disparatario - revista de la universidad de méxico · 2014-02-22 · disparatario '1 i i...
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Disparatario
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DisparatarioEl espírituen fuera-de-Iugar
Al momento en que aparezcan esta .líneashabrán cesado los rumores provenientes delescándalo que acompañó la celebración delúltimo campeonato mtUldial de fútbol. Talvez, es lo deseable, el sentimiento de frustración colectivo haya cedido su lugar a laesperanza en el surgimiento de un futuromejor mientras las caras ayer largas semuestran alegres; aunque, a decir verdad,no menos melancólicas. Todos en fm, hombres y mujeres, autores y lectores, apartados ya del terrible tráfago deportivo, nosaprestamos a ejercer nuestros oficios, lejosde las deformaciones competitivas que roena los deportes comercializados.
El editor, por ejemplo, se entrevista· conel poeta que somete a su consideración unabrumador conjunto de papeles que él, eleditor, observa con explicable aprensiónaunque no por ello con hipócrita simpatía.Podemos adivinar que después de cruzar laspalabras de rigor, ambos se despiden con laformal promesa de que en el plazo de unaño volverán a reunirse para charlar sobreun asunto que vienen repitiendo desde unquinquenio atrás. Se estrechan la mano y eleditor, precavido, no se atreve a brindarleun whisky a su cíclico e infatigable visitante.
El poeta, no a fuerza otro diferente aldel párrafo anterior, ya sin el aturdimientodel fútbol a escala ecuménica, preparará susarm~ para escribir un poema más con elcual podría seducir (¿será esta la ocasión? )la reticencia de los jurados de un jugosoeertamen de poesía.
Otro tanto ocurrirá con el prosista quedurante largos meses ha venido apilandocuartilla sobre cuartilla. Hábil narrador refiere en ellas, por ejemplo, cómo la policíaurbana persigue con Saña ciudadana a lasmarías; en distintas páginas no menos intensas, relata cómo la policía rural acosa confuria pueblerina a las manas, no a fuerzasotras diferentes de las mismas; y en páginascon gran carga de contenido social cuentacómo los intelectuales justamente indignados alun la voz en favor de los desvalidosal tiempo que condenan a los policías
urbanos y a los policías rurales, quienes-expresa- no tienen a fuerza por qué serdiferentes unos de otros.
El prosista aguarda con merecidos tÍtulos obtener medalla de oro y el premio enmetálico de un concurso convocado por lasautoridades de una ciudad del interior, enla que la práctica del fútbol a niveles humanistas ha impedido que la persecusión a lasmarías sea lo que se dice un trauma social.
Por razones de pluralismo resultaría pésimo que la república literaria estuviera constituida sólo por poetas y prosistas. Porfortuna no es así; en ella también coexistenensayistas, filósofos con patente y sin ella,correctores de pruebas y estilo, lectores,gacetilleros, resefiadores de libros, solapistas, prefacistas, periodistas y otros muchoscreadores y artesanos más de la palabrasabia. Estos, ya desvanecidos los rumoresmalignos del fútbol, se hallarán entregadostambién a sus honestas labores en pro delprogreso del espíritu, si cabe.
El ensayista habrá leído y anotado laprensa que reproduce con intensidad zoológica los avatares del campeonato futbolístico con objeto de acumular la documentación necesaria con la cual aplicar los métodos de aproximación a un mundo enajena··do por la más alharaquienta de las prácticasdeportivas.
El ensayista habrá hecho caso omiso desus propias experiencias a fm de impedirlos penaltis, con perdón, del subjetivismo;pero eso sÍ, se habrá dado vuelo cambiandoimpresiones con los choferes de los taxis,en quienes reconoce que son, banderazomenos, banderazo más, conciencias dearnbulatorias de la política nacional. A mayorabundamiento, habrá escuchado los comentarios deportivos de sus vecinos de mesa en
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Dibujos de Carlos Herrera
bares burgueses y en cantinas populistas,procurando ingerir bebidas amables y nofuertes, las que le impedirían distinguir encaso de apurarlas los matices y los tonosque estructuran una conversación normal ypor lo sobria no sujeta al rudo etilismo debebistrajos desconsiderados.
El ensayista con estos y otros instrumentos (la grabadora, la grabadora) emprenderála tarea de interpretar el fútbol a título defenómeno mágico-científico por un lado, ypor otro como una de las bellas artes(aunque pedestre) o expresión folklórica enel ejercicio de torturar cristianos con laayuda o sin la ayuda de entorchados suda·mericanos programados por la CIA.
El producto in telect ual del ensayistatendrá también un destino conocido: cual~
quier certamen literario convocado por instituciones amantes del espíritu.
Por la núsma senda irá el mósofo al uso,estimulado asimismo por el cese del campeonato mundial de fú tbol. Para fortuna demuchos, la mos fía no mira en su derredorla competenc!u conwrsiva y por lo mismosu desinterés la hace menos vulnerable a lospuntapiés competitivos y a cualquier otrapráctica en la que el músculo suplanta a lainteligencia. ste lúcido comportamiento,sin embargo, no mueve al mósofo a dejarde visitar de tarde en tarde a su prósperoeditor, quien le da menos largas que alpoeta en busca de fama; lo trata sobre todocon deferencia y sí le brinda un whisky.
y para terminar reconocemos que lascosas se producen diferentes para el periodista raso. El carácter de su trabajo, contiguo a la primera línea de fuego de larealidad informativa, lo compromete dema·siado con la prosa de la vida. Para supersona el fútbol no es ni de ayer ni dehoy ni de mal'lana (cada módulo temporalsin vinculación entre sí). El fútbol para éles la cosa más habitual, pan de hoy yeterno dominó; en una palabra, tacataca delteclazo mecanográfico en busca de ortografía. En fm. Por lo núsmo, terminado elcampeonato futbolístico, él prosigue escuchando a los comentaristas agoreros, losalaridos, los comerciales, los golpes de pecho, los servicios bancarios al alcance detodos, la diuresis cervecera, las amenazas deun mundo de resentidos, el triunfo canee-orígeno de cigarrillos y ciclamatos; el escán·dalo de quienes preguntan a dónde fuerona parar los millones dilapidados. Sólo eso.Para él no hay ni el oasis de un concursoliterario, ni el refugio etilizante de un editor inteligente.
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Los casos podrían proliferar, pero noseremos durante más tiempo vehículo aestos desahogos del espíritu puesto en offside por el fútbol, más bien hemos vuelto(estando ya la casa sosegada) a nuestrastareas habituales con el ahínco que prescribe la esperanza de ganar un premio literario, por pequeño que sea, y beber elwhisky de un mecenas humanizado.
Carlos Illescas
Artespl~sticas
¿Para qué criticar?
Aceptar la invitación para colaborar en la sección de artes plásticas de la revista de la Universidad, es asumir la responsabilidad dedemostrar la validez de una posición en elcanlpo educativo de mayor complejidadque hay en el país. Por tanto, es necesarioprecisar una tesis central de orden negativoy otra. de orden positivo, como declaraciónde la lucha que nos proponemos. En realidad, esto es lo que hace toda posicióncrítica: afirmarse como tendencia en lalucha contra otras posiciones. De maneraque la explicitación de la tesis aclara lascondiciones de un juego limpio donde estesignifica lucha. Así pues, contra la búsqueda de sentidos inefables, de contenidosprofundos y de secretos en discursividadespuras, propondremos la comprensión de lasdeterminaciones concretas de la producción, circulación y reproducción artísticas.Esto refiere por necesidad a una apropiación histórica capaz de transformar las determinaciones que el poder político propone como eternas y universales. La pertinencia de este planteamiento será fácilmenteadvertible en un evento nacional que hadescubierto las deficiencias prácticas de artistas, críticos e instituciones. En especial,nos interesa ahora precisar la función de lacrítica en esta situación.
Las recientes peripecias de un ConcursoNacional de Artes Plásticas, han descubiertolas carencias de una crítica capaz de incidircomo práctica transformadora, En efecto,
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Artes plásticas
dos grupos de jurados nombrados por elDep~mento de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) seleccionó alrededor' de 300 obras de entre másde 1000 presentadas, para que otra cuartetadecidiera declarar desierto. el .concurso ypropusiera algunos planteamientos sobre laeducación, la divulgación y la promocióndel arte; esto debido a que a ellos lespareció una ausencia evid,ente de. calidadpictórica. En sus afanes democráticos, elINBA convoca y se abroga el nombramien·to de dos jurados (selección y promoción);un jurado cumple la convocatoria y el otroaprovecha para discutir el concurso al negarse a premiar y propone en cambio unadiscusión sobre los trabajos presentados,que no parece tener más fundamento quela ausencia de calidad pictórica. Para algunos interesados, este es el caos propio dela política cultural nulificada por el propio.Estado; otros culpan a la impericia delactual jefe de artes plásticas; otros más, enfin, advierten un burocratismo imposible desuperar. Pero nadie, hasta ahora, ha culpado a los críticos y a la crítica, como tal, dela confusión reinante. Por ello, aunque noexclusivamente, sino porque quisiéramos tocar la raíz del problema, procuraremos puntualizar las dificultades y los recursos parátransformar esta situación.
1. Entre la crítica, el Estado y sus aparatos ideológicos, ha existido una relaciónde avenencia. Para conseguirla, críticos yEstado acuerdan sobre la base de sujetosheterónomos: el Arte, la Cultura, los Valores. Aún en los desacuerdos, hay un afán deavenencia que implica, por necesidad, la sumisión a los aparatos del Estado y laconsiguiente falta de alternativas frente aél. Todo en nombre del Arte, el Espíritu,
etc., sujetos nombrados en toda ceremoniaoficial.
2. Si esta relación de avenencia es propia de toda formación social, que requierede la crítica para reproducir los intereses dela clase dominante; en el caso de México,se particulariza por la disputa nacionalistacon sus polos: la radicalización socialistacomo único modo histórico de realizar losintereses nacionales, y el populismo comoapariencia democrática de la hegemonía deuna clase supuestamente defensora de lanacionalidad.
3. La Escuela Mexicana de Pintura tienela virtud de proponer un nacionalismo tendencialrnente socialista, pero tiene el defecto de haber entregado a los aparatos ideológicos del Estado, sus posibilidades de realización. En esta contradicción se han movido dos tendencias críticas: una que procuraidentificar los valores nacionales con ciertasformas, con ciertos mitos y ciertos ritos, para instalarlos como paradigmas; otra, que seafana por liquidar toda posición nacionalistapara abrir puertas al campo de las modas delos centros urbanos del imperialismo.
4. El Estado, por su parte, ha sabidoproducir los campos de avenencia con lastendencias críticas dominantes hasta hacerlas coexistir, tal como ocurre en el caso delconcurso inconcluso. Esto es así porque, niaquí ni en parte alguna, la ciencia de lahistoria y las ciencias sociales han concretado, en el estado actual de las luchas demasas, una posición clara y consistente enla lucha ideológico-artística. El realismo socialista, las urgencias político-económicas yel consiguiente desinterés de las organizaciones partidarias de tendencias socialistas,la carencia de alternativas a la educaciónburguesa (sobre todo en los sentimientos yen las percepciones), son las determinaciones principales de esta situación.
5. El monopolio de los medios de producción, necesaria a esta fase del capitalismo, reduce las posibilidades del trabajoartístico a la codificación colonialista y alnacil)nalismo epidérmico. Las tendenciascrítieas correspondientes operan subordinadas u la ideología dominante, y ejercen unalabor mercadotécnica capaz de reproducirel c:J:mpo fértil para fructificar las iniciativaro del Estado y de los intereses imperialistar•• (No es casual la simultaneidad del casocomentado con el relanzamiento del artistafavorito de la üEA y la 1 Bienal Interameriama con patrocinio y orientación privada).
6. Pragmatismo de los productores,oportunismo de los críticos y voluntarismos