adolfs, robert - la tumba de dios

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R. ADOLFS O S A A TUMBA

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R. ADOLFS OSA

A TUMBA

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ROBERT ADOLFS O. S. A.

LA TUMBA

DE DIOS

EDICIONES CARLOS LOHLÉBUENOS AIRES M ÉXICO

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T í t u l o del or igina l neer landés :H E T G R A F VAN GOD

Traducción castellana por

E l i s a b e t h P o l i a k o f

N I H I L O B S T A T : .

D r. A. F. Verm eulen, o. s. a.,Censor deputatus.

I M P R I M Í P E R M I T T I M U S :

I. Mrjnsbergen, Prior Provincialis.

IMPRIMATUR:

M . A . P. P. Oomens, Vicarius Generalis.Buscoduci, die 27 August i 1966.

Única edición debidamente autorizada porUitgeverij Ambo n. v., Utrecht (Holand a), y protegida en todos

los países. Queda hecho el depósito quepreviene la ley n9

11.723.Todos los derechos reservados.© CARLOS LOHLÉ, SOC. ANÓN. IND. Y COM., Buenos Aires, 1967.

¿ Q u é son estas Ig lesias hoy, sinot u m b a s y s e p u l c r o s de D i o s ?

F R I E D R I C H N I E T Z S C H E

A c a u s a de la n a t u r a l e z a del desa r r o l l o h i s t ó r i c o de su e s t r u c t u r a , la

I g l e s i a se i n t e r p o n e , a h o r a , en el

c a m i n o de su p r o p i o p r o g r e s o .Creo que, si no l o g r a m o s d i s o c i a r n o sv o l u n t a r i a m e n t e de e s t a e s t r u c t u r a ,e l ju ic io de la h i s t o r i a c o n t e m p o r á n e a nos f u l m i n a r á y nos d e s t r u i r á .

A L F R E D D E L P

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Introducción

"C ambi o ráp i do" : es t a f rase resume, t a l vez mej or quecual qui er o t ra , e l movi mi ent o d i námi co de l a soci edadm o d e r n a .

Los cambi os de es t ruct uras en l a soci edad humanason, por supues t o , fami l i ares a t oda generaci ón . P ero ,en nues t ros t i empos , se efect úan con una rap i dez has t a

ahora desconoci da. Y, es t e mundo que cambi a t an ráp i dament e , nos obl i ga a pensar y a act uar en forma nuevay a v i v i r en perpet uo movi mi ent o y a adopt ar normasde conducta fáci lmente modificables.

Para el cris t iano, la Iglesia es un s is tema con normaspropi as de pensami ent o y de acci ón . P ero , en nues t raépoca y en e l mundo act ual , se i mponen a l a Ig l es i aexigencias totalmente nuevas. Al f in y al cabo, la Iglesia

no es un j ard í n apaci b l e en medi o de un mundo t urbul en t o s i no , más b i en , un barco que depende de l as aguassobre l as que navega. Y ¿qué l e ocurre a un barco querepent i na e i nesperadament e t i ene que vadear ráp i dos?Pues naufraga. Y por el lo, hoy por hoy, se puede oíra muchos cr i s t i anos que de una u o t ra manera expresanvar i aci ones sobre e l mi smo t ema: " ¡S eñor sá l vanos , porq u e n o s h u n d i m o s ! "

I n t r a n q u i l i d a d , t e m o r y p e s i m i s m o c a r a c t e r i z a n h o yen día a los cris t ianos. Las marcas del t iempo son inequívocas. La cris t iandad de la Iglesia está decl inando.

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L a gr an disminuc ión en númer o no es , en s í misma, laseñal exclusiva de un declinar espir i tual . Lo que realmente per tur ba es la f or ma en que disminuye e l s ignif icado del cr ist ianismo en el mundo. Se af irma abiertamente que ni la cr ist iandad ni la Iglesia son ya relevantes en nuestra sociedad secular izada. Y esto signif ica,l isa y l lanamente, que la cr ist iandad y la Iglesia t ienen

poca impor tanc ia en nuestro mundo. E l anunc io de laBuena Nueva no trae la alegría y la l iberación que seespera de él . El mundo moderno trata de resolver eltremendo problema de la vida misma y, en ese sentido,apar entemente , par ecen ayudar lo más las c ienc ias humanas y las ideas de la edad moderna. La cr ist iandad,indudablemente, todavía es respetada, pero con ese respeto que se reserva para los venerables pero fenecidos

fenómenos sociales. El cr ist ianismo da la impresión devolverse cada vez más superf luo. Y el resultado de estoes que la fe cr ist iana quedó reducida poco menos quea l n ive l de una opinión per sona l , una opinión que debeser l ibr emente tole r ada , per o que no puede tener —ya la que no se le puede per mi t i r t ener — la menorinf luenc ia sobr e los hechos r ea lmente impor tantes denues t r a soc iedad ac tua l . He aquí una ver dad innegable .Hoy en día, la fe cr ist iana prácticamente no t iene par tealguna, tal vez ninguna en absoluto, en las esferasr ea lmente dinámicas , en las que t ienen impor tanc iavital dentro de la sociedad moderna: ni en ciencia, nien polí t ica, ni en economía, negocios, comercio técnicay servicios sociales. Lo que es más la Iglesia no estápreparada para el los y se ve torpe e impotente f rentea fenómenos tales como la urbanización, la automatización, la superpoblación y las tendencias de desnacio

nalización, tanto polí t icas como económicas. De estosf enómenos ya no podemos des inte r esar nos y como tam-

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poco podemos hacerlo en cuanto al futuro de cambiostodavía más r ápidos hac ia e l cua l los mismos ya apu nta n.

La Iglesia ya no es relevante ni en estos ni en otrosdesarrollos que se están produciendo dentro de la sociedad. ¿Será tal vez por el lo que la Iglesia interesa tanpoco a las gr andes masas de l mundo ac tua l? Hay todavía, por supuesto, ciertas esferas sobre las cuales ejerce

inf luenc ia —en la educac ión, por e jemplo— per o aúnall í su test imonio está perdiendo importancia. La Iglesia ,en consecuencia, parecer ía ser aún relevante sólo en lasesferas cler icales, en la vida familiar y en la pr ivada deaquellos individuos que aún conservan la fe . La Iglesiafue relegada (¿o tal vez se ret iró?) hacia una órbitane tamente pr ivada de la vida en la que podemos inc lui rel culto dominical .

L a pr egunta apr emiante que sur ge en r e lac ión conesto es: ¿qué hay del futuro? Nos preguntamos si , en elmundo de hoy, la Iglesia conserva una razón de ser .P e r o , en tal caso, ¿es cosa cierta que la Iglesia tieneuna mis ión univer sa l que cumpl i r en e l mundo, undeber de redención que lo abarca todo? ¿No debe seracaso, la sal , la luz y la levadura del mundo? 1 P e r o ,cómo puede ser todo esto, ahora y en el futuro?

Lo más notable es que la Iglesia Católica no es laúnica que se ve forzada a enfrentar este problema. LasI gles ias pr otes tantes también enf r entan una s i tuac iónsimilar . El Dr. J . M . va n der Veen de la Iglesia Ho landesa r e f or mada ha escr i to: "Desde un punto de vis tahumano, e l f utur o no t iene pr ec isamente color de r osani par a la I gles ia ni par a la c r i s t iandad. . . Se es tánproduciendo cambios radicales en la sociedad, en las

1 Cfr, mi l ibro De Kerk is anden, U tr e c h 1 9 6 4 ; e d ic ió n c a s te l l a n a : La Iglesia es algo distinto, EDICIONES CARLOS LOHIÍ:,B u e n o s A i r e s , 1 9 6 6 .

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vidas y en los corazones de los h o m b r e s . No necesitoespecif icar aquí cuáles son esos cambios. Es suficienteco n que diga que la r ac iona l izac ión cont inua , la industr ial ización y la u r b a n i z a c i ó n han cr eado un n u e v otipo de h o m b r e , n u e v a s n o r m a s p a r a la conducta hu

m a n a y nuevas estructuras sociales, que deben t r a d u cirse en cambios radicales de las es t r uc tur as de las

Iglesias, de sus p a r r o q u i a s y de sus congregaciones y

en la ideas y en las n o r m a s de conducta de los crist ianos ." 2

Un reciente ar t ículo católico l levaba el significativotí tulo de: "¿A d ó n d e van la Iglesia y la c r i s t i a n d a d ? " 3

¿A dónde van? ¿En qué dirección? ¿O acaso el bar co ha

per dido su t i m ó n en los r ápidos de n u e s t r o m u n d o mo

der no? Y es te in te r r ogante equiva le al otr o: ¿hay un

futuro para la Iglesia?A d v i e r t o ya las protestas de algunos lectores: que

la si tuación no es p a r a t a n t o , que el Concil io nos ha

t raído esa tan necesar ia r enovac ión, las reformas estructur a les y los cambios tan deseados.

N o v a m o s a n e g a r que el Concilio ha sido muy im

p o r t a n t e p a r a la r enovac ión y la r e f or ma de la Iglesia.Existe , sin e m b a r g o , un ser io peligro de sobr ees t imar la

t r ascendenc ia del Concilio respecto a es te punto. Un

conocido teólogo inglés ha seña lado que el Conciliodemost r ó tanto la efectividad como las l imitaciones de

la rel igión inst i tucionalizada.4 E senc ia lmente , el Concilio fue apenas algo más que una discusión profesionale n t r e los adminis t r ador es de la Iglesia; pero la imagi n a c i ó n p o p u l a r lo convir t ió en el r enac imiento espi r i tua l

2 D H J. M. VAN DER V E E N , " K e r k en to e k o m s t" , en Wending,20 (1965), págs. 640-50.

3 Universitas-schríft, 10 ( L o v a in a , 1 9 6 5 ) .4

Cfr. D O M A E L R E D G H A H A M , "The Pathos of Vatican II", en

Encounter, 25 ( 1 9 6 5 ) , n° 6, págs. 16-22.

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de la Iglesia . La histor ia , sin embar go, demuest r a que

los renacimientos espir i tuales no t ienen lugar en los

Concil ios. Aparte de su publ ic idad, de los n u e v o s p u n to s de vista y de la mayor l iber tad que el Concil ioconcedió a los obispos, el f r uto pr inc ipa l de esta asamblea de la Iglesia ha sido una g r a n m a s a de m a t e r i aver ba l que, en sí m i s m a , no es capaz de e n g e n d r a r un

r enac imiento espi r i tua l , no h a b l e m o s ya de c a m b i a r los

corazones de los h o m b r e s . Es cierto que los decretos y

consti tuciones del Concilio nos p r o v e e n de g r a n n ú m e r od e n o r m a s y l íneas de conducta que, a la la r ga , puedeninf lui r en la conducta mor a l de los crist ianos. Pero la

ver dader a l imi tac ión del Concil io fue ésta: que desdeel pr incipio fue un asunto de ec lus iva incumbencia del

clero, h e c h o al que ya hice referencia en una publ i

cación previa.5 El carácter cler ical del Concil io surgec l a r a m e n t e de los dos puntos que concent r a r on la m a y o rp a r t e de la a tenc ión de quienes par t ic ipar on en él. Me

refiero a la colegialidad de los obispos y a las r e n o v a ciones en la l i turgia. ¿Qué laico se sent i r á se r iamentepr eocupado por las complicadas relaciones cler icales y

jur isdiccionales entre los obispos, relacione s que fuerondesignadas con la palabr a "colegia l idad", sin contar el

hecho de q u e , aún ahor a , ni el clero sabe a ciencia cier tacómo debe f unc ionar la colegialidad? No hay l u g a r en

q u e el profesionalismo cler ical quede más c l a r a m e n t eal descubier to que en las reformas l i túrgicas y en la

in t r oducc ión de las lenguas na t ivas . En la í n t i m a n a t u r a leza de las cosas, la l i turgia signif ica mucho para el

clero, per o el n ú m e r o de laicos que se in te r esa en la

r enovac ión de la l i turgia es r e l a t i v a m e n t e p e q u e ñ o . Sin

fal tar a la ver dad podemos dec i r que la m a y o r í a de los

cr eyentes "as is ten" a la misa: están presentes como

s Op. cit., p á g s . 65-71.

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forasteros. Los ri tos l i túrgicos, aun t raducidos y adaptados, en lo que a su forma se refiere, s iguen basadosen una ceremoni a de l a cor t e romano-bi zant i na que fuei deada para l a par t i c i paci ón de una é l i t e mi ent ras l amayor í a observaba. La renovaci ón de l a l i t u rg i a t i ene,por l o tan t o , ma yor éx i to en t re pe queños grupos se lectos ,especi a l ment e en t re aquel l os que i n t erpret an l as regu

l aci ones res t r i c t ivas en forma l i beral . U na l i t urg i a popul ar i zada muy pront o se t orna banal . No qui ero d i s mi nui r , en forma a l guna, l as reformas l i t ú rg i cas , peroadmi t i r que su i mport anci a es l i mi t ada es só l o serreal i s t a . Lo que es más , mucha confus i ón t an t o comobuenos resu l t ados han surg i do a l rededor de l a l i t u rg i a ,aun en el seno de la Iglesia. Y la l i turgia t iene muypoco valor apostól ico dentro de la sociedad moderna

como l l amado haci a e l cr i s t i an i smo.¿No habrá , pues , ob t eni do éx i t o a l guno l a Ig l es i a enl a renovaci ón t eo l ógi ca y por es t a v í a , i nd i rect ament e ,en la vida de la fe? Por cierto que muchos teólogos sehan adel ant ado audazment e y han apor t ado , con i deasnuevas , i mport ant es cont r i buci ones para renovar e lpensami ent o cr i s t i ano . S e ha dado un s i gni f i cado másprofundo a l as enseñanzas de l a Ig l es i a mi sma, especi a l ment e en e l decret o sobre ecumeni smo. P ero , a pesar deello, los defectos y las limitaciones de la teología catól i ca han emergi do muy cl arament e . R ober t Kai ser haobservado que, en los úl t imos t iempos, los puntos devi s t a de l os " t eó l ogos que cont aban" encaj aban muyprol i jamente con los de los obispos. 0 De hecho, los teólogos aparecían como los apologistas de la Iglesia. Defendí an l as más peregr i nas i deas y u t i l i zaban compl i -

6 " A l l o f th e m w e r e th e o lo g ia n s o n t l i e m a r c h , m e n v e l l e q u ip -

ped with ideas that dovetailed neatly into the needs of the pastorsa r n im d th e w o r ld . " P io b e r t K a is e r , Inside the Council ( L o n d r e s ,1 9 6 3 ) .

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cados argument os para demos t rar que l o que es t abanproponi endo es t aba t o t a l ment e de acuerdo con l as an t eriores afirmaciones de la Iglesia o que, al menos, noent raban en conf l i c t o con d i chas af i rmaci ones . R esumi endo, e l C onci l i o no era e l l ugar adecuado paraechar l as bases de una t eo l ogí a rad i cal ment e nueva.P robl emas que t en í an una v i ncul aci ón d i rect a con l a

v i da moderna quedaron —para deci r l o con t érmi nosmoderados— o muy mal parados (e l decret o sobre l osmedi os de comuni caci ón) o fueron borrados del t emari o( l a é t i ca del mat r i moni o y del ce l i bat o) .

El gran logro del Concil io y del así l lamado aggior-namento ha sido que la atención se centre en los principios por medio de los cuales la Iglesia podrá seres t ruct ural ment e adapt ada en e l fu t uro ; con e l resu l

t ado de que, a l menos , no s i ga dando l a i mpres i ón deu n a n t i c u a d o m o n u m e n t o e n m e d i o d e c o n t e m p o r á n e a si ns t i t uci ones secul ares . Es t a adapt aci ón es t ruct ural nose ha l levado aún a cabo pero, al menos, existe el principio y la posibi l idad de adaptar dichos principios.

Y así , volvemos a la cuest ión inicial sobre s i la Iglesiat i ene o no un fu t uro en e l mundo moderno. U na cuest i ón que, i nci dent al ment e , no se p l an t eó en e l C onci l i o .Lo que s í se p l an t eó fue l a neces i dad de adapt ar es t ruct ural ment e a l a Ig l es i a y , a l hacer l o , de reorgani zar l aen forma tal que su prédica resul te más efect iva en las o c i e d a d h u m a n a c o n t e m p o r á n e a . P e r o a u n q u e s e a d mi t i ó l a neces i dad de adapt ar , de t an t o en t an t o , es t ruct ural ment e a l a Ig l es i a y moderni zar l a (es t o es , l a necesidad del aggiornamento) se descontó, s in más, quecont i nuar í a ex i s t i endo con su es t ruct ura bás i ca i nal t erada. P orque, ¿acaso no d i j o e l mi smo C ri s t o "es t aré con

vosotros , has t a l a t erm i naci ón de los t i emp os" (M at . 28 ,20 ) ? La Ig l es i a , segura de que l as cosas marcharán b i en ,

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puede con toda confianza enfrentar las cris is , porquesabe que s i empre segui rá ex i s t i endo y podrá superartodas las dificul tades. ¡Christus vincit!

Creo, sin embargo, que Cristo dirigió estas palabras,en primer lugar, a los apóstoles y luego, más al lá deellos, las hizo extensivas a todos aquel los que deberíanunirse bajo la misma fe. Lo que no di jo fue: yo estaré

s i empre con esta inst i tución y con esta es t ruct ura has t ala terminación de los s iglos. Alfred Delp vio este prob l ema cl arament e y con una perspect i va agudi zada porel sufr i mi ent o . P oco ant es mori r en un campo de concentración escribió: "A causa de la naturaleza del desarrol lo his tórico de su estructura, la Iglesia se interpone,hoy, en el camino de su propio progreso. Creo que s i nol ogramos d i soci arnos vol unt ar i ament e de es t a es t ruct ura ,

e l j u i c i o de l a h i s t or i a nos fu l mi nará y nos des t ru i rá ."En consecuencia, sostengo —sin falsas ansiedades—que no sólo es l íci to s ino también necesario plantear eli n t er rogant e: ¿hay un fu t uro para l a Ig l es i a? En es t el i bro me propongo, an t es que nada, es t udi ar más decerca l a s i t uaci ón dent ro de l a cual un i n t er rogant e dees t e t i po puede p l ant earse . Luego anal i zaré a l i n t er rogant e en s í . F i nal ment e , i n t en t aré cont es t ar l o . El que l arespues t a , en c i er t a medi da, resu l t e negat i va , qu i zás mo

leste a ciertos lectores. Pero las consecuencias de estasrespuestas no carecen de fe en el futuro.

Este l ibro está dirigido a todo aquel que, en laact ual i dad se s i en t a preocupado por l a superv i v i enci asignificat iva de la Iglesia y de la cris t iandad. Y porqueel i n t er rogant e que he p l an t eado va mucho más a l l á delos l ímites de la Iglesia catól ica romana, este l ibro también está dirigido a cuantos creen en Cristo.

R O B E R T A D O L F S , O . S . A .

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C A P Í T U L O I

La situacióndel interrogante

Hace cincuenta o, tal vez, veinte años, los cris t ianosh u b i e r a n m i r a d o s e m e j a n t e p r e g u n t a : ¿ h a y u n f u t u r opara la Iglesia?, como algo sin sent ido y, probablement e , hubi eran dudado de l a or t odoxi a del i n t er rogador . El mero hecho de que t a l p regunt a puedahacerse -—muchas veces , qu i zá , con vaci l aci ón— en

nues t ra época, i nd i ca c l arament e que es t amos v i v i endouna si tuación de inseguridad y de cris is , una s i tuaciónque debemos de cal i f i car como ambi gua.

¿C ómo puede ser que t a l s i t uaci ón se present e dent rode los l ímites del cris t ianismo de la Iglesia? Se hanhecho muchos i n t en t os de i n t erpret ar l os fenómenos delcris t ianismo en cris is . En este capí tulo, me referiré sóloa dos de estos intentos de entender la esencia del pro

b l ema de nues t ra s i t uaci ón act ual . La pr i mera de es t ast endenci as se conoce como el mov i mi ent o de "L a mu er t ede Di os" porque remont a l a esenci a de nues t ro probl emahasta la cris is de la idea cris t iana de Dios.

1 . E L P R O B L E M A D E D I O S

El gri to de "Dios ha muerto" no es tan nuevo. El f i lósofo

Nietzsche ya ut i l izó esta frase en 1882 en su l ibro Diefróliche Wissenschaft, poniéndolo en la boca de un de-

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m e n t e (der tolle Mensch) que pr oc lamaba la muer tede Dios:

¿No oíste hablar del loco que encendió una lámpara en plena luz del día y luego se puso a correrpor la p laza de l mer cado gr i tando incesantemente :"¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!"? Pero como mucha

de la gente que al l í se encontraba no creía en Dios,despertó bastante algazara. ¿Estará loco?, comentóuno. ¿Se habrá extraviado como un niñito?, di jootro. ¿Se oculta de nosotros? ¿Nos tendrá miedo?¿Se hab r á embar cado? ¿H abr á emigr ado? U nos aotros se hacían estas preguntas y reían. Pero elloco se interpuso entre el los y les clavó la mirada."¿Dónde está Dios? —gritaba—. ¡Os lo diré! ¡Lohemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos susasesinos! Pero ¿cómo lo logramos? ¿Cómo pudimosbeber el mar hasta agotar lo? ¿Quién nos dio laesponja para borrar el universo? ¿Qué hicimoscuando divorciamos a la t ierra de su sol? ¿Haciadónde nos dir igimos? ¿Nos apartamos de todos lossoles? ¿Acaso no corremos sin detenernos? ¿Haciaat rás , hacia los costados, en todas direcciones? ¿H aytodavía un arr iba y un abajo? ¿No vagamos a tra

vés de una nada inf ini ta? ¿No bos teza e l mundodelante nuestro? ¿Acaso no se ha enfr iado? ¿Lasnoches no son más y más la r gas? ¿No per c ibimossiquiera el rumor de los sepultureros que estánenterrando a Dios? ¿No olemos siquiera la descomposición de Dios? ¡Los dioses se están pudriendo!¡Dios está muerto! ¡Dios está muerto! ¡Y nosotrosl o h e m o s m a t a d o . . . ! " x

1 FHIEDRICH NIETZSCH, Die Fróliche Wissenschaft. Gesam melteWerke, X I I , p á g s . 1 56 -7 ( M u s a r i o n V e r l a g , M u n i c h , 1 9 2 4 ) .

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Hacia el f inal de la profética narración de Nietzsche,queda bien claro que nadie entiende al loco y Nietzschele hace dec i r: " ¡ H e venido demasiado pr onto! M i t iempo todavía no ha l legado. El terr ible suceso aún estáacaeciendo." ¿Es posible que hoy en día Nietzsche termine por tener razón? En 1961 este gr i to se oyó otravez —esta vez de labios de un cuerdo sociólogo religioso

amer icano, Gabr ie l Vahanian. Su l ibr o se l lamó Lamuerte de Dios.2 Allí le ímos que la idea que la Iglesiase ha formado de Dios es producto de un choque entrela cr ist iandad pr imitiva y la civil ización gr iega. La imagen de Dios es, pues, un "ídolo" que, en nuestra culturasecular , resulta cada vez menos signif icativo; neutral izado además por una exposición demasiado generosa,resulta , por lo general , rechazado: luego, Dios está

muerto y, en nuestra época, t iende a seguir lo estando.E n ese mismo año — 1 9 6 1 — • e l tema de la muer te de

Dios se pr esentó nuevamente en un l ibr o escr i to por unteólogo nor teamer icano, Wil l iam Hamil ton. 3 " C u a n d ohablamos de la muer te de Dios , hablamos no sólo de lamuerte de los ídolos o de una falsedad objetivada queexiste en el c ielo; hablamos también de la muerte, encualquiera de nosotros, del poder de aceptar cualquiera

de las imágenes t r adic iona les de Dios . . . y nos pr eguntamos s i , acaso, Dios mismo no se ha mar chado." Apenas dos años después, e l sur de los Estados Unidos sevio conmovido por la publicación del teólogo ThomasAl t izer ,4 pr of esor de la E mor y Univer s i ty de At lanta ,

2 GABRI E L VAHANI AN, The D eath of God ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 1 ) .D e l m i s m o a u t o r : Wait without Idols ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 4 ) .

3 W I L L I A M H A M I L T O N , The New Essence of Christianity ( N u e v aYork, 1961), págs. 58 y s igs .

4 T H O M A S J. J. AL TI Z E R, Mircea Eliade and the Diálectic of

the Sacred ( F i la d e l f ia , 1 9 6 3 ) . U n r e s u m e n d e la s id e a s d e H A M I L TON y AL TI Z E R aparece en la obra de estos autores RadicalTheology and the Death of God ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 6 ) .

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qui en escr i b i ó : "Ha l l egado e l moment o de i n i c i ar l abúsqueda de una nueva forma de en t endi mi ent o re l i gioso. La primera exigencia de tal pesquisa es una abierta confesión de la muerte del Dios de la cris t iandad.Debemos reconocer que l a muer t e de Di os es un hechohistórico: Dios ha muerto en nuestro t i empo, en nuestrahistoria y en nuestra exi s t enci a ." 5

Finalmente, en 1963, se publicó el difíci l l ibro deP a u l v a n B u r é n , 6 teólogo de la escuela del anál is is l ingüí s t i co , qu i en af i rma que l a palabra " D i o s " e s t á m u e r t a . Van B urén sos t en í a que Di os era una pal abra s i nsent i do porque señal aba una real i dad que en forma a l guna podía verificarse y que, en consecuencia, no podíafunci onar dent ro de un s i s t ema i d i omát i co v i ncul adocon cosas.

Después de estudiar estas declaraciones, el lector tomado por sorpresa , se es t ará pregunt ando s i d i chos t eól ogos no se habrán vuel t o l ocos . ¿O es que Ni et zscheterminó por tener razón? ¿Acaso estos teólogos no expresan de viva voz algo que ya está cobrando fuerza enel corazón de l a cr i s t i andad mi sma? ¿No es t ambi éndi gno de ser t omado en cuent a e l hecho de que e l t emade l a muer t e de Di os se present e , en forma más o menos explíci ta, en las obras de grandes escri tores y art istas de hoy en día; por ejemplo, en las pel ículas de Ing-mar B ergman, en l as novel as de A l ber t C amus y enEsperando a Godot de S amuel B ecket t ?

1. La crisis religiosa

Es pos i b l e que a l gunos cat ó l i cos no se s i en t an mayorment e i nqui et ados an t e t a l es pensami ent os y que d i gan:

B Op. cit., p á g . 1 3 . L a s i t á l ic a s p e r te n e c e n a ALTIZB R .8 P A U L V A N B U R É N , The Secular Meaning of the Gospel

( L o n d r e s , 1 9 6 3 ) .

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los teólogos que sost ienen la teoría de la "muerte deDi os" no son más que unos t ont os pro t es t an t es y l asexpres i ones ar t í s ti cas y l i t erar i as moderna s ref l e j an s i mpl ement e una decl i naci ón general de l a cu l t ura .

P ero e l ca t ó l i co que real ment e crea es t o no ha advert ido, s in duda, un hecho al que me referí en la introducción de este l ibro: el hecho de que, en la actual idad,

la cris t iandad está atravesando una seria cris is rel igiosa,una cr i s i s que no perdona n i nguno de l os es t ra t os de l aIglesia y que se manifiesta en todos el los. El desasosiegoy l a i ncer t i dumbre que han echado ra í ces profundas enel corazón de t an t os cr i s t i anos emergen, a menudo,bajo el aspecto de un sombrío pesimismo, y este pesimi smo ha i nfect ado , a su vez, a l a fe mi sma.

En pr i mer l ugar , muchas de l as práct i cas de l a fe

t rad i c i onal es , aunque secundar i as , han desapareci do . Ensegundo lugar, se discute el s ignificado de muchos aspect os i mport ant es de l a cr i s t i andad: l as enseñanzasmorales de la Iglesia, la naturaleza absoluta de sus decl araci ones dogmát i cas , su práct i ca sacrament al , l a autént ica presencia de Cristo en la Eucaris t ía, la Bibl iacomo deposi taría de la Palabra de Dios, la Iglesia comoinst i tución, la his toricidad de Cristo y, ahora, inclusola existencia de Dios. Todo el lo ha provocado considerab l e a l arma y hace que nos pregunt emos s i no es t amosenfrent ando un verdadero es t a l l i do de i ncredul i dad yuna era de l a que Di os se ve t o t a l ment e re l egado.

P or c i er t o que nues t ra era parecer í a caract er i zada porl a i ncredul i dad . No me ref i ero a l c l i ma cul t ural de hoy,con su humani smo at eo i mperant e , s i no a esa cas i i n t ang i b l e i ncredul i dad de l a cr i s t i andad que resu l t a t andifíci l de palpar. ¡Ojalá se t ratara de una incredulidad

abi er t ament e rebel de! P ero no , es una cas i i mpercept ible pérdida de la fe, un s i lencioso alejamiento, una

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t r a n q u i l a i n d i f e r e n c i a . E s u n a i n c r e d u l i d a d q u e m a d u r al ent ament e en l as ment es de l os hombres que han des cubi er t o que pueden l l egar a real i zarse como hombres ,en un p l eno sent i do de l a pal abra , s i n neces i dad de unafe rel igiosa. Es un t ipo de indiferencia posi t iva que seaparta de la fe por una aceptación posi t iva de las real i dades mundanas : t rabaj o , c i enci a , ar t e y pol í t i ca val en

por s í mi smas y e l hombre puede co l mar su v i da conel las de tal modo que la Iglesia y el mismo Dios sonu n a r e d u n d a n c i a . 7

Est a i ndi ferenci a pos i t i va puede encont rarse hoy entodos los estratos de la al ta sociedad. En los niveles másbajos y, a menudo, entre la gente joven, esta indiferenci a adqui ere más b i en una forma negat i va . El as í l l amado pro l e t ar i ado es , en su mayor par t e , ar re l i g i oso y

a e s p i r i t u a l , y f o r m a u n a p a r t e i n t r a n q u i l i z a d o r a m e n t egrande de t oda comuni dad . Es t e grupo es , en general ,bas t an t e i ndi ferent e a l a re l i g i ón , carece, en formaal armant e y en buena medi da, de t oda i dea de l o quecons t i t uye una norma y es t á cas i excl us i vament e preocupado por los bienes de consumo: su escala de valores no suel e i r más a l l á de ganar d i nero fáci l ment e ycomprar con él art ículos de lujo.

¿R esul t a en t onces t an i nesperada l a expres i ón "Di oses t á muer t o" una vez que comprendemos que, de hecho,ha muer t o en l os corazones de t an t os hombres? P erot enemos l a mal a t endenci a a t ranqui l i zarnos de i nmediato con la s iguiente reflexión: "sí , pero nosotros somos cr i s t i anos responsabl es , aún creemos" . En es t econt ext o , l a pal abra "aún" es muy s i gni f i cat i va . S í , aúncreemos; pero , ¿por cuán t o t i empo? M ucho s creye nt ess i nceros es t án a t orment ados por profundas i ncer t i dum-

bres y t emores mi ent ras cont empl an que l os c i mi ent os ,7 A . VERGOTE, Universiias-schrift, 1 0 ( L o v a in a , 1 9 6 5 ) .

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aparent ement e i nquebrant abl es , sobre l os que es t abaedificada su fe desde la niñez, crujen y se derrumbanbaj o sus p i es . M uchos pen sadores , tan t o dent ro comofuera de la Iglesia, comparten la opinión de que elprobl ema de Di os cons t i t uye l a esenci a y l a médul adel probl ema que aquej a a l os hombres de nues t rost i empos .

2. La idea de Dios

Di os como probl ema: és t a no es una novedad. A l olargo de los s iglos xvín y xix, el problema de Dios fueel tema de discusiones filosóficas y teológicas del másal t o n i vel . S ól o neces i t o menci onar aquí l os nombres deK a n t , F e u e r b a c h , S c h le i e r m a c h e r , T r o e l t s c h , M a r x ,Ni et zsche y F reud. P ero , ¿qué sabí an l os cr i s t i anos comunes y s i lvestres de estas sesudas especulaciones? Exist í a una sensaci ón de segur i dad en t re l as paredes de l aIglesia, entre las que el cris t iano medio podía arroparseen una en t rega i ncondi ci onal (y s i n cr í t i ca) a l a pal abra de Di os ( fund ame nt al i smo ) o busca r refugio en l adevoci ón i ndi v i dual a Jesucr i s t o (p i e t i smo) . Exi s t í a , ta l

vez, un c i er t o mal es t ar en e l c l ero , pero e l común del as gent es podí a cont i nuar en cal ma su cami no, i ncons

cientes de que las acechara algún pel igro y, en consecuenci a , s i n l a menor preparaci ón para l a cr i s i s que seles venía encima. Puede decirse que el l ibri to del obispoR obi nson quebró s i mul t áneament e l as barreras de l aci enci a y de l a Ig l es i a . El probl ema de Di os súbi t ament ese convi r t i ó en propi edad de l a prensa y , de es t e modo,en una propi edad bas t an t e d i scut i b l e del hombre de l acal le. A ún v ivimos bajo el estado de shock prov ocado

p o r Honest to God. Ni los teólogos ni el clero estabanpreparados para l a i mprevi s t a t orment a re l i g i osa que

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desató este l ibro y, en consecuencia, se vieron imposib i l i t ados de mover s i qui era un dedo para cal mar l a ysor t ear l a .

Por lo tanto, es posible decir que el problema de Diosse ha conver t i do ráp i d am ent e en un probl em a u ni versalpara los cris t ianos de nuestro t iempo. Esto no s ignificaque Di os es t é muer t o s i no que hoy se p l an t ea a muchos

cris t ianos el problema de Dios, en el sent ido de que laexistencia de Dios y la real idad de Dios, como algo ex-per i ment abl e en es t e mundo, han s i do pues t os ser i amente sobre el tapete. En otras palabras, Dios ya no esaceptado por todos los cris t ianos como un simple porque s í . Inesperadament e , hemos hecho e l sorprendent edescubrimiento de que los círculos donde fáci lmenteencont rábamos ant es a Di os , se han es t rechado. A l pr i n

cipio se decía que en la época actual Dios se ocul taba denosot ros . De por s í , s i n embargo, es t e "ocul t ami ent o" deDios no indicaba una cris is rel igiosa, sobre todo ten i endo en cuent a que se t ra t a de un t ema b í b l i co queya se presenta en Isaías y en los salmos. "Ocultamient o " es , a l menos , aún una forma de presenci a . Luego,de pronto, la frase "ausencia de Dios" se oyó en loscírculos rel igiosos. Es más o menos la misma idea quel os t eó l ogos que he c i t ado an t er i orment e , i n t en t aron

expresar , aunque de manera más chocant e , con l a f rase"Di os es t á muer t o" .

Debo ahora t ra t ar de i n t erpret ar es t a f rase t an a l ar mant e y negat i va . La pregunt a es : ¿qué razón exi s t epara hacer es t a referenci a a l a muer t e de Di os en l oscírculos cris t ianos? La respuesta, al menos por ahora,debe ser la aceptación posi t iva de la secularización denuestra sociedad occidental , secularización que en nues

tro medio se ha ido agudizando en lo que l levamos deeste siglo.

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3. Secularización

Es t a pal abra requi ere c i er t a acl araci ón . S i empre nos l aencont ramos pero pocas veces se nos d i ce , real ment e ,lo que s ignifica. La dificul tad estriba en que la secular i zaci ón es un fenómeno que aún es t á t en i endo l ugary que no puede, en consecuenci a , ser i n t egrament e de

finido. La palabra deriva del lat ín saeculum, que signifi ca este mundo, este s iglo. Podemos, entonces, definir a lasecularización como la l iberación del hombre de todaexplicación rel igiosa, sobrenatural , mít ica y metafís icadel mundo, después de l o cual e l hombre i n t en t a exp l i car su mundo y a s í mi smo en e l mundo exami nandola legal idad de este mundo (las ciencias) y anal izandosu propi a ex i s t enci a (ex i s t enci a l i smo) . S i n embargo, resul ta a todas luces evidente que esta definición requieremayor expl i caci ón .

El hombre pr i mi t i vo i n t en t ó expl i car su ex i s t enci a ylos misterios del mundo que lo rodeaba con relatosmíticos. Los primeros test imonios del hombre, de su fepr i mi t i va y de su sabi dur í a moral , han t omado l a formade mi t os . S i n adent rarnos mucho en es t e t er reno , darés i mpl ement e dos e j empl os : t an t o l a d i v i s i ón del mundoen tres niveles (cielo, t ierra e infierno) como la perso

nificación del bien y del mal (dioses buenos y malos,ángeles y demonios) t ienen orígenes mít icos.

En un per í odo más avanzado, e l pensami ent o f i l osófico se desarrol ló y de él resul tó el pensamientometafisico. La met af í s i ca surg i ó porque e l hombre noestaba sat isfecho con el mundo tal como lo veía. Losantiguos filósofos griegos fueron los primeros que int en t aron t rascender l as var i adas formas del mundo, e

i n t en t aron cont es t ar a l g ran i n t er rogant e: ¿qué es l oque hay detrás de las formas sensoriales y perceptibles

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de nues t ra real i dad? Todas l as real i dades son s i mi l arespor el hecho de existir; los metafís icos, por lo tanto,hurgaron más profundament e en e l s i gni f i cado de esosseres , buscaron , en o t ras pal abras , l a esencia de lascosas. Desde el principio, pues, los metafís icos t razaronuna l í nea d i v i sor i a en t re ambos mundos : e l mundoque percibían por los sent idos y el mundo real que

existe más al lá de los sent idos. Platón, el exponente másclásico de este punto de vista, sostenía que el hombreno puede encont rar s i gni fcaci ón en e l mundo v i s i b l epuesto que éste sólo apunta a las formas básicas e invisibles (por ahora) de un "ser" más elevado, o sea elser del mundo de las ideas, esto es , el ser del mundoreal . Nuestro mundo, en consecuencia, es sólo un reflejode una real i dad más e l evada, y ésa l a cons t i t uye e lmundo real de l as i deas . 8 Esta explicación metafís ica delmundo y del hombre condi ci ona, en sus muchas var i aciones, el total del pensamiento filosófico y teológicode nuestra civi l ización occidental .

En consecuenci a , es muy i mport ant e comprender quel a cr i s t i andad se v i o profundament e i nf l u i da t an t o porel pensamiento mít ico como por el metafíscio. La Bibl iase or i g i nó en una soci edad que respondí a a l pensami ento metafís ico. En los s iglos ni y iv de nuestra era, elcris t ianismo se vio fuertemente influido por el pensamiento metafís ico griego. Las grandes controversias sobre el dogma de Cristo se resolvieron finalmente conayuda de conceptos derivados de la fi losofía griega, yla teología escolástica de la Edad M edia se basó, engran medida, en la fi losofía de Aristóteles .

Dos e j empl os del credo Ni ceno bas t arán para i l us t raresto: "Qu ien p ara nosotros los hom br es. . . bajó de los

8 W A L T E R S C H U L T Z , " D e r G o t t d e r m o d e m e n M e t a p h y s i k " .Uer Gottesgedanke Abendland ( S tu t tg a r t , Í 9 6 4 ) , p á g s . 8 9 - 1 0 8 .

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cielos'", refleja claras influencias mít icas, y "consustancial con e l P adre" , mues t ra l a i nf l uenci a met af í s i ca .

Los elementos problemáticos de las afirmaciones crist ianas sobre la fe y, aún más, de las pruebas cris t ianasdo la existencia de Dios pueden ahora verse bajo unaluz mejor. El test imonio cris t iano estaba guardado comouna rel iquia dentro del contexto de las ideas mít icas ymetafís icas. U na sociedad en proceso de seculariza ción—que rechaza t an t o l as i deas mí t i cas como l as met af í sicas— piensa que el cris t ianismo y sus pruebas de laexi s t enci a de Di os son i ncomprens i b l es , forman par t e deuna fase de desarro l l o ya pasada de moda y poco veros í mi l en nues t ros t i empos .

4. Liberación de la religión

La secul ar i zaci ón s i gni f i ca t ambi én una l i beraci ón delhombre y su contorno de las exigencias de la rel igióny del enfoque rel igioso de la vida. El punto de vistasecul ar comúnment e acept ado es t i ma que l a re l i g i ón yl os fenómenos re l i g i osos per t enecen a un pel daño i nme-duro del desarro l l o del hombre. De acuerdo con e l enfoque rel igioso del mundo, todo aquel lo que resul taba

i nexpl i cabl e se i n t erpret aba como sagrado. P ara unapersona re l i g i osa , e l mundo es t aba l l eno de e l ement osmisteriosos, sagrados y mágicos, en otras palabras, est aba l l eno de d i oses . C on l a l l egada del cr i s t i an i smo,se dio por sentado que la fe cris t iana había purificado ala rel igión, que había reducido estos dioses, a menudodemas i ado mundanos , a un úni co Di os cel es t i a l y que,fundiendo los elementos mágicos y sagrados, los habíael evado a un s i s t ema sacrament al .

A hora l os t eó l ogos se pregunt an , cada vez con mayorfrecuenci a , s i e l cr i s t i an i smo es real ment e una re l i g i ón

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o si no deberíamos considerar superada la etapa rel igiosa y, siguiendo a Bonhoeffer , pensar en términos decr ist ianismo sin rel igión. De acuerdo con este punto devista que, de hecho, aplica la secular ización al cr ist ianismo, éste no es una rel igión, sino una fe (o sea unaorientación de la existencia humana) en Jesús y en suEvangelio, donde se enuncian los sucesos escatológicos

de la plenitud de los t iempos. El cr ist ianismo debe, porlo tanto, l iberarse de su "carácter rel igioso". Algunosteólogos que se inclinan hacia este punto de vista sost ienen, incluso, que la secular ización del cr ist ianismotiene sus raíces y ya está prevista en el mensaje delAnt iguo Tes tamento y en los E vangel ios .

En semejante contexto, es comprensible que podamoshablar , en un sentido posit ivo, de la muerte de Dios. El

dios de la religión y el dios de los filósofos (esto es, elteísmo y las enseñanzas naturales acerca de Dios) esun dios que está fuera de la realidad palpable, un diosque es a la vez mítico y metaf ísico, un dios sobrequien se pueden sostener profundas discusiones y acuya exis tenc ia nos podemos acer car mediante pr uebasescolásticas. Estos teólogos no niegan la posibilidad dela existencia de un dios así , pero sostienen que ha dejado de se r r e levante en nues t r o mundo. Agr egan que

también puede discutirse si este dios sigue siendo elPadre de Jesucristo y el dios de la gracia (van Burén) .En este sentido, podemos hablar de un cr ist ianismoa-teísico.9

La secular ización signif ica, por lo tanto, la desapar ición de la idea mítica, metaf ísica y rel igiosa de Dios.¿Entonces, qué nos queda?, dirán algunos lectores. ¡Estoes el f in del cr ist ianismo! Los teólogos de "La muerte

9 H . BE RKHOP, " Th e o lo g is e r e n in e e n a - t l i e i s t i s c h t i jd p e r k " ,Katernen 2.000, n1? 2 ( A m e r s f o o r t , 1 9 6 5 ) .

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de Dios" insisten, sin embargo, que lo cier to es, justamente, lo contrar io. Para el los, la secular ización es unapurif icación necesar ia , una l iberación del cr ist ianismo de la acción avasalladora del mito, de la metaf ísicay de la rel igión.

De hecho, la f rase "Dios ha muerto" señala, dentro

del contexto de lo que han escr i to estos teólogos, unaprofunda preocupación por Dios como creyentes. Ellosesperan, confiadamente, que Dios volverá a ser relevante en e l mundo y en una f or ma que has ta ahor a nohabíamos conoc ido. Han pr ef e r ido no ade lanta r demasiado sobre este punto, puesto que la forma en queDios se hará presente no será muy clara para nosotroshas ta que todos no hayamos exper imentado y causadola muerte de Dios. Algunos de el los ya ven, sin embargo,un r ayo de luz .

Al t ize r c r ee que es ta luz i r r umpir á cuando todo losagrado, lo simbólico y lo mítico puedan ser interpretados en forma nueva y en una forma tal que sean otravez relevantes para nuestra sensibil idad de hoy en día.

Hamil ton dice que , a l exper imentar la ausenc ia deDios, no neces i tamos per der to ta lmente las esper anzasporque Dios se nos volverá a aparecer dentro de una

autént ica "esper a" c r i s t iana . E nt r e tanto, debemos entregarnos totalmente a la inspiración de Jesús y a laforma de vida que él nos trajo. Y ese encuentro conJesús t iene lugar todas las veces que tenemos contactoamoroso con aquellos de nuestros congéneres que sufrenespi r i tua l y mater ia lmente .

V a h a n i a n i n t e n t ó e n c o n t r a r u n n u e v o a p a r e c e r d eDios reinterpretando el concepto de la trascendencia.

Para él , t rascedencia no signif ica que Dios existe enot r o mundo inf ini tamente dis tante , en un mundo ubi cado más al lá del nuestro y, en consecuencia, más al lá

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de nues t r o a lcance , s ino que Dios es inmanente y es támuy cer ca de nues t r a r ea l idad his tór ica .

Fina lmente , van Bur én desea e l iminar la pa labr aDios de nuestro vocabular io. Puede refer irse al Padrede l que habló e l hombr e Jesús de Nazar a t . E l mismoJesús parece sugerir que debemos buscar "la esencia delPadr e" , pues to que cuanto sabemos de l Padr e nos f ue

revelado en Jesús. Jesús es el hombre realmente l ibrey de él emana un efecto l iberador y renovador . El Evange l io es la Buena Nueva acer ca de un hombr e l ibr e cuyaliber tad es, aún hoy, contagiosa y capaz de conducirnosh a c i a u n a v e r d a d e r a h u m a n i d a d .

5. Reseña cr í t ica

Por lo ante r ior , queda c la r amente es tablec ido que e lproblema de Dios ha surgido como resultado de la confrontación entre el concepto de Dios, que es corr ienteen las Iglesias de hoy en día, y el pensamiento y lacompr ensión secula r de l hombr e moder no. E l Dios de laIglesia cr ist iana ha perdido en gran par te toda relevanc ia y ver os imi l i tud en e l mundo de hoy. L os pensadores que así lo expresan en la declaración "Dios estámuer to" , no expr esan s implemente una exper ienc ia contempor ánea , s ino también, y con buen mot ivo, seña lanuna cier ta insostenibil idad de la idea tradicional deDios. Debemos examinar ahor a sus opiniones par a vers i r ea lmente t ienen o no r azón.

E n pr imer lugar , en la f r ase "Dios es tá muer to" hayecos de una oposición totalmente just if icada a la asíl lamada objetivación de Dios dentro de la enseñanzacrist iana tradicional; en otras palabras, a l hacer de Dios

el objeto de nuestro conocimiento, el producto f inal deun r azonamiento metaf í s ico.

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Oponiéndose a la objetivación de Dios, ciertos teólogoscontemporáneos, inf luidos por el pensamiento existen-cial y su énfasis sobre el punto de vista del sujeto humano, han ido a l o t r o ext r emo y han ca ído en la t r ampa de la subjetivación. Pero como observó correctamenteVahanian, "c r eer " es un movimiento que t iende a r e concil iar y a reunir al sujeto, hombre, y al objeto, Dios.

Dios, sin embargo, ha sido divorciado del acto de creery, en consecuencia, objet ivado y si tuado en algún si t io"a l l í a r r iba" . Ni Hamil ton ni van Bur én, t r as r echazarla objetivación de Dios, han tenido demasiado éxito ensu intento de obviar la tendencia de ubicar a Dios, l isay l lanamente , dent r o de los l ími tes de nues t r o mundosensorial , a l si tuar lo en un plano de encuentro entresores humanos que responda a la inspiración de Cristo.

No importa cuan valioso puede ser esto, lo cier to es quedeja de lado una dimensión esencial . (Ver el próximoloma.)

Los teólogos de "la muerte de Dios" t ienen razón, sinembargo, en desprenderse, en lo que concierne al conocimiento de la existencia y la esencia de Dios, de todoconocimiento que se baste a sí mismo. Comparados conlos escritores de los inflamados tratados teológicos delúl t imo per íodo, Tomás de Aquino f ue un modesto pensador y aparece como un pío agnóstico en el siguientepár r a f o per tenec iente a De Veritate: "Lo que Dios es,permanecerá siempre oculto para nosotros, y éste es elsupr emo conocimiento que podemos adqui r i r acer ca deDios en la vida presente: saber que trasciente toda ideaque jamás l leguemos a formarnos de él ."

En consecuencia, e l giro "Dios está muerto" es un toque de atención a los teólogos para que dediquen mayor

atención a la renuencia y al temor con que los autoresde l Ant iguo Tes tamento hablan de Dios . E l r espe to im-

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r esul tan tota lmente inadecuadas) " l lamado" de una uotra forma. De algún modo se lo l lama, se lo emplaza,se lo desaf ía; t iene conciencia, por así decir , de una"voz" mis te r iosa que lo " l lama". E s to no es mis t ic i smobar a to , es una genuina exper ienc ia exis tenc ia l , que nopuede descr ibirse en forma adecuada con palabras. Elhombr e s iempr e ha sent ido es ta " l lamada" como a lgo

que viene de otra dimensión, de una esfera que es dist in ta a l mundo de su exper ienc ia inmedia ta y per sona l .E l hombr e mí t ico expr esaba es ta exper ienc ia de maner apropia y pr imitiva; el metaf ísico se refer ía a un mundotrascendental más al lá de sus sentidos y el hombre rel igioso lo l lamaba "dios" . ¿Qué e r r or hay en suponer queJesús lo l lamar a "e l Padr e"? E n nues t r a s i tuac ión actual , ta l vez sea mejor que evitemos la palabra "Dios".Per o quizás debamos igua lmente apr ender a cul t ivaruna ac t i tud de a tenc ión y de esper a r ecept iva par a conese mister io que "nos l lama", "se dir ige a nosotros","nos invi ta" , aunque quizás por ahor a no podamostodavía nombr ar lo .

E l ámbi to dent r o de l cua l una pr egunta como "¿ t ieneun futuro la Iglesia?" puede presentarse, se caracter izaapar entemente por una c r i s i s que t iene su epicent r o enla idea cr ist iana de Dios. Esta cr isis t iene sus or ígenes

en el r ígido dogmatismo de las Iglesias, que se hanaf er r ado dur ante demasiado t iempo a f ór mulas mí t icas ,metaf ísicas y rel igiosas, sin reinterpretar constantemente estas fórmulas para dar les signif icado y poder mantener la fe en cada sucesiva generación de cr ist ianos.Además, Dios fue objetivado y, en consecuencia, si tuado como un objeto fuera de la esfera de nuestra realidad.Esta objetivación de Dios ha tenido consecuencias muy

graves, puesto que un Dios así concebido se prestaba aser mal ut i l izado por una Iglesia con ambiciones opor-

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lunis tas .1 0 Este mal empleo de un Dios objetivado fuemuy frecuente en los siglos pasados para just if icar , porejemplo, la opresión de sus semejantes por un hombreo s i tuac iones inhumanas . Como Bonhoef f e r ha seña lado,este Dios se usó para rel lenar las f isuras de nuestrosconocimientos y de nuestra habil idad, para just if icarguer r as y der r amamientos de sangr e ( "¡ E s la voluntad

de Dios!") y para defender intereses-part idistas de lasIglesias. Retrocediendo en la histor ia , fue uti l izado parajustif icar el sistema feudal y, más recientemente, fuevisto, no sin just if icación, por los comunistas del sigloxix como el protector del sistema capital ista y de labur gues ía .

Dentro de semejante contexto, queda en pie, sin embargo, como tema de discusión, si e l problema de Dios

es en sí mismo el centro de nuestra presente si tuacióncrí t ica o si es sólo un síntoma de esta si tuación.

E n un a r t ículo muy i lus t r a t ivo acer ca de l pr oblemade Dios en Robinson, el profesor Schil lebeeckx ha expuesto la siguiente opinión:

Todas las encuestas sociales l levadas a cabo por sociólogos rel igiosos (y nuestra propia experienciaconcr e ta ) muest r an c la r amente que la mayor di f i

cultad no reside en el problema de Dios, ni siquiera en el de Cristo, sino en la Iglesia . La preguntaq u e , en consecuencia, se plantea es por qué mediala Iglesia entre nosotros y Dios o entre nosotros yCr is to . Una encues ta bas tante compuls iva l levadaa cabo entre la nouvelle vague francesa (es decir,entre jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 18y los 30 años) reveló que sólo el 9 % de este grupo

1 0 U n b u e n r e s im e n d e l p r o b le m a f i lo s óf ic o d e D io s y d e l m a lu s o q u e p u e d e h a c e r s e d e u n " D io s " o b je t iv a d o p u e d e e n c o n t r a r s ee n W . L U Y P E N , Fenomenologie en Athéisme ( U t r e c h , 1 9 6 3 ) .

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se declaraba conscientemente ateo, un 5 % dudaba(agnósticos) y el 13 % d emo straba estar formadopor católicos no practicantes con tendencias ateas,mient r as e l 73 % r es tante admit ía una vaga c r eencia en Dios como fuente de todo lo creado, auncuando los integrantes del grupo no fueran cr ist ianos practicantes. Las dif icultades que se experi

mentan en la "Fr anc ia secula r izada" en conexióncon la rel igión, en suma, no t ienen real vinculacióncon Dios o con Cristo sino con la Iglesia, su carácte r y su f unc ionamiento. L a misma imagen sur gede var ias encuestas hechas en Inglaterra y que heconsultado a la l igera. (Robinson) no ha dado,por lo tanto, en el verdadero blanco de la inseguridad con respecto a la fe, a saber, la Iglesia. 11

2. E L A N U N C I O D EL M E N SA J E C R I S T I A N O

Es posible, sin embargo, que estemos precipitando conclusiones. En los últ imos años, se han hecho oír en loscírculos teológicos voces muy poderosas que han subrayado no tanto el problema de la Iglesia como tal ,cuanto la existencia de una si tuación cr í t ica en el anun

cio del mensaje cr ist iano. El mensaje se predica de talmanera en nuestra sociedad secular que se ha vueltoincomprensible. Es posible que la jerga de la Iglesiasea aún accesible en los altos círculos clericales, queestán familiar izados con las enseñanzas tradicionales dela Iglesia , pero en el mundo exter ior se la considera, enel mejor de los casos, piadosa pero ir relevante.

Ta les compr obac iones han dado como r esul tado in-

1 1 " H e r in te r p r e ta t ie v a n h e t g e lo o f in h e t l i c h t v a n d e s e c u la -ri te i t" ' , en Tijdschrift voor Theologie, 4 (1964), págs. 148-9.

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gentes esfuerzos que se han l levado a cabo en var iosfrentes teológicos tendientes a la renovación de la predicación de la Iglesia . La genuina preocupación anteesta predicación ha fructif icado en la aparición de tresescuelas teológicas muy interesantes, que han l legadoa se r sumamente impor tantes en e l moder no pensamiento c r i s t iano. Como se ver á f ác i lmente , hay una c la ra conexión entre estos intentos de renovar el anunciodel mensaje y lo que discutimos en la pr imera par te deeste capítulo bajo el t í tulo de "el problema de Dios".Además, estas tres tendencias teológicas presentan notables parecidos, lo que se debe, en cier ta medida, a quetodas se inspiran en f i losofías contemporáneas.

Estos tres movimientos serán brevemente discutidosa cont inuac ión, par a que podamos tener una idea más

clara de cuál es la si tuación dentro de la que se planteóe l in te r r ogante or igina l .

1. Desmitif icación

L a "desmi t i f icac ión" se or iginó con Rudolf Bul tmann.D u r a n t e l a p r i m e r a G u e r r a M u n d i a l , m i e n t r a s a c tu a b aen las tr incheras como capellán del ejérci to, l legó al

penoso descubr imiento de que e l t r adic iona l mensa jecr ist iano poseía una especie de magia pr imitiva, t ipo"cuento de hadas" , que r esul taba e f icaz en la nur ser ypero que no signif icaba absolutamente nada en el fár r ago de la guer r a . E l in te r r ogante sobr e cómo e l mensaje cr ist iano podía predicarse en forma tal que resultara signif icativo para el hombre contemporáneo, lo pers iguió dur ante mucho t iempo; per o sólo dur ante la se g u n d a G u e r r a M u n d i a l ( 1 9 4 2 ) p u b l ic ó B u l t m a n n s u s

ideas sobre la desmitif icación del Nuevo Testamento.M uy br eve men te : la desmi t if icac ión de B ul tma n es

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u n m é t o d o m e d i a n t e el cua l el concepto mitológico del

hombr e , concepto que se encuent r a impl íc i to en el N u e v o T e s t a m e n t o , se in te r pr e ta en f or ma tal que p u e d aser entendido por un h o m b r e c o n t e m p o r á n e o y lo im

pela a t o m a r una decisión, una decisión de fe que ín t i m a m e n t e c o n c i e r n a a su propia existencia.12

B u l t m a n n , en consecuencia, no i n t e n t ó b a r r e r con los

mitos del Nuevo Tes tameto s ino r e inte r pr e ta r los . Consideró a la mitología como ver dader a expr es ión de la

compr ensión que el h o m b r e t e n í a de sí m i s m o en el

m u n d o en que vivía, y, en el caso del N u e v o T e s t a m e n to, en el m u n d o que pr ovenía del helenismo or ienta l de

principios de n u e s t r a era. La idea mítica de e s t e m u n d oref lejaba un concepto del h o m b r e que era cor r iente en

aquellos t iempos; pero esta mitología, que veía el m u n

do poblado por ángeles, demonios y espír i tus y desbord a n t e de milagr os , ha sido desde entonces superada y

significa poco o n a d a en n u e s t r o m u n d o m o d e r n o . En

consecuenc ia , Bul tmann l lega a la conclusión de que el

a u n c i o del E vangel io no t iene por qué ser, al m i s m ot iempo, el a n u n c i o del p u n t o de vista mítico del h o m b re y del mundo contenido en el N u e v o T e s t a m e n t o .Para decir lo con palabr as más sencil las, el cr is t ianismom o d e r n o ya no se puede t r agar toda esa mitología .

B u l t m a n n , en consecuencia, cree que es necesar io, parapoder pr oc lamar el E vangel io hoy en día, e x a m i n a resta antigua mitología con el m a y o r de los cuidados , a

fi n de descubr i r el concepto de la e x is t en c ia h u m a n a que

all í estaba implíci to y luego interpretar esta concepciónde l hombr e en té r minos moder nos . E s ta te r minologíamoder na , desde el p u n t o de vista de B u l t m a n n , se la

1 2

Cfr. E D W I N M. GOOD, "The Meaning of Demythologization",e n The Theology of Rudolf Bultmann, ed. C h a r l e s W. K e g l e y( N u e v a Y o r k , 1 9 6 6 ) , p á g s . 2 1 - 4 4 .

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b r i n d a la te r minología de la filosofía existencial de hoy

en día, y B u l t m a n n , en consecuencia, hace considerableuso del análisis de la e x i s t e n c i a h u m a n a (Daseinsana-lyse) que pr ove ía el f ilósof o M ar t í n H eidegger en su

l ibro Sein und Zeit.13

La uti l ización de términos filosóficos no era desconocida en teología. Los teólogos escolásticos de la E d a dM e d i a a c e p t a b a n sin dif icultad los logros de la filosofía.P e r o B u l t m a n n ha sido agudamente cr i t icado, especialm e n t e en los círculos ortodoxos de la Iglesia , por sus

in tentos de desmitif icar el E vangel io ya que se t e m í aq u e la inf luenc ia de la moder na f i losof ía "pagana" pu

dier a hacer per der su esplendor al E v a n g e l i o . A d e m á s ,han sur gido f r ecuentes malentendidos en conexión con

la desmitificación de B u l t m a n n , que puede , después de

todo, in te r pr e ta r se como un in tento de deja r comple ta m e n t e de lado la te r minología mi tológica del N u e v oT e s t a m e n t o . D e b e s u b r a y a r s e , sin e m b a r g o , que ésta no

era de n i n g u n a m a n e r a la in tenc ión de B u l t m a n n . Su

teología, de la que la desmitif icación es, de hecho, sóloun aspecto, es también bastante dif íci l de e n t e n d e r y no

se presta, por cier to, a la vulgar izac ión. Sin e m b a r g o , tu

vo éxito en su e m p e ñ o por in t r oduc i r un e lemento nuevo

y dinámico dent r o de la teología y, en par t icula r , en elestudio del N u e v o T e s t a m e n t o , y en dar una n u e v a es

p e r a n z a a quienes creen que el E vangel io aún p u e d epr edicar se al h o m b r e m o d e r n o y secula r en f or ma que

sea r e levante .

1 3En un sentido estr ic to de la p a l a b r a , H e i d e g g e r no es un

existencialis ta s ino un ontologista . En su a n á l i s i s de las e s t r u c t u r a sde la e x i s t e n c i a h u m a n a (Daseinsanalyse), su p u n t o de p a r t i d a ese l p r o b le m a del ser.

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2. La teología de la "respuesta'

Paul Til l ich es otro teólogo que ha intentado hacer in-te legible a l hombr e moder no e l anunc io de l E vangel io .Según su sentir , toda teología t iene carácter histór ico.Par a T i l l ich, una teología autént icamente c r i s t iana debesatisfacer dos exigencias: proporcionar una exposición

de la verdad del mensaje cr ist iano y, a l mismo t iempo,una inte r pr e tac ión de es ta ver dad par a cada nueva generación. Toda teología y todo anuncio del mensaje deben, en consecuencia, tomar en cuenta siempre la si tuación del hombre a quien va destinado el mensaje.

El hombre moderno está apartado de la Iglesia , de laBiblia y de la fe . El mensaje cr ist iano ya no atrae alhombre de hoy porque ya no t iene conexión con la si

tuac ión humana contempor ánea y ya no se di r ige a es tasi tuación. La acti tud cr ist iana se vio obnubilada por eldeseo de poseer la verdad eterna del mensaje cr ist iano.Como consecuenc ia , en su ans iedad por no empequeñecer esta verdad eterna que quedaba —por así decir lo—entre sus manos, los teólogos identif icaron su formulación con los avances teológicos del pasado y con losconceptos y conclusiones tradicionales. La predicacióndel mensaje cr ist iano fue, por lo tanto, un continuo in

tento de imponer a l hombr e moder no, cuya s i tuac iónes tota lmente nueva y ente r amente dis t inta , es ta "posesión" tradicional . En otras palabras, la eterna verdaddel cr ist ianismo se confundió con una expresión de estaverdad que estaba condicionada por las circunstanciashistór icas.

El punto de par t ida de la teología de Til l ich es, porlo tanto, escuchar a l hombr e contempor áneo. ¿Cómo

inte r pr e ta e l hombr e moder no su pr opia humanidad ysu si tuación en este mundo? Para descubrir lo, Til l ich

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hizo uso extensivo de la moderna f i losofía existencial yen par t icula r de l aná l i s i s de la exis tenc ia humana ta lcomo lo desarrolló Heidegger . Pero no se l imitó simplemente a la f i losofía contemporánea. Para poder compr ender quién es es te hombr e a quien se di r ige e l mensaje cr ist iano, examinó la l i teratura, e l ar te pictór ico, el

drama, la psicología moderna y otras esferas. Til l ichinsiste en que los teólogos no podrán averiguar quépreguntas f or mula e l hombr e moder no has ta que notengan cier tos conocimientos de este hombre y de susituación. Su teología se conoce, pues, como la teologíade la "r espues ta" , por que intenta contes ta r las pr eguntas que están implíci tas en la si tuación del hombre. Enot r as pa labr as , s i quer emos que e l anunc io de l mensa jecr ist iano supere esta permanente al ienación de la si tua

c ión humana , debemos tomar en consider ac ión las necesidades, aspiraciones y preguntas del hombre. Si el mensaje cr ist iano no hace esto, no puede ser considerado unmensa je , pues to que u n mensa je q ue no se r e lac iona connada , no es un mensa je . Debe , por lo tanto, exis t i r unainteracción, una relación recíproca o una correlaciónent r e e l mensa je c r i s t iano y la s i tuac ión humana dent r ode la cual el mensaje ha de ser anunciado. 1 4

Till ich ha desarrollado esto en gran detal le en los tresvolúmenes de su Systematic Theology (Teología sistemática), una obr a que , como la teología de Bul tmann,no es en forma alguna fácil de entender para el lectorcomún, per o que indi r ec tamente ha tenido gr an inf luencia en el desarrollo de una predicación del Evangeliomás r e levante par a e l hombr e moder no y secula r .

1 4 P A U L T I L L I C H , Systematic Theology, I n t r o d u c t io n , V o l . 1(Londres, 1953), págs. 3-10.

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3. El método del anál is is l ingüíst ico

Los i n t en t os más reci en t es de renovar e l anunci o delmensaj e cr i s t i ano se deben a l t eó l ogo ameri cano P aulvan B urén , en su l i bro The Secular Meaning of theGospel.15 Van B urén i n t en t ó hacer es t e anunci o i n t el i g i b l e para e l hombre moderno "cuyo t rabaj o , comuni

dad y vida cot idiana están ubicados en el contexto delpensami ent o empí r i co y en l a pragmát i ca de l a i ndustria y de la ciencia".1 6 Esta necesidad hizo que vanBurén se volviera hacia el movimiento que en la fi losofía del mundo de habla inglesa se conoce como el pos i ti v i smo lógico (W í t t gens t e i n , G. E . M oo re) , au n cu ando se interese menos en la filosofía del positivismo lógicocomo tal que en el método del anál is is l ingüíst ico queresul tó de el la. Éste es una invest igación sobre la formacomo funciona el lenguaje, sobre cómo usamos las palabras y las proposiciones, método con el cual se lograr í a es t ab l ecer , según sus proponent es , qué pal abras yproposiciones t ienen sent ido y cuáles no. El anál is isl ingüíst ico se basa en el supuesto inicial de que, alpensar , nos sent i mos a menudo fasci nados por pal abrasy proposiciones s in saber, de hecho, qué s ignifican exact ament e . Exi s t e , en t onces , l a urgent e neces i dad de un

mét odo c i en t í f i co que i nves t i gue nues t ras af i rmaci onessobre la base de su s ignificado. En el método del anál is is l ingüíst ico, el así l lamado principio de verificaciónproporci ona e l cr i t er i o medi ant e e l cual j uzgamos s inuestras palabras y proposiciones son significat ivas on o . De acuerdo con este principio, las proposiciones sonverdaderas y s ignificat ivas s i pueden verificarse experiment al o empí r i cament e . A s í , pueden ver i f i carse empí -

1 5 Véase nota 6.1 6 Op. cit., pág. 17.

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r i c a m e n t e los acontecimientos históricos, pero no un

mundo sobrenat ural y , en consecuenci a , carece és t e de

significado.Van B urén es t á convenci do de que e l cr i s t i ano debe

armarse con los métodos del anál is is l ingüíst ico, que reflejan y proyectan luz, a la vez, sobre la forma en quepensamos y habl amos en nues t ra v i da co t i d i ana. La v i da

empí r i cament e or i en t ada caract er i za a nues t ra soci edadindustrial izada y tecnológica. Según la opinión de vanBurén, los cris t ianos que viven en una sociedad indust r i a l i zada deber í an permanecer recept i vos a es t a act i t uds i empre y cuando se t omen en ser i o e l p robl ema de"cómo p i ensa e l hombre moderno" . 1 7

En lo que respecta a la teología, una gran dificul tadque present aba e l pos i t i v i smo l ógi co era que, a l menos

al principio, se consideraba que todas las declaracionesteológicas carecían de s ignificado porque no podían ver i f i carse . Van B urén , s i n embargo, pudo u t i l i zar undesarrol lo posterior del principio de verificación, quefue necesar i o i n t roduci r cuando quedó b i en de mani fiesto que la apl icación original y rigurosa del principiono era ya sostenible. En primer lugar, los posi t ivis taslógicos habían concebido el lenguaje como una ent idadformada por palabras y proposiciones que poseían, cada

una, con precisión casi matemática, un solo s ignificado.M ás adel ant e , s in em bargo , descubr i eron que en t odol enguaj e habí a en buen número l o que l l amaron "equi pos de pal abras" , que se d i ferenci aban en e l cont eni doy que no podí an i n t ercambi arse s i n consecuenci as (e lequipo de palabras de la biología, por ejemplo, eradist into del de la pol í t ica y del del amor). Entre estosequi pos de l enguaj e hay que cont ar e l equi po de l en

guaje que surge de las así l lamadas "si tuaciones de dis-17 Op. cit., pág. 14.

4 3

cernimiento". Tal si tuación existe , por ejemplo, cuando

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un joven se enamor a de pr onto de una muchacha queconoce desde hace algún t iempo. Lo que exactamenteocur r e en una s i tuac ión de discer nimiento no puede ver if icarse, pero el hecho de que una si tuación tal ha tenido lugar puede ver if icarse por las acciones subsiguientes de la persona y por el uso que hace del lenguaje.

Estas explicaciones, más bien técnicas, del análisis sonnecesar ias si queremos dejar bien claras las intencionesde van Bur én. L a pr egunta que van Bur én hace es :"¿Cómo puede un c r i s t iano, s iendo una per sona secula r ,compr ender e l E vangel io en f or ma secula r ?" E n pr imerlugar , es ta pr egunta seña la la pr eocupac ión que vanBurén siente por hacer comprender el Evangelio. Insisteque vivimos en una sociedad secular , que la secular idades algo presente en todo hombre moderno, en consecuencia, en todo cr ist iano y que debemos aceptar estasecular idad. Si lo hacemos, el Evangelio también debeser in te r pr e tado en f or ma secula r . Una de sus pr imer asconclusiones y tal vez una de las más sorprendentes, esla que dice que todo hablar de Dios carece de sentido." D i o s " es una pa labr a s in sent ido por que no puedever i f ica r se empír icamente . E n consecuenc ia , van Bur énsostiene que la teo- logía como "enseñanza acerca de

D i o s " carece de sentido. A pr imera vista esta af irmaciónparece alarmante. Pero vista más de cerca, ¿es realmente tan a la r mante? Van Bur én dice que no, pues to queel estudio de la historia de la teología revela, en primera instancia, una preocupación por la cr istología.Van Burén reduce la teología a una enseñanza acercade Jesús de Nazaret . Uti l izando el pr incipio de ver if icación como base de su razonamiento, sostiene que el pun

to de par t ida de toda "teología" debe ser la persona deJesús de Nazar e t .

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Jesús fue una f igura histór ica y, como tal , la podemos ver if icar . Es cier to que la histor ia de Jesús de Nazaret se nos oculta en cier to modo porque el Evangelionos lo presenta tal como lo vio y consideró la pr imitivacomunidad c r i s t iana . Per o es to no r esul ta pr oblemát icopor que la pr imi t iva comunidad c r i s t iana vio a Jesúsbajo la luz de los acontecimientos de Pascua y ésta , para

los apóstoles y para los discípulos, fue la gran "situación de discernimiento". El contenido preciso del discernimiento en los hechos pascuales no se puede ver if icar pero lo que sí podemos establecer es que tanto losapóstoles como los discípulos fueron después hombresdist intos, que vieron a Jesús y sus propias vidas bajouna per spec t iva tota lmente dis t inta . Según mi opinión,van Burén ha secular izado de esta manera el signif icado

de la pa labr a "c r eer " .Van Bur én descr ibe también a Jesús como a un hombre enteramente l ibre. Estaba l ibre de lazos familiares,hablaba con una l ibr e autor idad, ac tuaba con gr an l i ber tad hasta ante la legislación rel igiosa de su propiopueblo y estaba, por sobre todo, l ibre para ocuparse delos demás. A través de la si tuación discernida de losacontecimientos pascuales, su l iber tad sur t ió un efectocontagioso sobre los apóstoles y los discípulos con el resultado de que, a par t ir de ese momento, la l iber tad deJesús se convir t ió en el poder y en la norma delmodo de vivir de los apóstoles (y esto resulta , bien a lascl aras , una secular ización de la doctr ina cr ist iana de lar edenc ión) . E s ta s i tuac ión de discer nimiento, es te modode enfocar la personalidad histór ica de Jesús de Nazaretbajo una nueva perspectiva, la de la fe , aún está teniendo lugar y conduce a una si tuación de dedicación y de

ent r ega , a una de te r minada f or ma de vida , de compr omiso, como lo l lama van Bur én. L a l iber tad de Jesús

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puede también ser contagiosa en nuestra época, siempre vistos hasta el presente por los cr ist ianos como irreales

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y cuando e l mensa je c r i s t iano se pr oc lame en té r minosque sean aceptables para el hombre moderno, secular yempír icamente or ientado.

E ste br evís imo r esumen de l l ibr o de van Bur én es ,por supuesto, un poco inf iel a l autor y sólo puedo asegurar a mis lectores que el l ibro es un trabajo ser io,

escr i to con mucho cuidado. Es un l ibro muy dif íci l deleer per o const i tuye un se r io intento de i r r umpir , pormedios radicales, en el núcleo de la cr isis en que hoyestá sumida la proclamación del Evangelio. El que unlibro tan dif íci l —para quien no posea instrucción teológica es i legible— se haya convert ido en best-seller esclaro indicio de que el hombre moderno se afana trasun nuevo y r e levante anunc io de l mensa je c r i s t iano.

Una apreciación cr í t ica de estos tres movimientosteológicos queda ya fuera del radio de acción de estecapí tulo . Por ahor a nos l imi ta r emos a seña la r que e lanunc io de l mensa je de sa lvac ión c r i s t iano aun cuandoes té expr esado en té r minos moder nos , no conduce automát icamente a su aceptac ión. L a pr edicac ión de l E vangelio es siempre una intromisión que hace violencia ala cons te lac ión humana .

3. L A E S E N C I A D E L P R O B L E M A

En las secciones anter iores he señalado uno o dos aspectos importantes de la si tuación cr í t ica en que se encuent r a hoy en día e l c r i s t ianismo. E n la pr imer a par tede este capítulo, discutí los vastos alcances de los fenómenos de la secular ización. Es casi imposible imaginar

el efecto revolucionario de la secular ización sobre elpensamiento cr ist iano. Este mundo y esta vida fueron

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y pecaminosos; un mundo al cual se aplicaba la f rase" n o a m e s a e s t e m u n d o " ( 1 J u a n 2 , 1 5 ) . E l m u n d o r e a lde la verdad y de la pureza debía buscarse al otro ladode la tumba: aunque su pr inc ipio es tuvie r a aquí , l avida ver dader a e r a ext r a te r r ena l .

El pensamietno secular se opone con f irmeza a esta

idea y af irma exactamente lo contrar io: que éste es elmundo r ea l y que debe se r p lenamente aceptado. E l pr oblema conocido como "La Iglesia y el M un d o" se cent r a l iza en un intento de l legar a un entendimiento conesta tendencia hacia la secular ización, que ha desembocado en la cr isis existente en la idea cr ist iana de Diosy de la existencia de Dios. Pero todavía subsiste la dudade si e l problema de Dios consti tuye la esencia del problema de l c r i s t ianismo contempor áneo; es más pr obableque sea un síntoma de la cr isis que viven las Iglesias.

L os diver sos intentos que se han hecho par a pene t r a ren la médula de este problema han l legado a la siguiente conclusión: el anuncio del mensaje ya no es adecuado.Ésta es la conclusión a que han l legado tres importantesteólogos, cada uno por camino dist into. Y cada uno haintentado, además, ofrecer una solución. Pero aun asíes dudoso que hayan l legado r ea lmente a la médula de l

problema. ¿No es el anuncio del Evangelio la misiónespecíf ica y pr imaria de la Iglesia? ¿No será el carácter conservador de las inst i tuciones eclesiást icas elmotivo por el cual la predicación (y la teología) se havue l to ininte l igible en e l mundo moder no y secula r ?

Lo que surge una y otra vez de los trabajos de losteólogos que hemos venido discutiendo a lo largo de estecapítulo, es que la Iglesia no debería , en nombre de la

or todoxia , cont inuar pr esentando l i sa y l lanamente susviejas y tradicionales enseñanzas sino que, consciente

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de su misión como de algo que debe apl icarse a todas las

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edades en continuidad y discontinuidad con el pasado,deber í a re i n t erpret ar e l mensaj e cr i s t i ano para cadanueva generaci ón .

La predicación y la promulgación del Evangelio const i tuyen una enorme tarea para la Iglesia y exigen const an t ement e que recurra a l l í mi t e de sus fuerzas . P ero ,

hasta el presente, la Iglesia s iempre se ha consideradoa sí misma "un depósi to de la fe", al que considerabacomo una suer t e de t esoro que habí a que guardar en l acaja fuerte y custodiar cuidadosamente, con el resul tadode que su enseñanza adqui r i ó un caráct er t rans -h i s t ó-rico y absoluto y que el Evangelio terminó por interpretarse en modo tal que resul tó asociado a un períodoya superado de l a h i s t or i a .

La enseñanza de l a Ig l es i a marcha a des t i empo con l a

edad moderna porque l a forma mi sma de l a Ig l es i a esuna superviviencia de épocas pasadas. Esta forma debeser re i n t erpret ada y remodel ada según t oda nueva s i t uaci ón del hombre y del mundo. Todo apunt a a l hechode que es casi seguro que la estructura de la Iglesia seala verdadera culpable del estado de cris is en que hoydía está sumido el cris t ianismo. Si la Iglesia permanecetal como hasta el presente (y esto también se apl ica a

la Iglesia post-conci l iar) es bastante probable que seconvierta en la tumba de la cris t iandad. Este es un pensami ent o paradój i co que no queremos n i podemos aceptar. Entonces, ¿en qué ha fracasado la Iglesia? Debemosadent rarnos más en e l p robl ema en l os capí t u l os s i gui ent es . Nues t ro i n t er rogant e or i g i nal se re l aci onabacon el futuro de la Iglesia. Esbozada ya la s i tuacióndent ro de l a cual pudo p l ant earse t a l i n t er rogant e , debemos anal izar ante todo el sent ido de la palabra "fut uro" dent ro del cont ext o de es t e i n t er rogant e .

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C A P I T U L O I I

El futuro

C ual qui era que i n t en t e responder a l i n t er rogant e: "¿ t i ene un fu t uro l a Ig l es i a?" , p re t ende obvi ament e saberal go acerca del fu t uro . U na pre t ens i ón qu e, de i nme diato, lo enfrenta con dificul tades. Profet izar el futuroes , para deci r l o con t érmi nos moderados , una act i v i dadsospechosa. En es t e campo hubo demas i ados char l a t anesy demasiados "profetas" imbuidos con fantasías y a

qui enes fa l t aba t o t a l ment e e l sen t i do de l a real i dad .Existe, a pesar de el lo, una larga t radición de intentosde formarse una idea acerca del futuro, donde los opt imistas pronost ican un futuro utópico y los pesimistas ,como Spengler, predicen la decl inación de Occidente.P ero aquí no me propongo enfocar e l fu t uro de n i ngunade es t as maneras .

1 . F ut uro l ogí a

En nues t ra época, hemos presenci ado e l surg i mi ent o deuna nueva forma, posi t iva, cient ífica y, por sobre todo,necesar i a de habl ar acerca del fu t uro . La neces i dad surg i ó porque en e l mundo se produj o un fenómeno t o t a l ment e nuevo: l a i ncreí b l e vel oci dad con que se producen l as evol uci ones . "El hombre moderno se es t á moviendo geográfica, social y espiri tualmente en formamucho más ráp i da y más ex t ensa de l o que j amás l o

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había hecho en la his tor ia ." 1 E ste movimiento y estos impr evis to y para los factores problemáticos. Si n u e s t r a

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cambios fueron específ icamente provocados por los descubrimientos científ icos y técnicos. "Pasaron 500.000años ent r e el p r i m e r h o m b r e que empleó un a h e r r a mienta de piedr a y el pr imero que tal ló las piedras paraconver t i r las en h a c h a s y cabezas de l a n z a s . T r a n s c u r r ie r on 5.000 ent r e el p r i m e r h e r r e r o y el pr imer conductor de locomotoras, pero sólo 130 entre el conductorde locomotoras y el primer piloto de jets que voló a u n avelocidad superior a la del sonido. Este progreso ha

abar cado inc luso var ias gener ac iones ; en cambio a lo

la r go de nues t r a vida hemos exper imentado el descubrimiento de la reacción en cadena de la f isión nuclear delur anio, hecho por Ot to Hahn, y apenas siete años mástarde fuimos testigos del estallido de la p r i m e r a b o m b aatómica en H i r o s h i m a , en 1 9 4 5 . " 2

E l r ápido desar r ol lo de l mundo moder no ha obligadoa muchos hombr es —indust r ia les , hombr es de e m p r e s a ,políticos y científicos— a mir ar con ve inte años de ant i cipación si no más. La gr an pa labr a de nues t r a época es

"planif icar", pero resulta imposible planif icar sin un

análisis provisional de las futuras evoluciones. Por estemot ivo, ya se han creado inst i tutos científ icos cuyaúnica pr eocupac ión es el f utur o. Ha sur gido una nueva

ciencia: la ciencia de la futurología.3

Esta ciencia se diferencia de las otras en que deja un

m a r g e n m u c h o m á s a m p l i o p a r a lo desconocido, para lo

1 RICHARD F. BE HRE NDT, Der Mensch im Licht der Soziologie( S tu t tg a r t , 1 9 6 2 ) .

2 F R I T Z G U M M E R T , citado en W E R N E R C Q N Z E , Die Struktur-

geschichte des technisch-industriellen Zeitalters ais Aufgabe fürForschung und Unterricht ( Co lo n ia , 1 9 5 7 ) .

3 Ver el e n s a y o " T h e F u t u r i s t s " , en Time, vol. 87 ( 1 9 6 6 ) ,n 9 8, p á g s . 2 2 - 3 . Cfr. t a m b i é n Unsere Welt 198í, ed. ROBERT

J U N G K ( V ie n a , 1 9 6 5 ) y A . T H . L E E U W E N , " G lo b a a l P e r s p e c t ie f "e n Wending, 20 ( 1 9 6 5 ) , p á g s . 5 3 3 - 4 4 .

5 0

acti tud hacia el mundo de l mañana pr e tende se r de r esponsabil idad y de previsión, es condic ión indispensableuna estrategia de vasto alcance en cada esfera del pensamiento y de las acc iones humanas . Aná l i s i s , pr ognosis, interpolaciones de la r ea l idad pr esente que ya estáen movimiento, forman las bases de este estudio cientí

f ico del futuro. A un c uand o los futurólogos adm itan laexistencia de cier tos eventos tales como nuevos descubrimientos, revoluciones y guer r as —espec ia lmente una

guer r a a tómica— que p u e d e n c a m b i a r , t r a n s f o r m a r e

incluso detener este acontecer histór ico, también estánf i r memente convenc idos que es a h o r a , en el m o m e n t opr esente , cuando deben t r azar se las bases de una planif icación estratégica sobre las que asentar precisamenteese futuro.

Hablar é de l f utur o en este sentido. Además, me siento obligado a ello porque estoy convencido de que el

crist ianismo y la Iglesia deben seguir exist iendo en el

m u n d o d e l m a ñ a n a , y de que la Iglesia de hoy se m a n t iene demasiado dominada , en su p e n s a m i e n t o , por ca

tegorías trascendentes y u l t r a m u n d a n a s y no se preocupa lo suficiente por el h o m b r e y p o r la sociedad en estem u n d o , en el mundo de l f utur o. Es necesar io dejar esto

seña lado aquí , aun c u a n d o en un capítulo poster iorvolveremos sobre el asunto e insist iremos otra vez so

br e es te mismo pr oblema.

2. Más allá de las revoluciones

Antes de discut i r el pr oblema de l hombr e y d e l m u n d o ,debemos decir algo más acerca de nuest r a vis ión de la

histor ia en relación con el pr esente . L a pa labr a "r evoluc i ó n " se ut i l iza muy a menudo r e f e r ida a nuest r a épo-

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ca. 4 U na revol uci ón es un a acci ón o i n t ervenci ón súbi t a 1. La revolución científica fue l a más gradual . Qui zá

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y, cas i s i empre, i nesperada o una a l t eraci ón en e l cursode la his toria que obl iga a los acontecimientos a desviarse hacia una nueva dirección. Revolución es un conceptocomodín que puede apl icarse a todas las esferas de lav i da humana. En l o que s i gue cons i deraré l a pal abra"revolución" en el s ignificado más amplio que el tér

m i n o p u e d e t e n e r .En mi opi n i ón , es un er ror cons i derar revol uci onar i a

l a evol uci ón de nues t ra época (y del fu t uro) . C reo que,aunque e l d i nami smo del present e es e l p roduct o de unarevol uci ón , l as revol uci ones en s í per t enecen a l pasado.U t i l i zamos l a pal abra revol uci ón a fa l t a de o t ra mej or yporque no t enemos a mano n i nguna que s i rva parades i gnar l os fenómenos t o t a l ment e nuevos que se present an en nues t ra s i t uaci ón act ual . Y no hay duda, creoyo, que es t amos enfrent ando un fenómeno h i s t ór i co queni ngún hombre conoci ó con ant er i or i dad . Es i mport ante, por lo tanto, en s í mismo y para nuestro propósi toe x a m i n a r y p o n d e r a r e s t e n u e v o f e n ó m e n o e i n t e r p r e t ar l o correct ament e .

Dije que nuestra época es el producto de una serie derevoluciones que tuvieron lugar en el pasado. Los s iglosxvi n y x i x se caract er i zaron especi a l ment e por una se

rie de acontecimientos revolucionarios que desviaronen forma radical el curso de la his toria. No intentoentrar aquí en demasiados detal les de la his toria del pasado i nmedi at o , pero es i mport ant e señal ar muy brevement e l as d i s t i n t as revol uci ones que t uvi eron l ugar enesos siglos.

4 Cfr. , por e jemplo, HARVEY C O X , The secular City ( N u e v aYork y Londres, 1965) y God's Revolution and Man's Responsa-

bility ( V a l le y F o r g e , P a . , 1 9 6 5 ) , lo s a u to r e s d e L a Tr ip le Re v o lu c ió n , F B ED L . POLAK, Au tomatie ais doorbraak naar nieuweinternationale verhoudingen ( A m e r s f o o r t , 1 9 5 7 ) .

5 2

el verdaero comienzo de esta revolución en el pensami ent o y en l a " forma de ver" del hombre (occi dent al )fue la fi losofía de Descartes . Empezó a exist i r una nuevavisión de la real idad del cosmos, y la t ierra y las fuerzasque estaban latentes en el la se volvieron objeto de intensos estudios. Antes de esta revolución cient ífica el hom

bre se sent ía indefenso frente a las fuerzas de la natura l eza . A bandonado a fuerzas cósmi cas desconoci das ,q u e n o e n t e n d í a y q u e f r e c u e n t e m e n t e a m e n a z a b a n s uexi s t enci a , se vol v í a espont áneament e a Di os en buscade pro t ecci ón , creyendo que Di os cont ro l aba e l mundonatural . El pensamiento cient ífico s ignificó un cambioradi cal en l a forma en que e l hombre cons i deraba a l at i er ra . S e es t udi aron l as l eyes í n t i mas de l a nat ural eza ,se diferenciaron las dis t intas ciencias, el cosmos perdió

su cal i dad mi s t er i osa , pareci ó menos amenazador y e lhombre se encont ró , de repent e , dueño de l a nat ural eza .La real i dad de es t e mundo era v i s t a cada vez con mayor frecuencia como algo que se podía medir y predecir.Es t a v i s i ón cont i nuó desarro l l ándose has t a que fue l aúni ca pos i b l e para encarar l a real i dad cósmi ca.

No hay duda que es t o cons t i uyó e l p r i mer gran pasohaci a l a secul ar i zaci ón . El hombre habí a ar rebat ado a

Dios cierto poder que hasta entonces había consideradode propi edad excl us i va de Di os . La t i er ra habí a perd i dosu carácter sagrado y misterioso.

2. La revolución social fue e l g ran acont eci mi ent o defines del s iglo xvni . La Revolución Francesa se considera , por l o general , e l g ran acont eci mi ent o h i s t ór i coque produjo este cambio social , en otras palabras, que

des t ruyó v i o l ent ament e l a es t ruct ura feudal de l a soci edad que se habí a mant eni do i ncól ume durant e s i g l os .

5 3

A p a r t i r de ese moment o h i s t ór i co el h o m b r e se negó a product o del nuevo proceso de producci ón i ndus t r i a l , no

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segui r acept ando la arb i t rar i a opres i ón de la i n m e n s am a y o r í a por un g r u p o m i n o r i t a r i o , en este caso, la

ar i s t ocraci a . Al mismo t iempo, esta revolución socialdesembocó en el surg i mi ent o de los ideales democrát icosde l i ber t ad , en el derecho que cada hombre t i ene a un

m í n i m o de opor t uni dades en la vida y en el reconoci

m i e n t o de la di gni dad de la p e r s o n a h u m a n a . Hoy,c u a n d o se acepta sin t i t u b e a r el ambi ent e democrát i coen que vivimos, resul ta bastante difíci l de i m a g i n a r el

enorme significado de esta revolución en las n o r m a s de

vida del i nd i v i duo y de la sociedad.

3. La revolución técnica y la industrial fueron la re

su l t an t e de la apl i caci ón práct i ca de los logros de las

ci enci as nat ural es . Una invención práct ica s iguió a otraen rápida sucesión. Se descubr i eron nuevas fuent es de

energ í a y se las sometió a la p r o d u c t i v i d a d h u m a n a .Estos descubrimientos técnicos produjeron cambios profundos en la esfera del t rabaj o : los oficios y el t rabajom a n u a l que habían sobrevivido durante s iglos, fueronreempl azados por las m á q u i n a s , y las i ndus t r i as t an t ofami l i ares como caseras d i eron l ugar a una forma cadavez más o r g a n i z a d a de t rabaj o en grandes fábr i cas . La

revol uci ón t écni ca , en ot ras pal abras , conduj o a lai ndus t r i a l i zaci ón y a la producci ón mas i va, un desarrol lo que c a m b i ó r a d i c a l m e n t e la faz de la h u m a n i d a de n m e n o s de cien años.

4. La revolución económica y social en p a r t e fue consecuenci a de la revol uci ón i ndus t r i a l . La i ndus t r i a l i zación y la producci ón mas i va t ra j eron una t r a n s f o r m a

ción en la, has t a en t onces , p r i mi t i va economí a. Las n u e vas leyes económicas como las de oferta y d e m a n d a ,

54

fueron al principio fáci les de di scern i r . Muy p r o n t o , sin

embargo, surg i ó el sis tema capi tal is ta que a l e n t a b a la

más grande l i ber t ad en el comerci o , en la producci óny en la creaci ón de capital . Este nuevo sis tema capi tal is ta tuvo muy vas t as consecuenci as , a nivel social ,creando una n u e v a f o r m a de sociedad que t e n í a m u c h o

e n c o m ú n con la ant er i or forma feudal , en lo que a rel ac i ones humanas respect a . El capi t a l se convirt ió en la

posesión de un reduci do grupo de personas . Los obreros ,qu e por ot ra par t e formaban la gran mayor í a , descub r i e r o n que sus esfuerzos es t aban , re l a t i vament e ha

bl ando, muy mal recompensados . El p e q u e ñ o g r u p o que

poseía el capi t a l y formaba la clase alta llegó a ej ercerun cont ro l cas i absol u t o mi ent ras que el prol e t ar i adoi ndus t r i a l , t rabaj ando muy a m e n u d o en condicioness u b h u m a n a s , s e g u í a sin n i n g ú n p o d e r .5 Un tal sis temaeconómi co der i vó como consecuenci a en un g r a v e p r o blema social . El socialismo —y el comunismo—•, movim i e n t o s del siglo xix, fueron el resu l t ado de una r e a c ción violenta frente a estas desesperadas condicionessociales. El t rabajo industrial colect ivo, la pobreza y la

injust icia que sufría toda la cl ase t rabaj adora conduj ero n a una nueva so l i dar i dad en t re los prol e t ar i os , una

sol idaridad que muy pront o fue capi t a l i zada por el movimiento social is ta en " l u c h a de cl ases" . Después de una

l ucha l arga y d u r a , la economía capi tal is ta y el poderdel capi tal ismo fueron derrotados, habiéndoseles dadoel golpe de gracia después de la gran depres i ón de 1929

que t uvo repercus i ones en el m u n d o e n t e r o . Las reformas económi cas basadas en las ideas del economistainglés J. M. K e y n e s , que se i n t roduj eron más o m e n o s

5 RO BE RT AD O L FS, op. cit., págs. 123-9.

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hacia esa fecha, condujeron a una "economía planif i pero no se hizo nada para renovar ni esas inst i tuciones

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cada", que ahora se acepta casi en todas par tes y enf or ma univer sa l .

La revolución económica contr ibuyó aún más a la in-te r nac iona l izac ión de las r e lac iones mundia les —inc luyendo las relaciones polí t icas— que cualquiera otra delas revoluciones mencionadas en este capítulo. Hoy en

día, se acepta que la prosperidad sólo puede lograrse siqueda c la r amente r econocida la in te r dependenc ia delas naciones y esta mutua dependencia se garantiza poracuerdos y tratados tanto económicos como polí t icos.Esta revolución económica y social es un acontecimientoque ha encauzado, en f or ma innegable , en una di r ección totalmente nueva y or iginal el curso de la histor iad e l a h u m a n i d a d .

3. Las guerras

He resumido en unos pocos renglones estas importantes r evoluc iones ; opino, s in embar go, que e l puntoque hay que subrayar es que, a pesar de que sus efectoshayan sido dist intos en cada país, estas revoluciones sehan producido y que, desde entonces, no ha sobrevenidoninguna ot r a r evoluc ión en e l mundo. L o que s í ha

sobrevenido son dos grandes guerras. Las guerras no sonrevo lucio nes, pero las de este siglo fueron conflictosque se produjeron, en el plano de la polí t ica internacion a l , como resultado de obstrucciones en el camino delas evoluciones que se habían puesto en marcha graciasa las revoluciones. U na de estas obstrucciones fue elnacionalismo polí t ico. Las revoluciones científ icas, técnico-industr ial y social-económica, dejaron fuera de

moda a muchas inst i tuciones existentes y lo mismo ocurr ió con la polí t ica internacional en boga en esa época,

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ni esa polí t ica.L a p r im e r a G u e r r a M u n d i a l t e rm i n ó e n u n c o m p r o

miso dudoso. E ur opa adoptó una ac t i tud bas tante másliberal y la mayoría de los elementos que aún sobrevivían del feudalismo fueron barr idos; pero los Estadosvictor iosos cometieron discr iminaciones en contra de

Alemania y a l hacexio planta r on la semi l la de un nuevoconf l ic to inte r nac iona l . Aun cuando la mayor ía admi t íaque ninguna nac ión podía enc laus t r a r se en un r educ tocerrado y el pr incipio de internacionalización se aceptaba en forma general en las relaciones polí t icas, sociales y económicas del mundo, el nacionalismo se presentó bajo un nuevo aspecto. Cier tas naciones reclamaron supremacía sobre otras. Esta tendencia prevalecióen la Alemania nazi y en la I tal ia fascista , que exigíanel derecho de conducir a Europa, y en la Rusia soviética,que r ec lamaba e l l ider azgo de l mundo.

L a s e g un d a G u e r r a M u n d i a l t a m b i é n t e r m i n ó e n u ncompromiso. La necesidad de una unidad polí t ica, social-económica y científ ica y la mutua cooperaciónde te r minar on la c r eac ión de las Nac iones Unidas ; además una expr es ión memor able de l idea l i smo inte r nacional y de los sentimientos humanitar ios quedó plas

mada en la Dec la r ac ión de los Der echos Humanos . Seabolió el colonialismo y un nuevo sentido de responsabil idad frente a las naciones subdesarroUadas dio comor esul tado un movimiento mundia l cont r a la pobr eza ,que c r i s ta l izó en f or ma de una ayuda inte r nac iona l .Tremendas evoluciones en el plano de la tecnología hanprovocado grandes avances en los sistemas de comunicación y en las posibil idades de movil ización, y el pr in

cipio de interdependencia entre nación y nación ha sidoadmit ido con mayor ampl i tud. Per o, por ot r a par te , a

57

p a r t i r d e l a se g u n d a G u e r r a M u n d i a l s e h a n a g u d i z a d o do . Y esto me l leva a lo que yo considero el aspecto esen

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las tensiones entre Oriente y Occidente y esta vez conmi ras a l a conqui s t a de una supremací a mundi al . C omoresul t ado , v i v i mos ahora baj o l a amenaza de una t er cera guerra mundi al , aunque, a l menos por ahora , l ahaya hecho imposible el hecho de que conozcamos bienlas consecuencias del uso de armas nucleares. Este

equi l i br i o debe mant enerse a cual qui er cos t o y durant eel mayor t iempo posible para darnos el plazo necesarioen que podamos e l aborar pr i nci p i os de donde der i veuna solución pacífica de los confl ictos internacionales.

4 . R api daci ón

Estas revoluciones y las dos guerras mundiales provocaron l a apar i c i ón de un gran número de fenómenosent erament e nuevos y que parecen t ener enorme gravi tación en el futuro del hombre y de la sociedad. Entre estos nuevos fenómenos mencionaré los s iguientes:urbani zaci ón , o sea l a t endenci a a v i v i r en ag l omerac i o n e s u r b a n a s c a d a v e z m a y o r e s ; 6 el cont i nuo i ncrement o de l a pobl aci ón mundi al ; l a pos i b i l i dad de medi r ,calcular, controlar y, al mismo t iempo, de asimilar yproduci r au t omát i cament e i nformaci ones y dat os de

manera t o t a l ment e nueva y con i ncreí b l e vel oci dad ( l aci bernét i ca y l a au t omat i zaci ón) , y , por f i n , l a t remenda intensificación de los medios de comunicación y laexpansión casi i l imitada de los medios de comunicacióncon l a consecuent e movi l i dad que l a acompañó.

Todos es t os fenómenos apunt an haci a un fact or bás i co : un aument o de vel oci dad en e l desarro l l o del mun-

6

HARVEY COX señala en for ma excel ente las implica ciones dela urbanización para la Iglesia y la cris t iandad, en su l ibro Th esecular City.

58

ci al de nues t ra s i t uaci ón act ual y fu t ura .Según mi opinión, nuestra s i tuación no es revolucio

nar i a , s i no más b i en se caract er i za por una acel eraci ónhasta ahora desconocida en el curso normal de losacontecimientos y un alejamiento creciente de las formas t rad i c i onal es de l a v i da y del pensami ent o . Hoy en

día t ienen lugar cambios históricos a una velocidad quehas t a hace poco t i empo hubi era pareci do i nveros í mi l .Estos cambios y estas evoluciones, s in embargo, no sonrevoluciones en el curso de la his toria s ino más bienuna acel eraci ón del acont ecer h i s t ór i co . P or e l l o mi spr i meras pal abras en es t e l i b ro —en l a i n t roducci ón—fueron una referenci a a l " ráp i do cambi o" como caracterís t ica esencial de la edad presente. Este cambio rá

pido es un fenómeno t ípico y novedoso de mediados deeste s iglo y no se lo debe confundir con el término" r e v o l u c i ó n " .

P ara denomi nar es t e nuevo fenómeno se neces i t aráuna nueva pal abra y me gus t ar í a empl ear e l t érmi no"rapi daci ón" (y e l ad j e t i vo " rapi dar i o") en es t e sent i do .He e l eg i do es t a pal abra (y admi t o que no t i ene nada deboni t o) porque puede s i gni f i car t an t o "acel eraci ón" como "aumentar la velocidad". Los sociólogos conscientesdel paso acelerado con que hoy en día se producen lasevol uciones , se ref i eren f rec uent em ent e a "cambi os ráp i dos" aunque en un cont ext o t o t a l ment e d i s t i n t o . A dem á s , l a pal abra " rápi do" se u t i l i za en var i os i d i omaseuropeos para señal ar un súbi t o aument o en l a vel ocidad del curso de un río, por ejemplo ("rá pid os" ,rapids, le rapide, et cét era) y es t a l vez l a i magen másapropi ada que pueda encont rarse para es t e fenómeno

que t engo en ment e .Damos la s iguiente definición para este nuevo fenó-

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m e n o : la rapidación es un fenómeno complejo y com f iesta hoy en día, está producida por la confusión que

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prensible de nuestra época, en que se produce una aceleración de los desarrollos históricos, en todos los planosde la sociedad humana y cada vez en forma más discontinua con el pasado.

5. El carácter inestable de la vida

No analizaré aquí si la rapidación es buena o mala osi el paso acelerado de los acontecimientos debería est imular se o f r enar se . L o impor tante par a nosot r os , eneste momento, es dejar bien establecido que el fenómeno de la r apidac ión exis te y pr eguntar nos qué impl i cancias t iene respecto al futuro. Estoy convencido deque sólo podremos decir algo significativo acerca delfuturo si analizamos el fenómeno de la rapidación en

sí y en sus consecuencias.En el pasado, las estructuras sociales, polí t icas e in

cluso eclesiást icas eran mucho más estát icas y resistentes, y las evoluciones que tenían lugar en esas estructur as e r an mucho más gr adua les . E s obvio, s in embar go,que a causa de la rapidación, las estructuras del mundode hoy están muy lejos de ser estát icas y duraderas. Estamos a t r apados en una r ápida cor r iente de evoluc ión

cuya meta aún no se vis lumbr a . L a ver dad es que deber íamos pr eguntar nos s i exis te una meta en es te pr oceso de rápidas evoluciones. Gran par te del desasosiegoque reina hoy en día, tanto dentro de la Iglesia comofuera de el la , se debe a que poderosos reaccionarios seaferran obstinadamente a las estructuras fenecidas y seatr incheran en codif icaciones que consideran ir revocables e inmutables, cuyo carácter relat ivo y, de hecho,

super ado se r ehusan a admi t i r . Repi támoslo: gr an par tede la profunda ansiedad y de la alarma que se mani-

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causa esta rapidación, por la incer t idumbre acerca dela f or ma que adoptar á , eventua lmente , es ta r ápida evoluc ión de l mundo. E s ta ac t i tud temer osa ha conducidoinevi tablemente a in tentos de f r enar o de tener la mar eade las evoluc iones en e l mundo moder no.

Las estructuras tradicionales de la sociedad se están

emp ezando a r esqueb r a ja r y a caer en pedazos . M uch agente se pregunta si la democracia, en su forma tradicional , podrá prevalecer en el futuro. El sistema parlamentar io es demasiado lento cuando se t r a ta de tomardec is iones r ápidas . L os pr oblemas que deben enf r enta rlos gobiernos de hoy son tan complicados que no pueden sencil lamente ser presentados y explicados a lospar lamentos , y cada vez , con mayor f r ecuenc ia , deben

ponerse en manos de expertos y de comisiones especiales, si e l país no quiere quedarse atrás en su proceso derápido desarrollo.

Las consecuencias de la rapidación se sintieron, y seaceptaron pr imero en las esferas empresar ias y en elm un do de l comer c io. M uch as empr esas e indust r iasmoder nas en maner a a lguna quie r en segui r a tadas aes t r uc tur as y s i s temas de t r aba jo y adminis t r ac ión in

mutables y per manentes . L a super vivenc ia y e l éxi toen el actual mundo de la industr ia y el comercio exigenuna r ápida adaptac ión a los cambios que r ec lama unmer cado en per pe tua f luc tuac ión, una gr an f lexibi l idaden la estrategia y las tácticas administrat ivas, habil idadpar a impr ovisar r ápidamente , una sens ibi l idad en ext r e mo suti l y casi int iuit iva para prever las f luctuacionesde la of e r ta y la demanda y una r eacc ión muy r ápidaante cada desarrollo nuevo. Como consecuencia, estas

industr ias crearon secciones especiales para investigación, cuya tarea específ ica es probar constantemente

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rumbos nuevos , exami nar nuevos proyect os y adapt ar vez mayor con el pasado, cada vez se le hará más difí ci l a la Iglesia seguir ut i l izando tradiciones y experien

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los planes que ya existen.La moderna v i da empresar i a se preocupa, por l o

tanto, mucho más de las hipótesis , de táct icas provisorias y de s is temas flexibles que de normas de conducta t radicionalmente const i tuidas y de moldes de t rabajoprefi jados. No se da valor absoluto a las hipótesis y se

prefieren las acciones basadas sobre aquel las ya exist en t es a aguardar demas i ado t i empo l a pos i b l e formulación de otras mejores. Frente a la gran fluidez en lasi tuación existente, se admite la necesidad de un s is temade normas, táct icas y rumbos de acción flexibles e hipotét icos, imprescindibles s i se quiere que una empresa ouna i ndus t r i a puedan mant ener su v i t a l i dad present e ysobrevivir en el futuro.

He dedi cado bas t an t e a t enci ón a es t e probl ema por

que creo que las evoluciones en el plano de la vida empresar i a , comerci a l e i ndus t r i a l es t án muy a t ono conla real s i tuación del mundo actual y porque la Iglesiaes t uvo cons t ant ement e present e en l o hondo de mi mente a lo largo de toda esta disquisición. También la Iglesia posee una estructura t radicional y sus funcionesfueron codificadas de acuerdo con normas corrientes ensu época. M i comparaci ón e n t re l a Ig l es ia y una gran

empresa es , por supuesto, imperfecta; pero hay, s induda, una i mport ant e s i mi l i t ud en t re ambas . La es t ructura total de la Iglesia está enfrentada al fenómeno dela rapidación y la misma Iglesia no se atreve a dar porsent ado que e l fenómeno no l e a t añe. P reci sament e como es t ruct ura l a Ig l es i a es t á encarnada en e l mundo.Pero esta estructura y las codificaciones, gobierno, pol ít ica y principios rectores de la Iglesia derivan de otraépoca y de una s i tuación bien dist inta. Porque el fenómeno de l a rap i daci ón i mpl i ca una d i scont i nui dad cada

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cias del pasado. Estas t radiciones y normas del pasadoson cada vez menos adecuadas para establecer el presente y el futuro. No es que se las desprecie s ino que selas mira como objetos que en s í ya no t ienen el sel lo del a au t ent i c i dad . 7

E s, por lo tanto, fundamental que la Iglesia acepte lareal idad del mundo de hoy si quiere seguir s iendo, enel fu t uro , una comuni dad v i t a l y re l evant e .

No i n t en t o adent rarme más , aquí , en es t e probl emaya que l o d i scut i remos mucho más ampl i ament e en uncapítulo posterior.

6. Los fenómenos de la rapidación

Ll egados a es t e punt o , creo i mport ant e penet rar un pocomás profundament e en l os fenómenos a que h i ce referencia poco antes, en este mismo capítulo, fenómenosque, en par t e , fueron l os i ns t rument os que provocaron el proceso de rapidación y que, en parte, resultaron de él .

1. Urbanización. P or urbani zaci ón en t i endo l a expansión de la civi l ización urbana y el crecimiento continuode las ciudades que están teniendo lugar en casi todaspar t es del mundo. A nt es de l a revol uci ón i ndus t r i a l , unpueblo o un a ciuda d se consida raba el centro de un asoci edad humana i ndependi ent e ; es deci r , que formaba,j unt o con l a campi ña que l o rodeaba, un conj unt o máso menos cerrado. En nuestra civi l ización actual este hecho ya no se produce. La t ecnol ogí a moderna, l os medios de comunicación y de t ransporte, la aparición de

7 H A R V E Y G O X , op. cit., pág. 121.

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las grandes industrias , la superpoblación, la constantey cada vez mayor deserci ón de l as t areas rural es que l os En el pasado también exist ió una clara tendencia a

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hombres abandonan por la industria y los servicios públ icos de las ciudades, han provocado, a lo largo y a loancho del mundo, un enorme creci mi ent o demográf i courbano. In t en t ando dar una v i s i ón más c l ara del fenómeno de la urbanización, los demógrafos y los sociólogos adoptaron la s iguiente definición provisoria para

área o met rópol i u rb ana t i po es t ándar : "un a un i dadurbana con una población de no menos de 100.000 almas, un conglomerado de uno o varios poblados condistri tos adyacentes unidos a el los por vínculos económicos y donde el 65 % o más de la población económicamente act iva t rabaja en labores no agrícolas". 8 P o rl o t an t o , cuando habl amos de urbani zaci ón nos refer i mos a la existencia de un s is tema integrado por centros

urbanos o por áreas con distri tos interconectados, endonde cada parte aporta algo en el reparto del t rabajototal . El total puede referirse a un país o a una confederación de países.

Todo hace creer que l a urbani zaci ón aument ará enel futuro. Esto no s ignifica que más y más gente seconcent rará en sect ores re l a t i vament e pequeños . P or e lcontrario, el continuo progreso en el plano de los t ranspor t es l ogrará una forma de urbani zaci ón cent r í fuga, osea, que el dis tri to en que vive el habi tante de estoscent ros urbanos crecerá formando c í rcu l os concént r i coscada vez mayores en torno a los primit ivos centros del a c i udad . De hecho, cuando e l t ranspor t e barat o quetraslada a la gente a velocidades supersónicas (por ejemplo en túneles al vacío) sea una real idad, será pasibleque las personas habite n a 120 mil las o má s de susl ugares de t rabaj o .

8 P ETER HALL, The World Cities ( L o n d r e s , 1 9 6 6 ) .

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mant ener en a l guna medi da separadas l as áreas en quela gente vivía y aquel las en las que t rabajaba. Ciertosdistri tos residenciales sol ían l lamarse "suburbios" peroesta palabra está un poco pasada de moda. Estos suburb i os se organi zaban y admi ni s t raban , muy a menudo,como "puebl os i ndependi ent es" ; pero con l a present e

t endenci a rap i dar i a haci a l a urbani zaci ón ya no puedenser administrados en forma efect iva s iguiendo ese s is tema y, en consecuencia, los "pueblos" suburbanos se encuent ran cada vez más su j e t os , t an t o admi ni s t ra t i va como gubernament al ment e habl ando, a l a as í l l amada courbani zaci ón . En es t a forma, l a t o t a l i dad urbani zada deun área met ropol i t ana puede admi ni s t rarse y gobernarse con mayor grado de coordinación.

El "centro" es el lugar donde la vida empresaria, losservicios públicos, el gobierno municipal , la vida cultural , las diversiones y, a menudo, las act ividades indust r i a l es de una c i udad es t án concent radas . P ero aun a l l íex i s t e l a t endenci a haci a una urbani zaci ón cent r í fuga,hacia el desarrol lo de amplias áreas metropoli tanas condiversos centros de este t ipo, estrechamente unidos unosa otros por modernos medios de comunicación. En talescasos, cabe hablar solamente de una descentral ización

local .La creciente industrial ización, la mecanización de la

agr i cu l t ura y l a e l aboraci ón cada vez en mayor escal ade product os a l i ment ic i os ar t i f i c i a l ment e ma nufa ct ura dos, desembocará , i nevi t ab l ement e , en un decl i nar cont i nuo de l a pobl aci ón rural y en un creci mi ent o aúnmás rápido de la urbanización. Los sociólogos comprenden con más y más claridad que el crecimiento del co

merci o y de l a i ndus t r i a mundi al desempeña un papelpreponderant e en e l hecho de que l a urbani zaci ón se

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e s té t r a n s f o r m a n d o e n u n f e n ó m e n o m u n d i a l . A u n c u a n Las grandes ag l omeraci ones urbanas se convi r t i eron

en áreas de enorme i nf l uenci a pol í t i ca y económi ca. En

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do es t e proceso de urbani zaci ón haya d i smi nui do , enci er t a medi da, en l as par t es más urbani zadas del mundo(en los Estados Unidos y en el noroeste de Europa, porej empl o) , crece en forma i n i n t errumpi da en l os paí sessubdesarrol lados y lo hace en una especie de "crescendoperpet uo" . Los a l rededores de l as grandes c i udades de

hoy son , en una pal abra , e l mundo mi smo, y es t o sucede a causa del rápido y continuo crecimiento de lasredes de comuni caci ón y l as i n t er re l aci ones en t re l asgrandes áreas urbanas del mundo. Es bas t an t e f recuent eque áreas urbanas enormes e i n t ercomuni cadas se desarrol len dentro de un solo país . (El sociólogo francésJ e a n G o t t m a n n i n v e n t ó e l t é r m i n o " m e g a l ó p o l i s " p a r aeste fenóm eno.) U n t ípico ejemp lo es la franja costera,relat ivamente angosta, en la costa oriental de los Estados U ni dos , en t re B os t on y Washi ngt on que en l a act ual i dad es t á habi t ada por cuarent a mi l l ones de a l mas , cas iuna cuar t a par t e de l a pobl aci ón t o t a l de Nort eaméri ca .

La urbani zaci ón no i mpl i ca só l o un cambi o cuant i tat ivo en la sociedad, o sea, la concentración de un número e l evado de habi t an t es en un área re l a t i vament epequeña, s i no t ambi én un gran cambi o en l a cal i dad deesta sociedad. Este cambio cual i tat ivo t iene sus ventajas

y sus desvent aj as . La urbani zaci ón ha t ra í do mayorprosper i dad a un gran número de personas y mayorespos i b i l i dades para que l a gent e pueda d i s f ru t ar su par t een la vida cul tural , social , art ís t ica y cient ífica del paísen que v i ve. P ero t ambi én t ra j o un aument o cons i derab l e de cr í menes (especi a l ment e j uveni l es ) , de so l edad ,despersonal i zaci ón , neuros i s , enfermedades card í acas ,separaciones y divorcios, corrupción pol í t ica, etcétera.

En consecuenci a e l p robl ema más urgent e que p l ant eal a urbani zaci ón es aprender a v i v i r con e l l a .

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el las se toman las decisiones de más largo alcance en loque conci erne a l fu t uro del hombre y del mundo. Enel l as se t razan l os proyect os más i mport ant es para e lprogreso o el retroceso de la humanidad. Y lo que esmás, cada día resul ta más claro que ya no es posiblereducirse a las decisiones tomadas por una sola aglome

raci ón urbana o por un so l o paí s , debi do a l a creci ent ei n t ercomuni caci ón e i n t erdependenci a de l as grandesá r e a s u r b a n a s . 9

He anal izado con cierto detal le el fenómeno de laurbani zaci ón porque soy de l os que creen que l a rap i da-c i ó n e n f r e n t a a l a h u m a n i d a d — a ú n m á s q u e o t r a sevol uci ones de l a soci edad moderna— con un desaf í oque la obl iga a revaluar en forma creat iva las inst i tu

ciones sociales existentes. Y esto se apl ica en part iculara la Iglesia como inst i tución.

2. El crecimiento demográfico. C o m ú n m e n t e l o l l a mamos "expl os i ón demográf i ca" . El rap i d í s i mo i ncrement o de l a pobl aci ón mundi al ha asumi do proporci ones has t a ahora desconoci das , causando cons i derabl ea l a r m a . A u n q u e a c e p t a b l e y a u n r e c o m e n d a b l e p o r

9 A c e r c a d e la u r b a n iz a c ió n s e h a n e s c r i to m u c h ís im o s l ib r o s .A p a r t e d e la s o b r a s y a m e n c io n a d a s , h e c o n s u l ta d o u n a r t íc u lo ,muy aclaratorio pero con las estadíst icas un poco atrasadas, deKINGSLEY DAVIS, t i tu la d o " Th e o r ig in a n d G r o w th o f U r b a n iz a t io ni n t h e W o r l d " , e n The Am erican Journal of Sociology, v o l . L X( 1 9 5 5 ) , p á g s . 4 2 9 - 3 7 ; A M O S H . H A W L E Y , Human Ecology ( N u e v aY o r k , 1 9 5 0 ) , p á g s . 2 3 9 - 4 5 ; B R I A N J . L . BERRY y W . L . GARRISON,Recent Developments in Central Place Theory ( P a p e r s a n d P r o -ceedings of the Regional Science Association, 1958); EDGAR M .HOOVER, "The Concept of a System of Cities" , en Economic De-velopment and Cultural Chang e, v o l . I I I ( 1 9 5 5 ) ; OTIS DUDLEYD U N C A N E T AL., Metrópolis and Región ( B a l t im o r e , 1 9 6 0 ) , p á g s .

2 5 9 - 7 5 ; ALVIN B OS KOF F , The Sociology of Urban Regions ( N u e v aY o r k , 1 9 6 2 ) ; J E A N G O T T M A N N , Megalópolis ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 1 ) .

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muchos aspect os , el t é r m i n o no es es t r i c t ament e exact o , p a r a r el es t ándar de v i da de un país con otro y, en consecuenci a , envi d i ar a otros países por su más a l t o n i vel

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y a que una explosión es un es t a l l i do repent i no y viol en t o . Con todo, la fuerza sugest iva de la p a l a b r a " e x p l os i ón" en este contexto no está fuera de l ugar , puesevoca el i n c r e m e n t o r a p i d a r i o de la pobl aci ón mundi aly la a l a r m a q u e el hecho ha susci tado. Los expertos de

l as Naci ones U ni das es t i man que la pobl aci ón mundi al

a c t u a l se habrá dupl i cado a fines de siglo.10

H a s t a larevol uci ón i ndus t r i a l el promedi o de mu er t es por enferm e d a d e s , h a m b r e y guerras estaba apenas excedido porel número de naci mi ent os . S i n embargo, desde l as revoluciones social e i ndus t r i a l , el e s t á n d a r de vida se ha

e l e v a d o e n o r m e m e n t e y el progreso de la m e d i c i n a ha

provocado un descenso en el promedi o de muer t es y un

a u m e n t o en el de los naci mi ent os . Ent re 1800 y 1950l a pobl aci ón de Europa aument ó de 187 a 559 mil lones.

E n el mi smo per í odo la de Est ados U ni dos aument ó de

6 a 166 mil lones. En el mi smo l apso , la pobl aci ón de

A s i a y África "sólo" se duplicó.El pr i mer probl ema que ha surgido ante tal s i tuación

ha sido el de la falta de i gual dad para obt ener opor t un i dades y prosper i dad . A nt es de la revol uci ón i ndustrial , los países del mundo civi l izado diferían muy pocoe n su e s t á n d a r de vi da. En la act ual i dad , el 54 % más

pobre de la población mundial (que vive en doce países)p r o d u c e a p r o x i m a d a m e n t e el 9 % de los ingresos del

m u n d o m i e n t r a s que el 7 % de la pobl aci ón mundi alq u e h a b i t a en l os Es t ados U ni dos y en el C a n a d á p r o duce el 4 3 % del i n g r e s o m u n d i a l . En otros t iempos,la existencia de grandes desniveles económicos entre lospaí ses t en í a menos i mport anci a a causa de las m a l a scomunicaciones que hacían difíci l , s ino imposible, com-

1 0 R I C H A R D F. B E H R E N D T , "Weltbevolkerungsprobleme", en

Echo der Welt, vol. I I I ( Z u r ic h , 1 9 5 9 ) , p á g s . 25 y sigs.

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de prosper i dad .1 1 A h o r a , sin embargo, es t a des i gual dade n t r e los países más ricos del Oeste y los subdesarro-l lados del mundo es u n a g r a n f u e n t e de i n t r a n q u i l i d a dpolítica, social y económica. Simples intentos de n i v e l a res t as d i ferenci as mandando, por ej empl o , a l i ment os o

ayuda económi ca a u n p a í s h a m b r i e n t o c o m o la I n d i a ,cont i enen e l ement os de gran pel i gro . P ueden e l evar ,t e m p o r a r i a m e n t e , un poco el n i v e l de vida, pero comoconsecuenci a pueden t raer un descenso en el p r o m e d i ode decesos lo q u e da l u g a r a u n a u m e n t o de poblaciónp r o p o r c i o n a l m e n t e más al to que el al za del n i v e l de

vida. El resu l t ado es que el p r o b l e m a se agudi za aún

m á s y da pie a la pregunt a sobre si no se deber í a , al

mi smo t i empo, cont ro l ar el creci mi ent o demográf i co al

p a r que se enví a a l i ment os y ayuda económi ca a lospaíses subdesarrol lados.

P or ahora , al m e n o s , el act ual creci mi ent o rap i dar i ode la p o b l a c i ó n m u n d i a l c o n t i n u a r á . T a m b i é n s e r á u n ode los grandes probl ema s del fu turo . P orqu e es un hechomuy s i mpl e que la p o b l a c i ó n m u n d i a l no puede segui rcreci endo al r i t m o a c t u a l . A ún si se di s t r i buyera la

pobl aci ón del mundo más razonabl ement e sobre la su

perficie del gl obo t er ráqueo, cada met ro cuadrado det ierra cul t ivable deberá estar, dentro de t rescientos años,en condiciones de ut i l i zarse para la producci ón de alim e n t o s . Y a u n si se l ograra produci r con éx i t o a l i mentos art i f iciales , dentro de dos mil años el m u n d o e s t a r át an co l mado que sól o hab rá l ugar par a pe rma nece rde pie.1 2

1 1 Estos datos han sido tomados del a r t íc u lo de JOSEPH A .DAVIS, t i t u l a d o " P o p u l a t i o n " , en The Fabric of Society, ed R a l p h

Ross y E r n e s t van der H a a g ( N u e v a Y o r k , 1 9 5 7 ) , p á g s . 4 3 4 - 4 1 .1 2 KABL SAX, Standing Room Only ( B o s to n , 1 9 5 5 ) .

69

En consecuencia, resul ta obvio que este problema ya

es t á fuera de los límites de las soluciones que se apl i

desarro l l ar , al mi smo t i empo, mét odos más ráp i dos y

más preci sos para cal cu l ar y comput ar . S e neces i t ó con

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caron has t a ahora . És t e es ot ro probl ema que la Iglesiase verá obl igada a e n f r e n t a r en un fu t uro no l e j ano .

3. Cibernética (automatización, computadoras).13El

f e n ó m e n o que deseo discut ir en esta sección no t i e n e ,

h a s t a a h o r a , n o m b r e u m v e r s a l m e n t e a d o p t a d o . El térmi no corr i en t e en A m é r i c a , en el cont i nent e europeo y

e n la U ni ón S ovi ét i ca es ci bernét i ca . En I n g l a t e r r a , sin

e m b a r g o , se l o menc i ona f recuent e men t e con el de " i ngeni er í a de cont ro l " o " i ngeni er í a de c o m u n i c a c i o n e s " .A l g u n a s v e c e s se empl ea el t é r m i n o " a u t o m a t i z a c i ó n "p a r a el f e n ó m e n o en su t o t a l i dad , aunque es t a pal abrasólo debería apl icarse, en sent i do es t r i c t ament e t écni co ,a m á q u i n a s q u e p r o d u z c a n a u t o m á t i c a m e n t e p r o d u c t o s ,

m i e n t r a s q u e las m á q u i n a s de cal cul ar y los cerebrosel ect róni cos (comput adoras ) son muy di s t i n t as . P ropongo, en n o m b r e de la simplificación, ut i l izar el térmi no "ci bernét i ca" para t odos los aspectos de los re

ci ent es descubr i mi ent os .La nueva ciencia teórica y práct i ca de la ci bernét i ca

( l a pal abra der i va del griego y significa t imonel) se

p r e s e n t ó d u r a n t e la s e g u n d a G u e r r a M u n d i a l c o m o r e

su l t ado de una neces i dad . C uando se produj eron av i onesque vol aban a vel oci dades cada vez mayores hubo que

1 3 Los d a to s s o b r e e s te t e m a f u e r o n to m a d o s p r in c ip a lm e n te det r e s n ú m e r o s de 'Katernen 2.000, p u b l ic a d o por W e r k g r o e p 2 . 0 0 0 ,A m e r s f o o r t ; Katern 1, "De d r ie v o u d ig e r e v o lu t ie " ; Katern 3,D R . F R E D I. P O L A R (ver nota 4); Katern 4/5, D O N A L D N . M I -

CHAEL, " P r o b l e m r o n d A u t o m a t i s e r i n g " . T a m b i é n he c o n s u l ta d ode GEORGE PALOCZI-HORVATH, The Facts Rebel ( L o n d r e s , 1 9 6 4 ) ;N O R B E T W I E N E R , The Human Use of Human Beings, Cyberneticsand Society ( L o n d r e s y N u e v a Y o r k , 1 9 5 0 ) ; ídem, " S o m e M o r a la n d Te c h n ic a l Co n s e q u e n c e s of A u t o m a t i o n " , en Science, vol. 131

( 1 9 6 0 ) . n* 3.410; JOHN DIEB OIJJ , Automation: Its Impact on Business and Labor, P l a n i n g P a m p h l e t n 9 106 ( W a s h i n g t o n , 1 9 5 9 ) .

70

urgenci a un "cerebro" au t omát i co capaz de cal cu l ar conm a y o r r a p i d e z y mayor preci s i ón que el c e r e b r o h u m a no. A s í , un grupo de exper t os en logíst ica, matemáticos,electrotécnicos y neurofís icos, bajo la dirección del profesor Norber t Wi ener , l l evó a cabo un a invest igaciónci ent í f i ca i n t ens i va , que produj o , ráp i dament e , resu l t ados asombrosos. En 1947, el profesor Wi ener publ i cólos descubrimientos de su g r u p o en un l i bro y dio a estanueva c i enci a el nombre de c i bernét i ca .

Los principios de la cibernét ica son muy difíci les , si

no imposibles, de c o m p r e n d e r p a r a a l g u i e n q u e no se aexper t o en la mat er i a , pero , ar r i esgando una supers i m-plificación, puede decirse que esta nueva ciencia permiti ó el di seño de máqui nas au t omát i cas que pueden as i

m i l a r y cont ro l ar una gran cant i dad de i n formaci ónm u y c o m p l e j a , un g r a n n ú m e r o de hechos complejos a

vel oci dad i ncreí b l e y , además , l l evar a cabo complicadoscálculos y sacar conclusiones lógicas en un m u y b r e v elapso de t i e m p o . T a m b i é n ha p e r m i t i d o la creaci ón de

varios t ipos de aparat os des t i nados a r e a l i z a r , en formaa u t o m á t i c a , t a r e a s s u m a m e n t e c o m p l i c a d a s . El resu l t ado de todo esto es que ahora cont amos con la colabo

r a c i ó n d e m á q u i n a s q u e p u e d e n p e n s a r y m á q u i n a s q u epueden hacer y , l o que es más , ambos t i pos de máqui naspueden u t i l i zarse en forma combi nada. La ci bernét i ca ,por lo tanto, hizo posible la construcción de los s iguientes tipos de a p a r a t o s :

a) aparat os que l l evan a c a b o a u t o m á t i c a m e n t e ta

r e a s muy complejas (por ejemplo, producen objetosm a t e r i a l e s e i n s t r u m e n t o s ) ;

b) aparat os capaces de real i zar compl i cadas operaci o-

71

nes matemáticas, cálculos logist icos y sacar conclusiones( c o m p u t a d o r a s ) ;

1 . Es t as máqui nas i rán i nvadi endo t er renos que has t aahora eran monopol i o del hombre como úni co en t e pro

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c) aparat os que son una combi naci ón de a) y b) , esdeci r , comput adoras que pueden, por e j empl o , real i zarun e l aborado proceso de producci ón i n t erpret ando l osdatos que se les suministra, acoplados a otro aparatoque puede hacer deducciones sobre la base de los calcu

lados real izados por estas computadoras. Dist intos t iposde aparat os c i bernét i cos combi nados de es t a manerapueden cal cul ar , regul ar , cont ro l ar y l l evar a buen t ér mi no procesos ex t remadament e compl i cados . Ent re es t osaparat os pueden i ncl u i rse l os aparat os o l a combi naci ónde aparat os que as i mi l an y manej an i nformaci ones y ,en consecuenci a , p roporci onan a l hombre una opor t uni dad para en t ender y regul ar l o que es t á sucedi endo en

un per í met ro dado.Es t os descubr i mi ent os en e l campo de l a c i bernét i ca

son real ment e sensaci onal es t an t o por l a preci s i ón comopor la velocidad sin parangón a que t rabajan esos aparatos y por las muchas y diversas apl icaciones que sel es pueden dar . T i enen pos i b i l i dades cas i i l i mi t adas .P ueden aprender por l a exper i enci a a adapt arse a variadas condiciones y mejorar sus logros en base a las

l ecci ones aprendi das . P ueden ref l ex i onar , del i berar yj uzgar . Incl uso pueden deci d i r cuál sea l a mej or formade act uar baj o c i er t as y det ermi nadas c i rcuns t anci as .En el estado actual de los conocimientos y de la técnica,se cons i dera i ncl uso pos i b l e que event ual ment e l l eguena ser capaces de reproducirse.

T o d o e s t o t e n d r á i n e v i t a b l e m e n t e m u y i m p o r t a n t e sconsecuenci as en e l fu t uro de l a humani dad . El profesor F red P ol ak formul ó cuat ro l eyes que i n t en t an acl arar las futuras evoluciones en el plano de la cibernét ica:

72

visto de razón.

2. En todos los nuevos terrenos que antes se consideraban especí f i cament e humanos , es t as máqui nas probarán , muy pront o , ser super i ores a l os seres humanos quet i enen facul t ades l i mi t adas y a l os que i mi t an .

3. Entre los probables desarrol los conocidos hastaahora que es t án ab i er t os a l as máqui nas c i bernét i cas ,una par t e cada vez mayor será real i zada en e l fu t uropor aquel l as máqui nas que son capaces de t omar deci s i ones au t omát i cas .

4. En la vida económica y social del futuro, más ymás t ipos de t rabajo que hasta ahora eran específica yúni cament e humanos serán acaparados por t a l es má

qui nas que han probado ser super i ores a nosot ros encasi todos los respectos. 1 4

A unque en un pr i nci p i o d i o l ugar a bas t an t es bur l as ,la cibernét ica ahora se toma muy en serio. Sus ventaj as son muchas e i nnegabl es . P ero t ambi én ex i s t en des ventajas y éstas han causado no pocos dolores de cabeza.Las vent aj as para l a v i da empresar i a son numerosas :aument o en e l p roduct o bru t o naci onal , mét odos de producci ón mej ores y más barat os , una mayor raci onal i zaci ón en l a d i recci ón , una reducci ón en e l número detareas de dirección de la empresa, la posibi l idad de tomar decisiones más eficientes y la s implificación de laadmi ni s t raci ón compl ej a . El gobi erno de un paí s puedebasarse en i nformaci ones ráp i das y preci sas . El profesorP ol ak se mu es t ra en ex t rem o opt i mi s t a y cree que l aci bernét i ca l ogrará un mej or en t endi mi ent o i n t ernaci o-

1 4 Op. cit., págs. 11 y 12.

73

n.i l en el futuro y volverá imposible una tercera guerram u n d i a l .

L a adver tenc ia de Nor ber t Wiener en es te sent idomer ece se r tomada muy ser iamente : "Tanto s i conf ia

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Pero también está la otra cara de la moneda. La ciber né t ica pr ovocar á s in duda una gr an desocupac ión,especialmente entre aquellos trabajadores sin preparación especial o una preparación a medias. Al menos porahora, sólo se han sugerido soluciones poco satisfactor i as . Al pr incipio se creyó que el superávit de trabaja

dores podía ser transfer ido a la par te administrat iva ya los servicios públicos, pero pronto quedó claro que laautomat izac ión también causar á desocupac ión en esesector . La solución más satisfactor ia sugerida hasta elpresente es la l imitación drást ica de las horas de trabajo.Per o es to da lugar a un nuevo pr oblema: en qué ocupare l t iempo l ibr e . Por que par a la gr an mayor ía de gentes in ma yor pr ep ar ac ión o menos dotada , demasiado t iem

po l ibre puede conducir al aburr imiento, a la f rustración en gran escala, y esto, a su vez, desemboca en malestar social y agresividad.

Finalmente, la aplicación en gran escala de la automatización esconde otro grave peligro para el hombrede l f utur o. L a maquinar ia c iber né t ica es tan út i l par ael hombre como masa que las of icinas de planeamiento•—tal como lo observó Dona ld M ichae l— es ta r án tentadas de desarrollar una sociedad con metas que podránser a lcanzadas más f ác i lmente en té r minos de masa queen términos de individuo. El uso aceptado de las computadoras da lugar al peligro de que la atención se dir i jadirectamente hacia aquellos aspectos de la realidad quepuedan nut r i r se y se r as imi lados por una computador a ,con el resulta do de que la cibernética pued e desarro llar *^un intento de e l iminar todo aque l lo que sea individua ly var iable en e l hombr e . 1 6

15 Op. cit., págs. 35,

74

mos nuestras decisiones a máquinas como si lo hacemosa of icinas, grandes laborator ios, e jérci tos o empresas, . . .jamás obtendremos la respuesta correcta a nuestra pregunta a menos que e f ec tuemos la pr egunta cor r ec ta ." 16

Y aquí se plantea la pr egu nta : ¿qué es lo que r ea lm entetratamos de obtener? ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el f inúl t imo de l hombr e y de la humanidad? É stas son pr eguntas a las que ni la computadora más perfecta puederesponder . Pero éstas son preguntas que se nos presentarán cada vez con mayor f recuencia en el mundo cibernético del futuro.

4 . Internacionalización económica y social como resultado de una interdependencia cada vez mayor. El 4 de

julio de 1962, en su discurso del Día de la Independenc ia , e l d i f unto pr es idente Kennedy hizo una "dec la r ac ión de inte r dependenc ia" , juego de pa labr as sobr e la"declaración de la independencia". Esta declaración fuecri t icada por cier tos polí t icos americanos pero ref lejacon cer teza el gran cambio que tuvo lugar en el mundodesde 1950. Desde que en Europa Occidental se desarrol ló un tercer gigante económico (para emplear una frase

de Adla i S tevenson) , ya no es pos ible pensar en té r minos de dos gigantes políticos y económicos dentro delmundo: E s tados Unidos y Rusia . E l t r a tado de Roma,f irmado en 1957, signif icó el nacimiento de la Comunidad Económica Europea, la cual casi iguala, en lo quea población (170 millones) y a recursos respecta, a losEstados U nidos y a Rusia Soviética. D en tro del M ercad oComún, el desarrollo económico es tan "rapidario" quela producción cuenta alcanzar a la de Estados Unidos

1 6 The Human Use of Human Beings (cfr . nota 13), pág. 213.

75

pura 1975. Además otros países y federaciones de paísest ambi én l ograron mayor i mport anci a y mayor i nf l uen

m á s p o d e r o p r o s p e r i d a d p u e d a n m a n t e n e r u n aexistencia independiente. En este sent ido, enfren

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ci a económi ca; se desarro l l aron au t omát i cament e re l aciones económicas entre estos países y grupos de países,que a renglón seguido se cris tal izaron en intentos deestabi l izar y salvaguardar estas relaciones por mediospolíticos.

A s í , en un muy breve espaci o de t i empo, re l aci oneseconómicas, pol í t icas e incluso sociales surgieron entrepaíses de muy dist inta índole, y estas relaciones se reforzaron por la conjunción de fuerzas en el plano de lainvest igación técnica y cient ífica. M uy poco después del a segunda Gu erra M und i al , Kar l Jaspers pudo escr i b irq u e l a h u m a n i d a d y a f o r m a b a u n a u n i d a d " b a s a d a e nel hecho de que nada i mport ant e puede produci rse enalgún lugar del mundo que no afecte a todos los de

m á s " .1 7

U n economi s ta mu y renom brado qu e es a l mi s mo t iempo sociólogo, se refirió a este nuevo aspecto dela interdependencia y al hecho de que abarca todos lossectores de la vida humana, en los s iguientes términos:

Nunca como has t a ahora , n i en l a medi da que hoyen día ocurre, el hombre ha vivido en tal s i tuaciónde dinamismo con su vecino. Esta s i tuación, queabarca no sólo a las relaciones entre los hombres

sino también los complejos sociales que viven encont act o i nmedi at o uno co n otro y, en consecuencia, que dependen uno de otro, ya se ha extendido atoda la humanidad. Esto s ignifica que, de ahora enadel ant e , e l hombre só l o puede v i v i r o mori r , p ros perar o sufr i r económi cament e: junto con. Ya noes posible que monopolios nacionales o regiones con

1 7 KARL JASPEHS, Vorn Ursprung uni Ziel der Geschichte ( M u ni c h , 1949) , pá g . 178 .

76

t amos un proceso de democrat i zaci ón fundament alen las relaciones internacionales. 1 8

El fenómeno del bienestar sólo apunta por ahora, a laposibi l idad de un monopolio. De hecho, la existencia deEstados subdesarrol lados, carentes de bienestar, es unafuente d e inqu ietud pol í t ica y de tensión económica. U nci er t o b i enes t ar mí ni mo, acces i b l e a l mundo ent ero ,debe ser la clara meta de nuestro futuro.

Es t o da l ugar a muchas pregunt as ser i as : por e j empl o ,si la satisfacción de las necesidades del individuo y lacreaci ón de un es t ado de b i enes t ar conduci rán au t omát icamente a la paz y a la armonía social . 19 Resulta imposible anal izar ahora esta pregunta y las sucesivas que

el la i mpl i ca , pero podemos debat i r b revem ent e un a granposibi l idad que está involucrada en este fenómeno de lai n t erdependenci a mundi al de l as re l aci ones humanas ,y es el de la intemacional ización pol í t ica, social y económica y el de la unificación del mundo. ¿Será posiblecrear una superestructura pol í t ica, social y económicaen escala mundial que haga las veces de "gobiernomundi al " a l serv i c i o del progreso humano? Y t a l gob i erno mundi al ¿podrá obt ener l a uni dad preservandolas diferencias regionales y nacionales? ¿Es un s imple ylejano sueño utópico o algo que puede lograrse a cortopl azo medi ant e un per í odo de rap i daci ón? S i es t as pregunt as pueden ser cont es t adas por l a af i rmat i va , en t onces podrá real izarse el sueño eterno de la unidad de laespecie humana. Pero esta unidad por la que la Iglesia

1 8 R. F. B EHR ENDT, Der Mensch im Licht der Soziologie, op.cit., pá g . 97 .

1 9

B . LANDHEES , Beeld van de toekomst ( R o t t e r d a m , 1 9 6 5 ) ,pá gs . 68 y s igs .

77

y la c r i s t iandad br egar on conc ienzudamente en e l pasado, ser á una unidad secula r izada . comunicación se ha convert ido en una exigencia. Esta

comunicación mundial signif ica que un cier to grado de

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5. Comu nicación y movilidad. L a comunicac ión y lamovil idad son, en verdad, consecuencias directas de loscuatro fenómenos que ya discutí en los párrafos precedentes. En una complicada sociedad urbana con crecimiento demográf ico rapidario y relaciones de interde

pendenc ia , son s implemente e l r esul tado de una necesidad de si tuación.

E n la pa labr a "comunicac ión" no inc luyo sólo medios de comunicación tales como el automotor , los aviones , periódicos, l ibros, te levisión, radio y teléfono. Enprimer lugar , me ref iero a la posibil idad de comunicarnos con otros hombres, de hacernos entender y de intercambiar experiencias signif icativas. Este evento siempre

tuvo lugar , pr inc ipa lmente por medio de l lengua je , per oademás por medio de gestos, r i tos, símbolos y acciones.Ya comunicación no es, por lo tanto, algo que ocurraen una sola dirección. Siempre se busca una "respuesta"definida y esta respuesta consti tuye una par te integralde toda comunicación.

Lo novedoso de la comunicación de hoy en día, es laf or ma r ápida y apar entemente i l imi tada en que e l lenguaje, los gestos, la imagen y la acción pueden, pore jemplo, r epr oduc i r se en un ins tante dado en t r e intamillones de pantallas de televisión. El conocimiento delos desastres, hechos polí t icos y acontecimientos sensacionales puede convert irse, en muy poco t iempo en propiedad de la humanidad ente r a . L as moder nas técnicasde r epr oducc ión han hecho que los ade lantos cul tur a lesdel presente y del pasado y los descubrimientos técnicosy científ icos del presente sean rápidamente accesible a

las masas. En la vida empresar ia y comercial , la rápida

78

entendimiento es necesar io, si se quiere que dicha comunicación sea intel igible. Los contactos internacionales están todavía sujetos a gran número de dif icultades;e l in te r cambio de ideas ent r e hombr es que t ienen unfondo cultural e ideológico dist into es no sólo, muy a

menudo, poco factible sino que muchas veces resultatota lmente imposible . E n e l f utur o, s in embar go, unainte r comunicac ión en esca la mundia l se cons ider a sumamente posible y los sociólogos optimistas opinan quedesembocar á en una paz mundia l dur ader a .

Per o es tas in te r comunicac iones en tan gr an esca latambién t ienen inconvenientes bas tante engor r osos .Grandes organizaciones, como las industr iales y más

part icularmente el Estado, se sienten más que satisfechosde poder emplear estos medios de comunicación para propaganda , e in tentan inc luso emplear los par a moldear lasmentes de los hombr es . Vanee Packar d en The HiddenPersuaders (Los persuasores ocultos) y en Image Makers(Los fabricantes de imágenes) , amén de otros escr i tores,han demost r ado con cuanta f ac i l idad se puede manipula r e l ce r ebr o humano en f or ma ta l que la comunicac iónconduzca a una nueva esclavitud, esta vez espir i tual .

Además, se a f i r ma con f r ecuenc ia que los moder nosmedios de comunicac ión sólo apor tan un inte r cambiosuperf icial de ideas y que las dimensiones más profundas de la mente humana se vue lven cada vez menosaccesibles y están más aisladas.

L a mayor comunicac ión ent r e los hombr es vieneacompañada por una mayor movi l idad. E n las c ivi l iza ciones estát icas, e l hombre estaba geográf icamente ata

do a su contor no inmedia to . E l gr an númer o y la gr anvariedad de modernos y veloces vehículos dieron como

79

r esul tado que e l hombr e se movi l iza r a más f ác i lmente yse sintiera mucho menos l igado que en el pasado a un

que el curso de los eventos del mundo está causado porun destino ciego, por la Divina Providencia o por algún

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lugar de te r minado. L a indust r ia l izac ión y la ur banización fueron factores que dieron como resultado unaext r ema movi l idad en e l hombr e moder no. L a soc iedadmundia l ha hecho técnicamente pos ible par a e l hombr e ,t r as ladar se f ác i l y r ápidamente de un lugar a ot r o .Ahora, esta trasfer ibil idad veloz es una necesidad económica. Cier tos autores, epecialmente los sociólogos, sehan refer ido a los peligros de esta movil idad tan acelerada y creciente; en su opinión, el mayor peligro queent r aña es que e l hombr e moder no pie r da sus r a íces .Queda pendiene la duda de si e l fenómeno moderno dela movi l idad de l hombr e debe se r in te r pr e tado tan negat ivamente, pero sobre lo que no caben dudas es sobre elhecho de que el la progresará aún más en el futuro.

7. Algunas conclusiones

Sin duda me cr i t icarán por haber dejado fuera de milista de cinco puntos varios otros aspectos de la sociedadmoder na que son ins t r umentos par a de te r minar e l f uturo . E s pr obable . Yo no intentaba pr esenta r una imagencompleta sino simplemente proveer a mis lectores con

unos pocos e importantes pivotes para futuras eventual idades dentro de nuestra si tuación actual , una si tuación que resulta muchas veces dif íci l de enfocar ensu total idad.

Creo que cuando la si tuación se enfoca en su total idadhay un pensamiento que sobrevuela sobre todos losacontec imientos que he intentado subr ayar como pr edominantes : la idea de que e l hombr e es autónomo y r esponsable de su conducta f rente a sí mismo, al mundo ya l f utur o de la humanidad. Ser ía e r r óneo consider ar

80

insensato proceso de la naturaleza. Es el hombre quienmodela e l mundo humano y es r esponsable por e l desarrollo de la histor ia .

E s te capí tulo se convi r t ió gr adua lmente en una cont inuac ión de l ante r ior en que intenté encont r a r e l motivo del signo de interrogación que hay que poner acuanto dij imos sobre el futuro de la Iglesia . En el pr imer capítulo enfocamos el problema desde dentro. Dentro de una cr ist iandad cada día menos relevante, se hadesencadenado una lucha , una lucha por r esolver losproblemas de la secular ización y el inadecuado anunciode l mensa je c r i s t iano. Ambos pr oblemas , en úl t ima instancia, señalan un fracaso por par te de la Iglesia .

En este segundo capítulo, enfocamos la si tuación des

de f uer a , desde e l punto de vis ta mundano. A pr imer avista , e l problema que se presenta dentro de la Iglesia yel que se presenta fuera de la cr ist iandad, parecen tenermuy poco en común. S in embar go, exis te una gr anconexión entre ambos. La Iglesia descubrió sólo ahorala real extensión de la secular ización y fue un descubrimiento en extremo doloroso. Luego, en el Concil io, laIglesia dio la pr imera señal de haber admitido abier ta

m ente e l pr oblema en e l "E squ ema 13 " y espec ia lmenteen la par te del esquema que se ref iere a la Iglesia y ala Sociedad. Es posible que uti l izando términos tales como "metamorfosis cultural" (par . 4) para descr ibir lasi tuación, la Iglesia revele haber tomado conciencia delproblema de la rapidación. Pero las formulaciones delConcil io fueron, al menos en par te , bastante vagas y,además, sólo fueron intentos de ponerse al día anteacontec imientos que ya se habían pr oduc ido. S in em

bar go se compr endió c la r amente que la secula r izac ión

81

t en d í a a una a u t o n o m í a del m u n d o en lo que respectaal des t ino del h o m b r e y al fu t u ro de la sociedad (par. i m p e d i d a , por su es t ru c t u ra ac t u a l —co mo i n s t i t u c i ó n

i n d ep en d i en t e co n un p res t i g i o q u e man t en er—, de es t a r

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5 5 ) . La Ig l es i a t amb i én co mp ren d e los pel igros inherente s a este t ipo de a u t o n o m í a , en p a r t i c u l a r si el h o m b r ese vuelve autosuficieníe mediante una completa confianza en los progresos de la ciencia y en su h ab i l i d adtécnica (par. 69).

Pero , ¿có mo se las a r r e g l a r á la Igles ia para seguir

m a n t e n i e n d o su influencia en la s o c i ed ad mo d ern a y

s ecu l ar? E s t a p reg u n t a no obtuvo una respuesta clarap o r p ar t e del Concilio. La dificul tad radica en que los

decretos y const i tuciones del Concilio nos dan, por cierto , imágenes globales , pero resul tan vagos en cu an t o a

cómo solucionar los h ech o s d en t ro de la p res en t e es t ru ct u r a de la Igles ia.

E l h o m b r e m o d e r n o se s iente autónomo y responsa

b le en lo que co n ci ern e a problemas tales como la u r b a n i zac i ó n , el crecimiento demográfico, la cibernét ica, la

in ternacional ización social y económica y la i n t e rco mu n i cac i ó n t e r ráq u ea , y t i en e fe en su habi l idad técnica y

cient í f ica para resolver es tos problemas del h o m b r e y

de la sociedad. ¿Cabe esperar que la Igles ia logre influi re n el enfoque de la vida del h o m b r e m o d e r n o y secular ,s i mp l emen t e h ac i en d o d ec l arac i o n es y d a n d o a publ i cidad un c i er t o n ú mero de p u b l i cac i o n es ? E s cu ch an d o

a l P a p a p r o n u n c i a r sus men s aj es de b u en a v o l u n t ad en

N a v i d a d no h e m o s a v a n z a d o en el c a m i n o de la paz.

E n a l g ú n s i t i o se ha p ro d u ci d o un cortocircui to y

n u es t ro d eb er es l o ca l i zar l o . ¿H ay tal vez es t ru c t u rash eré t i cas d en t ro de la Iglesia que es t án f ru s t ran d o su

p ro p i o men s a j e y su mi s i ó n con mayor efect ividad aún

q u e los dogmas herét icos? 20¿O es que la Igles ia se ve

2 0Cfr. J O H N T. R O B I N S O N , The New Reformation? (Londres,

1965) , pág. 88.

82

presente p rec i s amen t e a l l í d o n d e el h o mb re s ecu l ar es t áb u s can d o y h a c i e n d o p r e g u n t a s , p l a n e a n d o y crean d o ?Ésta es la p r e g u n t a que i n t en t amo s res p o n d er .

i!

83

C A P Í T U L O I I I

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La Iglesiaen la si tuación secular

En el futuro, la Iglesia deberá simplificar drásticamente su forma devida.

KARL RAHNEH 1

Acerca de la presencia de la Iglesia en el mundo de hoyy de mañana se p l an t ean t an t as pregunt as y t an apre

mi ant es que ya no podemos segui r esqui vando e l i n t er rogant e fundament al , o sea: ¿qué es l o que real ment eent endemos por " Ig l es i a"? En pr i mer l ugar , me propongo dar una descripción abstracta e ideal de la Iglesia,luego corregir esta descripción refiriéndome a la formaactual de la Iglesia y, f inalmente, dar una idea de cómoes la Iglesia vis ta por alguien de afuera.

1. D E S D E EL P U N T O D E V I S T AD E L A I G L E S I A

La Iglesia es a la vez un acontecimiento y una inst i tución en la que los hombres son "l lamados" y están unidos, el uno al otro, por la fe común en Jesucris to y ensu mensaj e . A quel l os que fueron " l l amados" saben queC ri s t o concede sa l vación y redenci ón a la hum ani d ad que

1 Ésta es la tendencia general del artículo "Toekomstig Chris-tendom", en De Heraut, 96 (1965), págs. 141-53.

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sufre de real impotencia, en lo que respecta al conoci mi ent o de su verdadero des t i no . En l a persona de Jesús

nudos en los obispos. Finalmente, existe en la Iglesiacatól ica un factor decisivo que es el que da la orienta

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de Nazaret , se hace público el verdadero s ignificado del a ex i s t enci a humana y , medi ant e es t a revel aci ón , e lmi s t er i o de Di os mi smo se hace públ i co como un acercarse por obra del amor . La Ig l es i a exper i ment a su uni dad con C ri s t o y l a uni dad de sus mi embros compar t i en

do la comida eucarís t ica. Pero la Iglesia no es un círculo cerrado, ni la salvación t raída por Cristo se cumpley expresa sólo dentro de sus paredes. La Iglesia tambiént i ene la mi s i ón de mani fes t ar l a v ida de C r i st o a l mun do .P ara e l l o cuent a con dos es t ruct uras bás i cas : l a delanunci o y l a de ser un s i gno (sacrament o) . 2 A m b a s e s t ruct uras presuponen que sea v i s i b l e y que es t é present een e l mundo. El anunci o (que i ncl uye bas t an t e más quela s imple predicación) s ignifica que el acontecimientoredent or del pasado es re l evant e en e l p resent e y en e lfu t uro . S u caráct er sacrament al pr i mar i o l o ver i f i ca l aIglesia s iendo un signo efect ivo de "la vida en Cristo"para l a sa l vaci ón del mundo.

Todo cuando di j imos hasta ahora acerca de la Iglesiapuede apl icarse tanto a la Iglesia local como a la universal . La unidad de la Iglesia local con las otras Iglesias locales en un todo, es sobre todo función del oficio

jerárquico. A la cabeza de la Iglesia local está el curapárroco que, a su vez, depende y está asociado a unaIglesia local más grande, o sea, la diócesis . A la cabezade las diócesis se encuentran los obispos, que están, asu vez, in communione uno con otro formando un colegio. La Iglesia única consiste así de muchas Iglesiaslocales comunicadas unas con otras . La red de comunicaciones que de esta manera teje la Iglesia t iene sus

2 Cfr. J. MULDEKS , S. J., Het mysterie der kerk ( T i e l t y L aH a y a , 1 9 6 5 ) , p á g s . 1 9 , 2 0 .

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ción a esta unidad de comunión: el obispo de Roma. 3

Como un todo, ésta es una definición bastante abstracta e incluso ideal de la Iglesia. En el t ranscurso dela his toria, se han producido desarrol los que determinaron que l a uni dad or i g i nal de l a Ig l es i a —l a uni ón

del corazón y del alma en la comunión y la confesiónconj unt a de l a fe— sufr i era un despl azami ent o por e lmayor énfasis acordado a ciertos puntos y se convirt ieramás en uni dad i ns t i t uci onal , j u r í d i ca y admi ni s t ra t i va .La fuerza de l a uni dad de l a Ig l es i a gradual ment e seha i do s i t uando cada vez más en l a uni formi dad organizada y en la central ización. La fe cada vez más se hai do reduci endo a una uni dad canóni cament e organizada,que mues t ra por sobre t odo un a l t o grado de uni formidad en lo que al pensamiento teológico y a los preceptos morales y regulaciones l i túrgicas respecta, todoscontrolados, dirigidos y central izados en y por la autoridad central de la Iglesia con asiento en Roma. (ElConcil io puso en evidencia tm fuerte movimiento contra esto.)

Para alguien de afuera, la Iglesia catól ica aparececomo una i ns t i t uci ón re l i g i osa r í g i dament e organi zada,

con cont ro l cent ra l , que cuent a con aut or i dades y pres t igio propios y dist int ivos. Dentro de la Iglesia existeuna ní t ida polaridad entre los laicos y el clero. El cleroocupa una posición de privi legio no sólo porque los sacerdot es admi ni s t ran l a pal abra y l os sacrament os , s i not ambi én porque se l es ha conf i ado cuant a funci ón de"aut or i dad" hay en l a Ig l es i a . P arecen t ener l a excl us i v i dad de l as " t areas mi s i onal es" y del apos t o l ado; un

:i J. RATZINGER, " H e t k e r k - b e g r ip d e r V a d e r s " , e n DO C Dossier,n1-' 4 ( H i lv e r s u m , 1 9 6 3 ) , p á g s . 2 7 , 2 8 .

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apostolado cuya meta es mantener y, de ser posible,aumentar e l númer o de miembr os y par a e l que cuen

pulc r os monumenta les y se r án las tumbas de Dios y de lc r i s t ianismo.

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tan con diversidad de medios. La Iglesia también intentainf luir sobre cier tas estructuras seculares creando organizaciones y asociaciones propias. Para concluir , digamos que está organizada terr i tor ialmente, o sea, quetiene regiones de poder bien delimitadas (diócesis) den

tro de las cuales el obispo ejerce autor idad espir i tual ycanónica. Estas regiones, a su vez, se dividen en terr itor ios menor es ( par r oquias) , cada una de las cua lesestá a cargo de un párraco.

Esta organización tan cerrada y compleja es, sinduda, para alguien de afuera, uno de los aspectos másimpresionantes de la Iglesia católica.

1. Alienación y ausenciaSi repetimos la pregunta que f igura al pr incipio de estecapítulo: "¿está la Iglesia presente en el mundo?", podemos contestar que la Iglesia impresiona por cier to como una poderosa inst i tución y, a l menos en ese sentido,el hombre secular no puede negar su existencia.

Pero éste no es el punto que se discute. Estar presenteen e l mundo no es una s imple cues t ión de "es ta r a l l í "

pasiva o solemnemente. Es cuestión de estar comprometido en una si tuación aquí y ahora. La Iglesia t iene laobligación de ser una manifestación de la "vida enCr is to" . Debe pr oc lamar e l mensa je de l E vangel io y debe hacerlo al l í , donde palpita el corazón de nuestra sociedad moderna. En mi opinión, la Iglesia no está presente en este sentido y la conclusión lógica que debededucirse de el lo es que si la Iglesia continúa haciendo

y siendo lo que hasta ahora, no t iene futuro. Sus bellasiglesias y sus hermosas catedrales se convert irán en se-

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Por sobre todo hay que vivir las si tuaciones reales yexistentes y a esto se debe, probablemente, que la Iglesiapor su inadecuado anuncio del mensaje cr ist iano y másque nada por su estructura presente, sea cada día menos r e levante en nues t r a soc iedad moder na y secula r .

Si la Iglesia continúa tratando de bordar sobre sus esquemas t r adic iona les , pr onto su tes t imonio no podrásiquiera ser oído.

La explicación de esto es que la Iglesia —aparentemente— ha buscado r e f ugio, es t r uc tur a lmente hablando,en la esfera puramente pr ivada de la vida y, lo que espeor , a l l í se siente muy a gusto y se ha alejado, si noapartado totalmente, de los centros creativos y dinámicos de la sociedad. La Iglesia y su testimonio están evidentemente ausentes de esas esferas donde el hombreprepara, planif ica y crea al mundo de hoy y del futuro,sus posibil idades y las de la especie humana. 4

No siem pre fue así. En la Edad M edia, la Iglesia y lasociedad eran en cier ta medida idénticas. Se reconocíala pr ior idad del reinado espir i tual y de el lo resultabaque, en la sociedad medieval , se atr ibuyera a la Iglesiauna autor idad supr ema ( aunque es to causar a f r ecuentes

conflictos en el curso de la histor ia) . A pesar de el lo, laIglesia siempre estuvo efectivamente presente, a travésdel clero, en la sociedad de ese tiempo. Con la Reformase quebró este estado de cosas, y la Iglesia se retiró a suspropios claustros y, a pesar de sus continuos intentos

4 Para lo que s igue, estoy en deuda con GIBSON WHNTTER, Th eNew Creation as Metrópolis ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 3 ) . D e l m is m oa u t o r , The Suburban Captivity of the Churches ( G a r d e n C i t y ,

1 9 6 1 ) . Cf r . t a m b ié n P . E . KRAEMEK, " K e r k - in - a n tw o o r d i s k e r k - ins i tu a t ie " , e n Cernéente in Meervoud ( A m s t e r d a m , 1 9 6 5 ) , p á g s .11-25.

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— m e d i a n t e l a c o n t r a r r e f o r m a — d e r e s t a u r a r e l m i t o d el a uni dad europea f ren t e a l os poderes que surg í an en

apar t ado del mundo se encuent ra e l c l ero) es un granhandicap para la presencia act iva de la Iglesia en el

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el nuevo mundo, se convi r t i ó en una i ns t i t uci ón quedesarrol laba una vida paralela a la vida de la sociedadhumana. La Ig l es i a se v i o más y más empuj ada det rásde sus propi as puer t as , pero t ambi én se re t i ró vol unt ar i ament e det rás de esas puer t as . A s í , desarro l l ó l as es

t ruct uras de una i ns t i t uci ón que ex i s t í a paralela a lasestructuras de la sociedad pública.

Por esto deducimos que durante s iglos la Iglesia dejóde ser par t e de l as es t ruct uras creadoras , d i námi cas ycentrales de la sociedad, y nos enfrentamos a otra pregunt a: ¿dónde es t á present e l a Ig l es i a act ual ment e? Enpr i mer l ugar , es t á present e , en forma c l ara y def i n i da ,en su clero. Pero este const i tuye, tanto t radicional comoes t ruct ural ment e , un c í rcu l o cerrado . El so l o cel i bat o haconvert ido al clero de la Iglesia en una agrupación relat i vament e cerrada y t odos l os i n t en t os por "abr i r" unpoco es t e c l aus t ro han conduci do i nmedi at ament e aproblemas relacionados con el cel ibato sacerdotal . Elmovimiento de los sacerdotes obreros estaba sentenciadoal fracaso nada más que por este motivo. La cris is actualen el sacerdocio catól ico es el resul tado de la experienciade muchos sacerdotes, que consideran que el cuerpo ce

r rado del sacerdoci o debe abr i rse pero que has t a ahorano exi s t en es t ruct uras adecuadas que hagan pos i b l e t a li n i c i a t i va .

Pero para poder entablar el diálogo entre la Iglesia yel mundo, es t e c í rcu l o c l er i cal es de pr i mordi al i mportancia. Después de todo, es dentro de este círculo que elpensamiento, la conducción y las decisiones de la Iglesiat ienen lugar. Pero el hecho de que este círculo se en

cuent re t an apar t ado del mundo y sea t an cerrado en s ímismo (y más se sube por la escala eclesiást ica más

on

mundo. En una pal abra , l a Ig l es i a no puede es t ar presente en forma efect iva ni s ignificat iva en la estructurade la sociedad moderna por culpa del clero.

2. La Iglesia en los distritos residenciales

P ero l a Ig l es i a es t á t ambi én c l ara y enfát i cament e presente en otro círculo: gracias a su s is tema parroquialestá presente en los dis tri tos residenciales . Pero ya sees t á demos t rando que es t o no carece de probl emas . Enuna época de creci ent e urbani zaci ón , l as uni dades cu l turales y sociales sobre las que t radicionalmente se basael s i s t ema parroqui al es t án desapareci endo. Los cent rosde la mayoría de las ciudades y pueblos se están despo

bl ando para conver t i rse cada vez más y excl us i vament e ,en e l núcl eo de l a v i da comerci a l e i ndus t r i a l . A l gunasparroquias del centro, viejas y establecidas, s iguen "t i rando" pero muchas ya han perd i do a cas i t odos susfel igreses y las iglesias tuvieron que cerrarse. En lasáreas margi nal es de nues t ras c i udades han bro t ado, coni ncreí b l e vel oci dad , nuevas ag l omeraci ones res i denci a l esque es t án apenas abarcadas por e l s i s t ema parroqui al . La

división entre sectores residenciales y sectores laboralesen nuestras ciudades se está así volviendo más y másobvi a . Las parroqui as más reci en t es se d i s t r i buyen enestos nuevos distri tos que, por lo general , consisten enagl omeraci ones res i denci a l es más o menos arb i t rar i ament e def i n i das . Impercept i b l ement e , l a Ig l es i a —aunen un sent ido fís ico—• ha abandonado el corazón creador y d i námi co de l a soci edad porque es t e corazón apenas s i palpi ta en los dis tri tos residenciales . No es en lasáreas res i denci a l es que bordean a l as c i udades donde

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se hace historia y donde el hombre planifica creat ivamente su futuro, s ino en los centros cient íficos y técni

paz y segur i dad a l margen del mundo, busca un cont rapeso terapéutico a las tensiones causadas por el r i tmo devida que se l leva en los centros dinámicos de los sectores

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cos, polí t icos y económicos, en los centros de urbanización controlada, en los centros de la industria y de laproducción, de la planificación, de la contabi l idad y del as f i nanzas .

M uchos cat ó li cos no qui eren adm i t i r has t a qué me

dida la Iglesia se encuentra ajena a estas estructurascentrales de la sociedad. Han visto, por supuesto, que laIglesia se encontraba ausente en estas estructuras secul ares , pero se dicen que es posible resolver este problemas i se coni t núa t rabaj ando con l a es t ruct ura bás i ca quela Iglesia desarrol ló desde la Reforma y se construyenestructuras paralelas bajo la custodia del clero (porregl a general ) . (Ej empos de es t o , par t i cu l arment e enEuropa, han sido los partidos políticos católicos, los sin

dicatos catól icos, las organizaciones profesionales, etcét era . ) P ero n i nguna de e l l as ha l ogrado l a presenci aefectiva de la Iglesia en los centros creadores de la sociedad. Han sido tan sólo inst i tuciones que corren paralelas a los ceñiros creat ivos.

Podemos decir, entonces, que la Iglesia está presente,visible y efect ivamente, en los modernos conglomeradosresidenciales . Hablando geográficamente, estos son los

lugares donde es posible el ideal de una vida de famil iaemocionalmente estable. Son los dis tri tos en los que lagente puede hal lar refugio y un poco de paz, dondepuede lamer sus heridas y consagrarse a criar a sus hijos. No di smi nui remos l a i mport anci a de l a presenci ade la Iglesia, con su proclama del mensaje y su test imonio de fe, en estos dis tri tos residenciales y famil iares.Pero no olvidemos que este círculo es sólo uno de mu

chos dentro del vasto panorama de la sociedad contemporánea. En estos dis tri tos residenciales la gente busca

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públicos.Pero en estos sectores residenciales , la Iglesia se

p r e o c u p a p r i n c i p a l m e n t e e n t a r e a s q u e c o m p r o m e t a na la gente, hasta donde sea posible, en una comuni dad de cu l t o domi ni cal . A unque l a cel ebraci ón de l aeucar i s t í a es s i n duda a l guna muy i mport ant e y dehecho esencial , la forma en que se real iza no garant izaque la conciencia cris t iana se intensifique o dé un test i moni o de fe más i n t enso dent ro de l a macroes t ruct urade nues t ra soci edad moderna. A pesar de l a renovaci ónli túrgica, obra del segundo Concil io Vaticano, y del grani mpul so que e l l a ha t ra í do en orden a una act i va par t i cipación de todos los cris t ianos en la misa, la celebración

de la eucaris t ía, aún es de hecho una "práct i ca" re l i g i osa que se desarro l l a dent ro de un c í rcu l o pr i vado y cerrado. Y porque esta "práct ica" es obl igatoria se la s iguecons i derando, i nconsci ent ement e , como al go l egal i s t a .El catól ico aún sigue "cumpliendo con su obl igación domi ni cal " y es t e cumpl i mi ent o de un deber haci a l aIglesia deja al catól ico la sat isfacción de pensar que haprobado y confirmado su adhesión a la Iglesia frente as í mi smo y a o t ras personas . Hay, por supues t o , muchosf i e l es que exper i ment an l a mi sa con un profundo sent i do rel igioso, como una unión con el Señor y, probablement e , como un s i gno de amor  mul.uo; pero t ambi én sabemos por exper i enci a que para muchos l a mi sa es enpar t e asunt o re l i g i oso y en par l e convenci onal .

De todos modos, la forma actual de la celebración del a eucar i s t í a ya no es adecuada y no a l canza para quelos cris t ianos se s ientan realmente conscientes de su

t area en l a médul a de l a soci edad moderna. Lo que t e-

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nemos es una cristiandad de orden privado que t i enemuy poco que ver con la real idad de la vida cot idiana.Aquellos cris t ianos cuyas acciones de los lunes reniegan

t ambi én en e l anunci o del mensaj e cr i s t i ano , que muchas veces se concent ra excl us i vament e en val ores i ndi viduales y privados. En estos días , los fel igreses se ven

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de lo que con sus labios confesaron el domingo son, met e m o , demasiado conocidos.

Se dice, s in embargo, que todos estos cris t ianos pract i cantes s ienten su fe reforzada los domingos y que pue-

? den da r test imonio en los dis t intos círculos sociales just ament e a causa de es t a fe . Es t o no es más que unateoría grandilocuente que se cae a pedazos ni bien se laconfronta con los hechos. En la práct ica, lo que debehacer t odo l a i co es t ra t ar de ar reg l ársel as para dar forma y contenido por propia iniciat iva a su cris t ianismoy para hacer que su fe resul te efect iva en circunstancias , relaciones y problemas concretos, a veces en extremo difíci les , que se le presentan en sus act ividades,

opiniones y decisiones cot idianas. Queda l ibrado al propio cri terio en todos y cada uno de los aspectos en quese asocia o t rata con los "poderes" del t rabajo, dinero,pol í t ica, técnica, producción, publicidad, bienestar, etcétera, y debe hacerlo s in el apoyo o el al iciente de cama-radas cr i s t i anos —que es t án en l a mi sma pos i c i ón queél— y s i n l a ayuda del anunci o del mensaj e cr i s t i anoque es , a todo esto, el que en estas precisas circunstan

cias concretas ha de probar su eficacia.5

En los suburbios residenciales de la parroquia, quees donde la Iglesia está enfát icamente presente y t ieneuna forma visible y dis t int iva, la act ividad más import an t e que desarro l l a l a Ig l es i a es , p robabl ement e , e lcu l t o domi ni cal . U n párroc o t i ene éx it o cuando l ograreuni r l os domi ngos en l a Ig l es i a l a mayor cant i dad degente posible de su distri to. Además de la administración de los otros sacramentos, la tarea pastoral consiste

6 P . E . K R A E M E R , cp. cit., págs. 2 2 y 2 3 .

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i nvi t ados , con f recuenci a , a uni rse act i vament e a l al i turgia, pero los textos en s í resul tan oscuros porquederivan de ant icuadas práct icas de la Iglesia (toda lamí s t i ca del baut i smo durant e l a C uaresma y P ascua esun ejemplo de esto), o porque la fraseología es a me

nudo t an mi t o l ógi ca que hace muy d i f í c i l una real comprens i ón de l a l i t u rg i a . Los predi cadores es t án más quedispuestos a caer en un sent imental ismo seudo rel igiosoo t i enden a moral i zar , exhor t ando a l os creyent es aguardar los preceptos de la Iglesia o enfat izan la necesidad de alentar el crecimiento de la vida espiri tual enun p l ano purament e personal . No n i ego que l a s i t uación sea bastante dis t inta en algunas iglesias , pero deseo

subrayar que es i mport ant e t omar como punt o de part ida no la s i tuación ideal s ino la que, de hecho, está másampl i ament e d i fundi da. C ual qui er sacerdot e que hapasado largas horas en el confesionario sabe que la conciencia del catól ico medio se ha formado de acuerdo conuna moral cr i s t i ana (?) que es t á cas i en t erament e confinada a los círculos de la vida privada.

No qui ero deci r que t odo l o has t a aquí menci onadocarezca enteramente de valor, pero s í creo que es difíci lnegar e l caráct er i nadecuado de l a v i da de una Ig l es i aque se mani f i es t a pr i nci pal ment e en formas más o menos cerradas de cul to y que enfat iza sobre todo unapi edad l i t úrg i ca ya pasada de moda, una moral i dad i nd i v i dual o val ores p i e t i s t as . C ómo no pregunt arse sobrecómo se puede vincular esta vida de la Iglesia a la ma-croestructura de la sociedad moderna. ¿Acaso la Iglesiasólo existe para unificar a sus miembros, sobre ln base

de es l rucl uras t rad i c i onal es , en una cel ebraci ón su i u i cc-

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rrada de la eucarist ía y para proveerles paz, confianza,sentimientos píos, un cier to equil ibr io espir i tual y laperspectiva de la vida eterna?

mográfico, la cibernética, la intemacionalización, lascomunicaciones intercontinentales y las facil idades demovil ización son estructuras y evoluciones seculares

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El profesor Gibson Winter formuló suscintos comentar ios sobre el prob lema en su total idad: "U n m inister io dir igido a individuos y a familias que se encuentranen el contexto de una asociación residencial , ya no esun minister io para la sociedad; en la sociedad de masa,

los individuos contr ibuyen a las decisiones para el bieno el mal de la sociedad, pero hacen estas contr ibucionesa través de las jerarquías administrat ivas, los sindicatos,las organizaciones comunales, los par t idos polí t icos y lasoficinas burocráticas, que son las que organizan lavida ." 6

L a ur banizac ión desemboca en una br echa , que cadadía se ensancha más , ent r e la v ida pr ivada de l hombr e y

su existencia pública. En tal si tuación, la Iglesia t iendea concentrar sus esfuerzos en las necesidades del hombre en la esfera pr ivada, y —en mi opinión— hay algoque no f unc iona en es te r e t r a imiento apar entementeimperturbable de la Iglesia a la esfera de esta vida circunscri ta y restr ingida. Creo que la Iglesia está destinada por el Evangelio a ser una ciudad en una colinadonde no puede ocul ta r se , un a lám par a colocada no ba jola mesa sino sobre la repisa, donde todos pueden ver la y

apr ovechar su luz . Resul ta , por lo tanto, inquie tantepresenciar la manera en que la Iglesia ha evitado, hastael presente, todo encuentro con los poderes que cont r olan la vida públ ica de l hombr e ur bano, moder no ysecula r . Apar entemente , par ece incapaz de e je r cer lamenor inf luenc ia en e l cur so de la ur banizac ión por quetampoco está presente en las fuerzas determinantes delmundo de l f utur o. L a ur banizac ión, e l c r ec imiento de-

6 The Suburban Captivity of the Churches, op cit., pág. 136.

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que pene t r an has ta las r a íces mismas de la exis tenc iahumana . Nunca en la his tor ia como en la ac tua l idad, e lhombr e tuvo ta l opor tunidad de cont r ola r su pr opio dest i no , de dar forma a sus propias posibil idades, de determinar la dirección de su propia evolución y de planif i

car su f utur o en esca la tan mundia l y masiva . Quedabien claro, sin embargo, que la Iglesia y la cr ist iandad,en este per íodo crucial de la histor ia , e jercen menos inf luencia que nunca, y pienso que la causa de esta decreciente inf luencia de la Iglesia es la presente estructurade la Iglesia misma.

É sta no es , s in embar go, una apr ec iac ión tota lmentecorrecta de la si tuación, porque salta a la vista que la

sociedad moderna no ve con buenos ojos ninguna inf luencia ser ia por par te de la Iglesia o de la rel igión enlas esferas de la vida pública. Se est ima que la completaseparación de la Iglesia y del Estado es el ideal en unamo der na dem ocr ac ia . Se mir a como absur da cua lquie rtutela por par te de la Iglesia o la rel igión o inclusocualquier cosa dicha por el las aun al pasar , tanto en loque atañe a la esfera industr ial como a la esfera de laproducción, la ciencia, la técnica, la planif icación, etcétera. Por otra par te , es obvio que la sociedad moderna eindustr ial t iende a asignar el cuidado y la preservación de la vida personal , individual y pr ivada de loshombres y sus mutuas relaciones a la esfera par t icularde las Iglesias y de la rel igión. Es importante que admitamos la existencia de este aspecto del problema si queremos ser realmente honestos y considerar la si tuaciónen su total idad.

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1. L A O T R A C A R A D E L P R O B L E M A

Antes de la revolución social , técnica e industr ial , e l

ción, el carácter casual y la naturaleza funcional de lasrelaciones de la sociedad moderna debían desembocar enel surgimiento de un sector de la sociedad nuevo y l ibre,

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crist ianismo era la religión de la civilización occidentalde esa época y, antes de la Reforma, la Iglesia era incluso una super es t r uc tur a que dominaba todo e l esquemade la sociedad. Con el surgimiento del esquema modernode la sociedad, se produjo una emancipación gradual detoda atadura rel igiosa y eclesiást ica que desembocóeventua lmente en una comple ta secula r izac ión de lasrelaciones sociales.

El f ilósofo Heg el, que vivió en el per íodo de tran siciónde los viejos moldes a la nueva sociedad industr ial , vioesta tendencia a la secular ización sobre todo como uncr ecer hac ia un a soc iedad que se basar ía pr inc ip a lme nteen la satisfacción de las necesidades humana s. Todas las

demás fuerzas y estructuras, ta les como la rel igión, lasIglesias y las tradiciones culturales y rel igiosas, que habían de te r minado pr eviamente la f or ma de la soc iedad,quedaron relegadas a la esfera de la l iber tad personal eindividual . En contraste con otros sistemas anter iores,la sociedad se redujo, en esos términos, a significar lasrelaciones sociales que unían a los individuos en la sat isfacción de sus necesidades mater iales mediante el t ra

bajo colectivo.

7

Hegel pr evio e l sur gimiento de una e r a de uni f or ma-ción universal que nivelar ía a la sociedad en escala masiva. Pero, a diferencia de otros críticos de la sociedadcontemporánea, tuvo conciencia de la dialéctica antípoda de la si tuación. Según su punto de vista , la objetiva-

7 G . W . F . HEGEL, Grundlinien der Philosophie des Rechts, ed .J . H o f f m e is te r ( H a m b u r g o , 1 9 5 5 ) ( la p r im e r a e d ic ió n d e e s telibro aparec ió en 1821), par . 188, pég . 169. T am bié n cfr . J . RITTER,

Hegel und die franzósische Revolution ( H a m b u r g o , 1 9 5 7 ) , p á g s .33 y s ig .

98

el sector pr ivado, dentro del cual cada hombre podría,más que nunca , conduci r su vida per sona l e indivi d u a l .8 La presión social de la religión, de la Iglesia, dela nacionalidad y de la civil ización estaban condenadas

a disminuir en importancia, a la par que, en la sociedadmoder na , e l hombr e se r ía va lor ado más como hombre,por ser hombre y no por ser judío, católico, protestante,a lemán o i ta l iano. 9

U n conocido sociólogo contem porá neo ha escr i to lass iguientes pa labr as :

L a uni f or mación de la soc iedad moder na y su tendenc ia a nive la r ha logr ado que un númer o y una

variedad sin precedentes de gustos, valores y opiniones sean accesibles al individuo. Como resultadode esto, muchas de las dist intas agrupaciones informales que exist ían dentro de las organizacionessociales mayores, se están volviendo más y másuni f or mes . As í , l a e r a de la nueva uni f or midadbur ocr á t ica es a l mismo t iempo un per íodo his tór ico en el que está teniendo lugar un despliegue

único de vida per sona l e individua l .

1 0

H. Schelsky l lega más o menos a la misma conclus ión: "L a uni f or mación y la individua l izac ión t ienensu origen en el hecho de que las relaciones sociales sev u e l v e n m á s l a x a s y m e n o s e x i g e n t e s . . . L a m o v i l i d a dde la sociedad industr ial de hoy facil i ta , por una par te ,

8 Op. cit., par. 187, págs. 167-8.9

Op. cit., par. 209, pág. 180.1 0 A . G E H L E N , " M e n s c h t r o t z M a s s e " , e n Wort und Wahrheit,7 ( 1 9 5 2 ) , p á g s . 5 7 9 s ig s .

99

la adaptación a los moldes sociales y, por la otra , favorece la preservación de la esfera prviada y personal ." u

M uch os pesimistas sólo saben decir que nuestr a so

cá lmente en la ur banizac ión, donde los l ími tes ent r eáreas de trabajo y residenciales están cada vez más claramente establecidos. La división entre el t rabajo y la

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ciedad moderna sólo es capaz de generar males, como la"exis tenc ia anónima" o la "pér dida de la ident idad", lasoledad y la despersonalización. Pero éste es un puntode vista parcial , que ignora la nueva l iber tad que hasurgido en el sector personal de la vida humana.

Harvey Cox ha visto esto con mucha clar idad. Sostiene que r esul ta imposible mantener r e lac iones per sona lese ínt imas con todos los sujetos de una sociedad urbanadonde tantas per sonas viven l i te r a lmente pegadas unasa otras. En los sectores públicos de las grandes comunidades ur banas , la mayor ía de las r e lac iones humanastienen que ser impersonales y casuales. Si todas las relac iones humanas dent r o de las empr esas , indust r ias y

servicios públicos fueran amistades ínt imas y personales, la sociedad moderna sufr ir ía un colapso. En lasesferas públicas, por lo tanto, el hombre moderno debeaceptar formas de vida y relaciones casuales y superf iciales . Per o t iene más l iber tad que nunca en su vidaprivada. La sociedad urbana le ofrece l ibre elección—más extensa y más ampl ia— en muchas esf e r as ( porejemplo, en escuelas, profesiones, c lubs, amigos, cón

y u g e s , entretenimientos teatrales y expresiones ar t íst i c a s ) . Cox l lega a la conclusión de que "el hombre urb a n o . . . desea man tene r un a c la r a separ ac ión ent r e lopúblico y lo pr ivado. De otro modo, la vida pública loahogar ía y lo deshumanizar ía" . 1 2

La separación entre los sectores públicos y pr ivadosde la sociedad moderna es también bastante visible lo-

1 1 H . SCHELSKY, Die skeptische Generation, (Dusseldorf , 1963),p á g . 2 9 7 .

1 2 HAKVEY COX, The Secular City, op. cit., pág. 46. Cfr e l pasaje completo, págs. 38-49.

100

vida pr ivada causó, por supuesto, cier ta tensión y unar esquebr a jadur a en la vida de l hombr e moder no. L atarea más importante de éste es vivir en forma signif icativa y en estado de equil ibr io a pesar de la tensiónexistente entre su vida pública y su vida pr ivada y en

tre los papeles o roles totalmente dist intos que t iene quedesempeñar en cada una de estas esferas.

1. El lugar de la cultura y de la religión

Una de las mayor es di f icul tades que exper imenta lasociedad moderna es otorgar a la cultura y a la rel igiónun lugar signif icativo dentro de la vida. Aquellos miem

bros de la sociedad cuyas personalidades están más desarrolladas t ienen tendencia a tomar uno u otro aspectode la cultura como motivo de interés o de investigaciónen su t iempo l ibre. Por otra par te , quienes están menosdesarrollados o menos dotados t ienden a ser fáciles víct imas de las sensaciones superf iciales que provee laindust r ia de l ent r e tenimiento, una indust r ia que especula con las necesidades de sensaciones y excitaciónque tanta gente exper imenta como consecuenc ia de una

profunda frustración ante una sociedad casual , carentede aventur as e imper sona l . Ahor a hay mucho más t iempo l ibre en la vida pr ivada y hay que ocuparlo de alguna manera: clara indicación de que la l iber tad reciénadqui r ida no es una indisc r iminada bendic ión de l c ie lo .

La rel igión y la Iglesia se encuentran en si tuaciónsimilar . La rel igión ya no es una obligación pública ysocial , s ino un asunto pr ivado. La Iglesia t iene tenden

c ia a concent r a r se únicamente en la espi r i tua l idad de10 1

" l a v i da i n t er i or" , en o t ras pal abras , en l a esp i r i t ual i dadindividual y en la piedad personal . Esto se combina conel énfasis en la moral individual que se especial iza en

(malignos) a los que hay que resis t i r dándoles la espalda y encerrándose en una subjet ividad personal . Segúnesta teología, la fe se basa por sobre todo en la subjeti

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l as re l aci ones humanas dent ro de l a es fera pr i vada, yuna consecuencia de esto es que hoy en día se otorgamuy especi a l i mport anci a a l a é t i ca del mat r i moni o yde l a fami l i a . C ual qui era d i r í a que l a moral i dad delmat r i moni o cons t i t uye e l mayor probl ema ét i co que l a

Iglesia debe resolver en este s iglo. Al amor cris t iano sel o en t i ende y se l e da forma dent ro del mol de pr i vadodel encuent ro en t re seres humanos ; pero no se l o ap l i caen forma alguna en la esfera de la just icia, de la pol í t icao en e l campo que ab arcan l as mac roes t ruc t uras socia l es.

Esta s i tuación está totalmente de acuerdo con lo quela sociedad moderna espera de la Iglesia y de la rel igión.Se espera que la Iglesia cuide de que una s i tuación salu

dable prevalezca en la esfera de la vida privada. Uti l i zando la excusa del apostolado en la industria, se le permi t e penet rar en e l seno de l a moderna v i da i ndus t r i a l ,pero só l o para crear "mej ores re l aci ones humanas" . C osa que, después de todo, mejora la efect ividad del t rabajo colect ivo y aumenta, en consecuencia, la producción. He aquí un caso notable del amor cris t iano sirviendo a la producción industrial . Pero a la Iglesia no se lepermi t e i n t erveni r baj o n i nguna c i rcuns t anci a cuando,

por ejemplo, la meta de esta producción es la creaciónde un monopol i o que an i qui l ará t o t a l ment e l a compet enci a en e l mi smo ramo, o cuando se t ra t a de fabr i carmuni ci ones o i mpl ement os de guerra .

Hay escuel as t eo l ógi cas que subrayan es t a profundabrecha abierta entre la act ividad ét ica pública y privada.El punto de part ida más usual de esta teología es quelas estructuras públicas de la industria, de la vida em-

presaria y de la economía y tecnología son "poderes"102

vi dad personal y es t á det ermi nada por "deci s i ones" y"encuentros" y no por las normas vigentes en la sociedad o por l a raci onal i dad au t ónoma de l as es t ruct urasindustriales , económicas, técnicas o pol í t icas.

Ésta es la dirección que ha tomado la escuela de teol ogí a pro t es t an t e de R udol ph B ul t mann ( t eó l ogo que,i nci dent al ment e , e j erce gran i n l l uenci a sobre muchosteólogos católicos). Según esta escuela, la fe es el "totalref l e j o del hombre sobre s í mi smo" 13 y es, según unafrase muy conoci da de B ul t mann, e l p robl ema "del ent endi mi ent o de s í mi smo" que l ogre e l su j e t o humano.La fe es el recibirse a s í mismo de manos de Dios, mediante lo cual el hombre está colocado en una soledad

radi cal pero es t á l i b re para "cami nar consol ado a t ravésde la oscuridad y de los misterios y para asumir y sobrel l evar l a responsabi l i dad del acto en la soledad desus propias decisiones".14 Este "acto", s in embargo, sólose relaciona con la existencia privada del hombre donde t ambi én se i ncl uye e l encuent ro con sus congéneres .C omo R ob 'mson, B ul t mann t ambi én i n t erpret a l a parábola de las ovejas y los cabri tos (M at . 25 , 31-46) comola aparición de Dios, incógnito, a nivel de la co-huma-ni dad pr i vada. 1 5 Desgraci aadment e , no t oma en cons i deración el hecho de que en el hambre, la sed y la des-

1 3 F . GOGARTEN, Der Mensch zwischen Goít und Welt ( S tu t t -gart , 1932), págs. 181 y s igs .

1 4 R U D O L F B U L T M A N N , Glauben und Verstehen, I I I ( T u b i n g a ,1 9 6 2 ) , pág. 196.

1 5 R . B U L T M A N N , " D e r G o t te s g e d a n k e u n d d e r m o d o r n eM e n s c h " , e n Zeitschrift fiir Tlieologie u nd Kirche, 6 0 ( 1 9 6 3 ) ,págs. 335 y s igs . Este art ículo también aparece en la colección,

Der Christ in der neuen Wirklichkeit ( F r a n k f u r t , 1 9 6 4 ) , p á g s .11-21.

103

nudez t ambi én pueden es t ar i nvol ucradas es t ruct urassoci a l es . Gerhard Ebel i ng ha expresado más o menosla misma idea: "La Iglesia no es un compromiso con un

sul tado de nuestra observación de que la tajante divisiónent re sect or públ i co y pr i vado de l a v i da humana noes absoluta s ino hasta tal vez i lusoria. Es cierto que las

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i nd i v i duo abs t ract o s i no con e l hombre en l a humani daddel pró j i mo." 16

Est o proporci ona una so l uci ón parci a l a l en i gma delanunci o i nadecuado del mensaj e por par t e de l as Ig l esias en una sociedad secular (cfr. cap. I) . En el t rans

curso de estos desarrollos históricos, la Iglesia se havi s t o gradual e i mpercept i b l ement e empuj ada haci a l aesfera de la vida personal y privada del individuo. Estoha s ignificado que su campo de act ividades se viera rest r i ngi do drás t i cament e y que cual qui er i n t en t o de supar t e por e j ercer l a menor i nf l uenci a en e l sect or públ ico de la sociedad parezca no sólo extraño y absurdos i no i ncl uso una usurpaci ón de poder .

M e apresuro a añadi r que l o d i cho has t a a hora n osignifica que vea con agrado un retorno a la s i tuaciónmedi eval , cuando l a Ig l es i a era un cultus publicus y u ncorpus christianorum que todo lo abarcaba y que afectaba a la sociedad íntegra. "Debemos l ibrarnos de unavez por todas de la idea de que la civi l ización occidentaldebe o puede ser recr i s t i an i zada medi ant e l a res t auración, con un nuevo rostro, del corpus christianum." 17

2. La amenaza oculta

Esa vaga sensaci ón de mol es t i a que exper i ment amoshoy, se debe a que nos damos cuenta de que la Iglesiaha perdido por completo el contacto con la esfera públ ica de la sociedad. Esta conciencia es , a su vez, el re-

1 6 GEKHAKD EBELING, Theologie und Verkündigung ( T u b i n g a ,1 9 6 2 ) , p á g . 1 0 1 .

1 7

A . T H . VAN LEEUW EN, Christianity in World History ( E d in -b u r g o , 1 9 6 4 ) , p á g . 4 1 0 .

104

es t ruct uras es t án separadas , pero l a i nf l uenci a que e lsector público de la sociedad contemporánea ejerce sobrel a e s f e r a p r i v a d a a u m e n t a e n f o r m a a l a r m a n t e .

Lo notable es que el sector público de la vida, tal como se manifiesta en la total idad de la técnica y de lai ndus t r i a y en l a supraes t ruct ura soci a l y económi ca denues t ra soci edad , no t i ene una i deol ogí a c l arament e def i n i da (a l cont rar i o de l o que ocurre en e l comuni smo) .Esto no s ignifica que no exista una ideología predominant e (y subrayo predomi nant e) dent ro de nues t ras es tructuras sociales .

Es t a i deol ogí a predomi nant e cons i s t e en numerosasconvi cci ones que, muy a menudo, no se expresan s i no

que se dan por sentadas. Se las podría l lamar los seudomitos de nuestra sociedad. En sí mismas, no se las considera probl emát i cas y , por l o t an t o , rara vez se l as poneen duda. P ara acl arar es t as aseveraci ones , me gus t ar í aenumerar a l gunas de es t as convi cci ones acept adas ; perohago cons t ar que hay que t omarl as en conj unt o porques i se l as cons i dera i ndi v i dual ment e se me puede acusarde hacer una general i zaci ón bas t an t e grosera . Es t o ocurre porque, oficialmente, la ideología de nuestra sociedad occidental no está ni formulada ni s is tematizada yt iene, en cierta forma, carácter ocul to. Lo que es más,estos sendo mitos varían de país a país .

Estamos, pues, l idiando con presupuestos difíci les deconcret ar y en buena medi da i nconsci ent es . P ongamosal gunos e j empl os :

La humani dad progresa con ayuda del t rabaj o , de l a

ciencia y de la tecnología;

10 5

el progreso t rae b i enes t ar ;el bienestar se consigue sat isfaciendo nuestras nece

s i dades mat er i a l es ;

la real idad es idént ica a todo lo que se puede verifi c a r e m p í r i c a m e n t e ;

lo que no se puede discut ir ( lo inefable, lo misterioso,

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l as neces i dades esp i r i t ual es del hombre (cu l t ura y rel igión) deben ser provistas por el sector privado de lasociedad;

todo lo que no se puede atender en el sector privado

y que, en consecuenci a , cons t i t uye una amenaza parael manejo s in t ropiezos del sector público, debe qui tarsede manos de l a i n i c i a t i va pr i vada;

e l t i empo es d i nero ;el dinero es poder;el éxi to (financiero, pol í t ico o en la propia carrera)

significa felicidad;el pues t o mej or remunerado es e l mej or pues t o ;en l a v i da hay que t ener éx i t o , no i mport a cómo se

l ogre;t oda i ncer t i dumbre debe ser e l i mi nada;sólo son buenas las cosas út i les;demasiada especulación puede ser pel igrosa;nuestro sis tema social es bueno;todo debe arreglarse en forma tal que pueda ser re

gul ado y cont ro l ado;t odo l o que no pueda ser medi do o cual cul ado carece

de val or ;toda crí t ica radical a la sociedad debe ser suprimida;l as pregunt as que no pueden cont es t arse deben evi

t a r s e ;hay que mant ener a l a gent e cont ent a proporci onán

dol es abundant e comi da y d i vers i ón;las personas que no encajan en nuestra sociedad son

o ant isociales o inferiores;los elementos variables e individuales del hombre de

ben ser reduci dos a un mí ni mo;

106

lo s imbólico) no debe ser discut ido.

P odr í amos ex t ender i ndef i n i dament e es t a l i s t a arb i t rar i a . P ero resu l t a por demás i n t eresant e expl i c i t arconscientemente la ideología de estos supuestos ocultoso indiscut idos, que se dan por sentados en el sector públ ico de nuestra sociedad.

Hay gente, claro está, que consiguen ver a t ravés dela maraña de este contexto ideológico de la vida de hoy,pero son los menos y, como individuos, carecen de poderpara hacer nada a l respect o . La gran mayor í a acept atodos estos supuestos como el cl ima normal en que sedebe v i v i r . De t an t o en t an t o se produce una reacci ón

mas i va cont ra c i er t as medi das que se cons i deran unasevera l imitación a las l ibertades humanas: la desocupación, la restricción en los gastos, el aumento de losprecios y de los impuestos; pero la mayoría se resignacon bas t an t e rap i dez a l a nueva s i t uaci ón porque l amaquinaria del sector público es , en fin de cuentas,anónima y su ideología está s iempre oculta y es desconocida. Ésta es la gran fuerza de la ideología social delmundo occidental de hoy, a saber, su ser s iempre anónima y escondi da. U na i deol ogí a c l arament e def i n i da esmucho más vul nerabl e , porque es t á expues t a a cr í t i cas .

3. I M P O T E N C I A

En su es t ruct ura públ i ca , nues t ra moderna soci edadtécnica e industrial es , pues, un s is tema con ideología

ocul t a y anóni ma. La i magen del hombre y del i deal

10 7

social con el cual t rabaja, permanecen ocultos y sonanónimos. En sí la ideología no sería tan mala, perodurant e l argo t i empo ha veni do e j erc i endo i nf l uenci asmás y más poderosas sobre el sector privado de nuestra

La poderosa macroes t ruct ura de l a soci edad fue quebrada con l a ayuda de numerosas mi croes t ruct uras quepermi t i eron a l hombre vol ver a ser hombre, a l os j óve

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sociedad. Como consecuencia, desde el sector privadose han dirigido s iempre ataques tanto a la ideología como al s is tema que la incorpora. Pero la conclusión ess i empre —i nevi t ab l ement e— l a mi sma: e l t r i s t e descu

brimiento de que el ataque está dest inado al fracaso.U na y o t ra vez han surg i do movi mi ent os revol uci o

narios y ant iconformistas , algunos pequeños y otros mayores , en t abl ando bat a l l a cont ra ese i nhumano s i s t emaideológico de la sociedad; pero todas las revuel tas terminaron en l a nada. El pr i mer gran a t aque fue l l evado acabo por los movimientos social is ta y comunista. Sinembargo, t ras muchas d i f i cu l t ades y compl i caci ones , e l

soci a l i smo ha s i do pro l i j ament e i n t egrado a l s i s t emasocial de la sociedad occidental por vía de los sindicatos y de los partidos políticos.

U n seg undo asal to a esta ideología de la sociedad, hecho desde el sector privado, ha tomado la forma de unaespecie de propaganda ideológica que tenía como lemal a i dea de "comuni dad" . Es t e movi mi ent o reci b i ó supr i mer i mpul so en e l cont i nent e por i ncent i vo de l asi deas de F erd i nand Tonni es , t a l como l as p l an t eó en sul i bro Gemeinschaft uní Gesellschaft. (La pr i mera ed i ción de esta obra apareció en 1887 y muy pronto alcanzó fama en t odo e l cont i nent e . ) F rent e a l os "poder e s " i nhumanos de l a soci edad como t o t a l i dad (die Gesellschaft) es t aban l as fuerzas de l a pequeña comuni dad(die Gemeinschaft), que res t añaban l as her i das deaquélla y la elevaban. Éste fue el período de los movimientos juveniles y de la act iva vida social de diversas

clases de clubs y asociaciones.

108

nes el disfrutar juntos la l ibertad de la naturaleza y acuant os deseaban escapar a l caráct er casual de l a v i damoderna re l aci onarse con ami gos y conoci dos que t uvieran gustos e intereses s imilares. Incluso hay ecos deeste iedal romántico de la comunidad en la encícl ica

p a p a l Mater et Magistra.18 No es sorprendent e que a l aIg les i a t am bi én se l a cons i derara m uy f recuen t emen t e ,en esa época, una "comuni dad" de d i cho t i po .

Desgraci adament e , aun presci ndi endo del hecho deque esa v i da de comuni dad es t á pasando un per í odo dedepresión, se puede decir con certeza que las comunidades , asociaciones o clubs de carácter privado t ienenpoca o ninguna influencia sobre la ideología o el s is te

ma del sector público de nuestra sociedad. De hecho, seha pues t o resuel t ament e de mani f i es t o que es t as mi cro-es t ruct uras per t enecen só l o a l i mpot ent e sect or pr i vadode la sociedad.

Cada tanto surgen grupos de presión o l íderes caris-mát i cos que l ogran promi nenci a en l a soci edad y , medi ant e una res i s t enci a act i va o pas i va f ren t e a l a macroes t ruct ura anóni ma, hacen o í r su pro t es t a . C ausan ma

l es t ar durant e un cor t o t i empo, pero l a v i da re t oma muyr á p i d a m e n t e s u c u r s o n o r m a l . E l v e r d a d e r o m e n s a j e d eprot es t a queda muy a menudo anul ado por e l t ra t o decarácter sensacional is ta que los periódicos dan a talesgrupos o i ndi v i duos . El Nozem's y e l Provo's en los Países Bajos son los voceros de la protesta intuitiva de lajuventud contra la sociedad. Pero como estos jóvenes nosaben a ciencia cierta contra qué están protestando y afavor de qué val ores pos i t i vos es t án l uchando ( l o que

1 8 Par. 65, 91, 174.

109

di cen es a menudo anárqui co o n i h i l i s t a) es t a revuel t aestá condenada al fracaso. El fenómeno de los beatniksen América cayó en muy pocos años en el desprest igio

ideología de la macroestructura social , podría desatarseuna neurosis de ansiedad colect iva.

La Iglesia resul ta así la inst i tución que acepta la responsabil idad de ocuparse de las más profundas incert i -

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porque se puso de moda, y en cuant o a l go se pone demoda queda integrado a los moldes de la sociedad.

Nos vemos forzados a admit ir el hecho de que todoataque proveniente del sector privado sobre esta ideolog í a probl emát i ca , i nhumana y amoral de l a macroes-t ruct ura t o t a l ment e secul ar i zada de nues t ra soci edad ,t ermi nó en agua de borra j as . P ero debemos avanzar unpoco más en nuestro anál is is . La Iglesia, como inst i tución, no pertenece exclusivamente al sector privado sinoque está integrada al cuerpo funcional de nuestra sociedad. Tal vez, incluso s in saberlo, se ha convert ido enparte del s is tema anónimo. Es posible considerar alsector privado como un ant ipolo independiente del s is

tema público y objet ivo de la sociedad. De hecho, s inembargo, el sector privado ya ha s ido absorbido, en granmedida, por este s is tema. La Iglesia t iene un lugar dentro de este s is tema. Ya he señalado las tareas que se leasignan a la Iglesia en part icular ( y a la rel igión en gen e r a l ) . Pero en nuestra sociedad hay otra tarea asignada a l a Ig l es i a . Hay un aspect o de l a v i da humana enel sector privado, que es temido en el sector público:l a i ncer t i d um bre fundam ent al . M e ref i ero aquí a unt i po muy especi a l de i ncer t i dumbre, pues t o que ennuestra sociedad es posible asegurarse contra todos losr i esgos de l a v i da . P ero hay una i ncer t i dumbre que aúnsubsiste y para la cual el sector público no ha encontrado solución: la incert idumbre que acosa al individuoacerca de su propi a ex i s t enci a : l a i ncer t i dumbre queviene l igada al temor a la muerte ( y a las desgraciasi r remedi abl es y a l as enfermedades i ncurabl es ) . S i l as

enfermedades y l a muer t e fuesen repr i mi das por l a

11 0

dumbres del hombre. Los aspectos inciertos de la existencia tales como la muerte, el sufrimiento, las enfermedades y la desgracia forman parte del haber de laIglesia y de la cris t iandad. ¿No fue Bonhoeffer quien en

l a pr i s i ón se s i n t i ó ser i ament e preocupado ant e unaIglesia y una cris t iandad que funcionaban exclusivamente dentro de la esfera del sufrimiento, la debi l idad yl a i ncer t i dumbre humanas? (En es t e sent i do , Hoeken-dijk se ha referido a la "sphere of pastoral scalping"[espera de desol ladura pastoral] de la Iglesia.) Tals i t uaci ón l e pareci ó un pel i gro para l a re l evanci a deDi os o del cr i s t i an i smo en e l mundo moderno. 1 9

La Iglesia, pues, parece ser la víct ima de un papel yuna función que le fueron impuestos por la sociedad yque por c i er t o d i smi nuyen su mi s i ón uni versal en e lmundo. El probl ema del fu t uro de l a Ig l es i a es muy ser io . Si la Iglesia continúa s iendo y haciendo lo que hast a ahora , no t i ene fu t uro . Impercept i b l ement e cumpl i rámás y más deberes funcionales en el interior de unorden social esencialmente l igado a una ideología ant icr i s t i ana. C avará paul at i nament e su propi a t umba, que

será, al mismo t iempo, la tumba de Dios. La s i tuación es seria y lo que he dicho no debe desecharsefáci lmente con una sonrisa tolerante o con un encogimi ent o de hombros .

C reemos en l a Ig l es i a . C reemos que t i ene un mensaj eque procl amar , una mi s i ón que cumpl i r y un fu t uro

1 9 Por supuesto que no niego que el sufrimiento, las enfermedades y la muerte pertenecen al ámbito de los cuidados pastoralesde la Iglesia.

11 1

por de lante demasiado gr ande par a que lo podamos s i quie r a imaginar . Por ot r a par te , es tamos enf r entadosa una poderosa macroestructura social y a una ideología ocul ta que , en e l pr esente , conduce la humanidad

que los hijos de la oscuridad son más intel igentes quelos hijos de la luz. U n cuidadoso análisis de la si tuaciónme ha l levado a la conclusión de que la ideología ocultadel sector público de nuestra sociedad —y la estructura

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hacia un futuro dudoso.

1. ¿Pesimismo unilateral?

Mis puntos de vista serán sin duda blanco de las cr ít icas: se los tachará de ser demasiado sombríos. No esposible que nuestra supraestructura social actual estétan envilecida y sea tan anticr ist iana e inmoral . Después de todo nos ha pr opor c ionado un ver dader o bienes ta r , abundantes opor tunidades par a mejor ar nues t r oes tándar de vida , a tenc ión médica , soc ia l , humana yafectiva y vías técnicas para l levar una vida más pla

centera. Sin duda vivimos mejor , más saludable y plenamente que nues t r os antepasados de la edad pr e indus-t r ia l . Y ¿no exis te una f uer te tendenc ia humani ta r ia ennues t r a soc iedad moder na?

No se puede negar ninguno de estos beneficios. Sepuede habla r de nues t r a soc iedad como de un campodonde las raíces del t r igo y de la cizaña están entrelazadas unas con otras. Como cr ist ianos, también nos ve

mos forzados a admitir que resulta imposible vivir enun estado de absoluta pureza y sin ensuciarnos las manos . En el juicio f inal , la cizaña será separada del t r igop e r o , en el ínter in, sólo nos cabe vivir si tuaciones mo-r a lmente ambiguas y una exis tenc ia sumida en la penumbr a , donde la luz y las sombr as es tán mezc ladas .

É sta es un a ac t i tud que se asum e mu y f r ecuentemente en nuestra si tuación presente e incluso parece tenerantecedentes bíblicos. Pero no olvidemos que la Biblia

también dice que el grano de tr igo puede ser ahogado y

112

social en sí— amenazan, en la actualidad, sofocar alc r i s t ianismo, en la medida en que han conseguido ganarun lugar en las Iglesias. Esta ideología se disfraza conel ropaje de oveja de la "humanización" y con el la ame

naza ocul ta r nos su ver dader a f or ma y contenido.La secular ización nos ha l iberado de las explicaciones

míticas, metaf ísicas y rel igiosas del mundo. A juzgarpor las apariencias, estamos en l iber tad de elegir las interpretaciones ideológicas del hombre y del mundo quemás nos plazcan, por que ése es asunto nues t r o . Per o noes cier to: la secular ización nos impone una nueva ideología pero en forma indolora e imperceptible. Esta

ideología t iene un horizonte l imitado e intenta que loaceptemos como único horizonte posible de la existenciahumana . Func iona con una ocul ta imagen de l hombr ey con una idea de l "mundo nuevo" que obt ienen sugran fuerza de atracción del hecho de aparecer tan "deca jón" y , a l mismo t iempo, tan humanas . E s una ideología que nos l leva a un "futuro mejor" pero a la queno le importa saber si e l hombre t iene, en verdad, undestino o no . Por sobre todo, evita pla nte ar inte rrog antes explícitos sobre lo que el hombre es y cuál es su dest i no . No deben hacer se pr eguntas muy inquis i t ivas sobr e la na tur a leza de l hombr e , por que es to pr ovocar íai n t r a n q u i l i d a d e i n c e r t i d u m b r e y a m b a s a m e n a z a n l aaceptación del sistema social existente como algo natur a l . La ideología de la sociedad secular intenta, por lot a n t o , anes tes ia r nues t r a más r ecóndi ta insegur idad. E stando en posesión de los medios de comunicación de la

soc iedad, cont r olando las indust r ias de l ent r e tenimiento

113

y pudi en do d i s t r i bui r "pan y c i rco" , pue de d i r i g i r enforma efect i va nues t ra a t enci ón haci a pregunt as superficiales o l imitarlas a los intereses cot idianos. Las pre

t omando par t e act i va y que ha desembocado enesta sociedad secular a t ravés de una serie de decis i ones humanas . S i e l Evangel i o pret ende segui rt en i endo v i genci a en es t e mundo nuevo, desde un

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gunt as real ment e v i t a l es —l as que se ref i eren a l s i gni f i cado profundo de t odo— no deben p l ant earse en e lsector público. ¡Quedaría mal! Citando palabras del soci ó l ogo A . Gehl en , d i ré que ex i s t e en e l mundo modernouna "p i adosa ausenci a de i n t er rogant es" . 2 0 En este sent ido, puede apl icarse a la ideología oculta de nuestrasociedad mo dern a l a f rase de M ar x sobre "e l op io delp u e b l o " .

Otra crí t ica que se le puede hacer a mi insis tencia sobre la s i tuación de la Iglesia, es que estoy juzgando ala secularización y, en especial , a la secularización enlas estructuras públicas de la sociedad, según el esquema t rad i c i onal negat i vo y , en consecuenci a , que t ra i

ciono un secreto deseo de retornar a una "sociedad crist i an a" pa reci da a l a que ex i st í a en l a Eda d M edi a .

Es i mpos i b l e re t ornar a ese cr i s t i an i smo del pasado.Los anal is tas más opt imistas de la s i tuación sost ienenque debemos acept ar a l a soci edad moderna de hoy yestar alerta tanto a lo bueno que puede ofrecernos comoa l os pel i gros que en t raña. Vi v i mos en un mundo nuevoy esto s ignifica que las verdades de ayer pertenecen

i r revocabl ement e a l pasado. J . S perna Wei l and hadi cho:

La tarea de la Iglesia, de la fe y de la teología, ennuestra época, no es combatir la secularización oresis t i rse a un desarrol lo que se ha ido produciendoa lo largo de s iglos, desarrol lo que no estamos padeciendo sino en el que, por el contrario, estamos

2 0

A . G E H L E N , Urmensch und Spatkultur (Dusseldorf , 1956),p á g . 69 .

114

punt o de v i s t a humano, só l o l ogrará ser escuchados i t oma como punt o de par t i da e l hecho de que seestá viviendo una nueva s i tuación, en la que lasviejas verdades ya no funcionan, y s i se deja de in

sis t i r en que la verdad de ayer es i rrevocable incluso a la luz de la verdad de hoy y de mañana. 2 1

Est a decl araci ón un t an t o abs t ract a no requi ere aquímayor desarro l l o . P ero deebmos not ar que t ambi én cont iene la idea de que toda oposición a la secularización ensu forma contemporánea es consecuencia de la rigidezen el anuncio del mensaje cris t iano y que esto debe su

perarse. La Iglesia, la fe y la teología deben i r al encuentro, en forma construct iva, de la s i tuación secularde hoy.

2. La secularización en el debate teológico

En el debate teológico, el problema de la secularizaciónha desempeñado un papel muy t rascendent e desde l aapar i c i ón del l i b ro de F r i eder i ch Gogar t en : Verhangnisund Hoffnund der Neuzeit. Die Sakularisierung aistkeologisches Problem (S t u t t gar t , 1953) . Gogar t en i nsis t ía en que debía hacerse una dist inción entre "secular i zaci ón" y "secul ar i smo". S egún Gogar t en , secul ar i zaci ón es hacer mundano a l mundo, proceso no só l oexigido por la revelación cris t iana s ino hecho posible,desde un principio, por dicha revelación. El secularismo,

2 1

J. S P ER NA W EILAND, "Geloof in geschiedenis" , en Wending,21 (1966), pág. 10.

11 5

en cambio, sería, según el m i s m o G o g a r t e n , una degeneraci ón de la secularización.

S i gui endo a G o g a r t e n , la secularización resul ta una

neces i dad y una legí t ima consecuencia de la fe cris t ia

Gogar t en i ns i s t í a en que la secularización era muy

dist inta del " s e c u l a r i s m o " , que es un o r d e n m u n d a n odonde la fe no t iene cabida, que no tolera las l i ber t adesrel igiosas y espiri tuales de nues t ra soci edad p l ural i s t a

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na. Esta fe pudo t r i unfar sobre las rel igiones existentesy las explicaciones mít icas del mundo porque concebí aal mundo como una creación. El cr i s t i ano puede v i v i ren el m u n d o sin terrores mít icos. En la fe, el m u n d o se

l ibera en su m i s m a m u n d a n a l i d a d y, al mi smo t i empo,es confiado al h o m b r e que sólo ante Dios aparece comoresponsabl e de sus mej oras . El m u n d o se ve así l i beradoen su m i s m a m u n d a n a l i d a d m i e n t r a s la fe se l ibera a

sí misma del mundo. S i gui endo una l í n e a a r g u m e n t a lnot or i ament e compl i cada, Gogar t en l l ega a la conclusión de que la v e r d a d e r a fe só l o pudo surg i r cuando la

act i t ud del creyent e haci a el m u n d o fue secul ar i zada.22

Est e mundo secul ar i zado, con normas propi as y m u n d a n a s p a r a la sociedad y p a r a la civi l ización, se convi er t e ,por lo t a n t o , en el verdadero as i en t o de la fe.

A unque es t a act i t ud causa la i mpres i ón de ser una

justificación teológica a posteriori de la secul ar i zaci ón ,t ra j o una sensación de l iberación a muchos círculos teológicos. En cierto sent ido, Gogarten descubrió la fórm u l a que permi t i ó a la Iglesia dejar de m i r a r m e l a n c ó l i cament e haci a el i deal de "soci edad cr i s t i ana" del pa

sado y ver al cris t ianismo como un "servicio al m u n d o " ,a un m u n d o con progreso au t ónomo a t ravés de la historia, al que la Iglesia ahora podía adaptarse sin t e m o ry sin sent ido de f rus t raci ón . S egún Gogar t en , a la Iglesia le era posible ocupar su l ugar en t re las inst i tucionesde nuestra sociedad plural is ta como "socio" reconocido.

2 2"Las r e l a c i one s e n t r e la fe y la secular izac ión son ta les que

no e x i s t e fe sin s e c ul a r i z a c i ón de la r e l a c i ón e n t r e el c r e y e n t ey el m u n d o " , op. cit., pág. 141.

11 6

y que no ofrece positivo apoyo a la Iglesia a p e s a r de

ser ésta un e l e m e n t o f u n d a m e n t a l de la historia. Una

sociedad secular en ese sent ido otorga amplia l ibertada u n a ideologías que t i enen fuerza suf i c i en t e para a t acar

a la exi s t enci a humana en su total idad y proscr i b i r la

fe de la sociedad. Gogarten ci ta al m a r x i s m o , al fascism o, al nacional-social ismo como formas de secul ar i smocont ra las que la Iglesia y la fe deben l evant arse const a n t e m e n t e . No p o n e , sin embargo, objeciones a que la

Iglesia acepte, en forma posi t iva, la secularización comotal . Gog ar t en reconci l ió de e s t a m a n e r a la fe y la Iglesiaco n el m u n d o m o d e r n o .

El teólogo católico Jo ha nn es 15. M etz ha apoyado, eng r a n m e d i d a , al l u t e r a n o G o g a r t e n en un reci en t e ar

t í cu l o donde d i ce l i t era l ment e: "La m u n d a n a l i d a d del

m u n d o que se ha produci do en el moderno proceso de

secularización, fue p r o v oc a d a f u n d a m e n t a l m e n t e ( a u n q u e no en sus formas históricas y par t i cu l ares ) no a

pesar s ino a causa de la cr i s t i andad. Es, en su or i gen ,un acont eci mi ent o cristiano." 23

La pregunt a en t onceses : ¿P or qué la Iglesia se ha res i s t i do durant e t an t ot i empo al proceso de la secularización? La respues t a de

M e t z es que se ha debido a que la Ig l es i a permaneci óaferrada durant e l argo t i empo a un enfoque de la historiadel mundo occi dent al ya pasado de m o d a . S e g ú n M e t z ,la Iglesia sostuvo durante largo período una bat al l a de

sesperada cont ra la secul ar i zaci ón porque su pensa-2 3 J O H A N N E S B. M E T Z , "Weltverstandnis im Glauben", en

Geist und Leben, 35 ( 1962) , pá gs . 165- 84; Ídem., "Zufcunft des

G l a u b e n s in e i n e r h o m i n i s i e r t e n W e l t " , en Hochland, 56 ( 1 9 6 4 ) ,p á g s . 3 7 7 - 9 1 .

11 7

mi ent o se veí a obnubi l ado por una i n t erpret aci ón cas iexcl us i vament e medi eval del mundo. Met z , por supuesto , t ambi én nos pone en guard i a cont ra una fa l sa au t onomía dentro del proceso de secularización.

convi ncent es . En segundo l ugar —y es t e es e l ob j e t opr i nci pal de nues t ro anál i s i s—, Gogar t en y C ox no parecen haber adver t i do e l creci ent e poder , en una formanueva y ocul t a , del secul ar í smo dent ro de l as es t ruct uras

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Estas reflexiones teológicas más bien abstractas deG o g a r t e n y d e M e t z s o n d e g r a n i m p o r t a n c i a y h a n t e nido considerable influencia sobre los pensadores crist ianos de hoy. Harvey Cox, por ejemplo, en su l ibro

The Secular City, se incl ina hacia el punto de vista deGogar t en , aunque ha i n t roduci do en é l var i as pequeñasdiferencias. En los Países Bajos, el doctor A. Th. vanLeeuwen ha demost rado que es , en es t e aspect o , un d i s c í pul o de Gogar t en . 2 4

Los valores posi t ivos contenidos en el proceso de secul ar i zaci ón —val ores que t ambi én son ap l i cabl es a l aIglesia y a la fe— estuvieron en la sombra durante de

mas i ado t i empo. C uando l a secul ar i zaci ón l l evaba a penosas consecuencias, quedaban en evidencia sólo lasdesventajas del proceso. Así , por ejemplo, se lamentó ycondenó como una d i aból i ca usurpaci ón de poderes l apérdida de derechos por parte de la Iglesia o de sus posesiones en Francia a principios de este s iglo. Pocos crist i anos advi r t i eron en su moment o que, a l debi l i t arse l aposición de poder que la Iglesia tenía en el mundo, quedaban l iberadas nuevas fuerzas espiri tuales y rel igiosas.

A u n q u e G o g a r t e n , M e t z y C o x h a y a n h e c h o a n á l i s i smuy val iosos de la s i tuación, éstos resul tan poco sat isfactorios en algunos aspectos. En primer lugar, la proposición de que la secularización es una exigencia de larevel aci ón cr i s t i ana y una consecuenci a del anunci o delmensaj e b í b l i co no ha s i do , has t a ahora , adecuadamente respaldada por la teología, aun cuando, con el t iempo,se l ogre apoyar es t e punt o de v i s t a en argument os más

24 Cfr. nota 17.

118

de nue s t ra soci edad; en consecuenci a , fueron i ncapacesde sumi ni s t rar un anál i s i s ef i caz de l a verdadera s i t uaci ón . P udi eron combat i r ab i er t ament e a l marxi smo y a lnacional-social ismo porque eran ideologías fáci les de

reconocer. Pero no vieron a la ideología oculta que carcome nuestra sociedad moderna, la ideología que estádevorando l os c i mi ent os de l a Ig l es i a mi ent ras ex t ernament e y en públ i co l a t ra t a con aparent e respet o .

3. La contienda con los "poderes"

Resumiendo, podemos decir que la Iglesia y la cris t ian

dad se somet i eron or i g i nal ment e a l a secul ar i zaci óncomo a una descris t ianización dolorosa y perniciosa delmundo, y só l o ahora comi enzan a adopt ar una act i t udmás pos i t i va f ren t e a es t e acont eci mi ent o . A demás , l asecul ar i zaci ón ha produci do una d i v i s i ón t a j an t e en t rel a v i da pr i vada y l a públ i ca del i nd i v i duo. Ha dado como resu l t ado un a l t o grado de l i ber t ad i ndi v i dual en e lsector privado de la sociedad, que puede ut i l izarse parael au t odesarro l l o creat i vo del hombre. S i n embargo, en

el sector público de la sociedad existe menos l ibertad enla vida y en el t rabajo desde que dicho sector se ve domi nado por es t ruct uras , formas de v i da , re l aci ones yformas de conducta objet ivas. La Iglesia y la fe encont raron en e l ámbi t o de l a v i da pr i vada un confor t ab l eni cho, y ahora cont empl an ese ámbi t o como propi o ypart icular y como su terri torio misional . Esto es , enci er t a medi da, cont radi c t or i o con e l caráct er universal

de la misión cris t iana. El cris t ianismo no existe para119

prestar test imonio sólo en distri tos residenciales dentrode clubs, asociaciones y famil ias . También está paraprocl amar e l mensaj e cr i s t i ano en l a v i da públ i ca y enl a macroes t ruct ura de l a soci edad . P ero l a nat ural eza

en todas partes como lo hacen ciertas sectas o ciertosfanát icos l íderes rel igiosos. Admit imos que los autoresdel Nuevo Tes t ament o t en í an una marcada t endenci a aproyect ar l o bueno y l o mal o en un mundo ext er i or a

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misma de esta estructura ha vuel to imposible esa misión. Parecería que la Iglesia se ha resignado a la s i tuación. La verdadera s i tuación, s in embargo, es aún másgrave ya que una ideología oculta y totalmente ant icris

t i a n a predomina dent ro de l a macroes t ruct ura de l a sociedad, y esta ideología se está desl izando imperceptiblemente dentro del sector privado de la vida, una vez másen forma oculta, y comienza de este modo a predominart ambi én en e l ámbi t o que t odaví a permanecí a acces i b l ea la Iglesia, al punto que los cris t ianos apenas s i advierten la presencia de estas potencias ocul tas o comprenden que son un pel i gro l a t en t e .

¿Qué hacer frente a esta s i tuación? Lo primero: estaralertas y vigi lantes, admit ir la s i tuación tal cual es . Esnot abl e que e l Nuevo Tes t ament o y l a Ig l es i a pr i mi t i vatuvieran tan clara conciencia de la necesidad de lucharcontra potencias invisibles y ocultas . En la teología t radicional y en la exégesis de la Iglesia Católica, se haprestado poca o ninguna atención a estas referencias bíbl icas . Sin embargo, el exégeta Heinrich Schlier ha escri to , hace poco, un excelente estudio sobre este tema. 2 5

La enseñanza de la Bibl ia sobre "los principados ylas potencias" se entremezcla, por supuesto, con otroelemento que nos resul ta muy difíci l de aceptar hoy endía, a saber, la referencia a buenos y malos espíri tus . Espreciso desmit ificar de espíri tus concienzudamente alNuevo Tes t ament o . En l o que respect a a nues t ro problema part icular no se nos exige pensar que Satanás está

2 5

H . SCHLIER, Principalities and Powers in the New Testa-ment ( L ondr e s y N ue va Y or k , 1961) .

12 0

ellos mismos y en un mundo de espíri tus , lo que se debeal cl ima totalmente mitológico en que vivían y a la herencia de s iglos de pensamiento mít ico.

Hoy en d í a ya no podemos acept ar es t e mundo de

demonios en la medida en que lo admit ió espontáneament e e l Nuevo Tes t ament o . P ero , a pesar de e l l o , podemos aceptar el contenido esencial de este primit ivo mensaje cristiano: que la fe y la Iglesia están siendo constant ement e pues t as a prueba por "pot enci as" i n t angi b l es yocultas . "No estamos luchando contra seres de carne yhueso sino contra principados, contra potencias, contralos dirigentes mundiales de esta presente oscuridad, con

tra los anfi t riones espiri tuales de la perversidad en lugares cel es t i a l es . . . " (Efes . 6 , 12) , "e l p r í nci pe delpoder del aire. . ." (Efes. 2,2). Según Schlier, "el cielo"y "el aire" s ignifican aquí "el cl ima general espiri tualque i nf l uye sobre l a humani dad , en e l que v i ven l oshombres , en e l que resp i ran , que domi na sus pensamientos, aspiraciones y real izaciones". 2 6

La medida en que esta potencia oculta e ideológica denuestra sociedad moderna, a la que ya he aludido, coin

cide con las potencias del Nuevo Testamento y del crist ianismo primit ivo, queda clara en la descripción quehace Schlier de la esencia y de la act ividad de esas pot enci as : " Inf l u i r sobre l a nat ural eza en forma t a l queacreciente sus exigencias y su autoridad sobre el homb r e . . . as í las inst i tuciones históricas y las s i tuacionesse han convert ido en residencia, alojamiento, medio ei ns t rument o de esas pot enci as ." Esas pot enci as pueden

2 6 Op. cit., p á g . 3 1 .

12 1

desembocar en "una i deol ogí a medi ant e la c u a l la aut or i d a d de este (el ant i cr i s t i ano) Es t ado se filtre en todo,se establezca y opere en t odos l ugares" . P ero "cuandol as pr i nci pal i dades penet ran el m u n d o y las ci rcuns t an

4 . E n t r e un futuro falso y uno verdadero

M i e n t r a s la Iglesia •—incluso después de las r e f o r m a sdel segundo C onci l i o Vat i cano— cont i núe organi zándose como una espl éndi da y poderosa i ns t i t uci ón y s u b r r a -

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cias de la v i d a h u m a n a p a r a e j e r c e r su p o d e r m e d i a n t eel las , t ambi én medi ant e e l l as se ocul t an al m u n d o y a

la vida diaria de la h u m a n i d a d . S e r e t i r a n de la vista aloj ándose en los hombres , e l ement os e i ns t i t uci ones , g ra

cias a los cual es hacen sent i r su poder í o" . La conclusiónde Schlier queda expresa en un di áfano j uego de p a l a bras : " P a r e c e r no a p a r e c e r es p a r t e de su esenci a ."2 7

Debo des t acar que no cons i dero demoní aca a la ideol ogí a predomi nant e en nues t ra soci edad de hoy. C reo,es o sí, que damos demas i ada poca i mport anci a a las

convicciones bíbl icas y cr i s t i anas pr i mi t i vas sobre la

cons t ant e l ucha que hay que l i b rar cont ra las pot enci asocultas de n u e s t r o m u n d o y de nuestra sociedad. La

Biblia nos advierte contra estas potencias secretas l lam á n d o l a s un adversar i o "que nos ronda como un leónque ruge mi ent ras busca a l gui en a qui en devorar" . P eroes t a adver t enci a es t á acompañada por la r e c o m e n d a c i ó nde "mant enernos serenos , de es t ar a l er t a" (1 Ped. 5,8).

M e p ar e c e que la Iglesia ha desdeñado un tanto esta re

comendaci ón . "S erenos" , en este contexto, significa que

no debemos hacernos i lusiones sobre las " p o t e n c i a s " y,

en consecuenci a , t ener b i en en c u e n t a la s i t uaci ón realsin sent irnos en forma a l guna i nqui et os . "A l er t a" qui eredeci r v i g i l ar i ncansabl ement e el verdadero curso que

t o m a n los acont eci mi ent os en el m u n d o .

2 7 Op. cit., p á g s . 23-9.

122

y a n d o su propio prest igio e i n f l uenci a en el m u n d o ;m i e n t r a s su bella e i m p r e s i o n a n t e f a c h a d a sea más im

p o r t a n t e que lo que g u a r d a d e t r á s ; m i e n t r a s su propi aes t ruct ura j ur í d i ca cuent e más que la verdadera s i t uac i ó n h u m a n a que i n t e n t a p o n e r en o r d e n ; m i e n t r a s la

Iglesia se vea a sí m i s m a c o m o más i m p o r t a n t e que él

m e n s a j e que d e b e p r o c l a m a r , y m i e n t r a s su propi a renovaci ón le p a r e z c a más u r g e n t e que la renovaci ón del

mundo: mi ent ras es t as act i t udes preval ezcan , la Iglesiasent i rá la neces i dad de sent i rse confor t ab l ement e i n t eg r a d a d e n t r o de las e s t r u c t u r a s de e s t e m u n d o , p a r aobt ener así la segur i dad de una exi s t enci a cont i nuada. 2 8

P e r o una Iglesia en l ucha i ncesant e cont ra las "po

t e n c i a s " no puede l l evar una existencia confortable. Una

Iglesia que está s i t iada por el espíri tu de las " p o t e n c i a s "debe vivir en la cons t ant e real i zaci ón de que ha recibidoo t r o E s p í r i tu . A p e n a s me at revo a deci r l o , especi a l ment e ahora , pero la cr i s t i andad no puede permi t i rse o t ravez el lujo de es t ar t o t a l ment e as i mi l ada a una si tuaciónhistórica dada. En ot ras pal abras , la cr i s t i andad debe

p e r m a n e c e r s i e m p r e , en ci er t a medi da, "ex t raña alm u n d o " . No qui ero deci r que la Iglesia deba aferrarse a

es t ruct uras pasadas de m o d a y a formas de vida igualment e feneci das y l a m e n t a r el proceso de secul ar i zación. No, la cr i s t i andad es , en un ul t i mí s i mo y profundosentido de la frase, una e x t r a ñ a al m u n d o p o r q u e no es

p e r a que la sal vaci ón provenga de la ciencia o de la tec-

2 8Cfr. P I E R R E B E R T O N , The Comportable Pew (Filadelfia y

L o n d r e s , 1 9 6 5 ) .

123

nologia, de s is temas de producción, de computadoras yde la planificación.

Es cierto que la cris t iandad y la Iglesia deberán s iempre exist i r en el devenir his tórico y que la Iglesia deberá

sus deberes para con sus ministros, cuando se preocupetanto por la seguridad de las casas de una ciudad amenazada como por la de sus propios edificios. Existe, sí,una rebel i ón cr i s t i ana pero l i mi t ada y só l o cuando l a

29

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es t ar s i empre encarnada en e l mundo. P ero , a l mi smotiempo, también es cierto, que esta encarnación nopuede nunca ser absoluta. De hecho, hoy, corremos elpel igro de olvidar un aspecto esencial del cris t ianismo:

que e l mensaj e cr i s t i ano apunt a s i empre por enci ma ymás al lá de cualquier constelación histórica definida.Por el lo la Iglesia no puede nunca asimilarse completament e a l a soci edad cont emporánea, porque tambiénel la t iene la tarea de conducir a esa sociedad contemporánea ante el juicio de Dios. Si la Iglesia olvida esta tarea, en otras palabras, s i se deja estar, abandona la vigi lancia y pierde la serenidad, entonces elegirá, inevi

t ab l ement e , es t ab l ecerse con t oda comodi dad dent ro dela constelación del orden existente. Como consecuencia,su act i t ud será de permanent e compromi so . És t a es unade las razones por la que los desvanes del Vaticano estánl lenos de desperdicios acumulados durante s iglos.

C uant as veces hubo que e l eg i r en t re mant ener l a ex i s tencia de la Iglesia como estructura dentro de una sociedad definida o asumir una act i tud basada en princip i os f ren t e a l as i nhumani dades de un rég i men, se opt ósiempre por lo primero. Al referirse a la imposibi l idadde la rebel ión c ris t iana, el f ilósofo fran cés M erle au-Ponty estaba persuadido de que la opción por la defensade la estructura formaba parte de la esencia de la Iglesiacris t iana: "Hubo casos, es cierto, en que la Iglesia apoyóa rebeldes, pero fue porque éstos protegían sus templos,sus ministros y sus posesiones. Pero Dios sólo entraráplenamente en la his toria cuando la Iglesia sea tan cons

ciente de sus deberes hacia todos los hombres como de124

amenazada es l a Ig l es i a mi sma."Creo, s in embargo, que esta act i tud no forma par t e

de la esencia de la Iglesia. El mensaje cris t iano no fuehecho para en t rar en l a h i s t or i a só l o de manera cont em

poránea y adapt ada. S i empre debe ser una especi e de"intrusión" en el acontecer his tórico. Sólo bajo esta luzpodremos entender que lo que se espera del cris t ianismoy de la Iglesia no es que se l imiten a penetrar en laspresentes estructuras sociales , s ino que además las modifiquen. En otras palabras, la levadura no debe ser absorb i da por l a masa, debe t ransformarl a . La encarnación sin t ransfiguración qui ta sent ido a la Iglesia y al

cr i s t i an i smo.En su esencia más profunda, el cris t ianismo es la elecci ón de un fu t uro t an t o para e l hombre como para e lmundo. Es t e fu t uro d i f i ere rad i cal ment e del fu t uro buscado por la ideología oculta de nuestra sociedad. Sólo lasereni dad y l a v i g i l anci a cr i s t i ana nos permi t en ver quela vida de la Iglesia no puede s incronizarse totalmentecon l a del mundo. Es esenci a l que comprendamos es t oporque es e l fact or que corre permanent e pel i gro de

caer en el olvido cuando se discuten los problemas dela Iglesia y del mundo. Por supuesto, no nos equivocamos cuando l ament amos e l a i s l ami ent o y l a separaci ónde una Ig l es i a que enfrent a a l mundo. Y s i n embargo,no es tan fáci l conocer las al ternat ivas de esta s i tuación.C i er t ament e , l a a l t ernat i va no puede ser una Ig l es i a t ot a l ment e as i mi l ada a l mundo o que asp i ra a una com-

2 0 M . M E R L E A U - P O N T Y , Sens et non-sens ( P a r í s , 1 9 4 8 ) . E s tepasaje debe leerse en su contexto, págs. 3 0 5 - 2 1 .

125

pl et a i n t egraci ón . Tenemos razón a l l ament ar e l hechode que la Iglesia y el mundo estén separados, pero estaseparación se produjo a causa de la rígida adhesión dela Iglesia a esquemas superados en la civi l ización. De

C A P I T U L O I V

La Iglesia

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bemos , con t odo, guardarnos de acept ar como i dealla total integración de la Iglesia y la completa modernizaci ón del cr i s t i an i smo. Debemos mant enernos sens i b l esa aquel los aspectos del mensaje cris t iano que t rascien

den a toda s i tuación histórica.En la presente s i tuación secular, la Iglesia se ve ame

nazada por la ideología oculta del s is tema social . Siacepta el lugar que se le concede en la sociedad modernay s i —consci ent e o i nconsci ent ement e asp i ra a compl et ar esa i n t egraci ón— no t i ene fu t uro . S i qu i ere cumpl i r ,a l menos en par t e , con su verdadero fu t uro , t endrá que"vaci arse" , "anonadarse" , en e l más profundo sent i do

cr i s t i ano de l a pal abra . En e l capí t u l o próxi mo, me gustaría discut ir el verdadero sent ido de este vaciarse dela Iglesia.

126

y la kenosis

Antes de explicar lo que s ignifica la palabra kenosisen e l t í t u l o de es t e capí t u l o , me gus t ar í a recons i derar e ls ignificado de la palabra "Iglesia". La pregunta sobre elfuturo de la Iglesia se reduce más o menos a esto: ¿Cómo puede escapar la Iglesia a las garras, es más, alapris ionamiento de las "potencias" ocultas en la sociedad secul ar? S i su es t ruct ura y su forma es t án f i rmemente establecidas como los cimientos de una casa,en t onces no podrá escapar a un fu t uro mort a l . P ero ¿ t en e m o s n e c e s a r i a m e n t e q u e p e n s a r e n t é r m i n o s d e u n aes t ruct ura or i g i nal i nconmovi bl e , dent ro de l a cual só l ola forma podrá estar sujeta a cambios? Propongo queencaremos el estudio de este problema desde variosc a m i n o s .

1 . L A I G L E S I A

Hay claros indicios de que la faz externa y la forma dela Iglesia están sujetos a cambios. Esto se deduce de losdist intos modos en que la Iglesia se ha entendido a s ími sma en e l curso de l a h i s t or i a . Es t e en t endi mi ent oquedó expresado en l a gran va r i edad e le nom bres quereci b i ó l a Ig l es i a y en l a gran var i edad de maneras en

que se hizo referencia a la Iglesia.127

1. El empleo del lenguaje en la Iglesia

"Ig l es i a" es una de esas ex t rañas pal abras que se emplea, a veces, en mult ipl icidad de formas en un mismo

P or c i er t o que ser í a muy ext raño o , a l menos superf l uo ,que e l l ocut or en una boda d i j era : "hoy cel ebramos unaboda" . P arecer í a redundant e señal ar por un anunci oexplíci to lo que todos los presentes están haciendo.

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sermón o discurso. Cuando, por ejemplo, se ut i l iza laf rase: "nue s t ra S ant a M adr e l a Ig l es ia nos enseñaq u e . . ." , el pred icado r se refiere s imp lem ente a l sectorjerárquico de la comunidad de la Iglesia. Por otra parte,

un a frase como : "la Iglesia ho y cele bra. . ." , se refierea la Iglesia universal y a sus miembros.

Es t as "maneras de habl ar" revel an , a l mi smo t i empo,algo sobre el modo en que la Iglesia se ve a s í misma.Señalan la existencia, dentro de la Iglesia, de dos gruposde personas : uno que enseña y o t ro que escucha, ungrupo mayor y o t ro menor de edad , en o t ras pal abras , l ajerarquía y los laicos. Puesto que los jerarcas se ident ifican a s í mismos con la Iglesia, esta expresión tambiénsugiere que la jerarquía es , por así decirlo, la Iglesia depr i mera cat egor í a dent ro de l a Ig l es i a , mi ent ras que e lsector no jerárquico es sólo una Iglesia de segundo orden . H e acent uado es t a s it uaci ón en forma u n t an t ot a j an t e para mos t rar l as i mpl i caci ones que t i enen f rases como: "n ues t ra S ant a M ad re Ig l es ia d i ce que. . . " ;pero esto no s ignifica, por cierto, que estas implicaciones estén s iempre presentes.

"La Iglesia hoy celebra. . ." parece referirse más a laIglesia como a toda la comunidad de los creyentes. Cont i ene s i n embargo un e l ement o not abl e . Nos resu l t a , porsupuesto, una frase muy famil iar, y se la ut i l iza confrecuencia desde el pulpi to para anunciar una fiesta l i t úrg i ca par t i cu l ar o para l l amar l a a t enci ón sobre l as caracterís t icas de una fiesta l i túrgica. Pero lo extraño aquíes que sea necesario hacer presente a la comunidad de

la Iglesia la celebración de algo que está celebrando.12 8

Por lo tanto, el verdadero s ignificado de la frase: "laIglesia hoy c eleb ra. . ." , es: "la Iglesia debería celebra rhoy la fest ividad de. . . porque eso es lo que señalan lostextos litúrgicos; estos textos litúrgicos no son accesibles

para ustedes (los fieles) porque provienen de una ant igua t radición de la Iglesia que ya no s igue vigente peroque debemos rev i v i r . Yo (e l p redi cador) l a acl ararépara ustedes (los fieles): esto es lo que hoy deberíamoscel ebrar por v i r t ud de una an t i gua t rad i c i ón" .

P ara comprender , en par t e , l a t ens i ón que ex i s t e en t re" l o que en verdad deber í a es t ar t en i endo l ugar" y " l oque de hecho es t á t en i endo l ugar" , bas t ará c i t ar un so l o

ejemplo: nos basta pensar en las dificul tades catequé-t i cas que surgen cuando un predi cador t i ene que expl i car lo que la Iglesia debería celebrar en Pentecostés .U na s i mpl e f rase como: " l a Ig l es i a hoy cel ebra . . . " ,señala así el contraste que existe entre la forma de unacomuni dad ecl es i ás t i ca que per t enece a l pasado remot oy el cl ima que entonces se vivía y la comunidad eclesiást ica de hoy. En otras palabras, es bastante obvio quehubo en otra época, dentro de la Iglesia, una forma muy

dist inta de existencia y que, a pesar de los intentos derenovar la l i turgia y los métodos catequét icos, sólo condificul tad —y, tal vez, sólo en ciertas comunidades monás t i cas— se pueden rev i v i r esas formas del pasado.

2 . ¿Qué enci erra un nombre?

P odremos l l egar a una mej or comprens i ón de l a gran

diversidad de aspectos en el rostro de la Iglesia a lo12 9

largo de la his toria, anal izando no sólo el empleo dell en g u aj e en l a Ig l es i a d e h o y s i n o t amb i én ex ami n an d olos varios nombres que se dan a la Igles ia.1 L as p a l ab rasKirche, kerk, kirk, church que se ut i l izan en los idiomasgermánicos derivan del griego Kuriake, que significa

E n e l N u e v o T e s t a m e n t o t a m b i é n s e e m p l e a n m u c h o sotros nombres para mencionar a la Igles ia en formam ás o me nos expl íci ta, a saber: Sem brado d e Dios ,Edificio de Dios , Templo de Dios , Jerusalén celes t ial ,Pro met i d a d e D i o s , Cas a y Fu n d aci ó n d e D i o s .3

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"lo que pertenece al señor (Kurios)". K arl Bar t h y o t ro sseñalaron una posible derivación del lat ín circa o circu-lus, p al ab ras q u e i n d i cab an e l áb s i d e s emi c i rcu l ar d o n d e

los f ieles , en torno al obispo, celebraban la eucaris t ía .

2

L a co s t u mb re s a j o na d e l l am ar " c h u r ch " ( l a i g l es i a ) a ll u g ar d o n d e s e ce l eb rab a l a eu car i s t í a p u ed e , p res u mi b l emen t e , d er i v ar d e l a mi s ma fu en t e .

L as l en g u as ro man ces u s an d er i v ad o s d e o t ra p a l ab ragriega, ekklesia: église, chiesa, iglesia. Para los griegos,ekklesia tenía el s ignif icado de "una asamblea de personas reunidas para discut i r los asuntos de Estado". Lap al ab ra fu e emp l ead a en l a v ers i ó n g r i eg a d e l An t i g u o

Tes t amen t o p ara t rad u ci r l a p a l ab ra h eb rea qahal q u e ,con el habi tual añadido de "Yavé", también s ignif icaba"asamblea de gente reunida", pero en es te caso con elénfas is puesto en aquel que era causa de la reunión, osea, Yavé. En otras palabras , el pueblo de Israel , quese consumía caut ivo en Egipto, fue congregado porY av é , p o r med i ac i ó n d e M o i s és , p ara emp ren d er l a ru t a(e l É x o d o ) h ac i a l a T i er ra Pro met i d a . E n e l N u ev o Tes

t a m e n t o , ekklesia s ignif ica el pueblo congregado porCr i s t o y q u e s e reú n e en s u n o mb re . Pu ed e t ra t a rs e d ela Igles ia local ("donde dos o t res es tén reunidos en minombre") o de todas las Igles ias locales reunidas .

1 Cfr. J. M U L D E R S , Het Myesterie der Kerk ( T i e l t , 1965) , c a p í t u l o I I ; L . G . M . A L T I N G T ON G E U S A U , " E n t e l e a a n t e k e n i n g e nover de Eccles iologie" , en DOC Dossier, n* 4 ( H i l ve r s u m, 196 5) ,pá gs . 3 1 - 4 1 ; M I C H A E L S C H M A U S , Kathoüsche Dogmatik ( M u n i c h ,1958) , I I I , 1 , pá gs . 202- 96 .

2

K . B AR TH, Kirchliche Dogmatik, vol . IV, págs . 727-8.13 0

Pero el nombre más conocido que se da a la Igles iaes el de "cuerpo de Cris to". Este término se originócon Pablo y aparece con frecuencia en sus cartas . El

sent ido preciso en que Pablo ut i l iza es te término no nosres u l t a c l a ro d e i n med i a t o p o rq u e p en s amo s s o b re e l" cu erp o " en fo rma t o t a l men t e d i s t i n t a a l a d e l Ap ó s t o l .Pero Pab l o , d e t o d o s mo d o s , p arece q u erer s u b ray ar d o saspectos del ser de la Igles ia: primero, la unidad y lasol idaridad mutua de todos los creyentes en Cris to (peron o p r i m ar i a me n t e en e l sen t id o s o ci ol óg ico d e " cu erp o " )y, en segundo lugar, el Cris to glorioso que se hace vis i ble a la fe. Los Padres de la Igles ia elaboraron esa idea

d e l a Ig l es i a co mo cu erp o en t é rmi n o s d e l a h u man i d adq u e d ev i en e u n a . E l h o mb re es t ab a en carce l ad o y d es garrado por el pecado; pero la Igles ia, como cuerpo deCr i s t o , es " l a h u man i d ad en s u mo v i mi en t o h ac i a l au n i d ad d e D i o s . . . l a t ran s i c i ó n d e l h o m b re d es g ar rad oy v u el t o co n t ra s u s s emej an t es h ac i a u n a n u ev a h u man i d ad , u n i ó n d e aq u el l o s q u e es t án ex t rañ ad o s u n o s d eotros". 4 L o s Pad res t amb i én v i ero n s i emp re a l a Ig l es i a

como cuerpo en relación con el cuerpo de Cris to en laeucaris t ía . Esto queda i lus t rado en la aseveración deSan Th i er ry : " To mar e l cu erp o d e Cr i s t o es l o mi s moque volverse el cuerpo de Cris to".

Lo notable es que en el período preescolás t ico, la Igles i a e ra l l amad a e l " v erd ad ero cu erp o " d e Cr i s t o y e l p an

s Cfr . 1 Cor . 3, 6-9. 16 y 17 ; Gal . 4, 26 ; 2 Cor . 11, 2; 1 T im .3, 5-15.

4 J . RATZINGER, " O ve r he t ke r kbe gr i p de r V a de r s " , e n DO-C

Dossier, xfi 4 ( 1965) , pá g . 22 .131

eucarís t ico el "cuerpo mís t ico" (corpus mysticum).Después de la controvers ia del s iglo décimo sobre la realpresencia de Cris to en la eucaris t ía , se produjo un cambio en la terminología. La eucaris t ía pasó a ser el "cuerpo real" y la Igles ia fue primero l lamada "cuerpo cris

mido y su es tado i rredent<?; entre la gracia interna y laforma externa; entre lo que es ahora y lo que será, yen t re l o q u e y a s e h a cu mp l i d o y l o q u e en c i er ra aú nen es t ad o d e p ro mes a .

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t i a n o " (corpus christianum) y más t a rd e " cu erp o mí s t i co " (corpus mysticum).5

Como resul tado del confl icto entre papas y empera

d o res en la E d ad M ed i a , l a p a l ab ra " c u erp o " p asó a en tenderse en un sent ido jurídico y a ut i l izarse para determinar " los derechos de la Igles ia" . Los aspectos externos , jurídicos e ins t i tucionales de la Igles ia tambiénse acentúan en períodos más tardíos (por ejemplo, enla época de la Reform a) con la consecuencia de que , en1966, los obispos holandeses podían escribi r en su cartap as t o ra l d e Cu ares ma: " E n e l p as ad o , mu ch o s c r i s t i an o sveían en la Igles ia una ins t i tución oficial y organizada,con una determinada profes ión de fe." Los obispos luegoseñalaban que es ta idea de la Igles ia era correcta peroincompleta y se referían al enfoque de la Igles ia quehabían desarrol lado los Padres de la Igles ia.

Esta forma jurídica e ins t i tucional de encarar a laIg l es i a , q u e p red o mi n ó d u ran t e t an t o t i emp o , cay ó f i n a l men t e d er r i b ad a p o r l a en c í c l i ca Mystici Corporis(1943), en que el aspecto "míst ico" de la Igles ia se sub

ray ab a en fá t i camen t e . Po r " mí s t i co " l a en c í c l i ca en t en día que la Igles ia era algo más que la suma total de losf i e l es , q u e e ra t amb i én u n a rea l i d ad s u p rap ers o n al , u n acon Cris to , inspirada por el Espír i tu Santo, y que, comotal, podía decirse de el la que "era s in mácula, s in arruga y s in tacha" (Efes . 5 , 27).

Así se es tableció una dis t inción entre la sant idad dela Igles ia y su iniquidad; entre su es tado de ser redi-

B

H . D E L U B A C , Corpus Mysticum ( P a r í s , 1949) .

132

Sería, por lo tanto, posible escribi r una his toria delco n cep t o d e " cu erp o " , d e l a fo rma en q u e es t a p a l ab raha s ido entendida por la Igles ia a t ravés del t iempo. Elemp l eo d e l l en g u aj e en l a Ig l es i a —d e u n a p a l ab ra o d e

u n n o mb re— n o s i g n i i fca q u e u n a rea l i d ad q u ed a p o re l lo d ef i n i t i v amen t e d e t erm i n ad a . U n n o m b re p u ed e ,por as í decir , l levar vida propia en la his toria.

3. El pueblo de Dios

D eb o an a l i zar ah o ra u n n o mb re q u e s ó l o en es t o s d í asrev i v e en l a m en t e d e l a Ig l es ia : " Pu eb l o d e D i o s " .6 E s t e

nombre es para la Igles ia tan ant iguo como la Bibl iam i s m a ,7 p ero q u ed ó b as t an t e en l a p en u mb ra en e lt ranscurso de la his toria. El teólogo conci l iar Yves Con-g ar h a h ab l ad o d e u n red es cu b r i mi en t o d e l a i d ea d e l aIgles ia como Pueblo de Dios y ha señalado que no arrai gó f i rmemente en la teología catól ica hasta el períodocomprendido entre 1937 y 1942. En el segundo Conci l ioV at i can o , e l es q u ema De Ecclesia n o i n c l u í a o r i g i n a l men t e n i n g ú n cap í t u l o s o b re l a Ig l es i a co mo Pu eb l o d e

Dios . Esta sección se insertó a úl t ima hora a ins tanciasde la comisión coordinadora.

E l n o mb re " Pu eb l o d e D i o s " d er i v a o b v i amen t e d e lAn t i g u o Tes t amen t o . Ap l i cad o a l a Ig l es i a , s u b ray a an tes que nada y por sobre todo la cont inuidad entre la

6 A de má s de l a C ons t i t uc i ón de l a I g l e s i a (Lumen Gentium),t a mbi é n he c ons ul t a do e l t r a ba j o de J . MULDER S (cfr. nota 1) ye l a r t iculo de Y. CONGAR " L a I g l e s i a , P ue bl o de D i os " , e n Conci-lium, I ( 1965) , pá gs . 9 - 33 .

7 Hech. 17, 14; 18, 10; 1 Ped. 2, 9; Ti t . 2, 14.

133

Iglesia e Israel . Los privi legios de Israel pueden, por lot an t o , apl icarse a la Iglesia: su elección, la Alianza yla entrega de Israel a Dios y a sus promesas. Otro aspecto que subraya el nombre, es la igualdad de todos

lateral de la Iglesia, a pesar de una decidida concienciade la tensión existente entre la Iglesia como inst i tución(o real i dad corpórea) y como "ac ont eci m i ent o" .

A quí t ambi én debo menci onar o t ro nombre de l a

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los creyentes en el plano de la existencia cris t iana. Alaceptar y apreciar en su pleni tud la idea de la Iglesiacomo Pueblo de Dios, nos vemos obl igados a rechazartoda sugerencia de que la Iglesia consista primariamen

te en la jerarquía y secundariamente en los laicos, y adestacar la genuina y act iva part icipación de todo el"pueblo" no sólo en la l i turgia s ino también en toda lavida de la Iglesia.

M ás que nada, e l nom bre de "P uebl o de Di os" sugi erela idea de comunidad viva y dinámica de gente en buscade una real i dad y en cami no haci a una real i dad que yavive en la comunidad bajo la forma de promesa. La

Iglesia no es una inst i tución rígida, fosi l izada y estát icas i no un puebl o en cami no, en peregr i naj e : un puebl oque v i ve más en t i endas que en t empl os . C omo P uebl ode Dios, la Iglesia const i tuye un acontecimiento histór ico, una t area cons t ant e , 8 y es este aspecto de la Igles i a , más que n i ngún o t ro , e l que, en es t e moment o , t i eneun atract ivo especial para todos los cris t ianos que sesienten intranquilos por la Iglesia.

La cuest ión de la prioridad de los nombres "CuerpoMí s t i co" y "P uebl o de Di os" ha preocupado muy enpar t i cu l ar a l os t eó l ogos . No se puede negar que hayuna cierta contradicción entre las real idades que indican estos nombres de la Iglesia. Congar se incl ina adecir que Pueblo de Dios y C uerpo M íst ico son nocionesent re s í compl ement ar i as . Es t o i mpl i ca reconocer queha habido, con anterioridad al Concil io, una visión uni-

8 He dedicado especial a tención a este punto en mi l ibro: LaIglesia es algo distinto, op. cit., capítulos 1 y 6 .

134

Igl es i a que, aparent ement e , es bas t an t e negat i vo . Lut e-ro l lamaba a la Iglesia "la prost i tuta de Babilonia". Nose mos t ró en es t o par t i cu l arment e or i g i nal ; e l poet aDant e y e l t eó l ogo medi eval Gui l l aume d 'A uvergne ya

habí an "adornado" a l a Ig l es i a con un t í t u l o s i mi l ar . 9

Es evidente que este nombre se refiere a la Iglesia endecade ncia, a la Iglesia infiel a su misión. U n térm inot al hay que en t ender l o a l a l uz del A nt i guo Tes t ament o ,en el que la infidel idad de Israel a Yavé se pinta conimágenes alusivas a la fal ta de cast idad. Agust ín, Orígenes y Juan C r i sós tomo v i eron a M ar í a M agda l ena comola imagen de la Iglesia redimida del pecado, que fue en

t onces des i gnada como l a "S ant a R amera" . Ot ros escr i t ores (B ernardo , Hi l degard van B i ngen) s i b i en nuncase refirieron a la Iglesia en su período de decadenciacomo a una " ramera" , l a l l amaron, empero , " l a promet i da v i o l ada" . B ernardo expresó es t o en un a t ract i voj uego de pal abras : "Los mal os pas t ores 'p ros t i t uyen ' ala Iglesia en vez de ' inst i tuirla ' ." 10

F i nal ment e , me gus t ar í a menci onar o t ro t í t u l o equí voco de la Iglesia, el de "Reino de Dios". En la Iglesiaortodoxa oriental , la Iglesia se ident ifica por completocon el Reino de Dios y, dentro de la Iglesia catól ica romana, hay muchas decl araci ones que t i enden a suger i rl a mi sma i dent i f i caci ón . Es , s i n embargo, i ncorrect a . LaIglesia debería l lamarse "la puerta de acceso al Reino de

9 Para este tema cfr . H. U R S YON BALTHASAR, Wer ist die Kir-che? ( B a s i le a , 1 9 6 5 ) ; v é a s e e l c a p i tu lo t i tu la d o " D ie h e i l ig e H u r e " ,pá gs . 55-137.

i» Cant. S . 77 , I ; M i g n e PL 1 8 3 , 1 1 5 6 A .

13 5

Di os" , "el a d v e n i m i e n t o del R ei no de D i o s " o i ncl uso el

órgano, el signo del R ei no de Dios en es t e mundo. 1 1El

R ei no de Dios está presente en la Ig l es i a , pero s i emprehay t ens i ón en t re lo que la Iglesia es a h o r a y lo que

l l egará a ser.

La Iglesia puede presentar dis t intos aspectos en dist intas s i tuaciones históricas porque sus m ó d u l o s de vidat rad i c i onal es son lo bas t ant e pol i facét i cos para permi t i ru n a tan r i ca var i edad . C ada vez que se e n c u e n t r a em

p r e n d i e n d o un nuevo cami no, t i ene que desarro l l ar una

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En conclusión, podemos decir que la Iglesia no es, en

su forma y en su a p a r i e n c i a , una real i dad c l ara y de

finida. Incluso en su es t ruct ura bás i ca , la Iglesia surge

en tantos aspectos y t an t as formas durant e las var i ab l essi tuaciones de la historia que no hay un solo período en

q u e su f o r m a se concret ice en una real i dad . El n o m b r e" c u e r p o " p u e d e en un m o m e n t o i n d i c a r la profundau n i d a d de todos los cris t ianos en la graci a (en ú l t i m ai ns t anci a , la de toda la h u m a n i d a d ) . En un per í odo de

conflicto, el n o m b r e p u e d e t e n e r un mayor sabor j ur í dico y s u b r a y a r los derechos de la Iglesia. En la controversia de la R eforma, el aspect o ex t erno de la Iglesia

t endi ó a p r e d o m i n a r , m i e n t r a s que en un período poster i or se ha enfat izado más la i nsp i raci ón i n t er i or y mi steriosa del cuerpo de la Iglesia (corpus mysticum).A d e m á s , la idea do la Iglesia como cuerpo puede interp r e t a r s e en un senl ido tan fuer t ement e i ns t i t uci onal que

debe corregirse con la idea de P u e b l o de Dios en c a m i n oy de la Iglesia como acontecimiento y t a r e a . La i ns t rucción l i túrgica t rata de establecer una cont i nui dad ent re

el modo en que pensamos hoy en día de la Iglesia y lai dea t rad i c i onal de la Ig l esi a an t i gu a ("la Iglesia celebrah o y . . . " ) ; p e r o no a l c a n z a a t r a d u c i r el h e c h o de que

existe tanto una cl ara d i scont i nui dad como una contin u i d a d en la vida de la Iglesia. En al guna época, la

Iglesia podía ident ificarse con su sect or j erárqui co; en

l a nues t ra , sin e m b a r g o , p r e d o m i n a la i gual dad de todosl os mi embros de la Iglesia.

1 1 Cfr. M I C H A E L S C H M A U S , op. cit., págs. 684 y sigs.

13 6

n u e v a f o r m a que corresponda a es t e nuevo enfoque de

s í mi sma, s i empre debe adapt arse , corregi rse , dar n u e v af o r m a a su es t ruct ura . És t a surg i rá , por un l a d o , de las

abundant es pos i b i l i dades cont eni das en sus módul os de

vi da fundament al es y, por el ot ro , de las exigencias de

la s i tuación histórica.

4. La elección de un cami no

En todos estos cambios en la comprens i ón que la Iglesiat i ene de sí m i s m a , es pos ib l e habl a r de dist intos aspectos

que resal t an en un m o m e n t o d a d o por sobre los d e m á s .P e r o me p a r e c e q u e , en un m o m e n t o d a d o de la hi s t or i a ,se hizo una elección más fundamental en lo que respecta a la forma de vi da y a la apar i enci a de la Iglesia. Y

preci sament e porque es t a e l ecci ón se hizo hace s iglospuede t odaví a permanecer ocul t a a nues t ra v i s t a .

P odemos cons i derar el c a m i n o de la historia como un

c a m i n o por el cual adel ant amos y, al m i s m o t i e m p o ,como un c a m i n o que nos vamos cons t ruyendo a m e d i d a

q u e a v a n z a m o s . De t i empo en t i empo, l l egamos a e n c r u ci jadas. Entonces debemos elegir e n t r e dos rutas posibles .

La Iglesia l legó a tal encruci j ada en el siglo cuarto.Se le ofreció la posibi l idad de e n t r a r en el sis tema político en vigencia o sea en el I m p e r i o R o m a n o . E n f r e n t a d aco n la posibi l idad de elegir entre la figura profét ica del

Siervo, la f o r m a del servicio sin pret ens i ón , y la figuraregi a y polí t ica, la f o r m a del poder í o y de las p o m p a s

mundanas , e l i g i ó la segunda. És t e fue el punto decisivo137

constant iniano en el camino de la Iglesia. Quizás estaelección pudo haber s ido necesaria en su época. Inclusopudo haber s ido la elección acertada, puesto que elegirel otro camino quizás hubiera l levado a la Iglesia aconver t i rse en una sect a i ns i gni f i cant e . P ero fue , por

dominantium). Por supuesto, seguían exist iendo dos"rei nos" , pero podí an ensambl arse; quedó b i en c l aroentonces que el que debía ser supremo era el Reino deDios en la forma de la Iglesia.

Gracias a esta elección, la Iglesia obtuvo inmensas

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cierto, la elección que determinó toda la his toria subsiguiente de la Iglesia. Trajo como resul tado que la Igles i a , g radual ment e , expresara sus pensami ent os y sus

acci ones en t érmi nos de poder . No qui ero suger i r quela Iglesia haya abusado del poder; pero, desde ese moment o en adel ant e , t uvo una t endenci a a pensar que e lestablecimiento del Reino de Dios quería decir la instauración del poder de la Iglesia en el mundo entero. Y enesa época "el mundo ent ero" (oikoumene) era el terri t or i o cont ro l ado por e l Imper i o R omano. A segurándose,mediante el poder, una s i tuación de privi legio dentro deese Imperio, la Iglesia obtenía nuevas y enormes oportunidades de establecer el Reino de Dios sobre la t ierra.

La idea del Reino de Dios se entendía, por supuesto,en sent ido espiri tual , pero, al parecer, no se veía objeción en dar al poder espiri tual del Reino de Dios unaforma visible y externa al mismo t iempo. Es evidenteque una par t i cu l ar i n t erpret aci ón de "e l R ei no de Di os"desempeñó un papel muy i mport ant e en l a e l ecci ón h i s t ór ica cuy o cent ro es e l Edi ct o de M i l án , (31 3) , t an t o

en la época en que se hizo esta elección como las subsiguientes. Los muchos textos bíbl icos que se refieren alpoder y a la dignidad real de Cristo y de su "Reino" sei n t erpret aron en sent i do más l i t era l que met afór i co y selos concibió como referidos a la forma mundana de laIglesia y de aquel los que ocupaban un cargo en la Igles i a . No pasó mucho t i empo s i n que e l papa reci b i erael t í tulo que el Apocal ipsis (19,16) da a Cristo: "Rey

de reyes y Señor de señores" (Rex regum et Dominus13 8

ventajas . La más obvia fue el rápido auge del cris t ian i smo en t odo e l Imper i o R omano: en muy poco t i empofue promovi do de cu l t o s i mpl ement e "aut or i zado" a cul-

tus publicus. Las t r i bus paganas i ncorporadas por conqui s t a a l Imper i o se v i eron forzadas a acept ar e l baut i smo. La negat i va s i gni f i caba muy a menudo l a masacre. (¡No estoy ni por asomo sugiriendo que ésta fuera una de l as "vent aj as"!)

Las desventajas , que fueron tan grandes como lasasí l lamadas ventajas , quedaron en evidencia en los s i glos s iguientes. La división del Imperio Romano condujoen el s iglo décimo al cisma de la Iglesia. Había ahorados Iglesias cris t ianas. La Iglesia Occidental del patriarcado romano, con l a ayuda de C ar l omagno, se organi zódentro del Sacro Imperio. La Iglesia Oriental , por supar t e , quedó i ncorporada a l Imper i o B i zant i no . A mbasIg l es i as recl amaban para s í e l t í t u l o de "verdadera yúnica Iglesia de Cristo". La Iglesia catól ica romanamant uvo su pos i c i ón de predomi ni o dent ro del granImper i o Occi dent al .

C uan do, a f ines de l a Eda d M edi a , decl i nó e l poderpolí t ico del Imperio, se produjo el correspondiente deterioro en el poder de la Iglesia. El único gran Imperiofue despedazado por e l naci onal i smo. Europa occi dent alquedó dividida en muchos y dist intos Estados nacionalesy la unidad europea dejó de exist i r . Por eso, la Reformafue inevi table: una conclusión del decl inar pol í t ico y dela pérdida d el poder pol í t ico de la Iglesia. M ien tras la

Ig l es i a fue una presenci a poderosa dent ro del Imper i o ,139

ci smát i cos y herej es como Jan Hus podí an quemarseen la pira. En 1917 ya no era posible.

5. A i s l ami ent o

l iando, tal vez con mayor énfasis , su s is tema feudal degobi erno , basado en l a i dea de un emperador supremocon príncipes dependientes, y como consecuencia inevit ab l e , quedó cada vez más a l e j ada del mundo. A dopt óuna act i tud defensiva frente a las grandes revoluciones

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Como ya lo di je en un capí tulo previo, después de la Reforma la Iglesia catól ica se encerró detrás de su propiamural la. La ident ificación pol í t ica y geográfica con un

sistema polí t ico ya no era posible (aunque todavía sonvisibles en algunos países los restos de una anteriorconstelación, por ejemplo en España). Pero las viejases t ruct uras aún se mant i enen dent ro de l a Ig l es i a . Todavía s igue dividida y subdividida en terri torios de poder (diócesis y parroquias), aunque éstos con frecuencia ya no corresponden con los terri torios pol í t icos.

La única tarea misional de la Iglesia s igue todavíarepart ida entre dos órdenes. Éstas son las dos potestadesreservadas al clero: la potestad de ordenación (potestasordinis), por la que se recibe el poder y se es ordenadopara admi ni s t rar l os sacrament os y l a "P al abra" , y l apotestad de jurisdicción (potestas jurisdictionis) por laque se confiere la potestad pastoral dent ro de un territorio definido.

La apar i c i ón de muchos nuevos Es t ados naci onal escreó el pel igro del advenimiento de Iglesias nacionales,

un pel igro que no era i lusorio (anglicanismo, febronia-n i smo, ameri cani smo) . La au t or i dad de l a Ig l es i a y supoder jurisdiccional se central izaron así en el oficio pe-trino y esto naturalmente se hizo en detrimento del oficio episcopal . El primer Concil io Vaticano representóasí un cl imax en esta evolución.

M i ent ra s e l mu ndo occi dent al se desarro l laba — l entamente y no s in confl ictos— a lo largo de l ineamientos

democrát i cos , l a Ig l es i a romana cont i nuaba desarro-14 0

sociales de los s iglos dieciocho y diecinueve, continuópensando y act uando f ren t e a l poder de acuerdo con l aact i tud feudal y hasta el s iglo pasado persis t ió en sus

i n t ent os de res t aurar e l mi t o de l a uni dad europea.Llegados aquí , quizás se le ocurra al lector el comen

tario de que la Reforma el igió un nuevo camino. En unaspecto, es cierto. Pero la reforma protestante está dialéct icamente relacionada con la Iglesia catól ica romanay por este solo motivo permaneció s iempre dentro delmovimiento histórico que se inició en el s iglo cuarto.P or l o t an t o , puede ser cons i derada como un pr i merintento de crear una forma más original de cris t ianism o . Est e i n t en t o , s i n embargo, se f rus t ró porque e l movimiento histórico en que la Reforma estaba incluida nol legó a sus úl t imas consecuencias. La act i tud medievalfrente al poder reaparació bajo formas dist intas y temperadas (rel igión del Estado, Iglesias nacionales, etcét e r a ) , aun cuando muchas de l as Ig l es i as reformadassean hoy en d í a sumament e democrát i cas .

La tendencia moderna e his tórica hacia la seculari

zación ya está casi completada. Todo intento de interpret ar pos i t i vament e a l a secul ar i zaci ón como "una consecuenci a del anunci o del Evangel i o" (Gogar t en , C ox)forzosamente se nos aparecerá como muy discut ible, ycontradice por cierto el verdadero curso de los acontecimientos. La Iglesia ya no es relevante en las grandesestructuras de la sociedad moderna; está presa dentrodel gran s is tema, un pris ionero capaz de l levar una vida

bastante inocua y confortable.14 1

P uede parecer una comparaci ón exagerada pero l aIglesia está en una s i tuación similar a la de los indiosen los Estados Unidos. La forma de vida de éstos no encaj a dent ro de l a moderna soci edad ameri cana y , enconsecuencia, se los ha colocado en reservas especiales

S e m e pregu nt ará qué garant í as t enemos de que laotra ruta no conduzca también a un cal lejón s in sal ida.Ni nguna. C uant o t enemos son l as promesas de C r i s t o yel deber de "marchar por e l cami no" como P uebl o deDios. Sólo podemos elegir ahora la metanoia: "dar vuel

1 2

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donde "no pueden hacer n i ngún daño" . Lo mi smo ocurre con la Iglesia. Se ha convert ido en una "reserva rel i g iosa" con s i s tema p ropi o de v i da . A ún p ued e e j ercer

cierta influencia en el sector privado de la vida, perofuera de al l í cualquier efecto que pueda tener es rápid a m e n t e n e u t r a l i z a d o .

En este mom ento de la historia estamos en bancarrota.Es el legado de la elección que la Iglesia hizo en laencrucijada del siglo cuarto. La Iglesia optó entoncespor seguir una cierta ruta en el curso de la his toria.Ahora resul ta obvio que era un cal lejón s in sal ida.

6 . R et orno

¿Qué puede hacer la Iglesia en tal s i tuación? Cuando seestá en un cal lejón s in sal ida hay una sola cosa que sepuede hacer : re t ornar . P ero ¿cómo puede l a Ig l es i a v i rar y desandar el sendero de la his toria? (¡Esto parecel a pregunt a de Ni codemus!) P or supues t o que, l i t era l ment e , no puede hacer l o . P ero s í puede exami nar con

cui dado e l cami no recorr i do , como muy brevement e l ohemos hecho aquí , en es t e l i b ro . T i ene que descubr i rcuál fue el origen de esta elección que la l levó a unapos i c i ón en l a que ya no puede avanzar . Ya suger í quesu origen se encontrará en la elección que hizo en els iglo cuarto. En ese momento histórico se le presentarondos caminos divergentes: en otras palabras, exist ió otraposibi l idad. Ahora debemos t ratar de establecer cuál fue

esa otra posibi l idad.142

t a" , conver t i rnos , e l eg i r e l "o t ro cami no" .Y vemos borrosament e e l o t ro cami no, porque l a i dea

de Pueblo de Dios resuci tó y recibió prominencia en el

Concil io. Si miramos a la Iglesia s implemente como"cuerpo" es t á t i co e i ns t i t uci onal , e l " re t orno" es i mpos i b l e . P ero comprendi endo a l a Ig l es i a como P uebl ode Di os podemos ver l a nuevament e como una real i daddi námi ca, como gent e que es t á en movi mi ent o y s i empre en cami no, como un puebl o que es t á en búsquedaconstante, como un pueblo que puede seguir dis t intoscami nos y que se puede ex t ravi ar . ¿Di remos en t oncesque la Iglesia ha seguido el camino equivocado? Y si

así lo hizo, ¿no se contradice esto con su infal ibi l idad?No l o creo . Lo que ahora exper i ment amos es l a mayoría de edad de la Iglesia, su madurez. Tuvo que segui res t e "cami no equi vocado" para obt ener una comprensión más profunda y mejor de s í misma y de su misión.La Iglesia no perdió t iempo o esfuerzos por seguir loscaminos equivocados a que me referí . No se entretuvovagan do s i n propós it o . T uvo que segui r es te cami no (del

sufr i mi ent o) para poder obt ener una mayor madurezespi r i t ual .

En la parábola del hi jo pródigo, el padre no intentaretener al hi jo cuando éste desea part i r de viaje. El ca-

1 2 E l l e c t or c ompr e nde r á , por s upue s t o , que a quí ha y una a na l og í a c on e l p r obl e ma que H e i de gge r d i s c u t e e n r e l a c i ón c on l ame t a f í s i c a oc c i de nt a l . T a mbi é n é l s e r e f i e r e a un " r e t or no" ne c e sar io (Kehre). N ue s t r o pr obl e ma no f ue d i r e c t a me nt e s uge r i do porH e i de gge r s i no que l a s i mi l a r i da d s e me oc ur r i ó de s pué s . C f r .S. IJSSELING, " H e t Z i j n e n de z i j nde n" , e n Tijdschrift voor Fi

losofo, 28 ( 1966) , pá gs . 3 - 53; c f r . pá gs . 27- 40 .14 3

mino del hi jo lo l leva a un cal lejón s in sal ida, pero re gresa, m á s m a d u r o i n t e r i o r m e n t e y c o n u n a m o r a ú nmás grande por e l padre , a l "or i gen" del cami no, a l abifurcación de los caminos. Ahora volverá a part i r peroenriquecido por todo lo que experimentó en el otro ca

En la primera parte del l ibro de Isaías , el Mesías estárepresent ado más como un rey . Es t as profecí as son presumi bl ement e obra del mi smo Isaí as . La segunda par t edel l ibro (capí tulos 40-66) se l lama a veces el "SegundoIsaí as" o e l "Deut ero-Isaí as" , y es probabl ement e obra

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mino. No ha roto los vínculos con su padre. Al contrario,los ha fortalecido.

Del mismo modo, la Iglesia no ha perdido el legado

de C r i s t o en su "cami no ext ravi ado" . No ha ro t o e lv í ncul o con l a graci a . Tambi én e l l a puede par t i r denuevo, enr i queci da por l a exper i enci a y pur i f i cada porel sufr i mi ent o . S u nuevo cami no debe ser genui nament ecris t iano. ¿Existe ese camino para la Iglesia? Creo quesí y lo he l laamdo el camino de la kenosis.

2. K E N O S I S

He tomado esta palabra griega de lo que fue probablement e un h i mno que se cant aba en l a pr i mi t i va Ig l es i a .De cual qui er forma, ese h i mno o cánt i co aparece en l aepístola de Pablo a los filipenses. Allí, kenosis significa"anonadarse" , y e l pasaj e en que e l t ex t o se encuent raes: " ( C r i s t o ) se anonadó a s í mismo, tomando la formade siervo" (Fi l . 2, 7).

Es fáci l perder el s ignificado más profundo de estetexto s i no advert imos el valor part icular que conllevael uso de l a pal abra "s i ervo" (o "escl avo") . "S i ervo"l legó a ser un concepto bíbl ico muy significat ivo gracias , especialmente, a los escri tos profét icos del AntiguoTes t ament o , como l os de Isa í as . En cuat ro cánt i cos ," Isaí as" v i o a l p romet i do Mes í as como un amabl e ysufrido "siervo de Yavé" ('ebhedh Yahveh).13

!3 Is . 42, 1-9; 49, 1-11; 50, 4-11; 52, 13-53.144

de un profeta desconocido ya que la obra se relacionacon una s i t uaci ón h i s t ór i ca más t ard í a , aun cuando l atradición lo haya atribuido a Isaías .

Estas segundas profecías nos presentan una figurabasta nte difere nte de l esperado M esías. Se lo ve como alhumilde y amable s iervo de Yavé, el elegido que compl ace a Yavé. No gr i t ará , n i c l amará , no romperá l acaña quebrada. Será la luz de las naciones, abrirá losojos ciegos y l ibrará a los pris ioneros de la mazmorra.Despreci ado por l os hombres , permanecerá como s i ervode Yavé, f iel a su misión. Sufrirá pero no hurtará elrostro a las afrentas o a los sal ivazos. No tendrá ni f igura, ni donaire, ni bel leza para complacernos. Será despreciado a pesar de haber cargado con nuestras afl icciones. S erá rechazado, t ra t ado como al gui en an t e qui enlos hombres se cubran los rostros (es decir, como un leproso). Y con todo, será como un cordero que l levan almat adero . Quebrant ado por e l sufr i mi ent o y l a muer t e ,será una ofrenda por los pecados y conducirá a muchosa la just icia. Al f inal , será elevado y exal tado por Yavé.

Es t a i magen del S i ervo de Yavé t uvi eron en ment elos evangelis tas cuando escribieron la his toria de la vidade Jesús y es t ambi én en ex t remo probabl e que e l mi s mo Jesús v i era l a mi s i ón de su v i da expresada en l a i magen del s iervo de Yavé. 1 4 Al principio de la vida pública

1 4 En este punto estoy en deuda con el excelente art iculo deP. SCHOONENBERG, " K e n o s is " , e n Concilium, 2 (1966), págs. 27-36.Para la exégesis , cfr . también a A. F E U I L L E T , " L ' H o m m e - D i e uconsideré dans sa condition terrestre de Serviteur e t de Redemp-

te u r , e n Vivre et Penser, I (1942), págs. 58-79.14 5

de Jesús , t uvo l ugar un acont eci mi ent o , en ocas i ón desu baut i smo en aguas del Jordán , que puede i n t erpret arse como el moment o de l a revel aci ón , cuando Jesúsadqui r i ó conci enci a de l a nat ural eza de su mi s i ón . Juan ,el Evangelis ta, hace en esa ocasión una clara referenciaal texto de Isaías sobre el s iervo de Yavé al hacer decir

mismo Jesús: "Si pues os lavé los pies yo, el Señor y elM aes t ro , t amb i én vosot ros debéis unos a o t ros l avaroslos pies . Porque ejemplo os di para que como yo hice convosotros, así vosotros lo hagáis . En verdad, en verdad osdigo: no es e l s i ervo mayor que su señor" (Juan 13 ,

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a Juan B aut i s t a : " ¡He aquí e l C ordero de Di os , queq u i t a e l p e c a d o d e l m u n d o ! " ( J u a n 1 , 2 9 ) . A ú n m á sl l amat i vas son l as pal abras del propi o Jesús , que muest ran has t a qué punt o se i dent i f i có más y más a t ravésde su vida con el sufrido s iervo de Yavé.

Jesús vio su tarea como un servicio: "El hi jo delHombre no vino a ser servido sino a servir y a dar suvi da como rescat e por mu cho s" (M arc . 10 , 45 ; cfr . I s .5 3 , 11) . En Lucas , es t a aseveraci ón se present a en l a U l t i ma C ena: "M as yo en medi o de vosotros es t oy comoq u i e n s i r v e " ( L u c . 2 2 , 2 7 ) . A u n q u e l a Ú l t i m a C e n a

se presenta en los evangelios s inópticos como la comidapascual , las palabras de Jesús en la consgaración noaluden al cordero pascual s ino al sacrificio del Siervo.Las narrac i ones de M at eo y de Lucas sobre las t en t aci ones de Jesús revelan claramente cómo Jesús el igió elpapel del amabl e profet a que prefer í a exponerse a cont rad i c i ones a un mes i ani smo espect acul ar .

S i n embargo, Jesús no desea l i mi t ar su papel de

Siervo a s í mismo, sus discípulos también debían serlo:"El may or de vosotros será vues t ro serv i dor" (M at .2 3 , 11). Pablo describe la forma de s iervo de Cristo y suanonadami ent o como l a d i spos i c i ón que domi naba enJesús y hacía un l lamado a los cris t ianos de Fi l ipos paraque tuvieran la misma disposición entre el los (Fi l . 2, 5).El gesto de lavar los pies de sus discípulos —tarea normal ment e desempeñada por escl avos— reci b i ó un énfasis y una interpretación muy especiales dados por el

14 6

12-27) .

P or o t ra par t e , Jesús condenó expl í c i t ament e t odabúsqueda del honor , es t i ma y poder mundanos ; en o t ras

pal abras , t odo cuant o se opus i era a l o que represent abael S i ervo (y yo , personal ment e , encuent ro muy des concer t an t e es t e t ex t o , porque l a pal abra "escr i ba" puede en t enderse con faci l i dad como "cl ér i go") : "Guardaosde los escribas, que gustan de pasearse con su amplioropaje, son amigos de los saludos en las plazas y de losprimeros asientos en la s inagoga y de los primerospuestos en las cenas; devoran las casas de las viudas socolor de reci tar largas oraciones; ésos recibirán más ri gurosa condenaci ón" (Luc. 20 , 46-47) . En pal abrasdel padre S choonenberg , " l a i magen del S i ervo s i empreindica lo opuesto de la gloria, indica el anonadarse". 1 5

Leamos ahora el texto de san Pablo (Fi l . 2, 6-11) sobre la kenosis a l a l uz de l o d i cho . Doy l as pr i merascuat ro es t rofas de es t e h i mno en una t raducci ón basadaen l a del padre S choonenberg:

El que exist ió en forma divinano pers i gui ó l a v i da como una presaa n i vel d i v i no ,

S i no que se anonadóasumi endo en s í mi smo l a ex i s t enci a de un siervoy haci éndose i gual a l os hombres .

l 5 P . S C H O O N E N B E R G , loe. cit., p ág . 2 8 .

147

Y, habi endo t omado l a apar i enci a de hombrese humi l l ót ornándose obedi ent e has t a l a muer t e(has t a l a muer t e en l a cruz) .

tal elección. En el desierto, por ejemplo, rechazó el camin o que le ofrecía Satá n ("El dem onio . . . le mostrótodos los reinos de la t ierra. . . y di óle: te daré todaesta potenc ia y la gloria . . ." [Lu c. 4, 5- 6] ). Defen diósu acat ami ent o a l sufr i mi ent o cuando P edro l o i n t er rogó

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Por ello Dios lo exaltóy le dio un nombreque está por encim a de todo nom br e. . .

1. "Kenosis" como elección existencial

El anonadarse de Jesús , t a l como l o he subrayado en l asección precedente no fue discut ido en gran detal le porla teología catól ica. Schoonenberg señala que el textoíntegro ha s ido interpretado a la luz de la doctrina delas dos naturalezas tal como fuera definida en el Conci l io de Calcedonia. El punto de part ida, en consecuencia, ha s ido s iempre que las palabras con que empiezaeste himno se refieren a Cristo en su existencia comoPalabra de Dios, esto es , antes de la encarnación. Fue,entonces, la Palabra de Dios la que se anonadó de lagloria inherente a la naturaleza divina y adoptó laforma de s iervo haciéndose hombre. De acuerdo conesta interpretación, el anonadarse de Cristo se refierea una elección real izada en la esfera divina, antes de

l a encarnaci ón .Es t a i n t erpret aci ón no debe necesar i ament e descar t ar

se por en t ero , pero es bas t an t e más probabl e que Jesúshaya e l eg i do e l anonadarse durant e su v i da en l a t i er ra .Este cri terio queda reforzado si se hace una comparaciónentre los varios textos kenóticos que se encuentran en elNuevo Tes t ament o . De e l l os queda b i en c l aro que Jesússiempre el igió anonadarse, que el igió la forma del Sier

vo , cada vez que se encontró en s i tuaciones que exigían148 *

al respecto. Dijo que no había venido a ser servido sinoa servir. El igió la cruz antes que la alegría a que teníaderecho. No el igió la propia voluntad s ino el cál iz que

su Padre le dio a beber.Todos los textos pueden, en consecuencia, interpre

tarse a la luz de las decisiones tomadas por Jesús en ellapso de su existencia humana. 16 Existen claros indiciosde que también el texto kenótico de Fi l ipenses 2, debei n t erpret arse de es t e modo.

La pregu nt a que en t onces se p l an t ea es : ¿A nt e quése anonadó Jesús durante su vida en la Tierra? El ori

gen divino y la misión que había recibido de Dios deestablecer el reino de Dios, s ignificaban que se podíahaber present ado a l mundo con gran despl i egue de d i gnidad, poderío real y majestad, en otras palabras, "vidaa nivel divino" (Fi l . 2,6). Esto era muy fact ible para él .S us hermanos , después de t odo, l o urg i eron a buscarpublicidad e i r a Judea "para que también tus discípulosvean esas obras que haces. Porque nadie hace las cosasoculta me nte s i quier e ser conocido en públic o. . . M an i

fiéstate al mundo (Juan 7, 3-5). Los zelotes , un part idocompuesto por judíos que se oponían al gobierno romano, gozaban de gran apoyo ent re e l puebl o . Despuésdel milagro de la mult ipl icación de los peces, t rataronde hacer l o mes í as , papel que a l mi smo t i empo hubi eraimplicado un acto de resis tencia contra los gobernantesromanos. Jesús, s in embargo, evi tó esta posibi l idad, como si fuera una tentación. Vale la pena recordar que

18 ídem., pág. 32140

el papel de mes í as reg i o debi ó de haber a t ra í do a Jesúscomo una verdadera opor t uni dad de es t ab l ecer e l re i node Dios. El evi tar esta posibi l idad no quiere decir quecons i derara e l papel pecami noso .

La mejor vía de acceso al secreto de Jesús es decir

ción defini t iva en su vida en la t ierre. Se le abrían doscaminos: estaba en la encruci jada del camino de su vida.Al rechazar el l iderazgo polí t ico, elegía el papel del profe t a i ndefenso . Gradual ment e l l egó a adver t i r que suelección le exigía una cosa: seguir la ruta del Siervo de

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que rehusó las funciones de un mesías pol í t ico porque se sent í a l l amado por e l P adre a ser profet a .Para él fue más elevada vocación la de ser el Siervode Yavé que la de ser Hijo de Da vid . . . C uand oIsrael en el exi l io acariciaba la imagen de EbedYavé, del s iervo de Yavé, como ideal , había alcanzado una mayor madurez a t ravés del Espí r i t uque cuando admi t i ó l a i magen del Mes í as t eocrát i co . . . Di os enc uen t ra u na aproxi m aci ón m ás d i r e c t a a l c o r a z ó n h u m a n o m e d i a n t e l a m a n s e d u m bre del profeta que a t ravés del poder del seme

j ant e aun cuando es t e semej ant e haga j us t i c i a a lpobre . Es preci sament e es t e cami no supremament ehumano en un mundo i ndefenso , personi f i cado enuna so l a persona, e l que resu l t a más fuer t e quecual qui er poder pol í t i co . . . Ju nt o con e l rechazodel poder , C r i s t o obvi ament e rechazó por e l mi smoacto toda codicia del poder y todo abuso del poder. 17

Luego para Jesús , kenosis s i gni f i caba un anonadarsea toda ansia de poder y de darse importancia y a todaconcentración en s í mismo. Como siervo de Yavé, se propuso concent rarse en l a funci ón de ser medi ador en t reel P adre y sus hermanos , una act i t ud que l l enó t oda suvida y que, en caso necesario, incluía la muerte enl a cruz.

El camino de la kenosis significó para Jesús una elec-

1 7 Ídem., pág. 34. t

15 0

Yavé has t a sus ú l t i mas consecuenci as , l a muer t e delmárt i r a f in de que "muchos sean just i ficados y susi n i qui dades cargará sobre s í " ( Is . 53 , 11) . La paradoj a

es que Jesús, que no perseguía vida a nivel divino, s inoque el igió el camino del amable y sufrido Siervo que sesacrificó por los otros, no oscureció al hacerlo su formadi v i na. A l anonadarse revel ó en forma más profunda sudi v i n i dad , y l a d i v i n i dad de A quel que l o habí a env i ado.18 "P orque Di os es amor . . . En es t o es t á su amor:no que nosot ros hubi éramos amado a Di os s i no que é lnos amó a nosotros y envió al Hijo suyo propiciaciónpor nues t ros pecados" (1 Juan 4 , 8 -10) .

2. "Kenosis" como camino de la Iglesia

M e he ocupado del t ema b í b l i co del anon adarse amp l i ament e para que pudi éramos sent i r e l más recóndi t o sent ido del misterio de Cristo, puesto que todo cuanto hedicho sobre él también se puede apl icar a la Iglesia. Lavi da del C uerpo es l a mi sma que l a de l a C abeza: l a

Prometida s igue al Esposo. Si la Iglesia quiere tener unfu t uro debe renunci ar a t oda ex i genci a de poder y at oda ans i a de poder , a t odo honor , es t i ma mundana yamor al lujo. Por amor de Cristo debe convert i rse en"pobre" en e l más profundo sent i do evangél i co de l apal abra . P ara poder ganar t odo , deberá es t ar preparadaa perder t odo . Deberá ser una Sierva, una S i erva queno ut i l izará el poder para obl igar a los hombres a la

1 8 ídem., págs. 35-36.

15 1

acción sino que i n t en t ará gobernar i nsp i rándose so l am e n t e en el amor como guí a .

N o i m a g i n e m o s que es te l l amad o a la Iglesia para que

acept e la forma kenót i ca de Cristo es exagerado. La crisis en que a c t u a l m e n t e se e n c u e n t r a la Iglesia es muy

Ti l l i ch t oma como punt o de p a r t i d a las p r e g u n t a s im

plíci tas en nues t ra s i t uaci ón present e , pero no discuten i el aspect o probl emát i co de la si tuación en sí, ni las

l imitaciones de los i n t er rogant es p l an t eados .U n teólogo ecum énico como el checo Haj danek resu

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seria. La Iglesia t ransi taba con su figura de poder regiou n " c a m i n o " y ahora resu l t a que era un callejón sin

sal ida. Si i n t e n t a c o n t i n u a r por esa senda corre verda

dero pel igro de ext ravi arse . Hoy en día el peligro der o m p e r los ví ncul os con su " o r i g e n " es muy grade. No

sotros —la Iglesia— nos vemos arras t rados en un proceso poderoso y a b r u m a d o r , en un di nami smo secul arque s i empre mi ra al fu t uro y j amás haci a a t rás . El sistema social y su i deol ogí a ocul t a amenazan con devorara la Iglesia.

L a m a y o r í a de aquellos que están alertas al peligroparecen t emerosos de hacer cambi os rad i cal es y s i mpl ement e abogan o por una " a d a p t a c i ó n " o por novedades espect acul ares . Debemos , d i cen , adapt arnos a la si

t uaci ón i nevi t ab l e y sacar d e el la el me jor pa rt ido posible.P a u l van B u r é n (ver capí t u l o pr i mero) acept a el

pensami ent o empi r i co que preval ece en n u e s t r a mo

derna soci edad i ndus t r i a l i zada como punt o de par t i danecesar i o y luego prosigue, con magistral destreza profesional, el i n t e n t o de apl i car el mét odo del anál is is l in

güístico al Evangel i o . Con cierto orgullo muestra que

algo de éste aún q u e d a en pie al t é r m i n o del proceso.B u l t m a n n a c e p t a el exilio de la Iglesia en la esfera

de la vi da pr i vada y se concent ra en la "fe" como ac

t i tud existencial del i nd i v i duo en un espléndido anál is iscris t iano de la si tuación. Pero sus pensami ent os acercade la Iglesia son vagos e i nadecuados .1 9

1 9Cfr. JOHN MAOQUAR R IE, An Existentialist Theology ( L o n

dr e s , 1960) , pág. 215.

152

m e muy bien esta act i tud en un art ículo reciente. Sost i ene que el mensaj e cr i s t i ano debe re i n t erpret arse en

forma tal que se t rans forme en "un reflejo a ni vel del

p e n s a m i e n t o m o d e r n o , en un reflejo arreligioso, socialy secul ar que tenga algún significado para el h o m b r em o d e r n o , que lo at ra i ga y lo convenza" . 20 Estas palabras ev i denci an la mej or buena vol unt ad del m u n d o ,pero detecto en ellas la sugerenci a de que debemos sal i ra p r e g o n a r el mensaj e cr i s t i ano a cualquier precio, no

i mport a cómo, con tal que cons i gamos a t raer de a l g u n am a n e r a al h o m b r e m o d e r n o .

La Iglesia catól ica que t ambi én es t aba a l er t a al pe

l igro, convocó a un Concilio. La v e r d a d e r a m e t a del

Concilio sólo se hizo clara a los P a d r e s d u r a n t e el cursode las sesiones. El Concilio fue consagrado pr i nci pal m e n t e a la renovaci ón de la Iglesia y nadi e negará que

l ogró mucho. La p a l a b r a aggiornamento, uti l izada prim e r o por el p a p a J u a n , se convirt ió en el símbolo de

todo el m o v i m i e n t o de renovaci ón dent ro de la Iglesia.El s ignificado l i teral de aggiornamento, sin e m b a r g o , es

" a d a p t a c i ó n a la e d a d m o d e r n a " y, por este motivo, la

elección fue poco feliz. La p a l a b r a que real ment e debi óut i l i zarse no fue aggiornamento, adapt aci ón o renovación sino kenosis.

El único cris t iano que has t a ahora expresó una ac

t i t ud más radical respecto a la conduct a de la Iglesia

2 0 L A D I S L A V H A J D A N E K , "Perspectieven van oecumenische ar-

be i d in T s j e c hos l ow a ki j e " , en Kerk in Ontmoeting, 2 ( 1 9 6 6 ) ,

p á g . 6.

153

es el obispo John Robinson, en su l ibro ¿La Nueva Reforma? En él sost iene que debe haber un "total despojo"por parte de la Iglesia: la Iglesia debe despojarse de todocuanto le confiere privi legios y prest igio frente al mundo . Ést e es i nnegabl ement e un pr i nci p i o kenót i co . P eroR obi nson cree que podemos t rabaj ar ambas caras s i mul

de Dios debe consultar al Antiguo Pueblo de Dios. Sóloa t ravés de la purificación obtenida por el sufrimientoen el exi l io, l legó Israel a entender la verdadera natura l eza de su e l ecci ón y l a verdadera forma del Mes í as .

Después de la l iberación del caut iverio en Egipto y del a conqui s t a de l a Ti erra P romet i da , e l an t i guo P uebl o

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t áneament e y que podemos aprender a v i v i r en unas i t uaci ón ambi gua.

Esto equivale a decir que la Reforma descubrió parala Iglesia el principio kenótico. Entre otras cosas, laReforma fue una revuel ta contra el poderío de la Iglesia. Por el lo los predicadores de la Reforma subrayaronu n retorno a la pureza y a la s implicidad del Evangelio.Es t a revuel t a , s i n embargo, fue uni l a t era l y conduj o aun concept o ambi val ent e de l a Ig l es i a : l a verdaderaIg l es i a permanecí a i nvi s i b l e . P odemos en verdad pregunt arnos s i esa uni l a t era l i dad no l l evó event ual ment e ,

a l as Ig l es i as reformadas de hoy haci a una forma d i s t inta y más oculta de rigidez inst i tucional .

Podemos concluir diciendo que la s i tuación crí t ica del a Ig l es i a , habl ando en forma general i zada, es t á ampl i ament e admi t i da pero que sus causas más profundas nohan s i do suf i c i en t ement e comprendi das . Las "so l uci on e s " que has t a ahora se han suger i do , resu l t an pocoadecuadas . La Ig l es i a s i gue amenazada. El cami no de l a

kenosis ya es t á descubi er t o pero aún no hemos empezado a t rans i t ar por é l .

3. ¿Por qué la Iglesia no eligió antes ese camino?

Int ent aremos ahora cont es t ar l a pregunt a de por quéno ha desandado la Iglesia el camino equivocado y depor qué no ha e l eg i do an t es e l cami no del anonadami ent o . P ara reso l ver es t e probl ema, e l nuevo P uebl o

154

de Dios se orientó hacia una existencia cómoda y sedent ar i a en e l nuevo paí s . Quer í a asegurarse una l arga h i s

t or i a . Tambi én quer í a que l o respet aran sus veci nos yt ener un rey como l as o t ras naci ones que l o rodeaban.Hubo, por cierto, objeciones a esto: ¿acaso no era Yavéel único rey de Israel? (1 Sam. 8, 7; 12, 12). Yavé, s inembargo, no l es i mpi di ó t omar e l cami no que deseabany les dio un rey. 2 1

Est a monarquí a a l canzó su máxi mo espl endor y magnificencia, poder y est ima, su cl imax en suma, en lacorte de Salomón. Fue seguida de una división, unagr i e t a ment al y georáf i ca que desembocó en e l caut i verio de Rabilonia. Israel terminó siendo víct ima de supoder pol í t ico y estaba en pel igro de ser devorado comonaci ón por un puebl o ex t ran j ero . S u conci enci a naci onal y rel igiosa se mantuvo viva gracias a los profetas .Al principio, el pueblo colocó sus esperanzas en la ven i da de un Mes í as que l os l i berar í a y pensaban en es t eMes í as como en un rey , una f i gura t eocrát i ca , un l í der

mi l i t ar . P ero e l sufr i mi ent o pur i f i có y maduró a Is raely la imagen del Mesías bajo la forma del Siervo gradual ment e se h i zo carne en l a ment e del P uebl o . Es t e esel 'ebhedh Yahveh descri to por el profeta anónimo, elsegundo Isaías , tal cual nos lo presentan los cuatro cánt i cos del A nt i guo Tes t ament o .

El nuevo Pueblo de Dios, o sea la Iglesia, tuvo q u e

2 1 C f r. G . A u z o u , La Tradition biblique ( P a r í s , 1 9 5 7 ) , p á g s .

108 y sigs.155

seguir el camino del poder, de la magnificencia, delapreci o mundano y de l a maj es t ad . P ues b i en : t ambi énha sido purificado por un exi l io del mundo en el queDi os ha es t ado muer t o durant e mucho t i empo y en e lque tanto él como su forma de poder se han vuel toi r re l evant es y pasados de moda, un mundo que o no

El h i mno de l a kenosis en la epístola a los Filipenses(2 , 6-11) i ncl uye un " i mperat i vo" , l a sugerenci a de unaley misteriosa, en la declaración que s igue a las palabrasde anonadami ent o : "P or l o cual a su vez Di os soberanament e l e exal t ó" (2 , 9 ) . Ahora el Siervo de Yavé es despreci ado y rechazado pero "he aquí que mi S i ervo t en

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escucha su predicación o no la comprende. En la sociedad actual , se ve amenazado por "potencias" ideológicas

y estructurales . Por el lo, éste es el momento adecuadopara la purificación de la Iglesia, el t iempo en el quepor fin puede el la reconocer el camino de la kenosis.

Est a forma de anonadami ent o se encuent ra muchomás cerca del autént ico camino de Cristo que el del poder real , porque es el camino de la cruz y de la resur recci ón . El anonadami ent o y l a humi l l aci ón fueron e ldest ino del Siervo de Yavé.

Los cris t ianos se s ienten a veces seriamente preocupados porque la Iglesia ya no es respetada, porque se ladesprecia o s implemente se la ignora. Pero esto es parteesencial del camino de la kenosis y de la cruz. Son aspectos fundamentales del dest ino del Siervo de Yavé,que no tenia ni apariencia, ni donaire, ni bel leza y queera despreciado y rechaazdo por los hombres (Is . 53,2-3). Los cris t ianos que están detrás de la Cort ina deHierro se desalentaron al principio cuando después de

1945 la Iglesia perdió, en los Estados satélites del Soviet , todas sus prerrogat ivas externas, todo su bri l lo ysu bel leza. Cada vez que la Iglesia se ident ifica con unaforma f i rmement e es t ab l eci da y a l t ament e respet adade la sociedad externa, entonces es posible que la pérdida de esta forma parezca el f in de la Iglesia misma.Es t o ocurre cuando e l cami no de l a kenosis y de la cruzhan caí do en e l o l v i do porque preci sament e es t e anona

darse hace que la Iglesia revele su real esplendor.15 6

drá éxi to. Será elevado, ensalzado y excelso en extrem o " (Is . 52, 13). Del mismo modo, la Iglesia s iguiendo

el camino de la kenosis t ambi én sabrá que se ha hechodigna de las promesas de Cristo. La esencia del ser delcris t iano es tener fe en el futuro mediante la resur recci ón .

4 . "Kenosis" en la tradición de la Iglesia

F i nal ment e , podemos pregunt arnos s i e l cami no de l akenos i s no se ha mant eni do s i empre v i vo en l a ment e de

la Iglesia. Yves Congar, de alguna forma, lo sugiere ensu l ibro, Poder y Pobreza dentro de la Iglesia.22 Semuestra un buen apologista de la Iglesia cuando intent a demos t rar que "durant e s i g l os l a j erarquí a de l aIglesia t razó su vida s iguiendo el ideal de servicio querecibió, como ley, del Señor y de los Apóstoles". Perono nos proporciona la prueba de el lo. Al contrario, suargument aci ón parece probar exact ament e l o cont rar i o .

Los test imonios que nos brindan los primeros cuatrosiglos del cristianismo sobre la Iglesia como Sierva sonmuy i mpres i onant es ; pero a l habl ar de l a Ig l es i a medieval , Congar dice que "la palabra Eccelsia se refiereno tanto al cuerpo de los fieles cuanto al s is tema, alaparato, al deposi tario impersonal de un s is tema de derechos cuyos represent ant es son e l c l ero o como ahora

2 2 Power a nd Poverty in the Church ( L o n d r e s y N u e v a Y o r k ,

1 9 6 4 ) .15 7

l a l l amamos la j e r a r q u í a y, en úl t i ma i ns t anci a , el p a p ay la C u r i a R o m a n a " . Y cont i núa d i c i endo:

M e g u s t a r ía s e ñ a l a r a este respecto un p r o b l e m aque, por lo que yo sé, j a m á s ha sido considerado,a saber: las aplicaciones de las direct ivas del E v a n

c o n t r a r una n u e v a f o r m a de hacerse present e a los

h o m b r e s " . 2 3

N o, no existe en la es t ruct ura de la Iglesia una t rad i c i ón cont i nuada del i deal de kenosis y de servicio a t r a vé s de los siglos. Pero esto no qui ere deci r que dent ro de

la Iglesia no haya habi do conci enci a de este ideal . Figu

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gelio no sólo a los individuos s ino a la Iglesia comotal . ¿Es sólo el i nd i v i duo qui en debe ser siervo y no

amo, qui en debe perdonar las ofensas, bendecir a

sus enemigos y no mal deci r l os? ¿Se puede acasodecir que todavía queda lugar para estos temas en

una eclesiología identificada en la práct i ca con un

t ra t ado sobre el derecho público eclesiást ico?

La Iglesia, sin e m b a r g o , ha seguido otros caminosdesde los primeros cuatro s iglos de cr i s t i an i smo y estoha dado como resu l t ado el surg i mi ent o de una t rad i c i ón

dist inta. En la Iglesia medieval , "se veía como sagradal a au t or i dad de Dios; puede casi decirse que esa aut or i dad estaba física y a u t o m á t i c a m e n t e p r e s e n t e en la au

t o r i dad de la Iglesia; la norma absol u t a de la aut or i daddivina parecería haberse ident ificado con la n o r m a hu

m a n a de las autoridades eclesiást icas, y haber invest idoa és t a" . C ongar s i gue subrayando la di scont i nui dad con

el pasado al decir: "Es obvio que esta evolución hubiera s ido apenas posible si no se hubi era produci do un

progreso que iba más al lá del antiguo significado de

Ecclesia en cuant o des i gnaba a la comuni dad cr i s t i ana."C ongar , en consecuencia, l lega a la conclusión de que

debe de haberse seguido un nuevo cami no pues t o que

en nues t ra época, la Iglesia "está l lamada a r o m p e r de

f i n i t i vament e con los viejos moldes de su presenci a y de

su herenci a en el m u n d o , un legado de los días en que

cont ro l aba a la m a n o que sosteía el cetro y debe en-

158

ras car i smát i cas y profét i cas mant uvi eron encendi da la

l á m p a r a de la kenos i s t rad i c i onal , aunque a veces no

haya s i do más que una i mpercept i b l e l l ami t a . Lo quees má s , la elección del c a m i n o del poder s i empre se consideró iniciada en la cr i s i s cons t ant i n i ana del siglo iv.

El gran mí s t i co medi eval , B ernardo de C l a r a v a l , es

cribió, por ejemplo, al p a p a E u g e n i o III (que había s idocofrade de B e r n a r d o en la congregaci ón del C i s t e r ) :"Te dej as agobi ar por fallos que debes pronunci ar sobretoda clase de asuntos externos y m u n d a n o s . No oigo de

t i más que fallos y ' l eyes ' . Y todo eso, que no busca más

q u e el apreci o y las r i quezas , der i va de C ons t ant i no , no

d e P e d r o . " 24 Est a i dea queda expresada en forma aún

más concret a en la s i gui ent e decl araci ón t omada de otracar t a que B ernardo escr i b i ó a E u g e n i o : "Si el p a p a se

viste de seda, se c u b r e con oro y piedras preciosas, se

rodea con soldados y sirvientes, cabalga un blanco corcel, t e r m i n a p a r e c i e n d o más un sucesor de C ons t ant i noq u e un sucesor de San P e d r o . " 2B

5. R esurgi mi ent o

L a l á m p a r a de la t rad i c i ón kenót i ca no se ext i ngui óc o m p l e t a m e n t e y p u d o , en consecuenci a , reavi varse nuev a m e n t e en el segundo Concil io Vaticano. All í , el mun-

2 3 YVES GONGAR, op. cit., págs. 12, 64, 64-5, 73 y 136-7.2 4 " L ' E c c l e s i o l ogi e de s a i n t B e r n a r d " , Saint Bernard théologien,

Anal. S. Ord. Cist., 9 ( 1 9 5 3 ) , pág. 184.3 5

De Consideratione, IV, 3, 6. M i g n e PL, 182, 7 7 6 A .15 9

do presenci ó e l no t abl e fenómeno de ver a l P apa y avarios obispos que parecían sent irse otra vez conscientes de la conducta kenótica de la Iglesia. El tema del"anonadami ent o" de l a Ig l es i a (expresado, a menudo,como "la Iglesia de los pobres") y de su estado de serv i c i o fue subrayado con i nus i t ado y a menudo ext remo

la costumbre me obliga a vest i r en las ceremonias l i túrgicas y en otros lugares, de los honores que se me rindenen mis funciones rel igiosas y en la vida d iar ia. . ." Ymonseñor Merci er , ob i spo de Laghouat , se pregunt abasi "el cuerpo de obispos no debería tomar la iniciat ivade desprenderse vol unt ar i ament e de t odo l o que aún

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vigor.El 20 de octubre de 1962, el Concil io se dirigió al

mundo con e l s i gui ent e mensaj e : "Lej os de apar t arnosde nues t ras obl i gaci ones en es t e mundo, nues t ra devoción a Cristo en la fe, la esperanza y la caridad noscol oca t o t a l ment e a l servicio de nues t ros hermanos , deacuerdo con el e j empl o dado por nues t ro M aes t ro quevino 'no a ser servido sino a servir ' . La Iglesia por lot an t o no fue hecha para gobernar s i no para serv i r . "

En su mensaj e de Navi dad , e l papa Juan habl ó de" l a Ig l es i a , que no habí a s i do hecha para reg i r l as na

ci ones s i no para serv i r l as" . El cardenal F r i ngs , de C ol onia, escribió en su carta pastoral de Cuaresma de 1963:"Tener un oficio en la Iglesia no s ignifica dominar sobre el bienestar de los fieles s ino servirlo."

Es i n t eresant e observar cómo l os obi spos subrayaronel tema del servicio en las cartas pastorales que diri gieron a sus diócesis después de las primeras sesiones delC onci li o . M onseño r Gu erry , arzobispo de C a mb ray , es

cr i b ió , por e j empl o: "U n pr i m er pr i nci p i o de l os Evangel ios es que la autoridad no debe considerarse una forma de mando s i no de serv i c i o . C uan a menudo ( ! ) l osP adres C onci l i ares c i t aron en sus i n t ervenci ones l as palabras del Redentor 'yo no vine a ser servido sino aserv i r ' . " El cardenal arzobi spo Ger l i er , de Lyon, t ocó e lt ema del anonadami ent o cuando escr i b i ó a su d i óces i s :"Como obispo no puedo simplificar todo en un día, perome i nqui et a de cont i nuo e l pensami ent o del ropaj e que

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resta de boato, de ostentación, de riqueza y de podert emporal , cosas que ahora , afor t unadament e ya han s i d o s u p e r a d a s " .

El cuerpo de los obispos en su total idad no ha l legadoaún a t a l es ex t remos , pero a l gunos obi spos han respondi do a es t e l l amado en forma i ndi v i dual . En su car t apas t oral de C uaresma, e l cardenal F r i ngs , a qui en yacité, sancionó explíci tamente la "elección" del s iglocuarto: "Los diversos s ignos exteriores y las ceremoniasque exal tan la persona del obispo hicieron su apariciónen el dominio de la his toria, especialmente en época del

emperador C ons t ant i no , cuando se especi f i caron l as señales de honra a que tenían derecho los al tos funcionar i os del Imper i o R omano y cuando l as mi smas sehicieron extensivas a los obispos. La Iglesia puede, empero , entenderse s in estas dis t inciones de aparato exter i or . C ada vez que sufre una persecus i ón t i ene que ar reglárselas s in el las y esto no hace la menor mella en suvi da i n t er i or . " Tal vez e l p ronunci ami ent o más drás t i co

y más concreto contra la forma de poder y de prest igiode l a Ig l es i a haya s i do e l de monseñor Juan I r i ar t e ,obi spo de R econqui s t a , A rgent i na: "Debemos procl amarel mensaje cris t iano desde lo al to de nuestros al tares demármol y de nuestros palacios episcopales, en el est i lobarroco e i ncomprens i b l e de nues t ras mi sas pont i f i cal esy en l as def i n i c i ones aún más ex t rañas de nues t ro i d i oma ecl es i ás t i co , mi ent ras aparecemos ant e e l puebl o env u e lt o s e n p ú r p u r a . . . ¡ y n u e s t r o p u e b l o , c u a n d o s e

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di r i ge a nosot ros debe l l amarnos "Excel enci a" y ar rodi l larse para besarnos el ani l lo! No es tarea fáci l l iberarnos del gran peso de la his toria y de las costumbres." 26

F i na l me nt e , en un a en t rev i s ta cel ebrada en t re M i -chel van der Pías y monseñor W. Bekkers, el fal lecidoobispo de Hertogenbosch, éste se refirió a la Kenosis de l

para l ograr l o . En es t e moment o carecemos de un l í dercar i smát i co que nos l o mues t re . ¿Qui ere deci r que l aIglesia, a pesar de los reajustes hechos durante el Conci l io, tendrá que seguir su curso hasta el amargo y absurdo final? ¿Debe acaso, como el grano de t rigo quecae en t ierra, morir antes de dar fruto? ¿O es posible

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texto de Fi l ipenses, capí tulo dos, y lo comenta de la s i g u i e n t e m a n e r a : " E n e l t o t a l a n o n a d a m i e n t o d e C r i s t o—y con esto no me refiero sólo a su muerte s ino tambi én a l a forma en q ue se rebaj ó a l acom pañ ar a l hom bre—• debemos buscar la pobreza de espíri tu. Y en estodebemos i mi t ar l o a nues t ro propi o n i vel con un análogoanonadam iento de nosotros mismos." 27

6. "Ken osis" es Éxodo

Existe una polaridad entre el contenido de estos textos

y la real idad de la Iglesia aquí y ahora, entre el escuchar la palabra y el hacer. ¿Cómo l legaremos a ser nosimples oyentes que olvidan, s ino actores que obran?(S ant . 1 , 22-26) .

¿C ómo l i ará l a Ig l es i a para cambi ar su personal i dady l a d i recci ón t omada y emprender e l cami no de l a ke nosis? ¿C ómo hará para anonadarse f ren t e a l poder queos t ent a? ¿C ómo hará para hui r de l as garras de l a es

tructura de la sociedad y de su ideología oculta? Éstasson l as pr i meras pregunt as que me sal t an a l a ment e ydebemos admi t i r que no t enemos n i nguna respues t ap r o n t a p a r a n i n g u n a . N o s a b e m o s cómo hará la Iglesia

2 6 Los textos completos de estas y de otras declaraciones sobree s te p u n to s e e n c o n t r a r á n e n u n a p é n d ic e d e l l ib r o d e CONOAR( v e r n o ta 2 2 ) .

2 7 Cfr. la edición americana de God's People o n the March(Nueva York, 1966); este párrafo no está incluido en la ediciónb r i tá n ic a , God's People on the Way ( L o n d r e s , 1 9 6 6 ) .

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adver t i r l a ex i s t enci a de un nuevo cami no de kenosis enforma t a l que, ar r i esgando emprender e l Éxodo, e l i j a

esta nueva dirección y la s iga?El total de mi estudio sobre este problema contiene laocul t a esperanza de que sea pos i b l e . En e l p róxi mo cap í t u l o i n t en t aré , a fuer de expl oraci ón , descubr i r l o quela kenosis debería s ignificar para la Iglesia.

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C A P Í T U L O V

El futurode la Iglesia

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Ya es t ab l eci mos que l as pregunt as acerca del fu t uro dela Iglesia pueden hacerse porque la fe cris t iana y elCredo de la Iglesia están en s i tuación crí t ica. A primeravista, esta s i tuación parecía relacionada con una cris isconcern i ent e a l a i dea de Di os y a l a forma en que sea n u n c i a b a e l m e n s a j e c r i s t ia n o . U n e x a m e n m á s m i n u cioso de este problema nos reveló, s in embargo, que estárelacionada con el aspecto exterior de la Iglesia en s í .

La secul ar i zaci ón y e l desarro l l o rap i dar i o de nues t romundo son l as causas de l a creci ent e i r re l evanci a de l aIg l es i a dent ro de nues t ra soci edad moderna, urbana, superpobl ada, c i bernét i ca , soci a l y económi cament e i n t er -dependiente y variable. La Iglesia se vio relegada alsect or purament e pr i vado de es t a soci edad en donde, a lf i n , pareci ó t ener asegurada una ex i s t enci a i ndependi ent e . P ero aún és t a se ve amenazada por l os "poderes"

de la ideología oculta de la macroestructura de la soci edad .Ni nguno de l os d i versos i n t en t os que se han hecho

para reso l ver e l p robl ema ha resu l t ado adecuado. Elmovi mi ent o del cr i s t i an i smo en l a h i s t or i a no puedes i ncroni zarse con e l del d i nami smo secul ar del fu t uro .El úni co cami no pos i b l e que l a Ig l es i a puede t omar paraescapar a los "poderes" es el de la kenosis, del anonadami ent o a t odo recl amo del poder mundano. La Ig l e-

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sia debe aceptar la forma del profetice Siervo de Yavés in temer e l despr ec io de l mundo.Ahor a me pr opongo pr esenta r e l esbozo de un plan

concreto para la forma kenótica de la Iglesia. Debo, sinembar go, subr ayar que no tengo pr e tens iones de ninguna especie en lo que a este plan concierne. Lo ofrezco

E n pr imer lugar , me par ece que e l papa deber íaabandonar el "Estado Pontif icio". Es de por sí notable que e l obispo de Roma —en sent ido f or mal— noreside en Roma sino en otro Estado. Todas las así l lamadas especulaciones sobre que la Iglesia debe poseerun Estado propio como condición esencial de su existen

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como mer o m ater ia l de discusión. U n an tepr oyec to como éste siempre está destinado a sufr ir cambios y modif icaciones. Aunque no he escr i to todo cuanto sigue entresignos de interrogación, se lo debe mirar como unapr egunta se r ia e impor tante , p lanteada a toda la comunidad que consti tuye la Iglesia católica romana.

1. El anonadamiento ante las formas de poder

Primero y ante todo, la "naturaleza visible de la Iglesia"debe expresarse en forma nueva. Resulta imposible en

cont r a r la más mínima jus t i f icac ión par a hacer descansar la visibilidad de la Iglesia en formas de poder imperial , por no hablar del papa y los obispos presentándose con el esplendor de pr íncipes renacentistas. Lo quehace visible a la Iglesia es, en pr imer lugar , la comunidad del pueblo que el la es sobre la base de la palabra ye l sacr amento. E s ta comunidad inc luye a aque l los quecumplen una función en la Iglesia , aquellos hombres

que fueron l lamados y que recibieron el poder de administrar la palabra y los sacramentos de la Iglesia y deasegur ar la unidad de pensamiento ent r e sus miembr os .Estoy por lo tanto convencido de que todo esplendor yoropel pr incipesco es contrar io a la forma kenótica de laIglesia y más vale que desaparezca. Si queremos emprender en forma ser ia la ruta de la kenosis, t e n d r á nq u e t e n e r l u g a r u n c i e r t o n ú m e r o d e " a n o n a d a m i e n t o s "r adica les .

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cia deben considerarse tendenciosas. No puede haberobjeciones a que la Iglesia retenga el Vaticano comopr opiedad pr ivada . Per o la or ganizac ión de es te pequeño te r r i tor io como un E stado minia tur a con "gobier no"propio, par lamento, ejérci to, sistema imposit ivo y funcionarios es contrar io a la forma kenótica de la Iglesia .

Una vez que el Estado Pontif icio haya desaparecido,no habr á neces idad de segui r enviando r epr esentantesdiplomáticos ante los diversos gobiernos. Los nunciospapales desaparecerán y la Escuela Diplomática del Vaticano podrá clausurarse. De paso, debo destacar que

es to de ja r ía disponible un nú me r o bas tante apr ec iable desacerdotes-of icinistas que podrían emplearse en reducirla escasez de sacerdotes ocupados en trabajos pastoralesque sufre la diócesis de Roma.

También me gus ta r ía suger i r que e l papa abandonee l pa lac io Vat icano y busque una mor ada más senc i l laen la c iudad de Roma. Al mismo t iempo, también podr íaemplear una iglesia más sencil la que San Pedro como

iglesia episcopal. La "vieja" iglesia de San Pedro podríata l vez guar dar se como museo o monumento de la épocaen que la Iglesia tenía una forma dist inta. Quizás estopar ezca demasiado dr ás t ico, per o no impl icar ía cambioalguno en lo que es esencial a la Iglesia y, por el cont r a r i o , r eve la r ía más c la r amente que nunca la ver dader aforma de la Iglesia.

El pr imado del papa debe despojarse de todo cuantoimpl ique semejanza con la supr emacía de los emper a-

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dores en re l aci ón con l os pr í nci pes . La verdadera nat uraleza de la función petrina sólo se revelará cuando estédespojada de toda marca de dist inción imperial . La t iarapapal , con su t r i p l e corona, deberá abandonarse pues t oque e l papa habrá renunci ado a una de e l l as . P or c i er t o ,que no es una s imple cuest ión de t iara: toda la vest i

mos segui r habl ando de poderes (potestates)? En l a"forma i mper i a l " de l a Ig l es i a resu l t aba obvi o que esas"pot es t a t es" se t raduj esen en t érmi nos de poder , perono creo que esto sea en s í mismo una necesidad. El ministerio de la Iglesia es esencialmente un servicio (mi-nisterium) para con l a comuni dad de l os creyent es .

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ment a ecl es i ás t i ca debe desaparecer y cambi arse poro t ra más s i mpl e y menos ex t ravagant e y habrá que des hacerse de todos los Ítems que sugieran una corte ya seareal o i mper i a l . No i n t en t o hacer suges t i ones concret assobre el aspecto de estas nuevas vest imentas pero exist en muchas pos i b i l i dades a l respect o .

El anonadami ent o del boat o del Vat i cano y de l aforma ext er i or del papado deberá es t ar acompañado deun anonadami ent o s i mi l ar en l a forma ext er i or del ep i s copado. Queda b i en c l aro por l as numerosas c i t as quefiguran al f inal del capí tulo anterior que muchos obis

pos ya t ienen conciencia de la necesidad de una kenosist ambi én en es t a es fera . La verdadera nat ural eza de l afunci ón del ob i spo se expresará con mucha mayor c l ar i dad una vez que es t a funci ón sea "anonadada" . Loque es más , e l d i á l ogo ecuméni co acerca de "e l mi ni s terio de la Iglesia" podrá desplazarse hacia un planomás elevado en cuanto el papa y las funciones episcopales hayan sido despojadas de toda forma principesca

de poder (ves t i ment a , señal es de honor , normas de compor t ami ent o , pal aci os , e t cét era) . En es t e sent i do , recuerdo l o que un muy conoci do coment ar i s t a sobre e l mi ni s terio en la Iglesia, dom Gregory Dix, ha dicho sobre quelas funciones eclesiást icas son el problema ecuménicon ú m e r o u n o .

Es t o t ambi én i mpl i ca que l os dos "poderes" i nherentes a la función eclesiást ica (la ordenación y la jurisd i cci ón) deben reci b i r una i n t ens i dad d i s t i n t a . ¿Debe-

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Esto no s ignifica que la autoridad no esté l igada almi ni s t er i o de l a Ig les i a . El verdade ro probl em a de l a autoridad reside en que en el pasado se la entendió en unsentido demasiado mecánico y jurídico, como si la consagraci ón sacrament al au t omát i cament e y por v i r t udde una " l ey" i nvi s t i era de au t or i dad a l por t ador del of i cio y éste, en consecuencia, pudiera ejercer poder orehusar e l e j ercer l o , arb i t rar i ament e y de acuerdo a supunto de vista personal , sobre el creyente (tanto en loque respecta a sus acciones públicas como a su concienc i a ) , quien a su vez debía obedecer ciegamente. La au

toridad de Dios y de Cristo eran vistas , por así decir,como propiedad personal del ministro, y el cris t iano, alobedecer al ministro, obedecía a Dios y a Cristo. Talconcepción mecánica (y de hecho casi f ís ica) de la autoridad de los ministros de la Iglesia ya no es sostenible.Resulta obvio, desde un enfoque histórico, que tal puntode vista condujo, entre otras cosas, a un abuso de autoridad. La correspondiente idea de obediencia como suje

c i ón absol u t a de l a vol unt ad (que muy a menudo seextendía también a una sujeción del intelecto) no deriva de los evangelios s ino de la relación entre un príncipe con autoridad absoluta y sus obedientes "sujetos".

La au t or i dad del mi ni s t er i o de l a Ig l es i a emana de l aordenaci ón sacrament al en l a que l os mi ni s t ros reci benespecial ayuda por la imposición de las manos y laoración al Espíri tu Santo, para l levar a cabo su ministerio. El ministro es , pues, elegido por la comunidad

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de los creyentes (la Iglesia) para que la obra de la salvación por Cristo s iga s iendo actual en la comunidad.Para eso se le adjudica la tarea de predicar la palabray de admi ni s t rar l os sacrament os . P ero e l mi ni s t ro noes l ibre de hacer lo que quiere s ino que está l igado, como l os demás creyent es , a obedecer e l Evangel i o . Ha

s i n defensa , l a excomuni ón i nmot i vada, l a suspens i ón ,etcétera. Sin embargo, el servicio de la unidad del rebaño fue descri to por el mismo Jesús en la parábola de laovej a ex t rav i ada y del buen pas t or . Deber í amos not arque el buen pastor de esta parábola no ut i l iza la fuerzapara t raer a l a ovej a de vuel t a a l rebaño —empl eando,

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sido puesto en sus funciones por los dones espiri tuales(charisma) propios de la función y por elección y encargo de la comunidad creyente de la Iglesia. Por lot an t o no es s i mpl ement e a l gui en que cont i núa a l go queya está vivo en esta comunidad. Sólo puede cumplir sumi ni s t er i o s i además escucha l o que v i bra dent ro de sugrey (lo que el Espíri tu Santo está diciendo en su comuni dad de creyent es , l a Ig l es i a) y por v i r t ud de l a autoridad que le fue conferida en su función, verifica loque oye con el Evangelio. Debe, en otras palabras, "discernir los espíri tus", y sólo t ras haberlo hecho, guiar a

l a comuni dad y t omar deci s i ones con aut or i dad en nombre de la comunidad de los creyentes.

Éste es el difícil y laborioso servicio que los minist ros deben cumpl i r en una comuni dad de creyent es . P orl o t an t o , t endr í amos que habl ar no del "poder de ordenación" s ino de la función, del servicio o del ministeriode la ordenación (ministerium ordinis).

El otro aspecto del ministerio en la Iglesia es la pre

servación de la unidad en la fe y la uniformidad de pensami ent o o una ni m i da d den t ro de l a comuni dad . Es t otambién es , por sobre todo, un servicio para con la com u n i d a d . No se puede l l evar a cabo medi ant e un poderdel t ipo del que ejerce un juez o un gobernante. La historia ha demostrado que los decretos y los métodos pol ic i a l es j amás han l ogrado n i l a uni dad n i l a unani mi dad.Los ejemplos de esto son numerosos: la Inquisición, laspris iones, las tortu ras , las hogue ras, los juicios y conde nas

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por así decir, el estricto poder de jurisdicción—, sinomás b i en mues t ra su serv i c i o a l rebaño marchando t rasl a ovej a ex t rav i ada con amorosa preocupaci ón "y enhal lándola, pénesela sobre los hombros" y se regoci ja(Luc. 15 , 5) .

Este aspecto de las funciones de la Iglesia debería, porlo tanto, l levar el nombre de función pastoral , servicio omi ni s t er i o (ministerium pastoralis).

2. Terr i t or i a l o personal

Es t o conduce au t omát i cament e a l a cues t i ón de cómodebería l levarse a cabo esta función pastoral en unaIglesia kenótica.

Es b i en sabi do que cuando se redact ó l a act ual l ey canóni ca , que dat a de 1918, se produj o un fuer t e movi miento tendiente a asociar las leyes de la Iglesia no conterri torios s ino con personas. Uno de los abogados del"derecho personal " fue e l j oven canoni s t a monseñor P a-

cel l i , que más adelante se convert i ría en el papa PíoXII . El caso , s i n embargo, fue ganado por qui enes defendían el derecho terri torial con su larga t radición, yde al l í en adelante la idea leges sunt territoriales q u e d óen vigencia. No insis t i ré sobre los puntos de vista quepreval eci eron en aquel l a época en mat er i a de derechopersonal , pero me gus t ar í a apunt ar como sugerenci a quehoy debería abolirse la organización terri torial de lasdiócesis de la Iglesia y de las parroquias. Este s is tema

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t e r r i t o r i a l , q u e t an t o recu erd a l a an t i g u a es t ru c t u ra feu dal de la Igles ia, suele a menudo defenderse sólo sobrela base de argumentos his tóricos . Parece absurdo que unterritorio casi despoblado tenga su propia diócesis sóloporque en otra época fue un principado.

Ten emo s q u e t o mar co mo p u n t o d e p ar t i d a l a i d ea

hermanos en función ( los sacerdotes) , con una vis ióncompleta de la mul t ipl icidad de s i tuaciones funcionales, t ra t a rán d e es t ab l ecer mu ch as p eq u eñ as i g l es i as co mu n al es d e g en t e q u e s e en cu en t ra en l a mi s ma s i t u ación. La Igles ia debería crear contextos especiales segúncada s i tuación, para l levar su responsabi l idad no sólo a

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que fue fomulada por el Concilio: la Iglesia es el sacramento de salvación para el mundo. La Igles ia debe, en

consecuencia, ser un signo d e red en ci ó n para el mundo.Esto s ignif ica que debemos tomar en cuenta la es t ructura del mundo moderno que consis te, sobre todo, engrandes aglomeraciones urbanas . Por el lo , la Igles ia debe dir igi r su atención, en primer lugar, a las grandesmetrópol is , conurbanizaciones y ot ras formas de vidaciudadana. La Igles ia debe considerar es tas grandes ciudades , en cuanto forman una ent idad única en lo pol í tico, social y económico, como una sola tarea pastoral

con plural idad de subdivis iones . No es suficiente coni n t en t ar ap ro x i mars e a l mo d ern o h ab i t an t e d e l as c i u dades por vía de las organizaciones parroquiales de lossuburbios res idenciales .

Esto res tauraría a la palabra "obispo" el s ignif icadol i teral del original griego episkopos. Esta palabra s ignif ica "veedor". Su equivalente lat ino es "superintendente". Así la Igles ia no ci rcunscribir ía su act ividad a

dis t r i tos res idenciales arbi t rariamente del imitados en laperi feria de la ciudad, s ino tendría primero una vis ióncompleta de la es t ructura de la cudad: sus industr ias ,el funcionamiento de su vida empresaria, sus ins t i tuciones educacionales , las formas de su vida cul tural y susservicios públicos, sus estratificaciones sociales, el lugarq u e o cu p an l a j u v en t u d y l o s p ro b l emas q u e l e s o n p ro pios , sus t rabajadores , funcionarios , técnicos , in telectuales, ancianos , etcétera. El obispo superintendente y sus

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las esferas en que la gente t rabaja s ino para crear grupos de personas del mismo nivel in telectual o de la mis

ma ed ad ( j ó v en es , an c i an o s , e t cé t e ra) .La gran dif icul tad que presenta el s is tema terr i toriales la t ransformación de toda comunidad e Igles ia s imil a r en u n a mas a an ó n i ma. Po r e l mero h ech o d e q u e a l g u n as p ers o n as v i v an en u n a mi s ma área res i d en ci a l ,se las embarca, como miembros de la Igles ia, en un mismo grupo y a és te se lo eleva art i f icialmente a la categ o r í a d e " co mu n i d ad " . E s t o co n d u ce i n ev i t ab l emen t e afrust raciones en el anuncio del mensaje cris t iano que

debe as í d i r igi rse a una masa indiscriminada de gentea la que hay que t ratar , a pesar de todo, como una solaunidad. La consecuencia es que el predicador se veobl igado a hablar en forma tal que pueda ser entendidopor el grupo de menor intel igencia y es to a su vez provoca una verdadera cris is en la fe de los más intel igentes, de los más cul tos y de las mentes académicas queestán pidiendo un al imento más sól ido y se las t ienen

que arreglar con leche. Este hecho es s in duda el responsable de la aparición espontánea en los Países Bajosde grupos de discusión más reducidos que t ienen comofinal idad discut i r el credo a nivel más profundo. Creoque es to es , al mismo t iempo, la demostración cabal deq u e ex i s t e u n d es eo es p o n t án eo d e p eq u eñ as co mu n i d ades ecles iás t icas en las que se pueda encarar un planteamiento serio de las consecuencias de la fe cris t ianadentro de una s i tuación específ ica.

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En el futuro, los obispos y los párrocos tendrán quedirigir su atención a comunidades eclesiást icas s i tuacio-nal es , no a una i ndi scr i mi nada masa de gent e reuni dapor casual i dad dent ro de un t er r i t or i o dado. Es t o t raeráademás un gran ahorro de d i nero , que hoy se gas t a encostosos edificios para iglesias . La pequeña comunidadde esta Iglesia kenótica del futuro podrá reunirse y ce

humanidad y del futuro del mundo algo efect ivo en lasdecisiones qué tomen en el ámbito de las estructuras dela sociedad.

Vi vi rán en t regados act i vament e a l desarro l l o de l ah i s t or i a humana y medi rán cons t ant ement e l a s i t uaci ónexi s t en t e en e l mundo con l a real i dad de l a "nueva creaci ón" y de l a nueva humani dad de que nos habl a e l

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l ebrar l a eucar i s t í a en cual qui er l ugar adecuado.

3. La comunidad eclesiástica local

De lo dicho en esta sección se desprende que la comunidad l ocal desempeñará un papel cada vez más i mportan te en la Iglesia del futuro . U na de las dificul tades deldecreto conci l iar sobre la Iglesia es que en él los textosdel Nuevo Tes t ament o se ap l i can a l a s i t uaci ón presente s in la conveniente dis t inción.

En el cris t ianismo primit ivo, la palabra "obispo" ten í a un s i gni f i cado muy d i s t i n t o del que t i ene ahora . Elobi spo del Nuevo Tes t ament o no era l a cabeza de unadiócesis territorial sino de la comunidad eclesiástica local . 1 Si este hecho hubiera sid£> mejor conocido, la comunidad local hubiera recibido en el Concil io un lugarmás i mport ant e del que en real i dad t uvo.

La comuni dad l ocal del fu t uro deberá ser pequeña.

S us mi embros se conocerán personal ment e y a menudot rabaj arán y v i v i rán en es feras s i mi l ares . Es t arán dedi cados a su pequeña comuni dad a l a que mi rarán comoparte de toda la Iglesia. Firmemente conscientes de sumi s i ón , encont rarán en su pequeña comuni dad cuant osmedios necesi ten para hacer de su visión cris t iana de la

1 Entre otros, O. CULLMANN señaló esto en su artículo, "DieBibel auf dem Konzil", en Evangelische Theologie, 24 (1964),págs. 397-403.

17 4

apóstol San Pablo (2 Cor. 5, 17).

4 . "P erseverar unáni mes" (ver Hech. , 1 -14)

Es obvi o que s i en l o fu t uro habrá muchas comuni dadesecl es i a l es l ocal es , t ambi én habrá un cons i derabl e p l ur i -formismo en la Iglesia. El temor de perder su unidad hal l evado a l a Ig l es i a a a t r i bui r a l a uni formi dad caract er í s t i cas de un pr i nci p i o muy par t i cu l ar . La uni formi dadha sido vista como un aspecto de la forma de poder de

la Iglesia, como el principio que subyace en el controlde l a humani dad en cuant o masa. R eal i dad i mpres i on a n t e p e r o c a r e n t e d e p r o f u n d id a d . L a r a z a h u m a n a n oes una s i mpl e masa homogénea. C ons t a de i ndi v i duos ygrupos que están ubicados en muchos niveles dis t intos.La Iglesia debe admit ir este hecho y adaptarse a él .

A unque l a ampl i a base es t ruct ural de l a l i t u rg i a dela Iglesia s iga s iendo la misma en todas partes , se pro

duci rá una creci ent e p l ur i formi dad en l as expres i onesy en la experiencia l i túrgicas, a medida que las comunidades locales se desarrol len, y además una correspondi ent e p l ural i dad en l a t eo l ogí a . Es t a p l ur i formi dad esi ndudabl ement e un aspect o esenci a l en una Ig l es i a quees t á or i en t ada haci a una raza humana p l ur i forme ypl ur i formes s i tuaci ones hum ana s . U n ecl esi ó logo mo der no como el Dr . J . M ulde rs , S .J ., lo com pren dió clarament e cuando escr i b i ó :

175

Hay, por supuesto, ciertos elementos básicos queforman parte de la esencia de la Iglesia y que, comotales, también deben ser vis ibles . Incluimos entreéstos, por ejemplo, la celebración de la eucaris t ía yla predicación sobre Jesús como el Señor. Pero estoselementos básicos se hacen visibles , por así decirlo,en el segundo poder: el r i to esencial de la eucaris

La t area más i mport ant e del ob i spo será mant ener l auni dad en l a fe en medi o de l a mul t i p l i c i dad de formas ,aunque t a l vez sea aún más i mport ant e para l a uni daden la fe que el la se exprese en la unidad del mutuoamor . La ex i s t enci a de muchas comuni dades ecl es i a l esl ocal es y p l ur i formes puede engendrar fáci l ment e "d i s t inciones de clases" dentro de la Iglesia. El obispo debe

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t ía está incluido en una total idad de palabras y deact os y una par t e i mport ant e de és t os es t á det ermi nada más que nada por c i rcuns t anci as l ocal es e h i s tóricas. Los textos eucarís t icos de Pablo y de Lucas,por ejemplo, se desvían en el r i to, de las t radicionesde M at eo y de M arcos . Es t a l ey emerge mu y cl arament e en l a t eo l ogí a del Nuevo Tes t ament o . Lacris tología joánica difiere de la paul ina; la fe enun solo Señor (Efes. 4, 4-6) se encarna en dist intasteologías. El mismo fenómeno es también visible en

la evolución de la Iglesia. La existencia de una plu-rijormidad en torno a un núcleo único es elementoesencial de la Iglesia. O, para decirlo con más exact i tud, el núcleo existe en pl ur i formi dad. 2

S e podrá obj e t ar que es t a p l ur i formi dad cont i ene ungran pel igro para la unidad de la Iglesia. Yo respondoque no es l a uni formi dad en s í l a que t rae uni dad . La

uni dad de l a Ig l es i a es una unani mi dad, una mi sma forma de pensar , una uni dad de corazón y de a l ma, de fey confes i ón y de mut uo amor . Es por l o t an t o i mport an t e subrayar que l a comuni dad ecl es i a l l ocal no esuna " Ig l es i a" i ndependi ent e , s i no que debe es t ar in com-munione con l a comuni dad l ocal mayor , cuya cabeza esel "super i n t endent e" , e l ob i spo .

2 J. M U L D E R S , S. J., Het Mysterie der Kerk, o p. cit., p á g . 5 6 .Las bastardil las son mías.

17 6

vi g i l ar que se preserve l a uni dad del amo r f ra t erno entre las Iglesias . Los representantes de las dis t intas Igles i as t endrán , pues , que reuni rse per i ódi cament e paramanifestar, en sol idaridad oucaris t ica, la unidad de lacomunidad eclesial local mayor que es la diócesis .

Pero el obispo y su diócesis tampoco deben const i tuirun grupo i ndependi ent e y cerrado . C ada obi spo es obi s po sólo porque pertenece a la comunidad, al colegio deobispos catól icos. Joseph Ratzinger lo ha expresado, ref i r i éndose a l a Ig l es i a pr i mi t i va , de l a s i gui ent e manera:

El obispo de por sí no es el sucesor de un soloapóstol. Es el colegio de los obispos el que continúa el colegio de los apóstoles, y el obispo individual está en la l ínea de la sucesión apostól ica porque pertenece a ese colegio. Así , la sol idaridad conotros obispos resul ta importante para el obispo indiv idua l . . . Per o la sol ida ridad de los obispos inc l uye, a l mi smo t i empo, l a so l i dar i dad y l a i n t er -

comuni ón de l as d i s t i n t as comuni dades , a t ravésde las cuales los obispos forman, reunidos, la eccle-sia ú n i c a , a u n q u e a p a r e n t e m e n t e s e a n m u c h a s . 3

La unidad mutua del colegio de los obispos recibe fi nal ment e su punt o de or i en t aci ón def i n i t i vo y su "vér-

8 J. RATZINGEH, " O v e r h e t k e r k b e g r i p d e r V a d e r s " , op. cit.p á g . 2 7 .

177

t i ce perso nal " (u t i l i zando l a f rase de Ka r l R a hne r) enel obi spo de R oma. De es t e modo, quedan garant i zadas—a pesar de la mult ipl icidad de formas y de las diferenci as en t re l as comuni dades en que aquél l as se expresan—• la estructura de la unanimidad de la Iglesia, lami smi dad en l a forma de pensar , l a uni dad de corazóny de a l ma y l a uni dad en l a fe , l a esperanza y l a car i dad .

aquel la época, la única diferencia entre clero y laicosera la función que cumpl í an dent ro de l a Ig l es i a .De entre los miembros laicos de la Iglesia local , al

gunos eran e l eg i dos y ordenados para cumpl i r c i er t asfunciones en la Iglesia. Hoy, de hecho, ya no son ni elegidos ni l lamados por la comunidad. La s iguiente formul aci ón , correct a en s í pero mí ni ma en ex t remo, l a

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Est os pr i nci p i os de p l ur i formi dad abren ampl i as pers pect i vas para l a d i vul gaci ón del Evangel i o en t re l ospuebl os no-europeos . Ya no será necesar i o i mponer formas rel igiosas occidentales a pueblos con un pasadocul t ura l t o t a l me nt e d i s ti n t o . La p l ur i formi dad t amb i énproveerá una so l uci ón a l p robl ema del desarro l l o desparejo de la Iglesia y de la rel igión en el mundo. Ha sidohas t a c i er t o punt o i n j us t o i mponer una l i t u rg i a vernácula a comunidades eclesiales más t radicionales o conservadoras s i n haber l as preparado previ ament e . No se de

b e r í a i m p o n e r s ú b i t a m e n t e u n a n u e v a f o r m a l i t ú r g i c aa gent e que no es t á preparada para reci b i r l a . El C onci l io advirt ió que dentro de la Iglesia la evolución eradespareja y decidió retener el canon lat ino como solución de compromiso. Pero esto a su vez ha provocadoque muchas comuni dades ecl es i a l es más progres i s t as hayan sent i do que se l es ha i mpues t o un ser i o obs t ácul o .Estas dificul tades podrían resolverse de inmediato s i

se aceptara el principio de la unidad del pensar en lap l ur i formi dad.

5. El clero

¿Cuál debe ser la relación entre el clero y los laicos enl a Ig l es i a kenót i ca? S i real ment e queremos en t ender es t e probl ema, debemos cons i derar l a s i t uaci ón re i nant een la Iglesia antes de la "elección" del s iglo cuarto. En

178

debemos a l C onci l i o de Trent e : "En l a consagraci ón delos obispos y la ordenación de los sacerdotes, el consensodel pueblo o el l lamado del mismo no son una exigenciaen el sent ido que la consagración u ordenación fuerainvál ida s in ese consenso o l lamado." 4 Est e l l amado dela comunidad eclesial cayó luego en desuso y todo cuanto aún se conserva de el lo es una mera formalidad enlos ri tos de la consagración y ordenación. Este "l lamad o " a una función en la Iglesia se ha convert ido en unaespecie de experiencia míst ica del individuo, que se

s i en t e " l l amado" d i rect ament e por Di os .En pr i mer t érmi no, creo que debemos re t ornar a es t a

elección y a este l lamado hechos por la comunidad ecles i a l mi sma a uno de sus mi embros para cumpl i r con l afunci ón de predi car e l evangel i o y de admi ni s t rar l oss a c r a m e n t o s .

En segundo l ugar , es t a funci ón debe quedar l i beradade todo aquel lo que ha convert ido al clero en una clase

privi legiada. Los obispos y los sacerdotes de la Iglesiadel poder, adquirieron toda clase de privi legios que lesaseguran honor y prest igio. "Estos privi legios formanparte del conjunto de medidas legales que de al l í enadel ant e cont r i buyeron en buena medi da a hacer delclero una clase aparte. Entre estas medidas, el cel ibatofue l a más i mport ant e , pero o t ras , como l a i n t roducci ónde una vest im enta espec ial . . . s ignifican de hecho el

* DENZ., 960 (1767-70).

179

principio de un cambio considerable en las relacionesentre los fieles y los presidentes de la comunidad, sacerdotes u obispos." B En el año 428, el papa Celest ino Icensuró a Honorat o , abad de Ler i ns , que habí a l l egadoa ser obi spo de A t recht (o A rras ) por i n t roduci r ves t i mentas especiales (la túnica y el cinturón usados por losmonjes). No iba a tolerar tales novedades. Hasta ese

di da de es t e t i po remedi ar í a de i nmedi at o l a t remendaescasez de sacerdotes. M uch os laicos cal ificados qu e y aes t án casados podr í an ser l l amados a cumpl i r una función en el seno de la Iglesia.

Has t a e l p resent e no se ha permi t i do a l as muj eresdesempeñar función alguna en la Iglesia. Con todo, estamanera de pensar sólo refleja viejos moldes propios de

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m o m e n t o , los sacerdotes no se distinguían de los demás

hombres, e incluso para celebrar la l i turgia se l imitabana vest i r "ropa l impia". Celest ino, en consecuencia, escribió a los obispos del dis tri to de Narbona: "No nosdiferenciemos de los demás por nuestro exterior aparatoso s ino por nuestros conocimientos, no por nuestrovest ido s ino por nuestra conversación." 6

Para dar a la posición privi legiada del clero un caráct er esp i r i t ual y super i or se prescr i b i eron t ambi énciertas reglas monást icas al clero secular. La función

en la Iglesia que originalmente era un deber funcionalen el seno de la comunidad eclesial se convirt ió másadelante en una posición de privi legio con una formaespecial de vida espiri tual . Esto completó la separacióntotal entre clero y laicos, y el aislamiento del clero fuela secuela de esta separación.

En la Iglesia kenótica debemos retornar a la formaoriginal de ministro, quien, en lo que a apariencia exte

rior y estándar de vida se refiere, no se diferencie enforma a l guna de l os demás mi embros de l a comuni dad .Sigue en pie la dificul tad del cel ibato. Habrá, pues, queabol i r l o para aquel l os que cumpl an una funci ón en l aIglesia. Entiendo que el estado de virginidad continuaráexist iendo en la Iglesia, pero no tendrá que ser necesar i ament e un requi s i t o de l a funci ón c l er i cal . U na me-

8 Y . CO N G AR, op. cit., págs. 56-7 .

6 Epist., 4 , I , 2 ; M i g n e , PL , 5 0 , 4 3 1 .18 0

una soci edad domi nada por hombres . No hay obj eci ónt eol ógi ca a l guna que i mpi da a l as muj eres desempeñarfunciones en la Iglesia. En nuestra sociedad modernal as muj eres t i enen —al menos formal ment e— l os mi s mos derechos que los hombres y no puede objetarse quese las llam e a llen ar ciertas* funcion es qu e les sean ade cuadas dentro del ministerio de la Iglesia. Si el ministerio s ignifica por sobre todo "servicio" y "cuidado" delos sacramentos y de la palabra en la Iglesia, nos hal lamos an t e cual i dades que t rad i c i onal ment e parecen ade

cuarse más a l as muj eres que a l os hombres . P uedo, porl o t an t o , i magi nar que l as muj eres podr í an ser l l amadasa a d m i n i s t r a r l a P a l a b r a y q u e p a r e c e n p a r t i c u l a r m e n t edotadas para administrar el baut ismo (a los niños) y lasanta unción a los enfermos.

6, El laicado

Sólo cuando las funciones del clero se "anonaden", podrán aquel los cris t ianos que ahora se conocen como" l a i co s " tomar conciencia de su real misión y t rabajoen la Iglesia.

Los et imólogos nos dicen que la palabra "laico" deriva de la forma griega laos y que esta palabra s ignifica" p u e b l o " . 7 Los hombres y las mujeres laicos no son, deni nguna manera , mi embros secundar i os de l a Ig l es i a .

7 Sé que hay otras der ivac iones e t imológicas pos ibles .

18 1

Son s implemente el laos theou, el pueblo de Dios, enotr as pa labr as , la Iglesia . Como laos ( laicos) responsables, son los únicos que pr ác t icamente pueden l levar a

cabo el servicio de la Iglesia en una sociedad dominadapor "poder es" . Una Iglesia cler icalizada, compuesta de

sacerdotes activos y miembros laicos pasivos, puede te

n e r la apar ienc ia exte r ior de una Iglesia, pero no par t i

m e n t e n u e v a de teología cuando la e n s e ñ a n z a de éstaquede l iber ada de las l imitaciones y del a is lamiento en

q u e la e n c i e r r a n los m u r o s de los seminar ios .Las decisiones más i m p o r t a n t e s p a r a los individuos y

la sociedad se a d o p t a n en las estructuras seculares. Los

cristianos laicos que p a r t i c i p a n en esas decisiones de la

vida empresar ia , económica, tecnológica o política no se

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cipa de la vida del m u n d o y, en consecuencia, no r e p r e

senta al P u e b l o de Dios en el m u n d o .

8

N o me estoy ref ir iendo a lo que ha dado en l lamar seel apostolado "laico" o "segla r " . Por que es te movimiento jamás logró despertar la dedicación absoluta por par te de la total idad del P u e b l o de Dios. A p e s a r de todoslos intentos que se han hecho por conver t i r lo en una

ver dader a obr a de la icos, jamás ha l legado a ser otracosa que una extens ión de las actividades del clero. En

ese movimiento, los laicos se han conver t ido en m e r o s

auxi l ia r es del clero. Pero como Pueblo servicial de Dios ,dedicado y to ta lmente consc iente de su misión, los laicosn o p u e d e n ser los meros asistentes del clero en la Iglesia,los que a y u d a n a los sacerdotes a cumpl i r mejor su ta

rea. Los asistentes de la total idad del pueblo de Dios son

los sacerdotes, como quienes ayudan a todos a ser la

Iglesia. Pero sólo los la icos, como Pueblo de Dios , pueden estar presentes de modo efectivo dentro de los cen

tros creativos de nuestra sociedad.E n el f utur o, una ta r ea muy i m p o r t a n t e del clero será

h a c e r c o m p r e n d e r a los laicos que es tán l lamados al

servicio activo como Pueblo de Dios dentro de las es

t r u c t u r a s de una sociedad secular . A a lgunos de esoslaicos calificados y consc ientes hab r á que darles una formación teológica. Y ver emos sur gi r una forma total-

s G I B S O N W I N T E R , The New Creation as Metrópolis, op. cit.,

p é g s . 10 y 11.

182

dan gener a lmente cuenta de q u e , en todas estas esferas,se maneja una c ie r ta imagen del h o m b r e y de la sociedad que es automát ica e incues t ionablemente aceptada .El cr ist iano laico debe medir esos presupuestos humanosq u e se m a n i p u l a n en los centros dinámicos de n u e s t r asociedad y que cont r adicen la imagen c r i s t iana del

h o m b r e , la visión cr ist iana del f utur o y la idea crist iana de la sociedad vista como Nueva Creación y N u e v a H u m a n i d a d .

M e gus ta r ía c i ta r lo que dijo Congar a este respecto:

" P a r e c e ser que, en la pr esentac ión de la rel igión— especialmente como culto y como conjunto de obligaciones morales—• heredada de los clásicos del siglo xvu,

habíamos per dido un poco el sent imiento de que el crist ianismo pr esenta una esperanza, una esper anza tota l ,inc luso par a el m u n d o l l a m a d o m a t e r i a l . " Y c o n t i n ú adiciendo: "El P u e b l o de Dios vuelve a tomar conc ienc iade su car ác te r mesiánico y de que es p o r t a d o r de la es

p e r a n z a de una consumación del m u n d o en Jesucr is to . . . Elegido, inst i tuido y consagr ado por Dios par aq u e sea su siervo y su testigo, el P u e b l o de Dios es, en

e l mundo, como el sacr amento de la salvación ofrecidaa l m i s m o m u n d o . " fl

9Y. CONGAR, "La I g le s ia , P u e b lo de D i o s " , en Conciluim, I

( 1 9 6 5 ) , pág. 17.

183

7 . Las comunidades religiosasLa v i da monás t i ca t ambi én pasa en es t e moment o poruna s i t uaci ón cr í t i ca . Y t ambi én se debe es t o a haberperdido la perspect iva del origen de la vida rel igiosa.

S i cons i deramos es t e or i gen esquemát i cament e y s i natender a detal les , podemos concluir que la vida rel igio

propi o episkopos (e l abad , pr i or o super i or) a l a cabeza.Habl ando h i s t ór i cament e , l o que vemos en l a v i da monás t i ca es l a búsqueda cons t ant e de una Ig l es i a kenót i ca .

La v i da monás t i ca t ambi én desarro l l ó su propi o "s t at u s " especial : el s tatus o estado de perfección. Cada vezque e l c l ero (que pront o pasar í a a l l amarse "secul ar"para d i s t i ngui r a sus mi embros de l os monj es o " regu

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sa, en sus principios, se relaciona con el test imonio ca-r i smát i co de l a fe por par t e de l os már t i res de l os pr i me

ros s iglos cris t ianos. El mart i rio era una forma especialde test imoniar la fe en una sociedad host i l al cris t ianism o. C uando es t a hos t i l i dad se mudó en una acept aci ónposi t iva del cris t ianismo (¡en el s iglo cuarto!) la necesidad de alguna forma especial de test imonio se hizosentir en la Iglesia, y la vida monást ica dejó de ser privat iva de los anacoretas y se convirt ió en forma de vidapract i cada por una comuni dad que se proponí a br i ndar

un test imonio de fe especial y carismático a la Iglesia yal mundo. La comuni dad monás t i ca fue , por as í deci r ,una i n t ens i f i caci ón de l a comuni dad mayor de l a Ig l esia, un reflejo de la Iglesia ideal y como tal un exal tadotest imonio de la vida de fe y de amor en esa Iglesia.

Siglos más tarde, cuando el lujo, la pol í t ica y el amoral p l acer comenzaron a predomi nar en l a Ig l es i a , se d i omás y más énfasis en la vida monást ica a la pobreza,a l a s i mpl i c i dad y a l a peni t enci a (órdenes mendi cantes). Francisco de Asís y sus seguidores fueron probab l ement e l os pr i meros en expresar en su forma de v i dael anhelo de los cris t ianos por retornar a la Iglesia ke-nótica. Algo de esto también se vio reflejado en otro aspecto de la vida monást ica: la r ica variedad de este t ipode v i da y l a gran cant i dad de pequeñas comuni dadesfueron , por supues t o , una i magen de muchas comuni dades pluriformes y locales, cada una de el las con su

18 4

l ares") decaí a esp i r i t ual ment e , se recurr í a a l os monj es

para renovar ese es t ado esp i r i t ual perd i do (C l uny, l asórdenes mendi cant es , l os j esu í t as , e t cét era) . P or e l l ocreció una cierta tensión entre el clero y las órdenes monást icas, con el resul tado de que ambos "estados" se inf l u y e r o n m u t u a m e n t e .

A u n q u e p r i m i t i v a m e n t e q u i e n e s o c u p a b a n u n c a r g oen la Iglesia sólo se dis t inguían del resto de los fieles pordeberes especiales y funciones, el s tatus privi legiado delclero, que se desarrol ló en t iempos posteriores, desem

bocó en un modo de vida inspirado en el de los monjes.La renovaci ón que empezó con e l C onci l i o de Trent ot ambi én conduj o a una reforma en l a preparaci ón de l ossacerdotes. Bajo la dirección de la recién aparecidaC ompañí a de Jesús , se es t ab l eci eron numerosos semi narios. A par t i r de ese moment o , l a forma de v i da sacerdotal se vio fue rtem ente influida p or la e spiri tua l idadigna cian a. (T oda vía hoy se nota esto en la legislación

canóni ca . )Por otra parte, la vida monást ica se vio cada vez más

influida por las necesidades pastorales de la Iglesia, conel resul tado de que se confiriera la ordenación cada veza más y más monj es . Hoy en d í a , es raro que un monj eno sea al mismo t iempo sacerdote. En los s iglos dieciocho y d i eci nueve, se fundaron gran número de congregaciones y éstas fueron, en la práct ica, act ivas comunidades de sacerdot es , cuya obra era pas t oral aunque l a

18 5

estructura en que vivían fuera monást ica y es tuvierabasada en la forma rel igiosa de vida. Como rel igiosos ,es tos hombres se somet ían al cumplimiento de las reglasmonást icas , con una forma de vida especial y reguladaq u e s u g er í a u n a v i d a " d en t ro " d e l mo n as t er i o . Pero co mo sacerdotes , es taban obl igados, a causa de las necesi dades pastorales de la Igles ia, a "sal i r" de la comunidad,

Estado y las mujeres de las comunidades rel igiosas ses i en t en cad a v ez más i n s eg u ras acerca d e q u é d eb en h acer y cómo jus t i f icar su propia exis tencia. Por ot ra parte , mu ch o s mi emb ro s d e es t as ó rd en es co n t emp l a t i v asd es ean cad a v ez más emp l ears e , d e u n a u o t ra fo rma,en las tareas pastorales .

Todo es to es un claro indicio de una búsqueda de los

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y as í se veían en la necesidad de l levar un t ipo de vida

muy dis t into . El act ivo rel igioso-sacerdote debía l levar,en o t ras p a l ab ras , u n a v i d a amb i v a l en t e .Si hablamos de renovar la vida rel igiosa, entonces

t amb i én aq u í t en d r í a q u e p ro d u ci rs e u n " re t o rn o " . L aactual escasez de sacerdotes será menos aguda cuandoel cel ibato no sea requis i to indispensable para los seculares , y entonces muchos de los sacerdotes regulares delas órdenes rel igiosas podrán ret i rarse de la práct icapastoral y dedicarse a cumplir su verdadera obra den

t ro de la Igles ia. Deben ser una manifes tación constantede la Iglesia tal como Cristo la quería, testigos conscientes y especiales de la fe y una comunidad ecles ial localmu y p ar t i cu l ar q u e p ro y ec t e s u l u z a l a Ecclesia ú n i cay a l mu n d o . M e ex p l ay a ré más ad e l an t e s o b re el con t enido último y el significado de esto.

Hasta ahora no di je nada de las órdenes femeninas .Es evidente que las órdenes contemplat ivas de mujeres ,

cuya forma de vida es taba modelada s iguiendo la de losmonjes (por el lo se las l lamó moniales), h an res u l t ad omenos afectadas por las tendencias clericales que las delos hombres . Las comunidades rel igiosas femeninas f lorecieron en los s iglos dieciocho y diecinueve y muchasde el las se dedicaron a las diversas tareas relacionadascon los servicios pastorales tales como educación, enseñanza y atención de enfermos y ancianos . Pero es tastareas pasaron gradualmente a los servicios sociales del

18 6

" o r í g en es " . ¿Y n o p o d emo s s u p o n er q u e s ea a l mi s mo

tiempo la búsqueda de una experiencia kenót ica? ¿Noserá que a los hombres y a las mujeres de las órdenesrel igiosas les cumple una tarea capi tal en es ta mis iónde conducir a la Igles ia rumbo a su forma kenót ica deservicio? En es te mismo capí tulo, un poco más adelante , agregaré algo acerca de es to , en una relación dis t inta.En el ín terin , debo discut i r o t ro aspecto de la Igles iak en ó t i ca .

8. El orden legal en la Iglesia

L a v i d a en u n a co mu n i d ad d e c rey en t es t en d rá , p o rs u p u es t o , q u e reg u l ars e d e acu erd o a u n o rd en l eg a ldefinido. Este orden ha quedado es tablecido hasta elpresente en un código de derecho ecles iás t ico (el Codexluris Canonici) modelado sobre el esquema del derechoro man o . Pero e l d erech o ro man o es u n d erech o co n s t i tucional y nos sent imos incl inados a preguntar s i els is tema de derecho de la Igles ia kenót ica puede es tarbasado en principios del derecho const i tucional de unE s t a d o .

Si el derecho eclesiástico está creado en analogía conla es t ructura y los principios de derecho de un Estado,la Igles ia en su tarea de servicio no debe poner su propio s is tema legis lat ivo ni a la par ni por encima del s is tema de la ley civi l . Si la l ibertad fundamental y los

187

derechos del hombre son v i o l ados (como, por e j empl o ,en l a e l ecci ón del cónyuge) , en t onces nos cabe preguntar s i no asis te el derecho a la Iglesia de declarar vál idaso invál idas las acciones de los creyentes o s i no puededeci d i r que l as personas i n t eresadas son compet ent es oi ncompet ent es para real i zar act os o t omar deci s i ones . 10

En principio, el punto de part ida del orden legal de la

ro decir por "zona de verdad". Casi la total idad de estediscurso fue publicada en el Frankfurter AllgemeineZeitung del 29 de jul io de 1964 bajo el t í tulo de "DerV e r d e r b d es W o r t e s u n d d ie M a c h t " ( " L a c o r r u pc i ó nde l a pal abra y del poder") . 1 1

P i eper t oma como punt o de par t i da una cues t i ón aparent ement e académi ca: ¿C uál fue l a obj eci ón exact a

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Iglesia debe ser la comunidad eclesial local . Por descon

t ado que de acuerdo con l os pr i nci p i os de p l ur i formi dadel s is tema legal de una Iglesia local no podrá reglament arse en sus det a l l es . P ero segurament e se podrán d i c t arc i er t as reg l as que es t ab l ezcan l o mí ni mo i ndi spensabl epara e l funci onami ent o de l a comuni dad l ocal . Los reg l ament os más concret os quedar í an l i brados a l a d i screci ón del ob i spo . Has t a ahora , t odo fue reg l ament ado"desde ar r i ba" . En adel ant e , s i n embargo, es t as au t oridades más al tas: obispos, conferencias de obispos, elpapa, e t cét era , ac t uar í an como aut or i dades an t e qui enesse pueda apel ar . C ada vez que se produzca, por e j empl o ,un confl icto en el seno de una Iglesia local , o dudas sobre probl emas de fe y de cos t umbres , podr í a apel arse auna au t or i dad más a l t a , empezando por e l ob i spo y , encaso de neces i dad , l l egando has t a e l mi smo papa.

El nuevo orden legal de la Iglesia debe inspirarse yproceder en mucho mayor escal a de su funci ón pas t oral .

9. La Iglesia como "zona de verdad"

U n breve resumen del d i scurso pronunci ado en B er l í n ,en jul io de 1964, por Josef Pieper, aclarará lo que quie-

1 0 Estos datos acerca de las posibil idades y dif icultades de losm a t r im o n io s e n t r e p e r s o n a s d e d i s t in ta r e l ig ió n lo s h e to m a d od e u n d is c u r s o p r o n u n c ia d o p o r L . C . M E U E H S , f u n c io n a r io d e ladiócesis de Den Boscli . Ver e l resumen de este discurso en De Tija,

ju n io 1 2 d e 1 9 6 6 .188

que Platón hizo a los sofis tas? Platón presentó muchoscargos contra los sofistas y todos ellos se aplican estrict ament e a nues t ra s i t uaci ón cont emporánea. U na de susacusaci ones fue su "corrupci ón de l a pal abra" ("Ko-rrumpierung des Wortes"). U n el emen t o de l a ex i s tencia humana está contenido en la palabra y, s i la palabra se corrompe, l a ex i s t enci a humana no permaneceinviolada. Platón sostenía que los sofis tas habían cor rompi do l a pal abra porque su enseñanza ya no t en í acomo funci ón pr i mordi al t ransmi t i r l a verdad s i no que

s i mpl ement e se l a manoseaba con e l p ropós i t o de i mpres i onar , s i n mi rami ent o por l a verdad . Es t o t ra í acomo consecuencia que la otra persona dejara de serun verdadero i n t er l ocut or y se convi r t i era en un meroobjeto: un material humano, u t i l i zado por e l " l ocut or" .La pal abra perd i ó as í su caráct er de comuni caci ón yse convi r t i ó en i ns t rument o de poder , en un arma.

Exi s t en i nnumerabl es e j empl os de l a enorme ext en

s i ón en que nues t ra soci edad cont emporánea es t á penetrada, como lo estuvo la de Platón, por el empleo sofíst i co de l a pal abra . En publ i c i dad , l a pal abra se empl eacon efecto calculado, con el ojo puesto en su posibi l idadde éxi to. Esto ocurre constantemente en la pol í t ica, donde l a pal abra se degrada f recuent ement e a l n i vel de un

1 1 En esta sección, estoy en deuda con mi amigo agustino, e lD R . J . B . ROELAND, O. S. A . , quien m e l l am ó la a tenc ión sobre

el d iscurso del profesor Pieper.189

slogan alagador, y en el caso extremo de un régimen det error cons t i t uye un arma muy pel i grosa . En t a l es casos, y en otros, la degradación del lenguaje es s iempreuna degradaci ón de l a comuni caci ón de l a verdaderac o m u n i d a d h u m a n a .

U na respues t a f i nal que P l a t ón d i o a es t e probl emaque tanto le preocupaba fue la s iguiente: "El sofis ta es

S i n querer d i scut í rse l o , me gus t ar í a t ambi én suger i rque l a Ig l es i a deber í a , en pr i mera i ns t anci a , mos t rar l adimensión más profunda de su servicio y de su minister i o como sacrament o de sa l vaci ón de nues t ra soci edad ,siendo la zona de verdad. Tambi én es t oy convenci do deque l a Ig l es i a en su forma de poder i mper i a l , puedel l evar a cabo es t a funci ón só l o en forma muy i mper

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el fabricante de una real idad fict icia" ("Der Sophist istein Verfertiger fiktiver Realitat"). En o t ras pal abras ,

al sofis ta no le importaba la verdad: en su lugar pusou n a r e a l i d a d a p a r e n t e .

Esta definición de Platón puede también apl icarsecon sorprende nt e per t i nenci a a nues t ra s i t uaci ón cont emporánea. Es c i er t a en e l caso de l a moderna i ndus t r i adel entretenimiento, de la prensa sensacional is ta y, amenudo, de la pol í t ica o de todo lo que se da por sentadoen la ideología oculta de nuestra sociedad; todos ellos

empl ean " l a real i dad f i c t i c i a" y t odos t i enen por met ano t ransmit ir la verdad sino ofrecernos algo que podamos t ragar fáci lmente y con placer. La real idad fict iciaprevalece de tal modo en nuestra sociedad que el hombre medi o no só l o no puede encont rar l a verdadera real idad sino que ni s iquiera es capaz de buscarla. Su vis ión está tan l imitada a la real idad fict icia que ya nopuede mi rar n i det rás n i por enema de e l l a .

Al final de su discurso, Pieper dice algunas cosas

real ment e val i osas en defensa de nues t ra ex i s t enci a ycontra las tendencias sofis tas de este t ipo que prevalecenhoy en día. Una de estas cosas es que en nuestra sociedad debe haber una "zona de verdad" donde l os hombres puedan preocuparse de l a verdad , i ndependi ent eme nt e de t oda me t a o i n t enci ón . P ues habl aba e n un areuni ón uni vers i t ar i a , P i eper sugi r i ó que l a U ni vers i daddebería ser esa "zona de verdad".

19 0

fecta, porque en una s i tuación de poder el propio prest igio está s iempre en juego.

10 . Veraci dad

Kenosis significa que la Iglesia debe despojarse de todofalso deseo de prest igio. Por falso prest igio, no sólo merefiero a lo que el Concil io l lamó "triunfal ismo", s inot ambi én a l a act i t ud que es t i ma que debe mant enerse atoda costa la impresión que la Iglesia provoca en el

mundo ext er i or . En consecuenci a , se es t ab l ece una d i s t inción entre el catól ico individual y la Iglesia. El indiv i duo puede descarr i arse , pecar , perder l a graci a , e t cétera, pero la Iglesia no. Así , se entendía que era posiblehabl ar de una " Ig l es i a de pecadores" pero no de una"Ig l es i a pecadora" ( l a pros t i t u t a de B abi l oni a) . En c i er ta época la dis t inción pareció proporcionar la solucióna muchas d i f i cu l t ades , pero cada d í a es más d i f í c i l man

tenerla a la luz de los cambios y de la vis ión modificadade la Iglesia actual .El papa, s in embargo, ante el Concil io confesó las

cul pas en nombre de la Iglesia (aunque es t o fue expresado en forma subjet iva). Si la Iglesia ha s ido realmente culpable entonces no estuvo a la al tura de susme rec imi ento s. . . ¡como Iglesia! D e todos mod os, existet odaví a una t endenci a a subrayar por sobre t odo l a continuidad, a pesar de que es t én t en i endo l ugar cambi os

19 1

drást icos. Los cambios están sin duda acaeci endo; perola Iglesia, en v e r d a d , no se desdice de n a d a .1 2 Existe un

cl aro t emor de dar pie a la posible impresión de que la

Iglesia erró en el pasado. Las encícl icas papales no son

"declaraciones infal ibles ex cátedra", pero se las rodeade un a u r a de infal ibi l idad, a tal p u n t o que s i empreresul ta difíci l admit ir , en un período posterior, que estu

q u e le buscan cinco pies al gato y que con toda clase de

m u y s u t i l e s r a z o n a m i e n t o s d e m u e s t r a n que la Iglesiaen verdad nunca cometió el m e n o r e r r o r .

N a d a d a ñ a t a n t o la confiabi l idad de la Iglesia católicaa los ojos de aquellos que p i e n s a n de ot ro modo (y a los

ojos del m u n d o m o d e r n o en general ) como la negat i vade la Iglesia de admit ir los errores cometidos y su formade si lenciar, oscurecer o excusar esos mismos errores.

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vi eron det ermi nadas por las condiciones históricas im

p e r a n t e s y que a h o r a , a la luz de las exper i enci as presentes, resul tan insostenibles e i ncl uso er róneas . Ad

mi t i r es t o , podr í a dañar el prest igio de la Iglesia. No

podemos sus t raernos a la i mpres i ón de que el reconocim i e n t o por p a r t e de la Iglesia de sus propios errores y

de sus mal as i n t erpret aci ones se considera un gran pel i gro, con el resu l t ado de que se r e c u r r e a cuant o exped i ent e se present a para demos t rar que existe una continuidad en los cambi os que es t án t en i endo l ugar .

Creo que una Iglesia kenótica que progrese cada vez

m á s en servicio y humi l dad , s i empre ab i er t a a la verdadera au t ocr í t i ca , a la luz de los evangelios y de cual qui er nueva s i t uaci ón h i s t ór i ca , acrecent ará su "pres t i gio" lejos de di smi nui r l o .

Esto nos conduce a la cuest ión de la hones t i dad de la

Iglesia y de su veraci dad . Una de las grandes dificult ades del diálogo ecuménico reside en la i mpres i ón que

da s i empre la Iglesia catól ica romana de ser de pocofiar. Por cierto que hay e n t r e los catól icos muchos indiv i duos sumament e hones t os ; pero , ¿es la Iglesia, comot ot a l i dad , i gual ment e s i ncera? Los aj enos encuent randifícil confiar en una Iglesia que empl ea pal abras un

t uosas , en prelados diplomáticos y astutos, en teólogos

1 2Cfr. los cuatro artículos del P R O F . G. C. B E R K H O U W E R , "Het

p r e s t ig e der K e r k " , en Gereformeerd Weekblad, 21 ( 1 9 6 6 ) , p á g s .217, 225, 233 y 241.

192

Por cierto, ¿qué hay de e x t r a ñ o que en semejante con

texto la teología moral de la Ig l es i a t rad i c i onal hayasiempre considerado pecados graves (en sí m i s m o s ) los

q u e se comet en cont ra el s e x t o m a n d a m i e n t o m i e n t r a stenía como veniales los cometidos contra el octavo: los

pecados contra la veraci dad? La v e r d a d de la Iglesiaes t á í n t i mament e v i ncul ada a su veraci dad . Ser una

" z o n a de verdad" s ignifica que la Iglesia debe verificarc o n s t a n t e m e n t e las ideologías del m u n d o y las formas

de vida que las a c o m p a ñ a n . D e b e e s t a r i n t e n s a m e n t ep r e s e n t e en el m u n d o , p e r o al mi smo t i empo reservarespaci o suf i c i en t e para mant enerse apar t ada a fin de

no verse ar ras t rada sin r e m e d i o y no ser absorbida por

el d i nami smo secul ar .

C omo ya lo dije, el movi mi ent o v i t a l del cris t ianismon o p u e d e , en úl t i ma i ns t anci a , s i ncroni zarse con el mo

vi mi ent o del m u n d o , tal como aparece expresado en el

d i n a m i s m o de la soci edad moderna. La realidad ficticia

q u e la soci edad moderna i ndol ora y casi imperceptiblem e n t e nos impone, debe reconocerse como ficticia. La

uni l a t era l i dad y las l imitaciones de la visión oculta del

m u n d o que p a r a l i z a n el espí r i t u , deben revel arse . Las

p r e g u n t a s más profundas acerca del h o m b r e d e b e n se

gui r s i endo p l ant eadas y la sal udabl e i nqui et ud de la so

br i edad y la vi g i l anci a cr i s t i ana deben mant enerse v i vas .H o y es imposible ser c r e y e n t e en un reduct o pequeño,

19 3

privado e inviolable: somos todos creyentes dentro delmundo. La verdad y l as apar i enci as , l a hones t i dad y l asment i ras no es t án present es en e l mundo en forma pura .La apar i enci a se present a como verdad y l as ment i rasse present an como hones t i dad . Es t area cons t ant e de l aIg l es i a como "zona de verdad" desenmascarar l as .

C umpl i r p l enament e es t a t area requi ere habi l i dad

no se cansaba de desenmascarar y denunci ar l as fa l sasapar i enci as , l a h i pocres í a , y l os sepul cros b l anqueados .Su tarea era destruir a las "potestades" ocultas( 1 C o r . 1 5 , 2 4 ) .

11. Conclusión

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p a r a ve r con el sent ido especialmente aguzado por lafe . Obvi ament e no es t area que pueda cumpl i r cual

qui era , pero me parece que podr í an l l evar l a a cabo l asórdenes rel igiosas de la Iglesia. Siempre tuvieron tendenci a a apar t arse del mundo; es t o , desgraci adament e ,las condujo, en algunas oportunidades, a un ais lamientot o t a l y fa l so . Desde mi punt o de v i s t a , qu i enes i n t egranlas órdenes rel igiosas están l lamados a estar, por unapar t e , t o t a l ment e present es en e l mundo y , por l a o t ra ,en c i er t a medi da apar t ados . S u presenci a será as í una

presencia con reservas. Esta dis tancia será necesaria s it i enen que proyect ar e l movi mi ent o más profundo dela vida sobre nuestro mundo y luego, por reflejo, ver lasreal es mot i vaci ones de nues t ra soci edad cont emporáneaa la luz del Evangelio y revelarlas .

M uch o más podr í a deci rse acerca de l as formas concret as que e l cum pl i mi ent o de es t a t area deber í a ad opt ar ,pero me l i mi t aré a señal ar que creo que és t a podr í a serl a es fera genui na de act i v i dad apos t ó l i ca para muchasde las órdenes rel igiosas que en la actual idad están buscando un nuevo sent i do para su ex i s t enci a y una nuevaforma de t rabajo. Esta esfera de t rabajo, además, no est an opues t a como podr í a parecer a l p ropós i t o or i g i nalde las comunidades rel igiosas en la Iglesia. Después detodo, sólo en el verdadero servicio a la veracidad de laIglesia kenótica podremos continuar la obra de Cristocon fe profunda. A quel que d i j o : "Yo soy l a verdad" ,

19 4

En este capí tulo hice senci l lamente un esbozo a gruesos

t razos de a l gunas consecuenci as concret as que t raeránuestra aceptación de la Iglesia kenótica. Lo que sugerípueden parecer cambi os muy radi cal es ; pero , de hecho,no a l t eran en nada l a esenci a fundament al de l a Ig l es i a .Todo lo que hice fue buscar en las infini tas riquezas dela radix de l a Ig l es i a . Es t oy s i ncerament e convenci do deque una Iglesia kenótica será un test igo mucho más elocuente del misterio de Cristo que una Iglesia con poderi m p e r i a l .

U na Ig l es i a kenót i ca es además mucho menos vul nerabl e que una Ig l es i a i mper i a l . En su forma kenót i ca ,la Iglesia t iene muchas más posibi l idades de eludir elpredominio de las "potestades" ideológicas que están escondi das en t re l as normas de nues t ra soci edad modernay resul ta así menos vulnerable. Su act ividad se originar í a y se d i fundi r í a , a par t i r del ámbi t o menos pret encioso de las pequeñas comunidades locales, en lugar de

hacer l o desde una au t or i dad fuer t ement e cent ra l i zada.U na Ig l es i a kenót i ca no neces i t ar í a compromet erse enuna lucha constante por sobrevivir en la sociedad moderna, una l ucha para preservar su propi a es t ruct ura dei nf l uenci as ex t rañas . Tendr í a as í mayores pos i b i l i dadesde proseguir su tarea aun en las sociedades que le fueran hos t i l es o que l a pers i gui eran . P ara expresar l o ent érmi nos mi l i t ares , su es t ra t eg i a ser í a p l ur i forme yv a r i a b l e .

195

Sólo una Iglesia kenótica puede ser realmente ecuménica. El mayor obstáculo con que t ropieza la Iglesiacatól ica en su diálogo con otras Iglesias y comunidadescris t ianas, es la forma de poder que ostenta. Precisament e es t e poder s i rv i ó de causa generadora de l a pr i ncipal protesta de los reformadores. Con la desaparicióndel poder de la Iglesia, el diálogo ecuménico quedaráubi cado en un p l ano ent erament e d i s t i n t o e i ncl uso me

mo y el juridismo y su nostalgia de una "Iglesia de lospobres", ¿no fueron acaso la expresión de un deseo porpar t e de l os cr i s t i anos de encont rar una forma d i s t i n t ade Iglesia, una Iglesia de kenosis y del s iervo de Yavé?S e requi ere , por l o t an t o , una nueva act i t ud , y comoconclusión, sólo puedo repet ir las palabras del apóstolPablo: "Tened en vosotros estos sent imientos, los mis

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incl ino a vis lumbrar que a nivel de las Iglesias locales

se descubr i rán formas de verdadera uni dad ecl es i ás t i ca .U na Ig l es i a kenót i ca t ambi én es t ará por pr i mera vez

en condi ci ones de d i vul gar e l Evangel i o en escal a mundial . 13 La Iglesia como forma de servicio ya no estarál igada a las formas occidentales de cris t ianismo y podráes t ar present e , como s i erva, en cu l t uras no cr i s t i anas deAsia y África e incorporar todos los logros de estas cult uras . U na Ig l es i a kenót i ca carece de pret ens i ones ex

clusivas sobre la revelación y sobre la gracia. Reverenciará, pues, el misterio de la revelación divina y la gracia presente en la herencia rel igiosa y en la experienciade las rel igiones no cris t ianas.

F al t a cont es t ar una ú l t i ma pregunt a: ¿C ómo real i zareste cambio de dirección y orientarnos hacia una Iglesiakenót i ca? P or c i er t o que no se l o l ogrará n i con "medi d a s " ni con reorganización. Será por sobre todo el resultado de la metanoia, de un cambio en el corazón o deuna convers i ón , del desarro l l o de una nueva ment al i dad , de una act i t ud kenót i ca . Qui enqui era pres t e a t ención a cuanto se dice entre el clero, al to y bajo, y entrelos así l lamados "laicos", descubrirá que, en todas partes , hay un anhel o más o menos expl í c i t o por una Ig l esia kenótica. La lucha del Concil io contra el t r iunfal is-

1 3 C f r. D R . C . A . V A N P E U R S E N , C . A A L D E R S y D R . J . B L A U W ,Evangelieverkondiging in wereldperspectief ( K a m p e n , 1 9 6 5 ) .

196

mos qu e en Cristo Je sús . . . quie n se anonad ó a s í mism o , tom and o forma de s iervo. . ." (Fi l . 2, 5-7) .

19 7

Epílogo

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El Evangelio habla de dos clases de tumbas.U na es t aba b l anqu eada y l a o t ra es t aba vací a .La tumba blanqueada es el s ímbolo de las falsas fa

chadas , de l a apar i enci a ex t er i orment e bel l a que nop e r d u r a .

La t umba vací a era del Hombre-Di os , Jesucr i s t o ,aquel que se habí a anonadado (vaci ado) .

La esperanza del fu t uro naci ó en t orno a es t e anona

d a m i e n t o .El pueblo contempló esta tumba vacía. Se le había

dicho que no debía buscar a los vivos entre los muertos.Luego un gri to se elevó: está vivo, ¡ha resuci tado!

M ás y más gent e se reun i ó y fue baut i zada en e l nombre de Jesucris to para perdón de sus pecados. Se entregaron de todo corazón a la enseñanza de los apóstolesy a l amor del pró j i mo, a compar t i r e l pan y l as oraciones.

Ésa fue la Iglesia.A s í , en t orno a l vací o de l a t umba, naci eron l a espe

ranza del futuro y la Iglesia, que es y debe s iempre serel mensaje de lo que ha de venir.

19 9

índice

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PÁG.

I N T R O D U C C I Ó N 9

I . L A S I T U A C I Ó N D E L I N T E R R O G A N T E 1 7

1. El prob lem a de Dios 171. La crisis relig iosa 202. La idea de Dios 233. S e c u la r iz a c ió n 2 54. Libera ción de la re l igió n 275. Reseña crí t ica 30

6 . L a d im e n s ió n p e r d id a 3 22. El anun cio del men saje cris t ian o 36

1. Desm itif icación 372. La teología de la "res pue sta" 403. El méto do del anális is l ingüíst ico 42

3. La esencia del pro blem a 46

I I . E L F U T U R O 4 9

1 . F u tu r o lo g ía 4 92. M ás allá de las revolucion es 513 . L a s g u e r r a s 5 6

4. Ra p id a c ió n 5 85. El cará cter inesta ble de la vida 606. Los fenómeno s de la rapida ción 637 . A lg u n a s c o n c lu sio n e s 8 0

I I I . L A I G L E SI A E N L A S I T U A C I Ó N S E C U L A R 8 5

1. Desde el pu nto de vis ta de la Iglesia 851 . A l ie n a c ió n y a u s e n c ia 8 82 . La Iglesia en los dis tr i tos residencia les 91

2. L a o t r a c a r a d e l p r o b le m a 9 81. El lug ar de la cul tura y de la re l igió n 1012 . L a a m e n a z a o c u l ta 1 0 4

201

P A O .

3. I mpot e nc i a 1071. ¿ P e s i mi s mo uni l a t e r a l ? 1122 . La secular iz ac ión en e l deb ate teológico 1153. La contien da con los "po dere s" 1194 . E n t r e un f u t ur o f a ls o y un o ve r da de r o 123

I V . L A I G L E S I A Y L A K E N O S I S 1 2 7

1. La Igles ia 1271. E l e mpl e o de l l e ngu a j e e n l a I g l e s i a 128

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2 . ¿ Q ué e nc i e r r a un nom br e ? 1293. El pue blo de Dios 1334 . L a e l e c ci ón de un c a m i no 1375. A i s l a mi e nt o 1406. R e t or n o 142

2 . Kenosis 1441. "Ken osis" como e lecc ión exis ten cia l 1482 . "Ken osis" como cam ino de la Igles ia 1513. ¿Po r qué la Igles ia no e ligió antes es te cam ino? 1544 . "Ke nosi s" en la t radic i ón de la Igles ia 1575. R e s ur g i mi e nt o 1596. "Ken osis" es Éxo do 162

V . E L F U T U R O D E L A I G L E S I A 1 6 5

1. E l a nona da mi e n t o a n t e l a s f or ma s de pode r . . . 1662 . T e r r i t o r i a l o pe r s ona l 1713. La com unid ad ec les iás tica loca l 1744 . " P e r s e v e r a r u n á n i m e s " 1 7 55. El c lero 1786. El la icado 1817. L a s c omun i da de s r e l i g i os a s 1848. El orden legal en la Igles ia 1879. La Igles ia como "zon a de ver dad " 188

10 . V e r a c i da d 19111 . C onc l us i ón 195

E P Í L O G O 1 9 9

S E A C A B O D E I M P R I M I R E L D ÍA2 5 D E O C T U B R E DE M I L N O V E C I E N T O S S E S E N T A Y S I E T E E N L O ST A L L E R E S G R Á F I C O S D I D O T S . C . A . ,

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P R I N T E D I N A R G E N T I N K