william cumpiano - comprar una guitarra

8
¿Cuán buena es esta guitarra? Por William R. Cumpiano ‘© 1995 All Rights Reserved’ Estas comprando una guitarra, y hay que hacer una decisión. Has tratado una docena de instrumentos; algunos nuevos, otros usados en consignación en la tienda, una guitarra vieja de un amigo que te gustó y te vendería, y otras que vistes en los clasificados del diario. Finalmente te has enfocado en tres o cuatro que aparentan ajustarse a tu oído, manos, estilo y presupuesto. ¡Pero espera! ¿Has hecho las preguntas correctas para cada guitarra? ¿Conoces los factores que indican la calidad de construcción? ¿Conoces los factores que indican reducción de costo del constructor? ¿Pudiste identificar los problemas potencialmente onerosos? Una célebre expresión que he escuchado en la luteria es, «si la guitarra es cómoda y mantiene su afinación, le va a gustar a alguien». Esto implica que la gente usualmente no está dispuesta a ir más allá de las primeras impresiones al adquirir una guitarra. Esto puede ser cierto, pero no debe de ser así. Una vez has decidido que te ‘gusta’ una guitarra, es mucho mejor evaluarla según lo haría un técnico de profesión: desapasionadamente. Este tipo de evaluación comienza secuencialmente. Primero evaluamos las juntas en tensión; estas son entre el mástil y la caja, entre el mástil y el cabezal, y entre el puente y la tapa. ¿Están sólidas y selladas? Luego buscamos ondulaciones y protuberancias donde no deben de existir. Con los nudillos tocamos toda la tapa y el fondo, auscultando ruidos. Ahora evaluamos la acción de las cuerdas. Las preguntas críticas son; • Si la acción es alta, ¿hay suficiente montura en el puente para bajarla? • Si la acción es baja, ¿es la montura ya demasiado alta para subirla más? Claramente, una montura muy baja (que apenas sobresale) o muy alta (protuberante o tambaleante) son indicios de problemas. Pueden indicar que el ángulo del mástil y por ende la acción ha cambiado; y alguien ha tratado de alterar, pero no de reparar. Estas observaciones iniciales son cruciales, ya que nos indican la integridad general del instrumento, la precisión de construcción, y su efectividad para

Upload: enriqueamicolo4676

Post on 20-Jul-2016

4 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

¿Cuán buena es esta guitarra?

Por William R. Cumpiano‘© 1995 All Rights Reserved’

Estas comprando una guitarra, y hay que hacer una decisión. Has tratado una docena de instrumentos; algunos nuevos, otros usados en consignación en la tienda, una guitarra vieja de un amigo que te gustó y te vendería, y otras que vistes en los clasificados del diario. Finalmente te has enfocado en tres o cuatro que aparentan ajustarse a tu oído, manos, estilo y presupuesto.

¡Pero espera! ¿Has hecho las preguntas correctas para cada guitarra? ¿Conoces los factores que indican la calidad de construcción? ¿Conoces los factores que indican reducción de costo del constructor? ¿Pudiste identificar los problemas potencialmente onerosos?

Una célebre expresión que he escuchado en la luteria es, «si la guitarra es cómoda y mantiene su afinación, le va a gustar a alguien». Esto implica que la gente usualmente no está dispuesta a ir más allá de las primeras impresiones al adquirir una guitarra. Esto puede ser cierto, pero no debe de ser así. Una vez has decidido que te ‘gusta’ una guitarra, es mucho mejor evaluarla según lo haría un técnico de profesión: desapasionadamente.

Este tipo de evaluación comienza secuencialmente. Primero evaluamos las juntas en tensión; estas son entre el mástil y la caja, entre el mástil y el cabezal, y entre el puente y la tapa. ¿Están sólidas y selladas? Luego buscamos ondulaciones y protuberancias donde no deben de existir. Con los nudillos tocamos toda la tapa y el fondo, auscultando ruidos.

Ahora evaluamos la acción de las cuerdas. Las preguntas críticas son;• Si la acción es alta, ¿hay suficiente montura en el puente para bajarla?• Si la acción es baja, ¿es la montura ya demasiado alta para subirla más?

Claramente, una montura muy baja (que apenas sobresale) o muy alta (protuberante o tambaleante) son indicios de problemas. Pueden indicar que el ángulo del mástil y por ende la acción ha cambiado; y alguien ha tratado de alterar, pero no de reparar.

Estas observaciones iniciales son cruciales, ya que nos indican la integridad general del instrumento, la precisión de construcción, y su efectividad para soportar la tensión de las cuerdas. Asuntos de fundamental importancia para la vida del instrumento. Haz una nota mental de cualquier observación marginal o sospechosa para posterior escrutinio.

Ahora tocamos la guitarra. Usualmente toco una serie de difíciles o retantes pasajes rápidos y quizás varios lentos fragmentos melódicos. Así, prontamente esclarecemos la capacidad musical de la guitarra; esto es su respuesta al toque, comodidad y musicalidad. Muchas veces, esas cualidades se consideran unos raros y misteriosos dones que tan solo poseen unos pocos y raros instrumentos. Sin embargo, solo son el resultado directo de ponderados diseños y la acertada ejecución del constructor.

Para determinar la comodidad y la respuesta al toque de la guitarra, hay que notar cuanto esfuerzo, intención, es necesario para lograr unas notas claras y bien definidas, particularmente en los arpegios rápidos. Presto atención a cuan bien la guitarra perdona mis accidentadas articulaciones. Este último atributo es uno crucial que sucede en varios grados para cada instrumento. Quisiera yo tener un céntimo por cada vez que he escuchado, «nunca antes había podido

tocar ese pasaje tan fácilmente». Algunos instrumentos te permiten tocar bien, mientras que otros te detienen.

Es mejor evaluar la musicalidad de la guitarra tocando lentos pasajes melódicos en las posiciones altas. Esa gratificante sensación del instrumento que quiere hacer música, y no una secuencia de notas, es el resultado de la capacidad para producir un tono preciso, volumen y un sostenimiento balanceado en todas la posiciones. Estos atributos se prueban mejor en las posiciones altas donde las distorsiones de tono son más notables y la vibración de las acortadas cuerdas, (y la consecuente reducción en capacidad de las cuerdas) demandan más del sistema. Los atributos de comodidad, respuesta al toque y musicalidad existen en una proporción directa a la precisión del diapasón, la exactitud de la escala y la calidad de los trastes. La precisión del diapasón requiere que los intervalos sean cortados fielmente a la formula y que tengan la inclinación (ángulo del mástil) correcta. La exactitud de la escala demanda que el posicionamiento del puente sea exacto. La calidad del diapasón depende del asentamiento y preciso ajuste de cada traste. Los desvanes del tiempo y la tensión hacen mella dejando una inevitable y gradual degradación de estos atributos.

Tal precisión requiere una concertada atención y cuidado al construir un instrumento nuevo que es más probable encontrar en las guitarras hechas en pequeños lotes en los talleres de los más motivados y experimentados lutieres. O se puede procurar un artesano diestro para que a un precio posteriormente trabaje los defectos del diapasón y la acción. Pero si no tiene deficiencias, estas ganando.

Ahora evaluamos los materiales de la guitarra. El primer interés debe de ser la caja armónica. Primero, ¿laminados (enchapados) o macizo (sólidos)? ¿Cual es la diferencia? ¿Importa? Púes importa y mucho para el tono y para el costo del instrumento. De todas las maderas comercialmente disponibles, solo el 1% es apta para instrumentos musicales. Sucede así ya que muchas especies apreciadas por sus propiedades acústicas son escasas y vienen de tierras lejanas. Cuando esas especies pueden ser obtenidas en cantidades comerciales, tienen que ser precisamente cortadas de modo tal que desafortunadamente se produce mucho deshecho. El aserrado en cuartos, resulta en mucha madera desperdiciada, pero garantiza que lo finos cortes de madera puedan retener mayor fuerza, resistencia y estabilidad.

Laminando varias finas hojas de madera más económica es la más cómoda y económica alternativa. Siempre que la superficie exterior sea de un material más valioso y apreciado (cortado de forma económica), apenas se puede distinguir de una madera maciza. Sin embargo las maderas laminadas tienen mayor atenuación acústica debido a las láminas cruzadas y al pegamento. Por ende, una guitarra con aros. fondo y tapa laminada típicamente suena un tanto estrecho y dulce; suenan bien, pero no hay mucho allí.

El mayor precio en la calidad del sonido se sufre cuando la tapa armónica es laminada. Aros y fondo laminados tienen un menor impacto adverso. Usualmente, una tapa sólida con aros y fondo laminados producen el mejor resultado acústico relativo al precio.

Aparte de su menor costo, ¿se puede decir algo bueno de las maderas laminadas? Si, las maderas laminadas no se rajan por resequedad y aguantan más abuso antes de romperse; siendo guitarras ideales para uso y abuso. También son más fáciles para amplificar, ya que su exigua sensitividad casi elimina los problemas de retroalimentación. El venerable Ramírez construye muchas guitarras con aros laminados. Los aros de las guitarras clásicas son particularmente finos y por tanto notablemente frágiles. El bajo costo acústico de los aros laminados es aceptado en estos onerosos clásicos.

¿Pero como puedo distinguirlas? Hay que escudriñar el borde de la boca. Un escalonado efecto delata las tapas laminadas. Pero si las vetas de la madera se mantienen a través del espesor de la tapa, es madera maciza. Si el borde de la boca esta pintado o cubierto, no te dejes engañar ya que es laminada.

Los aros y fondo son más elusivos. Hay que examinar las superficies interiores a través de la boca. Buscamos variaciones de color o en el patrón de la superficie. Si estos atributos no corresponden igualmente en el exterior, asumimos que son laminados.

Guitarras totalmente laminadas son a nivel de estudio o principiante. No debes de gastar sobre $250 (USD), y menos si son usados. Sin embargo, la adición de una tapa de abeto macizo sube la categoría del instrumento al próximo nivel de calidad. Algunos ejemplares de tapas macizas se venden en tiendas por tan poco como $250 (USD), con mejores modelos (mejores calidades de tapa y herrajes) en los $700 a 800 (USD). Sin embargo, las mejores guitarras son de maderas totalmente macizas y comienzan en los $1,000, aumentando progresivamente.

Todas estas categorías han estado consistentemente aumentando su precio al pasar de los años. En la década de los 50 y 60 casi todas las maderas tropicales, así como las ideales para construir guitarras, eran baratas y abundantes. Aún los instrumentos económicos eran de maderas sólidas. Y es posible encontrar buenas guitarras hechas en América en esa categoría que son de superior acústica y construcción, pero más baratas que las laminadas nuevas. Pero hay que buscarlas. Si tienes una guitarra, nueva o vieja, de maderas macizas, ¿cuáles son los indicadores de calidad? Miremos detenidamente la tapa. Veamos las apretadas vetas de la madera. La estrechez o densidad de estas, contrario a la apreciación popular, no es un signo definitivo de una madera superior. La propiedades acústicas provienen de su superior dureza y peso liviano. Esto sucede independientemente al número de vetas por pulgada lineal. Un mejor indicador de una tapa superior y bien escogida, es la uniformidad de las vetas y la presencia de rayos medulares. Los rayos medulares son fibras perpendiculares a la veta de la madera. No solo añaden una elegante luminiscencia a la tapa, también añaden una mayor fortaleza y resistencia. Estas se encuentran mayormente en las mejores tapas de los mejores aserrados de cuarto.

En guitarras nuevas un claro color naranja indica abeto sitka, la madera de tapas más utilizada. Un color blanco como el papel con más fina textura es abeto alpino (también llamado alemán o europeo) o abeto engelmann. Estas son las más raras y caras especies usadas en los más caros instrumentos hechos en fabricas y a mano. Típicamente, los abetos blancos le dan a la guitarra un tono más suave y delicado que la sitka, que tiende a ser más ‘contundente’.

Otras especies coníferas como el cedro y la secuoya roja están lentamente ganando aceptación en las guitarras clásicas y acústicas, como alternativas a los abetos. Se pueden notar por su notable tono más oscuro que los abetos. Su creciente popularidad se debe a su notable volumen. Pero los abetos indudablemente ‘maduran’, transformando sus sonidos en más completos y complejos, debido al efecto acumulativo del uso. Se dice que el cedro y la secuoya no maduran su acústica, que son más frágiles y propensos a agrietarse. Su característico volumen ciertamente es favorable. Mas es sorprendente cuan bien una guitarra de fábrica con aros y fondo laminados, y tapa de cedro sólido compara con un caro instrumento de maderas macizas hecho a mano.

La madera maciza de los aros y fondo, usualmente arce, caoba, palo santo de la India o del Brasil afectan dramáticamente el valor o costo estimado. El arce es una madera rubia,, y la caoba es de tono marrón rojizo. Los palo santos de la India y del Brasil son marrón chocolate, pero se pueden diferenciar por la oscuridad del pigmento y la figura. El de la India tiene vetas marrón oscuro y suaves rayas y líneas. El del Brasil muestra claros patrones de tela araña negro azuloso en su superficie. La diferencia acústica entre los palo santos es casi insignificante. Sin embargo todo un culto se ha desarrollado entorno al palo santo del Brasil, el cual impide una evaluación objetiva de su valor. Mientras tanto la caoba y el arce se pueden adquirir a un bajo costo por libra y el palo santo de la india (aunque más costoso) es abundante. ¡El palo santo del Brasil se ha convertido en una de las maderas exóticas más escasas y costosas del planeta! Cabe mencionar que muchos llamados ‘entendidos’ han sido indebidamente influenciados por este hecho. Sin embargo una verdaderamente bien construida guitarra de caoba o arce puede ser tan ‘buena’ como una construida en palo santo

del Brasil. La diferencia es la sutil coloración de cada especie. En igualdad de condiciones, la caoba y el arce están asociados a tibios y fusionados sonidos, mientras los palo santos a una claridad cristalina. La pregunta correcta en este momento debe ser, ¿qué yo prefiero?, y no ¿cuál es mejor?

Ahora veamos el mástil. Unas vetas rectas y homogéneas son cruciales. Si notas algún nudo dramático o un impactante cambio en la textura de la veta, devuelve el instrumento ya que posiblemente es un mástil ‘reactivo’. Unos punzantes y salientes extremos de trastes también pueden indicar peligro ya que revelan un diapasón mal preparado, y hay que sospechar otros mal seleccionados materiales. También pueden indicar una guitarra muy expuesta a resequedad y a calores extremos. Como sea, hay que sospechar resequedad (grietas y/o encogimiento) en otras partes del instrumento. Hay que examinar los trastes y la superficie del diapasón, especialmente bajo las cuerdas. Una guitarra que ha sido tocada mucho desarrolla unos patrones de desgaste característicos en los trastes como abolladuras, hendiduras y planos. A un buen inspector esos patrones le dicen mucho sobre el estilo y las preferencias musicales del dueño anterior. Lo que te importa es que trastes desgastados degradan significativamente el tono, la comodidad y la precisión tonal del instrumento. Allanar o reemplazar los trastes puede ser oneroso. En instrumentos nuevos, extremos de trastes uniformes son una buena referencia de un trabajo de calidad. En instrumentos viejos, extremos no uniformes pueden indicar una historia de trabajo en los trastes y la posibilidad de que algunos se hallan soltado.

‘El observar’ el mástil puede revelarnos varias importantes fallas. Se debe de observar, así como un carpintero que evalúa un tope, acercando un ojo al extremo del diapasón, mirando a lo largo del diapasón hacia el puente o la cejilla. Se debe de observar el diapasón de este modo para que podamos debidamente evaluar su condición. Podemos determinar si el mástil esta torcido comparando el nivel de los trastes superiores (vistos de cerca) contra el puente en la lejanía. Si no se notan paralelos, el mástil seguramente está torcido, por lo que una acción optima y comodidad no han de ser posibles hasta que se repare. También, cualquier ondulación en el diapasón que no se viera a simple vista, se pudiese notar durante esta evaluación. Una común y errada noción es que el diapasón debe de ser recto en toda su longitud. Sin embargo, una mejor condición es una leve inclinación hacia arriba y nivelada en ambos bordes la cual es casi imperceptible un una guitarra clásica, pero más evidente en una guitarra acústica. Una notable protuberancia o desnivel donde el mástil se une a la caja puede indicar que un caro reajuste del mástil es necesario.

Sobre la confortabilidad del mástil, es sorprendente como leves variaciones en su contorno afectan la comodidad al tocar. Un contorno inadecuado cansa rápidamente los músculos en la base del pulgar. El mástil debe ser libre y acogedor para la mano. No titubees en tocar la guitarra por largo tiempo para evaluar su comodidad durante prolongados periodos de práctica. Pero ten en cuenta que si te gusta el instrumento, el contorno del mástil puede ser modificado por un artesano diestro.

Un notable indicador de la calidad del instrumento es su lacado. Capas gruesas son inferiores. Como la chorreante filmina que cubre una manzana acaramelada, un lacado inferior es grueso, ondulante y con pobres destellos. Todas las esquinas externas están biseladas al igual que las internas. En guitarras viejas los acabados gruesos tienden a fracturarse y despliegan patrones de tela araña. Los peores y más comunes acabados son los de gruesos epoxies-catalizantes que se encogen con el tiempo, agrietándose, forzando la madera a quebrarse y agrietarse. Los acabados de calidad usualmente son claros y sin variaciones de color, de textura cristalina, con brillo uniforme como el de un buen espejo, y con destellos bien definidos. Los bordes de la guitarra y sus atributos se mantienen elegantes y bien definidos. Idealmente la función del lacado es simplemente proteger la superficie de la madera del sucio asociado al uso. Desafortunadamente el lacado, particularmente en las nuevas, también actúa como una sábana húmeda que amortigua el sonido. Ya que es un mal necesario, menos es lo mejor. Encontraras acabados finos en las guitarras más caras ya que se requiere una gran destreza para aplicar una fina y nivelada capa de laca y poder pulirla sin desgastarla. En la fábricas, la solución es aplicar docenas de capas y luego pasar el instrumento por una gran pulidora, donde la posibilidad de desgastar el acabado es

poca.

Sobre las grietas, algunas son triviales, otras no. Grietas en el lacado pueden distribuirse paralela o perpendicularmente con la veta de la madera. Grietas en la madera corren únicamente con la veta, excepto aquellas causadas por golpes. Las grietas pueden indicar que la guitarra ha sido expuesta a prolongados ambientes extremos. Mientras las grietas en el lacado son triviales, en la madera pueden no ser insignificantes. Una manera de determinar la seriedad de una grieta en la madera es apretando alternadamente en ambos lados de falla. Si la superficie se comporta como si la madera estuviese unida, normalmente se trata de una fina fisura de fácil reparación con pegamento (blanco o amarillo) que se aplica con un poco de presión dentro de la grieta hasta que seque. Si ambos lados de la madera se mueven independientemente, la grieta debe de ser reparada por un artesano diestro. Si no es atendida, podría permanecer estable indefinidamente, pero en un punto de tensión crecerá hasta eventualmente fallar. Entonces será una difícil y costosa labor. Sin embargo, dos o tres grietas en la tapa de una buena guitarra, debidamente atendidas, no deben de afectar los prospectos de un buen instrumento. Grietas en el mástil ya son algo distinto. Mientras las grietas en el diapasón usualmente son inconsecuentes; en el mástil, cuello y cabezal son sumamente serias. Búscate un artesano que las evalué antes de comprar.

Los esfuerzos de la tensión eventualmente hacen mella en cada guitarra; el natural resultado de la construcción de la guitarra. La tensión de las cuerdas usualmente vira el mástil y tuerce el puente hacia la boca. Cierto nivel de distorsión del mástil no es inusual, aún en los más caros instrumentos. Distorsión de la caja armónica, sin embargo debe de ser preocupante. Mientras la tensión en el mástil aumenta la acción; en la tapa, trata de colapsarla. El que a un delicado y liviano instrumento no le suceda esto con el tiempo, es un tributo a la destreza del lutier. De hecho, las guitarras reaccionan a la tensión, pero usualmente se estabilizan en configuraciones mas ó menos permanentes. Otras guitarras realmente son una bomba de tiempo que continúan colapsándose y muy lentamente. Un colapso lento, pero creciente, es evidenciado por el vuelco del puente, cuerdas muy bajas en el diapasón (independiente de la elevación de la montura) y una depresión detrás del puente. Ondulaciones, protuberancias y depresiones deben de ser causa de preocupación, ya que son evidencia de un colapso de la estructura interior.

Ahora que haz tenido la oportunidad de ver de cerca la guitarra que ibas a comprar, ¿no te sientes mejor sabiendo que has utilizado un poco de razonado escepticismo en el proceso? Ahora entiendes porque te querían vender esa guitarra con alta acción y muy, muy baja montura. También tienes mas argumentos para negociar el precio con el dueño del instrumento que pasaba inspección pero necesitaba una cara reparación del diapasón. Ahora puedes pagarle y llevar el instrumento a un buen artesano para que te ajuste la acción según tu gusto ¡Y a disfrutar tu nueva guitarra!