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p¿nquc IllIeda parl't:trIo, Ile. último amigo r médico prnonalr.tl no fue una figur;I aishda de Peral. José F.chegaray (amigo Y·enEsp'.ubanienlapropi:1 defensordePeral.),TorresQu~e.
Annada. Toda Ultl gener.lclón de do, González de llnares YWl.1OSesp:a1oles imeJllÓ que el relraSO otros. En laAnn:ldadest2c:lo figu-español se paliara gr.¡cbs:l. sus ras como b de Bustun2nte (pri-
esfuerlOS, aún sabiendo que !as mo de Torres Quen~1o y amigo rcircunsl2llc.ias resulub2n adver- defensor de Ptr.il) im-entor de lasas. que su trabajo seria siempre primera mina subowina en Espa-aisbdo,desarroIbdompeoos:as ii2ydeooosapantoselearofne..roodiciones r c:&Si siempl't ir;oo- clnicos, así como inlroductof' derxIo.Son bien Conocidos1<bCl- b.luzeléctric:a~'delaldefoníam
sos de S3ntiago R2m6n YCajal,Jai. nuestrop2Í5,o\~úIaamil,creador
me Ferrán. los &mqllCf o Froe. del. primer destructor, ambos porrico Rubio y GaIi, por ciw :aIgu. <ierto, muenos Wl heroica oomonos entre lo:. mEdicos. sieDdo el. iDútilmeflle en 1898·
en el Colegio Naval, pese a laoposición paterna -que no podía costear las carreras de sustres hijos varones- y consiguiendo el grado de guardiamarina en 1866.
En los años siguientes participó en la primera Guerra deCuba y en la última Carlista.destacando en ambas por sudecisión y valor. Después ingresó en la Academia de Am·pliación de Estudios de la Ar·mada, en San Fernando, reservada para los más brillan·tes oficiales. pues Peral yahabía destacado por su trata·do Hipótesis sobre la teorfade fos Huracanes, que le valióuna condecoración.
Tras los estudIos, volvió aprestar serviCIO, esta vez enlas Filipinas, de donde fue re-
Arriba. 1s-c PenJ.~. Vts12.
interior de la maqueta delmJ>marino de Peral (Madrid.MUM'ON:wal).
patriado enfermo en 1882. Asu regreso, y en reconOCImiento a su gran preparacióny dedicación, fue nombradocatedrático de Física, Química e idioma alemán. Su actividad científica fue extraordinaria en esos años y, entre susfrutos, están tres libros: Afge-
bra Y Elementos de Geome·tria, declarados oficialmentede texto para el ingreso en laEscuela Naval, y una obra sobre la luna, sus condicionesgeográficas y meteorología,que queda inédita.
Fruto del ambiente en quese desenvuelve su actividad,en estrecho contacto conotros técnicos de la Armada,introductores por entonces enEspai'la de adelantos como laelectricidad y la telefonfa,surge por primera vez en1884 su idea de proyectar unsubmarino. Realiza estudiosprevios, que divulga el añosiguiente, 1885, ante el estallido la grave crisis entre España y el Imperio Alemán porla posesión de las Carolinas.
Aunque Alemania estaba
leJOS de ser por entonces ungran poder naval, España sehallaba en situación de graninferioridad, pues la escuadraconstruída en tiempos de Isabel 11, no sólo estaba obsoleta técnicamente y muy desgastada, sino que apenas había recibido refuerzos de entidad en los primeros diez añosde la Restauración.
Por ello, y como los puertos y costas españolas estaban expuestos a un ataque dela escuadra enemiga. Peralpresentó oficialmente el 9 deseptiembre de 1885 su proyecto de torpedero sumergible, para defender de la forma más eficaz y menos costosa estas amenazadas costas.
Como es sabido, la crisiscon Alemania se solucionó de
Características del submarino PeralDimensiones: F.s/or.t (largo): 2l metros; Manga (ancho): 2'87; dcsp1al,amiet110 en superfidc: 77 tolleladas,
Cll inmcrsión:8iPropulsión: Dos motores de 30 CV cada uno, uno au.'dliar de 6 CV p'.tr.l bombeo de.llastre,
dos de 4 CV pan. bélkes \'ertiClles, Olro de 0'6 pan ventilación. 613 arumuJadol't'S.Dotación: Doce hombres.
Armamento: L"n tubo lamalorpedos y tres IOrpcOOs.Prestaciones: \d0cid2d má.Wl2: lO'] nudos; vcIocid2d de crucero: 4', nudos, con los que b lUlODOOlÍ:l
~ a bs zs.¡ millas; autonomía mmma a 3 nudos; 396 milbs.
forma negociada, pero el proyecto ya estaba en marcha.Sin embargo, el problema interior (muerte de Alfonso XII yPacto de El Pardo) y las necesarias pruebas previas, informes y consultas, retrasaron laaprobación del proyecto hastael 27 de abril de 1887, por elministro de Marina, almiranteRodríguez Arias, en un gabinete de Sagasta,
La ilusión de unanueva escuadra
En enero de aquel año, elministro Rodriguez Arias habíaconseguido ver aprobado suplan de reconstrucción de escuadra, que habfa sido objetode la más viva atención nacional porque en él, aparte deconstruir una nueva escuadra,se afirmaba que dicha construcción debfa contribuir decisivamente al desarrollo industrial y técnico de un país quese reconocía ya muy atrasadorespecto a los principales de
Europa. El submarino proyectado por Peral fue el primerbuque aprobado JXIf ese programa.
Pero la buena voluntad nobastaba: muchos de los materiales necesarios no se construfan en España, por lo quePeral tuvo que adquirirlos enel eKtranJero, especialmenteen Gran Bretaña (motoreseléctricos, hélices y otros aparatos), Francia (óptica), Bélgica (las baterías de acumuladores, luego mejoradas por elpropio Perall y Alemania (el
armamento de torpedos, entonces los reglamentarios enla Armada).
La construcción del subma·rino dió comienzo en La Carra·ca, Cádiz, el 7 de octubre de1887, debiendo Peral conti·nuar con sus clases en la Aca·demia, lo que le sometió al es·fuerzo diario de trasladarse encoche de caballos desde SanFernando y trabajar hasta altashofas de la noche. El reto técnico que suponía el submarinoera muy grande y casi insuperable para un pais que había
PrinK:ns pruebas del$ubmarioo c:o d arsenal de La
CarTlllCll, Cádiz, en 1Ilaf""¿n de
llj89.
botado su primer buque decasco de hierro sólo dos añosantes: el pequeño crucero Infanta Isabel, en la misma Carraca.
Tras vencer no pocas dificultades, y "retocando" y am~
plialldo considerablemente suproyecto original, Peral pudobotar su submarino el B deseptiembre de 1888 -on re-
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Botadura del Peml, rodeada deenorme ~pectadón, pese a la
reserva recomendada (Madrid,Museo Naval).
cord espectacular para la atrasada industria naval españolay ver aprobado su proyecto depruebas el 19 de diciembre deaquel año, comenzando éstasel 6 de marzo de 1889.
Un proyecto innovadorEl casco de acero, de sec
ción circular, estaba idónea·mente proyectado para alcanzar la mayor velocidad posiblebajo el mar. Dos motores eléctricos impulsaban sendas hélices a más de 10 nudos, algoque no consiguieron los primeros submarinos de serie británicos y estadounidenses tipoHolland a comienzos del XX.
El buque disponía de uneficaz sistema de regeneración del aire interior, de unaespecie de periscopio que proyectaba la imagen exterior sobre una mesa con papel milimetrado, y con un tubo lanzatorpedos y tres artefactos. Contodo ello, no sólo era el primersubmarino con una propulsióneléctrica potente y fiable, sinoel primero que contó con periscopio y tubos lanzatorpedosinternos, pues aunque algunosprototipos anteriores habíantenido alguna de estas características, el de Peral fue el
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primero que las reunió todas.Pero era en los movimien
tos verticales en los que la originalidad del proyecto más resaltaba. Con los tanques delastre de agua llenos, el submarino no se sumergía totalmente, sino que dejaba fuerasu pequeña torreta, con unafuerza ascensional de sólo 50kgs. Esa pequeña flotabilidad
La última pruelr.i, que no llegóa real:izar el submarino, consislÍaen e1crncedel f.slreclto
en inmersión, desde Algecinls aceuta, dejando claro que se haría "ala ~ista del peñón de Gibraltar". Frobastó para encender un clamor popular que anunciaba que la nuewarma secreta seria dcdsf\;¡ para larecuperación dcI fAlllOSO Peñón.
Aquello no 10 podía pa'W por altopor1alnglaterravictoriana,quehabía: dado buena muestra de lo queITJca¡yJlerJ enerotleaque1misrno1890, año de la~ pruebas finale> delsubmarino, al humillar 11 su trat1.itionalynadapeligrosoaliado,Porruga!, amenazándole con la guerrasipersistia en unir sus oo1onias deAngola y Mozambique en el territorioqueluegoscríaRodhesia.
1,1 crisis portuguesa hilO temblarel trono deJos Braganzaa:me laal11Cl1azarcpubUcana.FJlEspafiahiw estallar Wl movimiento de solida-
era vencida por la acción dedos hélices verticales, impulsadas por máquinas auxiliares,que llevaban al submarino alas profundidades. Para emerger, bastaba que cesase la acción de las hélices, con lo queel buque volvra a la superficiepor sí mismo o vaciando lostanques si se deseaba mayorrapidez.
La pérfida Albiónrillad, de claros matices republicanos e iberistas, parecicnc10 por unmomento posible Iacreación deuna:república ibérica que pudicrarcfrenar las imposiciones del triunfantemundo anglosajón e incluso recuperar la potencia maritima y coJonjal de ambas naciones. Ypor CJI
tonces, el t()(Ú\oÍa niño A!fonso XIlIhabía t'SIado a la~ puertas de lamuerte por una grJ~-e enfennedad.
No es necesario resaltareJ dedsivopape1quesereserv.iliaalsubrrul.l1noenaqueUosd.lculosyenlas masivas manifeStaciones deapoyo a Peral, en las que los \ivasal im'entor, a su submarino, alaMarina ya F.spaña, se entremezclalrJIl con los \'Ílores a la República.y aliado de Peral solía estar eltambién teniente de navío Capriles,cl recjcnteMroe popular de las Carolinas, cuando la resolución española pareció imponerse al ImperioAlemán
Las hélices también servíanen inmersión para corregir lasinclinaciones del buque, que,de no ser controladas, hubieran podido acabar en un desastre, como en otros prototipos anteriores. Todo el sistemapara alcanzar la profundidaddeseada y de nivelar luego lanavegación era controlado automáticamente por un aparatode profundidades, invento delpropio Peral y del que estabaespecialmente orgulloso; no setrataba de una adaptación delsencillo mecanismo de regulación de los torpedos, como dijeron sus detractores, sino uncomplejo aparato electromecánico de resistencias múltiples. Lamentablemente, trasla suspensión del proyecto, elaparato fue destruido y sólo seconserva una sumaria descripción.
El submarino de Peral había sido proyectado para la defensa del litoral. debiendooperar en múltiples escuadrillas repartidas por todas lascostas peninsulares; su auto-nomfa se limitaba a unas 300millas, debiendo luego retor-
Para Cánovas no sólo erasuid·dacnfreotarse con la entonces he·gemónica Gran Bretaña, sino que,además,e1 asunto de1 submarino~'
susdcrivacioncs parecían desesta·bilizar su obra, la Restauración, ytodo por algo que creía una quimera.. La ele«i6n no pudo ser otra yelpropio~astl.,cuandoregresó
al poder, no pudo sino arrepentirsede olm de sus peligrosas atvmturas volvidarlo lodo.
Fuem, la decisión se valoró inmediatamente, TIJe Times se permitiaseña1ar:"lasaltascualidadesque distinguen al minislro de Marina de España e.. y) la confiam.1queleinspira(albritinico)lageslión delacrual Gobicrnoyc:specialmeme la del \iccalmiranle Bcl",llloguer» (IQ..XI-90). No se declarabala rnz6n ¡wa tan desusadoclogio,pero tampoco hacía falta para quetodos entl'lldientn al órganooficíosodd Gobiernobritinko.
nar a tierra para recargar susbaterías. Postem)rmente, lossubmarinos convencionalesevitaron tal limitación llevando, además de los eléctricos,motores de explosión, aptospara navegaciones en superficie y para recargar las baterfas. Claro que era mucho pedir que dicho motor, desarrollado en aquellas mismas fe~
chas por Daimler y Benz, hubiera podido estar disponiblepara el prototipo de Peral.
Las pruebas y el éxitoLo adecuado de este pnmer
prototipo quedó demostrado
en una de las mas largas series de pruebas que debió superar buque alguno de la época. y tanto en el interior de labahía de Cádiz como en marabierto -algo a lo que pocosinventores se hablan atrevidonavegó más de 230 millasnáuticas, disparó torpedos yrealizó varias inmersiones deuna hora o más tiempo.
Pero el Gobierno dudaba ydecidió verificar los prometedores resultados, para lo queordenó una segunda serie depruebas que debían ser controladas por una Junta Técnica. Muchos de sus miembroseran decididos partidarios dePeral, pero algunos se opusieron frontalmente al proyecto.
Aparte de enVidias y rivalidades personales, la oposiciónvino en buena medida de lafalta de elementos de juicioante algo tan revolucionario,pues se argumentaba que elsubmariflO era más lento quelos buques de superficie de sumIsmo tamaño (algo normalhasta en los de propulsión atómica), que era "inútil, pues nopodía ver a través de lasaguas" y otros inconvenientesque hubieran hecho reir a carcajadas a los submarinistas
Izquierda. uno de los rincone!l
de la cxposk'l>n itlneranle
orpniuda b cumpl1rsoe elcen~nariode b bocadun. del
submarino. Abajo, ;:«jukrc:b..
vk:c:.iliniranteJosé M"
Beranguer, minislro de Marina,ern:argado de: ~rm¡nar con el
proyecto. Ab,¡jo. dcn:du.. metopa
IOOn kJosúnk:(KrntOll'originaJcll
que, aparte del casco. lICIOOn!lCl"Vao del submarino de
Peral.
que lucharon en dos guerrasmundiales.
Pese a todo, las pruebasvolvieron a constituir un éxito,especialmente la del 13 de junio de 1890, en la que el submarino navegó durante unahora a diez metros de profundidad, emergiendo exactamente en el punto y con elrumbo previstos.
Las pruebas de combate simulado fueron más polémicas, debiendo en ambas (diurna y nocturnal, acercarse hasta distancia eficaz de tiro detorpedo al crucero CristóbalColón, donde iría la Junta. Lashechas con luz del día no lasatisficieron totalmente, puesse argumentó que el periscopio del submariflO había sidodivisado a 900 metros, (lostorpedos de entonces tenianun alcance algo inferior a esadistancia) en un día claro, conmar llana y toda la dotación vigilando el mar, condicionesque serían difícilmente repetibles en caso de operacionesreales. Además, careciéndosede armamento antisubmarino,lo único que podía hacer elcrucero para defenderse eradisparar sus cañones contra elperiscopio y huir a toda velocidad. AsI, mantener que el submarino fracasó en la pruebaes, como mlnimo, una posturaobcecada.
Pero en la nocturna no hubo lugar a dudas, pues el submarmo, con la torreta en superficie (una táctica luego imitada por los U-boote alemanes), se acercó y "disparó" varias veces contra el crucero amenos de 200 metros sin serdivisado en absoluto.
Para cualquier mente razonable, aquello era el éxito definItivo y la seguridad de queel submarino como arma estaba conseguido. a falta sólo dealgunas mejoras. Peral, en suMemoria de las pruebas, proyectaba hacer un submarinomucho mayor, con dos tubos,formas de barco a popa y proapara navegar mejor en superficie, varios periSCOpiOS y hastacañones para tiro en SUperficie, por no hablar de la propulsión mixta que también llegó a prever. Incluso la recelosa Junta estuvo por mayoría deacuerdo en que las pruebashablan sido un éxito y que había que comenzar el segundo ydefinitivo buque.
Aquel glorioso cuartode hora
Una oleada de entusiasmorecorrió España. El presidentedel Gobierno, Sagasta, pidiópara Peral la Laureada y laconcesión de un título de nobleza con grandeza de España. La Regente, que habia enviado a su ayudante personal apresenciar las pruebas, regalóal inventor un sable que hablapertenecido a Alfonso XII y lemalllfestó su agrado, mientrasen el Parlamento se pedían lasmás altas recompensas para elgenial inventor.
El publico, gracias a unaprensa que revolucionaba porentonces su formato 'J susmensajes, vibró de emociónante la figura de un Joven oficial de la Armada, de familia
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Cánovas, contra el submarino
Del~.oser'J.conodda.l'hostilid:ul de Cáno\l"~ hacia Per:tl y Sil slIbmanno,
supuestas o reales, el público ad·judicó asu genio humorístico lassigulemesfrnses"
"EseCllcharronáutkono podciservirnos por ahora. ParamásadelaIlle ~",1 se habrá ruelto cuerdo elinvenlor"
"iV~"J! ¡ln QuijOIC que ha pcr-
humilde y de valor probado,que había inventado algo conel aura que tenía el submarino en el siglo XIX. No sóloEspaña iba a recuperar surango entre las mayores potencias gracias al nuevo arma, sino que su desarrollo lellevaría a salvar su atraso ydependencia industrial y tecnológica. Se comparaba aPeral con Colón, pues si unohabía descubierto un nuevocontinente, el otro hacía accesible por fin uno muchomayor y más rico, el sumergido. Peral y su submarino fueron reproducidos de mil maneras y su efigie sirvió de reclamo publicitario para muchos productos.
Es más, conociendo loavanzado de las ideas poi iticas
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didu el seso leyendo la nfficla deJulioVerne!".
P:1rece que, en contestación auna duquesa que defffldía a Peral,C:llO\'.1SleCOmellló:
·· ...LástimagrandequeEspañano nffesite para nada cl barco dePeral, pon¡ue por servir su deseo,anúgaduquesa, hubiera sido capazdedcja.nnccontagiarcollustcddecsaJocura"
y sociales de Peral, le llegaronfelicitaciones no ya sólo depersonalidades, sino de humildes trabajadores y hasta de lospenados de El Dueso.
El puntillero BeranguerPero los días del submarino
y de Peral mismo estaban contados. El 4 de julio de 1890cayó el Gobierno Sagasta, volviendo al poder el conservadorCánovas que no había dejadode mostrar no ya sus recelossino su franca oposición alproyecto. Fiel instrumento deesa política fue el almiranteBeranguer un conocido tránsfuga -había conseguido serministro de Marina nada menos que con Amadeo 1, la I República y con el propio Sagas~
ta- recién llegado a las hues-
tes conservadoras y de~
seoso de hacer méritos.
Beranguer empezó aretorcer todos los informes de la Junta, interpretándolos en el sentido menos favorable alproyecto, criticandoabiertamente al ¡nventory haciendo una proposición inaceptable:construir un segundosubmarino más pequeño, utilizando los mismos materiales del primero, debiendo ser fiscalizada su construcción y pruebas por unanueva Junta. Con ellose tranquilizaba a laopinión publica, laconstrucción del nuevosubmarino se dilataría duranteaños, provocando el cansancioy los recelos generales, y al serconstruido con retales del primero y de menor tamaño, resultaría con seguridad un buque defectuoso, con lo que sepondría fin al asunto.
Intuyendo todo ésto, Peralse negó en redondo y Beranguer, viendo el cielo abierto,exigió que devolviera todoslos planos y estudios, paraproseguir el proyecto con untécnico más tratable: purafarsa, pues ya en octubre del90 el submarino empezó aser desmantelado y sus aparatos, repartidos entre distintos organismos, sin que nadie pensara en volver a laconstrucción de nuevos prototipos. La opinión públicaprotestó enérgicamente enmultitudinarias manifestaciones, proponiendo suscripciones nacionales para sufragar la construcción de otros
Arriha. buslo de L<;aac Peral.
bquicrda. Joan Juncada polúa
fin a la polémica sobre la
primacía d~ los Sllhmarinos de
MonUiriol y Peral oto~al1doa
ambos la palma del martirio;cuando se encuentr..n en el
cielo, dicen: ~No nOS enfademos
por preferencial" póstuma..~.En
vida nos trataron a todosexactamente igual, ¡a patadas!-,
submarinos, pero aquel cla·mor pronto quedó en nada.
Las presiones contra Peraldentro de la Armada llegarona tal punto que pidió su bajael 22 de noviembre de 1890,aduciendo motivos de saludbien ciertos, pues ya estabaenfermo de un cáncer que lellevaría a la tumba el 25 dejunio de1895.
Así, a los cinco meses dela explosión de júbilo nacional, de las felicitaciones de laRegente, del Gobierno y delParlamento, el inventor delsubmarino fue desautorizadoy su proyecto, abandonado.Pocas veces en la Historia seha dado en tan poco tiempoun giro tan espectacular.
Los últimos años de la vida de Peral registran sus reiterados y fracasados intentosde lograr un escaño en elCongreso, desde el que denunciar las maniobras quehabian puesto fin a su empeño, sus proyectos empresariales de instalaciones eléctricas por toda España y poralgun invento más que no llegó a ser realidad. Muriócuando sólo faltaban tresaños para que se consumarael Desastre del 98 que el ilusionado marino había querido evitar con su revolucionana arma.
Agustín R. Rodríguez