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Abordando la noción de “variabilidad musteriense” en Roca dels Bous (Prepirineo suroriental, Lleida) Examining the concept of “mousterian variability” at Roca dels Bous (Southeast pre-pyrenees, Lleida) Rafael Mora (*) Jorge Martínez-Moreno (*) Joel Casanova (*) RESUMEN En este artículo se discute las implicaciones derivadas del cambio en la aportación de materias primas detectado en los niveles N10 y N12 de Roca dels Bous (Prepirineo suroriental). En estos contextos se recuperan conjuntos lí- ticos con unos atributos en los métodos de talla y en el instrumental retocado que sugieren modificaciones en los comportamientos relacionados con la adquisición, elabo- ración, uso y abandono del instrumental. De estas obser- vaciones se derivan varias implicaciones sobre la función del asentamiento dentro de los patrones de movilidad de los neandertales que habitan en la vertiente sur de los Pi- rineos. Paralelamente, permite abordar la noción de “va- riabilidad”, concepto clave al referir el significado cultu- ral del Paleolítico Medio. ABSTRACT This paper is concerned with the implications arising from changes in the movement of raw materials from lev- els N10 and N12 of Roca dels Bous (Southeastern Prepyrenees). Studies of the lithic assemblages reveal dif- ferences in stone tool technologies, especially knapping and retouching. These variations enable us to reflect on the function of the settlement within the context of Neanderthal mobility patterns in the area that connects the Ebro Valley with the Pyrenees. The characteristics of the artefacts suggest changes in the strategies employed in the acquisition, production, use and discard of stone tools. Importantly, these observations allow us to exam- ine issues related to “variability”, a key concept in any discussion related to the cultural change in the Middle Palaeolithic. Palabras clave: Roca dels Bous; Paleolítico Medio; Va- riabilidad técnica; Materias primas; Función del asenta- miento. Key words: Roca dels Bous; Middle Paleolithic; Techni- cal variability; Raw materials; Settlement use. LA NOCIÓN DE “VARIABILIDAD”: DICOTOMÍAS Y POLÉMICAS En este artículo pretendemos analizar una cues- tión clásica dentro de los estudios referidos al Pa- leolítico Medio: ¿cómo reconocer cambios dentro de la esfera del comportamiento a partir de las evi- dencias proporcionadas por el registro arqueológi- co? Este interrogante subyace en el debate sobre el significado de la denominada “variabilidad muste- riense” (entre otros Bordes 1978; Binford 1983; Mellars 1996). Investigar sobre las causas que ex- plican este fenómeno es importante, ya que pese a su dilatada perduración temporal y extensa disper- sión espacial, existe consenso al definir el compor- tamiento neandertal como monótono y conserva- dor (Stringer y Gamble 1993; Kuhn 1995). Nuevos enfoques al analizar los conjuntos líti- cos permiten cuestionar esta afirmación. La apli- cación del concepto de chaîne operatoire al estu- dio de las opciones técnicas sugiere que durante el Paleolítico medio se detectan comportamientos sofisticados (Geneste 1991; Boëda 1991). Igual- mente, se ha argumentado que al analizarse desde TRABAJOS DE PREHISTORIA 65, N.º 2, Julio-Diciembre 2008, pp. 13-28, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2008.08001 (*) Centre d’Estudis del Patrimoni Arqueològic de la Prehistòria. Facultat de Lletres. Universitat Autònoma de Barce- lona. 08193 Bellaterra. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 14-IV-2008; aceptado 04-VII-2008.

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Abordando la noción de “variabilidad musteriense” en Rocadels Bous (Prepirineo suroriental, Lleida)

Examining the concept of “mousterian variability” at Roca dels Bous (Southeastpre-pyrenees, Lleida)

Rafael Mora (*)Jorge Martínez-Moreno (*)Joel Casanova (*)

RESUMEN

En este artículo se discute las implicaciones derivadasdel cambio en la aportación de materias primas detectadoen los niveles N10 y N12 de Roca dels Bous (Prepirineosuroriental). En estos contextos se recuperan conjuntos lí-ticos con unos atributos en los métodos de talla y en elinstrumental retocado que sugieren modificaciones en loscomportamientos relacionados con la adquisición, elabo-ración, uso y abandono del instrumental. De estas obser-vaciones se derivan varias implicaciones sobre la funcióndel asentamiento dentro de los patrones de movilidad delos neandertales que habitan en la vertiente sur de los Pi-rineos. Paralelamente, permite abordar la noción de “va-riabilidad”, concepto clave al referir el significado cultu-ral del Paleolítico Medio.

ABSTRACT

This paper is concerned with the implications arisingfrom changes in the movement of raw materials from lev-els N10 and N12 of Roca dels Bous (SoutheasternPrepyrenees). Studies of the lithic assemblages reveal dif-ferences in stone tool technologies, especially knappingand retouching. These variations enable us to reflect onthe function of the settlement within the context ofNeanderthal mobility patterns in the area that connectsthe Ebro Valley with the Pyrenees. The characteristics ofthe artefacts suggest changes in the strategies employedin the acquisition, production, use and discard of stonetools. Importantly, these observations allow us to exam-ine issues related to “variability”, a key concept in any

discussion related to the cultural change in the MiddlePalaeolithic.

Palabras clave: Roca dels Bous; Paleolítico Medio; Va-riabilidad técnica; Materias primas; Función del asenta-miento.

Key words: Roca dels Bous; Middle Paleolithic; Techni-cal variability; Raw materials; Settlement use.

LA NOCIÓN DE “VARIABILIDAD”:DICOTOMÍAS Y POLÉMICAS

En este artículo pretendemos analizar una cues-tión clásica dentro de los estudios referidos al Pa-leolítico Medio: ¿cómo reconocer cambios dentrode la esfera del comportamiento a partir de las evi-dencias proporcionadas por el registro arqueológi-co? Este interrogante subyace en el debate sobre elsignificado de la denominada “variabilidad muste-riense” (entre otros Bordes 1978; Binford 1983;Mellars 1996). Investigar sobre las causas que ex-plican este fenómeno es importante, ya que pese asu dilatada perduración temporal y extensa disper-sión espacial, existe consenso al definir el compor-tamiento neandertal como monótono y conserva-dor (Stringer y Gamble 1993; Kuhn 1995).

Nuevos enfoques al analizar los conjuntos líti-cos permiten cuestionar esta afirmación. La apli-cación del concepto de chaîne operatoire al estu-dio de las opciones técnicas sugiere que duranteel Paleolítico medio se detectan comportamientossofisticados (Geneste 1991; Boëda 1991). Igual-mente, se ha argumentado que al analizarse desde

TRABAJOS DE PREHISTORIA65, N.º 2, Julio-Diciembre 2008, pp. 13-28, ISSN: 0082-5638

doi: 10.3989/tp.2008.08001

(*) Centre d’Estudis del Patrimoni Arqueològic de laPrehistòria. Facultat de Lletres. Universitat Autònoma de Barce-lona. 08193 Bellaterra. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: 14-IV-2008; aceptado 04-VII-2008.

una perspectiva temporal larga en estos tec-no-complejos se aprecian radicales transforma-ciones (Delagnes y Meignen 2006). Alternativa-mente, se ha propuesto que la variabilidadartefactual es un vector con el que analizar la im-plantación humana sobre el medio ambiente(Binford 1981). Según esta posición, la variabi-lidad sería el resultado de la adaptación a situa-ciones concretas que deben relacionarse con laoferta de los ecosistemas del pasado. Este posi-cionamiento explica el interés que despierta elestudio de los patrones de captación de materiaprima, al articular las respuestas técnicas relacio-nadas con la subsistencia (Khun 1995).

A la luz de este debate, nos parece relevanteexaminar las posibles causas que pueden incidirsobre la noción de “variabilidad”. Aceptandocomo premisa que durante el Paleolítico medio sedetectan cambios en las opciones técnicas –posi-ción que no goza de consenso (Dibble 1995)–surge el interrogante de si son decisiones cons-cientemente tomadas para asegurar la continuidadde un entorno social o son soluciones articuladaspara solventar situaciones de crisis provocadaspor factores externos. Al referirnos a Homo nean-derthalensis no es una cuestión banal determinarsi esos cambios resultan de estímulos externosgenerados por fenómenos impredecibles o ajenosa la experiencia de esos grupos (por ejemplo epi-sodios de crisis ambiental); o por el contrario,esos grupos disponen de una panoplia de solucio-nes o “manifestaciones culturales”, entendidascomo conocimientos socialmente sancionadosque se transmiten de generación en generación.Esta dicotomía es interesante, y si se demuestrala segunda posibilidad se derivarían implicacio-nes de orden conductual que cuestionarían esaimagen “conservadora” defendida por algunosautores.

Los artefactos líticos proporcionan claves conlas que reconstruir conductas técnicas (Böeda1991; Böeda et al. 1991; Pigeot 1991). Sin em-bargo, la noción de variabilidad no se restringeexclusivamente a los atributos que registran losartefactos. Desde nuestra perspectiva, los contex-tos arqueológicos configurados a partir de restosóseos, instrumentos líticos y su interrelación a ni-vel espacial, son igualmente informativos. Esteserá un argumento que defenderemos a lo largo

del artículo. Aunque diferentes estudios han ex-plorado esta propuesta (Vaquero y Pastó 1999;Vallverdú et al. 2005), compartimos la preven-ción de que múltiples variables impiden correla-cionar de forma mecánica contextos y artefactos.Este proceder ha generado una polémica en abso-luto novedosa, al propiciar interpretaciones so-bredimensionadas sobre la forma de vida de loshomínidos “arcaicos”, que se han calificadocomo “pompeyanas” (Bordes 1975; Villa 1977;Villa 1982; Villa y Courtin 1982). Posiblemen-te, esta dificultad explica el limitado interés poraplicar esta perspectiva al ámbito del Paleolíticomedio.

Nuestro propósito reside en elaborar una es-tructura de lectura desde una perspectiva contex-tual con la que analizar la variabilidad del regis-tro arqueológico. Esta aproximación no es unsimple recurso empírico. El cómo abordar la no-ción de variabilidad influye sobre los métodos demuestreo, los esquemas de clasificación y losprocedimientos analíticos que empleamos. Es de-cir, las decisiones que tomamos en el presente alrecuperar el registro arqueológico, son agentesactivos a la hora de examinar la variabilidad deun contexto. Esta reflexión guiará nuestra exposi-ción sobre las implicaciones que se derivan delcambio en la aportación de materias primas regis-trado en Roca dels Bous (fig. 1).

El estudio y comparación de las unidades ar-queológicas N10 y N12 de Roca dels Bous queactualmente estamos excavando nos permitirá se-ñalar si los cambios observados se relacionan condeterminantes tecno-económicos o describen elentorno tecno-psicológico neandertal, siguiendolos conceptos propuestos por Boëda (1991). Enfunción de esos resultados podrá examinarse sison respuestas inmediatas ante situaciones con-tingentes; o por el contrario, son remodelacionesque definen un conjunto de opciones que confi-guran el entorno social y cognitivo de las gentesdel Paleolítico medio que visitan de forma recu-rrente este asentamiento. De igual forma, no des-cartamos que sean esferas que interactúan de for-ma dinámica e integrada, generando atributosconcurrentes a la hora de definir una tradicióntécnica que se prolonga a lo largo de una escalatemporal difícil de evaluar.

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14 Rafael Mora, Jorge Martínez-Moreno y Joel Casanova

LAS UNIDADES ARQUEOLÓGICASN10 Y N12

El yacimiento de Roca dels Bous, cuyas coor-denadas UTM son H31N ED50 X=321257Y=4638073 y a una altura de 280 m snm, se loca-liza en la Cinglera de la Cascalda, un relieve cal-cáreo de las primeras estribaciones de las SierrasMarginales Exteriores del Prepirineo Oriental(Peña 1983), dentro del termino municipal deSant Llorenç de Montgai-Camarasa (La Noguera,Lleida) (lámina I). Este promontorio ubicado so-bre el último meandro del curso medio del río Se-gre antes de adentrarse en la Plana de Lleida, es

un punto estratégico que conecta la Depresión delEbro y los Pirineos.

Desde un punto de vista geológico es un depó-sito cuaternario adosado a una barra caliza above-dada de grandes dimensiones. Las ocupacionesarqueológicas se localizan a techo del depósito,conformando una plataforma horizontal de apro-ximadamente 20 x 10 m. La serie cuaternaria seapoya sobre una terraza del río Segre que se acu-ña en las calizas basales, 20 metros por debajo dela zona en la que se están excavando las unidadesarqueológicas. La posición altimétrica y geomé-trica de esta formación fluvial no permite estable-cer atribuciones relativas a la cronología del de-pósito arqueológico, a partir de la disposición delas terrazas fluviales, tal y como propuso Peña(1983).

Los niveles arqueológicos N10 y N12 se in-sertan en el interior de una secuencia estratigráfi-ca compuesta por una sucesión monótona y apa-rentemente continua de litologías generadas porla alteración de conglomerados y calizas del sus-trato. Su meteorización genera brechas no conso-lidadas de geometría irregular en la que se combi-nan bolsadas de arenas, bloques angulares demediano tamaño y otros de tamaño métrico (Jor-dá et al. 1994).

Ambos niveles conforman 2 unidades ar-queoestratigráficas independientes separadas porsedimentos estériles de entre 20-50 cm espesor,con una ligera pendiente (5�-10�) en sentido W

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Abordando la noción de “variabilidad musteriense” en Roca dels Bous (Prepirineo suroriental, Lleida) 15

Fig. 1. Localización de Roca dels Bous dentro del rango geográfico del nordeste de la Península Ibérica.

Lám. I. La Cinglera de la Cascalda en la que se localizaRoca dels Bous, el primer relieve en el contacto entre elPrepirineo suroriental y el valle del Ebro.

(fig. 2). Estas unidades se superponen y distribu-yen por superficies desiguales, N10 se ha excava-do a lo largo de 60 m2 y N12 en 15 m2, pero di-versos sondeos señalan su continuidad por unárea de mayor extensión. Ambos niveles tienenun espesor medio de 15 cm, aunque en algunaszonas N10 presenta fuertes oscilaciones de sugeometría vertical.

En aportaciones anteriores hemos señaladoque diferentes elementos contextuales detectadosen N10 sugieren que se configura a partir de va-rias ocupaciones. La superposición estratigráficade varios hogares que se instalaron sobre una de-

presión natural del asentamiento, determina queesa superficie fue visitada reiteradamente a lo lar-go de una escala temporal indeterminada, peroque asumimos como no muy larga (Martínez-Mo-reno et al. 2004; Martínez-Moreno et al. 2006).En N12 no se dispone de indicadores tan preci-sos, pero igualmente se reconoce la superposiciónde algunas estructuras de combustión. Esta obser-vación denotaría que los mecanismos de acumu-lación del material arqueológico se rigen por pa-trones no muy distintos a los expuestos alreferirnos a N10.

Otro indicador que apoya esta inferencia deri-va de las conclusiones obtenidas tras el estudiosobre el remontaje lítico realizado en N10. Elbajo porcentaje de piezas remontadas y el tipo desecuencias reconocidas –compuestas por seriescortas de artefactos– permite inferir que este con-junto lítico presenta una fuerte fragmentación es-pacio-temporal entre los diferentes segmentosque conforman las secuencias de talla (Torre etal. 2005). Este fenómeno puede ser interpretadocomo la introducción en el yacimiento de sopor-tes configurados fuera del asentamiento, así comoel transporte de piezas elaboradas in situ haciaotros lugares. Observaciones similares han sidoseñaladas de forma reiterada a lo largo del Paleo-lítico Medio (Geneste 1992; Kuhn 1995).

Sin embargo N10 y N12 presentan importan-tes diferencias en cuanto al número de artefactosrecuperados. Sobre una superficie que representala cuarta parte del área excavada de N10, en N12se han coordenado el doble de artefactos líticos.Este incremento de efectivos se asocia con un im-portante cambio en la aportación de materias pri-mas, y de los 3194 restos coordenados en N10(incluido los restos inferiores a 1,5 cm de longi-tud) el sílex representa el 66 % del total; mientrasque el 85 % de los 8.616 artefactos recuperadosen N12 se asignan a rocas metamórficas (tabla 1).

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Fig. 2 a) Dispersión horizontal de los hogares registradosen N10. b) Proyección vertical en sentido E-W en el eje decoordenadas X=83.000-83.500 en la que se observa la in-terestratificación de varios hogares en la zona E del abri-go. c) Proyección vertical en sentido N-S en el eje decoordenadas Y=34.000-34.500, en la que se aprecian fe-nómenos similares en los sectores E y S del abrigo. Se po-siciona la cota por donde transcurre N12.

Número artefactos líticos Peso artefactos líticos

N10 N12 N10 N12

n % n % Kg % Kg %

SILEX 2.180 68 1.269 15 3,3 46 2,9 12RMT 1.014 32 7.347 85 3,8 54 19,2 88

� 3.194 8.616 7,1 22,1

Número artefactos líticos Peso artefactos líticos

N10 N12 N10 N12

n % n % Kg % Kg %

SILEX 2.180 68 1.269 15 3,3 46 2,9 12RMT 1.014 32 7.347 85 3,8 54 19,2 88

� 3.194 8.616 7,1 22,1

Tabla 1. Número de restos y peso de los artefactos de silex y rocas metamórficas (RMT) expresados en Kg, recuperadosen N10 y N12.

Estas variaciones son relevantes al cuantificarel peso del instrumental abandonado. El peso glo-bal del conjunto lítico de N10 representa unos 7Kg de materia prima, con una distribución simi-lar: 3,3 Kg instrumentos en sílex y 3,8 Kg en ro-cas metamórficas. Sin embargo, la desproporciónentre peso y número de restos advierte que posi-blemente el tamaño medio de los artefactos de sí-lex es inferior que los elaborados sobre rocas me-tamórficas. Sin embargo, el peso global demateria prima en N12 asciende a 22 Kg, en el quelas rocas metamórficas suponen 19 Kg. Estos pa-rámetros no pueden ser comparados directamenteya que N12 se ha excavado a lo largo de una cuar-ta parte del área de N10, y varios indicadores su-gieren que N12 se extiende por una superficieigual o superior que N10. Sin embargo, N12 pare-ce representar un tipo de ocupación mucho másintenso, o en el que al menos se abandona mayorcantidad de artefactos que N10. Esta posibilidadno contradice la idea de que este nivel sea el re-sultado de un cúmulo de visitas, al igual que N10.

Determinar si esos cambios en la densidad demateriales y de materias primas son fenómenosinterrelacionados, es una hipótesis sugerente.Puede proponerse que una mayor densidad derestos podría informar de cambios en el uso delasentamiento o en la duración de las actividadesrealizadas. Igualmente, las diferencias en la ges-tión de materias primas podrían denotar cambiosen la frecuencia de visitas a las áreas de aprovi-sionamiento, o en la composición del instrumen-tal lítico. Estos interrogantes nos retrotraen a lacuestión anteriormente expuesta, al señalar quepretendemos determinar las causas relacionadascon estas variaciones. Para abordar su estudioproponemos analizar el significado de esos cam-bios en los sistemas técnicos líticos, intentandorelacionarlos con posibles variaciones en la fun-ción del asentamiento.

COMPARANDO LOSTECNO-COMPLEJOS N10 Y N12

Si focalizamos nuestras observaciones en losatributos de los núcleos y piezas retocadas queaunque son categorías numéricamente escasas–los núcleos representan apenas el 1 %, mientraslos retocados oscilan entre el 3 y el 5 % del to-tal–, son indicadores claves para elaborar inferen-cias sobre el comportamiento técnico.

En N10 contabilizamos 28 núcleos o fragmen-tos de núcleo, de los que 18 son de sílex y 10 so-bre rocas metamórficas. De los 145 retocados,107 son elaborados en sílex. En N12, se contabi-lizan 39 formas nucleares, siendo más abundanteslas elaboradas sobre rocas metamórficas (24). Enlos retocados se emplean de forma similar sopor-tes de sílex y rocas metamórficas, aunque sonmayoritarios estos últimos (61 frente a 54 en sí-lex). Esto sugiere una cierta preferencia por con-feccionar retocados en sílex, ya que en N12 lasrocas metamórficas representan más del 80 % delconjunto, tanto en el cómputo de coordenadoscomo en el peso; tendencia que no se traduce enlas piezas retocadas. Fenómenos de selección demateria prima son comunes durante el Paleolíticomedio (Geneste 1992).

El atributo que mejor define núcleos y retoca-dos tanto de sílex como sobre rocas metamórficasson sus reducidas dimensiones, parámetro exten-sible a lascas y fragmentos, lo que implica undiseño técnico dirigido a obtener soportes de pe-queño tamaño (Mora et al. 2004; Martínez-More-no et al. 2006). Consideramos que esta especifici-dad no es exclusiva de este conjunto y respuestastécnicas similares presentan una amplia disper-sión dentro del Paleolítico medio, afirmación queno goza de consenso (Dibble y McPherron 2006).

Sin embargo señalamos que las piezas de ma-yor tamaño se seleccionan para ser retocadas, ha-bitualmente con retoques intensivos que afectan atodo su perímetro. Algunos remontajes realizadossobre retocados de pequeñas dimensiones permi-ten inferir que provienen de artefactos de mayortamaño que se fracturan por uso (Mora et al.2004; Torre et al. 2005). Los retocados sobre ro-cas metamórficas, aunque más grandes, igual-mente son instrumentos pequeños, generalmentemenores de 5 cm de longitud.

Los núcleos en sílex y en rocas metamórficasson pequeños e indican secuencias de reducciónexhaustivas, siendo explotados hasta que se aban-donan como consecuencia de accidentes que im-piden continuar con su talla (fig. 3). Dentro de losmétodos de talla, reconocemos dos grandes cate-gorías que denominamos métodos planificados oformales y métodos informales o expeditivos.Los que consideramos formales engloban siste-mas de reducción organizada atendiendo a princi-pios que permitan la recurrencia en la extracciónde soportes siguiendo esquemas levallois o dis-coide (sensu Böeda 1993). Estos comparten el in-

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terés por mantener volúmenes con los que obte-ner lascas muy pequeñas con morfologíasestereotipadas (levallois y pseudo-levallois) algu-nas de menos de 2 cm de longitud. Junto a estaorientación, algunas lascas o fragmentos de sílexse tallan de forma expeditiva, obteniéndose serieslimitadas de soportes. Ambos sistemas quedan re-presentados en el asentamiento bajo la forma denúcleos residuales, lo que lleva a interrogarnos sison el resultado de la ausencia de materia primaen el entorno, o por el contrario son consecuenciade unos esquemas técnicos difíciles de entenderen términos coste/beneficio.

Queremos subrayar la convivencia de estosdos comportamientos técnicos distintos perocomplementarios. En el caso de la reducción or-ganizada implica la aplicación de unos conoci-mientos técnicos precisos, cuyos principios (dife-renciación entre preparación y extracción,

distribución asimétrica o simétrica de la masa delnúcleo en relación al eje de talla, preparación deconvexidades laterales y periféricas, manteni-miento de aristas) son necesarios para gestionaresos volúmenes (ver Boëda 1993) y se aplican in-distintamente de la materia prima empleada. Esteno es el principio que guía el segundo grupo demétodos. Estos fines pueden obedecer a diferen-tes requerimientos funcionales y en el segundocaso, el reducido número de soportes que se pue-den obtener sugiere que se gestionan para satisfa-cer necesidades inmediatas, lo que permite califi-carlos como expeditivos. Aunque no negamos esecontexto funcional en los métodos de reducciónorganizada, éstos posibilitan generar secuenciasde soportes de forma discontinua a lo largo deltiempo. De hecho, sus dimensiones sugieren quese transportan al yacimiento en fases avanzadasde reducción y han sido gestionados a lo largo deuna escala temporal que sobrepasa la inmediatezseñalada para los núcleos expeditivos.

Los núcleos sobre rocas metamórficas y sílexde N12 conforman volúmenes de dimensiones re-ducidas que sugieren una intensa reducción, aligual que en N10. Sin embargo, los sistemas téc-nicos más estereotipados –y que en principio pro-porcionan mayor cantidad de soportes– se aplicande forma preferente sobre las rocas metamórficas,mientras el sílex es gestionado por métodos expe-ditivos.

Hemos señalado que los retocados de sílex seelaboran sobre soportes de pequeño tamaño y es-tán más retocados que los configurados sobre ro-cas metamórficas, habitualmente más grandes.Estas diferencias se aprecian en atributos como lalocalización y la intensidad del retoque, que enlas piezas sobre rocas metamórficas afecta a zo-nas concretas de los bordes, no aprovechando latotalidad del perímetro. A nuestro entender estaopción implica que esos instrumentos no se inte-gran dentro de secuencias de reciclado a fin derehacer los filos y prolongar su uso tal y comoocurre en los retocados de sílex, lo que les confie-re un carácter expeditivo. Aunque estas diferen-cias derivan de observaciones preliminares, deli-mitan distintas formas de gestionar los artefactosen función de la materia prima (fig. 4).

Otro elemento de reflexión deriva de la pre-sencia de lascas levallois y pseudo-levallois, mor-fologías que se consideran predeterminadas e in-tencionalmente obtenidas (Böeda 1991; 1993).Hemos señalado que los núcleos elaborados so-

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Fig. 3. Sistemas técnicos representativos de la variabili-dad morfológica de los núcleos de Roca dels Bous: a) re-ducción volumétrica, b) reducción expeditiva. (DibujosMónica López).

bre rocas metamórficas denotan una sistemáticacon una fuerte inversión técnica, y aunque los desílex presentan esos esquemas, un número signi-ficativo son reducidos de forma expeditiva. Estono deja de sorprender ya que se han recuperadolascas que por su tamaño no pueden relacionarsecon los núcleos recuperados. Pensamos que estaspiezas “incongruentes” y que denotan cierta es-tandarización morfotécnica, se elaboran fuera delasentamiento y se transportan para ser empleadas.La aportación de soportes morfológicamente se-leccionados y técnicamente descontextualizados,nos retrotrae a la discusión sobre si son indicado-res de curated technologies en los términos pro-puestos por Binford (1979).

MATERIAS PRIMAS: UNA PERSPECTIVAREGIONAL

El estudio de la gestión de materias primas lí-ticas contempla numerosos aspectos pero en esta

revisión focalizaremos nuestra atención en dosparámetros: su localización en el paisaje y su ap-titud para la talla. Estos atributos son pertinentespara realizar inferencias sobre la conducta tec-no-económica, aspecto central a la hora de carac-terizar los conjuntos líticos del Paleolítico medioy que ha generado múltiples implicaciones a lahora de abordar la noción de variabilidad (Tavoso1984; Geneste 1991; Geneste 1992).

Las prospecciones realizadas en el contacto en-tre el valle del Ebro y las Sierras Marginales surpi-renaicas han permitido identificar varias áreasfuente que abastecen a varios yacimientos de Pa-leolítico Medio de la zona, como Roca dels Bous yTragó (Mora 1991; Castañeda y Mora 1999; Par-cerisas 1999; Martínez-Moreno et al. 2004). Igual-mente su consumo se registra en Parco (Mangado1998; Mangado et al. 2006). Aunque se han pro-ducido importantes avances, todavía no se disponede una cartografía detallada y resta por realizar es-tudios sobre la variabilidad interna de esas áreasfuente. Sin embargo, permite visualizar paisajesasociados a formaciones geológicas en los que es-tos recursos son abundantes y que resumimos car-tográficamente en la figura 5.

El conjunto lítico de Roca dels Bous se asignaa dos grandes tipos de rocas: metamórficas y silí-ceas. Los materiales metamórficos se asocian conlas terrazas fluviales de la red hidrográfica, recur-sos presentes en las inmediaciones del asenta-miento donde se reconocen extensos depósitosfluviales escalonados; de hecho se ha menciona-do que el Segre corta la pared caliza en la que seasienta Roca dels Bous, depositando un lechomarginal de materiales fluviales. Estas formacio-nes contienen cantos rodados de distintas litolo-gías de tamaño medio (entre 15-25 cm de diáme-tro), aptos para la talla.

El sílex proviene básicamente de dos forma-ciones cuya caracterización petrológica ha sidoobjeto de diferentes estudios (Mangado 1998;Parcerisas 1999), lo que permite centrarnos enaquellos atributos relevantes a la hora de relacio-narlos con el instrumental. Un primer tipo proce-de de la Serra Llarga, un relieve de baja altura alsur-este de Roca dels Bous. Estos materiales selocalizan en las calcáreas lacustres del Sanoisien-se/Estapiense y aparecen en posición primaria(encajados en las margas calizas del Oligocenoinferior), o secundaria (como fragmentos hetero-métricos en el piedemonte de la sierra). Los nó-dulos son de tamaño reducido y de buena calidad,

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Abordando la noción de “variabilidad musteriense” en Roca dels Bous (Prepirineo suroriental, Lleida) 19

Fig. 4. Ejemplos de la diferencia morfométrica entre losretocados de sílex y rocas metamórficas (parte inferior).(Dibujos Mónica López).

aunque son habituales las fisuras internas quecondicionan su aptitud para la talla.

Un segundo tipo aparece por varios aflora-mientos extensos localizados al norte del asenta-miento, en las formaciones del Cretácico superiory Paleoceno asignadas al Garumniense (Peña1993), siendo especialmente abundante en eldomo de Sant Mamet, en el margen derecho delNoguera Pallaresa (Mangado et al. 2006). Lasprospecciones que hemos realizado en las forma-ciones geológicas análogas del margen izquierdopermiten identificar nódulos en posición secun-daria con características similares y que seextienden por la Sierra de Montclús hasta losMontes de Tragó, en la cuenca del Noguera Riba-gorçana (Parcerisas 1999). Seria deseable deter-minar si estas formaciones configuran un únicoafloramiento o pueden diferenciarse tipos distin-tos. A nivel macroscópico presenta una ampliavariedad de texturas, encontrándose materiales debuena calidad junto a otros fuertemente diaclasa-dos y de baja aptitud para la talla. El tamaño delos nódulos es igualmente variable, generalmente

inferiores a 25 cm de longitud, aunque en ocasio-nes aparecen bloques métricos.

Aunque esta cartografía es provisional, se co-rresponde con la práctica totalidad de los artefac-tos líticos de N10 y N12. Actualmente estos aflo-ramientos tienen un fácil acceso y aparentementeno existen barreras naturales que dificulten su ad-quisición. Estas características definen un aprovi-sionamiento local, pero que siguiendo a Geneste(1992) podría segmentarse en dos sectores: un áreainmediata que comprendería el entorno estricta-mente local que arbitrariamente ubicamos en unradio de 5 Km alrededor del yacimiento; y una se-gunda o área adyacente, que comprendería un ra-dio de 20 Km. Estos radios no deben considerarsecomo límites geográficos precisos, sino que son uninstrumento con el que trazar vectores entre aflora-mientos y el lugar donde se gestionan y consumen,por lo que estas trayectorias permiten elaborar in-ferencias sobre las decisiones implicadas en eltransporte de materiales.

Una primera observación que se deriva es lacontradicción entre la abundancia de recursos

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Fig. 5. Distribución de materias primas en el entorno local (radio de 5 km) y en la zona adyacente (radio de 20 km) de Roca delsBous. Se posicionan los afloramientos de rocas metamórficas (blanco) y las localizaciones en las que aparece sílex Garumnien-se (negro) y Serra Llarga (gris). Mapa elaborado a partir de Peña (1983), Parcerisas (1999) y Mangado et al. (2006).

susceptibles de ser tallados y las reducidas di-mensiones de núcleos y retocados, que podríanhacer suponer que esa gestión exhaustiva resultade la escasez de materia prima en el entorno. Fac-tores limitantes como el tamaño de los nódulos desílex de Serra Llarga o la baja calidad de algunosmateriales del Paleoceno, no explican los reduci-dos patrones métricos de los artefactos recupera-dos en el yacimiento.

A partir de su distribución geográfica puedeestablecerse una diferencia importante en funciónde la distancia a los afloramientos. Por un lado, elárea en la que aparecen materias primas estricta-mente locales corresponde con las rocas meta-mórficas de los depósitos fluviales de la cuencadel Segre. Las rocas silíceas se localizan en un ra-dio entre 15-20 Km y las integramos dentro de loque consideramos el paisaje adyacente al asenta-miento. Si asumimos que el aprovisionamiento dematerias primas describe el rango de distribuciónde las actividades que realizan los ocupantes deRoca dels Bous, una inferencia inmediata seríaque en N12 se detecta un aprovisionamiento demateriales esencialmente de carácter local; mien-tras en N10 las rocas que provienen del área ad-yacente adquieren mayor importancia. Esto im-plica que en estos niveles se ha producido uncambio en la zonación de materias primas em-pleadas. Seria interesante determinar las causassubyacentes que informan de esta remodelizaciónen la organización del componente lítico.

DECISIONES DE SELECCIÓNY TRANSPORTE

Al caracterizar los tecno-complejos de N10 yN12 advertíamos de las diferencias en la gestiónde los retocados que se expresan en la preferenciapor retocar soportes de sílex y que permite inferirun interés por conservar y reparar esos instru-mentos. Este comportamiento se manifiesta en laintensidad del retoque de los artefactos y que re-lacionamos con tácticas de reciclado (Mora et al.2004). Esta observación denota una diferencia degrado en la gestión del instrumental en el que losretocados sobre rocas metamórficas podrían tenerun uso expeditivo, frente a una gestión más inten-siva de los de sílex.

Esta noción de intensidad en la transformaciónde los retocados covaría con unos sistemas de ta-lla que siguen esquemas técnicos distintos. He-

mos señalado la intensa reducción hasta generarproductos residuales con tamaños inferiores a los5 cm, y que se abandonan tras múltiples fracturasy reflejados que impiden continuar con la talla.Este fenómeno se detecta en las rocas metamórfi-cas que son reducidas siguiendo esquemas este-reotipados, aplicándose unos conocimientos téc-nicos precisos para articular la extracción desecuencias largas. Aunque hay núcleos de sílexreducidos siguiendo estos esquemas, esta materiaprima se gestiona a partir de métodos que califi-camos como expeditivos y de los que sólo se ob-tienen escasos y pequeños soportes. En algunoscasos se ha determinado que originariamente eranlascas o fragmentos (ver fig. 3).

Estos métodos son comunes a lo largo del Pa-leolítico medio pero su significado e importanciaestá siendo debatida (Wallace y Shea 2006). Bajonuestra perspectiva, deben relacionarse con siste-mas que implican una fuerte fragmentación espa-cial del sistema técnico. Estos objetos de sílex sonelaborados y posiblemente empleados fuera delasentamiento y se aportan para ser usados o comoreservas de materia prima. Es decir, el transporteintencional de fragmentos de los que sólo se pue-den obtener un número limitado de soportes impli-ca que son elementos funcionales. De igual forma,esta opción explica la presencia en el asentamientode lascas levallois o retocados en sílex, que técnicay métricamente no son coherentes con las morfo-logías de los núcleos recuperados.

Estas decisiones denotan cierta capacidad deprevisión al optar por el transporte de preformas einstrumentos formateados de sílex, pese a que enlas inmediaciones se dispone de materiales alter-nativos que pueden tallarse. Igualmente, los arte-factos de sílex se someten a un uso prolongado yse reacondicionan para continuar siendo funcio-nales siguiendo tendencias difíciles de visualizar–pero sugeridas en varias ocasiones (Dibble1987; Hiscock y Clarkson 2007)– y que se con-cretan en artefactos con retoques que afectan a latotalidad del perímetro, tales como retocados bi-laterales o convergentes (ver fig. 4).

Paralelamente, la mayor abundancia de sílexen N10 señala visitas más frecuentes por el áreaadyacente, lo que implica dos posibilidades: unamayor dispersión de las actividades de los ocu-pantes de Roca dels Bous; o un mayor tránsitopor la zona adyacente para aprovisionarse de ma-teriales. Aunque estas posibilidades no son exclu-yentes, trabajamos con la hipótesis de que estas

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gentes están recogiendo “al paso” materiales queaparecen en las formaciones geológicas localiza-das fuera del radio de la considerada zona local.De ser así, el transporte de sílex implica que sepriorizan recorridos por determinados paisajes enlos que poder abastecerse de este tipo de rocas.Esta inferencia explicaría los atributos de los ar-tefactos líticos y los contextos representados, queinterpretamos como visitas fugaces en las que seaporta un reducido stock de materia. Aunque enN12 se transportan materiales desde el área adya-cente, la adquisición se focaliza sobre los mate-riales locales. Estas decisiones nos llevan a asu-mir que con respecto a N10, en N12 se hareducido el área de captación.

Estas diferencias no pueden explicarse porqueesos afloramientos no fueran conocidos, ya queen este nivel el sílex proviene de las mismas áreasfuentes, afloramientos que son utilizados desde elMIS 5e (Parcerisas 1999). Esto significa que losneandertales disponían de un conocimiento preci-so de la ubicación de las materias primas, un re-curso abundante pero que no aparece diseminadoaleatoriamente; se asocian a paisajes concretoscomo los cursos fluviales, las formaciones Ga-rumnienses al norte del yacimiento y la SerraLlarga en el sur-este. Sin embargo, esos conoci-mientos son usados de forma diferente por losocupantes de N10 y N12. En otros sitios de Pa-leolítico medio de la zona, como Tragó, se detec-tan cambios similares (Castañeda y Mora 1999).

USOS DEL PAISAJE, USOSDEL ASENTAMIENTO

En ocasiones anteriores hemos señalado queRoca dels Bous se posiciona en un punto estraté-gico de la vertiente surpirenaica, en el contactoentre las sierras marginales del Prepirineo Orien-tal y el valle del Ebro (Martínez-Moreno et al.1994; Martínez-Moreno et al. 2004). Participa-mos de la noción de que el paisaje es una “mira-da” socialmente construida (Ingold 2000), lo quenos lleva a asumir que evaluar la percepción quedisponían los neandertales de ese paisaje esta me-diatizada por múltiples factores. Sin embargo nosparece interesante integrar dentro de esta refle-xión algunos elementos de orden geográfico.

En las inmediaciones de Roca dels Bous con-fluyen dos ríos principales de la vertiente nortede la cuenca del Ebro, el Noguera Pallaresa y el

Segre. Estos cauces son agentes activos en elmodelado del paisaje de las sierras del Prepiri-neo, conformando una sucesión de corredoresnaturales por los que acceder a los valles interio-res. Actualmente sobre estos estrechos se haninstalado pantanos que impiden conocer el nivelde base de la red fluvial, aunque un análisis vi-sual de la cartografía de la zona permite inferirque la red hídrica modela vías principales de co-municación entre la Depresión del Ebro y el Pi-rineo (fig. 5).

Esta observación, aparentemente poco sólida,puede tener implicaciones al analizar la organiza-ción de la subsistencia. Se ha sugerido que en elPaleolítico medio, el uso activo del paisaje debióser una estrategia común para facilitar la capturade animales (Mellars 1996). Si asumimos esta in-ferencia, puede señalarse que los cañones por losque circula la red fluvial en las proximidades delyacimiento serían lugares propicios para planifi-car emboscadas, aún suponiendo que únicamentese emplearan palos y piedras tal y como defien-den algunos autores (Binford 1985; Stiner yKuhn 1992; Stiner 1994).

El cambio en la captación de materias primasobservada en Roca dels Bous permite introducirotros argumentos. En N12 hemos señalado que laaportación de sílex denota el tránsito episódicopor la zona adyacente mientras la abundancia derocas metamórficas implica que las actividadesde subsistencia se focalizan en el entorno inme-diato. Desde esta perspectiva, la ocupación delyacimiento se podría relacionar con la captura deanimales que circulan por esa zona en función demovimientos estacionales, fenómenos predeci-bles y que pueden controlarse desde las inmedia-ciones del asentamiento. De ser así, la finalidaddel sistema técnico de N12 se dirige a adquirirmateriales del entorno inmediato para obtenerinstrumentos con los que procesar y consumiranimales que circulan por la proximidad del asen-tamiento. Para ese cometido las rocas metamórfi-cas son suficientes, o por lo menos el transportede sílex no parece prioritario. Esto sugiere que enN12 el patrón de asentamiento se estructura apartir de una gestión intensiva del entorno local yque la aportación de las rocas de ese entorno su-ple las necesidades relacionadas con esas tareas.Sin embargo, sabemos que estos grupos transitanpor la zona adyacente transportando artefactos desílex con atributos no muy distintos de los deN10.

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En N10, los artefactos abandonados denotanque parte de las actividades se desarrollaron enla zona adyacente, aportándose una gama limita-da de volúmenes residuales de los que se obtie-nen series reducidas de soportes. Aunque se con-sumen rocas locales se privilegia el transporte depequeños segmentos de sílex, observación quese reconoce a partir del remontaje de algunaspiezas (Torre et al. 2006). El transporte prefe-rencial de sílex implica que estas ocupacionesrepresentan rangos de movilidad superiores a losseñalados en N12; a la vez que sugiere cierta ca-pacidad de previsión ante futuras necesidades.Este comportamiento sorprende, ya que las rocasmetamórficas aparecen a escasos metros de dis-tancia del asentamiento. Paralelamente, la pre-sencia de piezas con dobles pátinas, aunque noson abundantes son diagnósticas de la recupera-ción de instrumentos previamente abandonadosy ese “carroñeo” de objetos líticos convierte alyacimiento en otra potencial fuente de suminis-tros de materia prima (Mora et al. 2004) (fig. 6).En suma, N10 se caracteriza por un patrón dealta movilidad que implica ocupaciones fugaces,inferencia que sostenemos a partir de fenómenoscomo la interestraficación de hogares o la bajadensidad de artefactos recuperados en el área ex-cavada (fig. 2). Estos indicadores definen super-ficies dinámicas en las que se acumulan instru-mentos resultantes de eventos temporalmenteespaciados y difíciles de correlacionar, pero quefinalmente quedan registrados configurando unconjunto homogéneo y coherente (Torre et al.2006).

NUEVOS ARGUMENTOSPARA UN VIEJO DEBATE

A modo de hipótesis a verificar en el futuroproponemos que la variación en la aportación dematerias primas está relacionada con cambios enel patrón de asentamiento. Así, ante estanciasprolongadas o que impliquen mayor cantidad deartefactos –como N12– se prima la aportación demateriales del entorno local; mientras que en ocu-paciones en las que previsiblemente se permane-cerá poco tiempo –N10–, se aporta una limitadagama de recursos que se recogen en el entornoadyacente y con los que cumplimentar los reque-rimientos que se derivaran en esas visitas. Deaceptarse estos escenarios, deberíamos admitirque en Roca dels Bous se registran indicadorescon los que abordar el significado de la noción devariabilidad técnica. El cambio en la zonación dematerias primas describe el diseño de estrategiasde movilidad en función del uso que se confiereal asentamiento, parámetro difícil de evaluar entérminos estrictamente de tipo “coste/beneficio”,ya que estas decisiones no se rigen por atributosnormativos. Al contrario, están determinadas pordistintos factores contingentes, por lo que es pre-visible sean flexibles a fin de ajustarse a circuns-tancias específicas, no siempre fáciles de recono-cer a partir de la estática arqueológica.

La reorganización del componente lítico posi-blemente afecta a otras esferas de la organizaciónde la subsistencia (Martínez-Moreno 2005). Seríasugerente relacionar el uso de N12 como un lugardesde el que controlar los movimientos migrato-rios de animales que circulan por ese paisaje deforma predecible, y en el que se realizan las ta-reas propias de lo que se ha denominado un asen-tamiento residencial (Binford 1982). Igualmenteinteresante sería vincular el conjunto de artefac-tos de N10 como el resultado de lo que se aban-dona en un punto intermedio en un desplazamien-to entre asentamientos.

En la evaluación de estas inferencias, la faunarecuperada en estos niveles arqueológicos podríaproporcionar interesantes elementos de reflexión.Sin embargo, su mala conservación limita avanzaren esta línea ya que los procesos de formación delyacimiento, en especial el tipo de sedimentación,ha provocado la destrucción masiva de la mayoríade los restos óseos, y un elevado porcentaje defragmentos no pueden determinarse a nivel anató-mico o especifico. Estos restos permiten realizar

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Fig. 6. Ejemplos de piezas rotas reparadas in situ y arte-factos con dobles patinas (marcado con rayas). (DibujosMónica López).

evaluaciones de orden cualitativo sobre presen-cia/ausencia de especies; pero su caracterización apartir de parámetros cuantitativos habituales en losestudios zooarqueológicos (NR, NMI), esencialespara determinar posibles cambios en las pautas deadquisición, son difíciles de establecer.

Ante estas limitaciones, las variaciones de ma-terias primas se convierten en una vía indirectacon las que detectar variaciones funcionales, ycomo hemos señalado en Roca dels Bous descri-ben un escenario dinámico en el que se sucedendiferentes respuestas. Pero ¿cuáles pueden ser lascausas que motivan estos cambios? Un buen can-didato podría ser unas condiciones ambientalescambiantes, tradicionalmente considerado uno delos motores de transformación técnica durante elPaleolítico superior; pero que sin embargo en loshumanos “arcaicos” proporciona una respuestano tan precisa (Khun 1995).

Los importantes avances producidos en lacomprensión de la Paleoclimatología del Pleisto-ceno superior remarcan la peculiaridad que repre-senta el estadio isotópico marino 3 (MIS 3) (VanAndel y Davies (eds.) 2004). En este tramo cro-nométrico –entre 60 y 30 Kyr aproximadamen-te– se suceden una serie fases estadiales frías,puntuadas por momentos interestadiales relativa-mente templados. Estas variaciones describen fe-nómenos climáticos de alcance global caracteri-zados por importantes cambios súbitos de latemperatura y pluviosidad, parámetros esencialesen la caracterización de los ecosistemas del pasa-do. De especial importancia son los Heinrichevent (HE), crisis climáticas severas y en las quese registran caídas de la temperatura media degran magnitud. Durante el MIS 3 se han detecta-do varios eventos que se suceden aproximada-mente cada 8.000 años, cada uno de ellos con unaduración e intensidad diferente (Bard et al. 2006).Algunos autores les confieren gran trascendenciaal considerarlos como agentes activos en la desa-parición de Homo neanderthalensis (d’Errico ySánchez-Goñi 2003). Otros autores sugieren quesu impacto sobre las biotas continentales, y espe-cialmente en el Mediterráneo occidental, debematizarse (Carrión et al. 2003; Carrión 2004; verrespuesta en Sánchez-Goñi y d’Errico 2004).

Si nos atenemos a los registros climáticos ob-tenidos a partir de los indicadores ambientales dealta resolución recuperados en los núcleos de hie-lo de Groenlandia y los fondos marinos delAtlántico norte, estas crisis climáticas afectan al

valle del Ebro y la vertiente sur de los Pirineos.Esta perspectiva ha sido sostenida por d’Errico ySánchez-Goñi (2003) al evaluar las reconstruc-ciones ambientales señaladas por los cambios enla tasa de deposición de polen, polvo sahariano yotros indicadores recuperados en los sondeos ma-rinos realizados en el mar de Alborán (Moreno etal. 2002), que señalan una drástica reducción delrégimen pluviométrico y de las temperaturas me-dias.

Estas inferencias no contradicen los resultadosde algunos registros polínicos como los obtenidosen Abric Romaní (Burjachs y Julià 1994) o sobrelos coprolitos de hiena de Gabasa (Gonzá-lez-Sampériz et al. 2003). Estos interesantes–aunque todavía insuficientes– estudios descri-ben unas condiciones ecológicas especialmenteadversas en la Depresión del Ebro, que impidenel desarrollo de ecosistemas capaces de sostenercomunidades tróficas estables, esenciales para lasubsistencia neandertal, provocando su prácticadesertización. Estas crisis pudieron provocar unfenómeno de “vaciado-recolonización” cíclico dela región, cuya expresión seria la aparición de unared de asentamientos espacialmente muy disemi-nada y temporalmente ocupada de forma discon-tinua (d’Errico y Sánchez-Goñi 2003).

El despoblamiento recurrente del valle delEbro/vertiente sur del Pirineo coincidiendo concrisis climáticas es una observación interesante,pero difícil de evaluar a partir de los registros pa-leoclimáticos y cronométricos actualmente dispo-nibles. Recientemente advertíamos de algunosproblemas inherentes a la atribución cronométri-ca de los yacimientos de Paleolítico medio, yRoca dels Bous no es una excepción (Martí-nez-Moreno et al. 2006). Pese a estas limitacio-nes, estas ocupaciones se adscriben al final delMIS 3 y pueden ubicarse entre el 45-35 Kyr, tra-mo cronométrico en el que en los sondeos mari-nos del Atlántico norte se detectan los eventosHE5, HE4 y HE3 (Bard et al. 2006). Sin embar-go, asumimos que actualmente no disponemos deelementos con los que vincular de forma directaestos cambios súbitos, o de reconocer su impacto,en los registros arqueológicos.

Posiblemente estas crisis incidieron sobre lasgentes del Paleolítico medio. Es tentador consi-derar que las remodelaciones observadas en elinstrumental lítico son una expresión de la adap-tación de los grupos humanos ante unas condi-ciones climáticas cambiantes –en ocasiones

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extremas–. Será necesario disponer de una carac-terización mas precisa de los ecosistemas de estazona, máxime cuando se ha señalado que debenrevisarse las “narrativas” en torno al funciona-miento del clima mediterráneo. A lo largo delPleistoceno superior esta región debió seguir pau-tas no muy diferentes de las inferidas por los es-tudios paleoclimáticos realizados sobre los fon-dos marinos del Atlántico norte y los núcleos dehielo de Groenlandia, ya que estos fenómenos decambio climático de escala milenaria y centenariatienen una incidencia global. Sin embargo, por suposición geográfica se ha señalado que el Medite-rráneo muestra cierta autonomía en la amplitudde las oscilaciones de temperatura y pluviosidad(Tzedakis 2007).

Sin embargo, frente a esta perspectiva estricta-mente adaptativa que vincula cambio climáti-co/cambio técnico, queremos introducir otra re-flexión que merece ser testada. Es pertinenteseñalar que una de las enseñanzas que deriva elestudio de los conjuntos líticos de Roca dels Bouses que apostamos por que esas gentes elaboran unentorno “cultural” eficaz, aplicando diferentesopciones que forman parte de los conocimientossocialmente sancionados con los que hacer frentea diversas circunstancias derivadas de un escena-rio ecológico cambiante. Nuestro argumento esque el cambio técnico está mediatizado por las in-tenciones relacionadas con un entorno cognitivoparticular. La tendencia a elaborar instrumentosde pequeño tamaño o la extrema reducción que sesomete al sílex y rocas metamórficas no puedeexplicarse como el resultado de constriccionestecno-económicas. Informa de un componentetécnico con atributos particulares que derivan dedecisiones en los que la experiencia compartida,acumulada y transmitida –el “subconsciente téc-nico” siguiendo a Böeda (1991)– es independien-te o apenas se modifica ante factores externos.

Seguramente, estos eventos de cambio climá-tico milenario y/o centenario reseñados debieronincidir sobre la oferta ecológica de esta zona. Noes menos cierto que actualmente carecemos deinstrumentos con los que evaluar de forma preci-sa su impacto concreto sobre la vida cotidiana delas gentes del Paleolítico medio. Sin embargo, in-tuimos la existencia de elementos de continuidaden la selección de soluciones en el diseño de lostecno-complejos líticos, aparentemente ilógicas sison consideradas a la luz de análisis de tipo “cos-te-beneficio”. Su dimensión temporal implica que

esa forma de gestionar las materias primas infor-ma sobre la implantación de esos grupos en elpaisaje, manifestando cierta variabilidad en cuan-to al uso del asentamiento, al considerarlos comopuntos del paisaje en los que se registran las acti-vidades de esos grupos. Esto implica que esas op-ciones son de orden funcional, es decir son des-criptivas de las actividades que se realizan enesos espacios.

Nuestra perspectiva es que las especificidadesregistradas en N10 y N12 se rastrean a lo largo deuna amplia escala temporal. Precedentes de estospatrones técnicos están siendo reconocidos en ya-cimientos geográficamente próximos, como Tra-gó. Las opciones técnicas de las ocupaciones cro-nométricamente atribuidas al MIS 3 de este sitio,señalan atributos similares a los de Roca delsBous (Castañeda y Mora 1999). Paralelamente,los resultados de un estudio todavía en curso, per-miten derivar elementos de continuidad técnica alo largo de toda esta secuencia y que nos retro-traen hasta por lo menos el MIS 5e (1), las ocupa-ciones más antiguas reconocidas en la zona, y po-sicionadas temporalmente a partir de indicadorescronométricos y contextuales (Martínez-Morenoet al., 2004).

De verificarse esta observación, tendría impli-caciones sobre el entorno técnico y cognitivo delas gentes que habitaron en el valle del Ebro y lavertiente sur del Prepirineo durante el Paleolíticomedio. Podríamos estar asistiendo a la construc-ción de una tradición con un savoir faire específi-co (Karlín 1992) en la transmisión de unos cono-cimientos técnicos que se convierten en establesdurante una amplio período temporal. Esto impli-caría admitir la existencia de cierta continuidaden el poblamiento de esta región durante el Pleis-toceno superior antiguo/medio. De momento pre-ferimos apuntar que esta es una línea que merece-rá ser explorada en las sierras del PrepirineoOriental de Lleida y Huesca, área en la que se es-tán desarrollando varios proyectos referidos aeste período y en la que previsiblemente en lospróximos años se dispondrá de una imagen máscompleja para poder analizar la presencia nean-dertal en esta zona (Martínez-Moreno et al. 2007;Montes et al. 2006).

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(1) Casanova, J.; Martínez Moreno, J.; Mora, R. y de la To-rre, I. (e.p.): “Stratégies techniques dans le Paléolithique moyendu Sud-est des Pyrénées”. L’Anthropologie.

Definir la noción de variabilidad técnica no esfácil. Sobre ella influyen múltiples aspectos inter-nos y externos de la forma de vida de esos homí-nidos. En esta aportación apostamos por que laexperiencia resultante de la combinación de nor-mas y conocimientos que se transmiten a lo largode una amplia escala temporal es un elementocentral. Paralelamente, en el ajuste de esas res-puestas se implican numerosos atributos esencia-les para caracterizar las formas de vida de los hu-manos del pasado, difíciles de reconocer debido alos problemas inherentes de la estática arqueoló-gica.

Somos conscientes de las carencias que pre-senta nuestra argumentación y será necesarioaportar numerosos elementos de orden empíricopara evaluar estas inferencias. Frente a esta limi-tación, debe señalarse que estos escenarios sefundamentan en observaciones iniciales y estaspropuestas son hipótesis a testar a medida que sedisponga de informaciones más completas. Sinembargo, consideramos que son sugestivas encuanto que se derivan de atributos relativamentesimples pero que permiten caracterizar los com-portamientos que subyacen en la elaboración deesas opciones técnicas. Esta propuesta aunque noaporta una solución definitiva, define una vía in-directa con la que analizar las implicaciones quederiva en palabras de Binford (1983) el “desafíodel musteriense”. Seguramente, esta vieja polé-mica merecerá ser objeto de futuras reflexiones.

AGRADECIMIENTOS

El origen de este artículo reside en la invita-ción que N. Conard nos cursó a participar en elcoloquio Settlement systems of the Middle StoneAge and Middle Palaeolithic en el XV.º Congresode la UISPP celebrado en Lisboa en septiembre2006, y en la presentación realizada en la IV.ªReunión sobre el aprovechamiento de recursos lí-ticos en la Prehistoria que tuvo lugar el noviem-bre 2007 en Villamartín.

Muchas observaciones no se podrían haberrealizado sin la participación activa de JoaquimParcerisas y Jezabel Pizarro, que compartieroncon nosotros sus conocimientos sobre la localiza-ción de los afloramientos de materias primas enla comarca de la Noguera.

Los trabajos de excavación en Roca dels Bousson financiados por el Servei d’Arqueología i Pa-

leontología de la Generalitat de Catalunya y elInstitut d’Estudis Ilerdencs de la Diputació deLleida, y los resultados de esta investigacióncoordinada por Rafael Mora se integran dentrodel proyecto el Asentamiento humano en el Piri-neo Oriental durante el Pleistoceno Superior y elHoloceno, reconocido por el Ministerio de Edu-cación y Ciencia (HUM2007-60317/HIST). Estaes una publicación del grupo Cultura material icomportamient humà reconocido por el Vicerec-torat d’Investigació de la Universitat Autònomade Barcelona y la AGAUR (2005SGR-00057).Por imperativo administrativo se menciona queesta agencia colabora en este proyecto a travésdel programa EXCAVA2006.

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