UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA -- YZTAPALAE'A

Departamento de Filosofía. División de Ciencias Sociales y Humanidades.

Cuaderno No. 20

CONFRONTACIONES: Algunas refle- xiones sobre el hombre y el so- cialismo "real".

Teresa Kwiatkoska Szatzschneider.

(Y~N1~l~r)Nl'A~:lC~Nl:S: Algunas reflexiones sobre e l hombre y e l socialismo 'Yeal"

POR TERESA KWIATKOSYA SZATZSCXNEIDER

"El comunismo es la captación verdadera de la esencia humana por e l hombre y para el hombre, (. . . ) es e l re torno del hombre a s í - mismo como e l s e r s o c i a l , como e l s e r humano- el retorno consciente que guarda todos los va lores del movimiento interno, este comunismo- (. . . ) e s e l humanismo: e s e l término de l a lu- cha entre e l hombre y l a naturaleza, entre - los hombres, entre la esencia y l a e x i s t e n c i a (...) entre l a l i b e r t a d y l a necesidad, entre e l individuo y su genero (. . .)".

Marx.

"El secreto de l a e x i s t e n c i a hunana con- s i s t e no solamente en vivir , s ino en enconi.8.- t r a r un motivo en vivir''

Cada época, cada paso en e l camino de l a humanidad hacia e l futuro,

fue testigo de una lucha incesante entre las cadenas de las estructuras socia-

les y e l hombre enajenado, entre e l "laberinto mundano" de la c iv i l izac ión ca - da vez más avanzada, mas expecializada, más racional y más deshumanizada y e l

'paraíso del corazón", el reino de l a l i b e r t a d humana, de su vida, su traba jo ,

La inspiración de l a s primeras ideas de este texto se encuentran en e l ensayo de B. Suchodolski "Los laberintos contemporaneos", Varsovia, 1972.

su comunidad. *

De este Lhcrinto de la locura en que fracasan Hamlet y Don Quijote -

buscan l a sal ida en e l mundo visionero, utópico Moro y Campanella, mientras Ba

con ve l a esperanza de l a humanidad en los pr inc ip ios c ient í f i cos ; l a I lus t ra -

ción se entrega a l progreso, a l a Razón para romper los lazos esclavizantes del

antiguo régimen. Nadie entendio este conflicto mejor que Rousseau. La 'dest:ruc -

ción de toda la es tructura socia l con su enorme piramide del poder, de l a pro-

piedad privada, podria vencer la alienacibn, podrla volver e l hombre a su verda -

dera comunidad, al auténtico paraíso del coraz6n.

-

La revolución francesa desmoronando Los vestigios feudales intentó -

eregir un nuevo sistema social, racional y claro, justo e igua1 i tar io ;un s i s -

tema unido y gobernado por las ideas fraternales, las del hombre, las del Cora -

zón.

La que v ió l a luz ,del día era, sin embargo, una sociedad burguesa -

l l ena de contradicciones, ajena a l hambre, l a 'lucha por l a unión del hombre con

su ambiente soc ia l no ha podido parar.

La primera ola de l a juventud romántica, e x t a s i a d a por las ideas

de libertad, indepcndiencia, justicia, fraternidad, a pesar de las persecusiom

nes y castigos tendió e l r e t o a l mundo conservador, a l mundo s i n alma, s i n co -

r a z h , a l a esclavitud del ser humano en e l nombre de l a humanidad unida y li-

bre.

* "Laberinto del mundo y el. paraíso del corazón7' asi l l d a su li bro Jan Amos Komensky (1592-1670), pedagogo reformador checo. Perseguido por su fe, a l abandonar su patr ia escr ibió esta obra como l a voz de l a esperanza- para l a gente envuelta en l a locura del mundo poderoso, enajenante, enganoso. La simbólica del libro del laberinto y del paraiso como 1.a realizaci6n de los valores humanos e r a l a expresión mhima y muy p6etica de las e q m i e m i a s de los hombres en e l umbral de los tiempos modernos.

2

Estas inquietudes cobran más importancia a l paso de los años, a l o -

largo del desarrollo de l a c i v i l i z a c i h i n d u s t r i a l , l a que a l parecer condena-

ba a l mundo de los valores a l abismo de l a consunci6n y opulencia.

La conmoción de l a primera guerra mundial acabó con e l optimi-smo del

s iglo. Freud abre al. individuo e l mundo del psicoanálisis , l a alternativa in-

terna del laberinto dc las relaciones sociales, l e vuelve l a confianza en s i -

mismo l e j o s de los problemas mundanos.

Todas las teorias represivas de l a cultura no le impiden a Herbert -

Marause encontrar en e l amor y l a l i b e r t a d las ihicas fuentes de todo l a crea-

tividad, de l a c iv i l izac ión ; los h icos va lores capaces de salvar a los huma - -

nos del inmenso laberinto de l a opulencia, de las mercancías, del mundo c o s i f i -

cado, en l a &poca del consumo masivo.

Negarlo es captar de nuevo e l poder de l a Razón; a l abrirse a las -

nuevas formas de l a sensualidad y sensibilidad, a las ideas que nos pueden l l e -

var a l orden solidario y espontheo de l a humanidad, a l nuevo laberinto social

donde e l ser humano pueda encontrarse a si mismo en l a visión de l a paz y f e l i -

cidad, puede entrar a l "paraiso del corazón", a l reino cle l a l ibertad, donde-

será capaz de rechazar todo e l miedo y liberarse de l a opresiva presencia de -

las cadenas sociales.

hi, desde e l pensamiento europeo temprano l a bkqueda de la sa l ida-

del laberinto mundano, de toda l a subordinacih del hombre a las cargas impues-

tas por l a organización social, se desb.ordaba o en e l refugio completo en e l -

reino divino, en la vida mejor pero más a l l á de aquí, o en las visiones ut6pi-

cas de las t i e r ras i e janas donde l a gente vivía en l a simplicidad d e l corazón,

O en las produndidades psicolbgicas internas del individuo mismo.

3

Casi S ~ J I I I I ~ ~ ! I I K : : U I K ' I ~ ~ C ;ip;lrcci6 la duda de l a necesidad de dejar este-

mundo, la creación de1 hambre par3 poder salvar a l mismo. Se& Bacon l a cien - '

cia y l a t6cnica eran los m& poderosos instrumentos para "purificar" l a Raz6n

de las ilusiones desorganizadoras, esclavizantes de l a imaginación y las pasio -

nes con e l f i n de fundamentar e l reino del hombre nuevo.

En los programas de reforma soc ia l de los s iglos XVII y XVIII, las -

esperanzas que Bacon encontr6 en el mundo de la ciencia concurrieron con las -

de Campanella de l l egar a l a verdadera Ciudad del Sol.

E l sociali.smo utópico ya desde sus comienzos en e l s i g l o XVII encon-

trb los cimientos clcl laberinto del poder y del derecho, de esta red esclavi -

zante de las relac-iones sociales que explotan a l ser humano despojandola de t o -

da su humanidad, en l a propiedad privada.

Los s o c i a l i s t a s vislumbraron l a s causas de l a miseria humana, desper -

taron las esperanzas, todo s i n poder reconocer los caminos hacia e l mundo mejor.

Todavtia quedaba por contestar l a pregunta: i cómo l a civi l ización industrial - -

puede procurar el bienestar material y espi r i tua l de toda l a humanidad, l i b e - -

rar a l hombre, m vez de esclavizarlo.

Al luchar contra todos los laberintos del mundo humano, a l proponer -

l a reconstrucción completa de las condiciones de l a vida, e l marxisi7o &irid..$&

esfuerzos socio-ideológicos contra esta red eterna, opresora y enajenante, Ps

ra salvar a l hombre de toda l a subordinacih forzosa a l a organización socio-

económica.

4

"El rdgimen s i n antagonismos post-capital istas no e s simplemente un-

t ipo socia l entre otros , es e l término de l a búsqueda de l a humanidad por e l l a

misma" (1).

El socinlismo traia l a promesa dc la l iberación del hombre, dejándo-

l e en sus manos todos l o s medios potentes y e f i caces que l a c i e n c i a y tecnolo-

g4a le pudieron ofrecer.

Al parecer l a humanidad por f i n encontró l a s a l i d a clara y racional

de su eterno laberinto por e l camino nuevo y audaz, que conducia a l a reconci-

liaci6n del hombre con su ambiente socio-polit ico; "'purificando" simultáneamen - -

t e l a moral, l a Raz6n y l a psique humana de todos los vestigios del pasado - enajenante ,.junto con l a construcción de LUI nuevo orden soc ia l jus to y l ibre.

A l l í en e l mundo racional e l hombre podria encontrar e l verdadero -

sentido de l a vida, oscurecido por las previas circunstancias sociales, en po-

cas palabras ' l . . .esclarecer las causas de la. situación actual e interpretar-

sus perspectivas futuras (. . .), a s í como tambi6n -y e s t o es especialmente im -

portante e l tratar de buscar l a posibilidad de coex is t i r con l a realidad histó -

rica, de participar en su confi.guración.. . I f (2).

1. - B. &on, Etapas del pensamiento sociológico, Siglo XXI, Buenos Aires,

2 . - L. Kolakowski, E l hombre sin alternativa, Alianza, p.p. 229.

P.P. 199.

5

Sin embargo,esta unión entre los dos cfrculos de l a vida humana: e l -

macrocosmos social , e l espacio de l a h i s t o r i a magna con sus hazañas globales, - sus transformaciones, sus movimientos sociales, sus insti tuciones poderosas y

e l mundo del hombre, de sus expc~.iencias,de su vida diaria, de las h is tor ias -

individuales, a veces ca6ticamente dispersas; esta transcripción de las ideas-

grandes en l a a u t f n t i c a motivación de un ser humano, este encuentro entre l a - ideologia de l a humanidad y l a humanidad misma se convirtió en uno de las más-

d i f i c i l e s problemas de l a c ivi l ización del hombre moderno.

Tal como l o escribió Marx: 'l.. .un hambre universal, completo y t o t a l

tiene que captarse como una fuerza pr'actica para 'que las ideas no existan en -

e l mundo fuera de l a realidad.. . ' I

De todos los temas tradicionales de l a t e o r í a d e l hombre, del huna 4

nismo marxista, e l m& tradicional consiste en tres preguntas : primero, inte -

rrogarse por las causas de l a desgracia humana para poder, como l o expreso' e l -

autor, "...rechazar todas las relaciones en las cuales e l hombre es un ser opri -

mido, esclavizado, abandonado, despreciado..."; segundo, preguntarse por l a -

concepción del hombre nuevo, su conciencia, su sentido de l a vida, sus valo -

r e s , l a cuest ión v i ta l en l a kpoca postrevolucionaria: I f . . .La educación del -

hombre nuevo en un espí r i tu que se diferencia de l a postura d e l "burguds" con-

su avaricia material y su egoísmo, requiere e l cambio del modelo, un cambio del

esteriotipo del hombre. . ." (3)

3 . - A. Schaff, "Marxismo y e l " individuo humanot1, Grijalbo, p.p. 258.

6

Por Gltimo hay que reflexionar sobre los caminos de es te ser humano

en statu nascendi hacia su reino de l a libertad, .el devenir de l a humanidad-

misma.

Son precisamente los dos Últimos puntos en donde, en e l 'mundo del reg

lismo marxista, se f i l t r a l a mitología tan inverificable como todas las teodci -

teas, pero sumamente peligrosa para e l f in principal .

E l hombre nuevo, e l hombre comunista es un ser dotado de diferentes-

virtudes y capacidades morales e intelectuales, los valores que forman un f i n -

para s í , un hombre de una elevada sensibilidad estética, un hanbre independien - t e y libre en su pensar, su s e n t i r , capaz de acompañar consciente y activanren - t e l o s pasos racionales de l a Historia.

E l hambre comunista capta los valores y las normas morales no auto-

máticamente sino ". . .por l a vi'a de re f lex ih , asjmilación que se alcanza atra - ve's de un esfuerzo intelectual que reestablece l a conexión con l a vida median-

te l a i n t e l e c c i h de e'sta. . . " (4) .

h i vale r e w r a ~ ~ ~ l a r e f l e x i ó n de E. F r m , l a cual dice que ". . . l a

influencia de toda doctrina o idea depende de l a medida en que responda a las

.necesidades psíquicas propias del carácter de aquellos hacia los cuales se d i -

rige.. ." (5)

4 . - I . Kolakuwski, op. c i t , p.p. 233. 5 . - E . Framn, E l miedo a l a libertad, Paidos, p.p. 94.

7

es decir las .itlcas o normas que\ no son arraigadas cn 13s profundas ncccs:ida -

des de l a conciencia, tendrán meramntc una influencia insignificante sobre la

vida y las acciones del hombre.

Aqui es donde l a metodológica simplificación marxista permite l a in-

terpretación Voluntaria la mitologizacifm de su teor ía de l hombre. Por eqUiV0-

cadas razones p o l i t i c a s , por l a visión grande del mundo, en donde desaparecen-

l o s seres humanos individuales, la mjltcj1og”Y.a del .ho$bre .socical sastit~ye la 3el

individuo s o l i t a r i o y alienado. E l hombre vivo y r e a l se transforma en un mo-

delo de l a personalidad socialmente deseada; sujeto abstracto del proceso his-

tórico, invariable, despojado de toda l a escencia humana. La despreocupación-

por las diferencias individuales, por todo e l mundo profundo que existe fuera-

del laberinto de l a poderosa autoridad p o l i t i c a , e l que modela y crea la perso -

nalidad misma, conduce a la Ident i f icacibn de un acto largo y consciente de -

l a creación del hombre nuevo con la terca decisi6n burocriitica de cambiar los-

colores del ideal venerado.

La persona experiencia enseña que e l automatismo en l a selección de-

los medios institucionales provocado por el deseo de alcanzar el modelo exclu-

s ivo resul ta per judic ia l para e l f in pr incipal .

De l a grandiosa perspectiva del futuro bri l lante, del reino de l a li -

bertad prometida, e l espacio histórico lentamente pierde sus rasgos racionales

y rea les , para convertirse en un lugar abstracto donde luchan las fuerzas per-

sonificadas del mal y d ~ l bien,,co?l e l fin de alcanzar l a felicidad faustiana.

8

En este espacio de procesos y transformaciones inmensas, desaparece

todo l o pequeño, lo humano.No hay individuos, hay sólamente clases sociales que

ascienden y descienden según las leyes históricas invariables y necesarias.

Esta perspectiva del olvido de un mundo interno de un ser humano pro -

vaca, que "se extinga todo sertimiento de coexistencia activa con l a realidad

s o c i a l , que desaparesca e l sentimiento de 1.esponsabilidad respecto a l a h i s t o -

r i a humana actual , que se adonnesca l a in ic ia t iva y s u r j a un descorazonamiento

general. A e l l o siguc l a interrupción del <contacto de l a consciencia con e l -

mundo que nos rodea, la vue l ta a una actitud meramente contenplativa e l sen-

timiento de f a l t a de sentido de l a propia existencia. Tales peligros aparecen

(. . .) en lcls condiciones de l a vida social ista tan pronto coino surgen elemen+.

t o s de inercia conservadora, de monopilizaci6n de l a creacih soc ia l y de desa-

parici6n del influjo de l a i n i c i a t i v a de l a masa.. . ' I (6).

Cuando In sociedad o las condiciones de l a vida diaria obscurescan -

las perspectivas de actuar de acuerdo con nuestros valores o normas morales, -

éstas adormecidas funcionan como s i faman genes recesivas; los que existen pe -

r o no acttian.

No obstante,cano lo a test igua l a historia, los acontecimientos explo -

sivos, los movimientos sociales en l a búsqueda de un mundo democrdtico, jus to

y l i b r e , son capaces de destruir no sólamente l a jerarquía ordenada del labe - - r in to soc ia l con toda su fuerza polít ica, s ino tambign sacar a l a luz del día -

todo 10 que verdaderamente conmueve a l ser humano, todas las fuerzas activas-

6. - L. Kolokowski, op. c i t , , p.p. 233.

9

en e l mundo de las historias individuales.

E l programa social que sarge d e l deseo i n i c i a l de reconciliación del

hombre,perdido en e l laberinto de las relaciones hosti les y ajenas con su mun-

do, tiene que equilibrar dos tendencias: l a de racionalización del orden eco -

nómico-social y l a modernización del sujeto de estos cambios, de su elemento -

v i t a l , d e l ser humano; atando las perspectivas ideológicas de los pasos futu -

ros , l a red de las decis iones pol í t icas a los valores e ideales educacionales,

uniendolos en l a p r á c t i c a de l a vida diaria, en las experiencias reales del -

hombre, fi ltrandolos en sus necesidades profundas, en su sentido de vida. La-

unión armónica de los instrumentos de l a dirección polít ica en e l acto de l a -

reconstrucción de l a sociedad con la dirección cultural podrá resul tar en l o -

que ha soñado Gramsci: en l a . . ."formación de una voluntad colectiva capaz de

crear un nuevo aparato estatal (. . . ) de transformar l a sociedad". . . y 'l.. . en -

l a elaboración, difusión y l a r e a l i z a c i ó n de una nueva concepción del mundo".

(71

... "los individuos que aceptan c i e r t o s modelos de valores y normas -

de comportamiento en sus acciones y las situaciones, que l e s atañen, tratan de

actuar ta l como lo demandan estas normas". . . ( 8 )

7.- L. 8.- F.

Althusser et . a l . , E l pensamiento p o l i t i c o de Gramsci, p.p. 169. Znaniecki, Las enseñanzas - sobre la cultura, Varsovia 1971, p.p. 463-464 (en polaco. ) .

Según e l dibujo ideal que se desprende del humanismo marxista, en

l a personalidad del hombre a fines de nuestro siglo se deberían unir l a pa-

sión creadora, iniciativa propia, con las actitudes socializadas, con e l de -

seo de romper las cadenas del individualismo cerrado, de un comportamiento

"yo primerott, para atar los logros personales a los éxitos de toda l a so -

ciedad, para un trabajo c&, responsable y ef icaz .

No obstante, precisamente aquí e l hombre necesita la motivación,-

l a cooperación y l a respuesta del sistema político. Necesita encontrarse - a s í mismo, a sus valores y normas morales en l a red de las relaciones so - c i a l e s que l e rodea. Necesita convertirse en un sujeto activo de l a p o l í t i -

ca diaria, identificar sus esperanzas individuales con l a s metas ideol6gi -

cas. Al ser rechazado, e l hombre se puede volver pasivo, indiferente, aje -

no a l sistema, que le ha prometido e l l'paraíso del corazóntf, pero nunca -

dejará de luchar por su independencia, su libertad y su subjetividad contra

todos los esfuerzos del laberinto del poder y del derecho de mantenerlo en

las garras de una dictadura esclavizante, enajenante y totalizadora.

11

Erase una vez l a generación . . . *

. . . Cada año, en cada generación surge un espí r i tu , una grandeza y poco a poco sumerge en l a som - bra.. .

S. WYSPI ANSKI

En e l s i g l o XIX l a h i s t o r i a p o l í t i c a de Europa, en su tercera parte

fue e s c r i t a por los jovenes. Entre e l Congreso de viena (1815) y e l levanta -

miento de Enero en Polonia (1863) l a o l a de revoluciones y conspiraciones por

las que en aquel entoces atravesó Europa, eran en su mayor parte producto del

entusiasmo juvenil con sus deseos de corregir los males sociales y pol í t i cos

para poder formar una sociedad j u s t a , l i b r e e independiente.

E l 13 de diciembre de 1981, e l golpe de Estado acabó con las esperan - zas que durante c a s i quince meses animarh e l pueblo polaco: l a esperanza que-

unió a cerca de 10 millones de miembros en e l Sindicato l ibre SOLIDARNOSC; l a -

esperanza de profundos cambios sociales y pol í t i cos que fueran capaces de l l e -

var a cabo l a s importantes metas colectivas y personales; esperanzas que gu -

dieron devolver l a dignidad a l individuo humano, y darie su lugar en esta so -

ciedad, l a del "socialismo real".

* Está parte del ensayo esta basada en los datos obtenidos en e l a s t i l l e r o de - Gdonsk (cuna de Solidaridad) en 1978, de la P janta de l a industria aérea en - Rzeszow en 1979, de l a Escuela Superior Pedagogica en e l mismo año y de otros ya existentes, sobre todo los hechos por Stefan Nowak. (un destacado sicólogo polaco, cuyas investigaciones estaban dedicadas a d e f i n i r e l sistema o s i s t e - mas de valores de l a sociedad polaca). Ver "values an attitudes of the Polish People", S c i e n t i f i c American, July 1981, vol. 245, No. 1 (Nowok rea l iz6 es tos estudios durante los Últimos veinticinco años).

1.2

~1 papel signif icativo CJI cstc movimiento espontheo, como muchas - veces en e l transcurso de l a h i s t o r i a moderna pdaca* , 10 jugaron IOsjOWPes,

l a generación cuyos valores fueron heredados de la t radic ión y cultura polaca-

y creados por e l ambiente de l a sociedad soc ia l i s ta . contemporánea, l a d e l "SQ-

cialismo real".

En cada época, en cada sociedad y en cada generacih son los mejores,,

los más activos, más dinámicos, los que luchan por e l futuro mejor, por l a li-

bertad, l a j u s t i c i a y l a paz entre los hombres. Son,por e l lugar 'que ocupan en

l a vida, más notorios que los demás; su papel, influencia, sus hazañas y SU 1u -

cha por e l porvenir llega a ser parte de l a leyenda, del modelo ideal de cada-

época.

En los Últimos tiempos se ha discutido mucho sobre l a fórmula de l a

responsable participación del hombre en l a p o l í t i c a a c t u a l , l a que podría rein -

tegrar la vida individual en l a h i s t o r i a comtín, comprendida y sentida como h w o -

r ia propia. Este sentimiento de l a actividad conciente en la h i s tor ia rac ional * *

debe s e r precisamente l a obra de l a conciencia comunista, l a afirmación de l a -

vida que no se rinde ni s iguiera ante la v is ión de l a posible derrota.

La idea de l a coexistencia activa del hambre con la rea l idad po l í t i -

ca cobró nueva importancia en las últimas dgcadas de los rápidos y revolucio-

narios cambios técnicos y sociales. La sociedad moderna, es ta "complejidad o r i- ..

-

*Las protestas obreras y estudiantiles de los años 1956, 1968, 1970, 1976 y

**V.L. Kolakowski, E l hambre sin alternativa, Alianza, p. 232. 1980.

13

ganizada'', requiere la f l ex ib i l idad y e f i cac ia en su administraci6n arraigadas

en los valores personales del progreso, de l a creatividad y superaci6n indivi-

cual para enganchar las fuerzas miigicas de l a tecnologia, informdtica en l a -

lucha por l a plena liberación del hcnnbre mismo.

Sin embargo, desde hace algunos años, en Polonia, los sociÓlog(x se

habian quejado de l a imagen generacional de los jovenes polacos, ya que kste

carecia de algunas facetas esperadas.

La fe l iz vida familiar, e l amor , amistad, auto-realización personal.,

accmpañados a veces por l o lritil e interesante de l a labor profesional es decir

e l "pequeño mundo privado'' dominaban e l sistema de valores de los jovenes, -

quienes van a tomar de las manos de sus padres, en un futuro cercano, las r ien

das de las decisiones sobre e l porvenir de su patria s o c i a l i s t a ,

7

E l mundo de los grandes acontecir ientos , importantes decisiones, e l -

mundo de l a p o l i t i c a p a r e c i a no tener ningL la atracción. Parecia, que los Jo-

venes trataban a l mundo externo con un cuid<ido prodigioso, con l a desconfianza

a todos los esquemas del pensamiento, a todas las relaciones formales, sobre -

todo insti tucionales, Las mentiras y convenciones de l a vida social contra -

rrestaban con su distinción e individualismo, e l knfas is en l a vida privada,

Esta "felicidad personal" encerrada en su pequeño mundo parecia funcionar como

un escudo defensor, e l cual les protegía, como individuos, contra los defectos

de l a realidad social, contra e l complicado mundo de los asuntos importantes - y de las instituciones.

Las nomas morales y l a conciencia limpia eran meramente un agrada-

b l e y deseado suplemento a la v i s i6n de l mundo lleno de los bienes materiales.

Alto prestigio alcanzaron los valwes intelectuales, sabiduría y co -

nocimiento,

" . . . Los jovenes -como expresó uno de los autores-, en su mayoria es-- *

t s n tratando a l t r a b a j o t a l cano l a educación puramente instrumental, así cm?

un medio para conseguir l a s metas más valiosas de su vida: la fe l ic idad perso-

na l , mediante una posición social ; e l nive educativo y material; e l ser útiiit;

y por Último la necesidad de una pertenencia social.. . I 1 (9)

A pesar de valorar la participación activa en e l mundo soc ia l , de -

las aspiraciones creativas, en l a c o x i e n c i a de los jovenes, 10s grupos socia-

les , 1% asociaciones,las. organizaciones están ausentes, alejados a ~ e n ~ ~ ; ; : ~ a r t e de

l a s familias de SUS papas y de las nueWs,las. suyas no deseaban identificarse 0

pertenecer a n i n b otro grupo, quizá sólo para divertirse, para paracticar. al-

a h deporte. IDS valores familiares, l a armonía entre el hombre y l a mujer, e l amor

tranquilo, la p3Z del hogar, l a conciencia de l o privado dominaban su sentido de

13 vida. Desde és te ángulo, del trabajo provenia la satisfacción personal , l a

promesa del mejor y más abundante futuro, l a posibilidad de ayudar a los suyos.

Se distinguian claramente los dos c i rcu los , e l del mundo socio-polít ico, de -

los acontecimientos grandes pero lejanos y e l de l a vida privada. El amor, l a

armonía familiar y el trabajo bueno sa t i s fac ia l a cur ios idad de l a vida de e's-

tos jovenes. Nu les interesaban los puestos pol í t icos del poder n i las perspec -

9. - M. Kozakiewicz, Los jovenes contemporaneos y e l mundo de sus valores en "La cultura polaca y e l sistema de valores socialistas", (B. Such0 - dolski e d . ) , Kiw, Varsovia, 1977. p.p. 479-480 (en polaco),

t ivas de subordinar a los demás, de decidir sobre su vida o l a de su país, -

Tanpoco les atraían los riesgos de l a vida llena de aventuras.

Parecian aceptar e l mundo de los adultos tal como e r a , con su mane-

r a de v i v i r , de subir lentamente los escalones del prest igio socia l , del éxi-

to profesional.

¿Eran así pasivos, cerrados en su individualidad, en sus problemas

pequeños, en l a h is tor ia de cada día, de cada uno, o eran sólamente l a s face-

tas que escondian las aspiraciones adormecidas, los valores latentes?

Pues en los años siguientes al surgimientos de Solidaridad (1980), -

en este "lapso de l a libertad", los jovenes podían y quer'lan participar acti-

vamente con todo su entusiasmo en las act ividades polít icas y sociales, en-

l a responsabilidad de las decisiones, que influian su vida, l a de los suyos y

de su país.

Durante muchos años estos jovenes estaban alejados de l a p o l í t i c a -

"mundana" dand6se cuenta que su influencia se reducia a l mhímo. En las - I

inst i tuciones c ivi les de cuya estructura formaba parte del aparato estatal el

paso de l a s informaciones tenía un sdlo sentido: hacia abajo; l a burocracia - gigante y conservadora, y las impemeables barreras institucionales impedían

los intentos de l a l i b r e expresión de los ilitereses de cualquier grupo soc ia l ,

manteniendo a l a sociedad c i v i l envuelta en l a bien mantenida y conveniente -

apat ia po l í t i ca , ba jo l a tú te la de un organismo compuesto: Estado y Partido.

16

Durante toda l a h i s t o r i a moderna las actitudes nuevas y progresistas

penetrar& a l a sociedad mediante las nuevas generaciones; l a lucha entre l a -

tradición y l a innovación siempre se ha identificado con l a juventud, La juventud

es l a que promleve e l progreso. Por e l l o es preciso preguntarnos Len qué consis

te l a actitud?. La podemos definir como ciertas determinadas posturas knt'e-Tectua

i es , psicológls;ls ,: morales a1:te los objetos definidos,situaciones,acontecimien-

tos o personas. . , ."hestras actitudes podrlan ser instrumentales ante nuestro

-

-

sistema de valores, que a su vez est& influido en su mayor parte por l a heren-

c ia c u l t u r a l , l a h i s t o r i a de una sociedad ' l . . . Y a continuación . . . "s in embar-

go, las actitudes también podrían depender de nuestras necesidades, deseos y - aspiraciones, marcadas por nuestra posición en l a estructura de l a sociedad". .. es decir por nuestra vida cotidiana, nuestras historias individuales.

A pesar de que todas las corrientes del pensamiento sociolbgico so -

c i a l i s t a subrayaban l a urgente necesidad de l a coexistencia del hombre con su

mundo s o c i a l , de l a consciente actividad en e l circulo de l a h i s t o r i a magna,de

l a responsabilidad ciudadana en las tareas sociales, eran notorias las tenden-

cias del "individualismo sobrepersonal", el escape para evitar las trampas del

mundo moderno.

Existia notable "discrepancia" entre e l círculo de los "valores ace2

tados" y los "sentidos", arraigadas en las profundas necesidades psicológicas.

E l hmanitarismo, innovación, creatividad, actividad social y p o l í t i c a siempre

17

han merecido l a aprobación de todos los hombres. Sin embargo, e l traslado de

estas ideas grandes al terreno de las experiencias diarias del individuo ha -

mostrado v i s i b l e instmmentalismo subjetivo de l a s a c t i t u d e s , e l conformismo

cmh, que buscando las perdidas mínimas rechaza todas las normas inconvenien

tes en e l momento. -

' l . . . l a motivación social surge debido a la creación en l a mente -

humana de un r e f l e j o d e l mundo s o c i a l , como complejo sistema del equilibrio,

e l comportamiento que funciona como un valor autotelic0 para e l sujeto. . .'!(ll)

I t . . . e l socialismo contiene las posibilidades de crear l a personali

dad social , pero l a conversión de estas en l a p r k t i c a , depende sobre todo de

l a educada pol í t i ca soc ia l . . ."(12)

-

11.- J. Reykowski, Las actitudes prosociales y l a personalidad (en polaco), PWN, Varsovia, 1979, p.p. 406-408

12. W . Adamski, Los jovenes en la sociedad. Las confrontaciones polaco- norteamericanas. (en polaco), KIW, Varsovia, 1980, p.p. 100-101

18

Entre l a v i s i ó n y l a vida cotidiana

". . . A nosotros , los jovenes no nos a t ra jó e l partido por su magia de l a d i a l é c t i c a , n i - por su materialismo, sino con e l f i n de l l e - var a cabo l o que todos compartimos.

Por la l iber tad de un sólo significado, por l a l i b e r t a d de las creencias, del pensa miento, por l a l i b e r t a d de una nación de PO- der e leg i r su camino futuro.

Por l a j u s t i c i a de las condiciones, la- igualdad, l a distribución honesta, por e l - derecho de seguir adelante.

Por l a lucha para crear un hombre nuevo, l ibre e independiente, justo y fuerte: por - e l mundo, l a p a t r i a de los trabajadores, por l a desaparición de las hosti l idades, por la- paz de l a humanidad entera. . ."

T. Holuj

Los que estudi an... b

Para los nacidos después de l a segunda guerra mundial Polonia socialis

t a e r a e l l p a í s de su niñez", la real idad que l e s rodeaba parecia su realidad,-

-

aunque muchos estudiantes investigados nunca ha podido contes tar l a pregunta so-

bre l a visi6n marxista de l a sociedad social ista, ni recordar los principios de-

su funcionamiento.

Casi todos los sociológos hablaban sobre l a aceptación del sistema so-

c i a l , como s i fuera un hecho indudable. No obstante, en aquel entoces muchas in-

vestigaciones apoyaron con sus datos estas consideraciones. Las jovenes admitían

l a existencia de las condiciones objetivas, que favorecian el pleno desarrollo -

del individuo, l a realización de sus deseos, aspiraciones y sueños. Además seña -

19

l a ron l o inciispcnsablc dcl socialismo, para lograr sus mestas*.

l h y quc mencionar quc l a mayoría de los estudiantes polacos contaba-

con cl apoyo económico de las universidades. (becas, dormitorios etc.).

Para muchos, sobre todo los h i jos de campesinos y obreros, poder es -

tudiar significaba l a movilización social, l a posibilidad de conseguir e l a l t o

prest igio socia l .

Los otros, que a pesar de su situación escolar, cri t icaron los aspec -

tos de l a vida pol í t ica , indicando muchas barreras que obstaculizaban e l desa-

r r o l l o de l a deseada personalidad, formaron grupos insignificantes. Sin embar -

go indicaron l o que s a l i ó a l a luz del día durante e l corto período que duro l a

l ibertad pol í t ica : las disfunciones del sistema social, l a gigantesca burocra-

c ia c institucionalización, sobre centralismo de l a vida socio-polít ica, la for -

malización de las relaciones humanas y l a imposición irrazonable de c i e r t a s re-

glas de l a conducta.

J. Reykmski d i j o a l respecto:. . ."el desarrollo del socialismo, crea

las condiciones objetivas del surgimiento y desarrollo de las nuevas formas de

las actitudes prosociales. Sin embargo, e l proceso de su formación también pone

en marcha las fuerzas que facilmente pueden frenar este desarrollo hasta hacerlo

imposible. . . I t (1.3)

Al considerar los datos parecía que muchas ideas expresadas a l la ver-

balmente fueron "regamentadas", Impuestas, aprendidas de memoria se& algún -

*Según los datos citados por S . Nowack, l a mayoría de los estudiantes en Varso- via favorece "alguna forma del socialismo" y apoya la pol í t ica re lac ionada con e l mismo, aunque solamente un pequeño porciento (3% de los convencidos, 15% de 1.0s que se acescan),se identif ica con e l marxismo. (S.Nmack, op.cit, p.p.51). illgo parecido se desprende de ~s datos,según los cuales l a mayoría de los alum nos (84%) y un considerable grupo de los trabajadores expresaron su preferen- c i a a las ideas socia l is tas , aunque muy raras veces las relacionaron con l a f i - losofia marxista como Única teor ia c ient í f i ca .

-

1 3 , - J. Reykowski, o p , c i t , p.p. 4 0 8 .

20

modelo conformista, Se sentía la presencia del comtín temor humano de s e r e l -

tinico capaz de expresar los pensamientos o refLexiones d is t in tas , de crfticar

algo que parecfa aceptado por todos, de l iberarse de l a fuerte norma presente

en todos los medios de comunicación; l a del &xi to , de las posibilidades de a l -

canzarlo, de l a s oportunidades abiertas para todos.

Curiosamente aún entre los datos faltó l a preocupaci6n por alguien

más. ¿Individualismo o egofsmo? ¿Imposibilidad o incapacidad de ver a otras

personas, de vivir entre l a gente?. Pues solamente l a comunidad los valores -

que acercan a los hombres, que ayudan a entenderse, pueden dar l a perspectiva

de una vida creativa, humana, l a vida l ibre de sociedad y desanimo. No se pa-

sa l a vida en l a soledad, e l destino propio se una a e l de los demás,

Una de las fuentes de tales actitudes había que buscarla en los sen-

timientos & l a desconfianza p o l í t i c a en sus dimensiones personales, comunes -

en las circunstancias donde e l temor de perder es más fuerte que e l amor a l - prójimo, a l a humanidad entera. D i j Ó uno de los socidlogos polacos "..,No se-

puede s u s t i t u i r las motivaciones egoistas por las s o c i a l e s , s i n crear l a s i tua -

ción, en l a cual e l ciudadano realmente pudiese s e n t i r l a responsabilidad por-

todos los miembros de l a nación.. ." (14)

No obstante,la responsabilidad humana no se reduce a l a mera obedien c

14. - J. Wiotr La teoria marxista del desarrollo social, (en polaco) , KIW, Varsovia, 1973, p. 595.

21

cia; un hombre responsable es un ser consciente de sí misnm,consciente de la

situación en que se halla, es el hombre que lucha por la libertad de expresibn,

por el derecho de pronunciar sus ideBs, por m6s her6ticas que sean, es el horn-

bre consciente de su cargo ciudadano y sus derechos.

Esta responsabilidad no se forma de modo espontáneo, hay que crearla

conscientemente, sin imagenes falsas, cultos, hipocresía, contando con las po-

sibilidades del individuo humano en la cooperación directa de las estructuras

políticas capaces de llevar a cabo la reconstrucción racional del laberinto so

cia1 cada vez más complejo y confuso, en vez de ahogarse en las promesas del-

futuro paradis'iaco.

Esta responsabilidad de la era moderna, de la revolución tecnológica,

de las inminentes cambios estructurales,se puede desenvolver en un ambiente po-

litico m& diversificado, pluralizado, más individualizado, más descentralizado,

El cercano desmoronamiento de la sociedad de masa, aparición de los diviersos-

grupos con sus diversos intereses ,no lleva automáticamente el conjunto social-

al abismo del conflicto y de las tensiones.Es precisamente la responsabilidad ci -

vil quien puede garantizar la coexistencia necesaria a través de las institucio-

nes flexibles y adecuadas al momento histGrico, las que acercando el ideal de-

la democracia directa garantizarón menos estandarización, más individualiza -

ción y expansión de la vida ptíblica de la generaci6n joven.

hes como expresó P. Bayle, filósofo franc& del siglo WIII:

22

I f , , ,La verdad sólamente puede daminar a los individuos: l a yerdad -

no tiene valor hasta que se transfonne en verdad concreta, particular. La idea

propia del hombre es su h i c a verdad, Incluso s i estuviera deformada, no cam-

b i a r í a e l hecho de que e l individuo puede obedecer solamente a 6sta verdad"

23

" I k y que ,aJ.egrarse del progreso de las ma quinas, Pero, no se debe pagar su perf=: ción con l a desgracia humana"

Byron.

Los que trabajan.. .

E l mundo cambia y se transforma, los nuevos razgos tecnológicos es;:-

tán dando foma a un nuevo fenómeno histór ico , a una "sociedad de l a informa;.?:

ci6n"; inicio de una nueva fase del desarrollo histórico universal que se ca -

racter iza por un lado,por e l agotamiento del vie jo modelo clás ico de industria -

l ización que maduró despfies que l a Segunda Guerra Mundial, y por otro, por e l

surgimiento de un nuevo tipo de l a economía impuls da por l a i n f o m á t i c a , l a -

microelectrónica, las telecomunicaciones, l a conquista del espacio, La revo-

lución infordtica va mucho m á s a l l a de l o económico, l o p o l i t i c o o l o culm *

r a l , ll. . . trasciende las fpnteras humanas y e s t 6 llevando a l hombre a cuestio-

nar toda su naturaleza. Ha trastornado nuestra escala de valores y nos;'ha he-

cho dudar de todo. . ." (15)

Los profundos cambios tecn6logicos echan reto no sdlamente a las an-

tiguas estructuras politicas, a l a v i s i ó n homogénea de l a sociedad c ivi l , sino

también a las cualidades psicolÓgicas del hombre,

1s. - O. R. Orqallez, La revoluci6n de las computadores, en Hombre del. mun - do, No. 7 p. 19.

24

La creciente posibilidad de satisfacer las necesidades materiales, -

que abre las puertas a la plena realizacih del ser humano, sus iniciativas y-

ambiciones, pemite el desarrollo de la flexibilidad y adaptabilidad a los in-

cesantes requerimientos del proceso hist6rico moderno y el poder de captar el

sentido de una vida nueva, el sentido de la responsabilidad personal frente a

la sociedad entera.

I t . . . El socialismo es suma de valores sociales cuya realizaci6n se - impone al hombre individual como un deber moral. Es la suma de las exigencias

que se plantea el individuo o un conjunto de individuos y que se refieren a -

las relaciones interhumanas.. ." (16)

Precisamente así los jovenes obreros traducen al lenguaje cotidiano

l o s valores de creatividad, buena calidad de su trabajo, de conocimiento y ha-

bilidad, de la dignidad humana,considerandolos deberes que hay que cLvITplir, -

quizá simplemente porque es un deber como en el famoso principio Kantiano,

Por las mismas causas rechazan todo lo que impide cumplir con este-

mandamiento ético; la mala organizacibn, la peridida del tiempo, los reglamen-

tos innecesarios.

Quiz; aquí,al lado de los obstgculos administrativos se halla la con - tradiccih entre la cox%ncici obrera de la responsabilidad, de J.OS discipli-

16.- L, Kolakowski, op. cit. p. 102.

25

na, de la e f i cac ia , de l esp í r i tu de colectividad y La inquieta nota de sole

dad, del escepticismo, l a dudo, f a l t a de los lazos de unión con los da&. E l -

cfrculo de los valores individuales, de la autonhia personal superan todos -

los demás bienes-deberes, convirtiendose en e l c r i t e r i o mas importante de la -

relación con e l mundo.

' I . . . La consigna del trabajo bien hecho, escribio T. Kotarbinski, fi -

lósofo polaco, atrae a quienes les gusta la actividad. Les arrebata a ellos o

simplemente e l deseo de hacer algo digno de esfuerzo; o l a grandeza y novedad,

es decir , e l carscter creativo del éxito esperado; o l a perspectiva de expre-

sar propios rasgos de su personalidad, o a l f in ; l a sd la maes t r ia t écn ica ; l a

belleza de excelente, ef icaz y hábil ejecución de las acciones emprendidas.. .I1

De l a ru t ina d iar ia , mal organizada, de l a discrepancia visible en - t r e los valores propagados y practicados en la polf i t ica cotidiana, nacía l a -

enajenacibn, e l sentirse captada por e l vasto e irracional laberinto del poder,

nacía e l h d r e manipulado, privado de l a a u t o n h i a y la escencia humana.

Al defender su posición "personal" frente a este mundo ajeno de la-

hipocresia institucionalizada, se fugan en su dignidad, su individualismo, mos -

trando asi l a a v e r s i h de subordinarse a l poder que s e a l e j ó de sus intereses,

de sus vidas.

En aquel entonces, ellos, no propodan ninguna respuesta ,clara para-

superar las f a l t a s y errores del sistema politico y social , Parecia 'que apar-

26

t e de l a n e g a c i b t o t a l de la real idad ng podfan escontrar ninguna sol,uciÓn

a sus problemas. Por un lado aparecia e l t r a b a j o como e l valor principal, ca

paz de organizar las actitudes en torno a l a acci6n eficiente, responsable,

honesta; y por otro lado, su propia personalidad defendiendose de los inespe-

rados cambios del sistema, l a red de las influencias, la lucha por e l derecho

de expresar sus propios intereses, al derecho de satisfacer sus necesidades -

básicas y las de su familia.

Aparentemente para estos obreros e l mundo de la pol’ l t ica se reducia,

en aquel entoces, a las condiciones de su vida, del trabajo; a las posibil ida-

des de l levar a cabo sus deseos y sueños.

Los jovenes obreros no se escondfan bajo e l conformismo social tan -

frecuentemente como sus campañeros de las universidades. Sin duda, estos uti - mos intensamente expuestos a l a s enseñanzas ideol6gicas del sistema eran mas -

conscientes de l a imagen deseada y esperada. Intelectualizaban l a uni6n con e l

mundo externo, con toda su mistificación ideÓlogica,con m& facilidad que los ,

de l a misma edad que ganaban su vida trabajando.

El los , apartandose del laberinto incomprensible de l a p o l i t i c a , bus-

caban l a verdad moral en s f mismos, guiados por su propia visi6n del mundo.

Los estudiantes a menudo se daban cuenta de que era necesario y bien

visto declarar actitudes prosociales.

27

Los años que pasaban en La Universidad, casi l a interminable, jwen -

tud, sin ninguna o pocas obligaciones, produjeron una concepci6n d is t in ta de l a

realidad; awnentaron su habilidad de expresión; de formular con prec,isi6n su -

pensamiento; aclarar sus ideas, s i n e l deseo de l l e v a r l a s a l cabo. I Pagaban-

e l tributo necesario a l sistema, a los medios de información, a l mundo entero.

Estas actitudes m& frecuentemente encontradas en los centros de enseñanza su-

perior, fuera de las ciudades grandes, eran en c i e r t a medida esperadas por l as

autoridades p o l í t i c a s debido a sus metodos educativos y e l modelo del indivi-

duo propagado, a través de las instituciones educativas y los medios central iza -

dos de información.

Además l a f a l t a de organizaciones autónomas e independientes,a@izg

ba l a imposibilidad de expresar cualquiera que fuese l a inconformidad de los -

estudiantes. *

En cambio e l trabajador responsable, luchaba en l a maleza de los cm -

ple jos asuntos de su vida, un joven "adulto" que rec ib ía todos los e s t h u l o s -

de su situaci6n actual, su posición profesional, sintiendo personalmente todas

las f a l t a s de que adocele e l sistema político.

* Cualquier t ipo de protesta estudianti l (1956-1960) suscitaba una violenta - respuesta por parte de las autoridades, seguida por cambios formales de ;la - estructura de enseñanza superior para poder canalizar y controlar toda clase de expresión de los intereses de los alumnos.

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Su específica posición social ha precipitado l a creaciijn de c ier tos

valores de l a individualidad, expresados en l a propia iniciativa y l a indepep 7

dencia. Estos valores pudieron hacerse visibles en e l espír i tu de coopera,

ción, l a que permitiera a cada uno de los miembros l a posibilidad de r e a l i z c

se en l a actividad creativa, puesto que e l trabajador colectivo seria ~. fitil,. sb - lamente cuando se desprendiera del "arte individualista".

Almien tenía razón, diciendo que un bien colectivo deberZa componer c

se de los individuos, puesto que l a suma de los ceros es igual a cero.

Cabe decir que un día, hace aproximadamente cinco años, l o s s e m i - bles jovenes dejaron de c r i t i c a r las f a l t a s del sistema político de manera pa-

s iva , y de observarlo de la misma forma, y otra vez, trataron de conseguir al-

gunos cambios socia les , pol í t icos y econhicos.

Los años siguientes a l a "apertura democratica" vieron e l personalis - mo convertido en e l deseo de p a r t i c i p a c i h , en la creaci6n del m d o nuevo, - una canmidad que permitiese la rea l izac ión de los valores del humanismo.

Vieron l a bfisqueda, a veces a oscuras, de las formas nuevas de l a C.

tgctica de l a a c c i ó n p o l i t i c a , l a búsqueda de la credibi l idad de las re lac io -

nes del poder.

Los jovenes en su mayoría, en lugar de l a manipulaci6n,de l a t o t a l i -

zación política, querían encontrar diálogo, confrontación pacífica de las ideas , .b

29

actividad, empezando por l o más cercano e inmediato, gradualmente entrando , d .

camino de l a participación y l a responsabilidad por todos 10s miembros de la-

sociedad.

La respuesta del sistema fue inmediata y esta vez eficaz: estado de

s i t i o , que fue impuesto e l 13 de diciembre de 1981.

* * *

Cada drástico cambio socia l provoca muchas preguntas sQbre ),a natu-

raleza de las causas de l a inquietud interna de l a sociedad, así comq las - ideas y pensamientos que incitaron y promovieron las acciones de l a mayoría,

30

En el caso de un país social ista la respuesta quizá sea más importap c

t e considerando que l a f i losofia marxista que leg5tima l a mera existencia de -

t a l organización social, otorga a l ser humano, su l ibertad, su l ibre actividad

rac ional , l a suprema importancia.

Y como d i j o Kolakowski ". . . todo valor , toda pasión que otorgue Un -

sentido a la v ida , se l e otorga por e l sentimiento de que intervenimos en la - configuración del ritmo de l a h i s t o r i a . . ."

L a s oscilaciones de las condiciones sociales y las necesidades persg

nales determinan nuestra concepción del mundo, sin embargo muchas ideas duran-

bastante tiempo defendidas por los sentimientos humanos conservadores, por la

tradición, por la h is tor ia nacional , por todo l o que es preciso a un ser hwa-

no.

Sobre todo l o que representa e l mkimo bien del hombre, l a l ibertad -

y l a j u s t i c i a .

Y estos valores, aunque a veces adormecidos o latentes siempre van a

d i r i g i r las actitudes humanas, pues e l hombre vive su vida lleno de sentido so

lamente cuando puede realizar esta condición bhica de su existencia,

Por l a c r i s i s , e l m& al to precio 10 pagan los jovenes, Es ahí don-

de se oscurecen sus perspectivas de un futuro, titubea su Sistema de valores,

se pierden l a s esperanzas, se extienden escapism y desviaciones, ' I . , . A e l l o c

31

sigue l a interrupción del contacto de l a conciencia con e l mundo que nos

rodea, l a vuelta a una actitud meramente contemplativa, e l s e n t h i e n t o de l a -

fa l ta de un sentido de l a propia existencia, . .” (17)

Sin embargo, como enseña la experiencia, los valores y actitudes -

pueden, en cada momento, dejar la marca del laberinto social y hasta un c i e r -

t o punto causar su transformacih, lo que ha pasado en Polonia durante dos -

años 1980-1981.

1 7 . - op. cit. p. 2 3 2 .

32