2011 la conquista y ocupacion de la frontera del chaco (2)

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Gabriela Dalla-Corte Caballero

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  • La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco

    entre Paraguay y Argentina

    Los indgenas tobas y pilags y el mundo religioso en la MisinTacaagl del Ro Pilcomayo

    (1900-1950)

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  • La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco

    entre Paraguay y ArgentinaLos indgenas tobas y pilags

    y el mundo religioso en la Misin Tacaagl del Ro Pilcomayo

    (1900-1950)

    Gabriela Dalla-Corte CaballeroUniversitat de Barcelona (UB)

    Fabricio Vzquez RecaldeUniversidad Nacional de Asuncin (UNA)

    Publicacions i Edicions

    UNIVERSITAT DE BARCELONAU

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  • Universitat de Barcelona. Dades catalogrfiques

    Dalla Corte, Gabriela La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina : los indgenas tobas y pilags y el mundo religioso en la Misin Tacaagl del Ro Pilcomayo (1900-1950)

    ISBN 978-84-475-3523-1 Notes. Bibliografia. ndexs

    I. Vzquez Recalde, Fabricio II. Ttol 1. Fanciscans 2. Missions 3. Toba (Indis) 4. Pilag (Indis) 5. Chaco (Argentina : Provncia)

    PUBLICACIONS I EDICIONS DE LA UNIVERSITAT DE BARCELONA, 2011Adolf Florensa, s/n, 08028 Barcelona, tel.: 934 035 442, fax: 934 035 446,[email protected], www.publicacions.ub.edu

    Fotografa de la cubierta: El fortn General Bruguez (1918) en la lnea de fortines para frenar a Bolivia en la frontera paraguayo-argentina. Volviendo del fortn Gral. Brugus (Chaco Paraguayo), fraile Jos Zurflh.

    ISBN: 978-84-475- 3523-1

    Depsito legal: B-28.971-2011

    Impresin: Grficas Rey, SL

    Impreso en Espaa/Printed in Spain

    Queda rigurosamente prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra. Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada mediante ningn tipo de medio o sistema, sin autorizacin previa por escrito del editor.

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  • NDICE

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    Captulo 1. El Chaco en el continente: el espacio interior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    1 . Poblacin autctona: diversa y dispersa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 . Conocimiento, conquista y ocupacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 . La Guerra del Chaco: religin al auxilio de los estados ocupando los espacios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

    Captulo 2. El origen de la Misin Tacaagl en la frontera entre Argentina y Paraguay, Ro Pilcomayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

    1 . Las misiones franciscanas en la Dicesis de Santa Fe . . . . . . . . . . . . . . 332 . El mundo de la reglamentacin legal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423 . La frontera del Chaco Central: documentos de los misioneros franciscanos en la impactante Formosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50

    Captulo 3. Tobas y pilags en la Misin Tacaagl: la imagen del fraile Jos Zurflh . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    1 . Tobas y pilags en la frontera argentino-paraguaya (1900-1940) . . . . . 692 . Imgenes de tobas y pilags en la Misin Tacaagl . Digitalizacin de Gabriela Dalla-Corte Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

    Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129

    Lista de fotografas y organizacin segn Jos Zurflh . . . . . . . . . . . . . . 135ndice de mapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139ndice de cuadros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

    Datos de la autora y el autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

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  • INTRODUCCIN

    La historiografa ha ofrecido una importante produccin bibliogrfica sobre el crtico estado en que qued sumida la Repblica del Paraguay tras la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) y, en menor medida, sobre las consecuencias que tra-jo la Guerra del Chaco (1932-1935) en el proceso de gestacin de la nacin y en la ampliacin de las fronteras territoriales paraguayas en el Cono Sur (Dalla-Corte Caballero, 2010a; Anderson, 1997) . La etapa de entreguerras que va desde 1870 a 1932 ha sido abordada en clave de recuperacin de las bases econmicas, polticas y demogrficas del pas, observando esencialmente la precaria organizacin de los fundamentos estatales y los conflictos polticos surgidos entre los dos partidos ma-yoritarios y hegemnicos durante el siglo xx: el Liberal y el Colorado .

    Una de las afirmaciones que encontramos con ms frecuencia en las fuentes do-cumentales del periodo de entreguerras es el grado de dependencia en que qued sumido el Paraguay respecto a sus pases vecinos en diversos mbitos, en especial el econmico y el poltico y, como es de esperar, sobre la situacin de los pueblos indgenas . En relacin con la vinculacin religiosa entre Paraguay y Argentina, los estudios han sido ms bien escuetos pero han insistido en la dependencia en la que qued durante dcadas el primer pas respecto al segundo, un tema que ayuda a entender el singular impacto que tuvo dicho periodo de entreguerras en la confor-macin de la Iglesia paraguaya (Dalla-Corte Caballero, 2011c y 2011d), as como el control de poblaciones y espacios marginales hasta inicios del siglo xx .

    Uno de esos espacios marginales fue el chaqueo . En efecto, el control de la zona fronteriza del Gran Chaco entre pases como Paraguay, Argentina y Bolivia, es el tema central de esta obra, que refiere precisamente al valor concedido a una misin franciscana fundada en el Ro Pilcomayo hacia 1900 para hacer frente a la disputa por el territorio . Esta misin religiosa capt poblacin toba y pilag proveniente de la zona paraguaya del Ro Pilcomayo, y la estableci en el Territorio Nacional for-moseo con dependencia directa del gobierno argentino (Mapa 1) . La fundacin de la Misin Tacaagl por parte de los franciscanos, protegidos por el gobierno nacio-nal, fue posible gracias al Convento San Carlos de San Lorenzo, que funciona desde el siglo xviii en manos de los franciscanos (Mapas 2 y 3) . En el caso de Tacaagl, a principios del siglo xx, desempe un papel principal el gobernador del Territorio Nacional de Formosa, Lucas Luna Olmos .

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  • 10 La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina

    Mapa 1. Mapa Repblica Argentina, Dicesis de Santa Fe, ubicacin del Convento de San Lorenzo, de la Misin Tacaagl en la provincia de Formosa, y territorios de Repblica de Bolivia y Repblica del Paraguay sin especificacin de la pertenencia del Chaco Boreal o Chaco paraguayo .

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    Mapa 2. Mapa de la Dicesis Santa Fe, Repblica Argentina, superficie de la provincia de Formosa con 6 .094 habitantes y 107 .258 kilmetros . Ubicacin de la Misin Franciscana del Colegio de la Merced (provincia de Formosa en la frontera con Ro Bermejo); Misin Franciscana del Colegio de San Carlos (provincia de Santa Fe); Misioneros del Colegio de San Diego (provincia de Formosa en la frontera con Ro Pilcomayo); Divisin de Geodesia, Direccin General de Tierras y Colonias, Repblica Argentina, mapa de Jos S . Sashuf (?), 1906 .

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  • 12 La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina

    Con ms de cien aos de historia, la Misin Tacaagl ha optado por relatar su vida . Los habitantes de Tacaagl (Takagl) divulgan la idea de que es un vocablo toba que significa chaj o multitud de Chaj, un trmino que expresara un criadero de chajs . Los franciscanos, por su parte, indican que Formosa comenz su labor pastoral gracias a los proyectos implementados por el delegado apostlico monseor Luis Mattera .1 De acuerdo a este relato, esto hizo que a partir de diciembre de 1882 asumiera este trabajo el misionero Ignacio Riccioni, siendo sustituido al ao siguien-te por el fraile Gabriel Grotti .

    Los franciscanos asumieron la ocupacin de Formosa procurando cristianizar y evangelizar a los indgenas, que comenzaron a ser utilizados en las diversas estan-cias fundadas en la zona del Ro Pilcomayo fronteriza con lo que nadie disputaba que perteneca al Paraguay . La Misin Tacaagl, que analizamos especficamente en esta obra, se convirti a principios del siglo xx en el centro ms importante de captacin de pilags y tobas, utilizando especialmente la parroquia para bautizar tanto a blan-cos colonos como a los indgenas, en su gran mayora procedentes del territorio que Paraguay defenda como propio frente a Bolivia (Dalla-Corte Caballero, 2007c) . No fue una tarea de la Iglesia y mucho menos un inters cumplido por el Concilio Ple-nario de Amrica Latina (Crdenas, 1987) .

    La Misin Tacaagl es hoy un municipio del Departamento Pilag de la provincia de Formosa . Est ubicado en la Ruta Nacional 86, a 248 kilmetros de la capital de Formosa . Como seala el propio gobierno municipal, la firma entre los hermanos franciscanos radicados en la central de la Dicesis de Santa Fe y el gobierno nacional hizo posible un intenso trabajo durante la vigencia de los Territorios Nacionales, es

    1 . Monseor Luis Mattera fue expulsado por el gobierno argentino en octubre de 1884 debido a los conflictos con la Santa Sede .

    Mapa 3. Plano del itinerario seguido por el gobernador de Formosa, Lucas Luna Olmos, en los meses de junio, julio y agosto de 1904 . Itinerario de la expedicin . Campamentos, exploraciones de parte del personal de la comisin, Ruta de regreso del comandante Bouchard tras la bsqueda del explorador Ibarreta, y Lmites de propiedades . Misin franciscana del Convento de la Merced, incluyendo el L . Tacaagl, en el lmite del Ro Pilcomayo, en contacto con la antigua jurisdiccin toba .

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    decir, en la primera mitad del siglo xx . La independencia franciscana permiti a los misioneros hacerse cargo de los indgenas tobas y pilags hasta que fueron excluidos de esos territorios por el gobierno de Juan Domingo Pern . El territorio de la misin qued despoblado y sin control: hacia 1991 se estim que el nmero de habitantes ascenda a mil, y hacia inicios del siglo xxi fueron registrados dos mil . Sin embargo, estos datos no son del todo exactos: como seala el propio municipio Tacaagl, el Instituto Nacional de Estadstica y Censos (INDEC) no ha clasificado a la poblacin rural sino que slo ha tenido en cuenta a los habitantes de la cabecera municipal . Hoy da, el relato del municipio insiste en que la misin franciscana que funcion hasta mediados del siglo xx pretendi siempre otorgar una nueva vida a las tribus indgenas (Mapa 4) .

    El Gran Chaco fue diferenciado en Argentina entre el Chaco Central y el Chaco Austral . En el caso del Chaco Central hablamos del Territorio Nacional de Formo-sa convertido en provincia durante el gobierno de Juan Domingo Pern y tendra como fronteras naturales los ros Bermejo al sur y Pilcomayo al norte . En el Chaco Central se incluy el Territorio Nacional del Chaco y las provincias de Santiago del Estero, dos tercios orientales de Tucumn, la mitad norte de la provincia de Santa Fe, un trozo del sudeste de Salta, otro sector oriental de Catamarca y el extremo noreste de la provincia de Crdoba . Finalmente, en tercer lugar el Chaco Boreal se legitim internacionalmente, luego de la Guerra del Chaco, como Chaco Paraguayo . Siguiendo esta distribucin, desde inicios del siglo xx el presidente argentino Julio

    Mapa 4. Croquis trazado Ruta 11, Puerto Zapallar, Formosa . Ubicacin de las Estancias y Tierras del Pilag en la zona de frontera entre Argentina y Paraguay, Ro Pilcomayo .

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  • 14 La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina

    Argentino Roca siempre se present como el responsable de los Territorios Nacio-nales de Chaco y Formosa, que eran casi los mismos espacios que los franciscanos controlaban gracias a la Dicesis de Santa Fe . El 13 de julio de 1900, Roca autoriz a los franciscanos a hacerse cargo de la frontera que se deba defender y garantizar frente a la Repblica del Paraguay .

    Qu ocurri en la gestin de la Misin Tacaagl? El trmino Tacaagl (Takagl) significara del Chaj o multitud de Chaj en lengua toba . Tras adoptar un trmi-no de esta naturaleza, el proyecto franciscano en la zona de frontera ocup espacios conocidos por los indgenas de lo que hoy es el Departamento Pilag . Como recuer-da hoy el propio municipio de lo que fue la misin, los franciscanos hicieron uso de tres lugares distintos . La poblacin local considera que el primitivo asentamiento de la Misin Tacaagl fue el paraje Nococolda o ococolda, utilizado por el fraile Serafn Iturralde, y que posteriormente gestionara el misionero analizado en este libro, Jos Zurflh . Lo que s sabemos es que el trmino Nococolda fue creado por el fraile Zacaras Ducci y, segn la poblacin local, el trmino en toba querra decir Matanza de los muchachos . La segunda zona de ocupacin de la Misin Tacaagl cay directamente en manos del fraile Jos Zurflh, que gestion hacia 1916 el tras-lado de la misin tambin llamada Satalec al riacho El Porteo . El incendio del ao 1925 exigi un verdadero y definitivo cambio para los tobas, pilags y franciscanos . En efecto, en 1925 Jos Zurflh recibi y atendi a ms de un centenar de tobas y pilags que venan de orillas del lado sur del Ro Pilcomayo .

    La tercera ocupacin que busc hacer frente al incendio exigi tambin la llegada de nuevos grupos indgenas provenientes del espacio que ya el gobierno paraguayo defenda como propio frente a Bolivia . Esta defensa territorial paraguayo-boli-viana cont con la interesada participacin del gobierno argentino y condujo a la declaracin formal de la Guerra del Chaco, un conflicto que se mantuvo entre los aos 1932 y 1935 y supuso la muerte de casi cien mil personas en el rea chaquea (Dalla-Corte Caballero, 2010b) . La guerra sera un conflicto blico tan terrible para la historia de Bolivia y Paraguay en la primera mitad del siglo xx que transformara el panorama poltico, econmico, social y religioso del Cono Sur .

    Durante largos aos la Misin Tacaagl fue fotografiada constantemente por Jos Zurflh, quien conserv el nombre de Tacaagl en la mayor parte de los informes e imgenes . El fraile opt por disear un lbum fotogrfico sobre el espacio fronterizo as como por consignar los problemas asumidos para integrar a los indgenas y ase-gurar la produccin de nuevos alimentos . Maz y algodn, flora y fauna, papayas y paltas abrieron la puerta de la mayor parte de los relatos municipales que se han conservado hasta hoy da para comprender la vida en la frontera entre Argentina y Paraguay . El lbum fotogrfico se cerr mostrando la Misin Tacaagl que Zurflh pretenda dar a conocer a travs de ancdotas, historias y conclusiones cientficas . El misionero, que siempre se present como un fraile y no como un padre, ofreci una intensa y singular manera de ver el mundo a travs de los tobas y pilags . En general se fotografi a s mismo haciendo las mismas cosas: comiendo con ellos, vistiendo

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    con pobreza y suciedad como los pilags y los tobas, aprendiendo sus costumbres, respetando sus hbitos, riendo de sus juegos, sorprendindose por el afecto que sen-tan unos y otros . Hacia 1940 el misionero dio por concluida toda esta informacin que analizamos aqu, y la entreg al Convento San Carlos, en San Lorenzo, localidad al sur de la provincia de Santa Fe, que hacia inicios del siglo xx incluy parte del norte de la antigua Dicesis de Santa Fe as como Chaco y Formosa . El recuerdo de este misionero se ha reducido a una calle en Tacaagl que, incorrectamente, lleva el nombre de Padre Jos Sufruth (en realidad Zurflh) .

    En 1979, durante la terrible dictadura militar argentina, la Misin Tacaagl fue declarada monumento histrico provincial . Diez aos despus recibi el calificativo de monumento histrico nacional gracias al reconocimiento del Ministerio de Edu-cacin . Las fotografas de Zurflh conservadas por los franciscanos nos permiten observar otro elemento fundamental de lo que signific la misin: las imgenes de la Escuela Indgena de San Francisco Solano muestran a los indgenas como perso-nas que no deban ser eliminadas ni utilizadas sino respetadas, educadas y tratadas como parte de la nacin . La escuela fue de vital importancia en el desarrollo de unos habitantes que en el momento de ingresar en la misin no se sentan ni argentinos ni paraguayos, sino tobas o pilags, miembros de grupos diversos y sin un espacio propio estable . Una de las condiciones que aceptaron los indgenas al entrar a la Misin Tacaagl fue la permanencia en el territorio y el cumplimiento de algunas obligaciones del convenio firmado entre los franciscanos y el gobierno nacional . San Francisco Solano de Tacaagl era uno de los ejes de transaccin y negociacin cons-tantes entre el gobierno nacional y la orden franciscana, ya que se hizo cargo de los tobas y pilags que preferan abandonar un territorio en litigio durante las primeras dcadas del siglo xx: el rea del Chaco disputada por Paraguay y Bolivia . La expul-sin que sufrieron los misioneros a partir de la dcada de 1940 cambi la fisonoma de la misin y modific la posibilidad de los habitantes de Tacaagl de conocer su propio pasado . A mediados del siglo xx, algunos indgenas lograron sobrevivir em-plendose en actividades econmicas de las empresas tanineras y de produccin de algodn, pero incluso a da de hoy no tienen aseguradas sus necesidades bsicas ni han obtenido los derechos reclamados durante dcadas .

    Los habitantes de la Misin Tacaagl de la provincia de Formosa fueron conside-rados ciudadanos argentinos desde inicios del siglo xx . Sobre esta base el libro tiene dos objetivos centrales: debatir sobre la construccin de la ciudadana en la zona chaquea del Ro Pilcomayo y observar cmo el fraile Zurflh busc conocer y dar a conocer la vida de los pilags y tobas paraguayos durante las primeras dcadas del siglo xx . Dividimos la obra en tres captulos; en el primero abordamos la ocupacin de las zonas perifricas y la tercerizacin de la ayuda catlica para ocupar el espacio del Gran Chaco . Observamos tambin la intervencin de los oblatos, que al igual que los franciscanos plantearon la construccin estatal y nacional a ambos lados del Ro Pilcomayo, actuando en un territorio ocupado hasta entonces por los pueblos indgenas (Susnik, 1983) . Los dispositivos estatales que se implementaron a lo largo

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    del siglo xx tomaron como base la definicin de nuevas formas de integracin a localidades y pueblos hasta principios del siglo mantenidos en la periferia tanto pol-tica como geogrfica, como por ejemplo sectores orientales y chaqueos .2

    La evolucin que ha seguido el Estado en la construccin de la ciudadana toma como base la entrega personal a los proyectos de la patria y el Estado, en particular en el contexto de las luchas militares y los debates religiosos a lo largo del siglo xx . Desde esta perspectiva, interesa entender el peso del mbito religioso en Paraguay, tanto por el ejercicio del poder en manos del ejrcito en la segunda mitad del siglo xx, como por la asuncin de la presidencia del pas en manos de un exsacerdote des-de el ao 2008 . La evolucin de los grupos indgenas estudiados en esta obra permite considerar durante la primera mitad del siglo xx una clara diferencia entre la zona oriental y la occidental del Paraguay, as como la presin a la que se vieron someti-dos los grupos tobas y pilags para cruzar el Ro Pilcomayo durante la emergencia de nuevas regiones en el Estado paraguayo en la zona del Chaco Boreal . Desde esta perspectiva, la eleccin geogrfica y sociolgica en el estudio del Paraguay, en la zona chaquea (Bruniard, 1993), contrasta con la experiencia paraguaya y la expe-riencia argentina en la vida de estos grupos .

    Tras explicar cul era la ubicacin de la Misin Tacaagl, en este libro abordamos en el captulo 1 el espacio interior del Gran Chaco a nivel continental . Se utiliza la perspectiva geogrfica de la organizacin tarda de esta regin y la manera en que se organizaron los misioneros franciscanos en la zona fronteriza del Ro Pilcomayo del Chaco argentino, en contraste con los misioneros oblatos que se instalaron en lo que se consolid como Chaco paraguayo . El captulo 2 trata los diseos gestionados por los religiosos franciscanos desde inicios del siglo xx, as como la legislacin de la poca, que incluimos como ejemplo de la presin del Estado y de la negociacin franciscana en la frontera argentino-paraguaya . Finalmente, en el captulo 3 analiza-mos diversas fotografas seleccionadas del lbum de la Misin Tacaagl que prepar entre 1920 y 1940 el singular franciscano Jos Zurflh .

    A partir de la organizacin de los misioneros franciscanos que se vieron apoya-dos por el Estado nacional, en la frontera entre Argentina y Paraguay observamos el inters de Zurflh por mostrar la singularidad de la vida indgena . Zurflh organiz las fotografas por temas, con una clara preferencia por mostrar el mundo personal de los tobas y pilags con los que convivi, a quienes incluso calific de compa-eros . Tambin dio importancia al fortn General Bruguez, que a inicios del siglo xx se utilizaba como clave de la frontera argentino-paraguaya . La ilustracin de la cubierta de esta obra indica la importancia que Zurflh otorg a un indgena de Taca-agl cruzando hacia el fortn en el Chaco Paraguayo . La imagen del fraile tena una clara intencin: las fotografas tomadas en la zona del Ro Pilcomayo rescatan a los

    2 . Desarrollo Regional Integrado del Chaco Paraguayo . Diagnstico y Estrategia (1983), Gobier-no de la Repblica del Paraguay, Secretara General de la Organizacin de los Estados Americanos, Asuncin .

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    indgenas que segn l carecan de nacionalidad, pero con la certeza de que Bruguez perteneca a Paraguay y ya era un espacio alejado de la contienda en que caeran Paraguay y Bolivia durante la Guerra del Chaco .

    Durante las primeras dcadas del siglo xx en que Zurflh dirigi la Misin Ta-caagl, los paraguayos que optaron por establecerse en la zona argentina del Territorio Nacional de Formosa merecieron la atencin especial de un fraile que pretenda conocerlos y, al mismo tiempo, resguardarlos . El lbum confeccionado por el fraile Jos Zurflh lo muestra interesado en presentarse a s mismo como alguien ms cercano a los indgenas que a cualquier otro grupo humano . Al mismo tiempo se interesa en mostrar su personalidad, sus actividades, sus sorpresas, sus intereses y su capacidad de burlarse y de ser objeto de burla por parte de sus compaeros de vida en la Misin Tacaagl . Zurflh dedic cientos de imgenes de Tacaagl, ms que a los indgenas, al resto de frailes, y las fotografas fueron incluidas en el lbum utilizado en esta obra .

    Por ello presentamos una seleccin de aproximadamente 130 imgenes repartidas entre 21 temas generales planteados en el anlisis de este libro . A mediados del siglo xx se abri otro proceso para los indgenas tobas y pilags de la Misin Tacaagl . Como ocurriera en las misiones fronterizas franciscanas dirigidas a los chiriguanos en la frontera del Estado boliviano (Langer, 1998 y 2009), o a los guarayos bolivia-nos (Garca Jordn, 2006 y 2009), la secularizacin de las misiones transform la relacin entre los indgenas y el Estado Nacional y, especialmente, el papel de las rdenes religiosas con los pueblos originarios . En el caso del Territorio Nacional de Formosa, el gobierno de Juan Domingo Pern dio por acabado el compromiso asumido con la Comisara General de los Misioneros Franciscanos de Tacaagl . La misin fue incorporada a partir de 1955 al nuevo Estado provincial de Formosa y, por ende, a la organizacin administrativa dependiente de su gobernador . Se rompi as la mediacin de los frailes aunque en los hechos se reconociera la labor educativa y la disciplina laboral propiciadas por un franciscano como Jos Zurflh durante medio siglo . Sobre esta base, el presente estudio contrasta la organizacin poltica, econmica, indgena y social del Chaco paraguayo-argentino en la zona de frontera del Ro Pilcomayo en su salto entre la Misin Tacaagl (Takagl) y el fortn General Bruguez . Se profundiza en los procesos de integracin de las poblaciones tobas y pilags del rea paraguaya en la Formosa argentina .

    Las fotografas de Tacaagl completadas por Zurflh en la formosea Misin de Laish se conservan en el archivo fotogrfico del Archivo y Biblioteca Hist-ricos de la Provincia Franciscana de San Miguel, ubicado en el argentino Convento San Carlos (ABHPFSM) . En este ao 2011, en que se celebra el Bicentenario de Independencia de Paraguay, deseamos que la reivindicacin de sus grupos indge-nas obtenga un lugar central en esta obra que, finalmente, rene el pensamiento dispar sobre el Gran Chaco . La migracin de los originarios paraguayos al territo-rio formoseo sigue siendo un importante tema y permite comprender la lucha que histricamente ha tenido el Paraguay para construir su propia historia . La doctora

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    Gabriela Dalla-Corte Caballero agradece especialmente al provincial franciscano Gustavo Rodrguez la posibilidad de consultar la documentacin del archivo del convento ubicada en San Lorenzo . Tambin al licenciado Fernando Navarro y a la bibliotecloga Carina Arroyo por su generosidad para reproducir documentacin que fue central para entender la fundacin de la Misin Tacaagl . Tambin al Ar-chivo General de la Nacin (AGN), Buenos Aires, y al Archivo General Histrico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile (MRECH) . La difusin de esta obra es posible gracias al apoyo otorgado por la Agencia Espaola de Coopera-cin Internacional y Desarrollo (AECID), as como por la colaboracin del Taller de Estudios e Investigaciones Andino-Amaznicos (TEIAA) de la Universidad de Barcelona (UB) .

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  • CAPTULO 1

    El Chaco en el continente: el espacio interior

    El Chaco o Gran Chaco es una regin ubicada en el interior de Amrica del Sur, especficamente en el noreste de Argentina, Noroeste de Paraguay y suroeste de Bo-livia . Tradicionalmente es caracterizada como una regin con un ecosistema que dispone de zonas ridas, semiridas y hmedas, con periodos alternados de sequa e inundaciones en algunas zonas, principalmente en las adyacencias de los ros Pil-comayo, Bermejo y Paraguay . En especial interesa la zona que se reconoce desde inicios del siglo xx como espacio vital . Nos referimos al fortn General Bruguez (Mapa 5), que volveremos a ver citado por los propios franciscanos dedicados a incorporar en la Misin Tacaagl de la zona argentina a los indgenas procedentes del rea en disputa entre Bolivia y Paraguay hasta 1935, es decir, el Chaco norteo .

    El Gran Chaco se considera una gran llanura aluvial que se extiende por la regin centro-meridional de Amrica del Sur incluyendo la zona sudoriental de Bolivia, la mitad occidental de Paraguay, una porcin del nordeste y centro de Argentina y una reducida zona del sur de Brasil (Souchaud, 2007) . Sus lmites se definen al norte y al sur, respectivamente, por los llanos del Mamor en Bolivia (extensa rea de bosques tropicales hmedos) y por una franja de transicin entre el sector norte de la provincia argentina de Crdoba y el tramo de la provincia de Santa Fe por el que discurre el Ro Salado; al oeste, por las sierras Pampeanas y las sierras subandinas de Argentina, y hacia el este, por el eje fluvial Paran-Paraguay de Paraguay y Argentina, respectivamente . Este ecosistema se encuentra en un 52% en territorio de Argentina, un 30% en Paraguay, un 15% en Bolivia y slo un 3% en Brasil, di-ferenciacin que fue consolidada finalmente por la disputa de la Guerra del Chaco (Vzquez Recalde, 2006a; 2006b) .

    El Gran Chaco se subdivide en funcin de sus caractersticas climticas y sus for-maciones vegetales en tres zonas . El Chaco boreal, la ms extensa de las divisiones internas del Gran Chaco, incluye la totalidad de la regin Occidental de Paraguay, tambin conocida como Chaco, entre los ros Pilcomayo y Paraguay (Kleinpenning, 1987, 1992, 2003) .3 El Chaco central, que se sita entre los ros Pilcomayo y Berme-jo en territorio argentino . Y el Chaco austral, al sur de este ltimo, que se prolonga entre los ros Bermejo y Salado hasta su contacto con la Llanura pampeana . En esta

    3 . Planificacin Territorial Indicativa (2004), Cartera de Proyectos Iniciativa para la integracin de la infraestructura regional Suramericana (IIRSA) .

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    lnea, el primer sector est dividido entre Bolivia, Paraguay y, en menor medida, Brasil, mientras que los otros dos se hallan en territorio argentino . Otra subdivisin se realiza en funcin de las subunidades morfolgicas: Chaco alto,4 Chaco deprimi-do, Chaco bajo y Diagonal fluvial de Santiago del Estero en Argentina . La llanura tiene en su conjunto un gran desarrollo horizontal, con una dbil pendiente en di-reccin noroeste-sureste (Kolhepp, 1983) . Desde un punto de vista estructural, se trata de una cuenca sedimentaria rellenada por la erosin de los macizos vecinos . Los agentes que colmataron la cuenca, especialmente el Ro Pilcomayo y los paleo-cauces, son de origen elico, fluvial, lacustre y marino . Predominan suelos arenosos y rocas sedimentarias arcillosas; estas ltimas dan lugar a la aparicin de terrenos anegadizos en el sector chaqueo oriental argentino-paraguayo . As, durante la esta-

    4 . Plan de Ordenamiento Ambiental del Territorio: Departamentos de Boquern y Alto Paraguay (2007), Secretara del Ambiente, GTZ, USAID, BGR, Desdelchaco, Asuncin .

    Mapa 5. Gran Chaco, hoy . Fuente: GTZ, 2004 .

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  • 21El Chaco en el continente: el espacio interior

    cin lluviosa (de diciembre a abril) los ros inundan ese sector, lo que da lugar a la aparicin de amplias reas pantanosas .

    La macrorregin posee en general un clima subtropical rido y caluroso, por lo que las diferencias entre las diversas zonas vienen dadas por las variaciones de tem-peratura (que aumentan de sur a norte) y por una disminucin de las precipitaciones de este (hmedo) a oeste (rido) . A lo largo de los cauces presentes en la zona orien-tal crecen altas caas de palma que dan paso tierra adentro a formaciones de monte bajo y sabana (esta ltima aprovechada para la puesta en marcha de explotaciones ganaderas) . Al oeste se desarrolla una densa vegetacin de arbustos bajos y espino-sos . En el bosque chaqueo de Paraguay y el norte de Argentina crece el quebracho, en concreto su variedad roja, que proporciona madera y tanino para el curtido de pieles . En el Chaco austral, situado en Argentina, se cultiva principalmente algodn . La fauna es abundante y variada, e incluye jaguares, ocelotes, tapires, osos hormi-gueros, capibaras, pecares y agutes . Pjaros, reptiles e insectos tambin estn bien representados, como lo estaban en la primera mitad del siglo xx, y los observaremos en las imgenes fotogrficas del franciscano Jos Zurflh .

    Otra clasificacin propone cuatro zonas principales: el Chaco hmedo, situado en la franja este, correspondiente a la cuenca de los ros Paraguay y Paran; el Chaco semirido, contiguo a la zona anterior, con una orientacin norte-sur; el Chaco rido en el extremo sur, situado en Argentina y, finalmente, el Chaco serrano . El Gran Chaco presenta una gran diversidad de paisajes donde sobresale un neto predominio de extensas llanuras; la porcin sudoeste ocupada por sierras; grandes ros que la atraviesan en sentido noroeste-sudeste hasta su confluencia con el Paraguay-Paran; sabanas secas e inundables, esteros, baados, salitrales, y una gran extensin y diversidad de bosques y arbustos . Este conjunto se traduce en una alta diversidad de especies animales y vegetales que hacen del Chaco una de las reas internacionalmente clave en trminos de conservacin de la biodiversidad .

    1. Poblacin autctona: diversa y dispersa

    La denominacin de Chaco proviene, segn la mayora de las versiones, de la voz chacu, que en lengua quechua significa territorio de caza . En efecto, la poblacin incaica que habitaba el altiplano organizaba peridicamente caceras de animales en la zona adyacente a la zona andina . Las operaciones de bsqueda y captura de los animales consistan en el acorralamiento extenso que se cerraba . Si bien la civi-lizacin incaica haba desarrollado la agricultura, principalmente diversas especies de tubrculos, en el Chaco tenan caractersticas paleolticas, es decir una economa basada en la extraccin de recursos .

    El Gran Chaco tambin estaba poblado por diferentes grupos autctonos muy di-ferentes al no compartir ni la lengua ni las prcticas culturales . Entre ellos se produ-can fuertes luchas por el control, mantenimiento y expansin de las reas de cacera, entendiendo que casi todos los grupos indgenas basaban su economa en la caza de

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    animales, la recoleccin de frutos, la pesca y el rapto con el posterior vasallaje . La agricultura era casi inexistente debido al desconocimiento que tenan estos pueblos de las prcticas as como a las condiciones del suelo, clima y especialmente precipi-taciones, que dificultaban en extremo esta actividad .

    Los suelos del Gran Chaco (Olmedo, 1966) son en su mayora arenosos aunque el detalle para comprender el escaso o nulo desarrollo de la agricultura era la di-ficultad de contar con fuentes de agua potable segura, especialmente en las zonas alejadas de los ros, donde si bien existan algunas fuentes de agua, la mayora eran salobres, conspirando fuertemente contra la instalacin duradera de la poblacin en alguna zona especfica . Por el contrario, el modelo econmico se basaba ms que nada en la movilidad; era preciso cada cierto tiempo, por lo general algunos meses, salir en busca de animales y plantas, lo que conllevaba el movimiento de los grupos hacia nuevas zonas de caza .

    A diferencia de otras zonas del continente, el Gran Chaco experiment una co-lonizacin relativamente tarda, pues los diferentes sistemas de fuerza hispnicos, tanto provenientes del Ro de la Plata como de la fachada andina, encontraron recur-sos que explotar y exportar en las zonas prximas a los puertos (Nauman y Coronel, 2004 y 2008) . Durante el reinado de Felipe III (1598-1621), las Gobernaciones de Buenos Aires, Paraguay, Santacruz, Tucumn y la Audiencia de Charcas no consi-deraron que la zona del Gran Chaco constituyese un espacio atractivo para el asen-tamiento de poblacin . De esta forma, la colonizacin y conquista lenta del espacio se concentraba ms en los litorales que en el interior del continente, dejando a la poblacin autctona un amplio margen de maniobra y, lo ms relevante, el mante-nimiento de sus sistemas culturales, que en muchos casos, como en el Gran Chaco, permitieron mantener la independencia indgena hasta bien entrado el siglo xx . En el Alto Per, el descubrimiento y transporte del oro y la plata haban propiciado el asentamiento de poblacin hispnica con una infraestructura mnima para la exporta-cin hacia Espaa . As, la llegada de Pizarro al Per en 1542 por el ocano Pacfico inaugur un camino que conecta la zona andina del continente con Europa, pero excluye precisamente al Gran Chaco .

    En la fachada atlntica las cosas no eran diferentes . Si bien los espaoles se ha-ban internado ms rpidamente en el interior con la fundacin de Asuncin en 1537, no pudieron sostener ni progresar de forma estable en el interior del continente, por lo que aseguraron primero la conexin con Espaa . De esta forma se comprende la importancia de los puertos, principalmente el de Buenos Aires, para el comercio de cuero, yerba mate y luego maderas implementado entre las colonias y la corona . Amrica del Sur presenta, entonces, tres macroespacios de interior: el Gran Chaco en el centro, la Patagonia en el sur y la Amazona en el norte . Estas megarregiones presentan caractersticas de poblacin e integracin muy similares: todas se sitan a considerables distancias de ambos litorales y especficamente entre la cordillera de los Andes y el ocano Atlntico, fueron ocupadas e incorporadas tarda y dificulto-samente a las respectivas sociedades nacionales y disponen an, a excepcin de la Patagonia, de poblacin indgena que se reconoce como tal .

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  • 23El Chaco en el continente: el espacio interior

    A inicios del siglo xviii las sociedades indgenas se ubicaban geogrficamente siguiendo un esquema doble: en primer lugar, la Mesopotamia del Chaco Occidental (Argentina), entre los ros Bermejo y Pilcomayo, dominada por los grupos de abipo-nes, mocoves, pilags y tobas, entre otros . Y, en segundo lugar, la Mesopotamia del Chaco Oriental (Paraguay) donde se radicaron entre los ros Pilcomayo y Paraguay los guaicures, payaguaes y maskoys, entre otros . Las nuevas fronteras surgidas de la divisin administrativa, tanto desde antes como despus de la independencia de los pases rioplatenses, no haban tenido significacin alguna para el Gran Chaco, que mantena su estructura poblacional y cultural casi intacta .

    No obstante, el lento avance de la frontera, principalmente desde las provincias argentinas de Salta, Santiago, Jujuy, Santa Fe y Corrientes, garantiz el aumento del hato ganadero . La intensificacin del control del ganado comenz a impactar a los grupos autctonos . Los abipones, mocoves y tobas se convirtieron as en poderosos opositores de las explotaciones ganaderas por la presin que ejercan mediante el robo de ganado bovino y equino a travs de continuos asaltos, saqueos, robos y ma-tanzas . De forma paradjica, la ganadera implementada por los productores rurales de las provincias fue objeto de caza por parte de los indgenas . Desde esta perspecti-va, la ganadera, nueva actividad econmica de los grupos indgenas, era negociada mediante trueques en las provincias argentinas de Santa Fe y Corrientes, e incluso en Asuncin, la capital paraguaya, aun a sabiendas de que se trataba de ganado ro-bado . Adems del ganado, el comercio de pieles de animales silvestres constitua otra fuente de obtencin de objetos por el trueque con las poblaciones paraguayas y argentinas . En estas ntimas actividades indgenas, los tobas ocuparon, al menos en un primero momento, tres zonas principales . En primer lugar, el extremo norte de la franja comprendida entre los ros Bermejo y Pilcomayo . En segundo lugar, la zona intermedia, donde se asentara inteligentemente la Misin Tacaagl . Y, en tercer lu-gar, la ltima zona en la porcin sur donde confluyen los ros Pilcomayo y Paraguay . En el caso de los pilags, los mismos son tambin el resultado del encuentro de los indgenas tobas con los guaicures . La gran movilidad que desarrollaron a lo largo del siglo xix e inicios del xx est directamente vinculada a la conquista del espacio de la sociedad occidental, que fue presionando cada vez ms a estos grupos hasta reducirlos geogrfica y culturalmente .

    2. Conocimiento, conquista y ocupacin

    Desde Argentina se iniciaban los esfuerzos decididos de ocupacin del espacio perifrico y su incorporacin posterior a los procesos econmicos mediante la ex-plotacin forestal (Bitlloch, 1997), la agricultura y la ganadera . A finales del siglo xix se implementa la poltica de la conquista del desierto argentino, consistente en la aniquilacin de los indgenas debido a la peligrosidad que representaban para los intereses econmicos . En el caso de Paraguay, la situacin presentaba diferencias

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    radicales pues el estado no tuvo una poltica clara ni decidida de control, dominio ni integracin de su porcin del Chaco . No obstante, desde el siglo xvii este territorio era objeto de inters tanto por sus recursos desconocidos como por asegurar la sobe-rana sobre esta extensa regin . Aunque los lmites eran imprecisos, a mediados del siglo xviii a Paraguay le interesa la ocupacin de una buena parte del Gran Chaco, especialmente de la zona comprendida entre los ros Pilcomayo y Bermejo, sobre todo este ltimo porque poda ser navegable y representaba una oportunidad de co-municacin y comercio con las provincias argentinas del noroeste .

    Por su parte, el Ro Pilcomayo constitua una gran atraccin como potencial me-dio de comunicacin . Se organizaron un gran nmero de expediciones con el objeto de conocer y cartografiar la zona, pero sobre todo para estudiar su navegabilidad . El Gran Chaco ha atrado a varios exploradores y cientficos, principalmente europeos, quienes a partir de mediados del siglo xix recorrieron las diversas regiones para describirlo (Cuadro 1) .

    De forma paulatina y con ms intensidad a partir de las ltimas dcadas del siglo xix, los grupos indgenas fueron aniquilados o confinados en las zonas ms inacce-sibles, como la cuenca del Pilcomayo . En efecto, las provincias de Santa Fe primero y luego la de Formosa fueron el foco principal de las polticas pblicas orientadas a incorporar estas zonas a la economa argentina . Se conformaron colonias con inmi-grantes europeos al mismo tiempo que se inici el proyecto de parcelar las tierras para fines productivos, como ocurra en Paraguay . En varias zonas el Estado argen-tino provea lotes gratuitamente a los colonos que lograsen edificar y cultivar en un periodo de seis meses . Con estas facilidades no fueron pocos los colonos que inicia-ron una nueva vida en la parte argentina del Chaco .

    Por su parte, Paraguay tambin inici un proceso semejante de loteo de tierras pblicas, aunque en otro contexto . En 1864 se desata la denominada guerra de lo que conocemos como triple alianza, conformada por Brasil, Argentina y Uruguay, contra el territorio sin salida al mar, Paraguay . La guerra estudiada intensamente durante el siglo xx termina en 1870 con la casi aniquilacin de la poblacin paragua-ya . Los aliados incorporan a sus territorios algunas zonas que antes aparecan como paraguayas, como la porcin situada entre los ros Bermejo y Pilcomayo, que pasa definitivamente al control y dominio de Argentina y permite construir posteriormen-te el Territorio Nacional de Formosa, que a partir de mediados del siglo xx sera un Estado provincial . Las pretensiones argentinas incluan la porcin sur del Chaco paraguayo, prxima a la localidad de Asuncin . El gobierno paraguayo protest y el conflicto fue dirimido en 1878 mediante un fallo del entonces presidente norteame-ricano Rutherford Hayes . El influyente Hayes favoreci al Paraguay concedindole la zona en cuestin . A partir de este periodo, el Chaco dejaba de ser un espacio fron-terizo interno para convertirse en frontera externa . En este caso, el Ro Pilcomayo serva de lmite poltico con Argentina y de frontera nacional (Dalla-Corte Caballero, 2008a y 2008b) .

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  • 25El Chaco en el continente: el espacio interior

    Cuadro 1. Principales exploraciones del Chaco (1542-1906)

    Fecha Protagonistas Evento Resultado

    1542 (aprox .)

    lvar Nez de Vera Cabeza de Vaca

    Nombramiento como gobernador de la Plata, expedicin militar

    Inicio de la poltica de exterminio de los guaycures

    1554 (aprox .)

    Andreas Manso Misin enviada por el virrey del Per para la conquista del Chaco

    Luego de cruzar el Ro Pilcomayo hacia el Chaco central, el grupo fue exterminado por lo chiriguanos

    1670-1780

    Gobernadores de Tucumn: ngel Peredo, Urizar, Espinosa, Matorras, Arias

    Envo de expediciones militares para exploracin y sometimiento del Chaco

    1670 Misioneros jesuitas Expediciones para evangelizacin de indgenas

    Intentos infructuosos con prdidas humanas

    1721 Gabriel Patio, misionero jesuita

    Exploracin del Ro Pilcomayo desde Asuncin con un grupo de 71 hombres (60 indgenas guaranes)

    Recorrido en parte a pie, llegando a una zona de esteros; contacto con dos grupos de indgenas . uno de los cuales, los tobas, mataron a un sacerdote

    1741 Agustn Castaares, misionero Jesuita

    Exploracin del Ro Pilcomayo desde Asuncin

    Regreso despus de 83 das, sin mayores resultados que el anterior

    1785 Flix de Azara Exploracin del Ro Pilcomayo Report innavegabilidad del ro, slo seis pies de agua y una fuerte correntada

    1843 General Manuel Rodrguez Magarios

    Exploracin del Ro Pilcomayo, por encargo del gobierno uruguayo

    Desisti por falta de agua . Pacific la regin habitada por los tobas y los chiriguanos

    1844 Enrique Van Nivel, marino belga

    Exploracin del Ro Pilcomayo, por encargo del gobierno boliviano . En piraguas y canoas, 56 soldados y 7 civiles

    Explor 1 .400 kilmetros y lleg hasta arenales que eran lmites innavegables donde el ro se divida en 70 cauces . Abandono por ataque de indgenas

    1863 Jos Gianelly, fraile franciscano

    Expedicin terrestre, por encargo del gobierno boliviano . Con 50 soldados

    Lleg hasta donde haba llegado Van Nivel . Abandonada por sublevacin de los soldados

    1882 Doctor Julio Nicols Crevaux

    Expedicin Fracasada, muerte del doctor Julio Nicols Crevaux

    1882 Coronel Andrs Rivas, boliviano

    Misin de castigo a los tobas por la muerte del doctor Crevaux

    Misin fracasada, sorprendidos por los indgenas, se retiran

    1882 Luis Jorge Fontana, comandante argentino

    Expedicin en vapor por el Ro Pilcomayo . Enviados por el gobierno argentino en busca de restos del doctor Crevaux y para levantar mapa del ro

    Exitosa, la primera en remontar el cauce desde su desembocadura desde el Ro Paraguay

    1883 Doctor Daniel Campos y coronel Samuel Pareja de Bolivia . Doctor Emilio A . Thouar, del gobierno francs

    Misin por tierra desde Tarija, Bolivia, en busca de salida al Atlntico y para ocupar poblaciones Teyu, Cabayurepoti y Piquyrenda y recuperar restos del doctor Crevaux

    Exitosa; luego de penurias y muertes llegaron hasta el Ro Paraguay y a Asuncin . El gobierno paraguayo les brind socorro y regresaron a Bolivia

    (contina)

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  • 26 La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina

    Fecha Protagonistas Evento Resultado

    1884 Teniente Valentn Feilberg; ingeniero Olaf J . Storm, de la Sociedad Geogrfica de Pars

    Expedicin exploratoria del Ro Pilcomayo, enviada por el gobierno argentino

    Exitosa; fundacin del Fortn Coronel Fotheringhan y mapeo de 470 kilmetros del Ro Pilcomayo, en el que se comprob su innavegabilidad

    1885 Emilio A . Thouar Expedicin enviada por el gobierno argentino

    No se menciona

    1890 Capitn Juan Page Expedicin por el Ro Pilcomayo para llegar a Bolivia con 84 hombres

    No se cumpli el objetivo ya que el capitn Juan Page falleci durante el viaje, posiblemente de paludismo

    1890 Olaf J . Storm, ingeniero hidrogrfico y miembro de la Sociedad Geogrfica de Pars

    Expedicin exploratoria del Ro Pilcomayo por un grupo de militares, civiles y cientficos que tenan como finalidad llegar a Bolivia

    No completada la navegacin y el uso comercial del ro impracticable

    1898 Enrique Ibarrieta Expedicin desde Bolivia ro abajo por el Ro Pilcomayo, con destino a la Argentina

    No completada por varias muertes durante la travesa, incluyendo la de Enrique Ibarrieta

    1898 Genulfo y Arstides Sol, ingenieros franceses

    Comisin del gobierno argentino para delimitar tierras de la zona de Formosa y evaluar la importancia de los brazos del Ro Pilcomayo

    Confirmacin del brazo sur como verdadero canal del ro

    1900 Teniente Jos Montero

    Expedicin por el Ro Pilcomayo en busca de Enrique Ibarrieta

    Exploracin del brazo sur del ro hasta el Estero Patio, sin xito en la bsqueda de Enrique Ibarrieta

    1903 Otto Art Fric, alemn Exploracin del Estero Patio Exitosa; explor la seccin noroeste hasta la seccin sur del Estero Patio

    1904 Domingo Astrada, argentino

    Expedicin por tierra para trazar un camino a lo largo del Ro Pilcomayo

    Exitosa; aport datos sobre el Alto Chaco, cuenca del Ro Pilcomayo

    1905 Lucas Luna Olmos, gobernador del Territorio Nacional de Formosa

    Viaje de inspeccin y estudio del territorio

    Sin datos

    1906 Gunardo Lange (Gunnar Anfin Lange, gegrafo y cartgrafo, de origen noruego)

    Exploracin costeada por grandes propietarios del Chaco con el propsito de llegar a la interseccin de Ro Pilcomayo y el paralelo 22, lmite argentino con Bolivia

    Confirm la innavegabilidad del ro por la irregularidad de cursos y caudales

    1906 Capitn Elas Ayala e ingeniero Domingo Krause

    Conformacin de la Comisin Mixta Paraguay-Argentina; realiz trabajos para definir el brazo principal del ro como lmite entre ambos pases

    Reconfirmaron que el brazo principal del Ro Pilcomayo es el del sur . El brazo norte desaparece antes del Estero Patio

    Fuente: Vzquez Recalde (2009a y 2009b) .

    (continuacin)

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  • 27El Chaco en el continente: el espacio interior

    Una vez finalizada la Guerra de la Triple Alianza (Gaylord Warren, 2008), el Estado paraguayo se encuentra sin recursos econmicos para encarar la reconstruc-cin del pas, sobre todo el montaje de nuevos sistemas productivos . Ante la grave crisis econmica, el Estado decide la venta de las tierras pblicas como estrategia de recaudacin financiera . La promulgacin de leyes especficas que estipulaban la venta de tierras pblicas a partir del ao 1883, situacin repetida hacia 1885, liquid el patrimonio de bienes inmuebles de Paraguay .

    Las tierras tenan diversos valores en funcin de su ubicacin geogrfica, coti-zndose a ms alto precio las que se encontraban ms prximas a la ciudad de Asun-cin y a las vas de comunicacin terrestre, en la regin Oriental o fluvial del Chaco . Para la valoracin de la tierra se incluy la densidad poblacional y la existencia de praderas . As, las tierras fueron clasificadas en cinco categoras segn la ley de Venta de Tierras Pblicas de 1885 (Niklison, 2009) . Los criterios de valoracin del recurso territorial fueron la conectividad con el Ro Paraguay y la proximidad a Asuncin .

    En el Chaco paraguayo las parcelas deban tener una forma rectangular para ase-gurar que la mayora de ellas tuviera acceso al Ro Paraguay . Otro elemento de atrac-cin de inversionistas al Chaco fue el descuento del 50% si algn comprador lograba introducir al menos 25 familias de inmigrantes europeos de tres miembros . El Ro Paraguay era el elemento que valorizaba las parcelas, mientras que el Pilcomayo estaba totalmente fuera del espacio de atraccin . Si el Gran Chaco era una periferia extensa, el Chaco paraguayo constitua una hiperperiferia, especialmente las zonas alejadas del Ro Paraguay, como oportunamente demostr en su obra ya clsica Car-los Pastore (1972) (Cuadro 2) .

    Cuadro 2. Clasificacin de tierras pblicas para su venta

    Clase Localizacin Pesos/legua cuadrada

    1 Tierras de los alrededores de Asuncin, la zona de poblacin ms antigua 1 .200

    2 Una franja de 50 Km de ancho al este de las tierras de Clase 1, llegando hasta los bosques y yerbales del Alto Paran, que fueron vendidas bajo un rgimen especial

    800

    3 Las tierras del Chaco colindantes con la zona asuncea 300

    4 Franja de 50 Km al oeste del Ro Paraguay y a lo largo de esta zona 200

    5 Las tierras del oeste del Chaco 100

    Fuente: Vzquez Recalde (2008a y 2008b) .

    A diferencia de Argentina, Paraguay no logr instalar colonos de forma sistem-tica en su porcin del Chaco . La nica experiencia exitosa fue la llegada de colonos canadienses, que se instalaron en el centro del Chaco paraguayo a partir de 1927 . Esta experiencia colonizadora es la nica importante aunque focalizada en algunas zonas especficas y sin impacto regional, al menos hasta la dcada de 1990 . Las po-lticas que parcelaron el territorio mediante el otorgamiento de facilidades permitie-

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  • 28 La conquista y ocupacin de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina

    ron tanto en Argentina como en Paraguay la llegada de nuevos actores al Chaco, las grandes empresas que aprovecharon para controlar grandes superficies . En Argenti-na la Compaa Forestal, ms conocida como La Forestal, logr disponer de ms de 700 .000 hectreas, mientras que en Paraguay la empresa Carlos Casado contaba con ms de 5 .000 .000 de hectreas en el Chaco entre finales del siglo xix y principios del siglo xx (Girbal Blacha, 1995; Dalla-Corte Caballero, 2009a) .

    Las ltimas dcadas del siglo xix y las primeras del xx modificaron el panorama de la economa del Gran Chaco en ambos pases analizados, y ello por el descubri-miento del quebracho . Este rbol de gran porte se caracteriza por la gran dureza y resistencia de su madera y por el producto resultante de su tratamiento industrial, el tanino . Las demandas internacionales crecientes, principalmente de Estados Unidos y Europa, generaban una mayor intensidad en los procesos de extraccin y transfor-macin del quebracho . Rpidamente las empresas productoras de tanino instalaron diversas infraestructuras industriales y de logstica consistentes en un sistema de extraccin y transporte por va frrea y un sistema industrial en los centros de pro-duccin, que acabaron, en la mayora de los casos, generando la aparicin de pue-blos y ciudades . En ambos pases la poblacin indgena fue integrada a las labores en condiciones crticas, por los bajos salarios y por la ausencia de los estados en la aplicacin de la legislacin laboral .

    A diferencia de Paraguay, el capital extranjero en Argentina logr incorporar al Estado en sus iniciativas, especialmente en lo que concierne a las vas de comuni-cacin . En este caso, el Estado argentino acompa la expansin industrial con la construccin de una va frrea que cumpla mltiples propsitos, siendo el principal la incorporacin efectiva de enormes superficies en el norte del pas, en especial las provincias de Chaco y Santa Fe, a la economa nacional, pero beneficiando princi-palmente a las empresas tanineras (Vzquez Recalde, 2005) .

    3. La Guerra del Chaco: religin al auxilio de los estados ocupando los espacios

    La indefinicin de lmites entre Bolivia y Paraguay sumada a los crecientes in-tereses de las empresas petroleras no slo por controlar el territorio productivo en Bolivia, sino tambin por disponer de una va de transporte segura y rpida, en este caso el Ro Paraguay, son las principales causas de la guerra que estalla entre estos dos pases entre 1932 y 1935 (Scavone Yegros, 2004) . La guerra afect a todos los actores, sobre todo a los diferentes grupos indgenas, modificando el sistema terri-torial de los indgenas . Bolivia y Paraguay han intentado ocupar histricamente el Chaco por diversas formas . El ejrcito boliviano, como el paraguayo, haba utiliza-do a los indgenas como guas: los bolivianos a los nivacls y los paraguayos a los chamacocos . Desde el inicio de las relaciones entre indgenas y soldados, aqullos pasaron a ocupar el lugar ms bajo en la estructura social del Chaco Boreal . Ni la

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  • 29El Chaco en el continente: el espacio interior

    Guerra del Chaco, que defini los lmites entre Paraguay y Bolivia (Vern, 2002), logr incrementar el inters en poblar y activar el territorio conocido ya como Cha-co paraguayo .

    El estatus de hiperperiferia, as como la presencia de grupos indgenas, signific una oportunidad para que la Iglesia catlica y las protestantes se instalasen e imple-mentasen sus propios diseos de sociedad . En los estados de Argentina y Paraguay fueron muy bien recibidas en razn de la imperiosa necesidad de pacificar los dife-rentes grupos indgenas y facilitar la penetracin territorial de fuerzas econmicas nacionales . De esta forma, se asientan primero los misioneros anglicanos a partir de 1889 en el sur del Chaco paraguayo, en las cercanas de las explotaciones forestales tanineras . El pionero en entrar en contacto con los indgenas del Chaco y establecer una presencia religiosa sostenida fue el misionero ingls Wilfrid Barbrooke Grubb, autor de An unknown people in an unknown land (1911) y A church in the wilds (1914) . Desde la ltima dcada del siglo xix y durante las dos primeras del xx los misioneros salesianos haban manifestado un claro inters en conquistar las almas de los indgenas del Chaco . Luego de varios preparativos, recin hacia 1920 inician el trabajo concreto en la zona noreste del Chaco paraguayo y en el litoral del Ro Pa-raguay . Los mismos aos en que Argentina haca lo propio desde el sur, entregando parte de las tareas a los franciscanos (Rostagno, 1911) .

    Una de las decisiones polticas ms audaces que utiliz el Estado paraguayo para poblar el Chaco fue precisamente la ley n . 514 del ao 1921 . A travs de esta nor-mativa se establecieron privilegios para que el grupo de colonos agrcolas que de-mostraran una reputacin excelente como agricultores se mostraran al mismo tiempo como especialistas en el proceso de ocupacin de espacios que calificaban de dif-ciles . Adems de agricultores experimentados y exitosos, pertenecan a la religin anabaptista y se sentan obligados a salir de Canad, pues este pas les exiga que se rigiesen por el sistema civil canadiense, as como se les prohiba el uso del alemn en las escuelas . Est demostrado en la historia paraguaya que los colonos canadien-ses llegaron recin a finales del ao 1927, luego de estudios sobre el terreno y tras haber adquirido tierras en el centro del territorio que estaba calificado como Cha-co paraguayo . La estrategia del gobierno paraguayo para privilegiar a los colonos canadienses era la de instalar poblacin en una zona que an no haba sido objeto de delimitacin con Bolivia . De esta forma, los colonos canadienses de religin me-nonita fueron instrumentalizados por el gobierno paraguayo para ocupar el Chaco y quedaron durante la Guerra del Chaco literalmente en medio del fuego cruzado (Moniz Bandeira, 1998; Seiferheld, 1983) .

    Por su parte, Bolivia, al conocer la ley de 1921 que facilitaba la migracin de los menonitas al Chaco paraguayo, solicit al Vaticano la presencia de misioneros catlicos y as ocupar con religiosos dirigidos por el Vaticano la regin del Chaco y reducir los grupos indgenas (Solares, 1926) . El Vaticano pidi entonces la participa-cin a la congregacin de Oblatos de Mara Inmaculada (OMI), reconocida por las misiones difciles que llevaba a cabo en diferentes partes del mundo . Posteriormente,

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    en 1925, la misin catlica de la congregacin de Oblatos de Mara Inmaculada llega al oeste del Chaco para evangelizar a los indgenas . Los misioneros, todos alemanes, comienzan a trabajar con los indgenas bajo la forma de misiones, es decir, estable-cimientos duraderos, siendo el inicio del cambio de funcionamiento socioeconmico y territorial de los indgenas, quienes ya no basaran su economa en la caza, la pesca cuando estaban cerca del ro y la recoleccin de frutos para combinarla en principio con la agricultura y la ganadera de supervivencia .

    Adems de cumplir con su papel estrictamente religioso, los misioneros defen-dieron a los indgenas de los maltratos de los soldados bolivianos y paraguayos, convirtindose rpidamente en defensores de la causa indgena, del respeto de sus tierras, pero no de sus tradiciones, postura caracterstica del antropocentrismo de inicios del siglo xx y de toda actividad misionera . Las misiones de los Oblatos de Mara se ubicaban en la zona fronteriza con Argentina, prximas al Ro Pilco-mayo . La misin San Jos de Esteros fue la primera en establecerse a poco de la llegada de los misioneros . Luego surgen Misin San Leonardo de Laguna Escalan-te y luego la de Pedro P . Pea, siempre alineados al Ro Pilcomayo . La presencia de los Oblatos de Mara constituy un intento de controlar un posible avance de los protestantes en el Chaco, no slo por la presencia de los anglicanos en el sur de la regin, sino sobre todo de los colonos canadienses de religin menonita que se iran instalando pocos aos despus . La denominacin menonita tiene su origen en el lder del movimiento anabaptista, el holands Menno Simons, tema que ha me-recido mayor inters intelectual por parte de sus propios miembros (Stahl, 2007) .

    El Chaco paraguayo se estructuraba entonces, al menos hasta 1940, por diferentes sistemas, en especial el econmico y el religioso . En primer lugar el econmico, ya que primaba la extraccin de quebracho y la produccin de tanino en el extremo este y con una ganadera en el extremo sur . Cabe sealar que incluso el clero paraguayo fue consultado por el gobierno en la toma de decisiones econmicas sobre el cultivo del algodn, para promocionar otros productos que sustituyeran lentamente a partir de 1920 la ganadera y el tanino, que eran en el Chaco dos de los productos hege-mnicos (Dalla-Corte Caballero, 2011a) .5 En segundo lugar, el religioso, que inclua a los salesianos en el noreste, los protestantes anglicanos y menonitas en el sur y en el centro, y a los oblatos en el extremo oeste (Stoez y Stackley, 2000; Kleinpenning, 2009) . Si pensamos en estos mbitos, las misiones catlicas fueron fluviales, es decir, se instalaron en las cuencas de los principales ros del Chaco paraguayo, que son el Ro Paraguay, ocupado por los salesianos, y el Ro Pilcomayo, en su caso ocu-

    5 . Tambin el Oficio Confidencial 5 de Legacin de Chile en Paraguay, Asuncin (Gonzalo Montt Rivas), El clero, la poltica y el cultivo del algodonero, 27 de agosto de 1923, Archivo General His-trico del MRECH, v . 954, de 02-01-1923 a 27-12-1923 . Cabe sealar que el MRECH corresponde al Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonizacin (1888-1924), Ministerio de Relaciones Exteriores (1924-1930), Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio (1930-1941) y Ministerio de Relaciones Exteriores de la Repblica de Chile (desde 1941) .

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    pado por los misioneros oblatos . Los protestantes anglicanos y menonitas prefirieron el interior (Durn, 2000) .

    En Argentina la estrategia no fue diferente pero el grupo religioso fue otro . El go-bierno nacional acept la presencia de misiones religiosas para ocupar e incorporar las zonas ms aisladas a la economa del pas (Gaignard, 1968, 1973, 1980) . En la zona de disputa y de captacin de indgenas que oscilaban entre el territorio conver-tido en argentino (es decir, el Territorio Nacional de Formosa, preferentemente) o se encontraban en proceso de legalizar su condicin de paraguayos, el control dirigido a los tobas y pilags cay en manos franciscanas, como veremos en los prximos dos captulos de este libro . Hoy da el fruto es la cooperacin en algunas zonas despus de un largo siglo de conflictos mltiples (Stahringer, 2007) .

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  • CAPTULO 2

    El origen de la Misin Tacaagl en la frontera entre Argentina y Paraguay,

    Ro Pilcomayo

    1. Las misiones franciscanas en la Dicesis de Santa Fe

    Podemos citar las tareas de diversos miembros del ejrcito argentino involucrados en el proceso de ocupacin, conocimiento y apropiacin de tierras del Gran Chaco en la zona argentina en las ltimas dcadas del siglo xix . Encontramos a Rudesindo Ibazeta, que con el Dcimo Regimiento de Caballera recorri el Ro Pilcomayo; el general Benjamn Victorica, que ocup el Chaco austral y el Chaco central (Baldrich, 1889: 69 y 286-287);6 el teniente coronel Luis Jorge Fontana (1881 y 1882), acredi-tado por el Instituto Geogrfico Argentino como benemrito de la geografa argen-tina en reconocimiento a su prolfica labor cientfica; el ingeniero Pablo Neumayer (1876);7 o informes y reflexiones menos optimistas, como lo que asumi el teniente Baldomero Crlsen8 (1871a, 1871b, 1871c) .9

    El prefecto de misiones Pedro Iturralde y el explorador J . Amadeu Baldrich (1889) redactaron propuestas de organizacin misional en el Chaco central desde la perspectiva de la inclusin de los pilags y tobas a la vida nacional, conservando en el primer caso la privacidad de su formacin en manos franciscanas . La actividad misional franciscana fue la estrategia de colonizacin legtima en el norte del pas, en la frontera del Pilcomayo y en la del Ro Bermejo . Iturralde estructur las fases

    6 . Archivo General de la Nacin (AGN), Buenos Aires, Argentina, Sala VII, Fondo Benjamn Vic-torica, Ministro de Guerra y Marina, Campaa del Chaco, 350 cartas del legajo 3 .162, n . 37, as como aproximadamente 600 cartas del Legajo 3163, n . 38, todas del ao 1884 .

    7 . Especialmente, Archivo General de la Nacin (AGN), Buenos Aires, Argentina, Fondo de Ma-nuscritos de la Biblioteca Nacional, Legajo 383, Documento n . 6 .597: NEUMAYER, Pablo (inge-niero), Proyecto de colonizacin para la Repblica Argentina, en el Gran Chaco del Medio, entre Ro Bermejo y Ro Pilcomayo, Buenos Aires, 11 .09 .1876, manuscrito .

    8 . AGN, Fondo de Manuscritos de la Biblioteca Nacional, Legajo 382, Doc . n . 6596, Informe del Teniente Primero D . Baldomero Crlsen sobre el pas y frontera del Gran Chaco, 1871, Informe que presenta el Oficial del Regimiento de Caballera de Lnea Nueva Creacin que suscribe, en cumpli-miento de la Comisin especial que le fue confiada por el Teniente Coronel Don Napolen Uriburu, de que da cuenta y relacin en el presente expediente .

    9 . Archivo General de la Nacin (AGN), Buenos Aires, Argentina, Fondo documental del Museo Histrico Nacional, tomo I (1605-1869), tomo II (1870-1879) y tomo III (1880-1889), Ministerio de Educacin de la Nacin, Direccin General de Cultura, Comisin Nacional de Museos y Lugares His-tricos, Buenos Aires, 1952 .

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    del proceso de conversin y civilizacin de los indgenas en las misiones de San Francisco de Ass de Laish y de San Francisco Solano de Tacaagl, experiencias franciscanas fundadas en 1901 y dirigidas por los miembros de la orden del Conven-to San Carlos de San Lorenzo .

    Los Territorios Nacionales de Chaco y de Formosa fueron regulados por la ley 1532 de 1 de octubre de 1884, promulgada el da 16 de octubre de ese mismo ao (derogada por ley 14315) . El Chaco central (Gaese, 1999) y el Chaco austral empezaron a ser co-nocidos geogrficamente combinndose tambin con el Chaco paraguayo desde el pas vecino (Beck, 1994; Borrini, 1997; Borrini y Beck, 2005) . A partir de 1879, Bo-livia reclam infructuosamente ante Brasil y Argentina sus derechos sobre el Gran Chaco, e impuls sus tratados de lmites con Paraguay a travs de la actuacin de Quijarro-Decoud en 1879, Tamayo-Hicual en 1887 y Bentez-Ichazo en 1894 . En esa poltica, la Dicesis de Santa Fe en manos de los franciscanos incorpor guaycures (tobas, pilags y mocoves), mataco-mak (chulup, wich y chorote) y tup-guaran (chiriguanos) . En 1907 se fij la lnea demarcatoria o zona statu-quo en el protocolo Pinilla-Soler, que fue cancelada en 1915 por el protocolo Ayala-Muja (Dalla-Corte Caballero, 2006) . La presencia argentina, en especial de sus autoridades nacionales y de las empresas dedicadas a la extraccin de quebracho, fue cuestionada desde ini-cios del siglo xx en el Chaco paraguayo, en el cual empezaron a desembarcar las empresas argentinas, la ms importante de todas propiedad del banquero y financista Carlos Casado del Alisal, quien proyect en Argentina todas las inversiones que a finales del siglo xix llevara adelante en el Chaco paraguayo .10 Al hacerse pblico el hecho de que el ministro argentino Estanislao Zeballos posea una superficie de 351 .562 hectreas en la zona del Chaco paraguayo,11Aniceto Solares lo acus de haber sido recompensado por el gobierno paraguayo por sus dictmenes como can-ciller (Solares, 1926: 25; Dalla-Corte Caballero, 2009a, 2009b) .12 No es la nica base pero s una de las ms interesantes que se combina con otros casos, empresariales y comerciales, diseadas desde Argentina .

    Sobre esta base los franciscanos organizaron en la Dicesis de Santa Fe un intenso e importante nmero de misiones . El mapa pblico del Museo de los franciscanos en San Lorenzo titulado El convento San Carlos y sus misiones . El rol evangelizador franciscano, indica que en la provincia de Santa Fe, donde han existido las misiones ms activas y seguras, podemos ubicar la Misin de Eispin (1795) (actual localidad

    10 . La propiedad en el Chaco Paraguayo, Talleres Nacionales de H . Kraus, Asuncin, 1910 . 11 . Correspondiente al lote 156 de 125 .000 hectreas (padrn 683) y 39 .062 hectreas (padrn 684),

    y al lote 164 de 187 .500 hectreas (padrn 292) . 12 . Cabe sealar que el viernes 8 de abril de 2011 el diario La Capital public la informacin de que

    los menonitas de la colonia Fernheim de Paraguay, presidida por Gerhard Klassem, adquirieron 32 .000 hectreas de tierras en el territorio del Chaco boreal a la empresa Carlos Casado, que fue fundada a finales del siglo xix por el empresario Carlos Casado del Alisal . Al abonar 16 millones de dlares, el objetivo de los menonitas, comunidad que hoy da est compuesta por unas quince mil personas y que habitan el pas desde el ao 1927, es aumentar la produccin agrcola y ganadera de esa colonia .

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    de Espn); Misin de San Nicols (1792); Antigua Misin Franciscana (1750) (vase Salas, 2006); Misin del Rincn Grande (1866-1868); Misin San Francisco Solano (1857); Antigua Misin San Miguel de Calchines; Misin Almagro; San Jernimo del Sauce; Misin de San Pedro; Misin San Antonio de Obligado (1884); Misin San Pedro (1812); Misin San Martn Norte (1870); Misin San Javier (1872); Mi-sin San Antonio de Mocoret (1575); Misin Cayast (1858); Misin Santa Rosa de Calchines (1855); Antigua Misin de Colastin (siglo xvii); San Bartolom de Chanaes (1620); Antigua Misin Nuestra Seora Rosario de Calchaques (1745), dependientes todas del Convento San Carlos en San Lorenzo, a cien kilmetros de la ciudad de Rosario; existe incluso una colonia no indicada por los franciscanos, la de Dolores .

    En lo que fue el Territorio Nacional de Formosa, hoy estado provincial, los fran-ciscanos incluyeron la antigua Misin Franciscana (1790), la del mismo nombre y destruida en 1878, as como la ubicacin de San Francisco de Tacaagl (1901), en la frontera con el Ro Pilcomayo, y la Misin San Francisco de Laish (1901), en la fron-tera con el Territorio Nacional del Chaco cercano al Ro Bermejo . Hacia el oeste de Formosa, las dos construcciones de la Misin Ro Bermejo, destruida una de ellas por las crecidas en 1875, y la Misin de Rivadavia (1865), ubicada en dos reas . El Terri-torio Nacional del Chaco, por su parte, incluy las antiguas misiones de San Bernardo (1780), Concepcin del Bermejo (1505-1621), la Antigua La Cangay (1780-1793), la de San Buenaventura del Monte Alto (1884), y la de Nueva Pompeya (1900) . Cabe sealar que las dos misiones formoseas (Tacaagl est ubicada a 260 kilmetros y Laish a 70 kilmetros aproximadamente de la capital), junto con Nueva Pompeya y la del Monte Alto, fueron declaradas monumentos histricos nacionales .

    El prefecto misional remonta a finales del siglo xix dedicando gran parte de sus gestiones a la firma de un acuerdo y a la definicin de los reglamentos y decretos ne-cesarios para legalizar la presencia franciscana en el Territorio Nacional de Formosa . En 1898 los indgenas haban reaccionado contra los ingenios y las poblaciones de inmigrantes que se estaban apoderando de sus tierras, y el gobierno nacional pro-puso regularizar la situacin del indio de la Repblica para evitar que se repitan los actos de depredacin cometidos recientemente por algunas tribus indgenas del Territorio de Formosa, llevando la inquietud a las poblaciones inmediatas . El re-presentante del Colegio San Carlos de Misioneros Franciscanos establecido en San Lorenzo se propuso responder a la demanda gubernamental y extender al norte del Ro Bermejo la accin civilizadora que hasta entonces los frailes haban desarrollado muy escasamente en la frontera norte de la provincia santafesina .13 A diferencia de este modelo, el autor de uno de los lbumes fotogrficos ms completos de esta zona, Gabriel Carrasco (1887), no incluy imgenes de los pobladores indgenas ni de los misioneros, sino slo de las industrias fundadas en la regin .

    13 . En especial, vase la obra sobre las tribus del siglo xix de Juan Mara Gutirrez (1809-1878), editado en 2006 por la Biblioteca Ayacucho .

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    Iturralde formaliz los trmites para fundar las misiones fronterizas formoseas y dirigi al obispo de la dicesis santafesina una nota en la que describi la situacin, el modo de ser y la predisposicin de los indios chaqueos que habitaban la zona entre el Ro Bermejo y el Ro Pilcomayo para integrarse a las misiones franciscanas . A partir de las referencias de los antiguos y experimentados misioneros que haban contactado con las tribus formoseas, y de las visitas efectuadas por l mismo al Territorio Nacional, Iturralde consign que el mayor peligro para los indios era la triste vida en los poblados fronterizos y la compaa de sus cristianos habitantes . El indio se acercaba a los establecimientos industriales de la frontera, afirmaba Itu-rralde, y se entregaba a un rudo trabajo a cambio de una mezquina recompensa, adems de verse obligado a vivir a la intemperie o a dormir en miserables chozas del desierto y en condiciones que impedan en realidad la civilizacin de sus costumbres como seres racionales . Segn el prefecto, cualquier recorrido por los obrajes o los ingenios construidos en el Territorio Nacional mostraba el rudo trabajo impuesto, el hambre y el maltrato que sufran los tobas pese a ser los peones ms dciles, fuertes y baratos de la regin .14

    Conocedor de la triste condicin de los indios chaqueos, el obispo de la dice-sis santafesina Juan Agustn Boneo autoriz al prefecto de misiones a impulsar un acuerdo con el gobierno nacional y liderar la conversin de los tobas y pilags desde el grupo de misioneros establecidos en el Convento San Carlos .15 Segn Iturralde, era indispensable conceder a los franciscanos la autoridad y la libertad necesarias para salir airosos de los tres objetivos que crea esenciales para asegurar la super-vivencia de los indgenas: primero, civilizarlos como un deber constitucional (la Constitucin atribuy al Honorable Congreso la facultad de conservar el trato pac-fico con los indios, promoviendo su conversin al catolicismo); segundo, liberarlos de las explotaciones de las que eran vctimas para cumplir con una obra humanitaria y justiciera; y, tercero, facilitar a los establecimientos industriales los trabajadores que garantizaran el progreso de la nacin y de los pueblos formoseos . Para ello, Iturralde propuso dos frmulas alternativas a la hora de establecer las misiones for-moseas: fundar las misiones lejos de las poblaciones de cristianos, mantenin-dolas aisladas durante un tiempo prudencial hasta que los indgenas demostrasen su integracin socioeconmica y su conversin religiosa; o, como alternativa, construir

    14 . Archivo y Biblioteca Histricos de la Provincia Franciscana del Convento San Carlos de San Miguel, ubicado en el Convento de San Lorenzo (en adelante ABHPFSM), Caja 25, Misiones Francis-canas, Copia Fiel del Expediente sobre fundacin de la Misin existente en los stanos de la Aduana, Buenos Aires, febrero de 1913, firmado por Fr . Pedro Iturralde: Prefecto de Misiones, Fray Pedro Iturralde, Informe al Obispo de Santa Fe, Juan Agustn Boneo, Buenos Aires, sobre las Misiones Fran-ciscanas en la Dicesis (de Santa Fe), 12 de abril de 1898 .

    15 . ABHPFSM, Caja 25, Misiones Franciscanas, Copia Fiel del Expediente sobre fundacin de la Misin existente en los stanos de la Aduana, Buenos Aires, febrero de 1913, firmado por Fr . Pedro Iturralde, Secretara de Cmara y Gobierno, Juan Agustn Boneo, Obispo de Santa Fe, por mandato de Rafael Canale, Secretario de Visita, Buenos Aires, 22 de abril de 1898 .

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    dos misiones en las cercanas de los obrajes e ingenios para albergar en ellas a los indios empleados .

    El prefecto de misiones explicit los tres mbitos de la gestin de la orden: en primer lugar, la civilizacin de los nefitos exiga la instruccin catlica as como la asimilacin nuestra vida nacional, ensendoles sus deberes de ciudadanos y ejer-citndolos en los diversos trabajos y cultivos propios de aquella regin, para que se labren una posicin social y aseguren el porvenir de sus familias . En segundo lugar, la empresa ms difcil para los franciscanos era librar a los indios de la explotacin de la que eran vctimas ya que los indios se debatan entre vivir miserablemente, so-metidos a las explotaciones o hacerlo en su estado de salvajismo, cometiendo de-predaciones que impiden el progreso de aquellas regiones . En tercer lugar, Iturralde juzgaba imprescindible facilitar a la industria los brazos necesarios pero forzando a los empresarios a abandonar el hbito de viciar y embrutecer a los indgenas . En esta propuesta el prefecto de misiones se ampar en el espritu del artculo 100 de la Ley de Inmigracin y Colonizacin de 19 de octubre de 1876,16 as como en el acuer-do firmado por la orden con el poder ejecutivo el 23 de junio de 1896 que otorgaba a aqulla un control prcticamente absoluto del territorio otorgado . Fuese cual fuese el modelo elegido por el gobierno nacional, el prefecto de misiones advirti que se deba asegurar la estabilidad de la misin con la finalidad de satisfacer a la opinin pblica, que peda la redencin del indio a travs de la ocupacin pacfica, tanto mi-litar como colonizadora, del norte argentino .17 El cuadro pintado por Iturralde insis-ti en los abusos e injusticias que sufran los indgenas en manos de las instituciones y de los particulares . Se lograran los altos fines del gobierno nacional entregando a los frailes la completa autoridad sobre los territorios y los indgenas reducidos, el derecho a nombrar las autoridades de la misin, la capacidad de prohibir la venta de bebidas alcohlicas, armas y municiones, y la preeminencia en las relaciones con los industriales . Para obtener el apoyo de las diversas autoridades del Territorio Nacio-nal, Iturralde visit Formosa y se entrevist en dos ocasiones con su gobernador, el general Uriburu . Iturralde se dirigi tambin al ministro Felipe Yofre y le solicit la entrega de quince leguas al noroeste de Formosa para fundar en ellas al menos dos reducciones de indios . Para ello el prefecto se refiri a los inconvenientes con los que se haban tropezado los franciscanos en las reducciones de la provincia santafesina . En Santa Rosa, San Javier y Sauce, los indgenas haban perdido sus terrenos al em-pearlos a favor de los comerciantes a cambio de bebidas alcohlicas .

    16 . La ley 817 fue sancionada el 6 de octubre de 1876 con el ttulo de Ley de Inmigracin y Colo-nizacin . Promulgada el 19 de octubre de 1876, se la conoce como la ley Avellaneda por haber sido aprobada durante la presidencia de Nicols Avellaneda (1874-1880) .

    17 . ABHPFSM, Caja 25, Misiones Franciscanas, Copia Fiel del Expediente sobre fundacin de la Misin existente en los stanos de la Aduana, Buenos Aires, febrero de 1913, firmado por Fr . Pedro Iturralde: Fray Pedro Iturralde, Buenos Aires, a ministro del Interior Felipe Yofre, Buenos Aires, 24 de abril de 1898 .

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    En Reconquista el padre Antonio Rossi haba obtenido arados y yuntas de bueyes, pero el encargado de repartir estos instrumentos se haba quedado con el 80% de los recursos y con los solares concedidos a los indios . Los nefitos de San Antonio de Obligado corrieron una suerte an peor: sus tierras fueron entregadas como indem-nizacin a la provincia de Santiago del Estero, y los carros, bueyes, hachas y arados enviados por el gobierno nacional y utilizados en provecho de los que ejercan la autoridad, y hasta suceda que el jornal de los indios cuando trabajaban en los inge-nios iban a mano de los mismos especuladores .18 En San Martn Norte o en Colonia Dolores (departamento de San Justo), los franciscanos utilizaron media legua de tierra para alojar a los restos de la indiada . Iturralde advirti que aquellos obst-culos se repetiran en Formosa si expandan su huella misionera sin el amparo de un derecho completo sobre territorios y nefitos .19 La incorporacin de los territorios occidentales argentinos afect tambin a las poblaciones chaqueas (Teruel, 2000; Trinchero y otros, 1992) .

    Pese a justificar la represin sistemtica desplegada por el ejrcito, Yofre recono-ci que los indios eran dciles y aptos para trabajar en los obrajes e ingenios, que no se les remuneraba suficientemente, y que su supervivencia dependa del trabajo rea-lizado en las misiones para ensearles sus deberes como ciudadanos de la nacin .20 El modelo de Yofre repiti el propuesto por Castro Boedo (1873: 240-241) cuando se pensaba que la reduccin chaquea expandira la cultura nacional en el norte del pas . En esta lnea, el decreto que organiz y regul la misin indgena formosea fue consensuado a partir de las notas e informes escritos por Iturralde entre abril y mayo de 1898, as como de la correspondencia mantenida por el prefecto con di-versas autoridades religiosas y civiles del pas . La primera propuesta de reglamento formulada por Yofre fue cuestionada artculo por artculo por Iturralde, quien pidi el reconocimiento de su derecho a gobernar social y polticamente la misin, no slo a administrarla materialmente .

    Yofre consideraba que esta atribucin no deba figurar en la reglamentacin resul-tante porque un buen nmero de particulares y autoridades rechazaba la posibilidad de que los franciscanos crearan un gobierno independiente y anticonstitucional al estilo jesuita . Pero Iturralde crea que este derecho deba ser expresado claramente, para evitar conflictos y dificultades en el porvenir cuando formen parte del gobierno

    18 . ABHPFSM, Caja 25, Misiones Franciscanas, Copia Fiel del Expediente sobre fundacin de la Misin existente en los stanos de la Aduana, Buenos Aires, febrero de 1913, firmado por Fr . Pedro Iturralde: Fray Pedro Iturralde, Buenos Aires, a ministro del Interior Felipe Yofre, Buenos Aires, 31 de mayo de 1899 .

    19 . ABHPFSM, Caja 25, Misiones Franciscanas, Copia Fiel del Expediente sobre fundacin de la Misin existente en los stanos de la Aduana, Buenos Aires, febrero de 1913, firmado por Fr . Pedro Iturralde: Fray Pedro Iturralde, Buenos Aires, a ministro del Interior Felipe Yofre, Buenos Aires, 31 de mayo de 1899 .

    20 . ABHPFSM, Caja 25, Misiones Franciscanas, Copia Fiel del Expediente sobre fundacin de la Misin existente en los stanos de la Aduana, Buenos Aires, febrero de 1913, firmado por Fr . Pedro Iturralde: Felipe Yofre, Buenos Aires, a ministro de Agricultura, 25 de enero de 1900 .

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  • 39El origen de la Misin Tacaagl en la frontera entre Argentina y Paraguay, Ro Pilcomayo

    otras personas, que ignoren estos antecedentes y el alcance que ahora se da a este ar-tculo en su forma primitiva . Hubo una expresa discrepancia en cuanto al poder que poda ostentar la autoridad militar y poltica representada por un comisario: segn el gobierno, el comisario deba depender del Ministerio del Interior, mientras que para Iturralde deba quedar sometido al gobernador del Territorio Nacional con la nica atribucin de vigilar prudentemente a los indgenas . La razn es obvia, escribi el prefecto, para quien:

    Los indios que llevan vida de absoluta independencia no se someten con facilidad a una sumisin que contrara sus hbitos y modo de ser . Slo un sistema de gobierno paternal y lleno de consideraciones los persuade e induce al orden de una sociedad constituida y regular, pero un comisario que fuese autoridad militar y poltica absolu-ta, difcilmente se amoldara a usar esos medios persuasivos que son indispensables para cambiar el carcter, costumbres y hbitos inveterados de los salvajes .21

    Segn Iturralde, los franciscanos no pretendan ejercer la autoridad sin control ni sujecin alguna; todo lo contrario, se consideraban delegados de un gobierno nacional que ejerciera su autoridad de manera persuasiva y paternal . Si todos co-incidan en que la funcin del franciscano era preparar y asimilar a los indgenas a la sociedad civilizada, ensearles de manera individual los hbitos de obediencia y sumisin, y formar su carcter para acostumbrarse al orden, al progreso y al respeto a las personas y a la propiedad, quedaba en sus manos una atribucin primordial: romper los vnculos de reciprocidad comunitaria y la lgica de la tribu que reconoca como nica autoridad al cacique . En palabras de Iturralde:

    Lo que es verdaderamente inconstitucional es el gobierno de los caciques que hoy impera entre los salvajes del desierto; y considero que no se opone ni al espritu ni a la letra de la Constitucin, que el Gobierno de la Nacin constituya en funcionarios p-blicos y delegados suyos a los misioneros que se esfuercen en suprimirlo; mucho ms cuando esos misioneros no sern independientes en su gobierno, sino que dependern del supremo Gobierno de la Nacin .

    Otro debate entre el prefecto