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Breve historia de la cartografía europea. Desde sus inicios hasta el siglo XVIII 3 Carlos Contreras Servín (Universidad Autónoma de San Luis Potosí) • Crecimiento económico sostenido y productividad regional 23 Eliseo Díaz González (El Colegio de la Frontera Norte) • Estimación del precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo mediante una red neuronal artificial polinominal 41 Francisco José Rivero Ángeles (Universidad Justo Sierra), Ramsés Rodríguez Rocha (Instituto Politécnico Nacional) y Lorena Barrientos Ávila (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario) • Indicadores socioeconómicos que intervienen en las barrancas. El caso de la barranca del Tecolote en Cuernavaca, Mor. 58 Alicia Batllori Guerrero y Ernesto Takayanagui (CRIM-UNAM) • Situación socioeconómica de las familias rurales en la región Mixteca de Oaxaca Aníbal Quispe Limaylla (Colegio de Postgraduados) 76 Vol. 2, núm. 1 enero-abril 2009

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• Breve historia de la cartografía europea. Desde sus inicios hasta el siglo XVIII 3 Carlos Contreras Servín (Universidad Autónoma de San Luis Potosí)• Crecimiento económico sostenido y productividad regional 23 Eliseo Díaz González (El Colegio de la Frontera Norte)• Estimación del precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo mediante una red neuronal artificial polinominal 41 Francisco José Rivero Ángeles (Universidad Justo Sierra), Ramsés Rodríguez Rocha (Instituto Politécnico Nacional) y Lorena Barrientos Ávila (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario) • Indicadores socioeconómicos que intervienen en las barrancas. El caso de la barranca del Tecolote en Cuernavaca, Mor. 58 Alicia Batllori Guerrero y Ernesto Takayanagui (CRIM-UNAM)• Situación socioeconómica de las familias rurales en la región Mixteca de Oaxaca Aníbal Quispe Limaylla (Colegio de Postgraduados) 76

Vol. 2, núm. 1 enero-abril 2009

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Directorio

Junta de Gobierno Eduardo Sojo Garza-AldapePresidente del Instituto

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Dirección General de Contabilidad Nacional y Estadísticas Económicas José Arturo Blancas Espejo

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Dirección General de Geografía Mario Alberto Reyes Ibarra

Dirección General de Innovación y Tecnologías de Información Cornelio Robledo Sosa

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Coordinación Administrativa Froylán Rolando Hernández Lara

Editor Natalia Volkow Fernández

Coordinación Editorial Virginia Abrín Batule y Mercedes Pedrosa Islas

Corrección de Estilo José Pablo Covarrubias Ordiales, Laura Elena López Ortizy Marcelo Garcilita Sánchez

Arte y Diseño Juan Carlos Martínez Méndez, Eduardo Javier Ramírez Espinoy Juan Sergio Salvador Flores Ponce

DR © 2009, Instituto Nacional de Estadística y Geografía Edificio sede Av. Héroe de Nacozari sur núm. 2301 Fracc. Jardines del Parque, CP 20276 Aguascalientes, Ags.

Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica es una publicación cuatrimestral. El contenido de los artículos, así como sus títulos y, en su caso, fotografías y gráficos utilizados son responsabilidad del autor, lo cual no refleja, necesariamente, el criterio editorial. Asimismo, el Boletín se reserva el derecho de modificar los títulos de los artículos, previo acuerdo con los autores. La mención de empresas o productos específicos en las páginas del Boletín no implica su respaldo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Toda correspondencia deberá dirigirse a: [email protected]. Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, publicación cuatrimestral enero-abril del 2009. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2008-112517584500-106. Número de Certificado de Licitud de Título: en trámite. Número de Certificado de Licitud de Contenido: en trámite. Domicilio de la pu-blicación, imprenta y distribución: Av. Héroe de Nacozari sur núm. 2301, acceso 11, PB, Fracc. Jardines del Parque, CP 20276, Aguascalientes, Ags., México.

Se permite la reproducción total o parcial del material incluido en el Boletín sujeto a citar la fuente.Esta publicación consta de 2 000 ejemplares y se terminó de imprimir en marzo del 2009.Disponible en: http://www.inegi.org.mx

Impreso en México

Grupo Editorial Dr. Víctor Manuel Guerrero Guzmán

ITAM

Dr. Ignacio Méndez RamírezUNAM

Dr. Héctor Mendoza VargasUNAM

M. en C. Alejandro Mina ValdésEl Colegio de México

Dr. Pablo Ruiz Nápoles UNAM

Dr. Eduardo Rodríguez OreggiaITESM

Fís. Juan Tonda Mazón UNAM

Dr. José Francisco Valdés Galicia UNAM

Dr. Jorge Eduardo Mendoza CotaCOLEF

Dr. Efrén Parada AriasIPN

* Doctor en Geografía. Profesor-investigador, Coordinación de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma de San Luis Po-tosí. Teléfono: (444) 81 824 75; correo electrónico: [email protected]

Breve historia de la cartografía

europea.Desde sus inicios hasta el sigloXVIIICarlos Contreras Servín*

Con la finalidad de conocer los antecedentes históricos que permitieron el desarrollo cartográfico actual, el artículo muestra el papel que desempeñaron los mapas

como ejemplo del progreso científico desde la civilización griega hasta el perfeccionamiento y aparición de las primeras cartas topográficas

en Europa durante el siglo XVIII.

Palabras clave: Cartografía, mapas históricos, historia de la ciencia.

Introducción

El trabajo presenta un panorama de la evolución de los mapas europeos desde sus orígenes hasta el siglo XVIII. También, conviene mencionar que este desarrollo de los mapas no se encuentra aisla-do de los progresos científicos de otras civilizaciones debido a que existieron, a través del tiempo, constantes intercambios tecnológicos con los pueblos de Asia, circunstancia que influyó de forma progresiva en la edición de las cartas.

Por otra parte, esta cartografía histórica se tiene que observar como el testimonio gráfico de los conocimientos geográficos de ese pasado. Para lograr este propósito, el artículo se aborda a partir de cuatro subtemas: Los primeros mapas y la cultura griega, Los aportes de las culturas de Asia, La Edad Media y El Renacimiento.

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1 Turco, Carlos A. Los mapas. Buenos Aires, EUDEBA, 1968, pp. 5 y 6 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la UNAM).2 Raisz, Edwin. Cartografía General. Barcelona, 1953, p. 11 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la UNAM).3 Reyes Vayssade, Martín. Cartografía Histórica de Tamaulipas. México, Instituto Tamaulipeco de Cultura, 1990, p. 15 (Biblioteca del Archivo

General de la Nación). 4 Crone, G. R. Historia de los mapas. México, Fondo de Cultura Económica (FCE), 1956, p. 5 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones

Dr. José María Luis Mora).5 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 17.

Los primeros mapas y la Cultura Griega

La Cartografía tiene su origen en los primeros pueblos sedentarios, los cuales necesitaron conocer el espacio que los rodeaba y, con ello, resolver los problemas que su hábitat les presentaba. Por esta razón, se originó la necesidad de conservar el recuerdo de los lugares, de su situación y la de sus relaciones, por medio de imágenes materiales llamadas mapas.1

Algunos estudiosos consideran que los mapas precedieron a la escritura, como se deduce del hecho comprobado por exploradores y viajeros de que varios pueblos primitivos que no llegaron a emplear ni conocer la escritura fueron muy hábiles en el trazado de mapas2 ; por ejemplo, existen pinturas rupes-tres que, indudablemente, representan las rutas de cacería del hombre primitivo (ver figura 1), dientes de morsa labrados por los pueblos nórdicos, mapas chinos de 2 800 años a. C. y tablillas de barro cocido con incisiones cuneiformes propias de las cultura de Mesopotamia (ver figura 2), cuya antigüedad es de más de cuatro mil años3 ; éstos son algunos ejemplos de los primeros mapas que el hombre dibujó y utilizó.

Con base en lo anterior, se puede decir que los mapas fueron, entre los documentos conocidos sobre el origen de la cultura humana, los primeros en recoger noticias acerca del mundo habitado y en ellos se comenzó a escribir la historia de la Tierra.4

La cartografía en la civilización griega

Fue en Grecia donde la Geografía nació como ciencia y la Cartografía empezó a tener verdadera je-rarquía científica; a los griegos se les ha atribuido el principio del actual sistema cartográfico cuyos conocimientos, al respecto, no fueron superados hasta el siglo XVI. Este pueblo admitió la forma es-férica de la Tierra, con sus polos, su ecuador y sus trópicos: introdujeron el sistema de longitudes y la-titudes; además, construyeron las primeras proyecciones y calcularon el tamaño de nuestro planeta.5

En los comienzos del siglo IV a. C. se introdujo la idea de la esfericidad de la Tierra, pero se descono-ce quién fue el primero en exponerla. Esta idea no fue consecuencia de observaciones astronómicas sino,

Figura 1

Figura 2

Mapa primitivo que muestra rutas de caza y cultivo.

Plano de Nippur en Mesopotamia, c. 5000 a.C.

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más bien, se debió a consideraciones filosóficas, como la de Aristóteles que decía: “La esfera es la más perfecta de todas las formas; por lo tanto, la Tierra, obra maestra de los dioses, debía ser una esfera”.6

Estudios posteriores confirmaron esta hipótesis. Eratóstenes de Cyrene (275-196 a. C.) mi-dió la dimensión de la Tierra con un pequeño margen de error, calculando que un meridiano era un círculo máximo sobre su superficie. Por tal motivo, se puede decir que fue el primero en trazar mapas con meridianos y paralelos de tal precisión que su meridiano discrepa aproximadamente 1% del moderno.7 Para calcular este valor, empleó el siguiente procedimiento (ver figura 3).

“Había un pozo en Siena (Asuan) a cuyo fondo sólo llegaban los rayos del Sol del 20 al 22 de junio. Esto significaba que Siena está situada en el Trópico de Cáncer, se sabía que la distancia entre Siena y Alejandría era de 5,000 estadios, suponiendo que Alejandría se encontraba directa-mente al norte de Siena. El ángulo del Sol a mediodía del 21 de junio, se encontró que la inclina-ción de los rayos solares respecto a la vertical de Alejandría era una cincuentava parte del círculo (unos siete grados), por consiguiente un meridiano de la Tierra había de medir cincuenta veces más, o sea 250 mil estadios (39,690 km, aproximadamente).”8

6 Ibíd., p. 17. 7 Ibíd., p. 19.8 Ibíd., p. 20.

Figura �

El ecumene según Eratóstenes s. III a. C.

Un siglo más tarde, Posidonio de Aparmea redujo el valor de los meridianos a 29 mil kiló-metros. Este error alcanzó a tener enormes consecuencias 16 siglos después, ya que a través de las obras de Claudio Ptolomeo se difundiría el cálculo de Posidonio, en lugar de Eratóstenes. Este hecho tuvo grandes repercusiones al conocimiento de la navegación9 al considerar a la Tierra más pequeña de lo que en realidad es.

Hiparco (190-125 a. C.), astrónomo de la escuela de Rodas, fue quien verdaderamente ideó las primeras proyecciones, las cuales permitieron pasar la superficie curva de la Tierra a la plana del mapa; el método que utilizó fue el siguiente:

“Primeramente, propuso dividir la circunferencia de 360°, y recubrir después el Globo con una red de meridianos y paralelos equidistantes. Esta proyección consistió en desarrollar en su verdadera magnitud el paralelo medio (grado 36), construir una perpendicular sobre cada grado de longitud. Obtuvo así una malla rectangular, en la que los paralelos eran demasiado largos en latitudes altas, y demasiado cortos en las bases.”10

9 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p.15. 10 Joly, Fernand. La Cartografía. Barcelona, Editorial Ariel, 1979, p. 5 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la UNAM).

Figura �

El Mundo según Ptolomeo (s. III). África y Asia aparecen unidas por la costa meridional.

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Esta proyección, llamada carta plana paralelogramática, es la antecesora lejana de la de Mer-cartor. Hiparco imaginó aun otro sistema en el que los meridianos eran rectas concurrentes, que cortan a paralelos rectilíneos de latitud decreciente.

Propuso, también para los mapas celestes, las proyecciones hoy conocidas como: ortográfica y estereográfica.11

Claudio Ptolomeo de Alejandría (90ª. 168 d. C.) representó el compendio de todos los co-nocimientos geográficos y cartográficos de la antigua Grecia. Su obra se encuentra contenida en su famosa Geographia, que se compone de ocho libros: el primero está dedicado, más que nada, a principios teóricos, con un tratado sobre construcción de globos y la técnica de proyección de mapas; los libros II al VII tienen la relación de unos ocho mil nombres de lugares con latitudes y longitudes para determinar su posición; pero el más importante es el VIII, que contiene el estudio sobre los principios de la Cartografía, la Geografía Matemática, las proyecciones y de los métodos de observación astronómica (ver figura 4).

También, tiene instrucciones detalladas sobre la manera de construir un mapamundi. Descri-be dos proyecciones, modificaciones ambas de la proyección cónica. El texto de la Geographia de Ptolomeo, que acompaña la mayor parte de los manuscritos, incluye un mapamundi y 26 mapas detallados, lo cual convierte a esta obra en el primer atlas universal.12

Los aportes de las culturas de Asia

Para relacionar a las civilizaciones de Asia con el avance cartográfico europeo, se toma como re-ferencia a las culturas de China y Arabia.

Cultura China

La primera referencia que se hace en la literatura china a un mapa data del año 227 a. C.; sin em-bargo, se desconocen los autores de estas cartas, no obstante, se sabe que Pei Hsu, quien vivió entre 224 y 273 d. C., es considerado como el padre de la cartografía china; la coordinación que hizo de muchos mapas locales no ha perdurado hasta nuestros días, pero sí el texto que los acompañaba.

11 Ibíd., p. 21.12 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 21.

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En ese trabajo, Pei Hsu sienta ciertos principios cartográficos, como:

• Divisiones rectilíneas; cuadrícula para localizar los diversos lugares.• Orientación para indicar exactamente la dirección de uno a otro lugar.• Indicaciones precisas de distancias.• Indicación de las altitudes.• Anotación de los ángulos a derecha e izquierda o curvas de caminos.

Es evidente que los mapas chinos alcanzaron, incluso en esa época primitiva, cierto nivel cien-tífico. En el empleo de la cuadrícula o canevá se adelantó Pei Hsu a los cartógrafos de Occidente.

Por otra parte, los chinos concebían a la Tierra como una superficie plana con China en el cen-tro. Durante el periodo siguiente a Pei Hsu, los cartógrafos chinos representaron todo el territorio desde Persia hasta Japón. Es notable el mapa de madera de Hsin Chuang (421-466 a. C.) hecho por partes, es decir, provincia por provincia y que es el antecesor o precursor de los mapas mosaico.

El cartógrafo más famoso de esta época es Chia Tan (730-805 d. C.), quien hizo un mapa de unos tres metros cuadrados que abarcaba más de todo el continente asiático. Éste no se conserva, pero existe la losa de piedra del siglo XII que se supone sea una parte del mapa de Chia Tan.

Bajo las dinastías se extiende el uso de los mapas, pero a la llegada de los jesuitas a China, en el siglo XVI, éstos encontraron material suficiente para hacer un excelente atlas del Imperio. Desde entonces, la cartografía china quedó influenciada por los métodos europeos.13

Los árabes

Posterior al desarrollo cartográfico de los chinos, los pueblos árabes fueron los que introdujeron en la época medieval el uso de la brújula, el compás, el álgebra y el astrolabio en la navegación maríti-ma; además, conservaron parte de la cultura grecolatina que el mundo cristiano había extraviado; fue así como se rescató la Geographia de Ptolomeo.14

En este contexto, Al-Idrisi (1099-1164 d. C.) fue el más ilustre cartógrafo y viajero árabe; conservó la Geografía Matemática tal y como había sido concebida por los griegos. Con base en

13 Ibíd., pp. 15-17.14 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 15.

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datos de la cultura helénica, en 1154 construyó un gran mapamundi en el que el Norte estaba situa-do en la parte inferior, como en los mapas chinos, el cual está acompañado por 70 mapas de detalle: abarca desde Europa Occidental y Escandinavia hasta India y China e incluye, también, el Sahara; este atlas se considera como la suma de los conocimientos árabes hasta el siglo XII15 y representa un avance considerable para el desarrollo posterior de la cartografía europea (ver figura 5).

15 Joly, Fernand. Op. cit., p. 2616 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 26.

La Edad Media

En la época medieval, la Cartografía atravesaba por un periodo de retroceso al extraviarse los avances hechos por la Geografía griega. Los mapas más difundidos en los primeros siglos del medievo son los conocidos como T en la O (Orbis Terrarum), los cuales expresan una idea simple del mundo al dividir en tres porciones a la Tierra: Europa, África y Asia, rodeadas por el océano y demarcadas por medio de los ríos Don y Nilo, así como por el mar Mediterráneo, que forma una T. Ésta era una represen-tación con resonancias bíblicas porque Jerusalén se ubicaba, casi siempre, en el centro del mundo; al Este se localizaban las regiones asiáticas y al Oeste, la Antípoda. Este tipo de mapas constituyó la suma de conocimientos de la cristiandad hasta el siglo XVII; asimismo, conviene mencionar que otro tipo fue el de los que se hicieron con la forma esférica de la Tierra, aunque éstos sólo se conservan como cartogramas simplificados (ver figura 6), llamados mapas de Macrobio.16

Figura �

Mapa de Al-Idrisi extensión del mundo árabe.

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En el siglo XI, la escuela de Sevilla re-cuperó de manos árabes la Geographia de Ptolomeo. Posteriormente, también los mon-jes bizantinos del siglo XII obtuvieron la obra de fuentes musulmanas, pero la traducción al latín de Jacobus Ángelus es la obra que más se popularizó.17

El redescubrimiento de Ptolomeo per-mitió superar la estrecha visión de los mapas T en la O del mundo. No obstante, los teó-logos pronto encontraron en la obra de este autor un nuevo sustento, que reafirmó la au-

toridad y la hegemonía del cristianismo sobre el planeta entero, convirtiendo a la Geographia de Ptolomeo en dogma.18

A partir del siglo XIII apareció un nuevo tipo de mapas, las cartas portulanas, que se conocen como cartas náuticas. El detalle más característico de éstas es el minucioso sistema de las rosas de los vientos y de rumbos, que se entremezclan por sobre toda su superficie. Es indudable que los cartó-grafos se basaban en mediciones hechas con brújula al momento de realizar este tipo de cartas (ver figura 7). Los marinos, desde entonces, reconocieron la utilidad de las longitudes y latitudes.19

Los portulanos llegaron a representar el mar Mediterráneo y el Negro con toda exactitud y, en forma deficiente, el océano Atlántico, hasta Irlanda.20

El atlas Catalán de 1375 se diferencia de los demás portulanos en que su alcance es mayor, pues representa a Asia Oriental, la península del Decán y el océano Índico, lo cual lo convierte en una especie de mapamundi.21

Finalmente, conviene resaltar que los más bellos exponentes de los mapas portulanos fueron los de las escuelas mallorquina, catalana y genovesa (ver figura 8), siendo éstos los que dominaron la cartografía durante los siglos XIV y XV.22

Figura �

17 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 16.18 Ibíd., p. 16.19 Martone, Emmauel de. La evolución de la Geografía (traducida por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en 1954). México, 1934, p. 15.20 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 29.21 Ibíd., p. 30.22 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 16.

Mapas de las zonas del Mundo de Macrobio, siglo X.

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El Renacimiento

En esta época surgió el verdadero esplendor de la Cartografía como ciencia y como arte debido a cuatro sucesos históricos coincidentes e interdependientes: la vuelta de la Geographia de Ptolomeo, los descubrimientos geográficos, la invención de la imprenta y el grabado, así como el auge del movimiento renacentista en todos los campos del arte y la ciencia.

La vuelta de Ptolomeo

El hallazgo de la Geographia de Ptolomeo fue traducida al latín alrededor de 1405 debido al esfuer-zo de los humanistas italianos por recuperar cuanto fuera posible de la herencia legada por griegos y romanos. Es cierto que nunca estuvo del todo perdida, ya que había sido conservada por los árabes y por medio de éstos se introdujo a Occidente durante la Edad Media, pero la recuperación de la obra completa, sobre todo de los mapas, dio un gran impulso a la Cartografía.23

Los descubrimientos geográficos

La era de los grandes exploraciones inició, prácticamente, con el viaje de Cristóbal Colón, quien navegó a través del océano Atlántico bajo los auspicios de la reina Isabel la Católica de España. En octubre de 1492, arribó accidentalmente a una de las islas Bahamas y luego exploró las costas de Cuba y las Indias Occidentales. Colón no supo que había encontrado un Nuevo Mundo, aunque realizó otros viajes.

Entre 1497 y 1498, Vasco da Gama, explorador portugués, capitaneó una expedición que, par-tiendo de Portugal, navegó alrededor del cabo de Buena Esperanza y llegó hasta Calicut, en la India. Pretendía encontrar una ruta marítima hacia el Oriente que permitiera a Portugal romper el mono-polio que ejercían las ciudades italianas sobre el comercio de ultramar. Posteriormente, Pedro Álvarez Cabral viajó desde Portugal al Brasil.24

Los cartógrafos de este periodo procuraron conectar los descubrimientos de entonces con el mundo descrito en la Geographia de Ptolomeo. El documento cartográfico más importante de aque-llos tiempos es el mapa de Juan de la Cosa del año 1500, en el cual figuran la llegada de Cabral al Brasil, el viaje de Cabot al Canadá (ver figura 9) y la ruta a la India de Vasco da Gama.25

23 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 31.24 Roselle, Daniel. Historia de la humanidad. Cali, Colombia, 1970, pp. 307 y 308 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora).25 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 31.

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Figura �

Figura �

Portulano de la costa de Europa y África atribuido a Pietro Vesconte, 1325.

Portulano del Mediterráneo, Bartolomeu Olives, 1538.

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Se debe a Martín Waldseemüller el primer documento (1507) en el que aparece el nuevo con-tinente descubierto por Colón, donde se ve dividido en dos partes: la del Norte y la del Sur, como si fueran dos gigantescas islas; asimismo, es el primer mapa en emplear la palabra América, des-cribiendo con este nombre sólo la parte sur del continente. Hecho que se debió a que su impresión fue por cuenta del navegante florentino Américo Vespuccio. Según Crone, el nombre de América no fue aceptado durante bastante tiempo, hasta que Apiano y Mercartor llamaron así a la parte septentrional de aquel continente (ver figura 10).

Por otra parte, la proyección de Mercator fue la más empleada por los navegantes; ésta ubica al Ecuador muy por debajo de su centro real, proyectando una imagen que crea una ilusión de que el hemisferio norte y sus regiones, en especial Europa, cuentan con una superficie mayor a la que en realidad tienen.26

Fernando de Magallanes realizó su viaje de circunnavegación al servicio del Rey de España cuando zarpó en otoño de 1519. Su propósito era encontrar un paso hacia el Oriente pero no por el Este, sino navegando hacia el Oeste.

Magallanes cruzó el Atlántico, hasta el Brasil, navegó a lo largo de la costa de América del Sur, atravesó el actual Estrecho de Magallanes y llegó al océano Pacífico por el cual siguió hasta llegar a las Islas Filipinas, donde fue asesinado; los marinos sobrevivientes continuaron el viaje de regreso bajo las órdenes de Juan Sebastián Elcano. Finalmente, casi tres años después de haber zarpado, regresaron a España.27

El viaje de circunnavegación de Magallanes ocasionó la caída del sistema geográfico de Pto-lomeo debido a que los nuevos descubrimientos permitieron elaborar planisferios más exactos; des-pués, cuando apareció el atlas de Ortelius (que contenía la cartografía de Mercartor), en la segunda mitad del siglo XVI, la geografía ptoloméica quedó sepultada definitivamente y la nueva cartografía se independizó por completo al dejar de aparecer como simple apéndice de las reediciones de los viejos mapas del autor griego28 y se situó a América en el lugar preciso del globo, así como la vasta inmensidad del océano Pacífico. Uno de los primeros mapas en que apareció el nuevo concepto del mundo fue el de Diego Ribera en 1529.29

26 Crone, G. R. Op. cit., pp. 128-136.27 Roselle, Daniel. Op. cit., pp. 308 y 309.28 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 17.29 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 37.

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Figura 9

Figura 10

Mapa de Sebastian Cabot, Amberes 1544.

Planisferio del Atlas de Mercator, 1587.

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La imprenta y el grabado

Su invención permitió las reediciones continuas de la Geographia de Ptolomeo, pero pronto surgie-ron en estas mismas ediciones las Tabulae Novae, o sea, que se añadieron primero dos, luego tres o cuatro mapas nuevos, los cuales tenían la finalidad de actualizar las 27 cartas originales del autor griego. Estas nuevas cartas se dibujaban con la información recabada en los viajes de descubrimiento. Desde principio del siglo XVI, el éxito de cada nueva edición de Ptolomeo residía en la variedad y acuciosidad de sus Tabulae Novae. La edición de Estrasburgo de 1513, firmada por Johannes Schot y supervisada por Martín Waldseemüller, contenía 20 nuevos mapas y el primero de América.30

Las artes gráficas también influyeron en la cartografía con la aparición de los iluminadores y miniaturistas que se vincularon con la estampería creada por los grabadores del Renacimiento. Estos hechos permitieron la decoración donde aparecen rosas de los vientos, canevás de rumbos, barcos y hasta batallas navales; delfines, sirenas y otros seres marinos; exóticas representaciones de la flora y la fauna de las tierras descubiertas e indígenas de extraño atuendo. También, se recurrió a la heráldica y a toda la emblemática señorial y religiosa de la época. Especialmente, se popularizaron las cartelas o cartouches, es decir, recuadros que incluyen el nombre y la información básica del mapa.31

La ciencia y el arte

Durante el Renacimiento florecieron las llamadas escuelas de Cartografía, en las cuales se agru-pan por países a los cartógrafos más notables, así como los adelantos científicos producidos por el movimiento renacentista. Las más importantes fueron las siguientes:

ItalianaEn las primeras décadas del siglo XVI destacó la cartografía italiana. Los primeros mapas de esta escuela eran casi todos del estilo portulano, con rumbo y rosas de los vientos; en los posteriores se introdujeron proyecciones regulares como la de Pedro Apiano que produjo una serie de mapas, incluso un mapamundi con una proyección cordiforme, a la manera de Waldseemüller.32

30 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 16.31 Ibíd., p. 17.32 Crone, G. R. Op. cit., p. 118.

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El más importante de los cartógrafos italianos fue el veneciano Bautista Agnes y el primero en dibujar correctamente el contorno de la península de Baja California. El atlas cartográfico de Lafreri (Roma, 1556-1572) es el más importante de esa época, el cual contiene diversos mapas di-bujados por los mejores cartógrafos de entonces, como: Gastaldi, Bertelli y Zaltieri.33

HolandesaLa edad de oro de la cartografía holandesa empezó a mediados del siglo XVI y terminó cerca de un siglo después. Gerardo Kremer, más conocido como Mercartor, es considerado como el padre de la cartografía f lamenca. Generalmente, es más conocido por la proyección que lleva su nom-bre, la cual consiste en un sistema de paralelos horizontales y meridianos verticales en el que la relación entre ambas clases de líneas sólo es cierta en algunas partes del mapa. Mercartor ideó esta proyección para su gran mapamundi de 1569, y con ello se convirtió en el sucesor de Ptolomeo; sin embargo, este cartógrafo no publicó ningún atlas importante, pero impulsó a su amigo Abraham Ortilius (ver figuras 11 y 12), quien publicó en 1570 su Theatrum Orbis Terrarum, considerado el primer atlas moderno del mundo.34

Otros cartógrafos holandeses fueron Petrum Plancius, Peter Schenk, Frederick de Wit y Willem Janszoon, cuyos hijos Joan y Cornelius llevaron el arte cartográfico holandés a su mayor esplendor.35

Las aportaciones más importantes de esta escuela fueron las siguientes: las escalas, el marco con el título, las notas aclaratorias, así con las figuras de animales y productos del país represen-tado, etcétera.36

FrancesaA fines del siglo XVII empezó a destacar esta escuela, que pretendía ser más sobria, menos decorativa y más científica. La evolución de la cartografía gala estuvo determinada por la obra de la familia Sansón; el fundador de esta casa fue Nicolás Sansón de Abbevill (1600-1667), al cual le ayudaron los que después fueron sus sucesores, es decir, sus familiares y descendientes: sus hijos Adrian y Guillermo, su yerno Pedro Duval, su nieto Gilles Robert

33 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 28.34 Ibíd., pp. 40 y 41.35 Reyes Vayssade, Martín. Op. cit., p. 19.36 Raisz, Edwin. Op. cit., p. 44.

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de Vougandy y su bisnieto Dider Robert de Vougandy. Los Sansón editaron muchos mapas, publicaron varios atlas, mapas de comunicaciones y de ríos de Francia, además de otros mu-chos de carácter histórico.

Posteriormente, Alejo Huberto Jaillot compró las planchas de los mapas a Guillermo San-són y les añadió una gran cantidad de detalles. También, editó la obra geográfica más impor-tante del siglo XVIII: Le Neptune Francois (1693), en colaboración con Juan Domingo Cassini y otros célebres cartógrafos de aquel tiempo.37

Cesar Francisco Cassini (ver figura 13) fue el primero en aplicar el método topográfico de triangulaciones en zonas terrestres para construir el mapa de Francia. Los levantamientos topográficos de Cassini se basaron en la determinación de la latitud y longitud por procedi-

Figura 11

37 Ibíd., p. 44.

Mapa de Ortelius, 1580.

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mientos astronómicos, así como la aplicación del sistema de triangulación. Al mismo tiempo, la Geografía Matemática tuvo un gran impulso; los grandes ensayos de medición del globo terráqueo, intentados por los griegos con medios rudimentarios, se reintentaron con aparatos perfeccionados, como la medida del meridiano entre París y Amies por Jean Picard (1667-1670) y las misiones de Manpertuis y de La Condamine, encargadas de efectuar las misma operación, ésta en París y aquélla en Laponia (1735-1739). Con estos trabajos, las dimensiones y forma del globo terrestre fueron fijados; se reconoció el aplanamiento de los polos y el ensanchamiento del Ecuador.38

InglesaEl fundador de la cartografía inglesa fue Cristóbal Saxton (1542-1608?), cuya obra principal es su atlas con mapas de los condados de Inglaterra, publicado en 1579.

Por otra parte, Eduardo Wright parece ser el autor del mapamundi de 1599, en el que se recogen los datos obtenidos en los viajes de Drake y los descubrimientos de las rutas del No-reste y Noroeste, por lo que se considera como uno de los mejores de su tiempo.

Figura 12

38 Martone, Emmauel de. Op. cit., pp. 21 y 22.

Mapa de Utopía de Abraham Ortelius, 1596.

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Otras obras de interés son el atlas de Juan Ogilve, formado con cartas longitudinales de los principales caminos del mundo y el mapa magnético de Halley, publicado en 1683, que es uno de los primeros en su clase.

A partir del siglo XVII se extendió mucho el uso de los mapas ingleses y al sobrevenir la Revolución Francesa, la hegemonía cartográfica pasó definitivamente a Inglaterra.39

Conclusiones

La confección de mapas ha estado desde el principio asociada al trabajo del geógrafo; si se considera el contexto histórico en el que han evolucionado los contenidos geográficos, se pue-de observar que las definiciones asignadas a la Geografía desde la época griega hasta el siglo XVIII incluyen la actividad cartográfica.

En la época de los griegos, la Geografía estaba unida, frecuentemente, a la Astronomía, las Matemáticas y la Coreografía. Los autores dedicados a la Cartografía comprenden desde el jonio Anaximandro hasta el alejandrino Ptolomeo. Sin embargo, fue este último personaje quien recogió en su obra Geographia todos conocimientos que se tenían sobre la cartografía, desde la época de los griegos hasta el Renacimiento.

En la Edad Media, la historia de la Geografía se limitaba a ser, en buena parte, una narración de exploraciones y una presentación de exploradores, aludiendo a los antiguos ensanchamientos del Ecumene. La ampliación de las tierras conocidas repercutía en una mayor información que se reflejaba en las representaciones cartográficas. Por ello, junto a una historia de las exploraciones, la historia de la Geografía tradicional constituía, también, una exposición de la evolución de la Cartografía.40

En el Renacimiento, los trabajos cartográficos constituyeron el objetivo primordial de la Geografía. En los siglos XVII y XVIII, el término geógrafo se utilizó con frecuencia referido, concretamente, a un cartógrafo, por ejemplo: en Francia, geographe du Roy, en realidad car-tógrafo del Rey.41

39 Raiz, Edwin. Op. cit., p. 46. 40 Ibíd., pp. 43 y 44.41 Ibíd., p. 69.

21

Figura 1�

Mapa de Francia de Cassini, 1756.

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Otras fuentes

Barber, Peter (compilador). El gran libro de los mapas. Barcelona, Paidós, 2000.

Bustamante, Octavio. Importancia de las cartas geográficas. México, Instituto Panamericano de Geografía e Historia,

1939 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora).

Capel, Horacio. Las nuevas geografías. Madrid, Salvat Editores, 1982 (Biblioteca del Instituto de Geografía de la

UNAM).

Eckert, Max. Cartografía. México, UTEHA, 1961 (Biblioteca del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis

Mora).

Salitchev, Konstantín. Cartografía. La Habana, Ministerio de Educación, 1979 (Biblioteca del Instituto de Geo-

grafía de la UNAM).

Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP). Introducción al estudio de la Cartografía. México, SPP, 1980 (Bi-

blioteca del Archivo General de la Nación).

2�

Crecimiento económico sostenido y productividad regional

Eliseo Díaz González *

Aproximación al estudio de la productividad general de la economía mexicana luego de los cambios estructurales iniciados a partir del Tratado de Libre Comercio de América

del Norte, aplicada al conjunto de las entidades federativas del país. El análisis, que comprende el periodo 199�-200�, detecta rasgos preocupantes orientados hacia un

severo debilitamiento de las bases del crecimiento económico sostenido en el largo plazo: desinversión de capital, estancamiento en la industria manufacturera, baja creación de

empleos y proliferación de economía informal, así como un mercado laboral que registra pérdidas de fuerza de trabajo por la migración internacional. Estos retrocesos se vinculan, contradictoriamente, con avances en la productividad que surgen por la incorporación a la producción de adaptaciones tecnológicas de tipo general hechas posible por la economía del conocimiento y el impulso a la demanda de importaciones promovida por la política monetaria de la última década. Lo anterior sugiere que las posibilidades de que México pueda en el futuro alcanzar tanto metas de crecimiento económico compatibles con su

dinámica demográfica como el compromiso de incrementar el bienestar de la población tenderán a reducirse.

Palabras clave: productividad factorial regional, crecimiento económico, Censos Económicos.

* Investigador del Departamento de Estudios Económico, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, Baja California. Correo electrónico: [email protected]

Nota: deseo agradecer los valiosos comentarios de los dictaminadores anónimos a una versión previa de este artículo, que permitieron en-riquecer el trabajo y precisar algunos conceptos técnicos, esto sin embargo no releva al autor de la responsabilidad del documento.

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Introducción

El crecimiento económico para sostenerse a largo plazo requiere construir las bases necesarias para promover la innovación permanente. Esto exige asegurar los recursos de capital necesarios para impulsar un proceso de acumulación que asegure nuevas inversiones en el futuro; desarrollar la in-fraestructura pública necesaria para suministrar las materias primas y auxi-liares indispensable para la producción, particularmente en un país como México donde la base energética integrada por petróleo y electricidad está en manos de monopolios estatales; y, por último, desarrollar los recursos de capital humano. Sin esto, ni la innovación ni la acumulación tienen sentido y las metas del crecimiento económico no pueden alcanzarse.

En el presente estudio hacemos una primera aproximación al estudio de la productividad general de la economía mexicana luego de los cambios estructurales iniciados a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El análisis del avance de la productividad y la acumu-lación de capital en el periodo intercensal 1998-2003, los dos años cubiertos en los últimos Censos Económicos1, permite ver rasgos preocupantes de la estructura económica que apuntan hacia un severo debilitamiento de las ba-ses del crecimiento económico sostenido en el largo plazo.

Por una parte, durante el periodo de análisis se presenta desinversión de capital, estancamiento en la industria manufacturera, baja creación de empleos y proliferación de economía informal en diversos sectores econó-micos. Por la otra, un mercado laboral que registra pérdidas en la fuerza de trabajo debido a la migración internacional de los trabajadores mexicanos, que afecta cada vez a un mayor número de estados del país. Estos retroce-sos se vinculan contradictoriamente con avances en la productividad que surgen por la incorporación a la producción de adaptaciones tecnológicas de tipo general hechas posible por la economía del conocimiento y el im-pulso a la demanda de importaciones promovida por la política monetaria de la última década.

1 Operativo censal realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cada cinco años.

2�

En efecto, el sesgo a las importaciones se fundamenta en un tipo de cambio sobrevaluado, el cual está apoyado por una política monetaria res-trictiva que ha fortalecido a la moneda mexicana en un grado que no se veía desde fines de la época del tipo de cambio fijo, en la primera mitad de la década de los 70.

Estos factores se conjugan para crear una extraña situación de lento

crecimiento económico con avances en innovación tecnológica lo cual, a la postre, sugiere que tenderán a reducirse las posibilidades de que Méxi-co pueda en el futuro alcanzar metas de crecimiento económico compa-tibles con su dinámica demográfica y el compromiso de incrementar el bienestar de la población.

Mucho se discute acerca de la baja productividad del aparato produc-tivo y, en particular durante el periodo de análisis, se puso mucho énfasis en el crecimiento del salario real que, de acuerdo con analistas y dise-ñadores de política económica, aumentaban por encima del incremento en la productividad2 y los riesgos que esto representaba para la economía mexicana.

Sin embargo, la estimación del avance en la productividad general de la actividad económica representada en los Censos Económicos apor-ta evidencias en el sentido de que la productividad se ha incrementado debido al progreso en innovaciones tecnológicas de tipo general que han beneficiado a sectores específicos, como la educación y los servicios fi-nancieros y de seguros. De otra forma, no se puede explicar cómo la eco-nomía pudo crecer durante 1998-2003, así haya sido lentamente, a pesar del bajo incremento en el factor trabajo y de retrocesos en la acumulación de capital.

A continuación se exponen los resultados de un estudio para la esti-mación de la productividad sectorial y regional obtenidos de una investi-gación más amplia desarrollada por el autor, que aportan algunas eviden-

2 Banco de México. Informe de labores 2000. México, en: http://www.banxico.org.mx, consultado en el 2001.

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cias sobre el tipo de crecimiento económico en el que México está incurrien-do y señalan algunas de las insuficiencias para que el país pueda progresar en sentido económico en las etapas siguientes. Antes se describe, de manera breve, la metodología utilizada y se analiza el entorno macroeconómico entre 1998 y el 2004 a efecto de entender sus impactos en el ámbito microeconó-mico; después se describe la estructura económica proyectada a partir de la información censal para, finalmente, incluir los resultados de la estimación. Además, se apuntan algunas conclusiones preliminares que se desprenden de este análisis, que aproxima el estudio de la productividad de la economía de México en la era posterior al Tratado de Libre Comercio.

Estudio de la productividad en México

La mayoría de las investigaciones de productividad enfocan al sector indus-trial y en México esto, tal vez, ocurra con más extensión.3 Esto, quizá, se deba al hecho de que las estimaciones sobre la productividad conjunta de la actividad económica puedan ser demasiado imprecisas dadas las dificulta-des que supone el acopio de información productiva de todos los sectores, los problemas de las escalas de la producción en tales sectores —que hacen las estimaciones más imprecisas y poco comprensibles— y otras dificultades. Pero en la tradición de la literatura sobre crecimiento de largo plazo, como

3 Cfr. Arjona, L. E. y K. Unger. “Competitividad internacional y desarrollo tecnológico: la industria ma-nufacturera mexicana frente a la apertura comercial”, en: Economía Mexicana. Nueva Época, vol. 5, núm. 2, segundo semestre, 1996, pp. 187-220. // Kim, Chong-Sup. “Los efectos de la apertura comercial y de la inversión extranjera directa en la productividad del sector manufacturero mexicano”, en: El Trimes-tre Económico. Vol. 64, núm. 3, jul.-sept., 1997, pp. 365-90. // Iscan, Talan. “Contribution of Exports to Growth, Mexico 1970-1990: Capital Accumulation or Labour Productivity Growth?”, en: Economía Mexicana. Nueva Época, vol. 6, núm. 1, primer semestre, 1997, pp. 5-32. // Brown, Flor y L. Domín-guez. “Productividad en grandes y pequeños establecimientos con distintas intensidades de ocupación de insumos”, en: Economía Mexicana. Nueva Época, vol. 7, núm. 1, primer semestre, 1998, pp. 79-114. // Katz, Jorge. “Structural Change and Labor Productivity Growth in Latin American Manufacturing Industries 1970-96”, en: World Development. Vol. 28, núm. 9, septiembre, 2000, pp. 1583-96. // Khawar, Mariam. “Productivity and Foreign Direct Investment-Evidence from Mexico”, en: Journal of Economic Studies. Vol. 30, núm. 1, 2003, pp. 66-76. // Fragoso P., Edna C. “Apertura comercial y productividad en la industria manufacturera mexicana”, en: Economía Mexicana. Nueva Época, vol. 12, núm. 1, primer semestre, 2003, pp. 5-38. // Hernández Laos, E. Evolución de la productividad total de los factores en la economía mexicana, 1970-1989. México, Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Dirección General de Empleo, 1993.

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los trabajos de A. Maddison4, y el debate sobre la evolución de la producti-vidad en Estados Unidos de América (EE.UU.) en la década de los 90 —y que persiste hasta la actualidad—, por ejemplo el trabajo de Bosworth y Triplett5, deriva del análisis del conjunto de las actividades no agrícolas de esa economía.

Basada en datos de los Censos Económicos 1999 y 2004, en esta in-vestigación se estima la productividad de la economía de los estados a tra-vés del método denominado Productividad Total de Factores (PTF) y, para ello, se emplea una función de producción tipo Cobb Douglas, que utiliza rendimientos constantes a escala. El concepto de productividad total de factores se usa para medir la efectividad conjunta de todos los insumos combinados en producir el producto, de acuerdo con la definición hecha por Helpman.6

Se empleó el total de las actividades productivas incluidas en los Cen-sos Económicos clasificadas de acuerdo con el Sistema de Clasificación de América del Norte (SCIAN) para cada entidad federativa del país. Cabe mencionar, sin embargo, que a pesar de que dicha clasificación permite el desglose de 18 actividades económicas, excluye importantes actividades primarias, como agricultura y ganadería; en contraste, incorpora la mayor parte de las actividades económicas urbanas, como las manufacturas, el comercio y los servicios.

El tratamiento de la información censal a nivel estatal implica, tam-bién, asumir los sesgos en las estimaciones que surgen por la operación de los distintos tipos de establecimientos reportadas en los Censos, en especial cuando la información corporativa originada en una entidad corresponda a establecimientos operativos localizados en una entidad distinta. Al pre-tender abarcar al conjunto de los establecimientos mercantiles reportados

4 Ver, entre otros, Maddison, A. “Explaining the Economic Performance of Nations, 1820-1989”, en: William J. Baumol, R. R. Nelson y E. N. Wolf. Convergence of Productivity. New York, Cross Nacional Studies and Historical Evidence, Oxford University Press, Inc., 1994, 343 pp.

5 Bosworth, B. P. y Jack E. Triplett. “The Early 21st Century U. S. Productivity Expansion is Still in Services”, en: International Productivity Monitor. Núm. 14, 2007, pp. 3-19.

6 Helpman, E. The Mystery of Economic Growth. Cambridge, Mass., U.S.A., The Belknap Press of Harvard University Press, 2004, 223 pp., ISBN 0-674-01572-X.

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en los Censos Económicos en todos los sectores productivos, ya no se hizo esta conciliación necesaria entre establecimientos matrices y filiales que pudo haber ayudado a tener mayor precisión en las estimaciones.7

Entorno macroeconómico

La condición de la economía del país que reflejan los Censos Económicos 1999 y 2004 describe dos fases del ciclo económico: recuperación y creci-miento en 1998 y estancamiento y lenta recuperación en el 2003. La medi-

7 Los Censos Económicos distinguen dos unidades estadísticas de observación: empresas y establecimientos; las primeras reportan su producción a los Censos de acuerdo con su domicilio fiscal, mientras que los estableci-mientos declaran su actividad productiva en la entidad federativa que tiene lugar. Adicionalmente, los Censos reportan establecimientos que tienen como función servir de apoyo (administrativo, contable, etc.) a otros esta-blecimientos (auxiliados); los establecimientos auxiliares reportan valores positivos en los insumos y valor nega-tivos en el valor agregado en un monto equivalente al valor del consumo intermedio. Para una mejor estimación sería necesario prorratear los gastos de los establecimientos auxiliares entre los establecimientos auxiliados, los cuales pueden estar en diferentes entidades federativas. Esta tarea implicaría identificar las firmas reportadas en los Censos, lo cual sobrepasa el objetivo del mismo, pero es necesario tomarlo en cuenta para advertir acerca de cierta fragilidad de las estimaciones presentadas en el trabajo derivadas de las necesarias limitaciones que implica un levantamiento estadístico. En efecto, en el plano del análisis económico regional, estas dos considera-ciones técnicas fundamentales propician que se realicen sesgos en las estimaciones de las economías estatales.

Variables macroeconómicas crecimiento promedio anual(porcentajes)

Cuadro 1

Fuente: elaborado con base en Fondo Monetario Internacional. International Financial Statistics, 2008.

Variables 199�/2000 2001/200�Crecimiento del PIB �.� 1.�

Consumo privado 0.� -0.�

Inversión 1�.9 -1.1

Formación bruta de capital fijo 10.� 1.1

Consumo del gobierno 9.� 1.�

Exportaciones �.� �.�

Importaciones �.0 �.1

Cuenta corriente �0.2 -22.�

Inversión extranjera 2�.9 -2.0

Tasa de interés -2�.2 -1�.9

Inf lación -2�.� -�.�

Base monetaria �.� �.2

Oferta monetaria (% del PIB) -0.1 1.2

Tipo de cambio nominal �.� �.�

29

ción de la productividad que intentamos hacer en este trabajo y su expresión en el nivel de las regiones proyectan esas dificultades asociadas a las fases del ciclo económico.

En 1998, la economía de México estaba en un proceso de recuperación que la llevaría a alcanzar en el 2000 el mayor nivel de crecimiento de las dos últimas décadas. Por su parte, la condición económica del 2003 que registra-ron los Censos levantados al año siguiente mostraba una economía que todavía resentía la recesión del 2001 y que presentaba bajas tasas de crecimiento en los años posteriores.

El crecimiento económico en la primera etapa estuvo determinado por un crecimiento notable de la demanda agregada, en particular la inversión privada, el gasto gubernamental y la demanda externa de nuestras exportaciones, esti-muladas por el ingreso de inversiones extranjeras, tasas de interés a la baja y una política cambiaria que logró mantener un nivel de equilibrio del tipo de cambio. Por el contrario, la etapa que iniciaba con la recesión del 2001 se caracterizó por desaceleración de la economía mundial y en particular de EE.UU. —el princi-pal destino de las exportaciones de México— la aplicación de una política eco-nómica apoyada en una política monetaria contractiva que reforzaba el contagio del ambiente recesivo externo sobre la economía del país.

Esta política provocó un shock de demanda agregada que ocasionara, pri-mero, una leve recesión económica y, después, generara bajo crecimiento. Este bajo crecimiento que se observa posterior al 2001 estaba dirigido, fundamen-talmente, por el gasto público, financiado con el incremento en los precios del petróleo, la colocación de deuda interna y los ingresos por remesas y turismo.

Este diagnóstico confirma que no fueron sólo la recesión mundial y la des-aceleración de la economía de EE.UU. los responsables de la crisis económica en México en el 2001 y su bajo crecimiento posterior, también contribuyeron errores de política económica que afectaron en forma particular el ritmo de in-versión y, en particular, el sobreajuste monetario en el 2000, y que se extendió a los años siguientes, lo cual ha creado esta situación de parálisis y ambiente recesivo amplificado por la recesión económica mundial que ha vivido la eco-nomía mexicana desde el 2001.

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Crecimiento económico basado en mercado interno

Un hecho estilizado que destaca durante el periodo intercensal es que la economía creció más con base en los factores determinantes del mercado interno, básicamente los sectores productores de bienes y servicios no co-merciados internacionalmente y la producción petrolera de exportación.

El motor tradicional del crecimiento económico posterior a la era del TLCAN pareciera haber dejado de funcionar, pero en su lugar se echaron a andar los pequeños motores que hacen funcionar el mercado doméstico lo cual, además, recibió el impulso adicional que significa el incremento del valor de la exportaciones petroleras por efecto de la tendencia al alza en los precios internacionales del crudo, en especial después del 2001, alentada por un mercado petrolero desestabilizado después de la invasión de Irak por Estados Unidos de América.

Hay varias condiciones propias de la estructura económica que ejer-cen determinaciones o sesgos importantes en cualquier medición que se intente de la productividad de la economía regional. Como ocurre en todo estudio sobre convergencia económica regional, al respecto una larga lista de trabajo ha expresado esa insuficiencia: el desbalance en el tamaño de los sectores o subsectores económicos potenciados en la escala regional afecta de diversas maneras las estimaciones sobre el cambio técnico o la productividad en las regiones, alejando sus resultados de los presupuestos teóricos desarrollados en estas técnicas. Esto es igualmente importante ya sea que se tome como base para esas estimaciones el valor agregado bruto o el valor bruto de la producción.

Entre 1998 y el 2003, la economía no agropecuaria representada en los Censos Económicos del país creció por arriba de 31%, es decir, se expandió más un tercio y, como ya se indicó —de acuerdo con las cifras de la contabilidad nacional del INEGI—, el producto total, incluyendo el sector agrícola, aumentó en 11.9% en ese periodo. Para conocer qué pudo haber determinado ese crecimiento de la economía, se repasará cada uno de los factores que, según la teoría, determinan el crecimien-to económico.

�1

Entidad Valor agregado bruto

Formación bruta de capital fijo

Depreciación Remuneraciones salariales

199� 200� 199� 200� 199� 200� 199� 200�Nacional 2 2�� 2�1 2 9�1 �99 2�2 �9� 2�1 1�� 22� ��� 2�� �9� �92 �9� ��� ��1

Aguascalientes 21 120 2� ��� 2 ��2 2 9�0 2 ��� 2 2�� � ��� � �1�

Baja California �� ��� �� �2� � ��� 1� �99 � ��9 � 920 2� ��� �1 �09

Baja California Sur 9 ��� 9 901 1 ��� 1 �0� ��� 1 2�2 2 9�9 � 2��

Campeche �0 021 2�� ��� � ��� 1 91� � �2� � �91 � ��� � ���

Coahuila �1 ��� �� �00 10 0�1 12 9�� � �9� 11 091 2� 1�0 2� ���

Colima � �09 9 ��1 910 1 �2� 1 �12 1 ��� 2 092 2 �92

Chiapas �� 921 �0 ��� 1 �20 � �00 � 1�� � 9�� � 99� � ���

Chihuahua �� 2�� 10� 22� � 2�� 10 9�� � �22 � ��1 �� 19� �9 1��

Distrito Federal �9� 2�0 ��� ��� �� ��� �9 9�� �� 1�� �9 2�2 22� 2�� 212 ��9

Durango 19 ��2 22 ��� 2 0�1 � �02 1 9�9 2 ��� � 0�� � 0��

Guanajuato �� �11 9� ��� 10 �2� � ��� � �9� 10 19� 20 29� 2� 12�

Guerrero 1� 0�� 2� �90 1 1�� � �02 � 111 2 �9� � ��1 � ���

Hidalgo 1� �01 �� 12� 1� ��� � 01� � ��9 � ��� � ��� � �1�

Jalisco 1�1 029 1�2 ��� 1� ��� 12 2�0 12 �1� 1� ��� �1 99� �� �92

México 229 1�� 220 ��0 21 ��� 1� 021 21 ��� 21 1�� �� �00 �� �09

Michoacán �� 0�� �0 ��1 � 1�� � ��9 � 10� � �09 � �2� 10 �2�

Morelos 20 �2� 29 9�� � 0�� 2 200 2 ��2 2 ��2 � ��9 � ���

Nayarit � 9�� 9 �11 �00 2 �0� 1 1�� 9�0 1 �9� 2 ��1

Nuevo León 1�9 0�9 21� ��� 20 ��� 2� �9� 1� ��9 22 ��� �� 2�� �� �0�

Oaxaca 1� 919 �� �1� � �2� � 1�� 2 �2� � 0�� � �0� � ��9

Puebla �0 �0� �� �1� 11 �10 9 90� � �2� 9 ��� 19 �09 21 ��2

Querétaro �0 ��0 �� 22� � �12 � 9�9 � �1� � ��� 11 ��� 1� ��2

Quintana Roo 19 1�� 2� ��� 1 ��� 2 ��� 1 ��2 2 ��2 � 1�� � �00

San Luis Potosí �� ��2 �� ��2 � 029 � 20� � 20� � �9� 9 �9� 10 ��0

Sinaloa �1 1�0 �� 0�� 2 �20 � �2� � 1�1 � �1� � ��1 10 �29

Sonora �� �2� �� �9� � ��2 � �92 � �20 � ��9 1� ��� 1� ���

Tabasco 9� �0� 129 �2� � �2� 1 ��� � �22 � 0�� � 90� � �9�

Tamaulipas �0 ��� 9� ��2 � �12 1� ��0 � ��� 9 ��9 22 2�� 2� 1��

Tlaxcala 11 ��9 1� 1�� 1 9�� 1 01� 1 ��� 1 ��� � ��� � �1�

Veracruz �� 99� 102 �1� 10 ��1 1� �19 1� 09� 1� 212 22 �1� 2� 900

Yucatán 19 ��1 2� ��1 2 ��1 2 �12 2 02� 2 �1� � ��� � ���

Zacatecas 9 ��� 1� ��� 1 ��� 2 1�� 1 ��9 1 �9� 2 �09 � �92

Nota: los resultados de los Censos Económicos fueron def lactados utilizando el índice general de precios al consumidor del Banco de México base 2002.Fuente: INEGI. Censos Económicos 1999 y 2004. Resultados definitivos.

Indicadores básicos de todos los sectores económicos, 199� y 200�(millones de pesos base 2002)

Cuadro 2

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En primer término, se observa que el personal ocupado aumentó sólo 17.9% durante ese periodo, lo cual descarta que el aumento en el número de trabajadores, únicamente, hubiese provocado un incremento del producto que se observa en la información de los Censos Económicos.

Otro indicador del esfuerzo laboral dedicado a producir es el número de horas trabajadas, que se supone es un indicador más preciso para medir la con-tribución del factor trabajo al proceso de producción. Durante 1998 y el 2003, el número total de horas trabajadas por el personal ocupado creció 31.8%, lo cual indica que no sólo aumentaron las horas trabajadas porque había más trabajado-res sino, además, los trabajadores ya ocupados dedicaron más horas a trabajar en el segundo año. Este indicador pudo haber provocado el aumento de la produc-ción en la proporción mencionada antes, pero el coeficiente del factor trabajo en la función de producción de los sectores económicos tiende a disminuir en la me-dida en que las necesidades de capital son mayores en una economía moderna.

Respecto al factor capital, su comportamiento tendió, claramente, a dis-minuir cualquiera que sea la medición que hagamos de este concepto; por ejemplo, la inversión total cayó en -26% entre 1998 y el 2003, disminuyendo también como proporción del valor agregado de 18.8 a 10.6% en el mismo lap-so. Otro indicador, la formación bruta de capital fijo (es la suma de la inversión bruta y la variación de existencias) cayó de igual forma -14.7% en términos reales, revalidando el comportamiento de la inversión, pues en los años con-siderados pasó de representar 13.2% del valor agregado bruto en 1998 a 8.6% del mismo indicador en el 2003.

El concepto de depreciación es otro que también es utilizado para repre-sentar la parte del capital que es consumido durante el proceso de la producción: aumentó 13% en el periodo indicado, sin embargo, eso no impidió que disminu-yera también como proporción del valor agregado, pues cayó de 10.4% en 1999 a 8.5% ese mismo valor cinco años después. Si se hace una estimación del costo de los servicios de capital —como lo sugiere la metodología de Jorgenson8 o de los costos de capital de acuerdo con Salter9, donde el costo financiero del capi-8 Jorgenson, Dale W. “Capital Theory and Investment Behavior”, en: The American Economic Review. Vol.

53, núm. 2, mayo, 1963, pp. 247-259.9 Salter, W. E. G. (1966). Productividad y cambio técnico (edición en español). Colección Economía del Tra-

bajo. España, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1986, pp. 307, ISBN: 84-7434-349-6.

��

tal resulta determinante en el valor del capital invertido por las empresas—, resulta que el factor capital en 1998 y el 2003 cayó en forma más pronun-ciada, tomando en cuenta que las tasas de interés disminuyeron a lo largo de ese periodo.

Con esto se concluye que, con un aumento insuficiente en el esfuerzo laboral y una disminución en el factor capital, los avances en la productividad observados en este lapso sólo pueden explicarse por la innovación y la adap-tación de las nuevas tecnologías existentes por los efectos spillovers generados por la intensificación del comercio internacional.

Productividad laboral en los sectores económicos

En el periodo intercensal, el valor agregado bruto se incrementó en términos reales en 31.6%, pero ese crecimiento fue sostenido por expansión de dos sec-tores básicamente, minería que incluye extracción de hidrocarburos y el sector de electricidad, agua y suministro de gas, ambos duplicaron su tamaño duran-te el periodo analizado.10 Otro crecimiento dinámico se observó en el sector de servicios financieros y de seguros (72.9%) y en el de educativos (80.6%).

Exceptuando el financiero y los sectores educativos y de salud, esta di-námica pareciera haber sido resultado del incremento de los precios del pe-tróleo, por una parte, y de la agregación de factores en el sector de electrici-dad, agua y gas, y no de un incremento importante en la productividad, como se verá enseguida. La productividad laboral, estimada con el valor agregado

10 El subsector 48-49 Transportes, correos y almacenamiento fue omitido en la versión electrónica (disco compac-to) SAIC 5.0 de los resultados de los Censos Económicos 2004 y la estimación hecha en el presente ejer-cicio se hizo utilizando esa información. El sitio en Internet del INEGI (www.inegi.org.mx) que contiene los datos censales del 2004 incluye ahora ese sector, que suponemos habría sido levantado en un ejercicio específico posterior a los Censos. Como esa información no estaba a nuestro alcance al momento de hacer las estimaciones, con el fin de poder comparar los dos registros censales se decidió excluir al mencionado subsector de los Censos Económicos 1999 para evitar el riesgo de sobrestimación de las cifras censales que involucraba el hecho de que los Censos posteriores, del 2004, en la versión del disco compacto no incluían esos datos. En resumen, la estimación de la productividad para el periodo intercensal excluye al subsector 48-49, pero esta omisión no le resta validez a la estimación realizada si tomamos en cuenta que dicho sec-tor contribuyó con 3.9% del valor agregado en los Censos Económicos 2004 de acuerdo con la información consignada en la página del INEGI en Internet.

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bruto en términos reales y el total de horas-hombre trabajadas en los dife-rentes sectores de acuerdo con la clasificación SCIAN, disminuyó en -4.1% en el 2003 respecto al registro de 1998.

Esencialmente, el valor agregado en el 2003 se sostuvo por la dinámi-ca que presentaron los sectores de petróleo y electricidad, donde se observa una expansión de la productividad del orden de 95 y 63%, respectivamente. La productividad laboral aumentó también en otros cuatro sectores, además de los ya mencionados, servicios financieros (48.5%) y educativos (31.5%), el sector de información de medios masivos (16.2%) y otros servicios excepto del gobierno (7.6%).

En parte, este pobre desempeño en la productividad se explica por el retroceso del sector manufacturero en el que la productividad aumentó sólo 1.9% durante el periodo, pero también en comercio al por menor (-28.5%) y al por mayor (-15.4%) que, en conjunto, aportaron en el 2003 más de 47% del total del producto. La industria de la construcción presentó el peor des-empeño en cuanto a productividad de la fuerza de trabajo (-93.7%), el em-pleo en este sector observó un aumento moderado, lo cual hace aumentar la productividad sectorial por personal ocupado, pero si consideramos las horas trabajadas en construcción se observa que el aumento en el valor de la pro-ducción se explica porque aumentaron el número de horas trabajadas por la misma planta laboral.

Productividad Total de Factores

Primero, es necesario diferenciar el crecimiento económico en términos re-gionales; para esto, debe establecerse que, con excepción de cuatro entidades federativas, los estados presentaron indicadores positivos.

La comparación entre ambos años es adversa para el desarrollo industrial pues, en 1998, la actividad manufacturera se encontraba creciendo con vigor y después del 2001 éste empezó a debilitarse de forma que para el 2003 mos-traba ya un grave retroceso. Las entidades federativas donde la economía local retrocedió son Baja California Sur, el estado de México, Sonora y Yucatán.

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Por otra parte, identificando las vocaciones productivas regionales, se ob-serva que los estados con actividad petrolera mostraron fuerte incremento en su producción, son los casos de Campeche y Tabasco, donde la economía lo-cal se expandió a tasas de 250 y 37%, respectivamente, sin duda por el alza de precios de los hidrocarburos, pero también entidades como Hidalgo (106%) y Guerrero (222%) donde, asimismo, se observó una dinámica inusitada.

La primera lectura del avance de la productividad de la economía mexi-cana durante 1998 y el 2003 es que, considerando la aportación de los dos fac-tores productivos, la pérdida de capital que padecieron los agentes económicos implicó impactos negativos sobre la producción. De acuerdo con esta estima-ción, tomando como base el promedio de incremento de la productividad, sólo en 13 entidades federativas la productividad mantuvo un nivel por encima de ese promedio. Considerando fijos los coeficientes de la función de producción que reflejan las proporciones de capital y trabajo en la producción, el esfuerzo laboral apenas contribuyó con 3.7% al aumento del producto durante el perio-do, mientras que la desacumulación de capital provocó una caída de -14.6% en el nivel del producto.

Entonces, los resultados en el incremento del producto se pueden explicar por los factores que permanecen agrupados en el valor de A, es decir, la caja negra del crecimiento económico como ha sido denominado el llamado residuo de Solow, una parte de la cual son los factores asociados a la innovación tecno-lógica y el mejor uso de las técnicas de producción prevalecientes.

Considerado en su dimensión regional, con un índice de productividad dos veces superior al promedio nacional, las economías vinculadas a la produc-ción y refinación de petróleo presentaron el mejor desempeño, fue el caso de Campeche (319), Hidalgo (313) y Tabasco (115), seguidas por entidades de ma-yor poder económico como el Distrito Federal (127), Jalisco (109), el estado de México (102) y Puebla (104.4) y economías estatales de menor tamaño re-lativo, como Chiapas (155), Guerrero (296), Morelos (190), Tlaxcala (129) y Yucatán (109).

De los estados industrializados que han sido favorecidos por el impulso que ha significado la apertura económica, en particular de la frontera norte,

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sólo Chihuahua (165) tuvo un incremento en la productividad factorial por encima del promedio nacional.

El periodo analizado en el presente estudio cubre una etapa de desinver-sión y, como se vio en la primera parte, de disminución en el costo del dinero. Como baja la inversión y se induce una drástica disminución de las tasas de interés, no sólo decrece la acumulación de capital sino también el valor del capital acumulado, es decir, el stock del activo fijo de las empresas. Sectorial-mente, esto afecta en especial a la industria manufacturera y, en término re-gionales, se expresa en menor desempeño de los estados de la frontera norte (Baja California, Coahuila de Zaragoza, Nuevo León, Tamaulipas y Sono-ra), así como otras entidades que también destacan por su volumen de expor-taciones (Aguascalientes, Guanajuato, Sinaloa y Querétaro, por ejemplo).

Este desempeño pone en duda algunos mitos acerca del desarrollo indus-trial reciente del país, que brotan en particular cuando se ponderan los benefi-cios de la apertura económica y el mayor intercambio económico internacional que, se afirma, ha estado beneficiando sólo a algunos de los estados.

Los mayores incrementos en productividad estuvieron asociados a los sectores de generación de electricidad, servicios educativos y servicios finan-cieros y de seguros; por eso, los estados con mayor concentración de pobla-ción presentaron un desempeño superior al promedio nacional. Aparte, se encuentran las entidades federativas vinculadas al sector de petróleo. Esto fue el resultado de una estrategia económica basada en el impulso al gasto y la inversión pública y la creciente petrolización de la economía que empezó en los primero años del 2000.

Los estados que presentan un alto perfil migratorio y que se esperaría que la migración de fuerza de trabajo con baja calificación pudiera favorecer el crecimiento de la productividad en esos estados arrojaron resultados con-trastantes. Las tres entidades con mayor migración tradicional mostraron una productividad inferior al promedio: Zacatecas, Michoacán de Ocampo y Guanajuato. Estados con migración reciente (como Sonora, Sinaloa y Ve-racruz de Ignacio de la Llave) también presentaron resultados inferiores a la media nacional. En contraste, otras entidades federativas con fuertes corrientes

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Fuente: elaborado con base en cálculos propios basados en cifras de INEGI. Censos Económicos 1999 y 2004. Resultados definitivos.

Contabilidad del crecimiento periodo intercensal 199�-200�Cuadro �

Entidad federativa

Crecimiento de la

producción

¿Qué contribuye al crecimiento?

ProductividadCapital Trabajo Cambio

técnico

00 Nacional 2�.� -1�.� �.� ��.� 100.0

01 Aguascalientes 2�.� �.� �.� 19.9 �1.9

02 Baja California 2.� -1�.� �.2 1�.� ��.�

03 Baja California Sur 1.� -19.� �.� 1�.� ��.�

04 Campeche 12�.� 2.1 2.0 122.� �19.�

05 Coahuila de Zaragoza �.� -20.� �.0 20.� ��.2

06 Colima 2�.� -1�.0 �.� ��.� 90.�

07 Chiapas �9.� -2.� 2.� �9.� 1��.0

08 Chihuahua �2.� -��.� 2.� ��.� 1��.�

09 Distrito Federal 22.� -�0.0 �.0 ��.� 12�.0

10 Durango 1�.� -11.� 2.9 2�.� �0.�

11 Guanajuato 21.� �.2 �.1 1�.1 ��.2

12 Guerrero 122.� -2.1 10.9 11�.� 29�.2

13 Hidalgo ��.� -��.9 2.� 120.0 �12.�

14 Jalisco �.� -��.9 �.9 �1.� 109.1

15 México -�.� -��.� �.2 �9.� 102.9

16 Michoacán de Ocampo 1�.� -2�.1 �.� ��.9 ��.�

17 Morelos ��.9 -�9.� �.� �2.9 1�9.9

18 Nayarit 1�.2 -9.9 �.� 22.� ��.�

19 Nuevo León �0.1 �.� �.� 1�.1 ��.1

20 Oaxaca ��.� ��.� 2.� 29.� ��.9

21 Puebla ��.� -�.2 2.� �0.1 10�.�

22 Querétaro �.� -1.2 �.� �.2 1�.�

23 Quintana Roo 2�.� �.� �.� 10.9 2�.�

24 San Luis Potosí 12.1 -12.� �.1 20.� ��.2

25 Sinaloa 1�.� -21.� �.� �2.0 ��.�

26 Sonora -2.� -1�.� �.1 �.� 19.9

27 Tabasco �2.� -1�.� 1.� ��.� 11�.�

28 Tamaulipas ��.1 �9.� �.9 -0.2 -0.�

29 Tlaxcala 21.� -�0.2 2.2 �9.� 129.�

30 Veracruz de Ignacio de la Llave �1.2 1�.0 �.2 1�.0 ��.�

31 Yucatán ��.� -�.� �.� �1.9 109.�

32 Zacatecas ��.� -1.� �.2 ��.� 90.�

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migratorias recientes y que además presentan una condición económica de mayor atraso relativo (como Oaxaca y Chiapas) registraron niveles de pro-ductividad mayores al conjunto nacional.

No es posible esbozar una teoría de una selección positiva de la migra-ción respecto a la productividad al estilo de Borjas11, pero sí puede argu-mentarse que la migración en estados con bajo desempeño económico esté favoreciendo la disolución de estructuras económicas tradicionales de baja productividad robusteciendo, en consecuencia, las actividades económicas modernas que, en teoría, tienden hacia una mayor productividad.

Salter12 postuló que la aplicación de nuevas técnicas en la producción es el resultado neto de una complicada interacción de avances técnicos y cam-bios en los precios de los factores. Dos cuestiones que deben analizarse para relacionar las variaciones de la productividad son, por un lado, que los patro-nes del avance técnico pueden ser múltiples (es posible que sea lento o rápido, ahorrador del trabajo o de capital o que sea tal que aumenten o disminuyan las posibilidades de sustitución de factores) y por otro, la influencia de los avances técnicos experimentados por la fabricación de los bienes de capital, en los precios relativos del capital y el trabajo, así como el cambio técnico inducido en las técnicas de producción más avanzadas.

En suma, algo que sugieren las evidencias del análisis de la producti-vidad laboral sectorial y la productividad total de factores en escala regional tomadas en el periodo intercensal 1998-2003 es que, sectorialmente, hubo un cambio en el patrón del cambio técnico en el que éste se tornó ahorrador de capital y, también, hizo posible la sustitución de factores. Es posible que esto haya ocurrido debido a la mayor presencia de informalidad en las acti-vidades económicas que auspició la crisis del 2001, aunque debe reconocerse que la actividad informal no es capturada por los Censos Económicos de-bido a que, precisamente, las empresas que operan en ese sector se ocultan de cualquier autoridad y a que los Censos no tienen como objetivo registrar información de ese sector.

11 Borjas, George. “Self-selection and the earnings of immigrants”, en: The American Economic Review. Vol. 77, núm. 4, 1987, pp. 531-553.

12 Salter, W. E. G. Op. cit.

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En el plano regional, el cambio en los precios relativos entre capital y trabajo, propiciada por la tendencia a la apreciación del tipo de cambio y la disminución de las tasas de interés, impulsó las inversiones en capital en los estados relativamente más industrializados lo cual, hacia el 2003, no se tra-ducía aún en incrementos en el producto.

Conclusiones

En resumen, se observa que durante el periodo intercensal (1998-2003) la economía pasó de una fase de recuperación económica con alto crecimiento a otra etapa de crisis y recuperación con lento crecimiento. Esto se reflejó en una baja creación de puestos de trabajo y desinversión de capital, lo cual no impidió que la economía creciera, así haya sido lentamente.

Este crecimiento en la economía fue impulsado por el aumento del gasto y la inversión pública, favoreciendo sectores tradicionales como el petróleo, electricidad y gas, mientras que la productividad aumentaba en algunos sec-tores de los servicios y retrocedía el sector manufacturero moderno. Regional-mente, esto provocó que la productividad fuera mayor en entidades federativas caracterizadas por atraso económico y en las entidades con mayor concentra-ción urbana, comparado a la productividad alcanzada en entidades con más importancia industrial.

La política económica aplicada en estos años ha tenido dos logros im-portantes: estabilidad de precios y estabilidad del tipo de cambio con una tendencia a la apreciación de nuestra moneda. Es posible que esta política haya inducido el abaratamiento de los costos del capital, en gran medida los importados, de forma que se pueda adquirir mayor eficiencia producti-va sin grandes inversiones en compra de bienes de capital. Por otra parte, las estimaciones revelan una mayor intensificación del uso del activo fijo de las empresas.

En síntesis, el periodo 1998-2003 constituye una etapa que se perdió para el incremento del bienestar social: el bajo crecimiento económico pro-pició pérdidas de puestos de trabajo y, contrario a los riesgos contra los que

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repetidamente alertaban los diseñadores de la política económica13, los sala-rios reales retrocedieron a pesar de los incrementos en la productividad.

La baja inversión y el aumento en la utilización de la capacidad insta-lada que este proceso supone sugieren que este bajo crecimiento aún pueda sostenerse en el futuro, como lo demuestra el comportamiento del producto que se observó en los años posteriores al 2004.

Otras fuentes

Banco de México. Informe de labores 2001. México, en: http://www.banxico.org.mx, con-

sultado en el 2002.

Fondo Monetario Internacional. International Financial Statistics. Washington, DC,

2008.

Harrigan, J. “Estimation of cross-country differences in industry production functions”,

en: Working Paper No. 6121. National Bureau of Economic Research, NBER, 1997.

Hulten, Ch. R. “Total Factor Productivity. A Short Biography”, en: Hulten, Ch. R., E.

R. Dean y M. J. Harper. New Developments in Productivity Analysis. U.S.A., National

Bureau of Economic Research, The University of Chicago Press, 2001.

INEGI. Censos Económicos 1999, en: www.inegi.org.mx

---- Sistema Automatizado de Información Censal (SAIC) versión 5.0. Censos Económicos

2004. México, INEGI. Disco compacto.

Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Criterios generales de política económica, 2008,

en: http://www.shcp.gob.mx

13 Banco de México. Informe de labores 2000..., op. cit.

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Est imación del precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo mediante

una red neuronal artificial polinominalFrancisco José Rivero Ángeles*,Ramsés Rodríguez Rocha**y Lorena Barrientos Ávila***

La predicción de series de tiempo ha sido una aplicación en la que investigadores de diferentes áreas han trabajado extensamente. Una muy interesante, cuyo comportamiento se ha comprobado como no lineal es en el área de finanzas para predecir el precio de una

acción o, en este caso, un commodity como lo es el precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo y que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publica en sus

bases de datos. Se propone el uso de una red neuronal artificial polinomial para identificar un modelo no lineal que permita estimar el comportamiento del precio del barril al siguiente

día hábil. La red se entrena sólo con tres valores anteriores de la serie y se observa que el modelo es razonablemente bueno para predecir el comportamiento del precio, a pesar de las

grandes variaciones que puede presentar, sobre todo, en últimas fechas en las que ha superado registros históricos. Algunas de las ventajas son que el modelo es sencillo de implementar y que su forma de trabajo es en línea, lo que permite su aplicación en sistemas de tiempo real.

Palabras clave: red neuronal artificial polinomial, estimación, mezcla mexicana de petróleo.

* Doctor en Ciencias en Control Automático y director de la Licenciatura en Arquitectura en la Universidad Justo Sierra. Eje Central Lázaro Cárdenas Núm. 1150, Col. Nueva Industrial Vallejo, CP 07700, México, DF. Teléfono y fax: (55) 51 48 23 82; correo electrónico: [email protected]

** Doctor en Ingeniería de Estructuras y profesor-investigador del Posgrado en Ingeniería Civil en la Escuela Superior de Ingeniería y Arqui-tectura del IPN. Avenida Juan de Dios Batiz, Edificio 12, Col. Zacatenco, CP 07738, México DF. Teléfono: (55) 57 29 60 00, ext. 53087; correo electrónico: [email protected]

*** Actuaria y subdirectora de Investigación del Seguro de Depósito en el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario. Varsovia Núm. 19, Piso 4, Col. Juárez, CP 06600, México, DF. Teléfono: (55) 52 09 55 00, ext. 4024; correo electrónico: [email protected]

Nota: los autores desean expresar su más sincero y profundo agradecimiento al doctor Eduardo Gómez Ramírez, jefe de Procesos Académi cos de la Maestría en Ciencias, Área Cibernética de la Universidad La Salle, por sus sugerencias y comentarios respecto a la RNAP. Asimismo, a los árbitros anónimos por sus acotaciones e indicaciones sobre el escrito en su conjunto.

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Introducción

Los instrumentos financieros implican cierto nivel de riesgo y, por consi-guiente, una marcada volatilidad en sus precios. Para el análisis y predicción del valor de un instrumento financiero es común hacer uso de las herramien-tas que propone el análisis técnico y/o el fundamental; el primero se centra en el movimiento de los precios en el tiempo, tomando como base las resis-tencias, soportes, líneas de tendencia y patrones de comportamiento. Por otra parte, el segundo se basa en condiciones internas de la empresa o sector, además de revisar aspectos macroeconómicos.

Desde el punto de vista matemático, los instrumentos financieros se pueden suponer como sistemas dinámicos no lineales, para los que se pueden aplicar técnicas de identificación de sistemas y control automático con el fin de generar un modelo que mejor represente al fenómeno causal.

La estimación de series de tiempo ha tenido un gran auge con la apari-ción de algoritmos de identificación de sistemas, como es el caso de los mode-los ARMAX1, NARMAX2, lógica difusa (Fuzzy Logics)3, redes neuronales artificiales4 o sistemas híbridos.5

1 Box, G. E. P. y G. M. Jenkin. Time Series Analysis: Forecasting and Control. San Francisco, Cal., Holden-Day, 1970.

2 Chen, S. y A. Billings. “Representations of Nonlinear Systems: the NARMAX model”, en: Int. J. of Control. Vol. 49, núm. 3, 1989. // Leontaritis, I. J. y A. Billings. “Input-Output Parametric Models for Non-linear Sys-tems. Part I: Deterministic Non-linear Systems”, en: Int. J. of Control. Vol. 41, núm. 2, 1985, pp. 303-328.

3 Sugeno, M. Industrial Applications of Fuzzy Control. Elsevier Science Pub. Co., 1985. // Daijin, K. y K. Chul-hyun. “Forecasting Time Series with Genetic Fuzzy Predictor Ensemble”, en: IEEE Transactions on Fuzzy Systems. Vol. 5, núm. 4, noviembre, 1997, pp. 523-535.

4 Alippi, C. y V. Piuri. “Experimental Neural Networks for Prediction and Identification”, en: IEEE Transac-tions on Instrumentation and Measurement. Vol. 45, núm. 2, abril, 1996. // Narendra, K. y K. Parthasarathy. “Identification and Control of Dynamical Systems Using Neural Networks”, en: IEEE Transactions on Neural Networks. Vol. 1, núm. 1, marzo, 1990, pp. 4-7. // Narendra, K. y S. Mukhopadhyay. “Adaptive Control Using Neural Networks and Approximate Models”, en: IEEE Transactions on Neural Networks. Vol. 8, núm. 3, mayo, 1997, pp. 475-485. // Chen, S. y A. Billings. “Neural Networks for Nonlinear Dynamic System Modelling and Identification”, en: Int. J. of Control. Vol. 56, núm. 2, 1992, pp. 319-346.

5 Castillo, O. y P. Melin. “Hybrid Intelligent Systems for Time Series Prediction Using Neural Networks, Fuzzy Logic, and Fractal Theory”, en: IEEE Transactions on Neural Networks. Vol. 13, núm. 6, noviembre, 2002, pp. 1395-1408. // Gómez-Ramírez, E., et al. “Adaptive Architecture of Polynomial Artificial Neural Network to Forecast Nonlinear Time Series”, en: Congress on Evolutionary Computation, CEC ‘99. Mayflower, Washington, DC, EE.UU., julio 6-9, 1999.

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Las áreas de aplicación de estos algoritmos son muy variadas, desde sis-temas electromecánicos6, identificación de edificios7 y análisis de flujos en ríos8, hasta análisis financiero.9

En la mayoría de las instancias se puede suponer una aproximación al modelado de los instrumentos financieros como sistemas aleatorios o proce-sos estocásticos, de los que se tiene evidencia considerable sobre la variación en el tiempo a través del estudio de la varianza10, así como de la no linealidad de las series de tiempo.

En este tenor, los investigadores en Matemáticas proponen que el mer-cado de valores se analice como un sistema complejo, dinámico, variable y adaptable11, de tal manera que las herramientas de identificación en esta área permitan su aplicación en instrumentos financieros. Derivado de lo anterior, puede suponerse la existencia de un modelo que permita reproducir el en-torno y cambiar su estructura; en otras palabras, adaptarse a circunstancias imprevistas.

Las redes neuronales artificiales (RNA) son modelos matemáticos que, por su concepción, cuentan con las características anteriores y permi-ten aproximar relaciones complejas que pueden ser no lineales en el sistema causal. Varios investigadores las han utilizado de forma exitosa para la es-

6 Park, D. C., et al. “Electric Load Forecasting Using an Artificial Neural Network”, en: IEEE Transactions on Power Systems. Vol. 6, núm. 2, 1991, pp. 442-449.

7 Rivero-Ángeles, F. J. y E. Gómez-Ramírez. “Nonlinear Civil Structures Identification Using a Polynomial Artificial Neural Network”, en: CIARP05. La Habana, Cuba, septiembre 1, 2005.

8 Atiya, A. F., et al. “A Comparison Between Neural Network Forecasting Techniques-Case Study: River Flow Forecasting”, en: IEEE Transactions on Neural Networks. Vol. 10, núm. 2, marzo, 1999, pp. 402-409.

9 Pérez-Elizalde, G. y E. Gómez-Ramírez. “Estimación del precio de un título opcional mediante una red neuronal artificial polinomial”, en: MICAI 2000. Acapulco, Guerrero, México, abril 10-14, 2000, pp. 31-40. // Hansen, J. V. y R. D. Nelson. “Neural Networks and Traditional Time Series Methods: A Synergistic Combination in State Economic Forecasts”, en: IEEE Transactions on Neural Networks. Vol. 8, núm. 4. julio, 1997, pp. 863-873. // Refenes, A. P. N., et al. “Neural Networks in Financial Engineering: A Study in Me-thodology”, en: IEEE Transactions on Neural Networks. Vol. 8, núm. 6, noviembre, 1997, pp. 1222-1267.

10 Black, F. “Forecasting Variance of Stock Prices for Options Trading and Other Purposes”, en: Seminar on the Analysis of Security Prices. Univ. de Chicago, noviembre, 1975. // Blatberg, R. C. y N. J. Gonedes. “A Compa-rison of the Stable and Student Distributions as Statistical Models for Stock Prices”, en: Journal of Business. Núm. 47, abril, 1974, pp. 244-280. // Christie, A. A. “The Stochastic Behavior of Common Stock Variances: Value, Leverage and Interest Rate Effects”, en: Journal of Financial Economics. Núm. 10, diciembre, 1982, pp. 407-432. // Rosenberg, B. “The Behavior of Random Variables with Nonstationary Variance and the Distri-bution of Security Prices”, en: Working Paper. University of California at Berkeley, 1972.

11 Felsen, J. Cybernetic Approach to Stock Market Analysis. EE.UU., CDS Publishing Co., 1975.

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

timación de sistemas financieros (Malliaris y Salchenberger12, Hutchinson y colaboradores13 o Kelly14). El presente estudio propone el uso de una clase de RNA cuya identificación del sistema se realiza suponiendo una aproxi-mación polinomial, por lo que en la literatura técnica se les ha denominado como redes neuronales artificiales polinomiales (RNAP).

Para probar la efectividad de la RNAP, se considera el precio de cierre del barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo (de exportación) publi-cado diariamente por Petróleos Mexicanos (PEMEX) en su página de In-ternet; se estima y se prueba un modelo no paramétrico con un total de 812 muestras (número de valores que se tienen en la serie), es decir, con precios desde el 24 de enero de 2005 hasta el 27 de junio de 2008 (esta cantidad li-mitada de muestras es suficiente para generar un modelo adecuado para re-flejar la tendencia de los precios).

La RNAP se pasa por un proceso de aprendizaje o entrenamiento en línea con 120 muestras. De aquí se aprecia que la varianza de los pesos esti-mados es mínima cuando se utiliza un algoritmo recursivo de mínimos cua-drados, lo cual supone que no es necesario mayor entrenamiento. Para el caso de la predicción, ésta se realiza con las 692 muestras restantes. Los resultados permiten afirmar que la RNAP identifica un modelo aproximado tal que, durante la predicción, el modelo se ajusta de manera apropiada a los cambios en el mercado y podría permitir, con ajustes menores, su uso en sistemas de supervisión en tiempo real en empresas de análisis financiero.

Análisis descriptivo y estadístico

El precio por barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo es una variable económica sujeta a cambios relacionados con diversos factores de su produc-

12 Malliaris, M. E. y L. Salchenberger. “Beating the Best: A Neural Network Challenges the Black & Scho-les Formula”, en: Proc. of the Ninth Conference on Artificial Intelligence Applications. Los Alamitos, Cal., IEEE Computer Society Press, 1993, pp. 445-449.

13 Hutchinson, J. M., et al. “A Nonparametric Approach to Pricing and Hedging Derivative Securities Via Lear-ning Networks”, en: The Journal of Finance. Vol. 49, núm. 3, julio, 1994, pp. 851-888.

14 Kelly, D. L. Valuing and Hedging American Put Options Using Neural Networks. Carnegie Mellon University and University of Santa Barbara, Cal., 1994.

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ción, con los niveles de oferta y demanda, así como impactos geopolíticos tanto nacionales como internacionales.

Tomando como base una serie histórica del precio de este commodity desde enero del 2005 a junio del 2008, se observa que el precio promedio en este periodo es de 58.91 dólares por barril (dpb), con una desviación estándar de 18.33, oscilando entre un precio mínimo de 30.27 y uno máximo superior a los 122 dpb (ver figura 1).

Dada la amplitud del rango que se presenta en este periodo (92.14 dpb), se realizó un análisis por año mediante el cual se obtuvieron los resultados que se muestran en el cuadro 1.

De esos resultados sobresalen los significativos aumentos en el prome-dio anual del precio de la mezcla, siendo el salto del 2007 al 2008 el mayor de ellos (casi 33 dpb).

Histórico diario del precio por barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo

Figura 1

Fuente: Reuters.

Evolución del precio 2005-2008

27/06/2008122.410004

140

120

100

80

60

40

20

24/0

1/20

05

07/0

3/20

05

19/0

4/20

05

31/0

5/20

05

08/0

7/20

05

17/0

8/20

05

28/0

9/20

05

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1/20

05

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05

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2/20

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��

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

En relación con la desviación estándar de los datos estudiados, se con-cluye que el incremento en la volatilidad de los precios del crudo observada durante el 2007 respecto al año anterior ha sido la mayor en el periodo de análisis; la varianza más alta registrada se observa en el 2008, en el cual el rango de precios osciló entre 73 y 122 dpb (ver figura 2).

200� 200� 200� 200�

Promedio precio ��.�� ��.�� �1.1� 9�.�2

Varianza precio �1.�� 2�.01 12�.�� 1��.�0

Desviación estándar precio �.�� �.90 11.29 1�.��

Precio máximo ��.�2 ��.�� ��.�� 122.�1

Precio mínimo �0.2� ��.�� �0.�� ��.�0

Rango 2�.1� 20.�0 ��.0� ��.�1

Estadísticas por añoaCuadro 1

a Dólares por barril.

Histórico diario del precio por barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo por periodo

Figura 2

Fuente: Reuters.

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Evolución del precio 2005 Evolución del precio 2006

Evolución del precio 2007 Evolución del precio 2008

��

Considerando el precio del crudo como una variable financiera, el análi-sis de su rendimiento diario resulta de especial interés. Para el periodo com-prendido entre el 2005 y el 2008, los rendimientos promedio de esta variable son, prácticamente, de cero (0.0018025), con una desviación estándar de 1.93 por ciento. De manera análoga, se realizó un análisis por año, observando que la volatilidad de los rendimientos en cada uno de los años oscila entre 1.68% para el 2007 y 2.16% para el 2005.

Las figuras 3 y 4 muestran el histórico de los rendimientos en el tiempo

de estudio; presentan, además, los límites equivalentes a dos veces la desvia-ción estándar de los datos mostrados.

Rendimiento diario del precio por barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo

Figura �

Fuente: Reuters.

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Histórico de rendimientos 2005-2008

��

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Rendimiento diario del precio por barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo por año

Figura �

Fuente: Reuters.

Red neuronal artificial polinomial

El modelado y predicción del precio del barril de la mezcla mexicana de pe-tróleo crudo se realiza por medio de una red de este tipo. El modelo que re-presenta la arquitectura de la RNAP se muestra en la ecuación 1:

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0

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Histórico rendimientos 2005

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Histórico rendimientos 2006

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Histórico rendimientos 2007

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-0.06

-0.08

Histórico rendimientos 2008

(1)

�9

donde es el -ésimo valor de la serie de tiempo estimada, es una función no lineal tal que . A x se le denominan los valores de entrada, cuyas componentes están dadas por con subconjunto compacto de . El conjunto de valores corresponde

a valores para el dato de la serie (estos datos pueden ser considerados como valores proporcionados por opiniones expertas).

Por otro lado, a y se le denominan valores de salida, cuyas componentes están dadas por , ; con un subconjunto compacto de . En este sentido, es el número de retrasos o valores previos en la entrada y , el número de retrasos en la salida. La notación en corchetes con supra y subín-dices ( y , respectivamente) indica que la función está definida sólo para . Para simplificar la notación se muestra la ecuación 2:

Así, representa el número total de elementos en la descripción , por lo que . La función no lineal pertenece a una familia de polinomios que pueden representarse como:

(2)

(3)

�0

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

El subíndice es la potencia máxima de la expresión polinomial. Cabe hacer notar que la potencia de los polinomios no necesariamente es un núme-ro natural. Los polinomios son homogéneos de grado total , para . Cada polinomio homogéneo puede reescribirse así:

donde es el peso asociado de la RNAP. El término corresponde a la entrada constante o input bias de la red; el polinomio homogéneo es equivalente a ponderar las entradas; los polinomios a represen-tan la modulación entre las entradas y la potencia de cada polinomio y es el número de términos de cada polinomio con:

La dimensión de de cada familia puede calcularse con . La función de activación de la red está dada por:

(4)

(5)

(6)

�1

Con la arquitectura anterior, los pesos de la RNAP pueden encontrarse por medio de un algoritmo recursivo de mínimos cuadrados durante el en-trenamiento. La arquitectura de la RNAP se muestra en la figura 5. Cabe señalar que este tipo de red neuronal es capaz de entregar un modelo adecua-do con pocos datos de entrenamiento, pues al utilizar un algoritmo recursivo en línea la generación del modelo se hace sumamente expedita.

Arquitectura de la RNAPFigura �

Entrenamiento y predicción

En una serie de tiempo (como es el caso de sistemas financieros), la entrada del sistema se desconoce, pues depende del sentimiento de los compradores y vendedores, por lo que la aproximación se basa sólo en los retardos de la salida o salidas anteriores. En este sentido, las simulaciones se realizaron con los siguientes parámetros de entrenamiento: , y , pues ; es decir, se supone un polinomio de orden 1.5 y cuatro valo-res anteriores de la salida (estos valores fueron tomados ya que arrojaban los

X1,k

X2,k

Xnj,k

X1,k-1

X2,k-1

Xnj,k-1

X1,k-n1

X2,k-n1

Xnj,k-n1

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yk-n1

(*)

Z-1

Z-1

Z-1

Z-1

y

{Entradas}

{Retrasos}

{Salidas}

�2

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Precios del barril de la mezcla mexicana de petróleo(en dólares)

Figura �

mejores resultados en análisis anteriores). La robustez del sistema y solución del algoritmo se presentan en Gómez-Ramírez, et al.15

Cabe hacer notar que, en el caso de sistemas financieros, los movimien-tos cíclicos pueden ser difíciles de identificar pues el precio del petróleo no se ha reducido hasta formar ciclos alrededor del eje horizontal, por lo que se recomienda utilizar tantas muestras como sean necesarias tal que la variación de los pesos sea mínima (ver figura 6).

La figura 7 contiene las muestras utilizadas para el proceso de entrena-miento de la RNAP; para este caso, el número fue de 120. Obsérvese que los datos han sido normalizados de forma previa, de tal manera que sus valores se encuentren restringidos entre cero y uno con el fin de dar el formato adecuado a los datos para su proceso con la RNAP. Es importante mencionar que, con pocas muestras, la red propuesta es capaz de arrojar pesos estables y el modelo obtenido es adecuado para procesos posteriores de análisis de tendencia.

15 Op. cit.

Muestras

120

100

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20

00 100 200 300 400 500 600 700 800

��

El algoritmo de mínimos cuadrados recursivo ajusta los pesos con el modelo matemático de la RNAP y la varianza de los pesos, en conjuntos de tres valores anteriores, va reduciéndose hasta estabilizarse en un valor de 0.002, tan pequeño como para suponer estabilización de los pesos (valores aproximadamente constantes) (ver figura 8).

Lo anterior también se puede observar con el promedio móvil de cin-co valores anteriores y se puede apreciar que la pendiente del primer peso, a manera de ejemplo, se encuentra en un valor de 4.47 x 10-3, muy cercana a cero y, por consiguiente, su variación absoluta se supone que tiende a cero después de este intervalo. Cabe señalar que si el sistema oscilara sobre el eje horizontal, la red neuronal podría hacer el reconocimiento de patrones de una manera más precisa y el error, disminuir.

La figura 9 muestra el periodo de entrenamiento con 120 muestras y la predicción con las 692 muestras restantes; una línea vertical separa la predicción

Muestras utilizadas para el entrenamientode la RNAP

Figura �

0.2

0.18

0.16

0.14

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0 20 40 60 80 100 120

Muestras

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Variación de los pesos de la RNAPFigura �

Fuente: Reuters.

del entrenamiento. La primera muestra se tomó el 24 de enero de 2005 y la última, el 27 de junio de 2008. Vale la pena anotar que, durante el entrena-miento, la RNAP fue lo suficientemente rápida en su proceso de adaptación de los pesos. Por otro lado, en la fase de prueba o predicción, los pesos de la red se han mantenido constantes y se observa que la predicción sigue siendo adecuada. En esa misma figura se ha graficado el error tanto en el entrena-miento como en la predicción; de igual forma, se incluyen los errores cua-dráticos medios (RMS).

El error aumenta a mayor tiempo de predicción, sin embargo, éste es menor a 0.1, lo que demuestra la eficacia del método propuesto para prede-cir, con cierto grado de aproximación, el precio de la mezcla mexicana. Más aún, la tendencia en los análisis financieros puede ser todavía más importante que el precio mismo, por lo que el modelo propuesto es capaz de reproducir estos cambios (ver figura 9).

1.5

1

0.5

0

-0.5

Peso

s de l

a RN

AP

0 20 40 60 80 100

0.4

0.3

0.2

0.1

0

Sum

a de l

a var

ianz

a

0 20 40 60 80 100 120

* VarianzaP. móvil

*

*

*** * ******

** *****

**************

0 20 40 60 80 10 1200 20 40 60 80 100 120

****

1.5

1

0.5

0

-0.5

-1

-1.5

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ient

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pes

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Pend

ient

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olut

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Muestras Muestras

1.5

1

0.5

0

x 10-3x 10-3

��

Finalmente, la figura 10 muestra un acercamiento sobre la predicción en las últimas 200 muestras. Se puede observar cómo el modelo se adapta rela-tivamente bien a las condiciones externas y representar, con buena aproxima-ción, el cierre del tipo de cambio. Como es de esperarse, la estimación per-derá confiabilidad a mayor tiempo de predicción, por lo que en este estudio se ha supuesto que la predicción es sólo para el siguiente día. En este sentido, también vale la pena comentar que, en fechas recientes, el precio del barril ha superado valores máximos históricos, movido por el sentimiento de la gente y especulaciones, por lo cual las variaciones son mucho mayores que en épo-cas anteriores. Esto conlleva a que la red, al no tener entrenamiento previo con variaciones de estas magnitudes, no logre estimar con mucha precisión el precio de cierre.

Entrenamiento y predicción del precio del barril de petróleoFigura 9

Sali

das

120

100

80

60

40

20

0

Err

or e

n la

sal

ida

0.5

0

-0.5

RealRNAP

0 100 200 300 400 500 600 700 800

0 100 200 300 400 500 600 700 800

RMStr= 0.00011245RMSpr= 0.00026208

Muestras

��

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Un aspecto importante a mencionar es que, al no haber señales de entra-da en los sistemas financieros, las salidas predichas (precios de cierre) pueden oscilar en un canal horizontal o, en el peor de los casos, dispararse hacia arriba o hacia abajo y nunca regresar. Por lo anterior, es conveniente alimentar la red con valores reales para corregir la predicción al siguiente día y evitar, así, que el algoritmo explote arrojando valores cada vez más grandes. La metodología propuesta no se limita a la posibilidad de predecir al siguiente día, dado que el algoritmo es de tipo discreto con un periodo de muestreo constante. En el supuesto de alimentar al algoritmo con datos semanales o mensuales, la predicción se hará al siguiente periodo correspondiente.

Predicción del precio del barril de petróleo en dólares(últimas 200 muestras)

Figura 10

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120

110

100

90

80

70

60

50600 620 640 660 680 700 720 740 760 780 800

Muestras

RealRNAP

Sali

das

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Conclusiones

Los algoritmos basados en inteligencia artificial, como las redes neuronales, se utilizan con gran éxito en el reconocimiento de patrones o identificación de sistemas dinámicos. En el ámbito del análisis financiero, las acciones son volátiles y reaccionan al sentimiento de la gente en el mercado, por lo que su análisis puede estar sujeto a factores externos incuantificables que afectarán el precio en sesiones posteriores. Por este motivo, se supone al sistema como causal. No obstante lo anterior, el presente estudio propone el uso de una RNAP para identificar un modelo que se adapte a estos factores y permita predecir, con cierta aproximación, el precio de cierre del barril de la mezcla mexicana de petróleo crudo.

Los resultados de las simulaciones muestran que la RNAP es útil para identificar un modelo para estimación y predicción del precio y, más aún, la tendencia. Sin embargo, se propone que su uso se restrinja a situaciones en las que se pueda corregir la predicción utilizando, para ello, valores reales de los periodos anteriores. Los resultados expuestos permiten afirmar que el modelo identificado con la RNAP puede ser útil para analistas financieros que trabajan con datos en tiempo real.

Como trabajo futuro se sugiere comparar las predicciones con estudios probabilísticos de intervalos de confianza y ajustar el modelo para predecir con mayor detalle el precio de cierre. Asimismo, sería conveniente comparar los resultados obtenidos con aquellos derivados de métodos del análisis téc-nico o fundamental, como promedios móviles o relaciones precio-utilidad para observar la eficiencia de los métodos.

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Indicadores socioeconómicos que intervienen en las barrancas.

El caso de la barranca del Tecolote

en Cuernavaca, Mor.Alicia Batllori Guerrero*y Ernesto Takayanagui**

Es un estudio que presenta indicadores socioeconómicos que inciden tanto en el medioambiente de una barranca al norte del área urbana de Cuernavaca, en el estado de Morelos, como en las condiciones de vida de las personas que habitan en la cercanía de los márgenes de la corriente pluvial. Además, comenta el deterioro de las condiciones

ambientales existentes provocado por el crecimiento de la población.

Se efectuó un seguimiento de las variables seleccionadas acerca de salud, educación, ocupación y vivienda, entre otras, en tres áreas geoestadísticas básicas (AGEB)1 que se localizan a lo largo del cauce de la barranca estudiada. La fuente de información fue el Sistema de Consulta de Información Censal 20002 del Instituto Nacional de Estadística y

Geografía (INEGI).

Palabras clave: barrancas, contaminación, datos demográficos y sociales.

* Doctora en Enseñanza Superior (CIDHEM). Investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM)-UNAM, Av. Universidad s/n, Circuito 2, Calle Chamilpa, Cuernavaca, Mor. Teléfono: (55) 5622 78 18; correo electrónico: [email protected]

** Licenciado en Economía (FE-UNAM). Técnico académico del CRIM-UNAM. Teléfono: (55) 5622 78 37; correo electrónico: [email protected]

1 Es la unidad mínima de análisis del Marco Geoestadístico Nacional que utiliza el INEGI en sus censos (tanto de Población y Vivienda como Económicos) y encuestas con el fin de conocer las características socioeconómicas de la población residente con base en variables seleccionadas en dichas áreas. Las AGEB son la suma de varias manzanas en área urbana o localidades rurales en zona rural dentro de una cartografía.

2 INEGI. Sistema de Consulta de Información Censal (SCINCE) 2000. Disco compacto. Aguascalientes, México, INEGI, 2002.

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Introducción

El presente estudio da a conocer indicadores socioeconómicos que son ca-racterísticos en el medioambiente de la barranca del Tecolote (BT). Es, pre-cisamente en esa zona, donde se realizaron actividades de investigación con el propósito de dar a conocer información que involucra las circunstancias de vida de las personas que viven junto a una barranca.

Las condiciones ambientales observadas en la BT reflejan lo que en mu-chos estudios sobre contaminación de las barrancas se ha revelado: el cauce de un afluente rodeado por la man-cha urbana en sus orillas, así como f lora y fauna en sus alrededores, igualmente afectadas por la cre-ciente urbanización.

El cauce del afluente de la BT se ve inmerso en medio de grandes asentamientos irregulares, vivien-das precarias elaboradas con di-versos materiales reusados, severos problema sociales y de degradación ambiental, agravada por la pobre-za del entorno, en el cual se obser-vó una constante: la contaminación por desechos sólidos e infinidad de tubos que descargan sus aguas negras a la barranca. Obviamente, como se observó, el deterioro de las condiciones ambientales existentes tiene que ver con la forma de vida que se da con la presencia humana en sus alrededores.

Barrancas de Morelos

Se originaron en el Pleistoceno, periodo que se caracterizó por una gran ac-tividad volcánica en el norte de la entidad. Hubo, en ese tiempo, un gran cataclismo que sacudió esta parte de nuestro país hace más de 40 mil años,

Barranca de Amanalco.

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

cuando se formó un macizo montañoso con más de 200 cráteres, integrado por las sierras del Ajusco (3 930 msnm), Chichinautzin (3 250 msnm) y de Zempoala (3 690 msnm), que son las de mayores altitudes, las cuales des-cienden abruptamente dando lugar a la formación de barrancas y lomeríos en el Valle de Cuernavaca, que se extiende a una altitud aproximada de 1 750 a 1 100 metros sobre el nivel del mar.

El gradiente topográfico más pronunciado se presenta entre el volcán de Tres Marías (3 310 msnm) y la localidad de Ocotepec (1 760 msnm), donde en 11 km se tiene un desnivel de 1 550 m, lo cual da lugar al escurrimiento de los cauces de agua y a un sinnúmero de barrancas profundas o superficia-les que dan un gran contraste a esta área.

Sobre esta estructura ambiental, el estado de Morelos ha experimentado, durante décadas, un proceso de crecimiento demográfico, económico y social con un control ambiental todavía no suficiente, a pesar de los esfuerzos realiza-dos por la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente (CEAMA) del Go-bierno de Morelos. Como ejemplo, están algunos municipios de la entidad que tienen asociados severos problemas ambientales debido a la dinámica industrial y de servicios y a un proceso irreversible de urbanización, cuya solución requeri-ría de un extraordinario trabajo colectivo. Por su parte, la población rural se en-cuentra en condiciones de subsistencia, con altos niveles de pobreza, dispersa en decenas de pequeños asentamientos de difícil integración socioeconómica y que, por razones de supervivencia, ejercen una acción depredadora sobre el entorno, principalmente cuando se desintegran sus factores culturales tradicionales.

Lo anterior nos plantea un desafío en el contexto de las relaciones socio-ambientales como resultado del inevitable crecimiento urbano, industrial y de servicios, así como en las economías de subsistencia rural, donde tiende a generarse la pobreza y la marginación. Todavía no se ha podido lograr una acción colectiva, probablemente porque existe falta de educación para sensi-bilizar, reconocer y respetar los límites en la utilización de los recursos y el aprovechamiento de las funciones ambientales.

Morelos ha heredado un capital natural (suelo, buena calidad del agua y aire, cuencas, ríos, bosques y selvas caducifolias, lagunas y barrancas) que da

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un clima muy especial a esta entidad. En la actualidad, es una demanda social el cuidado de los ecosistemas, entre ellos las barrancas, y la preservación de los equi-librios que hagan posible la evolución de las especies en el estado. El interés por la sustentabilidad se ha globalizado y se reconoce el extremo deterioro de la ca-lidad de vida. Quienes habitamos en la entidad percibimos los efectos de la con-taminación de las barrancas y el impacto de la sobreexplotación en los recursos naturales, así como el inadecuado manejo de los desechos sólidos municipales y de las cuencas hidrológicas, que reducen la base de las actividades económicas.

En la zona intermedia de Morelos es donde se localiza la mayor concen-tración de población de toda la entidad. En el corredor Cuernavaca-Cuautla se aglutinan cerca de 1 millón de habitantes, de un total estatal aproximado de 1 millón 600 mil.3 Allí se encuentran las dos áreas de conurbación más im-portantes: Cuernavaca, Temixco, Jiutepec, Zapata, Xochitepec, Tlalquitenan-go, Cuautla, Yecapixtla, Plan de Ayala, Atlatlahucan y Tepoztlán y el corredor Chichinautzin, Cocoyoc y Oaxtepec. Según Sierra, en el sur se ubican, aproxi-madamente, 20 mil habitantes que interactúan, de manera directa, con la selva baja caducifolia, y en la región de los bosques templados viven cerca de 50 mil personas que impactan cotidianamente estos ecosistemas.

El municipio de Cuer-navaca, donde se encuentra el mayor número de barran-cas, se ubica al norte del es-tado de Morelos y representa 3.65% de la superficie; las barrancas atraviesan, en al-gunas partes, el municipio a gran profundidad y se unen poco a poco hasta convertirse en el cauce del río Apatlaco, afluente del río Amacuzac, al sur del estado.

Barranca El Salto de San Antón.

3 Sierra, Ricardo. Problemas del estado de Morelos. Conferencia impartida en el curso Educación Ambiental, organizado por el Grupo de Educación para el Medio Ambiente (GEMA), 2000.

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De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua4, el agua del río Apa-tlaco se utiliza para riego de 2 985 hectáreas a través de las 10 tomas que se encuentran a lo largo de la corriente, con lo cual se beneficia a 2 148 usua-rios, de allí la importancia que el vital líquido llegue lo menos contaminada posible a esas áreas, donde los cultivos principales son rosales, arroz, maíz, caña, calabaza, tomate, jícama, pastos y otros de menor proporción.

Dentro de la zona urbana del municipio de Cuernavaca existen más de 60 barrancas con un promedio de 8 a 15 km de longitud y con alrededor de 20 a 25 barranquillas cada una. Esto se refiere sólo a la mancha urba-na, porque si hablamos de todo el municipio, puede calcularse un número aproximado de 70 a 80 barrancas que desembocan en el río Apatlaco.

Las barrancas son las que determinan la belleza del entorno de la zona y, sobre todo, el clima de la ciudad de Cuernavaca debido a la circulación de los vientos anabáticos (ascendentes) y catabáticos (descendentes) que circulan por ellas: de día los primeros y de noche los segundos. La contaminación en éstas, así como de los ríos y los canales de riego durante décadas se ha origi-nado debido al crecimiento urbano desordenado en sus laderas, lo cual mo-tiva, hasta la fecha, un manejo inadecuado de los desechos sólidos y líquidos que se vierten en los cauces. Todo lo anteriormente expresado implica que existe una intensa modificación del ambiente causada por el hombre.

Barranca del Tecolote

Se localiza en el noroeste del área urbana de Cuernavaca; es cauce del afluen-te del río Apatlaco, a partir del arroyo de Chalchihuapan en el norte, después de unirse al cauce de Zompantle, la barranquilla del hotel Aristos Mirador que se encuentra junto a la barranca del Tecolote uniéndose con otros afluen-tes para llegar a la barranca de San Antón en Chulavista, continúa por la Lagunilla, Club de Golf Cuernavaca, el Polvorín, cauce del Mango, Pilcaya

4 Comisión Nacional del Agua. Clasificación del río Apatlaco. Cuernavaca, México, CNA, 1996, documento de estudio para determinar capacidad y características de uso y calidad en las descargas de aguas residuales que se vierten a la corriente superficial con el fin de preservar este recurso hídrico.

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AGEB Calles

101-A

Avenida Chalma

Privada Aile

Buena Vista del Monte

Lomas Verdes0�9-2

11�-1

Transversal Norte

Transversal Sur

Tecolote (topa con Amador Salazar)

Andador Ampliación Jacarandas

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op.cit.

Barranca del Tecolote, 2000Cuadro 1

y otros más, para continuar por la barranca de Tetlama hasta llegar al cauce del río Apatlaco, afluente del Amacuzac.

La importancia de sanear la barranca del Tecolote se debe, entre otras cosas, a que el agua que corre en ella va a desembocar a 10 municipios que están ubicados en la cuenca del río Apatlaco: Huitzilac, Cuernavaca, Jiute-pec, Emiliano Zapata, Temixco, Xochitepec, Puente de Ixtla, Tlaltizapán, Zacatepec y Jojutla, los cuales se han comprometido, a partir de febrero del 2007, a realizar acciones de limpieza en su cauce debido a la grave contami-nación que se mantiene a lo largo de 63 kilómetros.

En febrero del 2008, la Comisión Nacional del Agua en Morelos de-cidió que debía evitarse la construcción de más viviendas dentro de la zona federal de las barrancas porque una mayor ocupación podría afectar y conta-minar directamente el agua. Por ello, son necesarias acciones concretas para no seguir invadiendo esas áreas. Legalmente, no se debe construir en una franja de 200 metros a partir de ambas riberas del cauce de agua. Se tiene que respetar ese espacio de cada lado de la barranca, que por ser zona federal nadie puede ocupar. Sin embargo, en el estado hay muchos asentamientos en esos terrenos, lo cual genera una importante afectación ambiental.

La CEAMA tiene la capacidad de multar a quienes se instalen en las áreas cercanas a los límites legalmente autorizados para edificar, así como

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a constructoras que no manifiesten el impacto ambiental de las obras que hagan. Además, determinó que cualquier ocupación en zona federal será objeto de denuncia penal.

Ubicación y delimitación geográfica de la barranca del Tecolote

La fuente de información para el presente estudio fue el SCINCE 2000, del cual se tomaron los datos de las tres AGEB seleccionadas.

Barranca del TecoloteMapa 1La barranca del Te-

colote se encuentra al no-roeste del área urbana de Cuernavaca y está ubicada en la AGEB 101-A, mis-ma que baja desde la zona de Buena Vista del Monte y continúa por las AGEB 049-2 y 115-1.

Las 101-A y la 049-2 están delimitadas por Avenida Chalma, Pri-vada Aile, Buena Vista del Monte y Lomas Ver-des, y la 115-1 por las ca-lles Transversal Norte, Transversal Sur y de Te-colote hasta la de Ama-dor Salazar y andador Ampliación Jacarandas. Esta última es la que pre-senta un mayor número de población (ver cuadro y mapa 1).

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Datos demográficos, sociales y económicos de la barranca del Tecolote

La población del área urbana de Cuernavaca es de 327 160 habitantes, observán-dose que quienes viven en la BT representan 1.5% del total. En esta zona encon-tramos un total de 5 511 personas. Aquí es importante señalar que no todas viven en los márgenes de la barranca sino cercanas a ella. La población se incrementa conforme se avanza de norte a sur, por ejemplo: la AGEB 115-1 tiene 54.5% de población; la 101-A, 23.3% y la 049-2, 22.1% (ver cuadros 2 y 3).

Sexo Cuernavaca Barranca del Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Hombres 155 030 2 548 598 557 1 393

Mujeres 172 130 2 963 688 663 1 612

Total 327 160 5 511 1 286 1 220 3 005

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población por sexo, 2000

Cuadro 2

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Sexo Cuernavaca Barranca del Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Hombres 47.4 46.2 46.5 45.7 46.4

Mujeres 52.6 53.8 53.5 54.3 53.6

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población por sexo, 2000

(porcentajes)

Cuadro �

Debido a que se efectuó un recorrido a nivel AGEB, se presentan cua-dros estadísticos de la zona urbana de Cuernavaca en las tres AGEB que comprenden la barranca del Tecolote. Más adelante se muestran los datos de la población que vive en ellas según sexo, servicios de salud, derechoha-biencia, educación, analfabetismo, inasistencia escolar, desempleo, población

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nacida en Morelos y la ocupada en labores secundarias (industrias) y/o terciarias (servicios), así como viviendas particulares con o sin servicios de agua y drenaje.

En cuanto a la presencia de mujeres y hombres, observamos que ellas tienen mayoría en la BT con 53.8%, mientras que en el área urbana de Cuer-navaca es de 52.6% (ver cuadro 3).

Servicios de salud

La derechohabiencia en los servicios de salud se entiende como la cantidad de personas con acceso a atención médica en instituciones de salud pública o privada. En el área urbana de Cuernavaca se puede ver que, en el 2000, 49.8% de las personas no tenían acceso a ningún tipo. Este porcentaje era su-perior para el caso de la BT, que se situó en 52.6%, con un comportamiento diferenciado en las tres AGEB de estudio (ver cuadro 4).

* No incluye no especificados.Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Derechohabiencia* Cuernavaca

Barranca del

Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Derechohabientes serv. salud 45.6 40.9 45.3 52.1 34.4

No derechohabientes serv. salud 49.8 52.6 46.5 40.4 60.1

Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Derechohabiencia a los servicios de salud, 2000

(porcentajes)

Cuadro �

Educación: analfabetismo e inasistencia a la escuela

El analfabetismo es la incapacidad de leer y escribir, que se debe, por lo ge-neral, a la falta de educación. En los países que tienen una escolarización obligatoria (como es el caso de México), el analfabetismo es minoritario. Sin

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embargo, nos encontramos todavía con personas iletradas, porque decodi-fican las letras pero no entienden los mensajes escritos. En la actualidad se presenta el analfabetismo digital, en particular en los adultos mayores, pro-ceso que se da en la nueva economía, que consiste en no tener los rudimentos necesarios para dominar las nuevas tecnologías, especialmente Internet, lo cual contribuye a que exista una brecha digital.

Consideramos dos indicadores básicos de la educación: a) tasa de analfabe-tismo (población de 15 años y más) y b) condición de asistencia escolar (población de 6 a 14 años). Los resultados muestran que el analfabetismo de la población en la BT es similar al porcentaje del área urbana de Cuernavaca. En este caso, ex-ceptuando la AGEB 115-1, el analfabetismo alcanza 6.5% de la población de 15 años y más, recordando que esta AGEB es la más urbanizada (ver cuadro 5).

Por su parte, encontramos que la tasa de inasistencia escolar de la BT de las personas de 6 a 14 años es superior a las del área urbana de Cuernavaca. Dicho comportamiento es para el caso del AGEB 049-2, similar al de la BT y superior en el 115-1. En cuanto a las mujeres, los porcentajes de inasistencia son superiores (ver cuadro 6).

Residencia y lugar de nacimiento

En el caso de las personas que han nacido en Cuernavaca, hasta el 2000 cerca de 38.9% vinieron de otras regiones. De la población que vive en las AGEB que componen la BT, se observa que el porcentaje de los nacidos fuera de Morelos es muy superior al promedio estatal. En la BT, 50% de los poblado-res proceden de otras regiones (ver cuadro 7).

Personas ocupadas

La población de la BT que labora en los subsectores de minería y extracción, industria manufacturera, construcción, así como electricidad, gas y agua po-table (que corresponden al sector secundario) tienen una proporción que ron-da en poco más de la quinta parte y con un comportamiento diferenciado en

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Sexo Cuernavaca Barranca del Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Total 4.6 4.6 1.1 3.3 6.5

Hombres 3.3 3.2 1.3 3.0 4.1

Mujeres 5.7 5.7 0.9 3.6 8.4

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población de 1� años y más según analfabetas y por sexo, 2000

(porcentajes)

Cuadro �

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Sexo Cuernavaca Barranca del Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Total 5.4 6.5 2.2 6.5 8.4

Hombres 5.6 5.4 2.8 3.0 7.5

Mujeres 5.3 7.5 1.7 9.5 9.4

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población de � a 1� años inasistencia escolar y por sexo , 2000

(porcentajes)

Cuadro �

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Lugar denacimiento Cuernavaca

Barranca del

Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Nacidos en Mor. 57.2 44.4 35.1 44.3 48.4

Nacidos fuera de Mor. 38.9 50.0 57.6 49.6 46.8

Población total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población nacida en Morelos, 2000

(porcentajes)

Cuadro �

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las AGEB, resaltando la 115-1, donde una de cada cuatro personas trabaja en actividades industriales. Cabe resaltar que no hay personas que se dedi-quen al ramo agrícola.

En la zona, la mayoría de las personas ocupadas se dedican a labores terciarias5, con mayor participación que en el área urbana de Cuernavaca. Así, en la BT, casi ocho de cada 10 trabajan en actividades de servicios: en restaurantes, hoteles, comercio, transportes, etcétera. Dicho comportamien-to es diferenciado para cada una de las AGEB, resaltando que en la 101-A, 86.6% de la población se dedica a estas actividades (ver cuadro 8).

Otra característica es la condición de ocupación; a este respecto, obser-vamos que la mayoría de las personas están ocupadas, principalmente, como empleados u obreros, jornaleros o peones, seguidos de los que se dedican a ser cuentapropistas, es decir, que tienen negocio propio en pequeña escala.

Así, tenemos que tres de cada cuatro personas ocupadas en la BT son empleados u obreros, porcentaje que es superior al del área urbana de Cuerna-vaca. Por su parte, quienes tienen un negocio por cuenta propia representan la segunda opción con 21% de los ocupados, porcentaje que es inferior al del área

5 El sector terciario lo componen los subsectores: comercio, restaurantes y hoteles; transporte, almacenamiento y comunicaciones; servicios financieros, seguros y bienes inmuebles; servicios comunales, sociales y personales.

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Sectores CuernavacaBarranca

del Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Secundario 23.9 21.3 13.4 18.4 25.3

Terciario 76.1 78.7 86.6 81.6 74.7

Población de 12 años y más 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población ocupada según sector, 2000

(porcentajes)

Cuadro �

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Viviendas particulares habitadas

De manera tradicional, en el mundo rural eran los propios usuarios los res-ponsables de construir su vivienda, adaptándolas a sus necesidades a partir de los modelos habituales de su entorno. Por el contrario, en las ciudades era más común que fueran edificadas por personas especializadas. La vivienda es una construcción cuya función principal es ofrecer refugio y habitación a las personas, protegiéndolas de las inclemencias climáticas. El clima condiciona, en gran medida, tanto la forma de la construcción como los materiales que se usan, además de las funciones que se desarrollan en su interior.

Por lo general, se puede admitir que cada vivienda es ocupada por una familia, pero esta suposición debe matizarse porque hay diferentes tipos de familia (extensa, nuclear, etc.) y existen viviendas que son ocupadas por va-rias familias. En el mundo desarrollado occidental se habla de vivienda co-lectiva, frente a la unifamiliar, para referirse a edificios que albergan varias viviendas, cada una habitada por una familia. Pero, debido a la situación económica actual, existen viviendas compartidas que son utilizadas de forma comunitaria por varias personas sin ninguna clase de relación familiar.

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Condición de ocupación Cuernavaca

Barranca del

Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1Empleados u obreros 73.7 76.1 79.0 77.5 74.4

Jornaleros o peones 2.7 2.9 0.0 1.5 4.6

Cuenta propia 23.6 21.0 21.0 21.0 21.0

Ocupados 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Población ocupada según condición de ocupación, 2000

(porcentajes)

Cuadro 9

urbana de Cuernavaca. Esta población se dedica a negocios calificados como informales, incluso actividades como el ambulantaje (ver cuadro 9).

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Disponibilidad de agua

El consumo anual en los diversos usos del agua en el estado es del orden de 988 millones de m3 por año, de los cuales 291 millones provienen del sub-suelo y 697 millones, de recursos superficiales; 82% corresponde al uso agrí-cola, apícola y pecuario; 15%, al uso urbano y de servicios y 3%, al industrial. Existen, además, otros usos que representan porcentajes poco significativos, pero de importancia económica, como la acuicultura y el turismo.6

La mayor demanda de agua se concentra en las zonas conurbadas de los municipios de Cuernavaca, Jiutepec, Temixco y Emiliano Zapata, así como de Cuautla, Jojutla y Zacatepec, que concentran casi 65% de la población del es-tado. Operan en la entidad más de 500 sistemas de abastecimiento, desde muy pequeños en las zonas rurales hasta muy complejos por su configuración, como el de Cuernavaca. El servicio medido —con excepción de Cuernavaca, Jojutla y Jiutepec— tiene una cobertura muy baja (del orden de 60%) y, en muchos casos,

6 Oswald, Úrsula. El recurso agua en el alto Balsas. México, CRIM-UNAM, Instituto de Geofísica, UNAM, 2003.

Tipo de disposición CuernavacaBarranca

del Tecolote

AGEB

101-A 0�9-2 11�-1

Agua entubada dentro de la vivienda 70.3 80.0 81.9 88.0 75.5

Agua entubada fuera de la vivienda, pero dentro del terreno 18.8 10.3 5.9 1.5 16.5

Agua entubada de la llave pública (o hidrante) 1.8 1.7 3.1 0.9 1.5

Agua entubada que acarrean de otra vivienda 1.5 0.5 0.3 0.3 0.7

Agua de pipa 2.3 0.2 0.0 0.9 0.0

Agua de un pozo, río, lago, arroyo u otra 0.6 1.2 2.5 2.1 0.3

Nc 4.6 6.0 6.3 6.5 5.6

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote. Viviendas particulares y servicios: agua entubada, 2000

(porcentajes)

Cuadro 10

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es nulo, por lo que el uso ineficiente en los diversos sectores es común, lo cual provoca excesos de consumo y desequilibrio hidráulico en el funcionamiento de los sistemas, además de la inconciencia del usuario en el ahorro ya que, inde-pendientemente del consumo, la tarifa a pagar es fija. La disponibilidad de agua puede ser de diferentes características según la forma de obtener el líquido: den-tro o fuera de la vivienda, al interior del predio o terreno, etcétera.

Las viviendas de la BT tienen una mejor disponibilidad de agua (80% dispone de agua dentro y 10%, al interior del predio o terreno) que el área urbana de Cuernavaca. Llama la atención que un promedio de 3.6% de vi-viendas debe acarrear el vital líquido desde otros sitios hacia su casa y que hay algunas que lo llevan de pozos, ríos o arroyos (ver cuadro 10).

Disponibilidad de drenaje� y fosas sépticas�

En las barrancas, las viviendas arrojan las aguas negras y jabonosas (de la-vaderos, regaderas, lavabos, etc.) de manera diferenciada por la falta del ser-vicio en amplias zonas, lo cual ocasiona que estos accidentes geográficos en la entidad sean una parte sustantiva del sistema primario de drenaje del área urbanizada del municipio de Cuernavaca.

En la BT encontramos que 39.8% de las viviendas disponen de un dre-naje conectado con la red pública y 43.8%, a una fosa séptica; además, des-taca que muy cerca de 10% de éstas y de las del área urbana de Cuernavaca descargan sus desechos a una barranca (ver cuadro 11).

La instalación de fosas sépticas en las casas construidas junto a una barranca se considera indispensable para evitar arrojar las aguas negras a este sistema pero, lamentablemente, contamina los mantos freáticos del subsuelo.

7 El drenaje, en Geología, es cualquier medio por el cual el agua contenida en una zona f luye a través de la superficie o se filtra en el terreno. En Ingeniería y Urbanismo es el sistema de tuberías, sumideros o tram-pas, con sus conexiones, que permite el desalojo de líquidos, generalmente de una población.

8 Es una unidad de tratamiento primario de las aguas negras domésticas donde se realiza la separación y trans-formación físico-química de la materia sólida contenida en éstas. Se trata de una forma sencilla y barata de manejar las aguas negras, pero no es tan completo como en una planta tratadora de aguas residuales. No obstante es lo adecuado, preferentemente se recomienda para zonas rurales o residencias aisladas.

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Las fosas sépticas, en la actualidad, se pueden encontrar prefabricadas y son accesibles en su costo e instalación, más aún cuando 2 ó 3 vecinos se unen para comprarlas: esto sería ideal en el caso de habitantes que viven en las laderas de una barranca.

Conclusiones

La información estadística y su análisis nos han mostrado características re-lacionadas con las barrancas de Cuernavaca, en particular con la dinámica socioeconómica de la barranca del Tecolote, que nos presenta la necesidad de que no se sigan invadiendo las áreas federales de estos sistemas.

En la barranca del Tecolote, en el caso de los servicios de salud, encontra-mos un porcentaje alto de población que no recibe atención médica suficiente. La tasa de analfabetismo ha disminuido y en el caso del área urbana es similar a la de la barranca, pero sí hay mayor inasistencia escolar en esta última.

La población económicamente activa es similar a la del área urbana. En el caso del desempleo, éste ocupa un lugar especial ya que es un problema econó-mico y social en la entidad. En la población económicamente inactiva, aunque

AGEB/¿Dispone de

drenaje?

A la red pública

A una fosa séptica

A una tubería que va a dar a una barranca,

río o grieta

No tiene drenaje Ns/Nc

101-A 13.8 76.5 1.8 1.5 6.5

049-2 40.0 45.3 6.9 2.2 5.6

115-1 52.0 27.6 13.8 1.7 4.9

BT 39.8 43.8 9.2 1.7 5.4

Área urbana de Cuernavaca 56.1 27.2 9.7 2.4 4.6

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI. SCINCE..., op. cit.

Área urbana de Cuernavaca y barranca del Tecolote.Viviendas particulares y servicios: disponibilidad de drenaje, 2000

(porcentajes)

Cuadro 11

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

su índice es menor, no deja de ser inquietante por afectar la economía de las familias y el país; afortunadamente, un alto porcentaje se dedica a actividades terciarias relacionadas con actividades de servicio, empleados u obreros.

La mayor demanda de agua potable se concentra en las zonas conurba-das del área de Cuernavaca. El servicio medido, con excepción de Cuernava-ca, tiene una cobertura muy baja y en muchos casos es nula. El uso ineficiente en los diversos sectores provoca, en algunas ocasiones, excesos de consumo de parte del usuario.

Por último, las fosas sépticas son una alternativa para los pobladores de barrancas porque evitan que las aguas negras sean arrojadas a los cauces de agua, reconociéndose que, por otra parte, contaminan los mantos freáticos del subsuelo.

Todo esto nos muestra la necesidad de ser más conscientes en el cuidado de una barranca, por tratarse de un ecosistema natural que proporciona be-neficios a la población vinculados con el clima y la salud de sus habitantes.

Otras fuentes

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

* Profesor investigador titular, Programa de Estudios del Desarrollo Rural, Campus Montecillo, Colegio de Postgraduados, km 36.5 de la carretera México-Texcoco, Montecillo, Texcoco, estado de México. Teléfono: (595) 952 02 00, ext. 1856; Correo electrónico: [email protected]

Situación socioeconómicade las familias rurales

en la regiónMixteca de Oaxaca

Aníbal Quispe Limaylla*

El propósito de este trabajo fue analizar la situación socioeconómica de las familias rurales de la Mixteca oaxaqueña que han participado en el programa Desarrollo Productivo para Mejorar la Calidad de Vida de las Familias más Pobres de la Región Mixteca que dirige el

Instituto para el Desarrollo de la Mixteca, AC (IDM). La investigación se realizó siguiendo el método descriptivo analítico en el que se combinaron procedimientos cuantitativos y

cualitativos. Para obtener y analizar los datos de campo se utilizó, básicamente, el método de la encuesta que se aplicó a una muestra de 1�2 jefes de familia de un universo de

2 ��2 familias. Los resultados del estudio incluyen aspectos demográficos, de ingresos, alimentación, salud, vivienda y migración que reflejan de forma clara que sus condiciones

socioeconómicas son aún preocupantes debido, en gran parte, a los limitados recursos naturales para la agricultura, a la falta de capacitación de los campesinos y a la inexistencia o

ineficacia de los apoyos gubernamentales y no gubernamentales.

Palabras clave: región Mixteca, Oaxaca, socioeconomía rural.

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1. Introducción

En los tiempos actuales, la información verídica y detallada sobre algún he-cho, realidad o fenómeno social, económico o ambiental es necesaria con el propósito de atender lo que la ciencia y el desarrollo de la sociedad deman-dan. Bajo este concepto, el trabajo presenta información y su respectivo aná-lisis de un estudio que se realizó sobre la situación socioeconómica de las familias rurales de la Mixteca oaxaqueña, que fue promovido por el IDM (fundado en 1998) para evaluar la fase intermedia de los proyectos que él mismo estaba ejecutando. Con el propósito de compartir los resultados con el público interesado, se muestra el contexto socioeconómico de las familias participantes en el programa.

La región Mixteca abarca cerca de 40 mil km² que incluye la parte po-niente de Oaxaca, una franja del lado este de Guerrero y una porción del sur de Puebla. Tiene restricciones muy severas en recursos para la agricultura por su relieve accidentado, suelos delgados y escasa humedad durante gran parte del año. Éstos son factores limitantes para que las familias puedan lo-grar mejores niveles de bienestar.

A pesar de ello, en la Mixteca habitan miles de familias con anteceden-tes tradicionales y culturales muy marcados. Los rasgos más destacados de la mayoría son altas tasas de desempleo, pobreza en general y, como conse-cuencia, altos niveles de migración hacia las ciudades del país o de los Esta-dos Unidos de América (EE.UU.).

Aun cuando en la región Mixteca, en años anteriores, se implementa-ron programas de apoyo gubernamental para superar la situación en la que se encontraban la mayoría de las familias, los resultados han sido poco satis-factorios.1 Frente a esta situación, y basado en las experiencias logradas en los años previos, el IDM emprendió, en los años recientes, un programa con el propósito de impulsar el desarrollo regional. Con su puesta en marcha se propuso generar empleo y mejorar los ingresos familiares para contribuir, así,

1 Niño Velásquez, Edilberto. Dependencia campesina, imposición gubernamental y conflicto en la Mixteca oaxa-queña. Tesis doctoral. Colegio de Postgraduados, Campus Puebla, 2001.

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a mejorar las condiciones de vida de las familias de la región. El programa pretendía involucrar a cerca de 800 familias de 40 localidades ubicadas en 23 municipios de Oaxaca y algunas localidades de Guerrero y Puebla.

De acuerdo con informaciones del IDM, esta organización ha promo-vido numerosas acciones para favorecer la calidad de vida de las familias más pobres de la región Mixteca. Según sus representantes, los programas actuales tienen sus antecedentes en los trabajos que el Instituto realizó en varias regio-nes de Oaxaca, especialmente en la Mixteca, desde hace más de 15 años.

En el periodo de esta investigación (otoño del 2004), el IDM desarro-llaba acciones en cinco programas:

• Desarrollo Productivo. Incluye acciones para mejorar el traspatio, producción de cabras y hortalizas orientadas a mejorar los niveles de alimentación, el ingreso y el empleo, entre otros.

• Desarrollo Social. Orientado, básicamente, a mejorar la vivienda, salud y educación de las familias.

• Fomento al Ahorro y Financiamiento Comunitario. Para apoyar las necesidades sociales y productivas.

• Fomento a la Organización Social. • Acciones para Recuperar el Agua y Suelo.

Para operar el programa Desarrollo Productivo para Mejorar la Cali-dad de Vida de las Familias más Pobres de la Región Mixteca, de acuerdo con documentos y declaraciones de sus representantes, los recursos han provenido de varias fuentes según los proyectos, como: la Fundación W. K. Kellogg, la Fundación Monsanto, la Fundación First Data Western Union, el Fondo Nacional de Apoyo a Empresas de Solidaridad (FONAES), pro-gramas de las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pes-ca y Alimentación (SAGARPA) y de Desarrollo Social (SEDESOL), entre otras.

Para llevar a cabo el estudio, previamente se realizó un plan, el cual tuvo como base la información proporcionada por el IDM y la visita de campo realizada al área de operación del programa. Después, con base en el plan, se

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realizó el estudio que tuvo a la encuesta como uno de los métodos principa-les. Gracias al apoyo logístico de los miembros del IDM e Ita-Yee, la encuesta resultó de acuerdo con lo planeado.

Contexto geográfico, social y económico donde operaba el programa

La Mixteca o Nación Ñuu Savi es un vasto territorio que, por su relieve ac-cidentado, suelos delgados y escasa humedad durante gran parte del año, no es apta para el cultivo. Esto ha sido un factor limitante para el logro del bienestar de la mayoría de la gente que vive en las áreas rurales. Aun cuando los gobiernos federal y estatales (Guerrero, Oaxaca y Puebla) han tratado de impulsar su desarrollo, las acciones y resultados han sido débiles.

La escasez de alimentos por la baja productividad de la agricultura, la poca oportunidad de empleo y los bajos ingresos familiares (traducidos en alta marginación), han obligado a mucha gente a salir de la región en busca de tra-bajo e ingresos. De acuerdo con Niño2, en los últimos 20 años, la mitad de su población ha migrado a las grandes ciudades del país y de EE.UU. Las activi-dades productivas han quedado bajo la responsabilidad de las mujeres, quienes tienen que administrar su tiempo para dedicarse también al cuidado de los ni-ños y ancianos. La mayoría de los que se han quedado padece de una serie de restricciones que repercuten en su bienestar, en especial los menores de edad.

En la región viven alrededor de 600 mil habitantes, de los cuales 20% ha-bita en las áreas urbanas. Su población está integrada, en su mayoría, por varias etnias, como: mixtecos, amusgos, chochopoloca, negra, triqui y nahuatlaca.

La Mixteca oaxaqueña es de tipo montañoso, con pequeños valles loca-lizados en los distritos de Juxtlahuaca, Coixtlahuaca, Huajuapan, Teposcolula y Nochixtlán, en los que la agricultura tiene menos restricciones. Su clima es variado, con temperaturas desde los 5° C hasta 37° C y de escasas lluvias.3

2 Niño. Op. cit.3 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Oaxaca hoy. México, INEGI y Go-

bierno del Estado de Oaxaca, 1997.

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Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

En la parte de Oaxaca están la Mixteca Alta y Baja (incluyen los dis-tritos de Silacayoapan, Huajuapan, Coixtlahuaca, Juxtlahuaca, Teposcolula, Nochistlán y Tlaxiaco), Mixteca de la Costa (toda la Costa Chica del estado hasta llegar a Huatulco) y numerosas poblaciones de los valles centrales, así como algunas otras en el Istmo, por ejemplo, la ciudad de Mixtequilla.4

La Mixteca guerrerense se localiza en la parte oriental del estado, co-nocida como la Montaña. Está conformada por 20 municipios: Acatepec, Alcozauca de Guerrero, Alpoyeca, Atlixtac, Copanatoyac, Cualac, Hua-muxtitlán, Iliatenco, Malinaltepec, Metlatonoc, Olinalá, San Luis Acatlán, Tlacoachistlahuaca, Tlacoapa, Tlalixtaquilla de Maldonado, Tlapa de Co-monfort, Xalpatlahuac, Xochihuehuetlán, Xochistlahuaca y Zapotitlán Ta-blas que albergan 775 localidades. La temperatura media anual está entre los 16 y 23 grados centígrados.5

De Puebla, comprende una amplia franja ubicada en las regiones eco-nómicas de Tehuacán e Izúcar de Matamoros.6

2. Objetivos

El propósito de la investigación fue, básicamente, determinar la situación socioeconómica de las familias participantes en el programa que dirige el Instituto para el Desarrollo de la Mixteca, AC.

�. Metodología

Se realizó siguiendo el método descriptivo analítico en el que se combinaron procedimientos cuantitativos y cualitativos. Para obtener y analizar los datos de campo se utilizó, básicamente, el método de la encuesta, aunque también se emplearon otras técnicas, como la observación, entrevistas y la revisión de documentos oficiales.

4 Ibíd.5 http://virtual.utm.mx/mixteca/nuevo/GEOGRAFIA/geografia.html6 Ibíd.

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En lo particular, la encuesta se utilizó para obtener datos de los jefes de familia y participantes en el programa; para ello, se estructuró un cues-tionario precodificado de más de 180 preguntas, dividido en 12 secciones, de tal modo que facilitara la captación de los datos y su posterior análisis e interpretación. Antes, se realizaron dos pruebas.

La encuesta se aplicó a una muestra de 146 jefes de familia y miembros participantes en el programa de un universo de 2 462 familias, que se ob-tuvo empleando el muestreo estratificado al azar. De los 146, cuatro fueron anulados por su inconsistencia en los datos. Cuatro profesionales con expe-riencia, estudiantes del postgrado en Economía de la Universidad Autónoma Chapingo, quienes previamente fueron capacitados, fueron los encargados de captar los datos, los cuales se analizaron posteriormente con el programa SPSS para Windows.

�. Resultados y discusión

Aspectos demográficos de las familias rurales

Tamaño de familia Para fines del presente estudio, se refiere al número de personas que viven en la misma vivienda, dependen económicamente de sus miembros y comparten los alimentos y servicios dentro del hogar. La familia, en este caso, está integrada por el padre, madre, hijas(os), nietas(os) y abuelas(os), pero que dependen económica-mente de estos miembros y comparten la alimentación de un solo presupuesto.

En la Mixteca, el tamaño de familia fue de cinco miembros, con un mí-nimo de uno y un máximo de nueve, similar al de otras áreas rurales del país, como Tlaxcala y Puebla7, pero mayor al reportado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI)8 de 4.2.9 Sin embargo, es-

7 Quispe Limaylla, Aníbal. Situación socioeconómica de las familias participantes en el proyecto: Transferencia y adopción de tres ecotecnologías para el aprovechamiento de los traspatios en dos comunidades de Tlaxcala. En prensa. Colegio de Postgraduados y Fondo Mixto CONACYT-Gobierno del Estado de Tlaxcala, 2005.

8 Hoy organismo autónomo por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 16 de abril de 2008, cambiando su denominación a Instituto Nacional de Estadística y Geografía, pero conservando las siglas.

9 INEGI. II Conteo de Población y Vivienda 2005. México, INEGI, 2005.

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tos datos comparados con los de hace 20 años, hacen ver que ha disminui-do, lo cual puede deberse a los altos índices de migración que se dan en la Mixteca y otras áreas rurales de México. Cuando estos datos son analizados por grupos o sustratos, el mayor porcentaje de las familias (61.97%) estaba formada por tres a seis miembros (ver cuadro 1).

Número de miembros por familia Frecuencia Porcentaje

1-2 19 13.38

3-4 45 31.69

5-6 43 30.28

7-8 30 21.13

9 o más 5 3.52

Total 142 100.00

Tamaño de las familias por gruposCuadro 1

Sexo y edad de los jefes de familia y de las(os) participantes en el programa

Para esta investigación, la unidad de estudio fue la familia de algún miembro que participaba en el programa, por lo cual no todos eran jefes de familia o sus cónyuges; sin embargo, la encuesta se aplicó a los jefes de familia siendo o no participantes y a los miembros de la familia que eran participantes.

Dentro de la composición de los miembros de las familias, el sexo y la edad son variables importantes. Según el estudio, 82.4% de los jefes de fa-milia era de sexo masculino y 17.6%, femenino. El hecho de que un 17.6% de los jefes de familia era femenino, indica una ausencia importante de los jefes de familia del sexo masculino que, sin duda, debe estar relacionada con la migración. En el caso de las(os) participantes, 85.2% era del sexo femenino y sólo 14.8%, masculino. Estos datos corroboran que en el programa parti-cipaban más mujeres que varones.

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En cuanto a la edad de los participantes, el promedio fue de 45.8 años y el de los jefes de familia, 50.15 años. Al analizar por grupos de edad, se observa que el mayor porcentaje, tanto de los jefes de familia (29.58%) como participantes (30.28%) tuvieron entre 41 y 50 años (ver cuadro 2). Los me-nores porcentajes fueron para aquellos entre 30 o menos años, con 6.34 y 12.68%, respectivamente.

Edad por rangos (años)

Jefes de familia Participantesa

Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje

30 o menos 9 6.34 18 12.68

31-40 28 19.72 34 23.94

41-50 42 29.58 43 30.28

51-60 32 22.53 28 19.72

61 o más 31 21.83 19 13.38

Total 1�2 100.00 1�2 100.00

Frecuencia y porcentaje de jefes de familia y participantes por rango de edad

Cuadro 2

De estos datos se desprende que la mayoría de las(os) participantes tenía una edad apta para el trabajo físico y un porcentaje casi similar de los jefes de familia ya no la tenía. Esto también refleja que existe un alto porcentaje de personas de más de 50 años en la población en las comunidades rurales de la región Mixteca.

Escolaridad de los jefes de familia y participantes en el programa

Otra de las variables no menos importante abordada en el estudio fue la esco-laridad (grado escolar cumplido) y el analfabetismo (sabe o no leer y escribir). El promedio de los jefes de familia fue de 4.9 años, con un máximo de 17 años y un mínimo de uno. El de las(os) participantes fue de 5.2 años, con los mis-mos extremos anteriores (ver cuadro 3). De aquí se entiende que en el caso de los jefes de familia, la mayoría habría estudiado hasta el quinto de primaria, sin terminarlo; mientras que las(os) participantes sí lo habrían concluido.

a El participante en el programa no necesariamente era el jefe de familia, podían ser las(os) hijas(os) o cónyuges.

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Niveles de escolaridad

Jefes de familia Participantes

Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje

Analfabetos 13 9.15 14 9.86

1-3 años 42 29.58 36 25.35

4-6 años 63 44.37 62 43.66

7-9 años 16 11.27 20 14.08

10-12 años 6 4.22 7 4.93

13 o más años 2 1.41 3 2.11

Total 1�2 100.00 1�2 100.00

Frecuencia y porcentaje de jefes de familia y participantes en el proyecto según escolaridad

Cuadro �

Sin embargo, en cada uno de los grupos también hubo analfabetos, en el caso de los jefes de familia, 9.15% y en las(os) participantes, 9.86% de ellos. Esto significa que en la Mixteca oaxaqueña los índices de analfabetismo todavía son significativos, comparados con el de otras regiones del país. En cuanto a los niveles de escolaridad, es también ligeramente menor que el de otras regiones rurales de México; como se observa, la gran mayoría de hom-bres y mujeres no terminaron la primaria.

Estado civil de los jefes de familia y participantes en el programa

Este tema puede sugerir alguna relación con la situación socioeconómica de las familias (ver cuadro 4).

En ambos casos, tanto de jefes de familia (81%) como participantes en el programa (76.1%), la mayoría eran casados(as), aunque no necesariamente uno de los miembros de la pareja se encontraba radicando con la familia. En el estudio también se encontró que algunos jefes de familia y participantes eran solteras(os), madres solteras o vivían en unión libre. De estos datos se despren-de que la mayoría de las familias tiene una base formal constituida, que puede ofrecer estabilidad, sin embargo, el estudio no evidenció si algún miembro de la pareja se encontraba presente conviviendo con la familia. Por la necesidad de lograr mejores ingresos, por lo general los esposos tienden a migrar (en forma temporal o permanente), generando inestabilidad emocional y socioeconómica en la familia.

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Ocupación de las personas en edad de trabajo

Del total de la población estudiada, 70.47% estaba en edad de trabajar; de ellos, además de sus actividades agropecuarias, en el periodo de enero a diciembre del 2004, 29.16% había trabajado en actividades de ocupación temporal, como: jornalero, obrero y servicio del hogar, entre otros, la mayoría dentro de su co-munidad; para 7.39% fue un trabajo permanente, como empleado u obrero; y 12.52% lo hizo en actividades propias no agropecuarias, como: comercio, artesanías y servicios, entre otros. Esto quiere decir que la mayor parte de las personas en edad de trabajar no realizó alguna actividad remunerada, lo cual se debe a que en las comunidades escasamente existen trabajos remunerativos, razón por la que tienen que viajar a las ciudades en su búsqueda.

Los datos también revelaron que del total de la población que resultó de la encuesta (jefes de familia, cónyuges, hijos, hijas, etc.), 45.01% era del género masculino y 54.99%, femenino, lo cual puede deberse a que la mayoría de los varones, desde el inicio de la edad productiva, sale de la comunidad en busca de trabajo remunerado.

Situación socioeconómica de las familias

Ingreso familiarSe refiere a lo que los miembros de una familia obtuvieron dinero o en es-pecie, durante un año, como resultado de la venta de mano de obra, activi-

Tipo de estado civil

Jefes de familia Participantes

Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje

Casada(o) 115 81.0 108 76.1

Soltera(o) 7 4.9 12 8.5

Madre soltera 8 5.6 9 6.3

Unión libre 8 5.6 9 6.3

Viuda(o) 4 2.8 4 2.8

Total 1�2 100.00 1�2 100.00

Frecuencia y porcentaje de jefes de familia y participantes en el programa de acuerdo con el estado civil que poseen

Cuadro �

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dades agropecuarias, dentro y fuera de sus parcelas, venta o renta de bienes y servicios, actividades comerciales y apoyos recibidos por familiares o pro-gramas gubernamentales. Para el caso del ingreso neto por las actividades agropecuarias, se calculó restando los costos incurridos para la producción, del valor bruto total por cada cultivo o actividad pecuaria.

Para un mejor entendimiento sobre los orígenes de los ingresos, se pre-sentan, en primer lugar, los ingresos por grandes apartados:

• Por actividades fuera de la finca.10 • Por las actividades agropecuarias dentro de sus parcelas. • Por actividades o fuentes diversas.

La obtención del ingreso neto se efectuó tomando en cuenta dos situaciones:

• Cuando los recursos propios familiares son considerados como cos-tos, bajo el supuesto de que la economía familiar funcionara como una empresa, en el que tanto la mano de obra como los insumos propios tienen un costo de oportunidad. De acuerdo con los datos obtenidos y los análisis realizados, el ingreso promedio neto anual familiar fue de 35 909.00 pesos.

• Cuando los recursos propios no son considerados como costos, tal como las economías familiares rurales funcionan en la realidad. El ingreso fue de 46 960.97 pesos.

Las cifras se obtuvieron a través de la encuesta, mismas que fueron so-licitadas de acuerdo con las actividades realizadas por las familias del 1 de enero al 31 de diciembre de 2004 (ver cuadro 5).

Al analizar estos datos, se percibe que los ingresos familiares son menores comparados con los de otras regiones, como es el caso de Tlaxcala, reciente-mente estudiado.11 Esta situación puede deberse a las escasas oportunidades

10 Se refiere al espacio físico que la familia posee para hacer agricultura.11 Quispe Limaylla. Op. cit.

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a Cuando se incluyó como costos todos los recursos propios familiares. b Cuando no se incluyeron como costos los valores de los recursos propios.

Actividad Monto en pesosa Porcentaje Monto en

pesosb Porcentaje

Agrícola - 2 967.97 - 8.26 - 644.88 - 1.37

Pecuaria 7 706.14 21.46 16 435.02 28.98

Fuera de la finca 24 306.30 67.69 24 306.30 51.76

Ingresos diversos 6 864.53 19.12 6 864.53 14.62

Total �� 909.00 100.00 �� 9�0.9� 100.00

Composición del ingreso neto familiar anual obtenido por los productos participantes

de la Mixteca en el programa

Cuadro �

de empleo, a la poca dotación de recursos para las actividades productivas y a la casi inexistencia de programas serios para promover el desarrollo de la Mixteca oaxaqueña.

De los ingresos totales, el mayor porcentaje provino de las actividades realizadas fuera de la finca e ingresos diversos y en menor cuantía, de las acti-vidades agropecuarias. En este caso, el ingreso neto por la actividad agrícola fue negativo, es decir, que el valor del trabajo realizado, costos de insumos y demás gastos de producción fue mayor que el de la cosecha obtenida. Las explicaciones de esta situación se realizan cuando se analiza el ingreso por cada apartado (ver cuadro 5).

Análisis del ingreso neto familiar por apartados

Ingresos por la actividad agrícola De acuerdo con el estudio, el ingreso neto familiar por la actividad agrícola fue negativo tanto por concepto de la producción en el traspatio como en las parcelas diferentes al traspatio. Los cultivos que predominaron en el tras-patio fueron, mayormente, hortalizas (jitomate, chile, tomate y cilantro, por ejemplo) y algunos frutales (naranjo, chirimoyo, mango y pitaya, entre otros). Los cultivos principales sembrados en las parcelas diferentes al traspatio fueron maíz y frijol y, en menor cantidad, calabaza, melón, sandía y algunas hortalizas. Los terrenos de cultivo son, por lo general, pequeñas superficies,

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en pendiente, con suelos delgados y escasa materia orgánica y a esto se agrega la poca humedad de los suelos, lo cual no favorece la agricultura; sin embargo, por la propia necesidad, los habitantes del lugar tratan de realizar esta activi-dad, pero con muy bajos rendimientos: en el caso del maíz, la cosecha no llega ni a los 500 kg/ha en condiciones de temporal; por ello, la cantidad que obtie-nen las familias alcanza tan sólo para tres o cuatro meses del año. A pesar de la pobreza de los suelos y las condiciones climáticas de la región, con tecnologías apropiadas (orientadas a conservar y mejorar el suelo, mantener la humedad y utilizar insumos orgánicos) se pueden lograr mejores rendimientos.

Ingresos por la actividad pecuaria Se calcularon por especies animales agrupadas en ganado menor (ovinos, ca-prinos, porcinos, aves y conejos) y mayor (vacunos y equinos). Para el cálculo del ingreso de ambos grupos se consideraron por venta, consumo, compra, muertes, nacimientos y el valor del inventario ganadero. Para determinar el ingreso pecuario también se incluyeron la venta y el consumo de los productos y subproductos (huevo, carne, leche, queso, estiércol y servicios). De acuerdo con los resultados, los mayores ingresos provinieron de ganado menor y por la venta o consumo de productos y subproductos. Esta diferencia se debe a la poca existencia de ganado mayor, por la escasez de recursos para los pastos y forrajes, sobre todo en época de estiaje.

En el caso de ganado menor, predominaron los caprinos, ya sea del crio-llo o mejorado (animales que el Programa Caprino introdujo, con habilidades productivas de leche y carne). Sobre estos últimos, aunque no se hicieron es-tudios en detalle, más bien de observación y algunas entrevistas, se señala que actualmente el ganado está atravesando por serias dificultades, sobre todo de alimentación, agua y sanidad, que, si no se atienden y corrigen de manera ade-cuada, las consecuencias pueden ser irreversibles.

Los ingresos por la actividad pecuaria podrían convertirse en una fuente importante, sobre todo con las cabras, sin embargo, aún está lejos de lograrse.

Ingreso por actividades fuera de la finca Se refiere a aquellos que las familias obtuvieron por la venta de su mano de obra como trabajo temporal (albañil, jornalero, trabajo del hogar, entre

�9

otros), permanente (empleado u obrero) o por actividades propias no agrope-cuarias (producción de artesanías, pequeño comercio, servicio de transporte, por mencionar algunos). De acuerdo con el estudio, el mayor porcentaje de los ingresos familiares provino de estas actividades, destacando la venta de la mano de obra en forma eventual (sobre todo fuera de la comunidad, en es-pecial en ciudades próximas, como: Huajuapan, Acatlán, Oaxaca, Tehuacán y Puebla) y actividades propias no agropecuarias.

Ingresos diversos Las familias rurales obtienen sus ingresos no sólo por las actividades men-cionadas, sino, también, de otras fuentes, como: venta o renta de algún bien, pago de pensiones, apoyos de programas sociales, regalos o envíos de dinero

Actividad Monto en pesosa Porcentaje Monto

en pesosb Porcentaje

Agrícola - 2 967.97 - 8.26 - 644.88 -1.37

• Traspatio - 256.66 - 0.71 -17.78 -0.04

• Otras parcelas - 2 711.31 - 7.55 -627.10 -1.33

Pecuaria 7 706.14 21.46 16 435.02 34.10

• Ganado menor 4 587.90 12.77 12 635.54 26.91

• Ganado mayor 290.42 0.81 971.66 2.07

• Subproductos 2 827.82 7.87 2 827.82 6.02

Fuera de la finca 24 306.30 67.69 24 306.30 51.76

• Trabajo eventual 12 889.50 35.89 12 889.50 27.45

• Trabajo permanente 6 297.51 17.54 6 297.51 13.41

• Actividad propia 5 119.29 14.26 5 119.29 10.90

Ingresos diversos 6 864.53 19.12 6 864.53 14.62

•Venta 1 669.01 4.65 1 669.01 3.55

• Renta 0.00 0.00 0.00 0.00

• Otros (remesas, apoyo social) 5 195.52 14.47 5 195.52 11.06

Total 35 909.00 100.00 46 960.97 100.00a Cuando se incluyó como costos todos los recursos propios familiares. b Cuando no se incluyeron como costos los valores de los recursos propios.

Composición del ingreso neto familiarpor apartados de los participantes en el programa

Cuadro �

90

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

de familiares, como las remesas, entre otros. Los ingresos por estas ac-tividades fueron importantes, después de las actividades fuera de la finca. Como ya se preveía por la alta migración de la población de esta región lo que sobresale son las remesas y los recursos recibidos de los programas so-ciales. Sin embargo, estos ingresos han servido sólo para paliar la pobreza en la mayoría de los casos, aunque con ligeras excepciones cuando han servido para mejorar la vivienda o construir nuevas.

En resumen, los ingresos han sido limitados entre las familias parti-cipantes en el programa, comparado con el de otras regiones del país. De acuerdo con los cálculos, una familia percibe un ingreso diario de 128.7 pe-sos, con lo cual se alimenta, viste, educa y hace otras actividades vitales.

Condición de alimentación de las familias

La alimentación es un elemento básico del bienestar, su inclusión en los ob-jetivos de los proyectos o programas de desarrollo rural es fundamental, más si los supuestos beneficiarios son de escasos recursos económicos.

En el estudio se determinaron los siguientes aspectos: gasto en la ali-mentación de la familia, frecuencia de consumo de alimentos por tipos, pro-cedencia de éstos y opinión sobre la calidad de alimentación de la familia.

Gastos en la compra de alimentos Se determinó cuánto gastaba la familia en la compra de alimentos y qué porcentaje representaba dicho gasto del ingreso familiar mensual: una fami-lia, en promedio, usaba 1 484.29 pesos cada mes (equivalente a 37.93% del ingreso neto mensual real de la familia y 72.15% en opinión de las propias encuestadas). De estos datos se desprende que tal cantidad es realmente poca para comprar alimentos para cinco miembros de una familia en el periodo mencionado. Si bien, por ser familias rurales se puede pensar que ellos pro-ducirían la mayor parte de los alimentos que necesitan, en la región de la Mixteca (como ya se vio por las condiciones ambientales, socioeconómicas y geográficas) esto no es posible. Aun siendo poca esta suma destinada para la compra de alimentos, en opinión de las propias encuestadas equivale a más de 50% de los ingresos que perciben.

91

Frecuencia de consumo por tipo de alimentos Este punto puede sugerirnos el nivel alimenticio para una familia. En el es-tudio se determinó la frecuencia agrupando a los alimentos más comunes de acuerdo con su aporte nutricional: proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas. No se incluyeron la tortilla ni el chile porque son alimentos de consumo diario.

Según los datos obtenidos (ver cuadro 7), se observa un cierto balan-ce en el consumo de los alimentos de acuerdo con el tipo de nutrientes que aportan. Los alimentos con aportación proteínica que más frecuentemente se consumieron fueron frijol, pollo (aves de corral), leche y huevo; los me-nos consumidos, el pescado, carne de cerdo y caprino. Esto se encuentra en relación con la disponibilidad y la capacidad económica para producirlos o adquirirlos. De ello se deduce que parece existir un balance en el consumo de este tipo de alimentos.

Respecto a la frecuencia de consumo de los alimentos de fuente energé-tica (pan, arroz y maíz), los resultados indican que, aunque no se determinó la cantidad, este tipo de alimentos se consume con bastante regularidad, lo cual estaría aportando la energía requerida. Con el consumo de las verduras y frutas tampoco parece haber deficiencia de vitaminas y minerales. Sin em-bargo, es probable que el tipo de alimentación de las familias varíe de acuerdo con las estaciones del año; por ejemplo, en la época de cosecha (entre sep-tiembre y noviembre), no hay duda de que las parcelas y, en general, el campo aportan diferentes tipos de alimentos, entre granos, hortalizas y frutas. Por último, como se observa en otras áreas rurales de México, por la facilidad de las carreteras, ahora pueden llegar a los pueblos más recónditos productos industrializados, alimentos benéficos y también aquellos que no contribuyen a la alimentación, como: los refrescos y las frituras. Con los datos obtenidos, en los pueblos de la región Mixteca se percibe un creciente consumo de este tipo de alimentos (ver cuadro 7).

Origen de los alimentos que consumen las familias De acuerdo con la encuesta, casi todos los alimentos principales consumidos por las familias eran producidos en la finca, con excepción del arroz y pesca-do. Sin embargo, no todas las familias estaban en posibilidades de producir la

92

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

totalidad de los alimentos consumidos. Según el estudio, los alimentos con-sumidos por las familias que son producidos en su mayoría en la finca son el pollo o gallina, huevos, frijol, frutas, verduras, las hierbas y, obviamente, el maíz. La carne tiene que ser comprada (ver cuadro 8).

En las áreas rurales, en los meses de julio a septiembre, en los que la llu-via es abundante, gran parte de la alimentación está basada en frutos, f lores y hojas de diferentes plantas (ver cuadro 7) y la caza de animales silvestres. Éstos son los que complementan la dieta alimenticia, cuya contribución ayu-da a balancear la dieta de las familias, sobre todo de aquellas de muy escasos recursos económicos.

Calidad de la alimentación de las familias en opinión de los entrevistadosDe acuerdo con la encuesta realizada, 85% señaló que las condiciones de ali-mentación de su familia eran regulares; 7.7%, mala y 7%, buena (ver gráfica

Frecuencia de consumo de alimentos por las familias (%)

Alimentos Diario2 a �

veces/semana

Una vez/

semana

2 a � veces/

mes

Una vez/ mes

Raras veces Nunca

Carne de res 0.0 �.� ��.2 �.0 1�.� 2�.2 �.0

Carne de cerdo 0.0 2.� 1�.2 9.9 1�.2 �1.� 1�.�

Carne de caprino 0.� 1.� �.� �.� 10.� �0.0 2�.2

Pollo �.9 ��.� 2�.� �.� �.2 �.� 0.�

Pescado 0.0 2.1 2.1 2.� 10.� ��.� ��.�

Leche 1�.9 2�.1 �.9 �.0 9.2 2�.1 9.9

Queso �.� 2�.� 1�.� �.� 12.0 2�.9 �.�

Huevo 22.� ��.� �.� 1.� 0.� �.9 0.0

Frijol �1.� �2.� 2.� 0.0 0.0 �.� 0.0

Arroz 21.� ��.� 11.� 2.� 1.� �.� 0.0

Pan 12.0 ��.� 21.1 �.0 9.2 1�.� 2.1

Frutasa 1�.9 �2.� 19.� �.0 12.� 10.� 0.�

Verduras 1�.9 ��.� 1�.� 11.� �.� 1�.1 0.0

Hierbasb 1�.� �1.� 1�.1 2.� 2.� 29.� 0.�

Refrescos 1�.2 1�.� 12.0 �.0 �.� ��.0 2.�

Frituras bolsas 2.� �.9 �.� �.� 11.� ��.2 1�.�

Proporción de familias según la frecuencia del consumode los principales alimentos en la región Mixteca, Oaxaca

Cuadro �

a Pitaya y nanche, entre otras.b Quelites, quintoniles u otras hierbas que crecen como malezas en las milpas.

9�

1). Este resultado es, en gran parte, congruente con los datos de otros indi-cadores ya analizados, sobre todo con los gastos destinados para la compra de alimentos y la frecuencia de consumo por cada tipo de alimentos. Los propios participantes en el programa reconocieron que la calidad de alimentación de su familia era regular.

Situación de salud de las familias participantes en el programa

Ésta es otra variable importante para conocer la situación de bienestar de las familias; para determinarla se utilizaron cuatro indicadores: frecuencia de enfermedad de sus integrantes, enfermedades más comunes, lugar de aten-ción en caso de enfermedad, salud aparente y opinión de los propios entre-vistados sobre la situación de salud de su familia.

Frecuencia de enfermedades que padecen los miembros de la familiaSegún la encuesta, en términos generales, los miembros de las familias no se enfermaban con frecuencia, a quienes sí les pasaba en ocasiones eran los

Alimentos Producido en sus fincas Comprado0% 2�% �0% ��% 100% 0% 2�% �0% ��% 100%

Carne de res 99.3 0.0 0.0 0.0 0.7 7.7 0.0 0.0 0.0 92.3

Carne de cerdo 97.2 1.4 1.4 0.0 0.0 10.6 0.0 1.4 1.4 86.6

Carne de caprino 97.2 0.7 0.0 0.7 1.4 23.9 0.7 0.0 0.7 74.6

Pollo 82.4 3.5 9.1 3.5 1.4 1.4 3.5 9.1 3.5 82.4

Pescado 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0

Leche 95.8 1.4 0.0 0.0 2.8 9.9 0.0 0.0 1.4 88.7

Queso 96.5 0.0 0.0 0.7 2.8 11.3 0.7 0.0 0.0 88.0

Huevo 83.1 4.9 6.3 4.9 0.7 0.7 4.9 6.3 4.5 83.1

Frijol 71.8 2.1 14.1 2.1 9.9 9.9 2.1 14.1 2.1 71.8

Arroz 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0

Pan 96.5 0.0 2.1 0.7 0.7 0.7 0.7 2.1 0.0 96.5

Frutas 83.8 4.9 6.7 0.7 2.8 3.5 0.7 6.7 4.9 83.1

Verduras 70.4 5.6 10.5 1.4 12.0 11.3 1.4 10.5 5.6 70.4

Hierbas 34.5 2.8 4.9 4.9 52.8 53.5 4.9 4.9 2.8 33.8

Porcentaje de familias de acuerdo con el origen de los alimentos que consumen

(producidos en sus fincas o comprados)

Cuadro �

9�

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

padres de familia, las(os) hijas(os) menores de 5 años y las(os) ancianas(os). Los menos susceptibles a las enfermedades fueron las(os) hijas(os) mayores de 5 años (ver cuadro 9).

Sobre los tipos de enfermedades más comunes que padecen los miem-bros de las familias se detectó que, en el caso de los niños menores de 5 años,

Porcentaje de entrevistados de acuerdo con su opiniónrespecto a las condiciones de alimentación de su familia

Gráfica 1

Tipo de miembros de la familia

Frecuencia de enfermedad (%)Raras veces Frecuente Muy frecuente No aplica

Frec. % Frec. % Frec. % Frec. %Esposo 79 55.6 23 16.2 19 13.4 21 14.8

Esposa 84 59.2 31 21.8 17 12.0 10 7.0

Hijo menor de 5 años

40 28.2 10 7.0 2 1.4 90 63.4

Hijo mayor de 5 años

80 56.3 15 10.6 4 2.8 43 30.3

Otros 13 9.15 2 1.4 5 3.5 122 85.9

Porcentaje de familias según la frecuencia con que los miembros de una familia se enferman entre los participantes del programa

Cuadro 9

Muy mal Mal Regular Bien Muy bien

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

85.2

7.7 0

7 0

9�

los más comunes fueron las de tipo respiratorio (tos, gripe, etc.) y las gastro-intestinales. Aunque no se hicieron estudios para determinar la desnutrición en los niños, por observación se notó cierto grado de desnutrición en algu-nos; de acuerdo con esto, en 14.8% de las familias encuestadas se notaron algunos casos de mala salud de los menores de 5 años. Esto puede deberse a la insuficiencia nutricional de los alimentos que consumen y al parasitismo intestinal, que es común por la falta de campañas de salud.

Acceso a los servicios de saludEl(los) lugar(es) a donde acuden las familias para la atención médica y las razones de tal preferencia pueden dar indicios sobre las condiciones de salud. Según el estudio, cuando algún miembro de la familia se enferma, 80.3% va a una clínica u hospital; 16.2%, a un médico particular; 8.5%, a un curande-ro; 1.4%, a otro lugar de atención médico no precisado y 2.8% no asiste por desconfianza o escasez de recursos (ver cuadro 10).

Porcentaje de familias de acuerdo con las razones de asistencia a los lugares de atención a la salud entre los participantes

del programa

Cuadro 10

Razones deasistencia

Lugares de asistencia para la atención de la saludHospital o

clínicaMédico

particular Curandero Otro

Frec. % Frec. % Frec. % Frec. %Economía 98 69.0 1 0.7 2 1.4 2 1.4

Cercanía 19 13.4 0 0.0 0 0.0 2 1.4

Confianza 6 4.2 16 11.3 0 0.0 1 0.7

Otros 4 2.8 3 2.1 0 0.0 1 0.7

La mayor preferencia de asistencia para la atención de la salud fue el hospital o clínica, seguido por el médico particular. Según las entrevistas, en efecto, en casos de enfermedad de algún miembro de la familia, ellas asis-ten a las clínicas de primer nivel por lo económico y la cercanía, mas no así por la seguridad o confianza. En ciertas situaciones, las familias prefieren ir a un médico particular por la confianza y seguridad de encontrar atención aceptable o resultados favorables para sus enfermos. Sin embargo, los médi-

9�

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

cos particulares no siempre son accesibles; por lo general, los consultorios se encuentran en las cabeceras municipales o ciudades. Otro lugar de asistencia para el tratamiento de alguna enfermedad ha sido la casa de los curanderos, aunque la preferencia es cada vez menor. El acudir a cada uno de estos cen-tros de atención para la salud varía de acuerdo con la gravedad de la enferme-dad: si no son tan graves, van a la clínica local o a los curanderos; en cambio, si es más seria, las familias prefieren un médico particular o un hospital.

Conocimiento de la madre u otros miembros de la familia sobre aspectos básicos de atención a la saludLa situación de salud de los miembros de una familia también puede de-pender del nivel de conocimientos empíricos de atención médica de algún miembro de la familia (en especial de los padres), como: primeros auxilios y prevención de enfermedades, entre otros.

Según el estudio, pocas personas conocían o practicaban medidas de atención a la salud (ver cuadro 11). De acuerdo con los datos obtenidos, los conocimientos o prácticas más comunes fueron de prevención de enfermeda-des y medicina herbolaria. Pocas fueron las personas que conocían o sabían sobre cómo aplicar inyecciones y primeros auxilios. Se supuso que una pro-porción importante de personas conocería o practicaría medicina tradicional, sin embargo, los resultados señalan que no es así.

Frecuencia y porcentaje de entrevistados de acuerdo con el nivel de conocimientos sobre algunas medidas de atención a la salud

Cuadro 11

Tipo de conocimientos

Nivel de conocimientoBastante Regular Poco Nada

Frec. % Frec. % Frec. % Frec. %Primeros auxilios 4 2.8 6 4.2 25 17.6 107 75.4

Aplicar inyección 5 3.5 8 5.6 15 10.6 114 80.3

Prevenir enfermedades 5 3.5 18 12.7 28 19.7 91 64.1

Medicina herbolaria 7 4.9 17 12.0 29 20.4 89 62.7

Medicina tradicional 5 3.5 11 7.7 15 10.6 111 78.2

9�

De esto se desprende que, al haber pocas personas en las familias rurales que sepan o conozcan sobre aspectos básicos de atención a la salud humana, puede ser un aspecto que no favorezca una situación aceptable de salud en las familias.

Condiciones de vivienda y servicios en el hogar

Para el estudio se consideraron cinco indicadores: tenencia de la vivienda, número de cuartos, tipo de materiales con que está construida, servicios bá-sicos y aparatos domésticos en ella.

Tenencia y número de cuartos en la viviendaNo todos los participantes eran propietarios de las viviendas donde habita-ban: 80.3% vivía en una casa de su propiedad; nadie rentaba (es decir, ningu-no pagaba por vivir ahí); 17.6% habitaba una vivienda prestada y 2.1% indicó que vivía en calidad de cuidador (ver gráfica 2).

Porcentaje de participantes de acuerdo con la tenenciade la vivienda donde habitaba

Gráfica 2

Propia Rentada Prestada Otra

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0 0

80.3

17.6

2.1

9�

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

Estos datos indican que no todos los participantes en el programa vivían en una casa de su propiedad; aquellos que no tienen vivienda propia tampoco pagan por el uso, ya que si no es prestada, su uso es permitido como cuida-dor. Esto es común en aquellas comunidades con altos índice de migración, en la que el migrante usa la vivienda sólo cuando está de visita, en épocas de fiesta u otros compromisos. En varios casos, los migrantes envían dinero para construir una casa o mejorarla. Por ello, es común observar casas nuevas o arregladas pero inhabitadas la mayor parte del año.

Número de cuartos de la viviendaEl promedio fue de tres, sin incluir la cocina, es decir, con una sala y dos dormitorios o un espacio utilizado como sala y dos como dormitorio y, al mismo tiempo, como almacén. Sin embargo, al analizar los datos en detalle, se ve que 52.2% de los encuestados indicó que su vivienda contaba sólo con uno o dos cuartos; 37.3%, con tres o cuatro y 10.6%, con cinco o más (ver gráfica 3).

Porcentaje de encuestados según el número de habitaciones por vivienda

Gráfica �

De 1 a 2 De 3 a 4 De 5 o más

Número de habitaciones por vivienda

60

50

40

30

20

10

0

52.2

37.3

10.5

99

De estos datos se desprende que, aunque no se determinó la superficie de las viviendas, en términos generales parece no existir problemas de haci-namiento porque, en promedio, el número de miembros por familia es de cinco. Sin embargo, en aquellos de uno o dos cuartos, parece presentarse este problema, que constituye poco más de la mitad de las familias.

Tipo de materiales utilizados en la construcción de la casaOtro indicador de las condiciones de vivienda usado fue referente a los ma-teriales de construcción utilizados (techo, paredes y piso). Según los datos, la mayoría de las viviendas están construidas a base de cemento; sin em-bargo, todavía hay viviendas edificadas con materiales tradicionales y de la región, como: el techo de palma o paja y paredes y piso de tierra compacta-da (ver cuadro 12). En este aspecto de la vivienda, se percibe que hubo un avance importante (el cual se debe a que los que se van a trabajar a las ciu-dades o a EE.UU. invierten en la mejora o construcción de la casa); ahora, la mayoría de las familias se sienten protegidas de los cambios bruscos de temperatura y el ataque de animales ponzoñosos (como los alacranes, muy frecuentes en esta región).

Servicios básicos en la viviendaTambién se incluyó como indicador de la vivienda los servicios básicos (elec-tricidad, baño o letrina y agua entubada o potable). De acuerdo con la en-cuesta, 98% tenía electricidad; 95%, agua entubada o potable y 96.5%, baño o letrina. Sobre este último, en la mayoría de las viviendas prevalecía la

Partes de la vivienda

Tipo de materiales de construcción

Cemento o ladrillo

Lámina o teja

Tierra compactada

Madera o varas

Otro

Frec. % Frec. % Frec. % Frec. % Frec. %Techo 79 55.6 64 45.1 n.a. n.a. n.a. n.a. 1 0.7

Paredes 88 62.0 4 2.8 40 28.2 6 4.2 4 2.8

Piso 122 85.9 n.a. n.a. 3 2.1 0 0.0 16 11.27

Frecuencia y porcentaje de participantes según el tipo de materiales usados en la construcción de sus viviendas

Cuadro 12

n.a. = no aplica.

100

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

letrina, porque casi todos los poblados no cuentan con alcantarillado. De estos datos se observa que la gran mayoría posee estos servicios, lo cual, sin duda, beneficia a las familias, en especial en su salud. Sin embargo, aún existen familias que carecen, en particular, de agua; de ellas, 1.4% la obtiene de pozo o noria; 1.4%, de río y 1.4%, de otro medio no precisado. Ninguno acude a la captación de agua de lluvia en volúmenes mayores.

Tenencia de aparatos domésticos y muebles en la viviendaSi bien la tenencia de aparatos domésticos o muebles no es un indicador de las condiciones de la vivienda, los datos sobre este aspecto sí sugieren algo sobre las condiciones socioeconómicas de las familias; los aparatos domés-ticos o muebles más comunes en la casa fueron el televisor, la estufa de gas, el refrigerador y el teléfono; los menos frecuentes, comedor, estéreo, sala y computadora.

De estos datos se desprende que algunos de estos aparatos domésticos (como el televisor, la estufa de gas y el refrigerador) se van convirtiendo en indispensables. Los otros (computadora, sala y comedor) están lejos del al-cance de las familias.

Porcentaje de participantes según la tenencia de aparatos domésticos y muebles

Gráfica �

Teléfono

Computadora

Sala

Estéreo

Refrigerador

Comedor

Estufa de gas

31

0 20 40 60 80 100

Televisor

2.1

9.2

19

47.9

12

64.8

84.5

101

Situación de la migración de los miembros de la familia

Los resultados de la encuesta señalan que en 31% de las familias que parti-cipan en el programa, al menos un miembro había migrado en busca de tra-bajo. También se determinó cuáles miembros de la familia habían salido y a qué lugares. Los datos indican que los que migran eran, en su mayoría, los hijos varones, seguidos por los jefes de familia y, en menor proporción, las hijas. En cuanto a los lugares de mayor migración, EE.UU. y la ciudad de México eran los sitios de mayor preferencia. La ciudad de Oaxaca, siendo la capital del estado, no es un lugar preferido de migración para el trabajo por los habitantes de la Mixteca (ver cuadro 13).

Tipo de miembro de la familia

Lugar de migraciónCiudad de

OaxacaCiudad de

México EE.UU. Otro lugar

Frec. % Frec. % Frec. % Frec. %Jefe de familia 0 0.0 � 2.� � �.2 2 1.�

Hijo(s) 0 0.0 � 2.� 19 1�.� � 2.�

Hija(s) 2 1.� 1 0.� 2 1.� � 2.�

Otro(a) 0 0.0 2 1.� 0 0.0 1 0.�

Frecuencia y porcentaje de familias según el lugar a donde migró algún miembro de la familia

en busca de trabajo

Cuadro 1�

Asimismo, se determinó el tiempo de migración por cada uno de los miembros que salieron. Del total, el mayor porcentaje lo hizo por más de dos años, tanto por parte de los jefes de familia como por los hijos varones. Esto sugiere que, cuando salen de sus comunidades en busca de trabajo, lo hacen por varios años e incluso en forma definitiva, en especial los jóvenes varones (ver cuadro 14).

Finalmente, se determinó si los miembros que migran contribuyen o no a la economía familiar y la frecuencia con que lo hacen. En el caso de los jefes de familia, referido en particular al padre de familia, la mayoría de ellos con-

102

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

tribuyeron a la economía familiar aunque, en algunos casos, su contribución fue periódica. En cambio, las(os) hijas(os) fueron las(os) que con menor fre-cuencia lo hicieron (ver cuadro 15). Finalmente, el monto que los emigrantes enviaban a sus familiares era mayor que el ingreso neto que las familias ob-tenían de la producción agropecuaria. Estos datos corroboran los resultados encontrados por otros estudios, como el de Velasco, Chávez y Cruz.12

Tipo de miembro de la familia

Periodo de permanencia durante la migraciónMenos de

1 añoDe

1 a 2 años Más de 2 años

Frec. % Frec. % Frec. %Jefe de familia 4 2.8 3 2.1 5 3.5

Hijo(s) 2 1.4 6 4.2 19 13.4

Hija(s) 3 2.1 2 1.4 4 2.8

Otro(a) 1 0.7 0 0.0 2 1.4

Frecuencia y porcentaje de familias de acuerdo con el tiempo de permanencia como migrante de

algún miembro de la familia

Cuadro 1�

Tipo de miembro de la familia

Frecuencia de contribución a la economía familiarSiempre A veces Nunca

Frec. % Frec. % Frec. %Jefe de familia 9 �.� � 2.1 0 0.0

Hijo(s) � �.� 19 1�.� � 2.1

Hija(s) 2 1.� � �.2 1 0.�

Otro(a) 0 0.0 � 2.1 0 0.0

Frecuencia y porcentaje de participantes en el programade acuerdo con que los miembros de la familia que migraron

contribuían o no a la economía familiar

Cuadro 1�

12 Velasco-Rodríguez, G., et al. La migración de mixtecos oaxaqueños como estrategia de desarrollo familiar. CII-DIR_IPN Unidad Oaxaca, 2007, en: hhtp://www.sicbasa.com/tuto/AMECIDER2007/Parte%207%CGrisselle%20J.%20Velasco%20Rodr%C3%ADguez%20et%20al.pdf

10�

�. Conclusiones

El estudio demostró que las condiciones socioeconómicas de las familias que participan en el programa son preocupantes. Esto es debido, en gran parte, a los limitados recursos naturales para la agricultura y a la falta o deficiente apoyo gubernamental y no gubernamental. Las(os) que parti-cipan en el programa eran, en su mayoría, del género femenino, con una edad promedio de 46 años, en su mayoría casadas(os), aunque también habían solteras, viudas(os) y bajo unión libre. En cuanto a escolaridad, el promedio fue de cinco años de estudio (lo que equivaldría a quinto año de primaria) y la mayoría dedicada(o) a las tareas del hogar, sin empleo ni remuneración segura.

El ingreso familiar promedio por año fue de 46 960.97 pesos; de este total, 51.76% correspondió a ingresos por actividades fuera de la finca; 28.98%, a la actividad pecuaria (en especial de los animales de traspatio); 14.62%, a ingresos diversos (destacan las remesas) y, finalmente, -1.37%, a la actividad agrícola. Estos datos indican claramente que el ingreso por la actividad agropecuaria, especialmente de la agrícola, es casi inexistente siendo, incluso, negativo.

Las condiciones de alimentación de las familias, en lo referente a la frecuencia de consumo de los alimentos por tipos, la procedencia de los mismos, el gasto mensual en la compra de alimentos y la propia opinión sobre la calidad de alimentación no son muy malas, pero tampoco lo de-seable. Algo similar se ve en las condiciones de salud, ya que no son lo deseable en los indicadores usados, en especial en los niños menores de 5 años, lo cual puede deberse a las propias limitaciones de recursos y la po-breza generalizada en la región. Las condiciones de vivienda, usando los indicadores de tenencia, espacio y número de compartimientos, materiales usados en su construcción y servicios básicos en ella no son malas, pero no llegan a ser lo óptimo.

Ligado a los bajos ingresos familiares y a la falta de empleo está la migración. Si bien ya es conocido que la región Mixteca es expulsora de mano de obra, en el estudio se constató tal información. Una de cada tres

10�

Vol. 2, núm. 1Boletín del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica

familias indicó que, al menos, un miembro de su familia había migrado en los últimos años en busca de trabajo. Los que más migran son los hijos varones entre 20 y 35 años. Sin embargo, no todos los que se van envían dinero a sus familias, excepto los padres de familia.

Por último, para emprender programas serios en apoyo a la mejora de las condiciones de vida de las familias rurales, es necesario partir de un diagnóstico detallado que en realidad ref leje la situación real de las familias (problemas y necesidades), pero también los recursos existentes y sus potencialidades.

Otras fuentes

Carrasco Pérez, Rosario. Asociación campesina y fracaso económico en la Mixteca oaxaqueña.

Tesis de maestría. Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo, 1998.

IDM. Fundación Ayú. Programa Caprino, región Mixteca. Fotocopiado. Huajuapan de

León, Oaxaca, 2002.

--- Programa de Capacitación para la Implementación y Desarrollo de Programas Regiona-

les y la Diversificación de Actividades Productivas. Fotocopiado. Huajuapan de León,

Oaxaca, 2002.

--- Proyecto de Producción y Comercialización de Jitomate Bajo Invernadero. Fotocopiado.

Coixtlahuaca, Oaxaca, Sociedad Cooperativa Concepción Buenavista de RL de CV,

2003.