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[1a. de forros]
REVISTA IBEROAMERICANA
DE RETRICA
Volumen 1, nmero 1 * enero-julio de 2017
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO
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[2a. de forros]REVISTA IBEROAMERICANA DE RETRICA (RIR)Volumen 1, nmero 1, enero-junio de 2017
Publicada por el Instituto de Investigaciones FilolgicasDIRECTOR DEL INSTITUTO: Mario Humberto Ruz
SECRETARIO ACADMICO DEL INSTITUTO: Fernando Rodrguez Guerra
* * *Directorio de la REVISTA IBEROAMERICANA DE RETRICA (RIR)
DIRECTOR: Gerardo Ramrez Vidal, Universidad Nacional Autnoma de MxicoEDITOR DEL NMERO 1: Alejandra Vitale, Universidad de Buenos Aires
COMIT CIENTFICO
Marc Angenot, McGill University (Canada)Mara Silvana Celentano, Universit G. d'Annunzio Chieti-Pescara Dipartimento di
Lettere, Arti e Scienze Sociali (Italia)Martin Dinter, Department of Classics and Ancient History, London (Inglaterra)Manfred Eugen Kraus, Philologisches Seminar, Universitt Tbingen (Alemania)Gabriella Moretti, Universit degli Studi di Trento (Italia)Laurent Pernot, Universit de Strasbourg (Francia)Alessandra Romeo, Universit della Calabria, Dipartimento di Studi Umanistici (Italia)Philippe Salazar, University of Cape Town, Centre for Rhetoric Studies (Sudafrica)Joo Adolfo Hansen, Departamento de Letras Clssicas e Vernculas, Faculdade de
Filosofia, Letras e Cincias Humanas, Universidade de So Paulo (Mxico)Elvira Narvaja de Arnou, Universidad de Buenos Aires (Argentina)Belmiro Fernandez Pereira, Faculdade de Letras da Universidade do Porto (Portugal)Toms Albaladejo Mayordomo, Universidad Autnoma de Madrid (Espaa)Anderson Zalewski Vargas, Universidade Federal do Paran (Brasil)Mara Cristina Salatino de Zubira, Universidad Nacional de Cuyo (Argentina)
COMIT EDITORIAL
Alejandra Vitale, Universidad de Buenos Aires, ArgentinaAndrs Covarrubias, Universidad Catlica de Chile, ChileAndrs Eichman, Universidad Mayor de San Andrs, BoliviaCamilo Fernndez Cozman, USIL/UNMSM, PerElaine Sartorelli, Universidade de So Paulo, Brasilrika Lindig Cisneros, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, MxicoGerardo Ramrez Vidal, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, MxicoJorge Rojas Otrola, Universidad Nacional de Colombia, ColombiaJuan M. Lorenzo Lorenzo, Universidad Complutense de Madrid, EspaaMarta Isabel de Oliveira Vrzeas, Universidade do Porto, PortugalAlina Gutirrez Grova, Universidad de La Habana, Cuba
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COMISIN EVALUADORA
APOYO TCNICOLic. Ana Esquivel Palomares, Coordinadora tcnicaIng. Sergio Reyes Coria, Asesor editorial, Instituto de Investigaciones FilolgicasIng. Julio Prez Lpez, Supervisor tcnico, Instituto de Investigaciones Filolgicas
L a Revista Iberoamericana de Retrica (RIR), publicacin peridica semestral, digital e impresa bajodemanda de la Organizacin Iberoamericana de Retrica (OIR), editada por el Instituto de InvestigacionesFilolgicas (IIFl) de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Difunde artculos, notas,documentos, reseas y noticias inditos sobre los estudios de retrica en Iberoamrica.
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[Pag. 3. Portada interior, despus de dos paginas blancas]
ORGANIZACIN IBEROAMERICANA DE RETRICA
Revista Iberoamericana de RetricaPublicada por el Instituto de Investigaciones Filolgicas
Universidad Nacional Autnoma de Mxico
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Universidad Nacional Autnoma de Mxico
Hecho en Mxico
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NDICE
ARTCULOS
1. La enseanza de la retrica en la Antigedad grecorromana.
Aspectos desconocidos y sugerencias para el presente
Laurent Pernot . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9-30 pp.
2. La pistis-fides como el objeto propio de la retrica
Gerardo Ramrez Vidal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31-48
3. Acerca del discurso figurado y su uso en las declamaciones latinas sobre tiranos
Pablo Schwartz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49-67
4. Vieira, un poltico total. Diagnsticos del presente y retrica del futuro en la obra del
Padre Antonio Vieira
Eduardo Franco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69-87
5. Retrica y educacin en el reformismo cubano: la obra de Jos Agustn Caballero
Alina Gutirrez Grova . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89-106
6. En torno al discurso epidctico. El elogio de Fidel Casto al Che Guevara
Alejandra Vitale . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107-121
DOCUMENTOS
Sobre O Juzo, panegrico de Emanuele Tesauro
Joo Hansen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123-151
RESEAS
L. Pernot. La retrica en Grecia y Roma.
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Marco Mancera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155-164
NOTICIAS
A polifonia do IV Congresso da Sociedade Brasileira de Retrica
Anderson Zalewski Vargas / Pedro Ipiranga Jnior . . . . . . . . . . . . . . 165-174
La Asociacin Mexicana de Retrica (AMR): Un proyecto multidisciplinario consolidado rika Lindig Cisneros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155-164AUTORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177-179
GUA PARA LA PRESENTACIN DE PROPUESTAS . . . . . . . . . . . . . . . . . 181-183
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ARTCULOS
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LA ENSEANZA DE LA RETRICA EN LA ANTIGEDAD GRECORROMANA.
ASPECTOS DESCONOCIDOS Y SUGERENCIAS PARA EL PRESENTE1
Laurent PERNOT
Universit de Strasbourg
Resumen. La finalidad de este trabajo es presentar algunas reflexiones sobre la
enseanza de la retrica en la Antigedad grecorromana, un asunto que los
especialistas consideran en general bien conocido, pero que, si se observa ms de
cerca, se encontrar que hay aspectos que an se deben descubrir y estudiar. El texto
se estructura en tres partes. En la primera se ofrece un panorama del sistema de la
enseanza de la retrica en la Antigedad; en seguida, se muestran algunas pistas
sobre nuevas investigaciones en relacin con nuevos ejercicios preliminares
(progumnasmata) y con la revaloracin de los declamationes (suasoriae y
controversiae). Concluye este estudio sobre el inters y la aplicabilidad de la
enseanza antigua de la retrica en el mundo actual.
Palabras clave: retrica antigua, enseanza retrica, actualidad de la retrica
Summary. The purpose of this paper is to present some reflections on the teaching of
rhetoric in Greco-Roman antiquity, a subject that the scholars consider generally well
known, but which, if we look more closely, will find that there are aspects that are
still to discover and study. The text is structured in three parts. The first provides an
overview of the system of teaching of Rhetoric in antiquity; then it presents some
clues of new researches about new preliminary exercises (progumnasmata) and
revaluation of declamations (suasoriae and controversiae). This study concludes on
the interest and applicability of the ancient teaching of rhetoric in today's world.
Keywords: Ancient Rhetoric, Rhetorical Teaching, Modern Rhetoric
1. LA ENSEANZA DE LA RETRICA EN EL MUNDO GRECORROMANO
1 Traduccin de Mariana Franco, Nicols Chiavarino y Melisa Georgina Gonzlez.9
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Empecemos con una descripcin de la enseanza de la retrica tal como se presentaba bajo
la forma ms acabada en la poca del Imperio Romano. En esa poca, el sistema de
enseanza era homogneo y aproximadamente idntico en las dos partes del Imperio, la
parte occidental, latinoparlante, y la parte oriental, helenoparlante.
1.1 La retrica, la reina en el ambito de la enseanza
Esquemticamente, la enseanza antigua constaba de tres niveles:
La instruccin primaria, garantizada por un preceptor a domicilio o por un instruc-
tor, a lo largo de la cual los nios aprendan principalmente a leer y a escribir.
La enseanza secundaria, impartida por un gramtico (en griego grammatiks, en
latn grammaticus). Los gramticos enseaban gramtica en el sentido moderno
del trmino, pero tambin literatura y los primeros rudimentos de retrica. Ellos
enseaban a los alumnos a explicar y a recitar los textos de diversos autores, a
extraer nociones de cultura y de moral, y les hacan practicar con ejercicios. A
veces, invadan el campo de los rtores al comenzar a tratar con anticipacin el
programa del nivel siguiente (Quintiliano, Inst. 1.9.6; 2.1, se hace eco de las
querellas sobre las fronteras en este tema).
La enseanza superior, ofrecida por un rtor (rhetor). A continuacin de aquello
que haban comenzado los gramticos, los rtores profundizaban en la enseanza de
la retrica, es decir, en el dominio del discurso oral y escrito, dndoles a los
estudiantes lecciones tericas y prcticas sobre el arte de encontrar las ideas, de
definir una lnea de argumentacin, de construir un plan, de mejorar el estilo, de
memorizar una intervencin, de presentarse y de hablar en pblico.
La retrica constitua la carrera principal, a ttulo de enseanza generalizada. No
preparaba solamente para la profesin de abogado, sino tambin para las responsabilidades
propias de un funcionario, de un administrador, de un poltico. Era la carrera que seguan,
en su gran mayora, los notables y los dirigentes del Imperio. Las otras formaciones,
consideradas como ms especializadas, incluan las ciencias, el derecho, la medicina y la
filosofa.
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Cuando hablamos de la enseanza de la retrica, estamos considerando el conjunto
coherente formado por los ejercicios prcticos de los ltimos aos de la escuela del
gramtico y los ejercicios prcticos de la escuela del rtor: los ejercicios preparatorios (en
griego progumnasmata, en latn praeexercitamenta), luego la declamacin (en griego
melet, en latn declamatio).
1.2 Los ejercicios preparatorios
El aprendizaje de la retrica comenzaba entonces con los ejercicios preparatorios, es
decir, los ejercicios de composicin en prosa propuestos a los alumnos y estudiantes, que
eran acompaados de clases tericas. Los ejercicios de retrica constituyen una costumbre
muy antigua, que se remonta a la sofstica griega (siglo V a.C.). En la poca imperial, a
partir del siglo I d.C., estos ejercicios fueron organizados en una serie gradual, que nos es
conocida por las fuentes latinas (por ejemplo, Quintiliano, Suetonio) y por las fuentes
griegas (por ejemplo, Elio Ten, Hermgenes). Estas fuentes son manuales destinados a los
maestros; a stos se les suma una rica documentacin papirolgica que ofrece ejemplares
de composiciones redactadas por los alumnos. Se observa tambin una prctica pedaggica
muy ampliamente difundida en toda la extensin del Imperio.
La serie cannica de ejercicios preparatorios se presenta de la siguiente manera (de
acuerdo al terico griego Aftonio, quien ofrece la versin ms detallada):
1. La fbula (muthos): un ejercicio que consiste en contar una fbula y agregarle una
moraleja (o a la inversa, a partir de una moraleja dada, imaginarse una fbula que le
convenga). Ejemplo: Fbula de las hormigas y de las cigarras, para exhortar a la gente
joven al trabajo.
2. El relato (digma): un ejercicio que consiste en componer una narracin sobre un tema
histrico o mitolgico. Ejemplo: Relato sobre la rosa, la flor nacida de la sangre de
Afrodita.
3. La chria (khreia): este trmino designa una palabra o una accin, breve o significativa,
atribuida a un personaje clebre, que los estudiantes deben explicar y comentar.
Ejemplo: Iscrates dijo que la raz de la educacin es amarga, pero que los frutos son
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dulces, Como cuando se le pregunt a Alejandro Magno dnde estaban sus tesoros, l
hizo un gesto en direccin a sus amigos.
4 . La mxima (gnm): una verdad general, expresada de forma concisa, que debe ser
explicada y comentada. Ejemplo: No es posible encontrar una vida exenta de tristeza
(Menandro).
5 . La refutacin (anaskeu): un ejercicio que tiene por objetivo demostrar el carcter
imposible, inverosmil o inconveniente de un hecho dado. Ejemplo: Refutacin del
mito de Dafne.
6. La confirmacin (kataskeu): lo contrario del anterior.
N.B. La refutacin y la confirmacin estn presentes ya sea como ejercicios autnomos,
o bien como procedimientos aplicables a cada uno de los ejercicios.
7. El lugar comn (koinos topos): desarrollo dirigido contra una categora de criminales, a
la manera de las peroraciones de discursos de acusacin. Ejemplo: Lugar comn contra
un tirano.
8 . El elogio (enkmion): exposicin de las cualidades de una persona, de un animal o de
una abstraccin. Ejemplo: Elogio a Tucdides.
9 . La condena (psogos): exposicin de los defectos. Ejemplo: Condena de Filipo de
Macedonia.
10. La comparacin (sunkrisis): un ejercicio que consiste en comparar dos personas o dos
cosas, sean buenas (se busca entonces cul era la mejor, utilizando los argumentos del
elogio) o malas (se busca cul es la peor, utilizando los argumentos de la censura).
Ejemplo: Comparacin entre Aquiles y Hctor.
11. La etopeya (thopoiia) : breve discurso puesto en boca de un personaje dado, en una
circunstancia dada; lo importante es que las palabras sean apropiadas al locutor y al
tema. Ejemplo: Palabras de Nobe despus de la muerte de sus hijos. Este ejercicio es
llamado tambin prosopopeya.
12. La descripcin (ekphrasis): un ejercicio que se apoya en dos personas, dos lugares, dos
objetos o dos acciones. Ejemplo: Descripcin de la Acrpolis y del templo de Serapis
en Alejandra.
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13. La tesis (thesis): un examen de una proposicin general que se presta a discusin.
Ejemplo: El mundo est gobernado por la providencia de los dioses? (tesis
especulativa); Hay que casarse? (tesis prctica).
14. La propuesta de una ley (eisphora tou nomou): se trataba de componer un discurso a
favor o en contra de una ley propuesta. Ejemplo. Discute contra la siguiente propuesta:
el adltero atrapado en delito flagrante podr ser muerto in situ.
Estos ejercicios se organizan en una serie gradual, que sigue un principio de progresin
que consiste en llevar a los alumnos desde lo ms fcil a lo ms difcil, desde las formas de
exposicin ms narrativas hasta aquellas que requieren un mayor esfuerzo en la
argumentacin. Los alumnos se familiarizaban con las distintas partes de la retrica: los
lugares de la invencin, los esquemas argumentativos (tanto para probar como para refutar),
planes y partes de discursos, estilo, memorizacin y pronunciacin. Los alumnos utilizaban
cada uno de los gneros oratorios (el epidctico, el deliberativo, el judicial). Aprendan a
redactar piezas susceptibles de convertirse en partes de un discurso. Cuando llegaban
finalmente a los ltimos ejercicios, la tesis y la propuesta de la ley, estaban muy cerca del
discurso entero. Estaban listos para el ejercicio del nivel superior: la declamacin.
1.3. La declamacin
La declamacin se define como un discurso ficticio, es decir, como una composicin que
tiene la apariencia de un discurso efectivamente pronunciado y destinado al entrenamiento
de los oradores. Se refiere a hechos que pertenecen a la mitologa o a la historia, o bien se
sita en una poca y en un lugar indeterminados. Siguiendo la terminologa latina,
distinguimos las controversias (controversiae), que pertenecen al gnero judicial y que
imitan un alegato pronunciado ante un tribunal por la parte acusadora o por la defensa, y las
suasorias (suasoriae), que pertenecen al discurso deliberativo e imitan una opinin dada
ante una asamblea o ante un consejo para proponer o rechazar una medida o una accin.
La historia de la declamacin es paralela a la de los ejercicios preparatorios. El origen
remonta a los sofistas del siglo V a.C. Luego, desde fines de la Repblica romana hasta
comienzos del Imperio (siglo I a.C.-siglo I d.C.), la declamacin conoci un gran xito, al
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punto de volverse una de las formas retricas ms en boga de la poca imperial y, para
nosotros hoy en da, una de las mejor conocidas, gracias a las numerosas fuentes griegas y
latinas.
Demos algunos ejemplos de temas o tpicos tratados.
En primer lugar, los tpicos serios, de tipo histrico (tomados de Elio Arstides, autor
griego del siglo II d.C.):
1. Discurso pronunciado por un ateniense ante la asamblea del pueblo, en Atenas, en el 414
a.C. para pedir el envo de refuerzos al cuerpo expedicionario ateniense que luchaba en
Sicilia.
2. Discurso inverso al anterior: contra el envo de refuerzos.
3. Discurso pronunciado por un ateniense ante la asamblea del pueblo, en Atenas, en el 425
a.C., para aconsejar la firma de la paz con los lacedemonios.
4. Discurso pronunciado por un lacedemonio ante la asamblea de los lacedemonios, en el
404 a.C. para aconsejar la firma de la paz con los atenienses.
Estas declamaciones se proponan reconstruir con exactitud el acontecimiento histrico,
apoyadas en las mejores fuentes, as como reproducir la fuerza y la sutileza de la
argumentacin. La utilizacin de una lengua arcaica contribua al efecto de pastiche, al
punto que, al escuchar este tipo de declamaciones, se podra caer en un error y creer estar
en presencia de un autntico discurso del siglo V a.C. El virtuosismo dialctico se
intensificaba por el hecho de que un mismo declamador trataba a veces el pro y el contra
(discursos 1 y 2: en los dos sentidos, in utramque partem), o compona dos discursos
diferentes que iban en el mismo sentido (discursos 3 y 4: reanudacin de mismo tema,
retractatio).
He aqu sin embargo dos ejemplos ms fantasiosos (sacados de Sneca el Padre,
siglo I d.C.):
5. Ley: Si una mujer ha sido agredida sexualmente, tiene el derecho de exigir una de dos
formas de reparacin: o que su agresor sea condenado a muerte o que sea obligado a
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casarse con ella sin dote. Tema: Un hombre viol a dos mujeres durante la misma noche:
una pide que sea ejecutado, la otra que sea obligado a desposarla.23No parece que una ley como sta haya existido en realidad. Los declamadores inventaronesta ley (uniendo dos leyes distintas), para crear una alternativa dramtica. El inters de este
tema clebre, que encontramos en numerosos autores, tiene su dificultad, porque las
demandas de las dos partes estn igualmente fundadas y, sin embargo, son irreconciliables.
De all las discusiones espinosas para saber cul de los dos derechos debe prevalecer. Entre
las rplicas ingeniosas, Sneca cita aquella de Latrn, que defenda la causa de la primera
mujer y que dice a propsito del violador: Hubiera atacado a una tercera, si la noche no se
hubiera acabado.46 Circunstancias: Marco Antonio le ha prometido a Cicern dejarlo con vida, bajo lacondicin de que queme sus obras. Tema: Cicern pide consejos a sus amigos para saber
si debe aceptar esa condicin.5De nuevo, la situacin es ficticia. Antonio detestaba a Cicern y quera matarlo, porque
ste lo haba atacado en sus discursos, pero nunca le hizo tal propuesta. En este contexto
imaginario, el declamador adopta la posicin del consejero, dirigindose a Cicern para
iluminarlo sobre el camino a seguir. Sneca Padre observa con humor que los
declamadores, cuando trataban este tema, todos buscaban disuadir a Cicern de que
aceptara la proposicin de Antonio: Nadie, que yo sepa, sostuvo, en esta suasoria, la tesis
opuesta. Todos se preocupaban por las obras de Cicern, ninguno por Cicern. Sin
embargo, este punto no era del todo malo, pues Cicern, si se le hubiera ofrecido la
condicin de la que hablamos, habra vacilado.6La declamacin, como dije, era un fenmeno importante en la poca imperial. Sala
incluso del marco escolar para volverse un gnero literario y un entretenimiento cotidiano.
2 Sen. Contr. V 1: [Lex] Rapta , raptoris aut mortem, aut indotatas nuptias optet. [Thema] Una nocte quidam rapuit duos. Altera mortem optat, altera nuptias.3 Sen. Suas. VII: Deliberat Cicero an scripta comburat promittente Antonio incolumitatem si fecisset.4 Sen. Contr. V 1: Iam se parabat in tertam, nisi nox defcisset.5 ste es el tema de la Suasoria VII de Sneca.6 Sen. Suas. VII 10: Huius suasoriae alteram partem neminem scio declamasse; omnes pro libris Ciceronissolliciti fuerunt, nemo pro ipso, cum adeo illa pars non sit mala, ut Cicero, si haec condicio lata ei fuisset,deliberaturus non fuerit.15
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Cuando un declamador conocido daba una funcin en una escuela o en un lugar pblico de
la ciudad (el oden, la sala del Consejo, el teatro), la concurrencia era grande y el pblico
comprenda, adems de estudiantes y colegas, a personas calificadas, que estaban fuera del
mundo de la escuela. La declamacin era un espectculo donde se desplegaban los recursos
de la inteligencia y de la lengua.
2. ACTUALIDAD DE LA INVESTIGACIN
Lo que hemos dicho hasta ahora es un registro de hechos conocidos, gracias a las
numerosas fuentes que los corroboran. Observamos, en la poca imperial, la existencia de
un marco pedaggico comn que prevaleci en las diferentes provincias y pocas. Podra
creerse que no hay nada nuevo que aadir.
Y sin embargo, no es as. El propsito de esta segunda parte es presentar tres nuevos
elementos con base en fuentes que, para algunos, slo recientemente han estado disponibles
y, para otros, estaban disponibles, pero no fueron tomadas en consideracin. Esto da lugar a
importantes consecuencias para la historia de la enseanza de la retrica.
2.1 El armenio Ten
En primer lugar, se trata de los ejercicios preparatorios. Hemos hecho un recorrido por la
serie cannica, que parece fija. No obstante, existen ejercicios adicionales en la obra de
Elio Ten, autor de un tratado sobre ejercicios preparatorios, en griego, probablemente del
siglo I o II d.C.
Los ejercicios adicionales presentes en ese trabajo se han identificado gracias a
progresivas investigaciones filolgicas. A partir del siglo XIX, los fillogos alemanes han
descubierto que el texto griego de Ten, tal como ha sido transmitido por los manuscritos,
presenta lagunas y el contenido de las partes faltantes permaneca desconocido.
En 1925, el investigador Nerss Akinean descubri en un manuscrito del Museo Estatal
de Erevn (capital de Armenia) un tratado de retrica que result ser una traduccin
armenia del tratado de Ten. Posteriormente G. Bolognesi descubri otros dos manuscritos
del mismo texto. Ahora bien, la traduccin armenia, que data del siglo VI d.C., corresponde
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al estado original del tratado de Ten y contiene cinco ejercicios faltantes en la tradicin
griega.
Debi pasar mucho tiempo para que este descubrimiento fuera puesto a disposicin los
especialistas. En 1997, en la edicin de Ejercicios preparatorios de Ten publicada en por
Les Belles Lettres, fueron reunidos por primera vez el texto griego y el texto armenio con
las partes faltantes en griego (Aelius Thon, Progymnasmata. Texto establecido y traducido
por M. Patillon, con la asistencia, para el armenio, de G. Bolognesi, Paris, 1997). Esta
publicacin de hace casi veinte aos y la valiosa informacin que contiene an no han sido
suficientemente explotadas.
Los cinco nuevos ejercicios preparatorios, que ocupan en total poco ms de una docena
de pginas, son los siguientes:
1 La lectura (anagnsis): este ejercicio consista en hacer leer a los estudiantes, en voz
alta, las obras de oradores e historiadores. El maestro presentaba y explicaba l mismo los
textos, luego peda a los jvenes que los recitaran en voz alta con los gestos apropiados,
tanto con el texto a la vista como de memoria.
2 La audicin (akroasis): se trataba de escuchar la recitacin de una obra, por ejemplo un
discurso, y esforzarse progresivamente en memorizar el texto, para ser capaz de
reproducirlo por escrito.
3 La parfrasis (paraphrasis): este ejercicio se practicaba ya sea oralmente o por escrito.
Proceda por permutacin de elementos, adicin, sustraccin y sustitucin. Ejemplo: tomar
un discurso de Lisias y expresar las ideas a la manera de Demstenes.
4 La elaboracin (exergasia): este ejercicio tena por objeto retomar un texto, con el fin
de mejorarlo, para el pensamiento y para la expresin, presentando mejor la misma idea o
apoyando mejor la misma tesis.
5 La contradiccin (antirrhsis): consista, en referencia a un discurso dado, en componer
el discurso adverso.
Estos cinco ejercicios no son invenciones propias de Ten. En efecto, los mencionan de
paso otros autores. Por ejemplo, Quintiliano conoce la "lectura" y la "parfrasis" (Inst 2.5 et
1.9.2, 10.5.4-5). Con toda probabilidad, se trata de ejercicios que eran de uso frecuente en
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el mundo grecorromano. Pero, por qu no han tenido lugar dentro de la serie cannica? Si
no han sido conservados, es sta es mi hiptesis porque presentaban una naturaleza
diferente. Los ejercicios de la serie cannica son ejercicios de composicin creativa, el
estudiante deba producir un texto. En los cinco ejercicios del armenio Ten, en cambio, se
trata de manipular los textos pertenecientes a grandes autores clsicos. La tradicin
cannica ha conservado solamente los ejercicios de composicin y dejado a un lado los
ejercicios de manipulacin.
Estos nuevos ejercicios son muy interesantes. Consagrados a las grandes obras del
programa, seguan una progresin que consista en que el estudiante se enfrentara con el
texto-fuente, primero apropindose de l (con la lectura y la audicin), luego modificndolo
(mediante la parfrasis y la elaboracin) y finalmente oponindose a l (por medio de la
contradiccin). Era un medio de inculcar la cultura literaria y de trabajar las diferentes
partes del arte retrico: la argumentacin, la disposicin, el estilo, la memoria, la
pronunciacin ("accin" oratoria).
He aqu un primer elemento que nos muestra que la enseanza de la retrica debe
representarse de un modo ms flexible y variado respecto de lo que comnmente se hace.
Junto con la serie que he denominado "cannica", existieron en el mundo greco-romano
diferentes tipos de ejercicios, diferentes series, diferentes manuales. Una tarea de la
investigacin hoy consiste en dirigir los estudios ms all de la serie conocida y sacar a la
luz los ejercicios no cannicos.
2.2 El ejercicio de la imagen en Frontn
Tal es el caso de nuestro segundo punto. Se trata de un pasaje de Frontn, que no ha sido
considerado por los historiadores de la retrica antigua, en el que podemos reconocer,
desde mi punto de vista, un ejercicio preparatorio desconocido hasta el presente.
Frontn, quien era un abogado y educador de renombre, fue el tutor de Marco Aurelio
Csar, el futuro emperador Marco Aurelio, en el siglo II d.C. Su relacin pedaggica nos es
conocida gracias a su correspondencia, que se ha conservado parcialmente. Frontn instrua
a Marco en el dominio de la elocuencia y de la literatura, por medio de lecciones, modelos,
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ejercicios, y le haca redactar mximas, lugares comunes y narraciones (ejercicios
preparatorios que hemos observado ms arriba en la serie cannica).
Pero un ejercicio nuevo aparece en dos cartas, escritas en latn y salpicadas de
expresiones griegas, que datan del 139 o 140 d.C. (Correspondencia de Frontn y Marco
Csar 3.7-8). Hacia esta poca, Frontn tena alrededor de cincuenta aos y Marco,
dieciocho. Marco escribe a Frontn:
A MI MAESTRO
[...] Tambin hoy, a partir de la sptima hora [13:00 h], sobre mi cama, no he hecho
poca cosa, pues he terminado casi diez imgenes (eikonas). En la novena [15:00 h], te
tomo de aliado y asistente, ya que no he tenido mucho xito en su ejecucin. Se trata
del hecho de que en el interior de la isla Enaria hay un lago; en este lago hay otra isla,
y esta isla tambin est habitada. A partir de all creamos una imagen.
MAGISTRO MEO
[] Ego quoque hodie a septima in lectulo nonnihil egi, nam decem ferme
expediui. In nona te socium et optionem mihi sumo, nam minus secunda fuit in
persequendo mihi. Est autem quod in insula Aenaria intus lacus est ; in eo lacu alia
insula est et ea quoque inhabitatur. .
Este texto interesa por su carcter concreto. El joven Marco trabaja en los temas de las
tareas que le ha dado Frontn. Al comienzo de la tarde, l se encuentra acostado en una
cama posicin normal para trabajar y se aboca a la tarea. Se trata de una serie de diez
imgenes que debe "realizar", "crear". El tema de la tarea propona una imagen, y el
estudiante deba hallar una aplicacin de esa imagen y desarrollarla. Para designar las
imgenes, Frontn y Marco emplean la palabra griega eikn, equivalente del latn imago, ya
que el griego era la lengua predilecta de la retrica. Marco se enorgullece en anunciar que
casi ha terminado sus deberes. Nueve ejercicios, a la hora de la siesta, no es "poca cosa"
(nonnihil: la ltote es expresiva). Pero, sobre uno de los deberes, Marco se ha "bloqueado",
como diramos en la jerga escolar, y ha pedido ayuda.
La dificultad se refiere al noveno tema: "en el interior de la isla Enaria hay un lago; en
este lago hay otra isla, y esta isla tambin est habitada. A partir de all creamos una
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imagen". Enaria es el nombre de la actual isla de Ischia, en el golfo de Npoles. No existe
un lago que contenga una isla en Ischia, lo que demuestra que Frontn no se preocup por
la exactitud geogrfica en esta ocasin.
En su respuesta, Frontn proporciona la solucin del problema. La isla Enaria representa
al emperador reinante, Antonino, padre adoptivo de Marco. En cuanto a la isla interior, no
es otra que el propio Marco. El desarrollo consistir en mostrar cmo la isla interior se
beneficia de todas las ventajas de la isla grande en cuyo interior sta se encuentra (disfruta
de un clima ventilado por las brisas marinas, de la vista del mar, de la presencia de
habitantes), sin sufrir los inconvenientes que afectan a la isla grande, ya que, dada su
situacin, la isla pequea est a salvo de los peligros a los cuales la isla grande est
expuesta (a saber: las embestidas de las olas, los huracanes, los monstruos marinos, las
incursiones de los piratas y de flotas enemigas, etc.). La imagen significa as que Marco, en
tanto hijo adoptivo y sucesor designado del emperador reinante, disfrutaba de todas las
ventajas de una situacin protegida, en el corazn del palacio imperial, participando del
rango, la gloria y los honores, mientras que Antonino, su padre, lo protege ysoporta las
penas y las dificultades de la conduccin del imperio.
Despus de haber propuesto esta solucin, Frontn aade algunos comentarios. Da
explicaciones de tcnica retrica, sobre las cuales sera demasiado largo insistir. Subraya
igualmente la utilidad de este ejercicio de la imagen; ya que Marco va a poderusarlo muy
pronto en un discurso oficial que debe pronunciar y que contendr un elogio de Antonino y
una expresin de gratitud hacia l: el ejercicio tendr as una aplicacin directa en un
discurso real. Esta tarea tiene entonces una importancia poltica: es un modo de llevar al
joven prncipe a reflexionar acerca de cules son los deberes de un emperador, sobre la
manera insigne en que Antonino lleva a cabo estos deberes y sobre el lugar que le
corresponde a Marco en el sistema de poder imperial.
Grande es tambin, en mi opinin, el impacto psicolgico de la imagen, que vuelve de
alguna manera a incluir al joven Marco en el regazo de su padre, otorgando al poder
paterno una presencia tranquilizadora, pero al mismo tiempo envolvente, casi sofocante.
Este breve anlisis es suficiente para demostrar la importancia de estas dos cartas de
Marco y de Frontn en la historia de la enseanza de la retrica.
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-
Nos encontramos, sin duda, ante un ejercicio preparatorio, el ejercicio de la imagen
(eikn). Este ejercicio est hbilmente diseado, ya que invierte la situacin habitual de los
oradores. Los oradores parten de hechos o de ideas que desean probar y buscan imgenes
para ilustrarlos, a fin de que sean ms sorprendentes y ms persuasivos. El ejercicio, por el
contrario, parte de una imagen y busca un hecho o una idea a los cuales la imagen pueda
aplicarse. El entrenamiento consiste en efectuar a la inversa la operacin que el orador
formado lleva a cabo de forma directa. Se trata de una especie de gimnasia, que recorre en
sentido inverso el movimiento natural a fin de asimilarlo mejor.
Sin embargo, este ejercicio, como se ha dicho anteriormente, no figura en ningn tratado
conservado. Frontn lo ha inventado o bien lo ha recibido de algn predecesor? Esto es
imposible de saber y no tiene mucha importancia. Lo que s interesa es que la lista de
ejercicios preparatorios se enriquece con un nuevo elemento, sobre el cual disponemos de
informacin particularmente completa. Contamos, en efecto, con la redaccin del tema y
con una correccin del maestro; y adems (algo que no se encuentra en los manuales
habituales) conocemos el nombre del estudiante y el del maestro y obtenemos una situacin
pedaggica precisa en la cual el ejercicio se ha puesto en prctica, no sin implicaciones
polticas, filosficas y psicolgicas.
No es difcil imaginar que en la enseanza retrica griega y latina hubo muchos otros
ejercicios que pudieron haber desaparecido, o cuyas huellas tal vez estn an por
descubrirse en las fuentes.
El material presentado hasta ahora nos permite concluir que la enseanza de la retrica
en la poca del Imperio Romano, en el nivel de los ejercicios preparatorios, fue ms rica y
ms diversa de lo que se cree habitualmente. Se han registrado seis ejercicios los cinco del
armenio Ten y el ejercicio sobre la imagen de Frontn que no figuran en la serie
cannica y que, no obstante, fueron conocidos y practicados. Estos hechos son interesantes
porque enriquecen nuestro conocimiento de la enseanza de la retrica que tena una gran
incidencia sobre la literatura y la sociedad, tanto como sobre los modos de pensar.
2.3 Lo no-dicho de las declamaciones
21
-
Pasemos ahora a las declamaciones. Aqu quisiera llamar la atencin sobre una
dimensin particular de las declamaciones griegas y romanas, a saber, su relacin con la
realidad contempornea de la poca.
Una declamacin es un discurso ficticio, consagrado a un tema imaginario, que se sita
ya en el pasado, ya en un contexto abstracto e intemporal. A primera vista, la realidad
contempornea no tiene lugar. Esto se le ha reprochado a la declamacin. Numerosos
autores latinos, por ejemplo, tacharon a la enseanza de la declamacin como artificial y
fuera de la realidad. Me gustara citar en particular las crticas formuladas por Petronio en
e l Satiricn. Esta cita es un homenaje a la memoria de Josefina Nagore, quien haba
publicado trabajos sobre Petronio. Petronio escribe entonces (Satyricon 1):
[El nfasis de los declamadores] sera tolerable si abriera a los alumnos la ruta de la
elocuencia. Pero todos estos temas ampulosos y todo este zumbido de frases vacas,
para qu sirven finalmente? Los jvenes, cuando debutan en la abogaca, se creen
cados en otro mundo. Entonces, a mi entender, el resultado ms claro de los estudios
es volver a nuestros nios completamente estpidos: de lo que se presenta realmente
en la vida, ellos no escuchan nada, no ven nada.
Haec ipsa tolerabilia essent, si ad eloquentiam ituris viam facerent. Nunc et rerum
tumore et sententiarum vanissimo strepitu hoc tantum proficiunt ut, cum in forum
venerint, putent se in alium orbem terrarum delatos. Et ideo ego adulescentulos
existimo in scholis stultissimos fieri, quia nihil ex is, quae in usu habemus, aut
audiunt aut vident.
Y, sin embargo, es necesario ir ms all de la apariencia y considerar el hecho de que
ciertas declamaciones, aunque trataban sobre temas ficticios, podan apuntar a la actualidad
mediante alusiones y sobreentendidos. Esta pista de investigacin ha sido vislumbrada por
algunos especialistas, pero no profundizaron la investigacin en ese sentido y se quedaron
con una impresin vaga y general.
Se trata de un problema difcil, por definicin, dado que se trata de alusiones a la
actualidad que aparecen bajo forma velada o indirecta. No podemos estar jams seguros.
Las observaciones que siguen a continuacin apuntan a abrir esta va de interpretacin, sin
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pretender agotar un tema que, en vista de su naturaleza misma, exige largas y atentas
investigaciones.
Un caso completamente claro es el de las declamaciones que tratan acerca de los tiranos.
El tema de los tiranos y el tiranicidio era muy frecuente en las declamaciones antiguas, a
propsito de situaciones pasadas o imaginarias. No obstante, bajo el Imperio, el concepto
del tirano permaneca vigente en la reflexin sobre el poder poltico y era utilizado en
Roma, cuando se planteaba el problema de los malos emperadores, y en las provincias,
frente al abuso de ciertas personalidades locales. Debemos entonces contemplar la
posibilidad de que las declamaciones relativas a los tiranos hayan tenido implicaciones en
la realidad contempornea de los declamadores.
Esto es lo que indican dos pasajes del historiador Dion Casio, quien se refiere a los
emperadores romanos del siglo I d.C. El primer pasaje trata sobre el emperador Calgula, el
segundo sobre el emperador Domiciano:
1. "[Calgula] estaba tan lleno de envidia y de suspicacia en todos los aspectos que un
da conden al exilio al orador Carrina Segundo, porque haba pronunciado, durante
el entrenamiento, un discurso contra los tiranos.72. "Domiciano mand a matar al sofista Materno, porque mientras se ejercitaba este
haba pronunciado palabras contra los tiranos.8Estos dos emperadores eran desconfiados frente a todo lo que les pareca una amenaza
contra su poder. En los dos casos, los discursos que despertaban su desconfianza eran
ejercicios de escuela que consistan en un desarrollo general contra los tiranos. Poda
tratarse ya de ejercicios preparatorios (el ejercicio titulado lugar comn que encontramos
ms arriba), o bien de desarrollos generales insertados en una declamacin. Cualquiera que
haya sido, el inters de estos pasajes de Dion Casio es mostrar que dos emperadores
diferentes, con medio siglo de intervalo, hicieron una lectura actual de textos sobre los
tiranos recitados en las escuelas de retrica. Ellos sospechaban que los oradores fingan
hablar en general para apuntar en realidad a la situacin contempornea. Y es de notar que
Dion Casio no dice que los emperadores hayan estado equivocados en su anlisis. Estos dos7 DC. 59.20.6: , .8 DC. 67.12.5: , , .23
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pasajes prueban entonces la posibilidad de significados ocultos en los discursos retricos
contra los tiranos.
Adems de los tiranos, haba muchos otros temas que podan ser de actualidad. Por
ejemplo, los declamadores hablaban de los piratas. Ahora bien, la piratera era una realidad
en el mundo mediterrneo. Trataban tambin asuntos de herencia, un tema en auge en los
tribunales de la vida cotidiana; cuestiones de adulterio, un tema que lleg a ser importante
en los tribunales, sobre todo con la Lex Iulia de adulteriis; trataban asuntos de
envenenamiento, un problema recurrente en la corte imperial. Lejos de ser vacas o irreales,
las declamaciones estaban llenas de temas que correspondan a la realidad del mundo.
Bastaba poca cosa (una intencin, una sospecha) para que esta correspondencia fuera
activada y precisada con el fin de convertirse en una alusin.
Citemos dos ejemplos ms:
3. En el ao 17 a.C., Marco Porcio Latrn, uno de los ms grandes declamadores,
pronunci una declamacin ante el emperador Augusto y a su fiel colaborador Marco
Agripa sobre un asunto de adopcin. Introdujo en su discurso un desarrollo general
contra la adopcin, diciendo que la adopcin poda tener por defecto hacer entrar en
una familia noble un nio de baja extraccin (Sen. Contr. 2.4.12-13).
Solamente por eso, la adopcin era un tema candente en la poca. Augusto estaba
organizando su sucesin. Como no tena hijo varn, haba casado a Agripa con su hija Julia y
se dispona a adoptar a los dos nios nacidos de esta unin, Cayo y Lucio, para hacer de
ellos sus herederos del Imperio. En este contexto, un discurso contra la adopcin poda
parecer una crtica contra la poltica dinstica de Augusto. Por aadidura, Agripa era de
origen modesto, de modo que el argumento segn el cual la adopcin transforma en nobles
a hijos de plebeyos poda aplicarse a su caso.
De acuerdo con el texto de Sneca el Padre, Latrn no se haba dado cuenta de esta
posible implicacin. Su expresin era una metida de pata, la torpeza de un hombre
estudioso que, a pesar de su inmenso talento retrico, no vea ms lejos que el problema por
tratar y careca de sentido poltico.
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Estamos aqu frente a un caso similar al de los textos 1 y 2: el caso de un lugar comn,
tratado en general, pero susceptible de una aplicacin precisa que transforma la
declamacin enun discurso con doble sentido, portador de una crtica contra el poder.
Mientras que la crtica era aparentemente involuntaria en el texto 3, es voluntaria en el
texto siguiente:
4. Se trata de la suasoria, citada hace un momento, en la que Cicern delibera para saber
si debe suplicar a Antonio que lo deje con vida (Sen. Suas. 6.9). Al comienzo del
Imperio, bajo el reinado de Augusto, la muerte de Cicern era un tema todava
sensible, puesto que Cicern haba sido asesinado bajo el segundo Triunvirato, del
cual Augusto haba sido uno de los miembros. La mayora de los declamadores se
aseguraban de imputar el asesinato de Cicern slo a Marco Antonio. Pero un
declamador, Albucio Silo, se atrevi a sugerir que Augusto no estaba libre de tener
una parte de responsabilidad en el asunto, al menos por no haber tomado la defensa
de Cicern. Albucio Silo era verdaderamente hostil al rgimen imperial y estoico.
Aparentemente, utiliz la declamacin para lanzar una insinuacin contra Augusto sin
pronunciar su nombre.
En el curso de la historia de la declamacin debieron producirse frecuentemente casos de
este tipo, en los que el velo de la ficcin permiti abordar problemas contemporneos.
Un argumento en favor de la interpretacin que propongo es la existencia, en la retrica
antigua, de una nocin llamada discurso figurado (eskhmatismenos logos, figurata
oratio). No se trata de figuras de estilo, sino de una nocin tcnica particular, que define los
casos en los que el orador usa discursos figurados para disfrazar su intencin, manteniendo
un lenguaje indirecto con el fin de llegar oblicuamente al punto donde l quiere llegar. La
argumentacin se apoya en lo no-dicho. Utilizando lo no-dicho, el orador est en
condiciones de manipular a los oyentes sin que ellos se enteren o de hacerlos comprender
las cosas tcitamente, por complicidad, sin tener que formular nada de manera expresa.
Sobre la tcnica del discurso figurado, poseemos un gran nmero de textos griegos y
latinos.
La nocin de discurso figurado demuestra que los oradores estaban entrenados para
introducir mensajes disfrazados en sus discursos. La misma ofrece una garanta retrica a la
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interpretacin segn la cual las declamaciones escolares podan contener alusiones sutiles a
la realidad contempornea. En las declamaciones griegas y romanas, el arcasmo, el gusto
excesivo por el pasado, la indiferencia frente a la realidad eran, ciertamente, menos
importantes de lo que se cree.
3. EL VALOR Y LOS FINES DE LA ENSEANZA RETRICA ANTIGUA
La enseanza de la retrica se mantuvo esencial a lo largo de toda la Antigedad, porque
posea un valor indiscutible e indiscutido. Tena mltiples fines, que quisiera intentar
enumerar:
El aprendizaje de la tcnica retrica. Los ejercicios preparatorios y la declamacin
permitan el aprendizaje del discurso en todos sus aspectos: argumentacin,
disposicin, estilo, memoria, pronunciacin.
Un mtodo pedaggico activo. La enseanza antigua recurra a la creatividad de los
alumnos y estudiantes, incitndolos a componer ellos mismos los discursos, en lugar
de limitarse a analizar las obras de los grandes autores. Los ejercicios consistan en
trabajos de escritura creativa (y al mismo tiempo enmarcados por reglas heursticas
precisas) y en manipulaciones textuales orales y escritas. La declamacin ofreca la
posibilidad de inventar los detalles de la causa, no especificadas por el tema, y de
jugar un rol, como en el teatro, metindose en la piel de un personaje histrico o
imaginario.
La formacin cultural. En la prolongacin de la formacin lingstica y literaria
iniciada con el profesor y el gramtico, los ejercicios preparatorios profundizaban la
frecuentacin de los clsicos, en vista del perfeccionamiento de la lengua y en vista
de la imitacin de los grandes autores. La declamacin empleaba la cultura
lingstica, literaria e histrica, as como los conocimientos jurdicos.
La actitud para razonar y escribir. Los ejercicios representaban un aprendizaje de
estructuras argumentativas y discursivas. La declamacin enseaba a hacer la sntesis
de documentos complejos y delicados y a organizar una demostracin.
La finalidad moral. La finalidad moral no estaba ausente, en particular en los
primeros ejercicios. La chria, por ejemplo, era por naturaleza edificante. Esto no
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impeda a los pedagogos antiguos abordar temas realistas y tratar asuntos de asesinato
o de adulterio, por ejemplo. La regla era que convena expresarse en trminos
decentes y evitar las palabras vulgares o groseras.
La preparacin para la vida activa. La enseanza de la retrica preparaba a los
alumnos y a los estudiantes para componer discursos completos y tambin, ms
ampliamente, toda suerte de escritos, tanto literarios como polticos o administrativos.
Numerosas eran las ocasiones de llevar a la prctica las competencias adquiridas,
cuando los alumnos, una vez salidos de la escuela, llegaban a ser abogados,
personalidades u hombres polticos.
Consideremos, por ejemplo, el ejercicio de la elaboracin, que encontramos en
Ten el armenio, y que consista en mejorar un texto, presentando mejor la misma
idea o sosteniendo mejor la misma tesis. Esto podra parecer intil en la vida activa.
Pero, en efecto, este ejercicio tena una aplicacin en los procesos: cuando una causa
era defendida por varios abogados, el que hablaba en ltimo lugar deba encontrar
una nueva manera de apoyar la lnea de defensa o de acusacin ya presentada por los
oradores precedentes, efectuando eso que se llama tcnicamente una deuterologa.
En poltica, suceda a menudo que un orador tena que componer dos discursos sobre
el mismo tema, en dos ocasiones diferentes, o componer sobre un tema ya tratado
antes por otros. En la administracin y en el ejrcito, los altos responsables a menudo
deban componer cartas o informes a partir de textos preexistentes. Los crticos
literarios tenan la costumbre de reformular los pasajes de grandes autores para
analizarlos mejor. En fin, vemos cmo las enseanzas de la retrica antigua, en esta
ocasin a propsito de la elaboracin, constituan una formacin esencial.
4. CONCLUSIN: LA ACTUALIDAD DE LA RETRICA ANTIGUA
Para concluir falta que nos preguntemos lo que podemos obtener hoy de la formacin
retrica antigua.
Ante todo, es necesario cuidarse de idealizar la enseanza antigua. Recordemos las
diferencias que existen entre las sociedades antiguas y las sociedades actuales. El mundo
antiguo era mucho ms duro y desigual que la mayora de los estados modernos. La
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educacin estaba reservada a una minora y las mujeres jvenes tenan menos acceso que
los varones. La esclavitud estaba extendida, inclusive entre los maestros en su conjunto. El
sistema educativo era mayoritariamente privado e incluso comercial. Los castigos
corporales eran aceptados. En fin, no pretendo hacer de la enseanza antigua un modelo: se
trata solamente de ver las ideas interesantes que se pueden extraer de ella.
Si nosotros estuvisemos en Estados Unidos, mi conclusin sera fcil, pues, como se
sabe, la enseanza de la retrica est viva en ese pas. Los colegios y las universidades
americanas tienen Speech Departments, speech classes, y los professors of speech no
dudan en utilizar mtodos inspirados en la tradicin antigua.
En Europa, la situacin es diferente. No hemos conservado ms que un eco lejano e
insulso de la retrica antigua. Por ejemplo, los escolares franceses componen narraciones y
disertaciones, que se asemejan, respectivamente, a los ejercicios preparatorios llamados
relato y tesis. Estos ejercicios se remontan a la tradicin antigua, a travs de la
mediacin de la Edad Media, del Renacimiento y de las escuelas de los jesuitas, pero son
mucho menos importantes entre nosotros de lo que eran en la Antigedad, y son ejercicios
escritos, sin el carcter oral de la enseanza antigua. En resumen, la formacin retrica
antigua nos interesa hoy porque reconocemos en ella la fuente lejana de algunas de nuestras
enseanzas literarias actuales.
Pero hay ms. Podemos tal vez extraer ms del ejemplo de los antiguos. Sobre el plan
prctico, hay todava sugerencias para obtener de la pedagoga antigua, sobre todo los
trabajos de escritura creativa, los juegos de rol, la atencin prestada a la performance oral.
En sus fundamentos, la enseanza de la retrica grecorromana contiene algunas ideas
importantes, sobre las que podemos meditar an hoy. stas sern mis ltimas palabras:
La formacin del espritu no se reduce a un aprendizaje prctico y tcnico.
Los estudios implican el desvo (desvo hacia el pasado, desvo hacia la
literatura).
La educacin es una oportunidad para el individuo y para la sociedad
La enseanza elabora referencias culturales comunes y compartidas.
BIBLIOGRAFA
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LA PISTIS-FIDES COMO EL OBJETO PROPIO DE LA RETRICA9Gerardo RAMREZ VIDAL
Universidad Nacional Autnoma de Mxico
Resumen. Las palabras pistis en griego y fides en latn indican el objeto propio de la
retrica. En su origen, ambas palabras se refieren a una especie de contrato, a un
acuerdo entre las partes, ya sea entre iguales o desiguales; a estrechos vnculos de
confianza que deben existir tanto en las relaciones pblicas internas y externas como
entre individuos. Por tanto, indican tanto la fiabilidad en sentido abstracto como la
confianza o la fe que alguien quiere producir en los dems, pero tambin las
actitudes, muestras o pruebas que se utilizan para lograr la confianza o el crdito,
como el apretn de manos que sella un acuerdo entre las partes. Por eso, la mano
derecha es el smbolo de la confianza. Slo despus esas palabras adquieren el
sentido religioso de fe en Dios. El poeta Teognis personifica a Pistis como una gran
diosa (v. 1136). Los romanos, quienes se consideraban a s mismos como el pueblo
de la fides, levantaron un gran templo, cerca del dedicado a Jpiter Capitolino, en
honor de una antigua deidad llamada Fides, protectora de los juramentos, de las
negociaciones y de las relaciones diplomticas. En el mbito de la retrica, pistis y
fides tienen varias connotaciones. El Gorgias platnico afirma que la retrica es
artesana de peith. Para Aristteles la retrica es una capacidad de observar to
peithn, que es el adjetivo neutro sustantivado de peithomai. Todos estos trminos
provienen de la misma raz que significa 'confianza', 'crdito' o 'conviccin'. De tal
modo, el objeto y fin de la retrica es la pistis-fides. Los diversos sentidos de la raz
dan a la retrica una riqueza de significados ms all del limitado sentido de
persuasin.
Palabras clave. Retrica antigua, finalidad de la retrica, pistis, fides, crdito,
confianza.9 La versin original de este artculo fue presentada en las III Jornadas Latinoamericanas de Investigacinen Estudios Retricos, celebrada en la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad Nacional de VillaMara (Crdoba, Argentina), el 22 de junio de 2015.31
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Summary. The words pistis in Greek and fides in Latin indicate the proper object of
rhetoric. In their origin, both words refer to a kind of contract, an agreement between
the parties, whether between equal or unequal, to close bonds of trust that must exist
in both internal and external public relations and between individuals. Therefore, they
indicate both the reliability in the abstract sense as the trust or faith that someone
wants to produce in others, but also attitudes, samples or tests that are used to achieve
trust or credit, as an agreement between the parties sealed with a handshake. For this,
the right hand is the symbol of trust. The poet Teognis personifies Pistis as a great
goddess (v. 1136). The Romans, who regarded themselves as the people of the Fides,
erected a large temple, near the one dedicated to Jupiter Capitolino, in honor of an
ancient deity called Fides, protector of oaths, negotiations and diplomatic relations .
In the field of rhetoric, pistis and fides have several connotations. The Platonic
Gorgias affirms that the rhetoric is "artisan of peith". For Aristotle rhetoric is an
ability to observe to peithon, which is the noun adjective noun of peithomai. All these
terms come from the same root meaning 'trust', 'credit' or 'conviction'. Thus, the
object and purpose of rhetoric is pistis-fides. The various senses of the root give
rhetoric a wealth of meanings beyond the limited sense of persuasion.
Keywords. Ancient rhetoric, purpose of rhetoric, pistis, fides, credit, confidence.
1. LA CONTROVERSIA
Se conservan muchas definiciones de retrica en los autores antiguos, en parte gracias a los
registros que Quintiliano10 y Sexto Emprico11 elaboraron uno para defender y el otro para
10 Quint. Inst. or. II. 15.2-12, 25-26, y 17.22-25. En el pargrafo 2 se ofrecen algunas definiciones y en el 3se dedica a refutar que el fin de la retrica sea la persuasin o el hablar con el fin de persuadir ( 3: inpersuadendo or in dicendo apte ad persuadendum), pues no se persuade slo con las palabras. sino tambincon el dinero, el favor, la autoridad, el crdito, el aspecto, etc. Agrega en seguida otras mltiples definiciones,hasta el pargrafo 36, decidindose por la definicin estoica, segn la cual la retrica es la ciencia de hablarbien (38: scientia bene dicendi), definicin en la cual se encuentra tambin su finalidad.11 SE. Ad. Math. II 2-9 y 60-71. En los pargrafos 2-9, Sexto Emprico presenta tres definiciones de retrica:1) Primero registra la atribuida a Gorgias: , , , (2, en referencia a Pl. Grg. 453a, 454a y 455a). Refuta que lapersuasin se d slo mediante discursos, pues tambin se alcanza mediante el dinero, la fama. el placer y labelleza, y refuta tambin que la retrica sea la nica que logra persuadir mediante la palabra, pues lo mismologran otras disciplinas como la medicina. 2) En seguida incluye la difinicin del platnico Jencrates y de los
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atacar a la retrica. En ambas selecciones se observa que muchos autores antiguos, sobre
todo los griegos, consideraban que la finalidad (telos, finis) de la retrica es la persuasin.
Los testimonios parecen corroborarlo. La ms antigua definicin parece haber sido
artesana de la persuasin,12 que Platn atribuye a Gorgias, y la ms famosa es la de
Aristteles: sea la retrica la capacidad de observar la persuasin posible en todo
discurso.13 Por su parte, Platn la define como arte de la persuasin,14 e Iscrates como
ciencia de la persuasin.15
De la misma manera, los autores latinos continuaron esta tradicin y consideraron, en
general, que el fin de la retrica era la persuasin. Por ejemplo, el autor latino del siglo I d.
C., Cornelio Celso, sostena que el fin de la retrica es hablar de modo persuasivo sobre
asuntos polticos discutibles.16 Para ello los griegos emplean fundamentalmente el
sustantivo y el verbo que los latinos traducan con el sustantivo persuasio y el
verbo persuadeo, respectivamente.
filsofos estoicos, quienes afirmaban que , aunque el primerotoma en sentido de y los segundos en el de , , es decir, "tener aprehensiones firmes, producindose [la ] slo en el hombre sabio" (6),y en seguida se refiere a las diferencias entre retrica y dialctica. 3) Por ltimo retoma una definicin de lasArtes retricas de Aristteles ms simple que las anteriores: , "arte de palabras", sin considerarla clebre definicin aristotlica (cf. infra n. 5). A la objecin de que el arte de la medicina tambin es el artedel discurso mdico, la respuesta consiste en afirmar que el arte mdico dirige su discurso a un fin, que es elde la salud; la retrica, en cambio, es el arte de la palabras solamente. En los pargrafos 60-71 se discuteprecisamente la causa final o telos de la retrica. Sexto Emprico niega que la retrica tenga un fin, de maneraque la retrica no es un arte y, en consecuencia, no existe. La mayora de los autores antiguos establece comofinalidad de la retrica persuadir () o la persuasin (, ). Su refutacin se da en torno alos tres sentidos de , que son los siguientes: 1) lo que es plenamente verdadero, que aprobamosdebido a la impresin de verdad que se le da; 2) lo que es falso, pero aprobamos por la misma impresin deverdad que se le da (los que los rtores llaman verosmil o eiks); 3) la verdad y la falsedad en comn (63).En torno a estos tres modos se ofrece una larga discusin que pretende demostrar que la retrica no tienecomo fin , pues no persuade de lo que es evidentemente verdadero o falso y tampoco de lo falso,pues no existe un arte de lo falso (excepto que la retrica no sea un arte) y tampoco persuade de lo que es encomn verdadero y falso, por las mismas razones anteriores (64-71). Luego pasa en revista otros posiblesfines de la retrica (descubrir las palabras apropiadas, producir opinin en los jueces o lo til), que no son delinters de este trabajo.12 Apud Pl. Grg. 453a2-3: , que Quintiliano (Inst. Or. II 15.10) atribuye a Iscrates ySexto Emprico (Ad. Math. II 2 y 61) tanto a Gorgias como a Jencrates.13 Arist. Rh. 1355b 25-26: .14 Pl. Phdr. 260d9: , expresin que se encuentra en un pasaje donde quien habla es la retricapersonificada.15 Isocr. Fr. 2: , apud SE, M 2.62. En 60-62, Sexto Emprico incluye definiciones de otrosautores, donde aparece siempre la persuasin (, , etc.).16 Cf. Quint. II 15.22: dicere persuasibiliter in dubia civile materia.33
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En todas esas definiciones la persuasin se presenta como la finalidad de la retrica. Sin
embargo, en la propia antigedad no todos estaban de acuerdo en ello. Ya en Platn la
persuasin fue objeto de sospecha, pues no se basaba en la verdad sino en la opinin, y
poda emplearse para hacer el mal. Por otra parte, segn el filsofo, la enseanza de
Protgoras consista en hacer hbiles para hablar bien, y el propio Platn observaba que la
retrica consista en hablar y escribir como se debe.17 Por su parte, los estoicos
consideraban que el fin de la retrica era hablar bien, o eu lgein, aunque no se alcanzara
el xito previsto, pues en ello intervienen condiciones externas.18 Sexto Emprico afirmaba
que la retrica no tena un objeto propio19 y rechazaba que la persuasin fuera su finalidad,
pues observaba que puede persuadirse no slo con el discurso, sino tambin con el dinero,
la opinin, el placer y la belleza, lo que tambin afirmaba Quintiliano ms o menos en los
mismos trminos correspondientes latinos.20
Entre los latinos, la ms famosa definicin en esa lnea se atribuye a Catn el Censor
(Quint. Inst. or. XII 1.1): Vir bonus dicendi peritus. Quintiliano prefiri seguir a los
estoicos Cleantes y Crisipo, quienes definan la retrica como la ciencia del bien hablar.21
Por ello Quintiliano seala que el arte, tal como l lo entiende, no depende del resultado:
quien habla tiende a conseguir la victoria, pero cuando ya haya hablado bien, aunque no
venza, ha realizado ya aquello que compete al arte.22
Las definiciones modernas, incluso las de los clasicistas, siguen ms la lnea moral de
los estoicos y de Quintiliano, pues en su mayora no toman en consideracin el aspecto
central de la retrica antigua: la persuasin. Por ejemplo, para James J. Murphy (1983, p.
3): Retrica, el anlisis sistemtico del discurso humano con el propsito de ofrecer
preceptos tiles para el discurso futuro, y para John Poulakos (1983, p.), Retrica es el
17 En relacin con Protgoras, cf. Pl. Prot. 312d7: . El pasaje de Platnes Phdr. 258d4-5: . El adverbio no significa "bellamente".18 Cf. Cic. De fin. III 6.22 (= SVF III 18), donde Cicern presenta el ejemplo del arquero que hace todo loposible por dar en el blanco, y esto para l es el sumo bien, aunque no sea coronado por el xito (cf. Natali1995, p. 174).19 SE. Ad. Math. II 73 Mau: . SE. Ad. Math. II 2: , .20 Quint. Inst. or. II 15.6: verum et pecunia persuadet et gratia et auctoritas [] Cf. Liebersohn 2010, p.152.21 Quint. Inst. or. II 14.5: ea est scientia bene dicendi; 15. 34: finitio rhetoricen ese bene dicendi scientiam.Cf. Natali 1996, p. 171.22 Quint., Inst. or. II 17 23: tendit quidem ad victoriam qui dicit, sed cim bene dixit, etiam si non vincat, idquod arte continetur effecit.
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arte que busca capturar en los momentos oportunos aquello que es apropiado e intenta
sugerir lo que es posible. Rui Miguel Duarte 2013 seala: Pues hablar de retrica, es
hablar del efecto de la comunicacin verbal. En algunos casos contina la orientacin
antigua: C. Natali seala que el fin principal de la retrica es el xito de persuadir al
pblico (1995, pp. 165-166).
Adems de las razones morales o moralistas, debido a la carga negativa de la palabra
persuadeo, los autores modernos, tal vez de manera inconsciente, se alejaron de la idea
dominante en la antigedad clsica aunque sin abandonarla completamente con la
finalidad de liberarse de los lmites que impone esa palabra a la retrica, de modo que
muestran no uno sino diversos fines en esa disciplina, arte, prctica o teora.
En resumen, tanto entre autores griegos y romanos como entre los modernos se ha
observado que la retrica tiene para algunos el fin nico de persuadir, mientras que para
otros (en particular los modernos), los fines son otros: elaborar un buen discurso, obtener la
victoria y producir diversos efectos en los destinatarios.
2. SOLUCIONES
A nuestro juicio, no sera posible decir que unos tienen razn y otros no, aunque sta es la
actitud que siguieron tanto Quintiliano como Sexto Emprico, como ya se ha visto. Pero si
los autores le atribuyen varios fines, cmo podemos darles a todos la razn? Pueden darse
varias respuestas no necesariamente autoexcluyentes:
1. Una primera respuesta es que podra hablarse de fines simples y complejos. Los primeros
consisten en un fin nico, como "elaborar discursos eficaces", "escribir de manera
adecuada" o incluso "ornamentar el discurso"; los fines complejos pueden constar de varios
fines.
Para explicar estos ltimos podemos recurrir a la obra intitulada Intencionalidad, de
John R. Searle, donde el autor explica las intenciones complejas con el caso de Gavrilo
Princip y el asesinato cometido por l del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo:
Princip apret el gatillo
Dispar la pistola
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Hiri al Archiduque
Mat al Archiduque
Asest un golpe a Austria
Veng a Serbia
Explica Searle que Princip dispar al Archiduque teniendo como medio para ello el
apretar el gatillo e hiri al Archiduque teniendo como medio para ello el disparar el arma,
y agrega que las condiciones de satisfaccin de nuestras intenciones van ms all de los
movimientos corporales. Princip movi un solo dedo, pero su Intencionalidad abarc al
Imperio Austro-Hngaro (pp. 110-111).
Como en el caso de Gavrilo Princip, en la retrica los fines pueden enlazarse: la
finalidad de la retrica es hablar bien; hablar bien es el medio para persuadir; persuadir el
medio para obtener la victoria.
Al parecer, Quintiliano haba intuido lo anterior cuando se refiere a tres fines diferentes:
(a) la persuasin, (b) hablar bien, (c) hablar bien con el fin de persuadir.23 En este ejemplo
los dos primeros fines son simples y el tercero es complejo. Al tercero se puede enlazar un
cuarto que puede ser: (d) vencer en los debates en la asamblea, (d) reforzar la fe en la
comunidad religiosa, (d) informar con xito sobre teoras filosficas, etc.
2. Una segunda solucin es distinguir entre fines. Deber notarse, en efecto, que no
todos los fines se pueden considerar tales. Por ejemplo, algunos autores antiguos
consideraban que hablar bien no es un fin, mientras que para Quintiliano unos fines
residan en el acto y otros en el efecto, y hablar bien se refiere al fin en el acto. 24 Puede
considerarse al primero funcin (ergon, officcium, munus), y al segundo, fin (telos,
finis).25 Desgraciadamente los textos antiguos no son consistentes en el empleo de ambos
trminos y a menudo se utiliza la nocin de funcin por la de fin. Se habla de una
contaminacin entre ambos conceptos (cf. Calboli 1979, pp. 253-254). Tambin podra
23 Cf. Quint. Inst. or. II 15.3: Hi fere aut in persuadendo, aut in dicendo apposite ad persuadendum positumorandi mnus sunt arbitrati.24 Quint. Inst. or. II 17. 25: Nam est ars ea, ut paulum clarius ostendemus, in actu posita non in effectu. Cf.Liebersohn 2010, pp. 139-140, quien ve aqu una distincin entre telos y skops.25 A veces, una funcin y un fin pueden coincidir. Por ejemplo, en el caso de la vista, la visin es ambascosas: funcin y fin (cf. Arist. Metaph. 1050a25).
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distinguirse entre skops o fin primario, que siempre es alcanzado, y telos o fin ltimo, que
puede no lograrse (cf. Liebersohn 2010, p. 139), pero tambin en este caso los trminos son
confusos.
3. Una tercera solucin, la cual nos interesa desarrollar aqu, es que, en el campo de la
retrica, la nocin griega de pistis () y la correspondiente latina de fides constituyen
la finalidad de la retrica, aunque pueden tener otros empleos (por ejemplo, el de
'argumento'). Aunque aparecen poco mencionadas en las definiciones citadas, ambas
nociones tienen una gran importancia como fin o telos de retrica. Baste sealar que, en
Aristteles, la retrica se orienta a la obtencin de la pistis por parte del hablante y, como
veremos, Cicern la emplea de manera clara para referirse a la conviccin o confianza.
Asimismo, la nocin de pistis puede descubrirse en Aristteles, cuando afirma que lo
propio de la retrica es ver lo convincente y lo que parece convincente.26 En este caso se
emplea la palabra to pithann ( ), que se traduce de diversas maneras: lo creble
y, sobre todo, lo que es persuasivo, pero parece ms adecuado el sentido de
"convincente",27 que es precisamente el sentido de pistis, palabra que tiene diversos sentidos
que pueden dar una idea de la multiplicidad de los fines de la retrica, demostrar lo cual es
tambin un propsito de esta exposicin.
a. LA RAZ DE PISTIS
Para mostrar la multiplicidad de los fines resulta muy adecuado partir del argumento
etimolgico. Pistis est emparentada al trmino latino fides, y ambas derivan de la raz
indoeuropea *bheidh-, con alternancia voclica en *bhidh- y *bhoid-, cuyo sentido
originario es crdito y garanta o bien confianza y fidelidad. Tanto *bheidh- como
*bhidh- dan origen a dos subconjuntos de trminos que se diferencian en general con
bastante claridad, lo que en seguida se van a exponer.
26 Arist. Rh. 1355b15: . La traduccin es deRacionero, en Aristteles 1999. Otras traducciones son: It is further evident that it belongs to Rhetoric todiscover the real and apparent means of persuasion (Freese); "Inoltre evidente che proprio de la retoricascoprire ci che persuasivo e ci che solo apparentemente persuasivo" (Plebe, en la Biblioteca UniversaleLaterza).27 La primera es de Antonio Tovar, la segunda de Montanari (Mondadori).37
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a. *bhidh-, confianza
De la raz en grado cero proviene la palabra pistis (), un nombre de accin que
significa fe, confianza o crdito, que no aparece en Homero y slo una vez en Hesodo
(Op. 372), en una expresin sentenciosa: confianzas y desconfianzas pierden a los
hombres,28 aunque tal vez sea un pasaje espurio. Tambin aparece en Teognis29 y en los
trgicos, pero es poco frecuente en la prosa del siglo V. Por ejemplo, en Andcides aparece
dos veces y en Antifonte cuatro.
En cuanto a sus connotaciones, en su origen no indica la 'fe' o 'confianza' que el sujeto
deposita en alguien que es confiable ("yo confo en X"). En el Nuevo Testamento este
sentido es bsico: es la 'fe' en Cristo, que no es una fe verosmil, sino una conviccin. En
poca clsica la pistis es la confianza o conviccin que el sujeto pretende inspirar en su
pblico o su interlocutor; mediante actos orales o no, el sujeto pretende hacerse confiable al
otro. Segn Gorgias, la vida no es vida para quien est privado de la confianza,30 no
queriendo decir que eso suceda cuando el sujeto no confa en los dems, sino cuando los
dems no tienen confianza en l.
Esa palabra se comprende mejor si se sustituye con el trmino crdito, garanta. As,
tener o dar una pistis es tener o dar una 'garanta'. Por ejemplo, en la Grecia arcaica, los
nobles se vinculaban dentro de los grupos mediante una pistis, que podra ser un simple
apretn de manos o un acto que constitua una prueba. En la Ilada 6.233, se observa cmo
Glauco y Diomedes se dan la mano y se prometen fidelidad, aunque en este caso se emplea
el verbo .31 Esta costumbre aristocrtica pervivir en el siglo V entre las
facciones antidemocrticas. Eufileto y sus camaradas se dieron mutuamente una prueba o
prenda de fidelidad o pistis, que consisti en mutilar las estatuas de Hermes, en 415
(Andoc. 1.67).32 El mismo Andcides cuenta que un tal Dioclides lleg a un acuerdo con
algunos de los responsables de la mutilacin, para no denunciarlos, y en la Acrpolis
sellaron ambas partes el acuerdo dndose mutuamente una pistis, una prueba de fidelidad
28 Hes. Op. 372: .29 Cf., por ejemplo, Theog. 831: ' , ' , por confianza perd mis bienes,por desconfianza los salvaguard.30 Gorg. Palam. 21: .31 Hom. Il. 6.233: ' , se dieron la mano y se aseguraron lealtad.32 Cf. Faraguna 1912, p. 357.
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(Andoc. 1.43) que podra ser un juramento o darse un apretn de manos. As, la pistis es
tanto el medio (el apretn de manos, la prueba) como el fin o resultado.
El adjetivo pists (), que tambin deriva de la raz *bhidh-, permite entender lo
anterior. Con esa palabra se califica a personas, animales o cosas en un doble sentido, ya
sea que dan confianza o bien que tienen confianza en alguien o en algo. Es decir, puede
significar tanto confiable como confiado. As, por ejemplo, un juramento pists es un
juramento en el que se puede tener confianza; asimismo un hombre pists es alguien que
inspira confianza, y por lo tanto digno de fe o de crdito, creble, confiable o
seguro.
Por otra parte, la connotacin en sentido opuesto, la de alguien que confa o cree en otro,
aunque se encuentra ya en la tragedia, se extender en la literatura cristiana: es el
'creyente', el cristiano. El neutro sustantivado se refiere al crdito, a la
garanta que se ofrece para tener esa confianza.33 As, en los textos de poca clsica,
son las muestras de crdito: dar y recibir garantas de algo, de donde pas a
significar tambin acuerdo, alianza.
De esta manera, la pistis es sobre todo la confianza o conviccin o crdito que el
hablante logra crear en el destinatario, y logra su cometido mediante un apretn de manos,
juramentos, regalos o palabras. Tales sentidos se observan tambin en las relaciones
comerciales, donde la pistis, entendida como confianza mutua (cf. Faraguna 1912, p. 363),
es indispensable en la sociedad para el intercambio de bienes y el desarrollo econmico;
tambin significa crdito, en sentido econmico, con base en el dinero o capital, como
cuando Demstenes define pistis o crdito, como el mejor capital para hacer negocio.34
Los banqueros deben gozar de buena reputacin o confianza y tener crdito o solvencia
econmica (cf. Faraguna 1912, p. 366) y ambas cualidades se designan con la palabra
pistis. En este caso, el dinero es lo que da crdito a una persona en el mbito econmico.
Ahora, volvamos a la palabra to pithann. Se podr observar que Aristteles emplea esa
palabra en otros pasajes de su Retrica, en particular en la definicin de esta (1355b25-26).
Quintiliano, en su traduccin de la definicin aristotlica, emplea la palaba latina
33 En la Odisea se encuentra slo en dos pasajes, uno en singular, para referirse al camarada fiel (Od.15.539) y otro en plural, para indicar, en voz de Agamemnn en el Hades, que "ya no hay fidelidad en lasmujeres", las mujeres no tienen crdito, no se puede confiar en ellas (Od. 11.456).34 Dem. 36.44: .39
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persuasibile que la mayora de los estudiosos ha seguido. Sin embargo, es preferible
emplear una de las connotaciones comunes de pistis: confianza, credibilidad,
conviccin, como lo hace Quintn Racionero: una facultad de teorizar lo que es adecuado
en cada caso para convencer. En otro pasaje, dice Aristteles, que la funcin de la retrica
no es persuadir ( ), sino ver "los medios de conviccin ms pertinentes
en cada caso (t hyparkhonta pithan, ). Recientemente, Megan Foley
(1913, p. 142) interpret t hyparkhonta pithan como probabilidades, plausibilidades,
persuasibilidades que existen antes de que la obra de persuasin empiece.35
a. *bheidh-, persuasin
Hasta aqu hemos visto que los derivados de la raz con vocalismo cero, como pistis y
pithann, entre otros, presentan las nociones de fe, creencia o conviccin, pero no
ofrecen la nocin de persuasin, que, en cambio, se encuentra en la serie de palabras
derivadas de la raz *bheidh-, con vocalismo e.36 De esa raz proviene un numeroso grupo
de trminos en griego, en primer lugar, el verbo medio-pasivo peithomai (), que
tiene una clara connotacin originaria de tener confianza, ser persuadido y obedecer.37
Tambin de la raz en e proviene el transitivo activo peth (), que es secundario, y
tiene el sentido de persuadir, por cualquier medio, ya sea mediante el razonamiento, las
plegarias, el dinero o la fuerza, como indica Pierre Chantraine, hacindose eco de las
35 Dos pasajes del Poema de Parmnides resultan del mayor inters: (a) Parm. 8.12: ' / ' , ni jams permitir que del no ente la fuerza de la confianzasurja junto a l [= al no ente] (cf. Kirk-Raven, p. 359: ni la fuerza de la conviccin permitir jams que delo no ente nazca algo adems de ello); (b) Parm. 1.30: , , lasopiniones de los mortales en las que no hay verdadera confianza. Es verdad que podratraducirse tambin como fuerza de la prueba, fuerza de la argumentacin, pues se piensa que la pistis esaqu fuertemente racional (Cerri, p. 224, comentario ad loc.). Sin embargo, la fuerza de la conviccin spermitira que naciera del no ente algo fuera del ente. Pero en las opiniones no hay confianza o garantaverdadera (1.30).36 Vase la diferencia en Doxapatr. Prol. in Aphthonii progymnasmata XIV 127.14: . El fin de la retrica no es persuadir, sino hablar de modoconvincente.37 Por ejemplo, en Od. 1.414 Telmaco asegura a Eurmaco que , ya noconfo en noticia alguna, acerca del posible retorno de su padre, mientras que en 2.106 y 24.141, se dice quePenlope durante tres aos , persuada a los aqueos tejiendo de da y deshilando de noche lagran tela, y en otros pasajes de la misma obra se emplea la frmula persuadir mi nimo, (Od. 7.258, 9.33 y 23.337). As tambin Eumeo tiene un nimo desconfiado (Od. 14.391: ) yOdiseo no logra convencerlo (Od. 14.392: ).
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fuentes antiguas.38 De ah proviene tambin el sustantivo abstracto peith (),
persuasin, que se distingue del verbo por el acento agudo y que se emplea tambin para
designar a la diosa Persuasin, adems de los adjetivos peiths () y peistiks
(),39 persuasivo. Se podr observar que el significado de este ltimo es muy
diferente del adjetivo pistiks, que significa fiel, fiable, segn LSJ, s.v. En la Retrica a
Alejandro, la palabra peith aparece slo una vez hacia el final, en un pasaje considerado
espurio. En cambio, la palabra pistis predomina en esa obra.
En consecuencia, para Aristteles, lo propio de la retrica no es la persuasin sino la fe,
la confianza, o el crdito, como aparece claro al comienzo del libro II de la Retrica, donde
se afirma, por ejemplo, que es muy importante, para alcanzar la pistis, cmo se presente el
orador, etctera (Arist. Rh. 1377b25 ss.). Se acostumbra traducir pistis como persuasin,
es decir, como si fuera sinnimo de peith, tal vez llevados por la tradicin platnica, pero
ya se ha dicho que la pistis es ms 'confianza', 'crdito' y 'conviccin' que 'persuasin'.
Cuando se pierde la pistis, se pierde tambin la facultad de persuadir, tal como sucedi a
Casandra, la profetiza verdica, quien, por haber violado un juramento, perdi la facultad de
persuadir y sus palabras no tenan ya ningn poder sobre los dems (Detienne 1983, p. 69).
La pistis es condicin de peith, pero no al contrario.
b. Fides
La palabra griega pistis () corresponde etimolgicamente a la latina fides. Tambin en
su sentido son semejantes. En poca arcaica Pistis era una gran diosa de la confianza y la
credibilidad,40 diferente de Peith, deidad augusta de la seduccin y del engao. La diosa
Pistis, segn Marcel Detienne (1983, pp. 68-75), era rigurosamente paralela a la diosa
Fides, de los romanos, desde la poca del rey Numa, sucesor de Rmulo, quien haba
levantado un santuario en honor de Fides (Liv. I 21.3), divinidad de origen sabino,
38 Cf. Chantraine, Dictionnaire tymologique, s. v. . Antipho. V 94: . , . , , , no es extrao en absoluto que misacusadores me calumnien, pues se es su oficio, pero el vuestro es no obedecer lo que es injusto, pues, por unlado, si vosotros me hacis caso, podris reenviar el asunto y su remedio ser castigarme en un segundomomento, pero no hay remedio si hacis caso a stos y llevis a cabo lo que ellos quieren.39 Otro derivado ms es el sustantivo muy poco frecuente que significa obediencia, y que apareceuna sola vez en la Odisea (20.23). 40 Thgn. 1137: , .41
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protectora del juramento con el que a veces se llega a confundir, de las negociaciones
y de las relaciones diplomticas, lo que muestra la importancia que para aquel rey tena el
respeto mutuo a los acuerdos, los pactos y las alianzas bajo juramento entre los pueblos.41
Los romanos volvieron a levantar un templo a esa deidad, uno de los ms antiguos de
Roma, cerca del dedicado a Jpiter capitolino. La deidad tena su propio ritual que se
celebraba en el Capitolio el 1 de octubre y tena sus propios ministros, los Feciales,
encargados de declarar la guerra y hacer la paz. Se representaba su imagen en monedas
romanas desde poca republicana y sobre todo en la imperial.42
No son extraas estas manifestaciones. En el mundo romano, la fides tuvo una
importancia tan grande que los romanos se autorrepresentaban a s mismos como el pueblo
de la fides.43 En su origen, fides, como pistis, resalta la inviolabilidad de la palabra dada, y
un apretn de manos es suficiente para darse mutua confianza. Por eso en Roma, las manos
agarradas simbolizan la fides. Esta palabra se refiere, por tanto, a un comportamiento moral
de respeto a un acuerdo y en este sentido garantiza los estrechos vnculos de confianza que
deben existir ya sea entre los ciudadanos en todos los mbitos de su vida privada y pblica,
como en las relaciones pblicas internas de la comunidad o externas entre los pueblos. La
fides es ms una especie de contrato, un acuerdo entre las partes. Por ello la palabra fides se
vincula a foedus, que en su forma arcaica era fidus, pacto o alianza.44
Sin embargo, hay una gran diferencia entre la pistis de los griegos y la fides de los
romanos. Entre estos ltimos, la fides se daba fundamentalmente entre desiguales: entre
vencedor y vencido, entre patrn y cliente, entre acreedor y deudor, entre magistrado y
ciudadano. El cliente debe a su patrn respeto y obediencia y ste, a su vez, est obligado a
proteger a su cliente de agresiones de terceros (cf. Adamietz 1996, col. 269). Roma impone
la fides, esto es, su poder, su superioridad; el pueblo vencido acepta la fides, la lealtad a los
vencedores y stos aseguran la proteccin de los vencidos. As, la fides significa tanto
poder y proteccin como lealtad, conforme a los roles que desempeen las partes.
41 Cf. Buono-Core 2013.42 Sobre estas y otras tradiciones, cf. Momigliano 1987, p. 281.43 Cf. Momigliano 1987, p. 281 y Adamietz, p. 268: Fides bezeichnet eine der zentralen Vorstellungen imSelbsverstndnis der Rmer.44 Estos empleos de las palabras en cuestin son los ms comunes, a los que se limitan el Daremberg ySaglio, s.v. Fides, y la Real-Encyclopedie de Pauly-Wissowa, s.v. Pistis.
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En cambio, entre los griegos la relacin era fundamentalmente igualitaria, era un
compromiso de fidelidad a la palabra dada o al convenio establecido, ya sea entre los
miembros de la nobleza o bien entre los ciudadanos. La mano se da entre iguales. Por eso,
no siempre era fcil traducir una palabra con la otra (cf. Momigliano 1987, p. 283).
La palabra latina fides tiene otra connotacin que Chantraine (1983, pp. 74-76) ha
estudiado muy bien. Dice este autor (p. 75) que el sentido de la palabra fids se relaciona
de forma inexacta en nuestros diccionarios, de forma tan errnea que ni siquiera se puede
comprender la construccin de los primeros empleos, y puede darse el caso de que se le
atribuya un sentido contrario. Por ejemplo, fides est mihi no significa tengo confianza [en
alguien], sino lo contrario, [alguien] tiene confianza en m que es lo mismo que yo
inspiro confianza [en alguien]. Un segundo ejemplo es la expresin fidem habere alicui
que no significa tener confianza en alguien, sino ms bien atribuir a alguien la confianza
que le pertenece (Chantraine 1983, p. 74). Por ltimo, la expresin fidem facere orationi
(Cic. De inv. 27) significa crear mediante un discurso la fides (sic, p. 75), y