dick, philip k. - el informe de la minoria

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EL INFORME DE LA MINORÍA PHILIP K. DICK I El primer pensamiento que tuvo Anderton al ver al joven fue: Me estoy poniendo calvo. Calvo y gordo y viejo. Pero no lo expresó en voz alta. En su lugar, echó el sillón hacia atrás, se incorporó y salió resueltamente al encuentro del recién llegado, extendiendo rápidamente la mano en una cordial bienvenida. Sonriendo con forzada amabilidad, estrechó la mano del joven. ¿Witwer? dijo, tratando que sus palabras sonaran en el tono más amistoso posible. Así es repuso el recién llegado . Pero mi nombre es Ed para usted, por supuesto. Es decir, si usted comparte mi disgusto por las formalidades innecesarias. La mirada de su rubio semblante, lleno de confianza en sí mismo, mostraba que la cuestión debería quedar así definitivamente resuelta. Serían Ed y John: todo iría sobre ruedas con aquella cooperación mutua desde el mismo principio. ¿Tuvo usted dificultad en hallar el edificio? preguntó Anderton en seguida, con cierta reserva, ignorando el cordial comienzo de su conversación instantes atrás. Buen Dios, tenía que asirse a algo. Se sintió lleno de temor y comenzó a sudar. Witwer había comenzado a moverse por la habitación como si ya todo le perteneciese, como midiendo mentalmente su tamaño. ¿No podría haber esperado un par de días como lapso de tiempo decente para aquello? Ah, ninguna dificultad repuso Witwer, con las manos en los bolsillos. Con vivacidad, se puso a examinar los voluminosos archivos que se alineaban en la pared . No vengo a su agencia a ciegas, querido amigo, ya comprenderá. Tengo un buen puñado de ideas de la forma en que se desenvuelve el Precrimen. Todavía un poco nervioso, Anderton encendió su pipa. ¿Y cómo funciona? Me gustaría conocer su opinión. No mal del todo repuso Witwer . De hecho, muy bien. Anderton se le quedó mirando. ¿Esa es su opinión particular? Privada y pública. El Senado está satisfecho con su trabajo. En realidad, está entusiasmado. Y añadió : Con el entusiasmo con que puede estarlo un anciano. Anderton sintió un desasosiego interior, que supo mantener controlado, permaneciendo impasible. Le costó, no obstante, un gran esfuerzo. Se preguntaba qué era realmente lo que Witwer

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el cuento corto que se baso la conocida película: minority report

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  • EL INFORME DE LA MINORAPHILIP K. DICK

    I

    El primer pensamiento que tuvo Anderton al ver al joven fue: Me estoy poniendo calvo. Calvo ygordo y viejo. Pero no lo expres en voz alta. En su lugar, ech el silln hacia atrs, se incorpor ysali resueltamente al encuentro del recin llegado, extendiendo rpidamente la mano en una cordialbienvenida. Sonriendo con forzada amabilidad, estrech la mano del joven.

    Witwer? dijo, tratando que sus palabras sonaran en el tono ms amistoso posible.

    As es repuso el recin llegado. Pero mi nombre es Ed para usted, por supuesto. Es decir,si usted comparte mi disgusto por las formalidades innecesarias.

    La mirada de su rubio semblante, lleno de confianza en s mismo, mostraba que la cuestindebera quedar as definitivamente resuelta. Seran Ed y John: todo ira sobre ruedas con aquellacooperacin mutua desde el mismo principio.

    Tuvo usted dificultad en hallar el edificio? pregunt Anderton en seguida, con ciertareserva, ignorando el cordial comienzo de su conversacin instantes atrs. Buen Dios, tena queasirse a algo. Se sinti lleno de temor y comenz a sudar.

    Witwer haba comenzado a moverse por la habitacin como si ya todo le perteneciese, comomidiendo mentalmente su tamao. No podra haber esperado un par de das como lapso de tiempodecente para aquello?

    Ah, ninguna dificultad repuso Witwer, con las manos en los bolsillos. Con vivacidad, sepuso a examinar los voluminosos archivos que se alineaban en la pared. No vengo a su agencia aciegas, querido amigo, ya comprender. Tengo un buen puado de ideas de la forma en que sedesenvuelve el Precrimen.

    Todava un poco nervioso, Anderton encendi su pipa.

    Y cmo funciona? Me gustara conocer su opinin.

    No mal del todo repuso Witwer. De hecho, muy bien.

    Anderton se le qued mirando.

    Esa es su opinin particular?

    Privada y pblica. El Senado est satisfecho con su trabajo. En realidad, est entusiasmado.Y aadi: Con el entusiasmo con que puede estarlo un anciano.

    Anderton sinti un desasosiego interior, que supo mantener controlado, permaneciendoimpasible. Le cost, no obstante, un gran esfuerzo. Se preguntaba qu era realmente lo que Witwer

  • pensaba, lo que se encerraba en aquella cabeza. El joven tena unos azules y brillantes ojos...,turbadoramente inteligentes. Witwer no era ningn tonto. Y sin la menor duda, debera estar dotadode una gran dosis de ambicin.

    Segn tengo entendido dijo Anderton usted ser mi ayudante hasta que me retire.

    As lo tengo entendido yo tambin replic el otro, sin la menor vacilacin.

    Lo que puede ser este ao, el prximo..., o dentro de diez. La pipa tembl en las manos deAnderton. No tengo prisa por retirarme ni estoy bajo presin alguna en tal sentido. Yo fund elPrecrimen y puedo permanecer aqu tanto tiempo como lo desee. Es una decisin puramente ma.

    Witwer aprob con un gesto de la cabeza, con una expresin absolutamente normal.

    Naturalmente.

    Con cierto esfuerzo Anderton habl con el tono de la voz algo ms fro.

    Yo deseo solamente que las cosas discurran correctamente.

    Desde el principio convino Witwer. Usted es el Jefe. Lo que usted ordene, eso se har.Y con la mayor evidencia de sinceridad, pregunt: Tendra la bondad de mostrarme laorganizacin? Me gustara familiarizarme con la rutina general, tan pronto como sea posible.

    Conforme iban caminando entre las oficinas y despachos alumbrados por una luz amarillenta,Anderton dijo:

    Le supongo conocedor de la teora del Precrimen, por supuesto. Presumo que es algo que debedarse por descontado.

    Conozco la informacin que es pblica repuso Witwer. Con la ayuda de sus mutantespremonitores, usted ha abolido con xito el sistema punitivo post-criminal de crceles y multas. Ycomo todos sabemos, el castigo nunca fue disuasorio, ni pudo proporcionar mucho consuelo acualquier vctima ya muerta.

    Ya haban llegado hasta el ascensor y mientras descendan hasta niveles inferiores, Anderton dijo:

    Tendr usted ya una idea de la disminucin del porcentaje de criminalidad con la metodologadel Precrimen. Lo tomamos de individuos que an no han vulnerado la Ley.

    Pero que seguramente lo habran hecho repuso Witwer convencido.

    Felizmente no lo hicieron..., porque les detuvimos antes que pudieran cometer cualquier actode violencia. As, la comisin del crimen por s misma es absolutamente una cuestin metafsica.Nosotros afirmamos que son culpables. Y ellos, a su vez, afirman constantemente que son inocentes.Y en cierto sentido, son inocentes.

    El ascensor se detuvo y salieron nuevamente haca otro corredor alumbrado con igual luzamarillenta.

    En nuestra sociedad no tenemos grandes crmenes continu Anderton, pero tenemos todoun campo de detencin lleno de criminales en potencia, criminales que lo seran efectivamente.

  • Se abrieron y cerraron una serie de puertas, hasta llegar al ala del edificio que se ocupaba delproblema analtico. Frente a ellos surgan unos impresionantes bancos de equipo especializado,receptores de datos, y computadoras que estudiaban y reestructuraban el material que iba llegando. Yms all, de la maquinaria, los premonitores sentados, casi perdidos a la vista entre una redinextricable de conexiones y cables.

    Ah estn dijo Anderton. Qu piensa usted de ellos?

    A la luz incierta de aquella enorme habitacin, los tres idiotas farfullaban palabras ininteligibles.Cada palabra soltada al azar, murmurada sin ton ni son en apariencia, era analizada, comparada,reajustada en forma de smbolos visuales y transcritos en tarjetas perforadas convencionales que seintroducan en las ranuras de las computadoras. A todo lo largo del da, aquellos idiotas balbuceabanentre s o aisladamente, prisioneros en sus sillas especiales de alto respaldo, sujetados de formaespecial en una rgida posicin por bandas de metal, grapas y conexiones.

    Sus necesidades fsicas eran atendidas automticamente. No tenan necesidades espirituales enningn sentido. Al igual que vegetales, se movan, se retorcan y existan. Sus mentes permanecannubladas, confusas, perdidas en las sombras. Pero no las sombras del presente. Las tres murmurantescriaturas con sus enormes cabezas y estropeados cuerpos estaban contemplando el futuro. Lamaquinaria analtica registraba sus profecas y los tres idiotas premonitores hablaban, mientras quelas mquinas escuchaban cuidadosamente.

    Por primera vez, la confiada cara de Witwer pareci perder seguridad. En sus ojos apareci unadesmayada expresin de sentirse enfermo, como una mezcla de vergenza y de shock moral.

    No es... agradable murmur. Nunca pude imaginarme que fueran tan... Luch con sumente para encontrar la palabra adecuada. Tan... deformes.

    S, deformes y retrasados convino Anderton al instante. Especialmente aquella chica,Dona. Tiene cuarenta y cinco aos pero el aspecto de una nia de diez. El talento lo absorbe todo: sufacultad especial de premonicin del porvenir altera el equilibrio del rea frontal. Pero, para quvamos a preocuparnos? Conseguimos sus profecas. Aqu tienen cuanto necesitan. Ellos nocomprenden absolutamente nada de esto, pero nosotros s.

    Algo sobrecogido por el espectculo, Witwer atraves la habitacin y se dirigi hacia lamaquinaria. De un recipiente tom un paquete de fichas.

    Son stos los nombres que han surgido?

    Desde luego que s. Y frunciendo el ceo, Anderton tom las fichas de manos de Witwer.No he tenido an la oportunidad de examinarlas explic guardndose para s la preocupacin queaquello le causaba.

    Fascinado, Witwer observaba cmo las mquinas de tanto en tanto expulsaban una ficha sobre unrecipiente. Despus continuaban con otra y una tercera. De los discos que zumbaban con unmurmullo constante, surgan fichas, una tras otra.

    Los premonitores ven muy lejos en el futuro? pregunt Witwer.

  • Slo ven una extensin relativamente limitada le inform Anderton. Una semana o doscomo mucho. Muchos de sus datos son intiles para nuestro trabajo..., simplemente sin importanciapara nuestra investigacin. Pasamos esas informaciones a otras agencias. Agencias que, a cambio,nos pasan otros informes interesantes. Cada agencia importante tiene su subterrneo de monosguardados como un tesoro.

    Monos? dijo Witwer mirndole con desagrado. Oh, s, ya comprendo. Es una curiosa formade expresarlo.

    Muy adecuada automticamente, Anderton recogi las ltimas fichas expulsadas por lascomputadoras. Algunos de estos nombres, tienen que ser totalmente descartados. Y la mayor partede los que quedan se refieren a delitos poco importantes, como los de evasin de impuestos, asalto oextorsin. Como estoy seguro que usted ya sabe, el Precrimen ha rebajado las fechoras en un 99 %.Apenas si se dan casos actualmente de traicin o asesinato. Despus de todo, el delincuente sabe quelo confinaremos en un campo de detencin una semana antes que tenga la oportunidad de cometer elcrimen.

    En qu ocasin se cometi el ltimo asesinato? pregunt Witwer.

    Hace cinco aos.

    Y cmo ocurri?

    El criminal escap de nuestros equipos. Tenamos su nombre..., de hecho tenamos todos losdetalles del crimen, incluido el nombre de la vctima. Sabamos tambin el momento exacto y ellugar preciso del planeado acto de violencia que iba a cometerse. Pero a despecho nuestro y de todo,el criminal consigui llevarlo a cabo. Anderton se encogi de hombros. Despus de todo,resulta imposible atraparlos a todos. Baraj las fichas con las manos. Sin embargo,conseguimos evitar la mayora.

    Un crimen en cinco aos murmur Witwer, en cuya voz se adverta que retornaba laconfianza perdida. Es realmente un rcord impresionante..., algo para sentirse orgulloso.

    Yo estoy orgulloso repuso con calma. Hace treinta aos descubr la teora..., all enaquellos das cuando los crmenes se producan abundantemente. Vi proyectado hacia el futuro algode un incalculable valor social.

    Alarg el paquete de tarjetas a Wally Page, su subordinado a cargo del equipo de monos.

    Vea usted cules necesitamos le dijo. Utilice su propio criterio.

    Mientras Page desapareca con las fichas, Witwer dijo pensativamente:

    Pues creo que es una gran responsabilidad.

    S, lo es convino Anderton. Si dejamos que un criminal se escape, como ocurri hacecinco aos, tenemos una vida humana en nuestra conciencia. Nosotros somos los nicosresponsables. Si fallamos, alguien puede perder la vida.

    Amargamente, recogi tres nuevas fichas acabadas de surgir de la computadora.

  • Es una cuestin de confianza pblica.

    Y no se sienten ustedes tentados a...? Witwer vacil. Quiero decir, algunos de loshombres que ustedes detienen por este procedimiento tendrn que ofrecerles muchas posibilidades.

    En general enviamos un duplicado de las tarjetas del archivo al Cuartel General Superior delEjrcito. All se comprueba cuidadosamente. As pueden tambin seguir nuestro trabajo. Andertonlanz un vistazo a la parte superior de una de las fichas recin salidas. As, aunque nosotrosdesesemos aceptar un...

    Se detuvo de repente, con los labios apretados.

    Ocurre algo? pregunt Witwer alarmado.

    Cuidadosamente, Anderton dobl la ficha y la deposit en uno de sus bolsillos.

    Ah..., nada murmur. No es nada, nada en absoluto.

    La dureza de la voz de Anderton puso alerta a Witwer.

    Con sinceridad, a usted le disgusto yo.

    Es cierto admiti Anderton. No me gusta. Pero...

    En realidad no era aqul el motivo. No pareca posible; no era posible. Algo iba mal en todoaquello. Perplejo, trat de aclararse su mente confusa.

    Sobre aquella ficha estaba escrito su nombre. En la primera lnea... Y acusado de un futuroasesinato! De acuerdo con las seales codificadas, el Comisario del Precrimen John A. Anderton ibaa matar a un hombre..., y dentro de la prxima semana.

    Con una absoluta y total conviccin, l no poda creer semejante cosa.

    II

    En la oficina exterior, hablando con Page, se hallaba la esbelta y atractiva joven esposa deAnderton, Lisa. Estaba enzarzada en una animada y aguda conversacin de poltica y apenas s mirde reojo cuando entr su marido acompaado de Witwer.

    Hola, querida salud Anderton.

    Witwer permaneci silencioso. Pero sus plidos ojos se animaron al posar su mirada sobre lacabellera de la mujer vestida de uniforme. Lisa era un oficial ejecutivo del Precrimen, pero una vezhaba sido, segn ya conoca Witwer, la secretaria de Anderton.

    Dndose cuenta del inters que se reflejaba en el rostro de Witwer, Anderton se detuvoreflexionando. Colocar la ficha en las mquinas requerira un cmplice del interior del Servicio, laayuda de alguien que estuviese ntimamente conectado con el Precrimen y tuviese acceso al equipoanaltico. Lisa era un elemento improbable. Pero la posibilidad exista.

  • Por supuesto que la conspiracin podra hacerse en gran escala y de forma muy elaborada,implicando mucho ms que el sencillo hecho de insertar una cartulina perforada en cualquier lugardel proceso. Los datos originales en s mismos tendran que ser deliberadamente cambiados. Por elmomento, no haba forma de decir de qu modo podra llevarse a cabo tal alteracin. Un fronervioso le recorri la espalda, al comenzar a entrever las posibilidades del asunto. Su impulsooriginal abrir las mquinas decididamente y suprimir todos los datos resultaba intilmenteprimitivo. Probablemente los registros concordaban con la ficha: no hara sino incriminarse a smismo en el futuro. Dispona de aproximadamente veinticuatro horas. Despus, la gente del Ejrcitodeseara comprobar seguramente las fichas y descubriran la discrepancia. Y encontraran en susarchivos el duplicado de una ficha de la que l se habra apropiado. l slo tena una de las doscopias, lo que significaba que la ficha que se hallaba doblada en su bolsillo estara a aquellas horassobre la mesa de Page, a la vista de todo el mundo.

    Desde el exterior del edificio le lleg el tronar y los aullidos de una patrulla de coches de lapolica. Cuntas horas pasaran antes que fueran a detenerse en la puerta de su casa?

    Qu te ocurre, cario? le pregunt Lisa, inquieta. Tienes el aspecto del que ha visto a unfantasma. Te encuentras bien?

    Oh, s, perfectamente.

    Lisa se dio cuenta en el acto del escrutinio admirativo del que estaba siendo objeto por parte deWitwer.

    Es este caballero tu nuevo colaborador, querido? pregunt.

    Un poco distrado y confuso, Anderton se apresur a presentar a su nuevo colega. Lisa sonri enamistoso saludo. Pas entre ellos como un encubierto entendimiento? No pudo decirlo. Santo Dios,ya estaba empezando a sospechar de todo el mundo..., no solamente de su esposa y de Witwer sinode una docena de miembros de su personal.

    Es usted de Nueva York? pregunt Lisa.

    No replic Witwer. He vivido la mayor parte de mi vida en Chicago. Estoy en un hotel...,uno de esos grandes hoteles del centro de la ciudad. Espere..., tengo el nombre escrito en una tarjetapor aqu en cualquier parte.

    Mientras se rebuscaba por los bolsillos, Lisa sugiri:

    Tal vez le gustara cenar con nosotros. Tendremos que trabajar en ntima cooperacin y piensoque realmente deberamos conocernos mejor.

    Asombrado, Anderton se sinti deprimido. Qu oportunidades seran las que proporcionara laactitud amistosa de su mujer? Profundamente conturbado se dirigi impulsivamente hacia la puerta.

    Adnde vas? pregunt Lisa asombrada.

    Vuelvo con los monos repuso Anderton. Quiero hacer una comprobacin relativa a unosdatos desconcertantes, antes que el Ejrcito los vea.

  • Ya estaba fuera en el corredor antes que ella pudiese pensar en una forma razonable de detenerlo.Rpidamente se dirigi hacia la rampa del extremo opuesto. Estaba ya a punto de desaparecer de lavista cuando Lisa apareci jadeante de la carrera emprendida tras l.

    Pero, qu es lo que te ocurre, hombre de Dios? Tomndole por una manga y tirando fuertehacia ella, se sito a su lado. Saba que te marchabas exclam Lisa, bloquendole el camino.Qu te pasa? Todo el mundo va a pensar que t... Se contuvo controlndose para aadir: Quierodecir, que te estas comportando de una forma errtica y extraa.

    Una multitud de gente les envolvi, la muchedumbre usual de la tarde. Ignorando a todo elmundo, Anderton apret el brazo de su mujer.

    Voy a salir fuera dijo, mientras que an es tiempo.

    Pero, por qu?

    Estoy siendo tratado de una forma deliberadamente maliciosa. Ese hombre ha venido aquedarse con mi trabajo. El Senado quiere echarme sirvindose de l.

    Lisa le mir asombrada.

    Pero si parece una persona encantadora...

    S, encantadora como una serpiente de agua.

    Lisa reflej en su rostro su desconcierto.

    No lo creo. Querido, creo que ests bajo los efectos de un exceso de trabajo. Sonriendoinciertamente balbuce. No resulta realmente creble que Ed Witwer est tratando de minarte elterreno. Cmo podra hacerlo aunque quisiera? Seguramente que Ed...

    Ed?

    Ese es su nombre, no es as?

    Los ojos de Lisa se dilataron de asombro y de desconcierto y brillaron en una muda protesta.

    Cielo santo, ests sospechando de todo el mundo. Parece como si creyeses que yo tambinestoy mezclada en alguna clase de conspiracin contra ti, verdad?

    Su marido consider un instante la cuestin.

    Pues..., no estoy muy seguro.

    Lisa se le aproxim con ojos acusadores.

    Eso no es cierto. T realmente lo crees. Tal vez deberas marcharte de vacaciones por un par desemanas. Necesitas desesperadamente un descanso. Toda esta tensin y este trauma producido por lallegada de un joven... Ests actuando como un paranoico. Es que no puedes verlo? Dime, tienesalguna prueba de lo que ests diciendo?

    Anderton sac su billetera y extrajo de ella la ficha doblada.

  • Examina esto cuidadosamente le dijo a su mujer.

    El color se escap de las mejillas de Lisa, dejando escapar un sonido entrecortado.

    La trama es claramente evidente le dijo Anderton. Esto dar a Witwer un claro pretexto,legal al mismo tiempo, para suprimirme de aqu inmediatamente. No tendr que esperar a que yopresente mi dimisin. Ellos saben que puedo prestar an unos aos ms de servicio.

    Pero...

    Y eso acabar con el sistema de equilibrio y de comprobacin. El Precrimen dejar de ser unaagencia independiente. El Senado controlar la polica y despus... Su labios se apretaron en unrictus amargo. Absorbern de igual forma al Ejrcito tambin. Bien, eso sera una consecuencialgica. Por supuesto, siento hostilidad y resentimiento hacia Witwer, y por supuesto que tengomotivos para proceder as. A nadie le gusta ser reemplazado por un joven y puesto en la lista de losintiles. En su da eso resultara totalmente plausible, excepto que no tengo ni la ms remotaintencin de matar a Witwer. Pero no puedo probarlo. Y as estn las cosas. Qu es lo que puedohacer?

    En silencio, con la cara blanca por una intensa palidez, Lisa sacudi la cabeza.

    Pues yo..., yo no s, querido. Si slo...

    Ahora mismo declar abruptamente Anderton. Me voy a casa y empaquetar mis cosas.Creo que es lo mejor que puedo hacer.

    Y vas realmente a..., esconderte por ah?

    As voy a hacerlo. Me ir aunque sea a las colonias lejanas del sistema de Centauro si espreciso. Ya se ha hecho antes con xito y an dispongo de veinticuatro horas para hacerlo. Sevolvi resueltamente. Vuelve al interior. No hay nada que hablar para que vengas conmigo.

    Imaginaste que lo hara? pregunt Lisa.

    Sorprendido, Anderton la mir fijamente.

    No lo hubieras hecho? No, ya veo que no me crees. Todava piensas que estoy imaginandotodo esto... Y sacudi nerviosamente la ficha entre las manos. Ni incluso con esta evidenciaests convencida.

    No convino rpidamente Lisa. No lo estoy. Creo que no has considerado bien de cerca lacuestin, querido. El nombre de Ed Witwer no est en ella.

    Incrdulo, Anderton tom la ficha de manos de su mujer.

    Nadie dice que t tengas que matar a Ed Witwer continu Lisa rpidamente en un tonovivaz. La ficha debe ser verdadera, comprendes? Pero nada tiene que ver con Ed Witwer. l noest intrigando contra ti, ni ninguna persona ms tampoco.

  • Demasiado confuso para responder, Anderton permaneci sin quitar los ojos de la ficha decartulina. Ella tena razn. Ed Witwer no estaba catalogado como su vctima. Sobre la lnea quinta,la mquina haba estampado ntidamente otro nombre:

    LEOPOLD KAPLAN

    Aturdido, volvi a guardarse la ficha en el bolsillo. Jams haba odo ese nombre en toda su vida.

    III

    La casa se hallaba fra y solitaria y, casi inmediatamente, Anderton comenz a hacer lospreparativos para su viaje. Mientras empaquetaba las cosas, una serie de frenticos pensamientoscruzaban su mente. Posiblemente estaba equivocado respecto a Witwer, pero, cmo poda estarseguro? En cualquier caso, la conspiracin contra l era mucho ms compleja de lo que haba credoa primera vista. Witwer slo podra ser una marioneta animada por cualquier otro personaje, poralgn distante y poderoso elemento oculto en la penumbra del fondo.

    Haba sido un error haber mostrado la ficha a Lisa. Sin duda alguna, ella se lo contara con todocon detalle al propio Witwer. Nunca haba salido de la Tierra, ni comprobado qu clase de vidapodra llevar en cualquier planeta fronterizo.

    Mientras se hallaba as preocupado, el piso de madera cruji tras l. Se volvi rpidamente paraenfrentarse con el can azulado de una pistola atmica.

    No le llevar mucho tiempo dijo, mirando fijamente al hombretn cuadrado de hombros, delabios apretados, que, vistiendo un abrigo marrn oscuro, le apuntaba con el arma atmica. Nisiquiera dud ella un instante?

    El rostro del intruso no pareci tener la respuesta adecuada.

    No s de lo que est usted hablando dijo. Vamos, venga conmigo.

    Paralizado, Anderton solt una pesada chaqueta de pieles que sostena en la mano.

    Usted no pertenece a mi agencia. Es usted acaso un oficial de la polica?

    Protestando y a empujones fue llevado a toda prisa hacia un coche cubierto que esperaba en lacalle. La puerta se cerr con estrpito al arrancar el coche, habiendo entrado previamente treshombres armados en el interior junto con l. El automvil sali disparado hacia la autopista que salaalejndose de la ciudad. Impasibles y remotos, los rostros que le rodeaban permanecan inalterablescon los movimientos del vehculo, al pasar los inmensos campos, oscuros y sombros, que desfilabanrpidamente ante sus ojos.

    Anderton an trataba intilmente de captar las implicaciones de lo sucedido, cuando de repente,el coche se desvi de la carretera general y descendi a un garaje de aspecto sombro con la entradasemioculta. Alguien grit una orden. La pesada puerta metlica de acceso se descorri y unas lucesbrillantes iluminaron el recinto. El chofer apag el motor.

  • Lamentarn ustedes esto protest Anderton indignado. Sabe usted quin soy yo?concluy dirigindose al que pareca ser el jefe de la partida.

    Lo sabemos repuso el hombre del abrigo marrn.

    A punta de pistola, Anderton fue conducido por unas escaleras y despus, por un corredoralfombrado. Se hallaba, al parecer, en una lujosa residencia privada, construida ocultamente en unrea devastada por la guerra.

    Al extremo del corredor se abra una habitacin, ms bien un estudio, provisto de gran cantidadde libros y ornamentado, por lo dems, con exquisito gusto. Dentro de un crculo de luz y con elrostro oculto parcialmente por las sombras, un hombre a quien jams haba visto permaneca sentadoesperando su llegada.

    Conforme se aproximaba Anderton, aquel hombre se quit unos lentes sin aros, con ciertonerviosismo, y se humedeci los labios. Era de avanzada edad, tal vez unos setenta, y se apoyaba enun bastn con empuadura de plata. Su cuerpo era delgado y su actitud curiosamente rgida. Susescasos cabellos grises los llevaba peinados muy pegados al crneo. Sus ojos nicamente denotabanalarma.

    Es Anderton? pregunt con cierta indiferencia al hombre del abrigo marrn. Dnde loencontr usted al fin?

    En su casa replic el otro. Estaba preparando el equipaje..., segn esperbamos.

    El anciano del silln se estremeci visiblemente.

    Haciendo el equipaje... Mire dijo dirigindose a Anderton. Qu es lo que le ocurre? Esque se ha vuelto loco de remate? Cmo podra usted matar a un hombre a quien no ha conocidonunca?

    Aquel hombre anciano, segn pudo deducir inmediatamente Anderton, era Leopold Kaplan.

    Primero, har a usted una pregunta repuso Anderton rpidamente. Se da usted cuenta dequin soy yo? Soy el Comisario de la Polica General. Puedo encerrarle durante veinte aos por esto.

    Iba a continuar diciendo ms cosas, pero una sbita idea le interrumpi.

    Cmo lo descubri usted? pregunt. Involuntariamente, su mano se dirigi hacia el bolsillodonde tena escondida la ficha doblada. No habr sido por otra...

    No fui notificado por su agencia dijo Kaplan interrumpindole, con visible impaciencia.El hecho que nunca haya odo hablar de m no me sorprende demasiado. Leopold Kaplan, generaldel Ejrcito de la Alianza Federada del Bloque Occidental, est retirado desde el fin de la GuerraAnglo-China y la abolicin de la AFBO.

    Aquello iba teniendo sentido, pens Anderton, que siempre haba sospechado que el Ejrcitoposea inmediatamente los duplicados de las fichas para su propia proteccin.

    Sintindose ms aliviado, pregunt:

  • Bien, aqu me tiene usted. Y ahora, qu?

    Evidentemente repuso Kaplan, no voy a destruirle, para librarme de lo que indica una deesas estpidas fichas. Pero siento curiosidad acerca de usted. Me parece increble que un hombre desu talla pudiese contemplar a sangre fra el asesinato de un extrao por completo a usted. Tiene quehaber aqu algo ms implicado en todo esto. Francamente me siento embrollado. Si esto representaalguna clase de estrategia de la Polica... Se encogi de hombros. Seguramente que usted nohabra permitido que el duplicado de la ficha hubiera llegado a nosotros.

    A menos que tal ficha se haya introducido en las computadoras deliberadamente sugiri otrode los hombres.

    Kaplan escrut con sus brillantes ojos a Anderton.

    Qu tiene usted que decir?

    Esa es exactamente la cuestin repuso Anderton. La prediccin de tal ficha fuedeliberadamente fabricada por algn grupo del interior de la agencia de la polica. La ficha ha sidopreparada y a m se me ha tendido una trampa. As, he sido relevado automticamente de toda miautoridad... Mi asistente interviene entonces y afirma que ha prevenido el crimen en la forma usual yeficiente del sistema Precrimen. Ni que decir tiene que no hay crimen ni intento de tal crimen.

    Yo estoy por completo de acuerdo con usted en que no habr tal asesinato afirm Kaplanautoritariamente. Estar usted bajo custodia de la polica. Intento hallarme bien seguro de eso.

    Horrorizado, Anderton protest:

    Va usted a devolverme all? Si permanezco detenido, jams estar en condiciones de probarque...

    No me preocupa lo que usted intente probar o no dijo Kaplan interrumpindole. Todo miinters radica en tenerle a usted fuera de combate. Y framente aadi. Para mi propiaproteccin.

    Ya estaba dispuesto a marcharse coment uno de los hombres.

    As es ratific Anderton sudando. Tan pronto como me echen el guante ser internado enuno de esos campos de detencin. Witwer se pondr al frente..., y ya puedo considerarme perdido.Su rostro se ensombreci. Y mi esposa tambin. Estn actuando todos de acuerdo, segn lasapariencias.

    Por un momento Kaplan pareci vacilar.

    Es posible concedi mirando a Anderton severamente. Despus sacudi la cabeza. No, nopuedo correr ningn riesgo. Esto es una conspiracin contra usted y lo lamento, crame. Pero es algoque no me concierne en absoluto. Y dirigindose a sus hombres les dijo: Llvenlo al edificio dela Polica y entrguenlo a la ms alta autoridad.

    Y mencion el nombre del comisario en funciones, esperando la reaccin de Anderton.

    Witwer! repiti Anderton incrdulo, como en un eco.

  • Todava sonriendo ligeramente, Kaplan se volvi y conect la radio.

    Witwer ya ha asumido el mando. Ni que decir tiene que formar con todo esto un buentinglado.

    Se oy un zumbido esttico y despus, de repente, la radio comenz a sonar en la habitacin abastante volumen. Una voz profesional y bastante ruidosa lea un mensaje informativo.

    ... todos los ciudadanos tienen la orden estricta de no dar refugio por ningn concepto a eseindividuo peligrosamente criminal. Las extraordinarias circunstancias de un criminal que haescapado hacia la libertad en condiciones de cometer un acto de violencia, es un caso nico en estostiempos. Todos los ciudadanos quedan advertidos, mediante este boletn informativo, que las leyesen vigor implican que tanto individual como colectivamente tienen la obligacin de cooperartotalmente con la polica para aprehender a John Allison Anderton, quien, por medio de lametodologa del sistema precriminal es declarado de ahora en adelante un asesino potencial y por talmotivo ha perdido su derecho a la libertad y a todos sus privilegios.

    Se ve que no ha perdido el tiempo murmur Anderton, abatido.

    Kaplan toc un botn y la radio enmudeci.

    Lisa tiene que haber ido directamente a l dijo Anderton especulando amargamente.

    Por qu tendra que esperar? pregunt Kaplan. Usted expres sus intenciones claramente.

    El viejo general hizo una seal a sus hombres.

    Llvenle a la ciudad. Me siento a disgusto con este hombre en mi proximidad. En ese aspecto,estoy de acuerdo con el Comisario Witwer. Quiero que sea neutralizado lo ms pronto posible.

    IV

    Una lluvia fina y helada se abata sobre las calles mientras el coche atravesaba las oscurasavenidas de Nueva York hacia el edificio de la Polica.

    Puede usted ponerse en su lugar dijo uno de los hombres a Anderton. Si usted estuviese ensu puesto habra actuado de igual forma.

    Pensativo y resentido, Anderton se mantena callado mirando hacia adelante.

    De cualquier forma continu aquel hombre usted slo es uno entre muchos ms. Miles depersonas han ido a parar a esos campos de detencin. No se encontrar solo.

    Abrumado por las circunstancias, Anderton miraba a los transentes apresurndose a lo largo delas aceras mojadas por la lluvia. Slo se daba cuenta de la tremenda fatiga que senta.Mecnicamente iba comprobando los nmeros de las casas calculando la proximidad a la estacin dePolica.

    Ese Witwer se ve que sabe aprovechar las oportunidades y sacar ventaja de cualquiera de ellasobserv uno de los hombres. Le conoce usted?

  • Muy poco.

    Deseaba su puesto..., y por eso ha conspirado contra usted. Est usted seguro?

    Importa mucho eso ahora? repuso Anderton con un gesto.

    Era por pura curiosidad. Y el hombre suspir lnguidamente. Entonces, ahora es usted elex Comisario jefe de la Polica. La gente que se encuentra en esos campos estar deseando verle. Yconocer cmo es su cara.

    Sin duda.

    Witwer seguramente no perder el tiempo. Kaplan tiene suerte..., con un personaje as al frentede la polica. Y el hombre mir a Anderton casi con lstima. Pero usted est seguro que sea uncomplot, verdad?

    Por supuesto que s.

    No habra usted tocado ni un solo cabello de Kaplan, verdad? Por primera vez en la historia,el Precrimen se ha equivocado. Un hombre inocente perseguido por culpa de una de esas fichas...Tal vez haya muchas otras personas inocentes, no es verdad?

    Es muy posible repuso Anderton.

    Tal vez la totalidad de ese sistema se venga abajo. Seguramente usted no va a cometer ningncrimen..., y tal vez ninguno de los otros tampoco. Es sa la razn por la que dijo a Kaplan quequera marcharse? Deseaba usted probar tal vez que el sistema es falso? Sepa que soy un hombre deamplia mentalidad si quiere hablarme de ello.

    Otro de los hombres se inclin sobre l y pregunt:

    Entre usted y yo, existe realmente algn complot? Ha sido usted falsamente acusado?

    Anderton suspir. Hasta tal punto vacilaba en su interior. Tal vez se hallaba atrapado en uncircuito sin salida, sin motivo, sin principio y sin fin. De hecho, estaba casi dispuesto a conceder queera la vctima de una fantasa neurtica, excitada por la creciente inseguridad que le rodeaba. Sinlucha, estaba a punto de renunciar a todo. Un enorme peso le aplastaba dejndole sofocado y sinenergas para nada. Estaba luchando contra algo imposible..., y todas las cartas estaban en su contra.

    Un repentino chirrido de los neumticos le llam la atencin. Frenticamente el conductor tratabade controlar el coche en aquel momento, dando golpes de volante y usando el freno, al mismotiempo que un enorme camin cargado de pan, surgido de la niebla, se le vena encima. De haberacelerado, tal vez habra salvado la situacin. Pero era demasiado tarde para corregir el error. Elcoche patin, y dio unos bandazos para ir a estrellarse contra la delantera del camin.

    Bajo Anderton, el asiento actu como un resorte empujndole hacia la puerta. Sinti un dolorsbito e intolerable en el cerebro como si fuera a estallarle, encontrndose de rodillas sobre elpavimento. Cerca de l crey or el crepitar de unas llamas y unas fajas de luz serpentear entre laniebla dirigindose hacia el coche.

  • Unas manos acudieron en su ayuda. Poco a poco se dio cuenta que iba siendo arrastrado lejos delautomvil.

    A lo lejos se oan las sirenas de los coches de patrulla.

    Vivir usted dijo una voz en su odo, en tono quedo y urgente. Era una voz que jams habaodo antes y le resultaba tan extraa como la lluvia que le bata el rostro. Puede or lo que leestoy diciendo?

    S repuso Anderton. Con la manga acudi en auxilio de un corte que ya le sangrabaabundantemente de la mejilla. Confuso, trat de orientarse. Usted no es...

    Deje de hablar y escuche. El hombre que le hablaba era un tipo fornido, casi obeso. Susenormes manos le sostenan ahora fuera de la calzada y contra la pared de ladrillo de una calleadyacente, lejos del fuego y del coche. Tuvimos que hacerlo de esta forma. Era la nicaalternativa. No tuvimos mucho tiempo disponible. Creamos que Kaplan le retendra en su residenciapor ms tiempo.

    Entonces, esto ha sido preparado previamente? pregunt Anderton parpadeando en suenorme confusin.

    Desde luego. Y aquel hombretn solt un juramento. Quiere usted decir que tambinellos crean...?

    Yo pens... comenz a decir Anderton y se detuvo al darse cuenta que encontrabadificultades al hablar, uno de los dientes frontales lo haba perdido en el accidente. La hostilidadhacia Witwer..., sentirme reemplazado, y luego mi esposa..., el resentimiento natural...

    Deje de engaarse a s mismo le interrumpi el desconocido. Lo sabe usted muy bien.Todo el asunto fue calculado meticulosamente. Tenan cada fase bajo control. La ficha fue colocadael da en que Witwer apareci. Y ya tienen cuanto desean. Witwer comisario y usted un criminalperseguido.

    Quin est detrs de todo esto?

    Su esposa.

    Anderton sacudi la cabeza.

    Est usted seguro?

    Aquel individuo se puso a rer.

    Puede apostar por su esposa. Mir rpidamente a su alrededor. Aqu viene la polica. Sigapor esa calle estrecha, tome un autobs, y dirjase al barrio pobre de los suburbios, alquile unahabitacin y cmprese un puado de revistas para tener algo en que estar ocupado. Ah, cmpreseotras ropas. Es usted lo suficientemente listo como para ocuparse de s mismo. No trate de salir de laTierra. Controlan todos los sistemas de transporte. Si consigue escapar durante los prximos sietedas estar usted salvado.

    Quin es usted? pregunt Anderton.

  • Mi nombre es Fleming.

    Aquel hombre se apart y con cuidado comenz a andar por la estrecha calle fuera de las luces. Elprimer coche de la polica ya haba llegado a la calzada y sus ocupantes se lanzaron sobre eldestrozado coche de Kaplan. En el interior, los ocupantes se movan dbilmente comenzando agemir dolorosamente a travs de la maraa de acero, cristales y plstico bajo la lluvia.

    Considrenos como una sociedad protectora dijo Fleming sin ninguna expresin especial ensu rostro mojado por la lluvia. Una especie de fuerza de polica que vigila a la polica. Queremosque las cosas marchen como deben.

    Con su enorme manaza le dio un empujn hacia el interior del callejn. Anderton se sintilanzado lejos de l, estando a punto de caer en medio de las sombras y escombros que mediollenaban aquella callejuela.

    Siga y no se detenga le repiti Fleming. Y no desprecie este paquete. Y le arroj unabultado sobre que Anderton recogi. Estudie eso con cuidado y creo que podr sobrevivir.

    V

    La carta de identidad le describa como Ernest Temple, electricista, de paso por Nueva York, conesposa y cuatro hijos en Buffalo. Un carnet manchado de sudor le daba autorizacin para trabajar ensitios distintos, viajando constantemente sin direccin fija. Un hombre que necesita trabajar, debeviajar.

    Mientras cruzaba la ciudad en un autobs casi vaco, Anderton estudi la documentacin deErnest Temple. Sin duda alguna aquellos documentos de identidad se haban hecho a tanteo portodas las medidas y datos que all aparecan. Tras un rato se pregunt de quin seran las huellasdigitales y como habran conseguido la longitud de onda de su cerebro. Sin duda no resistiran unacomprobacin rigurosa. Pero al menos era una documentacin como principio. Era algo. Con losdocumentos, iban mil dlares en billetes. Se guard el dinero y los documentos y despus se volvihacia lo escrito claramente en el sobre que haba contenido los carnets. Al principio no le encontr elmenor sentido. Durante algn tiempo, lo estuvo considerando, realmente perplejo.

    La existencia de una mayora implica lgicamente, una minora correspondiente.

    El autobs ya haba entrado en una vasta regin de suburbios pobres de la ciudad en aquellajungla de hoteles baratos y tiendas humildes que haban surgido en aquella rea tras lasdestrucciones de la guerra. Lleg a una parada y Anderton se prepar a salir.

    Unos cuantos pasajeros observaron al paso su mejilla herida y sus ropas destrozadas. Ignorando aaquella gente, ech a andar por el borde de la acera bajo la persistente lluvia.

    El conserje del hotel no le prest la menor atencin, despus de haberle cobrado el dinero de lapensin. Anderton subi la escalera hasta el segundo piso y entr en una habitacin reducida conolor humedad. Era pequea, pero estaba limpia. Tena cama, armario, tocador, un calendario, silla,lmpara y una radio con contador de tiempo mediante monedas.

  • Puso en la ranura una moneda de veinticinco centavos y se dej caer pesadamente en la cama.Todas las emisoras importantes estaban transmitiendo el boletn de la polica. Era algo nuevo,excitante, desconocido para las generaciones actuales. Un criminal escapado de la polica! Elpblico estaba vidamente interesado.

    ... este hombre ha usado la ventajosa posicin de la que gozaba para burlar a la polica estabadiciendo el locutor con una indignacin muy profesional. Debido a su alto cargo, ha tenido accesoa los datos previos y la confianza depositada en l le ha permitido evadir el proceso normal dedetencin y localizacin. Durante el perodo de su mando, ha ejercitado su autoridad para enviarincontables individuos, potencialmente culpables, a los campos de confinamiento, desperdiciandoas las vidas de esas inocentes vctimas. Este hombre, John Allison Anderton, fue el instrumento decreacin del sistema Precriminal, la prediccin profilctica de la criminalidad a travs del ingeniosouso de los mutantes premonitores, capaces de adivinar el futuro y transferir oralmente esos datos a lamaquinaria analtica. Esos tres premonitores en sus funciones vitales...

    La voz disminuy al entrar en el diminuto cuarto de bao de la habitacin. Una vez all sedespoj de la chaqueta y la camisa y dej correr el agua fresca del grifo del lavabo. En la pequeavitrina encontr un poco de yodo, esparadrapo, una mquina de afeitar, peine y cepillo de dientes,junto a otras pequeas cosas que poda necesitar. A la maana siguiente, tendra que procurarse otrasropas de segunda mano y comprar otros objetos necesarios, adecuados a su nueva situacin. Despusde todo, ahora era un obrero electricista en busca de trabajo y no un comisario de polica vctima deun accidente.

    En la otra habitacin, la radio continuaba sonando. Slo de forma subconsciente atento a ella,permaneci frente al espejo examinndose el diente roto por el choque.

    ... el sistema de los tres premonitores mutantes tuvo su gnesis a mediados de este siglo. Cmose comprueban los resultados en una computadora electrnica? Alimentando la mquina con datosque se insertan en una segunda mquina de idntico diseo. Pero dos computadoras no sonsuficientes. Si cada una ellas llega a una respuesta diferente es imposible decir a priori cul es lacorrecta. La solucin, basada en un cuidadoso estudio del mtodo estadstico es utilizar una terceracomputadora que compruebe los resultados de las dos primeras. De esta forma, se obtiene lo que sellama el informe de la mayora. Puede presumirse con gran probabilidad que el acuerdo de dos de lastres computadoras indica cul de los resultados de tal alternativa es el correcto. No sera verosmilque dos computadoras llegasen a idnticas soluciones incorrectas...

    Anderton arroj la toalla que tena en la mano y corri hacia la otra habitacin, volcndoseliteralmente sobre el aparato de radio para captar mejor la emisin.

    ... la unanimidad de los tres premonitores es un fenmeno posible pero muy rara vez conseguido,segn explica el comisario en funciones, el seor Witwer. Es mucho ms corriente obtener uninforme de mayora de dos premonitores ms un informe de minora del tercer mutante, con unavariacin muy ligera, referida usualmente al tiempo y al lugar. Esto se explica por la teora de losmltiples futuros. Si existiese solamente un sendero del tiempo, la informacin premonitora notendra importancia, ya que no existira ninguna posibilidad de alterar el futuro.

    Anderton comenz a recorrer frenticamente la pequea habitacin de un lado a otro. El informede la mayora..., slo dos de los premonitores mutantes haban coincidido en el material anotado en

  • la ficha. Aqul era el significado del mensaje del paquete que le haban entregado. El informe deltercer premonitor, esto es, el informe de la minora, tena tambin su importancia.

    Por qu?

    Consult el reloj y vio que era ya pasada la medianoche. Page estara libre de servicio. No estarade vuelta en el bloque de los monos hasta la tarde siguiente. Era una dbil oportunidad pero vala lapena aprovecharla. Tal vez Page quisiera encubrirle, o tal vez no. Tena que arriesgarse a saberlo.

    Tena que ver el informe de la minora.

    VI

    Entre el medioda y la una de la tarde, las calles hormigueaban de gente. Eligi esa hora, en elmomento de ms trfico del da, para hacer su llamada. Eligi una cabina telefnica pblica delinterior de una tienda, marc el nmero tan familiar de la polica y esper la respuesta.Deliberadamente seleccion slo el canal del sonido, descartando el de la imagen, pues a despechodel cambio sufrido por las ropas y su atuendo general, poda ser reconocido.

    La persona que recibi la llamada era nueva para Anderton. Con precaucin deliberada, le dio laextensin de Page. Si Witwer estaba cambiando todo el personal y poniendo en su lugar a sussatlites, podra hallarse hablando con una persona totalmente extraa.

    S? son la voz de Page, al fin.

    Sintindose aliviado, Anderton mir a su alrededor. Nadie estaba dedicndole la menor atencin,los clientes de la tienda merodeaban alrededor de las mercancas en su rutina diaria.

    Puede usted hablar? pregunt. O hay algo cerca que se lo impide?

    Se produjo un momento de silencio. Tuvo la certeza de estar viendo al propio Page luchar con laincertidumbre de lo que tena que hacer en aquel momento. Por fin, lleg la respuesta:

    Por qu... me llama usted aqu?

    Ignorando la pregunta, Anderton continu:

    No reconoc la voz del recepcionista. Hay nuevo personal?

    S, de nueva marca repuso Page con voz ahogada. Tenemos grandes cambios estos das.

    As lo tengo entendido repuso Anderton. Y su trabajo? Contina todava en pie?

    Espere un momento. El receptor fue puesto de forma que unos pasos que se aproximabanllegasen claramente a odos de Anderton. Fueron seguidos por el ruido de una puerta que se cerraba.Page volvi al telfono. Ahora podemos hablar mejor. Dgame.

    Cunto mejor?

    No mucho. Dnde est usted?

  • Paseando por el Central Park repuso Anderton. Disfrutando de la luz del sol. Por lo quehaba supuesto, Page haba ido a asegurarse que la conversacin se registrase en cintamagnetofnica. En aquel momento, con toda seguridad, una patrulla area estara ya en su busca.Pero no tena ms remedio que aprovechar aquella oportunidad. Ahora trabajo en un nuevo oficio.Soy electricista.

    Ah, s? repuso Page asombrado.

    Pens que tendra usted algn trabajo para m. Si puede usted arreglarlo, podra dejarme caerpor ah y examinar el equipo bsico de computacin. Especialmente los datos y los bancos analticosdel bloque de los monos.

    Tras una pausa, Page contest:

    Pues..., creo que podra arreglarse, si es tan importante para usted.

    Lo es le asegur Anderton. Cundo sera mejor para usted?

    Bien contest Page como luchando consigo mismo. Espero a un equipo de reparacionesque viene a echar un vistazo al equipo de comunicaciones. El comisario en funciones quiere que seamejorado, para que pueda operar con mayor rapidez. Podra usted venir entonces.

    Lo har. Hacia qu hora?

    Digamos a las cuatro de la tarde en punto. Entrada B, nivel 6. All... le encontrar a usted.

    Muy bien, gracias dijo Anderton y comenz ya a colgar. Espero que todava est usted ensu puesto cuando llegue.

    Colg y sali rpidamente de la cabina. Un momento despus, se hallaba mezclado con la ingentemuchedumbre que atestaba las calles y entr en una cafetera prxima. Nadie podra localizarle all.Tena por delante una espera de tres horas y media. Aquello podra ser demasiado tiempo. Sera laespera ms larga de toda su vida.

    Lo primero que Page le dijo al verlo fue:

    Est usted loco de remate. Por qu diablos ha vuelto?

    No he vuelto por mucho tiempo.

    Con cuidado, Anderton comenz a deambular alrededor del bloque de los monos cerrandosistemticamente una puerta tras otra.

    No deje que entre nadie. No puedo correr ningn riesgo intil.

    Tendra usted que haberse marchado cuando consigui escapar le dijo Page, siguindole conel rostro descompuesto y alterado. Witwer ha revuelto el cielo y la tierra y ha conseguido que todoel pas est sobre su pista como un lobo rabioso.

    Ignorndole, Anderton abri el control principal del banco de la maquinaria analtica.

    Cul de los tres monos dio el informe de la minora?

  • No me pregunte a m... Yo me marcho.

    Page pas junto a l, se detuvo un instante y se march cerrando la puerta de la habitacin.Anderton se qued solo.

    El de en medio. Lo conoca bien. Era el de figura de enano que permaneca sentado entre cables yconexiones desde haca quince aos. Al aproximarse Anderton, ni siquiera levant los ojos. Con lavista ausente contemplaba un mundo que no exista, ajeno a la realidad fsica que yaca a sualrededor.

    Jerry tena veinticuatro aos. Originalmente haba sido clasificado como un idiotahidroceflico, pero cuando lleg a los seis aos de edad los anlisis psicolgicos determinaron sutalento premonitor, enterrado bajo los tejidos alterados de sus circunvoluciones cerebrales. Llevado ala escuela especial de entrenamiento del Gobierno, su talento latente haba sido ampliamentecultivado. A los nueve aos, su talento premonitor haba alcanzado un nivel utilizable. Jerry, sinembargo, continuaba yaciendo en el caos sin meta de su idiotez congnita, su especial facultadpremonitora haba absorbido el resto de su personalidad.

    Agachndose, Anderton comenz a desarmar los escudos protectores que guardaban las cintasgrabadas y almacenadas en la maquinaria analtica. Utilizando esquemas, fue siguiendo la pista delos diferentes circuitos de las computadoras a los que Jerry y su equipo estaban conectados.Consultando el plano, a los pocos instantes estuvo en condiciones de seleccionar la seccin delregistro que se refera a su ficha en particular.

    En sus proximidades, haba montado un aparato magnetofnico. Conteniendo la respiracin,insert la cinta, activ la mquina y escuch. Slo le llev un instante. Desde la primera declaracindel informe, result claro lo ocurrido. Tena lo que deseaba, poda dejar ya de buscar.

    La visin de Jerry estaba desenfocada, desfasada. A causa de la naturaleza errtica de lapremonicin, estaba examinando un rea de tiempo ligeramente diferente de la de sus compaeros.Para l, el informe que Anderton cometera un asesinato era un suceso para ser integrado con todoslos dems. Aquella afirmacin y la reaccin de Anderton era un dato ms.

    Sin duda alguna, el informe de Jerry reemplazaba al informe de la mayora. Habiendo sidoinformado que cometera un crimen, Anderton habra cambiado de parecer y no lo habra hecho. Laprevisin del crimen haba evitado su comisin. La profilaxis haba ocurrido simplemente al habersido informado. Y se haba creado un nuevo sendero del tiempo.

    Temblando, Anderton volvi a rebobinar la cinta y puls el botn correspondiente. A granvelocidad, obtuvo una copia del informe. All tena la prueba que la ficha no era vlida: obsoleta.Todo lo que tena que hacer era mostrrselo a Witwer...

    Su propia estupidez le dej helado. Sin duda alguna, Witwer haba visto el informe y a pesar deello, haba asumido el papel de comisario y dado rdenes a la polica. Witwer no se volvera atrs yle tendra sin cuidado la inocencia de Anderton.

    Entonces, qu poda hacer? Quin ms poda estar interesado?

    Estpido loco! grit con ansiedad una voz a su espalda.

  • Se volvi rpidamente. Su esposa permaneca de pie en una de las puertas, vestida con suuniforme de la polica y reflejando en los ojos una frentica desesperacin.

    No te preocupes repuso l brevemente. Me voy ya.

    Con el rostro distorsionado, Lisa se precipit tras l.

    Page me dijo que estabas aqu pero no poda creerlo. No debi haberte dejado entrar. Es queno comprendes quin eres?

    Quin soy? pregunt custicamente Anderton. Antes de responder sera mejor queescucharas este registro.

    No quiero escucharlo! Quiero que te marches de aqu! Ed Witwer sabe que alguien anda poraqu. Page est tratando de mantenerlo ocupado... Ella se interrumpi, moviendo la cabeza de unlado a otro. Est aqu! Forzar la entrada para llegar hasta aqu.

    No has logrado ninguna influencia? Vamos, s graciosa y encantadora. Probablemente seolvide de m.

    Lisa le mir con un amargo reproche.

    Hay una nave estacionada en el techo del edificio. Si quieres marcharte lejos... Su voz seentrecort y qued en silencio. Despus, aadi: Yo me marchar dentro de un minuto. Si quieresvenir...

    Ir dijo Anderton.

    No tena otra eleccin. Se haba asegurado aquel registro, su prueba; pero no haba pensado en laforma de salir de all. Contento, corri tras la esbelta figura de su mujer, sorteando todos losobstculos del bloque de los monos y despus hacia una puerta y un corredor.

    Es una nave muy rpida le dijo ella por encima del hombro. Est provista de combustiblepara casos de emergencia..., dispuesta a salir en el acto. Yo iba a supervisar algunos de los equipos.

    VI

    Tras el volante del crucero ultrarrpido de la polica, Anderton resumi el contenido del informede la minora obtenido. Lisa escuch sin hacer comentarios, con las facciones contradas y las manosnerviosamente enlazadas en la falda. Bajo la nave discurra el terreno destruido por la guerra, en unvasto panorama de ruinas y desastre. Un espantoso paisaje lleno de crteres, como un mapa lunar,moteado de tanto en tanto por algunas pequeas granjas y fbricas.

    Me gustara saber dijo Lisa, cuando su marido hubo terminado cuntas veces habrocurrido esto antes.

    Un informe de la minora? Muchsimas veces.

    Quiero decir, que uno de esos premonitores se haya desfasado. Usando el informe de los otroscomo datos..., y reemplazndolo. Sus ojos se oscurecieron y aadi. Tal vez una enorme

  • cantidad de personas de las que se encuentran en los campos de detencin, estn en tus mismascondiciones.

    No insisti Anderton. Pero ya comenzaba a sentirse incmodo ante tal pensamiento. Yoestaba en condiciones de ver la ficha, y poder leer el informe. Eso es lo que hice.

    Pero... Y Lisa hizo un gesto significativo. Tal vez todos ellos habran reaccionado de lamisma forma. Podramos haberles dicho a todos ellos la verdad.

    Habra sido un riesgo demasiado grande repuso Anderton con testarudez.

    Lisa solt una nerviosa carcajada.

    Riesgo? Oportunidad? Incertidumbre? Con los premonitores a mano?

    Anderton se concentr en la conduccin de la nave.

    Este es un caso nico repiti. Y tenemos ahora un problema inmediato. Ya discutiremoslos aspectos tericos ms tarde. Debo llevar este registro a las personas idneas antes que tu brillanteamigo pueda demolerlo.

    Quieres hablar de eso a Kaplan?

    Ciertamente que voy a hacerlo. Y dio unas palmadas sobre el registro que yaca en el asientoentre ambos. Estar muy interesado. Es la prueba indicando que su vida no est en peligro y esodebe tener una importancia vital para l.

    Lisa sac los cigarrillos del bolso.

    Y supones que querr ayudarte...

    Puede que lo haga..., o tal vez no. Es un riesgo que vale la pena correr.

    Cmo te las arreglaste para desaparecer tan pronto? Un disfraz tan completo y efectivo esdifcil de obtener.

    Con dinero se consigue todo repuso Anderton evasivamente.

    Mientras fumaba, Lisa insisti:

    Probablemente Kaplan te proteger... Es muy influyente.

    Yo cre que slo era un general retirado.

    Tcnicamente, eso es lo que es. Pero Witwer se hizo con su expediente. Kaplan encabeza unaextraa organizacin de veteranos. Actualmente, es como una especie de club, con un nmerorestringido de miembros. Altos oficiales solamente..., de varias nacionalidades, procedentes deambos bandos de la guerra. Aqu en Nueva York mantienen una sede en una gran mansin, disponende tres publicaciones y ocasionalmente de emisiones de televisin, todo lo cual les cuesta unapequea fortuna.

    Qu es lo que intentas decir?

  • Slo esto. Me has convencido que eres inocente. Es decir, resulta obvio que no cometersningn asesinato. Pero tienes que darte cuenta ahora que el informe original, el informe de lamayora, no era una falsedad. Nadie lo falsific. Ed Witwer no lo cre. No existe complot algunocontra ti y nunca lo hubo. Si aceptas ese informe de la minora como genuino, habrs aceptadotambin el de la mayora.

    Pues..., supongo que s admiti Anderton de mala gana.

    Ed Witwer continu Lisa est actuando con una completa buena fe. l cree realmente quet eres un criminal en potencia..., y por qu no? Tiene sobre la mesa de su despacho el informe dela mayora y t tienes la ficha en tu cartera.

    La destru repuso Anderton con calma.

    Lisa se inclin sobre su marido.

    Ed Witwer no ha actuado con la intencin de ocupar tu puesto dijo. Ha actuado con lamisma buena fe con que siempre actuaste t. l cree en el sistema Precrimen. Y desea que contine.He hablado con l y estoy convencida que dice la verdad.

    Querrs entonces llevar este registro magnetofnico a Witwer? pregunt Anderton. Si lohiciera yo..., lo destruira.

    No tiene sentido, eso es absurdo replic Lisa. Los originales han estado en sus manosdesde el principio. Pudo haberlos destruido en cualquier momento en que lo hubiera deseado.

    S, eso es cierto admiti Anderton. Es muy posible que no lo supiera.

    Por supuesto. Fjate en esto. Si Kaplan consigue hacerse con ese registro, la polica sedesacreditar. No puedes ver por qu? Si t demuestras que el informe de la mayora fue un error,el sistema est acabado. Tienes que continuar as..., si queremos que el sistema Precrimen sobreviva.T slo piensas en tu propia seguridad. Pero piensa por un momento sobre el sistema en s Qusignifica ms para ti, tu propia seguridad personal o la existencia del sistema?

    Mi seguridad repuso Anderton, sin vacilar lo ms mnimo.

    Ests seguro?

    Si el sistema debe sobrevivir encerrando a gente inocente, entonces merece ser destruido. Miseguridad personal es importante porque yo soy un ser humano. Y adems...

    Del fondo del bolso Lisa sac rpidamente una pistola...

    Tengo le dijo huraa a su marido en este momento el dedo puesto en el gatillo. Jams heusado un arma antes de ahora. Pero tendr que hacerlo si te opones.

    Tras una pausa, Anderton pregunt:

    Quieres que d la vuelta al aparato? Es eso lo que pretendes?

    S, hacia el edificio de la polica. Lo siento. Si pones tu propio egosmo por encima del intersgeneral y todo lo bueno del sistema...

  • Guarda el sermn para ti repuso Anderton. Volver. Pero no voy a or la defensa de uncdigo de conducta que ningn hombre inteligente estara dispuesto a suscribir.

    Los labios de Lisa se contrajeron en una delgada lnea. Sosteniendo la pistola frente a l, no lequitaba la vista de encima. Unos cuantos objetos de la guantera del aparato cayeron esparcindose enel fondo de la cabina al dar la nave una vuelta en redondo para volver a la ciudad. Tanto Andertoncomo su mujer iban sujetos por los cinturones de seguridad. Pero no as el tercer miembro de latripulacin.

    De reojo Anderton vio un cierto movimiento a su espalda. Un ruido le lleg simultneamente, elchoque de un hombretn que haba perdido instantneamente su equilibrio y chocaba contra la paredmetlica del aparato. Lo que sigui, ocurri rpidamente. Fleming se incorpor con una increblerapidez, desarmando en un abrir y cerrar de ojos a Lisa. Anderton se hallaba demasiado asombradopara reaccionar. Lisa se volvi..., vio a aquel hombre y solt un chillido histrico. La pistola le fuearrebatada de un zarpazo, y empuada por el desconocido viajero.

    Lo siento dijo Fleming. Pens que iba a hablar ms. Eso es lo que yo esperaba.

    Entonces, estaba usted aqu cuando... comenz a decir Anderton, y se detuvo.

    Fleming y sus hombres le haban vigilado estrechamente. La existencia de la nave de Lisa habasido anotada a su debido tiempo y tomada en cuenta, y cuando Lisa se debata con su marido entremarcharse o no para ponerse a seguro, Fleming haba saltado al departamento posterior de la navearea.

    Tal vez sea mejor que me entregue usted ese registro dijo Fleming, mientras que lo tomabaen sus enormes manos. Tiene usted razn, Witwer lo habra mezclado en un amasijo.

    Entonces, Kaplan...? pregunt Anderton atontado, an deslumbrado por la aparicin delhombre.

    Kaplan est trabajando directamente con Witwer. Por eso su nombre aparece en la quinta lneade la ficha. Cul sea el verdadero jefe es realmente algo que ignoro. Posiblemente ninguno de losdos. Fleming tir la pistola a un lado y sac su pesada arma del Ejrcito. Hizo usted unacompleta tontera al salir con su mujer. Ya le dije que ella tambin se hallaba tras todo este asunto.

    No puedo creerlo murmur Anderton perplejo. Si ella...

    No lo comprende bien. Esta nave se dispuso por orden de Witwer. Ellos deseaban que semarchase usted lejos del edificio para que nosotros no pudiramos dar con su paradero. Con ustedlejos, separado de nosotros, no habra tenido la menor oportunidad.

    Una extraa mirada brill en los ojos de Lisa.

    Eso no es cierto farfull. Witwer jams vio este aparato. Yo iba a supervisar...

    Casi consigue usted huir con l interrumpi Fleming inexorable. Tendremos mucha suertesi las patrullas de la polica no se nos vienen encima. No hubo tiempo de comprobarlo. Y seagach directamente frente al asiento de Lisa. Lo primero que debemos hacer es deshacernos de

  • esta mujer. Page ha dado cuenta a Witwer de su nuevo disfraz y los detalles habrn sido radiados entodas direcciones.

    Todava agachado, Fleming agarr a Lisa. Arrojando su arma a Anderton, la tom por la garganta.Horrorizada, Lisa intent araarle frenticamente. Ignorndola, Fleming cerr sus manazas sobre eldelicado cuello de la mujer, comenzando a ahogarla poco a poco.

    No habr heridas de bala explic jadeante. Tendr que parecer... un accidente. Eso sueleocurrir a menudo. Pero en este caso, habr que romperle el cuello primero.

    Pareci extrao que Anderton hubiera esperado tanto. Pero conforme se hundan las manos deFleming cruelmente en la suave piel de su mujer, Anderton tom la pesada pistola por el can yasest un golpe seco en el crneo de Fleming por detrs de la oreja. Las monstruosas manos deFleming se aflojaron. Abatido fulminantemente, la cabeza de Fleming cay y todo su cuerpo choccontra la pared de la cabina. Trat an de recuperarse, pero Anderton volvi a golpearle y esta vez sedesplom como un fardo.

    Jadeando fatigosamente por recobrar el aliento Lisa permaneci un momento inclinada, con elcuerpo estremecido. Despus, gradualmente, el color volvi a su rostro.

    Puedes hacerte cargo de los controles? pregunt Anderton, sacudindola.

    S..., creo que s. Casi mecnicamente se puso al volante. Creo que lo har bien. No tepreocupes por m.

    La pistola es un arma de reglamento del Ejrcito coment Anderton. Pero no procede de laguerra. Es un ltimo modelo. Creo que tenemos una oportunidad...

    Salt hacia la parte trasera del aparato donde Fleming yaca extendido por el suelo de la cabina.Sin tocar la cabeza del cado, le desabroch la ropa y comenz a registrarle todos los bolsillos. Unmomento ms tarde, la cartera manchada de sudor de Fleming estaba en sus manos.

    Tod Fleming, de acuerdo con su identificacin, era un mayor del Ejrcito agregado alDepartamento de Inteligencia Militar. Entre varios otros, apareca un documento firmado por elgeneral Kaplan, estableciendo que Fleming se hallaba bajo la especial proteccin de su propio grupo,la Liga Internacional de Veteranos.

    Fleming y sus hombres actuaban a las rdenes del general Leopold Kaplan. El camin cargado depan, el accidente, todo haba sido deliberadamente preparado.

    Aquello significaba que Kaplan le haba sustrado deliberadamente de las manos de la polica. Elplan arrancaba desde el primer contacto en su propia residencia, cuando Kaplan le mand capturar yle encontr preparando su equipaje. Con cierta incredulidad, Anderton comprendi lo que realmentehaba sucedido. Desde el principio, todo haba sido una estrategia elaborada para tener la seguridadque Witwer fracasara en su intento de arrestarle.

    Ahora veo que me estabas diciendo la verdad dijo Anderton a su esposa, al volver al asientodelantero. Podremos hablar con Witwer?

    Ella hizo un gesto afirmativo, indicando el circuito de comunicaciones del tablero.

  • Qu... encontraste?

    A ver si conseguimos ver a Witwer. Quiero hablar con l tan pronto como pueda. Es muyurgente.

    Lisa marc rpidamente la llamada en el dial, por el canal privado de la polica y del CuartelGeneral de Nueva York. Al momento se ilumin la pequea pantalla y las facciones de Ed Witweraparecieron en ella.

    Se acuerda de m? le pregunt Anderton.

    Witwer se qued mudo de asombro.

    Buen Dios! Qu ha ocurrido? Lisa, le trae usted misma? En seguida se fij en el arma quesostena en sus manos y su rostro se endureci. Mire grit furioso. No vaya a hacerle dao!Sea lo que sea lo que usted piensa, ella no es responsable de nada.

    He descubierto algo importante le contest Anderton. Puede ayudarnos? Es posible quenecesitemos ayuda a nuestro regreso.

    Regreso! dijo Witwer, mirndole sin dar crdito a lo que oa. Es que viene usted aqu talvez? Viene a entregarse por s mismo?

    As es, en efecto. Y hablando rpidamente, Anderton aadi: Hay algo que tiene usted quehacer inmediatamente. Cierre absolutamente el bloque de los monos. Tenga la seguridad que nadieentre, ni Page, ni nadie. Especialmente gente del Ejrcito.

    Kaplan repuso la imagen en miniatura.

    Qu pasa con l?

    Estuvo aqu. Acaba... de marcharse.

    Anderton crey que se le detena el corazn.

    Qu estuvo haciendo?

    Recogiendo datos. Transcribiendo duplicados de los premonitores sobre usted. Insisti en quelo necesitaba solamente para su propia proteccin.

    Entonces ya lo tiene dijo Anderton. Es demasiado tarde.

    Alarmado, Witwer casi grit:

    Qu es lo que quiere decir? Qu est ocurriendo?

    Se lo dir a usted, cuando est de vuelta en mi oficina.

    VIII

  • Witwer sali a su encuentro en el tejado del edificio de la Polica. Mientras la pequea navetomaba contacto con la terraza, una escolta de policas mantena una estrecha vigilancia. Anderton seaproxim inmediatamente al joven de cabellos rubios.

    Ya tiene lo que deseaba le dijo. Ahora puede encerrarme y enviarme a un campo dedetencin. Pero creo que no ser suficiente.

    Los plidos ojos de Witwer parpadearon con incertidumbre.

    Me temo que no comprendo.

    Es culpa ma. Nunca deb abandonar el edificio de la Polica. Dnde est Wally Page?

    Ya le echamos el guante y est a buen recaudo replic Witwer. No nos molestar ms.

    Le ha detenido usted por una razn equivocada. Permitirme entrar en el bloque de los monosno era ningn crimen. Pero pasar informacin al Ejrcito, s que lo es. Ha tenido usted a todo unregimiento trabajando para el Ejrcito. Y se corrigi a s mismo, aadiendo. Es decir, lo hetenido.

    He retirado la orden de captura hacia usted. Ahora los equipos estn tras Kaplan.

    Alguna suerte hasta ahora?

    Se march de aqu en un camin blindado del Ejrcito. Le seguimos, pero el camin entr enunos barracones militarizados. Ahora tienen una gran cantidad de tanques gigantes R-3 del tiempode la guerra bloqueando la calle. Ser toda una guerra civil el poder abrirse paso.

    Con lentitud y vacilante, Lisa sali del aparato. An apareca plida y estremecida, mostrandoclaramente las seales de violencia de Fleming en la garganta.

    Qu le ha ocurrido a usted, Lisa? le pregunt Witwer. Y en seguida advirti la silenciosa einerte figura de Fleming en el interior. Bien, ahora supongo que ya habr dejado de creer que yoconspiraba contra usted concluy mirando fijamente a Anderton.

    S.

    No pensar usted que yo... he intrigado para arrebatarle el puesto.

    Seguro que s. Todo el mundo es culpable en este asunto. Y yo estoy conspirando para evitarlo.Pero hay algo ms..., de lo que usted no es responsable.

    Por qu afirmaba usted que era demasiado tarde al volver para entregarse? Dios mo,tendremos que confinarle en un campo. La semana pasar y Kaplan todava estar vivo.

    Estar vivo, s concedi Anderton. Pero puede probar que estara vivo aun si yo estuvierapaseando por las calles libremente. Tiene la informacin que demuestra que el informe de la mayorano es vlido. Puede destruir el sistema Precrimen. S, con las dos caras de la moneda, cara o cruz, lgana..., y nosotros perdemos. El Ejrcito nos desacredita, y su estrategia sale triunfante.

    Pero, por qu arriesgan tanto? Qu es exactamente lo que quieren?

  • Despus de la Guerra Anglo-China, el Ejrcito perdi mucha de su autoridad. Ya no era lo quefue en los das de la Alianza del Bloque Occidental, en que lo gobernaban todo, tanto los asuntosmilitares como los domsticos. Y tenan su propia polica.

    Como Fleming murmur Lisa.

    Terminada la guerra, el Bloque Occidental fue desmilitarizado. Los altos oficiales comoKaplan, fueron retirados y apartados del mando. Y a nadie le gusta eso. Anderton hizo un gesto.Yo puedo simpatizar con l a ese respecto. No ha sido el nico.

    Dice usted que Kaplan ha vencido dijo entonces Witwer. Hay algo que pueda hacerse?

    No voy a matarle. Nosotros lo sabemos y l tambin lo sabe. Probablemente vendr hacianosotros con algn arreglo especial. Continuaremos en nuestras funciones pero el Senado abolirnuestra base real de apoyo. No creo que le gustase, verdad?

    Pues yo dira que no, francamente repuso Witwer. Uno de estos das estar a la cabeza deesta agencia. Y se sonrojo un tanto. No inmediatamente, por supuesto.

    La expresin de Anderton se torn sombra.

    Es una lstima que publicase usted a los cuatro vientos el informe de la mayora. Si hubierapermanecido callado, lo hubiramos retirado con cuidado. Pero todo el mundo lo sabe ahora. Nopodemos retractarnos ya.

    Supongo que no contest Witwer. Tal vez yo... no realic este trabajo tan bien comosupona.

    Lo har, con el tiempo. Ser usted un gran oficial de la Polica. Usted tiene confianza en labondad del sistema, pero tendr que aprender a tomar las cosas con calma. Anderton se apartentonces de su interlocutor. Voy a estudiar los datos de los registros del informe de la mayora.Quiero descubrir exactamente de qu forma tena que matar a Kaplan. Eso puede proporcionarmeideas interesantes.

    Los datos de los registros del premonitor Dona y del premonitor Mike estaban separadamentearchivados. Operando en la maquinaria responsable de los anlisis de Dona, abri el escudoprotector y extrajo el contenido. Como antes, el cdigo le inform que los registros eran importantesy en un momento, lo pas por la copiadora.

    Result aproximadamente lo que haba sospechado. Aqul era el material utilizado por Jerry, eldesfasado, para hacer su propia premonicin.

    En l, los agentes de la Inteligencia Militar de Kaplan raptaban a Anderton de su domicilio.Llevado a la villa de Kaplan, donde estaba el Cuartel General de la Liga Internacional de Veteranos,a Anderton se le daba un ultimtum: o desmontar voluntariamente todo el sistema Precrimen oencararse con la hostilidad del Ejrcito.

    En aquella descartada lnea del tiempo, Anderton, como comisario de polica, haba acudido alSenado en busca de apoyo. Pero no lo haba obtenido. Para evitar la guerra civil, el Senado habaratificado el desmembramiento del sistema de polica y decretado un retorno a la Ley Militar paraSituaciones de Urgencia. Al mando de un grupo de policas fanticos, Anderton haba localizado a

  • Kaplan y le haba disparado lo mismo que a otros altos oficiales componentes de la Liga deVeteranos. Slo Kaplan haba muerto. Los otros haban sido detenidos. Y el golpe haba tenido uncompleto xito.

    Luego, pas la cinta con el material previsto por Mike. Ambos deban ser iguales, ambospremonitores se habran combinado para presentar una imagen unificada de los acontecimientos.Mike comenz por donde Dona: Anderton se haba dado cuenta del complot de Kaplan contra laPolica. Pero algo estaba equivocado. Confuso, rebobin el registro y lo volvi a pasar de nuevodesde el principio. Incomprensiblemente, algo no marchaba bien. De nuevo rebobin el registro yescuch atentamente. El informe de Mike era totalmente diferente del de Dona.

    Una hora ms tarde haba terminado su comprobacin, dej a un lado los registros y abandon elbloque de los monos. Tan pronto como sali de all, Witwer le pregunt:

    Bien, qu es lo que ocurre? Parece que hay algo que va mal.

    No repuso lentamente Anderton. No exactamente mal. Y se encamin hacia la ventanamirando al exterior.

    Las calles estaban abarrotadas de gente. Marchando por el centro de la avenida principal, pasabauna masa de tropas uniformadas de cuatro en fondo, con armas automticas, cascos; soldados en sonde guerra, con sus uniformes de combate portando los estandartes de la Alianza del BloqueOccidental, que flameaban al fro viento de la tarde.

    Un golpe del Ejrcito explic Witwer con voz dbil. Yo estaba equivocado. No van ahacer ningn trato con nosotros. Por qu tendran que hacerlo? Kaplan va a hacerlo pblico.

    Va a leer el informe de la minora? dijo Anderton sin sorpresa en la voz.

    Aparentemente. Irn a solicitar del Senado que seamos desmantelados y tomar nuestraautoridad. Van a afirmar que hemos estado arrestando a gente inocente, con los procedimientosusuales de la Polica: gobernar con el terror.

    Y supone usted que el Senado ceder?

    No quisiera suponerlo.

    Pues yo s. Lo harn. Lo que estoy viendo concuerda con lo que me haba imaginado, con loque he sabido. Estamos metidos en una trampa y slo hay una direccin que tomar. Tanto si nosgusta como si no, tendremos que hacerlo. Y sus ojos relampaguearon vivamente.

    Witwer se sinti sobrecogido por una repentina aprensin.

    Hacer qu?

    Una vez que se lo diga, se preguntar que por qu no se le ocurri a usted. Sencillamente, voy amatar a Kaplan. Es la nica salida que nos queda para evitar que nos desacredite.

    Pero... balbuce Witwer el informe de la mayora ha sido reemplazado.

  • Yo puedo hacerlo le inform Anderton. Est usted familiarizado con las leyes que tratan delasesinato en primer grado?

    Cadena perpetua.

    Por lo menos. Probablemente, usted podr influir y conmutarla por el exilio. Yo sera enviado auno de los planetas alejados de las colonias, a la buena y vieja frontera.

    Y prefiere usted eso?

    Diablos, no! Pero sera, en todo caso, el menor de los males. Y tiene que hacerse. No veo dequ forma podra usted matar a Kaplan.

    Anderton sac el imponente revlver atmico de Fleming.

    Usar esto.

    Y supone que no le detendrn antes?

    Por qu tendran que hacerlo? Ellos tienen el informe de la minora que dice que yo hecambiado de opinin.

    Entonces, el informe de la minora es incorrecto?

    No repuso Anderton. Es absolutamente correcto. Pero voy a matar a Kaplan de todosmodos.

    IX

    Nunca haba matado a ningn hombre. Incluso jams haba visto a un hombre asesinado, anhabiendo sido comisario de polica durante treinta aos. Para aquella generacin, el asesinatodeliberado era algo que no exista en la memoria de las gentes. Sencillamente, algo que nunca habaocurrido.

    Un coche de la polica le llev al bloque en que estaba formado el pelotn del Ejrcito. All, enlas sombras, examin con todo cuidado el funcionamiento de su arma, provista por Fleming sinquererlo. Pareca intacta. Ya no tena dudas de cul sera su papel y estaba absolutamente seguro delo que iba a ocurrir dentro de media hora. Se guard cuidadosamente oculta la pistola y abri laportezuela del coche.

    Nadie le dedic la menor atencin. Imponentes masas de gente cruzaban en todas direcciones,tratando de ponerse cerca para escuchar lo que el Ejrcito iba a hacer pblico. Los uniformes delEjrcito predominaban en la zona dispuesta al efecto y una lnea de tanques desplegados pona suformidable nota de fuerza en el ambiente.

    El Ejrcito haba erigido una plataforma con micrfonos, a la que se suba por unas escaleras.Tras el sitial del locutor, flameaban al viento los orgullosos estandartes de la Alianza del BloqueOccidental con el emblema de los poderes combinados que haban tenido en tiempos de guerra. Poruna curiosa deformacin del curso del tiempo, la Liga Internacional de Veteranos reuna en su seno a

  • altos oficiales del campo enemigo. Pero un general era un general y las sutiles distinciones se habandesvanecido con el curso de los aos.

    Ocupando las primeras filas de asientos apareca el Estado Mayor del mando de la Alianza. Trasellos, venan los ms jvenes elementos de la organizacin militar. Las banderas de los regimientosondeaban en una gran variedad de colores y smbolos. De hecho, aquello pareca ms bien unaexhibicin festiva. Rodeados por un cordn de policas, ms a distancia, aparecan muchos de civil,manteniendo el orden, aunque ms bien como informadores. Si el orden tena que ser mantenido,sera el Ejrcito el que se ocupara de hacerlo.

    Un murmullo atronador rode por todas partes a Anderton mientras se esforzaba por introducirseentre la densa muchedumbre. Un vivo sentimiento de anticipacin le mantena rgido y tenso, apunto de explotar. La multitud pareca presentir que algo muy importante iba a suceder. Con grandesdificultades, Anderton fue pasando una fila tras otra hasta llegar a la parte delantera donde sehallaban sentados los altos oficiales de la Liga.

    Kaplan estaba entre ellos. Pero, ahora, era de verdad el general Kaplan. El traje, el reloj de oro debolsillo, el bastn de plata, sus ropas de estilo conservador..., todo haba desaparecido. Para laocasin, Kaplan se haba vestido con su antiguo uniforme de los das de gloria y de poder. Rgido eimpresionante, estaba rodeado por todos aquellos otros generales que formaban su Estado Mayor.Sobre su uniforme brillaban un sinnmero de condecoraciones y las estrellas de su rango. Sus botasrelucan como espejos y llevaba al cinto su decorativa espada corta, y sobre la cabeza su gorra dedorada visera.

    Dndose cuenta de la presencia de Anderton, el general Kaplan se apart del grupo de generales yse dirigi hacia l. Su expresin denotaba cun alegremente agradeca all la presencia del comisariode polica.

    Esto es una grata sorpresa dijo saludndole y estrechndole la mano. Tena la impresinque haba sido arrestado por el comisario en funciones.

    Todava estoy fuera de su alcance coment Anderton, indicando el paquete que le haba sidoentregado por Fleming la noche del accidente.

    A despecho de sus nervios, el general Kaplan pareca de buen humor.

    Esta es una gran ocasin para el Ejrcito le dijo. Creo que le agradar or lo que voy amanifestar en pblico, al relatar los espurios cargos esgrimidos contra usted.

    Me parece magnfico repuso Anderton.

    Quedar bien claramente establecido que fue usted injustamente acusado continu Kaplan,repitiendo lo que ya saba Anderton. Tuvo Fleming la oportunidad de explicarle la situacin?

    Hasta cierto punto. Va usted a dar lectura al informe de la minora?

    Voy a compararlo con el de la mayora repuso Kaplan, haciendo una seal a un ayudante quese aproxim en el acto con una cartera. Todo est aqu..., toda la evidencia que necesitbamos.No le importar a usted servir de ejemplo, verdad? Su caso simboliza los arrestos injustos de

  • incontables individuos. Con cierto nerviosismo, Kaplan se mir al reloj de pulsera. Deboempezar ya. Quiere venir conmigo a la plataforma?

    Por qu?

    Framente, pero con cierta reprimida vehemencia, Kaplan dijo de nuevo:

    As el pueblo puede ver la prueba viviente. Usted y yo juntos..., la vctima y el asesino.Permaneciendo uno junto a otro, demostrando la falsedad del sistema, el enorme fraude con que lapolica ha estado actuando.

    Bien, con mucho gusto repuso Anderton. A qu estamos esperando?

    Desconcertado, el general Kaplan se dirigi hacia la plataforma. De nuevo, mir algo inquieto aAnderton, como preguntndose en el fondo, por qu haba aparecido por all y qu es lo que sabra.Su incertidumbre aument al subir a lo alto de la plataforma y colocarse en el podium del locutor.

    Comprende usted en su totalidad qu es lo que voy a decir? le dijo Kaplan. La exposicinde los hechos tendr unas repercusiones considerables. Har que el Senado reconsidere la validezbsica del sistema Precrimen.

    Lo comprendo afirm Anderton con los brazos cruzados. Adelante.

    Un sordo rumor cay sobre la muchedumbre sealando el silencio. Mientras, Kaplan sacaba de lacartera los papeles y los dispona frente a l.

    El hombre que est a mi lado comenz Kaplan es familiar a todos ustedes. Se hallarnsorprendidos de verle, ya que hasta hace pocas horas la Polica le haba sealado como un criminalpeligroso.

    Los ojos de la multitud se concentraban en Anderton. vidamente, escrutaron a aquel hombredenunciado como asesino potencial, ocupando un lugar tan destacado junto a los generales.

    Hace unas pocas horas, sin embargo continu Kaplan con voz ms fuerte, la Policacancel la orden de arresto. Suponen ustedes que ha sido porque el ex comisario Anderton haquerido entregarse por s mismo? No, eso no es exactamente cierto. Est aqu conmigo. No se haentregado pero la polica tampoco tiene ya inters en su captura. John Allison Anderton es inocentede todo crimen pasado, presente y futuro y las alegaciones contra l fueron fraudes patentes,diablicas distorsiones de un falso sistema penal basado en una falsa premisa, corrompido, absurdo ydesacreditado, una vasta e impersonal maquinaria de destruccin que conduce a hombres y mujereshacia la condenacin.

    Fascinada, la multitud miraba alternativamente a Kaplan y a Anderton. Todos estabanfamiliarizados con la situacin bsica.

    Muchos hombres continu Kaplan han sido detenidos y encarcelados bajo la estructura delsistema llamado Precrimen, acusados no de crmenes cometidos, sino de crmenes que deberancometer. Y se aseguraba como dogma de fe que esos hombres, si se les permita vivir en libertad,cometeran en el futuro las felonas predichas. Pero es mentira que exista ningn conocimiento ciertodel futuro. Tan pronto como se obtiene cualquier informacin premonitora, queda cancelada por smisma. La afirmacin indicando que este hombre iba a cometer un crimen, es una pura paradoja. El

  • simple hecho de poseer l mismo los datos, lo hace totalmente falso. En cualquier caso, sinexcepcin, el informe de los tres premonitores ha invalidado sus propios datos. Si no se hubiesenhecho esos arrestos, es seguro que no se habra cometido ningn delito.

    Anderton escuchaba ociosamente aquella sarta de argumentos, dedicando apenas atencin aldiscurso del viejo general. La muchedumbre, no obstante, estaba atenta con el mayor inters. Elgeneral Kaplan continu haciendo un resumen del informe de la minora, explicando en quconsista y de qu forma se haba obtenido.

    Del interior de la chaqueta Anderton sac la pistola y la empu firmemente. Kaplan estaba yaterminando con el material recogido de Jerry. Con sus delgados dedos, iba a tomar los informes deDona y despus de Mike.

    Este fue el informe de la mayora explic. La afirmacin, hecha por el primero de los dospremonitores indicando que Anderton cometera un asesinato. Y ahora voy a mostrar a ustedes elmaterial automticamente invalidado. Se detuvo un instante, se afirm las lentes sobre la nariz ycomenz lentamente a leer los informes.

    Una extraa expresin apareci repentinamente en su rostro. Se detuvo, vacil y dej caer lospapeles de la mano. Como un animal acorralado, dio media vuelta, se agach y quiso apartarse dellugar del locutor.

    Por un instante, Anderton observ su faz distorsionada. Levant el arma, dio rpidamente unospasos hacia adelante e hizo fuego. Los ocupantes de la primera fila se lanzaron sbitamente ensocorro de Kaplan, atnitos por lo que estaba sucediendo. Kaplan se estremeci un instante y comoun pjaro destrozado, dio vacilante un paso y cay desde la plataforma hasta el suelo. Kaplan, comoafirmaba el informe de la mayora, estaba muerto. Su delgado pecho era un espantoso agujerohumeante, una terrible cavidad llena de cenizas y vsceras quemadas en un cuerpo que an seretorca en su agona.

    Anderton, enfermo de angustia, corri entre las paralizadas filas de los altos oficiales. La pistolaque an sostena en la mano le garantizaba momentneamente el paso, entre el terrible desconciertosembrado en la tribuna. Baj rpidamente la plataforma y se mezcl entre la gente, demasiadoperpleja para darse cuenta de nada. El incidente ocurrido ante sus mismos ojos resultabaincomprensible. Les llevara tiempo la comprensin que reemplazara lo que en aquel momento erasolamente un terror ciego.

    En la periferia de la multitud, Anderton fue detenido por la polica.

    Tiene suerte de haber escapado le dijo uno, mientras el coche sala disparado de la zona.

    Supongo que s repuso Anderton, remotamente. Se sent tratando de rehacerse. Estabatembloroso y agitado. De repente, se inclin hacia adelante sintindose invadido de unas terriblesnuseas.

    Pobre diablo murmur con simpata uno de los policas.

    A travs del vrtigo y las nuseas, Anderton fue incapaz de determinar si el comentario delpolica iba dirigido a l o a Kaplan.

  • Cuatro fornidos policas atendan a Lisa y a John Anderton en sus preparativos de marcha,empaquetando sus enseres y propiedades. En cincuenta aos, el ex comisario de polica habaacumulado una vasta coleccin de objetos materiales. Sombro y pensativo, miraba desfilar elequipaje dirigindose a los camiones que aguardaban.

    Con los camiones, se fueron directamente al aeropuerto..., y desde all iran a Centauro X, por elsistema de transporte interestelar. Un viaje demasiado largo para un hombre ya viejo. Un viaje quejams tendra regreso posible.

    Lisa se preocup que cargaran con cuidado todos sus utensilios.

    Supongo que podremos hacer uso de todos estos aparatos electrnicos. Todava siguenempleando la electricidad en Centauro X.

    Espero que no tengas que preocuparte demasiado repuso su marido.

    Pronto nos acostumbraremos replic Lisa, dirigindole una leve sonrisa. No lo crees,querido?

    As lo espero. Con toda seguridad no tendrs que lamentarlo. Si yo hubiera pensado...

    Nada de lamentaciones le asegur Lisa. Bien, aydame a cargar todo esto.

    En el ltimo instante, Witwer lleg en un coche patrulla.

    Antes que se marche dijo a Anderton tendr que darme una explicacin sobre lo ocurridocon los premonitores. El Senado me est pidiendo aclaraciones sobre el particular. Quieren saber siel informe de la minora fue un error..., o qu ha sido. Y confusamente concluy. Todava nopuedo explicrmelo. El informe de la minora estaba equivocado, no es cierto?

    Qu informe de la minora? pregunt Anderton, divertido.

    Witwer parpade confuso.

    Vaya, deb habrmelo figurado. Entonces, ah est la cuestin...

    Hubo tres informes de minora dijo Anderton al joven, divirtindose con su azoramiento.Los tres informes fueron consecutivos sigui explicando. El primero fue el de Dona. Enaquella lnea temporal, Kaplan me dijo lo del complot y segn eso, yo lo habra matadoinmediatamente. Jerry en fase ligeramente por detrs de Dona, us su informe como dato.Integr mi conocimiento del informe. En l, en el segundo sendero del tiempo, todo lo que yodeseaba era conservar mi puesto. No era a Kaplan a quien quera matar. Era mi propia posicin y mivida lo nico que me interesaba.

    Y el informe de Mike fue el tercero? Lleg despus del informe minoritario? Y Witwerse corrigi a s mismo. Quiero decir, lleg en ltimo lugar?

    S, el de Mike fue el ltimo de los tres. Encarado con el conocimiento del primer informe, yohaba decidido no matar a Kaplan. Eso produjo el informe nmero dos. Pero de cara a ese informe,se produjo la situacin que Kaplan deseaba crear. La consecuencia fue recrear la posicin nmerouno. Yo haba descubierto lo que Kaplan estaba haciendo. El tercer informe invalidaba el segundo en

  • la misma forma que el segundo invalidaba al primero. Aquello nos llevaba a la posicin en quehabamos comenzado.

    Bien, vamos, todo est dispuesto dijo Lisa, jadeante.

    Cada uno de los informes era distinto concluy Anderton. Cada uno de ellos era nico.Pero dos de ellos concordaban en un punto. Si se me dejaban libre, yo matara a Kaplan. Eso creabala ilusin de un informe de la mayora. Y eso es ahora..., una ilusin. Dona y Mike previeron elmismo acontecimiento pero en dos perodos del tiempo diferentes, ocurriendo bajo situacionestotalmente distintas. Dona y Jerry se equivocaron y el llamado informe de la minora se inserten medio del de la mayora. De los tres, Mike estaba en lo correcto, ya que no se produjo informedespus del suyo para invalidarlo. Eso lo resume todo.

    Ansiosamente Witwer, en los ltimos momentos, mostr una extremada preocupacin.

    Podra ocurrir eso de nuevo? Deberamos entonces repasar todo el equipo?

    Puede ocurrir slo en una circunstancia explic Anderton. Mi caso fue nico, puesto queyo tena acceso a los datos. Podra ocurrir de nuevo pero slo al prximo comisario de Polica. Porlo tanto, pise con cuidado.

    Brevemente se estrecharon las manos por ltima vez.

    Ser mejor que mantenga los ojos bien abiertos inform al joven Witwer. Recuerde quepodra ocurrirle a usted mismo en cualquier ocasin.

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