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    Nmadas. Revista Crtica de Ciencias Sociales y Jurdicas| 32 (2011.4)

    EMUI Euro-Mediterranean University Institute | Universidad Complutense de Madrid | ISSN 1578-6730Publicacin asociada a la Revista Nomads. Mediterranean Perspectives| ISSN 1889-7231

    LLAASS PPRROOPPUUEESSTTAASS DDEE IIAANN HHAACCKKIINNGG YY JJUUDDIITTHH BBUUTTLLEERR SSOOBBRREELLOO SSOOCCIIAALLMMEENNTTEE CCOONNSSTTRRUUDDOO.. EELL CCAASSOO DDEE LLAA JJUUVVEENNTTUUDD

    EENN LLAA MMIIRRAADDAA SSOOCCIIOOLLGGIICCAAGGaassttnn BBeecceerrrraaUniversidad de Buenos Aires

    Resumen: Se presentan las propuesta de Ian Hacking y Judith Butler en torno al carcterconstruido de las clasificaciones sociales y su relacin con los sujetos sociales que las componen,as como tambin la dinmica de construccin de las mismas en clave crtica. Los lineamientosepistemolgicos relevados sobre el construccionismo en ciencias sociales son utilizados paraexplorar los consensos bsicos de los estudios sociolgicos en torno a la categora de juventud.Haca el final del artculo y a modo de excurso se proponen algunas lneas de estudio para elconstruccionismo social en clave de la teora general de sistemas sociales de Nikas Luhmann.

    Palabras c lave: Ian Hacking, Judith Butler, construccionismo y constructivismo social, NiklasLuhmann, sociologa de la juventud

    On I an Hacki ngs and Judith But lers social construct ivism. The case ofyouth in the sociological studies

    Abstract: The purpose of this paper is to present Judith Butlers and Ian Hackings considerationsin relation to the constructed nature of social classifications and their relationship with the socialsubjects that are classificated, as well as the dynamics of these constructions in a critical key.These authors epistemological guidelines are used to explore the basic consensus in sociologicalstudies about the category of youth. Towards the end of the document -as an excursus- a fewexploration guidelines are proposed connecting Ian Hacking and Niklas Luhmann.

    Keywords: Ian Hacking, Judith Butler, constructuvism & social constructions, Niklas Luhmann,sociology of youth

    Introduccin

    Al acercanos al enfoque constructivista o construccionista en ciencias socialesconstatamos la convivencia de varias posturas heterogneas cuyo matices seenfrentan en lo epistemolgico, metodolgico y terico (Retamozo, 2011). Sinembargo, Nightindale y Cromby (1999:3-6) destacan cuatro aspectos positivosque nuclean a los construccionistas: la primaca por los procesos sociales (msque la centralidad de los productos), la especificidad de lo histrico y cultural, elconocimiento ligado a la accin y a los propsitos, y finalmente, apertura a unapostura crtica. Los cuatro aspectos son centrales en la obra de los filsofos que

    http://dx.doi.org/10.5209/rev_NOMA.2011.v32.n4.38054

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    indagaremos en el presente trabajo y a quienes podemos ubicar en el mapa delconstructivismo siguiendo la huella de los trabajos arqueolgicos de Foucault: elcanadiense Ian Hacking y la norteamericana Judith Butler. Ambos autores han

    trabajado en sus campos con la construccin social de distintos fenmenos a lavez que comprometidos por prcticas emancipatorias (por ejemplo, enfermedadesmentales en el caso de Hacking; identidades y prcticas sexuales en el caso deButler) a la vez que han profundizado el debate epistemolgico en torno a laposicin constructivista. stos ltimos aportes son relevados en el presentetrabajo a fin usarlos como criterios de anlisis con respecto al estado del arte de lasociologa de la juventud.

    La propuesta de Ian Hacking para el construccionismo social

    Con el trmino de construcciones sociales, el filsofo canadiense Ian Hacking serefiere a ciertos tipos de clasificaciones y agrupamientos que se aplican sobresujetos, objetos y experiencias. Su anlisis parte de detectar discursos socialesque den por supuesto o inevitable a una de estas clasificaciones. Su crticaconsiste en desenmascarar que dicha clasificacin es contingente y producto deuna historia social, y en la especificidad en cmo las mismas interactan con larealidad social.

    Al centrarse en las clasificaciones como lo socialmente construdo, Hacking trataprimariamente con un objeto de corte epistemolgico: las ideas. Cabe aclarar quesi bien las ideas son constructos abstractos, sus extensiones son objetos en elmundo. La ontologa de Hacking divide as: ideas (conceptos, clasificaciones,

    agrupamientos, clases, creencias), objetos (personas, experiencias, acciones,relaciones, elementos observables e inobservables - e incluso entidadesontolgicamente subjetivos y epistemolgicamente objetivos) y palabrasascensor (metalenguaje utilizado para referirnos a lo que conocemos del mundo,como verdad, hechos, realidad). Las ideas no se dan en el vaco (lo queubicara a Hacking en la lnea del nominalismo puro) sino que se gestan ydesarrollan en matrices, marcos sociales en las que se debaten y se enfrentancon otras ideas: instituciones, simbologas, prcticas profesionales,infraestructuras, es decir, en el plano de la cruda materialidad.

    Veamos el esquema de Hacking en un primer ejemplo: Ana es una muchacha queatraviesa la adolescencia. Se espera que Ana, como una joven sana, tenga

    expectativas claras tendientes a la maternidad y a la formacin de una familia (enoposicin a una sexualidad activa no vinculada a la procreacin). Ana es unproducto de su historia personal y familiar, as como de la interaccin entre lacultura de su tiempo, sus condicionantes sociales y sus decisiones personales;ningn construccionista (tampoco Hacking) dira que Ana es una construccin, oen ltima instancia, dirn que Ana -en tanto persona concreta- sera unaconstruccin indirecta. Por otro lado, la categora de joven sana a la que Ana seve sujeta es plausible a la crtica construccionista, en los trminos de Hacking(2001;26-35,48-57) porque:

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    a. es un discurso que en cierto contexto social se da por supuesto o inevitable[cabe constatar la obviedad de que las categoras funcionan en trminos deexpectativas y que las mismas siempre son supuestas, es decir, dichos discursos

    son relativo al sentido comn y como tal -en clave de Laclau- plausibles al anlisisde hegemona], escondiendo su carcter contingente,

    b. ya que no est determinado por la naturaleza [que Ana debiera comportarsecomo una joven sana (se entiende que tal discurso se fundamenta en unesencialismo de la juventud y de la mujer que propone categoras universalesbasadas en su desarrollo fisiolgico)],

    c. por eso tal discurso es bastante malo [o al menos podramos decir que alimponer un estilo de vida a Ana cohibe sus opciones en tanto agente moral],

    d. por lo tanto sera deseable que dicha construccin fuese eliminada omodificada radicalmente.

    La construccin de la joven sana en tanto una persona que debe mantener bajocontrol sus impulsos sexuales no es una idea generada en abstracto sino queresponde a la escuela de pensamiento psicolgico de Ana Freud (Alpzar, Bernal,2003:4) que podramos suponer que tiene fuertes ecos en una sociedad en la quepesan la diferenciacin de gneros y los roles tradicionales de la familia nuclear.Dicho mbito social y cientfico (con sus institutos, sus profesionales, sus teorasdivulgadas en la sociedad, sus smbolos culturales...) seran parte de la matriz quegestan la idea/clasificacin de la joven sana.

    La clasificacin no queda en el mundo de las ideas sino que opera sobre elclasificado, reificndose. Volviendo a nuestro ejemplo: Ana, en tanto sujeto a la

    que se interpela con la categoria de joven con una normativa de gnero, se verella misma construida en tanto esa joven ideal. Quienes pongan en marcha dichaconstruccin sern los agentes del aparato biomdico que conforman la matrizoriginaria de dicha clasificacin (por medio de sus recursos institucionales uoperaciones menos sutiles como la coaccin y el disciplinamiento) y otros agentessociales que se hace eco de dicho discurso (por medio de pautas culturalesdivulgadas a la sociedad). Sin embargo, Ana -por su parte- puede anticipar elcomportamiento que se espera de ella, tanto a fin de acatarlo y evitar untratamiento correctivo como para oponerse acentuando un comportamientodisruptivo, forzando los lmites de la clasificacin, o tomando acciones culturales ypolticas en contra de la misma.

    As tambin los sujetos clasificados interactan con la clasificacin en una relacinde influencia hacia ambos lados (y no slo de ciertos sectores de poder hacia laclasificacin). El actor en Hacking es capaz de tomar control sobre el propiodestino apropiandose de las categoras mismas que se les aplican (2001:103).Hacking denomina a dichos fenmenos, propios de las ciencias humanas, clasesinteractivas.

    Su postura (en ste trabajo y en aquellos que comprenden a su obra desdemediados de los 90) se inscribe en el nominalismo dinmico. Ubicarnos endicha corriente nos obliga a comenzar por una breve distincin de las lasposiciones del realismo / nominalismo (previa aclaracin de que ambas corrientes

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    comprenden en su interior un abanico de posiciones y versiones). La posturarealista sostiene que hay una existencia de los fenmenos y las cosasindependientes de nuestro modo de conocerlas. En lo que respecta a las

    clasificaciones, los gneros y especies, sta consistira en el hecho de quediferentes objetos puedan describirse como teniendo una caracterstica x ha deexplicarse sealando que hay una entidad x, diferente de los objetos, tal que, sinembargo se muestra en ambos (los objetos son instancias o ejemplos de laentidad x) (Martinez, 2005:162). El realismo adems se acercara a la idea declases naturales siendo stas ahistricas y estables, y mayormente vinculadas alos fenmenos biolgicos (idea que podramos discutir desde Butler). Por otrolado, para la postura nominalista no hay tales entidades: lo nico que existe [...]son los objetos individuales y las caractersticas de estos mismos objetos. Por lotanto, el realismo afirma la realidad de los conceptos mientras el nominalismo laniega y los reduce a puros nombres (Martinez, 2005:163). O an ms explcito:

    Los nominalistas niegan que la naturaleza tenga trozos que despiezar. Susoponentes replican que los nombres adecuados, las buenas descripciones de lanaturaleza, despiezan la naturaleza misma en sus trozos naturales (Hacking,2001:141), es decir: una estructura inherente aprehensible. El nominalismodinmico de Hacking, en este sentido descree de la postura realista / naturalista,y abraza la idea de que las clasificaciones se gestan en la historia por obra delentendimiento de los hombres pero que no quedan estticas sino que sufrenmodificaciones a partir de la interaccin con los clasificados, las matrices, y conotras clasificaciones.

    Otra caracterstica de la postura de Hacking merece ser mencionada: las clasesinteractivas se reconocen y se forman en el mismo momento. Es decir, elreconocimiento de la clase no se hace a partir de constatar la existencia decaractersticas comunes, como se podra dar en las clases naturales. Sino que unintento clasificatorio (que embrionariamente puede darse a partir deagrupamientos simples -heursticos-) puede habilitar el espacio para el surgimientode la misma. ste ltimo proceso puede darse por la reaccin de los sujetos a lacategora o por la construccin de personas dentro de ella. Podemos criticar el usoliteral de esta ltima proposicin (y estaramos siguiendo a Martnez [2010]), o enla misma lnea ver como Hacking debe hechar mano de figuras no tan claras comolas verdades domsticas al incluir su anlisis en el tiempo.

    Hemos mencionado en otro trabajo (Martnez 2009) nuestra inquietud acerca de

    esta caracterizacin de ontologa histrica y nos hemos preguntado si lo querealmente quiere decir Hacking es, literalmente, que ellos no existen en ningunaforma reconocible antes de ser objetos de estudio cientfico o, ms bien, quedichos objetos no son reconocibles como un objeto X en tanto no es creada laclase correspondiente a los X. Una interpretacin literal de sus palabras no seraconsistente con los casos que l mismo propone para ilustrar su idea, al sostenerpor ejemplo, que el abuso infantil como prctica ha estado siempre presenteaunque puede encontrarse bajo esta caracterizacin recin a partir de 1960.(Martinez, 2010:137)

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    La propuesta de Judith Butler

    Otro aporte que nos invita a pensar lo construido socialmente proviene de Judith

    Butler y de su pensamiento crtico relativo a la performatividad. En el presentedocumento el trabajo de sta autora norteamericana ser explorado en tresdimensiones: lo performativo como socialmente construido (que la autora trabajaen torno al gnero y al cuerpo), la relacin de dicha construccin con laidentificacin/subjetivacin, y la accin poltica-crtica que subyace a dichoenfoque.

    La autora propone el uso del concepto de performatividad (al que podemosentender inicialmente como el poder que tiene el discurso para producir aquelloque nombra por lo tanto una esfera en la que el poder acta como discurso[Butler, 2002:316]) para entender las construcciones sociales relativas al gnero yal sexo -a la materialidad del cuerpo sexuado-. En este sentido el gnero se

    construye discursivamente en formas socio-historicamente heterogneas alentrecruzarse con modalidades raciales, tnicas, classticas en distintos tiempos yregiones (Butler, 2007:49).

    Veamos sta propuesta en palabras de Butler (2007:97):

    el gnero es un efecto, el objeto de una investigacin genealgica que delinea losfactores polticos de su construccin al modo de la ontologa. Afirmar que elgnero est construido no significa que sea ilusorio o artificial, entendiendo estostrminos dentro de una relacin binaria que opone lo real y lo autntico. Comouna genealoga de la ontologa del gnero, sta explicacin tiene como objetoentender la produccin discursiva que hace aceptable esa relacin binaria y

    demostrar que algunas configuraciones culturales del gnero ocupan el lugar delo real y refuerzan e incrementan su hegemona a travs de esa felizautonaturalizacin.

    Y sigue (Butler, 2007:98):

    Una genealoga poltica de ontologas del gnero, si se consigue llevar a cabo,deconstruir la apariencia sustantiva del gnero en sus acciones constitutivas ysituar esos actos dentro de los marcos obligatorios establecidos por lasdiferentes fuerzas que supervisan la apariencia social del gnero. Revelar losactos contingentes que crean la apariencia de una necesidad naturalista -lo cualha constituido parte de la crtica cultural por lo menos desde Marx- es un trabajo

    que ahora asume la carga adicional de ensear cmo la nocin misma del sujeto,inteligible slo por su apariencia de gnero, permite opciones que antes habanquedado relegadas forzosamente por las diferentes reificaciones del gnero quehan constituido sus ontologas contingentes.

    Entendido as el gnero es una construccin social en la forma de un discursocultural. Sin embargo es un discurso que no se opone a la materialidad. El cuerpo,en el anlisis de Butler, no es mera naturaleza sometida a las formas de gneroculturales sino que la naturaleza sexuada del cuerpo es tambin formada pormedio del discurso del gnero. El hecho de que se tome al cuerpo comoprediscursivo es, segn Butler (2007:55-56), tambin resultado de dicho discurso(una contingencia que se esconda tras la mscara de lo inevitable, en trminos de

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    Hacking). En este punto su planteo cobra mayor profundidad volvindose contralos lugares comunes del feminismo: Quienes, formados en la filosofa, siempre acierta distancia de las cuestiones corpreas, tratan de demarcar los terrenos

    corporales de esa manera descarnada inevitablemente, pasan por alto el cuerpo o,lo que es peor, escriben contra l. A veces olvidan que "el" cuerpo se presenta engneros. (Butler, 2002:11). En este sentido, dir Hacking (2001:29), [Butler]rechaza la nocin de que el gnero sea algo construido que se agrega a laidentidad sexual. ste rechazo de la construccin parece ser un distanciamientocon una postura feminista ms amplia con respecto a las nociones de cuerpo ysujeto, sin embargo fuera de tales distinciones el planteo de Butler es de corteconstruccionista (en este sentido, lo construdo se opone a la natural o real)cmo lo deja en claro en la siguiente entrevista: Mi tsis de la construccin socialparece asustar a la gente: la idea de que el sexo es culturalmente construido.Parecen temer que estoy evacuando la nocin de lo real (Michalik:2001). Dicha

    postura ha sido analizado tambin bajo el rtulo de constructivismo radical(Vasterling, 1999:18).

    La performatividad funciona en el plano del poder hecho discurso, y el discursohecho carne por medio de la repeticin ritualizada de normas (Butler, 2002:13)que funcionan como un ideal regulatorio (en trminos de Foucault) que producenlos cuerpos que gobiernan. Para la autora tanto como para Hacking, laconstruccin del ideal y de los sujetos que la encarnan se desarrollan juntos.Dicho planteo pone en el centro del anlisis a la nocin de sujeto, quin ya notiene la capacidad de eleccin (voluntaria, racional e instrumental) de asumir elgnero, como quien decide qu atuendo ponerse a la maana, sino se trata de unsujeto determinado por el gnero:

    Si el gnero se construye a travs de las relaciones de poder y, especficamente,las restricciones normativas que no slo producen sino que adems regulan losdiversos seres corporales, cmo podra hacerse derivar la instancia de estanocin de gnero, entendida como el efecto de la restriccin productiva? Si elgnero no es un artificio que pueda adoptarse o rechazarse a voluntad y, por lotanto, no es un efecto de la eleccin, cmo podramos comprender la condicinconstitutiva y compulsiva de las normas de gnero sin caer en la trampa deldeterminismo cultural? Cmo podramos precisamente comprender la repeticinritualizada a travs de la cual esas normas producen y estabilizan no slo losefectos del gnero sino tambin la materialidad del sexo? [...] Concebir el cuerpo

    como algo construido exige reconcebir la significacin de la construccin misma. Ysi ciertas construcciones parecen constitutivas, es decir, si tienen ese carcter deser aquello "sin lo cual" no podramos siquiera pensar, podemos sugerir que loscuerpos slo surgen, slo perduran, slo viven dentro de las limitacionesproductivas de ciertos esquemas reguladores en alto grado generizados. (Butler,2002:12-14)

    La pregunta por la performatividad se centra por la capacidad de accin del sujetoy los condicionamiento de los regmenes sexuales reguladores, especficamenteen los procesos de identidad en los cuales las normas discursivas se citanformando al sujeto. La subjetivacin se entiende entonces como identificacin con

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    una norma inalcanzable, imposible de ser asumida, y que por ello requiere que elsujeto repita constantemente este ritual identificatorio (nadie adopta un gnero enun slo acto). Y es en dicha identificacin con la norma que el sujeto adquiere

    forma, es decir, que adopta el simbolismo de la norma. Dice Butler con respecto auna nia que adopta la femeneidad:

    sta es una "nia" que est obligada a citar la norma para que se la considere unsujeto viable y para poder conservar esa posicin. De modo que la femineidad noes producto de una decisin, sino de la cita obligada de una norma, una cita cuyacompleja historicidad no puede disociarse de las relaciones de disciplina,regulacin y castigo. En realidad, no hay "alguien" que acate una norma degnero. Por el contrario, esta cita de la norma de gnero es necesaria para que auno se lo considere como "alguien", para llegar a ser "alguien" viable, ya que laformacin del sujeto depende de la operacin previa de las normas legitimantes de

    gnero. (Butler, 2002:326)Sin embargo, todo simbolismo admite la resignificacin. La norma ritualizadarequiere de la constante repeticin (del constante citado), y cada acto derepeticin puede ser a la vez un acto de subversin, de apropiacin yreelaboracin. El hecho de que la norma sea siempre inabarcable, inagotable en elmero acto, da origen tambin a su debilidad. Lo simblico es -para Butler- unproceso de regulacin de la significacin que vara en el tiempo. Y dicha normafunciona no slo por la prescripcin de lo general, sino tambin por la forclusin delo exterior. Aquello que no se ajusta a la norma debe ser ininteligible, inhabitable, omejor an, invisible (Butler, 2002:47).

    El lugar de la crtica

    Tanto en Hacking como en Butler, el anlisis de la deconstruccin crtica de lasclasificaciones y de las normas involucra una actitud poltica frente a ellas.Hacking inicia su trabajo sobre el construccionismo social afirmando que hablarde construccin social ha llegado a ser moneda comn, algo valioso para losactivistas polticos [...] Por un lado, [porque] la idea de construccin social ha sidomaravillosamente liberadora. Nos recuerda, por citar un caso, que la maternidad ysus significados no son fijos e inevitables, la consecuencia de parir y crian nios.Son el producto de sucesos histricos, fuerzas sociales e ideologa (Hacking,2001:19) si bien aclara que dichas tesis son liberadoras para aquellos que estn

    en disposicin de ser liberados. Por esto, Hacking se aparta de las concepcionesde la actitud posmodernista de que todo es construccin, actitud a la que acusadar un uso inflacionario de la construccin, perdiendo as carcter crtico(posmodernismo inconducente [Retamozo, 2011:22]). El objetivo primario de losestudios construccionistas es concienciar contra el discurso de la inevitabilidad (delas categorizaciones preexistentes) por lo que se debe manifestar enreivindicaciones concretas a riesgo de volverse una moda inocua.

    En lo que respecta a la crtica, el anlisis de Hacking pone de relieve un asuntobsico: los discursos construccionistas lidian con la ambigedad entre el proceso yel producto. Los construccionistas argumentan que el producto no es inevitable y

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    su principal fuerza radica en demostrar como se desenvolvi histricamente, esdecir, en el tiempo y espacio social, haciendo foco en los aspectos contingentesde dicho proceso. La actitud construccionista es, segn Hacking, esceptica y

    humanista (2002:87). As, Hacking (2001:45-49) distingue 7 niveles decompromiso en relacin a la crtica construccionista (caracterizada por a:proponer la inevitabilidad de lo construido; b: proponer a dicha construccin comoalgo malo; y c: proponer que estaramos mejor sin ella). Estos niveles incluyen: lacrtica histricaque expone el primer postulado por medio de la investigacin delos orgenes contingentes de un fenmeno; la irnica que constata dichacontingencia pero que no vislumbra modos de subversin; la crtica reformistaqueve a lo construido como algo negativo y que propone modificar su constitucin demodo tal que pase a ser menos malo; la crtica desenmascaradoraque no buscarefutar lo construido sino socavarlo descubriendo los intereses y las funciones alas que sirve; una crtica rebelde es la que supone que nos ira mejor sin la

    construccin; mientras que la crtica revolucionaria es la que intenta cambiar elmundo de lo clasificado.

    Rescatemos, por ahora, la critica desenmascaradora que Hacking retoma a partirde la sociologa del conocimiento de Mannheim. El objetivo de sta prctica no esnegar una idea sino determinar la funcin que ejerce -deliberadamente oculta- afin de destruir su eficacia prctica. Desenmascarar a las clases/clasificacioneshumanas en tanto construcciones busca darle a los sujetos el control de su destinoal permitirles hacer propias las categoras que se les aplica. La conceptualizacinconstruccionista aplicada a las ciencias sociales, y en trminos de clasesinteractivas, responde a ste objetivo moral (Hacking, 2002:104). As el enfoquede Hacking es explcitamente valorativo.

    En la misma lnea se encuentra Judith Butler quien busca desenmascarar laconstruccin social del gnero, de las prcticas sexuales y del mismo cuerpo enun acto performativo (Ostrovsky, 2009;6). El propsito de Butler (2002:49) esentender cmo aquello que fue excluido del discurso imperativo de laheterosexualidad (esos cuerpos que se construyen como abyectos e inhabitables),puede retornar con un efecto disruptivo que rearticulen dicho horizonte simblico,anulando la fuerza del discurso al desarmar su inevitabilidad, pero tambin enfuncin de permitir nuevas categoras que los actores sean capaces de adoptarconscientemente como propias. As la frmula poltica consiste en promoverdiscursos cuya significacin d cuenta de un nuevo orden de valores proveniente

    de los sujetos clasificados (el caso queer es muestra de una reapropiacin queinvierte la cadena significante histricamente construida y ocultada por el poderdiscursivo). Dice Butler en relacin al gnero:

    Cuando tales categoras se ponen en tela de juicio, tambin se pone en duda larealidad del gnero: la frontera que separa lo real de lo irreal se desdibuja. Y es enese momento cuando nos damos cuenta de que lo que consideramos real, loque invocamos como el conocimiento naturalizado del gnero, es, de hecho, unarealidad que puede cambiar y que es posible replantear, llmese subversiva ollmese de otra forma. Aunque esta idea no constituye de por s una revolucinpoltica, no es posible ninguna revolucin poltica sin que se produzca un cambio

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    radical en nuestra propia concepcin de lo posible y lo real. En ocasiones estecambio es producto de ciertos tipos de prcticas que anteceden a su teorizacinexplcita y que hacen que nos replanteemos nuestras categoras bsicas: qu es

    el gnero, cmo se produce y reproduce, y cules son sus opciones? (Butler,2007:28)

    En este sentido se entiende que no es posible escapar a las construcciones y a losdiscursos significantes, es decir, a las representaciones (Butler) o lasclasificaciones (Hacking). As dichas posturas proveen un marco terico para lahabilitacin de polticas reformistas: la labor poltica no es rechazar la poltica derepresentacin, lo cual tampoco sera posible [...] sino slo una genealoga crticade sus propias acciones legitimadoras. Como tal, el punto de partida crtico es elpresente histrico, como afirm Marx. Y la tarea consiste en elaborar, dentro deeste marco constituido, una crtica de las categoras de identidad que generan,

    naturalizan e inmovilizan las estructuras jurdicas actuales (Butler, 2007:52)entendiendo que ste esfuerzo se enmarca en el inevitable (y democrtico)fracaso de cualquier reclamo identitario que pretenda alcanzar una determinacinuniversal y para siempre (Butler, Laclau, Zizek, 2001). Si bien dicha inclusintotal/radical es imposible e indeseable (siguiendo una vez ms a Vasterling[1999:33] ya que slo la existencia de formas no hegemnicas quienes puedenintroducir diferencias), se pueden tomar acciones reformistas en torno a reducir laviolencia y la exclusividad con la que operan las formas hegemnicas:Invocar/usar/proponer las categoras y a la vez dejarlas abiertas a la disputapoltica.

    Una sntesis parcial

    De los autores trabajados podemos destacar los siguientes elementos en comn:

    1. la idea de construccin socialrefiere a ideales normativos-clasificatorios, y esabstracta slo en este sentido

    2. dichas ideas se generan en la interaccin social en matrices y en discursos, enel tiempo y en el espacio concreto

    3. en dichas matrices y discursos se forman sujetos reales, y slo en este sentidose puede hablar de que un actor o un colectivo de actores son productos sociales

    4. y sin embargo, la sujecin del actor a la categora no es nunca completa

    5. ya que las acciones de los sujetos clasificados modifican las clasificaciones,siendo la crtica un modo especfico de esta interrelacin

    El aparato conceptual descripto nos permite pensar en los trminos de unasociologa de la clasificacin. En lo que sigue se trabajar con un conjunto declasificaciones especficas que intensionalmente podramos definir cmoclasificacin de los grupos etarios o extensionalmente como el contnuo entrenios, adolescentes, jvenes, adultos y mayores. En tanto sistema, se entiendeque los valores de sus categoras son relacionales y que el conjunto se debeconsiderar abierto, o al menos, en constante reelaboracin por la influencia de

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    diferentes sistemas sociales, como por ejemplo la cultura o el marketing queidentifican -y siguiendo a Hacking/Butler- dan origen a nuevas categoras(pensemos por ejemplo en las diferenciaciones de pblico que en los ltimos aos

    impuso el multimedio Disney Latino con la especializacin de sus diferentesseales de televisin por cable: Disney Junior para los preescolares, Disney XDpara los escolares menores y Disney Channel para los preadolescentes).

    Hacking ve a las clases interactivas como el objeto de estudio propio de lasciencias sociales, mientras que a stas clases no le opone las naturales sino lasindiferentes (2001:177), es decir, aquellas clases que sin importar la ciencia en laque fueron construidas, simplemente no tienen relacin con la clasificacin en s(de ah que su propsito sea estudiar la dinmica de las clasificaciones). As unasociologa de la clasificacin debe centrar su foco ms en los mecanismos deproduccin de las categoras que en los elementos clasificados (y sus propiedades

    de distinta ndole).

    Sobre la conceptualizacin sociolgica de la Juventud

    En ste apartado se trabajar con la construccin conceptual/ acadmica dejuventud en sociologa. Los trabajos que conforman el corpus analizado (que nopretende ser exhaustivo) han sido seleccionados por ser estados del arte de lasinvestigaciones en juventud, incluyendo y relevando a su vez un gran nmero detrabajos, existiendo muchos solapamientos de autores entre ellos: Alpzar y Bernal(2003), Chaves (2006), Dvila Len (2004), Reguillo (2000), Revilla Castro (2001),Margulis y Urresti (1996).

    stos trabajos no son anlisis crticos de las construcciones sociales en tantoobjeto de estudio -como por ejemplo: la construccin social de la juventud porparte de los medios de comunicacin (DEla y Chaves [sf]) o por parte de losdocentes de escuelas nocturnas (Cuevas y Castillo [2008])- sino que llevan a caboun anlisis de carcter terico en base a otras investigaciones. Soninvestigaciones de segundo orden. Analizan los conceptos de juventudconstruidos a partir del anlisis de la juventud de otros autores. Detallar laliteratura que estos estados del arte estn criticando excede el marco delpresente ensayo. Nuestro objetivo se fundamenta en un consenso paradigmticoentre los investigadores de la juventud. Proponemos que los puntos 1-5 de lasntesis anterior se encuentran saldadas en el uso corriente del concepto de

    construccin social de los investigadores del corpus trabajado. Explorar la formaespecfica de sta aceveracin ser el objetivo de sta parte del presente trabajo.

    Varios de estos autores coinciden en que el campo de estudios en torno a lajuventud ha tenido un desarrollo notable en las ltimas dcadas en nuestro pas yen latinoamrica. ste desarrollo se manifiesta en un creciente nmero deinvestigaciones, grupos de trabajo, comunidades y comunicaciones permitiendocierto consenso bsico sobre las temticas y los problemas a tratar. Sostienen quela juventud en tanto una categora que da cuenta de una construccinsociohistrica, cultural y relacional es una idea compartida en el campo deestudios mencionado.

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    Se reconoce un consenso entre las investigaciones revisadas en relacin a que lajuventud no es algo en s, sino que se construye en el juego de relacionessociales. El carcter de constructo social est instalado como supuesto explcito

    de los trabajos provenientes de las ciencias sociales realizados desde mediadosde los ochenta [...].

    La aclaracin de que la juventud no es una categora definida exclusivamente porla edad y con lmites fijos de carcter universal se encuentra en casi todos lostextos revisados. Los autores toman precauciones para no pensar la juventudcomo un perodo fijo en el ciclo de la vida de los hombres y las mujeres, unmomento universalizable, en el que todos entrarn y saldrn en el mismomomento ms alla de sus condiciones objetivas de vida, su pertenencia cultural osu historia familiar. [...] El acuerdo es que si lo juvenil es una condicin social, suexplicacin no puede estar en el si mismo, sino que corresponde (re) construirla

    desde cmo es vivida y explicada por los que se condieran jvenes y cmo esinterpelada desde otros grupos de edad, desde las industrias mecnicas y desdelos productos que se le ofrecen [...]. (Chves, 2006:10)

    Dvila Len (2004:87-89) en su rastreo de la construccin de la nocin deadolescencia destaca la primaca de la psicologa y del desarrollo fsico-mental:desde los cambios de la pubertad a la madurez reproductiva -con Stanley Hall ylos psicoanalistas-, los cambios en las capacidades cognitivas -con Piaget-, y loscambios identitarios y culturales por las presiones del contexto social -con lasteoras mas sociolgicas-. Por su parte, la nocin de juventud pareciera ser mspropia de las humanidades de modo tal que los enfoques predominante sonrelativos a la construccin sociohistrica de la misma, es decir, a las condiciones

    sociales especficas que permiten su surgimiento y su constante redefinicin(dinamicidad y permantente evolucin/involucin [Dvila Len: 2004:90], unafrase que pareciera endilgarle al concepto de juventud las caractersticastransitivas propias de un cierto discurso social sobre los jvenes). Sin embargo, encuanto se empieza a enumerar el carcter polismico de la categora asoma lapregunta: El concepto de juventud ha adquirido innumerable significados [...]. Esteconcepto debe ser tratado desde la diversidad de sus sectores, donde cabrapreguntarse: desde dnde empezamos a construir una definicin de juventud, sinque las diferencias de clases sociales y los contextos socioculturales estn sobrelas identidades de las categoras de juventud? (Dvila Len, 2004:92).

    Validar la primaca del uso de la categora de juventud en trminos deconstruccin social nos obliga a preguntarnos por aquellos fenmenos que puedenparecernos extra-sociales y que la nocin de construccin nos obliga a enfrentar:en primer lugar, la incidencia de los factores biolgicos-fisiolgicos-psicolgicos(usemos la esquiva etiqueta de naturales) en la delimitacin de la categora; ensegundo lugar, la utilizacin de criterios de edad y cortes etarios (entender a laedad como una categora natural supone el trnsito inexorable de los sujetos atravs de las categoras por medio de la mesura de un tiempo objetivo [Filardo,2007]). Vale de antemano la respuesta de Victor Mekler (citado en Chves[2006:11]):

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    Ms que un grupo generacional o un estado psicosocial, la juventud es unfenmeno sociocultural en correspondencia con un conjunto de actitudes ypatrones y comportamientos aceptados para sujetos de una determinada edad, en

    relacin con la peculiar posicin que ocupan en la estructura social.Segn Chves (2006:11-15) el estudio de las edades en tanto caractersticafundante para las clasificaciones sociales (y con sto la naturalizacin deexpectativas y sentidos en torno a los grupos de edades delimitados) es descriptocomo el procesamiento sociocultural de las edades y nos remite al fenmeno dela cronologizacin de la vida que no es slo relativo a la medicin del tiempo devida sino a la idea de que existen ciertos momentos vitales que se suceden y quecoinciden en edad para distintos grupos sociales. stos momentos estnrelacionados con el trnsito por instituciones sociales como la escuela, familia,industria, etc. Solamente en sta visin podramos rescatar a los estudios que

    proponen recortes poblacionales de tipo demogrficos, a fin de obviar la crtica deMargulis y Urresti (1996): De los trabajos de tipo estadsticos no cabe esperar unamayor presicin en cuanto a sus apreciaciones, ya que perscindiendo de lapercepcin subjetiva sacan conclusiones sobre generaciones en el papel que(como ya lo sabemos desde antiguo en nuestra prctica) no coincidennecesariamente con las generaciones en la realidad.

    El concepto de moratoria vital (de Margulis y Urresti [1996]) es un claro ejemplode una nocin que podramos relacionar con lo natural mediada por el contextosocial. Dicho concepto se define en respuesta al de moratoria social que alude aun tiempo socialmente legtimo en que los jvenes postergan ingresar a lasresponsabilidades de la vida adulta (entendida sta como la formacin de una

    familia propia o de adquirir compromisos a largo plazo) con el fin de formarse oexperimentar previamente. Dicho concepto no slo es adulto-centrico (la moratoriasera la permisividad para no-ser socialmente maduro) sino que muestra el casode un modelo que slo toma en consideracin las posibilidades de cierta clasesocial, ya que es difcil pensar que jvenes de bajos recursos econmicos ysociales puedan fehacientemente escapar a tales responsabilidades. Unadeconstruccin de dicho concepto tal vez nos permita constatar que fue forjado ala luz de la evidencia de la extensin del tiempo de la escolaridad y la expansindel mercado juvenil en las dcadas del 50-60, fenmenos que se suelen tomarcomo fundacionales para la juventud mostrando que el objeto de estudio se originacon una fuerte impronta clasista. La crtica de Margulis y Urresti -por su

    etnocentrismo de clase- los lleva a definir una nueva moratoria vital basada enuna sensacin de lejana con la muerte, la vejez y la enfermedad, es decir, comoun capital temporal que, dadas las diferencias sociales, se puede experimentarcomo mayores opciones, esperanzas, y seguridades. La moratoria vital remite aun capital (corporal) energtico cuyo desgaste (biolgico) es tambin diferencialsegn la condicin social. As, lo corporal-biolgico y lo cronolgico-vital (siendosto la materia) es mediada por lo socio-cultural (siendo sta la forma) -y aquvale recordar la advertencia Hackingiana de que las matrices son tan abstractascomo la categora joven sano y tan materiales como las paredes de un hospital-a fin de resultar en la experiencia de cada individuo.

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    La pubertad es precisamente el resultado de una serie de cambios que suelenocurrir en cierto corte cronolgico al interior del proceso de desarrollo ymaduracin biolgica de la especie. Ahora bien, estos cambios son ledos,

    interpretados y asumidos de manera muy particular conforme a los psiquismos decada una de las culturas, por lo cual si bien la pubertad es un asunto de especie ypor lo tanto universal, no puede decirse que las significaciones y prcticas que serealizan antes, durante y despus de la pubertad son equivalentes en todos loscontextos. (Patio Torres, 2009:78)

    Pensar a la juventud en tanto una categora natural y homognea es, siguiendo aMargulis y Urresti, un mecanismo ideolgico. Por otro lado, pensar a la juventuden la contingencia requiere adems dar cuenta de su heterogeneidad. La literaturatrabajada consensa en entender las juventudes -en plural- dadas las diferenciasde formas socio-culturales (No hay razones para no pensar que stos supuestos

    no se deban mantener en la construccin de otras categorias, como adultez).Hasta aqu la construccin de las categoras, qu pasa con la recepcin y lareapropiacin por parte de los sujetos categorizados? Revilla Castro (2001)analiza los modos en que distintos discursos cientficos sobre los jvenes penetranel mbito extra acadmico (vale la aclaracin de que este autor trabaja con uncorpus europeo mientras que el utilizado en ste trabajo es latinoamericano yprincipalmente argentino) y las consecuencias que tienen en los jvenes: lo quese est estudiando en stos discursos es el grado de agencialidad que hemos deconceder a la juventud como sujeto histrico y a cada joven en particular(2001:106). Particularmente quisiramos destacar el discurso de la juventud comoproducto histrico y/o socialdado que es congruente con el corpus analizado. En

    ste discurso se da por supuesto que la juventud es un producto y que en ella secondensan los problemas sociales pero as se suele des-responsabilizar a losjvenes, caracterizndolos como sujetos necesitados de ayuda y proteccin porparte de los adultos (programas de intervencin social).

    Sin embargo, en el corpus relevado no se han encontrado antecedentes deinvestigaciones que exploren las relaciones entre los discursos cientficos,especialmente el discurso psico-sociolgico, y su impacto en imaginarios sociales.Vale la aclaracin, sin embargo, de que si se registran antecedentes de lasrelaciones entre los desarrollos conceptuales y mbitos burocrticos con mayorfiliacin a la academia (por ejemplo, un anlisis crtico del nio en tantoobjeto/sujeto de derecho y las instituciones judiciales en De la Iglesia y Di Iorio[2006]). Dicha tarea es apremiante especialmente en el caso de la juventud, yaque como sostiene Criado (sf), las ciencias sociales son un pilar de la matriz quesostiene y reproduce las categoras de juventud y las problemticas juveniles.

    Conclusin

    Los lineamientos para el construccionismo social de Ian Hacking y Judith Butler sepresentan muy tiles para pensar categoras sociales como la juventud en lamedida en que permiten interrogarnos por las relaciones entre lo normativo-general y lo individual, haciendo las advertencias pertinentes a la especifidad de

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    las ciencias sociales. Nociones como clase interactiva y efecto bucle deHacking, y la performatividad de Butler proporcionan lineamientosepistemolgicos claves para el anlisis crtico de las clasificaciones sociales.

    Por otra parte, un relevamiento bibliogrfico en torno al concepto de juventud ensociologa permite constatar ciertos consensos bsicos entre los trabajos msparadigmticos. Se sugiere que los desarrollos recientes en el campo mencionadosiguen una lnea coherente con el construccionismo social de los autoresanalizados. No obstante, ste desarrollo no implica que en los imaginarios socialesactuales extra-acadmicos no circulen concepciones naturalistas, esencialistas y/ouniversalistas sobre la juventud en vista de la vigencia de los anlisis crticos de laconstruccin social. En este sentido se rescata la necesidad de explorar lasrelaciones entre las categoras cientficas y dichos imaginarios.

    Excurso: Lneas de cruce entre la filosofa de Ian Hacking y l a sociologa deNiklas Luhmann

    La arquitectura conceptual de los sistemas sociales de Niklas Luhmann nospermitira repensar desde otras bases la propuesta de Hacking sobre lasconstrucciones sociales. Aqu nos limitamos a proponer -muy embrionariamente ysin nimo de exhaustividad- algunas lneas posibles de exploracin.

    El uso del concepto de de sistemas sociales cuya base operativa consiste enla observacin-comunicacin nos permite repensar las matrices en las que segeneran las clasificaciones, mientras que la idea de autopoiesis puede echar luzsobre la reproduccin de las clases

    Con ese marco conceptual en mente, podemos pensar en trminos deauto/hetero referencia ms que de agentes clasificadores y clasificados, y asexplorar aquellos casos donde los clasificados no necesariamente deban tomarconciencia de su clase (en el sentido poltico ms estricto) para influir en lasmismas. Es decir, pensar el efecto bucle no en trminos de sujeto sino de reflexinsistmica. Martinez (2005:173) hace una pregunta similar: Estamos de acuerdoen que un quark no es consciente de cmo es clasificado, pero lo que nospreguntamos es, si un nio abusado o hiperactivo lo es, como para poder afirmarcon Hacking, que el efecto bucle se debe justamente a eso, a la consciencia deser clasificado. Sin embargo, la respuesta a su inquietud se encuentra en el

    mismo Hacking: Los nios autistas, por definicin, tienen profundos problemas decomunicacin. Entonces cmo puede interactuar la clasificiacin con los nios?[...] El ejemplo recalca que con interaccin no me refiero slo a la reaccinautoconsciente del individuo aislado respecto a cmo se le clasifica. Me refiero,ms bien, a las consecuencias que tiene ser clasificado de esa manera para elconjunto entero de individuos y las personas con las que estn ntimamenterelacionados (2001:192). De todos modos, tal vez el marco luhmanniano nospermita repensar la dinmica de la produccin de las clases en trminos deoperaciones y comunicaciones en la matriz a fin de evitarnos las dificultades delrequisito de la conciencia como base de la accin.

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    Al pensar una sociedad poli-sistmica se puede plantear mltipes matrices quegeneran mltiples clases a las cuales nos vemos sujetos. sto nos habilitaadems a pensar el tema del riesgo en relacin con las construcciones sociales y

    tambin el tema de la complejidad y el riesgo Podemos rescatar tambin la idea de sentido -en tanto un marco dereferencia donde prima la contingencia que no llega nunca a clausurarse-. Esdecir, siempre queda en el trasfondo/horizonte de la clase la marca de lo noclasificado, operando subrepticiamente sobre la categora misma.

    Adoptar la visin ciberntica de la sociedad de Luhmann nos podra ayudar aechar luz sobre cmo los productos de un sistema especfico (por ejemplo, losconstructos cientficos) son adoptados por otros sistemas en relaciones de tipoinput-output, irritacin y de reproblematizacin bajo la mirada especfica delsistema receptor.

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