causalidad y realismo (*) de filosofía... · 2018-12-05 · rechazo que desde posturas...

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Amán Rosales Rodríguez Causalidad y realismo (*) Summary: A realist viewpoint of the nature of 'causal relations, the 'theory of causal powers' as iiwas developed by Rom Harré and Edward H. Madden in their book Causal Powers: A Theory 01 Natural Necessity is presented and analized in this paper. Basic concepts for this theory sucb as 'power', 'nature' and generative mechanism' are commented and discussed. The importance of this philosopical approach for the growtb of scientific knowledge is emphasized. Resumen: En este trabajo se presenta y se analiza un enfoque realista sobre la naturaleza de las relaciones causa/es, a saber, la 'teorla de los poderes causales', desarrolladas por Rom Harré y Edward H. Madden en su libro Causal Powers: A Theory 01 Natural Necessity. S e comentan y se discuten conceptos básicos de esta teorta como son los de 'poder', 'naturaleza' y 'mecanismo generativo', Se señala la relevancia de esta perspectiva filoséfica para el desarrollo del conocimiento cienufico. Durante las últimas décadas se ha presenciado un renovado interés por toda la temática afín al problema de la causalidad. Conforme el impacto del positivismo en la primera mitad del siglo ha ido menguando -por su dispersión en innumera- bles variantes asociadas con otras tantas posicio- nes filosóficas-; así, pauiatinamente, se ha confor- mado un espació de discusión sobre el tema de la causalidad que ha dado cabida' a puntos de vista polémicos, o por lo menos enjuiciadores en rela- ción con la tradición ortodoxa -de corte empirista- fenomenista- vigente en los últimos anos. Entre estos nuevos puntos de vista que cuestionan la inexpugnabilidad del esquema tradicional, con todo el énfasis que éste pone en el papel "descrip- , tivo" de las explicaciones causales -"descriptivis- mo" o "regularismo" cuyas fuentes de inspiración hay que localizadas en David Hume y Auguste Comte principalmente-, se destaca una perspecti- va de claros lineamientos realistas sobre el pro- blema de la causación vinculado a los fundamen- tos metafísicos de la práctica científica. Es esta perspectiva realista de la causalidad, un enfoque alternativo al modelo regularista tradicio- nal, la que se procurará presentar en este trabajo analizando su armazón conceptual y buscando, además, establecer en lo posible un contraste con los supuestos humeanos que subyacen al enfoque causal dominante. Si bien existen diversos autores que han venido trabajando dentro de una corriente de renovado realismo en la filosofía contemporá- nea de la ciencia, bastará para nuestros propósitos concentramos en una obra particularmente signi- ficativa por su tono altamente controversial y por la sistematicidad de sus argumentos. Nos referi- mos a Causal Powers: A Theory of Natural Necessity (1975), de Rom Harré y Edward H. Madden c-» En esta obra, Harré y Madden nos presentan su "teoría de los poderes causales" -o "teoría generatíva", como la llama Harré en una obra anterior-o Una teoría que pretende ofrecer un modelo fundamentalmente dinámico de las rela- ciones causales y esto gracias a un significativo cambio de supuestos metafísicos. Asimismo, se nos propone como una de las metas primordiales de la investigación científica el deseo de profun- dizar en los diversos niveles de realidad que, a su vez, estructuran y ordenan la interacción de los fenómenos. La propuesta realista, naturalmente, se enmarca dentro de una actitud anti-humeana, Rev, Filosofía Univ. Costa Rica, XXIX (70),173-181, 1991

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Amán Rosales Rodríguez

Causalidad y realismo (*)

Summary: A realist viewpoint of the natureof 'causal relations, the 'theory of causal powers'as iiwas developed by Rom Harré and EdwardH. Madden in their book Causal Powers: ATheory 01 Natural Necessity is presented andanalized in this paper. Basic concepts for thistheory sucb as 'power', 'nature' and generativemechanism' are commented and discussed. Theimportance of this philosopical approach for thegrowtb of scientific knowledge is emphasized.

Resumen: En este trabajo se presenta y seanaliza un enfoque realista sobre la naturalezade las relaciones causa/es, a saber, la 'teorla delos poderes causales', desarrolladas por RomHarré y Edward H. Madden en su libro CausalPowers: A Theory 01 Natural Necessity. S ecomentan y se discuten conceptos básicos de estateorta como son los de 'poder', 'naturaleza' y'mecanismo generativo', Se señala la relevanciade esta perspectiva filoséfica para el desarrollodel conocimiento cienufico.

Durante las últimas décadas se ha presenciadoun renovado interés por toda la temática afín alproblema de la causalidad. Conforme el impactodel positivismo en la primera mitad del siglo haido menguando -por su dispersión en innumera-bles variantes asociadas con otras tantas posicio-nes filosóficas-; así, pauiatinamente, se ha confor-mado un espació de discusión sobre el tema de lacausalidad que ha dado cabida' a puntos de vistapolémicos, o por lo menos enjuiciadores en rela-ción con la tradición ortodoxa -de corte empirista-fenomenista- vigente en los últimos anos. Entreestos nuevos puntos de vista que cuestionan lainexpugnabilidad del esquema tradicional, con

todo el énfasis que éste pone en el papel "descrip-, tivo" de las explicaciones causales -"descriptivis-mo" o "regularismo" cuyas fuentes de inspiraciónhay que localizadas en David Hume y AugusteComte principalmente-, se destaca una perspecti-va de claros lineamientos realistas sobre el pro-blema de la causación vinculado a los fundamen-tos metafísicos de la práctica científica.

Es esta perspectiva realista de la causalidad, unenfoque alternativo al modelo regularista tradicio-nal, la que se procurará presentar en este trabajoanalizando su armazón conceptual y buscando,además, establecer en lo posible un contraste conlos supuestos humeanos que subyacen al enfoquecausal dominante. Si bien existen diversos autoresque han venido trabajando dentro de una corrientede renovado realismo en la filosofía contemporá-nea de la ciencia, bastará para nuestros propósitosconcentramos en una obra particularmente signi-ficativa por su tono altamente controversial y porla sistematicidad de sus argumentos. Nos referi-mos a Causal Powers: A Theory of NaturalNecessity (1975), de Rom Harré y Edward H.Madden c-»

En esta obra, Harré y Madden nos presentansu "teoría de los poderes causales" -o "teoríageneratíva", como la llama Harré en una obraanterior-o Una teoría que pretende ofrecer unmodelo fundamentalmente dinámico de las rela-ciones causales y esto gracias a un significativocambio de supuestos metafísicos. Asimismo, senos propone como una de las metas primordialesde la investigación científica el deseo de profun-dizar en los diversos niveles de realidad que, a suvez, estructuran y ordenan la interacción de losfenómenos. La propuesta realista, naturalmente,se enmarca dentro de una actitud anti-humeana,

Rev, Filosofía Univ. Costa Rica, XXIX (70),173-181, 1991

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anti-fenomenista y ami-descriptiva, al promover yalentar una constante profundización ontológica dela realidad. Esta labor de profundización de lo realdebe ser propiciada por un sistema teórico susten-tado tanto en la creencia en un mundo indepen-diente del sujeto cognoscente, como en la creenciaen un sujeto cognoscente "activo" y con la sufi-ciente capacidad racional como para descubrir -parcialmente al menos- las estructuras y mecanis-mos explicativos de los sucesos. En el caso especí-fico del tema de la causalidad, el enfoque realistacoincide con el objetivo básico de la ciencia cuales indagar por los fundamentos "reales" de losdiversos casos de correlaciones y regularidadescausales. Así pues, la necesidad de proponer unenfoque alternativo para la teoría de la cienciaactual en su tratamiento de las relaciones causales,justifica que se retorne el tema ahora desde la pers-pectiva del realismo, algo que no ha sido precisa-mente lo usual en la filosofía contemporánea'.

Hemos dicho que la posición realista se pre-senta como una alternativa a la perspectiva domi-nante en los círculos filosóficos contemporáneos,el punto de vista humeano-empirista sobre lasrelaciones causales. Es preciso aclarar cuáles sonlos fundamentos del enfoque causal humeanocontra el cual reacciona fuertemente la teoría rea-lista de Harré y Madden. La tradición humeanaestá representada en la llamada "teoría de la regu-laridad causal" o "teoría sucesionísta", a cuya pre-sentación en sus rasgos esenciales nos abocare-mos a continuación. Ello nos servirá como intro-ducción para el posterior estudio, más detallado,de su oponente realista',

En primer lugar, la teoría de la regularidadcausal nos dice que: a) aquello que llamamos"causa" es un suceso independiente de aquel otrollamado "efecto" que regularmente vemos apare-cer asociado al primero. La suposición o creenciaque está detrás de esta característica es la llamada"ontología del evento". Esta ontología puebla elmundo de "eventos atómicos" sin vinculaciónalguna entre sí, y a partir de los cuales formamosun universo sin garantía alguna de permanencia odurabilidad. La perspectiva humeana insiste en sucreencia de que los objetos con que entramos encontacto cotidianamente son, en realidad, conglo-merados fortuitos de distintos "eventos" o "instan-tes" temporales lógica y físicamente independien-tes entre sí. Es decir, los objetos son más bienconstrucciones mentales a partir de estos eventoso asociaciones de sensaciones -una creencia com-

partida por posiciones gnoseológicas diversas,como la del realismo representativo, el idealismoy por supuesto el fenomenismo-'; cualquier clasede suceso puede seguirse dada la presencia de una"causa". En tanto que "causas" y "efectos" sonnombres que se vinculan a acontecimientos inde-pendientes uno de otro, es posible que luego deque ha acontecido un suceso A, no suceda el espe-rado fenómeno B, sino cualquier otro completa-mente inesperado; cualquier conexión que sedesee postular entre los componentes de una rela-ción causal, debe darse o establecerse en sus fun-damentos psicológicos. Como lo hiciera Hume, sepostula un hábito que se generaría una vez quenuestra mente ha percibido en distintas ocasionesuna sucesión regular de casos en los que una clasede acontecimiento -p.e., la explosión de una barrade dinamita- aparece invariablemente ligado aotra clase de suceso -el encendido de la mecha enla barra de dinamita-, y por lo tanto nos sentimoscompelidos a ' conectar' el segundo al primero,como si el uno verdaderamente proviniese o fueseproducido por el otro.

¿Qué nos dice por contraste la teoría realista delos poderes causales? En primer lugar, a) que elefecto es producido por la causa gracias al trabajoejercido por un mecanismo generativo o causal.Una satisfactoria explicación causal debe esfor-zarse por identificar este mecanismo que es justa-mente el que explica -como se verá- los poderescausales de un particular o agente causal. Será eneste mecanismo donde encontraremos la natura-leza determinada del particular que condicionaráel modo en que éste reaccionará ante estímulosexternos, o circunstancias propicias, para eldesencadenamiento de sus poderes causales; b) ano ser que se presenten obstáculos o interferen-cias de algún tipo -p.e., tomar el antídoto contraun veneno cuyos efectos serían letales sin unmedio para contrarrestarlo-, la necesidad naturalimplicada en relaciones entre particulares podero-sos, nos indica que estos deben generar los efec-tos esperados. Las entidades que llamamos "parti-culares poderosos", a saber, sustancias materiales,o seres humanos, adquieren por lo tanto unadimensión esencialmente activa como iniciadorasde procesos y estados o como productores deotras entidades gracias a la activación de susmecanismos causales. En este sentido, hay uncambio radical en la consideración de las entida-des últimas o fundamentales en las ciencias natu-rales, por cuanto se busca establecer la identidad

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de estas entidades con el auxilio de una teoríadinámica de la materia, con antecedentes enautores con Leibniz, Boscovich y Faraday, quepretenden sustituir en una metafísica como laregularista-humeana con su enfoque influencia-do por las ideas corpuscularistas de Descartes,Boyle y Newton. A este respecto sei'lala RomHarré:

"Evidentemente el paradigma cartesiano esI.Í incluido en lametafísica del positivismo. Si las cosas no son más que orde-namientos en sus cualidades manifiestas, ya sea que esto se déo no con una resonancia fenomenista, y si la causalidad no esnada más que regularidad de secuencia de parejas similares desucesos, y si estos son lo que les sucede a las cosas, 1\0 puedehaber lugar para poderes activos'".

Además, por otra parte, e) existe una conexiónnecesaria, real y objetiva entre la causa y el efec-to, una conexión que se pone de manifiesto en elmecanismo causal operante. En la teoría generati-va el aspecto estadístico se toma como la basepara la postulación de la hipótesis concerniente ala existencia de un mecanismo causal. De estemodo, tenemos las dos facetas características enla estructura de una explicación causal: registrode correlaciones entre fenómenos e investigacio-nes de los mecanismos generativos responsablesde las regularidades. Con su énfasis en lanecesidad de obtener un informe preciso de lasucesión uniforme de los fenómenos, la teoría dela regularidad causal abre un importante portilloen nuestra comprensión de la naturaleza y en lasistematización del conocimiento adquirido.Atenerse únicamente a esta etapa en el desarrollodel conocimiento no concuerda, sin embargo, conlo que de hecho es un objetivo central de la cien-cia; conocer por qué las cosas se comportan de lamanera descrita en las mejores teorías disponi-bles.

La alternativa realista de la causalidad pro-puesta por Harré y Madden, se establece comouna opción polémica contra los planteamientoshumeanos ínsitos en la teoría de la regularidadcausal contemporánea; fundamentalmente, en elrechazo que desde posturas regularistas se hacede nociones como las de "eficacia causal" o"conexiones necesarias" entre sucesos y fenóme-nos. La propuesta realista intenta ir más allá de lasimple compilación de enunciados estadísticossobre las regularidades observadas. Regularidadesque los filósofos de corte humeano pretenden eri-gir como modelo para las explicaciones causales.Recuérdese, sobre todo, la aseveración humeana

básica en torno a la imposibilidad de percibircualquier "poder causal" en la naturaleza y,mucho menos, pretender descubrir el locuspreciso de tal poder productivo. Contra esta pos-tura la alternativa realista afirma con claridad quees posible percibir o experimentar, directa o indi-rectamente, la acción de poderes causales en lanaturaleza, Incluso, en el mismo lenguaje de lavida cotidiana cuando se habla de "causas" y"efectos" se sobreentiende la presencia de un ele-mento o factor intrínsecamente "potente" o "pro-ductivo" al que se recurre como explicación cuan-do se planea controlar, obstaculizar o eliminar losefectos de entidades causalmente activas. Esdecir, no solamente sabemos de ciertas regulari-dades o correlaciones de fenómenos en la natura-leza, sino que también intentamos -frecuentemen-te con éxito- rastrear y encontrar el origen deestas regularidades; justamente porque hemosexperimentado el "poder" de cierta entidad enalguna secuencia de sucesos bajo estudio. Enpalabras de Sterling Larnprecht;

"Decimos que una cosa produce otra. que un remedio dado eseficaz, que cieno resultado es inevitable o necesario. que unacosa gobierna o regula a otra, etc. Estas palabras pueden serdifíciles de definir, pero apuntan o denotan un carácter insis-tentemente constante de la experiencia, y a una faceta genui-namente universal de los sucesos'",

Hay pues, retornando la idea de Lamprecht,una compulsión activa en nuestra interrelacióncon Ios fenómenos, esta es una evidencia primaJade de la acción de ciertos poderes causales gra-cias a la constitución interna misma (o naturale-za, en la terminología de Harré y Madden) de lasentidades que desencadenan su potencialidad. Adiferencia de la teoría de la regularidad el enfoquerealista promueve una consideración esencial-mente dinámica de los sucesos naturales. Es unaperspectiva que entrai'la el reconocimiento decapacidades y disposiciones en individuos y pro-cesos para realizar o producir ciertos efectos enpresencia o bajo el estímulo de circunstanciasdeterminadas. El término "causalidad" indica estainteracción objetiva entre entidades -llamadas enla terminología de Harré y Madden "particula-res poderosos"- concebidas como los agentes pro-ductivos en la naturaleza. ¿En qué casos podemosobservar, percibir o detectar de alguna manera laacción de poderes causales? Harré y Madden nosilustran a continuación el carácter dinámico quetiene el vínculo de interacción entre poderes cau-sales en sucesos cotidianamente experimentables:

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"No vernos una avalancha y luego la posterior destrucción,linO a la avalancha destruyendo la aldea y la vegetaciOOdelpaisaje; de igual modo como no vernos las olas y luego la IUb-siguiente desaparición de la playa, sino a las olas desgastandola playa. De igual manera no percibimos el viento y luego eldoblamiento de los úboles, sino mis bien el viento doblmdolos úboles (...) Tambi~n hay percepción directa de la actividadde poderes causales en la interacciOOentre objetos externos osucesos y nosotros mismos. Si somos desafonunados experi-mentunos el viento huracanado que nos dobla, la roca que alcaer nos aplasta la pierna y las olas que violentamente nostumban en la orilla".

Por otra parte, es preciso evitar la reificacióndel término "causalidad": valga decir, no se puedeconsiderar la causalidad como una "fuerza oculta"que está más allá de las interacciones entre agen-tes causal mente activos o "particulares podero-sos". En otras palabras, al ejercicio de un podercausal no se le debe conceder existencia por símismo en tanto que fuerza o energía independien-te; por el contrario, esta fuerza productiva debeser puesta en relación con las entidades concretasque la poseen. Así, "causalidad" sería el nombreque se da a la clase de relación productiva quemantienen los "particulares poderosos". No es queen la naturaleza encontramos por un lado la cau-salidad y por otro las cosas inertes; en realidadsólo existe un tipo de entidades, a saber, el con-junto de cosas causalmente activas. Esta es unaadvertencia que retomamos de Lamprecht:

"La causalidad es un nombre para una cierta cualidad de lossucesos; no es un nombre para la acción detr!s de los sucesos.La acciOO,sin duda, esti ahí: es la lava que fluye, la medicina,los rayos de luz. los músculos del meeénico, las olas que seagitan. No hay otra "fuerza", no existe otra cosa mis que estascosas específicas. Pero estas cosas son eficaces, ellas actúan,producen y son eficaces, y producen y son eficaces en esamanen determinada que llamamos necesaria (... ) Cosa.,entonces, cosas en el sentido de sustancias particulares u obje-tos individuales concretos, son las causas que siempre descu-brimos por medio del anilisis"'.

En el contexto de la teoría realista de Harré yMadden es esencial la consideración de los parti -culares poderosos como los iniciadores o produc-tores de otros sucesos, estados o sustancias. Aldistanciamos de la perspectiva humeana sobre lasrelaciones causales, concebidas desde un paradig-ma mecanicista de pasividad de la materia, encon-tramos en el enfoque realista la clave para unadinamización de la relación causa-efecto que hacejusticia al carácter genético del lazo causal. Estedinamismo ha de entenderse a partir de interac-ciones entre agentes naturales en plena actividad'.

El concepto de "poder" abre todo un abanico deposibilidades para la investigación empírica, por-que si bien es cierto que en un inicio la atribuciónde poderes a una entidad no nos dice lo que éstapueda ser esencialmente, sí nos puede proporcio-nar las pautas necesarias para indagar en el"mecanismo generativo" causante del modo decomportamiento de la entidad en cuestión. Entanto que la atribución de poderes representa laprimera etapa en la apertura de un proceso deinvestigación científica, resulta claro que el poderatribuido no dice nada específico sobre la natu-raleza (o conjunto de propiedades esenciales oconstitutivas) de las entidades bajo estudio, aun-que sí establece ciertas condiciones para lo quepuedan 'hacer particulares poderosos debidamenteidentificados. Por esto es que la diferencia pri-mordial entre lo que puede hacer un particular ylo que no puede hacer otro, ha de localizarse en ladeterminación de sus respectivas naturalezas.

Se puede concebir la ciencia como una empre-sa cuyos mayores esfuerzos se dirigen a la identi-ficación de las naturalezas de las entidades quepueblan la naturaleza. Adaptando la terminologíade John Locke, Harré y Madden equiparan con-ceptualmente la noción de "naturaleza" con la de"esencia real", por ejemplo, la "esencia real" deun diamante resulta ser su constitución química,es decir, por el hecho de consistir en un cristaltetraédrico de átomos de carbón. Naturaleza o"esencias reales" susceptible de ser reveladas porprocesos más o menos complejos de descubri-miento, son las responsables de las manifestacio-nes externas recogidas en la "esencia nominal";gracias a estas manifestaciones la ciencia puedellevar a cabo su tarea preliminar de compilaciónde regularidades. En realidad, enfocada desde unaposición realista, la persistente obsesión de lainvestigación científica no puede ser otra más quela dilucidación más precisa posible de las natura-lezas, estructuras o constituciones internas delmayor número posible de entidades del cosmos:entidades de cuya constante actividad causalsomos permanentes testigos.

Detengámonos un poco más en el análisis de larelación entre la naturaleza de un particular pode-roso y el poder causal que se ejerce en virtud deaquella. Por ejemplo, recuérdese que muy amenudo el conocimiento que una persona creeposeer de las virtudes curativas o analgésicas deuna hierba o raíz, como suele suceder en algunascomunidades indígenas, se encuentra limitado a

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una percatación de los poderes causales del mate-rial empleado como medicamento. La capacidadatribuida al material o sustancia ha sido estableci-da merced a la favorable práctica de su ingestiónen el transcurso de muchos años, y hasta con fre-cuencia de varias generaciones. El médico empí-rico de este tipo de comunidades "conoce" lospoderes de numerosas plantas y su acción benéñ-ea en el tratamiento de ciertas dolencias. Sinembargo, indudablemente es muy dudoso queeste mismo médico conozca las razones cientlfi-cas gracias a las cuales algunas plantas -sus hojas,tallo, raíces, etc.- poseen y ejercitan sus eficacespoderes. Tales razones, desde luego, habrá queesclarecerlas con una investigación de la constitu-ción química del material empleado en determi-nadas circunstancias. La diferencia la explica asíRom Harré:

"La descripción de lUIaenfermedad es una cosa, su patologíaes tOlalmenteotra. Esto se pone de manifiesto, por ejemplo, enla diferencia entre una mala medicación, en la que solAmente101 síntomas 110IItratados y lUIabuena medicación, donde sehace un diagnóstico de la causa de la enfennedad y esa causase trata"'.

Evidentemente, un informe satisfactorio deinvestigación científica no puede limitarse a unasimple determinación estadística de los efectos deuna sustancia sobre el organismo humano, sinoque, al contrario, este relato debe incluir hastadonde sea posible un estudio exhaustivo de lanaturaleza activa del medicamento, esto permiteindicar sus posibilidades benéficas tanto comosus limitaciones o restricciones de uso. En tantoque considerada como la primera etapa en eldesarrollo del conocimiento, la búsqueda de regu-laridades, que va aparejada a su posible dominioparcial o provisional gracias a nuestra compren-sión de los patrones que las rigen, es una faseimportante y de gran relevancia al momento deatribuir poderes causales a un particular. Esta atri-bución presenta la siguiente forma según Harré yMadden: "X tiene el poder A' significa 'X (hará)A, en las (puede hacer) condiciones apropiadas,en virtud de su naturaleza intrtnseca?",Asimismo, la noción de "poder causal" intervienedeterminadamente en la recomposición de lo que,concebida desde el realismo, una ley de la natura-leza debe expresar. Esta ya no se restringe a ladescripción de patrones y correlaciones regularesde fenómenos, sino que mediante la atribución depoderes a las entidades involucradas en dichos

patrones, apunta hacia el descubrimiento de los"mecanismos generativos" de los propios fenóme-nos. Tal descubrimiento ha de lograrse indagandoen las estructuras internas o naturales constituti-vas de los agentes causales. EÍl palabras de RomHarré:

"Una ley de la naturaleza enuncia explícitamente que un cienopatrón de IUClClOS, o de estructura, ocurre en la naturaleza, ynuestro coecederíe el estatus de ley a esta descripción ácita-mente asocia este patrón Con IUImecanismo existente m'. omenos pennanentemente, y que es responsable por el patrónen 101 fenómenos. Otorgar a un enunciado el estatua de leyestratado como si describiera IUIproceso que tiene un mecanis-mo asociado, pero que no describe lo que es ese mecanismo(...) En esta perspectiva, las leyes de la naturaleza pueden con-siderarse como descripciones de los poderes (capacidades,propensiOnesy tendencias) de cosas y sustancias materiales"u.

A continuación deseamos enfatizar la impor-tancia de analizar los criterios para evaluar la ver-dad o falsedad de atribuciones de poder. Atribuirun poder a un particular es asignarle una ciertadisposición o comportamiento, en ausencia, sinembargo, de una indagación minuciosa de la natu-raleza de dicho particular. Es este segundomomento precisamente, la investigación de lanaturaleza, el que precisa de exámenes y experi-mentos rigurosos para determinar la estructurainterna -o "mecanismo generativo"- responsabledel comportamiento causal manifiesto.Ciertamente, no hay seguridad de que una atribu-ción de poderes causales señale hacia la direccióncorrecta respecto de la naturaleza de la entidadimplicada. Una atribución de poderes, sólidamen-te asentada en pruebas de comportamiento regu-lar, habrá de indicar la ruta para la eventual iden-tificación de la naturaleza propia de la entidadbajo estudio. Este segundo paso, a saber, el de s-cubrimiento de mecanismos subyacentes denecesidad causal es sin duda el más complejo enun proceso de investigación, depende para susatisfactoria culminación de un adecuado desarro-llo de los recursos técnicos y tecnológicos necesa-rios para escudriñar más allá de las regularidades.Contrariamente a lo que se cree desde el punto devista escéptico-humeano, las regularidades pue-den ser superadas con el auxilio de los mediospertinentes, estos ayudan a despejar el caminohacia las estructuras sustentantes de las manifesta-ciones causales en la naturaleza", Durante el pro-ceso de atribución de poderes y posterior descubri-miento de naturalezas se plantea el carácter dual enla verificación y dilucidación de relaciones de

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necesidad entre causas y efectos. Tal y como 10plantean Harré y Madden:

"De acuerdo con un criterio, una prueba o experimento exitosomuestra que la cosa o material se comporta en la fonna especi-ficada, dentro de los límites de lo que es considerado el) cadacontexto como confinnaci6n razonable. Si una muestra dedinamita se detona hay una explosión, así que estamos en locorrecto al decir que la muestra tenía el poder de explotarcano asimismo la dinamita lúne ese poder al poseer la mismanaturaleza que la muestra. De confonnidad con el otro criteriola naturaleza o constitución del material se investiga, y pareceque es en virtud de su naturaleza química que la dinamitapuede explotar (... ) La naturaleza intrínseca de la dinamita (suconstitución química) es un componente fundamental en elinforme científico de la explosión?".

El siguiente aspecto concerniente a la teoría delos poderes causales es el problema del cambio, asaber, la cuestión de las variaciones o inclusive lapérdida de sus poderes por parte de una entidad.¿Cómo explicar que en ciertas ocasiones algunosparticulares causal mente activos, por lo menoshasta un determinado momento, cesen de ejercersus poderes, con lo que rompen la relación oconexión necesaria entre causa y efecto? Según lopropone el enfoque realista el cambio, ya sea en elaumento o en la disminución de poderes, ha debuscarse en la naturaleza de la propia entidad;esto es, en la constitución interna que la capacitaen las circunstancias apropiadas para actuar oreaccionar de un modo previsible. Así, por ejem-plo, un atleta puede perder sus habilidades comoconsecuencia de un accidente automovilístico, hapadecido la acción de poderes causales más pode-rosos que los que él pudo haber liberado comoprotección para su organismo. Sin embargo, porlo general no consideramos que el hecho de haberperdido este atleta la capacidad de saltar, porejemplo, se haya debido a cambios espontáneosen su naturaleza; por el contrario, sí consentimosen admitir que el proceso de envejecimiento cons-tituye un factor esencial que produce inexorable-mente, cambios (i) variaciones drásticas en el orga-nismo de un ser humano, de modo que dichoscambios influyen decisivamente en lo que el indi-viduo puede hacer en una etapa de aquel proceso.Por eso es que se afirma que un individuo a ciertaedad pierde irremediablemente sus capacidadescomo efecto de un cambio igualmente irreversibleen su naturaleza.

Por otra parte, naturalmente, ciertos poderestambién pueden aumentarse o mejorarse en su efi-cacia según lo benéfica que su posesión resulte a unparticular. Si un individuo es incapaz de levantar

ciertos objetos por el peso excesivo de estos,podría optar por un programa de ejercicios quecapacite su cuerpo para realizar un esfuerzo que,en circunstancias normales de exigencia, habríasido vano. No obstante el hecho de que existan,según las naturalezas específicas de cada cosapoderes que incluso pueden variar radicalmente,un medicamento que se utilice mucho tiempo des-pués de su fecha de vencimiento puede acarrearconsecuencias totalmente "Contrarias a las desea-das, este hecho decíamos nos lleva a preguntamospor el papel que tocaría cumplir al binomio pode-res/naturalezas en la especificación de identidadde un particular. Si se dan variaciones en lospoderes causales de las cosas -como resultado decambios más o menos profundos en sus naturale-zas-, ¿hasta qué punto entonces consideramos queuna entidad no ha trocado su identidad y ha cam-biado tanto su comportamiento causal que ya noes posible identificarla como la misma cosa dehace cierto tiempo? Para enfrentar este problemaHarré y Madden nos llaman la atención, en primerlugar, hacia el reconocimiento de la distinciónentre "poderes variables" ("variable powers") y"poderes constantes" ("constant powers"). Nosdicen estos autores:

"Una naturaleza invariable, desde luego, parecería ser la basede un poder constante. Podríamos concluir acertadamente apartir de la creencia de que la naturaleza de un material no hacambiado que éste tiene el poder no disminuido de volverazul, por ejemplo, el papel de tornasol. No es tan obvio que unpoder constante sea necesariamente el signo de una naturalezainvariable. ¿Cuál es entonces el criterio de identidad conformea la variabilidad de esa clase de naturaleza? Nuestra disúnciónde dos clases de poderes parece sugerir que podría haber unadisúnción entre dos clases de individuos?",

Harré y Madden se refieren a individuos "par-menídeos" ("parmenidean individuals") y "arista-télicos" ("aristotelian individuals"). Sobre los pri-meros se puede afirmar que son los poseedores depoderes constantes; vale decir, de naturalezastales que se garantiza el mantenimiento invariablede una identidad. En el caso de los individuos par-menídeos no puede haber cambios que entrañen elaumento o disminución de sus poderes; una enti-dad de ese tipo, como lo ha recalcado Madden, secaracteriza únicamente por aquello que es capazde hacer, existe una total identificación entre sunaturaleza y los poderes que manifiesta. Por otrolado, Harré ha insistido en el hecho de que las"entidades fundamentales" ("fundamental entities")de nuestro mundo tal vez haya que considerarlas

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en tanto que poseedoras de naturalezas permanen-tes. En los terrenos de la física, por ejemplo, unprotón será considerado un individuo parmenídeoen tanto que el desempeño de ciertos poderesconstituye su misma naturaleza, la que se identifi-ca con la carga positiva de la partícula. No puedehaber variación que no afecte esencialmente laidentidad de la entidad: pérdida de poder implicapérdida de identidad. ¿Cómo se aplicaría lanoción de individuo parmenídeo en los asuntoshumanos? Harré y Madden nos ofrecen el ejem-plo siguiente:

"Correspondiente al modo en que una entidad física funda-mental tiene poderes que constituyen su naturaleza es el casode un sacerdote, cuyo poder de perdonar pecados es parte delo que es para él ser sacerdote y no una consecuencia de sunaturaleza sacerdotal. Mientras lo posea, ese poder no puedeser aumentado ni disminuido, y al poseerlo junto con otrospoderes es un sacerdote••••.

Los individuos aristotélicos tienen comocaracterística más notable poseer poderes varia-bles, y su identidad no se pierde como consecuen-cia de cambios en sus naturalezas. Las cosas tie-nen ciertas disposiciones o potencialidades paralos cambios y variaciones en sus constituciones -de aquí la inspiración en las ideas del Estagiritapara nombrar este tipo de particulares- y esto,consecuentemente afecta el modo o la intensidadde los poderes ejercidos en ciertas circunstancias,pero no influye decisivamente en la pérdida deidentidad. A este respecto el ejemplo más contun-dente de individuos aristotélicos en el mundo esnuestra misma presencia, valga decir, los sereshumanos, capaces de sufrir considerables modifi-caciones orgánicas en el transcurso de la vida. Elcambio y la variación son, pues, rasgos funda-mentales de las entidades aristotélicas:

"Un medicamento puede perder su eficacia después de untiempo, pero esto puede suceder lentamente. No obstante,podemos atribuirle el poder de detener el dolor, pero quema-mos decir que su poder para hacerlo ha disminuido. El poderdel motor de un auto puede declinar. Un hombre puede perderlentamente el poder de mover sus miembros, su capacidadpara recordar la poesía. su aptitud como maestro. Los cataliza-dores pierden su poder de catalizar••••.

La constante interacción observada en la natu-raleza de particulares poderosos, hace pensar quela ciencia debe ocuparse primordialmente de losindividuos aristotélicos, de su investigación ydominio por medio de procesos generalmentearduos de investigación. Procesos que pueden dar

cuenta de los cambios que estos individuos pade-cen a lo largo de su existencia; cambios produci-dos por alteraciones en las constituciones internasde las cosas conducen, luego de su registro yreconocimiento estadístico de regularidades, auna profundización en el descubrimiento de rela-ciones estructurales básicas en dichas constitucio-nes. Una adecuada explicación científica habrá deproponer ciertas razones en virtud de las cualestales cambios tienen lugar, y por qué bajo deter-minadas circunstancias afectan especialmente aciertas entidades. Con su apelación a la uniformi-dad en el curso de los sucesos -uniformidad quequeda registrada en informes de correlacionesestadísticas- los filósofos humeanos antirrealistas,han establecido la etapa preliminar de la investi-gación científica. Sin embargo, y a la luz del esta-do actual del conocimiento científico, no parececorrecto seguir insistiendo en el rechazo de la efi-cacia causal, ni en la incapacidad del hombre paradescubrir los mecanismos generativos que subya-cen a la relación causa-efecto. La evidencia de laregularidad es apenas una clave para la indaga-ción e identificación de los mecanismos de pro-ducción causal",

La perspectiva realista asume que el compro-miso filosófico tácito de la ciencia es con la bús-queda, dilucidación y explicación de las estructu-ras que gobiernan y sustentan la coherencia de losfenómenos. Este compromiso, conviene aclararlo,tiene un "sentido fuerte" si lo entendemos comola afirmación y defensa de la capacidad racionaldel hombre. Esta capacidad posibilita que el serhumano procure superar los obstáculos que se leantepongan a su afán de comprensión global delos sucesos. Además, este punto de vista combateinjustificados escepticismos derrotistas, sindesembocar por ello en ingenuas declaraciones dedogmática infalibilidad. En palabras de RichardH. chlagel:

"Cuando podemos determinar la composición interna de sus-tancias y aislar las causas de los fenómenos para explicar, con-trolar o predecir sucesos naturales hasta el punto de preveer ocurar enfermedades y crear nuevas partículas subnucleares, nosería razonable descreer de nuestra habilidad para descubriralgunas de las condiciones subyacentes e interdependenciasfísicas que apoyan nuestras inferencias inductivas"".

La afirmación realista en torno a la estructurade las explicaciones científicas -éstas, por cierto,incluyen menciones a los poderes de los particu-lares relacionados con sus naturalezas- lleva en síuna r.eferencia polémica contra lo que ha sido en

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ISO AMAN ROSALES RODRIGUEZ

los últimos anos la interpretación más influyentesobre el sentido de tales explicaciones, en espe-cial, en su relación con la noción de "predicción".Dedicaremos a continuación cierto espacio alcomentario y discusión de la versión humeana dela explicación científica, enfoque que enfatiza elcarácter deductivista de la explicación.

La alternativa realista presentada por Harré yMadden propone una reconsideración del carác-ter de las explicaciones científicas tal y comose han entendido desde la perspectiva "ortodo-xa", positivista y fenomenista, con sus clarosantecedentes en Hume y Comte. Precisamente,desde este último punto de vista se ha insistidoen que la explicación y la predicción represen-tan dos caras de una misma medalla, a saber, la"simetría lógica" de la explicación y la predic-ción. Antes de que ocurra un acontecimiento laexplicación cuenta como explicación y, por elcontrario, después del acontecimiento la predic-ción sustituye la explicación. Pero este enfoque

-.desconoce el hecho de que estas dos facetas dela empresa científica desempeñan papeles dife-rentes, por ello no pueden ser reducidas a unmismo momento de la deducción lógica deenunciados empíricos. En su forma más simple,por ejemplo en un caso de explicación causal,la predicción supone esperar un mismo suceso apartir de regulares y constantes circunstancias,pero considerada en sí misma -desde la posi-ción del fenomenismo- no nos proporcionainformación alguna sobre el contenido real desus enunciados de probabilidad. Piénsese que lamedicina actual puede prever el desarrollo deun buen número de enfermedades, con ese fintoma como punto de partida los datos primariosde su sintomatología. Pero esto no quiere decirque se considere explicación de una enferme-dad (su "¿Por qué?") el hecho de que, sobre labase del conocimiento de ciertos síntomas, sepuede predecir la aparición de futuras manifes-taciones del mal bajo estudio. En el caso delproceso de la carcinogénesis 10 que la cienciabusca, más allá del registro estadístico de casosde coincidencia entre la ingestión de ciertassustancias -en lo que respecta al cáncer gástri-co- y la generación de dicho proceso es unaexplicación bioquímica del mecanismo que sedesencadena desde las etapas preliminares de laenfermedad y que da cuenta de la necesidad delas siguientes fases de evolución.Indudablemente, la empresa científica perdería

la mayor parte de su atractivo si los investiga-dores renunciaran a su deseo de conocer losmecanismos .generativos de los distintos tiposde cáncer, y se contentaran con la recolección yclasificación estadística de diversos indicadoresfisiológicos del maligno fenómeno.

En definitiva, la ciencia aspira al conoci-miento verdadero de los mecanismos que sus-tentan las regularidades; éstas, a su vez, quedancomprendidas en los esquemas predictivoscomo instancias que complementan y enrique-cen la explicación, pero que no agotan lo que enella se expresa por medio de teorías y leyes.Esta postura también la defiende con vigor W.H.Newton-Smith:

"Una vez alcanzado un poder observaciooal predictivo perfec-to, no tendría sentido desarrollar teorías fisicas. Pero el empe-ño científico proseguiría al socaire de este formidable logro.Sin duda, algunos abandonarían la ciencia y la sociedad dismi-nuiría sus partidas presupuestarias dedicadas a la investiga-ci6n; pero la ciencia no desaparecería. Y es que no upiramossólo a predecir, sino también a explicar. Nos nos cooformamossimplemente con conocer, por ejemplo, que cuando se dejacaer desde cierta altura un cuerpo en caída libre, en unmomento determinado chocará con la superficie de la tierra;queremos saber por qué cae y a qué velocidad lo hace. Noqueremos simplemente saber que el sodio expuesto a la llamase toma amarillo; queremos conocer qué cualidades de lallama y el sodio 10provocan. No cabe la menor duda de que,sea para bien o para mal, no queremos ser s6lo capaces de pre-decir: necesitamos poder explicar"",

Hemos visto que la perspectiva realista entomo a las relaciones causales propone una con-cepción integral de la explicación científica. Esintegral porque rescata y valora en su justamedida tanto el comienzo gnoseológicamenteprimario de la investigación, la sistematizaciónde los fenómenos recurrentes, como el difícilproceso -siempre propenso al error y la revisióninexorable obligada por nuevos datos- de expli-cación de las razones sustentantes de aquel ini-cio clasificatorio. Si bien es cierto que de lossupuestos metafísicos de la teoría de la regulari-dad causal se desprende una imagen parcializa-da de la actividad científica, una imagen que,además, limita innecesariamente las posibilida-des de la ciencia; de la alternativa realista, porel contrario, no se pregonan actitudes triunfalis-tas sobre tales posibilidades. Sencillamente sevalora la capacidad de conocimiento humanopara sobreponerse a diversos obstáculos a sudesarrollo, que será siempre imperfecto, sí, perotambién perfectible.

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CAUSALIDAD y REAUSMO

(.) Debemos hacer la importante aclaración de que en estetrabajo no se realiza un análisis del tema de la causali-dad según los recientes hallazgos de la física cuúuica.El Dr. Luis Camacho nos llamó la atención sobre losnuevos problemas planteados por investigaciones en elnivel de las partículas sub-alÓmÍcas, y sobre su reper-cusión en problemas clásicos de la indagación filosófi-ca. Por lo anterior, entre otras observaciones, nuestroagradecimiento al Dr. Camacho por su lectura críticade este ensayo.

(•• ) Lamentablemente no existe, hasta donde sabemos, unavenión castellana de esta obra, tampoco existen tra-ducciones de las obras citadas de Ran Harré (aunquesí las hay de otros textos que no utilizamos en el pre-sente trabajo), o en colaboración este autor conEdward H. Madden. En vista de lo anterior, y conexcepción de las obras de Mario Bunge y W. H.Newton-Smith menciooadas en las notas, hemos tradu-cido por nuestra cuenta los textos de los autores cita-dos en el ensayo.

Notas

l. Según Mario Bunge, el hecho de que a partir de 1920 eltema de la causalidad se mantuviera en lDIa especie de letargoen la discusión teórica hasta aproximadamente los años sesen-ta -leur¡o motivado sobre todo por la influencia de las inter-pretaciones posiúvista y operacionista de la teoría CUÚlÚca,sumado al impacto del positivismo lógico- demuestra que sureciente recoosideración en los últimos años, desde variadosPlDltos de vista, ha sido exigida por la naturaleza misma delproblema. Precisamente, y no por casualidad, en los años demayor "decadencia" del tema: "Al tiempo que los filósofos sealegraban de la desaparición de un problema molesto, los téc-nicos, profesionales y hombres de acción cooúnuaroo pensan-do en ~rminos causales sin la menor vergüenza. En particular,los ingenieros no pueden dejar de hacerlo porque su trabajoconsiste en diseñar sistemas mediante los cuales el hombrepuede causar cambios en su ambiente. AnáJ.ogamente, losm~COI no pueden dejar de estudiar la etiología de las enfer-

. medades: tambi~n ellos lOIl finnes creyentes en la causalidad.Tampoco dudan de ella los abogados, pues les toca invesúgary corregir los efectos de ciertos actos humanos".Racionalidad y realismo (Madrid: Alianza Editorial, S. A.,1985), pp. 107-108.

2. El resumen de las principales características tanto de lateoría sucesiooista como de la generaúva ha sido elaboradosiguiendo, fundamentalmente, la exposición de Rom Harré ensu obra, Tke Philosophies o/ Science: An Introductory Surve y(Oxford Univenity Press, 1976).

3. Desde esta posición parecería que sí estaría permitidodecir que un objeto o penona "ocurre", en un determinadoespacio-temporal. Lo anterior cootrariamente a lo que plantea,

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en otro contexto de discusión M. J. Cresswell, en el sentido -compaúble con la creencia rea1ista- de que únicamente losobjetos "existen", en tanto que los eventos "ocurren". V&sede Cresswell: "Why Objects Exist but Events Occur", enStudia Logica (Dec, 1986, v. XLV, n. 4), pp. 371-375.

4. En: "Powen". British Joumal fo: the Philosophy o/Science (1970, v. 21, n. 1), p. 83.

5. Th« Metaphysics of Naturalism (New Yorlc: Appletoo-Century-Crofts, 1967), p. 131.

6. . Rom Hani y Edward H. Madden. Causal Powers:A Theory o/ Natural Necessity (Oxíord: Basil Blackwell,1975), pp. 53-54. .

7. Op. cil., p. 144.8. V&se también como complemento de esta idea, de

Harré y Madden, "In Defense of Natural Agents", ThePlailosoplaical Qwarterly (1973, v. 23, n, 91).

9. The Plailosoplaies ...• Op. cil .• p. 169.10. Causal Powers, Op. cil .• p. 86.11. The Principies o/ Scientif"1C TlainJcjng (Chicago: The

Univenity of Chicago Press, 1970). p. 123.12. A este respecto coinenta Richard H. Schlagel" "¿CuáJ.

sería el propósito de construir microscopios electrónicos.ciclotrones, aceleradores lineales y gigantescos telescopios yradiotelescopios con la intención de penetrar más profunda-mente en los núcleos y lugares recónditos del universo, sinuestro conocimiento estuviera limitado únicamente a losfenómenos observables'l. Pero. aún más concluyente. ¿c6mopudimos haber colocado astronautas en la luna. coo toda lacompleja tecnología, exacta comprensión de fuerzas talescomo la gravedad y los cálculos precisos y predicciones demaniobras que esto requiere si nuestro conocimiento fuera tanlimitado corno Hume sostuvo'? Considérense los convincente.argumentos de Schlagel en contra del escepticismo humeanoen su: "A Reasonable Reply to Hume's Scepticism", BritishJournal for the Plailosophy of Scienc« (1984, v. 35, n. 4), p.370.

13. Causal Powers, p. 93.14. ¡bid .• p. 95.15. Loc. cit ..16. Loc. cit.17. Una penpecúva similar a la defendida por Harré y

Madden la ofrece Galen Strawson. V&se su presentación dela postura llamada de los "producing causation realists", coosu defensa de la existencia de fuerzas objetivas de causaciónproductiva. En: "Rea1ism and Causation", Th« PnilosophicalQlIIJrterly (Julio 1987, v. 37, n. 148).

18. Op. cii .• p. 372.19. La racionalidad de la ciencia. trad. por Marco

Aurelio Galmarini, (Barcelona: Editorial Paidés, 1987), p. 43.

Am," Rosales RodríguezEscuela de Filosofía

Univenidad de Costa Rica2060 Montes de Oca

Costa Rica.