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Acumulación y distribución El Estado Benefactor y el Estado Keynesiano Beveridge y Keynes vs. los neoclásicos Lic. Graciela Landriscini Cátedra: Recursado Economía III 2010 FAEA- UNC

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Acumulación y distribuciónEl Estado Benefactor y el Estado Keynesiano

Beveridge y Keynes vs. los neoclásicos

Lic. Graciela LandrisciniCátedra:

Recursado Economía III 2010FAEA- UNC

Estado Benefactor (EB) y Estado Keynesiano (EK)

1. Suele asociarse la existencia del denominado Estado de Bienestar o Estado Benefactor a la etapa de intervención estatal keynesiana en la economía que se insinúa a partir de la Gran Depresión y se consolida luego de la 2da. Guerra Mundial. Pero el Estado Benefactor tiene antecedentes en políticas previas a los años 30 del siglo XX.

2. Las causas que los originaron son diferentes: El EB respondió a motivaciones de índole político social, mientras que el EK lo hizo a determinantes de naturaleza fundamentalmente económica.

3. Además, mientras los instrumentos del EK son flexibles para poder ser utilizados anticíclicamente, las instituciones del EB se caracterizan por su rigidez, ya que crean derechos jurídicamente garantizados los que son incorporados como derechos adquiridos en la conciencia de la población.

4. El EK opera en el campo de la acumulación (inversión y producción), mientras que el EB lo hace en el terreno de la redistribución procurando el acceso de amplios sectores de la población al consumo.

El Estado Benefactor

Del Seguro Social a la Seguridad Social

A qué hace referencia el Estado Benefactor?

• El nombre genérico Estado de Bienestar o Benefactor, se refiere a un conjunto de instituciones asociadas al compromiso del sector público con los siguientes aspectos del bienestar ciudadano:

• 1. la implicación en el mercado de trabajo para garantizar un conjunto de derechos mínimos a los trabajadores e intentar alcanzar el pleno empleo. (parcialmente coincide con algunos de los criterios del Estado keynesiano)

• 2. la cobertura extramercado de las necesidades sociales básicas, fundamentalmente salud, educación y en menor medida, vivienda.

• 3. la garantía de rentas, esto es, el derecho de los ciudadanos a disponer de algún tipo de ingreso en el caso de desempleo transitorio (seguro de desempleo), incapacidad temporal o permanente (pensión de incapacidad) jubilación (pensión) u otra situación de necesidad (renta mínima de inserción, salario social o renta básica).

Distribución del ingreso y Estado Benefactor

• La distribución primaria del ingreso refiere a la denominada “remuneración de los factores de producción”; o sea los ingresos generados en el proceso de producción y apropiados por los diferentes sectores sociales.

• La distribución secundaria es aquella que resulta luego de la reducción o aumento que experimentan los ingresos obtenidos en la distribución primaria en virtud de los tributos aplicados y de las diversas modalidades de transferencias efectuadas.

• El EB consiste -entonces- en un conjunto de instituciones públicas supuestamente destinadas a elevar la calidad de vida de la fuerza de trabajo o de la población en su conjunto, y a reducir las diferencias sociales ocasionadas por el funcionamiento del mercado.

• Ellas operan en el terreno de la distribución secundaria del ingreso mediante transferencias monetarias directas (pensiones, prestaciones por desempleo, asignaciones familiares, asignación universal por hijo), o indirectas (subsidio a productos de consumo básico), provisión de bienes (programa de complementación alimentaria) y prestación de servicios (educación y salud, etc.).

• También comprende el establecimiento de la regulación protectora de las condiciones de trabajo (seguridad e higiene laboral), del medio ambiente, o de la calidad de los bienes y servicios.

Haciendo un poco de historia sobre el EB

• Las acciones estatales de protección social ya existían en la época medieval, pero se limitaban a dar respuestas puntualmente a desastres naturales, pestes, hambrunas y plagas. Por esos tiempos, la asistencia de los miserables estaba a cargo de la Iglesia.

• El capitalismo introdujo cambios sociales que generaron la necesidad de medidas tendientes a evitar procesos de disrupción social. Las “Leyes de Pobres” en Inglaterra son un ejemplo de las medidas de protección impulsadas por una monarquía preocupada por los efectos sociales disgregadores del desarrollo capitalista, pero terminaron siendo abolidas por el surgimiento de una nueva racionalidad mercantil. (Polanyi, 1944)

• Así, el avance del capitalismo implicó la progresiva desaparición del concepto feudal-patrimonial de responsabilidad, por el cual el señor debía proteger al campesino a cambio de trabajo y lealtad.

• En ese marco, las nuevas clases altas rechazaban la idea de la protección e impulsaron la noción de responsabilidad personal (self-reliance) (Bendix, 1977).

• De este modo, se fue conformando un mercado de trabajo asalariado.

• A partir de ello, la protección social se concentró en instituciones tales como las work-houses que acogían a los desempleados miserables, y en sociedades de beneficencia que se ocupaban de las familias más necesitadas.

De la beneficencia particular al Estado BenefactorEl caso de la “Sociedad Protectora de los niños”

Madrid, 1878

De la beneficencia particular al Estado BenefactorEl caso de la “Sociedad Protectora de los niños”

Madrid, 1878

La “SP de niños”: tiempos de beneficencia y caridad

• El 7 de agosto de 1878 nace en Madrid la "Sociedad Protectora de los Niños", como institución de Beneficencia particular, por iniciativa de un grupo de personas sensibilizadas ante la situación de abandono y necesidad de muchos niños; poco a poco fue relacionándose con el Estado a medida que éste asumió progresivamente en forma directa o indirecta resolver las situaciones sociales más acuciantes.

• El surgimiento de esta institución benéfica de caridad se enmarca dentro de unas coordenadas históricas que determinaban la necesidad imperiosa de proteger a la infancia abandonada. En el último tercio del siglo XIX, se acentúa en toda Europa el traslado masivo de población de las zonas rurales a las ciudades. En España, esta circunstancia desencadenó un conjunto de necesidades sociales que los poderes públicos no pudieron atender por sí debiendo favorecer la asistencia social con caridad.

• Las condiciones de vida de las clases más humildes se caracterizaban por un hacinamiento en infraviviendas, una rudimentaria higiene y una escasa y mala alimentación. Esta situación y la escasez de escuelas provocó que los pequeños, los más perjudicados, cuando no eran abandonados, se vieran obligados a deambular por las calles con un destino incierto y preocupante. La Sociedad cooperó a su protección.

La “SP de niños” y su tarea de bienestar social

• Las primeras actividades protectoras se concretaron en habilitar una consulta médica gratuita, donde se socorría a los infantes abandonados, se les proporcionaba asistencia médica y se les administraba alimentación, ropa y medicinas.

• Asimismo, se inició la acción benéfica con los hijos de las reclusas del Penal-galera de Alcalá de Henares.

• A los niños y niñas se les vestía, alimentaba y se les ofrecía una educación.

• En 1893, se amplió la protección a la infancia abandonada con la inauguración oficial de El Refugio. Las instalaciones disponían de pabellones dormitorios, escuelas, enfermería, baños, cocinas y patios.

• El centro fue declarado como modelo por sus excepcionales condiciones higiénicas y por los innovadores métodos pedagógicos empleados.

• Más tarde, se extendió la acción educativa con la habilitación de los talleres de imprenta, carpintería, zapatería, horticultura y planchado.

• Los escolares se formaron en los distintos oficios para integrarles plenamente en el mercado de trabajo.

Una política estatal de bienestar: Otto Bismarck y el seguro social en Alemania

• La maduración de los procesos de industrialización y urbanización, y el surgimiento de los asalariados como fuerza social crearon las condiciones para que se iniciara una etapa de extraordinaria importancia en la política social del Estado: el nacimiento del seguro social.

• Los orígenes del seguro social pueden rastrearse en la Alemania de Guillermo I, de 1883 a 1889, en tiempos del canciller Otto Bismarck.

• Por su iniciativa se aprobaron leyes que establecieron seguros obligatorios contributivos, restringidos a la clase trabajadora, que cubrían enfermedades, accidentes, invalidez y vejez. Los mismos se financiaban con el aporte del Estado, los patrones y trabajadores. Ello significó una ruptura con las instituciones de beneficencia.

• En 1919, en la República de Weimar, se elevó por primera vez a rango constitucional el papel más activo del Estado en el progreso social y se extendieron los beneficios para atender además de la seguridad social (salud, capacidad para el trabajo, maternidad, vejez, enfermedad), la vivienda y la educación (no se incluyó el seguro de desempleo), aunque su naturaleza siguió siendo contributiva.

El conflicto social, la competencia política y el contexto de modernización en el origen y desarrollo del EB

• El seguro social estaba dirigido al asalariado antes que al pobre o al miserable, y obligaba a los beneficiarios a contribuir al financiamiento.

• Las instituciones iniciales se centraron en la acción sanitaria y educativa, en seguros contra accidentes de trabajo, enfermedad, vejez y desempleo, y adquirieron una estructura definida antes de la 2da. Guerra Mundial.

• En cuanto a la cobertura, el incremento fue sostenido desde comienzos del siglo XX. Se expandió muy lentamente hasta 1910, pero de modo rápido en la entreguerras, como respuesta a la crisis de los años 30, y después de la 2da. Guerra Mundial. Los años 1945 a 1960 fueron los de mayor expansión.

• La lógica del desarrollo del EB obedeció fundamentalmente a dos determinantes:

1. Por un lado, el mantenimiento del orden social, enfrentar la “cuestión social”, (el surgimiento del movimiento obrero como actor social y político),

2. Por el otro, la necesidad de legitimación y apoyo político vinculados desde fines del siglo XIX a la extensión del sufragio y de la competencia política.

Algunas de las razones de la aparición, consolidación y crisis del EB en los países capitalistas avanzados

1. La ruptura con las formas de hacer y vivir previas, resultado del despliegue del capitalismo y la Revolución Industrial, cambios que supusieron el hundimiento de los mecanismos de protección social precapitalistas y el aumento de la incertidumbre y la dependencia, y trasladaron la responsabilidad de atender la cuestión social al Estado.

2. El triunfo de la Revolución Rusa y la aparición y desarrollo de movimientos críticos al capitalismo en los países desarrollados. Ellos supusieron una alternativa global al sistema capitalista, que se trató de desactivar mediante mecanismos que atenuaran los resultados más ineficientes del mercado (desempleo), o éticamente menos compatibles con el criterio de justicia dominante (pobreza y desigualdad crecientes). Mediante las actividades propias del EB, el Estado trataría de legitimar al sistema capitalista ante la población y de desactivar los intentos de cambio social.

3. Con la Gran Depresión de los años 30 y el triunfo del keynesianismo cambia la interpretación dominante del funcionamiento del mercado, el “dejar hacer, dejar pasar” del librecambio. El Estado cobra un papel central en el funcionamiento del mercado y en la amortiguación de sus ciclos, para lo cual requiere de los tributos y canaliza transferencias.

4. La ideología ha tenido su papel al explicar el diseño concreto del EB, o su mantenimiento en el neoliberalismo y después de la caída de la URSS. Las crisis de acumulación de las últimas décadas y del presente han implicado e implican su recorte y transformación.

Los valores que inspiraron las políticas del EB

• En sus comienzos, el EB estuvo más centrado en la idea de seguridad que en la de igualdad.

• La protección de los trabajadores de las dislocaciones producidas por los procesos de industrialización y urbanización fue avanzando en forma gradual, comenzando generalmente por los grupos ocupacionales de mayor poder relativo.

• Hacia la década de 1940 puede hablarse del desarrollo de la idea de igualdad promovida por los sacrificios impuestos por la 2da. Guerra.

• El desarrollo de prácticas de solidaridad nacional, regulación pública del consumo, control de mercados y una distribución más equitativa de las cargas que impuso la etapa bélica permitió el florecimiento de ideas más universalistas y esquemas de prestación de servicios más igualitarios, o sea un EB amplio y solidario.

• Este comenzó a derrumbarse con la expansión económica de la posguerra, a partir de que los diferentes grupos acentuaron la competencia por los recursos del EB. Con la reintroducción del argumento de la libertad, se instaló una mayor desigualdad en la apropiación de beneficios.

Del seguro social a la seguridad social: El Informe Beveridge en Inglaterra

• El informe elaborado por un Comité elegido por el gobierno inglés y presidido por Lord Beveridge durante la 2da. Guerra Mundial, marcó un parteaguas en la seguridad social, al dotarla de un carácter integral y universal.

• El mismo buscaba extender los beneficios de la seguridad social a toda la población.

• Proponía que la seguridad social fuera entendida como un derecho social solidario que obligara a la sociedad y al Estado a proporcionar un mínimo de bienestar general, independientemente de las aportaciones que pudiera realizar cada individuo al financiamiento de los servicios.

• Desde esta perspectiva, se proyectó que los costos de la reforma debían ser cubiertos con los recursos fiscales del Estado y con las contribuciones específicas de los trabajadores y empresarios al nuevo sistema.

Con el Plan Beveridge la salud y la asistencia social entraron en la macroeconomía

• El Informe fue una investigación exhaustiva sobre los sistemas de seguros sociales y servicios afines existentes en GB, con especial referencia a su mutua interrelación;

• Debía incluir las indemnizaciones a los trabajadores y formular recomendaciones al respecto.

• Puso de manifiesto la falta de coordinación entre los diferentes servicios de la seguridad social británica, y se propuso desterrar la indigencia, postulando tres principios directivos:

1) aprovechar la experiencia del pasado, pero sin que ello impida un enfoque auténticamente nuevo de cara al futuro;

2) tratar la organización del seguro social sólo como una parte de la política de progreso social; y

3) concebir la seguridad social como una cooperación entre Estado e individuo, favoreciendo el desarrollo de la responsabilidad de los asegurados.

• Sus premisas fueron:

a) una asignación proporcional al número de niños de la familia;

b) unos servicios adecuados de sanidad y habilitación; y

c) evitar la situación de paro.

El Plan Beveridge: contenido (I)

• Propuso “la construcción de un sistema de beneficios sociales integral que fuera capaz de proteger a los ciudadanos desde la cuna hasta la tumba y que atacara los cinco males gigantes de las sociedades modernas: la indigencia, las enfermedades, la ignorancia, la suciedad y la ociosidad”.

• Este plan conocido como Welfare State británico incluía:

1. un sistema de seguridad social unitario y universal que manejaría las pensiones (enfermedades, maternidad, vejez, viudez y desempleo),

2. un servicio nacional de salud (atención médica gratuita con cobertura universal) y

3. un sistema de asistencia nacional (para complementar los subsidios de la seguridad social cuando fueran insuficientes para lograr el mínimo de subsistencia deseado, el otorgamiento de subsidios familiares universales y la adopción del objetivo del pleno empleo como política de Estado).

• Los beneficios se extendieron a la educación, vivienda y atención especializada a niños.

• Como antecedente cabe señalar que Inglaterra fue el primer país donde se introdujo, en 1911, el seguro de desempleo obligatorio.

El Plan Beveridge: contenido (II)

• Para conseguir el objetivo del plan era preciso mejorar el seguro contra las consecuencias del desempleo, así como cubrir los gastos especiales originados por el nacimiento, el matrimonio o la muerte.

• Por ello debía mejorarse el sistema vigente, unificándolo y perfeccionándolo en tres direcciones: ampliando sus beneficios a las personas entonces excluidas; incluyendo nuevos riesgos y elevando los tipos de beneficios.

• Como método principal, el plan se apoyaba en un seguro obligatorio; métodos subsidiarios (asistencia nacional y seguro voluntario) cubrirían las situaciones que no alcanzase aquél.

• El plan largo y detallado, comprendía a todos los ciudadanos.

• Se apoyaba en seis principios fundamentales: 1) cuota fija y uniforme de beneficio para la subsistencia; 2) cuota fija y uniforme de cotización; 3) unificación de la responsabilidad administrativa; 4) adecuación del beneficio 5) comprehensividad; y 6) clasificación.

• Se proponía, asimismo, la creación de un Ministerio de Seguridad Social.

• En julio de 1945, al subir los laboristas al poder en GB, pusieron en práctica un sistema basado en el antedicho plan.

La extensión del modelo de seguridad social

• El modelo inglés se extendió al resto de países de Europa Occidental que fueron incorporando los compromisos de bienestar en su legislación, articulados a otras instituciones producto de su historia, su desarrollo y su cultura.

• Como señala Bacca Olamendi:

  ”A partir de estas bases, restricciones y objetivos, las sociedades que optaron por esta ruta de cambio emprendieron, considerando su propia historia y tradiciones, un programa de reformas y enmiendas constitucionales con el fin de erigir al Estado en el eje rector del desarrollo nacional.

• En todas las constituciones avanzadas (iniciando con la inglesa) fueron ratificados como derechos sociales básicos de todo ciudadano el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, la vivienda y al trabajo”.

La Seguridad Social en EEUU y América Latina

• En Estados Unidos el antecedente de la Seguridad Social es la Social Security Act de 1935, en la que se contemplaba, mediante un sistema mixto de seguros sociales y de asistencia estatal, “la protección de ancianos, ciegos, niños, incapaces y desocupados.” Las crisis de acumulación y fiscales han provocado recortes desde 1980 en adelante.

• En América Latina se desarrollaron políticas sociales en las distintas áreas del bienestar preferentemente desde la década de 1940. Dichos esquemas resultaron incompletos, con cobertura social insuficiente, fundamentalmente ocupacional, y desarticulados frente a lo que podría considerarse un verdadero sistema general o universal. Con frecuencia las prestaciones se deterioraron con la inflación y las crisis fiscales, productivas y de empleo.

• Como resultado de la crisis económica mundial de los 70, trataron de contrarrestarse los avances en materia del EB, principalmente reduciendo el presupuesto destinado a estos rubros.

• A partir de entonces se abandonó la premisa del pleno empleo como política de Estado, se fueron imponiendo la flexibilización de los mercados laborales y la erosión de las prestaciones ligadas al trabajo, las reformas fiscales regresivas y los recortes a los programas dirigidos a las poblaciones económicamente más débiles. (asistencia focalizada)

Modalidades diversas de Estado Benefactor

• Aunque prácticamente en todos los países capitalistas existen rasgos comunes del EB, su intensidad y ámbito de actuación son muy distintos, y se reflejan tanto en el número de campos en que intervienen, en la calidad de las prestaciones, como en su universalidad o selectividad.

• También hay diferencias entre los que optan por la prestación directa del servicio y los que se inclinan por transferencias monetarias dejando que sea el beneficiario el que decida.

• Las últimas tres décadas en el mundo se han caracterizado por políticas de una creciente hostilidad hacia el EB. Se le achaca inefectividad para conseguir una sociedad de pleno empleo, la generación de efectos no deseados al alterar los incentivos del mercado, su mal funcionamiento como resultado de la falta de competencia en los sectores de provisión y producción pública o su no adecuación a las cambiantes circunstancias marcadas por la globalización.

• Tales críticas han afectado progresivamente los programas del EB, y se dejan sentir principalmente en algunas actividades de asistencia social a la vez que se deterioran las prestaciones (salud, educación, asistencia social de promoción y desarrollo, etc..).

• La actual crisis mundial vuelve a mostrar el ataque al EB a través de los programas de ajuste del gasto social promovidos por el FMI, ej. EEUU, Grecia, España, Gran Bretaña, Irlanda, Portugal y otros países.

Estado Benefactor: teorías explicativas

Una tipología habitual distingue entre:

“teorías por el lado de la demanda” y “teorías por el lado de la oferta”.

1. Teorías por el lado de la demanda.

Coexisten diversos enfoques:

a) Teoría del industrialismo: b) Teoría socialdemócratac) Teoría marxista o neomarxistad) Teoría política corporatista o de los grupos de interés

2. Teorías por el lado de la oferta.

Refieren al comportamiento y estructura del Estado, especialmente la Escuela de la Elección Pública, que descubre que determinadas características del Estado pueden tener una influencia autónoma sobre el nivel de gasto social y que las estructuras organizativas estatales tienen una decisiva influencia sobre los actores políticos y la acción colectiva en general.

Teorías explicativas del EB por el lado de la demanda

a) Teoría del industrialismo: Sostiene que los factores socioeconómicos son los principales determinantes: el crecimiento y los cambios que provoca sobre la demografía y la burocracia organizada son la causa última del desarrollo del EB. El gasto público social responde casi automáticamente a esos cambios. El núcleo de la teoría es la afirmación de que cuanto mayores sean los niveles de desarrollo y mayor el peso de los ancianos en la población, mayor será el gasto en bienestar social.

b) Teoría socialdemócrata: La expansión y consolidación del EB depende del poder de los sindicatos reformistas y de su habilidad para llevar a cabo programas sociales a través de partidos socialdemócratas o populares. La acción colectiva del movimiento obrero organizado y las luchas sociales son un factor clave para la expansión del EB.

c) Teoría marxista y neomarxistas: El EB es un cambio institucional que corresponde a una nueva etapa histórica del capitalismo. Reconocen como funciones del Estado: la acumulación, la reproducción y la legitimación, reconociendo conflictos entre ellas, siendo claves los que se generan entre las funciones de acumulación y legitimación.

d) Teoría política corporatista. Destaca el rol de los grupos de interés, y partidos políticos como instituciones políticas democráticas, combinadas con los cambios económicos y demográficos en la estructura social, como explicación del crecimiento de los gastos sociales.

EL ESTADO KEYNESIANO: INVERSIÓN Y EMPLEO COMO POLÍTICA ANTICÍCLICA

Haciendo un poco de historia: El estado keynesiano (I)

• El EK desarrolló sus formas embrionarias a partir de la Gran Depresión (1930), pero adquirió sus contornos definidos en la segunda posguerra representando un nuevo ciclo de intervención estatal en la economía mundial.

• Siglos antes, el Mercantilismo había expresado una notable intervención del Estado absolutista en la vida económica de las sociedades europeas, constituyendo un auténtico régimen de comercio de Estado. Significó, en términos globales, la defensa de la producción nacional, el desarrollo del aparato fiscal, el control del sistema monetario y crediticio, el establecimiento de privilegios y subsidios para impulsar el comercio y la industria, y la regulación de la producción de determinados bienes y establecimientos. (Anderson, 1985)

• Simultáneamente al esplendor mercantilista, en Inglaterra comenzó a desarrollarse una clase capitalista agraria, y a partir de los cercamientos se consolidó una producción en amplia escala para el mercado. Esta clase conquistó el poder de la corona a fines del siglo XVII. Con ello avanzó la revolución industrial, y se afianzó la ideología del liberalismo imponiéndose la competencia entre las naciones y el liderazgo económico inglés.

• En Europa continental, en cambio, el desarrollo burgués fue menor y más demorado, y fue el Estado quien impulsó el proceso de industrialización. En Francia y Alemania el capitalismo industrial fue fomentado por el Estado.

Haciendo un poco de historia: El estado keynesiano (II)

• Pero tanto en Inglaterra como en el continente, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, se experimentaron las consecuencias de un sistema socioeconómico que funcionaba a partir de los automatismos del mercado: la fluctuación abrupta de los ciclos y sus efectos sobre la producción y el empleo (Madison, 1982) y el crecimiento del conflicto social (Maier, 1975).

• Ello fue provocando desajustes con consecuencias sociales y políticas, emergieron movimientos opositores a la burguesía, partidos y rebeliones que confluyeron en lo que se conoce como “la cuestión social” y el EB.

• Esta etapa de liberalismo económico culminó en la Gran Depresión y dio origen a la respuesta keynesiana y a un nuevo ciclo de intervención estatal.

• Así, la causa del surgimiento del EK fue la necesidad de regularizar el ciclo económico y evitar las fluctuaciones dramáticas en el proceso de acumulación de capital, generadoras de desempleo y miseria.

• Su preocupación es por tanto del ámbito de la acumulación de capital, de la producción y de la distribución primaria del ingreso.

• En este enfoque, la política fiscal, monetaria o crediticia son instrumentos en poder del Estado que manejados anticíclicamente; intentan regularizar el ciclo económico tanto en fases de alta como de baja.

Haciendo un poco de historia: El estado keynesiano (III)

• Shonfield señala que el aumento de la influencia estatal en el manejo del sistema económico, propio del EK, y la introducción de la planificación de largo plazo, fueron los elementos claves para entender el buen desempeño de los países capitalistas en este período (Shonfield, 1975).

• En esta etapa, según él se observaban tres características:

1. Un crecimiento económico extraordinariamente rápido.

2. Un crecimiento más constante que en el pasado. Existieron recesiones moderadas y cortas que no afectaron el empleo.

3. Los beneficios de la propiedad se difundían ampliamente y los salarios crecían tan rápidamente como el producto nacional.

• En ese marco, el pleno empleo fue una institución central del EK, que no era parte del EB, sino que respondía a la lógica de producción y rentabilidad económica. Pero el pleno empleo y los salarios crecientes complementaban a través de la distribución primaria la función legitimante de la redistribución realizada por el EB.

• De este modo, el EK está concebido como un mecanismo que asegura un óptimo de producción y de ganancia estimulando el crecimiento, más que un instrumento de redistribución progresiva del ingreso.

El EK y el EB entre la acumulación de capital y la distribución del ingreso

• El mayor mérito de Keynes fue incorporar las críticas al pensamiento económico neoclásico en un cuerpo teórico integrado, y tener éxito en su difusión masiva. De este modo, le devolvió a la teoría económica el contenido político y transformador que había tenido en su nacimiento.

• El principal mérito de su teoría fue su pretensión de explicar cómo manejar en un sentido positivo algunos aspectos del ciclo económico mediante la acción directa. (desempleo, inversión). En ello dicha teoría se relaciona con aquellas provenientes del derecho, la sociología y la política, que aspiran a dirigir el orden social con instituciones como las que caracterizan al EB.

• Como fuera señalado, desde la perspectiva de la economía política, lo que caracteriza al EB son sus pretensiones de redistribuir y estabilizar los ingresos y/o niveles de consumo mediante la acción de instituciones públicas, o sea insertas en la lógica fiscal del Estado.

• Es así que, el EK pretende mejorar las situaciones a través del mercado, el EB pretende distribuir poder de demanda por mecanismos independientes al intercambio de la riqueza en el mercado. Para ello crea una “moneda social” cuyo poder de intercambio está legitimado por las estructuras de integración social vigentes.

• De este modo, el EB pretende reemplazar los derechos de propiedad por los del ciudadano y el contrato privado por las intermediaciones de las instituciones públicas, en un todo acorde al derecho social.

El ciclo económico capitalista y el bienestar: las visiones neoclásica y keynesiana (I)

• La visiones económicas contrapuestas acerca del funcionamiento del sistema económico capitalista implican arreglos institucionales distintos para las políticas del EB, y vías diferentes para la resolución de su crisis.

• El esquema teórico neoclásico se corresponde con las instituciones del “seguro social”, mientras que el keynesiano es coherente con la lógica de la “seguridad social”. No hay un único EB desde Bismarck a la fecha; dependen de las condiciones institucionales de cada país.

• Para la visión neoclásica existen leyes “naturales” establecidas por el principio de organización del mercado, por lo cual el ejercicio de la autoridad pública debería limitarse a:

• a) la defensa de los contratos civiles,

• b) la protección del mecanismo de mercado contra los efectos secundarios autodestructivos,

• c) el cumplimiento de las premisas de la producción en lo que se refiere a la organización global del sistema económico (educación, transporte, etc.),

• d) la adecuación del derecho privado a las necesidades que surgen de las transformaciones en los modos de acumulación (derecho fiscal, etc.)

El ciclo económico capitalista y el bienestar: las visiones neoclásica y keynesiana (II)

• De ese modo, el pensamiento liberal neoclásico llevado a su extremo implica la propia negación de las pretensiones que justifican la existencia del EB basado en los derechos del ciudadano y el ejercicio efectivo de la moneda social impuesta desde las instituciones públicas.

• El pensamiento keynesiano, por el contrario, ofrece elementos para construir instituciones sociales con pretensiones de dirigir el ciclo económico, establecer límites al ejercicio del poder del mercado y consolidar el poder del ciudadano.

• No obstante, no todas las formas en que se ha organizado el EB, particularmente en las economías latinoamericanas, han sido coherentes con el pensamiento económico keynesiano.

• Un punto central en ello es si las políticas económicas y sociales son procíclicas o anticíclicas.

• Las medidas keynesianas son anticíclicas, las políticas libremercadistas del paradigma neoclásico son procíclicas.

El ciclo económico capitalista y el bienestar: las visiones neoclásica y keynesiana (III)

• Economía Política del Estado de Bienestar: Keynes confrontó con la teoría económica neoclásica. Pero ella ha renacido hace tres décadas.

• Ella ha estado dominada por cuatro elementos que se ligan a la “distribución primaria”,

1) la teoría del equilibrio general expuesta por Walras

2) la teoría cuantitativa del dinero

3) la ley de Say

4) la economía del bienestar en la formulación de Wilfredo Pareto

• De ellos se deduce la racionalidad distributiva (asignativa) de mercados perfectos, y la no intervención del Estado, por ser vista como una anomalía.

• De este modo, el EB no se compatibilizaría con las posiciones neoclásicas de libre mercado, las que darían lugar a una distribución óptima de los recursos (bienes, servicios, trabajo e ingresos)

• Este paradigma teórico ha resucitado como “alternativa novedosa” en las décadas de 70, 80 y 90 y vuelve a renacer en la crisis 2010, representando al modelo de instituciones previos al propio derecho social.

El pensamiento neoclásico y la distribución: mercado competitivo y equilibrio general (I)

1) Distribución primaria: la teoría del Equilibrio General de Walras

• Walras independizó al sistema interrelacionado de precios y cantidades y al intercambio de riqueza social del ambiente institucional.

• Supuso además, agentes económicos atomizados, de forma tal que la “competencia perfecta” entre los mismos determina que ninguno pueda influir unilateralmente en los precios de mercado (en la distribución).

• Supuesto que los sujetos actúan racionalmente, persiguiendo su máximo beneficio, o su máxima satisfacción, el equilibrio que se alcance libremente, dados los recursos productivos y su distribución, como así también el conjunto de técnicas de producción conocidas y disponibles, será el que defina la mayor utilidad posible de cada uno compatible con la del otro.

• Así, la teoría neoclásica del intercambio explicita los límites a una manipulación institucional del mercado, en base a los cuales se constituye el pensamiento liberal no intervencionista. De este modo, el principio de organización del mercado aparece como una instancia institucional jerárquica superior a las propias instituciones políticas. No existe lugar para la “moneda social”, en tanto interfiere el funcionamiento del mercado.

El pensamiento neoclásico y la distribución: mercado competitivo y equilibrio general (II)

• De lo anterior se desprenden dos cuestiones:

1. En el contexto de la Teoría del Equilibrio General walrasiano, dada una distribución de la riqueza, existe un sistema de precios relativos definido por las relaciones técnicas de producción, por un lado, y las preferencias de los demandantes, por otro. (en condiciones de ceteris paribus)

En un caso, son relaciones técnicas “objetivas”, las que inciden, las que están definidas por el desarrollo de las fuerzas productivas o el estado de la tecnología, y en el otro caso, son condiciones “subjetivas” (preferencias), condicionadas por la disponibilidad de ingresos.

Las eventuales modificaciones en cualquiera de estos elementos (relaciones técnicas o preferencias) se expresan como cambios en las cantidades o los precios.

2. La posibilidad de que el equilibrio se alcance libremente, (haciendo compatibles las utilidades de unos con la satisfacción de otros), depende de que se respete el poder de intercambio competitivo de la riqueza poseída por cada uno.

Así, en los mercados, la distribución (asignación) es definida por la productividad marginal de los factores empleados.

El pensamiento neoclásico y la distribución: mercado competitivo y equilibrio (III)

• 2. La Teoría Cuantitativa del Dinero (Fisher, y otros), define que la cantidad de moneda disponible es un parámetro exógeno al sistema económico real, e impone una restricción objetiva a su funcionamiento.

• O sea que en el paradigma neoclásico se postulan 2 restricciones al funcionamiento del sistema económico: el sistema de precios relativos, y la cantidad de dinero en circulación.

• Según este paradigma, los valores de uso son a la vez valores de cambio que se intercambian en el sistema de mercado mediante el dinero, representante del valor de todas las mercancías. Y existen relaciones técnicas entre la cantidad de moneda y la cantidad de bienes y servicios que si no se respetan, se corre el riesgo de impactar en los precios y devaluar el valor de la moneda.

• Cuando las instituciones del EB otorgan poder de demanda mediante la creación de una “moneda social”, se ejerce presión tanto sobre la cantidad de los bienes ofrecidos en el mercado, como sobre la cantidad de moneda emitida por la autoridad monetaria, pudiendo generarse inflación.

• Estas distorsiones no cumplen las condiciones exigidas por el intercambio libre de los mercados.

El pensamiento neoclásico y la distribución: mercado competitivo y equilibrio (IV)

• 3. Pareto, en su teoría de distribución, le agrega a la Teoría del Equilibrio General Walrasiano, una interpretación axiológica (referida a los valores), definiendo como “máximo” u “óptimo” aquel conjunto de magnitudes de precios y cantidades interrelacionadas, de modo tal que no es posible aumentar una asignación en particular sin disminuir otras.

• Por el lado de la oferta (producción), sería óptima aquella configuración de “relaciones técnicas” que no plantee aumentar la producción de un bien sin disminuir la de otro bien. Y por el lado de la demanda (consumo), sería óptima aquella configuración de preferencias donde no se puede mejorar la posición de un consumidor sin empeorar la de otro.

• De este modo, para Pareto, el “óptimo” se obtiene solamente en un mercado perfectamente libre y competitivo. O sea que: no sólo existen restricciones técnicas a una configuración distinta del equilibrio, sino que además el equilibrio logrado es el óptimo. Por lo tanto, cualquier intento de planificación es indeseable técnicamente. No hay un planteo social.

• Desde esa visión, lo mejor que se puede hacer para satisfacer a los individuos de una manera racional y conjunta es dejar que el sistema de mercados funcione libremente y en forma competitiva.

El pensamiento neoclásico y la distribución: mercado competitivo y equilibrio (V)

• 4. Para Say, el ingreso generado en el proceso productivo, es la fuente de la que emana el poder de demanda sobre los bienes producidos.

• A partir de ello, cualquiera fuese el nivel físico y el valor de mercado de la producción (oferta), el valor de la demanda (pensada globalmente), sería equivalente a él, porque sería igual al de los ingresos pagados a los propietarios de la riqueza para producir los bienes y servicios ofertados. Los desajustes o desequilibrios solo podrían verificarse parcialmente y se corregirían con movimientos de precios relativos.

• La conclusión de la interpretación estricta de la Ley de Say es que, para el conjunto del sistema económico, el ingreso que corresponde a la plena ocupación de la riqueza productiva es un ingreso siempre posible.

• No hay cabida para una situación persistente de riqueza productiva ociosa (desempleo) porque siempre hay posibilidad de gasto (demanda proveniente de los ingresos pagados) para comprar los bienes y servicios.

• En este esquema teórico, el sistema económico tiende casi “naturalmente” al pleno empleo de su riqueza productiva. El desempleo es una cuestión circunstancial, “friccional”, resultante de una asignación errónea de los recursos.

• Además, el ahorro global se transforma automáticamente en inversión global, ajustándose por la tasa de interés en el mercado, para sostener el empleo. Así, la mercancía disciplina conductas; es la relación social que regula y subordina a todas las otras sin afectar el orden social.

La política económica y la acción del Estado prekeynesiano (I)

• Los supuestos sobre los que se basaba el pensamiento neoclásico pueden sintetizarse en lo siguiente:

1. El ahorro se canaliza automáticamente hacia la inversión2. Los mercados son competitivos y sus precios definen las asignaciones de

uso del capital3. No existen problemas de estructura de oferta para responder a las

“señales” de los precios, ni de demanda para realizar el mayor valor generado en el proceso productivo.

• Las recomendaciones de política (explícitas o implícitas) que se derivan de un modelo basado en esos supuestos pueden sintetizarse en:

1. libertad de los mercados, no ingerencia del Estado más allá de aquellas cuestiones que sirvan para preservar la libertad.

2. negación del propio concepto de “transferencia redistributiva”, en función del “óptimo paretiano”.

3. neutralidad de la política monetaria; no tiene entidad la “moneda social”.4. represión al consumo para disponer de ahorro transformable en inversión.5. reducción del problema económico a una cuestión “financiera” de

aplicación de recursos escasos a fines alternativos ilimitados.

La política económica y la acción del Estado prekeynesiano (II)

• Dado que la distribución de la riqueza se asume como parámetro inmodificable y que en los mercados rige el “óptimo paretiano”, se justifica la preservación de la distribución de riqueza existente.

• De este modo, las únicas instituciones sociales que tienen justificación de existencia son aquellas que aseguran la obtención y preservación de ese óptimo: el mercado, la propiedad, la justicia que garantice el cumplimiento de las relaciones contractuales, y la seguridad para el ejercicio libre de las conductas (incluyendo el mantenimiento de la relación asalariada). Equilibrio general de mercados y statu quo social.

• La universalidad del mercado precisa solamente de la seguridad y la legitimidad en el espacio donde el capital se mueve.

• Así, el mercado cumple una doble función: por un lado, opera como mecanismo de autogobierno en el sistema de trabajo social, timoneado por la moneda; por otro, institucionaliza una relación de coacción entre los propietarios de los medios de producción y los obreros asalariados.

• Esta coacción social, institucionalizada en el contrato privado de trabajo y ejercida a través del mercado, precisa de la conformación de éste, y colisiona con la difusión de los derechos políticos democráticos, porque éstos pueden distribuir el poder social de una manera diferente al mercado.

La política económica y la acción del Estado prekeynesiano (III)

• En el equilibrio general, la acumulación de capital se financia con los propios recursos generados como valor agregado en el proceso productivo. El financiamiento de la inversión proviene del ahorro en manos de los capitalistas.

• El libre movimiento del capital asegura que el mismo se dirija a aquella actividad donde su uso es más productivo. O sea que la teoría del crecimiento económico coherente con el pensamiento neoclásico es aquella que supone que el mismo es determinado e inducido por el ahorro y el libre movimiento de los capitales (según los costo de oportunidad).

• Para los economistas neoclásicos, el nivel de actividad está determinado básicamente por la oferta; la intermediación tiene por objeto facilitar la tarea de formación de ahorro y la circulación de los capitales. Por tanto, la política monetaria debe limitarse a asegurar las transacciones que se requieren conforme a la oferta, y la política fiscal debe premiar el ahorro y no el consumo.

• De allí que la institucionalización del seguro social (Bismarck) no puede ser considerada una contradicción del paradigma económico neoclásico; sino que los objetivos y las reglas operativas que definieron el funcionamiento del seguro social bismarckiano eran coherentes con esta visión. Por un lado, se fortalecía la relación laboral y por otro, se fomentaba el ahorro.

La política económica y la acción del Estado prekeynesiano (IV)

• La coacción de la relación salarial se traslada a la cobertura de las contingencias sociales, incluida la pasividad laboral.

• Mientras el ejército de reserva de mano de obra, asegura que el mercado laboral se equilibre en el punto donde la Productividad Marginal de trabajo se iguale al salario, un impuesto cargado sobre el salario nominal (aporte patronal) aumenta su valor de equilibrio, y el ajuste tiene dos salidas: baja de la demanda de empleo y/o del salario nominal.

• Ambas alternativas refuerzan el poder del empleador demandante de mano de obra para regular el mercado laboral. El pleno empleo permite cubrir con el seguro social al conjunto de los asalariados, por sumatorias de las seguridades de cada unidad productiva. De este modo, sólo quedan afuera los que optan por el desempleo “friccional”.

• Así, en el libre movimiento de bienes, servicios, trabajo, precios y capitales, los desempleados son los que aseguran que el mecanismo de ajuste funcione porque permite que el salario fluctúe en busca del salario más bajo en el nivel de equilibrio. De este modo, el contrato de seguro social se somete a las reglas del contrato privado, y la intervención pública se concreta para fortalecer normativamente la relación asalariada mediante la corresponsabilidad en las cuestiones más sensibles de la relación: salud, accidentes de trabajo, pasividad y dependientes, y para garantizar el cumplimiento del contrato.

La política económica y la acción del Estado prekeynesiano (V)

• En síntesis, el pensamiento liberal neoclásico cuestiona la redistribución del ingreso por fuera del los mecanismos de mercado.

• Para dicho enfoque es irracional e ineficiente que actúen en el sistema económico sujetos que poseen un poder de compra distinto al que otorga el mercado conforme a la riqueza productiva que poseen y lo que aportan al sistema productivo como Productividad Marginal.

• La acción del Estado debe remitirse a:

1. estructurar un sistema de derecho civil basado en la propiedad privada y la libertad de contratación.

2. proteger el mercado de efectos secundarios autodestructivos.

3. asegurar la socialización de los costos de infraestructura básica.

4. promover la capacidad de la economía para asegurar la competencia y la libertad de los mercados (inclusive con las fuerzas de seguridad en caso de amenaza del orden interno, y el sistemas judicial.

5. asegurar el sistema educativo que consolide los valores homogéneos y las capacidades productivas para el trabajo, y

6. los medios de comunicación: acción comunicativa en defensa del orden.

La crítica a la economía neoclásica (I)• Las críticas a comienzos del siglo XX se centraron en el supuesto de

competencia perfecta, condición para el óptimo.

• Piero Sraffa señaló las inconsistencias de los supuestos de Pareto de la Competencia Perfecta y sus conclusiones y establecen las bases para la teoría de la Competencia Imperfecta.

• Joan Robinson cuestionó el supuesto de la competencia perfecta, según el que todos los consumidores reaccionan de igual modo ante los movimientos de los precios.

• Edward Chamberlain, por su parte, postuló que existe una competencia monopólica en los mercados, dada la posibilidad de la diferenciación de los productos que satisfacen una misma necesidad (no es tal la supuesta sustitución perfecta entre los satisfactores del consumidor). O sea que no son sólo los precios el elemento para definir la elección de la demanda.

• Las críticas al sistema de competencia perfecta llevaron a Joseph Schumpeter a preocuparse por el desarrollo económico y la innovación como esencia del “acto empresarial” y mecanismo de ruptura del estado estacionario, ya sea que fueran innovaciones de producto, proceso, mercado, formas de gestión, nuevas fuentes de materias primas o nuevos métodos de organización productiva.

La crítica a la economía neoclásica (II)

• En esta línea, los ciclos económicos se explican porque aparece un proceso de destrucción creativa que es resultado de la innovación, y que no se realiza en forma continua y uniforme, sino por saltos no uniformes.

• A partir de ello, Keynes sistematizó las críticas y las integró en una teoría. Buscó una explicación alternativa de la crisis del 30 y de sus exteriorizaciones más notorias: el desempleo masivo y la capacidad productiva no utilizada.

• En su sistema teórico atacó el supuesto mecanismo de ajuste automático hacia una situación de equilibrio con pleno empleo. Y desde allí planteó seleccionar las variables sobre las que pudiera deliberadamente intervenir la autoridad central del sistema en procura de correcciones del ciclo.

• Su foco de atención estuvo en el nivel de ingreso y de empleo, y no en la distribución del mismo, ni del empleo, por considerar que la estructura social que define la distribución del ingreso nacional se determina exógenamente.

• En esa visión, el motor del sistema económico hay que buscarlo en la demanda y no en la oferta.

El principio de demanda efectiva como eje del sistema keynesiano (I)

• El nivel de empleo y de ingreso son variables dependientes en el modelo keynesiano. Y es la demanda efectiva la que determina el nivel de empleo,

• Esa demanda se define como el ingreso agregado que los empresarios esperan obtener, incluyendo los ingresos que deben derivar a otros factores de producción, a partir de su demanda de empleo.

• Y es la maximización de las ganancias la que transforma la demanda efectiva.

• Para Keynes el desempleo es el resultado de la insuficiencia de demanda efectiva frente a la oferta de bienes y servicios, o lo que es lo mismo, de la incapacidad de la demanda para maximizar las expectativas de ganancia de los empresarios.

• El mismo se explica por lo que pasa en el mercado de bienes y servicios finales y no por lo que pasa en el mercado laboral.

• Estos razonamientos obligan a descartar la Ley de Say, dado que la misma supone la imposibilidad lógica de una insuficiencia de demanda.

El principio de demanda efectiva como eje del sistema keynesiano (II)

• Para Keynes el problema de la insuficiencia de la demanda está en que los determinantes de ella son independientes de los de la oferta. Los determinantes del consumo presente no tienen que ver con el consumo futuro; por tanto, el ahorro presente no puede explicar la inversión futura.

• Como señala Kalecki, cada grupo de perceptores de ingresos tiene una conducta distinta. Los salarios se utilizan en su totalidad, dado que es elevada la propensión marginal a consumir en esos sectores, o sea que los asalariados gastan en consumo todo lo que ganan, en cambio los capitalistas ganan sobre lo que gastan, y es la conducta de los capitalistas lo que define la demanda efectiva, o sea, cuánto del excedente va a ir a la Inversión.

• No son las ganancias corrientes las que limitan el gasto; el mismo está limitado por el capital líquido disponible para ser tomado como crédito productivo. Lo que incita al gasto es el crédito, la liquidez y no el ahorro corriente.

• Una vez que el capital productivo tiene a su lado al capital financiero, el límite es el nivel de inversión que los capitalistas estén dispuestos a realizar. El sistema en expansión necesita cada vez más liquidez.

• Kalecki agrega a ello la cuestión del comercio externo y la necesidad de expandir las exportaciones para poder financiar las importaciones.

La teoría de los mercados en Keynes (I)

• Keynes separa la demanda de bienes de consumo de la demanda de bienes de inversión.

• La demanda de bienes de consumo depende del ingreso, de factores objetivos y subjetivos y de la distribución del ingreso entre los miembros de la comunidad, que es dada y exógena y pasa a determinar la Propensión Marginal a consumir.

• Entre los factores objetivos que condicionan el consumo identifica la política fiscal y la “unidad-salario”. Y entre los subjetivos señala la constitución de una reserva para contingencias imprevistas, la previsión, la avaricia, y el deseo de un mayor status futuro.

• En el corto plazo estos factores se consideran estables, de modo que puede no variar la propensión al consumo; ella es una función estable en el corto plazo del nivel de ingreso.

• En consecuencia, el principal determinante del consumo es el factor objetivo ingreso.

• Así, las instituciones del EB deberían disminuir el ingreso destinado al ahorro, y aumentar la PMA al consumo. Para Keynes una ley psicológica determina que cuando el ingreso aumenta, el consumo aumenta en menor proporción, y parte de él va al ahorro. A mayor ingreso, mayor diferencia entre ingreso y consumo.

La teoría de los mercados en Keynes (II)

• En una economía en crecimiento, la población destina una mayor proporción del ingreso al ahorro, y en la recesión al contrario.

• A medida que el ingreso crece, la automaticidad ingreso-gasto, y ahorro-inversión propuesta por la Ley de Say se hace cada vez más difícil.

• Por un lado, disminuye la participación del gasto de consumo en el ingreso total; en el crecimiento hay una tendencia a un exceso de oferta en el mercado de bienes y servicios de consumo.

• Por otro, nada asegura que el mayor ahorro se destinará a mayor demanda de bienes de inversión, con lo cual puede haber exceso de estos bienes en el mercado.

• La insuficiencia de demanda efectiva en los dos mercados haría caer los precios, aumentaría las pérdidas y las expectativas de ganancias futuras se verían reducidas. Ello alimentará el ciclo depresivo con graves consecuencias para el sistema capitalista.

• O sea que para estabilizar el ciclo se requiere aumentar la demanda efectiva, y como no lo harían los empresarios porque las expectativas lo desechan, y ellos actúan procíclicamente, lo debe hacer el Estado, a partir de una demanda autónoma de las expectativas, centrada en la política monetaria activa y fiscal.

• Ello conduce al multiplicador de la inversión.

Multiplicador de la inversión y del empleo

• El multiplicador de la inversión se corresponde con un multiplicador del empleo, particularmente basado en industrias directamente conectadas con la inversión.

• Para Keynes, en la política económica el multiplicador de la inversión es directamente proporcional a la PM al consumo, e inversamente proporcional a la PM al ahorro ahorro.

• Cuanto mayor sea la proporción que la comunidad destine al consumo, mayor será el impacto que un gasto en inversión producirá sobre el ingreso. El aumento del ingreso es una función multiplicativa de la inversión, la que será mayor cuanto mayor sea la proporción del ingreso incrementado que la comunidad gaste.

• En el modelo de Keynes, el ahorro y la inversión son variables endógenas, no determinantes exógenos. El ahorro moviliza la inversión, pero esta moviliza el ingreso en un grado igual al necesario para hacer que el cambio en el ahorro sea igual al cambio en la inversión.

• La inversión no es inducida por el ahorro, sino que éste se ajusta al gasto en inversión al final del ciclo productivo, como resultado del mayor ingreso generado, multiplicativamente. Habrá mayor ahorro global por el mayor ingreso, y con ello, mayor ganancia y mayor inversión.

Expectativas, tasa de interés, ahorro e inversión

• La inversión depende de la Eficacia Marginal del capital, que es concebida como la tasa de ganancia esperada sobre el capital invertido en forma productiva. Ella se compara con la tasa de interés en la decisión de inversión. La tasa de interés depende de factores psicológicos, y se vincula a la preferencia por la liquidez.

• En tal sentido, Keynes reconoce para el dinero la función transacción, precaución o previsión y la función especulación; en tal sentido, no todo el dinero ahorrado va a préstamos.

• Asimismo advierte que las conductas de los sujetos están guiadas por la EMK, por la preferencia de la liquidez, y por la propensión marginal al consumo.

• La PM al consumo es menor que 1 porque a cada aumento de ingreso le corresponde un aumento menor en el consumo.

• En cuanto al ahorro, él no se transforma automáticamente en inversión, por distintos motivos. Se volcará al sistema financiero para reciclarse como crédito productivo dependiendo de la relación entre la preferencia por la liquidez y la EMK; por ello la tasa de interés no puede bajar por debajo de determinado nivel porque si no existirían depósitos para préstamos.

• O sea que el sistema económico no crece porque se estimule el ahorro, sino porque se estimule el consumo que impulsa la inversión productiva y mejora las expectativas, procurando una relación positiva entre tasa de interés y EMK.

La política anticíclica

• Keynes cree que las variables sobre las que se puede actuar efectivamente para inducir comportamientos positivos en el ingreso como política económica son: los tres factores psicológicos:

la Propensión marginal al consumo,

la Eficacia marginal del capital y

la preferencia por la liquidez.

• Mientras, la unidad-salario es determinada exógenamente, y también lo es la cantidad de dinero que puede inyectar el Banco Central.

• Las instituciones sociales pueden influir sobre los comportamientos psicológicos, a diferencia del sujeto racional neoclásico. La integración social, la autonomía del gobierno del poder político y la racionalidad de los principios de organización social, pueden incluirse como instituciones en el sistema keynesiano y plantean la posibilidad de modificar conductas.

• En vez del supuesto de información perfecta, Keynes introduce la incertidumbre y la imposibilidad de predecir el futuro de los sujetos económicos.

• Plantea además intervenir en la economía para estabilizar el horizonte de las previsiones, de modo de estimular la inversión y revertir el ciclo de baja.

Los salarios y la demanda efectiva (I)

• Para Keynes, la unidad salario es una variable independiente del sistema. Es posible aumentar la demanda efectiva por un aumento en el salario.

• El volumen de empleo no depende del nivel salarial neoclásico, con desempleo voluntario, sino del volumen de demanda efectiva.

• Y la demanda efectiva no puede cambiar si no cambian la PM al consumo , la EMK y la tasa de interés (preferencia por la liquidez)

• Una disminución del salario nominal dará lugar a una disminución de los precios pero no en la misma medida de los salarios, en tanto los sindicatos no aceptan un salario inferior al mínimo, que tienen como horizonte.

• Por ello, Keynes prefiere la opción de rebaja de salarios reales, por inflación, lo que crea una “ilusión monetaria” en los trabajadores. Si se reducen los salarios nominales no se reducen los precios, sino que se plantea una mayor inestabilidad de ellos que afecta negativamente la economía.

• Todo aumento del empleo implica algún sacrificio de ingresos reales de los ya empleados, pero no necesariamente aumentará la inversión. Un aumento de la producción, producto de un mayor empleo, no será absorbido por un mayor consumo.

Los salarios y la demanda efectiva (II)

• El manejo autónomo de los salarios deriva en una distribución de ingresos entre grupos asalariados en una permanente inestabilidad de la economía y en presión sobre el Estado para que ofrezca al capital la rentabilidad que no obtiene en un proceso productivo inestable e impredecible.

• Este efecto redistributivo tiene efectos sólo en el corto plazo, porque el sector capitalista sigue manteniendo su poder de veto a través de la no inversión y su capacidad de formar precios.

• Lo más importante no es el efecto del aumento salarial en el corto plazo, sino que sea positiva la comparación entre la EMK y la tasa de interés, y no que aumente la demanda de corto plazo, sino que se sostenga en el período de maduración de la inversión (clima de negocios).

• Los precios se forman manteniendo un margen sobre los costos, según las posibilidades que ofrezca el control sobre el mercado o la posibilidad de acuerdo con otras firmas.

• Si aumentan los costos unitarios, y el grado de monopolio, los precios aumentarán. Si los salarios aumentan, los precios lo hacen también, si no se puede establecer un techo competitivo al precio final.

Keynes y la teoría del ciclo (I)

• Keynes explicó la Gran Depresión por la caída de la EMK, que se conformaba básicamente por las expectativas negativas de los agentes económicos respecto al futuro.

• Las fluctuaciones de las expectativas generan fluctuaciones en la inversión. La estabilización de la inversión era un objetivo central del esquema keynesiano.

• Según el aporte de los postkeynesianos, hay una parte de las inversiones que depende del crecimiento del ingreso nacional (inversiones inducidas) y de la necesidad de adecuar la capacidad productiva a la demanda incrementada; y hay otro grupo de inversiones (inversiones autónomas), que son el resultado del progreso técnico.

• La tendencia a aumentar el ahorro en el ingreso nacional a medida que el sistema se aproxima al pleno empleo, desincentiva la inversión inducida porque la tasa de crecimiento del ingreso disminuye.

• Los ciclos de innovación no siguen el ritmo de crecimiento del ingreso.

• En consecuencia, el ciclo positivo se debilita, a medida que la inversión “acelera” el ingreso. La demanda efectiva se vuelve insuficientemente grande respecto al ingreso que no permite que éste disminuya más. Y puede haber una tendencia al exceso de capacidad si el gasto fuera destinado exclusivamente a ampliarla.

Keynes y la teoría del ciclo (II)• Propuso la orientación hacia una mayor PMA al consumo mediante la

influencia orientadora de la política tributaria y la tasa de interés, y no mediante el generalizado y autónomo aumento de los salarios y los gastos públicos en consumo.

• De este modo, abogó por un sistema de impuestos progresivo como instrumento de una más equitativa distribución del ingreso.

• Entre la tasa de interés y la socialización de la inversión, se inclinó por ésta, ya que descreía de los capitalistas y del manejo de los precios. Consideró necesario sostener la inversión, no necesariamente por la vía de los precios porque ello puede generar una inflación que desestabiliza el sistema y genera una huída del capital hacia formas no productivas u otros mercados.

• Puede optarse por el gasto con déficit fiscal; en ese caso el Estado sale a cubrir la falta de gasto de los capitalistas. Pero, el déficit aumenta la deuda con el sector privado a través de préstamos o emisión, y ello puede generar dificultades en la balanza comercial en una economía abierta, lo cual podría obligar a devaluar la moneda para aumentar las exportaciones y hacerse de recursos para financiar las importaciones.

• Asimismo, el déficit impacta favorablemente en la demanda, pero necesita que el mayor ahorro generado se vuelque al proceso productivo.

• De todo esto resulta que está implícito en el cuerpo teórico keynesiano que la existencia de stocks de capital en su forma adecuada es una condición para impulsar el crecimiento desde la demanda.

El pensamiento económico keynesiano-kaleckiano y la seguridad social (I)

• La crítica a la teoría económica neoclásica determinó nuevos rumbos en las propuestas de política económica.

• No era cierto que el mercado lograba la plena ocupación de los recursos productivos; tampoco lograba un óptimo social; por el contrario, se alejaba del mismo porque en los mercados primaban las formas monopólicas y oligopólicas; por doquier reinaba el desempleo y la miseria.

• Los sujetos económicos no poseían información perfecta ni coexistían en un mundo estacionario y de movimientos continuos. Por el contrario, la incertidumbre y el riesgo se incorporaban a la vida diaria y era la conducta innovativa del empresario la que motorizaba el ciclo positivo de la economía.

• El análisis keynesiano/kaleckiano integra estas cuestiones y construye una teoría del ciclo económico basada en las expectativas de los sujetos económicos y en el carácter efectivo de la demanda agregada (fundamentalmente del gasto en inversión).

• Según ese enfoque, el crecimiento depende del gasto en inversión y no del mayor ahorro; éste se ajusta ex post al mayor nivel de ingreso resultante del gasto en inversión y no se utiliza necesariamente para financiarla; puede mantenerse en su forma dinero y no volcarse al proceso productivo (como fuga de dinero del circuito productivo por motivo especulación)

El pensamiento económico keynesiano-kaleckiano y la seguridad social (II)

• A lo anterior se agrega que los fenómenos monetarios no sólo se vinculan a la transacción de bienes y servicios, sino que también deben considerarse cuestiones vinculadas con la demanda monetaria y la disponibilidad de liquidez en el sistema económico.

• La estabilización del ciclo económico se logra estabilizando la causa originaria de sus fluctuaciones: la inversión productiva.

• Al comportamiento cíclico de la economía hay que oponerle políticas activas anticíclicas por parte del Estado, que posee un poder de demanda autónomo del ingreso agregado y puede inducir conductas mediante su política tributaria, la socialización de la inversión y la regulación de la vida pública.

• El problema central de la economía es hacerla funcionar en el nivel de pleno empleo, lo cual implica salarios reales más bajos para los ocupados ( por aumento de precios) pero mayor estabilidad social y económica.

• También de su teoría se desprende su inclinación a sostener la demanda efectiva mediante el gasto público en inversión y no en gastos corrientes. Ello por cuanto el gasto en inversión genera un efecto multiplicativo que se traduce en mayor ingreso y mayor ahorro ex post y el gasto corriente no.

El pensamiento económico keynesiano-kaleckiano y la seguridad social (III)

• Lo anterior se desprende de su teoría del ciclo económico: el gasto en inversión genera un impacto multiplicativo que se traduce en mayor ingreso y mayor ahorro ex post, mientras el gasto en consumo corriente no; este solo puede favorecer el impacto multiplicativo de la inversión original, siempre y cuando aumente la PMA al consumir.

• Por caso, se pueden considerar en el gasto en inversión del Estado, la inversión en educación que mejora las capacidades productivas de la población y consolida la legitimidad del poder político y los procesos de integración social en sistemas democráticos.

• Es así, que el pensamiento keynesiano, a diferencia del neoclásico, le otorga un carácter positivo a la acción pública sobre los mercados, por su efecto en el sostenimiento de las ganancias y de las expectativas de los agentes económicos.

• El desafío planteado es entonces integrar la racionalidad económica de la acción pública expuesta por el pensamiento keynesiano (EK) con la racionalidad jurídico-política de la acción pública conforme a los postulados de la seguridad social. (EB)

El pensamiento económico keynesiano-kaleckiano y la seguridad social (IV)

• Las instituciones típicas del EB tienen su racionalidad económica en el esquema keynesiano, pero en tanto y en cuanto se verifiquen ciertas condiciones de sus reglas operativas.

• Dentro de esa racionalidad queda incluida su capacidad para facilitar la integración social en un complejo entramado de intereses particulares y grupales.

• Los objetivos y las reglas operativas del esquema de la seguridad social, producto en gran medida de la difusión masiva del Beveridge Report, encuentran en el pensamiento keynesiano una visión del funcionamiento del sistema económico que le resulta funcional.

• En ese marco, la Inglaterra de postguerra (cuna de los nuevos postulados de la seguridad social frente a los del seguro social alemán) utilizó como pilares ideológicos los principios de “igualdad de trato” y “derecho al uso de servicios”.

• Ello se tradujo en cobertura universal e igualdad de cuotas y beneficios en la National Insurance Act de 1946; la gratuidad en los servicios de la National Health Service Act del mismo año, y la supresión del concepto de “clase trabajadora” en la legislación de vivienda que orientaba su política a la necesidad objetiva de cubrir esta carencia.

El pensamiento económico keynesiano-kaleckiano y la seguridad social (V)

• Así, el concepto de seguridad social se construye sobre dos ejes:

1. El acceso al consumo de bienes y servicios socialmente prioritarios debería independizarse del eventual aporte individual al sostenimiento del sistema;

2. No es la categoría de “trabajador” la que justifica el acceso a esos servicios sino la de “ciudadano”.

• La eficiencia, la garantía de financiación continua y la transparencia del gasto también preocuparon a Keynes.

• En materia de financiamiento y destino de gasto en inversión, la visión keynesiana con respecto a las relaciones que se verifican entre los agregados económicos, no es funcional con la estructura de instituciones del tipo de los seguros sociales.

• Por ello, dentro de la lógica del pensamiento keynesiano, es más funcional el financiamiento de las instituciones públicas mediante métodos de reparto siempre entre ingresos y gastos corrientes. En tal sentido, Keynes remarcó en la socialización de las inversiones, la necesidad de asociar tan estrechamente como fuera posible el caso de los servicios particulares con las fuentes que los proveen aún cuando requirieran también apoyo de los impuestos generales.

El pensamiento económico keynesiano-kaleckiano y la seguridad social (VI)

• La correspondencia entre las instituciones sociales típicas del EB y el pensamiento económico keynesiano debe juzgarse a partir de:

1. Su impacto en la generación de gasto en inversión y empleo;

2. Sus efectos sobre la propensión al consumo y de allí en la distribución del ingreso y

3. Su capacidad para “estabilizar” el ambiente económico y generar expectativas favorables.

• Así, un EB coherente con los postulados keynesianos debería:

1. privilegiar políticas de pleno empleo por sobre el aumento autónomo del salario nominal;

2. vincular el salario con la productividad;3. preferir los gastos públicos en inversión sobre los de consumo;4. socializar la inversión para asegurar la demanda efectiva y mantener el ciclo

creciente;5. actuar anticíclicamente en el uso del gasto público y ser eficiente; 6. contribuir al sostenimiento del valor de la moneda doméstica para que cumpla con

su función de reserva de valor respaldando el valor de la moneda social creada institucionalmente; y

7. establecer las fuentes de financiamiento del gasto público, que deben ser progresivas y en lo posible tener como base imponible los stocks de riqueza mantenidos improductivamente.