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2018 World Energy Outlook RESUMEN EJECUTIVO Spanish Translation

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2018WorldEnergy

Outlook

RESUMEN EJECUTIVO

Spanish Translation

AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERGÍA

La AIE analiza todo el espectro de cuestiones energéticas, incluidas la oferta y la demanda de petróleo, gas y carbón, las tecnologías renovables, los mercados de la electricidad, la

eficiencia energética, el acceso a la energía, la gestión de la demanda y muchas más. A través de su trabajo, la AIE promueve políticas que reforzarán la fiabilidad, la asequibilidad y la sostenibilidad de la energía en sus 30 países miembros, 8 países asociados y más allá.

Las cuatro áreas principales de la AIE se centran en los siguientes temas:

n Seguridad energética: Promover la diversidad, la eficiencia, la flexibilidad y la fiabilidad paratodos los combustibles y fuentes energéticas.

n Desarrollo económico: Respaldar a los mercados libres para potenciar el crecimientoeconómico y eliminar la pobreza energética.

n Concienciación medioambiental: Analizar las opciones políticas para contrarrestar elimpacto de la producción y el uso de la energía en el medio ambiente, sobre todo con

el fin de abordar el cambio climático y la contaminación ambiental.

n Compromiso a escala mundial: Trabajar estrechamente con asociaciones ypaíses socios, sobre todo las principales economías emergentes, para

encontrar soluciones a las preocupaciones medioambientales y de energía compartidas.

Países miembros de la AIE: Alemania

AustraliaAustria

BélgicaCanadá

CoreaDinamarca

EspañaEstados Unidos

EstoniaFinlandia

FranciaGrecia

HungríaIrlandaItaliaJapónLuxemburgoMexicoNoruegaNueva ZelandaPaíses BajosPoloniaPortugalReino UnidoRepública ChecaRepública EslovacaSuecia

SuizaTurquía

La Comisión Europeatambién participa

en el trabajo de la AIE.

Por favor, tome debida nota de que esta publicación está sujeta a restricciones específicas que limitan su uso y distribución.

Los términos y condiciones están disponibles en Internet en: www.iea.org/t&c/

© OCDE/AIE, 2018

International Energy Agency Website: www.iea.org

Together

SecureSustainable

Resumen Ejecutivo 1

El mundo está construyendo poco a poco un nuevo tipo de sistema energético, pero las grietas son visibles en los pilares fundamentales:

Asequibilidad: Los costes de las energías solar fotovoltaica y eólica siguen cayendo, en contraste, los precios del petróleo ascendieron por encima de los 80 $/barril en 2018, por primera vez en cuatro años; y las reformas de los subsidios al consumo de combustibles fósiles, logradas con gran esfuerzo, están en entredicho en algunos países.

Confiabilidad: Subsisten riesgos para el suministro de petróleo y gas, como muestra el deterioro de la producción de Venezuela. Un octavo de la población mundial carece de acceso a la electricidad y están saliendo a la luz nuevos desafíos en el sector eléctrico, desde la flexibilidad del sistema hasta la ciberseguridad.

Sostenibilidad: Tras tres años de estabilización, las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía aumentaron un 1,6% en 2017 y los primeros datos sugieren que el crecimiento continúa en 2018, lejos de una trayectoria alineada con los objetivos climáticos. La contaminación del aire relacionada con la energía sigue provocando millones de muertes prematuras cada año.

Asequibilidad, confiabilidad y sostenibilidad están estrechamente interconectadas: cada una de ellas, y el adecuado balance entre las tres, requiere un enfoque exhaustivo de las políticas energéticas. Los vínculos que las unen están en evolución constante. Por ejemplo, las energías eólica y solar fotovoltaica (FV) aportan una fuente primordial de electricidad asequible de bajas emisiones, pero generan requisitos adicionales para el funcionamiento confiable de los sistemas eléctricos. El avance hacia un mercado de gas mundial más interconectado, como resultado de la expansión del comercio de gas natural licuado (GNL), intensifica la competencia entre los proveedores, modificando al mismo tiempo el análisis que los países deben hacer sobre la gestión de posibles déficits de suministro.

Unos datos sólidos y unas previsiones de futuro bien fundamentadas son pilares básicos para las decisiones actuales en materia de política energética. Aquí es donde interviene World Energy Outlook (Perspectivas de la energía en el mundo). Su cometido no es predecir el futuro, sino ofrecer una manera de explorar distintos futuros posibles, las palancas que los impulsan y las interacciones que surgen dentro de un sistema energético complejo. Si no se introducen cambios en las políticas vigentes a día de hoy, como en el Escenario Políticas Actuales, el resultado es una presión creciente sobre casi todos los aspectos de la seguridad energética. Si ampliamos el alcance para incluir políticas y metas anunciadas, como en nuestro principal Escenario Nuevas Políticas, el cuadro se ilumina. Pero la brecha entre este resultado y el Escenario Desarrollo Sostenible –en el que las transiciones aceleradas de la energía limpia hacen que el mundo esté en vías de alcanzar los objetivos relacionados con el cambio climático, el acceso universal a la energía y el aire limpio– sigue siendo enorme. Ninguna de estas posibles sendas está predeterminada; todas son posibles.

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Las acciones tomadas por los gobiernos serán decisivas a la hora de determinar el camino que vamos a seguir.

¿Cómo está cambiando el mundo de la energía?

En el Escenario Nuevas Políticas, los ingresos crecientes y los 1700 millones de personas más, añadidas esencialmente a las áreas urbanas de las economías en desarrollo, elevan más de un cuarto la demanda energética mundial para 2040. Este aumento sería en torno a dos veces mayor de no ser por las mejoras continuas en eficiencia energética, una poderosa herramienta de política energética para abordar la seguridad de la energía y las preocupaciones de sostenibilidad. Todo el crecimiento procede de las economías en desarrollo, con la India a la cabeza. En una época tan reciente como el año 2000, Europa y Norteamérica representaban más del 40% de la demanda energética mundial y las economías en desarrollo de Asia en torno al 20%. Para 2040, esta situación se invierte completamente.

El profundo desplazamiento del consumo energético hacia Asia afecta a todos los combustibles y tecnologías, así como a las inversiones energéticas. Asia representa la mitad del crecimiento mundial de gas natural, el 60% del aumento de las energías eólica y solar FV, más del 80% del crecimiento de petróleo y más del 100% del incremento del carbón y la energía nuclear (dados los descensos en otras partes). Hace quince años las empresas europeas encabezaban la lista de las mayores compañías eléctricas del mundo, medidas por su capacidad instalada; hoy seis de las diez mayores empresas eléctricas son chinas.

La revolución del esquisto sigue agitando el suministro de petróleo y gas, permitiendo a Estados Unidos desmarcarse del pelotón como mayor productor mundial. En el Escenario Nuevas Políticas, Estados Unidos representa más de la mitad del crecimiento de la producción mundial de petróleo y gas para 2025 (casi un 75% para el petróleo y un 40% para el gas). Hacia 2025 casi cada quinto barril de petróleo y cada cuarto metro cúbico de gas en todo el mundo provienen de Estados Unidos. El esquisto añade presión a los exportadores de petróleo y gas tradicionales, que se apoyan fuertemente en los ingresos de exportación para apoyar su desarrollo nacional.1

El mundo de la energía se está conectando de distintas maneras debido a las tendencias cambiantes de la oferta, la demanda y la tecnología. Los flujos del comercio energético internacional apuntan cada vez más hacia Asia a partir de Oriente Medio, Rusia, Canadá, Brasil y Estados Unidos, puesto que la cuota de Asia en el comercio mundial de petróleo y gas asciende desde aproximadamente la mitad actual hasta más de dos tercios en 2040. Pero se advierten nuevas maneras de producir energía a escala local, ya que la digitalización y las cada vez más rentables tecnologías renovables hacen que los modelos de suministro de energía distribuidos y comunitarios estén ganando terreno.

La convergencia de tecnologías renovables más baratas, aplicaciones digitales y el papel creciente de la electricidad constituye un vector crucial de cambio, clave para las

1 Ver el informe WEO-2018 Special Report, Outlook for Producer Economies.

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perspectivas de alcanzar muchos de los objetivos mundiales de desarrollo sostenible. Esta visión se explora en detalle en el foco especial de WEO-2018 sobre la electricidad.

La electricidad es la estrella de la función, pero ¿con qué fuerza brillará?

El sector eléctrico está experimentando su transformación más radical desde su creación hace más de un siglo. La electricidad es cada vez más el “combustible” de elección en economías que se apoyan en mayor medida en sectores industriales más ligeros, servicios y tecnologías digitales. Su proporción en el consumo final mundial se está acercando al 20% y se espera que aumente todavía más. Las políticas de apoyo y las reducciones de los costes tecnológicos están conduciendo a un rápido aumento de las fuentes de energía renovables poniendo al sector eléctrico en la vanguardia de los esfuerzos de reducción de emisiones, pero exigiendo que todo el sistema opere de manera distinta con el fin de garantizar un suministro confiable.

En las economías avanzadas, el crecimiento de la demanda de electricidad es modesto, pero las necesidades de inversión siguen siendo enormes dado el cambio del mix de generación y la modernización de las infraestructuras. Los diseños del mercado eléctrico actual no siempre están listos para abordar el reto que suponen los cambios rápidos en el mix de generación. Los ingresos en los mercados mayoristas suelen ser insuficientes para promover nuevas inversiones en la capacidad de generación firme; esto podría comprometer la confiabilidad del suministro si no se aborda adecuadamente. En lo que respecta a la demanda, la mejora de la eficiencia debido a una normativa más estricta de rendimiento energético ha desempeñado un papel crucial a la hora de frenarla: de los treinta países miembros de la Agencia Internacional de Energía, dieciocho han visto descender su consumo eléctrico desde 2010. Las perspectivas de crecimiento dependen de la rapidez con que la electricidad gane terreno a la hora de suministrar calor para casas, oficinas y fábricas y energía para el transporte.

La duplicación de la demanda de electricidad en las economías en desarrollo concede un puesto central a una electricidad más limpia, universalmente disponible y asequible como estrategia para el desarrollo económico y la reducción de emisiones. Uno de cada cinco kilovatios-hora del aumento de la demanda mundial procede únicamente de los motores eléctricos en China; no obstante, la demanda creciente de sistemas de refrigeración en las economías en desarrollo proporciona un impulso similar al aumento de la demanda. A falta de un mayor énfasis en las políticas de eficiencia energética, casi uno de cada tres dólares invertidos en el suministro energético mundial, en todos los ámbitos, va a parar a la generación y redes eléctricas de los países en desarrollo. Esta inversión podría no materializarse, sobre todo cuando los precios que pagan los usuarios finales están por debajo de los niveles mínimos de recuperación de los costos. Pero en mercados altamente regulados, existe también el riesgo de que la capacidad vaya por delante de la demanda: calculamos que actualmente hay 350 GW de sobrecapacidad en regiones como China, la India, el Sudeste Asiático y Oriente Medio, lo cual representa costes adicionales que el sistema y los consumidores difícilmente pueden permitirse.

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La flexibilidad es la nueva consigna para los sistemas eléctricos

La creciente competitividad de la energía solar FV impulsa su capacidad instalada superando la de la energía eólica antes de 2025, la de la energía hidroeléctrica en torno a 2030 y la del carbón antes de 2040. Se trata, en su mayor parte, de capacidad a escala comercial, si bien las inversiones en energía solar FV distribuida por parte de hogares y empresas desempeñan un papel de apoyo importante. Con el fin de evaluar la competitividad de las distintas opciones de generación, WEO-2018 introduce una nueva métrica basada en la evolución de los costes de la tecnología y en el valor que dicha generación aporta al sistema en distintos momentos. Esta métrica confirma la posición ventajosa de las energías eólica y la solar FV en sistemas con fuentes de flexibilidad con costes relativamente bajos. La nueva energía solar FV está bien posicionada para ser más competitiva que las nuevas plantas de carbón en casi todas partes, sin embargo, en nuestras previsiones tiene dificultades para competir con las plantas térmicas actuales sin la existencia de políticas de apoyo. En el Escenario Nuevas Políticas, las energías renovables y el carbón cambian de lugar en el mix eléctrico: la proporción de generación a partir de las renovables asciende desde el 25% actual hasta cerca de un 40% de aquí a 2040; el carbón no obstante, sigue el camino opuesto.

El aumento de las energías solar FV y eólica concede una importancia sin precedentes a la operación de los sistemas eléctricos de manera flexible, con el fin de mantener la seguridad en el suministro. Hay pocos problemas a niveles bajos de despliegue, pero en el Escenario Nuevas Políticas muchos países europeos, así como México, la India y China, van a necesitar un grado de flexibilidad jamás visto a una escala tan grande. El coste del almacenamiento en baterías desciende con celeridad y éstas compiten cada vez más con centrales de punta de gas para gestionar fluctuaciones a corto plazo en la oferta y la demanda. Sin embargo, las centrales eléctricas convencionales siguen siendo la principal fuente de flexibilidad del sistema, apoyadas por nuevas interconexiones, sistemas de almacenamiento y medidas de respuesta de la demanda. El objetivo de la Unión Europea de lograr una “Unión energética” ilustra el papel que la integración regional puede desempeñar a la hora de facilitar la integración de las renovables.

La proporción de la generación a partir de centrales nucleares –hoy en día la segunda fuente más grande de generación de electricidad de bajas emisiones de CO2 después de la energía hidroeléctrica– permanece en torno al 10%, pero la geografía va cambiando a medida que la generación en China sobrepasa a la de Estados Unidos y a la de la Unión Europea antes de 2030. Unos dos tercios del parque nuclear actual en las economías avanzadas tienen más de 30 años. Las decisiones para extender o clausurar esta capacidad tendrán repercusiones notables en la seguridad energética, las inversiones y las emisiones.

¿Cuánta electricidad podemos manejar?

Un impulso mucho más poderoso de la movilidad eléctrica, la calefacción eléctrica y el acceso a la electricidad podría conducir a un aumento de la demanda de electricidad del 90% de aquí a 2040, frente al 60% en el Escenario Nuevas Políticas, una cantidad adicional que representa casi el doble de la demanda estadounidense actual. En el Escenario “El

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futuro es eléctrico”, la proporción de la electricidad en el consumo final asciende hacia un tercio, ya que casi la mitad de la flota de vehículos se electrifica para 2040 y la electricidad hace rápidas incursiones en los sectores residencial e industrial. Sin embargo, una parte significativa del sistema energético –como es el transporte de mercancías por carretera de larga distancia, la navegación y la aviación– no está “lista para la electrificación” con las tecnologías actuales. La electrificación aporta beneficios, sobre todo porque reduce la contaminación local, pero exige medidas adicionales para eliminar las emisiones de CO2 del suministro eléctrico si lo que se pretende es poder liberar todo su potencial para alcanzar los objetivos climáticos; de otro modo existe el riesgo de que las emisiones de CO2 se desplacen desde los sectores de uso final hacia la generación eléctrica.

¿En qué lugar deja a los combustibles fósiles el aumento de la electricidad, las renovables y la eficiencia?

En el Escenario Nuevas Políticas, una marea ascendente de electricidad, renovables y mejoras en eficiencia contiene el crecimiento del consumo de carbón. El uso de carbón repuntó en 2017 tras dos años de declive, pero las decisiones finales de inversión en nuevas centrales eléctricas de carbón estuvieron muy por debajo del nivel observado en los últimos años. Una vez concluida la ola de proyectos de centrales de carbón que están actualmente en fase de construcción, el ritmo de nuevos proyectos que se ponen en marcha disminuye drásticamente después de 2020. Pero es demasiado pronto para excluir el carbón del mix de generación eléctrica mundial: el promedio de edad de una central de carbón en Asia es inferior a los 15 años frente a los cerca de 40 en las economías avanzadas. Teniendo en cuenta el ligero aumento del uso de carbón en la industria hasta 2040, el consumo mundial total se estabiliza en el Escenario Nuevas Políticas, con descensos en China, Europa y Norteamérica, contrarrestados por aumentos en la India y el Sudeste Asiático.

El uso del petróleo para coches alcanza su punto máximo a mediados de la década de 2020, pero la industria petroquímica, los camiones, aviones y barcos mantienen la demanda total de petróleo en una tendencia ascendente. Las mejoras en eficiencia de combustibles en la flota de coches convencionales evitan una demanda potencial tres veces mayor que los 3 millones de barriles diarios de petróleo (mbdp) desplazados por los 300 millones de coches eléctricos que poblarán las carreteras en 2040. El rápido ritmo de cambios en el segmento de los vehículos de pasajeros (un cuarto de la demanda total de petróleo) no se registra en otros sectores. La industria petroquímica es la mayor fuente de crecimiento del uso de petróleo. Aunque se duplicaran las tasas de reciclaje mundial de plásticos, esto contribuiría solo a recortar 1,5 mbdp del aumento previsto de más de 5 mbdp. El crecimiento global de la demanda de petróleo hasta 106 mbdp en el Escenario Nuevas Políticas procede en su totalidad de los países en desarrollo.

El gas natural supera al carbón en 2030 para convertirse en el segundo combustible más grande del mix energético mundial. Los consumidores industriales hacen la mayor contribución al aumento del 45% en el uso mundial de gas. El comercio de GNL aumenta más del doble como respuesta a la demanda creciente de las economías en desarrollo, con China a la cabeza. Rusia sigue siendo el mayor exportador de gas del mundo al abrir rutas

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nuevas hacia los mercados asiáticos, pero un mercado energético europeo cada vez más integrado ofrece a los compradores más opciones de suministro de gas. Proporciones más elevadas de energía eólica y solar FV en los sistemas eléctricos empujan a la baja la utilización de la capacidad alimentada con gas en Europa y la rehabilitación de edificios existentes también contribuye a reducir el consumo de gas para calefacción; pero la infraestructura de gas sigue jugando un papel vital, especialmente en invierno, a la hora de proporcionar calor y garantizar un suministro eléctrico ininterrumpido.

¿Dónde estamos en lo que respecta a las emisiones y al acceso y dónde queremos estar?

El Escenario Nuevas Políticas señala una lenta tendencia ascendente de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía de aquí a 2040, una trayectoria muy poco en sintonía con lo que los conocimientos científicos afirman que se necesitará para abordar el cambio climático. Los países, en general, están listos para cumplir las promesas nacionales expresadas en el Acuerdo de París. Pero estas no son suficientes para alcanzar pronto un punto máximo en las emisiones mundiales. La tendencia prevista en lo que atañe a las emisiones representa un gran fracaso colectivo para abordar las consecuencias medioambientales del uso de la energía. La reducción de emisiones de los principales contaminantes ambientales en este escenario no es suficiente para detener el aumento del número de muertes prematuras debidas a la escasa calidad del aire.

En 2017, por primera vez, el número de personas sin acceso a la electricidad cayó por debajo de los mil millones, pero las tendencias sobre acceso a la energía tampoco están a la altura de los objetivos mundiales. El Escenario Nuevas Políticas registra algunos avances en materia de acceso, con la India al frente. Pero se prevé que más de 700 millones de personas, fundamentalmente en asentamientos rurales del África subsahariana, seguirán sin electricidad en 2040, así como un avance lento para reducir la dependencia del uso tradicional de la biomasa sólida como combustible para cocinar.

Nuestro Escenario Desarrollo Sostenible proporciona una estrategia integrada para lograr el acceso a la energía, la calidad del aire y los objetivos climáticos, en la que todos los sectores y tecnologías de bajas emisiones de CO2 –incluida la captura, utilización y almacenamiento de CO2– contribuyen a una amplia transformación de la energía mundial. En este escenario, el sector eléctrico avanza más y con mayor celeridad en el desarrollo de una generación de bajas emisiones. Las tecnologías renovables constituyen la vía principal para brindar el acceso universal a la energía. Se exploran todas las alternativas económicamente viables para mejorar la eficiencia, manteniéndose la demanda global al nivel actual en 2040. La electrificación de los usos finales crece aceleradamente, pero también el uso directo de las renovables –bioenergía, energía solar y calor geotérmico– para suministrar calor y movilidad. La proporción de las energías renovables en el mix eléctrico asciende desde un cuarto actualmente hasta dos tercios en 2040; en el suministro de calor, esa proporción aumenta desde el 10% actual hasta un 25%; y en el transporte, desde el 3,5% actual hasta un 19% (incluida tanto la electricidad de uso directo como de uso indirecto, p. ej., la electricidad basada en renovables). Por primera vez añadimos en este WEO-2018 la dimensión hídrica a este escenario, ilustrando de qué modo las

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restricciones de agua pueden afectar las elecciones de combustible y tecnologías y detallando la energía necesaria para ofrecer un acceso universal al agua limpia y al saneamiento.

¿Pueden el petróleo y el gas mejorar sus rendimientos medioambientales?

El gas natural y el petróleo siguen respondiendo a una parte fundamental de la demanda energética mundial en 2040, incluso en el Escenario Desarrollo Sostenible. No todas las fuentes de petróleo y gas tienen el mismo impacto medioambiental. Nuestras primeras estimaciones mundiales exhaustivas de las emisiones indirectas implicadas en la producción, el procesamiento y el transporte de petróleo y gas para los consumidores sugieren que, en términos generales, representan en torno al 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético (incluidos el CO2 y el metano). En materia de intensidad de emisiones, la gama entre las distintas fuentes es muy amplia: pasar del petróleo de emisiones más elevadas al petróleo de emisiones más bajas reduciría las emisiones en un 25% y hacer lo mismo con el gas, las reduciría en un 30%.

Se podría hacer mucho más para reducir las emisiones implicadas en el suministro de petróleo y gas a los consumidores. Muchas empresas líderes están adoptando en este ámbito compromisos que, si se adoptaran e implementaran ampliamente, tendrían un impacto concreto en las emisiones. Reducir las emisiones de metano y eliminar su quemado son dos de los enfoques más rentables. También existen opciones que cambiarían en mayor medida el panorama de las emisiones de CO2, como su uso para respaldar la recuperación terciaria de petróleo, un mayor uso de la electricidad de bajas emisiones de CO2 para respaldar las operaciones y la posibilidad de convertir los hidrocarburos en hidrógeno (con la captura de CO2). Muchos países, sobre todo Japón, están contemplando seriamente la posibilidad de expandir el papel del hidrógeno de cero emisiones en el sistema energético.

¿Está la inversión en el suministro de combustibles fósiles desconectada de las tendencias de consumo?

El flujo actual de nuevos proyectos de exploración y producción parece apuntar a la posibilidad de una ralentización inminente de la demanda de combustibles fósiles, pero esto podría dar lugar perfectamente a una escasez de suministro y una nueva escalada de precios en el Escenario Nuevas Políticas. El riesgo de una crisis de suministro es más inminente en el caso del petróleo. El nivel medio de aprobaciones de nuevos proyectos de petróleo convencional durante los últimos tres años representa sólo la mitad del que se necesita para equilibrar el mercado de aquí a 2025, a juzgar por las perspectivas de demanda en el Escenario Nuevas Políticas. Es poco probable que el petróleo de formaciones compactas estadounidense pueda paliar por sí solo este déficit. Nuestras previsiones también incorporan una duplicación del petróleo de formaciones compactas para 2025, pero este debería más que triplicarse para compensar una ausencia continuada de nuevos proyectos convencionales. A diferencia de lo que ocurre con el petróleo, el riesgo de una abrupta tensión en los mercados de GNL a mediados de la década 2020 se ha

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visto mitigado por anuncios importantes de proyectos nuevos, concretamente en Qatar y Canadá.

Las políticas gubernamentales modelarán el futuro de la energía a largo plazo

Las transiciones energéticas rápidas y de mínimo coste requieren una aceleración de las inversiones en tecnologías energéticas más limpias, más inteligentes y más eficientes. Pero los responsables de formular políticas deben asegurarse también de que todos los elementos clave del suministro de energía, incluidas las redes eléctricas, siguen siendo confiables y robustos. Los tradicionales riesgos de disrupciones del suministro e inversión por el lado de los hidrocarburos no dan señales de estar cediendo y, en efecto, podrían intensificarse a medida que avanzan las transiciones energéticas. Los cambios en curso en el sector de la electricidad exigen una vigilancia constante para asegurarse de que los diseños de mercado son robustos, incluso a medida que los sistemas eléctricos eliminan las emisiones de CO2. Más del 70% de los 2 billones de dólares requeridos cada año en inversiones mundiales de suministro energético en todas las áreas, proviene de entidades dirigidas por el Estado responde a unos ingresos garantizados, total o parcialmente, por vía normativa. Los marcos implementados por las autoridades públicas también determinan el ritmo de las mejoras en eficiencia energética y de la innovación tecnológica. Las políticas y preferencias gubernamentales desempeñarán un papel crucial a la hora de modelar el mundo hacia el que nos dirigimos a partir de ahora.

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Spanish Translation of World Energy Outlook © OECD/IEA, 2018No reproduction, translation or other use of this publication, or any portion thereof, may be made without prior written permission. Applications should be sent to: [email protected]

El presente documento fue publicado originalmente en inglés. Aunque la AIE no ha escatimado esfuerzos para asegurar que su traducción al español constituya un reflejo fiel

del texto original, se pueden encontrar ligeras diferencias.

This publication reflects the views of the IEA Secretariat but does not necessarily reflect those of individual IEA member countries. The IEA makes no representation or warranty, express or implied, in respect of the publication’s contents (including its completeness or

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and analysis.

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2018WorldEnergy

Outlook

¿Qué nos dicen las políticas energéticas, ambiciones políticas y tendencias tecnológicas actuales acerca del futuro? ¿El mundo se está acercando al logro de los objetivos de desarrollo sostenible relacionados con la energía o más bien se está alejando?

Apoyándose en los últimos datos sobre las tendencias de los mercados energéticos y las tecnologías, la edición 2018 de World Energy Outlook (Perspectivas de la energía en el mundo) – la referencia fundamental para los análisis energéticos a largo plazo – ofrece análisis detallados de estas cuestiones fundamentales hasta 2040, abarcando todos los combustibles, tecnologías y regiones.

La electricidad es el foco central de la edición de este año. La proporción de la electricidad en el uso energético mundial está creciendo, mientras que el aumento de tecnologías de bajas emisiones de CO

2 está dando pie a una

profunda transformación del modo de generar electricidad. ¿Cómo será el sector eléctrico del mañana? ¿Cómo podrá garantizar un suministro fiable reduciendo al mismo tiempo las emisiones?

WEO-2018 se pregunta, asimismo, qué puede hacerse para reducir la huella medioambiental del suministro mundial de petróleo y gas.

Para mayor información, visite: iea.org/weo/