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FIGO CANCER REPORT 2015 Cáncer de ovario, trompas de falopio y peritoneo Jonathan S. Berek a , Christopher Crum b , Michael Friedlander c a Stanford Women’s Cancer Center, Stanford Cancer Institute, Division of Gynecologic Oncology, Department of Obstetrics and Gynecology, Stanford University School of Medicine, Stanford, CA, USA b Brigham and Women’s Hospital, Harvard Medical School, Boston, MA, USA c Royal Hospital for Women, Randwick, Sydney, Australia 1. Introducción 1.1. Sitios primarios: cáncer de ovario, trompas de Falopio y peritoneal En el 2014, el Comité de Oncología Ginecológica de la FIGO revisó la estadificación para incorporar en el mismo sistema al cáncer de ovarios, trompas de Falopio, y el cáncer peritoneal. Cambiar el sistema de estadificación requirió una amplia conferencia internacional. El sitio primario (es decir, ovario, trompa de Falopio, o el peritoneo) se designa, siempre que sea posible. Cuando no es posible designar claramente el sitio primario, deben registrarse como "no designada" [1,2]. Se ha supuesto que los tumores malignos de las trompas de falopio eran raros [2]. Sin embargo, evidencia histológicos, molecular y genética muestra que entre el 40% y el 60% de los tumores que fueron clasificados como carcinomas serosos de alto grado del ovario o el peritoneo puede tener su origen en la fimbria de la trompa de Falopio [3-8]. Por lo tanto, la incidencia de los cánceres de trompa de Falopio puede haber sido subestimada. Estos nuevos datos apoyan la opinión de que el cáncer seroso de alto grado del ovario, trompa de Falopio, peritoneales deben ser considerados en conjunto, y que las convenciones de designar el origen ovárico a tumores malignos ya no deben ser utilizados, a menos que este sea claramente el sitio de origen. Se ha sugerido que los tumores extrauterinos de histología serosa que surgen en el ovario, trompa de Falopio, o el peritoneo pueden ser descritos colectivamente como "carcinomas Müllerianos"

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FIGO CANCER REPORT 2015

Cáncer de ovario, trompas de falopio y peritoneo

Jonathan S. Bereka, Christopher Crum

b, Michael Friedlander

c

a Stanford Women’s Cancer Center, Stanford Cancer Institute, Division of Gynecologic

Oncology, Department of Obstetrics and Gynecology, Stanford University School of Medicine,

Stanford, CA, USA

b Brigham and Women’s Hospital, Harvard Medical School, Boston, MA, USA

c Royal Hospital for Women, Randwick, Sydney, Australia

1. Introducción

1.1. Sitios primarios: cáncer de ovario, trompas de Falopio y peritoneal

En el 2014, el Comité de Oncología Ginecológica de la FIGO revisó la estadificación

para incorporar en el mismo sistema al cáncer de ovarios, trompas de Falopio, y el cáncer

peritoneal. Cambiar el sistema de estadificación requirió una amplia conferencia internacional.

El sitio primario (es decir, ovario, trompa de Falopio, o el peritoneo) se designa, siempre que sea

posible. Cuando no es posible designar claramente el sitio primario, deben registrarse como "no

designada" [1,2].

Se ha supuesto que los tumores malignos de las trompas de falopio eran raros [2]. Sin

embargo, evidencia histológicos, molecular y genética muestra que entre el 40% y el 60% de los

tumores que fueron clasificados como carcinomas serosos de alto grado del ovario o el peritoneo

puede tener su origen en la fimbria de la trompa de Falopio [3-8]. Por lo tanto, la incidencia de

los cánceres de trompa de Falopio puede haber sido subestimada. Estos nuevos datos apoyan la

opinión de que el cáncer seroso de alto grado del ovario, trompa de Falopio, peritoneales deben

ser considerados en conjunto, y que las convenciones de designar el origen ovárico a tumores

malignos ya no deben ser utilizados, a menos que este sea claramente el sitio de origen. Se ha

sugerido que los tumores extrauterinos de histología serosa que surgen en el ovario, trompa de

Falopio, o el peritoneo pueden ser descritos colectivamente como "carcinomas Müllerianos"

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[1,2] o "carcinomas serosos pélvicos" [9]. Esta última designación es controversial debido a que

algunos tumores peritoneales pueden surgir en el peritoneo extrapélvico. Por lo tanto, se prefiere

el simple término "carcinoma seroso", y la mayoría de estos son carcinomas serosos de alto

grado (HGSC).

Aunque no ha habido ninguna clasificación formal para el cáncer peritoneal, se utiliza el

sistema de estadificación de la FIGO, entendiendo que no es posible tener un cáncer peritoneal

en Etapa I.

1.1.1. Sitio primario

Los tumores epiteliales del ovario pueden surgir en focos de endometriosis o dentro de

inclusiones corticales del epitelio Mülleriano, probablemente como una forma de

endosalpingiosis. Estos tumores incluyen los carcinomas endometrioides de bajo grado, los

carcinomas de células claras, los carcinomas serosos de bajo potencial maligno y de bajo grado y

los carcinomas mucinosos. Se cree que estos tumores evolucionan de a poco desde condiciones

precursoras de bajo grado (quistes de endometriosis, cistoadenomas, etc.) y se clasifican como

tumores tipo I [5]. Los carcinomas de las trompas de Falopio nacen en la parte distal de la

trompa y la mayoría de éstos son carcinomas serosos de alto grado. Se considera que este grupo

de tumores evolucionan con rapidez a partir de lesiones precursores más ambiguas y se designan

como tumores tipo II [5,6]. Este último grupo incluye los carcinomas endometrioides de alto

grado y el carcinosarcoma. Todos estos carcinomas de alto grado casi siempre se asocian a

mutaciones en el gen TP53 [5].

1.1.2. Drenaje de linfático y de los ganglios linfáticos

El drenaje linfático de los ovarios y de las trompas de Falopio es a través de las vías

útero-ováricas, infundibulopélvico, y del ligamento redondo y de otra vía accesoria a través de la

ilíaca externa a los siguientes ganglios linfáticos regionales: ilíacos externos, ilíacos comunes,

hipogástricos, sacros laterales, ganglios linfáticos paraaórticos y, en ocasiones, a los ganglios

inguinales [1,10-12]. La superficie peritoneal puede drenar a través de los vasos linfáticos

diafragmáticos y de allí a los grandes vasos venosos encima del diafragma.

1.1.3. Otros sitios de metástasis

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El peritoneo, incluyendo el epiplón y vísceras pélvicas y abdominales, es el sitio más

común de diseminación del cáncer de ovario y de trompa de Falopio. Esto incluye las superficies

del diafragma y del hígado. También se puede observar compromiso pleural. Otros sitios

extraperitoneales o extrapleurales son relativamente poco frecuentes, pero pueden ocurrir [1,10-

12]. Después de haber excluido el origen ovárico y de trompas de Falopio luego de un análisis

patológico sistemático, otras neoplasias malignas que pueden surgir primariamente del peritoneo

tienen un patrón de propagación idéntico, y con frecuencia pueden comprometer de manera

secundaria a los ovarios y las trompas de Falopio. Se cree que estos tumores “peritoneales”,

surgen de una endosalpingiosis.

1.2. Reglas de la clasificación

Aunque la CT puede determinar la propagación intra-abdominal de la enfermedad hasta

cierto punto, pero el cáncer de ovario, de trompa de Falopio y peritoneales deben estadificarse

quirúrgicamente. Los hallazgos intraoperatorios determinan el diagnóstico preciso histológico, el

estadio, y, por lo tanto, el pronóstico de las pacientes [1,9,10,12-14].

En determinadas pacientes con enfermedad en estadio avanzado, puede ser apropiado

iniciar la quimioterapia antes de la intervención quirúrgica, y en estos casos, debería existir

confirmación histológica o citológica del diagnóstico antes de comenzar la quimioterapia

neoadyuvante (ver abajo 5.2.2.).

Una radiografía de tórax puede servir para pesquisar derrames pleurales. Como las

metástasis a distancia son poco frecuentes, no es necesario ninguna otra evaluación radiológica a

menos que esté sintomática. Los niveles de CA-125 en suero pueden ser útiles para determinar la

respuesta a la quimioterapia, pero que no contribuyen a la estadificación.

1.2.1. Compromiso de las trompas de Falopio

El compromiso de las trompas de Falopio se puede dividir en tres categorías. En la

primera, hay un tumor evidente, intraluminal en la trompa, en conjunto a evidencia de carcinoma

intraepitelial de trompas (carcinoma in situ), donde se presume que el tumor ha surgido en la

trompa de Falopio. Estos casos deben ser estadificados quirúrgicamente con una confirmación

histológica de la enfermedad. Por lo tanto, se puede definir la extensión del tumor en la

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submucosa o muscular y de la serosa. Estas características, junto con la lateralidad y la presencia

o ausencia de ascitis, deben ser tomados en consideración [1,3,6,7].

En el segundo escenario, un carcinoma seroso generalizado se asocia con un carcinoma

intraepitelial de trompas. Puede que no haya una masa visible del endosálpinx, pero deben

considerarse los hallazgos histológicos reportados en el informe de patología, ya que pueden

indicar un cáncer primario de trompa de Falopio. Los tumores que obliteran las dos trompas de

Falopio y el ovario pueden pertenecer a este grupo, pero la asignación a un presunto origen de

trompas es controvertida ya que no puede ser confirmado el carcinoma intraepitelial de trompas.

En el tercer escenario – la salpingo-ooferectomía reductora de riesgo - el carcinoma

intraepitelial tubárico puede ser el único hallazgo. Esto se debe informar como originario de la

trompa de Falopio y se manejado acordemente. La mayoría de los cánceres serosos tempranos

son detectados en la trompa de Falopio, independiente del riesgo genético [15,16].

1.2.2. Estadificación de la FIGO

El sistema actualizado y revisado de la estadificación FIGO, combina la clasificación de

ovario, trompa de Falopio, y del cáncer de peritoneo. Se basa principalmente en los hallazgos de

la exploración quirúrgica (como se indica más arriba). La Tabla 1 presenta la clasificación por

estadios FIGO 2014 para el cáncer de ovario, trompa de Falopio, y el peritoneo. Los estadios

equivalentes de la clasificación TNM de la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) se

presentan la Tabla 2.

Además de estos cambios, se han hecho varias otras modificaciones del antiguo sistema

de estadificación para un mejor registro prospectivo de los datos. Estadio IC ahora se divide en

tres categorías, IC1 (rotura de cápsula intraoperatoria), IC2 (rotura de la cápsula antes de la

cirugía o tumor en la superficie de la trompa o los ovarios), y IC3 (células malignas en la ascitis

o en los lavados peritoneales). Etapa IIC ha sido eliminado. La estadificación actualizado incluye

una revisión de la Etapa IIIC basado en la propagación exclusiva a los ganglios linfáticos

retroperitoneales sin diseminación intraperitoneal, debido a que un análisis de estos pacientes

indica que su sobrevida es significativamente mejor que aquellos que tienen difusión

intraperitoneal [17]. Esta categoría está ahora subdividida en IIIA1 (i) (metástasis ≤ 10 mm en su

dimensión mayor), y IIIA1 (ii) (metástasis> 10 mm en su dimensión mayor). Etapa IIIA2 es

ahora "compromiso microscópico del peritoneo extrapélvico con o sin ganglios linfáticos

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retroperitoneales positivos metastásicos". La redacción de la etapa IIIB se ha modificado para

reflejar el estado de los ganglios linfáticos. La etapa IVB ahora incluye metástasis a los ganglios

linfáticos inguinales.

1.2.2.1. Ganglios linfáticos regionales (N)

• NX: Los ganglios linfáticos regionales no pueden ser evaluados.

• N0: No hay metástasis a los ganglios linfáticos regionales.

• N1: Metástasis a ganglios linfáticos regionales.

1.2.2.2. Metástasis a distancia (M)

• MX: Metástasis a distancia no puede ser evaluada.

• M0: No hay metástasis a distancia.

• M1: Metástasis a distancia (con exclusión de las metástasis peritoneales).

1.3. Clasificación histopatológica

La mayoría de los casos de cáncer de ovario son de origen epitelial. La FIGO respalda la

clasificación histológica de la OMS de los tumores epiteliales de ovario. Se recomienda que

todos los tumores epiteliales de ovario se subdividan de acuerdo a la siguiente clasificación [18].

La clasificación histológica del cáncer de ovario, trompa de Falopio, y peritoneal es la siguiente:

• Tumores serosos.

• Tumores mucinosos.

• Tumores endometrioides.

• Tumores de células claras.

• Tumores de Brenner.

• Carcinomas indiferenciados (este grupo de tumores malignos son de estructura epitelial, pero

están muy pobremente diferenciados como para ser colocados en cualquier otro grupo).

• Tumores epiteliales mixtos (estos tumores están compuestos de dos o más de los cinco tipos

principales de células de tumores epiteliales comunes. Los tipos se suelen especificar).

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• Los casos con carcinoma seroso de alto grado en el cual los ovarios y las trompas de Falopio

parecen estar involucradas, y no se puede definir el primario, entones puede ser etiquetado como

carcinoma peritoneal o carcinoma seroso de sitio no designado, a discreción del patólogo.

Los tumores epiteliales de ovario y la tuba uterina se subclasifican por el grado

histológico, que puede correlacionarse con el pronóstico. Este sistema de clasificación no se

aplica a los tumores no epiteliales [19]. Se aplican dos sistemas de clasificación. Para los

carcinomas no serosos (mayoría endometrioide y mucinoso), la clasificación es idéntica a la

utilizada en el útero, basada en la arquitectura con aumento de un grado si tiene prominente

atipia nuclear, como sigue:

• GX: El grado no puede ser evaluado.

• G1: Bien diferenciado.

• G2: Moderadamente diferenciado.

• G3: Mal diferenciado.

Los carcinomas serosos son los más comunes tanto en el ovario y como en la trompa.

Más del 90% de los carcinomas de las trompas de Falopio son serosos o adenocarcinoma

endometrioide de alto grado. Otros tipos de histológicos se han reportado, pero son raros

[1,2,24]. Los carcinomas serosos se clasifican en un sistema de dos grados acorde con su

biología. Los carcinomas serosos de alto grado, incluyendo aquellas con apariencia clásica y

aquellos con características SET (sólido, endometrioide-símil, y de transición) tienen una alta

frecuencia de mutaciones en TP53 [20-22]. Los carcinomas serosos de bajo grado a menudo se

asocian con tumores serosos limítrofes o proliferativos atípicos, a menudo contienen mutaciones

en BRAF y KRAS y contienen wild-type TPp53. La mayoría de los carcinomas serosos

"moderadamente diferenciados” tienen mutaciones en TP53 y deben agruparse con los tumores

de alto grado [19,21-23].

Los tumores no epiteliales, aunque son poco frecuentes, son extremadamente

importantes. Estos incluyen los tumores de las células de la granulosa, tumores de células

germinales, sarcomas y linfomas. A continuación, se discuten como entidades separadas.

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Las neoplasias metastásicas al ovario, tales como tumores que surgen de otros sitios del

tracto reproductivo inferior (carcinoma de cuello o de cuerpo uterino) y del tracto gastrointestinal

(carcinoma de células en anillo de sello [Krukenberg], tumor apendicular de bajo grado o

pancreaticobiliar mucinosos y otras neoplasias) son clasificadas y estadificadas según sus

respectivos sitios de origen [1,2].

2. Epidemiología

Los tumores malignos de los ovarios se producen en todas las edades, variando la edad

según el subtipo histológico. Por ejemplo, en mujeres menores de 20 años de edad, predominan

los tumores de células germinales, mientras que los tumores de bajo potencial maligno ocurren

típicamente en mujeres de entre 30 y 40 años -10 años o menos, que, en las mujeres con cáncer

de ovario epitelial invasivo, que su mayoría se produce después de los 50 años.

El riesgo de por vida de una mujer en EE.UU. de desarrollar cáncer de ovario es de

aproximadamente 1 en 70. Aproximadamente el 23% de los cánceres ginecológicos son de

origen ovárico, pero el 47% de todas las muertes por cáncer del tracto genital femenino ocurren

en mujeres con cáncer de ovario. En general, el cáncer epitelial del ovario representa el 4% de

todos los nuevos diagnósticos de cáncer en las mujeres y el 5% de todas las muertes relacionadas

con cáncer [1,2,25].

La incidencia global de tumores epiteliales varía entre 9- 17 por 100 000 y es más alta en

los países industrializados, con la excepción de Japón [26]. Sin embargo, esta tasa de incidencia

aumenta proporcionalmente con la edad. El mayor número de pacientes con cáncer de ovario

epitelial se encuentra en el grupo de edad entre los 60-64 años.

Los factores de riesgo establecidos para los tumores epiteliales de ovario incluyen

factores de riesgo reproductivo. Las mujeres que nunca han tenido hijos tienen el doble de

probabilidad de desarrollar esta enfermedad. El primer embarazo a una edad temprana,

menopausia temprana, y el uso de anticonceptivos orales se han asociado con un menor riesgo de

cáncer de ovario [27]. La relación de estas variables con el cáncer de trompa de Falopio no está

claro.

Como se señaló anteriormente, antes se suponía que los tumores malignos de la trompa

de Falopio eran raros; sin embargo, esto ha sido cuestionado por pruebas que demuestran que

muchos tumores que fueron clasificados como carcinomas serosos de origen de ovario o

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peritoneal parecen tener su origen en la trompa de Falopio [3-7]. Cuando el origen es incierto, la

convención de designar todos los cánceres serosos, como originario del ovario ya no debe ser

utilizado y el término "origen no designado" puede ser aplicado a discreción del patólogo [18].

2.1. Genética

Los factores hereditarios están implicados en aproximadamente el 10% de los cánceres de

ovario, trompas de Falopio, y peritoneales. Las mutaciones que se han identificado incluyen [28-

32]:

(1) Mutaciones patogénicas heredadas en los genes BRCA1 y BRCA2. Las mujeres

portadoras de mutaciones germinales en los genes BRCA1 y BRCA2 tienen un riesgo

significativamente mayor de cáncer de ovario, trompas, y peritoneal - alrededor de un

20% - 50% con BRCA1 y un 10% -20% con BRCA2 [29-32]. Por lo general estos

cánceres ocurren a una edad más temprana que los cánceres esporádicos, sobre todo en

las portadoras de mutaciones BRCA1, con una edad media de diagnóstico a mediados de

los años 40.

(2) Las mutaciones heredadas en los genes reparadores de desajustes, asociados con el

síndrome de Lynch tipo II. Mujeres que llevan estas mutaciones tienen un mayor riesgo

de varios tipos de cáncer como el de colon, endometrio y cáncer de ovario. Por lo

general, los cánceres de ovario que se producen son histológicamente endometrioide o

células claras y son por lo general Etapa I.

(3) La mutación heredada en ARID1 se asocia a carcinoma de células claras y

endometrioides [33].

Las pacientes con una historia familiar de cáncer epitelial de ovario, trompas de Falopio o

cáncer peritoneal, sobre todo si hay una mutación germinal documentada, se les aconseja tener

una salpingo-ooforectomía bilateral reductora de riesgo después de una conserjería adecuada y

de completada la paridad. Todas las mujeres que tengan sospecha de portar una mutación

germinal BRCA, en base a la historia familiar o por la edad joven al diagnóstico, asociado a un

cáncer seroso de alto grado o endometrioide de alto grado, se les debe ofrecer una prueba

genética. Las mutaciones BRCA también pueden ocurrir en mujeres sin antecedentes familiares

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de cáncer de mama/ovario, y las pruebas genéticas también deben ser considerados en pacientes

de grupos étnicos, donde hay una alta incidencia de mutaciones (por ejemplo, ascendencia judía

Ashkenazi), y en mujeres con cáncer seroso de alto grado menores de 70 años [26-30]. Guías

Australianas [34] sugieren que todas las mujeres con cáncer epitelial de ovario diagnosticados

antes de los 70 años deben ser consideradas para pruebas de mutación BRCA independiente de la

historia familiar y del subtipo histológico. Por el contrario, la Sociedad de Oncología

Ginecológica (SGO) recomienda que todas las mujeres con diagnóstico de carcinoma de ovario,

trompa de Falopio, o peritoneal, independientemente de su edad o antecedentes familiares, deben

recibir consejo genético y ofrecer pruebas genéticas [35]. Las mujeres cuya historia familiar

sugiere síndrome de Lynch II deben someterse a un adecuado consejo y pruebas genéticas.

3. Tamizaje

Hasta la fecha, no existen métodos eficaces de detección documentadas, que reducen la

mortalidad del cáncer de ovario, trompas de Falopio o peritoneal. Los estudios que utilizan

CA125, ecografía de la pelvis, y examen pélvico no tienen un nivel aceptable de sensibilidad y

especificidad, pero hay estudios en curso en mujeres de la población general y de la población de

alto riesgo. Las mujeres con mayor riesgo genético deben ser alentados a considerar la salpingo-

ooforectomía bilateral reductora de riesgo, ya que esta es la forma más eficaz para reducir la

mortalidad en esta población de mujeres [36,37]. Un boletín ACOG ha recomendado que se

considere realizar una salpingectomía bilateral oportunista (en el momento de la histerectomía

clínicamente indicado) en mujeres sin riesgo genético que desean conservar sus ovarios, como

una forma de reducir el riesgo de un desarrollo posterior de carcinomas serosos de alto grado

[38].

4. Diagnóstico

Las pacientes con cáncer epitelial de ovario confinados al ovario o trompa de Falopio en

el diagnóstico inicial, tienen un muy buen pronóstico [39-42]. Los síntomas a menudo son muy

insidiosos y la duración de los síntomas no es muy diferentes entre las pacientes con enfermedad

en estadio temprano o en estadio avanzado [13,14]. Esto puede reflejar el diferente

comportamiento biológico de los diversos subtipos histológicos; por ejemplo, el cáncer seroso

grado 1, de células claras, mucinoso y endometrioide son comúnmente de presentación en etapa

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temprana, mientras que los cánceres serosos de alto grado son diagnosticados más a menudo en

etapa III debido a la diseminación precoz por un cáncer más agresivo. Los marcadores tumorales

tales como gonadotropina humana (hCG) y alfa-fetoproteína (AFP) son obligatorios para excluir

tumores de células germinales en pacientes más jóvenes con una masa pélvica o aumento de

volumen sospechoso de un ovario.

Aproximadamente dos tercios de todos los cánceres epiteliales de “ovario” son estadio III

o IV al momento del diagnóstico. Los síntomas de presentación incluyen son dolor o malestar

abdominal vago, irregularidades menstruales, y la dispepsia y otros trastornos digestivos leves,

que pueden haber estado presentes durante sólo unas pocas semanas [13,14,43]. A medida que la

enfermedad progresa, la distensión abdominal y el malestar general, empeoran por la ascitis, y

pueden asociarse con síntomas respiratorios a causa de aumento de la presión intra-abdominal o

de la trasudación del líquido en las cavidades pleurales. El sangrado vaginal anormal es un

síntoma poco común.

El cáncer de trompa de Falopio y peritoneal probablemente se presenten de manera

similar que el cáncer de ovario. Análisis anteriores han estado sesgados debido a que muchos

cánceres de trompa de Falopio se han presumido de origen ovárico.

Se debe tomar una historia clínica detallada para determinar los posibles factores de

riesgo, historia de otros tipos de cáncer, y la historia familiar de cáncer. A continuación, debe

llevarse a cabo un examen físico completo, incluyendo uno general, mamario, pélvico, y rectal

[1].

Antes de la cirugía una radiografía de tórax debe ser tomada para pesquisar derrame

pleural y una tomografía computarizada del abdomen y la pelvis se debe realizar para definir la

extensión de la enfermedad intra-abdominal. Sin embargo, en ausencia de enfermedad pélvica

extra-abdominal, la exploración radiológica no reemplaza la estadificación quirúrgica con una

laparotomía. Los marcadores tumorales incluyendo CA125, y el antígeno carcinoembrionario

(CEA) deben ser considerados [1]. Con un alto nivel de CA125, el diagnóstico más común sería

cáncer epitelial de ovario, trompa de Falopio o peritoneal.

Un primario gástrico o de colon con metástasis al ovario puede imitar un cáncer de

ovario, y si el CEA es elevado, esto debe ser considerado. Se debe considerar tomar mamografía

actual dado que con frecuencia son los pacientes en el grupo etario donde el cáncer de mama es

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frecuente. Una colonoscopia está indicada cuando los síntomas sugieren un posible cáncer de

colon [1].

Los siguientes factores apuntan a la presencia de un tumor maligno, y son útiles en la

evaluación clínica de tumores:

• Edad del paciente (jóvenes en células germinales, mayores en los cánceres epiteliales).

• Bilateralidad.

• Tumor clínicamente fijo.

• Ascitis.

• Ecográficamente complejo, especialmente si hay áreas sólidas.

• Hallazgos de nódulos metastásicos en la TC.

• Marcadores tumorales elevados.

5. Cirugía primaria

En general, el pronóstico de cáncer epitelial de ovario, trompas de Falopio, y peritoneales

se ve afectado de forma independiente por los siguientes factores [1, 44, 45]:

• Estadio del cáncer al momento del diagnóstico.

• El tipo histológico y grado.

• Diámetro máximo de la enfermedad residual después de la cirugía citorreductora.

5.1. Laparotomía exploratoria

Una exploración completa durante la laparotomía es importante para la estadificación y

manejo temprano. Si la sospecha preoperatoria es de malignidad, una laparotomía debe ser

realizada. Si no hay evidencia visible o palpable de metástasis, lo siguiente debe ser realizado

para una estadificación adecuada [1,10,11,13,14]:

• Evaluación cuidadosa de todas las superficies peritoneales.

• Recolección de cualquier líquido peritoneal o ascitis. Si no la hay, se debe llevar a cabo lavados

de la cavidad peritoneal.

• Omentectomía infracólica.

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• Linfadenectomía selectiva de los ganglios linfáticos pélvicos y paraaórticos, al menos

ipsilateral si el tumor maligno es unilateral.

• La biopsia o resección de cualquier lesión sospechosa, masa o adherencia.

• Biopsias peritoneales al azar de todas las superficies, incluyendo la superficie inferior del hemi-

diafragma derecho, de la reflexión vesical, fondo de saco posterior, goteras paracólicas derecha e

izquierda, y de las dos paredes laterales de la pelvis.

• Histerectomía total abdominal y la mayoría de los casos salpingo-ooferectomía bilateral.

• Apendicetomía para los tumores mucinosos.

Al entrar a la cavidad abdomino-pélvica, el líquido peritoneal debe ser enviado para

citología. En ausencia de ascitis, se debe realizar irrigación y así enviar los lavados para estudio

citológico.

La laparotomía debe proseguir con un examen detallado del contenido, incluyendo todas

las superficies peritoneales. Además de todos los sitios sospechosos, se deben tomar biopsias de

la reflexión peritoneal de la vejiga, de la pared posterior del fondo de saco, ambas correderas

paracólicas, superficies sub-diafragmáticas, y ambas paredes laterales de la pelvis. El tumor

primario, aunque confinado al ovario, se debe examinar en busca de rotura capsular. Todos los

sitios con tumor evidente deben ser retirados siempre que sea posible, además de la histerectomía

total y salpingo-ooforectomía bilateral. El omento, y los ganglios pélvicos y paraaórticos deben

ser retirados para su examen histológico.

En las mujeres jóvenes, la fertilidad puede ser un problema. En estas pacientes, la cirugía

conservadora, con la preservación del útero y el ovario contralateral, se debe considerar después

de un consentimiento informado [40].

El juicio clínico es importante en el enfoque que se le da al manejo de una masa pélvica

en una mujer joven, en edad reproductiva. Si la sospecha de malignidad es fuerte, en general se

indica una laparotomía abierta. Una laparoscopia es más apropiada si la sospecha se inclina más

por una enfermedad benigna, donde los marcadores tumorales (incluyendo hCG y AFP) son

normales. Una biopsia de cualquier lesión sospechosa puede ser realizado para estudio de

sección congelada, con el fin de proceder con prontitud con la cirugía definitiva.

Los ovarios y las trompas de Falopio deben ser evaluadas tan a fondo como sea posible

para establecer el sitio de origen. Si está visible, toda la trompa, en particular la porción distal,

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deberá someterse a estudio histológico patología utilizando el protocolo SEE-FIM [32]. Los

ovarios deben ser examinados para definir la coexistencia de quistes endometriósicos,

adenofibromas, u otras condiciones benignas que podrían servir como nido de desarrollo del

tumor.

5.2. Cirugía citorreductora (reductora de volumen) para la enfermedad en estadio avanzado

5.2.1. Citorreducción primaria

Al menos dos tercios de las pacientes con cáncer de ovario se presentan con enfermedad

en estadio III o IV. Esto puede afectar el estado funcional y su condición para la cirugía. Sin

embargo, el indicador pronóstico más importante en las pacientes con cáncer de ovario avanzado

es el volumen residual de enfermedad después de la cirugía citorreductora. Por lo tanto, cuando

el estado de salud lo permite, las pacientes deben ser sometidas a una laparotomía primaria que

incluya una histerectomía total abdominal, salpingo-ooforectomía bilateral, omentectomía, y un

intento máximo a citorreducción óptima [1,44-46]. Esto puede requerir una resección intestinal,

y de vez en cuando, una resección parcial o completa de otros órganos. Una linfadenectomía

sistemática de ganglios pélvicos y paraaórticos que no son voluminosos no mejora la sobrevida

global, en comparación con la resección de linfonodos voluminosos, aunque hay una modesta

mejoría en la sobrevida libre de progresión [47]. Nivel de Evidencia A

5.2.2. Citorreducción de intervalo

En pacientes seleccionados con enfermedad citológicamente demostrada en estadio IIIC y

IV que pueden no ser buenos candidatos para la cirugía, se puede administrar inicialmente 2-3

ciclos de quimioterapia neoadyuvante, seguido de citorreducción quirúrgica de intervalo y

quimioterapia adicional [48]. Esto es particularmente útil en pacientes con un gran derrame

pleural y/o ascitis. En pacientes seleccionados cuya citorreducción primaria se considera

subóptima, sobre todo si un ginecólogo oncólogo no llevó a cabo la operación inicial, una

citorreducción de intervalo se puede considerar después de 2-3 ciclos de quimioterapia sistémica

[1,48,49]. La evaluación histopatológica del tumor residual después de la terapia neoadyuvante

permite estimar la enfermedad residual, con valor predictivo modesto en cuanto a la sobrevida

[50].

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6. Quimioterapia

6.1. Quimioterapia para el cáncer en etapa temprana

El pronóstico de las pacientes con cáncer de ovario epitelial adecuadamente

estadificados, en estadio IA y IB de grado 1-2, es muy bueno; la quimioterapia adyuvante no

proporciona beneficios adicionales y no está indicada. Para los tumores de mayor grado y para

las pacientes con enfermedad estadio IC, se administra quimioterapia basada en platino

adyuvante a la mayoría de las pacientes, aunque existe un debate sobre el beneficio en la

sobrevida global en las mujeres con cáncer de estadio IA y IB que han tenido una estadificación

quirúrgica completa [39]. Todas las pacientes con enfermedad en estadio II deben recibir

quimioterapia adyuvante. El número óptimo de ciclos en las pacientes con enfermedad en estadio

I no se ha establecido definitivamente, pero típicamente se administran entre 3 y 6 ciclos. El

estudio del Gynecologic Oncology Group (GOG) 157 sugirió que 3 ciclos de carboplatino y

paclitaxel fueron equivalentes a 6 ciclos, pero en el análisis de subgrupos, 6 ciclos parecieron ser

superiores en pacientes con cánceres serosos de alto grado [46].

No hay evidencia para apoyar la terapia adyuvante para el carcinoma in situ de la trompa

de Falopio y esta no se recomienda [1,2,41]. Nivel de Evidencia A

6.2. Quimioterapia para el cáncer de ovario en estadio avanzado

Las pacientes que han tenido una citorreducción primaria deben recibir quimioterapia

después de la cirugía [1,51] (Tabla 3). La norma aceptada es de 6 ciclos de quimioterapia

combinada basada en platino, con un platino (cisplatino o carboplatino) y un taxano (paclitaxel o

docetaxel) [52-56]. El docetaxel puede ser considerado en pacientes seleccionados, ya que tiene

menos neurotoxicidad, pero es más mielosupresora que el paclitaxel [52]. Un estudio

relativamente pequeño informó que la quimioterapia de mantenimiento con paclitaxel mensual

aumenta el intervalo libre de enfermedad, pero no la sobrevida global [57]. El papel de la

quimioterapia de mantenimiento es incierto, no es una práctica habitual, y está siendo

investigado en estudios clínicos.

Aunque la quimioterapia intraperitoneal ha demostrado que se asocia con una mejor

sobrevida libre de progresión y sobrevida global en pacientes seleccionados con cáncer de ovario

en estadio III con citorreducción óptima, no se utiliza ampliamente fuera de los EE.UU. debido a

preocupaciones con respecto al aumento de la toxicidad y los problemas relacionados con el

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catéter, y los beneficios todavía se discuten [58-62]. El estudio GOG 172 comparó paclitaxel

intravenoso más cisplatino, con paclitaxel intravenoso más cisplatino intraperitoneal y paclitaxel

en pacientes con carcinoma de ovario o peritoneal en estadio III, sin enfermedad residual mayor

de 1 cm de diámetro [60]. Sólo el 42% de las pacientes del grupo intraperitoneal completaron los

6 ciclos del tratamiento asignados, pero el grupo intraperitoneal tuvo una mejoría en la sobrevida

libre de progresión de 5,5 meses (23.8 vs 18.3 meses; p = 0,05) y de la sobrevida global de 15,9

meses (65.6 vs 49.7 meses, p = 0,03). Otros estudios de terapia intraperitoneal están en curso.

Nivel de Evidencia A

La quimioterapia combinada con carboplatino y paclitaxel por vía intravenosa o

intraperitoneal con cisplatino y paclitaxel (utilizando el protocolo GOG 172) son las opciones de

tratamiento estándar para pacientes con enfermedad avanzada, con evidencia para apoyar la

adición de bevacizumab en pacientes seleccionados. Las ventajas y desventajas de la

administración intravenosa versus intraperitoneal de estos fármacos deben ser discutidas con la

paciente. La quimioterapia intraperitoneal es aplicable solamente a pacientes con enfermedad

avanzada que han tenido una citorreducción óptima y quedaron con menos de 1 cm de

enfermedad residual. Se debe utilizar sólo en centros con experiencia con quimioterapia

intraperitoneal.

Las dosis recomendadas y la periodicidad de la quimioterapia intravenosa son:

carboplatino (AUC 5-6 dosis inicial), y paclitaxel (175 mg/m2), cada 3 semanas durante 6 ciclos

[47], o el régimen de dosis densa de carboplatino AUC 6 cada 3 semanas durante 6 ciclos y

paclitaxel semanal 80 mg/m2 [62]. El GOG Japonés (JGOG) informó los resultados del último

régimen y mostró una mejoría en la sobrevida libre de progresión y la sobrevida global [63]. Este

régimen está siendo comparado con el régimen estándar de cada 3 semanas intravenosa e

intraperitoneal en varios estudios clínicos. Un estudio italiano (MITO-7) investigó una

administración diferente de carboplatino semanal (AUC 2 mg/ml por min) más paclitaxel

semanal (60 mg/m2) en comparación con carboplatino (AUC 6 mg/ml por min, administrado

cada 3 semanas) y paclitaxel (175 mg/m2) [64]. El régimen semanal no mejoró

significativamente la sobrevida libre de progresión en comparación con el régimen convencional

(18.8 meses frente a 16.5 meses, p = 0.18), pero se asoció con una mejor calidad de vida y menos

efectos tóxicos. Otros estudios están en curso, incluyendo el estudio ICON 8 ensayo y el estudio

GOG 262, que están evaluando la quimioterapia de dosis densa, y estos ayudarán a responder a

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la pregunta importante sobre el papel de la quimioterapia de dosis densa en una población

caucásica.

La recomendación acerca de la dosis y esquemas de la quimioterapia intraperitoneal son

paclitaxel 135 mg/m2 por vía intravenosa en el día uno, seguido por cisplatino 100 mg/m2 por

vía intraperitoneal en el día dos, seguido de paclitaxel 60 mg/m2 por vía intraperitoneal en el día

ocho, cada 3 semanas durante 6 ciclos, según la tolerancia [58-60]. Muchos centros han

modificado la dosis de cisplatino a 75 mg/m2, en lugar de 100 mg/m2 como se utilizó en el GOG

172 para reducir la toxicidad. Otros sustituyen al cisplatino con carboplatino (AUC 5-6) en el

régimen. El impacto sobre el resultado de estas modificaciones pragmáticos se desconoce, pero

carboplatino intraperitoneal está siendo evaluado en estudios clínicos patrocinados JGOG y

NRG.

Bevacizumab 7,5-15 mg/kg se puede añadir cada 3 semanas a estos regímenes [67,68].

Dos estudios han informado de un aumento modesto, pero estadísticamente significativo en la

sobrevida libre de progresión en pacientes que recibieron bevacizumab de mantención después

del uso de carboplatino, paclitaxel y bevacizumab concurrente [67,68]. Hasta el momento no hay

evidencia que demuestre un beneficio en la sobrevida global, pero un análisis de subgrupos del

estudio International Collaboration on Ovarian Neoplasms 7 (ICON7) encontró que había una

mejoría de la sobrevida media (30.3 versus 39.4 meses) en pacientes con estadio III subóptimo y

etapa IV [67]. El papel, la dosis óptima, el tiempo (primaria vs enfermedad recurrente), y la

duración del tratamiento de bevacizumab son objeto de controversia.

En las pacientes que no pueden tolerar la quimioterapia combinada, debido a las

comorbilidades médicas o por tener una edad avanzada, se puede administrar un solo fármaco,

por vía intravenosa como carboplatino (AUC 5-6). En las pacientes que tienen una reacción de

hipersensibilidad significativa de paclitaxel, un fármaco activo alternativo puede ser sustituido

(por ejemplo, docetaxel o paclitaxel de nano-partículas). La hipersensibilidad al carboplatino es

muy poco común en los casos de primera línea, pero se observa en algunos pacientes con

enfermedad recurrente que tienen múltiples líneas de quimioterapia basada en platino. En el caso

de hipersensibilidad al carboplatino, la desensibilización podría intentarse, dependiendo de la

severidad de la reacción, o, alternativamente, puede ser una opción usar cisplatino (50 a 75

mg/m2), pero todavía puede haber un riesgo de una reacción alérgica grave.

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El tratamiento de todos las pacientes con enfermedad en estadio avanzado se aborda de

una manera similar, con modificaciones de las dosis en base a la toxicidad de la terapia. Se debe

tener cuidado al considerar la quimioterapia combinada en pacientes con un estado funcional

muy pobres o con una mala función renal.

7. Cirugía Secundaria

7.1. Laparotomía de segunda exploración

Una laparotomía de segunda exploración (o laparoscopía) se realizaba previamente en

pacientes que no tenían evidencia clínica de enfermedad después de haber finalizado la

quimioterapia de primera línea, para determinar la respuesta al tratamiento. A pesar del valor

pronóstico, no se ha demostrado que influyen en la sobrevida, y ya no se recomienda como parte

del tratamiento estándar [69]. Nivel de Evidencia C

7.2. Citorreducción secundaria

La citorreducción secundaria puede ser definida como un intento de una cirugía

citorreductora en algún momento después de terminada la quimioterapia de primera línea. Los

estudios retrospectivos sugieren que las pacientes se benefician si toda la enfermedad

macroscópica se puede resecar, y que por lo general significa que las pacientes tienen una

recurrencia aislada. Las pacientes con un intervalo libre de enfermedad de más de 12-24 meses y

las que tienen sólo 1-2 sitios de la enfermedad parecen ser las que tienen un mayor beneficio

[70,71]. El papel de la citorreducción secundaria está siendo evaluado en estudios clínicos

aleatorios. Nivel de Evidencia C

8. Seguimiento de los tumores epiteliales malignos

No hay evidencia que demuestre que una vigilancia clínica estricta durante el

seguimiento después de terminada la cirugía primaria y quimioterapia, con un inicio precoz de la

quimioterapia en mujeres asintomáticas que cursen con una recurrencia de su enfermedad haya

mejorado la sobrevida general o su calidad de vida. En las pacientes asintomáticas con una

progresión del CA125 y con enfermedad de pequeño volumen o sin evidencia radiológica de

recurrencia, es conveniente posponer el inicio de la quimioterapia. Sin embargo, puede ser que

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un subgrupo de pacientes se beneficie de una citorreducción secundaria al momento de la

recurrencia.

Los objetivos de seguimiento incluyen:

• Evaluación de la respuesta al tratamiento.

• Reconocimiento temprano y el tratamiento inmediato de las complicaciones relacionadas con el

tratamiento, incluyendo la prestación de apoyo psicológico.

• Detección temprana de los síntomas o signos de enfermedad recurrente.

• Recopilación de datos sobre la eficacia de cualquier tratamiento y las complicaciones asociadas

con estos tratamientos en las pacientes tratadas en estudios clínicos.

• Promoción de actividades saludables, como la detección del cáncer de mama en pacientes con

enfermedad en estadio temprano, y la detección de cáncer de cuello uterino en pacientes

sometidos a cirugía conservadora.

No hay directrices basadas en la evidencia relacionada con un programa de seguimiento

apropiado. Durante el primer año después del tratamiento, las pacientes son evaluadas cada 3

meses con un aumento gradual en el intervalo, a cada 4-6 meses después de 2 años y anualmente

a partir del quinto año. En cada una de los seguimientos, ese le debe retomar la historia a la

paciente, incluyendo cualquier cambio en la historia familiar de cáncer y prestando atención a

cualquier síntoma que pudiera sugerir una recurrencia; además se debe realizar un examen físico

y pélvico. Esta es una oportunidad para derivas a las pacientes apropiadas para pruebas genéticas

si no se realizaron al momento del diagnóstico o durante el tratamiento. El CA125

tradicionalmente ha sido pedido a intervalos regulares, pero ha habido un debate en relación con

el beneficio clínico de la utilización de la progresión CA125 como un gatillo para iniciar la

quimioterapia de segunda línea. Un gran estudio MRC OV05-EORTC 55955 mostró que el

tratamiento con quimioterapia de pacientes asintomáticas con cáncer de ovario recurrente en base

a la progresión del CA125 no mejoró la sobrevida y el tratamiento precoz en pacientes

asintomáticas tuvo un impacto negativo en la calidad de vida [72]. Este estudio ha generado un

debate considerable con respecto al uso del CA125 para el seguimiento, pero la mayoría

concuerda en que es razonable no iniciar de inmediato el tratamiento a menos que exista una

indicación clínica clara para hacerlo. El momento del inicio del tratamiento debe basarse en los

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síntomas, así como los hallazgos clínicos y radiológicos. Las pruebas de imagen como la

ecografía de la pelvis, TC, RM y / o la tomografía por emisión de positrones (TEP) deben

llevarse a cabo sólo cuando los hallazgos clínicos o los marcadores tumorales sugieren una

posible recurrencia.

No parece haber ningún beneficio para iniciar la quimioterapia en una paciente

asintomática con enfermedad recurrente basada sólo en el aumento de los niveles de CA125 en

ausencia de síntomas clínicos o evidencia radiológica de recurrencia. En las pacientes

asintomáticas con enfermedad de pequeño volumen o cuando no hay evidencia radiológica de

recurrencia, una opción razonable es seguimiento cercano, así como el ingreso a un estudio

clínico apropiado o se puede considerar el uso de tamoxifeno. Una revisión sistemática de la base

de datos Cochrane, mostró que el uso de tamoxifeno en mujeres no seleccionadas con cáncer de

ovario recurrente, tuvo una respuesta objetiva del 10% y una tasa de enfermedad estable del 32%

[73]. Las pacientes tratadas fueron muy heterogéneas e incluyeron pacientes asintomáticas con

aumento de los niveles de CA125, y pacientes sintomáticas con enfermedad resistente a la

quimioterapia que habían sido tratados intensivamente y tenían un estado funcional deficiente. El

estudio GOG 198 comparó el uso de tamoxifeno y talidomida en mujeres con cáncer epitelial de

ovario, trompas o peritoneal en estadio FIGO III o IV recurrente que habían sido sometidos a

quimioterapia de primera línea, y que posteriormente tenían una progresión del CA125

documentada por el Gynecologic Cancer InterGroup (GCIG). El estudio informó que las mujeres

que recibieron talidomida tenían un riesgo de un 31% de progresión de enfermedad (razón de

riesgo, 1.31), en comparación con las que recibieron tamoxifeno [74]. La mediana de sobrevida

libre de progresión fue de 3.2 meses en el grupo de la talidomida en comparación con 4.5 meses

en el grupo de tamoxifeno. Esto sugiere que el tamoxifeno pueden tener un papel en pacientes

seleccionadas con un nivel de CA125 en aumento, y está siendo evaluada la relación entre la

positividad de los receptores de estrógenos y el beneficio del tamoxifeno en esta población de

pacientes en estudios actuales.

9. Quimioterapia para carcinomas epiteliales recurrentes

La mayoría de las pacientes que se presentan con cáncer epitelial avanzado de ovario/

trompa de Falopio /peritoneo, van a recaer, con una mediana de tiempo hasta la recurrencia de 16

meses. Las pacientes con cáncer de ovario recurrente constituyen un grupo heterogéneo con un

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pronóstico variable y una respuesta variable a un tratamiento adicional. La entidad clínica más

ampliamente utilizada para predecir la respuesta a la quimioterapia y el pronóstico posterior ha

sido el intervalo libre de progresión o el "intervalo libre de platino", que se define como el

tiempo transcurrido desde el cese de la quimioterapia primaria basada en platino a la recurrencia

de la enfermedad o a la progresión [ 75,76]. Esto ha sido útil para definir poblaciones específicas

de pacientes, pero tiene una serie de limitaciones y depende de cómo se siguen a las pacientes.

En particular, depende de cómo se detecta y como se definió la recurrencia. Las pacientes con un

intervalo libre de tratamiento de menos de 6 meses se clasifican como platino-resistentes y son

generalmente tratadas con quimioterapia sin platino, mientras que aquellas con un intervalo libre

de tratamiento de más de 6 meses son consideradas como platino- sensibles y comúnmente son

tratadas con quimioterapia basada en platino. Las pacientes que progresan durante el tratamiento

o dentro de las primeras 4 semanas después de terminada la quimioterapia se clasifican como

platino-refractarias [75,76].

Se han realizado modificaciones a estas definiciones, y el tiempo a la progresión o

recurrencia, en vez de decir intervalo libre de tratamiento o intervalo libre de platino se ha

utilizado para definir las poblaciones específicas de pacientes. En los últimos 10 años ha habido

un cambio significativo en la práctica y las pacientes han sido seguidas de forma rutinaria y

seriado con un CA125 después de terminar la quimioterapia. Por ejemplo, el subgrupo "resistente

a platino" puede incluir pacientes asintomáticos con solo una progresión de CA125 en 3 meses

después de la quimioterapia o evidencia radiológica de recurrencia, así como a aquellas que son

sintomáticas con la recurrencia clínica. La 4ª Conferencia de Consenso de Cáncer de Ovario, ha

alcanzado un acuerdo en que las distintas poblaciones de pacientes deben basarse en el intervalo

desde la última terapia de platino y el tiempo hasta la progresión. El intervalo libre de progresión

se define a partir de la última fecha de la dosis de platino hasta que la progresión de la

enfermedad esté documentada [75,76].

Para los pacientes cuya enfermedad se considera sensible al platino, el estudio ICON 4

mostró ventaja en términos de sobrevida global y sobrevida libre de progresión para la

combinación de carboplatino y paclitaxel frente a carboplatino como fármaco único [77]. Nivel

de Evidencia A

Para las pacientes con neurotoxicidad, el paclitaxel puede ser sustituido por gemcitabina

[78] o doxorrubicina liposomal [79]. Nivel de Evidencia A

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Hay evidencia de que la adición de bevacizumab al esquema de carboplatino y

gemcitabina mejora la sobrevida libre de progresión en comparación con carboplatino y

gemcitabina en la enfermedad sensible al platino [80].

Para las pacientes con enfermedad definitivamente resistente al platino, se debe

considerar el ingreso a estudios clínicos disponibles o al tratamiento con quimioterapia. Hay una

serie de opciones de quimioterapia incluyendo doxorrubicina liposomal [81], topotecán [81],

etopósido [82,83], y gemcitabina [84,85]. Las tasas de respuesta informadas son bajos, de

alrededor de un 10%, con una mediana de tiempo hasta la progresión de 3-4 meses y una

sobrevida mediana de 9-12 meses. En los últimos 5 años se han realizado una serie de estudios

llevados a cabo con los nuevos agentes en pacientes con cáncer de ovario resistente al platino,

incluyendo epotilonas, trabectedina [86] y permetrexed [87] sin un aumento significativo en las

tasas de respuesta o sobrevida libre de progresión. Ningún nuevo agente citotóxico ha sido

aprobado para tratar el cáncer de ovario recurrente durante muchos años. El papel de los

inhibidores de la angiogénesis en el cáncer de ovario resistente al platino se discute más abajo.

El manejo óptimo de una paciente con enfermedad platino-resistentes o refractaria es

complejo y requiere de una evaluación cuidadosa del estado funcional de la paciente, de los

síntomas y de la extensión de la enfermedad. Se debe prestar atención al control de los síntomas

y un buen manejo paliativo es un componente esencial del tratamiento.

Por lo general, la enfermedad recurrente no es curable y el objetivo del tratamiento es

mantener la calidad de vida y aliviar los síntomas en particular en pacientes con cáncer de ovario

resistente al platino [88]. Hay muchas opciones de tratamiento posibles, incluyendo la

quimioterapia, inhibidores de la angiogénesis, radioterapia o cirugía en pacientes seleccionados y

la inclusión en estudios clínicos [71]. Hay un subgrupo de pacientes que pueden beneficiarse de

una citorreducción secundaria, pero constituyen una minoría. El papel de la citorreducción

secundaria se está tratando en futuros estudios clínicos randomizados. Nivel de Evidencia C

Una extensa revisión de terapias dirigidas se puede encontrar en el capítulo de

quimioterapia incluido en el Informe de Cáncer FIGO 2015 (este Suplemento) [89].

10. Tratamiento de los tumores epiteliales de bajo potencial maligno (tumores borderline)

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En comparación con los cánceres epiteliales invasores, los tumores borderline tienden a

afectar a una población más joven y constituyen el 15% de los tumores epiteliales de ovario [90].

Casi el 75% de estos son Etapa I en el momento de diagnóstico. Lo siguiente se puede decir de

estos tumores [91]:

• El diagnóstico debe basarse en la histopatología del tumor primario.

• Es necesario un exhaustivo examen de las los cortes del tumor para descartar un cáncer invasor.

• El pronóstico de estos tumores es muy bueno, con una sobrevida a los 10 años de alrededor de

un 95%.

• Los cánceres invasores que se presentan en los tumores borderline a menudo son indolentes y

generalmente tienen una baja respuesta a la quimioterapia basada en platino.

• Se ha observado una regresión espontánea de los implantes peritoneales.

• Una etapa temprana, histología serosa y una edad más joven al momento del diagnóstico se

asocian con un pronóstico más favorable.

• Aunque la enfermedad residual macroscópica después de la laparotomía primaria se asocia con

peor pronóstico, la mortalidad de la enfermedad sigue siendo baja.

• Aquellos pacientes que tienen implantes invasivos en el epiplón u otros sitios distantes son más

probable que se recurran antes, y a pesar de que son comúnmente tratados con quimioterapia

citotóxica las tasas de respuesta son bajas.

Las causas de muerte son las complicaciones de la enfermedad (por ejemplo, obstrucción

del intestino delgado) o complicaciones de la terapia, y sólo rara vez la transformación maligna.

La base del tratamiento es la estadificación quirúrgica primaria y la citorreducción. Para las

pacientes con enfermedad en estadio I que desean preservar la fertilidad, la cirugía conservadora

con salpingo-ooforectomía unilateral puede ser considerado después de la inspección

intraoperatoria del ovario contralateral para excluir su compromiso [92]. Para las pacientes con

un solo ovario, o con quistes ováricos bilaterales, una ooforectomía parcial o cistectomía pueden

ser considerados para la preservación de la fertilidad. Para todos los otros pacientes, se

recomienda realizar una histerectomía total y salpingo-ooforectomía bilateral, con citorreducción

máxima si la enfermedad es metastásica.

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Las pacientes con tumores borderline se deben tratar con cirugía en todas las etapas de la

enfermedad. Un pequeño porcentaje de pacientes con implantes invasores puede beneficiarse de

la quimioterapia, pero la respuesta a la quimioterapia es impredecible y por lo general mucho

más baja que la observada en los cánceres serosos de alto grado. Con poca frecuencia, algunos

pacientes recurren precozmente y tienen cánceres invasores de alto grado y pueden beneficiarse

de la quimioterapia [93].

En las pacientes con recurrencias tardías de la enfermedad, la citorreducción secundaria

debe ser considerada, y quimioterapia administrada sólo si la enfermedad invasiva está presente

histológicamente.

El seguimiento de las pacientes sin evidencia de enfermedad es el mismo que para

aquellas con carcinomas epiteliales malignos, pero a intervalos menos frecuentes. Si el ovario

contralateral se ha conservado, este debe ser seguido por ecografía transvaginal, al menos una

vez al año [1,91,94]. Nivel de Evidencia C

11. Tratamiento de los tumores de las células de la granulosa

Los tumores de las células de la granulosa representan aproximadamente el 70% de los

tumores de los cordones sexuales estromales y 3%-5% de todos los tumores de ovario [2]. Hay

dos tipos de tumores de las células de la granulosa: el tipo el juvenil y de adulto. Debido a la alta

producción de estrógenos, el tipo juvenil generalmente se presenta con precocidad sexual,

mientras que el tipo adulto se puede presentar con sangrado posmenopáusico. La mayoría de las

pacientes son diagnosticados con tumores en estadio I. El pico de incidencia está en la primera

década después de la menopausia [2,95].

Los tumores de las células de la granulosa son generalmente indolentes (es decir, con una

tendencia a la recurrencia tardía). La etapa al diagnóstico es el factor pronóstico más importante.

Otros factores pronósticos incluyen la edad al momento del diagnóstico, el tamaño del tumor, y

las características histológicas. Si es metastásico, una citorreducción adecuada es la base del

tratamiento. Si la paciente es joven y la enfermedad está limitada a un ovario, se puede realizar

una cirugía conservadora [96,97].

La poca frecuencia de la enfermedad, y su curso prolongado, ha dado lugar a una falta de

estudios prospectivos. No hay evidencia de que la quimioterapia adyuvante o radioterapia mejore

los resultados de la cirugía para la enfermedad en estadio I. El valor de la quimioterapia

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adyuvante postoperatoria para la enfermedad en estadio I de alto riesgo (tamaño del tumor > 10

cm, ruptura de la cápsula, alto índice mitótico) es incierto, y no ha sido probado en estudios

aleatorizados. La quimioterapia basada en platino se utiliza para las pacientes con enfermedad

avanzada o recurrente, con una tasa de respuesta global del 63% -80% [97-99].

El seguimiento es clínico. Para las pacientes con niveles elevados de inhibina B y/o AMH

(hormona anti-mülleriana) al momento del diagnóstico inicial de los tumores de las células de la

granulosa, la inhibina B y/o la AMH parecen ser marcadores fiables durante el seguimiento para

la detección precoz de enfermedad residual o recurrente. No hay una preferencia basada en la

evidencia para el uso de inhibina B o AMH como marcador tumoral [100]. La inhibina sérica es

un marcador tumoral útil en mujeres posmenopáusicas. Nivel de Evidencia C

12. Tratamiento de los tumores malignos de células germinales

Este grupo de tumores ováricos consisten en una variedad de subtipos histológicamente

diferentes que derivan de las células germinales primitivas de la gónada embrionaria. Los

tumores malignos de células germinales representan una proporción relativamente pequeña de

todos los tumores ováricos. Antes de los avances en el uso de quimioterapia, el pronóstico de

estos tumores agresivos era pobre. El uso de regímenes quimioterapéuticos basados en platino ha

hecho que la neoplasia de células germinales esté dentro de los tipos de cáncer altamente

curables [95].

12.1. Presentación

La mayor incidencia de tumores malignos de células germinales se produce en la segunda

y tercera década de la vida. Con frecuencia se diagnostican mediante la pesquisa de una masa

abdominal palpable en una mujer joven que se queja de dolor abdominal. Los siguientes son los

síntomas de los tumores de células germinales en orden de frecuencia [95]:

• Dolor abdominal agudo.

• Dolor abdominal crónico.

• Masa abdominal asintomática.

• Sangrado vaginal anormal.

• Distensión abdominal.

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12.2. Clasificación histológica

La clasificación de los tumores de células germinales del ovario es importante para

determinar el pronóstico y el tratamiento con quimioterapia. Los tumores de células germinales

se clasifican de la siguiente manera [2,95]:

• Disgerminoma.

• Carcinoma embrionario.

• Poliembrioma.

• Teratoma (inmaduro; maduro; maduro con carcinoma [escamoso, carcinoide, neuro-

ectodérmico, struma maligno, etc.]).

• Diferenciación de extraembrionaria (coriocarcinoma; tumor del seno endodérmico [tumor del

saco vitelino]).

12.3. Diagnóstico, estadificación y tratamiento quirúrgico

Los tumores de células germinales de ovario se estadifican de manera similar a los

carcinomas epiteliales, aunque el sistema de clasificación usado para los tumores de células

germinales masculinas es probablemente más útil. La aproximación al tratamiento se basa en los

principios de manejo de los tumores de células germinales metastásicos de los testículos (es decir

de riesgo bajo, intermedio y alto). El disgerminoma es el equivalente al seminoma en el cáncer

testicular [101]. Es muy sensibles a la quimioterapia basada en platino y es sensible a la

radiación. La tasa de curación es alta, independiente de la etapa. Los otros subtipos histológicos

son equivalentes al cáncer testicular no seminoma. La agresividad de la enfermedad depende del

tipo, siendo el más agresivo el del seno endodérmico y coriocarcinoma, pero con el uso de

quimioterapia combinada son altamente curable [102-106].

Dado que la quimioterapia puede curar a la mayoría de las pacientes, incluso con

enfermedad avanzada, la cirugía conservadora es de uso estándar en todas las etapas de todos los

tumores de células germinales. Una cirugía conservadora significa realizar una laparotomía con

un examen cuidadoso y biopsia de todas las áreas sospechosas, con citorreducción limitada,

evitando de este modo una mayor morbilidad. El útero y el ovario contralateral deben dejarse

intactos. No se recomienda la biopsia en cuña de un ovario normal, ya que contradice el objetivo

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de la terapia conservadora, causando potencialmente infertilidad. Las pacientes que se someten a

cirugía conservadora, con la preservación de un ovario conservan tasas de fertilidad aceptables, a

pesar del tratamiento adyuvante con quimioterapia. No ha habido ningún reporte de un mal

resultado obstétrico o secuelas a largo plazo en la descendencia [107-110].

La cirugía secundaria no tiene ningún beneficio comprobado, excepto en aquellas

pacientes cuyo tumor no fue resecado completamente en la operación inicial y quienes tuvieron

elementos de teratoma en el tumor primario. La resección quirúrgica de las masas residuales

puede ser beneficioso en estas pacientes, ya que puede haber nódulos de teratoma maduro que

pueden seguir aumentando de tamaño [111].

12.4. Manejo postoperatorio y seguimiento de disgerminoma

Los pacientes con enfermedad en estadio IA pueden ser observadas después de la cirugía.

Una pequeña proporción de pacientes puede recurrir, pero pueden ser tratadas exitosamente en el

momento de la recidiva con una alta tasa de curación. Las pacientes con enfermedad más allá del

ovario deben recibir quimioterapia adyuvante. Aunque la radioterapia es eficaz, la consecuente

insuficiencia ovárica del ovario remanente la hace indeseable para estas pacientes. A largo plazo,

los efectos adversos son mayores que con la quimioterapia y la radioterapia actualmente rara vez

se utiliza.

Un régimen de seguimiento en pacientes con disgerminoma Etapa 1A se resume en la

Tabla 4. Este programa se basa en la experiencia del manejo de los seminomas en los hombres y

en los informes de Patterson y col. [112] y Dark y col. [113]. Este esquema de seguimiento es

pragmático y no ha sido probado en estudios randomizados.

12.4.1. Quimioterapia para el disgerminoma

Los disgerminoma son extremadamente sensibles a la quimioterapia, y el tratamiento con

quimioterapia cura la mayoría de las pacientes, incluso con enfermedad avanzada [95114]. El

régimen de quimioterapia recomendado es la siguiente:

• Etopósido (E) 100 mg/m2 IV por día durante 5 días cada 3 semanas durante 3 ciclos.

• Cisplatino (P) 20 mg/m2 IV por día durante 5 días cada 3 semanas durante 3 ciclos.

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• Bleomicina (B) 30 000 UI IV/IM en los días 1, 8 y 15 durante 12 semanas (Opcional) (Nota: la

bleomicina se dosifica en Unidades Internacionales). Si se omite la bleomicina, entonces

comúnmente se usan 4 ciclos de EP. Hay que tener en cuenta que se han utilizado diferentes

esquemas de bleomicina.

Cuando hay enfermedad residual voluminosa, es común dar 3-4 ciclos de quimioterapia

BEP [114]. Nivel de Evidencia B

Un programa de seguimiento óptimo no se ha investigado clínicamente para los cánceres

germinales de ovario y la frecuencia de las visitas y exámenes es controvertido. Las pacientes

que tienen tumores en estadio I y que se les ofrece vigilancia deben ser evaluadas con

regularidad y una opción es utilizar el esquema de seguimiento presentado anteriormente [113].

Las pacientes que han recibido quimioterapia tienen un menor riesgo de recurrencia y la

frecuencia de la TC puede reducirse, que es similar al enfoque de los tumores de células

germinales testiculares [112]. Cada visita de seguimiento debe incluir una historia clínica,

examen físico, y la determinación de marcadores tumorales. Aunque los marcadores tumorales

son importantes, las imágenes radiológicas también son pertinentes, en especial para las

pacientes cuyos marcadores tumorales no se elevaron al momento del diagnóstico. Una TC o RM

se realizar según la evaluación clínica [113].

Las pacientes que no han recibido quimioterapia deben ser vigiladas estrechamente. El

noventa por ciento de las recurrencias en estas pacientes se produce dentro de los primeros 2

años. Al momento de la recurrencia, con pocas excepciones, estas pacientes pueden ser tratadas

exitosamente [113]. Nivel de Evidencia D

12.5. El manejo postoperatorio y el seguimiento de los tumores malignos de células germinales

no-disgerminomas

Estos tumores son altamente curables con quimioterapia, incluso con enfermedad

avanzada. Los pacientes con teratoma inmaduro en estadio IA grado 1-2 teratoma tienen un muy

buen pronóstico y únicamente deben ser observados después de la cirugía primaria conservadora.

Es motivo de controversia si la quimioterapia adyuvante añade ningún beneficio en la sobrevida

en este subgrupo de pacientes. Todos los otros pacientes con no-disgerminomas, y con una etapa

superior o teratomas inmaduros de grado superior deben recibir quimioterapia adyuvante

postoperatoria [95].

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El régimen recomendado de quimioterapia es de etopósido 100 mg/m2 por día durante 5

días, cisplatino 20 mg/m2 por día durante 5 días, y bleomicina 30 000 UI IM/IV los días 1, 8 y

15 para un total de 12 semanas de tratamiento. Para las pacientes con enfermedad de buen

pronóstico, se recomiendan 3 ciclos de BEP, mientras que las pacientes con enfermedad de

riesgo intermedio/alto deben recibir 4 ciclos de BEP [95].

Las pacientes que recaen después de BEP pueden obtener una remisión duradera con los

regímenes de quimioterapia de segunda línea tales como paclitaxel-ifosfamida-cisplatino (TIP)

[104]. Altas dosis de quimioterapia y el uso de rescate autólogo de médula pueden considerarse

en pacientes seleccionadas. Estas pacientes deben ser manejados en unidades especializadas.

Después de la quimioterapia, las pacientes con teratomas inmaduros metastásicos a veces

pueden tener masas residuales, que están compuestos en su totalidad de elementos maduros.

Estas masas pueden crecer, y deben ser resecado después de la finalización de la quimioterapia.

Nivel de Evidencia B

Todas las pacientes deben tener tomadas los exámenes séricos de la lactato

deshidrogenasa (LDH), alfa-fetoproteína (AFP) y gonadotropina humana (beta hCG) para

monitorizar la respuesta al tratamiento. Todas las pacientes tratadas con quimioterapia deben ser

objeto de seguimiento con una historia clínica, examen físico, y marcadores tumorales

apropiados en la misma forma que los disgerminomas. Una TC o RM se deben realizar según la

evaluación clínica [93]. Las recurrencias en las pacientes generalmente se presentan dentro de los

primeros 2 años después del diagnóstico [95,104] Nivel de Evidencia D

13. Sarcoma del ovario

Los sarcomas de ovario son raros y ocurren principalmente en pacientes

posmenopáusicas [95,115]. Sin embargo, el diagnóstico preciso y la diferenciación con otros

tipos de cáncer de ovario primario son importantes, ya que el pronóstico es generalmente malo.

Hay dos tipos de sarcoma. Los tumores malignos mixtos Müllerianos (MMMTs), el más

común de los dos, estos son tumores bifásicos constituidos por ambos elementos carcinomatosos

y sarcomatosos [115,116]. La mayoría de los autores están de acuerdo en que la mayoría de

MMMTs son monoclonales en su origen y se debe pensar y tratar como un cáncer epitelial de

alto grado. El componente sarcomatoso se deriva del carcinoma o de una célula madre que se

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somete a diferenciación divergente. Por lo tanto, los carcinosarcomas ováricos son considerados

como carcinomas metaplásicos.

Los sarcomas puros son muy raros y deben ser tratados de acuerdo con el subtipo

histológico específico. Estos sarcomas poco frecuentes incluyen a los fibrosarcomas,

leiomiosarcomas, neurofibrosarcomas, rabdomiosarcomas, los condrosarcomas, angiosarcomas,

y liposarcoma. Su manejo no se discute aquí.

Las pacientes con MMMTs en etapa temprana tienen mejores resultados que aquellas con

enfermedad en estadio avanzado, pero el pronóstico global es pobre. Ellas deben ser tratadas de

manera similar que a los cánceres serosos de alto grado de la pelvis. Su rareza prohíbe estudios

randomizados prospectivos.

Los principios del manejo quirúrgico de los MMMTS ováricos son los mismos que para

los cánceres de alto grado serosos de la pelvis [95]. Después de la cirugía, los pacientes deben

recibir quimioterapia basada en platino [95,113,114]. El programa de seguimiento es como se

recomienda para los tumores malignos epiteliales. Nivel de Evidencia C

Conflicto de intereses

Los autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.

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Tabla 1

Clasificación de los Estadios FIGO para el cáncer de ovario, trompa de Falopio y peritoneo

Estadio I: Tumor limitado a los ovarios o a las trompas de Falopio (s)

T1-N0-M0

IA: El tumor se limita a 1 ovario (cápsula intacta) o trompa de Falopio; no hay tumor en la superficie

del ovario o trompa de Falopio; no hay células malignas en la ascitis o lavados peritoneales

T1a-N0-M0

IB: Tumor limitado a ambos ovarios (cápsulas intactas) o las trompas de Falopio; no tumor en la

superficie del tubo de ovario o de Falopio; no hay células malignas en la ascitis o lavados peritoneales

T1b-N0-M0

IC: El tumor se limita a 1 o ambos ovarios o trompas de Falopio, con cualquiera de los siguientes:

IC1: Rotura de la cápsula intraoperatorio

T1c1-N0-M0

IC2: Rotura de la cápsula antes de la cirugía o tumor en la superficie del ovario o trompa de Falopio

T1c2-N0-M0

IC3: Células malignas en la ascitis o lavados peritoneales

T1c3-N0-M0

Estadio II: El tumor afecta a 1 o ambos ovarios o las trompas de Falopio con extensión pélvica

(por debajo borde de la pelvis) o cáncer peritoneal

T2-N0-M0

IIA: Extensión y/o implantes en el útero y/o las trompas de Falopio y/o los ovarios

T2a-N0-M0

IIB: Extensión a otros tejidos pélvicos intraperitoneales

T2b-N0-M0

Estadio III: El tumor afecta a 1 o ambos ovarios o trompas de Falopio o cáncer peritoneal, con

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extensión al peritoneo fuera de la pelvis confirmado citológica o histológicamente y/o metástasis a

los ganglios linfáticos retroperitoneales

T1/T2-N1-M0

IIIA1: Solo ganglios linfáticos retroperitoneales positivos (confirmados citológica o histológicamente

probada):

IIIA1 (i) Metástasis hasta 10 mm en su mayor dimensión

IIIA1 (ii) Metástasis de más de 10 mm en su mayor dimensión

IIIA2: Compromiso peritoneal extra pélvico microscópico (por encima del borde de la pelvis) con o sin

ganglios linfáticos retroperitoneales positivos

T3a2-

N0/N1-M0

IIIB: Metástasis peritoneal macroscópica más allá de la pelvis de hasta 2 cm en su mayor dimensión,

con o sin metástasis a los ganglios linfáticos retroperitoneales

T3b-

N0 / N1-M0

IIIC: Metástasis peritoneal macroscópica más allá de la pelvis de más de 2 cm en su mayor dimensión,

con o sin metástasis a los ganglios linfáticos retroperitoneales (incluye extensión del tumor a la cápsula

del hígado y del bazo sin afectación del parénquima de cualquiera de estos órganos)

T3c-

N0/N1-M0

Estadio IV: Metástasis a distancia con exclusión de metástasis peritoneales

Estadio IVA: Derrame pleural con citología positiva

Estadio IVB: Metástasis parenquimatosas y metástasis en órganos extra-abdominales (incluyendo los

ganglios linfáticos inguinales y los ganglios linfáticos fuera de la cavidad abdominal)

Cualquier T,

cualquier N, M1

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Tabla 2

Cáncer de ovario, trompa de Falopio y peritoneo: estadificación FIGO (2014) comparada con la

clasificación TNMa

FIGO UICC

(Primario designado: Tov, Ttf, Tp o

Tx)

T N M

Estadio

IA

T1a

N0

M0

IB T1b N0 M0

IC T1c N0 M0

IIA T2a N0 M0

IIB T2b N0 M0

IIIA T3a

T3a

N0

N1

M0

M0

IIIB T3b

T3b

N0

N1

M0

M0

IIIC T3c

T3c

N0-1

N1

M0

M0

IV Cualquier T Cualquier N M1

Linfonodos Regionales

Nx

N0

N1

No se pueden evalúan los ganglios linfáticos

Sin metástasis en ganglios linfáticos regionales

Metástasis a ganglios linfáticos regionales

Metástasis a distancia (M)

Mx

M0

M1

No se pueden evaluar metástasis a distancia

Sin metástasis a distancia

Metástasis a distancia (excluyen metástasis peritoneales)

Notas:

1. El sitio principal -que es el ovario, trompa de Falopio, o el peritoneo - debe designarse siempre que sea

posible. En algunos casos, puede que no sea posible designar claramente el sitio primario, y estos deben

ser catalogado como "no designado."

2. El tipo histológico debe ser registrado.

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3. La estadificación incluye una revisión de las pacientes en estadio III y la asignación a etapa IIIA1 se

basa en la propagación a los ganglios linfáticos retroperitoneales sin diseminación intraperitoneal, porque

un análisis de estas pacientes indica que su sobrevida es significativamente mejor que aquellas que tienen

diseminación intraperitoneal.

4. El compromiso de los ganglios linfáticos retroperitoneales debe probarse citológica o histológicamente.

5.Extension del tumor desde el omento al bazo o hígado (Estadio IIIC) debe diferenciarse de las

metástasis aisladas al parénquima esplénico o hepático (Etapa IVB).

aPublicado con permiso de Berek y col. [1], p.482

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Tabla 3

Quimioterapia para el cáncer epitelial de ovario avanzado: esquemas recomendadosa

Drogas

Esquemas

estándar

Dosis Administración

(h)

Intervalo No. De

tratamientos

Carboplatino

Paclitaxel

AUC= 5-6

175 mg/m2

3 Cada 3 semanas 6-8 ciclos

Carboplatino

Paclitaxel

AUC= 5-6

80 mg/m2

3 Cada 3 semanas

Cada semana

6 ciclos

18 semanas

Carboplatino

Docetaxel

AUC=5

75 mg/m2

3 Cada semana

Cada 3 semanas

6 ciclos

Cisplatino

Paclitaxel

75mg/m2

135 mg/m2

3 Cada 3 semanas 6 ciclos

Carboplatino

(agente único)b

AUC= 5 3 Cada 3 semanas 6 ciclos, según

tolerancia

AUC, área bajo la curva según la fórmula de Calvert (287)

Abreviatura: AUC, área bajo la curva, dosis por métodos de Calvert et al. [65] y Nagao et al. [66].

aPublicado con permiso de Berek y col. [1], p.510.

bEn pacientes que son ancianos, frágiles o con mal estado funcional

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Tabla 4

Esquema de seguimiento para tumores germinales malignos en estadio I

Esquema Descripción

Vigilancia TC basal de tórax, abdomen y pelvis si no tenía una

preoperatorio

Repetir TC o RM de abdomen y pelvis a los 3 meses

después a la cirugía

Repetir TC o RM de abdomen y pelvis a los 12 meses

después de la cirugía

Ecografía pélvica alternadas en las visitas (no cuando se

haga un TC) por 2 años si es no-disgerminoma y por 3 años

si es disgerminoma

Radiografía de Tórax en visitas alternas

Examen clínico

1er año

2ndo año

3er año

4to año

5to-10mo año

Mensual

Cada 2 meses

Cada 3 meses

Cada 4 meses

Cada 6 meses

Seguimiento con marcadores tumorales

0-6 meses

7-12 meses

12-24 meses

24-36 meses

36-48 meses

Más de 48 meses

Muestras: AFP sérica y hCG, LDH y CA 125

(independiente del valor inicial)

Cada 2 semanas

Cada 4 semanas

Cada 8 semanas

Cada 12 semanas

Cada 16 semanas

Cada 6 meses hasta 10mo año

Abreviaturas: AFP, alfa-fetoproteína; hCG, gonadotropina coriónica humana; LDH, lactato

deshidrogenasa.

Adaptado de Patterson et al. [112].

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