en el caso de ciertos pases como Chile, que est lleno de investigaciones de epitafios, pero donde no hay ninguna posibilidad de mostrar nada, se quedan en lo que se consumi, o sea, son investigaciones de la consumacin de los libros. Los estudios sobre la democracia, los estudios sobre la economa, sobre lo que sea, no muestran nada ms all de las 24 horas. Este es un punto abierto a la discusin, que lo marco aqu en un pas como Mxico donde veo que eso todava no existe, es de esperar que no exista y va a depender de la responsabilidad de ustedes que no suceda, a menos que se transformen tambin, a pesar de su buena voluntad, en sepultureros.

    Estas dos implicaciones mencionadas son algunas de las cuales se pueden derivar de la organizacin de la relacin de conocimiento, siempre y cuando sta se construya a partir de la exigencia del movimiento, movimiento que se asume en ei mbito de esta relacin como realidad constituyente. Son implicaciones que no necesariamente tienen que ser discutidas en ei propio marco del tema de la relacin de conocimiento, pero estn presentes y tienen que ver, quizs, con los esfuerzos de construccin de conocimiento que implica un tema adicional, ei cual tambin se los coloco como implicacin de lo dicho, que podra ser como una consideracin que se suma a las anteriores. Lo voy a poner de manera descriptiva.

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    Reflexiones en torno a la relacin entre epistemolog a y mtodo

    Cuando se inicia una investigacin, cualquiera que sea el tema, se hace en ciertas coordenadas de tiempo y de espacio, o para decirlo en trminos ms metafricos se realiza en un contexto, el Mxico de hoy, el Mxico presainista o postsalinista, y ah ei problema es el siguiente.

    Las exigencias epistmicas a que he venido aludiendo nos plantean un dilema que resumo de esta manera: investigar, construir conocimiento que refleje la situacin contexta!, o sea, un conocimiento producido desde el contexto, pero que no se agote en ser slo un espejo del contexto, lo que implica saber colocarse no slo en ei, sino ante el contexto.

    Si ustedes analizan alguna produccin econmica, es muy fcil justificar una serie de conclusiones tericas en el piano de la teora econmica o en el piano incluso de la teora poltica, es que el contexto lo obliga, es que estoy expresando el contexto, es que estoy describiendo el contexto, eso es absolutamente correcto, es as. Ei problema est en que ese tipo de consideracin del contexto est implicando si lo relacionan con algunas de las consideraciones anteriores que se hace prisionero del contexto, del problema: y una cosa es ser o estar histricamente determinado por un contexto y otra es ser prisionero de a historia y del contexto, porque ser prisionero del contexto es lo mismo que no estar o no saberse histricamente determinado.

    Entonces, cmo me coloco ante el contexto? Es un punto que tienen que ver con problemas formativos, porque el concepto del contexto, o estudiar desde el contexto pudiera ser un desafo que cada uno de nosotros resolveramos en un plano estrictamente igico-epistmco. Podra ser, podra ser posible de resolverse en el piano de un razonamiento propio de una facultad como a del entendimiento, pero entonces se construye una teora. Alguien podra asociarlo con el caso de Marx, pero es distinto, eso

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    es [o que pretendo plantearles porque viene tambin del pensamiento clsico.

    Lo que quiero sealarles es que una cosa es a exigencia del contexto y otra cosa es la exigencia del sujeto ante el contexto, porque el colocarse ante el contexto ya no es slo propio de una postura estrictamente terica. Esa sera la pregunta, pregunta que no tiene una respuesta muy clara. Aqu es donde surge uno de los grandes temas que estoy desprendiendo de la relacin de conocimiento, uno de los grandes temas que, curiosamente si ustedes revisan la literatura no ha sido sistemticamente objeto de una reflexin, a pesar de que ha estado presente, que es el intento de responderse, el esfuerzo de colocarse cada uno de ustedes ante el contexto, que es, en este mbito, plantearse e! problema de la conciencia histrica.

    Conciencia histrica puesto en este marco de cada uno de ustedes es el esfuerzo de colocarse ante el contexto. Hay dos pensadores que desde sus respectivas posturas filosficas y polticas estuvieron muy comprometidos con lo que hacan, aunque dan respuestas diferentes. Uno es Mondoifo, quien habla de a conciencia histrica, en un comentario que actualiza a Marx.

    Es decir, aqu vemos cmo podemos trabajar el concepto de conciencia histrica desde una perspectiva de un pensamiento crtico de cambio, pero tambin hay respuestas desde la perspectiva de un pensamiento conservador, como por ejemplo, la propuesta sobre conciencia histrica de Aron que no tiene nada que ver con ios parmetros de Mondoifo. Aqu lo interesante es que en alguna forma ambos, sin tener alguna relacin entre s, se estn planteando el problema de cmo es que puedo incorporar a la construccin del conocimiento, una exigencia que nunca va a ser un objeto disciplinario, como es la exigencia de la historia. Ese es el problema no resuelto en un plano metodolgico, porque ni siquiera a veces est claramente expuesto en un plano epistmico y que se refiere a

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    Reflexiones en torno a la relacin entre epistemologa y mtodo

    qu funcin tiene la conciencia histrica en a construccin del conocimiento concreto.

    Alguien podra decir que eso es propio de los metadiscursos, y ah est precisamente la trampa. En a medida en que nosotros transferimos este problema a los filsofos estamos perdidos, porque realmente el filsofo no me va a responder el problema, se tiene que resolver desde la propia prctica personal enfrentado a los temas especficos, concretos, empricos, morfolgicos, como quieran llamarlos. Si ah no tiene presencia esta exigencia de la conciencia histrica, no tendr presencia, a menos que se dediquen hacer ustedes un arte potico, y a lo mejor en ese lugar pueden recuperarla, pero no la van a recuperar en el mbito de a construccin del conocimiento. Ah hay un tema al cual quera llegar como derivacin de la relacin del conocimiento, que es el problema de la conciencia histrica entendida como ngulo del razonamiento terico.

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    2. Algunas alternativas metodolgicas actuales y sus problemticas

    Quisiera pasar a otro conjunto de problemas que se sitan como en una transicin entre los que son de difcil solucin metodolgica y aquellos que si pueden ser resueltos en esa lnea hoy, pero que todava no io estn. Quiero precisar el concepto. Cuando les estoy hablando del conjunto de problemas que no estn resueltos metodolgicamente, estoy hablando de aquellos que, para hacerlo, requieren cambiar ios cnones metodolgicos. Hay dos o tres temas que quisiera mencionar ahora, situados en el mbito del problema epistmico, pero que pueden ser de ms fcil, io que no significa simple, resolucin metodolgica.

    El primero es qu pasa con el concepto de estructura en relacin a la exigencia de movimiento. Ya sabemos que esta es una vieja discusin que viene de los pares conceptuales de estructura y proceso que ha sido el cometido de muchas discusiones incluso interdiscipinarias, la ms notable de todas fue la que organiz Piaget a fines de los aos 60 con auspicio de la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En aquella ocasin reuni a especialistas de todas las disciplinas cientficas, naturales y sociales adems de a los filsofos no s cuantos das, para que discutieran sobre la relacin entre el concepto de estructura y el concepto de proceso, reunin de la cual se obtuvieron varios volmenes sobre el tpico.

    Estoy sealando esto en trminos de que, como vemos, ha sido una preocupacin de mucho tiempo, la cual puedo plantear aqu como una cuestin particularmente central. Estamos observando una especie de extrapolacin de un cierto discurso tecnolgico de un concepto terriblemente vaporoso, pero que tiene un uso

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    Reflexiones en torno a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    ideolgico muy claro que es intentar resolver el problema de Sa esttica o de la rigidez del concepto de estructura con el concepto de las virtualidades. Sobre el concepto de realidades virtuales que hoy da estn teniendo un gran peso en ciertos discursos de a educacin por io menos en Mxico io que puedo decir como un enunciado simplemente para plantearles a cuestin es o siguiente.

    Si e concepto de estructura se limita a un recorte de una situacin dada, y aqu viene la cuestin clave, sin atender a su despliegue, a su potencialidad, a sus especificidades histricas segn ios contextos, se corre el riesgo de confundir el movimiento con lo histrico-gentico, y por lo tanto, sera muy difcil salirse de ello. Ms bien, sera una manera de reforzar e! esquema de la explicacin causal incluso ms mecnica. Es decir, el esquema es dado por el antecedente que produce a situacin que tengo delante, ei movimiento lo recupero reconstruyendo la dimensin histrico-gentica.

    En muchas tesis hay siempre un captulo primero que se dedica a esta reconstruccin histrico-gentica, que son intentos de aplicarle oxgeno al cadver, porque despus, dei captulo dos hasta el captulo final, es decir en las 300 pginas siguientes, solamente se describe un seor que est desfalleciente, moribundo o ya definitivamente muerto. Salva la conciencia e! captulo primero, donde se e revive en trminos de su pasado.

    Este es un punto que est muy presente no solamente en tesis de maestra o doctorado, sino en otras elaboraciones tambin y es de alguna manera expresin de o que les estoy diciendo. Es decir, ah hay un problema de manejo del concepto de estructura muy claro y que es perfectamente comprensible, porque ste es uno de los conceptos ms fuertes que conforman el paradigma de la racionalidad cientfica desde hace muchos siglos. Dira que en el concepto de estructura se condens, durante muchsimo tiempo, la gran aportacin del paradigma de la

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    explicacin cientfica desde el siglo XVII en adelante que implicaba buscar, a partir de la regularidad, !a estructura como la invariante. Esto se transform, por lo tanto, en el discurso de las variaciones en torno de un eje invariante, lo que corresponda a una regularidad numrica o emprica. Eso puede estar bien, el problema est cuando se transforma en una categora extrapolabie a cualquier situacin del pensamiento, ese es el punto, entonces ya no estamos solamente ante la exigencia de la invariante, estamos frente a la estructura transformada en una estructura categorial, exciuyente de cualquier otra concepcin de cientificidad.

    Selecciono este problema debido a que es uno de los puntos que est en la dificultad o en el obstculo para poder resolver algunas exigencias epistmcas de hoy, consistentes, muchas de ellas, en cambiar el paradigma de o que estamos llamando de la ciencia o de la simplicidad. El problema no es tanto la causa, a lo mejor ni siquiera el concepto de ley, el problema puede estar ms bien en el concepto de estructura que se vincula con la dificultad, por ejemplo, de manejar la idea de proceso. Todos han pasado por la dificultad enorme de manejar la idea de proceso.

    Hay una ancdota intelectual que ilustra esta situacin y que cuenta Bachelard en algn texto en relacin a la formacin del espritu cientfico. Como ustedes recordarn, es ei anlisis que l hace de Korsivsky, un filsofo y matemtico polaco, emigrado a Estados Unidos quien reinterpret la filosofa aristottica, a la cual trat de incorporarle movimiento, e hizo una propuesta que tena claramente propsitos educacionales. En efecto, l construy un discurso de didctica, ya que no estaba preocupado por la investigacin cientfica, sino por la formacin de la gente. Entonces, hizo toda una elaboracin en un texto enorme de aproximadamente 800 pginas, y uno de los pocos autores que lo ha comentado es Bachelard.

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    Reflexiones en torno a la relacin entre epistemologa y mtodo

    Ei documento no fue entendido porque, en e fondo, el punto que el autor no pudo resolver fue precisamente cmo poner en movimiento a la estructura. Trat de hacerlo, como lo han intentado algunos socilogos posteriores y ciertos antroplogos, a travs de un uso intensivo y extensivo del concepto de funcin, pero eso no fue suficiente, algo que tambin ha hecho el estructural-funcionasmo, incluso el ms sofisticado. Lo que ha hecho alguna de las teoras sistmicas para agilizar o dinamizar el concepto de estructura, ha sido tambin el empleo de una serie de modalidades del concepto mismo de funcin. As, por lo menos a partir de esa experiencia de fines de ios 30 o comienzos de los 40, muy precursora tenemos aqu un nudo gordiano importante.

    Una segunda cuestin es tambin, como la anterior, algo que tiene sin duda una raz epistmica, pero que se debe asumir metodolgicamente. Me refiero al concepto dei discurso terico, puntualmente a la relacin que hay entre discurso terico y articulacin de la realidad, y aqu nos enfrentamos con lo siguiente.

    Ei discurso terico es un recorte de realidad asumido desde un cierto ngulo, la cuestin es cmo lo puedo vincular con otros recortes. Este problema, que se los estoy diciendo de una manera muy descriptiva, est desde hace por lo menos 30 aos en las viejas y nuevas discusiones acerca de a interdisciplnaridad, en el cual no se trata de buscar una posicin de discurso, sino de relacin. Pero qu significa hablar de relaciones entre discursos tericos? Si partimos de la base que la realidad no es un discurso, sino que supone muchos discursos sobre diferentes aspectos, mbitos o niveles de la misma y que ia realidad es esa conjuncin, cmo se resuelve esa conjuncin? Estamos ante un viejo problema que tiene que ver con el uso del concepto de articulacin respecto de la realidad dada, como ya de alguna manera lo haba tratado de plantear en los 20 y en los 30 Gurvitch.

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    El tema asi expuesto parece sencillo, pero toca algunos de los problemas que mencionaba al inicio de esta charla, ya que tiene relacin con el concepto de lmite; porque lo que obviamente se est cuestionando aqu es el lmite del discurso. Y a su vez, al exponer el problema del lmite dei discurso, nos estamos planteando uno de ios grandes temas de hoy que tiene que ver con la complejidad, aquello que est fuera del lmite, el excedente de realidad respecto del lmite del discurso. Este es un tema fundamental que se relaciona con algunas cuestiones ya dichas antes, tiene que ver con ei problema del movimiento y su traduccin en ei plano de a razn, dei conocimiento y con otras dos cuestiones que las incorporara.

    Tendra que ver, por ejemplo, con algunas de las grandes consideraciones que surgieron no suficientemente desarrolladas en la escuela de Frankfurt en relacin al concepto de excedente de realidad, reitero como punto importante no trabajado por completo, como aquello que est siempre fuera del lmite. Pero, por qu es importante? Porque este concepto, si ustedes lo trabajan bien, viene a cuestionar ei concepto de determinacin y al cuestionar el concepto de determinacin, a su vez, me est cuestionando ei concepto de explicacin en trminos de causa y efecto.

    No se trata de negar la determinacin, se trata de complejizaria. Para ponerlo en trminos ms exactos, se trata de complejizar el alcance que tiene la determinacin. Pero, en todo caso, lo que si est muy claro es que el concepto mismo de determinacin clsica ya no puede seguir siendo el actual, entendiendo por concepto clsico de determinacin lo que todos sabemos, determinar es negar, vale decir, es reducir la realidad a aquello que est dentro de la determinacin y olvidarse simplemente de todo aquello que est fuera de sus lmites, por eso a estoy negando, pero la estoy negando como realidad.

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    Reflexiones en torno a ia relacin entre epistemologa y mtodo

    Esto sale al paso dei problema dei excedente de realidad, que a su vez se vincula con ei movimiento del lmite, con ei lmite abierto, pero que tambin se enlazara con otra cuestin que surgi del debate actual, que es ia aportacin de Kuhn. Incorporemos a Kuhn. Cuando l plantea las condiciones para la construccin dei conocimiento, plantea muchas, pero hay una que es fundamental, lo que llama el reconocimiento de la anomala. Ei reconocimiento de la anomala dei conocimiento construido o codificado, es el excedente de realidad que escapa al conocimiento ya determinado, ya organizado, que aprehende a a realidad desde un cierto ngulo y dentro de ciertos lmites.

    Este es un problema que est como incitando a la discusin, no es una mera disquisicin en trminos de discursos mirados desde el punto de vista de la lingstica, no. Esto lleva a una tercera cuestin, que la incorporo deliberadamente, porque si no lo hago, aparecera despus en a discusin como un tema que no tiene nada que ver con las complejidades de algunas de las cuestiones consideradas. Estoy hablando del problema de ia delimitacin o del recorte. Es decir, de toda la discusin anterior respecto de la estructura, de los lmites, de los discursos tericos y de su articulabilidad.

    La articulabilidad entre discursos se tendra que reflejar en definitiva en e! recorte de realidades. De otro modo vamos a caer en lo que ha cado mucha investigacin de inspiracin dialctica, por ejemplo en el sentido correcto de la palabra, de pensamiento crtico simplemente en una cantidad de problemas abstractos tericos muy interesantes; pero en el momento de hacer la investigacin nos olvidamos de todo esto y hacemos las cosas en el cabal sentido comn del estructural funcionalismo imperante. No, esto tiene que traducirse en el pro-biema del recorte, y ei recorte es como ia puerta de entrada a la gran cuestin no voy a referirme en trminos especficos, pero aludo a ella de ia construccin del objeto de estudio.

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    Es decir, todos los problemas anteriores los tengo, pero si los voy a retomar en trminos de recorte es porque estoy apropindome de estas exigencias epistemolgicas en una lgica de construccin de objetos de estudio. De otro modo partiramos, casi iniciaimente, desvinculando la gran discusin ms abstracta, o ms fundante de orden epistemolgico, de las discusiones metodoigico-opera- cionales y no es as.

    Rpidamente habra que sealar algunas cuestiones de este orden, porque cambiamos de manera muy drstica de nivel de abstraccin, cmo se puede recuperar todo el anlisis anterior ya en una discusin metodolgica relacionada, a partir del recorte, con la construccin del objeto? Fundamentalmente girando en torno de un tema que s est sealado en el temario dei Taller, la problema- tizacin. Si, la problematizacin es un ejercicio metodolgico que se vincula con esta cuestin epistmica fundamental.

    La problematizacin se refiere a cmo paso de una observacin de tipo morfolgica, de tipo temtica a un objeto teorizabie?, cmo paso de un tema a un objeto? En esto consiste la problematizacin en un piano estrictamente metodolgico, y por lo tanto, de inicio, ya me est implicando una determinada forma de resolver el recorte. Aqu cabra sealar dos cuestiones ms puntuales. Voy a mencionarlas en un plano ms operativo, pero son retos epistmicos que se pueden estar resolviendo metodolgicamente. Veamos primero sus formulaciones ms epis- tmicas, y despus veamos sus formulaciones ms metodolgicas.

    Primera cuestin. La articulacin de niveles de realidad cumple la funcin de exigencia de objetividad, entendiendo este concepto de objetividad como relacin entre niveles y momentos de un fenmeno.

    Hago un pequeo parntesis. Este problema de la articulacin como exigencia de objetividad entendida la

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    objetividad como se ios mencionaba tiene relacin directa con la necesidad del investigador de saber ubicarse en el momento histrico, de otro modo no puede leer la articulacin como exigencia de objetividad, sino que la lee como conjunto de informacin o como necesidad de informacin.

    Segunda cuestin. La relacin entre nivel y momento puede reconocer una formulacin ms abstracta, pero aqu la estoy usando casi como equivalente, que es lo que en algunos escritos, como los mencionados, se ha llamado la exigencia de historicidad o, para decirlo en trminos todava ms drsticos, ia historicidad como patrn de descubrimiento.

    Si lo ponemos as, se nos hace mucho ms difcil, pero hay una correspondencia entre dos niveles de abstracciones: entre lo que estoy llamando la articulacin como exigencia de objetividad y la historicidad como patrn de descubrimiento, que son las dos caras de lo mismo. Correspondencia que, sin embargo, es conveniente planteara porque admite desarrollos tanto con un cierto grado de autonoma, como de enriquecimientos recprocos. Cmo cuales?

    Por ejemplo, si me pongo en el plano de la exigencia de historicidad surge de inmediato un tema, un problema que ha sido discutido pero desafortunadamente tampoco suficientemente resuelto en la tradicin del pensamiento dialctico que es la exigencia de la especificidad dei fenmeno. Si no veo esto desde el punto de vista de ia articulacin como exigencia de objetividad, esta exigencia, esta especificidad, en la relacin entre nivel y momento, qu es? De stas dos cuestiones que les estoy mencionando, se derivan algunos problemas.

    El primero, es de otro nivel esto es lo interesante tambin del debate, que nos estamos moviendo constantemente en distintos niveles de abstraccin y plantea un problema central que se deriva de lo anterior. Que el

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    presente deba eerse como dndose, es otro nive de complejidad; pero qu implicacin metodolgica tiene esto en el plano ms operativo? Tiene la siguiente: rompe con ia identidad entre realidad y objeto, y nos obliga a manejarnos antes que con la identidad realidad y objeto con la idea de campos de objetos posibles.

    Esta es una discusin que se puede rastrear de otras maneras, auque la dejo as. Pero, qu significa, si me ubico en este punto con alguno de los temas anteriores, por ejemplo, el tema de los lmites?, est aqu presente el problema de os lmites o no o est?, claro que lo est. De qu manera est presente el problema de ios lmites cuando estoy hablando desde el recorte ya no de un objeto, sino de un campo de objetos?, una cuestin aparentemente tan sencilla como esa. Sin embargo, el problema que est detrs, ms profundo todava que el problema de los lmites, es cmo se hara presente?

    Se hara presente o planteo como una lnea de discusin a travs de la existencia de ia inciusividad. La inciusividad tiene que ver con la idea de los lmites, de los niveles y de los discursos que transforman un nivel en todas las realidades. Un discurso construido desde un nivel que estoy relacionando con otro, est suponiendo una exigencia de inciusividad en el piano de la realidad que no est iniciaimente en el discurso, y es un punto muy importante.

    Esto tiene que ver con un tema que es casi de sentido comn, tiene que ver con la naturaleza compleja del objeto, con la naturaleza transdiscipiinaria del mismo. Por qu se est diciendo io que se est diciendo, de la manera como se est diciendo? Sin pretender hacer un diagnstico, la cuestin que subyace es que se exprese en los enunciados la complejidad del objeto. Cuando decimos que ya los objetos no son slo sociolgicos, no son slo econmicos, no son slo antropolgicos, sino que son socioantropolgicos, polticos, culturales, en otro ienguaje

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    ms epistmico, es o mismo que estoy diciendo aqu. El probiema es que ese otro ienguaje, ya no es simplemente una constatacin de una situacin producida en e mbito del conocimiento concreto, sino que apunta a ia forma de razonamiento, que es io que interesa discutir.

    El problema de ia inciusividad es una forma de razonamiento, es una forma de razonamiento que me obiga a no atarme al lmite, por io tanto, a no atarme a contenidos conceptuales, lo cual no significa no usarlos, porque sera absurdo, pero no atarse a ellos. Sera tan absurdo como sostener que no se necesita teora, el probiema est en cmo estoy usando esa teora, o como caja mortuoria o como trampoln, la tendencia en aras de la conformidad de espritu es ms bien usarla como caja mortuoria.

    Ahora, esto tiene otras varias implicaciones, que las dejara pendientes en este momento, aunque hay una que es particularmente central en mi opinin, y que la voy a mencionar porque permite recuperar otra lnea de discusin que vena sealando desde antes, que tiene que ver con el sujeto, con el sujeto pensante, con el sujeto investigador. Es algo que tambin puede aparecer casi como psicologsmo, pero no lo es, es una apetencia, y es algo tan importante como io siguiente hay necesidad de realidad en quien investiga, o no hay necesidad de realidad en quien investiga?

    Una necesidad de realidad no es un acto meramente volitivo, ni es una mera expresin de las inconformidades emocionales personales, puede serio, sin duda alguna, pero a m me interesa destacar algo que es particularmente importante dentro de o que podra intentar ser una congruencia en el planteamiento que les estoy resumiendo ahora, que tiene que ver con la obligacin o la no obligacin del sujeto en su momento.

    Es decir, como yo me site en e momento, como me coloque ante el contexto, como me reconozca en m ubicacin en el momento histrico ser mi necesidad de

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    realidad, y por lo tanto, el cmo maneje la incSusividad en un plano de realidad o en otro. Esto es una vieja discusin.

    Una vieja discusin que viene desde la poca de comienzos del siglo, cuando iniciaban las grandes polmicas que de alguna manera han continuado hasta hoy da, y que se refieren por ejemplo, a la problemtica sobre la realidad. Es decir, de qu realidad estoy hablando, cuando hablo de la realidad? Puedo hablar de una realidad segmentada como lo postul cierto tipo de positivismo, o tengo que hablar de una realidad de tipo ms compleja, ms integrada. Esas son distintas formas de abordar e intentar resolver ei problema de la ubicacin histrica, o para ponerlo en trminos de Aron y de Mondofo de resolver mi conciencia del momento, y por lo tanto, mi necesidad de realidad.

    La necesidad de realidad un tema fundamental en el esfuerzo por incorporar ai sujeto en los procesos investigativos , plantea algunas cuestiones en s mismas, que pueden ser trabajadas fuera de una discusin metodolgica, como es trabajar la realidad como mbito de sentido, entre otras.

    Ahora, esto es un tema muy complicado, porque la necesidad de realidad y su transformacin en mbito de sentido tiene que ver con algo que es terriblemente difcil de generalizar, pero que es un tpico tambin dentro de la construccin de conocimiento, que es la postura del investigador con respecto al compromiso que asume con su conocimiento. Yo construyo ei conocimiento para qu, ese para qu no tiene una respuesta terica, tiene una respuesta extraterica que puede ser valrica, filosfica, como quieran: para qu quiero conocer la burocracia, para qu quiero conocer los movimientos sociales, para qu quiero conocer si funcionan o no las escuelas. Esta es una pregunta que aparece como muy valrica, lo es, pero adems tiene que ver con una cuestin epistmica,

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    como esto que estoy hablando ahora de a necesidad de realidad.

    Hay una.cuestin que se deriva de dos afirmaciones anteriores. Una es la ubicacin en el momento, y la otra es la afirmacin acerca de la articulacin entre niveles que se expresan en discursos, los cuales se identifican con niveles de realidad transformando sus contenidos en realidad. Problema que tiene implicaciones como las siguientes.

    Me refiero al problema de a significacin de los conceptos, y por lo tanto, de los discursos, lo que nos coloca ante ei problema de resolver la cuestin de las significaciones desde dos dimensiones entrecruzadas: Ei mbito de significacin dei momento histrico y e! propio de las exigencias tericas.

    Aqu surgen muchos temas, el primero de los cuales voy a mencionar slo dos es marcarnos el problema del ngulo desde el cual me estoy planteando la cuestin. Es decir, me la estoy planteando desde el ngulo del discurso terico encajonado, reducido a determinados campos de significaciones, o estoy incorporando io que en otros momentos llambamos la historicidad y cmo se conjugan ambas.

    Si ustedes analizan ei pensamiento de los clsicos vern que hay una suerte de resolucin a este asunto. Parten de una cierta nocin de lo que sera la realidad histrica, centrada por lo general en un argumento accesible o en un concepto simple, por ejemplo en el caso de Weber el problema de la racionalidad, en el caso de Marx puede ser otro concepto. Es a partir lo estoy poniendo como ejemplo de una cierta conformacin de lo que sera el momento histrico y sus exigencias de conocimiento, que comienzan a plantearse los problemas de las exigencias de significaciones tericas, porque ia construccin de ia significacin terica se hace desde esa exigencia de significacin histrica. Lo habitual es que se tiende

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    a reducir la significacin histrica a la terica, o, para decirio de otro modo, a la mera construccin de un significado terico que por s mismo se ie da e rango de significacin histrica, lo que puede llevarnos, como de hecho ha ocurrido , a grandes conclusiones con pretensiones de validez.

    De manera ms especulativa, el problema de la significacin histrica y terica nos lleva a un problema que en este momento es muy interesante, al de ios lenguajes en las ciencias sociales. Creo que es un problema serio, para que me comprendan bien, e problema de los lenguajes est aqu entendido como la relacin entre significado y signficante, y a gran tendencia a trabajar con significados y no estar lo suficientemente alerta de que estos a veces se deshistorizan rpidamente.

    Para ir terminando esta parte de la sesin, me permitira rescatarla, no de una manera simtrica, en cinco grandes temas absolutamente metodolgicos. Esto no significa que no pueda haber otros, pero lo he tratado de hacer ms bien inspirado en la idea de colocarlos casi como ejemplificaciones.

    El primero del cual ya hemos hablado de manera ms explcita es a relacin de conocimiento, qu es la relacin de conocimiento? Podra dejar aqu planteado para la discusin que es una cierta forma de definir a necesidad de realidad, lo que significa, a su vez, una forma de resolver por e! sujeto investigador sus propios parmetros, los parmetros que lo condicionan en su colocacin frente a la realidad.

    El segundo es el problema del ngulo, que en el fondo vendra a expresar el dnde me coloco para construir el conocimiento? Aqu hago un cierto anaogismo, el ngulo como ngulo de fuga del conocimiento acumulado. ngulo de fuga que lo estoy usando en el sentido del lenguaje plstico, es decir, el ngulo que puedo entender desde aquello que est, no es algo ficticio. Esto tiene muchas

    Reflexiones en tomo a a relacin entre epistemologa y mtodo

    implicaciones, voy a poner una que ha surgido y que tiene relacin con esto, por ejemplo algunos de los presentes hemos tenido oportunidad de comentar, que es la idea de Hoton, respecto del eje Z en ese texto de La imaginacin cientfica. Cuando l plantea en una crtica a este descarte de la psicologa en ei mbito de la construccin del conocimiento que les mencionaba la idea de ngulo Z que vendra a ser el punto de decisin convencional del investigador. Donde el conocimiento no se puede agotar simplemente en funcin de las coordenadas X y Y, que son como quien dice las coordenadas de a acumulacin universal, estructuras conceptuales y acumulacin de informacin. Lo que en particular est en el eje Z en Holton a partir de ia revisin que l hace de a experiencia de la fsica es 1a decisin convencional, es decir, qu es lo que yo defino como mi puerta de entrada. El problema dei ngulo tiene que ver con esto.

    Tercero, que tambin hemos hablado de l, pero aqu lo estoy rescatando puntualmente, es el problema del recorte. El recorte entendido en funcin de a articufabili- dad de niveles y del despliegue dei momento.

    Tendramos dos problemas ms a ios cuales no alud, que en s mismos son temas importantes y creo que habra que retomar por lo menos en alguna de las temticas puntuales del programa de discusin del Seminario. Uno, que sera el cuarto, es el problema de los enunciados. Algunos de los presentes han ido acumulando cierta experiencia de enunciado a veces con dolor de cabeza, y aunque es un tema muy complejo, aqu solamente anticipo lo siguiente.

    El problema del enunciado es una manera de abordar el ejercicio de la probematizacin, pero en ei plano de los enunciados, o sea, en e plano de la construccin de la formulacin. Ah es donde se complica ei cuadro, ya que no significa un ejercicio gramatical, es ms bien a verbaizacin de ejercicio de la probematizacin, pero

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    donde estn incorporados tres grandes temas que hemos venido planteando en esta parte de a reunin.

    Uno es el tema de! ngulo de! sujeto, es decir, desde dnde el sujeto est pensando, lo que podramos llamar la dimensin existencia! de enunciado, dimensin que queda a veces encubierta. El otro componente del enunciado, que es el ms visible precisamente en aras de esta especie de concepto de seriedad cientfica que nos hereda el positivismo del cual no nos liberamos es lo que podramos llamar el componente existencia! de por qu yo elijo este problema y de desde dnde yo comienzo a enunciarlo conceptuamente. El tercero, el ms universal y estandarizado, es el componente terico, que a su vez es el componente de cierre de ia problematizacin.

    Considero que estos aspectos de los enunciados son puntos fundamentales, por qu, porque aluden a a dialctica derivada del ejercicio al manejarnos con lmites abiertos entre apertura y cierre del enunciado. La relacin entre apertura y cierre tiene que ver con muchas cosas anteriores, por ejemplo, con el problema de la estructura, o si se trata de manejarse con un concepto de estructura que no sea slo de cierre.

    Por ltimo, tenemos e! problema de los observables, para poder terminar con una cuestin metodolgica muy importante que naturalmente es parte de todos Sos temas anteriores. Pero sobre todo se corresponde con el de los enunciados en la medida que, tanto ios enunciados como os observables, son parte del viejo problema y estn en todos los textos de metodologa relativos a la construccin de las conexiones empricas. Cmo me estoy conectando con esa realidad externa, morfolgica que quiero pro-blematizar y transformar en un objeto de teora o de teorizacin?

    Estas exigencias de los observables obviamente analizadas desde las exigencias de la relacin de conocimiento, para decirlo de manera ms explcita, desde la

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    exigencia de la articulacin ya no se refieren a los observables atomizados, como pod