disidencia oposicion form todo 18 jun 15 (1)

8/18/2019 Disidencia Oposicion Form Todo 18 Jun 15 (1)

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOFACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA


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UNA LECTURA DESDEEL EMPLAZAMIENTO BIOGRÁFICO

DISIDENCIA Y OPOSICIÓN


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Dr. José Narro RoblesRector

Dra. Patricia D. Dávila ArandaDirectora

Dr. Ignacio Peñalosa CastroSecretario General Académico

CD Rubén Muñiz ArzateSecretario de Desarrollo y Relaciones Institucionales

Dr. Raymundo Montoya AyalaSecretario de Planeación y Cuerpos Colegiados

CP Reina Isabel Ferrer Trujillo

Secretaria Administrativa

D. J J Yf BJefe de la Carrera de Psicología

MC José Jaime Ávila ValdiviesoCoordinador Editorial


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Primera edición: 1 de junio de 2015

D.R. © 2015 Universidad Nacional Autónoma de MéxicoCiudad Universitaria, Delegación Coyoacán, CP 04510,México, Distrito Federal.

Facultad de Estudios Superiores IztacalaAv. de los Barrios N.o 1, Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla,CP 54090, Estado de México, México.

ISBN: 978-607-02-6067-4

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

apoyo técnico

MC José Jaime Ávila ValdiviesoC l ó y ó l

PLH Jorge Arturo Ávila GómoraLLyLH Carlos Orlando Cárdenas NamboLLLH Jg P M

C l ó y ó l

FALTA NOMBRE DEL DISEÑADOR DE PORTADA

Diseño de portada

DG José Alfredo Hidalgo EscobedoDiseño editorial y adaptación de portada

DG Jacqueline Verónica Sánchez RuizDG Elihu Gamboa MijangosFormación editorial

Libro financiado por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investi-

gación e Innovación Tecnológica (papiit) de la Dirección General de

Asuntos del Personal Académico (dgapa), “Disidencia y resistencia en

el pluralismo cultural: memoria y subjetividad en minorías sociales”,

clave IN304109.

Impreso y hecho en México


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DICTAMINADORES

Luisa Álvarez CervantesLicenciada en Ciencias de la Educación y maestra en Docencia por la UAT. Maestra enHistoria por la UAT-UNAM, y doctora en Filosofía de la Educación por el ITESO. Profesora einvestigadora en la Unidad Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidadesde la UAT y profesora invitada (movilidad académica) por el Departamento de Filoso-fía y Humanidades del ITESO. Líder del Cuerpo Académico de Historia e HistoriografíaRegional de la UAT, e integrante del Grupo de Investigación en Ética del Departamentode Filosofía y Humanidades del ITESO. Su línea de investigación incluye Historia e His-toriografía en prácticas educativas, así como violencia y lazo social. Miembro del SNI, nivel I.

Alicia De los Ríos MerinoLicenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Chihuahua; maestra y docto-rando en Historia y Etnohistoria por la ENAH, INAH. Docente en la licenciatura en His-toria de la Facultad de Filosofía y Letras, UACH, con especialidad en Investigación Historio-

gráfica, Teoría de la Historia, construcción de fuentes históricas, Seminario de Estu-dios Regionales e Historia Oral. Asistente de investigación histórica del Doctor GerardoNecoechea en el Proyecto sobre militantes de izquierda de la segunda mitad del siglo XX,del INAH. Autora de diversos artículos especializados sobre desaparición forzada y proce-sos armados en México.

Yasmín Hernández RomeroLicenciada en Sociología por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM),

maestra en Sociología por la UNAM y doctora en Estudios Sociales por la UAM Iztapa-lapa. Profesora TC en el Centro Universitario Zumpango, UAEM, con Perfil PROMEP. In-tegrante del Cuerpo Académico en formación “Actores, sujetos y procesos sociales ante


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DISIDENCIA Y OPOSICIÓNUna lectura desde el emplazamiento biográfco

la modernización”. Colaboradora en distintos proyectos de investigación en Sociología.Autora de diversas publicaciones sobre actores sociales y configuración de ciudades, asícomo sobre el campo de la Sociología industrial.

Javier Pineda MuñozLicenciado y maestro en Sociología por la ENEP Acatlán y la Facultad de Ciencias Políticasy Sociales, respectivamente, ambas de la UNAM, y doctor en Ciencias Sociales por la UAM.Profesor-Investigador TC Definitivo en la UAEM, sede Zumpango, y profesor del seminariode Sociología política en la FES Acatlán, UNAM. Miembro del Cuerpo Académico “Actores,sujetos y procesos sociales ante la modernización” de la UAEM. Autor de diversos artícu-los en revistas especializadas sobre Sociología y Ciencias Sociales.


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PRÓLOGO

Pilato volvió a entrar al palacio, llamó a Jesús y le pregunto:

-¿Eres tú el rey de los judíos?- Jesús le contesto:

-¿Viene de ti esta pregunta o repites lo que te han dicho de mí?-

Pilato respondió -¿Acaso yo soy judío?

Tu pueblo y los jefes sacerdotes te han entregado a mí;

¿Qué has hecho?-

Juan 18,38

Para los creyentes de la razón y del deber ser, implícitos en elprograma ilustrado-moderno que permea el pensamiento de la, l b lá , y q bno cesa de interrogar, también sugiere respuestas. Con tono se-

y z, l l l l ; ll, l ó lú l l q l l l . Rlá ,en especial, para las mentalidades que se asumen disidentes del orden

l l lz y q l - bl. E , :¿ál l q y y l lí q l bl?, ¿ ?, q l , ¿ál í y l ó lí l qé y qé l lí?, ¿ál l q q l y ó l

?


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IIDISIDENCIA Y OPOSICIÓNUna lectura desde el emplazamiento biográfco

Disidencia y oposición. Una lectura desde el emplazamiento biográco l í ló-lí y-: ; b lz

la argumentación de los autores, del encuadre que las coloca como á l y llz bá l l ó l á l q l “-lí” l . El ó lz, lz á l y lí q, con los relatos de los actores, presumen encontrarse en la oposición al bl : l ll, l ló y l lí.

¿E qé l l lz l-ó l lzó l emplazamientobiográco?, ¿qé á é b l lí y l -bl l l q l? Dl l es un proceso que, tal parece, apenas comienza.

No obstante, a pesar de los propios recorridos, además, por supuesto, a

pesar de nuestros emplazamientos, esta lectura se torna indispensable , , l l, lí y l-, í bé l q l lí úbl í. N é ,

justo en ese espacio donde se combate por el predominio de la verdad,así como por el de los valores que dan contenido y forma a las diver- á l q l l l, l q l l á -

l l lz bá, bl í z lí; , bl l ó l q q lz b - . D í q l q qí , í l l l q , í úll b .

Pareciera que una mano saliera de entre sus páginas, tomara nuestro z, y

l l q llí, ; lmodo en que organizamos nuestra forma de vida, miramos al mundo,


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IIIPRÓLOGO

y precisamos nuestros juicios para responder quiénes son nuestrosprójimos y nuestras esperanzas, esa forma de existencia que se torna pro-blá l b l l q lí q

apunta a enjuiciar nuestras formas de vida, así como sus implicacionescon respecto al modo dominante del ejercicio del poder.

C zó í Fl q bll lí, í l l lEstado, cuyo papel es el de administrar el cuerpo, la vida y las poblacio-, b l é l lí y l ,por tanto, también nuestro modo de pensarlas. No es la guerra en su á , l ó l lí ,

l Clwz. E b ll l guerra que desata el orden establecido, desde los modos más amables l bl; l á y tanto su despliegue como su reproducción, de un modo aceptable.

Sorprende descubrir este juego perverso en el que estamos implicados , q l l l y l; ¿ ó ll

lzó y ló?, l b -za, pero queda claro que, desde los elementos que aquí se ofrecen, l ó l l l l l, yó l y l l -tablecido, tantas veces repudiado, pese a su deseo de ubicarse en lalucha opositora.

Esa función asignada a la oposición y a la resistencia en las entrañas delorden social del capital, contaba con una sospecha previsible desde la no-

ción del poder, pero no nos dimos cuenta, gracias al modelo desde el cual se l y ; y l, b, l-bl l ñl Ly. A , l l bfunciones por lo que la repatriación de las desviaciones a un todo socialé , , bl: l ltan sólo eran dos rostros de la modernidad. Por ello, cualquiera quehaya sido su interpretación, se pensó el poder como una propiedad del

Estado y desde donde se ordenaba, es decir, se normalizaba a la sociedad.E , l ó í l ó ó


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VPRÓLOGO

l l y lí, l l xx, por lo que elproblema que insiste en señalar se centra en la idea de que si mantu-viéramos nuestra interpretación de la sociedad y pensáramos el poder

como una propiedad y el mundo siguiera siendo bipolar, es decir, unalucha entre el campo socialista y comunista, la pregunta por el lugarde la oposición o de la resistencia no aparecería con las elaboraciones q qí . L , l, -bre la existencia de la oposición y su forma sería vana, puesto que enel pasado se comprendía de inmediato por su referentes históricos quel ó l ál áb lideales de la Revolución francesa y el marco del Estado-Nación bajo la

ó l l l bí q (, , l).

Los cambios han sido tan radicales que los fenómenos sociales y po-lí l, ú, ll. E l l xxi enmedio de un proceso en donde casi han desaparecido los términosfundacionales de los Estados-Nación, nuestros referentes para transitary l lí , álí l lí q l l ;

consecuencia, la pregunta por cuál es el lugar de la oposición y la re- l q l z l E -necen, de ahí que la interrogante ya no se puede responder desde lasnociones y referentes históricos que perduraron hasta el siglo xx, enl l, q ó l social pese a sus equívocos.

T ól l l q b b, -

guntaría: ¿qué valor privilegiamos los militantes de izquierda de losaños setenta, las cuales las buenas conciencias burguesas abrazaron y ? L á l ó; í q l óde una vocación discreta era no hacerle el juego al enemigo. Nos in-culcaron el aprecio por la discreción, guardar los secretos de nuestros y l l zq; bé l ósobre los acontecimientos familiares, secretos que se cuchichean a losí y q l l bé, z b, q

hay cosas de las que no se debe hablar ni nombrar, lo que hoy se cono- l lí y q b, -, l úbl, q ll l


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VIDISIDENCIA Y OPOSICIÓNUna lectura desde el emplazamiento biográfco

b. L l ó l; bl con los ratones en los laberintos, llevar las notas pormenorizadas día coní, , l ñ; qé y b l lb

l l á l y lí q ó ; b, - l q -: l , l O. D , b ll, , l l q l ó, l l l á, l lí , b qprovienen del orden hegemónico que, en ocasiones, se encuentranhasta nuestros huesos.

El presente texto apuesta por la recuperación de las convicciones, al q ó b l ló l l lí, l - q y ó. Máque una apuesta por la experse entre expertos, sugiere a acceder al l bá; l l -b l ú, l bñ l . Pl ó l,

como lo hacen los autores, asumiendo el riesgo del equívoco en prove-cho de la comprensión de lo que a nuestro al derredor acontece.

N ál l l lí l , , ocasiones, también es posible que nos perdamos en él. Por ejemplo, el his- l l Fá M Jy Imaginacióndialécca. Una historia de la escuela de Frankfor y el instuto de inves -gación social (1923 1950), misma que fue revisada por Max Horkheimer

ñl q, ó l (í) lz -tre los obreros de Nueva York, California y Detroit, sobre el prejuicio, bl. E l b b l - . C l ,en este caso con los supuestos teóricos de la escuela de Fráncfort,guardando las distancias, no es fácil hablar del despliegue de la redu-ló l á l, q bl q l , l l, q, -

nes, es preferible casarse con las hipótesis y no con la realidad socialq é .


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VIIPRÓLOGO

Para el caso que nos ocupa, existe una novedad metodológica que se l l q l l l l q l l l , l

, l, l b: l ó l l lí l bá. Aí, l ó l lzbá, l l l -dos como si fuesen una especie de película, un retrato más o menoscomprensible en donde hacen su aparición los actores, éstos pueden: lí l y ; y y;o, guerrilleros e hijos que pretenden ser los salvaguardas de una me- q y, ll, l.

Este estudio permite mirar, apreciar, incluso escuchar a los actoresdesde sus lugares en cada escenario planteado, desde donde desplie-gan discursos que se proyectan ya sea como llamados, o bien, comopromesas necesarias y urgentes, como si en ellos se les fuera la vida,emplazando a otros actores del mismo escenario, desde sus funcio- l l á y ó b é, lóconsigo mismo, entre sí, con los otros y con el gran Otro. En suma,presentan formas de vida, modos de vivir la vida pretenciosamente, en

comunidades religiosas o como opositores al régimen.

Qé ú , y ,formas de vida narradas pero comprendidas desde la noción de em-lz bá. P ll, y q l muestran que: asegurar el pecado y su posible absolución es la condi-ción de la obediencia para llegar a las puertas del cielo. Encontramosl íl l ló y l lí, l l ú l

intérprete, la jerarquía es condición gestora de la sociedad, hombre ymujer son cuerpos reemplazables y desechables, cuando no cumplencon lo que deben ser, eso quiere decir que el deber ser es lo inalcanza-ble, como el pastor que apartado del mundo pretende una comunidaden y con el mundo, contradicción oscurecida de manera permanente.

P , l l l lí l l lz b-á l l b -tra de las formas de vida con potencial de oposición a su lógica, es

un aporte extraordinario de los autores para comprender a Agambeny descubrir los mecanismos modernos que se emplean para tratar al


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VIIIDISIDENCIA Y OPOSICIÓNUna lectura desde el emplazamiento biográfco

homo sacer , ese ser desechable y reemplazable toda vez que no cum-l l q l l á l líconcretas, tal como son dictadas en el orden del deber ser, es posible

que por ello, sea fácil presa de la adopción de una forma de vida do-. E lb á l y lí -bl l lz bá, l q l l , y q lí l l b á, l á lí l . El b í l l q é -

l á l , q l ó b .Cuando se habla del encanto seductor del poder, se habla de un modode vida hegemónico, previo a la consigna de tomar o hacer conciencia,es un modo de vivir que apunta al oscurecimiento del poder conte-nido en esa forma de vida. Quien se encuentra en ese modo de vivir,cediendo su propia forma de vida, queda como el preso que nace en-, q l á, q l y -ras, siguen inmersas en el horizonte de la sociedad moderna, es decir,

normalizada, dirigida, controlada y administrada.

P úl, ñl q l l Disidencia y oposición.Una lectura desde el emplazamiento biográco bl -guntar, en el siglo xxi, ¿ál l l l ó y l ?En un mundo donde la forma de vida hegemónica insiste en achicarlas comprensiones, acotar las salidas y domeñar tanto el pensamientocomo la acción emancipadora y esperanzadora del siglo xx. ¿Aú

bl l í?, úl, ¿ál l -, l y l í lí?

dra. luisa álvarez cervantesUnidad Multidisciplinaria de Ciencias,

Educación y HumanidadesUNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TAMAULIPAS


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PREFACIO

El lb q l l l l l -ó l trabajo de campo realizado en diferentes mo- l úl z ñ, l é l l l , l ó y l búq b

adquirían vida en las poblaciones abordadas. El centro del análisis, mis- q l b l (-

l lí l l b l, yl ) y lz bá.

El texto se compone de cinco capítulos, en los cuales se presentan las y l l -, l bá, l lz y l lí-l,a propósito de la experiencia de campo y l z l.

El primer capítulo enmarca, desde lo conceptual, el abordaje, desde laló bá y , l l l b campo. El segundo capítulo inicia con el tratamiento de esos datos, enl, l ó l ll l l b l Dló Cyá l -pos de “La Ciudad de la Esperanza”, idea a la cual el gobierno delega-cional se adhería. Agentes gubernamentales tendiendo un lazo social, l y ó , y - ll l bá - ó.


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XDISIDENCIA Y OPOSICIÓNUna lectura desde el emplazamiento biográfco

Por su parte, el tercer capítulo se enfoca en las complicaciones del tra-bajo pastoral de los evangélicos del Estado de México, quienes a través búq , lz l l y y

l , , l- l y l, y ll l l l -potencia, posibilidad e imposibilidad social . En el cuarto capítulo, fami-l lí, z para sus familiares y para ellos mismos por delitos del Estado mexicanoen los años de la llamada Guerra Sucia (entre las décadas de los 70y 90), nos abrieron las puertas a sus demandas, razones, historias y

acciones, en la formulación de sus posturas, de sus intenciones, de l. E y z, , -, ó l bá ll y l ó l l búq l ó , l, lí, ó, y .

P úl, ó l l

lz ú l -, ó, búq b y , l l -men por nuestras poblaciones . D ó presentan a modo de elaboraciones preliminares, en tanto estamos l y l l, l ó l b-der, de la planetarización l l l ú y linvasión a la vida para administrarla.

los autores


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DISIDENCIA Y OPOSICIÓNUna lectura desde el emplazamiento biográfco2

las disputas dentro de éste.1 P , l í l l l l lz , , de

l l l , l búq l l l “ bl”, l, q bl l l , - á y l l é l. S ,este desplazamiento se vuelve relevante debido a que incrusta, acaso , l é-lí q l . E l l, l l l, l a toda costa, de la diversidad como un valor en la concurrencia, lo que

Annie Le Brun (2004) denomina el orden de la promiscuidad, se distan-cia de aquél en el cual tanto la confrontación de utopías como la dis-ó á l , , - ‒l ó l l ldel capitalismo, el mundo ateo contra el religioso, la izquierda contral ‒, í, z .

L bó l q derrotados el siglo pasado por sostener una lucha armada para promo-

l l, qb, l l l ó l zq, -giendo que sus esfuerzos son a favor de las clases sociales empobrecidasy promoviendo la idea de que trabajan en favor de la clase trabajadora.La disolución de la confrontación da paso a una promiscuidad ordena-da, por medio del subterfugio de una democracia incluyente. Mirar y l -plicaciones graves en la emergencia de realidades posibles, en torno a

l J B salto cuánco sociomental

1 Señalemos, por el momento y con el afán de ilustrar, el lugar asignado por parte de la izquierda política deMéxico a determinadas narrativas como sustituto de las utopías sociales y las esperanzas colectivas puestas en juego desde finales del siglo XIX hasta el triunfo de una de ellas en 1989, mediante la enfática consigna “vivos[se] los llevaron, vivos los queremos”. Con la promoción de un cierto tipo de memoria narrativizada es posibleadvertir un efecto de disolución de la densidad utópica-esperanzadora sostenida por los desaparecidos en susaños de militancia. Quienes sostienen la consigna buscan ejercer los derechos humanos de sus desaparecidos,mientras que éstos no buscaban la consolidación o aplicación de los derechos humanos, sino un modelo socialdistinto, por el cual combatieron contra la ideología liberal. Para los autores, el lugar ocupado por las narrativas

promovidas por esa izquierda política y la consigna señalada resultan contradictorias a la causa de quienestomaron las armas. Pese a que los militantes de la consigna afirman lo contrario, las narrativas de memoriapromovidas por ellos se ven sometidas a la ideología liberal-económica por el tipo de énfasis promovido, propiode su tiempo, por ejemplo, el de la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de un Estado responsable.


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INTRODUCCIÓN3

(B, 2005). S b, ól l -tos sociales que se hagan del pasado.

D l z l -

riencia, por ejemplo, tener seguridad de que la vida sucede en térmi-nos de etapas de desarrollo, á llá lq lí,religiosa o racial, apela a la anulación de formas diferentes de realizarla existencia, homogeneizándola en un orden naturalizante, en lo de-nominado moral siológica. Aí, l l , l l , l , á úcuando sucede para adentrarse en las luchas sociales. Lo que aquí está l y, , -

lbl blá.

I

T l é l l blq l l úl l l l l y l l: l l

de sospecha impuesto por el programa fenomenológico, no sólo enl Fl, l C Sl, l l -b í úl l y z l. El l l l, l, l z l l -tas inéditas hegemónicas en los modos de entender la vida y vivirla.

Los modos de entendimiento globalizado avanzan con rapidez graciasa la imposición de expertos, quienes saben de qué se trata la vida y, por, b qé l . D , lmodos de narrar se encuentran supeditados, al decir de los expertos en, q los campos metodológicos y teóricos, ponderando el concepto de espa-cio biográco por encima de la de emplazamiento biográco. En otraslb, z l b l lí ,a la vida en su expresión fenoménica en comparación con la posicióné-lí bl l z bl;más valor al proyecto subsumido por el pensamiento hegemónico que l y l ú, y l


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é l l l b l contenida en las grandes narravas q , q los movimientos sociales en su contra, caídos junto con el derrumbe del

blá Blí.El disposivo narravo experto l l - l l, lí l y modos de entender el quehacer académico para reivindicar la memoria de aquellos quienes sufrieron derrotas, persecuciones, desapariciones, í q lú lagravio de una lucha desigual, la cual devastó culturas, proyectos, etnias, l lí-l l l xx

−l l l xxi ya acumula acontecimientos de la misma natura-lz, q l ó−. L l lb-l á b l l óde las utopías derrotadas, a través de una cierta vergüenza por el pasa-do, l l á l ‒y ló:, , b, lí: , z l l bl , y í, l l lí q l l ocupado o puede ocupar en la disputa por el futuro.

E lí lbl b lq ó l,lí l, l l z l í , y lq -ó l ló lbl y á l lá y ból l terrorismo, se emplea a los expertos para l l l lí l l -servar sus valores y aspiraciones de futuro cuando se ven devastados

.C l b z l l l , llló, l y l q l y b l - , l b l l zopositora, los expertos recurren a la imposición de una memoria históri-ca de las luchas del pasado, incluso el más reciente, llevándola al cam- l , l l, l ó úbl í,á y l ll lbl, l

z q ú . A, l-zando las actuales diferencias sociales desde esos mismos referentes,


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INTRODUCCIÓN5

l , l y l l: narravizan el mundo en posdel orden de la promiscuidad .

El ú, l l ló l lzó l l

la vida del mundo bipolar , l é-cada de los 80 y encontró reconocimiento mundial en 1989 propician-do las condiciones para que la idea de democracia liberal se impusieracomo lo deseable. Diversas izquierdas del mundo se sumaron a estehorizonte social, en el cual encontraron la síntesis de algunos de susñ b l ll, lz, l-, í l l l lbí b, í l b bl é -

l . D , ú l ll lí radicales.

L ó l lbl-á q ñóal proceso de mundialización abrió las puertas a la expresión plural:q bí l l, l l, l borradura y el ensombrecimiento ahora salen a las calles y expresan su versión(narración), dentro del marco de la legalidad y, de ser posible, reco-

nociendo el error qll ñ. E l l E b l y l l lblpara defender , cuidar , vigilar o recomendar . S , í l ,de evitar el abuso de cualquier funcionario en el ejercicio de sus fun-. L y l derecho de ocupar lascalles para consolidar una presencia z l -zación a la cual se accede una vez derrotada la utopía comunista. En

este escenario democráco, de tolerancia, l ( , lasnarravas) encuentra un acelerado desarrollo social y académico, y l q , y b. N , l l yfundamentalistas, que no encuentran correspondencia en el cómodoespacio ofrecido por la democracia liberal.

E bé ll l l - l l, l l l .

E l ó performances discursivos elaborados de ma- b ll,


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movimientos sociales, minorías religiosas, trabajadores militantes delas izquierdas, quienes terminan formando parte de gobiernos localeso nacionales, pueden (re)lb z -

cerse presentes, tener voz.Además de las nuevas generaciones de militantes de izquierda, las cuales l lí l, l íé, lí y l y, ll, lz ambiente de respeto, diálogo y acuerdo, existente gracias a las condi-ciones, resultado de las luchas sociales libradas en el pasado reciente.S l l bá , l-ll, l y l

l l “l ” , - qé á l l ál l b ó. E ú, l ó l á ocultar las presencias indeseables (Agamben, 2010), se privilegia un , l l l ó l b l l ó, l l

“” “b” vida consideradas adversas.

P l l l l l y l - l l l, lí y l-, l á é y líse reivindica con una diversa y compleja expresión de movimientossocioculturales refugiados bajo la consigna de “otros mundos son

bl”, l ó l l q z l lpotencia contenida en las utopías derrotadas en el siglo pasado ni la po- l bl bl lmundo actual de individuos bloom2 , sin demeritar otras expresionessociales todavía sin considerar.

2 La idea del individuo bloom fue extraída, por el grupo Tiqqun, del personaje ‘Ulises’ de Joyce, y se utiliza paraseñalar la alienación y desposesión extrema; el bloom es la nada , pero una nada que puede ser todo , “espura disponibilidad para dejarse afectar”, en él habita la promesa de una comunidad abierta e incluyente yno está definida por la noción de identidad (Castro Rey, 2012).


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INTRODUCCIÓN7

E bl b l l l ó l l y bl, í ll bl ó, á l

l á ll. P l l, l -vas encuentran a una parte de la población dispuesta a encarnarlas, y ó l -to con las formas de existencia encargadas de posibilitar el encuentrocon aquel pasado histórico enunciado en el presente, cuyos actores íl l q para cambiar su mundo. En esas maneras de vivir, el viraje ideológicohacia la izquierda era una posibilidad mediante la implementación del

desarrollo social o el modo en el cual el ámbito religioso se volvía de á.

II

E l blá é q ido adquiriendo cada vez mayor fuerza comprensiva, tanto en el cam-po de trabajo como en la zona de disputa por la vida. Nos referimos al enfoque biográco, l l l l .

E , l l ál á-l, y l y úl razo-nabilidad para actuar y dar cuenta de lo que se hace es la explicaciónbiográca, que trata de dilucidar cómo nos encontramos en un mo-mento dado, por qué hacemos unas cosas y no otras, por qué tene- y qé l

l y , l l l ú l l l historia devida. Sin embargo, ésta no sólo surge como un elemento relevante dentrode la ló bá , también se encuentra el desplazamiento dediferentes responsabilidades, las cuales en el mundo del siglo xx co-rrespondían al Estado, y que hoy día caracterizan al mundo actual y ala nueva dominación en marcha.

En el siglo xxi, las responsabilidades se trasladan al individuo, esto im-l ‒ l B (2004)− q - bló, l l


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b bl y bá l en acto de polícas de vida, las cuales le permitan construir una historiaq é lí y el mundo, es

decir, ser un sujeto viable. Entre sus responsabilidades se encuentrancapacitarse para ser competente, ser una buena mercancía (para ven-derse en el mercado de trabajo), adiestrarse en las tareas impuestaspor las demandas de realizarse en relaciones sociales sanas; mediante la consulta experta los nutrientes necesarios para podermantener el ritmo impuestas por el mundo actual en las áreas laboral, l; l y l qnos permitan ser funcionales, entre otros aspectos. La lógica experta

l z, l , l , (nos) l y l éo habilidades para poder no sólo referir la existencia con coherencia, bé , , l í l -, l lbl, l bl y l bl.

L ó l , -manda una funcionalidad que opere en términos de posiciones socia-les disociadas si consideramos la descripción de Touraine (2000) del

l l l l , ll . E -ciones de comportamiento, las cuales rebasan la condición personal.Ser militante de izquierda, pastor, agente gubernamental en la opera-ó lí, , l í-cas de comportamiento, por eso son posiciones ocupadas por perso-nas que cargan bá.

B , l l bá q - y l lacontecimientos con su urgente inmediatez para actuar en la posición , bl l ó tenden-cia disposicional en acto, la cual, como un umbral, forma un pasaje al ó y , l , , ó, l,, l y ó/lzó é-lí, l l z l é q

aquello que otorga sendo , , -ra un emplazamiento biográco. Este emplazamiento no suele operardesde un punto de vista explícito o racional y puede contener en sus


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INTRODUCCIÓN9

ñ l l qll - l l l sendo de la acción.

S ó l -

dualidad, donde la lógica experta produce (e impone) parámetros para la í y l ó l ; l l l b y, l l q de emplazamiento, el contexto se convierte en un territorio que rebasa lal, y , l í lhechos, la posibilidad de cierta forma de existencia que procura la disolu-ó , b y lz.

III

E q l l, l l , ú , ál í l l -dida en que trastoca el orden de realidad a imagen y semejanza de

l l . Q l cuidado justo en lo producido, lo cual apunta al hecho de que no todaó, l á l, l l í -deran sus efectos sociales, pues radicalidad no es sinónimo de com-ó í.

El l b l, l l - é-lí, l emplazamiento biográco, l l l espacio bio-gráco, pese a la complejidad producida por la discusión desplegadaen torno a la noción de espacio. Aí, l b b l que cruza de manera necesaria la fugaz temporalidad, en la cual cadaser humano salta al vacío, considerando la posibilidad de alcanzar un y l l l l ó.

N ó l úl ñ - y l ó −b l

social, pastores evangélicos, familiares de ex guerrilleros de la década del 70‒. El l y l , ,


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ll; ll, l: l lz bá. A á, l - l l l í,

ó, l b é; b, l l úl 30 ñ l l á l ó l y ll. P , exento de esta inercia que recompone las relaciones globales con lasll y, , l bá.

La idea del emplazamiento pretende recuperar lo condensado en el lí , l: ól

l l, bé l qé l y qé l úl ó. E , b l - l l ó l, l ó: l y l lz,í , l l -gonismo fundamental mediante el reacomodo de sus partes en unalzó l. E lb, l seducidas por el amparo ofrecido por el pre-supuesto de que aquello

q y á lú .

Como un adelanto de los temas presentados incluidos en este volu-men, podemos realizar las consideraciones siguientes: la misión (como l lz), l lgrupo-cultural que la enuncia y otorga posición, con frecuencia obstru-ye y ensombrece los antagonismos implicados y derivados de un empla-z bá , á

sociales y sus encarnaciones. Algunas de estas confrontaciones se ori- l y ó l -, l l bl lb l y lde su origen; , l l , comprender los esfuerzos actuales para disolver la disidencia u oposi-ó y l, l ló la los parámetros dominantes.

De este modo, en los ejemplos acumulados a través de los años, el

llamado del religioso para llevar el mensaje evangélico al incrédulo, latarea del familiar para recuperar al desaparecido por el Estado o


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INTRODUCCIÓN11

la labor del trabajador en busca de la recomposición del tejido social, l é l l z l zde la confrontación con otros actores sociales y los mundos que en

ellos adquieren presencia.En consecuencia, la misión religiosa, expresada con violencia en el, z é l l por el ecumenismo donde los miembros se sienten parte de la mismacausa crisana l l y verbales entre grupos religiosos opositores. Por su parte, los fami-liares de desaparecidos, al sumarse a la lógica de los derechos huma-nos como algo ligado a la lucha por la instauración del comunismo y

l á á y b ll la ley a través del reconocimiento de sus reclamos, desplazan y quizál l l l l . P úl,l b l l lí úbl-, y lque apuntan al desvanecimiento de las confrontaciones históricas con l lí, b l bó, l, á ó expertos.

En cada caso, los posicionamientos adquieren razonabilidad a través l l l l l é lbbá, , l l l q- l lb zbl, tanto se cumple lo que hay que hacer , lo cual repercute en las formasá: q y q .

D , l lz bá l

q q bó á. El q lló bá l ó l , de estos emplazamientos un territorio por conquistar. La actual domi-nancia de la producción inmaterial, base de la hegemonía en marcha, l y llz y l l l b: l, - , , b, z y l . E , l l

l ó l l l l -ó l lz; ,


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lí l , y é l l l l l, ló lz b y qzá -

sibilidades de desordenamiento de lo hegemónico.P l ál , l l lz l - l l percepción l en torno de la situación políca que se vive. Así, se prepara la percep-ó l l : y í, l í á- l l l l la un nuevo modo de narrar, donde el derecho humano, la tolerancia, el acuerdo consensado y la pluralidad y l -l l l l b y , q l b l l l lbl é l. Lviolencia desplegada por estos personajes se amparó en la creencia dela imposición de un nuevo orden social.

E l l, l l

lí ú y l ()-z l lz l : á lpara recuperar recuerdos humanos l l lí l l l , b, l ql q “l D”, l l líl D, l l l é l lí úbl l l-z l l y l. E , l lz

bá l l q l l l lbl y ó b l -vas personales, hasta someter aquellas narraciones presentadas comoresistentes u opositoras.

L l l l y l -rado con las narraciones como terrenos de una complejidad intensa,pero también como campos donde la vida se disputa. Esas narracionescirculan en la sociedad y no se reducen a productos accesibles que

permiten conocer las historias y, con ello, a sus portadores. Las apro- , l l, l l


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INTRODUCCIÓN13

á l bá.El lz bá l bá ql y lzó l el

mundo. D , y , -ble, soterrado, permanente e insistente, por lograr que todos y cada bá l -ta presentación ante la realidad. Por supuesto, detrás de este plantea-miento acecha la idea siguiente: nuestra historia de vida y su constan- lzó, l ó lz, nuestra, no ahora.

IV

L ( l lí l l b l,pastores protestantes y familiares de desaparecidos) y su emplaza- bá l l ál l b. E l ól l ó y á l lz bá-co en las poblaciones b, ó l -ó : lí l l q l -trema y sobre la cual ha operado un ensombrecimiento obsceno.

El lb y l l l ó ltrabajo de campo lz l úldiez años en torno a las formas a través de las cuales la resistencia, laó y l búq b qí l bl

b. E ú ll l l lz bá. E l l l l l qí bó,la resistencia, la oposición y la intención de cambio social, ademásde las razones esgrimidas para que esa vida fuera concretada de unmodo y no de otro.

Al acercarnos a las historias de personas agrupadas bajo cierta condiciónde pertenencia, encontramos, en un inicio, algo similar a terrenos deó ó l l y l l l ó q qí á. P


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, , y - b l ó l q é í

acto. Una complicada zona emergía colmada de recuerdos y de razones , y ó -dad y de dirección a las acciones emprendidas, como si esa zona fuera lz, , .

Promotores de desarrollo social, pastores evangélicos y familiares de í lb y zó; l -gular, la idea de la conciencia del lugar y de la posición aparecía como z , y ;

sin embargo, esa conciencia quedaba envuelta en elaboraciones biográ- , l l y l de razonabilidad, y rasgos complementarios, cuando diversos indiciosnos llevaban a considerar a la conciencia como un producto de lo adya- y l. N b, l búq ó,l z lz y l -cial con sus dominancias y su juego de poderes, al colocarlas en contras- l ó, l qí

otra dimensión, ya no adyacente o complementaria, sino como genera-dora de un pasaje al acto: una forma de emplazamiento.


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DE LA NARRACIÓN MICROA LA GRAN NARRACIÓN

U l l l úl 60 ñ -cuentra en la pugna entre las maneras de vivir, en las formasde construir la vida, incluso dentro del mismo territorio de unEstado-Nación y al interior de poblaciones que se asumen como

parte de la misma sociedad1. D l, -presa en diferentes ámbitos, dentro de los cuales las maneras de vivir

: l, q - l ; l , q -l. L l áb í l (ecología, género, empleo) como en la totalidad del orden social. Existeuna extensa historia escrita en torno a esta disputa, pero, dado su ca-rácter histórico, exige una atención constante.

El l l l

l, l l, l é l l -ma de existencia se impone sobre otras y las imposibilita. Hegemonía,ó y l q b z á y é l y . E , l bl- qé l ú , b, y , á l lbl

1 Zygmunt Bauman hace una crítica importante a la categoría sociedad como referente sociológico paracomprender las dinámicas imperantes en el mundo moderno, en tanto invento conceptual más que comorealidad empírica (Bauman, 2008).

1


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l l ó á -z . C y , y , cada instante como categorías, las cuales permiten adentrarse en el

escenario del mundo.N b, q l l y l ó y l l, q l óy y . L ól l í otras ya dadas o potenciales, las cuales dentro del discurso ideológicoencontraron su expresión en las nociones de sociedades modernas,

premodernas y arcaicas. De esta manera, en el periodo moderno y enl l modernidad , se ma- y q l l l b lestado de las cosas, rasgos peculiares en diferentes momentos. Así,algunos de los conceptos que caracterizan a la modernidad son lossiguientes: la idea del hombre como productor de su historia, como l l ó -

( bl); l l bl (Fl, 2012; Ab, 2010), “ lí” y lbl-l l á .

La realización antes descrita no ha cesado, así como tampoco la expec- ll b . L expan-sión planetaria de la actual fase del mundo moderno ha dado lugar a

l ó y l ó-denes (étnico, generacional, laboral, religioso, por ejemplo) en dondese concreta la vida.

L ó l, y í l -talidad de un orden establecido,2 emerge como un propósito cuandouna parte de lo ofrecido en la producción concreta de la vida se ad- . L l l l,

2 En este aspecto, resulta interesante el debate entre Ernesto Laclau y Slavoj Žižek con respecto a la importan-cia actual de luchar por la transformación total, o bien, por la trascendencia de las luchas “particulares”.


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DE LA NARRACIÓN MICROa la gran narración 17

l , l l y l l ló q, l b lz z l úl-

mos 15 años en el terreno social, en los cuales se ha buscado ordenary á bl.

Dentro de estos esfuerzos por comprender, nos enfrentamos a la nece- lbl l l formas de vida, por ejemplo: en el contexto de los estudiantes decidi-dos a iniciar y mantener una huelga, con gobiernos de izquierda cuyaó l í (á) , -bernantes cuya atención se enfoca en grupos marginales o vulnera-

bles, en los enfrentamientos armados acaecidos en nuestro país y enl l l q é l úl l lpasado y lo que va del actual. Persiste no sólo la tensión entre preser-var y cambiar, sino también en permanecer o reelaborar las formas l y l .

Desde hace algunos años, se ha hecho necesaria una constante revi-ó, ó y l ó l l -

mas de vida: la comprensión de la dominación y la resistencia social.E , l l l - l l l . E lanterior, se debe trabajar el potencial de transformación social conte- l á í l l ldados, esos que se advierten como de dominación.

S b, l lb á l l , l, l -

q y ó á, l lvida social, impuestas, presentadas y representadas como la lectura del . ¿P qé l ll bl?, ¿ qé l l y í ?, ¿qé ló l bá y l fe en que otra vida es po-bl? P , l b l ó y l -cial de transformación social no se teoriza como resultado del puro

azar o de un in sight revelador.


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El y l y l l l l búq - , áb í l l l , -

z y, l , l z b l á y . E y búq l ó -riencias de vida que abarcan un gran registro de escenarios, contextosy ó; l ó l ló l l -, l l b l-l saltar de un mundo de vida centrado en lo personal/familiar, al de la expe-

l y lí.En un marco de temporalidades delimitadas por los escenarios socialesa los cuales nos enfrentamos y que suelen ser interpretados desde los l l3, el mundo mi-cro de la vida emergió y nos interpeló como una plataforma de lanza- l ; qñ l l 4 , l , l ól l l l ló -

ó ‒á sociales−

, l ó y bó qll q zse ha reducido a la idea de la conciencia social y políca, lo cual, al, l l y y l l .

D ó , y í ó, -ó l , l

l ó l ó y, l , l -cias de disidencia y oposición, en donde la experiencia5 personal operacomo elemento de anclaje para organizar una explicación del porqué y

3 Sexenios presidenciales, hechos con relevancia social como asesinatos de personajes, batallas por la sobera-nía, formación de organizaciones sociales y políticas, luchas de obreros, campesinos y clases medias, entreotros hechos considerados como “dignos de estudiarse”.

4 En cuanto a la noción de lo cotidiano o vida cotidiana, consideramos la propuesta de Agnes Heller (1979),definida como aquello que ofrece continuidad a la vida y no lo que sucede diariamente.

5 En este caso, se retoma la idea de experiencia de García Canal: “La idea de experiencia implica espacio y

tiempo, es la forma en que los fenómenos son pensados, sentidos, vividos, actuados por sujetos arraigadosa un suelo, en un momento histórico dado; experiencia que forma y conforma al sujeto, le implanta unalma, le codifica el cuerpo. La experiencia será siempre singular y colectiva, compartida por los sujetos quecomparten un espacio y un tiempo” (2006: 42).


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para qué situarse en el terreno de la resistencia y la oposición ante lo. E l l, l l l ó -

siva y arrojar luz sobre el territorio oscurecido por la naturalización deluso moderno de la conciencia.

Así, por un lado consideramos que la teorización sobre la conciencia delo social y lo políco y las maneras en la que es empleada por los grupos í, , y l- b l . P l, l de la posesión de una conciencia de lo políco y de lo social , como he- úl l ó, ó

bl, bl, l, l l, l lde manera eventual puede derivar en modos en los que la “resistencia−o disidencia− z” l somemiento a la lógica hegemónica de la organización social impuesta l , b í l.

E ó y l ; , l l l

y asegurarnos que lo ofrecido como marco comprensivo aporta ele-mentos para dar cuenta de la forma de delimitación de una postura,una posición en el presente, lo que, en consecuencia, presupone ladisidencia o la resistencia.6

De este modo, intentar comprender la resistencia social en los espacios l ó l, -do. Diversas lecturas y explicaciones nos adentraron en algunas inter-pretaciones posibles de la gran historia social, de la dimensión macro y

l, í z l úlldimensiones de la vida, incluida la microsocial. Sin embargo, su re-ó ó, qll q l las condiciones sociales de cierta manera, era escasa, aun cuando ha l l ó l q, l l lí l ( l ñ ó lí), l l

6 Se retoma la idea que aparece en la contraportada de Apuntes para una teoría de la jovencita (Tiqqun,2012): “Toda posición es una taxonomía, una topografía espiritual, una inteligencia política de la época: unatoma de partido”.


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defensa como una manera de hacer la vida o en el intento de transfor-mar la forma de vida circundante, es decir, quienes decidieron incluirseen el mundo de la disidencia y la resistencia.

Las situaciones antes mencionadas se manifestaban en formas y sen- , l: , ó, decisión, un enfrentamiento, una reconsideración, un modo diferente depensar la realidad, esto es, aquello que produce el alejamiento o el en-frentamiento de las personas frente al poder hegemónico tomó forma l l vida que, en cierto momento, optó por el desvío como forma de vida.

E ló ‒ , l−

nos orilló a buscar diver-sos escenarios para reconocer diferentes actores l; en enriquecer primero la experiencia para, en segundo lugar, estar en q lz l, l búq l ó l l lí y l b ló l óy la disidencia. El proceso que nos ha conducido a este espacio teóri-co ha sido por momentos lento y ha estado plagado de emociones, de

frecuentes encuentros y desencuentros con historias y personas cuyasvidas se han colocado por diversas razones en el terreno de la oposicióny la resistencia, ante un mundo opresor e injusto.7

A, é, - l q l mirado superaba lo enunciado, como si de pronto cayera sobre nosotros unal , y l l l í - l y .

Por ello, el curso seguido por nuestras indagatorias entre la poblaciónconsiderada a sí misma resistente o disidente l; l l lí y l b (y l fundante)aparece con fuerza subyugante cuando alguien se desprende o tra-ta de desprenderse de sus formas normales, en especial, cuando esasl (l) z á, í l l l y, l ,

7 El mundo que se advierte no es uno y homogéneo para todos los actores y no necesariamente es el mismoen el trayecto biográfico da cada uno de ellos, como tampoco algo que se reconoce como adverso.


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ó. E , l óy la resistencia adquieren un potencial comprensivo fundamental, in-l l l l

(el cual incluso puede estar contenido en aquéllas).8

Los encuentros con las historias y las personas nos adentran en losmodos y las razones por las que alguien se implica en la pretensión ó y á frente a un estado l lí-l;9 asimismo, abren la posibilidad de z10, l se arman, desmontan y reconstruyen emplazamientos ante el mundo l y l l , l, l á

lí-l.

El emplazamiento de aquellas personas, quienes optaron por la des-viación , ól l l lb l l , bé y y l ó lpresente.11 Estas coordenadas espacio-temporales son fundamentalesal momento de comprender la idea del emplazamiento, pues no se tra-

ta sólo de encontrar “un lugar” en el cual estar en el mundo, es decir,l l , lí, lz,acuerdos, cercanía o lejanía con los demás “lugares”, ya sean ideológi-, ló, l, ló, é lq ,l l í l l-cer “el lugar” desde donde se piensa el mundo de la vida en el mundode la vida. Por tanto, los modos de vida no son rígidos en su forma niinmutables en su fondo, responden a una dinámica social cuyo proceso

les recompone en forma y fondo.

8 Ardiel Rodríguez ofrece un caso en donde exhibe la forma a través de la cual, ante lo desviante, se activandiversos dispositivos para regular a las poblaciones “con la finalidad de asimilar la vida dentro del campo deejercicio de los dispositivos saber poder” (Rodríguez, 2012: 119).

9 La búsqueda comprensiva no se realiza desde la pretendida neutralidad científica. Aunque nuestro objetivoes el conocimiento, esta sólo adquiere sentido si se le ubica como una manera, no única, mediante la cualnos implicamos en la búsqueda práctica de otro orden social, por las temáticas, las maneras y los efectosque deseamos poner en marcha.

10 Garzón Bates (2000) opina al respecto: el ser en su existencia es trazo, huella, y no estructura ni funda-

mento permanente.11 Un militante que edifica su mundo práctico y su interpretación de los mundos mediante los cuales entra encontacto desde el quehacer político configurado en el espacio de los “militantes de base”, se encuentra distantede aquél que lo realiza desde el espacio de “la dirigencia del partido”. Lo mismo ocurre en los demás espacios.


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Los indicios señalados no nos han llevado necesariamente a considerar l l l , l ó l lí 12,

q l l l . P l , l lz l l l -, bl , , y , ll. L l l cuenta de algo ya gestado, es decir, la conciencia de un momento surgemás como resultado y menos como productora de un emplazamiento, l ó á, -

l l.Žžk (2002) b l l l q -z q ya cree desde antes de y , , ó . E , l l l Garzón Bates (2000) con respecto a la importancia brindada por el mundol y l l l , y lq l úl órgano implica para la comprensión de

l ó lí, él l ó l y bl l ó cierta fabulación del mundo. Con base en esta idea es pensable quea los modos de vida les corresponden fábulas a través de las cuales secomprende el mundo.

Si a cada comprensión del mundo le corresponde una fábula, cuya fun-ó “z” b l q l l, l

qéll lz- l, ,l bl l ó “l” . E , Ab (2008) l l é- bl O l ó , ahí que tanto las expresiones laico-revolucionarias como las religiosas l ló-l l l blas fábulas empleadas al momento de consolidar los “lugares” en los

12 Incluso es posible decir que en determinados momentos la toma de conciencia efectuada en el pasado pue-de operar como un enmascaramiento de cambios en las maneras de emplazarse ante una realidad distinta.


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l b (Ll, 1977).Derivado de lo anterior, es fundamental replantear el lugar ocupado l l ó l l l -

sible dar cuenta de por qué la gente hace lo que hace.A pesar de la probabilidad de error en la interpretación que se pro-pone, los hallazgos realizados en nuestras indagaciones nos permiten l ó lz. É y -nera amplia y compleja la noción de racionalidad moderna contenidaen la conciencia bó. N l l que los orígenes del concepto conciencia se inscriben en una apuestapor la racionalidad como vía para sostener una resistencia o disiden-

cia social revolucionaria, la que ha quedado reducida, como conse-cuencia de la experiencia l l b13 (De Toledo,2008), l l lz lderivados de rebeliones y resistencias opuestas a la inercia conquista-dora del modo de vida liberal y de mercado. El emplazamiento comoherramienta conceptual permite pensar no sólo los modos mediantel l l l ll “ í”, bé l ,extraño y amenazante, ingredientes indispensables para concebir el

desvío y la disidencia social más allá de la racionalización de los proce-sos sociales en los que se inscribe.

L lz y , l -les ubican no sólo de manera externa a los sujetos con quienes nos han l; l lz -bién el marco, el horizonte y el escenario donde se dibuja el ser socialy l “”. E lz -

, , , l l y . E esto sucede de manera permanente, en cada instante y en cada lugar,l lz bl í , l lb bl .

¿Cál l ? El lzq ñ l l l í, l á

13 Tal como quedó minimizada la apuesta religiosa en el siglo XX, si a Nietzsche le tocó la declaratoria de lamuerte de Dios, es válido pensar que ha llegado el momento de sugerir, al menos, el estado de coma en elque vive la racionalidad y los conceptos derivados de ésta.


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cercano al abandono14 de cualquier emplazamiento es la locura o elsuicidio, de ahí la imposibilidad de abandonar la plaza. Acaso lo que sedeja entrever sea el desplazamiento, un movimiento espacio-tempo-

ral, el cual obliga a un inmediato reemplazamiento, pues aun la margi-l, l l l, l emplazamiento. Por tanto, hablaremos de sujetos de militancia per-, b lz, l “l poder”, y, por tanto, ocupados en buena parte de su existencia en com-b favor de la fábula descriptora de su circunstancia,15 l ú l l l lí ó b l . Aqll l l

con-vivido, quienes han aceptado darnos a conocer su vida emplazaday, l , lz l b l lengua que posiciona su vida en un estado con la capacidad de descri-bir su circunstancia, su condición existente desde una condición tran-, l l l y, ó, ll, l l lzen tanto invocación de lo transitorio y como invocación de lo perma-nente y estable, doble invocación que sobrepone en un mismo lugary l z mejor mundo y el permanente estado desufrimiento derivado de la forma de vida que se asume ser vivida.

Consecuentes con los argumentos expuestos, ahora es necesario re- l q b l , l l l. P ll, é ó l - ó: - algo (¿cuál fábula nos ofre- l , l, ?). S l b lvida se libra en torno a la “sistencia”, entonces las narraciones nos

l q -, -, -, -, --, y ó y -, estar-emplazados.

14 Resulta fundamental revisar el origen del abandono planteado por Agamben (2010a), relacionado con lopermitido o prohibido por el bando soberano, que generaba exclusión o inclusión y, en todo caso, dejaba asu merced la vida. También es importante acercarse a la fabulación de García Canal (1990) con respecto a lalocura, a la cual considera un abandono del diálogo social, en donde se privilegia un cierto monólogo; portanto, la aproximación al abandono del emplazamiento que puede sugerir la locura o el suicidio implica un

distanciamiento de los códigos sociales dominantes, acaso en la búsqueda práctica de otra referencialidadsocial, de un emplazamiento ignorante de los parámetros instituidos para él.15 El bien y el mal son elementos de la fábula presentes en nuestros sujetos; hacer “bien” las cosas, estar del

lado del “bien”, o combatir al “mal” remite de manera ineludible a un territorio de fabulación judeo-cristiana.


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N l l l :estar emplazado -l, , ó ó . E bl l -

plazamiento ocupado o a movilizarlo para luchar y sobrevivir cuando l ; ó, l í-tesis encuentra la lucha por la vida.

L l l y l -riencia de entrar en contacto con sus personajes nos permiten detectarposicionamientos ante el mundo entendido como un espacio de con-, l, l l ó lbá, ly , y l b-

á16 vigente. El mundo, cuyas condiciones materiales de existencia, nos dispone a demandas de actuación y, de acuerdo con Pilar Calveiro(2006), constelaciones de sendo peculiares para pon- ól ó ó í, - l los acontecimientos. Así, la generación de emplazamientos se presenta l ó ó, y l í l l l

l . D , l irrupción de laó l z; á l y q entre lo que los sujetos enenden de la vida y lo que la vida deman-da l , llí ó aprehensible o comprensible, pues en la exigencia de vivir la vida sel l , á l . Pello, la interpretación de lo que se vive suele ser posterior, cuando se l l l l

l y l , y l ó l actuación en resistencia.

E l l ó -ó “” “í” l ó, á ló, l q , -plazamiento de oposición y resistencia en relación con lo considerado

16 De acuerdo con Leonor Arfuch (2002), el espacio biográfico está vinculado con el reconocimiento de unentorno relacional, en el cual las historias personales adquieren relevancia como trayecto biográfico, paracomprender dichos relatos es preciso establecer la conexión entre los relatos y el espacio biográfico en elcual adquieren sentido.


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“l”, lconformación de esos emplazamientos y su constante movilidad frenteal mundo y, por lo pronto, de su dinámica interna. ¿Cómo es posible

que alguien no sólo se distancie de las formas normales vigentes en , q z ? ¿Qé q q á? ¿Cál l l ó l l lz lí - y ó l bl q -? ¿Qé ló lz, í y l ó, l í epocales del í lí?

La información rescatada de las historias escuchadas, de las cuales de- ó, l l l lbalgunas ideas que permiten avanzar hacia posibles respuestas a las pre- l. S b, l , l -tados por los relatos recabados también se expresan con una fuerte , lb bl - í bá l l l, l l l ó ló

é “” l b y “” l , l l lz z l bl “ í” y l . L y - ú; l b z l ; se agota en el decir de un sujeto: pensarlo así sería como un intento decancelar la potencia y la expansión de los horizontes de nuevos mundosimaginados, vividos o pensados.

S l l l l bl l e historias trabajadas,17 z ú-les para esbozar no sólo la trascendencia de atender tanto la relación l í l l l y ó l,

17 El producto de nuestras investigaciones se torna complejo desde diferentes ángulos. El primero se relacionacon las propias características de las personas e historias; éstas contienen terrenos de experiencia que condificultad pueden ser apalabrados con claridad y, por tanto, traducidos a la escritura. El segundo aspecto se

vincula con el problema de las verdades aceptadas y aceptables, con los saberes (y sus efectos que operancon respecto a los asuntos políticos, sociales y psicológicos) involucrados en las cuestiones abordadas, endonde, por una parte, se encuentra la verdad oficial y, por otra, la de los propios grupos que contaron sushistorias, las cuales, con frecuencia, operan como (otra) verdad oficial.


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la cual atribuyen una textura peculiar intolerable, sino también avan-z l l lz l l íó lí q ,

l, l l, y , - , l lmundial de las relaciones sociales como las formas y los contenidos q y l (H, 1997,Fernández, 2011 y Calveiro, 2012).

E , bé - l q l lz , í -, qéll l l l lí, l

ó l í l y l ó lí, lzó l :“como siempre he sido así, pues por eso hice lo que hice”, así como latrascendencia de ello para la comprensión del mundo de la resistenciay l ó lí, l íl q l l ó y ll l l ylí importantes. Las interpretaciones no se dan “sin más”, como

si se contara con un mismo aparato de percepción y el mismo instru-l . L y l l l -, l l y l . Esituación representa un dilema en el debate, pues los emplazamientos é y úll .

L búq bz l l bl-zó18 l l y ó lí l

y l lz, ó l q l . P l , l , - l ó y ból-lí y l; l q l l l y

18 Usamos la expresión de Foucault con relación al saber y su efecto de verdad: “la palabra ‘saber’ indica todoslos procedimientos y todos los efectos de conocimiento que un campo específico está dispuesto a aceptaren un momento dado” (Agamben, 2010b:12). En esta discusión, Agamben apunta lo siguiente: “en efecto,

no puede configurarse un elemento de saber si, por un lado, no está conforme a un conjunto de reglas y deconstricciones propias de cierto tipo de discurso científico en una época dada y si, por otro, no está dotadode los efectos de coerción típicos de lo que está validado como científico, o simplemente racional o común-mente admitido” (Agamben, 2010b:12).


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lb l, z ó y ; llí qll -l - y bl

l ly l; l, l y l l, y b.

Por tanto, en cada momento, en cada instante, así como en cada lugar,en cada recoveco de la existencia se da constancia del emplazamiento,y l l ,llí l , q , l l -

l b q l y l ocupados por otro, o si se quiere tomar distancia de esos espacios per-b , bl l l, y - b l, l l b , y bl, b, y l l “z” b ll .

El lz, l l -

l bló, ú l y l “” ó , q -te deviene en creación, pues en la enunciación del desacuerdo o eldeslinde se integra también la advertencia de otros lugares con otrastemporalidades, lo denominado otros mundos, que deviene en la sin-razón denunciada por la forma de vida promovida desde el liberalismo , l l l l l bló, y lescenario de un entre lz -

q l l lí, l, l-gioso, étnico o ideológico, cada una con sus propias potencialidades.E ó ú l l mediación, lacual responde a una red de vinculaciones entre poderes recreados de y l b l l l el otro o con los otros.

Por tanto, los emplazamientos contenidos en las historias narradas por

diversos actores sociales, requieren comprenderse desde la disposición l b ;


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é l , l , -b l b, l bl, las expresiones culturales y exigen la presencia del otro para dar lugar

al propio crecimiento expresado en el desacuerdo, la distancia, la re-nuncia, el enfrentamiento, la disputa. en síntesis, la guerra declaradaentre las formas de vida enfrentadas por el ánimo de ganar el poder,para imponer su decir y hacer, para acceder a los recursos del otro yl ll. S l ñl , ,la confesión descarada, el presente ejercicio es parte de una apuestapor la transformación19 de las formas de vida operada desde la expe-riencia (Agamben, 2007) como causa, y el mundo vivido o que se espera

vivir como consecuencia.Se pretende acercarse a la elaboración de las formas mediante lasl y l lí ó, -sistencia y transformación social, además de buscar dar cuenta sobreál í ló l -l í l í l, l l l lí y l b, l q l l l l -

plazamientos de organizaciones sociales resistentes o disidentes.

La experiencia de adentrarnos en historias y mundos personales situa- ó lí, l -, q l l l ó l lí y l ó. El l lí

ó y ó lí, blá -lbl l lz bá ó y ‒l l, l ó b l -do de cosas es también cambiante− l b ó bl20 q l b

19 La tesis XI sobre Feuerbach (“los filósofos sólo han interpretado diversamente el mundo; pero de lo que se

trata es de transformarlo” (Marx, 1845), suscribe la lógica racional, es decir, reproduce la fábula moderna si-guiente: se requiere un discurso racional, aunque sea revolucionario, como instrumento de transformación.20 La densidad y extensión del mundo advertido es indefinible de una vez y para siempre. No es determinado

en términos materiales sino subjetivos, aunque adquiere una base empírica.


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l l l l l l ú.A ó blá l ll l ll ,

ló y ó y l lcon la violencia sistémica21 cuya cualidad es hacer visible e intolerableel mundo en donde un posicionamiento adquiere presencia.

P l , l l lpor Garzón Bates en su afán por comprender el mundo contemporáneo:

Tan sólo pretendemos describir este mundo tal y como nos ha sidodado experimentarlo a nosotros […] Nos interesa, además, expli- , y l,

é lzó é l , -zí ó l l ó í l l á ldiversas posibilidades de existencia… (Garzón Bates, 2000:25).

Aí, y l ló- l ql , ól y bá l, bé l y l, , q bla condición personal y se convierte en un lugar de resistencia ante el q l í l . S b,no podemos asegurar la manifestación de una homogeneidad o unall bá, l -ma forma de manera permanente y ubicado ante el mundo bajo las ó.

Ulz l ó Gzó B (2000),

historicidad radical, es decir, con rastros y huellas históricas en constante b y l á- mencionadas, l l wb l l ó. S b, l - l l q l l l y

21 De acuerdo con Slavoj Žižek (2009), la condición estructural de un orden social contiene elementos quecontinuamente violentan el despliegue de la vida de las personas y sus formas organizadas tras la máscara

de normalidad y el bien común. Por otra parte, para Garzón Bates, en el transcurso de esa vida normal “Cadauno ha interiorizado la necesidad de obedecer, como una especie de conciencia formal que ordena: ‘tú de-bes’. Los hechos de la historia son hechos violentos, pero la historia misma, como pasado de hechos, es unaviolencia que se ejerce sobre nosotros” (2000:56).


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donde, apelando a otra idea de Garzón Bates (2000), se impone, por unlado, la necesidad de jugar posiciones diversas opuestas a la unidad y, , lz ó í .

De esta manera, dos grandes ejes enmarcan la idea general para elb, l l, l l l l,imponen un desmenuzamiento, llevándonos así a través de diferentes . U l l ó l l-tos, mediante los cuales en un momento dado nuestra vida adquiere y ; l l telón de fondo l ó l l , l lno es concienzado de manera constante en aquellos relatos en donde

construimos nuestra historia.

Si bien dichos ejes de abordaje resultan importantes para avanzar enl ó, l búq l l l q l é l q y , ól l y l-z á, bé b l ó q ó , y

emplazamiento ante la forma de vida imperante. Siguiendo la idea deontología del presente de Garzón Bates, pretendemos una “labor de mon-, ó y ñ, lz ll l,bl úll ” (2000:62).

El b y blz l ó -lz lí y l, ó y l , z l b-á q l

. El b ll b úll , ,diferentes montajes y ensambles son posibles al respecto. Al respecto,se establecen tres líneas comprensivas: la primera es la construcciónhistórica del sí mismo y su condición l ; l -l l ó l l y lconformación de procesos de pertenencia y exclusión, las nociones y ll; l lí l l ó l ó bá y lz lí-l

el trayecto personal.


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Dos ejes nos permiten ensamblar los diferentes relatos recabados lb ñ l l ó - l ó l lz. U q

l ó l l bá l úll y (l-chadora social, misionera, hija, pareja, madre, esposa, obrero, familiarde guerrillero, elegido de Dios, entre otros), los cuales, en opinión deGarzón Bates (2000), se niegan a la unidad. El otro eje es el de la condi-ó l, l l , Cl (2006), condiciones concretas de vida como constelaciones de sendo especí-. E , l ó

lí-l l úl l l nuestros días, no sólo porque se advierte, desde diferentes estudios, ó ó l ó, también porque es el lapso que abarcan las historias presentadas eneste volumen.

Lo trazado hasta este punto posibilita el planteamiento de algunas in-terrogantes resultado de nuestra experiencia con las personas y sus l l l bá . L -

b l l ló l operaciones desarrolladas en la construcción de un empla-zamiento personal (lí) ó yl lz y íl l ó l l y lí. E é l,podemos enunciar las interrogantes de la manera siguiente: ¿cuáles sonl l q y l lí l bl?, ¿ál l l

emplazamiento de oposición a las formas hegemónicas prevalecien- l l l lz bá?, ¿qé - l ó l lz líel mundo que opera como telón de fondo para generar a un alguien l ?

N é l l - l l . A ó: i) se proble-

z l ló l lz l bá y l ó q l l l ó l l, y


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ii) bosquejamos las líneas fundamentales, la cuales ofrecen un enfoquebásico de los dos ejes referidos.

I

S l J B (2003), l l ocupado recientemente un espacio importante en el abordaje acadé-. N b, b l é y lí, l, q- . D , l bl l l, Bly (2010) ñl l lí Aé L, l, é l. Sb, l l l , l ó de la existencia, es un territorio complejo en su delimitación y abor-, í l bl á lgeneración de mundos de vida.

Arfuch indica el lugar trascendente ocupado, hoy día, por el acerca- l úll y l

l, q l úl ñ “ l z y - l z y l l , í l l ‘ l’” (A, 2002:20). E - l lzó “ y−individual−, búq l” (A,2002:20). D lz bá y l - l á q l ló l l ó lb l, , y ú

l lzó b “ l l l b á” (A, 2002:22). Aí, l - l l ól ól bó l l experimentar y reconocer el funcionamiento del mundo, sino a modosl .

Sin embargo, el trabajo con el relato no se reduce sólo a contarlo, serelaciona también con la elaboración de la vida. La construcción, dis-bó y l l bl , í l


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consolidados en lo social para ordenar la existencia, como parte de losmecanismos incluidos en el orden social. Al respecto, Arfuch opina:

Hbl l , , l-

ó —ó l—, l, ó é qll qí l l , ló, , y l, a la forma porexcelencia de la estructuración de la vida y , l , l ó q , l y el carácter temporal de la experiencia humana, una correlación queno es puramente accidental (Arfuch, 2002:87-88).

Los relatos de vida no son por necesidad una construcción clara y li-l z , - y y l í los diversos contextos y épocas. Con respecto a la temporalidad, porl, l l l ú, l ó , z é ,en el cual:

S , blq, l . E , -lz l l, ó, “”, l, ból ‒l C, B, lúb−, l z , l lingüísco, que no bl l , q l l de la enunciación, no ya como una manifestación individual sino in-b, ló , l, y y ú; mi ‘y’ tu ‘y’. E l l bl l l bá (B A, 2002:88).

S b, l l bá l voces, ól l l ó l len la experiencia personal (por ejemplo, con respecto a la organizaciónbá q ll cuandoera niña yo creía…), o con respecto a la incorporación de la visión del ló l í ó (l l en esa época mis compañeros de-cían que yo era…), sino también con respecto a la diferenciación en , l, l “ í” l llGarzón Bates (2000).


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En la opinión de Marc Auge (1998), vivimos en “varios relatos”, en cada ll l l , l á í, ll l l l

mundo. Por lo general, advierte el mismo Auge, nos senmos atrapadosen los relatos de otros (y acaso atrapamos a otros en nuestros relatos).E ó í l l lb b-á l l . Al , bé ñl l :

Una captura en el relato de otro puede tener como marco y comob ló , , l, ól -pasión. Pero generalmente resulta del encuentro entre dos niveles l l: í l bl-se (puede incluso inclinarse hacia la muerte) porque está presa de

l […] E l l í y l lhistórico (el de la gran historia que se está haciendo y diciendo),hay niveles intermedios, las historias familiares, las profesionales[…] Estas historias pueden ser tan impactantes como para subír-senos a la cabeza, para lanzarnos a la calle aullando de alegría otristeza (Auge, 1998:21).

Aí, l ó l bá b l l l-boración de una historia, y nos adentra en la complejidad de versionesde uno mismo, en relación directa con los modos en los cuales queda-mos posicionados con respecto a los lugares sociales ocupados y otrosvan teniendo en el despliegue de nuestro mundo de la vida, e inclusode aquellos relatos elaborados por otros e integrados en mis propiaslb .

E , l l l y . P -

, l blzó l ó ly como se ha asumido de manera tradicional, vinculada con la acepta-ó ú l lbl -cipales rasgos durante la vida, llevando incluso a considerar la idea de (Ibñz, 1995), l -bl ú l , las historias que nos contamos de nosotros mismos.

De esta manera, señala Laclau (en Arfuch, 2002), la propuesta deA q l b l - bá l l l y


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: l l l b l - , ú l é l y ó l l l; l

l ál l l, l l q, l l ó bá ló - l b l . E ó A, - Ll, l l l ó l , ó l ,á b y y q , ycon él, el mundo deviene con cierta textura.

P l, q l á l -

ó, y q é q l - b l q y l que en ellos jugamos, lo cual sugiere la manifestación de algunos asun-tos y la ausencia de otros en la elaboración del recuerdo, el cual queda b l ó l -branza. De cualquier manera, señala Auge, estos relatos son resultadode la relación entre memoria y olvido, y “de un trabajo de composicióny ó q l ó l l

sobre la interpretación del pasado” (Auge, 1998:21). Algunos de ellosderivan o son modelados por las historias ociales ofrecidas, aunqueno se reconozca de manera clara esta situación.

Sin embargo, el trabajo de recomposición se vincula no sólo con unalógica de temporalidad dentro de la misma narración y con respectol y bá q l. A (2002) l b é l bá-

co, es decir, la relevancia de la intertextualidad por encima de los ejem-plos, de la necesidad de trascender el simple dato aislado y generar unabordaje dialógico. En palabras de Laclau:

L ó bá en que las formas discursivo-genéricas clásicas comienzan a entre-z bz; l í l bá q l z q l ; y l ló l bl de anclaje es desplazada respecto de las diversas estrategias de au-

torrepresentación (en Arfuch, 2002:12).


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D , é l l el ser en resistencia y oposición, no se busca trabajar la simple psicolo-zó l l ó

existencial actual, de su situación biográca. Agamben (2000), siguien- Fl, l q q -nio ocupa un puesto vacío, una posición que rebasa a quien habla desde l, , l , yalgo que decir de los acontecimientos ocurridos, implica una posición,un lugar desde el cual se dice, y éste puede ser ocupado en determina- lq q q l á l íl l l . E úl -

, b blz q ó é l l bl y, á, l ó -q l l , l lí.

E , l l l -ción de verdades (o de postulados con efectos de verdad) con respectoal terreno de una disputa constante de lo que sucede, sucedió o debesuceder. Lo anterior es un elemento imposible de obviar o ignorar al l l, ú ó

lí; , bl , z l l lbó l-gar. Este emplazamiento produce fábulas de pertenencia, militancia,misiones sociales, transformación de los mundos, de la vida y de la exis- y l.

A l ll Fl, blcomprender el lugar fundamental ocupado por los saberes y sus efectos

de verdad (así como su alcance social) dentro de la relación poder-resis-tencia presente en cualquier relación social. En este terreno, debe con- l q b l l y , , l lí, ícomo la necesidad y ó .

Lo puesto en juego se vincula con la idea de la verdad verdadera, y l ó qé y lí , , l l b l ó b-

. El lz , l , l - qll l q


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se asumen como portadores y trasmisores de ella, no necesariamentede la verdad verdadera , sino de lo que conciben como la verdad. Así,l l lz é l l

lbl y lpraxis, situada en una batalla por la verdad, en especial, desde quienes ú l ó ; l l l , , lbl b q -ponen sostenerse de una verdad verdadera y por ello buscan preser-l. E , l ó - l l q y l bó y ó l.

La intención no es entrar en la disputa de si los sucesos son verdaderos , í l ó, y á. P , bl lb l l, qllq “” ; é l la vida deviene de esta manera, debido a que se pone en acto una l, l y ó, l lforma parte del ejercicio de vivir, de una postura en y frente al mundo,

cuya situación transitoria depende de la condición de “ser resistente”y no de la de “es resistente”. Su aparente complejidad radica en que la , l l á l , á, l bl l l l “” , -ó “” .22

L í y l q

ella adquiera la forma de verdad. Lo anterior no deriva sólo de los con-tenidos y argumentos que posea como elaboración discursiva, devieneen verdad gracias al modo en el cual queda inscrito en tramas de relacióny l; , lq l l(y sus contenidos) se construye de acuerdo a como quede inscrita en ló í l y poder (y de resistencia, también una forma de poder), a través de losl q b.

22 En la huelga de la UNAM de 1999, los grupos exigían a los militantes mostrar las “marcas” de su resistencia, esdecir, tenían que mostrar huellas corporales de su “sufrimiento”, lo cual representaba su condición de resistente.


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y , b l y l l l, ll y lí. D -, l bá, l, y ló y, l b

, l q bó bdel actor social.

U l bl l l , lb y bá, y l l l y lí,la gran historia l, y -ó. L ll blá:la elaboración histórica del propio emplazamiento y del reconocimien-

to del mundo, en especial, de los otros ámbitos en éste, los cuales do- l ó, y l ó lí l ó l l l á lí , b í l lzó l lí, q l l -ó lí , , b l ó .

II

En este orden de ideas, es relevante aproximarnos a una de las cer-z l l l búq l ól: l úl 40 ñ l á y , q b l ‒ T (2000) b y −;

se trata de un mundo al cual se le puede denominar como la moderni- l l. P -, l l l l y bé l l l -terior.23 C l ó l l q l l y yl y í

23 Además de lo afirmado por Touraine, esta transformación puede ser entendida como la disolución de losólido, según advierte Berman (1988); una vida líquida, como señala Bauman (2006, 2009a y 2009b); una re-novación del imperio, desde la perspectiva de Naïr (2003), o, en opinión de Wallerstein (2007), la recreacióndel sistema mundo.


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, l l l, , z-ción evidente del proceso en estos momentos.

Para Agamben24 (2010), l l -

í l ó l blí, l b; lrespecto, y de acuerdo con el pensamiento Foucault, el autor señala:

ó , l l l Voluntad de saber, z l é l l, l bl l -derna, la vida natural empieza a ser incluida, por el contrario, en los y l áll l l y l lí - blí (Ab, 2010: 11).

E l l ó y -lí q l í expresión de la vida, incluso la nuda vida, la pura existencia biológicalz (Ab, 2010). A, l ló l b l l l - l blí, ó í. Sduda, esto es posible, en virtud de la implantación de una manera deentender el despliegue de la existencia y, con ello, de la idea de que ú, y q y q l y/ a ella, en términos amplios, el Estado25, además de imponerla por elb l. D Ab: “E l, l ll yl l l bí bl, ,sin el control disciplinario llevado a cabo por el nuevo biopoder, que hacreado, por así decirlo, a través de una serie de tecnologías adecuadas,l ‘ ól’ q l ” (2010:12).

D lq , l l

l lí . E ñl q, acuerdo con lo planteado en el apartado anterior, la organización de la, l, y l l, í, á, z y l,

24 Según Foucault, el “umbral de la ‘modernidad biológica’ de una sociedad se sitúa en el punto en el que laespecie y el individuo, en cuanto simple cuerpo viviente, se convierten en el objetivo de sus estrategiaspolíticas” (Agamben, 2010a:11), lo cual coincide con el tránsito del estado territorial al estado de población,identificado por el mismo filósofo francés.

25 En opinión de Touraine (2000), la modernidad clásica, la de mediados del siglo XIX y principios del XX, seconstituyó en el ideal de formar un sujeto; en éste debían convivir la racionalidad instrumental y el individuomoral. El estado, mediante sus instituciones, sería el encargado de llevar a efecto dicha tarea, pues concen-tra el poder y el saber, es decir, la razón total.


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con las maneras mediante las cuales el mundo concreto se ordena ensus formas objevas y sus modos dominantes de entendimiento, delbó .

A lo anterior, se puede agregar: uno de los rasgos reconocidos porB (2006) l l l , l - l ,de modo que en los años recientes un derecho se ha transformado enimposición existencial (de acuerdo con el mismo autor, imposible deconseguir a plenitud). Esta situación trae consigo saldos sociales y exis-l ; l, Gzó B (2000), l ódel individuo responsable ha generado la idea del individuo y del actor

l , bl l , l , l. E ó l -cendencia del entorno sociohistórico en las acciones personales.

Siguiendo la misma idea, resulta necesario considerar, de acuerdo conG y Rlk (2006), l q , l q l lófrancés llama de los modos de producción capitalíscos, la dimensiónb. A l 80, ñl q ó

impactan sólo:en el registro de los valores de cambio, valores que son del orden dell, l ó l ó.É bé é l l b-vación, que yo llamaría “cultura de la equivalencia” o “sistemas deequivalencia en la esfera de la cultura”. Desde este punto de vista elcapital funciona de modo complementario a la cultura en tanto con-cepto de equivalencia: el capital se ocupa de la sujeción económicay l l l ó b. Y bl ó b-

ól l bl l ó y l -sumo de bienes. La propia esencia del lucro capitalista está en queno se reduce al campo de la plusvalía económica: está también enl b l b (G y Rlk, 2006:27).

Es decir, un orden social no se reduce a cómo se organiza en concreto,á b l b l y l l . Aí, l z ll l -neidad, esos territorios de existencia, máquinas de producirsubjevidad. No obstante, el modo occidental de hacer la vida, impuestoplanetariamente, no se ha mantenido igual a sí mismo desde su origen,


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l , l l l en transformación.26 Entonces, ¿qué es lo que ha cambiado y cuál es su l ó y l l y

l y ó lí y í?A l l ó l blí l - l ó l ól -nocida por Bauman (2008), la modernidad clásica de Touraine (2000)y, desde las periferias de la centralidad occidental, el mundo poscolonialde Quijano (2000). No obstante, el manejo del biopoder en la actua-l y l lmundo occidental del siglo pasado.

Un ejemplo de la ruptura con las formas de operar del pasado se ejem-l l l l lz bl l l, l l E, í, l l , bé l , l búq l bá bláestructurales (Bauman, 2002). Este desplazamiento coloca a los indivi-

l l l l lí-l, l q l bí ; bé ló l ó l ú - lí y ó. El b l Blí , , ból, l de la opción capitalista como modo de producción de la vida. El triunfo y l b é l l, - l Cl (2006) -

ción hegemónica mundial.El úl l l -ó l ó í l, ll l l lí, l y, , l l q l l. U l q

26 Para Touraine (2000) y Bauman (2006), aquello puesto en marcha es una transformación civilizatoria, elresquebrajamiento total del orden dominante y el paso a una nueva época sociohistórica. Por el momento,este carácter potencial de rompimiento civilizatorio no es asunto central del presente volumen, aunquepuede incluirse como elemento referencial en la discusión de algunos eje

disidencia oposicion form todo 18 jun 15 (1)

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