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  • 5/26/2018 Cristobal Colon

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    Cristbal Coln

    De E-books

    EN vsperas de cumplirse los quinientos aos del descubrimiento de Amrica estamos en las mejorescondiciones para realizar un segundo descubrimiento. Partiendo de una reflexin que nos sita en elmomento actual, vamos a ir recapacitando hacia atrs hasta llegar al punto en que se inicia la hazaa y laaventura de Cristbal Coln.

    Primera reflexin, que nos servir tanto para analizar el pasado como para acercarnos al futuro. no, el marcaribe, las antillas, la franja continental que descubri coln no se parecen ahora en nada a lo que eran allpor el otoo de 1492. Pensemos tan slo en esa franja que une las dos amricas y por donde puede rompersela natural comunicacin entre el norte y el sur, un cordn umbilical por donde, paradjicamente, puedeproducirse un estrangulamiento no slo entre ese norte y ese sur, sino tambin entre el este y el oeste del

    mundo occidental. el destino de la amrica hispana, de la amrica latina, que siempre fue tierra conquistada,antes y despus de Bolvar, antes y despus de su independencia poltica, est en juego en centroam-rica, laprimera tierra firme que descubri Coln.

    A partir de aqu y antes de trasladarnos al campamento de los reyes catlicos en santa fe para asistir, el 17de abril de 1492, a la firma de las capitulaciones por las que coln quedaba investido del derecho a descubrirnuevas rutas de navegacin entre oriente y occidente y nuevas tierras si las encontraba en su camino,tendremos que detenernos para reflexionarestamos en tiempo de reflexinsobre lo que signific elmovimiento de independencia protagonizado por Simn Bolvar. Primer punto: los espaoles de hoylo hemosvisto con motivo de la celebracin del segundo centenario del nacimiento de Bolvarensalzan la figura delLibertador y ven en l el smbolo y punto de referencia para estrechar lazos de amistad con unas

    naciones que se desgajaron del Imperio espaol de Ultramar y que llaman a Espaa la Madre Patria.Segundo punto: tradicionalmente, y as se ha escrito infinidad de veces, se nos ha dicho que Espaa llev aAmrica lo mejor de sus gentes y de su cultura, realiz al otro lado del Ocano una magnfica labor cultural,social y religiosa, construy iglesias y organiz universidades, luch, en fin, por los derechos de los indios.

    No hay en todo esto una contradiccin no lucharon Bolvar y otros muchos padres de la patria contra losejrcitos de Espaa haba razones objetivas para luchar por la independencia o eran simplemente los signos de lostiempos no es verdad que Bolvar lleg a un cierto punto de desesperanza sobre la viabilidad de unaAmrica hispana unida y no es tambin verdad que entrevi y as lo dijo doloridamentequeHispanoamrica se convertira en un mosaico de pequeas naciones, algunas de ellas minsculas, que ms

    que naciones parecan fincas particulares?Materia ms que suficiente hay en todo esto para la reflexin. Y tambin la hay abundante con que nosdetengamos a analizar, siquiera sea muy por encima, los cinco puntos bsicos de las capitulaciones de santafe:

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    1. Coln, sus herederos y sucesores ostentaran el ttulo de almirante de todas las tierras por descubrir.2. Llevara tambin el ttulo de virrey y gobernador de las tierras descubiertas, con el privilegio adicional deproponer tres personas para su gobierno: los reyes elegiran una de las tres.3. Participacin, en una octava parte, en el equipamiento de los barcos expedicionarios, con la contrapartidade una participacin igual en las ganancias que se derivaran de la utilizacin de esos barcos.4. Una participacin adicional de una dcima parte en las riquezas y mercaderas que se obtuvieran, una vezdeducido el costo necesario para obtenerlas.5. Otorgamiento para l o su teniente del derecho a actuar como juez en todos los pleitos que se suscitaranen aquellas tierras.

    La historia posterior dej bien claro que eran exdesivas estas concesiones de corte medieval, y que muypronto entraran en conflicto con el esquema de modernizacin del estado que los reyes catlicos aplicaron asus reinos peninsulares.

    Pero a aquellas alturas de 1492 nadie, ni los clarividentes isabel y fernando, poda calcular los efectos dealgo que, en el mejor de los casos, no pasaba de ser una hipottica y remota posibilidad, poco ms que una

    corazonada. hay que decir tambin, en descargo de la a todas luces excesiva generosidad de los reyescatlicos, que coln jugaba, veladamente al menos, al chantaje: si castilla no patrocinaba su empresa, otracorona europea lo hara. era, por tanto lgico que tuvieran que ceder a ciertas exigencias que, en el peor delos casos, no tendra consecuencia alguna fuera de la prdida de las cantidades que en la empresa seinvirtieran. tanto ms cuanto que, de encontrarse nuevas tierras, podran continuar su poltica de expansinterritorial con vistas a hacer realidad sus planes de combatir a los turcos por el Oriente al mismo tiempo quepor el Occidente, amn de los beneficios econmicos que ello se derivaran.

    Podra parecer que con cuanto se lleva dicho se pretende quitar mritos a quienes propiciaron la aventura decoln, al mismo coln y a cuantos, despus de l, contribuyeron, con mejor o peor fortuna, con mejores opeores intenciones, a hacer realidad la magnfica hazaa, la impresionante epopeya de los conquistadores, de loscolonizadores, de los evangelizadores, de los educadores, de tantos y tantos espaoles y descendientes deespaoles que fueron dejando por tierras americanas, de san francisco a la tierra de fuego, su sangre y sus afanespara mejorar su propia suerte y la suerte de sus hermanos de raza y de sangre, de los indios a ellosencomendados y hasta de los negros y dems esclavos que otros pusieron en su camino.

    No se trata de eso. mritos los hubo, y muchos. Y es de justicia reconocerlos. Tambin hubo demritos, perono estamos en tiempo y sazn de pedir cuentas a nadie por lo que fue y no debi ser. estamos en momentosde reflexin, estamos a tiempo de subsanar errores y desafueros pasados para que no se perpetensituaciones que ni los reyes catlicos ni coln ni corts ni pizarro ni las casas ni fray junpero serra ni losjesuitas de las reducciones del paraguay..., ni Bolvar crearon, sino todo lo contrario.

    Empecemos por conocer la historia de hispanoamrica, comenzando por coln y el descubrimiento, sindejarnos llevar ni por los prejuicios de la leyenda negra ni por los triunfalismos de la leyenda blanca.hay un punto de objetividad y desapasionamiento en el que no resulta tan difcil situarse si realmente sebusca la verdad.

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    Contenido

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    1 Introduccin2 El fabuloso Cipango como meta3 El Mar Tenebroso4 Tierra a la vista5 Introduccin6 Misterios y enigmas en la vida de Coln

    7 Un enigma que vale por todos los dems: Coln hispano-judo?8 Introduccin9 En Portugal Coln descubre su verdadero camino10 La carta de Toscanelli11 Matrimonio de Cristbal Coln12 Relacin de Coln con el rey de Portugal13 Introduccin14 Coln emprende la bsqueda de protectores para su empresa15 Andanzas y vagabundeos de Coln por tierras de Castilla16 Conquista de Mlaga17 Leyendas e hiptesis sobre Beatriz Enrquez

    18 Introduccin19 Dictamen negativo de la comisin sobre el proyecto de Coln20 Introduccin21 Llegada de Coln a Santa Fe22 Las Capitulaciones23 Un presunto almirante en busca de su destino24 Introduccin25 En busca de Cipango26 Regreso victorioso al puerto de Palos27 Introduccin

    28 Viaje triunfal a Barcelona29 Introduccin30 Constitucin del municipio de la Isabela y poltica del virrey31 El gobierno de la Espaola32 Introduccin33 Tercer viaje colombino34 Los conflictos de la Espaola35 Detencin de Cristbal y Bartolom Coln36 Introduccin37 Cuarto viaje de Cristbal Coln a las Indias38 Introduccin

    39 Ultima entrevista de Cristbal Coln con Fernando el Catlico40 Introduccin41 por qu Amrica y no Colombia?42 Introduccin43 La conquista44 Indgenas y europeos45 Los repobladores y la formacin de la nueva sociedad

    Introduccin

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    El Almagesto, de Tolomeoy fue

    una de las obras que, en susdiversas versiones

    HASTA entonces ningn hombre conocido se haba atrevido a tanto nininguna nacin de la tierra haba osado empresa semejante en contra delos sabios y cientficos de la poca. Era necesario que un iluminadoimaginativo y obstinado como Cristbal Coln, y una nacin queempezaba a ser crisol de naciones y surga de la ltima etapa de laReconquista espaola, preada de mesianismo, coincidieran en el tiempo paraque pudiera ser abordada una empresa que a los sabios y doctos delas universidades pareca locura y despilfarro. Y no les faltaba razn a los queas opinaban con arreglo a las teoras y conocimientos acumulados porla cosmologa. De esto ya tendremos ocasin de hablar. Cada cosa a sutiempo y en su punto. Lo que ahora nos importa es la gran aventura deldescubrimiento, la audacia de un hombre que si err en los clculos y enlos nombres, no fall en el presentimiento, y el comportamiento de unpuado de hombres, con el miedo a flor de piel, que se adentraron en elMar Tenebroso en tres cscaras de nuez para arrancarle su secreto ycontemplar deslumbrados el alba del Nuevo Mundo.

    Por inslita y desconcertante, la aventura colombina sigue siendo unperiplo extraordinario en la era de las grandes aventuras aeroespaciales,

    cuando poderosas naves surcan los cielos a velocidades supersnicas, la Luna ha sido visitada por el hombre y seencuentra a su alcance, y los ingenios ms sofisticados inventados por las grandes potencias exploran el espacioexterior y vigilan y espan los movimientos de los hormigueros humanos que habitamos este planeta.

    El fabuloso Cipango como meta

    El 3 de agosto de 1492, ao memorable para las Espaas, zarpaba del puerto de Palos una flota exploradoraque tena como objetivo primordial descubrir nuevas rutas de navegacin entre Oriente y Occidente,alcanzar el fabuloso Cipango de Marco Polo y establecer relaciones de amistad y comercio entre el GranKhan y los reyes de Castilla y Aragn, Isabel y Fernando.

    La flota o flotilla, pues ms bien resultaba minscula para tan alto cometido, estaba compuesta por dospequeas carabelasla Pinta y la Niade las que realizaban el trfico comercial de Riotinto, y unapesado nao cntabra a la que llamaban la Gallega y sera rebautizada con el nombre de Santa Mara por serla nao capitana y sentir Cristbal Coln especial devocin por la Virgen. Prueba de ello es que los barcos

    que capitane en las siguientes expediciones tambin se llamaron Santa Mara.La organizacin de aquella modesta expedicin no result fcil ni careci de mritos. Para los marineros delTinto y del Odiel, el navegante genovs era un iluso y un ambicioso aventurero que hablaba de cosasextraas que inspiraban burla y temor al mismo tiempo. Ambas cosas eran ciertas, pero, qu hombre que no fueraun iluso y abrigase desmesuradas ambiciones de poder y gloria se hubiera atrevido a tanto? Solamentehombres igualmente ambiciosos y atrevidos podan comprenderle, y stos fueron los hermanos Pinzn,fuertes y poderosos en la economa local, conocedores de los problemas martimos y con gran ascendienteentre sus paisanos. La participacin de esta familia en la empresa colombina resultara tan decisiva que unode los testigos en el proceso de Coln contra la Corona declarara ms tarde: Martn Alonso traa tantadiligencia en allegar gente e animalla, como si para l y para sus hijos hobiera de ser lo que se descubriese. A

    unos deca que saldran de miseria; a otros que hallaran casas con tejados de oro; a quien brindaba conbuena ventura, teniendo para cada cual halago y dinero; e con esto e con llevar confianza en l se fue muchagente de las villas.

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    Efectivamente, gracias a la intervencin de Martn Alonso Pinzn y de sus hermanos, Vicente Yez Pinzny Francisco Martn Pinzn, que se encargaron de la administracin de la empresa, armando los barcos,reclutando a los marineros y anticipando dinero de su bolsillo, la expedicin pudo zarpar aquella maana deagosto con rumbo a las Canarias, que era ruta conocida para los navegantes de la costa andaluza.

    La tripulacin de las tres naves comprenda unas noventa personas entre pilotos, marineros y grumetes; peroColn llevaba a bordo otras veinte o treinta personas entre criados del rey, su propia servidumbre y personasde su confianza. En cuanto al polmico tema de los presos, el P. Ricardo Cappa afirma: Tengo poraveriguado que de las cien personas que salieron de Palos, unas veinticuatro procedan de las crceles dePalos y de Huelva. Por lo dems, la tripulacin era bastante heterognea, pues si bien la mayora eraandaluza, no faltaban vascos, gallegos y murcianos, adems de un portugus, un genovs, un calabrs y unveneciano.

    Para la financiacin de la empresa, la Santa Hermandad de Castilla aport 1.140.000 maraveds, suma nfimaa la que se sumaron anticipos o aportaciones de los banqueros genoveses establecidos en Espaa: Francisco Rivarol,Francisco Doria, Francisco Catao y Gaspar Espndola. El mismo Coln puso medio milln que leprest Martn Alonso y, como dice Madariaga, la parte considerable otorgada a esta familia en la direcciny mando de la flota autoriza a pensar que el resto del capital invertido proceda directamente de los

    Pinzones.

    Evidentemente, el hecho salta a la vista. La Nia iba capitaneada por Vicente Yez Pinzn, que llevabacomo segundo a Juan Nio y de timonel a Sancho Ruiz de Gama. El capitn de la Pinta era Martn AlonsoPinzn, que llevaba de segundo a su hermano Francisco Martn Pinzn y de timonel a Cristbal GarcaSarmiento. Cristbal Coln, como jefe de la expedicin, iba al mando de la Santa Mara, y llevaba comosegundo al propietario de la nao, Juan de la Cosa, que era de Santoa, y como timonel a Pedro Alonso Nio.

    Toda la responsabilidad de la empresa descubridora corresponda a Cristbal Coln, pero la Corona se habareservado un riguroso control por medio de los funcionarios pblicos que viajaban en los navos. En cadaembarcacin haba un alguacil encargado de desempear las funciones legales. El escribano Rodrigo deEscobedo tena la misin de redactar los documentos oficiales y levantar las actas de posesin de las tierrasdescubiertas. Un veedor real, Rodrigo Snchez de Segovia, deba velar porque se cumpliesen los derechos de laCorona. Tambin figuraba un intrprete de rabe, el judo converso Luis de Torres, para entenderse con elGran Khan y los personajes de las Indias. Y, por ltimo, en cada barco figuraban un contramaestre, unmdico, un despensero, un calafate y un tonelero. Lo nico que faltaban eran sacerdotes, cosa extraa enuna expedicin que navegaba con la cruz de la redencin cristiana en sus velas y que parta con la bendicinde los padres franciscanos del convento de La Rbida.

    El Mar TenebrosoSeis das tard la pequea flota descubridora en alcanzar Canarias. La ruta haba sido elegida sabiamente porColn, ya que en sus viajes a Guinea haba observado que los vientos alisios soplaban en direccinoccidental en latitudes canarias. Pero un accidente o sabotaje iba a retrasar la buena marcha: el timn de laPinta se haba saltado de las hebillas y su arreglo llevara algn tiempo. Es ms que probable que en elaccidente tuviera algo que ver su propietario, Cristbal Quintero, que no haba aceptado con agrado elembargo de su carabela y hasta el ltimo momento se mostr renuente y contrario a participar en unaempresa tan fantstica.

    El receloso Coln pareci sospechar lo ocurrido, pero, cauto y prudente, no se dio por enterado y ordenque el timn de la Pinta fuera reparado en Gran Canaria, mientras l se diriga con las otras dos naves hastala isla de Gomera, donde hizo acopio de provisiones.

    Como a su regreso a Las Palmas no estuviera todava la Pinta en condiciones de navegar ni fuera posible

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    sustituirla por otra embarcacin, aprovech el tiempo en cambiar las velas triangulares de la Nia por otrascuadradas y poner los dems navos a punto para la gran epopeya.

    En todas estas idas y venidas por las islas Canarias, Coln perdi ms de un mes desde que saliera del puertode Palos, pues el 1.de septiembre la escuadra zarp en direccin a la Gomera para aprovisionarse de carne,agua y lea, y hasta el 6 del mismo mes no soltaba las amarras para dirigirse a lo desconocido.

    De aquellos primeros das escribe Salvador de Madariaga: Fue primero navegando con cautela, pues tenaaviso de que el Rey de Portugal haba enviado tres carabelas para hacerse con l, segn l crea, porenvidia. Estas tres carabelas portuguesas no dejan de tener cierto aire imaginario, como de haber navegadotan slo por el mar de su rica fantasa. Es poco probable que el Rey de Portugal fuese a ponerse en travs de unaempresa tan cuidadosamente preparada y apoyada con tanto tesn por la poderosa Corona de Castilla; y menostodava que de haber tomando tan temeraria decisin, hubiese dejado escapar presa tan fcil. Est nsen consonancia con el carcter de las personas interesadas que al or, por la carabela llegada de la isla delHierro de que hablan sus bigrafos, que andaban por aquellas aguas tres carabelas portuguesas cosaperfectamente normal y frecuente, Coln construyese en su fantasa toda esta historia de persecucin,teniendo por un lado aviso de Castilla de que anduviese prevenido y sintindose por otro no muy a gusto ensu conciencia sobre el Rey de Portugal.

    Los dos primeros das fueron calmosos y tranquilos. Las naves avanzaron muy poco, pero Coln se sentatan seguro de que se hallaba en el buen camino, que daba nimos a los corazones desmayados que vea entorno suyo. De acuerdo con sus clculos errneos se hallaba en el paralelo de Cipango, por lo cual puso proadesde las Canarias hacia el Oeste. En la Gomera haba sido agasajado por la seora de la isla, doa Beatriz deBobadilla, y recogi algunos informes en la Torre del Conde. Refirindose a lo que haba odo entre losgomeros, anota en su Diario: que cada ao vean tierras al oeste de Canarias, que es al Poniente, y otros dela Gomera afirmaban otro tanto juramento. Pero en previsin de que fallaran sus clculos de encontrartierra a setecientas leguas, el 9 de septiembre, al pasar por la isla del Hierro, el descubridor decidi anotarmenos de lo que andaban, porque si el viaje fuese luengo no se espantase, no desmayase la gente. Setrataba de un recurso psicolgico que si bien revelaba la inseguridad en el clculo, mostraba su esprituresuelto a culminar la empresa. No debemos olvidar, como seala Madariaga, que Coln era un hombrealimentado por la fe y las leyendas bblicas, educado entre verdades y errores cosmogrficos, formado entrecuentos de marineros, hallazgos e islas fantasmas...

    Desde que los navegantes perdieron de vista la isla del Hierro y entraron en rutas desconocidas, la moral delos tripulantes decay bastante, a pesar de que las naves, empujadas por los vientos alisios, avanzabandiariamente entre 60 y 174 millas. El 17 de septiembre entraron en el mar de los Sargazos. Coln piensa que estnnavegando entre islas. Pero los marineros sentan temor a ser atrapados por aquel bosque de algas que afloraba a lasuperficie. Las Casas escribe: la yerba vena de hacia Poniente; juzgaban estar cerca de tierra; tomaron los pilotosal Norte marcndolo y hallaron que las agujas noruestaban una gran cuarta, y teman los

    marineros, estaban penados, y no decan de qu. Conocilo el almirante, mand que tornasen a marcar alNorte en amaneciendo, y hallaron que estaban buenas las agujas; la causa fue porque la estrella que parecehace movimiento, y no las agujas. El desconcierto de Coln fue tan grande como el de sus pilotos, pero consu habitual astucia, y haciendo uso de su autoridad, ech la culpa de lo que suceda a la estrella polar pararestablecer la confianza en la tripulacin. No era este mtodo irreprochable en teoraescribeMadariaga, pero era prudente en la prctica. Una carabela que atravesaba el Ocano por primera vez en lahistoria no pareca muy indicada como escuela de astronoma. Los marineros recobraron la calma al ver a sualmirante seguro de s y aun los pilotos ms ilustrados como Juan de la Cosa y Vicente Yez Pinzn, si bien le oirancon cierto escepticismo en cuanto a la teora, no dejaran de admirarle tcitamente como capitanesexpertos que eran en el manejo de los hombres.

    El mar de los Sargazos, las fluctuaciones magnticas de la brjula y la prdida de los alisios el 20 deseptiembre, acentuaron la inquietud en la tripulacin; no en todos, pues algunos aprovecharon la calmachicha para pescar y nadar. Por otra parte, el almirante y sus capitanes vean seales evidentes de tierra en lagran variedad de aves y cangrejos en aquel mar de algas. Incluso la aparicin de una ballena les hizo

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    concebir esperanzas de inmediatos descubrimientos. Pero los das y las semanas pasaban sin ver cumplidossus anhelos. Los vientos eran otro motivo de desasosiego, pues si los alisios empujaban a los navos en laruta dempujaban a los navios en la ruta de Occidente, cuando se salan de su zona de influencia se producangrandes calmas. Los hombres, acostumbrados a la vista de la costa, empezaron a alarmarse ante lo queconsideraban inestabilidad de los vientos en aquellos mares desconocidos. Al salir del mar de los Sargazos yencontrarse de nuevo ante el horizonte infinito, empezaron a desconfiar de los signos de tierra que les habanhecho creer que se hallaban cercanos a la meta y a preguntarse si no estaran condenados a navegar

    indefinidamente sin encontrar el viento favorable para regresar a Espaa.La Corona haba establecido un premio de diez mil maraveds para el primer tripulante que descubriesetierra, y este estmulo azacaneaba a todos desde el almirante al ltimo marinero. El 25 de septiembre Martn AlonsoPinzn dio la voz del premio, pero luego result un falso espejismo. Sin embargo, las tripulaciones seexaltaron de tal manera que, al decir de los cronistas, unos se suban a lo mstiles, otros se hincaban derodillas para rezar y todos gritaban por Martn Alonso Pinzn, pero, despus de navegar ms de diecisieteleguas, las ilusiones se desvanecieron.

    El espritu de rebelin creci, especialmente en la nao capitana. Los tripulantes murmuraban de aquelextranjero visionario y loco que los arrastraba a la muerte. Los ms osados hablaban de arrojar al almirante por la

    borda y regresar a Espaa. Algunos que protestaron ante l recibieron una respuesta tajante: que por dems eraquejarse, porque l haba venido a las Indias y que as lo haba de proseguir hasta hallarlas con la ayuda de nuestroSeor. Su seguridad era tanta que desconcertaba a los murmuradores, pero con todo ellolleg un momento de grave peligro. Temiendo un motn, inform de lo que ocurra a Martn Alonso y le pidiconsejo. La respuesta del marino de Palos fue tajante: Seor, ahorque Vuesa merced media docena de elloso chelos a la mar, y si no se atreve, yo y mis hermanos barloaremos sobre ellos y lo haremos, que armadaque sali con mandado de tan altos prncipes no habr de volver atrs sin buenas nuevas.

    Cristbal Coln y Martn Alonso Pinzn se complementaban de tal manera que sin la estrecha colaboracinde ambos en los momentos crticos y difciles la empresa descubridora resulta problemtica, pues si elespritu del almirante se alimentaba de vagas noticias, profecas e intuiciones geniales, el de Martn Alonso secentraba en lo prctico e inmediato. Su carcter abierto y exigente a la vez, su experiencia nutica y sucapacidad de mando le daban una autoridad casi indiscutible. Sabiendo los conspiradores que era muy capazde cumplir al pie de la letra sus palabras, se replegaron en la obediencia al almirante.

    Sobre el incidente del motn se han tejido muchas leyendas sin fundamento. Entre los bigrafos colombinos ycronistas de las Indias, no faltan los que aseguran que Coln hizo el escarmiento propuesto por MartnAlonso y mand ahorcar a nueve tripulantes, pero nosotros nos atenemos a la respuesta que el almirante dioal capitn de la Pinta: Martn Alonso, con estos hidalgos haymonos bien, y andemos otros das, e si enestos no hallaremos tierra, daremos otra orden en lo que debemos hacer.

    Tierra a la vista

    El 6 de octubre, Martn Alonso comunic al almirante que sera conveniente abandonar el rumbo delparalelo 28la ruta de Cipangoy cambiarlo de oeste a suroeste. El Padre Las Casas, tan fiel a Coln,dice lo siguiente: Esta noche dijo Martn Alonso que sera bien navegar a la cuarta del Oueste, a la parte delSudueste; y al almirante pareci que no. Deca esto Martn Alonso por la isla de Cipango, y el almirante vaque si la erraban que no pudieran tan presto tomar tierra, y que era mejor una vez ir a la tierra firme ydespus a las islas.

    A pesar de la obsesin de Coln por Cipango, el problema era otro. La verdad del casoescribeMadariagaera que la idea proceda de Martn Alonso y, por lo tanto, a Coln se le atragantaba en suorgullo. Coln luch con su orgullo durante todo ese da y buena parte del siguiente, que era domingo. Por la

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    maana, los de la Nia creyeron que haban visto tierra; izaron la bandera y tiraron un tiro de lombardasegn instrucciones de Coln, pero cuando tuvieron que confesar su error es ms que probable que Colnvolviera a pensar en el consejo de Martn Alonso. No estara pasndose ms all de Cipango por dejarlo alSur? Qu hacer? Pedirle inspiracin al cielo. Y el cielo se la dio: pasaban bandadadas de pjaros, todoshacia el suroeste. Entonces record que las ms de las tierras descubiertas por los portugueses se las deban a lospjaros que a ellas retornaban. Esto le decidi a poner rumbo al suroeste a pesar de que as lo aconsejabaMartn Alonso; y as lo hizo, una hora despus de anochecer, el 7 de octubre.

    El Diario de Coln registra que toda la noche del 9 estuvieron oyendo pasar pjaros, y aade: Era de creerque se iban a dormir a tierra o huan, quiz, del invierno, que en las tierras de donde venan deba de querer venir.El desasosiego entre la tripulacin creca ante el presentimiento. Como ms de una vez se repitiera lavoz de Tierra, Coln anunci que en lo sucesivo quedaran descalificados para obtener el premio de laCorona todos los que diesen la voz injustificadamente.

    El da 11 fue de grandes augurios. Segn dice Navarrete, los de la Pinta recogieron del agua una caa y unpalo y tomaron otro palillo labrado a lo que pareca con hierro, y un pedazo de caa y otra yerba que naceen tierra y una tablilla. Con estas seales respiraron y alegrronse todos. No era para menos despus de tantosdas de navegacin y pesadumbre. Desde las cofas o castillos de las naves, los vigas de la guardia

    acechaban y se interrogaban unos a otros.

    Aquella misma noche, a eso de las diez, y despus de cantar la Salve que daba fin a la jornada, Coln creydivisar una candelita que se mova en el horizonte. La luna todava no haba salido y habl de ello con PedroGutirrez, que tambin dijo haberla visto; otro compaero al que consult dijo no haber visto nada. En esemomentoescribe Morales Padrnla vio tambin un marinero llamado Pedro Izquierdo, natural de Lepe(del que Oviedo dice que apostat y se fue con los moros por no haberle dado Coln el premio prometido).Sin duda que tanto Coln como Izquierdo haban tenido visiones. Morison afirma que en aquel momentoestaban a 35 millas de las Bahamas, distancia a la cual no se distingue hoy un faro que hay en la islaWatling... Coln deseaba ser el primero en dar la voz y por ello se adjudic el premio ms por la gloria quepor la codicia, hemos de pensar, y por eso su hijo Hernando asent que el da 11 de octubre haba supadre descubierto el Nuevo Mundo.

    Sin embargo, el verdadero descubrimiento no se producira hasta las dos de la madrugada del da 12 deoctubre. La flotilla se deslizaba a dos leguas de la costa. La Pinta iba en vanguardia y en su cofa oteaba JuanRodrguez Bermejo, llamado por sus compaeros Rodrigo de Triana. E un paisaje de luna menguante divisuna cabeza blanca de arena y con voz potente grit la anhelante palabra: Tierra. Inmediatamente sedispar la lombarda y fueron arriadas las velas en espera de que llegase la nao almirante.

    Las horas que siguieron hasta la del alba, en que apareci ntidamente una isla coralina de reducidasdimensiones, fueron de bulliciosa alegra entre los descubridores. Era Cipango o alguna de las fabulosas isla

    del Gran Khan? As parece que lo pens Coln, y tambin el hombre prctico y realista que era MartnAlonso. Por lo pronto, el almirante del mar Ocano, pues ya lo era por derecho propio segn lascapitulaciones firmadas en Santa Fe con los Reyes Catlicos, se aprest a tomar posesin de la isla con todoslos honores.

    El almirante desembarc con sus dos capitanes y otros jefes y funcionarios reales en la playa de la isla quelos naturales llamaban Guanahan y l bautiz con el nombre de San Salvador. La ceremonia de la toma deposesin, bien meditada por Coln en los largos das de navegacin, estuvo llena de colorido y ritualismo.Salvador de Madariaga la resume rpidamente: Iba suntuosamente vestido y llevaba en la mano la bandera real,mientras que Martn Alonso y Vicente Yez llevaban cada uno una bandera de la Cruz Verde con la F y la Icoronadas a un lado y a otro de la cruz. El mar provea el elemento blanco, la tierra el moreno de aquelencuentro extrao e incongruente del hombre con el hombre; en el centro, Coln, los Pinzones, Rodrigo deEscobedo, escribano de la Armada, y Rodrigo Snchez de Segovia, su veedor, provistos de papel y plumapara redactar la minuta de aquel acontecimiento; una escolta armada y las tres banderas; en torno a losespaoles, una multitud de indgenas jvenes, hermosos y desnudos. Qu dijeron aquellos hombres

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    civilizados a aquellos salvajes? Qu gesto simblico imaginaron para franquear el foso que separaba a lasdos humanidades? El almirante llam a los dos capitanes y a los dems que saltaron a tierra (...) y dijo que le diesenpor fe y testimonio cmo l por ante todos tomaba, como de hecho tom, posesin de la dicha isla por el Rey e porla Reina sus seores, haciendo la protestaciones que se requeran. Sera difcil imaginar un actode incongruencia ms trgica entre hombre y hombres que esta toma de posesin. Afortunadamente ladiferencia de lenguaje permita a los indgenas interpretar esta ceremonia de los intrusos como un actosimblico o mgico, pues de otro modo una toma de posesin como la que en efecto se haba hecho slo

    poda ser totalmente incomprensible para seres como ellos desprovistos del sentido de la propiedad.El hombre que haba vivido y sufrido convencido de que estaba llamado a grandes destinos, se sinti posedoaquella maana de la grandeza que ambicionaba. Antes del descubrimiento, Coln haba traducido unos versosde la Medea de Sneca, que figuran en el libro de las Profecas y dicen lo siguiente: Vendrn lostardos aos del mundo ciertos tiempos en los cuales el mar ocano aflojar los atamientos de las cosas y se abriruna grande tierra y un nuevo marinero como aquel que fue gua de Jason que hubo nombre Thyphisdescubrir nuevo mundo y entonces no ser la Isla Thule la postrera de las tierras. Efectivamente, laprofeca se haba cumplido en l.

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    Introduccin

    NO es mucho lo que se sabe de la familia de los Colombos genoveses ni elalmirante del mar Ocano hizo gran cosa para esclarecer sus antecedentes

    familiares llegado a la culminacin de la gloria y realizados sus sueosdescubridores. Enigmtico, cauteloso y desconfiado como era, y tendrasus motivos para ello, no facilit el camino de sus bigrafos e historiadorescon noticias precisas y evocaciones de su infancia en el ambiente familiar.

    El primer antepasado de nuestro hroe del que se tienen algunas noticiasciertas es Giovanni Colombo, al que se supone oriundo de Moconesi, en elvalle de Fontanabuona, y con residencia y oficio de tejedor en el pueblode Quinto, hoy absorbido por la ciudad de Gnova. De este hombre no sesabe cuando naci, pero s que muri en 1444 y tena dos hijos y una hija:Antonio, Domnico y Battistina. De la hija no existen referenciasposteriores, pero Antonio y Domnico dejaron abundante parentela. El

    Enrique el Navegante, infantede Portugal, gran impulsor de

    los descubrimientosportugueses. (Miniatura

    deCrnica do Descobrimiento,de 1448-1453.

    primero tuvo cuatro hijos y todos ellos formaron parte del gremio detejedores. Domnico, el padre del futuro descubridor de Amrica, tuvocuatro hijos y una hija.

    La primera referencia histrica del padre de Cristbal Coln es un actanotarial, fechada el 21 de febrero de 1429, por la que Giovanni Colomboconcierta con el tejedor flamenco Guglielmo de Brabante la entrega de su

    hijo Domnico como aprendiz y pupilo a los once aos de edad. Esto nos permite saber que el padre deColn naci en 1418.

    Alcanzada la maestra, Domnico se estableci por su cuenta y alquil una casa en una calle de losalrededores del Palazzo di Pammatone, en el barrio de Portoria. Los propietarios de la casa eran los frailesdel monasterio de San Esteban. All vivi Domnico hasta el 4 de febrero de 1447; el dogo o jefe de laciudad de Gnova, Giano Campofregoso, le design para guardin de la Torre y Puerta dell'Olivella. Tena a

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    la sazn Domnico veintinueve aos y llevaba ya siete de maestro tejedor. El cargo no poda ser msmodesto, aunque el dogo lo considerase una alta distincin. Su sueldo era de veintiuna libras genovesastrimestrales para s y para sus compaeros. Tampoco era muy estable, pues el 10 de noviembre de 1450 sele renovaba el cargo por trece meses ms, para luego conceder la prebenda a un tal Agostino Bobliasco.Sin embargo, en la terrcola Torre y Puerta dell'Olivella naci Cristbal Coln en 1451.

    Que los Colombo gozaban de la voluble confianza del dogo de los genoveses parece fuera de duda, ya quepor la misma poca Antonio Colombo era tambin guardin de la Torre del Cabo del Faro, al otro extremode la ciudad.

    De la madre del descubridor tampoco se tienen muchas noticias. Se sabe que se llamaba SusanaFontanarossa y que era hija de un tal Giacomo Fontanarossa, natural de Bisagno. La referencia ms concretade su existencia es un documento notarial, tarial, fechado en agosto de 1473, autorizando a su marido avender el contrato de alquiler de la casa dell'Olivella. En el documento se consigna el consentimiento de losdos hijos mayores, Cristforo y Giovanni Pellegrino que debi morir sin conocer la gloria del inquieto yvagabundo Cristforo.

    En otro documento notarial, fechado en 1475, consta que Domnico Colombo o Columbus, como aparece

    en los referidos escritos, alquil otra casa a los mismos monjes de San Esteban en Vico Drito di Ponticello.Parece que estos cambios y mudanzas se debieron a dificultades econmicas y poco xito en el oficio detejedor, dice Madariaga y aade: Domnico parece, no obstante, haber sido miembro influyente de lacorporacin, porque en 1470 sus compaeros tejedores le confiaron una negociacin con la corporacin de laciudad vecina de Savona, mas no sin haber conocido primero la crcel de su ciudad natal, donde pas unperodo de reposo-obligado en el mismo ao al regresar de su embajada. Parece ser que este episodio fue debidoa un proceso entre Domnico Colombo y Gerolamo del Porto, en el curso del cual, Domnico y su hijoCristforo se ven sentenciados a pagar a del Porto treinta libras genovesas. Por vez primera aparece Cristforoasociado a su padre con una responsabilidad concreta; y si se tiene en cuenta que el muchacho tena entoncesdiecinueve aos, parece que este detalle hubiera podido merecer ms atencin de la que le han concedido hastaahora bigrafos y crticos. El rapaz acta entonces con eficacia para resolverle a supadre, hombre ya de cincuenta y dos aos, dificultades financieras. La escena siguiente nos presenta alveterano tejedor instalado en Savona, tejedor todava, pero tambin tabernero, porque por mucho quealgunos bigrafos delicados nos quieran disfrazar esta ocupacin como hostelero o ventero, desde luegode una posada de lo ms distinguidono faltaba ms!, el acta notarial del 2 de marzo de 1470 llama aDomnico tabernarius, sobre la cual no cabe discusin.

    Por lo que nos dice Madariaga y consta en diversos documentos de la poca, la situacin de la familiaColombo en Savona no parece ser muy boyante. Tanto en esta pequea ciudad como en Gnova, capital dela Repblica, a donde no tardar en volver, pasan dificultades y cambian de situacin con frecuencia. Setrata de una familia numerosa, pero la mayora de los hijos son laboriosos e inteligentes como iremos

    descubriendo oportunamente por las obras de cada uno de ellos y, muy especialmente, de los que figuran enla empresa descubridora: Cristforo, Bartolomeo y Gicomo, el futuro don Diego.

    Misterios y enigmas en la vida de Coln

    Cualquiera que intente penetrar en la enmaraada vida del almirante de las Indias ha de hacerlo sabiendoque debe recorrer una serie de encrucijadas, misterios y enigmas en los que los errores y contradicciones sonfrecuentes. De Coln se puede decir que ms que aclarar sus caminos, lo que hizo fue confundirlos,convirtiendo de esta manera su personalidad en una continua polmica.

    Nosotros no vamos a entrar en ese farragoso mar de los sargazos en el que los ratones de biblioteca sedisputan fechas, das y minutos de la vida del descubridor de Amrica, pues a estas alturas la polmicaalcanza niveles de erudicin que escapan a nuestro propsito, que no es precisamente el de ofrecer a loslectores un mamotreto de difcil lectura y repleto de claves interpretativas. Nos interesa ms la personalidad

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    humana del descubridor y la epopeya que llev a cabo, que saber con exactitud el tiempo que fue cardador,tejedor o tabernero... Resulta evidente que Coln fue todo esto y otras cosas ms, pero sobre todo fue unnavegante osado y despierto a todo lo que suceda a su alrededor.

    Algunos bigrafos sealan que la familia Coln lleg a constituir una pequea empresa familiar de ingresosmedios y afirman que el futuro descubridor haba estudiado desde muy joven Latn, Matemticas, Geografay Astronoma en la Universidad de Pava, adquiriendo con ello una cultura media que le capacitara parainiciarse en el estudio de la ciencia nutica. Sin embargo, nada de esto est suficientemente demostrado. Elcuadro que nos traza Antonio Gallo, canciller del Banco de San Jorge y cronista oficial de Gnova desde1477, es sensiblemente dispar en algunos aspectos: Cristforo y Bartolomeo Colombo, hermanos, ligurios denacin, de padres plebeyos genoveses que vivan de salarios que ganaban como laneros (porque el padre eratejedor y los hijos a veces cardadores) alcanzaron fama grande en toda Europa por un hecho de la mayor osada yde la ms notable novedad en las cosas humanas. Aunque de poco saber en su niez, se dedicaron a lanavegacin, segn costumbre de su raza, al alcanzar la edad pber. Pero al fin Bartolomeo, que era el ms joven,se instal en Portugal, en donde, para ganarse la vida, se dedic a hacer mapas de pintura para uso demarineros, en los cuales representaba mediante dibujos: mares, puertos, costas, bahas e islas en susproporciones verdaderas. Durante los ltimos cuarenta aos, todos los aos salan de Lisboa expedicionespor mar que iban y venan a las costas occidentales de Africa, revelando tierras continentales y pueblos

    desconocidos en las edades pasadas. Pero Bartolomeo, influido por el estudio de los mapas y familiarizado con loscuentos de los que de un modo u otro retornaban tornaban de partes distantes del mundo, comunicsus argumentos y pensamientos a su hermano, ms experto en cosas de la mar, indicndole cmo el quesaliera hacia el mar dejando atrs las costas meridionales de Africa, se encontrara a mano derecha, hacia eloccidente, tierras continentales.

    Aunque el asunto no resulta tan simple como se deduce del resumen del cronista genovs, contemporneo deColn, por lo menos nos pone sobre pistas seguras para adentrarnos en su enmaraada biografa colombina,ya que uno de los aspectos ms discutidos y polmicos es precisamente su nacionalidad, pues espaoles,italianos y portugueses todavan se siguen disputando al descubridor como un tesoro propio. Y entre los

    espaoles, son los catalanes y gallegos los ms pertinaces en atribuirse la oriundez del descubridor.Como dice Madariaga, la mayor dificultad para esclarecer este punto es que aunque Coln escribi muchosobre s mismo, en ninguno de los papeles que son indiscutiblemente de su mano dice explcitamente sergenovs. Los motivos que tuviera para dejar en el aire detalle tan importante son desconocidos. Delhermetismo del almirante de las Indias existen testimonios irrefutables entre los primeros cronistas y sus mscercanos bigrafos. Por ejemplo, Oviedo, uno de los primeros y ms escrupulosos historiadores de las Indias,escribe de Cristbal Colji: Segn yo he sabido de hombres de su nascion, fue natural de la provincia deLiguria, que es de Italia, en la cual cae la cibdad e seoro de Genova; unos dicen que de Savona, e otros quede un pequeo lugar o villaje dicho Nervi que es a la parte del levante y en la costa de la mar, a dos leguasde la misma cibdad de Genova, y por ms cierto se tiene que fue natural de un lugar dicho Cugureo.

    Pero ms confuso y equvoco todava resulta su propio hijo, Fernando Coln, a quien puede considerarse subigrafo oficial y mejor informado, quien escribe: Y si algunos que de cierta manera quieren oscurecer sufama, dicen que fue de Nervi; otros de Cugureo; otros de Bugiasco, lugarcillos pequeos cerca de Gnova ysituados en su ribera; otros que quieren exaltarle ms, dicen que era de Savona, y otros genovs, y algunostambin saltando ms sobre el viento, le hacen natural de Placencia, donde hay personas muy honradas, ysepulturas con armas y epitafios de los Colombos. Como vemos, ms que aclarar se pierde en vaguedades, ytermina afirmando que en las investigaciones que hizo sobre la familia de su padre no encontr rastro ni enGnova ni en la regin. Cmo es posible que no supiera por su mismo padre de dnde era natural? Y si losaba, como es lo ms probable, por qu tanto empeo en sembrar confusiones?

    Algunos tratadistas bien documentados en el tema colombino, atribuyen la intencionada vaguedad yconfusin difundida por el mismo descubridor y sus descendientes directos a los obstculos que podanrepresentar para un hombre de origen humilde alcanzar los mximos honores en una sociedad como laespaola de aquella poca.

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    Otro de los aspectos ms polmicos y discutidos de su biografa son las fechas de nacimiento y susexperiencias nuticas. La cronologa de los archivos genoveses y la recogida por los primeros cronistas ybigrafos del gran descubridor de Amrica raramente coinciden. Bernldez, que conoci personalmente aColn, nos dice que naci en 1436 y que era natural de la provincia de Miln. Sin embargo, los estudios mscientficos y recientes, sitan su nacimiento entre el 26 de agosto y el 31 de octubre de 1451. En cuanto asus experiencias nuticas, ya nadie duda de que fueron muy tempranas. Adems del testimonio del cronistagenovs, Antonio Gallo, buen conocedor de la familia de los Colombos, el mismo Coln escriba en 1501:

    De muy pequea edad entr a la mar navegando y lo he continuado hasta hoy: la misma arte inclina a quien laprosigue a desear saber los secretos de este mundo; ya pasan de los cuarenta aos que yo voy en este uso.Todo lo que hasta hoy se navega he andado.

    Parece seguro que Coln inici su vida marinera, siendo todava un nio, en el comercio costero de paos,algodn, queso y vino entre Savona y Gnova. El problema que aqu viene suscitado por las contradicciones entrelas tesis genovesas, que insisten en atribuir a Coln el oficio de cardador hasta los veintids aos, y lasdeclaraciones del interesado, que coinciden precisamente con las del cronista Antonio Gallo, quien nos diceque los dos hijos mayores del tejedor Domnico Colombo slo fueron ocasionalmente cardadores y quedesde la edad pber fueron navegantes, instalndose Bartolomeo muy pronto en Lisboa.

    Incluso existen opiniones bien fundadas de que Coln no slo empez la navegacin muy nio, sinotambin que en edad muy temprana anduvo en oficio de corsarios y capitane algn barco. En una de lascartas que escribe a los Reyes Catlicos dice algo que debe hacer meditar a los eruditos de la confusin: Am acaeci que el Rey Reynel, que Dios tiene, me envi a Tnez para prender la galeaza Fernandina, yestando ya sobre la isla de San Pedro, en Cerdea, me dijo una saetia que estaban con la dicha galeaza dosnaos y una carraca; por la cual se alter la gente que iba conmigo y determinaron no seguir el viaje, salvo dese volver a Marsella por otra nao y ms gente. Yo, visto que no poda sin algn arte forzar su voluntad,otorgu su demanda, y mudando el cebo del aguja, di la vela al tiempo que anocheca, y, otro da al salir elsol, estbamos dentro del cabo de Carthagine, teniendo todos ellos por cierto que bamos a Marsella.

    Este documento, transcripto por el Padre Las Casas, revela que la vida del joven Coln no es tan lineal yvulgarota como quieren hacernos creer los documentalistas genoveses y algunos de sus santificadoresbigrafos, y que recorri no slo todos los caminos de la mar conocidos hasta entonces, sino que particip desdemuy joven en algunas aventuras peligrosas y lucrativas, como las que se derivan de la navegacin encorso. Pues, segn algunos historiadores, el incidente que relata Coln ocurri alrededor de 1472-73, y elRey Reynel no es otro que Renato de Anjou, prncipe francs a quien los catalanes sublevados contra Juan II deAragn, padre de Fernando el Catlico, ofrecieron la corona. Tena entonces Cristbal Coln veintiuno oveintids aos, y sta es una de las razones que los documentalistas genoveses aducen para calificar deembustero al descubridor de las Indias occidentales, ya que no concuerda con los datos que figuran en susarchivos y actas notariales.

    Existe otro hecho de singular importancia que enardece a los polemistas colombinos. La culpa en este caso,como en otros, la tiene el mismo Coln por su cautela de facilitar datos concretos a sus futuros cronistas ybigrafos. Salvador de Madariaga, tan concienzudo en descubrir las claves de Coln y poner fecha exacta alas vaguedades que refieren sus cronistas, nos aclara algunos puntos oscuros. Escribe el Padre Las Casasrefirindose a las circunstancias que llevaron a Coln a Portugal: Como fuese (...) Cristbal Coln tandedicado a las cosas y ejercicio de la mar, y en aquel tiempo anduviese por ella un famoso varn el mayor de loscorsarios que en aquellos tiempos haba, de su nombre y linaje, que se llamaba Columbo Junior, teniendo nuevasque cuatro galeazas, a diferencia de otro que haba sido nombrado y sealado antes, y aqueste Juniortrajese grande armada por la mar contra infieles y Venecianos y otros enemigos de su nacin, CristbalColn determin ir e andar con l, en cuya compaa estuvo e anduvo mucho tiempo. Este Columbo Junior,

    teniendo nuevas que cuatro galeazas de Venecianos eran pasadas a Flandes, esperolas a la vuelta entreLisbona y el Cabo de San Vicente, para asirse con ellas a las manos.

    Las Casascomenta Mandariagadescribe la batalla prolijamente, y en particular cmo el barco en quese encontraba Coln y un galeaza con la que se haba enlazado en abrazo tan estrecho como los del amor, se

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    prendieron fuego juntos en fuego de guerra, como sucede tambin con el fuego del amor, y nos dice cmolos ms de los marineros y combatientes "escogieron padecer antes la muerte del agua que la del fuego",pero aade el cronista, "el Cristbal Coln era muy gran nadador, y pudo haber un remo que a ratos lesostena mientras descansaba, y ansi anduvo hasta llegar a tierra, que estara poco ms de dos leguas yadonde haban ido a parar las naos con su ciega y desatinada batalla".

    Esta batalla relatada por Las Casas, que invoca el nombre del cronista italiano Sabellico, y que el hijo deColn, don Fernando, repite, a juicio de Madariaga, tuvo lugar en 1485, cuando Coln ya se encontraba enEspaa. Sin embargo, en 1476, se produjo la verdadera batalla en la que intervino Coln. Por lo dems, los hechosse corresponden con la narracin de Las Casas, prescindiendo de Sabellico y apartando a ColomboJunior, corsario al servicio de Francia y cuyo nombre verdadero era Jorge Bissipat o Jorge el Griego.

    Don Salvador de Madariaga se atiene en este aspecto a los datos que facilitan el cronista portugus Ruy dePina y el castellano Alonso de Palencia, los cuales, segn el referido autor, describen una batalia de SanVicente que tuvo lugar el 13 de agosto de 1476, cuando Coln navegaba todava, y en la cual, el almirante-corsario francs Guillaume de Casanove-Coullon, conocido en Italia por Colombo y en Espaa por Coln,atac unas naos genovesas en las circunstancias relatadas por Las Casas y por don Fernando.

    El hecho no puede ser ms conflictivo, pues los documentos y testimonios que Madariaga presenta con suhabitual brillantez y profundidad, estn en cumpleta pugna con la historiografa santificadora del descubridor de lasIndias; pues de todo ello se viene a deducir que Coln hizo guerra a sus paisanos genoveses por cuentade Francia y bajo el mando de un almirante-corsario que, al decir del mismo autor, tena algn parentescocon l.

    Un enigma que vale por todos los dems: Coln hispano-judo?

    La hiptesis de Madariaga es tan apasionante que no podemos pasarla por alto ya que, de ser cierta, en locual no entramos ni salimos, justificara el carcter receloso y hermtico del almirante de las Indias en

    muchos puntos oscuros de su biografa, y nos permitira comprender ciertas rarezas y singularidades delmismo. El tema es tan arduo y complejo que no cabe en las pginas de esta biografa. Los interesadospueden encontrar una rica argumentacin en la Vida del muy magnfico seor don Cristbal Coln delfamoso historiador espaol, quien afirma el origen sefardita de nuestro hroe, y aade:

    sta conclusin se ha impuesto a nosotros como la nica explicacin posible para armonizar dos grupos dehechos que hasta ahora han permanecido tcita o expresamente irreconciliados. Frente a estedilema, queseparaba con un abismo infranqueable ciertos datos del grupo Colombo-Gnova de otros datos del grupo Coln-Espaa, y en particular de la lengua, los colonistas se han dividido en dos grupos: los que sostienenque Coln era genovs y los que sostienen que era espaol; pero, aunque de opiniones opuestas, sus mtodos

    son idnticos; ambos defienden sus causas desentendindose por completo del grupo de hechos que lesestorba, ya sea declarndolos falsos, ya olvidndolos discretamente. No parece posible tomar en cuenta loshechos de uno y otro lado de esta barricada histrica ms que adoptando la tesis aqu sostenida: nacido enGnova, Colombo era de origen hispano-judo, bilinge desde la cuna, es decir, se expresaba en una formapopular y desde luego no escrita del dialecto genovs y en un castellano tradicional y escrito, si bien ms omenos fermentado por un destierro de lo menos cien aos.

    La teora de Madariaga, para remachar su tesis, se basa en tres puntos claves. El primero en la dificultad delos historiadores genoveses para encontrar informacin ms all de su abuelo paterno, Giovanni Colombo,por lo cual deduce que esta familia de sefarditas catalanes se vio forzada a emigrar a Italia hacia 1390 aconsecuencia de la represin desencadenada contra los judos. Esto justificara las palabras de Las Casas:

    Sus padres fueron personas notables, en algn tiempo ricos..., otro tiempo debieron ser pobres por lasguerras y parcialidades que siempre hubo y que nunca faltan, por la mayor parte, en Lombarda. Elsegundo, el que su lengua hablada y escrita fuera el castellano, aunque un castellano un tanto anacrnico.Refirindose concretamente a los cambios en la grafa del apellido, que, como es sabido, us los de

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    Colombo, Colomo, Colom y Coln, su hijo Fernando escribe: El almirante conforme a la patria donde fue avivir y empezar.

    Su nuevo estado, lim el vocablo para conformarle con el antiguo y distinguir los que procedieron de l delos dems que eran parientes colaterales, y as se llam Coln; esta consideracin me mueve a creer que ascomo la mayor parte de sus cosas fueron obradas por algn misterio, as en lo que toca a la variedad desemejante nombre y sobrenombre no deja de haber algn misterio. Y el tercero y definitivo es lo que elmismo Coln escribe en una carta al ama del prncipe don Juan: No soy el primer almirante de mi familia;pngame el nombre que quisieren, que al fin David, Rey muy sabio, guard ovejas y despus fue hecho Reyde Jerusalem; yo soy siervo de aquel mismo Seor que puso a David en este estado. De aqu deduceMadariaga que si l no fue el primer almirante de su familia es porque era pariente del francs meridionalCasanove-Coullon, almirante-corsario de Luis XI y aliado de Renato de Anjou contra Juan II de Aragn,padre de Fernando el Catlico, pues fueron muchos los Coloms de Catalua que abrazaron su causa.

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    Introduccin

    SABEMOS ya que el 13 de agosto de 1476 Cristforo Colombo eraarrojado a las playas de Portugal tras combatir en una dura batalla quemuy bien pudo costarle la vida. Si se salv de la muerte por fuego o por

    agua, es porque conoca mejor el lquido elemento y en l se mova conhabilidad. Los barcos genoveses que pudieron salvarse en la batalla de SanVicente regresaron a Cdiz. Pero Coln, que luchaba en el bando francsal mando de su presunto pariente el almirante-corsario, busc refugio enPortugal. El joven Colombo tena entonces veinticinco aos, llevabaquince de navegacin y se hallaba en la edad en que el hombre inteligentey seguro de s mismo sabe que si quiere llegar a alguna parte debe elegir supropio camino en la encrucijada vital, pues la dispersin de intencionesconduce algunas veces al xito, pero las ms a la frustracin.

    Si es cierto que Coln perteneca a la raza errante y sus ambicionesnuticas eran obsesivas, como parece ser, Portugal era entonces el nicopunto del planeta que viva de cara al mar y en sus costas bulla la fiebredescubridora. Flanqueado el pequeo reino por la frrea Castilla, busc su

    Alfonso de Alburquerque,organizador del asentamiento

    de Portugal en la India.zona de expansin en las rutas martimas hasta convertirse en unapotencia descubridora. Para hacernos una idea de esta dinmica, que noera exclusiva de Portugal, pero que en el momento de arribar Coln a susplayas s figuraba a la vanguardia de las exploraciones atlnticas, bastar

    con sealar algunos hitos importantes: en 1419 los portugueses descubren Madeira; en 1434 Gil Eanes doblael temible cabo Bojador; en 1445 Dinis Dias descubre Cabo Verde.

    El alma de este movimiento desbordante era Enrique el Navegante, el tercero de los hijos de Juan I dePortugal, fundador de la Escuela Nutica de Sagres en el cabo de San Vicente. La referida escuela no separeca en nada a lo que hoy entendemos por tal. Ms bien se trataba de un centro gremial. El cronista delInfante, Azurara, dice que se pareca a la que haba en Cdiz, que era el Colegio de Pilotos Vizcanos, donde

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    se impartan enseanzas prcticas y se examinaba a los que aspiraban a obtener el ttulo. Este centro fuefundado en 1 38, y a l llegara el nufrago Coln treinta y ocho aos despus. Enrique el Navegante lodirigi hasta su muerte en 1460.

    Los avances descubridoresescribe Morales Padrnno se debieron slo a la accin personal delInfante, pero l es una figura clave en ellos. Portugal, con una geografa apuntando al misterioso Atlntico,estaba determinada a lanzar a sus hombres sobre l. El Infante comenz la tarea y le dio base cientfica. DonEnrique se mova por afanes comerciales, intereses cientficos, razones polticas y convicciones religiosas.El portugus Dego Gomes, por su parte, seala entre los proyectos de Enrique el Navegante, eldescubrimiento de la ruta de la India dando la vuelta al continente africano, y la exploracin del Occidenteen busca de las islas y tierra firme de que habla Tolomeo.

    Mucho se ha escrito sobre la cada de Constantinopla en poder del Islam y las consecuencias que tuvo esteacontecimiento en la economa europea y muy especialmente en la italiana, ya que eran algunos Estadositalianos los que monopolizaban prcticamente el comercio con Oriente. La Repblica de Gnova fue una delas que sufri ms drasticamente la decadencia del comercio martimo con Oriente. De ah que no fueranpocos los banqueros, comerciantes y armadores que emigraran a Portugal y se establecieran en los puertosms boyantes de Andaluca que se asomaban al Atlntico. Pero ya hemos visto que la expansin portuguesa

    empez antes de que esto ocurriera, lo cual no quiere decir que ambos fenmenos no se interrelacionen.

    Constantinopla cay en 1453 y en 1455 el Papa Nicols V publica la bula Romanus Pontifex que otorga aPortugal todas las tierras, islas descubiertas y por descubrir, con exclusin de cualquier prncipe cristiano,desde el cabo Bojador en adelante. Pero al ao siguiente otro Sumo Pontfice, Calixto III, ampla laconcesin de los privilegios terrcolas aadiendo los espirituales y temporales. La beneficiara de laespiritualidad de la tierra y la eclesistica de lo conquistado y por conquistar es la Orden de Cristo. No enbalde se ha dicho que estas dos bulas son la Carta Magna del Imperio lusitano.

    En Portugal Coln descubre su verdadero camino

    Los exaltadores de Coln le han rodeado de una aureola de brillantes conocimientos adquiridos en laUniversidad, pero ya sabemos que no, que el almirante no alcanz lo que sus doctorales panegiristas quierenhacernos creer. Su nica universidad fue el mar y su propia vocacin de estudioso, pero no cabe duda de que fue unlince para asimilar todo lo que vea y un ambicioso de saber en lo que le marcaba su vocacin. Por siesto fuera poco, tenemos sus propias palabras recogidas por el Padre Las Casas: A este mi deseo hall aNuestro Seor muy propicio y hube dl para ello espritu de inteligencia. En la marinera me hizo abundoso,de astrologa me dio lo que abastaba, y ansi de geometra, aritmtica, e ingenio en el nima y manos para dibujar

    esta esfera, y en ella las ciudades, ros y montaas, islas y puertos todo en su propio sitio. En estetiempo he yo visto y puesto estudio en ver todas escrituras, cosmografa, historias, crnicas y filosofa y deotras artes. A lo que fray Bartolom aade un comentario que corrobora la hiptesis de que Coln eraautodidacto: Dice abastaba porque tratando con hombres doctos en astrologia, alcanz dellos lo que habamenester para perfeccionar lo que sabia de la marineria, no porque estudiase astrologia.

    Como la carta dirigida a los Reyes Catlicos est escrita despus de la estancia de Coln en Portugal, no esatrevido decir que en los ocho aos que permaneci all aprendi ms que en toda su vida anterior, pues elambiente era propicio para las imaginaciones ardientes y los espritus emprendedores.

    Fue Cristbal Coln quien encontr a su hermano en una librera de Lisboa o fue Bartolom el que se

    tropez con l...? Aunque la mayora de los bigrafos y cronistas aceptan lo primero como cosa demostrada, elhecho no est muy claro. Fernando Coln afirma que el primero en llegar a la capital lusitana fue su padre.En cualquier caso, Bartolom era muy joven cuando su hermano arrib a las playas portuguesas, pues no tenams de quince aos. Aunque sabemos que ambos haban empezado a navegar alrededor de los diez

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    aos, parece que Bartolom tuvo mejores ocasiones de capacitarse en el arte nutico que su hermano mayor,ya que el padre Las Casas dice: Creo por los libros y cartas de marear notados y glosados de su letra, quedeban ser suyos o del almirante, que era en aquella facultad tan docto que no le haca el almirante muchaventaja, y aade que era muy buen escribano, mejor que el almirante, porque en mi poder estn muchascosas de las manos de ambos.

    La historiografa nos dice que ambos hermanos se encontraron en una librera lisboeta donde el jovenBartolom trabajaba en hacer mapas. La capital del imperio lusitano contaba entonces con cincuenta ycuatro libreras registradas en donde, segn Madariaga, se vendan libros en todas las lenguas antiguas ascomo en las contemporneas latinas, y tambin astrolabios, brjulas y ampolletas, como llamaban, endiminutivo cataln, a los relojes de arena.

    Si bien ignoramos cul de los dos hermanos fue el primero en llegar a Lisboa, resulta evidente que ambos sededicaron al oficio de libreros y se ganaron la vida dibujando mapas, navegando y viviendo en estrechocontacto con la marinera de las flotas descubridoras. Esto lleva a Salvador de Madariaga a establecer unnuevo eslabn entre los judos de Mallorca, Barcelona, Gnova y Lisboa: Eran entonces, como es sabido, lacosmografa, la astronoma, y el arte de hacer cartas de marear, ocupaciones sino exclusivas, por lo menospredominantes de los judos. Una mayor libertad de pensamiento, una mayor disposicin hacia las lenguas

    orientales, el continuo viajar y por lo tanto un mejor conocimiento de rutas, distancias y caravanas, mayorinformacin sobre tierras lejanas a causa de la universalidad de su raza y de su actividad comercial, erantodas circunstancias favorables para que la gente hebrea figurase a la cabeza del noble esfuerzo queentonces se haca para desarrollar el conocimiento de la tierra y del cielo y de su verdadero tamao y forma.En Lisboa haba florecido siempre y segua floreciendo entonces una rica y activa colonia juda, cuyoprestigio, tanto social como intelectual, haba subido en poca reciente gracias a la fuerte proporcin demaestros cosmsgrafos y de hombres de ciencia hebreos que figuraban entre los que el Infante don Enrique habareunido en Sagres. Al tiempo en que Coln llega a Lisboa, figuran a la cabeza de estos estudiosos dos ilustres judos,Mestre Joseph Vizinho, mdico del Rey, y el clebre astrnomo espaol Abraham Zacuto.

    La carta de Toscanelli

    En 1470 Alfonso V de Portugal nombr a su hijo el futuro Juan II, jefe de los servicios de las expediciones ydescubrimientos. En el lenguaje moderno el cargo correspondera al de ministro de Marina, y era el mismoen el que Enrique el Navegante haba forjado los cimientos imperiales de Portugal. El destino del paslusitano estaba ya marcado por la tradicin y los privilegios pontificios. Su misin era clara, pero los caminostodava eran confusos y las nociones cientficas demasiado vagas para lo que empezaba a convertirse ennecesidad imperiosa: el restablecimiento del comercio con Asia a travs del Atlntico, ya que el Imperio

    otomano cerraba el camino de las rutas mediterrneas.El prncipe Juan impuls las exploraciones, estableci reglamentos sobre el trfico martimo y foment laconstruccin naval. El nico camino que entonces se consideraba posible era bordear las costas de Africapara llegar a la India. En este empeo nadie hizo ms que los navegantes portugueses. El camino era tan seguroque, al final, terminaron por encontrar el camino de la especiera. Mientras en Lisboa se hacanplanes para alcanzar este objetivo, el cannigo Fernao Martins, o Fernao de Roritz, inform al prncipe Juanque en un reciente viaje a Italia haba conversado ampliamente sobre este tema con Paolo del PozzoToscanelli (1398-1482) un famoso matemtico, fsico y humanista florentino, quien crea que la va dePoniente era perfectamente navegable y ms fcil y corta que la de Levante.

    El prncipe don Juan se sinti tan interesado en las revelaciones del cannigo de Lisboa que le rogescribiese a Toscanelli para que le facilitase informes concretos. La respuesta del humanista florentino estfechada el 24 de junio de 1474; y en la misma enva a Fernao Martins un mapa hecho por mis propiasmanos, en el que estn dibujados vuestros litorales e islas desde las cuales podris empezar vuestro viaje

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    hacia el oeste y los lugares a los que debis llegar y la distancia al Polo y lnea Equinoccial a que debisateneros y cuntas leguas habris de cruzar para llegar a aquellas regiones fertilsimas en toda suerte dearomatas y gemas; y no os extrais que llame Oeste a la tierra de las especies, siendo as que es usual decirque las especies vienen de Oriente, porque el que navegue a Poniente por el hemisferio inferior hallarsiempre aquellas partes al Oeste, y el que viaje por tierra en el hemisferio superior las encontrar al Oriente.

    En la referida carta constaban las medidas de la Tierra, as como la distancia entre la costa occidental deEuropa y la costa oriental de Asia. Segn la tesis de Toscanelli, resultaba ms fcil alcanzar la India, China(Catay) y Japn (Cipango) por el Oeste que bordeando la costa de Africa. Coln escribe MoralesPadrnlogr leer una copia de la carta de 1474 y otra que ratificaba su contenido. En Marco Polo estabatodo el quid del problema, puesto que Toscanelli haba aceptado los 30de longitud que Polo aadi alextremo de China. Coln llev la idea ms lejos an: siguiendo a Marino de Tiro aadi al continenteasitico 45de extensin hacia el Este, y calcul que el ocano entre Europa y Asia era ms estrecho de loque Toscanelli supona: entre Canarias y Cipango corran para Toscanelli 3.000 millas nuticas, mientras quepara Coln haba 2.400. Como vemos, el optimismo de estos cientficos del XV es exagerado, puesrealmente son 10.600 las millas que separan a Canarias del Japn.

    Sin dudar de que la carta de Toscanelli influyera decisivamente en Coln y que, a su debido tiempo, le

    ayudara a formular su propia tesis ante los prohombres de la corte castellana, en Portugal tena que ganarsela vida y capacitarse para la misin que se atribua. En este sentido podemos decir que Lisboa fue suverdadera universidad, pues all altern con los mejores gegrafos y cientficos que rodeaban al prncipe donJuan y formaban parte de la brillante Escuela de Sagres.

    Pero lo suyo era el mar y todo lo que se relacionara con la idea descubridora que le haba nacido de suslecturas de Los viajes de Marco Polo, el Imago Mundi de Pierre D'Ailly, y la Astronoma de Tolomeo. As enfebrero de 1477 se encuentra en la vieja Thule y moderna Islandia, la ltima de las tierras. Algunos de susbigrafos niegan este viaje y lo atribuyen a su aficin a fantasear, pero el testimonio del padre Las Casas pareceirrefutable: En unas anotaciones que hizo de como todas las cinco zonas son habitables, probndolo porexperiencia de sus navegaciones, dice ansi: Yo navegu el ao de cuatro cientos y setenta y siete en elmes de febrero, ultra Thile, isla cien leguas, cuya parte austral dista del equinocial 73y no 63comoalgunos dicen, y no est dentro de la lnea que incluye el occidente, como dice Ptolomeo, sino mucho msoccidental, y a esta isla, que es tan grande como Inglaterra, van los ingleses con mercaderas, especialmente deBristol, y al tiempo que yo a ella fui no estaba congelado el mar, aunque haba grandsimas mareas, tantoque en algunas partes, dos veces al da suba la marea 25 brazas o descenda otras tantas en altura.

    Aunque el texto contiene errores geogrficos de bulto, segn Madariaga, no cabe duda que Coln estuvopara ver cmo era Thule y cmo eran las cien leguas ms al Norte, pues deseaba cerciorarse de lanavegabilidad de los mares rticos en invierno.

    Parece que la ltima vez que Cristbal Coln estuvo en Gnova fue en abril de 1479, tras un viaje a las islasde Madeira para comprar azcar por cuenta de Paolo di Negro, un genovs residente en Lisboa yprobablemente emparentado con Negro, un poderoso judo financiero de Portugal.

    Matrimonio de Cristbal Coln

    Sabemos por el Padre Las Casas que el futuro almirante, ya posedo por su ensueo providencial, sola ir amisa al convento de los Santos, un convento aristocrtico en el que las comendadoras eran damas de

    alcurnia relacionadas con las principales familias de Lisboa. El que Coln oyese misa en este convento y no enotro, algunos de sus bigrafos lo atribuyen a espritu calculador. Y no les falta razn, pues en Coln todoslos caminos se relacionaban con el mismo fin: la gloria y la fortuna. Si su ambicin puede calificarse dedesmedida, sus trabajos y esfuerzos para conseguirlo no lo son menos.

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    El convento de los Santos perteneca a las monjas de la Orden Militar de Santiago. Era una especie de hogardonde se confinaban las esposas e hijas de los caballeros de Santiago mientras sus maridos y esposos hacan laguerra a los infieles. El convento gozaba de fama en la ciudad tanto por su virtud como por las damas queen l buscaban refugio, algunas de ellas vinculadas al trono.

    Cuando se produjo el flechazo entre la noble dama Filipa Moniz de Perestrello y el futuro almirante,contaba Christovo Colombo veintinueve aos, tena fama de buen navegante, se relacionaba con personajesde la corte y muy especialmente con los influyentes financieros y cosmgrafos judos. Por lo dems, el retratoque traza de l Oviedo no puede ser ms sugestivo: De buena estatura y aspecto; ms alto quemediano y de recios miembros, los ojos vivos y las otras partes del rostro de buena proporcin; el cabellomuy bermejo; y la cara algo encendida y pecosa, bien hablado, cauto, de gran ingenio y gentil latino,doctsimo cosmgrafo; gracioso cuando quera e iracundo cuando se enojaba.

    El matrimonio entre la doncella apartada del mundanal ruido y el apuesto navegante se celebr a finales de1479. Era un matrimonio de conveniencias? Nada se sabe al respecto, pero resultaba muy conveniente paraaquel joven ambicioso, lector de Sneca, que aspiraba a descubrir un nuevo mundo. Pues Filipa MonizPerestrello, o Perestrello Moniz, proceda por su madre de la poderosa familia Moniz. Su fundador, EgasMoniz, haba sido gobernador del reino en el siglo XII con el primer rey de Portugal, Alfonso Enrquez. La rama

    paterna tambin era noble y proceda de Italia. Las relaciones del padre de Filipa, muerto en 1457 58, eranindudables, pues despus de varias tentativas exploratorias fracasadas, don Enrique el Naveganteotorg a Bartholomeu Perestrello el nombramiento de capitn hereditario de Puerto Santo. Al morir ste, su viudacedi la capitana de la isla de Puerto Santo a un hermano del difunto, pero en 1473 el mando pas alhijo del primero, que tambin se llamaba Bartholomeu. Sea cualquiera su origen, el poder y la categora socialde esta familiaescribe Madariagaeran indudables, as como su relacin con la isla de PuertoSanto, cuya famosa Capitana se le concedi a ttulo hereditario. Pero ahora que ya conocemos la verdadera ndolede la pericia marinera de Perestrello, es para nosotros evidente, aunque no lo era para Las Casas, quelos instrumentos, escrituras y pinturas del capitn de Puerto Santo no fueron jams causa de inspiracinpara los designios del futuro almirante de las Indias; hecho que viene a confirmar nuestra sospecha de que el

    impulso hacia el ocano y la ruta de las Islas actuaba ya en el nimo de Coln antes de que se aliase con lafamosa familia portuguesa y, por lo tanto, que busc esta alianza precisamente por su relacin con PuertoSanto, base admirable de exploracin para el mar desconocido.

    El Padre Las Casas, confidente fidedigno del pensamiento colombino, no permite dudar de las intencionesde Coln al trasladarse a la isla que se hallaba bajo el mando de su cuado: Ansi que fuese a vivir CristbalColn a la dicha isla de Puerto Santo..., por ventura por sola esta causa de querer navegar, dejar all sumujer, y porque all en aquella isla y en la de Madera, que est junta, y que tambin se haba descubiertoentonces, comenzaba a haber gran concurso de navos sobre su poblacin y vecindad, y frecuentes nuevas setenan cada da de los descubrimientos que de nuevo se haban.

    Los aos de Coln en Portugal fueron fecundos en todos los sentidos. All se cas y tuvo su primer hijo,Diego, en 1479 u 80; all se capacit y adquiri una gran cultura nutica; all concibi su grandiosa empresay la madur en todos sus aspectos. Aunque sin detalles precisos, por sus notas escritas en los mrgenes de loslibros que lea, y las confidencias verbales que hizo a las personas de su confianza, se sabe que naveg portodo el mundo colonial portugus, inquiriendo detalles de las exploraciones y descubrimientos que tenanlugar. Parece que sus interlocutores preferidos eran los marineros que navegaban por los mares delOccidente. Las Casas nos dice que Martn Vicente, piloto del rey de Portugal, le cont en cierta ocasin, quenavegando a unas cuatrocientas cincuenta leguas al oeste del cabo de San Vicente, recogi de la mar unmadero labrado artsticamente y no con herramienta de hierro. El piloto pensaba que como el viento soplaba deloeste, el madero deba venir de alguna isla que hubiera por all. Tambin Pedro Herrera, casado con una

    hermana de su mujer, le dijo que en Puerto Santo haba visto un madero parecido, as como de caas tangrandes que en cada seccin caba una azumbre de vino o de agua, lo cual le fue confirmado despus por elmismo rey de Portugal. Entre los habitantes de las Azores recogi igualmente informes valiosos. Porejemplo, en las islas Graciosas y Fayal, en las que no existan pinos, las tempestades con viento oeste onoroeste arrojaban algunas veces troncos de pinos. Por otra parte, en la isla de las Flores, del mismo grupo,

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    le contaron que en cierta ocasin el mar haba arrojado a la playa dos cuerpos humanos con rostros muyanchos y diferentes a los de los cristianos.

    Relacin de Coln con el rey de Portugal

    Los portugueses han dado a Juan II el sobrenombre de Rey perfecto. El reinado de don Juan no comenzhasta 1481, pero ya sabemos que desde 1474, dos aos antes de que arribara Coln a Portugal, tena a sucargo todo lo que se refera a la exploracin martima, la navegacin y los establecimientos coloniales.Prcticamente fue el continuador de la obra comenzada por Enrique el Navegante. Saba de la mar todo loque haba que saber y, para mayor gloria suya, viva rodeado de hombres sabios, cientficos y capitanesexperimentados. Buena prueba de ello es que rechaz el plan de Toscanelli por considerarlo errneo...errneo para un buen administrador de los recursos de su pueblo, como era Juan II de Portugal, o para unajunta de matemticos, que contrasta, mide y pesa en relacin con las verdades conocidas. Pero no para unCristbal Coln desbordado por la imaginacin e impulsado por intuiciones y presentimientos misteriosos.

    El Padre Las Casas, tan devoto del almirante, nos dice a este respecto: Conceba en su corazn certsimaconfianza de hallar lo que pretenda como si este orbe tuviera metido en su arca. Y con el mismo ingenuofervor aade: Pero porque segn tengo entendido que cuando determin buscar un prncipe que le ayudasee hiciese espaldas, ya l tena certidumbre que haba de descubrir tierras y gentes, como si en ellaspersonalmente hubiera estado...

    Pero para encontrar un prncipe que le ayudase e hiciese espaldas, no bastaban la fe y el convencimiento,sino que era preciso aportar pruebas, datos y teoras convincentes, y esto Coln no lo posea. No hay que olvidartampoco, en atenuacin de su vaguedadescribe Madariaga, que no era fcil verter en palabrasun plan como el suyo. Era probablemente este plan como una de esas melodas que en silencio logramoscantar perfectamente, pero que no acertamos a cantar con voz sonora. Si se le exigan proposiciones

    concretas, qu poda contestar? Estaba metido en un tringulo: la carta y el mapa de Toscanelli, queoficialmente no conoca y le estaba vedado mencionar en la Corte; las historias sobre maderos labrados yafortunados pilotos, que bullan entonces en los puentes de las carabelas y en las tabernas del puerto, pero queprobablemente eran objetos de sonrisas de incredulidad en la Corte; y... Esdras, a quien probablementenadie fuera de l consideraba como autoridad en estas materias. Cmo no haba de expresarse convaguedad? Ha debido de ser para l un verdadero tormento tener que permanecer ante el Rey mascullandogrados y anchuras de mar en plena confusin cuando all dentro en su alma senta tanta claridad y tantadecisin y tanto fuego como el sol. Podemos imaginrnoslo y ver cmo se le enrojece entonces la blanca pielpecosa con el fuego que lleva dentro, cmo le brotan relmpagos de los ojos azules y se le quiebra la voz entruenos ms ruidosos que inteligibles.,

    Parece que fue en 1483 cuando Coln se present ante Juan II de Portugal con un proyecto que, al decir desu hijo Fernando, se reduca a buscar muchas islas y tierras por el ocano occidental. El rey escuchatentamente la explicacin verbal de Coln, quien, al parecer, le pidi la concesin de unos barcos con suscorrespondientes dotaciones de hombres y pertrechos. En su vago proyecto se propona alcanzar la Antilia(la legendaria isla de las Siete Ciudades, donde supona que haban huido siete obispos espaoles alconsumarse la dominacin musulmana); Catay y Cipango. Don Juan acogi con inters el proyecto de aquelgenovs que le haba sido recomendado por su mdico hebreo y estaba casado con una joven portuguesa,cuya familia serva a la Corona y estaba emparentada con el arzobispo de Lisboa. En el nimo del monarcaportugus tambin debieron pesar los ricos comerciantes y financieros genoveses instalados en su reino, y losnavegantes de la misma nacionalidad que haban contribuido a enriquecer el patrimonio colonial portugus,

    como Manuel Pesagno, Lanzaroto Malocello, Niccolo de Recco y Antonio da Noli.

    Sabiendo Juan II los riesgos que comportaba la travesa atlntica, no quiso comprometer su palabra y losometi a la Junta de Mathemticos. Las tres personas que lo examinaron por orden del rey eran Diego Ortiz

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    de Villegas, obispo de Ceuta y hombre de reconocida competencia en cuestiones nuticas, y los maestrosRodrigo y Jos Vizinho, mdicos judos del rey y doctos en astronoma y geografa. El dictamen de losespecialistas fue desfavorable y aconsejaron al rey desechar el proyecto colombino.

    El Padre Las Casas, imbuido de la idea providencial que Coln tena de s mismo, dice que por entonces, alfracasar en sus tentativas de convencer al rey de Portugal, en cuyo pas se haba naturalizado, perdi a sumujer porque convena estar desocupado del cuidado y obligacin de la mujer para el negocio en que Diosle haba de ocupar toda la vida, plgole de se la llevar... Ante aquel viudo joven con hijo de corta edaddebieron plantearse grandes incertidumbres, pero la fe de hombre predestinado a grandes empresas orientsus pasos. Aos ms tarde, en 1505, escribe a don Fernando el Catlico: Dios nuestro seor milagrosamenteme embi ac porque yo sirviese a Vuestra Alteza. Dixe milagrosamente porque fuy a portar a Portugal adonde el Rey de all entenda en el descubrir ms que otro; l le ataj la vista, oydo y todos los sentidos, queen catorce aos no le pude hacer entender lo que yo dixe.

    En 1484 o en 1485, pues en este sentido sus historiadores y bigrafos no se ponen de acuerdo, CristbalColn se vio obligado a abandonar Portugal en secreto. Posiblemente el motivo de la marcha fueran su ruinay endeudamiento, como sealan algunos autores. Pero quiz tambin existan motivos menos explcitos.Madariaga sugiere, no sin argumentos de peso, que Coln antes de salir de Portugal copi la carta y el mapa de

    Toscanelli, que tanto le interesaban. Textualmente escribe: Un da penetr en el aposento donde l saba queaquel mapa inestimable yaca olvidado bajo capas de polvo. Llevaba en la mano un libro suyo: HistoriaRerum Ubique Gestarum del Papa Po II. Sac el documento de su escondite y lo copi sobre una de laspginas en blanco de su libro. Cauto segn su costumbre, omiti en la copia los datos esenciales, como elpunto de partida de los clculos que daban la longitud de las travesas; luego tom bastantes notas parapoder copiar el mapa a su placer; y, finalmente, sali del aposento con el tesoro que necesitaba comocredenciales cientficas para su misin en Castilla, sabiendo que, aunque el Rey de Portugal lo podraconsiderar como traidor, la posteridad le perdonara, y as, con la carta y el mapa en su bolsillo, apretadossobre el corazn, con su hijito Diego que entonces tena cinco aos, como nico compaero, Coln salihuido de Portugal.

    -

    Introduccin

    SEGN la versin ms generalizada, a mediados de 1485 Cristbal Colny su hijito Diego penetraron en tierras de Castilla por rutas onubenses y sedirigieron a Palos de la Frontera, un pueblo situado en la costa delcondado de Niebla al borde de Ro Tinto. Coln iba en busca de susconcuados, los Molyart y Correa, que vivan en Huelva. Parece que su

    Facsmil de la firma de Coln alpie de una carta que escribi alos Reyes Catlicos el 6 de

    febrero de 1502.

    intencin era dejar con ellos a su hijo Diego mientras l se diriga aFrancia a ofrecer al rey de aquel pas su proyecto atlntico. Cerca dePalos, frente a la barra o isla de Salts, se alzaba el monasterio franciscanode La Rbida, y all fue Coln a pedir hospitalidad. Un religioso llamado JuanPrez lo acogi efusivo y cordial. Nunca mejor se podra decir que

    fue un encuentro providencial, pues fray Juan Prez sinti tanto inters por lo que contaba el extrao viajero quellam al mdico, Garca Fernndez o Hernndez, que era aficionado a la astronoma, para que escuchase el fabulosorelato de Coln. La conversacin del futuro almirante debi ser tan interesante y persuasiva, que

    los padres franciscanos no slo le brindaron generosa hospitalidad para l y para su hijo, sino que seconvirtieron en sus principales valedores ante los reyes de Castilla y Aragn y los grandes del reino quetenan flotas a su servicio.

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    Los frailes del monasterio de La Rbida estaban muy al tanto de las cosas del mar y de las exploracionesatlnticas que se diputaban Castilla y Portugal. Pero, adems, en el mismo convento haba un sabio enastrologa, o estrellero, como se deca entonces, que a la sazn se hallaba ausente, pero que no tardara enconocer a Coln y convertirse en uno de sus ms fervorosos auxiliares. Se llamaba ste fray Antonio deMarchena y era hombre muy respetado por su sabidura y con gran influencia en las reas del poder.

    Por otra parte, la costa del condado de Niebla, tan cercana a Portugal y tan influida por los problemasatlnticos, comerciaba y rivalizaba con los portugueses en las costas occidentales de Africa, como Guinea yLa Mina, as como Madera, Cabo Verde y las Canarias. Las contiendas entre marinos andaluces yportugueses en estas latitudes fueron muy frecuentes en los siglos XIV y XV, hasta el reinado de los ReyesCatlicos y el tratado de Alagobas firmado por los soberanos de Castilla y Portugal en 1479. Por estetratado, que fue rubricado en Toledo al ao siguiente, se delimitaban las zonas de expansin de Castilla yPortugal. Corresponde a Portugal la posesin de Guinea, Azores, Cabo Verde y otras islas que se encuentrennavegando de Canarias para baxo contra Guinea. A Castilla corresponden la posesin de Canarias etodas las otras yslas de Canarias ganadas o por ganar. Por el Tratado de la Paz Perpetua, como fuellamado el de Alaobas-Toledo, los soberanos de Castilla se comprometan a impedir que sus sbditos oextranjeros organizaran expediciones desde sus reinos para operar en la zona reservada a Portugal. Elmonopolio y exclusividad obtenidos por Portugalescribe Morales Padrnes aprovechado para fundar

    en 1481 el castillo de San Jorge de la Mina, que asegur el xito mercantil de la empresa expansiva (oro).All converga todo el comercio de las costas de la Malagueta, Marfil, Oro, Esclavos... La expansindescubridora lusitana la prosigue Diego Cao, que en 1482 alcanza la latitud 2210'S: ha descubierto el roCongo. Las crnicas guardan secreto sobre estas conquistas o las deforman, por la habitual poltica de sigilo. Esemismo ao de 1482-83 parece que Coln visit el fuerte de la Mina, sito donde hoy se alza Cape CoastCastle (Ghana), procedente de Funchal, donde viva con su esposa. Tena unos treinta y tres o treinta ycuatro aos y se dispona a entrar en Espaa. Pintaba Ghirlandaio y actuaban en Europa Pico de laMirndola y Savonarola. Aos interesantes en la historia europea. El sucesor de Diego Cao, Bartolom Daz,vencer el ltimo obstculo. Sale de Lisboa en 1487 y en 1488 dobla el Cabo Tormentario y de las Agujas, alque Juan II rebautiza con el nombre de Cabo de Buena Esperanza como augurio de la pronta arribada a la

    meta ansiada.

    La costa atlntica andaluza no le iba a la zaga a Portugal en cuanto a ansias descubridoras y leyendas sobretierras desconocidas. En la misma Rbida conoci Coln a Pedro de Velasco, un piloto castellano que habaparticipado en la expedicin portuguesa de Diego de Teive en los tiempos de Enrique el Navegante. El viejo marinovino a confirmar su intuicin de que ms all de lo descubierto existan otras tierras que esperaban lallegada de navegantes audaces. Segn Las Casas, entre otras historias, le cont que pasada la isla de Fayal,despus de haber navegado ms de ciento cincuenta leguas impelidos por el viento noroeste, a la vueltadescubrieron la isla de las Flores, guindose por muchas aves que vian volar hacia ella, porque cognocieronque eran aves de tierra y no de la mar y ansi juzgaron que debian ir a dormir a alguna tierra.

    Coln emprende la bsqueda de protectores para su empresa

    Protegido por los franciscanos del monasterio de La Rbida y dejando all al pequeo Diego, Cristbal Colnse encamin hacia la trashumante corte castellana, que entonces tena sus reales plantados en Sevilla. Lacampaa anual contra los infieles del reino moro de Granada acababa de terminar con la captura de Setenil yotros pueblos. All se encontraban los reyes y sus ms poderosos vasallos.

    Coln iba recomendado a don Enrique de Guzmn, segundo duque de Medina Sidonia, que gozaba fama de

    ser el hombre ms rico de Espaa y ejerca un vasto dominio feudal sobre el litoral andaluz con base en elpuerto de Sanlcar de Barrameda. Su podero era enorme y su influencia decisiva. Se encontraba enperfectas condiciones de financiar a sus expensas la expedicin colombina. Pero por razones quedesconocemos, no quiso o no pudo ayudar al presunto descubridor.

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    Entonces Coln, siempre protegido y guiado por los franciscanos, busc la proteccin de don Luis de laCerda, quinto conde y primer duque de Medinaceli, descendiente directo del rey don Alfonso el Sabio.Recibi al navegante genovs en su feudo del Puerto de Santa Mara, escuch atentamente la exposicin que le hizoColn de su proyecto y, al decir de Las Casas, mand dar todo lo que Coln deca que era menester,hasta 3 4.000 ducados con que hiciese tres navios o carabelas, provedas de comida para un ao y params y de rescates y gente marinera, y todo lo que ms pareciese que era necesario; mandando con extraasolicitud que se pusieren los navios, en aquel ro del Puerto de Santa Mara, en astillero, sin que se alzase

    mano dellos hasta acabarlos.Los meses que pas Coln en el Puerto de Santa Mara protegido por el duque de Medinaceli, al abrigo detoda necesidad y tratando con munificiencia, mientras vea crecer los navos en los astilleros ducales,debieron ser para l de completa dicha. Las Casas nos dice que viviendo en contacto con los marineros del puerto,un marinero tuerto le cont que durante un viaje que haba hecho a Irlanda vio aquella tierra quelos otros haber por alli conocian, e imaginaban que era Tartaria, que daba vuelta por el occidente.

    Sin embargo, la empresa no se llevara a cabo. Don Luis de la Cerda, tan vinculado y fiel a la Corona, debisentir escrpulos de tomar a su cargo una empresa semejante y se lo comunic a la reina Isabel. Por lomenos as consta en una carta escrita de puo y letra del duque de Medinaceli al Cardenal de Espaa

    fechada el 19 de marzo de 1493: ... como vi que era esta empresa para la Reyna, nuestra Seora, escrebiloa su Alteza desde Rota, y respondiome que gelo enviase; yo gelo envi entonces (...) su Alteza lo recibi y lodio en cargo a Alonso de Quintanilla.

    Aunque la cronologa colombina resulta engorrosa y contradictoria, parece que la primera entrevista deColn con los Reyes Catlicos se celebr en el mes de enero en Alcal de Henares. Algunos de sus bigrafosaseguran que Coln iba acompaado de fray Antonio de Marchena, el estrellero de La Rbida, pero otroslo niegan. Lo que s est sobradamente comprobado es que el proyecto de descubrimiento se someti a laCancillera Real de Castilla de 20 de enero de 1486, pues a partir de esta fecha Coln se considera alservicio de la Corona. Precisamente aquel 20 de enero los reyes se encontraban en Madrid y parece que elaspiramente a descubridor volvi a ser recibido por ellos all en el mes de febrero.

    De Madrid, Coln pas a Crdoba, que en aquel tiempo ocupaba una situacin privilegiada por ser el cuartelgeneral de la guerra permanente que se haca al Reino de Granada. All se present a Alonso de Quintanilla,Contador Mayor de los Reyes. Por Oviedo sabemos que el prepotente Quintanilla manduale dar de comery lo necesario para una compassibilidad de su pobreza. Pero tambin le hizo conocer a los grandesfuncionarios de la Corona y le present al tercer rey de Espaa, como se calificaba al omnipotente PedroGonzlez de Mendoza, ar