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    C. H. DODD

    LAS PARBOLASDEL REINO

    EDICIONES

    CRISTIANDAD

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    Ttulo original:THE PARABLES OF THE KINGDOM JAMES NISBERT & C., LTD.

    Londres "1965

    Lo tradujo y prologALFONSO DE LA FUENTE

    Derechos para todos los pases de lengua espaola enEDICIONES CRISTIANDAD

    Madrid 1974

    Depsito legal: M. 9.263.1974 ISBN: 84-7057-151-6

    Printed in Spain byARTES GRFICAS BENZ AL - Virtudes, 7 - MADRID-3

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    CONTENIDO

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    A. de la Fuente: Presentacin 11

    Prlogo 17Cap. I: Naturaleza y finalidad de las parbolas evan

    glicas 21Interpretacin alegrica 23.Qu es una parbola?, 25.Tipos de parbolas, 27.Realismo de lasparbolas, 29.La parbola como argumento, 31.Cmo interpretar las parbolas, 33.Parbolas aplicadas, 35.El mayordomo infiel, 37.Parbolas delreino, 39.

    Cap. II: El reino de Dios 42

    La palabra reino, 43.Las expectaciones judas, 45.Fuentes de los Evangelios, 47.Dobleempleo del trmino, 49.Del judaismo al cristianismo, 51.La llegada del reino, 53.Est aqu, 55.Presente y futuro, 57.Prediccin en los Evangelios, 59.El reino de los cielos, 61.Prediccin depadecimientos, 63.Futuros desastres, 65.Destruc-

    ' cin del templo, 67.La conquista romana, 69., Esta generacin, 71.Visin proftica, 73.La

    edad futura, 75.Escatologa de felicidad?, 77.El juicio del reino, 79.El reino y la muerte deJess, 81.

    Cap. III: El da del Hijo del hombre 83Semejante a un relmpago, 85.Su llegada comojuez, 87.Es Jess el Hijo del hombre?, 89.Resonancias apocalpticas, 91.El Hijo del hombre en Daniel, 93.Los doce tronos, 95.La resurreccin, 97.El tercer da, 99.Resurreccin yvenida, 101.Escatologa y tica, 103.Smbolo yrealidad, 105.Historia y escatologa, 107.La segunda venida, 109.

    Cap. IV: La situacin en la vida 110Parbolas del reino de Dios, 111.Parbola de los

    nios en la plaza, 113.Lo viejo y lo nuevo, 115.Parbola de la oveja perdida, 117.Parbola del granbanquete, 119.Parbola del hombre fuerte despojado, 121.Parbola de los prfidos viadores, 123.

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    10 Contenido

    La era del cumplimiento, 129.Motivos del cambio, 131.Parbola del demandado, 133.Parbola

    de la sal, 134.Parbola de la lmpara y el celemn, 137.Parbola de los talentos, 141.

    Cap. V: Parbolas de crisis 148Parnesis de la Iglesia primitiva, 149.Los siervosfieles e infieles, 151.Los siervos vigilantes, 155.El ladrn nocturno, 159.Las diez vrgenes, 163.

    Cap. VI: Parbolas de crecimiento 167La semilla que crece, 169.El sembrador, 173.La

    cizaa, 175.La red barredera, 177.El grano demostaza, 179.La levadura, 181.Sentido de estasparbolas, 183.

    Cap. VII: Conclusiones 184Significacin central de las parbolas, 185.Ha llegado el reino de Dios, 187.El reino de Dios comoriesgo, 189.Lo eterno entra en la historia, 191.Visin cristiana de la historia, 193.Suprema crisisde la historia, 195.

    Parbolas estudiadas en particular 197

    Parbolas mencionadas 197

    ndice onomstico 198

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    PRESENTACIN

    Publicar hoy en espaol un libro que apareci enInglaterra hace casi cuarenta aos podra parecer unaempresa fuera de lugar. Pero en el caso de Las parbolas del reino la publicacin est plenamente justificada por tratarse de lo que llamaramos un clsico dela ciencia bblica. Esta obra no slo inaugur en suda una nueva etapa en la interpretacin de las par

    bolas de Jess, sino que conserva en la actualidad unavigencia indiscutda para el conocimiento del mensajeevanglico. Junto con la satisfaccin que supone presentar la obra de un maestro, slo nos cabe lamentarque su traduccin espaola se haya diferido durantetanto tiempo.

    Hasta hace menos de un siglo, la interpretacin de

    las parbolas evanglicas estuvo presidida por la tendencia a descubrir en cada detalle de las mismas unareferencia teolgica o una implicacin moral. Este mtodo conocido con el nombre de alegorismo erasencillo: bastaba sustituir los elementos mencionadosen la parbola por realidades de la existencia cristiana.As, el talento que no se multiplic en manos del

    siervo temeroso poda ser la gracia de Dios, o bienlos vendedores de aceite en la parbola de las diez vrgenes resultaban ser los representantes del ministerioeclesistico. Esta tendencia, iniciada ya entre los primeros cristianos, alcanz un amplio desarrollo en algunos Padres de la Iglesia y se cultiv con esmero en lacatequesis y la predicacin.

    Fue el exegeta protestante Adolf Jlicher (1857-1938), profesor primero en Berln y luego en Marbur-go, quien puso las bases para romper definitivamentecon la interpretacin alegrica de las parbolas. Su obraDie Gleichnisreden Jesu (2 vols., 1888 y 1899) fuesaludada como una liberacin. En ella se describenhasta la saciedad los abusos y errores a que llev el

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    12 Presentacin

    viejo alegorismo, sedistingue claramente entre parbola y alegora -^HritTncin que hoy constituye unprincipio~elemental de~Trmenutica y se~"insiste"eqe~Jesus utiliz en su enseanza parbolas, no alegoras. (Recordemos que la parbola se diferencia de la.alegora en que ofrece normalmente un solo punto de\comparacin, de suerte que los eventuales detalles hantie considerarse como mero ingrediente literario).

    Pero Jlicher, fiel a la visin de la teologa liberaldel siglo xix, consider a Jess como un simple predicador de buenas costumbres. A su juicio, el mensajeoriginario de las parbolas se reduce a una serie deverdades religiosas de alcance general. El reino de Diosanunciado en ellas vendra a coincidir con el estadiosupremo de la evolucin cultural preconizada por elliberalismo de la poca. Quedaba as eliminado todo 1CL tficado en cierto modo con la causa deinmedi 6 c r i 0 > n o indican si la posesin del reino esfundarn ^ ^eJana- P e r o teniendo presente el principiola venir?0 j ^e ^ u e Jesi^s v0 en su ProPo ministerion~,~.

    a \, reino de Dios, podemos enunciar el argumento Ho , ,. 1 1 1

    reino A TV manera: estis de acuerdo en que elest t> es e^ ^ien s u P r e m o ; en vuestra manotesoro S a1u Y ahora2 si, como el que hall elvuestr Corao el mercader de perlas, os olvidis de

    TT Preocupaciones: Seguidme!,al rein TS Parabolas que no se refieren directamentenisterio A ^ o s > P e r o aluden a este aspecto del mi-las con 'A^ Jesus- P r t an to> no n o s equivocaremos siTal es 1 e r a m o s tambin como parbolas del reino,los con tC a S ' P r eempl> de las dos parbolas sobre(Le 14 ->oIctores de la torre y el rey que va a la guerralista con i "^"an sl

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    Parbola de los nios en la plaza 113

    se recuerda en trminos rigurosos a los posibles discpulos el precio que deben estar preparados a pagar.

    Volvamos a la parbola de los nios en la plaza,que, como hemos visto, nos ha llegado junto con unaaplicacin que la refiere a la frivola actitud del pblicojudo ante la actuacin de Jess y de Juan Bautista.No hay razones obvias para dudar de esta aplicacin.Si el reino de Dios llega en el ministerio de Jess, ascomo su venida fue anunciada en el ministerio de Juan,

    entonces nuestra atencin debe fijarse en la gran insensatez de esa conducta infantil ante la crisis supremade la historia. En realidad, no se alude al reino deDios, pero las palabras el Hijo del hombre ha venido recuerdan el lenguaje de la escatologa3. La venida del Hijo del hombre es la venida del reino deDios. A la luz de esto podemos quiz interpretar lasenigmticas palabras con que termina el pasaje. S la

    formulacin de Mateo la Sabidura se ha acreditadopor sus obras es original, el significado puede serque los hechos reales de la situacin presente, aunquela gente frivola los juzgue errneamente, demuestranla sabidura y la justicia de Dios, es decir, son la manifestacin de su reino. Pero, dado que Lucas presenta una formulacin distinta la Sabidura se ha acre

    ditado por todos sus hijos, no podemos estar seguros del sentido original.

    3 No obstante, si la expresin Hijo del hombre es aquoriginal, habremos de admitir una de estas dos hiptesis:a) que las palabras fueron dirigidas no al pblico en general,sino a un crculo ya dispuesto a aceptar a Jess como Hijodel hombre, y b) que el trmino Hijo del hombre era ambiguo y no descubra necesariamente su especfico significadoescatolgico al pblico en general. Tanto si el trmino Hijodel hombre fue empleado efectivamente por Jess como sino lo fue, el hecho es que aparece en la ms antigua formade tradicin a que tenemos acceso y est de acuerdo con elsignificado escatolgico que Jess atribuy a su propio ministerio.

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    114 La situacin en la vida

    En Me 2,18-19 tenemos un breve relato en el quese censura a los discpulos de Jess por no ayunarcomo los discpulos de Juan y de los fariseos, y Jessreplica con una breve sentencia parablica: Puedenlos invitados a una boda ayunar mientras el novio estcon ellos?. Se alude a la costumbre en virtud de lacual los que formaban el cortejo de unos recin casados quedaban dispensados de ciertas obligaciones reli

    giosas durante los siete das de la celebracin nupcial,a fin de que no se interrumpieran los festejos. As,pues, la sentencia describe brevemente una situacinfamiliar y pide que se de un juicio sobre ella. La aplicacin queda indicada en el marco que describe elevangelista en el relato introductorio, y no hay razonesserias para ponerla en duda4. Tan insensato sera exigir que los discpulos de Jess ayunen como lo es de

    hecho esperar que lo hagan los invitados a una boda.Evidentemente, se supone que los discpulos se encuentran en una situacin en la que no cabe el pesar,sino el gozo. Nos vienen a la memoria sentencias comoBienaventurados vuestros ojos, porque ven y Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino deDios. Quienes han aceptado el reino de Dios comoun nio gozan de una felicidad pura que convierte en

    burlesco un rito como el ayuno penitencial. El reinode Dios es, en una imagen familiar, una fiesta de losbienaventurados 5.

    * El pasaje es uno de los que Dibelius denomina paradigmas (From Tradition to Gospel, 43), y l considera los paradigmas como la parte indudablemente ms autntica dela tradicin narrativa. Desde otro punto de vista, Albertz (Die

    synoptischen Streitgesprache, 57-64) alega razones de peso paraconsiderar este y otros episodios polmicos de Marcos comomaterial de extraordinario valor histrico.

    s Algunos crticos sospechan no sin razn que la continuacin de la parbola que hallamos en Me 2,20 es una elaboracinsecundaria. Es casi indudable que los lectores del Evangelioentendieron esto en el sentido de que, si bien Jess excluy

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    Lo viejo y lo nuevo 115

    La controversia sobre el ayuno va seguida en Marcos

    de un par de parbolas: la del vestido remendado yla de los odres viejos. En la intencin del evangelistaal menos, tienen una aplicacin semejante a la de laparbola que acabamos de considerar. Presentan encomn el motivo de que es necio esforzarse por acomodar lo viejo y lo nuevo. El ministerio de Jess no hade verse como un intento de reformar el judaismo;aporta algo completamente nuevo que no puede aco

    modarse al sistema tradicional. En otras palabras: Laley y los profetas fueron hasta Juan; desde ese momento es proclamado el reino de Dios.

    Consideremos igualmente otro grupo de parbolasque comienza con la breve sentencia parablica: Noson los sanos los que necesitan al mdico, sino losenfermos (Me 2,17). El evangelista ofrece un marconarrativo y una moraleja. El relato cuenta cmoJess llam al publicano Lev y luego comi en com

    paa de muchos publcanos y pecadores. Esto ocasion una protesta por parte de los escribas, y laparbola fue la correspondiente rplica. La leccinno he venido a llamar a los justos, sino a los pecado-

    el ayuno durante su vida, la Iglesia no careca de razones parareanudar tal prctica despus de su muerte. Esto supone queel novio del relato es Jess mismo (cf. Ap 19,7; 21,9;2 Cor 11,2), y as la parbola se convierte en alegora. Estaalegorizaein no responde probablemente a un propsito originario. Si la parbola significaba, como he indicado, que losdiscpulos gozan de una felicidad pura porque estn en elreino de Dios, entonces es imposible suponer que pasar eltiempo del gozo y volver el tiempo del ayuno, pues el reinode Dios es algo que perdura. En la parbola, mientras elnovio est con ellos significa durante las fiestas nupciales.Si 2,20 perteneca originalmente a la parbola, slo poda querer indicar, con un caracterstico estilo antittico, el excepcionalcarcter del perodo festivo: durante las fiestas, y slo entonces, el ayuno est fuera de lugar. Cadoux, op. cit., 72ss, inter

    preta de manera sugestiva la desaparicin del novio. Sin embargo, no la encuentro convincente; adems, ignora la equivalencia simblica del banquete con el reino de Dios.

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    116 La situacin en la vida

    res concuerda perfectamente con la vocacin deLev, que inicia todo el relato. Sin embargo, no encaja

    demasiado bien con la pregunta: Por qu come conpublcanos y pecadores?. Adems existe una evidentedificultad en torno al empleo del trmino justos.Dijo Jess realmente que su misin se diriga a lospecadores y no a los justos? Acaso la justicia era unimpedimento positivo para ser discpulo? No pareceprobable si tenemos en cuenta el pasaje de Me 10,

    17-21. Ser que el trmino justos se emplea conamarga irona (los que se tenan por justos y despreciaban a los dems, Le 18,9)? De ser as, no constituye una interpretacin adecuada de los justos dela parbola.

    No faltan, pues, razones para sospechar que la moraleja no forma parte de la sentencia original, sino

    que responde a una elemental interpretacin en clavealegrica. No son los sanos los que necesitan al mdico, sino los enfermos: sanos = justos; enfermos = pecadores; mdico = Jess. No tenemospor qu discutir si el marco narrativo es tan originalcomo la parbola6, pero no hay razn para dudar quela sentencia se aplic en su origen a una situacinsemejante. Ya hemos visto en la parbola de los nios en la plaza cmo se aluda a la amistad de Jesscon publcanos y pecadores. Este es indiscutiblemente uno de los rasgos de su ministerio que suscitms atencin y crtica. La afirmacin de que los enfermos son los que tienen necesidad del mdico esobviamente una buena respuesta a tales crticas.

    Lucas (cap. 15) ha empleado un contexto parecidopara las tres parbolas de la oveja perdida, la moneda

    6 Dibelius (op. cit., 61) estima que la vocacin de Lev esun paradigma autntico, y supone que la parbola perteneca originalmente al mismo; la escena del banquete conpublcanos y pecadores fue compuesta por el evangelista. Esteargumento no me parece demasiado concluyente.

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    Parbola de la oveja perdida 117

    perdida y el hijo prdigo. Las dos primeras formanuna pareja caracterstica, mientras que la tercera coincide en el tema, pero difiere en el desarrollo. La ovejaperdida (aunque no la parbola que forma pareja conella) aparece tambin, en un contexto diferente, enMateo (18,12-14). Los dos evangelistas presentan unaleccin. La de Lucas dice as: Os digo que, deigual manera, en el cielo hay ms alegra por un solopecador que se arrepiente que por noventa y nueve

    justos que no necesitan penitencia; Mateo escribe:De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeos.Las dos no pueden ser originales; posiblemente no loes ninguna. La de Lucas se ajusta mejor a los trminosde la parbola, pero la alusin a los justos estabierta a la misma objecin que apareca con respectoa Me 2,17 (Ense Jess realmente que hay justos

    que no necesitan arrepentirse?); y aparecen los mismos indicios de alegora: oveja que permanece en elredil = justos; oveja extraviada = pecador; oveja extraviada que aparece = pecador que se arrepiente; portanto, un pecador arrepentido es mejor que noventa ynueve justos. Esto parece demasiado mecnico.

    Ahora bien, el relato (y la otra parbola de la mo

    neda perdida sigue la misma lnea)

    7

    describe con vivoscolores el inters de una persona cuando pierde algoque un tercero podra juzgar relativamente insignificante, as como su correspondiente gozo cuando lo encuentra. La situacin que seala Lucas es seguramentecorrecta, puesto que las parbolas se refieren al extraointers (as lo estimaban algunos) que Jess mostraba

    7 El hecho de que las dos parbolas vayan claramente dirigidas al mismo objetivo nos desaconseja buscar la clave primariade su significado en la relacin del pastor con las ovejas. Adems, los oyentes de la primera parbola difcilmente dejarande recordar las familiares imgenes veterotestamentarias deYahv y su rebao.

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    118 La situacin en la vida

    por las clases deprimidas de la comunidad juda8. Nonecesitamos preguntar si el que busca lo perdido esJess mismo o Dios. El reino de Dios ha llegado enel ministerio de Jess, y uno de los rasgos de esa llegada era este indito inters por lo perdido.

    La parbola del hijo prdigo no es exactamente paralela con las otras dos. Su punta reside, al parecer, en el contraste entre el gozo de un padre al regreso de su hijo veleidoso y la mezquina actitud del

    respetable hermano mayor. No obstante, la aplicacin se refiere a la misma situacin en el ministeriode Jess. As la presenta Lucas, y no podemos dudarde que est en lo cierto.

    Este motivo del contraste entre los justos y lospecadores, segn el lenguaje de los evangelistas, reaparece en otras parbolas. As, en Mateo, la parbolade los dos hijos (Mt 21,28-32)9 es claramente un comentario sobre la repulsa de la palabra de Dios porlos jefes religiosos y su aceptacin por los marginados,como seala el evangelista.

    El mismo motivo halla una expresin ms elaborada en la parbola del gran banquete (Mt 22,1-13;Le 14,16-24). En Mateo, aunque no en Lucas, la parbola comienza: El reino de los cielos es semejante

    a.... En Lucas va precedida por las palabras: Dichoso el que coma pan en el reino de Dios. Las diferencias entre las dos versiones de la parbola hacen improbable que los evangelistas dependan de una mismafuente prxima; pero es claro que siguen tradicionesvariantes de un mismo relato. El ncleo comn del relato nos dice cmo los que haban sido invitados quedaron excluidos del banquete por su propia actitud ycmo sus puestos fueron ocupados por la chusma. Aho-

    8 Y posiblemente por algunos habitantes de Galilea que noeran judos. En aquel distrito, los pecadores de los gentiles(cf. Gal 2,15) vivan en estrecho contacto con los judos.

    5 Citada en p. 32.

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    Parbola del gran banquete 119

    ra bien, el smbolo del banquete celestial era tradicional para designar la felicidad del tiempo futuro, cuando

    se revelara el reino de Dios. Jess mismo emple estesimbolismo en otras ocasiones 10. Se poda, pues, esperar que el auditorio captara la alusin. En tal caso, laspalabras de invitacin (comunes a ambas versiones,aunque con ligeras diferencias verbales): Venid, quetodo est preparado, corresponden a la invitacin deJess: Arrepentios, que el reino de Dios ha llegado;

    y la parbola alude a la repulsa de esa invitacin porlos justos y a su aceptacin por los publcanos ypecadores.

    En la elaboracin del relato por los dos evangelistaspodemos detectar los intereses de la Iglesia en unafecha tarda. Lucas ha duplicado el episodio de la invitacin en el ltimo minuto. Los mensajeros salen alas plazas y calles de la ciudad en busca de comensales; y como todava quedan puestos vacantes, sonenviados ms lejos, a los caminos y cercas. Es probable, como afirma la mayora de los comentaristas,que Lucas est pensando en la extensin del evangelioa los gentiles. Por su parte, Mateo habla slo de unainvitacin en el ltimo minuto. El segua una tradicinmenos preocupada por la llamada dirigida a los gen

    tiles (cf. 10,5-6). Adems, ha convertido el banqueteen el banquete nupcial del hijo de un rey, rasgo que,sin duda, estaba pidiendo una interpretacin alegrica n; y aade el episodio del hombre sin traje nupcial. Este episodio era quiz en su origen una parbolaindependiente, pero Mateo parece haber intentadoponer en guardia contra una aceptacin demasiado

    fcil de los gentiles en la Iglesia12

    .10 Cf. pp. 60-62.11 Otros rasgos alegricos en 22,6-7.12 La actitud que aqu se refleja (corno en 5,17-19; 10,5-6;

    22,2-3) parece semejante a la de los adversarios judaizantesde Pablo, como se ve por sus epstolas.

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    220 La situacin en la vida

    Un motivo anlogo se encierra en la parbola delos obreros de la via (Mt 20,1-16), introducida tambin con la frmula: El reino de los cielos es semejante a.... Mateo ha aadido al final la sentencia deque los ltimos sern primeros, y los primeros, ltimos. Pero esta sentencia aparece adems en otroscontextos 1} y, evidentemente, no encaja en relacincon la parbola. La punta del relato es que el dueode la via, movido por pura generosidad y compasin

    hacia los desocupados, paga tanto a los que slo hantrabajado una hora como a los que han trabajado todoel da. Es una lograda descripcin de la generosidaddivina, que da sin tener en cuenta las medidas de laestricta justicia. Pero su situacin en la vida debebuscarse seguramente en los hechos del ministerio deJess. La generosidad divina apareca concretamenteen el hecho de llamar a publcanos y pecadores, que no

    tenan mrito alguno ante Dios. A eso se asemeja elreino de Dios. Tal es la rplica de Jess a las quejasde los espritus legalistas que le reprochaban ser amigode publcanos y pecadores.

    Otro aspecto del ministerio de Jess se plasma enla parbola del hombre fuerte despojado (Me 3,27;Le 11,21-22). En el texto de Marcos es como sigue:

    Nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear sus enseres si no ata primero al fuerte; entonces saquear su casa.

    La versin de Lucas (que probablemente ha sidotomada de otra fuente) es ms elaborada. En vez deun caso ordinario de robo, hallamos un relato sobre

    un hombre armado que guarda su palacio. Es atacadopor un enemigo ms fuerte que l, el cual le desafaa combatir, le vence y luego se apodera tranquilamente

    15 Mt 19,30, siguiendo a Me 10,31; Le 13,30.

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    Parbola del hombre fuerte despojado 121

    de sus bienes. Podemos pensar en un incidente fronterizo en los confines de Siria, siempre expuestos a lasincursiones de los beduinos. La amplificacin del relatopuede atribuirse al evangelista griego. Pero la finalidadsigue siendo la misma. Ahora bien, Lucas y Marcos(seguido por Mateo) relacionan esta parbola con losexorcismos de Jess, en los que l mismo ve el finaldel reino de Satn. En el pensamiento judo, el trmino del reino de Satn va unido a la venida del reino

    de Dios

    M

    ; de hecho, Mateo y Lucas ponen en el contexto inmediato esta sentencia: Si yo arrojo los demonios por el dedo [o el espritu] de Dios, es que elreino de Dios ha llegado a vosotros. Los evangelistas, pues, refieren unnimemente la parbola al reinode Dios en el sentido de que aplican la metfora dela derrota del hombre fuerte al desbaratamiento delpoder del mal. Y en esto, indudablemente, tienen ra

    zn. Pero en nuestro caso es importante observar quela derrota de las fuerzas del mal no es, como en laapocalptica juda, una esperanza para el futuro, sinoalgo que se cumple ya en el ministerio de Jess. Unavez ms, el ministerio de Jess es un acontecimientoescatolgico. Es la venida del reino de Dios.

    La ms difcil de las parbolas que se refieren directamente a la presente situacin es la de los prfidosviadores (Me 12,1-8)1S. Para Jlicher 16 y sus seguidores se trata de una alegora creada por la Iglesia

    14 Cf. pp. 44s.15 Provisionalmente pongo aqu el trmino de la parbola

    por las razones que luego se vern.16 Gleichnisreden Jesu II (1910) 385-406. Jlicher admite la

    posibilidad de que existiera una parbola de Jess sobre unos

    prfidos viadores, algunas huellas de la cual pueden quizadvertirse en 12,1.9, pero todo intento de reconstruirla esdesesperado, pues nuestra nica fuente, Me 12, ha de entenderse hasta el ltimo detalle como un producto de la primitivateologa cristiana y no como una noticia autntica de un discurso polmico de Jess.

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    122 La situacin en la vida

    primitiva con la mirada puesta en la muerte de Jess.Esto me parece inaceptable. Como veremos, hay razo

    nes para pensar que la parbola ha sido objeto de ciertaamplificacin, pero el relato en sus lneas principaleses natural y absolutamente realista.

    Un propietario absentista dej una via en arriendoa unos cultivadores. Hizo con ellos un contrato queestipulaba como pago de la renta una parte proporcional del producto ". Despus de la vendimia envi a

    sus agentes para exigir la renta. Pero un absentistapuede verse burlado si los arrendatarios estiman queha llegado su hora. El hecho es que le pagaron la rentaen golpes. El propietario, viendo que la situacin eragrave, envi a su hijo para solucionar la cuestin. Sinduda que el hijo del propietario inspirara un respetoque no tuvieron con los esclavos que le haban representado la vez anterior. Pero los arrendatarios se ha

    ban rebelado. Asesinaron al hijo del propietario, arrojaron su cuerpo insepulto fuera de la via y se apoderaron de la propiedad.

    El relato resulta sumamente verosmil si tenemosen cuenta las condiciones del pas en aquel tiempo.Palestina, y Galilea en particular, era una regin descontenta. Desde la rebelin de Judas el Gaulonita elao 6 d. C, el pas no haba sido nunca pacificado porcompleto. La inquetud tena en parte causas econmicas 1S. Sabiendo que las fincas importantes estabana menudo en manos de extranjeros, podemos suponerque el descontento agrario iba de la mano con el sentimiento nacionalista, como suceda en la Irlanda dela preguerra. Se daban, pues, todas las condiciones paraque la negativa a pagar la renta fuera el preludio del

    17 Ejemplos de contratos estipulando el pago de una rentaen especie pueden verse en Oxyrhynchus Papyri, 1631, 1689,1968. La prctica era corriente.

    18 Cf. F. C. Grant, The Economic Background of tbe Gospels(Oxford University Press. 1926).

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    Parbola de los prfidos viadores 123

    asesinato y de la ocupacin violenta de la tierra por

    el campesinado. La parbola, lejos de ser una alegoraartificiosamente elaborada, puede tomarse como unamuestra de lo que pasaba en Galilea durante el mediosiglo anterior a la rebelin general del ao 66 d. C.

    La parbola termina, como es normal en las parbolas, con una pregunta: Qu har el dueo de lavia? (12,9). Todo el mundo saba cmo terminabaun asunto semejante, tanto si Jess (en contra de sucostumbre) responda a su propia pregunta, segn manifiesta Marcos, como si no responda. La pregunta,en realidad, quiere decir: Qu es lo que merecenesos hombres?. La respuesta obvia es que merecenlo peor, porque su crimen fue tal que todo hombredecente debe detestarlo.

    Cul es la aplicacin? Las palabras iniciales del

    relato son una cita del Cntico de la Via de Isaas(Is 5,1-2), con las que estaran familiarizados todoslos oyentes judos. Todos estos oyentes sabran tambin por una larga tradicin, iniciada con aquel poemade Isaas, que Israel era la via del Seor. De dondese sigue el crimen de los prfidos viadores, que negaron a su seor lo que le deba y respondieron a sus

    avisos con un desafo que no se detuvo ante nada,es el crimen de los jefes de Israel. Marcos dice queellos advirtieron que la parbola iba por ellos mismos(12,12), y podemos creerlo as.

    Segn Me 12,9, Jess respondi a su propia pregunta: Vendr y destruir a los labradores y entregarla via a otros. En s, estas palabras son una conclusin natural del relato. Cuando unos arrendatariosamotinados se lanzaban a una rebelin abierta, el propietario tena sin duda la posibilidad de conseguir ayuda del gobierno para liquidarla por la fuerza 19, y luego

    19 Marco Bruto cobr del consejo de Salamina una deudaenviando para ello una fuerza de caballera que obtuvo del

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    124 La situacin en la vida

    buscara unos nuevos arrendatarios. El tenor generalde la respuesta est adems de acuerdo con la doctrina de Jess que conocemos. Jess predijo, al parecer, ladesorganizacin de la comunidad juda. Y los trminosde la respuesta no corresponden tan exactamente a loshechos histricos que sea preciso considerarlos comoun vaticinium ex eventu. De hecho, segn la concepcincristiana, la jefatura religiosa pas de las autoridadesjudas a los apstoles de Cristo; pero aqullas no fue

    ron destruidas hasta la captura de Jerusaln por losromanos, que probablemente an no haba tenidolugar cuando Marcos escriba. Sabemos, sin embargo,que Jess no sola responder a las preguntas en quea menudo desembocaban sus parbolas; por otra parte,los evangelistas suelen poner de relieve la leccin delas parbolas. Por tanto, no es seguro que Me 12,9bpertenezca esencialmente a la tradicin autntica.

    Mateo (21,41) ha restaurado la forma ms usual enla conclusin de las parbolas haciendo que el auditorio responda a la pregunta: Destruir malamente alos miserables y arrendar la via a otros labradoresque le paguen el producto a su tiempo?; y pone enlabios de Jess unas palabras que refuerzan la aplicacin: Por eso os digo que se os quitar el reino de

    Dios y ser dado a una nacin que d sus frutos. Enla frase destruir malamente a los miserables podemos ver probablemente una alusin a los horrores dela captura de Jerusaln por los romanos, y en la sentencia final se refleja seguramente la doctrina de larepulsa de Israel y la eleccin de los gentiles, doctrinaque aparece en otras partes del Nuevo Testamento.La Iglesia pone cuidado en precisar la aplicacin ori

    ginal.

    gobernador de Cilicia, con la cual su representante asedi alconsejo de la ciudad hasta que cinco miembros murieron deinanicin. Cf. Cicern, Ad Atticum V, 21; VI, 1, donde sedescribe con pluma mordaz todo el vergonzoso episodio.

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    Parbola de los prfidos viadores 125

    Los tres evangelistas han aadido a la aplicacin dela parbola un testimonium tomado del Antiguo Testamento: La piedra que rechazaron los constructoresse han convertido en piedra angular (Me 12,10 yparalelos). Lucas agrega adems otra sentencia sobrela piedra20 que destroza a aquellos que caen sobre ellay a aquellos sobre quienes ella cae (Le 20,18).

    Esta progresiva elaboracin indica que la Iglesiaatribua a la parbola una importancia singular y desea

    ba eliminar toda duda acerca de su interpretacin.Segn esto, no sera extrao que los detalles delrelato, ya en su primera forma cannica, hubieran sidoobjeto de alguna manipulacin a fin de indicar msclaramente la leccin. La parbola tal como aparece enMarcos induce a una interpretacin alegrica en laque los siervos representan a los profetas, y el hijoamado, a Jess. Hasta qu punto depende de esa

    interpretacin la forma actual del relato? Hay dospuntos que han sido especial objeto de sospecha.En primer lugar, la larga serie de siervos enviados

    por el propietario para exigir la renta resulta bastanteirreal en la situacin supuesta. El nmero puede habersido multiplicado para recordar la larga lista de profetas enviados por Dios a su pueblo y rechazados omartirizados por ste. Si analizamos Me 12,4, observaremos una serie climtica de tres, que es caracterstica de esta forma de relato (y de los cuentos populares)21: A su debido tiempo envi a los labradoresun siervo para recibir de ellos (la suma debida) por

    20 Detrs de este cmulo de pasajes del Antiguo Testamentohallamos el tradicional esquema de testimonios. Cf. mi libro

    According to the Scriptures (Nisbet, 1952).21 Cf. los tres siervos en la parbola del dinero confiado. Lastres negativas en la parbola (lucana) del gran banquete y elsacerdote, el levita y el samaritano. Las parbolas en forma derelato tienen muchos rasgos comunes con los cuentos populares.

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    126 La situacin en la vida

    el producto de la via. Le agarraron, le golpearon yle despidieron con las manos vacas. De nuevo les

    envi otro siervo, y le hirieron en la cabeza y ultrajaron. Todava le quedaba su hijo preferido. Se lo envi el ltimo. Esto discurre con bastante naturalidad22.

    En segundo lugar se ha pensado que el asesinatodel hijo amado es una evidente reflexin teolgicaen la Iglesia primitiva y no debe tomarse como parte

    de la parbola autntica de Jess. Pero hemos de observar que el climax de iniquidad viene exigido por latrama del relato. La ultrajante contumacia de los arrendatarios deba aparecer con todo relieve. Y cmodestacarla mejor que presentando en escena al hijonico n o preferido del propietario? La presencia deeste personaje obedece a la lgica del relato y no a un

    motivo teolgico. Adems, la descripcin del asesinatodel hijo no descubre ninguna reminiscencia de cmomuri Jess. De hecho, Mateo ha procurado remediaresta situacin haciendo que los arrendatarios arrojen

    22 Esta forma ms sencilla es la que aparece en un textorecientemente descubierto. Cf. The Gospel according to Tho

    mas, texto copto reelaborado y traducido por A. Guillaumonty otros (Collins, 1959) 39 (93-116). Todo parece apoyar laidea de que esta obra gnstica tarda tiene como base en ocasiones una tradicin primitiva de las palabras de Jess, si bienGrant y Freedman, en su comentario sobre la misma (TheSecret Sayings of Jess according to the Gospel of Thomas[Fontana Books, Collins, 1960]), sostienen que la versin dela parbola que da el Evangelio de Toms es el resultado deabreviar las versiones sinpticas.

    23

    'AyaJiriT? se emplea en el griego de Gn 22,2.12.16 yJr 6,26, como traduccin de yahid, para designar a un hijonico (a menos que supongamos que en todos estos casos lostraductores leyeron yadid por yahid); hay adems otros indicios de que yairriTi; poda tener ese sentido. Cf. C. H. Tur-ner en JTS 27, pp. 113ss. El hijo nico es un personaje estereotipado de los cuentos populares, lo mismo que el hijo tercero y el sptimo.

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    Parbola de los prfidos viadores 127

    primero al hijo de la via y luego le den muerte u, lomismo que Jess padeci fuera de la puerta (Heb 13,

    12). Pero en la versin de Marcos no hay ningnindicio en este sentido.Por tanto, la parbola tiene consistencia como un

    relato dramtico que exige de los oyentes un juicio,y la aplicacin del juicio es suficientemente clara sinnecesidad de alegorizar los detalles. Sin embargo, elclimax de iniquidad presente en el relato hace pensaren un climax semejante para la situacin a que ha de

    aplicarse. Sabemos que Jess consider su propio ministerio como la culminacin de las gestas de Dios enfavor de su pueblo y que declar que el delito de todala sangre derramada desde Abel hasta Zacaras caerasobre aquella generacin. En consecuencia, la parbolaquerra sugerir, con una especie de trgica irona, elinminente climax de la rebelin de Israel en una aco

    metida salvaje contra el sucesor de los profetas. Si,adems, concedemos que Marcos ha situado la parbola en su verdadero contexto histrico (y en el relatode la pasin, al cual sirve de introduccin esta partedel Evangelio, la sucesin de los acontecimientos estmarcada con mayor claridad y probablemente con mayor fidelidad a los hechos que en ninguna otra parte),entonces la situacin era tal que las veladas alusiones

    podan ser fcilmente captadas por muchos de losoyentes. En la entrada triunfal y en la purificacin deltemplo, Jess haba desafiado a la gente de Jerusalna reconocer el carcter ms que proftico de su misin.La parbola poda entenderse como una insistencia enese desafo: Jerusaln, Jerusaln, que matas a losprofetas..., cul ser el paso siguiente? Esto no esalegora. Es un empleo legtimo de la parbola para

    expresar todo el significado de una situacin.24 Los textos de Beza y Koridethi, con algunos otros, pre

    sentan el orden de Marcos; pero es probablemente un casode asimilacin.

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    128 La situacin en la vida

    Si la tomamos de este modo, la parbola de losprfidos viadores ayuda a esclarecer las sentencias de

    Jess en que l predice su propia muerte y los desastres que caern sobre los judos. La parbola en sexpresa un juicio moral sobre la situacin, pero podemos decir que implica una prediccin de la muertede Jess y del juicio que caer sobre sus asesinos. Eneste sentido, segn ya he indicado, es como hay queentender las predicciones. Estas no proceden de unamera clarividencia. Son una dramatizacin en trminoshistricos de las realidades morales de la situacin.

    As, aunque slo se alude al reino de Dios en laversin secundaria de Mateo, esta parbola es una verdadera parbola del reino, puesto que apunta a lacrisis final de la actuacin de Dios en favor de supueblo.

    En todos los casos que hemos considerado hasta aqu

    no hay dificultad en ver que las parbolas tenan unareferencia a la situacin contempornea, referencia quegeneralmente ha sido reconocida por la tradicin exe-gtica. Ahora me permito recordar que otras muchasparbolas tenan originalmente una referencia similar,si bien en nuestros Evangelios ha quedado ms o menos oscurecida por el influjo de ciertos motivos fcilmente discernibles, debidos a la nueva situacin quese cre tras la muerte de Jess. Primero, sin embargo,debemos intentar ver cmo cambi la perspectiva dela Iglesia para describir luego la repercusin de estecambio sobre la interpretacin de algunas parbolas.

    La Iglesia primitiva, que conservaba la tradicin dela enseanza de Jess, conserv durante largo tiempola sensacin de vivir en una nueva era que responda

    a la declaracin del propio Jess: El reino de Diosha llegado a vosotros. Desde la predicacin apostlicas, en la medida fragmentaria en que nos es posibledescubrirla en los Hechos de los Apstoles, pasandopor las cartas de Pablo y la epstola a los Hebreos

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    La era del cumplimiento 129

    hasta el cuarto Evangelio, el testimonio de la Iglesiaes unnime en el sentido de que est viviendo en la

    era del cumplimiento 25. Dios ha actuado decisivamenteen la historia, y el mundo es un mundo nuevo.No obstante, la situacin de la Iglesia era diferente

    de la situacin en que Jess ense. Cuando los apstoles hicieron su primera proclamacin, pocas semanasdespus de la muerte de su Maestro, conservaban quizla sensacin de estar viviendo en la crisis que haban

    vivido durante su breve ministerio, aunque en un estadio posterior de la misma. Esperaban confiadamenteque todo el significado de la crisis se revelara ante losojos de todos en un plazo brevsimo. Pero con el pasode los meses y los aos la sensacin de crisis se fuedesvaneciendo. No todo lo que dijo el Seor se habacumplido. La comunidad juda no se haba venidoabajo, y el templo segua en pie. Durante aos, las

    cosas continuaron aparentemente como siempre habanestado. El Seor haba muerto y resucitado, y con losojos de la fe lo vean a la diestra de Dios; perodnde estaba la promesa de su venida entre las nubesdel cielo?

    En el curso del tiempo las mejores cabezas de laIglesia, bajo la gua de maestros como Pablo y el autor

    del cuarto Evangelio, llegaron a una interpretacinque haca justicia al significado profundo de la enseanza de Jess. Pero, entre tanto, los que tomabansus palabras al pie de la letra elaboraron una nuevaescatologa cristiana siguiendo las lneas de la tradicin apocalptica juda. Es la que hallamos sintetizadaen el pequeo apocalipsis de Me 13, reelaborado enMateo, y que llega a su cumbre en el Apocalipsis deJuan26. Se supone que en fecha futura (una fecha que

    25 Esta idea ha sido expuesta con gran fuerza por Hoskynsy Davey, The Riddle of the New Testament.

    26 En el siglo n, esta tendencia desemboc en el milenarismopopular, considerado por las mentes ms preclaras de la Iglesia

    9

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    130 La situacin en la vida

    la Iglesia, a finales del siglo i, segua esperando quellegara pronto) se reanudar el proceso escatolgico

    interrumpido. La gran tribulacin caer sobre la Iglesia; Jerusaln y el templo sern destruidos, y el Hijodel hombre llegar entre las nubes para juzgar. Mientras, la Iglesia tena que vivir en este mundo, y fueelaborando gradualmente una forma de vida que sehizo cada vez ms independiente de las esperanzasescatolgicas.

    Como resultado de esta evolucin se quebr la unidad y continuidad originaria del proceso escatolgico.Esa es la profunda y significativa diferencia entre laperspectiva de las palabras de Jess y la de la tradicin de su enseanza tal como ha pasado a nuestrosEvangelios escritos. Jess habl en y para un perodode intensa crisis; la tradicin se form en un perodode estabilidad y crecimiento de la vida comunitaria,

    concebido como un intervalo entre dos crisis: unapasada y otra por venir.En tales condiciones, la Iglesia, al buscar orientacin

    en la enseanza del Seor, tendera naturalmente areaplicar y reinterpretar sus palabras de acuerdo conlas necesidades de la nueva situacin, y esto de dosmaneras: 1) tendera a dar una aplicacin general ypermanente a las palabras que originalmente se diri

    gan a una situacin inmediata y particular27, y 2) ten-como excntrico en el mejor de los casos, especialmente cuandose asociaba al montaismo. La Iglesia adopt, en general, unapostura de compromiso. Acept la nueva escatologa, dejandoamplia libertad para interpretar su simbolismo, pero no intentfijar lmites cronolgicos sobre la base de 2 Pe 3,8. El acentoprincipal recaa en lo que haba sido hecho por la redencindel hombre en Cristo (la escatologa realizada de los Evangelios) y en su permanente presencia divina en la Iglesia, garantizada particularmente en el sacramento de la Eucarista.

    27 Como he dicho anteriormente (pp. 103s), no estoy de acuerdo con aquellos crticos para quienes Jess no intent dar unainstruccin tica de aplicacin general; pero s coincido con

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    Motivos del cambio 131

    dera a dar a las palabras que originalmente decanrelacin con la crisis histrica del pasado una aplicacin a la esperada crisis del futuro.

    Comparando los Evangelios entre s, podemos demostrar que estos dos motivos que, respectivamente, denominaremos homiltico o parentico2S yescatolgico actuaron durante el perodo en quefueron escritos los Evangelios, y es razonable suponerque se intensificaron durante el primer perodo de

    transmisin oral. Examinemos, pues, algunas parbolasen busca de la influencia de tales motivos.Tenemos un buen punto de partida en una parbola

    que aparece en Mt 5,25-26 y Le 12,57-59, y que podemos llamar parbola del demandado. Los dosevangelistas la han tomado, evidentemente, de unafuente comn. Las diferencias entre las dos versionesson pocas y meramente verbales. En la forma que leda Mateo, el pasaje es como sigue:

    Arrglate en seguida con tu adversario, mientras vas con l por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y

    ellos en que las que podramos llamar sentencias ocasionalesfueron a veces objeto de una aplicacin ms general. Un ejemplo notable es la invitacin a tomar la cruz. Seguramente esas

    palabras fueron pronunciadas para una ocasin particular, peroLucas (9,23), aadiendo el trmino cada da, la convirtien una norma de vida cristiana. No digo que esto sea legtimo.Digo tan slo que todo nos invita a pensar que Jess tenaen perspectiva una situacin muy particular.

    28 Por iniciativa de los estudiosos alemanes se ha introducido el trmino parnesis acomodacin del griego nw.-Qavsov; para designar la forma caracterstica que presentanlos preceptos ticos en los Evangelios sinpticos, las secciones

    morales de las epstolas paulinas y otras partes del NuevoTestamento. n

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    132 La situacin en la vida

    seas metido en prisin. Te aseguro que no saldrsde all sin haber pagado hasta el ltimo cntimo.

    Es claro que sta es una de las parbolas transmitidas sin aplicacin; ninguno de los dos evangelistas hahecho nada en este sentido. Sin embargo, los contextos en que han situado la parbola indican cmo entendan ellos que deba aplicarse.

    En Mateo forma parte del Sermn de la Montaa

    y, ms concretamente, de la seccin (5,17-48) en queJess critica diversos preceptos de la ley antigua y losreinterpreta, complementa o declara nulos. Se cita elprecepto no matars. Este aparece como insuficiente. La ley de Cristo prohibe tambin la ira y el desprecio. En el aspecto positivo, la reconciliacin con unhermano debe anteponerse incluso al culto divino.El nexo que introduce la parbola es la frase recon

    cilate con tu hermano (5,24). Pero qu sucedersi tu hermano es adversario tuyo en un pleito? Elmismo sentido comn dice que debes arreglarte enseguida con tu adversario. Es claro que, a juicio deMateo, la parbola enseaba la importancia de estarsiempre dispuesto y decidido a dar el primer paso pararemediar una desavenencia entre vecinos. En este sentido tiene cabida en el Sermn de la Montaa, quees, en realidad, una compilacin de mximas religiosasy morales, tomadas de la enseanza de Jess, paragua de los cristianos.

    Lucas presenta la parbola en un contexto distinto.En el pasaje precedente tenemos primero una seriede parbolas que ms tarde consideraremos en detallelos siervos vigilantes, el ladrn nocturno y los sier

    vos infieles y luego una breve parbola sobre el castigo de unos siervos desobedientes. Entonces viene lagran sentencia: He venido a traer fuego a la tierra,que introduce una descripcin de la disensin de lasfamilias. Todo esto gira en torno a la idea central de

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    Parbola del demandado 133

    una crisis que significa una prueba decisiva de las disposiciones de los hombres y determina su destino.

    Despus sigue la sentencia sobre los signos que presagian el tiempo, cuya finalidad en este contexto esindudablemente sugerir que los hombres deben tenerla suficiente agudeza para ver que la crisis est sobresus cabezas29. Luego sigue nuestra parbola.

    En este contexto, el nfasis recae claramente sobrela situacin en que se encuentra el demandado. Se le

    arresta por una deuda; en pocos minutos se hallarante el tribunal y ya no ser un hombre libre: seguirninevitablemente la sentencia y el encarcelamiento. Demomento est en libertad para actuar. Qu debe hacer? Lo dice el sentido comn: arreglar inmediatamente las cuentas fuera del tribunal. Es otra descripcin de crisis que muestra la urgente necesidad deactuar sin demora. Lucas ha sugerido la aplicacin

    de esta idea a la situacin a que aludan los versculosprecedentes con estas palabras: Por qu no juzgispor vosotros mismos lo que es justo?, es decir, tomando como base vuestro propio sentido de lo quees conveniente o siguiendo el ejemplo de la conductaexpuesta en la parbola, que es la de un hombre desentido comn. En todo caso, Lucas entiende que la

    parbola se refiere a la urgente necesidad de tomar lasoportunas medidas ante la tremenda crisis que l mismoha descrito.

    Pero si consideramos la parbola fuera de su contexto, tal como fue transmitida en la tradicin, estimaremos seguramente que Lucas se ha acercado ms

    25

    La parbola de la higuera como heraldo del verano (Me 13,28) tiene una finalidad semejante. Aunque esta parbola y lasentencia sobre los signos que anuncian cambios de tiemposon referidas por los evangelistas a los signos de la segundavenida en el futuro, resultan ms expresivas suponiendo queJess invitara a los hombres a reconocer la importancia de lasituacin en que se hallaban en aquel momento.

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    134 La situacin en la vida

    que Mateo a su significado primitivo. El acento norecae en la reconciliacin como tal. Sobre la impor

    tancia de la reconciliacin podemos hallar otros ejemplos ms ilustrativos que un caso en el que, despusde todo, se alude a ella de paso. Pero este caso poneparticularmente de relieve la increble necedad de unoshombres que, ante una enorme crisis, no son capacesde comprender que deben actuar ahora o nunca. Sitenemos en cuenta que la predicacin de Jess se centraba en la afirmacin de que el reino de Dios hallegado a vosotros, podremos concluir con razn quel pronunci la palabra con la intencin de que susoyentes la aplicaran a la situacin concreta en que sehallaban, frente a la crisis suprema de toda la historia.Esta fue la aplicacin original. Lucas, con bastantenaturalidad, aplica la misma leccin a los cristianosque aguardan la futura crisis de la segunda venida del

    Seor, mientras que en Mateo el motivo parenticoha puesto la parbola en un contexto completamentenuevo.

    Un ejemplo ms complicado es el enfoque que danlos distintos evangelistas a la breve parbola de la sal.Esta parbola aparece en los tres sinpticos. ComoMateo y Lucas coinciden en algunos detalles significativos frente a Marcos, podemos concluir razonablemente que la encontraron en una fuente comn independiente del mismo Marcos. La versin de este evangelista es la ms sencilla:

    La sal es buena; pero si la sal se vuelve inspida,con qu la sazonaris? (9,50).

    La comparacin entre Mateo (5,13) y Lucas (14,34-35) indica que en su fuente comn la parbola presentara la siguiente forma:

    Si la sal pierde su virtud, con qu se la salar?No sirve para nada; la tirarn fuera.

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    Parbola de la sal 135

    Tanto Mateo como Marcos sealan explcitamentela aplicacin que ellos aceptan. Lucas no ofrece nin

    guna aplicacin explcita, pero el contexto en que sitala parbola sugiere cmo la entenda.

    La aplicacin de Mateo (5,13) es la ms clara: Vosotros sois la sal de la tierra. La parbola se convierteas en una advertencia dirigida a los discpulos de Cristo. Sobre ellos pesa la solemne responsabilidad deejercer un influjo purificador y preservativo en todo

    el mundo: si no lo ejercen, habrn equivocado el objetivo de la vida y sern rechazados absolutamente porDios.

    La aplicacin de Marcos (9,50) se resume en estaspalabras: Tened sal en (o entre) vosotros y vivid enpaz unos con otros. El significado no es muy claro;de todos modos, la sal no es la comunidad cristiana,sino alguna cualidad que ella debe poseer y que, dealguna manera, est relacionada con la paz. Por esola parbola de la sal sirve para concluir una serie desentencias introducidas por una escena en la que losdiscpulos discuten sobre la precedencia30. Quiz noshallemos ante una alusin a la difundida idea de la salcomo smbolo de hospitalidad y, por tanto, de la permanente relacin de amistad que surge entre quienes

    han compartido mutuamente la sal. Esta aplicacin noparece demasiado feliz, pues lo esencial de la parbolaes la inutilidad de la sal que ha perdido su sabor, yprecisamente este punto es el que queda confuso enla aplicacin.

    30 Esta serie de sentencias es un tanto heterognea, y lasconexiones entre ellas son a veces frgiles, reducindose a larepeticin de una palabra clave. As, las sentencias de losvv. 42 y 43-47 parecen unidas simplemente por la presenciadel verbo oKavSaXt^Eiv. La referencia a IVQ en los w. 43 y48 lleva a la enigmtica sentencia del v. 49, 105 yag jiugluXw$y]oetai, y el verbo Xt,ew lleva a la sentencia sobre lasal. Pero parece claro que en las palabras ey_sxs iv iavxolc, fiXu-/.al Eorivt>T v aAXiXoic volvemos a la situacin del v. 34.

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    r a situacin en la vida

    136 'bola de la sal cierra una

    14 -\A. 3^> la p a t r e f i e r e n a l a s " S 1 " 0 8 3 5 ex i"

    En Le 14p4- q u e se x u d e s seguidores de Jessserie de sentencia ^ ^ everj ^ c o n s t r u c t o r q u e noscu^. v^ - a i c i s - . e i cunsixucior que nogencias planteada* ^ ?&tf>

    1e va a a g u e r r a c o n .

    e introducen las ^ v del r .?_u1

    parbolas s e " ^ ^ . ^ X mo l l u e g o "sigelacualquiera de v"" discip1-* si

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    "Parbola de la lmpara y el celemn 137

    cios de que Jess vea esa tragedia en el estado deljudaismo de su tiempo. No necesitamos preguntarnos

    si la sal de la parbola es el pueblo judo o su religin 31. El tertium comparationis es sencillamente elhecho lamentable de que una cosa buena y necesariaha sido irrevocablemente estropeada y destruida. Aplicada de este modo, la parbola est de acuerdo conotras sentencias de Jess. Viene a ser un agudo comentario sobre toda la situacin del momento. Los

    evangelistas, al haber perdido el sentido de ese momento, han empleado de diversas maneras la parbolapara dar una leccin o amonestar a la Iglesia de supoca.

    Es parecido el caso de la breve y notable parbolade la lmpara y el celemn. Tambin aqu nos hallamosante un pasaje contenido en Marcos y en la fuente

    comn de Mateo y Lucas. La versin de Marcos diceas:

    Acaso se trae la lmpara para ponerla debajodel celemn o debajo de la cama? No se trae paraponerla sobre el candelero? (4,21).

    La versin de Mateo (5,15) presenta esta forma:

    No encienden una lmpara y la ponen debajodel celemn, sino sobre el candelero, y as alumbraa todos los que estn en la casa.

    Es probable que la forma original de Q se asemejara a sta32.

    31

    La Tora es comparada con la sal en un pasaje del Talmud,citado por Strack-Billerbeck a propsito de Mt 5,13.32 La dos versiones de Lucas tienen variantes explicables.En 8,16, Lucas fusiona los textos de Marcos y Q y luego introduce la cama. En 11,33 alude al stano como posiblelugar de ocultamiento. En ambos pasajes dice que la lmparaes puesta sobre el candelero para que todos los que entranvean la luz. Es decir, imagina la lmpara colocada en el vest-

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    13 g La situacin en la vida

    Mateo es el nico que ofrece una aplicacin explcita de la parbola en estos trminos: De la misma

    manera brille vuestra luz ante los hombres, para quevean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestroPadre que est en los cielos. Esta mxima nos resultaun tanto sorprendente en boca de Jess si tenemos encuenta sus duras palabras sobre la conducta de quienesobran como justos para ser vistos por los hombres;adems, es muy parecida a la doctrina rabnica deaquel tiempo 33.

    En los otros dos Evangelios tenemos que deducirla aplicacin del contexto en que aparece la parbola.En Marcos est incluida en un pasaje introducido poruna pregunta de los discpulos sobre la naturaleza yfinalidad de las parbolas (4,10). A esta pregunta seresponde que la verdad sobre el reino de Dios es proclamada en parbolas, para que los extraos no laentiendan. Luego, a modo de ejemplo, se ofrece unainterpretacin de la parbola del sembrador. Y despus viene la parbola de la lmpara y el celemn,seguida de una sentencia que dice: Nada hay ocultosi no es con la intencin de que M llegue a manifestar-bulo de una casa de tipo grecorromano, como las casas dePompeya, que tienen en el vestbulo una hornacina para lalmpara. Mateo piensa en una casa galilaica de una sola estan

    cia, donde basta una sola lmpara para toda la familia. Sinduda, el stano es tambin una caracterstica de la casa msostentosa que imagina Lucas, mientras que en la casa rural,si se quiere esconder una lmpara, no hay otro lugar para elloms que debajo del celemn o quiz de la cama. El ovSejcaotiaiv Xvfyov de Mateo, que reproduce la forma pluralimpersonal que el arameo emplea en vez de la pasiva, tienems probabilidades de ser original que el O>8EIa

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    Parbola de la lmpara y el celemn 139

    se. Parece, pues, claro que para Marcos la lmpararepresentaba la verdad sobre el reino de Dios, la cual

    estaba oculta durante la vida de Jess, pero con laintencin ltima de que se revelara al mundo comouna lmpara sobre un candelero. Ni que decir tieneque esta conexin es artificial.

    En Le 8,16 el contexto es el de Marcos. Pero en11,33 la parbola tiene un contexto distinto. Aqu encontramos una serie de sentencias introducidas por las

    palabras: Esta generacin es una generacin perversa;busca un signo. El tema general es la idea de unaverdad evidente que no necesita signo alguno que laconfirme. Los ninivitas descubrieron la verdad en lapredicacin de Jons; la reina del medioda reconocila sabidura de Salomn, pues una lmpara colocadasobre un candelero alumbra a todos los que entran enla casa M. Para este evangelista, la lmpara representala verdad que brilla por su propia luz. Esto no pareceoriginal, pues sugiere una aplicacin poco coherentecon la idea de poner una lmpara debajo de un celemn, que es seguramente la idea central de la parbola.

    Es evidente que en la tradicin primitiva la parbola

    se transmiti sin ninguna aplicacin expresa. Cadaevangelista hizo con ella lo mejor que pudo, pero ninguna de las aplicaciones indicadas parece enteramentesatisfactoria. Fijmonos de nuevo solamente en la parbola. En ella se describe la inmensa necedad quesupone poner una lmpara encendida en un lugar donde resulta intil. En la situacin en que Jess hablaba,cul era el ejemplo ms saliente de tal necesidad?

    resultado de haberla entendido como pronombre relativo. Lapartcula tiene ambos significados.

    35 En el siguiente versculo hay un deslizamiento de significado: La lmpara del cuerpo es el ojo. Por tanto, la interpretacin de Lucas no es del todo coherente.

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    140 La situacin en la vida

    No era, a los ojos de Jess, la conducta de los jefesreligiosos de su tiempo, que, como l deca, cerraban

    a los hombres el reino de los cielos (Mt 23,13; Le 11,52) o, en otras palabras, les ocultaban la luz de larevelacin divina? M. Una vez ms, por tanto, pareceque nos hallamos ante una parbola que originalmenteera un amargo comentario sobre la situacin presente,pero que fue empleada por los evangelistas para ensear o amonestar a la Iglesia de su tiempo: o bien loscristianos deben manifestar con su buena conductala gloria de Dios, o bien ha llegado la hora de proclamar el misterio del reino de Dios, o bien, en general,la verdad brilla por su propia luz.

    Estos ejemplos bastan para probar que lo que hellamado motivo parentico ha llevado en algunoscasos a modificar la aplicacin original de las parbolas. En el ejemplo siguiente mostrar que este motivo

    es sustituido o complementado por el motivo esca-tolgico.

    La parbola de los talentos en Mateo (25,14-30) yla de las minas en Lucas (19,12-27) son evidentemente versiones variantes de la misma parbola. Dehecho, el nmero de palabras en que coinciden nobasta para afirmar con probabilidad que ambos evan

    gelistas emplearon la misma fuente prxima; adems,en el actual relato hay diferencias en virtud de lascuales parece que en los dos casos la percopa tuvouna historia en la tradicin antes de llegar a los evangelistas. No obstante, se trata sustancialmente delmismo relato.

    En el primer Evangelio, la parbola forma parte de

    la serie que sigue al discurso apocalptico, tomado deMarcos. El discurso se centra en el momento de la

    36 Ntese que la Tora es luz. C. Strack-Billerbeck, a propsito de Jn 1,1-4 (Kommentar II, 357).

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    Parbola de los talentos 141

    venida del Hijo del hombre en la gloria para una fechaque queda indeterminada, pero que se concibe como

    relativamente remota en el futuro, si bien tendr lugaren vida de la generacin presente. Mateo aade luegovarias sentencias para ilustrar lo intempestivo de lavenida: la sentencia sobre el diluvio de No, las parbolas del ladrn nocturno y de los siervos fieles einfieles. A continuacin pone la parbola de las diezvrgenes, que recalca nuevamente la sabidura de quien

    est preparado y la necedad de quien se halla desprevenido ante el gran acontecimiento. Despus siguela parbola de los talentos, que en este contexto intenta claramente referirse a la segunda venida y advertir a los seguidores de Cristo que, cuando l venga,pedir cuentas sobre la manera en que han asumidosus especiales responsabilidades.

    Lucas ha puesto a la parbola una breve introduccin donde se indica claramente la aplicacin que lse propona:

    Pronunci una parbola porque estaba cerca deJerusaln y ellos suponan que el reino de Diosaparecera inmediatamente.

    As se logra la atencin en la parte del relato quehabla del largo viaje emprendido por el dueo y desu regreso para pedir cuentas. La parbola pasa a ensear explcitamente una leccin sobre la dilacin dela segunda venida.

    Sin embargo, aparte de la aplicacin indicada enMateo por el contexto y en Lucas por la breve intro

    duccin, las dos versiones de la parbola aaden unaleccin. La forma que presenta en Lucas es la mssencilla:

    Al que tiene se le dar; y al que no tiene, aunlo que tiene se le quitar.

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    142 La situacin en la vida

    La forma que le da Mateo difiere ligeramente:

    A todo el que tiene se le dar, y tendr enabundancia; y al que no tiene, aun lo que tiene sele quitar 37.

    Al parecer, la primitiva fuente tradicional que sub-yace a las dos versiones presentaba la parbola conuna aplicacin en forma de mxima general. En unestadio muy anterior al que representan el primer

    Evangelio y el tercero, la punta de la parbola sevea no en la referencia a la segunda venida o a sudilacin, sino en el trato especfico de que fueronobjeto los siervos dignos e indignos.

    Pero es de notar que en Me 4,25 aparece la mismamxima como sentencia independiente. Difiere de laredaccin lucana slo en su forma gramaticalM, que refleja ms claramente el influjo de un original arameo 39.En este contexto Lucas ha copiado a Marcos con unasdiferencias insignificantes, mientras que Mateo ha introducido otra vez sus palabras adicionales.

    Teniendo, pues, en cuenta que exista una tendencia a convertir en mximas generales para gua de la

    37 La gramtica un tanto violenta de Mateo es probable

    mente ms original, pero l ha aadido las palabras jravxl yjcal JtEQiaasudriaeTai,. El original comn es fcil de reconstruir.38 "O? Y

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    Parbola de los talentos 143

    Iglesia las sentencias de Jess que haban sido pronunciadas a propsito de una situacin particular, ya

    no podemos estar seguros de que la leccin aadidaen la primitiva fuente tradicional a la parbola de lostalentos sea original. As como Mateo hall en la parbola del demandado una exhortacin a la reconciliacin y Lucas hall en la parbola de la lmpara y elcelemn una ilustracin de que la verdad brilla por supropia luz, as tambin, en un estadio primitivo, la

    parbola del dinero confiado se empleaba para ilustrarla mxima de que un hombre que posee capacidadespiritual puede aumentarla por medio de la experiencia, mientras que un hombre que no la posee degenerar, con el paso del tiempo, en una condicin peor.Dada la multiplicidad de testimonios, es totalmenteseguro que la mxima forma parte de las sentenciasoriginales de Jess; pero la aplicacin original se ha

    perdido sin remedio. De todos modos, la parbola deldinero confiado no es una ilustracin perfecta de dichoprincipio. El hombre que escondi el dinero fue privado de l no porque tuviera poco, sino porque nohaba aumentado lo que tena, lo cual es muy diferente.

    Por tanto, debemos suponer una versin an ms

    antigua de la parbola en la que, como en tantas parbolas de Jess, no tuviera una leccin o aplicacinexpresa. Tomemos, pues, el relato en s mismo e intentemos ponerlo en relacin con la situacin realde la vida de Jess. Procuraremos reconstruir el relatohasta donde sea posible a base de los elementos queson comunes a Mateo y Lucas, prescindiendo de las

    elaboraciones que son peculiares a uno u otro evangelista.Un hombre llam a sus servidores, les confi unas

    sumas de dinero y se march. Ms tarde regres y losllam para pedirles cuentas. Dos de ellos haban aumentado notablemente su capital y fueron alabados.

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    144 La situacin en la vida

    Un tercero confes que haba temido arriesgar el dinero de su seor y lo haba guardado cuidadosamente;

    entonces devolvi la suma exacta que haba recibido.Se supone que esperaba ser alabado por su cautela yestricta honradez. Pero el dueo replic (y aqu llegaal mximo la coincidencia entre las dos versiones):Siervo malvado! Sabas que soy un hombre exigenteen los negocios. Debas haber invertido mi capital, yluego yo lo habra retirado con intereses. Acto segui

    do, el tercer servidor queda privado de su dinero, quees entregado a su colega ms emprendedor. Ah termina el relato, segn nos es posible reconstruirlo ensu versin ms antigua.

    Parece evidente que el inters se centra en la escenade la rendicin de cuentas y en particular en la postura del servidor precavido, cuya confiada complacen

    cia recibe tan dura repulsa. Los detalles del relatoestn subordinados a este dramtico climax. El viajedel dueo es necesario para procurar un intervalodurante el que los servidores puedan demostrar suvala. En s no tiene inters alguno. Todo est orientado a destacar la figura del servidor escrupuloso queno afrontar riesgos. Es su conducta lo que han dejuzgar los oyentes de la parbola. Se trata de un hombre que, disponiendo de dinero, no se arriesga aperderlo en un inversin, sino que lo guarda en uncalcetn. Una persona, pensamos nosotros, exageradamente precavida y cobarde, demasiado cautelosa y tmida para destacar en nada. Pero hay ms: el dineropertenece a otra persona y le fue confiado para que loinvirtiera. Su exagerada precaucin adquiere as un

    matiz ms sombro. Equivale a una prevaricacin. Esehombre es un siervo intil, un granuja incapaz. Estees el juicio que la parbola se propone arrancar.

    A quin, segn esto, hay que aplicar el juicio?Para responder a esta pregunta debemos situarnos enla posicin de los oyentes de Jess, los cuales slo po-

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    Parbola de los talentos 145

    dan hallar una clave para entenderle en su propia experiencia y en el mbito de sus propios conocimientos.

    Supuesto que no debemos buscar en los hechos histricos ninguna correspondencia con los detalles delrelato, podemos recordar que en el Antiguo Testamentoy en la prctica juda la relacin de Dios con Israelse presentaba tan constantemente como la de un seor con sus siervos que cualquier oyente de laparbola buscara casi inevitablemente una interpretacin en ese sentido. Entonces, quin es el siervo de

    Dios al que se condena por una exagerada precaucinque equivale a una prevaricacin? Yo dira que setrata de ese judo piadoso al que tanto critican losEvangelios. El busca su seguridad personal en una minuciosa observancia de la ley. Construye una cercaen torno a la ley y paga el diezmo de la menta, el ansy el comino para hacer mritos delante de Dios. Todoeso dice lo he observado desde mi juventud;

    ah tienes lo que es tuyo. Mientras tanto, por unapoltica de exclusivismo egosta, convierte la religinde Israel en una magnitud estril. El pueblo sencillo,los publcanos y los pecadores, los gentiles, no se benefician de la observancia farisaica de la ley, y Dios nopercibe intereses de su divino capital.

    La parbola *, creo yo, buscaba que esas personas

    vieran su conducta sin paliativos. Son gente que noda a Dios lo que es suyo; le defrauda. El judaismode aquel entonces dice el doctor Klausner41 no tena otra ambicin ms que salvar a la pequea nacin,custodia de grandes ideales, del naufragio en el pilagode la cultura pagana. Suponiendo que fuera as, parece un objetivo legtimo. Pero desde otro punto devista, no se podra decir que eso es como esconder

    un tesoro en un pauelo? Abandonar la escrupulosa

    " Cf. Cadoux, op. cit., 106ss.11 Jess of 'azareth, 376.

    10

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    146 La situacin en la vida

    disciplina del farisesmo entraaba, sin duda, ciertoriesgo. Ese fue precisamente el riesgo que aceptaron

    los primeros cristianos, y lo aceptaron por inspiracinde su Maestro. Como sugiere la parbola, es el riesgoque implica toda inversin de capital; pero sin el riesgo de la inversin el capital permanece estril. Noshallamos, al parecer, ante una certera aplicacin de laparbola que brota directamente de la situacin histrica.

    Si esta argumentacin es vlida, podemos rastrear

    en la historia de esta percopa particular de los Evangelios tres estadios. En primer lugar, Jess narra laparbola aludiendo claramente a la situacin actual.Ms tarde, la Iglesia primitiva la emplea con finalidadparentica, aplicndola para ilustrar la mxima al quetiene se le dar. Fue en este estadio cuando quedfijada en la tradicin la forma de la parbola subya

    cente a Mateo y Lucas. La lnea de tradicin presenteen Mateo experiment ulteriores retoques parenti-cos. Las cantidades de dinero entregadas a los tresservidores son presentadas ahora con cierta gradacina fin de que la parbola ilustre la diversidad de doteshumanas *

    2.

    En el tercer estadio, el motivo parentico fue sustituido o completado por la preocupacin escatol-gica. El regreso del dueo significa la segunda venidade Cristo, y la parbola se halla en vas de convertirseen alegora. En Mateo, el siervo intil no slo es privado del dinero que no hizo fructificar, sino que esarrojado a las tinieblas exteriores, donde habr llantoy crujir de dientes. El ajuste de cuentas del dueocon sus criados se ha convertido en el juicio final. En

    Lucas, la alegora llega ms lejos, siguiendo lneas diferentes. El dueo pasa a ser un hombre noble que

    42 El Evangelio segn los Hebreos presenta un desarrolloparentico distinto.

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    Parbola de los talentos 147

    va a un pas lejano para recibir un reino "3. Es Cristo,que sube al cielo para volver como rey. Despus de

    exigir cuentas a sus siervos, el rey da muerte a susenemigos. Se trata asimismo de Cristo, que, cuandovuelva como juez, destruir a los malvados. Para ponerfuera de toda duda la referencia a la segunda venida,la parbola es introducida ahora por una afirmacinen el sentido de que fue pronunciada porque, en opinin de algunos, el reino de Dios aparecera inmediatamente (siendo as que, como crea la Iglesia de entonces, pasara mucho tiempo antes de la segunda venidadel Seor).

    El estudio de esta parbola nos ha mostrado hastaqu punto los sucesivos intereses de la Iglesia han alterado sutilmente la aplicacin, dejando intacta lasustancia del relato. Podemos suponer fundadamenteque lo mismo ha sucedido en otros casos en que no

    es quiz tan claro el curso de la evolucin.

    45 Se ha sugerido reiteradamente que el relato est influidopor reminiscencias de las relaciones de los prncipes herodianos,especialmente Arquelao, con Roma. Pero la intencin es alegrica.

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    CAPITULO V

    PARBOLAS DE CRISIS

    Hay un notable grupo de parbolas que, en su forma actual, se refieren directamente a la esperada segunda venida de Cristo y recomiendan que cada cualest preparado para la crisis venidera. Es en estas parbolas donde se suele buscar y encontrar apoyopara la idea, que considero equivocada, de que Jessanunci un perodo de espera entre su muerte y resurreccin y su venida gloriosa. El grupo comprendelas parbolas de los siervos fieles e infieles, los siervosvigilantes, el ladrn nocturno y las diez vrgenes.

    Estas parbolas, tal como han llegado hasta nosotros, aparecen en contextos donde se exhorta a lapreparacin, la vigilancia, la atencin continua. Talesexhortaciones forman parte de la parnesis de la Iglesia primitiva. En el escrito cristiano ms antiguo queposeemos (tal es mi opinin), la primera carta a losTesalonicenses, hallamos el siguiente pasaje:

    Vosotros mismos sabis perfectamente que el dadel Seor vendr como un ladrn nocturno. Cuandodigan: 'Paz y seguridad', entonces, de repente, vendr sobre ellos la destruccin, como los dolores departo a la mujer encinta, y ciertamente no se librarn. Pero vosotros, hermanos, no estis en tinieblasde modo que ese da os sorprenda como ladrn.Porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijosdel da. No pertenecemos a la noche ni a las tinieblas. No durmamos, pues, como otros, sino vigilemos y seamos sobrios. Porque los durmientesduermen de noche, y los borrachos se emborrachande noche; nosotros, en cambio, que pertenecemosal da, seamos sobrios (5,2-8).

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    Parnesis de la Iglesia primitiva 149

    Como Pablo dice que esto es familiar a sus lectores,podemos suponer que tales exhortaciones formabanparte de la instruccin que l sola dar a sus convertidos. Comparemos ahora el siguiente pasaje, que Lucas ha aadido al discurso apocalptico tomado enMarcos:

    Cuidad que vuestros corazones no se hagan pe- -sados con orgas, embriagueces y cuidados munda

    nos, y el da os llegue como un lazo. Porque vendrsobre todos los que moran en la faz de la tierra.Estad despiertos 1, orando en toda ocasin para tener fuerza y escapar a todo lo que va a venir ypara permanecer en pie ante el Hijo del hombre(21,34-36).

    La semejanza general de los dos pasajes es sorpren

    dente y afecta incluso al lenguaje2

    . Es imposible quePablo copie del Evangelio. S es posible que el evangelista hubiera odo a Pablo proclamar esa doctrina 3 .Lo probable es que ambos pasajes sean reflejo de la

    1 Parece necesario llamar la atencin sobre una ambigedadde la lengua inglesa. La palabra watch tiene la misma etimologa que wake (despertar, estar despierto, vigilar) y antiguamente significaba lo mismo. Pero en el uso corriente de hoy,watch es observar, estar atento a, estar en guardia: corresponde a verbos griegos como dscopslv, jrapaTTiQEtakxi, (puWmrsiv.Pero en los pasajes aludidos no aparecen estas palabras, sinoYQTiYoggv y ajQVTivsiv, las cuales significan estar despierto,vigilar con el matiz de permanecer alerta. El cambio semntico de la palabra inglesa watch da lugar a traducciones disparatadas.

    2 En 1 Tes, altpvSioi; ... moTarai ... o ixr\ '/.(pvymaiv

    ... r| rijiga ... yQr\yoQ&[itv ... iie&vaxiiBvoi ... [leftvovoiv.En Le, ji&ri - - fcnoTfj

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    150 Parbolas de crisis

    predicacin cristiana primitiva, al menos en la misinde los gentiles.

    Un lenguaje parecido se nos presenta en otras cartaspaulinas, especialmente en Ef 5,8-14:

    En otro tiempo fuisteis tinieblas, pero ahorasois luz en el Seor. Comportaos como hijos de laluz... y no tengis nada que ver con las obras estriles de las tinieblas... Por eso se dice:

    Despierta t que duermesy surge de entre los muertos,y Cristo brillar sobre ti.

    Esta cita de lo que parece ser un himno de la Iglesiaprimitiva muestra que nos hallamos no ante la doctrina de un individuo, sino ante unas ideas corrientesen esa Iglesia. El cristiano es alguien que est plena

    mente despierto; la vida de pecado es un sueo. Nosvienen a la memoria algunas exhortaciones morales deobras contemporneas pertenecientes a religiones nocristianas. As, en el tratado hermtico llamado Poi-mandres leemos:

    Oh pueblos, hombres nacidos de la tierra, queos entregis a la embriaguez, al sueo y a la igno

    rancia de Dios, abandonad las orgas bajo la seduccin de un sueo irracional... Apartaos de una luzque es tiniebla 4.

    4 Corpus Hermeticum I, 27. Ntense las palabras \iir\ xalCjtvcp, xgauraXayvrec;, TOC OXOTBIVOVtpox?, que recuerdan laconexin del sueo y la embriaguez en 1 Tes 5 y Le 21 (ascomo en Rom 13,11-13), el empleo de KQaaiakr\ en Le 21 yel contraste de la luz y las tinieblas en 1 Tes y Rom 13,Cf. tambin Corpus Hermeticum VII, 1-2, y mi libro TheBible and the Greeks, 183-186 Asimismo, en los Testamentosde los Doce Patriarcas el espritu del sueo es un espritude jttvT) y cpovxaaa, y est asociado (avv&nxexai) con losespritus de falsedad, arrogancia, injusticia, fornicacin, etc.(Testamento de Rubn 3,1-7: Charles sospecha que haya hab-

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    Los siervos fieles e infieles 151

    As, pues, la exhortacin a despertar del sueoparece haber sido una especie de lugar comn de los

    moralistas de la poca. La peculiaridad de la doctrinarepresentada por los referidos pasajes de la primeracarta a los Tesalonicenses y del tercer Evangelio es laintroduccin del motivo escatolgco5. La razn deesa vigilancia es la certidumbre de la segunda venidade Cristo y la incertidumbre de su fecha. No sabemossi esta doctrina proceda directamente de la enseanza

    de Jess; lo cierto es que era corriente en la Iglesia.Pablo la presenta en nombre propio, y Lucas la poneen labios de Jess. En estas circunstancias era de esperar que todas las parbolas de Jess que parecan prestarse a tal efecto fueran aplicadas en dicho sentido.El ejemplo de la parbola del dinero confiado, quehemos considerado antes, nos indica que este tipo deaplicacin no es necesariamente lo que se intent al

    principio.Tras este prlogo podemos entrar en las parbolas

    que ahora nos interesan.Podemos empezar por la parbola de los siervos

    fieles e infieles. La encontramos en Mateo (24,45-51)y en Lucas (12,42-46) con tan sorprendente identidadde lenguaje y tan pequeas variantes que no hay difi-

    do una interpolacin despus que los Testamentos fueron traducidos al griego; pero esto no tiene importancia para nuestroobjetivo).

    5 Obsrvese con qu sutileza pasa Pablo de la idea del dadel Seor a la idea de da en oposicin a noche, esdecir, luz en oposicin a tinieblas, en un sentido que seasemeja a la doctrina de los escritos hermticos. En el pasaje

    de Efesios se parte de lo que es comn al cristianismo y a ladoctrina helenstica, slo que la idea de resurreccin sustituye a la idea de consecucin de la inmortalidad. Esto escaracterstico. El hecho de que el cristiano resucite de entrelos muertos se sigue de la escatologa realizada de los Evangelios. Ha llegado el reino de Dios, ha llegado la edad futura,se ha realizado la vida de la edad futura.

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    152 Parbolas de crisis

    cuitad en reconocer qu forma tena originalmente lapercopa en Q. En esta forma no presentaba una apli

    cacin explcita. El solo contexto indica el sentido quele dieron los evangelistas. La parbola, como muchasotras, comienza con una pregunta; comienzo que denuncia la intencin esencial de la parbola: arrancarde los oyentes un juicio.

    Quin es el siervo6 fiel y prudente a quiensu seor puso7 al frente de su servidumbre para

    darles la comida a su tiempo? Dichoso el siervoa quien su seor, al llegar, encuentre as. Os aseguro que lo pondr al frente de toda su hacienda.Pero si el siervo malvado dice para s: 'Mi seortarda en llegar' y se dedica a golpear a sus compaeros y a comer y beber con los borrachos, el seordel siervo vendr el da en que l no lo espera y

    ; en el momento que l no sabe, y lo partir en dos 8

    y dispondr su suerte con los infieles9

    .

    6 A0CX05 en Mateo, oixovnos en Lucas; pero, fuera deaqu, SOTJ^OC; en ambos. La funcin del siervo es la de olxo-vjxo?.

    7 Kaxaxr\mv en Mateo, aaxnaxr\oei en Lucas. En otros lugares de ambos los verbos van en futuro, pero es lgico queel verbo que indica la situacin a partir de la cual se desarrolla

    todo el relato vaya en pasado.8 Sx,xoxo\xr\

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    Los siervos fieles e infieles 153

    En el relato, el viaje y el regreso del seor no sonobjeto de ningn nfasis. Es simplemente un elemento

    dei desarrollo dramtico, necesario para presentar elcuadro deseado. El nfasis recae en la opuesta conductade dos personas colocadas en el mismo cargo. Una cumple fielmente el deber que le ha sido asignado; la otraprevarica dejndose llevar de sus instintos. Es claramente esencial que en ambos casos las acciones que danlugar a la reaccin del seor se realicen en ausencia

    de ste. Y preguntamos: Qu intentara sugerir esadescripcin a los oyentes de Jess, que no saban nadade una larga dilacin de su segunda venida? Estabanfamiliarizados con la idea de Israel como siervo delSeor 10 y, en particular, de algunas destacadas figurasde la historia de Israel jefes, gobernantes y profetas como especiales siervos suyosu . Seguramente

    pensaron en algunas personas que ocupaban por entonces una posicin anloga: los sumos sacerdotes ylos escribas que se sentaban en la ctedra de Moiss u (Mt 23,2). La parbola parece, pues, ridiculizara los jefes religiosos de los judos como siervos infielesa Dios, exactamente igual que en otra parbola se lesridiculizaba como prfidos viadores y como siervosintiles en la parbola del dinero confiado. En staque consideramos se atiende directamente a la situacincontempornea de Jess. Cuando aquella situacin

    as, entonces la frase es claramente una adicin alegorizante,pues los vxoxQixa no estn representados en el relato. Encambio, anoxwv es ciertamente original: toda la parbola secentra en el contraste jiioTs/ajua-co?.

    10 Vase The Bible and the Greeks, 9-11; cf. Sal 136,22;Is 41,8, etc.

    11 Abrahn, Moiss, David, Exequias, Zorobabel, los profetasAjas, Isaas y Jons y otros personajes son designados con estetrmino. En hebreo, lebed; en griego, hovkoc, o ra?.

    12 Mi siervo Moiss es un ttulo honorfico, y Moiss espor antonomasia el siervo fiel de Yahv (Nm 12,7).

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    hubo pasado, la Iglesia, con toda naturalidad y no pocalegitimidad, la reaplic a su nueva situacin.

    La parbola de los siervos vigilantes, que apareceen Marcos y en Lucas, presenta un complicado problema. El pasaje de Le 12,35-38 es como sigue:

    Tened ceidos los lomos y encendidas las lmparas, y sed como hombres que aguardan a que suseor vuelva de la boda, a fin de abrirle tan prontocomo llegue y llame. Dichosos los siervos a quienes

    su seor, cuando llegue, encuentre despiertos. Osaseguro que se ceir, los har sentarse a la mesay se pondr a servirles 13. Aunque venga en la segunda vigilia o incluso en la tercera, si los hallaas, dichosos ellos.

    El correspondiente pasaje de Me 13,33-37 presentala siguiente forma:

    Prestad atencin: estad despiertos, porque nosabis cundo ser el momento; como un hombreque abandon su casa y sali de viaje: dio atribuciones a sus siervos, asignando a cada uno su tarea,y mand al portero que permaneciera despierto.Estad, pues, despiertos, porque no sabis cundovolver el dueo de la casa, si al atardecer, o a

    media noche, o al canto del gallo, o al alba; no seaque venga y os encuentre dormidos. Y lo que osdigo a vosotros se lo digo a todos: estad despiertos.

    Aunque los dos pasajes son diferentes, tienen unabase comn: la descripcin de los siervos, en una am-

    13 Este uso de Sw/.ovsv, que es peculiar de Lucas, recuerdael iym lu ev v\iiv iq Siaitoviv de Le 22,27'. Puede habersido sugerido por esta sentencia, que aparece tambin enMe 10,45 de forma un tanto diferente, pero conservando elverbo Surntovev. En ese caso es un rasgo alegorizante.

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    plia servidumbre, que esperan a su seor ausente, elcual puede volver a cualquier hora de la noche. El

    hecho de que las divisiones de la noche sigan en Marcos el cmputo romano y en Lucas el judo, no debilitan la conclusin de que ambas versiones responden auna misma parbola original. Podemos suponer queLucas ha conservado el clculo original, mientras queMarcos lo ha traducido en atencin a su auditorioromano; pero el cmputo romano era tambin muy

    conocido en Palestina. Adems, en ambos casos la primera obligacin de los siervos es permanecer despiertoso, con una expresin corriente, pasar la noche en claro.

    Este ncleo es ampliado de diversas formas en losEvangelios. En Lucas, el seor ha ido a una boda. Estorecuerda la situacin de la parbola de las diez vrgenesen Mateo, aunque aqu no se dice que el seor seael novio. Adems, la alabanza de los siervos buenosrecibe una expresin un tanto forzada en el doble dichosos, que recuerda el lenguaje de la parbola delos siervos fieles e infieles y puede haber sido influidapor ella.

    La parbola se aplica con estas palabras: Sed comohombres que aguardan a su seor; y se amplifica enla sentencia introductoria: Tened ceidos los lomos y

    encendidas las lmparas. La primera frase de estasentencia es un tpico de la exhortacin moral14, mientras que la segunda nos recuerda la parbola de lasdiez vrgenes tal como aparece en Mateo; en la parbola no se dice nada de lmparas, si bien no se concibe pasar una noche en vela sin ninguna luz. Es bastante claro que Lucas, o el autor inmediato a l, ha

    entendido la parbola en el sentido de un mandato alos discpulos de Cristo para que estuvieran atentos asu segunda venida; y es igualmente claro que para

    14 Cf. 1 Pe 1,13. La expresin est tomada del Antiguo Testamento; cf. Job 38,3; 40,7; Jr 1,17.

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    Lucas las sucesivas vigilias de la noche aluden a lalarga dilacin de esa venida, que estaba produciendoangustias y temores en la Iglesia. En cuanto a la exhortacin introductoria, podemos considerarla con todaseguridad como un elemento homiltico que originalmente no formaba parte de la parbola. La frase sedcomo hombres que aguardan a su seor pudo constituir la introduccin original de la pieza. De ser as,quedara otra pregunta: a qu personas se dirige la

    parbola? Segn el evangelista, es obvio que a la Iglesia expectante; pero no sabemos cul sera el auditorio originario, si lo fueron los dicpulos de Jess oel pblico en general.

    En Marcos los detalles del relato han sido elaborados de otro modo. El comienzo como un hombre quesali de viaje y dio atribuciones a sus siervos parece

    una reminiscencia del comienzo de la parbola deldinero confiado en la versin de Mateo: Como unhombre que sali de viaje: llam a sus siervos y lesentreg su hacienda. Mientras en Lucas se esperaque permanezcan despiertos todos los siervos en bloquepara responder a la llamada de su seor, en Marcostienen diferentes obligaciones, y el portero tiene lamisin exclusiva de permanecer despierto para abrir