el desarrollo rural alternativa real 0 corti na de h …€¦ · cambios estructuraies dado que en...

8
EL DESARROLLO RURAL ALTERNATIVA REAL... 0 CORTI NA DE H UMO n JOSE ANTONIO RODRIGUEZ FRAGUAS Ingeniero Técnico Agricola. del mundo rural pudieran haberse sentido sorprendidos por la prolifera- ción de referencias al desarrollo rural en seminarios, discursos, libros blancos, escritos..., frecuentemente patrocinados por instituciones de altos fines (FAO, OCDE, CEE, Uni- versidades...) Viviendo la agricultura y el espacio rural la situación que conocemos, bienvenidas sean todas estas aportacio- nes teóricas, incluso las que un tanto reiterativamente, tras prolijas reflexio- nes, concluyen dictaminando, sin ries- go de error, que, dada la diversidad de la casuística rural, no va a quedar más remedio que abandonar los diagnósti- cos genéricos, para comprometerse en la promoción de procesos de desarro- Ilo endógeno e integrado, de nivel local, concebidos en base al conoci- miento de cada realidad concreta (pro- blemas, recursos, actitudes...) Bienvenidas sean estas aportacio- nes, incluso aquéllas que resultando demasiado "exógenas" y distantes del "desarrollo endógeno" que propug- nan, ponen de manifiesto la insufi- ciente atención que se viene prestan- do a las tareas de promoción y forma- ción en el medio rural, carencia grave que se traduce en la falta de otro tipo de estudios y de propuestas de desa- rrollo concebidos a nivel comarcal y debatidos con la participación de sus municipios, cooperativas y organiza- ciones diversas. La reciente supresión del Servicio estatal de Extensión Agraria que, con tareas específicas, funciona incluso uienes sigan de cerca los avatares de la agricultura y en estados federales, y su creciente dedicación a tareas de gestión admi- nistrativa en el escalón autonómico, constituye una muestra de las causas del vacío que comentamos, en buena parte responsable de la atonía de una sociedad rural desorientada y desor- ganizada, sobre la cual en un momento de crisis se pretende hacer recaer la responsabilidad de su pro- pio desarrollo. LAS POLITICAS DE LA CE Y EL DESARROLLO RURAL EN ESPAÑA --:^ ^ . 1^ s^. Dada la relación inversa, estadísti- camente constatable, entre el ruralis- mo en su concepción más tradicional ^:: ,^ a.'...; 34 ^istribualán N, 8 ontumo

Upload: others

Post on 18-Apr-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EL DESARROLLO RURALALTERNATIVA REAL... 0 CORTI NA DE H UMOn JOSE ANTONIO RODRIGUEZ FRAGUAS

Ingeniero Técnico Agricola.

del mundo rural pudieran habersesentido sorprendidos por la prolifera-ción de referencias al desarrollorural en seminarios, discursos, librosblancos, escritos..., frecuentementepatrocinados por instituciones dealtos fines (FAO, OCDE, CEE, Uni-versidades...)

Viviendo la agricultura y el espaciorural la situación que conocemos,bienvenidas sean todas estas aportacio-nes teóricas, incluso las que un tantoreiterativamente, tras prolijas reflexio-nes, concluyen dictaminando, sin ries-go de error, que, dada la diversidad dela casuística rural, no va a quedar másremedio que abandonar los diagnósti-cos genéricos, para comprometerse enla promoción de procesos de desarro-Ilo endógeno e integrado, de nivellocal, concebidos en base al conoci-miento de cada realidad concreta (pro-blemas, recursos, actitudes...)

Bienvenidas sean estas aportacio-nes, incluso aquéllas que resultandodemasiado "exógenas" y distantes del"desarrollo endógeno" que propug-nan, ponen de manifiesto la insufi-ciente atención que se viene prestan-do a las tareas de promoción y forma-ción en el medio rural, carencia graveque se traduce en la falta de otro tipode estudios y de propuestas de desa-rrollo concebidos a nivel comarcal ydebatidos con la participación de susmunicipios, cooperativas y organiza-ciones diversas.

La reciente supresión del Servicioestatal de Extensión Agraria que, contareas específicas, funciona incluso

uienes sigan de cerca losavatares de la agricultura y

en estados federales, y su crecientededicación a tareas de gestión admi-nistrativa en el escalón autonómico,constituye una muestra de las causasdel vacío que comentamos, en buenaparte responsable de la atonía de unasociedad rural desorientada y desor-ganizada, sobre la cual en unmomento de crisis se pretende hacer

recaer la responsabilidad de su pro-pio desarrollo.

LAS POLITICAS DE LA CE YEL DESARROLLO RURAL EN ESPAÑA

--:^ ^. 1^

s^.

Dada la relación inversa, estadísti-camente constatable, entre el ruralis-mo en su concepción más tradicional

^:: ,^a.'...;

34 ^istribualán N, 8ontumo

y el nivel de desarrollo económico deuna región (un mayor peso de la agri-cultura en el empleo y en la econo-mía, suele coincidir con una menorriqueza, por habitante), la aprobaciónen la Comunidad Europea del ActaUnica (1987), con su compromiso deimpulsar la cohesión económica ysocial, y sobre todo, la reforma de losfondos estructurales (1988) abrieronfundadas expectativas de desarrollopara las zonas rurales españolas.

Por una parte, la cuantías de losFondos estructurales iban a duplicarse(y se duplicaron) entre 1987 y 1993,concentrando su asignación sobre lasregiones menos prósperas de la

qREAS AFECTADAS POR LOS FONDOS ESTRUCTURALE$

Comunidad (Objetivo n° 1), regionesque ocupan el 76,1 por ciento, de lasuperficie española. Además, laszonas rurales con mayores problemas,situadas fuera de las referidas regionespasaron a ser otro objetivo (5 b) de suacción, objetivo que cubre otro 12 porciento del territorio español.

Por otra parte, la reforma propug-nó una actuación coordinada de losFondos, en el marco de planes y pro-gramas operativos, elaborados coope-rativamente por las distintas adminis-traciones (comunitaria, estatal, regio-nal, local...), con participación de losagentes económicos y sociales.

Con el 90 por ciento del territorioespañol cubierto por los objetivos 1 y5 b), dirigidos al desarrollo de lasregiones en retraso y de otras zonasrurales, nos encontramos en períodode preparación de los planes de desa-rrollo regional 1994-98, planes quepodrán beneficiarse, previsiblemente,de una aportación de los Fondosestructurales superior en un 60-70% alos asignados en el período 1989-93.Por ello, parece oportuno hacer algu-nas reflexiones sobre lo acontecido enel último cuatrienio.

Finalmente, ya en 1992, se puso

en marcha, con carácter experimental,la iniciativa comunitaria LEADER, queen España actúa a través de 55 Cen-tros de Desarrollo Rural (CEDER).

Sería prematuro, en todo caso,evaluar cuantitativamente los resulta-dos de una programación que todavíano cumplió su primer período quin-quenal. Nos limitaremos aquí y ahoraa hacer algunas consideraciones sobreaspectos cualitativos que son frecuen-temente eclipsados por el culto rendi-do a las grandes cifras ("miles demillones que vienen para España"),eclipse que puede relegar al olvidocuestiones tan primordiales desde unaperspectiva de cohesión territorial ysocio-económica, como las siguientes:

- ZSe programa desde una pers-pectiva del desarrollo de las zonasrurales?

- iSobre qué zonas geográficas seactúa prioritariamente?

- zQué cambios estructurales seintroducen? iCon qué medidas?

Sobre la primera pregunta, haycoincidencia unánime en que el enfo-que para el desarrollo rural debe serintegrado y endógeno, promovido anivel comarcal. La mayor parte denuestras zonas más netamente rurales

N° B ^:^;::.`^ 35

se sitúan en las regiones en retraso,que ocupan el 76,1 por ciento delterritorio. Los marcos comunitarios deapoyo correspondientes a las nueveComunidades Autónomas incluidas enObjetivo 1 alcanzaron los 2,3 billonesde pesetas, con una aportación de losFondos estructurales de más de 1,2billones de pesetas.

Sin entrar a valorar la importanciade estas cuantías, ni a emitir juicios devalor sobre la programación, estatal yregional, cabe plantearse cual ha sidola presencia del mundo rural (habitan-tes y espacio) en esta programación1989-93. AI respecto, interesa recal-car el riesgo de una visión simplista ydemagógica (ya se sabe que "las hec-

táreas no votan") que continúe gene-rando la desatención de amplias áreasgeográficas, por ser poco productivasy estar poco pobladas. Las consecuen-cias de esta miopía se están pagandoya, tanto en costes sociales como eco-lógicos.

EL CASO DE LASREGIONES EN RETRASO

Un somero análisis del desarrollo ylos objetivos que plantea el MarcoComunitario de Apoyo para las zonasde Objetivo n° 1 en España pone derelieve la incoherencia existente entrelos planteamientos que se recomien-dan para impulsar el desarrollo rural y

los sistemas y niveles de planificaciónestatal y regional. Remarquemos algu-nas de las dificultades más notorias:

- Planificación sectorializada:La planificación se estructura en

torno a ocho ejes de desarrollo: articu-lación territorial, industria, servicios yartesanía, turismo, agricultura y desa-rrollo rural, infraestructuras de apoyo ala actividad económica, valorizaciónde recursos humanos, asistencia técni-ca y formación.

- Gestión sectorializada:Salvo escasas excepciones auspi-

ciadas por la CE, la gestión de cadaeje está encomendada tanto a nivelestatal como regional, a un Departa-mento o Consejería, sin que, comonorma habitual, ni al planificar ni alejecutar, se efectúen planteamientosintegrados para áreas geográficas con-cretas.

Siendo así, es fácil entender lo difí-cil que resulta sacar adelante iniciati-vas locales o comarcales, concebidasen base a los problemas de espaciosgeográficos concretos mediante unaestrategia integrada, estrategia quechoca frontalmente con una organiza-ción administrativa absolutamente sec-torializada.

Asignar al eje agrario-rural prácti-camente financiado en su totalidadpor las administraciones agrarias y alFEOGA-Orientación, la responsabili-dad de impulsar la diversificación eco-nómica del 80/90% del territorio peordotado en infraestructuras y equipa-miento, no dejaría de ser falaz.

- Insuficiente participación de losniveles locales y de los agentes econó-micos y sociales:

La reglamentación comunitaria enlo que atañe al desarrollo regional y,de modo especial, al desarrollo rural,reitera la conveniencia de una estrate-gia cooperante, en la que se articulenlas administraciones, incluida la local,dando además participación a losagentes económicos y sociales.

Sin embargo, sea por las dificulta-des inherentes a cualquier procesoen el que se trate de integrar iniciati-

s^ŝ

36 ^éñ•iieclée ^ a

vas, recursos y voluntades, sea pormotivaciones de otra índole, (sinexcluir la diversidad de signos políti-cos), el grado de participación es fre-cuentemente tan precario, que seIlega a dar el caso de municipios yde organizaciones empresariales oprofesionales que en 1992 ignoran elcontenido de los programas de desa-rrollo de su región.

LAS ZONASRURALES DEL OBjETIVO 56)

EI Objetivo 5 b) se dirigió aldesarrollo de las zonas más ruralessituadas en regiones no incluidasentre las de mayor retraso. No vamosa analizar aquí los más que discuti-bles criterios de delimitaciónimpuestos por los países más próspe-ros de la CE, que no teniendo regio-nes en retraso, optaron por imponerunos criterios aperturistas en el con-cepto de ruralismo, capaces de dis-minuir la concentración de recursossobre regiones (NUTS II) atrasadas.

Por lo que se refiere a España, sedelimitaron zonas rurales en ochoComunidades Autónomas, cubriendo63.000 Km2 poblados por 985.000habitantes. Salvando los problemasatribuibles a las siempre insuficientesasignaciones presupuestarias y a la noinclusión de ciertas zonas de ruralidadnotoria, es evidente que desde unaperspectiva de la programación deldesarrollo rural, el método y nivel delprogramación resultó más adecuadaque el anteriormente referido, corres-pondiente al objetivo n° 1. Por unaparte, fue posible una mayor integra-ción de los estructurales en función delos objetivos programados; por otraparte, el ámbito geográfico, siendomenor que cuando se programa paratoda una región, resulta más adecuadopara una programación específica,elaborada en base a situaciones con-cretas, con participación de entes yorganizaciones comarcales. EI estable-cimiento o consolidación más omenos formal de mancomunidades

locales para abordar problemas deámbito comarcal, no deja de ser ya unresultado alentador.

Persisten, no obstante, las dificul-tades derivadas de la sectorializaciónde las administraciones, incluso de lasgestoras de los Fondos estructuralesintervinientes.

iPARA QUIEN SE PLANIFICA?

Los desequilibrios socio^conómi-cos entre estados y regiones de lacomunidad, utilizados muy justifica-damente para reivindicar mayores fon-dos de cohesión o una política regio-nal más fuerte y equilibradora a nivelcomunitario, se presentan tambiéncon especial gravedad entre las regio-nes de España y dentro de una mismaregión, especialmente cuando, comoocurre en nuestro país, las Comunida-des Autónomas (niveles NUTS II) ocu-pan territorios superiores a los devarios Estados de la CE.

Sea por el insuficiente desarrollode los trabajos de ordenación territo-rial, sea por evitar las dificultades deri-vadas de una planificación selectiva,con compromisos programáticos parazonas de la región delimitadas en elmarco de una tipología adecuada, los

planificadores del desarrollo regionalsuelen tender a eludir compromisosde selectividad.

Resulta, sin duda, menos conflicti-vo establecer regímenes de apoyo sus-ceptible, al menos teóricamente, deser aprovechado por toda la poblacióny en todo el territorio, que delimitarzonas geográficas con problemas yapoyos específicos, o prever trata-mientos selectivos para los beneficia-rios potenciales, considerando crite-rios tales como residencia, nivel deingresos, dedicación profesional osituación laboral. Resulta, en definiti-va, menos problemático optar por unigualitarismo revestido de supuestaequidad, máxime si con ello se facilitala consecución de una eficacia sim-plistamente evaluada en términos dela inversión realizada o de la cofinan-ciación comunitaria captada, sinnecesidad de recurrir a lentas tareasde animación e información, a desa-rrollar por los tortuosos y empinadoscaminos de las comarcas más rezaga-das y menos pobladas.

Los problemas atribuibles a unaplanificación realizada a niveles esta-tal o regional, sin suficiente participa-ción de los niveles comarcal y local,imprescindibles desde una perspectiva

,p o ^Istrlbrdón 37I, 0 ensunro

rural, se presentan con mayor grave-dad en las n^giones del objetivo 1, queen las zonas rurales del objetivo 5 b),de menor dimensión, y por ello, conmayores posibilidades para una plani-ficación más ajustada a problemas yrecursos.

CAMBIOS ESTRUCTURAIES

Dado que en 1993 han de ser ela-borados, para 1994/'98, los planes dedesarrollo de nueve ComunidadesAutónomas que cubren el 76,1% delterritorio, en lugar de referimos a losprogramas vigentes, dentro de los cua-les, por las razones expuestas, resultaimposible desagregar el impacto sobreel desamollo rural de (as medidas noagranas, optamos por aportar de rracbesquemático un inventario, no exhaus-tivo, de medidas relacionas con eldesarrolb rural y, además, cofinancia-bles por bs fondos de la CE.

Se trata de contribuir modestamen-te a conjurar el riesgo de una planifi-cación sectorializada y continuista,con preponderancia de medidas tradi-eionalmente aplicadas y nunca cuesrtionadas, capaces de coexistir con pro-blemas estnicturales nunca abordarbs,problemas que en un país como elnuestro, más dado a las contra-nefor-mas que a las reformas estructurales,corren el riesgo de ser frívolamentemarginados en base a enfoqueswpuestamente modemizantes.

Sirva, a título de ejempb, b quesupondría que en un momento de cri-sis de la agricuhura, en lugar de pro-gramar acciones racionalmente conc.-e-bidas, dirigidas a la reestnuturación deun sector agrario n^dimemionarlo, conexplotaciones competitivas, gestiona-das por profesionales de la agriculturavertebracbs en el marco de organiza-ciones profesionales, interprofesionalesy cooperativas, se optase de mododesequilibrado por planteamientos^ctra-a^grarios, que permitan eludir unave2 más, problemas tan importantescnmo l06 de un minifundisrrio que coe-xiste con el abóentisrrio y con la planta-

ción forestal de superficies fértiles; elde los irracionales e inflacionistas pro-cesos de comercialización, el de unamecanización individual con costesinasumibles, el de la permanencia enla adividad de medio millón de pen-sionistas al mismo tiempo que sefomenta la jubilación anticipada, o elde la intensificación de produccionesen determinadas áreas, con destruc-ción de recursos naturales, coexistien-do con el anuncio de indernnizacionespor prácticas extensificadoras.

UN ESQUEMA DE MEDIDAS PARAEl DESARROLlO RURAL

EI conjunto de medidas incluidasen el Gráfico n° 1, cuyo grado de apli-cabilidad concn^ta dependerá de cadarealidad comar^cal, gira en tomo a las

I

cuatro áreas fundamentales que seseñalan en el rectángulo central, estre-chamente relacionadas entre sí.

1. Las medidas 1.1. a 1.5, impres-cindibles para garantizar un espaciorural, sin problemas de aislamiento, quesea suficientemente atractivo, sonincluibles en los planes de desarrolloregional, y cofinanciables por el FEDER.

Desde una perspectiva regional, lainclusión o exclusión de estos proble-mas rurales, dependerá del grado deintegración con que se realice la plani-ficación, y, sobre todo, del peso queen la misma puedan tener los nivelesmunicipales (deseablemente manco-munados) y las organizaciones (coope-rativas, empn^sariales, sindicales...) delas comarcas rurales.

EI Reglamento (CE) 4254/88, enfase de revisión, explicita el tipo de

ESQUEMA DE MEDIDAS PARA EL DESARROLLO RURAL

2.1

CUIOA00 OE LAS SUPERFCIES

ABANOONAOAS

COM PAT 1 BLES

FORESTACION SELECTIVA Y

^PROTECCION DE SUPERFICIES

rRANSPaRTEY COIIIINIG_

CIOMES.

' (3) ^

UNA ACTIVIDAD EOONOMICA

DIVERSIFICADAY SUFICIENrE

NODERNIZACION DEL StSTENA A6ROALIYENTARIO

CONERCIALIZACqN Y TRANSFORNACION

Aururo Avlorro FRaonerosDE DE PlqplC_ o[ WSRf DI f/RDib soN oE us

cwN Fan FROOIq rT YD! IID0[ lA [1( NB[iARLA . M®^l{MRARNI^.PLOTACION ^BITNM7.

1. 8

medidas apoyadas por el FEDER.2. Las medidas referidas en los

puntos 2.1. a 2.5., hasta ahora atendi-bles en los planes de desarrolloregional y cofinanciables por elFEOGA-0rientación, pasan a ser ob-jeto de la atención del FEOGA^aran-tía a través de los Reglamentos (CE)2078/92 y 2080/92; el primero, dirigi-do a la aplicación de medidas medioambientales; el segundo, apuntando alfomento de medidas forestales ensuperficies agrícolas.

EI Reglamento (CE) 2078/92 abre opotencia vías muy interesantes al per-mitir, no solo compensar las rentas per-didas como consecuencia de aplicarmétodos menos intensivos (disminu-ción de dosis de fertilizantes, ahorro de

1. 3 {

sEavN^o3

POSTALES,FINIINCN:RO

TECNICOS-.

(21

CONSERVACION (4)

DE lAS RECURSOS UNA POBlAC10N

NATURALES Y OEL CAPACITAOA T

PAISAJE ACTIVA.

DESARROlLO ASOCIATIVO(COOPERATMSYO)

INTERPROFESION

AGRICULTURA CONTRACTUAL

agua, no utilización de productos fito-sanitarios .... etc.), sino también obte-ner ingresos por mantener sistemasextensivos en zonas menos desarrolla-das, por explotar razas autóctonas enextinción o, por conservar superficiesabandonadas, incluso mediante pasto-reo extensivo, o economizar agua, porponer algunos ejemplos.

La atención a actividades foresta-les que, por una parte seguirán siendoincluidas en el marco de los planesregionales con cofinanciación delFEOGA-Orientación, Reglamentos(CE) 1609 y 1610/89 se ve ahora fuer-temente potenciada sobre superficiesagrícolas, a través de los incentivosprevistos en el Reglamento (CE)2080/92.

1.5

4. 1ACTIVIDADES RIFORWTIVAS

ARTICULADAS A NECESIDAOES

OE LA PR06RANACN)M.

^.3

ANINACIOM , PROMOCIOM DE

CANBIOS OE ACTITUD Y DE

0116AN12ACION ASOCIATIVA.

DIVERSIFICACION DE LA ECONOMIA

EI apoyo aumentado a las planta-ciones de superficies cultivadas, laconcesión de subvenciones que com-pensen las pérdidas de renta duranteel período improductivo de las planta-ciones e, incluso, las subvencionespara el cuidado de los árboles durantelos primeros años, se presentan comojugosas medidas, todavía en fase deregulación nacional y regional. Sindejar de valorar sus posibilidades,especialmente sobre superficies declara vocación forestal, no dejaría deser preocupante una aplicación insufi-cientemente selectiva, tanto en lo queatañe a las especies plantadas, como asu localización.

Por ejemplo, la plantación desuperficies fértiles, hasta ahora arren-

:.

2. 2

PROTECCIOM DE BIOTOPOS

EN PE116R0

PRACTICAS 4GRARIAS

^ 8 [^IFtrlbudón 39eetr^e

dadas o explotadas en precario, poragricultores minifundistas, chocaríafrontalmente con el objetivo deaumentar el tamaño de explotacionesagrarias, objetivo para el que, paradó-jicamente, pudiera darse el caso, quedentro de la misma zona, la mismaAdministración se dispusiese a finan-ciar jubilaciones anticipadas, con elfin de liberar tierra que permitaampliar la dimensión de las explota-ciones.

3. A través de las acciones inclui-das en el tercer cuadrante del esque-ma, no se trata de pormenorizar elcontenido de cada una de las posiblesmedidas dirigidas a la dinamizacióneconómica del espacio rural. Se pre-tende, únicamente, evitar el riesgo deque sean insuficientemente considera-dos algunos aspectos esenciales.

En un momento de crisis de laagricultura, no sería bueno utilizar eldesarrollo rural "en vano", enfatizandoen términos demasiado optimistas,sobre problemáticas potencialidadesextra-agrarias (turismo, artesanía...) yrenunciando a abordar en profundidadlos problemas de tipo estructural queimpidieron hasta ahora la existenciade una agricultura redimensionada ala baja, pero eficaz en términos decompetitividad y de rentas.

3.1. Por lo que atañe al sectoragroalimentario, el esquema pretendereflejar la necesidad de abordar en elmarco de una visión de conjunto, losproblemas estructurales relacionadoscon las estructuras productivas y losque afectan a la comercialización ytransformación de las producciones,enfoque que pudiera verse dificultadopor una insuficiente coordinación aldecidir las producciones a estimularen el territorio y en el tiempo, en fun-ción del mercado, así como por uninsuficiente desarrollo del cooperati-vismo y de la interprofesión.

- Descendiendo al nivel de lasestructuras productivas, se pretenderemarcar como puntos de interés:

* la mejora de las infraestructurasagrarias (3.1.1.), abordable, dentro de

las limitaciones presupuestarias, através de los planes de desarrolloregional, con cofinanciación delFEOGA-0rientación.

* el aumento de la superficie de lasexplotaciones minifundistas que, aun-que sea directamente apoyablemediante el régimen de cese anticipa-do, cuya regulación nacional se modi-fica en el marco del Reglamento (CE)2079/92, reclamaría, sin duda, otrasmedidas similares a las vigentes enotros países de la CEE (superfi-cies-objetivo para las explotaciones,según zonas, controles de la transmi-sión de tierras, organismos redistribui-dores de las tierras liberadas con elcese anticipado ... etc.)

* la mejora de la eficacia de lasexplotaciones es apoyada a través delReglamento (CE) 2328/91 y, en elmarco del mismo, del R.D. 1887/91.

* la disminución del coste de lasproducciones (3.1.4), especialmentemediante el uso en común de maqui-naria y medios de producción, insufi-cientemente apoyado por el reglamen-to horizontal antes referido, quizáhaga aconsejable un mayor apoyo, seaa través de los planes de desarrolloregional, con cofinanciación comuni-taria, sea mediante líneas de ayudanacional y regional que permitanimpulsar en España redes asociativasdel tipo de las CUMA (s) francesas olos Círculos de Maquinaria, alemanes.

* el desarrollo de produccionescomplementarias (3.1.5), (pequeños fru-tos, setas, apicultura, caza ... etc.), nosiempre suficientemente estudiadas, asícomo la mejora cualitativa, no siemprecon vías de comercialización que remu-neren la calidad alcanzada, son medi-das susceptibles de ser contempladaspara zonas específicas, dentro de losplanes de desarrollo a elaborar.

* la reconversión de producciones(3.1.6) en las regiones del objetivo n°1 en las zonas rurales del objetivo 5b), pueden ser estimuladas simultánea-mente a través de dos vías. Por lo queatañe a las inversiones requeridas,éstas son subvencionables a través del

R.D. 1887/91, siempre que se trate deagricultores a título principal. Por otraparte, si la reconversión implica unapérdida transitoria de ingresos (planta-ciones frutales, cambios varietalesmediante reinjerto ... etc.), esta pérdi-da podrá ser compensada en el marcode los planes y programas de desarro-Ilo correspondientes, con cofinancia-ción del FEOGA-0rientación.

* la participación de los agriculto-res en la racionalización de los proce-sos de comercialización (3.1.7 a 3.1.9)y, en su caso, de transformación de lasproducciones, constituye una asigna-tura pendiente, de la que se habla rei-teradamente sin alcanzar un impulsosuficiente y, mucho menos, equilibra-do territorialmente. Los Reglamentos(CEE) 1035/72 (frutas y hortalizas),389/82 (algodón), 1696/71 (lúpulo) y1360/78 (mayoría de produccionesrestantes) apoyan la concentración dela oferta y su preparación para el mer-cado. EI Reglamento (CE) 866/90 sedirige a la racionalización de los pro-cesos de comercialización y transfor-mación a través de acciones que,según el referido reglamento, repercu-tan favorablemente en las rentas de losagricultores.

3.2. La conveniencia de diversifi-car la actividad económica en laszonas más netamente rurales, en lasque la agricultura pesa excesivamenteen la economía y en el empleo, esalgo que nadie discute. Sin embargo,descender del simple enunciado deeste objetivo tan incocreto, al plantea-miento de metas válidas y alcanzablessobre marcos geográficos concretos,exige mucho rigor, gran solidaridad y,a veces, una profunda reorganizaciónde las administraciones públicas, talcomo se indicó al hacer referencia a laprogramación integrada y a la tipolo-gía de zonas rurales en el marco deuna ordenación del territorio.

Es indudable que el turismo rural,la artesanía y la implantación de deter-minadas empresas (3.2.1 a 3.2.3), conestímulos económicos (cofinanciablespor el FEDER), fiscales y de asistencia

40 ^Iftribueién N^ 8OIIfY^O

CONSUMO Y MUNDO RU

técnica, ofrecen posibilidades endeterminada zonas rurales, pero esindudable, también, que el impulso deesta diversificación no puede prospe-rar indiscriminadamente, sin una plan-ficación rigurosamente concebida,presupuestariamente dotada y sufi-cientemente coordinada con la dirigi-da a la dotación de infraestructuras yal fomento del empleo.

3.3. EI Fondo Social Europeo o, elMinisterio de Trabajo y las Consejeríascorrespondientes de las ComunidadesAutónomas, desarrollan una importan-te tarea en todo el territorio, con com-promisos especiales en las regiones enretraso (Objetivo n° 1) y en las zonasrurales del Objetivo 5 b), en materiade formación y empleo. Su crecienteimplicación en iniciativas de desarro-Ilo local a través de escuelas-taller,programas LEADER, etc., puede neu-tralizar el riesgo de una planificacióngenérica y distante, concebida a nive-les estatal y regional.

LOS PROGRAMAS "LEADER"

La articulación de actividades dedesarrollo económico rural en los pri-meros planes de desarrollo regionalactualmente vigentes, no alcanzó elnivel deseables. Cierta inercia admi-nistrativa, quizá las dificultades deri-vadas de enfoques demasiado secto-rializados, y una planificación realiza-da a niveles geográficos excesivamen-te amplios (salvo el caso de las zonasrurales del objetivo 5 b), pudo contri-buir a una insuficiente atención aldesarrollo rural, concebido a nivelcomarcal o local.

En respuesta a esta carencia, laComisión de la CE decidió desarrollarla iniciativa LEADER, con carácterexperimental, estructurada en base auna concepción de desarrollo ruralintegrada, de nivel local.

En el marco de esta interesante ini-ciativa comunitaria, se desarrollan enEspaña cincuenta y cinco experien-cias. En cada una de ellas, con fórmu-las jurídicas diversas (municipios,

ZONAS DE ACTUACION DELPROGRAMA"LEADER" EN ESPAÑA

mancomunidades, asociaciones, coo-perativas, sociedades anónimas ...etc.), los Centros de Desarrollo Ruraltratan de sacar adelante sus programasde desarrollo, en los que se integranmedidas de apoyo técnico al desarro-Ilo (con una inversión programada deunos 1.913 millones de pesetas), for-mación profesional y ayuda al empleo(con unos 2.500 millones de pesetas),apoyo al turismo rural (con unos22.700 millones de pesetas), forma-ción de pequeñas empresas y servicioslocales (con unos 6.900 millones depesetas), valoración y comercializa-ción de productos agrarios locales(con 6.500 millones), y un capítulo deotras medidas, en el que la inversiónprevista es de unos 1.100 millones depesetas.

Para afrontar esta inversión, en laque participa la iniciativa privada(15.000 millones de pesetas) y las dis-tintas administraciones, los fondosestructurales aportan 15.600 millonesde pesetas en forma de subvención

global, que se pone a disposición delos Centros, de modo gradual, consupervisión del IRYDA, como Orga-nismo intermediario.

La iniciativa LEADER, aún con pre-visibles limitaciones atribuibles a lainsuficiente experiencia de algunoscentros promotores, a una planifica-ción forzada por plazos excesivamentecortos y a una insuficiente coordina-ción, con algunas administracionespúblicas, aporta un enfoque innova-dor, por lo que sus resultados positivosy también sus previsibles deficiencias,deberán ser cuidadosamente evalua-dos, con vista a futuros enfoques de undesarrollo rural racionalmente conce-bido y solidariamente impulsado, quepermita articular los recursos de lapoblación y los que las Administracio-nes públicas pongan a su alcance.

q

N°- 8^^:erir.^u. 41

.ns.M