defensa francesa czerniak

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Page 1: Defensa francesa czerniak
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MIGUEL CZERNIAK

LA

DEFENSA FRANCESA

ESTUDIO COMPLETO DE EST A DEFENSA

Y DE SUS. VARIANTES, CON NUMEROSOS

DIAGRAMAS, EJEMPLOS EXPLICATIVOS

Y PARTIDAS COMPLETAS Y COMENTADAS

DE LOS GRAN DES MAESTROS

EDITORIAL SoPENA ARGENTINA, S. R. L. ESMERA LDA 1 1 6 BUENOS AIRES

Page 3: Defensa francesa czerniak

Unica edici6n autorizada Es propiedad

Derechos reseroados Copyright 1954 by Editorial Sopena Argentina, S. R. L.

Hecho el dep6sito que marca La ley 11.723 Prohibida La reproducci6n total 0 parcial

PBINTED AND PUBLISHED IN ARGENTINA

IMPRIl.IIlE ET PUBLIE EN ARGENTINE

STAMPATO E PUBBLICATO NELL'ARGENTINA

DRUCK UNO AUSGABE IN ARGENTINIEN

IMPRESSO E EDITADO NA ARGENTINA

SEGUNDA EDICION

M A R ZO D E 1954

IMPRESO Y EDITADO EN LA ARGENTINA

Page 4: Defensa francesa czerniak

INTRODUCCION

Cuando se quiere escribir un libro sobre alguna apertura 0 defensa uno puede elegir entre metodos de trabajo distintos.

EI primero seria una recopilacion fiel de todas las lineas conocidas. En este caso se dejaria al lector en libertad de elegir y aplicar las variantes segun su gusto. EI autor actuaria como cronista y sin responder del valor del material publicado. Un libro escrito de esta manera seria muy util para los jugadores fuertes, quienes pose en su modo pTopio de ver las cosas. Obligaria a trabajar a los aficionados de fuerza com un, para quienes la falta del comentario tecnico habria sido provechosa y perjudicial a la vez; pero ciertamente pTovocaria entre los jugadores mas debiles un estado de confusion lamentable.

EI segundo metodo es el mas frecuentemente empleado . Consiste en publicar solamente variantes probadas, con el agregado laconico y super­autorizado al fin de toda linea: «las blancas estan mejor», 0 «las negras tienen ventaja .. , 0 bien eigualdad» e). A menudo el autor no sabe bien que opinar y entonces se escapa tras una cortina de humo que se llama: ey el juego esta muy complejo».

Ahora bien; son muchas las situaciones en que ningun gran maestro, por mas autorizada que sea su opinion, puede decidir que banda esta mejor. Ejemplo practico: un jugador posee cierta superioridad numerica, el otro, en cambio, goza de una posicion excelente. Resulta imposible deter­minar quien esta mejor. Un jugador de estilo agresivo seguramente optaria por la mejor posicion. EI jugador de espiritu defensivo y materialista se inclinaria a aceptar la ventaja material.

Llegamos a la unica conclusion posible. Al dar la variante y «aclararla-. (11, oscurecerla) con el comentario elas blancas estan mejor», es preciso explicar por que estan mejor. Entonces todo estaria en orden. EI autor expresaria su opinion y el aficionado podria estar 0 no de acuerdo con el, segUn las razones del comentario explicativo. Y este es precisamente el metodo que tratamos de adoptar en el libro presente.

Nuestro trabajo no ha sido hecho para ajedrecistas de alguna categoria determinada. Desde la cuarta hasta la primera, bien puede servirles a todos. Pero, desde luego, es mas util para los de aquella.

No olvidemos que para un jugador debil la apertura es un bosque re­pleto de variantes. En este bosque no hay caminos ni senderos: reina os­curidad y confusion. Las variantes parecen extranos arboles cuyas rami­ficaciones crecen «ad infinitum» y cuyo aspecto cambia todos los anos.

I.No seria indiscrecion aTTojar un poco de luz en este bosque oscuro? Perderia su misterio y tal vez algo de su encanto. Pero entonces el sim-

(1) A prop6.ito: la igualdad de posiciones en el ajedrez no exlste; s610 hay sltuaclones en que 1& ventaja de un bando u otro es tan e.casa que resulta lmposlble reallzarla. Aun en la poslc16n perfee­tamente slmt!trlca, uno de los jugadores posee ventaja: la de la saUda.

Page 5: Defensa francesa czerniak

6 MIGUEL CZEBNIAK

pte aficionado podra cruzarlo de un extrema al o tr o; y esto, mas que cu.al­quier otro factor, asegura a los estudios temcos su der echo a la vida.

Al querer popularizar Ia defensa francesa , nos damos cuenta, sin em-. bargo, de que la gran cantidad de variantes incluidas en el libro puede confundir al estudiante. Por otra parte, no quisier a mos que ellector rete1/.';' ga el desarrollo de toda variante mediante un simple esfuerzo mecanico de Ia memoria. En una palabra, recomendamos no aprender las variantes sinocomprenderlas.

EI aficionado comun cree en el provecho de conocer, cuanto mas mejor, las diversas ap e rturas co n sus mutiples variantes. Seria capaz de exagerar el valor de estos conocimientos, restando importancia a la parte media del juego y al final. Seria capaz de estudiar con perseverancia su apertura 0 d e fensa preferida a fin de conocer todos sus detalles . Comprendemos la satisfacci6n del jugador que pisa un terreno conocido; pero asi y todo quisieramos advertirle de u n peligro: el de dispersar su atencion e n e l estudio de los detalles, antes de entender bien el espiJitu y «ambiente» de dicha· apertura.

EI conocimiento perfecto de una apertura no se mide por la cantidad de sus variantes estudiadas. Hemos incluido en el libro presente cer c a de 700 lineas distintas de la defensa francesa. Pero de ningun modo acon­sejamos estudiarlas una por una. Seria un esfuerzo esteril; no reportaria al lector beneficio alguno.

Sugerimos la siguiente manera de estudiar el libro: 1) El aficionado reproduce en el tablero las primeras jugadas (pag. 11)

hasta llegar a la posiciOn del diagrama 2. Despues de cada jugada reflexiona, tratando de comprender su objeto.

2) Al sentir curiosidad e interes por alguna alternativa determinada debe buscar inmediatamente en el esquema (pags. 8 y 9) el capitulo correspondiente y dedicarse a su estudio; pero siempre en li neas generales y sin entrar en los detalles. Nada ayuda tanto al estudio como la curiosidad.

3) Solo despues de familiarizarse con el aspecto general de a1gunas va­riantes se puede pasar al estudio minucioso de sus detalles.

La mayoria de los ajedrecistas sigue creyendo que el optar por una variante buena puede asegurarles ventaja decisiva, al igua1 que el empleo de una linea inferior debe castigarse con la perdida del juego. No es asi. Una variante es realmente mala cuando causa perdidas materiales sin compensacion de ninguna clase 0 cuando proporciona al contrario tal superioridad de posicion, que esta puede transformarse en un factor de­cisivo, por ejemplo, en un ataque victorioso. Por 10 general, una variante buena nos asegura juego cOmodo, mejor desarrollo y posiciOn. Pero no

. debemos entusiasmarnos. La defensa posee. muchos recursos y ademcis hay ciertas ventajas que no pueden materializarse. Es esta una de las injusticias flagrantes de nuestro juego.

Por ultimo, quiero llamar la atencion del lector sobre las partidas nu­meradas. No he querido dar ejemplos, «monumentos» de exactitud y pre­cision cronometrica. Escogi, conscientemente, partidas de lucha con sus continuos altibajos, inevitables errores y bellas hazafias.

MIGUEL CZERNIAK.

Page 6: Defensa francesa czerniak

UN POCO DE HISTORIA ...

La defensa frances a debe su nombre a una partida jugada por corres­po nd encia entr e Londres y Par is en el a iio 1834, gan ada por el c onjunt o ' par isiense. Cierto es qu e era con ocid a ya muchos a iios atr as y algu nos te o­rico s la Haman defensa L ucena, en h omen aje a aquel famo so jugad or y didacto que fue -seg ful ellos- el primero en jugarla. Otros atrib uyen su aparicion al ajedre cista italian o Ercol e del Rio.

En 1832 el te 6rico ruso J aenis ch sometio la nueva defensa a un a nal isis minucioso. No obstante , fueron pocos, al principio , los partidarios de este sistema. No o lvidemos que en el quijot esc o ajedrez de aquellos tiempos , plantear una defensa s alida er a poco meno s que un acto vergonz oso.

En tre los grandes maestros del sigl o pasado fueron posiblemente Wi na - I

wer y Burn los primer os seducidos por la riqueza del nuevo &istema. Mas tarde Ta rrasch, Marocz y, Rubinstein , Nimzo vich y otros , contribuye ro n considerablemente a su desarrollo.

En la actualidad, l a defensa francesa form a parte del repertorio de ca si , todo s los grandes maestros y constitu ye en algunos ca sos su arma favori - I

ta (Botvinnik, Lilienthal , Spielmann, etc.) . Est a enor me popularidad no deb e extra iiarnos. Si admi timos que la defensa francesa contiene ho y en dia mas de 1000 variantes distintas (1), ha y entre ellas como para s at is - I

facer a todos los gustos y tempera lnentos.

EL CONCEPTO

;,Cual es el conce pt o que une todas estas variantes? Veamos: AI contestar a L P 4 R con 1. . . . .. , P 3 R, las n egras ceden una p arte de

su terreno central, a fin de establecer con su segunda jugada (2. . .... , P 4 D) una base firme par a las proximas operaciones. Estas inclu yen casi I

si empre la jugada de ruptura . . . . . , P 4 A D, sin la c ual la defe nsa · fran - . cesa perderia su derech o de existencia.

(1) En el libro de F. LE LYONNAIS "La Defense Fran9aise" el autor afirma haber reunldo 1500 va- ! rlant�s; pero muchas son jugadas defectuosas.

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8 MIGUEL CZERNIAX

La defensa francesa constituye una linea de juego agresiva, a pesar de su solidez. Ya en su segunda jugada las negras atacan al peon rey blanc o, obligando al contrario a emprender alguna accion para evitar su captura. Las blancas eligen entre tres continuaciones: el cambio (3. P X P ), el avance (3. P 5 R) y la proteccion del peon amenazado (3. C 3 A D, 3. C 2 D o 3. A 3 D) . La entrega del pe6n (p. ej .. , 3. A'3 R) la consideramos defi­Ciente. De las t res continuaciones damos preferencia a la proteccion del peon, aunque las otra s dos son tambit�n correctas.

En el caso de querer eludir la defensa francesa pro piamente dicha, l as blan cas tienen alguna s alternativas en su segunda jug -ada (ver Cap. XV), pero ni ng una d e ellas puede causar a las negras serias dificultades.

No queremos anticipar aqu i cuales son las l ineas del juego favorables para las negras. Esto 10 encontrara el lector en el analisi s minucioso de todas las variantes jugables, que es ta dividido en varios capitulos, seg Un el esquema siguiente (1):

1. P4R P 3 R 2. P4D

2. D 2 R, la varia nte Chi gorin. Dive rsas replicas de las blanca s en su segunda jugada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cap. X".

2 . . . . . . , P 4 D

3. C 3 A D

3. P X P , la variante del cambio . .. . . .. . . .. . . . . . .. . . . . . . . . . 3. P 5 R , la va ;riante Nimzovich ........... .. .. .. . .. ... , . . . . 3. C 2 D, la variante Tarrasch . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . .

Cap . XIV. » XIII. » XII.

3 . . . . . . , C 3 A R

3. P 4 A D, la variante Marshall . .. . . ... . . . . . . . ... . . . .. . . . . .

3. P X P , la variante Rubins tei n . ..... . ..... .. ..... ... .. . .. .

3 .. A 5 C, la variante Winawer . . . . . .... . .. . . . . .. . .. . .. . . . . . .

4. A5C R

4. P X P , la variante Svenonius .... ..... .... ... ... .. . . . . . . . 4; P 5 R, la variante St einitz . .... . . . ... . . . . .. . .. ... . .. ... . . .

Cap . XI. » X. » IX.

Cap ., V III. » VII.

4 • . . . . . , A 2 R

4. P X P , la variante Rubinstein retrasada .. . . . . .. . . . . . .. . . . 4. A 5 C, la variante McCutcheon . . .. . .... ...... .. . .. . . ... . .

Cap . VI. » V.

(1) Hemos adoptado con pocos camblos el sistema de claslflcacl6n de EUWE en su "Tratad.o d.e la, Aperturaa", por ser este el mas _ conceblble de todos.

Page 8: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA

5. P5R

5. A X C, la variante Anderssen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cap. IV.

5 • . . . . . , CR2D

5. C 5 R, la variante Tartakower . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cap. III.

6. A X A

6. P 4 T R , la variante Chatard . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cap. II.

Continuaciones de la variante c1asica (1) :

A : 7 . D 2 D

B: 7. P 4 A

C : 7. C 5 C

D : 7. D 4 C

6 . . , ... , D-X A

E: 7. A 3 D . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cap. I.

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CAPiTULO I

LA VARIANTE PRINCIPAL

1 P4R P3R

Con esta jugada queda planteada la defensa francesa (diag. 1).

DIAGRAMA 1

La deten.a trancesa

2 P4D

Lo mejor y 10 mas natural. Otras continuaciones, ver Cap. XV.

2 .... ; P4D

Cowienza el ataque contra el P R enemigo. Otras jugadas son inferio-res, p. ej . : 2 . .. . . . . , P4AD, 3. . p 5 D!, mejor las bl anc as . (Co n 3. C 3 A R p a s a m os a l a defe n sa sieiliana). Si 2. . ... . , C 3 A R; 4, P5R, C4D; 4. P4D -+- (1) .

3 C3AD

(l) El slgno ± slgnlflca: meJor las blancas. =!= por el contrarlo qulere declr que las negras estlin superlores, mlentras que = slgnlflca 19ualdad de poslclone •.

Esta es la replica mas usual. En euanto a las jugadas 3. C2D, 3. P5R, 3. P X P, ver los cap itu l os XII, XIII y XIV, respectivamente . Me­nos fuerte es 3. A 3 D, 10 eual per­mitiria a las negras anular ambos peones centrales Haves, p. ej. : 3 ...... , P X P; 4. A X P, C3AR; 5. A3D, P 4 A; 6. P X P, A X P; con libre juego para las piezas negras.

En cuanto a la entrega'del p eOn med i a nte 3. A 3 R, su deficienCia queda demostrada por la variante: 3 ...... , P X P ; 4. C 2 D, C 3 A R, se­guido pronto de P 3 C D y A 2 C.

3 C3AR

Las negras trlitan de obUgar al adversario a que aclare la situacion en el centro mediante 4. P X P 0

4. P 5 R.

4 A5CR

Para las blancas, en cambio, re-· sulta provechoso mantener la ten­s ion central .

A 4 . A 3 D las negras consiguen buena posicion jugando 4 . .. ... , P 4 A; 5. C 3 A y ahora 5.. . . . . . , C 3 A es mas solido que 5. . .... , P 5 A.

4 A2R

Esta vez, las bla neas no po dr an seguir manteniendo el «statu quo:.,

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12 MIGUEL CZERNIAK

p. e j . : si 5. A 3 D ?, C X P; 6. A X A, Esta situacion se considers. al­C X C; 7. A X D, C X D; 8. A X P , go favorable para las blancas a C X P C, y las negras quedan con causa de: a) la presion que ejerce un peon mas. Tambien a 5. P 3 A? el P R bl anc o (no ayudara mucho seguiria 5. . .... , C X P ! ; etc.

5 P 5 R

Con 5. P X P, P X P, lleg amos a una po sicion de l a v ari ante Sveno­nius (C ap . VIII) . T ambien se pue -de contes tar 5 . . . . . . , C X P.

Vease l a sig uien te p ar tid a:

Alelthine-Spielmann, Nueva York, 19.27. - 5 . . .. . . , C X P; 6. A X A, D X A; 7. D 2 D, D 5 C ; 8. C X C, D X D +; 9. R X D, P X C ; 1 0 . T 1 R +, A 3 R?; 11. C 3 T ! , C 3 A; 12. A 5 C, R 2 D; 13 . C 4A, mejor las b lanc as.

1) 8 .. . . . . . , D X D+; si 8 . . . . . . , D X PC?; 9. D 3 A y g an a.

2) 10 . .. ... , A 3 R ?; l as negras de­beri an jug ar 1 0 . .. . .. , R 1 A ; 11. C 3 A, A4 A ; 0 bien 11 . A 3 D, C 3 A ; 12 . P3 A D, A 2 D, con equilibrio (Euwe ).

5 C R 2D

Una ju gada muy fr ecuente e n las distintas v ari ante s de l a d efen s a fr ances a. El c ab allo a s i c o l o c ad o apo ya e l av ance posterio r P 4 A D y en cier to c aso prep ar ara el at aque c on t r a el P R b l a n c o med i an t e P 3 AR.

El unico i n c o n v en i e nt e de esta jugad a consis te en u n retr aso con­sider able en el des arrollo del A D negro.

6 AXA D X A

Y asi hemos llegado a la posicion critica de la variante (diag. 2).

. DIAORAMA 2

La posicion clasica de la varlante prinelp�

c ambi arlo medi ante P 3 A R, pues l a s bl anc as siguen dominando el punta 5 R ); b ) l a e xcelente posi­cion que o c u para su alfil en 3D, sob re todo al c o mp ar arl a con la ubic acion ine ficaz del A D negro.

Remos enumer ad o l as ven t aj as princip ale s del primer jug ador.

· l Y l as negras? Han podido desarrollar sus piezas con m ayor r apidez y en cons ecuencia pueden enro Car antes que su contr ari o. Su c o n t raj u ego. princip al reside, sin emb argo, eri el arroll ador av ance P 4 A D.

Volvamos a1 di agr ama 2. l Cuai es l a mejor con tin uacion p ara las blan­cas? Aqui tropez amos con un pro­blem a di ficil, pues n ada men os que 7 movid as dis tint as aspiran ,;j} ese titulo . Se fial aremos, sin embar g o , como f avor ab les p ar a l as bl ancaslas l lne as A y B. En cu anto a la D, e s mucho mas peligro s a p ara las ne­gras de 10 que ere en los teoricos, que hasta ahora la habian pas adopor alto.

Comenz aremo s p o r 'analizar Jas v ariante s mas frecuentes.

A : 7. P 4 A (ver diag. 3).

Page 11: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 13 Esta c on t inuaci on goza actual­

ment e de ma yor populacidad. La merece. Idea do por Steinit z muchos aiios atr as, el avance del P A tiende

DIAGRAMA 3

Posicion despuEs de 7. P 4 A

a re forzar el punto 5 R, contra el cual acometen frecuent emente l a s negra s en est a variante :

7 . . . . . P 3TD

Preparan do P 4AD. El dan c e " 7 . . .. .. , P 4 AD?; 8 . C5C, 0- 0; 9. C 7 A , C X P; 10. C X T, no sirve. Por ejempl o, 10 ....... , P X P ; 11. P'X c, D5T+; 12. P 3C, D5R+; 13. D2R, D X T; 14. C 3 A y gana facilmente. . Tambit�n 7 . . . . . . ,0-0 e s abso -lut amente co nect o. Por e jemplo , 8 . D 2 D, P 4 A n (sin preparacion de ninguna clase , pues si ahora 9. C 5 C, e3AD; 10. C6D, P3A; 11. C3A, P X P D, mej o r l as negras) ; 9. C 3 A , C3AD; 10.0-0-0 (muy arries­gadofrtal vez mejor 10. A 2 R se gui ­do de 0- 0) , . .. .. , T 1 C, 0 bien 10 . . . . . . , P 5 A seg uid o de T1 C y P 4C D. En este .caso el ata que que llevan las negras c ompens a amplia­men te la iniciativa de las blancas en el ala de l re y.

Si en lugar de 8. D 2 D, las blan­cas juegan 8.C 3 A, entonces puede seguir 8. . . . . . , P 4 AD; 9. P X P, CD 3 A; 10. A 3 D, P 3 A ( de fen dien­

. doge contra la combinacion A X P +;

n o aconsejamos juga r 10 . . . • . • , P 4A En una rec ie nte p artida Czet" niak - Guimard , las blancas desarro­Har on inme diatamente un ataque peligro so me diante TIC y P 4 C R), y ahora 10 m ej or parece 11. P X P para presionar luego en las colum· nas centrales, ya que 11 . D 2 R, P X P; 12. P X P, C X P A; 13. o - 0, c onduce a una posicion fa ­vorable p ara las negras gracias a la s iguiente maniobra: A2D -lR-4 T, y si las blancas impide n esta clava da , el alfil negro se coloca en 3 C , previo e l cambio del alfil con­trar io .

8 C3A P 4AD

Aqui es de consid era r 8. . .... , P 4 C D - una i dea de El iskases . Las negras tratan de ubicar su . ca­ball o en 5 A D sin jugar por e l mo­mento P4AD.

Vease el si guiente ejempl o:

Riumin-Eliskases, Moscu, 1936. -

8 . . . . . . , P 4CD; 9. A 3D, C3·C; 10. P3CD?, P4AD; 11. P X P , DXP; 12. D 2 D, C 3 A; 13. C 2 R, P 3 A ; 14 . C2-4 D! ± .

1 ) 10. P 3 C D?; me jo r 10. D 2 D (per o no 10. D 2 R, C 5 A ; 11. P 3 C D, D 5 C !), p. ej .: 10 . ..... ,

C 5 A; 11. A X C, P D )(A (si 11. ..... , PC X A; 12. P3 CD ); 12. P 5 D, A 2 C; 13. P X P, P X P. Ahora es cuestion de cambiar las piezas , pues el fi­nal es fa vorable para las blan­cas . Sus tres peones detiene n lo s cuatro negros en el flanc o dama .

2) 13 . ..... , P3 A; una j ugada d e bil . Era mej or 13 . . . .. . ,

C 5 A!; 14. P X C, PC X P ; 0 simple mente 13� . ... . , A 2 D.

9 PXP

Page 12: Defensa francesa czerniak

14 MIGUEL CZERNIAK

Este es el concepto de la var ian - En la pa rtida Stahlberg-Alekhine. te: ubicar un fuerte caballo en 4 D. Varsovia, 1935 , l as bla n c a s ju ga-

No se recomien da 9.A 3 D, P X P; r on debilmente : 12. D � A ? S igui6 10. C X P, D 5 C; 11. C 2 R, D X PC; 12 . ..... , A 2 C? (;,p or que no 12 . .....• 12.0-0 , D3 C+; 13. Rl T, C3AD, D5C, gan ando un peon?) ; 13. DXD con un peon de mas para las negras (tambien en ese moment o la ju gada (La sker -L ovenfisch, Mosc ll, 1925). e x a c t a es P 3 T D), . .. . . , C X D;

9 . . ... C 3AD

Si 9. . .. . , D X P; 10. D 4 D, D X D (0 bien 10 . .. . .. , C3A; 11. D X D, C X D; 12 . A 3 D y lueg o C D 2 R y C 4 D con bue na posicion para las blancas); 11. CXD, C3AD; 12 . C3-2R, C X C; 13. C XC, C 1 C ! (el golpe de Riumin: las ne­gras tratan de cambiar 0 desalojar a l fuerte caballo blanco); 14. R 2 A! , C3A; 15 . R3R, C XC; 16.' RX C, con un final algo sup e r i o r , a raiz de la posicion do minante del rey blanco .

10 A3D DXP

Se considera me jo r que 10 . ..... , C X P A, a 10 c ual se guiria 11 . 0-0, C X A; 12. D XC. Las blanc as es­tar ian bien y pod rian todavia me­jorar su posicion jugando C 2 R, se­guido de C D 4 D Y P 3 A, etc.

11 D2D P4CD

DIAGRAMA 4

PosiciOn despues de 11 • . . . . .• P 4 C D

12 P3TD!

Una jugada fuerte cuyo autor es el maestro sovi eti co Rauser.

14. C 2 R, P 5 D!, y la s blanc as n o pue de p. 10grar el dominio de la ca­silla 4 D, pues si 15. C 2 X P, C X C; 16. C XC, 0-0-0 y l as negr as recuperan su peon c on buen jueg o.

12 13 D2A

A 2C 0 -0-0

EI enroque largo, po co frecuent e en la defensa francesa, se juega a qu f con 1a i dea de irrumpir en el sector central por me di o de P 3 A. Sin em­bargo , e l enroque deja al rey negro en una posicion i n c o m o d a y casi siempre resulta necesar io trasla dar -10 a 1 C a fin de colocar una torre en la c olu mna semia biert a AD.

Tal vez mas fuerte seria 13. . . ... , TD 1 A , p. e j. : 14. C2 R, D X D+; 15. R X D, P 3 A; 16. P X P, P XP; 17. T R 1 R, R 2 A, preparando P 4R.

La continuacion es de la part ida Frydman - Stahlberg, Bu e n o s A i­res, 1941.

14 C2R 15 DX D 16 C 2-4D 17 O� O 18 P4C D 19 PXC

P3A CXD RIC T1 AD

C XA

La s up eri or i dad de l as blanc as e s evidente. Su dominio en las casillas centrales negras (sobre to do la de 5 A D) inc ita a buscar el camb io de las t or r e s , con m i r a s a un f ina l de « ca ba l l o bueno c on t r a alfi ! malo».

Al terminar e s t e anal isis obser­vemos que se t rat a de una de ,las lineas mas fav orabl es para las b lan­cas en t oda la defensa fr C\ncesa.

Page 13: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 15 B: 7. D 2 D (ver el diag. 5). desarrollar un fuer te ataque contra

Es una linea de juego muy pare­dda a la que a�abamos de estudiar. La diferencia consiste no en el or-

DIAGRAMA 5

Posicion despues de 7. D 2 D

den inverso de las jugadas D 2 D y P 4 A R, sino en que es algo dis­tinta la finalidad que persiguen las blancas.

.

La ubicacion de la dama' en 2 D devuelve la li bertad d e a cci o n al CD blanco (sin temer un jaque en 4 C D) y permite el enroque largo. Este, sin embargo, no siempre es a consejable y depende de la linea de defensa escogida por el contrario.

Veamos algunos ejemplos (el tex­to que sigue es de la partida Lasker­Eliskases, Moscu, 1936):

7 ..... 0-0

o bien 7 . . .... , P 3 T D; 8. P 4 A, P 4 A D y Uegamos a una posicion ya conocida de la variante anterior.

8 CID

Aqui se considera mejor 8. P 4 A (ver mas adelante).

La jugada del texto tiene por ob­jeto reforzar la ca dena de los peo­nes con P 3AD.

No obstante, permite a l as negras

los peones centrales . . Tampoco puede re comend arse

aqui 8. C 5 C por 8. . .. .. , P 3 T D !; Y si 9. C X P, T 2 T, y el caballo blanco queda preso.

En 10 que se refiere a 8. C D 2 R, vease la siguiente partida:

Sulik - Czerniak, Mar del Plata, 1941.-7 . . . . . . ,0-0; 8.CD2 R?, P 4 A D; 9. P 3 A D, P a A; ·10. P 4 A R, C 3 A; 11 . C 3 A, TIC; 12 . C 3 C, P 4 A ! ; 13. A 2 R , P 4 C D; 14. 0-0,P5A!

1) 8. CD 2 R?; es una tentativa de reforzar el centro con P3AD a costa del d e s a r r o l l o defe c­tuoso de las piezas.

2) 11 . . . . . . , T 1 C; delata el no-vedoso plan de las negras, que consiste en este caso en cerrar las dos columnas del alfil, en vez de abrirlas, como 10 a con­seja la teoria.

Este procedimiento se po­dria adoptar tambien e n la va­riante anterior (7 . C 1 D), con la condicion de efe ctuar la ju­gada d e c i s iva P4A R sola­mente despues d e l e n r o q ue corto del contrario.

3) 14. . .... , P 5 A !; senal de ata­que contra el flanco dama ene­migo. L a s blanc as no poseen n i n guna compensa cion e n el ala del rey.

8 .. . . . P 3A R!

Antes se j u g a b a a qui 8 . . . . . , P 4 AD; p. ej.: 9. P3AD, P 3A; 10. P 4 AR, C3AD; 11. C3A, PX PD; 12 . PA XP, P X P; la. P A X P, T X C! ; 14. P X T, D 5 T +; 15. D 2 A, C X P D con dos peones por la calidad. M·aroczy re comienda 15.

C 2 A Y si .. .. . , C X P D; 16. 0-0 -0, podria seguir 16 ...... ,

Page 14: Defensa francesa czerniak

16 MIGUEL CZERNIAK C,XPA; ,17. D3R, cnxp; 18. PR ) ( P , abriendo las columnas C 3 D, D 3 A; 19. A 2 R, C X C +; centrales en las que sus torres pue-20. A X C; C 4 R. 'Aqui las blancas den presionar a los peones enemigos. poseen buena posicion, 10 que com-pensa la perdida del tercer peon. DIAGlWIA 8

Llegamos a la conclusion de que la entrega de la calidad puede ha­cerse, aunque sin proporcionar a las negras una ventaja decisiva.

Ver partida N9 2, pag. 24. En vez de 1 3 . .. . .. , T X C , las

negras pueden jugar 1 3. . . . . . , C 3 C , seguido por A 2 D -1 R , con equili­brio (Mattison - Spielmann, Carls­bad, 1929).

9 P X P

Evidentemente, no 9. P 4 A R ?, P X P; y si 10. P A X P, D 5 T + ; etcetera.

9 10 A 3 D· 11 C 3 AR 12 P X P 1 3 C X C 14 D3R

C X P C 3 A ! P 4R C X P DX C+

Las negras han resuelto con exito el problema del desarrollo . Pueden seguir con D 4 T , P 3 C D, A 2 C, T D 1 R y su posicion es muy buena.

Volvamos a la posicion del dia­grama 5.

7 . . . . • 0 -0

Como ya mencionamos, la mejor continuacion par a las blan c as es ahora :

8 P4A! 9 C3A

10 P3CR

P 4AD C3AD

La jugada de Rubins t e i n. L as blancas se proponen jugar A 2 C, 0-0-0 y TR 1 R, y si las ne­gras contestan P 3 A, enton ces

Poslel6n despu6a de 9. • • . • .• C SAD

Las alternativas son 10. P X P y 10.0-0-0.

Capablanca - Reti, Nueva York, 1924. - 10 . P X P , C X P A ; 11. A 3 D, P 3A; 12. P X P, D X P; 13. P 3 C R, A2D ?; 14. 0 -0, CXA; 1 5. P X C !, AIR (si 1 5 . . . ... , P4R; 16. TD1 R!); 1 6 . TR1 R, A3C; y ahora las blancas consiguen mejor posicion jugando 17. C 5 R!

1) 13 . . . . . . , A2D?, e$;Un error. Correcto es 13. .. .. . C X A +; 14. P X C (si 1 4. D X C, A 2 D y luego AIR -3 C); P 4 R !; 1 5 . 0 - 0 (si 1 5 . C X P D, D 2 A!), A 6 T; 16. T R 1 R,

T D 1 R , con juego como do pa­ra las negras.

Stahlberg-Keres, Kerneri, 1937 .. -10. 0 -0-0, P 3 A; 11 . P RX P, D X P; 12 . P 3 C R, P X P; 13'; C R X P, C 4 A; 1 4. A2 C , A 2 D; 1 5 . T R 1 R, T D 1 A; 1 6. C XC, T X C ; 17. A X P !+.

1) 10. . .... , P 3 A; no es bueno. M as v a l e 10. . .... , P 5 A !; p. ej.: 11 . P4CR, TIC; 12. A3T, P4CD; 13. P 5A, P5C;

Page 15: Defensa francesa czerniak

LA bEFENSA FRANCESA IV 14. C2R, P6C; 15. PTXP, P A X P; el at aque de las n e­gras se realiza con m as rapi­dez (Bezruts chk o - Stah lber g, K eme ri, 193 9) .

2) 11 . . . . . . , D X P; 0 b ien 11 . . . . . . , C X P A; 12. A 3 D, P X P; 13. C5 C D, D 5 C; 14. C D X P D ; tamb i e n en este c aso la posi­cion de las b l an c as es prefe­rible .

3) 13 . . . . . . , C 4 A; mejor 13 . . . . . . , C 3 C, as ! el P D queda solida­mente defendido, para el caso de un futuro avance P 4 R.

4) 17. AX P! ; si 17 . . . . . . , P X A (a 17 . . . . . . , T 3 D seguir ia 18. D 2 A) ; 18. C X P Y luego C7 R +.

1 0 . . . . . P 3 A

10. . . . . . , P 3 T D seria una per­dida de tiempo, ya que las blancas no amenazan C 5 C D.

11 P R X P CX P A

Un in teresante ensayo nos ofrece una partida por c orr e s p on d e n c i a Grii nfeld-Godai : 1 1 . .. . . . , P C X P ! ; 12 . A 2 C (0 bien 12 . 0 - 0 - 0, P X P; 13. C R X P, C 3 C ; 1 4. A 3 T, C X C; 15. D X C, P 4 R !; 1 6. C X P, D2 C, g a na n d o) , C 3 C ; 13 . P XP (mej o r 0 - 0 - 0) , D X P; 1 4. D2 A , D 5 C ; 1 5 . T I C, P 4R c o n ventaja para las negras. En cambio de sventajoso para ellas seria 1 1 . . . . . . ,

'D X P; 12. 0- 0 - 0, P 3 T D ; 13 . . A2 C.

12 A 2 C

Otra alternativa p o d r i a ser : 12 . 0-0-,-0, p. ej . : P X P; 13. C R X P; P 4 R� 14. P X P, D X P; 1 5. A 2 C, A5C; 16. C 3 A, D 4 T; 17. T D 1 A, TD 1D; 18 . P 3 TR, A X C ; 19 . AXA, D4R; 20. P 4C R, P 5 D; 21.

C 1 D, c on «c han c es » aproximada­mente igu ales.

1 2 13 · CR X P

DIAGRAMA 7

P X P P 4 R !

Posicion despues de 13. ..... P 4 R I

Este sacrificio de peon se ap lico por vez primera en la partida Bre ­yer - Spielmann, Berlin, 1 92 0. Es la linica manera de crear un contra­juego ef i c a z . Si no, seguiri an l as blancas 14. 0 - 0 - 0 Y 15. T R1 R con ventaja.

14 CX P

Si 14. A X P + , C X A; 1 5. CD XC, D 2 A R -t-; en cambio seria erroneo 14 . . . . . . , R 1 T; 15 . C X C, P X C ; 16. A X ·P, A2 C; 17. A X A, P X P +; 18. D 2 R, D X A; 1 9. 0-0 -0 y las blanca s supieron imponer su venta­j a (Grau-Guimard, match, 193 9) .

1 4 1 5 A X C + 16 C 2 R

C R X C R 1 T

Lo m ejo r . Si 16. C X C, P X C; 17. A X P, A 5 C !; 18. A XT, P X P +; 19. R I A, T X A; 20. T D I R,D2 C; 21. R 2 A, P X P + , con ataque ga­nador.

16 . . . . . A 5 C !

Esto es m as fuerte que 1 6 . .. . . . , P X P; 17. 0-0-0, P 6 A; 18.

Page 16: Defensa francesa czerniak

18 MIGUEL CZERNIAK

C 4 A, P 4 C; 19. T R 1 R, D 2 C; 20. agresivo. SOlo tratan las blancas de C 5 T, seguido de D 3 A +. ganar tiempo para reforzar el cen­

17 0- 0 - 0

No se debe jugar 17. O-O? , a raiz de 17 . . . . . . , A XC ; 18 . D X A, D 4A +.

Basta nte pelig roso es tambien el camino: 1 7. A X C, P X P ! , p. ej . : 18. 0 -0 -0 (18. A XP ? , T D 1 R ! ) , P X A; 1 9. T D 1 R , T D I D ; 2 0 . C 3 A, D 5 C ; 21. D 2 A, T 1CD ; 0 bien 18. 0 - 0, A XC; 1 9. T2A, P X P; 20. T X A , D 4 A + , ganando.

17 T D 1 D

Ahora las negras disponen de tres amenazas f u e r t es : T X A , A 6 A y P X P.

18 P4A 1 9 P 3 T D 20 P XC

C 5C C X A

Y las negras pueden elegir entre dos jugadas ganadoras: 20 . ..... , P X P, 6 20 . . .. . . , A 6 A. (El texto es de la'partida L. Steiner-Stahlberg, Budapest, 1934).

C: 7. C 5 C (diag. 8 ).

Contradiciendo a su aspecto gue­rrero, est a antigua continuacion de Alapin no pers i g u e ninglin plan

DIAGRAMA 8

Posicion despues' de '7. C I) C '

tro con P 3 A D, idea con la cua! ya hemos trabado conocimiento en la subvariante anterior.

Expulsado mas tarde, el ccaballo invaSOh vuelve p o r 3TD-2A a 3R.

A pesar de haber sido la cconti­n uacion cl<isica7> durante mos, esta linea de juego no r epr esenta ningful peligro para el segundo jugador.

Un buen ej emplo de este planteo nos proporciona la sig uiente par ­tida:

Lasker-Lilienthal, Mosell, 1936.-

7 . . . . . C3C

Se considera la mej or replica. Me-nos energica es: 7 . . . . . . , D I D y aful peores 7 .. . . . . , R ID 0 7 . . . . . . , CIA. Tampoco puede recomendarse 7 . . . . . . • D 5 C +, a raiz de 8 . P 3 A , D XP C ? ; 9. TIC, D X P T ; 10; C X P +; etc.

8 P 3 AD

La tentativa clancerb 8. P 4 T D se refuta de dos maneras distintas: 8 . . .. .. , P 3 TD; 9 . P 5 T , P x C ; 10. P X C , TXT; 11 . D X T, y aho­ra las negras eligen entre la conti­nuaci6n de Maroczy: 11 . . . . . . , O-O! ; 12. P X P, D X P; 13. A 3 D , C 3 A ; 14. P 3 A D, P 5C ; ( p ara l o s jug a­dores s6lid os), 0 b i e n 1 1. . . . . .• P 3 A D!; 12. D 8 T, 0 -0 ; 13. D Xe, D 5 C + , c o n f o r t i s i m o a t a q u e a cambio de la pieza sacrifica da (para­los jugadores atrevidos) .

8 . . . . . 9 C3 T D

P3 T D P4A D

La continuacion usual. En lugar de esta jugada las ne-

gras pue den seguir : 9 . . . . .. , P3AR. p or ejemplo :

a) 1 0. P 4 A R,PX P;'1 l. D 5 T + (0 bien 1 1. P D X P, pero no

Page 17: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 19

1 1. PAXP ?, ·D5 T+ !), RID; con una iniciativa prometed6ra 12. PDX P, C 5 T!; 1 3. 0-0-0, en el fl a nc o dam a (Pilnik-C X P A! (de la p artida Ilj in- Czerniak , Buenos Aire s, 1941 ). Z henevsky c on t r a Spielmann, b) 1 0 . P4AR, C 5 T; 11 . C 2 A, M oscu, 1925 ). C X P C ; 12. D 1 C, C 5 T; 13.

b) 10. A 3 D, PXP; 11 . D 5 T+, D X P , A 3 A ; 14. D 8 A + , R 1 D; 12" P X P, C 5 T; 1 3 . DID; 15 . D X D +, R X D; T IC , C X P C ! ( Th o m a s - 16. R 2 D -+- (Gr au-G uimard, Spielmann, Marienbad, 19 2 5 ). match, 1939 ).

c) 10. C 3A, C D2D; 11 . Px P, DXP; 1 2 . A 3 D, P 4 R ; 1 3. P X P, C X P ; 14 . D 2 R, C 2 D.

d) 10. D 5 T+, P3 C ; 1 1 . D4T, P X P; 1 2 . D X D +, R X D; 13 . Px P, C 3A; 14 . P4A R ,

A2D; 1 5 . C 3A, C 5 T = (Tho­mas-Sergeant, Margate, 1939).

En la variante a) y b) las negras q� edan con un pe6n mas. El ataque de las blancas es peligros o, pero no decisivo. La s variantes c) y d) con­du cen a un juego aproximadamente igual. La fuerza del golpe . . . C 5 T ! en todas est as lineas c onf irma la bondad de la 7� jug ada de las negras.

o bien: 9 . . . . . . , C 3 A:

Por ejemplo : 10. P 4AR, A2D; 11. C 3 A, C 1 D; 12. A 3 D, P 4 A R; 1 3. P X P al p . (a 13. D 2 D, 6 13. C 2 A, seguiria C 2 A y luego P 4 C R y 0 - 0 -O. Estas dos ultimas ju­g ad as forman el concepto de la va­r iante) , P X P; 14. D 2 D, C 2 A; 15. 0"-0 -0,0 - 0 - 0 ; con equili­br io (Spielmann - Alapin, Carlsbad, 19 11 ). L as blanc as dominan en la columna R, pero las negras tienen perspectivas de un contrajuego inte­r esante por medio· de RI C y P4AD .

Y por ultimo, si 9. . .... , A 2 D:

a) 10. A3D, 0 - 0 ; 11 . D 2 A, P 3 T; 12. C 3 A, C 5 T; 13. O - O? (mas de un jugador imaginativo se dejaria l levar por l a p osibilidad d e un ataque frontal 13. P 4 C R ! ) , P 4AD seguido de P 4 C D, C 3 A, etc. ,

10 C 2A

o bien: 1,0. P 4A R , C 3 A ; 11. C 3 A, P X P; 12. P X P (si 12. C X P, D 4 A; 13. C D 2 A, C 5 T; 14 . D 1 A , A2D, algo mej or l a s negras) , D 5 C +; 13 . D 2 D, C 5 T; 14 . D X D, C X D; 15 . R 2D, con equili-brio ( 15 . . . . . . , C X P C ? p er -deria una pieza) .

10 . . . . . · 1 1 P4A R

C 3A

Si 11. C 3 A, C 5 T; 12. T I C, A2D; 13. A 2 R, P 4A; 14 . PX P a . p., P C X P; 1 5. 0 -0 , 0 - 0-0, con «chances» de a t a q u e pa ra las negr as (Engels-Schmidt, Torne o de las Naciones, Buenos Aires, 1939 ).

11 12 TI C 13 C 3A 14 D 2 D

C 5 T P4 C D

A 2 D

o bien : 14. A 3 D, P 5 C; 15. C 3 R, C 3 C = (Grau - Guimard, match, 193 9); pero no 14. C 3 R?, P X P ; 15. P X P, T D 1 A; 16. P 3 T D, C 4'T,

y las negras estim mejo r (L. Ste iner ­Lilienthal, Budap est, 19 34 ).

14 15 A 3 D 16 0-0

TD 1A C 3 C

Luego las negras s i g u ieron con P 3 C, P 4 T Ry P 5 A, tratando de avanzar su P C D. M ientras tan to las

Page 18: Defensa francesa czerniak

20 MIGUEL CZERNIAK

blanca s pre paraban elav ance P5AR. a . p . , C x P; 9 . D4T, P4A; 10. Las «chances :. de ambos band os son P X P, C D 2 D; 1 1 . 0 - 0 - 0, aproximad amente iguales. Obse rve - C X P; 12. C a: A; A 2 D; 13. C 5 R, s e que l as negras demoran con el 0 - 0 - 0; 14. D 4 D, RIC; 15.' enroque, por que en algunos casas P 4 A y el dominio que las blanc a-s su rey deb era trasladarse al fl anco ej e r c en sobre las ca sillas ne graS d ama . centrales resulta para el se gundo

D: 7. D4 C (ver el di ag. 9).

En los Ul timoS anos, en la Argen­tina, esta jugada se convirtio en una especie ' de «variante de moda» . Se han hecho numerosos ensa yos que nos permiten establecer ho y' las dos mej ores l lneas de defensa adapta­bl es p ara l as negras.

La jugada de l b l an c o tiene c a ­racter a g r e s i v o y puede c a u s a r serias d i f i c ul t a d e s a u n jugad or desprevenido.

DIAGRAMA 9

Posicion despues de 7. D " C

7 0 - 0

Tam b i e n 7 . . . . . . , P 3 C R es ju -gable, ya que el enemigo ma yor (en este c as o el A D b lan c o ) ha sid e elim inado.

Otra alternativa es aqui: 7 . . . . . . , P 4 A R p ara seguir mas tarde con enroque largo. Mas la exp eriencia d emuestra que la s blancas mantie­neil en este c aso , s u ventaja de po­sicion. Veamo s:

Michel - Stahlberg, Buenos Aires, 1941. - 7 . . . . . . , P4A R; 8. P X P

jug ador muy desagradable.

1 ) 9 . . . . . . , P 4 A; Guimard ensa-yo contra Michel en el mis mo torneo 9 . . .... , C 3 A ? ; p ero lu ego de 10. 0-0-0, A 2 D; 11 . C 3 A, 0 -0 -0 ; 12 . A 5 C! las n egras quedar on infe Iiores.

8 A 3D P 4A R

Tambien es absolutamente co..; rrecta la c ont inua ,c io n 8 . . . .. . , P 4AD; 9 . C3A, P 4 A (ame na za 10. AXP+ ) ; 10. P X P a. p ., CXP; 11 . D 4 T, C 3 A (amen azaba nueva­m e n t e 12. A X P + ); 12. P X P, D X P; 13. 0 - 0 - 0, D 5 C ! (s i 13 . . . . . . , T I C ; 14. TR1 R , C 5 C; 15. C 5 C R, C X A + ; 16. T X C, Y las blancas atacan reciamente (Mi­ch el -Koch, Aac hen, 1935); 14. DXD, C X D con equ ilibrio (Pilnik -Gui­mard, Buenos Aires, 1941 ).

Esta es precis ament e una de Jas l lneas de defensa acert ad as que he­mos m en cionado m as arriba. La otra es la co ntinuacion del texto.

9 P X P a. p.

Es absolutamente necesario to mar al paso.

9 . . . . . TX P !

D espue s de haber sid e ensa yadas las distintas tomas del peon , v olva" mos a consid erar la jugada de l tex­to, como l a unica replica correcta.

En efecto, a 9. . .... , C X P s igue 10 . D 4T, y amenazando 11. A X P ' +:

l as blancas g anarian un tiemp o va­l ioso .

En cuanto a 9 . . . . . . , D X P , v ea $e la sig uiente p artida:

Page 19: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 21 .. Blaneas: Michel y Skalicka; Ne- Y l as n egras lograron una p o­eras: Czerniak y Pilnik. - Tomeo sici on s atis facto ri a. El. tex to es de ., partidas en consulta, Adrogue, la p a r t i d a Bernstein - Lasker, Zu-1141. -9 . . . .. . , D X P ; 10. C 3 A, rich, 1934. P 4A; 11 . 0-0-.-0, P 3 TR (ame­naza ba 12. C 5 C R; el cambio de da­m as dejaria mej or a las blancas, que podiian ejercer u �a f uer te presion .en la co lumna re y) ; 12. T R 1 R (co ­mo se vera mas ade lante, era mejor 12. TD1R), P X P ; 13. T X P, C 3 C ! ; 14 . T X D, A X D.; 15 . T X T +, R X T . Si el blanco hu­biese movido antes su T D habria p bdido aho ra captur ar· e l peon da­rna. C l a r o esta que e l p l an te o de esta partida no pue de sa tisfacer a las negras .

1 0 C 3 A 11 D4 T

P4A

o bien 11 . P X P, C 3 A ; 12 . 0:"""0-0, DXP; 13. C 5 C R, C IA , y las negr as estan bien. En una par­tida Puiggros -Czernia k, las blanc as brindaron un sacr ificio de pe On in­co rrecto, jugando 14. T R 1 R. Si guio 14 . . . . .. , D X P, Y si ahora 15. T 1 A, C4 R ! ; 16. D3 T, C X A + ; etc.

11 - . . . .. C I A

Como c onsecuencia de la novena j'ug ada de las neg ras, su C va a ser ahora e l p r i n c i p a l defe nso r d e l fIanco re y.

12 P X P 13 0-0

DXP

Aqui el enro que largo no puede recomen darse. Las negr as obtienen cgratis� c hance s de a t a qu e en l a columna AD.

14 15 T D 1 R 16 C 5 R 17 TXC

C 3 A A2 D C X C D3C

E: 7. A 3 D (di ag. 10) .

La ubicacion del A R en 3 D es inobje table . Y, si n embargo, la ju­gada del texto no es tan eficaz co­mo las anteriores. Quizas porque la s blancas no amenazan nada inmedia­to, dando tiempo a l contrario para prepararse.

La s negras e li gen entre la conti­nu aci 6n del desarrollo, 7 . . .... , 0-0, la preparacion d e l c ont r aj u e go , 7 . .. . .. , P 3 TD, y el contraataqu e inme di ato , 7. . .... ,·D 5 C.

DIAGRAMA 10

PosiciOn despues de '7. A S D

Spielmann - Tarraseh, San Sebas­thin, 1911. - 7 . ... .. , O-O!; 8. P 4 A, P 4 A D; 9 . C 3 A, P 3 A; 10. O-O?, C 3 A ; 11 . C 5 CD, P 3 T D; 12. C 6D, P X P D; 13. D2R, C 4 A; 14. TD1R, A2D; 15 . P3TD, P4C D; 16. P 4 C D, C 5 T! , con ven taja in­discutible para las ne gras.

1 ) 7 . . . . . . , 0-0, es una buena jugada . Ella i'mpi de que las b lanc as ref uercen sus p e on es c Emtrale s, p u e s si 8 . C D 2 R, P 4 A D! (aUn mejor que 8 . ... .. , D 5 C +); 9 . P 3 A D, P 3 A; 10. P4AR, PxPD; n. PxPD, P X P; 12. P A X P, D 5 C + !

Page 20: Defensa francesa czerniak

22 MIGUEl; CZERNIAK

ganando. A 13. D 2 D ? segui­ria T 8 A + ! y a 13 . C 3 A, D X P C.

2) 9 . . . . . . , P 3 A; necesario pa-ra desbaratar la amenaza de A X P + , seguido de C 5 C +, etc. Esta combinacion es muy frecuente en la defensa fran­cesa. Debemos tenerlo en cuen­ta no bien hayan salido el A R y el C R de las blancas.

3) 10. 0 -0 ?; una jugada debil. Los t eo r ic os recomiendan en lugar de ella 10. P D X P segui­do de D 2 R y 0-0-0 con presion en el centro. Con ra­zon o b s e r v a E u w e que las negras no deben t e m e r esta o p era c i o n . Por ej emplo: 10 . . . . . . , D X P, Y si ll . D 2 R ?, D 5 C ! , 0 bien 10 . . . . . . , P 4 A ! (parece arriesgado, pero es ab­solutamente logico) ; 11 . C4TD (si no seguiri a C X P A y lue­go C 5 R) , P3 C D ! ; 12. P X PC, D 5 C + y lu e g o D X P A 0 D X P C.

Leonhardt-Spielmann, Hamburgo, 1910. - 7 . . . . . . , P 3 T D ; 8. C D 2 R, P 4 A D ? ; 9 . P 3 A D, C 3 A D ; 10 . D 2 D ! , P X P; 11 . P X P, C 3 C ; 12. P 3 C D, A 2 D; 13. T 1 A, 0 -0; 14. P 4. A R, con mejor juego para las blancas .

7 . . . . . . , P 3 T D, aconsej ada tam-bien por Maroczy, no es mala juga­da, pero en este caso las negras deben aceptar las complicaciones que sur­gen despues de 8. C D 2 R, D 5 C + ; 9. P 3 A, D X P C; 10. P 4 A R, C 3 C ; 1 1 . P4TD, C 5 A; 12. A X C , P X A ; las b l a n c a s luego recuperan este p e o n , h a b i e n d o l o aislado previa­mente con su 11' jugada (Tarrasch­Lowenthal, 1883) . , En cuanto a la jugada de Schlech-

ter. 7 . . . . . . , D 5 C, se refuta, segful Leonhardt, · de 18. manera siguiente : 8 . , . C R 2 �, P. 4 A D (parece muy

fuerte, pues amenaza tambien 9 . ..... , P 5 A) ; 9 . P 3 T D, D 3 C; 10 . C 5 C, P 5 A; 11 . C 6 D +, R 2 R; 12 . D 2-D (amenazando D 5 C + ) , P 3 A; 13 . C X A + , T X C; 14. A X P T.

PARTIDA NQ 1

Jugada en el Tomeo Internacional de Moravska Ostrava, 1923

Blancas H. Wolf

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R 5 P 5 R 6 A X A 7 D 2 D 8 P 4 A 9 C 5 C

Negras R. Spielmann

P 3 R P 4 D C 3 A R A 2 R C R 2 D D X A 0-0 P 4 A D

Una maniobra de valor dudoso, como 10 explicamos en la pag. 18. La continuacion correcta es 9. C 3 A.

9 .. . . . C 3 A D

Pero tampoco Spielmann contesta 10 mejor . Debra jugarse 9 . ... .. , P 3 T D. Comparese con el comenta­rio mencionado.

10 P 3 A 11 C 3 A

P 3 A P X P R ?

Despues de este cambio aumentan las dificultades de las negras ; Tarta­kower recomienda aqui cerrar la po­sicion con 11 . . . . . . , P 4 A, p . ej . : 12 . A 2 R, P 3 T D ; 13 . C 6 D, P 5 A, y luego el caballo dama negro se traslada a 2 A R.

12 P A X P 13 C 6 D

P 3 T D P 4 C n

La tentativa de liberarse del ca" ballo intruso podia costarles carD a

Page 21: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA �CESA 23 las negras ; p. 'ej . : 13 . . . . . . , C I D; 14. A 3 D, C 2 A; 15. C X C, seguido de 16. C 5 C.

Tampoco puede aconsejarse aqui la famosa combinacion con entrega de la calidad, la que tan a menudo se produce en la variante principal. En efecto, despues de 1� . . . . . . , P X P; 14. P X P, T X C ; 15. P X T, D 5T + ; 16 . D 2 A, C X P D ; 17 . D X D, e X P + ; 18. R 2 A, C X D, las blan­cas conquistarian el acceso a la 7' fila, jugando 1 9. T1A, C3C ; 20. T7A.

14 A 2 R P X P 15 P X P C 3 C 16 P 3 C D A 2 D 17 0 - 0 P 3 T

Una jugada mala, pero necesaria. Las 'negras no pueden permitir que el caballo blanco se situe en 5 C ; deben impedirselo, a u n qu e s e a a costa de nuevas debilidades en su flanco rey.

18 T D 1 A 19 A 3 D 20 A l C !

DIAGRAMA 11

T D 1 C C I A

,Posicion despues de �O. A l e !

Entregando el peon, pero conser­vando el dominio de la diagonal 1 C D - 7 T R . EI fuerte maestro vienes H. Wolf se propone compen­sar ampliamente la perdida del peon.

20 C X C 21 P X C D X P 22 · D 3 D T 4 A

Jugadas como esta no se hac en de buena gana. Mas al go debia ha­cerse para impedir 23. D 7 T + se­guido, fuese cual fuera la retirada del rey negro, por A 6 C.

Y como no hay otro modo de ce­rrar la brecha, Spielmann entrega una calidad, buscando una posicion de resistencia.

23 C 4 T

Seglin Tar'takower era alin me-jor 23 . P 4 C R, p . ej . 23 . . . . . . , C 5 C; 24. D 2 D, T X C (a 24 . . . . . . , T 3 A 0 24 . . . . . . , T 5 A, seguicia en ambos casos 25. C 5 R ! ) ; 25. T X T, y las blancas deben ganar.

23 24 C X T 25 T 5 A 26 P 3 T D !

T D I A R P X C D 3 A

A pesar de la indiscutible ventaja de las blancas, el juego ,contiene to­davia muchas «finezas» .

La jugada del texto evita una ce­lada (26 . T X P D ?, C 5 C recupe­rando la calidad) y construye otra : 26 . . . . . . , D X P + ? ; 27 . D X D, C X D ; 28. T X P D, gana una pieza.

26 27 P 4 C D 28 T I D 29 D 3 C R

C 2 R R 1 T C 3 C C 5 T

Las negras imClan su contraata­que, cu ya principal amenaza --el avance del P A- no es facil de re­plicar.

30 D 5 R 31 D 3 C 32 TI R 33 D 2 A

D 4 C D 4 T P 5 A P 6 A

Tal vez era mejor 33. . . . . . , A 6 T p. ep. : 34. P X A, C 6 A + ; 35. R 1 T, C x T; 36. D X C, P 6 A, etc.

Page 22: Defensa francesa czerniak

MIGUEL CZERNIAK

34 P 3 C 35 T 5 R

C 7 C D 5 C

DIAGRAMA 12

Posicion despoes de 35. . . . . . , D 5 C

Las negras amenazan 36 . . . . . . , C 5 A. En este momento critico las blanc as �ncuentran (0 qu i z a la t e n i a n ya preparada) una magnifica combina­cion, que d ef i n e el juego de u n a manera muy agradable .

36 P 3 T ! ! 37 D X P ! !

D X P T Abandonan.

A 3 7 . . . . . . , T X D s i gu e 3 8 . T 8 A + y mate en la proxima; a cualquier otra jugada de las negras, 39 . D X C no d e j a lugar a dudas respecto al r esul t a d o final de la partida.

PARTIDA NQ 2

Jogada en Buenos Aires, en el aDo 1923

Blancas Negras A. Irume R. Grau

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 3 A D C 3 A R 4 A 5 C A 2 R 5 P 5 R C R 2 D 6 A X A D X A 7 C 5 C D I D

Hoy consideramos mejor 7. C 3 C (ver pag. 18) . Pero en la epoca en

que se juga la p¥tida, ]a jugada del texto era bastante popular.

8 P 3 A D 9 C 3 T D

10 P 4 A R 11 C 3 A R 12 D 2 D 13 A 2 R

P 3 T D P 4 A D C 3 A D P 3 A R 0 - 0 P X P D

Dando comienzo a la apertura de las lineas, las negras no ocultan su deseo de atacar.

14 P X P D 15 P A X P

P X P T X C !

La combinacion tipica de la va­riante principal (comparese pag. 15) . La entrega de una calidad por dos peones y buenas p e r s p e c t i v a s de ataque para el segundo jugador, di­ficilmente puede llamarse un sacri­ficio. La absoluta correccion de esta combinacion no ha sido confirmada alin ; pero, a ciencia cierta, se trata de una operacion que no involucra grandes riesgos para las negras. Ob­servese que d i c h a combinacion es mas frecuente con el alfil rey blan­co, todavia en 1 A.

16 P X T

M as prud en t e hubiera sido 16 . A X T; pero las blancas tienen en vista su 18' jugada, de aspecto muy­prometedor.

16 17 R I D 18 P 4 A

D 5 T + C X P D

Despues de es t a j u g a d a parece como si se apagara el ataque de las negras. Mas Grau encuentra un mo­do curioso para. reavivarlo.

18 19 R X C 20 R 3 R

C X A ! D 5 C +

Page 23: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 25 DIAGRA¥A 13

Posicion despues de 20. R 3 R

20 C X P !

La dama sola no puede ganar. Y las negras no vacilan en sacrificar una pieza mas, con tal de que entren en accion sus ultimos refuerzos.

21 P x C 22 R 2 A 23 T R 1 R

D 5 R + A 2 D

La respuesta natural, pero no la mejor. Las blancas no esperaban otra cosa que 23 . . . . . . , T 1 A + 0 23 . . . . . . J D 5 T + . A cualquier j aque seguirfa 24. RI C y con su rey fuera de peli­gro ganaban f a cilment e . La juga­

da c orr e c t a de las blancas era 23. TRI A R !

23 .... . D 5 C R !

Las negras c onduc en su ataque con gran maestria . La ultima jugada priva al re y blanco de su refugio y 10 obliga a dirigirse hacia el c ostado de la dama.

24 D 2 R

A 24. T 1 A R seguir ia 24. . . . . . • T 1 A + ; 25. R 1 R, D 5 R+ ; 26. D2R. T X T + ; 27. R X T, D 8 T + ; etc.

24 T 1 A+ 25 R 3 R D 5 R + 26 R 2 D D 5 D + 27 D 3 D

A 27. R I A, T 7 A gana en seguida.

27 28 T 2 R

T 7 A + T X T + !

Las negras prosiguen el ata que de la misma manera, hermosa y para­dojal, que consiste en cambiar las piezas , e n una situacio n en que todo inducir ia a conservarlas.

29 R X T D X P C +

Las blancas abandonan. A 30 C2A sigue A 4 C, capturando la dama.

i Como si la combinacion no estu­viera completa, sin que el alfi! ne­gro tomase parte en ella!

Page 24: Defensa francesa czerniak

CAPITULO II

V ARIANTE C HATARD

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 3 A D C 3 A R 4 A 5 C R A 2 R 5 P 5 R C R 2 D 6 P4T R

DIAGRAMA 14

Posicion despues de 6. P i T B

Puesta en pra.ctica por Albin en 1897, est a jugada fue detenidamente analizada algun os aiios mas tarde por el ajedrecista frances E . Cha­tard, cuyo nombre lleva . Una serle de exitos obtenidos con el a t a que « C hatard» por el actual campean d oc t or Alekhine, 10 transformaron en una pesadilla de todos los aficio­nados a la defensa francesa. Y fue solo en 1937 cuando los ajedrecistas sovieticos descubrleron una «anti­Chatard» (ver B) .

;,Sera p osible que una j ug a d a arriesgada y antiposicional como es

la 6� movida de las blanc as sea ver­daderamente tan pod eros a ? No cree­mos en esto. Cierto es que las blan­cas logran una posicion de ataque; que su alfil «protegido» molesta el desarrollo normal de las piezas ne­gras, p . ej . , d i f iculta el av an c e P 4 A D, pero no 10 i m p i d e , como creian antes (vease la subvarlante C) ; que tomando el peon entregado las negras se exponen a una presion fuerte (E) , y en el caso de rechazar el alfil (p. ej . , con 6 . . . . . . , P 3 T R) debilitan su flanco rey, etc.

Mas el s e g u n d o jugador p o s e e suficientes recursos para veneer to­das estas dificultades . Sus «chan­ces� en la \"ariante A. son franca­mente buenas. Asimismo las varian­tes B y C tienen numerosos parti­darlos.

A: 6 . . . . . . , P 3 T D

Sigue siendo la continuacion mas solida, pese a la mayor popularidad del «invento sovietico» (B) . Veamos algunos ejemplos.

7. D 4 C (diag. 15)

Lo mejor . Nada de jugadas «ti­bias» , como p . ej . : A 3 D 0 C 3 A . Las blancas amenazan 8 . A X A Y obligan a las negras a decidirse . El enroque seria ahora un suicidio a

Page 25: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 27

causa de 8. A 6 T ; el cambio de los 1 1 . A X A + , D X A ; 12 . P 5 T) , alfiles conduciria a una p ns ic i o n tampoco la 8 � jugada d e las blancas netamente favorable para las blan- nos parece acertada.

DIAGRAMA 15

Posicion despues de 7. D 4 C

cas, como 10 demuestra 1a siguiente partida:

Bogoljubow - Maroczy, San Remo, 1930. - 7 . . . . . . , A X A ? ; 8. P X A, P 3 C R (amenazaba 9. P 6 C ! ) ; 9 . A 3 D, D 2 R; 10 . C 3 A, P 4 A D ; 11 . P X P, C 3 A D ; 12 . a - a - a ! , C X P A; 13. D 4 A, A 2 D ; 14. T 6 T, 0 - 0 - 0 ; 15. D 6 A -+-.

A 7 . . . . . . , P 3 A R las b 1 a n c as podrian contestar con 8. A 3 D, pro­vncando complicaciones semejantes a las que 'analizaremos en 1a sub­variante B. Y por ultimo nn sirven 7 . . . . . . , P 3 C R por 8. A X A, D X A; 9. P 5 T ; ni tampoco 7 . . . . . . , P 4 T R, a causa de 8 . D 3 C con 1a m i s m a amenaza 9. A X A.

De esta suerte las opiniones de los mejores analistas c o i n c i d e n en que la unica buena jugada del ne-gro es 7 . . . . . . , R I A. Se cit a como ejemplo 1a siguiente partida.

Lasker-Koialovich, Simul., Lenin-grado, 1 9 24. - 7 . . . . . . , R I A; 8. P 4 A, P 4 A D ; 9 . C 3 A, C 3 A D ; 10. 0 - 0 - 0, P 4 C D ; 11 . T 3 T ?, P 4 T R ! ; 12. A X A + , C X A; 13. D 3 C, D 4 T; 14 . R I C, P 5 C ; 15 . C 2 R, P 5 A, y el ataque de las ne­gras es mas peligroso.

Aparte del error evid e n t e que constituye 11 . T 3 T ? ( er a mej or

T a l v ez s ea mej o r . 8. C 3 A, U 8. D 4 A. Por ejemplo:

Czerniak - Trifunovic, Varsovia, 1935. - 7 . . . . . . , R I A; 8 . D 4 A, P 4 A D; 9. C 3 A, C 3 A D; 10. P X P, D 2 A (si 10 . . . . . . , C X P A; 11 . 0-0-0) ; 11 . P4C D ! , C (2) X P R; 1 2 . A X A +, R X A; 1 3 . C X C, D X C + ; 14. D X D, C X D; 15. C 4 T y la posicion de las b1ancas es preferible.

Vn1vamns otra vez a1 d i a g . 15 para sefialar una alternativa inte­res ante que parece haber escapado a los ojos perspicaces de los comen­taristas teoricos.

7 P 4 A R ! (1) 8 D 5 T +

A 8. P X P a. p. seguiria 8. . . . . . , C X P, con un juego comodo para las negras. (Pero no 8 . . . . . . , P X P ? a causa de 9. D 5 T + , y se pierde luego una torre) .

En cuanto a 8 . D 3 C, veamos 1a siguiente partida:

Beutum-Czerniak, Tel-Aviv, 1938. - 7 . . . . . . , P 4 A R; 8. D 3 C, P 4 A; 9. P X P, C 3 A D ; 10 . A 4 A R ! , 0 - 0; 11 . A 6 T, T 2 A; 12. C x P ! , C (3) X P ! ; 13 . C X A + , D X C, 14. A4AR, D X PA; 15. 0 - 0 - 0, C 5 C ; 16. C 3 T, con «chances» mas o menos iguales.

10. A 4 A R seguido por 1a combi­nacion del texto nos parece la unica manera de mantener la iniciativa en el flanco rey. El enroque negro es casi forzado.

8 . . . . . 9 D 6 T

P 3 C R 2 A !

Esta jugada audaz es posib1emen-te la mejor. Si 9 . . . . . . , A X A; 10.

(1) EI primer anal!sls de esta jugada novedosa 10 he publlcado en el "Ajedrez", Buenos Aires, abrU 1940 • .

Page 26: Defensa francesa czerniak

28 MIGUEL CZERNIAK

P X A, D 2 R; 11 . C 3 T, C 3 A D (mejor 11. . . . . . , P 4 A) ; 12. C 4 A, C I A; 13 . C D X P ! , P X C ; 14 . C X P, D 2 A; 15. A 4 A, con un ata­que fulminante (Czerniak - Lowcki, Varsovia, 1930) .

DIAGRAMA 16

Posicion despues de 9. . . . . . • R 2 A !

10 C 3 T 1 1 C 4 A 12 C D X P !

P 4 A P X P A X A

Si 12. . . . . . , C X P ? ; 13. A X A, ganando.

13 P X A 14 C 6 A

C X P

Pero no 14. D X P T + ? , T X D ; 15 . T X T + , R 1 C ; 16 . C 6 A + , D X C , etcetera.

14 . . . . . 15 R 1 D

D 4 T + C D 3 A

Reforzando el C 4 R que ocupa un puesto de suma importancia, como se desprende de la variante 15 . . . . . . , C R (mueve) ? ? ; 16 . D X P T + � , T X D ; 17 . T X T + , R 1 A; 1 8 . C X P C mate. A 15 . . . . . . , C D 2 D ? ? seguiria t am b i e n 16 . D X P T + ! , T X T; 1 7 . T X T + , R 1 A ; 18 . C X P R mate .

16 A 2 R

No h ay nada mej or . La cauto­clavada� 16. C X P T ? hubiera side mortal : 16 . . . . . . , A 2 D ; 17. C 5 T ! , T D.1 C R; 18. C (5) - 6 A, C 5 C R ! , ganando. Y si 16. C (6) 5 T , P X C;

17. B6C+ ! , C X P; 18. C X C, PXC; 19 . D X T, D 4 R ! , forzando un final favorable.

16 . . . . . D 5 C

No se ve como pueden proseguir las blancas su of ens iva ; m i e n t ras tanto el contraataque de las negras se desarrolla nipido y eficaz .

B: 6. . . . . . , P 3 A R !

DIAGRAMA 1 7

Posicion despues de 6. . . . . . • P 3 A R !

Segu.n los t e o ri c o s sovieticos, la mejor replica de las negras. Sin em­bargo, esta afirmacion nos parece al­go arriesgada. Cierto es que la juga­da del texto es absolutamente logica. Un ataque prematuro en el fIanco se replica casi siempre con un con­tragolpe central.

Pero tan complej a es la variante, que no nos extranaria que alg(m dia se encontrara una refutacion c om­pleta de ella.

La jugada 6. . . . . . , P 3 A R, la co­nociamos ya hace muchos anos (l) . Puesta fuera de pra.ctica a raiz de una brillante partida de Alekhine, fue revisada nuevamente por Yudo­vich y Belavenetz en 1937, y desde entonces se considera favorable pa­ra las negras.

7 A 3 D

La jugada de Alekhine. OtraS' al­ternativas son: 7. P X P 0 7. D 5 T +.

( 1 ) Recomendada por TEIIllllWIf e n el "British Chess Magazine", 1899.

Page 27: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 29

En la primera las blancas tienen que Las n e gr as no deben t omar el jugar bien, para igualar. A saber: alfil . A 7 . . . . . . , P X A segu i r i a ,

Panov-Belavenetz, THlis, 1937. -7. P X P, C X P; 8. A 3 D, P 4 A; 9. P X P, C 3 A; 10 . C 3 T, D 4 T; 11 . D 2 D, D X P A; 12. 0 - 0, 0 - 0; 13. T D 1 R, P 4 R; 14. A X C, A X A. La posicion de las negras es preferi-

. ble. (Si 15. C X P, A X C ! ) .

1) 11 . D 2 D, mejor que 11 . A 2 D, D X P A; 12. C 4 A, 0 - 0 ; 13. D 2 R, C 5 D; 14 . D 1 A, A 3 D ; 15 . 0 - 0 - 0, C 5 C, con po­sicion muy superior de las ne­gras (Yates - Maroczy, Nueva York, ano 1924) .

En la segunda alternativa son mas . bien las negras, las que se esfuerzan

para c o n s e g u i r el equilibrio . Por ejemplo :

Alexander - Tylor, Brighton, 1938 . - 7 . D 5 T + ! , R I A (advertimos que no debe jugarse 7 . . . . . . , P 3 C ?, por 8 . P X P ! , P X D ; 9 . P X A) ; 8 . P x P, C X P; 9 . D 3 A, P 4 A; 10 . P x P, C D 2 D ; 11 . 0 - 0 - 0, C X P; 12 . C 3 T, A 2 D ; 13 . D 3 R (mas energico seria 13. C 4 A Y lue­go P 5 T) , T 1 A con perspectivas de ataque para ambos bandos.

1) 9. D 3 A; quiz as podria jugarse 9 . D 2 R, s e gu i d o de C 3 A y 0 - 0 - O. EI desarrollo algo retrasado del A R blanco seria el unico defecto de este planteo.

7 P 4 A D

La « variante sovietica » . L a s in­calculables complicaciones que sur­gen de ella todavia no estan dete­nidamente investigadas. Nos parece prematuro afirmar que la ultima jugada de las negras conduce a una refutacion c om p l e t a d e l ata qu e Chatard. '

segUn Alekhine: 8 . D 5 T + , R I A (0 bien 8 . . . . . . , P 3 C; 9. A X P + , P X A; 10 . D X T + , C I A; 11 . P X P C, A X P; 12. T 7 T, con ven­taja decisiva) ; 9 . T 3 T, P X P; 10 . T 3 A + , C 3 A; I 1 . C 3 T, D l R, 12 . D X P 5 T, R I C ; 13 . P X C, A X P; 14. T X A ! , P X T; 15 . D X P A, favorable para las blancas.

8 D 5 T + 9 C X P

DIAGRAMA 18

R I A

Posicion de.pues de 9. C X P

Esto da lugar a un juego extre­madamente animado. Mas solido es : 9. P R X P, C X P ; 10. A X C, A X A; 11 . P X P, D 4 T; 12. C R 2 R, P 5 D ; 13 . P 4 C D, D X P C ; 14 . T l C D, D 4 T ; 15 . T 5 C, seguido de C 4 R con buen juego para las blancas.

9 P X A

En busca de aventuras. Mas tran­quilidad ofrece 9. . . . . . , P X C; 10. P 6 R, D I R; 11 . D X D + , R X D; 12 . P X C + , A X P ; 13 . A 3 R, C 3 A (0 13 . . . . . . , P X P; 14. A X PD, C 3 A; 15. A 3 R, C 5 C) , con «chan­ces» aproximadamente iguales.

10 T 3 T

Con esperanza de 10 . . . . . . , P X C ; 11 . T 3 A + , C 3 A; 12 . P X P C, y el ataque es muy peligroso . A 11 .

Page 28: Defensa francesa czerniak

30 MIGUEL CZERNIAK

A 3 A seguiria tambiE:�n 12. P X P C (y no 12. P X A ? , D 1 R +) , D 1 R ; 13 . D 4 T, P X P ; 14 . P C X A, D X P + ; 15. R I A, C X P. No obs­tante todos estos cambios las blan­cas conservan su ataque, p. ej . : 16 . T 1 R, D 3 D ; 17. P 4 C R y las ne­gras tendra.n que devolver la pieza (17 . . . . . . , A X P) si no quieren co-rrer el peligro de 17 . . . . . . , R I C ; 18. T X C ! , P X T ; 19. T 8 R + , etc.

En lugar de 10 . T 3 T t am b i e n puede jugarse 10. P T X P , P X C (mej or 10. . . . . . , A X P ; 11 . T 3 T, P X C ; 12 . T 3 A + , A 3 A) ; 11 . P 6 R, D 1 R ; 12 . P X C ! , D X P (amenazaba A 6 C) ; 13 . C 3 A . La posicion de las blancas es muy bue­na. A 13. . . . . . , D 5 C seguiria no 14. A X P ?, D X D; 15. T X D, A 5 C ! y luego A X C Y P 3 C R - h sino 14. D X D, A X D; 15. C 5 R con ganan­cias materiales.

10 . . . . . P 5 C !

Una fina p a r a d a . Si a h o r a 1 1 . D X P C, P X C (con la c o l u m n a torre cerrada las negras no temen el a t a q u e; 12 . T 3 C, P 3 C R ; 13 . A X P, C 3 A ! ; 14. D 4 A. P X A ; 15. T X P, D 1 R ; 1 6 . T X C ":"'- . A X T : 17 . D X A + . R I C, y l a s n e g r a s deben ganar ; 0 bien 13. P 5 T . C X P : 14 . D 4 A ..:...- , C 2 A : 15 . P X P C, P T X P ; 1 6 . A X P, A 3 R : 17 . T 3 A R, D 1 R, y el ataque blanco esta por terminarse.

11 C 4 A !

Manteniendo la iniciativa a toda costa. Amenaza C X P R + 0 C 6 C + .

11 . . . . . C X P !

Unica . Las n e gr a s se defienden contra ambas amenazas atacando a su vez y preparando de esta ma­nera P X T.

12 P X C P X T

Y llegamos a una posIcIOn muy interesarite (vease el diag . 19) de

cuya caracteristica depende qUlZas la existencia de toda esa variante.

DIAGRAMA 19

a) 13 . C 6 C ":"'- . P x C : 14. D X T + , R 2 A; 15 . D 7 T. D X A ! ; 16 . P X D, P 7 T : 17 . 0 - 0 - 0, P 8 T = D : 18. C 3 A, D X P C; 19 . T I C . D X C : 20 . D X P 6 C + , R I A; 2 1 . D X P ...;... . R 1 R y el rey logra escapar de los jaques, quedando las negras con 3 pie­zas de mas.

b) 13 . A X P '!, T ;< A ! ; 14. D x T, P 7 T : 15 . R 2 R. P 8 T = D ; 16. C 6 C ...;... . R 2 A: 17 . C 8 T + , D X C : 18 . D X D , C 3 A, y las negras gan aron (Panov-Yudo­�cl:. Tiflis . 1937 ) .

c) 13 . 0-0-0 , P 7 T ; 14. C R 3 T, C 3 A : 15 . C 6 C ...;... , P X C ; 16. D X T ...;... . R 2 A ; 17 . A X P + , R X A; 18. C 4 A + , R 2 A; 19. D 5 T +, R I C ; 20 . T X D + , C X T ! ; 21 . D 8 R + , A 1 A; 22 . C 6 C, P 8 T = D + ; 23 . R 2 D, C 2 A ! , defendiendose contra la amenaza 24. C 7 R + . Las blancas pueden recuperar dos piezas y, sin embargo, en el balance final quedarian sin to­rre. Si las blancas jugaran 15. C 5 C (en lugar de 15. C 6 C+ ) , A X C ; 16 . P X A, C X P; 17 . A X P, P 8 T = D; 18. T X D, T X A; 19 . D X T, D X P ; 20. D 4 R, D 4 A, ganando (Smith­Jones, por c or r e s p o n d e n ci a, 1938) .

Page 29: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 31 d) 13 . C R X P, R I C (0 bien

13 . . . . . . , C 3 A; 14. 0 -0-0, D 1 R ; 15 . A 6 C, P X A ; 16 . D X T + ! , R 2 A; 17 . D 7 T con a t a qu e ; y t am p oc o sir-v e 1 3 . . . . . . , D 1 R, p o r 1 4 . A 6 C ! , P X A; 15. C X P + ! , R 2 A ! ; 16. C X T + , R I A; 17. C 6 C + , R 2 A; 18 . C (3) 4 A, con ataque ganador) ; 14. A4A! (0 bien 14 . T I D ! , D 1 A ; 15 .

C 5 C, Y s i a h o r a 1 5 . . . . . . , D X C ; 16. A X P + , R I A; 17. T 3 D, D X P R + ; 18. T 3 R, y las blanc as ganan ; pero no 14. O - O - O ?, D 1 A; 15 . A 4 A -ahora no puede jugarse 15 . C 5 C porque las negras toma­d a n c o n j a q u e-, D 2 A ; 16 . D 4 C, C 3 A; m ej or p ar a las negras) , P 3 C R; 15 . D 4 C, D 5 D (segun Becker ; los maes­tros sovieticos proponen aqui : 15. . . . . . , C 3 A ! ; 16. C X P R, D 4 T + ; 17. P 3 A, C X P, con suficiente defensa) ; 16. AXP+, A X A; 17 . D X A + , R I A; 18. D 8 A +, R 2 C; 1 9 . C 6 R + , R 3 T ; 20. D X T, D 5 R + ; 21 . R I A, D 5 A+ ; 22. R I C, D X C ; 23 . P 3 A R, con la amenaza 24 . C 5 C, A X C ; 25 . D 8 A + , _

R 4 T; 26. P 4 C + , R X P ; 27. R 2 C, y ganan.

Resumen: En las variantes a) y b) la superioridad de las negras es indiscutible y suficiente para ganar. En la c) las negras tienen que so­portar un ataque violento . Queda­rian luego con ventaja de material si es que el ataque blanco no puede ser reforzado, cosa que no podemos afirmar hasta ahora. La linea d) es un verdadero laberinto de compli­caciones . P a r e c e que las b l a n c a s consiguen buenas chances jugando 14. A 4 A 6 14. T I D.

Desde luego, todo esto n e c e s it a confirmaci6n practica.

c: 6. .. .. .. .. . , P 4A D

Re spaldada por los amilisis de Reti y Breyer, esta jugada no logra

DIAGRAMA 20

Posicion despues de 6. . . . . . , P ' A D

derribar la variante Chatard, pero d em u e s t r a que las negras pueden avanzar su P A D aun sin prepara­ci6n y pese a la amenaza C 5 C.

7 A X A

Lo usual. Otras jugadas posibles son: 7. C 5 C y 7. D 4 C.

No se aconseja jugar 7. C 5 C. De las divers as replicas que poseen las negras 7 . . . . . . , P 3 A ! , s ed a la mej or :

a) 7. C 5 C, P 3 A ! ; 8. PRXP, C X P ; 9 . A 4 A R, 0 - 0 ; 10 . C 7 A, C 1 R ! ; 11 . C X T, T X A, y las negras ganan. Tampoco 8. A 3 D es peligroso para las negras . Vease :

Kluger-Szabo, Tata-T6varos, 1935. -7 . C 5 C, P 3 A ! ; 8. A 3 D, P3TD ! ; 9. C 6 D + , A X C; 10. P X A, P X P ; 11 . D 5 T + , R I A; 12. C 3 A, C 3 A; 13 . 0 - 0 - 0, D 1 R; 14 . D 4 C, P 4 R; 15 . D 3 C, C 4 A, mejor las negras. Observese que la toma del alfil entregado en ninglin momento puede considerarse buena.

1) 8 . . . . . . , P 3 T D fuerza la decisi6n. Mas debil seria 8 . . . . . . ,

Page 30: Defensa francesa czerniak

32 MIGUEL CZERNIAK

P X P D ? ; 9 . D 5 T + , R I A ; 10 . P X P, C X P; 11 . D 2 R, A 5 C + ; 12 . R I A, C 3 A; 13 . C 3 A R, A 3 D ; 14 . C X A, D X C; 16 . T l R, P 3 T R ; 16 . A 2 D, A 2 D ; 17 . P 5 T, T I R; 18. A 6 C ! , T 2 R; 19. C 5 C ! , y la superioridad de las blancas es clara (Guimard - Stahlberg, Mar del Plata, 1942) . Seg(m Stahlberg se podna aceptar el sacrificio (en lugar de 8. . . . . . , P X P D ?) , p. ej . , 8 . . . . . . , P X A; 9 . D 5 T + , R I A; 10 . T 3 T, P 5 C ! , etc . Pero en esta va­riante (con C 5 C) nos parece m u y f u e r t e la j ug a d a 1 0 . P T X P ! ( en vez d e 10 . T 3 T) , ya que las negras no pueden contestar D 1 R ni tam­poco 10. . . . . . , A X P a causa de 11 . C 6 D !

b) SegUn los analisis de Breyer, la mejor replica a 7. C 5 C es P X P con la siguiente conti­nuacion: 8. C 6 D + , R I A; 9. A X A +, D X A (9 . . . . . . , R X A es menos fuerte ; podria seguir 10 . P 4 A R, etc.) ; 10 . C X A, D 5 C + ; 11 . D 2 D, D X P C; 1 2 . T I D , C 3 A D ; 13. C 6 D, C (2) X P; 15 . C 5 C, T 1 A D, con amplia compensa­cion por el material sacrifica­do. No obstante, las opiniones respecto a esta variante estan divididas, y se considera gene­ralmente la linea anterior (7. . . . . . , P 3 A ! ) mas solida.

c) Decididamente i n f e r i o r es 7 . . . . . . , D 3 C ; 8. A X A, R X A, y ahora no 9. D 2 D, P X P ? ; 10. 0-0-0, como en la par­tida Engels - Hurtado, Torneo de las Naciones, 1939, sino 9. D 4 C ! , y atacando el P C se ·gana un tiempo i m p o r t a n t e para seguir 0 - 0 - 0 , etc.

En cuanto a 7. D 4 C se considera

esta continuacion ligeramente favo­rable a las b l an c as . He a qu i un ejemplo:

Lilienthal - Vera Menchik, Moscu, 1935. - 7. D 4 C, C 3 A D ! ; 8. A X A, R X A (a 8 . . . . . . , D X A, seguiria 9. D X PC) ; 9. D 5 C + (aqui, seg(m Lilienthal, mas fuerte sena 9. P4A, p. ej . , C X P D; 10. D 5 C + , R I R; 11 . D X P C, 0 9 . . . . . . , P X P; 10 . C D 2 R, pero en cambio no sirve 9. D X P C, T 1 CR; 10. D X PT, P X P, etc. ) , 9 . . . . . . , R I A; 10. D X D + , C X D ; 11 . P 4 A, C 3 A D ; 12. C 3 A, P 3 T D; 13. 0 - 0 - 0, P 4 C D. La pequefia ventaja de las blancas es del mismo tipo que en la variante prin­cipal y consiste en la ocupacion del punto 4 D por su caballo.

Si 7 . . . . . . , P 4 A, la superioridad de las b l a n c a s qu e d a establecida despues de : 8 . D 5 T + , P 3 C ; 9 .

-D 6 T, A l A; 10. A X D, A X D ; 11 . A 5 C, A X A ; 12 . P X A, P 3 T D ; 13. P 4 A, P X P; 14. C D 2 R, C 3 AD; 15 . C 3 A R (Lilienthal-Spielmann, Sitges, 1934) .

7 . . . . . R X A !

No es claro si la continuacion 7. . . . . . , D X A significa la perdida 0 solamente la «entrega» de la calidad. Los efectos de �sta seran, sin em­b a r g o , los m i s m o s y luego de 8 . C 5 C, 0 - 0 (al jugar 8 . . . . . . , R I D, las negras confesarian que su jugada anterior no era buena) ; 9 . C 7 A, C X P; 10. C X T, P X P; 11 . D X P, C D 3 A; 12. D 2 D, las blancas que­darian mej or (Riumin - Lilienthal, �Ioscu, 1935) .

La tentativa 9 . . . . . . , P X P (en lugar de 9. . . . . . , C X P) se refuta, seg(m Kashdan, con 10. C X T, P3A; 1 1 . C 7 A, P X P; 12. C 5 C, P 3 T D; 13. C 7 T, D 5 C + ; 14. D 2 D, y las blancas deben ganar facilmente.

Stahlberg va mas lejos aUn y pro­pone la entrega temporal de una

Page 31: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA �CESA aa torre, jugando asi : 9 . . . . . . , C a A D; de 9 . D 5 C + , R 1 R; 10 . D X P, 1 0. C X T, P a A. Cuim peligroso es T 1 A; 11 . C 5 C, etc. en este caso el ataque de las negras 10 demuestra la variante. 1 1 . P R X P, 9 C a A C X P A; 12. C a A R, P X P (arne-nazando con P 4 R y con un caballo En cuanto a 9. P X P, ver la par-

blanco como rehen las n e g r a s no tida N9 3, pag. 37.

estan mal) ; 13 . C X P, C 5 R ; 14 . C 3 A, D 5 C + ; 15 . P 3 A, D X P C ; 16. A 2 R, C X P A D y gana.

8 D 4 C

Otra buena j u g a d a es 8 . P 4 A, por ejemplo :

Lovenfisch-Menchik, Moscu, 1935. - 8. P 4 A, P X P; 9. D X P, C 3A D ; 10 . D 2 D, D 4 T; 1 1 . C 3 A, T 1 D ; 12 . T 3 T, R I A ; 13 . A 3 D, C 3 C ; 14 . C 5 C D ! , C 5 C ; 15 . C R 4 D, P 3 T D ; 16. C 6 D, D 4 A; 17. P 3 A, C X A + ; 18 . D X C, y el triunfo de las blancas es solo cuestion de tiempo.

1) 8. . . . . . , P X P gana un tiem­po para el desarrollo del C D y es mej or que 8 . . . . . . , C 3 A D ; 9. P X P, C X P A; 10. D 4 C ! , R 1 A; 1 1 . 0 - 0 - 0 (Riumin­Stahlberg, Moscu, 1935) .

2 ) 10 . . . • . . , D 4 T fue muy criti­cada . En lugar de ella propo-n i a n 10 . . . . . . , D 3 C, 10 que resulta au.n peor ; p . ej . : H . 0 - 0 - 0, C 4 A; 12 . C 3 A, A 2 D ; 13. P 5 A ! ; etc.

a) 13 . . . . . . , C 3 C; a 13 . . . . . . , P 3 C s e g u iri a 14 . P 5 T. A 13 . . . . . . , P 3 T R; 14. P 4 C R, lu e g o P 5 C, etc . Por eso las negras buscan su salvacion en alglin contrajuego.

4) 15 . . . . . . , P 3 T D; tampoco se-ria bueno 15 . . . . . . , C 5 A ; 16 . A X C, P X A; 17 . C 6 D ! (pe­ro no 17 . T 3 T ? , C X P + ! ) .

8 . . . . . R I A

Pero no 8 . . . . . . , P X P ?, a causa

9 . . . . . P X P 10 D X P D D 3 C

A 10 . . . . . . , C 3 A D seguma 11 . D 4 A R, D 2 A; 12 . C 5 C D. D 1 C; 13. C 6 D, con ventaja decisiva para las blancas.

DIAGRAMA 2 1

Posicion despaes d e 10. . . . . . , D S C

11 D X D

Al querer eludir el cambio de las damas, las blanc as tendrian que em­barcarse en una aventura por de­mas peligrosa. Por ejemplo :

SpieImann-Oskam, Scheveningen, 1923 . - 1 1 . D 2 D, C 3 A D ; 12 . 0 - 0 - 0, P 3 T D ; 13. T 3 T, D 2 A; 14. P 5 T, P 3 T ; 15. R 1 C. Segu.n Ma­roczy las negras pueden tomar aho­ra el peon, p. ej . : 15 . . . . . . , C (2) X P ; 16 . D 4 A, A 2 D ; 17 . T 1 R, P 3 A; 18. C 4 T, T 1 A; etc.

1) 11 . . . . . . , C 3 A D. Si 1 1 . . . . . . , D X P C ; 12. T 1 C D, D 6 T; 13. C 5 C D, D X P ; 14 . T 1 D, es peligroso para las negras.

2) 12 . . . . . . , P 3 T D; mejor 12 . . . . . . , C (2) X P. E u w e no aconseja capturar este peon a causa de

Page 32: Defensa francesa czerniak

34 MIGUEL CZERNIAK

13 . C X C, C X C ; 14 . P 5 T, P 3 T; 15. D 4 A (C X P es in­correcto) , pero nos parece que las negras pueden resistir muy bien el ataque jugando 15 . . . . . . , D 2 A ! ; 16 . R I C, A 2 D ; 17 . T 1 R, P 3 A; y luego T 1 A Y C 5 A.

1 1 P X D

Si 11 . . . . . . , C X D ; 12 . C 2 D, C 3 A; 13 . P 4 A, A 2 D ; 14. ° - ° - 0, T 1 A ; 15. C 3 C con mejor posicion de las blanc as (Bogoljubow - Spiel­mann, Baden-Baden, 1925) . La ju­gada del texto, aunque dobla y de­bilita los peones negros, no permite a las blancas afianzar su posicion cen­tral. Segun Euwe las blancas pue­den ahora enrocar, entregando tem­porariamente su peon torre, p. ej . : 12 . 0 - 0 - 0, C 3 A D ; 13 . T 1 R, P 5 D ; 14. C 5 C D, T X P ; 15 . R I C, T 4 T ; 16. P 5 T, P 3 T; 17 . T 4 T, y las blancas p r o n t o r e c u p er a n su peon .

D: 6 . . . . . . , P 3 T R

DIAGRAMA 22

Posicion despues de 6. . . . . . , P 3 T R

Esta continuacion, aunque respal­dada en un tiempo por la opinion autorizada de Lasker, no es tan bue­na como las variantes A y B . Al igual que la C tiene su pro y su contra, pero es indudablemente me­jor que las E y F .

La jugada 6. . . . . . , P 3 T R crea cierta debilidad en la posicion del rey negro. Los comentarios 1 y 3 de la siguiente partida demuestran co­mo han de proceder las blanc as para

� conseguir posicion preferible.

Bogoljubow - Maroczy, Bled, 1931. - 6 . . . . . . , P 3 T R; 7. A 3 R, P 4 A D ; 8. D 4 C, R I A; 9. P 4 A , P X P ; 10. A X P, C 3 A D; 11 . C 3 A, D 4 T; 12. T 3 T ?, P 4 T ! ; 13 . D 3 C, P 3 C R; 14 . 0 - 0 - 0, C 4 A; 15 . C 5 C R. P 3 T, Y el a t a q u e de las negras promete mucho mas que el de su contrario.

1) 7. A 3 R hoy no se considera 10 mej or . Las blancas conservan su buen alfil, pero pierden la iniciativa. En vez de la jugada del texto se puede elegir en­tre la continuacion s o l i d a 7 . A X A Y el «gambito» 7 . D 5 T.

En la primera se llega a la posicion c o n o c i d a de la v a ­riante principal con el agrega­do de las jugadas P 4 T R de las blanc as y P 3 T R de las negras. L a s blancas continuaran des­pues de 7. A X A, D X A, con 8. D 4 C, 9. 0 - 0 - 0, etc.

En la segunda variante las blancas sacrifican una p i e z a . pero la posicion obtenida pa­rece compensar esta perdida. a saber : 7 . D 5 T, P 3 T D (si 7 . . : . . . , P 3 C R; 8 . A X A. D X A; 9. D 4 C, y las negras han debilitado su posicion alin mas) ; 8. A3 D, P 4A; 9 . C X P !. A X A (unica ; si 9 . . . . . . , P X C ; 10 . P 6 R, T 1 A; 11 . P X P + . T X P ; 12 . A 6 C) ; 10 . P x A,. P X C ; 1 1 . P 6 R , D 2 R ; 12. O - O - O, D X P R; 13. C 3 A,. con gran juego. (Analisis por Yudovich y Belavenetz) .

2) 7 . . . . . . , P 4 A D significa que las negras toman la iniciativa.

Page 33: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 35

Su A R desempefiara ahora un papel importante t a n t o en la defensa (desbaratando la ame­naza C 5 C) c omo en el a t a­que (dirigido luego contra el 0 - 0 - 0 blanco) .

3 ) 9. P 4 A . Aqui el g o l p e mas acertado sena 9. C 3 A, p. ej . : C 3 A D ; 10. 0 - 0 - 0, P X P; 1 1 . A X P D, D 4 T ; 12 . T 3 T (ahora las blancas no temen 12 . . . . . . , P 4 T, a 10 cual se-g U ir i a 13 . D 4 A) , C 4 A; 13 . T 3 C, P 3 C R; 14. D 4 A, mejor las blancas (Dubinin - Rabino­vich, Leningrado, 1934) .

4) 12 . T 3 T ? Erroneo ; pero ya es dificil hallar para las blancas una buena jugada. P. ej . : si 12. P 5 T, A 6 T ! ; 13 . 0 - 0 - 0, C X A, seguido de D X C. 0 bien 12. P 3 T, A 5 C ; etc. Y si las blanc as sacrifican un peon jugando 12. 0 - 0 - 0, A 5 C ; 13. C 1 C, D X P ; 14. P 5 T, P 4 T; 15. T 3 T, P 5 T; 16. T 3 C. T 1 C R ; 17. A 3 D, P 6 T, el ata­que negro llega mas rapido.

E: 6. . . . . . , A X A ?

DIAGRAMA 23

Posicion despnes de 6. . . . . . • A X A ?

La aceptacion de la entrega no es ciertamente un buen negocio . Las negras quedan con un peon de mas, pero se exponen a un ataque muy peligroso.

7 P X A 8 C 3 T !

D X P D 2 R

Si 8 . . . . . . , D 3 T ; 9. P 3 C R se-guido de A 2 C y C 4 A, 0, mas ener­gicamente aun, 9 . P 4 C R, y luego P 5 C. En ambos casos la superiori­dad del desarrollo blanco compensa su desventaja material, aunque no siempre resulta posible demostrarlo en un ataque directo contra el rey.

9 C 4 A P 3 T D

Preparando el unico contragolpe posible ( . . . , P4AD) . Si 9 . . . . . . , CIA; 10 . D 4 C (amenazando D X P C y C X P D) , P 4 A R; 11 . P X P a. p. , P x P; 12 . 0 - 0 - 0, P 3 A; 13 . T 1 R, R I D; 14. T 6 T, y las blancas ganaron en brillante f o r m a (Ale­khine-Fahrni, Mannheim, 1914) . Es­ta partida tuvo mas repercusion en el m u n d o aj edrecistico que t o d o s los am'llisis anteriores.

10 D 4 C 11 0 - 0 - 0 12 D 3 C !

P 3 C R P 4 A D

Amenaza 13 . C D X P. Par ej . : 12. . . . . . , P X P; 13 . C D X P, P X C ; 14. C X P D, D X P (si 14 . . . . . . , D I D ; 1 5 . P 6 R ! ) ; 15. C 7 A + , y gana.

12 13 P X P 14 A 3 D

C 3 C D X P

Intenta 15. A X P C ! , p. ej . : T I C; 16 . A X P + , R X A; 17. T X P + ; R I A; 18. C 6 C + , R 1 R; 19. C 4 R ! , P X C ; 20 . D 5 C, y gana . Por eso la proxima jugada de las negras es casi forzada.

14 D 1 A 15 A 4 R ! !

Page 34: Defensa francesa czerniak

36 MIGUEL CZERNIAK DIAGRAMA 24

Posicion despues de 15. A 4 R ! !

Se propone seguir con 16. A X P D, P X A; 17 . C (4) X P D, C X C; 18 . C X C, con ataque irresistible . No Ie queda a las negras mas remedio que tomar el aliil; pero entonces las blanc as ganan de la manera siguien-te : 15 . . . . . . , P X A; 16 . C D X P, C D 2 D (amenazaba C 6 C + segui­do de D 3 T D mate) ; 17 . D 3 A D ! , D 2 R; 18 . C 6 A + , C X C (0 bien 18 . . . . . . , R I A; 19 . C X P T + , R 2 C ; 20 . C 5 T + ! , P X C ; 21 . D 3 C + , R 3 T ; 22. T X P + segui­do de mate) ; 19 . P X C, D 1 A; 20. D 7 A, C 2 D; 21 . C 5 D ! (con la ame­naza de C 6 C) , P X C ; 22. T R 1 R + , C 4 R ; 23. T X C + , A 3 R ; 23. R I C ! (frustrando la tentativa de escapar por medio de D 3 T + y 0 - 0) , T I D (si 24 . . . . . . , D 5 C ; 25. P 3 T ! ) : 25 . T D X P ! , T X T; 26 . T X T, A X T ; 27. D 8 A mate . (El analisis es de Bogoljubow) .

F: 6 . . . . . . , O - O ?

DIAGRAMA 25

Posicion despues de 6 • • • . . . J 0 - 0 T

L a s negras d e l a t a n prematura­mente el domicilio de su rey, el que sera objeto de una recia acometida.

Bogoljubow - Spielmann, Viena , 1922. - 6 . . . . . . , 0 - 0 ; 7. A 3 D , P 4 A D ; 8 . C 3 T, T 1 R; 9 . C 5 C, P 4 A; 10. C 6 D, P X P ; 1 1 . C X T, D X C ; 12. A 5 C, A 5 C + ; 13. A 2 D, D 2 R ; 14. P 4 A R, D X P + ; 15. C 2 A, con ventaja decisiva.

1) 7 . . . . . . , P 4 A D no es bueno. P e r o � que otra c o sa p o dr i a aconsejarse?

Si 7 . . . . . . , P 3 A R ? ; 8 . D 5 T ! Si 7 . . . . . . , P 3 T R; 8. A X P ! , P X A; 9 . D 4 C + , R 1 T ; 10 . D 5 T, R 2 C ; 11 . T 3 T, T I T ; 12. T 3 C + , R I A; 13 . T 3 A, D 1 R ; 14 . C 3 T (A6 C ?, A 3 A ! ) , y luego C 4 A con multiples amenazas (Czer­

niak - Frenkel, E s t r a s burg o, 1 931) . A 7 . . . . . . , P 4 A R, tan-to 8. C 3 T como 8. P 4 C R son respuestas fuertes ; y finalmen-te a 7 . . . . . . , P 3 T D seguiria como en el texto 8. C 3 T.

2) 8. C 3 T amenaza 9 . A X P + ! , R X A; 1 0 . D 5 T + , R I C ; 1 1 . A X A, D X A; 12 . C 5 C R, Y gana .

O t r a continuaci6n c o nvin ­

cente h u b i e r a sido 8 . D 5 T, P 3 C R; 9. D 6 T, T1R; 10. AXA, D X A; 1 1 . P 5 T, C I A; 12 . C3 A, P A X P ; 13 . C 5 C R, C 3 A ( a 1 3 . . . . . . , P X C seguiria con mas raz6n aun 14. C X P T ! ) ; 14. C X P T ! , C X P ; 15 . P X P, C (1 ) X P ; 1 6 . A X C, C X A; 17 . P 4 C R, P X C ; 18 . 0-0-0, con la amenaza i r r es is t i b l e P5C, C6A+ (Euwe - Maroczy, exhib i c i 6 n en A m st e r d a m, 1921) .

3) 1 0 . . . • . . , P X P; si 10 . . . . . . , T 1 A, sigue 11 . C X A, A X A; 12 . P X A, D X C ; 13 . D 5 T, con ataque ganador.

Page 35: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 37

PARTIDA Nt? 3

Jugada en el campeonato de Estados Unidos

Blancas I. Kashdan 1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R 5 P 5 R 6 P 4 T R

Negras Trysman

P 3 R P 4 D C 3 A R A 2 R C R 2 D P 4 A D

EI analisis de esta variante 'se en­cuentra en la pag. 31 .

7 A X A R X A

Algunas partidas por correspon­dencia disputadas poco ha, en que las negras emplearon con exito la linea antite6rica : 7 . . . . . . , D X A; 8. C 5 C D, 0 - 0; 9. C 7 A, C 3 A D ; 10 . C X T, P 3 A ! , parecen indicar que la e x ­ploraci6n del ataque Chatard at'in no puede darse por terminada.

8 D 4 C 9 P X P

R I A

Desafiando a la teoria que reco­mienda 9. C 3 A, las blaricas buscan el triunfo en apertura de lineas.

9 10 0 - 0 - 0 1 1 D 3 C 12 P 4 A 13 P 5 A

C 3 A D C R X P R D 2 R C 2 D D X P A

Nos parece algo mej or 13 . . . . . . , C X P para no qui tar al rey negro la protecci6n de su P A.

14 P X P 15 C 3 A 16 A 3 D 17 T R I A

P X P C 3 A A 2 D T D I A

Las negras abrigan sus esperanzas en un contraataque frontal.

18 C 5 C R C 5 C D 19 C X P T + !

Esta c o mbin a c i 6 n ha sido muy bien calculada pOl' Kashdan . Apa­rentemente, las negras consiguen un fuerte ataque entregando la calidad.

19 T X C 20 A X T P 5 D ! ?

DIAGRAMA 26

Posicion despues de 20. . . . . . • P 5 D ! ?

21 T X C + !

La entrega es d e c i si v a y n a d a pueden hacer l as negras para esca­par a la derrota . · EI resto es facil y no necesita comentarios.

21 22 D 8 C + 23 D 7 C + 24 D X P + 25 D X D + 26 T X P 27 T 4 C R 28 T 7 C + 29 T 5 C 30 C 4 R + 31 T X C 32 P 3 C R 33 R 2 D 34 T 5 T R 35 T 7 T + 36 C 5 C 37 P 5 T 38 R I R 39 P 6 T 40 T 7 C + 41 C 6 R + 42 P 7 T

P X T , R 2 R R I D D 2 R R X D C 3 A C 4 R R 3 A T 1 T R R 2 R T X A T 2 A T 8 A A 3 A R I A P 4 R T 7 A + T 7 T R I C R I A R 1 R Abandonan.

Page 36: Defensa francesa czerniak

CAPITULO III

V ARIANTE TARTAKOWER

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 3 A D C 3 A R 4 A 5 C R A 2 R 5 P 5 R C 5 R

DIAGRAMA 27

Posicion despues de 5. . . . . . • C 5 B

Una jugada de valor dudoso. Las negras pretenden igualar, forzando cambios de piezas, con la esperanza de que luego de cambiarse los ca­ballos, su peon en 5 R molestani el desarrollo del contrario. Tambien en este caso el unico contragolpe eficaz de las negras es P 4 A D. La variante encierra algunas amenazas de carac­ter tactico, las que no deben, sin em­bargo, causar a las blancas ninguna dificultad, a menos que juegue mal.

6 A X A

6. C X C, A X A conduce a una posicion mas 0 menos equilibrada,

p. ej . : 7 . C X A, D X C; 8 . C 3 A, D 2 R; 9. A 3 D, P 4 A D ; 10. P 3 A, C 3 A; 0 bien 8 . . . . . . , P 3 C R, con el propos ito de hacerse fuerte en el centro, y si 8 . . . . . . , P 4 A D ; 9. P3 AD, C 3 A; 10 . P 4 A R, D 2 R; 1 1 . C 3 A, A 2 D ; 1 2 . D 2 D, 0 - 0 - 0 ; 1 3 . A 3 D, con las blanc as escasamente mejor (Forgacs-Tartakower, Peters­burgo, 1909) .

6 D X A

L as complicaciones q u e s u r g e n despues d e 6 . . . . . . , C X C son fa­vorables para las blancas, p. ej . : 7 . D 4 C (mejor que 7 . A X D, C X D ; 8 . A X P , C X P C; 9 . T 1 C, C 5 A ! ; 10 . A R X C, P X A, con igualdad, ya que la tentativa de ganar un peon de parte de las blancas puede costar­lc caro ; 11 . T 4 C ?, C 3 T; 12. T X P, P 4 C D ; 13. T 3 A, A 2 C; 14. C 2 R, P 5 C, y si 15 . T 4 A, A 4 D, y gana Chigorin - Lewitt, O s t e n d e , 1906) , D X A; 8. P X C, D 6 T; 9. R 2 D, y l as b l a n c a s estan m e j o r . S i 8 . D X P C, D 5 C; 9. D X T + , R 2 D ; 10. A 3 D, D X P C ; 1 1 . T 1 D, C X T; 12. R X C; y, como diriamos, ambos adversarios quedan mal.

7 C X C

Tambien puede jugarse: 7. A 3 D, D 5 C (0 bien 7 . . . . . . , C X C ; 8.

Page 37: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 39

P x C) ; 8. C R 2 R, P4AD; 9. 0-0, Tal vez algo mejor sea 8 . . . . . . , y las blancas eshin mejor. A 2 D; pero tambiem en este caso la

posicion de las b l a n c a s es prefe-7 . . . . . P X C rible. 8 D 2 R !

Lo mejor . Otras alternativas son inferiores, p. ej . :

a) 8 . D 2 D, 0 - 0 (tambien pue­de jugarse 8 . . . . . . , P 4 A D ; 9. P 3 A D, A 2 D, Y luego A 3 A, C 2 D, 0 - 0, etc . ) ; 9. P 3 C R, T I D ; 10. A 2 C (0 10 . P 3 A D, P 4 A D ; 1 1 . A 2 C, C 3 A; etc. ) , C 3 A ! , y ambos peones centra­les blancos estan amenazados .

b) 8. P 3 A D seguido de P 3 A R. Las blancas g e n e r o s a m en t e ofrecen cambiar �l peon debil negro en vez de tratar de cap­turarlo. Por ej emplo : 8. P3AD, 0 - 0; 9 . P 3 A, P 4 A D ; 10 . P 5 D (si no s i g u e 10 . . . . . . , T I D y l u e g o C 3 A) , P X P ; 1 1 . D X P , C 3 A + .

8 C 2 D

Tampoco sirve 8 . . . . . . , P 3 C D, como 10 demuestra la partida Flohr­Alekhine, Bled, 1931 , la que conti­n u o : 9 . 0 - 0 - 0 (si 9 . D X P, D 5 C + ; 10 . R 2 R, P 3 A D, Y las ne­gras estan mej or) , A 2 C ; 10 . P 3 C R, P 4 A D ; 1 1 . A 2 C ! , P X P; 12. A X P (aqui merece destacarse la preocu­

pacion que causan a las negras sus peones «colgantes» en el centro ; no bien ha desaparecido uno, ya tiene o t r o m a s d e b i l a un ) , C 3 A; 13 . P 4 A R, 0-0-0; 14. C 3 A, D 4 A ; 15 . R I C . E n e s t e momento las blancas a c e p t a r o n t a b I as, cuando podian ganar un peon, p. ej . : 15 . . . . . . , C 2 R; 16 . A X A + , R X A; 17 . D 4 R + , C 3 A; 18. T 2 D, T 2 D; 19. T R I D, T R I D ; 20 . D X P T; 0 b i e n 1 5 . . . . . . , T 2 D ; 16 . T 2 D, T R 1 D ; 17 . T R 1 D, P 3 T R; 18 . D 2 A, etc.

.

9 0 - 0 - 0 10 P X P a. p. 11 P 4 A R !

P 4 A R C X P

Desde ahora al punta vulnerable de las negras se llama P 3 R, mientras que el dominio de la casilla 5 R ase­gura a las blanc as una ventaja dura­dera, como 10 demuestran las ne­gras, de manera muy elegante, en la siguiente partida :

PARTIDA N9 4

Jugada en el tomeo de Soest, 1935

Blancas R. Spielmann

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R 5 P 5 R

Negras Van den Bosch

P 3 R P 4 D C 3 A R A 2 R ' C 5 R

Era en un tiempo la jugada pre­ferida de Tartakower ; pero el mis­mo la habia recomendado.

6 A X A 7 C X C 8 D 2 R ! 9 0 - 0 - 0

10 P X P a. p. 11 P 3 C R ?

D X A P X C C 2 D P 4 A R C X P

Las blanc as se proponen capturar el indefenso peon enemigo . El golpe acertado era, como ya mencionamos, 11 . P 4 A R !

La combinacion que sigue es una bonita ilustracion del tema: «no co­mas demasiado» .

1 1 12 A 2 C 13 A X P 14 D X C 15 C 3 A

0 - 0 P 4 R ! C X A T X P

Page 38: Defensa francesa czerniak

40 MIGUEL CZERNIAK

Desde ahora todas las jugadas de las blancas son forzadas.

15 . . . . . D 2 A !

Con tres amenazas : D X C, D X P Y A 4 A, c u alquier a de ellas sufi­ciente para ganar.

16 C 5 C 17 D X P C 18 R 1 C

A 4 A ! T X P +

(Ver dlagrama '�8) Ahora el j oven maestro holandes

se luce en un remate verdaderamen­te hermoso.

18 19 R X T 20 R 2 D

T 8 A + ! ! D 5 A + D 6 D +

DIAGRAMA 28

Posicion despues de 18. R I C

2 1 R 1 R 22 R I A

D 6 R + T 1 A R

Amenaza 23 . . . . . . , A 6 T mate . Si 23 . R 2 C entonces D 7 R + , etc .

Las blancas abandonan.

Page 39: Defensa francesa czerniak

CAPITULO IV

VARIANTE ANDERS SEN C)

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R 5 Ax e

DIAGRAMA 29

P 3 R P 4 D C 3 A R A 2 R

Posicion despues de 5. A X C

Una jugada cuyo concepto es di­ficil de explicar . S eg u n algm o s teoricos «las blanc a s eliminan un caballo que desde 2 D hubiese ac­tuado muy bien como pieza defen­siva» . Pero l quit§n puede impedir a las negras colocar su C D en el mismo lugar? Ademas las negras cuentan con dos alfiles en esta variante.

Por mas peligroso que sea el ata­que que las blancas intentan contra el fIanco rey enemigo, la defensa

( 1 ) Es curloso que desde los tlempos de An­derssen esta varlante haya side slempre e1 arma predllecta de todos los jugadores de ataque. Ac­tualmente la emplea con exlto K. Richter, maestro aleman de estllo sumamente agresivo.

posee suficientes recursos para re­chazarlo . Y hasta dispone de algu­nas acciones de rebote (comentario 2 de la partida Richter-Stahlberg y el texto) .

5 A X A

Es obvio que 5 . . . . . . , P X A no sirve. Seguiria 6. P X P, P X P. No hay que ser necesariamente un emu-10 de Tarrasch para d ars e cuenta de que la posicion de las negras ha sido rota.

6 P 5 R

No se consigue nada mantenien­do la tension, p. ej . : 6. C 3 A, 0 - 0 (6 . . . . . . , P X P conduce a la varian-te Rubinstein, c a p . X) ; 7 . A 3 D, P 4 A D; 8 . P 5 R (seg6.n Alekhine mejor 8 . P X P A, D 4 T; 9 . D 2 D. con perspectivas mas 0 menos igua­les) , A 2 R; 9 . P X P, C 2 D ; 10 . P 4 T R, P 4 A R; 11 . P X P a . p . , A X P 3 A; 12 . D 2 D, C X P, y la posicion de las negras es muy bue­na (Foltys-Keres, Praga, 1937) .

6 A 2 R 7 D 4 C

7 . C 3 A seria demasiado pasivo . P o dr i a seguir 7 . . . . . . , 0-0; 8 . A 3 D, P 4 A D; 9 . P 4 T R (amenaza

Page 40: Defensa francesa czerniak

42 MIGUEL CZERNIAK

10. A X P + ) , P 3 A; 10 . C 5 C R, P 4 A, y el ataque b l an c o fracasa (Puiggros - Guimard, Buenos Aires, 1940) .

7 . . . . . 0 - 0 8 A 3 D

0, como juega a menudo Richter, en seguida 8. 0 - 0 - O.

8 . . . . . P 4 A D

Aqui se usa con mas frecuencia 8 . . . . . . , P 4 A R . Sin embargo, la jug ada del texto parece mas logica, porque tarde 0 tempranO' debe ha­cerse, mientras que el doble avance del P A R no es absolutamente ne­cesario y quizas debera jugarse lue­go P 3 A R.

Richter-Stahlberg, Zoppot, 1935.-8 . . . . . . , P 4 A R; 9. D 3 T, P 4 A; 10. P X P, C 2 D; 11 . P 4 A, C X P A; 12. 0 - 0 - 0, A 2 D; 13 . C R 2 R, P 4 C D ; 14. C 4 D, P 5 C ; 15 . C D 2 R, P 4 T D ; 16. P 4 C ! , y el ataque blan­co fue coronado con exito.

1) 8 . . . . . . , P 4 A R . Menos ener-gico seria 8 . . . . . . , C 2 D ; 9 . C D 2 R, P 4 A D ; 10 . P 3 A D, etcetera.

2) 10 . . . . . . , C 2 D . Tal vez seria mejor 10. . . . . . , C 3 A seguido luego de A X P . Una partida Blass-Czerniak, Tel-Aviv, 1935, continuo : 10 . . . . . . , A X P; 11 . C 3 A (mejor 11 . P 4 A seguido de 0 - 0 - 0) , C 3 A; 12 . P 3 T D (eludiendo el cambio de su A R) , P 3 T D (preparan­do el traslado de la T D al flan­co rey ; una idea poco comlin

. en la d e f en s a francesa) ; 13 . 0 - 0, P 4 C D; 1 4 . C D 2 R , T 2 T ; 15. D 3 C, P 4 C ! , y lue­go T 2 C R con mejor juego.

9 P X P

A 9 . D 3 T, Euwe r e c o mi e n d a 9 . . . . . . , P 3 C R; 10 . P X P , C 3 A; 11 . P 4 A, A X P ; 12. C 3 A, P 3 A I ; y las negras obtienen mej or juego (Charusek-Maroczy, 1897) , pues si 13 . O - O - O ?, A 6 R + , seguido de A X P, Y si 13. D 6 T, T 2 A; 14. O - O - O ?, A 6 R + , seguido de P X P .

9 10 P 4 A 11 D 3 T

DIAGRAMA 30

C 3 A P 4 A P 3 C D I

Posicion despues de 11. . . . . . , P 3 C D !

Una idea interesante. Tomando el peon (12. P X P) , las blancas se ex­pondrian a un ataque s u m a m e n t e recio, p . ej . : 12 . . . . . . , D X P ; 13 . 0 - 0 - 0 (si 13. C 1 D, D 5 C + ) , T I C ; 14. P 3 C D, D 4 T ; 15. C R 2 R, A 6 T --'- : 16. R I C, A 5 C, etc.

La partida Pilnik-Stahlberg, Mar d e l P l a t a , 1 9 4 2 , c on t i n u o : 12 . 0-0-0, P X P ; 13. P 4 C R, P5 A ! ; 14 . A X P A D, P X P ; 15 . D 2 C (un error grave sena 15. D X P C,

T X P ! ) , Y a h o r a deberia jugarse 15 . . . . . . , T X P (en la partida si-guio 15 . . . . . . , C 4 T ? ; 16. T X P I , con ventaja para las blanc as) . Las blancas no tienen mejor continua­cion que 16. A 3 C, ya que por me­dio de jugadas violentas 16. A X P, 16. C X P 0 16 . T X P no se consi­gue nada.

Page 41: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 43 PARTIDA NQ 5 Lasker c a m b i a uno de sus her-

Jugada en un match, en el aiio 1890 mosos alfiles para evitar un «caba­llazo» a 6 D.

Blancas Negras

Bird Lasker

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D N D 3 C 3 A D C 3 A R 4 A 5 C R A 2 R 5 A X C A X A 6 C 3 A

Las blancas postergan el avance P 5 R hasta que termine la movili­zacion de todas sus fuerzas.

6 7 A 3 D 8 P 5 R 9 P X P

10 0 - 0 1 1 P 3 T D 12 C 2 R 13 P 4 C D ?

0 - 0 P 4 A D A 2 R A X P C 3 A P 3 T D P 3 A

Con esta jugada debil las blancas empujan al alfil n e g r o h a c i a una buena posicion.

13 14 P x P 15 T I C

A 2 R A X P A P 4 R

Ahora las negras dominan el cen­tro en f o r m a indiscutible . La si­guiente entrega del peon es forzada.

16 P 5 C 17 A X P 18 D l A 19 T I D 20 C 3 C 21 P 4 A 22 T 1 R 23 C 4 R 24 P 5 A

P X P T X P T I T R I T A 3 R P 5 D D 2 A A 4 A

Las blancas se defi e n d e n muy bien y pese a su desventaja mate­rial crean continuas amenazas.

24 25 T 2 C

C I D A X C

26 T X A C 3 R 27 P 6 A P 3 C D !

Preparando una magnifica ubica-cion para su caballo.

28 T 1 R C 4 A 29 D 4 A

Para impedir que las negras jue­guen 29. . . . . . , P 5 R. Pero las ne­gras parecen burlarse de su previ­sion, pues la jugada que viene es, precisamente :

29 30 e X P

DIAGRAMA 3 1

P 5 R ! D 4 R !

Posicion despues de 30. . . . . . , D 4 R !

31 T 2 D

A 31. T I D hubiese seguido tam­bien C 6 D ! , incomunicando una to­rre y atacando la otra.

31 C 6 D ! 32 C 6 R

o bien 32 . T X C, P X T; 33 . T X D ?, T 8 T + y mate.

32 33 T 2 T

C X T C 6 D

Amenazando D 8 T + . Las blancas abandon an.

Page 42: Defensa francesa czerniak

CAPiTULO V

V ARIANTE McCUTCHEON

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R

DIAGRAMA 32

P 3 R P 4 D C 3 A R A 5 C

Posicion despues de 4. . . . . . , A 5 C

Esta jugada audaz, puesta en prac­tica hacia 1905, conduce a un juego complejo, con gran cantidad de va-riantes. Las negras amenazan 5 . . . . . . , P X P y las blancas se ven obliga­das a proteger su peon 0 bien acla­rar la situacion en el c en t r o me­diante el cambio 0 el a v a n c e del peon amenazado. Se considera hoy el ava n c e del P R c o m o la linea mas favorable para las blancas. La mejor defensa de las negras consiste en el contraataque analiza do en la pagina 53.

En gener a l , la variante McCut­cheon se considera algo mej or para el primer jugador, cuya posici6n es

mas solida . En los ultimos aiios la usan menos que antes, pero de nin­gUn modo puede considerarse refu­tada .

A: 5. p x p

Durante mucho tiempo, esta juga­da ha side considerada muy fuer­te (1) . Los te6ricos modernos intro­dujeron algunas mej oras en el juego de las negras (p. ej . , en la 6� jugada) y lograron demostrar que el planteo esta parej o.

5 D X P

DIAGRAMA 33

Posicion despues de 5. . . . . . , D X P

No sirve 5 . . . . . . , p X P ; 6. D 3 A, y las negras no pueden evi tar la ruptura de su ala rey ; p. ej . : si 6 . . . . . . ,

( 1) TARRASCH Y CAPABLANCA ban sldo sus protec­tores.

Page 43: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 45

A 2 R; 7 . A X C, A X A; 8 . C x P, A X P ; 9. D 4 R + .

6 A X C

Si no seguiria : 6 . . . . . . , C 5 R.

6 . . . . . P X A

Antes se j u g a b a aqui 6 . . . . . . , A X C + , d e's p u e s de 10 c u a l las blancas quedaban mejor ; de los dos peones doblados, el del flanco rey es mas debil.

Cap abl a n c a - A lekhin e , Nueva York, 1924. - 6 . . . . . . , A X C + ; 7 . P X A, P X A ; 8 . D 2 D , C 2 D ; 9 . P 4 A D , D 5 R + ; 10. C 2 R, C 3 C ; 11 . P 3 A R, D 3 A; 12. P 5 A, C 4 D ; 13. P 4 A D, C 2 R ; 14. C 3 A, P 4 A; 15. A 2 R, T I C R ; 16. 0 - 0, A 2 D; 17. D 3 R, P 3 C D ; 18. T R 1 D, P X PA; 19. P 5 D, D 3 D; 20 . P X P, D X P ; 2 1 . D X P, y las blancas captura­ron seguidamente un peon.

1) 6 . . . . . . , A X C no es tan bue-no como 6 . . . . . . , P X A. Las negras deberian conservar sus dos alfiles.

2) 8. D 2 D es mej or que 8. C 3 A p. ej . : P 3 C D (tambien 8 . . . . . . , A 2 D es bueno) ; 9. A 3 D (si 9 . P 3 C R, C 2 D 1 ; 10 . A 2 C, A 3 T 1 ; 1 1 . C 4 T, D 4 T D 1 ; 12. D 3 A, 0 - 0 - 0 1 , y l a s n e ­gras deben ganar) , A 2 C ; 10 . D 2 D, C 2 D, y las blancas no pueden enrocar en ningun la­do sin exponerse a un ataque peligroso . O t r a j u g ada q u e puede emplearse (en vez d e 8 . D 2 D) e s 8 . D 4 C, C 2 D (mas seguridad ofrece 8. . . . . . , D 4 C) ; 9 . D 7 C, D 5 R + ; 1 0 . R I D , T 1 A ; 1 1 . A 3 D, D 5 A; 12 . D 3 C 1 , gana un pe6n.

3) 10 . . . . . . , C 3 C; 0 bien 10 . . . . . . , P 3 C D; 1 1 . P 3 A R, D 3 C; 12. C 3 C, A 2 D; 13 . A 3 D, D 4 C ;

14. P 4 A, y las blanc as quedan mejor (Alekhine) .

7 D 2 D 8 C R 2 R 9 P 3 T D

D 4 T D C 2 D

o 9. C I A, C 3 C ; 10. C 3 C, D 4 C R ; 11 . P 3 T D, D X D + ; 12 . R X D, A 2 R; 13. A 5 C +, P 3 A; 14. A 3 D, A 2 D; 15. C 5 A, 0 - 0 - 0 y la po­sicion de las n e g r a s es completa­mente satisfactoria.

9 10 T I D 1 1 ¥ C 3 C

C 3 C A 2 R A 2 D

Con «chances» iguales. Si las blancas pretendieran man­

tener la tension central tendrian que elegir entre algunas jugadas de las c u a l es merece a t e n c i o n la de H . Wolf :

B: 5. C 2 R

DIAGRAMA 34

Posicion despues de 5. C 2 R

Ideada en 1908, esta continua cion es absolutamente solida. Todo 10 que pueden lograr las n e gr a s es igual­dad . En cambio las otras continua­ciones pasivas de las blanc as son in­feriores. Veamos algunas :

a) 5. A 3 D, a 10 cual 5 . . . . . . , P 4 A parece ser la mej or re­plica .

Page 44: Defensa francesa czerniak

46 MIGUEL CZERNIAK

La partida Whetcroft - Felt -ham por correspondencia tuvo el siguiente desarrollo : 5. A3D, P 4 A ; 6 . P 5 R, P 3 T R (no sirve 6 . . . . . . , P X P; 7. P X C, P X C; 8 . P X P C, P X P + ; 9. R 1 A, P X T = D ; 10. D X D Y ganan) ; 7 . A 2 D, P X P ; 8 . C 5 C, A X A + ; 9 . D X A, C R 2 D ; 10 . C 6 D + , R I A; 11 . P 4AR, C 3 A D ; 12. C 3 A R, D 3 C ; 13 . 0 - 0, C 4 A; 14 . P 5 A, C X A; 15. D X C, P X P; 16 . C X A, T X C; 17. D X P A, C 2 R, mejor l a s n e g r a s . En cambio no convence 5. � . . . . . , P X P ; 6. A X P, P 4 A ; 7. P X P, C D 2 D (si 7 . . . . . . , D X D + ; 8. T X D, y no se puede captu­rar el alfil a causa de mate) ; 8 . A X C, C X A; 9 . A 3 A, D X D ; 10. T X D, A X P, las blancas estim alga mej or des­arrolladas (Lasker - Tarrasch, 1908) .

b) 5. P 3 A tampoco puede acon-s ej a r s e . M e d i a n t e 5 . . . . . . , P 3 T R 1 ; 6. A X C, D X A; 7. C 2 R, P X P; 8. P X P, P 4 R 1 , las negras se a p o d e r a n de la iniciativa (Lasker - Tarrasch, Berlin, 1916) .

5 . . . . . P X P

A considerar 5. . . . . . , P 3 T R ; 6. A X C, D X A; 7 . P X P (si 7. P 5 R, D I D ; 8 . P 3 T D, A 2 R, y conser­vando sus dos alfiles las negras tie­nen b u e n a s perspectivas) , P X P ; 8 . P 3 T D, A X C + ; 9 . C X A, P 3 A; 10 . A 2 R, 0 - 0 ; 11 . 0 - 0, can i g u a l d a d (Luckis - Frydman, San Pablo, 1941) .

6 P 3 T D A 2 R

Lo mejor. Veamos que pasaria si las negras pretendiesen m a n t e n e r s u peon d e ventaj a: 6 . . . . . . , A X C + ;

7 . C X A, e 3 A ; 8 . C X P, D X P; 9. D X D, C X D; 10 . C X C +, P X C; 11 . A X P, C X P + ; 12 . R I D, C X T ; 13. A X T, C 6 C ; 14. A 3 D, las blancas recuperan pronto su peon y sus dos alfiles les asegu­ran mejor juego.

7 A X C

Aqui las opiniones estan dividi­das. Mientras unos prefieren la ju­gada del texto otros consideran mas solida 7. . . . . . , A X A con la siguien­te c o nt in u a c io n : 8 . C X P, 0 - 0 (mej or que 8 . . . . . . , A 2 D ; 9. D 3 D,

Y luego el enroque largo asegura a las blancas buena posicion) ; 9. D 3 D, P 4 R; 10 . 0 - 0 - 0 (si 10 . P 5 D, A 2 R, y las.. negras inician su contra­juego con P 4 A R) , P X P; 11 . e X p, A X C ; 12. D X A, D X D ; 13. T X D, C 3 A, y la ventaj a de las blancas debe ser muy escasa, si existe.

La jugada del texto nos p a r e c e mas energica. El debilitamiento del ala rey se compensa con la posibili­d a d de rechazar al fuerte c a b al l o blanco d e su p o s i c i o n central . Se p r e s u m e q u e en esta variante las n e g r a s no e n r oc ar a n d e l l a d a del rey .

8 C X P P 3 C

Lo exacto . En c a m b i o 8 . . . . . . , P 4 A R result aria prematuro, como se desprende de la partida Lasker- . Reti, Nueva York, 1924, la que con­tinuo : 9. C (4) 3 A, A 2 D ; 10. D 2 D, A 3 D ; 11 . 0 - 0 - 0, y los alfiles negros no pueden entrar en accion.

Un planteo in t er e s a n t e sugirio N i m z o v i c h : 8 . , . . . . , P 3 A D (en vez de 8. . . . . . , P 3 C) seguido de C 2 D y D 2 A . Necesita afirmacion practica.

9 C (2) 3 A

M e j o r qu e 9 . D 2 D, A 2 C; 10 . C (2) 3 A, P 4 A R; 11 . C 3 C, P 4 T R;

Page 45: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 47

12. a - a - 0, P 5 T, con iniciativa (Panov-L6venfisch, Tiflis, 1937) .

9 A 2 C

Las negras no deben apresurarse a jugar P 4 A R. Si, p . ej . , 9 . . . . . . , P 4 A R; 10 . C 3 C, A 2 C, y ahora, en vez de la variante sugerida por los analistas soviE§ticos -1 1. A 5 C + , P 3 A; 12 . A 4 A, C 2 D ; 13 . D 2 R, D 2 A ; 14. 0 - 0 - 0, D 5 A + ; 15. R I C, 0 - a - 0, con equilibrio-, recomendamos c a lu r o s am e n t e 11 . P 5 D ! , p . ej . : P 5 A; 12 . C 5 T, A X P D ; 13 . D 4 D, etc.

10 D 3 A 11 0 - 0 - 0 12 D 3 C

P 3 A C 2 D P 4 A R

Err6neo seria 12. . . . . . , C I A; 13. P 5 D ! , P R X P; 14. D 7 C, C 3 C ; 15. C X P D ! , con ventaja decisiva.

13 C 6 D + 14 D X A

A X C D 2 R

Y llegamos a una posici6n equili­brada .

Volvamos ahora a la posici6n del diagram a 34. Pese a la solidez de sus planteos anteriores (A y B) , las blan­cas no podian conseguir ventaja al­guna empleandolos . � 0 quiza por eso mismo ? � Tal vez era necesario arriesgar algo mas, atreverse, para lograr la ventaj a deseada?

En las variantes que exam in are­mos ahora, las blancas dan y reci­ben golpes fuertes. Y es la {mica manera de superar al adversario.

5 P 5 R

Entramos en la linea mas imp or­tante de la variante McCutcheon.

5 P 3 T R

jA decidirse ! Y las blancas eligen

en t r e seis alternativas, t o d a s j u­gables .

Damos preferencia a la continua­ci6n usual (F) aunque tambien las demas ( c o n la e x c e p c i 6n de D) obligan a las negras a un juego muy cauteloso.

c: 6. P X C

«Conduce a igu a l d ad » dicen los libros. Y es suficiente para que esta jugada pierda para los aficionados todo su atractivo.

6 7 P X P

DIAGRAMA 35

P X A T I C

Posicion despnes de 7. . " " " " ' T 1 C

8 P 4 T R !

La jugada de Chigorin, hasta hoy considerada la mej or . La apertura de la columna T R es muy impor­tante para las blancas, aunque ten­gan que ceder al mismo tiempo el dominio de la columna C R.

Al querer e ludir e s t a linea las blancas tendrian que c o nt e ntars e con una de las continuaciones in­feriores, p. ej . :

a) 8. D 5 T, D3A; 9. C 3 A, D X PC; 10 . 0 - 0 - 0, A 3 D, mej or las negras. Si 10. C 5 R ?, P 4 A; 1 1 . A 5 C + ? , R I A; 12 . D 1 D. P 3 A ! ; 13 . C 4 C, P 5 A, captu­rando lu e g o el aIfil c o p a d o

Page 46: Defensa francesa czerniak

48 MIGUEL CZERNIAK (Naselli - Czerniak, Buenos Ai- 10. P 3 C R ! , A 3 A; 11 . P X P, res, 1940) . T X P ; 12 . D 4 A, P 3 T ; 13 .

b) 8. D 3 D, D 3 A; 9 . 0 - 0 - 0, C 3 A . El pe6n pasado blanco P 3 T; 10 . D 3 R, A 2 R, y las es muy fuerte. negras estan bien (Pons - En- 3) 1 0 . . . . . . , D X p e e s mej o r gels, Montevideo, 1941) . que 10 . . . . . . , T X P ; 11 . T 8 T + ,

c ) 8 . C 2 R, P 4 A D ; 9 . P 3 T D (si A l A (0 bien 11 . . . . . . , R 2 R; 9. P X P, C 3 A ; 10. P 3 T D , 12 . D 3 T) ; 12 . C X P ! , ga-A X P A; c o n juego c 6 m o d o nando. p a r a las n e g r as ) , P X P; 10. 4) 13 . . . . . . , A 2 D es una jugada P X A (si 10. D X P, C 3 A) , debil. Mej or 13 . . . . . . , P 3 A D ! , P X C; 11 . C X P, D 3 A, y las p . ej . : 14 . C R 2 R, C 2 D ; 15 . negras quedan muy superiores C 4 A, P 3 C ; 16 . C 5 T, T 3 C. en el centro. Las negras concluyen su des­

8 P X P

Evidentemente no 8 . . . . . . , T X P ; 9. P 5 T, y el pe6n libre seria muy peligroso.

Aqui merece destacarse una bo­nita combinaci6n cuyo autor es Ale-

khine : 8 . . . . . . , T X P ; 9 . D 5 T, C 3 A (mej or P X P) ; 10 . D 8 T + , A 1 A ; 11 . P 5 T , A 2 D (unica) ; 12. P 6 T, T 3 C; 13 . P 7 T, R 2 R; 14. D 8 C, A 2 C ( a h o r a se concibe la jugada 11. . . . . . , A 2 D; las negras han defendido su primera fila) ; 15. A 3 D, P 4 A; 16. A X P ! , P X A; 17 . T 6 T ! ! , A X T; 18. D X T, D 1 AR; 19 . C X P + , R 1 D ; 20 . D 8 C ! , y gana .

9 D 5 T

Menos frecuentemente jugada, pe­ro a b s o l u t a m e n t e correcta e s 9. D 4 C. Veamos :

Belavenetz - Bondarevsky, T i fl i s , 1937. - 9 . D 4 C , D 3 A; 10. T X P, D X P C ; 11 . D X D, T X D ; 12 . T 8 T + , A 1 A; 13 . 0 - 0 - 0, A 2 D ; 14. T 1 R, A 3 A; 15. P 4 A R, C 2 D ; 16. P 5 A, y para evitar un desastre las negras tendran que en­tregar su P R.

1) 9. D 4 C es una idea interesan­te de Grigoriev.

2) 9 . . . . . . , D 3 A; si 9 . . . . . . , A 2 R;

arrollo con A 2 C y 0 - 0 - 0 y gracias a sus dos alfiles tie­nen un juego completamente sa tisfactorio.

9 D 3 A 10 C 3 A

o bien c o m o en la p a r t i d a si­guiente :

Klatzkin-Yudovich, Gorki, 1937.-10. T X P, D X P C ; 11 . 0 - 0 - 0, A 2 D ; 12 . C 3 A, C 3 A; 13 . A 5 C, 0 - 0 -0 ; 14. A X C, A X A; 15. C 5 R, D X P; 16. C X A, P X C ; 17. D X P A, D 4 C + ; 18. D 4 A, A 2 R ! , y ganan las negras.

1 ) 10 . T X P; 10. 0 - 0 - 0 y 10. D X P T son tambien frecuen­temente jugadas. A esta ultima las negras contestan 10 mejor: 10 . . . . . , D X P C, s i e n d o el cambio de las damas (10 . . . . . . , D X D) f a v o r a b l e para las blancas.

2) 1 1 . . . . . . , A 2 D; 0 bien: 11 . . . . . . , C 2 D ; 12 . C 3 T, P 3 A; 13. A 2 R, C 3 A; 14. D 5 R, R 2 R ; 15. A 3 A, A 2 D ; las blancas llevan una leve v e n t a j a , mllY dificil de explotar (Boros - Balla, 1939) .

3) 1 2 . . . . . . , C 3 A. Observese que en est a v a r i a n t e las negras no tienen t i e m p o p ar a jugar P 4 A D, debido a la necesidad de enrocar cuanto antes.

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LA DEFENSA FRANCESA 49

4) 13. A 5 C; las blancas intentan La lucha por el dominio del cen-conquistar el dominio del pun- tro se inclina a favor de las negras'. to 5 R, un plan erroneo, como 10 demuestra el transcurso de E: 6. A 4 T la partida.

10 C 3 A

Mas debil que la jugada del texto es 10 . . . . . . , C 2 D ; 11 . 0 - 0 - 0, A X C ? ; 12 . P X A, D X P C ; 13 . D X P T, C I A; 14. D 4 A, y las blan­cas mantienen la iniciativa.

1 1 0 - 0 - 0 12 T X P

A 2 D D X P C

Esta posicion se considera equili­brada. Pero i cuan complicado el ca­mino para llegar a ella ! Verdadera­mente, es muy temprano para ar­chivar esta variante.

D: 6. A X C

Es mas bien favor a b l e para las negras, a saber :

6 P X A

DIAORAMA 36

Posicion despues de 6. . . . . . • P X A

7 D 4 C R 1 A

o aun 7. . . . . . , P X P ; 8. D 7 C, R 2 R; 9. P X P, D 1 C ; 10. D 6 A + , R 1 R, c o n b u e n j u e g o p ar a l a s negras .

8 P 4 A 9 C 3 A

P 4 A D C 3 A

DIAORAMA 37

Posicio n despues de 6. A 4 T

Tampoco esta continuacion puede considerarse muy ventaj osa . P e r o aqui l a s n eg r a s deben andar con cuidado, para lograr a 10 sumo una posicion e'qu i l i b r a d a y eso como premio por su juego cauteloso.

Bernstein - Swiderski, C ob u r g o , 1904. - 6 . A 4 T, P 4 C R; 7 . A 3 C, C 5 R; 8. C 2 R, P 4 A D ; 9. P 3 T D, A X C + ! ; 10 . C X A, D 4 T ; 1I . D 3 D, C 3 A D, con perspectivas mas o menos iguales.

1 ) 7. A 3 C es 1 0 mej or . S i · 7 . P X C ?, P X A, y el P 6 A blanco esta perdido.

2) 9 . . . . . . , A X C + ! es la unica manera de igualar. Si 9. . . . . ' . , A 4 T ? ; 10. P 4 C ! , P X P C (0, como en la partida Pillsbury­R e d gi o , M o n t e C a r l o , 1903, 10 . . . . . . , C X C; 11 . C X C, P X PC; 12. C 5 C, P X P+ ; 13. P 3 A, y las blancas poseen ex­celente posibilidad de ataque por medio de P 4 A R 0 P 4 T) ; 11 . C X C, P X C ; 12 . P X P, , A X P + ; 13. P 3 A, etc. , con superioridad e v i d e n te de las blancas. EI avanzado peon del rey negro caera pronto.

Page 48: Defensa francesa czerniak

50

3)

MIGUEL CZERNIAK

10 . . . • . . , D 4 T. Segfut Euwe, pasiva . Las n e gr a s contesta-es esta jugada mejor que la nan 7 . . . . . . , P 4 A D ; 8. C 5 C, continuacion teorica 10. . . . . . , A X A + ; 9. D X A, 0 - 0 ; 10. C X A (tampoco sirve 10 . . . . . . , C X C) ; 11 . P T X C, P X P ; 12 . C 5 C , C 3 A; 13 . P 4 A R, etcetera.

F: 6. A 2 D !

DIAGRAMA 38

Posicion despues de 6. A 2 D

Lo usual y tambien 10 mej or.

6 . . . . . A X C

Evidentemente no 6 . . . . . . , C 5 R ? ? por 7. C X C, ganando una pieza.

Al ingenio de Tartakower debe­mos la siguiente posibilidad : 6 . . . . . . , C R 2 D ; 7 . D 4 C , A l A ( v e a s e el diagrama 39) . El valor de esta «reti­rada estrategica» no es muy claro . Las negras conservan su A R, pero esto no compensa la perdida de va­rios t i e m p o s en el desarrollo . La proxima p a r t i d a s i g u e siendo el ej emplo clasico de esta variante.

L. Steiner - Tartakower, Hastings, 1928. - 6 . . . . . . , C R 2 D ; 7. D 4 C, A l A; 8 . P 4 A, P 4 A D ; 9 . A 3 D, P 5 A; 10 . A 6 C ! , C 3 C ; 1 1 . P 5 A, D 2 R ! ; 12. P 6 A, P X P; 13. A 5 T, con leve ventaj a.

1) 7. D 4 C; la c o n t i nu a c i o n 7 . P 4 A hubiera sido demasiado

DIAGRAMA 39

Posicion despues de 7. . . . . . , A 1 A

P 3 A, C 3 A D ; 1 1 . C 3 A, P 3 A; 12 . A 2 R, y conseguirian una posicion satisfactoria, c o n t al de que no traten de desnive­larla por medio de 12. . . . . . , P 3 T D ; 13 . C 6 D, P X P D; 14. P A X P, P X P; 15. P A X P, T X C ? ; 16 . A X T, D 5 T + ; 17 . D 2 A, D X P, pues ahora vendria el castigo : 18 . D X D, C X D; 19. T 1 A D, etc.

2) 7 . . . . . . , A 1 A; si en lugar de esta jugaran las negras 7 . . . . . . , R I A; 8 . P 4 A, P 4 A D ; 9 . P 3 T D, A X C ; 10 . P X A, C 3 A; 1 1 . D I D ! (Reti-Vuco­vic, V i e n a , 1932) ; 0 b i e n 8 . C 3 A, P 4 A D ; 9 . P 4 T R, C 3 A D ; 10. P X P, A X P ; 11 . D 3 C, P 3 A; 12. P X P, C X P; 13 . 0 - 0 - 0 ( P u i g g r o s ­Kleinstein, Buenos Aires, 1941) . En ambos casos la posicion de las blancas es preferible.

3) 9. A 3 D es m a s energica que 9. C 3 A; en tal caso la lucha se m a n t i e n e parej a, p . ej . : 9. " . . . , C 3 A D ; 10 . 0-0-0, P 3 T D ; 11 . P X P, C X P A

4) 10 . . . . . . , C 3 C; si 10 . . . . . . , P X A ? ; 1 1 . D X P C + , R 2 R; 12. CXP+, seguido de A4C +.

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LA DEFENSA FRANCESA 51

5) 13. A 5 T; si ahora 13 . . . . . . , P 4 A ; 14. D 3 C, C 3 A; 15. C 3 A, seguido de 0 - 0 - 0, D 4 A, P 3 T R y P 4 C R . Al intentar las negras 13. . . . . . , P X P se tornara muy d e b i l su P A R . En este caso el enroque corto es el mas i n d i c a d o para las blancas.

7 P X A

La continuacion 7. A X A, C 5 R, 8. A 4 C, es inferior a raiz de 8 . . . . . . ,

P 4 A D ! , p. ej . : 9. A X P (9. P X P ?, C X P A R ! ; 10 . R X C, D 5 T + ) , C X A ; 10. P X C, C 2 D, Y las ne­gras consiguen equilibrio, c u a n d o menos .

Tampoco nos convence el g o l p e espectacular d e Kopaieff : 8 . A 5 T por 8 . . . . . . , P 3 C D ; 9. A 4 C, P 4 A ; 10. A 3 T (la idea de est a maniobra artificial es impedir que las negras j ue gu e n D 4 T + ) , C 3 A D ; 11 . P 3 A D, 0 - 0, y las negras esta­rian muy bien de no tener que pre­ocuparse por la suerte de su caballo semicopado.

7 C 5 R

Ahora, al querer «apartarse de los libros» , las blancas p o d r i a n jugar 8. C 3 A; pero claro que esta jugada timida no impresiona al contrario, quien p u e d e s e gu i r con 8 . . . . . . , P 4 A D ; 9. A 3 D, C 3 A; 10. 0 - 0, C X A ; 1 1 . D X C, D 4 T ; etc . (En­gels-Frydman, Mar del Plata, 1941) .

8 D 4 C

Hemos llegado a la poslcIOn cri­tic a de la variante. Las negras eli-gen entre 8 . . . . . . , P 3 C R y 8 . . . . . . , R I A.

a) 8. . . . . . , P 3 C R

Esta jugada cuenta hoy con mu-

chos partidarios. Las negras prefie­r e n debilitar un t a n t o su ala rey, al perder el derecho de enrocarse, jugando R I A . (Claro esta que se trata del enroque largo. EI corto se­ria un suicidio) . EI mayor peligro para las negras constituye en esta variante la entrega eventual del aI­fil blanco en 6 C R.

DIAGRAMA 40

Posicion despues de 8. . . . . . • P 3 C R

9 A 3 D

La entrega de peon sugerida por Maroczy, 9. A 3 R (para evitar el cambio de su valioso aliil) , no re­porta a las blancas ventaja alguna.

La variante que da Maroczy es: 9. A 3 R, P 4 A D ; 10. A 3 D, C X PAD ; 11 . P X P, D 4 T ; 12. C 3 A, C 5 R + ; 13. R I A, C X P A D ; 14. A X P C ! , T I C ; 15. A X P + , A X A ; 16 . D 5 T + , R 2 R ; 17. D X P T, T 1 A; 18. C 5 C, y las blancas est an mej or.

Pero las negras pueden mej orar su defensa jugando :

1 ) 9 . . . . . . , C X P A D; 10. A 3 D, D 2 R ! ; 0 bien :

2) 10 . . . . . . , D 4 T (en lugar de 10 . . . . . . , C X P) ; 11 . C 2 R, P X P ; etc.

En cambio, la jugada de Duras, 9. A 1 A, representa un v e r d a d e r o peligro para e l segundo jugador. He aqui un ejemplo :

Page 50: Defensa francesa czerniak

52 MIGUEL CZERNIAK

Sulik - Stahlberg, Mar del Plata, 1941. - 9. A l A, P 4 A D ; 10. A 3 D, P X P ; 1 1 . C 2 R, P X P ; 12. 0 - 0, P 4 T R; 13. D 3 T, C 4 A; 14. C X P, C X A; 15. P X C, A 2 D ; 16. T I C, A 3 A; 17 . A 3 T, C 2 D ; 18 . P 4 D, P 3 T ; 19. C 2 R, las blanc as quedan mejor ; la debilidad de las casillas negras ofrece amplia compensacion por el peon entregado.

1) 9. A 1 A; ademas de conservar su importante alfil las blancas amenazan ahora c o p a r el ca­ballo negro.

2) 9 . . . . . . , P 4 A D es probablemente 10 mej or. Si 9 . . . . . . , C X P A D ; 10 . A 3 D (tentadora, pero de­bil es la continuacion 10. A 3 T, PA A D; 1 1 . A X P, D 4 T ; 12 . P 3 T D , C 3 A; etcetera) , P 4 A D ; 1 1 . P X P, C 3 A (si 11 . . . . . . , C 2 D; 12. A X P C ! ; Y si 11 . . . . . . D 2 A; 12 . A 3 R, C 2 D ; 13 . C 3 A, 0 13 . D 4 D, C 4 C ; 14. D 4 T D, P 5 D, crean­do complicaciones i n c a l c u l a­bles) ; 12 . C 3 A, D 2 A; 13 . ° - 0, y las b l a n c a s e s t a n mej or, p . ej . : 1 3 . . . . . . , C X P R ; 14 . C X C , D X C ; 15 . A 3 R ! , etcetera.

3) 1 0. A 3 D; en la partida Bolbo­chan - Rossetto, Mar del Plata, 1942, l as blanc as e n s a y a r o n 10. C 2 R ? L as negras contesta-ron debilmente 10 . . . . . . , D 4 T ; 1 1 . P 3 A, C X P; 12 . A 2 D, P X P; 13 . C X P, D 2 A; 14 . D 4 A ! , P 3 T D ; 15 . P 4 T D , A 2 D ; 16 . A 3 D, C X P T; 17. T X C ! , A X T ; 18 . C X P R ! , quedando indefenso frente al a t a qu e arrollador del contra­rio . La defensa acertada hu-biera sido 10 . . . . . . , P X P ! ; 1 1 . P X P, D 4 T + ; 12 . P 3 A, C 3 A D ; 13. D 3 A (si 13. P 3 A ?, C X P D ! ) , A 2 D, con excelen­te posicion de las negras.

4) 10 . . . . . . , P X P. Otras juga-das son aqui : 10 . . . " . . . , D 4 T ; o 10 . . . . . . , C 3 A; p . ej . : 10 . . . . . . , D 4 T ; 1 1 . C 2 R, P X P ; 12 . A X C , P X A ; 13 . D X P R ; C 3 A ; 14 . A 4 A , P X P, c o n juego parejo.

Menos energico, pero a s i m is m o jugable, es 9. C 3 A . Y finalmente con 9. P 4 T R llegariamos a la va­riante del texto.

9 . . . . 10 R X C

C X A P 4 A D

La tentativa de simplificar el jue-go 10 . . . . . . , D 4 C + se resuelve a favor de las blanc as. 1 1 . DXD, PXD ; 12 . P 4 A R ! , P X P ; 13 . T 1 A R, P 4 C R ; 14. C 3 A, T I C ; 15. P 4 T R, P X P; 16. C X P, recuperando luego el peon con mejor posicion (Bogatyr­chuk-Zubarev, Moscu, 1925) .

1 1 P 4 T R

Con la salida de la torre a 3 T la amenaza A X P se torna real.

Al querer eludir esta linea dema­siado conocida las blancas pu e d e n jugar 1 1 . C 3 A, 10 que e s tambien absolutamente correcto.

1 1 C 3 A

o bien 1 1 . . . . . . , P X P seguido de 12 . . . . . , C 3 A. En cam bio seria erroneo 1 1 . . . . . . , D 4 T ? ; 12 . T 3 T, P X P; 13. A X P ! , D 2 A (si 13 . . . . . . , P X A; 14 . D X P C + y gana, cap­turando seguidamente la torre ne­gra) ; 14 . T 3 A, T I C ; 15 . T X P, D X P + ; 16 . R 2 R, P 6 D + ; 17 . P X P, D X P R + ; 18. R 3 A, T 1 A; " 19 . T 5 A +, y las negras no tienen d e f e n s a (Euwe - Maroczy, match 1929) .

Asimismo queremos a d ve r t i r al lector de un error bast ante comtm entre los afi c i o n a d os : 1 1 . . . . . . ,

Page 51: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 53

P 5 A ?, si bien alej a el peligro in­mediato que e n c i e r r a la ent r e g a del alfil en 6 C , q u e d a n las blan­cas con un centro de p e o n e s for­midable y su ataque en el f l a n c o rey decide la partida antes que las negras p u e d an desarrollar alguna contraaccion en el ala opuesta.

12 T 3 T P X P !

Amenaza 13. . . . . . , C X P Y esto impide la entrega A X P.

13 P X P A 2 D

DIAGRAMA 41

PosielOn despub de 13 • • . . . • A 2 D

Ahora se ve claro la import an cia de las ultimas jugadas de las negras. La amenaza principal de las blancas A X P es d e sb a r a t a d a por la va­riante: 14 . A X P ?, D 4 T + ! (de­jando paso libre al rey) ; 15 . P 3 A, P X A; 16 . D X P C + , R I D ; 17 . D 6 A + , R 2 A, y las negras deben ganar .

Otra alternativa es 13 . . . . . . , D 3 C, una jugada antes considerada como inferior, c u y a rehabilitacion c o m ­pleta debemos a l a siguiente par­tida:

Lilienthal - Bondarevsky, Moscu, 1937. - 13 . . . . . . , D 3 C ! ; 14. C 3 A, A 2 D ; 15 . D 4 A, 0 - 0 - 0; 16 . P 4 C, D 5 C + ; 17. R 2 R ?, P 3 A ! , y las negras ganan.

1) 13 . . . . . . , D 3 C !; las negras amenazan D 5 C + seguido de

C X P R. Por eso no puede ju­garse 14. A X P.

2) 1 4. C 3 A. Otra idea interesan­te que debemos a los aj edre­cistas sovieticos , es la entrega del peon mediante 14 . C 2 R, p . ej . : D 5 C + ; 15 . R I D, C X P R; 16. D 4 A, C X A; 17. T X C, y la excelente posicion de las piezas blancas tal vez valga un peon . Las bla n c a s pueden seguir con D 6 A, C 4 A y T 3 R con ataque directo 0 bien T 3 A D Y T 7 A D.

3 ) 1 5. D 4 A; ahora y aun en la p r o x i m a jugada habria sido mej or T R 1 T y luego T R 1 C D.

4) 1 6 . . . . . . , D 5 C + . Aqui gana-ba 16 . . . . . . , P 4 C ! La proxi-ma jugada de las blanc as es un error. Era necesario 17 . R 3 R ! (en vez de 17. R 2 R) .

Observese que las blancas podian impedir la « defensa Bondarevsky » (13 . . . . . . , D 3 C ! ) al jugar en su 12� movida T I C (en lugar de 12. T 3T) . Seria un tanto arriesgado afirmar que esta entrega de peon (12 . . . . . . , P X P; 13. P X P, D 4 T + , seguido de D X P) es absolutamente correc­ta o Depende esto de si el ataque blanco contra el rey se realiza antes de que pueda entrar en ace ion el peon T D libre.

b) 8. R I A

DIAGRAMA 42

Posicion despues de 8 . . . . . • R I A

Page 52: Defensa francesa czerniak

54 MIGUEL CZERNIAK

Es muy escasa la probabilidad de que las negras logren neta ventaja en el flanco dama antes de que se haga sentir la mala u b i c a ci o n de su rey . El «score» de las partidas jugadas con esta variante demues­tra clara superioridad del p r i m er jugador . Con . razon la jugada del rey se usa muy poco en los wtimos tiempos.

Sin embargo, no existe hasta aho­ra una refutacion completa y defi-

. nitiva . Las negras procuran jugar cuanto antes P 4 A R, Y si las blan­cas no toman al paso, sigue P 4 A D con resist en cia en el flanco rey y contrajuego en el ala de la dama. Ahora bien, si las blancas tomaran el P A R negro (al paso) , deberian entonces seguir las negras con D X P tratando de liberar su juego, mas tarde, por medio de C 3 A Y P 4 R.

Se considera la mej or replica de las blancas :

9 P 4 T R

Sin e m b a r g o , nos parece ahora 9. A 1 A el golpe mas acertado, aun mas fuerte que en la variante a) debido a la ubicacion incomoda del rey negro. P. ej . : 9. A 1 A, P 4 A D (si 9 . . . . . . , C X P A D ; 10. A 3 D,

Y el desarrollo de las piezas blancas vale mas que un peon) ; 10. A 3 D, D 4 T; 11 . C 2 R, P X P; 12. 0 - 0, C X P A D ; 13. C X P, Y las blancas poseen buena « c h a n c e » de ataque (Duras-Olland, Carlsbad, 1907) .

Asimismo se puede jugar 9. A 3 D por cuanto la continuacion 9 . . . . . . , C X A; 10 . R X C, D 4 C + , es fa­vorable para las blanc as a raiz de la misma variante que hemos men­cionado en la pag. 52.

9 . . . . . P 4 A R

Ahora 0 nunca. En efecto, al de­morar esta jugada las negras se ex-

ponen a una presion fuerte, p. ej . : 9 . . . . . . , P 4 A D ; 10 . T 3 T, C 3 A; 11 . A 3 D, C X A; 12. R X C, P 5 A; (malo, pero n e c es a r i o ; amenazaba 13. T 3 C, T I C ; 14. A 7 T) ; 13. A2R, C 2 R; 14 . C 3 A, A 2 D ; 15 . D 4 A (Thomas-Tarrasch, Carlsbad, 1923) .

10 P x P a. p.

Como ya dijimos, a cualquier re­plica que no sea esta seguirian las negras con P 4 A D.

10 1 1 C 3 A 12 P 5 T

D X P C 3 A

Las blancas estan mejor ; si 12 . . . . . . , P 4 R; 13 . D 4 T, A 3 R; 14 . A 5 C D, etcetera.

Otra manera de desbaratar la ju-g a d a 9 . . . . . . , P 4 A R seria j u g a r 9 . A 3 D (en lugar d e 9 . P 4 T R) . Podria seguir : 9 . . . . . . , C X A; 10 . R X C, P 4 A D ( ah o r a 10 . . . . . . , P 4 A R no es bueno) ; 1 1 . P 4 T R, P 5 A; 12 . A 2 R, P 4 T R; 13 . D 4 A, C 3 A ; 14. C 3 A, con mejor juego de las blancas (Bogoljubow-Reti, Bres­lau, 1925) .

G: 6. A 3 R

Continuacion desusada y p r o b a­blemente inferior. Las blancas ten­dran que optar entre la perdida de iniciativa 0 el sacrificio de un peon ( j dudoso ! ) .

6 7 D 4 C

(Ver diagrama 43)

C 5 R R I A

Ahora, asi c o m o t am b i e n en la v a r i a n t e H (ver mas a d e l ant e ) , esta jugada es mejor que 7 . . . . . . , P 3 C R.

8 C R 2 R

Page 53: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 55

Esto parece mas solido que entre- A 2 D ! ) ; 11 . P X A (pierde 11. gar un p eo n m ed i a n t e 8. A 3 D, C X A ?, C X C ; 12 . A 2 D, C X C; 9. A 2 D, C X P; 10. P 3 A D, D 5 T ! ) , C 2 D, y los pe ones

blancos caeran uno tras otro. DIAGRAMA 43

Posicion despu,;s de 7 . . . . . . , It 1 A

A 2 R ! , « La codicia rompe el saco» . Ganando el segundo peon a cambio de otro tiempo perdido (10 . . . . . . , C X P) , las n e g r a s se verian ex­p u e s t a s a un ataque f r o n t a l sin disponer del tiempo suficiente para preparar sus defensas . En cambio a h o r a , si 11 . T X C , P 4 A R , en­frentando el p e l i g r o con b u e n a s perspectivas para rechazarlo.

8 P 4 A D

Las negras se apoderan de la ini­ciativa y obtienen mej or posicion en todas las variantes subsiguientes.

1 ) 9. 0-0-0, C X C; 10. C X C, C 3 A D (preparando D 4 T ; si 10 . . . . . . , D 4 T ? ; 11 . C X P) ; 11 . C 1 C, P 5 A; 12 . D 3 T, D 4 T; 13 . P 3 T, A 2 R; 14 . P 4 C R, R I C ! Impide 15. P 5C. EI ataque de las negras (P4CD­

P5C, etc. ) es mas eficaz (Spiel­mann-Vidmar, Viena, 1907) .

2) 9 . P 3 A, C X C ; 10 . P X C, P X P; 11 . A X P, A 4 T; 12 . C 3 C, C 3 A; 13. C 5 T, D 4 C.

3) 9 . P 3 T D, D 4 T ; 10 . P X P, A X C + (o 10 . . . . . . , C 3 A D ; pero n o 1 0 . . . . . . , C X C; 11 .

H: 6. A l A

Puesta en p r a c t i c a p o r Olland, esta jugada es algo mejor que la anterior (6. A 3 R) , aunque tampo­co representa un p e l igro para las negras.

6 7 D 4 C

C 5 R R I A

A 7 . . . . . . , C X C ? ; 8. D X P, y a cualquier retirada del c a b a U o con jaque, 9. P 3 A D, ganando.

8 C 2 R P 4 A D

DIAGRAMA 44

Posicion despues de 8 . . . . . , P 4 A D

Llegamos a una posicion muy pa­recida a la del diag . 43 . La -(mica diferencia consiste en la u b i c a c i o n del A D blanco que en esta ocasion volvio a colocarse en 1 A. i. Y como es posible que ahora esten las blan­cas mejor que en la variante G?

La siguiente p a r t i d a nos aclara ese misterio :

Rauser - Belavenetz, Leningrado, 1937. - 9. P 3 T D ! , A 4 T; 10. P 4 C ! , P 4 A ? ; 11 . D 3 T, P X P C ; 12. C X C, P D X C; 13 . P X P, A X P + ; 14 . P 3 A, A 2 R; 15 . C 4 A, D 1 R; 16 .

Page 54: Defensa francesa czerniak

56 MIGUEL CZERNIAK

A 4 A, D 2 A ; 17. P 5 D, con ventaja decisiva.

1 ) 9. P 3 T D es una idea aiieja de Pillsbury y al mismo tiempo la mej or jugada de que disponen las blancas . Observese que en la variante G, esta jugada no servia a causa de 9 . . . . . . , D 4 T.

2) 9 . . . . . . , A 4 T. 0 9 . . . . . . , P X P; 10 . P X A, P X C ; 11 . P 3 A ! (un sacrificio de peon intere­

sante y al parecer c o r r e c t o , ins p i r a d o e n una idea seme­j ante de Rauser en la variante Winawer, pag. 80) , P X P; 12 . A X C, D 4 C ; 13. D X D, C X D; 14. P 4 T, C 2 T, y aunque no se ve nada i n m e d i at o, el mej or desarrollo debe compensar la p e r d i d a del peon (Pogrebys­ki-Yudovich, Kiev, 1937) .

En c a m b i o 9 . . . . . . , D 4 T permitiria 10. P X A ! , una en­trega de cali dad que ha side imposible en l a v ar i a n t e G , cuando el alfil b l a n c o estaba en 3 R. La continuacion 10 . . . . . . , D X T ; 1 1 . C X C, P X C; 12 . P C X P pr u e b a la correccion de esta combinacion. Luego de capturar el P 4 R, las blancas tendrian dos peones por la ca­lidad, con mej or posicion. Una combinacion de este tipo la ha­llara el lector en la p a r t i d a N9 6 (ver mas adelante) .

3 ) 1 0 . . . . . . , P 4 A es un e r r o r . M e j o r : 1 0 . . . . . . , C X C ; 1 1 . a x c, P X P C ; 12 . C 1 D (a 12 . C 5 C s e gui r i a 12 . . . . . . , P 6 C + ; 13 . P 3 A, P 3 T D ! , y a 12. C 2 R, muy fuerte seria 12. . . . . . , D 2 A ! ) , C 3 A (aho­ra no sirve 12. . . . . . , D 2 A por 13. A 2 D, D X P A; 14. T 1 A , P 6 C ; 15. T X D, P X T ; 16. R 2 R ! ) ; 13. A 2 D, P X P; 14. P 3 A, T I C D y luego P 4 C D con mej or juego.

4) 1 6 . . . . . . , D 2 A; las negras es-tan perdidas. Si 16 . . . . . . , A 4 C ; 17. A 3 T + , R I C ; 18. D x PA, etcetera.

PARTIDA N9 6

Disputada en un match. Buenos Aires, 1917

Blancas

R. Illa

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R 5 P 5 R 6 A l A

Negras

C. Portela

P 3 R P 4 D C 3 A R A 5 C P 3 T R

Sugerida por el Dr. Olland, a fin de conservar el i m p o r t a n t e alfil, esta j ugada puede emplearse, aun­que no es tan buena como 6. A 2 D (ver el anaIisis en la pag. 55) .

6 . . . . . 7 D 4 C

C 5 R P 3 C R

Mej or 7 . . . . . . , R I A, Y si 8. C R 2 R, P 4 A D.

8 A 3 D P 4 T R

A 8. . . . . . , C X C ? seguma 9 . A 2 D, C X P ; 10. P 3 A D, con exce­lente juego para las blancas.

9 D 3 A 10 P 3 T D

P 4 A D D 4 T ?

Era mas prudente la retirada del alfil. Ahora las blancas logran crear un ataque peligroso mediante una combinacion pro pia de esta variante.

11 P X A ! 12 C R 2 R 13 P x C

D X T C X C P 5 A

Las negras siguen ganando mate-

Page 55: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 57

rial, pero su rey q u e d a peligrosa­mente solo.

14 D 6 A

DIAGRAMA 45

Posicion despues de 14. D 6 A

14 T I C

14. . . . . . , T 1 A seria peor a causa de 15. A X P C, P X A; 16. D X P C + , seguido de 17. 0 - 0.

15 A X P C T X A ?

Tomando con el peon se podia evi­tar el peligro i nm e d i a t o ; pero la posicion qu e las negras obtendrian en este caso tampoco hubiera sido muy agradable. Por ejemplo : 15 . . . . . . , P X A; 16. 0 - 0, D 5 T; 17. A 5 C, D 2 D; 18. P 5 C ! , P 3 T ; 19 . T 1 T. Es dudoso que las negras puedan liber­tar sus piezas antes de que empiece el asalto final.

1 6 D 8 T + 17 0 - 0 18 D 8 A 19 P 4 T

R 2 D C 3 A C 2 R

Si en seguida 19. A 5 C ?, entonces D X T + y T X A, conservando aun suficiente ventaja de material.

19 20 C 4 A 2 1 D X P 22 P 5 C !

D 5 T T 1 C R R I D

Bien jugado . Evita 22 . . . . . . , D 1 R y permite la entrada en accion del aliil blanco . EI juego b l an c o esta perdido a pesar de que las blanc as no disponen de ninguna a m e n a z a directa .

22 23 A 3 T 24 C X P T

D X P C T 1 R

Tranquilamente . En c a m b i o 24 . C X P + ? h u b i e r a sido un error grave, a causa de A X C ; 25. D X A. D 2 D; Y las negras imp on en su ven­taj a de material.

24 25 C 6 A

P 3 C T 1 C D

A 25 . . . . . . , A 2 C se ganaba simple-

mente avanzando el peon torre.

26 A X C + 27 D 8 A + 28 D X T + 29 D 6 D + 30 P 5 T 31 D X D + 32 P 4 C 33 P 5 C

T X A R 2 A A 2 D R I A D 3 A A X D R I D Abandonan.

Page 56: Defensa francesa czerniak

CAPITULO VI

V ARIANTE RUBINSTEIN RETRASADA

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 A 5 C R

DIAGRAMA 46

P 3 R P 4 D C 3 A R P X P

Posicion despulis de 4 . • . . . • P X P

Llamamos «retrasada» a esta va­riante porque el cambio se produce en la 4- jugada y no en la 3- como en la variante Rubinstein original . ;,Cua! sistema es mejor ? Creemos no equivocarnos al d e c ir que es m a s provechoso para las negras cambiar el peon en la 4· jugada, 0 sea, que la variante Rubinstein retrasada es superior a la original.

Pero esto no quiere decir que sea buena. En efecto, ;, que razon hay en entregar a las blancas las llaves de la posicion central? Pues no cabe du­da que despues de 4. . . . . . , P X P las blancas dominaran el centro. Y tan solo Ie queda una esperanza a las

negras : que la ventaja de terreno 10-grada por su contrario no sea sufi­ciente para decidir la partida. Y asi sucede muchas veces.

Al jugar 4. . . . . . , P X P las ne­gras evitan el avance del P R y pro­ceden al desarrollo de sus piezas sin temer algun ataque inmediato. Tra­tan asimismo de cambiar las piezas. Esto explica por que es preferible jugar P X P en la 4- jugada . En­tonces, el a l f il blanco se h a l l a en 5 C y las blancas dificilmente pue­den evitar su cambio. Observese que la ubicacion de los peones (el blan­co en 4 D, el n e g r o e n 3 R) t a m ­bien es f a v o r a b l e para e l primer jugador.

A: 5. C X P

Con esto se ase'guran las blancas

una pequefia pero duradera ventaj a posicional . En 10 que se refiere a 5. A X C, vease B .

5 A 2 R

Fuerza la aclaracion y por 10 tan­to se considera algo mej or que 5 . . . . . . , C D 2 D.

Czerniak-Foerder, Tel-Aviv, 1936. - 5 . . . . . . , C D 2 D; 6. C 3 A R, A 2 R; 7. C X C + , A X C ; 8. D 2 D, A X A; 9 . C X A, P 3 C D; 10 . A 3 D, A 2 C ;

Page 57: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 59

11 . 0 - 0 - 0, C 3 A; 12 . T R 1 R, 5) 13 . . . . . . , D X P C; u.nica. Si D 4 D; 13. P 4 A D ! , D X P C; 14. 13 . . . . . . , D X PD; 14. C X PR ! , P 5 D, P 3 T R; 15. T I C ! , D X P T; gana la dama. 16. T I T, D 3 D; 17. T D 1 R, con ata- 6) 15 . T 1 C !; las b l a n c a s entre-que victorioso. gan otro peon mas para poder

1 ) 6. C 3 A R es 10 mas u s u a l , aunque iguaimente bueno debe ser 6. A 3 D. En cambio no hay apuro en jugar 6 . C X C + , a 10 cual seguiria 6. . . . . . , C X C. (6. . . . . . , P X C solamente es bueno cuando ha sido elimina­do el A D b l a n c o ) ; 7 . C 3 A, A 2 R; 8. A 3 D, 0 - 0 ; 9. D 2 R, P 4 A; 10 . P X P, D 4 T ; 11 . P 3 A, D X P, las blancas estan algo mej or, pero no se ve claro como r e a l i z a r esta v e n t a ja (Benko - Rauch, Buenos Aires, el ano 1941) .

2) 7. C X C es el unico modo de mantener la i n i c i a t i v a . A 7 .

· 3)

A X C hubiese seguido 7 . . . . . . , C X C o b l i g a n d o a cambiar otra pieza 0 batirse en retira­da. Si 7. C 3 C, 0 - 0 ; 8. A 3 D, P 3 C D ; 9. D 2 R, A 2 C, la supe­rioridad de las blancas es muy escasa ; las negras p r o s i gu e n P 4 A D, T 1 A, etc. Y finalmen­te, 7. A 3 D hubiera sido erro-neo a raiz de 7 . . . . . . , C X C ; 8 . A X A , C X P A; 9 . A X D, C X D ; 10 . A X P A, C X P, y no hay forma de copar el ca­ballo, pues si 11 . A 5 C, P 3 T D, etcetera. 7 . . . . . . , A X C es mejor que 7. . . . . . , C X C . Esta ultima jugada dada a las piezas blan­cas facil acceso al punto im­portante 5 R.

4) 9 . . . . . . , P 3 C D; el «fianchet-to,> del A D es, en la variante Rubinstein, c a s i una obliga­cion. Si ahora 10 . P 5 D, P X P ; 1 1 . D X P , D 2 R + ; 12 . A 2 R (si 12. R 2 D, A 2 C ! ) , T I C D, etcetera.

mantener al caballo en su po­sicion agresiva.

6 A X C A X A

Menos solido, aunque jugable, es 6 . . . . . . , P X A y en este caso las blancas p o dr i a n elegir entre tres continuaciones.

La mas corriente es : 7. C 3 A R, P 3 C ; 8. A 5 C + , P 3 A ; 9. A 3 D.

Una j ug a d a interesante, que im­pide el «fianchetto,> de las negras, en­sayo Smyslov contra B o l e s lavsky, Moscu, 1941 : 7. P 3 C R. Las negras se d e f e n d i er o n mediante A 2 D Y A 3 A.

Y por u l t i m o , m e r e c e atencion 7. D 2 D, como juga Euwe c o n t r a F l o h r en una p ar t i d a del match, 1932, la que c o n t i nu o : 7 . . . . . . , P 4 A R; 8 . C 3 A D, P 3 A D ; 9 . 0 - 0 - 0, C 2 D ; 10 . P 3 C R, P 3 C D; 11. A 2 C, A 2 C; 12. C 3 T, D 2 A; 13. D 2 R, C 3 A; 14. T R 1 R, y aI-ora jugando 14 . . . . . . , 0 - 0 - 0 (en la partida siguio 14 . . . . . . , R I A ? )

las negras se procuraban una posi­cion defendible, p. ej . : 14. C 5 C R, A 5 C; etc.

7 C 3 A R

Con 7 . C X A + , D X C no se con­sigue nada.

7 . . . . . C 2 D

Tampoco es malo 7 . . . . . . , P 3 C D, p . ej . : 8 . A 5 C + , A 2 D ; 9 . D 2 R, A X A; 10. D X A, P 3 A; 1 1 . D 3 D, Y las fuerzas siguen s i e n d o pare­jas (Alexander - Spielmann, Marga-te, 1938) . En cambio 7 . . . . . . , 0 - 0 seria arriesgado . No a causa de 8 .

Page 58: Defensa francesa czerniak

60 MIGUEL CZERNIAK

A 4 A, C 3 A; 9 . P 3 A, P 4 R ; 10 . P 5 D, C 4 T ; 1 1 . A 3 D ; P 3 C D ; 12 . D 2 A, P 3 C; 13 . C X A +, D X C ; 14 . 0 - 0 (Lovenfisch - Bondarevs­ky, Leningrado, 1934) ; con esto no se consigue gran cosa. Sino mas bien a raiz de la simple replica: 8. P 3 A, seguido de A 3 D.

8 P 3 A

Antes se consideraba mas fuerte 8. A 3 D, quiza porque las negras respondian con 8. . . . . . , 0 - O ? En este caso seguia 9. D 2 R (0 9. D 2 D ; ambas jugadas son buenas) , P 4 A ; 10. 0 - 0 - 0, P X P ; 1 1 . P 4 C R ! , Y luego de P 4 T R, T D 1 C, etc., se desencadenaba una tempestad con­tra la cual las negras no tenian de­fensa .

La p a r t i d a Alekhine - Aurbach, Berna, 1925, revelo nuevas posibili­dades para las negras, a saber : 8 . A 3 D, P 4 A ! ; 9 . P X P , C X P ! ; 10 . A 5 C + , R 2 R; 1 1 . D X D + , T X D. La partida mencionada con­tinuo : 12. C X A, R X C, con equi­librio. EI analisis posterior demos­tro que aun en el caso de 12. C X C, las negras pueden forzar el empate gracias a una combinacion ingenio-sa: 12 . . . . . . , T 4 D; 13. C 6 T !, A X P ! ; 14. T 1 C D, T X A ; 15. C 7 A, A 6 A + ; 16 . R 2 R, T X T; 17 . T X T, T I C ; 18. C 6 T, Y tablas por repeticion de las jugadas.

Ahora bien; a quien Ie parezca demasiado pasiva 8 . P 3 A Y tam­poco Ie agraden las complicaciones que surgen de 8 . A 3 D, puede se­guir con 8 . A 4 A y luego D 2 D Y 0 - 0 - 0, siempre con buen jue­go por parte de las blancas.

8 P 3 C D !

Y si en vez de esta jugada las negras trataran de aliviar su posi­cion preparando P 4 A D o P 4 R ? ,

en el primero de los casos el juego se desarrollaria mas 0 menos asi : 8. . . . . . , D 2 R ; 9. D 2 A, P 4 A; 10. P X P, C X P; 11 . A 5 C + , A 2 D; 12 . A X A + , C X A; 13. 0-0-0, 0 - 0 - 0 ; 14. D 4 T, con iniciativa para las blancas (Alekhine - Petrov, Varsovia, 1935) .

En cambio, para avanzar el P R, las negras tendrian que enrocar pri­mero. (Si 8 . . . . . . , P 4 R ? ; 9. C X A + , D X C ; 10 . D 2 R) . Ya sabemos cuan arriesgado es aqui el enroque corto, aunque, despues de 8. P 3 A, el ata­que blanco seria menos violento que en el caso de 8. A 3 D.

La j u g a d a del t ex t o (8 . . . . . . , P 3 C D ! ) me parece la mej or . La continuaci6n (Eliskases - Stahlberg, Mar del Plata, 1941 ) , ha de confir­mar mi opinion.

9 A 3 D 10 D 2 R 1 1 0 - 0 - 0

A 2 C D 2 R 0 - 0 - 0

El enroque largo resuelve el pro­blema del planteo de una manera satisfactoria.

12 A 6 T C 1 C !

DIAGRAMA 47

Posicion despues de 12 . . . . • C 1 C !

Una idea interesante y correcta a juzgar por la partida presente . El caballo se traslada a 3 A.

Page 59: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 61 13 A X A + 14 T 3 D 15 T R I D 16 C R 2 D 17 R I C 18 • T (3) X A

R X A T 2 D C 3 A A 4 C ! A X C P 3 T D

Las blancas no consiguieron ven­taj a apreciable y la partida termin6 en tablas.

B: 5. A x e

La idea de esta jugada es ganar un tiempo con 6. C X P en el caso de 5 . . . . . . . , D X A, 0 bien desorde­nar la formaci6n de los peones ne­gros, si 5. . . . . . , P X A. Sin embar­go, esto ultimo no es d e s v e n t a j a grave y se compensa en parte con los dos alfiles que Ie quedan a las negras .

5 P X A

5. . . . . . , D X A es una...j ugada in­n o cu a , pero no err6 n e a' c o m o 10 creen muchos.

Si 6 . C X P, D I D ! ; 7 . C 3 A R, C 2 D; 8 . A 3 D, A 2 R; 9 . D 2 R, P 4 A D, con perspectivas de igual­dad (Maroczy - Tartakower, Gotem­burgo, 1920) .

6 C X P 7 C 3 A D

(Ver diagrama 48)

P 4 A R

De las dos retiradas del caballo, esta se considera mej or que 7. C 3 C. Ver pagina 59.

Alekhine-Tartakower, Vi en a, 1922. - 7. C 3 A D, A 2 C; 8. C 3 A, 0 - 0 ; 9 . D 2 D, P 4 A; 10 . P X P, D 4 T; 1 1 . C 5 C D ! , D X D + ; 12 . C X D, C 3 T ; 13. P 3 A D, C X P; 14. C 3 C, C X C ; 15. P X C, P 3 T D; 16 . C 6 D, T I C ; 17 . P 4 C D, y las blancas pre-sionan fuertemente, p. ej . , 17 . . . . . . , A 2 D ; 18 . P 5 C, P X P ; 19 . A X P.

DIAGRAMA 4 8

Posicion despues de 7. C 3 A D

1 ) 7. C 3 A D; menos indicado es C 3 C porque permite replicar en seguida con 7 . . . . . . , P 4 A D. Luego las negras juegan C 3 A, A 2 D, D 2 A y 0 - 0 - 0, caso en que las blancas tambien de­ben enrocar largo, en vista de la columna abierta C R.

2 ) 7 . . . . . . , A 2 C prepara el avan­ce P 4 A D, que no podia ha­cerse en s e gu i d a a causa de 8. P 5 D !

3) 1 2 . . . . . . , C 3 T; err6neo hubie-ra sido 12 . . . . . . , A X P ; 13 . T I C D, A 4 R ; 14. C 4 A, etc.

4) 14 . . . . . . , C X C es de valor dudoso . Mejor 14 . . . . . . , C 5 R ; 1 5 . P 3 A, C 3 A; etc.

5) 1 6 . . . . . . , T 1 C; perdida de tiem-po. 16 . . . . . . , T I D ofrece mas po-sibilidades de igualar el juego.

PARTIDA N9 7

Jugada en un torneo local, Moscu, 1936

Blancas Negras

Kotov Kalmanok

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 3 A D C 3 A R 4 A 5 C R P X P 5 C X P A 2 R 6 A X C P X A

Las negras desean luchar. 6 . . . . . . , A X A hubiera sido mas prudente .

Page 60: Defensa francesa czerniak

62 MIGUEL CZERNIAK

7 C 3 A R C 2 D

Lo usual es a qu i 7 . . . . . . , P 3 C (ver pag. 59) .

8 A 4 A ! P 3 A

A 8 . . . . . . , P4AD hubiese seguido 9. P 5 D, C 3 C ; 10. A 5 C + , A 2 D ; 11 . A X A + , D X A; 12. P 6 D , D 3 A; 13. D 2 R, A X P; 14. C X P + , y las blanc as tienen ventaja.

9 D 2 D P 3 C

Antes de jugar esto se debia ha­ber rechazado el fuerte caballo blan­co mediante 9. . . . . . , P 4 A R.

10 D 6 T A l A

Aun se podia jugar 10 . . . . . . , P 4 A R, y si 1 1 . D 7 C, A 3 A; 12 . C 6 D + , R 2 R; 13. D 3 C, T I C R; etc.

11 D 4 A A 2 C D 12 0 - 0 - 0 P 4 T R 13 R 1 C A 2 R

El desarrollo de las piezas negras se hall a s e r i a m e n t e t r a b a d o . Si 13 . . . . . . , D 2 R ; 14. D 7 A. La jugada del texto prepara 14. . . . . . , D 1 C.

14 D 3 C C I A

Era mej or renunciar al enroque y jugar 14 . . . . . . , R I A.

15 T R 1 R P 4 A R

Tarde . L a s blancas concentraron todas sus fuerzas para el ataque fi­nal. Es dificil que no haya en est a situacion (ver el diagram a 49) nin­guna combinacion ganadora.

DIAGRAMA 49

Posicion despues de 15. . . . . . , P " A R

16 P 5 D ! P A X P

Pierden tambien las o t r a s juga-das . Por ej emplo : 16 . . . . . . , P X C ; 17. P X P R, y las negras pueden ele­gir entre el mate por P X P 0 la per-dida de su dama. Si 16 . . . . . . , P R X P sigue C 6 A mate . Y por ultimo, si 16 . . . . . . , D 1 A; 17 . P X P R , P X P ; 18. D 7 C , T 2 T ; 1 9 . C 6 A + , A X C ; 20. D X A, gana rapidamente.

17 A 5 C + 18 C 5 R

C 2 D D 2 A

La entrega del caballo es forzada e imp ide que el contrario se luzca en un remate espectacular . A 18 .

. . . . . , A 1 A D hubiera seguido 19 . D 7 C, T 1 A ; 20 . T X P ! , P X T ; 21 . C 6 A + ! , A X C ; 22. C 6 C + , A 2 R ; 23 . D X T ! ! mate d e problema con dos p i e z a s e n e m i g a s clavadas ; 0 bien 19. C 6 A D, A 5 T ; 20. D 7 C, A 3 A ; 21 . C 6 D mate.

19 A X C + 20 D 7 C 21 C 5 C 22 A X P

R I D T 1 A R D 4 A Abandonan.

Page 61: Defensa francesa czerniak

CAPITULO VII

V ARIANTE STEINITZ

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 P 5 R

DIAGRAMA 50

P 3 R P 4 D C 3 A R

Posicion despoes de 4. P 5 R

Continuacion desusada, p e r o ju­gable. Se llega a una especie de la variante principal, pero sin el cam­bio caracteristico de alfiles . Ahora bien : el A D blanco no es tan im­portante para las futuras a c c i o n es ofensivas de su bando como 10 es el alfil contrario para la defensa del flanco rey negro. Por esta razon la variante S t e i n i t z no es tan prove­chosa para las blancas como la va­riante principal . L a s negras consi­guen equilibrar el juego con relativa facilidad.

4 C R 2 D

Aqui no sirve la jugada de la va­riante Tartakower, 4. . . . . . , C 5 R, a causa de 5. C X C, P X C ; 6. A 3 R, y a la larga la proteccion del peon doblado negro seria d ific i l , s ino imposible.

D es p u es de la jugada del texto las negras a m e n a z an con P 4 A D . Este contragolpe sobre todo result a vigoroso cuando un caballo b l a n c o se hall a en 3 A D.

Las blancas t e n d r a n que elegir ahora entre tres caminos diferentes.

A: 5. C D 2 R

DIAGRAMA 5 1

Posicion despues de 5 . C D 2 R

Tratando de reforzar sus peones c en t r a les c o n P 3 A D y P 4 A R, concepto con el cual trabamos co­nocimiento en el Cap . I (pag. 15) . P o c o frecuente en la practica, e s e sistema parece ser, n o o b s t a n t e, la

Page 62: Defensa francesa czerniak

64 MIGUEL CZERNIAK

linea mas solida de la variante Stei- Alapin - Maroczy, Viena, 1908. -nitz . 9 . P 3 C R, P X P D ; 10 . P X P D,

5 P 4 A D 6 P 3 A D

La consecuencia de la movida an­terior. Las negras deben desarrollar un juego a c t i v o , p u e s en el caso contrario las blancas p a s ar a n a la of ens iva , despues de haber consoli­dado sus posiciones centrales.

6 C 3 A D

A 6. . . . . . , P 3 A; 7. C 4 A ! , es una r e pl i c a f u er t e , p . ej . : 7 . . . . . . , D 2 R; 8. A 3 D, P X P R ; 9. P X P R, C 3 A D ; 10 . C 3 A, C 1 D ; 1 1 . C 6 C ! , P X C; 12. A X P + , C 2 A; 13. A 5 C, C 3 A; 14. P X C, P X P; 15 . C 5 R ! , Y no hay defensa (Lundin - Raud, Buenos Aires, 1939) .

7 P 4 A R D 3 C

EI cambio de los peones centra­les, favoreceria a las blancas, p. ej . : 7 . . . . . . , P X P ; 8 . P X P, A 5 C + ; 9. A 2 D ! , D 3 C ; 10 . C R 3 A, 0 - 0; 11 . A X A, D X A + ; 12. D 2 D. Es­tando alejado el rey negro, las blan­cas van a procurarse un final favo­rable (Tarrasch - Noa, H a m b u r g o, 1885) .

Otra continuacion posible es aqui : 7. . . . . . , A 2 R, para seguir pronto con P 4 A R; tambien puede jugarse 7 . . . . . . , P 3 A.

8 C 3 A P 3 A 9 P 3 T D

Esta antigua continua cion, la cual evita un j aque posterior en 5 C D, todavia es considerada la mejor. En cambio la j u g a d a de Alap i n , 9 . P 3 C R, sufrio una refutacion en la partida siguiente:

P X P; 1 1 . P A X P, A 5 C + ! ; 12 . C 3 A, 0-0; 13. A4AR, A 2 R ! ; 14. D 2 D, P 4 C R ! ; 15 . eX pc, A X C ; 16. A X A, C X P D; 17. 0 - 0 - 0, C 6 A; con clara superioridad de las negras .

1 ) 1 2. C 3 A, es la mej or replica, siendo otras jugadas inferiores, p . ej . : 12 . A 2 D, 0 - 0; 13 . A2C, TXC ! ; 14. A X T, C X P D ; luego de c a p t u r a r e l P R las negras tendrian mej or posicion y dos peones por la calidad . o bien 12. R 2 A ?, 0 - 0 ; 13 . A 3 R, C (2) X P ! ; 14 . P X C, T X C + ! ; 15. R X T, C X P + ; 16. R 4 A, D 3 D ; y mate en po­cas jugadas (Whitehead - Ma­roczy, Londres, 1923) .

2) 1 3. A 4 A; no sirve 13 . A 2 C . Las negras eligen entonces en-tre 13 . . . . . . , T X C ! ; 14. A X T, D X P, 0 bien 13 . . . . . . , C (2) X P! ; 14 . P X C, C X P ; en a m b o s casos con fuerte ataque.

3) 14. D 2 D; esto no es suficiente para i m p e di r que las negras jueguen P 4 C . Mej or era : 14 . P 4 T R.

9 A 2 R

Tampoco ahora se aconseja a las ne­gras cambiar los peones. La siguiente partida demuestra los riesgos de es­ta operacion : 9. . . . . . , P X P R ; 10 . P A X P, P X P ; 11 . P X P, A 2 R; 12 . C 4 A, 0 - 0 ; 13. A 3 D, iniciando un ataque d i r e c t o ; pronto la posi­cion de las negras se tornara. insoste­nible (Spielmann-Menchik, Margate, 1938) .

10 C 3 C 0 - 0 (Ver diagram a 52)

Las negras no estan mal . Spiel­mann sugiere para las blancas A 3 D

Page 63: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 65

Y T 2 T para seguir con . P 4 C D y la defensa francesa . Sin embargo, T 2 A R, pero las negras pueden des- las negras no carecen de buenas de­baratar este plan j ugando P 4 T D . fensas . Observese que el avance inmediato

DIAGRAMA 52

Posicion despues de 10 • • • • . , 0 - 0

11 . P 4 C D no sirve a causa de 11 . . . . . . , P X P D ; 12 . P X P D, P X P; 13 . P A X P (la t o m a con el o t r o peon deja a las negras con mejor jue­go) , T X C ! ; 14 . P X T, D X P D . De no estar atacada la torre se po­dria jugar ahora P 4 A.

B: 5. P 4 A

DIAGRAMA 53

Posiei6n despues de 5. P 4, A

Las blancas se proponen presionar en el flanco rey. De aqui, el refuerzo de su vanguardia P 5 R. EI cambio de su P D contra el P 4 D enemigo tiene por objeto disminuir la tension central para poder dedicarse de lle­no a las operaciones en el ala del rey. Es un motivo muy frecuente en

5 P 4 A D 6 P X P

S i g u i e n d o el c o n c e p t o de esta linea de juego, las blancas t i e n e n que resolver e l problema del centro antes de jugar D 4 C.

6 . . . . . C 3 A D

Lo mejor, ya que obliga pnlctica­mente a las blanc as a una semiperdi­da de tiempo, P 3 T D. Tampoco es malo 6. . . . . . , A X P, a juzgar por la linea siguiente: 7. D 4 C, 0 - 0 ; 8 . A 3 D, P 4 A; 9 . D 3 T, C 3 A (0 aun 9 . . . . . . , P 3 T R ; 10. C 3 A, T 2 A; 11 . P 4 C R, P X P ; 12. D X P, C I A) ; 10. P 4 C R (mas solido es 10. C 3 A) , C 5 D ; 1 1 . C R 2 R, D 5 T + ! , con buenas perspectivas para las negras, (Schallopp - Maroczy, Nuremberg, 1896) . Y finalmente con 6 . . . . . . , C X P A las n e g r a s evitan el ata­que D 4 C, pero la ubicacion del C en 4 A no es muy buena.

7 P 3 T D

Ahora no se juega D 4 C a causa de 7 . . . . . . , C 5 C.

7 . . . . . A X P

Tarrasch-Marshall, match, 1905.-7. . . . . . , P 4 T D; 8. C 3 A ! , A X P; 9. A 3 D, Y la posicion de las blanc as es preferible. Las negras no deben enrocar en vista de 10. A X P + .

1 ) 7 . . . . . . , P 4 T D . P r e c au c i o n necesaria, s i las n e g ras pien­san retomar el peon con su ca-ballo. A 7 . . . . . . , C X P A se-guiria 8. P 4 C D, C 2 D ; 9. A3 D,

Page 64: Defensa francesa czerniak

66 MIGUEL CZERNIAK

con m e j o r juego (Pillsbury -Lasker, Nuremberg, 1896) .

2) 8. C 3 A ! es mejor que 8. A 3 R, A X P; 9. A X A, C X A, y las negras est an bien. (Spielmann­Stahlberg, match, 1933) .

3) 8 . . . . . . , A X P . S e gun T a -rrasch era mej or retomar con el c ab al l o ; p e r o los teoricos modernos no c o m p ar t en esta opinion.

8 D 4 C 0 - 0 9 C 3 A

DIAGRAMA 54

Posicion despues de 9. C 3 A

A 9. A 3 D las negras pueden igua-lar facilmente j u g a n d o : 9 . . . . . . , A X C ; 10 . T X A, C 4 A; 1 1 . D 3 T, C X A +, 0 bien intentar el contra­ataque con 9. . . . . . , D 2 R, seguido de P 3 A; etcetera.

9 C 5 D

El cambio de los caballos resta al futuro a t a qu e blanco una buena parte d e su vigor .

Euwe cree a s i m is m o a 9 . . . . . . , P 4 T D suficiente para mantener el equilibrio, pero nos p a r e c e que en este caso el flanco rey negro tendria que soportar una acometida violenta.

10 A 3 D P 4 A

Amenazaba 11 . A X P + .

11 D 3 T 12 D X C

C X C + A 3 C

Dando lugar al caballo. Las blan­cas no pueden contestar 13. C 4 T en vista de 13. . . . . . , C X P ! ; 14. P X C, D 5 T + .

13 C 2 R 14 A 3 R

C 4 A A 2 D

Las negras c o n c l uyer o n su des­arrollo. Resulta sumamente d i fi c i l para las b l a n c a s crear una se r i a amenaza para el flanco del rey con­trario .

c: 5. D 4 C

DIAGRAMA 55

Posici6n despues de 5. D 4 C

El ataque Gledhill tiene fama de linea incorrecta, pero bastante pe­ligrosa . Es esta la impresi6n gene­ral que deja la v a r i a n t e Gledhill, pues clara r efu t a c i o n de ella no existe.

La salida prematura de la dama impide el desarrollo del A R negro, pero debilita el centro blanco, res­tandole su a p o y o y es l o g i c o su­poner que el c o n tr a j u e g o de las negras s e a d i r i g i d o contra est o s peones c e n t r a l es, y como siempre sucede en los casos anaIogos, contra el sosten del peon mas avanzado.

5 P 4 A D

Page 65: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 67 La jugada logic a . Algunos teori­

cos recomiendan 5. . . . . . , P 4 T R, 10 que fuerza la retirada de la da­ma blanca y permite el desarrollo del A R negro . Mas el ala rey de la,.s negras queda s e r i a m e n t e de­bilitada.

6 C 3 A

Las blancas se ven practicamen­te obligadas a entre gar un peon, si quieren sacar algun provecho de su ataque. Veamos unos ejemplos :

a) Becker - Glass, Viena, 1933. -6. A 3 R, C 3 A D ; 7. 0-0 -0, P X P; 8 . A X P, C X A; 9 . D X C, P 3 T D ; 10. C 3 A, C 4A; 11 . P 4 T R, P 4 C D. Seria aven­turado opinar cual ataque es mas veloz. Creo que las «chan­ces» son a p r o x i m a d a m e n t e iguales.

1) 8. . . . . . , c X A; hubiera sido i m p r u d e n t e capturar el peon, p. ej . : 8 . . . . . . , C (2) X P ; 9 . A X C , C X A; 10 . D 3 C ! (10 . D 2 R no es tan fuerte, aunque las b l a n c a s recuperan inmediatamente su peon, p. ej . , 10 . . . . . . , C 3 A; 1 1 . T X P, A 3 D, etcetera) , P 3 A (a la retirada del caballo seguiria C 5 C) ; 1 1 . P 4 A R c o n fortisimo ataque .

2) 9. D X C es la unica ju­gada. Si 9 . T X C, C X P; 10. D 3 C, C 3 A ! ; 11 . C 5 C, C X T ; 12 . C 7 A + , R 2 D ; 13 . C X T, C 3 A, las negras deb en ganar.

b) Bogoljubow - Reti, Moravska Ostrava, 1923.- 6. C 5 C, P X P; 7. C R 3 A, C 3 A D ; 8. C 6 D + ?, A X C ; 9 . D X P, A X P ! ; 10 . C X A, D 3 A; 11 . D X D, C X D, y las n e gr a s q u e d a n con un peon mas.

1 ) 8 . C 6 D + ? es un error. Mejor 8. A 4 A; pero tambien

en este caso las negras dispo­nen de una maniobra ingenio­sa, la que debe a s e gu r a r l e s mejor posicion, a saber : 8 . . . . . . , A 5 C + ; 9. C 2 D, R I A ! , etc.

6 C 3 A D

Lo mas solido. Con 6. . . . . . , P X P las negras provocarian innecesaria­mente un juego complicadisimo, a saber : 7. C R X P (7. D X P D seria inferior a raiz de C 3 A D ; 8. D 4AR, D 2 A) , C X P; 8 . D 3 C, C 3 C (si 8. . . . . . , C D 3 A; 9. C X C y luego C 5 C) ; 9. C (4) 5 C (impide A 3 D) , C 3 T ; 10. P 4 T R. Pese a su ventaja material las negras no deben sen­tirse muy comodas en est a situacion.

7 P X P

DIAGRAMA 56

Posicion despnes de 7. P X P

Una jugada aparentemente mala ; habiendo avanzado su P R hasta la 5� fila, las blancas por 10 general tratan de evitar cambiarlo de no ser por el P A R enemigo. Mas, en el caso presente, las negras no de­ben entusiasmarse con la conquista del centro ni tampoco apresurarse a capturar el P R blanco . Lo que sucederia en este caso, 10 revela la siguiente partida :

Bogoljubow-Louma, Praga, 1932.-7 . . . . . . , C (2) X PR; 8. C X C, C X C; 9 . D 3 C, C 3 A; 10 . A 3 R, P 5 D ? ;

Page 66: Defensa francesa czerniak

68 MIGUEL CZERNIAK 11 . 0-0-0, P4R; 12 . A 5 C, P 3 A ; 13 . A X P ! , P X A; 14 . T R 1 R + , A 2 R; 15. D X P , y las blancas ga­naron rfipidamente.

1) 7 . . . . . . , C (2) X P. En u n a p a r t i d a Czerniak - Guimard, Buenos Aires, 1941, las negras e n s a y a r o n 7 . . . . . . , P 3 T D, una jugada pasiva que sin ser fra n c a m e n t e m a l a , tampoco p u e d e recomendarse . L a d e­fensa acertada de las negras la mostraremos en el texto.

2) 10 . . . . . . , P 5 D ? e s e l e r r o r decisivo . P e r o la posicion de las blanc as ya era mej or.

7 . . . . . P 4 A !

Esta replica, p u es t a en pra.ctica en una partida del m a t c h Stoltz­Flohr en 1931, es considerada toda­via la mej or, ya que resuelve, como veremos dos j ugadas mas tarde, el problema del d e s a r r o l l o del A R negro.

8 P X P a. p. 9 D 3 C

C X P A R A X P !

Muy ingenioso . El peon c a b al l o n o debe tomarse, pues a 1 0 . D X P C ? seguiria 1 0 . . . . . . , T I C R ; 1 1 . D 6 T, A X P + ! , etc.

10 A 5 C R 0 - 0 11 A 3 D

En la partida citada, Flohr conti­nuo 11 . . . . . . , C 5 C D; 12. 0-0 -0, C X A + ; 13. T X C, A 2 D ; 14 . C 5 R. EI dominio de esta casilla importante asegura a las blancas juego prefe­rible.

Como observa Euwe, las negras echaron a perder sus e x c e l en t e s «chances» al jugar : 1 1 . . . . . . , C 5 C. En lu g a r de esto, debra j u g a r s e 11 . . . . . . , A 3 D ; 12. D 4 T, P 3 T R, sin temor, pues la entrega A X P no es correcta.

PARTIDA NQ 8

Jugada en el torneo internacioual de maestros, Breslau, 1889

Blancas

E. Schallopp

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 P 5 R 5 P 4 A

Negras

S. Tarrasch

P 3 R P 4 D C 3 A R C R 2 D

En c u a n t o a las alternativas 5 . C D 2 R y 5 . D 4 C, veanse las pagi­nas 63 y 66 respectivamente.

5 6 P X P

P 4 A D C X P A

Hoy preferimos 6. . . . . . , C 3 A D. Los motivos de esta preferencia es­tan explicados en la pag. 65.

7 C 3 A 8 A 2 R 9 T D 1 C

Impide 10. A 3 R.

10 A 2 D 11 P x P 12 C 4 T D 13 0 - 0 14 C 5 C

C 3 A D 3 C C 2 D !

P 3 A C X P D 2 A A 3 D

Un ataque prematuro. Era mejor 14. P 3 C R.

14 15 P 4 A 16 P 5 A D ?

0 - 0 P 3 T R

Esta jugada erronea de «pseudo­ataque» dej a al negro con dos peo­nes libres en el centro. Correcto era retirar el caballo a 3 T.

16 17 P X A

P X C D X P

Page 67: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 69

18 P X P 19 T X T + 20 A 3 R

C 5 R D X T D 4 A R

El u n i c o contrajuego del blanco reside en un posible ataque contra el rey pOl' medio de A 3 D, D 5 T, etc. La jugada del texto desbarata, la amenaza 21 . A 3 D a 10 cual se­guiria ahora C 5 C.

21 P 4 T 22 C 5 A

DIAGRAMA 57

A 2 D

Posicion despnes de 22. C IS A

22 P 5 D !

Un golpe certero y bien calculado

23 C X A

La otra alternativa era 23. C X C (pero no 23. A X P ?, C X C Y se pierde una pieza) D X C ; 24. A 2 A, T I A R 0 bien 24 . . . . . . , C 4 R ; 25. A X P, A 3 A siempre favorable para las negras.

23 P X A 24 A 3 A

A 24. D I AR sigue 24 . . . . . . , C 6 C ! ; 25 . D X D, C X A + , ganando una pieza, mientras que 24. D 1 R dejaria al caballo blanco copado e indefenso.

24 C 7 D 25 T I A C 5 D

DIAGRAMA 58

Posicion despnes de 25. . . . . . C 5 D

26 R 2 T

Despues de 26. A X P se pierde por 10 menos la dama. Las negras continuan : 26 . . . . . . , D 7 A + ; 27 . R 2 T, C 7 R ; 28. D 1 R, C 8 A + ; 29. R 3 T, C 5 A + ; 30. R4C, C 7 T mate. Y si 27 . R 1 T, entonces. 27 . . . . . . , C 7 R ; 28. D 1 R, C 6 C + ; 29. R 2 T, C (7) 8 A + ; 30. R 3 T, D 4 A mate.

26 27 R 3 T 28 P x C

D 5 A + C (7) X A P 7 R

Las blanc as abandonan.

A 29. DIR sigue 29 . . . . . . , D X P A+ ; 30. R 2 T, D 5 C ; 31 . T 3 A (6 31 . D 3 C, C 6 A + , y luego de cambial' las da­mas P 8 R = D) , C 6 A + ; 32. T X C, D X T; 33. R 1 C, T 1 D y gana.

Page 68: Defensa francesa czerniak

CAPiTULO VIII

V ARIANTE SVENONIUS

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 p x p

P 3 R P 4 D C 3 A R

Una especie de variante de cam­bio (comparar cap. XIV) , con la di­ferencia de que ambos b a n d o s ya desarrollaron sus caballos . Fue esta, precisamente, la razon por la cual se consideraba mejor a las blancas, pu­diendo este clavar el caballo negro mediante A 5 C, cosa que d i f i c i l ­mente puede hacerse e n l a variante de cambio, ya que este caballo, por 10 general, sale a 2 R. Pero as! y to do no debe ser muy dificil llegar con las negras a un equilibrio perfecto . No olvidemos que el A D negro tie­ne via libre en esta variante.

4 P X P

DIAGRAMA 59

Posicion despues de 4. . . . . . , P X P

Retomando con el caballo las ne­gras evitarian la proxima jugada de las blancas, pero cederian algo de su terreno central, permitiendo que se las lleve mediante: 5. C4R, C2D (1) ; 6. C 3 A R, A 2 R; 7. A 3 D, P 3 C D; 9 . 0 - 0 (Alekhine - Nimzovich, Kecskemet, 1927) , a una especie de variante Rubinstein, favorable a las blancas .

5 A 5 C R

En los tiempos de Tarrasch juga­ban 5 . C 3 ,A, A 3 D ; 6 . A 3 D, etc . ; pero la jugada del texto es in dud a­blemente mejor.

5 A 2 R

Segun A l e k hi n e, tambien puede jugarse 5 . . . . . . , C 3 A, p . ej . : 6 . A X C, D X A ; 7 . C X P, D 3 D ; 84. P 4 A D (0 A 4 A) , A 3 R, y las ne­gras recuperan su peon con buena posicion. En vista de ello, las blan­cas no deberian jugar : 6. A X C sino 6 . A 5 C . Vease la proxima partida .

Snielmann - Vajda, S em m e r i ng. 1926. - 5 . . . . . . , C 3 A; 6 . A 5 C,

( 1 ) l Quien n o conoce l a famosa partida a degas A.lekhine-Feldt (Tarnopol, 1920) ? La combinaci6n de Alekhine era maravillosa, aunque su contrario se defendl6 muy mal. Fua as! : 5 . . . . . . P 4 A R 1 ; 6 . C 5 C, A 2 R; 7. C R 3 A , P 3 A; 8 . C 5 R I , 0---0; 9. C D 3 A, P 3 C D ; 10. A 3 D, A 2 C; 11 . 0 - 0, T 1 R; 12. P 4 A, C 3 A; 13. A 4 A R, C D 2 D; 14. 0 2 R, P 4 A; 15. C 7 A ! I , R X C; 16. D X P + 1 I, El. 3 C; 17. P 4 C I, Y mate en la sigulente . .

Page 69: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 71

A 2 R; 7. C R 2 R, 0 - 0; 8. 0 - 0, C 5 R ; 9. A X C, P X A; 10. A X A, D X A; 1 1 . T 1 R, D 4 C; 12. C X C, P X C ; 13. C 3 C, P 4 A R; 14. D 2 R, A 3 R; 15. D 6 T, T D 1 D ; ahora pue­de tomarse el P T. Las blanc as tie­nen suficiente tiempo para organi­zar la defensa.

1 ) 8 . . . . . . , C 5 R; si 8 . . . . . . , P 3 T D ; 9 . A R X C , P X A ; 1 0 . C 3 C , P 3 T ; 1 1 . A X C ! (la partida Spielmann - Tarrasch, Teplitz - Schonau, 1922, conti­nuo 11 . A 4 A, P 4 A, con equi­librio) , A X A; 12. C 4 T, D 3 D ; 13 . P 3 A D , las blanc as estan m e j o r pese a los dos a l f i les contrarios.

6 A 3 D C 3 A

Asimismo puede jugarse 6. . . . . . , o - 0, Y si 7 . C R 2 R, C 3 A; 8 . 0 - 0, C 1 R ; 9 . A X A, C X A, con e qu i l i b r i o (Teichmann - Maroczy, Carlsbad, 1923) . En cambio : 6 . . . . . . , P 3 A se considera algo inferior. El desarr'ollo del C D negro constituye un serio problema, en este caso.

De Groot - Engels, Buenos Aires, 1939. - 6. . . . . . , P 3 A, 7. C R 2 R, C 3 T; 8 . P 3 T D, P 3 T; 9 . A 4 A R, C 2 A; 10 . C 3 C, C 3 R; 11 . C D 2 R, C X A; 12 . C X C, D 3 C ; 13. A 5 A, D X P C ; 14. 0 - 0, D 3 C ; 15. T 1 R, R I A.

1) 7 . . . . . . , C 3 T. Una idea inte-resante. La tentacion de doblar los peones n e g r o s (A R X C) debe ser rechazada . El domi­nio de la columna a b i e r t a ' y u n par de veloces alfiles, ha­b r i a compensado ampliamen­te ese pequeno defecto de la posicion.

2) 8. P 3 T D; perdida de tiempo. Mejor era enrocar, permitien-

do la j ugada 8 . . . . . . , C 5 C D. L a s negras perderian m u c h o tiempo e n efectuar u n cambio que en realidad no es d e s fa ­vorable para las blancas.

3) U. C D 2 R; las blancas entre­gan un peon a cambio de una posicion ventaj osa.

4) 13. A 5 A; una posibilidad in­teresante es aqui: 13 . T D 1 C, y si 13 . . . . . . , D X P D ; 1 4 . C 6 C ! , A 5 C R; 15 . D 2 D ; etc.

5) 15 . . . . . . , R I A; puede seguir-se : 16. A X A, T X A; 17 . C 5 A, T 1 R ; 18 . T I C, D 2 A; 19 . D 3 A, y la perdida del peon esta ampliamente compensada.

7 C R 2 R A 3 R

No se consigue nada con elimi-nar el a l f i l rey blanco. 7 . . . . . . , C 5 C D ; 8. 0 - 0, C X A; 9. D X C (comp. el segundo comentario de la ultima partida) .

8 0 - 0 9 A X C

P 3 T R A X A

Una posicion de igualdad. Puede seguir : 10. A 5 C, D 3 D; 1 1 . A X C + , D X A ; 12. C 4 A, ° - 0 - 0, sin desnivelar el juego (S p i el m a n n­Alekhine, San Remo, 1930) .

PARTIDA N9 9

Una de las 6 partidas con reloj disputa­das simultaneamente, Viena, 1936

Blancas Negras

Alekhine Consulta

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 3 A D C 3 A R 4 A 5 C R A 2 R 5 P X P P X P

Llegamos, por trasposicion, a la variante Svenonius.

Page 70: Defensa francesa czerniak

72 MIGUEL CZERNIAK

Si 5 . . . . . . , C X P, e n t o n c e s 6. El rey .negro huye ante la ame-A X A, etc . , como en la partida Ale- naza 25. C 5 T seguida de C 6 A. khine-Spielmann (pag. 12) .

6 A 3 D P 3 A 7 P 4 T R

Muy arriesgado, aunque no se tra­ta de ningun ataque; pero las blan-cas impiden 7 . . . . . . , C 5 R.

7 8 C R 2 R 9 D 2 D

10 R I A

0 - 0 T 1 R P 4 T D

Esto no es un capricho del maes­tro, sino una jugada absolutamente 16gica. Cualquiera de los dos enro­ques hubiera side desastroso.

1 0 1 1 P 3 T 12 C 3 C 13 C D 2 R

C 3 T C 2 A C 3 R P 3 T ! ?

Terminadas las maniobras, las ne­gras provocan un sacrificio de pieza, cuya c o r r e c c i 6 n es dudosa, pero frente a un Alekhine result a suma­mente peligroso.

14 A X P ! ? 15 C 5 A ! 16 C X P + 17 D X A 18 C 3 C

P X A A l A A X C C I A C 5 C

l Que queda del ataque blanco? Muy poco 0 nada, pues a la retirada de la dama, que parece forzada, se­guiria 19 . . . . . . , D 3 A, etc.

19 D 5 C + ! 20 P X D 21 P 3 A R ! 22 R 2 A

D X D C 3 C C 6 R + C 5 A R

Si 22 . . . . . . , C 5 A D ; 23. C 5 T.

23 T D 1 R ! C (5) X P 24 T 2 R R I A

25 C 5 T 26 C 6 A 27 T X C + 28 R X e

R 2 R T 1 A e X T

Ahora las fuerzas materiales son mas 0 menos parejas, pero las blan­cas quedaron con la iniciativa.

28 . . . . . A 3 D

Era mejor jugar 28. . . . . . , A 2 D.

29 P 4 A 30 C 7 T 31 P 5 A

T I T T D 1 C R

De estar el alfil en 2 D esta juga­da hubiera sido imposible a causa de 31 . . . . . . , T X P !

3 1 32 R 4 A 33 T 6 T + 34 C 6 A !

A 2 D R 3 D R 2 A T X T

Si 34. . . . . . T 1 A R; 35. T + T, T X T; 36. P 6 C, etc.

35 P x T T l T R 36 P 7 T Abandonan

Las blanl!as ganan facilmente, por ej emplo: 36 . . . . . . , R 3 D ; 37. R 5 C, R 2 R; 38 . e X A, R X e (si 38 . . . . . . , T X P; 39. P 6 A + ) ; 39. R 6 T, etc.

DIAGRAMA 60

Posicion final

Page 71: Defensa francesa czerniak

CAPITULO IX

V ARIANTE WINA WER

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D

DIAGRAM A 6 1

P 3 R P 4 D A 5 C

Posicion despues de 3. . . . . . , A 5 C

Cuando Winawer ensayo esta mo­vida, en el afio 1867 (1) , seguramen­te no pensaba que 75 afios mas tar­de su variante se consideraria como una de las !ineas mas modernas y mas vigorosas de 1a defensa fran-cesa. La jugada 3 . . . . . . , A 5 C cuen-ta hoy con muchos aficionados. Lo debe principa1mente a los esfuerzos de dos grandes maestros : Maroczy y Nimzovich (2 ) , c u y o s a n a l i s is no sufrieron hasta ahora refutacion a1-guna. En los ultimos afios la va­riante Winawer ha sido ' detenida­mente revisada por los analistas sovieticos ; se descubrieron algunas

(1) STEINITZ-WINAWER, Torneo de Par is, 1867. (2) Por eso algunos la Haman variante NIMZO­

WICR Y otros variante MAROCZY.

lineas nuevas para ambos bandos, pero la reputacion de la variante es hoy mas firme que nunca.

Se trata, en efecto, de una linea solida y al mismo tiempo agresiva. La jugada 3. . . . . . , A 5 C amenaza capturar un peon y obliga a dec i­dirse. Las b1ancas eligen, como en todas las variantes de la defensa francesa entre el cambio (4. P X P) , el avance (4. P 5 R) y el manteni­miento de la tension central (4. A 3 D, P 3 T D, D 4 C, A 2 D 0 C R 2 R) . Y como en la mayoria de las varian­tes que integran la defensa francesa el avance del P R constituye el me­jor sistema, y se usa con mas fre­cuencia, aunque hay quienes prefie­ren 4. C R 2 R (Euwe) , otros que recomiendan 5. A 2 D (Bogoljubow) , otros que buscan c o m p l i c a c i o n e s mediante 4 . D 4 C (Alekhine) .

En nuestra opinion hay dos conti­nuaciones cuya bondad ha sido pro­bada muchfsimas veces : 4. P 5 R (variante B) y 4. C R 2 R (variante G) . Ademas de estas existe una li­nea casi desconocida, pero que per­mite a d i v inar complicaciones no desfavorab1es para las blancas : 4. P 3 T D (variante D) .

A: 4. P X P

Una linea muy parecida a 1a de 1a variante Svenonius (cap. VIII)

Page 72: Defensa francesa czerniak

'74 MIGUEL CZERNIAK

<!on la sola diferencia de 3. . . . . . , A 5 C en vez de 3. . . . . . , C 3 A R. Muchos c r e en en la superioridad de las blancas, porque estas pueden jugar oportunamente P 3 T D, o b l i ­gando a las negras a cambiar su alfil bueno 0 retirarse perdiendo tiempo. El anaIisis minucioso ha de mostrar­nos que no debe exagerarse el pro­vecho de esta operacion. Las negras c o n s i g uen igualar el juego y aun buenas perspectivas para vencer en -el caso de querer las blanc as forzar la partida.

4 P X P

DIAGRAMA 62

Posicion despues de 4. . . . . . • P X P

4 . . . . . . , D X P es visiblemente in-ferior. Es temprano para «desarro­lIar» la dama y muy inoportuno el abandono del centro (al no colocar 1m peon negro en 4 D) .

5 A 3 D

o bien 5 . C 3 A, C 2 R ; 6. A 3 D, C D 3 A (t a m b i e n puede jugarse A 4 A) ; 7. P 3 T R, A 3 R; 8. 0 - 0, D 2 D ; 9. A 4 A R, A X C ; 10. P X A, P 3 A ; 11. T I C, P 4 C R ?; 12. A 3 C, 0 - 0 - 0 (Mar s h all - Nimzovich, Nueva York, 1927) . Doblando el PA <!ontrario las negras preparan e l te­rreno para un final favorable, pero tienen que jugar con mucha cautela,

debido a la posicion agresiva de las blancas. P. ej . : el enroque largo (12. 0 - 0 - 0) es erroneo y podda ser castigado debidamente si las blan­cas continuaran 13. C 2 D Y luego C 3 C. En vez de exponerse a un ataque en la columna CD, las negras debian enrocar corto, previo C 1 D.

5 C 3 A D

Menos e l a s t i c a seria 5. . . . . . , C 3 A R, ya que las negras se resta­dan la posibilidad de jugar luego C R 2 R. Un ej emplo : 5 . . . . , C 3 A R; 6. A 5 C, P 3 T R ; 7. A 4 T, P 4 A; 8. P X P, 0 - 0 ; 9. C R 2 R, A X P ; 10. 0 - 0, A 3 R; 1 1 . D 2 D, C 3 A; 12. T D I D (Tarrasch-Duras, Bres­lau, 1912) . Notamos la amenaza de las blancas C4A y 5 T, asi como tam­bien su presion sobre el P D aislado.

A 5. . . . . . , C 2 R puede seguir 6. D 5 T ! Conforme a los anaIisis de Nimzovich, las negras deben contes-tar : 6 . . . . . . , P 4 A D, p er o desde luego su posicion no puede gus tar a nadie.

6 C R 2 R

Observese que en la presente va­riante, asi como tambien en la va­riante de cambio (cap. XIV) , el C R (tanto el blanco como el negro) ad­qui ere mas elasticidad cuando 10 co­locamos en 2 R (en lugar de 3 A R) .

6 C R 2 R

Preparando A 4 A para anular el fuerte alfil blanco.

7 0 - 0

(Ver diagrama 63)

Las negras pueden elegir ahora en tre 7. . . . . , A 4 A Y 7. . . . . , A 5 C, de las cuales damos preferencia a

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LA DEFENSA FRANCESA 75 la primera, que es mas solida. En A 3 R; 9. P 3 T D, A X C; 10. P X A, cambio el enroque (7 . . . . . , a - 0) D 2 D ; 1 1 . T 1 R, 0-0-0; 12 . C4A, no es tan bueno, pues las blancas A 4 A; 13. A 5 C, P 3 T D ; 14. A 1 A ! ,

DIAGRAMA 63 T D 1 R; 15. C 3 D, A X C ; 16. P X A, las blanc as est an bien. Observese que en esta linea las blancas demo­ran con su enroque, el cual varia conforme a la ubicacion del rey con­trario.

Posicion despues de 7. 0 - 0

seguirian con 8. C 3 C impidiendo A 4 A.

Spielmann - Nimzovich, Copenha-gue, 1923. - 7 . . . . . . , A 4 A; 8. C 3 C, A 3 C; 9. C D 2 R, D 2 D; 10. P 4 A R, P 4 A R ; 11 . P 3 TD, A3 D ; 12. P 3 C D, C 1 C R; 13. A 2 C, C D 2 R ; 14. P 4 A, P 3 A; 15. D 2 A, C 3 A R, con «chan­ces» aproximadamente iguales. Las negras perdieron algunos tiempos en 10 que va del desarrollo, pero su po­sicion es solida. En general, el aj e­drez moderno a d m i t e semejantes perdidas de tiempo, cuando se trata de reagrupar las fuerzas 0 conser­var alguna pieza importante.

1) 8. C 3 C es 10 mej or. Menos in­dicada es 8. A X A, C X A; 9 . D 3 D, D 2 D ; 10 . C 1 D, 0 - 0 ; 11 . C 3 R, e x C ; 12. A X C, T R 1 R; 13. C 4 A, A 3 D; 14. T R 1 R, C 5 C; 15 . D 3 C, D 4 A, y las negras estan mej or gra­cias a sus multiples amenazas (Capablanca-Alekhine, Buenos Aires, 1927) .

2 ) 8 . . . . . , A 3 C. No sirve 8 . . . . . , C X P ; 9. A X A, C D X A; 10. C X C, C X C; 11. C X P.

Rabinovich - Alatorzev, Leningra-do, 1934. - 7 . . . . . . , A 5 C ; 8. P 3 A,

1) 8. P 3 A; tambien con 8. A 3 R seguido de D 2 D se consigue una posicion comoda.

2) 8 . . . . . . , A 3 R; las negras aun pueden cambiar de plan y ju-gar 8 . . . . . . , A 4 A.

3) 1 1 . . . . . . , 0 - 0 - 0; un plan atrevido. Sobre todo cuando el ataque negro en el flanco rey r e qu i e r e solida preparacion, mientras que las b l a n c as ya estan en posesion de la colum­na abierta C D.

4) 1 4. A 1 A ! es m u c h o mej or que 14. A 4 T, C 3 C ; 15. C 3 D, D 3 D ; 16 . C 5 A, R 1 C ; 17. T I C, C 4 T; 18. A 2 D, A 1 A; 19 . D 2 R, R 2 T ; 20 . D 2 A, P 3 C; 21 . C 3 D, C 5 A D, y la defensa super a al ataque (II­j in-Zhenevsky contra Alator­zev, Moscu, 1931 ) .

5 ) 1 5. . . . . . , A X C es forzado. Amenazaba C 5 A, T I C Y lue­go la entrega oportuna en 6 T D.

B: 4. P 5 R eVer diagrama 64)

Se considera la mej or continua­cion de las blanc as y debido a ello se usa muy frecuentemente. Es curioso que en casi todas las variantes de la defensa francesa las blancas tienen que avanzar finalmente su P R, si quieren lograr algo mas que el equi­librio . De�de luego este avance pro­voca un juego muy complicado y da mucha fuerza a la respuesta de las

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76 MIGUEL CZERNIAK

negras P 4 A D, pero como ya hemos dicho, no se puede superar al ene­migo sin arriesgar la propia pie!.

DIAGRAMA 64

PosiciOn despues de 4. P Ii R

4 . . . . . P 4 A D

Lo mejor. Otras continuaciones son inferiores, aunque algunas que examinaremos seguidamente pue­den emplearse sin conducir necesa­riamente a la perdida por parte de las negras. .

Becker - Muller, Viena, 1932. -4 . . . . . . , P 3 C D; 5. D 4 C, P 3 C ; 6 . P 4 T R ! , P 4 T R; 7. D 3 C, A 3 T; 8. A X A, C X A; 9. C 3 T, C 3 T ; 10. D 3 D, D 1 A; 11. A X C, T X A; 12. C 5 C, A 2 R ; 13. D 3 A, A X C ; 14. P X A, T 2 T; 15. T 4 T, y siguiendo con P 4 C R las blancas lograron una posicion ganadora.

1) 4 . . . . . . , P 3 C D es una idea de Nimzovich. Las negras pro­curan cambiar su A D contra el fuerte A R blanco, un plan bueno en sl, pero cuya ejecu­cion cuesta m u c h o s tiempos perdidos y deja el fIanco rey negro expuesto a un ataque violento. Una suerte analoga sufre la idea de Botvinnik en la variante Tarrasch (ver pa­gina 1 1 1 ) .

2) 5 . . . . . . , P 3 C. Las negras di-ficilmente pueden evitar el de­bilitamiento de su ala rey. Por ej emplo: si 5. . . . . . , A 1 A; 6. A 5 C R, D 2 D ; 7 . 0 - 0 - 0, con superioridad de las. blan­cas (Alexander-Alekhine, Mar­gate, 1938) .

3) 6. P 4 T R ! Observese que solo mediante esta acometida ener­gica pueden las blanc as sacar provecho de su planteo. Menos indicado es 6. A 5 C R, A 2 R ; 7. A 2 D, A 3 T; 8. A X A, C X A; 9. D 2 R, C 5 C (tambien es de considerar C 1 C) ; 10. D 5 C + , D 2 D ; 1 1 . D X D + , R X D, con juego satisfactorio para las negras (Thomas -N i m z o vi c h, Carlsbad, 1929) .

4) 9 . . . . , C 3 T. Era mej or 9 . . . . , P 4 A D.

Botvinnik - Ragosin, Moscu, 1927. - 4 . . . . . . , P 3 A R; 5. C 3 A, P4AD; 6. P 3 T D, A 4 T ; 7. P 4 C D, P X PC ; 8 . C 5 C D, C 3 A D ; 9 . P X P C, A 2 A; 10. P 3 A, C R 2 R; 11 . P X P, P X P ; 1 2 . A 3 D, 0 - O . L a ventaj a d e las blancas es indiscutible.

1) 4 . . . . . . , P 3 A R, conduce a un juego muy complicado. Por eso quiza sea mas solido cerrar la posicion mediante 4 . . . . , P4AR, con el mismo proposito de se­guir con P 4 A D.

2) 7. P 4 C D ! es una maniobra frecuente en la defensa fran­cesa. Las blanc as sacrifican un peon, cuya aceptacion provoca un fortlsimo ataque.

3) 8 . . . . . , C 3 A D; 0 bien, 8 . . . . . , P X P + ; 9. P 3 A seguido de A X P y C 6 D + .

4) 9. . . . . . , A 2 A; otra vez rehu-sando el r e g a l o. Si 9 . . . . . . , A X P + ; 10. P 3 A, A 2 R; 11. A 3 T ! , etc.

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LA DEFENSA FRANCESA 77

E. Rabinovich - Ragosin, Lenin­grado, 1939. - 4. . . . . . , C 2 R; 5. P 3 T D, A 4 T ; 6 . A 2 D, C 2 D ; 7 . C 3 A, P 4 A D ; 8 . P X P, A 2 A; 9 . A 5 C D, 0- 0; 10. A X C, A X A; 11 . O � O, C 3 C ; 12 . T 1 R, D 2 R; 13 . C 2 R, P 4 T D ; 14. P 4 C D, P 3 A; 15. P X P A, D X P A R. Las negras po­seen algunas probabilidades de ata­que en el ala rey, pero esto no com­pensa la desventaja m a t e r i a l . Las blancas p u e d e n seguir 15. A 3 A y luego D 3 D o D 4 D.

1 ) 4 . . . . . . , C 2 R. Un m o d e r n o ensayo sovietico, cuyo propo­sito es acelerar el desarrollo y atacar el P R blanco con ma­yor rapidez. Las negras deben entregar luego material, y co­mo su ataque no compensa es­tas perdidas, toda la variante parece inferior a la jugada 10-gica 4 . . . . . . , P 4 A D.

2) 6. A 2 D. Las blancas no deben apresurarse a jugal' 6. P 4 C D ; e l adversario, pOI' el momen­to, no puede impedir esta ju­gada . POI' o t r a p ar t e , si 6 . P 4 C D, A 3 C ; 7 . A 3 D, y las negras podrian c o n t r a a t a c a r por medio de P 4 T D.

3) 7. C 3 A. A 7. D 4 C podria se­guir 7 . . . . . . , P 4 A D ; 8. P 4 C, P X P D ! , con complicaciones no t o t a l m e n t e desventaj osas para las negras.

4) 7 . . . . . , P 4 A D. Un sacrificio de peon forzado, sin el cual las negras q u e d a r i a n encerradas en el flanco dama y expuestas 'a un ataque en el ala rey.

5) 8 . . . . . . , A 2 A. 0 bien 8 . . . . . . , P 3 T D ; 9. P 4 C D, A 2 A; 10. A4AR, P 3 A ; 11 . P X P, A X A; 12 . P X C, D X P ; 13 . D 4 D, P 4 R (para no dejarse arreba­tar la iniciativa las negras sa­crifican otro peon mas) ; 14 . D X P D, C 3 A; 15 . D 6 D, con

ventaja d e c isiva (Belavenetz­Ragosin, Leningrado, 1939) .

a) 5. A 2 D

DIAGRAMA 65

Posicion despn';s de 5. A 2 D

La jugada de Bogoljubow sigue s i e n d o una de las continuaciones mas solidas, aunque en nuestra opi­nion es mej or 5. P 3 T D (vease sub­variante d) .

5 C 3 A D

Damos preferencia a esta, aunque la mayoria de los comentaristas pre-fi e r e 5 . . . . . . , C 2 R . En c a m b i o 5 . . . . . . , P X P es considerada infe­rior pOI' todos, sin excepcion.

Bogoljubow - Thomas, L o n d r e s, 1927. - 5 . . . . . . , P X P; 6. C 5 C, A 4 A; 7 . P 4 C D, P 3 T D ; 8 . P X A, P X C ; 9 . D 4 C, R I A ; 10 . C 3 A, C 3 A D; 1 1 . A X P, C R 2 R; 12 . 0 - 0, A 2 D ; 13 . A 3 D, con supe­rioridad de las blancas.

1 ) 6 . . . . . . , A 4 A. Las negras de.-ben c o n s er v a r su alfil p ar a impedir que el caballo blanco se coloque en 6 D. Pero mejor que la jugada del texto hubie-ra sido 6 . . . . . . , A 1 A y 'aun despues de 7. P 4 C D es pre­ferible A 1 A que P 3 T D. En cambio, muy arriesgada nos pa-

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78 MIGUEL CZERNIAK

rece 6 . . . . . . , A X A + ; 7 . fuerzas contra el ala rey (L . D X A, C 3 A D; 8. C R 3 A (una Steiner - N i m z ov i c h , Berlin. idea i n t e r es a n t e es aqui 8 . 1928) . En cambio, es de consi-0 - 0 - 0, p . ej . , si C X P; derar 7 . . . . . . , D 2 A; 8. A 3 D. 9. D X P, P 3 A; 10 . D 5 A, R 2 A ; P 5 A (ahora si, porque s e ga-ll. C 6 D + , R 3 C ; 12. P 4 A R, na un tiempo) ; 9. A l A, A 2 D; etcetera) , P3A; 9. D4A, C 3 T ; 10 . D 4 C , C 4 A; 1 1 . C 2 R, 10 . C 6 D + , R I A, y aunque C 3 A; 12 . C 3 C, C D 2 R ; 13 . las blanc as no tengan nada in- C 5 T, 0 - 0 - 0 ; 14 . D 3 A, mediato, la situacion de las ne- T R 1 R; 15 . P 4 T R, C 3 C, y gras no puede considerarse co- las negras estan mej or (Szabo-moda (Fine-Capablanca, Avro, Book, Kemeri, 1939) . Puede se-ano 1938) . guir 16. P 3 C, A 5 T ! , etc.

L. S t e i n e r - Koshnitzky, Perth, 1937. - 5 . . . . . . , C 2 R; 6. P 3 T D, A X C ; 7. P X A, C D 3 A ; 8. C 3 A, D 2 A; 9. P 4 T R, C 4 A ? ; 10. P 4 C, C R 2 R; 1 1 . P 5 T, P 3 T R; 12. A 3 R, P 5 A; 13 . C 4 T, A 2 D; 14 . P 4 A, Y las n e g r a s carecen de contrajuego que pueda c o m p e n s a r la evidente desventaja en el ala rey.

4) 8. C 3 A es mejor que 8. D 4 C a 10 cual podria seguir : 8. . . . . . , 0 - 0; 9 . C 3 A, C 3 C ; 10 . A 3 D, P 4 A R ! , con excelente juego para las negras, p . ej . : 1 1 . P X P a . p . , D X P ; 12 . A X C, P X A y amenaza P 4R.

5) 9 . . . . . . , C 4 A ?, p e r d i d a de tiempo que facilita la tarea de las blancas.

1) 6. P 3 T D, es una buena juga­da. En cambio, con 6. C 5 C no se consigue mas que la igual-dad, p. ej . : 6 . . . . . . , A X A + ; 7 . D X A, 0 - 0 ; 8 . D 3 A D (no 8. P X P ?, C 2 D ; 9. P 3 AD, P 3 T D; 10 . C 6 D, D 2 A, y las negras estan m e j o r ; Bogolju-

. b o w - B u e r ge r , Scarborough, 1927) , C 4 A (tambien 8 . . . . . . , C D 3 A; 9. P 4 A R, D 3 C, pue­de jugarse) ; 9 . A 3 D, A 2 D ; 10 . C 3 A, A X C ; 1 1 . A X A, D 3 C ; 12 . A 3 D, C 3 A, con equilibrio (Stoltz - Nimzovich, match, 1934) .

2) 6 . . . . . . , A X C es la {mica ju-gada posible. Si 6 . . . . . . , A 4 T ; 7 . P 4 C D , P X P C ; 8 . C 5 C, etcetera.

3) 7 . . . . . . , C D 3 A . P r e m a t u r o seria aqui : 7 . . . . . . , P 5 A; 8 . P 4 T R, P 4 T R ; 9. A 2 R, C 4A; 10 . P 3 C R, P 3 C R; 1 1 . A 5 C , D 4 T ; 12 . D 2 D, y las blancas c o n c e n t r a n luego todas sus

6 C 5 C

La continuacion mas solida. Por el contrario la jugada de a t a qu e 6 . D 4 C n o d a aqui resultados posi­tivos a juzgar por los s i g u i e n t e s ej emplos :

Kashdan - Simonson, match 1938. - 6. D 4 C, R 1 A; 7. P X P, P 5 D ; 8 . C 4 R, A X A + ; 9 . C X A, C X P ; 10 . D 3 C, C 3 A D ; 11 . 0 - 0 - 0, C R 2 R. La p o s i c i o n de las negras agrada mas.

Es t e amen a z a D 4 T 0 D 4 D 0 bien C 4 A.

Treybal - Opocensky, 1940. - 6. D 4 C, C R 2 R; 7. P X P, 0 - 0; 8. C 3 A, C 4 A; 9 . A 3 D, P 3 A; 10 . P X P, D X P ; 1 1 . 0 - 0, A X C ; 12. A X A, P 4 R , con una posicion esplendida de las negras.

6 7 D X A

A X A + C X P D

Page 77: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 79

El mejor metodo para igualar el juego. Las negras provo can la en­trega del peon, que no es del todo correcta, p . ej . : 8. C 6 D + , R I A; 9. 0-0-0, C 3 T; 10. A 3 D, P 4 A, Y luego de 1 1 . . . . . . , C 2 A las blan­cas se verran obligadas a cambiar su «orgullo» , el C 6 D.

8 C X C 9 C 3 A

10 C X P 11 C x C 12 A 3 D

P X C C 2 R C 3 A P X C

La microscopica ventaja que toda­via poseen las blancas -mayor liber­t a d de su alfil-, d e s d e luego no puede tener influencia decisiva. La partida Lasker - Bogatyrchuk, Mos-cu, 1935, continuo : 12 . . . . . . , D 3 C ; 13 . T D 1 C, ° - 0 ; 14 . 0 - 0, y ahora, jugando 14 . . . . . . , A 3 T, las negras hubiesen logrado un equili­brio perfecto.

b) 5. D 4 C

DIAGRAMA 66

Posicion despues de 5. D 4 C

Con este ataque p r e m a t u r o l a s blanc as no consiguen nada bueno.

5 . . . . . C 2 R

Y 5 . . . . . . , R I A tampoco es mala jugada, p . ej . : 6 . C 3 A, P X P ; 7 .

e X P, D 4 T; 8 . A 2 D, C 3 A D ; 9 . P 3 T D, P 4 A, y la iniciativa perte­nece a las negras ( B o g a t y r c huk­Botvinnik, Moscu, 1927) .

Un error instructivo es : 6. P3TD?, D 4 T; 7 . A 2 D, P X P ; 8 . D X P D, C D 3 A ; 9. D 4 A R, P 5 D, y las blancas pierden su P R (Mattison­Nagy, Debrecen, 1925) .

6 A 2 D

No debe tomarse el P C. P . ej . : 6 . D X P C ?, T I C ; 7 . D X P T, P X P; 8 . P 3 T D, D 4 T; 9 . T I C, p X C ; 10 . P X A, D 7 T, y gana.

6 7 D X P D

P X P C D 3 A

Debemos dar p r ef e r e n c i a a las piezas negras, que se adjudican un «tiempo» y cuyo desarrollo es fran­camente bueno.

c) 5. P X P

El valor de est a innovacion no es muy claro. La jugada del texto fa­cilita la tarea defensiva de las ne­gras, que ven con agr a d o la s i m ­plificacion en e l centro. Nos parece que a la jugada del texto debe haber varias replicas buenas de las negras. Proponemos al lector : 5 . . . . . . , D 2 A o 5. . . . . . , C 2 R . La partida Bogol­j ub o w - Alekhine, Nauheim, ' 1937, continuo : 5 . . . . . . , C 3 A D ; 6. C 3 A. P 3 A ? (� Impaciencia? Era mejor 6 . . . . . . , D 4 T 0 6 . . . . . . , C R 2 R, pero no 6 . . . . . . , P 5 D ? ; 7. P 3 T D, D 4 T ; 8. P X A ! , D X T ; 9. C 5 C D, etcetera) ; 7 . A 5 C D, A X P; 8 . 0 - 0, A 2 D ; 9 . T 1 R, P X P ? (Otro error, pero ya la posicion de las negras esta comprometida) ; 10 . C X P R, C X C ; 11 . T X C, A X A; 12 . C X A, Y las b l a n c as deben ganar .

Page 78: Defensa francesa czerniak

80 MIGUEL CZERNIAK d) 5. P 3 T D !

DIAGRAMA 67

Posieion despues de Ii. P 3 T D I

Consider amos esta jugada la me­jor de todas y con tal motivo vamos a ofrecerle, amigo lector, un amHi­sis extenso de ella.

5 . . . . .

La mejor replica. La retirada del alfil 5 . . . . . . , A 4 T se r efu t a del mismo modo que en las variantes anteriores por medio de 6. P 4 C D, P X P C (0 P X P D) ; 7 . C 5 C, etc .

En cuanto a la j ugada 5 . . . . . . , p X P, se consideraba antes la me­jor movida de las negras, mas perdio su popularidad a raiz de la siguien­te partida:

Rauser _ Alatorzev, Leningrado, 1923.-5 . . . . . . , P X P ; 6. P X A, P X C ; 7 . C 3 A ! , D 2 A; 8 . D 4 D, C 2 R ; 9 . A 3 D, C 2 D ; 10 . 0 - 0, C 3 A D ; 1 1 . D X P A, D 3 C ; 12 . P 5 C . Las blancas llevan vent'aja de posicion y desarrollo.

1) 6. P X A; si 6. D X P, C 3 A D ; 7. A 5 C D (merece ·atencion 7. D 4 C) , A 4 T ; 8. C 3 A, C R 2 R; 9 . 0 - 0, A 2 D ; 10 . D 4 C, C 3 C. Las blancas pueden se­guir con A 3 D y T 1 R ej ecu­tando luego fuerte presion so­bre el flanco rey enemigo. En cambio las negras concentran

sus fuerzas contra el P R blan­co por medio de A 2 A, D 1 C, etc. Las «chances» son aproxi­madamente iguales.

2) 7. C 3 A ! La jugada de Rauser. Las blancas logran un esplendi­do desarrollo de piezas a costa del peon sacrificado.

Antes se jugaba 7 . P X P; p . ej . : D 2 A; 8 . C 3 A, C 2 R; 9 . A 3 D, C 3 C ; 10 . 0 "':" 0, C 2 D, con juego como do para las negras (Lasker - Maroczy, Nueva York, 1924) . Si 8 . . . . . . , D X P + ; 9. A 2 D, las blancas ganarian un tiempo importan­te para su desarrollo.

La misma maniobra de Rau­ser puede comenzar asimismo con 7. · D 4 C, p. ej . : P 3 C R; 8. C 3 A, D 2 A; 9. A 3 D, C 3 A D; 10 . 0 - 0, C R 2 R ; 11 . T 1 R, A 2 D ; 12 . P X P, 0 - 0 - 0 ; 13 . P 5 C, C 1 C D ; 14 . D 4 C, A I R ; 15 . A 5 C, T 2 D ; 16 . T X P, D 3 C ; 17. T 8 T, D I D ; 18 . C 4 D, P 3 T R; 19 . A 6 A, T I C ; 20 . P 6 C, abandonan (Bogoljubow - Danielsson, Zop­pot, 1935) .

3) 7 . . . . . . , D 2 A; aceptar el peon entregado s i g n i f i c ar i a expo­nerse a un ataque fuerte y du-radero, p. ej . : 7 . . . . . . , P X P ; 8. A X P, P 4 A ; 9. P X P a. p., y luego A 3 D.

Debido al peligro que representa para elIas el «gambito» de Rauser las n e g r a s tratan de n av e g a r en aguas mas t r a n q u i l a s . La jugada del texto 5. . . . . . , A X C + se con­sidera hoy su c o n t in u a c i on mas solida .

6 P X A C 2 R

(Ver dlagrama 68)

La mas usual . Las negras deben procurar una d e f e n s a c o n t r a la

Page 79: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 81

amenaza 7. D 4 C, que no sea la per- buenas perspectivas de ataque en el dida del enroque (7 . • . . . . , R 1 A) costado de la dama. ni el debilitamiento del fIanco rey (7 . . . . . . , P 3 C R) .

DIAGRAMA 68

Posicion des pulis de 6. . . . . . • C 2 B

Los analistas sovieticos, que han dedicado mucho tiempo a la inves­tigacion de esta variante, citan co-mo p o s i b l e s alternativas 6 . . . . . . , D 2 A y 6. . . . . . , P X P. Ambas ju­gadas constituyen una b u e n a de­fensa contra el golpe 7. D 4 C, a 10 cual seguiria en el p r i m e r c a s o : (6 . . . . . . , D 2 A; 7 . D 4 C) 7 . . . . . . ,

P 4 A ! ; 8 . P X P a . p . , C X P; 9 . D 3 C, D X D, etc . con igualdad ; y en el segundo : (6 . . . . . . , P X P ; 7. D 4 C) 7 . . . . . . , D 2 A ! , con la doble amenaza D X P R + y D X P A + .

Pero en cambio, si las blancas pro­siguen tranquilamente el desarrollo de sus piezas, es decir, en lugar de 7 . D 4 C juegan 7 . C 3 A y l u e g o A 2 D , A 3 D , etc . , n o creemos que la presion ejercida por las negras en la columna A D pueda resultar 10 suficientemente fuerte como pa­ra compensar su desventaj a en el ala rey.

Rauser - Alatorzev, Tiflis, 1937. -6 . . . . . . , D 2 A; 7 . C 3 A, C 3 A D; 8 . A 3 D, P 5 A; 9. A 2 R, A 2 D ; 10 . 0-0, 0- 0-0; 1 1 . P 4T D, P3A; 12 . A 3 T ! , C 3 T ; 13 . A 6 D, D 4 T ; 14. P X P, P X P ; 15. D 2 D + . Las blancas tienen posicion c o m o d a y

1 ) 6 . . . . . . , D 2 A. Si 6 . . . . . . , P X P ; 7 . P X P, D 2 A; 8 . A 2 D, etc. Ver la partida N9 11 , pag. 93 .

2) 8. . . . . . , P 5 A. Otro plan seria 8 . . . . . . , P X P ; 9. P X P, C 4 T; y luego : C 5 A. Pero en cambio, muy erriesgado es capturar el peon 9 . . . . . . , C X P D ! ? , en vista de 10 . C X C, D 6 A + ; 11 . D2D (0 bien 1 1 . R2R, DXT; 12 . A5C + , seguido de D 3 D) , D X T; 12. 0 - 0, y la dama negra queda presa.

3) 1 1 . P 4 T D. Una maniobra im­portante tiene por objeto colo­car el A D en 3 T. A veces las negras logran capturar el peon avanzado T D, pero aun asi las blancas no deben eludir este sa­crificio, so pena de quedar su fIanco dama c o m p l e t a m e n t e paralizado.

4) 12 . . . . . . , C 3 T . Si 12 . . . . . , P X P ; 13. P X P, C X P; 14 . D 4 D, C X C + ; 15 . A X C, con muy buen j u e g o para las blancas.

.

7 D 4 C

La continuacion agresiva. E n t r e las o t r a s alternativas, 7 .

C 3 A es la mas solida, m i e n t r a s que 7 . P 4 T D constituye u n ensayo interesante, pero cuyo valor no se puede apreciar atin . He aqui algu­nos ejemplos :

Smyslov - Botvinnik, Moscu, 1941. - 7� C 3 A, C D 3 A; 8. A 3 D, D 4 T; 9. D 2 D, P 5 A; 10. A 2 R, D 5 T ; 11 . P 4 T, A 2 D ; 12 . P 5 T, P 3 T R; 13. C 4 T, C 4 A; 14 . C X C, P x C; 15 . T 1 C R, C 2 R, con interesantes po­sibilidades para ambos bandos.

1) 7 . . . . . . , C D 3 A. En lugar de esta 7 . . . . . . , D 4 T nos parece

Page 80: Defensa francesa czerniak

82 MIGUEL CZERNIAK

algo prematuro . Puede seguir : tampoco puede considerarse fuerte, 8. D2D (amenazando con P4TD mientras el A R blanco no se halle y A 3 T) , D 5 T; 9 . T 1 C D ! , en 3 D. P 5 A ; 10. P 3 C, C D 3 A ; 11 . -Y en vez de 7 . . . . . . , D4T, ;, que A 3 T ! , 0 - 0; 12 . 0 - 0, otro plan puede sugerirnos usted?­P 3 A; 13 . P X P, T X P; 14 . preguntara el atento y despiadado D 2 R, C 4 A; 15 . P 4 C, y l as lector . b l a n c a s estan mucho m e j o r Confieso que resulta mucho mas (Bondarevsky - Boleslavsky, facil criticar una jugada debil que M o s c u , 1941) . Observese que encontrar algo mej or . Pero, tal vez en esta partida la j u g a d a 9 . 7 . . . . . . , P 3 C D seguido del 0 - 0 . . . . . , P 5 A se hace sin ganan- y A 3 T seria 10 indicado. cia de tiempo, estando el alfil blanco todavia en su c a s i l l a inicial .

2) 8 . . . . . . , D 4 T p ar a impedir que las blancas jueguen P4TD seguido de A 3 T.

3) 9. D 2 D, es mejor que 9. A 2 D, pues sigue amenazando P4TD, A 3 T, etc.

4) 10 . A 2 R es la c o n t i n u a c i o n usual. Y , sin embargo, m e pa­rece mas fuerte la j ugada pa­radojal 10. A 1 A ! , para seguir P 3 C y A 3 T (como en la par­tida citada en el comentario 1) .

5 ) 1 1 . P 4 T. Es mej or jugar 'antes 11 . T D 1 C, despues de 10 cual las negras dificilmente pueden enrocar largo.

7

La jugada de Botvinnik. Algunos teoricos prefieren aqui 7 . . . . . . , C 4 A basandose en la partida siguiente :

Bogoljubow - Flohr, Nottingham, 1936. - 7 . . . . . . , C 4 A; 8. A 3 D, P 4 T R; 9. D 4 A, P X P ; 10 . P X P, D 5 T ! ; 11 . C 3 A, D X D; 12. A X D, C 3 A, con equilibrio.

1) 7 . . . . . . , C 4 A. La tentativa de complicar el juego m e d i a n t e 7 . . . . . . , D 4 T es contraprodu-

Smyslov-Boleslavsky, Moscu, 1941. - 7. P4TD, D 4 T ; 8. D 2 D, C D 3 A; 9. C 3 A, P 5 A ; 10 . P 3 C, 0 - 0 ; 1 1 . A 2 C, P 3 A; 12 . P X P, T X P ; 13 . 0 - 0, A 2 D ; 14 . A 3 T D, T D 1 R ; 15 . C 4 T, C I A ; 16 . P 4 A ! , y l a s blancas llevan v e n t a j a posicional apreciable.

cente . Puede seguir : 8 . A 2 D, D 5 T ; 9. D X P C, T I C ; 10. D X P T, P X P; 11. C 2 R ! EI ca b a l l o d e f i e n d e todo . . Las blancas d e b e n ganar g r a c i a s a su peon libre. (Bogatyrchuk­Alatorzev, Leningrado, 1934) . Tampoco sirve 7 . . . . . . , R I A, aunque su refutacion no es tan facil como pareceria a primera vista. Se previene al lector que un ataque inmediato contra el rey negro (C 3 A, A 2 D, P 4TR , etcetera) p u e d e no reportarle beneficio alguno. Se recomien- ' da en este caso tomar medidas de precaucion contra la manio­bra ya conocida de la dama ne­gra (D 4 T - 5 T, etc. ) .

La jugada 7 . P 4 T D es absoluta­mente logica . Las blancas se anti­cipan, preparando la ubicacion de su A D antes de que se 10 impidan. Pero se nos ocurre que en este caso las negras deberian cambiar de tac­tica. En efecto ; ;,para que sirve la maniobra 7 . . . . . . , D 4 T, si no pue-de impedir la salida del alfil dama contrario? Y el golpe 9 . . . . . . , P 5 A

2) 8 . . . . . . , P 4 T R . Desde luego no s i r v e 8 . . . . . . , D 5 T ?, a causa de 9. A X C.

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LA DEFENSA FRANCESA 83

3) 9. D 4 A. A 9. D 3 T seguiria, cos (1) . Estos llegaron a la conclu­igual que en la partida, P X P ; sion d e que las blancas estan algo 10. P X P, D 5 T; etc. mejor debido a su fuerte peon pa­

sado. 8 D X P C No es nada facil demostrarlo. Por

La respuesta « n at u r a l » 8. P X P dada a las negras un juego muy sa-tisfactorio, p. ej . : 8 . . . . . . , D 2 A; 9. A 2 D, D X P A; 10. D X P C, T I C ; 1 1 . D 6 T, C D 3 A; 12. C 3 A, A 2 D ; etcetera . La retirada 9 . D I D per­deria un peon, de modo que relati­vamente 10 mej or para las blanc as seria jugar 9. T 2 T.

8 9 D X P T

T I C D 2 A

La linea 9 . . . . . . , P X P ; 10 . D 3 D P 5 D ; 1 1 . P 4 A, C D 3 A; 12. C 3 A, aparentemente f a v or a b l e para las blancas, carece todavia de a f i r m a ­cion practica.

10 C 2 R ! P X P

A 10 . . . . . . , D X P R seguiria evi-dentemente 1 1 . P X P.

1 1 P 4 A 12 D 3 D

DIAGRAMA 69

C D 3 A A 2 D

Posicion despu"s de 12. . . . . . • A 2 D

Llegamos asi a la posi c i o n d e l d i a g r a m a 69, l a cual, p e s e a su complej idad fue detenidamente ana­lizada por los ajedrecistas sovieti-

ejemplo :

Lilienthal - Lovenfisch, M o s c u , 1936. - 13. C X P , P 3 T ; 14. T I C D , T 1 A D ; 15. A 2 D , C 4 T . En nuestra opinion las negras estan mej or.

1) 13. C X P no es bueno : per­mite a las negras ejercer fuer­te presion en la columna A D.

2) 1 4 . . . . . . , T 1 A D; las negras no deben enrocarse a causa de 15. D X P T !

3) 1 5. A 2 D; «Modern Chess Ope­nings» de Fine y Griffith de­tiene su anaIisis en esta juga­da afirmando que las blancas est an mej or. Pero ya la pro­xima movida de las negras pa­rece refutar esta opinion.

4) 15 . . . . . . , C 4 T. Las negras dominan todas las columnas abiertas y han preparado ex­celente ubicacion para sus ca­ballos (4 A R y 5 A D) .

Tchistiakov - Belavenetz, M o s c u , 1937. - 13. T I C D , C 4 A ; 14. P 4 T R,

. P 3 T; 15. P 5 T, 0 - 0 - 0 ; 16. T 3 T, P 5 D; 17. C 3 C, C D 2 R ; 18. C 4 R, C 4 D ; 19 . D X P T ! , A 3 A; 20. D 3 D, C D 6 R ; 21 . A X C, A X C ; 22. D X A, P X A ; 23. T 4 C, mejor las blancas, cuyo ataque es mas di­recto.

1) 1 4. P 4 T R. Otro plan razona­ble seria : 14. P 3 C seguido de A 2 C y 0 - 0. En cambio con «violencia» no se consigue na­da bueno, p. ej . : 14. P 4 C R ! ?, T X P; 15. A 3 T, T 5 T ; 16. A X C, P X A; 17. C X P, 0 - 0 - 0 ; 18. C X P (0 C 5 C) , C X P, con ataque fuerte y prometedor.

(1) YUDOVICH Y BELAVENETZ : "Analis!s de Ja de­fensa francesa" , 1936.

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84

2)

MIGUEL CZERNIAK

1 8. C 4 R. Mejor que 18. C X C, C X C; 19. D X P T, A 3 A; etc.

3) 18 . . . . . . , C 4 D. No se aconseja «ganar» una calidad mediante 18 . . . . . . , A 4 C ; 19. T X A ! , P X T ; 20. C 6 A, etc.

Las continuaciones que estudiare­mos ahora baj o C, D, E, F, G, estan todas animadas por el mismo deseo de parte de las blancas : el de con­servar la tension central. Algunas se desarrollan dentro del espiritu combativo de un verdadero gam-

. bito. Recomendamos para las blan­cas la variante G, siendo todas las demas de menor utilidad para el primer jugador.

C: 4. A 3 D

DIAGRAMA 70

Posicion despues de 4. A 3 D

El defecto de esta jugada consiste en que no amenaza nada. Las ne­gras pueden eligir entre dos mane­ras distintas de equilibrar el juego.

Spielmann . Przepiorka, M e r a n , 1926. - 4. . . . . . , P X P ; 5 . A X P, P 4 A D ; 6. P 3 T D, A X C + ; 7. P X A, C 3 A R; 8. A 3 D, 0 - 0; 9. C 3 A, C D 2 D ; 10 . 0 - 0, P 3 C D ; 11 . D 2 R, A 2 C ; 12. C 5 R, T 1 A; 13. A 5 C R, e X C ; 14. P X C, D 4 D ; 15. P 4 A, P 5 A, desarrollandose la of ens iva de las negras con buenas perspectivas de exito.

1) 5. . . . . . , P 4 A D. A 5. . . . . . , C 3 A R puede seguir : 6. A 3 A y luego C R 2 R y 0 - 0. Las blancas tendrian en este caso una posicion s o l i d a, pero no muy adecuada para atacar al contrario. Por eso los maestros juegan 6. A 3 D ; pero tampoco en este caso las negras deben temer n a d a, p. ej . : 6. . . . . . , P 4 A; 7. P 3 T D, A X C + ; 8. P X A, C D 2 D ; 9. C 3 A, P 3 C D (0 D 2 A para seguir P 5 A Y C 4 D ; 10. 0 - 0, A 2 C ; 11 . D 2 R, 0-0; 12. A 5 C R, D 2 A (Boleslavsky - Botvinnik, Mos­cu, 1941) .

2) 6. P 3 T D debilita el flanco da­rna ; mas prudente es equi 6: P X P, D X D + ; 7. R X D, A X P ; y se llega por inversion de las j ugadas a una posicion de la p a r t i d a N i m z o v ic h­T r e y b a l (ver mas adelante) . La perdida del enroque, ha­biendose cambiado las damas, no es perjuicio grave y las blan­cas estarian hasta un po quito mej or que su contrario.

En c a m b i o, no s irve 6. C R 2 R, a causa de P X P, ni tampoco 6. A 3 R en vista de C 3 A R; 7. A 3 A, C 4 D, y las blancas deben permitir el cam­bio de un alfil bueno.

Treybal • Nimzovich, C ar l s b a d, 1929. - 4 . . . . . . , P 4 A D; 5. P D X P, P X P ; 6. A X P, D X D + ; 7. R X D, C 3 A R; 8. A 3 A, A X P ; 9. C 5 C D, R 1 D ! ; 10. A 4 A, C 3 A ! ; 11 . C 6 D, H 2 R; 12. A x e, A X C ; 13. A X A'+ R X A; 14. A 4 T, P 3 C D, y las ne­gras estan bien, pues han vencido todas las dificultades del planteo.

1) 5. P D X P. Otras continuacio­n e s : 5. P 3 T D, A X C + ; 6 . P X A, P 5 A ! ; 7. A 2 R, P X P;

Page 83: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 85 8. A X P, D 2 A; 9. D 2 R, C 2 D; 10. A 2 D, C R 3 A, con posicion confusa, pero no desfavorable para las blancas. 5. P R X P, D X P ! ; 6. A 5 C + (tambien ha sido analizada por Capa­blanca y Alekhine la jugada ingeniosa, pero insuficiente : 6. R I A ! ?) , C 3 A; 7. C 3 A, P X P; 8. A X C + , P X A; 9. D X P, con equilibrio.

2) 9. C 5 C'!J. Tal vez era mejor 9. A 3 R. Mas la j u g a d a del texto parece muy fuerte.

3) 1 0 . . . . . . , C 3 A ! Unica. Si aho-ra 11 . C 7 A, P 4 R; 12. A X C, R X C; Y si 1 1 . A X C, P X A; 12 . C 7 A, C 4 D ; etc.

D: 4. P 3 T D

Esta continuacion interesante y prometedora no ha sido empleada hasta ahora mas que en contados casos, de modo que aun no puede decirse de ella nada concreto.

4 5 P X A

DIAGRAMA '11

Poslcl6n despues de II. P X A

Alekhine - Euwe, match 1935. -

5 . . . . . . , P :X P; 6. D 4 C, C 3 A R; 7. D X P C, T I C ; 8. D 6 T, P 4 A; 9. C 2 R, C D 2 D; 10. C 3 C, T 3 C ? ; 11 . D 3 R, C 4 D; 12. D X P, C X P ; 13. D 3 D, con ventaj a d e posicion apreciable.

1) 5 . . . . . . , P X P. Mas prudente es 5 . . . . . . , C 2 R. Vease la pro-xima partida.

2 ) 6. . . . . , C 3 A R. Hay que acep­tar el desafio. Luego de 6 . . . . . , R I A ? ; 7. D X P 4 R, las blan­cas quedarian mej or.

3) 8 . . . . . . J P 4 A. Una idea nove-dosa y original es aqui 8. . . . . , T 3 C; 9. D 3 R (0 D 2 D segui­do de A 2 C y 0 - 0 - 0) , C 3 A ! . A 10. C 2 R seguiria 10. . . . . . , C 2 R ! (tambien 10. . . . . . , P 4 R a mi juicio es muy fuerte) ; 1 1 . C 4A, C D 4D, etcetera.

Observacion : la ub i c a c i o n del caballo negro en 3 A D an­tes de mover el peon alfil da­ma contradice el concepto de la defensa francesa . Nos en­contramos, sin emb a rgo, con esta jugada en algunos casos en que las negras creen poder « a b r i r s e p a s o » en el c en t r o mediante P 4 R.

4) 9. C 2 R; aUn mas fuerte nos parece 9. A 2 C, C D 2 D ; 10. 0 - 0 - 0, D 4 T; 11. P 3 A ! , P 3 C ; 12. P A X P, P X P ; 13. P X P (A. Steiner-Book, Ke­meri, 1937) . Si ahora 13. . . . . . , C X P; 14. P 5 D ! , con exce­l e n t e j u e g o. Pero n o 1 4. D X P T ?, D 4 C + , seguido de C 7 A.

5) 9 . . . . . . , C D 2 D; mej or, segUn Euwe, 9. . . . . . , C 3 A; a 10 cua! Alekhine recomienda 10. P X P o 10. A 5 C. Pero no 10. A 3 R, T 3 C. La casilla 3 R la nece­sitan las blancas para su dama.

6) 1 0 . . . . . . , T 3 C ? En lugar de esta jugada, mejor: 10. . . . . . , D 4 T; 11 . A 2 D, D 5 T; 12. P X P, D X P 7 A. Nos parece algo exagerada la opinion de A l e k h i n e, segUn la cua! las blancas aUn estarian mejor.

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86 MIGUEL CZERNIAK

Foltys - Liska, Moravska Ostrava, 1940. - 5 . . . . . . , C 2 Rj 6 . A 3 D, P 3 C D; 7. C 2 R, P 4 A D ; 8. P R X P, P R X P ; 9. P X P, P X P ; 10. C 3 C, 0 - 0; 11. 0 - 0, T 1 R ; 12. D 5 T, C 3 C; 13. A 5 C R, P 3 A ? ; 14. A X P ! , P X A; 15. A X C, P X A; 16. D X P C +, R I A; 17. C 5 T, T 3 R; 18. D 7 C +, R 1 R; 19. T D 1 R, D 2 R; 20. C X P + , R I D ; 21 . D 8 C + , abandonan.

1) 6. A 3 D. Merece atencion un interesante gambito : 6. C 3 A ! , P X P ; 7. C 5 C ; si las negras se empefian en defender el peon capturado por 7. . . . . . , P 4 A R, e n t o n c e s sigue 8 . D 5 T + , P 3 C ; 9 . D 6 T, con ventaja decisiva de las blan­cas. Lo mismo s u c e d e en el caso de 7. . . . . . , D 4 D ; 8 . P4AD, D 4AR; 9. A 2 R, P 4 R ; y ahora no 1 0 . P X P ? ; es­peculando sobre la base de una celada ingenua - D X P ? ; 1 1 . D 8 D + ! (Czerniak-Winz, Tel­Aviv, 1939) -, sino 10. P 3 T ! , amenazando nuevamente con A 4 C, y si 10 . . . . . . , P X P, 11 . D X P, con gran juego.

2) 11 . . . . . . , T 1 R es una jugada incolora. Mej or 1 1 . . . . , C D 3 A o aun 1 1 . . . . . . , A 3 T.

3) 13 . . . . . . , P 3 A ? Un error gra-ve. Pero ya las blanc as estan mej or, p. ej . : 13 . . . . . . , D 3 D ; T D 1 R , etc.

La ultima palabra sobre est a va­dante no ha sido pronunciada aun.

E: 4. D 4 C

Una linea parecida a la anterior y con mas probabilidades para el se­gundo jugador. La clavada del ca-

baUo resulta muy desagradable pa­ra las blancas.

4 . . . . . C 3 A R.

Hasta 4. . . . . . , R I A puede ju­garse sin desmedro de la posicion. P. ej . : 5. P 5 R, P 4 A D ; 6. P 3 T D, D 4 T; 7. A 2 D, P X P; 8. D x P D, con equilibrio.

5 D X P C T I C 6 D 6 T

DIAGRAMA 72

Posicion despues de 6. D 6 T

6 P 4 A !

Un golpe muy fuerte. Antes se jugaba 6. . . . . . , T 3 C, 10 que no era tan bueno para las negras. Veamos :

Alekhine - Euwe, match 1935 (9\\ partida) . - 6 . . . . . . , T 3 Cj 7. D 3 R, e X P; 8. A 3 D ! , P4AR; 9. C R 2 R, P 4 A; 10 . , A X C, P A X A ? ; 11 . D 3 T, C 3 A; 12. D X P T, D 3 A; 13 . C 4 A ! , P X P; 14. C X T, y gana.

1) 6 . . . . . , T 3 C. A 6 . . . . . , P X P puede seguir 7. C 2 R, P 3 C D; 8. A 5 C, C D 2 D ; 9. 0-0-0, A 2 C ; can «chances» parejas.

2) 7 . . . . . , e x P; jugando 7 . . . . . , P 4 A las negras habrian obte­nido una buena i n i c i a t i v a. (Alekhine) . Pero por mas au-

Page 85: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 87 torizada que sea la opinion del Otras continuaciones son todavia camp eon mundial, no es claro peores. Por ej emplo : como prosigue esta iniciativa despues de 8. A 2 D.

Muy interesante es el golpe espectacular de Romanovsky 7 . . . . . , P 4 R ! ? jAy del blan­co si no encuentra la replica acertada! P o r �emplo : si 8. P R X P ?, C X P; y ahora 9. D X P + ? , perderia la dama. Asimismo 8. C 3 A falla a cau-sa de 8 . . . . . . , T 5 C ! , y a 8 . P D X P seguiria 8 . . . . , P 5 D ; 9 . D 3 A , P X C ; 10 . P X P, A 5 C, etc. En c u a n t o a 8. t' 3 T D, provoca complicacio­nes incalculabl�s, cuyo anali­sis es para nosotros de muy poca utilidad.

Felizmente poseen las blan­cas una continuacion «tran­quilizadora» : 8. A 2 D ! . Todas las tentativas de las negras que tienden a complicar el juego fracasan ahora, como 8. . . . . . , P X P D ; 9. D X P, P 4 A D ; 10 . D 5 R + , etc.

3) 8. . . . . . , P 4 A R. Si 8. . . . . . , C X C ; 9. A X T, C 5 R + ; 10. P 3 A.

4) 9 . . . . . . , P 4 A. Si 9 . . . . . . , T X P ? ; 10. A X C y luego C 3 C, copando la torre.

5) 10 . . . . . . , P A X A ? La juga-da correct a era 10. " . , P D X A.

6) 11 . . . . . . , C 3 A; algo mej or era 1 1 . . . . . . , D 2· A, pero la parti-da ya no se puede salvar ; si 1 1 . . . . . . , D 2 R ; 12. C 4 A, ame­nazando tambien con C X P D.

7) 13 . . . . . . , P X P; no se puede evitar la perdida de la calidad. Si 13. . . . . . , T 2 C; 14. C 5 T !

Volvamos a la posicion despues de 6. . . . . . , P 4 A. La situacion de las blancas es delicadisima .

7 P 3 T D

a) 7. P R X P, P A X P ; 8. P 3 T D, A 1 A ! , ganando una pieza.

b) 7. P D X P, P 5 D ; 8. P 3 T D, T3C; 9. D4A, A4T; 10. P4 C D, A 2 A, y gana. Observese la idea principal de la variante: el A R negro retr o c e d e , ata­cando la dama contraria.

c) 7. C 2 R, P A X P ; 8. C X P, P4R! ; 9. C 3 A, P 5 D ; 10. P 3 T D, A l A !

d) 7. P 5 R, P X P ; 8. P X C, P X C; 9. P 3 C D (0 R I D) , T 3 C ; 10. D X P, D X P ; y las piezas ne­gras dominan el tablero.

7 8 D 3 R

T 3 C A 4 T !

Una jugada muy fina. Ahora las blanc as poseen un peon de mas , pe­ro su posici6n no es nada envidia­ble. P . ej . : si 9 . P 5 R, C 5 C ; 10 . D 3 D, P X P ; 11 . P 4 C D (u 11 . D X P) , A 3 C -t- . 0 bien : 9. PR X P, C X P ; 10. D 3 D, P X P ; 1 1 . D X P, P 4 R ! -t- . Y finalmente si 9. P 4 C D, P X P C ; 10. P T X P, A X P ; 1 1 . A 2 D, A X C ; 12 . A X A, C X P, y las negras quedan con un peon mas. Relativamente, 10 m e j o r para las blancas es 9. A 2 D, C 5 C ; 10. D 3 D, P D X P. Tambien en est a variante las negras quedan mej or.

F: 4. A 2 D

Un gambito de valor dudoso. Fue el hecho de haberlo empleado Ale­khine mismo contra Flohr y mas aun el hecho de haber ganado las blancas, 10 que dio publicidad in­justificada a esta variante. Alekhi­ne mismo no cree en la correccion de la entrega del peon.

4 . . . . .

Page 86: Defensa francesa czerniak

88 MIGUEL CZERNIAK

DIAGRAMA '13

Posicion despues de 4. . . . . . . P X P

"Para refutar un gambito hay que aceptarlo» . Pero tambien puede jugarse 4 . . . . . . , C 2 R.

5 D 4 C

En la partida mencionada Ale­khine-Flohr, Nottingham, 1936, las blancas jugaron equivocadamente 5. C X P ?, D X P; 6. A3D, A X A + ; 7. D X A, y ahora Flohr no se 'ani­mo a tomar el segundo peon y jugo a su vez debilmente 7 . . . . , D 1 D ?

La jugada del texto, cuyo autor es Alekhine, conduce a un combate extremadamente violento. Parece, sin' embargo, que las negras tienen varios c amin o s para lIe gar a un equilibrio, si no pretend en nada mejor que tablas.

5 D X P

Con esta jugada la dama negra se expone a una persecucion, la cual permite a las blancas ganar tiem­po y finalmente recuperar sus peo­nes perdidos. En nuestra opinion mas solido es 5. . . . . . , C 3 A R ; 6. D X P C; T 1 C ; 7. D 6 T, C 3 A (audaz, y hasta imprudente, seria

7 . . . . . . , D X P ; 8. 0 - 0 - 0, etc.) ; 8. C R 2 R, A X C; 9. A X A, T 3 C ; 10. D 3 R, C 2 R, con posicion elasti­ca y buenas perspectivas para las negras.

6 C 3 A ! C 3 T R

Si 6 . . . . . . , P 4 A R; 7 . D 5 T +, P 3 C ; 8. C X D -+- .

7 D 4 A

o bien: 7 . D X P + , A X D ; 8 . C X D -+- . Pero no 7 . A X C ? A X C + , ni tampoco 7 . D 4 T. C 3 A .

7 8 D X P R + 9 C X D

P 4 R D X D C 5 C

Con e qu i l i b r i o e j e mplar . Una c 'o n t i nu a c i o n m a s arriesgada es 9 . . . . . . , A X C ; 10. A X A, C 4 A ; 11 . A 4 A, C 3 D ; 12 . 0 - 0 - 0 ; las negras mantienen su ventaja mate­rial a cambio de una posicion bas­tante mala .

G: 4. C R 2 R

La idea de esta jugada es iden­tica a la de la variante Wolf (pa­gina 45) . Las blanc as entregan el peon rey temporariamente, para re· cuperarlo luego con buen juego. En casi todas las lineas las negras deben esforzarse para equilihTar el juego.

4 P X P 5 P 3 T D

DIAGP..AMA 74

Posicion despues de 1>. P S T D

5 A X C +

Page 87: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 89

En busca de c on tra j u e g o . Esta El A D negro queda definiti-jugada, muy de moda en los ulti- vamente encerrado . No s irve mos tiempos, no es, sin embargo, 13 . . . . . . , D X P C; 14 . A 4 R. mejor que la variante antigua 5 . . . . . . , D 6 T ; 15. A X P A, seguido de A 2 R. La idea de esta ultima era ° - ° - 0. conservar el A R negro para no de­bilitar d e IDo'\s i ad o l a s casillas del mismo color. Cierto que las blanc as se hacian fuertes en el centro, pero su ventaja posicional era muy pe­quefia y dificil de explotar.

Lasker-Capablanca, Moscu, 1935.­S . . . . . . , A 2 R; 6. C X P, C 3' A R; 7. C (2) - 3 A, C D 2 D; 8 . A 4 A R ! , C X C ; 9 . C X C, C 3 A; 10 . A 3 D, 0 - 0, 11 . C X C + , A X C ; 1 2 . P 3 A D, D 4 D ; 13. D 2 R ! , P 3 A; 14. 0 - 0, T 1 R; 15 . T D I D, y el des­arrollo del A D negro sigue siendo un problema sin solucion.

1) 6 . . . . . . , C 3 A R . Otra conti-nuacion es aqui 6 . . . . . . , C 3 AD; 7. A 3 R (la jugada de Alekhi­ne 7. P 4 C R no es solida. Las negras contestan 7 . . . . . . , P 4 R o aun 7 . . . . . . , P 4 T R; en cam-bio 7 . P 3 C R seria absoluta­mente c orre c t o ) , C 3 A; 8 . C X C + (u 8. C (2) 3 C) , AX C ; 9 . D 2 D, P 4 R; 10. 0 - 0 - 0, 0 - 0, con juego equilibrado. El cambio en 5 R c o n duic e a tablas mientras que 11 . P 5 D complica el juego, pero sin des­nivelarlo.

2) 7. C (.2) - 3 A; mas ex acto es jugar 7. C (2) - 3 C, reservan­dose la posibilidad de c on t i ­nuar P 3 AD. Tambh!n 7. D 3 D es correcto.

3) 7 . . . . . . , C D 2 D; tambit!n aho-ra es preferible 7 . . . . . . , C 3 A D, p. ej . : 8. A 3 R, 0 - 0, amena­zando 9. . . . . . , C X C seguido de P 4 A y P 5 A.

4) 8 . . . . . . , C X C; esta simplifi-cacion no trae alivio para las negras. Mejor 8. . . . . . , C 4 D.

5) 13. D 2 R !, muy fuerte jugada.

6 C X A C 3 A D

Esta jugada es considerada la me­j or replica de las negras. Sin embar­go, no est amos de acuerdo con esta opinion. Los buenos resultados que daba la jugada del texto se debian al juego inexacto de las blancas, el que puede ser mej orado considera­blemente . (Ver mas adelante, par­tida Pilnik-Rossetto) .

En c a m b i o hay dos alternativas que merecen un examen minucioso.

Alekhine - Nimzovich, Bled, 1931. - 6 . . . . . . , P 4 A R; 7. P 3 A, P X P; 8 . D X P , D X P ? ; 9 . D 3 C ! , C 3 A R; 10. D X P C, D 4 R + ? ; 11 . A 2 R� T I C ; 12 . D 6 T, T 3 C ; 13 . D 4 T, A 2 D; 14. A 5 C, A 3 A ; 15. O-O-o� y las b l a n c a s v e n c i e r on rapida­mente.

1) 6 . . . . . . , P 4 A R; al defender el peon las negras se exponen a un ataque muy peligroso.

2) 7. P 3 A. jSegundo sacrificio de· peon en las primeras siete ju­gadas ! (1) . A l e k h i n e 10 cree correcto, pero afirma que no es necesario, ya que al jugar 7 . A 4 A R l a s blanc as consiguen muy buena p o s i c i o n , p . ej . : 7 . . . . . . , C 3 A R; 8 . P 3 A R ! . P X P ; 9 . D X P, Y si ahora D X P ; 10 . C 5 C -+- . Tambien es fuecte 7. A 4 A D, C 3 A R; 8. A 5 C R, ° - 0 ; 9. D 2 R, C 3 A; 10 . ° - ° - 0, R 1 T; 1 1 . P 3 A R, P X P; 12 . P X p. y las blancas se hall an en una posicion comoda para a't acar Maroczy-Seitz, Raab, 1924) .

( 1 ) Dlcen que en este momento Nlmzovlch ex-· clam6 Indlgnado: .. i Pero ';1 juega con nosotros como sl se tratara de novlclos l"

Page 88: Defensa francesa czerniak

90 MIGUEL CZERNIAK

3) 8 . . . . . . , D X P ? Ah o r a , ci-tando al mismo Alekhine, «las negras evidencian una voraci­dad excesiva» . En efecto, Nim­z ov i c h debia contentarse con la ganancia de un pe6n y ju­gar 8. . . . . . , C 3 A R seguido de 0 - 0, P 3 A y C 4 D, des­pues de 10 cual el ataque blan­co hubiese perdido mu c h o de su empuj e.

4) 9. D 3 C !, excelente j u g a d a . Amenaza C 5 C D 0 A 4 A R. Si l a s n e g r a s conte star an ahora 9 . . . . . . , C 2 R entonces seguiria 10 . A 3 R, D 3 A; 1 1 . 0-0-0.

5) 1 0 . . . . . . , D 4 R + ?; p e r d i d a d e tiempo, despues de la cual el ataque blanco se torna deci-sivo. Mejor era jugar 10 . . . . . . , T I C ; 1 1 . D X P A, C 3 A D, devolviendo el pe6n.

Ademas de las jugadas 6. . . . . . , C 3 A D y 6 . . . . . . , P 4 A R existe otra alternativa aun ; nos referimos a 6. . . . . . , P 4 R. Ideada por Grau y puesta en practica por Palau, esta variante «argentina» es a b s ol u t a ­mente correcta, y puede emplearse sin ningun riesgo. Un breve anali­sis ha de confirmar esta opini6n :

6 . . . . . . , P 4 R ! ; 7. P X P (10 me-jor ; las demas respuestas son favo­rabIes para las n e g r a s , p . ej . : 7 . P 5 D, P 4 A R, c o n u n p e 6n de mas, 6 7 . . . . . . , C 3 A R; 8. A 5 C, P 3 T R ; 9. A X C, D X A; 10. C X P, D 3 C D, con iniciativa -Winz - Pa­lau, Buenos Aires, 1940-) , DXD + ; 8. C X D , C 3 A D. Tarde 0 tempra­no van a caer ambos peones de rey con 10 cual se llegaria a un equili­brio perfecto.

7 A 5 C D

Lo mejor. Si 7 . P 5 D, P X P ; 8. D X P, A 3 R; 9. D X P, C 3 A.

7 . . . . . C R 2 R

DIAGRAMA 75

Posicion despues de 7 . . . . . . , C R 2 R

8 A 5 C !

Gracias a est a jugada fuerte toda la variante cambia de aspecto. Las continuaciones q u e antes e m p l e a­ban las blancas en la posici6n del diagrama eran inferiores. A raiz de ellas toda la variante se cons ide­raba excelente para las negras : Por ejemplo :

a) 8. C X P, D 4 D ; 9. D 3 D, P 4 A; 10. C 3 C, D X P C ; 11 . A 4 A R, C 4 D; 12 . A X C +, P X A; 13 . A 5 R, P 5 A ; 14 . D 4 R, D 6 T ; ' 15 . C 2 R, A 3 T :j: (De­Groot - Flores, Buenos Aires, 1939) .

b) 8 . 0 - 0, 0 - 0 ; 9 . A X C, C X A; 10 . P 5 D, P X P ; 1 1. D X P, C 5 D ! ; 12 . A 5 C, D X D ; 13 . C X D, C 3 R ; 14. A 4 T, P 3 C D = (Lasker-Khan, Mos­cu, 1936) .

8 P 3 A

Esto debilita el flanco rey . Mas " que otra cosa puede flacerse?

9 A 3 R

Relativamente 10 mejor para las negras es ahora 9. . . . . . , 0 - 0, por ej . : 10. D 2 D (pero no 10. C X P ?, P 4 A; 11 . C 3 A, P 5 A ; etc.) , P 4 R;

Page 89: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 91

11 . P 5 D, C 5 D ; 12. A 4 A D, R 1 T; 13 . 0 - 0 - 0 -+- (Pilnik -Rossetto, Buenos Aires, 1941) .

No queremos decir que la jugada 8 . A 5 C ! signifique la r efu t a c i o n completa y definitiva d e l a varian­te 6. . . . . . , C 3 A D, sino que obli­gara a las .pegras a juzgar su po­sicion obj etivamente, sin optimismo exagerado.

Q u i z a volvamos a considerar la continuacion. 5 . . . . . . , A 2 R como la mas solida . 0 tal vez la jugada de Grau ayudara a las negras a lograr el equilibrio tan deseado.

PARTIDA N9 10

Jugada en el match por el Campeonato Mundial, Utrecht, 1935

Blancas Negras

Alekhine Euwe

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 3 A D A 5 C 4 C 2 R P X P 5 P 3 T D A 2 R

Los riesgos de la continuacion mo­derna 5. . . . . . , A X C + ; 6. C X A, C 3 A D, han sido explicados prece­dentemente.

6 C X P C 3 A D

Esta tentativa de modernizar una antigua linea de juego es absoluta­mente correcta.

7 P 4 C R ! ?

Alekhine mismo confiesa que es una especie de bluff y que 7. A 3 R es mucho mas solido. Asimismo pue­de jugarse 7. P 3 C R, C 3 A; 8. A 2 C, Y si ahora 8 . • . . . . , P 4 R; 9. C X C + , A X C ; 10. P 5 D, C 5 D ; 11 . P 3 A D, con buen juego p a r a las b l a n c as (Czerniak - Marini, Buenos Aires, 1942) .

7 P 3 C D

Euwe no replica en forma debida y desde ahora el «lance» reportara a las blanc as las ventajas a que as­piraban, 0 sea el desarrollo del A R en «fianchetto» y un ataque prome­tedor de peones en el fIanco del rey. Era mejor para las negras continuar 7 . . . . . . , C 3 A R; 8. C X C + , A X C ; 9 . A 3 R , D 4 D ; etc.

8 A 2 C 9 P 3 A D

10 C R 3 C

A 2 C C 3 A 0 - 0

Euwe no cree en la fuerza del ata­que blanco ; si no, hubiese enrocado largo, previamente D 2 D.

11 P 5 C R 12 C X C 13 D 5 T !

C X C R 1 T

Impide 13 . . . . . . , P 4 A, a 10 cual seguiria ahora 14. P 6 C.

13 D 1 R

DIAGRAMA 76

Posicion despues de 13. . • . . . • D 1 R

Las negras se empefian en jugar P 4 A. Segun Alekhine, era mas se­guro 13 . . . . . , C 4 T; p. ej . : 14. P 4 C, C 6 C ; 15 . C 6 A, P X C ; 16. A X A, P 4 A R ! ; 17. T 1 C D, T 1 C D ; etc.

14 C 6 A !

Mediante es t a entrega ingeniosa

Page 90: Defensa francesa czerniak

92 MIGUEL CZERNIAK

las blanc as abren brechas en la po­sicion enemiga.

14 . . . . . A X C

Si 14 . . . . . . , P X C ; 15 . P X P, C 4 T (pero no 15 . . . . . . , A X P A ? ; 16 . A 4 R, y mate a la siguiente) ; 1 6 . P X A, D X P ; 17. A X A, C X A; 18 . A 5 C, P 3 A R ; 19. A 6 T, T I C R; 20 . 0 - 0 - 0, C 3 D ; 21 . T R I R, con ventaj a evidente para las blan­cas (Alekhine) .

15 P X A 16 D 4 T

P X P D I D

Unica. Si 16 . . . . . . , D 2 R ? ; 17 . A 4 R ganaria una pieza.

17 A 4 A !

Los grandes j u g a d o r e s no sola­mente saben idear un ataque ; tam­bien encuentran Ia forma de reavi­varlo cuando esta por apagarse. La jugada del texto se hizo con el pro­posito de i m p e d i r que las negras jueguen 17. . . . . . , P 4 A, en vista de 18. D X D, y 19. A X P. Pero quiza 10 mejor para las negras era preci­samente devolver el peon de ven­taja .

17 18 A 3 C ! 19 P X P 20 A 3 A ?

P 4 R P 4 A T 1 C R

Esta jugada inexacta p e r m i t e a las negras iniciar un contraataque salvador . C o r r e c t o era 20 . D 3 T ! p . ej . : D 6 D ; 21 . A 4 T ! 0 bien 20 . . . . . . , T 5 C ; 21 . O - O ! , amenazan­do P 3 A R.

20 D 6 D ! 21 A 2 R

No sirve 21. A X C ?, A 3 T ! ; 22. D 5 T, T 5 C !, y las negras ganan.

DIAGRAMA '1'1

Posicion despu,;s de 21. A 2 R

21 D 5 R ?

El error decisivo . I n t e r e s a n t e s complicaciones s e producian despues de 21 . . . . . . , D 7 A . Alekhine, co­mentando Ia partida, nos ofrece un anaIisis completo de esta posicion, del cual transcribimos la v a r i a n t e principal : 2 1 . . . . . . , D 7 A; 22. D 6 A + , T 2 C ; 23. T 1 C R ! , D X P; 24. P 6 R ! ! , D X T + ; 2 5 . A I D, C 5 D ! ! ; 26 . D X T + ! , R X D; 27. A 4 T + , R 3 T; 28 . A 5 C + , R (a cualquier parte) ; 29 . A 4 T + . Tablas por jaque per­petuo .

22 D X D 23 A 4 T !

P X D

Probablemente las negras conta­ban con 23 . 0 - 0 - 0, T X A ! ; 24. P T X T, C X P ; etc. Pero Ia ju­gada del texto es mas fuerte.

23 24 0 - 0 - 0 25 A 6 A + 26 P 4 A R ! 27 A X P

P 3 T R T D 1 R R 2 T P X P a. p.

Las blanc as prescinden a Ia ga­nancia de Ia calidad (27. A 3 D + ) porque esto permitiria a las negras ofrecer alguna resistencia.

27 28 A X A 29 T 7 D

C 4 T C X A

Page 91: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 93

0 - 0 - 0 P 3 A

Las piezas blanc as dominan el ta- 1 1 C 2 R blero. El resto es facil. 12 0 - 0

29 30 T X P + 31 T X P 32 R 1 C ..,., 33 T 1 D 34 T 1 A + 35 T X P 36 T 7 D 37 T 1 R + 38 T X T 39 T 4 D 40 T 4 T R 41 T 4 C D

C 4 A R 3 C C 6 D + R 4 A C X P R R 5 R C 5 A R 6 R R 6 A T X T C 6 R C 4 A Abandonan.

PARTIDA NQ 1 1

Jugada e n el Tomeo «Bodas d e Plata» del Circnlo de Ajedre':Z. Buenos

Aires, 1941

Blancas

Czerniak

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 P 5 R 5 P 3 T D 6 P X A

Negras

Frydman

P 3 R P 4 D A 5 C P 4 A D A X ' C + P X P

Tal vez tenga mas fuerza el gol­pe 6 . . . . . . , D 2 A sin esta prepa­racion .

7 P X P 8 A 2 D

D 2 A

La jugada 8 . D 4 C se refuta en este momenta con P 4 A.

8 . . . . . A 2 D

Aqui es mejor seguir con 8 . . . . . . , C 3 A D, desbaratando la a m e n a z a 9 . D 4 C de igual modo que en el comentario anterior.

9 D 4 C 10 A 3 D

P 3 C R C 3 A D

13 P 4 A R 14 D 3 C 15 T R 1 C

P 4 A C R 2 R

Las blancas no tienen por que ocultar sus propositos ; sl, se trata de un ataque en el flanco dama, y probablemente en g r a n e s c a l a , a juzgar por los preparativos.

15 R 1 C

Pero el contrario, con todas sus p i e z a s agrupadas alrededor de su rey, parece no temerlo . Observese que las negras disponen de una ma­niobra eficiente, no explotada au.n: C 4 T - 5 A.

16 P 4 T D 17 A 4 C

DIAGRAMA 78

C 4 T C 1 A

Posicion despnes de 17. . . . . . • C 1 A

18 A 6 T !

Interesante combinacion ; las ne­gras no pueden contestar 18. . . . . . , A3A, puesto que luego de 19. D3AD perderian un peon.

18 C 5 A !

Las negras no se dejan atemori­zar, dando comienzo a una defensa notable.

19 A X P 20 A 5 A !

D X A

Page 92: Defensa francesa czerniak

94 MIGUEL CZERNIAK

Lo mejor. A 20. A 6 D + las ne- . T X T, etc . Pero el verdadero ob­gras c o nt e s t a r i a n C (1) X A y se- jeto de la extrana movida del rey rian muchas piezas a cambio de la se revelanl mas tarde. dama .

20 21 P 5 T 22 T 4 C 23 C 3 A 24 D 4 T

C (1 ) 3 C R 2 A T I T T R I C D

Amenazando infiltrarse por 7 R.

24 R 3 A !

i Que rey valiente ! Parece como si entrara en la j a u l a del l ob o , pero en la realidad no hay m a n e r a de castigar esta audacia . A 25 . D 7 R seguiria C I A . Y no olvidemos que las negras amenazan con 25. . . . . . , D 3 T conservando asi su v e n ta j a material.

L a s blancas pueden r e s p o n d e r «naturalmente» 2 5 . P X C, 10 que conduce al equilibrio, tras una se­rie de cambios.

Me decido, sin embargo, a forzar la partida, cueste 10 que cueste.

25 D X P 26 R 2 A ! !

DIAGRAMA 79

D 3 T

Posicion despues de 26. R 2 A ! !

La jugada mas dificil de la par­tida . Aparentemente, amenaza 26 . P X C, D X T ; 27. P 7 C, T X P ; 28.

26 C I A 27 C X P !

Las blancas prosiguen el a t a qu e con todo impetu. Observese que en las posiciones abiertas y complej as como la actual el valor de la inicia­tiva es mayor que el del material.

27 C 7 D !

Uni c a . Si 27 . . . . . . , P X C ; 28 . D X P + , C (5) 3 D (a 28 . . . . . . , C (1) 3 D gana 29 . T X C ! ) ; 29 . T D 1 C D ! , y a pesar de su vent a­j a material las n e g r a s estan com-pletamente perdidas. Y si 27 . . . . . . , R X C ; 28 . D X A + , R 5 R ; 29 . T 1 R + , R X PA ; 30. P 3 C + , R 4 C (si 30 . . . . . . , R 5 C ; 31 . P 3 T + , etc .) ; 31 . D 8 D + ! seguido de D 8 T + y D 4 T mate. Se comprende ahora la importancia de la 26� jugada de las blancas. Sin ella el rey negro hubie­ra podido escapar.

28 C 6 A 29 C X C

C 5 R + T X T !

Si 29 . . . . . . , P X C ; 30 . D X P, etcetera.

30 C 6 A !

�as b l a n c a s se ven obligadas a brmdar nuevos sacrificios de mate­rial a fin de mantener el ritmo de su of ens iva. A 30. A X T podia se­guir D 5 A ! con fuerte contrajuego.

30 31 P 5 D + !

T 2 C R X A

Si 31 . . . . . . , P X P, se gana con 32. C X A.

32 C X A + T X C

Page 93: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 95 Al devolver parte de su ventaj a permitiendo a las blancas hacer va­

m a t e r i a l las negras pretenden 10- ler su mayoria de peones. grar una tregua en la p er s e c u c i 6 n de su rey. 34 D 5 A ?

33 D X T P X P

DIAGRAMA 80

Posicion despues de 33. . . . . . , p X P

34 T I D ?

jQue lastima ! 34. P 4 A ! hubiera sido un digno final de este formi-d a b l e combate ; p . ej . : 34 . . . . . . , P X P (6 34 . . . . . . , P 5 D) ; 35. T I D .

Aun suponiendo que el rey n e g r o lograse escapar a l mate, las piezas de su banda seguiran esclavizadas,

Ahora l a s n e gr a s c om e t en un error. Era necesario 34 . . . . . . , D 3 A. Y si bien la respuesta 35. D 8 D si­gue atandole las manos al segundo jugador, este no carece de buenas perspectivas para l evan t a r el blo­queo .

Despues de la jugada del texto el remate es implacable.

35 D 7 A + 36 P 3 A + ! 37 D 7 C D 38 D X P D 39 D 6 D + 40 D X C 41 R I R 42 R I A

R 5 C R 6 T D x P A D C 2 R R 5 T D 7 A + D 5 R +

Y las negras abandonaron en vir-tud de la linea siguiente : 42 . . . . . . > D X P A + ; 43. R I C, D 6 R + ; 44. R 1 T. Su rey quedaria a merced de las fuerzas enemigas.

Page 94: Defensa francesa czerniak

CAPiTULO X

V ARIANTE RUBINSTEIN

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D

P 3 R P 4 D P X P

Habiamos mencionado ya que es­ta variante no es buena para las negras (pag. 58) . Sin embargo, .se emplea frecuentemente . H.ay 9u1e­nes tienden a evitar comphcaclOnes y peligros inmediatos, aunque sea a costa de su propia posici6n. Desde luego la ventaja que obtienen las blancas no es de las que se realizan facilmente. No es imposible que las negras consigan equilibrar el juego, :sobre t o d o si logran «fianchettear» su A D y evitar un ataque contra su flanco rey.

4 C X P DIAGRAMA 81

Posicion despu';s de 4. C X P

4 C 2 D

Menos indicado es jugar en se­guida 4. . . . . . , C R 3 A. Seguiria 5 . e x C + , y ahora :

a) 5 . . . . . . , D X C ; 6 . C R 3 A, P 3 T R (perdida de tiempo, pero precauci6n necesaria ; la partida Steinitz-Bird, 18£l6, fue un desastre porque las negras no querian «perder tiempo» y jugaron 6 . . . . . . , C 3 A. Sigui6 : 7. A 5 C R ! , D 4 A; 8. A 3 D, D 5 C ? ; 9. P 3 T R, D X P C; 10. T 2 T y gana) ; 7 . A 3 D, A 3 D; 8. 0 - 0, 0 - 0 ; 9. D 2 R + .

b) 5 . . . . . . , P X C ; 6 . A 3 R, C 2 D ; 7 . D 2 D, P 3 C ; 8. A 2 R, A 2 C D ; 9 . A 3 A, D 1 A; 10 . P 5 D ± Tartakower-Brinkmann, Kecs­kemet, 1927) .

Observese que al jugar. 5 . A 5 C R, A 2 R; 6. A X C, se llegara a las li­neas ya explicadas en el Cap. VI.

5 C R 3 A

Lo usual ; peto tambien 5 . A 3 D es correcto, p. ej . : 5 . . . . . . , C R 3 A; 6. C R 3 A, C X C ; 7 . A X C, C 3 A, llegandose a la misma posicion que en el texto, 0 bien 5. . . . . . , P 4 A D; 6 . C R 3 A, D 2 A (mejor 6 . . . . . . , C R 3 A ) ; 7. D 2 R, C R3A; 8. C D 5 C ! , A 2 R (si 8 . . . . . . , P 3 T R; 9 . A 6 C ! ) ; 9 . C X P A ! , R X C ; 10 . C 5 C + , R 1 R; 1 1 . C X P R con ataque ga­n a d o r (Prochazca - Svoboda, Brno, 1939) .

5 C R 3 A

Page 95: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 97

Ultimamente e s t a muy en b o g a 7 . . . . . . , D 4D ! (en lugar de 7 . . . . . . , la jugada 5 . . . . . . , A 2 R . De esta A 3 D) y a h o r a , si 8 . P 3 T D (8 . manera las negras preparan debi- P 4 A D ?, A 5 C + ) , A3 D ; 9. P 4AD, damente 6 . . . . . . , C R 3 A y se pro- D 5 R + ; etc. ponen a 7 . C X C c o n t e s t ar c o n La r efut a c i o n de la jugada 7 . 7. . . . . . , A X C. Un ej emplo : C 5 R es de suma importancia. Esto

Bogoljubow-Petrov, Kemeri, 1939. - 5 . . . . . . , A 2 R; 6. A 3 D, C R 3 A; 7. C X C + , A X C; 8. 0 - 0, P 4 A; 9. P 3 A, P X P ; 10 . P X P, 0 - 0; 11 . D 2 R, D 4 T; 12. A 4 A R, D 4 T; 13. T D 1 A, C 3 C ; 14. A 5 R, A X A; 15. P X A, C 4 D ; 16. T 4 A, y no hay defensa s a t i s f a c t o r i a ante la amenaza T 4 T R.

1) 6. A 3 D . Otro plan seria: 6 . A4 AD seguido de D 2 R, A 4 A Y 0 - 0 - 0.

2) 9. P 3 A; esta jugada es mej or que 9. P X P, D 2 A, Y la su­perioridad de las blancas seria insignifican teo

3) 11 . . . . . . , D 4 T; la maniobra de la dam a es inoportuna. Mejor : C 3 C Y C 4 D . Pero asimismo en este caso las blancas esta­rian mej or.

6 C X C + 7 A 3 D

C X C

Race algunos anos se consideraba mas fuerte : 7 . C 5 R . EI objeto de esta era i m p e d ir qu e las negras jueguen : 7 . . . . . . , P 3 C D, so pena de un castigo inmediato : 8. A 5 C + . la partida Capablanca - Blanco, La Rabana, 1913, cuyo desarrollo fue 7 . C 5 R, A 3 D ? ; 8 . D 3 A, P 3 A; 9 . P 3 A, 0 - 0 ; 10 . A 5 C R, A 2 R; 11 . A 3 D, C 1 R; 12. D 3 T, P 4 A R; 13 . A X A, D X A; 14. 0 - 0, ser­via de clasico ej emplo demostran­do neta s u p eri o r i d a d del primer jugador.

Mas los recientes analisis estable­cieron que la d e f ens a inadecuada de las negras ha sido la causa princi­pal de su inferioridad. Debia jugarse

quiere decir que no hay modo de impedir el «fianchetto:!> del A D con­trario. Queda por ver, sin embargo, hast a que punta el desarrollo del al­fil negro en 2 C D puede mejorar su posicion.

7 . . . . . P 3 C D

No aconsejamos demorar esta ju­gada :

a) 7 . . . . . . , A 2 R; 8. D 2 R, 0 - 0 ; 9. A 5 C R, P 3 T R (ya no se puede jugar 9 . . . . . . , P 3 C D a causa de 10. A X C, A X A; 1 1 . D 4 R, ganando una torr e) ; 10 . A X C, A X A; 11 . D 4 R, P 3 C R ; 12 . P 4 T R, con ata­que directo (Capablanca-Cha­j es, Nueva York, 1918) .

b) 7 . . . . . . , P 4 A; 9 . P X P ! , A X P ; 9 . A 5 C R , A 2 R ; 10 . D 2 R, 0 - 0 ; 11 . 0 - 0 - 0 (Spielmann - Petrov, Margate, 1938) .

8 D 2 R

Tambien correcto seria 8. 0 - o. En cambio fracasaria otra tentati­

va de impedir el desarrollo del A D n eg r o . P . ej . : 8 . C 5 R, A 2 C; 9 . A 5 C + , P 3 A ! Un r e c u r s o ines­perado. Si 10. C X P ?, D 4 D ! ; 11 . C X P +, R I D, ganando una pie­za. O 10. A X P + , A X A; 1 1 . C X A, D 4 D ! ; 12. C 5 R, D X P C; 13. D 3 A, D X D ; 14. C X D. La formacion de peones negros agrada mas (Schle­chter - Rubinstein, S a n Sebastian, 1912) . Y por ultimo, si 10. D 3 A (en vez de tomar el P A negro) , D 4 D ; 11 . D X D , C X D ! ; 12 . A X P + , A X A; 13. C X A, T 1 A ! ; 14. C X P,

Page 96: Defensa francesa czerniak

98 MIGUEL CZERNIAK

T X P ; 15. 0 - 0, A 2 R ; 16 . P 3 C D, C X A. La posici6n de las blancas es C 6 A ! -t- . preferible, a u n q u e su v e n t a j a es

8 9 A 5 C R

10 T D 1 D

A 2 C A 2 R

Tiene por obj eto impedir que las negras jueguen 10. . . . . . , P 4 A. Si 10. 0 - 0 - 0, las negras p o d r ian crear una a m e n a z a seria mediante 10 . . . . . . , D 4 D ; 11 . P 4 A D, D 4 T D; 12 . R I C, P 3 T D, seguido de P 4 C D.

10 0 - 0 1 1 0 - 0

DIAGRAMA 82

Posicion despnes de 11. 0 - 0

Las blancas estan algo mej or. La ubicaci6n inc6moda de la dama ne­gra frente a la torre contraria ere a un serio problema.

Euwe s u g i ere para las n e g r a s P 3 A seguido d e D 2 A , T D I D y P 4 A, pero este plan, segun eI mis­mo, r e s u l t a r i a lento . Las blancas podrian acometer contra el f l an c o rey contrario con mas rapidez.

Al analizar la posici6n del dia­g r a m a 82 hemos encontrado p a r a las negras una manera de simplifi­car el juego e impedir todo ataque directo de las blancas. Mas ni can esta m a n i o b r a puede lograrse u n equilibrio perfecto. Por ejemplo :

11 . . . . . . , A X C ; 12. D X A, D 4 D ; 13. D X D, C X D (P X D seria ma­lo a causa de T D 1 R) ; 14. A X A,

muy escasa . Observese que las blancas dificil­

mente pueden evitar el cambio de las damas ; a 13 . D 3 C ? (0 D 4 A) seguiria 13 . . . . . . , C 4 T, g a n a n d o una pieza, y a 13 . D 3 R , D X P T (0 T D I D) . P er o no 13 . . . . . . .

C 5 C ? ; 14. D 3 T !

PARTIDA NQ 12

Disputada en el Campeonato de Manhat­tan Chess Club, Nueva York, 1942

Blancas Negms Adams

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 3 A D 4 C X P

Greene

P 3 R P 4 D P X P C 3 A R

Prematuro. Debe jugarse antes C2D.

5 A 5 C R

Mej or 5. C X C + , y las negras eli­gen entre la mala ubicaci6n de su dama (D X C) , y el debilitamiento de su ala rey (P X C) .

5 6 C R 3 A 7 A X C 8 A 3 D 9 D 2 R

C D 2 D A 2 R C X A 0 - 0 P 3 A

Un error g r a v e seria 9 . . . . . . ,

P 3 C D ? ; 10 . C X C + , A X C ; I I . D 4 R ! , y gana una torre.

10 0 - 0 - 0 1 1 C 5 R

P 4 T D D 2 A

Es obvio que 11 . D X P pierde a causa de C X C + .

1 2 P 4 A R 13 D 5 T

C 4 D P 4 A R

Page 97: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 99

14 C 5 C 15 C 3 T 16 T R 1 R 17 A 5 C ?

DIAGRAMA 83

P 3 T P 4 A P X P

Posicion despnes de 17. A 5 C ?

Mej or 17 . P 4 C R. La jug ada del texto, que trata de impedir la salida del alfil contrario, es refutada por medio de una hermosa combinaci6n .

17 18 P X C 19 C 3 D 20 R 1 C

C 6 A ! D X P A 6 T + T 3 T !

Las negras conducen el ataque de una manera magistral. Si 21 . A X T, P X A y el blanco queda inerme frente a la amenaza A 2 D seguida por T 1 C + .

21 A 4 T 22 A 3 C 23 D 2 R 24 P A X P 25 C (3 T) 2 A 26 T l A D

A 2 D ! P 5 T P X A A 4 C T 1 A

Tampoco otras c o n t i n u a c i o n e s pueden salvar la partida.

26 27 T X A 28 C x D

Abandonan.

PARTIDA NQ 13

Disputada en uu match, Jerusalen, 1938

Blancas Negras

J. Dobkin M. Czerniak

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 2 D P X P 4 C X P C 3 A R

Las negras optan por una de las llneas mas pasivas de la defensa francesa.

5 C X C + 6 C 3 A

D X C P 3 T R

Lo que puede suceder a las negras al descuidar esta precauci6n esta explicado en la pag. 96.

7 A 3 D 8 0 - 0 9 A 3 R

1 0 T 1 R 11 C 5 R !

P 4 A C 3 A A 2 R 0 - 0

Excelente jugada. Amenaza cap­turar la dama por medio de 12. C 4 C, D 5 T ; 13. P 3 C R, D 6 T ; 14. A 1 A R, D 4 T ; 15 . C 6 A + .

1 1 C X C

Las negras tienen que embarcarse en una aventura peligrosa, ya que la retirada (A 1 D Y D 2 R) hubiera si­do peor atm.

12 P x C D X P

Si 12 . . . . . . , D 5 T; 13. P 4 A R, siempre con ventaja para las blan­cas.

13 A X P T D X P C

Pero esto es muy arriesgado. Era mej or 13. . . . . . , D 3 A.

14 A 4 A R !

Dobkin ubica muy bien sus piezas ;

Page 98: Defensa francesa czerniak

100 MIGUEL CZERNIAK

el a1fi1 ocupara s egu i d am ent e la 18 D 5 T ! importante posicion 5 R.

14 . . . . . 15 A 5 R

T I D D 5 C

Preparandose para enfrentar la amenaza 16. D5T con 16. . . . , D5TR.

16 T 1 C D 5 T D 17 T 3 R D 3 A

Unica manera de evitar que 18. T 3 C 0 18. T 3 T se convierta en gol­pe de gracia. Vease el diagrama.

DIAGRAMA 84

Posicion despues de 17. . • • . • , P 3 A

Combinacion final, sencilla, pero elegante.

18 19 T X T 20 T D 1 D !

T X A P X A

Ingenioso. Amenaza mate y las negras no tienen defensa satis£ac­toria.

20 P 3 C D

No existe manera de salvarse. Por ej emplo: 20 . . . . , D 5 T; 21 . D 8 R + , A 1 A ; 22. T 3 A R 0 20. . . . , R I A; 21 . T 3 A + , A3A; 22. T 8 D + , R 2 R; 23. D 8 T, seguido de mate, 0 bien 20 . . . . . . , P 5 R; 21 . T 8 D + , A l A; 22. D X P, etc.

21 T 8 D + 22 D 3 A

A l A Abandonan.

Page 99: Defensa francesa czerniak

CAPITULO XI

V ARIANTE MARSHALL

1 P 4 R 2 _ P 4 D 3 C 3 A D

DIAGRAMA 85

P 3 R P 4 D P 4 A D

Posicion despues de S. . . . . . . l' 4. A D

No nos explicamos por que se considera esta jugada «la variante de los novicios» . jCUantas lineas peores que esta se emplean frecuen­temente en partidas de torneos ! Ha­bra que creer que una variante tie­ne mas suerte que otra.

EI hecho de que F. Marshall (1) haya sido partidario de esta jugada ya indica que se trata de una linea sumamente agresiva. Las negras no esperan a que el contrario hay a ju­gado P 5 R que es el momenta mas indicado para lanzar P 4 A D, sino contraatacan inmediatamente, debi-

(1) Desaparecldo ex campe6n de los Estados Unl­dos, gran jugador de ataques lmprevlstos y celadas lngenlosas.

litando un tanto la formacion de sus peones, pero tratando de poner en j uego a todas sus piezas.

4 P R X P

4. C 3 A, C 3 A D no reportaria a las blancas ventaj a alguna, mien­tras que 4. P D X P seria inoportuno a causa de 4 . . . . . . , P 5 D.

4 P R X P

EI «gambito» 4 . . . . . . , P A X P ?, se refuta de la manera siguiente. 5. P X P ! , P X C ; 6 . P X P + , R 2 R; 7. P X C = C + ! , y �i T X C ; 8. A 5 C + .

5 A 5 C +

Lo exacto . En cambio, 5 . P X P hubiera sido una aventura ; p. ej . : 5 . . . . . . , P 5 D ! ; 6 . C 4 R ! (si 6. C 4 T, entonces las n e gr a s prosi­guen tranquilamente su desarrollo con C 3 A R, A 2 R, y 0 - 0, dejan­do al caballo blanco fuera de jue­go) , P 4 A (unica manera de recu-perar el peon ; si 6 . . . . . . , A X P ?, 7. C X A, D 4 T + ; 8. P 3 A ! , P X P ; 9 . P 4 C D ! , D X P C ; 10 . C 3 D, ga­nando) ; 7. C 3 C, A X P. Las fuer­zas son iguales, pero la posicion blanca parece mas solida.

Page 100: Defensa francesa czerniak

102 MIGUEL CZERNIAK

Tambien seria correcto 5. A 3 R, p. ej . , C 3 A D ; 6. C 3 A, A 5 C ; 7 . A 2 R, y las negras se vedm obliga­das, tarde 0 temprano a jugar P 5 A, 10 que dej aria su peon dama debil y expuesto al ataque.

5 C 3 A

No sirve 5. . . . . . , A 2 D ; por 6. P X P, y ahora las negras no dis­ponen del contragolpe P 5 D.

6 P X P

Conduce a un juego complicado, aunque posiblemente favorable al primer jugador. Tambien puede ju­garse 6. C 3 A 0 6. A 3 R 0 6. C R 2 R. Todas esas continuaciones son so­lidas y proporcionan a las blanc as una pequena ventaja.

La partida Bernstein-N. N., Pa­ris, fue ocasion de una bonita cela­da : 6. C 3 A, C 3 A; 7. C 5 R, D 2 A ; 8. A 5 C R, C 5 R ! ? ; 9. C X P D, D 3 D. Las negras creen haber « cazado» una pieza enemiga ; pero . . . 10 . A 4 T R ! , D X C D ? ; 1 1 . A 4 A ! , Y a l a {mica retirada posible 1 1 . . . . . . , D 3 D si gue 12. A X P mate !

6 7 A X C + 8 C D 2 R

P 5 D P X A A X P

Las n e g r a s recuperan su peon, pero ya tienen otro muy debil. Pue­de seguir 9. C R 3 A, D 4 D (no sir­ve 9. . . . . . , A 5 C R ? ; 10 . C R X P) ; 10 . 0 - 0, A 5 C R ; 11 . C R X P, A R X C ; 12 . D X A, A X C ; 13. D X D, P X D ; 14. T 1 R -1- .

PARTIDA NQ 14

Jugada en el Tomeo Internacional de Breslau, 1912

Blancas Levitzky

1 P 4 R

Negras Marshall

P 3 R

2 P 4 D 3 C 3 A D 4 C 3 A

P 4 D P 4 A D

Hoy preferimos jugar en seguida 4. P R X P.

4 C 3 A D 5 P R X P P R X P 6 A 2 R

Mas energico seria 6 . A 5 C D.

6 C 3 A 7 0 - 0 A 2 R 8 A 5 C R 0 - 0 9 P X P A 3 R

10 C 4 D A X P 1 1 C X A P X C 12 A 4 C D 3 D 13 A 3 T T D I R 14 D 2 D ?

Una jugada debil. Las blanc as no deb ian permitir la siguiente clavada.

14 15 A X C 16 T D 1 D ! 17 D 2 R 18 p x A 19 T X P !

A 5 C T X A D 4 A A X C D X P

Parece decisiv�, pero las negras han preparado un contragolpe inge­nioso. Desde ahora la lucha se torna muy interesante.

19 C 5 D ! 20 D 5 T ?

No servia 20. D 5 R ?, C 6 A + ! ; 21 . PXC, T3C+ ; 22. A4C, D X P AR. Por eso debia jugarse primeramente 20. D 4 R !, y a la contestacion casi forzada de las negras 20 . . . . . . , T 5 A ! ; 21 . D 5 R ! , ya que ahora no existe la combinacion arriba mencionada.

Page 101: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 103

20 21 T 5 R

T D 1 A R T 3 T !

Ya se podia ganar con simple 2l. • . . . . , T X P ! Pero Marshall tiene en vista una combinacion genial.

22 D 5 C

Unica. Si 22. D 4 C, C 6 A + , ga­nando una calidad.

22 T X A ! 23 T 5 A D !

La fuerte amenaza 24. T 7 A pa­rece cambiar el aspecto de la lucha. Pero Marshall ha previsto esa even­tualidad. Lo que sigue ahora es ver­daderamente fantastico.

23 D 6 C R ! ! !

DIAGRAMA 86

Posicion despub de 23. . . . . . • D 6 C R ! ! !

Esta maravillosa jugada merecio el primer premio de belleza y la ad­miracion del m u n d o aj edrecistico entero.

A 24. D X D seguiria C 7 R + ; 25. H I T, C X D + ; etc. Si 24. P T X D o 24. P A X D, entonces C 7 R + for­zando mate en una 0 dos jugadas.

Las blancas abandonan.

Page 102: Defensa francesa czerniak

CAPITULO XII

V ARIANTE TARRASOH

1 P 4 R

2 P 4 D

3 C 2 D

DIAGRAMA 87 '

P 3 R

P 4 D

Posicion despu';s de 3. C 2 D

EI viejo sistema de Tarrasch, re­juvenecido por la teoria moderna, fue muy frecuentemente jugado y analiza do en el transcurso de los ultimos anos. La solidez de la va­riante Tarrasch es indiscutible. Las blanc as evitan la clavada de su C D, preparandose al mismo tiempo a re­forzar la cadena de

'los peones cen­

trales con P 3 A D. Estos peones deben contener el ataque negro en el flanco dama ; mientras tanto, las blancas trasladan todas sus piezas disponibles (incluso el C D) al cos-

tado del rey con miras a una gran of ens iva en ese sector. «Pero, en­tonces la defensa francesa queda completamente refutada por media de ese sistema» , exclamara el lec­tor. Nos apresuramos a tranquili­zarIo. No, la reputaci6n de la de­fens a francesa esta a salvo. Y el plan proyectado por las blancas, tropezara con vastos recursos del contrario, por ejemplo : la ubica­ci6n del caballo blanco en 2 D ya permite al segundo jugador iniciar el contrajuego por medio de 3. . . . , P 4 A D. Aqui esta jugada es mas fuerte que la variante Marshall (Capitulo XI) .

Nuestro analisis sera dividido en tres partes (1) , A : 3 . . . . . . , P 4 A D ; B : 3 . . . . . . , C 3 A R ; C : otras res-puestas poco usuales. La replica 3 . . . . . . , P X P que transforma la partida en una «variante Rubins­tein» ha sido analizada en el Capi­tulo X.

A: 3. . . . . " ' P 4 A D

( 1 ) El analisis extenso del sistema Tarrasch apa­reci6 en una serie de articulos mlos titulados: "La variante de moda" de la detensa FrancesG <Ajedrez (l.mericano., 1941 (Nros. 69-75) .

Page 103: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 105

P R X P DIAGRAMA 88

Posicion despues de 3. . . . . . • P '" A D

La mejor jugada. Solo mediante acciones energicas pueden las ne­gras desbaratar el plan contrario. E� cuanto a las otras jugadas, vease mas adelante B y C. En respuesta a 3. . . . . . , P 4 A D las blancas eligen entre 4. P R X P, 4. P D X P y 4. C R 3 A. De estas tres posibilidades (vease a, b y e) damos preferen­cia a 4. P R X P (a) a u n q u e 4. P D X P (b) es tambien tentador.

a) 4. P R X P

Ahora surge un problema para las negras. Contestar 4 . . . . , PR X P asegurando libre juego a su A D pero quedandose a cambio de est� con el peon d a m a aislado, 0 bien retomar con la dama ( 4. . . . . . , D X P) , y en tal caso quedaria en­cerrado el alfil, pero intacta la for­macion de los peones. La tercera altern at iva (4. . . . " . . , P A X P) es claramente inferior. Podria seguir 5. A 5 C + , A 2 D ; P X P, A X A; 7. P X P + , R X P ; 8. D 5 T + , etc.

La opcion entre las dos posibili­dades mencionadas es mas que un detalle tecnico . Entra en juego la eterna rivalidad entre dos concep­tos aj edrecisticos : antiguo y mo­derno, con su dis tint a apreciacion del peon aislado (1 ) .

(1 ) MI opinion respeeto a los peones alslados la reflej a flelmente el siguiente extracto de un 'ar-

4

Guiandose por el conc epto mo­derno ; 4. . . . . . , D X P nos parece menos i n d i c a d o . La d a m a negra queda expuesta a la agresion y las blanc as desarrollan sus fuerzas ata­candola. Veamos :

Czerniak - Benko, Buenos Aires� 1941. - 4 . . . . . . , D X P; 5. C R 3 A. C 3 A D; 6 . A 4 A, D I D ; 7 . C 3 C. P X P ; 8. 0 - 0, A 2 R ; 9. C D X P, A 2 D; 10. C X C, A X C; 11. C 5 R. C 3 A; 12. C X A, P X C; 13. D X D + . Las blancas quedan con dos alfiles y posicion superior.

1) 5. C R 3 A; 5. P X P conduciria a la igualdad de posicion.

2) 5 . . . . . . , C 3 A D ; 0 bi en : 5 . . . . . . C 3 A R; 6 . A 4 A. D I D ( e r r o r s e r i a 6 . . . . . . , D 3 A ; 7. P 4 T ! , y ahora 7 . . . . . . • P 3 T D ? no impide 8. A 5 C ! Tambien 6 . . . . . . , D 4 T 0 6 . . . . . . , D 3 D son in:feriores a la ju­g a d a del t e x t o ) ; 7 . 0 - 0, C 3 A ; 8. C 3 C, con ligera ven­taj a de las blancas.

L a « g a n a n c i a » d e l p e o n 5 . . . . . . , P X P , seria solamen-te temporal . Podria seguir 6 . A 4 A, D I D (creo que es la mej or retirada ; a 6 . . . . . . , D 3 D o 6 . . . . . . , D 4 A D seguiria asi-mismo el enroque de las blan­cas) ; 7. 0-0, C 3 A R ; 8. C 3 C. C 3 A ; 9 . A D 5 C, A 2 R ; 10. D 2 R ±, seguido de T D I D y C X P (Book - Koblentz, Ke­meri, 1939) .

tfeulo mio ( <<Ajedrez Amerlcano., mayo de 1941) : .Las blancas se proponen alslar el peon dama enemlgo, p ara .trabaj arlo. luego, Idea que habrla merecldo un aplauso en los tiempos de Tarrasch. Pero hoy en dia los peones alslados han reforzado considerablemente su poslcl6n y «se cotizan. easl en el nlvel de los demas peones. Puesto que un pe6n alslado nos proporclona la ventaja de dos columnas abiertas, a su derecha y a BU izquierda, las que un jugador bueno sabra utllizar deade luego>. "

Page 104: Defensa francesa czerniak

106 MIGUEL CZERNIAK

3) 6 . A 4 A; interesante entrega a las negras buen contrajuego. Puede de peon sugiere K . Skalicka: empezar por colocar sus torres en 6. P 4 A ! , D 4 T (u otra) ; 7. las columnas A D Y R. P 5 D ! , P X P; 8. P X P, D X P ; 9. A4A seguido de C 4 R , 0 - 0 , etc . El comodo desarrollo de las piezas blanc as posiblemente vale un peon.

4) 8 . . . . . . , A 2 R . Hubiera sido imprudente d e f e n d e r el peon p . ej . : 8 . . . . . . , P 4 R ? ; 9. T 1 R, A 5 C R; 10 . C X P R ! , y gana. La jugada del texto p r e p a r a A 3 A y C R 2 R . Sin embargo, era mej or jugar 8 . . . . . . , C 3 A.

5) 9 . . . . . . , A 2 D . Si 9 . . . . . . ,

C X C ; 10 . C X C, C 3 A ; 1 1 . C 5 C , 0 - 0 ; 12. A 4 A.

5 A 5 C +

En los ultimos tiempos se j uega con frecuencia 5. C R 3 A y si C 3 A D ; 6 . A 5 C . E n algunos casos s e llega por trasposicion de las j u g a d a s a

. la misma situacion que el texto. En otros las negras continuan 6. . . . . . , D 2 R + , p. ej . : 7. A 2 R, P X P (la «ganancia» d e l p e o n es solamente temporal) ; 8. 0 - 0, D 2 A ; 9. C 3 C, A 3 D ; 10 . C D X P, P 3 T D ; 1 1 . P 3 C D, C R 2 R ; 12 . A 2 C, 0 - 0 ; 13 . C X C, P X C ; 14 . P 4 A, c o n juego s u p e r i o r para las b l a n c a s (Keres-Capablanca, Avro, 1938) .

5 C 3 A

Creo que 5 . . . . . . , A 2 D es mej or. El cambio de los alfiles facilitaria la defensa de las negras, mientras que la «auto-clavada» dej a al primer jugador con iniciativa.

Khan - Bondarevsky, Leningrado, 1939. - 5 . . . . . . , A 2 D ; 6. D 2 R +, D 2 R ; 7. A X A + , C X A; 8. P X P, D X D + ; 9 . C X D, A X P ; 10 . C 3 C D, A 3 C ; 1 1 . C D 4 D, C R 3 A; 12. A 5 C, 0 - 0 ; 13 . 0 - 0 - 0. La movilidad de sus piezas asegura

1) 6 . D 2 R + ; m a n i o b r a usual para cambiar las damas.

2) 6 . . . . . . , D 2 R; a 6 . . . . . . , A 2 R, podria seguir 7. P X P, C 3 A R ; 8 . C R 3 A, 0 - 0 ; 9 . 0 - 0, A 5 C ? (una maniobra de valor dudoso. Mej or 9 . . . . . . , A X P) ; 10. P 3 T R, A 4 T ; 1 1 . P 4 C D ! , P 3 T D ; 12. A 4 T, P 4 T ; 13. P 3 T, P X P; 14. P X P, C 3 A; 15 . D 5 C, T I C, y las blancas mantienen su ventaj a material (Souza Mendes - Guimard, Rio de Janeiro, 1938) .

3) 8 . . . . . . , D X D, a fin de reto-mar el peon con alfil, cuya ubi­cacion estrategica en la diago­nal 2 T D - 8 C R seria impor­tante para la defensa.

Menos indicado es 8 . . . . . . , C X P ; 9 . C 3 C, C 5 T ! ; 10 . A 3 R ! , C X P ; 1 1 . C 3 A, C 5 A; 12 . 0 - 0, C X A ; 13 . T 1 R, C 3 A; 14. D 3 D, y la perdida de p e o n e s t a a m p l i a m e n t e compensada por l a formidable posicion de las blancas.

6 C R 3 A

Con 6. D 2 R + , D 2 R; 7. P X P, D X D + ; 8. C X D, A X P ; 9. C 3 CD, las blanc as n o logran mas d e 10 que llamariamos una ventaj a ilusoria.

6 A 3 D

Esta jugada se convertira en una perdida de tiempo para cuando las blancas resuelvan j ugar P X P. Sin embargo, la jugada del texto no es m al a , pues p e rm i t e s e g u i r c o n C R 2 R, 0 - 0 , etc . , en lugar del planteo menos eficaz : C 3 A R, A 2 R, o - 0, etcetera.

Observese que toda a f ir m a c i o n en el sentido d e que las negras es ·

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LA DEFENSA FRANCESA 107

tan muy inferiores en esta varian- via el valor de la j u g a da . P e r o , te, n o posee valor alguno, por cuan- fuese como fuese se t r a t a de una to se trata de un bando capaz de linea interesante, sobre todo cuan­regalar un t i e m p o a su contrario do la movida del 'alfil parece bur­sin perder el equilibrio del juego. larse de todos los p r i n c i p i os del

Alternativas : 6 . . . . . . , C 3 A ; 7 . juego posicional. 0 - 0, P X P (la entrega del peon, por m e d i o de 7 . . . . . . , A 2 R ; 8 . P X P, 0 - 0; 9. C 3 C, no es del todo correcta) ; 8. T 1 R + , A 2 R; 9. D 2 R, A 2 D; 10 . C 3 C, C 5 R; 1 1 . A X C, P X A ; 12 . C 5 R ! con la fuerte amenaza 13. P 3 A R -+- .

6 . . . . . . , D 2 R +; 7 . A 2 R, D 2 A; 8. 0 - 0, e 3 A; 9. T 1 R, A 3 R; 10 . P X P, A X P ; 11 . C 3 C, A 3 C ; 12. P 3 A, 0 - 0 ; 13. C D 4 D =.

6 . . . . . . , P 5 A; 7. 0 - 0, A R 5 C (en una partida contra Keres, Stahl-berg juga 7 . . . . . . , A 3 D, a 10 cual siguio 8. P 3 C D, P X P ; 9. P T X P) ; 8. T 1 R + , C R 2 R; 9. P 3 A, A 3 D ; 10. P 3 C D, P X P; 1 1 . P X P, 0 - 0 ; 12. A 3 T, C 3 C ; 1 3 . A X A, D X A; 14. C I A, A 2 D ; 15. C 3 C, T R 1 R = (Esp ina-Stahlberg, Rosario, 1940) .

7 0 - 0 8 P X P 9 C 3 C

10 A 3 R ! ?

DIAGRAMA 89

C R 2 R A X P A 3 C

Posicion despues de 10. A 3 R ! ?

Esta idea novedosa y hast a revo­lucionaria la ensayo Botvinnik con­tra Boleslavsky en dos oportunida­des . Con decir que ambos ensayos salieron bien no se confirma toda-

B otvinnik • Boleslavsky, Moscu, 1941. - 10 . . . . . . , A X A; 11 . A X C + ! , P X A ; 12 . P X A, 0 - 0 ; 13 . D 2 D , D 3 C ; 14 . D 3 A ! , D 1 C ; 15 . T D 1 C , T 1 R = . Las blancas estim m e j o r gracias a l dominio de las casillas negras centrales, sobre todo de 5AD.

1) 10 . . . . . . , A X A. De no jugar asi las blanc as se anotarian un triunfo indiscutible.

2) 11 . A X C + ! Si 1 1 . P X A, 0 - 0 ; 12. A X e, C X A ! En cambio, a 1 1 . A X C + , C X A, seguiria 12 . T 1 R ! En el otro encuentro entre los mismos ju­gadores las blancas demoraron con la toma del cq,ballo. Fue aS1 : 10 . . . . . . , A X A; 11 . P X A, 0 - 0; 12. D 2 D, D 3 C ; 13. P 4 T D, A 4 A ? ; 14. C R 4 D ! , C X C ; 15 . P X C con ventaj a posicional de las blancas. La 13� jug ada de las negras es mala, justifica la e s t r a t e g i a de las · blancas y Ie permite liberarse de su peon rey debil. Es de con­siderar 13 . . . . . . , P3TD ; 14. AXC, C X A ! ; 15 . P 5 T, D 5 C ; 16 . D X P, A 3 R =.

Si bien la idea de Botvinnik 10. A 3 R no me convence del t o d o , otras j u g a d a s tampoco r e p o r t a n ventaja alguna ; p . ej . : 10 . C D 4 D, 0 - 0 ; 1 1 . P 3 A, A 5 e = , 0 bien 10. P 4 A, 0 - 0 ; 11 . A 5 C, P 3 A ; 12. A 4 A, P 3 T D; 13. A X e, P X A; 14. P 5 A, A2A; 15. A X A, D X A = (Consulta-Stahlberg, Parana, 1941 ) .

b) 4. P D X P

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108 MIGUEL CZERNIAK

La jugada preferida de S p i el ­mann. E l i m in a n d o la tension las blancas preparan en el centro un juego animado de piezas, no despro­visto de algunas p os i b i li d a d e s de ataque contra el ala rey enemiga.

4 . . . . . A X P

Si 4 . . . . . . , P X P ; 5 . C X P, D X D + ; 6. R X D, P 4 A; 7. C 6 D + , A X C; 8. P X A, las b l a n c a s quedan con un peon de ventaj a y aunque pa­rezca extrano pueden p r o t e g e r I o contra cualquier amenaza.

5 A 3 D

Ahora este alfil -el p r i n c i p a l actor del ataque blanco en l a de­fensa francesa- no puede ser des­aloj ado de su puesto . Si 5 . C 3 C, A 3 C ; 6. P X P, entonces primer a­mente 6. . . . . . , C 3 A R !

DIAGRAMA 90

Posicion despu"s de 5. A 3 D

5 C 3 A R

Alekhine prefiere aqui 5 . . . . . . , C 3 A D para impedir que las blan­cas jueguen 6 . P 5 R . Pero ;, s er a este avance tan fuerte como para temer sus consecuencias? No lo creo ; al contrario, usted vera, amigo lec­tor, que el peon rey avanzando se convertira en el obj eto de ataque de todas las piezas negras. Y si las negras pretendiesen evitar el des­alojo de su caballo por medio de

6 . P 5 R, ;,por que? no contestaran 5 . . . . . . , C 2 R ! , cosa que nunca se ha jugado, pero que me parece mas s 6 l i d o que 5 . . . . . . , C 3 A D ? En cuanto a e s t a ultima, veamos un ejemplo :

Spielmann-Alekhine, Nueva Y;ork, 1927. - 5 . . . . . . , C 3 A D; 6. P X P, P X P ; 7 . C 3 C, A 3 C ; 8 . C 3 A, C R 2 R ; 9. 0 - 0, 0 - 0 ; 10 . P 3 A, D 3 D ; 1 1 . T 1 R, C 3 C ; 12 . A 3 R, A X A; 13. T X A, A 5 C ; 14. A X C, P A X A ! ; 15 . P 3 T R, A 4 A ; 16 . C D 4 D, T D 1 D ; 17 . C X A, T X C ; 18. D 2 R ! , con una presi6n potente

. en la columna rey.

1) 5 . . . . . . , C 3 A D; si 5 . . . . . . , P X P ; 6 . C X P, A 2 R; 7 . C R 3 A -+-.

2) 6 . . . . . . , P X P; era m e j o r : 6 . . . . . . , D X P ; p. ej . : 7. D 4 C, C 4 R ! ; 8 . D X P C, A 5 D ; 9 . D 3 C , C 3 A R; un peon menos a cambio de e x c e l e n t e d e s ­arrollo .

3) 9 . . . . . . , 0 - 0; si 9 . . . . . . , A 5 C ; 10 . T I R, O - O ? ; 1 1 . A X P + !

4) 1 2. A 3 R; la explotaci6n de un peon aislado es mas facil, cuan­do quedan pocas piezas en el tablero .

5) 1 4. . . . . . , P A X A ! jUna de-c i s i o n h e r o i ca ! A 14 . . . . . . , P T X A, las blanc as seguirian «trabajando» el peon aislado�

6 P 5 R

Lo mas energico . C o n 6 . D 2 R, 0 - 0; 7 . C R 3 A, C 3 A ; 8. 0 - 0 (si 8 . P 3 A, P 4 R ! ) , C 5 C D, las

blancas no consiguen gran cosa.

6 C R 2 D 7 C R 3 A

Claro que no sirve 7 . P 4 A R ?, A X C ; 8 . T X A, D 5 T + .

Page 107: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 109

7 3 D 2 R

C 3 A D D 2 A

Mejor 3 . . . . . . , P 3 A; 9 . P X P, D X P; 10. C 3 C, P 3 T R; 1 1 . C X A, C X C.

9 C 3 C

Habiendo agotado todos los me­dios para defender directamente al peon rey, las blancas recurren -ahora a esta defensa indirecta. E1 peon no puede tomarse so pena de perder una pieza .

9 A 3 C

Merece atencion 9. . . . . , A 2 R. He aqui un ejemplo muy instruc­tivo :

Spielmann-Asztalos, Bled, 1931. -9 . . . . . . , A 2 R ; 10 . A 4 A R, P 3 A � ; 11 . A 5 C D, C R X P ; 12 . C X C, P X C ; 13 . A X P, A 3 D ; 14. P 4 A R, A X A ? ; 15. D X A, D X D ; 16. P X D, R 2 R; 17 . A X C, se vislumbra e1 final tipico de «caballo bueno con­tra alfil malo» , muy superior para las blanc as.

1) 10 . . . . . . , P 3 A !; hay que ata-car inmediatamente, antes de que las blancas puedan defen­der otra vez su P R.

2) 1 1 . A 5 C D; 10 mejor, ya que 11 . P X P, D X A ; 12. P X A, P 4 R, es favorable a las negras.

3) 14 . . . . . . , A X A ?; error ; era necesario enrocar, p. ej . : 14 . . . . . . , 0 - 0; 15. A X C, P X A; 16 . 0 - 0 (0 0 - 0 - 0) , P 4 A (0 aun 16 . . . . . . , T X P ! , con un juego rico en posibilidades tacticas) .

10 A 4 A R P 3 A

DIAGRAMA 9 1

Posicion despues de 10. . . . . • • P 3 A

Ahora est a jugada no es tan fuer­te, como en el caso de hallarse e1 alfil negro en 2 R. Pero mej or que 10 . . . . . . , C 5 C ; 1 1 . 0 - 0, Y las negras no tienen otro remedio que jugar 1 1 . . . . . . , C X A, -abriendo la columna A D Dara el usa exclusivo de las torres "blancas, ya que 1 1 . ° - ° ? fall a a raiz de la combina­cion elegante 12 . A X P + !

1 1 A 5 C D

No s i r v e 1 1 . P X P ? , D X A; 12. D X P +, R I A ; 13 . Y X P + , R X P ; 14. D X P, C 3 A , ni tampo­co 12 . P X P, T I C R; 13. D X P + , C 2 R, compensan la p i e z a e n t r e ­gada .

En cambio, puede jugarse (aun­que no es tan salida como la jugada del texto) 1 1 . 0 - 0, p. ej . : C R X P (si 1 1 . . . . . . , P X P; 12 . A 3 C se­guida de T D 1 R) ; 12 . T D 1 R (0 b i e n a n t e s 12 . R 1 T, ya q u e l a s negras n o p u e d en d e s c l a v a rs e ) , C X C + ; 13 . D X C, P 4 R ! ? , y ahora no 14 . P 4 A ! ? , P X P ; 15 . A X P A, C 5 D ! (Czerniak-Stahl­berg, Buenos Aires, 1941 ) , sino 14: D X P ! , demostrando que la combl­nacion de las negras esta equivocada, pues si 14 . . . . . . , C 2 R; 15. A X P R ! ! , P X A; 16 . T X P Y luego T R 1 R, recuperando la pieza y ganando la partida.

Page 108: Defensa francesa czerniak

110 MIGUEL CZERNIAK

11 0 - 0

A 11 . . . . . . , C R X P seguiria co­mo en la partida Spielmann-Aszta­los (ver pag. 109) ; 12. C X C, P X C ; 13. A X P, con l a diferencia de que el alfil rey negro no interviene, por hallarse en 3 C D.

12 A X C 13 A 3 C

P X A P X P

No s i r v e 13 . . . . . . , P 4 A R ; 14. C 5 C ! , C 1 C (si 14 . . . . . . , T 1 R ? seguiria 15 . D 5 T y a 14 . . . . , C 4 A; 15. C 4 D) ; 15. D 5 T, con ataque muy fuerte.

14 0 - 0

No 14. C X P ? a causa de A X P + ! Luego de recuperar su peon en

5 R las blancas estaran un poco me­jor gracias al dominio de este punto estrategico. En cuanto a las «chan­ces» de las negras hay que buscarlas en el fIanco dama, relacionadas con el avance P 4 A.

c) 4. C R 3 A

Se juega con el proposito de man­tener la tension en el centro hasta que llegue el momento oportuno.

4 . . . . . C 3 A D

Menos afortunada seria la tenta­tiva de aclarar la situacion central cambiando los peones, como 10 prue­ba la brillante partida Pleci-Endze­lius, Buenos Aires, 1939, la que con-tinuo : 4 . . . . . . , P X P Rj 5. C X P, C 2 D ; 6. P X P, C X P; 7 . D X D + , RXD; 8 . A5C+ , P3A; 9 . 0-0-0+ , R 1 R; 10. A 5 C +, R 2 A; 1 1 . T 8D ! f (el alfil no puede tomarse a causa de mate en dos ; y si 11 . . . . , C X C ;

12 . C 5 R + ! , R 2 R ; 13. T B R + , R3D; 14. C 7 A + ) , A 2 R ; 12. C 5 R + ! ! , P X C ; 13. C 6 D + ! (nuevamente este caballo no puede capturarse a raiz de m a t e en dos) , R 3 C ; 14. A X A, C X A; 15. T X T y gana.

Una posibilidad i n t e r e s a n t e es 4 . . . . . . , P 5 A; 5 . P 3 C R, C 3 A D ; 6. A 2 C, A 5 C ; 7 . 0 - 0, C R 2 R; 8. P 3 A, A 4 T ; 9. C 5 R, 0 - 0 ; 10 . C X C ?, P X C ! ; 1 1 . P 4 A R, T I C ; 12 . D 2 A, P 4 A D ; 13. P X P A, D 2 A; 14. P 4 C D, P X P a . p. ; 15 . P X P C, D X P + ; 16. R 1 T, D X P, y las negras han sorteado todas las dificultades (Keres-Stahlberg, Bue­nos Aires, 1939) . Sin embargo, el planteo de Stahlberg no puede acon­sej arse, por cuanto la jugada 10� de las blancas no era buena. Por ej emplo, 10. P 4 A R hubiese dejado al blanco con posicion superior.

5 A 5 C

DIAGRAMA 92

Posicion despues de 5. A 5 C

Trabando el desarrollo normal de las piezas negras. P. ej . : si 5 . . . . . . , A 2 D ; 6. P R X P, C X P (0 P RX P ; 7. P X P -+- ; Y si 5 . . . . . . , D 3 C ; 6. D 2 R, amenazando P R X P) ; 7 . C X C, P X C ; 8 . P X P ! , A X A; 9. D 5 T ! (Alekhine-Sanchez, 1939) .

5 6 A X C + 7 0 - 0

P 3 T D P X A C 3 A

Page 109: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 111

El avance 8. P 5 R dejo de ser una amenaza, p. ej . : 8 . . . . . . , C 2 D ; 9. P 3 A, P X P; 10. P X P, P 4 A D; los peones doblados y movibles son los mas fuertes cuando se trata de abrirse paso a traves de las Eneas enemigas.

8 T 1 R

Si 8. D 2 R, P X P D ; 9 . P 5 R (si no se pierde un peon) , C 2 D ; 10. e X p, P4 AD; 11 . C (4) - 3 A, A 2 R. Las negras logran una posicion muy comoda, poseen dos alfiles y pue­den ejercer una fuerte presion en el centro (Julio B o l b o c h a n - Gui­mard, Mar del Plata, 1941 ) .

8 9 P X P

P A X P P A X P

La ganancia de peon mediante 9. . . . . . , D X P tenia sus peligros. P. ej . : 10 . T 5 R, D I D ; 1 1 . C 3 C, A 3 D ; 12. T 5 C R, etc.

10 C X P 1 1 C D 3 A 12 C 5 R 13 A 5 C

D 2 A A 2 R 0 - 0 A 2 C

Con igualdad. La p a r t i d a Gui­mard - Marini, Buenos Aires, 1940, continuo : 14. C 4 C, C X C ; 15. D X C, A X A; 16. D X A = .

B) 3 . . . . . . , C 3 A R

DIAGRAMA 93

Posicion despn,;s de 3. . . . . . • C 3 A R

De esta manera las negras pro­vocan el avance del P R enemigo para retirar luego su caballo a 2 D e iniciar acto seguido el contrajuego P 4 A D. La experiencia de los w­tim os aiios habla en f avor de las blancas, las que pueden defender su flanco dama y atacar eficazmen­te en el costado del rey. La inno­vacion de Botvinnik (5 . . . . , P 3 CD) pese a su idea original no consigue hacernos cambiar de opinion.

4 P 5 R

o bien 4. A 3 D, P 4 A; 5. P 5 R. C R 2 D, Y se llega a la misma posi­cion que en el texto.

4 5 A 3 D

C R 2 D P 4 A D

Race algunos aiios, Botvinnik en­sayo aqui una jugada poco comtin: 5 . . . . . . , P 3 C D. La idea novedo�a de esta -cambio del formidable al­fil blanco mediante A 3 T-, apoya­da por el renombre que t e n i a su autor, conql$to al principio mu­ehos partidarios. Sin embargo, a me­did a que se empleaba esta linea en las partidas de torneos se iba foro. mando la opinion de que la varian­te Botvinnik es inferior, por las si­guientes razones : 19, el cambio del alfil cuesta demasiados «tiempos» ; 2", al retomar el aliil, el caballo da­ma negro queda completamente fue­ra de juego.

La siguiente partida nos brinda una buena ilustracion.

Czerniak-Vuscovic, Buenos Aires. 1941. - 5 . . . . . . , P 3 C D ; 6. C 2 R ! . A 3 T; 7. A X A, C X A; 8. 0 - 0, A 2 R; 9. P 4 A R ! , P4AD; 10. P 3 A, P X P ; 11 . P X P, C 5 C ; 12. C 3 A R. D 1 A ; 13. P 3 T D, C 3'AD ; 14. P 5 A ! , 0 - 0 ; 15. P x P, P X P ; 16. C 4 A. Las blancas tienen el juego estrate-

Page 110: Defensa francesa czerniak

112 MIGUEL CZERNIAK

gicamente ganado, y la debilidad del P A negro es del tipo «incurable» .

1) 5 . . . . . . , P 3 C D; algunos jue­gan primeramente P 4 A D Y luego P 3 C D. En este caso las blancas contestan P 3 A D Y luego siguen C 2 R, etc.

2) 6. C 2 R ! permite el traslado del otro caballo a 3 A R Y re­fuerza la defensa del P D. En la partida Abramian - Botvin­nik, Leningrado, 1938, las blan­cas jugaron 6. D 2 R ?, traban­do �l desarrollo normal de sus propias piezas por querer im­pedir la «amenaza inofensiva» 6 . . . . . . , A 3 T. Siguio 6 . . . . . . , P 4 A D Y las blancas se vie­ron obligadas a reagrupar sus fuerzas con perdida de tiempo.

3) 9. P 4 A R !; .cambien 9. C 3 A R seguido de C 4 A es posible, aunque no tan bueno como la jugada del texto.

4) 1 1 . C 5 C; las primeras conse­cuencias del p o c o afortunado plan: el traslado del caballo a 3 A D o sea dos tiempos per­didos. Tal vez algo mejor era 1 1 . . . . . . , P 4 A R, pero toman­do al paso las blancas se ase­guran la ventaja, tambien en este caso.

5) 1 4. P 5 A !; despues de esta ju­gada la posicion de las negras esta proxima a derrumbarse. No sirve 14 . . . . . . , P X P ; 15. C 4 A, y no hay forma de im­pedir la caida del P D.

6 P 3 A D

No aconsejamos aplicar aqui la famosa idea de Nimzovich, que consiste en la entrega temporal del P D (vease la part. N9 16, pag. 117) .

6 C 3 A D 7 C 2 R

DIAORAMA 94

Posicion despnes de 7. C 2 R

Habiamos dicho ya que el prop6-sito de esta jugada es utilizar am­bos caballos blancos para la defen­sa del P 4 D. Una precaucion nece­saria, ya que dicho peon puede verse atacado simultaneamente por tres piezas negras : el P A D, el C D y la dama.

7 D 3 C

Durante un largo periodo (desde 1937) los teoricos y analistas esta­ban discutiendo las perspectivas de un contrajuego arriesgado y audaz: 7. . . . . . , P 3 A . Como ejemplo cla­sica servia en aquel entonces la si­guiente partida:

Keres - Fine, M a r g a t e , 1937. -7 . . . . . . , P 3 A ! ?; 8. C 4 A R, D 2 R; 9. C 3 A, P X P R ? ; 10. C X P 5 R ?, C R X C ; 11 . P X C, P 3 C R; 12. 0 - 0, C X P; 13. T 1 R, A 2 C; Y las n e g r as q u e d a n con un peon de mas.

Esta partida provoco un analisis animado, en el cual se descubrio que las blanc as en su 10� movida ha­bian podido jugar mucho mejor, a saber : 10. C 6 C ! , PX C; 11 . A X P +, R 1 D; 12. A 5 C, C 3 A; 13. P X P + . La ventaja de las blancas estriba, no en el hecho de recuperar su pieza en­tregada, sino en la terrible clavaaa, a causa de la cual las negras, vir­tualmente, no tienen jugadas.

Page 111: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 113

Pero esta refutacion no es cate­gorica, pues las negras tambiEm pueden mej orar su juego. Un ejem­plo instructivo nos ofrece la partida Euwe-Kramer, match, 1940 ; 7 . . . . . . , P3A; 8. C4AR, D2R; 9. C3A, PXPD ! (como veremos en seguida este cam­bio es muy importante) ; 10. P A X P, P X P; 11 . C 6 C, P X C ; 12. A X P + , R I D; 13. A 5 C, C 3 A ; 14. P X P, D 5 C + . Ah o r a se comprende la importancia de este jaque, posible gracias a la 9� jugada de las negras. Estas obtienen la p osibi l idad de jugar A 2 R desbaratando la clavada y con buenas posibilidades de res is­tencia.

Nuestra conclusion es que la ju-gada 7 . . . . . . , P 3 A no se refuta por medio de contragolpes tactic os , sino que, como todo dance» , ha de con­cluir en derrota en cuanto tropiece con un juego solidamente planeado. Por eso proponemos c �:m t e s t a r a 7. . . . . . , P 3 A simplemente con 8. P 4 A R ! , dejando a las negras, los riesgos de las combinaciones confu­sas e inseguras. Si entonces 8. . . . . . , P X P R; 9. P D X P R ! (erroneo seria 9. P X P ? , P X P; 10 . P X P, C X P D ! , ganando un peon imp or­tante) . Asi, las blancas consiguen una posici6n de ataque que veria con agrado cualquier aj edrecista de estilo agresivo.

Observe, amigo lector, que esta­mos pisando en este momento el te­rreno de bonitas combinaciones y ataques fulminantes. He aqui un ejemplo sencillo, pero elegante :

F o l t y s - Moh y l a, Mor . Ostrava, 1940. - 7 . . . . . . , A 2 R ; 8 . C 3 A, 0 - 0 ; 9. C 4A! , P 3 C D ; 10 . P 4 T R ! , T 1 R ; 11 . A X P + ! , R X A; 12. C 5 C + , R I C ; 13. D 5 T, A X C ; 14. P X A, R I A ; 15. D 8 T + , R 2 R; 16 . C 6 C + ! , P X C ; 17 . D X P mate.

£5 C 3 A

Para darle juego al A R. Si 8 . ..... , A 2 R; 9. 0 - O. Las negras pueden seguir una jugada mas, sin necesi­dad de adoptar ningful plan -9 . . . . . . , 0 - 0; 10. C 4 A-; �pero que, des­pues? G ot s c h a l l j u g6 contra Ta­rrasch ( Dr e s d e , 1892) : 10 . . . . . . , R 1 T; 11 . A 2 A, T I C R ; 12. D 3 D, y las blancas organizaron c6moda­mente su of ens iva.

Y si las negras van en busca de algun contrajuego inmediato, el pe-ligro es mayor aun, p. ej . : 8 . . . . . . , A 2 R ; 9 . 0 - 0, P 4 A; 10 . P X P a. p. , P C X P (una tentativa de ju­gar sin enroque, pero con un centro de p e o n e s fuertes ; t a mp o c o nos agradan otras a l t e r n a t ivas , como ser : 10 . . . . . . , A X P 6 10 . . . . . . , C X P ; en estos casos las blancas si­guen con C 4 A Y T 1 R ; hasta pue­den dej ar i n d e f e n s o su P D, cuya captura por parte de las negras no es aconsej able) ; 1 1 . C 4 A, C I A; 12. P 4 A ! , C X P; 13. C X C, P X C; 14. D 5 T + , R I D ; 15. D 7 A, C 3 C ; 16. P X P ! , C X C; 17 . A X C -1- (Lou­ma-Krticka, Rakovnik, 1940) .

9 P X P 10 R I A

DIAGRAMA 95

A 5 C +

Posicion despues de 10. R I A

A fin de conservar el A D. Tam­bien con 10. A 2 D las blancas con­siguen una pequefia ve n t a j a , por ej . : 10 . . . . . . , A X A + ; 1 1 . D X A, D 5 C ; 12 . T 1 A D, D X D + ; 13 .

Page 112: Defensa francesa czerniak

114

R X D 1939) .

MIGUEL CZERNIAK

(Keres-Flores, Buenos Aires,

10 A 2 R

Seria imprudente la tentativa de romper las lineas enemigas median­te 10. . . . . . , P 3 A . Podria seguir : 1 1 . C 4 A, P X P ; 12 . C X P 6 R, P 5 R ; 13 . A 4 A R, P X C ; 14 . D X P ! , y las negras no tienen defensa satis­factoria . En cambio si las blancas prosiguen g a n a n d o la d a m a , p o r ej . : 14 . A 7 A, C 3 A; 15 . C X P + , R 2 A ; 16 . A X D, A 5 C, el ataque negro result a muy peligroso (Spiel­mann-Stoltz, Estocolmo, 1930) .

Tampoco sirve : 10 . . . . . . , 0 - 0; 11 . A X P + , R X A; 12 . C 5 C + , R I C ; 13. D 3 D , etc. Las blancas logran una buena posici6n de ata­que, tambien en el caso de jugar las negras 10. . . . . . , P 3 T R . Sin em­bargo, de todas las c on t i n u a c i o ­nes malas, est a es r e la t i v a m e n t e la mejor .

1 1 P 3 T D P 4 T D

Lo mej or. Si 11 . . . . . . , C I A ; 12 . P 4 C D ! , y luego las blancas llevan un ataque victorioso contra el flanco rey enemigo (Alekhine-Capablanca, «Avro» , 1938) .

12 P 3 C D

Para impedir el bloqueo 12 . . . . . . , P 5 T . Se puede pronosticar la fu­tura superioridad de las blancas en

. el flanco rey. En cambio el contra­j u e g o de las n e gr a s en el a l a de dam a nos parece dudoso.

c: 3 . . . . . . , C 3 A D

Entre las respuestas poco usuales, es est a jugada la unica que logra preocupar un tanto al primer juga­dor. No porque sea tan buena. ;,Aca­so puede considerarse absolutamen-

DIAGRAMA 96

Posicion despu,;s de 3. . . . . . , C 3 A D

te correcta una jugada que obstruye el movimiento natural del P A D ?

EI g o I p e 3 . . . . . . , C 3 A D est a. animado por un plan estrategico que ya conociamos en otras variantes de la defensa f r a n c es a , el de j u g a r P 4 R. Esta idea pertenece al argen­tino Guimard, aunque la movida del e D en la variante Tarrasch la ha­bian ensayado antes.

Antes de ocuparnos del a n a l i s is de la jugada Guimard echemos un vistazo sobre las demas «respuestas irregulares» .

a) 3 . . . . . . , P 3 C D - en el me-jor caso para las negras con­duciria a la s u b va r i a n t e de Botvinnik detenidamente ana­lizada en la pag. 1 1 1 .

b) 3. . . . . . , C 2 R -una sugesti6n de Foerder que carece de va­lor p o s i t i v o , pues obstaculiza el desarrollo normal de las pie­zas negras.

Y ahora volvamos al texto.

4 C R 3 A

A 4 . P 3 A D s e gu i r i a 4 . . . . . . , P 4 R ! , y las negras aspirarian al mejor juego .

4 C 3 A

Un e x p e r i m e n t o p o c o feliz es aqui : 4. . . . . , C R 2 R, p. ej . : 5 . P 3 A, C 3 C ; 6 . P 3 C R, A 2 R ; 7 .

Page 113: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 115

P 4 T R; P X P ; 8 . C X P , P 3 C ; 9 . respuesta y luego P 3 A, 0-0, P 5 T, C I A; 10 . P 6 T, P 3 C ; 1 1 . etcetera. A 5 C D, A 2 D ; 12 . P 5 D, C 4 T ; c ) 6 . A 3 D , l a continuacion mas 13 . A X A + , D X A; 14 . A 5 C, solida. Si ahora 6 . . . . . . , C 5 C ; P X P ; 15. C 6 A + , A X C ; 16. A X A , 7 . A 2 R, P 4 A D ; 8 . P 3 A, D 3 R + ; 17 . D 2 R, T 1 C R ; 18 . C 3 A D, con una posicion si-C 5 C, D X D + ; 19. R X D, Y las milar a la del diagram a 94 . blancas ganan f a c i l m e n t e (Spiel- El t i e m p o que g a n a r o n las mann-Nimzovich, Berlin, 1928) . blancas, les p e r m i t i r a quiza

5 P 5 R adoptar otro tipo de planteo, p . ej . 0 - 0, C 1 R, C D 3 A, C 3 D y C 4 A. En cambio muy Contestacion obligada, ya que a

5. A 3 D replicarian las negras 5 . . . . . . , C 5 C D.

5 • . . . . C 2 D

Hemos llegado a la poslClOn cri­tica. Las negras amenazan atacar a los peones blancos mediante 6 . . . . . . , P 3 A R. De la proxima jugada de las blanc as depende, pues , la suerte de la partida. EI primer jugador debe elegir cuidadosamente entre las nu­merosas alternativas , t e n i e n d o en cuenta que por mas « a n t i p o s i c i o ­nah que nos parezca la jugada de Guimard, no es facil derrotarla. Las lineas a elegir entre ellas, son :

a) 6. P 4 A; P 3 A (0 bien 6 . . . . . . , PXP; 7. AXP, C3C ) ; 7. PRXP, (si 7 . P A X P, P R X P, Y las blanc as se yen obligadas a cambiar su P R ya que su pro­teccion resultaria dificultosa) , D X P ; 8. C 3 C, A 5 C + ; 9 . A 2 D, 0-0 ; 10. A X A, C X A; 11 . D 2 D, C 3 A; 12. T 1 A (Pe­trov-Rudakovsky, Moscu, 1940) . Las negras pueden seguir C D -2 R, P 3 A y luego C 3 e y C 5 A con «chances» mas 0 menos pa­rejas.

b) 6. A 5 C . El cambio que pre­para esta jugada es contrario al espiritu de la apertura y por 10 tanto no puede ser bueno . EI importantisimo alfil blanco no debe c a m b i a rs e , sino en caso de e x t r e·m a necesidad . 6 . . . . . . , A 2 R puede ser la

arriesgado seria : 6 . . . . . . , P 3 A ?, a causa de 7 . C 5 C ! , C R X P (unica) ; 8 . P X C, P X C ; 9 . D 5 T + , c o n f u e r t e a t a qu e ( L u c k i s - Stahlberg, Mar del Plata, 1 942) .

d) 6. P 3 A, P 3 A . Ahora esta ju­gada es b u e n a , p o r qu e l a s blancas carecen d e medios pa­ra defender s u s p e o n e s cen­trales. La entrega de peon me­diante 7. A3 D, P X P ; 8 . C X P, C R X C ; 9. P X C, C X P ; 10. D 5 T +, C 2 A, no es correcta.

e) 6 . P 3 C D, P 3 A; 7 . A 2 C, P X P; 8. P X P, A 4 A (Julio Bolbochan - Guimard, San Pa­blo, 1941) . Las blancas conti­nuaron debilmente 9 . D 2 R ? En lugar de esta jugada era mej or 9. P 4 A ! , p . ej . : si 9 . . . . . . , P 5 D ; 10. A 3 D, C 5 C (10 . . . . . . , C R X P pierde una pieza) ; 1 1 . C 4 R , con lucha no desfavora­ble para las blancas.

PARTIDA NQ 15

Jugada en el campeonato de Rusia. Leningrado, 1933

Blancas Negras

Lovenfisch Yudovich

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 C 2 D P 4 A D 4 P R X P P R X P 5 C R 3 A C 3 A D 6 A 5 C C 3 A

Page 114: Defensa francesa czerniak

116 MIGUEL CZERNIAK

Continuacion desusada, p er o n o necesariamente mala . Vease al res­pecto pagina 107.

7 0 - 0 8 P X P

A 2 R 0 - 0

La discusion sobre si la entrega del peon es, 0 no es absolutamente correcta, me parece esteril. Lo furl­co seguro que puede decirse de este sacrificio es que est a forzado . En efecto, a 8. . . . . . , A X P seguiria 9. T 1 R + , y si ahora A 3 R (9. . . . . . , A 2 R permitiria la «clavada perma­nente» 10. D 2 R) ; 10. C 3 C, A 3 C ; 11 . C D 4 D, y las blancas estan visi­blemente mejor.

9 C 3 C 10 A 3 R 11 A X C 12 D 3 D

DIAGRAMA 97

C 5 R A 5 C R P X A

Posicion despues de 12. D S D

La entrega del peon ha side para las negras un buen negocio. Sus dos alfiles y la mejor posicion de las pie­zas compensan la desventaj a mate­rial. Sin contar que su peon dama e s t a defendido, m i e n t r a s q u e el peon 5 A contrario n e c e s i ta u n a proteccion permanente.

12 A X C

Esto no es bueno . EI deseo de doblar lru:; peones enemigos no es

suficiente razon para restarse a si mismo la ventaja, aunque sea pe­quefia, de los dos alfiles ; y la aper­tura de la columna C R no augura nada bueno para el segundo juga­dor . Segun Lovenfisch, era mejor j ugar 12 . . . . . . , D 2 A y luego P 4 T D Y A 1 A - 3 T.

13 P X A 14 P 4 A

C 4 C D 2 D

Amenazando con j aque perpetuo, las negras confiesan que su posicion no les agrada mucho.

15 P 3 A 16 R 1 T

C 3 R P 4 A

Defendiendose contra la pseudo­amenaza 17. P 5 A, las negras debi­litan sus casillas centrales.

17 T 1 C R 18 P 4 T D 19 T D 1 D

P 4 T D A 3 A T D 1 C

A 19 . . . . . . , D 2 C 0 19 . . . . . . , T R 1 C hubiese seguido 20 . D X P A; en cuanto a 19. . . . . . , A X P se refuta­ba por medio de 20. P 3 A, T D 1 C ; 21 . D 2 A, D 2 C ; 22 . C 4 D, C X C ; 23 . A X C, P 3 C ; 24 . A 5 R, D 6 C; 25 . T 2 D, y luego T 1 C D (Loven­fisch) .

20 C X P 21 C 3 C

T X P D 1 R

Las negras preparan 22 . D 4 T, 10 cual, defendiendo al P A negro y atacando al P A blanco, permitiria el traslado de la T R al flanco de la dama.

22 A l A 23 T D 1 R 24 T 2 R 25 D 3 R !

T 7 T A 5 T T X P T

Page 115: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 117

Comienza la of ens iva. Las negras P ARTI,DA NQ 16 no pueden continuar 25 . . . . . . , C 2 A Jugada en el Tomeo Mayor, Buenos a causa de 26 . A 2 C ! , A 3' A; 27 . Aires, 1940 A X A, 0 bien 26. . . . . . . , P 3 C ; 27. D 3 A, etcetera.

25 26 A 2 C

R 2 A T 1 C R

Am e n a z'ab a 27 . D X C + ! Si 26 . . . . . . , A 3 A; 27. A X A, P X A; 28 . T R 1 R, C 2 C ; 29 . D 1 C ! , D 2 D; 30. T 7 R + , ganando.

27 D 5 R

EI ataque blanco se desarrolla con suma energia . Si ahora 27 . . . . . . , P 3 C ; 28. T R 1 R, etcetera.

27 A 3 A

DIAGRAMA 98

Posicion despues de 27. • . . . . • A 3 A

28 T X P + ! !

Un sacrificio, que bien puede ca­lificarse de original . H ay c u a t r o modos d e tomar l a torre, ipero to­dos pierden!

28 29 D X P A + 30 T X C + 31 T X D +

A X T R 2 R R 1 D Abandonan.

Blancas Gromer

1 P 4 R 2 P 4 D 3 C 2 D

Negras Czerniak

P 3 R P 4 D C 3 A R

3. . . . . . , P 4 A D, se considera me­j or. En cuanto a la jugada del texto vease pag. 111 .

4 A 3 D 5 P 5 R 6 C R 3 A

P 4 A C R 2 D

No se debe criticar severamente esta jugada a pesar de que los li­b ro s indican 6 . C 2 R s e gui d o de C D 3 A, como la {mica forma de sos­tener el P D contra cualquier ataque de las negras. Mas las blancas idean una especie de variante Nirnzovich (ver el proximo capitulo, pag. 121)

con la entrega temporal del P 4 D.

6 7 0 - 0 8 T 1 R ?

C 3 A D P X P

Por mas extrano que parezca, es este el error decisivo, que permite una curiosa clavada . Era necesario 8 . D 2 R .

8 A 5 C !

DIAGRAMA 99

Posicion despues de 8. . . . • .• A II C I

Page 116: Defensa francesa czerniak

118 MIGUEL CZERNIAK

Rechazando el alfil, las blancas cau­sarian la perdida de su P R, p. ej . : 9. P 3 T D, A 4 T ; 10 . P 4 C D, A 2 A.

9 T 2 R D 2 A

La amenaza d i r i g i d a c on t r a el P R, obliga a las blancas a clavarse nuevamente.

10 D l R D I C ! !

Esta jugada, absolutamente logi­ca, causo sorpresa por su aspecto poco comun . Las b l a n c a s preten­dian jugar 1 1 . P 3 T D, A 4 T; 12 . P 4 C D, siendo esta vez una ame­naza real, ya que el alfil negro no puede dirigirse a 2 A. Ahora las ne­g r a s a m e n a z a n con la maniobra A 5 C - 4 T - 2 A . L as b l a n c a s h a n agotado todos sus recursos artificia­les y tendrim que cambiar su A R valioso contra el C D negro.

11 A 5 C 12 A X C 13 C X P 14 T 3 R 15 P 3 A D 16 P 4 A R 17 C 4 D - 3 A

0 - 0 P X A A 3 T D 2 A A 2 R P 4 A D T R I D !

Esta movida es el producto del si­guiente razonamiento : con el cam­bia del A R blanco disminuyo con­siderablemente la amenaza de ata­que contra el rey negro. Mas, este ataque p u e d e producirse, a u n qu e en forma menos violenta, contra el P 2 T o P 2 C R. En este caso la T R seria la p i e z a m a s inconveniente para la defensa ; en cambia puede ser muy activa en la columna da­ma, donde · se prepara. el avance del P D negro.

18 C 3 C 19 D 3 C 20 P X P 2 1 T l R

C 3 C P 5 D ! P X P

No se puede tamar el peon ; 21 . C X P, T X C ; 22 . C X T, D 5 A (amenaza D 8 A R mate) ; 23. C 2 R, A 4 A .

21 22 C 5 C 23 C 4 R

P 6 D D 7 A A 2 C !

Invitando a las blancas a que pro­sigan con su idea : 24. C 6 D, a 10 cual l a s negras contestarian a h a r a , no 24 . . . . . . , A X C ; 25. P X A, T X P ; 26. P 5 A ! , sino 2 4 . . . . . . , T X C ! , 25. P X T, A 5 T ! , ganando la dama.

24 A 2 D 25 T X A 26 D I R

A X C C 5 A !

Unica. Si 26. T 1 A D, C X A; 27. T X D, C X T; 28. D 3 R, P X T; 29. D X C, T 8 D + ; 30 . R 2 A, T I AD, y gana.

26 . . . . . 27 D X C

C X A D X D

Las negras cambian todo, pues la escasa ventaj a posicional consegui­da -el d o m i n i o de la c o lu m n a AD� es en este caso s u f i c i e n t e para ganar. Observese, que 2 7 . . . . . , T D 1 A era erroneo, porque luego de 28 . T I D, D X D ; 29 . T X D, T 7 A; 30 . R 2 A, las blancas estarian mej or.

28 C X D T D I A

DIAGRAMA 100

Posicion despues de 28 . . . . . . T D 1 A

Page 117: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 119

29 R I A 36 T 8 D + R 2 T 37 T 7 D T X P T

La jugada 29. C 4 A hubiese per- 38 P 3 C A X P R mitido a las negras rematar la parti- 39 T X P A R 3 C da en forma elegante : 29. . . . . . , 40 T 7 D P 4 T D T 5 D ! ! ; 30. T X T, A 4 A ; 31 . R I A, 41 C 2 A P 5 T A X T ; 32. C 2 D, T 7 A; y gana fa- 42 C 3 D A 3 A cilmente. 43 T 7 T A 5 D

44 T 6 T R 4 A 29 T 7 A 45 C 4 C T 7 A + 30 T I D T X P 46 R I R T 7 C D 31 T 4 T A 4 A 47 C 3 D T 7 T D 32 C 4 R A 6 R 48 C 4 A P 4 R 33 T 3 T A X P 49 C 6 R R 5 R 34 T (3) X P D T X T 50 C X P R 6 D 35 T X T P 3 T R 51 R I A T 7 A +

52 R I R T 7 C R Si 35 . . . . . . , P 3 C ; 36. C 6 A + ,

R 2 C ; 37. C 8 R + , R I A; 38. C 6 A. Las blanc as abandonan.

Page 118: Defensa francesa czerniak

CAPITULO XIII

VARIANTE DE AVANCE

1 P 4 R 2 P 4 D 3 P 5 R

P 3 R P 4 D

Es esta la variante mas «franca» de todas. Las blancas reconocen que sin avanzar el P R no se consigue ventaja alguna y en vez de tentar a las negras a que cambien los peones centrales, van directamente al grano. Es una de las llneas mas antiguas de la defensa francesa. Casi aban­donada a fines del siglo pasado, vol­via luego a la gloria, gracias a los esfuerzos de Nimzovich (1) ; hoy, reconociendo sus meritos, y sin exa­gerar sus defectos, diriamos que es una variante salida y camoda para las blancas, mas no representa nin­gUn peligro para el segundo jugador. Y el que no quiera reconocer este «statu quo» se vera en peligro (tanto con piezas blancas como con negras) a la menor tent at iva de forzar el juego.

3 P 4 A D

( 1 ) En algunos tratados l a varlante de avance figura como varlante Nlmzovich.

DIAGRAMA 101

Posicion despues de 3. . • . . . , P 4 A D

La respuesta de las negras es tam­bien franca y energica . lA que es­

perar? Menos indicado seria 3. . . . , P 3 A R, a 10 cual 4. A 3 D seria una replica fuerte. El tratado de Euwe sugiere la s igu i e n t e posibilidad: 3. . . . . . , P 3 C D c 0 n el 0 b j e t 0 ya conocido de cambiar el A R blanco. Podria seguir 4. P3AD, D 2 D. Esta preparacion es necesaria para no

perder una pieza (4. . . . . . , A 3 T ? ; 5 . A X A) , pero n o dej a de ser una perdida de tiempo y quita valor a esta variante.

Hemos llegado a la posicion del diagram a en que las blanc as pue­den elegir entre cuatro rutas dis­tint as. No nos aventuramos a opi­nal cual de ellas es la mej or ; pero

Page 119: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 3.21

creemos no equivocarnos al reco- Tambien puede jugarse 8. D 2 R, mendar la segunda (b) por su soli- y si 8 . . . . . . , C 5 D; 9. C X C, A X C; dez y elasticidad. En cambio, la 10. P 3 A D, ya que la combinacion cuarta (d) seria la menos indicada, 10 . . . . . . , A X P R ?, no es correcta. aunque es la que se usa con mas Podria seguir 11 . A X C, A X P + ; frecuencia. 12. R X A, D 5 T + ; 13. R I C, P T X A;

a) 4. p x P

Esta antigua c on t i n u a c i o n de Steinitz, no se considera hoy de gran utilidad aunque todavia bien puede aplicarse en las partidas modernas. En la pag. 65 hemos trabado cono­cimiento con una idea similar que era tambien de Steinitz. Como en aquel caso, aqui tambien las blan­cas simplifican en el c e n t r o para dedicarse tranquilamente al des­arrollo de sus piezas.

DIAGRAMA 102

Posicion despues de t. P X P

4 C 3 A D

No seria bueno: 4 . . . . . . , A X P a raiz de 5. D 4 C con buen juego para las blanc as.

5 C 3 A R 6 A 3 D

A X P C R 2 R

Aqui parece mejor 6 . .. . .. , P 4 A; 7. 0-0, C R 2 R; 8 . P 3 T D, P 4TD =. En cambio 6. . . . . . , P 3 A, seguido por P X P, puede provocar un fuer­te ataque de las blancas. Se sobre­entiende que en este caso las blan­cas se abstienen de tomar el P A R.

7 0 - 0 8 T 1 R

C 3 C

14 . P 4 A R -+- , (Becker - W. Cruz. Buenos Aires , 1939) .

8 . . . . . D 2 A

A bien 8. . . . . . , A 2 D ; 9. P 3 A, P 4 T D ; 10. P 4 T D, D 1 C ? (con la vana esperanza de conquistar el P R blanco) ; 11 . D 2 R, A 3 C ; 12. C 3 T !, 0 - 0 (a 12 . . . . . , A 2 A seguiria 13. C 5 C D, defendiendo en forma indirecta al P R) ; 13. C 5 C D, C 2 T; 14 . A 3 R, A X A; 15. D X A, C X C; 16. P X C, P 3 C D ; 17. C 4 D ± (Steinitz-Showalter, V i e n a, 1898) .

9 D 2 R A 2 D

Ahora podria jugarse 9 . . . . , C 5 D ; 1 0 . C X C , A X C ; 11 . P 3 A, A X P R ; 1 2 . A X C , A X P + ; 13. R I A, P T X A; 14. P 3 C R, Y las negras quedan con 4 peones por la pieza (14 . . . . , A X P ; 15. P X A, D X P C; 16. D 2 C) . Pero no olvidemos que las blanc as hubieran podido evitar estas complicaciones j u g a n d o 11 . A X C y luego P 3 A.

Despues de la jug ada del texto la posicion presenta «chances» parej as. Las negras p u e d,eln seguir con 0 - 0 - 0 y P 3 A.

b) 4. C 3 A R

DIAGRAMA 103

Posicion despues de t. 0 S A B

Page 120: Defensa francesa czerniak

122 MIGUEL CZERNIAK

Una idea original de Nimzovich que consiste en la entrega temporal del P D blanco. «Pero, ;,no esta ese peon suficientemente bien defendi­do? » , nos preguntara el lector. « ;, Pa­ra que, pues, entregarlo?» - Vea­mos. Al tomar, el peon negro se transforma en una especie de obs­taculo para sus propias piezas y baj 0 esa «proteccion» las blanc as conti­nuan su desarrollo.

4 . . . . . P X P

o bien . . . . . , C 3 A D ; 5. A 3 D, P X P es solo una inversion de ju­gadas. A 4. . . . . . , C 2 R las blancas no deben tomar el peon ; p. ej . : si :5 . P X P, C R 3 A; 6. A D 4 A, C 2 D ; '7 . P 3 T D, D 2 A; 8 . P 4 C D, P 4 T D -1-(Keres-Stahlberg, Dresde, 1936) .

5 A 3 D

Si 5. C X P, C 3 A D, iguala com­pletamente el juego, y si 5. D X P, C 3 A D ; 6. D 4 A R, P 4 A ! = . De aqui la idea de N i m z o vich, que consiste en demorar la recuperacion de este peon hasta un momento mas oportuno.

5 . . . . . C 3 A D

Otras jugadas posibles son : 5 . . . . . . , D 3 C; 6. 0 - 0, C 3 A D ; 7. P 3 T D, P 4 T D ; 8. P 4 T D, P 4 A; 9. C 3 T, C R 2 R; 10. C 5 C D, C 3 C, las ne­gras estan bien. El blanco podria aprovechar la posicion expuesta de la dama contraria para iniciar un verdadero gambito con 6. P 3 A.

5 . . . . . . , A 5 C +; 6. C D 2 D (si A 2 D, C 3 A D =) , P 3 A; 7. D 2 R (si P X P, D X P seguido de P 4 R) ,

C 3 A ; 8. 0 - 0, P X P ; 9. C X P R, C X C; 10. D X C, D 3 A, Y las ne­gras conservan su peon de ventaj a.

5 . . . . . . , C 2 D; 6. 0 - 0, C 2 R; 7. T 1 R, C R 3 A; 8. C D 2 D, D 2 A: 9. D 2 R, C 4 A; 10. A 5 C D, A 2 D ; ' 1 1 . A X C , P X A; 1 2 . C X P = (Tar­takower-Landau, Zandwoort, 1937) . En lugar de 8 . . . . . , D 2 A ; 8 . . . . . , A 5 C ! es la mejor jugada, como se desprende de la partida Gromer­Czerniak (pag. 117) .

6 0 - 0 P 3 A

Ademas de esta, se puede jugar 6 . . . . . . , P 4 A; p . ej . : 7 . C D 2 D, C R 2 R ; 8. C 3 C, C 3 C ; 9. T 1 R, A 2 R ; 10. C D X P, 0 - 0 = , o ,bien 6 . . . . . . , A 4 A; 7. P 3 T D, P 4 T D ; o bien 7 . . . . . . , C R 2 R, como en la partida N9 17 , pag. 125.

En cambio, las otras continuacio-nes, como ser 6 . . . . . . , C R 2 R 0 6. . . . . . , A 2 D 0 6. . . . . . , D 3 C son mas pasivas y dejan a las blancas con iniciativa.

7 A 5 C D

No servia 7. A D 4 A a causa de 7 . . . . . . , P 4 C R; 8. A 3 C, P 5 C, cap-turando luego el peon rey.

7 8 A X C

A 2 D P X A

Las negras est an un poquito mej or gracias a sus dos alfi1es y centro macizo de peones.

La partida Alekhine-Euwe, Not­tingham, 1936, continuo : 9. D X P, P X P ; 1 0 . D X P R , C 3 A ; 1 I . A 4 A, A 4 A; 12. C 3 A, 0 - 0 ; 13. A 3 C, D 2 R. La posicion puede con­siderarse equilibrada : las negras po­seen la pareja de alfiles y su con­trario domina la casilla 5 R.

c) 4. D 4 C

Page 121: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 123 DIAGRAMA 104

Posicion despues de 4. D 4 C

Tambien esta jugada se atribuye a Nimzovich. Me parece algo tem­prano para desarrollar la dama, · so­bre todo cuando las demas piezas blanc as no pueden colocarse en «po­sicion de ataqu€» con tanta rapidez.

4

La continuacion mas s6lida. Otras b u e n a s alternativas son 4 . . . . . . . C 3 A D; 5. C 3 A R , C R 2 R ; 6. P 3 A (no es este el momento para las ju­gadas tibias ; era mej or 6 . A 3 D) , C 4 A; 7. A 3 D, P X P ! , con venta­j a de las negras, ya que a 8. P X P seguiria C 5 C (Canepa - Alekhine, Carrasco, 1938) , 0 bien 4 . . . . . . , P 4 A; 5. D 3 C, P X P, seguido, cuanto mas pronto posible, por CD - 2D - 4A - 5R.

5 C 3 A R 6 A 3 D

C 3 A D D 2 A !

Menos seguridad ofrece la manio­. bra C R 2 R - 3 C, ya que el caballo se expone aqui a un ataque del P T R blanco .

7 D 3 C

Si 7. A 4 A R, C 5 C ; 8. 0 - 0 (8. C X P ? permite una combinaci6n conocida, a saber : 8 . . . . . . , C X A + ; 9. P X C, D 3 C ; 10 . C 3 C, D 5 C + ! ;

11 . C D 2 D, P 4 C ! ! , y gana una pie­za) , C X A ; 9. P X C, D 7 A + .

7 P 3 A ! 8 P X P

No sirve 8 . A 4 A R a causa de P 4 C R ! Asimismo con 8. A X P no se consigue nada bueno, p. ej . : 8 . . . . . , C X P, etcetera.

8 D X D 9 P 7 A +

De otro modo se formaba una ca­dena de peones negros muy fuertes.

9 10 P T X D

R X P C 3 A

10 . . . . . . , P 4 R s e r i a exponerse innecesariamente a un peligro, por ej . : 1 1 . A X P, con la amenaza 1 1 . A 6 C + .

1 1 C 5 C + R 1 C

Con fuerte centro y ventaj a de material las negras deben imponerse a menos que jueguen mal.

d) 4. P 3 A D

DIAGRAMA 105

Posicion despues de 4. P 3 A D

La jugada mas frecuente entre los aficionados, pero no la mejor . Ha­biendose colocado en la d e fe n s i va

Page 122: Defensa francesa czerniak

124 MIGUEL CZERNIAK

las blancas no r e c obraran nunca mas su iniciativa . Y no creo que la cadena de sus peones centrales pue­da compensar esta perdida . De 10 cual se deduce que es mejor para las blancas mantener solamente su P 5 R.

4 C 3 A D 5 C 3 A

5 . P 4 A R, otro error frecuente entre los jugadores inferiores ; faci­litaria el desarrollo del caballo rey negro, via 3 T R.

5 D 3 C

o bien 5 . . . . . . , A 2 D, ya que esta jugada debera hacerse, tarde 0 tem­prano .

6 A 2 R

La continuacion usual 6 . A 3 D ? no es otra cosa que una perdida de tiempo . P . ej . : 6 . . . . . . , P X P ! ; 7 . P X P, A 2 D, a m e n a z a n d o ahora capturar el peon, 10 que era impo-sible antes (7 . . . . . . , C X P ? ; 8 . C X C, D X C ? ? ; 9 . A 5 C + ) . La unica defensa satisfactoria del P D consiste entonces en 8 . A 2 R Y es­tamos en el texto, pero con un tiem­po perdido. 6. . . . . . , P X P ! no s610 es buena jugada, sino hasta necesa­ria. De no jugar asi serian ahora las blancas las que tomarian la inicia­tiva. Por ej emplo :

Nim z o v i c h - S a l v e , Carlsb a d, 1911. - 6. A 3 D, A 2 D ? ; 7. P X P ! , A X P ; 8. 0 - 0, P 3 A; 9. P 4 C D ! , A 2 R ; 10 . A D 4 A, P X P ; 1 l . C X P, C X C ; 12. A X C, C 3 A; 13 . C 2 D, 0 - 0; 14 . C 3 A, A 3 D; 15. D 2 R, T D 1 A; 16. A 4 D, D 2 A; 17. C 5 R, con, excelen te posicion de las blancas.

1) 8 . 0 - 0, la combinaci6n 8 . P 4 C D ! ? n o e s correcta. Por ej . : 8 . . . . . . , A X P -l... : 9. R 2 R (el alfil parece definitivamen­

te copado) , P 3 A � ; 10 . T I i\.. P X P ; y si 11 . T X A P 5 R.

2) 8 . . . . . . , P 3 A. A 8 . . . . . . , P 4 T D (8 . . . . . . , C R 2 R ? pierde una

pieza) , seguiria 9 . . . . . . , P 4 T D y luego C D - 3 T - 5 C aprove­chando la debilidad creada en 5 C D.

3) 1 7. C 5 R . Las blanc as pueden seguir con P 4 A R, T 3 A, etc . Su ataque sera muy dificil de contrarrestar.

6 C R 2 R

Arnenazando ganar un peon por medio de 7 . . . . . . , P X P; 8. P X P, C 4 A

7 P 3 C D

Otro plan seria 7 . C 3 T, seguido de C 2 A

A 7. P X P ? 10 mejor es contestar c o n 7 . . . . . . , D 2 A ! , p . ej . : 8 . A 4 A R, C 3 C ; 9. A 3 C, A X P ! , Y el peon rey blanco c a r e c e de de­fensa .

7 8 P X P 9 A 2 C

10 R I A

DIAGRAMA 106

P X P C 4 A A 5 C +

Posicion despnes de 10. B 1 A

Page 123: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 125

Una situacion interesante . A la mejor colocacion de las piezas ne­gras, las blancas oponen 1a elastici­dad de su posicion ; en la cual facil­mente pueden crearse ataques en el flanco rey, p . ej . : 10 . . . . . . , 0 - 0 ; 1 1 . P 4 C , C 3 T (no 1 1 . C R 2 R ? ; 12. P 3 T D, g a n a n d o u n a pieza) ; 12 . T I C, P 3 A ! (una c om bina c i o n audaz i d e a d a por Nimzovich) 13 . P X P, T X P ! ; 14 ; P 5 C, T X C ! ; 15 . A X T (si 15 . P X c, T 2 A) , C 4 A; 16 . T 4 C (unica manera de impedir la caida del P D) , A 2 D . Las blanc as quedaran con c a U d a d d e mas, pero s u posicion es muy ma­la. Por ejemplo, no se ve como pue­den desarrollar su C D sin perder el P D. A 17. D 3 D ? seguiria C 4 R ! amenazando A 4 C.

Los jugadores de menor atrevi­miento pueden fiarse en la jugada 10 . . . . . . , A 2 R, solida y buena. Si entonces 11 . P 4 C, C 5 T = .

PARTIDA N9 17

Jugada e n e l T o r n e o - M a t c h de seis maestros, en Moscu, 1941

Blancas Negras

Bondarevsky Botvinnik

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 P 5 R P 4 A D 4 C 3 A R C 3 A D 5 A 3 D

Pseudosacrificio del p e o n . Pero luego habra que perder tiempo para recuperarlo y esto significa que to­da la variante no es tan b r i l l a n t e negocio, cgmo Ie parecia a su autor, Nimzovich . Mas detalles al respec­to nos ofrece la pagina 122.

5 6 0 - 0 7 P 3 T D

P X P A 4 A C R 2 R

Habitualmente se juega aqui 7 . . . . . . ,

P 4 T D, para no permitir el doble avance del peon C D. El valor de 1a jugada novedosa de Botvinnik aful no se confirmo.

8 C D 2 D

B on d arevsky h a b r a sospechado que la jugada anterior era produc­to de un « an a l i s i s c a s er o » de su contrario y procura desviar el jue­go de su rumbo usual . Era mejor seguir con P 4 C D, A 2 C, C D 2 D y C 3 C .

8 9

10 11

C 3 C T I R P 3 C

C 3 C A 3 C A 2 D P 3 A !

Una tentativa audaz . B o tv innik debio haber planeado ya ahora su jugada 14".

12 A X C + 13 D 3 D 14 P 4 T

P X A R 2 A

A 14 . C 4 T las negras hubiesen r e p l i c a d o energicamente T X C ! (14 . . . . . . , P 4 A ? ; 15 . C 3 A) ; 15 .

P X T, C X P, Y para evitar un de­sastre total las blancas se yen for­zadas a devolver el boHn ; 16. T X C, P X T; 17. A 5 C, D 2 A, con ventaja decisiva de las negras.

14 . . . . . D 1 C R !

Buena ilustracion de 10 que signi­fica una c o l u m n a abierta 0 semi­abierta en manos de un j u g ador habil . E I plan de las negras queda descubierto, pero, j ay ! , las blancas no p u e d e n desbaratarlo . La fa1ta del contrajuego en el ala de la dama es consecuencia de la 8' jugada de­bil de las blancas.

15 A 2 D 16 A 4 C

D 2 T

Page 124: Defensa francesa czerniak

126 MIGUEL CZERNIAK

DIAGRAMA 107

Posicion despucs de 16, A 4 C

Por fin las blancas crearon una amenaza, 17. A 5 A. Pero ya es tar­de. El as alto final es conducido por Botvinnik con gran empuj e. Vease el diagrama.

16 17 D X D 18 P R X P

P 4 C ! T X D

Si 18 . P T X T sigue P X P R ; 19 . C X P + , C X C ; 20 . T X C , T D 1 T con posici6n ganadora.

18 19 P X P 20 P X P 21 A 6 D 22 C 4 T 23 R 2 T

Triste necesidad.

23 24 T 2 R

P X P A P 4 R R X P T I R T I C R !

A 4 A R P 6 D !

Las ultimas piezas negras entran en juego . Si 25 . P X P, A X P D ; 26. T 2 D, A 5 A R; 27. C I A, C 5 D ! , y gana .

25 T 2 D 26 P 4 A

P X P A 6 R

Ademas de atacar la torre, las ne­gras amenazan A X P !

27 A X P + 28 P X C + 29 T 1 A R

C X A R 2 R !

Desesperaci6n . Si 29 . T 2 R sigue 26 . . . . . . , A 5 A ! y las blancas se ha-llan indefensas frente a la amenaza T X C + .

29 P 8 A = D !

Un chiste final . A la r e s p u e s t a forzada 30 . C X D (si 30 . T X D, T X C + ! ; 31 . P X T, A 5 A + ; 32 . R 1 T, A 5 R + conduce al mate)

, sigue 30 . . . . . . , A X T; 31 . C 3 C, A 5 R; 32. C X A, T X C + ; 33 . P X T, T 7 C + , etcetera.

Las blancas abandonan.

PARTIDA N<? 1 8

Jugada e n e l Campeonato d e Jerusalen, 1935

Blancas Negras Fogel Czerniak

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 P 5 R P 4 A D 4 C 3 A R C 3 A D 5 P 3 A D 3 C 6 A 2 R

En la pag . 124 explicamos por que no debe jugarse 6. A 3 D.

6 7 0 - 0

A 2 D P X P

No se debe d e m or a r este movi­miento, so pena de perder la inicia­tiva a raiz de 8. P X P ! seguido de P 4 C D, etc.

8 P X P 9 C 3 T

10 C 2 A 1 1 R l T 12 C 1 C 13 P 4 A

C R 2 R C 3 C A 2 R 0 - 0 P 3 A

Page 125: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 127

Es obvio que cuando ambos juga­dores abrigan esperanzas en la aper­tura de una columna, esta puede ya considerarse abierta .

13 14 P A X P 15 A X T 16 A 3 D

P X P T X T T I A R A I R

Las negras parecen temer un ata­que contra el rey, por D 5 T, C 3 A Y A 5 C R y por eso se apresuran a de­fender un punta no amenazado aun. o tal vez se proponen jugar C 5 A Y luego A 3 C, eliminando al p e o r enemigo de la defensa francesa, el alfil rey blanco.

Pero la jugada del texto dej a al descubierto un blanco apetitoso y tE:'ntador : el peon rey.

17 D 4 C ?

Las blanc as tragaron el cebo . 10 que permite a las negras efectuar una combinaci6n elegante, especial­mente preparada para este caso. Ver el diagrama.

DIAGRAMA 108

Posicion despues de 17. D ol e ?

17 18 P x C 1 9 D 3 T 20 D X C 2 1 D 3 C D ?

C D X P R ! C X P C X A A 4 C D !

En vez de suicidarse de esta ma­nera se podia prolongar la existen­cia algunas jugadas mas. P. ej . : 21 . D I D, T 8 A; 22. A 3 R ! , T X D ; 23. A X D, T X T ; 24. C X T, P X A; etc. N 6tese la «ubicaci6n estrategi­ca» de las caballos blancos.

21 22 R X D

D X C + ! T 8 A mate

Page 126: Defensa francesa czerniak

CAPITULO XIV

V ARIANTE DE CAMBIO

1 P 4 R 2 P 4 D 3 p x p

P 3 R P 4 D

Otra linea antigua. Algunos atri­buyen el perfeccionamiento de ese sistema nada menos que a Morphy. Ya el solo hecho de haber formado parte del repertorio de ese «rey del ataque», indica que nos las vemos can una linea mas agresiva de 10 que parece a primera vista.

En efecto, la mayoria de los teo­ricos antiguos incurrio en el error de presentar la variante de cambia, como la mas apacible de todas. La hicieron basandose en la posible si­metria can la eu a l se desarrollan ( j a veces ! ) las fu er z as de ambos

band as. Sin embargo, la tranquilidad de

esa linea es mas bien aparente y puede transformarse en un rudo combate can el menor desvio del planteo simetrico par parte de las negras.

3 P x P

(Ver diagrama 109)

Los tres pee ados principales de la jugada 3 . . . . . . , D X P ? : abandona el centro, deja encerrado al alfil y expone a la dama.

4 A 3 D

DIAGRAMA 109

Posicion despue. de 3. . . . . . . , P X P

La jugada mas l o g i c a. El alfil ocupa «su lugar» , mientras no he­mas decidido aun si colocamos el C R en 2 R a en 3 A R. Nos reser­vamos a d e m as las posibilidades C D 3 A a P 3 A D.

4 A 3 D

Las negras pueden haber razona­do de una manera similar. Alterna­tivas son 4. . . . . , C 3 A D Y 4. . . . . , C 3 A R. La primera me parece al­ga mejor.

5 C 2 R

Decision justa. Menos elastica se­ria 5. C 3 A R, aunque tampoco pue­de considerarse erroneo. Un exce­lente ejemplo nos ofrece la par­tida :

Grau - N i m z o v i c h , San Remo, 1930. - 5 . C 3 A R, C 3 A D; 6 .

Page 127: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 129

P 3 A, A 5 C R; 7. C D 2 D, C R 2 R; 3. D 2 A, D 2 D; 9. 0 - 0, P 3 A; 10. T 1 R, P 4 C R; 1 1. P 3 T R, A 3 R; 12. C I A, 0 - 0 - 0 ; 13. P 4 C D, T D 1 C R; 14. P 4 T D, C 1 D; 15. P 5 C, P 4 T R, y el ataque negro re­sulta decisivo.

1) 5 . . . . . . J C 3 A D. Bien jugado. El exito de la variante de cam­bio depende en sumo grado de la colocacion acertada de los caballos. Lo mej or es colocar­los de tal modo que un caballo defienda al otro, 0 sea C R 2 R Y CD3A, 0 bien CR3A y CD2D. La primer a posicion se consi­dera mas favorable, pues siem­pre permite oponer el A D al fuerte A R contrario (en 4AR) . Esta «regIa» rige t a n t o para las b l a n c a s como para las negras.

Si por el contrario las ne­gras optasen por u b i c ar los caballos de una manera simi­lar a la de su contrario, 0 sea 5. . . . . . , C 3 A R y mas tarde C D 2 D, la partida se hubiera encaminado rapidamente hacia el empate.

En este caso el juego se des­arrolla dentro de la mas per­fecta simetria, siendo muy di­ffcil 0 aun imposible para las blanc as explotar su {mica ven­taj a, la jugada inicial. P. ej . : 5 . . . ... , C 3 A R ; 6 . 0-0 (0 bien 6. D 2 R + , D 2 R; 7. D X D + , A X D =) , 0 - 0 ; 7 . A 5 C R, A 5 C R; 8. C D 2 D, C D 2 D; 9. P 3 A, P 3 A; 10. D 2 A, D 2 A; 11 . T R 1 R, T R 1 R; 12. A 4 T, A 4 T, y pocas jugadas despues la partida se d eclaro tablas (Capablanca - Maroczy, Lake Hopatcong, 1926) .

2) 6. P 3 A; por 10 general se con­sidera esta jugada debil. Mu­chos prefieren aqui 6. C 3 A,

aunque en t o n c es la clavada 6. . . . . , A 5 C R podria moles­tar bastante.

3) 12 . . . . . J 0-0-0; obsevese que los enroques diferentes fa­vorecen en esta variante al se­gundo jugador, cuyo ataque en el fl a n c o rey resultara mas eficaz que el de su contrario en el flanco dama.

5 C 3 A D 6 C D 3 A

A 6. P3AD seguiria D 5 T ! (fuerte jugada introducida por Alekhine) ; 7. C 2 D (0 bien 7. P 3 C R, D 4 T; 8. C 4 A, D X D + ; 9 . R X D =) , A 5 C R. Luego las negras prosiguen con 0 - 0 - 0, C R 2 R, P 3 C R, etcetera, y su posicion no dej a nada que desear (Winter-Alekhine, Not­tingham, 1936) .

En cambio, despues de 6. C D 3 A, las blanc as conservan una pequefia ventaja jugando, p. ej . : A 3 R, D 2 D y 0-0-0. La eterna cuestion de si vale la pena de perder dos tiem­pos para e l i m i n a r el A R blanco (mediante C D 5 C) no esta aun re­suelta.

En consecuencia, las negras no encontraran nada mejor que seguir el ejemplo de su contrario con C R 2 R, A 3 R (0 A 5 C R) , D 2 D y 0 - 0 - o. El enroque corto seria muy arriesgado por cuanto las blan­cas lanzarian una fu e r t e of ens iva en el flanco rey.

PARTIDA NQ 1 9

Jugada e n un reciente match, Inglaterra, 1942

Blancas Negras Mieses Vera Menchik

1 P 4 R P 3 R 2 P 4 D P 4 D 3 P X P P X P

Page 128: Defensa francesa czerniak

130 MIGUEL CZERNIAK

4 A 3 D 5 · P 3 A D

C 3 A D dos los puentes detras de eh. Deci­sion heroica, pero no muy acertada.

L o s teoricos actuales consideran mas energico 5. C 2 R s e g u i d o de C D 3 A. Hasta puede continuarse, segUn. ellos, A 3 R, D 2 D y 0-0-0 (vease la pagina 128) .

5 . . . . . A 3 D 6 D 2 A

Sin duda dirigido contra la manio­bra libertadora de las negras : CR2R y A D 4 A. A 6. C 2 R las negras podian seguir con 6. . . . , D 5 T, la fuerte jugada de Alekhine.

6 7 C 2 R 8 A 3 R 9 C 2 D

10 C 3 C R 1 1 D X A 12 P 4 C

C R 2 R A 5 C R ! D 2 D A 4 A R A X A 0 - 0 - 0

EI viej 0 Mieses sigue fiel a su es­tilo. jAtaque, cuanto antes y con to­dos los medios disponibles ! Pero es­ta vez su of ens iva tropezara con un contraataque vigoroso.

12 13 C 3 C 14 C 2 R 15 C 5 A

P 4 T R ! P 5 T T D I R D 5 C

Las blancas empiezan a sentirse incomodas. · Enrocar largo seria con­fesar que el ataque (12. P 4 C) era prematuro ; enrocar corto es un sui­cidio. Y Mieses, decide «quemar to-

16 D 5 C ? 17 P D X A

A X C

A 17. P C X A h u b i e r a seguido igualmente C 4 A.

17 C 4 A 18 D 3 D

DIAGRAMA 110

Posicion despues de 18. D 3 D

18 P 5 D !

Este vigoroso golpe no tiene as­pecto muy «femenino�. EI derrum­be de la posicion blanca es total.

19 P 3 T R 20 P X P

D 3 C !

No hay r e m e d i o. Si 20. C 4 A, D 4 C ! . Si 20. C X P, C X A ! ; 21. D X D, C 4 D +, ganando una pieza.

20 21 D I C 22 D X D 23 T l C D

Abandonan.

C X P C C X A P X D C (6) 4 D

Page 129: Defensa francesa czerniak

CAPiTULO XV

V ARIANTE CHIGORIN

y otras continuaciones pOCO usuales de las blancas en su 21.\ jugada

1 P 4 R P 3 R

Ahora, en lugar de la jugada na­tural 2. P 4 D, las blancas pueden ensayar diversas m o v i d a s ; todas ellas algo inferiores a dicho avan­ce, pero cuya aplicacion no debe ser necesariamente castigada con la per­dida de la partida. Es sabido que el primer jugador siempre puede permitirse algunas extravagancias a raiz de su situacion privilegiada.

La jugada que vamos a analizar ahora es la mas correct a de este grupo, aunque su apariencia extra­fia no inspira confianza a los afi­cionados.

A: 2. D 2 R

DIAGRAMA 111

Posicl6n despues de 2. D 2 B

Una idea de C h i g or in; consiste en obstaculizar el desarrollo normal

de las negras, las que yen dificul­tada, por el momento, su j u g a da usual 2. . . . . . , P 4 D. A esta segui­ria, en efecto, 3. P X P, D X P (el gambito 3 . . . . . , C 3 A R; 4. P x P, A X P no es correcto) ; 4. C 3 A D. Habiendo ganado de esta suerte un tiempo importante las blancas pro­siguen luego el desarrollo de sus piezas. EI A R obstaculizado por su propia dama sale en esta variante via «fianchetto» .

2 P 4 A D

La respuesta mas energica. AIgu-nas alternativas : 2 . . . . . . , A 2 R (pre-parando P 4 D) ; 3 . P 3 C D (0 bien 3 . C 3 A D, P 4 D; 4. P 3 D, C 3 A R; 5. P 3 C R, P 3 C D; 6 . A 2 C, A 2 C ; 7 . C 3 T =) , P 4 D ; 4 . A 2 C, A 3 A; 5 . P 5 R, A 2 R; 6 . D 4 C, A I A = . Los tiempos ganados por las blancas llO Ie sirvieron mucho en este caso . La posicion de las negras es muy solida y el juego puede considerar­se parej o (Chigorin - Tarrasch, Pe­tersburgo, 1893) .

2 . . . . . . , C 3 A D inmovil iza el P A D Y por 10 tanto no puede ser buena. 3. P 4 A R, A 4 A; 4. C 3 A R, P 3 D ; 5. C 3 A, P 4 R; 6. C 4 T D, A 3 C; 7. C X A, P T X C; 8. P 3 D, C R 2 R; 9 . P 3 T D, 0 - 0 . Luego las b1ancas organizaron un fortisimo

Page 130: Defensa francesa czerniak

132 MIGUEL CZERNIAK

ataque contra el flanco rey negro m e d i a n t e P 5 A, P 4 C R y P 4 T R (Tartakower-Reti, Viena, 1928) .

2 . . . . . . , P 4 R . Al p a s a r a u n a apertura distinta, las negras preten­den demostrar en toda su magnitud la inutilidad del golpe 2. D 2 R. Pero entonces las blanc as juegan 3. P4AR! , transformando a s u vez la partida en una especie del gambito del rey, en el cual la ubicacion de la dama en 2 R puede hasta resultar prove­chosa, p. ej . : 3. P 4 A R ! , P X P (a o tras j u ga d a s s eg u i r i a C 3 A R P 3 C R, A 2 C, etcetera) ; 4 . P 4 D, D 5 T + ; 5. R I D, P 3 D; 6. C 3 A R,

. D 3 A; 7 . C 3 A, C 2 R, con compli­caciones al parecer no desfavorables para las blancas (Stoltz - Stahlberg, Swinemunde, 1930) .

3 C 3 A R 4 P 3 C R 5 A 2 C 6 P 3 D

C 3 A D A 2 R P 4 D

En esta variante las blancas man­tienen la posicion en el centro, sin tomar el pe6n dama enemigo.

6 7 0 - 0 8 C 3 A

C 3 A 0 - 0 C 5 D

Menos acertado seria 8 . . . . . . , P 5 D ; 9 . C 1 C, P 4 R ; 10. C D 2 D , P 3 T R ; 11. C 4 A, D 2 A; 12. P 4 T D, aunque tam bien en este caso la posicion de las negras es satisfactoria (Treybal­Tartakower, Pistyan , 1922) .

B) 2. P 3 C D

La idea de «fianchettear» el A D no puede criticarse . P e r o en este caso las blancas no deben avanzar el pe6n rey, dejando via libre a su alfi l . T a m p o c o aconsej ariamos el cambio de este pe6n contra el P D enemigo . Habitualmente esta linea tiene cariz de un semigambito, des­arrolhindose asi:

DIAGRAMA 112

Posicion despnes de 2. P 3 C D

Reti - Maroczy, Gotemburgo, 1920. - 2 . . . . . . , P 4 D ; 3. A 2 C, P X P ? ; 4 . C 3 A D, C 3 A R; 5 . D 2 R, A 2 R; 6. 0 - 0 - 0, C D 2 D ; 7. P 4 C R, y el ataque blanco tiene probabilida­des de exito .

1) 3 . . . . . . , p X P ?; tomando el peon las negras pierden tiempo valioso. Mejor 3 . . . . . . , P 4 A D.

2) 4 . . . . . . , C 3 A R; la tentativa de mantener el peon mediante 4 . . . . . . , P 4 A R no es reCD­mendable. Seguiria 5. P 3 A y el ataque blanco se t o r n a r i a alin mas peligroso.

3) 6. 0 - 0 - 0; nos parece mas razonable retomar en seguida el peon, cosa que las blancas d e b er a n hacer tarde 0 tem­prano .

C) 2. P 4 A D

DIAGRAMA 113

.Posiclon despue. de 2. P ' A D

Page 131: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 133 Tentativa interesante, por medio

de la cual las blancas tratan de apo­derarse del sector central.

2 P 4 D !

2 . . . . . . , P 4 A D conduce a una «siciliana» favorable a las blancas .

3 P A X P 4 P X P

P X P

Sefialemos aqui la posibilidad de un dance» in g en i os 0 ocurrido en una partida A. Steiner-Tartakower, Budapest, 1929: 4. D 4 T + ! , A 2 D ? ; 5 . D 3 C , A 3 A; 6 . P 4 D ! , C 3 A; 7 . P 5 R, C R 2 D ; 8. D 3 C R, y las pie­zas blanc as dominan el tablero.

1) 4 . . . . . . , A 2 D; por extrafio que parezca, esta j ugada constituye el error decisivo. Tampoco ser-via 4 . . . . . . , P 3 A a causa de 5. P X P, D X P ; 6. C 3 A D. La replica correcta es 4. . . . . . , D2D ! , y ahora tanto 5. D X D + , C X D ; 6 . P X P, C R 3 A; 7 . C 3 A D, C 3 C ; como tambien 5. A 5 C, P 3 AD ; 6. A 2 R, P X P ; 7. D X P + , A 2 R, reportan a las n e g r a s una posicion com­pletamente satisfactoria.

2) 6 . . . . . . , C 3 A; a 6 . . . . . . , P X P seguiria 7 . A 4 A D !

4 C 3 A R 5 A 4 A

Aqui se jugaba c o n f r e c u e n c i a 5 . A 5 C + , y si 5 . . . . . . , A 2 D ; 6. A 4 A . Nos parece aun m e j or 5 . D 4 T + , p. ej . : C D 2 D ; 6. C 3 A D, A 2 R (Czerniak - Michel , Cordoba, 1942) ; y ahora 7. P 3 C R, seguido de A 2 C y D 3 C aseguran una defensa solida al peon capturado.

5 C D 2 D

Las n e gr a s no t i e n e n por que apresurarse a tomar e l peon, aunque esto tambien les daria una posicion satisfactoria, como se desprende de la partida Nimzovich - Rubinstein, Hannover, 1926, la que c o nt i n u o : 5 . . . . . . , C X P; 6. D 3 C, D 2 R + ; 7. C 2 R, C 3 C = .

6 C 3 A D C 3 C

Recuperando lu e g o su p e o n . EI mantenimiento de este podria cos­tarles caro a las b l a n c a s ; p . ··ej . : 7. D 3 C, C X A; 8 . D X C, P 3 T D ! (amenazando P 4 C D y P 5 C) ; 9 . P 4 T D, A 2 R ; 1 0 . P 4 D (algo me­jor era 10. C 2 R seguido de C 4 D) , 0 - 0 (Czerniak-Frydman, Buenos Aires, 1939) . La situacion es favora­ble a las negras. EI «peon de mas» blanco va a caer, tarde 0 temprano.

D) 2. P 3 C R

DIAGRAMA 114

Posicion despues de 2. P 3 C R

Esto es todavia menos aconsejable que el «fianchetto» del A D, ya que el alfil estaria obstruido por su pro­pio peon.

Tartakower - Colle, K e c s k e m e t, 1927. - 2 . . . . . . , P 4 D ; 3. A 2 C, P X P ; 4 . A X P, C 3 A R; 5 . A 2 C, C 3 A ; 6 . C 2 R, A 3 D ; 7 . C D 3 A, 0 - 0; 8 . P 3 D , P 4 R . E l desarrollo d e las piezas negras es completamente sa­tisfactorio .

Page 132: Defensa francesa czerniak

134 MIGUEL CZERNIAK

Segun Maroczy c o nvien e jugar 4 . C 3 A D, amenazando retomar el peon con el caballo e invitando a l a s negras a q u e m a n t e n g a n su eventaja» por medio de 4 . . . . . . , P4AR. Entonces s e guir ia en estilo de un verdadero gambito 5 . P 3 A !

Otras a1ternativas que tienen las blancas en su 2' jugada, como ser 2. P 4 A R 6 2. P 5 R no pueden in­teresarnos mayormente . Son juga­das sin concepto estrategico alguno. Recomendamos al lector no tomar­las en serio, pero tampoco buscar su refutacion inmediata. Ya se refuta­ran ellas mismas.

'pARTIDA NQ 20

Disputada en el Tomeo de Londres 1927

Blancas Morrison

1 P 4 R 2 P 3 C R

Negras

Nimzovich

P 3 R

Sugestion de Tartakower, mas in­teresante que util (pag. 133) .

2 3 C 3 A D 4 P X P

P 4 D C 3 A D

Impidiendo asi el avance del peon dama enemigo que podria resultar peligroso .

4 5 P 4 D 6 P 3 T D 7 A 2 C 8 C R 2 R

P X P A 4 A R D 2 D O-O-O !

El peon dama negro no debe cap­turarse . Por ejemplo : 8 . C X P ?, D 3 R + ; 9. C 3 R, C X P ; 0 bien 8. A X P ?, C 3 A; 9. A X C, D X A, con fuerte ataque.

8 . . . . . C D 2 R !

Empiezan m a n i ob r as tipicas de N i m z o vi c h . El p e o n dama negro constituye la llave de la defensa y debe estar bien protegido.

9 C 4 A 10 P 3 T 1 1 C 3 D 12 A 3 R 13 P X C 14 C 4 C 15 D 2 R

C R 3 A P 4 T R C 5 R C x C ! C 3 .1\ A 3 R C 4 T !

Se inicia 1a conquista de los «pun­tos debiles» .

1 6 P 4 T R 17 0 - 0 18 C 3 D 19 A 3 A

P 3 A D A 3 D A 5 C R T D I R

Ahora las piezas negras dominan el tablero.

20 A X A 21 D I D !

P X A C 5 A

Evitando la celada: 21 . . . . . . , AXP? ; 22. C 5 A ! D 4 A ; 23 . P X A y gana.

22 A 4 A 23 C X A 24 P X P 25 C 2 C

DIAGRAMA 115

A X A P 4 C R ! D 4 A D X P C

Posicion despuiis de 25. . . . . . • D X P 0

26 P 4 A

Page 133: Defensa francesa czerniak

LA DEFENSA FRANCESA 135

Si 26 . C 4 T, T X C ! ; 27 . P X T, por ejemplo : 28. C X T, D 8 T + ; 29. D X P; 28 . T 1 R, T 1 T; 29 . R 1 A, R 2 A, T 7 T + ; etc. D 8 T + ; 30. R 2 R, D 6 A+ ; 31. R 1 A,

27 T 8 T mate. Se nota el apoyo eficaz . . . . . C 3 D

del caballo negro. El caballo abandona el punto 5 A,

26 . . . . . 27 R 2 A

D 3 T

Si 27 . T 1 R, entonces d e c i d e la hermosa jugada 27 . . . . . . , T 6 R ! ! ,

para ubicarse en otro, mas fuerte aUn .

28 C 4 T C 5 R +

Las blanc as abandonan. La · ame­naza 29. . . . . . , C X P C es decisiva.

Page 134: Defensa francesa czerniak

I N D I C E D E L A S P A R T I D A S

(Los nombrados en primer termino condutlian las piezas blancas)

A

Abramian - Botvinnik, Leningrado, 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 12 Adams - Greene, Nueva York, 1942 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Alapin - Maroczy, Viena, 1908 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Alekhine - Capablanca, «AVRO», 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 14 Alekhine - Aurbach, Berna, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Alekhine - Consulta, Viena, 1 936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 1 Alekhine - Euwe, «match», 1 935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Alekhine - Euwe, «match), 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Alekhine - Euwe, «match», 1 935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Alekhine - Euwe, Nottingham, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Alekhine - Fahrni, Mannheim, 1914 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Alekhine - Flohr, Nottingham, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Alekhine - Feldt, Tarnopol, 1920 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Alekhine - Nimzovich, Kecskemet, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Alekhine - Nimzovich, Bled, 193 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Alekhine - Petrov, Varsovia, 1 935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Alekhine - .spielmann, Nueva York, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 Alekhine - Sanchez, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 1 10 Alekhine - Tartakower, Viena, 1 922 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Alexander - Alekhine, Margate, 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Alexander - Spielmann, Margate, 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Alexander - Tylor, Brighton, 1 938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 29

B

Becker - Miiller, Viena, 1 932 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 76 Becker - Glass, Viena, 1933 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Becker - Cruz W., Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Belavenetz - Bondarevsky, Tiflis, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 48 Belavenetz - Ragosin, Leningrado, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Benko - Rauch, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Bernstein O. - Lasker Em., Zurich, 1 934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Bernstein O. - N. N. , Paris . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 Bernstein O. - Swiderski, Coburgo, 1904 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Bezruschko - Stahlberg, Kemeri, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Beutum - Czerniak, Tel - Aviv, 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Bird - Lasker Em., «match), 1890 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Blass - Czerniak, Tel-Aviv, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 42 Bogatyrchuk - Alatorzev; Leningrado, 1934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Bogatyrchuk - Botvinnik, Moscu, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . 79

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138 INDICE DE LAS PARTIDAS

Bogatyrchuk - Zubarev, Moscu, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Bogoljubow - Alekhine, Nauheim, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Bogoljubow - Buerger, Scarborough, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 0 0 0 0 0 . 0 0 . • • 78 Bogoljubow - Danielsson, Zoppot, 1935 0 0 • 0 0 0 • 0 0 0 0 • 0 • 0 0 0 • • 0 0 0 0 • 0 • • • 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 80 Bogoljubow - Louma, Praga, 1932 . . 0 • • • 0 0 0 0 • 0 0 • • • • 0 • • • 0 • 0 • • • 0 0 • • 0 0 • 0 0 • 0 • 0 • • 67 Bogoljubow - Flohr, Nottingham, 1936 . . 0 0 • • • 0 0 0 0 0 . 0 0 0 . 0 . o . 0 0 0 . 0 0 0 0 0 . 0 . 0 0 0 0 0 ' 82 Bogoljubow - Maroczy, San Remo, 1930 . 0 0 0 0 • • • 0 0 0 • • 0 • • 0 0 • 0 0 • • 0 0 0 0 0 0 • 0 0 0 • 0 0 • 0 27 Bogoljubow - Maroczy, Bled, 1931 . 0 0 . 0 . 0 • • • • • o . o . c • • • • • • • • • • • • 0 • • • • • • • • • • • • , 34 Bogoljubow - Petrov, Kemeri, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Bogoljubow - Reti, Mor. Ostrava, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Bogoljubow - Reti, Breslau, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • • • • • • • • • 54 Bogoljubow - Spielmann, Viena, 1922 . . . . . . . . . . . . 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • , 36 Bogoljubow - Spielmann, Baden Baden, 1925 . . 0 • • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • , 34 Bogoljubow - Thomas, Londres, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • 77 Bolbochan Jac. - Rossetto, Mar del Plata, 1942 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Bolbochan Jul. - Guimard, Mar del Plata, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1 1 Bolbochan Jul. - Guimard, San Pablo, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 15 Boleslavsky - Botvinnik, Moscu, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Bondarevsky - Boleslavsky, Moscu, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Bondarevsky - Botvinnik, Moscu, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • • • • • • , 125 Book - Koblentz, Kemeri, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Boros - Balla, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Botvinnik - Boleslavsky, Moscu, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • • • • o . . . . . . . . . . . . . 107 Botvinnik - Boleslavsky, Leningrado, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • • • • • • • • • • • • , 107 Botvinnik - Ragosin, Moscu, 1927 . . . . . . 0 • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 76 Breyer - Spielmann, Berlin, 1920 . . . . . . . . . . . . . . 0 0 • • • • • • • • • • • • • • • 0 • • 0 0 0 • • • • 0 . . 17

c

Canepa - Alekhine, Carrasco, 1938 . . . . . . . . . . . 0 • • • 0 • • • • 0 0 • • 0 0 • • • • • • • • • • • • • 0 • • 123 Capablanca - Alekhine, Nueva York, 1924 . . . . . . . 0 • • • 0 0 ' • • • • • • • • • • • • • 0 0 • • • • o ' 45 Capablanca - Alekhine, Buenos Aires, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • • • • • • • • • • • 0 • 75 Capablanca - Blanco, La Habana, 1913 . . . . 0 • • • • • • • • • • • • • • 0 • • • o . 0 . 0 . . . . . . . . . . 97 Capablanca - Chaj es, Nueva York, 1918 . . . 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • o . 0 " 0 0 0 • • • • 0 97 Capablanca - Maroczy, Lake Hopatcong, 1926 . . . 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 129 Capablanca - Reti, Nueva York, 1924 . . . . . . . . . . 0 . ' • • 0 0 • • • • • • • 0 0 • • • • 0 0 0 • • • • • 0 . 16 Charusek - Maroczy, 1897 0 • • • • • 0 0 0 0 • • • • • • • • • • 0 • • • • • • • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • 0 0 • • • • 42 Chigorin - Lewitt, Ostende, 1906 . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 0 • • • • 0 0 • • • • • • • • • • • • • • 0 • 0 0 38 Chigorin - Tarrasch, Petersburgo, 1893 . . . . . . . 0 • • 0 0 • • 0 0 0 • 0 • • • 0 • • • • • • • • • 0 0 • 0 o ' 131 Consulta - Stahlberg, Parana, 1941 0 • • • • • • • • 0 • 0 • • 0 0 0 • • • • • • • • 0 0 • • • • • • • 0 • • 0 • • • , 107 Czerniak - Benko, Buenos Aires, 1941 0 0 0 0 • • • • • • • • • • • • • • 0 • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • 0 105 Czerniak - Foerder, Tel-Aviv, 1 936 . . 0 • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • 0 • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • 58 Czerniak - Frenkel, Estrasburgo, 1931 . . . . . . 0 • • • • • • 0 • • • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • 36 Czerniak - Frydman P., Buenos Aires, 1939 " 0 0 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • 0 • • • • • • • • • • 133 Czerniak - Frydman Po, Buenos Aires, 1941 . . 0 • • 0 • • • • • • 0 • • • • • • 0 0 • • • • 0 • 0 • • • • 0 93 Czerniak - Guimard, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • 0 0 0 • • • • • • • • 0 • • • , 68 Czerniak - Guimard, Buenos Aires, 1942 . . . . . . . . . . . . 0 • • • 0 0 • • 0 • • • • • • 0 • • • • • • • • , 13 Czerniak - Lowcki, Varsovia, 1930 . . . . . . . 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 0 0 • • • • • • • • 28 Czerniak - Marini, Buenos Aires, 1942 . . . 0 • • • • 0 • • • 0 0 • • • 0 • • • • • • • • • 0 • • • • • • • • • • • 91 Czerniak - Michel, Cordoba, 1942 . . 0 0 • 0 • • • 0 • • • • 0 • • 0 0 0 • • 0 • • • • • • • • • • • • • • 0 0 • 0 • o . 133 Czerniak - Stahlberg, Buenos Aires, 1941 . . 0 • • • • • • • 0 • • • • • • 0 • 0 • • • 0 0 0 • • • • • 0 • • • • 109 Czerniak - Trifunovic, Varsovia, 1935 o . 0 . 0 0 . 0 • • 0 • • • 0 • • • • • • • • • 0 ' • • • • • • • • • • 0 • • 0 27 Czerniak - Vuskovic, Buenos Aires, 1941 . . . . . 0 . 0 . 0 • • • • • • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • 1 1 1 Czerniak - Winz, Tel-Aviv, 1 9 3 9 . . . . . . . . . . . . . . . . 0 0 . 0 • • • 0 • • • ' 0 , • • • • • • • • • • • • • 86

D

De Groot - Engels, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . 0 • • • • • • 0 0 • 0 • • • • • • • • • • • • • • 0 • • 71 De Groot - Flores, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • 90 Dobkin - Czerniak, Jerusalen, 1938 . . . . 0 • • • • • • • • 0 • • • • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 0 o ' 99 Dubinin - Rabinovich 1., Leningrado, 1934 . 0 0 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • 0 • • • • • 0 0 • 0 • 0 • 35 Duras - Olland, Carlsbad, 1 907 . . . . . . . 0 0 • • • 0 • • • • 0 • • 0 • 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 0 0 54:

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iNDICE DE LAS PARTIDAS 139

E

Eliskases - Stahlberg, Mar del Plata, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Engels - Frydman P., Mar del Plata, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 1 Engels - Hurtado, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 2 Engels - Schmidt, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Espina - Stahlberg, Rosario, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Euwe - Flohr, «match», 1932 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Euwe - Kramer, «match», 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Euwe - Maroczy, Amsterdam, 1921 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Euwe - Maroczy, 1929 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

F

Fine - Capablanca, «AVRO», 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Flohr - Alekhine, Bled, 193 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Fogel - Czerniak, J erusalen, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126 Foltys - Keres, Praga, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Foltys - Liska, Mor. Ostrava, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Foltys - Mohyla, Mor. Ostrava, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 13 Forgacs - Tartakower, San Peters burgo, 1909 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Frydman P. - Stahlberg, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

G

Grau - Guimard, «match», 1 939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Grau - Guimard, «match», 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Grau - Nimzovich, San Remo, 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 Gromer - Czerniak, Buenos Aires, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 17 Griinfeld - Godai, «por correspondencia» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Guimard - Marini, Buenos Aires, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1 1 Guimard - Stahlberg, Mar del Plata, 1942 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

I

lljin - Zhenevsky contra Alatorzev, Moscu, 193 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Ilj in - Zhenevsky contra Spielmann, Moscu, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 �lla - Portela, Buenos Aires, 1917 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Irume - Grau, Buenos Aires, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

K

Khan - Bondarevsky, Leningrado, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Kashdan - Simonson, «match», 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Kashdan - Trysman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Klatzkin - Yudovich, Gorki, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Kluger - Szabo, Tata - T6varos, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 1 Keres - Capablanca, « A VRO», 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Keres - Fine, Margate, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Keres - Flores, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 Keres - Stahlberg, Dresde, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Keres - Stahlberg, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Keres - Stahlberg, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Kotov ., Kalmanok, Moscu, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

L

Lasker Em. - Bogatyrchuk, Moscu, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Lasker Em. - Capablanca, Moscu, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Lasker Em. - Eliskases, Moscu, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

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140 INDICE DE LAS PARTIDAS

Lasker Em. - Khan, Mosca, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Lasker Em. - Koialovich, Leningrado, 1924 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Lasker Em. - Lilienthal, Mosca, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 8 Lasker Em. - Lovenfisch, Mosca, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Lasker Em. - Maroczy, Nueva York, 1924 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Lasker Em. - Reti, Nueva York, 1924 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Lasker Em. - Tarrasch, Dusseldorf, 1908 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Lasker Em. - Tarrasch, Berlin, 1916 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Leonhardt - Spielmann, Hamburgo, 1910 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Levitzki - Marshall, Breslau, 1912 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 Lilienthal - Menchik, Mosca, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Lilienthal - Lovenfisch, Mosca, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Lilienthal - Spielmann, Sitges, 1934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Lilienthal - Bondarevsky, Mosca, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Louma - Krticka, Rakovnik, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 13 Lovenfisch - Bondarevsky, Leningrado, 1934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Lovenfisch - Menchik, Mosca, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • 33 Lovenfisch - Yudovich, Leningrado, 1933 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 15 Luckis - Frydman P., San Pablo, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Luckis - Stahlberg, Mar del Plata, 1942 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 15 Lundin - Raud, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

M

Maroczy - Seitz, Raab, 1924 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Maroczy - Tartakower, Gotemburgo, 1920 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Marshall - Nimzovich, Nueva York, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Mattison - Nagy, Debrecen, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Mattison - Spielmann, Carlsbad, 1929 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 Michel - Guimard, BUenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Michel - Koch B., Aachen, 1 935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Michel - Stahlberg, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Michel y Skalicka - Czerniak y Pilnik, Adrogue, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 1 Mieses - Menchik, «match», 1942 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 2 9 Morrison - Nimzovich, Londres, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134

N

Naselli - Czerniak, Buenos Aires, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Nimzovich - Salve, Carlsbad, 1911 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 Nimzovich - Rubinstein, Hannover, 1926 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

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Panov - Belavenetz, Tiflis, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Panov - Lovenfisch, Tiflis, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Panov - Yudovich, Tiflis, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 0 Petrov - Rudakovsky, Mosca, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 15 Pillsbury - Lasker Ed., Nuremberg, 1896 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Pillsbury - Redgio, Monte Carlo, 1903 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Pilnik - Czerniak, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Pilnik - Guimard, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Pilnik - Rossetto, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 1 Pilnik - Stahlberg, Mar del Plata, 1942 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 Pleci - Endzelius, Buenos Aires, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 Pogrebyski - Yudovich, Kiev, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Pons - Engels, Montevideo, 1941 . • • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Prochazka - Svoboda, Brno, 1 939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Puiggros - Czerniak, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 -Puiggros - Guimard, Buenos Aires, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 Puiggros - Kleinstein, Buenos Aires, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

Page 138: Defensa francesa czerniak

iNDICE DE LAS PARTIDAS 141

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Rabinovich 1. - Alatorzev, Leningrado, 1934 • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Rabinovich E. - Ragosin, Leningrado, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Rauser - Alatorzev, Leningrado, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . 80 Rauser - Alatorzev, Tiflis, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . • 81 Rauser - Belavenetz, Leningrado, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • • • . 55 Reti - Maroczy, Gotemburgo, 1920 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Reti - Vucovic, Viena, 1932 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Richter K. - Stahlberg, Zoppot, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . • . . • • • . • . . • • • • • • • 42 Riumin - Eliskases, Moscu, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Riumin - Lilienthal, Moscu, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Riumin - Stahlberg, Moscu, 1 935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

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Schallopp - Maroczy, Nuremberg, 1896 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Schallopp - Tarrasch, Breslau, 1889 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 Schlechter - Rubinstein, San Sebastian, 1912 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Smith - Jones, «por correspondencia», 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Smyslov - Boleslavsky, Moscu, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Smyslov - Botvinnik, Moscu, 1 941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Smyslov - Boleslavsky, Moscu, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 Souza Mendes - Guimard, Rio de Janeiro. 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 Spielmann - Alapin, Carlsbad, 1 9 1 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 9 Spielmann - Alekhine, Nueva York, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 Spielmann - Alekhine, San Remo, 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Spielmann - Asztalos, Bled, 1 93 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Spielmann - Menchik, Margate, 1938 . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Spielmann - Nimzovich, Copenhague, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Spielmann - Nimzovich, Berlin, 1928 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1 5 Spielmann - Oskam, Scheveningen, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 3 Spielmann - Petrov, Margate, 1938 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 7 Spielmann - Przepiorka, Meran, 1926 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Spielmann - Stahlberg, «match», 1933 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Spielmann - Stoltz, Estocolmo, 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 Spielmann - Tarrasch, San Sebastian, 1911 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 1 Spielmann - Tarrasch, Teplitz-Schonau, 1922 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71 Spielmann - Vaj da, Semmering, 1926 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Spielmann - Van den Bosch, So est, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Spielmann - Vidmar, Viena, 1907 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Stahlberg - Alekhine, Varsovia, 1935 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Stahlberg - Keres, Kemeri, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 Steiner A. - Book, Kemeri, 1 937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Steiner A. - Tartakower, Budapest, 1929 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 Steiner L. - Koshnitzky, Perth, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Steiner L. - Lilienthal, Budapest, 1934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Steiner L. - Nimzovich, Berlin, 1928 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Steiner L. - Stahlberg, Budapest, 1 934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 Steiner L. - Tartakower, Hastings, 1928 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Steinitz - Bird, «match», 1866 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 6 Steinitz - Showalter, Viena, 1898 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Stoltz - Flohr, «match», 1931 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 Stoltz - Nimzovich «match», 1934 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Stoltz - Stahlberg, Swinemunde, 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Sulik - Czerniak, Mar del Plata, 1941 . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Sulik - Stahlberg, Mar del Plata, 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Szabo - Book, Kemeri, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

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142 iNDICE DE LAS PARTIDAS

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Tarrasch - Duras, Breslau, 1912 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 74 Tarrasch - Gotschall, Dresde, 1892 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Tarrasch - Lowenthal, 1893 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Tarrasch - Marshall, «match», 1905 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Tarrasch - Noa, Hamburgo, 1885 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Tartakower - Brinckmann, Kecskemet, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Tartakower - Colle, Kecskemet, 1927 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 Tartakower - Landau, Zandvoort, 1937 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Tartakower - Reti, Viena, 1928 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Tchistiakov - Belavenetz, Moscu, 1937 . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Teichmann - Maroczy, Carlsbad, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 1 Thomas - Nirnzovich, Carlsbad, 1929 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Thomas - Sergeant, Margate, 1939 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Thomas - Spielmann, Marienbad, 1925 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Thomas - Tarrasch, Carlsbad, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 Treybal - Nimzovich, Carlsbad, 1929 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Treybal - Opocensky, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Treybal - Tartakower, Pistyan, 1922 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132

w

Whetcroft - Feltham, «p�r correspondencia», 1941 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . 46 Whitehead - Maroczy, Londres, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Winter - Alekhine, Nottingham, 1936 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 Winz - Palau, Buenos Aires, 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Wolf H. - Spielmann, Mor. Ostrava, 1923 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

y

Y ates - Maroczy, Nueva York, 1924 29

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CAPITULO

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N D i e E

I. - La variante principal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

II. - Variante Chatard . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

III. - Variante Tartakower . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

IV. - Variante Anderssen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

V. - Variante McCutcheon . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

VI. - Variante Rubinstein retrasada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

VII. - Variante Steinitz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

VIII. - Variante SVenonius . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

IX. - Variante Winawer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

X. - Variante Rubinstein . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

11

26

38

41

44

58

63

70

73

96

XI. - Variante Marshall . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101

XII. - Variante Tarrasch . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104

XIII. - Variante de avance . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120

XIV. - Variante de cambio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128

XV. - Variante Chigorin y otras continuaciones poco usua-les de las blan'cas en su 21}. jugada . . . . . . . . . . . . . . . . 131

Indice de las partidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . 137

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EN LOS

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31 DE MARZO DE 19M