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UNIVERSIDAD DE GRANADA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA TESIS DOCTORAL Michel Foucault: una Historia de la sexualidad crítica del psicoanálisis. Presentada para la obtención del grado de Doctor bajo la dirección del Doctor Jesús Nebreda Requejo por Guillermo Mendoza Gutiérrez. Noviembre de 2007

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  • UNIVERSIDAD DE GRANADA

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    TESIS DOCTORAL

    Michel Foucault: una Historia de la sexualidad crtica del psicoanlisis.

    Presentada para la obtencin del grado de Doctor

    bajo la direccin del Doctor Jess Nebreda Requejo

    por Guillermo Mendoza Gutirrez.

    Noviembre de 2007

  • Editor: Editorial de la Universidad de GranadaAutor: Guilllermo Carlos Mendoza GutirrezD.L.: Gr. 3024 - 2007ISBN: 978-84-338-4722-5

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    La historia del dispositivo de sexualidad,tal y como se ha desarrollado desde la edad clsica,puede valer como arqueologa del psicoanlisis.1

    Michel Foucault (1976)

    El psicoanlisis est en el centro mismo del proyecto que parece haber ocupado a Foucault en sus ltimos aos,

    el proyecto de una historia de la sexualidad.2Jacques- Alain Miller (1989)

    1 FOUCAULT, Michel, La Volont de Savoir. Histoire de la sexualit, t.1., Pars, Gallimard, 1976, pg. 172.2 MILLER, Jacques-Alain, Michel Foucault et la psychanalyse, en AAVV, Michel Foucault philosophe, Pars,Seuil, 1989, trad. A. Bixio, Michel Foucault, filsofo, Barcelona, Gedisa, 1990, pg. 67. El subrayado es nuestro.

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    NDICE

    . ABREVIATURAS 9

    . INTRODUCCIN 11

    . PARTE UNO.EL DESPERTAR DE UN SUEO.EMERGENCIA HISTRICA DE LA CRTICA. 21

    I. Recepciones francesas del psicoanlisis. 231. Rechazo y reinterpretacin de Freud. 242. Marx con(tra) Freud. 1926-1945. 283. La Edad de Oro. 1945-1965. 31

    II. El Anti-Edipo (1972). Gilles Deleuze y Flix Guattari. 41

    III. Le psychanalysme (1973). Robert Castel. 551. El inconsciente socio-poltico de la prctica clnica psicoanaltica. 602. El psicoanlisis y las instituciones de control social. 68

    IV. Emergencia de la crtica genealgica. 771. Genealoga, anti-psiquiatra, anti-psicoanlisis y crtica social. 782. Foucault, lector del Anti-Edipo. 1973-1974. 843. Foucault, lector de Castel. 1973-1974. 894. Conclusiones. 95

    . PARTE DOS:SOAR QUE UN DA. LA VUELTA A FREUD. 101

    I. Hacia una genealoga de la sexualidad. 1051. El laboratorio de los textos: pensar problemticamente. 1052. La mquina genealgica. 1123. La mquina genealgica frente a la teora jurdica de la soberana. 1204. Sociedad disciplinaria y ciencias del hombre. 126

    a. Primera escena: el reino de los suplicios. 129b. Segunda escena: la repblica soada de los castigos. 132c. Tercera escena: la ciudad carcelaria. 137

    5. Poder sobre la vida: Disciplina y Bio-poltica. 1466. El por-venir de una Historia de la sexualidad. 155

    II. Principio e hiptesis de una genealoga del dispositivo de sexualidad. 1611. Crtica del concepto represin y de la hiptesis represiva: pensar elsexo sin la ley. 1612. Contra-hiptesis genealgicas. 168

    a. Instancia de produccin discursiva: una genealoga de laconfesin sexual. 170b. Instancia de produccin de poder: diseminacin eimplantacin de las sexualidades herticas. 185

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    c. Instancia de produccin de saber: nacimiento de la ciencia sexual. 190

    III. Una genealoga del dispositivo de sexualidad. 1971. Cuatro focos estratgicos de produccin de la sexualidad. 201

    a. Primer foco estratgico: la mujer-madre y la mujer-histrica. 201b. Segundo foco de produccin de la sexualidad: la cruzada de los nios. 207c. Tercer foco estratgico de saber/poder: la pareja reproductora. 214d. Cuarto foco de produccin de la sexualidad: el adulto perverso. 217

    2. La produccin de la sexualidad y la idea imaginaria del sexo. 2223. Momentos histricos fundamentales de la genealoga de la sexualidad:

    del dispositivo de alianza (sangre) al dispositivo de sexualidad (sexo). 225

    IV. De Charcot a Freud. 2291. Del poder-saber mdico-psiquitico a las escenas de Charcot. 230

    a. Acto primero: tragicomedia del loco liberado y del Rey depuesto. 231b. Acto segundo. Novela del castillo de los ricos y la granja de los

    secuestrados. 235c. Acto tercero. Comedia del maniqu funcional, el tero parlante

    y el mdico sordo. 2372. Primeras escenas proto-psicoanalticas: la leccin de Charcot. 249

    a. Freud, alumno de Charcot. 250a.1) Primera escena proto-psicoanaltica. El cuerpo desnudo y el mdico sdico. 256

    b. De la hipnosis: diagnstico, catarsis y sugestin. 261b.1) Segunda escena proto-psicoanaltica. La histrica ordena: qudese quieto!,

    no hable!, no me toque!, no interrumpa!, no pregunte!. Djeme hablar!. 2713. Sexualidad y saber: Freud y la teora de la etiologa sexual de las neurosis. 276

    a. Histeria y sexualidad. 277a.1) Otras escenas proto-psicoanalticas.

    La montaa mgica, la burguesa indomable y la nariz de la gobernanta. 286b. Neurosis y sexualidad. 292b.1) Neuropsicosis de defensa. 292b.2) El diagnstico diferencial de la neurosis de angustia. 295

    c. Continuidades: la retroversin de los discursos sobre el sexoal servicio del dispositivo de sexualidad. 301

    d. Ruptura: el sexo, sustituto de la herencia. Crticas a la teorade la degeneracin. 310

    d.1) Primer momento: La herencia como etiologa nica. 312d.2) Segundo momento: la doble etiologa de las neurosis. 313d.3) Tercer momento: argumentos freudianos contra la herencia. 315

    4. Construyendo el psicoanlisis. 319a. Una genealoga de la asociacin libre. 322b. Quedara una solucin: el autoanlisis de Freud. 331c. Edificar la Traumdeutung: lgica del inconsciente y sexualidad-Edipo. 337

    V. Michel Foucault, crtico del psicoanlisis. 3531. Freud y el traumatismo-Charcot: la escena analtica. 353

    a. El psicoanlisis como maniobra de despsiquiatrizacin. 354b. El psicoanlisis como estrategia de reforzamiento del poder mdico. 362

    2. Las funciones estratgicas del Edipo en el dispositivo de sexualidad. 3653. El conflicto de las interpretaciones. Foucault contra Freud: Edipo Rey. 3714. Psicoanlisis: normalizacin y confesin. 395

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    VI. Soar con otra economa de los placeres: Ars erotica y Scientia sexualis. 409

    . PARTE TRES:INTERPRETAR LOS SUEOS: DE ARTEMIDORO A FREUD. 425

    I. Modificaciones metodolgicas y traslaciones temporales. 4311. Transformaciones del proyecto: la investigacin y los cursos. 4312. Una genealoga del sujeto de deseo. 4383. Mtodo de anlisis y objeto de estudio. 444

    II. Grecia y la esttica de la existencia: sujeto de las aphrodisia. 4531. Constitucin de s: sujeto de las aphrodisia. 453

    a. Sustancia moral: aphrodisia o placeres del amor. 453b. Modo de sujecin: ajustamiento variable a reglas generales segn

    la necesidad, el momento, el estatuto. 456c. Forma de elaboracin de s: combate por el dominio de uno mismo. 458d. Teleologa moral: libertad, poder, verdad. 460

    2. Prcticas y ejes de experiencia de s en Grecia. 463a. El cuerpo y la reflexin diettica. Dominio de s. 463b. El matrimonio y la esposa. Dominio de s en lo fuera de s. 469c. El amor a los muchachos. Doble juego de dominio: en s - fuera de s. 476c.1) Sujeto de las aphrodisia y sujeto sexual. 477c.2) Prctica ritual del amor de los muchachos: libertad, tiempo y amor. 480c.3) La reflexin clsica y la antinomia del muchacho. 483c.4) Platn: ertica del deseo, la Verdad y el Maestro. 486

    III. Roma y el cultivo de s: sujeto de las aphrodisia-venerea. 4931. Crisis de la subjetivacin y cultura de s. 496

    a. Crisis de la subjetivacin moral: matrimonio y poltica. 496b. Una cultura de s. 499

    2. Prcticas y ejes de experiencia en Roma. 507a. Del cuidado del cuerpo: inquietud, patologizacin, fragilidad. 508b. Matrimonio y esposa: lazo conyugal afectivo y monopolio sexual. 516c. De la ertica diferencial antigua a la nueva ertica. 523

    IV. Cristianismo, hermenutica de s y confesin: sujeto de deseo. 5311. Constitucin de s cristiana: el sujeto de deseo. 5322. Dos reflexiones sobre el deseo: Agustn y Casiano. 536

    a. San Agustn: la libido, la voluntad y la carne. 537b. Casiano y el combate por la castidad. 548

    3. Decir la verdad de s: reconocerse y confesar. 561a. Exomologesis: revelacin ritual, simblica y teatral de la verdad de s. 563b. Exagoreusis: anlisis y confesin exhaustiva de la verdad de s. 566

    4. Sujeto de las aphrodisia y sujeto de deseo. 577

    V. De 1980 a 1984: Foucault y el psicoanlisis. 5871. Sujeto de deseo y sujeto sexual: la confesin-examen. 5872. Crtica extra-textual explcita (1980-1984): la investigacin en curso. 590

    a. Nuevo criterio para evaluar a Freud: una historia de las tcnicas de s. 591

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    b. Nuevas crticas al psicoanlisis y a Freud. 593c. Psicoanlisis y espiritualidad. 597

    3. Vas para una crtica intra-textual implcita (1984): Artemidoro. 608a. Artemidoro y Foucault: soar con sus placeres. 616b. Artemidoro y Freud: los antecedentes del psicoanlisis. 628c. Genealoga de las onirocrticas histricas: Artemidoro, Casiano y Freud. 636

    4. Psicoanlisis y modo de subjetivacin. 658

    . PARTE CUATRO:LA HISTORIA SOADA.RECEPCIONES DE LA CUESTIN DE LA HISTORIA. 665

    I. Resistencias y crticas. 6711. John Forrester y el fracaso de Foucault. 6732. Jacques Lagrange: forcluir la alteridad de lo Inconsciente y lo Sexual. 6803. Jacques-Allain Miller: ensear el fracaso de Foucault. 690

    II. Otras recepciones de la crtica. 7051. Jacques Derrida y el Fort/da de Foucault. 7052. Jean Allouch: lacanismo de izquierda y psicoanlisis foucaultiano. 718

    . CONCLUSIN 737

    . BIBLIOGRAFA 741

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    ABREVIATURAS

    Los textos de Michel Foucault se citan en su versin original en traduccin propia, aligual que aquellas obras secundarias que se mencionan a pie de pgina con su ttulooriginal. Se han utilizado las siguientes abreviaturas:

    Textos de Michel Foucault:

    SP: Surveiller et Punir. Naissance de la prison, Bibliothque des histoires, Pars, Gallimard,1975.VS: La volont de savoir. Histoire de la sexualit, t. I, Bibliothque des histoires, Pars,Gallimard, 1976.UP: Histoire de la sexualit t. II: LUsage des plaisirs, Bibliothque des histoires, Pars,Gallimard, 1984.SS: Histoire de la sexualit t. III: Le Souci de soi, Bibliothque des histoires, Pars, Gallimard,1984.DeE: Dits et crits. 1954-1988, dition tablie sous la direction de Daniel Defert et FranoisEwald, Pars, Gallimard, 1994, cuatro tomos: I (1954-1969), II (1970- 1975), III (1976-1979), IV (1980-1988). Citado DeE I, II, III, IV seguido del nmero de pgina.Curso IFDS: Il faut dfendre la societ Cours au Collge de France. 1975-1976, dition tablie,dans le cadre de l'Association pour le Centre Michel Foucault, sous la direction de FranoisEwald et Alessandro Fontana, par Mauro Bertani et Alessandro Fontana, Pars, Hautestudes-Gallimard Seuil, 1997.Curso LA: Les Anormaux Cours au Collge de France. 1974-1975, dition tablie sous ladirection de Franois Ewald et Alessandro Fontana, par Valerio Marchetti et AntonellaSalomoni, Pars, Gallimard-Seuil, 1999.Curso HS: LHermneutique du sujet Cours au Collge de France. 1981-1982, dition tabliesous la direction de Franois Ewald et Alessandro Fontana, par Frdric Gros, Pars,Gallimard-Seuil, 2001.Curso PS: Pouvoir psychiatrique Cours au Collge de France. 1973-1974, dition tablie sous ladirection de Franois Ewald et Alessandro Fontana, par Jacques Lagrange, Pars,Gallimard-Seuil, 2003.

    Otros textos:AE: DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Felix, Capitalisme et Schizophrnie, t. I: L'Anti-Oedipe,Pars, Minuit, 1972.LPS: CASTEL, Robert, Le psychanalysme, Textes l'appui, Pars, Maspero, 1973.

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    INTRODUCCIN

    El saber no est hecho para comprender,est hecho para hacer tajos.3

    Michel Foucault (1971).

    Porque nosotros, los que conocemos, somos desconocidos para nosotros mismos,la filosofa tendra que tener como tarea levantar los velos que posibilitan el des-conocimiento, trabajando deconstructivamente los saberes que se entretejen en loimaginario y que son sustentados por los que conocemos como conocimientos verdaderos dela verdadera realidad. La filosofa, como crtica incesante de la ilusin epistmica (saber) ymetafsica (real), debera denunciar aquello que insidiosamente se mantiene comoimpensado y se acepta sin ms como evidencia al asumir ciertos saberes arbitrarios ehistricos que dicen decir lo que somos. Ms que la laboriosa construccin de un sistematotalizante de respuestas indudables rosario de verdades ltimas a repetir- la filosofa sera,por tanto, el arduo trabajo de puesta en cuestin de lo establecido: de lo que pasa comonormalizado y es normalizante, de lo que es corroborado por los discursos y que impidehoy pensar, decir y actuar de otra manera. El trabajo filosfico sera as, eirremediablemente, enteramente poltico y enteramente histrico. Fundado (y des-fondado)en una actitud crtica frente a las estrategias de poder y las tcnicas polimorfas y cambiantesque han permitido elaborar y diseminar unos saberes sobre el hombre a travs de los cualesse ha ejercido y se ejerce an un dominio que necesita ser discreto.

    El trabajo histrico-filosfico de Michel Foucault puede situarse en una tradicinque promueve esta tarea-actitud filosfica sobre lo que es nuestro presente y sobre lo quesomos en el presente: cmo se ha llegado a pensar, a decir y a actuar como pensamos,decimos y actuamos?.4 Las investigaciones de Foucault, retomando cierta Ilustracin yutilizando interesadamente a cierto Nietzsche, aspirarn a llevar hasta sus ltimasconsecuencias el ejercicio de la crtica dando forma a una ontologa de nosotros mismos,(...a...) una ontologa de la actualidad5 articulada a partir de una serie de preguntasespecficas sobre el surgimiento histrico de los saberes sobre el hombre, los juegos deverdad, las modalidades de ejercicio histrico del poder y las formas temporales desubjetividad. El trabajo genealgico y gris sobre los textos del pasado, que permite elaborarrelatos sobre los nacimientos poco felices, intentar liberar nuestro presente de unacomprensin sofocante y unidimensional del sujeto y de la verdad, denunciando la ceguerade las relaciones de poder de la que han emergido.6 Recurrir a la investigacin histricadisea, en Foucault, una estrategia contra el presente: desvelar (...) los efectos de dogmatismoligados al saber, y (...) los efectos de saber ligados al dogmatismo;7 identificar y denunciarlos mecanismos de poder y los objetivos normalizantes de las tcnicas y tcticas histricasde las que han surgido las ciencias humanas; capturar los procedimientos a partir de loscuales se ha producido al individuo sujeto. Las genealogas tratarn de despejar asposibilidades imprevisibles y por-venir con el martillo, habiendo asumido que la mejor

    3 FOUCAULT, Michel, Dits et crits. 1954-1988, dition tablie sous la direction de Daniel Defert et FranoisEwald, Pars, Gallimard, 1994, tomo II, pg. 148. En adelante, los cuatro tomos -I (1954-1969); II (1970-1975); III (1976-1979) y IV (1980-1988)- sern citados DeE I, II, III o IV seguido del nmero de pgina.4 Ver DeE IV, pg. 577-578.5 DeE IV, 687-688.6 DeE III, pg. 629.

    7 DeE II, pg. 815-816.

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    manera de ver que las cosas podran ser de otra manera es viendo que ellas fueron ya unavez de otra manera, y que en ciertos dominios de la vida, lo son todava.8

    La lechuza no alza ya su vuelo sobre el horizonte. La historia efectiva, en tanto queherramienta al servicio de la denuncia de la invencin del conocimiento9 y de crtica de lainercia normalizante,10 reencarnar al inquieto tbano.

    El ltimo proyecto de investigacin de Michel Foucault, la Histoire de lasexualit, es una muestra paradigmtica de su proceder filosfico: a travs de unaargumentacin histrica, Foucault cuestionar la evidencia de la sexualidad, en tanto quesupuesto constitutivo e inmutable de la naturaleza humana. Se trataba de demostrar que lasexualidad y el sujeto sexual son invenciones histricas a las que se les reconoce realidaden el presente.

    El programa genealgico es de compleja lectura: ha sufrido retrasos ymodificaciones, y ha quedado definitivamente inacabado. El primer tomo, La volont desavoir -publicado inmediatamente despus de Vigilar y castigar-,11 comunicaba en 1976una introduccin a un proyecto de investigacin sobre el surgimiento del dispositivo desexualidad moderno. El genealogista avanzaba una hiptesis: ciertas relaciones histricasde ejercicio del poder (disciplinario y bio-poltico), intrincadas con ciertos saberes y ritualesde produccin de la verdad, haban permitido la produccin de la sexualidad realidad humanaa gobernar y objeto a conocer- en Occidente. La genealoga no se propona como una historiade las costumbres sexuales o de los cdigos, ni como un relato sobre las ideas histricassobre el sexo, sino ms bien como una investigacin que, continuando a Nietzsche(poder-saber), deba justificar la invencin de la sexualidad (objeto de conocimiento yblanco de ejercicio del poder) en la historia. Los dos siguientes tomos, LUsage desplaisirs12 y Le Souci de soi,13 sern publicados en 1984 poco antes de la muerte delgenealogista. Las modificaciones entre ambas entregas parecen importantes: Foucaultinusitadamente escribe utilizando una prosa serena que se apoya en una multiplicidad decitas de autores antiguos (a diferencia de la barroca y por momentos violenta escritura de laVoluntad de saber); justifica un viraje temporal en el anlisis, desde la modernidad (siglosXVII a XIX) hacia Grecia, Roma y el cristianismo primitivo; y transforma la genealoga deldispositivo de sexualidad del primer proyecto en una genealoga que le deba lgicamentepreceder, a saber, la del hombre de deseo. Investigando las relaciones entre discursoshistricos prescriptivos (mdicos, morales, filosficos, pastorales), prcticas sociales yprcticas de s (relacin a s y a otros), Foucault identificar diferentes experienciashistricas en cuyo seno se haran posibles distintas modalidades histricas de subjetivacin:no era posible asignar universalidad a la experiencia moderna de la sexualidad (sujetosexual).

    Si bien parece evidente que Foucault realiza en sus ltimos textos un viraje, de unanlisis genealgico sobre la prisin y la sexualidad centrado en las relaciones de poder-saber a una investigacin histrica interesada tambin por las tcnicas que permitan laconstitucin del sujeto (poder, saber y tcnicas de s), el proyecto de investigacin quedeba elaborar una Historia de la sexualidad va a ser continuado afrontando incluso

    8 DREYFUS, Hubert L., Foucault et la psychotrapie, Revue Internationale de Philosophie, Revue Trimestrielle,Volumen 44, N 173, 2/1990, pg. 228.9 Ver DeE II, pg. 544, ss.10 Ver MOREY, Miguel, Sobre el estilo filosfico de Michel Foucault. Una crtica de lo normal, en AAVV,Michel Foucault, filsofo, Barcelona, Gedisa, 1990, pg. 116-124.11 FOUCAULT, Michel, Surveiller et punir. Naissance de la prison, Pars, Gallimard, 1975. En adelante SP.12 FOUCAULT, Michel, Histoire de la sexualit, t. II: LUsage des plaisirs, Pars, Gallimard, 1984. En adelante UP.13 FOUCAULT, Michel, Histoire de la sexualit, t. III: Le Souci de soi, Pars, Gallimard, 1984. En adelante SS.

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    dificultades.14 Postular una fractura radical entre los textos del segundo Foucault (1975-1976) y los del ltimo (1984) deja sin pensar la continuidad del programa genealgico.ste, para Foucault, no es jams sin inters estratgico. Los textos no son sino lacomunicacin de un ejercicio de investigacin terico-crtico sobre el ser-actual (ontologadel presente): cajas de herramientas para ser utilizadas; espacios discursivos desde los cualespuede sustentarse una cierta resistencia; juegos tcticos que aspiran a abrir posibilidadespara pensar de otra manera, a contracorriente de lo establecido; en definitiva, libro(s)-experiencia por oposicin a un(os) libro(s)-verdad y a un(os) libro(s)-demostracin.15 Enefecto: Mi problema responda Foucault en 1978- es hacer por m mismo e invitar aotros a hacer conmigo, a travs de un contenido histrico determinado, una experiencia delo que nosotros somos, de lo que es no slo nuestro pasado sino tambin nuestro presente,una experiencia de nuestra modernidad tal que salgamos de ella transformados. Lo quesignifica que al final del libro podamos establecer nuevas relaciones con aquello que estabaen cuestin (...).16 Hacia qu, del presente, remiten los tres textos de la Historia de lasexualidad?, qu es lo que est en cuestin?, qu saberes y qu prcticas aspira aconmocionar el anlisis?, qu experiencia y qu transformacin provoca en el lector?

    El primer tomo de la Historia de la sexualidad no era sino un anuncio de futuros estudiosy publicaciones por venir. La voluntad de saber (1976) era un libro-programa deinvestigacin17 sin funcin demostrativa que intentaba producir efectos de verdad18 atravs de un anlisis histrico sobre la sexualidad que no reclamaba para s cientificidad yobjetividad, sino que se comprenda a s mismo como discurso de ficcin:19 porque no hayms que interpretaciones (Nietzsche) y porque la historia genealgica es siempre, como ladisciplina histrica misma, una cierta reconstruccin interesada20 del pasado que poda sinembargo ser verificada o refutada por otros en los textos.21

    La voluntad de saber ejercida en Occidente constitua un problema, un sntomagenealgico. Haba que identificar los acontecimientos histricos, tcnicos y discursivosque haban permitido pensar que en la sexualidad, reprimida o liberada, escondida omanifiesta, se jugaba la cuestin de la verdad y de la identidad de los individuos. Cmohaba surgido y trabajado esa insaciable voluntad histrica de saber sobre el sexo que habahecho que le preguntemos por nuestra verdad ms ntima y escondida?, cmo haba sidoposible elaborar en Occidente un saber sobre la sexualidad y sobre la identidad sexual delos individuos?, qu procedimientos y rituales se haban utilizado histricamente paraarrancar al sexo la verdad que supuestamente esconda?, qu relaciones histricas depoder haban permitido capturar el cuerpo-sexual de los individuos y de la poblacincomo objeto de intervencin y de normalizacin bio-poltica? Se trataba de hacer lagenealoga de esta ciencia del sexo (...) sostiene Foucault- en trminos positivos, a partirde las incitaciones, los focos, las tcnicas y procedimientos que han permitido la formacinde este saber (...)22 para, separndose de todos los discursos que cuestionaban la represinburguesa de una sexualidad inmutable, denunciar ms bien la produccin histrica de undispositivo de sexualidad como estrategia de poder-saber. La sexualidad era as un 14 Ver ERIBON, Didier, Michel Foucault (1926-1984), Pars, Flammarion, 1989, trad. Thomas Kauf, Barcelona,Anagrama, 1992 pg. 394-402 y MACEY, David, The Lives of Michel Foucault, Londres, Hutchison, 1994, trad.Carmen Martnez Gimeno, Madrid, Ctedra, 1995, pg. 502-504.15 DeE IV, pg. 47.

    16 DeE IV, pg. 44.17 Ver VS, pg. 105, 119 y 150.18 Ver DeE III, pg. 298.

    19 Ver DeE III, pg. 236 y DeE II, pg. 538.20 Ver DE CERTEAU, Michel, Histoire et psychanalyse entre science et fiction, Pars, Gallimard, 1987, nueva edicinrevisada y aumentada con estudio de Luce Giard, Un chemin non trac, 2002, pg. 53-84 (la disciplinahistrica como ficcin) y pg. 186-187 (anlisis de los relatos de Foucault).21 Ver DeE IV, pg. 44.

    22 DeE III, pg. 104-105.

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    monumento construido como objeto de saber, un mbito subjetivo de identidad-verdademergido en la historia, y un foco de intervencin y de captura tctica de unas estrategias depoder acfalas.23

    En esta historia de las relaciones entre sexualidad, saber, poder, identidad y verdad,el psicoanlisis ocupaba un lugar privilegiado y culminante. La elaboracin terica y eldiseo clnico de Freud constituan un acontecimiento histrico: en su saber confluantodos los discursos histricos sobre la sexualidad y se coagulaban los diferentes focos deproduccin y de control mdico de la sexualidad; en su clnica, que llevaba al paroxismouna incitacin discursiva que provena desde antiguo, se impona la obligacin de decirlo-todo como condicin para extraer un saber que, reconocido, normalizaba los sntomas. Enla construccin freudiana, la sexualidad del dispositivo, transmutada en sexualidad edpica,surga como un elemento biogrfico constitutivo, constituyente y determinante de laidentidad de todo-individuo. Dependiendo de las maniobras de la clnica (estrategias depoder-saber), Freud instaurar al fin un universal antropolgico: hacindola residir en lasprofundidades psquicas del sujeto, la sexualidad pasar a ser un elemento a-histrico de lanaturaleza humana haciendo invisible y reforzando la invencin del dispositivo moderno.

    Como genealoga de los saberes sobre la sexualidad (scientia sexualis) que indagaba ensus posibilidades histricas (relaciones de poder), el primer proyecto de la Historia de lasexualidad se propona explcitamente como una arqueologa24 y una genealoga25 crtica delpsicoanlisis. Una investigacin histrica que indagaba en la medicina de la sexualidad delos siglos XVIII-XIX y en la psiquiatra de finales del siglo XIX (Charcot), en losprocedimientos de extraccin de la verdad y en las tcticas de dominacin teraputicaaplicadas sobre los individuos para extraer de ellos un saber sobre el sexo (examen-interrogatorio) como condicin de la cura. Se trataba de volver a Freud, avatar de esaincansable voluntad de saber, elaborando una arqueologa-genealoga del psicoanlisis quesituara al padre fundador, estratgicamente, en el interior del dispositivo de sexualidadmoderno.

    Porque la Historia de la sexualidad es continuada por Foucault en 1984, manteniendosu intencin de ofrecer una herramienta-crtica del presente, nuestra investigacin tiene porobjetivo demostrar que, ms all de las modificaciones que Foucault realiza en su segundoproyecto de investigacin, el psicoanlisis y Freud continuaban constituyendo uno delos blancos fundamentales de la crtica:26 la Historia de la sexualidad, en sus dos

    23 Ver DeE III, pg. 306.24 Ver VS, pg. 172. Para demostrar arqueolgicamente en qu medida el psicoanlisis mismo, que sepostula justamente como la fundacin racional de un saber del deseo, cmo el psicoanlisis forma parte, sinduda, de esa gran economa de sobreproduccin del saber crtico sobre la sexualidad. DeE III, pg. 555.25 Ver DeE III, pg. 235. Para poner de manifiesto que Freud y el psicoanlisis deben ser situados en el puntode cruce de dos procesos y acontecimientos histricos: el formidable crecimiento e institucionalizacin delos procedimientos de confesin (...y el de la...) medicalizacin de la sexualidad misma como si ella fuera unazona de fragilidad patolgica particular en la existencia humana. DeE III, pg. 235.26 Si bien la crtica al psicoanlisis en la Voluntad de saber es explcita, la puesta en cuestin de Freud en lagenealoga del sujeto de deseo (1984) permanece implcita (Cuidado de s). Dado que ambos proyectos deinvestigacin no han llegado a su trmino, su reconstruccin, cindonos al discurso textual y extra-textualfoucaultiano, permitir justificar lo propuesto por ciertos autores. Las consecuencias que el proyecto deFoucault genera para el tratamiento del perodo moderno merecen ser consideradas con atencin. Durante elIluminismo, la dimensin religiosa de las tcnicas de s mismo se desvanece. Una estructura mdicocientfica asume el mismo conjunto de discursos-prcticas, desarrollndolas ms, para culminar quizs en elpsicoanlisis. POSTER, Mark, Foucault, Marxism and History, Cambridge, Office Polity Press, 1984, trad.Ramn Alcalde, Mxico, Paids, 1991, pg. 194. El subrayado es nuestro. Hurtado Valero concluye su anlisisde la Voluntad de saber y de los textos de 1984 sosteniendo que ambos proyectos son crticos del psicoanlisis,sin justificar los argumentos genealgicos, ni identificar las variaciones posibles entre las dos capturas deFreud (1976-1984), ni fundamentar su interpretacin en los textos de Foucault. En el sexo radica nuestrams profunda verdad, segn el psicoanlisis; de ah la constante incitacin a expresarlo, pues en l residenuestra ms profunda identidad de sujetos en el doble sentido del trmino-. Surge un sujeto de deseo ligado a

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    proyectos (1976-1984), escenifica una cierta vuelta a Freud foucaultiana quedestituye a Freud como instancia incuestionable (radical corte epistemolgico). En tantoque el genealogista mantendr, an en los aos ochenta, su puesta en cuestin del padre delEdipo, reconstruir los dos programas de investigacin permitir justificar uno de losusos posibles de la obra: la crtica, recurriendo a la historia, del saber y de la prcticateraputica que, a partir de Freud, llevan el nombre de psicoanlisis. As, ms all de lasmltiples versiones plurales del freudismo contemporneo, en tanto que todas sefundamentan en una vuelta-a-Freud sacralizante y dogmtica (ciencia descriptiva de larealidad psquica descubrimientos- y clnica neutral y a-poltica de des-patologizacindiscursiva), la captura genealgica de Freud poda funcionar como una crtica estratgicadel presente, una crtica tctica a todo-psicoanlisis.27

    La Historia de la locura es respecto a la psiquiatra, lo que la Historia de la sexualidad esen relacin con Freud.28 En efecto, tanto el proyecto de una genealoga del dispositivo desexualidad (avanzada en 1976 con La voluntad de saber) como la genealoga del sujeto dedeseo publicada parcialmente en 1984 (El uso de los placeres y El cuidado de s), aspiraban acomunicar una investigacin histrico-crtica que culminaba, a finales del siglo XIX, en laInterpretacin de los sueos (1899): momento histrico de construccin del Edipo (hiptesisrepresiva), captura universal de los sueos como sntomas de una subjetividad deseante yescindida (lazo sujeto-deseo-verdad), instauracin de una relacin analtica (prctica de s)hiper-confesional y normalizante al servicio del dispositivo-experiencia de la sexualidadmoderna (construccin de un personaje sexualizado y de un sujeto sexual diferencial).

    Para demostrar la validez de nuestra tesis identificaremos, en la primera parte deeste trabajo, el momento histrico de emergencia del psicoanlisis como objeto decaptura de la genealoga de Foucault, describiendo las coordenadas del debate en tornoa la obra de Freud en el contexto francs de los aos setenta. Relatando las recepciones delfreudismo en Francia, su introduccin y su difusin, podremos disear las diferentesresistencias contra el psicoanlisis que se manifestaban ya desde principios del siglo XX:rechazo mdico, psiquitrico y psicolgico del psicoanlisis como pseudo-cienciapansexualista; crtica del freudismo como ciencia de clase ideolgica (comunismo);apropiacin de la obra de Freud por artistas, literatos y filsofos en medio de una difusindel psicoanlisis, como ciencia esclarecida a repetir o a continuar (versiones ortodoxas ypost-freudianas, y lectura francesa de Freud). Continuando en el escenario de lasdiscordias en torno al freudismo, accederemos al momento de explosin de la crticafilosfica y sociolgica de principios de los aos setenta. En pleno auge de la enseanzalacaniana (corte epistemolgico freudiano), las obras de Deleuze-Guattari (Anti-Edipo) y de

    ese dispositivo de poder y saber llamado sexualidad. Con l acabamos de entrar en una nueva faceta del sujetoque seguidamente estudiamos. HURTADO VALERO, Pedro, Michel Foucault, Mlaga, gora, 1994, pg.119. El subrayado es nuestro. Y al final del captulo sobre el Uso de los placeres y el Cuidado de s: En este lugarse sita el psicoanlisis, como punto culminante en la historia de los procedimientos que relacionanla verdad con el sexo. En la situacin teraputica, cada persona se encuentra obligada a buscar la verdadoculta en su sexo y a constituirse como sujeto que se regulariza a s mismo en una permanente inspeccin des. Freud ha venido a presentar, as, la ltima gran tecnologa del Yo en nuestra cultura (...). El final de estecaptulo armoniza con los (...) anteriores (...). HURTADO VALERO, Pedro, op. cit., pg. 148. El subrayadoes nuestro. Nuestra investigacin se propone justificar en los textos de Foucault la profundizacin de unacrtica al psicoanlisis-Freud: como foco de poder-saber (1976) y como foco de aplicacin de una tcnica de sy de control (1984) al servicio del dispositivo-experiencia de sexualidad moderna.27 Cfr. DERRIDA, Jacques, Ser justo con Freud. La historia de la locura en la edad del psicoanlisis, enAAVV, Penser la folie. Essais sur Michel Foucault, Pars, Galile, 1992, trad. Jorge Piatigorsky, Buenos Aires,Paids, 1996, pg. 168.28 Ver HUSSAIN, Athar, La historia de la sexualidad de Foucault, en AAVV, Disparen sobre Foucault, trad.Roy Hora, Buenos Aires, El cielo por asalto, 1993, pg. 208 y MOREY, Miguel, Lectura de Foucault, Madrid,Taurus, 1983, nota 29, pg. 334.

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    Robert Castel (Le psychanalysme), comunicarn un cuestionamiento terico, teraputico einstitucional de Freud, el psicoanlisis y los psicoanalistas, constituyendo losantecedentes inmediatos de la investigacin genealgica de Foucault: una crticasubversiva de la teora del deseo y de la terapia freudiana como maniobra de re-familiarizacin del deseo (Deleuze-Guattari) y una denuncia de la relacin analtica comomaniobra contractual de ideologizacin continuada en las connivencias socio-polticasmantenidas entre los psicoanalistas, miembros de una organizacin regulada, y lasinstituciones de control social (Castel). Estos textos provocarn en Foucault un despertar,el de una valoracin crtica de Freud que implicar una ruptura con sus anterioresversiones del psicoanlisis: el genealogista virar, en el curso del Collge de France de1973-1974 sobre El poder psiquitrico, de una investigacin sobre el poder-saber judicial ypenal en Occidente hacia una genealoga del poder-saber psiquitrico en la que Freud sersituado en relacin de continuidad y de discontinuidad respecto al traumatismo-Charcot.

    En la segunda parte de la tesis expondremos, reconstruyendo los argumentosfoucaultianos hasta donde nos sea posible, la genealoga crtica de Freud y delpsicoanlisis proyectada en La Voluntad de saber (1976). Para ello, recurriremos adicho texto-programa, a los textos y cursos precedentes que justificaban las hiptesis de lainvestigacin avanzada y a las indicaciones explcitas que Foucault realiza sobre ciertasobras de Freud, interpretaciones fundadas en una lectura estratgica de los textosfreudianos que permita justificar su inscripcin en el interior del dispositivo de sexualidaddel siglo XIX.

    Primero (captulo I). Describiremos las caractersticas y supuestos metodolgicos dela maquinaria genealgica que Foucault pone en funcionamiento a partir de 1970-1971 ensus cursos del Collge de France (laboratorio de los textos: mtodo e hiptesisNietzsche). Estas investigaciones histricas, comunicadas desde 1970 a 1973, darn formaal primer texto genealgico publicado por Foucault, Vigilar y castigar (1975). Exponer lagenealoga de los procedimientos punitivos modernos (del suplicio a la prisin), nospermitir describir la mecnica especfica del funcionamiento del poder disciplinario,condicin de posibilidad del surgimiento de las ciencias del hombre y de los saberes psico,y justificar las alusiones que en ese texto Foucault realizaba de Freud. Los mismossupuestos metodolgicos (poder-saber) que el genealogista aplicaba en el anlisis histricodel nacimiento de la prisin, le permitan comunicar en el laboratorio de los textos unagenealoga de la psiquiatra en 1973-1974 y, en el curso de 1974-1975 sobre Los Anormales,proponer un avance de las hiptesis fundamentales del proyecto de la Historia de lasexualidad. Dado que el programa se gesta para el pblico del Collge de France y en tantoque el dispositivo de sexualidad remitir a una estrategia bio-poltica de poder-sabercomplementaria a la aplicada sobre los individuos-cuerpos (disciplinas), se tratar dejustificar las caractersticas especficas y diferenciales del ejercicio del Bio-poder sobre lapoblacin, tal y como se comunica en el laboratorio (1975-1976) y en el ltimo captulo dela Voluntad de saber (Bio-poder sobre los individuos-cuerpos y sobre la poblacin).

    Segundo: desarrollaremos las contra-hiptesis genealgicas y los focos de poder-saber que permitieron la formacin del dispositivo de sexualidad moderno (captulos II yIII). Asumiendo los resultados de las genealogas que expona en sus cursos (El poderpsiquitrico de 1973-1974 y Los Anormales de 1974-1975), Foucault se embarcar en laconstruccin de una Historia de la sexualidad al publicar la Voluntad de saber. En tanto queintroduccin de unas investigaciones por venir, Foucault comunicar sus hiptesisgenealgicas generales sobre el surgimiento histrico del dispositivo de sexualidadelaboradas contra la evidencia de una represin inmemorial ejercida en la historia sobreuna sexualidad invariante: incitacin a los discursos en vez de silencio; captura de lassexualidades herticas en vez de imposicin-control de una sexualidad heterocentrada;elaboracin de una ciencia de la sexualidad en vez de desconocimiento. Reconstruiremos

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    los argumentos que le permitan avanzar tales contra-hiptesis, al haber indagadohistricamente en los diferentes focos estratgicos a partir de los cuales la sexualidad sehaba configurado como objeto de poder-saber (nio-masturbador, mujer-histrica, mujer-madre, adulto-perverso y pareja reproductora). A partir del anlisis genealgicocomunicado en el laboratorio de los textos sobre estos focos (1973-1975) ser posiblesituar a Freud y al psicoanlisis como uno de los puntos culminantes y fundamentales deldispositivo de sexualidad del siglo XIX.

    Tercero (captulos IV y V), para justificar las crticas que Foucault realiza alpsicoanlisis y a Freud en la Voluntad de saber recurriremos a su interpretacin de los textosfreudianos. Haciendo pie en la genealoga del podersaber psiquitrico (1972-1973),inscribiremos a Freud en relacin de continuidad con la psiquiatra del siglo XIX (Charcot)y con el foco de la mujer-histrica. Siguiendo las indicaciones explcitas que Foucault realizasobre los orgenes del psicoanlisis, reconstruiremos los momentos fundamentales de laconstruccin discursiva y clnica freudiana. Justificaremos sus transformaciones tericas, dela mujer-histrica capturada por Charcot a la teora de la etiologa sexual de las neurosis, yde sta a la teora del aparato psquico condicionado por el Edipo (Interpretacin de los sueos);y las metamorfosis tcnicas de la confesin-examen, pasaje del interrogatorio psiquitrico ydel interrogatorio bajo hipnosis (Charcot) a la hipnosis sugestiva (Nancy), del interrogatoriohipntico y sugestivo a la tcnica de concentracin sugestiva (Freud), para justificar lanecesidad de una nueva estrategia clnica, la asociacin libre, en la que el poder-saber delmdico no pueda ser cuestionado. Proponer una genealoga de la tcnica analtica nosobligar a identificar las maniobras que Freud desplegaba en el interior de un combate,desarrollado en diferentes escenas, con las histricas y neurticos de su clnica, comocondicin de posibilidad de la elaboracin de un saber universal sobre la sexualidad y elinconsciente.

    Los textos freudianos nos permitirn justificar la interpretacin de Foucault: Freudno hace sino llevar al lmite la leccin de Charcot.29 Es decir, siendo por un momentoCharcot mismo y continuando con la teora de la histeria del neuropsiquiatra (foco mujer-histrica, primera escena proto-psicoanaltica), Freud construir su teora de la etiologa sexualde las neurosis. Demostraremos que, con su teora y su clnica, el futuro padre delpsicoanlisis no hace sino revitalizar y retomar antiguas teoras mdicas sobre lasexualidad, no descubriendo una sexualidad hasta entonces silenciada y desconocida porel saber mdico sino operando una retroversin histrica de los discursos deldispositivo de sexualidad del siglo XIX justificando unas tcticas extendidas denormalizacin y control. La teora de la etiologa sexual de las neurosis nos permitirsituar a Freud en relacin de continuidad: 1) con los otros focos de poder-saber propuestospor Foucault (nio-masturbador, adulto-perverso, pareja reproductora), y 2) con unaestrategia general de verbalizacin exhaustiva, al incitar y obligar a los pacientes, en elinterior de su consultorio, a una confesin del traumatismo (sexualidad-acto) comocondicin de la cura (tcnica de produccin de la verdad). Reconstruyendo la genealogadel psicoanlisis a travs de unas escenas psiquitricas (Foucault) y proto-psicoanalticas,teatralizacin de unos enfrentamientos en torno al poder-saber del mdico, abordaremos laInterpretacin de los sueos como momento de emergencia, para Foucault, de la escenapsicoanaltica: produccin de un saber universal sobre la realidad psquica(universalizacin del aparato psquico y construccin de una lgica del Inconsciente) ysobre el deseo-sexualidad (Edipo-incesto-familia restringida), o tambin, maridaje de lasexualidad-produccin del dispositivo moderno en un inconsciente asediado por la Alianza(antropologizacin de la familia burguesa restringida) en el seno de una clnica analtico-confesional.

    29 VS, pg. 148.

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    El recorrido por los textos freudianos nos permitir justificar las crticas queFoucault dirige contra el psicoanlisis y contra Freud desde 1973 hasta 1976 demostrandoque, en el primer proyecto de la Historia de la sexualidad, la Interpretacin de los sueos constituaun acontecimiento histrico fundamental en tanto que emergencia de un saber universalonto-antropolgico sobre la sexualidad y el sujeto fundado en una clnica hiper-confesionaly normalizante:30 Freud realiza una maniobra de des-psiquiatrizacin (Charcot) para una re-medicalizacin de la locura y de la sexualidad; su texto onirocrtico constituye el momentoterico-estratgico de inscripcin de la sexualidad en la alianza; justificando cientficamentela realidad de la sexualidad reprimida el psicoanlisis funcionaba histricamente al serviciode la generalizacin del dispositivo y posibilitaba en su clnica la diferenciacin sexualburguesa; finalmente, la tcnica de produccin de la verdad comunicada en la Interpretacinde los sueos continuaba con una obligacin y transformaba un ritual confesional que sehaba extendido histricamente con la pastoral cristiana. Justificado en los textos elcatlogo de las crticas, propondremos las coordenadas de un posible debate. Primero, deFoucault con Freud en torno a la interpretacin del Edipo Rey de Sfocles; segundo, deFoucault, Freud y los profesionales del inconsciente en torno a algunas de las hiptesisfundamentales de la investigacin proyectada en 1976 (normalizacin y confesin).

    En la tercera parte de la tesis abordaremos los dos textos de la Historia de lasexualidad publicados en 1984 para justificar que la genealoga del hombre de deseo(cristianismo primitivo) permita realizar nuevas crticas a Freud y al psicoanlisis,al proponerse como un rastreo del surgimiento histrico del supuesto terico-clnico fundamental del psicoanlisis, a saber, el lazo a-histrico y constitutivoentre sujeto, deseo-sexualidad y conocimiento-verbalizacin de s. Dado queFoucault modifica el proyecto original de la Historia de la sexualidad, justificaremos lanecesidad de las transformaciones temporales y metodolgicas que sufre la investigacin(captulo I) y expondremos sus resultados (captulos II y III), demostrando que los textosde 1984 no son el sntoma de una vuelta de Foucault a la Antigedad pagana sino msbien un ejercicio genealgico parcialmente comunicado que captura discursos prescriptivosemergidos de prcticas sociales especficas (poder-saber). Para salvar el obstculo de unainvestigacin inacabada, reconstruiremos los lineamientos generales del anlisis avanzadopor Foucault en los aos ochenta sobre las reflexiones pastorales y monacales quepermitieron, a su entender, el surgimiento histrico del sujeto de deseo en la experiencia dela carne cristiana: una unificacin doctrinal con Agustn y una unificacin tcnica con

    30 Cuestionamos por tanto la interpretacin de Hussain. El patrn de desarrollo trazado por Foucaultmuestra el proceso de constitucin del campo de la sexualidad como si ste hubiese seguido un movimientocircular: para comenzar, el cambio condujo a los discursos sobre la sexualidad fuera de las relacionesmatrimoniales, pero finalmente, bajo una luz diferente, hizo que se reflejaran en estas relaciones. Este procesode rotacin se desarroll a lo largo de un siglo, pero puede ser ejemplificado por los Tres ensayos de teorasexual (la arqueologa del psicoanlisis de Foucault bien puede ser considerada como la arqueologade este libro). En l Freud comienza analizando la homosexualidad, luego las dems desviaciones sexuales ydespus de esto la sexualidad infantil. Slo en la ltima seccin del libro se dirige hacia el ingreso en laheterosexualidad adulta. HUSSAIN, Athar, op. cit., pg. 221. El subrayado es nuestro. Los dos proyectos dela Historia de la sexualidad no remitan a los Tres ensayos sino a La Interpretacin de los sueos. All, la sexualidad esotra cosa que lo postulado por el dispositivo de sexualidad precedente: un universal onto-antropolgico. Enun texto fundamental, la genealoga de la moral sexual en Espaa elaborada por Vzquez Garca y MorenoMengbar, tambin se cita los Tres ensayos para justificar la captura freudiana de las perversiones. VerVZQUEZ GARCA, Francisco y MORENO MENGBAR, Andrs, Sexo y razn. Una genealoga de la moralsexual en Espaa (Siglos XVI-XX), Madrid, Akal, 1997, pg. 265. Los autores remiten tambin a un texto pre-psicoanaltico, Estudios sobre la histeria, para indicar la inscripcin de Freud en el foco de poder-saber dela mujer-histrica. Ver VZQUEZ GARCA, Francisco y MORENO MENGBAR, Andrs, op. cit., pg.419. Ya que el texto freudiano sobre los sueos no es mencionado nunca en las lecturas sobre la Historia de lasexualidad, nuestra investigacin quiere justificar la pertinencia de la interpretacin foucaultiana, articulndolalgicamente con las crticas que realiza, desde 1973, a Freud.

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    Casiano (captulo IV). Dicho recorrido histrico nos permitir fundamentar las crticasextra-textuales explcitas que Foucault lanzaba contra Freud y el psicoanlisis en diferentestextos, conferencias y cursos de la poca (1980-1984). Teniendo en cuenta que elgenealogista continuaba poniendo en cuestin el saber y la clnica freudiana, propondremosen el ltimo captulo una va de inscripcin, abierta en El cuidado de s, que hubierapermitido capturar el texto fundacional del psicoanlisis (Artemidoro-Casiano-Freud): laonirocrtica de Artemidoro de Daldis, analizada por Foucault al inicio del tercer tomo de laHistoria de la sexualidad, va al encuentro de Freud (Interpretacin de los sueos). A partir de estare-inscripcin genealgica del texto freudiano, que opondremos a la interpretacin deArtemidoro que Freud mismo propone en 1899, expondremos una posible valoracin de laclnica freudiana como prctica de s y como prctica de control al servicio de laexperiencia de la sexualidad moderna.

    Finalmente, habiendo demostrado que en la genealoga del dispositivo-experienciade la sexualidad Freud mantena su lugar eminente, podremos exponer y rebatir, en lacuarta parte de la tesis, algunas de las lecturas crticas (filosfico-analticas) de la Historia dela sexualidad que se han realizado a partir de los aos ochenta. Si bien los autores que hanargumentado contra la puesta en cuestin foucaultiana del psicoanlisis reconocen queFreud, su saber y su tcnica, constituan uno de los objetivos crticos fundamentales de lagenealoga de los aos setenta (La Voluntad de saber), los textos del ltimo Foucault (1984)sern valorados de manera dispar: como sntoma del fracaso de Foucault como intelectual(para John Forrester); como fracaso del proyecto genealgico al haber intentado capturar alpsicoanlisis como objeto (para Jacques-Allain Miller); como cerramiento del debate oacercamiento mximo de Foucault respecto al psicoanlisis y a Lacan (para JacquesLagrange y Jean Allouch); o como investigacin que manifestara una dual valoracin deFreud rastreable an en los textos de 1984 (Jacques Derrida). Detenindonos en estasinterpretaciones crticas de Foucault podremos responder a la inquietud y curiosidad deaqul que haca genealoga para pensar, diagnosticar y cuestionar el presente.31 Paranosotros, en el hoy que era futuro-de-Foucault, ser posible describir y valorar cmo elpsicoanlisis, sus agentes sociales, sus partidarios o los lectores de Freud y de Lacan hanrecibido la cuestin de la historia.

    En el seno de este debate filosfico-analtico en torno a la Historia de la sexualidad(1976-1984) como crtica del psicoanlisis-Freud, la presente investigacin aspira a ser sloun primer intento de articulacin lgico-textual de la genealoga proyectada por Foucault.Volviendo a la obra de Freud y cindonos a los textos y a la lectura del genealogista,hemos intentado reconstruir sus dos proyectos con el fin de revitalizar la potencia y re-abrirlas posibilidades de cuestionar el presente que mantiene an esa investigacin en la queFoucault se embarc hasta su muerte.

    31 Ver DeE III, pg. 235.

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    PARTE UNO

    EL DESPERTAR DE UN SUEO.EMERGENCIA HISTRICA DE LA CRTICA.

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    I. RECEPCIONES FRANCESAS DEL PSICOANLISIS.

    Un breve recorrido por las diferentes recepciones francesas del freudismo en elsiglo XX32 permitir identificar en qu sentido las crticas que se elaboran a partir de losaos setenta contra el psicoanlisis y contra Freud33 a manos de Gilles Deleuze y FelixGuattari,34 Robert Castel35 y Michel Foucault (Voluntad de saber) vienen a dar respuesta a unaserie de malentendidos histrico-tericos.

    Un malentendido inicial provocado, por un lado, por el rechazo de la obra deFreud en nombre de ciertos saberes esclarecidos, objetivos y cientficos que denunciaban,por diferentes motivos, al psicoanlisis como pseudo-ciencia (mdicos, psiquiatras ycomunistas) y, por el otro, una dual lectura complementaria de las obras de Freud y deMarx que, conciliando teora del deseo y teora poltica o maridando a un cierto Freudcon un cierto Marx, propondr una doctrina crtico-revolucionaria capaz de liberar de lasalienaciones polticas y las represiones sexuales que aquejan al individuo (surrealismo yfreudo-marxismo reichiano).

    La batalla de los orgenes, perdurar an en los aos setenta en medio de un climade apogeo del discurso analtico. La extensin social de un cierto progresismo poltico, queasuma la obra de Freud, leda junto con la de Marx, como herramienta poltica de denunciade la represin impuesta por el capitalismo sobre la sexualidad y la difusin de un nuevopsicoanlisis a la francesa -en la formulacin de Lacan- que impona volver a Freud sinMarx en nombre de la radicalidad de sus descubrimientos, cuestionando lasinterpretaciones del freudismo articuladas por los post-freudianos (EEUU) o los freudo-marxistas y la inmvil ortodoxia de la institucin (IPA), configuraban los ejes de un debateen el que el psicoanlisis poda ser considerado bien como teora crtica, bien como cienciahumana estricta. 32 Para la historia de la recepcin del psicoanlisis en Francia: HESNARD, Angelo Louis, De Freud Lacan,Pars, E.S.F., 1970 (una historia del freudismo relatada por uno de sus primeros intrpretes franceses);CASTEL, Robert, Le psychanalysme, Pars, Maspero, 1973, especficamente los captulos 9 y 10 (Historia de uncontencioso y El porvenir de una ilusin) en los que analiza la recepcin del freudo-marxismo en elcontexto francs de mediados del siglo XX, la posterior crtica lacaniana-althusseriana y la relacin delpsicoanlisis con los movimientos y reacciones filosficas provocadas por mayo del 68; DESCOMBES, V.,Le Mme et lAutre: quarante-cinc ans de philosophie franaise, Pars, Minuit, 1979, donde se relata el abandonopaulatino del freudomarxismo en el contexto filosfico a partir de la re-lectura francesa de la obra deNietzsche; TURKLE, Sherry, Psyichoanalitic Politics: Freuds French Revolution, Nueva York, Basic Books, 1978(hay trad. J. Lacan: La irrupcin del psicoanlisis en Francia, Buenos Aires, Paids, 1983), anlisis de las resistenciasfrancesas a la obra de Freud y la paulatina introduccin del psicoanlisis en el contexto del pensamientofrancs gracias a los freudomarxistas y, sobre todo, a la re-lectura estructuralista de Lacan; por ltimoROUDINESCO, Elisabeth, La bataille de Cent ans. Histoire de la psychanalyse en France, Volumen 1 (1885- 1939) -Volumen 2 (1925-1985), Pars, Seuil, 1986 (hay trad. Ignacio Grate -Volumen I- y Ana Elena Guyer -VolumenII-, Madrid, Fundamentos, 1988 y 1993), trabajo exhaustivo e indispensable que indaga los avatares delfreudismo desde finales del siglo XIX en Francia hasta 1984 y que tomamos como obra de referencia paraeste apartado.33 Expondremos en este apartado las crticas al psicoanlisis y a Freud que preceden a La Voluntad de saber yque son explcitamente recogidas por Foucault. Como antecedentes histricos de los textos de Deleuze-Guattari y de Castel habra al menos que mencionar la crtica a la tcnica psicoanaltica realizada enABRAHAMS, Jean Jacques, LHomme au magntophone, dialogue psychanalytique, Les Temps Modernes, N274, abril, 1967 y el debate entre psicoanalistas y culturalistas en torno al Edipo (ver ORTIGUES, Marie-Ccile y Edmond, Oedipe africain, Pars, Plon, 1966, trad. Juana Bignozzi, Buenos Aires, No, 1974 yROHEIM, Gza, Psychanalyse et Antropologie, Pars, Gallimard, 1967). Y como consecuencias: SAFOUAN,Moustapha, Etudes sur lOedipe, Pars, Seuil, 1974, trad. M. del Pilar Berdullas, Madrid, Siglo XXI, 1977 eIRIGARAY, Luce, Speculum de lautre femme, Pars, Minuit, 1974, trad. A. Baralides, Madrid, Salts, 1978 y Akal,2007 (texto inaugural de la crtica feminista al psicoanlisis).34 DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Felix, Capitalisme et Schizophrnie, t. I: L'Anti-Oedipe, Pars, Minuit, 1972,trad. Francisco Monge, Barcelona, Paids, 1985. En adelante AE.35 CASTEL, Robert, Le psychanalysme, Pars, Maspero, 1973. En adelante LPS.

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    Rechazar a Freud en nombre de la ciencia (mdico-psiquitrica) o fagocitarlo enuna teora poltica (surrealistas), utilizar el psicoanlisis como herramienta crtica contra elcapitalismo triunfante (freudo-marxistas) o rechazar ciertas vas indeseables del freudismoen nombre de una lectura matematizante de los textos del fundador (Lacan) constituirn lascuatro estrategias fundamentales que las crticas de Deleuze-Guattari, Castel y,posteriormente, Foucault intentarn dinamitar mediante un contra-movimiento.

    Primero, haciendo estallar la supuesta alianza entre teora del deseo y crtica polticaal esclarecer los supuestos de ese malentendido por el que Freud era ledo junto con Marx:identificar los efectos normalizadores del deseo provocados por la prctica clnica,denunciar la connivencia del psicoanlisis con las instituciones de control social propias delcapitalismo, sealar los efectos de poder de su teraputica y las oscuras relaciones de apoyoa las estrategias de la medicina y la psiquiatra burguesa, en definitiva, criticar la labor social-inconsciente e ideolgica- del analista, permiti derrocar a Freud como partenaire de Marx.Slo una ceguera histrica, incitada por un discurso analtico que reclamaba para sneutralidad, haba permitido concebir a Freud como el padre fundador de una teora y unatcnica virtualmente crtica de la sociedad y subversiva del deseo-sexualidad subjetivo. Porotro lado, frente a Lacan, si bien el Anti-Edipo, El psicoanalismo y el primer proyectode la Historia de la sexualidad implicarn una vuelta a Freud, no recurrirn a las obras delpadre fundador para manifestar el esplendor de la verdad en lo no dicho de sus textosenseando el radical corte epistemolgico que el psicoanlisis provocara, ni se ensalzar suteraputica como intervencin no mdica contra las perversiones de sus seguidores post.Deleuze-Guattari, Castel y Foucault se impondrn volver a Freud para denunciar lossntomas polticos de una teora y de una tcnica normalizadora del individuo,familiarizadora del deseo, inconsciente de sus efectos sociales y en relacin de continuidadcon las prcticas mdico-psiquitricas del siglo XIX. Rechazar a Freud en nombre de unconocimiento cientfico verdadero (mdico, psiquitrico, psicolgico) o entronizar laverdad universal del descubrimiento freudiano en nombre de una lectura estructural de lostextos (Lacan), constituan estrategias que mantenan el malentendido: o bien la teorafreudiana, pseudo-ciencia, deba ser juzgada en su verdad desde la verdad de otra teoraobjetiva e incondicionada, o slo poda ser valorada en su verdad de ciencia estricta desdela verdad (radical corte) que el descubrimiento freudiano habra hecho emerger.

    1. Rechazo y reinterpretacin de Freud.

    La penetracin de la doctrina freudiana en Francia se produjo en varios tiemposdiferenciables. La primera fase se desarrolla entre 1895 y 1926, desde la expansininternacional de la doctrina freudiana hasta la fundacin de la Asociacin Psicoanaltica dePars.36 El psicoanlisis ser recibido en Francia, por un lado, por una corriente mdico-teraputica que rechazar el psicoanlisis como pseudo-ciencia en nombre de la verdad deun saber psiquitrico bien fundamentado (Janet);37 por otro lado, por una vertiente artstica,representada por la interpretacin surrealista y literaria de la obra de Freud, que postularuna visin positiva del freudismo, reinterpretndolo para ponerlo al servicio de sus fines(creativos).

    La tradicin psiquitrica francesa -jerrquica, autoritaria y dogmtica- se negar aaceptar la teora freudiana: primero, por su pansexualismo; segundo, porque constitua unaserie de peregrinas explicaciones pseudo-psicolgicas sin ninguna base objetiva y cientfica;

    36 Ver ROUDINESCO, Elisabeth, op.cit., tomo I, tercera parte, apartado II.37 Para las crticas de Janet al freudismo vase: ELLENBERGUER, Henri F., The Discovery of the Unconscious.The History and Evolution of Dinamic Psychiatry, EEUU, BasicBooks, 1970, pg. 331-417.

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    tercero, porque la obra de Freud no postulaba descubrimientos novedosos para lapsiquiatra;38 finalmente, porque el genio francs no se doblegaba ante doctrinasextranjeras. Frente a la obra de Freud, los psiquiatras y mdicos franceses de estos primerosaos manifestarn siempre los gestos de un gran rechazo que tiene el alcance doctrinal deun no se hable ms. Tiene que ver con una posicin que intenta liberar a la psicologa dela filosofa, apoyndose en la medicina, y conservando el dominio de la concienciacartesiana sobre la aprehensin de lo psquico. De forma que la resistencia al psicoanlisises reforzada por la existencia de doctrinas slidamente implantadas, a la vez permeables yrefractarias a las doctrinas venidas del extranjero.39 El debate en torno al psicoanlisis enesta poca (ms bien su negacin), articular un doble cuestionamiento: una crtica de laobjetividad de las explicaciones del freudismo, especialmente elaboradas desde un mbitomdico-psiquitrico que detentaba una teora sobre la enfermedad mental construida desdela primaca de la conciencia (que impona el rechazo del Inconsciente y de la teora sexualfreudiana) y una crtica a la supuesta cientificidad de una teraputica confesional no-mdica,a saber, no medicalizadora, que no poda asegurar resultado curativo alguno.40 Es decir, elfreudismo es falso y, adems, no cura.

    Si desde 1902 a 1907 la nueva ciencia freudiana slo se haba difundido en elpequeo crculo de mdicos y partidarios que conformaban la Asociacin Psicoanaltica deViena, a partir de 1907 el psicoanlisis se implantar definitivamente en Zurich, porintermedio de Eugen Bleuler, un renombrado psiquiatra, por entonces director delBurgholzli, el hospital pblico para enfermos mentales de Zurich. La implantacin delpsicoanlisis en la clnica de Bleuer, -cuyo mdico adjunto, G. Jung, entablar un contactodirecto con el fundador-judo-, acarrear casi inmediatamente el inicio de un combate (elprimero pero no el ltimo) que Freud mismo deber mantener con muchos de susdiscpulos: unos enfrentamientos entre las dos escuelas (Zurich y Viena) motivados porprejuicios, celos o supuestas prioridades intelectuales, ms tambin, por importantesdiferencias doctrinales, a saber, con Bleuer, que no abandona la teora de la degeneracinorgnica y que asume a Freud en el mbito de la psiquiatra tradicional y con Jung querechazar finalmente la teora sexual freudiana elaborando una psico-metafsica de loInconsciente. Pese a estas dificultades en su campaa expansiva, el psicoanlisis lograrintroducirse en esta poca tanto en los EEUU (1909), gracias al viaje de Freud y Jung,como en Londres, Holanda y Alemania aunque no sin problemas ni rechazos.

    En este contexto europeo evangelizado analticamente, Francia resistir conviolencia los intentos de ocupacin del freudismo. Freud mismo manifestar, en 1914, lasprofundas dificultades que tena el psicoanlisis para introducirse en el contexto francs.Entre los pases europeos afirma-, Francia ha resultado hasta ahora el menos receptivo alpsicoanlisis (...). Los primeros conatos de participacin provinieron de las provinciasfrancesas. Morichau-Beauchant (Poitiers) fue el primer francs que adhiri pblicamente alpsicoanlisis. Hace poco, Rgis y Hesnard (Burdeos) han procurado por vez primeradisipar los prejuicios de sus compatriotas contra la nueva doctrina; lo hicieron en unaexposicin detallada aunque no siempre comprensiva, donde objetan en particular elsimbolismo. En el propio Pars parece reinar todava la conviccin, expresada con tantafacundia por Janet en el Congreso de Londres de 1913, segn la cual todo cuanto hay de

    38 Ver BERCHERIE, Paul, Gense des concepts freudiens, Pars, Navarin Editeur, 1983, trad. Jorge Piatigorsky,Buenos Aires, Paids, 1998, pg. 108-114.39 ROUDINESCO, Elisabeth, op.cit., tomo I, pg. 209-210.40 Una sinttica exposicin de la teora psiquitrica francesa de principios de siglo en: LPEZ PIERO, JosMara, Del hipnotismo a Freud. Orgenes histricos de la psicoterapia, Madrid, Alianza, 2002, pg. 104-116.

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    bueno en el psicoanlisis no hace sino repetir con mnimos retoques los puntos de vista deJanet, y lo dems es calamitoso.41

    Mientras en Pars reina Janet, como nico soberano del saber psiquitrico, en lasalejadas provincias del imperio janetiano, un desconocido, Hesnard, publica en 1913 Lathorie sexuelle des psycho-nvroses, psyco-analyse de Freud42 y, un ao despus juntocon Rgis, La Psychanalyse de nvroses et de psychoses, ses applications mdicale etextra-mdicales.43 Si bien Freud considera esta obra como una exposicin detallada delpsicoanlisis, lo cierto es que no deja en muy buen lugar a la nueva ciencia del Inconsciente.Despus de un recorrido por el desarrollo intelectual de Freud y una exposicin sucinta desu teora, los autores agregan un apartado de crticas mdicas que ponen de manifiestosintomticamente el grado de acogida del psicoanlisis en Francia: cuestionan el lenguajeoscuro del viens, rechazan absolutamente la teora sexual de las neurosis y de la libido,identifican que la idea de represin proviene, originariamente, de las teorizacionesfrancesas, y condenan de plano el simbolismo freudiano. Para Roudinesco, esta primerapublicacin francesa sobre psicoanlisis resume la visin caracterstica de este freudismo ala francesa: Freud es un sabio, entre otros. Enuncia ideas que ya han sido admitidas antesque l por la psiquiatra, con preferencia, por la psiquiatra francesa. El simbolismo es unanocin dogmtica. La represin es ms bien un proceso consciente, dado que elinconsciente es una subconsciencia. El pansexualismo es una doctrina exagerada ygeneralizadora. La psicoterapia es una tcnica de confesin y la transferencia una nocintemeraria. Por fin, la nueva psicologa es ms una religin, una mstica y una filosofagermnica que una verdadera doctrina cientfica. A pesar de esto, el freudismo es cosabuena para el pensamiento y para los hombres.44

    A este grupo patriotero que esgrimir contra el psicoanlisis los logros de lapsiquiatra francesa amputando gran parte de la elaboracin freudiana como condicin desu aceptabilidad, se le sumarn otras facciones en pugna, que intentarn introducir elfreudismo, con ms o menos modificaciones, en Francia: la faccin ortodoxa ligada a laAsociacin Psicoanaltica Internacional (IPA), bajo la gida de Marie Bonaparte, Raymondde Saussure, Rudolph Loewenstein y Charles Odier; los neutralistas, partidarios de la noconfrontacin entre psicoanlisis y psiquiatra, como Paul Schiff o Eugne Minkowski porel Grupo de lvolution Psychiatrique (EP); y, por ltimo, la disidencia representada casiexclusivamente por Ren Laforgue.45 En un contexto mdico-psiquitrico hostil alfreudismo, las diferentes facciones psicoanalticas intentarn difundir la obra de Freudiniciando una defensa del padre fundador frente a la psiquiatra francesa o ignorandoabiertamente el gran desprecio generalizado hacia la ciencia del Inconsciente.

    Este movimiento de expansin del psicoanlisis en Francia, como teraputicamdica confrontada (o no) con la psiquiatra de la poca, se consumar en 1926, con lafundacin de la Sociedad Psicoanaltica de Pars. Anidada por conflictos y disensionesinternas, la obra de Freud ser, a la vez, transmitida y cuestionada. Cuestionada: desde lossupuestos de la teora de la heredo-degeneracin proveniente de la psiquiatra, desde lacrtica a las condiciones de ejercicio del psicoanlisis (anlisis profano o mdico), o desde laimposibilidad de aceptar mdicamente la teora sexual. Por otro lado, el freudismo sertransmitido como nica fe verdadera: la misma teora freudiana, vapuleada por algunos de

    41 FREUD, Sigmund, Contribucin a la historia del movimiento psicoanaltico, en Obras completas,ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey, con la colaboracin de Anna Freud, trad. Jos L.Etcheverry, Buenos Aires, Amorrortu, 1976, tomo XIV, pg. 28.42 HESNARD, Angelo Louis, La thorie sexuelle des psycho-nvroses, psyco-analyse de Freud, Journal demdecina de Bourdeaux, N 24, Burdeos, 15 de junio de 1913.43 HESNARD, Angelo Louis y RGIS, Emmanuel, La Psychanalyse de nvroses et de psychoses, ses applicationsmdicale et extra-mdicales, Pars, Alcan, 1914-1929.44 ROUDINESCO, Elisabeth, op. cit., tomo I, pg. 247.45 ROUDINESCO, Elisabeth, op. cit., tomo II, pg. 20.

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    sus propios difusores, ser instaurada, por otros, como verdad a asumir completamente sinadiciones ni crticas.

    A contracorriente de esta difusin mdica o para-mdica del psicoanlisis enFrancia, la obra de Freud coagular en un medio artstico que se constituir en vehculo deuna representacin no teraputica del freudismo.46 El movimiento surrealista ser el que,asumiendo para sus fines la obra de Freud, la descentrar de cualquier intencin curativa oambicin econmica. A partir de 1914, la lectura de Freud articulada por los artistasrevolucionarios con Andr Breton a la cabeza, reafirmar el inters y dar otrosinstrumentos tericos para el anlisis de los fenmenos mrbidos, la muerte, el suicidio y elsexo. Rechazando absolutamente toda forma de racismo, antisemitismo, xenofobia opatrioterismo, y desde una apologa de la primaca radical del Inconsciente irreductible a laconciencia-, los surrealistas se enfrentarn no slo a la lectura mdica y psiquitrica deFreud, sino tambin a la aplicacin mdica del psicoanlisis llevada a cabo por lospsicoanalistas ms ortodoxos. La nueva ciencia es concebida como un portal para acceder anuevos mundos: la escritura automtica, que llevar al lmite la asociacin libre freudiana alliberarla de cualquier objetivo curativo, permita la disolucin de la subjetividad -controladapor la razn burguesa- en el mbito puro e indiferenciado del lenguaje; la valoracin de lalocura como acto creador, que llevar al lmite la tenue divisoria freudiana entre lo normal ylo patolgico, permita identificarse con la histrica, el loco, el manaco y todos losindividuos segregados por el sistema imperante; la radicalizacin patolgica de la sexualidady del Inconsciente, desligados de toda comprensin mdica de la psique, permitaentronizarlos como fuentes supremas de la creacin artstica; la exaltacin de la muerte ydel suicidio constituir la va para llevar al lmite la pulsin freudiana, una pulsinincontrolable e inasimilable por la razn burguesa. Freud deba ser investido asreinterpretado- con la corona del primer filsofo de la anti-conciencia.

    Otros partidarios de la utilizacin no teraputica del psicoanlisis, aplicarn tambinla teora de Freud como instrumento al servicio de la creacin literaria: desde Apollinaire aGide, el freudismo se constituir como fuente de la imaginacin artstica inspirando nuevasobras y nuevos personajes. Esta utilizacin literaria del freudismo permitir el despegue delas primeras traducciones de la obra de Freud: las Conferencias de introduccin alpsicoanlisis de 1915-1917 sern editadas en Francia en 1920 y los Tres ensayos de teorasexual de 1905 sern traducidos en 1923.

    Es esta vertiente artstico-literaria, para el mismo Freud, la que se convertir enverdadera difusora de su pensamiento, en un contexto mdico-psiquitrico caracterizadopor una hostilidad sin lmites. Sigo ahora a la distancia afirma Freud en 1925- lossntomas reactivos con que se consuma la entrada del psicoanlisis en Francia, tanto tiemporefractaria. Se formulan objeciones de increble simplicidad, como aquella de que chocaranal sentimiento de finura de los franceses la pedantera y rusticidad de las designacionespsicoanalticas (...). Otra manifestacin (...): el gnie latin es totalmente inconciliable con elmodo de pensar del psicoanlisis. (...) En Francia, el inters por el psicoanlisis parti de loshombres dedicados a las bellas letras. Para comprenderlo, es preciso recordar que elpsicoanlisis, con la interpretacin de los sueos, ha traspasado las fronteras de unadisciplina puramente mdica. En (...) Francia, se extienden sus mltiples aplicaciones a loscampos de la literatura y la ciencia del arte, a la historia de la religin y la prehistoria, a lamitologa, el folklore, la pedagoga, etc.47 De esta manera, el psicoanlisis, a travs de larelectura surrealista, la instrumentalizacin literaria y las publicaciones de los psicoanalistasfranceses, se extender definitivamente por Francia diseminndose como la peste: tema dediscusin en los salones de moda, objeto de debate en las revistas literarias o en las

    46 Ver ROUDINESCO, Elisabeth, op. cit., tomo II, Cap I, El surrealismo al servicio del psicoanlisis y Cap.III, Escritores, literatos y comesueos. Cfr. LPS, cap. 9, pg. 213-235.47 FREUD, Sigmund, Presentacin autobiogrfica, en Obras completas, op. cit., tomo XX, parte VI, pg. 157.

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    publicaciones psicoanalticas y blanco de escarnio en los espacios institucionales cientfico-psiquitricos.

    2. Marx con(tra) Freud. 1926-1945.

    Una segunda recepcin del psicoanlisis en Francia permitir la expansin definitivadel freudismo a travs de una discusin en torno al psicoanlisis en su posible alianza o ensu enfrentamiento con la obra de Marx. Sern los surrealistas quienes representarn losprimeros partidarios de un posible matrimonio entre freudismo y marxismo; frente a stos,los comunistas franceses del Partido repetirn la condena sovitica al psicoanlisis comociencia de clase. Por ello, la introduccin del debate marxista-comunista en torno a la obrade Freud en Francia no ser independiente de la recepcin que tuvo el psicoanlisis enRusia.48 As como en Francia afirma Roudinesco- el freudismo se implanta en un terrenominado por el bergsonismo, el janetismo y los ideales de la heredo-degeneracin, en Rusia,luego la Unin Sovitica, se introduce por la senda de un pavlovismo difuso, que funcionacomo una resistencia, imprimiendo su sello de conjunto a los debates sobre elpsicoanlisis.49 All Freud, acusado por el Partido Comunista de espiritualismo, serjuzgado desde una psicologa materialista y objetiva al servicio del condicionamiento delindividuo. El rechazo-resistencia se realizaba, al igual que en Francia, en nombre de lacientificidad de una doctrina universal del comportamiento humano. All, la reflexologa yPavlov sustituan como verdad a la psiquiatra de Janet.

    En la Unin Sovitica se cuestionar al psicoanlisis como teora y prctica de clase.La denuncia de su connivencia con los ocultos intereses polticos de los grupos dominantesir de la mano de la posesin -por parte del marxismo oficial- de un supuesto saberpositivo sobre la psiquis: la psico-fisiologa de inspiracin pavloviana. El debate ser unembate epistemolgico: el mtodo cientfico de la psicologa implicaba siempre una gestinexperimentalista del individuo, como condicin imprescindible de la objetividad de lateora. As, contra la charlatanera del idealismo analtico, se enarbolarn las banderas de laobjetividad de la verdadera ciencia, la materialista. La crtica marxista proyectaba as en supsicologa del hombre nuevo su deseo y su plan de que las cargas psquicas distorsionantesy alienantes fueran finalmente borradas por una ciencia de corte materialista que permitirareeducar a los sujetos para una nueva sociedad sin clases: no habra locos ni sufrimientospsquicos en la sociedad comunista, porque todos estos padecimientos presentes no eransino el producto y la consecuencia de las diferencias de clases mantenidas por un rgimende explotacin-alienacin psico-antropolgico.

    Se trataba pues, en el caso de Freud, de un idealismo de clase que promova laadaptacin de los enfermos: haba que rechazar la teora de la sexualidad por carente desubstrato anatmico, la pesimista pulsin de muerte que impeda la felicidad del individuo,y el idealismo filosfico que supona y que sostena toda la elaboracin freudiana. Se tratabade condenar a Freud en nombre de la nica ciencia verdadera sobre el hombre (fusinperfecta de psicologa, neurologa y fisiologa). La oposicin entre la versin marxista delpsiquismo y la versin idealista de Freud deba hacerse evidente: el padre del psicoanlisishaba dado nacimiento a su nueva ciencia separando la explicacin psicolgica de laneurolgica, haba instaurado la primaca de los procesos inconscientes sobre la conciencia

    48 Ver MILLER, Martin A., Freud and the Volsheviks. Psychoanalysis in Imperial Russia and the Soviet Union, Yale,

    Yale University Press, 1998, trad. Nora Dottori, Freud y los volcheviques, Buenos Aires, Nueva Visin, 2005, pg.47-63 (introduccin del psicoanlisis en Rusia), 121-156 (para las crticas al psicoanlisis como ideologa) y166-186 (para la guerra contra el psicoanlisis de los aos treinta).49 ROUDINESCO, Elisabeth, op.cit., tomo II, pg. 52.

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    y haba devastado cualquier optimismo revolucionario asumiendo que la agresividad era uncomponente inherente a la naturaleza humana. Un entendimiento entre la versin marxistasovitica y el freudismo no sera posible y no deba ser posible.

    En efecto, en 1930 la actividad psicoanaltica cesar definitivamente en la UninSovitica al asumir oficialmente el Partido la responsabilidad de la orientacin de lapsicologa dialctica y al condenar irremisiblemente al freudismo (al cielo) de la ideologaburguesa reaccionaria. As, la primera evaluacin del psicoanlisis desde el marxismo,discurriendo por los carriles de intentar medir su grado de objetividad y de cientificidad,concluir en la condena cientfico-poltica de la teora de Freud. El Partido y susintelectuales garantes dictaminarn que: la nocin freudiana de sexualidad debe serconsiderada como peligrosa para la sociedad socialista por ser narcisista y asocial, portadorade un orden anrquico que arrastrara a las masas al libertinaje; por otro lado, en tanto queteora que carece de sustento fisiolgico real est condenada al fracaso prctico en suobjetivo de condicionar a los individuos (cura de sntomas); finalmente, es obligado elrechazo absoluto de la doctrina que asume una pulsin de muerte no condicionable, ennombre de un optimismo humanista que aspira a producir definitivamente una sociedadconciliada.

    En la Francia de los aos 30, el debate en torno a las relaciones posibles entrefreudismo y marxismo ser una mera sombra del debate ruso, una pobre y mala reiteracin:los comunistas asumirn una posicin anti-freudiana crtica del psicoanlisis (de su teorasexual, de la pulsin de muerte, del papel no-revolucionario de la terapia) repitiendo en casitodo la condena sovitica. Los surrealistas, ahora convertidos a la nueva fe del marxismo,propondrn la primera alianza entre Freud y Marx entronizando al psicoanlisis comoprctica revolucionaria. Sern finalmente expulsados del Partido. Frente a este debatepoltico, los psicoanalistas ortodoxos franceses, baluartes de un freudismo puro, semantendrn ajenos a la posible relacin entre su prctica y las tesis revolucionarias,exactamente en la misma distancia de seguridad que se mantena el padre fundador.

    Fuera de Francia, ser de crucial importancia (por su futura introduccin en elcontexto francs de los aos sesenta) el intento de unificacin de la teora del deseo(Freud) y de la teora poltica de Marx realizado en los aos treinta por Wilhelm Reich conla edicin de La funcin del orgasmo.50 En esta obra, criticada por los psicoanalistas de laIPA a causa de su comunismo y despedazada hasta la condenacin perpetua por loscomunistas ortodoxos, Reich volver a repetir la crtica al psicoanlisis freudiano comociencia de clase que ya haban elaborado los intelectuales comunistas, rechazando porcompleto los ltimos descubrimientos freudianos, consecuencias del pesimismo de unFreud abatido y arruinado.51 La oposicin de Reich al freudismo se fundar esencialmenteen el rechazo de la negatividad que supona la pulsin de muerte, oponindole la idea deuna felicidad posible para la humanidad futura, si alcanzaba la reconciliacin y la des-alienacin orgsmica. Pretendiendo solucionar la falta de materialismo y de cientificidad dela doctrina del maestro, gracias a sus experimentos energtico-biolgicos (el orgn), Reichidentificar sexualidad con genitalidad y genitalidad con energa sexual. As desexualizar lateora freudiana en beneficio de una genitalizacin biolgica que har del orgasmo pleno elobjetivo esencial de una vida sana. As se unan, en su proyecto teraputico-liberador, lashiptesis marxistas de la revolucin poltica y las tesis de Freud sobre la sexualidad.Explotacin social y represin sexual podan ser concebidas como dos caras de la mismamoneda capitalista gracias a una serie de sustituciones tericas (genitalidad en lugar desexualidad, potencia sexual en el orgasmo como condicin de la salud mental, energa fsicaen lugar de libido, etc.). Reich desexualiza la libido freudiana en beneficio de una

    50 REICH, Wilhelm, The Discovery of the Orgone. The Function of the Orgasm, Nueva York, Orgone Institute Press,1927, trad. Felipe Surez, Barcelona, Paids, 1993.51 Ver ROUDINESCO, Elisabeth, op. cit., tomo II, pg. 57, ss.

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    genitalidad biolgica fundada en la esperanza de una reeducacin del individuo alienado:constituir un deber del mdico lograr que el individuo alcance la potencia orgsmicanatural, contraveneno de cualquier neurosis, dado que la represin es el origen social de lasenfermedades mentales.

    La teora psico-biolgica de Reich culminar en una arenga psico-poltica: lagenitalidad del proletariado debe liberarse del microbio burgus de la represin del placersexual, porque en la sociedad capitalista no habr felicidad posible mientras el deseo seaaplastado bajo el yugo del trabajo alienante. El goce futuro y la salud perfecta del hombrenuevo sern posibles slo si los individuos son reeducados en la libertad sexual y puedenalcanzar el orgasmo pleno y sin barreras. Frente al freudismo ortodoxo, la teora psico-genital reichiana acusa a los psicoanalistas de querer domesticar el sexo y participar en larepresin social de ste aceptando el principio de una adaptacin del individuo a los idealesdel capitalismo burgus. Igual que Rank y Ferenczi, (...Reich...) abandona el papel delterapeuta pasivo para intervenir de manera activa en las curas; pero su prctica y su teoraquedarn marcadas por un espritu medicalizante que corre parejo con un energetismo cadavez ms pronunciado.52 El biologismo delirante de Reich, por el que se opondrtajantemente a que existan psicoanalistas reichianos que no sean mdicos, asignar uncarcter subversivo a la genitalidad libre: lucha sexual y lucha de clases coinciden, loscambios en la infraestructura econmica estarn ntimamente relacionados con larevolucin de la organizacin sexual socio-individual. Frente al poder y la explotacincapitalista, el deseo libre y el placer intenso se proponen ahora como initium de unmovimiento hacia la conquista de la libertad social definitiva.

    Los psicoanalistas franceses de la primera generacin (1922-1935) desconocern enprofundidad los textos de este freudo-marxista. Se mantendrn inmersos en una atmsferade lucha cultural a favor de la ortodoxia freudiana: una defensa de Freud contra unaideologa mdico-psiquitrica a la que se sumaban ahora las crticas de un PartidoComunista Francs que rechazaba al psicoanlisis como ideologa de clase, reiterandomecnicamente la evaluacin de Freud realizada desde la psicologa materialista sovitica.Pese a las divergencias, no haba otra corriente poltica capaz de acoger al freudo-marxismoque no fuera el Partido Comunista: slo en sus ediciones poda tener cabida un Reich nosin restricciones y notas crticas. En efecto, mientras los psicoanalistas ortodoxos difundenla teora freudiana al margen de la discusin sobre un posible enlace con el marxismo, elPartido Comunista Francs reitera las acusaciones espiritualistas contra Freud, y lossurrealistas son obligados por el Partido sovitico a renunciar al freudismo o a abandonarlas filas del comunismo, se editan en Francia dos artculos de Reich, amputados por laortodoxia del PCF: Ediciones Sociales Internacionales publica en 1934 un libro de Reichtitulado La crisis sexual. En realidad el volumen, cuya traduccin realiza un estudiante demedicina llamado Tnine, rene tres textos, y slo dos son de Wilhelm Reich. El primero,que lleva por ttulo La crisis sexual, es un extracto de la primera versin de La revolucinsexual publicada en alemn en 1930. El segundo, titulado Materialismo dialctico ypsicoanlisis, es la reproduccin expurgada del artculo publicado con el mismo nombre.(...) Por ltimo, el tercero es la traduccin de una larga exposicin del socilogo ruso I.Sapir titulada Freudismo, sociologa y psicoanlisis. El autor critica ardorosamente a Reichadoptando las tesis de los antifreudianos soviticos (...).53 Habr que esperar mas de treintaaos para que el debate freudo-marxista se reavive en Francia.

    A partir de los aos treinta, la obra de Freud ser evaluada en Francia desdediferentes y a veces opuestos puntos de vista, que provocarn la inseminacin delfreudismo en las ms dispares instituciones (psiquitricas, psicolgicas, universitarias,catlicas, etc.). Primero, frente a la aceptacin y la conversin absoluta de los psicoanalistas

    52 ROUDINESCO, Elisabeth, op.cit., tomo II, pg. 58.53 ROUDINESCO, Elisabeth, op. cit., tomo II, pg. 62.

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    a la doctrina del maestro viens, permaneciendo inmunes a cualquier tipo de crtica poltica,se operar un intento de fagocitacin psiquitrica del freudismo. Henri Ey elaborar, apartir de 1933, una crtica al aislamiento psiquitrico y al ideal de reintegracin socialutilizando para la cura todas las terapias disponibles psicoanlisis incluido- peromanteniendo las tesis orgnicas, aunque dinmicas, que explicaban la locura. La concepcinde la enfermedad mental como involucin de la personalidad, como disolucin de lasfunciones orgnicas o como dficit energtico del sistema nervioso estaba llamada a sersuperada, complementando la rgida tradicin psiquitrica con un tratamiento eclctico enel que el psicoanlisis tendr su lugar propio -siempre que no se abandonara la primacaincuestionable de la medicalizacin y de las drogas.

    La Edad de oro del psicoanlisis francs se ir conformando tambin, a partir de losaos treinta, a travs de su diseminacin en otros escenarios sociales. En medio del debateentre la pertinencia del psicoanlisis laico (defendido acrrimamente por la princesaBonaparte) o del psicoanlisis mdico (defendido por los freudianos ortodoxos), elfreudismo se introducir en la universidad francesa. Daniel Lagache propondr una posibleintegracin entre psicologa y freudismo;54 Sacha Nacht redescubrir el potencial de laclnica freudiana frente a las maniobras de la psiquiatra; finalmente, en los medioscristianos, la revista Esprit comenzar a dar a conocer el valor teraputico delpsicoanlisis aunque rechazando todava su filosofa pansexualista, iniciando una va dediscusin entre los cristianos progresistas y las mltiples ramas del freudismo (quesolamente florecer luego de la Segunda Guerra Mundial). Frente a las re-interpretacionesuniversitarias, psiquitricas, psicolgicas y mdicas de Freud de los aos treinta, la obra delpadre fundador ser definitivamente revitalizada a partir de una lectura que se otorgar elprivilegio de volver a Freud, desestimando el valor psiquitrico-psicolgico (reforzamientodel yo) y mdico (como terapia reglada) de la doctrina y la terapia del maestro: los nuevosaportes tericos de Jacques Lacan inaugurarn, sin lugar a dudas, la edad de oro de unpsicoanlisis francs y a la francesa consumado en la apoteosis de una vuelta-superacin ala hegeliana que har decir a Freud lo que Freud nunca dijo.

    3. La Edad de Oro. 1945-1965.

    Implantado definitivamente el psicoanlisis en Francia y siendo objeto de discusinpara diferentes grupos sociales (psiquiatras, psiclogos, cristianos, psicoanalistas, artistas yfilsofos), el psicoanlisis continuar siendo uno de los blancos preferidos de la crticacomunista debido al triunfo del freudismo en los EEUU. Se trataba, ms bien, de unainterpretacin y una mutilacin de Freud: su terapia se transforma en Norteamrica en unaprctica mdica pragmtica que privilegia el fortalecimiento del yo frente al Inconsciente(impulsos del ello), proponindose como objetivo la adaptacin del individuo a la sociedad.As Freud, versin capitalista, se integrar como una terapia ms en el concierto de lasintervenciones mdicas, psiquitricas y psicolgicas. Frente a esta expansin del freudismoen los EEUU, y a partir de 1950, se reiterarn en Francia las condenas del PCF en nombrean de una ciencia total materialista del comportamiento humano: el psicoanlisis es unaideologa idealista, una ciencia de clase.55 A esta crtica se le unir una cruzada orquestadapor el Vaticano contra el feminismo, el marxismo, el liberalismo, el freudismo y el atesmo.Si en los medios catlicos progresistas franceses se haba desplegado un creciente inters

    54 Ver ROUDINESCO, Elisabeth, op. cit., tomo II, pg. 207-222.55 Ver LPS, pg. 224-228. Anlisis de la crtica comunista de intelectuales y mdicos del partido en la campaaque se organiza en 1949 con la publicacin de un manifiesto de denuncia del psicoanlisis como ideologareaccionaria.

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    por el psicoanlisis (revista Esprit) y por Marx (curas obreros), la doble condena de PoXII, haca al psicoanlisis especficamente por su teora sexual- incompatible con la moralcristiana y a Marx en su versin comunista sovitica-, inconciliable con la realizacin plenade la persona. Esta condena oficial de la Iglesia -contraria desde ahora a toda forma defreudismo- ser asumida sin dilaciones por los cristianos ms ortodoxos.

    Ajenos a estas acusaciones, en el seno de la Sociedad Psicoanaltica de Pars (SPP),valuarte de la oficialidad de la IPA, la discusin en torno a la obra de Freud discurrir porotros derroteros. La interpretacin de la teora de Freud que Lacan laboriosamente estabaconstruyendo era, para la poca, revolucionaria. El fundador del psicoanlisis francsaprende en los cursos de Kojve (sobre el texto hegeliano de la Fenomenologa)56 a hacerdecir al texto otra cosa que lo que dice, gestando una lectura que superaba lo que el mismoautor (Freud) poda haber comprendido de lo que estaba articulando. Ya en su tesis sobrela paranoia,57 de 1932, Lacan arremeta contra el psicoanlisis ortodoxo, instrumento deapoyo de la psiquiatra y manipulacin puramente mdica del enfermo. Revitalizando elpotencial de la escucha presente en el corazn de la obra freudiana, era posible, para quienser el futuro fundador del psicoanlisis francs, un tratamiento de la psicosis ajena porimposible al tratamiento psicoanaltico tradicional.58 Lacan provoca con sus intervenciones,conferencias y artculos. Ms tarde comenzar a ensear explcitamente en sus Seminarios,a partir de 1952, la necesidad de una vuelta a Freud, dando forma a un nuevopsicoanlisis, ciencia absoluta -irreductible a la medicina, a la psiquiatra, a la sociologa, a lapsicologa, a la lingstica, a la filosofa, a la poltica-. En su vuelta, Lacan rec