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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGA
DEPARTAMENTO DE FILOLOGA FRANCESA
TESIS DOCTORAL
Narracin, memoria e identidad en Jean-Christophe: el sueo europeo de Romain Rolland
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR
PRESENTADA POR
Jos Carlos Marco Vega
DIRECTORES
M Lourdes Carriedo Lpez Arno Gimber
Madrid, 2017
Jos Carlos Marco Vega, 2016
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D COMPLUTENSE DE MADRIDLTAD DE FILOLOGA
mento de Filologa Francesa
MEMORIA E IDENTIDAD EN HRISTOPHE: EL SUEO O DE ROMAIN ROLLAND
e Doctorado en Estudios Literarios la direccin de los doctores: Lourdes Carriedo Lpez
UNIVERSID ADRIDFAC
Depart
NARRACIN AD EN C O
EUROP ND
Programa riosBaj
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE
Departamento de Filologa Frances
NARRACIN, MEMORIA E IDENTICHRISTOPHE: EL SUE
EUROPEO DE ROMAIN ROLL
Programa de Doctorado en Estudios Liter
UNIVERSIDA AD COMPLUTENSE DE M MADRID FACUULTAD DE FILOLOGA
Departa amento de Filologa Francesaa
NARRACIN,, MEMORIA E IDENTID DAD EN JEAN-CHRISTOPHE: EL SUEO EUROPEEO DE ROMAIN ROLLAAND
TESIS DOCTORAL
Programa d de Doctorado en Estudios Litera arios Bajo o la direccin de los doctores:
MM Lourdes Carriedo Lpez Arno Gimber
Trabajo realizado por: Jos Carlos Marco Vega
Madrid, 2015
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La investigacin que ha dado lugar al presente trabajo de Tesis ha recibido financiacin
del Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte del Gobierno de Espaa. Est
enmarcada dentro del Programa de Formacin de Profesorado Universitario (FPU)
[Credencial AP2010-1396].
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Agradecimientos
No es fcil llevar a buen trmino un proyecto de la magnitud de una Tesis doctoral. Por
el camino quedan muchas horas marcadas por las preocupaciones, el desnimo e incluso la
prdida de confianza en uno mismo. Afortunadamente, tanto mis directores de Tesis como mi
familia y amigos ms cercanos han sabido apoyarme en los momentos ms difciles. Por eso, me
gustara dar las gracias a todos ellos.
Gracias a la Profesora Lourdes Carriedo, a quien tuve la suerte de conocer cuando
empec mis estudios en la Facultad de Filologa. Sus consejos me han sido siempre de gran
utilidad y desde que la conozco, he apreciado su cercana y generosidad. Durante todos estos
aos, ha sabido transmitirme adems el amor que siento por la literatura. Espero que este sea
slo el primero de una larga lista de proyectos en comn. Merci beaucoup, Lourdes!
Gracias al Profesor Arno Gimber, no slo por su tiempo y dedicacin, sino tambin por
el cario y el respeto que siempre ha demostrado tener hacia m. Nunca olvidar los Cursos de
Verano de El Escorial ni los encuentros en Madrid y Berln con nuestro grupo de doctorandos.
Gracias por mantener en m la ilusin siempre renovada por unos estudios tan apasionantes
como los literarios. Herzlichen Dank, Arno!
Y gracias por supuesto a mi familia. Gracias por seguir creyendo en m cuando todo
esto no era ms que un sueo lejano. Gracias por ayudarme, en cada momento de crisis, a
recuperar la confianza en m mismo. Gracias por vuestro cario y gracias por vuestra
comprensin. Sin vosotros, pap, mam, Eva y Raquel, esta Tesis no habra sido posible.
v
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Tambin me gustara dar las gracias a la Profesora Cristina Trinchero por guiar mis
pasos de forma altruista durante mi estancia oficial, entre abril y julio de 2015, en la Universit
degli Studi di Torino. Tanto sus valiosos consejos como su generosidad y optimismo
contribuyeron a hacer de esos meses una etapa inolvidable. Mille grazie, Cristina!
Y por ltimo, pero no por ello menos importante, quiero agradecer a mis amigos y
compaeros del taller de doctorandos UCM-Humboldt todo el apoyo que me han prestado
durante los ltimos cuatro aos, en especial a Johanna Vollmeyer y Cornelia Maul, ya doctoras,
as como a Sandra Hettmann, Anja Rothenburg y Sarah van der Heusen, que en breve
conseguirn tambin su objetivo. Y desde luego gracias a todos los que, con vuestras
sugerencias y crticas constructivas, habis contribuido a hacer de este trabajo un proyecto
realizado.
Madrid, diciembre de 2015.
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Para Antonio y Josefina,
que siempre creyeron en la educacin de su nieto.
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NDICE
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CONTENIDOS
INTRODUCCIN...........................................................................................................7
1. Introduccin, objetivos e hiptesis de trabajo ........................................................... 9
2. Eleccin del marco terico para el anlisis ............................................................. 11
3. Estructura del trabajo............................................................................................... 15
4. Estado de la cuestin ............................................................................................... 16
PRIMERA PARTE ASPECTOS TERICOS Y METODOLGICOS DE LA
INVESTIGACIN: HERRAMIENTAS PARA EL ANLISIS..........................21
Captulo 1: Consideraciones tericas previas .............................................................25
1. Introduccin ............................................................................................................ 25
2. Dos oposiciones fundamentales .............................................................................. 26
3. Los Estudios de la Memoria y las dimensiones de sta........................................... 37
4. La literatura como medium privilegiado de la memoria cultural ......................... 61
5. El papel de la ficcin en la literatura y en el discurso de la memoria ..................... 65
6. Teora de la mmesis: creacin de modelos del pasado........................................... 72
7. Conclusiones ........................................................................................................... 76
Captulo 2: Memoria, narracin e identidad ..............................................................81
1. Introduccin ............................................................................................................ 81
2. Interseccin memoria-narracin: conceptos clave .................................................. 82
3. La percepcin de la alteridad a travs de las imgenes culturales........................... 93
4. Memoria, narracin... e identidad............................................................................ 99
5. Herramientas para el anlisis................................................................................. 102
SEGUNDA PARTE JEAN-CHRISTOPHE, NOVELA EUROPEA ....................109
Captulo 1: Jean-Christophe en el contexto de la Europa de los Estados-nacin ..113
1. Romain Rolland, autor europeo............................................................................. 113
2. Jean-Christophe, novela con vocacin europea.................................................... 125
Captulo 2: La omnipresencia de la memoria en Jean-Christophe .........................129
1. Introduccin: estructura de la novela. Segmentos narrativos fundamentales........ 129
2. Interaccin entre memoria y literatura en Jean-Christophe (I): la memoria de la
literatura ............................................................................................................ 142
3
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2.1. La memoria de la literatura: la literatura se recuerda a s misma................. 142
2.2. La memoria de la literatura: la literatura es recordada por instancias exteriores........................................................................................................ 143
3. Interaccin entre memoria y literatura en Jean-Christophe (II): la memoria en la
literatura ............................................................................................................ 170
3.1. Fenmenos de la memoria presentes en Jean-Christophe............................... 171
3.2. Las dimensiones de la memoria cultural ......................................................... 196
Captulo 3: Le mme et lautre. La retrica de la memoria colectiva: identidad y
alteridad en Jean-Christophe .................................................................................211
1. Introduccin .......................................................................................................... 212
2. Le mme et lautre. Definicin de las variables implicadas ............................... 213
3. Le mme et lautre. Identidad y alteridad (I): imgenes culturales y solipsismo
cognitivo............................................................................................................ 214
4. Le mme et lautre. Identidad y alteridad (II): incipit vita nuova .................... 221
5. Le mme et lautre. Otros personajes y arquetipos............................................. 229
6. Conclusiones ......................................................................................................... 242
Captulo 4: Jean-Christophe y el ro del conocimiento.............................................245
1. Jean-Christophe y la traverse ncessaire .......................................................... 245
2. Jean-Christophe y la memoria .............................................................................. 247
3. Jean-Christophe, obra catedral.............................................................................. 250
Captulo 5: El sueo europeo de Romain Rolland ...................................................253
1. Visin rollandiana de Europa ................................................................................ 253
2. Rolland y la revolucin: la lucha de Behemot contra Leviatn............................. 268
3. Un Libro para Europa............................................................................................ 294
4. Jean-Christophe y la identidad europea................................................................ 300
5. Jean-Christophe: refiguracin textual. Algunas consideraciones finales sobre la
recepcin del texto en Europa ........................................................................... 306
CONCLUSIONES .......................................................................................................327
BIBLIOGRAFA .........................................................................................................343
ANEXOS ......................................................................................................................365
Anexo 1: Reseas y artculos utilizados para el nivel de refiguracin textual...................... 367
Anexo 2: Resumen en francs para la obtencin de la mencin europea ............................. 413
Anexo 3: Resumen en ingls................................................................................................. 435
Anexo 4: Resumen en castellano .......................................................................................... 441
4
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TABLAS E ILUSTRACIONES
TABLAS
1. Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin ............................................ 17
2. Contenido de las Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin ................ 18
3. Dimensiones de la memoria .................................................................................... 55
4. Modos retricos de la memoria y sus funciones ..................................................... 92
5. Volmenes de Jean-Christophe y fechas de composicin de los mismos ............ 131
6. Personajes y macrosegmentos narrativos principales en Jean-Christophe .... 133-142
7. Imgenes de Alemania y Francia: situacin de solipsismo cognitivo ............ 217-220
8. Imgenes de Alemania y Francia: incipit vita nuova................................... 225-228
9. Personajes e intensidad de su evolucin cognitiva................................................ 230
10. Jean-Christophe y La Stampa ........................................................................ 308-310
11. Interpretacin de los artculos seleccionados ................................................. 311-325
12. Manifestaciones del recuerdo y el olvido de Rolland en La Stampa..................... 325
13. Jean-Christophe y La Stampa (Anexo 1).............................................................. 367
ILUSTRACIONES
1. Dimensiones de la memoria cultural ....................................................................... 57
2. Interaccin en la memoria cultural entre nivel individual y colectivo .................... 58
3. Niveles de mmesis para Paul Ricur..................................................................... 77
4. Interaccin entre los niveles de mmesis ................................................................. 78
5. Concatenacin de diferentes ciclos mimticos........................................................ 78
6. Modelo terico para el anlisis.............................................................................. 103
7. Niveles de prefiguracin y configuracin textual ................................................. 105
8. Evolucin de la triada conocimiento-tica-esttica............................................... 147
9. Dimensiones de la memoria cultural ..................................................................... 197
10. Interaccin en la memoria cultural entre nivel individual y colectivo .................. 208
11. Interaccin entre nivel individual y colectivo con poder poltico fuerte ............... 209
12. Le mme et lautre: relacin de las variables implicadas ................................... 213
13. Modle thorique pour lanalyse (Anexo 2).......................................................... 419
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INTRODUCCIN
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1. INTRODUCCIN, OBJETIVOS E HIPTESIS DE TRABAJO
Desde hace unos aos, Europa se encuentra sumida en una profunda crisis de
identidad sin precedentes que podra poner en peligro la continuidad del proyecto de
construccin europea iniciado despus de la Segunda Guerra Mundial. Dicha crisis no
se debe exclusivamente a los problemas econmicos que desde 2008 afectan al viejo
continente, tal y como demuestra el hecho de que en 2005 los pases de la Unin fueran
incapaces de aprobar el proyecto de una Constitucin europea. Para superar una
situacin como esta, Europa necesita echar la mirada atrs. Slo as ser capaz de
comprenderse en el presente y proyectarse hacia el futuro.
Nuestra mirada se fijar en el lapso de tiempo comprendido entre 1870 y 1914,
que historiadores como Enzo Traverso denominan periodo de entreguerras. Dicho
periodo est marcado por dos acontecimientos fundamentales: la batalla de Sedn, que
trajo consigo un recrudecimiento sin precedentes del enfrentamiento secular entre
Francia y Alemania, y el estallido de la Grande Guerre, con el que se abren ms de
treinta aos de conflicto blico de los que Europa saldr profundamente transformada.
El verdadero punto de inflexin en la historia contempornea del continente es pues
1914 y no 1945, ya que es en 1914 cuando Europa se dispone realmente a dejar atrs lo
que Stefan Zweig denomina el mundo de ayer. Por eso, los aos transcurridos entre
1870 y 1914 pueden ser considerados como fundacionales para el proyecto de
construccin europea, todava en curso hoy en da.
Para analizar la situacin de Europa en la poca de entreguerras, disponemos de
un abanico inmenso de fuentes documentales procedentes de disciplinas de diversa
ndole, entre ellas, textos filosficos, periodsticos o manuales de historia, por citar
algunas. Sin embargo, tal y como veremos ms adelante, la literatura es capaz de
describir la realidad con ms precisin incluso que la propia Historia, y lo consigue, de
forma paradjica, por medio de la ficcin. Por eso -y porque este trabajo se enmarca
dentro del mbito de los Estudios Literarios-, desarrollar mi estudio en el campo de la
literatura, centrndome fundamentalmente en un autor, Romain Rolland, y una obra,
Jean-Christophe, publicada entre 1904 y 1912. La eleccin de Romain Rolland viene
motivada por la vocacin marcadamente europesta del que fue Premio Nobel de
9
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Literatura en 1916. A menudo, Rolland se lamentaba de que hasta entonces muy pocos
se haban atrevido a escribir libros con vocacin europea. En efecto, en un contexto tan
particular como el de la primera dcada del siglo XX, en el que Europa aparece
configurada como una constelacin de Estados-nacin, resulta casi impensable hablar
de obras literarias supranacionales, y mucho menos de textos escritos con la ambicin
de convertirse en obras europeas. Es el caso, sin embargo, de Jean-Christophe.
La denominacin libro europeo es especialmente controvertida, puesto que
resulta muy complejo decidir si la idea de Europa es un constructo y si existe siquiera
una identidad europea. Abordaremos este tema en el ltimo bloque del trabajo, pero
antes de hacerlo, veremos hasta qu punto con Jean-Christophe Rolland se sita en la
lnea del filsofo e historiador Ernest Renan, para quien la Europa de los Estados-
nacin debe dar paso a una Europa de pueblos decididos a avanzar unidos, insistiendo
ms en lo que los une que en lo que los separa. La reconciliacin entre lo francs y lo
alemn, sin embargo, sin la cual cualquier convivencia pacfica entre las naciones
europeas habra resultado imposible, parece una quimera en una poca en la que el
belicismo de Potsdam y la frivolidad de la Troisime Rpublique se empean en
presentar Kultur y civilisation como realidades antagnicas y excluyentes.
Para Rolland, Europa debe dejar de ser una constelacin de Estados-nacin para
convertirse en una especie de Patria nica en la que todos los pueblos puedan caminar
de la mano. Y pese a que a principios del siglo XX su visin de Europa pareciera
utpica, la historia parece haberle dado la razn, ya que el 25 de marzo de 1957, con la
firma de los Tratados de Roma por parte de la Repblica Federal de Alemania, Francia,
Italia, Blgica, Holanda y Luxemburgo, comienza un proceso de construccin europea
con el que, de forma progresiva, irn debilitndose las fronteras nacionales.
Rolland fallece en diciembre de 1944 sin poder ser testigo directo de los
primeros pasos del proyecto europeo. Sin embargo, probablemente no habra visto con
buenos ojos la manera en que se ha ido llevando a cabo dicho proyecto, promovido
fundamentalmente por intereses econmicos. Durante toda su vida, Rolland luch por la
creacin de una red de intelectuales capaces de liderar el proceso de unin de las
naciones del continente. Para l, tal y como veremos a lo largo de este trabajo, la
construccin europea deba realizarse desde el mbito del pensamiento y la cultura,
quedando en un segundo plano las motivaciones puramente econmicas.
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2. ELECCIN DEL MARCO TERICO PARA EL ANLISIS
El inters extraordinario que desde hace unos aos suscita el pasado explica el
desarrollo sin precedentes experimentado en las ltimas dcadas por los Estudios de la
Memoria (Memory Studies). Dicho desarrollo se ve impulsado en un primer momento
con la publicacin entre 1984 y 1992 de la obra monumental Les lieux de mmoire de
Pierre Nora, seguida en la dcada de los noventa por los trabajos del egiptlogo alemn
Jan Assmann.
Pero por qu fijarnos en ellos si, a fin de cuentas, otras disciplinas como la
Historia podran permitirnos igualmente llevar a cabo una revisin del pasado europeo?
Por qu optar por los Estudios de la Memoria en una Tesis que se sita en el mbito de
la literatura? Las razones son numerosas.
En primer lugar, porque, tal y como veremos en la primera parte del trabajo,
existe una relacin muy estrecha entre identidad y memoria. En efecto, una colectividad
no puede referirse a su identidad sin llevar a cabo una revisin de su propio pasado.
En segundo lugar, porque la literatura ocupa un lugar privilegiado dentro de los
Estudios de la Memoria. Veremos por qu.
En tercer lugar, porque mientras que otras disciplinas como la Historia se
proponen hacer una lectura objetiva del pasado, lo cual como es sabido resulta
imposible, los Estudios de la Memoria parten de la base de que cualquier revisin de lo
vivido implica siempre una reconstruccin determinada por el momento presente. As lo
indica Astrid Erll cuando dice: Memories are not objective images of past perceptions,
even less of a past reality. They are subjective, highly selective reconstructions,
dependent on the situation in which they are recalled (Erll 2011, 8).
La cuarta razn por la que se ha optado por elegir los Estudios de la Memoria
como marco terico del presente trabajo es su carcter interdisciplinar. Esto es as
porque dichos estudios han desarrollado un nuevo concepto, el de memoria cultural,
aplicable a las diferentes disciplinas implicadas en los procesos de revisin del pasado.
En efecto, las unidades de estudio de cada una de esas disciplinas constituyen elementos
simblicos (en el sentido de Pierre Bourdieu) de la memoria cultural. Es el caso tambin
de la obra literaria. Uno de los objetivos aqu es precisamente hacer de Jean-Christophe
una referencia de la memoria cultural europea.
La quinta razn que me ha llevado a elegir los Estudios de la Memoria como
marco terico es su carcter transnacional. Ya he sealado la importancia que Romain
11
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Rolland confiere a la superacin del modelo decimonnico de la Europa de los Estados-
nacin. Resultara poco acertado pues abordar el estudio de sus obras desde la
perspectiva de las literaturas nacionales. El concepto de literaturas nacionales nace en el
siglo XIX, cuando cada una de las potencias europeas se propone reafirmar su
independencia insistiendo en todo aquello que constituye un hecho diferencial con
respecto al resto de las naciones. La efervescencia de los nacionalismos se traduce en
una concepcin tradicional de la literatura [que] se asienta en las bases ideolgicas de
la fragmentacin de las diferentes nacionalidades1. Para Rolland, sin embargo, las
naciones europeas deben aspirar a la unin y no a la fragmentacin. Para ello, es
necesario insistir en la necesidad de transgredir las fronteras que las separan.
En sexto lugar, porque a diferencia de la Historia, los Estudios de la Memoria
prestan atencin no slo al recuerdo, sino tambin al olvido. Esto es fundamental, ya
que, para entender la identidad de una colectividad dada, aquello que se relega al olvido
puede resultar mucho ms significativo que aquello que es recordado.
Por otro lado, Rolland simboliza perfectamente en su persona esta simbiosis
entre recuerdo y olvido. En efecto, despus de manifestarse a favor de la necesaria
reconciliacin entre Francia y Alemania, el autor francs es condenado al olvido por sus
compatriotas, que lo acusan de traicionar los valores de la Grande Nation con la
publicacin de textos como Au-dessus de la mle. Outre-Rhin, sin embargo, sus obras
son acogidas con especial inters. En 1916, adems, Rolland es galardonado con el
premio Nobel de Literatura. Tambin en la URSS, el creador de Jean-Christophe se
convertir en un autor de referencia.
*
Como he dicho ms arriba, el objetivo nuclear de esta Tesis es demostrar que
Jean-Christophe forma parte de la memoria cultural de Europa y que, por lo tanto,
constituye una referencia fundamental para la identidad europea. Decimos que se trata
1 LEETHI: Literaturas espaolas y europeas: del texto al hipermedia. Lexias:
Naciones. [En lnea] http://www.ucm.es/info/leethi/2_lexias/lex_nac.php (Pgina consultada
en marzo de 2012).
12
http://www.ucm.es/info/leethi/2_lexias/lex_nac.php -
de una obra europea, porque con ella el autor aspira a transgredir las fronteras que
separan las diferentes naciones del viejo continente.
En los aos previos al estallido de la Grande Guerre, el enfrentamiento secular
entre Francia y Alemania constituye el principal escollo para conseguir la reconciliacin
de las nacicones europeas. Rolland aspira a contribuir a la consecucin de dicha
reconciliacin desde el mbito de la creacin literaria. Para ello, propone el
establecimiento de miradas cruzadas entre las dos naciones. Christophe, incapaz de
identificarse de forma exclusiva con ninguna de ellas, se siente en ambas como un
trange tranger2. Slo cuando supera el solipsismo y alcanza el conocimiento
verdadero, Christophe deja de sentirse como tal. Analizaremos en este trabajo cmo se
produce en la novela dicha evolucin y determinaremos en qu consiste para Rolland el
conocimiento verdadero.
*
Puesto que una reconciliacin efectiva entre Francia y Alemania pasaba
necesariamente por la superacin de los prejuicios que enturbiaban las relaciones entre
ambas naciones, estudiar las imgenes culturales con las que, en el texto, franceses y
alemanes perciben al otro. Pero la desagradable sensacin de no pertencer a ningn
lugar acompaar a Christophe tambin en Suiza e Italia. Por eso, extenderemos el
mbito de las miradas cruzadas a estos dos pases, tal y como se hace en el texto.
Para conseguirlo, buscar en los estudios imagolgicos las herramientas
necesarias, centrndome fundamentalmente en los trabajos realizados por Jean-Marc
Moura y Daniel-Henri Pageaux. Pero, por qu la imagologa? Porque, tal y como
veremos al final del bloque terico, existe un estrecho vnculo entre ella y los Estudios
de la Memoria. Adems, se trata de una teora extremadamente til en el campo de la
literatura comparada.
2 La expresin trange tranger con la que definimos a Christophe fue utilizada
por Jean-Marc Moura en la conferencia de clausura del Coloquio Internacional APEF-APFUE
SHF sobre Ltranger, celebrado en la Universidad del Algarve en noviembre de 2011. Me
parece especialmente acertada, ya que rene las dos traducciones posibles al castellano del
trmino tranger, la de extranjero y la de extrao.
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La imagologa se propone estudiar el conjunto de imgenes o imagotipos que
una colectividad determinada tiene de otra. Y es principalmente en el campo literario
donde la imagologa encuentra muchos de esos imagotipos, aunque no todos.
La vertiente imagolgica se apoya sobre una serie de postulados. En primer
lugar, reconoce que existe una relacin necesaria entre el anlisis histrico y el anlisis
literario, ya que en muchas ocasiones los imagotipos surgen a partir de un hecho
histrico concreto. Sin embargo, no podemos pasar por alto que la imagen literaria y
cultural del otro no coincide necesariamente con las realidades polticas, histricas y
culturales del momento, aunque siempre se encuentre en estrecha relacin con una
situacin cultural histricamente determinada.
En segundo lugar, subraya que slo algunas de las imgenes que conforman la
representacin literaria del extranjero estn llamadas a perdurar en el tiempo,
convirtindose incluso en clichs o estereotipos. Dichos estereotipos tienden a
simplificar, con un stock bastante limitado de imgenes elementales y de palabras clave,
la cultura propia de ese otro extrao.
En tercer lugar, recuerda que estas imgenes estereotipadas no se encuentran
exclusivamente en el campo literario, ya que afectan igualmente a otros campos
culturales (el arte, la economa). Por eso, la vertiente imagolgica ofrece una ventaja
adicional que no encontramos en los estudios comparatistas tradicionales, ya que,
mientras que la literatura comparada tiene como objetivo, entre otros, estudiar la
presencia del extranjero en una obra literaria, la imagologa se beneficia adems de las
aportaciones metodolgicas de otros campos culturales como la Historia, adquiriendo
as una naturaleza interdisciplinar.
Vemos pues que el inters de la imagologa literaria reside fundamentalmente en
que este tipo de estudios, anclados en el antiguo mbito del comparatismo, permite
traspasar las fronteras que separan lo literario de lo paraliterario, abrindose al anlisis
de cuestionamientos histricos, sociolgicos e incluso antropolgicos. En este sentido,
tanto la imagologa como los Estudios de la Memoria me permiten dotar al presente
trabajo de un carcter interdisciplinar.
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3. ESTRUCTURA DEL TRABAJO
La Tesis estar dividida en dos grandes partes. En la primera, reunir toda una
serie de herramientas tericas y metodolgicas de las que me servir ms tarde para
analizar la obra. Dicho anlisis tendr lugar en la segunda parte del trabajo.
Comenzar pues presentando el marco terico en el que se enmarca la Tesis, a
saber los Estudios de la Memoria y la imagologa. En el primer captulo, realizar un
breve recorrido histrico por los trabajos publicados en el mbito de los Memory
Studies desde principios del siglo XX hasta nuestros das: este repaso diacrnico me
permitir introducir conceptos clave, como las duplas memoria-Historia y recuerdo-
olvido. Tambin fundamental para el anlisis es el concepto de memoria cultural.
Veremos adems por qu la literatura debe ser considerada como medium privilegiado
de la memoria cultural. Por ltimo, describir brevemente la teora de la mmesis de
Paul Ricur para poner de manifiesto la manera en que la literatura es capaz de crear
discursos del pasado.
En el segundo captulo, estudiar la forma segn la cual tiene lugar la
interseccin entre memoria, narracin e identidad. Para ello, me fijar en los cuatro
modos retricos que segn Astrid Erll estn presentes en cualquier texto narrativo, a
saber comunicativo, cultural, reflexivo y antagnico. Comprobaremos cul de ellos
predomina en las obras en las que de forma ms clara se produce una interseccin entre
narracin y memoria. Veremos adems que el estudio del modo antagnico implica
considerar la presencia de discursos contrarios a los oficiales. Para ello, resulta
pertinente analizar la manera en que es percibida la alteridad en los textos. Es aqu
donde conectan los Estudios de la Memoria con la imagologa.
Concluir el bloque terico con un apartado titulado herramientas para el
anlisis. El objetivo del mismo es reunir e interrelacionar los conceptos y teoras
presentados en la primera parte y anunciar la forma como sern aplicados al anlisis de
la novela. Queda claro as que los captulos del bloque terico no nacen con el objetivo
de llevar a cabo una exposicin enciclopdica de trabajos ya publicados -trabajos a los
que, por otra parte, el lector podra acceder de forma independiente-, sino que responden
a una necesidad concreta: la elaboracin de un mtodo de trabajo que nos permita
analizar Jean-Christophe y demostrar que constituye una referencia fundamental para la
identidad europea.
15
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Comenzar la segunda parte de la Tesis con la presentacin de Romain Rolland
como autor europeo. A continuacin, abordar el estudio de los niveles de prefiguracin
y configuracin textual, que son los dos estadios iniciales por los que, segn Ricur,
pasa toda obra literaria. Abordar el tercer estadio, el de la refiguracin textual, en el
ltimo captulo del bloque, ya que slo as podremos decidir si se trata de un texto
cultural de la memoria europea. Por ltimo, expondr las conclusiones finales a las que
conducir mi trabajo.
4. ESTADO DE LA CUESTIN
En su pgina web3, la Association Romain Rolland recoge todos los trabajos de
de investigacin que se han publicado hasta la fecha sobre la vida y obra del autor.
Tambin encontramos una amplia lista de Mmoires y Thses realizadas durante su
vida y despus de su muerte. Slo una de ellas fue defendida antes de 19444: tiene como
ttulo La psychologie des peuples allemand et juif dans les romans de Romain Rolland y
fue defendida en 1931 en la Universidad de Toulouse. La ms reciente de la que se tiene
registro en esta pgina data de 2013, realizada en la Universidad Marc-Bloch de
Estrasburgo y publicada con el ttulo: La croissance et le dsir crateur dans les uvres
de Romain Rolland, D. H. Lawrence, Hermann Hesse et Andr Gide.
Las ms de cincuenta Tesis doctorales publicadas entre 1931 y 2013 sobre el
autor de Jean-Christophe ponen de manifiesto hasta qu punto su figura y obra no han
dejado de despertar un especial inters en el mundo de la academia. Sin embargo, de
forma paradjica, Rolland ha sido olvidado y/o ignorado por amplios sectores de la
crtica durante muchos aos, tal y como comprobaremos en la ltima parte de esta Tesis.
Resulta interesante detenernos en los aos de publicacin de las 56 Tesis de las
que se tiene constancia en la pgina web de la asociacin:
3 ASSOCIATION ROMAIN ROLLAND. [En lnea] http://www.association
romainrolland.org (pgina consultada de forma regular entre 2011 y 2015).
4 Recordemos que Romain Rolland nace el 29 de enero de 1866 y muere el 30 de
diciembre de 1944.
16
http:romainrolland.orghttp://www.association -
0
2
4
6
8
10
12
Tesis publicadas
1931-1940
1941-1950
1951-1960
1961-1970
1971-1980
1981-1990
1991-2000
2001-2010
2011-2015
Tabla 1: Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin5
Como vemos, slo a partir de los aos cincuenta se multiplicarn los trabajos de
Tesis sobre Rolland y su obra, siendo la dcada de los 60 la ms prolfica de todas con
11 trabajos publicados6. Resulta llamativa la cada en el nmero de Tesis a partir del
cambio de siglo.
En lo que se refiere al contenido, ms de la mitad de las Tesis publicadas, 31, se
centran en la vida y pensamiento del autor: incluyo en este grupo los trabajos en los que
son analizadas las cartas que Rolland intercambi con intelectuales de todo el mundo. El
resto de los trabajos, 25, se centran en su obra literaria, tanto narrativa como teatral. En
el siguiente esquema se recogen estos datos, ordenados segn los aos de publicacin:
5 Los datos para las tablas 1 y 2 han sido extrados de la pgina web de la
Association Romain Rolland referenciada ms arriba, en concreto a partir del enlace [En lnea]
http://association-romainrolland.org/theses.htm.
6 No olvidemos que en 1966 se cumple el primer centenraio del nacimiento del
autor.
17
http://association-romainrolland.org/theses.htm -
Sobre su vida y pensamiento Sobre su obra literaria
1931-1940 0 1
1941-1950 2 0
1951-1960 7 2
1961-1970 5 6
1971-1980 4 4
1981-1990 4 5
1991-2000 5 3
2001-2010 3 2
2011-2015 1 2
TOTAL 31 25
Tabla 2: contenido de las Tesis doctorales sobre Rolland y aos de publicacin
Especialmente relevante para esta Tesis es el hecho siguiente: de los 56 trabajos
de la lista, slo en 8 Jean-Christophe constituye el ncleo de la investigacin.Y digo
slo porque no hay que olvidar que Jean-Christophe, texto por el que le fue concedido
el Premio Nobel de Literatura, es la obra ms importante escrita por Rolland. Estos son
los ttulos de esas ocho Tesis:
1960 WATSON, G.: Romain Rolland et le sens de lhumanit daprs Jean-
Christophe. Universit de Paris.
1969 DUCHATELET, B.: Un pisode de Jean-Christophe de Romain
Rolland: Antoinette. tude de gense et de cration littraire, avec une
dition critique. Universit de Paris IV. Doctorat dUniversit.
- Les dbuts de Jean-Christophe (1886-1906), tude de gense.
Universit de Paris VII. Doctorat dtat.
1971 RICARD, F.: Le dcor dans Jean-Christophe de Romain Rolland.
Universit dAix-Marseille I.
1977 HLLE-KEEDING, M.: Romain Rolland visionnres Beethovenbild im
Jean-Christophe. Universitt Tbingen.
1979 REINHARDT, M.: Aux sources de Jean-Christophe de Romain
Rolland: luvre nourrie par le moi de lauteur et son exprience vcue.
Universit de Lyon II.
18
-
1987 SMITH, J.C.: Freedom and liberation in Jean-Christophe. A study in
the imagination of Romain Rolland. University of Oxford.
1993 BURLOT, S.: Les aspects romantiques de Jean-Christophe. Universit
de Brest.
2005 HAROUX, M.: Romain Rolland et les itinraires de formation dans
Jean-Christophe: le cheminement dune uvre fleuve. Universit Lille
III.
En lo que respecta a la bibliografa publicada hasta la fecha sobre la vida y obra
de Rolland, se puede constatar que la inmensa mayora de las publicaciones se centran
en el estudio del pensamiento y la trayectoria vital del autor desde un punto de vista
historicista, considerando su obra literaria slo a partir de su gestacin. En este sentido,
la obra epistolar del autor, fiel reflejo de sus ideas polticas, ha sido durante mucho
tiempo un centro de inters mayor. Sin embargo, resulta ms difcil encontrar
publicaciones en las que se lleve a cabo un anlisis literario de la produccin narrativa y
teatral de Rolland, y las pocas que existen, se centran casi de forma exclusiva en los
recursos formales y retricos presentes en los textos, dejando de lado cualquier
consideracin sobre el contexto histrico y cultural en el que fueron escritas. Se echa de
menos, pues, un estudio completo y exhaustivo capaz de aunar ambas tendencias.
El objetivo de esta Tesis es pues colmar esa carencia, ofrenciendo un anlisis
literario de Jean-Christophe -su obra ms importante- sin perder de vista el pensamiento
poltico y la trayectoria vital del autor. Pero adems, propongo un anlisis de la obra
hasta ahora indito, ya que nunca antes se haba considerado esta novela desde la
perspectiva de los Estudios de la Memoria. A lo largo de este trabajo se demostrar
hasta qu punto es pertinente y necesario un anlisis de estas caractersticas.
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20
-
PRIMERA PARTE Aspectos tericos y metodolgicos de la
investigacin: herramientas para el anlisis
21
-
22
-
Qui ritroviamo qualcosa della noncuranza dei russi nei confronti delle
differenze di rango per cui in Russia il principe e il contadino si somigliano.
bellissimo poterli contemplare, come abbiamo fatto noi, subito dopo gli
oggetti antichi e i costumi esposti nella sala darmi del palazzo. Risuscita un
mondo intero ed come se ci fossimo vissuti noi stessi.78
Lou Andreas-Salom, In Russia con Rainer (Salom 1994, 12)
Jimagine quil y aura quantit de tmoignages Ils vaudront ce que
vaudra le regard du tmoin, son acuit, sa perspicacit Et puis il y aura des
documents Plus tard, les historiens recueilleront, rassembleront,
analyseront les uns et les autres: ils en feront des ouvrages savants Tout y
sera dit, consign Tout y sera vrai sauf quil manquera lessentielle
vrit, laquelle aucune reconstruction historique ne pourra jamais atteindre,
pour parfaite et omnicomprhensive quelle soit [] Lautre genre de
comprhension, la vrit essentielle de lexprience, nest pas
transmissible Ou plutt, elle ne lest que par lcriture littraire [] Par
lartifice de luvre dart, bien sr!
Jorge Semprn, Lcriture ou la vie (Semprn 1994, 167)
Wer nur erlebt, reim- und gedankenlos, ist in Gefahr, den Verstand zu
verlieren [...]. Wer mitfhlen, mitdenken will, braucht Deutungen des
Geschehens. Das Geschehen allein gengt nicht.9
Ruth Klger, weiter leben (Klger 2012, 128)
7 En este trabajo se traducirn todas las citas que no estn en ingls o francs.
8 Aqu encontramos un ejemplo de la falta de cuidado que muestran los rusos
con respecto a las diferencias de rango, algo que hace que en Rusia el prncipe y el campesino
se parezcan. Es hermoso poder contemplarlos fijndose simplemente en los objetos antiguos y
los trajes expuestos en la sala de armas del palacio. Surge ante nuestros ojos un mundo entero y
es como si hubiramos vivido en l nosotros mismos (La traduccin es ma).
9 Quien vive renunciando a la poesa y a la reflexin, corre el riesgo de perder
el entendimiento (). Quien se propone simpatizar y sentir por los dems, necesita
interpretaciones de lo sucedido. Los acontecimientos en bruto no son suficientes (La
traduccin es ma).
23
-
24
-
Captulo 1
CONSIDERACIONES TERICAS PREVIAS
1. INTRODUCCIN
Son muchas las obras literarias en las que la memoria aparece como ncleo
temtico fundamental. El ejemplo ms paradigmtico es quiz la Recherche du Temps
perdu, de Marcel Proust. Tambin en textos como Les mots, de Jean-Paul Sartre, Arc de
Triomphe, de Erich Maria Remarque, Dora Bruder, Voyage de noces o Caf de la
jeunesse perdue, de Patrick Modiano, Les gommes de Alain Robbe-Grillet o La
modification de Michel Butor, la memoria -y su correlato, el olvido- constituyen la
piedra angular. En todos estos casos, asistimos a una especie de irrupcin de la memoria
en el seno de la obra literaria. Hablaremos entonces de la memoria en la literatura10 .
Ahora bien, qu ocurre si invertimos los trminos? Y si en lugar de hablar de
memoria en la literatura hablramos de literatura en la memoria? Dicho de otro modo,
qu lugar ocupa la literatura en el discurso de la memoria? Sin duda, este nuevo
planteamiento nos obliga a responder a toda una serie de preguntas: memoria, s, pero
qu memoria? Memoria individual o colectiva? Y por qu no Historia? Acaso la
Historia no ha gozado durante mucho tiempo del privilegio de ser casi la nica fuente
legtima en el proceso de revisin del pasado? Deben la memoria y la Historia ir de la
mano o acaso estn condenadas a seguir caminos separados? Por otro lado, cules son
10 Sobre la distincin entre memoria en la literatura, memoria de la literatura y
literatura como soporte de la memoria volveremos ms adelante.
25
-
las fuentes documentales a partir de las cuales se construye el discurso historiogrfico?
Y el de la memoria? Es necesaria la literatura para llevar a cabo una revisin del
pasado? Qu papel desempea la literatura en el mbito de la memoria y en el de la
Historia? Y suponiendo que desempee alguno, qu condiciones debe cumplir una
obra literaria para poder ser considerada como fuente documental en cada uno de esos
discursos? Se puede afirmar que la literatura es un medio privilegiado de la memoria
de una colectividad?
A estas y otras muchas preguntas pretendo dar respuesta a lo largo de este
trabajo. En primer lugar, presentar los Estudios de la Memoria, haciendo especial
hincapi en la relacin que stos mantienen con la Historia. Puesto que los Estudios de
la Memoria constituyen una disciplina relativamente nueva dentro del mbito de las
Humanidades, considero necesario presentar una serie de presupuestos tericos en los
que se basan. En segundo lugar, har un recorrido histrico de los mismos, prestando
especial atencin a los trabajos de Jan Assmann, Aleida Assmann, Astrid Erll y Ann
Rigney. En tercer lugar, demostrar por qu la literatura constituye un medium
privilegiado de lo que denominaremos memoria cultural. Para concluir, describir la
forma en que la literatura es capaz de crear modelos del pasado11 .
2. DOS OPOSICIONES FUNDAMENTALES
Numerosos historiadores e investigadores del mbito de los Estudios de la
Memoria coinciden en considerar el siglo XIX como el de la historiografa y el siglo
XX como el de la memoria. A lo cual cabra responder con la siguiente pregunta: qu
historiografa y, sobre todo, qu memoria? En efecto, son muchos los trabajos que se
han escrito con el objetivo de dar respuesta a este tipo de cuestiones.
A continuacin, analizaremos dos parejas de trminos que a menudo aparecen
enfrentados: memoria vs. Historia, por un lado, recuerdo vs. olvido, por otro. Como
11 Nota importante: como ya se indic en la introduccin, todos los elementos
tericos que presento a continuacin sern aplicados directa o indirectamente en el anlisis
posterior. Por eso, no se trata de una mera recopilacin de datos, sino de la exposicin de una
serie de conceptos a partir de los cuales obtendr las herramientas necesarias para el anlisis del
corpus.
26
-
veremos inmediatamente, la relacin entre los mismos no es de oposicin excluyente,
pese a lo que pudiera parecer en un principio.
Memoria e Historia12
Consideremos en primer lugar la pareja de trminos memoria e Historia. Es
despus de las dos guerras mundiales, pero sobre todo del Holocausto cuando, ante la
falta de fuentes documentales, resulta necesario recurrir al testimonio de los
supervivientes para construir un discurso sobre el pasado. Ann Rigney (2005, 21-22)
distingue tres limitaciones fundamentales en el proceso de rememoracin del pasado: en
efecto, la imposibilidad de recuperar determinados hechos puede deberse a que lo
ocurrido no llega a ser registrado en ningn tipo de archivo o bien a que, tal y como
sucede en el caso de los episodios traumticos, las vctimas de los hechos decidieron
optar por el olvido o, al menos, por un recuerdo sesgado de stos. Asimismo, la escasez
de medios para la rememoracin puede obstaculizar de forma considerable cualquier
revisin del pasado.
Es en estas circunstancias como la memoria, entendida de momento como el
testimonio de aquellos que han vivido determinados acontecimientos, consigue
adentrarse en el taller de trabajo del historiador. Por primera vez, las historias
personales de tantas y tantas vies minuscules en las que, antes que Pierre Michon, se
haba fijado George Perec al escribir Je me souviens, consiguen hacerse un hueco en el
discurso oficial de la Historia. Con la irrupcin del testigo se produce adems un
desplazamiento de la mirada, ya que mientras que en el siglo XIX la atencin del
historiador estaba principalmente dirigida hacia la figura del hroe, en el siglo XX son
las victimas las que toman la palabra.
Enzo Traverso define la memoria como les reprsentations collectives du pass
telles quelles se forgent dans le prsent (Traverso 2005, 14) y le atribuye la funcin de
estructurar las identidades sociales en les inscrivant dans une continuit historique et
en leur donnant un sens, cest--dire un contenu et une direction (Traverso 2005, 14).
12 Escribimos Historia con maysculas de la misma manera que lo hacemos al
referirnos a la otra disciplina objeto de nuestra reflexin, los Estudios de la Memoria. Adems,
de esta forma distinguiremos la Historia, referida a los grandes acontecimientos del pasado, de
las historias o testimonios de lo que Pierre Michon denomina vies minuscules.
27
-
Segn esto, el discurso de la memoria es una construccin a posteriori de
determinados acontecimientos. Pero sabemos que el discurso historiogrfico, adems de
subjetivo, es tambin un discurso construido desde el presente. Para Hegel, la historia
posee dos dimensiones complementarias, una objetiva y otra subjetiva: los
acontecimientos -res gestae-, por un lado, y la narracin de los mismos -historia
rerum gestarum-, por otro. Pese a ser en esta ltima donde de forma ms clara se
manifiesta la subjetividad del historiador, tambin la eleccin de los acontecimientos se
rige por parmetros subjetivos. Entonces, qu diferencia realmente la memoria de la
Historia?
Segn Traverso, la primera diferencia se encuentra en el hecho de que la
Historia, pese a no poder alcanzar la objetividad absoluta, sigue las reglas fijas de un
oficio, ya que pretende alcanzar el estatus de ciencia. Precisamente por eso, el
historiador debe aspirar al universalismo y escuchar de forma crtica el testimonio de las
vctimas: La empata unilateral hacia las vctimas puede anular la distancia crtica
indispensable en un historiador, transformndolo en abogado de la memoria, que
compadece en lugar de analizar y comprender (Traverso 2009, 12). Esto implica pues
que para existir como campo del saber, la Historia debe liberarse de la memoria, non
pas en la rejetant, mais en la mettant distance (Traverso 2005, 21).
La memoria, por el contrario, es esencialmente subjetiva, porque su discurso
emana exclusivamente de la lectura personal que el testigo hace de la experiencia
vivida. En efecto, mientras que el discurso historiogrfico aspira a ser homogneo, par
son caractre subjectif, la mmoire nest jamais fige; elle ressemble plutt un
chantier ouvert, en transformation permanente (Traverso 2005, 19). Adems, la
mmoire est une construction, elle est toujours filtre par des connaissances
postrieurement acquises, par la rflexion qui suit lvnement, par dautres expriences
qui se superposent la premire et en modifient le souvenir (Traverso 2005, 19). Por
otro lado, cualquier testimonio se construye sobre recuerdos imprecisos invadidos por
des brumes doubli (Semprn 1994, 42). Pero que sean imprecisos no significa que
los relatos del pasado a los que dan lugar no sean autnticos y carezcan de
referencialidad.
En este sentido, el discurso de la memoria no parte de la presuncin de ser
absolutamente verdadero. Es lo contrario de lo que suceda en el mbito de la Historia
durante el siglo XIX. En la Europa de los Estados-nacin, la Historia era siempre escrita
por los vencedores y constitua el relato de los logros y hazaas de los hroes de la
28
-
nacin. Por eso, en palabras de Benjamin: Es ist niemals ein Dokument der Kultur,
ohne zugleich ein solches der Barbarei zu sein13 (Benjamin 1991, 696). Especialmente
importante era el papel que desempeaba dicho discurso en cualquier revolucin:
Die Geschichte ist Gegenstand einer Konstruktion, deren Ort nicht die
homogene und leere Zeit sondern die von Jetztzeit erfllte bildet. So war fr
Robespierre das antike Rom eine mit Jetztzeit geladene Vergangenheit, die er aus
dem Kontinuum der Geschichte heraussprengte. Die franzsische Revolution
verstand sich als ein wiedergekehrtes Rom. Sie zitierte das alte Rom genau so wie
die Mode eine vergangene Tracht zitiert14 (Benjamin 1991, 701).
Por eso, en el siglo XIX, los gobernantes conseguan legitimar su poder poltico
y configurar la identidad de la nacin sirvindose del discurso historiogrfico. De esta
manera, la Historia pas a desempear el mismo papel que durante el Antiguo Rgimen
haba tenido siempre la figura de Dios, de quien el rey deca ser representante en la
tierra. En este contexto, la Historia equivale a lo que Aleida Assmann denomina, como
veremos ms adelante, memoria poltica.
Pero con el cambio de paradigma que se produce durante el siglo XX, el
discurso de los testigos adquiere una importancia que nunca antes haba tenido. Sin
embargo, incluso en este nuevo contexto, debemos preguntarnos sobre la veracidad del
testimonio. Para Jorge Semprn, sta slo es posible en el marco de la ficcin narrativa:
Un doute me vient sur la possibilit de raconter. Non pas que lexprience vcue
soit indicible. Elle a t invivable, ce qui est tout autre chose, on le comprendra
aisment. Autre chose qui ne concerne pas la forme dun rcit possible, mais sa
substance. Non pas son articulation, mais sa densit. Ne parviendront cette
substance, cette densit transparente que ceux qui sauront faire de leur
tmoignage un objet artistique, un espace de cration. Ou de recration. Seul
13 No hay un solo documento de la cultura que no lo sea al mismo tiempo de la
barbarie (La traduccin es ma).
14 La Historia es el objeto de una construccin en la que el tiempo no es algo
homogneo y vaco sino que est impregnado por el presente. En este sentido, Roma fue para
Robespierre un pasado cargado de presente que l mismo extrajo del continuum de la Historia.
La Revolucin Francesa se entendi a s misma como una nueva Roma, refirindose a la antigua
de forma anloga a como la moda se refiere a un atuendo del pasado (La traduccin es ma).
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-
lartifice dun rcit matris parviendra transmettre partiellement la vrit du
tmoignage. Mais ceci na rien dexceptionnel. Il en arrive ainsi de toutes les
grandes expriences historiques (Semprn 1994, 25-26).
Y la cuestin afecta no slo al mbito de la creacin, sino tambin al de la
recepcin: Mais peut-on tout entendre, tout imaginer? Le pourra-t-on? En auront-ils la
patience, la passion, la compassion, la rigueur ncessaires? (Semprn 1994, 26). Para
Ann Rigney, la ficcin narrativa y, en general, la obra de arte, consiguen transmitir ms
verdad que cualquier otro testimonio del pasado, y esto es as porque se trata de formas
de representacin mviles que pueden ser adaptadas en diferentes contextos:
In this context, it is interesting to consider specifically the role played by artistic
media in crossing and helping to re-define the borders of imagined memory
communities. By virtue of their aesthetic and fictional properties they are more
mobile and exportable than other forms of representation, whether in translation
or the original, and are certainly more mobile than actual memory sites such as
Oradour (Rigney 2005, 25-26).
Una idea fundamental que se desprende de esto ltimo es que la memoria surge
en el momento de la recepcin, no en el de la creacin. En el captulo dos veremos que
efectivamente esto es as y que slo para un grupo reducido de obras -el de las novelas
de la memoria, si nos referimos al mbito de la literatura- es posible establecer un
vnculo con la memoria ya desde el momento de la creacin. Pero antes de eso, todava
en este primer captulo, debemos analizar el papel que la ficcin literaria desempea en
el proceso de revisin del pasado y nos preguntaremos si la literatura constituye un
medium de expresin privilegiado para la memoria.
Otra diferencia entre memoria e Historia viene dada por el hecho de que esta
ltima, a diferencia de la primera, no se propone participar en el proceso de
construccin de la identidad:
Escribir libros de [H]istoria significa ofrecer la materia prima necesaria para un
uso pblico del pasado. Aqulla no hace del historiador un guardin del patrimonio
nacional -dejmosle esta ambicin a otros- porque su intento consiste en interpretar
el pasado, no en favorecer procesos de construccin identitaria o de reconciliacin
nacional (Traverso 2009, 24).
30
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Traverso insiste por eso en la distancia crtica que cualquier historiador debe
mantener con respecto a las fuentes analizadas, evitando identificarse, por ejemplo, con
el testimonio de las vctimas. Ms tarde, nos referiremos al papel que desempea la
memoria en el proceso de construccin de la identidad, aunque tendremos que esperar
hasta los ltimos captulos de la Tesis para desarrollar este tema con ms profundidad.
Existe una tercera diferencia fundamental entre memoria e Historia, a saber, la
forma como desde ambas se afronta el olvido. Nos adentramos as en la segunda
oposicin de trminos a la que hacamos alusin ms arriba.
Recuerdo y olvido
Qui veut se souvenir doit se confier loubli, ce risque quest loubli absolu et
ce beau hasard que devient alors le souvenir (Maurice Blanchot) [citado como
paratexto por Jorge Semprn en Lcriture ou la vie] (Semprn 1994).
Memoria e Historia afrontan el olvido de forma diferente. Al menos, eso es lo
que se desprende de las palabras de Walter Benjamin, para quien el cronista se propone
recordarlo todo: Der Chronist, welcher die Ereignisse hererzhlt, ohne groe und
kleine zu unterscheiden, trgt damit der Wahrheit Rechnung, da nichts was sich jemals
ereignet hat, fr die Geschichte verloren zu geben ist15 (Benjamin 1991, 694)16. El
discurso de la memoria, por el contrario, entendido como aqul en el que se enmarcan
las historias secundarias -el de las vies minuscules- es heterogneo y selectivo.
Heterogneo, porque constituye la narracin personal de las experiencias vividas por
cada uno de los individuos de una colectividad; selectivo, porque cada individuo
recuerda lo que quiere y puede recordar. En este sentido se puede decir que el discurso
de las historias secundarias nace como resultado del enfrentamiento dialctico entre el
recuerdo y el olvido.
De las palabras de Benjamin se desprende que el discurso historiogrfico es
homogneo y unitario. Pero sabemos que esto no es as. Al menos desde que a
15 El cronista, que cuenta los acontecimientos sin distinguir entre grandes y
pequeos, asume como verdad que la Historia no puede dar por perdido nada de lo que haya
sucedido alguna vez (La traduccin es ma).
16 ber den Begriff der Geschichte in Benjamin (1991).
31
-
principios del siglo XX entraran en crisis los paradigmas clsicos de la Historia. Como
vimos ms arriba, la experiencia de las dos guerras mundiales y del Holocausto obliga a
la Historia a ir de la mano con la memoria. Al abrir las puertas al discurso heterogneo y
selectivo de esta ltima, el discurso historiogrfico deja de ser homogneo y unitario. A
partir de ese momento, adems, la Historia no deja de depender exclusivamente de s
misma y pasa a estar condicionada, de alguna manera, por la memoria. Pero slo las
memorias fuertes son capaces de dirigir el trabajo del historiador en determinadas
direcciones:
Puisque mmoire et [H]istoire ne sont pas spares par des barrires
insurmontables mais interagissent en permanence, il en dcoule une relation
privilgie entre les mmoires fortes et lcriture de l[H]istoire. Plus la mmoire
est forte -en termes de reconnaissance publique et institutionnelle-, plus le pass
dont elle est vecteur devient susceptible dtre explor et mis en histoire (Traverso
2005, 63).
En otras palabras, slo aquello que es reconocido pblica e institucionalmente
como memoria fuerte ser recordado por la colectividad, pasando a formar parte del
capital simblico con el que sta construye su propia identidad17. En este sentido, dice
Benjamin, die Erinnerung stiftet die Kette der Tradition, welche das Geschehene von
Geschlecht zu Geschlecht weiterleitet18 (Benjamin 1991, 117). En resumen, son las
memorias fuertes -y no la Historia- las que deciden el curso de la lucha dialctica entre
recuerdo y olvido.
Tal y como seala Egon Flaig, desde la Antigedad, recuerdo y olvido han
estado siempre en continuo dilogo en el seno de cualquier colectividad. En Roma, por
ejemplo, mientras que determinados individuos eran elevados al rango de exemplum,
otros, considerados como enemigos del Estado, eran condenados a soportar el peso de la
damnatio memoriae. El exemplum, ligado siempre a un nombre y una fecha
concretos, constitua el tratamiento ejemplar de un individuo concreto en una situacin
determinada: eine vorbildhafte und nachahmbare Handlung eines konkreten
17 Sobre la nocin que Pierre Bourdieu tiene del capital simblico volveremos un
poco ms tarde, cuando hablemos de la creacin de los cnones artsticos.
18 la memoria crea la cadena de la tradicin, que reenva lo sucedido de
generacin en generacin (La traduccin es ma).
32
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Individuums in einer bestimmter Situation19 (Flaig 1999, 62). La damnatio
memoriae, por el contrario, supona la generacin de una especie de memoria maldita
sobre la persona en cuestin. Como vemos, no es posible establecer equivalencias entre
exemplum y recuerdo, por un lado, y damnatio memoriae y olvido, por otro, ya que
recuerdo y olvido estn presentes en ambos casos. En el caso de los exempla, slo es
recordada una pequea parcela de la persona en cuestin, aqulla considerada como
significativa, quedando todo lo dems relegado al olvido. En el caso de la damnatio
memoriae sucede algo similar, slo que la parcela recordada es denigrada en lugar de
ser enaltecida: Die damnatio memoriae lschte das Andenken nicht, sondern
semantisierte es negativ20 (Flaig 1999, 67).
El exemplum y la damnatio memoriae constituyen ejemplos muy claros de
institucionalizacin del recuerdo. Al hablar de institucionalizacin del recuerdo, nos
referimos a la forma como las instancias del poder deciden qu individuos y eventos
deben ser recordados y cules deben caer en el olvido, o dicho de otra manera, qu
elementos del pasado deben ser considerados como memorias fuertes. Para referirse a
dicho fenmeno, tal y como veremos ms adelante, Aleida Assmann introduce el
trmino de memoria poltica -politisches Gedchtnis-. Para Assmann, dicha forma de
la memoria es construida desde arriba y aceptada desde abajo, incluso cuando el pueblo
es consciente de que se han omitido verdades cuyo reconocimiento sera intolerable en
la sociedad a la que pertenecen.
La institucionalizacin del recuerdo y del olvido, dice Flaig, permite a una
colectividad entenderse como tal y construir su propia identidad, cosa que sera
imposible si del inabarcable repertorio de eventos susceptibles de ser recordados no se
llevara a cabo una seleccin:
Jede Kultur, jede Gruppe mu aus der Unmasse von Geschehnissen,
Sachverhalten und Namen einige wenige semantisch stark anreichern, sie
19 una accin ejemplar e imitable de un individuo concreto en una situacin
determinada (La traduccin es ma).
20 La 'damnatio memoriae' no desencadenaba la memoria, sino que la
impregnaba semnticamente de forma negativa (La traduccin es ma).
33
-
hervorheben aus allen anderen, um Referenzpunkte zu gewinnen, auf die sich alle
Gruppenmitglieder beziehen21 (Flaig 1999, 93).
Y aade:
Erinnerte man sich an alles, htte nichts mehr Bedeutung. Ohne Vergessen ist
auf individueller Ebene Leben nicht mglich und auf kollektiver Ebene Kultur
nicht machbar. Ausblendung und Absonderung von Unwichtigem ist ebenso
illegitim wie unvermeidlich22 (Flaig 1999, 93-94).
Pero, por qu resulta ms difcil definir e institucionalizar el olvido que el
recuerdo? Porque cuando una colectividad decide olvidar algo, por insignificante que
parezca ese algo, corre el riesgo de perder algn aspecto esencial de su propia identidad
con el que podra comprenderse en el mundo:
Wir verlieren eine Unmenge von Vergangenheit, die schon in der damaligen
Gegenwart verloren ging und nirgendwo Spuren hinterlie. Daher ist das
allerkleinste Detail von nicht abschtzbarer potentieller Bedeutung. [...] Das
kleinste Detail, das in der berlieferung gerettet wurde, kann eines Tages dazu
dienen, eine Konstruktion der Vergangenheit aufzubrechen, die einseitig war und
daher letztlich unzutreffend. Aber es mu wenigstens in die Archive gerettet
werden, darf nicht ganz und gar verloren gehen23 (Flaig 1999, 95).
21 De la enorme cantidad de acontecimientos, hechos y nombres, cada cultura,
cada grupo debe extraer algunos, enriquecerlos semnticamente y destacarlos del resto,
consiguiendo as puntos de referencia a los que puedan remitirse los miembros del grupo (La
traduccin es ma).
22 Si lo recordramos todo, ya nada tendra significado. Sin el olvido, la vida no
es posible a nivel individual ni realizable a nivel colectivo. La supresin y el aislamiento de lo
que no es importante resulta tan ilegtimo como inevitable (La traduccin es ma).
23 Perdemos una gran cantidad de elementos del pasado que ya se haban perdido
en su propio presente sin dejar huellas en ninguna parte. Por ende, incluso el ms pequeo
detalle puede tener una importancia no desdeable. (...) El ms mnimo detalle que se salvara
gracias a la tradicin podra servir algn da para romper con una construccin del pasado
unilateral y, por tanto, en ltima instancia incorrecta. As que, para no perderse por completo,
debe ser guardado al menos en los archivos (La traduccin es ma).
34
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En la Recherche du Temps perdu, Proust ya haba sealado la importancia del
detalle al referirse al petit pan de mur jaune del clebre lienzo de Vermeer Gezicht op
Delft (Vista de Delft). En efecto, un simple detalle puede albergar la esencia del todo,
por lo que su prdida podra resultar irreparable. Por eso, cuando un grupo se dispone a
construir su propia identidad, debe tener mucho cuidado a la hora de decidir qu detalles
de su pasado deben o pueden ser olvidados.
Vemos pues que la relacin dialctica entre recuerdo y olvido es determinante en
el proceso de construccin de la identidad de cualquier colectividad. Dicha relacin,
dice Flaig (1999, 72-74), debera ser siempre de equilibrio, sobre todo en los casos en
los que la colectividad en cuestin se ve obligada a superar un conflicto traumtico.
Toma como ejemplo el caso de las guerras civiles, ante las cuales el grupo puede
adoptar tres estrategias diferentes: la venganza, la amnesia y el apapog.
La venganza, que no es otra cosa ms que el recuerdo absoluto, dar lugar, en la
mayora de los casos, a nuevos conflictos. Un ejemplo bastante significativo por la
magnitud de sus consecuencias es el Tratado de Versalles, con cuya firma las potencias
aliadas, lejos de asegurar una paz duradera, asentaron las bases para una nueva guerra
an ms devastadora que la anterior.
Tampoco la amnesia -u olvido absoluto- constituye una buena solucin, ya que,
al igual que la venganza, puede conducir a nuevos conflictos. En efecto, lo que se
consigue en estos casos es que el olvido se convierta en una especie de tab que antes o
despus, en el momento ms inesperado, terminar saliendo a la luz. De hecho, el
olvido, cuando es impuesto desde arriba como si de un fenmeno cultural colectivo se
tratara, casi nunca va acompaado del olvido individual.
La tercera opcin, el apapog, constituye segn Flaig (1999, 72-74) la
estrategia ms adecuada. Se trata de una especie de venganza selectiva que permite a las
vctimas reconciliarse con sus verdugos.
Tambin en el mbito del arte tiene lugar una institucionalizacin del recuerdo y
del olvido, fenmeno que se manifiesta fundamentalmente mediante la creacin de
cnones. En este contexto, manejaremos una serie de trminos clave, como capital
simblico, Funktionsgedchtnis, Speichergedchtnis, memoria voluntaria o
memoria involuntaria. Trataremos este tema con el rigor que merece un poco ms
adelante, cuando presentemos el concepto de memoria cultural tal y como la conciben
Aleida Assmann, por un lado, y Astrid Erll y Ann Rigney, por otro.
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Pese a lo que pudiera parecer en un principio, las duplas memoria-Historia y
recuerdo-olvido no constituyen parejas de trminos enfrentados. Acabamos de
comprobarlo.
En el primer caso, recuerdo y olvido no mantienen una relacin de oposicin
excluyente, ya que ambos se alimentan mutuamente. En efecto, las dos realidades
mantienen siempre una relacin dialctica constante. En las sociedades modernas, dicha
relacin es adems dinmica, de manera que una sociedad ser tanto ms moderna
entendiendo moderna como sinnimo de democrtica- cuanto ms dinmico sea el
flujo entre lo que es recordado y aqullo que es relegado al olvido. Por el contrario,
cuando una sociedad est regida por un rgimen dictatorial, slo una memoria, la del
poder, se perfila como fuerte, dando lugar a un discurso historiogrfico homogneo y
unvoco que reduce a la mnima expresin la capacidad de recuperar del olvido
cualquier elemento identitario no reconocido de forma oficial por las instituciones24 .
Tampoco la memoria y la Historia mantienen la relacin antagnica y
excluyente que les atribuye, entre otros, Pierre Nora en su obra monumental Les lieux de
mmoire: en efecto, la crisis en la que terminan sumidos a principios del siglo XX los
paradigmas de la historiografa clsica a raz de los trabajos de Bergson, Freud y
Halbwachs desde la filosofa, el psicoanlisis y la sociologa, por un lado, y la
experiencia de las dos guerras mundiales y del Holocausto, por otro, obligan a ambas
disciplinas a caminar de la mano, manteniendo, eso s, una cierta autonoma. En
cualquier caso, la memoria, ms prxima a lo que Traverso llama les fluctuations
motionnelles du souvenir (2005, 12), y la Historia, caracterizada por les constructions
gometriques de sus discursos, convergen en una misma direccin a partir del
momento en el que la narracin del pasado deja de ser el mero relato de los vencedores.
Enzo Traverso dice tambin que durante todo el siglo XX tiene lugar una
verdadera obsession mmorielle que llega hasta nuestros das. Esta obsession
24 Para entender lo que estamos diciendo, debemos imaginar que en el seno de
cualquier colectividad existe una especie de rservoir para el recuerdo y otro para el olvido. A
esos rservoirs del recuerdo y del olvido, Aleida Assmann los denomina, respectivamente,
Funktions- y Speichergedchtnis, tal y como veremos ms adelante.
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mmorielle explicara, segn Astrid Erll, la intensidad con la que se han ido
desarrollando, en las ltimas dcadas, los Estudios de la Memoria (Erll 2011, 1-3). Para
entender cmo hemos llegado a esta situacin necesitamos considerar, de forma
diacrnica, la evolucin de dichos estudios durante los ltimos cien aos. Este breve
recorrido histrico nos permitir adems estudiar, de forma ms exhaustiva, lo que
entendemos hoy en da por memoria. En efecto, tal y como habr sospechado ya el
lector, la memoria es mucho ms que el testimonio de lo que antes hemos denominado
vies minuscules
3. LOS ESTUDIOS DE LA MEMORIA Y LAS DIMENSIONES DE
STA
En el mbito de la historiografa, la memoria es considerada como un conjunto
de representaciones colectivas del pasado construidas desde el presente. En este sentido,
seala Traverso (2005, 20), Benjamin define los procesos de rememoracin como una
prsentification o Vergegenwrtigung del pasado. Para entender lo que esto
significa, recordemos el experimento de anamnesis llevado a cabo por Marcel Proust en
la Recherche du Temps perdu, que constituye un ejemplo paradigmtico de
prsentification del pasado. En ese contexto, identificbamos la memoria con los
testimonios de quienes han vivido determinados episodios de la Historia.
Ahora bien, el discurso del testigo no es la nica manifestacin de la memoria.
Tambin los mitos, las obras pictricas, las obras literarias y las composiciones
musicales, entre otros muchos elementos culturales, nos permiten llevar a cabo una
revisin del pasado, por lo que tambin debemos considerarlos como memoria. El
objetivo de este apartado es hacer un breve recorrido diacrnico por los Estudios de la
Memoria, el cual nos permitir introducir un concepto clave en esta Tesis: el de
memoria cultural.
Orgenes
Pese a que la memoria constituye un elemento antropolgico inherente al ser
humano, habr que esperar hasta la segunda dcada del siglo XX para que se convierta
en disciplina de estudio. Un estudio diacrnico de la evolucin de dicha disciplina nos
obliga a considerar, en primer lugar, el nombre del socilogo francs Maurice
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Halbwachs, discpulo de Henri Bergson y Emile Durkheim. Sus trabajos sobre la
memoria irrumpen con fuerza en un momento en el que sta es objeto de intensos
debates.
El trabajo de Halbwachs se desarrolla dentro del mbito de la sociologa y tiene
como piedra angular el concepto de memoria colectiva (mmoire collective). La
teora de Halbwachs sobre la memoria colectiva est basada en una idea fundamental,
a saber, que el ser humano es, ante todo, una criatura social cuya memoria y percepcin
del mundo estn determinadas por una serie de modelos y esquemas cognitivos que el
socilogo francs denomina cadres sociaux de la mmoire. La memoria individual
debe ser entendida pues como un fenmeno colectivo que se desarrolla dentro de un
marco sociocultural determinado. Es justo lo contrario de lo que afirman Sigmund
Freud y Henri Bergson, quienes, tal y como se puede comprobar en obras como Die
Traumdeutung (1900) y Matire et mmoire (1896), respectivamente, hacen especial
hincapi en la dimensin individual de la memoria.
Al mismo tiempo que Halbwachs desarrolla su teora sobre la memoria
colectiva, Aby Warburg trabaja en la construccin de un atlas visual concebido como un
compendio de imgenes en el que se condensa la historia del arte europeo, dando lugar a
una memoria europea de imgenes o Bildgedchtnis. Lo que se propone Warburg,
pues, es llevar a cabo el estudio de una memoria del arte, prestando especial atencin a
la forma como determinados smbolos son capaces de condensar grandes dosis de
memoria.
Halwachs y Warburg introducen as por primera vez el concepto de memoria
cultural, concebida por el primero como un fenmeno social, por el segundo como un
fenmeno puramente artstico. Sin embargo, sus trabajos presentan una serie de
elementos con los que no podemos estar de acuerdo. En el caso de Halbwachs, la
memoria colectiva, como hemos visto, no es otra cosa ms que la visin del pasado
compartida por los miembros de una colectividad. Sin embargo, resulta disparatado
pensar que todos los individuos pertenecientes a un mismo entorno sociocultural
perciben el mundo de forma idntica o comparten una visin unitaria e inequvoca del
pasado, ya que cada uno de ellos vive integrado, simultneamente, en diferentes
colectividades (familia, religin, generacin, etc.), las cuales configuran su particular
visin del mundo. Adems, Halbwachs no deja claro cmo se opera el salto entre la
memoria individual y la memoria colectiva. Desde luego, dicho salto no puede llevarse
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a cabo de forma automtica, ya que mientras que la memoria individual es una realidad
objetiva y tangible, la memoria colectiva es fruto de la abstraccin.
Pero cmo es posible llevar a cabo un proyecto como el de Warburg si, en
palabras de Andr Malraux, lhomme qui a vu lensemble des grandes uvres de
lEurope est [] rare (Malraux 2004, 205)? De hecho, prosigue, quavaient vu,
jusquen 1900, ceux dont les rflexions sur lart demeurent pour nous rvlatrices ou
significatives, et dont nous supposons quils parlent des mmes uvres que nous; que
leurs rfrences sont les ntres? (Malraux 2004, 206). En efecto, el proyecto de
Warburg nos plantea un problema ya estudiado por Malraux en Le muse imaginaire,
donde subraya que los museos han impuesto al espectador una relacin completamente
nueva con la obra de arte. La cuestin es la siguiente: cmo establecer un catlogo de
obras de arte, con la pretensin de hacer de ste una representacin de la memoria
artstica europea, cuando las nicas obras casi a las que podemos acceder son las que
aparecen expuestas en las salas de los museos? En definitiva, cada autor habla de las
obras a las que tiene acceso, lo cual imposibilita que proyectos tan ambiciosos como el
de Warburg puedan llevarse a cabo con xito.
Los museos determinan de forma significativa las obras a las que tienen acceso
los miembros de una colectividad dada. En efecto, desde el momento en que se decide
qu debe ser expuesto en sus salas, se est contribuyendo al establecimiento de
determinados cnones artsticos. Al mismo tiempo, los museos actan como archivos,
ya que en ellos se almacenan tambin las obras que no son expuestas al pblico.
Para referirse a la manera segn la cual una colectividad gestiona su capital
simblico25, Aleida Assmann distingue entre la Funktionsgedchtnis, por un lado, y la
Speichergedchtnis, por otro. La distincin entre ambas pone de relieve la necesaria
dialctica entre recuerdo y olvido, caracterstica esencial de la memoria26 .
Como hemos visto, los museos contribuyen a determinar, de forma significativa,
qu parte de ese capital simblico debe formar parte del canon y cul debe quedar
25 Con este trmino, Pierre Bourdieu se refiere tanto a las obras de arte como al
conjunto de tradiciones y ritos a partir de los cuales toma forma la memoria cultural de una
colectividad (cf. Bourdieu 1992).
26 Ms adelante veremos que dicha dialctica constituye un elemento
diferenciador clave entre la memoria y la Historia.
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relegada al olvido. Pero los componentes de la Funktionsgedchtnis vienen tambin
dados por los planes de estudios impartidos en las instituciones escolares y
universitarias, las obras representadas en los teatros y las salas de conciertos, as como
los textos que las editoriales deciden publicar: die Bestnde des Funktionsgedchtnis
bleiben [auch] auf den Lehrplnen der Bildungsinstitutionen, auf den Spielplnen der
Theater, in [...] den Auffhrungen der Konzerthallen und Programmen der Verlage27
(Assmann 2006, 54). Assmann establece, por otro lado, una analoga entre la
Speichergedchtnis y la mmoire involontaire de Proust, la primera en el mbito de
la memoria cultural y la segunda en el de la memoria individual: Was Prousts
mmoire involontaire frs Individuum ist, ist das Archiv oder Speichergedchtnis fr
das kulturelle Gedchtnis28 (Assmann 2006, 54). En este sentido, la
Funktionsgedchtnis es a la Speichergedchtnis lo que el recuerdo es al olvido;
adems, mientras que la primera es activa y consciente, la segunda es pasiva e
inconsciente.
En otras palabras, decir que la primera es activa y consciente, y la segunda
pasiva e inconsciente, significa reconocer, por un lado, que la Funktionsgedchtnis, en
el mbito de la memoria colectiva, equivale a la mmoire volontaire en el mbito de la
memoria individual. Por otro lado, la Speichergedchtnis nos remite a la mmoire
involontaire, aqulla cuya activacin se produce de forma inesperada y fortuita ante la
percepcin de algn estmulo exterior a travs de los sentidos. As describe Semprn el
funcionamiento de la memoria involuntaria:
Pourtant, malgr ce flou de la mmoire, je sais que les traces de ces journes ne
se sont pas effaces irrmdiablement. Le souvenir ne men vient pas
naturellement, de faon irrflchie, certes. Il me faut aller le rechercher, le
dbusquer, par un effort systmatique. Mais le souvenir existe, quelque part, au
del de loubli apparent. Il me suffit de my appliquer, de faire en moi le vide des
contingences du prsent, de mabstraire volontairement de lentourage ou de
27 los fondos de la Funktionsgedchtnis residen tambin en los planes de
estudio de las instituciones educativas, en los repertorios de los teatros, en las actuaciones de las
salas de concierto y en los programas de las editoriales (La traduccin es ma).
28 El archivo o la Speichergedchtnis es para la memoria cultural lo que la
'mmoire involontaire' proustiana es para el individuo (La traduccin es ma).
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lenvironnement, de braquer sur ces lointaines journes le rayon dune vision
intrieure, patiente et concentre. Des visages mergent alors, des pisodes et des
rencontres reviennent la surface de la vie. Des mots effacs par le tourbillon du
temps pass se font entendre nouveau. Comme si, en quelque sorte, la pellicule
impressionne autrefois par une camra attentive navait jamais t dveloppe:
personne naura vu ces images, mais elles existent. Ainsi, je garde en rserve un
trsor de souvenirs indits, dont je pourrais faire usage le jour venu, sil venait, si
sa ncessit simposait (Semprn 1994, 230).
En Lcriture ou la vie, obra de la que procede el extracto anterior, la famosa
madeleine proustiana toma la forma de una cancin:
Cette histoire de Paloma mest venue comme a, brle-pourpoint. Mais elle
me rappelle quelque chose dont je ne me souviens pas. Me rappelle que je devrais
me souvenir de quelque chose, du moins. Que je pourrais men souvenir, en
cherchant un peu. La Paloma? Le dbut de la chanson me revient en mmoire.
Pour trange que cela paraisse, cest en allemand que ce dbut me revient
(Semprn 1994, 48).
Il marrive La Paloma, cest tout: lenfance espagnole en plein visage
(Semprn 1994, 51). Lenfance espagnole en plein visage Tambin habra podido
decir: Et tout coup le souvenir mest apparu, aunque la evocacin a Proust habra
resultado demasiado explcita Lo ms interesante en este ejemplo es que, de alguna
manera, el mbito de la memoria individual y el de la memoria colectiva parecen
fusionarse: esto es as porque lo que desencadena la recuperacin de recuerdos enfouis
dans la mmoire no es la degustacin de una madalena mojada en una taza de t, sino
la percepcin a travs del odo, en este caso, de una porcin de capital simblico
almacenado hasta entonces, como dira Aleida Assmann, en el compartimento de la
Speichergedchtnis. En el contexto de la memoria colectiva, la rememoracin de La
Paloma a travs del texto en el que aparece descrita (Lcriture ou la vie) devuelve esa
cancin al compartimento de la Funktionsgedchtnis. En el mbito de la memoria
individual, la percepcin de la misma provoca en el escritor la evocacin involuntaria de
una serie de recuerdos almacenados en su memoria a la espera de ser rescatados en
cualquier momento.
Ejemplos como este demuestran que la relacin entre la Funktions- y la
Speichergedchtnis es dinmica. Comprobamos as que determinadas obras artsticas
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pueden ser rescatadas del olvido para entrar a formar parte del canon -en el caso de los
museos, este proceso se produce cuando una obra sale de los almacenes para ser
expuesta al pblico-. El proceso puede producirse tambin, como es lgico, en el
sentido inverso. Los regmenes dictatoriales nos proporcionan los mejores ejemplos. No
es necesario hacer alusin a las numerosas quemas de libros llevadas a cabo por los
nazis, manifestacin simblica de lo que antes denominbamos institucionalizacin del
olvido. En definitiva, vemos que las fronteras entre la Funktions- y la
Speichergedchtnis no son en absluto hermticas.
Con Maurice Halbwachs y Aby Warburg, los Estudios de la Memoria adquieren
el estatus de disciplina de estudio. Ahora bien, como hemos dicho antes, sus trabajos no
son ms que el principio de un largo camino que historiadores como Pierre Nora,
egiptlogos como Jan Assmann y estudiosos de la literatura como Aleida Assmann,
Ann Rigney o Astrid Erll se encargarn de recorrer. Tampoco debemos pasar por alto la
obra de muchos escritores que sobrevivieron al Holocausto y cuyos testimonios, tal y
como vimos en el apartado anterior, se configuran como una alternativa al discurso
historiogrfico. De alguna manera, esos escritores aseguran la transicin entre los
trabajos de Halbwachs y Warburg, por un lado, y los de Pierre Nora, Jan Assmann,
Aleida Assmann, Astrid Erll y Ann Rigney, por otro. De hecho, cuando Jorge Semprn
presencia casi de forma directa la muerte de Maurice Halbwachs en Buchenwald, es
como si, de alguna manera, tomara el testigo y asumiera, con la transmisin de sus
propias vivencias en el campo de concentracin, la misin de dar continuacin a los
trabajos sobre la memoria iniciados por el socilogo francs. Paradjicamente, fue el
propio Semprn quien tuvo que borrar con una goma el nombre de Halbwachs,
relegando simblicamente al olvido a quien es considerado como uno de los padres
fundadores de los Estudios de la Memoria:
Le surlendemain, donc, jai vu apparatre le nom de Halbwachs dans la liste de
dcs quotidiens. Jai pris dans le fichier central de lArbeitsstatistik le casier
correspondant son matricule. Jai sorti la fiche de Maurice Halbwachs, jai effac
son nom: un vivant pourrait dsormais prendre la place de ce mort. Un vivant, je
veux dire: un futur cadavre. Jai fait tous les gestes ncessaires, jai gomm
soigneusement son nom, Halbwachs, son prnom, Maurice: tous ses signes
didentit. Javais la fiche rectangulaire dans le creux de ma main, elle tait
redevenue blanche et vierge: une autre vie pourrait sy inscrire, une nouvelle mort.
Jai regard la fiche vierge et blanche, longtemps, probablement sans la voir.
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Probablement ne voyais-je cet instant que le visage absent de Halbwachs, ma
dernire vision de ce visage: le masque cireux, les yeux ferms, le sourire dau
del. Une sorte de tristesse physique ma envahi. Jai sombr dans cette tristesse de
mon corps. Ce dsarroi charnel, qui me rendait inhabitable moi-mme. Le temps
a pass, Halbwachs tait mort. Javais vcu la mort de Halbwachs (Semprn 1994,
62-63).
Cuando en 1987 Semprn escribe el relato de la muerte de Halbwachs, parece
como si se propusiera recuperar del olvido a aqul cuyo nombre haba borrado l mismo
de los registros. Y es que, como dijimos ms arriba, recuerdo y olvido constituyen las
dos caras de una misma moneda, la de la memoria.
El concepto de memoria colectiva
Como hemos visto antes, para Halbwachs la memoria est determinada
socialmente, por lo que slo dentro de un marco social puede constituirse y mantenerse
la memoria individual. Segn esto, un individuo que viviera en soledad no tendra
memoria del pasado. En este sentido, podra decirse que
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