el papel de la memoria oral para determinar la identidad local

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TIEMPO 6 LABERINTO Ana María Peppino Barale es pro- fesora-investigadora del Departa- mento de Humanidades de la Uni- versidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Doctora en estudios latinoamericanos; investigadora nacional. Ana María Peppino Barale Cuando vivimos sin testigos que nos ayuden a recordar es difícil ser un buen notario. Le- vantamos actas confusas o contradictorias se- gún el poso que el tiempo haya dejado en los recodos de la memoria. Josefina R. Aldecoa 1 El rescate de la historia oral de los pueblos está encaminada a lograr un conocimiento más detallado de las vivencias personales, de grupo o local. Con ello se pretende obtener un conocimiento integral de la sociedad contem- poránea y, en especial, lograr que la investigación se relacio- ne de manera directa con su entorno y con los sujetos socia- les que lo determinan. Estudiar lo local —entendido como el espacio donde se com- parten experiencias y que se distingue por lo homogéneo de sus prácticas— resulta indispensable para una sociedad que quiere entender la diversidad que la representa. De ahí la im- portancia del estudio sistematizado que se apoya en métodos y técnicas idóneas que permiten registrar la memoria oral como documento científico. Para ello es primordial definir E L PAPEL DE LA MEMORIA ORAL PARA DETERMINAR LA IDENTIDAD LOCAL

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Estudiar lo local —entendido como el espacio donde se com- parten experiencias y que se distingue por lo homogéneo de sus prácticas— resulta indispensable para una sociedad que quiere entender la diversidad que la representa. De ahí la im- portancia del estudio sistematizado que se apoya en métodos y técnicas idóneas que permiten registrar la memoria oral como documento científico. Para ello es primordial definir Josefina R. Aldecoa 1 mento de Humanidades de la Uni- nacional.

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  • TIEMPO 6 LABERINTO

    Ana Mara Peppino Barale es pro-

    fesora-investigadora del Departa-

    mento de Humanidades de la Uni-

    versidad Autnoma Metropolitana

    Azcapotzalco. Doctora en estudios

    latinoamericanos; investigadora

    nacional.

    Ana Mara Peppino Barale Cuando vivimos sin testigos que nos ayudena recordar es difcil ser un buen notario. Le-vantamos actas confusas o contradictorias se-gn el poso que el tiempo haya dejado en losrecodos de la memoria.

    Josefina R. Aldecoa1

    El rescate de la historia oral de los pueblos estencaminada a lograr un conocimiento ms detallado de lasvivencias personales, de grupo o local. Con ello se pretendeobtener un conocimiento integral de la sociedad contem-pornea y, en especial, lograr que la investigacin se relacio-ne de manera directa con su entorno y con los sujetos socia-les que lo determinan.

    Estudiar lo local entendido como el espacio donde se com-parten experiencias y que se distingue por lo homogneo desus prcticas resulta indispensable para una sociedad quequiere entender la diversidad que la representa. De ah la im-portancia del estudio sistematizado que se apoya en mtodosy tcnicas idneas que permiten registrar la memoria oralcomo documento cientfico. Para ello es primordial definir

    E L PAPELDE LA MEMORIA ORALPARA DETERMINARLA IDENTIDAD LOCAL

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    con claridad el andamiaje metodolgico-conceptual, primerpaso para establecer el estudio sistematizado que permitarescatar las historias personales, las ancdotas contadas porlos protagonistas, dando de esa manera valor documental alos testimonios y vivencias transmitidos de viva voz.

    Los procesos educativos y de investigacin, en especial en lamateria de historia regional, requieren una reflexin sobreel papel social que debe cumplir la investigacin como he-rramienta fundamental en la produccin de conocimientoy en el reforzamiento de la identidad local. Para ello es nece-sario conocer las posibilidades que presentan las diversaspropuestas metodolgicas, con objeto de que sirvan ms efi-cazmente a la hora de aplicarlas.

    Memoria e historia oralesLa memoria es todo aquello que una persona recuerda o,tambin, se refiere a la capacidad de recordar. Se relacionacon el proceso de aprender, de almacenar informacin y derecordarla.

    Pero la memoria no es un receptculo de todo lo aconteci-do, salvo en el cuento de Borges, en el cual Irineo Funes

    reconoca que su memoria era como un vaciadero de basu-ras, porque al parecer su proceso de informacin era infini-to y no selectivo. Es decir, no slo quedaban grabados en sumemoria los hechos, personajes o situaciones de inters osignificado para su vida sino que copiaba literalmentetodo, con una minuciosidad y precisin devastadoras. Si bienel relator sospechaba que Funes, con esa prodigiosa memo-ria que le haba permitido aprender con facilidad ingls, fran-cs, portugus y latn, no era capaz de pensar [porque] pen-sar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer [y en el]abarrotado mundo de Funes no haba sino detalles, casi in-mediatos.2

    A diferencia de la narrativa borgeana aqu me refiero a lamemoria oral como la verbalizacin de la memoria indivi-dual o colectiva en su forma primordial pero referida a unaseleccin de recuerdos de experiencias pasadas, para formu-lar una narrativa histrica acerca de su trayectoria. Dichanarrativa es construida y reconstruida segn las perspectivaspresentes y al mismo tiempo constituye una base a partir dela cual se vislumbra el futuro. As la memoria oral represen-ta la forma ms antigua y ms humana de trasmisin y con-solidacin de esa narrativa.

  • TIEMPO 8 LABERINTO

    La memoria es la raz de la historia oral puesto que estaltima es una narrativa en la que se reconstruye el pasado apartir de los recuerdos del entrevistado. La historia oral serefiere a la produccin y uso de fuentes orales para la re-construccin histrica.

    Luis Gonzlez se refiri a los variados caminos de la historiay precis cuatro tipos: anticuaria, crtica, de bronce y cient-fica. Pero antes, provocativamente, record que su maestroJos Miranda, en un arranque de escepticismo, respondide la siguiente manera a la consabida pregunta de para qusirve la historia: El conocimiento histrico no sirve pararesolver los problemas del presente; no nos inmuniza contralas atrocidades del pasado; no ensea nada; no evita nada;desde el punto de vista prctico vale un comino.3

    Sin embargo, Gonzlez se ocup de dar una respuesta posi-tiva a la pregunta y reconstruy la historia de San Jos deGracia, donde privilegi la amplitud cronolgica para com-pensar la estrechez geogrfica del tema. As naci Puebloen vilo, que es hoy un ejemplo de que lo local puede adqui-rir importancia para comprender lo general, puesto que, se-gn opina Hctor Aguilar Camn en la contraportada delcitado libro, sus pginas dicen ms del proceso histricoconcreto de la vida mexicana, que otras mil obras dedicadasa hilar las calamidades palaciegas de las elites. Igualmente,es de notar que Gonzlez registra en el subttulo el nombrede la naciente corriente de la Microhistoria [de San Jos deGracia] como sinnimo de historia local, a travs de la pticacualitativa.4

    Las investigaciones microhistricas5 italianas, donde desta-can Carlo Ginzburg (El queso y los gusanos) y Giovanni Levi,han examinado tanto sucesos de importancia reconocidacomo aquellos ignorados o relegados a mbitos considera-dos inferiores, como la historia local. Lo que identifica aeste tipo de investigaciones es la insistencia sobre el contex-to. Giovanni Levi caracteriza la corriente historiogrfica dela microhistoria y enumera como rasgos distintivos: a) lareduccin de escala; b) el pequeo indicio como paradigmacientfico; c) el papel de lo particular; d) la atencin a larecepcin y al relato; e) una definicin especfica del con-texto. La relacin entre la dimensin microscpica del obje-to de estudio y la dimensin contextual constituye el prin-cipio ordenador de la narracin. Esta caracterstica representala mayor dificultad y, a la vez, la mayor riqueza potencial dela microhistoria.

    El microanlisis no es patrimonio de la corriente histricapues otras disciplinas lo utilizan, como la economa mi-croeconoma o la antropologa como rasgo nuclear.El objeto puede ser tanto lo excepcional como las formasbsicas de la unidad domstica y su anlisis intenta explicarla trama de relaciones que los integran. As, la reduccin dela escala de observacin que lleva a un estudio microanalticode las formas sociales requiere una forma discursiva basadaen el relato y exige la interpretacin de la realidad a partir deuna cuidada reconstruccin de sus significados.

    Por lo tanto, la historia como disciplina acadmica se en-frenta al recuento del pasado desde diferentes ngulos y condiversos objetivos. La historia social es una de sus ramas queda lugar a enfoques especficos de abordaje de la historiacontempornea, caracterizada por una determinacinnovedosa tanto de sujetos y objetos de la investigacin comopor los mtodos y herramientas empleadas. La historia po-pular y la local corresponden a esa tendencia y, a su vez,sirven de antecedente al desarrollo de la historia oral. Deesta manera se incorporan sujetos sociales poco o nada tra-tados por la historiografa tradicional y, en especial, se esta-blecen lazos con otras disciplinas de las ciencias sociales.6

    La historia oral produccin y uso de fuentes orales en lareconstruccin histrica se asocia con la historia socialcontempornea. Esta perspectiva integra otros sectores noincorporados a la historia tradicional pues se trata de acto-res que no son tenidos en cuenta: grupos marginados, opo-sitores, mujeres, gente comn. En el campo de la suprema-ca del documento escrito de acuerdo con la tradicinpositivista del siglo XIX se abre paso esta metodologa pro-cedente del desarrollo de disciplinas como la antropologa,sociologa, lingstica, psicologa y comunicacin y que apor-ta mtodos, conceptos y marcos tericos que permiten unacomprensin ms profunda de la vida social y sus actores.En este contexto el empleo de documentos orales ocupa unespacio singular.

    El entrevistador rescata la historia oral por medio de unaconversacin, que debe plantearse como una tcnica de in-dagacin cuyo resultado deriva de un proceso intelectualcompartido a partir del cual se produce conocimiento. Elobjetivo de la propuesta es activar el recuerdo del entrevista-do a partir de preguntas del entrevistador que, por eso, debetener claro sus objetivos personales y debe conocer el temasobre el cual est indagando.

  • TIEMPO 9 LABERINTO

    La fuente tiene sus peculiaridades: la memoria y la subjeti-vidad. La memoria oral no representa una narracin precisay completa de los hechos histricos, se trata ms bien deuna reconstruccin personal que, a su vez, sirve de fuentepara interpretar sucesos pasados. Dicha recuperacin pormedio de tcnicas y mtodos diversos permite encontrarsentido a lo que la gente dice y, tambin, a lo que no dice.

    Los objetos de conocimiento de las fuentes orales son prin-cipalmente aquellos que permanecen arrinconados por la

    historia tradicional: mujeres, inmigrantes, trabajadores, an-cianos, etctera.

    La historia oral es una metodologa de investigacin que seapoya en tcnicas diversas que posibilitan la recoleccin denarraciones individuales o colectivas, con lo que se enrique-ce el proceso de investigacin y permite la recuperacin dela historia de comunidades, en ausencia o complemento dedocumentos escritos. Es decir, este mtodo juega un papelimportante en la recuperacin de la identidad de los grupossociales y con ello no slo consigna costumbres y vivenciassino que estimula el proceso de valoracin del patrimoniocolectivo por parte de la comunidad, porque se da impor-tancia a las personas, ya que ellas son las que construyen lahistoria da a da y son, al mismo tiempo, narradores y acto-res que recuerdan sus experiencias personales.

    La idea de que la memoria tiene valor social da fuerza a cadapersona o grupo como hacedor de su historia individual olocal. Se comprende el estudio de lo local como: ...ese lu-gar de resguardo de lo propio de las relaciones intensas y

    cercanas que se opone al anonimato caracterstico de la vidaurbana... [y que] se preocupa por buscar las convergencias,lo compartido, lo homogneo y no la diferenciacin.7

    Las historias de vida constituyen un mtodo valioso dondeel narrador relata sus vivencias que se despliegan a partir demarcos guardados selectivamente en la memoria. Esa expli-cacin es lo que da la identidad al sujeto y lo hace recono-cerse en la composicin de los recuerdos. En el caso de lahistoria de un grupo sucede lo mismo, porque es la organi-

    zacin de lo que fue selectivamente guardadocomo significativo en la memoria social, y dichocontenido es lo que da cohesin al grupo y esta-blece su identidad.

    Historias de vidaLa observacin participante es una tcnica nece-saria para recoger los detalles de la vida de acto-res, grupos o instituciones. Se apoya en fuentesdocumentales referidas a sus actividades, en estu-dios de caso, en la recuperacin biogrfica de losactores.

    Las historias de vida forman parte del acervoinquisitivo. Es necesario hacer hincapi que estaherramienta es til como parte de una

    metodologa compleja en la que se reconocen las posibilida-des y las limitaciones de las tcnicas disponibles en la inves-tigacin de campo. No se debe confundir las partes con eltodo; las tcnicas con el proceso de investigacin. Su aplica-cin constituye un acierto en aquellos casos donde el tiem-po y la historia del comportamiento de los actores es signi-ficativo para la reconstruccin de lo social.8

    Si se parte del microcosmos social, de los pequeos actosque componen la vida cotidiana y sus interrelaciones, es ne-cesario reconocer que este punto de partida representa uncomponente de la estructura social local en su escalnms prximo y que sta, a su vez, es una pieza del rompe-cabezas nacional. Con esto me refiero, tambin, a que losocial no es un objeto esttico sino que est en proceso con-tinuo de cambio o de reacomodo y que el investigador tratade aprehender destellos de su complejidad.

    De la misma manera, siempre est presente la subjetividadde las apreciaciones tanto del que habla como del que escu-cha. Cada uno interpreta las situaciones vividas desde su

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    experiencia y desde su personal cmulo de conocimientos.Sin embargo, la utilidad de este proceso de construccin yreconstruccin se basa en lo que se sabe de algo y que poreso el rescate de la memoria por la palabra da lugar a narra-ciones que permiten recomponer escenarios, actitudes y, ensuma, la identidad social de un individuo o grupo humano.

    As, la investigacin participativa exige una interrelacinentre entrevistador y entrevistado, a partir de que el prime-ro debe conocer de antemano el contexto etnogrfico enque se sita el segundo, porque para comprender, dar valory situar el significado de la historia oral es menester enten-der quin es el que habla y desde qu realidad lo hace. Porsupuesto, es necesario reconocer que por ms detallado quesea un relato no constituye propiamente la vida de la perso-na, porque tal vez lo ms trascendental se haya escapado o elsesgo de lo recordado dio prioridad a ciertos episodios sobreotros.

    La historia de vida es una reconstruccin selectiva del pa-sado relatada por el protagonista y, en el proceso de investi-gacin, debe iniciarse a partir de un interrogante, de unenigma que debo resolver, sin oscuridades qu aclarar la in-vestigacin no existe.9 Con ellas se pretende pasar del an-lisis de la historia individual al anlisis de la vida social enmovimiento. Para abordar al entrevistado se necesita cono-cer el contexto etnogrfico del actor, y el xito del conjuntode situaciones sociales del habla que se despliega en este pro-ceso depende de la forma en que stas se configuren y noslo del producto final. Los lmites de la entrevista tienenque ver con el olvido y la memoria selectivos, pues esta si-tuacin da lugar a juegos y trucos que, por otra parte, no esexclusiva peculiaridad oral. Importa destacar el lmitemetodolgico que es impuesto por el objeto de anlisis,que focaliza y controla el recuerdo y tiende a desbloquearlos mecanismos del olvido de aquello que se quiere com-prender.10

    Como proceso de investigacin una historia de vida tienetres fases: exploracin, descripcin y explicacin.

    Se parte de una etapa exploratoria de relatos biogrficos engeneral expresados espontnea e inconexamente, pues se tratade provocar una avalancha de recuerdos que se exteriorizanpara que de forma gradual vayan tomando sentido y paraque el entrevistado tome conciencia de su vida y entre enconfianza con el entrevistador.

    De ah que en el segundo paso se intente precisar la radio-grafa para posibilitar la lectura de lo social, para obteneruna primera imagen, el trazo de una silueta que se va deli-neando a medida que se rescata la memoria del actor. Ladescripcin es un resultado inicial y un producto donde sereconstruye la informacin, donde se la ordena y se le dasentido; sus caractersticas corresponden a la determinacindel objeto de estudio y a los propsitos de la investigacin.Sin embargo, la experiencia seala la asistencia constante dedos elementos:

    a) recomposicin etnogrfica de los espacios pblicos yprivados en donde se verifican los actos cotidianosdel actor (casa, calle, barrio, lugar de trabajo y de re-creacin)

    b) reconstruccin ideogrfica de los escenarios pasados alos cuales el actor social atribuye una significacin par-ticular por su incidencia en su vida personal o porqueson elementos relacionados con el objeto de investi-gacin y su movimiento

    En este proceso multilineal, entrevistador y entrevistado sevan retroalimentando mutuamente; en la descripcin, am-bos trabajan sobre un mapa concreto de espacios y situacio-nes vitales; sin embargo, es necesario no quedarse en estaetapa sino transitar a la reflexin terica inductiva para ex-plicar la composicin de lo social. En ese momento el inves-tigador puede mediar la interpretacin o asumirla en su to-talidad. Por supuesto que esta etapa est ligada de manerantima con los objetivos de la investigacin, la definicin dela metodologa y las bases tericas definidas.

    ColofnPara que la enseanza de la historia favorezca la creacin deconocimiento y no slo la memorizacin de datos, para quetrascienda los muros del aula y establezca una relacin cer-cana con el contexto, resulta ventajosa la aplicacin de m-todos como los reseados. Ello permitir cambiar la con-cepcin que se tiene acerca del quehacer de la investigacinhistrica, que no es actividad exclusiva de eruditos encerra-dos en cubculos repletos de libros, manuscritos y documen-tos polvosos. Los procedimientos de la historia oral acercanal investigador a los actores sociales cuya memoria expre-sada oralmente representa el origen de la informacin so-bre los hechos del pasado relacionados de forma directa conla trayectoria de vida personal.

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    De ah que los aprendizajes significativos deben dotar de lasherramientas idneas a los alumnos, para entender crtica-mente los problemas de la realidad social con la que a diariose enfrenta y no sentir al conocimiento histrico como algoajeno sino como resultado del proceso.

    Lo primero ser rescatar el vnculo que existe entre elproceso enseanza-aprendizaje e investigacin y que nosllevar a tomar una nueva postura de cmo aprehender,recrear y producir conocimiento histrico en una rela-cin directa con la familia, el barrio, la ciudad y la re-gin.11

    Por eso es importante esforzarse en aplicar una metodologaque promueva la integracin del conocimiento, que favo-rezca la vinculacin entre la investigacin y la docencia yentre la escuela y la comunidad. Los recursos metodolgicosde la historia oral favorecen el rescate de pasajes y visionesinditos al enfrentarse con una historia viva y actuante.

    La propuesta metodolgica de la historia oral como recursopedaggico da lugar a un acercamiento a las fuentes prima-rias de la historia local y a un acervo que se encuentra en lacasa o en los hogares de vecinos o familiares de docentes y

    alumnos. Se motiva a crear una memoria local sin perder devista los enlaces a nivel estatal o nacional, permite ampliar loslmites del conocimiento porque se trabaja en el rescate yescritura de los testimonios e historias de vida, de las leyen-das, las tradiciones o creencias del mbito social personal.

    As entendida la historia despierta el inters de la poblacinque se involucra en el proceso como resultado de las entre-vistas; adems de que aquellos sectores que usualmente noson tomados en cuenta como actores sociales en ese mo-mento se vuelven protagonistas de la historia local.

    Para reforzar esta experiencia se recomienda la formacinde archivos de la oralidad para la conservacin de la memo-ria colectiva recuperada. Por supuesto que el establecimien-to y la permanencia de esta propuesta debe estar apoyadapor gobiernos, instituciones educativas, organismos priva-dos y organizaciones comunitarias, que estimulen el resca-te, interpretacin y conservacin del pasado para asesorar ydifundir su historia y conservarla en fondos documentales.12

    Esta preservacin del patrimonio intangible de la historiaoral se constituye en fuente del conocimiento y en un espa-cio de aprendizaje que une la experiencia en el aula con elentorno social.

    Notas1Historia de una maestra, Barcelona, Anagrama, 1996, p. 40.2Jorge Luis Borges, Funes el memorioso, en Ficciones, Buenos Ai-

    res, Emec, 1966, p. 122.3Luis Gonzlez, La mltiple utilizacin de la historia, en Carlos

    Pereyra et al., Historia para qu?, Mxico, Siglo XXI, 1987, p. 55.4Consultar sus ensayos El arte de la microhistoria y Teora de la

    microhistoria, publicados en dos colecciones llamadas Invitacin a

    la microhistoria (1973) y Nueva invitacin a la micr ohistoria (1982).5La palabra microhistoria fue empleada por primera vez en el sen-

    tido positivo por George R. Stewart, profesor de la Universidad

    de Berkeley, en 1959, en su libro Picketts Charge. A Microhistor y of

    the final Attack at Gettysburg, July 3, donde analiza minuciosamente

    la batalla decisiva de la guerra civil norteamericana.6Jorge E. Aceves, Introduccin: La historia oral contempornea: una

    mirada plural, en Jorge E. Aceves (coord.), Historia oral. Ensayos y

    aportes de investigacin, segunda ed., Mxico, CIESAS, 2000, p. 11.

    7Patricia B. Safa y Patricia Ramrez Kuri, Identidades locales como

    construccin del sujeto, smbolos colectivos y arena poltica: una

    propuesta metodolgica, en Jorge E. Aceves (coord.), op. cit., p. 97.8Jaime Ochoa ngel, Las historias de vida: un balcn para leer lo

    social, en Razn y palabra, nm. 5, ao 1, diciembre-enero, 1996-

    1997. www.cem.itesm.mx9Ibid.10Ibid.11Ana Mara de la O Castellanos, La historia oral como recurso

    metodolgico en la enseanza de la historia, en La tarea, Mxico,

    Seccin 47 del SNTE. www.latarea.com.mx/articu/articu9/delao9.htm12A propsito, el Encuentro Internacional de Historia Oral Oralidad

    y archivos de la memoria y el Primer Encuentro Nacional de Histo-

    ria Oral Usos y expresiones de la oralidad en educacin se llevaron

    a cabo en Bogot, Colombia, los das 5, 6 y 7 mayo de 2005.