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Organización de las Naciones Unidas para la Educación. la Ciencia y la Cultura ConsejoEjecutivo ex 135a. reunión 135 EX/11 PARIS, 26 de septiembre de 1990 Original: Francés .e. Punto 5.3.1 del orden del día provisional JERUSALEN Y LA APLICACION DE LA RESOLUCION 25 W3.6: INFORME DEL DIRECTOR GENERAL RESUMEN El Director General somete el presente documento en aplicación de la Decisión 5.3.1, adoptada por el Consejo Ejecutivo en su 132a. reunión, relativa a Jerusalén. El documento se ha redac- tado basándose en la información disponible al 21 de agosto de 1990. - .?

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Organización de las Naciones Unidas para la Educación. la Ciencia y la Cultura Consejo Ejecutivo ex

135a. reunión

135 EX/11 PARIS, 26 de septiembre de 1990 Original: Francés

.e. Punto 5.3.1 del orden del día provisional

JERUSALEN Y LA APLICACION DE LA RESOLUCION 25 W3.6: INFORME DEL DIRECTOR GENERAL

RESUMEN

El Director General somete el presente documento en aplicación de la Decisión 5.3.1, adoptada por el Consejo Ejecutivo en su 132a. reunión, relativa a Jerusalén. El documento se ha redac- tado basándose en la información disponible al 21 de agosto de 1990.

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135 EX/11

1. En su 132a. reunión, el Consejo Ejecutivo examinó el informe del Director General “Jerusalén y la aplicación de la Resolución 24 C/11.6” y adoptó la Decisión 5.3.1, por la que decidió incluir esta cuestión en el orden del día de su 135a. reunión.

2. Por su parte, la Conferencia General, tras haber examinado en su 25a. reunión el informe del Director General sobre las medidas adoptadas en aplica- ción de la Resolución 24 C/11.6 relativa a la salvaguardia de:L patrimonio cultural de Jerusalén, aprobó la Resolución 25 C/3.6, en la que, entre otras cosas :

“La Conferencia General,

( > . . .

4. Da las pracias al Director General por los esfuerzos que ha reali- zado para garantizar el cumplimiento de las decisiones y resolucio- nes de la Unesco y le invita a proseguir sus esfuerzos, en tanto dure la ocupación israelí;

5. Le invita asimismo a que encargue a su representante personal, el profesor Lemaire, que le informe acerca del estado del conjunto del patrimonio cultural y religioso de Jerusalén y de las necesidades en lo que concierne a su preservación y restauración;

6. Reitera nuevamente y de manera insistente el llamamiento dirigido a los Estados Miembros, a las fundaciones y a los particulares para la salvaguardia del patrimonio cultural y religioso islámico pertene- ciente al Waqf, cuyo estado necesita que se preste apoyo a los esfuerzos financieros y técnicos del Waqf para mantenerlo y res- taurarlo;

7. Decide incluir esta cuestión en el orden del día de su 26a. reunión a fin de adoptar la decisión que la situación exija.”

-- 3. El 7 de febrero de 1990 se comunicaron al Delegado Permanente de Israel ante la Unesco los textos de la Decisión 132 EX/5.3.1 y de la Resolución 25 C/3.6, pidiéndole que los transmitiera a las autoridades competentes de su país.

II

4. El Director General recibió dos comunicaciones en las que se relataba un hecho acaecido el 16 de octubre de 1989, a saber, el intento de un grupo religioso de colocar la primera piedra de un templo judío en el lugar en el que se levanta la mezquita Al-Aqsa. La primera comunicación, fechada el 25 de octubre de 1989, fue enviada por el Observador Permanente de Palestina ante la Unesco y la segunda, con fecha 29 de octubre de 1989, por el Ministro de Cultura y de Enseñanza Superior de la República Islámica de Irán. El Director General escribió al Delegado Permanente de Israel, p ara comunicarle su preocu- pación por la integridad de los santos lugares y pedirle que tuviera a bien transmitirle las observaciones que desearan hacer las autoridades de su país en relación con este suceso. En su carta de 5 de marzo de 1990, el Delegado Permanente de Israel respondió en los siguientes términos: “Las autoridades

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policiales registraron un hecho acaecido en el Monte del Templo el 16 de octu- bre de 1989, cuando un grupo de personas intentó colocar una piedra angular. Los responsables de la Explanada no habían dado su permiso para transitar ni para depositar la piedra en este lugar o las proximidades. En consecuencia, la policía bloqueó las entradas al lugar.

III

5. En su 132a. reunión, el Consejo Ejecutivo adoptó la Decisión 132 EX/8.2 en la que, entre otras cosas, tomó nota del Reglamento Financiero de la “Cuenta especial para la salvaguardia del patrimonio cultural, particularmente los monumentos islámicos, de la Ciudad de Jerusalén”, abierta a raíz del llamamiento que se hizo en octubre de 1987. En enero de 1990, Arabia Saudita abonó una contribución de 500.000 dólares de los EE.UU., con lo que el total de los fondos depositados en la Cuenta especial asciende en la actualidad a 555.549 dólares de los EE.UU.

IV

6. El Director General prosiguió sus consultas con las partes interesadas, a fin de permitir el envío de una misión interdisciplinaria de personales repre- sentantes suyos a Jerusalén, de modo que el informe de ésta pudiera abarcar los aspectos arqueológicos, artísticos y socioculturales relacionados con la protección de la ciudad vieja. Tras estas consultas, el profesor Lemaire, representante personal del Director General, visitó Jerusalén dos veces, del 11 al 15 de febrero de 1990 y del 15 al 21 de julio de 1990, en cumplimiento del mandato que se le había sido encomendado con motivo de sus misiones anteriores.

7. En respuesta a la invitación de la Conferencia General, en su Resolución 25 C/3.6, aprobada en su 25a. reunión, el Director General encargó a su repre- sentante personal que redactara el informe que figura a continuación. En dicho informe se tienen en cuenta los resultados de las dos misiones antes menciona- das, así como las diferentes comunicaciones recibidas por el Director General sobre la situación del patrimonio cultural de la ciudad de Jerusalén.

V

8. Informe del representante personal del Director General

"Informe al Sr. F. Mayor, Director General de la Unesco, sobre mi misión a Jerusalén, realizada del 15 al 20 de julio de 1990

1. Objeto de la misión: examinar el patrimonio monumental de Jerusalén en relación con las denuncias presentadas ante el Director General y redactar un informe sobre la situación general del patrimonio monumental de la ciudad.

2. La segunda parte de la misión constituye el tema del “Informe sobre el estado del patrimonio cultural Y religioso de Jerusalén v sobre las necesida- des aue deben atenderse para su preservación N restauración”, que figura más adelante (punto 14).

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3. Personalidades entrevistadas:

3.1 Del lado israelí:

Sr. U. Manor, Director de la Dirección de Derechos Humanos del Ministe- rio de Relaciones Exteriores; . . . Sra. A.M. Lambert, Embajadora Honoraria, Consejera en el Ministerio de Relaciones Exteriores; Sr. L. Tau, del Ministerio de Relaciones Exteriores; Sr. T. Kollek, Alcalde de Jerusalén; Sr. Y. Yacovy, Direc’tor del East Jerusalem Development, Ltd.; General A. Drori, Director del Servicio de Antigüedades; Sr. G. Solar, arquitecto-conservador en el Servicio de Antigüedades, encargado de Jerusalén;

- Sr. D. Bahat, ex conservador de Jerusalén del Servicio de Antigüedades.

3.2 Del lado árabe:

Sr. A. Husseini, Director del Waqf; Sr. Y. Natshe, Director del Departamento Islámico del Waqf; Sr. 1. Awad, arquitecto residente del Comité de restauración de la mezquita El-Aksa y del Haram-as-Sharif.

3.3 Del lado cristiano:

Su Excelencia, el Patriarca armenio de Jerusalén.

4. Al igual que en 1989, la situación conflictiva y la inseguridad que reinan desde 1987 en la totalidad de los territorios ocupados y también en Jerusalén hacen difíciles, y a veces imposibles, algunos contactos in situ. Por otra parte, Su Excelencia el Patriarca griego de Jerusalén, o su adjunto, a quienes deseaba entrevistar, estaban en misión en el extranjero.

5. Las excavaciones

5.1 Desde mi última visita, en marzo de 1989, no se han iniciado excavacio- nes sistemáticas de ningún tipo, salvo en Mamilla, donde comienza una vasta obra de reconstrucción que se describe en el párrafo ll.

Estas excavaciones, que se concentran actualmente en torno a la calle Mamilla, cerca de la Puerta de Jaffa, confirmaron la existencia de un cemente-

- rio en el lugar. Parte de este antiquísimo cementerio dataría de la época antigua. Hasta ahora sólo se ha descubierto una tumba, probabl.emente cris- tiana. Las excavaciones continúan con urgencia, ya que el inicio de obras de acondicionamiento de la calzada y de construcción es inminente.

5.2 El ensanche de una carretera a Silwan ha revelado la existencia de ‘- serie de tumbas judías de las épocas romana y bizantina. Se ha desviado Ia carretera para asegurar su conservación, y los objetos descubiertos en ellas se han depositado en el Museo Rockefeller.

6. El “túnel”

6.1 El túnel no ha experimentado ningún cambio desde mi Última visita. Unicamente continúa la operación de limpieza de salas de distintas épocas, todas ellas anteriores al siglo XIV, bajo la zona de la madrasa Tankizyya o

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El Makhama, junto con las obras de consolidación indispensables para garanti- zar la seguridad de los edificios construidos encima del túnel. Conviene recordar que se trata de salas abovedadas que, con el paso del tiempo, se han ido cegando parcialmente con tierra y escombros, y que las obras en curso desde hace años no afectan en absoluto a la estabilidad de los edificios construidos encima del túnel. Antes bien, su limpieza ha permitido comprobar la vulnerabilidad de algunas partes. Dirige estos trabajos el Sr. Dan Bahat y, por ello, se realizan con una supervisión arqueológica de buen nivel profesio- nal. Una oficina de ingeniería se encarga de la estabilidad. La calidad técnica de los trabajos realizados y su adecuación a la naturaleza de los edificios no requieren ningún comentario especial.

6.2 Sigue planteándose el problema de la circulación por el largo túnel que bordea durante casi 300 metros el muro de Haram-as-Sharif. En mi informe de fecha 19 de abril de 1989l) mencioné ya esta cuestión. El canal subterráneo de la época asmonea redescubierto accidentalmente ofrece una solución técnica para construir una salida de ese “pasillo” largo y estrecho (anchura media: 1,lO metros) en el cual es posible circular en ambos sentidos. La presión de los judíos religiosos y el deseo de “mostrar” el muro a los turistas hacen que algunos deseen que el túnel sea accesible a todos.

Recordemos que el acondicionamiento de una salida en el extremo septen- trional del túnel asmoneo, en la calle Bal-el-Gwanima (en pleno barrio árabe popular y en una callejuela angosta que constituye el acceso principal al Haram-as-Sharif) suscita una oposición muy justificada de las autoridades islámicas que temen, no sin motivos, que la confrontación en este lugar de creyentes de las dos religiones pueda provocar incidentes. Por esta razón se niegan categóricamente a ceder uno de sus edificios para construir en él la caja de la escalera que se prevé en el proyecto para acceder al canal asmoneo.

Ante esta negativa, y según informes de buena fuente, hay quienes contemplan la posibilidad de excavar un “túnel de regreso” paralelo al túnel existente. Personalmente, nada me permite afirmar que las autoridades respon- sables apoyen esta idea. Hay que señalar que el proyecto, si llega a concre- tarse, es cuando menos discutible.

Desde un punto de vista técnico, excavar un nuevo túnel bajo el barrio árabe limítrofe con el Haram-as-Sharif es extremadamente azaroso, incluso si se toman todas las precauciones. El barrio cuenta con numerosos monumentos históricos importantes y con muchísimas casas de estilo y construcción tradi- cionales, cuyos cimientos se apoyan en los escombros y restos de construccio- nes anteriores, acumulados durante un milenio en el valle de Tyropeon. La excavación del túnel existente provocó problemas de estabilidad, a veces graves, en un número considerable de edificios, y ello a pesar de que las obras se realizaban en condiciones mecánicas relativamente favorables, puesto que uno de los lados del túnel (el muro de Herodes) tiene una estabilidad perfecta. En cambio, un nuevo túnel paralelo y próximo al primero no gozará de condiciones análogas y puede provocar movimientos del terreno mucho más pro- nunciados que el túnel anterior y, por consiguiente, afectar más gravemente a los edificios construidos encima.

1) Documento 131 EX/17.

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Por otra parte, desde un punto de vista legal, según la jurisprudencia vigente en Jerusalén, el subsuelo pertenece al propietario del terreno, por lo que se necesitaría el acuerdo de un número considerable de propietarios para poder llevar a cabo estas obras. Como éstos son casi todos árabes y musulma- nes, es ilusorio esperar obtener su consentimiento. En cuanto a 1-a posibilidad de realizar las obras sin solicitar el.,permiso ni advertir a los propietarios de los terrenos y edificios afectados, como sucedió con el tún.el existente, provocaría inevitablemente un conflicto grave con la población local y las autoridades islámicas.

No todos los descubrimientos arqueológicos deben, o pueden, ser abiertos al público. Algunos lugares son extremadamente vulnerables y sufrirían e, incluso, podrían ser irreversiblemente dañados o destruidos por una gran afluencia de público. En mi opinión, esto es lo que sucedería con el canal subterráneo asmoneo, muy estrecho y excavado en parte en una roca bastante blanda. Además, las dos o tres hileras de piedras -a veces de dimensiones ciclópeas- del muro herodiano que pueden verse en el túnel y que constituirían uno de los principales atractivos de la visita se asemejan a las que se pueden admirar en otros lugares, en la pared occidental del Haram-as-Sharif y, entre otras, en las salas abiertas al público bajo la madrasa Tankizyya. Aparte de bordear la totalidad del muro oeste, hecho que no responde a ninguna opción cultural, la visita del túnel sólo tiene verdadero interés para los especia- listas. Con respecto al interés religioso para los judíos, recordemos que no existe ningún impedimento para el acceso al tradicional “Muro de las Lamenta- ciones”, posibilitado por la gran plaza creada en 1967 para destacar la espe- cial dignidad de este lugar para el pueblo judío.

7. Prosiguen y están casi terminadas las obras de acondicionamiento urbano, que comprenden la renovación o la instalación de redes de alcantarillado, conductos subterráneos de agua potable e instalaciones de electricidad y redes telefónicas. Estas obras se efectúan en el barrio árabe y, más exactamente, entre la Puerta de Damasco y la Puerta de Herodes.

Además, se está sustituyendo el adoquinado, de espesor insuficiente en algunas calles de mucho tránsito de la parte baja de la ciudad, por piedras de dimensiones adecuadas.

.- 8. Prosiguen las obras iniciadas por el Servicio de Antigüedades del Waqf en los diversos monumentos situados en el Haram-as-Sharif, y en particular en las madrasas Ghadiryya y Ashrafiyya, cuya restauración es particularmente compleja . Está concluyendo la restauración del Khan-el Sultan. Debido a la situación sociopolítica imperante en la zona ocupada, sólo se trabaja algunas horas por día y, con mucha frecuencia, las obras se interrumpen por completo. Además, la importante devaluación del dinar jordano en los últimos meses ha reducido seriamente las finanzas del Servicio y, a no ser que se obtengan pronto nuevos fondos de otras fuentes, hay riesgos de que el ritmo de las obras se reduzca drásticamente. Se pone así de relieve la urgencia del funcio- namiento de la Cuenta especial para la salvaguardia del patrimonio cultural, en particular de los monumentos islámicos de la ciudad de Jerusalén.

9. Ha empezado la restauración del Qubbat-el-Sahkra, la Cúpula de la Roca. Se está colocando el andamiaje que servirá para restaurar la cúpula. Las placas doradas de aluminio que cubren actualmente el monumento serán sustitui- das por placas de cobre doradas de menores dimensiones, equivalentes a las que se utilizaban tradicionalmente. No se ha conseguido aún el oro necesario para esta operación. El costo global de la restauración de la Cúpula de la Roca se estima en 8.500.000 dólares de los EE.UU.

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10. Las autoridades del Waqf están preocupadas por la existencia de un proyecto, concebido por los servicios municipales, de ampliación y reacondi- cionamiento de un camino peatonal que atravesaría el cementerio musulmán situado bajo la muralla oriental de la ciudad vieja. En la actualidad existe ya un paso pero su uso es exclusivamente local y no conduce prácticamente a ningún otro sitio aparte del cementerio. Se teme una afluencia de turistas a un lugar en el que, por su naturaleza misma, deben reinar la tranquilidad y el sosiego. Esta iniciativa les resulta tanto más sorprendente cuanto que, según las autoridades del Waqf, en relación con los cementerios judíos, tiende a practicarse la política contraria, es decir, que se intenta limitar el acceso y evitar que se conviertan en lugar de paso.

ll. Desde 1971 he mencionado varias veces en mis informes los proyectos de acondicionamiento del barrio de Mamilla, situado al oeste de la ciudad vieja y colindante con la Puerta de Jaffa y la Ciudadela. Hasta principios de siglo, Mamilla era una zona ocupada por un vasto cementerio y una gran alberca, atravesada por una red de carreteras bastante densa, de las que la principal llevaba a Jaffa y a la costa.

Una gran parte de la zona y, en especial, en el costado septentrional, que sigue albergando un antiguo cementerio musulmán transformado en Parque de la Independencia, se edificó en los primeros años del mandato. Sólo permaneció desocupado un pequeño valle de unas 10 hectáreas cercano a la muralla de la ciudad. Además, algunas construcciones -pequeñas viviendas, talleres, garajes- resultaron dañados durante las hostilidades de 1947-1948. Entre 1948 y 1967 no se realizó obra alguna, ya que la línea de demarcación pasaba a través de esta parte de Mamilla, a unas cuantas decenas de metros de la muralla. Entre el muro y la línea mencionada había una “tierra de nadie” relativamente grande.

La ciudad nueva se extendió, sobre todo desde 1967 en zona israelí, en torno a este territorio semiabandonado, que la aislaba de un acceso natural y fácil a la ciudad vieja por la Puerta de Jaffa.

El proyecto de Mamilla, cuyas bases fueron definidas en el momento de ocupar la ciudad vieja, tiene por finalidad colmar este vacío existente en pleno centro geográfico de la aglomeración urbana de Jerusalén. El proyecto sigue la línea de demarcación entre la zona israelí de Jerusalén y la “tierra de nadie” de la zona jordana y abarca una gran parte de esta “tierra de nadie”. El proyecto, concebido por el arquitecto Moshe Safdie, cuenta tanto con el apoyo del Gobierno israelí como de la municipalidad. Su realización se encargó a una empresa inmobiliaria internacional, Landbroke Groupe P.L.C.

El programa comprende vastas zonas verdes, un estacionamiento subterrá- neo para 700 vehículos, 48.000 m2 de locales comerciales, 28.000 m2 de vivien- das y 35 .OOO m2 de espacio para hoteles. El proyecto se despliega en torno a una gran avenida central arbolada que ocupa el fondo del valle y que se pro- longa hacia el sur en jardines y terrazas que desembocan en el parque creado al sudoeste y al sur de la ciudad vieja. El muro de ésta va siendo cada vez más visible, a medida que uno se aproxima a la Puerta de Jaffa y a la Ciuda- dela. La altura de los edificios previstos guarda relación con el entorno y el estilo arquitectónico se inspira en los edificios judíos de Jerusalén de fines del siglo XIX y principios del XX, pero adoptando una forma muy esquemática, tal vez demasiado.

Se trata del proyecto urbanístico de más envergadura emprendido en Jerusalén desde 1967 en los aledaños inmediatos de la ciudad histórica y en un

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terreno -la “tierra de nadie”- al menos parcialmente en litigio. Modifica completamente el entorno del flanco occidental de la ciudad histórica ya que remodela según un concepto urbano, una zona sumamente desordenada y conmocio- nada durante todo este siglo.

12. La conservación según métodos modernos de las bibliotecas y los archi- vos antiguos constituye un problema considerable en Jerusalén. En mis informes he aludido a este tema en varias ocasiones. Por lo tanto, hay que destacar el esfuerzo importante y desinteresado, de los Amigos de la Bibliot:eca Khalidi, bajo la dirección del Sr. L. Conrad, de Cambridge, para salvar esta colección de enorme interés, ya que no sólo permite seguir la historia de la ciudad sino, sobre todo, porque es un testimonio de la vida intelectual de Jerusalén a lo largo de los siglos. La Biblioteca Khalidi es la más rica de Jerusalén: contiene alrededor de 1.200 manuscritos árabes, 50 manuscrit.os turcos y

- persas, un millón de libros impresos occidentales y 5.000 libros arabes, todos anteriores al periodo del mandato. Algunos manuscritos son ejemplares únicos; varios datan del siglo XII. Las obras tratan sobre una multiplicidad de temas: estudios coránicos, historia, “hadi th” , jurisprudencia, poesía, mística, medicina, filosofía, ciencias exactas y literatura.

Los libros están en un estado preocupante e incluso, a primera vista, catastrófico. El equipo que trabaja in situ hace enormes esfuerzos -general- mente fructíferos- por desinfectar los libros, salvarlos de la acción de insectos y hongos, ordenar fragmentos dispersos, compaginar las obras desarma- das, volver a encuadernarlas, etc. iUn verdadero y admirable “trabajo de bene- dictino” que durará varios años!

Los escasísimos medios financieros de que disponen los “Amigos de la Biblioteca Khalidi” proceden de donantes ingleses y de la familia Khalidi. Se recurre, principalmente, a la cooperación benévola de especialistas, en su mayoría británicos. Una ayuda financiera, que prestaría entre otros la Cuenta especial para Jerusalén, permitiría facilitar y acelerar su trabajo y, tam- bién, adquirir el material necesario para la buena conservación de los manus- critos. Según el equipo encargado, la renovación de la Biblioteca, que inclui- ría la preparación de un catálogo detallado, costará unos 160.000 dólares de los EE.UU., distribuidos a lo largo de varios años.

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13. El Museo Arqueológico de Palestina, o “Museo Rockefeller”, recibe en la actualidad muy pocos visitantes. La exhibición de obras de arte y vestigios arqueológicos se organiza aún según métodos y conceptos museológicos caducos. Además, el Museo padece de una grave escasez de almacenes, ya que las excava- ciones de los últimos veinte años han engrosado considerablemente sus colec- ciones. Está previsto construir nuevos almacenes y se está estudiando una reorganización del museo.

14. Informe sobre el estado del patrimonio cultural Y religioso de Jerusalén N sobre las necesidades que deben atenderse para su preservación y restauración

14.1 Desde un principio se ha de establecer cuáles son los limites por lo que hace al tema tratado y a la zona geográfica considerada.

Por lo que se refiere al tema, sólo se tratará del patrimonio monumen- tal y urbano y, en ciertos casos, del patrimonio de museos y archivos, siempre que esté directamente vinculado a un sitio histórico o a un monumento deter- minado.

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Por lo que atañe a los límites geográficos, se ha dado prioridad a la zona ocupada de Jerusalén desde 1967. Fuera de esta área sólo se señalan los monumentos que plantean problemas.

14.2 Los datos del estudio se basan en la observación personal o en informa- ciones obtenidas de los funcionarios árabes o israelíes encargados del patri- monio en cuestión. En términos generales, los datos son poco precisos, sobre todo los relativos a la envergadura de las obras que deben realizarse y su costo > debido a que para la casi totalidad de los edificios no existen estu- dios ni estimaciones previas. Así pues, es menester tener presente que las tasaciones eventuales sólo representan una aproximación en cuanto al costo de las obras de conservación o restauración. En relación con los numerosos monu- mentos, sobre todo islámicos, es imposible evaluar en la actualidad ni siquiera una suma aproximada , ya que para la mayoría de ellos no se dispone de ningún análisis. De momento, hay que contentarse con una estimación global que habrá que ir verificando a medida que se disponga de nuevas informaciones.

14.3 El primer monumento de Jerusalén es la ciudad misma, inscrita como conjunto en la Lista del Patrimonio Mundial. En cuanto al estado actual de la ciudad, conviene referirse al párrafo 3 de la “Nota de síntesis sobre la evolución de la salvaguardia del patrimonio monumental de Jerusalén de 1971 a m112), preparada por el abajo firmante y dirigida a la 24a. reunión de la Conferencia General. Con la excepción de los hechos mencionados en mi informe de misión del 15 al 21 de julio de 1990, la situación sigue siendo la misma.

Hay que reconocer que aparte de las deplorables demoliciones que se han hecho en el barrio magrebí desde los primeros días de la ocupación, entre otras las de la madrasa Zawyiah-al-Kakhrya y la casa Abu Sa’ud, dos monumentos de la época mameluca, para poder ampliar las excavaciones efectuadas bajo la dirección del profesor Mazar al pie del Haram-as-Sharif, desde 1967 no ha habido en la ciudad vieja pérdida alguna de monumentos importantes. Por el contrario, un número considerable de edificios notables (Ribat Kurd, la madrasa Jawahrya, la madrasa Mandjakyya) y algunas casas antiguas que forman parte de las construcciones originarias de la ciudad han tenido problemas de estabilidad sea a raíz de la excavación de un túnel de 305 metros de longitud bajo el barrio árabe a lo largo del muro occidental del Haram-as-Sharif, sea debido a las excavaciones necesarias para la renovación sistemática de las redes subterráneas de alcantarillado, conducciones subterráneas de agua, electricidad, teléfono y televisión. Se demolieron algunas casas antiguas porque eran peligrosas. Por otra parte, según fuentes israelíes, con motivo de esos trabajos se consolidó un gran número de edificios (244).

En honor a la verdad, es preciso señalar gran número de actividades que han contribuido a mejorar el estado de la ciudad en comparación con 1967: restauración y reconstrucción parciales del “Barrio Judío”, prácticamente en ruinas desde la guerra de 1947-1948, con una densidad inferior a la de antaño, pero en un espíritu, estructura, formas arquitectónicas y materiales que, salvo contadas excepciones (Yeshiva Porat Yossef y el edificio colindante de viviendas), no desdicen de la tradición de Jerusalén y encajan perfectamente

2) Documento 24 C/lS, Anexo V.

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en el paisaje de la ciudad3); renovación casi total del sistema de alcanta- rillado para reemplazar una red construida, reparada y adaptada progresiva- mente a lo largo de los siglos, que era a todas luces insuficiente; renovación de la red de distribución de agua, electricidad, teléfono y televisión en más de la mitad de la ciudad, con lo que se ha eliminado el bosque de antenas que dominaba en otro tiempo el paisaje urbano; renovación casi total del revesti- miento de las calles con un adoquinado de piedra natural de Jerusalén; y renovación del alumbrado público.

Por otra parte, la municipalidad efectuó una restauración general de las murallas y seis de las siete puertas de la ciudad, a saber: la Puerta de Damasco, la Puerta de Herodes, la Puerta de San Esteban o de Los Leones, la Puerta de Dung, la Puerta de Sión y Puerta Nueva.

Es preciso reconocer que prácticamente la totalidad de estas obras se han ejecutado correctamente y de conformidad con las reglas del arte. Así pues, no se trata tanto de saber si las obras se llevaron a cabo en la debida forma y convienen al aspecto y la viabilidad de la ciudad cuanto de determinar si incumbe a un poder ocupante decidirlas y realizarlas.

Es evidente que la ejecución de dichas obras, f inancia’das por las autoridades israelíes, constituye una inversión considerable: un importe total de unos 60 millones de dólares, según la municipalidad, que ya no será preciso sufragar en el futuro, lo que, en consecuencia, disminuye claramente los gastos previsibles para la viabilidad y salvaguardia de la ciudad.

14.4 No cabe duda de que el paisa.ie aue rodea la ciudad de Jerusalén forma parte de su patrimonio monumental. Una ciudad o un monumento son indisociables de su entorno, y su conservación, o su buena gestión, son un factor determi- nante de su salvaguardia. En los informes redactados por el abajo firmante, se recuerdan las principales etapas de transformación de un paisaje que había seguido siendo “bíblico” hasta finales del siglo XIX e incluso hasta comienzos del mandato británico.

El aumento de la población de 67.781 habitantes en 1922 a 164.440 en 1946 explica la inevitable ocupación de las zonas “extramuros” desde antes de 1900, la densificación y la tugurización parcial de algunos barrios de la ciudad histórica, cuya superficie es tan sólo de 90 hectáreas y tiene tradi- cionalmente una gran densidad de población. Desde 1947 la población de la ciudad se ha triplicado y, en comparación con el número de habitantes en 1967, se ha duplicado.

Según fuentes israelíes, en 1967 la población del conjunto de la ciudad era de 264.800 habitantes, de los cuales 68.600 vivían en el sector oriental y 199.200 en el occidental.

3) El “Barrio Judío”, que abarca aproximadamente 15% de la superficie de la ciudad vieja, era, desde hace muchos siglos, el habitat: por antono- masia de las familias judías de Jerusalén, que lo ocupaban junto con familias musulmanas y cristianas. Bombardeado y muy destruido durante la guerra de 1947-1948, su mayor parte había permanecido en ese estado hasta 1967. Fue expropiado en su totalidad por el Estado israelí y restaurado y reconstruido por su cuenta. Está reservado por ley a las instituciones y a la población judías.

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Además, desde 1967, se convirtió en sede de un sinfín de instituciones, dependencias administrativas y complejos industriales que ocupan una super- ficie considerable.

La consecuencia inevitable es una modificación radical del paisaje que circunda la ciudad. En la actualidad está edificada gran parte del territorio municipal (aproximadamente 14.500 hectáreas -la cifra varía según las fuentes y las fechas) y Jerusalén está rodeada de una corona de “ciudades” satélites.

Los complejos edificados se sitúan sobre todo al oeste y al norte de la ciudad vieja, es decir, en el sector israelí anterior a 1967 en el que comenzó a formarse una nueva aglomeración desde la época del mandato británico. En consecuencia, el paisaje situado al este y al sur de la ciudad histórica ha resultado relativamente menos modificado o alterado. Partiendo de la vertiente de Mamilla situada al oeste, cerca de la Puerta de Jaffa, hasta el valle del Cedrón, al este, la administración municipal ha creado un vasto parque natural tras haber expropiado múltiples propiedades agrícolas o barbechos para admi- nistrarlos, lo que dio pie en los años setenta a numerosas denuncias, entre otros ante el Director General.

Por el contrario, se ha transformado por completo la vista de Jerusalén desde el Monte de los Olivos, es decir desde el oeste, debido a la construc- ción de numerosos edificios de proporciones gigantescas que aplastan hoy en el horizonte la silueta de los grandes monumentos históricos de la ciudad.

En términos generales, la situación a este respecto ha evolucionado relativamente poco en relación con 1976, ya que la crisis económica frenó 0 anuló muchos grandes proyectos, y un mejor entendimiento del valor del paisaje dio lugar a una política urbanística que evita en la medida de lo posible la construcción de edificios nuevos que alteren el equilibrio. Ahora bien, el daño ya está hecho y es irreparable.

Una novedad modificará próximamente una zona, por lo demás ya trastor- nada, cuyas construcciones del siglo XIX y XX se habían convertido en tugu- rios. Se trata de una parte del sector de Mamilla, cuya parte septentrional está ocupada desde hace más de 100 años por el desarrollo urbano “extramuros” y cuya porción restante próxima a la muralla occidental de la ciudad hasta la altura de la Puerta de Jaffa se está reconstruyendo y rehabilitando. La super- ficie de esa zona es de unas 15 hectáreas y se encuentra en el sector israelí, tomando como base la línea de demarcación de 1948, salvo una franja que cubre menos del 10% y está situada en la “tierra de nadie”.

Este proyecto, que acaba de comenzar, tiene por objeto crear en ese lugar un barrio que una la ciudad nueva a la vieja. Comprenderá un distrito comercial (48.000 m2), un gran estacionamiento subterráneo (700 automóviles), una avenida en un parque con arbolado que se extiende a lo largo de la muralla occidental de Solimán, un barrio residencial (200 unidades) y un hotel de 500 habitaciones. Desde 1969 se han elaborado distintos proyectos para ese barrio (en varios de mis informes al Director General me he referido a este asunto). El proyecto actual, de proporciones muy inferiores a las iniciales, adopta una escala y un tipo de tejido urbano más modestos y más apropiados al lugar. En efecto, se trata del último terreno disponible para construcciones densas cerca de la ciudad histórica.

De una pequeña ciudad provincial, Jerusalén ha pasado a ser en menos de medio siglo una metrópoli, lo que paga al precio incalculable de alterar irremediablemente uno de los más bellos paisajes urbanos del mundo.

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14.5 El patrimonio antiguo. Jerusalén alberga numerosos testimonios de su larga y trágica historia antigua. Algunos son todavía monumentos arquitectóni- cos, pero la mayoría han aparecido en las numerosas excavaciones que vienen haciendo en Jerusalén desde la segunda mitad del siglo XIX las escuelas arqueológicas o bíblicas de numerosos países, y realizadas, muchas veces de modo espectacular, bajo la ocupación israeli de la ciudad vieja, por arqueó- logos israelíes. .*

El poder actual ha cuidado con especial esmero esos vestigios, que se remontan en parte a la época de Herodes. Se despejaron aún más, se restauraron y abrieron a los visitantes los restos romanos, conocidos desde hacía mucho tiempo, de la Puerta de Damasco, una de las entradas de “Aelia Capitolina”; la ciudad reconstruida por Adriano en el año 131, 61 años después de que fuera destruida por Tito. Se acondicionó una plaza de gran calidad urlbanística que facilita la entrada de esa Puerta, que es uno de los accesos principales de la

- ciudad y es frecuentada sobre todo por la población árabe. La parte meridional del Cardo de la nueva ciudad romana, que data de la misma época, fue liberada de parte de sus construcciones posteriores y se acondicionó como eje comercial protegido parcialmente bajo una construcción contemporánea bien integrada en

-. el paisaje. Asimismo, se descubrieron debajo del “Barrio Judío” vestigios de numerosas casas romanas incendiadas en el año 70 durante la destrucción de Jerusalén por Tito, vestigios que se han conservado y acondicionado como museo en los sótanos de edificios nuevos.

Al pie de las murallas actuales, construidas por Saladino en el siglo XVI, se han encontrado numerosos elementos de construcciones asmoneas, romanas o bizantinas que se exponen con esmero en “jardines arqueológicos”‘.

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El conjunto más amplio de excavaciones se extiende sobre el costado meridional y sudoccidental del Haram-as-Sharif y se conoce generalmente con el nombre de “excavaciones Mazar”. Evocan la historia antigua de Jerusalén desde la época de los Reyes hasta la de los Omeyas y contienen vestigios monumenta- les de más de un milenio y medio de historia de la ciudad. :Es lamentable constatar que éste es el único conjunto antiguo cuyo mantenimiento deja que desear: el desorden, las plantas silvestres y las basuras degradan un sitio arqueológico excepcional que dio lugar a controversias internacionales memo- rables y a la intervención de la Unesco en la salvaguardia ,de Jerusalén. Se requieren con toda urgencia la limpieza, consolidación y revalorización del sitio, manteniendo el nivel de las excavaciones actuales, es decir, en los vastos palacios islámicos construidos en el siglo VIII en torno a esa parte del Haram, si se quiere preservar estos vestigios capitales de la historia de la Ciudad Santa. La administración de la ciudad se ha comprometido a hacerlo en un futuro muy próximo.

Entre 1967 y 1974, A. Eytan y R. Amirán hicieron excavaciones en la ciudadela, sitio éste en el que se mezclan vestigios de la época de Herodes, los cruzados y los otomanos en un conjunto de gran monumentalidad e interi’- histórico. Se sacaron a la luz vestigios que se remontan a los tiempos ‘:e David y a épocas posteriores. El aspecto del patio interior de la ciudadela se transformó en un vasto parque arqueológico en detrimento de su significación propia.

Desde finales del siglo XIX se vienen efectuando excavaciones en el sitio denominado la “Ciudad de David”, situado en el promontorio que prolonga la colina del Haram-as-Sharif hacia el sur, fuera de las murallas, y enclavado entre los valles del Tiropeion y del Cedrón. La razón es que se identificó ese lugar con el núcleo urbano inicial de Jerusalén que remonta a los Jebuseos, es

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decir, a la Edad de Bronce. En las últimas excavaciones efectuadas antes de 1967, entre otros por la célebre Kathleen Kennyon, se habían acumulado en los flancos masas de tierra no estabilizada que al deslizarse habían causado en varias ocasiones accidentes mortales, por ejemplo en 1974. Se ordenó que se limpiara ese lugar para evitar tales accidentes en el futuro. Junto con esas obras se realizaron excavaciones que permitieron enriquecer considerablemente el conocimiento de la historia más antigua de la ciudad y el modo de vida de sus habitantes. Se estabilizaron, consolidaron, restauraron y revalorizaron los vestigios, en otro tiempo recubiertos de matorrales y, a veces, incluso de basuras. Se amplió la zona de excavaciones en relación con las meras exigen- cias técnicas.

Al excavar el túnel a lo largo del muro occidental del Haram-as-Sharif se descubrió, con una altura media de tres metros y una longitud de 305 metros, una franja horizontal del muro romano que encerraba en la época el Templo reconstruido bajo Herodes. Se trata de un testimonio extraordinario sobre los conocimientos arquitectónicos y técnicos de la época. El muro está construido con materiales de dimensiones ciclópeas (algunas piedras pesan más de trescientas toneladas) y con increíble precisión. Es un importante monu- mento de la tecnología romana. Desafortunadamente todo esto se hizo en condi- ciones cuando menos anormales. Contraviniendo la legislación vigente que atribuye al propietario del terreno plenos derechos sobre el subsuelo, las obras se realizaron por iniciativa del Ministerio de Asuntos Religiosos sin la autorización previa de los propietarios y sin que éstos lo supieran. Esas obras ocasionaron en toda esa zona, que tiene un sinnúmero de inmuebles histó- ricos, problemas de estabilidad a veces considerables. Además, no se llevó a cabo ningún seguimiento arqueológico científico digno de este nombre, ya que la empresa tenía más bien una significación religiosa que histórica. En los debates del Consejo Ejecutivo y la Conferencia General se ha planteado con frecuencia el problema de ese “túnel”.

Como para renovar las redes de alcantarillado, abastecimiento de agua y electricidad era preciso excavar el suelo de las calles y plazas, durante esas obras se hicieron, en múltiples lugares de la ciudad vieja, varios descubri- mientos específicos, por ejemplo, la red de vías antiguas. Los arqueólogos israelíes han alzado un inventario preciso de esos descubrimientos.

El descubrimiento más importante de una reliquia bizantina, efectuado durante las excavaciones, fueron los vestigios de la célebre “Nea”, enorme iglesia (116 metros de longitud, incluido el nártex) construida por Justiniano hacia el año 543 en el extremo sur del Cardo y dedicada a la Virgen. Subsisten subestructuras que ya se han despejado y una gran cisterna subterránea above- dada, que puede datarse por una inscripción de la época. Por lo demás, en el sur del Haram-as-Sharif las excavaciones “Mazar” permitieron descubrir todo un barrio de casas bizantinas que recubría vestigios más antiguos.

Sería contrario a la verdad no reconocer la importancia científica que tienen los descubrimientos, hechos sobre todo gracias a las excavaciones, para un mejor conocimiento de la antigüedad en Jerusalén, como tampoco sería con- forme a la realidad pretender que en términos generales las excavaciones no se han efectuado según los requisitos científicos internacionales. La reputación científica de la mayoría de las personalidades encargadas de efectuarlas cons- tituye una garantía a este respecto. El verdadero problema que se plantea es determinar si esas excavaciones estaban autorizadas y eran oportunas en terri- torios ocupados. La “Recomendación que define los principios internacionales que deberán aplicarse a las excavaciones arqueológicas”, aprobada en Nueva Delhi el 5 de diciembre de 1956 y cofirmada por Israel, estipula en su

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Artículo 32: “En caso de conflicto armado todo Estado Miembro que ocupara el territorio de otro Estado debería abstenerse de realizar excavaciones arqueo- lógicas en el territorio ocupado. En caso de descubrimientos fortuitos, espe- cialmente con motivo de trabajos militares, la potencia ocupante debería adop- tar todas las medidas posibles para proteger dichos hallazgos...“. Es evidente que parte considerable de las excavaciones efectuadas en Jerusalén no respon- den a estas prescripciones. Es normal-y necesario y, por consiguiente, incumbe a todo poder, hacer excavaciones en un suelo rico en testimonios históricos con motivo de obras urgentes e indispensables para el bien público, si al ejecutarlas se alteran o destruyen los estratos arqueológicos o si van a recubrirlos construcciones de larga duración que hagan su acceso difícil o incluso imposible. Esto se aplica en Jerusalén a las obras de renovación de los servicios urbanos subterráneos, las obras de reconstrucción. del Barrio Judío destruido en sus tres cuartas partes y, parcialmente, a las obras efec- tuadas en la colina de la “Ciudad de David”, a fin de garantizar la estabili- dad de los taludes y la seguridad pública. Sin embargo, la mayloría de las demás excavaciones pertenecen a otra categoría: son investigaciones decididas con el único objeto de analizar los “archivos del suelo” a fin de conocer mejor el pasado del lugar. Esas excavaciones infringen la Recomendación de Nueva Delhi a que nos hemos referido4).

El estado de conservación de los edificios y los sitios arqueológicos mencionados es en general excelente, ya que a las nuevas excavaciones se suman campañas de conservación y revalorización. Todos estos sitios son hoy accesi- bles al público, salvo el “túnel”.

Conviene citar, sin embargo, dos excepciones: las excavaciones “Mazar” en el ángulo sudoccidental del Haram-as-Sharif cuyo lamentable estado ya se conoce y donde se habían iniciado reconstituciones y reconstrucciones intem- pestivas (por fortuna demolidas hace poco), y la “Nea”, que está a la espera de las obras imprescindibles de conservación y revalorización.

14.6 El patrimonio islámico. El patrimonio monumental de Jerusalén, tercera ciudad santa del Islam, tiene un carácter musulmán a todas luces predominante. Prueba de ello es la propia ciudad antigua, que por ciertos aspectos de su estructura y por su arquitectura autóctona es expresión fiel de un modo de vida. Sin embargo, el carácter islámico se observa sobre todo en un número

4) No se ha abandonado totalmente el proyecto de hacer el túnel accesible al público y, en particular, a los judíos que veneran ese monumento, para ellos sagrado. Dada su estrechez, sólo sería posible una visita en una sola dirección, lo que exigiría una salida que no existe en la actuali- dad. Se concibió el proyecto de unir el túnel excavado recientemente a otro que lo prolonga y que se descubrió en 1986, pero que ya había sido recorrido por Warren en 1867-1868. Se trata de un túnel excavado varios siglos antes de Jesucristo, que une las piscinas situadas bajo el con- vento de las Hermanas de Sión, al Norte del Haram-as-Sharif (el Monte del Templo para los judíos) y que fue bloqueado por la gigantesca construc- ción efectuada alrededor de ese sitio en tiempos de Herodes. La unión de los dos túneles es algo fortuito, ya que los arqueólogos israelíes habían olvidado el descubrimiento de Warren. La salida del túnel se acondiciona- ría en las inmediaciones de una de las puertas de acceso principal de la población musulmana al Haram. Cabe temer serios desórdenes si se reali- zara ese proyecto.

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considerable de monumentos típicos de la arquitectura musulmana: mezquitas, tumbas, madrasas, bibliotecas, fuentes públicas, etc. No sería indicado elabo- rar aquí un inventario completo. Así pues, la enumeración que sigue se limita a los edificos más preciosos de este eminente patrimonio monumental.

14.6.1 El Haram-as-Sharif. Uno de los sitios más disputados de la historia es el monte Moria. Lugar probable del sacrificio de Isaac, emplazamiento del templo de Salomón destruido por el ejército de Nabucodonosor en el año 587 a.C. y reconstruido a finales del siglo siguiente, profanado por los seléuci- das (169 a.C.), restaurado algunos años después por Judas Macabeo, totalmente reconstruido por Herodes a partir del año 20 a.C. y terminado pese a sus colosales dimensiones en algunos años, arrasado con el resto de la ciudad por Tito en el año 70, reacondicionado en la construcción de Aelia Capitolina por Adriano a partir del año 131 y dedicado a Júpiter, prácticamente abandonado en la era cristiana primitiva y la bizantina, conquistado con la ciudad de Omar en 638 y desde entonces sitio eminente del Islam, reacondicionado y enrique- cido enseguida con dos nobles santuarios (la Mezquita de Omar o la Cúpula de la Roca, y la Mezquita Al Aqsa), conquistado por los cruzados de Godofredo de Bouillon en 1099, ocupado por los templarios hasta la caída de la ciudad en 1187 y convertido definitivamente en lugar de culto islámico, el Haram-as- Sharif es uno de los lugares más disputados de la historia y más preñados de significación religiosa.

Con una superficie de casi 13 hectáreas, el Haram-as-Sharif tiene la forma de una terraza rectangular grande y elevada, rodeada de fuertes mura- llas, que se destaca netamente en las inmediaciones urbanas y presenta la forma de una fortaleza impresionante hacia el sur y hacia el este, donde domina el valle del Cedrón. Se entra por siete puertas al oeste y tres al norte. Las antiguas aperturas al este (Puerta Dorada, probablemente de origen bizantino) y al sur (tres puertas de la época de Herodes, algunas retrabajadas más tarde) están cegadas desde la reconquista árabe de la ciudad en el siglo XII. Los monumentos o sus vestigios se vienen acumulando en este lugar desde hace más de dos milenios. Es imposible hacer aquí su inventario completo o su descripción.

Los edificios esenciales son evidentemente Qubbat-es-Sakhra, construido en 691 por el Califa Abd-el-Malik y redecorado luego en varias ocasiones, siendo la última intervención la reconstrucción del maderamen y del revesti- miento de la Cúpula en 1956. Pese a esa intervención -0 a causa de ella- el monumento requiere una vez más una restauración a fondo. El nuevo techo de la cúpula y el deambulatorio, hecho con grandes placas de aluminio dorado, reac- ciona mucho a las diferencias de temperatura, importantes en Jerusalén, lo que afecta a su impermeabilidad. El agua que entra deteriora los estucos esculpi- dos y las pinturas de los techos. Está previsto reemplazar ese techo por otro de cobre dorado, con elementos de un formato similar a los del antiguo techo de plomo que se suprimió en 1956. Se están montando los andamios necesarios para la ejecución de la primera fase. Por lo demás, la humedad que ha pene- trado en la mampostería del octógono exterior ha oxidado las espigas que fijan el magnífico enchapado en mármol incrustado. La decoración interior de la cúpula se ha pintado muchas veces a lo largo de los siglos: se puede imaginar su esplendor inicial comparándolo con la restauración reciente de la cúpula similar de la mezquita El Aksa: se impone una restauración semejante para revelar todas las cualidades de una obra maestra incomparable. Aún no es posible determinar el importe de los fondos necesarios para la restauración del edificio, pero el ingeniero-director encargado de las obras estima que harán falta al menos cinco millones de dólares.

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La Mezquita Al Aqsa fue construida por el hijo del Califa Abd-el-Malik, al Walid, a comienzos del siglo VIII. Muy deteriorada por varios terremotos, fue reconstruida y restaurada parcialmente en numerosas ocasiones, entre otros por los cruzados que la convirtieron en la gran iglesia de la orden de los Templarios. Su superficie está reducida a menos de la mitad de la inicial. Los trabajos realizados más o menos en forma dramática en 1939 la privaron de sus admirables columnas y de su armazón antiguas, reemplazándolas por nuevas de mármol de Garrara y nuevas vigas, respectivamente. En 1969 sufrió nuevos daños a causa de un incendio criminal. Desde entonces se está efectuando una restau- ración general con reconstrucción parcial, entre otros, del crucero oriental, obras que concluirán en un futuro próximo. La excelente restauración de la cúpula ha valido a su arquitecto restaurador el Premio Aga Khan.

Además de los dos grandes monumentos citados anteriormente, le1 Haram-as- Sharif alberga más de cincuenta construcciones de dimensiones muy variadas, entre las cuales cabe destacar las siguientes:

- - Qubbat-al-Silsila, la Cúpula de la Cadena, pequeña réplica de la

Cúpula de la Roca, que reposa en bellas columnas bizantinas, fue construida en 691-692 bajo Abd-el-Malik y se está restaurando desde hace unos diez años. Se retiraron sus cerámicas del siglo XVI y se están consolidando sus estructuras, pero las obras se han suspendido por falta de fondos.

- Qubbat-al-Miraj, o Cúpula de la Ascensión, monumento típico de la época de las Cruzadas, probablemente un antiguo baptisterio. Se encuentra en buen estado de conservación.

- Las columnatas que coronan las ocho escaleras de acceso ,a la terraza de la Cúpula de la Roca. Se encuentran en buen estado.

- Las diez puertas de acceso actual al Haram. Su estado no es alar- mante, pero en su mayoría requieren un reacondicionamiento. La res- tauración de Bab-el-Silsile se ha realizado en un 20% y proseguirá en cuanto se disponga de recursos financieros. Está prevista la próxima restauración del Bab-el-Habib y la de las puertas del muro norte del conjunto.

- La fuente Qait Bay, construida en 1482 y restaurada en 1883, se some- tió recientemente a una nueva y notable restauración. Las piedras se resquebrajaban debido al enmohecimiento de las espigas de hierro.

- La madrasa Othmaniyya (1437); es preciso restaurar su hermosa fachada.

- La madrasa Ashrafiyya (1482), una de las obras maestras de la época mameluca tardía, se encuentra en restauración. Ya está terminado el pórtico de entrada y las obras continúan con la consolidación y restauración de los pórticos en ruinas del piso superior,, Se trata de una restauración difícil, particularmente bien estudiada y ejecutada.

- El Minarete de Gawanima (1298), que se encuentra en buen estado.

- Las madrasas que se enumeran a continuación cierran el Haram-as-Sharif por el norte y tienen una fachada común con el lugar santo. Durante los Últimos años los servicios de Waqf limpiaron esas fachadas y rellenaron las juntas, salvo en el caso de Al Umariyya, que ocupa el lugar de la antigua fortaleza herodiana Antonia, sirvió de cuartel militar hasta finales de la época otomana y se convirtió luego en escuela municipal. Pertenece, pues, a la municipalidad, que hace algunos años hizo rellenar las juntas de la fachada sur del edificio

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que mira hacia el Haram-as-Sharif. Por desgracia, el trabajo se hizo con cemento gris, lo que desluce los muros y además puede dar lugar a graves problemas de conservación de la mampostería de argamasa.

- La madrasa Asardiyya (1368-1369), cuya fachada se restauró hace poco.

- La madrasa Malakiyya (1340), igualmente restaurada.

- La madrasa Guadiriyya (1432), que se está restaurando.

- La Puerta Dorada, antiguo acceso oriental del Haram, cerrada desde la época mameluca, data probablemente de la época bizantina. Ha sido bien restaurada hace poco.

- Los “Establos de Salomón”, construcciones subterráneas de la parte meridional del Haram, edificadas por los templarios. No planteaban ningún problema particular, salvo su abandono y suciedad. Acaban de ser limpiados en su totalidad.

De lo antedicho se deduce que, exceptuadas las grandes obras necesarias para la salvaguardia de la Cúpula de la Roca, el estado de los principales monumentos situados en el Haram-as-Sharif es satisfactorio. Desde hace unos quince años las autoridades del Waqf vienen realizando esfuerzos considerables para mantener o restaurar un gran número de esos monumentos. Se trata sobre todo de la restauración exterior de los edificios que, en muchos casos, es la más urgente. Queda por restaurar el interior de los monumentos y en muchos casos por sanear para protegerlos contra la humedad capilar. Estos trabajos son en general delicados y requieren técnicas muy perfeccionadas. En general, las obras realizadas han sido bien ejecutadas por un equipo poco numeroso bajo la dirección del ingeniero-arquitecto 1. Awad en las mezquitas e Y. Natshe en los demás monumentos.

Para terminar con el Haram-as-Sharif, es preciso aludir a otros bienes culturales que se conservan en él.

- El primero es el museo de Al Aqsa. En estado lamentable hace unos 20 años -mi informe de 1971 describe la situación en ese momento. Desde entonces, ha sido totalmente reacondicionado según las normas museo- gráficas actuales. Se sometieron a tratamiento los principales obje- tos, entre ellos unos 800 ejemplares del Corán y libros religiosos musulmanes (en su mayor parte, manuscritos, algunos del siglo VIII) y se expusieron los más hermosos. Sin embargo, se requieren subsidios importantes para proteger el conjunto de las colecciones contra todo daño ulterior y presentarlas al público.

- El segundo es la biblioteca de Al Aqsa que se encuentra en la madrasa Ashrafiyya, en la que se guardan, entre otros, numerosos manuscritos árabes. También esa biblioteca se encontraba hace algunos años en un estado que podría denominarse de abandono. El bibliotecario realizó un esfuerzo considerable para reacondicionarla, inventariar los fondos y preparar los catálogos. Sin embargo, no dispone de los equi- pos necesarios para combatir los daños causados a los libros antiguos por los insectos y el moho.

El mismo problema se plantea en los archivos del Haram-as-Sharif con- servados en uno de los edificios que cierran el sitio en su fachada septen- trional. La conservación de los archivos se realiza con esmero, pero de modo totalmente tradicional. No hay equipos de tratamiento, consolidación o repro- ducción de los documentos, y la protección contra incendios es más bien ilusoria.

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14.6.2 La ciudad cuenta con un número considerable de monumentos islámicos por lo general de estilo mameluco, que se encuentran situados sobre todo en el barrio central, situado al oeste del Haram y delimitado por las calles Bab-el- Silsileh al sur, el antiguo cardo de Aelia Capitolina al oeste y Aqabat-et- Takiya y Ala-ed-Din al norte. Se trata de un centenar escaso de construcciones de distinta forma que van desde la simple fuente a vastos zocos,, hospicios y madrasas de grandes dimensiones. Si bien todos estos edificios pertenecen a waqfs religiosos y familiares, hay en ellos muchas viviendas, así como algunas tiendas y talleres de artesanos. Gran parte de esos monumentos se alzan en la zona de viviendas más poblada de la ciudad, que figura entre las áreas urbanas con mayor densidad demográfica del mundo (cerca de 1.500 habitantes por hectá- rea y tres personas por habitación). Rara vez su utilización obedece a la inicialmente prevista, salvo, y no siempre, en el caso de 1a.s tumbas. La mayoría ha adolecido de falta de mantenimiento durante largos periodos y en muchos de ellos se han realizados obras inadecuadas con objeto d.e mejorar las condiciones de vivienda o su empleo para otros fines. Ciertos edificios están en parte en ruinas o se han reconstruido parcialmente sin tener en cuenta su armonía arquitectónica ni su belleza originales.

A la vista de lo que antecede, no debe extrañar que el Servicio de Antigüedades del Waqf afronte ingentes obstáculos en su campaña de salvaguar- dia y restauración de este patrimonio. En general le resulta dlifícil si no imposible intervenir eficazmente en el interior de los edificios. Por otra parte, las obras suelen limitarse a arreglos superficiales, como la restaura- ción de las fachadas principales y el mejoramiento de la impermeabilidad de las cúpulas y de terrazas que hacen las veces de techo. Huelga decir que dichas obras no bastan para garantizar una auténtica salvaguardia de los edificios, normalmente muy deteriorados por la humedad, ni la revaloración de los espacios monumentales que poseen algunos de ellos. En efecto, entre estas construcciones figuran varias madrasas con magníficas salas de oración, cubiertas de amplias cúpulas y provistas de mirhabs artísticamentte decorados. En la actualidad todas ellas resultan inaccesibles y se utilizan en el mejor de los casos como depósitos. Además, se ha dividido el interior de algunos edificios mediante paredes construidas a veces con bloques de cemento. Para restaurarlos con arreglo a las normas de conservación actuales habría que evacuar al menos parcialmente ciertos edificios, lo que supondría buscar nuevo acomodo para la población desplazada y representaría, por pequeña que ésta fuera, un problema social y político considerable.

Nos limitaremos también a enumerar sólo los monumentos más relevantes del patrimonio islámico5).

5) El Servicio de Antigüedades Islámicas del Waqf ha realizado un inventario completo ilustrado del patrimonio islámico de Jerusalén, que ha sido edi tado por el Centro para la salvaguardia de los monumentos de Jerusalén, con sede en Ammán, con el título siguiente:

“Tesoros del QODS” (1983) Redacción: Ingeniero R.Y. Najm, Universidad de Yarmouk

Oficina de Ingeniería, miembro del Consejo de la mezquita Al Aqsa Sr. A.D. Abdel Mahdi, Universidad de Jordania, Facultad de Letras Sr. Y. El Natshe, Administración de Habous del Qods, Sección del Patrimonio Ingeniero B. El Halak Sr. A. Koulfouna

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Las excavaciones:

Aunque en Jerusalén nunca se han realizado excavaciones con el fin de localizar construcciones islámicas, un hallazgo inesperado reveló la riqueza en obras de comienzos del islam de ciertas partes del subsuelo. En efecto, las excavaciones realizadas al sur y al oeste del Haram bajo la dirección del profesor Mazar permitieron descubrir los vestigios de cinco palacios y de una construcción con aspecto de mezquita, que data muy probablemente del reinado de El Walid, es decir, de la misma época en que se construyó la mezquita Al Aqsa. Dos de ellos son de enormes dimensiones (uno abarca una superficie de más de 8.000 m2) y se piensa que fueron destruidos por el terrible terremoto de 748-749 que causó daños muy graves en la mezquita Al Aqsa. Desde un punto de vista histórico este descubrimiento es trascendental, ya que confirma el rango de que gozaba Jerusalén en dicha época, pese a no haber sido nunca capital del imperio omeya.

Aunque el sitio mencionado, al menos la parte que se halla en el casco urbano, está bastante deteriorado (véase párr. 5), hay que señalar que en fecha próxima se emprenderán trabajos de limpieza y consolidación. La capa omeya cubre varios metros (10, al parecer) de vestigios pertenecientes a épocas anteriores. Las excavaciones se han detenido a este nivel, habida cuenta de la importancia del descubrimiento del palacio islámico, y no debe iniciarse ninguna obra que pueda poner en peligro esos vestigios.

Entre los monumentos de la época mameluca situados fuera del Haram-as- Sharif, el Servicio de Antigüedades del Waqf ha restaurado durante los últimos años los siguientes:

- La madrasa Al-Kinaliyya (1352), en 1984-1985.

- La madrasa Al-Muzhariyya (1481), en 1985-1986.

- El hospicio de kurdos (Ribat-el-Kurd) (1293-1294), fue restaurado en 1985-1986. Es preciso retirar las fijaciones que instaló la munici- palidad cuando el edificio se agrietó como consecuencia de las exca- vaciones efectuadas para hacer un túnel a lo largo del muro occiden- tal del Haram. El reforzamiento interior de ciertos muros mediante hormigonado sistemático es seguramente una obra de ingeniería de buena calidad, pero no responde en absoluto a las normas de una buena restauración.

- El hospicio Bayram Jawish (1540), restaurado en 1985-1986.

- La Zawiya Al-Lu’Luiyya (1379-1380), en 1985-1986.

- El Khan El Sultan (caravanera) (1386), restauración iniciada en 1986 y que prosigue.

- El mausoleo As-Sadiyya (1341), en 1986-1987.

- El mausoleo Turkan Khatun (1352-1353), en 1985.

- La madrasa Al-Tushtumuriyya (1384), en 1988-1989.

- La Zawiyya-Al-Marghariba (pequeña mezquita de la época ayubí, que fue reconstruida prácticamente en su totalidad en 1852), en 1986-1987.

- El mausoleo Al-Jaliquiyya (1307-1308), en 1988-1989.

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Se ha gastado en estas restauraciones cerca de un millón de dinares jordanos, cantidad que no comprende las obras de restauración efectuadas en el Haram-as-Sharif, cuyo costo total no se ha comunicado.

Aunque los esfuerzos realizados en favor de los monumentos citados son considerables, resultan ínfimos si se tiene .en cuenta la totalidad del patri- monio que se debe restaurar y salvaguardar, 0 simplemente proteger contra la rápida degradación. Entre estos monumentos hay que destacar la madrasa Tankiziyya o Makhcama, construida en 1382. Antigua sede del tribunal islámico está ocupada en la actualidad por el ejército israelí, debido a que la fachada sur del edificio domina la plaza acondicionada frente al “Muro de las Lamenta- ciones”. Este edificio, que es uno de los más monumentales y hermosos de la ciudad, se construyó sobre un conjunto de salas subterráneas de distintas épocas -herodiana, omeya y de las Cruzadas- que Warren había localizado ya en 1867-1870 y que se encontraban llenas de detritus o transformadas en cister- nas. Estas salas han sido completamente despejadas durante los últimos veinte años. El edificio por su parte no se encuentra en mal estado, pero requiere una restauración completa debido a su interés arquitectónico.

.- Hay que referirse asimismo a la madrasa Tazziyya (1362), cuya fachada

presenta fisuras y requiere una restauración urgente, así como al mausoleo Barakat Khan (1246), edificio que contenía la biblioteca de la familia Khalidi, una de las más nutridas de la ciudad (de la que nos ocuparemos ulteriormente), y que ha sido restaurado por esa familia, pese a que la reins- talación de la biblioteca es actualmente objeto de litigio entre los Khalidi y un rabino que ocupa un edificio contiguo.

Dar-el-Koran (1360), pequeña mezquita con Yeshiva en el techo, cuyo estado no presenta grandes problemas.

Ribat-el-Niza (1330), hospicio no restaurado cuya fachada se encuentra en mal estado.

La madrasa Otbmaniyya (1437), bastante bien conservada, a diferencia del hospicio cercano, Zamani (1476), cuya salvaguardia plantea grandes dificultades.

Construido en 1380 en uno de los accesos occidentales al Haram-as- Sharif, el Suq-el-Khatuniyya fue restaurado a principios de la década de 1970 de forma bastante catastrófica, ya que se procedió, entre otras cosas, a arrancar los revestimientos originales de las bóvedas, a colmar burdamente las junturas con cemento, etc. Se ha previsto efectuar una nueva restauración para devolver al sitio su estado original y cabe esperar que ello perm,ita reanimar la actividad comercial de este zoco actualmente abandonado. La parte central del zoco da acceso al soberbio Hammam-el-Shifa, que es el más imponente y hermoso de la ciudad y que exige la realización de obras de salvaguardia; recientemente se han iniciado trabajos en este sentido.

En la esquina del Suq-el-Khatuniyya y la calle El Wad existe otro hamman (baño ) , llamado El Ain, que data probablemente de la época otomana y pertenece a la familia Khalidi; el Servicio de Antigüedades del Waqf lo ha restaurado recientemente.

La madrasa Al Khanabaliyya (1380) presenta un estado de conservación decoroso, a diferencia de la madrasa próxima, Al Arghuniyya (1357), que requiere con suma urgencia obras de consolidación. En efecto, pese a que la construcción del edificio es de gran calidad, se han producido fisuras que ponen en peligro su estabilidad.

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No se han adoptado medidas para conservar la madrasa Khatuniyya (1380), a pesar de que el edificio se encuentra en ruinas desde hace mucho tiempo.

La madrasa Mand j akiyya, en la cual el Waqf ha instalado sus servicios, sufrió también desperfectos como resultado de las excavaciones efectuadas para construir el túnel a lo largo del Haram-as-Sharif. Parte de la escalera prin- cipal se ha desplomado y en muchos muros y bóvedas han aparecido fisuras. Todos estos daños se han reparado.

El hospicio Allah-ed-Din es un edificio de calidad con un hermoso patio interior en el que ha ido ganando terreno una serie de pequeñas viviendas de construcción posterior que presentan en su mayoría aspecto de tugurios; de ahí que deba emprenderse su demolición.

En el hospicio Mansuri, construcción cercana que posee un magnífico patio interior, ha ocurrido algo parecido. Ambos edifcios son ejemplos de un fenómeno habitual en el barrio árabe de Jerusalén, donde el hacinamiento de la población, sobre todo bajo el régimen otomano y el mandato británico, ha ocasionado con frecuencia una ocupación de los monumentos poco respetuosa de su carácter.

La madrasa Hassaniyya (1433) es un edificio de gran calidad en estado de conservación decoroso. Contiene un mirhab espléndido, posiblemente el más hermoso de la ciudad. Convendría restaurarla ligeramente.

La estabilidad de los Serai-et-Takia, también llamados Sitt Tunshuq (1379) > que constituyen el conjunto mameluco más notable de Jerusalén, es buena, pese a lo cual habría que llevar a cabo una restauración general para salvaguardar adecuadamente esta obra de arte.

Por el contrario, la tumba de la fundadora, el mausoleo Sitt Tunshuq, obra más modesta pero igualmente de gran perfección, se encuentra en un estado lamentable. Al igual que otros mausoleos, el hecho de estar en parte habitado ha ido destruyendo el monumento. En consecuencia, es preciso actuar sin demora para asegurar su preservación.

Urge también efectuar ciertas obras con objeto de restaurar en su estado original las madrasas situadas al norte del Haram-as-Sharif, esto es, Salamiyya (1300), Dawadariyya (1295), Kalimiyya (1413) y Muazzmiyya (1217).

Conviene insistir aquí en la excelente restauración de la Zawiya Lulu’Wiyya (1380), realizada por los servicios del Waqf. El monumento se encuentra próximo a las madrasas antes citadas, cerca de la puerta de Herodes.

La ciudad antigua cuenta también con varias fuentes monumentales, muchas de ellas construidas para la población por generosos donantes. La mayo- ría requiere obras de mantenimiento , que completarían los trabajos de limpieza y consolidación realizados por los servicios del Waqf y la municipalidad. Estas fuentes exigen atención constante, por encontrarse en lugares muy tran- sitados. Se trata principalmente de las seis “Sabil” donadas por Solimán el Magnífico y que están situadas, entre otros puntos, cerca de la Puerta de la Cadena (1537) y en la calle El Wad (1536). Exceptuando quizá la más modesta, donación de la familia Khalidi, que está en la calle Bab-el-Silsileh y que habría que restaurar por haberse abandonado hace mucho tiempo, todas ellas datan de la época otomana.

Como es sabido, la Ciudadela tiene una larga historia. De la época otomana procede el aspecto general que presenta hoy en día, sólo alterado por

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los jardines arqueológicos a que han dado lugar las excavaciones efectuadas. El Servicio de Antigüedades de Israel ha restaurado sus edificios e instalado en ellos un museo de la ciudad de Jerusalén. El complejo del estanque de Ezequías, o Birket Hamman-el-Batrak, fue construido alrededor de un estanque, probablemente de origen romano. Se trata de un conjunto de construcciones muy homogéneas que se remontan en parte a la épo,ca de los mamelucos y cuya belleza es indiscutible. Desgraciadamente, se’ encuentra en un estado lamentable de deterioro que acentúa el aspecto desolador de las aguas sucias encenagadas en el fondo del estanque. Habría que intervenir sin tardanza, tanto para salva- guardar el monumento como por motivos de salubridad pública.

Fuera de las murallas hay que destacar el antiguo cementerio de Mamilla situado en el sector israelí de la ciudad. El cementerio contiene gran canti- dad de tumbas, sobre todo islámicas, pero también de la época de los cruzados. Estas tumbas ostentan a veces pequeños mausoleos, entre los cuales hay que citar el Turbet Kebakayya (1289) por su carácter monumental. Actualmente el conjunto se encuentra abandonado y requiere la realización de operaciones de conservación y valorización.

En el Monte de los Olivos, la mezquita de la Ascensión, construcción de origen cruzado rematada por una cúpula en la época islámica, se encuentra en buen estado de conservación.

Por último, en la planta baja del complejo del monasterio del Monte Sión, que está englobado por un edificio gótico cuya sala superior se situaría en el lugar del Cenáculo, existe una habitación de reducidas dimensiones que contiene una pequeña mezquita adyacente a la denominada tumba del Rey David (Nebi Daoud). El lugar es centro de peregrinación tanto para los musulmanes como para los cristianos y los judíos. Aunque su estado de conservación es bueno, los musulmanes se quejan de que los judíos han reemplazado el velo verde que cubría la tumba y su inscripción árabe por un velo azul con un epitafio en hebreo.

Aparte del patrimonio monumental, es preciso recordar la importancia que revisten los museos, las bibliotecas y los archivos islámicos sobre el Haram-as-Sharif, así como la iniciativa muy apreciable de la Sra. Husseini de crear en Jerusalén un museo de artes y tradiciones populares palestinas. Si bien se han reunido varias colecciones gracias a donaciones privadas, la Sra. Husseini carece de los medios necesarios no sólo para llevar a buen término su proyecto, sino también para garantizar una conservacion correcta de sus colecciones, Habida cuenta de los profundos cambios culturales y técnicos que ha experimentado el país desde hace medio siglo, urge adquirir objetos y vestidos que no tardarán en desaparecer o en aumentar de preciso por haberse convertido en objetos de colección, lo que hará difícil su adquisición por parte de una institución cultural.

Las bibliotecas y archivos privados de las grandes familias árabes jerosolomitanas son parte importante de la memoria de la ciudad. Resulta evidente que su conservación depende en primer lugar de la actitud de sus propietarios. Ahora bien, como la mayoría de ellos no dispone d.e medios para garantizar su salvaguardia, es necesario intensificar 1.0s esfuerzos en este sentido. Buena prueba de ello es la biblioteca de la familia Khalidi, que posee una de las colecciones de manuscritos y libros más notables de la ciudad , compuesta por 1.200 manuscritos árabes y 50 turcos y persas, así como 500 libros árabes y 1.000 occidentales. Se descubrió que una cantidad aprecia- ble de manuscritos habían sido desgarrados y desmontados, o se encontraban muy deteriorados por los insectos. Los Khalidi emprendieron la restauración de la

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biblioteca y de los manuscritos, contando para ello con la ayuda de la asocia- ción “Friends of the Khalidi Library”, integrada por especialistas ingleses y estadounidenses. Es éste un ejemplo que debe imitarse, pese a la insuficiencia de los fondos disponibles. Se sabe, por otra parte, q ue la familia y un rabino han entablado un litigio que impide la reinstalación de la biblioteca en el edificio construido a dicho efecto por la familia en la época de los mamelucos.

14.7 El matrimonio cristiano

Jerusalén se convirtió en una ciudad de carácter predominantemente cristiano en el siglo IV durante la época de Constantino. Aparte del Santo Sepulcro, en la mayoría de los lugares marcados con la impronta cierta o supuesta de un acontecimiento evangélico se erigieron santuarios frecuente- mente de carácter monumental y rica ornamentación. En el siglo VI el Emperador Justiniano agregó una serie de monumentos, como la Nea, a este patrimonio ya considerable. Actualmente se conservan, sin embargo, pocos restos y el conoci- miento arqueológico de esos sitios se debe principalmente a las excavaciones y los estudios que se han venido realizando desde hace casi un siglo y medio. El único monumento bizantino perfectamente conservado, además de las sub- estructuras de la “Nea”, de las que ya se ha hablado, es una vasta y magnífica cisterna abovedada que reposa en múltiples columnas bajo el convento griego de San Abraham, que da a la explanada situada frente a la entrada del Santo Sepulcro. En perfecto estado de conservación, es tan impresionante como las célebres cisternas de Estambul que se construyeron durante la misma época.

El monumento cristiano más ilustre de Jerusalén es sin duda la iglesia del.,. Santo Sepulcro. Su historia es dramática. Construida en 396 por iniciativa de la Emperatriz Helena, esposa de Constantino el Grande, sufrió graves daños en 619 debido a los ataques de los persas bajo el reinado de Cosroes II y fue restaurada por los bizantinos después de la reconquista de la ciudad en 629. Siglos después, en 1009, el Califa El-Haqim ordenó su destrucción junto con la de las demás iglesias y sinagogas de la ciudad, tras lo cual se inició su restauración y reconstrucción a partir de 1047 gracias a la intervención del emperador de Bizancio. Después de la conquista de la ciudad por Godofredo de Bouillon en 1099, fue reconstruida una vez más, de 1130 a 1149, por los cruza- dos, que dejaron intactas, empero, algunas de las partes más antiguas. Así pues, el edificio que conocemos hoy en día es esencialmente medieval y su estilo arquitectónico, si bien imita la célebre rotonda de Constantino, perte- nece al arte románico occidental del siglo XII. Este edificio tuvo que sopor- tar los embates de la naturaleza y de los hombres, por ejemplo, la oprobiosa oposición que enfrentó, especialmente después del siglo XVII, a las cinco sectas cristianas que lo comparten: coptos, sirios, armenios, latinos y griegos ortodoxos. En 1555 se produjo un terremoto que destruyó el remate de la torre y otras partes de la iglesia. La cúpula de la rotonda, que fue derri- bada y reconstruida probablemente a principios del siglo XVIII, desapareció a su vez como consecuencia de un terrible incendio que devastó todo el santuario en 1808. Durante su restauración, las altas murallas construidas para rodear el coro principal, que es el santuario de los griegos ortodoxos, clausuraron el espacio majestuoso de la basílica romana. En 1949, después de un nuevo incendio, se emprendió la restauración general que sigue todavía. Esta restau- ración dista de ser ejemplar, tanto en lo que respecta a la concepción general como a su ejecución, sumamente pobre y poco cuidadosa de la conservación de testimonios originales. Hubiera sido de esperar que se hubiese aprovechado esta oportunidad para volver a despejar al menos las grandes perspectivas interiores del monumento. No sólo no ha sido así, sino que además se reempla- zaron las altas paredes de piedra y de madera que rodeaban el coro de los griegos por gigantescos muros de hormigón armado, que se recubren con mármol tallado según modelos neobizantinos.

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A esta reciente “restauración”, que supone en buena parte la aniquila- ción definitiva del espíritu y la autenticidad del monumento, pese a ser la obra de hombres competentes, hay que sumar la intervención excesiva de unas autoridades religiosas poco conscientes de sus responsabilidades culturales. Por lo demás, a juzgar por el hecho de que los gastos realizados han afectado adversamente la correcta salvaguardia del monumento, hubiera resultado prefe- rible haber invertido menos dinero en .& restauración.

Los monumentos cristianos medievales de Jerusalén son poco numerosos y gozan en general de un buen nivel de mantenimiento, por lo que plantean en principio pocos problemas ‘de salvaguardia. La mayoría de ellos se han asignado a comunidades religiosas que asumen cabalmente sus responsabilidades en cuanto a la buena conservación del patrimonio monumental histórico que administran. Desde finales del siglo XIX se han venido efectuando grandes obras de restau- ración, entre las cuales cabe citar la de la iglesia de Santa Ana, que data del siglo XII y pertenece al estilo románico borgoñón, así como la reconstruc- ción casi total de la antigua iglesia de la misma época y el mismo estilo arquitectónico, Santa María Latina, fundación de Carlomagno. Modificada por iniciativa del Emperador Guillermo II en 1898, esta iglesia se convirtió en la sede de la iglesia luterana denominada del Salvador. Los restos del monaste- rio, el más completo de su época en Jerusalén, fueron consolidados y restaura- dos al mismo tiempo y se encuentran en perfecto estado de conservación.

En los alrededores subsiste uno de los muros de la nave de Santa María la Grande, que es de estilo románico y contemporánea de las iglesias preceden- tes. En la actualidad sirve de muro limítrofe del jardín de un convento griego ortodoxo y merecería algunas obras de conservación y restauración.

Situada en el barrio armenio, la iglesia de Santiago el Mayor, catedral de esta comunidad, es un bello edificio en el que se dan cita tradiciones arquitectónicas cruzadas y armenias. Se trata de un monumento admY;rable que en gran parte se remonta al siglo XII, si bien en él pueden contemplarse vesti- gios más antiguos. Está perfectamente conservado.

En ese mismo barrio está la iglesia llamada de los Arcángeles, cons- trucción que data también del siglo XII, aunque parte de sus muros tal vez sean de la época de Constantino. Recientemente ha sido objeto de una excelente restauración.

También del siglo XII es la iglesia de San Marcos, de la comunidad cristiana asiria. Si bien su santuario se encuentra en buen estado de conser- vación, el pórtico abovedado que lo precede y cuya época de construcción no se ha podido fechar con precisión presenta problemas muy graves de estabilidad y es probable que se hubiera derrumbado sin el andamiaje que lo sustenta. La necesidad de poner remedio a esta situación es, pues, muy apremiante, pero la comunidad asiria carece de medios para financiar las obras.

Las circunstancias a veces críticas en las que vivieron los cristianos de Jerusalén después de la reconquista islámica hicieron desaparecer paulati- namente muchas fundaciones religiosas. Las excavaciones y las obras de sanea- miento han sacado a la luz del día una serie de vestigios de algunas de ellas. En el barrio judío se han despejado cerca de la Nea restos arquitectónicos del siglo XII de gran calidad que pertenecen al parecer a un antiguo convento, que podría ser el de San Pedro ad Vincula. Sería preciso consolidarlos y restaurarlos.

En las ruinas del barrio judío se ha descubierto asimismo una serie de imponentes vestigios pertenecientes a una antigua iglesia medieval denominada

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también Santa María Teutona. El sitio que ocupaba la iglesia, cuyos muros tienen en ciertas partes varios metros de altura y se incorporaron a construc- ciones de fecha más tardía, ha sido reacondicionado y restaurado con ayuda de la “Jerusalem Foundation”, por los servicios israelíes encargados de la reconstrucción del barrio. Por último, un análisis más detallado de la ciudad antigua ha permitido reconocer casi intacta la iglesia de San Julian en un taller de ferretería situado en Akabat-el-Khaldiyya. La iglesia, que fue construida por los cruzados, tiene tres naves abovedadas sustentadas por pila- res cuadrados. Aunque su estado no es motivo de preocupación, el interés histórico y el valor arquitectónico del edificio harían necesaria la realiza- ción de trabajos de limpieza y de mampostería. Para conservar a la larga el monumento en buen estado convendría, además, utilizarlo de manera menos peligrosa.

La mayoría de las demás iglesias de Jerusalén, la Dormición en el Monte Sión, San Pedro Galicante, Nuestra Señora del Espasmo, la basílica de las Damas de Sión y, fuera de la ciudad, Santiago de los Escoceses, la Basílica de San Esteban, la iglesia del Sagrado Corazón, la iglesia de Gethsemaní, la de Dominus Flevi y Santa Magdalena, son de época reciente (segunda mitad del siglo XIX o incluso del siglo XX). Todas ellas se encuentran en un estado normal de conservación.

14.8 El patrimonio judío

Durante la batalla de Jerusalén, librada en 1947-1948 y, a juicio de las autoridades israelíes, en el periodo que siguió hasta 1967, se destruyó gran parte del patrimonio monumental judío. Este patrimonio carece de la importancia cuantitativa del islámico y cristiano , ya que el culto y la expre- sión de la religiosidad judía no requieren la construcción de edificios abun- dantes en número y variedad.

14.8.1 Para los creyentes de la religión judaica, el sitio más sagrado de Jerusalén era el emplazamiento del templo de Salomón y, después de la destruc- ción de éste, el muro occidental del “Monte”, ante el cual los judíos hacen sus devociones, celebran ciertos acontecimientos trascendentales de su vida y lamentan la suerte que corrió su santuario bajo Tito. Hasta 1967 sólo se podía llegar al “Muro de las Lamentaciones” que forma parte del muro occidental del Haram-as-Sharif y cuenta actualmente con una extensión de 60 metros entre la Puerta de los Magrebíes y la Makhama, a través de un laberinto de callejuelas que desembocan en un patio rectangular, el cual bordeaba el Muro únicamente a lo largo de unos 20 metros. La demolición del barrio magrebí, realizada durante la noche del 10 de julio de 1967, permitió despejar una superficie de casi una hectárea en la que se construyó una plaza. Estas obras liberaron completamente el acceso al Muro de las Lamentaciones y permiten que una multi- tud considerable pueda acudir a las grandes festividades religiosas. Entre otras muchas, se han efectuado en ese lugar obras de pavimentación, ilumina- ción y construcción de barreras que protegen a los fieles y separan el sector de los hombres del que ocupan las mujeres.

La zona de culto se ha ampliado mediante la ocupación del espacio subterráneo situado bajo el “Wilson’arch”, uno de los arcos del puente hero- diano construido en el valle de Tiropeion y que une el “Monte del Templo” a la ciudad alta, así como de subestructuras complejas y a menudo monumentales de las épocas romana, cruzada y mameluca, sobre las que reposan parte de las construcciones que enmarcan una de las puertas principales de acceso al Haram, Bab-el-Silsileh. El “túnel” que corre paralelo al muro hasta el sitio ocupado por la fortaleza Antonia se excavó partiendo de estas salas subterráneas.

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14.8.2 Antes de 1967 la ciudad vieja de Jerusalén contaba con siete sinago- gas importantes: la Hurva, sinagoga de los askenazes, erigida en el siglo XVII y reconstruida en 1864, la Nisan Bak o Tifferet Israel, construi.da en 1862 y las cuatro sinagogas reagrupadas en un solo complejo monumental reservado a los judíos sefarditas: la sinagoga del profeta Elías, la de Ben Zakkai, la sinagoga del Medio y la de Estambul.. Estas sinagogas son mucho más antiguas que las dos primeras , ya que algunas de ellas datan del siglo XVI. Todas ellas sufrieron tales desperfectos durante el conflicto que únicamente el complejo de las cuatro sinagogas, conocido corrientemente como Ben Zakkai, quedaron en estado de ser reconstruidas parcialmente y restauradas. En la actualidad su estado es excelente. Las otras dos, que eran también las más monumentales y cuyas grandes cúpulas realzaban antaño la vista de la ciudad, han desaparecido hoy en día. Así, puede contemplarse sobre los restos de la más monumental de ellas, la Hurva, uno de los grandes arcos construidos por los cruzados para sustentar la cúpula.

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14.9 El Museo Arqueológico de Palestina, construido en 1927 en el emplaza- miento del campamento de Godofredo de Bouillon frente a la Puerta de Herodes con fondos facilitados por la familia Rockefeller, contiene externaas coleccio- nes de gran valor, que en su mayoría son el resultado de las excavaciones realizadas en Palestina antes de 1947. Las colecciones y las instalaciones se encuentran en muy buen estado de conservación y se siguen presentando de manera semejante a como se hacía antes de la partición del territorio.

Hace algunos años surgió un conflicto en relación con los manuscritos del Mar Muerto, parte de los cuales se había transferido al parecer al Museo Nacional de Israel, situado en el sector israelí, con objeto de consolidar ciertos fragmentos parcialmente delicados. No se ha podido averiguar si esos fragmentos han sido devueltos al museo de origen.

Todo indica que éste no dispone de los equipos necesarios para el tratamiento científico de todos los objetos que se conservan en el. Un ejemplo desafortunado de esta carencia es el de dos dinteles esculpidos procedentes del pórtico del Santo Sepulcro que figuran entre las obras maestras de la escultura medieval occidental y que datan de 1170-1180. Objeto de varios desperfectos, por ejemplo los ocasionados por el incendio de :La iglesia en 1808, fueron retirados durante los años treinta para ser depositados en el museo, donde recibieron un tratamiento de consolidación, el cual produjo tras algunas décadas efectos realmente catastróficos, ya que trajo consigo la sepa- ración de grandes fragmentos de escultura de la masa pétrea, que se ha descon- chado y ha adquirido un aspecto helado y brillante. Para conservar la integri- dad del patrimonio cruzado en Jerusalén es esencial intervenir urgentemente organizando un equipo de especialistas experimentados que establezcan un diagnóstico antes de proceder a cualquier nueva restauración. El dintel más alterado es el que representa la resurrección de Lázaro, la entrada de Cristo en Jerusalén y la Ultima Cena. Menos afectado ha resultado el otro, adornado con magníficos follajes, personajes humanos y pájaros. Dada la falta de expe- riencia de los conservadores israelíes en cuanto a las operaciones de conser- vación de la piedra, cabe preguntarse si no sería más adecuado enviar estas piezas a los grandes laboratorios de los museos occidentales para su análisis y tratamiento.

10. Conclusión. La encuesta resumida en estas líneas revela que el conjunto monumental musulmán conservado en la ciudad es el que precisa la mayor inver- sión para garantizar la salvaguardia del patrimonio monumental de Jerusalén. Asimismo, ciertas comunidades religiosas cristianas, como la de los asirios y la de los coptos, no están en condiciones de financiar en la medida adecuada la conservación de su patrimonio. De ahí que los mayores y primeros esfuerzos deban centrarse sobre todo en estos niveles.

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Por otra parte, habida cuenta de la falta de estudios serios de restauración, consolidación o revalorización sobre la gran mayoría de los monumentos, no es posible evaluar el costo total de la salvaguardia del patrimonio de la ciudad. Por esta razón, convendría que la Unesco abriera una “cuenta especial” en la que se fueran depositando los fondos necesarios para financiar la asistencia que habría de prestarse para cada intervención en función de sus características. Para ello sería necesario planificar a largo plazo, porque las obras que hay que realizar son difíciles y lentas. En consecuencia, se justifica plenamente la cifra de 20 millones de dólares de los EE.UU. en veinte años propuesta para la cuenta especial.

Prof. Dr. R.M. Lemaire 1” de agosto de 1990”

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. . . . . . Límite municipal de Jerusalén oriental, mayo de í967

LL Plano maestro propuesto para el límite de Jerusalén oriental

w Línea del armisticio 1949-1967

--- Límite municipal de Jerusalén occidental (Israel) - Límite municipal de Jerusalén unificada, 28.6.1967

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